El Millonario Instantaneo

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Superación Personal

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  • 1.EL MILLONARIOINSTANTNEOUN RELATO CLARO Y ESTIMULANTE PARA TRIUNFAR MARK FISHER Este libro fue pasado a formato Word para facilitar la difusin, y con el propsito de que as como usted lo recibi lo pueda hacer llegar a alguien ms.Para descargar de Internet: Biblioteca Nueva Era Rosario ArgentinaAdherida a PROMINEO (Directorio de Bibliotecas Virtuales y Recursos) FWD: www.promineo.gq.nu

2. 1 En el que el joven consulta a un pariente ricoHaba una vez un joven brillante que quera hacerse rico. Haba sufrido ya una buena cantidad de desilusiones y fracasos, esto no se poda negar, pero, a pesar de todo, todava confiaba en su buena suerte. Mientras aguardaba que la fortuna le sonriera, trabajaba como ayudante de un director de cuentas en una agencia de publicidad de segunda fila. Estaba mal pagado y, desde haca tiempo, encontraba que su trabajo le ofreca muy pocas satisfacciones. Y ya haba perdido todo entusiasmo. Soaba con hacer otra cosa. Tal vez escribir una novela que le hiciera rico y famoso, acabando as, de una vez por todas, con sus problemas financieros. Pero, no era su ambicin, digamos, poco realista? Tena de verdad la tcnica suficiente y el talento necesario para escribir un libro que fuera un xito de ventas, o llenara las pginas en blanco con las pesimistas reflexiones que le dictaba su amargura? Su trabajo se haba transformado en una pesadilla diaria desde hacia ya ms de un ao. Apenas si poda soportar al jefe, que se pasaba gran parte de las maanas leyendo el peridico y escribiendo memorandos antes de desaparecer para ir a disfrutar de un almuerzo de tres horas. Adems, su jefe haba perfeccionado el arte de cambiar de opinin y no cesaba de dar rdenes contradictorias, algo que no contribua a mejorar la situacin. Tal vez, si slo se hubiera tratado de su jefe... pero, desgraciadamente, estaba rodeado de colegas que tambin estaban hartos de lo que estaban haciendo. Parecan haber abandonado cualquier ambicin, haber renunciado por completo a cualquier mejora. No se atreva a mencionar a ninguno de ellos sus fantasas de abandonarlo todo y convertirse en escritor. Saba que pensaran que se trataba de una broma. Se encontraba apartado del mundo como si estuviera en un pas extranjero y fuera incapaz de hablar el idioma local. Cada lunes por la maana, se preguntaba cmo demonios hara para sobrevivir una semana ms en la oficina. Se senta completamente ajeno a las carpetas que se apilaban sobre su escritorio, a las necesidades de sus clientes que clamaban por vender sus cigarrillos, sus coches, sus cervezas... Seis meses antes, haba escrito una carta de dimisin, y haba entrado una docena de veces en la oficina del jefe con la carta quemndole en el bolsillo, pero jams haba conseguido reunir el valor necesario para seguir adelante. Resultaba curioso porque, hace tres o cuatro aos, no hubiera vacilado ni por un instante. Pero en ese momento no pareca tener claro lo que deba hacer. Algo le estaba reteniendo, una especie de fuerza, o era simplemente cobarda? Pareca haber perdido el valor que, en el pasado, siempre le haba permitido conseguir lo que deseaba. Tal vez el hecho de haber ido dejando transcurrir el tiempo a la espera de que apareciera el momento oportuno, intentando buscar excusas para no pasar a la accin, preguntndose si alguna vez conseguira triunfar, le haba convertido en un perpetuo soador... Se deba su parlisis al hecho de que estaba cargado de deudas? O era simplemente porque haba comenzado a envejecer (un proceso que, inevitablemente, se pone en marcha en el instante en que renuncias a tu visin de futuro)? A decir verdad, no tena la menor idea de cul era el problema. Y entonces un da, en el que se senta particularmente frustrado, pens de pronto en un to suyo que daba la casualidad de que era millonario. Su to poda, tal vez, estar en condiciones de ofrecerle algn buen consejo o, mejor an, prestarle un poco de dinero. Su to, que era conocido como una persona amistosa y de buen corazn, accedi de inmediato a recibirle, pero se neg, de manera rotunda, a prestarle suma de dinero alguna, alegando que con ello no le hara ningn favor. Qu edad tienes? le pregunt, despus de haber escuchado el relato de sus cuitas. Treinta y dos susurr con timidez el joven. Saba muy bien que la pregunta de su to estaba cargada de reproches. Sabas que, cuando tena veintitrs aos, John Paul Getty ya haba conseguido su primer milln? Y que yo, a tu misma edad, tena medio milln? As que cmo es posible que, con lo mayor que eres, te veas forzado a pedir dinero prestado? No lo s. Trabajo como un esclavo, a veces ms de cincuenta horas a la semana. De verdad crees que trabajar esforzadamente es lo que hace rica a la gente? Yo... yo creo que s... bueno, al menos, es lo que me ensearon a creer. Cunto dinero ganas al ao... 15.000 libras esterlinas? S, ms o menos, esa es la cantidad contest el joven. Crees que alguien que gana 150.000 libras trabaja diez veces ms horas a la semana que t? Desde luego que no! Sera fsicamente imposible: una semana no tiene ms de 168 horas. As que, si esta persona gana diez veces ms que t, sin trabajar ms de lo que t trabajas, entonces tiene que estar haciendo algo muy diferente de lo que haces t. Debe de poseer un secreto del cual ni si- quiera has odo hablar. Supongo que as es. Tienes suerte de haber comprendido por lo menos esto. La mayora de la gente ni siquiera llega tan lejos. Estn demasiado ocupados tratando de ganarse la vida como para detenerse y pensar en cmo se podran liberar de sus problemas de dinero. La mayora de la gente ni siquiera gasta una hora de su tiempo tratando de imaginar cmo podran hacerse ricos y de preguntarse por qu nunca han conseguido hacerlo. El joven tuvo que admitir que, a pesar de sus grandes ambiciones y sus sueos de ganar una fortuna, tampoco se haba detenido a pensar realmente en su situacin. Todo pareca distraerle, impidiendo que se enfrentara con esta tarea que, a todas luces, era de fundamental importancia.2 3. El to del joven permaneci en silencio unos instantes, y despus mir a su sobrino fijamente a los ojos mientras en sus labios se formaba una sonrisa amable aunque un tanto irnica. Entonces le dijo: Escucha, he decidido ayudarte. Te enviar al hombre que me ayud a convertirme en millonario de un da para el otro, o como mnimo a conseguir la mentalidad de un millonario. Pero dime, de verdad quieres hacerte rico? Ms que nada en el mundo. Este es el primer requisito. El principal. Pero no es suficiente. Tambin necesitas saber cmo. El joven se encogi ligeramente de hombros, indicando que estaba de acuerdo. Entonces, su to le dijo: El Millonario Instantneo vive en F__. Sabes dnde est? S, pero nunca he estado all. Por qu no lo intentas? Ve a verle. Tal vez est dispuesto a revelarte su secreto. Vive en una casa fantstica, la ms bonita de toda la ciudad. No tendrs ninguna dificultad para encontrarla. Por qu no me revelas t el secreto aqu y ahora? As no tendra que tomarme la molestia de ir hasta all. Simplemente porque no tengo el derecho a hacerlo. Cuando el Millonario Instantneo me lo confi, lo primero que hizo fue hacerme prometer que jams se lo revelara a nadie. Sin embargo, s me dijo que poda decirle a cualquiera dnde lo haba aprendido. Al joven, todo esto le pareci tan sorprendente como complicado. Pero tambin despert su curiosidad. Ests seguro de que no me puedes decir nada ms? Completamente seguro. Lo que s puedo hacer es recomendarte muy calurosamente al Millonario Instantneo. Y sin decir nada ms, su to sac de uno de los cajones de su escritorio de roble macizo, una elegante hoja de papel de carta, cogi su pluma y, rpidamente, escribi unas cuantas lneas Luego, dobl la carta, la guard en un sobre que sell y, con una sonrisa en los labios, se la entreg a su sobrino. Aqu tienes tu presentacin dijo. Y aqu tienes la direccin del millonario. Una ltima cosa. Promteme que no leers esta carta. Si lo haces, probablemente ya no te ser de utilidad... Pero, si llegas a abrirla, a pesar de mi advertencia, y todava deseas que te pueda servir, entonces tendrs que simular que no la has abierto. Pero cmo puedes deshacer lo que est hecho? El joven no tena ni la ms remota idea acerca de lo que deca su to, pero no quiso preguntar. Su pariente siempre haba tenido la reputacin de ser un excntrico. Y, despus de todo, le estaba haciendo un favor. As que decidi no insistir sobre el tema. Le dio las gracias y se march.2 En el que el joven conoce a un anciano jardineroAquella misma tarde, march a toda prisa a F__. Le resultara muy difcil conseguir llegar a cono- cer al Millonario Instantneo? Estara dispuesto a recibir a un visitante inesperado y a revelarle su mtodo secreto para hacerse rico? Aunque estaba a punto de llegar a la casa del millonario, el joven no fue capaz de seguir resistindose a la curiosidad y, a pesar de las palabras de advertencia de su to, abri la carta que su pariente tan bondadosamente haba escrito para l. Boquiabierto, se pregunt si no habra alguna equivocacin o si su to haba querido gastarle una broma: la carta no era ms que una hoja de papel en blanco! Disgustado, estuvo a punto de desprenderse de ella, pero en ese momento vio la casa del millonario y a un guardia de seguridad, que probablemente le vera si arrojaba el papel. Como era de esperar, el guardia tena una expresin impenetrable, sin el menor atisbo de una sonrisa. De hecho, pareca tan impenetrable como la inexpugnable fortaleza que deba proteger. Qu puedo hacer por usted? le pregunt el guardia, con voz tajante. Quisiera conocer al Millonario Instantneo... Tiene usted una cita? No, pero... Bueno, entonces, tiene usted una carta de presentacin? le pregunt el guardia. Desde luego que tena una, pero no haba nada escrito en ella! No le cost mucho al joven pensar en una estratagema que poda sacarle de esta situacin. Sac a medias la carta del bolsillo y, rpidamente, la volvi a ocultar. Sin embargo, el guardia no se dio por satisfecho. Podra ver la carta, por favor? Ahora estaba en un aprieto. Pens: Si le doy la carta pensar que estoy tratando de engaarle. Y si no se la doy, tampoco me dejar pasar. Se enfrentaba a lo que pareca un dilema imposible de resolver. Entonces, record las palabras de su to que, en su momento, no haba entendido: Si abres la carta, tendrs que simular que no la has abierto. No era sta la nica cosa que le quedaba por hacer? Le entreg la carta al guardia que, por decir algo, digamos que la ley. Su rostro permaneci totalmente inexpresivo. Muy bien dijo, devolvindole la carta al joven. Ya puede usted pasar. El guardia le condujo entonces hasta la puerta de entrada de la lujosa casa de estilo Tudor donde viva el millonario. Un mayordomo, impecablemente vestido, le abri la puerta. Qu desea el seor? pregunt. Quiero ver al Millonario Instantneo.3 4. Est ocupado y no puede recibirle en este preciso momento. Tenga la bondad de esperarle en el jardn. El mayordomo acompa entonces al joven hasta la entrada de un jardn que tena el aspecto ms propio de un parque. En el centro haba un estanque. El joven pase un rato, admirando los hermosos rboles. Mientras lo haca, vio a un jardinero que aparentaba tener unos