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ENRIQUE CONDARCO
E N B I Q U E C O N D A B C O
L A M P O S
SEGUNDA E D I C I Ó N notablemente aumentada y corregida
ORÜRO - B O L IV IA C . d e G a m a r r a e H i j o s
E d i t o r e s 19 3 9
Es propiedad del autor
i . . e Jm . “ Universo”, Ayacucho No. 681, Oruro.
^ V isa n u e n ío s t i te e s
É L doctor E nrique Condarc», uno de los valores auténticos
del hogar orurefio, ha tenido la gentileza de obsequiarnos sus pensamientos editados, hace poco, con el título de tLampos». Muy agradecidos echamos al vuelo los nuestros, por sí lleguen hasta el castillo de oro y marfil de su modestia.
6 Honorato Soto
Los pensamientos de Condarco, que van con la escolta de honor de otros pensamientos eminentes, como suelen ir los viejos emperadores carlovingios, a sus fiestas señoriales, acom pañados de otros
’emperadores, no son resplandores fugaces e intrascendentes solamente. Son, por el contrario, pensamientos libres de honda repercusión social y política. Verdaderas joyas engarzadas en la corona imperial del pensamiento libre.
Condarco, ante todo y a pesar de todo, es un ciudadano libre. Un gran ciudadano, a quién la ehusma literaria del ambiente no lo conoce.
Los grandes tribunos de la ciencia y de la prensa son símbolos del carácter y del pensamiento de
Pensamientos líbre* 7
los pueblos, bajo cuyos aleros anidan ; como son símbolos las grandes montañas de las revoluciones geológicas de la costra terrestre.
Ingenieros decía : « Los extremos se tocan ». El talento y la im b ec ilid ad son dos extremos. Condarco es uno de los extremos : y para nosotros es el extremo del talento positivo, por mucho que los mirmidones le escatimen sus prestigios. Sus obras lo vindican : Condarco ha trabajado bastante y bien, hasta enseñorearse en los países encantados de la Verdad, de la Luz y de la Belleza.
Como todas las aristas sobresalientes de las rocas escarpadas, Condarco tiene el temperamento uraño, oseo y despectivo : es oru-
8 Honorata Soto
reño de cuerpo y de alma. Su altivez solitaria la pasea por los infinitos espacios de su pensamiento, como el águila en sus raudas teorías siderales, con el desp recio oriundo de sus pupilas rojas.
Plega sus alas y se detiene apenas sobre alguna cumbre para avizorar el horizonte, sinuoso y remoto.
f Lam pos » no es la primera obra ni será la última. Su labor literaria es inmensa. Hablamos de la literatura científica y de profilaxia social; no de la literatura pedestre y vacua. Condarco ha flagelado desapasionadamente el convencionalismo malsano y retardatario de nuestros ambientes, que se dirigen hacia las ciudades bi
Pensam iento» libre» 9
zantinas de la decadencia y del desastre...
La literatura de Condarco no es seguramente, una o rfe b re r ía de gemas deslumbrantes. Condarco no comulga en veces con la gramática porque es oficio de buhoneros traficar con la manada académica. La literatura de Condarco es u n a obra maciza, de recia contextura científica y tendenciosa, como debe ser toda buena literatura sig lo X X : una literatura positiva.
Cuando leemos los libros de Condarco nos hacen la impresión de la rebeldía de un Titán arrojando pedazos de montañas contra los Dioses del Olimpo.
Revolucionario perfecto, perso-
10 Honorato Soto
□itica la formidable protesta permanente de Prometeo encadenado contra la gregaria resignación del rebaño de Job.
« Duro como las rocas, — dice un escritor, refiriéndose a un filósofo griego — desbordante y excesivo, tumultuoso como el mar embravecido, ardiente como el fuego ». Condarco es impasible y fuerte ; arremete valientemente, sin contemporizaciones, contra los traficantes, contra los mercaderes de la patria y del bien público. Se enfurece en veces y entonces lanza sus oleadas de retórica contra sus émulos, contra lo vulgar y lo vano del mundo.
Humilde y resignado al parecer, lleva en su espíritu la infinita
Pensamientos libres 11
altivez enhiesta y adusta del Cáu- caso, de todos los Cáucasos : tiene la conciencia de su personalidad erecta y de la eficiencia de sus energías formidables.
Se le acusa de extravagante, disparatado, acaso de absurdo. Extravagantes, disparatados y absurdos han 6Ído siempre, para la chusma literaria, los más eminentes factores del progreso humano. Toda acusación es ya un pedestal.
Lo acusan, porque Condarco se ha atrevido a remover las aguas estancadas. Ha dicho que la religión se ha convertido en mercancía, la política en negocio económico, la sociedad en un convencionalismo. Ha dicho que hay una profunda crisis institucional.
« ■ S B ® £ 2 E 3 S .<%'■ * S B & P B S ¡ & £ f S g &
L A M P O S
E L ü CRECIO, del gran poeta latino, del divino, del pro
fundo Lucrecio, apenas si sabemos algo, algo de su v ida ; pero, en cambio, por felicidad, tenemos su Be Rerurn Natura, poema formidable, que llena todos los siglos y que constituye una de las glorias más legitimas de la humanidad.
16 Enrique Condarco
De él, del inmenso Lucrecio, se dijo, y ee dice aún, entre los de la más ínfima plebe intelectual, entre los Tartufos y los beodos, muy despectivamente, por cierto, que fué loco y que murió suicida ; que vivió embrujado y que era ateo...
Para ser tan grande como lo fué realmente, para estar tan alto como lo está, hubo de ser todo eso y algo más, mucho más : hubo de ser divino.
Por eso fué tan formidable.Y, ¿ quién no quisiera enloque
cer coaao Lucrecio ?mmm
G A L IL E O G A LILE I, el célebre matemático, físico y as
trónomo de Pisa, tuvo contra sí a todos los imbéciles de su época, a
Lampos 17
todos los burdéganos de aquellos tiempos : la luz tiene siempre en contra de sí a las tinieblas, y las tinieblas retroceden siempre ante la luz.
■ ■ ■
C A L ÍG JJLA, el gran monstruo, no fué culpable, sino loco.
Roma, hecha y a a los tiranos, puesto que había soportado a Augusto y a Teberio, tuvo la inmensa culpabilidad de soportarlo.
La tiranía, como producto de la corrupción, corrompe más aún.
■ ■ ■
P OLÍGUATES, el tirano de Sanaos, murió en la cruz, a pesar
de haber sido amigo de Anacreon- te, a pesar de haber regalado a la Fortuna un hermoso anillo ador
18 Enrique Candarco
nado con una magnífica esmeralda, a pesar de haber sido condescendiente con Amasis de Egipto, a pesar de haber cubierto del más grande esplendor a Samos, a pesar de haber construido el templo de Hera, a pesar de haber vencido a los espartanos, a pesar de haber sido amigo íntimo de la Felicidad ; murió en la cruz, según se dice, por haber sido infiel con sus hermanos Pantagnostos y Siloson, por haber ofendido a Mileto y a Les- ios y, 6obre todo, por haber ejercido la t i r a n ía más cruel sobre Samos...
■ ■ ■•p ü G E N IO POLIDOBI, que
JL-d nació Tartufo, tenía alma de jesuíta y veneno de escorpión. Po-
Lampo»
Utico, crítico y apologético a su manera, buen Gil Blas a Us ord® nes de los picaros. La suerte caprichosa suele servirse de este género de individuos para realizar combinaciones a cual más extraordinarias.
Parece que hubiera una mano en lo ignorado, una mano que no tuviera otro objeto que el de realizar el mal por el mal mismo...
P OLIBTO, llamado el Sabio por Bossuet, el Justiciera por Mon-
tesquieu, vivió en Roma durante aquel lapso que Cicerón consideran ba como la edad de oro de la República.
Historiador, cautiva como Tucí- dides.
20 Enrique Condarco
No tiene para nada en cuenta a los dioses, cuando juzga los acontecimientos históricos.
Se ha dicho de él que no tenía arte. Sin embargo, era un artista exquisito, y tenía alma de historiador selecto : era verídico, ju s to , erudito, científico, práctico y muy escrupuloso.
Vivió lejos del prejuicio y de todas las consideraciones de carácter metafísico; fué un excelente observador, siempre ecuánime ; pensó, antes que en otras cosas, en la constitución, en el temperamento y en las idiosincrasias de los pueblos : de ahí la gran seguridad y la no menor exactitud de sus juicios.
Lampos ai
UCÍDIDES. uno de los másgrandes farallones de la Ate
nas del quinto siglo, verdadero genio, verdadero historiador, admira y cautiva a un mismo tiempo.
A ris tó c ra ta en la más plena acepción d e l vocablo, no por su origen, sino por la contextura de su extraordinario talento, fué verídico, justo, amantísimo de la razón, y pudo escribir, mejor que otros m uch ísim os, para toda la eternidad.
Nada enaltece tanto la extraordinaria virilidad de sus pensamientos, ni nada justifica mejor la profundidad encantadora de su criterio. como su e s p ír i tu eminentemente ateo, limpio de toda superstición y de toda idea preconcebida.
sa Enrique Condarúo
Moralista, como debe eerlo todo gran historiador ; moralista en el Bentido más genuino de la palabra, oonsidera con dolor que la única divinidad que reina sobre los hombres, es la Fuerza.
H oy, como ay e r, siempre la Fuerza.
H om bre rico, aristócrata, con numerosas relaciones, fué también guerrero y saboreó durante muchos años las inclemencias del ostracismo, el cual, como se sabe, no era considerado como pena infamante.
Habla escrito su gran obra a la sombra de un plátano.
Murió trágicamente.La famosa obra de Tucídides
fué copiada siete veces por Hemos-
Lampos 28
tenes y varias veces por Alfonso V, rey de Aragón.
