286
El evangelio de Lázaro La tematización de la realidad socioeconómica Argentina en el discurso impreso en español en los Informes Sinodales y en la Revista Parroquial de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata entre 1969 y 1986 Tesis presentada en cumplimiento de los requisitos para obtener el Título de Licenciado en Teología Peter Herman Rochón Valentín Tutor: Dr. Jerónimo Granados Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos Buenos Aires 2001

El Evangelio de Lazaro

  • Upload
    isedet

  • View
    0

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

El evangelio de Lázaro

La tematización de la realidad socioeconómica

Argentina en el discurso impreso en español en los

Informes Sinodales y en la Revista Parroquial de la

Iglesia Evangélica del Río de la Plata entre 1969 y 1986

Tesis presentada en cumplimiento de los

requisitos para obtener el Título de

Licenciado en Teología

Peter Herman Rochón Valentín

Tutor: Dr. Jerónimo Granados

Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos

Buenos Aires

2001

1

Prólogo

Esta investigación intenta ser un modesto aporte a la búsqueda continua de una

Iglesia que no se ha conformado con preguntarse por su historia y conocerla, sino que ha

caminado en este espíritu en la necesidad de un seguimiento de Cristo más comprometido

con la Cuenca del Plata.

No pretendemos, por tanto, llegar a conclusiones unívocas o cerradas sobre el

período estudiado. Aunque debemos admitir que muchas de las preguntas que alimentan

esta investigación se han nutrido de las verdades acabadas de las últimas décadas. Verdades

que, paradójicamente, se autopresentan como el fin de las grandes verdades, el fin de la

historia, el fin…

¿Qué es lo que se pretende acabado? La mayor paradoja planteada por la gran

verdad del mercado global (todopoderoso) es justamente la continuidad de las grandes

injusticias y su profundización. Mientras tanto la desmemoria es la solución propuesta a

todos los males, la gran tentación de los nuevos dioses. Los cristianos que creemos en el

Dios de la historia ¿qué tenemos para decir en este tiempo que no es nuevo, ni posmoderno,

ni final, sino simplemente más de lo mismo?

En la búsqueda de una posible respuesta hemos comenzado este proceso, que no

hubiera sido posible sin el apoyo de muchos compañeros de camino con quienes

compartimos al menos la necesidad de algunas preguntas. Gracias a ellos por preguntar y

por alentarme en la búsqueda de respuestas.

Agradezco al ISEDET y a aquellos docentes y pastores que han aportado material

documental y tiempo personal para enriquecer esta investigación. Del mismo modo

2

agradezco a las personas que trabajan en la oficina sinodal de la IERP, por haberme

facilitado el acceso irrestricto al archivo y haber aportado todo lo necesario en cuanto a la

infraestructura sin la cual hubiera sido imposible trabajar. A los hermanos de la Revista

Parroquial, mi más profundo agradecimiento por permitirme utilizar el archivo por el

tiempo que me fue necesario, y más también.

Mi más especial agradecimiento a la paciencia y contención con que Patricia a

llegado a formar parte fundamental de este proceso. Gracias a Herman, Olga, Martín, Lidia,

Erwin, Günther, Daniel y Jorge por ser mi familia en ambas márgenes del “charco”. Gracias

también a Agustina por provocarme con las preguntas que sólo una niña puede hacer, y a

Fernando y María por alentarla en este preguntar.

Ante todo, gracias a Dios que me ha sostenido en este tiempo, a pesar de mí.

3

Índice

Prólogo 1 Índice 3 Introducción General 5

Objetivo y delimitación del tema 5

Consideraciones metodológicas 7

Delimitación de las fuentes a utilizar 7

Representatividad y alcance de las fuentes 7

Perspectiva histórica 10

Estado de la cuestión 11

Hipótesis 15

Desarrollo del análisis 16

Capítulo 1 Marco político y socioeconómico argentino en el período comprendido entre 1966 y 1989 18

Introducción 18

El panorama previo a 1966 19

El golpe de estado de 1966, la ‘presidencia’ del General Onganía 23

Las ‘presidencias’ de los generales Levingston y Lanusse 30

Los gobiernos peronistas en la década del 70’ 32

El golpe de estado de 1976. La ‘presidencia’ de Videla 37

Las ‘presidencias’ de Viola y Galtieri 44

La ‘presidencia’ de Bignone 45

Restauración de la democracia política. La presidencia de Raúl Alfonsín 48

Capítulo 2 La IERP: una iglesia de origen inmigratorio naturalizada 57

A partir de 1965… 62

1969… ¿Algo que decir? 69

1971: “Discernir cuál es la voluntad de Dios” 74

4

La XXIVª Asamblea General y Sinodal Ordinaria (Sínodo 1971) 77

1974: Comprometidos por el Evangelio 87

La IIª Asamblea General y XXVª Sinodal Ordinaria(Sínodo 1974) 89

1976 97

1977: “Creados para buenas obras” 102

La XXVIª Conferencia Sinodal y IIIª Asamblea General Ordinaria (Sínodo 1977) 104

1980: “¡Sígueme!” 118

La XXVIIª Conferencia Sinodal y IVª Asamblea General Ordinaria (Sínodo 1980) 120

1982 135

1983: “Las cosas viejas pasaron; he aquí, yo hago nuevas todas las cosas” 142

La XXVIIIª Conferencia Sinodal y Vª Asamblea General Ordinaria (Sínodo 1983) 162

1984 174

1985 187

1986: “Jesucristo, nuestra promesa de fe, amor y esperanza” 205

La XXIXª Conferencia Sinodal y VIª Asamblea General Ordinaria (Sínodo 1986) 220

Conclusiones 234 El cómo de la tematización 240

El evangelio de Lázaro 255

Bibliografía citada 257 Fuentes Primarias para el Capítulo 2 257

Artículos en Revista Parroquial 257

Archivo de la IERP 271

Informes Sinodales 273

Literatura general 274

Índice de abreviaturas 281 Anexos 283

5

Introducción General

Objetivo y delimitación del tema

Este trabajo tiene como propósito documentar y analizar cómo discurre la realidad

socioeconómica argentina en la discusión explícita sobre el proceso histórico social puesta

por escrito en castellano en los Informes Sinodales y la Revista Parroquial1 de la IERP2

entre 1969-1986, considerando los Informes y Artículos más relevantes sobre el tema

Estudiaremos los textos publicados en el período comprendido entre el Cordobazo,

que estalla en mayo de 1969 —convirtiéndose en el puntapié de una movilización social que

se extendió hasta 19753—, y las primeras consecuencias de la caída del “Plan Austral” que

se expresan en los ajustes de abril de 1986 y en la implementación de un nuevo plan en julio

de 1987.

Podemos por otro lado establecer un corte en el período observando la historia de la

IERP. En 1966, la Conferencia Pastoral Plenaria (CPP) realizada en Valentín Alsina

(Buenos Aires) “fue la primera dedicada íntegramente a tomar contacto con las distintas

facetas de la desafiante realidad rural y urbana” 4. En la CPP realizada en Viale (Entre Ríos)

en 1969 resulta significativa la ponencia del pastor Eduardo Goldenring. En su exposición

plantea una clara preocupación por la realidad socioeconómica y la necesidad de que la

iglesia realice cambios radicales para poder responder a esa realidad5. La CPP realizada en

1 Abreviaremos: RP. 2 IERP: Iglesia Evangélica del Río de la Plata (hasta 1965: Sínodo Evangélico Alemán del Río de la Plata). La

IERP abarca congregaciones en la Argentina, el Paraguay y el Uruguay. 3 Luis Alberto Romero, Breve Historia contemporánea de la Argentina. Fondo de Cultura Económica, Buenos

Aires, 19986. pp. 240-ss. 4 Alejandro Zorzin, en: RP, Año 105, N° 4, (2000), Suplemento Centenario p. 45 5 Eduardo Goldenring, Posibilidades y metas de la Iglesia en un mundo cambiante: estrategias y tácticas,

1969, Mecanografiado, 9 págs. en: Archivo de la CPP. El texto fue presentado en la Conferencia Pastoral Plenaria, 8 de noviembre de 1969, Viale. cf. Convocatoria a la “Gesamtpfarrkonferenz der Ev. Kirche am

6

Montevideo en 1970 bajo el lema El camino de la IERP en los próximos años debate y

define “las líneas a seguir como iglesia comprometida con la realidad latinoamericana”6.

El final del período está marcado por la XXIXª Conferencia Sinodal de la Iglesia

Evangélica del Río de la Plata, realizada en Eldorado, Misiones, en octubre de 1986. Esta

Conferencia recibió el documento “Diaconía: un estilo de vida”7 en el que se expresa una

primera síntesis en relación al modo de “ser” iglesia de Cristo en la Cuenca del Plata.

Acompañada por este posicionamiento esta la reelección de Rodolfo Reinich como pastor

presidente de la IERP8 para el período 1986-1992.

Nos proponemos abordar estos 18 años de historia de la IERP (1969-1986).

Conscientes de que nuestro marco de referencia esta marcado por realidades

socioeconómicas complejas y cambiantes que involucran a un amplio sector de la sociedad

argentina, asumimos por razones metodológicas que la realidad de Paraguay y Uruguay sólo

podrán ser consideradas de forma parcial como partes de una coyuntura mayor.

Para alcanzar dicho objetivo investigaremos el discurso impreso en castellano en los

Informes Sinodales9 y la Revista Parroquial10 de la IERP en el período antes mencionado.

La Plata 6-9.11.1969 in Viale” 2 págs. s/f. Alemán, en: Archivo–IERP Caja 20: Conferencia Pastoral Plenaria.

6 Alejandro Zorzin, en: RP, Año 105, N° 4, (2000), Suplemento Centenario, p. 45. 7 “VIª Asamblea General Ordinaria y XXIXª Conferencia Sinodal. 18-22 de octubre de 1986. Eldorado–

Misiones” (Informe Sinodal 1986). IERP, Buenos Aires, s/f, pp. 125-131. 8 Ibíd., p. 206. 9 Llamamos Informe Sinodal a la recopilación editada por la IERP que nuclea actas, materiales, informes,

declaraciones, etc. en cada Conferencia Sinodal y Asamblea General. 10 Nos referimos a la Revista Congregacional Evangélica (Evangelisches Gemeindeblatt) que fundada por el

pastor Wilhelm Bussmann en junio de 1895, es publicada mensualmente en Buenos Aires. Alejandro Zorzin, RP, Año 105, N° 4-6, (1999), Suplemento Centenario p. 12. El nombre de esta publicación en la actualidad es Revista Parroquial, editada mensualmente en castellano, con un suplemento en alemán.

7

Consideraciones metodológicas

Delimitación de las fuentes a utilizar

Relevamos dos fuentes que consideramos representativas: los informes de las

Conferencias Sinodales y Asambleas Generales a los que denominamos Informes Sinodales y la

Revista Parroquial.

Oportunamente han sido consideradas también las actas y materiales de las

Conferencias Pastorales Plenarias (CPP). Del mismo modo hemos realizado un relevamiento

sistemático del Archivo de la IERP (AI) procurando complementar la información. De esta

búsqueda emergen algu

ión de materiales en castellano y una mayor proporción de pastores nacionales que a su vez

desarrollan su ministerio en el idioma vernáculo.

Representatividad y alcance de las fuentes

Nuestro interés es describir y analizar el discurrir de la realidad socioeconómica

argentina en el discurso impreso en castellano por la IERP. Al elegir la RP y los Informes

Sinodales como fuentes partimos de la base de que dichas publicaciones son, como ya

explicamos, representativas de la posición que sustentó la IERP. Creemos importante exponer

aquí las limitaciones de estas fuentes.

En lo referido a la RP en tanto publicación editada para su difusión masiva debemos

observar en primer lugar su representatividad, pues “los artículos y opiniones de estas

publicaciones suelen reflejar sólo la postura de sus respectivos «(círculos) editores»”11. En

11 Alejandro Zorzin, “Algunas repercusiones de los acontecimientos europeos en la década del '30 en las iglesias protestantes de la Argentina” en: Tomás Gutiérrez S. (Compilador), Protestantismo y Política en América Latina y el Caribe: entre la Sociedad Civil y el Estado. CEHILA, Lima, 1996, p. 196.

8

segundo lugar, la dificultad de dimensionar el “real impacto propagandístico”12 de estas

publicaciones entre sus lectores. Alejandro Zorzin desarrolla tres elementos que convalidan el

valor de las publicaciones periódicas como fuentes para una análisis histórico:

“(1) Porque esos «(círculos) editores» son productores y reproductores de un discurso (político–religioso) que pretende dar sustento a la identidad eclesial de las comunidades a las que la publicación está destinada. […] (2) Porque aun cuando ese discurso se produzca en un plano que puede no reflejar en forma cabal la repercusión de los acontecimientos en la base eclesial, es poco probable que durante un tiempo prolongado (por ejemplo una década) se lo haya articulado con abierta oposición con aquella. (3) Porque, además, esos «(círculos) editores» responsables de la producción de las revistas evangélicas suelen ser funcionales y, en parte, idénticos con los «sectores» que asumen el liderazgo político de las iglesias en cuestión”13

Es por esto que si bien dicha representatividad no es absoluta, hacemos nuestra la

apreciación de Walter Techera al respecto:

“partimos de la base de que estas publicaciones son representativas de las posturas de los sectores dirigentes capaces de producir un discurso escrito y de sostenerlo mediante su intento de control de las publicaciones eclesiásticas”14

Un aspecto de evaluación más dudosa es el impacto producido por esta publicación

periódica. Techera agrega que estas fuentes reflejan la opinión de “los Sectores Protestantes

Productores de Discurso Impreso”15, mientras que “pocas veces queda reflejada la opinión de

12 Ibíd., p. 196. 13 Ibíd., p. 196. 14 Walter Techera Marset, Entre la Resistencia y la Sumisión. Discurso de las Iglesias Protestantes frente a la

realidad socio-política argentina. (1955-1982).[Tesis de Licenciatura]. ISEDET, Buenos Aires, 1995, p. 5. 15 Es decir: “a) las máximas autoridades de las IIPP [Iglesias Protestantes], ya sean individuos (obispos,

moderadores o presidentes) o cuerpos colegiados (juntas directivas, juntas generales, consejos ejecutivos sinodales, etc.). b) las juntas o direcciones editoriales de las publicaciones eclesiásticas. Estas juntas editoriales, como responsables de publicaciones periódicas oficiales de las IIPP, suelen ser electas por los máximos organismos directivos de las iglesias. c) Incluimos ocasionalmente opiniones de organismos ejecutivos de tipo intermedio, es decir autoridades de las IIPP de carácter regional”, Ibíd., p. 6-7.