setenta aos. Estaba inclinado sobre un rosal para podarlo, y un sombrero de paja de amplias alas le ocultaba los ojos. Cuando el joven se acerc, el jardinero interrumpi su trabajo para darle la bienvenida. Le sonri. Sus ojos azules, brillantes y alegres, eran de una edad tan indefinida como el cielo. Para qu ha venido usted aqu? le pregunt con una voz clida y amistosa. He venido a conocer al Millonario Instantneo. Ah, ya veo. Y con qu intencin, si no le importa que se lo pregunte? Bueno, yo... yo simplemente quiero pedirle su consejo... Obviamente... El jardinero pareca estar a punto de volver a ocuparse de su rosal cuando se lo pens mejor y le pregunt: Vaya, por cierto, no tendra por casualidad un billete de cinco? Un billete de cinco? exclam el joven, sonrojndose. Pero si eso es... pero si es todo lo que tengo, cinco libras. Perfecto, es justo lo que necesito. Aunque a todos los efectos pareca que estuviera pidiendo limosna, el jardinero mantena una actitud muy digna. Sus maneras denotaban una gracia y un en- canto excepcionales. De verdad que me agradara poder drselas replic el joven pero el problema es que no me quedar ni un cntimo para poder volver a casa. Tiene usted la intencin de volver hoy mismo a su casa? No... quiero decir, no lo s respondi el joven, que ahora estaba bastante confuso. No quiero marcharme sin haber visto antes al Millonario Instantneo. Pero si usted no necesita hoy el dinero, por qu se muestra tan reacio a prestrmelo? Tal vez tampoco lo necesite maana. Quin sabe? Quiz maana ya sea usted millonario. Este razonamiento no le pareci del todo lgico al joven, pero careca de la fuerza necesaria para plantear nuevas objeciones. As que, cuando el jardinero le volvi a pedir el dinero, se lo entreg. En el rostro del jardinero apareci una sonrisa. La mayora de la gente tiene miedo a pedir las cosas y, cuando finalmente se deciden a hacerlo, entonces no insisten lo suficiente. Es un error. En aquel momento, el mayordomo se present en el jardn y se dirigi al anciano en un tono de voz muy respetuoso. Por favor, seor, podra darme cinco libras? El cocinero se marcha hoy e insiste en que se le pague el dinero que se le debe. Me faltan cinco libras. El jardinero sonri. Meti la mano en uno de sus bolsillos y sac un grueso fajo de billetes. Deba de tener miles de libras, con todos esos billetes de veinte y cincuenta que el joven alcanz a ver. El jardinero cogi el billete de cinco libras que el joven haba aceptado prestarle a regaadientes y se lo entreg al mayordomo, que le dio las gracias, hizo una reverencia un tanto obsequiosa y rpidamente desapareci en el interior de la casa. El joven estaba indignado. Cmo era posible que el jardinero tuviera la cara dura de apropiarse de las ltimas cinco libras que le quedaban en el mundo cuando tena los bolsillos llenos de billetes? Por qu me ha pedido usted las cinco libras? murmur el joven, haciendo lo imposible para ocultar la furia que senta. Usted no las necesitaba! Claro que las necesitaba. Fjese. No tengo ni un solo billete de cinco libras le explic, mientras le enseaba el grueso fajo de billetes. No pensar usted que le iba a dar un billete de cincuenta libras, verdad? Por qu demonios lleva usted tanto dinero encima? Es mi dinero de bolsillo replic el jardinero. Siempre llevo 10.000 libras por si acaso las necesito. 10.000 libras? tartamude el joven, sorprendidsimo. De pronto, todo se le hizo muy claro: el mayordomo tan corts, la increble cantidad de dinero de bolsillo... Usted es el Millonario Instantneo, verdad? Por el momento contest el jardinero. Me alegra que haya venido. Pero dgame, quin le enva? Mi to, mister MacLuckie. Ah, s. Ahora le recuerdo. Vino a verme hace ya muchos aos. Era un pensador muy original, como todos los hombres que se hacen a s mismos, por cierto. Pero dgame, cmo es que usted todava no es rico? Se ha planteado alguna vez con seriedad esta pregunta? La verdad es que no. Entonces, tal vez es la primera cosa que debera hacer. Si usted quiere, puede pensar en voz alta delante mo. Yo intentar seguir el hilo de sus razonamientos. El joven hizo unos dbiles intentos pero, finalmente, renunci al esfuerzo. Ya veo dijo el millonario. No est usted acostumbrado a pensar en voz alta. Sabe que hay muchsimos jvenes de su misma edad que ya son ricos? Algunos de ellos hasta son millonarios. Otros estn a punto de conseguir su primer milln. Y sabe usted que Aristteles Onassis tena veintisis aos y 350.000 libras en el banco cuando dej Amrica del Sur y vino a Inglaterra, donde soaba con montar su imperio naviero? Slo veintisis? pregunt el joven. As es. Y cuando comenz nicamente dispona de 250 libras. No tena ningn ttulo universitario ni oficio alguno y, desde luego, tampoco tena contactos... Pero ahora es la hora de ir a 4 5. comer coment el anciano. Le gustara acompaarme? Con mucho gusto. Gracias. El joven sigui al Millonario Instantneo que, a pesar de su edad, todava caminaba con agilidad. Entraron en la casa y fueron hasta el comedor donde la mesa ya estaba preparada para dos. Por favor, sintese le invit el Millonario Instantneo. Le seal la cabecera de la mesa, el lugar generalmente reservado al anfitrin. l, por su parte, se sent a la derecha de su joven invitado, directamente en frente de un hermoso reloj de arena que tena grabada la siguiente inscripcin: EL TIEMPO ES ORO. El mayordomo se present con una botella de vino y llen las copas. Bebamos por su primer milln dijo el millonario, levantando su copa. l bebi un sorbo, el nico que tom durante toda la velada. Tambin comi con mucha frugalidad: tan slo unos pocos bocados de un delicioso filete de salmn. Le agrada lo que hace para ganarse la vida? le pregunt el millonario al joven. Supongo que s. Asegrese de estar convencido de ello. Todos los millonarios que he conocido, y he conocido a unos cuantos en el transcurso de los aos, amaban sus ocupaciones. Para ellos, trabajar se haba convertido casi en una actividad de recreo, tan agradable como un pasatiempo. Es por eso por lo que la mayora de los ricos muy pocas veces se toman vacaciones. Por qu tienen que privarse de algo que les gusta tanto? Hacerlo no sera ms que mortificarse. Y sta tambin es la razn por la cual continan trabajando an despus de hacerse varias veces millonarios... Ahora bien, aunque disfrutar con el trabajo que se hace es algo absolutamente imprescindible, la verdad es que no es suficiente. Para hacerse rico, se tiene que conocer el secreto. Dgame, al menos cree que este secreto existe? S, lo creo. Bien, este es el primer paso. La mayora de la gente no lo cree. Adems, ni siquiera creen que puedan hacerse ricos. Y tienen razn. Nadie que piense que no puede hacerse rico, llegar a conseguirlo. Tiene que comenzar por creer que puede hacerlo, y despus anhelarlo apasionadamente. Pero debo aadir que mucha gente, la mayora de hecho, no estn preparados para aceptar este secreto, incluso aunque se les revele en trminos muy simples. En realidad, su mayor impedimento es su propia falta de imaginacin. Esta es, en el fondo, la razn por la cual el verdadero secreto de la riqueza es el mejor guardado del mundo. Es un poco como la carta robada en el cuento de Edgar Alian Poe prosigui el Millonario Instantneo. Lo recuerda usted? Es aquel sobre una carta que la polica buscaba en la casa de alguien y que no encontraba porque, en vez de estar oculta en algn lugar, estaba colocada en un sitio que nadie se poda imaginar: a la vista de todo el mundo! Este relato ilustra a la perfeccin uno de los principios de Emerson. Lo que impidi a la polica encontrar la carta fue su falta de imaginacin, o, si lo prefiere, sus ideas preconcebidas. No esperaban encontrrsela all, as que nunca lo hicieron. El joven escuchaba atentamente al millonario. Nunca nadie le haba hablado de esta manera y senta una profunda curiosidad. Arda por descubrir cul era el secreto. De cualquier manera, una cosa era bien cierta; aunque este hombre en realidad no conociera el secreto, evidentemente haba sido un genio a la hora de montar la escena. Y sobre todo, saba cmo explicar las cosas de una manera sencilla y clara, a menos que todo aquello no fuera ms que un nmero de ilusionismo magnficamente puesto en escena.3 En el que el joven aprende a valorar las oportunidades y a correr riesgosAhora, despus de todo lo que ha escuchado, cunto dinero estara usted dispuesto a pagar para conseguir el secreto de la riqueza? La pregunta del millonario le pill por sorpresa. Pero respondi: Aun en el caso de que yo estuviera dispuesto a pagar para conseguirlo, no tengo ni un penique. Por lo tanto, lo que usted me formula es una pregunta muy difcil de responder. Pero, si usted tuviera el dinero, cunto estara dispuesto a pagar? insisti el millonario y, despus, aadi rpidamente: Diga una cifra, la primera que le venga a la cabeza. Ahora tena incluso ms excusas para evadir la pregunta. El millonario le estaba pidiendo una respuesta muy concreta y l no poda fallarle a su anfitrin. No lo s contest. Cien libras...? El millonario estall en carcajadas; era la primera vez que el joven le oa rer. Una risa muy particular, clara y cristalina. Slo cien libras? En realidad no cree que exista, verdad? Si lo creyera, no hay duda de que estara dispuesto a pagar mucho ms. Vamos, le dar una segunda oportunidad. Diga otra cifra; esto no es un juego sino un asunto muy serio. El joven comenz a pensar. Hara cualquier cosa en el mundo para que el millonario no se volviera a rer. Pero tampoco quera mencionar una cifra que le pudiera comprometer. No me importa participar en este juego dijo. Pero recuerde que no tengo ni un penique. No se preocupe. Pero sin dinero, tengo las manos atadas replic el joven, un tanto sorprendido. Vaya por Dios! exclam el millonario. Tenemos un largo camino por delante! Desde los tiempos ms remotos, los ricos han estado utilizando el dinero de los dems para amasar sus fortunas. Nadie que se tome esto en serio ha necesitado jams del dinero para hacer dinero. Me refiero al dinero propio. Adems, usted debe llevar encima su talonario de cheques... Al joven le habra gustado poderle responder que no. Sin embargo, por esas ironas del destino,5 6. aquella misma maana se haba metido el talonario de cheques en el bolsillo. Y no saba por qu, ya que tena exactamente 2,28 libras en la cuenta. Y eso no era suficiente para permitirse despilfarres. El joven no se lo hubiera pensado dos veces antes de responder con una mentira, pero el millonario tena una mirada muy penetrante, en apariencia capaz de escrutar hasta el ltimo rincn de su mente. Entonces, casi como si estuviera confesando uno de sus ms ntimos y terribles secretos, se oy a s mismo responder tartamudeando: S, s que lo he trado. En este momento, se descubri a s mismo sacando el talonario de su bolsillo, de la misma manera en que lo hubiera hecho un robot obedeciendo las rdenes de su amo, a pesar de que, por un momento, le atraves por la mente la idea de rebelarse. Se senta dominado por aquel hombre, como alguien que hubiera cado en las manos de un hipnotizador. Sin embargo, no tena miedo del millonario, que irradiaba buena voluntad, aunque sus maneras eran un tanto irnicas. Excelente replic el millonario. Ahora ya est convencido de que no hay problema alguno? Le quit el capuchn a una elegante pluma y se la