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8/13/2019 TFI Grietas Narrativas La cocina de la no ficcin en la prensa local
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Grietas narrativas: la cocina de la no-ficcin en la prensa local
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Agradecimientos
A la profesora de Redaccin Male Snchez por su tutora y ojo crtico,
A mam Marcela, mi editora personal y mentora,
Mi hermana Lishai y mi amor Ezequiel, por su apoyo y paciencia,
y a Fabricio Simeoni, periodista y poeta, por los mundos inventados.
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ndice
Proyecto aprobado del Trabajo Final Integrador..........05
Introduccin.10
Desarrollo
CAPTULO 1
1.1 Los orgenes de un estilo ..16
1.2 En Argentina20
1.3 En la ciudad.22
CAPTULO 2
2.1 Definiciones y especificidades.24
2.2 La idea de Grieta Narrativa..26
2.3 Definicin de Periodismo..28
2.4 Definicin de Literatura....29
2.5 El periodismo narrativo.30
2.6 La no-ficcin...32
2.7 Definicin de crnica.36
2.8 Otros textos periodsticos literarios.38
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CAPTULO 3
3.1 Actualidad de un estilo sin puestos fijos.40
3.2 Caracterizacin de los medios y los periodistas44
3.3 El suplemento literario? Seales...48
3.4 Policiales: el gnero literario por excelencia..50
3.5 La relacin con el periodismo audiovisual..52
3.6 El periodista es escritor? ..........55
3.7 Las posibles rutinas productivas.............................................................................57
CAPTULO 4
4.1 Los recursos literarios: las tcnicas que los periodistas utilizan.67
4.2 Los recursos mal utilizados..78
4.3 La instancia del taller .80
4.4 Reflexiones a modo de conclusin..83
Bibliografa88
Anexo documental (en Versin Digital del TFI)
1. Entrevistas a los periodistas Daniel Briguet, Virginia Giacosa, Juan Mascardi,
Silvina Tamous, Osvaldo Aguirre, Beatriz Vignoli y Pablo Makovsky y Eliezer
Budasoff.
2. Artculos periodsticos literarios de los periodistas entrevistados:
El Fisgn. Al final de la cortada, de Daniel Briguet:
http://www.elruidodelasnueces.com.ar/?p=7605http://www.elruidodelasnueces.com.ar/?p=76058/13/2019 TFI Grietas Narrativas La cocina de la no ficcin en la prensa local
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Esperando el 107, de Beatriz Vignoli:
El arenero, de Osvaldo Aguirre. Publicado en su libro de no-ficcin Notas en un
Diario
El fuego y las cenizas, de Osvaldo Aguirre. Publicado en su libro de no-ficcin
Notas en un Diario
El atleta que renaci de los escombros en el atentado a la AMIA, de Juan
Mascardi:
Un fenmeno editorial llamado Florencia Bonelli, de Virginia Giacosa:
La balada del perro y la muerte, de Eliezer Budasoff:
http://www.revistaanfibia.com/cronica/la-balada-del-perro-y-la-muerte
El jugador que se haba olvidado de hacer goles hizo uno que lo cambi todo,
de Juan Mascardi:
Una trans en un cuerpo de varones, de Virginia Giacosa:
http://www.lanacion.com.ar/1491258-el-atleta-que-renacio-de-los-escombros-en-el-atentado-a-la-amiahttp://www.lanacion.com.ar/1491258-el-atleta-que-renacio-de-los-escombros-en-el-atentado-a-la-amiahttp://www.revistaanfibia.com/cronica/la-balada-del-perro-y-la-muertehttp://www.revistaanfibia.com/cronica/la-balada-del-perro-y-la-muertehttp://www.revistaanfibia.com/cronica/la-balada-del-perro-y-la-muertehttp://www.lanacion.com.ar/1491258-el-atleta-que-renacio-de-los-escombros-en-el-atentado-a-la-amiahttp://www.lanacion.com.ar/1491258-el-atleta-que-renacio-de-los-escombros-en-el-atentado-a-la-amia8/13/2019 TFI Grietas Narrativas La cocina de la no ficcin en la prensa local
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Alumna: Hagar Blau Makaroff
Docente: Jos Dalonso
Taller Integrador
Proyecto aprobado: Informe Final del Trabajo Final
Integrador
Tema El Periodismo Literario en Rosario
Descripcin general
Del amplio espectro que el periodismo abarca, se desarrollar el campo escrito
referido a la prensa diaria. Pero adems de dicho recorte, el enfoque a investigar ser
un detenimiento en la produccin local de periodismo literario.
Tcnicamente no hay en Rosario una investigacin que aborde las prcticas y rutinas
periodsticas de prensa con perfil literario. Sin embargo se destacan varios periodistasde plumas afiladas en los diarios actuales y de antao, que muestran una produccin
local activa y experimentada.
La alumna revis los trabajos de investigacin de los ex alumnos Mara Sol Rivera y
Luciano Sagripanti sobre dicha temtica. Ambos abonan a la idea del periodismo
literario a travs de un nuevo gnero periodstico en boga, conocido como no ficcin.
Estos trabajos no se enfocaron en las prcticas locales concretas como aqu se
pretende, sino en el anlisis sobre la experiencia de un slo entrevistado con perfil deperiodista literario. Ambos periodistas reflexionan sobre los cruces entre las dos
disciplinas: periodismo y literatura y la diferenciacin necesaria de los trminos
literatura periodstica y periodismo literario.
Para plantear un trabajo de campo que permita llegar a conclusiones generales sobre
la prctica periodstica de estilo literaria, lo que se pretende es en entrevistar a cinco o
seis trabajadores de prensa de diversos diarios rosarinos, y comparar prcticas
periodstico-literarias, para obtener una respuesta al interrogante ya planteado en la
presentacin del tema a investigar: Cmo se hace periodismo literario en Rosario?
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En su introduccin Briguet especula: Liberada de la tentacin literaria, la escritura
periodstica est en mejores condiciones de probar sus lmites. Sin perspectiva de
redencin futura debe jugar su suerte a cada instante. La presin del reloj es su
condena y a la vez su karma. Lo que apenas est sujeto a correccin tiene un impulso
que no se encuentra a menudo en aquello que es indefinidamente revisable. Es ste
el quiddel inters de la alumna por desentraar la cocina de la difcil tarea de contar la
realidad del modo ms ficcional o potico con la auto exigencia que ese objetivo
conlleva, y sin un espacio concreto en los medios de prensa locales.
Descripcin particular
Los medios a analizar son el suplemento Seales (de tirada semanal los domingos)del diario La Capital, las contratapas del suplemento Rosario/12 del diario nacional
Pgina/12, diario El Ciudadano, el peridico y web Cruz del Sur y el sitio web
Rosario3.com. Se trata de ediciones con diferencias en tirada, desarrollo, tipos de
textos e inclusive con enfoques dismiles. Sin embargo todos estos medios poseen
objetivos y probables denominadores comunes, como por ejemplo la concurrencia de
colaboraciones externas a los diarios.
En esta seleccin cabe aclarar que el enfoque es en la prensa escrita ms que en elperiodismo online, el cual opera con otros tiempos y costumbres. El trabajo del
periodismo digital ser tomado en cuenta, aunque no de un modo cabal, ya que estos
sitios web no se destacan (en la ciudad) por su publicacin periodstico-literaria,
aunque s haya en ellos trabajadores de prensa con perfiles literarios.
La ciudad de Rosario cuenta con grandes periodistas que trabajan en los medios de
prensa tradicionales y que por otro lado, realizan un camino literario desde sus
publicaciones espordicas en los medios y por fuera de ellos . Se trata de periodistas
narrativos, denominacin que la alumna elige para delimitar el objeto de estudio.
Desde el incipiente conocimiento de quien escribe sobre cmo trabajan esos actuales
exponentes y el rol cultural que ocupan, nace una curiosidad de conocer de modo
intrnseco las rutinas productivas de Pablo Makovsky, Beatriz Vignoli, Daniel Briguet,
Osvaldo Aguirre, entre otros. En Rosario es desconocida la cocina de estos
periodistas narrativos que, en opinin de quien escribe, abonan a una sociedad un
poco ms desprejuiciada, creativa y con una mirada ms lcida hacia la realidad.
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Justificacin
Relevancia acadmica
El periodismo literario es un tema previamente analizado en varias oportunidades, porlo que se renovar el estado del Arte desde una nueva perspectiva. Se innovar en el
enfoque local, ya que no hubo relevamientos en la ciudad de Rosario sobre las
prcticas de los periodistas literarios rosarinos que lleven a cruzamientos y
conclusiones generales sobre cmo trabajan este estilo sin puestos especficos.
Solamente en los trabajos finales integradores de Bernarda Gueretza y David Capilla
observan estas prcticas pero especficamente dentro del gnero periodstico de la
crnica.
Se busca descubrir las coincidencias y diferenciaciones marcadas en las experiencias
de los periodistas rosarinos a entrevistar. Se pretende aportar de esta manera al
conocimiento de este estilo periodstico, que no es oficialmente conocido como gnero
pero s como un estilo con su modo de trabajo, con sus caractersticas y con una
cantidad considerable de lectores interesados.
Relevancia personal
Quien escribe dedica su tiempo libre a la escritura tanto de textos literarios como de
artculos de extensin (entrevistas en profundidad, coberturas de eventos culturales y
crnicas) para los medios en que colabora: Rosario Express, Info341.com, Rosario
Invisible, Una Mano. All encuentra la veta de su mayor inters en la especializacin de
la profesin periodstica para el futuro deseado.
La alumna acostumbra desde hace tiempo a leer crnicas en libros de autores como
Martn Caparrs o Roberto Arlt, as como artculos de diversos estilos publicados en
contratapas, secciones culturales o revistas semanales como ADN Cultura, Revista ,
Radar (Pagina/12), Orsai, Anfibia.
Es por eso que de la oscilacin entre periodismo escrito y literatura surge la bsqueda
de la configuracin de un comn denominador entre los pocos trabajadores de prensa
rosarinos que escriben textos de no-ficcin
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Interrogante
De qu manera se producen artculos periodstico-literarios en los medios grficos
rosarinos, en detrimento de otras tareas periodsticas que se cumplen primero?