9

los «laicos comunes»”16. No por esto desatendemos los pocos aportes laicos que encontramos

en nuestra investigación, conscientes de que no son necesariamente un reflejo cabal de los

miembros de la IERP no ordenados al ministerio.

Atendiendo a estas limitaciones, consideraremos los Informes Sinodales por entender

que son representativos del espacio máximo de decisión en la IERP, ya que son la memoria

oficial de la Conferencia Sinodal y la Asamblea General. Para una cabal comprensión de estos

espacios, veamos lo expresado en el párrafo 18 del Régimen Eclesial de la IERP:

“La autoridad máxima de la IERP es, según sus Estatutos, la Asamblea General. En asuntos que corresponden a la fe y a la vida espiritual de la iglesia y cuya reglamentación no esté reservada a la Asamblea General, la dirección espiritual superior es ejercida por la Conferencia Sinodal.…”17.

De las fuentes señaladas, consideramos sólo los textos más relevantes para nuestra

investigación. El criterio de relevancia surge, en primer lugar, de la aparición explícita del

discurrir de la realidad socioeconómica argentina en el texto; en segundo lugar, del contacto

directo con los archivos que nos han proporcionado elementos de juicio suficientes para

establecer esta distinción.

16 “La mayoría de las veces manifiestan su opinión como reacción a lo que juzgan una «desviación» en la línea editorial que ellos consideran debieran tener las publicaciones eclesiásticas. Para ello suelen utilizar el «correo de lectores» que estas publicaciones ofrecen”, Ibíd., p. 7.

17 “Acta de la X Asamblea General Ordinaria” en: Informe Sinodal 1998. IERP, Buenos Aires, 1999, p. 186. Para consultar los Estatutos referidos en la cita, ver: Ibíd., pp. 160-168. Los artículos referidos a la Asamblea General son 5º-12º Para quien desee consultar Estatutos vigentes hasta 1998 ver “Estatutos de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. Aceptados por la Asamblea Sinodal el 12 de noviembre de 1965 en Rosario, Santa Fe”. en: Estatutos, Reglamentos y Normas. IERP, Buenos Aires, 1979, pp. 5-14 (y el “Régimen Eclesiástico”, pp 17-33).

10

Perspectiva histórica Para enmarcar nuestra perspectiva histórica nos basaremos en Jim Sharpe18

asumiendo su recomendación de prestar especial atención a la tentación de pensar que las

fuentes con las que contamos son plenamente representativas de las bases.

Parafraseando a Clifford Geertz19 podemos decir que la historia es una urdimbre y

que el análisis de la historia es una ciencia interpretativa en búsqueda de significaciones;

por esto nos acercaremos al análisis desde una “descripción densa”20, especialmente en

nuestro segundo capítulo.

Al esbozar las conclusiones tomaremos de Otto Maduro sus reflexiones en torno a la

relación del contexto con el texto en el proceso de producción del mismo; las tres relaciones

planteadas por Maduro son:

“1) determinación estructural del texto por el contexto; 2) autonomía relativa de la producción de texto con relación al contexto; y 3) eficacia específica del texto sobre el contexto. Como se verá, estas tres relaciones son estrechamente interdependientes e históricamente se influencian unas a otras.”21.

En principio coincidimos con la concepción desarrollada por Paul Tillich de que en

el proceso dialéctico del Kairós no hay un estadio final, sino que se da una continuidad en

la que existe “no sólo una dialéctica horizontal del proceso histórico sino también una

dialéctica vertical, operando entre lo incondicional y lo condicionado”22. En este sentido

asumimos con Tillich que:

18 Jim Sharpe, “Historia desde abajo”, en Peter Burke (ed.): Formas de hacer historia, Madrid, Alianza, 1993, pp. 38-58.

19 Clifford Geertz, La interpretación de las culturas. Gedisa, Barcelona, 1990, p. 20. 20 Ibíb., p. 21. 21Otto Maduro, “Apontamentos epistemológicos para uma história da teología na América Latina” en:

VV.AA, História da teología na América Latina. São Paulo, Paulinas, 1981 (pp. 9-20) p. 17. Ver también: Marc Bloch, Introducción a la Historia. México, Fondo de Cultura Económica, 19634 pp. 16. 25-26.

22 Paul Tillich, La era protestante. Paidos, Buenos Aires, 1965. p. 101.

11

“aquello que enfrentamos [como comunidad cristiana] no es nunca, ni en ningún caso, un mandamiento abstracto [una ley]; es historia viviente, con su variedad de problemas nuevos, cuya solución es tarea y realización de cada época”23

Finalmente, expresamos qué entendemos por realidad socioeconómica: es a nuestro

entender la trama interdependiente que se establece entre las políticas económicas de los

distintos gobiernos (p. ej.: proteccionismo estatal; liberalismo; la ‘tablita’; etc.), los

condicionamientos externos a las mismas (p. ej.: FMI.; BM.; Deuda Externa; etc.) y las

consecuencias sociales que surgen de estas políticas y las condicionan (p. ej.: distribución

de la riqueza; desempleo; migración hacia las grandes urbes; levantamientos sociales; etc.).

Estado de la cuestión

En la bibliografía relevada hasta el momento no hemos encontrado ninguna

investigación histórica que analice el discurrir de la realidad socioeconómica argentina24

en el discurso impreso en castellano en los Informes Sinodales y la Revista Parroquial de la

IERP en el período 1969-1986. De manera que esta investigación será la primera en abordar

dicha tematización.

Las obras que abordan la historia o la teología de la IERP lo han hecho desde

distintas perspectivas: una de ellas es el análisis histórico; otra la componen los estudios de

campo; una tercer perspectiva son las investigaciones presentadas en forma de ensayos o

artículos de opinión que han aportado pistas importantes para la investigación en archivo.

Las investigaciones históricas realizadas por Pablo Münter25 y Eugenio Mohr26

estudian aspectos del Sínodo Evangélico Alemán de Río de la Plata (SEARP); en tanto las

23 Ibíd., p. 105. 24 En cuanto al discurso de la IERP ante la realidad socio–política en un período similar al de nuestra

investigación ver: Walter Techera Marset, op. cit., pp. 198, 223-242, 285-300, 320, 326-334, 363-369, etc. 25 Pablo Münter, Proclamación evangélica y nacionalsocialismo en la Argentina un estudio de caso: Los

“sermones patrióticos” del Pastor Emil Gottfried Hagendorn en Rosario (Santa Fe) 1933-1945. [Tesis de

12

realizadas por Walter Techera27 y Alejandro Zorzin28 abordan períodos que contemplan la

transición de SEARP a la actual IERP. Estas dos últimas, si bien trabajan en parte el período

de nuestra investigación, lo hacen con objetivos diferentes al nuestro.

Dos áreas geográficas que han sido abordadas en trabajos de investigación son la

región norte de la IERP (Paraguay y Misiones) y el distrito Metropolitano (Capita Federal y

Gran Buenos Aires). Dos de los trabajos que reflejan la problemática de la región norte son

los elaborados por Arturo Heil29 e Isitor Ari Dahm30. En los dos casos se abordan como ejes

centrales la problemática de la tierra y la inmigración brasileña en relación a la IERP y su

responsabilidad ante esas nuevas comunidades. También Hilario Tech31 trabaja el problema

de la inmigración, en este caso específicamente sobre la Iglesia Suiza en Misiones,

Argentina.

Licenciatura]. ISEDET, Buenos Aires, 1993. Una versión condensada de esta tesis en: Cuadernos de Teología, Vol. XIII, Nº 2, (1994) 39-54.

26 Eugenio Eduardo Mohr, Confederación de Iglesias Evangélicas del Río de la Plata (1939-1958): su actuación en el cumplimiento de una finalidad primordial: la defensa de la libertad religiosa. [Tesis de Licenciatura] ISEDET, Buenos Aires, 1993. Una versión condensada de esta tesis en: Cuadernos de Teología, Vol. XIII, Nº 2, (1994) 55-68.

27 Techera Marset, op. cit. Una versión condensada de esta tesis en: Cuadernos de Teología, Vol. XIV, Nº 2, (1995) 39-72.

28 Alejandro Zorzin, “Pastor Wilhelm Nelke (1875-1966). Impulsor de la germanidad en el Río de la Plata” en: Cuadernos de Teología, Vol. XII. Nº2. (1992) 29-57.

——“El proceso de naturalización en una iglesia de origen inmigratorio. De Sínodo Evangélico Alemán del Río de la Plata a Iglesia Evangélica del Río de la Plata (1946-1980)”. en: Cuadernos de Teología. Vol. XIV. Nº 2, (1995) 71-91.

——en: RP. Año 104, Nº 1-2, 1999 – Año 105, Nº 6, (2000), Suplemento Centenario, 56 págs. ——“Algunas repercusiones de los acontecimientos europeos en la década del '30 en las iglesias protestantes de

la Argentina” en: Gutiérrez S. (Compilador), op. cit., pp. 195-204. 29 Arturo Heil Sitzmann, Los campesinos y la tierra en el Paraguay hacia una iglesia de los campesinos.

[Tesis de Licenciatura]. ISEDET, Buenos Aires, 1987. Recomendamos especialmente el Cap. 2 de este trabajo donde se expone “El desarrollo y la pobreza en el Paraguay” de modo muy completo.

30 Isitor Ari Dahm, Procesos migratorios y pastoral de la Iglesia. Un caso Particular: las zonas sur del Brasil y oriente del Paraguay en el período 1960-1986. [Tesis de Licenciatura] ISEDET, Buenos Aires, 1992. 82 págs. Este trabajo estudia la inmigración a nivel continental y luego en el caso particular, analizando el papel que desempeña la IERP en el proceso migratorio estudiado, señalando alternativas de trabajo.

31 Hilario Tech, Inmigración e Iglesia Suiza en Misiones. [Tesis de Licenciatura] ISEDET, Buenos Aires, 1989

13

De los trabajos referidos al distrito Metropolitano, cuatro de ellos los hacen

reflejando experiencias de trabajo en la Congregación Evangélica Argentino Germana

Buenos Aires Sur (CEAGBAS). Ricardo Becker32 elabora una propuesta diacónico/pastoral

a partir del estudio de una experiencia concreta en la CEAGBAS, en este caso la parroquia

Quilmes. Daniel Beros33 desarrolla un análisis teológico/pastoral a partir de las historias de

vida de miembros de la IERP que han migrado desde la provincia de Entre Ríos (de origen

ruso–alemán) estableciéndose en la localidad de Florencia Varela. El trabajo desarrollado

por el equipo del Proyecto de Formación Teológica en Contexto34 (PFTC) inserto en la

CEAGBAS es también una contribución importante para la reflexión de la misión urbana de

la IERP; del mismo modo, sobre la misión urbana y abarcando la localidad de San

Francisco Solano (CEAGBAS), Martín Zapke35 analiza la práctica eclesial en esa localidad

entre 1987 y 1991. Fuera de los límites de la CEAGBAS pero trabajando la misión urbana,

Emanuel Juan Dalinger36 trabaja con las consignas del Sínodo realizado en 1986 analizando

la parroquia Villa Ballester de la Congregación Evangélica Alemana en Buenos Aires

(CEABA).

32 Ricardo A. Becker, “Diaconía: compartir. Caminando hacia el Reino de Dios” Diaconía de la generación mayor desde su propia perspectiva. [Tesis de Licenciatura]. ISEDET, Buenos Aires, 1996.

33 Daniel C. Beros, “Para que así también nosotros caminemos en una vida nueva…” Una lectura teológica de los relatos autobiográficos de miembros de la IERP de origen Ruso–Alemán residentes en Florencio Varela. [Tesis de Licenciatura] ISEDET, Buenos Aires, 1995.

34 Ruth Schwittay y otros, Los andares compartidos…. PFTC, Quilmes, 1992. Mimeografiado, 72 págs. 35 Martín A. Zapke, Perspectivas misioneras de la IERP. Análisis, esquemas y posibilidades en un contexto

urbano. [Tesis de Licenciatura] ISEDET, Buenos Aires, 1992. 36 Emanuel Juan E. Dálinger, ¿Dónde estamos y hacia donde vamos? Pistas para la misión en el ámbito

urbana. Un estudio diagnóstico sobre los fenómenos de vaciamiento y falta de participación realizado en la parroquia Villa Ballester de la Congregación Evangélica Alemana en Buenos Aires (IERP). [Tesis de Licenciatura] ISEDET, Buenos Aires, 1996.