entreg al joven. Escriba la cantidad que ha pensado y firme el cheque. Pero es que no s qu cantidad escribir. Est bien. Escriba, digamos unas... 10.000 libras. El millonario pronunci esta cifra con toda tranquilidad, sin la menor seal de arrogancia. El joven, en cambio, casi se cay de espaldas de la impresin. Aqu no caba ms que una sola explicacin: el millonario se estaba divirtiendo a su costa... a menos que slo fuera un brillante estafador. Diez mil libras! exclam el joven. Usted debe de estar de guasa. Si lo prefiere, escriba 20.000 libras replic el millonario, con tanta calma que el joven ya no supo si le hablaba en serio o si se estaba burlando de l. Pero si las 10.000 libras ya me parecen demasiado! De todas maneras, usted no podra cobrar el cheque porque no hay fondos. Y, por mi parte, lo nico que conseguira es que el director del banco se enfadara conmigo pensando que me he vuelto loco o algo parecido. Y tendra toda la razn! Esta es exactamente la manera en que consegu hacer el negocio ms grande de toda mi vida. Firm un cheque por 100.000 libras y despus tuve que echar a correr como un desaforado para conseguir el dinero con que cubrirlo. Pero, si no hubiera extendido ese cheque en aquel lugar y en aquel momento, hubiera perdido una excelente oportunidad. Aquella fue una de mis primeras lecciones importantes en cuestiones de negocios prosigui el anciano. Las personas que pierden el tiempo esperando las condiciones perfectas para que todo encaje, jams consiguen hacer nada. El momento ideal para la accin es AHORA! Y otra leccin que esta pequea ancdota le puede ensear es sta: si usted quiere triunfar en la vida, tiene que estar bien seguro de que no tiene ms alternativas. Tiene que sentir que est contra las cuerdas. Las personas que vacilan y se niegan a correr riesgos con el pretexto de que no tienen todos los elementos en su mano, jams llegan a ninguna parte. La razn es simple. Cuando te han cerrado todas las puertas y no tienes salida, debes poner en juego todos tus recursos interiores. Y, en este punto, quieres que algo suceda con todas las fibras de tu corazn. As que por qu duda ahora, joven? Pngase contra las cuerdas y extienda este cheque de 10.000 libras para m. El joven as lo hizo; escribi lentamente primero las cifras y luego las palabras. Pero, cuando lleg el momento de firmarlo, descubri que no lo poda hacer. Nunca he extendido un cheque por semejante suma en toda mi vida. Si usted quiere convertirse en millonario, algn da tendr que empezar a hacerlo. Tiene que acostumbrarse a firmar cheques por sumas mucho ms grandes que sta. Esto es slo el comienzo. Aun as, el joven sigui sin poder firmarlo en ese preciso momento. Todo ocurra tan deprisa. Estaba a punto de entregarle un cheque por 10.000 libras a un hombre al que acababa de conocer y que le ofreca a cambio un secreto ms que dudoso. Qu es lo que le impide firmar? pregunt el millonario. Todo es relativo bajo el sol. En menos de nada, esta cantidad le parecer irrisoria. No se trata de la cantidad susurr el joven que, a esas alturas, a duras penas saba lo que deca. Bueno, entonces, de qu se trata? El joven estaba a punto de responderle cuando el millonario le interrumpi: Yo s por qu no puede firmarlo. En realidad, usted no cree que mi secreto le convertir en millonario. Si usted estuviera absolutamente convencido firmara en seguida. Y para asegurarse de que poda convencerle, o mejor dicho, para ilustrar sus palabras con mayor claridad, el millonario aadi: Si usted realmente estuviera seguro de que este secreto le ayudar a ganar 50.000 libras en menos de un ao, sin tener que trabajar ms de lo que trabaja ahora, e incluso trabajando menos, firmara el cheque? Pues claro que lo firmara manifest el joven, al no quedarle otra opcin. Tendra una ganancia de 40.000 libras. Pues entonces, frmelo. Yo le garantizo formalmente que usted podr ganar dicha cantidad. Estara usted dispuesto a ponerlo por escrito? Una vez ms, el millonario se ech a rer y exclam: Me agrada usted, joven. Est dispuesto a cubrirse las espaldas. A menudo, esta es una medida muy prudente. A pesar de que le est asegurando totalmente sus recursos, usted no se fa de la primera persona que se le cruza por el camino. Luego, se puso de pie, rebusc en uno de los cajones del escritorio y sac un formulario impreso que, a buen seguro, ya haba utilizado en ocasiones similares. Esto no le sent bien al joven. Acaso aquel anciano haba hecho de su secreto un negocio? Se lo estara vendiendo a cualquiera que se presentara a la puerta de su casa pretendiendo ganar dinero a espuertas? 6 7. El millonario escribi la garanta y se la entreg al joven. ste le ech una rpida ojeada y, al parecer, qued satisfecho con lo que haba ledo. Entonces, el anciano cambi de opinin. Se me ocurre otra idea dijo. Qu le parece si hacemos una apuesta? Sac una moneda del bolsillo y comenz a arrojarla al aire para recogerla con la palma de la mano. Juguemos a cara o cruz. Si pierdo, le dar las 10.000 libras en efectivo que tengo en el bolsillo. Si gano, usted me dar el cheque. En cualquier caso, nos olvidaremos de la garanta. El joven se tom su tiempo para pensarse una proposicin tan poco corriente. No era una mala idea. De hecho, resultaba tan atractiva que se pregunt cul sera el motivo que tena el anciano para proponerla. Le pareca demasiado buena para ser honesta. El nico problema dijo es lo que ya le he dicho antes. En el banco slo tengo calderilla. Si le diera este cheque, usted no podra cobrarlo. Eso no es un problema afirm el millonario. No tengo prisa. Estoy dispuesto a esperar hasta la prxima vez que nos veamos. Por qu no le pone fecha de aqu a un ao? Est bien. Bajo estas condiciones, acepto la apuesta. Ahora, haba llegado a la conclusin de que, en el peor de los casos, tendra todo un ao por delante para cambiar de banco, cerrar su cuenta o, simplemente, ordenar que no pagaran el cheque. Tendra que haberlo pensado antes. No tena nada que perder. Y, con esta nueva oferta del millonario, hasta podra llegar a ganar 10.000 libras en unos segundos, sin trabajar para conseguirlas. No pudo evitar la sonrisa de satisfaccin que pas fugazmente por sus labios. Se sinti culpable, y dese que el millonario no se hubiera dado cuenta, aunque pareca un personaje al que no se le escapa nada. En aquel preciso momento, ste le pidi una pequea aclaracin que confirm, en el acto, las dudas del joven. Slo un pequeo detalle. En el caso de que usted pierda la apuesta, me gustara que jurara solemnemente que har honor a este cheque. El joven se sonroj. Este viejo es ms astuto que un zorro, pens. El millonario pareca leer sus pensamientos como si fueran un libro abierto. El joven le dio su palabra, aunque en el momento en que el millonario se dispona a arrojar la moneda, le interrumpi bruscamente: Me permite ver la moneda? le pregunt. El millonario sonri y respondi: Ya no me cabe ninguna duda. En realidad, joven, usted me cae bien. Es cauto. Esto le ayudar a evitar muchos errores. Pero asegrese de que esto no le haga perder un montn de buenas oportunidades. Entonces el millonario le entreg amablemente la moneda, y tan pronto como el joven hubo examinado con todo cuidado ambas caras, le pidi que escogiera. Cruz pidi el joven. El Millonario Instantneo arroj la moneda al aire. El corazn del joven comenz a latir a toda prisa! Era la primera vez en su vida que tena la oportunidad de ganar 10.000 libras, una cantidad nada despreciable por cierto! Y mientras miraba cmo la moneda daba vueltas en el aire, su ansiedad fue en aumento. La moneda rod sobre la mesa y, por fin, se qued quieta. Cara! anunci el millonario, alegre, aunque de inmediato agreg con simpata: Lo siento. Era difcil saber si lo deca con sinceridad o por pura cortesa. El joven decidi entonces firmar el cheque. Pero aun as no pudo dejar de temblar un poco mientras lo haca. Probablemente, llegara el da en el que estara acostumbrado a firmar cheques tan grandes como se, pero, de momento, se senta bastante raro. Le entreg el cheque al millonario, quien lo examin rpidamente, para despus doblarlo y guardrselo en el bolsillo. Y ahora dijo el joven, puedo saber el secreto? Desde luego replic el millonario. Tiene usted un trozo de papel? Se lo dar por escrito. As no se le olvidar. Al joven le cost trabajo digerir estas palabras. Aquel hombre no pretendera decirle que todo el secreto caba en una sola hoja de papel, un secreto que acababa de comprar por 10.000 libras! Lo siento. No llevo ninguna encima. Entonces el millonario hizo que el corazn le diera otra vez un vuelco al preguntarle: Pero no traa usted una carta de presentacin? Las personas que me ha enviado su to a lo largo de los aos siempre han venido con una de esas cartas. El joven todava la conservaba. La sac de su bolsillo, pensando que al anciano no se le pasaba nada por alto. Se la entreg, sin dejar de observarle mientras la abra. Pero l no pareci sorprenderse lo ms mnimo cuando vio que estaba en blanco. Tom su pluma, se apoy sobre la mesa y antes de comenzar a escribir, levant la cabeza y le pidi al joven que fuera a buscar al mayordomo. Le encontrar usted en la cocina, al final del pasillo que est all le dijo. Cuando el joven regres en compaa del mayordomo, el millonario ya estaba cerrando el sobre. Por su sonrisa, pareca estar muy satisfecho consigo mismo. Nuestro joven invitado pasar la noche con nosotros le dijo al mayordomo. Podra acompaarle a su habitacin, por favor? Despus le estrech la mano como si estuviera cerrando uno de los tratos ms importantes que hubiera hecho en toda su vida. Lo nico que quiero pedirle es que espere hasta estar a solas en su habitacin para abrir el sobre y leer el secreto... Ah, y otra cosa ms. Antes de que pueda usted leer lo que he escrito, tiene que prometerme que dedicar parte de su vida a compartir este secreto con otras personas menos afortunadas que usted. Si est de acuerdo, usted ser el ltimo a quien le transmitir el secreto directamente. As mi trabajo se habr acabado y podr dedicarme a cuidar mis rosas en un jardn mucho ms grande. Si no est dispuesto a compartir este secreto dijo, por ltimo- todava est a tiempo de echarse atrs. Pero en ese caso por supuesto, no debera abrir el sobre, y yo le devolver el cheque. Podr marcharse a su casa en7 8. cuanto lo desee y continuar con el tipo de vida que estaba llevando hasta este mismo momento.Ahora que, por fin, tena en sus manos la carta que contena el famoso secreto, no habra fuerza suficiente en el mundo que se la hiciera devolver. Su curiosidad era ms fuerte que nunca.Lo prometo replic. 