Objetivos
General
Identificar las prcticas del periodismo literario, en el proceso de produccin de las
notas, delimitando al objeto de estudio.
Especficos
Identificar las rutinas productivas que tiene el periodismo literario en Rosario, siendo
estas prcticas relegadas por las notas de mayor urgencia y de entrega obligatoria.
Reflexionar sobre sus variados tipos de texto, las tcnicas que utilizan y los espacios
donde publican.
Analizar las posibilidades de publicacin que tienen estos periodistas en los medios
locales.
Planificacin
Primera etapa: un mes de bsqueda y lectura bibliogrfica.
Segunda etapa: un mes de trabajo de campo a travs de entrevistas en profundidad a
algunos periodistas literarios de los medios locales de prensa masiva.
Tercera etapa: tres meses de procesamiento de datos y redaccin del Trabajo Final
Integrador para su entrega en Noviembre de 2013.
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Nuestra profesin requiere de un alto nivel, como se espera de la literatura, del mismo
esfuerzo y el mismo talento. Vivimos en una poca de mezcla de los gneros, de un borrar de
las fronteras; un tiempo en que se desarrolla el arte del llamado Nuevo Periodismo, que escribe
sobre asuntos y personas reales, pero que utiliza la literatura ficticia. Es por una sencilla razn:
porque nuestro idioma periodstico profesional es bastante limitado y pobre, si se quiere
describir realidades tan abundantes, de colores, de atmsferas que no podemos expresar en el
estilo tradicional de noticia informativa. Hay que tomar esta riqueza de la literatura ficticia para
llenar nuestro escribir.
Ryszard Kapuscinski
Los acontecimientos de la realidad (revoluciones, luchas, crmenes polticos) no precisan de lo
imaginario para constituirse en relatos, ya que por su fuerza son suficientemente literarios.
Ana Mara Amar Snchez
El estilo no es una salsa que se agrega a la prosa: es la manera de enfocar esa prosa, y esa
manera comienza por la comprensin de su tema.
Homero Alsina Thevenet
Aprender a escribir historias es llegar a tener un manejo del relato que te permita afrontar
cualquier tema. Y no me importa si hay un canon que diga que ya no se puede escribir
historias, porque lo que busca la gente siguen siendo historias, sea en el cine, la literatura o el
periodismo. La industria cultural sigue funcionando con historias.
Daniel Briguet
Es probable [] que un nuevo tipo de sociedad y nuevas formas de produccin exijan un
nuevo tipo de arte ms documental, [] la denuncia traducida al arte de la novela se vuelve
inofensiva, no molesta para nada, es decir, se sacraliza como arte.
[] En un futuro (es posible que) lo que realmente sea apreciado en cuanto a arte sea la
elaboracin del testimonio o el documento [] evidentemente el montaje, en la compaginacin,
en la seleccin, en el trabajo de investigacin se abren inmensas posibilidades artsticas.
Rodolfo Walsh
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INTRODUCCIN
En la ciudad de Rosario se destacan varios periodistas de plumas afiladas en los
medios masivos escritos, que vislumbran una produccin local creativa y que a su vez
mantienen un inters personal en experimentar en el periodismo narrativo. Sin
embargo no hay una investigacin acadmica que aborde las prcticas de la prensa
con dicho perfil.
El trajn de las obligaciones de los periodistas de prensa suele ser un impedimento
para la produccin de textos que, adems de informar, lleven a la reflexin, puedan ser
ledos como relatos atemporales lleven a sus lectores a nuevas cosmovisiones,
siempre en torno a hechos y protagonistas reales. A esto se suma una migracin delos lectores de la prensa hacia los medios digitales, que ofrecen la informacin en
nuevos formatos y una constante actualizacin de la misma, que lleva
inexorablemente a que el periodista digital tenga menor margen para otra clase de
escritura.
El interrogante que la alumna se hace es de qu manera obran los periodistas de cada
medio escrito de la ciudad para producir textos que tambin puedan entrar en el
parmetro de lo literario. Sobre los cruces del gnero periodstico con el literario se
ahondar a travs de la observacin de estas diversas prcticas en textos de los
periodistas entrevistados.
Se parte de que el acontecimiento que el periodista debe cubrir nunca es describible
tal cual es, porque el lenguaje es otra realidad e impone sus leyes: de algn modo
recorta, organiza, ficcionaliza (AMAR SANCHEZ, 1992: 19). Se trata de una lnea
delgada que hace algunos aos cronistas, acadmicos, comunicadores, crticos
literarios y editores latinoamericanos, delimitan y analizan.
Con la intencin de aportar al estado del Arte sobre el periodismo narrativo en la
ciudad, quien escribe pretende llegar a conclusiones que arrojen luz sobre esta
prctica poco vislumbrada pero incipientemente trabajada por periodistas con perfiles
muy divergentes y en diversos medios grficos.
Los trabajos de investigacin sobre el periodismo literario realizados anteriormente en
el Posttulo en Periodismo y Comunicacin (UNR) se enfocan en el anlisis sobre la
experiencia de un slo entrevistado referente en este campo en el gnero de la
crnica especficamente. Quien escribe revis los trabajos de investigacin de los ex
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ex alumnos Mara Sol Rivera y Luciano Sagripanti sobre dicha temtica. Ambos
reflexionan sobre los cruces entre las dos disciplinas (periodismo y literatura), y en la
diferenciacin necesaria de los trminos literatura periodstica y periodismo literario.
stos abonan a la idea del periodismo literario a travs de un nuevo gnero
periodstico en boga, conocido como no-ficcin. En esta investigacin se tomar dicho
concepto (entre otros) y se desarrollar para pensar todos sus posibles recursos y
estilos en la prctica local.
Adems de los Trabajos Finales Integradores nombrados, cabe mencionar que hubo
otros dos relacionados en la temtica, pero desde otro gnero (que se desarrollar
tambin), que es la afamada crnica narrativa. En el trabajo de los ex alumnos Mara
Bernarda Gueretza y David Capilla, y un poco menos en el de Juan Pablo Robledo, se
observa una dedicacin a investigar especficamente ste gnero del periodismonarrativo, dejando as un camino inconcluso en torno a definir las prcticas rosarinas.
S son una antesala a la bsqueda que se aspira aqu, dado que los tres se enfocan
en las prcticas de varios cronistas locales, y dejan el camino abierto a la indagacin
en una mayor cantidad de periodistas, para que las conclusiones sean representativas.
Para plantear un trabajo de campo que permita llegar a conclusiones generalizadoras,
se ha entrevistado a ocho trabajadores de prensa de referencia, que trabajan o
trabajaron en diversos medios escritos rosarinos. Luego de indagar en sus prcticas
se pretende comparar sus rutinas productivas y sus impresiones sobre el periodismo
narrativo, para, con material bibliogrfico sobre el campo periodstico-narrativo,
obtener una respuesta al interrogante: Cmo se hace periodismo narrativo en
Rosario cuando no existe un espacio para ello en los medios?
Resulta curioso el cruce eterno entre las dos disciplinas del periodismo y la literatura,
que como grandes cronistas latinoamericanos sealan, son un matrimonio de
relaciones promiscuas (CHILLN, 2007) o el ornitorrinco de la prosa (VILLORO,
2012: 577), de donde nacen textos hbridos y donde las fronteras son confusas y
controversiales1, o como Mario Jursich, editor de El Malpensante, lo define: Gnero
que tiene un pie en la ficcin y otro en la notara.
1La idea de el ornitorrinco de la prosa de Juan Villoro es porque de la novela extrae la condicin
subjetiva, la capacidad de narrar desde el mundo de los personajes y crear una ilusin de vida parasituar al lector en el centro de los hechos; del reportaje, los datos inmodificables; del cuento, el sentidodramtico en espacio corto y la sugerencia de que la realidad ocurre para contar un relato deliberado,
con un final que lo justifica; de la entrevista, los dilogos; y del teatro moderno, la forma de montarlos;del teatro grecolatino, la polifona de testigos[];del ensayo, la posibilidad de argumentar y conectarsaberes dispersos; de la autobiografa, el tono memorioso y la reelaboracin en primera persona.
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De aquellos intercambios histricos que pudieran haber comenzado en las novelas
realistas de Balzac o de Dickens (para las cuales el escritor se dedicaba a reportear y
tomar nota de las relaciones reales en sus crculos sociales), aqu se convoca el
devenir del auge actual de la crnica latinoamericana.
El periodista Tom Wolfe destaca la influencia de la novela realista en el New
Journalism: Se observar que los periodistas aprenden las tcnicas del realismo [].
A base de tanteo, de instinto ms que de teora, los periodistas comenzaron a
descubrir los procedimientos que conferan a la novela realista su fuerza nica,
variadamente conocida como inmediatez, como realidad concreta, como
comunicacin emotiva, as como su capacidad para apasionar o absorber (WOLFE
1976: 51).
Cabe recapitular que la crnica latinoamericana es la otra heredera de aquellas
novelas europeas pues como indica Jorge Carrin, lo real es un laboratorio tanto para
la literatura de ficcin como para el periodismo. Pero tambin hereda de las primeras
Crnicas de Indiasde los conquistadores de Amrica. La historia continu a fines del
siglo XIX y comienzos del XX con las crnicas de Jos Mart y Rubn Daro, los
modernistas (en Argentina el exponente fue Roberto Arlt), con pequeos poemas en
prosa sobre las realidades que observaban en las diversas tierras latinoamericanas.
Luego en la dcada del sesenta, el aceitado (en inversiones editoriales y en
masividad) New Journalism estadounidense abri el juego a la crnica, auto-
adjudicndose el primer origen de la no-ficcin, aunque el periodismo narrativo
latinoamericano haya surgido aos antes. Se puede decir que naci en 1955 con
Relatos de un nufrago de Garca Mrquez y en 1959 con Operacin Masacre de
Rodolfo Walsh, nueve aos antes que el grupo neoyorquino.
