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8/17/2019 Tesis- Los Estereotipos Femeninos
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LOS ESTEREOTIPOS FEMENINOS EN DOS NOVELAS
DE MARCELA SERRANO
TESIS
CLAUDIA ORTIZ ARZALUZ
ALEJANDRA YADIRA HERNÁNDEZ VILLALBA
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Los estereotipos femeninos
en dos novelas de MarcelaSerrano
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Nosotras que nos queremos tanto fue la novela que nos atrapó de Marcela Serrano. La
identificación con los personajes, además de la catarsis que nos provocó, hizo que se
convirtiera en nuestra autora preferida.
Los años pasaron y con ellos otras lecturas, incluyendo los nuevos libros de la escritorachilena. Sin embargo, ya no nos cautivó porque no había innovación en sus obras; pero
no podemos negar que ella es un fenómeno de ventas, de allí surgió en nosotras la
interrogante sobre las razones por las cuáles las mujeres devoraban sus libros y no las
obras de Sor Juana Inés de la Cruz, Rosario Castellanos u otras escritoras consagradas.
Al analizar la situación coincidimos en que las lectoras y hasta nosotras mismas nos
identificábamos de cierta manera con los sentimientos de las protagonistas de Nosotras
que nos queremos tanto, motivo por el cual nos dimos a la tarea de leer más textos de
Marcela Serrano topándonos con: Para que no me olvides, Antigua vida mía, El alberguede las mujeres tristes, Nuestra Señora de la Soledad, Un mundo raro, Lo que está en mi
corazón, Hasta siempre mujercitas y La Llorona.
Al realizar una comparación entre los textos decidimos trabajar con Nosotras que nos
queremos tanto y El albergue de las mujeres tristes ya que existen más similitudes entre
sus protagonistas y sus vivencias, quienes están atrapadas en una relación amorosa
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INTRODUCCIÓN
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tormentosa, sin futuro alguno, así que tienen que refugiarse en la casa de una amiga
o en un albergue donde tratarán de sanar sus heridas hablando de sus sentimientos.
El objetivo general fue identificar los rasgos de la paraliteratura en las obras El
albergue de las mujeres tristes y Nosotras que nos queremos tanto a partir de la
construcción del personaje estereotipado.
Los objetivos particulares son:
• Analizar las características del estereotipo.
• Establecer los aspectos constitutivos de la paraliteratura a partir del
estereotipo.
• Relacionar los personajes femeninos de las dos novelas de Marcela Serrano
con el estereotipo.
La hipótesis que guía el presente trabajo es: los personajes femeninos protagónicos
de las novelas de Marcela Serrano Nosotras que nos queremos tanto y El albergue
de las mujeres tristes se construyen a partir del estereotipo, por lo tanto forman parte
de la paraliteratura.
En el Marco Teórico sustentamos un análisis de tipo narrativo sobre en el personaje,
desde la perspectiva de Luz Aurora Pimentel, Gerard Genette y Fernando Gómez
Redondo. Para completar el carácter de los personajes utilizamos a Simone de
Beauvoir, Marcela Lagarde, quienes han hecho estudios sobre crítica de género.
Para identificar las características de los textos literarios consultamos a RomanJakobson, Gérard Genette, Roland Barthes, Terry Eagleton e Ítalo Calvino.
También tomamos en cuenta las opiniones y estudios sobre paraliteratura de
Umberto Eco, Mario Vargas Llosa, Federico Pastene; así como investigadores que
han analizado en otros textos la figura de estereotipo, por ejemplo, Cristina Rivera
Garza en “Corta-a (l)-azar: lectura de Julio Cortázar a inicios del siglo XXI”.
Sobre el estereotipo tenemos los ensayos de Ruth Amossy, Juan Herrero Cecilia,
Daniel Prieto Castil lo, Marianela Bitonte, Fernando Copello, Lucía
Guerra-Cunningham.
Nuestra investigación parte del método deductivo pero también ecléctico porque
partimos de lo general a lo particular, pues leímos todas las obras y de ahí nació el
interés por analizar los personajes de Marcela Serrano en Nosotras que nos
queremos tanto y El albergue de las mujeres tristes, siendo sus obras más
representativas.
Dichas historias no inducen a reflexionar más allá de lo otorgado por la escritora,
sus textos no poseen una riqueza estética solo una narrativa entendible, con temas
atractivos.
Para identificar las características que despiertan el interés de las lectoras por las
novelas de Marcela Serrano analizamos su obra partiendo de los siguientes
conceptos:
Paraliteratura, son textos que se hacen con el objetivo de agradar a cierto público
con fines financieros o ideológicos.
El Personaje ficción fundamental para el desarrollo de las acciones, en los textos
que estudiamos crean una relación lector-autor basada en las experiencias
femeninas.
El rol de lo femenino, es decir, el papel que desempeña cada personaje femenino en
función de determinar las características que permearán en la obra.
La crítica de género nos ayudó a entender cómo una escritora se vale de los roles
fijados por el sistema patriarcal para sacarle jugo a las historias que le pueden
generar más ventas.
En el primer capítulo analizamos el concepto de estereotipo, su historia y sus rasgos
en los personajes de las protagonistas de las novelas de Marcela Serrano: Nosotras
que nos queremos tanto y El albergue de las mujeres tristes.
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En el segundo capítulo analizamos los roles a través de Los cautiverios de las
mujeres de Marcela Lagarde: madresposas, monjas, putas, presas y locas,
identificando su caracterización estereotipada.
En el tercer capítulo diferenciaremos las características de la literatura canónica y las
de la paraliteratura. Dentro de este capítulo hacemos una breve semblanza de la
obra y crítica a Marcela Serrano para determinar aquellos aspectos que forman parte
de la paraliteratura, como el estereotipo.
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CAPÍTULO I
PERSONAJES Y ESTEREOTIPOS EN DOS
NOVELAS DE MARCELA SERRANO
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En este capítulo se abordará el término estereotipo, no solo su concepto sino su
historia, para definir la importancia que tiene en la formación de los personajes de
Marcela Serrano.
1.1 Definición de estereotipo
"El día en que le sea posible para la mujer amar, no pordebilidad sino por fortaleza, no escapar de sí misma sinoencontrarse a sí misma, no humillarse sino reafirmarse -ese día el amor será para ella, como es para el hombre,una fuente de vida". Simone de Beauvoir
El estereotipo ha tenido distintas acepciones desde su surgimiento. A veces se ha
tomado en sentido despectivo, otras como muestra de un grupo social y sus
carencias o características mostradas de forma exagerada.
En los diccionarios de términos sociológicos se considera al estereotipo como una
imagen o idea que las personas se hacen de otra persona o grupo. Es una idea
preconcebida, se forma de un prejuicio, por lo tanto puede o no ser verdad, ya que
solo es una idea, pero dista mucho de la realidad. Ejemplo al ver una modelo, uno
supone que carece de inteligencia o sus pláticas pueden ser banales, se cataloga
como la bonita tonta, un prejuicio que ha pasado de generación en generación.
El estereotipo tiene varios sinónimos: cliché, lugar común, tópico, topos, banalidad,
idea preconcebida. Se aplica en distintos contenidos (ideas, temas, expresiones), en
todos los niveles de lengua (oral, escrito), y en diversas expresiones (arte, literatura,
conversación).
En los estudios literarios se toma al estereotipo como término con el que se alude a
expresiones verbales convertidas en clichés (ideas o expresiones repetidas o
demasiado formuladas) a tipos o personajes heredados de la tradición, cuyos
gestos, comportamientos y lenguaje se repiten mecánicamente, a temas o
situaciones tipificadas que reaparecen reiterativamente en diferentes épocas
(Estébanez; 1996: 370)
Para los psicólogos, esa idea formada en nuestra cabeza, es la forma en cómo
vemos al mundo; es decir al expresarnos sobre una persona u objeto siempre lo
vamos a hacer prejuiciando, pero sin tener la verdad absoluta, solo tomaremos como
referencia lo que vemos en apariencia y aunque las características que observemos
parezcan reales, siempre serán una suposición previa a conocer al sujeto u objeto.
En la literatura esos prejuicios se plasman, porque son la visión del autor, o narrador,
la forma en cómo ve el mundo. Durante largo tiempo el uso de estereotipos en la
literatura era común, e incluso, se usaban indiscriminadamente en conversaciones y
textos literarios. Sin embargo, debido a su uso excesivo se desacreditaron porque se
les tomaba como una deformación de la verdad y su afán paródico; además eran
vistos como formadores de sistemas ideológicos que encasillaban a los personajes y
reducían la polifonía del texto a una sola estructura conocida.
Uno de los estudiosos del estereotipo, Hilary Putman, piensa que la idea se
convierte en una convención entre las personas sobre una palabra. Los lectores se
identifican con el concepto, pues al encontrarlo en repetidas ocasiones le resulta
familiar; es así como se fija el estereotipo, ya que el prejuicio crece. Si alguien habla
de una virgen, la palabra refiere a todos: pureza, castidad, bondad, protección,
debido a la convención religiosa de distintos grupos sociales.
Los estereotipos dentro de los textos literarios definían cómo tenían que ser las
características de ciertos grupos sociales, por ejemplo: en la Edad Media, estaban
los caballeros, las princesas, los plebeyos, los mendigos, todo tenía que ver con unacondición social.
Juan Herrero Cecilia, al analizar el término estereotipoanaliza que esta repetición fija
caracteriza a un personaje en cualquier texto, al leer la referencia sabemos de qué
trata y cómo se va a comportar el actante.
