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CAPÍTULO 4: LAS ACTIVIDADES DE “GESTIÓN DE REDES” DE UN PROFESOR UNIVERSITARIO: (AUTO)PROMOCIÓN, NETWORKING, ESCUCHA ACTIVA Y REPUTACIÓN DIGITAL CON LA COLABORACIÓN DE XAVIER LASAUCA I CISA La faceta quizás más peculiar y desconocida pero fundamental de un profesor universitario en Ciencias Sociales es la de gestión de redes. Con ello me refiero a la actividad que debe desplegar un profesor si desea tener éxito en sus tres principales ocupaciones: investigar, enseñar y transferir (divulgar) el conocimiento. Uno tiende a pesar que un profesor universitario vive en una especie de autarquía: encerrado en el cubículo de su universidad va leyendo, escribiendo y enseñando su magisterio en las aulas adyacentes. Es decir, un profesor universitario es alguien que suele estar encerrado y se abastece y produce de forma autista. Nada más lejos de la realidad ya que para investigar necesitas fondos económicos, para influir en tu ámbito de especialidad necesitas saltar las murallas de las aulas de la universidad y acceder a diferentes auditorios y si quieres que tus investigaciones e ideas tengan impacto las debes promocionar. Los profesores más activos suelen ser unos emprendedores maestros en el marketing, en las relaciones sociales, en su autodifusión y ahora en el egosurfing en las redes sociales de internet. Hay, al menos, tres grandes actividades en los que un profesor universitario en ciencias sociales debe desplegar sus capacidades en relaciones sociales y marketing: lograr financiación, transferir sus conocimientos a su público diana y, finalmente, promocionar y divulgar los resultados de su investigación en las redes sociales de internet. (…) 3. Promocionar y divulgar los resultados de su investigación en la red: esta función es muy importante aunque me incomoda bastante a nivel personal y por el tiempo que hay que invertir en ella. Por esta razón es una actividad que no practico mucho pero soy perfectamente consciente de mi error. Yo sobre este tema me muevo entre dos polos bastante extremos. Por una parte, me produce timidez y vergüenza autopromocionarme por la vía de los resultados de mis investigaciones. Observo con recelo a mis colegas que practican con gran entusiasmo el egosurfing y me parece, seguramente de forma equivocada, una práctica y ejemplo más del narcisismo y egocentrismo que padecemos la mayoría de los profesores de universidad. Ya me parece la repanocha que varios de mis colegas tengan colgadas sus biografías en plan laudatorio en Wikipedia. A propósito, un día me di cuenta que casi todos mis colegas estaban en esta plataforma del conocimiento menos yo. Intrigado, lo comenté con un colega que está a la última en temas de redes sociales y me comentó que la mayoría de los que poseen su biografía en Wikipedia la habían elaborado y colgado ellos mismos, circunstancia, que por cierto no está permitida. Y rápidamente se ofreció a colgar la mía si yo sé la preparaba. Sigo sin estar en Wikipedia. Pero, por otra parte, reconozco que los investigadores (y mucho más los que estamos financiados con dinero público) estamos obligados a divulgar al máximo nuestros resultados de investigación. Yo no poseo un blog y creo, sinceramente, que hago mal, Facebook es para mí un recurso poco útil para nuestros objetivos, y me parece que tiene un aroma excesivamente indiscreto y exhibicionista (aunque yo lo he utilizado para la promoción de un libro). Linkedin es interesante, pero apenas aporta nada a profesionales como nosotros, muy conectados tanto a nivel nacional como internacional. Finalmente, el instrumento que me parece más interesante es Twitter; por su inmediatez y por su enorme capacidad vírica. Tengo muchos colegas de prestigio que utilizan mucho Twitter, y lo veo útil, aunque yo en toda mi vida debo haber publicado unos 60 tuts. Precisamente por mi falta de entusiasmo personal por estas plataformas sociales contradictoriamente, me parecen muy útiles- considero que este tema merece un tratamiento más profundo y el siguiente apartado se va a centrar en él. No lo he escrito yo sino que es un texto elaborado por Xavier Lasauca, funcionario de la Secretaría de Universidades e

LAS ACTIVIDADES DE “GESTIÓN DE REDES” DE UN PROFESOR UNIVERSITARIO: (AUTO)PROMOCIÓN, NETWORKING, ESCUCHA ACTIVA Y REPUTACIÓN DIGITAL