14

En segundo lugar encontramos algunos trabajos de campo. Pedro Kalmbach37 en

1994 presenta líneas de trabajo para una educación cristiana que tenga correlato con la

realidad de la población infantil y adolescente a la que está dirigida. Para elaborar esta

propuesta considera entre otros aspectos: la situación socioeconómica de la población, las

historias familiares de los miembros de la congregación y su vida cotidiana. Nicolás P.

Rosenthal38, en 1999, presenta una investigación sobre los grupos de jóvenes

metropolitanos de la IERP entre 1983 y 1999. Un trabajo de campo que abarcó a toda la

IERP, es el realizado por Hilario Wynarczyk39. Éste es el primer análisis sociológico que

abarca toda la iglesia. El precedente es el realizado por Aldo Büntig40 a principios de la

década del 70’, este último se acotaba a la Congregación Evangélica de Esperanza en el

marco de la IERP.

En su tesis doctoral, Ekkerhard Heise41 propone una diaconía de la encarnación que

presenta como “praxis de la fe comprometida”42; concepto opuesto a la realidad a partir de

la cual desarrolla su investigación: la CEABA. Sabino Ayala43, en un trabajo de

37 Pedro Kalmbach, Congregación Evangélica del Alto Uruguay. Aspectos étnicos, culturales y religiosos en los confirmandos 1990/1991 y sus familias. Tesis. ISEDET, Buenos Aires, 1994. 211 págs. ver síntesis en: Cuadernos de Teología Vol. XIII, Nº 2, (1994) 27-38.

38 Nicolás Pablo Rosenthal, Entre la rebeldía y la posmodernidad. La búsqueda de una espiritualidad encarnada entre jóvenes metropolitanos de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. [Tesis de Licenciatura] ISEDET, Buenos Aires, 1999.

39 Hilario H. Wynarczyk, La Juventud de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. Un estudio social y antropológico. IERP, Buenos Aires, 1988, Una síntesis del autor en: La Juventud de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. Un estudio social y antropológico. COPAJ/IERP, Buenos Aires, 1989.

40 Aldo J. Buntig, La Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) y la Congregación Evangélica de Esperanza (Santa Fe). Ensayo de ubicación histórica socio - cultural y socio - religiosa. Pistas de acción pastoral. IERP, Buenos Aires, 1973, 202 págs. Mimeografiadas.

41 Ekkerhard Heise, La diaconía de la Encarnación como Liberación de las Iglesias. Un concepto elaborado con el ejemplo de la Congregación Evangélica Alemana de Buenos Aires (Iglesia Evangélica del Río de la Plata). Unitext/Verlag Göttingen, Bovenden, 1995. Recomendamos la recopilación de Fuentes del ámbito de la CEABA presentada en las páginas 324-328. Ver además: Ekkerhard Heise, “La diaconía de la Encarnación como Liberación de las Iglesias” en: Cuadernos de Teología Vol XV. Nº 1-2, (1996) 7-22.

42 Heise, op. cit. p. 308 43 Sabino Ayala, La evolución de la IERP hacia un proyecto eclesial profético y la inserción en esta, de la

CEABA. [Tesis de Licenciatura] Buenos Aires, 1986.

15

investigación previo al antes citado, también analiza la perspectiva teológica de la CEABA

en el contexto de la IERP.

Por último resaltamos algunos de los artículos de opinión que abordan la historia de

la IERP publicados en los últimos años. El primero que consideramos es el del Pastor

Presidente Heinz Joachim Held44 publicado en alemán en 1971. En 1985 encontramos un

artículo del pastor Karl Schwittay45, del cual contamos con una traducción y por último dos

artículos más recientes: en 1999 del pastor Federico Schäfer46 y en el 2001 un ensayo del

pastor René Krüger47.

Hipótesis

Cristian Lalive d’Epinay, en el libro editado por Waldo L. Villalpando en 1970,

sostiene “la inevitable acomodación de las iglesias de origen inmigratorio, si ésta quiere

sobrevivir”48, agregando además que en la historia de estas iglesias la reflexión

eclesiológica ha sido dominada, casi siempre, por el “acondicionamiento socio–cultural”.

Sin cuestionar la veracidad o no de esta afirmación, previa al período abordado en la

presente investigación, creemos tener datos suficiente para afirmar que la acomodación

inevitable a la que se refiere Lalive d’Epinay, se da en la IERP mediante una ruptura con lo

que el señala, en 1970, como una tendencia histórica. La reflexión eclesiológica de la IERP

se ha nutrido de otras influencias en los últimos treinta años.

Al considerar seriamente la cita Nº 8 de este trabajo de Lalive d’Epinay, a saber:

44 Heinz Joachim Held, “Die Evangelische Kirche am la Plata zwischen Herkunft und Zukunft” en: Die Evangelische Diaspora Nº 41, (1971) 9-23

45 Karl Schwittay, “Iglesia en camino. Iglesia Evangélica del Río de la Plata - 1984” en: RP Año 90, Nº 11, (1985) 264-269. Este artículo es una traducción del alemán “Evangelische Kirche am la Plata. Kirche auf dem Weg”, Berlín, 1985. Mimeografiado.

46 Federico H. Schäfer, “Die Evangelische Kirche am La Plata als Kirche der Ökumene” en: Mitteilungen aus Ökumene und Auslandsarbeit. EKD, Hannover/Breklum, 1999, pp. 81-104.

47 René Krüger, “Leben, Wirken und Mission der Evangelischen Kirche am La Plata”. en: Die Evangelisches Diaspora, Nº 70, (2001) 139-163.

16

“A las personas interesadas en proseguir esta clase de investigación, aconsejamos afinar la construcción del índice de ‘naturalización’ mediante la introducción de variables que no pudimos —por falta de información— considerar aquí. Las iglesias étnicas constituyen alrededor de ellas una ‘subcultura’ donde el idioma y la nacionalidad de los líderes espirituales son, sin lugar a duda, exponentes de primer orden, pero no los únicos; fuente de financiamiento, estilo litúrgico, apertura hacia la sociedad, etc., son algunos otros.”49

encontramos que aún falta información que nos permita darle continuidad a este tipo de

investigaciones. En este sentido, nuestro modesto aporte será desarrollar uno de los

exponentes (en una de las Iglesias): la apertura hacia la sociedad.

A partir de lo expuesto, consideramos que:

La tematización de la realidad socioeconómica argentina en las expresiones

publicadas en castellano en los máximos órganos de difusión de la IERP ha reflejado una

dinámica dialéctica en la que cada síntesis, al confrontarse con la realidad

socioeconómica, es puesta en revisión y cuestionada arribando a nuevas síntesis que

repiten este proceso conllevando una creciente naturalización/encarnación de la iglesia.

Desarrollo del análisis

Dividiremos la presentación de esta investigación en tres momentos. El primero es el

desarrollo del marco socioeconómico y político en Argentina en tanto contexto social en el

que está inserta la mayor parte de las comunidades de la IERP.

El segundo momento estará subdividido en dos partes. La primera desarrollará

brevemente el concepto de iglesia de origen inmigratorio naturalizada. En la segunda parte

realizaremos un desarrollo descriptivo del discurrir de la realidad socioeconómica argentina

en los Informes Sinodales y la RP entre 1969 y 1986.

48 W. L. Villalpando, op. cit., p. 175. 49 Ibíd., p. 169.

17

En el tercer momento analizaremos, a modo de conclusión, cómo se interrelaciona lo

expuesto en el primer y el segundo momento de la investigación en la IERP.

18

Capítulo 1

Marco político y socioeconómico argentino en el período comprendido entre 1966 y 1989

Introducción

Si bien la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) se encuentra presente en los

tres países de la Cuenca del Plata, Argentina, Paraguay y Uruguay, la mayor parte de sus

comunidades se encuentra en la Argentina50 siendo su contexto el que más ha condicionado

su proceso de naturalización51, situación que no implica la similitud de los procesos en los

tres países. Aun así centraremos nuestro análisis en este país.

Nuestro objetivo es presentar de forma descriptiva los aspectos esenciales del

contexto socioeconómico argentino en el marco de los cambios políticos en el período que

va desde 1966 hasta 1989, vinculando los aspectos locales con datos que ilustren la

situación en Paraguay y Uruguay.

Para concretar nuestro objetivo creemos imprescindible subdividir este período

mayor considerando por separado las distintas presidencias que se han hecho cargo del

ejecutivo en estos treinta años, tomando como base los textos que consideramos más

pertinentes en esta etapa de la investigación52.

50 Del Informe Sinodal 1986 se desprende que la IERP cuenta en ese año con 36 congregaciones ‘miembro’ (a estas deben sumarse las filiales o distintos puntos de predicación propios de cada congregación). De estas 36 congregaciones, 7 están ubicadas en el Paraguay, 3 en el Uruguay y 26 en la Argentina, es decir en la Argentina se ubican más del 72 % de las comunidades. Informe Sinodal 1986, pp. 201-204. Cf. Villalpando op. cit. pp. 114-115, para el momento en que ésta fue realizada.

51 Sobre el alcance del termino “naturalización” utilizado para describir el proceso histórico de la IERP ver específicamente la introducción al Capítulo 2.

52 Luis Alberto Romero, Breve historia contemporánea de la Argentina. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 19986. Tulio Halperin Donghi, Historia contemporánea de América Latina. Alianza, Buenos Aires, 19945. Alonso, op. cit., pp. 166-359.

19

El panorama previo a 1966

El derrocamiento de Perón encabezado por el general Eduardo Lonardi en

septiembre de 195553 abría una nueva etapa de la política argentina, no por la intervención

militar en el Estado, sino por la persecución y proscripción que sufrió el peronismo desde

entonces, con un apoyo general de la burguesía, los partidos de oposición y la Iglesia

Católica54. La Revolución Libertadora no estaba exenta de conflictos internos en las

Fuerzas Armadas (FFAA) que llevaron en noviembre del mismo año a que Lonardi

renunciara dejando la presidencia al general Pedro Eugenio Aramburu55. La decisión de

desmontar el aparato peronista y con esto, el status adquirido por la clase obrera, comenzó a

tomar forma con la derogación de la Constitución de 1949 por decreto. La resistencia a estas

medidas no sólo provenía de los civiles, también desde las FFAA hubo levantamientos de

sectores que apoyaban a Perón y que fueron fuertemente reprimidos. Los Gorilas56 tomaron

el poder en el Ejército y comenzaron a depurarlo.

Durante el gobierno de Aramburu, se “aprobó el ingreso de la Argentina al FMI

[Fondo Monetario Internacional] y al Banco Mundial, y se obtuvo la ayuda de estos

Organismos para los problemas inmediatos”57. Con el asesoramiento de Raúl Prebisch en la

53 Un año antes—el 11 de julio de 1954—, en el Paraguay, el General Stroeesner derrocó y desplazó al presidente Federico Chávez, iniciando una dictadura que culminaría formalmente el 3 de febrero de 1989. Rogelio García Lupo, Paraguay de Stroessner. Grupo Editorial Zeta, Buenos Aires, 1989. pp. 135, 230. Halperin Donghi, op. cit., p. 495. En su trabajo, García Lupo analiza la conexión entre el nazismo y la dictadura de Stroeesner, y de este último con Perón, Pinochet y Somoza, de igual modo analiza las acciones de la CIA que ha utilizado al Paraguay como base de operaciones para el apoyo logístico de las distintas dictaduras latinoamericanas. Ibíd., pp. 149 ss.

54 Alonso, op. cit., p. 170. 55 Romero, op. cit., pp. 177, 179. Halperin Donghi, op. cit., p. 480. Alonso, op. cit., p. 171-175. 56 Una breve explicación sobre el origen y el uso del término Gorila en: Alonso, op., cit., p. 172. 57 Romero, op. cit., p. 185. Uruguay lo hizo explícitamente en 1959 con una reforma cambiaria y monetaria

que respondía a las exigencias del Fondo. El mismo año se creaba la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE) que en 1963 presentó “los problemas detectados” en la economía del país como “trabas estructurales”: “estancamiento productivo”, “enfrentamiento social”, “inflación”, problemas superables con “voluntad política” que no existió ni desde la política, ni desde ningún sector social, Benjamín Nahum, Manual de Historia del Uruguay 1903-1990. Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 2000, pp. 234.

20

CEPAL se combinó un programa más “ortodoxo de estabilización y liberalización”58,

fórmula que implicaba socialmente la combinación de eficiencia y represión59.

La presidencia del doctor Arturo Frondizi entre 1958-1962 estaba condicionada por

fuertes factores económicos y políticos: el peso político de Perón que desde el exilio había

conseguido un 24% de votos en blanco en las elecciones de 1957; la división de la Unión

Cívica Radical (UCR) en Intransigente y del Pueblo60; la política económica del inicio de

su presidencia61 que no soportó la “crisis cíclica” de fines de 1958 y debió ceder al “Plan de

Estabilización” del FMI.

También los factores externos conmovieron la estabilidad del gobierno de Frondizi,

que había adherido a las consignas de la “Alianza para el Progreso”62, pero no al bloqueo

58 Este programa se expresa en la supresión de los controles de cambio, la intervención estatal en las exportaciones y “fuertes devaluaciones que beneficiaron a la burguesía agraria más concentrada”, en tanto la industria sufría un estancamiento del sector. Para el sector obrero los resultados no fueron mejores, la suspensión de las convenciones colectivas de trabajo les impidió negociar mejoras salariales ante un poder adquisitivo golpeado por la inflación. Alonso, op. cit., pp. 172-173.

