¿POR QUÉ TUVO QUE MORIR JESUCRISTO?

Dos pensadores gigantesa principios del segundo milenio lanzaron conceptos teológicos

que cobran vigencia hoy

Preparado por el Dr. Les Thompson

Rugía en Europa a principios del siglo XII un debate de increíble importancia

Anselmo de Canterbury (Inglaterra) enseñaba que la muerte de Jesucristo fue necesaria, ya que la

santidad y justicia de Dios demanda una satisfacción objetiva y real a cuenta del pecado. Para Anselmo la única base por la cual Dios perdona nuestros pecados es la muerte

sustitucionaria de Cristo (ya que el pecado es una ofensa a Dios, y tiene que ser castigado).

Pedro Abelardo (Francia) enseñaba que la muerte de Cristo fue innecesaria, ya que creía que Dios en su gran amor por el ser humano puede perdonar al pecador arbitraria o deliberadamente. Para Abelardo la salvación nos viene por lo que

nosotros hacemos, por nuestra penitencia y obediencia en respuesta a una contemplación amorosa de la muerte de Cristo.

Hoy día el mismo debate se ha reanudado

Dos grandes y famosos teólogos

Anselmo de Canterbury, 1033-1109

Pedro Abelardode París

1079-1142

El debate precedió la división entre protestantes y católicos.

–su historiaEn Aosta, una antigua ciudad romana en los Alpes occidentales de Italia, nació en 1033 un niño. De nombre la madre le puso Anselmo, nunca adivinando que el pequeño varón que mecía en sus brazos un día sería reconocido como uno de los más destacados pensadores de toda la historia cristiana.

Casa donde nació Anselmo, hijo de padres pudientes..

A los 23 años de edad (1056), luego de la muerte de su madre (Ermenberga) y un fuerte desacuerdo con su padre (un lombardo de nombre Gundulf con el cual nunca se había llevado), Anselmo abandonó su país y pueblo natal.

Salió de Aosta con rumbo a Francia sin idea de qué iba a hacer, ni a qué se iba a dedicar. Hasta esa edad había sido un inconsecuente; nadie esperaba mucho de él.

Su primera parada fue en Lyón, a casa de unos parientes, donde se quedó tres años.

Luego viajó a la ciudad de Bec, en la provincia

norteña de Normandía

(Francia), en busca de un

profesor llamado Lanfranco.

Era el abad (pastor) y maestrescuela

(director) del monasterio

de Bec.

.

Aquí Anselmo entró como estudiante

Lanfranco, que seríaguía y tutor de Anselmo

A sus estudiantes Lanfranco les obligaba analizar oración por oración las Epístolas de San Pablo y otros libros del Nuevo Testamento.

En notas que se han preservado de Anselmo se nos dice que como estudiante escribió comentarios completos sobre Romanos, 1 Corintios, Efesios, y siguiendo hasta llegar a Hebreos 2.5.

A los 27 años fue nombrado prior (pastor asistente) de la iglesia de Bec. Al cumplir los 44 fue elevado a abad (del arameo abba, padre), es decir, superior del monasterio.

Como escritor Anselmo es muy importante. R. W. Southern en su biografía, San Anselmo, dice que su estilo es profundo, escribe con fluidez, exactitud y sin introducir materia extraña. Expresa sus más íntimos sentimientos con gran talento artístico.

Anselmo tituló su primer libro teológico, Monologium (un monólogo). El libro ofrece

elocuentes ‘pruebas’ de la existencia de Dios.

Esas pruebas le llevarían a definir a Dios como «aquello sobre lo cual nada mayor puede ser concebido”.

Escribe una hermosa plegaria, pidiéndole a Dios que se le revele, pues desesperadamente quiere conocerle y entenderle.

Su segunda obra: Proslogium — un discurso

De ahí su célebre frase: “Procuro entender a algún grado la verdad Tuya que mi corazón cree. No busco entender para entonces creer, sino creo para poder entender. He concluido que a menos que comience con esa fe que cree, jamás podré entender”.

Anselmo, por su edad, mala salud, e incapacidad como administrador rechazó el nombramiento. Pero a la fuerza lo llevaron a la iglesia, y cantando un Te Deum (himno de alabanza a Dios) lo obligaron a aceptar el cargo de arzobispo.

La fama de Anselmo, ahora de 59 años de edad, llegó a ser legendaria. Como profesor, filósofo y teólogo había sobrepasado a sus contemporáneos. Todos lo buscaban.

Lanfranco (ahora Arzobispo de Canterbury) en su lecho de muerte

pidió al Rey Guillermo II de Inglaterra que nombrara a Anselmo sucesor

suyo en Canterbury. Rey GuillermoLanfranco

En esta famosa Catedral de Canterbury Anselmo lograría sus más exitosos esfuerzos.

