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TRIDUO AL SANTÍSIMO SACRAMENTO 2015 DÍA PRIMERO: MISTERIO DE FE. Estamos preparando la fiesta del Corpus, una gran fiesta para los cristianos. Hoy fijamos con más atención nuestra mirada en la Sagrada Hostia, donde Jesús está. Es una suerte, un regalo de Dios tener a Jesucristo tan cerca realmente , a nuestro lado; y es una suerte, un regalo ver cuánto nos quiere Dios : hasta el punto de quedarse real y físicamente, bajo los accidentes del pan y del vino. ¡Dios que se hace pan!... ¡para estar cerca de mí! ¡y para alimentarme a mí! Un día de verano mientras celebraba la Misa un padre agustino, una mosca revolotea alrededor del cáliz, que está sin cubrir. Aunque el sacerdote aleja la mosca con la mano, ésta vuelve una y otra vez hacia el cáliz, posándose en él de vez en cuando. La mosca es tan insistente, que acaba por distraer a todos. Cuando termina la Misa, el sacerdote se dirige a los asistentes: quizás os hayáis distraído, pero yo pensaba que todos nosotros deberíamos ser como esa mosca: buscar la Sangre de Cristo, su cercanía, una y otra vez, con insistencia. Dile al Señor que durante estos días quieres ser como esa mosca: revolotear a su alrededor. Y aunque las actividades del día te alejen de Él físicamente, que te ayude a llevar tu cabeza hacia los sagrarios muchas veces cada día. ¡Búscale!, búscale muchas veces en el sagrario. Gracias, Dios mío, por amarme tanto. Lógico que me ames porque soy tu hijo. Pero... ¡qué hayas hecho la locura de hacerte Pan! Y ¿cómo te tratamos los hombres? ¿cómo te trato yo? A partir de ahora voy a procurar tratarte bien; en serio, Señor, quiero visitarte, adorarte más,... Y perdona sí hasta ahora no te he hecho el caso que debería. Gracias. Jesucristo no dejó lugar a dudas: “Esto es mi cuerpo”, esto, que sigue pareciendo pan, ya no es pan: es mi Cuerpo. La transubstanciación es el milagro que ocurre en la consagración: el pan deja de ser pan aunque siga pareciendo pan; solo cambia la sustancia, lo que es y no se ve . Creo, Jesucristo, pero ayúdame a creer más . Quiero asistir a la Misa, a partir de hoy, con una fe mucho más grande. Concédemelo Tú. Y que sepas que me duelen las veces que he asistido con indiferencia, con poca atención o cariño, con rutina. Me duelen todos mis pecados. Te pido perdón ahora . “Oiga, no tengo fe”, me decía preocupado y contrariado un chaval. Al preguntarle por la causa de esa inesperada afirmación, contestó: “Porque cuando estoy delante del sagrario no siento nada y no acabo de ver ahí a Jesucristo”. No. No es eso la fe. La fe no es sentir, es asentir, decir con la cabeza que crees eso. La fe es un regalo de Dios por el que yo afirmo con mi cabeza (aunque no lo vea y no lo entienda) que lo que Dios dice es verdad : ¿Cómo no va a ser verdad si Él ha hecho todo? Dame, Dios mío, una fe grande. Yo comeré la Carne de Cristo con cariño y frecuencia para que permanezcas y crezcas en mí. Pero Tú dame una fe más grande: que esté convencido de que vale la pena hacer cualquier esfuerzo por mí parte para poder estar contigo físicamente junto al Sagrario, o recibirte . Quiero visitarte todos los días un momento . Y cuando pase junto a una Iglesia quiero siempre saludarte, al menos con el corazón, desde fuera, diciéndote "Hola".

TRIDUO AL SANTÍSIMO SACRAMENTO 2015

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TRIDUO AL SANTÍSIMO SACRAMENTO 2015

DÍA PRIMERO: MISTERIO DE FE.

Estamos preparando la fiesta del Corpus, una gran fiesta para los cristianos. Hoy fijamos conmás atención nuestra mirada en la Sagrada Hostia, donde Jesús está. Es una suerte, unregalo de Dios tener a Jesucristo tan cerca realmente, a nuestro lado; y es una suerte, un regalo vercuánto nos quiere Dios: hasta el punto de quedarse real y físicamente, bajo los accidentes del pan ydel vino. ¡Dios que se hace pan!... ¡para estar cerca de mí! ¡y para alimentarme a mí!

