10
COLEGIO DE ENFERMERÍA DE CANTABRIA Coordinadores: MARÍA LUZ FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ ANTONIO CLARET GARCÍA MARTÍNEZ MANUEL JESÚS GARCÍA MARTÍNEZ Un siglo cuidando a la sociedad CENTENARIO DEL RECONOCIMIENTO OFICIAL DE LA ENFERMERÍA EN ESPAÑA

05 CAP5_pp483a490__Evolución de las matronas de la mano de las sociedades en la historia

Embed Size (px)

Citation preview

COLEGIO DEENFERMERÍA

DE CANTABRIA

Coordinadores:María Luz Fernández Fernández

antonio CLaret GarCía Martínez

ManueL Jesús GarCía Martínez

Un siglo cuidandoa la sociedad

CENTENARIO DEL RECONOCIMIENTO OFICIALDE LA ENFERMERÍA EN ESPAÑA

Un siglo cuidando a la SociedadCentenario del reconocimiento

oficial de la Enfermería en España

COLEGIO DEENFERMERÍADE CANTABRIA

Coordinadores:María Luz Fernández FernándezAntonio Claret García MartínezManuel Jesús García Martínez

Colaboran:

Vicerrectorado de Investigacióny Transferencia del Conocimiento

Consejería de Educación,Cultura y Deporte

4

Edita: Colegio Oficial de Enfermería de Cantabriac/ Cervantes, 10 - 5º39001 Santander

© Colegio de Enfermería de Cantabria

Colaboran: - Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria. - Vicerrectorado de Investigación y Transferencia del Conocimiento. Universidad de Cantabria.

Depósito legal: SA 244-2015ISBN: 978-84-606-7630-0

Coordinadores:Mariluz Fernández Fernández, Antonio Claret García Martínez, Manuel Jesús García Martínez

Maquetación e impresión:Artes Gráficas J. Martínez, S.L. (Guarnizo, Cantabria)

Reservados todos los derechos.No está permitida la reproducción total o parcial de este libro ni su tratamiento informático, ni la transmisión de alguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del titular de Copyright.

COLEGIO DEENFERMERÍADE CANTABRIA

483

EVOLUCIÓN DE LAS MATRONAS DE LA MANO DE LAS SOCIEDADES EN LA HISTORIA

THistorical evolution of midwives guided by societies

Laura Gutiérrez ChicoteCentro de Salud de Campoo (Cantabria), España

PALABRAS CLAVE: Matrona, enfermería, his-toria, sociedad.

RESUMEN: La matrona es una enfermera es-pecialista reconocida tanto por la Organización Mundial de la Salud, como por la Unión Euro-pea. Actualmente la Matrona es una profesión regulada, con un perfil competencial especifico y con una formación mínima armonizada en to-dos los Estados miembros. El objetivo de este estudio es contextualizar la profesión de ma-trona en las distintas sociedades a lo largo de la historia.

Desde las sociedades primitivas se reco-noce la figura de la matrona como especialista en cuidados de la mujer. Se pretende analizar este proceso de transformación que tiene lugar en las distintas sociedades de la Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna y Contemporánea hasta llegar a la profesión que conocemos actualmente como Enfermera Especialista en Ginecología y Obstetricia, también llamada matrona.

KEY WORDS: Midwife, nursing, history, socie-ty.

ABSTRACT: Midwives are nurses recognized by both the World Health Organization (OMS), as the European Union. Nowadays, midwife is a ruled profession, with a specific competence profile with a specific training in all Member States. The aim of this study is to contextualize the profession of midwife in different societies throughout history.

From primitive societies the figure of the midwife, as a specialist in care of women, is recognized. I am analysing this process of transformation that takes place in different so-cieties of antiquity, Middle Ages, Modern and Contemporary Age up to the profession which, we know today as Nurse Specialist in Gynaeco-logy and Obstetrics, also called midwife.