Se dice que el Emperador Carlos V la llevaba siempre consigo.
Polibio, Maquiavele y Montes- quieu han sido los mejores continuadores del gran historiador.
La plebe intelectual jamás ha podido comprenderlo completamente. Todo lo que hay de personal en bu grau obTa, es decir, lo que hay de mejor en su obra, el elemento psicológico del gran drama, siempre ha escapado a la limitadísima com prensión de los más. Es natural.
Quien le hace una excelente compañía, en el hermes doble del Museo de Nápoles, es Herodoto, el ilustre Padre de la Historia.
t i Enrique Condarco
Una compañía así, naturalmente, es muy honrosa, incluso para el gran Tucídides.
■ ■■L P A ÍS donde se tiene miedoa la verdad y donde las tinie
blas son entrañablemente adoradas, no puede ser sino un país profundamente corrompido.
■ ■ ■D L desfiladero de las Termopilas.
Trescientos espartanos detienen por algún tiempo al ejército entero de Jerjes.
¡ Cuántas leyendas han sido imaginadas acerca de este hecho histórico !
La fiugra de Leónidas ha adquirido las proporciones más extraordinarias, al través de los tiempos.
Lampos 95
Los trescientos espartanos son el emblema de la heroicidad su- prahumana.
Efiultes es el símbolo de la traición.
Tanto el célebre desfiladero de Tesalia como el monte Anopeo y el golfo Málico. se han hecho inolvidables.
Mas, cabe preguntar aquí, ¿cuánto hay de inverosímil, de exagerado y de completamente falso en las numerosas y variadas relaciones que nos han dejado nuestros antepasados acerca de este episodio histórico ?
¿ No os parecen especialmente hechas para la exhibición aquellas famosas frases : «Entrega las armas ». — « Yen a tomarlas ». —
Enrique Oondaroo
« Esta noche cenaremos con Fluían ». y cftras semejantes ?
El hombre es un sér esencialmente imaginativo.
■ ■ ■
£ L HOM BRE, no obstante lo efímero de su pobre existen
cia, se pega fuerte, desesperada, locamente a todas las cosas miserables de la vida. Sabe bien, y rara vez lo olvida, que nada hay máB real e inevitable que la muerte ; y, sin embargo, por todo lo que habla, por todo lo que hace y por todo lo que piensa, se ve, siempre con claridad meridiana, que jamás deja de conducirse como si tuviera la mayor seguridad de vivir eternamente.
io m p o B wr
(JA N C R T T V E 'IL H IE R , elgrao patólogo francés, el fun
dador de la histología patológica, el que dió su nombre a la úlcera del estómago, fué, ante todo y más que todo, un gran anatomopatólogo ; tuvo pasión por los estudioB que se refieren a las alteraciones orgánicas tanto superficiales como profundas ; en su tiempo, fué un gran anatomista ; fué también brillantísimo observador ; y, tanto la ciencia de la estructura de los órganos, cuanto la clínica, le deben los más señalados servicios.
Juan Cruveilhier, discípulo de Dupwytren, se inspiró en Bichat, y al crear la histología patológica, dió un nuevo y poderosísimo empuje a los estudios de anatomía
28 Enrique Condarco
patológica, trabajando con tanta intensidad como brillo en un terreno hasta entonces casi virgen.
■ ■ ■
S ON JÓ V E N E S , dentro del concepto ideológico y no en la
acepción pedestre del vocablo, no los que se hacen manejar cual trapos viejos con el primer llegado, no los que doblan la rodilla ante el vil metal, no los adoradores del buen éxito, no los continuadores de los que sembraron la desolación en el pasado ; sino los que saben conservar, aun a través de las m ayores dificultades, la prístina virginidad de sus convicciones, los que .prefieren el sacrificio a las dádivas interesadas del egoísta, los que jamás alimentan rencores en
Lampos t 9
el fondo del corazón, los que viven lejos de la mezquindad, los que no rinden homenaje a los ídolos de lodo.
Los jóvenes que no lo son espiritualmente, son viejos ei) realidad, ya que juventud es sinónimo de pureza y ya que no puuden enorgullecerse de este bello atributo, quienes tienen el alma repleta de podredumbre y el corazón carcomido por todas las polillas del vicio, que eso, y no otra cosa, significa el envejecimiento espiritual.
De ahí que llamar joven a un mozo corrompido, resulte un tanto irónico.
Al contrario, hay algunos hombres, que, no obstante haber vivido muchísimos añog, con todo y
30 Enrique Condarea
haber experimentado las máa variadas vicisitudes, conservan toda» las bellezas originales del alma, lu¡- cen una juventud imperecedera y son í?:gnoa de admiración y respeto : tales son los verdaderos jóvenes, los jóvenes espirituales, los únicos que pueden; aspirar con legítimo derecho, al envidiable título de Renovadores.
■ ■ ■
J U STIN O , el historiador, refiriéndose al célebre combatien
te de Maratón, Cinc giro, hermano del gran poeta Esquilo, no trepida, ui por un momento, al querer hacernos consentir que, « después de sembrar el pavor en el campo de, batalla de Maratón, Cinegirtt persiguió a loa persas hasta él mar;
Lampos S I
paró con la mano derecha uno de k>s bancos, y uo lo dejó hasta que le cortaron la mano. Lo agarró entonces con la mano izquierda, que fué también cortada, y entonces se agarró al barco con los dientes ».
Pues, os juro por lo más respetable que hay en el mundo, que no encuentro u n solo átomo, no digo de verdad, que sería mucho, pero ni siquiera de la más simple posibilidad humana en las supuestas, o mejor, inventadas hazañaa del guerrero, salvo que quisiera verse en él un loco de remate, lo que equivaldría, naturalmente, a quitarle todo el mérito que se le quiere atribuir.
Y, como ésta, q u e rid o lector;
32 Enrique Condarco
hay otras muchísimas piedras preciosas en el anchuroso campo de la Historia !...
Y, es que la pobre humanidad, al contemplar su miseria infinita, su miseria inconsolable, sueña despierta, y construye, con la ayuda de su fértil imaginación y de sus buenos deseos, todo lo que quisiera ver en la realidad misma.
A P E R SE V E R A N C IA , no laexpresada por gestos, sino la
sentida psicológicamente; la fe, no la imitada, sino la que ilumina intensa y profundamente el alma ; el esfuerzo, no el que se produce por simple reflejo, sino el que es fruto de elaboración consciente: tales
Lampos 33
Bon las tres condiciones indispensables para domar el porvenir.
■ ■■D L ALCOHÓLICO, que es un
■L* degenerado por excelencia, un verdadero enfermo, trasmite su caducidad por herencia. Lleva en sí, en su sangre, en todo su sér, algo de aquella terrible maldición que Tántalo recibió de los dioses mitológicos. La formidable fatalidad que pesó sobre Tántalo, se reprodujo con todas sus lúgubres tonalidades, en Pélope, en Aireo, en Tiestes y en todos sus descendientes. La fatalidad no menos formidable que gravita sobre el alcohólico, se reproduce también, con todos sus rasgos siniestros y con la totalidad de sus inextrica
Sé Enrique CoTidarco
bles horrores, en todos sus descendientes.
La leyenda de los atridas ¿ será la leyenda de los alcohólicos ?
La Orestiada de Esquilo ¿ será la tragedia del alcoholismo ?
■ ■■
L O SU B L IM E y lo grotesco, los dos extremos de la natura
leza, son también los dos extremos del a r te . Se contraponen y se completan mutua y necesariamente. Lo uno, por sí solo, no vale todo lo que vale cuando va acompañado por el otro. Los contrastes armonizan entre sí y se prestan mutuo apoyo. Esto es lo que, han observado los grandes exploradores de la naturaleza, lo que han procurado imitar también, sin
Lampos 35
haber podido encontrar hasta el presente el secreto de semejante maridaje íntimo y necesario.
Ante la atenta observación de esto, brotan en la mente, como por arte de magia, infinito numero de ideas a cual más singulares.
Es magnífico, y doloroso al mismo tiempo, meditar acerca de esta característica de la naturaleza y no p o d er dar con el quid de la cuestión.
■ ■■
L A P L E B E IN T E L E C T U A L , la peor de toda» las plebes, es
la más pretenciosa, la más ignorante, la más im bécil y la más servil.
Gracias a sus calamitosas condiciones, es la más perjudicial para
36 Enrique Cwidarco
el progreso de las colectividades. En medios como el nuestro, profundamente deprimidos, el plebeyo intelectual, bicho de mala ley, se hace intelectual de la noche a la mañana, sencillamente, porque no puede hacerse otra cosa mejor ni peor. Para ser intelectual, águila real del pensamionto, y para llamarse intelectual a sí mismo, le basta y le sobra con el buen deseo de ser intelectual.
Lo demás no le importa, ni lo Bospecha siquiera.
G u i l l e r m o r i c a r b oWagner fué extraordinaria
mente grande.¡ Unico!
Lampos 37
Pensador, poeta, músico, artista, revolucionario.
Revolucionario en el sen tid o más ámplio y genuino del vocablo.
Voluntad inquebrantable, rompió estrepitosamente todos los viejos moldes de su tiempo. No los tuvo en cuenta para nada a sus numerosos detractores.
Su reputación es grande, como su obra, como su genio.
Hasta el presente no ha sido superado, ni igualado siquiera.
No obstante sus innumerables enemigos, a pesar de todas las intrigas urdidas contra él, sin embargo de tanta y tanta infamia acumulada contra su poderosa actividad, triunfó en toda la linea, ma
38 Enrique Condarco
rav i l lo sam ente , como triunfan siempre los verdaderos maestros.
Así como ha sido denigrado, ha sido también ensalzado, muy ensalzado, y muy merecidamente.