59 El régimen militar implantado por Stroeesner en 1954, además de reprimir cualquier expresión política independiente, “preocupado por la expansión económica, a la que favorece mediante la expansión de la red de comunicaciones, el régimen ignora sistemáticamente la problemática social […] Hasta 1960 sus esfuerzos en favor del desarrollo económico alcanzaron resultados casi imperceptibles: los cuatrocientos mil [400.000] emigrantes que para esa fecha habían abandonado un país entonces de menos de dos millones, instalándose en Brasil y Argentina si no eran necesariamente —[…]— refugiados políticos, eran en cambio fugitivos del estancamiento económico y la cerrazón social…” Halperin Donghi, op. cit., pp. 495-496.

60 “En 1956, el Partido Radical se dividió en dos. La Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP), liderada por Ricardo Balbín, planteó una mayor afinidad con la Revolución Libertadora y fue declaradamente antiperonista. La Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) conducida por Arturo Frondizi, se mantuvo cerca del peronismo”. Alonso, op. cit., p. 174.

61 Tras asumir había decretado “un aumento de salarios del 60% […] un porcentaje casi equivalente al nivel de aumento ya registrado de los precios”. Este gobierno proponía ejecutar un plan desarrollista sustentado en la ‘industria pesada’ con aportes tecnológicos y financieros del exterior. También esperaban modernizar el sector agrario. Si bien experimentó algunas respuestas positivas, la inflación y las dificultades en la balanza de pagos motivaron un cambio de ministro de Economía. El nuevo ministro, Alvaro Alsogaray, aplicó un plan de estabilización que congeló los salarios y eliminó las medidas regulatorias del Estado, agudizando los conflictos sociales. Alonso, op. cit., pp. 177, 179, 185.

62 “En 1961 se reunió en Punta del Este el Consejo Interamericano Económico y Social, que estableció una ‘Alianza para el Progreso’, respuesta del Presidente americano John F. Kennedy a la creciente influencia de la Revolución Cubana en el Hemisferio” Nahum, op. cit., pp. 235. Parte de los objetivos que se plantean en el Acta de la Alianza para el Progreso firmada en 1961 eran: “Acelerar el desarrollo económico y social a fin de conseguir un aumento sustancial y sostenido del ingreso por habitante (…) ejecutar programas de vivienda en la ciudad y el campo, para proporcionar casas decorosas a los habitantes de América, impulsar,

21

exigido desde el norte a Cuba63 ⎯revolucionaria desde enero de 1959 y socialista desde

196064⎯; el encuentro de Frondizi con Ernesto Guevara en agosto de 1961 y el triunfo de

los candidatos peronistas en las elecciones provinciales de 1962 condenaron la continuidad

del gobierno que fue depuesto en marzo de 1962 por los militares65. Frondizi designó como

reemplazante a José María Guido hasta entonces presidente del Senado, mientras los

militares continuaban en una lucha interna66, que finalmente llevó al general Juan Carlos

Onganía67 al Comando en Jefe de las FFAA68.

Las elecciones de 1963 llevaron a la presidencia a Arturo Illia (UCR “del Pueblo”)

que gobernó entre octubre de 1963 y junio de 196669. Su política económica puso gran

“énfasis en el mercado interno, políticas de distribución, protección del capital nacional […]

dentro de las particularidades de cada país programas de reforma agraria (…) para sustituir el régimen del latifundio y del minifundio por un sistema justo de propiedad (…) mediante el complemento del crédito, la asistencia técnica y la comercialización y distribución de los productos de la tierra (…) Acabar con el analfabetismo (…) Desarrollar programas de salubridad e higiene, etc.” citado por Liliana Caraballo, Noemí Charlier, Liliana Garulli, La dictadura (1976-1983). Testimonios y documentos. Oficina de Publicaciones del CBC, Buenos Aires, 1997. p. 13. Para quien esté interesado en la reacción del representante de Cuba, Ernesto Guevara, en la Conferencia Internacional de Punta del Este, ver Ernesto “Che” Guevara, Obras Completas. MACLA, Buenos Aires, 1997, pp. 240-277.

63 Alonso, op. cit., p. 182. 64 Halperin Donghi, op. cit., pp. 482, 533. 65 Alonso, op. cit., p. 183. 66 “Entre marzo de 1962 y marzo de 1963, juraron cincuenta ministros y secretarios de Estado, según

contabilizaba el diario La Prensa. Luego de cada enfrentamiento entre facciones de las Fuerzas Armadas, el bando ganador ponía en escena un nuevo elenco gubernamental”, Alonso, op. cit., p. 184.

67 Onganía se constituía en el portavoz interno de los “valores occidentales y cristianos” así como lo haría en 1964 en West Point, donde manifestó su apoyo a la “Doctrina de la Seguridad Nacional”, Halperin Donghi, op. cit., p. 549. Una presentación cabal de esta Doctrina para la década del ‘80 y del ‘90 ver en: L. Francis Bouchey, Roger W. Fontaine, David C. Jordan, Gordon Summer, Lewis Tabs (ed.), “Santa Fe I. Las relaciones interamericanas: Escudo de la seguridad del nuevo mundo y espada de la proyección del poder global de Estados Unidos” en: Carlos O. Suárez, Julio Laborde, Emilio J. Corbiére, Luis P. Brunati, La estrategia neocolonial del imperio para los años ‘90. GenteSur, Buenos Aires, 1990. pp. 65-113. L. Francis Bouchey, Roger W. Fontaine, David C. Jordan (ed.), Tte. Gral. Gordon Summer, hijo, “Santa Fe II. Una estrategia para América Latina en la década de 1990” en Suárez, op. cit. pp. 115-158. Sobre las estrategias económicas ver puntualmente pp. 85-97 y 129-135.

68 Halperin Donghi, op. cit., pp. 588-589. 69 En ese mismo año en Uruguay surgía la Convención Nacional de Trabajadores (CNT). Nahum, op. cit., pp.

240.

22

un Estado muy activo en el control y en la planificación económica”70, la resistencia de los

empresarios se sumó a la de los sindicalistas que se oponían al control sobre el manejo de

los fondos y las elecciones internas71; este sindicalismo conducido por Augusto Vandor se

caracterizó por “administrar la desmovilización, con paros generales duros de palabra pero

escasamente combativos y negociaciones permanentes con todos los factores de poder”72.

La nueva izquierda en Argentina73, con la radicalización de sectores progresistas, se

fortalecía en las Universidades hasta 1966; el debate de las teorías de la dependencia, la

desilusión ante el asesinato de Kennedy y el fin de la “Alianza para el Progreso” y el

desarrollismo, cambiaban el mapa político: “nadie tenía demasiada fe en la democracia”74.

En junio de 1966 “los comandantes en jefe depusieron a Illia y entregaron la presidencia al

general Onganía”75, tras una intensa campaña mediática de desprestigio76.

70 Romero, op. cit., pp. 201-ss. El gobierno de Illia fijó “precios mínimos y máximos y márgenes de ganancias […] estableció un nuevo régimen cambiario que fijó límites y requisitos para las operaciones de cambio” así como el Congreso sancionó “el régimen de salario mínimo, vital y móvil”. A principios de 1966 se conocían datos que “indicaban niveles récord en las exportaciones de trigo y en la producción de láminas de acero de SOMISA, que el producto bruto interno había crecido casi un 8% durante 1965, y que el saldo de la balanza de pagos había registrado una mejoría neta de 22 millones de dólares. Sin embargo, el conjunto de la sociedad tenía la percepción de que la economía funcionaba mal: se multiplicaban las huelgas y los sabotajes y comenzaron a generalizarse rumores sobre conspiraciones militares para derrocar al gobierno”. Alonso, op. cit., pp. 187-188, 192.

71 Como veremos esta fuerte oposición se mantiene ante un similar intento encabezado por el presidente Raúl Alfonsín en 1984. Romero, op. cit., pp. 345-346. Alonso, op. cit., p. 189.

72 Romero, op. cit., pp. 193. Alonso, op. cit., pp. 190-191. 73 En Uruguay, durante esta primera mitad de la década del sesenta tanto el Partido Comunista como el

Socialista sufren rupturas internas que desembocan en la formación del Movimiento Izquierda Revolucionario (MIR), Movimiento de Unificación Socialista Proletario (MUSP) y el Movimiento de Liberación Nacional (MLN) Tupamaros, Nahum, op. cit., pp. 243.

74 Romero, op. cit., pp. 225 ss. 75 Ibíd., pp. 229. Ese mismo año se realizaron las elecciones nacionales en Uruguay, donde la crisis económica

y la convulsión política llevaron a “poner un ‘Poder Ejecutivo fuerte’ en manos de un hombre ‘honesto’ y buen ‘administrador’” Ganó el general retirado Oscar D. Gestido, Nahum, op. cit., pp. 246.

76 Halperin Donghi, op. cit., p. 585.

23

El golpe de estado de 1966, la ‘presidencia’77 del General Onganía

De una u otra forma, la sociedad respaldó el gobierno “fuerte” y “autoritario”78. El

ingreso de Onganía a la presidencia era acompañado por un amplio consenso

⎯empresarios, sindicalistas y algunos partidos políticos, incluidos grupos de extrema

izquierda que veían en el golpe el fin de la “democracia ‘burguesa’”79⎯ que le permitió

implementar la ‘reorganización’ del Estado. La primer fase de esta reorganización se

caracterizó por un ‘shock autoritario’80. A la Constitución se le adosó un Estatuto de la

Revolución Argentina. Se disolvieron el Parlamento y los partidos políticos, confiscando y

vendiendo los bienes de estos últimos. La represión del comunismo comenzó con la

intervención de las Universidades que hizo desaparecer la autonomía académica. La censura

se extendió a cualquier expresión de modernización intelectual o cultural ⎯minifalda, pelo

largo, etc.⎯ considerados por la Iglesia, los Militares y amplias capas de la sociedad como

males que debían ser extirpados, por ser la “antesala del comunismo”81.

Quienes encabezaban la Revolución Argentina estaban convencidos de que “el

origen de la inflación estaba relacionada con las demandas de los sectores populares”82 y

77 Las comillas que aplicamos a el término presidencia, responden al carácter ilegítimo de la misma. 78 Alonso, op. cit., p. 201. En el caso de Uruguay este período es caracterizado por Nahum con el título

“Guerrilla y autoritarismo”. Las elecciones de 1966 habían llevado al gobierno a Gestido, que tras haber asumido en marzo de 1967 falleció en diciembre de ese año, su sucesor fue el vicepresidente, Jorge Pacheco Areco. Su gobierno fue el comienzo del despliegue autoritario del Estado. A sólo seis días de haber asumido “dispuso la disolución del Partido Socialista, Federación Anarquista Uruguaya, Movimiento Revolucionario Oriental, Movimiento de Acción Popular Uruguaya, Movimiento de Izquierda Revolucionaria y los periódicos ‘Época’ y ‘El Sol’, acusados de estar vinculados a las acciones armadas que la guerrilla urbana estaba desplegando desde fines de 1966 en el país” El gobierno de Pacheco violentó los derechos humanos, limitó la libertad de prensa, militarizó los espacios laborales tanto públicos como ‘privados en huelga’, desconociendo además la autonomía de los espacios de educación secundaria, etc. Esta fue una de las características del Estado Uruguayo hasta 1984.” Nahum, op. cit., pp. 246, 266-267, 269.

79 Romero, op. cit., pp. 231-ss, Halperin Donghi, op. cit., pp. 588-589, Alonso, op. cit., pp. 200-201. 80 Sin duda el hecho más notorio de esta política fue la “noche de los bastones largos” el 29 de julio de 1966,

apenas a un mes de haber sido asumido el poder. Alonso, op. cit., p. 210. 81 Romero, op. cit., p. 233, Halperin Donghi, op. cit., p. 590. 82 Alonso, op. cit., p. 204.

24

con las intervenciones del Estado en la economía para satisfacer dichas demandas; esta

perspectiva neoliberal estaba sustentada, entre otros, por Alvaro Alsogaray y Roberto

Alemann. La propuesta era clara: “la intervención del estado debía limitarse sólo a fijar la

política monetaria y a controlar las demandas de los sectores populares”83.

La reducción de costos públicos, implementada por Nestor Salimeri, primer ministro

de Economía de Onganía, llevó a la reducción de personal en la administración,

ferrocarriles, puertos, etc., además del cierre de ingenios azucareros subvencionados en

Tucumán. La lógica protesta sindical fue silenciada violentamente, el plan de acción

desplegado por el sindicalismo vandorista en febrero de 1967 sólo consiguió despidos

masivos, se les retiró la personería sindical, los sindicatos fueron intervenidos y la represión

fue garantizada por ley. Con la clausura de espacios políticos y sindicales llega al ministerio

de Economía Adalbert Krieger Vasena84. Con la propuesta de racionalizar el

funcionamiento total de la economía lanzó su plan en marzo de 1967 ⎯aprovechando el

derrumbe de los sindicatos⎯: tras un aumento del 15% “[…] se congelaron los salarios por

dos años y se suspendieron las negociaciones colectivas”85 entre otras medidas. A mediados

de 1969 el balance general era bueno: reducción de la inflación, balanza de pagos y cuentas

del estado equilibradas, la desocupación era en general baja, con salarios que no habían

caído demasiado e inversiones altas. Aun así el crecimiento de la economía parecía haber

83 Ibíd., p. 205. 84 “[…] Este hombre reúne en su persona una notable cantidad de atributos característicos de los agentes de

los monopolios. Su nombre aparece en un número elevado de sociedades anónimas, lo que por cierto no debe confundir a nadie sobre la misión que cumple en ellas: Krieger Vasena no es un empresario, un creador de industrias, un productor del campo, un explorador del subsuelo. Nada de eso. Krieger Vasena es uno de los diez testaferros internacionales mejor cotizados en las sociedades de negocios de la Argentina. Su trabajo consiste en representar a otros […] Es este hombre el que reina indiscutido sobre la quiebra generalizada de las empresas argentinas, que en las últimas semanas ha alcanzado una vertiginosa intensidad ¨[…]” Rogelio García Lupo en: CGT, N° 33, Buenos Aires, 12 de diciembre de 1968, citado por Caraballo, op. cit., p. 22.