484

Gutiérrez Chicote, Laura

INTRODUCCIÓNLa matrona es un profesional reconocido internacionalmente en todos los sistemas sanitarios

en los que se considera una figura esencial, y, que incide en un ámbito social tan importante como el de la maternidad y la atención integral durante el ciclo vital de la mujer en todas sus fases: salud reproductiva, climaterio y sexualidad; y no sólo a ésta, sino también, a la familia y a la comunidad, y que puede desarrollar sus funciones en cualquier ámbito. En España, actualmente, la formación de matrona se acredita mediante un título oficial de especialista, que requiere haber obtenido previa-mente el título de Diplomado/Graduado universitario en Enfermería y el título oficial de la especia-lidad de Enfermería Obstétrico-Ginecológica (Matrona) por el sistema de residencia. Sin embargo, la profesión de matrona ha realizado un largo recorrido hasta llegar a nuestros días tal y como la conocemos, siempre de la mano de las sociedades y del coraje y empuje de las propias matronas.

La profesión de matrona es tan vieja como la propia historia de la civilización. En todas las épocas y culturas han existido personas, en su gran mayoría mujeres, que han ayudado a otras mujeres a dar a luz y a ocuparse del recién nacido. Así pues, la figura de la partera siempre ha exis-tido, pero con diferentes nombres: obstetrix, partera, matrona, llevadora, sage-femme, comadrona, co-madre, etc.

Podemos comenzar analizando la prehistoria y mencionando a Lucy. Lucy es la primera homí-nida bípeda de la que tenemos constancia. El descubrimiento de gran parte del esqueleto fosilizado de este homínido, hembra, de 3,2 millones de años de antigüedad nos da una valiosa información: andaba sobre sus miembros posteriores y también se deduce que tuvo hijos aunque no se sabe cuántos. Por ello a Lucy hay quién le denomina “la madre de la humanidad”.El descubrimiento de Lucy marcó un punto de inflexión en nuestro entendimiento de la evolución humana. Muchas son las implicaciones que conlleva el hecho de la bipedestación pero sólo me voy a detener en una: la bipedestación estrechaba la pelvis y dificultaba el parto; desde entonces la mujer necesita ayuda para parir. El origen de la primera matrona surgiría con la primera persona que acompañó y ayudó a parir a otra.1 De los escasos restos conservados de época prehistórica (restos líticos, restos humanos, objetos de hueso, representaciones pictóricas, etc) deducimos cómo eran las vidas de las colectividades humanas en esta época. Eran sociedades tribales, basadas en grupos pequeños, con una economía de subsistencia, cazadores y recolectores que practicaban el nomadismo. Por ello, parece probable suponer que sólo las mujeres capaces de tener un parto normal sobrevivían, así como la alimentación de los recién nacidos se basaba en una lactancia materna prolongada.

En la Biblia encontramos referencias escritas en el Antiguo Testamento que hacen referen-cia al trabajo de partera. Varias historias bíblicas nos relatan partos atendidos por comadronas hebreas, mujeres bien consideradas y con cierto prestigio social. Estarían bien reconocidas como diestras y valiosas profesionales.2 En la civilización egipcia encontramos fuentes documentales en las que se deduce que la matrona egipcia era una profesión libre, independiente, y que gozaba de gran prestigio. Sus conocimientos se adquirían con la práctica, al estar junto a otro profesional con más experiencia. Atendían los partos normales incluidos los de la realeza. Destacan varios papiros que demuestran la importancia del cuidado de las mujeres embarazadas y de la asistencia al parto (papiro de Ebers de 1550 a.C. y papiro de Westcar de 1700 a.C.).3 En Grecia, en la época de Hipócrates, y Sócrates, las parteras alcanzaron una gran reputación. La madre de Sócrates, Phainarité, fue comadrona. De la analogía que estableció el filósofo con el oficio de su madre, nombró Mayéutica a su método filosófico (utilizó el arte de los partos, la mayéutica, para alumbrar nuevos conocimientos).Las matronas de esta época tenían gran prestigio y reconocimiento social, además de ser honradas por el pueblo. Tenemos constancia de algunos requisitos para ejercer esta profesión. Sin embargo, dos siglos más tarde, la actitud respetuosa hacia las comadronas fue cam-