4 En el que el joven se encuentra prisioneroMuy pronto se encontr completamente solo en su habitacin; era tan lujosa que no pudo menos que revisarla de arriba a abajo. Al parecer, se haba olvidado por completo de la preciosa carta que tanto le haba costado obtener. Se acerc a la nica ventana que tena el cuarto, situada a una gran altura con respecto al suelo, y mir hacia el parque. Desde all se poda ver hasta el jardn donde haba atisbado, por primera vez, al millonario que cuidaba de sus rosas con tanto cario. Ahora era de noche, pero la luna llena lo cubra todo con un manto fosforescente. El joven arda de impaciencia. Por fin iba a descubrir el secreto para hacer fortuna que le haba eludido durante tantos aos. Abri el sobre, despleg la carta y se dispuso a leerla. Y as lo hubiera hecho si la hoja de papel que tena ante sus ojos no hubiera estado completamente en blanco! Le dio la vuelta. Tampoco haba ni el ms mnimo trazo! Haba sido tan tonto como para dejarse estafar por el anciano. Le haba entregado un cheque por una cifra exorbitante a cambio de un secreto que no exista! Y no lo entenda, porque el millonario le haba tratado con tanta correccin en todo momento, que hasta haba comenzado a sentir un cierto aprecio por este anciano que pareca un ser tan honesto. Entonces comprendi que tendra que haber sido ms cuidadoso, que haba algo de cierto en el dicho de que la gente honrada nunca se hace rica. Se vio forzado a admitir que careca de sentido comercial y, probablemente, esta fuera la razn por la que haba cado en la trampa del anciano. Le invadi un sentimiento de rebelin, y, en un ataque de rabia, rompi la carta en dos pedazos y los arroj sobre la gruesa y suave alfombra. Su nico consuelo era que hacer el ridculo no mataba a nadie; de lo contrario, no hubiese dado un centavo por su vida. Qu poda hacer? Haba algo irreal en todo el asunto. Se haba dejado llevar a una trampa muy bien preparada. Slo le quedaba una alternativa: escapar tan rpido como le fuera posible. Tal vez hasta estuviese en peligro. Tena que tomar una decisin y tomarla deprisa. No quera pasar la noche en ese lugar. Lo ms aconsejable sera escabullirse tan silenciosamente como pudiera. Camin de puntillas hasta la puerta y, lentamente, hizo girar el picaporte. Maldicin! La puerta estaba cerrada con llave por fuera. Se encontraba prisionero. La ventana era la nica salida que le quedaba. Corri hacia ella. La abri sin problema alguno, pero se dio cuenta que estaba a unos diez metros del suelo. Si saltaba, con toda seguridad, se partira el cuello. Mejor pensar en otro camino para la fuga. Ahora la nica esperanza que le quedaba era llamar al mayordomo. Qu otra cosa poda hacer? Desaparecer silenciosamente en medio de la noche era algo que evidentemente estaba fuera de sus posibilidades. Tir del cordn de la campanilla y esper. Nadie se present. Volvi a llamar. Nada. En la casa reinaba el ms absoluto silencio. Todo el mundo deba estar durmiendo. Tal vez la campanilla ni siquiera funcionaba. En ese caso, lo nico que poda hacer era ponerse a gritar. Pero eso no lo poda hacer de ninguna de las maneras. Qu sucedera si el millonario estuviera actuando de buena fe, a pesar de que a todas luces pareca lo contrario? Quedara como un tonto, por haber despertado a todo el mundo en mitad de la noche. Finalmente, decidi que le convena dormir. Sin embargo, no le result tan fcil. Los episodios del da desfilaban sin cesar ante sus ojos. A pesar de todos los argumentos que imagin, con nada pudo vencer la sensacin de ridculo que le embargaba. La hoja de papel en blanco que haba comprado por 10.000 libras continuaba flotando ante sus ojos como si se estuviera burlando de l. Por fortuna, el sueo le libr de esta pesadilla que le acechaba despierto. Comenz a soar con un extrao que le insista una y otra vez para que firmara un grueso documento de la mayor importancia como si le fuera la vida en ello. l protestaba con vehemencia. Tena que tratarse de un error: el documento estaba completamente en blanco.5 En el que el joven aprende a tener feA la maana siguiente se senta como si le hubiera pasado un camin por encima. Como una ltima irona, la brisa que entraba por la ventana haba levantado la carta infame y reunido, como por arte de magia, los dos trozos de papel al pie de la cama. Fue la primera cosa que vio cuando, por la maana, abri los ojos y, una vez ms, se sinti invadido por la furia. Haba dormido sin quitarse la ropa y ahora sus prendas estaban completamente arrugadas, pero no le dio la menor importancia. Slo pensaba en una cosa: buscar al anciano, devolverle su secreto y conseguir que l le devolviera el cheque. El joven se contempl en el espejo el tiempo suficiente para darse cuenta de que tena un aspecto horrible, lo que an aument ms su determinacin. Se pas los dedos por los cabellos un par de veces y se dirigi a la puerta recordando, en ese instante, que durante la noche haba estado cerrada con llave y que, tal vez, todava le tuvieran prisionero. Estaba abierta. Sali furioso y se encamin hacia el comedor. Encontr al Millonario Instantneo sentado tranquilamente a la mesa, vestido con las mismas8 9. prendas que llevaba el da anterior: el mono de jardinero, sencillo, limpio y, sorprendentemente, rado. Su gran sombrero puntiagudo y de alas anchas, que se pareca al de una bruja excepto que era de paja, estaba sobre la mesa delante de l. En ese momento, estaba ocupado en lanzar una moneda al aire y contar. Haba llegado hasta ocho. Nueve murmur, sin apartar la mirada de la moneda. Diez. Pero antes de pronunciar el nmero once, exclam: Maldicin!. Levant la cabeza mientras recoga la moneda. Jams he conseguido sobrepasar los diez coment.Saco cruz diez veces seguidas y entonces, invariablemente, sale cara en la tirada once, a pesar de que siempre la lanzo de la misma manera. Un pensamiento cruz como un relmpago por la mente del joven. Se dio cuenta en el acto de que la noche anterior le haban engaado por partida doble. No hubiera tenido la oportunidad de ganar la apuesta eligiera lo que eligiera. Mi padre, que era un mago, siempre consegua llegar a las quince le explic el millonario. Yo no he heredado su talento. El joven pidi ver la moneda. Despus de que el millonario se la entreg alegremente, comenz a tirarla sobre la mesa. Cara. Cruz. Cara. Cruz. Era obvio que no era una moneda trucada, a menos que tuviera un mecanismo secreto que se le hubiera pasado por alto. No hubo nada deshonesto en nuestra apuesta de ayer dijo el millonario. Simplemente, hice una demostracin de mi habilidad manejando el dinero. Adems, no es la primera vez que la gente ha llegado a la misma conclusin. Confunden habilidad con deshonestidad. El joven no supo qu responder a esta observacin. Entonces, record el asunto que le haba llevado hasta all. Agit la carta en el aire y la lanz sobre la mesa. Hizo usted una excelente faena al estafarme, seor. Consigui con toda facilidad una buena suma: 10.000 libras por un trozo de papel en blanco. No est en blanco. Es el secreto de la fortuna le corrigi el millonario. El joven, que esperaba que el millonario le pidiera disculpas por este lamentable malentendido, replic: Bueno, tendr que darme una explicacin. Me ha tomado usted por un idiota? Un idiota? Desde luego que no. A usted simplemente le falta perspicacia. Es bastante normal. Su mente todava es joven e inmadura. Puede que tenga usted razn, pero an soy capaz de reconocer una hoja de papel en blanco cuando veo una, y el hecho es que usted me ha jugado una mala pasada. No s qu ms quiere usted. Le asegur que podra llegar a ser muy rico con slo este trozo de papel. Eso fue todo lo que necesit yo para convertirme en el millonario instantneo en aquel entonces, cuando... Pero, dado que no tengo mucho tiempo y pronto tendr que volverme a ocupar de mis queridas rosas, le ayudar. Esccheme con atencin, porque tan pronto como aplique este secreto con xito, tendr que explicrselo a otros. Una vez que usted se haya librado a s mismo de los grilletes de la pobreza, tendr que ensear el camino a todos aquellos que todava estn atados de pies y manos. Puedo pedirle que repita la promesa que me hizo ayer? No caba la menor duda, el millonario era el hombre ms extraordinariamente persuasivo que haba conocido en toda su vida! Tan slo haca unos pocos minutos, estaba dispuesto a maldecirle con toda la locuacidad que nicamente poseen los jvenes, y ahora prcticamente estaba comiendo de la palma de su mano! La idea de negarse a lo que le peda ni siquiera se le pas por la cabeza. Una vez ms, repiti su solemne juramento. El rostro del millonario se ilumin con una sonrisa, una sonrisa tan extraa como la que le haba mostrado el da anterior cuando lo vio por primera vez. Estoy dispuesto a revelarle a usted el secreto, dado que no ha sido capaz de descubrirlo por s mismo. Pero debo advertirle una vez ms que probablemente le parecer demasiado fcil para ser cierto. Aun as, no permita que la simplicidad le engae. Cada vez que comience a dudar, recuerde a Mozart. El verdadero genio reside en la simplicidad. Dado que usted todava es joven, tendr dudas en los inicios. Sin embargo, con el tiempo, a medida que la riqueza se sienta atrada magnticamente hacia usted de la forma ms inesperada, comenzar a comprender. Ser sincero con usted dijo el joven. Esto es exactamente lo que estaba esperando con todo mi corazn: comprender. Pues mucho mejor. La fe sigue rpidamente a la autntica comprensin. Una vez que haya comprendido el secreto, entonces sabr por qu usted cree en l. Pero, al principio, a pesar de su simplicidad, este secreto le resultar tan sorprendente que ser incapaz de comprenderlo, o tan siquiera de creserlo. As que le ruego que haga un pequeo acto de fe. Es un poco como el escptico que intenta relacionarse con Dios. Si Dios existe, usted lo habr ganado todo debido a su fe. Si no existe, tampoco perder nada. Esto mismo vale para el secreto. 6 En el que el joven aprende a concentrarse en una metaTiene toda la libertad para formularme cualquier pregunta que se le ocurra dijo el millonario. Ser un placer para m contestarlas. Muy pronto, usted ya no podr hacerlo, y dado que el tiempo que nos queda para estar juntos es limitado mejor que no lo desperdiciemos en discusiones sin sentido. Tiene usted un trozo de papel? Aqu est. De verdad quiere usted hacerse rico?9 10. Pues s. Muy bien. Entonces, escriba la cantidad de dinero que desea y cunto tiempo se asigna a s mismo para conseguirla. Este es el misterioso secreto de la fortuna. El joven pens que, una vez ms, el Millonario Instantneo le estaba tomando el pelo. Pregunt: De verdad cree usted que el dinero comenzar a lloverme del cielo slo porque yo escriba un par de nmeros sobre un papel? S, lo creo fue todo lo que el millonario consider que deba decir. Su reaccin no me sorprende en lo ms mnimo. Ya le advert que el secreto era muy simple y, sin embargo, a usted le ha sorprendido igual... Permtame que aada otro punto antes de que intente aclarar un poco ms las cosas. Todos los millonarios que he conocido me han confesado que se hicieron ricos en el momento en que se fijaron una cantidad y un tiempo lmite para conseguirla. Lo lamento pero sigo sin entenderle. Qu bien me puede reportar que yo escriba una cifra y una fecha? Si usted no sabe adonde quiere ir, lo ms probable es que jams consiga llegar a ninguna parte. Tal vez, pero esto me parece a m un toque de magia. Y de eso se trata exactamente: el secreto mgico de un objetivo cuantificado. Consideremos el problema desde otro ngulo. Supongamos que est usted intentando conseguir un empleo. Da todos los pasos necesarios y, finalmente, le citan para una entrevista. Poco despus, le dicen que est entre los candidatos. Luego, le anuncian que el trabajo es suyo y que ganar un montn de dinero. Cul sera su reaccin? Para empezar, se sentira muy satisfecho consigo mismo. Ser elegido entre docenas, tal vez centenares, de candidatos. Qu proeza! Y dado que los empleos estn ms bien escasos y usted lleva tres meses sin