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CAPÍTULO 4: LAS ACTIVIDADES DE “GESTIÓN DE REDES” DE UN PROFESOR

UNIVERSITARIO: (AUTO)PROMOCIÓN, NETWORKING, ESCUCHA ACTIVA Y

REPUTACIÓN DIGITAL

CON LA COLABORACIÓN DE XAVIER LASAUCA I CISA

La faceta quizás más peculiar y desconocida pero fundamental de un profesor universitario en Ciencias Sociales es la de gestión de redes. Con ello me refiero a la actividad que debe desplegar un profesor si desea tener éxito en sus tres principales ocupaciones: investigar, enseñar y transferir (divulgar) el conocimiento. Uno tiende a pesar que un profesor universitario vive en una especie de autarquía: encerrado en el cubículo de su universidad va leyendo, escribiendo y enseñando su magisterio en las aulas adyacentes. Es decir, un profesor universitario es alguien que suele estar encerrado y se abastece y produce de forma autista. Nada más lejos de la realidad ya que para investigar necesitas fondos económicos, para influir en tu ámbito de especialidad necesitas saltar las murallas de las aulas de la universidad y acceder a diferentes auditorios y si quieres que tus investigaciones e ideas tengan impacto las debes promocionar. Los profesores más activos suelen ser unos emprendedores maestros en el marketing, en las relaciones sociales, en su autodifusión y ahora en el egosurfing en las redes sociales de internet. Hay, al menos, tres grandes actividades en los que un profesor universitario en ciencias sociales debe desplegar sus capacidades en relaciones sociales y marketing: lograr financiación, transferir sus conocimientos a su público diana y, finalmente, promocionar y divulgar los resultados de su investigación en las redes sociales de internet. (…) 3. Promocionar y divulgar los resultados de su investigación en la red: esta función es muy importante aunque me incomoda bastante a nivel personal y por el tiempo que hay que invertir en ella. Por esta razón es una actividad que no practico mucho pero soy perfectamente consciente de mi error. Yo sobre este tema me muevo entre dos polos bastante extremos. Por una parte, me produce timidez y vergüenza autopromocionarme por la vía de los resultados de mis investigaciones. Observo con recelo a mis colegas que practican con gran entusiasmo el egosurfing y me parece, seguramente de forma equivocada, una práctica y ejemplo más del narcisismo y egocentrismo que padecemos la mayoría de los profesores de universidad. Ya me parece la repanocha que varios de mis colegas tengan colgadas sus biografías en plan laudatorio en Wikipedia. A propósito, un día me di cuenta que casi todos mis colegas estaban en esta plataforma del conocimiento menos yo. Intrigado, lo comenté con un colega que está a la última en temas de redes sociales y me comentó que la mayoría de los que poseen su biografía en Wikipedia la habían elaborado y colgado ellos mismos, circunstancia, que por cierto no está permitida. Y rápidamente se ofreció a colgar la mía si yo sé la preparaba. Sigo sin estar en Wikipedia. Pero, por otra parte, reconozco que los investigadores (y mucho más los que estamos financiados con dinero público) estamos obligados a divulgar al máximo nuestros resultados de investigación. Yo no poseo un blog y creo, sinceramente, que hago mal, Facebook es para mí un recurso poco útil para nuestros objetivos, y me parece que tiene un aroma excesivamente indiscreto y exhibicionista (aunque yo lo he utilizado para la promoción de un libro). Linkedin es interesante, pero apenas aporta nada a profesionales como nosotros, muy conectados tanto a nivel nacional como internacional. Finalmente, el instrumento que me parece más interesante es Twitter; por su inmediatez y por su enorme capacidad vírica. Tengo muchos colegas de prestigio que utilizan mucho Twitter, y lo veo útil, aunque yo en toda mi vida debo haber publicado unos 60 tuts. Precisamente por mi falta de entusiasmo personal por estas plataformas sociales –contradictoriamente, me parecen muy útiles- considero que este tema merece un tratamiento más profundo y el siguiente apartado se va a centrar en él. No lo he escrito yo sino que es un texto elaborado por Xavier Lasauca, funcionario de la Secretaría de Universidades e