Sus obras serán siempre admiradas allí donde se encuentren gentes de buen gusto y de alta cultura.
■ ■ ■
T
OMÁS C A R L T L E es intolerable, no tanto por bu feti
chismo ( culto de los héroes ) como por su olorcillo a sacristía.
■ ■ ■\ T O E S CIERTO que todas las
-i-V histéricas sean fe m in is ta s , pero es evidentísimo que todas las feministas son histéricas.
Lampos Jv
E G tJN LO S JE SU ÍT A S , elhombre, para ser útil a los de
más, debe ser «bien equilibrado», ea decir, « buen equilibrista ». Es necesario saber que el jesuíta posee una terminología del todo especial.
Es jesuíta.
A OBSERVACIÓN, que nospone en el plano de 'a reali-
dad , nos convence; la imaginación, que nos lleva a lo desconocido, nos engafi. on frecuencia.
Para la Antropología, el hombre no es más que un mamífero ; para la imaginación, es todo, incluso un ángel, incluso un monstruo.
40 Enrique Condarco
OS Q UE C REEN poder desentrañar los grandes proble
mas de la Naturaleza sin servirse del método experimental, carecen de un buen espíritu crítico y demuestran palpablemente no poseer conocimientos biológicos de base sólida.
El famoso dualismo de Kant se ha desmoronado con estrépito ante el poderoso empuje del deter- minismo experimental, y el célebre imperativo categórico se ha disipado como por encanto bajo el influjo de los prodigiosos adelantos de la Psicología y Psicopatología modernas.
L O CKE, el gran filósofo de Wrington, llegó más cerca de
Lampos 41
la Verdad que el padre de la memorabilísima razón práctica.
El filósofo de Koenigsberg, llamado segundo Sócrates por Tenne- mann, poseía un gran talento unido a las más puras disposiciones morales y a una paciencia verdaderamente germánica ; pero su espíritu, dogmático por excelencia, lo precipitó en el más grande de todos los errores.
A D A C O N M U E V E másprofundamente el alma co
mo la lectura de aquellas admirables crónicas de Agustín Calvet.
Escritor ágil, brillante y enjun- dioso, tuvo la rara virtud de mantener despierta, despierta y ator
O Enrique Condarco
mentada, la atención de un público tan selecto como numeroso.
Son raros, rarísimos, los escritores en quienes se encuentran reunidas tantas y tan excelentes cualidades.
Conocedor profundo del corazón humano, dotado de intuición admirable y de perspicacia nada común, encanta y maravilla al mismo tiempo.
Escritor de primera línea.■ ■ ■
T S 'A N T , el célebre filósofo de -¿V Koenigsberg, al afirmar que la belleza consiste en la perfección de los objetos, independientemente de toda apreciación subjetiva, cometió un gran error; pues la belleza, como todo concepto psí-
Lampo» <1
qaico, es producto de nuestras impresiones sensibles, de nuestras facultades perceptivas, retentivas y razonadoras : está dentro de nosotros, más bien que fuera de nosotros.
■ ■ ■
Z OS QUE N O SOM OS acau-* dalados ni perezosos, tenemos
que trabajar para vivir.Dura lex. sed lex.Pensad por un momento en la
situación de todos y de cada uno de los trabajadores del mundo en- iOiC.
i Qué espectáculo!Éstos trabajan todo el d ía ; aqué
llos, durante toda la noche ; algunos están enfermos, y, sin embargo, continúan trabajando ; otros,
44 Enrique Condarco
p a ra trabajar, se ven obligados, dolorosamente obligados, a separarse de sus hijos, de sus esposas, de sus madres... de los seres más queridos ; los de más allá, mal dotados por la naturaleza, hacen esfuerzos inauditos para cumplir debidamente su cometido ; los otros, mejor constituidos, aptos para las honradas luchas por la vida, trabajan alegremente ; algunos otros, muy pocos, los grandes predestinados, trabajan con ardor, no para sí ¡ cosa sublime ! sino para los demás, trabajan en silencio y con gran tesón. Estos últimos son los que, a fuerza de sublimes martillazos, hacen progresar la humanidad !
Lampos 4S
El trabajo es ley de la humanidad.
¿ Qué dice Sancho ?■ ■■
•E L DIVORCIO ÁBSO L UTO? Ó En mi concepto, trátase aquí de un asunto de orden ético más bien que jurídico. En efecto, la ley no puede nada contra los sacratísimos decretos del amor, monarca absoluto del corazón.
Lo más que puede y debe de hacer la ley en esta cuestión, es proteger cuidadosamente los derechos de los hijos y los del cónyuge que quiera permanecer en el matrimonio.
Por lo demás, es absurdo e inhumano querer mantener por la
4 6 Enrique Condarco
fuerza un matrimonio que repugna a uno o a los dos cónyuges.
ARLO S D A R W IN , el grannaturalista de Shrewsbury,
modesto, de modestísimo origen, revolucionario en la más alta acepción del vocablo, de salud casi siempre delicada, fué un observador de primera línea, verdaderamente incomparable; fué, sobre todo, un hombre sincero, de sinceridad ejemplar.
Mas, tratándose de Carlos Dar- win, lo que debe de hacerse constar por encima de todo, es que tuvo uno de los cerebros más bellos que han honrado a la humanidad.
Lampos 47
p í ID E A L, elemento subjetivo ■L* por excelencia, es el carácter fundamental de la belleza artística. Toda obra de arte, como producto del ideal, refleja la personalidad del autor.
El artista, abriendo ampliamente las alas de su inspiración en medio de la libertad, contempla atentamente la Naturaleza; se apropia, gracias a una selección en parte consciente y en parte subconsciente, de todos los elementos indispensables para colmar las exigencias de su ideal, y agrupando de una manera adecuada dichos ■elementos, crea lo que se ha dado ■en llamar el carácter esencial de la ■obra de arte, es decir, un alma.
48 Enrique Condarco
• QUÉ E X T R A Ñ A S relaciones C, existen entre dos almas que, apenas se encuentran la una al lado de la otra, se atraen mutuamente y se comunican gracias a un lenguaje divino ?
¿ Por qué algunas personas nos son simpáticas, otras antipáticas y otras indiferentes, apenas las conocemos ?
¿ Eefcoje, tal vez, el corazón ?Y, en tal caso, ¿ de qué medios
extraordinarios se sirve esta viscera inquietante, para realizar una selección tan rápida, precisa y admirable ?
Hemos llegado ante la esfinge.■ ■ ■
L A PSICOLOGÍA ha demostrado que el libre albedrío es
Lampos 49
una concepción puramente metafísica.
El determinismo, que no debe confundirse con el fatalismo, es hoy todo un postulado.
Entonces, ¿ por qué se tiene miedo admitir la irresponsabilidad absoluta en todos los casos ?
El psicólogo la admite, el psicopatòlogo forense también.
Es realmente doloroso, y también bochornoso, ver a ciertos positivistas de primera línea que no pueden ser positivistas del todo.
Está probado hasta la saciedad que los ignorantes y los semicul- tos, éstos más qne aquéllos, son los peores enemigos del progreso.
EO Enrique Candarco
OPIAR LA N A T U R A L E Z Ano copiándola exactamente,
sino transformándola, purificándola e idealizándola según la propia inspiración : tal es, tal ha sido y tal debe de ser la inclinación del verdadero artista.
■ ■ ■
A R T U R O Schopenhauer, refi- riéndose al hombre del mon
tón, al hombre vulgar, al hombre que los alemanes llaman filisteo, al hombre sin necesidades espirituales, dice : « Los únicos placeres para él son los sensuales; de ellos se harta. Comer ostras, beber champagne ; tal es para él el fin supremo de la existencia ; proporcionarse todo lo que contribuya al bienestar m aterial: ese es el
Lampos 61
fin de su vida. ¡ Pero bien satisfecho queda cuando ese fin le ocupa íntegramente! ».
Las altas cualidades intelectuales le molestan, provocan su rabia, excitan su envidia. Lo único que desea tener es riqueza, posición, influencia, poder y todos los goces de la vanidad I
En una palabra : el filisteo es el más desgraciado de todos los desgraciados.
■ ■ ■T T N E S P Í R I T U verdadera- w mente superior, el de Baruch
de Spinoza, por ejemplo, no puede ser comprendido por un cualquiera. Un filisteo no lo comprenderá jamás, un semiculto lo comprenderá siempre al revés.
*1 Enrique Condarco
£
L IL Ü8T R E fundador de la fisiología, el g ra n Claudio
Bernard, decía : « Al entrar en el laboratorio, deben dejarse las teorías détrás de la puerta ».
■ ■■P L VERDADERO artista crea,
■Í-* no fabrica, el alma de la obra de arte.
De ahí la originalidad personal, lo que podría llamarse el carácter específico del verdadero artista.
Esquilo y Shakespeare, Vinci y Velasquez, Fidias, Donatello, Rodin e Tktinus, Miguel Angel, Mozart y Donizetti, ofrecen todos, cada uno dentro de su respectivo género artístico, originalidades personales eminentemente específicas.
Lampos 53
ODO 8É R V IV IE N T E , animal o vegetal, amorfo, unice
lular o pluricelular, está esencialmente constituido, como se admite desde los memorables trabajos de M a x Schultze, por una substancia llamada base física de la vida por Huxley, protoplasma por Purkinje y Hugo von Mohl, sarco- da por Dujardin, cuerpo celular por Flemming y citoplasma por Kolli- Tcer, la cual exhibe una composición química extraordinariamente compleja, estando caracterizada, además, por su constante renovación molecular y la variedad infinita de sus formas.
■ ■ ■T 7 ÍC T1MA de todas las injusti- v cias, constantemente herido
54 Enrique Condarco
en lo más íntimo de su dignidad personal, cargado de infinito número de obligaciones a cual más deprimentes, desposeído del goce de los más légítimos derechos del hombre, puesto fuera de la ley, el indígena boliviano, espécimen de la vieja y monstruosa organización social en que morimos, constituye una vergüenza para todos nosotros y una mancha sombría para el siglo XX !