Un día de verano mientras celebraba la Misa un padre agustino, una mosca revolotea alrededor delcáliz, que está sin cubrir. Aunque el sacerdote aleja la mosca con la mano, ésta vuelve una y otra vezhacia el cáliz, posándose en él de vez en cuando. La mosca es tan insistente, que acaba por distraera todos. Cuando termina la Misa, el sacerdote se dirige a los asistentes: quizás os hayáis distraído,pero yo pensaba que todos nosotros deberíamos ser como esa mosca: buscar la Sangre deCristo, su cercanía, una y otra vez, con insistencia.­ Dile al Señor que durante estos días quieres ser como esa mosca: revolotear a su

alrededor. Y aunque las actividades del día te alejen de Él físicamente, que te ayude a llevar tucabeza hacia los sagrarios muchas veces cada día. ¡Búscale!, búscale muchas veces en elsagrario.

­ Gracias, Dios mío, por amarme tanto. Lógico que me ames porque soy tu hijo. Pero... ¡quéhayas hecho la locura de hacerte Pan! Y ¿cómo te tratamos los hombres? ¿cómo te trato yo? Apartir de ahora voy a procurar tratarte bien; en serio, Señor, quiero visitarte, adorarte más,...Y perdona sí hasta ahora no te he hecho el caso que debería. Gracias.

­ Jesucristo no dejó lugar a dudas: “Esto es mi cuerpo”, esto, que sigue pareciendo pan, ya no espan: es mi Cuerpo. La transubstanciación es el milagro que ocurre en la consagración: el pan dejade ser pan aunque siga pareciendo pan; solo cambia la sustancia, lo que es y no se ve.

­ Creo, Jesucristo, pero ayúdame a creer más. Quiero asistir a la Misa, a partir de hoy, conuna fe mucho más grande. Concédemelo Tú. Y que sepas que me duelen las veces que heasistido con indiferencia, con poca atención o cariño, con rutina. Me duelen todos mis pecados. Tepido perdón ahora.

­ “Oiga, no tengo fe”, me decía preocupado y contrariado un chaval. Al preguntarle por la causade esa inesperada afirmación, contestó: “Porque cuando estoy delante del sagrario no sientonada y no acabo de ver ahí a Jesucristo”.

­ No. No es eso la fe. La fe no es sentir, es asentir, decir con la cabeza que crees eso. La fees un regalo de Dios por el que yo afirmo con mi cabeza (aunque no lo vea y no lo entienda) quelo que Dios dice es verdad: ¿Cómo no va a ser verdad si Él ha hecho todo?

­ Dame, Dios mío, una fe grande. Yo comeré la Carne de Cristo con cariño y frecuenciapara que permanezcas y crezcas en mí. Pero Tú dame una fe más grande: que estéconvencido de que vale la pena hacer cualquier esfuerzo por mí parte para poder estar contigofísicamente junto al Sagrario, o recibirte. Quiero visitarte todos los días un momento. Y cuandopase junto a una Iglesia quiero siempre saludarte, al menos con el corazón, desde fuera,diciéndote "Hola".

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PRIMER DÍA DEL TRIDUO AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

MONICIÓN AMBIENTAL«Hele aquí compañero nuestro en el Santísimo

Sacramento, que no parece fue en su mano apartarse denosotros un momento».

Así escribía Santa Teresa de Jesús sobre ti Señor y quégran verdad. Tanto nos amas, tan grande es tu corazón para connosotros que no te bastó con dar la vida, con derramar tu sangre,romper tu cuerpo, entregar tu espíritu al Padre, sino que hasquerido quedarte permanentemente con nosotros en elSacramento de la Eucaristía.

Nuestro corazón desborda de alegría y agradecimiento ytu Iglesia, tu Cuerpo místico, tu pueblo, organiza esta fiesta anualpara decir en las calles y plazas de nuestro pueblo que tú eres nuestro único Señor, que tambiénnosotros te amamos, que eres el bendito y alabado por los siglos de los siglos.

Gracias, Señor.

TEST SOBRE LA SALUD EUCARÍSTICA DE LA COMUNIDAD

PRIMER INDICADOR:Si vivimos bien la Eucaristía un indicador es cómo nos relacionamos con los demás. A Jesús le

gustaba estar con la gente, compartir sus anhelos, problemas y preocupaciones. En la Santa Misa nosencontramos con muchas personas, pero ¿las vemos en verdad como hermanos y hermanas? ¿LaEucaristía nos lleva a salir al encuentro de los pobres, de los enfermos, de los marginados, viendo enellos el rostro de Jesús? ¿O más bien cuando salimos de Misa criticamos a uno, al otro por cómo estabavestido éste o aquel?