Entre Anselmo y el Rey Guillermo Rufus (el rojo) se produjo una gran contienda, que duraría hasta la muerte del rey.

En cada asunto el rey Guillermo quería imponer su voluntad sobre la de la iglesia, especialmente cuando se nombraban los obispos.

Con gran valor, sagacidad y sabiduría, Anselmo protegió todos los intereses de la iglesia, triunfando sobre el rey.

Anselmo en 1097 hizo viaje a Roma para consultar al Papa Urbano II

El Rey Guillermo aprovechó esta salida para exiliar a su arzobispo, exilio que duró tres años.

Anselmo entonces buscó refugio en un monasterio en la provincia de Campania en Italia, donde se entregó a escribir su más importante obra, Cur Deus Homo? (¿Por qué Dios se hizo hombre?). Esta obra llegaría a ser la obra teológica más aceptada para el entendimiento de la redención del hombre.

El papa Urbano II

Muerte de ANSELMO

Durante sus últimos años Anselmo escribió seis libros sobre temas teológicos. También fue uno de los primeros en oponerse a la esclavitud, como decía él, “la venta de gente como si fueran ganado”. Además, con su gran sabiduría y determinación, Anselmo logró una reconciliación entre el Rey de Inglaterra y la Iglesia.

Murió serenamente en 1109, a la edad de 76 años, en Canterbury, lleno de gloria y honores.

Fue un hombre de gran intelecto, carácter y fe cristiana, amado por pobres y ricos, lleno de virtudes y fidelidad a Cristo. (Es interesante notar que nunca fue canonizado por la iglesia romana.)

HISTORIA DE

El filósofo y teólogo francés que devaluó la cruzde Jesús

Nació en la pequeña aldea de Pallet, a unas diez millas al este de Nantes, en Francia. Berengario, su padre, era el señor de la aldea, su madre se llamaba Lucía. Pedro era el mayor de sus hijos y, como veremos, estaba destinado a lacarrera docente.

A temprana edad, dejó el castillo de su padre y buscó instrucción en las escuelas de los más renombrados maestros de Francia. Estudió en la Escuela de la Catedral, con Guillermo de Champeaux, especializándose en dialéctica.

Pronto, sin embargo, Abelardo se aventuró a objetar la enseñanza del su maestro parisino,

Guillermo de Champeaux, e intentó establecerse como maestro rival. Encontrando que esto no era asunto fácil en París, salió de

la ciudad y estableció escuelas, primero en Melun y luego en Corbeil.

En el 1103 volvió a París y allí, en la Escuela de la Catedral, logró finalmente en 1113 obtener una cátedra. A su vez Abelardo disfrutó de gran renombre como maestro de retórica y dialéctica.

Guillermo de Champeaux

Guillermo de Champeaux

Pedro Abelardo

Allí propone una metodología, que contradice la de Anselmo, es decir,la fe en busca del entendimiento: “No busco entender para

entonces creer, sino creo para poder entender”.

Un libro de Abelardo se titula: Sic et Non (Sí y no).

Abelardo propone otra, una basada en dudas: “Las dudas me llevan a inquirir y la indagación me lleva a la verdad”.

De que Abelardo fue excepcionalmente

brillante, no puede dudarse. En su "Historia de mis calamidades”

(Historia Calamitatum) orgullosamente cuenta cómo los alumnos acudían en tropel a él

Se pensaba “el único filósofo superviviente en todo el mundo”.

de todos los países de Europa, una afirmación que es corroborada por sus contemporáneos. Fue, de hecho, el ídolo de París; elocuente, vivaz, bien parecido, poseedor de una voz inusualmente rica, lleno de confianza en su propio poder de agradar. El mundo entero estaba a sus pies.

Un canónigo de Notre Dame, llamado Fulberto, tenía una sobrina considerada como la mujer más capaz de sus días, experta en Biblia y en literatura griega y romana. Fulberto

contrató a Abelardo para ser el tutor privado de ella .

Dice Abelardo: “Bajo el pretexto de estudios pasamos las horas en la felicidad del amor. Nuestras palabras fueron más de amor que de libros, y nuestros besos sobrepasaron por mucho todos nuestros pensamientos razonados”.