C WA GNEll, dice : « Tenga-• mos siempre el valor de ma
nifestar nuestra opinión. No ocultemos nunca ni disimulemos nuestras intenciones. — Si se posee una bandera no es para metérsela en el bolsillo. — Ostentad vuestras
Lampos 58
ideas como una bandera y hacedlas sonar como se toca un clarín».
Eso es rebeldía, y rebeldía de la mejor calidad, rebudia alta y brillante, rebeldía de gente superior.
■ ■■
L A LUCHA es un factor positivo de progreso.
Y, cuando digo lucha, me refiero a la noble, a la santa emulación que sólo puede existir entre hombres honrados y fuertes, a aquella que no puede establecerse sino entre temperamentos de alta comprensión, de integridad absoluta, de sinceridad cabal y de generosidad bien comprobada ; aludo a la digna emulación que consiste en imitar y aún exceder a los mejores sin perjudicar a nadie.
Enrique Condarco
D EBEMOS LU C H AR enérgicamente contra el pesimismo
y, sobre todo, contra una de sus numerosas hijas : la pereza.
El pesimismo, propensión natural y sistemática de los espíritus decadentes y misoneístas, que no es capaz de engendrar sino la inercia, la melancolía y la desconfianza, no es, no puede ser jamás factor positivo de progreso.
Las colectividades humanas tocadas de pesimismo, pertinazmente encadenadas al pasado, temerosas del porvenir, aherrojadas por prejuicios insensatos, subyugadas por dogmatismos vacuos, avasalladas por la pereza, inactivas y abúlicas ; son de todo punto incapaces
Lampos B7
de concebir y más aún de alimentar ideales.
De ahí que todo anhelo de mejoramiento sea indicio inequívoco de pujanza.
■ ■ ■
A TO B E B E P E B D E B SE deV vista que todo lo que nos di
ce el doctor Víctor Pauchet, en su libro La Ciencia de la Bicha, acerca de los medios de conseguir la felicidad 6obre la tierra, es relativo, muy relativo, extraordinariamente relativo.
El doctor Pauchet, es necesario hacerlo notar, se apoya en las opiniones del maestro Víctor Boeini, de Chicago, y en el modo de pensar de Paúl Nyssens; mas, a pesar de todo, deja ver con claridad me
S8 Enrique Condarco
ridiana toda la blancura impecable de su ingenuidad de niño...
En efecto, una ciencia muchas veces secular, la de la experiencia, nos ha enseñado, y a este respecto no pueden caber dudas, que la felicidad sobre la tierra, está al alcance, no de quien la desea poseer, sino de quien la pueda poseer.
Ni más ni menos.Ahora, ¿ por qué no pueden po
seerla todos ?Sencillamente, porque no todos
están igualmente constituidos.■ ■ ■
T OBA OBRA superior, verdaderamente genial, es siempre
el producto de una inspiración espontánea e inconsciente; de ah í
Lampos 69
que las obras geniales, verdaderos prodigios, concebidos con vasto pensamiento, encierren exquisitas maravillas, difíciles de comprender a veces, y, cosa que parece increíble, que no pasaron siquiera por la p o te n te imaginación del autor 1
De ahí también que las obras superiores escapen frecuentemente a la limitada comprensión d& los más.
De ah í, por ú ltim o , que las obras geniales tengan un público muy reducido y de la más alta selección.
A T A D IE está obligado a dar -i- V más de lo que tiene.
€0 Enrique Condar co
T JN T R E NOSOTROS, las prác- JL* ticas h ig ié n ic a s en general son miradas con un desdén digno de mejor suerte; y, el individuo que, por cu m p lir con un deber que considera sagrado, se atreve a llamar a las cosas por sus nombres respectivos, despreciando los prejuicios y la rutina dominantes, es calificado de pesimista, de visionario y hasta de cándido !...
En cierto modo, somos como los rusos de la época de Pedro el Grande, los cuales, como se sabe, no adoptaron la civilización europea, sino después de haberle opuesto las más desesperadas resistencias.
Una de las leyes de Pedro el Grande, citada por Seignóbos, dice : « Nuestro pueblo es como los
Lampos 6 t
niños que aprenden con dificultad y repugnancia el abecedario, tanto que el maestro tiene que obligarlos. Esto les parece desagradable al principio, pero una vez que saben, agradecen al profesor sus rigores ».
¿ No es verdad que esto, que es muy significativo, nos viene como de molde ?
£ L ALCOHÓLICO, que es un verdadero deteriorado, trans
mite su caducidad p o r herencia. Sus hijos, degenerados, convulsivos, bebedores o tuberculosos, reproducen una nueva generación de desm edrados, entre los que abundan tuberculosos, epilépticos, grandes bebedores y alienados.
<S3 Enrique Condarco
El mal inicial tiene, pues, infinito número de repercusiones, las cuales, transformando un mal aislado en un mal general, constituyen un grande y verdadero peligro para el adelanto, la seguridad, la fortaleza y el bienestar de las sociedades.
■ ■ ■
J U VEN TU D E S FU E R ZA , actividad, entusiasmo, pureza,
optimismo : todo lo divino.Juventud es luz.« Firmeza y luz como él cristal
de roca ».mmm
L A COLABORACIÓN mutua, fundada en el verdadero amor
al prójimo, edificando el bienestar social.
Lampos 63
| Oh, qué ensueño !La Ley biológica, fundamento
de la Sociología, tornándose en realidad sobre la tierra.
¡ Oh, qué ensueño !El ensueño es grato, la realidad
espanta!■ ■ ■
T A S M Á S de las veces, cosa que J -j parece verdaderamente increíble, el hombre actúa bajo el influjo de sus sentimientos y de sus pasiones, y no, como debiera de ser siempre, por los dictados de la razón.
Y, luego, muy suelto de cuerpo, sin tener vergüenza alguna, se llama a sí mismo ¡ Rey de la Creación !
64 Enrique Condarca
OS N O M BRES de Pestalozzi,Reddie y Lietz se han hecho
célebres en el campo de la Pedagogía, y con muchísima razón. Las escuelas nuevas ( Landerzieh- ungsheime), permiten obtener todo lo que soñaron Rousseau, Froe- bel, Owen y otros, esto es, el desarrollo armónico de la inteligencia, del sentimiento, de la voluntad, del carácter, del altruismo y de la estética.
■ ■ ■
A M ED ID A que van perfec-■ i l donándose los conocimientos humanos, el universo se nos presenta cada vez más grande y hermoso.
Lampos 66
K T A D A E l UGA mejor el alma humana que el método cientí
fico, y, cuando digo método científico me refiero, naturalmente, al seguido en sus investigaciones respectivas por aquellas excepcionales actividades que se llam aron Darwin, Hélmhóltz, Harvey, Lyell, Gallón y otros.
■ B i17 5 UNA G RAN D ÍSIM A ver-
L á güenza para la humanidad, y dígase lo que se quiera a este respecto. que, por defender ideas absurdas de orden teológico y filosófico, se hubiesen mantenido nada menos que hasta el año 1822 , en el índice de libros prohibidos, las famosas obras de Galileo, de Co- pérnico y de Képler, obras que en
6 6 Enrique Condarco
señan el movimiento de la tierra alrededor del so l!
p N T B E LOS TIPOS más gro- téseos que nos ofrece la pobre
humanidad, el más repugnante de todos es, sin disputa alguna, el del lacayo.
Lacayo viene de lamer y expresa lo más vil, lo más abyecto y lo más ruin.
El lacayo es un gran especialista, un especialista consumado, en esa inmundicia que se llama li- Bonja.
Y, la lisonja, mezcla de cobardía, de mentira y de todas las perversidades imaginables, es la compañera inseparable, el arma favo
Lampos
rita, la máscara infame y el escudo prepotente del lacayo.
El lacayo, sin el escudo fovori- to, está muerto.
Mas, el verdadero lacayo, y es ésta la más fundamental de sus características, primero pierde la vida que no el escudo.
El lacayo, en puridad de cuentas, es un Oil Blas con alma de Tartufo.
m m m
p L POLITIQUERO, dígase lo ■Lí que se quiera, es el peor mal de todos los males.
Ambiciones bastardas, deseos absurdos de figuración caricaturesca, falsísimo concepto de las cosas de la vida, egomania incomparable : tales son las características
68 Enrique Con dar co
fundamentales del verdadero politiquero,
El politiquero se atribuye a sí mismo, con la mayor tranquilidad del mundo, todas las perfecciones imaginables.
El politiquero habla de patriotismo ( palabra mágica), de sacrificio en bien de las colectividades, de honorabilidad, de altruismo, de valentía y de todas las maravillas habidas y por haber, con la misma facilidad y la mismísima inconsciencia cou que el loro habla del lorito real.
Todo eBto, naturalmente, tratándose de pueblos que se dicen civilizados, altamente civilizados. Por lo que hace a nuestro pobre país, la politiquería reviste un aspecto
Lampos 69
francamente caricaturesco o, mejor, grotesco.
Como lo sabe todo el mundo, y esto desde la más remota antigüedad, el politiquero ofrece todo, y muy especialmente todo aquello que jamás ha de cumplir.
Y lo ofrece con la mayor tranquilidad del universo : inconscientemente.
Él, el politiquero, se permite el lujo de llamar egoístas a todos los enamorados de la libertad, por la sencilla y muy atendible razón de que él, el politiquero, ha nacido para ser esclavo de todo y de todos : le agrada vivir bajo los tacones de todos los zapatos.