SEGUNDO INDICADOR:Un segundo indicador es sentirnos perdonados e impulsados a perdonar. Quien celebra la

Eucaristía no lo hace porque sea mejor que los demás, todos somos pecadores y si uno no se sientepecador es mejor que no vaya a Misa, porque el primer acto que hacemos en la Misa es decir «Confiesoque soy pecador» y pedir el perdón por los pecados. Si no lo siente, no va a vivir bien la Eucaristía y nova a perdonar a quienes le han ofendido.

TERCER INDICADOR:Un último indicador es la coherencia entre la liturgia y la vida de nuestras comunidades. La

Eucaristía no es un mero recuerdo de algunos dichos de Jesús. Es la obra y el don de Cristo presente allíque sale a nuestro encuentro y nos alimenta con su Palabra y con su vida. Por ello, nuestra vida quedatransformada por él, trasluciendo en nuestra existencia sus palabras y obras.

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DÍA SEGUNDO: PRESENCIA REAL.

S. Lewis, es un escritor británico al que se le muere su mujer, Hellen, de la que estabaprofundamente enamorado. Sus primeros días y semanas como viudo son tremendamente durospara él: vacío, soledad, impotencia, recuerdos, amor y fe. ¡Cuánto echa de menos a su mujer! Y seda cuenta de que ahora a su mujer solo la tiene en imágenes: en imágenes de fotografías queconserva en casa, o en imágenes que guarda en el pensamiento. Y que esas imágenes no sonHellen. Esas imágenes le consuelan poco, porque lo que él necesita es a Hellen, y no imágenes deella; esas imágenes no tienen importancia en sí mismas. Y escribe que al día siguiente por lamañana, un cura le hará comulgar una Hostia fría, pequeña, redonda e insípida. Y se pregunta si esuna desventaja, o acaso en cierto modo una ventaja, que esa Hostia no se parezca nada a lo querealmente es esa Hostia. Y expresa con fuerza: “necesito a Jesucristo y no a nada que se teparezca. Quiero a Hellen y no a nada que se le asemeje a ella”.

Tenemos a Jesucristo en el Sagrario; aunque la Hostia no se parece a Él, es Él. Lo quetiene importancia es que la Hostia es Cristo, y lo de menos es que la Hostia se parezca a Cristo. Santa Teresa afirma sin dudar que es una gran ventaja que en la Hostia no aparezca

Jesucristo en toda su grandeza: “Además, si viéramos tan gran majestad, ¿cómo se atreveríauna pecadorcilla como yo, que tanto le he ofendido, a estar tan cerca de Él?” De hecho cuentaque cuando se acercaba a comulgar, a veces “se me erizaban los pelos y todo parecía que meaniquilaba... ¡Quién se atrevería, si le viéramos con tan gran majestad, a acercarse a Él con tantatibieza, tan indignamente, con tantas imperfecciones!... ¡Oh Señor mío! Si no encubrieraisvuestra grandeza ¿quién se atrevería a ir tantas veces, cosa tan sucia y miserable con tan granmajestad?”

Que cuando entremos en la Iglesia nuestra primera mirada vaya al sagrario. Que las primeras palabras se las digamos a Él. Que cada vez que pasemos ante el Sagrario hagamos una genuflexión bien hecha, porque

adoramos a Jesucristo que está realmente en el Sagrario, mientras con los ojos se le mira ycon el corazón se le dice algo.

Que nos movamos por allí con respeto, ¿o a veces se podría decir que estás en la Iglesiacomo en un salón de actos, como en el cine?

Porque allí vive Dios, en la iglesia no hablamos en voz alta, ni comemos, ni fumamos, ni nossentamos directamente en el banco al llegar, sino que le saludamos antes poniéndonos unmomento de rodillas,...

Porque Cristo nos lleva esperando más de dos mil años en la Eucaristía. Es la espera deDios, que ama a los hombres, que nos busca, que nos quiere tal como somos, limitados,egoístas, inconstantes, pero con la capacidad de descubrir su infinito cariño y de entregarnos a Élenteramente. Es importante sentirse amado por Dios cuando estamos delante de Jesús Sacramentado.