Eloísa y Abelardo Aquella casa todavía existe Su pecado fue descubierto

Encolerizado por la seducción de Eloísa, Fulberto ordenó a sus empleados a capturar a Abelardo y castrarlo. En su "Historia de mis calamidades” Abelardo cuenta:

“Una noche, habiendo sobornado a uno de mis siervos, llegaron mientras dormía, y tomaron su vergonzosa venganza. Me puse a pensar de cuan grande había sido mi renombre, y de la forma tan cruel en que había sido tan totalmente humillado. Así fue que, por el justo juicio divino, aquellos hombres destruyeron la parte de mi cuerpo con el cual había pecado.”

Al oír lo sucedido, Eloísa huyó a Pallet, donde nació su hijo, al que llamó Astrolabio, y por instrucciones de Abelardo se retiró al convento de monjas de Argenteuil.

La venganza del tio Fulberto

Abelardo huyó a un lugar desierto cerca de Troyes. Aun allí su fama como maestro le acompañó. Comenzaron a llegar alumnos de toda Europa y renovó su antiguo éxito como maestro.

Eloísa, luego, se trasladó al mismo sitio donde estaba Abelardo, e ingresó en el oratorio del Paráclito —un monasterio— donde llegó a ser abadesa.

SANTA ELOISA, matrona del santo amor romántico

Abelardo tomó el hábito de monje benedictino en la Abadía real de San Denis.

El que se había considerado "el único filósofo superviviente en todo el mundo" ahora quería convertirse en el mejor teólogo del mundo.

Tuvo éxito: sus ideas religiosas y novedosas fueron recogidas y aceptadas por muchos.

Entre sus varios libros teológicos, escribió un comentario sobre La Epístola a los Romanos

Comentando sobre Ro. 3:19-26, cuestionó la necesidad de la muerte de Cristo como medio de salvación.

Sus conceptos fueron criticados y, en el Councilio de Sens (1141), él y su libro condenados. Abelardo apeló al Papa, y de inmediato se dirigió a Roma con fines de defenderse de estas graves acusaciones.

En camino a Roma llegó sólo hasta Cluny, donde recibió noticia del decreto de Inocencio II, confirmando la sentencia del Concilio de Sens. Allí mismo en Cluny se quedó, y se cuenta que allí por fin

encontró la paz que tanto había buscado.

Tomó el hábito de los monjes de Cluny, yLlegó a ser maestro de la escuela del monasterio. Murió en 1142 y fue enterrado en el Paráclito.

En 1817 sus restos —y los de Eloísa— fueron trasladados al Cementerio del Père La Chaise en París, donde juntos descansan actualmente.

Aquí descansan los restos de Abelardo y Eloísa

ANSELMO 1033 - 1109

ABELARDO1079 -1142

La pregunta clave: ¿puede Dios extenderle perdón al hombre sin la necesidad de la muerte

de Jesucristo?

ABELARDO: Puesto que la justicia de Dios está subordinada a su amor, Dios no demanda un pago por el pecado. ¿Qué clase de Dios sería si demandara la muerte de su propio hijo? No fue necesario que Cristo muriera, Dios perdona al pecador arbitrariamente, por su gran amor.

ANSELMO: Cristo no murió para pagarle una deuda al diablo para que soltara a los pecadores que tenía en cautiverio; pero Cristo murió por necesidad, porque la justicia divina demanda un pago a Dios a consecuencia del pecado.

¿Por qué es que evangélicos de la vieja guardia —los conservadores— siguen a Anselmo y rechazan el concepto abelardino que Dios perdona a los pecadores arbitrariamente?

Si se perdonara libre y arbitrariamente a los pecadores, como dice Abelardo, colocaríamos a los desobedientes al mismo nivel que los obedientes. Puesto que el uno tendría el mismo beneficio del perdón y la aceptación que tiene el otro, nadie, entonces, trataría de ser bueno. Es más, el desobediente sería más parecido a Dios que el obediente, puesto que si el desobediente recibe el mismo bien que el obediente, los desobedientes serían —como le dijo el diablo a Eva— parecidos a Dios. No habría diferencia entre malos y buenos.

Sigue …

Si el perdón fuera libre —tanto para malos como para buenos— estaríamos recompensando al malo en lugar del bueno. Tal tipo de perdón no lograría nada para corregir el mal. Al contrario, al aceptar el desorden, tal cosa nos llevaría poco a poco a una anarquía total que destruiría toda la belleza en nuestro universo.

En el reino de Dios tiene que haber perfecto orden y perfecta justicia. Realmente, el más pequeño desorden, por pequeño que fuese, mancharía todo si no fuera corregido con justicia. Por eso un Dios justo, aunque es amoroso, no puede perdonar arbitrariamente. Puesto que todo pecado es una ofensa grave ante su perfecta santidad; para ser justo Dios tiene que castigar el pecado.

Anselmo::

Pero… ¿no será el amor más poderoso

e importante

que la justicia?