Eso es todo.No es fácil ser politiquero, ya
70 Enrique Condarco
que para serlo es absolutamente indispensable ser enemigo de la libertad, amigo del fraude, ególatra, masón y lacayo.
Y. todo eso, como se ve, no está al alcance de todo el mundo.
Los politiqueros deben estar contentos de sus pobres personas... y de sus grandes servicios a la Patria...
Para mí, el hombre modesto que trabaja honradamente, llenando su cometido como el que más, vale un millón de veces más, mucho más, que todos los politiqueros del mundo entero.
¡ Abajo la hipocresía !¡ Abajo la careta !
Lampos 71
• el progreso I/ El progreso es luz prodigiosa.
Su infinita claridad guía los pasos del hombre, creación misteriosa de las sombras, hacia la Verdad, hacia la Bondad, hacia la Belleza.
El progreso es sublime, de una sublimidad aterradora para todos aquellos que, sumidos en las densas brumas del error, no pueden o no quieren admirar la plenitud magnífica y luminosa de la Verdad.
El progreso devora las tinieblas, destruye lo malo, pulveriza lo falso y demuele sin tregua, sin medida, los grandes edificios quiméricos del hombre.
72 IVnrique Condar co
La enormidad extraordinaria de su empuje formidable hará zozobrar en breve y para siempre el gran imperio lívido, vago y siniestro de los mitos.
b b «
L A VID A se nos ofrece alegre o triste, según el estado de nuestra
alma, es decir, según la mayor o menor regularidad con que se mueven los diversos rodajes íntimos de nuestro organismo. El hombre que tiene la salud perfecta, mira las cosas teñidas del más hermoso color de rosa ; aquel que sufre un trastorno más o menos profundo en el equilibrio de su economía, todo lo encuentra negro o más o menos opaco.
Si es cuestión de regularidad, lo
Lampo8 73
es también de intensidad. Así, el niño es alegre ; el hombre, serio, y el viejo, triste, porque los fenómenos de la nutrición son vivos en el primero, más o menos acompasados en el segundo y lánguidos en el tercero.
OS PO BRES de espíritu son,sin género alguno de duda,
los únicos dignos de llamarse pobres, verdaderamente pobres, pobres de solemnidad.
Esto es lo que nos ha enseñado una experiencia muchas veces secular y, por lo mismo, respetable.La indigencia espiritual, la máspa-
vorosa de todas las indigencias, es unadelas más grandes enemigas, la enemiga encarnizada, del hombre.
7 4 Enrique Cunda reo
Algunos indigentes de espíiitu, como muy bien lo sabe el lector, suelen poseer ingentes riquezas de orden material ; mas, por su incurable penuria espiritual, se encuentran siempre mil codos por debajo de los que se hallan bien dotados mentalmente.
Es entre esos infelices entre los que se recolecta, con la mayor facilidad del mundo, la interminable teoría de los Sanchos, los Blases, los Harpagones, los Basilios, los Tartufos, los Polonios, los Bartolos, los Falstaffs, etc., etc.
Es entre ellos entre quienes se hallan, cómodamente instalados, los maestros en doblar las rodillas, los verdaderos enemigos del progreso, los vividores en general, los
Lampos 75
quietistas, los partidarios de las mentiras convencionales, los parásitos, los retardatarios... toda la mugre.
■ ■■
P RIM ERO es el deber, después el honor y, finalmente, la hon
ra. El deber es indiscutible ; -el honor reside en la pureza del corazón y en la rectitud del espíritu : depende del carácter. La honra, que es toda una exterioridad, vive del qué dirán. El deber es siempre un mandato inexorable. El honor, que muchas veces degenera en orgullo, varía con los tiempos y los lugares : es muy relativo. La honra, que es siempre de baja extracción, la tienen hasta los im
76 Enrique Crwdarco
béciles, hasta los jesuítas, hasta los matones.
■ ■ ■
L
A OBSERVACIÓN, la experimentación y la generaliza
ción, bases fundamentales de toda investigación verdaderamente científica, han sido proclamadas por los más grandes sabios de to
dos los tiempos.■ ■ ■
H/TIENTEA S LA CIENCIA ym el Trabajo laboran ardientemente por el progreso de los pueblos civilizados, hasta por el de los más pequeños ; en tanto se renueva todo en el mundo, hasta en los países más infelices ; al paso que se perfeccionan las costumbres y las ideas en todas partes, hasta en
Lampos 77
las poblaciones más miserables de la Oceanía : encuna palabra, en los mismos momentos en que todo el mundo marcha triuofaímente hacia la Verdad, hacia la Bondad y hacia la Belleza,, supremas aspiraciones de toda idealidad, nosotros, obcecados, seguim os adorando nuestras costumbres tradicionales; y, sumidos en un quietismo sin igual, continuamos en aferramos a nuestras tinieblas, en la creencia, muy infundada por cierto, de que todo Jo nuestro, sólo por ser lo nuestro, es lo mejor.
■ I B
L A D EG EN ERAC IÓ N mental, que se presenta con una fre
cuencia extraordinaria en toda la descendencia de los bebedores, se
78 Enrique Condarco
n o s o frece ya , en tod as bus fo rm a s y g ra d o s, e n la p r im era g en era c ió n d e lo s m ism o s .
Idiotismo, imbecilidad, debilidad mental, desequilibrio simple, locura m oral: tal es, eD sus rasgos principales, el sombrío cuadro de la degeneración mental hereditaria observada en la primera generación de los bebedores.
Los idiotas y los imbéciles son relativamente raros ; al contrario, los d'ébiles y, sobre todo, aquellos que Magnan ha designado con el nombre de degenerados superiores son bastante numerosos.
La locura moral o idiotismo ético, que, al decir de Fálret, no es más que la asociación informe de varias clases de frenastenias que
Lampos 79
ofrecen como carácter común la - perversión del sentido moral, es también muy frecuente.
■ ■ ■
J ^ L IN ST IN T O de lo sobrena- tural, de lo maravilloso, pro
ducto de la ignorancia o de la debilidad mental, no reina sino entre los analfabetos y entre los mi- crocéfalos.
■ ■■-p^E SP U É S D E RECORRER
las páginas de la historia de la Medicina, queda en el ánimo una convicción profunda : las más grandes verdades que actualmente integran el arte y ciencia de curar proceden de aquellas dos altas cimas que se llamaron Hipócrates y Pa8teur.
80 Enrique Condarco
Hipócrates, el fundador; Pastear, eJ renovador.
El una perfeccionó la sintoma- tología y el diagnóstico, ot otro explicó la etiología y la patogenia.
Poderosos genios gemelos.Gigantescas antorchas cuyos vi
vidos fulgores iluminan espléndidamente los azorados confines del mundo de la historia.
■ ■■
L A S M A G N ÍF IC A S creaciones de Trubnerson verdaderas
obras de arte, de un arte exquisito, no por la gran verdad anatómica y fisiológica que ostentan, sino, únicamente, por Ja asombrosa idealidad que en ellas resplandece.
Bembrandt fué un gran artista,
Lampo» 81
no por su naturalismo, que peca de escrupuloso, sino porque supo manejar mejor que ninguno las infinitas idealidades que entraña el claroscuro.
Los que creen que Rembrandt es un simple realista a lo Manet,0 no comprenden el gran valor del ideal dentro del arte, o no son capaces de percibir la belleza allí donde realmente se encuentra,
Como los llamados realistas, que perciben la belleza hasta en lo feo...
¿ Cuestión de gustos ?No.Cuestión de temperamentos.
■ ■■J - T A Y T E M P E R A M E N T O S
1 1 artísticos, los hay anartísti-
83 Enrique Candar co
eos y los hay también antiartísticos.
■ ■ ■T jL LACAYO , por sólo quedar
bien con sus amos, tal es su contextura psicológica, es capaz de sacrificarla a su misma madre !
■ ■ ■
JO N T R E LO M ETAFÌSICO , lo religioso y lo sexual exis
ten íntimas y numerosas afinidades de carácter antropológico, las cuales, no suficientemente dilucidadas aún, explican con bastante claridad los misterios del culto de Mylitta, la creencia en las brujas, la preponderancia del amor individual, la casuística de los teólogos, la espiritualización del instinto sexual hacia el amor, el opti-
Lampos 83
mismo de Forel, de M ax Hirsch, de Stabel, de Iwan Bloch, etc., etc.
■ ■■A P E S A R D E TODO, elm un-
do marcha.■ ■■
A T O D E B E de olvidarse jamás que, detrás de la fraseología
ampulosa y barata de las relaciones diplomáticas, se oculta la naturaleza instintiva del hombre con todas sus proteiformes fealdades.
■ ■ ■E* L H O M B R E , cuando no pue-
de encontrar una explicación satisfactoria del mecanismo de un fenómeno, acude a las luces de su im a g in a c ió n : concibe, fabrica, crea un m ecan ism o , o muchos mecanismos... y navega feliz en
M4 Enrique Condarco
el ancho y brumoso mar de la metafísica. Entonces se alimenta de las hipótesis, de las creencias, de las teorías, de las doctrinas, de los dogmas... y se pierde en el seno insondable de las tinieblas infinitas !...
■ ■ ■
Í OS P U E B L O S ignorantes,* que jamás se alimentan espi
ritualmente ; que no conocen las muchas y portentosas bellezas de la Naturaleza ; que no tienen idea, ni siquiera remota, de las profundas palpitaciones de la vida ; que no piensan, o que piensan poco y mal, no ostentan, ni pueden ostentar, deseo alguno de mejoramiento ; no alimentan ideales : son verdaderamente desgraciados.
