251

10 lecciones de Economía (que los gobiernos quisieran ocultarle

Embed Size (px)

Citation preview

JUAN FERNANDO CARPIOTOBAR-SUBIA

10 LECCIONESDE

ECONOMÍA(Que los gobiernosquisieran ocultarle)

Primera edición

Editor

Oliver Tad

Corrección de Pruebas y EdiciónMilica Pandzic, Gabriela Franco

y Paola Sánchez C.

PortadaAnthony Freda

© 2013 EDITORIAL INNISFREELtd.

Correo: [email protected]

Reservados todos los derechos. Elcontenido de esta obra está protegidopor las leyes, que establecen penas de

prisión y multas, además de lascorrespondientes indemnizaciones por

daños y perjuicios, para quienesreprodujeran total o parcialmente elcontenido de este libro por cualquier

procedimiento electrónico omecánico, incluso fotocopia,

grabación magnética, óptica oinformática, o cualquier sistema dealmacenamiento de información o

sistema de recuperación sin permisoescrito de los propietarios del

copyright.

Dedicatoria

A todos quienes buscan entender cómo funciona elmundo más allá del

saqueo que nos hacen por turnos la izquierda y laderecha.

ÍNDICE

PRÓLOGO

INTRODUCCIÓN: DOS APUNTES SOBRE EL

MERCADO Y EL CAPITALISMO.

1. Quien crea monopolios no es

el Mercado sino el Estado. Apuntessobre concentración de riqueza.

2. LOS ESTADOS SON LOS CAUSANTES DE

LAS RECESIONES Y DEPRESIONES COMO LA

DE 1929 Y LA ACTUAL (2008- )

3. El marxismo sigue dominandolas ideas en Latinoamérica (Sí, de

la derecha incluso)4. El Socialismo es un sistema

económico inviable e injusto5. ¿POR QUÉ FRACASARON EN

LATINOAMÉRICA LAS REFORMAS

“NEOLIBERALES” DE LOS 90’S?

6. 4 mitos de la economía depizarrón

7. Lograr el Pleno Empleo implicamenos Estado y más Mercado

8. La inclusión social más decisivase logra a través del capitalismo y por qué los microcréditos no son la

panacea para el desarrollo9. Una sociedad capitalistadistribuye mejor la riqueza y

además es más generosa

10. La deflación puede ser muybuena

PRÓLOGO

Se los confieso: siempre me he

preguntado, ¿cuál será el libro ideal pararecomendarle a alguien que busca exponerse a lasideas liberales? A aquella persona que le intrigaintroducirse en lo que significa e implica unasociedad capitalista. A quien tal vez deseacomprender cuestiones más avanzadas sobre laaplicación del capitalismo en los temascontemporáneos. O, inclusive, a quienhonestamente le provoca contrastar susconvicciones de economía política más fuertemente arraigadas.

La respuesta no resulta fácil. Y no por lafalta de material. Pues lo cierto es queproducción literaria liberal es sumamente rica. Ysalvo pocas excepciones, pensando, por ejemplo,en Economía en Una Lección de Henry Hazlitt, losmejores textos liberales suelen pecar de ser muy

extensos y densos: se me ocurre La AcciónHumana de Mises, Capitalismo de GeorgeReisman, o Los Fundamentos de la Libertad deFriedrich Hayek. Tres joyas –del tamaño de lasantiguas guías telefónicas.

Sé entonces que el lector moderno tienesuerte. Porque no todos los días tenemos laoportunidad de encontrarnos con un libro tanpoderoso como estas “10 Lecciones” de JuanFernando Carpio.

Originalmente publicadas a manera deartículos y ensayos en prestigiosos medios, sonLecciones que representan una especie de cursointensivo de economía austriaca aplicada a larealidad. Se abordan temas complejos con granclaridad, amplitud y profundidad. Con un méritoespecial por la capacidad de síntesis, la pedagogíay lo que más agradecerán los lectores modernos:la provocación.

Porque con estas Lecciones el lectorentrará en un viaje intelectual que por momentos losacará de su zona de confort, de sus presupuestosideológicos. No lo resienta. Asúmalo como un

reto. Recuerde que el verdadero aprendizaje estásiempre por fuera de la frontera de lo que nosresulta cómodo o conveniente. Déjeme recurrir anuestro autor para compartirle unos ejemplos:

No tiene sentido combatir con el Estado alos Monopolios –¡porque los Monopoliospolíticos son el verdadero problema! El Capitalismo no es el sistema de losricos –¡porque el Capitalismo especialmenterepresenta una oportunidad de riqueza para losque menos tienen! (Y ojo: tal vez ahíencontremos la explicación de por qué tantosempresarios se ponen cómodos con elsocialismo). Las crisis económicas-financieras tienen suorigen en el lugar menos divulgado -¡y sepueden prevenir sin recurrir a bolas de cristalu econometría! El fracaso de las reformas “neoliberales”en Latinoamérica de la década de los 90 -¡confundió privatizaciones con concesiones

estatizadas! El salario fijo y las vacaciones no son unaconquista del socialismo -¡son producto delsistema capitalista! El brebaje marxista es un exquisito elixirde la izquierda -¡que también lo bebe a ojoscerrados la derecha latinoamericana!

Y así mucho, mucho más. Pero más alláde engancharnos con su genial pedagogía de laprovocación, Carpio logra desde la perspectivaliberal tratar magistralmente temas tan diversoscomo los monetarios, tributarios, deresponsabilidad social de la empresa, el EVA,Gobierno Corporativo, micro finanzas, entreotros.

Aunque al final del día, siempreregresaremos a los principios. El origen delcapital estará no en otro lado que en la mente delos emprendedores. Capitalismo como lacreatividad para transformar la realidad de laúnica manera posible: enriqueciendo a lasociedad.

Por todo esto, las Lecciones son unalectura vital para quienes no conciban la vidaeconómica sin libertad. Con la ventaja adicionalde que está escrito con adrenalina. Apela a larazón, pero emociona nuestras fibras. La potenciade su argumentación hará que el lector experimentealgo similar a beber agua del caudal de unarepresa.

Intuyo que las Lecciones, tanto jóvenescomo profesionales, lo disfrutaran y encontraranpropuestas económicas atrevidas: ciudadanizarempresas, impuesto a la renta no progresivo,flexibilización laboral para los más débiles, etc. Todo siempre hilvanado con un hilo conductor: elcapitalismo, junto con el Estado de Derecho,enriquecen materialmente a la sociedad.

Gracias a Juan Fernando Carpio, hoy elcapitalismo es más discutido, mejor comprendido,y mejor enseñado dentro y fuera de las aulas declase en Ecuador. En esencia, Carpio contribuye aque el capitalismo sea popular. Aun así, el pesomoral de su mensaje nos debe motivar a la acción. Asimilar las Lecciones equivale recibir una

antorcha de libertad. Y cada cual vera a quienpasarela. Por mi parte, hoy puedo responder esapregunta inicial. Sé qué libro recomendar. ¡Y se lorecomiendo!

Pablo Arosemena Marriott@parosemena

INTRODUCCIÓN: DOS APUNTES SOBRE

EL MERCADO Y EL CAPITALISMO. El capitalismo: ¿Redujo a

niveles de subsistencia a millonesde personas?

Suele alegarse -por ejemplo, en obras como

Las Venas Abiertas de América Latina deEduardo Galeano- que el capitalismo es unespecie de fuerza o fenómeno que arriba a unacomunidad y produce en ella una repentina einjusta desigualdad al reducir a cientos de miles,o a millones de personas incluso, a condicionesdeplorables. Esto sería, supuestamente, un ladode la moneda, cuya otra cara sería elenriquecimiento de una minoría en parte rentistadesde antes y en parte explotadoraempresarialmente desde entonces. En pocas

palabras, se acusa al capitalismo de forzar amuchos a empeorar su calidad de vida para queotros pocos mejorasen la suya.

Esto es falso. Como explica Friedrich August von Hayek

(Nobel en Economía, 1974) en su investigaciónEl Capitalismo y los Historiadores:

“El proletariado, que se puede decir fue

creado por el capitalismo, no era una proporciónque hubiera existido sin él y que (el capitalismo)llevó a un menor nivel; era una poblaciónadicional que podía crecer gracias a las nuevasoportunidades de empleo que brindaba elcapitalismo.”

En otras palabras, tanto histórica como

teóricamente, grandes cantidades de personas -las clases medias- deben su existencia alcapitalismo. No es gente empobrecida víaexplotación sino gente que puede literalmente

existir gracias a los capitalistas y sus inversionesen nuevos métodos y herramientas que permiten amás gente vivir cada vez mejor. En eras agrarias,la población no podía aumentar sinempobrecerse -la infame trampa malthusiana-pero ahora -y mientras más libertad económicadurante más tiempo haya en un territorio- cadapersona adicional profundiza la división delconocimiento y enriquece a la sociedad. Novienen sólo bocas ni sólo manos, sino mentes. Enetapas agrícolas tanta inventiva era imposible: eltalento humano era poco valioso, se apreciabamás su músculo. En la etapa industrial y deservicios, hay espacio para todos y cada vez enmejores condiciones. El capitalismo nos liberóde la trampa malthusiana, es decir, de la pobreza.

El gráfico es tomado del libro de Gregory

Clark Adiós a la Limosna, Una Breve HistoriaEconómica Del Mundo. En él, podemos notarque a través de la historia, el ingreso per cápitafue aumentando y decreciendo; esto de acuerdo alcrecimiento de la población. A breves rasgos:con recursos limitados, mientras más crecía lapoblación, menos recursos quedaban para cadaindividuo, y así hasta llegar al punto dehambruna. Esto causaba que la población

disminuyera, y nuevamente el ingreso per cápitacrecía. Esta especie de montaña rusa termina conla Revolución Industrial, donde el ingreso percápita se dispara, y no sólo eso: la poblaciónempieza a creer a cantidades nunca antes vistasen la historia de la humanidad, como se puedeapreciar en la siguiente tabla:

Viva mejor gracias al Capitalismo En el principio todos eran pobres. Luego -hace relativamente muy poco en la

Historia- aparecen las empresas comerciales y elpanorama cambia radicalmente para una granporción de la humanidad. Descartada la burdafalacia de que el colonialismo enriquece, demospaso a la explicación de por qué la empresaprivada es el fundamento del bienestar general deuna nación y así ha sido para el llamado PrimerMundo y gran parte de Asia. Al contrario de loque Karl Marx y Adam Smith incorrectamentepensaron, la forma “primitiva” en que se obteníaun ingreso, no era por definición un salario sinouna ganancia.

Hacer esta distinción permite apreciar el

fundamental papel de las empresas en la creaciónde riqueza para una nación. Como explicaGeorge Reisman, mientras más capitalista sea elsistema económico, más altos son los salarios

pagados a los trabajadores. Los capitalistas nodeducen sus ganancias de la “plusvalía noentregada” a los trabajadores. Por el contrario,los trabajadores reciben un salario que es uncosto que los capitalistas (empresarios) debendescontar de su ingreso, que en principio seríatotalmente ganancia.

Para entender esto, imagínese que usted es

alfarero. Todo lo que usted obtiene por ventasluego de costos, es ganancia. Para crecer, no lequeda otra alternativa que contratar más gente.Pero la ganancia -la creación de valor y losclientes- son producto de su mente y sucreatividad. Es decir, usted no le roba laganancia a su colaborador contratado; más bien,usted es responsable por la creación de unsalario para alguien, que se resta como costo deesa ganancia pura. En otras palabras, Marx basótoda su teoría económica sobre una falacia, unagran mentira teórica e histórica: el valor no seencuentra en el trabajo en sí mismo, sino en eltiempo y creatividad dedicados a la creación de

productos y servicios que mejoran la calidad devida para nuestros semejantes. Es en lavaloración subjetiva[1] que los individuos dan alos bienes y servicios en el mercado, dondeencontramos el centro de la creación de riqueza,no en las horas trabajadas[2], y eso implica unacomprensión de la Economía radicalmentedistinta. Lo interesante es que con el desarrolloeconómico capitalista, la división del trabajoaumenta y el recurso humano comienza a serescaso frente a los otros recursos (naturales ycapital) complementarios para cualquier tipo deproducción material. Así, eventualmente se creauna competencia por los trabajadores, escasosfrente a la producción creciente. Esta es la únicarazón -no hay otra- por la cual los salariosaumentan y compran más cada año en un sistemacapitalista. En un sistema de libre competencia,mientras más exitosos y ricos sean loscapitalistas, más altos serán los salarios conrespecto a las ganancias puras.

Es por eso que la clase media aparece con

fuerza en las ciudades comerciales e industriales,adoptando para su vida cada año inventos,elementos artísticos y estándares de vida quesólo recientemente eran un lujo de pocos.Taiwán[3], que hace 60 años tenía el mismonivel de vida de Kenia, ahora tiene un ingresopor habitante 20 veces superior[4]. Y tomando encuenta que todos nos levantamos por la mañanapara producir, ¿no quisiera usted que esasmismas 8-10 horas le permitieran comprar máscada año (o trabajar menos para alcanzar nuestroestilo de vida latino y no tan complicado)? Talvez su hijo sería un gran artista o intelectual conlo ahorrado; o un nuevo Marx, quien vivió deherencias y de Engels -su Mecenas- mientrasdesarrollaba las ideas que llevarían a mediahumanidad hacia el desastre.

Los siguientes artículos buscan que usted,

estimado lector, vislumbre una serie deprincipios económicos convenientementeocultados por el Establishment (el Estado, sus

intelectuales de corte y quienes viven de losprivilegios resultantes) así como datos tansólidos como poco conocidos.

1. Quien crea monopoliosno es el Mercado sino elEstado. Apuntes sobre

concentración de riqueza.

Junto con el dinero y el comercio, el

tratamiento del tema de los monopolios es sin dudaun parteaguas entre Escuelas de Economía. Deesta forma podemos dividir los conceptos demonopolio en dos grandes clasificaciones: elmonopolio como situación política y elmonopolio como situación económica. Elmonopolio como concepto político toma como raízla noción ética de que los seres humanos nopueden ser impedidos de realizar ningunaactividad con su vida y propiedad. Pero comoconcepto económico, las justificaciones se vuelvendifusas y contradictorias: se prestan para másestatismo que apertura y libertad. Echemos una

mirada a los distintos elementos de ambosconceptos y sus implicaciones para el Ecuador.

Competencia perfecta vs. vida real El nombre competencia viene del latín

cum+petito, que significa ‘concurrencia depeticiones’. En otras palabras, debe existirdemanda del producto o servicio de variosproveedores para que exista competencia. Lacompetencia del mercado no debe ser confundidacon la existente en peleas de box o concursos debelleza, nos dice Ludwig von Mises. El propósitode tales concursos es descubrir quién es el mejorpeleador o la mujer de mejores atributos. Pero lafunción social de la competencia en el mercado essalvaguardar que la mejor satisfacción de losconsumidores sea alcanzable bajo el estado deinformación, tecnología y recursos actuales. Tampoco debe confundírsela ni por un instante conla competencia existente en la naturaleza dondedos leones compiten por una gacela, un recursoescaso. Los seres humanos competimos

complementándonos en propiedad, administraciónde recursos y especialización, dando comoresultado una producción creciente para elbeneficio general. Precisamente donde lacompetencia está impedida parcial o totalmentevemos un problema de escasez y falta de calidadque afecta a grandes grupos humanos. Lastimosamente, la búsqueda de un estadocompetitivo de la economía se ha vistoentorpecida por malas definiciones y sus políticasresultantes.

En realidad la competencia es un proceso de

descubrimiento, complementación y creatividad. Exactamente lo que se aprende en clases deAdministración de Empresas o Marketing, y sólolos economistas logran ignorar. Para J.Schumpeter representaba la ya famosa‘destrucción creativa’, donde el público empezabaa utilizar automóviles y paulatinamente lasherrerías iban siendo desmanteladas, para el biende la sociedad. Pero este proceso altamentebeneficioso para grandes y pequeños grupos ha

sido poco comprendido y apreciado, y el resultadoson instituciones anti-competencia o redundantes.

Por otro lado, para entender mejor el marco

que permite la competencia, es necesario hacernosuna pregunta: ¿Bastará no interferir en el procesode rivalidad empresarial para que exista un statuscompetitivo o es necesario algo más? Larespuesta a esta pregunta dice mucho sobre losconceptos que tenemos sobre la acciónempresarial, la coordinación resultante delmercado y la naturaleza humana misma.

La libertad en su significado racional, implica

la ausencia de iniciación de la fuerza por parte deotros individuos (aunque hayan ganado unaelección o conseguido un cargo público). En vistade eso, la competencia no significa queautomáticamente tengamos el conocimiento, talentoo recursos necesarios para competir en laprovisión de un bien o servicio. Pero sí implica –y esta es la definición política de monopolio- queen caso de tenerlos, nadie nos impedirá intentarlo.

Las barreras de entrada La rivalidad por las preferencias del

consumidor se ve reflejada en precios relativos, yéstos son un sistema de información e incentivospara la acción posterior. Uno invertirá más si elprospecto de nuestra actividad es favorable ydisminuirá su inversión de tiempo y recursos si elfuturo no es promisorio. Es entonces larentabilidad la principal señal e incentivo que losprecios nos proveen, y de esta manera moldean eltamaño relativo de empresas productoras dedistintos productos así como de industrias enterasfrente a otras. ¿Cómo ocurre esto? El mercadotiene una tendencia inherente al equilibrio de larelación riesgo-beneficio entre todas lasindustrias, que se efectúa a través de los precios yla rentabilidad. Más pronto que tarde, larentabilidad extraordinaria de una industria nuevase ve amenazada por la entrada de nuevoscompetidores que bajan el precio de los

productos. El caso de la industria florícola dePichincha es muy representativo.

Según vemos, la clave para que pueda existir

rivalidad empresarial es la demanda insatisfecha,pues ella alienta y permite la incorporación denuestros oferentes al mercado. Iniciar unaempresa siempre implica incertidumbre,empezando por el financiamiento del arranque oexpansión y terminando en la aceptación delconsumidor de nuestra alternativa a las opcionesexistentes. Sólo una rentabilidad elevada atraenuevos competidores no especializados y permitesu supervivencia. En otras palabras, es elconsumidor mediante sus compras o abstencionesquien moldea el mercado.

Lo que impide este proceso de coordinación

económica, son las barreras de entrada. Su rostropuede ser múltiple: aduanas, legislación ad hoc,prebendas estatales para el acceso a un recurso,propiedad estatal para concesionaria después, etc. Como Murray Rothbard señaló, la planificación

central jamás existió en el socialismo, pero sí laprohibición central. Precisamente el número deprohibiciones y la sutileza de sus formas son loque caracteriza a las economías poco abiertas ypoco libres como la ecuatoriana. Durante años elespectro de frecuencias para telefonía celularestuvo abierto sólo a dos empresas, cuando debióser subastado hace mucho. Sería el públicoecuatoriano quien determine el número y tamañode empresas según su conveniencia. Más adelanteveremos de qué manera el Ecuador sí sería unmercado atractivo para muchas actividades si notuviéramos la mentalidad y las institucionesconfiguradas contra la competencia.

Se deben considerar entonces barreras de

entrada a todos los mecanismos gubernamentalesdispuestos verticalmente o logrados por un grupode interés privado, que eviten de jure o de facto elingreso de competidores nuevos. Éstos desdeluego no harán otra cosa que presionar la calidadal alza, y los precios y la rentabilidad a la baja.

Siendo seres humanos, no nos gusta que nuestrarentabilidad se vea disminuida por la presencia deotros proveedores, pero en calidad deconsumidores nos conviene el proceso en todas lasdemás industrias. La decisión resultante depermitirlo y ser éticos, o de politizar la economía,nos lleva al tema de los gremios y lascertificaciones como forma de monopolización.

Gremios, certificaciones y carteles Señalo en particular el tema de los gremios y

las certificaciones, puesto que las aduanas y lapropiedad estatal resultan casos más obvios en sunocividad para el proceso económico. ¿Qué es ungremio? Cuando la Liga Hanseática emergía comouna cadena de ciudades del norte de Europarebelándose contra el feudalismo medieval, surgencasi al mismo tiempo los empresarios que noquerían competir. Empieza entonces una batallapermanente entre el Mercantilismo y elCapitalismo. Los empresarios mercantilistas

empiezan a agremiarse y pedir el monopolio deentrada a distintas actividades. Se crean lo queahora se llamaría el Colegio de Agricultores, elColegio de Herreros y el Colegio de Artesanos. Con la venia de la corte, esos gremios son capacesde decidir quién puede y quién no puede ejerceruna profesión o producir cierto producto. Estorepresenta desde luego una pérdida de soberaníapara el consumidor. Y dado que existen aduanas yotros mecanismos coadyuvantes, es perfectamenteposible acosar a los atrevidos hasta que desistanen su esfuerzo de participar del pastel. Losconsumidores pierden en calidad, variedad yprecios, pues las opciones no las deciden elloscon su diario plebiscito si no un grupo de gentecon intereses distintos.

La batalla política entre Mercantilismo y

Capitalismo duró hasta bien entrado el siglo XVII. Es en ese momento cuando aparece con fuerza unaserie de pensadores que desarrollan la Economíacomo un estudio de la cooperación socialvoluntaria y no como una prescripción cortesana

para el manejo del gobierno. Con sus análisis, elengaño se vuelve evidente: todo esfuerzo porcertificar una actividad desde el gobiernoresponde a intereses privados monopolistas, másque a la eterna pretensión burocrática de juzgar lomejor para nosotros.

¿Qué ocurre con los carteles o asociaciones

privadas que no buscan prebendas? Sontotalmente legítimos. Existe una obsesióninnecesaria con la idea de que dos o más empresaspueden ‘coludir’ y fijar precios, restringir laproducción o ‘repartirse el mercado’. Talesacuerdos han sido intentados una y otra vez, perola propia dinámica del mercado los hadesbaratado. Uno de los participantes empieza a‘hacer trampa’ (en beneficio del público) o elstatus quo para el cual servía el arreglo cambiabay la idea del cartel privado se desmoronabarápidamente. Lo que haga uno con su empresa,producto o precios son un asunto personal, y elmercado sabrá premiar o castigar ciertoscomportamientos.

Veamos ahora lo concerniente al tamaño

relativo de las empresas y la pretensión de queexistan monopolios puramente económicos.

Posicionamiento, marcas y tamaño relativo

de las empresas La economía neoclásica (matemática) ha

complicado absurdamente el análisis al engendrarel concepto de competencia perfecta. Tal“perfección” se refiere a que los seres humanos seencuentren en un estado considerado ideal por elpostulante de esas ideas: un alto número deempresas con poca influencia en el status quo. Como dice el profesor Jesús Huerta de Soto, en unestado de competencia perfecta muchosproductores hacen lo mismo, vendiendo todos almismo precio; en otras palabras, nadie estácompitiendo.

A la inexistencia de este estado poco deseable,

los economistas neoclásicos le relacionanautomáticamente con la existencia de unmonopolio económico. Eso es tan absurdo que elconcepto de competencia perfecta resulta como unevidente error intelectual y ni siquiera, como susapologistas aseguran, un marco de referencia idealy casi nunca presente. Sencillamente es un estadoinhumano de las cosas y nada por lo que deba unoesforzarse.

Como se dijo antes, el tamaño relativo de

empresas e industrias depende en primera y últimainstancia de la aceptación del consumidor. Ninguna cantidad de publicidad, imageninternacional o relaciones públicas puedenmanipular a un público al que no le apetecenuestro producto. Arby’s y Subway en la ciudad deQuito son un ejemplo tangible. Ya no están máscon nosotros.

Pero, ¿qué ocurre con una empresa única en un

mercado? Mucha gente tiende a confundir empresaúnica con monopolio. Nada más lejos de la

verdad. Una empresa puede estar sola en elmercado porque es la primera en hacer algo(Scaled Composites con su Tier One, el primerprograma espacial realmente privado), perotambién porque en cierta zona geográfica satisfacela demanda –cosa altamente improbable- de todoslos segmentos de población. Si en una localidadse venden solamente computadoras IBM, y la IBMno utiliza al gobierno para impedir la entrada deotros, el tema se reduce a que: a) El mercado no esatractivo pues las diferencias de producto le sonindiferentes a esa población, b) El mercado espequeño y esos recursos obtienen mejorrentabilidad (señal de utilidad social) en otraactividad o territorio. En el caso (b) es fácil(cómodo) pensar que la IBM elevará el precio a suantojo; pero el propio acto de elevar los preciosalejará a los compradores marginales (los menosinteresados) y enviará una señal a la Compaq oDell que invite su pronta presencia.

Un dicho coloquial sostiene que “quien pega

primero, pega dos veces”. El posicionamiento

funciona de la misma manera. Quien logra llegarprimero a la mente del consumidor con unconcepto o asociación de ideas nuevos, tiene unatremenda ventaja sobre el segundo y lossiguientes. De hecho, como Al Ries señalabrillantemente, los seres humanos tenemoscapacidad de recordar con fuerza a lo sumo dos otres marcas bajo el mismo concepto específico. De esta forma ‘autos alemanes de lujo’ se verelacionada automáticamente con Mercedes Benz yBMW para muchas personas. Menos numerosasson las que mencionan Audi como un tercernombre bajo ese concepto.