Fernando Copello dice que los estereotipos son usados para explicar el mundo o las
formas de convivencia de una forma más simple:
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La relación entre los estereotipos culturales y la construcción de la identidad esun hecho frecuente. En efecto, toda construcción, toda elaboración de unaidentidad, busca a menudo sus fundamentos, sus bases en conceptos que senutren de la noción de estereotipo. Esta dialéctica entre el estereotipo y laelabor ación de la identidad no es siempre obligatoria. Sin embargo está presentede manera clara y distinta en la representación literaria de un fenómenocualquiera. Es que la literatura no puede hacer más que simplificar la realidadpara traducirla en signos. Y el estereotipo se relaciona con el lugar común, con elcliché, con la simplificación. (Copello; 2008: 173)
Los clichés son características que identifican ciertos géneros e incluso de algunos
autores, por ejemplo, las novelas de aventuras suelen estar ambientadas en remotos
y exóticos países (desde el punto de vista del público lector), como vemos en La
vuelta al mundo en 80 días de Verne o Las aventuras de Robinson Crusoe de Daniel
Defoe. En cuanto a autores, es fácil afirmar que las novelas de Agatha Christie están
llenas de clichés que la autora inmortalizó para siempre, el mayordomo asesino, o el
más insignificante es el culpable. De hecho, algunos críticos literarios catalogan el
nivel de los autores según el número de clichés que utilizan en sus obras.
También los clichés son empleados por los escritores para identificar la pertenencia
de alguno de sus personajes a un estrato social determinado (no hay más que vercómo habla Sancho Panza, a través de clichés, sintomáticos de la llamada sabiduría
popular). Quizás determinados por la crítica feroz que siempre se hizo a estas
expresiones, se llegó a fijar una distancia entre el escritor y los personajes, de tal
manera que estos clichés a menudo aparecen indicados tipográficamente por las
comillas, en una muestra que el escritor es consciente de su uso y de que, en
definitiva, los emplea a modo de burla o para caracterizar a los personajes con un
grupo social, cultural, político y económico.
Nesrine El Akel, en su artículo“Sociolingüística: Estereotipos” presenta los clichés
como características de identificación de ciertos géneros e incluso de algunos
autores, y para que un cliché se convierta en estereotipo, en literatura, se añade una
postura sociológica es decir, la opinión pública es quien cristaliza a los personajes
como una imagen ya dada.
Los estereotipos, actúan como mediadores entre los individuos y la sociedad, entanto en cuanto permiten la integración dentro del seno de una cultura, dejandosus marcas en textos de todo tipo e influyendo de manera inevitable en eli m a g i n a r i o s o c i a l . ( E l A k e l ; 2 0 0 5 ;http://www.geocities.ws/construyendome/estereotip.html)
La palabra estereotipo ya forma parte del vocabulario cotidiano, como dice Ruth
Amossy: “Mencionado con frecuencia, usado como criterio de valor y como
instrumento de análisis, el estereotipo permanece” (Amossy; 2001: 86). El
estereotipo se fija en los escritos como una marca fácil para reconocer a los
personajes mediante la lectura.
Francisco Bernete citando a Frederic Munné en El estudio de los estereotipos a
través del análisis de relatos ha señalado cuáles son las principales aproximacionesteóricas al estudio de la formación de los estereotipos. Para este autor, las
explicaciones más polarizadas sobre cómo se forman y se desarrollan los
estereotipos, son las de tipo psicoanalítico, donde se pone el acento en las
necesidades inconscientes que se satisfacen al construir estereotipos
(principalmente, para justificar con ellos comportamientos discriminativos).
Socioculturalmente, los estereotipos tienen su origen en el sistema social y
normativo; por tanto, llegan al individuo por medio de los procesos de socialización.
Bernete asegura que en el estereotipo existe un proceso de categorización que sirve
para formar agrupaciones de hechos u objetos que sirven de guía en la adaptación
de los sujetos; asimila todo lo que puede a la categoría y permite identificar con
rapidez los objetos asociados a dicha categoría, que a su vez satura todo su
contenido con el mismo efecto emocional e ideal; todo este proceso puede ser
racional en mayor o menor medida.
Entonces, un estereotipo es una imagen o concepto simplista, incompleto y
generalizador sobre un grupo de personas.
Pero también hay imágenes o figuras estereotipadas, aquellas que se utilizan casi
como un código o un ícono, como los que usan en informática (en la pantalla) por
ejemplo, es una figura estereotipada, que sintetiza una idea o concepto.
Roland Barthes dice en El placer del texto que el estereotipo es la palabra que se
repite y pierde toda magia y encanto, porque intenta ser ese milagro de crear al
nombrar, pero solo repite e insiste en existir. “El estereotipo es la vida actual de la
“verdad”, el rasgo palpable que hace transitar el ornamento inventado hacia la forma
canónica, constrictiva, del significado”. (Barthes; 1999:82)
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http://www.geocities.ws/construyendome/estereotip.htmlhttp://www.geocities.ws/construyendome/estereotip.htmlhttp://www.geocities.ws/construyendome/estereotip.html
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Cesare Segre en Du motif à la fonction et viceversa, en Communications, los ve
como puntos de concentración de la conciencia colectiva, de lo cual se deriva su
carácter metadiscursivo. La experiencia colectiva –dice- tiene diversas vías
semióticas para expresarse y de un modo u otro la formaliza recurriendo a
estereotipos. Los estereotipos no tienen, para Segre ese matiz peyorativo que
caracteriza a los clichés como expresiones trilladas e irrelevantes, sino antes bien,
son la manera en que las experiencias sociales encuentran formas deesquematizarse. Ahora bien, estas formas sociales no están aisladas de los
diferentes tipos de discursos que circulan socialmente y que incorporan tópicos
provenientes tanto de la literatura, como de las tradiciones orales o de los medios
masivos.
Para María Elena Bitonte el estereotipo es la imagen o idea aceptada comúnmente
por un grupo, es el conjunto de creencias elaboradas a partir de los supuestos
atributos considerados como propios de la mujer y el hombre, siendo el rol quien
marca las acciones del individuo mientras que el estereotipo establece las opciones.
Los estereotipos son un fenómeno cultural encaminado por la familia o la sociedad,
por ejemplo: se presuponen roles determinando el género, raza, religión, etcétera de
lo cual se espera que su actuar y características obedezcan a este estereotipo.
Creemos que los estereotipos son en sí los esquemas preconstruidos (el individuo
los recibe de la lengua o del ambiente sociocultural); contribuyen a organizar las
representaciones colectivas, las opiniones intercambiadas y el imaginario social
(conceptos, nociones, mentalidades, prejuicios, valores, etc.).Ejemplo de ello, son
los cuentos como La Cenicienta, Blanca Nieves, la Bella Durmiente: princesas que
deben ser rescatadas por el príncipe azul, al que no le importará luchar contra
dragones para conseguir su amor, por lo cual estos cuentos se transforman en
prototipo, que al copiarlas tantas veces se convierte en estereotipo, fruto en cierto
caso, de una larga tradición literaria.
Daniel Prieto Castillo en Discurso autoritario y comunicación alternativa explica en
qué consisten:
[…] Aquellas aceptaciones o rechazos que cada quien ejerce hacia los demás, ohacia algo, por causas psíquicas enteramente individuales. Habría tantosestereotipos como seres existentes, o mejor, tantas formas de estereotipar comoagentes. Hay estereotipos compartidos […] aquellos que aceptan y adoptan ungrupo, o incluso una clase social […] (Prieto; 1984: 107-108)
Prieto Castillo asegura que el estereotipo se forma de dos extremos fundamentales:
el superior dado por el prejuicio y el inferior por las convicciones. En el primero se
valora rígidamente la realidad de los otros, es una crítica, con una intención
peyorativa o simplemente para hacer válido el trato hacia alguna persona, por
ejemplo una prostituta, un indigente, un indígena.
Para Lippmann (psicología 1922) los estereotipos constituyen representacioneso categorizaciones rígidas y falsas de la realidad, producidas por unpensamiento ilógico... consisten en una operación que economiza esfuerzos enla relación entre el individuo y el ambiente… Katz y Braly en 1935 manifestaronque eran impresiones fijas que se adecuan poco a los hechos. Constituye unproceso por el cual se define primero y se observa después...El estereotipoprocede también por generaciones, pero hace como si , reiteramos, fuera unconcepto. (Prieto; 1984: 107-108)
En el extremo inferior se hallan las convicciones o la forma de conceptualizar a todo
un grupo, por ejemplo: los obreros, los maestros, los estudiantes, los científicos, los
políticos, los policías, los militares, etc.
Todas las personas utilizamos estereotipos, y es muy difícil sustraerse a ellos, sin
embargo en la literatura no debería suceder, pues si en los grupos humanos es para
discriminar o etiquetar a alguien, en los escritos literarios pierde todo valor estético,
ya que rompe con la magia de la narración al encasillar a sus personajes en una
misma temática.
1.2 El concepto de estereotipo a través de la historiaEl concepto de estereotipo ha estado presente en la historia de la Literatura desde el
principio de la creación literaria, de acuerdo a Nesrine El Akel en el artículo
“Sociolingüística y otros estereotipos”desde la Antigüedad, los estereotipos eran algo
normal en la escritura y en el pensamiento. Cuenta que al principio el estereotipo
sirvió para reconocer a los personajes e incluso saber quién era el qué escribía. Eran
aceptados por todos. Ejemplo de ello son textos como la Ilíada, la Odisea que
presentaban héroes míticos con las mismas características.
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Del siglo V al XV, en la Edad Media, el estereotipo fue considerado un argumento
precocinado, una fórmula repetitiva, rígida, gastada a fuerza de uso. Lo podemos
encontrar en los cantares de gesta donde se hablaba de hazañas de los caballeros
al salvar una damisela o en las fábulas que se usaban con estereotipos sobre las
características animales para educar a la sociedad. (Nesrine El Akel,
http://www.geocities.ws/construyendome)
A partir del Racionalismo (siglo XVII) y la Ilustración (primeros años del siglo XIX)son reconocidos como fuente de conocimiento y opinión, sobre todo para poner en
tela de juicio los valores en decadencia, ejemplo de ello fueron las obras de Moliére
que se basaban en los estereotipos, el avaro, codicioso y mezquino para mostrar un
sinfín de situaciones humanas. (El Akel, http://www.geocities.ws/construyendome)
Al principio del siglo XIX la sociedad se divide y los estereotipos serán
desacreditados. Durante este periodo se atacó la banalidad de su forma: percibidos
como signos formales de una tradición antigua, se ven como formas incapaces de
expresar la verdad de manera correcta y atractiva.