485

EVOLUCIÓN DE LAS MATRONAS DE LA MANO DE LAS SOCIEDADES EN LA HISTORIA

biando para dar paso a los hombres de ciencia, que serían los encargados de atender los partos. A pesar de ello, muchas mujeres seguían asistiendo los partos porque así lo pedían las propias mujeres que daban a luz. La leyenda de Agnodiké (300 a. de C.), nos cuenta que esta comadrona de Atenas fue juzgada porque se disfrazaba de hombre para asistir los partos.4 La cultura romana hereda los conocimientos de la civilización griega. Las comadronas romanas también tenían gran reconocimiento social. El senado de Roma dictaminaba quiénes debían ser las parteras y hace referencia a las “parteras aprobadas en su oficio” que debían asistir a esposas de emperadores romanos. Destaca el médico y escritor Sorano de Éfeso, quien vivió a comienzos del siglo II, es el llamado “padre de la obstetricia”. Escribió “De morbis mulieerium” el primer libro de texto escrito para comadronas. En él se describen las funciones de las comadronas, así como los requisitos y las cualidades de estas profesionales. En él, su autor afirma que saber leer y escribir es un requisito previo importante para ser comadrona.5

Durante los siglos posteriores, los cuidados de la mujer embarazada , la parturienta, el recién nacido, métodos anticonceptivos, métodos abortivos, hierbas con propiedades medicinales, etc, serán cuidados administrados por mujeres a las que no se les consideraba como que se dedicaban a una verdadera profesión, sino que tan sólo eran una parte de la esfera doméstica y privado, es decir: “ lo femenino”, lo contrario de la esfera pública que era de dominio masculino. Estas mujeres basaban su conocimiento en el empirismo y aprendían unas de otras. No contaban con preparación ni estudios. En España, el clero ejerció el monopolio tanto en el terreno de la producción cultural como en el de la enseñanza desde finales del siglo VI d.C. El legado de la cultura clásica era visto con recelo, pues era cultura pagana6.Si se estudiaban textos clásicos era para conocer mejor el la-tín, la lengua de la iglesia. Por ello, las parteras ejercerían el oficio siguiendo las normas empíricas recibidas por la tradición oral a través de otras mujeres parteras con más experiencia. A muchas se les exigía ser madres antes de ejercer para que a través de su propia experiencia pudieran su-mar más conocimientos a estos cuidados. Durante los siglos siguientes, las distintas culturas, las religiones (como por ejemplo, en la España musulmana), las supersticiones, la tradición e incluso ciertas normas de moralidad dejaron al hombre fuera de todo lo relacionado con el parto. Había excepciones como en ciertas ocasiones en las que se requería la presencia del cirujano para alguna intervención excepcional.7

En la Edad Media la sociedad estaba fuertemente jerarquizada y existían tres estamentos (nobleza, clero, campesinado). El campesinado era el sector más numeroso. Existía una marcada dicotomía entre los grupos dominantes y el común. La estructura social de las ciudades (menos numerosas pero en crecimiento) difería poco del ámbito rural. Las parteras de esta época van de mano de la sociedad.8 Así pues, las matronas también se dividían en: comadronas notables que asistían los partos de las mujeres de alta nobleza y otras parteras que atendían las necesidades de las mujeres sin recursos (que eran la gran mayoría). Existen diversas referencias iconográficas y literarias de la España medieval que identifica a las matronas. En el siglo XIII, el rey Alfonso X “el Sabio”, redacta en sus Partidas (II Partida, Ley III) las cualidades que deben reunir las matronas, encargadas de la atención a la parturienta y del recién nacido. Desde el siglo XV existen en España referencias legales sobre la formación y práctica del oficio de matrona. Las Cortes de Zamora en 1434 y las Ordenanzas de Madrigal de 1448 dieron cartas de aprobación a parteras para que pudieran ejercer libremente. Otro ejemplo es el relato de cómo en 1452 el Rey Católico llamó a “la Herradera” que gozaba de gran prestigio social, para el nacimiento de Fernando II de Aragón. Con los Reyes Católicos a finales del siglo XV surge un intento general de regular la formación de las matronas, con un examen de parteras que realizaba el Protomedicato, una institución establecida por los Reyes Católicos.9