Lampos 85
A VERD AD , es decir, la luz,es el peor enemigo de los co-
R IM E R O debe de estar la humanidad, luego la sociedad y,
finalmente, el individuo.■ ■ ■
'C L D A R W IN ISM O , la lucha por la existencia, la supervi
vencia del más apto, han sido cons id e ra d o s como eminentemente aristocráticos en sus tendencias, y todo, porque se ha hecho un examen d e m a s ia d o superficial d e l a su n to , muy complejo de suyo. Si se tiene el cuidado de dar a la palabra aristocrático un profundo sentido biológico, y no el corriente entre los papanatas ; si, al mis-
bardes.
86 Enrique Condarco
mo tiempo, ae ponen en la balanza del justiprecio todos los factores, absolutamente todos, que intervienen en las diversas fases de la selección natural, entonces, la interpretación del darwinismo da un resultado completamente distinto.
Hágase la prueba.■ ■ ■
L
A PREN SA es el trasunto tíel del estado psicológico de un
pueblo : de ahí que la prensa sea tanto más consciente y libre cuanto más alto el nivel cultural del pueblo que la sustenta.
■ ■ ■IJ N TODO CASO, en todo mo-
mentó y en todas partes debemos de decir siempre la verdad,
Lampos 87
aun cuando se caiga el cielo con todas sus maravillas.
OR E N C IM A de todo, debe-mos de respetar la indepen
dencia de todos nuestros prójimos.■ ■■
T T N P U E B L O chico y profun- damente corrompido como el
nuestro, es el mejor dique que se puede imaginar contra el avance de las límpidas aguas del verdadero progreso.
■ ■■
LA C IV IL IZ A C IÓ N ( la verdadera civilización, se entien
de ) no consiste en adquirir modales, maneras y lenguajes propios de las personas que viven en las grandes ciudades, ni en el refina-
88 Enrique Condarco
miento que se consigue cuando de la rudeza natural se pasa a la suavidad y elegancia de voces y costumbres propias de gente que ee llama culta, ni en la posesión de las riquezas materiales con todos sus aditamentos, ni en todos los progresos materiales habidos y por haber, ni en todas las farsas, ni en todas las hipocresías ni en todas las vanidades; sino , sobre todo, ante todo y más que todo, en el respeto a la dignidad humana, a la libertad del prójimo, a la vida del hombre, a la verdad, a la justicia, a Ja caridad.
La verdadera civilización con siste en la verdadera fraternidad universal, bien sentida y m ejor practicada.
Lampo8
La humanidad actual, re p le ta como se encuentra de defectos fundamentales, no tiene el derecho, ni de lejos, de llamarse civilizada.
¡ Eso, n o !La verdadera civilización ha de
tener, como base fundamental, única, y muy sólida, la más grande, la más portentosa riqueza intelectual y moral, moral, sobre todo.
Lo que al presente se llama civilización no es más que la podredumbre más horrorosa.
• ••
TQL H O M BRE que piensa, no se contenta con mirar el sue
lo ; quiere también contemplar las magnificencias del cielo.
fíO Enrique, Cándano
En efecto, no le basta con comer ; necesita soñar.
■ ■ ■IV LA CLÍNICA es casi siempre imposible observar un he-
redoalcohólico neto, es decir, que entre sus antecedentes genealógicos no ofrezca otra tara o anomalía del sistema nervioso que la que origina el alcoholismo propiamente dicho, y es que las leyes que rigen la herencia morbosa, no siempre permiten la conservación de un estado patológico en toda la integridad de su pureza, sino que, por el contrario, le hacen sufrir infinito número de mutaciones, ya deformándolo en su aspecto clínico, ya combinando sus elementos esenciales con los de otras enfer
Lampos 91
medades hereditarias, congónitaso adquiridas, ya, finalmente, haciéndolo desaparecer en una generación y volviéndolo a presentar en otra con caracteres sindrómieos a cual más diferentes. De ahí la frecuencia extraordinaria de esos casos complejos, complejísimos, an te los cuales el observador se detiene, medita, se interroga con frecuencia y se queda perplejo, sin poder encontrar una solución satisfactoria para los muchos y variados problemas que brotan en su mente.
• ••A T ADA A R R A IG A tanto y tan
-ÍV profundamente en el alm a de los pueblos como una mala costumbre, sobre todo cuando esa
99 Enrique Condarco
mala costumbre es hija de la ignorancia ; y nada retarda o imposibilita tanto el progreso de los pueblos como la falta de instrucción en los mismos.
■ ■■JOL H O M B R E que no tiene
JOt ideas sólidas y profundamente arraigadas acerca de los grandes fenómenos de la Naturaleza, es comparable a un bajel sin brújula abandonado al embate de las olas.
■ ■ ■
L A V O L U N T A D que no se rompe con todos los obsequios
habidos y por haber, v o lu n tad siempre envidiable, constituye el eje y el fundamento esencial de lo que se llama Rebeldía.
Lampos 93
Por lo tanto, la rebeldía, la más hermosa de las cualidades humanas, es un conjunto de fenómenos psíquicos, sobre todo volitivos, que comunica un tono absolutamente inconfundible al carácter del individuo.
En una palabra, que debe tenerse muy en cuenta : la rebeldía da la medida más exacta del carácter.
D e b e m o s b e s e r optimistas a pesar de todo y de to
dos. No importa que los demás digan lo que quieran. Debemos de tener la más absoluta seguridad de que no siempre dicen lo que debieran decir en justicia ; al contrario. Este modo de considerar
94 Enriqut Condarco
las cosas de la vida, tendrá la ventaja de permitirnos conservar tanto la serenidad como la tenacidad indispensables para llegar felizmente al término de nuestros propósitos. Lo que importa, por encima de todo, es que los propósitos sean buenos. Eso es todo.
■ ■ ■A TAD A hay más adorable que
-í-V la verdad.Cuando se la echa a volar sen
cillamente, provoca reacciones a cual más singulares, hasta inesperadas. -
No debemos de violentarnos con motivo de esas reacciones : son naturales. muy naturales, y hasta absolutamente n ecesa rias para el triunfo de la verdad.
Lampog 95
Así es, siempre ha sido así, y nunca ha de ser de otra manera.
■ ■ ■'p A E Á E L IM B É C IL y para
el hombre inculto en general, el libro es un objeto algo menos que inú til: un estorbo. En cambio, para el hombre ilustrado, para el que posee riquezas interiores, para el que gusta de las fruiciones subjetivas y de las espléndidas contemplaciones espirituales, para el que tiene sentimiento refinado, voluntad potente y clara inteligencia, es siempre un objeto de inapreciable valor : una verdadera joya.
El hombre de talento encuentra en el libro lo que el hombre del montón, el filisteo, no halla ni
m Enrique Condarco
podrá hallar jamás en todas las diversiones vulgares y nauseabundas de la vida, es a saber: un manantial purísimo e inagotable de los más grandes goces espirituales.
■ ■ ■
£ L SENTID O del olfato ha ju gado importantísimo papel en
la vida sexual del hombre. Este papel ha Bido preponderante en las épocas primitivas de la humanidad, y, en los momentos actuales, desempeña todavía un rol nada despreciable, bajo la forma especial de una actividad psíquica inferior, actividad sensorial, en la fusión de los elementos fecundantes, masculino y femenino. A esa actividad sensorial de las célulñs genésicas, Haeckel el célebre na
Lampo¡t 97
turalista de Potsdam, ha dado el significativo nombre de quemotro- pismo erotogénico. Además, debe tenerse muy en cuenta que al presente el sentido del olfato ha sido relegado a segundo término, dentro de la esfera sexual, por el sentido de la vista, por la actividad cerebral y por todos los elementos de orden moral.
■ ■■
D u r a n t e la evolución siogé-nica del ser h um ano, el cerebro,
la parte más noble del eje encéfalo- medular, se ha desarrollado más rápida y perfectamente que las restantes partes del cuerpo. Además, ese desarrollo cerebral, cada vez más preponderante, se ha ve- .ificado a expensas y en detrimen
Otí Enrique Condarco
to de ciertos órganos destinados a desaparecer con el tiempo.
¡ Cosas de la evolución !
17 L H O M BRE y la mujer, con- siderados desde el punto de
vista filogénico, son tanto más perfectos cuanto más profundamente se diferencian entre sí, tanto anatómica como fisiológicamente.
■ ■■
£ L SE N TIM IE N TO del amor va siempre e s t r e c h a m e n t e
unido al sentimiento de lo bello : lo estético es el complemento lógico del amor.
A B R I E L D’A N N U N ZIO ,poeta, en la más amplia y ge
nuina acepción del vocablo.
■ ■ ■
■ ■ ■
Lampoe 00
N o v e l i s t a , dramaturgo, héroe máximo.
Artista brillantísimo.Genio.No ha sido jamás debidamente
comprendido, porque sus dotes, extraordinarias en el más alto grado, nunca han estado al alcance de los más.
Hombres de ese temple han estado simpre fuera, y muy por encima, de sus medios y de sus tiempos.
Muy natural.Nada admira tanto en Gabriel
D ’Annunzio, nada lo hace más envidiable, nada lo caracteriza con mayor perfección, como aquella soberana libertad interior que res-
100 Enrique Gondarco
plandeció durante su larga y gloriosa existencia.
Algunas veces, esa amplia soberanía interior llegó a deslumbrarlo a él mismo. « Llego a ser, dice, una materia no gobernada por ninguna ley estable, sujeta a cambios súbitos que agotan y exaltan el cuerpo, casi diría transubstancia- do... ».
Tenía mía moral propia, aparte, que hizo disparatar soberanamente a los creyentes....
Hombre superior.Su vida fué novelesca y lumi
nosa por todo extremo.La chusma, siempre la misma
en todas partes ; la canallocracia, la alta y la baja, es decir, la perfumada y la mugrienta ; todos los
Lampos 101
pillos, hasta los de la más baja extracción ; todos los aplastados por el fracaso, se alzaron violentamente contra el glorioso bardo. Le insultaron, le calumniaron, le tacharon de loco, de ateo, de corruptor de la juventud, de epicúreo, de plagiario, de panteísta, de decadente. Los prevaricadores, los filósofos de burdel, los borrachínes, los analfabetos, los hijos de las sombras, los imbéciles, todos los bajos fondos, se ensañaron en él, en el chiflado, en el corruptor de la juventud, en el hombre sin fe,sin religión y sin conciencia.......