El error de los economistas matemáticos reside

en asumir la homogeneidad de los bienes dedistintos productores y en el tiempo. En la vidareal y lejos de sus pizarrones, las marcas y lacalidad real de los productos sí importan. Es poresto que las industrias se van configurando segúnlas preferencias subjetivas del público, enrelación directa con la agilidad y calidad de losproductos, además de su posicionamiento de

marca. La trayectoria más impresionante no sirvede nada ante la ‘crueldad’ y ‘deslealtad’ de losconsumidores. Si esto no resulta evidente, bastaobservar el mercado de teléfonos celulares, dondela Nokia, empresa papelera hace una décadaapenas, dejó fuera del mercado a la veterana yriquísima Ericsson.

Historia del monopolio natural Uno de los mitos más desastrosos que han

permeado la profesión económica, es el Mito delMonopolio Natural. Explicado brevemente, sedice que emerge un monopolio natural cuando latecnología de producción, como por ejemplocostos fijos elevados, provoca que los costostotales en el largo plazo declinen al aumentar laproducción. En tales industrias, dice tal teoría, unsolo productor eventualmente será capaz deproducir a un costo más bajo que cualquier otropar de productores, por lo tanto creándose un

monopolio “natural”. Pero una investigación delprofesor Thomas DiLorenzo demuestra que losempresarios mercantilistas, logrando convenios deexclusividad con políticos, aparecieron muchísimoantes que la desafortunada teoría de que existanmonopolios naturales. DiLorenzo cita lo queescribió Burton Behling en 1938: “Seis empresaseléctricas fueron organizadas en el año de 1887en la ciudad de Nueva York. Cuarenta y cincoempresas de electricidad tenían permiso deoperar en Chicago en 1907. Hasta 1895, Duluth,Minessota, estaba atendida por cinco empresasde alumbrado público y Scranton, Pennsilvania,tenia cuatro en 1906...Durante la última partedel siglo diecinueve la competencia en laindustria del gas era la situación normal en estepaís. Antes de 1884 seis empresas competitivasoperaban en Nueva York...la competencia erausual y especialmente persistente en la industriatelefónica...Baltimore, Chicago, Cleveland,Columbus, Detroit, Kansas City, Minneapolis,Philadelphia, Pittsburg y St. Louis, entre lasciudades grandes, tenían al menos dos

proveedores de servicio telefónico en 1905.” La misma investigación demuestra que este

estado de rivalidad dinámica (la definiciónrealista de competencia) sólo fue interrumpido porla compra de prebendas por parte de empresariosmercantilistas (rent-seekers o cazadores deprebendas más o menos sutiles). Luego y sóloluego aparece la teoría del “monopolio natural” enlas pizarras universitarias.

Nos dice DiLorenzo: “El más grande mito en

este tema es la noción de que el servicio telefónicoes un monopolio natural. Los economistas hanenseñado a varias generaciones de estudiantes queel servicio telefónico es un ejemplo ‘clásico’ defalla de mercado y que la regulacióngubernamental en ‘interés del público’ eranecesaria. Pero como Adam D. Thiererrecientemente demostró, no existe nada ‘natural’acerca del monopolio telefónico disfrutado porAT&T por tantas décadas; fue una mera creaciónde la intervención estatal. Una vez que las patentes

originales de AT&T expiraron en 1893, docenasde competidores aparecieron. “Para fines de 1894más de 80 competidores independientes habíanconquistado ya un 5% del mercado...al terminar elsiglo, más de 3.000 competidores existían. Enalgunos estados hubo más de 200 empresastelefónicas operando simultáneamente. En 1907,los competidores de AT&T habían conquistado el51% del mercado telefónico, y los precios estabansiendo reducidos drásticamente por lacompetencia.”

La televisión por cable es también un

monopolio de licenciamiento en la mayoría deciudades norteamericanas debido a la teoría delmonopolio natural. Pero el monopolio en estaindustria es cualquier cosa menos “natural”, segúnnos dice la Historia. Al igual que en laelectricidad, existen docenas de ciudades en losEE.UU. donde existen empresas de TV por cablecompitiendo. En el Ecuador, los llamados“servicios básicos” o “sectores estratégicos” hanestado protegidos bajo abundantes justificativos

seudoteóricos. Como muestra nada más, elnúmero de contratos de telefonía celular -más carapor minuto- ya excedió en menos de 5 años a losde telefonía local estatizada de dos o tresgeneraciones. El gran perjudicado por las teoríasfantasiosas en la Economía es desde luego, elconsumidor.

Desde la Academia, el análisis más devastador

sobre los monopolios ha sido el Murray N.Rothbard, en su monumental tratado Man,Economy and State (disponible online gratiscortesía de www.mises.org), donde simplementedemuestra que un precio monopólico es unconcepto imposible y desarma una a una las pocofundamentadas concepciones sobre monopolioscon origen puramente de mercado.

¿Leyes antimonopolio para nuestros países? La idea de una Ley de Competencia o

Antimonopolios que se discute de vez en cuandoen nuestros países para crearla o reformarla, siguelos pasos de 90 países que quieren dar de algunaforma, marcha atrás a sus procesos de estatismo einflación legal rampante. Muchos elementos sonloables, como la eliminación y simplificación detrámites. También la mención de que es injustoque existan privilegios estatales para ciertaempresa a costa de otras empresas o industriasfinanciadas por el mismo contribuyente dos veces. Pero también tiene contenidos poco alentadores.

Esta ley regularía la ‘Competencia Desleal’: a)

Contrabando, b) Poner en circulación un productode características similares a las del consumidor,c) Violación de secretos industriales. Conrespecto al literal a) es necesario decir que enEstonia, con arancel de 0,8% todos los productosson “contrabando”. O con más precisión, elcontrabando no existe como concepto pues 0,8%no vale la pena para ser evadido. De todos modosel libre comercio es un derecho individual. Acerca del liberal b) es preciso cuestionarse si se

trata del tema de la propiedad intelectual. De serasí, el tema no pertenece a este artículo. Pero sino lo es, estamos ante la contraparte tambiénabsurda al modelo de competencia perfecta: losproductos tienen que ser disímiles, o lasautoridades usarán la fuerza contra usted. El puntoc) es conflictivo puesto que tendrá que haberperitos en información e ideas verificando que suidea no sea de otro y que la información ‘paracompetir deslealmente’ no fue suerte o tomada delpúblico directamente.

También se habla en la Ley de Competencia

sobre la ‘Posición de Dominio’ donde alguien fije‘precios por debajo del costo real para eliminar alcompetidor’. Como ya se dijo antes, la situaciónes altamente inestable. Si alguien quisiera entrar aun mercado para quemar capitales de susaccionistas durante el tiempo suficiente como paraeliminar la competencia, sencillamente habría queagradecerle. Abaratar los productos contra elpropio interés puede ser muy tonto, pero bastantebenévolo para el público. Cuando el aprendiz de

monopolista quiera subir los precios, atraeránueva competencia rápidamente. El promedio deprecios necesariamente es más bajo que lo quehubiese ocurrido en ausencia de esa acción,tomando en cuenta la temporal subida inicial.

Conclusión El concepto de monopolio debe limitarse –por

amor a la verdad- a su acepción política. Siempreque otras personas no utilicen la fuerza (o la fuerzaorganizada del gobierno) para impedirnosparticipar en cierta industria, esa industria debeconsiderarse libre. Abundan los casos históricosde rivalidad sana incluso en las industrias ysectores más tabú. Por otra parte abundan tambiénaquellos de las consecuencias inesperadas deleyes ‘antimonopolio’, ‘antitrust’ y otros intentosde ingeniería social tecnocrática. En vez de sumaruna Ley de Competencia a las 70.000 existentes, elEcuador debería abrir todas sus áreas a lacompetencia potencial (saneando el sistema legal y

eliminando instituciones estatales) y permitir quelos consumidores seamos soberanos y ejerzamosnuestro plebiscito diario. Sin duda una posiciónpoco conveniente para algunos, perodecididamente ética y productiva para el resto denosotros. Si todos sabemos que los monopoliosson malos por definición, es hora de dejar deconsagrarlos en conceptos e instituciones.

ANEXO: SOBRE LA ACUMULACIÓN

DE CAPITALES

EN POCAS MANOS

Uno de los argumentos usuales contra el libremercado es aquel que dice que la riqueza muypronto empezará a concentrarse en pocas manos.Es decir, que el mercado lleva a más desigualdad,y a más concentración de los recursos.

Diferencia entre clases sociales aumenta: falso.

Sobre el primer punto, hay un gráfico totalmentediáfano en el libro de Johan Norberg quedemuestra que las economías más liberales tienenuna diferencia de ingreso de 14 veces entre suquintil (20%) más rico y el relativamente máspobre. En los países mástotalitarios/intervencionistas/feudales, ladiferencia es de 32 veces.

Concentración de la riqueza aumenta: falso

Otro gráfico de dicho libro demuestra el cada vezmás reducido peso de las grandes corporacionessobre la economía norteamericana. Y cuando digopeso, digo responsabilidad por las innovaciones,generación de empleo y mejora en métodosgerenciales. Se ha masificado el acceso al capitaly por ende, al know-how necesario para crearlo ysostenerlo.

Sin embargo, el punto principal de mi exposición

hoy es el descubrimiento en la magna obra deGeorge Reisman del capítulo sobre NetConsumption / Net Investment, que pone el clavofinal en el feretro del ataudkeynesiano/monetarista. Como demuestra pacientey detalladamente Reisman, en el contexto de unacantidad invariable de dinero (la misma cantidadde dinero cada año durante algunos años), lasganancias empresariales no tienden a desaparecervía arbitraje. Sin embargo, mientras máscapitalista es una economía (segura en propiedad ycontrato, y largoplacista culturalmenteconcomitantemente) más bajas son las gananciasempresariales. Esto es así debido a que lacapitalización de una empresa es inversamenteproporcional al grado de consumo presente de susaccionistas/propietarios. Esto explica claramente(además del acopio de know-how internacional yacreado por Inglaterra, EEUU et al.) por qué eldespegue japonés le permitió ser llamado un país"milagro": las empresas tenían una fuerteorientación hacia la postergación del consumo. Eramuy raro ver un despliegue de derroche de parte

de sus directivos, y los propietarios no sangrabana la empresa en utilidades cada año; lacapitalizaban para el siguiente. De esta forma lastasas de crecimiento económico son fenomenales.

Ahora bien, el concepto de la consultora SternStewart llamado EVA®, ha permitido a lasempresas norteamericanas generar más valor paralos accionistas sin caer en la falacia del modelorenano, es decir, la imposición deredistribucionismo o el stake-holding británico,donde la "comunidad" (elegida por funcionarios, ypor ello las comillas) tenía que destinar los fondosde la empresa. El EVA® permite concentrarse enla creación de valor y junto con el concepto degobierno corporativo, es posible armonizar losintereses de ejecutivos (demostrar resultadospronto y ascender) con los de los accionistas(valorizar sus acciones y elevar sus dividendos ala vez). Nuevamente es una solución de mercado,la que permite a los norteamericanos acoplar loque parecería un descubrimiento nipón pero quesimplemente era el reflejo de eras más liberales de

la humanidad (pensemos en el s.XIX por ejemplo),donde el disfrute no implicaba sacrificio, graciasal Capitalismo. Japón simplemente tenía unacultura frugal por la postguerra, pero no debeconsiderarse eso virtuoso, si no una coincidenciafavorable pero de ninguna manera necesaria paraun despegue similar.

Volviendo al punto de la concentración: lasempresas/propietarios que elijan presentarutilidades altas por encima de capitalizarse,incurrirán en consumo presente vs. acopio derecursos (inversión). Por ende, las empresas queprivilegien la valorización de sus acciones iránganando tamaño en el mercado. Esto, desde luegoy aunque ocurra a la par de la desconcentraciónque mencioné anteriormente, es un fenómenototalmente favorable para la sociedad. Quequienes más ahorran, avizoran e invierten tengancada vez más recursos en sus manos, y que quienesprivilegian el ocio tengan menos para administrar,es bueno para la sociedad en su conjunto.Irónicamente, permite mejor producción y por

ende mejor y más ocio. La armonía de interesesnuevamente se ve asegurada gracias a la economíade mercado (redundancia donde las hay), elCapitalismo.

2. LOS ESTADOS SON LOS

CAUSANTES DE LAS RECESIONES Y DEPRESIONES COMO LA DE 1929 Y

LA ACTUAL (2008- ) La historia y teoría de los ciclos económicos

es sin duda uno de los campos más apasionantesde la Economía. Se ha buscado explicación en elcambio tecnológico (Kondratieff), inversión parainfraestructura (Kuznet) y otros pero sin duda lastres teorías más importantes las propusieron loslíderes de las tres escuelas de Economía másimportantes de la disciplina. Keynes, reviviendolas viejas falacias mercantilistas planteaba quepodía haber subconsumo en el sistema económicoy por ende el Estado debía entrar a poner las cosasen movimiento por medio de gasto público einflación que vuelva nuevamente rentables losproyectos empresariales. Milton Friedman de la

Escuela de Chicago se adhiere parcialmente alkeynesianismo y refuta la existencia de un efectomultiplicador del gasto público por medio de unainvestigación que reveló la nula utilidad durante40 años de dicha política, pero sigue considerandola política monetaria (es decir, el inflacionismo)como indispensable para evitar una supuestarecesión. En claro contraste con keynesianos deizquierda y derecha, se yerguen las figuras deLudwig von Mises y Friedrich A. Hayek, de laEscuela Austriaca.

En su "Teoría del dinero y el crédito", Misesaplica el análisis marginalista al dinero, haciendopor la ciencia económica lo que Menger, Walras yJevons habian hecho para todo el resto de bienesen la llamada revolución marginalista. El aportevital de Mises consiste en explicar la aparicióndel dinero como un producto del uso repetido y eltrial and error, y exponer mediante su teorema dela regresión, el por qué la gente acepta papel-moneda cuando evidentemente está respaldado enpromesas de la clase gobernante. Voltaire ya dijoen su momento que el papel-moneda tiende a su

valor intrínseco, es decir, a cero. Mises nosexplica rigurosamente entonces la importancia delas instituciones como el dinero, la banca y loscontratos financieros. Y sobre todo, de la tasa deinterés. Esta constituye el precio de precios, elprecio más importante y delicado de unaeconomía. ¿Por qué? Las distintas agendas deconsumo, ahorro e inversión en una sociedad seven reflejadas en la tasa de interés, cuyo origenpara empezar, es la preferencia temporal de losactores humanos. Pero una distorsión de esteprecio causada por intervención gubernamental, noes como una intervención sobre cualquier otrobien.

Es cierto, la carestía y los mercados negrosserán efectos inevitables también. Pero en estecaso, la tasa de interés es un precio referencialpara la evaluación de proyectos. Y como elprofesor de Mises y ex ministro de finanzas deAustria que evitó una hiperinflación como la queasolaba a Alemania en su tiempo -Eugen BöhmBawerk- enseñó, los procesos más largos yproductivos se emprenden solamente cuando existe

ahorro previo suficiente y por ende, cuando la tasade interés es baja reflejando la realidad delcrédito. ¿Qué ocurre si la tasa de interés esintervenida por la banca central u otrosmecanismos perversos? Muy simple: seemprenderá proyectos que son inviables desde elpunto de vista de su demanda efectiva einsustentables desde el punto de vista de sufinanciamiento. ¿Y qué ocurre si esa distorsiónocurre vía expansión artificial del crédito porencima del ahorro real de la gente como se vuelveposible cuando existe banca central? Mucho peor,pues la distorsión será mucho más severa,llevándonos a un escenario aún más complejo deboom-recesión, con la inevitable destrucción deriqueza en el proceso, dejando a las sociedadesmás pobres.

Es decir que presenciaremos el proceso

siguiente en una economía moderna: 1º La banca concede masivamente nuevos

préstamos y se reduce la tasa de interés.

2º La expansión crediticia se traslada en formade malas inversiones hacia proyectos alejados delconsumo que antes de la misma no resultabanrentables.

3º Sube el precio de los bienes de capital.4º Sube la Bolsa.5º Se alarga artificialmente la estructura

productiva.6º Aparecen importantes beneficios contables

en el sector de bienes de capital.7º El sector de bienes de capital demanda más

trabajadores8º En algún momento se detiene el ritmo de

crecimiento de la expansión crediticia: sube eltipo de interés. Cae la bolsa (crash).

9º Los precios de los bienes de consumocomienzan a crecer en términos relativos más quelos salarios.

10º El sector del consumo experimentabeneficios contables (aumenta su demanda).

11º El sector de bienes de capital experimentagrandes pérdidas contables.

12º Se despiden trabajadores de las industrias

de bienes de capital.

Fabricio Zanzzi, Phd. Y profesor de la ESPOL,lo explica mediante los siguientes gráficos.

Refinar y presentar esta teoría del ciclo

económica basada en las realidades eimplicaciones de la acción humana, le valió alalumno de Mises, Friedrich A. Hayek, el premio

Nobel en 1974, y su exposición más completahasta el momento se encuentra en "Dinero, créditobancario y ciclos económicos" del profesor JesúsHuerta de Soto, catedrático español.

Ante este panorama de causas intervencionistas

y de ninguna manera endógena al mercado, cabepreguntarse si las medidas anticíclicas puedenhacer algo distinto que retrasar la recuperación.Un artículo del New York Times del 26 de Enerode 2009, evaluaba por parte de investigadoresbastante imparciales la efectividad de las medidaskeynesianas a lo largo del siglo XX en lasrecesiones estadounidenses. El veredicto no eranada halagador: en la mayoría de los casos o no seaplicaron o se aplicaron tarde dichas medidas, y larecuperación vino por sí sola, es decir porque elmercado generó nuevamente procesos decoordinación y siguió su marcha hacia adelante. Esdecir, que a fin de cuentas la Ley de Sayprevalecía por sobre la visión keynesiana. Perolas medidas monetaristas de Friedman y la Escuelade Chicago tampoco alivian las recesiones. Para

empezar pues carecen al igual que los Keynesianosde una teoría medianamente satisfactoria delcapital y la estructura intertemporal de laproducción, por lo cual creen que puedenmanipular variables sin consecuenciasinintencionadas por doquier. Pero además suaversión a las deflaciones como si estas fuerancausa y no efecto de las recesiones, les afectaadicionalmente en su comprensión del fenómeno.Cuando existe una caída de precios porproductividad, bajan precios de bienes deconsumo pero también de los factores deproducción, por lo cual la rentabilidad y hace másfácil a los emprendedores pagar los créditosbancarios. Por ende no tiene nada de malo y todode favorable. A la que habría que prestar atenciónes a la deflación recesiva, que es algo totalmentedistinto en orígenes, pero también es inevitablepara que los precios se ajusten a la nuevasituación. Las rigideces de salarios y otros preciosgeneradas por el intervencionismo solamenteentorpecen pero no impiden esta segunda clase deajuste de precios a la baja.

Es más, debe decirse que el crash de 2008 y la

recesión de 2009- se deben precisamente a que lasideas de Friedman sobre el dinero y el créditofueron las predominantes. Y podemos ver en lapolítica de Bernanke y Paulson precisamente eso:ya que restituir la tasa de interés a niveles en el2008 desató la parte final del proceso antesdescrito, ahora pretenden sacar a los EEUU (y enbuena parte a mitad del planeta) de una recesiónque se agrava a cada momento, por medio denuevas inyecciones de crédito. Como vemos, ni elgasto público ni la inflación monetaria sonbeneficiosos en este punto. Esto sólo puede creardistorsiones adicionales entre consumo einversión, que se sumarán a las anteriores eimpedirán la recuperación. Desde luego, lo que senecesita a todas luces es un proceso de liquidaciónde malas inversiones, que libere recursos paraemprender procesos productivos asentados en larealidad del ahorro y la capacidad de consumo -ahora disminuida- de los estadounidenses. Enrealidad, la recesión post-boom es una fase muy

deseable, pues implica el saneamiento de laeconomía y el retorno a un cauce de crecimientosobre bases reales. Intervenir para cualquier cosaque no sea eliminar intervenciones previas,liberalizar precios y proteger a los asalariados yahorristas de mayores depredaciones estatales,traerá efectos peores como lo demuestra la historiadel siglo XX y sus bancas centrales, empezandopor la Gran Depresión de los 1930's.

El problema con las políticas monetaria y

fiscal propias del intervencionismo es que siguensiendo políticas. Es decir, imposición por lafuerza, por sobre las preferencias y los preciosformados en intercambios legítimos de propiedad,es decir, en el mercado. Pero para quienes la éticano sea una preocupación esencial, bastará conseñalar si son efectivas o no. Y el veredicto es queno sólo no ayudan sino que empeoran gravementela situación que pretenden mejorar. Si la primeraregla del código hipocrático de la medicina es"ante todo, no dañar", la primera regla de uncódigo similar para economistas debe ser: "si no

lo entiende por favor no ayude, que me estáhaciendo daño".

3. El marxismo siguedominando las ideas enLatinoamérica (Sí, de la

derecha incluso)

“El origen del capital es lamente” – Michael Novak

Mucha gente piensa que las nociones marxistas

son una cosa del pasado. En realidad, losfundamentos del pensamiento marxista siguenvivos en una parte considerable de la poblaciónmundial y más aún de los académicos y estudiantesque moldearán los contenidos de los medios decomunicación y la literatura sobre temas socialesen las próximas generaciones. Esta influencia hacausado un daño monumental al mundo, inspirandoviolencia, opresión y falsedad y terminando con lavida de al menos 120 millones de personas en el

siglo XX[5]. Es hora de darle una mirada críticapara comprenderla y superarla de una vez portodas. Las malas ideas siempre traenconsecuencias nefastas.

1.- La “explotación” y la “alienación” de

quien acepta un salario En un pasado no tan remoto, antes de la

aparición del capitalista como figura distinguibleen sociedades contemporáneas, la producción sellevaba a cabo de una forma distinta. Cabe aclararque no es que los capitalistas no hayan existido,puesto que eso negaría la existencia de bienes decapital (como un azadón o un martillo) y laempresa, es decir un grupo de personas reunidasproductivamente y utilizando el capital[6]. Sinembargo, para entender el concepto marxista deexplotación es necesario retroceder en la historia.

En esta sociedad primitiva, todos trabajan enel agro y un poco de ocupaciones complementarias(herrería, carpintería, etc). Supongamos que

tampoco existe un bien que sea de aceptacióngeneral y fácil de vender, es decir, tampoco existedinero. En esta sociedad precapitalista y detrueque, cada producto agrícola tiene suestacionalidad (temporadas) y una vez cosechado,el emprendedor y su familia salen a vender laproducción a la plaza o de casa en casa a susvecinos.

Pero detengámonos un momento en el términoutilizado para describir al agricultor:emprendedor. Toda acción humana esempresarial, pues utiliza recursos que incluyen eltiempo, incurre en costos que incluyen a lasoportunidades perdidas y está sometida a éxito ofracaso[7]. Entonces, volviendo al ejercicioconceptual, ese emprendedor (empresario) estásujeto a la incertidumbre sobre si se venderán o nosus productos en el mercado. El mercado, claro,no es una entidad independiente si no unaabstracción para llamar a la suma de sus vecinosen esa sociedad precapitalista imaginaria[8]. Quese venda o no su producto, no depende de lasolidaridad, nivel de humanidad o “conciencia”

que tengan sus vecinos sino sencillamente delhecho de que lo valoren o no en sus vidas. En esesentido, el valor es subjetivo[9]. La prueba es quea diario consumimos productos que sonobjetivamente nocivos para nuestro cuerpo y engeneral la vida humana, y sin embargo les damosvalor económico. El empresario, en este casoagricultor familiar de nuestro ejercicio, saldráentonces a vender su producción de temporada. Al no existir un bien de aceptación general(dinero), el trabajo es cuatro veces complicado:debe encontrar no sólo personas que quieran suproducto, sino que lo quieran en ese momento. Por otro lado, aceptará intercambiar su productocon una persona o grupo de ellas que tengan a suvez algo que le sea valioso, y además que leresulte de provecho en ese momento. Recordemosque ciertos implementos que ahora damos porsentados como un frigorífico o congelador no hanexistido siempre, y los alimentos especialmente,son bienes perecibles.

Nuestro empresario se ha sometido entonces, a

la ardua y penosa tarea de encontrar interactorespara la forma de intercambio conocida comotrueque. Fue entonces no sólo productor, sino quehizo las veces de vendedor y de distribuidor almismo tiempo. En esas condiciones no hallarámucho tiempo libre, y necesitará de bastante suertepara encontrar a la gente con la que podrá hacerintercambios. Cabe destacar que estosintercambios, como cualquier otro, al servoluntarios son mutuamente beneficiosos[10]. Ahora bien, la existencia de un espacio geográficodonde todos los productores puedan llevar suproducción, es decir una plaza que servirá comomercado, facilita las cosas para nuestro agricultory la comunidad en general. ¿Por qué? Porque aldisponer de más información, tanto el agricultorcomo los vecinos podrán sacarle un mejorprovecho a sus esfuerzos anteriores. En esto hayque ser muy claros: el hecho de no conocer otrasalternativas no impide de ninguna manera que losintercambios sean beneficiosos, lo son pordefinición o de lo contrario no ocurrirían;sencillamente la variedad de proveedores mejora

la posición de cada participante para tomar unadecisión más informada frente a otras. En estaplaza utilizada como mercado, nuestro agricultortratará de colocar su producto cada vez que estélista la cosecha. Tanto en los intercambios depersona a persona como en un mercado, elproductor encontrará que la proporción entre suproducto y los de otras personas (2 tomates sonnecesarios hoy para comprar 1 naranja) sonvariables. Dependen de la escasez o abundanciaque cada productor aporte a las existencias decada producto específico, y de su escasez oabundancia total en el mercado. Pero aquí hay unpequeño problema: no todos tienen la mismacapacidad productiva. Aún cuando nuestrasociedad precapitalista imaginaria tuvieseparcelas de terreno exactamente iguales paratodos, cada persona aportaría distinto al final de latemporada.