486

Gutiérrez Chicote, Laura

Durante la edad media los cuidados de la maternidad seguían recayendo en mujeres que se transmitían los conocimientos de forma oral. Algunas comienzan a ser acusadas de magia, brujería y superstición. A las parteras se las relacionaba con la sexualidad, la reproducción, cultos paganos, y prácticas condenadas por la Iglesia. La brujería fue perseguida por la Iglesia y el tribunal de la Santa Inquisición10. Así llegamos a los siglos XV y XVI, que se caracterizan por un fuerte rechazo general al género femenino impulsado por la Iglesia. Además aparece una marcada inaccesibilidad de la mujer a la cultura. El argumento económico, que hay que tener presente, no vale para explicar el analfabetismo femenino, muy elevado incluso en familias acomodadas. Intervendrían aquí otras consideraciones, referentes al papel de la mujer en la sociedad, un papel secundario y pasivo.11 Así pues, en la España del siglo XVI la cultura escrita era patrimonio de una minoría y la alfabetización era muy escasa. Ese bajísimo grado de alfabetización se corresponde con la existencia de una potente cultura popular que no se debe menospreciar. En este ámbito de potente cultura popular es donde se enmarca la profesión de comadrona.12En el Renacimiento hay un avance en la formación teórica de las profesiones sanitarias. En el siglo XV aparecen las primeras normativas legales so-bre los cuidados de las parteras y comadronas. Sin embargo a las matronas se las considera poco importantes, por su condición de mujer, y se quedan fuera de mejorar su ejercicio profesional y no se incluyen en las universidades, que estaban bajo el control de la Iglesia.13

La sociedad en la Edad Moderna se hace más compleja al aparecer en escena la incipiente burguesía, el desarrollo de las villas y ciudades, así como un importante crecimiento demográfico y económico paralelo a la expansión territorial. La Iglesia siguió ocupando un papel muy destacado en la cultura, pero al mismo tiempo se observa una renovación que apuntaba en dirección al mundo urbano y a la irrupción de corrientes humanistas. Nuevas corrientes que, sin romper abiertamente con la herencia cristiano-medieval, tendían a enriquecerla. La convicción de que el perfecto tipo humano debía ser instruido y cultivado produjo una ampliación de los estudios. Esto contribuyó a la creación de centros de enseñanza, bibliotecas, libros impresos e imprentas. A mediados del siglo XVI se extendió en Europa una corriente que pretendía divulgar conocimientos Obstétricos y Ginecológicos. El hecho de que el latín, la lengua de la Iglesia, fuera el vehículo esencial de comu-nicación cultural había dificultado enormemente el acceso a manuales de conocimientos mater-no-infantiles.14 En 1541, en España aparecerá el primer texto en lengua vulgar o romance dedicado a la formación de las comadres o matronas; su título es “Libro del arte de las comadres o madrinas y del regimiento de las preñadas y paridas y de los niños” escrito por Damián Carbón15.

