8
Jesús ruega por los discípulos Miércoles de la 7ª semana de Pascua ¡Cuánto necesita el mundo en estos días de la unidad en la oración! No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad donde no está Dios. Primera Lectura: Primera Lectura: Hechos de los apóstoles Hechos de los apóstoles (20, (20, 28-38 28-38) Salmo Responsorial: Salmo Responsorial: Sal Sal 67, 67, 29-30.33-35a.35b.36c R/. R/. Reyes de la tierra, cantad a Dios Reyes de la tierra, cantad a Dios Evangelio: Evangelio: Juan ( Juan ( 17 17 ,11b-19 ,11b-19 ) ) Autor: Salvador Nuño | Fuente: Catholic.net Autor: Salvador Nuño | Fuente: Catholic.net

No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad donde no está Dios

Embed Size (px)

DESCRIPTION

No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad donde no está Dios. Cuánta guerra, cuánto odio, cuánta incomprensión, cuánto rencor, aun en la tierra donde vivió el príncipe de la paz, donde Dios encarnado dirigió a su Padre este deseo: presérvalos del mal. Un abrazo y que Dios nos bendiga. Luis J. Balvín Díaz

Citation preview

Page 1: No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad donde no está Dios

Jesús ruega por los discípulos

Miércoles de la 7ª semana de Pascua ¡Cuánto necesita el mundo en estos días de la unidad en la oración! No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad

donde no está Dios.

Primera Lectura:Primera Lectura: Hechos de los apóstolesHechos de los apóstoles (20, (20,28-3828-38))

Salmo Responsorial:Salmo Responsorial: SalSal 67, 67, 29-30.33-35a.35b.36c R/. R/. Reyes de la tierra, cantad a DiosReyes de la tierra, cantad a Dios

Evangelio:Evangelio: Juan (Juan (1717,11b-19,11b-19))

Autor: Salvador Nuño | Fuente: Catholic.net Autor: Salvador Nuño | Fuente: Catholic.net

Page 2: No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad donde no está Dios

Primera lecturaLectura del libro de los Hechos de los apóstoles (20,28-38):

En aquellos días, decía Pablo a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso: «Tened cuidado de vosotros y del rebaño que el Espíritu Santo os ha encargado guardar, como pastores de la Iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre.

Ya sé que, cuando os deje, se meterán entre vosotros lobos feroces, que no tendrán piedad del rebaño. Incluso algunos de vosotros deformarán la doctrina y arrastrarán a los discípulos.

Por eso, estad alerta: acordaos que durante tres años, de día y de noche, no he cesado de aconsejar con lágrimas en los ojos a cada uno en particular.

Ahora os dejo en manos de Dios y de su palabra de gracia, que tiene poder para construiros y daros parte en la herencia de los santos.

A nadie le he pedido dinero, oro ni ropa. Bien sabéis que estas manos han ganado lo necesario para mí y mis compañeros.

Siempre os he enseñado que es nuestro deber trabajar para socorrer a los necesitados, acordándonos de las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir.”»

Cuando terminó de hablar, se pusieron todos de rodillas, y rezó. Se echaron a llorar y, abrazando a Pablo, lo besaban; lo que más pena les daba era

lo que había dicho, que no volverían a verlo. Y lo acompañaron hasta el barco.

¡Es palabra de Dios! ¡Te alabamos Señor!¡Es palabra de Dios! ¡Te alabamos Señor!

Page 3: No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad donde no está Dios

Salmo 67,29-30.33-35a.35b.36cR/. Reyes de la tierra, cantad a Dios

Oh Dios, despliega tu poder, tu poder, Oh Dios, que actúa en favor nuestro. A tu templo de Jerusaléntraigan los reyes su tributo. R/.

Reyes de la tierra, cantad a Dios, tocad para el Señor, que avanza por los cielos, los cielos antiquísimos, que lanza su voz, su voz poderosa: «Reconoced el poder de Dios.» R/.