En el mismo ao Jorge Masetti y Rogelio Garca Lupo, fundaron en La Habana la
agencia Prensa Latina en la que Mrquez y Walsh trabajaron, por lo que, comoCarrin detalla, la llegada del periodismo narrativo latinoamericano hay que leerla
como la vanguardia silenciosa o el prlogo discreto a lo que se llam despus New
Journalism (CARRIN, 2012: 24).
Si los modernistas describieron los cambios de poca con pequeos poemas, los
cronistas latinos y norteamericanos del medio siglo las dotaron de estructura, de
personajes, de flashbacks, de monlogos interiores y de captulos, como denota
Jorge Carrin.
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Tal movimiento latino tuvo una reciente reaparicin con la creacin de la Fundacin
Nuevo Periodismo Iberoamericano, despertando vocaciones dormidas en aquellos
periodistas que tienen la curiosidad intacta y la mirada literaria, a pesar del ajetreo
cotidiano y la hper actualizacin de las noticias. El sitio oficial del organismo detalla
sus inicios: La Fundacin Nuevo Periodismo Iberoamericano fue establecida en
Cartagena de Indias, Colombia, en octubre de 1994 como resultado de una antigua
preocupacin de Gabriel Garca Mrquez -quien inici como reportero su carrera de
escritor-, por estimular las vocaciones, la tica y la buena narracin en el periodismo2.
El reciente resurgir de la crnica y la no-ficcin, estimulado y analizado desde los
talleres y seminarios del FNPI fue teniendo en paralelo un crecimiento exponencial de
publicaciones en formato de libros y de revistas de periodismo narrativo de los pases
latinoamericanos, como Gatopardo (Colombia, Mxico y Argentina), Soho (Colombia),Anfibia(Argentina) o Etiqueta Negra(Per).
Cuando Gabriel Garca Mrquez convoca a periodistas y escritores, y crea la
Fundacin para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, ese punto fue el momento de
fundacin de la crnica como hoy la entendemos, porque all surge toda una
preocupacin por la forma y las capacitaciones. sto se ha desplegado desde
entonces en todos estos aos, y lo vemos hoy con la cantidad de gente que escribe
crnica, analiza el periodista rosarino Osvaldo Aguirre.
La necesidad de una fundacin de capacitaciones surge a partir de que Garca
Mrquez observaba un bajo nivel de escritura en el periodismo. Pero eso no significa
que el gnero existe desde entonces, porque Tomas Eloy Martnez haca periodismo
narrativo para la revista Primera Plana en la dcada del sesenta, y anticip entre otros
como Enrique Raab y Osvaldo Soriano, esta tendencia en el periodismo narrativo.
Pero en esta investigacin es necesario un anlisis a nivel local, para poder definir una
hiptesis propia sobre este inters en un periodismo narrativo que resurge en algunospocos periodistas locales sin mayor incentivo que el placer de producir textos que,
como explica claramente el cronista (paranaense y rosarino por opcin) Eliezer
Budasoff, nos detendramos a leer un domingo en la cama.
El enfoque de esta investigacin est puesto en los periodistas de Rosario que de
alguna manera se relacionan con el periodismo narrativo, para conocer cul es su
modo de relacionarse, de qu manera lo utilizan (o no) en sus tareas diarias, y cunto
2Ver historia del FNPI en http://www.fnpi.org/fnpi/historia/
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hay del boomde la crnica latinoamericana en esta ciudad reconocida en lo cultural y
en las buenas plumas literarias, pero no en las grandes crnicas.
De esta forma, dentro de los medios escritos locales, hay editores, colaboradores
permanentes, cronistas freelance, periodistas de policiales o de sitios web, que lededican un poco de su tiempo laboral o por fuera de l, a la escritura creativa (no
adornada, sino pensada con recursos literarios) de la informacin. Estas prcticas,
resultado de mucho esfuerzo y estudio, son las que aqu se dan a llamar grietas
narrativas dada su existencia sin funcin formal en la rutina productiva de los medios
locales. Luego se ahondar en dicho concepto.
Ser ineludible la referencia al otro oficio que compete a este perfil: el del escritor, que
con miradas muy diversas desde el periodismo (hay periodistas que se consideran
escritores por la prctica de escribir y quienes le otorgan otro canon), es en s mismo
un trabajo con sus costumbres, sus tiempos y demandas. Es saludable la comparacin
de los oficios para entrever qu tiene el periodista de escritor, o si en realidad slo
toma algunos recursos tcnicos de dicho oficio.
La seleccin de los entrevistados fue pensada en forma eclctica y representativa: son
todos periodistas rosarinos de prensa, pero a su vez de diversas edades y de cada
uno de los variados medios escritos de mayor relevancia: Silvina Tamous de diario El
Ciudadano, Osvaldo Aguirre de diario La Capital, Beatriz Vignoli del suplemento
Rosario/12 (diario Pgina/12) y Pablo Makovsky de diario Cruz del Sur; la cronista
digital Virginia Giacosa que escribe tambin en prensa nacional (del sitio
Rosario3.com), y dos casos freelance diferentes: Juan Mascardi, cronista audiovisual y
Eliezer Budasoff, cronista de UNO Paranque colabora en La Capital.
La diversidad de perfiles tiene el objetivo de llegar a alguna conclusin lo ms definida
posible de la realidad local. A stos entrevistados se suma el caso del periodista
Daniel Briguet, quien trabaj en casi todos los medios grficos locales durante ms detreinta aos, y actualmente colabora en revistas locales (Rosario Express y El Vecino).
La percepcin, ms a nivel nacional y continental, es que efectivamente hay un auge
de la crnica como aseguran los docentes y periodistas de la Fundacin Nuevo
Periodismo Iberoamericano y los directores de revistas. Pero pareciera ser que, en la
ciudad de Rosario son en realidad muchos los formatos y recursos que se utilizan hoy
para narrativizar o como menciona Jaramillo Agudelo croniquear los textos
periodsticos, ms que la crnica como formato duro y nico. Es difusa la respuesta si
se pretende saber por qu no hay en la ciudad (con la excepcin de Eliezer Budasoff)
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periodistas que se dediquen especialmente a la crnica narrativa: si la causa es
empresarial, de falta de inquietud o de urgencia.
Pero ms que una bsqueda de ese por qu no hay cronistas especializados, es
interesante pensar cmo operan algunos periodistas con la inquietud literaria, quejuegan con los formatos, dejan colar algn verso, o que por fuera de sus rutinas se
forman en talleres literarios de nivel (con periodistas como Cristian Alarcn, Sandra
Russo o Josefina Licitra) o escriben libros de no-ficcin, cuentos, novelas o poesa. Se
considera que hay una gesta de un estilo periodstico in crescendo.
Hay quienes aseguran que el problema no es el espacio en los medios para una
crnica extendida, sino que lo que falta es la inquietud, ya que vale aclarar que se
estima que no son ms de veinte los periodistas que realizan dichas prcticas en la
ciudad. Segn el emblemtico Tom Wolfe, a los directores de peridicos les gusta
argir que el Nuevo Periodismo no puede adaptarse a la prensa diaria, basndose
tanto en que funciona slo a nivel de temas triv iales (pop), como en que no satisface
las exigencias de la hora de cierre.
La mayora de los periodistas consultados para esta investigacin coincide en el
problema del espacio para publicar, y busca otros espacios como medios nacionales,
revistas continentales o sitios online. Pero como se dijo anteriormente, interesa ms el
cmose apropian del estilo narrativo, cmo se volcaron a ste, qu tcnicas utilizan y
cmo son los medios donde trabajan, ms que los probablemente inhallables porqus.
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CAPTULO 1
1.1 Los orgenes de un estilo
Es menester desarrollar la dimensin histrica de dicho estilo a investigar,
comenzando cronolgicamente por retomar la tesina de la licenciada en Comunicacin
Social (UNR, 2009) Mara Florencia Benedetti, que ubica la gnesis del gnero no-
ficcin mucho antes que la mayora de los periodistas y acadmicos. Benedetti seala
que sta procede del gnero interpretativo o de explicacin en Rusia a fines de la
Primera Guerra Mundial.
Con la aparicin de la radiodifusin como nuevo medio de comunicacin de masas, la
prensa escrita realiz sus primeros esbozos para recuperar o retener a sus lectores de
la novedad radial, y dejaron por primera vez en la historia de reflejar los hechos tal
cual son, o con una pretensin ms subjetivista. De todas formas la denominacin del
trmino no-ficcin vendra despus.
En los comienzos de la dcada del sesenta, en los Estados Unidos surge el afamado
Nuevo Periodismo que revolucion al oficio en el mundo a travs de la industria
editorial, y en simultneo se fue gestando en Amrica Latina. Todas las tesinas de la
Escuela de Comunicacin de la Universidad Nacional de Rosario que analizan el tema
coinciden en que surgi ante la necesidad de un pblico lector exigente de cubrir un
hueco dejado por los grandes escritores como Hemingway y Fitzgerald tras el fin de
las Guerras Mundiales.
Terminado el furor de las novelas de la posguerra, las editoriales buscaban historias
entraables y fueron varios los periodistas norteamericanos que aprovecharon a
crecer en su ambicin literaria, trasgrediendo las fronteras entre un gnero y otro, y
causando ciertos resquemores en los crculos de la alta alcurnia literaria. Entre ellosestaban Norman Mailer, Tom Wolfe, Hunter Thompson y Gay Talese. En menor
medida, ocurra lo mismo en Europa occidental, con Oriana Fallaci y Ryszard
Kapuscinski a la cabeza.
El estadounidense Wolfe recuerda en qu se basaba esta tendencia: Era posible
escribir artculos muy fieles a la realidad empleando tcnicas habitualmente propias de
la novela y el cuento. [] Para los Nuevos Periodistas que se sumergan donde
pasaban cosas, haba que tomar contacto con completos desconocidos, meterse en
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sus vidas de alguna manera, hacer preguntas a las que no tenas derecho natural a
tener respuesta, pretender ver cosas que no se tenan que ver (WOLFE, 1976: 26).