Y, el magnífico poeta, el de la vida luminosa y fecunda, el profundo conocedor del corazón humano, m o les tad o hasta por los
108 Enrique Gondarco
usureros, incomprendido y villanamente calumniado, hubo de retirarse a Francia.
Hombre superior.Allá, en la región de las Iandas,
continuó por su b r i l l a n t í s i m o sendero.
Más tarde, lanzó las más violentas invectivas contra ciertos granujas. Luego, tomó parte activísima en la política internacional y en la guerra europea, ya en calidad de político, ya en rango de soldado.
Además de continuar ejerciendo el magnífico e inimitable papel de gran escritor, águila r e a l del pensamiento, fué héroe, aviador, conductor de pueblos, aventurero sublime, conquistadbr, revolucio
Lampo* IOS
nario, com andante y hasta rey.Y, entonces, toda la chusma que
antes se había ensañado en él, todos aquellos que hasta se habían permitido escribir libros enteros contra él, toda la canallocracia, aparentemente arrepentida, todos, se arremolinaron en torno del vate sublime, le coronaron de triunfo: lo deificaron.
Así son las chusmas en todas partes : inconscientes, veleidosas e ingratas.
Y, de sus grandes aventuras gue rreras salió muy mal parado : perdió un ojo y recibió una herida en la muñeca.
Apreciada en su conjunto, la vida del gran poeta, no puede ser más sublime.
104 Enrique Condarco
Es digna de la epopeya.Al conocerla, se recuerda a Ho
mero.Así, la contemplación de una
estrella evoca la imagen de otra más lejana.
La vida de Gabriel Ut Annunzio, ha sido luminosa en todo momento, así en la adversidad como en la apoteosis.
Y, a medida que pase el tiempo, la augusta figura del gran bardo, cada vez más repleta de prestigio, recibirá de los siglos venideros todo el galardón que le han negado los presentes.
Entretanto, reverentemente inclinados, dejemos pasar la augusta figura hacia la inmortalidad.
Lampos
'n E B E L D ÍA . La voluntad que -¿A- no se rompe con todos los obsequios habidos y por haber, constituye el eje y el fundamento esencial de lo que se llama rebeldía.
Por lo tanto, la rebeldía, la más hermosa de las cualidades humanas, es un conjunto de fenómenos psíquicos, sobre todo volitivos, que comunica un tono absolutamente inconfundible al carácter del individuo.
Daniel S. Bustamante,dice: «Pero en una cosa hay que ser invulnerables, en la independencia personal. — Cada joven que aun no ha corrompido el vuelo virginal de sus ideas y de sus principios es un baluarte del porvenir boliviano, y cuantos más numerosos sean los
106 Enrique Candarco
jóvenes brillantes, que a la solidez de su intelecto, a la agilidad de sus musculos y a la belleza de sus actos, reúnan el gobierno propio e imponderable de su alma, sin ponerse jamás en la línea de la intriga y del servilismo político, tanto más seguras serán las definiciones del porvenir nacional. — Que la juventud tenga fe y confianza en sí misma ; que no caiga al frente de pruebas fuertes y dolorosas; que no claudique. Harto sé que las dificultades de la vida la llevan a veces a planos que abomina y repugna su prístina moral. Es el momento de la prueba decisiva. Preferir siempre el sustento y el éxito, que llegan al fin, a mérito de una iniciativa noble o de un es
Lampos 107
fuerzo puro e i ndependien t e» .Una juventud que no piensa de
jar los moldes del pasado, que no intenta siquiera destruir los escombros de los días que fueron, que no hace el menor esfuerzo en bien de un verdadero saneamiento espiritual, no es rebelde : es una fuerza perdida para el porvenir.
C. Wagner, dice : < Tengamos siempre el valor de m a n i f e s t a r n u e s t r a opinión. No ocultemos nunca ni disimulemos nuestras intenciones — Si se posee una bandera no es para metérsela en el bolsillo. — Ostentad vuestras ideas como una bandera y hacedlas sonar como se toca un clarín ».
Todo eso es rebeldía de la mejor
Enrique Comdarco
calidad, rebeldía alta y brillante, rebeldía de gente superior.
La juventud debe tender siempre hacia esa excelsitud.
Eso requiere, y es natural, un gran esfuerzo ; mas, es necesario sacrificarse, tanto por los demás como por sí mismo.
Lo que yo deseo con toda mi alma es que nuestra juventud pueda decir siempre, como Mariano Enrique Calvo : « No sé si por desgracia o felicidad, la naturaleza no me hizo de cera como a otros hombres, que se amoldan a todo, y que a cada m i n u t o cambian de principios, de afecciones y de lenguaje ».
Lampos Í09
A PO BRE H U M A N ID A Dvive eii eterna contradicción
consigo misma.Lo que hace con una mano, des
truye con la otra.Centenares de sabios trabajan
constantemente en la investigación, santa y buena, de medicamentos, de medicaciones y de remedios contra las enfermedades que más afligen al hombre ; se dice. y no parece exagerado el cálculo, que sólo desde hace unos veinte afios a esta parte, y casi únicamente debido al salvarsán, hay cien millones de sifilíticos menos ; gracias a los grandes progresos de la higiene, la mayor parte de las enfermedades contagiosas van perdiendo cada vez más sus caracte
lio Enrique Condarco
res mortíferos. Todo esto es cierto, evidentísimo, incontrovertible; pero ( aquí viene el pero), desgraciadamente, no es menos cierto, ni menos evidente ni menos incontrovertible, que existen también centenares de sabios entregados a la investigación de los medios más eficaces para conseguir la destrucción más rápida y menos costosa del hombre!...
Así como se progresa en un sentido, se progresa también, pues, en el sentido diametralmente opuesto !...
Y, a este desbarajuste verdaderamente incomprensible se llama civilización !...
Así va el hombre sobre la tierra.
Lampos l í í
Í A F A L T A de voluntades pon-• deradas es, hoy por hoy, una
de las características más culminantes del pobre medio eu que morimos.
Así, y no de otra manera, se explica con la mayor facilidad el estado lamentable, no sólo de decadencia en que agonizamos, sino, sobre todo, el altísimo grado de corrupción que uob domina en todo y por todo.
■ ■■T T I P Ó L I T O A . T A IN E , el
■ÍJL gran crítico, filósofo e historiador francés, fué muy mal comprendido y, lo que es más, muy injustamente tratado por todos los vividores de su tiempo.
Tuvo el inteuto de aplicar el
112 Enrique Condotto
método de las ciencias naturales a la explicación de los más diversos productos de la inteligencia humana.
Esto, que es nobilísimo, no se l̂e pudo perdonar...
Taine, como otros muchos hombres superiores, fué sincero en un medio y en una época especialmente caracterizados por la más negra hipocresía.
■ ■■
A D IE como el Venerable José Pignatelli, llamado tam
bién restaurador y segundo patriarca de la Compañía de Jesús, nadie como él puede y debe llamarse SANTO, con mayúsculas : es digno de todas las beatificaciones.
Lampos 113
¡ Ha estado en el célebre colegio de Manresa!
¡ Ha sido milagroso !■ ■ ■
• U UM ANIDAD ! ¡ Huma- l - í l n idad !
¡ Cuán sórdida eres !¡ Tú misma, contra toda razón y
justicia, labras constantemente tu propia desgracia!
Apenas llegada a este mísero mundo, cediendo estúpidamente, medrosamente, a los más bajos impulsos de tu profunda abyección y a los gritos encanallados de tu incomparable ignorancia, fabricaste dioses, tus amos, para adorarlos, para temerlos y para traicionarlos ; erigiste altares y templos, para lucir en los mismos, an
114 Enrique Condarco
te la fría contemplación de tus grotescos ídolos, todas las espantosas floraciones de tus supersticiones incomparables. Vives constantemente pegada a los prejuicios más ridículos ; te complaces en engañarte en todo y por todo ; dices odiar la mentira y no puedes vivir sin faltar a la verdad ; hablas contra la vanidad y contra los vicios y no puedes respirar con entera satisfacción sino en medio de la vanidad y entre los vicios ; criticas en público todo lo que amas en privado y aparentas apreciar en mucho ante los demás todo lo que no te agrada dentro de las cuatro paredes de tu pobre casa.
Eres verdaderamente infame y ruin.
Lampas 115
Para proporcionarle mayores facilidades en el logro de tus infinitas bellaquerías, has tenido la sucia habilidad, y la horrible desvergüenza de inventar tus famosas religiones, máscaras de todas las impudicias, tapujos de groserías y paracaídas de todas las infamias. Te atreves a hablar de paz. de caridad, de amor, de justicia, de libertad.., p r e c i s a m e n t e porque esos vocablos no significan Dada, para tí, o porque expresan, a lo más, algo que está a una distancia estelar de tus miserias. Eres horriblemente hipócrita : por algo el jesuitismo es una de tus obras maestras !... Lo que haces con una mano, lo deshaces con la o tra : por eso, eu tanto predicas caridad
11$ Enrique Condareo
y protección a los débiles, rindes el más vil homenaje al poder de la fuerza bruta ; por eso, mientras marchas por el ancho camino de los progresos materiales, das pruebas inequívocas de barbarie !
■ ■■A L INM U ND O sapo, lacayo y
S 1 borrachín, que tiene la fea costumbre de insultar a las estrellas, tan altas, tan luminosas y tan lejanas, es imposible hacerle comprender que el asno, cuando está cubierto por todas sus miserias asnales, no puede dar envidia a nadie, absolutamente a nadie.