En el siglo XVII la dinámica interna de la sociedad española se vio profundamente afectada por los acontecimientos políticos e institucionales (guerras internas, guerras europeas, la guerra de Sucesión, entre otros). Tiene lugar un proceso de concentración: concentración de riqueza y con-centración de poder. Se refuerzan las oligarquías en detrimento del resto.16 El aumento del número de médicos en la Edad Moderna, supuso un aumento de la autoridad y del poder del colectivo que ejerció presión social para ampliar sus funciones. Ello comportó un aumento del control sobre el resto de las profesiones sanitarias. En esta época comienza la masculinización de la asistencia al parto. El varón se va hacer presente en la asistencia al parto. A pesar de este panorama, los cuida-dos de la mayoría de las parturientas continuó en manos de mujeres, de mujeres comadronas, pues en la asistencia al parto por parte de hombres estaba mal vista, en muchos casos. En el siglo XVII la comadrona continúa siendo una figura clave en la sociedad pues atiende los problemas de la mitad de la población, y, no lo olvidemos, el embarazo y el nacimiento de los hijos dominaban la vida de toda mujer. Las comadronas europeas fueron más conscientes de la importancia de perfeccionar sus conocimientos. En concreto, las matronas francesas (como Louise Bourgeois, entre otras) en esta época reivindicaron la necesidad de actuar como profesionales, con base científica, y por ello

487

EVOLUCIÓN DE LAS MATRONAS DE LA MANO DE LAS SOCIEDADES EN LA HISTORIA

fueron reconocidas y respetadas.17 En el siglo XVII las autoridades políticas se preocuparon de la formación de la matrona y legislaron para ello. Sin embargo la profesión no adquirió todavía el estatus ni profesional ni académico.

Con la llegada del siglo XVIII llega una nueva forma de pensar y de entender la vida que va a influir en la sociedad de la época. En España se produce el tránsito hacia la Ilustración pero fue un proceso lento y con retraso respecto al resto de Europa. Fue un siglo de grandes reformas, pero de un aperturismo moderado. La comunidad científica va a prestar a tención a la medicina y a aceptar a la obstetricia y la ginecología como parte de la ciencia. Significa el fin de la exclusividad de las matronas para asistir a los partos. La escasa formación de las matronas era superficial y bajo la sumisión y supervisión de un hombre. La formación de unos y otros es muy desigual. El acceso a la ciencia y conocimientos estaba exclusivamente reservado al varón, y la mujer estaba supeditada a él.18 En el siglo XVIII los cirujanos transforman la asistencia al parto en un arte quirúrgico dejando relegadas a las matronas para la asistencia del parto de mujeres con escasos recursos económicos. Hay dos caminos para ejercer la misma actividad según el sexo de los aspirantes: los hombres como cirujanos y las mujeres como matronas y ayudantes. Además se inicia un fuerte desarrollo de la tecnificación de la asistencia marcada por el interés médico en la búsqueda de nuevos cono-cimientos y mejora de los resultados que se configuró sin tener en cuenta las subjetividades o la opinión de las propias mujeres. Se transforma la asistencia a la mujer de parto. Serán los cirujanos los que atiendan a las mujeres de la Corte y de la alta sociedad, y a las de las ciudades. Y esta tendencia comienza a generalizarse, aunque la asistencia a mujeres de escasos recursos, en su ma-yoría del ámbito rural seguiría en manos de las comadronas. Un ejemplo significativo fue el hecho de que en 1713 el cirujano francés Clément se desplazó a Madrid para asistir a la reina María Luisa de Saboya, primera esposa de Felipe V.19