A finales del siglo XIX, se les reprocha el carácter contingente y mentiroso de su
contenido, así como su participación a sistemas ideológicos contestables, es decir
que se trataba de denostar a ciertos grupos por los estereotipos y cayó en el uso
exagerado (Nesrine El Akel, http://www.geocities.ws/construyendome)
A principios del siglo XX son considerados como una fórmula cristalizada o
esquema, hereda todas las connotaciones peyorativas del cliché, sin embargo,también es estudiado con nuevos enfoques desde el campo de las ciencias sociales
apreciados como juicios no críticos, que esquematizan y categorizan la realidad de
manera rígida pues se resisten al cambio.
A partir de los años 1920-1930, el concepto de “estereotipo” con el sentido de
esquema mental o de fórmula fija empieza a ser estudiado por los psicólogos
sociales americanos que insisten sobre todo en la visión reductiva y deformada o
esquemática del otro. En los años 60, se deplora su univocidad, su carácter reductor;
son el obstáculo que oponen al deseo de variar los sentidos y los códigos de lectura.
La historia del estereotipo no solo en el ámbito literario sino el psicológico ha servido
para identificar distintos patrones o ideas que un grupo de gente se ha hecho sobre
determinada persona o personas. En la literatura esos personajes pueden volverse
arquetipos o solo una repetición que todos reconocen.
1.3. Características de los estereotipos femeninos
Los estereotipos están dados por una estructura autoritaria, es decir, alguien que
dicta mediante los prejuicios y las convicciones como adjetivar a un personaje o un
ser humano, con el objetivo de que otros se reconozcan en ellos y acepten esta
calificación como una etiqueta, una repetición de sí mismos. Sin embargo,
argumenta Prieto Castillo, esas estructuras autoritarias marcan situaciones muy
empobrecidas y que pretenden tengan validez universal, como un arquetipo. “Así,
se ha difundido de una manera incesante el estereotipo del héroe occidental, elestereotipo de la belleza, el estereotipo del artista, del científico, del policía [...]”
(Prieto; 1984: 107-108)
Ese empobrecimiento comienza con una de las características fundamentales del
estereotipo: la repetición ya sea en frases o en actitudes de los personajes.
Barthes agrega que la lengua está compuesta de signos que existen porque son
reconocidos, es decir, en la medida en que se repiten, por lo que en cada palabra
siempre duerme “el monstruo del estereotipo”.
Fijar-repetir la idea es la base del estereotipo, pues con ello, cuando el
receptor-lector vuelva a leer un texto del mismo narrador-escritor, sabrá a qué se
refiere ya que la frecuencia con que se emplee lo hará duradero, aunque no eterno,
porque pasará de moda, pues obedece a un valor retórico o ideológico que no
produce necesariamente en el receptor el efecto deseado por él quien lo enuncia, su
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http://www.geocities.ws/construyendomehttp://www.geocities.ws/construyendomehttp://www.geocities.ws/construyendomehttp://www.geocities.ws/construyendomehttp://www.geocities.ws/construyendomehttp://www.geocities.ws/construyendomehttp://www.geocities.ws/construyendomehttp://www.geocities.ws/construyendome
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interpretación varía según la situación histórica, la competencia cultural e ideológica
del lector.
Por su parte, Juan Herrero Cecilia, en su artículo La teoría del estereotipo aplicada a
un campo de la fraseología: las locuciones expresivas francesas y españolas dice
sobre el tema que la función de la repetición se debe a que:
Los interlocutores organizan el enunciado siguiendo las prescripciones(temáticas, composicionales, estilísticas) que imponen los géneros de losdiversos discursos o prácticas discursivas institucionalizadas dentro de unasociedad, pero el locutor orienta siempre el tema, el tono y el estilo delenunciado (texto) en función del tipo de reacción o de respuesta que busca en suinterlocutor o en el público al que se dirige. (….)Desde la perspectiva actual del
Análisis del discurso, el estereo tipo como representación colecti va fijacorresponde a la imagen que el interlocutor debe reconstruir interpretando loselementos dispersos que en un medio social remiten a ciertos modelos culturalesp r e e x i s t e n t e s . ( H e r r e r o ;http://www.ucm.es/info/especulo/numero32/teoreste.html)
A lo que se refiere la cita, es al entramado donde el personaje logra que nos
sintamos identificados con él, para hacerlo más fácil y nada sutil, está el estereotipo,
pues mediante este mecanismo, el lector sabe de qué se trata, a qué medio se dirige
y con qué intenciones, no hay ningún as bajo la manga; el estereotipo está
construido para ser reconocido como representación de cierta ideología que quiere
dejar clara el interlocutor, en este caso sería el autor, narrador.
Como lo menciona Prieto Castillo, en su Discurso autoritario y comunicación alternativa,
otra característica es el exhibicionismo o adjetivación sin mesura, es decir, ya sea en
la forma en cómo el personaje habla de sí mismo o cómo otros se refieren a él es
como nos damos cuenta si existe esta cualidad. Podemos detectarlos en la
estructura misma de las frases. Se verbaliza al personaje como si fuera unsuperhéroe de comic, con el fin de que el lector sepa lo más importante del universo
y sus alrededores.
Hay una serie de decisiones en las cuales el perceptor no ha tenidoabsolutamente ninguna participación. Normalmente se entrega a los estereotiposcon una confianza notable, la cual deriva (lo reiteramos siempre) de la situaciónsocial en que se desarrolla el proceso de comunicación. (Prieto; 1984: 112-113)
Otra característica es la intención que podemos notar en la lectura o en las
segundas lecturas de un mismo escrito; debemos deducirla intención escritor al
mostrarnos a sus personajes de nuevo en la misma encrucijada. Debemos
escudriñar el énfasis de la enunciación; como aparecen sus personajes por la
descripción de sus cualidades, porque aunque el narrador sea el primero, no es en él
en quien se centra el relato, el emisor, hará que hablen sus personajes según sus
intereses.
Roland Barthes en su libro Mitologías, dice que el lector mira por un rato su propio
retrato en esa lectura que le presenta el emisor, pero se detiene solo un instante
porque solo exorciza algunos demonios del lector que tienen que ver con el nivel
superficial, pero no ahonda en ellos. Los estereotipos sirven para contrariar la
provocación del propósito inicial y terminan por sepultar todo en la insignificancia.
(Barthes; 1999:82)
Los lugares comunes son otro indicio de la existencia un estereotipo. Cuando una
narración de un mismo autor incide en describir espacios conocidos donde los
personajes se desenvolverán en la misma temática, sabemos que se trata de una
repetición. El emisor intenta dar un mensaje claro sobre lo que encontrará el lector al
internarse en sus páginas, sin sorpresa descubrirá la persecución de los personajes
sobre un mismo objetivo, en un lugar parecido, con diferente nombre.
Fernando Copello, en “Los estereotipos del hombre y de la mujer en una novela
publicada en 1622: El andrógino, de Francisco de Lugo y Dávila”, dice que el
estereotipo se relaciona con el lugar común, con el cliché y la simplificación. Lo
explica como el modo de hacer textos que llegarán al público sin complicación
valiéndose de los hechos repetitivos que la literatura evita, ya que le da otra forma al
lenguaje.
También se puede clasificar a los estereotipos según su nivel, el cual describe Ruth
Amossy en su libro Estereotipos y Clichés donde maneja tres niveles de estereotipos
donde se engloba sus funciones:
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http://www.ucm.es/info/especulo/numero32/teoreste.htmlhttp://www.ucm.es/info/especulo/numero32/teoreste.htmlhttp://www.ucm.es/info/especulo/numero32/teoreste.html
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Los de primer nivel son simples y de fácil lectura, hacen eco en la mente del lector
por su referencia al entorno familiar y lo parecido que son con la realidad.
En Marcela Serrano se presenta en los lugares donde ellas conviven: la cocina, la
sala, la recámara, sitios donde sus personajes hablan del apego a la tierra, a la casa,
a la familia, ese sentir que es común en la mayoría de las personas.
Los de segundo nivel invitan al lector a recordar algún contexto, se hacen cómplicesdel receptor al presentar algo de fácilmente identificación, pues está fija en su mente,
como una marca: Es decir el lugar común. Nuestra escritora en las novelas
subsecuentes a Nosotras que nos queremos tanto se vale de presentar un ensamble
común de temas: la conversación curativa entre mujeres y sus problemas personales
que nos representan a todas.
Los del tercer nivel son una crítica, se crean para despertar la conciencia reflexiva
del lector en cuanto a sus valores retóricos o como los del segundo nivel, proponen
una burla, por ejemplo el Quijote y las novelas de caballería. En el tercer nivel está la
denuncia escueta sobre la dictadura de Pinochet, porque sólo enmarca el ambiente
que viven algunos personajes, pero en el cual no se involucran. Incluso podría
decirse que en algunos momentos habla de una parte que se desconoce del
movimiento revolucionario en Chile, de todos aquellos que se aprovechaban de la
buena voluntad de quienes los ayudaban o apoyaban con su causa. Ejemplo de ello
es Sara y Elena, personajes femeninos involucradas con los rebeldes pero sólo de
forma indirecta, la primera por amor, la segunda por fraternidad; sin embargo ambas
son defraudadas.
1.4 Estereotipos femeninos en dos novelas de Marcela Serrano
Antes de entrar al estudio de los estereotipos femeninos analizados en las obras de
Marcela Serrano, debemos dejar claro qué es un personaje y cómo deriva en
estereotipo.
Fernando Gómez Redondo dice en su libro Lenguaje Literario que el personaje
surge como un espejo dónde se reflejará el lector y vivirá, junto a él, las peripecias
que la historia puede desarrollar paralelamente, el lector adquirirá una visión del
mundo ajustada a esos hechos y regulada por las informaciones que de los
personajes pueda adquirir. (Gómez; 1994: 45)
Para este crítico, un personaje es como un molde vacío que va caracterizándose
durante la narración, conocemos el por qué de su existencia, los lugares que
frecuenta, su discurso y su nominación con que será conocido durante todo el relato.