Dentro de esta corriente trasgresora se forma concretamente el trmino no-ficcin
como gnero, definido por el periodista de The New Yorker, Truman Capote, luego depublicar su emblemtica novela A sangre fra(1966). Capote fue precursor en dicho
trmino y tambin en que otorg al periodismo un nuevo modo de mostrar la realidad
al pblico lector con un estilo mejorado de periodismoen sus palabras, llevando un
aspecto de mayor realidad a la literatura, enfoque sin dudas atractivo para un pblico
lector vido de nuevas aventuras.
En Amrica Latina la no-ficcin comenz nueve aos antes (o de eso se jactan
muchos tericos de la comunicacin y del periodismo) aunque de un modo intuitivo,
con la publicacin a travs de entregas peridicas en medios clandestinos, del libro
periodstico de cabecera Operacin Masacrede Rodolfo Walsh (1957).
El objetivo de este nuevo estilo latino no era competir con otros estilos, vender libros
para editoriales ni consagrarse en la fama, sino en un punto diametralmente opuesto,
contrarrestar el discurso meditico predominante y represor de las dictaduras
latinoamericanas. El argentino Walsh y el colombiano Gabriel Garca Mrquez estaban
a la cabeza del movimiento con sus publicaciones en la Agencia de Noticias Prensa
Latina, en plena poca de la Revolucin Comunista Cubana.
El rosarino Daniel Briguet analiza ambos fenmenos paralelos del nuevo periodismo
en su libro Ficciones Periodsticas: Los nuevos periodistas irrumpieron en la escena
cultural, y casi sin proponrselo, hicieron aicos el edificio levantado pacientemente
por los popes de la tradicin literaria. [] En la non fiction, la literatura parece
apropiarse de ciertos procedimientos propios de la crnica y el relato informativo, pero
slo para integrarlos en una nueva modalidad de la ficcin, definida por su opuesto.
Capote o Mailer, all; Rodolfo Walsh en estas tierras, son casos ejemplares.
El periodista de investigacin Daniel Santoro ubic en Garca Mrquez y otros
escritores la toma consciente de responsabilidad de comenzar a escribir la historia del
periodismo narrativo, y lo ubica en un lugar y tiempo especficos: Caracas, 1958, a
travs de la escritura en una revista semanal llamada Momentos (SANTORO, 2004:
147). A esto agrega que se trata de un estilo latinoamericano que haba sido
fecundado por los previos cronistas Jos Mart y Alejo Carpentier (Cuba), Rubn
Daro (Nicaragua-Espaa), Csar Vallejo (Per), Juan Carlos Onetti (Uruguay), y los
argentinos Jorge Luis Borges y Roberto Arlt. Estos ltimos dos, desde experiencias y
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estratos sociales diferentes, pero con coincidencias en sus bsquedas. El concepto de
real maravilloso3 era tomado en aquellos aos incipientes de periodismo
costumbrista donde los incipientes cambios de costumbres con la modernidad llevaban
a los periodistas a narrar la poca.
El periodismo latinoamericano desde sus inicios se ha relacionado de manera
intrnseca con la literatura, y cabe recordar que fue en el mismo contexto del afamado
Boom de la narrativa latinoamericana. Los grandes escritores como Borges,
Cortzar, Neruda, Paz, Onetti, Fuentes, Vargas Llosa y Garca Mrquez, eran de oficio
periodistas. Publicaban sus reflexiones, poesas, cuentos cortos y novelas a travs de
folletines de entrega peridica en los diversos medios escritos de Amrica Latina. No
existan an las editoriales libreras que con su nacimiento y expansin comenzaran
luego a difundir a los escritores como tales, ya por otro camino que el de los medios decomunicacin.
La historia del periodismo literario, con el tiempo y la industria editorial, ha dado un
vuelco: antes los grandes escritores slo queran ser publicados y tener un sueldo, y el
nico modo era a travs de prensa; hoy la instancia superadora es que los periodistas
quieren mejorar la calidad de sus artculos, publicando textos literarios en los medios y
tambin en formato de libros. De esta manera se puede decir que pasaron de ser
escritores periodistas a periodistas escritores.
Como corolario de esta corriente, la Fundacin Nuevo Periodismo Iberoamericano fue
establecida en octubre de 1994 en Cartagena de Indias (Colombia) a modo de escuela
del periodismo narrativo a travs de concursos, becas, seminarios y talleres. De este
modo se ha generado, desde hace casi dos dcadas, una red que se retroalimenta
para fortalecer un estilo de periodismo que no tiene suficiente cabida en los medios, y
que sin embargo recoge adeptos y tiene una cada vez mayor masa crtica, llegando a
los institutos, escuelas y academias de periodismo como una especialidad ms
(aunque no formalizada) entre policiales, deportes, poltica o economa.
En palabras de Daro Jaramillo Agudelo, entrados en el siglo veintiuno, la crnica
latinoamericana ha creado su propio universo, una extensa red de revistas que
circulan masivamente y que se editan en diferentes ciudades del continente. Hay una
abundante produccin de crnicas en forma de libros que pasan rpidamente a figurar
en las listas de los ms vendidos (JARAMILLO AGUDELO, 2012: 12).
3Concepto acuado por el escritor Alejo Carpentier donde describa historias reales latinoamericanas y
paisajes desde una mirada maravillada. Ver:
http://www.ecured.cu/index.php/Real_Maravillosohttp://www.ecured.cu/index.php/Real_Maravillosohttp://www.ecured.cu/index.php/Real_Maravilloso8/13/2019 TFI Grietas Narrativas La cocina de la no ficcin en la prensa local
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Pero segn la mirada de algunos cronistas argentinos como Josefina Licitra y Hernn
Casciari, hoy la realidad del FNPI es otra. La realidad es que Garca Mrquez ya no
est en la Fundacin por su avanzada edad, y que no est no vende, por lo que los
sponsors (como CEMEX) se fueron bajando, y la FNPI ya no tiene el dinero que tena
al comienzo, objeta Licitra.
Otra mirada crtica de Licitra es sobre el auge de la crnica latinoamericana, que
asegura que no es ms que un boom dentro de un crculo pequeo del periodismo,
mientras que el pblico general no compra crnicas sino novelas: En octubre fui a un
Festival de la Palabra en Repblica Dominicana, y ah observ que lo que se lee, que
es poco, es la novela.
La crnica despus de casi veinte aos de FNPI se empez a estandarizar, y en
palabras de Josefina Licitra, da la sensacinque los cronistas tenan que mostrar que
podan escribir narrativamente, y quizs ya es hora de volver a una crnica ms
clsica y limpia como eran las de Garca Mrquez en los aos 60 y 70.
1.2 En Argentina
Si se quiere hacer un recorte de la historia argentina del periodismo literario, existen
textos gauchescos que Ana Mara Amar Snchez vincula con el ensayo histrico,
como el Cielito patritico (1818), la Relacin (1822) de Bartolom Hidalgo, y la
Biografa de Rosas(1830) de Luis Prez, que postulan relaciones de transformacin
del material similares a la que se sealan como especficas del relato de no-ficcin
(AMAR SNCHEZ, 1992: 20).
Tambin cabe mencionar el racconto realizado por la licenciada en Comunicacin
(UNR 2002) Natalia Terencio. En su tesis indica cmo Jos Hernndez y Eduardo
Gutirrez narraron las penurias del gaucho pampeano perseguido por el gobiernodurante el siglo XIX. Terencio destaca que tomaban hechos reales cuyos
protagonistas son personas que han vivido lo narrado, y a travs de la utilizacin de
tcnicas propias de la ficcin, trasladaban esos personajes a una novela ficcional,
ubicndose as dentro del relato de la no-ficcin.
Luego del gauchesco, Roberto Arlt fue quien hizo su gran aporte a este estilo en la
dcada del veinte, desde sus correspondencias con los lectores y sus conocidos
aguafuertes, introduciendo el estilo de narrar la poca en los medios de prensa.
Aunque l no haya definido su propio estilo de un modo consciente, se lo considera
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como periodismo costumbrista o de poca, que observaba una sociedad modernizada,
industrializada, de mixtura de inmigrantes, y la narraba en folletines por entrega en el
diario El Mundo.
Se toma en cuenta el recorte histrico de Toms Eloy Martnez, quien plantea (en sunota introductoria al libro de narraciones periodsticas de Martn Caparrs, Larga
Distancia) que la crnica es, tal vez, el gnero central de la literatura argentina. La
tradicin literaria parte de una crnica magistral, el Facundo de Domingo F. Sarmiento.
Otros libros capitales como Una excursin a los indios ranqueles, de Mansilla; Martn
Fierro, de Hernndez; En viaje, de Can; La Australia Argentina, de Payr; los
Aguafuertes de Arlt; Historia universal de la infamia y Otras inquisicionesde Borges;
los dos volmenes miscelneos de Cortzar (La vuelta al da y Un ltimo round); y
los documentos de Rodolfo Walsh son variaciones de un gnero que, como el pas, eshbrido y fronterizo (CAPARRS, 2004: 11).
A fines de la dcada del cincuenta el periodista Rodolfo Walsh utiliz el estilo desde
una mirada politizada, de un modo comprometido con la realidad, en su reconocida
intencin de denunciar los fusilamientos clandestinos en Jos Len Suarez,
investigados por l en Operacin Masacre, as como en todas sus obras de
investigacin periodstica.
Luego retomaron el estilo Toms Eloy Martnez, Martn Caparrs, Jorge Halpern,
Jacobo Timerman (con su gran revista Primera Plana) y Osvaldo Soriano, entre otros
pocos que, en consonancia de un periodismo comprometido tambin perfeccionaron la
bsqueda estilstica de un campo casi sin espacio en los medios tradicionales. Como
destaca Jorge Carrin, fue la obra de Caparrs, el ms inquieto de los cronistas de
este cambio de siglo la cual inyect una ambicin global al periodismo narrativo en
nuestra lengua con su publicacin Larga distancia, crnicas de viaje en 1992.