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Investigación de la Generalitat de Catalunya, que se dedica profesionalmente a incentivar la utilización de las redes sociales para la promoción y divulgación de las tareas investigadoras. En estos tiempos que corren las tecnologías de la información y la comunicación, y muy especialmente lo que se ha dado en llamar la Web 2.0, favorecen el contacto directo entre las organizaciones y las personas, y este hecho está provocando una auténtica revolución tanto en el plano económico como en el social. Si la sociedad es capaz de aprovechar convenientemente el poder que Internet y las redes sociales nos proporcionan, podrá renovar y transformar estructuras como por ejemplo las universidades o el gobierno, por no hablar de otras entidades tan obsoletas como los partidos políticos, con el fin de conseguir una democracia más abierta y más participativa. Esta revolución ha llegado también al mundo de las publicaciones académicas, que están experimentando los cambios más significativos a lo largo de sus 350 años de historia. Des de los cuadernos de Darwin y las cartas que enviaba Galileo a Kepler hasta la cuenta de Twitter del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) o la red para investigadores ResearchGate, comunicar cuestiones académicas complejas ha formado parte siempre de la agenda de los profesores universitarios y los investigadores. Y es que, además de los canales formales de comunicación académica, ha emergido una amplia gama de canales informales, como por ejemplo los blogs, los microblogs y las redes sociales, que son ampliamente utilizados desde el mundo académico para divulgar la investigación y hacerla llegar a un público más general. Por si ello fuera poco, la revolución también ha alcanzado la forma en que se mide el impacto de los artículos de investigación publicados: es lo que se ha dado en llamar altmetrics o métricas alternativas. Estos nuevos indicadores para la evaluación de la investigación y la actividad académica, no sin cierta controversia en el ámbito de los bibliometristas, se basan en la Web 2.0. El supuesto básico es el siguiente: indicadores como el número de menciones en blogs o en Twitter, por ejemplo, pueden ser valores útiles para medir el impacto de las publicaciones científicas Además, en determinados entornos se tiene la percepción de que los profesores universitarios y los investigadores deberían hacer difusión de la investigación que llevan a cabo mediante herramientas 2.0 tales como los blogs o Twitter. Se considera que, en calidad de empleados públicos, deberían informar y divulgar sobre su investigación, financiada a menudo con los impuestos de la ciudadanía. Así lo entiende también la Unión Europea, que en el programa marco Horizonte 2020 considera muy relevante la difusión y la comunicación de los resultados de la investigación. Los académicos nos quejamos a menudo de que no tenemos tiempo para hacer difusión de nuestra investigación, ya que estamos sometidos a la presión del Publish or perish (o el Transfer or die en el caso de nuestros colegas tecnólogos), por lo que sería interesante que hubiera un sistema de recompensas destinado a promover la comunicación de la ciencia mediante estos canales de comunicación social. Finalmente, no hay que despreciar el tema de la reputación digital, también llamada reputación en línea, que actualmente es casi tan importante como la reputación académica. Es evidente que un profesor universitario ha de adaptarse a este nuevo contexto tecnológico y ha de convertirse en un “gestor de redes” con el objeto de autopromocionarse, tejer conexiones académicas relevantes y también promocionar la información que considere relevante para su entorno o para el público en general, con el objetivo de convertirse en un buen referente 2.0 (un influencer) en las redes sociales. En conclusión, si los profesores universitarios quieren mejorar su reputación digital e incrementar la visibilidad y el impacto de su producción científica, han de adaptarse a este nuevo escenario y, en consecuencia, bajo mi punto de vista, han de adquirir nuevas habilidades, conocer nuevas herramientas y asumir nuevas aptitudes, como por ejemplo las que apunto de manera esquemática a continuación:

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Blogging: Cada vez más investigadores y profesores universitarios tienen blog, y leen y comentan otros blogs. Revistas científicas tan prestigiosas como PLoS y Nature alojan plataformas con este contenido académico tan especializado, y las universidades y los centros de investigación también alojan blogs en sus webs institucionales. Además, muchos investigadores publican sus blogs personales en plataformas como Wordpress o Blogspot. Fundamentalmente, los motivos por los que un profesor universitario debería mantener un blog (bien sea personal bien sea colectivo, es decir, vinculado a su grupo de investigación) son los siguientes:

- Permiten crear una marca personal y tener influencia mediática (cada vez más, los

medios de comunicación fijan su atención sobre las redes sociales y, ante una noticia mediáticamente destacada, el blog puede ser una plataforma para exponer nuestra opinión)

- Incrementan el impacto de las publicaciones y la posibilidad de ser citados - El hecho de que los artículos se puedan comentar permite articular conversaciones

entre el personal investigador o con el público general (es importante tener en cuenta que Internet es un espacio de conversación y debate, no sólo un medio para difundir nuestra propia obra)

- Permiten compartir recursos y resultados - Permiten la difusión del conocimiento entre el gran público a un coste muy bajo

(nulo, de hecho, si alojamos nuestro blog en Wordpress o Blogspot y no tenemos excesivas veleidades estéticas en cuanto al diseño)