Hay que tener esto en cuenta, pues según Marx,

la habilidad de un trabajador es irrelevante paradeterminar el precio (la proporción necesaria para

intercambiar distintos bienes). Esto esevidentemente falso. El productor más hábil tieneuna mayor productividad por cada hora de trabajo,y esas horas de trabajo no son lo mismo si seutilizan para arar, irrigar, plantar, cosechar, vendero distribuir la producción[11]. Por lo tanto,cualquier comparación de horas-hombre que notome en cuenta eso, es perfectamente inútil paraorganizar una empresa o emprendimientoparticular y muchísimo más a toda una sociedad.

Ahora bien, en nuestra sociedad precapitalista

imaginaria, cada productor está sometido a esaincertidumbre de saber a) Si su producto serádeseado y adquirido por otra persona, familia ogrupo. y b) La proporción (precio) en la que podráser intercambiado (a cuánto se ‘vende’, y cuánto‘compra’). En el caso de que sea efectivamentedeseado (hay cosas que se compran una sola vez, ono siempre encuentran quienes las deseen), suprecio es de una importancia fundamental para susupervivencia y la de su familia. Si salió almercado con –digamos- 500 tomates, pero la gente

sólo quería 2000 y otros productores ya ofrecieron1800, el agricultor se quedará con 300 tomates sincolocar en el mercado. Descartada cualquiertécnica (tecnología) de congelación, esos tomatesadicionales terminarán siendo regalados odescartados. El problema es que el productor yacontaba con la colocación de 500 tomates en elmercado para poder intercambiarlos y obtener elresto de bienes que su familia necesita o desea delresto de la comunidad[12].

En este punto es importante resaltar que esteagricultor o cualquier otro de esta épocaprecapitalista, por producir productos deapariencia un poco fea, dejar que los animales secoman su cosecha, dedicarle tiempo a actividadespersonales y sociales en vez de su trabajo, etc., nosólo que no prosperará, sino que pondrá en riesgola propia subsistencia de su familia. Es decir,tanto las acciones de otros emprendedores en elmercado como su propia capacidad, le mantienenen constante lucha por su supervivencia y la de lossuyos. Cargan con la total incertidumbre de laacción empresarial: el éxito o el fracaso. En este

caso, si les va bien en ese mercado porqueconcibieron bien su negocio, hicieron bien sutrabajo y llevaron a cabo exitosamente la venta,tendrán lo que se llama ganancia empresarial. Encaso contrario, sufrirán pérdidas. Es importantedestacar que se requiere al menos de una ciertaparte de ‘recuperación’ de la inversión, así seráposible emprender la misma actividad en lasiguiente temporada. Y no todos tenemoshabilidades empresariales destacadas, sobradecirlo.

Volviendo a la sociedad de nuestro ejemplo, de

pronto aparece un productor bastante hábil. Nosólo que produce más unidades de un bien bastantevalorado -digamos naranjas- si no que sale almercado oportunamente, ofrece con carisma ydestacando las cualidades alimenticias de suproducto[13] y obtiene no sólo bienes de consumo,si no que compra azadones e incluso las tierras deun vecino que las había puesto a la venta[14]. Pero su propia familia –suponiendo que tuvierauna- no le es suficiente para producir la cantidad

de naranjas que quisiera[15]. Si estas personastienen algún recurso invertido aparte de su trabajo,son sus socios o accionistas. Cargarán conpérdidas, pero tendrán la oportunidad de generarseuna ganancia. Pero si solamente quieren recibiruna remuneración por su tiempo, se vuelven suscolaboradores o empleados. Entonces, al pactarcon otras personas esa ayuda en el esfuerzoproductivo, aparecen el capitalista y el salario. El capitalista no es una raza o especie depersonas, sino un papel o rol en el procesoproductivo. Todos quienes hemos solicitado laayuda de otra persona, utilizado bienes de capital(desde los más sencillos) y hecho un pago fijo a laotra persona independientemente de que funcionela operación con respecto al público (haya ventaso no, haya ganancias o no) ha sido y es uncapitalista. Por supuesto, así como no todostenemos la habilidad y el talento para serneurocirujanos, tampoco tenemos todos la visión,el carácter, el tesón o la ambición necesarias paraacopiar los recursos tangibles e intangibles que senecesitan para formar una empresa comercial

exitosa. El problema de sostener una teoríalaboral del valor (del valor de los bienes productodel proceso económico) es que se llega a laconclusión de que sólo el trabajo manual omecánico es productivo. Se homogeneiza de formafantástica el trabajo intelectual y el trabajomanual. Pero ningún invento o producto quemejore nuestra calidad de vida es producto deltrabajo mecánico, sino de la concepción ydirección de la mente de un individuo. Cada granaporte a nuestro estándar de vida en términos desalud, educación, entorno de trabajo, etc., puedeadjudicarse con total precisión a visionarios yempresarios individuales que fueron luegoemulados en técnicas y métodos deorganización[16]. Además, su rol no es sólo unohistóricamente benévolo sino que a diferencia delguerrero/gangster/político, representa una formade relacionarse con los demás pacífica, voluntariay por ende legítima. Un poco de reflexión teóricae histórica nos da luces sobre lo deseable de suexistencia.

Es curioso, pero Karl Marx fallómiserablemente en identificar que la formaoriginal de ingreso no es el salario, si no laganancia empresarial[17]. Esto muy poca gente losabe, pero su error no es original sino que se debea alguien que le precedió en el tiempo: AdamSmith. Ni Smith ni Marx supieron hacer la crucialdistinción entre ambas formas de ingreso. Cuandouno ofrece un producto en una sociedadprecapitalista, y obtiene otros a cambiobeneficiándose en el intercambio y beneficiando alotro, uno no está recibiendo un salario (unaremuneración periódica fija) sino una gananciaempresarial. ¿Por qué es tan importante estadistinción? Porque antes de la aparición delcapitalista, todo productor o trabajador estabasometido a la incertidumbre acerca de lademanda[18] de otras personas sobre su productoen el mercado. Con la aparición histórica (noexiste realmente un momento preciso, pero sí unaproliferación de toda una categoría de genteejerciendo ese papel) del capitalista, aparece elsalario. Esto implica que por primera vez en la

historia, uno o varios miembros de una familiapodían delegar la incertidumbre (con su cargasíquica de stress y preocupaciones varias) de laacción empresarial frente al mercado, y recibiruna remuneración periódica y fija. Aquí esimportante hacer dos anotaciones: 1) El origen delsalario es entonces, el capitalista, quien deduce desu ganancia pura ese costo fijo y 2) Laidentificación para esa oportunidad empresarial,la oportunidad de crear ganancia, se debe alcapitalista. Dado que nadie trae hijos al mundocon trabajo u ocupación incorporados, alcapitalista le debemos una serie de ocupaciones ypuestos de trabajo antes inexistentes[19].

En este momento introduciremos dos elementos

claves de una economía post-agraria: el dinero yla división del trabajo. El dinero sencillamente esel bien de mayor aceptación y liquidez en unaeconomía, y que al ser general permite hacercomparaciones de valor entre otros bienes[20]. La división del trabajo, es el proceso mediante elcual cada individuo va ocupando tareas cada vez

más específicas frente al proceso económico detoda la sociedad[21]. La importancia de ambos escrucial para la supervivencia de grandes grupos depersonas. Simplemente, la agricultura nopermitiría que más de una porción minúscula de lapoblación de cualquier país actual y del mundosubsista. Esto es así porque no existiríancientíficos, inventores, constructores,administradores de empresa, banqueros, y unalarga cadena de profesiones que a) permitenelevar la productividad de los recursosnaturales[22] y b) se encuentren ocupación a simismos frente al resto de la sociedad[23]. Eldinero permite la comparación entre proyectos,prioridades, productos, productividad, etc. etc. Sin dinero sencillamente es imposible el cálculoeconómico o como se le conoce también, lacontabilidad de costos. Sin esta última esimposible reponer ni incrementar los recursosproductivos en una sociedad. Una sociedad detrueque es por definición primitiva, pero unasociedad post-agraria que pretenda operar sindinero está condenada a la extinción absoluta.

¿Qué tan bajo puede ser un salario? Karl Marx dedica gran parte de su esfuerzo en

Das Kapital a exponer lo que llama su ley dehierro sobre los salarios. En resumen, ésta diceque los capitalistas tratarán de pagar el mínimo desubsistencia a los asalariados, extrayendo de ellosuna supuesta “plusvalía” que se añade a laganancia y el capital originales. Pero como seexplicó antes, el salario no es la forma de ingresooriginal, si no que lo es la ganancia empresarial. Esta última desaparece cuando se prefiere laseguridad de un ingreso estable y certero. Perosegún Marx había que romper unas imaginariascadenas para que lo que él llamaba elproletariado, pudiera elevarse por encima de laautosubsistencia[24].

La mayoría de la gente no ha reflexionado lo

suficiente sobre los principios inexorables de laEconomía o no le han sido enseñados con un

mínimo de consistencia[25]. A la pregunta de¿qué tan bajo puede ser un salario?, mucha gentepensaría que la respuesta es “cero” o “lo mínimopara subsistir”. Pero eso es en extremo falso. Elsalario jamás puede bajar de un cierto nivel por almenos dos razones: a) Los propios trabajadoresasalariados no trabajaríamos por menos de ciertacantidad o volveríamos a la autosubsistenciaagraria (aún queda una cantidad inmensa de tierrassin dueño en el mundo. No todas son fértiles, peroeso no parece haber sido un obstáculo para 98millones de japoneses ni para los habitantes delSahara). b) Existe una cantidad limitada depersonas e ilimitada de proyectos y deseoshumanos.

La segunda razón explica que de la mismamanera en que un ama de casa elige las verdurasen un mercado (tanteando, observando ypreguntando), los empresarios eligen a suscolaboradores. Prefieren pagar menos que máspor el mismo trabajo, pero cuando ven algo quevale la pena aprovechan la oportunidad. De estamanera funciona en un mercado libre[26] la

asignación del recurso humano. Mediante unsistema abierto y competitivo de subastas, secompite por el talento humano tanto como secompite por cualquier otro recurso productivovalioso. Esto vuelve escaso en poco tiempo alrecurso humano frente a los otros, elevando suvalor relativo. De esa forma y sólo de esa forma,con escasez de personas frente al capital y la tierra(recursos naturales) es que suben los salarios[27]. Pero además, el gasto en salarios de un capitalistaes un gasto productivo, por ende sube en la medidaen que una sociedad es produccionista(inversionista) más que consumista[28]. Pormedio del uso de mejor tecnología en la creación yuso de bienes de capital, la productividad deltrabajo humano aumenta y por ese proceso sevuelve más valioso frente a otros recursos[29].

Para terminar, es necesario decir que la

especialización de un trabajador mientras otros seespecializan en otras áreas productivas (debedecirse lo mismo de empresas o regiones enteras),permite elevar la productividad general, la calidad

y cantidad de bienes y servicios disponibles percapita, y la propia capacidad de demandarlos. Especializarse o dejarse contratar no “aliena” altrabajador del resultado de su trabajo, sino que lepermite gozar de los frutos del trabajo de otraspersonas. Esta división del trabajo, que se da enbase al la capacidad de aporte intelectual ydirectivo al proceso económico, genera crecientesy variadas oportunidades de ingreso material ysatisfacción personal. Así ha sido siempre en lospaíses que más se han aproximado al conceptocapitalista (economía libre). Por el contrario,todo intento de manipular el proceso generadistorsiones sociales y productivas altamentedeplorables.

¿Cuál ha sido el resultado de pensar en

términos de “explotadores” y “explotados”? El bienestar de la mayoría de la población

depende fundamentalmente de la comprensión delrol capitalista en una sociedad[30]. Si se piensa

que los capitalistas no tendrían un piso para bajarlos salarios, el resultado será que la gente pida“protección legal” para los trabajadores[31], quelos sindicatos sean vistos como una institución“defensora” de los trabajadores, etc. Una serie desofismas. El “salario mínimo” por ejemplo, queno es otra cosa que una fijación artificial delsalario por parte del gobierno o la presión desindicatos con el suficiente poder, no favorece alos más pobres: precisamente sucede lo contrario. Toda la gente cuya productividad sea menor que lade ese salario se quedará automáticamente fueradel mercado de trabajo. Esto es especialmentegrave si se toma en cuenta a los jóvenes y a lagente de poca capacitación, pues aceptar duranteuna temporada un salario parcial o menor lepermitiría adquirir las habilidades necesarias paramejorar su posición en la vida posteriormente. Loque se pierde de vista es que no es una cantidadmonetaria específica lo que debe interesar, si no elsalario real. Este último es, como ya vimosanteriormente, la proporción de bienes y serviciosque cierta cantidad de dinero (y de trabajo) puede

comprar. Tomando en cuenta ese hechofundamental, se vuelve entonces evidente que espreferible que la mayor cantidad de gente estétrabajando al mismo tiempo en cualquier momentodeterminado[32]. Esto aumenta la produccióntotal de un territorio, y el mismo salario puedecomprar más cada año[33]. Además, como yavimos, el salario forma parte de los costosproductivos de una empresa. Por lo tanto, enausencia de legislación de “salario mínimo”, losproductos bajarán en proporción semejante a laque lo hacen los salarios, en caso de un ajuste poreliminación de esa legislación. Pero la situaciónno sólo tiende a una armonía natural si no queenseguida el empleo total de la población vagenerando nueva riqueza que está a disposiciónprecisamente cada vez más de quienes menos lahabían tenido disponible[34]. Ningún empresario(capitalista) puede darse el lujo de pagar menosque un salario competitivo para esa industria, operderá la capacidad de atraer trabajadores frentea otras empresas e incluso otras industrias. Secalcula que al menos el 85% de puestos de trabajo

en el mundo está en las llamadas PYMES(pequeñas y medianas empresas), por lo tanto, elresultado de la legislación intervensionista en elmercado de trabajo perjudica a pequeñosemprendimientos masivamente. De esta forma, loque se logra con un marco supuestamente “social”es favorecer a las grandes empresas frente a laspequeñas, causando que a estas últimas se les hagamucho más difícil crecer y volverse másproductivas.

La legislación de “salario mínimo” ha sido

sólo uno de los atentados en contra del bienestarde las clases populares, en nombre de“protegerles”. Si uno no entiende la relación entreel capitalista, el salario, la incertidumbre, losprecios y el sostenimiento de la vida humana, sepuede hacer mucho daño precisamente a quienesmenos pueden darse el lujo de soportar nuestrosexperimentos políticos de intervención en laeconomía. No es una cuestión de “posiciones”,“sensibilidad”, o temas similares. Sencillamente,la realidad impone límites a la acción humana, y

no se puede consumir o disfrutar de lo que no seha creado y producido. La forma más productivade hacerlo es precisamente una economía basadaen a) división del trabajo b) dinero sólido (depreferencia de mercado y no estatal) c) libertad deelegir productores, productos, colaboradores,salarios, precios, etc. y d) imperio de la ley(respeto al derecho ajeno) y no de la política.

El problema de Marx es que sostiene que de

alguna curiosa manera, una economía sincapitalistas sería más justa o no tendríaexplotación. Pero esa noción no tiene sentido. Dehecho, la existencia de gente con talentossuperiores en la dirección de empresasproductivas, así como la de genios de la ciencia yla inventiva, ha sido la causa del progreso humanoque hemos visto en los últimos 300 años, y quemarcan una ruptura fundamental con un pasado de5.000 siglos anteriores de pobreza y producciónprimitiva. La gran mayoría de profesionescontemporáneas jamás hubieran existido sin unalto grado de división del trabajo, ni la humanidad

podría el lujo de abandonar la atenciónpermanente al agro[35]. Además, la alternativa alcapitalismo (o al capitalismo de Estado hacia elque degenera cualquier totalitarismo parasobrevivir) es el solamente el consumismo. Elcapital es la porción de riqueza (material einmaterial) destinada en un territorio almantenimiento del nivel de riqueza y a la creaciónde nueva. Entonces se abren tres posibilidades ysólo tres: crearla, consumirla o destruirla.

Existe una clasificación adicional, dentro del

ideario marxista (y neomarxista aunque no sellame así a cada nueva variante), sobre laactividad económica. En este sentido, se habla de“fuertes” y “débiles”, pretensión que deberechazarse frontalmente. En la economía, debehablarse de “ágiles” y de “lentos”[36]. Laagilidad a la que se hace referencia es lacapacidad de atender al público y servirleadecuadamente. Ninguna empresa que producebienes de lujo para pocos pasa de ser pequeña omediana en tamaño. Sólo las empresas que crean

bienes de creciente calidad para grandes mayoríasllegan a ser empresas grandes. La competenciapor el consumidor mantiene a raya el tamañorelativo de cada empresa y cada industria frente alas otras. Es el diario plebiscito que ejercen losindividuos en el mercado lo que determina laposición de la industria y su riqueza relativa, y nohay nada más dinámico y efectivo para asignarrecursos.

Entonces, y regresando a la comprensión de

que a) originalmente no existían salarios si noganancias o pérdidas en diversos grados dehabilidad individual, b) los capitalistas absorbenla incertidumbre empresarial (a cambio decosechar la recompensa después) existan ventas ono, c) el salario es una suma libremente pactadaentre empresarios capitalistas y trabajadores, d)los salarios son crecientes mientras más uso debienes de capital se haga (mayor grado decapitalismo) permitiendo un uso más productivo ydotando a los trabajadores por primera vez en lahistoria de tiempo libre[37] y finalmente, e) al

capitalista le debemos la mejor combinación defactores productivos por su propio interés,incluyendo dotar de las mejores herramientas a suscolaboradores y volviendo su trabajo más valioso;podemos decir con total seguridad que la teoría dela explotación y alienación de Karl Marx es unerror histórico, teórico y una formafundamentalmente errada de mirar el procesoeconómico y a las sociedades humanas.

2.- El socialismo como destino o forma

superior de organización social Siguiendo los pasos de Platón, Tomás Moro,

Saint Simon y Fourier, Karl Marx se propuso crearuna sociedad utópica, donde una clase intelectual ypolítica guíe los destinos de la sociedad entera. Sin embargo, es un esfuerzo imposible pordefinición. Como F.A. Hayek señaló, elconocimiento pertinente a cualquier actividadhumana está decisivamente disperso entre todoslos individuos de una sociedad. Ni la mejor

computadora podría resolver este problema, puesno se trata de información dada o histórica, si node conocimiento tácito y humano solamente válidoen cada ocasión y contexto. Es por eso queplanear una sociedad sólo es posible si ésta esmuy primitiva y aún así, el costo cultural yproductivo es inhumano. Pero además,intervienen otras consideraciones: si ya sabemosque el origen el ingreso es la creatividad ycapacidad directiva ejercida en un entorno dedecisiones libres, ¿qué tan factible es redistribuirel ingreso coactivamente y cuáles serían losresultados?

Para empezar, una economía libre (no

intervenida, algo casi inexistente a nivel mundial,sobre todo ahora) tiene la total posibilidad deasignar de la mejor manera los recursos materialesy humanos. En vez de la “anarquía de laproducción” que veía Marx, el mercadorepresenta un sistema dinámico que a través de losprecios genera señales e incentivos para la accióncoordinada. Los precios a los que un producto

sale al mercado, están conformados a su vez porcostos, es decir, precios de la etapa anterior delproceso productivo. Si éstos y aquellos no sonlibres, las cantidades disponibles de recursos ycapacidades productivas no se reflejan comoverdaderamente son. Los bienes de capital(“medios de producción”) tienen valor sólo en lamedida en que aporten a la producción de bienesfinales. El resultado entonces de impedir elfuncionamiento del mercado, sí es realmente unaanarquía de la producción. La precondición paraeste tipo de producción caótica, y que no respondea las necesidades de la sociedad -dinámicas ycambiantes-, es la ausencia de propiedad privada. En la medida en que la propiedad se socialice o seintervenga ((convirtiendo en al interventor en dueño ya que, en la práctica, éste decide su uso enúltima instancia), se la aísla del procesoproductivo y social. Los resultados no sólo son lacorrupción y el desincentivo, sino directamente lapobreza[38]. Esto es así porque la división deltrabajo no puede ser dirigida por un puñado(18.000 economistas tenía el Kremlin para

intentarlo) de tecnócratas o ideólogos; más bienes un proceso vivo en el cual la autonomía paramanejar la propia vida y bienes materiales, esindispensable. Sólo así se mantiene el capitalcultural y material socialmente creados.

Por lo tanto, la planificación vertical de la

sociedad es una tarea imposible y sobre tododestructiva e injusta. El socialismo, en ladefinición de Jesús Huerta de Soto es “todosistema de agresión institucional al libre ejerciciode la función empresarial”. En otras palabras,imposibilitar a otros el libre uso de sus talentos yrecursos pacíficamente adquiridos. El problemade esto, es que al coartar esa libertad individual,el horizonte temporal (momento para el cualesperamos la gratificación de las accionespersonales y organizacionales) se encoge. Esto esasí porque el ser humano, al actuar, busca mejorarsu situación (subjetivamente percibida) y por endecualquier intervención reduce el tiempo en el cualse esperan obtener el fruto de dichas acciones. Enefecto, se abandonan los planes de largo plazo con

recompensa pospuesta a favor de aquellos desatisfacción inmediata. Estos últimos son losúnicos que gozan de cierta seguridad frente a unentorno inestable y confiscatorio. Y esto generauna sociedad consumista, nada habituada a invertiry producir bienes culturales, intelectuales ymateriales si no es por la fuerza. Quien lo hacepor los individuos es el establishment político,mutilándose así la función empresarial en lacultura y la producción de todo tipo de bienes. Laprueba de ello es el estado deplorable del tejidosocial en una serie de países luego de la caída delMuro de Berlín. Simplemente sociedades que sedeshabituaron a manejarse sin imposiciones yplanes verticales, quedando vacías ética yproductivamente[39]. El grado de socialización ointervención política (estatal) en la sociedad,determina su cortoplacismo (consumismo) ydecadencia.

Todo intento de redistribución del ingreso

obtenido en las transacciones libres, degenerará engraves problemas éticos y económicos en

consecuencia. 3.- El desprecio por la ética y la justicia

“burguesas” Dos preceptos han caracterizado a los códigos

éticos de las sociedades humanas no-despóticas enla Historia. “No matar, no robar”. No matar es unprecepto sencillo: basta con respetar la integridadcorporal de otra persona. El robar implica unatentado contra el fruto del trabajo intelectual yfísico de las personas, en tanto la riqueza obtenidaprovenga de apropiarse de recursos sin dueñoanterior (recursos naturales) como del intercambioo la donación, la justicia está presente.

En el pasado, el esclavismo (directo o vía eldespotismo) y el esclavismo parcial (feudalismo)fueron las dos formas principales de obtenerriqueza a costa del talento organizativo y corporalde otras personas. Son tan evidentemente injustaspara cualquiera, que sorprende la ingenuidad conla que se aceptan sus formas postmodernas, más

sutiles pero no por eso menos inmorales ysocialmente destructivas. El Estado Benefactorrepresenta al nuevo Señor Feudal, pues retiene almenos un 30% del ingreso por habitante (actual oposible de alcanzar en su ausencia), mismoporcentaje que aportaban los llamados siervos dela gleba en el medioevo. Por lo tanto, el aparatoestatal se ha convertido en una versiónrefaccionada y sofisticada de las viejas formas desemiesclavitud. Y por supuesto, el socialismo esuna forma de esclavitud total y no conllevaninguna “liberación” presente o futura, pues estábasado en conceptos económica y éticamente errados. La supresión del accionarindividualmente trazado en base a un proyecto devida personal, no puede jamás relacionarse con elconcepto de libertad.

Entonces, la autonomía frente al poder y su

abuso implica eliminar cualquier pretensiónredistributiva vía impuestos, regulaciones oconfiscaciones de la propiedad legítimamenteadquirida. Todas estas representan una

expropiación de facto de esos bienes, pues quiendecide en realmente y en última instancia su uso,es el aparato político. En conclusión, el estatismoes la nueva cara del feudalismo. Y mientras mássocializada (estatizada) una sociedad, más injustae improductiva será.

Entendida la naturaleza opresiva del

socialismo, se debe aclarar que no se trata de queel ser humano “no sea lo suficientemente buenopara vivir el ideal socialista”. Por el contrario. El socialismo no es lo suficientemente bueno parael ser humano, ni debe considerarse un ideal. Esfrancamente una idea injusta e inhumana.

4.- Justicia, igualdad, abusos de poder: Las

clases sociales y su “lucha” Karl Marx no solamente distorsionó las

enseñanzas de Adam Smith para elaborar su teoríadel valor-trabajo (que los bienes valen por suesfuerzo productivo) y poder sustentar una

supuesta explotación de los más emprendedores alos menos emprendedores. También se apropiópara su provecho de la teoría de las clases que losliberales franceses del siglo XVIII habíandesarrollado. Estos intelectuales y activistas delas ideas, habían percibido que existe un conflictosiempre presente en la historia humana: cuando seestablece un monopolio y abuso de las funcionesde gobierno, algunos individuos en la sociedadpueden vivir a costa de la gran mayoría de ella. Dicho de otra forma, quienes tienen acceso a lasfunciones estatales tienen asegurado un ingresodirecto o indirecto (obteniendo monopolios uoligopolios, ventajas, subsidios, créditospreferentes, etc) que necesariamente debe serfinanciado de alguna manera presente o futura porel resto de personas.