Greimas especifica que el personaje cumple con una función actancial, es el héroe
que va tras un objeto (deseo, valor, bien) y en ese camino hay destinatarios quienes
le marcan lo que debe obtener y cómo. Sin embargo, no es tan fácil porque hallará
oponentes quienes lo probarán o lo retarán para impedir que obtenga el objeto,
también encontrará adyuvantes quienes le darán señales de cómo seguirlo.
Luz Aurora Pimentel en Relato en Perspectiva dice sobre el personaje, que “no es
otra cosa que un efecto de sentido que bien puede ser del orden de lo moral o de lo
psicológico, pero siempre un efecto de sentido logrado por medio de estrategias
discursivas y narrativas” (Pimentel; 1998: 59)
La autora argumenta que “el actante es más que una entidad orgánica”, “con vida
propia”, un efecto de sentido, un efecto personaje; también es cierto que la
referencia última de todo actor es a un mundo de acción y valores humanos e insiste
en que los seres que actúan en la historia son entidades verbales.
Agrega que un relato nos presenta un mundo de acción humana, donde es evidente
la centralidad no solo de la acción sino del actor, y no solo del actor como una
posición sintáctica o un papel temático, sino como el principio mismo de una
constante transformación del orden de lo físico, moral, o psicológico; transformación
que se opera en el tiempo.
El nombre es fundamental, según la crítica literaria, desde el momento en que el
personaje obtiene una denominación sea o no referencial, inicia la cargar de sentido.
Es así como se nos presentan ocho personajes femeninos, protagonistas en las
novelas: Nosotras que nos queremos tanto y El Alberge de las Mujeres Tristes, en
nuestra lectura descubrimos que los personajes son diferente, pero tienen
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características comunes a pesar de formar parte de distintos relatos, con base en
estas semejanzas proponemos el siguiente esquema comparativo.
Nosotras que
nos queremos
tantoNombre del personaje Característic
as FísicasProfesión Característ icas
SocialesMotivos/ Tema Espacio
María Atractiva,delgada,vistehippie,arrogante,supersticiosa. Ojosenormes,bocacarnosa.Tonta ybonita.
Periodista,comunicóloga.
Rica,(nieta deexhacendados)Fumadora ytomadora decafé.
Mujer Perfecta/ Algo pasó conuna de sushermanas Aleja a loshombresLiberal, mujermoderna
Su cama esfundamentalTiene muchosamores
Ana (narradora) Ni alta, nibaja, nigorda niflaca, sedefinearmoniosa.
Maestra deFilosofía
Clase mediaalta
Así como sufísico ella es todoequilibrio.Familia perfecta
Casa del lago
Isabel Rubia, deojosazules,descendenciaalemana
Educadora Clase media Esposa/ama decasa, madreabnegada (5hijos)Se suicidó sumamá
Su casa.
Sara Gorda,baja deestatura,cabellochino.
Ingeniero Clase baja.Viste comohombre
Revolucionaria Departamento.
El albergue de
las mujeres
tristes
Nombre del personaje Características Físicas
Profesión CaracterísticasSociales
Motivos/ Tema Espacio
En Nosotras que nos queremos tanto se habla de cuatro mujeres que se refugian en
la casa del Lago de su amiga Ana, para pasar las últimas vacaciones juntas, antes
de que se transforme el país a la democracia total, ahí aprovechan para contar sus
historias con un tema dominante: el desamor.
En el caso de la novela las vamos conociendo mediante la caracterización de la
narradora quien se presenta de la siguiente manera:
“Ésa no es mi voz. Es la voz de María.
Yo me llamo Ana.
Soy la mayor. Es la razón que inventé para contar estas historias.”
(Serrano; 1996: 11)
A lo largo del relato: Isabel, Ana, Sara y María informarán sobre el cambio paulatino
que han sufrido desde que se conocieron, cómo las transformó el amor y el
desamor; intentarán que este tema no sea la única referencia en su historia.
Ana, una de las protagonistas de Nosotras que nos queremos tanto funge a vecescomo narrador, se describe, dándonos cuenta de cómo se mira. “No soy bonita ni
fea. Ni alta ni baja. Ni gorda ni flaca. Ni muy oscura ni muy clara. Mi apariencia tiene
directa relación con mi ser profundo. Ni estridente ni invisible. Una suerte de
equilibro fluye de mí.” (Serrano; 1996:15)
Esta descripción es una contradicción, se afirma y se niega al mismo tiempo, si no
es una cosa ni otra, ¿qué es? ¿Un personaje desdibujado? Así durante la novela ella
será la sombra la que no es y deja ser a las otras, su función es contar.
Sara será revolucionaria de cama, es decir, se enamora de un rebelde, pero en la
historia no abraza ninguna causa, solo está ahí para narrar cómo un hombre le
destruyó el sueño de “hacer revolución desde su cuerpo”.
Sara fue totalmente absorbida por este hombre y por la política, que veníansiendo la misma cosa. Hoy se pregunta cómo sacó adelante sus estudios deIngeniería, con tanta energía robada a ellos. Pero la capacidad de Sara eragrande y ella lo sabía. Y como suele suceder a las mujeres eficientes, a pocoandar Francisco no podía hace nada sin ella. Él seguiría viviendo en el mundo
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de las ideas mientras ella le solucionaba todo lo relativo a la vida práctica yreal. (Serrano; 1996:15)
Definimos a Sara desde su relación con Francisco, este encuentro determina su
historia; sus acciones están supeditadas a lo hace con él, actividad política, relación
amorosa e incluso la procreación de una hija.
Isabel es esa ama de casa meticulosa, que a fuerza de una historia terrible con la
madre, luchará por no sucumbir ante la vulgaridad de su vida cotidiana, sin embargo,su gran aventura se resumirá en serle infiel al marido con alguien más joven y en
pasar una noche en un hotel sola para consentirse y escaparse del mundo.
Se llamaba Isabel. Cuando dijeron que provenía de la Universidad Católica, mepareció obvio. ¿De dónde más? Su fuerte era la educación. Había estudiadopedagogía y luego de aprobar un magister, ahora cursaba un doctorado. Laresponsabilidad emanaba de ella. (Serrano; 1996:20)
En esta cita observamos la percepción a primera vista de sus amigas, este
personaje está marcado por el sistema patriarcal. Hace lo que se espera de ella,
desde cuidar a su madre suicida. Su responsabilidad y pulcritud se deben aldesorden que le representaba su mamá. Ella al luchar con la idea de ser una mujer
que se deja arrastrar por sus pasiones se apega a ser una buena hija, madre,
esposa; como si fuera un soldado.
María es el personaje central, belleza y elegancia siempre serán palabras que la
definan. La bonita tonta catalogada por sus familiares, utiliza su hermosura para
salirse con la suya, pero también la encadena a una serie de relaciones sin sentido
que la hacen sentirse cada vez más vacía, hasta que llega a un estado de depresión
ineludible.
Ciertamente era bella. Pero no era una belleza típica ni clásica. Lo que tenía estamujer era un aura de atracción. Sí, más que bella era eso: tremendamente atractiva.Podía imponerse por presencia pura. Pero parecía arrogante y, sin exagerar, dura.¿Sería solo producto de mi imaginación, de mis permanentes ganas de rescatar algénero humano, que percibí en ella el abandono? Quizá era esa boca taimada lo quepodía salvarla. Me pareció ridículo, pero c ierto. (Serrano; 1996:32)
Cuando leemos esto, descubrimos la fascinación que tiene la narradora por este
personaje, por como la describe; en ella confluyen todas las historias; María es el
referente central, al principio es el ejemplo de todas ellas, el modelo de mujer: libre,
feliz, bien vestida, inteligente: una supermujer. Hasta que salen a flote sus aristas: la
dependencia afectiva.
Los personajes son no referenciales, ya que Pimentel postula que los personajes
referenciales son los que desde su enunciación ya están cargados de sentidos “El
rey” “Napoleón”, La justicia.
Los no referenciales forman ese personaje al describirlo, pero todo ello desde la
perspectiva del narrador; por ello que es necesario que ese nombre tenga
estabilidad, recurrencia, no solo la coherencia; legibilidad del relato, sino la identidad
misma del personaje y la conservación de la información narrativa que en torno a él
se va generando.
El nombre es donde se agrupan todos los rasgos que dibujan la identidad del
personaje y debido a los procedimientos discursivos y narrativos de la repetición, la
acumulación y la transformación es como va ganando significado y valor. Esosnombres darán identidad a los personajes durante toda la historia. Se habla de esas
mujeres desde su profesión, quiénes eran ellas cuando llegaron a trabajar en el
Instituto de Investigaciones, desde su andar, hasta su currículum profesional:
Aquí solo hay mujeres, cualquiera de ellas. Somos tan parecidas todas, es tantolo que nos hermana. Podríamos decir que cuento una, dos o tres historias, peroque da lo mismo. En el fondo, tenemos todas –más o menos- la misma historiaque contar. (Serrano; 1996:16)
La narradora aclara, esta historia es de mujeres, el gancho para atraer posibles
lectoras ha sido lanzado. A partir de este momento la identificación será buscada, yaque si son historias de mujeres, quién lee se pregunta ¿dónde está mi historia?
Según Aurora Pimentel toda descripción de la alteridad de un personaje está
coloreada por la subjetividad del personaje que describe, o por la subjetividad de la
conciencia focal a través de que el narrador hace la descripción.
Se retrata a las mujeres de esta novela desde el comienzo desde su formación
familiar, las expectativas de sus padres, también se plasma la visión del mundo
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chileno: convulsionado por el golpe de estado, este acontecimiento marca el
despertar de las protagonistas quienes comienzan a ser, su educación dependerá de
los cambios políticos, económicos de su entorno y por supuesto de los hombres que
les quitan el sueño.
Las “niñitas”, como solía referirse a ellas su madre, estaban destinadas a cumplirun brillante itinerario: la educación básica y media en un buen colegio particular,católico y de habla inglesa. La educación superior —era bueno que la tuvieran,
no necesariamente que ejercieran— sería en la Universidad Católica. Ojalá unapedagogía o algo relacionado al concepto de servir al prójimo (pero sinrebajarse, no Enfermería). Esto les daría una base intelectual y cultural que lesayudaría a batírselas bien en cualquier circunstancia. Podrían elegir entre losmejores hombres de la sociedad para desposarse, pues también contaban entresus atributos con una buena dote. (Serrano; 1996:107)
Las líneas que escribe Marcela Serrano sobre sus personajes denotan el estatus
que siempre tendrán sus personajes: clase alta. Ahí, como narra María, tendrán la
posibilidad de desenvolverse en ese mundo sin problemas, porque tendrán las
armas económicas para lograr lo que ellas deseen.