La sociedad española del siglo XIX era una sociedad en continua transformación que se deba-tía entre la dicotomía de tradición o progreso, y, en la que se pasa del lento desplome del Antiguo Régimen a la creación del estado liberal burgués. Esta sociedad seguía teniendo en su cúspide la propiedad agraria, y una nobleza que conservará su hegemonía e integrará en su sistema de valorares a los nuevo grandes propietarios (burguesía comercial e industrial) y jefes militares. Se inicia la protohistoria de la industrialización. Sin embargo, en la base de la pirámide de la sociedad quedaba el pueblo llano, que padecía las crisis de subsistencia, carestía de los alimentos, la mi-seria y la pobreza. También una franja de población marginal de difícil clasificación. Hay un fuerte contraste entre las capas superiores y la base de la sociedad. La Iglesia continuó con una enorme concentración de poder, tanto en el terreno espiritual, como en el económico y el educativo. La ta-rea de modernización fue muy difícil.20 En el siglo XIX se desarrolló políticamente el ideal de la Ilus-tración. El convencimiento de Jovellanos de que ninguna sociedad puede avanzar con su población sumida en la ignorancia y el analfabetismo caracteriza los intentos de reformas políticas y sociales que abarcan muchos aspectos. Así, en el siglo XIX, se suceden Leyes, Reales cédulas, Órdenes, Pragmáticas, etc., para regular la situación académico legal de la matrona. Destaca en 1857 la Ley Moyano (por el nombre de su autor, ministro de Fomento).Se trató de una ley de bases que acertó a reunir las grandes ideas del liberalismo en la enseñanza. En ella se reguló la obtención del título de matrona y dio acceso a las mujeres a los estudios de matrona. Se establecieron condiciones ne-cesarias para la obtención del título de matrona o partera y practicante, y define a la partera como la mujer práctica en el arte de partos o que ejerce en virtud del título. Se crea, por tanto, el Título de Partera o Matrona. El patriarcado de los médicos siguió pesando mucho21.

Así llegamos al siglo XX, con una sociedad en España en una continua reestructuración de-bido a los acontecimientos históricos (República, guerra civil, dictadura, democracia). También los

488

Gutiérrez Chicote, Laura

estudios de matrona evolucionan para adaptarse a todos los cambios que se producen tanto en el ámbito sanitario como político. Es en este siglo XX cuando llega la verdadera profesionalización de las matronas. En 1902 se crea el título de “Practicante autorizado para la asistencia a partos normales”. La colegiación obligatoria para estas profesionales se establece con fecha de 1 de mayo de 1930, En 1977 un Real Decreto de 23 de julio integra los estudios de ATS en las universi-dades españolas como Escuelas Universitarias de Enfermería, hasta el momento integrados en las Facultades de Medicina, creándose la titulación de Diplomados en Enfermería. Esto supuso un hito trascendental para los estudios de enfermería y de matrona. Con la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea (CEE) en el año 1986 ésta adquiere un compromiso de adecuación de los contenidos formativos de matronas a Europa.22

En el siglo XXI la matrona se define como el profesional sanitario que, con una actitud científi-ca responsable y utilizando los medios clínicos y tecnológicos adecuados al desarrollo de la ciencia en cada momento, proporciona una atención integral a la salud sexual, reproductiva y maternal de la mujer, en su facetas preventiva, de promoción y de atención y recuperación de la salud, incluyendo así mismo la atención a la madre, en el diagnóstico, control y asistencia del embarazo, parto y puerperio normal y la atención al hijo recién nacido sano, hasta el 28 día de vida.23 El perfil competencial de la enfermera especialista en Enfermería Obstétrico-Ginecológica (Matrona) que se contiene en este programa formativo, se ha ajustado a los contenidos de la Confederación Inter-nacional de Matronas, de la Unión Europea, a las necesidades del Sistema Nacional de Salud, a la evolución de los conocimientos científicos y a las demandas de la sociedad actual, que reclama un profesional mucho más implicado en las facetas preventiva y de promoción de la salud de la mujer.

CONCLUSIÓNSoy consciente de las limitaciones de este estudio debido a la extensión de lo que se pretende

abarcar, así como la complejidad de las sociedades en las distintas épocas, que apenas he podido dibujar, y a la diversidad de factores que influyen en ellas. Sin embargo, considero que las pincela-das del análisis realizado, a pesar de las limitaciones expuestas ofrecen una idea de que la matrona no es un mero espectador a lo largo de la historia. Como parte de la sociedad desde los inicios, avanza y retrocede .Tras analizar los distintos acontecimientos históricos queda demostrado que de manera clara y eficaz se puede responder a las exigencias sociales y su valiosa contribución a la salud de la sociedad. Para conocer los retos a los que nos enfrentamos en la actualidad hay que analizar las demandas de la sociedad actual y continuar avanzando.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS1 Arsuaga, J. L., La especie elegida, Ed. Temas de Hoy, Madrid, 20062 Siles González, J. Historia de la Enfermería, vol. 1. Alicante. Consejo de Enfermería de la Comu-

nidad Valenciana, 1999.3 García Martínez, M.J.; García Martínez. A.C. “Fechas claves para la historia de las matronas en