Karl Marx unifica su concepto de explotación pormedio del capital con el de las clases, pero lesatribuye un elemento cultural e incluso filosófico. Bajo la doctrina marxista se supone que: a) lasrelaciones económicas determinan el resto de

relaciones sociales (nadie niega que tenga suimportancia, pero ni es total ni se aplica sobre tanerradas bases), b) algunas clases sociales explotana otras, c) cada clase social tiene su propia“lógica”[40] d) por lo tanto, la capacidad deanálisis de una persona está condicionada a supertenencia de clase. En conclusión, la únicaforma de escapar a la forma “burguesa” de hacerciencia, arte, política, producir, etc., era eliminarese conflicto de clases permanentemente mediantela eliminación de los explotadores. Y eliminaciónmuchísimas veces significaba exterminio y no sóloimpedir cierta actividad.

Además del obvio problema de no poder

definirse los límites entre una clase y otra(recordemos que el propio Marx jamás fue unobrero o siquiera alguien de clase media, sino unintelectual burgués casado de forma aventajada,que se negó a reconocer a su hijo “bastardo” y querecibió apoyo financiero decisivo de su mecenasFriedrich Engels, otro heredero burgués y“explotador” de proletarios), es que una sociedad

mientras más libre es, más movilidad socialposee. Es decir, las clases sociales están enpermanente movimiento y redefinición. De hecho,no hay nada más estratificante que el socialismo ysus antepasados: la teocracia, el feudalismo y laactual economía “mixta” (llamada con mayorprecisión Mercantilismo, o la forma de vida en laFrancia de Luis XIV, el Rey Sol). En estosmodelos politizados o gansterizados (valgan losparalelismos), el acceso a una mejor calidad devida o posición en la sociedad depende de unaserie de habilidades manipulativas que la granmayoría de gente casi nunca posee en una sociedad(afortunadamente). En cambio la sociedad abiertao libre (conocida por su sistema económico, elcapitalismo), presenta amplias y justasoportunidades para avanzar en base a talentoscreativos, organizativos y empresariales engeneral. En realidad, cuando un empleadoadquiere conocimientos y técnicas en unaactividad empresarial, se está llevando mucho másque el salario para cuando quiera emprender algopropio: posee ya todo el conocimiento acumulado

por décadas de prueba y error en variasactividades, con el cual puede minimizar en loposible los riesgos de su emprendimiento.

Las clases sociales no son, y mucho menos

bajo un régimen de derechos individuales, algoque se pueda definir al detalle que permaneceestático. La sociedad se asemeja más a unapelícula que a una fotografía estática en esesentido.

Conclusión La influencia marxista contiene muchos

ingredientes nocivos para la convivencia pacíficay productiva de una sociedad. Si entendemoscómo las ideas marxistas siguen aún presentes enla literatura y los medios de comunicación quemoldean la forma en que nuestros contemporáneosven el mundo, podremos ponerles un alto. Loúnico que las mantiene vivas -dado que la realidadha demostrado una y otra vez su falsedad dañina-

es la psicología de la envidia, es decir el ánimo dehallar una teoría que justifique o racionalicenuestros prejuicios o temores más ocultos sobrelos empresarios, la riqueza y la forma en quefunciona una sociedad sin diseñadores verticales. Pero en las sociedades contemporáneas, esinevitable contar con actividades productivas queaunque no conozcamos o controlemospersonalmente, sean de beneficio para nosotros.

Como dijo el historiador económico Nathan

Rosenberg: “La percepción de lapobreza como algo moralmenteintolerable en una sociedad rica,tuvo que esperar a la aparición deuna sociedad rica.”. Mientras menosoigamos a Marx o sus ecos en el tiempo, máspronto viviremos todos en sociedades ricascultural y materialmente. Ya no sigamostragándonos el brebaje marxista.

4. El Socialismo es unsistema económicoinviable e injusto

El título este artículo es contundente y –podrían

decir algunos- pretencioso. Dado a que en otroscampos de la experiencia humana hay formas deorganización o acción que pueden funcionarsiempre que existan una serie de factores ocondiciones, decir que el socialismofracasa siempre y en sí mismo es una afirmaciónque necesita una fundamentación sólida.

Para empezar debemos definir qué

es socialismo. A pesar de que su nombre provengade "social", algo muy inteligente por parte dequienes diseñaron la etiqueta en los siglos XVII alXX, lo que realmente implica esplanificacióncentral (socialización). Y claro, existen variossocialismos, desde el socialismo utópico, pasando

por el socialismo marxista hasta llegar a su primohermano, el nacionalsocialismo -nazi- alemán.Pero, ¿qué tienen en común estas tendencias, cuyosintegrantes pasaron tanto tiempo tratando dediferenciarse entre sí? Algo fundamental: ladesconfianza o desprecio por la autonomía delindividuo y la insistencia en politizar y planificarcentralmente las actividades de una sociedad. Yeso es lo que debe ser entendido por socialismo osocialización.

Entonces, lo que quiero señalar en esta sección

es que independientemente de las aparentes buenasintenciones y argumentos de quienes nos proponeneste modelo social, el socialismo fracasó yfracasará siempre que se intente.

Ética, luego economía Mi argumentación toma prestados los

descubrimientos de las mentes más grandes de lasciencias sociales, entre las cuales están Max

Weber, Friedrich A. Hayek y el gran economistadel siglo XX, Ludwig von Mises. Sin embargo,antes de llegar al meollo del asunto – el temaeconómico- no puedo pasar por alto un tema quedebe siempre anteceder a cualquier análisiseconómico o político: la ética. Como observó elgenial John Locke en el siglo XVIII, la actividadhumana genera propiedad. Para empezar somosdueños de nuestro propio cuerpo, y por añadidurade los frutos obtenidos mediante su uso. Es bajoese concepto que los liberales del siglo XIXhabían formulado la gran verdad universal de quesomos dueños de "nuestra vida y nuestrapropiedad". Ya que nuestra supervivencia comoseres humanos es inseparable de nuestrasnecesidades materiales, pero a la vez nuestrosderechos terminan donde empiezan los del otro. Laética que emergió una y otra vez en la Historiaconfirma esos principios que son tan evidentesahora. Consagrarlos en formas de gobiernocompetitivas o un monopolio de funciones mínimasy limitado por una constitución[1], aseguraba laconvivencia social pacífica y la prosperidad

relativa a los avances de ese tiempo. No obstante,nada de esto es posible si el gobierno empieza aplanificar centralmente de la economía y otrasáreas de la vida social. Puesto en otras palabras,el socialismo es por definición un modelo queactúa por encima de los derechos inalienables delos individuos, violándolos. La cooperación socialvoluntaria y mutuamente beneficiosa nuncarequiere de imposición política de una mayoría, undictador o un partido único.

Imposibilidad del cálculo económico en el

socialismo Una vez expuesto por qué un sistema socialista

es ante todo ilegítimo, podemos pasar al plano desu funcionamiento económico, en el cual laplanificación central tampoco pasa la pruebateórica e histórica. Este es el tema más importanteque expondré, debido a que lastimosamente laética poco le importa a mucha gente que se preciade ser "pragmática", pero cuando de economía y

dinero se trata, todos nos sentimos implicados. Imagine usted, estimado lector, que su negocio

es un pequeño quiosco de hot-dogs. Sus hot-dogs tienen una serie de ingredientes, y ademásusted incurre en otros costos para obtener elproducto final. La única forma dinámica, eficientey legítima de saber si la gente quiere sus hot-dogs,es producirlos y ponerlos a la venta. Si la gentelos compra, usted sabrá que el hot-dog vale másque la suma de sus partes: pan, salchicha, mostaza,cebollas, su tiempo, el gas de la cocina, la compradel quiosco, etc. En términos más precisos, el hot-dog es socialmente útil como actividad económicasi la diferencia entre el precio final y los costosincurridos hace que valga la pena el esfuerzo. Eso,que a nivel individual en un negocio o actividadsin fines de lucro, es inexistente en el socialismo.Simplemente es imposible la contabilidad decostos, y si eso ocurre en una serie de industrias ola mayoría, es evidente la clase de desastre que seprovoca. En ausencia de propiedad privada de los“medios de producción” y otros bienes, es

imposible asignarlos a las tareas más prioritarias;su propia conservación y buen uso se vencomprometidos. Y hay que aclarar que en esto notiene absolutamente nada que ver el carácter de losindividuos que participan. Si se reúnen 10millones de marxistas en una isla coherentementesocialista, no podrían coordinar sus actividadeseconómicas y su supervivencia se veríacomprometida casi enseguida.

Este problema fue visualizado originalmente

por el sueco Nicholas G. Pierson y el inglés MaxWeber, antes de que fuese magistralmente expuestopor Ludwig von Mises. El tema es ineludible:dado que el valor es subjetivo y los preciosreflejan la suma de esa subjetividad y la escasezde un bien, un sistema económico o industria queno cuente con precios libremente fijados –reales-va a desembocar siempre y cada vez en la entropíay el retroceso económicos.

Este debate no es nuevo, y los autores

socialistas nunca pudieron darle solución. A

diferencia de lo que Marx pensaba, el mercado norepresenta una "anarquía de la producción": es elúnico mecanismo capaz de coordinar cientos demiles de actividades simples y complejas hacia laelaboración de bienes que eleven la calidad devida del consumidor final[2]. A través del sistemade precios se reflejan millones de gustos,preferencias y disponibilidad de bienesproductivos y de consumo. ¿Es perfecto? Nadahumano lo es. ¿Existe desperdicio e ineficiencia enmuchas ocasiones? Por supuesto, pero sualternativa es peor. Sencillamente no hayreemplazo para el sistema de precios, que reflejalas prioridades sociales y guía el procesoeconómico. Intentar sustituirlo con planesnacionales, regulaciones económicas onacionalizaciones es un esfuerzo vano yeconómicamente destructivo.

Una vez expuesto el argumento teórico, veamos

lo que nos dice la Historia al respecto. Lasocialización de la agricultura había ya acabadocon la vida de millones de personas por

hambrunas en la naciente U.R.S.S., cuando Lenindecide aplicar la llamada Nueva PolíticaEconómica (NPE). Lenin, un marxista deformación, introduce entonces y por emergencialos primeros elementos de capitalismo cabal enRusia. Reprivatiza alrededor del 4% de granjascolectivizadas, elimina ciertos controles, yestablece el patrón oro (moneda dura) conrespaldo para el rublo. Estos incipientes elementosde capitalismo fueron responsables por lasupervivencia material del pueblo ruso. Esepequeño porcentaje de kulaks que recuperaron supropiedad, generaron el 28% de la producciónagrícola de la U.R.S.S. durante los siguientes 70años. Tan concientes estaban los soviéticos de quelos precios eran el sistema de señales de unaeconomía (cosa que nuestros economistasneokeynesianos locales, por el contrario, ignoran opretenden obviar) que mantenían suscripcionesregulares a catálogos industriales y de tiendasdepartamentales de los EEUU y Europa, para teneralgún tipo de referencia. Alrededor de 18.000economistas participaban de la tarea centralizada

en el Kremlin por fijar precios sin mercado, unesfuerzo vano por definición. Cada año másfábricas quedaban paradas por falta de partespequeñas que no podían solicitarse dinámicamentemediante compras libres. La economía soviética,en palabras de un economista ruso contemporáneo,era un "ferrocarril tosco y feo, detenido por faltade tornillos". Lo mismo le sucede a Cuba. Sólo un13% de los ingenios azucareros que la Revoluciónconfiscó a sus propietarios sigue en condicionesfuncionales, el resto son chatarra gracias a la faltade piezas de repuesto. Ni la U.R.S.S. ni Cubapudieron ni podrían sostenerse sin socios máscercanos al concepto capitalista, ya sea porimitación permanente de industrias, métodos yespecializaciones profesionales, o bien porcomercio estatal, en lo que se conoce como"capitalismo de estado". Los ciudadanos de losmodelos totalitarios por su parte complementaronsiempre sus necesidades en el mercado negro.

¿Qué sucede con las industrias socializadas

en países relativamente libres? Cada actividad económica que se aísle del

sistema de precios, empezará necesariamente unlento declive y deformación[3]. Así lo atestiguantanto la educación francesa, con la pérdida de susestándares de posguerra, como la medicinasocializada en Canadá, que hace esperar apacientes críticos alrededor de 6-18 meses ycuenta con una tecnología muy inferior a la de suvecino EEUU. Lo mismo sucede con el sistema depensiones en Suecia, que ya imita a Chile en unmodelo individual de ahorro en vez de la malllamada seguridad social.

En el Ecuador de hoy en día -el cual por cierto

se clasifica entre los países de menor libertadeconómica del mundo- hay una larga serie deactividades e industrias que siguen intervenidas odirectamente en manos estatales, eliminándosecualquier tipo de racionalidad económica einnovación local. Pero ni la administraciónextranjera, la concesión u otros parches podrán

subsanar el problema fundamental: al igual que enun quiosco de hot-dogs, se necesita informaciónreal y libre para crear valor agregado.

El socialismo no es social, es político Luego de una objeción desde la ética y una

exposición de por qué la planificación central(socialismo) no es viable, hagamos una últimadisección del término para aliviar a quienessienten que este artículo ofende su sensibilidadpolítica o incluso cultural. Como dije al principiolos ingenieros sociales, diseñadores de utopías acosta de vida y propiedad ajenas, tuvieron elmejor acierto en la historia del marketing políticoal apropiarse del nombre socialista paraautoetiquetarse. Sin embargo el nombre siguecausando confusión entre quienes tienen una gransensibilidad social y aman el concepto decomunidad, sobre todo en nuestro estilo latino.

Sencillamente, el socialismo es lo contrario a

la comunidad, en su concepto pacífico yvoluntario. La imposición gubernamental es laseñal de fracaso de quienes no lograron liderarvoluntariamente un tema o proyecto social. Siusted al igual que yo, cree en la comunidad, en elliderazgo y en la ayuda a los más necesitados, nopiense que es socialista. Sencillamente usted eshumano. Politizar esas nobles intenciones provocael efecto contrario: autoritarismo y subdesarrollo.Y por eso precisamente, el socialismo fracasa.

Notas al pie: [1] La filósofa rusa Ayn Rand, autora de “La

Rebelión de Atlas” y “El Manantial”, decía que“El gobierno se crea para proteger a la gente delos criminales. La constitución se crea paraproteger a la gente del gobierno”.

[2] "En el capitalismo, todas estas decisiones

se determinan en base a cálculos económicos (de

costos). Por tanto, la producción de zapatos en suconjunto tiende a ser efectuada hasta el punto enque una mayor producción haría que la industriadel zapato se vuelva relativamente menos rentableen comparación a otras; los estilos son aquellosque los consumidores están dispuestos a volverrentables; los métodos de producción, losmateriales utilizados, las locaciones geográficasson las del menor costo posible excepto cuandotengan ventajas especiales por las cuales losconsumidores estén dispuestos a pagar". Reisman,1996

Y a manera de anécdota: “Si algo en concreto puede mostrar la

deshonestidad intelectual del departamento deeconomía de [la universidad de] Columbia enaquellos días, era esto. Mientras que se evitaba u‘olvidaba’ hacer disponible un solo de los textosde Ludwig von Mises, o inclusive mencionar laexistencia de ellos en las lecturas asignadas, ohasta donde tuve conciencia, en un aula, el

departamento se aseguró de mantener disponiblesdocenas de copias del intento de refutación deOskar Lange a la doctrina de Mises sobre laimposibilidad de cálculo económico delsocialismo -en el área de reserva de la bibliotecacomo una lectura suplementaria y opcional alcurso de introducción a la economía” Reisman,1996

La ‘solución’ planteada por Oskar Lange y

otros socialistas neoclásicos (el término es casiredundante) es que el ensayo y error y lacoordinación entre planificadores centrales es máseficiente y justa que los monopolios, oligopolios,carteles permanentes y monopsonias a las que elmodelo neoclásico lleva como conclusión sobre larealidad. Nuevamente un marco teórico deepistemología falaz lleva a peligrosísimasconclusiones. Ni la información es estática, ni losactores son lineales, ni las necesidades son igualesaño tras año. Tres supuestos tan pueriles aldesmantelarlos demolería nuevamente el esfuerzode Lange y otros marxistas por resolver el

problema teóricamente. En la práctica sinembargo, no fue necesario, el Kremlin basaba susGosplan en información exterior como mencionéanteriormente y permitía ciertos niveles demercado, dando la razón a Mises y cualquier otroser humano conciente de las limitaciones de laacción humana individual sobre un conjunto dadode recursos y voluntades independientes.

“Todos deberíamos estar agradecidos a los

soviéticos porque probaron de forma concluyenteque el socialismo no funciona. Nadie puede decirque no tuvieron suficiente poder o suficienteburocracia o suficientes planificadores o que nollevaron las cosas hasta el grado suficiente” PaulCraig Roberts.

Sin embargo el caso también aplica, como lo

planteé al profesor Cachanosky, a una isla en queMicrosoft –digamos- internalice todas lasactividades necesarias para los seres humanos queen ella trabajan. Se perderían de tal forma loscostos reales de vista en cada actividad, (no

existirían, pues su precondición es la valoraciónsubjetiva) que la isla Microsoft generaría supropia entropía económica en muy poco tiempo.

“...paradójicamente, la razón por la cual una

economía socialista no puede hacer cálculos no sedebe específicamente a que sea socialista! ElSocialismo es el sistema en el cual el Estado tomacontrol a la fuerza de todos los medios deproducción en la economía. La razón de laimposibilidad de cálculo económico en elsocialismo es que un solo agente posee o dirigetodos los recursos de la economía. Debe estarclaro que no hay diferencia en esto si el agente esel Estado o un individuo o un cartel empresarial”Murray N. Rothbard, Man, Economy and State

El análisis inverso es precisamente la mejor

justificación para la tercerización o outsourcing,basada en los principios ricardianos y miseanos deventajas comparativas y competitivas utilizados enla “Ley de asociación” de Mises (ver La AcciónHumana). En esto hay que coincidir con el

economista José Piñera, en que la base de todaeconomía sana es “competencia, competencia,competencia”. Eso sólo es posible si la propiedades dispersa, legítima y no hay barreras de entradapara las actividades. Entonces entra también y ensegundo plano el tema hayekiano-schumpetereanode la dispersión de la información y la capacidad(conocimiento, asimetrías informativas, talentos ycreatividad) a complementar el argumento.

[3] Mi análisis de las áreas socializadas se

inspira en el tema Miseano, que Rothbard tambiénaplicó en su análisis del Estado per se. El Estadoes la socialización de la justicia, la seguridad y elcastigo o retribución y tiene en su concepción elmismo defecto de cualquier otra actividadsocializada.

“Rothbard llevó un paso adelante los

argumentos de Mises en el tema del cálculoeconómico. Consecuentemente, Rothbard concluyóque si el socialismo no puede funcionar, tampocopueden hacerlo los actos de intervención del

gobierno en el mercado. Esta posición es sostenidapor un número reciente de economistas quecomparte la visión Miseana-Rothbardeana de losdefectos internos del socialismo. Paul R. Gregoryy Robert C. Stuart, en un libro popular sobre laeconomía soviética, escriben “La lecciónprimordial que debe aprenderse de este análisisdel sistema de mando y administración vertical, esque falló debido a contradicciones internas, no alerror humano. Esta verdad es importante. Lasgeneraciones siguientes, atraídas por lascaracterísticas ‘atractivas’ del sistema de mando yadministración vertical –igualdad, derecho altrabajo, desarrollo administrado verticalmente-podrían concluir que el sistema en sí era posible.En esta perspectiva, sus administradores –desdefines de los 1920’s hasta principios de los 1990’ssimplemente no supieron manejarlo. Talconclusión llevaría a una repetición delexperimento con resultados que podrían no serprevistos por generaciones futuras” YuriMaltsev, Murray N. Rothbard as a critic ofsocialism

5. ¿POR QUÉ FRACASARON EN

LATINOAMÉRICA LAS REFORMAS

“NEOLIBERALES” DE LOS 90’S? Imagine usted que un grupo de vecinos de su

barrio –elegidos o auto elegidos gobernantes-deciden que nadie si no ellos puede proveer deseguridad y resolución de disputas. Pero no sóloeso, pues además de unas tolerables alícuotas paragastos como iluminación, jardines y mantenimientode las instalaciones comunes como a las que todosacostumbramos, empiezan a cobrarle unporcentaje de su sueldo a los solteros para pagareducación de quienes tienen hijos. A los de estilode vida más saludable, empiezan a cobrarles paraofrecer salud a quienes la quieran gratuitamente,empiezan a crear puestos de trabajo en laadministración del barrio -a costa de todos losvecinos nuevamente-, y a controlar toda una seriede elementos de la vida misma de las familias. No

hace falta demasiada imaginación para completarel panorama, pero en eso se convirtió el Estadopara los latinoamericanos en las últimas dosgeneraciones. En la mayoría de países y yaavanzados los 1970’s, el Estado era aguatero,electricista, ingeniero, médico, profesor, consejeromatrimonial y familiar y casa de beneficencia.

A pesar de ese diagnóstico ahora evidente, y de

que el famoso (infame para la siniestra) Consensode Washington parecía ser la cura para los malesdel continente, los resultados han dejado muchoque desear. Tanto así que los ungidos delpopulismo y el colectivismo son –electoralmentehablando- más fuertes que nunca en la regióngracias a que lo denuncian diariamente. Pero si elfinal de los 80’s y la década de los 90’srepresentaron una ola masiva de privatizaciones,desregulación y apertura aparentes, ¿qué pudohaber fallado? ¿No será que los ungidos tienenrazón y el “neoliberalismo” es intrínsecamenteincapaz de generar prosperidad general? Deninguna manera.

Aquí una tabla sobre qué tanto estas reformas

se cumplieron a lo largo de Latinoamérica, tomadade http://discepolin.blogspot.com/2011/04/mitos-bolivarianos-el-consenso-de.html:

Volvamos a la analogía del principio: ¿qué

pasa si el grupo de gobernantes –que ha cambiadode rostros pero no en realidad de talante- decideabandonar muchas de las actividades que habíacapturado? ¿Volvemos ipso facto a una situaciónnatural? De ninguna manera. El grupo degobernantes puede haber vuelto más “eficiente”una serie de actividades mediante concesionespero los vecinos aún no sentimos que somos losdueños de nuestras vidas. El grupo de gobernantespuede haber dejado de hacer ciertas cosas pornosotros, pero mantiene leyes que nos dicen cómo,cuándo y hasta dónde hacerlas. Aún no somosdueños de nuestras vidas. Los gobernantes puedenpermitirnos iniciativas en el barrio, pero con supermiso previo y bajo su supervisión técnica. Nuevamente, no hemos recuperado realmente nada.

El problema de las reformas de los 90’s es

precisamente ese (tomemos en cuenta que paísescomo Ecuador ni siquiera las emprendieron). Desde la división de Buenos Aires en dos zonaspara dar control exclusivo a una empresatelefónica cada una, pasando por el Ejido

mexicano que mantiene al Estado como propietariode tierras y destinos en el agro, hasta llegar a lossistemas de “Seguridad Social”, donde el Estado“ahorra por nosotros” para la vejez, lo quetenemos no es ninguna forma de Liberalismo (niexiste un “neo”, valga decirlo) si noMercantilismo puro y duro. Es decir, el remedioresulta sólo un poco mejor que la enfermedad. Siteníamos un Estado obeso y empresario, ahoratenemos un Estado obeso que se siente menosempresario pero que por su obesidad acapara losrecursos con los que podríamos ser empresarioslos demás. Nos mantiene regulados, supervisados,concesionados (el monopolio sigue, aunque lacalidad aumente notablemente en una concesión),arancelizados, monopolizados jurídicamente ydesposeídos. Y esos dos últimos factores son losmenos notorios y discutidos pero los másimportantes para el despegue –aun postergado- denuestros países. Tiene toda la razón quien señaleque España, Irlanda, Estonia o el propio Hong-Kong no son sistemas liberales puros, pero aun asíson las estrellas mundiales de crecimiento y

prosperidad para sus habitantes. Y es que noshemos enfocado siempre en lo que les distingue depaíses de crecimiento bajo como Dinamarca,Francia o Alemania. Pero la clave, el requisitosine qua non, del progreso es lo que tienen encomún entre sí y nosotros aún no tenemos:seguridad jurídica sobre propiedad y contratos. ¿Por qué llegar a esta conclusión? Nada más puedeexplicar por qué el 80% de flujos de inversiónextranjera se den entre los propios paísesdesarrollados cuando una empresa como Microsoftpaga un 8% de dividendos a sus accionistas enaños recientes, y empresas exitosas ecuatorianasrebasan el 25%. ¿No deberían llover los capitalessobre los países latinoamericanos donde lasinversiones rinden más? Simplemente, no. Siusted sabe que un país de Latinoamérica ustedretiene alrededor del 60% de utilidades por sudinero invertido en una empresa y en Dinamarcaapenas el 40%, ¿por qué Dinamarca sigue siendoun mejor destino para las inversiones? PorqueDinamarca tiene un tradicional, popular y efectivosistema de propiedad y justicia.