¡Qué bien se está junto al Sagrario cuando se ve su amor, cuando uno sabe que Él le estabaesperando! “Os diré, continúa el autor, que para mí el sagrario ha sido siempre Betania, ellugar tranquilo y apacible donde está Cristo, donde podemos contarle nuestraspreocupaciones, nuestros sufrimientos, nuestras ilusiones, nuestras alegrías, con la mismasencillez y naturalidad con que le hablaban aquellos amigos suyos, Marta, María y Lázaro”.

Y por otro lado, que Él se sienta amado por ti, especialmente cuando comulgas: debemosrecibirle bien preparados, dignamente. Para comulgar es preciso estar bautizado, darsecuenta de lo que se hace y estar en gracia de Dios. Y la Iglesia nos pide que guardemos unahora de ayuno.

Pero ese es el mínimo. Es bueno que nos preparemos lo mejor posible para un encuentro taníntimo con Dios dentro de mí. “Por eso, escribe Santa Teresa, pienso que si nos acercamos alSantísimo Sacramento con gran fe y amor, que una vez bastaría para hacernos ricas, ¡cuántomás recibiéndole tantas veces!, pero parece que nos acercamos a Él por cumplido y así nosluce tan poco”. Yo quisiera Señor recibiros con aquella pureza, humildad y devoción, con queos recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos.

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SEGUNDO DÍA DEL TRIDUO AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

1. La Eucaristía nos hace conscientes de nuestra propia dignidad y la de los demás.Si nuestro culto eucarístico es auténtico, debe hacer aumentar en nosotros la conciencia de la

dignidad de todo hombre», escribe San Juan Pablo II (Dominicae Cenae, 6).

2. La Eucaristía unifica y sana las divisiones.San Pablo enseñó que la celebración de la Eucaristía no es sincera si existen divisiones en la

comunidad basadas en la clase social (1 Cor 11), en posiciones o privilegios (Rom 12) o si existenfacciones dentro de la comunidad (1 Cor 1). El participar en el sacramento como miembros iguales de lafamilia de Cristo nos reta a unirnos como una sola familia.

3. La Eucaristía nos sensibiliza acerca de quienes sufren.Al meditar sobre la Eucaristía experimentamos el amor que Cristo nos tiene a nosotros y a todos

los demás. «El dolor de una persona, incluso del miembro más pequeño, es el dolor de todos» (SanAgustín).

4. La Eucaristía nos mueve y nos inspira a responder.Al contemplar el sacrificio de Cristo por un mundo de necesidad, nos sentimos obligados a seguir

su ejemplo. Adentrados «en la dinámica de su entrega» nos sentimos llamados a darnos a nosotrosmismos en solidaridad con los miembros de nuestra familia humana que afrontan injusticias (BenedictoXVI, Deus Caritas est, 13)

5. El amor inspirado por la Eucaristía nos permite vivir nuestra vocación cristiana.Juan Pablo II escribió que nuestra habilidad para ir e imitar a Jesús lavando los pies de los

discípulos es el «criterio [en base al cual] se comprobará la autenticidad de nuestras celebracioneseucarísticas» (Mane Nobiscum Domine, n. 28). «El culto eucarístico» ‒dijo‒ es la expresión del «amorque nace en nosotros de la Eucaristía» aquel amor que es «la característica auténtica y más profunda dela vocación cristiana» (Dominicae Cenae, 5).

6. La Eucaristía nos reta a reconocer y confrontar las estructuras de pecado.Como nos lo recuerda el papa Benedicto XVI, nuestra «comunión entre hermanos y hermanas»

en la Eucaristía hace que nazca en nosotros «la voluntad de transformar también las estructuras injustaspara restablecer el respeto de la dignidad del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios»(Sacramentum Caritatis, 89).

7. La Eucaristía nos impulsa y envía a transformar el mundo.La Eucaristía «no debilita, sino que más bien estimula nuestro sentido de responsabilidad

respecto a la tierra presente». Cristo en la Eucaristía nos llama «a la edificación de un mundo habitabley plenamente conforme al designio de Dios» (Ecclesia de Eucaristía, 20)

PARA LA ORACIÓN Y LA REFLEXIÓN ANTE LA EUCARISTÍA1. Reflexiona en las distintas ideas que has escuchado.

• ¿Cuál de ellas te inspira?• ¿Cuál de ellas te reta?• ¿Cómo puede Dios estar hablándote?

2. ¿Qué temas que afecta actualmente a tu comunidad y al mundo sientes profundamente en tucorazón ‒divisiones, no hablarse con los otros, críticas, despreocupación, no servir a los demás,etc.‒? Dedica algo de tiempo a presentar estas preocupaciones ante el Santísimo Sacramento.