trabajar, o tal vez ya tenga un empleo, pero desde hace un ao lo aborrece, piensa que sta ha sido una racha de buena suerte. Pero, una vez que se le ha pasado la euforia inicial, cul sera su siguiente reaccin? Bueno, me gustara saber cundo comenzara en mi nuevo empleo. Despus, querra saber exactamente qu queran decir con lo de un montn de dinero. Como todas las cosas son relativas en este mundo material, tratara de descubrir exactamente el monto del salario que me iban a pagar y los beneficios que me ofreceran. Me ha quitado usted las palabras de la boca. Pero si, por ejemplo, usted le pregunta a su nuevo jefe qu quera decir cuando hablaba de un montn de dinero, y todo lo que hace l es afirmar que, en efecto, usted ganar una buena cantidad, no habr avanzado mucho ms, no es cierto? Y lo que es peor, usted probablemente comenzar a dudar de su honradez. El hecho de que se niegue a decir una cifra exacta significar que quizs est ocultando algo un poco turbio en todo el asunto o que su salario no ser tan generoso como le est diciendo. Y si adems, rehsa decirle la fecha exacta en que se supone que deber comenzar a trabajar, tampoco se sentir muy feliz, no es as? Usted intentar que se defina. Supongo que sasinti el joven, sin ver fallo alguno en los planteamientos del anciano. Y si, a pesar de su insistencia, usted sigue sin conseguir los detalles que desea, entonces podra darse el caso de que decidiera no esperar ms, renunciar al empleo y comenzar a buscar en otra parte. De hecho, esa actitud estara plenamente justificada. Tiene usted toda la razn, ya que en ese caso, o bien me estara tanteando o se tratara simplemente de un estafador. Tendra que admitir que, lo mirara como lo mirara, ese empleo deja mucho que desear. El millonario pareca tan satisfecho como lo hubiera estado Scrates despus de haber tenido una sesin especialmente ardua de preguntas y respuestas con sus discpulos. Hizo una pausa antes de proseguir, y sin abandonar su sonrisa un tanto burlona pero bien intencionada, dijo: Hace unos momentos, las preguntas que le formulaba a su imaginario empleador tenan como objetivo conseguir unos datos concretos. No es as? El solo hecho de saber que iba a ganar un montn de dinero no era suficiente. Usted tambin quera saber cunto ganara. Saber que haba conseguido el empleo, tampoco le bastaba. Usted tambin quera saber la fecha exacta en que comenzara a trabajar. Adems, probablemente usted deseaba que todo esto quedara reflejado por escrito porque un contrato da respaldo a un acuerdo verbal. Desde luego, la palabra de una persona debera ser suficiente. Pero las palabras se las lleva el viento y la letra permanece. Lo mismo ocurre en la vida. La mayora de la gente no se da cuenta, o al menos la gente que no triunfa, que la vida nos da exactamente aquello que le pedimos. Lo primero que se debe hacer, sin embargo, es pedir exactamente lo que queremos. Si su peticin es confusa, lo que reciba tambin lo ser. Si usted pide el mnimo, recibir el mnimo. Y no debe sorprenderse si esto es lo que recibe. Despus de todo, es lo que ha pedido. El millonario se asegur de que el joven estuviera entendiendo el hilo de su razonamiento, antes de proseguir: Cualquier peticin que usted haga debe estar formulada de la misma manera. Sobre todo, debe ser absolutamente precisa. En lo que a la riqueza se refiere, debemos establecer una cantidad y una fecha lmite para conseguirla. Pero qu hace la gente normalmente? Hasta los que quieren dinero en abundancia cometen el mismo error. Si quiere una prueba de ello, pregntele a cualquiera qu cantidad de dinero desea ganar el ao prximo. Pdale que responda de inmediato. Si esta persona est realmente en el camino del xito, si sabe adonde va, y no le importa confiar en usted, estar en condiciones de responderle de inmediato. Sin embargo, nueve de cada diez personas sern incapaces de contestar con claridad a una pregunta tan simple. Este es el error ms comn. La vida quiere saber exactamente qu se espera de ella. Si usted no pide nada, tampoco conseguir nada. Ahora hagamos esta misma prueba con usted continu el anciano. Me ha dicho que quiere ha- cerse rico. As es. Podra decirme entonces cunto deseara ganar el ao prximo? El joven descubri, de repente, que no saba qu contestar. No haba tenido problemas en seguir los 10 11. razonamientos del anciano. De hecho, estaba de acuerdo con l de todo corazn. Pero, aun as, tena que admitir que perteneca a esa inmensa mayora de personas que, aunque deseaban hacerse ricas, no saban, en realidad, cunto deseaban ganar. Se sinti avergonzado y enrojeci. No lo s se vio forzado a admitir. Pero creo que acabo de comprender uno de mis errores, tal vez el error fundamental. Por supuesto que es un error grave. Intentaremos corregirlo. Vamos. Escriba la cantidad en la que ha pensado. De verdad que no tengo ni la menor idea murmur el joven. Y, sin embargo, es tan fcil. Escriba la cantidad que le gustara ganar a partir de hoy hasta la misma fecha del ao que viene. Ya s qu haremos. Tmese unos minutos para pensarlo, pero despus tendr que escribir una cantidad. En cuanto a la fecha lmite, digamos un ao a partir de ahora. As que en lo nico que debe pensar es en la cantidad. Adelante, el tiempo vuela! Mientras deca estas palabras, cogi el dorado reloj de arena que estaba sobre la mesa y le dio la vuelta. El joven no tard nada en meterse en el juego, si se lo poda llamar as, dado que esa era la primera vez que se concentraba tanto en toda su vida. Todo tipo de cifras absurdas le pasaron de manera incontrolada por la cabeza. El tiempo se acababa, y cuando cay el ltimo grano de arena todava no se haba decidido por ninguna cifra. Bien dijo el millonario, que no haba apartado su mirada del reloj de arena ni un instante. Cul es la cifra que ha pensado? El joven escribi la que le pareci qu estaba ms a su alcance. Con dedos temblorosos anot cada uno de los nmeros. 30.000 libras! exclam el millonario. Es muy poco, pero, de todas maneras, es un comienzo. Hubiera preferido que fueran 300.000 libras. Tendr que trabajar mucho para llegar a convertirse en un millonario instantneo. Pero ya lo ver. Este trabajo no es tan cansado como la mayora de la gente se lo imagina. Sin embargo, ser el ms importante que haya hecho nunca, no importa la clase de ocupacin que acabe escogiendo. Se llama trabajar sobre uno mismo. 7 En el que el joven aprende el valor de la autoimagenEl joven no haba desayunado y el desgaste emocional que haba sufrido durante la noche anterior haba aumentado su apetito. De repente, entr el mayordomo, llevando una bandeja con caf y cruasanes, y desayun mientras continuaba la leccin, que prosigui de la siguiente manera: Voy a formularle una serie de preguntas dijo el Millonario Instantneo para ayudarle a que comprenda lo que le ocurri durante su minuto de reflexin, que, para usted, seguramente ha sido muy corto. Efectivamente, lo ha sido. La primera observacin que debe hacer es que la cantidad que ha escrito sobre este trozo de papel significa mucho ms de lo que usted piensa. De hecho, esta cantidad representa casi hasta el ltimo penique lo que usted cree que vale. A sus ojos, quiera admitirlo voluntariamente o no, usted vale 30.000 libras al ao. Ni un penique ms ni un penique menos. No entiendo por qu dice eso observ el joven. El hecho de que yo haya escogido esa cantidad en particular significa que pienso con claridad y que tengo los pies bien puestos en el suelo. No veo cmo podra ganar ms en estos momentos. Despus de todo, no tengo ningn ttulo, el saldo de mi cuenta en el banco est prcticamente a cero y estoy en paro. Su forma de pensar es vlida, no lo dudo, y la respeto. El nico problema es que esta actitud es la causa de su actual situacin. Las circunstancias externas en realidad no tienen mucha importancia. Tngalo siempre muy presente: todos los hechos de su vida, sean emocionales, sociales o profesionales, son el reflejo de sus pensamientos. Pero, como su mente todava no est formada, no puede comprender este principio. Su mente contina aceptando la ilusin un tanto generalizada de que los factores externos juegan un papel en determinar cmo ser su vida, cuando en realidad todo en la vida es una cuestin de actitud. La vida es exactamente tal cual nosotros la representamos. Todo lo que le ocurre, le sucede debido a sus pensamientos. De manera que, si usted quiere cambiar su vida, debe comenzar por cambiar sus pensamientos. No dudo que usted considera todo esto un tanto trivial. Muchos individuos niegan obstinadamente este principio. Al darse cuenta de que el joven estaba pendiente de cada una de sus palabras, el millonario aadi rpidamente: Todos los que han conseguido grandes cosas en la vida, no importa en qu campo, siempre han ignorado las objeciones planteadas por los pensadores racionales y los intelectuales. No importa lo que digan, sus pensamientos son en esencia materialistas. No dejan de discutir y razonar sobre todas las cosas. Pero, si lo mirarnos bien, sus discusiones son bastante estriles. Sin embargo continu no debe usted creer que estoy en contra de la inteligencia. Muy al contrario. La lgica y el razonamiento son necesarios para conseguir el xito. Pero no suficientes. Deben ser instrumentos y fieles sirvientes, nada ms. No obstante, en la mayora de los casos, se convierten en obstculos en el camino de los grandes logros, que son creados slo por aquellos que tienen fe en los poderes de la mente. Estas personas de xito jams permiten que las circunstancias les preocupen demasiado, y esto atrae la fortuna hacia ellos, de una forma casi milagrosa. Si se fija con atencin, ver que las circunstancias que tuvieron que afrontar en el pasado los grandes triunfadores no eran diferentes a las que debieron hacer frente sus contemporneos. A menudo, por cierto, estas circunstancias fueron incluso ms difciles, pero esta situacin simplemente les llev a buscar an con ms ahnco en sus recursos interiores. Todos estos triunfadores crean firmemente11 12. que conseguiran grandes logros. Todos aquellos que se hicieron ricos estaban profundamente convencidos de que se haran ricos. Y por eso triunfaron. Pero volvamos a nuestro trozo de papel concluy el anciano y respndame a esta pregunta. Esta cifra de 30.000 libras que ha escrito no es, con toda seguridad, la primera cantidad que se le ha pasado por la cabeza, verdad? Tiene usted razn, no lo es. Y cul ha sido la primera? No se lo podra decir. Mi cabeza estaba llena de cifras. Por ejemplo? Bueno, 50.000 libras. Y por qu no la ha escrito? No lo s. Supongo que me ha parecido que estaba totalmente fuera de mi alcance. Lo seguir estando hasta que usted crea que puede conseguirla. Dado que ha comenzado con slo 30.000 libras, tenemos una tarea urgente por delante; de lo contrario tardar muchsimo tiempo en convertirse en millonario. As que escriba la cifra ms alta que a usted le parece que puede conseguir. El joven le obedeci. Tras un instante de reflexin, apunt 40.000 libras. Felicidades! respondi el Millonario Instantneo. Acaba de ganar usted 10.000 libras en un se- gundo. No est mal, eh? Pero todava no las he ganado. Es como si lo hubiera hecho. Ha dado un gran paso. Ha aumentado su autoimagen al considerar que podra ganar 40.000 libras en lugar de 30.000. No es un enorme avance, pero de todas maneras