Es decir que en Latinoamérica usted puede

retener más luego de impuestos, pero existen másdeudas incobrables, más posibilidad de estafa deun socio, más conflictos laborales y otroselementos que desmotivan al empresario demantener inversiones y capitales en nuestroterritorio. Es por eso que la reinversión es unverdadero acto de heroísmo, aunque los políticoscolectivistas y populistas etiqueten a los máscautelosos como “poco patrióticos” por manteneruna razonable proporción de ahorros y utilidadesen el exterior. Pero el tema no termina ahí. Hernando de Soto, en su nueva obra “El Misteriodel Capital”, calcula que el 80% de la propiedaden los países en vías de desarrollo está totalmentesumergida. Es decir que decenas de millones defamilias en nuestro continente no tienen acceso a laforma primordial de obtener créditos, iniciarPymes, darse empleo y en general integrarse alsistema productivo. Si existen sistemas depropiedad estatal como el Ejido mexicano o elIESS ecuatoriano, o si la casa o terreno de una

familia de escasos recursos no son suyosformalmente, no hay grado de apertura,privatizaciones u ortodoxia fiscal que puedancompensarlo. Literalmente la clase media y bajase vuelven meros espectadores del procesoeconómico. Y los ungidos sabrán capitalizar esehecho denunciándolo (hasta un reloj dañadoacierta dos veces al día) como exclusión. Sinembargo los ungidos piensan que la repuesta es lainclusión política (“decidamos entre todos enasambleas”).

La respuesta desde la mentalidad empresarial

debe ser muy distinta y más acertada: sí, elMercantilismo es excluyente, pero podemoscaminar hacia el Liberalismo si masificamos elacceso a la justicia (más jueces, mejoresincentivos para agilizar asuntos y más rendición decuentas a la comunidad), a la propiedad (registrosde la propiedad y mercantiles en manos de lascámaras de la producción y otras asociacionescomunitarias), y a la seguridad (policíasmunicipales). Si bien ya muchos conocemos los

indicadores del Índice de Libertad Económica deHeritage Foundation y el Freedom of the WorldIndex del Fraser Institute debe quedarnos claroque no todos tienen el mismo peso. En otraspalabras, la libertad económica comienza por lapropiedad, el contrato y la justicia. Sonsecundarios aunque trascendentes también losimpuestos, aranceles y regulaciones. Estosimplemente, porque una economía libre es unaeconomía de propietarios, no de proletarios.

6. 4 mitos de la economíade pizarrón

La Economía se halla asediada por mayor

número de sofismasque cualquier otra disciplina cultivada por

el hombre. Henry Hazlitt

Entre las grandes tragedias del siglo XX está la

readopción de viejas y dañinas posiciones sobrela economía que parecían largamente superadas. En este breve resumen vamos a revisar cuatroconceptos que se siguen enseñando en lospizarrones de una buena parte del mundo, y no sonotra cosa que un refaccionamiento de las viejasconcepciones del Mercantilismo. Veamos entoncesen qué consisten aquellas y qué tienen de dañino alser impulsadas en reuniones de un gabinete

ministerial. 1.- La balanza comercial y el dinero como un

fin El Mercantilismo es la filosofía económica

adoptada por los mercaderes y estadistas de lossiglos 16 y 17. Los mercantilistas pensaban que lariqueza de una nación provenía principalmente dela acumulación de oro y plata. Las naciones sinminas podían obtener oro y plata sólo al vendermás bienes que aquellos que adquirían delexterior. En consecuencia, los líderes de esasnaciones intervenían altamente en el mercado,imponiendo aranceles a los bienes extranjerospara reducir las importaciones, y otorgando subsidios para mejorar las posibilidades deexportación para los bienes domésticos. ElMercantilismo representó la elevación al status depolítica nacional de los intereses comerciales.

Los viejos mercantilistas sostenían que por

definición era favorable exportar y desfavorableimportar. Lamentablemente el error es persistentey prácticamente un lugar común cuando se habla decomercio exterior. Pero es necesario aclarar una ymil veces que el objetivo de las exportaciones esla importación. Basta fijarse en lo que hacemos anivel personal, familiar y de nuestro barrio: elanálisis más ligero bastará para notar que todoaporte productivo hacia los demás se hace con elfin de importar el producto de sus esfuerzos. Dadala naturaleza arbitraria de las fronteras nacionales,resulta entonces evidente lo irrelevante que resultasi se da adentro o afuera de un país un transaccióndonde se intercambie un bien o servicio pordinero. Si importar fuese dañino, la insinuación ensátira del genial Frederic Bastiat de que hundamoscada cierto tiempo los barcos que traenmercancías del exterior, sería la solución al“problema”.

Esto nos lleva al tema del dinero como un fin.

Los mercantilistas pensaban que la parte querecibía el dinero resultaba favorecida en el

comercio. Pero por definición los intercambioscomerciales entre personas, empresas y territorios,son situaciones ganar-ganar. De hecho es la razónpara que ocurran, siendo voluntarios como lo son.Es por eso que debe descartarse el mito de labalanza comercial, pero sobre todo el del dinerocomo un fin en el proceso económico. Lo únicoque da valor al dinero son los bienes y servicioscircundantes; en otras palabras, la producción.

2.- Consumo y Producción A partir de los escritos de J.M. Keynes la

profesión económica empezó a sostener unacuriosa idea: el que una economía pueda tenersituaciones indeseables como falta de empleo ypauperización por culpa de los comportamientosmezquinos y egoístas de los empresarioscapitalistas. A una falta de expansión hacia elpunto que Lord Keynes consideraba el “óptimo”sólo cabía contraponerle la amigable mano visibledel Estado para corregir, vía gasto público ypolítica monetaria, la situación indeseable. Así, el

consumo forzoso –por encima de proyectos yplanes de vida individuales- iba a tirar haciadelante todo el proceso productivo.

Pero se comete un grave error histórico y

teórico al sostener eso. En primer lugar, el empleoasalariado es una creación del empresariocapitalista, que libra a otros individuos de laincertidumbre del mercado (un agricultor o herreroes un empresario, tan sujeto a la dureza delmercado como cualquiera) a cambio de un ingresoestable. Y el origen de ese ingreso es la mente delempresario capitalista, quien originalmentehubiese tenido una ganancia pura que no tuvo másremedio que compartir en forma de salarios paracontar con la colaboración voluntaria (porcontrato) de otras personas. El propio autointerésdel capitalista le llevará a generar cada vez másvalor agregado para escapar a la tendenciainherente a un mercado libre de uniformar lasutilidades entre empresas e industrias. Si noinnova en costos o valor agregado, sencillamentesu utilidad tiende a desaparecer con el tiempo y su

producto se vuelve un commodity. Igual va paraquienes ofrecemos nuestro trabajo: la abundanciade gente con la misma capacidad o talento nosvuelve menos recompensados monetariamente. Lahistoria nos corrobora este hecho: es el autointerésdel capitalista lo que genera una produccióncreciente, la competencia con otros capitalistaseleva la productividad del trabajo humano, y elsalario aumenta en proporción con la utilidad puramientras más capitalista es una economía.

Y en una clara violación de la Ley de Say ("la

oferta crea su propia demanda"), Keynes sosteníaque la oferta global era algo distinto a la demandaglobal de bienes y servicios. Además de crearseuna perniciosa división entre “el lado de la oferta”y “el lado de la demanda” para el análisiseconómico, se comete un error fatal. Toda personaque ofrece un bien está necesariamentedemandando otro. La persona que quiere comprarun bien o servicio tiene necesariamente queofrecer otro. Al no ser fenómenos divorciables laoferta y la demanda, las nociones keynesianas

parten de un error lamentable. Con la Ley de Say se refuta también de paso la

afirmación socialista –de ese tiempo ycontemporánea- de que puede haber en losmercados un exceso de oferta global. Mientrasque la supuesta escasez de demanda se le quiereatribuir, entre otras cosas, a una falta de dinero enmanos de la gente -bastaría imprimir y repartirbilletes- el exceso de oferta recibe apelativos máscoloridos, como aquel de la “exhuberanciairracional” del capitalismo.

3.- La fijación con el pleno empleo y el ciclo

económico Uno de los legados más nefastos que nos ha

dejado la economía de pizarrón es la fijación delos funcionarios públicos con la búsqueda del“pleno empleo”. Sometamos el tema del empleo aun ejercicio mental: en una isla de apenas 100habitantes es inconcebible el desempleo,sencillamente porque falta gente para el número de

bienes y servicios que pronto serán ideados ydeseados por sus habitantes. “Pero ahora, en larealidad, hay mucha más gente” podríaargumentarse. Por supuesto, pero los satisfactores(bienes, servicios) siguen siendo ilimitados. Laprueba de eso está en que países de decenas ycientos de millones de habitantes tienen muchomenos desempleo que Ecuador o Venezuela, tantoantes como después de nuestra actual etapa dedesarrollo.

Keynes escribió que según los economistas

clásicos “no existe tal cosa como el desempleoinvoluntario en sentido estricto del término”. Los clásicos no dijeron eso, por supuesto queexiste el desempleo involuntario. Pero no en unmercado libre. Se necesita de una fuerza externaal mercado para perturbar profundamente lanatural relación entre proyectos crecientes yempleo total de la población en ellos. En otraspalabras, sin intervencionismo estatal, lo natural ehistóricamente preciso es decir que el empleosiempre es ubicuo y total.

Sin embargo toda intervención estatal genera

un problema que bajo las ideas equivocadasparecerá demandar nuevas intervenciones. Es poreso que a los defectos de la economía mixta losmercantilistas querían corregirlos con gastopúblico e inflación. Si el afán es mejorar lascosas en el corto plazo y superficialmente, esesería el camino. Pero se está afectando la base deuna economía que quiera asignar inteligentementesus recursos: el sistema de precios. Éste es elúnico sistema de señales e incentivos posible en larealidad que motiva a la asignación dinámica yacertada de recursos productivos en una economíalibre. Cualquier interferencia -más aún si essistemática- con su funcionamiento genera errorespersistentes en el proceso económico. De esaforma y sólo de esa forma, es posible la existenciade factores como el desempleo involuntario y lasubutilización de otros recursos hábiles ydeseables. De hecho, una afectación vía expansióndel crédito es la forma por excelencia para generarel conocido y popularmente misterioso ciclo

económico de boom y recesión general. Pero dadoque la intervención estaba justificadatécnicamente, había que lidiar con el lasrecesiones y depresiones con más intervenciónaún. Una somera mirada a la inflación estatal deldinero durante los 1920’s basta para adjudicaracertadamente la responsabilidad de la GranDepresión. También puede recurrirse a“America’s Great Depression” de Murray N.Rothbard y “La Gran Depresión” de HansSennholz. En ese sentido ni hablar de lashiperinflaciones en países latinoamericanos, suscrisis bancarias y su estancamiento en general.

La fijación con el pleno empleo ha llevado una

y otra vez a pensar que existen situaciones en queel consumo es menos que “óptimo” y el Estadodebe intervenir para provocar la utilización derecursos “ociosos” y estimular la demandaagregada. Todo esto, claro, bajo el improbableconcepto del efecto multiplicador del gastopúblico.

Pero forzar el consumo por encima de lainversión –la cual sí es multiplicadora- es unejercicio de ilegitimidad ética además dedestrucción económica. Como dijo uno de losseguidores más conocidos de Keynes y elmercantilismo en general, John Kenneth Galbraith:“Hitler fue el verdadero protagonista de las ideaskeynesianas.”.

4.- El Estado como socio y los agregados

poco agregables Para llegar al cálculo del PIB de un territorio,

se utiliza una conocida fórmula: C+I+X+G=PIB El problema es que la aceptación de ésta sin

beneficio de inventario implica prácticamentesumar peras y manzanas. En primer lugar, laacumulación de dinero no implica mayor riqueza

(bienestar). Prestar una atención miope alresultado de la fórmula del PIB, sobre todo cuandola inversión y el consumo quieren sumarse al gastopúblico, es un error. El gasto público (incluyendolas empresas públicas y su intromisión) secompone de recursos sustraídos del sectorprivado, que hubieran estado al servicio delproceso económico en forma de consumo,inversión y comercio exterior precisamente. Deninguna manera puede considerarse inversión; enel mejor de los casos consumo forzoso. Pero ésteúltimo siempre implica una pérdida de bienestarsocial pues se hace a espaldas de la gran mayoríade implicados.

Por otra parte y como se mencionó antes, las

exportaciones no son un activo del que debanrestarse las importaciones. Ambas caras delcomercio son auto equilibrantes y suficientes.

Además el PIB está atado a los índices de

precios al consumidor y a la cantidad de dinero enla economía. Cualquiera de los dos factores sería

suficiente para desconfiar de su validez, pues sonnominales y no siempre reflejan la situaciónsubyacente y real.

El concepto del PIB debe ponerse en duda por

su imprecisión, y porque es un concepto contablemás que cataláctico, es decir no lidia con lacooperación de mercado en su conjunto si no consumas y restas de elementos desiguales frente alproceso económico. Pero el cálculo del PIB essolamente una manifestación particular de laconcepción mercantilista, siendo la miopía ante laexistencia del individuo la raíz fundamental deesta última. Si se considera la acción colectivacomo algo más que un concepto funcional paraentender la suma de acciones individuales, el errorseguirá plagando la ciencia económica. Aquelladebe estar al servicio del ser humano y lacooperación social voluntaria, no de la política. Entender la diferencia determina fundamentalmentenuestra capacidad de salir del atraso y ladesesperanza.

Conclusión Hemos heredado una economía tradicional

plagada de imprecisiones. Esto tiene dos clarosefectos: desprestigia la ciencia económicahaciendo que mucha gente no la tome en serio ypor otra parte vuelve a muchos economistasejemplos de lo que F.A. Hayek llamó la “fatalarrogancia”, es decir que se toman demasiado enserio frente a la sociedad. Ambas son caras de lamisma moneda, y sus efectos vía políticas públicassobre el planeta han sido desastrosos. Antes de lareinstitución del Mercantilismo, el analfabetismoeconómico era común exceptuando a loseconomistas. Luego de los 1930’s una buena partede la propia profesión padece de ese mal alabrazar fundamentos y conclusiones erróneos.

Keynes, padre intelectual del FMI y las

políticas económicas de los últimos 70 años,hubiera hecho bien en no desenterrar los viejosmitos mercantilistas y vestirles de nuevos ropajes.

El costo de enterarnos que el emperador estabadesnudo y tenía un rostro viejo y desagradable aúnno se termina de pagar en oportunidades perdidaspara el mundo en vías de desarrollo. Losseguidores posteriores de esa línea, desde Hickspasando por Samuelson & Nordhaus para llegar aPaul Krugman, siguen confundiendo a susherederos intelectuales y al público en general. Pero la economía de pizarrón nos ha hecho ya elsuficiente daño. Tal vez es hora de evitar nuevosdesastres.

7. Lograr el PlenoEmpleo implica menos

Estadoy más Mercado

La preocupación por el pleno empleo -del

recurso humano- ha sido uno de los temascentrales de los debates económicos y políticos delos últimos 70 años. Cabe preguntarse por qué esedebate no se generó antes. La respuestaseguramente nos dará claves sobre cómo desataruna creación vigorosa de empleo y sobre todo queaquél se logre generando riqueza, y no medianteesquemas que den esa apariencia mientrasdestruyen las bases económicas para generacionesfuturas.

La aparición del desempleo El 85% de economistas europeos considera

que la existencia de una ley de salario mínimo,crea desempleo permanente e involuntarioprecisamente en los sectores más vulnerables. Yes que el trabajo, aunque los seres humanos noseamos mercancías ni nadie haya sugerido eso,evidentemente tendrá una valoración y por tanto unprecio sujeto inevitablemente a las leyeseconómicas como cualquier otro. Y los preciosreflejan la escasez objetiva y la valoraciónintersubjetiva. Sin embargo, si el legislador fija unsalario por encima del salario real, los resultadosson siempre predecibles.

Una ley de salario mínimo logra solamente

elevar el salario nominal de quienes ya estabanempleados. Arriesga o simplemente deja fuera delmercado a los más jóvenes –quienes más necesitanexperiencia que irónicamente se les demandará enpoco tiempo, a los menos capacitados –impidiéndoles acceder a un ingreso que puedenparcialmente usar en educación propia o la de sushijos, y gente mayor o con discapacidades. Enotras palabras, beneficia a los más aptos y

productivos, y perjudica frontalmente a los másvulnerables y con menores habilidades.

El mejor comunicador económico del siglo

XX, Henry Hazlitt, contaba que cuando llegó aNew York no sabía para qué era bueno (pensemosque eran tiempos sin orientadores vocacionales ycasi nula información sobre las carrerasdisponibles) pero que al ser despedido al final dela semana, siempre encontraba trabajo. Tambiénrecuerda claramente que eso cambió con laaparición del salario mínimo. De repente yaexistía gente en desempleo involuntario. Sería unresultado inevitable, al parecer, de violar elprincipio de libertad de asociación. Dichoprincipio dice que las personas pueden establecertratos a su conveniencia y que en tanto no existaagresión física o estafa, no son asunto alguno depolíticos o funcionarios. Esto incluye lascondiciones de contratación y de precios decualquier bien, o de lo contrario se mantiene unabsurdo: la gente puede asociarse libremente entanto no planee mantener una relación productiva.

Otro factor para que los empresarios y

capitalistas no proyecten contrataciones es laexistencia de las mal llamadas “conquistassociales”. Puede sonar una posición cruel si se laenfoca de forma miope, pero en realidad el obligaral empleador a entregar cierto número de mesespor despido intempestivo al empleado, hacepensar dos veces al primero sobre el generarempleo en primer lugar. Baste recordar que enEuropa el desempleo ha sido consistentemente eldoble o triple que en los EEUU, debido a unafórmula contenida en tres sencillas palabras: “Youare fired!”. La incompetencia en cierta actividadno es un tema de compasión, pues si el despido noes una posibilidad real esa misma persona no llegaa enterarse nunca de si es valiosa o no en dichaempresa o industria. Por el contrario, si fijamosnuestra compasión en los más pobres, vamos aquerer que el recurso humano sea el que mejorasignado esté en nuestra sociedad, para que lacreación de riqueza ampliamente disponible sea lomás rápida posible. Sin un sistema de precios

libre en el mercado de trabajo, se estádesperdiciando y asignando mal, el más valioso delos recursos: el trabajo de las personas. En estosgráficos del Libro Macroeconomía En LaEconomía Mundial de Felipe LarraínBascuñán, Jeffrey D. Sachs y Jeffrey Sachspodemos observar la relación entre la tasa dedesempleo y las conquistas sociales comparando aEEUU con la Unión Europea.

Por otra parte, un estudio reciente en Italia,EEUU y Ecuador, muestra que el 85% o más delempleo es generado por las pequeñas y medianasempresas. Dado que las empresas grandes puedencumplir fácilmente con niveles tributariosconfiscatorios y leyes laborales desalentadorascomo tenemos en el nuestra región, empieza aquedar claro que todo el peso de las supuestas“conquistas” de la economía intervencionista laspagan los sectores menos capitalizados directa eindirectamente. Y a pesar de ser empresarios conpoco capital disponible, podrían considerar –debido al precio artificial tan elevado- másconveniente utilizar bienes de capital comocomputadoras o máquinas en vez de trabajohumano, y no conjugadas con aquél.

La banca central y el empleo

A los economistas, funcionarios y políticos deformación intervencionista, la nueva ola mundialde bancos centrales autónomos y con objetivospropios les resulta algo intolerable. Esto ocurreporque el rol desde Bretton Woods sobre todo yantes de la famosa estanflación (estancamiento coninflación) de los 1970’s, había sido el logro del“pleno empleo” bajo postulados de activismomonetario y fiscal. Esto equivalía a pensar que elEstado podía subsanar o acelerar desajustestemporales o supuestamente estructurales entre lademanda total y la oferta total en una economía.Decía esta visión que podría faltar dinero para queel total de los bienes y servicios ofrecidos en elmercado, pueda ser adquirido por los habitantesde un país. Por lo tanto, el que haya empleossuficientes en una economía dependía entonces deque el consumo lleve a la demanda total y alaprovechamiento de todos los recursos, y en estecaso, el recurso humano. Sorprendentemente lainflación sigue siendo para muchos analistaseconómicos algo bueno pues acompañasupuestamente el crecimiento. En realidad lo que

ocurre cuando hay dinero fuerte y una economíavigorosa, es una baja paulatina de precios de losbienes de capital y los bienes de consumo, con locual no existe problema recesivo alguno pues larentabilidad de las empresas sigue su curso.

Adicionalmente, el trabajo de economistas

como Ludwig von Mises, Friedrich A. Hayek yluego el de Milton Friedman demostró que nohabía “almuerzo gratis” y que dichasintervenciones monetarias o fiscales tenían altoscostos para el bienestar humano. En particular,destaca la demostración de Mises y Hayek de quela manipulación del dinero y la tasa de interés creadesajustes masivos, conduciéndose la humanidad auna era de booms y recesiones –como la GranDepresión que ocurre luego de la inflaciónirresponsable de los 1920’s- totalmentedesconocida en épocas y países con dinero fuerte ymercados financieros libres.

La Ley de Say y la capitalización de un país,

como base de salarios crecientes

En realidad desde John Stuart Mill, el afamado

economista inglés, se sabe que la demanda demercancías no es demanda de trabajoasalariado. En otras palabras, un consumoexacerbado por condiciones monetariascortoplacistas u otras presiones gubernamentales,no asegura la generación real de empleo en elmediano plazo. Un gasto gubernamental aumentadoy utilizado en obras públicas puede generarempleos visibles, pero para el ojo entrenado estosaparecen a costa de muchos otros en el resto desectores de la economía. Por otro lado unapolítica monetaria irresponsable puede forzar alconsumo a costa del ahorro para el futuro, pero seestá sacrificando el consumo y el propio empleofuturo en cantidad y calidad.

Como la Ley de Say indica, es la producción la

que crea condiciones de demanda. En otraspalabras, quienes son visionarios y asumenriesgos, llevan sobre sus hombros como el míticoAtlas, todo el proceso productivo y de empleo en

la sociedad. Si los tres factores de producción songrosso modo Tierra, Trabajo y Capital, es sencilloentender cómo aumentar los salarios reales. Pensemos en China: puede obtener 9% de recursosnaturales adicionales (Tierra) frente al añoanterior; puede crecer al 9% anual su riqueza ygasto productivo procedente de tecnología yahorro (Capital), pero su población difícilmentecrecerá al 9%. Lo hará al 1% a lo sumo. Portanto el recurso que va quedando escaso frente a lacantidad de proyectos de los emprendedores, es eltrabajo humano. Su escasez relativa por necesidadde los más ambiciosos hará que su valor y portanto su precio, aumenten.

Cabe decir también que la mayoría de empleo

no está en el consumo, si no en la reposición deriqueza ya creada. Si China crece al 9% anualadicional, significa que el 100% ya creadotambién se repone. En otras palabras losedificios, viviendas, tuberías, computadores,tractores y maquinaria, deben reponerse cadacierto tiempo y el grueso del empleo estará en

renovar ese stock de capital en la economía delpaís.

Qué cambios necesitamos hacer Se necesita entonces centrar nuestra atención

en tres aspectos para el alivio inmediato de lastrabas:

1.- Flexibilización del salario para jóvenes,

discapacitados y jubilados así como reducción delcosto de despedir, a través de un Código delEmpleo. Esto es sólo una segunda mejoralternativa después de un retorno al Código Civilcomo marco legal para la contratación en vez deun Código Trabajo de inspiración estatista. Sinembargo dicho Código del empleo aflojará lacamisa de fuerza en que actualmente 45% de los“subempleados” ecuatorianos prefiere contratar,ser contratado o evitar ser alguna de las dos,haciendo su vida económica en la informalidad. Así, se reducirá el desempleo estructural.

2.- Mantenimiento de la dolarización medianteuna fiscalidad sana, y adicionalmente una reformaal sistema financiero emulando a Panamá, para quela integración financiera con el mundo permitamecanismos de ajuste que eviten cualquieractivismo del Banco Central o –mucho peor- de unMinisterio de Economía al que le estorbe laautonomía de aquél. Así, se asegurará que no hayadislocaciones y recesiones severas por crisisfinancieras ni dislocaciones masivas de recursos.

3.- Un impuesto a la renta de tipo no-

progresivo si no más bien de tasa fija. Elimpuesto a la renta siempre ha sido apoyado parasu aprobación por las élites de los distintos paísespues impide a los pequeños y medianos crecer yhacerles la competencia, pues los primeros puedenlidiar financiera y legalmente mejor con él. Si nose lo elimina, su reducción y fijación uniformemediante una tasa fija, desatará una capitalizaciónvigorosa y por ende condiciones de empleomejores cada año. Así, cualquier país deLatinoamérica que dé ese paso se colocará junto a

8 países de Europa Oriental, en el pelotón deavanzada al crecer también al 7-8% anual yabandonar la pobreza en apenas una generación.

Cómo mejorar los salarios El 83% de los economistas consultados en una

reciente encuesta en centros académicos europeosexpresa que el salario mínimo perjudicaprecisamente a los sectores sociales que pretendeayudar. Entonces, ¿por qué en nuestro paísinsistimos en mantener su existencia e inclusoelevarlo de vez en cuando? Porque tiene ventajasaparentes y de corto plazo, pero sus efectosindeseables ocurren de forma más sutil y a lo largodel tiempo.

Por lo tanto, corresponde a uno de esos

fenómenos con los cuales el periodista HenryHazlitt separaba a los buenos de los maloseconomistas, legisladores y estadistas. La clave espensar en el efecto de una medida no sólo en ungrupo y enseguida, si no en otros grupos y en el

mediano plazo.Si procediéramos así todos en el país,

cambiarían radicalmente nuestroscomportamientos privados y públicos. Noprivilegiaríamos lo que se ve bien, si no lo quegenera el bien.

El salario mínimo en particular sería visto

como lo que es: un impedimento jurídico para quela gente joven sin habilidades y la gente adulta conmenos talento obtengan un trabajo formal paraintegrarse al proceso productivo de nuestrasociedad. Simplemente quedan fuera del mercadooficial de trabajo, mientras se favorecevisiblemente a quienes ya tenían un empleo formal.