Aprendices de estos maestros, en la dcada del noventa se fue gestando un semillerode cronistas como Leila Guerriero, Cristian Alarcn y Josefina Licitra, quienes fueron
abrindose paso en publicar en revistas y diarios (Lamujerdemivida, ADN la revista
dominical de La Naciny Rolling Stone) que hasta ahora no apostaban a este estilo.
Adems de reportear y publicar sus no-ficciones, stos hoy se dedican a editar a otros,
y a seguir sembrando un estilo en expansin a travs de talleres en ciudades de todo
el pas en pases del continente latinoamericano.
Segn Julin Gorodischer y Javier Sinay en un informe para la revistade Clarn, el
camino recorrido desde los noventa hasta hoy fue trazado desde la mirada subjetiva
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hacia la realidad: El nfasis en el individuo, que haba sido postergado [] para el
acontecimiento de inters masivoque marc el pulso de la narrativa en el corazn de
los medios masivos del siglo XX, influida por una idea de mercado asociada a grandes
masas lectoras, abre paso a una nueva confianza en la capacidad transformadora
que ejerce la mirada sobre la realidad. En este camino hoy el periodismo narrativo
argentino prevalece en el yo biogrfico, omnvoro, especializado, crtico y/o analtico,
sobre el mundo, la ciudad, el barrio4.
Prueba de esta realidad actual en que existen ya numerosos periodistas narrativos, un
mercado, un pblico lector y una industria editorial, es que en 2012 se publicaron dos
ambiciosas antologas muy similares entre s. Antologa de crnica latinoamericana
actual (Alfaguara) y Mejor que ficcin(Anagrama) son compilaciones de textos de alta
calidad literaria, donde preponderan los periodistas argentinos (entre otrasnacionalidades tambin), y donde coinciden en afirmar que la mejor prosa narrativa
de Hispanoamrica hoy est en la crnica.
Otra indudable prueba, y ya detectando los nuevos pblicos virtuales, es que en los
ltimos dos aos surgieron dos revistas digitales dedicadas al periodismo narrativo y
que supieron cosechar un amplio pblico online. Ambas revistas fueron gestadas por
argentinos y para un pblico iberoamericano: se trata de la revista Anfibia (de la
Universidad de San Martn y dirigida por Cristian Alarcn, donde se articulan el trabajo
periodstico con el de socilogos, antroplogos y otras ciencias sociales), y Orsai (una
ambiciosa revista sin publicidades, de descarga gratuita en formato PDF y de
distribucin interpersonal por correo postal, donde priman la calidad de escritura y de
ilustraciones).
Anfibia y Orsai poseen perfiles similares y pblicos preponderantemente virtuales,
aunque cabe aclarar que en el segundo caso, para comienzos de 2014 los mismos
directores decidieron que lanzarn su ltima edicin, porque su idelogo Hernn
Casciari aduce: No queremos que la revista se convierta en una costumbre
matrimonial. Ni para nosotros ni para los lectores. Pero tambin reconocen problemas
econmicos que evidencian la dificultad de sostener un medio masivo de perfil
periodstico-literario por fuera del mercado editorial y publicitario: No alcanzamos
rentabilidad: tenamos una previsin de venta de seis mil revistas, y estamos
rasguando las cuatro mil por edicin5. El panorama de la no-ficcin en el pas sigue
4Informe Crnica argentina, modelo siglo XXIde Julin Gorodischer y Javier Sinay:
5Declaracin de Hernn Casciari, director de Orsai en
http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/ficcion/cronica-argentina-siglo-XXI_0_955104490.htmlhttp://www.revistaenie.clarin.com/literatura/ficcion/cronica-argentina-siglo-XXI_0_955104490.htmlhttp://editorialorsai.com/revista/post/n15_editorialhttp://editorialorsai.com/revista/post/n15_editorialhttp://editorialorsai.com/revista/post/n15_editorialhttp://editorialorsai.com/revista/post/n15_editorialhttp://www.revistaenie.clarin.com/literatura/ficcion/cronica-argentina-siglo-XXI_0_955104490.html8/13/2019 TFI Grietas Narrativas La cocina de la no ficcin en la prensa local
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siendo una incertidumbre, donde existe un pblico lector fiel y donde la migracin
hacia el mundo virtual parece inminente y a su vez poco rentable.
1.3 En la ciudad
Sobre el devenir histrico del periodismo literario en Rosario las tesinas,
investigaciones, ensayos, ponencias y libros de Historia hacen aguas. No existe un
texto que trace una lnea histrica de este estilo. Tal vez no existe porque es
incipiente, o no hay una historia concreta, o porque no hubo inters en reparar en este
estilo que no termina de definirse en la ciudad.
Pocos periodistas locales han explorado con tcnicas literarias en sus publicaciones,
entre los que cabe nombrar a Gary Vila Ortiz y a Elvio Gandolfo con la revista El
Lagrimal Trifulca, y quienes han fortalecido varias revistas literarias y diarios locales.
No sin pena, y luego de un amplio anlisis, quien investiga decidi no realizar una
entrevista al periodista Vila Ortiz, quien reside hoy en la ciudad, pues se ha dialogado
con varios periodistas que indicaron su estado de salud delicado con sus ms de
ochenta aos, por lo que sera dificultosa la tarea.
Osvaldo Aguirre menciona en un artculo sobre el suplemento Seales que edita, que
existen datos sobre publicaciones aparecidas en Rosario a fines del siglo XIX, y que el
periodismo cultural tiene experiencias interesantes y poco documentadas, como la
etapa en que Irma Peirano trabaj en el suplemento literario de La Tribuna, o el ciclo
que abri la revista Boomen 1968 y continuaron Zoomy Etctera, de menor magnitud
que la primera.
Aguirre indica que el estudio y la difusin de las obras del pasado cultural es una
preocupacin reciente en Rosario, y tal es as que por estos meses (octubre de 2013),
el mismo periodista public, en formato de libro, una antologa sobre la experiencianica de la revista BOOM.
Dicha antologa es de gran valor a la hora de caracterizar el pasado periodstico-
narrativo de la ciudad, ya queBOOM fue representativa de una poca culturalmente
rica, y fue el nico ejemplo de que era posible tener en la ciudad un medio con los
rasgos del Nuevo Periodismo latino y norteamericano, y contemporneo a stos.
En un anlisis de Julieta Tonello, caracteriza sus rasgos distintivos que la
posicionaban en el mismo discurso del entonces contemporneo Nuevo Periodismo:notas extensas y de gran calidad narrativa, [] un alto nivel grfico y tapas
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controversiales, la pluralidad de voces, [] el narrador que no juzga [] los dilogos
realistas y las descripciones a modo de escenas(AGUIRRE, 2013: 18-21).
BOOM emulaba a los semanarios nacionales Confirmado, Primera Plana, y a los
estadounidenses Newsweeky Time, y cabe situarlo tambin en la poca del boom dela narrativa latinoamericana. Era dirigida por Ovidio Lagos Rueda y all trabajaba un
destacado grupo de periodistas, escritores, fotgrafos, diseadores y dibujantes.
En palabras del propio Lagos Rueda, no era una revista popular, pero tampoco una
revista literaria, sino un medio provocador: Esa poca era contestataria. Haba que
demoler las estructuras, demoler el establishment. Haba cierta irreverencia, cierto
desenfado en las cosas que se publicaban. Y como el mismo director reconoci, lo
que llev al cierre de BOOMes que los periodistas escritores como yo nunca pueden
ser buenos administradores.
Si bien circulaban por entonces las tambin rosarinas El arremangado brazo,
Setescientosmonosy El lagrimal trifulca, la primera de ellas no tuvo tanto alcance ni
duracin, y las otras no se consideran como revistas periodsticas sino directamente
literarias.
Desde la dcada del ochenta se puede aseverar que el periodista que indagaba en el
frgil terreno de la no-ficcin fue el entrevistado para esta investigacin Daniel Briguet.
Su camino ha sido silencioso aunque reconocido a la vez, ya que cada medio escrito
en el que trabaj ha publicado algn texto hbrido en su contratapa o en secciones
culturales.
Los casos de revistas periodstico-literarias recientes son espasmdicos y poco
definidos. Desde la mirada de quien investiga, slo hubo un intento de dicho perfil con
la revista 32 Pies,fue un proyecto ambicioso y con mucha inversin por parte de la
Fundacin Puerto de la Msica. Como anuncia en su sitio oficial6, se propona
registrar, haciendo eje en la regin litoral, las manifestaciones artsticas de los pases
que integran el Mercosur. Sus personajes, sus historias, las nuevas tendencias, lo
clsico y lo moderno, lo popular.
La alta calidad del formato, la imagen y la variedad de artculos coincidan con la idea
editorial de notas culturales desde Rosario para un pblico iberoamericano,
probablemente para visibilizar el proyecto arquitectnico lanzado por el gobierno
actual, diseado por el brasilero Oscar Niemeyer. Pero ante otras prioridades
6Sitio Web del Proyecto del Puerto de la Msica y su revista cultural 32 Pies:
http://www.elpuertodelamusica.com.ar/revista-32pies/http://www.elpuertodelamusica.com.ar/revista-32pies/http://www.elpuertodelamusica.com.ar/revista-32pies/http://www.elpuertodelamusica.com.ar/revista-32pies/8/13/2019 TFI Grietas Narrativas La cocina de la no ficcin en la prensa local
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econmicas, el Puerto de la Msica fue postergado, e inevitablemente meses despus
la revista cerr, habiendo publicado slo cuatro ediciones trimestrales entre 2011 y
2012.
Una revista de tirada actual pero que an no sale de un circuito reducido de lectoresde la ciudad esApologa7, la cual se puede comparar en objetivos (de denuncia y
provocacin) con la eximia BOOM, pero que no posee un equipo de redaccin
concreto ni grandes tiradas, y no pareciera que pretenda ampliar su pblico lector. En
el mismo sentido, pero desde una bsqueda de historias desde el periodismo bizarro,
fue creada hace poco tiempo, y por ex alumnos del Posttulo en Periodismo (UNR), la
revista Rosario Gonzo8, la cual tampoco aspira a una difusin meditica masiva.