La justicia de Dios está subyugada a su gran amor (el atributo más importante).

Dios no demanda pago por el pecado. El valor de la muerte de Cristo está en el

ejemplo amoroso que esa muerte nos da: (“la teoría de la influencia moral de la expiación de Cristo”).

Nuestros pecados son reconciliados por los castigos que a diario Dios nos manda.

Nos salvamos por nuestras buenas obras.

Abelardo (1079-1142) fue uno de los más brillantes pensadores del Renacimiento.

Su intento fue encontrar una manera de reconciliar la “fe” con la “razón”; una manera de usar la dialéctica, (basada en las obras de Aristóteles) para explicar el texto bíblico y la doctrina cristiana. Como decía él: “Buscamos a causa de nuestras dudas, y por medio de esa búsqueda encontramos la verdad”.

¡La razón por encima de la fe!

Al poner la razón por encima de la fe Abelardo se equivocó. Retó los siguientes conceptos aceptados por los cristianos:

1. El amor no es el atributo más importante de Dios —todos los atributos tienen igual importancia.

2. Porque Dios es justo, demanda pago a cuenta del pecado (ver los tres castigos en Gn. 3).

3. El valor de la muerte de Cristo está en el hecho que fue sustitutiva: murió por nosotros.

4. La salvación nunca viene por nuestras obras.

5. Si nos salváramos por nuestras obras, la muerte de Cristo sería innecesaria, como decía Abelardo.

Otro concepto de Abelardo muy equivocado:

La idea —muy de moda— es que lo que se sufre todos los días es una manera en que Dios nos va castigando por nuestros pecados.

¡No! Si Cristo murió por nuestros pecados, ya nuestros pecados fueron castigados —no hay castigo doble de parte de un Dios justo.

Pero el pecado causa más pecado. Todos a diario sufrimos las consecuencias del pecado en el mundo. El dolor viene de tanta violencia, tanto crimen, y odio, y rebeldía… y nos afecta a todos.

“Nuestros pecados son reconciliados por los castigos que a diario Dios nos manda”.

Para ser creída, toda herejía tienen que contener un grano de verdad. Cierto es, como enseñaba Abelardo, que la muerte de Cristo en la cruz es la expresión máxima del amor de Dios (1 Jn 4:9-10). Y cierto es que esa muerte nos motiva a amar a Cristo. Pero una verdad no exonera los demás errores.

El problema con la conclusión de Abelardo fue opinar que aquella muerte solo fue ejemplar y no sustitucionaria. Pensó que Cristo no murió por nadie; con su muerte no logró absolutamente nada a favor de hombres pecadores.

La Biblia enseña que el hombre no puede ganarse el perdón de Dios por sus obras, como enseñaba Abelardo.

Algunos componentes de las

enseñanzas de Abelardo

nos impactan hasta el día de hoy

La herejía abelardina resucitó nuevamente en los días de la Reforma Protestante:

Esa idea de Abelardo que Dios perdona al pecador sin ningún pago —arbitrariamente— fue recogida por Laelius Socinus (murió en 1562) y su sobrino Faustus Socinus (murió en 1604).

Fundaron la secta socianista (hoy son los unitarios). Son antitrinitarios, niegan la divinidad de Jesús, niegan que hay infierno, y aceptan la idea abelardina que Dios perdona a los pecadores sin ningún pago, cuando reponden a él con amor.

Sigue …

Luego afectó los centros protestantes en Holanda

En el siglo 17, en Holanda, un tal Hugo Grotius (1583-1645), eminente y muy influyente filósofo, se interesó en el debate entre calvinistas y arminianos.

Sigue …

Queriendo mediar entre ellos, desenterró las ideas de Abelardo para desarrollar lo que se conoce como la teoría moral del gobierno de Dios. Esta declara que Cristo sufrió por la humanidad para que Dios pudiera perdonar a los hombres sin castigarlos y sin comprometer su justicia. De nuevo, afirmó que la muerte de Cristo era una muerte ejemplar y no una muerte sustitutiva.

Y Abelardo ha llegado nosotros por el Liberalismo Teológico Protestante

El liberalismo (movimiento que inició en Alemania en el siglo 19, llegó a Norteamérica en el siglo 20) ha basado muchas de sus ideas en las enseñanzas abelardinas:

1. Niegan la eficacia de la muerte de Jesucristo,

2. Niegan la necesidad del perdón de los pecados,

3. Niegan la autoridad bíblica, 4. Niegan la existencia del infierno.

Nombres de algunos famosos: Karl Barth, Emil Brunner, F. Gogarten, Rudolf Bultman, Pablo Tillich, Reinhold Niebuhr

1. La paternidad del Dios, 2. La hermandad entre los hombres, 3. El supremo valor de toda vida (incluso la animal), 4. A Jesús sólo como ejemplo, no como Salvador,5. El establecimiento de un reino moral-ético aquí en la tierra

Los LIBERALES son relativistas y pluralistas, pero sin contenido doctrinal —se puede creer lo que se quiere. Además, enfatizan:

Han dado luz al Evangelio Social, la Teología de Liberación, al Movimiento Feminista, y a la nuevaTeología de Proceso.