Pero son justamente los jóvenes y las personas

menos productivas quienes más necesitan adquirirhabilidades y avanzar en responsabilidades, por locual el salario mínimo resulta siendo unmecanismo perverso.

Además, y esto debería ser innecesario

decirlo, el tener a toda la población trabajando esmucho más productivo que tener una mayoríaganando un poco más, a costa de una minoría quesólo adquiere frustraciones, deudas o trabajos almargen de toda protección legal. Pero además hayque decir algo que no se entiende aún muy bien: elsalario nominal no es lo importante.

Lo que importa es cuánto compran esos X

dólares cada año, es decir, la relación de escasezrelativa entre los salarios y los bienes y serviciosque pueden comprar. Eso a fin de cuentas es laproductividad. En otras palabras, más dólares nosignifican en sí mismos mayor calidad de vida. Yobviamente mientras más gente esté empleada, másriqueza se creará, para poder ser adquirida conigual o menor cantidad de dólares.

Si entendemos que el salario es un costo que el

capitalista deduce de la ganancia empresarial (laplusvalía marxista no existe ni existió nunca),necesariamente veremos que es un problema deoferta y demanda. Como cualquier otro recurso

que se utilice para producir, el trabajo asalariadosólo puede volverse algo disputado si es escaso.Traduciendo esto último a lenguaje común,mientras más capital y proyectos empresarialesexistan en nuestro país, más escasa en relación aéstos resultará la gente.

Por ende, al capitalista no le quedará otro

remedio que entrar en una especie de subasta porese recurso humano ahora escaso. Es precisamentelo que pasa en Irlanda, Hong Kong o Suiza, dondesus empresarios no son más o menos “benévolos”.Lo que sucede es que existen muchos proyectos, yrelativamente menos gente disponible parallevarlos a cabo.

Entonces la libertad contractual beneficia al

trabajador por partida doble: pone a losempresarios a competir por él mediante salarios yaumenta la cantidad de bienes disponibles. Perotodo esto se vuelve imposible si es costosocontratar (por ser costoso despedir luego) o si elEstado fija el salario mínimo para distintas

ocupaciones. La movilidad social se dificulta, y depaso se vuelve oneroso el ser arriesgado,proactivo y creativo en nuevos proyectos.

Recordemos que al menos el 85% del empleo

se genera en las PYMES, tanto en Ecuador comoen EE.UU. Por lo tanto, no estamos castigandoprecisamente a las grandes empresas cuandoregulamos el empleo y sus beneficios. Estamosvolviendo más costosos y poco competitivos a lospequeños y medianos emprendimientos,consagrando la posición de los grandes, que sípueden pagar estos costos excesivos con menorafectación para ellos.

Por lo tanto, la fijación de un salario mínimopor encima del salario de mercado causa daño alos sectores más pobres y a los empresariosmodestos que son su fuente de oportunidades. Elaumento progresivo del salario real porproductividad y por aumento de proyectosempresariales, sencillamente quedan fuera de laescena.

Si algo hay valioso en un país, es su gente. Poreso, la actitud realmente humanista es entender laforma en que las leyes económicas nos dansustento para la acción benévola, para la cual nobastan las buenas intenciones. Llamarle“neoliberalismo” o “economicismo” a lasconclusiones de la ciencia económica, no libra deresponsabilidades el comportamientodesinformado. Las consecuencias delintervencionismo son siempre desastrosas, aunquese ejecuten con una sonrisa en el rostro y grandespromesas para la población. Es hora de imitar lalibertad de las naciones más exitosas en cadaplano de la sociedad, y al menos ser un pococríticos con el estatismo como forma deconvivencia social.

8. La inclusión social másdecisiva se logra a travésdel capitalismo y por quélos microcréditos no son

la panacea para eldesarrollo

¿Es posible cambiar, repentinamente, la actitud

de los ciudadanos del corto al largo plazo,volverles defensores de la economía de mercado yno del paternalismo, y a la vez lograr su inclusiónen el sector formal alentando una serie decomportamientos deseables? La respuesta es sí.La experiencia checa de los años 90 apuntó a laciudadanización como un mecanismo para lograresos y otros objetivos al mismo tiempo.

El sistema consiste en transferir, a través de

diversos mecanismos, la propiedad que tiene elEstado en las empresas del sector público, a loshabitantes. Los beneficios de ciudadanizar puedenobservarse en el crecimiento económico, la mejorade los servicios públicos, de la calidad de vida yde las actitudes del ciudadano frente a la economíade mercado.

En 1990, recién caído el muro de Berlín, en

Checoslovaquia el 97% de los activos productivosle pertenecía al Estado. Para 1995, a la vez que seseparaba de Eslovaquia, la República Checa yahabía ciudadanizado 80% de sus recursosproductivos. La economía crecía rápidamente, eldesempleo no llegaba al 3,5%, y las 3.000empresas estatales, junto con la tierra agrícola yotros tipos de propiedades estaban ya en manosciudadanas y no estatales.

¿Cómo lo hicieron? Vaclav Klaus, el

economista que sucede al literato Vaclav Havelcomo Primer Ministro, se gana el apoyo popular, ytambién las elecciones, mediante un discurso

frontal: es necesario tomar medidas drásticas ydecididas para poder cosechar sus frutos totales.

Mediante rondas sucesivas de subastas, los

ciudadanos, a quienes les habían entregado bonospara el efecto, empezaron a tomar posesión demedianas y grandes empresas estatales. Alcontrario que en Polonia, donde se pretendiópredeterminar el destino de los activos, en laRepública Checa simplemente se dejó a esa sumade acciones individuales llamada ‘mercado’,asignar y reasignar los recursos productivos parabeneficio de cada participante y el conjunto de lasociedad.

Si bien la ciudadanización rompe con un

sistema de privilegios (la burocracia dorada y lossindicatos resistentes al cambio así como a losrigores del mercado), en la República Checatambién se demostró que la gente de buenavoluntad y tesonera va a ver el cambio delestatismo al capitalismo como una oportunidad. Para muestra, el siguiente ejemplo. Stanislav

Ryska era un administrador de la empresa estatalde sombreros “Tonak”, que vivía permanentementefrustrado por las contradicciones internas delsocialismo. A pesar de las oportunidades deexportación para los productos de Tonak, laempresa estaba a merced de otra estatal,“Centrotex” con monopolio en la exportación detextiles. Por razones solamente conocidas por lospropios burócratas, el incremento de las ventasforáneas de Tonak no les interesaba. Libres deesas trabas estatales, las exportaciones de Tonakdieron un giro completo. En efecto, lasexportaciones checas a la comunidad europeaaumentaron 116%, entre 1989 y 1992 solamente, yel salario de Stanislav Ryska aumentó en 300% enel proceso. Mediante una estrategia de devoluciónde la propiedad y el control de abajo hacia arriba,la economía checa se encontraba rumbo aldesarrollo.

La República Checa es un excelente ejemplo

de país que al ciudadanizar las empresas estatales,le dio un giro drástico a la velocidad de

crecimiento y la calidad de su economía. Entonces, ¿qué implica ciudadanizar?

Simplemente equivale a devolver el manejo, y laresponsabilidad de los éxitos y fracasos, de unrecurso y/o empresas a los ciudadanos. Estetérmino es distinto al de privatizar porque ésteúltimo puede significar la venta de empresas yrecursos en muy distintas formas, a nacionales oextranjeros. Pero la ciudadanización es unproceso que apunta con toda intención a devolverla propiedad a los ciudadanos del propio país, enun acto de justicia que compense la asfixia eincluso perjuicios a los que éstos se ven sometidosgracias a la intervención estatal en la economía.

El “capitalismo popular” es el proceso de

incluir a la gente con pleno derecho y facilidadesen el Capitalismo, es decir, el sistema que permitea cada persona cosechar los frutos del aporte de sumente (cápita) en el proceso productivo, en unentorno de colaboración competitiva y que ha sidoresponsable de los grandes avances en calidad de

vida de los últimos doscientos años en todo elmundo. Por lo tanto, por capitalismo popular debeentenderse la popularización del Capitalismo y susgrandes beneficios para la vida humana alejándosedel Mercantilismo (actual sistema económicoecuatoriano, dicho sea de paso). Éste último es elsistema económico basado en los altos impuestos,la intervención del Estado en la economía, lainflación y otras formas de desincentivos deltrabajo, el ahorro y la vida social pacífica engeneral.

En nuestro país la ciudadanización de

empresas como, Petroecuador, las eléctricas, lastelefónicas y otras decenas de empresas estatalespueden ser el mecanismo de compensacióndefinitiva para ciudadanos afectados por lainflación monetaria y el congelamiento bancario de1999, el obsoleto sistema de seguridad socialbasado en el reparto y no en la capitalizaciónindividual, y en general para todo ciudadanocomún al que le ha sido cerrada la puerta paraparticipar de actividades arbitrariamente

delimitadas como “estratégicas” a conveniencia deunos pocos. No existe sector que deba seguirmonopolizado por el Estado, aunque se de enconcesión su operación y a eso se le quieradisfrazar de libre empresa.

Como decía uno de los autores de las exitosas

reformas chilenas, la clave para una economíacreciente es: “competencia, competencia,competencia”.

Aún existe gente especializada en encontrarexcusas para las crisis y el retraso ecuatoriano,evitando conclusiones incómodas. Es más fácilecharle la culpa a otros países o a elementosexternos variopintos que tomarse el tiempo paraencontrar los factores comunes que permiten apaíses tan distintos en recursos, clima, cultura ehistoria como El Salvador, Chile, Estonia, Irlanday España, crecer a ritmos excelentes y generar añotras año mejores oportunidades para las empresasy familias que en ellos habitan. Los elementos deldesarrollo pueden ser agrupados en dos: lamentalidad y las instituciones existentes en el

territorio. Lo interesante de esos dos elementos es que se

refuerzan mutuamente. A través de casos de otrospaíses y la más elemental lógica económica,podremos entender lo que la ciudadanización(devolución de la propiedad del Estado a losciudadanos) como cambio institucional, puedelograr en la mentalidad de la gente. Un procesosimilar en el Ecuador puede lograr mucho parapotenciar nuestro crecimiento y crear una clasemedia comprometida con la economía de empresa.Como dijo G. Santayana, “Si seguimos haciendo loque hemos venido haciendo, seguiremosobteniendo lo que hemos venido obteniendo”. Sincambios de fondo, no esperemos que el rumbocambie por sí solo. Es hora de cambiar nuestrodestino mediante procesos profundos. LaCiudadanización puede muy bien ser uno de ellos.

Los microcréditos no son la panacea para el

desarrollo que algunos piensan

Muhammad Yunus hizo historia al ganar un

premio Nobel de la Paz por su trabajo en lasmicrofinanzas. En realidad Yunus no ha tenidosolamente admiradores, si no también críticos,pues consideran que su operación fue muyaccesible (barata) gracias a dinero tomado víaimpuestos de otras partes más prósperas delmundo, con lo cual sólo cambiaba de rostro a labanca de primer piso estatal. Sus admiradores encambio le ven como un emprendedor con visiónsocial y rentabilidad, que contribuye a la pazsocial pues crea emprendedores donde faltabanprecisamente elementos para la autoestima y laindependencia económica frente a las burocracias.Sea como sea el caso, se trata de un sistema deredistribución de riqueza que traía algo de la manoalgo aún más interesante: la redistribución deoportunidades.

Es por eso que se habla de Microfinanzas y no

sólo de Microcréditos: una cosa es prestar o donar

dinero a la población, y otra muy distinta es dotarde asesoría en gerenciamiento de empresas,contabilidad, mercadeo y recursos humanos, albeneficiario. Es la vieja diferencia que los sabioschinos planteaban entre regalar un pez y enseñar apescar.

Las Microfinanzas en realidad son un

redescubrimiento de varios elementos que siemprehan estado presentes en las sociedades humanas.El primero es que la gente es mayormenteconfiable por uno de tres motivos: valoresarraigados (lo que conocemos como carácter),presión social hacia los buenos comportamientos,y por último un sistema de premios y castigos (loscastigos generalmente y en última instancia, acargo del gobierno). Siendo así, no es necesarioque la gente posea una propiedad en garantía paraobtener un crédito y ser buen pagador.Generalmente la gente no se va a mover de suhogar (huir) para no pagar un crédito, no seatrasará en los pagos pues alguien depositóconfianza en su persona y la gran mayoría de gente

(como demuestran sendos experimentos deuniversidades norteamericanas y asiáticas)responde a la confianza en base a su conciencia delo correcto. Y además, no pagar un créditoimposibilitaría al beneficiario de obtener máscréditos a futuro pues su historial se vería afectadodirectamente.

Entonces, el elemento crédito de las

Microfinanzas está basado en una estadística localdistinta en cada país y región: un cierto porcentajede gente será mal pagador, pero la tasa de interésincluirá eso. También incluirá unos costosadministrativos más o menos estandarizados, queincluyen ya la asesoría en contabilidad, mercadeoy gerenciamiento del proyecto. Se sabe que lasmujeres son mejores pagadoras que los hombres(de la misma manera en que son un mejor destinopara un país que quiera cambiar a base deeducación, pues son más estables e impactan más asu alrededor con sus buenos comportamientos) yque la gente pobre es tan decente como cabríaesperar en otro segmento socioeconómico, o

incluso más. Sin embargo en el título nos referimos a las

Microfinanzas como un alivio temporal y no cómouna solución. ¿Por qué?

Existen varias trabas para que las

Microfinanzas por sí mismas no sólo alivien sinoque realmente resuelvan el problema de la pobrezade los países menos ricos.

- Los montos son pequeños, por ende

los costos de dar créditos y asesoría, sumadosa la falta de garantías tangibles (algohipotecable o confiscable en caso de no pago),vuelven las tasas muy altas.

- Si el proyecto va bien, no siempre hayuna escalera de créditos más grandes para queel negocio siga prosperando y creandobienestar social vía productos y empleos.

- El entorno en que un microcrédito esnecesario, implica falta de títulos depropiedad, acceso a la justicia y otros

mecanismos que permitan a una microempresao pequeña, volverse grande con garantíasplenas. Por estas últimas razones realmente, es que las

zonas o países pobres lo siguen siendo: lainstitucionalidad favorece el trabajo y elemprendimiento informal por encima de laformalidad, y en la informalidad hay un círculovicioso de pobreza cuyo verdadero alivio sólopuede venir de la mano de la libertad económica. De esa forma todos los ciudadanos tendrán accesoa los beneficios del sistema formal, utilizando lasMicrofinanzas como arranque para jóvenes o genteculturalmente menos familiarizada con el sistemade libre empresa, pero habrá del otro lado unsistema formal que no le confisque tanto conimpuestos, y le provea de funciones de gobiernoágiles y habilitantes, no entorpecedoras yasfixiantes como ocurre en Latinoaméricaactualmente.

9. Una sociedadcapitalista distribuye

mejor la riqueza y ademáses más generosa

Está bien, dicen algunos, el capitalismo es elsistema social más productivo, pero no todos estáncapacitados para la producción de la misma forma,por esas y otras razones la brecha entre ricos ypobres aumentará, tanto a nivel de países como deindividuos. Además, sin una fuerte protecciónestatal la gente que tenga problemas o tragediaspersonales no podrá sostenerse, por lo tanto unasociedad totalmente libre y con gobierno limitadono es solidaria ni deseable.

¿Está usted de acuerdo con esas premisas?Revisemos qué nos dicen la teoría y la historiasobre la pobreza y la desigualdad en elcapitalismo.

La distribución de la riqueza

Marx escribió tres largos y densos volúmenestratando de convencernos de que el “trabajo”(entiéndase el de tipo físico) crea riqueza. Claro,era el inicio de la era industrial y era muy fácilconfundirse al ver tanta máquina y músculo. Peroel gerente y los accionistas de la empresa eranquienes en realidad hacían marchar la economía.Esto se ha vuelto más claro gracias a la economíade servicios actual: quienes tienen las ideas, sabenmanejar equipos humanos y tecnología, y asumenriesgos con sus capitales, son los verdaderosresponsables de la creación de riqueza. El resto denosotros colaboramos, no porque no nos quedemás remedio, si no porque la división del trabajoes mucho más productiva que procurarnos nuestrapropia comida, nuestros vestido y ni hablar demedicinas y otros bienes que tomamoserradamente como obvios en nuestras vidas. Dichode otro modo, el capitalismo no está basado en laexplotación y “alienación” de los trabajadores desu trabajo. Está basado en la inevitable creaciónde mejores oportunidades para los trabajadores yen el compartir productos del trabajo de cada uno,

cada año de forma más accesible.Lo único que trabaja en contra de este proceso

es la inflación, que es la erosión del valor de lamoneda –si retomamos su sentido preciso ydejamos de confundir el efecto con la causa.Cuando existe inflación, el ahorro y los salariospierden poder adquisitivo cada año. Cuando existeestabilidad monetaria (dinero con respaldo enmetálico o un rara avis como el banco centralgermano bajo la tutela de Ludwig Erhard,responsable de las condiciones para el “milagroalemán” que infló la moneda en 8% durante todauna década, es decir un bajísimo 0,7% por año enpromedio) es posible el cálculo económico(contabilidad de costos) y por ende se puedeproducir más con iguales medios o igual conmenores recursos. Esto genera una inevitablecompetencia entre empresarios por reducir preciossin perder sus ganancias, es decir, bajando costosigual o a mayor ritmo, y forzando a los productoresde bienes de capital al mismo proceso, benévolopara la sociedad en su conjunto. De esta forma se

genera un fenómeno casi olvidado desde laSegunda Guerra Mundial: una economía de preciosque caen cada año frente a los salarios y el ahorro,volviendo más rica a la clase media y elevando alos pobres a las clases medias, sin dejar de serrentable en absoluto. Aunque sin tener el total deestas condiciones, un caso latinoamericanoinsuficientemente reconocido es Chile, donde enlos 15 años de mayor libertad económica la clasemedia pasó de ser un 40% a ser un 65% de lapoblación y recortándose igualmente el número depobres de 40% al 17%.

Una economía libre distribuye la riqueza deacuerdo al aporte productivo de cada persona yempresa, premiando a) la innovación, b) el ahorro,y c) la inversión, en notable recompensa al auto-interés inteligente: el que sabe que paraenriquecerse se debe atender las necesidades delos demás de forma consistente. Nada como unaeconomía creciente sobre bases monetarias sólidas(no-inflacionarias), como garantía de que cadageneración tendrá acceso a mejores bienes

materiales y culturales que la anterior.La pobreza es abatida por primera vez en la

HistoriaPara analizar la pobreza en la Historia humana,

es necesario poner las cosas en perspectiva.Durante 2.000 siglos el ser humano no conocióotra cosa que la pobreza. Como dijo elinvestigador Nathan Rosenberg, “la percepción dela pobreza como algo moralmente intolerable enuna sociedad rica, tuvo que esperar a la apariciónde una sociedad rica”. Incluso los “ricos” –lanobleza y los reyes– de hace 300 años envidiaríanlas condiciones de expectativa de vida, mortandadinfantil, salud y acceso a otros bienes con las queuna familia de clase media latinoamericana cuentaactualmente, valore ésta o no adecuadamente a losgrandes genios científicos y empresariales delmundo que lo hacen posible.

Al ritmo al que iban las cosas en la antigüedad,tomaba casi 2.000 años duplicar el ingresopromedio en un país. Pero Inglaterra lo hizo en 60años durante la Revolución Industrial, resultado de

la libertad político-económica que las ideas de laIlustración permitió. Taiwán, Hong-Hong y Chinalo han logrado en menos de 10 años, por unasencilla razón: el know-how y los capitales yaestán disponibles para el país relativamente pobreque se decida a liberalizar su economía y volverseun campo de juego estable para laempresarialidad.

El análisis de Marx sobre explotación entreclases sociales, resultaba ser falso; tanto como elde Lenin sobre explotación entre países. Cada vezmás gente en más y más países ha salido de lapobreza. Como dice el sueco Johan Norberg:“Desde luego, el europeo occidental onorteamericano es 19 veces más rico que en 1820,pero un latinoamericano es 9 veces más rico, unasiático 6 veces más rico y un africano cerca de 3veces más rico. Así es que, ¿de quién fue robadaesa riqueza? La única forma de salvar esa teoríade suma cero, sería encontrar el naufragio de unanave espacial increíblemente avanzada quehubiéramos vaciado hace 200 años. Pero ni

siquiera eso salvaría la teoría. Entoncestendríamos que explicar de quién robaron esosextraterrestres sus recursos”. Y es que la economíano es un juego de suma cero. Ambas partes ganan,pero el “fuerte” le trasmite su fortaleza al “débil”en el proceso. Por lo tanto y aunque sea difícil decreer, el relativamente más pobre es el másbeneficiado al asociarse con el relativamente másrico.

Por ende, la brecha entre clases sociales seestrecha en vez de incrementarse. Las sociedadesmás orientadas al libre mercado tienen unadiferencia de ingreso entre su quintil más rico y elmas pobre, de 14 veces (Norberg, 2001). ¿Parecedemasiado? En los países más orientados aredistribucionismo estatal, los impuestos y la faltade libertad empresarial como el nuestro, es de 32veces. Eso debería decirnos mucho. Por otro lado,la pobreza absoluta (no la relativa, siempre somosmás pobres que “alguien”) se redujo del 40% al21% desde 1981 a nivel mundial hasta la fecha. Estal vez uno de los fenómenos humanos más

masivos e importantes de la historia, pero noespere verlo en los libros de historia muy pronto.La lentitud de los creadores de opinión públicapara reconocer las bondades del sistema deempresa es pasmosa.

¿Y qué pasa con los más necesitados y losque caen en desgracias temporales?

Existe una idea demasiado extendida y falsa,de que en una sociedad donde el gobierno nojuegue más que un papel de juez y protector de losderechos a la vida y la propiedad, sería unasociedad mezquina y despreocupada de los másnecesitados. Nada más lejos de la verdad. Bastarevisar dos textos vitales sobre el tema, paraentender que nada impulsa más la generosidad queel ver satisfechas primero las propias necesidades.Estos son “From mutual aid to the welfare State”de David Beito, y “En defensa de los másnecesitados” de Alberto Benegas Lynch (h) yMartín Krause, norteamericano y argentinosrespectivamente.

El lugar de origen de los autores no es casual:

al haber sido sociedades libertarias durante toda ogran parte del siglo XIX, los EEUU y la Argentinavieron la aparición de sociedades filantrópicas,caritativas, obrero-fraternales y empresariales,que hacían lo que luego confiscó el Estado en els.XX –con su publicitado “gasto social”– de formamucho más eficaz, humana y sobre todo, sin quitara unos para dar a otros. De esta forma losenfermos, desempleados (el desempleo“estructural” aparece casualmente al mismotiempo que las leyes laborales), accidentados yquienes caían en desgracia familiar temporaltenían una ayuda financiera y humana decisiva asícomo suficiente. El mal llamado EstadoBenefactor ha creado desincentivos para eltrabajo, para la formación de una familia y para elsostenimiento de los lazos comunitarios. Pero esetema merece todo un artículo separado. Loimportante es reconocer que no hay nada que lasociedad civil no pueda hacer bajo liderazgo y querequiera de jefes (coerción) y política para lograr.Si necesita un ejemplo local, visite el barrio “ElComité del Pueblo” en Quito: se ha formado una

red privada en que las familias comparten loscostos para la medicina preventiva a un precioextremadamente cómodo, y que representa sinduda una verdadera forma de solidaridad, y no deredistribución impersonal de la riqueza.

Y si a esto se le agrega un clima culturalbasado en el amor propio y el aprecio por loslogros personales y ajenos, el panorama secompleta. Como dijo el filósofo objetivista ypsicólogo Nathaniel Branden: “Existe evidenciaabrumadora de que mientras más alto el nivel deautoestima, más propenso será uno a tratar a losdemás con respeto, gentileza y generosidad”. Lassociedades que valoran el logro, que admiran envez de envidiar, tienden también a ser generosas encasos que auténticamente requieren de la ayuda dela comunidad.

ConclusiónEl socialista Robert Heilbroner aceptó a

regañadientes lo evidente en 1989: “Menos de 75años luego de que el concurso entre el capitalismoy el socialismo comenzara oficialmente, se

terminó: el capitalismo ganó. Los tumultuososcambios tomando lugar en la Unión Soviética,China y Europa del Este nos han dado la más claraprueba posible de que el capitalismo organiza losasuntos materiales de la humanidad mucho mássatisfactoriamente que el socialismo” (NewPerspectives Quarterly, Otoño de 1989)

Pero además, el capitalismo permite irascendiendo en nuestra escala de necesidades,superando las más primarias y permitiéndonosliteralmente no sólo empezar a pensar en losdemás si no también contar con los recursos paraapoyarles. Cuando el ser humano haexperimentado el vivir en sociedades libres,ayudar ya no es una imposición estatal que le quitatodo valor ético y cultural, ni el resultado de unafalsa mala conciencia. La generosidadsimplemente se ha vuelto la regla y no laexcepción dado que la sociedad civil ha sentido surol –no el de políticos y burócratas– la ayuda a losmás necesitados.

ANEXO: PERO, ¿NO HAY

CONCENTRACIÓN DE CAPITALES EN

POCAS MANOS EN UNA ECONOMÍALIBERAL?

Uno de los argumentos habituales contra el

libre mercado, es aquel que dice que la riquezamuy pronto empezará a concentrarse en pocasmanos. Es decir, que el mercado lleva a másdesigualdad, y a más concentración de losrecursos.