Lo que se puede percibir, y por esto la hiptesis de dicha investigacin, es que existe
un caldo de cultivo cada vez ms incipiente en periodistas con inters en mejorar sus
plumas y con compromiso de narrar con tica y esttica para el pblico lector. Cabe
preguntarse por el espacio que le dan los medios donde trabajan, y en todo caso
analizar en qu espacios publican sus textos periodstico-literarios.
Es notorio el auge de este estilo en los ltimos tres aos, si se observa la oferta de
talleres periodstico-literarios. Se trata de un estilo que no termina de emerger en la
ciudad, pero que segn varios periodistas con este perfil y tambin el Sindicato de
Prensa, es un modo de narrar que se encuentra en perodo de gestacin.
7Ver Blog de la revista:
8El Blog de la revista Rosario Gonzo:http://rosariogonzo.com/
http://apologiarevista.blogspot.com.ar/http://apologiarevista.blogspot.com.ar/http://apologiarevista.blogspot.com.ar/http://rosariogonzo.com/http://rosariogonzo.com/http://rosariogonzo.com/http://rosariogonzo.com/http://apologiarevista.blogspot.com.ar/8/13/2019 TFI Grietas Narrativas La cocina de la no ficcin en la prensa local
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CAPTULO 2
2.1 Definiciones y especificidades
Una salvedad es necesaria en la delimitacin del objeto de estudio, y es la de aclarar
que no se trata aqu de analizar al periodismo cultural, sino al hbrido cruce entre
periodismo y literatura, catalogado como periodismo narrativo, periodismo literario, de
Autor o simplemente no-ficcin (trmino que luego definiremos). En cambio el
periodismo cultural se relaciona con la cobertura de eventos artsticos y culturales, y
como menciona Jorge B. Rivera, la realizacin de crticas, perfiles, necrolgicas,
notas de aniversario, crnicas, columnas noticiosas, entrevistas culturales y ensayo
(RIVERA, 2000).
De todos estos tipos de texto, seguramente ms de uno es realizado por losperiodistas que aqu se entrevist. Pero esta salvedad pretende despejar dudas sobre
la delimitacin y concepcin del tema, que no se enfoca en el periodismo cultural
(tomado por muchos como un gnero) porque lo que se busca es observar a quienes
escriben cualquier tipo de texto periodstico con formas y/o tcnicas literarias.
En todo caso se toma al periodismo cultural como Rivera, en dos hipotticas formas:
la produccin creativa, que explora con fines de produccin, campos estticos e
ideolgicos inditos y disponibles, y la produccin reproductiva, que contribuye a la
difusin de patrimonios. Siguiendo esta divisin, el periodismo cultural con produccin
creativa es el que aqu se evoca, dado su necesario complemento estilstico.
Cabe detallar la reflexin de Rivera: Convencionalmente se admite que un poema o
un cuento incluido en una revista o un suplemento no poseen el estatuto periodstico
que s se confiere a una nota de divulgacin, una resea bibliogrfica e incluso un
ensayo. [] Podra decirse, de forma transaccional, que los textos literarios de
creacin son insumos empleados por la prensa cultural, pero que slo la definen de
modo parcial. Tan parcialmente por lo menos, como el empleo exclusivo de insumos
informticos.
Dicha visin de Rivera es loable en el sentido de diferenciar que los textos literarios no
reciben el estatuto de ser periodsticos, dado que no hablan de hechos reales, y de
esta manera queda aclarado que no todo lo que se publica en los medios es
periodstico, pues el lmite es la ficcin: si el hecho no sucedi, no es periodismo.
Lo que aqu se difiere es con la forma utilitaria de Rivera de concebir a los recursos
literarios al punto de compararlos con insumos informticos. Son tcnicas estudiadas
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para su correcta utilizacin (se ampliar sobre stas luego), y por tanto la escritura
periodstica creativa que Rivera denomina, se posicionar en ese difuso lmite que
existe entre periodismo y literatura.
2.2 La idea de grieta narrativa
En el diccionario de la Real Academia Espaola, el origen etimolgico del trmino
grieta en latn es reventar. Y entre sus significados se destaca el de dificultad o
desacuerdo que amenaza la solidez o unidad de algo. Es justamente la zona gris del
periodismo que aqu se analiza, que conlleva una mayor dificultad por no tratarse de
una especializacin formal dentro de la carrera periodstica, y por el poco espacio que
tienen sus tipos de textos en los medios escritos de la ciudad, que se considera que eltrmino grieta narrativa es propicio para revalorizar, como un caldo de cultivo de una
expresin que brota espordicamente en los diarios y en las publicaciones digitales,
hacindose lugar de manera intersticial, y amenazando la solidez del pretendido
periodismo objetivo.
La expresin de grieta narrativa denota que el lugar que est moldeando este estilo,
debe hacerlo en medio de una cierta solidez en la distribucin espacial de
publicaciones, provocando entonces en el proceso, intersticios que vale su
detenimiento para hipotetizar sobre un curso trazado en este estilo. Si esta nueva
expresin encuentra su curso y sobre todo si suma adeptos en el camino, como viene
sucediendo, se puede decir que el periodismo escrito, que es mayormente un estilo
duro, tiene amenazada su solidez ante stos textos hbridos que se abren espacio, y
tambin ante la paulatina migracin del pblico lector hacia los medios digitales en su
bsqueda de nuevos tipos de lectura periodstica.
En palabras de Ana Mara Amar Snchez, lo especfico del gnero est en el modo en
que el relato de no-ficcin resuelve la tensin entre lo ficcional y lo real. El
encuentro de ambos trminos no da como resultado una mezcla (aunque sea posible
rastrear el origen testimonial o literario de muchos elementos), sino que surge una
construccin nueva cuya particularidad est en la constitucin de un espacio
intersticial donde se fusionan y destruyen al mismo tiempo los lmites entre distintos
gneros (AMAR SNCHEZ, 1992: 19).
El discurso no-ficcional responde de esta manera a la necesidad de fractura y
renovacin literarias con circunstancias histricas en las que los acontecimientos(revoluciones, luchas, crmenes polticos) no precisan de lo imaginario para
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constituirse en relatos, como si pertenecieran a una realidad de por s suficientemente
literaria(AMAR SNCHEZ, 1992: 28).
Una grieta es tambin una fisura, una huella que habla de otros registros, y como
analiza Jorge Carrin, en esa consciente ambivalencia, en las fisuras de lo real y delos gneros que tratan de representarlo, trabaja buena parte de la no-ficcin de este
cambio de siglo (CARRIN, 2012:26).
La fisura desde la mirada de Amar Snchez, permite que los textos del gnero dejen
de ser ledos como trabajos periodsticos y cambien de funcin: abandonan la
inmediatez de la nota y se constituyen en relatos, establecen su propia filiacin, su
propia tradicin y se postulan de algn modo como literatura (AMAR SNCHEZ,
1992: 30).
En la experiencia del periodista Daniel Briguet, la redaccin suele ser un
pandemonium9de gente apurada, voces entremezcladas, rdenes contradictorias [].
Nada menos parecido a la soledad recoleta del creador que crea . En este marco, la
escritura periodstica est dominada por la contingencia, y cuando el redactor busca
una escritura de mayor vuelo a una noticia corriente, surge la tensin entre sus
propias visiones, a menudo reducidas a la filigrana de un esbozo, y las presiones del
mundo exterior. En su experiencia ste es el punto en que se puede hablar de una
autonoma que se conquista, precisamente, en los lmites del trabajo subordinado.
La hiptesis que aqu se acua es que el camino a recorrer por el periodista para tener
estos espacios intersticiales, estas grietas narrativas, lo consigue a travs de la
autogestin. Beatriz Vignoli teoriza que ese es el modo ms indicado de trabajar el
arte (en cualquier disciplina) para que funcione, y en el periodismo no puede ser
diferente: Defiendo a muerte la autogestin, es la forma de empezar, y es donde
surgen cosas muy buenas. Te pods quedar en tu casa esperando porque llevaste
doscientos currculums, pero hay que empezar a trabajar, a conocer el terreno, que teconozcan por tu producto, y ya con ese antecedente pods entrar en una empresa
ms grande.
El periodista mexicano Juan Villoro cita en una crnica para la revista Orsai al
pensador Giorgio Agamben en su ensayo Qu es lo contemporneo: [] repara en la
paradoja que define a los mejores testigos de una poca: inmersos en su realidad, le
descubren un error, una fisura; adquieren distancia para entender lo actual en una
9Pandemonium: Segn la Real Academia Espaola, Capital imaginaria del reino infernal. Lugar en que
hay mucho ruido y confusin.
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desconexin y en un desfase. [] Lo contemporneo slo se entiende de manera
genuina si escapa a la norma, la costumbre, la moda, la opinin generalizada. Alguien
es de su tiempo cuando se aparta lo suficiente para advertir el pliegue oculto de la
poca, su lnea de sombra. Y retoma a Agamben nuevamente: Es en verdad
contemporneo aquel que no coincide a la perfeccin con su tiempo ni se adeca a
sus pretensiones y es, por ende, en este sentido, inactual; pero justamente por eso, a
partir de ese alejamiento y ese anacronismo, es ms capaz que los otros de percibir y
aprehender su tiempo.
Probablemente de esta misin, ms difcil y profunda, se trate el camino del
periodismo narrativo. Quizs como realiz Roberto Arlt hace un siglo atrs, hoy la
ambiciosa misin sea, como menciona el entrevistado Pablo Makovsky, cifrar y
descifrar", o percibir como Daniel Briguet el sensorium de la poca, un trminocreado por otro pensador que fue de su tiempo y en paralelo inactual, el filsofo Walter
Benjamin.
2.3 Definicin de periodismo
El periodismo es un oficio porque se ejerce en el 99% de los casos desde una
empresa, todos los das, dentro de determinados horarios, bajo una estructura
jerrquica, a cambio de un salario, y enmarcado en un estatuto (en Argentina, el
Estatuto del Periodista, Ley 12.908), segn Alfredo Serra y Edgardo Ritacco en su
libro Curso de Periodismo Escrito(SERRA Y RITACCO, 2005).
