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LOS MILAGROS DE JESÚS Tercera parte Resurrección de muerto Preparado por Humberto E. Corrales Mayo 2015

Los milagros de Jesús 3ra parte

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LOS MILAGROS

DE JESÚS

Tercera parteResurrección de muertos

Preparado porHumberto E. Corrales

Mayo 2015

Yo soy la resurrección y la vida…

La hija de Jairo

El hijo de la viuda

Lázaro de Betania

Jesús realizó tres resurrecciones durante su caminar por la tierra:

La emoción y la tristeza de Jesús ante la muerte es patente, y también su poderío sobre ella: • San Lucas, al narrar la resurrección del joven de Naím, dice

que Jesús, ante las lágrimas de la madre viuda, se compadeció de ella. • De un modo aún más vivo expresa Juan la emoción de Jesús

ante el sepulcro de Lázaro, su amigo. Primero dice que se conmovió ante las lágrimas de la hermana de Lázaro y las de quienes habían acudido a consolarla. Después, cuando le conducen ante el sepulcro, la emoción es más intensa y Jesús comenzó a llorar.

La actitud del Señor no es fría como si no permitiese dejar vibrar los resortes del corazón humano. Jesús se emociona, se compadece, se conmueve, llora. El hecho de ser Dios no sólo no excluye las reacciones de su humanidad, sino que éstas surgen limpias y naturales.

La hija de Jairo

Al volver a Cafarnaúm sucede un nuevo milagro que va más allá de las curaciones que ya se han convertido en cosa ordinaria. Se trata de la hija de un hombre importante: Jairo, el jefe de la sinagoga. El dolor del padre es agudo: su hija se muere, y Jesús ha curado a muchos. Duda hasta que se decide a pedir el milagro.

Cuando llegaron a la casa del oficial, Jesús vio un gran alboroto: unos lloraban y otros gritaban. Jesús entró y les dijo: “¿Por qué este alboroto y tanto llanto? La niña no está muerta sino dormida”.Y se burlaban de él. Pero Jesús los hizo salir a todos, tomó consigo al padre, a la madre y a los que venían con él, y entró donde estaba la niña. Tomándola de la mano, dijo a la niña: “Talitá kumi”, que quiere decir: “Niña, te lo digo, ¡levántate!”La jovencita se levantó al instante y empezó a caminar (tenía doce años). ¡Qué estupor más grande! Quedaron fuera de sí. Pero Jesús les pidió insistentemente que no lo contaran a nadie, y les dijo que dieran algo de comer a la niña. (Marcos 5, 38-43)

El hijo de la viuda de Naím

La resurrección del hijo de la viuda de Naím es una prueba más del amor de Dios hacia nosotros, que es infinito. Tiene el arrojo y tesón del amor de padre y el candor y profundidad del amor de madre. Cristo al ver a la viuda que se le había muerto todo lo que tenía en el mundo, se compadece de ella. Del Corazón de Cristo brota esa necesidad de consolar a la viuda y le vuelve a entregar a su hijo.

Jesús se dirigió poco después a un pueblo llamado Naím, y con él iban sus discípulos y un buen número de personas. Cuando llegó a la puerta del pueblo, sacaban a enterrar a un muerto: era el hijo único de su madre, que era viuda, y mucha gente del pueblo la acompañaba.Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: “No llores”. Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron. Dijo Jesús entonces: “Joven, yo te lo mando, levántate”. Se incorporó el muerto inmediatamente y se puso a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre. (Lucas 7, 11-17)

Lázaro

Jesús es consciente del valor de la vida frente a la eternidad y la muerte. Sabe que el alma de Lázaro reposa esperando, como la del resto de los hombres, el momento sublime de la redención. Sin embargo, Jesús también es un hombre. Lo que en un primer momento no le cuesta aplazar cuatro días, más tarde se transformará en lágrimas y llanto: la contemplación del sepulcro de su amigo.El regreso a la vida de Lázaro es un anticipo, una profecía, de lo que será en el futuro la resurrección de los muertos. Los amigos de Jesús, sus íntimos, sus más queridos, volverán a la vida ante el asombro de sus enemigos y las miradas mezquinas de los que en vida no acogieron a Jesús en su corazón.

Jesús, conmovido de nuevo en su interior, se acercó al sepulcro. Era una cueva cerrada con una piedra. Jesús ordenó: “Quiten la piedra”. Marta, hermana del muerto, le dijo: “Señor, ya tiene mal olor, pues lleva cuatro días”. Jesús le respondió: “¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?”. Y quitaron la piedra.Jesús levantó los ojos al cielo y exclamó: “Te doy gracias, Padre, porque me has escuchado. Yo sabía que siempre me escuchas; pero yo lo digo por esta gente, porque así creerán que tú me has enviado”. Al decir esto gritó con fuerte voz: “¡Lázaro, sal fuera!”Y salió el muerto. Tenía las manos y los pies atados con vendas y la cabeza cubierta con un sudario. Jesús les dijo: “Desátenlo y déjenlo caminar”.Muchos judíos que habían ido a casa de María creyeron en Jesús al ver lo que había hecho. (Juan 11, 38-45)

El Domingo de Pascua de Resurrección es la fiesta más importante para todos los católicos, ya que con la Resurrección de Jesús es cuando adquiere sentido toda nuestra religión.Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas del Cielo.