Diferencia entre clases sociales aumenta:

falso. Sobre el primer punto, hay un gráfico

totalmente diáfano que encontramos en la másconocida obra de Johan Norberg (“En defensa delCapitalismo Global”) que muestra que las

economías más liberales tienen una diferencia deingreso de 14 veces entre su quintil (20%) másrico y el relativamente más pobre. Podría parecerbastante, pero en los países mástotalitarios/intervencionistas/feudales, ladiferencia es de 32 veces.

Concentración de la riqueza aumenta: falso Otro gráfico del trabajo de Norberg demuestra

el cada vez más reducido peso de las grandescorporaciones sobre la economía norteamericana.Y cuando digo peso, digo responsabilidad por lasinnovaciones, generación de empleo y mejora enmétodos gerenciales. Se ha masificado el accesoal capital y por ende, al know-how necesario paracrearlo y sostenerlo.

Sin embargo, el punto principal de esta breve

exposición es el descubrimiento en la magna obrade George Reisman aporte que hace sobre NetConsumption / Net Investment, que pone el clavo

final en el féretro del ataúdkeynesiano/monetarista. Como demuestra pacientey detalladamente Reisman, en el contexto de unacantidad invariable de dinero (la misma cantidadde dinero cada año durante algunos años), lasganancias empresariales no tienden a desaparecervía arbitraje. Sin embargo, mientras máscapitalista es una economía (segura en propiedad ycontrato, y largoplacista culturalmenteconcomitantemente) más bajas son las gananciasempresariales. Esto es así debido a que lacapitalización de una empresa es inversamenteproporcional al grado de consumo presente de susaccionistas/propietarios. Esto explica claramente(además del acopio de know-how internacional yacreado por Inglaterra, EEUU et al.) por qué eldespegue japonés le permitió ser llamado un país“milagro”: las empresas tenían una fuerteorientación hacia la postergación del consumo.Era muy raro ver un despliegue de derroche departe de sus directivos, y los propietarios nosangraban a la empresa en utilidades cada año; lacapitalizaban para el siguiente. De esta forma las

tasas de crecimiento económico son fenomenalesdado que la seguridad que brinda una sociedadcapitalista incentiva el ahorro de los empresarioslo que genera eventualmente grandes inversiones.

Ahora bien, el concepto de la consultora Stern

Stewart llamado EVA®, ha permitido a lasempresas norteamericanas generar más valor paralos accionistas sin caer en la falacia del modelorenano, es decir, la imposición de la redistribucióno el stake-holding británico, donde la“comunidad” (elegida por funcionarios, y por ellolas comillas) tenía que destinar los fondos de laempresa. El EVA® permite concentrarse en lacreación de valor y junto con el concepto degobierno corporativo, es posible armonizar losintereses de ejecutivos (demostrar resultadospronto y ascender) con los de los accionistas(valorizar sus acciones y elevar sus dividendos ala vez). Nuevamente es una solución de mercado,la que permite a los norteamericanos acoplar loque parecería un descubrimiento nipón pero quesimplemente era el reflejo de eras más liberales

de la humanidad (pensemos en el s.XIX porejemplo), donde el disfrute no implicabasacrificio, gracias al Capitalismo. Japónsimplemente tenía una cultura frugal por lapostguerra, pero no debe considerarse dichacualidad como virtuosa, si-no como una meracoincidencia favorable pero; de ninguna maneranecesaria para un despegue similar.

Volviendo al punto de la concentración: las

empresas/propietarios que elijan presentarutilidades altas por encima de capitalizarse,incurrirán en consumo presente vs. acopio derecursos (inversión). Por ende, las empresas queprivilegien la valorización de sus acciones iránganando tamaño en el mercado. Esto, desde luegoy aunque ocurra a la par de la desconcentraciónque mencioné anteriormente, es un fenómenototalmente favorable para la sociedad. Quequienes más ahorran, avizoran e invierten tengancada vez más recursos en sus manos, y que quienesprivilegian el ocio tengan menos para administrar,es bueno para la sociedad en su conjunto.

Irónicamente, permite mejor producción y porende mejor y más ocio. La armonía de interesesnuevamente se ve asegurada gracias a la economíade mercado (redundancia donde las hay), elCapitalismo.

10. La deflación puede sermuy buena

La herencia de Lord Keynes[41] sobre la

Economía contemporánea ha permeado incluso acírculos que no comparten su ideario estatista-intervencionista. El caso más lamentable es desdeluego la propia Escuela de Chicago[42], que en sumomento fue la más grande opositora alkeynesianismo. Ambas vertientes comparten unaconcepción errada sobre los temas monetarios, yen particular, sobre la deflación.

La Gran Depresión de los 1930’s, generada por

la FED norteamericana bajo la presidencia deHerbert Hoover, aumentando el M2 durante los1920’s y generando un boom artificial, ha sidoobjeto de grandes debates entre las escuelas deEconomía. El intervencionismo burocrático deFranklin D. Roosevelt, que para los keynesianos

fue considerado como una bendición, para loschicaguenses fue un impedimento para unarecuperación más breve. Pero ambas escuelasconsideran que la FED cometió un error aldesacelerar el ritmo de impresión de dinero ymedios fiduciarios. Se puede ver como ejemplo laafamada Historia Monetaria de los EstadosUnidos: 1867-1960 de Milton Friedman y AnnaSchwartz. Ambas escuelas comparten una especiede pánico ante la posibilidad de que el llamadonivel de precios baje, pues lo relacionan coneventos como aquél, en que la contracciónmonetaria llevó a quiebras masivas y laimposibilidad de cumplir obligaciones con losbancos, en forma de un espiral destructivo quellevo al desempleo masivo y una gravísima crisissocial.

Desde entonces, el término “deflación” tiene

connotaciones negativas. Tanto es así que loskeynesianos y chicagoenses tienen dos versionesgemelas sobre lo que debe hacer el gobierno paramantener el pleno empleo o la estabilidad de

precios respectivamente, pues de lo contrario losefectos serán desastrosos. Es hora de rechazar esaposición por razones teóricas e históricas, basadosen lo que Ludwig von Mises y otros handemostrado ampliamente sobre el dinero, el valory los precios.

La deflación negativa: un efecto de una

crisis natural o artificial Cuando los gobiernos de corte “neoliberal”, es

decir de intervencionismo tecnocrático disfrazadode libre mercado, tal como el de Color de Melloen Brasil de los 80’s, buscaban ajustar losdesmanes inflacionistas de gobiernos anteriores,echaron mano a contracciones monetarias súbitas.El efecto general sobre los precios sin duda serála deflación, pero una causada de forma artificial.¿Por qué llamar a algo así “deflación negativa”?Porque una contracción monetaria pone en aprietosa los deudores frente a los prestamistas, y con elloviene un espiral recesivo o incluso depresivo parala economía. Lo mismo podemos decir sobre el

más reciente “corralito” argentino y también eldesastroso feriado bancario ecuatoriano de 1999.

Como vemos en este gráfico de Philipp Bagus,

la deflación pone en aprietos a los deudoresporque las deudas reales aumentan.

Si existe un shock externo u otra crisis

económica “natural” como una caída en lasexportaciones, también ocurrirá algo parecido.Habrá un ajuste de precios a la baja, pero de

carácter negativo. Lo grave en este caso es que hayprecios que son política y culturalmente difícilesde ajustar, principalmente los salarios. Parte delencanto de Keynes para los políticos es que lespermitía crear una ilusión monetaria reduciendolos salarios reales sin reducir los nominales,imprimiendo más dinero. Más dinero para lamisma cantidad de bienes y servicios, equivale amenor poder adquisitivo. Pero como la teoría delas expectativas racionales de John Muth y RobertLucas demostró, la gente no puede ser engañadatodo el tiempo y pronto vendrán exigencias deindexar los salarios a la inflación o de congelarprecios, causando peores daños a la economía delas familias y generándose un engaño difícil dedesmantelar.

La deflación positiva: el orden natural de las

cosas Hasta la Segunda Guerra Mundial, y en

especial hasta el tratado de Bretton Woods, losgobiernos solían manipular el dinero sólo en

situaciones excepcionales, para financiar guerras oshocks políticos externos. Fue típico de reyes yemperadores, pero desde 1948, lo hacen losbancos centrales. Y esto causa booms artificialescon quiebras masivas posteriores, pues unavariable vital como la tasa de interés, deja de serindicador de la cantidad de ahorro realmentedisponible cuando se manipula políticamenteinflando la oferta monetaria o de mediosfiduciarios. Las implicaciones del proceso levalieron el Premio Nobel de Economía a FriedrichHayek en 1974, como refinador de la teoría delciclo económico que Ludwig von Mises, muerto elaño anterior había ya sistematizado.

En ausencia de dicha emisión monetaria,

empezaría a ocurrir lo que fue una constante en lahistoria humana: la baja de precios, o dicho deotro modo, una mejora del poder adquisitivo delas personas, debido al crecimiento económico.Con estos gráficos de Philipp Bagus podemosapreciar cómo en el período de En el periodo de1865 a 1896 de EEUU, los precios de ese lapso

tendieron a una baja significativa mientras que eldinero en manos de los individuos incrementaba:

Sin bancos centrales presionando al consumo

keynesiano ni a la estabilidad de precioschicagoense, la cantidad de dinero crecía según unlimitante natural: la capacidad física de minería.¿Por qué? Porque el dinero era un metal precioso,o al menos los billetes eran automáticamenteconvertibles si se los presentaba en un banco.

Dado que la cantidad de dinero dependía delmercado, los precios fluctuaban según la oferta ydemanda de dinero generada por la propiasociedad (léase: mercado). Pero en este ordennatural de las cosas, la cantidad de dinero crecía aun ritmo mucho más lento que la productividad dela mayoría de sectores de la economía. Y esto,sólo puede tener un efecto: el dinero se vuelve másvalioso frente a otros bienes y servicios cada año.En otras palabras, el conjunto de la sociedad severía beneficiado por el trabajo de los másambiciosos, visionarios y creativos, que alcompetir, mejoraban la calidad y los precios paratodos. Si una anciana que vive en la montaña, bajauna vez al año para comprar provisiones, va a vercómo sus monedas de oro compran más cada año.Igualmente pasará a nivel general con los salariosy los ahorros de los jubilados y la gente ensituaciones más vulnerables. Esta deflaciónpositiva es el resultado de tener una moneda demercado, y dar rienda suelta (impuestos bajos,imperio de la ley, economía abierta internamente yal mundo) a los casi nunca apreciados

benefactores de las grandes mayorías comoEdison, Ford, Vanderbildt, Rockefeller o BillGates.

Otro efecto importante, es que los tomadores

de préstamos cada año están en mejor posiciónfrente a los prestamistas, pues su dinero ganavalor. Es lo contrario a lo que ocurre con lainflación, donde pagar las deudas se vuelve másdifícil. Por tanto, con deflación positiva larelación entre banqueros y clientes cambia a favorde los segundos, beneficiando a los primerostambién inevitablemente. Los efectos

Finalmente, la razón por la cual el miedo a los

precios decrecientes está totalmente infundado esque al contrario de lo que la teoría de la gananciade Keynes y la teoría cuantitativa del dinero de losmonetaristas chicagoenses sostienen, larentabilidad empresarial no se ve afectada por lacaída de precios, ni el “consumo” debe ser elindicador más importante. Como la Ley de Sayenseña, la producción lleva al consumo, y no al

revés. Esto es tan simple y tan históricamentecierto (el que las familias vean sus salarioscomprar menos cada año es algo nuevo en lahistoria, desde la Revolución Industrial hasta laSegunda Guerra Mundial lo común era que ganenpoder adquisitivo), como el hecho de que si biencaen los precios de los bienes de consumo,también caen los precios de los bienes de capital ylos insumos productivos. Esto mantiene rentableslos proyectos empresariales, mientras beneficia alas grandes mayorías con creciente capacidadadquisitiva.

Conclusión La baja constante de precios, tan temida por

keynesianos y chicagoenses, en realidad es unacaracterística original del sistema de mercado.Cuando ocurre porque la oferta monetariaadicional es nula o lo suficientemente baja, y laproductividad trae mejores precios, es un efecto

completamente deseable del capitalismo. Lostemores teóricos deben ser abandonados: lacantidad de dinero puede ser estable y los preciosestar constantemente a la baja. Aunque eso nobeneficie a las elites financieras que vivenactualmente de la inflación y la redistribución depobres a ricos así como de los menospolíticamente conectados a los mejorpolíticamente conectados, retornaríamos a lo quela benevolencia del capitalismo significa: unaeconomía progresivamente mejor para todos, enque las necesidades básicas dejen de ser unproblema y los bienes culturales y educativosestén al alcance de cada vez más gente pues yasuperó la pobreza que la humanidad vivió durante7.000 siglos pre capitalistas. Es hora de que loseconomistas ecuatorianos estudiemos “La Teoríadel Dinero y el Crédito” de Mises, o la másreciente “Dinero, Crédito Bancario y CiclosEconómicos” del Profesor Jesús Huerta de Soto.De lo contrario, les estaremos negando a nuestrosconciudadanos una mejora constante en la calidadde vida, en especial la de los más pobres.

BONUS: ¿QUÉ ES LA EMPRESA

Y POR QUÉ TIENE UN ROL SOCIALBENÉVOLO?

Las

empresas son el

mecanismo (herramienta, institución) más potenteque tiene una sociedad para crear riqueza. Y paracrear riqueza evidentemente se requiere deequipos humanos, más especializados mientrasmás valor agregado implique esa creación deriqueza. Es decir, las empresas crean bienestar yempleos.

Las empresas por definición sonprivadas. Esto porque al asumir riesgos sobreposibles pérdidas propias (con dinero propio), losinversionistas tendrán mucho más cuidado alutilizar recursos buscando maximizar el acierto ensus proyectos. En esto cabe una aclaración: lasempresas no maximizan “ingresos monetarios”siempre ni por definición. Esa visión de la “cajamaximizadora” es una caricatura neoclásicasobre el auténtico proceso empresarial. Unaempresa no busca maximizar ingresos presentes nisiquiera ingresos futuros. Puede tener comoprioridad como sucede en países de altacapitalización como Japón de los 60′s o Alemaniaen los 50′s volverse simplemente más valiosa y asíindirectamente volver a su sociedad más ricamientras lo hace también por sus accionistas. Esdecir, sus inversionistas pueden poner su valorde largo plazo por encima de losingresos (dividendos) del momento. No sólo eso:una empresa puede buscar satisfacer objetivosmixtos entre financieros y sociales de muy diversaíndole. A un empresario puede importarle más

contratar a sus sobrinos aunque no sean los másidóneos pero sentir que genera empleo para gentemuy querida o puede preferir cuidar el río aledañoque minimizar costos y maximizar ganancias. Todageneralización como “a los empresarios no lesimporta el medio ambiente” o “sólo les importa eldinero” es infantil y habla más sobre quien lautiliza que sobre un rol en sociedad quedesempeñarán por definición individuos cargadosde matices.

Científicamente hablando, una empresa es o

forma parte de una red de contratos como hanseñalado importantes teóricos. Es decir, uncúmulo de obligaciones adquiridas yrecurrentes hacia los clientes, proveedores,empleados -incluyendo la gerencia y supervisoresque no son sino un tipo de empleados- de parte delos accionistas y hacia ellos. En la empresa porende, se aprende y refuerza el sentido de honrarlos tratos adquiridos hacia otros. Virtudes que sederraman a la sociedad entera proceden de la

empresa: cumplimiento, calidad, puntualidad ycreación de valor. Las empresas entonces no sóloaportan riqueza y empleo sino también riquezacultural a las sociedades.

Se ha dicho que las empresas son “seres”

amorales, pero más bien podríamos decir que lasempresas en tanto organizaciones reflejan elestado ético de una sociedad en un momentodeterminado. Las empresas tienen culturasorganizacionales que reflejan la cultura local enque se desenvuelven pero son a la vez unagigantesca oportunidad de mejorarlas desde loprofesional y ético. Hay un proceso dialécticoempresa-hogar en el juego de valores, podríadecirse.

Sin embargo todo esto no es intuitivo ni muchomenos. La comprensión y aprecio respecto al rolde la empresa en una sociedad no viene “por símismo”. Como suele ocurrir en otros asuntoshumanos, no basta ver para comprender. Unopuede pensar que la empresa es un juego de

explotación (en el sentido de estafa intrínseca) ouna mera fachada en que tanto consumidor comoempleado salen perjudicados en beneficio de losgerentes y accionistas (es decir, capitalistas) deella. Sin embargo, como toda instituciónmengeriana, la empresa no es un diseño sino elfruto de prácticas comunes y voluntarias. Y comotodo lo voluntario -dado que el ser humano eligepensando en mejorar su situación psíquica ymaterial- se trata de una situación ganar-ganar paratodas las partes.

Elcapitalista/inversionista/accionista (sinónimostodos), obtiene la satisfacción de ver suvisión plasmada en la realidad, de poseerun activo (la empresa, que puede vendereventualmente) cada vez más valioso sihace las cosas bien y de obtener unarentabilidad (ganancias, dividendos).

El asalariado (sea gerente,supervisor u “obrero”) obtiene un ingresoestable que de otro modo no tendría -pensemos en las alternativas: el agro,

ventas o emprendimientos personales- asícomo herramientas, un equipo humano,unos clientes y un producto que vuelven sutiempo largamente más valioso de lo quesería si operase autónomamente.

El proveedor obtiene un clienteque le compra volúmenes interesantes deinsumos. Eso alivia su riesgo empresarial(producir algo y no tener a quiénvendérselo) y puede enforcarse conrelativamente más calma a la producción.Un proveedor tiene un rol a medio caminoentre el capitalista y el empleado: es unpoco empresario y un poco empleado,podría decirse, pues no lidia con elcaprichoso cliente final pero tampoco tieneun ingreso a cambio del cual debe“casarse” con la empresa. Tiene algo de laseguridad y algo de la libertad relativas deambos roles anteriores.

El cliente se beneficia de una cadena deahorro invertido, conocimientos profesionales yartesanales así como del cúmulo de

conocimientos -”know-how”- particular de unaempresa para ofrecerle un servicio o productotangible de características únicas.

Como podemos ver, una empresa permiteformas de cooperación humana imposibles enotros contextos. Es menos “espontánea” que ungrupo de amigos por ejemplo, pero ciertamentelogra más objetivos con muchísimas menosfricciones. Es menos “democrática” que unaasamblea de barrio o provincial, pero sigue unavisión bastante menos frankensteiniana. Es menos“cariñosa” que una familia, pero uno puedeabandonarla y buscar otra con valores yprioridades más afines a uno siempre y cuando unoposea talentos y talante que la otra empresa busquesumar a su equipo humano.

La empresa, debe decirse finalmente, alpermitir una elevación de la productividad ya seaen cantidades o calidades es un motor deliberación del tiempo humano. Esto tambiénresulta contraintuitivo, pues parece que nospasamos la vida en la empresa. Sin embargo

gracias a la empresa -empezando por esas sucias ypeligrosas fábricas textiles de la RevoluciónIndustrial o quizás mucho antes- no necesitamospasar 16 horas diarias o más en el campo. A vecescreemos que el trabajo en la urbe puede ser“tiránico” o “explotador” pero claramente -alpermanecer en la ciudad cada año- lo preferimos asu alternativa mucho más extenuante y con máshoras diarias: trabajar la tierra. Y tierrasabundantes hay en todo el mundo, así es queclaramente miente o se autoengaña quien cree que“no tiene otra alternativa”. Los países y ciudadescon empresas más exitosas, tienen jornadaslaborales más cortas y más flexibles que sussimilares de baja empresarialidad.

En resumen, la empresa es una de las

instituciones más importantes de una sociedad enespecial si se quiere que ésta sea dinámica conalta especialización, buenas profesiones y bienpagadas así como bienes y servicios de altacalidad y/o bajo precio. Son un sistema productivo

como ningún otro, aunque nuestra culturalatinoamericana diste mucho de apreciarla en lugarde atacarla a nivel ideológico y mediante accionesgubernamentales.

BONUS2: ¿QUÉ ES EL

MERCADO, POR QUÉ ES

PROFUNDAMENTE HUMANO Y POR QUÉ

LAS CONCESIONES Y LICITACIONES NO

SON PARTE DE ÉL? I. Por qué las concesiones y licitaciones no

son el mercado Luego de cien años de agresivo estatismo en

las ideas (medios, facultades, debate público) ylas políticas públicas, se han creado una serie deconfusiones tan lamentables como innecesarias.Nos referiremos en esta ocasión a las concesiones

y las licitaciones públicas a través de dos mitosampliamente divulgados sobre aquellas.

Mito #1: debido a que participan actores

privados, es un mecanismo de mercado. Debido a que hay rivalidad -dentro de

parámetros elegidos gubernamentalmente- se creeque eso “es como” la competencia empresarial enel mundo real. Pero no. El cliente y el usuario sedivorcian en una concesión. El usuario será elciudadano que requiera de esos servicios (sea unacarretera, atención de salud o recolección debasura) mientras que habrá un mono-cliente: elgobierno (técnicamente hablando, será unmonopsonio). Cliente y usuario quedandivorciados. Sí, el mono-cliente aducirá razonestecnocráticas sobre su capacidad de velar por losintereses de los usuarios “mejor que ellosmismos”. Pero en la práctica, la libertad de elegirde los usuarios quedará conculcada a favor delmono-cliente.

No sólo eso sino que se viola también y almismo tiempo el derecho a elegir y ser elegido porotros ciudadanos en cuanto a proveedor deservicios. Si alguien quiere construir una carreterao formar una microempresa barrial de recolecciónde basura para expandirse a otros barrios, nopodrá hacerlo. El derecho al trabajo, a emprenderprofesionalmente en una línea determinada, esviolado por un monopolio que supuestamente estáa nuestro servicio (el gobierno local o nacional).Entonces perdemos libertad por partida doble conlas concesiones (con o sin licitaciones): ya nopodemos elegir proveedor abiertamente y ya nopodemos ser abiertamente elegidos comoproveedores de cualquier cosa que el gobierno sereserva para sí y -como gran cosa- delegarla.

Mercado es cuando a cuenta y riesgo propios

un proveedor depende del cliente-usuario(funciones sin divorcio vía fuerza gubernamental)a través de compras/pagos repetidos para existir yprosperar. Recordemos que a) no existenmonopolios naturales como demostró el profesor

Dilorenzo y b) en el Chile de hoy en día compitencinco empresas de telefonía celular por lapreferencia del cliente-usuario y varias porproveerle electricidad, agua potable, telefonía fijay gas por tubería. Los barrios bien podrían elegirde entre una lista creada por los propios vecinos -o un second-best nada ideal, precalificada por elpropio gobierno- a su proveedor de recolección debasura, mantenimiento de jardines y aceras yreparaciones varias. Un monopolio concesionadosigue siendo monopolio y todo monopolio es unacriatura gubernamental en su origen y mecanismosde supervivencia.

Mito #2: logran lo mejor de ambos mundos,

la misión social gubernamental y la eficienciaprivada.

Este segundo mito tiene que ver con la idea de

que el sector privado es el reino de la eficiencia yel gubernamental el de la misión social. Enrealidad el sector privado es el sector voluntario.Su superioridad es ética antes que técnica. Y

técnicamente “sector privado” significa muy pocosi su nivel de regulaciones le vuelve un campo deprivilegios -bajo pretextos de regularle “paraproteger al usuario”. Un sector privado libre omuy poco regulado es una situación liberal, demercado. Un sector privado muy regulado es unasituación mercantilista conocida últimamente como“neoliberal” (economía mixta, con privilegios). Esdecir, tiene el afán de lucro como motor pero nolos beneficios de precios y variedad que vienencon la competencia real por el cliente-usuariounificado. Y tiene mecanismos (licitaciones oincluso sin licitaciones) que impiden aproveedores no calificados (por el entegubernamental) participar cuando muyprobablemente el público sí les elegiría. Sobreeste último punto es vital decir que la gente tienecombinaciones preferidas de costo-beneficio muydistinto a la de los tecnócratas. Un tecnócratapuede imponer el uso de Linux en escuelasprivadas cuando éstas pudieron haber elegidoMicrosoft por respaldo al cliente o compatibilidado simples gustos personales. Incluso si los

tecnócratas eligen algo mejor -como bien podríaalegarse en este caso- impiden al público elegir yejercer su derecho a discrepar o equivocarse. Espor eso que el mecanismo de concesiones ylicitaciones de obras/servicios al público noimplica “lo mejor de ambos mundos” sino enapariencia (y quizás comparado con la decadenciaprogresiva de cualquier cosa estatal luego de suinauguración) y en al menos un par de sentidos,implica lo peor de ambos mundos.

En resumen: tener un mono-cliente

gubernamental eligiendo por el usuario violaderechos consuntivos y productivos, pero a la vezgenera incentivos culturalmente corruptos al crearcastas de proveedores al gobierno, lejos de laauténtica acción ciudadana de abajo hacia arriba.No sólo las concesiones -licitadas abiertamente oasignadas de forma más oscura- no representan elmercado sino que -me atrevo a puntualizar- nisiquiera forman parte de él.

II. ¿Hay que humanizar al Mercado? Uno de los conceptos más fastidiosos que uno

puede encontrar en un debate, es aquel de que sibien técnicamente hablando una economía libre (ellibre mercado) es más eficiente y productiva,resulta impersonal y es mejor intervenirle oregularle para "humanizarlo".