85 Romero, op. cit., pp. 235 ss.

25

llegado a su techo. El más beneficiado de esta economía fue un sector concentrado

predominantemente extranjero mientras que la lista de los perjudicados fue amplia,

encabezada por los sectores rurales, sectores empresarios nacionales y economías

provinciales enteras a las que se sumaron vastos sectores medios y bajos86. La nueva

política económica era bastante tradicional: modificó profundamente los equilibrios

volcando la balanza favorablemente hacia los grandes empresarios, transfiriendo los

ingresos del sector rural al sector urbano. En pocas palabras: los sectores beneficiados eran

pocos y en una proporción claramente diferenciada de la masa popular87. También fueron

pocas las regiones beneficiadas por el desarrollo industrial y que cada vez se diferenciaron

más claramente de las no alcanzadas por la inversión externa. Estas regiones no favorecidas,

alimentaron las corrientes migratorias que concentraron grandes masas de población88 en las

metrópolis del país89, “la redistribución de la población siguió la dirección de los flujos de

inversión económica”90 acelerando el crecimiento de villas de emergencia en todo el gran

Buenos Aires y la Capital Federal91.

En mayo de 1969 una huelga general de la CGT acompañada por grupos

estudiantiles se transformó en el puntapié de una ola de movilización social que se extendió

86 Ibíd., pp. 237. Entre 1960 y 1970 el sector industrial registró un crecimiento del 6,1% anual, pero con muy poca capacidad de crear empleo debido a la incorporación de nuevas tecnologías posibilitadas por las inversiones de capital extranjero, la tendencia fue hacia la reducción de personal. “En el sector agrícola el crecimiento siguió siendo muy lento, por lo que continuó expulsando mano de obra hacia las ciudades”, Alonso, op. cit., p.220.

87 Alonso, op. cit., p. 201. Romero, op. cit., pp. 235-238. 88 Sobre la tasa anual de crecimiento de población entre 1965 y 1982 recomendamos ver Richard W. Wilkie,

Latin American Population and Urbanization Analysis. Maps and Statistics, 1952-1982. UCLA, Los Angeles—California, 1984, 433 págs. El autor afirma que desde 1947 a 1982 el porcentaje total de la población que vive en áreas rurales ha decrecido del 37,3% al 21,4%, (p. 97). Para comparar la tasa anual de crecimiento de Argentina, Uruguay y Paraguay ver las páginas 115, 415 y 388, respectivamente.

89 Para observar los datos estadísticos de este período recomendamos: Vicente Vázquez–Presedo (ed.), Estadísticas históricas argentinas. Compendio 1873-1973. Instituto de Economía Aplicada, Buenos Aires, 1988. En esta obra encontramos datos sobre el movimiento demográfico y el crecimiento poblacional, p. 36, y sobre población del país por provincias, p. 45.

90 Alonso, op. cit., p. 221.

26

hasta 1975. Una de las características del Cordobazo92 fue el apoyo de la policía, razón por

la cual debió actuar el ejercito para restablecer el orden. La movilización no sólo

cuestionaba el duro proceso de racionalización económica, sino también las burocracias

gremiales. Alentados por algunos sindicatos automotrices y el gremio de los mecánicos de

Córdoba ⎯espontáneamente clasistas, con una fuerte impronta transgresora y violenta⎯,

los levantamientos se repitieron en Rosario y Cipolletti el mismo año; en Córdoba, Neuquén

y General Roca en 1971 y Mendoza en 1972. La agitación se extendía hasta regiones como

Chaco, Misiones o Formosa; expresando en todos los casos un

“…descontento profundo y un conjunto de demandas que, puesto que el poder autoritario había cortado los canales establecidos de expresión, se manifestaban en espacios sociales recónditos […] y emergían poniendo en movimiento extensas y difusas redes de solidaridad. Surgidas de cuestiones que hacían a la vida cotidiana

antes que laborales ⎯la vivienda, el agua, la salud⎯”93.

La movilización social iniciada con el Cordobazo maduró plenamente en 1973, con

la convicción de fondo de

“…que todos los males de la sociedad se concentraban en un punto: el poder autoritario y los grupos minoritarios que lo apoyaban, responsables directos y voluntarios de todas y cada una de las formas de opresión, explotación y violencia de la sociedad”94.

91 Hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 92 Halperin Donghi, op. cit., p. 591, Alonso, op. cit., p. 223-224, Romero, op. cit., pp. 240-ss. Mario Benedetti

escribe ese mismo año “Cielo del 69” que musicalizaría más tarde Daniel Viglietti integrándola al cancionero popular de la cuenca del plata. Mario Benedetti, Inventario. Seix Barral, Montevideo, 1994. pp. 339-340.

93 Romero, op. cit., p. 243. 94 Esta movilización no era un caso aislado dentro del contexto mundial, Praga, México, Berkeley y París

cuestionaban el imperialismo contrapuesto al poder de la imaginación. También la Revolución Cultural China y la Conferencia Tricontinental de la Habana (1965) se sumaban a la propuesta foquista del Che, asesinado en 1967 en Bolivia, dando fundamento a los movimientos más radicales. El movimiento —ideológico— era amplio y abarcaba también los Tupamaros en Uruguay. Sobre la guerrilla urbana en Uruguay ver: Nahum, op. cit., pp. 272- 275. Incluyendo a Allende en Chile, militares nacionalistas en Bolivia, Panamá y Perú y la Iglesia Católica luego del Vaticano II con el surgimiento de los Obispos del Tercer Mundo en 1967 y Medellín en 1968. En este marco la teología de la liberación fue un fuerte aporte a

27

Los espacios tradicionales de reflexión, como la Universidad, comenzaron a volcarse

hacia un predominio de la acción por sobre la excelencia académica y el pensamiento

crítico truncados por la continua represión y censura de la Revolución Argentina. En este

marco el peronismo, proscrito y resistente, representó el “espacio para la contestación”95.

La izquierda proponía en Córdoba en 1971 un plan de acción imbuido por el clasismo, que

pretendía fuera asumido por los sindicatos fuertes de mecánicos y automotrices;

“…pero descubrieron que los trabajadores no estaban dispuestos a acompañarlos en una propuesta que cuestionaba las relaciones sociales y la propiedad, desbordaba ampliamente los límites reivindicativos de sus reclamos”96.

Los trabajadores cordobeses que en lo gremial podían ser clasistas, en lo político

seguían siendo peronistas, mientras nacionalistas y trotzkistas veían en la captura del poder

la llave del cambio: ya que en el poder monopolizado por unos pocos se encontraba “la

clave de la opresión, la injusticia y la entrega […] todo llevaba a interpretar la política con

la lógica de la guerra”97.

Las organizaciones guerrilleras, surgidas a principios de la década del sesenta, se

fueron fortaleciendo como contraparte del avance autoritario. Hacia 1970 las dos más

esta ‘primavera’ que se apropió de la concepción de que la violencia de abajo era consecuencia de la violencia de arriba llamando a superar el paso de la denuncia por medio de la acción más atenta a un pueblo marginado y desprotegido que a los trabajadores industriales sindicalizados, Romero, op. cit., pp. 244-247, Halperin Donghi, op. cit., pp. 552-554, Alonso, op. cit., pp. 217-219, 252-253, Para una profundización en los cambios desde el Concilio Vaticano II ver por ejemplo Vaticano II. Documentos. BAC, Madrid, 1979 33 pp. 263-273.

95 Mientras Perón exiliado en España iba actualizando su discurso, sintonizando nuevos temas y vanguardias e incorporando aquellos que le serían útiles, “quienes en Argentina lo proclamaban su líder seleccionaban aquellos elementos que mejor se adaptaban a su propia percepción de la realidad […] en sus nuevos portadores, y a falta de quien legitimara una única ortodoxia, el peronismo resultó permeable a múltiples discursos , provenientes del catolicismo y el nacionalismo, del revisionismo histórico y también de la izquierda” que habiendo admitido el carácter “irrevocablemente peronista” de los trabajadores, intentaron fusionarse a ellos, “la experiencia del Cordobazo vitalizó a las corrientes que, en una perspectiva más clasista, confiaban en las posibilidades de acción de las masas y privilegiaron la ‘clase’ por sobre ‘el pueblo’” Romero, op. cit., p. 248.

96 Ibíd., p. 249. 97 Ibíd., p. 250. Halperin Donghi, op. cit., p. 664.

28

trascendentes fueron: Montoneros, surgidos del integrismo católico y nacionalista y

devenida peronista; y el Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP) brazo armado del grupo

trotzkista del Partido Revolucionario de los Trabajadores98. El lanzamiento público de

Montoneros fue el secuestro y asesinato del general Aramburu en mayo de 1970; desde

entonces y hasta 1973 los actos de violencia fueron en crecimiento aunque la

intencionalidad se desdibujaba progresivamente. El caso de Aramburu era de hecho

complejo: “ciertos contactos de los dirigentes Montoneros y miembros del equipo de

Onganía hicieron pensar en una conspiración desde el poder y llevaron a algunos a

reflexionar tempranamente sobre el carácter manipulativo de la vía armada”, una vía que

pretendía “transformar la movilización espontánea de la sociedad en un alzamiento

generalizado”99, con la misma lógica de exclusión que aplicaron las FFAA a partir de 1972

en Uruguay y de 1976 en Argentina: el enemigo debía ser aniquilado.

La sociedad, por su parte, recibió esta impronta violenta con simpatía, satisfacción, e

intriga; como afirma Romero, “esa simpatía general, irreflexiva y boba, como pronto se

vería, hizo de momento que cualquier propuesta de represión sistemática estuviera destinada

al fracaso”100. En medio de este cuadro social que resentía la autoridad del gobierno de

Onganía —y a la luz de la creciente identificación entre la movilización popular y el

peronismo o el propio Perón— el gobierno comenzó a buscar una salida: el cambio de

ministro de economía o el vuelco hacia lo social intentado con la CGT participacionista no

fueron suficientes. Los sindicatos eran menos dóciles y los empresarios más contundentes al

98 Alonso, op. cit., pp. 214-216. 99 Romero, op. cit., p. 252. El asesinato del sindicalista Augusto Vandor por parte de la guerrilla y de Emilio

Jáuregui por la represión policial, son sólo parte del estado de violencia generalizada entre mayo de 1969 y junio de 1970. Alonso, op. cit., p. 225.

100 Romero, op. cit., p. 253. Halperin Donghi, op. cit., p. 664.

29

momento de expresar su desconfianza; esta resistencia incluyó a los productores rurales que

elevaron su protesta y mantuvieron un “duro entredicho con los frigoríficos extranjeros”101.

101 Romero, op. cit., p. 254.

30

Las ‘presidencias’ de los generales Levingston y Lanusse

Tras el asesinato del general Aramburu en mayo de 1970, el general Onganía fue

removido de su cargo por la Junta de Comandantes que puso en su lugar al general Roberto

Marcelo Levingston, que gobernó hasta marzo de 1971102. Su primer ministro de Economía,

Carlos Moyano Llerena, fue sustituido por Aldo Ferrer103, un economista de tendencia

cepalista que propuso reeditar la formula nacionalista y populista sintetizada en el “compre

argentino” y la “argentinización del crédito”104. Buscaba crear las condiciones para que en

el plazo de cuatro o cinco años hubiese una salida democrática “auténtica”. Pero todos los

esfuerzos y aspiraciones por movilizar al pueblo desde el gobierno militar resultaban

ingenuas. Era necesaria una salida política.

La Junta reemplazó a Levingston por Lanusse tras una nueva movilización de masas

en Córdoba105 en marzo de 1971. Lanusse había restablecido la actividad política partidaria

anunciando la próxima convocatoria a elecciones generales, subordinadas, sin embargo, a

102 En 1971 las elecciones en Uruguay llevaron a la presidencia a Juan María Bordaberry, que gobernó desde 1972 hasta 1976, un período presidencial completo con la salvedad de que el 27 de junio de 1973 las FFAA Uruguayas “asumieron la conducción de la lucha antisubversiva” que ya venían desplegando durante el gobierno de Pacheco. Bordaberry gobernó de facto y como pantalla democrática del poder militar desde junio de 1973 a junio de 1976. Las FFAA aplicaron la “Doctrina de la Seguridad Nacional” al igual que sus vecinos en Argentina y Brasil, Nahum, op. cit., pp. 284-290, 327-333. Halperin Donghi, op. cit., pp. 657-659.

103 En 1983 Aldo Ferrer publica un interesante análisis sobre las posibles políticas económicas que deberían ser aplicadas por la naciente democracia, distinguiendo entre ajustes estabilizadores e inflacionarios ante las demandas de la Deuda Externa y su peso en el presupuesto nacional. Aldo Ferrer, Vivir con lo nuestro. El Cid Editor, Buenos Aires, 1983. pp. 21-23, 71 ss. Sobre la Deuda Externa ver: Anexo I.