3. Durante tu tiempo frente a Cristo presente en la Eucaristía, ¿sientes su compasión? ¿Su amor?¿El deseo de transformar todo aquello que se opone a la vida y dignidad humana?

4. ¿Qué dones te ha otorgado Dios Padre? ¿Cómo puede estar pidiéndote que uses esos dones paraservir a los demás?

5. ¿Cómo puede estar el Espíritu Santo inspirándote a unirte a otros para responder a problemasque puedan existir en tu familia, barrio o comunidad?

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DÍA TERCERO: ALIMENTO.

Imagínate un viaje en el que tienes que recorrer, como en todos los viajes, un camino.Pero resulta que ese camino no es de tierra, ni de carretera asfaltada, ni de piedras: es un caminode tiempo. No andas metros, sino que andas tiempo. Al cabo de un rato de empezar ese viaje, envez de encontrar señales indicando los kilómetros que has andado, te indican que has andado horas,días, años,... Pues eso es la vida: un viaje que no para. Todos, por eso, estamos de viaje. Lavida es un viaje, sí; pero ¿a dónde se viaja? A la otra vida, donde ya no hay tiempo y que ya es unavida para siempre. Los cristianos sabemos que estamos de viaje hacia el Cielo.

La Iglesia nos dice que la Eucaristía es pan para el camino, el pan de los que están de viaje.En este viaje largo hacia el Cielo, el alimento que tenemos es la Eucaristía. Los ciclistas, en ciertos puntos de las etapas largas, tienen un avituallamiento, donde les dan

alimento, comida, para poder continuar. Si no lo hacen así pueden tener una “pájara”. Así loscristianos en este largo viaje de tiempo, para poder vivir como cristianos, para poderamar, perdonar, vencer en las luchas, etc. necesitamos comer a Cristo.

Teresa de Calcuta decía que el trabajo que hacen las misioneras de la Caridad es muy duro: todoel día entre los más pobres de entre los pobres. Cuando le preguntan que cómo puedenaguantar dice que la fuerza la toman cada mañana adorando a Jesús en la Eucaristía, laMisa y la Comunión. “Si no fuese por eso, dice, no podríamos aguantar”.

Cuántas veces nos ponemos nerviosos ante situaciones concretas, y nos cuesta darnos cuenta deque tenemos a Jesucristo a nuestro lado, realmente presente en el Sagrario. Y noscuesta acudir a Él llenos de fe. Aceptamos y creemos que está en la Eucaristía, pero a vecesqueda como una verdad teórica, y no influye en nuestras vidas: no sentimos su seguridad, sucompañía, su presencia.

Auméntanos, Señor, la fe. Que te sepamos siempre a nuestro lado. Que recurramos aTi espontáneamente. Sé siempre Tú nuestro refugio y nuestra fortaleza, nuestro apoyo,nuestro Dios cercano, nuestro Amigo, nuestro Médico, nuestro Maestro, nuestra seguridad.Gracias.

Jesús, estoy de viaje hacia el Cielo: llevo ya años, no sé cuántos me quedarán. Pero sí sé que Túeres mi alimento. Procuraré comulgar con frecuencia para tener vida eterna, más gracia,más fuerza y así llevar un paso fuerte y seguro. Y si alguna vez me da la pájara... ya sé por qué es yqué tengo que hacer. Gracias, Señor, porque eres mi Dios y te has hecho mi Pan, el Pan demi alma. Es un pan partido, signo del amor más grande. El Cuerpo de Cristo que se rompe por nosotros. Es un pan comido, para saciar nuestras hambres y hacernos buen pan para los demás. Es un pan transformante, pues nos convertimos en Cristo, para entregarnos a los demás.

Por Cristo los demás entran en nuestra vida, no sólo para amarlos como a uno mismo,sino como Cristo los ama, hasta dar la vida. El prójimo no es una compañía molesta de quien me quiero alejar, un rival al que tengo

que vencer, un objeto o cosa de la que puedo aprovecharme, un desconocido al que no meinteresa conocer.

El prójimo es una llamada que me interpela, un misterio que nos asombra, una imagen deDios que me enriquece, un hermano al que siempre daré la mano, un complemento que meayuda a ser y crecer, un sacramento de la presencia de Dios, un Cristo actualizado queme necesita.

¿Qué has hecho con tu hermano? Me solidarizo con él, me acerco a él paraacompañarlo y ayudarle, lo valoro y me dejo ayudar por él, y veo en él la presencia deCristo y lo amo como el amor de Cristo.