Por otra parte, los mismos Serra y Ritacco aclaran que el periodismo tambin es un
arte, ya que su punto de partida es la escritura, definida como el arte de las artes.
Bajo esta perspectiva, cabe recordar que la mayor parte del contenido de un diario
son los textos, que se diferencian de los literarios por ser su deber de informar con
reglas tcnicas, como la pirmide invertida, la economa de palabras y el lenguaje al
alcance del lector medio.
Se coincide en la caracterizacin del concepto realizada por el filsofo Daro
Sztajnszrajber en el marco de la Jornada Crecer como periodistas del Posttulo en
Periodismo: El periodismo es una manera de escribir, como la poesa, que tiene sus
normativas, sus problemas, sus registros, su cadencia, su propia bsqueda. Est
bueno aceptar que todas las disciplinas que se hacen con palabras son, en algn
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sentido, gneros literarios []. Entender que cuando escribimos un texto lo hacemos
para otro10.
Sobre el trmino periodismo, tambin se coincide y recapitula la delimitacin
realizada por los ex alumnos Luciano Sagripanti y Mara Sol Rivera: Por periodismose entiende la funcin social de recopilar, procesar y difundir por cualquier medio de
comunicacin una noticia de inters pblico, con la finalidad de informar y formar, as
como tambin la de persuadir y entretener.
El mensaje periodstico, aparte de ser un hecho comunicable en el ms amplio
sentido, cumple con la funcin formativa por los juicios de valor que se emiten. Otra
finalidad del periodismo es la recreacin, abarcando diversos gneros: humorismo,
costumbres, viajes, etc. As, el periodismo incluye comunicacin por esencia,
informacin por necesidad, formacin por deseo de orientar, entretenimiento por
naturaleza, y todo ello dentro de un rea envolvente que incluye estilo, tcnica y
representacin adecuada11.
2.4 Definicin de literatura
Para un entendimiento cabal de la temtica a investigar, es necesario tambin definir
el concepto de Literatura. Albert Chilln lo define como un modo de conocimiento de
naturaleza esttica que busca aprehender y expresar lingsticamente la calidad de la
experiencia" (CHILLN, 2007).
El exalumno Sagripanti reproduce el encuadre de la Lic. Andrea Bocco, y aduce que
se trata de una manifestacin artstica de una cultura constituida fundamentalmente a
travs de la palabra (oral o escrita). Es el marco para definir las formas (gneros
literarios), como tambin las lenguas, las voces y usos12.
La literatura, en palabras de Amar Snchez, no puede tener postulados deuniversalidad e intemporalidad, porque ella es lo que en cierto momento histrico se
entiende como tal []. La literatura se define en trminos de lo que algn grupo social,
alguna institucin llaman y usan como literatura. De esta forma los factores histricos
10Cuadernos de comunicacin 8. Publicacin del Posttulo y Licenciatura en Periodismo, Facultad de
Ciencia Poltica y RR.II., Universidad Nacional de Rosario. Editorial Armoa Rosario. 201311
Rivera, Mara Sol, Periodismo Literario: un desafo para el siglo XXI(Trabajo Final Integrador para elttulo de grado de Lic. En Periodismo UNR), Julio de 2005, Rosario12
Bocco, Andrea, Literatura y Periodismo, 18301861, Tensiones e interpretaciones en laconformacin de la literatura Argentina, 2004, Editorial Universitas, Facultad de Filosofa yHumanidades, Universidad Nacional de Crdoba.
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e ideolgicos determinan la aceptacin y los lmites de lo literario (AMAR SANCHEZ,
1992: 29).
Sobre el oficio del escritor, la reconocida Marguerite Duras analiza que la persona que
escribe tiene las manos vacas, la cabeza vaca, y que, de esa aventura del libro, sloconoce la escritura seca y desnuda, sin futuro, sin eco, lejana, con sus reglas de oro,
elementales: la ortografa, el sentido. []Escribir tambin es no hablar. Es callarse. Es
aullar sin ruido. Un escritor es algo que descansa, con frecuencia, escucha mucho .
(DURAS, 2006: 22)
Ms especficamente sobre las rutinas de quien ejerce la literatura, Marguerite Duras
diferencia su oficio de los dems: Podemos escribir a cualquier hora. No sufrimos
sanciones de reglas, horarios, jefes, armas, multas, insultos, polis, jefes y ms jefes.
(DURAS, 2006: 54). En este punto se puede ver la diferencia con el oficio del
periodista que en general trabaja para un medio y posee contrato, horarios y rutinas
establecidas por un jefe.
Tambin cabe mencionar la mirada del lingista Roland Barthes sobre el oficio del
escritor, que se diferencia con la visin de Duras por su mirada comprometida con la
sociedad: En toda forma literaria, existe la eleccin general de un tono, de un ethossi
se quiere, y es aqu donde el escritor se individualiza claramente porque es donde se
compromete. [] Lengua y estilo son objetos; la escritura es una funcin: es la
relacin entre la creacin y la sociedad, el lenguaje literario transformado por su
destino social (BARTHES, 2003: 21-22).
En su mirada al devenir literario actual la multiplicacin de las escrituras es un hecho
moderno que obliga al escritor a elegir, que hace de la forma una conducta y provoca
una tica de la escritura. [] La escritura moderna es un verdadero organismo
independiente que crece alrededor del acto literario, lo decora con un valor extrao a
su intencin, lo compromete continuamente en un doble modo de existencia.
2.5 El periodismo narrativo
Si el periodismo es un oficio donde lo que prima es informar, y la narrativa hace uso de
herramientas estilsticas, se puede pensar al periodismo narrativo como un subgnero
de ambos gneros donde lo que se narra son hechos reales a travs de tcnicas
literarias. Y se puede pensar como denota Daniel Briguet que dentro de ese
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subgnero, los gneros son menos definidos, a veces no se sabe bien dnde termina
uno y dnde empieza el otro.
El periodismo narrativo, en palabras de Vctor Latorre, rompe con los esquemas
periodsticos clsicos al aplicar tcnicas narrativas propias del mundo de laimaginacin. De esta forma el estilo imita a la literatura de ficcin para humanizar el
relato de una historia, buscando transmitir al lector una fuerza emotiva muchas veces
ausente en la crnica noticiosa tradicional.
Por poner un comienzo del periodismo narrativo, Jorge Carrin puntualiza: Charles
Danah, el director de The Sun, y Joseph Pulitzer, fundador de World,sentaron desde
sus redacciones respectivas las bases de un periodismo de investigacin con
conciencia de autora y con voluntad de seduccin. [] Tambin Daro o Mart o
Manuel Gutirrez Njara participan de esa nueva forma de narrar la realidad. La
misma que aos despus, adaptada a cada contexto particular y segn las
convicciones ticas y estticas de cada cual, participarn Corpus Varga, George
Orwell, Joseph Roth, Ernst Hemingway o Josep Pla: las ciudades, los pases, los
viajes, el pasado, las guerras pueden ser narrados mediante el retrato de lo mnimo,
de lo cotidiano, con un estilo literario absolutamente personal. Se puede ser, a un
mismo tiempo, extremadamente literario y extremadamente popular.
Briguet indica que en el periodismo narrativo hay cierta oscilacin entre la ficcin (que
parece entrar a travs de la forma) y la llamada realidad. Para esto se refiri a la idea
de Jean Baudrillard de que el simulacro no miente, sino que borra los lmites entre
realidad e imaginacin, y recuerda: En Matrix en una toma aparece el libro Cultura y
simulacro de este autor, que desarrolla la idea de que si uno est adentro de una
sociedad no es consciente de que esta misma puede ser una simulacin. Y los
hermanos Wachowsky admitieron haber ledo ese libro.
En una buena caracterizacin del periodismo narrativo, Beatriz Vignoli reflexiona: Elarte es todo lo que busca un objetivo esttico en primera instancia. Vos pods hacer
arte con una noticia pero tu primer objetivo es informar qu pas y dnde, quin y por
qu. A lo sumo se puede opinar un poco y dar una forma bella al texto, pero siempre
va a ser literatura al servicio del periodismo. Ms que periodismo narrativo, Vignoli lo
toma como crnica literaria, que es un gnero entre gneros: Es ms que un cruce
entre gneros, es un gnero en s mismo. Pero que puede ser subgnero de los dos,
del periodismo y de la literatura.
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de estar en varios sitios a la vez, dotado adems de la capacidad de mostrar lo que
piensa o siente un personaje; El empleo de monlogos interiores; La pluralidad de
puntos de vista; El apoyo en tcnicas de suspenso; El uso de metforas; La
manipulacin del orden temporal, con saltos del presente al pasado o al futuro y
viceversa.
Albert Chilln realiz una fina clasificacin en torno a los grados de ficcionalizacin13
(de mayor referencialidad a mayor fabulacin) de un texto, que cabe reproducir para
hacer diferencias entre los diversos tipos de textos, y detallar en qu terrenos opera el
periodismo y en cules no se debe incurrir. Se trata de una diferenciacin entre
enunciacin facticia y enunciacin ficticia. En la enunciacin facticia que se utiliza en
periodismo, puede ser de tenor documental (veracidad y alta verificabilidad: Crnica,
reportaje, documental, informativa) la enunciacin de tenor testimonial (veracidad yescasa verificabilidad. Libros de memorias, epistolarios, relatos de viajes, retratos,
semblanzas). La enunciacin ficticia, dado que prima la ficcin por sobre la realidad,
queda por fuera del trabajo del cronista, y puede ser:
1) De tenor realista: relato, novela y cine realistas.
2) De tenor fabulador: verosimilitud autorreferencial con apelacin a realidades
interiores como fantasas y sueos. Relato, novela, cine fantstico. Mitos y
leyendas.
3) De tenor falaz: bsqueda de la mentira, el engao.
Una vez diferenciada de la ficcin, se puede avanzar sobre la definicin de no-ficcin.