El asno, cuando está cubierto por todas sus miserias asnales, inspira lástima y, en veces, provoca asco.
La mpM 117
Q U ELLO que era ya bien co-nocido por Galileo, aquello
que Augusto Comte y Spencer se atrevieron a indicar muy a duras penas, aquello que Durlcheim ha precisado con toda claridad, es decir, el método experimental aplicado al estudio de las ciencias sociales, es el único método digno de todas las consideraciones habidas y por haber.
Digan lo que quieran los ideólogos.
■ ■■~D O B E B T 0 C. D A B W I N ,
-*v el más bello cerebro que ha honrado a la humanidad, dió de la belleza esta grandiosa definición : « La belleza es el amor hecho perceptible ».
118 Enrique Condarco ■
L A OBTOBIOSIS, la gran esperanza, de que nos han ha
blado Metschnikoff, Nietzsehe y Hirlh, llegará dentro de mucho tiempo, pero llegará, al fin.
i SE T IE N E MIEDO a la verdad y no a la mentira !
C UANDO S E Q U IERE practicar la j u s t i c i a , cuando se
quiere sembrar el bien, es necesario resolverse a l u c h a r : luchar contra éste, luchar contra aquél, luchar contra el de más allá.
¡ Luchar contra todos !| Y luchar contra todo!
i cO S A S I N G U L A R !
Algunos biógrafos de Ma -
Lampos 119
quiavelo, de aquel terrible astuto de Florencia, quieren hacernos consentir que el gran hipócrita fué lo que fué, es decir, un jesuíta inimitable, más bien por los tiempos en que vivió qua por culpa suya
¡ No tal !Maquiavelo, el político intrigan
te de la República de Florencia, fué hipócrita, y un gran hipócrita, por constitución y por temperamento : hipócrita congènito.
Estaba lleno de doblez desde los pies hasta la cabeza.
ID E N A T O D E S C A S T E S , el A . gran filósofo, fué, indudablemente, un pensador inimitable ;
120 Enrique Condarco
mas, doloroso es decirlo, trabajó casi BÍempre en el vacío.
Tuvo, entre otras s ingula res ocurrencias, la de colocar en la glándula pineal el asiento del alma humana...
■ ■ n
Í A FILO SO FÍA especulativa* que explica el encadenamien
to causal de los fenómenos, la única y verdadera filosofía, nada tiene que ver con la filosofía de los antiguos, es decir, con la metafísica, que hoy está muerta, y bien muerta.
No quedan sino algunos restos de metafísica putrefacta ( flores del m al), acrecentando la espantosa monstruosidad de ciertos cerebros granitoides
Lampos 12Í
L P R ESEN TE, los filósofosy los empíricos se tienden la
mano con el objeto de llegar más fácil y rápidamente a la solución de los grandes problemas de la Naturaleza, sin tener en cuenta para nada los artículos de la fe, que siempre han estado reñidos con la razón.
que esta antigua Villa de San Felipe de Austria, sea, por fin, la gloriosa urbe con que tantas veces he soñado : urbe de hombres virtuos a , inteligenteb y trabajadores, viviendo bajo un cielo sin dioses y sobre una tierra sin amos », prac- e indo sencillamente el * ama a
T 0 QUE YO DESEO, con to- L í das las fuerza de mi alma, es
Enrique Con da re o
tu prójimo más que a tí mismo y cifra tu felicidad en la felicidad de su porvenir ».
■ il71A AQ UIA VELO, el gran maes-
■X 'i- tro de la hipocresía, el gran conocedor del corazón humano, el gran político intrigante, dejó este principio infalible : « Qui néscit dissimulare, néscit regnare», lo que en lengua española quiere decir : Quien no sabe disimular, no sabe reinar.
En otros términos: Quien es sincero, no progresa.
I Qué tenebroso es el corazón humano !
T T A Y IN D IV ID U O S talmen- ■íJ- te imbéciles y cínicos que
Lampo* 1 as
siempre tratan de hacer de la amistad un negocio ; y, cuando uno no se deja explotar con ellos callada y estúpidamente, se creen con el derecho de molestarse...
¡ Pobres diablos !
ODAS L A S N U E V A S ideasencuentran siempre un obstá
culo más o meiioe grande en la inercia de las colectividades humanas ; y, esa inercia, verdadero tamiz, medio depurador, sirve de base a la estabilidad social. Esa depuración es lenta ; y por eso el progreso de la humanidad no puede ser menos lento.
Enrique Gondüreo
S ÓLO E L MÉTODO científico puede llevamos al conocimien
to de la Naturaleza
T7STA SO LEM N E declaración ■Li es muy digna de tenerse en cuenta:
« La doctrina de que la tierra no es el centro del universo ni inmóvil, sino que se mueve siempre con una rotación diaria, es absurda y falsa; filosófica y teológicamente considerada, es un error contrario a la fe ». ( Congregación de Prelados y Cardenales, junio 22 de 1633}.
Sin embargo, la ciencia ha progresado
Lampos 135
L A G N O STIC ISM O a lo Pauldu Bois—Reymond es, sene*
llámente, inaceptable.■ ■■
JO N L A S D I F I C U L T A B E S -Í-í de la vida, lo que más importa o, mejor, lo único que importa, es no desmayar.
Lo demás es secundario.■ ■ B
D e b e m o s p r o c u r a r , portodos los medios posibles, vi
vir más y más dentro de nosotros mismos, que fuera de nosotros.
El mundo exterior nos engaña, casi siempre : es alucinante.
Nuestro mundo interior es singularmente cariñoso, suave, dulce, sereno. Nos invita a la meditación, al arrepentimiento, a la re
126 Enrique Condarco
conciliación : nos conforta, nos consuela, nos orienta y nos satisface.
Nos satisface plenamente.Debemos vivir más dentro de
nosotros que fuera de nosotros.Desgraciados los que viven más
fuera de sí mismos, en el mundo de todas las mentiras, que dentro de sí mismos, en el mundo de todas las consolaciones, de todas las verdades y de todas las conformidades.
■ ■ ■
JO N M EDIOS estrechos y pro- ■Ct fundamente c o r r o mp i d o s c o m o el n u e s t r o , la e n vidia ruin, la inquina canallesca, el dolo feroz, la hipocresía tartu- fiana y un mundo de infamias incalificables, echan hondas raíces en el alma del hombre; y en el
Lampos m
juego de las colectividades, son el origen de incalculables males.
■ ■ ■• p O R Q U É tener miedo a la
muerte ?¿ No es cierto que debemos es
perarla sencillamente ?En realidad, después de reflec-
cionar serena y suficientemente sobre la fatalidad de la muerte, no queda otro remedio que el de la conformidad.
Ni más ni menos.Pero, debe ser una verdadera y
completa conformidad.¿ Miedo ?¡ No ! ¡ Nunca !¡ Jamás !El miedo ante la muerte, es inú
til y, sobre iodo, ridiculo.
T7L CULTO a los muertos es producto de la ignorancia y
del temor al más allá...■ ■■
p S M U Y D I F Í C I L que los J-d hombres sean sinceros del todo.
I En ningún terreno !■ ■■
O ÜEBZA, materia, eternidad, J- pangénesis, gémmulas, plasma germinativo, átomos, moléculas, metaquinesis... pura metafísica... producto de nuestra ignorancia.
■ ■ ■
C UANDO el politiquero se hace masón y periodista, se tor
na extraordinariamente vengativo.Su jesuitismo, gracias al perió
UNt Enrique Condarco
Lampos 129
dico, encuentra un excelente medio de exteriorización emotiva : jesuítica, se entiende.
El politiquero masón y periodista se saca el clavo a su manera, esto es, de la peor manera : cobardemente.
Hace que tener vergüenza ( vergüenza de carreterro ) hasta de las palabras más sencillas y naturales. Entre ellas, la palabra prostituta tiene la virtud de ponerlo rojo como una amapola... de mentirillas, por supuesto.
Estos periodistas politiqueros y masones tienen, como las verdaderas prostitutas, un aire de familia absolutamente inconfundible: se les puede reconocer en seguida, a la legua, hasta de noche...
130 Enrique Condarco
Les agrada muchísimo hablar de decoro, de pudor, de honradez, de honorabilidad, de patriotismo, de sacrificio por el bien público, de honestidad, de L I B E R T A D D E L P E N S A M I E N T O . . . en fin, de todo eso que constituye el alma de todas nuestras mentiras convencionales.
¡ El jesuitismo en acción !
O B R A S D E L M ISM O A U T O R
P u b l i c a d a s :
Ante las Murallas de Jericó ( agotada).
Charlatanismo Médico (agolada). La Descendencia de los Bebedores
( agotada)Lampos, primera edición ( agota
da ).Troqueles.Lampos, segunda edición.
E n p r e n s a :La Prostitución.
P o r p u b l i c a r s e :
Del Ideal dentro del Arte. Preceptos de Higiene. Conversaciones Científicas.Lo que dicen los Maestros.
ED ICIO NES D E E STA CASANoel Mariaca, Ortigas, poesías.Luis A. Nogales y Alfonso Ordó
ñez, Vocabulario, Español - inglés - Inglés - español de Tecnicismos de Minería, Geología y Metalurgia.
K. T. Goría, Para Todos. Manual para conducirse en sociedad.
Padre llamón Saravia, Breve Reseña de la Vida de San Gerardo
María Mayela.Alberto Cabezas Z., La Emoción
del Momento. Poesías.Dr. Enrique Condarco, Lampos,
Primera edición.Dr. Enrique Condarco, Troqueles.Dr. Enrique Condarco. Lampos.
Segunda Edición.E n p r e n s a :
Vocabulario, Quichua-esp-aymará.Dr. E. Condarco, La Prostitución.
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