104 Aldo Ferrer, que no poseía vinculaciones con las empresas extranjeras ni los organismos financieros internacionales, traía la propuesta de “acotar la influencia del capital transnacional, de elevar los aranceles a las importaciones, y de aumentar el crédito para los medianos y pequeños industriales” En su gestión Ferrer logró reducir las huelgas nacionales así como apuntó a “mejorar los ingresos de los sectores asalariados”. Alonso, op. cit., p. 227.

105 “El Viborazo tuvo lugar en la ciudad de Córdoba en 15 de marzo de 1971. El nuevo interventor provincial impuesto por Levingston, José Camilo Uriburu, afirmó que ‘confundida entre la múltiple masa de valores morales que es Córdoba por definición, se anida una venenosa serpiente cuya cabeza, pido a Dios, me depare el honor histórico de cortar de un solo tajo’. Ante estas declaraciones la CGT local llamó a un paro y movilización. Hubo manifestaciones, barricadas, fogatas, incendios, saqueos y enfrentamientos entre trabajadores y estudiantes con fuerzas represivas”. El interventor finalmente renunció. Ibíd., p. 227.

31

un Gran Acuerdo Nacional (GAN)106. Los militares ya no podían garantizar la seguridad en

el territorio ⎯de hecho algunos sectores habían iniciado una clara represión ilegal, como

sucedió en Trelew en agosto de 1972107—. Ferrer continuó en el Ministerio de Economía

con la misma política económica, pero el contexto pronto cambió108: “inflación desatada,

fuga de divisas, caída del salario real y desempleo [y] una ola generalizada de reclamos”109

Perón había designado como interlocutor a Héctor Cámpora en noviembre de 1971,

haciéndose cargo “del clima social y político del país, no resignó su papel de referente de la

ola de descontento social ni renunció al apoyo proclamado por buena parte de las

organizaciones armadas. Más aun, las alentó y legitimó permanentemente”110, por ejemplo

incluyendo a Rodolfo Galimberti en su propio Comando estratégico en 1972. “Perón

mantuvo su juego pendular, entre la provocación y la pacificación”111, desafiando a los

sindicalistas, excluidos de las negociaciones, y avalando al ala contestataria del movimiento

que rodeaba a Cámpora con el lema “Cámpora al gobierno, Perón al poder”112. La

106 Halperin Donghi, op. cit., p. 663, Alonso, op. cit., p. 229. 107 “El 15 de agosto de 1972. en la cárcel de Rawson […] se produjo un levantamiento de veinticinco

militantes políticos detenidos, miembros de Montoneros, el ERP, y las FAR. Luego de unas horas lograron tomar una parte del establecimiento y se dirigieron al aeropuerto de Trelew. Seis de ellos lograron huir hacia Chile. Los diecinueve restantes se rindieron en el aeropuerto ante las fuerzas de seguridad de la Marina. Así, parecía, había terminado el levantamiento. Sin embargo, el día 22 de agosto a la madrugada, los prisioneros fueron fusilados por las fuerzas militares que controlaban el penal. Sólo tres de ellos ⎯heridos gravemente⎯ lograron sobrevivir”, Alonso, op. cit., p. 229.

108 No sólo cambió el contexto nacional. A nivel internacional la decisión del presidente norteamericano Nixon de dejar sin validez los acuerdos de Bretton Woods —que habían marcado la estabilidad económica desde 1944— decidiendo la “inconvertivilidad del dólar en oro” y desbaratando la paridad fija que se establecía entre ambos, Halperin Donghi, op. cit., p. 555.

109 Romero, op. cit., p. 257. Según datos del INDEC, el salario industrial básico real cae el 7,4 % entre 1971 y 1972. Pero crece el 8,1 % entre 1972 y 1973. De 1975 a 1976 cae el 42,7 %. Para 1979 había caído, en relación a 1975, más del 72 %. En tanto el desempleo que llega a un pico de 7,8 % en abril de 1972, para octubre de 1973 se encuentra en 4,7 %. Alberto E. Birentzwaig (Dir.), Relevamiento estadístico de la economía argentina 1900-1980. INDEC, Buenos Aires, 1982, pp. 325-326.

110 Ibíd., p. 258. 111 Ibíd., p. 259. 112 Ibíd., p. 259.

32

candidatura de Balbín, en tanto, era aceptar el triunfo peronista y el futuro papel de minoría

legitimadora113.

Los gobiernos peronistas en la década del 70’

La formula Cámpora—Solano Lima triunfó en las elecciones de marzo de 1973,

asumiendo en mayo de ese año. Tras la asunción, y respondiendo a una fuerte presión

popular114, los presos políticos acusados de subversión fueron liberados, en tanto Galimberti

renunciaba al cargo que ocupaba dentro del Comando. La imagen de Perón y su pronto

regreso despertaba múltiples anhelos “insatisfechos” y “mutuamente excluyentes”115. Los

actores sociales, involucrados de una u otra forma en los conflictos de aquellos años,

apuntaban a la economía como raíz de los problemas, desde esta perspectiva y con la

intención de recuperar el control político dentro del movimiento Perón designó como

ministro de Economía a José Bel Gelbard, presidente de la Confederación General

Económica (CGE)116.

A partir de 1973 “la economía del país tuvo un desempeño medianamente

satisfactorio, que se habría de prolongar hasta 1975, y que no justificaba los pronósticos

apocalípticos, aunque tampoco la fantasía de la Argentina potencia”117. Uno de los espacios

que experimentó un crecimiento importante fue el sector agropecuario pampeano, que

habiéndose iniciado a principios de los sesenta se prolongó hasta el comienzo de los

113 Halperin Donghi, op. cit., pp. 664-665. 114 Alonso, op. cit., p. 234. 115 Perón era para unos “el líder histórico, que, como en 1945, traería la antigua bonanza, distribuida por el

Estado protector…”, para otros “el líder revolucionario del Tercer Mundo […] que conduciría la liberación”, opuestamente, para otros Perón “descabezaría con toda la energía necesaria la hidra de la subversión social”, no faltaban los que veían a Perón como “el pacificador, el líder descarnado de ambiciones, el ‘león herbívoro’ que anteponía el ‘argentino’ al ‘peronista’, capaz de encauzar los conflictos de la sociedad, realizar la reconstrucción y encaminar al país por la vía del crecimiento, hacia la ‘Argentina potencia’”. Romero, op. cit., pp. 260-261.

116 Alonso, op. cit., p. 235-236. 117 Romero, op. cit., p. 261.

33

ochenta. Impulsado por las nuevas exportaciones de granos y aceites y de la promoción

estatal expresada en créditos y subsidios para las inversiones y una acción sistemática del

INTA, sumados a los efectos de la modernización; mientras que el Estado “no cambió su

tradicional política de transferir recursos a la economía urbana” desde el ámbito rural118. La

región pampeana había extendido su superficie cultivada en un 30 % desde 1960 hasta

1985, año en el que finalizó esta onda expansiva. Por su parte, la producción industrial

creció sin retroceso desde 1963 hasta 1975, acompañando el crecimiento de exportaciones

industriales: “maquinaria agrícola, máquinas herramienta, automotores, productos

siderúrgicos y químicos pudieron competir en los países vecinos”119.

En cuanto al Estado burocrático autoritario, éste contaba con varios actores

corporativos: las FFAA; los lobbies empresarios, los sindicatos y la Iglesia, Católica. La

relación entre estos actores fue compleja en esta etapa: las frecuentes alianzas entre

industriales y gremialistas “para sacar beneficios a costa de un tercero o de la comunidad

toda”120 son un ejemplo de esto. En el ámbito de los partidos políticos, la relación no fue

menos compleja.

“[El PJ] apenas existía en el […] Movimiento, y Perón nunca lo consideró como otra cosa que una fachada. […] El resto de los partidos, empezando por la Unión Cívica Radical, participaron del embeleso general con Perón o se sintieron abrumados por la culpa de la proscripción y se limitaron a aceptar sus términos, renunciando de entrada a sus funciones de control y alternativa”121.

118 Ibíd., p. 262. En suma no se alteró el esquema capitalista vigente desde el gobierno de Frondizi, de forma opuesta a lo expresado en el plan original, Alonso, op. cit., p. 237.

119 Romero, op. cit., p. 263. 120 Romero describe el proceso de los gremios afirmando que “después de 1955, la conducción vandorista de

los sindicatos fue para los empresarios una garantía de desmovilización de los trabajadores y de la negociación siempre posible. La ruptura de ese equilibrio luego de 1966, la fuerte movilización social y el desborde de cualquier instancia mediadora, así como la incapacidad demostrada por los militares para custodiar el poder, mostraron el peligro de que porciones importantes de los resortes del Estado cayeran en manos dudosas…” Ibíd., p. 266.

121 Ibíd., pp. 267.

34

La sociedad estaba “acostumbrada a que cada una de sus partes negociara por

separado con el poder constituido”122. De estas partes:

“los sectores propietarios se sentían cómodamente expresados por sus organizaciones corporativas. Los sectores populares, por su parte […] no encontraron para ello ni representación ni vocero entre los actores políticos”123.

El período que va de 1973 a 1976 está marcado por un continuo cambio de manos de

la Jefatura del Estado. Cámpora asume el 23 de mayo de 1973 y renuncia junto a su

vicepresidente el 13 de julio de ese año, realizándose las nuevas elecciones en septiembre

de 1973: en las que la fórmula Perón—Perón alcanzó el 62% de los votos124. Perón había

regresado al país el 20 de junio de 1973 en medio de disputas internas del Movimiento que

provocaron una masacre en Ezeiza125 donde la multitud esperaba al Jefe. En este período

uno de los personajes claves fue José López Rega inicialmente secretario privado de Perón

y tras su muerte, mano derecha de Isabelita quien gobernó hasta el golpe militar del 24 de

marzo de 1976126. La propuesta de Perón era:

“…el Programa de Reconstrucción y Liberación Nacional, presentado en mayo de 1973 […] consistía en un intento de superar las limitaciones de crecimiento de una economía cuyos rasgos básicos no se pensaba modificar. No había en él nada que indicara la orientación hacia el ‘socialismo nacional’”127.

122 Ibíd., p. 267. 123 Esta situación marcó el proceso iniciado en 1973, también condicionado por una “cultura política

espontanea […] que llevaba a identificar el poder con el enemigo y la represión, a menos que se lo ‘tomara’, para reprimir a su vez al enemigo”. Otro condicionante fuerte fue la actividad de base de la Juventud Peronista —cara visible de Montoneros— que imprimió a la movilización popular una organización rígida “cuya estrategia y tácticas se elaboraban en otras partes, y eliminaron todo lo que el movimiento tenía de espontaneo, de participativo, de plural”. Paradójicamente esta rigidez fue capitalizada por la represión militar entre 1976 y 1983, Ibíd., pp. 267-268.

124 Alonso, op. cit., p. 239. 125 El enfrentamiento entre la izquierda (patria socialista) y la derecha (patria peronista) del peronismo

comenzó a dirimirse abiertamente con los incidentes en Ezeiza, con preferencias claras de Perón que finalmente rompió con la izquierda revolucionaria el 1º de mayo de 1974. Alonso, op. cit., pp. 238, 240-241, 245. Halperin Donghi, op. cit., p. 667.

126 Ibíd., pp. 666-669. 127 Romero, op. cit., pp. 269-270.

35

La economía que parecía mejorar se encontró con los problemas de siempre128 en

diciembre de 1973: aumento de la inflación, aumento del precio del petróleo a nivel

mundial, caída de las exportaciones y sobre todo la puja corporativa de los distintos actores

sociales demasiado concentrados en sus intereses como para cumplir el pacto social del que

dependía el gobierno.

El 1° de julio de 1974 muere Domingo Perón129 e Isabel Perón (María Estela

Martínez de Perón) asume la presidencia resuelta a “homogeneizar el gobierno, colocando a

amigos e incondicionales en los puestos claves y rompiendo una a una las alianzas que

había tejido Perón”130, imponiendo “las soluciones de la derecha peronista”131. En junio de

1975 la crisis económica había desbordado al Estado; la solución parecía estar en un nuevo

ministro de Economía132, así fue designado Celestino Rodrigo —del equipo de López

Rega—, que decidió una devaluación del 100% y un aumento de tarifas y combustibles

similar o superior afectando directamente el poder adquisitivo de los salarios133, esto fue el

rodrigazo. Ante éste los sindicatos exigieron un aumento salarial y "los empresarios

concedieron —con llamativa facilidad— aumentos que llegaban al 200%"134.

128 Uno de los problemas de siempre de las economías latinoamericanas, es la dependencia de las situaciones coyunturales externas, cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió aumentar el precio del crudo, esto afecto no sólo la economía mundial sino en particular los precios internos en la argentina, la inflación varió de un 8% en 1973 a un 40% en 1974. A esto se sumó la cancelación de exportaciones como las de la carne hacia la Comunidad Económica Europea en julio de 1974, Alonso, op. cit., p. 242. Halperin Donghi, op. cit., pp. 555-556, 631-633.

129 Alonso, op. cit., p. 243. 130 Romero, op. cit., pp. 271-275. 131 Halperin Donghi, op. cit., p. 669. 132 Bajo la presión de la CGT y la derecha lopezreguista Gelbart debió renunciar en octubre de 1974. El nuevo

ministro, José Alfredo Gómez Morales, intentó aplicar un plan de ‘austeridad’, pero finalmente “concedió aumentos de salario e intentó atraer capitales extranjeros, pero, entre medidas de control de precios y de flexibilización, no logró detener la inflación ni los conflictos sociales” bajo una fuerte presión debió renunciar en 1975, Alonso, op. cit., p. 247.