es un adelanto. Despus de todo, Roma no se construy en un da. Dentro de usted hay una ciudad oscura, una especie de Roma, y ciertamente lo mismo les ocurre a todos los seres humanos. Por asombroso que parezca, esta ciudad es exactamente como usted se la imagina. Es sorprendente- mente flexible. El tamao de su ciudad depende de la circunferencia exacta que usted le asigne. Poca gente sabe que esta ciudad interior existe. Los lmites que usted le fija son conocidos comnmente como su autoimagen. Al aumentar la cifra que usted ha escrito, ha puesto en movimiento el proceso de expansin de los lmites de su ciudad. Y su Roma interior ha crecido al mismo tiempo. Todos los sabios pensadores han dicho durante siglos que la mayor limitacin que el hombre puede imponerse a s mismo, y en consecuencia el obstculo ms grande a su triunfo, es mental. Ample sus lmites mentales y ampliar su vida. Las condiciones de su vida habrn cambiado como por arte de magia. Esto se lo juro solemnemente. Pero cmo puede saber cules son mis limitaciones mentales? pregunt el joven. Todo esto me parece admisible pero, al mismo tiempo, bastante abstracto. Acabo de explicarle cmo encontrar los lmites que encierran su mente y que se corresponden a su propia imagen le contest el millonario. Usted lo ha plasmado en trminos concretos al escribir esa cifra. Es fascinante ver lo fcil que resulta descubrir lo que cada individuo piensa realmente de s mismo. Cada vez que alguien realiza este ejercicio, una sola cifra revela inmediatamente su verdadera autoimagen. Se ve enfrentado con sus limitaciones mentales, que se correspondern exactamente con los lmites que encontrar en la vida. La vida se inclinar ante los lmites que l se ha fijado a s mismo, sea o no consciente de este hecho. Lo ms trgico de todo esto, es que las personas que generalmente fracasan son las menos conscientes de estos principios clave del xito y la fortuna. Por el contrario, los individuos de xito son conscientes de este fenmeno y han hecho todo lo posible para trabajar en su autoimagen. Al principio prosigui, la forma ms fcil para conseguirlo es coger una hoja de papel en blanco y escribir cada vez cantidades ms grandes. En cualquier caso, una cosa est bien clara. No podr hacerse rico si no est convencido de que puede hacerlo. La imagen que usted cree de s mismo debe corresponder a la de una persona que puede hacerse rica. As que vamos a realizar otra vez nuestro pequeo ejercicio. Esta vez escriba una cifra ms arriesgada. El joven pens por unos instantes y luego, sin controlar su inquietud, anot 60.000 libras, confesando, inmediatamente, que eso era el mximo que poda tener esperanzas de ganar. Tal vez sea el mximo que tenga esperanzas de ganar, pero de ninguna manera es el mximo que usted puede ganar. Es una cifra bastante modesta. Algunas personas la ganan en un mes, otras en una semana, incluso en un da, cada da del ao. En cualquier caso, permtame que le felicite. Ha hecho usted un progreso asombroso, ha doblado su autoimagen y extendido considerablemente sus lmites mentales. No tanto como yo hubiera deseado, pero no quiero meterle prisa. Tiene que comenzar por fijarse un objetivo que considere atrevido, pero al mismo tiempo razonable. De otra ma- nera, le resultara demasiado difcil creer en ello. El secreto de una meta es que debe ser al mismo tiempo ambiciosa y estar a su alcance. Jams lo olvide cuando al final tenga que fijarse una meta. Por otro lado, tampoco se olvide de que la mayora de las personas son sumamente conservadoras. Tienen miedo de que sus limitaciones mentales se rompan. Las han convertido en una especie de hbito. Estn acostumbradas a llevar una existencia mediocre y no quieren ms, convencidas de que as es la vida. Estn demasiado asustadas para soar. Pero usted no debe tener miedo de ampliar sus lmites mentales, ya que con el simple hecho de escribir una serie de cantidades cada vez ms grandes, vea lo que se puede conseguir en una hora. Por ejemplo, fjese en usted mismo. Ha conseguido doblar su objetivo en cuestin de minutos. Ms tarde prosigui, cuando est a solas en su cuarto, haga el siguiente ejercicio. Sintese en la intimidad de su dormitorio y escriba el curso de su destino financiero de la siguiente manera. Anote: dentro de seis aos, a partir de hoy, me convertir en millonario. Esta es la aplicacin prctica de mi secreto para convertirse en millonario instantneo. Probablemente no estar de acuerdo con el hecho de que tendr que esperar seis largos aos para hacerse millonario. Lo comprendo, pero slo le llevar un segundo girar la llave secreta que le asegurar su destino financiero y su fortuna. En cuanto a m, a pesar de que comenc con 10.000 libras que me prest un viejo millonario, me cost exactamente cinco aos y nueve meses 12 13. hacer mi primer milln. A partir de entonces, he prosperado utilizando la misma frmula cada vez. Esta frmula siempre ha sido objeto de burla por parte de muchas personas, y esto no va a cambiar. Sin embargo, los que se rean tanto, no son ricos! El joven mova la cabeza, pensativo. En realidad, no saba qu decir. Estaba convencido a medias. Pero todo eso le resultaba demasiado fcil. Como es obvio continu el Millonario Instantneo la frmula slo es vlida para aquellos que quieran convertirse en millonarios. Al fin y al cabo, no todo el mundo tiene esta ambicin. Y esta es precisamente la belleza de este secreto. Vale perfectamente para cualquier tipo de sueo, desde el ms modesto al ms extravagante. Le puede hacer ganar 5.000 libras extras al ao o doblarle los ingresos anuales, algo que, por cierto, es completamente factible. As que, si no le importa, vyase un rato a su habitacin mientras yo vuelvo a mis preciosas rosas, y escriba la frase que le he dicho: dentro de seis aos a partir de hoy, me habr hecho millonario. Por lo tanto, el..., escriba el da, el mes y el ao, ser millonario. Asegrese de que toma nota de cualquier cosa que se le pase por la cabeza, no importa lo que sea. Encontrar unas cuantas hojas de papel en el escritorio. Y no olvide lo que le voy a decir: mientras no se acostumbre a la idea de que se convertir en millonario, mientras no lo integre en su vida, y por lo tanto en sus pensamientos ms ntimos, nada podr ayudarle a hacerse millonario. Ahora vaya y reflexione sobre mi frmula, que se convertir en el principio que le guiar durante los primeros seis aos. 8 En el que el joven descubre el poder de las palabrasUna hora ms tarde, el mayordomo fue a buscar al joven, que no se haba dado cuenta del paso del tiempo, de tan enfrascado como estaba con el ejercicio que el excntrico millonario le haba propuesto. El mayordomo le explic que el seor le esperaba en el jardn, y le acompa hasta all, sin decir nada ms. Su anfitrin estaba sentado en el mismo banco donde le haba encontrado el primer da, contemplando una rosa recin cortada. Alz la cabeza cuando le oy venir. Pareca en xtasis; una gentil sonrisa iluminaba su rostro. Y bien, qu tal ha ido? pregunt. El ejercicio le ha dado resultado? S, lo ha dado. Pero tengo un montn de preguntas que formularle. Para eso estoy aqu replic y le invit a que se sentara a su lado. Lo que ms me preocupa manifest el joven es que no entiendo de ninguna de las maneras cmo puedo convertirme en millonario a partir de hoy, aunque escriba esta frase loca y medite sobre ella. Mi pregunta es: cmo puedo convencerme a m mismo de que me har millonario si ni siquiera s en qu quiero trabajar? Y, adems, todava soy demasiado joven para pretender ser millonario. Esto no representa ningn problema. Muchsimas personas se han hecho ricas mucho ms jvenes que usted. La edad no es una barrera. El principal obstculo es desconocer el secreto, o conocerlo y no aplicarlo. En realidad, hay un nico medio para conseguirlo. Y es el mismo que ha utilizado para persuadirse a s mismo de que no podra convertirse en millonario a pesar de que lo de- seaba. Durante los prximos das o en unas pocas semanas, como mximo, usted desarrollar la personalidad de un millonario instantneo. Como es lgico, le costar algn tiempo desmontar todo lo que ha construido durante aos. El secreto reside en las palabras, combinadas con las imgenes, que es la forma particular que tienen los pensamientos de expresarse a s mismos. Cada pen- samiento tiende a manifestarse en su vida de una manera u otra. Cuanto ms fuerte sea el carcter de una persona, ms poderosos sern sus pensamientos y ms rpidamente tendern a convertirse en realidad, formando as las circunstancias de su vida. Esto, indudablemente, inspir a Herclito su sabia mxima: El carcter es igual al destino. El deseo es lo que mejor apoyar sus pensamientos. Cuanto ms apasionado sea su deseo, con ms rapidez aparecer en su vida la cosa que desea. La forma de hacerse rico es desearlo fervientemente. En cada aspecto de la vida, la sinceridad y el fervor son los ingredientes necesarios para el xito. Todo esto est muy bien y deseo con toda sinceridad hacerme rico replic el joven. He hecho todo lo que estaba a mi alcance para conseguirlo. Pero nada ha dado resultado. El deseo ardiente es necesario, pero no suficiente. Lo que le falta es fe. Usted debe creer que se convertir en millonario. Y cmo puedo conseguir esa fe? He ledo muchsimos libros sobre este tema. Y lo que mi propio maestro me ense se corresponde a las conclusiones a las que se llega en ellos. La nica manera de tener fe es repitiendo las palabras. Las palabras tienen un impacto extraordinario en nuestra vida interior y exterior. La mayora de las personas desconocen totalmente este principio o no lo utilizan... Perdn, retiro esto ltimo, utilizan el poder de las palabras, pero en general en detrimento propio. Las palabras son om- nipotentes. No quisiera contradecirle dijo el joven pero creo que est usted exagerando. No puedo entender cmo las palabras pueden ayudarme a convertirme en millonario. Pueden tener una cierta importancia, pero estar de acuerdo conmigo en que ser slo relativa. El Millonario Instantneo no respondi a las objeciones del joven. Estaba ensimismado en sus pensa- mientos. Entonces, de repente, dijo: En el escritorio de su habitacin, he dejado un viejo escrito que explica esta teora de una forma muy clara. Por favor, vaya a buscarlo. Es muy breve. Lalo y despus vuelva a aqu conmigo. Continuaremos nuestra charla ms tarde. Si desea disponer de mayor intimidad cierre la puerta de su dormitorio. El joven hizo lo que le haba pedido. Volvi a su habitacin, cerr la puerta y comenz a buscar el13 14. escrito en el escritorio. No encontr nada, aparte de una carta que, al parecer, iba dirigida a l, aunque su nombre no estaba escrito en el sobre. En letras muy claras pona: CARTA A UN JOVEN MILLONARIO. La abri. En el papel haba una sola palabra escrita en tinta roja: ADIS. Estaba firmada: El Millonario Instantneo. El corazn del joven comenz a agitarse en su pecho, y en aquel momento, oy un sonido. Se dio la vuelta y vio un ordenador que no haba visto antes. Alguien deba haberlo puesto ah durante su ausencia. La impresora estaba funcionando. Se acerc a la mquina y comenz a leer el texto. Era una sola frase que se repeta una y otra vez: LE QUEDA UNA HORA DE VIDA LE QUEDA UNA HORA DE VIDA LE QUEDA UNA HORA DE VIDA LE QUEDA UNA HORA DE VIDA LE QUEDA UNA HORA DE VIDA Si se trataba de una broma, era de muy