Al igual que Nosotras que nos queremos tanto, en El albergue de las mujeres tristes
la narración parte de la transformación de los personajes femeninos principales,
quienes nunca se individualizan en una mujer sino en todas. ¿Qué les pasó, cómo
llegaron a ese refugio? ahí empieza el relato en retrospectiva:
El albergue de las mujeres tristes
Son cinco cabañas, cada una equipada para cuatro habitantes. Voy a vivir portres meses entre veinte mujeres, más Elena que equivale ella sola a unas diez,medita Floreana mientras curiosea a su alrededor, sintiendo que se la tragan elolor de la madera y la tibieza de una salamandra encendida en la pequeña salade estar. (Serrano; 1997:17)
Nosotras que nos queremos tanto
Las vi de lejos, queridamente reconocibles.
Con poco equipaje, caminaban por la losa estos tres cuerpos, dando laimpresión de que si no hubiesen sido adultas, brincarían. Mirabanalternadamente hacia el cielo, ¿la fascinación del azul descontaminado? Y haciala gente que esperaba a los pasajeros. (Serrano; 1996:17)
En las citas anteriores más allá de las características comunes atribuibles al estilo de
la escritora, se hacen evidentes los tópicos comunes: el encuentro y la solidaridad
entre mujeres sufridas. También se funden en el espacio, se hacen una para curarse.
Deciden entrar en una etapa de reconstrucción, caminar hacia la madre y su
regreso, eso que llama Joseph Campbell el vientre de la ballena, de donde deben
salir otras para enfrentar al mundo.
La primera vez que leímos Nosotras que nos queremos tanto los personajes se nos
hacían complejos, llenos de transformaciones y de roles temáticos, sin embargo, al
leer una segunda novela de Marcela Serrano la repetición, no de nombre, pero sí de
roles temáticos, terminó con la sorpresa de la escritura de Marcela Serrano.
En El albergue de las mujeres tristes se presenta a profesionistas que no soportaron
el dolor que les causó su adicción a las relaciones dependientes y huyen a otro
refugio, cerca del mar, cerca del fogón, con pan calientito y una buena copa de vino
para observar el mundo, otra “recurrencia” en el espacio donde estas féminas tienen
que regenerarse.
-A fin de cuentas, Elena, ¿qué es el Albergue? ¿Una terapia, una casa dereposo, un hotel entretenido, un resort ecológico? ¿Puedes definírmelo?
-El Albergue es lo que tú quieras que sea.
Floreana guarda silencio un trecho, concentrada en el brillo de las piedraslavadas por la lluvia, semihundidas en la huella de barro.
-Y con ello –insiste-, ¿resolviste tus propias inquietudes?
-Sí. Logré lo que no pude hacer en los veinte años anteriores: ayudar realmentea personas de carne y hueso. He llegado a una profunda tranquilidad personal.(Serrano; 1997:42)
La misión de una de ellas será hacerles comprender a las otras que deben partir de
sí mismas para ser felices. Por eso, dice Elena que el refugio es lo que cada unaquiere que sea, puede ser reparación, escondite, descanso, meditación o sólo un
lugar para quejarse o llorar. Nadie puede ayudar a la otra si ésta no se ayuda
primero. Cuando leemos su despecho, también sabremos si han hecho consciencia
de dónde y cuál es la causa de su dolor. Este refugio es la repetición de la casa de
Ana, sólo que con más chozas, para tener a más enfermas de dependencia.
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Elena, Floreana, Angelita y Toña París son las protagonistas del Albergue de las
Mujeres Tristes, aunque también se narran breves historias de otras mujeres, la
novela tiene como eje la vida de estas cuatro amigas, y como en la primera novela,
llegan a este lugar invitadas por una mujer que se ha dado a la tarea de curar a
otras, intenta ayudarlas afectivamente para que puedan volver a su vida.
Floreana es, en esta ocasión, la narradora, se presenta como un ser en busca de
paz, después de haber pasado por una historia de dolor, en este caso, no es el amor,
sino la pérdida de su hermana la que la lleva al refugio a “curarse”. Cuando llega al
albergue vamos recorriendo con ella cada cabaña y conocemos a esas mujeres
sufridas también por la imposibilidad de tener una relación con un hombre hecho a
su medida.
Floreana amaneció nublada. Los sucesos de la noche habían sido tan intensosque la dejaron ciega para el próximo día. Ni pensar en abandonar su cama: elruido familiar sobre el techo, reconfortante y monótono […] Las sábanas sonFlavián: ropaje para su tibieza, cómplices para su desate. Son su cobijo. Seapega a ellas, se esconde en ellas, las sujeta, ¡que no se escurran! (Serrano,
1997:347)
Aquí como en varias de sus novelas, Marcela Serrano habla de la necesidad de sus
personajes de hallar “el calor”, es decir, no solo dormir con él y tener una historia
feliz, sino encontrar una verdadera comprensión sexual, alguien que lea
pensamientos y toque los lugares indicados; además de tener el don de escuchar.
Floreana es el ejemplo de cómo la casualidad puede poner a un hombre ideal en su
vida, las características del personaje, no pueden ser mejores: doctor, buen amante,
excelente conversador, solidario, generoso, apasionado y disponible. Este hombre,
nos recuerda a Ignacio (personaje de Nosotras que nos queremos tanto), un hombre
perfecto: guapo, solvente, solidario, apasionado, etc., que entiende a María a pesar
de lo confundida que vive siempre.
Elena, la dueña del Albergue, es quien cuida a todas, ha decidido hacer algo por las
mujeres, pues sabremos que los revolucionarios le han pagado mal y se han
aprovechado de su buen corazón. Ella será la “sabia” del grupo todas sabrán que lo
que ella dice es con la experiencia de quién ya ha pasado por eso. Decidió ser casta
para no depender del amor y así ser completamente libre de cualquier pasión que la
haga perder la estabilidad, así que durante la historia ella siempre conservará la
calma ante lo que pase a su alrededor.
Elena nunca fue militante, le había explicado Ferdinanda a Floreana. Seconvirtió solamente en una ayudista –como llamaban a quienes cooperabancon la causa de la resistencia sin realmente pertenecer a ella-, y lo hizo por suespontánea generosidad, por las ganas que tenía de servir y cambiar almundo, como buena hija de los años sesenta. (Serrano, 1997: 21)
Esta guía espiritual no solo escucha, impone disciplinas a las “enfermas de amor”
para que se hagan cargo de su vida, por lo que muchas de las acciones de las
protagonistas obedecerán a lo que ella decida. Ella, como buena hija de los años
sesenta debe ayudar sin esperar nada a cambio. ¿A caso esta no es una visión muy
patriarcal sobre la función de las mujeres? Elena debe anteponer el bienestar de los
otros sobre el suyo, como una sacrificada madre.
Angelita nos narrará su historia de ama de casa que está dispuesta a perder su
dignidad con tal de que su matrimonio siga existiendo. Ella es bonita y siempre se
hará énfasis en esa característica que hace que todos la adoren, pero que también
la envidien.
[…] Sus reflejos dorados asoman como si ella misma fuese una hojuela demaíz. Obscena tanta belleza, piensa. A pesar de su aire distinguido, Angelitalleva la más común de las vestimentas: jeans y un suéter azul de cuellosubido, lo apropiado para el clima duro del sur. Tiene ojos verdes querecuerdan los de un gato y sus manos se ven suaves, sin asomo de sequedado aspereza alguna. (Serrano, 1997: 25)
En este fragmento podemos advertir a través de la descripción de la vestimenta y los
rasgos físicos de los personajes su estatus social, pues en ambas novelas las
protagonistas son mujeres de ámbito urbano, clase media alta, universitarias,
económicamente independientes y acostumbradas a las comodidades propias de su
clase.
Toña París será la glamorosa estrella que sufre porque nada la llena, ni el sexo, ni la
fama, ni las drogas. Durante la narración conoceremos su conversación
desparpajada e intensamente deprimida a pesar de parecer feliz y despreocupada
todo el tiempo.
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-No resisto que nunca haya aprobado nada en mí. ¡Imagínate la seguridadcon que he transitado por la vida! Quise ser una actriz famosa más que nadapara que ella admirara […] En público se vanagloria de su hija. En privado, lodudo. De todos modos, me abandonó mucho. Soy la típica de poderesseparados en la infancia… ¡de manual toda mi historia! (Serrano, 1997: 63)
Resulta recurrente en las obras de Marcela Serrano la referencia a la condición
familiar, evidentemente se propone contextualizar el conflicto del personaje desde su
origen, en apariencia estas mujeres han determinado su carácter a partir de sus
primeras experiencias, sus problemas actuales derivan de sus procesos familiares ydifícilmente pueden sustraerse de estas experiencias. Por ejemplo: París carga con
una historia familiar de abandono, el vacío sufrido por la falta de atención por parte
de sus padres, lo intenta cubrir con el amor de los fans o de los hombres que se
quedan fugazmente en su vida.
En El albergue de las mujeres tristes Serrano trata de incluir a las otras mujeres,
para intentar construir la historia de todas; añade a personas de otros estratos
sociales, hablan: mujeres artesanas, estilistas, tejedoras quienes también cuentan
cómo fue que el amor las derrumbó. Sin embargo, la narradora mantiene una visiónclasista y superficial.
-De partida, Aurora, tienes que arreglarte esos dientes –Angelita lo dice alzandosu cuerpo con dificultad desde la mata de papas en que está trabajando, y sedesespereza-. Ninguna reparación interior puede resultar sin ese detalle.
Su interlocutora es la más pobre de todo el Albergue, según le han dicho aFloreana.