133 Los combustibles aumentaron el 175% y las tarifas eléctricas un 75%, “las medidas significaban una fuerte transferencia de ingresos en favor de los exportadores agropecuarios”, Alonso, op. cit., p. 248.

134 Romero, op. cit., p. 276.

36

La crisis económica desembocó en una protesta masiva que motivó la renuncia de

López Rega y Rodrigo. Este no era el único problema: la tendencia revolucionaria —

Montoneros y Juventud Peronista (JP)— “desplazada de las posiciones de poder del

gobierno […] se lanzó a la lucha de aparatos, en competencia con el sindicalismo y con los

grupos de derecha que rodeaban a Perón”135, así como había ocurrido en Ezeiza en 1973, la

disputa de poder entre los aparatos del peronismo se desarrolló bajo la forma de terrorismo.

Montoneros y la JP fueron enfrentados por la derecha peronista, la Triple A.136. En 1975

Isabel convocó al Ejército para reprimir la guerrilla en Tucumán, dando inicio al

genocidio137. Ni las FFAA ni los grandes empresarios hicieron algo por respaldar a Isabel

ante la crisis política desatada y alimentada por la crisis económica.

“El 24 de marzo de 1976, cuando los comandantes militares la depusieron y arrestaron. Como en ocasiones anteriores, el grueso de la población recibió el golpe con inmenso alivio y muchas expectativas”138

135 Ibíd., pp. 278-279. 136 “[…] aparatos parapoliciales —nutridos de matones sindicales, cuadros de los grupos fascistas del

peronismo y empleados a sueldo del Ministerio de Bienestar Social— que operaban con el rótulo de Acción Anticomunista Argentina [A.A.A.]” La actividad clandestina —secuestros y asesinatos— de Montoneros y ERP se incrementó y “contra ambos creció la represión clandestina, que se cebó sobre todo en quienes —intelectuales, estudiantes, obreros, militantes de villas o barrios— habían acompañado la movilización pero no pudieron pasar a la clandestinidad”, Ibíd., pp. 277-281.

137 La convocatoria del Ejército fue realizada por medio del “Decreto Secreto N° 261, 5 de febrero de 1975”, en: Caraballo y otros, 1997. pp. 79-80. Alonso, op. cit., p. 250.

138 Romero, op. cit., p. 282, Halperin Donghi, op. cit., p. 670, Alonso, op. cit., p. 251.

37

El golpe de estado de 1976. La ‘presidencia’ de Videla

“El caos económico de 1975, la crisis de autoridad, las luchas facciosas y la muerte presente cotidianamente, la acción espectacular de las organizaciones guerrilleras […], el terror sembrado por la Triple A, todo ello creó las condiciones para la aceptación de un golpe de Estado que prometía restablecer el orden y asegurar el monopolio estatal de la fuerza. La propuesta de los militares —quienes poco habían hecho por impedir que el caos llegara a ese extremo— iba más allá: consistía en eliminar de raíz el problema, que en su diagnóstico se encontraba en la sociedad misma…”139

Creemos que esta descripción de Romero sobre la situación en marzo de 1976,

expresa claramente el cuadro inicial del período en el que los Comandantes en Jefe de las

tres armas de las FFAA implantaron el “Proceso de Reorganización Nacional” 140

encabezado por el general Jorge Rafael Videla, designado por ellos presidente de la Nación.

139 Romero, op. cit., p. 283. 140 El caso uruguayo es similar en cuanto a la política de fondo, la “Doctrina de Seguridad Nacional” y en la

existencia de movimientos de guerrilla urbana que a diferencia del caso argentino, en Uruguay fueron eliminados totalmente en 1972 tras un incremento de la actividad desde 1968, tanto de los Tupamaros como de la represión de las Fuerzas Conjuntas —FFAA y Policiales—. Como ya dijimos Bordaberry había asumido la presidencia en junio de 1972 de forma democrática y continuó ocupando la cabeza del Ejecutivo tras el golpe militar el 27 de junio de 1973. Las FFAA se habían expandido políticamente con el apoyo Norteamericano y al tomar el poder en 1973 disolvieron las Cámaras e instituyeron un Consejo de Estado, revocando los gobiernos departamentales e interviniendo los Entes Autónomos. Disolvieron los partidos de izquierda y suspendieron la actividad de los demás, destituyeron docentes y clausuraron institutos de formación docente, interviniendo la Universidad en octubre de 1973, los dictadores se entendían como: “protagonistas de una revolución… que se produjo como un hecho natural”, y con la misma naturalidad llamaron al pueblo a Ponerle el hombro a Uruguay. Esta primer etapa de la dictadura uruguaya que Nahum delimita entre 1973 y 1976, estuvo caracterizada por la etapa de mayor represión y censura que llegó a la ridícula situación de “exigir de todos los funcionarios públicos un ‘certificado de fe democrática’ sin cuya presentación podía destituírselos de inmediato”. Continuando con su característica paradójica estos militares dieron poca muestra de su fe democrática al honrar a los dictadores vecinos —Videla, Pinochet y Stroessner— con la condecoración Protector de los Pueblos Libres Gral. José Artigas. La segunda etapa de la dictadura uruguaya, entre 1976 y 1980, se inicia con el Acto Institucional Nº 4 “que excluía de la vida política a alrededor de 15.000 ciudadanos durante 15 años…”. Pero la exclusión de la vida política estaba dada en medio de la limitación de los derechos humanos en función de “los requerimientos de la seguridad interna”. También en 1976, el apoyo norteamericano desapareció y condenó al régimen uruguayo en 1978 por medio de la OEA. Tal vez por una simple coincidencia en 1978 se comenzó a experimentar una prudente apertura para que los partidos tradicionales ya depurados se reactivaran, la realidad es que la actividad había continuado desde 1973 de forma clandestina. El fin último de esta ‘apertura’ era el “plebiscito constitucional” de noviembre de 1980, en el que los militares pretendían introducir a la carta magna la “Doctrina de la Seguridad Nacional”, a pesar de la fuerte campaña a favor, el 85% de la población asistió a las urnas y 57 % de estos dijo NO a la propuesta militar. A partir de esta expresión de rechazo los

38

En esta línea quizás sea más preciso designar esta “operación integral de represión,

cuidadosamente planeada”141, no como gobierno, sino como genocidio—como expresa

Romero—142.

“La represión fue, en suma, una acción sistemática realizada desde el Estado […] una acción terrorista, dividida en cuatro momentos principales: el secuestro, la tortura, la detención y la ejecución”. [Represión que fue acompañada de la desaparición de las víctimas en la mayoría de los casos.] “Las desapariciones se produjeron masivamente entre 1976 y 1978 […] treinta mil desaparecidos, en su mayoría jóvenes, entre quince y treinta y cinco años […] militantes de organizaciones políticas y sociales, dirigentes gremiales de base, con actuación en las comisiones internas de fábricas […] y junto con ellos militantes políticos varios, sacerdotes, intelectuales, abogados relacionados con la defensa de derechos humanos, y muchos otros, por la sola razón de ser parientes de alguien, figurar en una agenda o haber sido mencionados en una sesión de tortura […] las víctimas fueron las queridas […] la operación procuraba eliminar todo activismo, toda protesta social —hasta un modesto reclamo por el boleto escolar [la “Noche de los lápices”]—, toda expresión de pensamiento crítico, toda posible dirección política del movimiento popular que se había desarrollado desde mediados de la década anterior y que entonces era aniquilado. En este sentido los resultados fueron exactamente los buscados.”143

El objetivo era la sociedad toda, que debía subordinarse a un Gobierno terrorista

que sembró la cultura del miedo. Una sociedad que, en parte, internalizó la acción

gubernamental, convirtiéndose en censor de sí misma.144 Pero al mismo tiempo una

sociedad, que en su conjunto nunca expresó “entusiasmo ni adhesión explícita” ante el

gobierno militar, sólo “pasividad”145.

Esa pasividad social le permitió al Gobierno transformar profundamente las

relaciones económicas de la sociedad, bajo la dirección de José Alfredo Martínez de Hoz

militares comenzaron a retirarse lentamente del poder. Nahúm, op. cit., pp. 272-275, 280-281, 330-331, 334-337.

141 Romero, op. cit., p. 283. 142 Ibíd., p. 287. 143 Ibíd., pp. 284-288. Ver también: Alonso, op. cit., pp. 282-285. 144Alonso, op. cit., pp. 314-316.

39

como ministro de Economía. Buena parte de su política146 consistió en desmontar las

instancias de dirección, regulación y control de la economía existentes. Para esto la

liberalización económica llegó a las empresas de servicios del estado, con las que se aplicó

una política de descalificación y deterioro tal, que finalmente resultaba irreversible su

entrega a los contratista privados,

“…ni siquiera mejoró la eficiencia del Estado en el campo que le era intrínseco e intransferible: la recaudación y asignación de recursos fiscales […] el gasto público creció en forma sostenida, alimentado primero con la emisión y luego con el endeudamiento externo.”147

Endeudamiento148 que demandó una fuerte intervención del Estado para reprimir y

desarmar a los actores del juego corporativo149; era prácticamente imposibles revertir el

proceso a través del cual “el poder económico se concentró en un conjunto de grupos

empresarios, transnacionales y nacionales”150. De este modo se instaló el neoliberalismo

económico en la Argentina, encubriendo la violencia del mercado con la violencia del

Gobierno151.

145 Romero, op. cit., p. 289. 146 Los objetivos presentados en su ‘programa’ el 2 de abril de 1976 son, entre otros: “Lograr el saneamiento

monetario y financiero indispensable como base para la modernización y expansión del aparato productivo del país, en todos los sectores, lo que garantizará un crecimiento no inflacionario de la economía. Acelerar la tasa de crecimiento económico. Alcanzar una razonable distribución del ingreso, preservando el nivel de los salarios en la medida adecuada a la productividad de la economía”, Alonso, op. cit., p. 270.

147 Romero, op. cit., pp. 302-304. A pocos días de haber asumido Martínez de Hoz, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó “un crédito de 110 millones de dólares”, Alonso, op. cit., p. 270.

148 La deuda externa se incrementó entre 1976 y 1983 en un 364%, pasando de 9.700 millones de dólares en 1976 a 45.100 millones en 1983. Durante el gobierno del Dr. Alfonsín, el incremento fue de 44%, llegando a 65.300 millones de dólares en 1989. Durante los gobiernos del Dr. Menem la deuda creció un 123% llegando a 146.219 millones de dólares en 1999, en 1995 la deuda era de 98.547 millones. Jaime Poniachik, “Como empezó la deuda externa” en: Revista nº 1661, 6 de mayo de 2001. pp. 24-26. Ver: Anexo I. Un dato que no es menor al hablar de endeudamiento externo es la decisión tomada por el gobierno Norteamericano de aumentar drásticamente las tasas de interés a fin de frenar su propia inflación. Esta suba de los intereses coincidió con la segunda crisis del petróleo en 1978, Halperin Donghi, op. cit., pp. 632-634.

149 Percibido por los militares como el origen de la Inflación, Alonso, op. cit., p. 264. 150 Romero, op. cit., p. 290. Alonso, op. cit., pp. 336-338. 151 Alonso, op. cit., p. 267.

40

El derrocamiento del poder Ejecutivo y la disolución del Legislativo fue

acompañada de una depuración del Judicial, de la intervención de la CGT y de la ocupación

militar de muchas fábricas, reprimiendo a los militantes sindicales, prohibiendo las huelgas

y congelando los salarios por tres meses con lo que el salario real cayó un 40%.

Inversamente la especulación fue alentada con la transformación financiera: se liberó la tasa

de interés y se autorizó la proliferación de bancos e instituciones financieras, garantizando

además —el Banco Central— los títulos que emitía y los depósitos a plazo fijo, tomados a

taza libre por entidades privadas. Todo ello llevó el sistema al colapso a principios de la

década del ochenta. Era más rentable especular que invertir152.

A “la apertura económica y la progresiva eliminación de los mecanismos clásicos de

protección a la producción local”153 del sector industrial se le sumó la llamada pauta

cambiaria: una tabla de devaluación mensual del peso, gradualmente decreciente hasta

llegar a cero. Pese a lo previsto, la inflación persistió154, el petróleo aumento su precio

considerablemente en 1979, la deuda externa creció de forma exponencial para sostener la

tablita, la plata dulce y los importados coreanos. Evidentemente, los grandes beneficiarios

fueron los sectores financieros: “la masa de dinero se encontraba colocada a corto plazo y

los capitales podían salir del país sin trabas, si cambiaba la coyuntura”155.

En marzo de 1980 el Banco Central ‘decidió’ la quiebra de los bancos privados más

importantes156, la corrida bancaria fue espectacular; pero el gobierno logró frenarla

asumiendo todos los pasivos de los bancos quebrados que llegaron a representar el 20 % del

152 Ibíd., p. 272. 153 Romero, op. cit., pp. 292-293. Alonso, op. cit., p. 271. 154 “En diciembre de 1977 el índice de precios minoristas había aumentado un 160,4% en relación con el de

diciembre de 1976, y a fines de 1978, un 169,8% también en relación con esa fecha” Alonso, op. cit., p. 274.