Analicemos algunos planteamientos usuales: 1.- "El mercado es frio e impersonal" Se han realizado estudios que muestran cómo

el límite natural de una comunidad de personas esde 150 individuos. Más allá de eso, los vínculostribales se rompen y se necesita institucionalidadmás que vínculos personales para mantener elfuncionamiento del tejido social. En otraspalabras, los grupos grandes necesitan reglas másque camaradería o vínculos de sangre.

Por lo tanto, si queremos beneficiarnos de la

división del trabajo (como la que le permiteutilizar la computadora con la que pretenderíacontradecirlo, pues está hecha en Asia),necesitamos relacionarnos con extraños. 150personas producen una división del trabajo muyprimitiva, garantizando la limitación queactualmente llamaríamos "pobreza". Por ende, elsistema social debe basarse en reglas einstituciones que respondan a esa necesidad deconfianza para el intercambio de todo tipo en lasrelaciones humanas. A una persona al otro lado delglobo, o al otro lado del valle (da igual), me debeligar un poco más que mi fe en la raza humana. Unaletra bancaria o un juez tienden a ayudar. Y esasinstituciones son algo técnico, pero establecidopor seres humanos. Tal vez nos gustaría la idea deuna abuelita prestándonos dinero en vez de uncajero desconocido, o el tío Alfonso regañándonosen vez de un policía llevándonos ante un juez. Peroni modo, parte de madurar es aceptar que el mundoestá mayormente lleno de gente que no conocemosy a la cual podemos beneficiar beneficiándonos sinnecesidad de cercanía.

Por lo tanto, si bien el mercado está compuesto

de instituciones y aunque aquellas no regalanpasteles de manzana y un vaso de leche, son deextremo beneficio para la sociedad.

2.- "El mercado es desalmado y cruel" Responda Ud. esto: ¿Prefiere que le paguen

más o que le paguen menos? Y ahora esto:¿Prefiere pagar más o pagar menos por la mismacosa?

La constante búsqueda de ofertas ventajosas y

de clientela igualmente favorable, en forma desubasta que -lo reconozcamos o no- llevamos acabo diariamente, no es cruel. Si fuese cruel, alejercer Ud. su naturaleza humana estaría siendo unpoco cruel. Y la suma de crueldades individualesconformaría un sistema económico cruel. Laverdad es que como se dijo antes, el proceso esimpersonal. Y así es mejor. No se detiene pornadie. Cada cual busca la combinación que le

plazca -en ese momento- de beneficio síquico ymonetario en su escala subjetiva de valores, y lasuma de todo eso constituye el mercado.

Es curioso que, como dijera Ayn Rand, el

trabajador que quiere un alza salarial sea visto consimpatía, pero el empresario que quiere ahorrar encostos laborales sea visto con animadversión. Sondos facetas de la misma naturaleza, con distintosroles. Bien haría el "humanista" o "humanizador"en estudiar las consecuencias reales y armónicasdel proceso en su conjunto.

Lo sorprendente, hasta que uno estudia un poco

de Economía, es que el resultado es altamentebenévolo, y más beneficioso relativamentemientras peor uno esté relativamente. En unmercado realmente libre (gobierno limitado,bajísimos o inexistentes impuestos, ley y nolegislación, dinero de mercado), el emprendedorjamás puede librarse de las consecuenciasbeneficiosas para los demás de sus actos deautointerés: sencillamente no se enriquece sin

mejorar la vida de los demás en aún mayormedida.

3.- "La acción colectiva concertada (en su

forma política) es más humana que el mercado" Eso es, sencillamente, la fatal arrogancia.

Pensar que la concertación de mentes en forma deasamblea, cónclave, plan estratégico o similar,puede superar la suma de accionesdescentralizadas de individuos que conocen supropia situación y recursos en forma dinámica, esun acto soberbio. El problema de un arreglopolítico en vez de uno económico, es uno denaturaleza epistemológica, entre otras cosas.

¿Ha visto Ud. o asistido alguna vez a una

asamblea? ¿No pensó nunca que hubiera sidomejor ni siquiera iniciarla y que el arregloresultante va a perjudicar a minorías porque lasmayorías (dependiendo del tema o asunto) así lodeciden? Lo que el mercado hace es proporcionaruna forma lo más humana posible, es decir

respetando la búsqueda de la felicidadsubjetivamente trazada y, de colaborar con elprójimo. Ni más ni menos.

4.- "¿Es posible superar la era capitalista de

la humanidad?" 'Capital' es un término relativamente nuevo,

pero sencillamente indica una porción de riquezapersonal o conjunta en un territorio que seencuentra en algún proceso de reproducirse omultiplicarse. El capital es riqueza actualmenteempleada en distintos planes para mantener lamisma proporción de riqueza o una superior.Abandonar el capitalismo significa abrazar elconsumismo puro, es decir, utilizar riqueza creadao descubierta (recursos naturales) sin ningunaporción de ella dispuesta para mantenimiento de sucantidad y calidad, y tampoco para su incremento.Los bienes de capital -otro término cuasinovedoso- son bienes (objetos que apreciamos)que sirven para producir bienes de consumo (losque realmente vamos a utilizar los no-productores

de esa actividad o bien específicos). En resumen,no, no es posible superar la era capitalista de lahumanidad. Hemos tenido eras de estancamiento ydestrucción económica en todos los países, pero sinuestras voluntades sumadas deciden quequeremos más riqueza o al menos la misma,necesitamos un sistema social capitalista y noconsumista o destructivo (guerrero, por ejemplo).

5.- "¿No sería mejor un sistema social de

cooperación en vez de uno de competencia?" La pregunta misma parece suponer que la

competencia es una alternativa deseable sólo enciertos aspectos comparada con la ausencia deella. La verdadera pregunta debe ser ¿ConsideraUd. deseable que sólo a una persona uorganización se le autorice a realizar cadaactividad en un territorio? La respuesta decualquier persona sensata es un 'no'. La alternativaa la competencia no es la fraternidad, es elmonopolio. La fraternidad no desaparece porqueexista rivalidad empresarial. En una sociedad de

desconocidos (un pueblo de más de 1000habitantes) es sencillamente impensable no tenerinstituciones que pueden parecer 'frías' o'impersonales', como empresas, bancos, cortes,competencia, precios, etc. Sin embargo laalternativa es inmoral e impráctica, y más bien elresultado de ese proceso es altamente benévolo. Siabandonamos un pueril deseo de vivir por siempreen el útero materno, entenderemos que losdesconocidos no pueden ser todos nuestroshermanos. Pero podemos beneficiarnos enintercambios mutuos, directos e indirectos, para elbien de nosotros y quienes sí son parte de nuestrocírculo personal. Aceptar la realidad de lacooperación social voluntaria y basar nuestrasrelaciones en el respeto como requisito paracualquier forma fraternal, da como resultado el nointerferir con los planes productivos de los demásaunque ingresen en nuestra actividad y disputennuestra clientela. El mismo proceso sucediendo enel resto de industrias a la vez compensalargamente a nuestro favor el tener que tolerar esarivalidad.

El mercado no necesita ser humanizado. Lasuma, en ausencia del uso de la fuerza, de nuestrashumanidades, es el mercado. Humanicemosnuestros conceptos mejor.

EPÍLOGO: EL CONSUMISMO

ES HIJO DEL ESTADO Y NO DEL

MERCADO LIBRE. Imagine usted, estimado lector, que le anuncian

que tiene solo 48 horas más de vida. Ninguna delas cosas que usted haga será pensada para rendirsu fruto (consumo) más allá de esos dos días. Suhorizonte temporal se reduce drásticamente. Anivel personal una tragedia como una enfermedadreduce el horizonte temporal. A nivel social undesastre natural o una guerra tienen el mismoefecto: destruyen los incentivos para pensar afuturo (invertir) y aumentan exageradamenteaquellos para disfrutar lo que no está asegurado en

el futuro (consumir). Una medida objetiva, que es fundamentalmente

la diferencia de valoración entre bienes presentesy bienes futuros, es la tasa de interés. Cuando lamentalidad protegía los derechos individuales enlos siglos anteriores al XX, las tasas de interésbajaron constantemente como producto delproceso económico, y por ende una mayor certezacon respecto al futuro. La subsistencia estabaasegurada gracias a la creación de bienes decapital y al ahorro acumulado. Sin embargo, latasa de interés del llamado Primer Mundoretrocede 500 años luego de la Segunda GuerraMundial y permanece alta. ¿Por qué? Solo existeun fenómeno capaz de reducir permanentemente lasexpectativas futuras de grandes poblaciones: elestatismo. El propio Vladimir Ulianov -Lenin-llamaba al Estado un aparato de opresión.Frederic Bastiat explicó: "El Estado es la granficción a través de la cual todos pretendemos vivirde los demás". Sobre todo el concepto de Bastiatnos ayuda a entender: cuando hay rapacidad

redistributiva y el aparato de los medios políticoslo permite, la gente ve seriamente afectada sucapacidad práctica para invertir en el largo plazo.

La inversión en uno mismo y la inversión

material en una empresa cultural o comercial sellaman capitalización. Pero lo contrario a lacapitalización, al avance integral, es elconsumismo. Este es nada más y nada menos queel efecto socioeconómico, y por ende cultural, dela reducción drástica del horizonte temporal.Piense qué reacción tiene usted cuando un nuevogobierno le trae incertidumbre. Usted tenderá adisfrutar de placeres personales y familiares quetal vez no pueda satisfacer luego. Esto, a expensasde nuevos estudios, planes personales einversiones de mediano o largo plazo en el propiopaís.

En nuestra América Latina la alta

discrecionalidad de los funcionarios, la deudaestatal, prohibitivas tasas de impuestos para unpaís que pretende desarrollarse, el centralismo

estatista y decenas de miles de cuerpos legalesactivos, crean más que suficientes barreras paranuestro horizonte temporal.

El autoconsumo, la distorsión de valores y el

consumismo son ineludibles efectos de forzar elespíritu humano hacia el corto plazo medianteatenazar el futuro. La comprensión de esefundamental principio praxeológico desarma lapretensión de echarle la culpa del consumismo y ladecadencia social al libre mercado. Aquí nohemos tenido ni tenemos libertad económica ygobierno limitado como la Europa antes de laSegunda Guerra, pero sí toda la problemática deun país con horizonte temporal minúsculo y sin uncapital cultural y material acumulado que amainesus efectos.

[1] Al hablar de “valoración subjetiva”, nos referimos a quecada persona tiene una escala de valoración única con

respecto a los bienes ofertados. [2] Explicado de otra manera: no importa cuántas horassean trabajadas en un bien, si este bien no despierta valor enlas personas, no se estará creando riqueza. La fuente de lariqueza se encuentra en la inventiva de crear bienes quesean apreciados, valorados por las personas.[3] Algo muy importante de mencionar es que el procesocapitalista brinda beneficios a largo plazo. Al comienzo delproceso de industrialización (corto plazo), se viviránperiodos de bajos sueldos y muchas horas de trabajo (queson más deseables que la vida de hambre en el campo),pero que serán el pilar para un mejor nivel de vida (de clasepobre a clase media) de sus hijos y la llegada de mejoresempresas que en competencia darán mejores beneficioslaborales y mayores salarios. Taiwán o Hong Kong sonclaros ejemplos.[4] Los datos del Fondo Monetario Internacionalcontenidos en el World Economic Outlook Database,October 2012, muestran que el PIB per cápita en Taiwán esde USD $19,888.01, mientras que en Kenia es de USD $993.65.[5] Ver El Libro Negro del Comunismo deStephane Courtois, et al.[6] Capital: la porción de riqueza que se destina(por una persona o grupo humano) al sostenimiento ygeneración de nueva riqueza. Ver Capitalism de George

Reisman.[7] Ver La Acción Humana de Ludwig von Mises. Este es para varias escuelas el tratado de ciencias socialesmás importante jamás escrito en la historia humana. Puedeencontrarse en www.unioneditorial.es o gratis enwww.mises.org (en inglés)[8] Se puede revisar el artículo “Quién o qué es elmercado” del economista afronorteamericano WalterWilliams en http://www.liberalismo.org/articulo/234/12/[9] La teoría del valor subjetivo y la ley de utilidadmarginal son dos puntales de la llamada Escuela Austriacade Economía. Explican satisfactoriamente temas quedejaron empantanados a los “clásicos”. Esta escuela enrealidad tiene origen en la escolástica tardía de la Escuelade Salamanca, y luego es continuada en Viena y luego enotras partes del mundo por Carl Menger, Eugen Bohm-Bawerk (autor de Karl Marx y el cierre de su sistema) yLudwig von Mises, así como sus continuadores. Paraentender qué vuelve a algo un bien con valor económico,pueden revisarse los Principios de Economía Política deCarl Menger.[10] La ley de utilidad marginal nos explica cómocada unidad adicional de un bien, la utilizaremos para un finde importancia menor a la anterior unidad del mismo bien. Si ponemos como ejemplo tomates, sólo hay una cantidaddefinida que una familia decidirá comer en el año, y el

resto la intentará guardar (ahorro), intercambiar(comercio) o dejar podrir (podría volverse costoso frente acongelar otras cosas en un espacio reducido o no vale lapena el tiempo de salir a intercambiarlos). Lo valioso delintercambio se evaluará también ex post, es decir, luego deocurrido. Cada unidad que no desee consumirse y seprefiera intercambiar diremos que ya no tiene valor deuso, si no valor de cambio.[11] Existe un grado preciso hasta el cual se debeabonar un terreno: un poco menos producirá frutos máspequeños y un poco más puede arruinar la oxigenación delsuelo. Encontrar esas proporciones de trabajo entredistintas tareas no es algo mecánico, ni siquiera son lasmismas entre una ocasión y la siguiente.[12] Ciertamente el empresario agrícola puedehacer un gran festín con esos tomates, o convocar a unajunta de vecinos y lograr su apoyo solidario para noquedarse con 300 tomates en exceso y con carencia deotros bienes. Sin embargo, no se puede contar con eseapoyo cada vez, en cada ocasión de fracaso empresarial.[13] Aquí se hace referencia, por supuesto, a lapublicidad. Como en toda comunicación humana, puedeser parca, agradable, desagradable, exagerada o mentirosa. Sin embargo no tiene nada de malo per se, y por elcontrario, facilita el conocimiento de la existencia deproductos y alternativas. Si la publicidad tuviera los

poderes cuasi mágicos que se le atribuyen para manipular alas ‘masas’, no quebrarían empresas con presupuestosmultimillonarios de publicidad, como ocurre cada año.[14] Por supuesto no todo capitalista aparece pormérito propio: existen herederos, ganadores de sorteos eincluso gangsters/funcionarios públicos que obtienenrecursos adicionales mediante la expoliación de los demás.[15] Aumenta su producción pues percibe unaoportunidad subvaluada: alguien abandonó esa actividad, haynuevos usos para las naranjas o encontró potencialescompradores en un pueblo vecino.[16] Cabe una revisión de la historia de laadministración de empresas, sus métodos, sus personajesdestacados y su contribución a la productividad y por endeal bienestar de las mayorías donde se han aplicado.[17] Ver El Capital, Karl Marx.[18] Aquí se le debe adscribir a los vecinos delbarrio todos los defectos que suele –con un alto grado deacomplejamiento valga decir- asumirse en los empresariosmismos: ser caprichosos, tener motivos ‘irracionales’,pagar menos que más por el mismo bien, buscardespiadadamente la mejor oferta, etc.[19] Poca gente analiza el hecho de que el salariode empresas, en la mayoría de industrias, se paga meses yaños antes de que el producto salga a la venta, se llegue a

vender o no. El capitalista no sólo absorbe laincertidumbre, si no la responsabilidad intertemporal deléxito de un emprendimiento productivo. Cualquierapreciación de su papel social debe tomar en cuenta eso, sipretende hacerle justicia.[20] Ver Teoría del Dinero y el Crédito, de Ludwigvon Mises. Puede pedirse a www.unioneditorial.es[21] Con eso vienen la capacitación, la necesidadde habilidades e intelecto superior y por ende, la educacióntoma valor económico y no sólo cultural. Esto asegura sufinanciamiento y aporte a las actividades productivas almenos en la mayoría de carreras universitarias.[22] Dada la ley de rendimientos decrecientes, unaporción dada de tierra no podría dar más que cierta cantidadde productos agrícolas (base de la supervivencia humana).Sin tecnología ni bienes de capital, esta cantidad no podríaser cada vez superior, como es en nuestros días.[23] La llamada Ley de Say nos enseña que alofrecer un producto o servicio deseable, nos colocamos enposición de demandar de los demás. Es decir, hay queproducir antes de poder consumir. Esto y el principio de lanota al pie no 14. resuelven el aparente dilema de lasobrepoblación, y del no venir al mundo con una ocupacióno puesto de trabajo determinados de antemano.[24] En un acto de deshonestidad intelectual conpocos precedentes, Marx retiró las estadísticas oficiales

del gobierno inglés de uno de los tomos de Das Kapital enun momento en que la realidad contradecía máselocuentemente su andamiaje teórico.[25] Analfabetismo económico, equivaldría adecir. Pero a diferencia de la química o la física cuántica,es un tema que nos concierne a todos y sobre el cual todossostenemos alguna opinión, hecho determinante paranuestra vida en sociedad.[26] Cuando la economía es intervenida altamente(regulada), existe un fuerte desincentivo institucional paraque se ejecuten decenas de miles de proyectos. Sencillamente se vuelve muy caro despedir (las pequeñas ymedianas empresas generan al menos el 85% del empleoen cualquier país del mundo), cobrar una deuda, demandar aun estafador o hacer cumplir un trato cualquiera. Mientrasmás libre y desregulada es una economía, irónicamentemás orden y justicia habrá. Además, por sentido común, ungobierno dedicado a hacer cumplir pocas leyes, lo harámejor que en el caso de inflación legal y cientos deactividades indebidas. El Ecuador actual tiene el puesto159 en el índice de libertad económica mundial, dotandode bajísima seguridad legal a su población sobre supropiedad y sus contratos, y además, interviniendo sobre eluso libre de esos recursos. Esto no sólo atenta contra elestado de derecho si no que entorpece la asignación derecursos que eleva la productividad mediante

especializaciones y economías de escala, entre otras cosas.[27] Si existe duda sobre la benevolencia delproceso económico competitivo, debe recordarse que ensociedades de economías precapitalistas (cerradas,verticales, sin competencia) el poder adquisitivo individualy la riqueza social se duplicaban cada 400 años. Irlanda yEspaña acaban de hacerlo en menos de 10 añosrecientemente. Evidentemente, hay que llamar a las cosaspor su nombre para poder adjudicar la responsabilidad de5.000 siglos de pobreza anteriores o los excepcionalesúltimos 130 años de prosperidad en ya algunos países.[28] Ver Socialism & Capitalism del profesorHans Hermann Hoppe, alumno de Jurgen Habermas. Elgrado de libertad económica (seguridad de la propiedadpacíficamente adquirida) determina la dedicación de losrecursos de una sociedad, incluyendo la cultura, hacia ellargo plazo o el corto plazo. Donde hay más seguridad,obviamente la gente tiene menos presión cortoplacista(preferir el consumo que el ahorro). Esto no es tema delpresente escrito pero desarma otro argumento tradicionalen contra del mercado: que genera consumismo. Puedeverse el artículo “El consumismo y el Estado” del mismoautor de este texto enhttp://www.hoy.com.ec/sf_articulo.asp?row_id=163985[29] Una economía puede crecer a tasas de 5 a10% en condiciones de libertad económica. Una población

no lo hace a ese ritmo. Esto, aparte de desvirtuar las ideasabsurdas de Malthus, apunta con precisión hacia cuál es elrecurso que pronto es relativamente escaso mientras máscapitalizada/capitalista sea una economía.[30] Para revisar un resumen de la refutación deEugen Bohm-Bawerk a la teoría de la “explotación”marxista, se puede leer a José Ignacio del Castilo enhttp://www.liberalismo.org/articulo/5/[31] Dado que las pequeñas y medianas empresasson las que crean más del 85% del empleo en cualquierparte del mundo, es necio pensar que subir los costos decontratar (incluyendo las indemnizaciones por despido) vaa ser una medida de “reivindicación” o “justicia” social. Nosólo es injusto por ser coercitivo, si no que es destructivoprecisamente para los pequeños productores. Se puederevistar “Contratar trabajadores es una irresponsabilidadsocial” de Gustavo Lazzari enhttp://www.atlas.org.ar/articulos/articulos.asp?Id=1331 ytambién “Del salario mínimo a la pobreza” de Jorge Valínen http://www.liberalismo.org/articulo/209/114/ [32] Existe un término para la gente que elige notrabajar temporalmente o se encuentra en búsqueda de otro:desempleo friccional. Pero no suele ser mayor a un 3-5%de la población en posición de trabajar. La obsesión con el“pleno empleo” de los economistas keynesianos (unaescuela lamentable de principio a fin) sólo se vio realizada

en la práctica en casos como la Segunda Guerra Mundial,donde doce millones de varones abandonaron lasactividades productivas por involucrarse en la guerra, yforzando a las viudas, jubilados, adolescentes y madres defamilia a suplir sus lugares. Ciertamente no es unasituación deseable. No está de más rechazar la pretensiónde ciertos economistas incompetentes (como loskeynesianos) que consideran que una guerra es favorablepara la prosperidad. Adolph Hitler dejó a Alemania con un10% del Producto Nacional Bruto con el que la encontró,antes de “liderarla” con planificación central, planesnacionales por industria, controles de precios, inflación,reglamentaciones varias, etc.[33] Antes de la Segunda Guerra Mundial, lonormal era que los precios sean decrecientes, en otraspalabras que en términos de dinero cada año la canastafamiliar cueste menos y las familias se vuelvan másprósperas. Eso es lo normal en una economía capitalista,por razones que ya deben ser obvias a este punto. Pero losgrandes retrocesos y saqueos de fines de siglo, en especialen Latinoamérica, se han venido dando mediante formassutiles como la inflación monetaria y la deuda pública. Laprimera especialmente, hace perder el valor relativo alsalario frente a los bienes y servicios circundantes. Sepuede revisar “Moneda, Inflación e Hiperinflación” deEnrique Arenz en

http://www.enriquearenz.com.ar/Libertad8.html Comocaso local ecuatoriano, se calcula que la depreciación delsucre, llevada a cabo mediante congelamiento de cuentasbancarias en el año de 1999, hizo retroceder en poderadquisitivo a las familias ecuatorianas en al menos 5 años. Eso equivale a que durante todos esos años nadie en esasfamilias se hubiese levantado de la cama para trabajar las10-11 horas promedio en el país.[34] No ha existido jamás un pasado idílico de“equidad” y “prosperidad”. La prosperidad, bajo cualquierpunto de vista es un fenómeno reciente para la humanidad. En sociedades feudales, monárquicas, teocráticas, etc, laproporción era de un 2-5% de “ricos” y un 95-98% depobres. La pobreza ha sido tan persistente y connatural alser humano, que cualquier familia de clase media delEcuador vive monumentalmente mejor que un monarca oaristócrata de hace 300 años en términos de mortandadinfantil, expectativa de vida, higiene, acceso a odontología,y una larga lista de etcéteras. Para un recuento del casosueco, por ejemplo, se puede revisar “Cómo laglobalización conquista la pobreza” del investigador suecoJohan Norberg enhttp://www.liberalismo.org/articulo/180/ El inicio de suescrito debe darnos luces sobre la historia del desarrollo:“En 1870, Suecia era más pobre de lo que es el Congo hoyen día. La gente vivía veinte años menos de lo que se vive

en la actualidad en los países en desarrollo, y la mortalidadinfantil era el doble de la del país en desarrollo promedio.Mis ancestros estaban literalmente muriéndose dehambre.”[35] Suecia, que en los 1800’s tenía 2/3 de supoblación trabajando para alimentarse y alimentar al otrotercio, ahora tiene apenas un 4% de su gente en el agro, eincluso exporta alimentos.[36] Un caso reciente es la empresa Nokia deFinlandia, que siendo una empresa papelera mediana haceapenas 8 años, importante actualizar destronó y sacó delmercado mundial de aparatos telefónicos celulares a laEricsson de Suecia, empresa de más de 100 años deantigüedad y capital inmenso.[37] Ver “El mercado, y no los sindicatos, nos hanprovisto de tiempo libre” de Thomas J. DiLorenzo, enhttp://www.liberalismo.org/articulo/265/[38] Como dice el profesor Huerta de Soto en suSocialismo, Cálculo Económico y Función Empresarial(p.95, 2da Ed.): “el socialismo es un error intelectualporque no es teóricamente posible que el órgano encargadode ejercer la agresión institucional disponga de lainformación suficiente como para dar un contenidocoordinador a sus mandatos”[39] Ver Socialismo y Capitalismo, de Hans-Hermann Hoppe. Kluwer Academic Publishers 1988

[40] Esto es la Falacia del Polilogismo, es decirque existan varias “lógicas” y no la lógica como disciplinahumana para arribar a conclusiones válidas partiendo depremisas ciertas y utilizando información verdadera en elproceso. Pero ese argumento (que no es marginal si nofundamental en el marxismo) implicaría que el propioMarx obedecía a la “lógica” burguesa, y por tanto jamáspodría entender o proponer lo que decía proponer: unateoría política, social y económica del proletariado. ¿Cómo fue posible que Kart Marx abandone su propia“lógica burguesa” y entendiera la “lógica proletaria”? Esuna paradoja que anula totalmente ese pueril argumento. Probablemente, se nos quiera venir con la necedad de quenosotros no entendemos que no era una contradicción puesestamos atrapados en la “lógica burguesa”.[41] John Maynard Keynes, influyente economista delsiglo XX.[42] Escuela de economía liderada por los economistasGeorge Stigler y Milton Friedman.