-No puedo, no tengo plata para eso –contestó Aurora […] -¿Qué rara debesentirse una con tanto dinero en la mano! –le dice a Angelita-. ¿A usted no lebajan sentimientos de culpa, mijita, al ver tanta pobreza a su alrededor?
-No, ninguno –responde Angelita con genuina liviandad-. Trato de compartir ysuelo dar gracias por lo que me tocó. Créeme, Olguita –agrega con su preciosasonrisa-, que yo puedo ver a Dios en un pañuelo de Hermes. (Serrano, 1997:92)
En esta pequeña escena nos damos cuenta como minimizan las problemáticas
sociales en el detalle de cambiar la apariencia. Aurora tiene una historia terrible de
violencia en su hogar. Además de cargar con la culpa milenaria de no hacer lo
necesario para que funcione su matrimonio, en cambio Angelita, es un personaje a
todas luces superficial, le recomienda arreglarse los dientes para lograr un
resarcimiento interior.
La forma discursiva de estas novelas se presenta con base en el diálogo, cuya
imitación semeja a las conversaciones de café con las amigas. Las narradoras en
ambas novelas parecen contárselo a alguien conocido, alguien que puede entender
la vida de estas mujeres. Luz Aurora Pimentel dice que el narrador al hacer el retrato
del personaje es quien nos dicta como debemos verlo, desde su “objetividad”, sus
creencias e ideología. Los ojos del narrador son nuestros ojos, podemos tener una
idea propia de los personajes, pero no se alejará demasiado del valor propuesto por
el narrador.
Así, al caracterizar un personaje por su apariencia física, una buena parte del retrato
ya está dado. Al mismo tiempo el narrador proyecta la imagen del personaje y define
de manera oblicua su propia postura e incluso la de la autora. Cuando es el propio
personaje u otros quienes lo caracterizan, el grado de imparcialidad y de
confiabilidad es aún menor.
-¿Te imaginas, Ana, qué subversivo resultaría que las mujeres dejaran de deseara los hombres?
La miro desde mi toalla. Estoy concentrada en mi lectura. El sol pega fuerteesta mañana y me he arrimado bajo la sombrilla. Sara e Isabel se divisan en elbote, lejos ya de la orilla. Isabel es la que rema, Sara juega con las manos en elagua. (Serrano; 1996:107)
En los dos libros Marcela Serrano, construye a sus personajes bajo la postura de
reivindicar a la mujer ante el amor. Cómo frente a la nueva problemática sobre la
soledad, la mujer quiere ser amada, pero no ser presa, ni condicionada a ser una
simple ama de casa que se apasiona por un hombre, un cuerpo y por ello deja todo
olvidándose de su propia felicidad.
-¡Qué gran error!- le dice María enojada-.
Nunca, nunca se debe hacer el amor con un exmarido.
¡Por principio!
Sara la mira dócil.
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-Si de errores se trata…
-Pero, Sara, dime, ¿cómo le aguantaste tanto a ese hombre?
-Cómo me aguanté tanto a mí misma, querrás decir. FUE CULPA MÍA. Es poreso que he cerrado el capítulo del matrimonio. Porque si me enamoro pierdotoda dignidad. Porque soy un ser humano capaz de vivir lo que he vivido comoopción. Me avergüenzo de la Sara de aquellos años, pues si me pasó lo que mepasó, fue porque yo lo permití. (Serrano; 1996:107)
En este párrafo Sara hace conciencia de su historia de amor. Hace una reflexión
ante María, pero también es ante el espejo. Su dependencia le hizo repetir un error
que la estaba afectando. Sabe que ninguna mujer es libre de culpa cuando permite
que otras personas decidan su destino. En esta cita podemos vislumbrar la opinión
del emisor sobre el matrimonio, al cual se le ve como la institución que sujeta a las
mujeres a una esclavitud consensuada, dado que siempre es por amor. El sacrificio
de estar con un hombre conlleva perder el alma y toda libertad.
Otro elemento común en las dos novelas objeto de nuestro estudio se refiere al
espacio geográfico donde desenvuelven nuestros personajes: el nuevo Chile, el
democrático, donde las cosas cambiarán, ¿tendrá algo que ver esa libertad política
con la de ellas? Su país se quita las ataduras de una dictadura y ellas empiezan su
camino solas o de menos más conscientes de a dónde quieren ir.
Sin más reflexión que el estallido de sus sentidos, en vez de sacar el libro recogela mochila, se levanta de su asiento y camina hacia la puerta de adelante.
Al descender del bus, Floreana volvió a aferrar su maleta, como lo había hechocasi tres meses antes, cuando llegó al Albergue. Tomó una vez más su peso y sedispuso a caminar, a sobrellevarlo, porque el propio peso de su cuerpo se aligeracuando el desafío la llama. No se volverá a preguntar dónde está la patria: yasabe que la patria es aquel lugar donde no se siente el frío.
Vamos, Floreana, ¡corre!Haz un pacto perfecto. Uno solo. (Serrano; 1996:404)
Observamos en el personaje de Floreana como las interrogantes planteadas no las
resuelve, de la misma manera que Ana (en Nosotras que nos queremos tanto) ellas
salen del refugio sin una determinación libre, consciente, su futuro parte de un
impulso que las lleva a buscar el amor y la vida al lado del hombre perfecto, quien
probablemente no comparte las mismas necesidades y expectativas, ni está
dispuesto establecer una relación permanente. De nuevo comienzan en
contradicción. Durante varias páginas el discurso habla de mujeres determinadas a
olvidarse del amor y no tomarlo como razón fundamental de la felicidad. Si María y
Floreana esperan al final de los capítulos a ese hombre perfecto entonces regresan
en círculo: no son mujeres si no están al lado de un hombre, o por lo menos eso nos
hace pensar el discurso final de ambas novelas.
En párrafos anteriores, hablamos ese espacio donde estas mujeres conviven como
en un vientre materno o en palabras de Joseph Campbell al vientre de la ballena.
Llegan a ese apartado lugar para regenerarse, ¿de qué? Del cansancio de ser como
eran, de amar, de no tener control sobre sus sentimientos.
Su espacio físico es acogedor, un abrazo para esas mujeres ya sin fuerza, un
apretón calientito en medio de un mundo frío y cotidiano.
Arreglo la casa. Tengo el lago al frente. Pareciera estar en una isla, aunque enrealidad es una península. Pera la idea de isla me seduce…Un par de gallinas ya
se han asado en el horno a la leña. El vino, como siempre, es abundante […] Lavida entera transcurre en la cocina. Allí está el calor cuando el lago enfría el aireal anochecer. (Serrano; 1996:12)
No hay nada mejor que una casa acogedora. Este tipo de espacios abundan en las
novelas de Serrano. Espacios donde hay pan caliente y vino listo para llenar esos
vacíos donde entró el frío del mundo exterior. Quizá signifique que sus personajes
adolecen de abrazos y de apoyo. Hay un mundo hostil que minimiza el sentir
femenino en quejinchería, ellas lo resuelven yendo a un lugar calientito.
En El albergue de las mujeres tristes, también hay una “placenta” que las protege de
lo lastimero:
[…] Desde las terrazas, a los dos costados de la casa grande, todas nosinundamos de mar: el Pacífico, anegados los ojos de Pacífico. La casa esazotada por los cuatro vientos, y me pregunto si no será éste el único lugaradonde llegan todos los vientos…Las casas en Chiloé nunca son frías, y muchomenos una habitada. (Serrano; 1996:145)
El agua también está presente. Sabemos que este portentoso líquido purifica, sana,
rebautiza a mujeres y hombres. Cruzar un lago o un mar significa para los
personajes lavarse de todas las culpas y daños que hay en su pasado.
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Luz Aurora Pimentel en relato en perspectiva asegura que el espacio físico y social
en el que evoluciona un relato tiene una primera importante función de marco y
sostén del mundo narrado; es el escenario indispensable para la acción. Pero con
mucha frecuencia el entorno se convierte en el lugar de convergencia de los valores
temáticos y simbólicos del relato, en una suerte de síntesis de la significación del
personaje.
El lugar donde se desarrollan los personajes, si no pre-destina el ser y el hacer del
personaje, sí constituye una indicación sobre su destino posible; tiene un valor
sintético, pero también analítico, pues con frecuencia el espacio funge como una
prolongación, casi como una explicación del personaje. (Pimentel; 1998, 56)
En Relato en perspectiva, propone describir los lugares es una forma indirecta de
caracterizar al personaje, ya sea por reflejo, en una especie de repetición espacial
de los rasgos físicos y morales del personaje, o bien por extensión complementaria.
Por ello, el refugio, la cocina, la cama, o el clima suelen ser representaciones del
sentir de las protagonistas, pues cada uno de esos sitios habla de la estabilidad o del
deseo.
Los personajes algunas veces se convierten en tipos, es decir, en personajes-tipos
que representan algún valor en especial o vicio: Don Juan, El Caballero Andante, el
Estudiante, la Amada Ideal, que obviamente tiene cualidades externas que los
convierten en tipos, como el ser un mujeriego, la mujer perfecta y virginal, etc.
También existen los arquetipos que son las ideas preconcebidas y tienen más que
ver con los ideales humanos como: La madre, la diosa, la virgen, Dios, el espíritu.
En algunos casos, los personajes se convierten en estereotipos debido a su
recurrencia, banalidad, lugares comunes, y fácil lectura.
La escritura femenina ha sido vapuleada muchas veces por considerarse que se
copian las caracterizaciones masculinas y que se habla de simplezas. No siempre
es así. Simone de Beauvoir, Virginia Woolf, Silvina Ocampo, Amparo Dávila y María
Luisa Bombal son solo algunos ejemplos de que la literatura femenina puede quedar
a la par de cualquier escrito masculino. Sin embargo, algunas escritoras no son
consideradas del todo serias, debido no a su escritura en pro de los derechos
femeninos, sino a la recurrencia, e insistimos, a la simplicidad de sus escritos, así
como a la construcción de estereotipos que definen la forma de ver la vida de las
mujeres.