mal gusto. Sin embargo, tena que tratarse de una broma. Por qu querra verle muerto el Millonario Instantneo? l no le haba hecho nada. Pero todo era tan extrao en ese lugar. Tal vez ese hombre no fuera ms que un loco, que ocultaba sus instintos asesinos tras un manto de falsa bondad. El joven estaba sumamente confundido. Pero tena una cosa clara: se tratara o no de una broma, no estaba dispuesto a correr riesgos. Escapara de all, se olvidara del cheque, del secreto y de las teoras mgicas que el millonario haba empleado para engaar a su ingenuo visitante. Dej caer la carta al suelo y fue hasta la puerta, pero estaba cerrada con llave. Le sobrecogi el pnico. Comenz a tirar furiosamente del picaporte, tratando de forzar la puerta, pero sin xito alguno. Esta vez, el millonario haba ido demasiado lejos. En ese momento fue preso de la ms completa desesperacin. Corri hasta la ventana y vio al millonario trabajando en su jardn. Sin detenerse a considerar si lo que haca tena el menor sentido, comenz a gritar con toda la fuerza de sus pulmones. Nadie le respondi. Grit todava con ms fuerza. Una vez ms. Nadie le respondi. Es que el millonario era sordo? No se lo haba parecido cuando haba hablado con l. Entonces apareci el mayordomo en el jardn. Le llam con gritos histricos. Pero fue como gritar en el desierto. Qu clase de horrible pesadilla estaba teniendo? No era posible que los dos se hubieran vuelto sordos de repente. Volvi a gritar. Apareci otro sirviente, unos pocos pasos detrs del mayordomo. Pero tampoco pareci escuchar en absoluto sus gritos de auxilio. El joven se fue desesperando ms y ms, a medida que pasaban los minutos. Sin lugar a dudas, era vctima de un insidioso y bien tramado plan, y haba cado directamente en manos del enemigo. Volvi a pensar en la posibilidad de escaparse por la ventana. Pero reconoci que era demasiado arriesgado. Se rompera la crisma. De pronto, vio el telfono. Era un verdadero idiota! Cmo es que no se le haba ocurrido antes? A quin llamara? A la polica? Y qu pasara si todo esto no fuera ms que una broma y quedara como un mentiroso? Marc el nmero de informacin. La telefonista tena una voz muy extraa, pero cuando le dijo que quera comunicarse con la comisara de polica ms cercana, le dio el nmero. Lo marc rpidamente, pero comunicaba. Qu sonido tan desagradable! Volvi a marcar. Segua comunicando. Evidentemente, no era su da. Lo intent una vez ms, y de repente, se dio cuenta de que el nmero que estaba marcando lo tena delante de sus ojos, no porque l lo hubiera anotado, sino porque corresponda al telfono que estaba utilizando. Estaba llamando a su propia habitacin. Qu engao! Una vez ms intent forzar la puerta, pero sus esfuerzos fueron intiles. As que volvi a la ventana. Entonces, vio a un hombre que se acercaba a la casa. Iba vestido con una amplia capa negra y un gran sombrero de alas anchas. A esas alturas, estaba casi sofocado por el terror. Sera un asesino a sueldo que vena a matarle? Estaba atrapado como una rata. Iba a morir. No tena forma de escapar. Inmediatamente, escuch unos pasos que se acercaban lentamente a la puerta. Estaba en lo cierto. Haba llegado su hora. Se apart de la puerta, buscando a izquierda y derecha algo con qu defenderse. Escuch girar la llave en la cerradura. Se movi el picaporte y la puerta se abri. All, de pie en el umbral haba una sombra deformada y oscura, que rpidamente se transform en la figura de un hombre. En un primer momento, no dijo ni una sola palabra. Simplemente, permaneci all, inmvil, como una estatua. De pronto, meti una mano en el bolsillo. El joven pens que iba a sacar una arma. Pero no fue as, ya que lo que sac de l aquel inquietante y misterioso desconocido fue una carta. Al mismo tiempo, levant el ala de su sombrero y el joven, completamente hipnotizado, esperando sin aliento lo peor, vio la cara del millonario que resplandeca de malicia. Ha olvidado usted su carta en el jardn dijo el Millonario Instantneo, cuyo disfraz, superados ya sus temores, le pareci muy divertido al joven. Ha encontrado el escrito? No, no lo he encontrado. En cambio he podido leer esto replic el joven, ahora ya completamente tranquilizado ante el tono de voz amistoso del anciano. Se agach y recogi la carta del suelo. Cul es el significado de toda esta grotesca farsa que acaba de interpretar? quiso saber el joven. Podra demandarlo si... Pero... si no son ms que palabras, unas pocas palabras escritas sobre un trozo de papel. De verdad que me llevara ante los tribunales por un insignificante trozo de papel? No me haba dicho que no crea en el poder de las palabras? Mire usted el estado en que se encuentra... El joven comprendi de pronto a qu se refera el millonario. Yo slo quera darle una rpida leccin. La experiencia ensea mucho mejor que la mera teora. Para decirlo en pocas palabras, la experiencia es vida. No era sta la filosofa de Goethe? Gris es el color de la teora; verde el color del rbol de la vida. Comprende ahora el poder que tienen las 14 15. palabras? prosigui el anciano. Y otra cosa: su poder es tan grande que ni siquiera necesitan ser verdad para que tengan efecto sobre la gente. Le aseguro que en ningn momento he tenido intencin de matarle. Cmo iba yo a saberlo? exclam el joven, que se iba tranquilizando poco a poco. Podra haber empleado su cabeza para pensar un poco. Por qu demonios iba a querer matarle? Usted jams me ha hecho ningn dao. Y, aunque me lo hubiese hecho, jams me hubiera vengado de este modo. Todo lo que deseo es cuidar mi rosaleda, que es slo un plido reflejo del hermoso jardn que me aguarda. Usted tendra que haber confiado en su sentido comn. Sin embargo, se ha dado cuenta de la poca fuerza que tiene la lgica en una situacin como sta? Cuando usted nos ha llamado desde la ventana del dormitorio, y nosotros hemos simulado no orle, estaba realmente desesperado. El error que ha cometido no ha sido leer la amenaza, que era pura invencin, sino crersela. Al hacerlo, ha obedecido instintivamente a una de las grandes leyes que gobiernan la mente humana. Cuando la imaginacin y la lgica estn en conflicto, la primera invariablemente es la que triunfa. Su gran equivocacin ha sido desesperarse por una amenaza que ni siquiera iba dirigida a usted. El millonario se acerc entonces a la impresora, la detuvo y arranc la hoja de papel. Se la ense al joven, que se qued pasmado al comprender que la amenaza no tena nada que ver con l. Al comienzo de la pgina estaba escrito un nombre: GEORGE STEVENS. El joven se sinti avergonzado. Se haba dejado llevar por la desesperacin por algo que slo era fruto de su imaginacin. 9 En el que al joven se le muestra por primera vez el corazn de la rosa Hoy ha aprendido usted muchas cosas importantes le dijo el millonario. Y no slo las ha comprendido con la cabeza, sino tambin con el corazn. Ahora ya sabe que las palabras pueden afectar profundamente nuestra vida, lo queramos o no. Usted ni siquiera era el blanco de las amenazas que imprima la computadora, y, sin embargo, se ha llevado, innecesariamente, un susto de muerte... Pero, de hecho, no podemos decir que haya sido innecesario, porque gracias a ello ha aprendido una valiosa leccin. Un pensamiento, aun cuando sea falso, puede afectarnos si creemos que es verdadero. Pero cuando aprendemos a distinguir el valor de un pensamiento, el valor que le damos, nuestra mente recobra o mantiene la calma. En realidad, ha sido su mente la que le ha dado significado a la amenaza, porque de haber estado escrita en una lengua extranjera que usted no hubiera comprendido, entonces no le habra prestado ni la ms mnima atencin. Para dar tiempo a que el joven captara el significado de sus palabras, el millonario hizo una pausa. Despus prosigui: En el futuro, cada vez que se encuentre cara a cara con un problema, y el camino hacia la fortuna est plagado de obstculos, recuerde esta amenaza. Dgase a s mismo que el problema al que se enfrenta tiene tan poco que ver con usted como le ocurri con aquella amenaza. Esto le puede parecer un tanto excesivo, dado que usted es el nico que tiene que enfrentarse al problema. Pero asegrese de que la ansiedad que genera recaiga sobre los hombros de otro. Apntelo en otra di- reccin. No s si soy lo bastante claro. Quiero decir que jams debe permitir que un problema adquiera tanta importancia ante sus ojos que le traumatice. En el momento en que usted alcance este punto, y le aseguro que no es fcil, dominar una tcnica infalible y ser capaz de satisfacer todos sus sueos. Sin embargo, permtame que le haga una advertencia. El viaje ser largo y muy arduo antes de que consiga dominarla. Pero no renuncie jams. Se lo prometo, el esfuerzo valdr la pena. Puede ser que un da llegue a comprender que ste es el fin ltimo de la vida. Lo dems no tiene importancia. Despus de expresarle este mensaje, el millonario permaneci en silencio. Pareca estar absorto en sus pensamientos. La tristeza llenaba sus ojos. No obstante, aadi unas cuantas palabras ms, como si fueran una conclusin de todo lo que haba dicho hasta el momento: La vida puede ser un jardn de rosas o el infierno en la tierra, de acuerdo con el estado de nimo de cada cual. Piense en las rosas. Pirdase en el corazn de una rosa cada vez que se presente un problema. Y recuerde que la amenaza iba dirigida a algn otro. Si usted lo desea, los problemas siempre estarn dirigidos a algn otro. Puso un nfasis particular en las siguientes palabras: La mayora de las personas comprenden lo que le acabo de decir. Creen que no es ms que un puro y vulgar optimismo. Pero es mucho ms profundo que todo eso. Es uno de los mayores principios de la mente. Para aquellos que son incapaces de ver el mal, el mal no existe. El mundo no es sino el reflejo del ser interior. Las condiciones de su vida no son sino la imagen reflejada de su vida interior. Si usted no tiene debilidades, nada que atraiga los problemas o al mal, entonces el mal no le tocar, ni el peligro le amenazar. Reafirme constantemente el principio de que el mal no existe, y concntrese en el corazn de la rosa. Aqu encontrar usted la verdad y la intuicin que necesitar para que le gue a travs de la vida. Tambin encontrar algo que es muy escaso en la tierra: el amor por cualquier cosa que haga, y el amor por los dems. Este es el doble secreto de la autntica riqueza.10 En el que el joven aprende a dominar su mente inconsciente Despus de este largo y sincero parlamento, el anciano millonario pareci haber quedado exhausto, y permaneci en silencio durante varios minutos. Pasados los cuales continu, pronunciando con cuidado cada palabra. Esta es la razn por la cual la frmula que le he dado es tan poderosa. Y aunque al principio usted crea que es muy poco probable que llegue a convertirse en millonario, seguro que ser capaz de15 16. convertirse en uno de ellos. Simplemente haga con la frmula lo mismo que ha hecho con la carta. Acepte lo que dice como la verdad, porque el secreto ms grande de todos los logros est en la creencia. Si usted tiene fe en que es capaz de conseguir algo, lo conseguir. Mi nico problema es creer que me podr convertir en millonario de aqu a cinco aos. En el caso de la carta, me dej engaar, perd la cabeza. Pero esta frmula es algo completamente distinto. Incluso en el caso de que no crea usted en la frmula, sta comenzar