Sobre Israel resplandece su majestad, y su poder, sobre las nubes. ¡Dios sea bendito! R/.

Page 4: No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad donde no está Dios

EvangelioLectura del santo evangelio según san Juan (17,11b-19):

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros.

Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura.

Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida.

Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad.»

¡Es palabra del Señor! ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

Page 5: No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad donde no está Dios

Oración

Señor, gracias por este tiempo que puedo dedicar a la oración. Aunque no soy del mundo, las cosas pasajeras ejercen una fuerte atracción, pero creo y espero en Ti, porque eres fiel a tus promesas, por eso te pido la gracia de que me reveles la verdad sobre mi vida en esta oración.

Señor, concédeme no tener en la vida otra tarea, otra ocupación, otra ilusión que ser santificado en la verdad.

Petición

Page 6: No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad donde no está Dios

Meditación

Sabemos que al final -como vio claramente san Ignacio de Loyola- el único patrón verdadero con el cual se puede medir toda realidad humana es la Cruz y su mensaje de amor inmerecido que triunfa sobre el mal, el pecado y la muerte, que crea vida nueva y alegría perpetua. La Cruz revela que únicamente nos encontramos a nosotros mismos cuando entregamos nuestras vidas, acogemos el amor de Dios como don gratuito y actuamos para llevar a todo hombre y mujer a la belleza del amor y a la luz de la verdad que salvan al mundo.

En esta verdad -el misterio de la fe- es en la que hemos sido consagrados, y en esta verdad es en la que estamos llamados a crecer, con la ayuda de la gracia de Dios, en fidelidad cotidiana a su palabra, en la comunión vivificante de la Iglesia. Y, sin embargo, qué difícil es este camino de consagración. Exige una continua conversión, un morir sacrificial a sí mismos que es la condición para pertenecer plenamente a Dios, una transformación de la mente y del corazón que conduce a la verdadera libertad y a una nueva amplitud de miras. (Benedicto XVI, 19 de julio de 2008.)

Page 7: No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad donde no está Dios

Reflexión ¡Qué intimidad tan profunda revelan las palabras de Jesús para con su Padre! Son laspara con su Padre! Son las

últimas palabras, la oración que da comienzo a su pasión.

San Juan nos hace participes de la visión de su corazón, que se dirige a su Padre en la cena de despedida: su petición la hace por los suyos, sus discípulos, los continuadores de su misión: Padre mío: que sean uno, como tú y yo.

¡Qué unidad más fuerte, más compacta puede haber, como la de la Trinidad: identificación de divinidad, de voluntad, unión en el Amor!

Ut Unum sint. ¡Cuánto necesita el mundo en estos días de esta unidad!

No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad donde no está Dios. Cuánta guerra, cuánto odio, cuánta incomprensión, cuánto rencor, aun en la tierra donde vivió el príncipe de la paz, donde Dios encarnado dirigió a su Padre este deseo: presérvalos del mal.

Este mensaje proclamado por Cristo es el que los apóstoles han transmitido al mundo. Ellos son los testimonios de la verdad, de la paz, del perdón; la paz que el mundo NO TIENE, ni puede dar; más aún los ha odiado porque no son del mundo.

A nosotros los cristianos nos corresponde ser continuadores de esa misión: de hacer vida el nombre que llevamos: Cristianos, seguidores de Cristo, otros cristos, constructores, príncipes de la paz.

Page 8: No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad donde no está Dios

Propósito

Hacer un examen de conciencia para ver cómo puedo dar mayor gloria a Dios con los dones que me ha dado.

Señor, dejo en tus manos mis preocupaciones. Ayúdame a confiar en tu providencia, para que la revisión de mis actitudes y comportamiento, me ayude a vivir lo que creo. Sé que Tú estás conmigo, pero frecuentemente se me dificulta compartir mi fe con los demás. Dame la fortaleza para hablar de Ti y de tu amor, especialmente a mi familia.

Diálogo con Cristo