Iris M. Zavala en Breve historia feminista de la Literatura Española (En Lengua
Castellana) I, Teoría Feminista, discursos y diferencias dice que al escribir
personajes femeninos hay una marcada tendencia cultural a simbolizarlos como la
maternidad, la frivolidad, la volubilidad y la ignorancia signos que muestran el
carácter o el deber de la mujer. La mujer dentro de la literatura ha sido el instrumento
para demostrar la visión de los hombres y su mundo, incluso de sus deseos más
ocultos.
El cuerpo se transforma así en objeto voyerístico o fetichista, que invita aintercambios eróticos con los espectadores masculinos. En las pinturas, elespejo justamente sirve para esta función: invita a que se la contemple comoobjeto; objeto de vanidad para sí misma y, sobre todo, para “mostrarse” al Otro.(Zavala; 1993: 56-57)
La autora dice que la representación de la mujer es un mensaje genérico e informa
lo que conocemos como canon: es decir, las reglas o leyes y la norma autorizada. La
mujer es un constructo diacrónico, una especie de construcción intertextual basada
en la identidad y en la persistencia, pero que también registra ausencia determinada
y significativa.
Iris M. Zavala dice que es tiempo de replantearse las imágenes de la mujer, o el
estudio temático así re-formulado; pues de esta forma sabremos cómo y de qué se
componen las estructuras culturales-sociales que han servido para excluir y silenciar;
sirven para polemizar con lo normativo y autorizado como verdad única. Asegura que
la selección temática de un texto en la novela, así como la construcción de los
personajes no es un accidente: el espejismo de plenitud, atribuido a la mujer –el
Otro- en casos específicos históricos y culturales, es también un instrumento de
marginalización.
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Es por ello, que Márgara Russotto en Tópicos de retórica femenina: memoria y
pasión del género manifiesta que estos estereotipos son determinados por una
sucesión de máscaras que forman parte de la historia de la literatura. Russotto
asegura que existe una heroína melodramática que pretende conjugar la voluntad
desmitificadora y desconstructora de unos discursos de la fatal necesidad de
construir otros.
Podríamos decir, que no se crean nuevos estereotipos, solo se conjugan debido a la
realidad social que se vive, tal como lo plantea Patricia J. Bedolla Miranda, en su
libro Estudios de género y feminismo II :
El que la sociedad haya adjudicado a la mujer un papel centrado en lasfunciones de esposa, madre y amas de casa, ha determinado el carácter de susrelaciones con los diferentes espacios sociales: con su familia, con la escuela,con la iglesia, con el trabajo, con los grupos políticos, con los medios decomunicación. Espacios donde se da un trato genéricamente diferenciado,donde se crean, se reproducen y se difunden discursos acerca del hacer y actuarfemenino. (Bedolla; 1993:40)
Tanto influyen los medios en el quehacer y pensar del hombre, que los estereotipos
que marcan este siglo describen las obsesiones, enfermedades, quizá, hasta la
decadencia humana. También proponen las ideas de la anoréxica, bulímica, la
ninfómana, la zorra, el depravado, el corrupto, el galán, el “nice”, así se encuentran
las idealizaciones que se tienen sobre el género femenino, es decir, la mujer
perfecta, la trabajadora, la excelente ama de casa, la luchadora social, que muestran
no la realidad, como ya mencionamos, sino lo que se espera de este nuevo
estereotipo que se trata de lanzar al mundo para su aceptación. Cosa que conlleva
la deformación del género femenino, como un conglomerado de aptitudes que
siempre dejan vacíos, como todo estereotipo. Pero a fuerza de tanto repetirlo, comoel caso de la madre abnegada, la mujer, en algún momento de su vida, deseará
cumplir este patrón que le marca la sociedad y sobre todo lo que lee, escucha, ve y
siente.
Simone de Beauvoir en su libro El Segundo Sexo donde hace una crítica feroz a las
mujeres y a los hombres. Desglosa como el género masculino ha escrito la historia,
pero porque las mujeres no han querido hacerlo. Las razones de ello, según Simone,
se deben a que quizá han creído que tienen un destino marcado, ser el sexo que
lleva las de perder. Y los hombres han dictaminado cuáles son las leyes a seguir.
El propio feminismo no ha sido jamás un movimiento autónomo: en parte fue uninstrumento en manos de los políticos, en parte un epifenómeno que reflejaba undrama social más profundo. Las mujeres nunca han constituido una castaseparada, y en verdad tampoco han tratado de representar un papel en laHistoria como sexo. (Beauvoir; 1989: 58)
Entonces según Simone de Beauvoir no queremos cambiar la historia sobre el
poder. Las mujeres están acostumbradas (o estamos) a que sea el otro el que se
lleve el crédito. Ser la gran mujer que está detrás del proceso, no lucha por
demostrar que no sólo hace el proceso sino que lo resuelve sin problemas.
La escritora francesa parte de la premisa de que no podemos ser iguales porque
somos diferentes en muchas cosas, no solo en el género, sino en la cuestión física,
sin embargo ahí no radica nuestra debilidad, se halla en la propia mujer que cree
que no es personaje principal en la historia de la humanidad.
Todo mito implica un Sujeto que proyecta sus esperanzas y sus temores haciaun cielo trascendente. Al no plantearse las mujeres a sí mismas como Sujeto, nohan creado un mito viril en el cual se reflejarían sus proyectos […] la mujer solorepresenta un papel secundario. Sin duda, existen imágenes estilizadas delhombre en tanto se le tome en sus relaciones con la mujer: el padre, el seductor,el marido, el celoso, el buen hijo, el mal hijo; pero también han sido los hombresquienes los han fijado, y ellas no llegan a la dignidad del mito; apenas son otracosa que clichés. (Beauvoir; 1989: 58)
Los mitos que se han creado a partir de las mujeres son en función de otros. Es así
como la mujer se constituye a partir del hombre, es decir, es la madre, la esposa, la
hija, la amante, la puta, la loca, todo se derivará de su actuar en la vida del hombre.
Dice la autora que se convierten en clichés, es decir en copia o burla de las figuras
masculinas, porque no han sido capaces de separarse de la concepción patriarcal
que se les ha marcado.
La mujer es al mismo tiempo Eva y la Virgen María. Es un ídolo, una sirvienta, lafuente de la vida, una potencia de las tinieblas; es el silencio elemental de la
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verdad, es artificio, charlatanería y mentira; es la curandera y la hechicera; es lapresa del hombre, es su pérdida, es todo cuanto él no es y quiere ser, sunegación y su razón de ser. (Beauvoir; 1989: 58)
Es decir, en la mujer radica todo lo que el hombre llama lo voluble y no entendible.
Se congregan en ella todas las perdiciones del hombre, además de su inspiración.
Se le dota de poderes ocultos, pero se le niega la posibilidad del libre albedrío sobre
su cuerpo y mente. Claro, siempre con el consentimiento de ella.
También se manejan los estereotipos de la sumisa, la esposa, la prostituta, la
campesina, la oficinista, la devoradora, la mártir etc., dependiendo su actuar en la
sociedad o lo que el sistema patriarcal ha escrito o descrito sobre ellas.
Al respecto Lucía Guerra-Cunningham dice que las escritoras mujeres tienden a
representar o escribir sobre los estereotipos marcados por los hombres, o incluso
haciendo de sus heroínas una copia fiel de los héroes, pero en versión mujer:
El personaje literario se elabora básicamente a partir de un código de la acción yde los valores dominantes del grupo que realiza la producción cultural, la mujeren el texto literario ha funcionado como un signo portador de los valores y modosde conducta atribuidos al sexo femenino en la estaticidad de su rol primario demadre y esposa […]
La concepción social de la mujer que subyace en la creación de los personajesfemeninos, no solo se inserta en un contexto ideológico mayor, sino que tambiénrevierte a él funcionando como un modelo que refuerza el mito cultural de lofemenino, condicionando modos de conducta y definiendo una supuestaidentidad. La escritora latinoamericana en una situación estética homóloga a susubordinación económica y social adoptó las convenciones implícitas en larepresentación de la mujer haciendo de sus personajes femeninos copias más omenos fieles de los modelos masculinos dominantes. (Guerra-Cunningham;1986:3-19)
Entonces podemos deducir que más allá de alejar a los personajes femeninos de lospatrones de mujeres abnegadas o sufridas se les encasilla. En el caso de nuestras
obras en estudio los estereotipos de madre, esposa, puta y presa son recurrentes,
su único escape es el hecho de que pueden tomarse un tiempo para reestructurar
sus vidas y no lo tienen que hacer como las otras en el devenir diario de su vivir.
Marcela Lagarde, en su texto Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas,
putas, presas y locas, hace un análisis detallado de estas definiciones
estereotipadas que configura círculos particulares de vida, ellos mismos son
cautiverios, donde las mujeres sobreviven creativamente mediante estrategias y
prácticas inconscientes. En este sentido todas las mujeres viven, de diversa forma, y
con mayor o menor intensidad esos cautiverios. El principal eslabón de la cadena a
la que están atadas las mujeres, es según Lagarde, la dependencia, ya sea
económica o intelectual. La mujer se somete, porque aunque no lo desee, e incluso
no lo crea, siempre busca estar sujeta a algo.
Los estereotipos son la visión actual de esas mujeres, de esas tragedias y
pensamientos, vueltos hacia lo que se ha convertido hoy la mujer; buscando ser El
Otro del que habla Simone de Beauvoir, no un igual, sino un ente diferente, mágico,
sabio, deseoso de escribir otra historia a partir de este ahora.
Las escritoras latinoamericanas han abierto brecha al formar personajes femeninos
que hablen de los elementos diferenciadores de las mujeres, como el detalle
culinario, “la topografía del cuerpo o de las vivencias usualmente silenciadas de la ira
o la violación social” argumenta en “El personaje femenino literario y otras
mutilaciones”. (Guerra-Cunningham)
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CAPÍTULO II
LOS CAUTIVERIOS EN LA NARRATIVA DE MARCELA SERRANO
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La autonomía requiere convertir la soledad en un estadoplacentero, de goce, de creatividad, con posibilidad depensamiento, de duda, de meditación, de reflexión. Se trata dehacer de la soledad un espacio donde es posible romper el diálogosubjetivo interior con los otros y en el que realizamos fantasías deautonomía, de protagonismo pero de una gran dependencia ydonde se dice todo lo que no se hace en la realidad, porque es undiálogo discursivo. Necesitamos romper ese diálogo interior porquese vuelve sustitutivo de la acción. Marcela Lagarde
2.1 Temática de Marcela Serrano
En los personajes femeninos analizaremos sus respectivos roles sociales, familiares
partiendo de la propuesta de Marcela Lagarde desde los rasgos estereotipados que
se manifiestan en ambas novelas.