a actuar sobre usted. Cuanto ms la interiorice, ms poderosa se har. La ventaja es que no es a su mente racional o consciente a la que tiene que convencer. Recuerde la amenaza. A usted le pareci absurda, y con razn. Pero, por as decirlo, fue ms fuerte que usted. Parte de usted, su imaginacin, la acept como real. Y la imaginacin es lo que algunos llaman la mente inconsciente. Es la parte oculta de su mente, y mucho ms poderosa que su parte visible. Es la que gua toda su vida. Podra pasarme horas hablndole de la teora del inconsciente. Pero tendr bastante con saber que el inconsciente es extremadamente susceptible al poder de las palabras. Ahora ya sabe por qu encuentra tantas dificultades para creer el muy posible y realizable hecho de que pueda convertirse en millonario en menos de seis aos? Lo siento, pero no. Bueno, el hecho es que durante aos y aos, frases y pensamientos, o sea palabras, se han ido grabando en su inconsciente. Profundamente. De hecho, cada experiencia, cada pensamiento que ha tenido, cada palabra que ha escuchado a lo largo de su vida, se ha ido grabando de manera indeleble en su inconsciente. Al final, toda esta prodigiosa memoria se convierte en la propia imagen de la persona. Sin que usted se diera cuenta, sus experiencias pasadas y el monlogo interior que usted mantiene consigo mismo le han convencido de que usted no es el tipo de persona que puede conver- tirse en millonaria, a pesar de que, hablando de forma objetiva, tiene todas las cualidades para hacerlo y mucho ms fcilmente de lo que se imagina. Su autoimagen es tan poderosa que sin saberlo se convierte en su destino. Las circunstancias exteriores acaban encajando con la imagen que tiene de s mismo con sorprendente precisin. Por lo tanto, para hacerse rico, usted tiene que elaborar una nueva imagen de s mismo. Estoy seguro de poder hacerlo, pero esto contina sin resolver el problema. Estoy totalmente dispuesto a aceptar todas estas teoras. La nica dificultad es que no alcanzo a ver cmo voy a convencerme a m mismo de que puedo convertirme en millonario. Es muy fcil, no lo entiende? Piense en la amenaza de hace unos instantes. No era cierta, pero le afect como si lo fuera. Todo lo que tiene que hacer es aplicarse la misma jugarreta a usted mismo. Su inconsciente no se dar cuenta del truco. Cuando usted era pequeo, e incluso despus, cada vez que aceptaba una sugerencia, aun en el caso de que fuera falsa, estaba engaando a su inconsciente. En cualquier caso, usted le estaba forzando a que aceptaba algo que, a todas luces, no era verdad. As que ahora haga lo mismo. Su inconsciente puede ser influido a voluntad. Y una vez que haya influido en l en el sentido que a usted le interesa, lo que es bsicamente un juego de nios, ser capaz de obtener exactamente lo que desea de la vida. Por qu? Pues porque su inconsciente estar convencido de que usted puede conseguir todas estas cosas. Las aceptar como verdaderas de la misma manera que ahora acepta el hecho de que no puede hacer nada ms. Esto se vincula a lo que le he dicho antes. El hombre es el reflejo de los pensamientos guardados en su inconsciente. Al ver que el joven estaba cada vez ms interesado en las cosas que le deca, el millonario decidi seguir adelante. Lo ms importante es fingir que algo es verdad. Por qu esto funciona con el inconsciente? Simplemente porque, a pesar de que el inconsciente puede ser poderoso, es incapaz de discriminar entre la verdad y la mentira. Piense una vez ms en la amenaza de esta maana. Su inconsciente no fue capaz de diferenciar entre lo que era y no era objetivamente cierto. Y reaccion de una manera muy especfica. Si su mente no hubiera aceptado la sugerencia contenida en esa carta, si hubiese, digamos, cerrado la puerta al inconsciente, usted no habra tenido la violenta reaccin que tuvo. Se hubiera quedado perfectamente tranquilo y esperado a que la situacin se aclarase por s misma. S, pero qu sucede si hay un conflicto entre el consciente y el inconsciente? Qu pasa si mi mente consciente se niega a aceptar la idea de la riqueza? La nica solucin, adems de ser la mejor e indudablemente la ms rpida, es la repeticin. La repeticin? As es. Esta tcnica se conoce comnmente como autosugestin. Cada uno de nosotros estamos sometidos a ella a lo largo de nuestras vidas. A diario nos vemos influidos por sugestiones internas y externas. El monlogo interior que todos mantenemos continuamente con nosotros mismos da forma a nuestras vidas. Algunos nos repetimos que jams tendremos xito, porque provenimos de una familia de perdedores, o porque hemos tenido fracasos que, a nuestros ojos, parecen definitivos. As que vamos de fracaso en fracaso, no porque no tengamos las cualidades necesarias para triunfar sino porque es as como inconscientemente pensamos que somos. Algunos hombres creen que jams podrn conquistar a una mujer continu el millonario. Y, sin embargo, les sobra encanto. Por una razn u otra, las mujeres huyen de ellos como de la peste. El poder de su autoimagen, que es el reflejo del inconsciente, vuelve a ser una vez ms el responsable de esto. Crea el tipo de circunstancias que hace que las mujeres huyan de esas personas. Pero la repeticin de frmulas negativas concluy, que tiene un impacto tan tremendo en nuestras vidas, tambin puede ser utilizada de una manera diferente. Y esto es lo que vamos a hacer. El inconsciente es un esclavo que puede dominarnos porque es inmensamente poderoso. Pero tambin es ciego y usted tiene que aprender a engaarle. Sera mucho decir que el joven comprenda todo lo que el millonario le estaba diciendo, pero, no obstante, la impresin general que reciba le pareca positiva. Senta que el anciano estaba poniendo el dedo sobre su problema, y estaba ansioso por descubrir ms sobre el tema. 16 17. La belleza de esta teora reside en que no es necesario creer en ella para ponerla en prctica dijo el millonario. Pero para conseguir resultados usted tiene que utilizarla. Los resultados no vendrn por s solos, como por arte de magia. Sin embargo, el secreto es simple: todo, como ya le he dicho, depende de la repeticin. Incluso aunque al principio no lo crea, intntelo, al menos durante un par de das. Es tiempo suficiente para que comience notar sus efectos. Esta frmula podr parecerle simple prosigui o tal vez simplista, pero permtame decirle que es el secreto ms poderoso sobre la faz de la tierra. Recuerde las primeras palabras de la Biblia: Al principio fue el Verbo. El Verbo, que quera decir el habla. La autosugestin juega un papel preponderante en nuestra vida. Si usted contina sin percatarse de ella, seguir trabajando contra usted la mayora de las veces. Y a la inversa, si decide utilizarla, todo su tremendo poder quedar a su disposicin. Bueno, creo que me ha convencido, a pesar de que si le digo la verdad, todava no comprendo muchas cosas acerca de esta teora dijo el joven. Muy bien. Estofes lo que tiene que hacer. Al principio quiz le parezca que es demasiado fcil, pero deber basar sus juicios en los resultados que obtenga ms que en criterios intelectuales.11 En el que el joven y su mentor discuten cifras y frmulas El millonario se sent frente a su escritorio e invit al joven a que hiciera lo mismo. Tom unas cuantas hojas de papel y una pluma estilogrfica y escribi unas cuantas lneas. Su frmula podra tener este aspecto le explic. Las lneas escritas por el anciano decan lo siguiente: Para el final de este ao, tendr activos por un valor de 31.250 libras. Doblar estos activos cada ao durante cinco aos, y entonces (haba dejado un espacio en blanco) ser millonario. No debe usted confundir activos con ingresos le dijo al joven. Sus activos son lo que le queda despus de pagar los impuestos y las facturas. Pueden ser inversiones inmobiliarias, acciones de una compaa o ahorros en un banco o en una sociedad inversora. Ahora, si usted quiere hacerse millonario en seis aos, que es un objetivo realista que yo le propongo, su frmula tendr que basarse en este modelo. Si tiene activos por un valor de 31.250 libras para el final del primer ao, tendr que duplicarlos cada ao. Y al cabo de seis aos ser millonario! Por qu tiene que duplicar sus activos cada ao? Pues porque es una operacin simple que su inconsciente puede manejar con facilidad. Y le resultar ms fcil de recordar. Adems, tambin le garantizar un crecimiento constante. De esta manera, no tendr que asumir el riesgo de esperar al sptimo ao para convertirse en millonario. Asimismo continu, esta frmula es virtualmente obligada, si pretende hacerse millonario en un periodo tan breve como son seis aos. Pero tal vez no pueda conseguir activos por un valor de 31.250 libras para el final del primer ao, y as poder duplicarlos en el segundo. Si este punto de partida le parece a usted demasiado ambicioso, entonces concdase a s mismo otro ao. Conver- tirse en millonario en siete aos no est nada mal que digamos! Entonces su meta para el primer ao ser de 15.625 libras. Crame cuando le digo que no es una cosa imposible de alcanzar. Y si usted est convencido de que puede tener unos ahorrillos de 15.625 libras para el final del primer ao, los tendr. Ahora bien, si esto todava le sigue pareciendo demasiado ambicioso, concdase otro ao ms, lo cual totaliza ocho. Entonces, la meta de su primer ao ser de 7.812,59 libras. Con su frmula: YO SER MILLONARIO PARA EL (y aqu pone usted el mes y el ao, en un plazo de cinco, siete o diez aos), tambin se fijar unos objetivos a corto plazo, etapas que le ayudarn a motivarse en su viaje por el camino hacia la riqueza. Y, desde luego, es fundamental tener una meta para cada ao. La cosa ms importante, sin embargo le dijo al joven, es escribir sus metas en un papel. No le har ningn dao. Las cantidades se le harn cada vez ms familiares a medida que juegue con ellas. Miles de personas quieren hacerse ricas, pero, ni siquiera una de cada cien toma la iniciativa de trazar la ruta que pretende seguir para alcanzar su meta. Sea diferente! Prepare sus planos y mapas. Trace proyectos hasta que encuentre el plan que ms le convenga. Ser su plan. Si quiere inspirarse, utilice los ejemplos que le he dado, y despus deje que su imaginacin vuele libre. Tiene que comenzar a soar para hacerse rico. Tiene que saber cmo cuantificar su sueo, trasladndolo a sumas de dinero y fechas. Este, de hecho, ser el primer ejercicio que deber hacer. Haga bailar las cifras. Muy pronto podr ver que este pequeo juego le revelar quin es usted en realidad. El simple hecho de poner sobre el papel sus metas, fechas lmites y las sumas, es el primer paso para la transformacin de sus ideales en su equivalente material. Cualquiera que quiera mantenerse firme en su ambicin de convertirse en millonario en cinco o diez aos, debe tener en cuenta este hecho: si en la actualidad est ganando 20.000 libras al ao y no puede esperar conseguir nada ms que, digamos, un aumento del 10 por ciento, entonces jams podr convertirse en millonario si contina en ese trabajo, a menos que tambin tenga otras actividades paralelas. No hay nada terrible o re- prochable en esto. Se trata puramente de una observacin objetiva. La frmula de doblar su fortuna cada ao o de incrementar sus activos con respecto al ao anterior no es por cierto el nico camino para convertirse en millonario. Sin embargo, el secre