- Como herramienta de apoyo a la actividad docente Un artículo de lectura muy recomendable y que amplía la lista anterior es 38 reasons why you should blog about your research, publicado en el blog The Sociological Imagination, de los sociólogos Mark Carrigan y Milena Kremakova1. De hecho, el artículo inicialmente llevaba por título 25 reasons, pero los autores solicitaron a los lectores del blog que sugirieran otros motivos no incluidos en el artículo inicial, y fueron añadiendo a la lista estas sugerencias, hasta llegar a los 38 motivos actuales. Es un artículo, por lo tanto, elaborado de manera colaborativa y en continua expansión; y aquí radica una de las principales virtudes de la galaxia 2.0: la construcción cooperativa del conocimiento a partir de las aportaciones de la colectividad.

Finalmente, un ejemplo de blog vinculado al mundo académico que hace un uso intensivo de las herramientas que la web 2.0 nos proporciona es The Impact Blog, el blog de la London School of Economics and Political Science. Es un blog muy prestigioso, con colaboradores provenientes del mundo académico –especialmente del ámbito anglosajón- que tratan todo tipo de cuestiones, principalmente el uso de las redes sociales por parte de los investigadores y docentes universitarios para difundir el conocimiento (sobre todo en el ámbito de las Ciencias Sociales) y el tema del acceso abierto a las publicaciones (open acces).

Microblogging: Twitter es un servicio que permite a sus usuarios enviar y leer mensajes de texto de una longitud máxima de 140 caracteres, y todo profesor universitario en Ciencias Sociales que quiera estar al corriente de las últimas tendencias en cualquier ámbito de investigación, amén de difundir el conocimiento que considere relevante (sea o no generado de manera directa por él mismo), debería tener un perfil activo en Twitter. La estructura de un tuit es muy sencilla (140 caracteres no dan para mucho): literal descriptivo de la información que queremos difundir + enlace (URL) + etiqueta/s (hashtag/s). Un hashtag es una etiqueta que nos

1 http://sociologicalimagination.org/archives/13910

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permite categorizar el tuit e indicar de qué tema estamos hablando; tiene mucha importancia porque nos permite saber qué se está diciendo en Twitter sobre un tema determinado y conocer cuál es el trending topic o tema del momento, es decir, aquello de lo que se está hablando con más intensidad en Twitter en un momento concreto.

Dejando de lado los mass media, Twitter también se está consolidando como herramienta de comunicación en el mundo académico. De hecho, hay muchos estudios que ponen de manifiesto que, si los profesores universitarios difunden sus artículos mediante esta red social, hay un incremento notable en el número de descargas y citas de aquellos artículos. Uno de esos estudios es Is blogging and tweeting about research papers worth it? The Verdict2, cuya autora, Melissa Terras (University College London) demuestra empíricamente como la difusión de un artículo mediante las redes sociales incrementa el número de lecturas de aquella publicación, incluso en proporción 1 a 10 en algunos casos. Pero no sólo de autopromoción vive el hombre (y la mujer). Twitter es un interesante recurso para incrementar nuestras conexiones académicas, desarrollar ideas sobre la base de nuevas colaboraciones, obtener información y amplificar la difusión del conocimiento científico, especialmente más allá de la torre de marfil que caracteriza nuestro ámbito académico. Además, y gracias al concepto de hashtag, en las conferencias, jornadas, seminarios y congresos, Twitter es un canal que complementa lo que acontece durante la conferencia, y permite a los asistentes, y a menudo también a las personas que no han podido asistir, comentar lo que está pasando, hacer preguntas y participar en el debate que está teniendo lugar. También está documentado el uso de Twitter como herramienta para la docencia, ya que estimula la participación del alumnado y fomenta la interacción y el debate. Por ejemplo, un caso de éxito de aplicación de Twitter en la enseñanza universitaria para impartir clases de historia es el de Monica Rankin, de la Universidad de Dallas3. Bien, somos profesores universitarios en ciencias sociales, acabamos de crear nuestra cuenta de Twitter con el objeto de convertirnos en referentes 2.0 de nuestro ámbito de conocimiento… La pregunta es inevitable: Y ahora qué? Afortunadamente, varias instituciones han publicado breves guías sobre Twitter para promover su uso en el ámbito académico: la primera guía4 fue publicada por la London School of Economics y imparte un conjunto de orientaciones sobre aspectos como por ejemplo cómo abrir una cuenta o gestionar de manera eficiente nuestros seguidores; la segunda guía5, publicada por los Research Councils del Reino Unido, desarrolla siete consejos esenciales para académicos sobre el uso de Twitter. Ambos recursos son herramientas muy útiles para los profesores que deseen entrar en el fascinante mundo de Twitter.

