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La Eucaristía fue su refugio, su alcázar, su remedio, su salvación en todas las tribulaciones y pruebas que la acrisolaron.
«Estamos en la tierra para conocer a Dios, para adorarle, para servirle. Es necesario que conozcamos a
Dios. Meditar mucho sobre El, en la hora de la adoración nocturna» Beata Madre Caridad
«La voluntad de Dios y la Santa
Eucaristía son mi cielo aquí
en la tierra» Beata Madre Caridad
La Madre Caridad amaba confiadamente a Cristo, no desperdiciaba ocasión para visitarlo, y con El consultaba sus problemas….absorta
en su oración de pronto afirmaba en voz alta: «así es Señor, esto es lo que debo hacer. ¡gracias Dios mío!
Desde los difíciles comienzos de la Congregación en Túquerres, estableció la Adoración Perpetua privada con sus pocas religiosas. Nunca estaba solo el Santísimo; en turnos constantes siempre una hermana se quedaba a sus pies en representación de todas.