Marcela Serrano abre esta brecha desde Chile, hija de padres escritores, su vida
transcurrió alrededor del arte y las letras; su inventiva narrativa comenzó con
Nosotras que nos queremos tanto y fue un boom de ventas. Luego siguieron otras
tantas: Para que no me olvides, Antigua vida mía, El albergue de las mujeres tristes,
Nuestr a señora de la soledad , Un mundo raro. Contiene dos relatos: El amor en el
tiempo de los dinosaurios y Sin dios ni ley , Lo que está en mi corazón, El cristal del
miedo, con Margarita Maira, Hasta siempre, mujercitas, La llorona y Diez mujeres.
La temática de dichas novelas desglosa los estereotipos femeninos, donde se nota
la profunda huella de su formación de la lectura de Mujercitas de M. Louisa May
Alcott, historia de un grupo de hermanas que crecen y viven sus aventuras alrededor
de un ambiente familiar agradable y cariñoso. La propia Marcela Serrano dice que lo
que leía en esa novela le hacía recordar lo que a ella le habían enseñado en elColegio de Monjas al que había asistido. Por eso, se levanta contra esos mandatos
que obedecemos todas las mujeres y ella habla de esas perspectivas en sus
novelas. Cuando se lee a Marcela Serrano la primera impresión que arroja su obra
es la reflexión sobre la condición femenina. Incluso se puede creer que es una crítica
social o una mirada a ese mundo femenino que poco se ha descubierto. Su obra, en
apariencia, nos desnuda, pone en el tapete todos nuestros temores, miedos,
esperanzas, vacilaciones, desengaño, fracasos; también nuestros amores y nuestros
éxitos; ella insiste que lo que narra es la historia de todas las mujeres.
La supuesta crítica pronto desaparece, sus personajes están cortados por la misma
tijera con la propuesta de desobedecer a los mandatos de la familia o la iglesia; las
que arguye han acallado las voces femeninas. Nosotras que nos queremos tanto es
el molde de lo que serán sus siguientes novelas, lo cual podría desglosarse en
personajes femeninos estereotipados: la bonita tonta, la casada, la madre, la
revolucionaria, la loca, la presa y sus derivaciones. Ana, María, Isabel y Sara,
personajes estereotipados de la novela que se repiten una y otra vez.
El ambiente social siempre está enmarcado por una lucha social, sus mujeres, de
algún modo, vivieron la represión y dictadura de Pinochet, incluso, van
evolucionando junto con la historia, sin superarla, son reflejo de ese gran fracaso de
la utopía.
Creemos que estos serían los ingredientes básicos de sus novelas y que no cambian
en ninguna de ellas, por ello este análisis trata de dilucidar en qué consiste la
repetición de estos estereotipos y cuáles son, al fin y al cabo todo trata del amor.
¿Sabes? Pienso en el amor. Todo eso se trata en el fondo, de aquél sentimientotan común, fantástico, paralizador, sobrevalorado, escaso. Tengo la impresión deque estamos todas, sin saberlo, paradas sobre la médula misma del drama deestos tiempos, uno de los dilemas cruciales de fines de siglo: el desencuentroentre los dos sexos. (Serrano; 1997: 109)
Al narrador parece preocuparle de sobremanera el hecho de que las mujeres no
tenemos una conexión real con los hombres, no nos comprenden ni quieren hacerlo;entonces esa es la explicación de tanto choque entre los géneros: el amor y que
ellos no saben qué hacer para amarnos. Obviamente se pierden de vista la situación
económica y cultural en la que estamos hundidos; creencias que han hecho que las
mujeres se esclavicen más, es decir, no sólo tienen que cumplir con el rol
establecido por el sistema, ahora deben cumplir otros papeles que le saquean el
alma y el físico.
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http://es.wikipedia.org/wiki/Nuestra_se%C3%B1ora_de_la_soledadhttp://es.wikipedia.org/wiki/Nuestra_se%C3%B1ora_de_la_soledadhttp://es.wikipedia.org/wiki/Nuestra_se%C3%B1ora_de_la_soledadhttp://es.wikipedia.org/wiki/Nuestra_se%C3%B1ora_de_la_soledad
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Marcela Serrano nos presenta a los estereotipos en una constante redundación y
solo las recluye en un espacio para la curación, sin proponer una alternativa donde
los personajes solo caminan en círculos, al respecto dice Rose Marie Galindo:
Su planteamiento de alternativas resulta un tanto ambivalente: por una parte, suspropuestas llevan efectivamente a que la mujer concreta se libere de la situacióninsatisfactoria en que se encuentra, enfatizándose así el poder que esta tienepara transformar su vida. Por otra, estas mismas propuestas, al ser privadas y
personales y carecer de una proyección colectiva, en realidad impulsan a lamujer a la búsqueda y al encuentro de un espacio personal de refugio, dondetodas las opciones políticas se encuentran anuladas.
[…]
Aunque el mantenimiento de un impulso utópico personal y la conexión con lamemoria de las antepasadas son factores que inducen a la liberación de la mujerconcreta, al carecer de toda dimensión política y colectiva, más inclinan a lamujer a la evasión que al enfrentamiento de los desafíos de la modernidad. Enese sentido Marcela Serrano se encuentra entre los muchos intelectualeslatinoamericanos que no obstante realizar críticas acertadas contra lamodernidad, carecen de propuestas adecuadas para enfrentarla. (Galindo;1991:32)
Es decir, lo que propone Marcela Serrano durante sus novelas es desapegarnos de
los hombres para poder ser felices y al mismo tiempo buscarlos. Sus personajes
lejos de enfrentar sus problemas los evaden en una intención “curativa” que no llega.
Charlar con otros sobre lo que pasa es un mero acto de reflexión, pero ninguno de
sus personajes se tira a las vías del tren o toma veneno en una decisión certera
contra su destino. Esas mujeres, amigas, cómplices sólo paran un momento para
meditar sobre lo que les ha pasado, encuentran que son dependientes y después de
la epifanía vuelven a ser las mismas. Regresan a sus tareas de siempre a
desempeñar el papel que tan mal les sale y les sabe, pero que no entienden otromodo de ser.
2.2 Todas somos iguales... putas, madres, esposas y presas según Marcela
Serrano
Marcela Serrano puede hablar de todas las mujeres, o así creerlo, pero no rebasa el
nivel de contarnos la historia desde una ventana, es decir, nos platica lo que ve y
que de forma indiferente no cambiará, ni siquiera en la ficción. Habrá cautiverios que
permeen en sus obras. Según Marcela Lagarde están las madresposas, monjas,
putas, presas y locas. Cada cautiverio tiene que ver con una forma de dependencia.
2.2.1 La puta
Su personaje central: María es la gran puta. En ella podemos ver todos los aspectos
de una heroína de novela rosa, es hermosa, inteligente, viste bien y además tiene un
poder hechizante sobre los hombres. Sin embargo, carece de autonomía afectiva,
depende de los otros, de lo que piensen sus amigas, su madre y los hombres de su
vida.
Si nos regimos por el estereotipo patriarcal, debido a sus relaciones con distintos
hombres, sería la prostituta, o la bonita tonta, estereotipos de los que es acusada en
distintos momentos de su vida. Cuando era chica su abuela paterna le había
anticipado su sino “de bonita tonta”, por eso se empeñó en demostrar que le gustaba
estudiar y podía ser toda una intelectual, claro, sin perder el estilo.
María… era linda por naturaleza, era lo único que le resultaba propio sinesfuerzo alguno. Era gozadora y sensual y esto contrastaba con la duradisciplina de sus hermanas. María guarda, entre los recuerdos de la niñez, unaconversación de su abuela paterna con una de sus tías en la cocina del fundofamiliar:
-Magda y Soledad son igualitas a su padre. Heredaron su tesón y su cerebro.¡Cómo tan chicas y ya se nota lo empeñosas que son! No importa que no seanunas linduras, nadie en nuestra familia lo ha sido y ni falta que nos ha hecho. Encambio, María es igualita a su madre: tonta y bonita. Tonta y bonita. Esa fraseeternamente en la mente de María.
(Serrano; 1996: 40-41)
Cuando la narradora describe a María, de pronto las características del personaje
son detallados como novela de folletín. En esta descripción se descarta la
inteligencia de María por la creencia de que las bonitas son tontas, durante la
novela, la narradora nos hará ver que María no lucha contra este estereotipo que le
asigna su familia, lo ve a veces como una maldición y otras como una ventaja para
sacar provecho de los otros.
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En la Facultad fue agredida por ser de la izquierda y además por “puta”, sus
compañeros hombres al no poder inferirle otro improperio más que el de su vida
sexual se lo echan en cara para humillarla.
Era un día de asamblea para la izquierda universitaria. La Federación deEstudiantes estaba en manos de la derecha “gremialista” –como seautodenominaban- y la izquierda se organizaba para ganársela. El centro eraprácticamente inexistente, corrían los años sesenta y aún no se había puesto demoda […] Los gremialistas respiraron: ni un izquierdista a la vista. Ni uno, salvo
María, quien sin percatarse, se encontró totalmente sola en el hall […] Entoncesoyó esa voz que retumbaba en el espacio grande y cerrado.
-Al fin te tenemos. Ahora nos oirás: ¡eres una puta!
Era un muchacho muy rubio, vestido de terno cruzado. María lo conocíavagamente, alguna vez se lo había encontrado en alguna fiesta en los tiemposdel colegio.
-Ya no están contigo tus guardaespaldas que andan culiándote. Te dejaron sola.¡Porque eres una puta!
Los gritos atravesaban a María. Pudo distinguir unos ojos llenos de odio.
-¡Izquierdista culiada! PU
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