Networking: las redes sociales son francamente útiles para conectar con otros colegas, compartir información y generar debate. Las redes genéricas más conocidas son Facebook, Google+ y Linkedin. Pienso que un profesor universitario debe tener un perfil propio en Linkedin, probablemente la red social más popular entre los profesionales, pero sobre todo hay que estar presentes en las redes específicas del mundo académico: Academia.edu y ResearchGate. La primera es una red social para profesorado universitario, tiene más de ocho millones de usuarios registrados y permite compartir artículos, monitorizar su impacto y hacer seguimiento de la investigación que se está haciendo en un determinado ámbito de conocimiento. En

2 http://melissaterras.blogspot.co.uk/2012/04/is-blogging-and-tweeting-about-research.html

3 https://www.youtube.com/watch?v=6WPVWDkF7U8

4 http://blogs.lse.ac.uk/impactofsocialsciences/2011/09/29/twitter-guide/

5 http://www.lwec.org.uk/sites/default/files/TwitterTips.pdf

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cuanto a ResearchGate, que algunos autores definen como como “una mezcla de Facebook, Twitter y Linkedin”, es una red social donde los investigadores comparten documentos, formulan y responden preguntas y encuentran colaboradores. Actualmente tiene más de cuatro millones de usuarios, entre los cuales hay 30 premios Nobel. Una de sus propiedades más relevantes es la utilización del acceso self-archiving, que permite acceder a más de 35 millones de artículos científicos.

Sharing: Tenemos blog, tenemos cuenta de Twitter, tenemos perfil en algunas redes profesionales…, pero hemos de ser conscientes de que existen otras herramientas útiles para compartir el conocimiento científico: - Para publicar artículos y presentaciones podemos utilizar Slideshare o Issuu. - Para gestionar marcadores de enlaces recomiendo Delicious o Diigo. - En flickr y Instagram podemos compartir imágenes. - Gracias al popular YouTube podemos publicar videos: un ejemplo muy exitoso de la utilización del video como herramienta para la docencia en el ámbito de las ciencias sociales es el del antropólogo David Harvey, de la City University of New York, que utiliza este medio6 para explicar El capital de Karl Marx en el país probablemente menos marxista del mundo. - Para la gestión de datos bibliográficos tenemos Zotero y Mendeley. - Y para gestionar videollamadas tenemos Skype y los Google Hangouts. Algunas prestigiosas instituciones como el MIT7 están empleando este último recurso para difundir el conocimiento y facilitar conexiones con expertos de todo el mundo.

Listening: quizás como profesores universitarios no nos apetezca bloguear o usar Twitter, pero si queremos estar al corriente de lo que se está cociendo en nuestra área de conocimiento (artículos, libros, conferencias, congresos, jornadas) hemos de ser escuchantes activos. Para ello hay que utilizar un agregador de contenidos (como por ejemplo Feedly8), una herramienta que recopila información de una gran variedad de fuentes en línea y que es muy útil para seguir blogs y canales de noticias de todo tipo. Para suscribirse a un blog o a un canal de noticias y novedades de una página web, sólo hay que hacer clic sobre el símbolo RSS y añadir ese enlace al agregador. A partir de entonces recibiremos un aviso cada vez que se actualice ese blog o haya una novedad en esa página.

En cualquier caso, antes de empezar a utilizar las redes sociales hay que establecer una estrategia, definir unos objetivos y explorar cuáles son las herramientas más adecuadas. Estos medios no llevan incorporada una varita mágica que haga aflorar, de repente, miles de nuevos seguidores. Como cualquier forma de comunicación, hay que invertir tiempo y esfuerzos. En conclusión, con la aparición de los medios de comunicación social se abre un escenario más global que nunca, y los profesores universitarios estamos empoderados para innovar y crear valor en este escenario. Actualizar periódicamente un blog propio o colectivo, así como tener un perfil en Twitter y una presencia dinámica y continuada en las redes sociales servirá para construir nuestra marca personal como académicos e incrementar nuestra reputación digital, amén de contribuir a que nuestras publicaciones tengan más visibilidad e impacto, lo que a buen seguro nos proporcionará más prestigio e influencia. (Extracto del capítulo 4 del Manual para los atribulados profesores universitarios, de Carles Ramió. Los libros de la catarata.)

6 https://www.youtube.com/user/readingcapital/featured

7 https://unhangout.media.mit.edu/about/

8 http://feedly.com