España”. Híades, Revista de Historia de la Enfermería, nº 5-6, 1998/1999.4 Siles González, J. Historia de la Enfermería, vol. 1. Alicante. Consejo de Enfermería de la Comu-

nidad Valenciana, 1999. Op. cit, p.1165 Valle Racero, J.I. “El saber y la práctica de las matronas: desde los primeros manuales hasta

1957”.Matronas profesión,2002, nº 9, p. 28.6 García Martínez, M.J.; García Martínez, A.C.; Valle Racero, J.I. La imagen de la matrona en la

Baja Edad media. Hiades. Revista de enfermería, nº 3-4, 1996/1997, 61-81.

489

EVOLUCIÓN DE LAS MATRONAS DE LA MANO DE LAS SOCIEDADES EN LA HISTORIA

7 Cruz y Hermida, J. Las matronas en la historia. SEGO 2007.8 Valdeón Baruque,J. “Historia medieval de España”,1999, Ed. Ámbito, Valladolid.9 Fernando Conde Fernández, “Parteras, Comadres, Matronas.Evolución de la profesión desde el

saber popular al conocimiento científico.”,2011, Lanzarote, Discursos Académicos.10 Cuadri Duque, MJ, “Antecedentes históricos de la formación de matronas”, Híades, Revista de

Histroria de la Enfermería, nº5-6, 199911 Domínguez Ortiz, A., “La sociedad española en la Edad Moderna”, 1999, Ed. Ámbito, Valladolid.12 Del Val Valdivieso, MºI.,”La historia de las mujeres, una revisión bibliográfica”, 2004, Vallado-

lid, Universidad de Valladolid.13 Valle Racero, “el saber y las prácticas de las matronas: desde los primeros manuales hasta

1957”,2002, Matronas Profesión 200914 Domínguez Ortiz, A., “La sociedad española en la Edad Moderna”, 1999, Ed. Ámbito, Valladolid.15 Towler J, Bramall J, “Comadronas en la historia y en la Sociedad”, 1997, Barcelona, Ed. Mas-

son16 Tuñón de Lara,M.,Valdeón Baruque,J., ”Historia de España”,2000,Ed. Ámbito, Madrid.17 Ortiz T, “Medicina, historia y género. 130 años de investigación feminista”, 2006 Oviedo, KRK:18 García Martínez MJ, et al. Fechas claves para la historia de las matronas en España. En Híades.

Revista de Historia de la Enfermería, n.º 5-6. Alcalá de Guadaíra (Sevilla), 1999, p. 247.19 García Martínez MJ, Valle Racero JI, García Martínez AC. La matrona y el parto natural (comen-

tario de una obra del siglo XVIII). Matronas Hoy 1995; 6: 29-3320 Tuñón de Lara, M, “Historia contemporánea”, 1999,Ed. Ámbito, Valladolid21 Ortiz,T., “las matronas y la transmisión de saberes científicos sobre el parto en la España del

Siglo XIX”, 1999,Arenal 6, Madrid.22 Siles González, J. “Historia de la Enfermería”, 1999,Alicante, Aguaclara.23 Boletín Oficial del Estado del jueves 28 de mayo 2009, sección III, página 44697.

Páginas Web consultadas:1-www.federacion-matronas.org/revista2- www.matronasprofesion.es3 www.matronasdenavarra.com/pdfs/historia.pdf4-www.portalhiades.com/.5- www.bibliotecacochrane.com/