¿No será la JUSTICIA de Dios lo que

regula la conducta divina?

EN CONTRASTE:

Esto, que es tan básico para el entendimiento de nuestra fe, llevó a la iglesia cristiana 1.000 años

para llegar a estudiarse con profundidad. Anselmo fue el primer gran teólogo que se dedicó a explicar la expiación de Jesucristo.

¿Por qué la tardanza? 1. La iglesia de los primeros siglos tenía sus manos llenas

haciendo defensa de la divinidad de Jesucristo a cuenta de las numerosas herejías que habían surgido. 2. Ahora, antes del advenimiento de Lutero y Calvino —y la Iglesia Protestante— era el momento para tratar este importantísimo tema.

¿Por qué Dios se hizo hombre?

ANSELMO Y SU CUR DEUS HOMOUn sumario de esta obra teológica magistral

1. El hombre fue creado por Dios para disfrutar de su eterna bendición.

2. Esta bendición requiere una obediencia voluntaria y perfecta a Dios. (Amar la libertad es amar las limitaciones apropiadas a lo que somos como seres creados por Dios.)

3. Interesantemente, la raza humana entera ha rehusado someterse a Dios, por tanto no ha conocido lo que es la verdadera libertad.

4. Ningún miembro de la raza humana puede restituir esa bendición ya perdida a cuenta de los pecados cometidos, ya que, aunque hubiera una perfecta obediencia ahora, ésta no podría cubrir las faltas de obediencia del pasado.

5. Por tanto, el universo creado ha perdido la armonía que antes disfrutaba y, sin una ayuda externa, la raza humana no puede recuperar esa dicha bendita que irreparablemente ha perdido.

ANSELMO Y SU CUR DEUS HOMO

1. A cuenta del pecado el propósito de Dios en crear al hombre y al universo ha sido frustrado.

2. A su vez, es imposible que los propósitos de un Ser omnipotente sean frustrados.

3. Por lo tanto, un medio de redención tiene que existir.

ANSELMO Y SU CUR DEUS HOMO

1. Para restaurar la armonía y la dicha bendita perdida, una ofrenda de obediencia tiene que ser ofrecida, ofrenda que sea igual o mayor al monto total de las ofensas cometidas.

2. Únicamente un hombre debiera hacer tal ofrenda, ya que es él quien ha ofendido a Dios; pero no hay hombre que la pueda hacer, puesto que todo hombre le debe a Dios mucho más de lo que pudiera pagar.

3. Sólo Dios puede hacer una ofrenda que trascienda el monto de toda esa enorme deuda de pasadas ofensas; pero Dios no debiera pagar tal deuda, pues es el hombre quien la debe.

4. Pero ya que únicamente el hombre debe pagarla, y sólo Dios puede hacer tal ofrenda, es necesario que la ofrenda se haga por uno que es tanto Dios como Hombre.

5. Por lo tanto, Jesucristo, el Dios-Hombre es necesario para redimir a toda la creación.

Dijo R.S. Franks:“En su libro Cur Deus Homo [Anselmo] hizo historia al establecer la base de nuestra doctrina de la cruz.”

James Denny dijo: “El libro de Anselmo es el más fiel y más importante libro sobre el tema de la redención que se ha escrito.”

Dice John Stott: “Anselmo percibió con claridad: (1) la extrema gravedad del pecado (como una rebeldía abierta contra Dios, por la que la criatura afronta la majestad de su Creador), (2) la incambiable santidad de Dios (que no puede exonerar ninguna violación en contra de Su honor),(3) las perfecciones de Cristo (el Dios-Hombre que voluntariamente murió por nosotros)”.

Los conceptos creadosllevaron a estas conclusiones

ABELARDO

Llegamos a Dios:

1.Por las buenas obras

2.Por las misas

3.Por el confesionario

4.Por peregrinajes

5.Por nuestras ofrendas

CATOLICISMO

ANSELMO

Llegamos a Dios por la:

1. Sola scriptura

2. Sola fide

3. Sola gratia

4. Solus Christus

5. Soli Deo gloria

PROTESTANTISMO