Los cruzamientos entre periodismo y literatura confluyen en un gnero periodstico
ms nuevo que la crnica, llamado no-ficcin, nacido de las crnicas, reportajes,
reflexiones y entrevistas, y que es el ms utilizado en la cotidianeidad del periodismo
literario.
El nombre de no-ficcin fue determinado por Truman Capote, y segn Ana Mara AmarSnchez, dicho trmino se mantiene por razones de convencin, ya que su uso se ha
generalizado, aunque sobre la denominacin relato de no-ficcin pasa el implcito
prejuicio de que todo relato normaldebe ser de ficcin. Por esto Snchez seala que
los crticos [] ven el gnero como una forma ambigua, mezcla de ficcin y
testimonio, y lo definen como un hbrido, producto de un cruce en el que los
13Se puede observar la clasificacin realizada por Chilln en el resumen realizado por la ctedra de
Redaccin 1 de la Facultad de Comunicacin Social de la UNR en su sitio web
http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/literatura_y_periodismo_una_tr.phphttp://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/literatura_y_periodismo_una_tr.phphttp://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/literatura_y_periodismo_una_tr.phphttp://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/literatura_y_periodismo_una_tr.phphttp://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/2008/07/literatura_y_periodismo_una_tr.php8/13/2019 TFI Grietas Narrativas La cocina de la no ficcin en la prensa local
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procedimientos literarios mejoran la condicin inicial del material(AMAR SNCHEZ,
1992: 13-14).
Para Amar Snchez, si en los medios se trata de construir un sistema de estrategias
que produzca un efecto de verdad, en la no-ficcin, por el contrario, se cuestionapermanentemente todo intento de lectura consumista. De esta manera, mientras el
periodismo corriente objetiviza los sucesos, el cronista, en oposicin, subjetiviza y
humaniza por completo enfocndose en momentos y sujetos especficos y recortes de
sucesos clave.
Para Amar Snchez el rasgo principal de los textos de no-ficcin es que respetan
estrictamente los registros, sean testimonios, documentos o grabaciones- con los que
se constituyen. La lnea es delgada, ya que la tarea es de ficcionalizar a los
protagonistas, disolviendo el lmite entre lo real y lo narrativo, pero nunca agregando
rasgos o declaraciones que no hayan existido. Como figura la periodista rosarina
Silvina Tamous en su experiencia, no pods mentir ni en el color de ojos. La pluma
personal del periodista debe mantener a raya la tentacin ficcional , en palabras de
Jorge Carrin.
En el libro Tcnicas de Investigacin, el destacado periodista argentino Daniel Santoro
retoma cuatro procedimientos en Tom Wolfe de la no-ficcin (SANTORO, 2004: 145),
que se enumeran a continuacin:
El fundamental es la construccin de escena por escena, contando la historia
saltando de una escena a otra y recurriendo lo menos posible a la mera
narracin histrica [].
El dilogo realista capta al lector de forma ms completa que cualquier otro
procedimiento.
El punto de vista en tercera persona, como tcnica de presentar la escena a
travs de los ojos de un personaje particular, para dar al lector la sensacin deestar metido en la piel del personaje y de experimentar la realidad emotiva de
la escena tal como l la est experimentando.
Los detalles simblicos que pueden haber en el interior de una escena.
Consiste en la relacin de gestos cotidianos, hbitos, modales, costumbres,
estilos de mobiliario, de vestir, de decoracin, estilos de viajar, de comer, de
llevar la casa, modos de comportamiento frente a nios, criados, superiores,
inferiores, iguales, adems de las diversas apariencias, miradas, pases, estilos
de andar.
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Pero el trmino no-ficcin no es compartido por todos los tericos. Toms Eloy
Martnez prefiere hablar de ficciones verdaderas14, y Albert Chilln delimita el trmino
de faccin15, para poner acento en lo fctico. Todos los tericos coinciden en que se
trata de un gnero que oscila permanentemente entre la literatura y el periodismo por
su condicin de relato y a la vez de testimonio. Evidentemente la no-ficcin no puede
basarse en hechos ficcionales, pero tampoco puede mostrarse como un espejo fiel de
esos hechos, por lo que se distancia tanto del realismo novelstico como de la
pretendida objetividad periodstica.
En palabras del rosarino Briguet, entra en crisis un paradigma periodstico que era
estrictamente informativo, de pretensiones objetivistas. Lo que hace el llamado
periodismo narrativo es tomar esa idea de que no hay posibilidad de objetividad
periodstica estricta. Los mrgenes de subjetividad pueden ser mayores o menores,pero siempre partimos de un sujeto, una mirada, un punto de vista. No importa la
cantidad de datos duros que se utilicen, en la medida en que haya un sujeto que
recorta la informacin, hay un punto de vista que incluye lo que dice y lo que no dice, y
este estilo es honesto en mostrar el punto de vista del autor sin resquemores.
En la no-ficcin se pueden identificar varios sujetos: los testigos de los hechos, los
personajes y los sujetos de enunciacin (la voz que elige el narrador), ya que los
hechos llegan al lector reconstruidos por la experiencia de sus protagonistas. En el
relato de no-ficcin los hechos pasan a travs de los sujetos que el periodista
entrevista y luego empalabra16, como postula Amar Snchez: ellos son la clave de la
transformacin narrativa, su participacin en los sucesos est respetada, pero se
expanden tanto sus actos y su palabra que en ellos se concentra toda la accin
(AMAR SNCHEZ, 1992: 49).
Los dos rasgos de la no-ficcin son: respeto por un material testimonial, oral o
documental; y trabajo de narrativizacin. (AMAR SNCHEZ, 1992: 73). Segn su
mentor Truman Capote cuando le preguntan por el New Journalism, lo fundamental es
que "la forma, por necesidad, demanda que el escritor controle por completo las
14Ficciones verdaderas, Toms Eloy Martnez (del libro homnimo) en Weblog de Redaccin I, Escuela
de Comunicacin Social, UNR:15
Las escrituras facticias y su influjo en el periodismo moderno, Albert Chillon en Weblog de RedaccinI, Escuela de Comunicacin Social, UNR:16Empalabrar: trmino acuado por Albert Chilln en su libro Literatura y periodismo. Una tradicin de
relaciones promiscuas.
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Pero dentro de la crnica se puede pensar en dos estilos marcados: la crnica de
datos duros, de un perfil de investigacin, y la crnica narrativa. En esta distincin se
considera, en coincidencia con Daniel Briguet, que no son opuestos sino
complementarios, [] porqueen una hay acceso a lo ocurrido en sentido nato, en otra
hay acceso a lo que sostiene, envuelve al acontecimiento y le da un color particular.
Un color que slo se permite en el acceso subjetivo porque no es una cuestin de
cifras, sino de clima que el cronista debe poder percibir y saber transmitir.
En el prlogo del libro Mejor que ficcinJorge Carrin lo examina: Para que la palabra
sea precisa y justa, debe sintonizar con los personajes y con el espacio. Es decir, las
voces y los lugares que convergen en las pginas de una crnica tienen que ser
transmitidos segn la forma que mejor se adece a sus particularidades . Por ello
Carrin percibe que cada crnica tendr un estilo propio de la realidad que representapues no es posible describir con la misma sintaxis ni con el mismo ritmo y metforas
los desiertos patagnicos que la ciudad de Nueva York(CARRIN, 2012: 16).
En la mirada del cronista paranaense Eliezer Budasoff, desde las crnicas se apela a
otro tipo de sensibilidad y a construir otra mirada sobre los hechos, y eso sirve para
sortear filtros de lectura sobre algunos temas. Esto significa que en una crnica se
puede decir algo que tal vez no entra en una noticia. Este rasgo del gnero posibilita la
escritura de grietas narrativas, por publicarse en un lenguaje ms literario y a eso se
suma el hecho de publicar temas que no podran ser publicados en otros formatos.
En su experiencia de haber sido editado por Leila Guerriero y haber ido a un taller con
Alberto Salcedo Ramos en Mxico, Budasoff aprendi que un gran cronista es un gran
lector, y no un iluminado divino, porque se trabaja mucho sobre sus propios textos.
Son grandes lectores y grandes laburantes, denota.
En la mirada de la crtica de Arte Beatriz Vignoli, el cronista tiene una capacidad de
llegar hasta ciertos lugares que un periodista tpico no llega. De esta manera lo figura:A Claudio Bern le metieron un tiro en la panza en su cobertura de los saqueos del
2001. Y aun con el tiro hizo la nota. Eso es un cronista, se mete en el territorio, habla
con la gente, mira alrededor y tambin es amante de la literatura.
Se coincide en la definicin de Carrin de que toda crnica es un compromiso doble:
Con el otro (el testigo, el entrevistado, el retratado y sus contextos, el lector) y con el
texto, que tras un complejo proceso de escritura (y montaje) lo representa en su
multiplicidad. Tambin se coincide con Osvaldo Aguirre, en que la crnica es
periodismo con conciencia crtica, porque hay mucha gente que hace periodismo que
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no se preocupa, que cree que tiene todo resuelto, y otra gente que por el contrario ve
que el aprendizaje nunca termina, busca mantener siempre la curiosidad despierta, la
inquietud.
2.8 Otros textos periodsticos literarios
Adems de los dos grandes gneros ya definidos que son la no-ficcin y la crnica,
existen otros tipos de texto que entran en el estilo hbrido del periodismo narrativo. Se
trata de textos mixtos. Albert Chilln clasific seis narrativas facticias, entre otras
posibles: literatura del yo, gnero epistolar, crnicas de viaje, biografa o retrato,
artculo de costumbres y ensayo18.
La l i teratura del yo es una representacin contrastada de los hechos
observados o reconstruidos por el periodista con documentacin que lo
sustenta.
El gnero ep is to lar se basa en la publicacin de cartas, sea de manera
informativa o literaria. La carta como gnero testimonial aparece en los
reportajes novelados como A sangre fra de Capote, a la manera de gnero
intercalado, como dira (Mijal) Bajtn, detalla Chilln.
La crnica de v iaje es una de las modalidades
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