155 Romero, op. cit., p. 295.

41

sistema financiero. El gobierno necesitó endeudarse para cubrir sus obligaciones —la deuda

pública empezó a sumarse a la privada157— y finalmente tuvo que abandonar la paridad

cambiaria sostenida que llevó a devaluar el peso en un 400 % en 1981, con una inflación del

100 % anual.

“En 1982 México anunció que no podía pagar su deuda externa y declaró una moratoria. Fue la señal. Los créditos fáciles para los países latinoamericanos se cortaron, mientras los intereses subían espectacularmente, y con ellos el monto de la deuda. En 1979, ésta era de 8.500 millones de dólares; en 1981 superaba los 25.000 y a principios de 1984 los 45.000. Los acreedores externos comenzaron a imponer condiciones. Deshecho el mecanismo financiero, la deuda externa ocupó su lugar como mecanismo disciplinador”158.

En la economía real el cambio también fue profundo: se abandonó el énfasis en el

mercado interno, apuntando ahora a fortalecer las áreas con posibilidades en el mercado

externo. El sector agropecuario, que en 1976 “culminaba su formidable expansión

productiva”159, para 1980 se encontraba en una situación crítica160; la devaluación del peso

156 Alonso, op. cit., p. 281. 157 “Entre las empresas aludidas se contaban Celulosa Argentina (1.500 millones de deuda), Cogasco (1.350

millones), Autopistas Urbanas (950 millones), Pérez Companc (910 millones), Acindar (650 millones), Bridas (600 millones), Banco de Italia (550 millones), Alpargatas (470 millones), Techint (350 millones)…”, Poniachik, op. cit. p. 26.

158 Romero, op. cit., p. 296. 159 Ibíd., p. 297. Sobre la situación del agro en el Paraguay recomendamos el “estudio llevado a cabo por el

departamento de Estudios del Comité de Iglesias entre los meses de mayo de 1979 y agosto de 1980 […] solicitado por la Congregación Evangélica del Río de la Plata y la Diócesis Católica del Alto Paraná con el propósito inicial de conocer la magnitud de la migración brasileña a la región, y los problemas tanto de tipo económicos, sociales como de integración a la cultura paraguaya que la aquejaba.” Si bien este es un trabajo parcial nos parece fundamental. Comité de Iglesias, Formas de organización productiva campesina. El caso de la migración brasileña al Alto Paraná y su impacto económico y social. (Cuaderno de investigación Nº 7) Comité de Iglesias, Asunción, 1981. 240 págs.

160 “En 1980, la mayor parte de la población rural con las necesidades básicas insatisfechas [en Argentina] era la que se dedicaba a la agricultura campesina de pequeña escala en las economías regionales extrapampeanas. Sobre 4,7 millones de pobladores rurales (el 17 % de la población del país), el 49 % (2,3 millones) tenían necesidades básicas insatisfechas” Alonso, op. cit., p. 343. Por su parte, Heil sostiene que de los 3.168.000 habitantes en Paraguay, 2.100.000 son pobres (1980), es decir un 66.3 % de la población está con sus necesidades básicas insatisfechas en 1980. Recomendamos ver el cuadro en la misma página. El autor compara éste dato con el crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) en tres etapas desde 1960: de 1960 a 1973 el crecimiento anual promedio del PBI fue del 4.6 %, entre 1974 y 1981 este crecimiento fue del 8.6 %, en 1982 el índice fue de -3.6 %, en 1983 de -5.9 %, en 1984 del 0.2 % y en 1985

42

lo llevó a una pérdida de ingresos que “se trasladaron al sector financiero y a través de él a

la compra de dólares o de artículos importados”161.

También el producto industrial cayo aproximadamente un 20 % en los primeros

cinco años. Salvo algunas ramas de la industria —que elaboraban bienes intermedios y las

automotrices—, el resto experimentó una efectiva involución162. La mano de obra sufrió

grandes movimientos, desde las grandes empresas hacia las medianas y pequeñas y desde la

industria hacia los servicios, en especial las obras públicas faraónicas emprendidas con

créditos externos baratos. “Hubo una fuerte caída del salario real y de la participación del

ingreso personal en el producto, que pasó del 45 % en 1974 al 25 % en 1976, para subir al

39 % en 1980”163; pero la crisis, la inflación y la recesión hicieron descender

dramáticamente tanto la ocupación164 como el salario real165 a partir de 1981.

del 1.0 %. Entre 1960 y 1970 el 5 % más rico de la población paraguaya obtenía del 30 % al 50 % del ingreso nacional (PBI) mientras que el 20 % más pobre obtenía el 4 %. Para 1982 el 5 % más rico obtenía el 75 % del PBI mientras el 42 % más pobre sólo obtenía el 7.3 %. La concentración de la riqueza en el 20 % más rico pasó del 64 % del PBI en 1970, al 84 % del PBI en 1980. “En 1977 un 75.8 % de las familias rurales de la región oriental tiene ingresos per capita por debajo de la línea de la pobreza absoluta y un 52.2 % se encuentra en la indigencia” En 1979 los ingresos agrícolas decrecieron el 4.6 %, en 1980 el 10.7 %, la soja decreció el 3 % en 1981 y el 15 % en 1982, mientras el algodón decreció en los mismos años el 9.5 % y el 14,6 % respectivamente. Entre los años 1977-1981 el incremento promedio de los artículos de primera necesidad es del 70.7 % mientras el incremento del precio del algodón es del 29.25 %. “El comité de Iglesias en 1979 registró que el 56 % de las familias campesinas eran meros ocupantes de tierras” Según datos oficiales en 1985 el 89 % de la tierra está en manos del 4 % de la población, Heil, op. cit., pp. 51-57.

161 Romero, op. cit., p. 297. 162 Hugo Quiroga, Estado, crisis económica y poder militar (1880-1981). Centro Editorial de América Latina,

Buenos Aires, 1985. pp. 37-41. 163 Romero, op. cit., pp. 298-299. 164 “Entre 1976 y 1983, no solamente el empleo urbano experimentó un ritmo de crecimiento muy lento sino

que se produjeron modificaciones substanciales en la organización y caracterización del tipo de empleo […] entre 1976 y 1983, el sector terciario recibió grandes contingentes de fuerza de trabajo que no logró, o perdió, una inserción de tipo salarial. Uno de los resultados de este proceso fue el avance global del cuentapropismo y del empleo precario, tanto entre los sectores medios como entre los sectores obreros”, Alonso, op. cit., pp. 340, 342.

165 “Durante los años de la dictadura militar, el nivel de bienestar de la población en general se vio afectado, no solo por la caída de los salarios reales sino por la drástica reducción del gasto social y de la inversión social por parte del Estado” consecuencia directa de los reiterados “paquetes de ajuste” Ibíd., p. 341.

43

La principal consecuencia de las transformaciones fue, junto a la deuda externa, una

fuerte concentración económica que favoreció a algunas transnacionales, pero sobre todo:

“crecieron de modo espectacular unos cuantos grandes grupos locales, directamente ligados a un empresario o una familia empresarial exitosa como Macri, Pérez Companc, Bulgheroni, Fortabat, o transnacionales pero con fuerte base local como Bunge y Born o Techint”166.

Las mayores ganancias de estos grupos fueron adquiridas por sus financieras, al

menos durante los años de la plata dulce. Pero como bien expone Romero, mejor negocio

era estar contratado por el estado:

“las empresas contratistas del Estado se beneficiaron primero con las condiciones pactadas y luego con el mecanismo de ajustar los costos al ritmo de la inflación que, dada la magnitud de ésta y las dificultades del gobierno para cumplir puntualmente con sus compromisos, terminaba significando un beneficio mayor aún que el de la obra misma. […] esta política implicaba notables excepciones respecto de las políticas más generales, en beneficio de empresarios específicos […] estos grupos pudieron crecer sin riesgo, al amparo del Estado, y en un contexto general de estancamiento. Acumularon una fuerza tal, que en el futuro resultaría muy difícil revertir las condiciones en que actuaban, y junto con los acreedores extranjeros se convirtieron en los nuevos tutores del Estado”167

166 Romero, op. cit., p. 300. 167 Ibíd., pp. 301-302.

44

Las ‘presidencias’ de Viola y Galtieri

Hacia el final del período de Videla el mayor foco de indisciplina no era externo

sino interno a las propias FFAA, que estaban en una continua lucha facciosa por el poder y

el botín que éste representaba168. El general Roberto Viola fue designado presidente por la

Junta Militar, asumiendo el 24 de marzo de 1981. Viola, que se oponía a la política

económica aplicada por Martínez de Hoz, conformó su gabinete con críticos a esa política,

su ministro de Economía fue Lorenzo Sigaut. La crisis económica provocó una fuga masiva

de dólares hacia el exterior, en tanto el Banco Central continuó “respondiendo con las

reservas existentes”, y cuando ya nos las hubo, se endeudó en el exterior para hacerlo; de

este modo:

“La dictadura militar legalizó enormes sumas que, entre 1976 y 1982, habían servido para la especulación y maniobras fraudulentas; y también nacionalizó la mayor parte de la deuda contraída por el sector privado, aunque esta deuda no había beneficiado al conjunto de la sociedad. […] Hacia fines de 1983, la mayor parte de la deuda pública que había contraído la Argentina y que, por lo tanto, debía ser pagada con la riqueza producida por el conjunto de la población, no había sido destinada a inversiones públicas o gastos sociales que beneficiaran a toda la sociedad, sino que había beneficiado a una pequeña porción de los sectores capitalistas de mayor poder económico y también a especuladores y delincuentes económicos”169.

En medio de la crisis económica y de las disputas internas, el general Viola fue

desplazado por el general Leopoldo Galtieri en diciembre de 1981. Galtieri era muy cercano

a la política exterior del presidente norteamericano Ronald Reagan que buscaba aliados para

la guerra encubierta en América Central. Confiados en esta alianza y en medio de una

168 Ibíd., p. 308. Alonso, op. cit., p. 278. 169 Alonso, op. cit., p. 295.

45

resistencia social creciente170 ante las medidas económicas implementadas por el ministro

de Economía Roberto Alemann171, el plan de ocupar las Malvinas:

“aparecía como la solución para los muchos problemas del gobierno […] permitiría unificar a las Fuerzas Armadas tras un objetivo común y ganar, de un golpe, la cuestionada legitimidad ante una sociedad visiblemente disconforme”172.

El plan militar no contaba con una guerra, simplemente presionar desde la ocupación

consumada y esperar el apoyo del aliado del Norte. La ocupación que se inició el 2 de abril

de 1982, terminó con la rendición prácticamente incondicional el 14 de junio, “74 días

después de iniciado el conflicto, que dejó más de 700 muertos o desaparecidos y casi 1300

heridos”173. Tras la inevitable renuncia de Galtieri en julio de 1982, el ejército impuso a

Bignone como presidente, mientras la Marina y la Aeronáutica se retiraron de la Junta

Militar.174

La ‘presidencia’ de Bignone

La derrota bélica y el descalabro financiero iniciado en 1981 llevó a la ‘presidencia’

al general Reinaldo Bignone. Los reclamos de distintos sectores de la sociedad eran

170 “El 30 de marzo de 1982, la CGT convocó a una movilización en todo el país contra el régimen militar. Ésta fue duramente reprimida por la policía…”, Ibíd., p. 296.

171 Las medidas implicaron “nuevas devaluaciones, aumento de la inflación, la recesión y las quiebras y la deuda externa se volvía inmanejable” “Desde fines de 1981 y hasta fines de 1982, el Banco Central estableció la vigencia de un régimen de seguros de cambio […] aseguraba a los particulares y a las empresas privadas la venta, en el momento del vencimiento de sus obligaciones, de la suma de dólares que tenían que pagar al mismo tipo de cambio que estaba vigente cuando se endeudaron […] A fines de 1981 se agotaron las reservas disponibles para responder a las obligaciones contraídas y el Banco Central dispuso una renovación obligatoria de todos los seguros de cambio. Finalmente, el 17 de noviembre de 1982, una nueva circular —firmada por Domingo F. Cavallo como presidente del Banco Central— estableció que los particulares y las empresas privadas que tenían deudas con seguros de cambio debían pagar el monto de esas deudas al Banco Central en pesos y que éste se haría cargo de su pago en dólares a los acreedores externos […] De este modo la deuda privada con seguro de cambio fue transformada en deuda pública”, Ibíd., pp. 295-296. ver también Oscar Madoery, Estado y grupos económicos, (1983-1989). Centro Editorial de América Latina, Buenos Aires, 1990, pp. 48-50.

172 Romero, op. cit., p. 316. 173 Ibíd., p. 322. 174 Sobre la guerra de Malvinas ver: Ibíd., pp. 317-322. Alonso, op. cit., pp. 297-300. Ver además: Techera

Marset, op. cit., pp. 340-372.

46

crecientes y demandaban la convocatoria a elecciones175 y la aparición con vida de los

detenidos desaparecidos176, Bignone intentó calmar estos reclamos con una salida electoral

que intentaba además llamar a silencio las atrocidades políticas, económicas y sociales

perpetradas en lo que ellos llamaron la “guerra sucia”177.

Los partidos políticos que por su parte habían constituído una Multipartidaria a

mediados de 1981 —año en que la proscripción política terminó de hecho— recibieron en

noviembre de 1982 “Quince temas para concertar que abarcan una gama de asuntos de

gravitación nacional”178, un documento presentado por el gobierno de Bignone que

pretendía principalmente clausurar el pasado; pero que incluía además temas tales como:

175 La tercer etapa de la dictadura uruguaya, de 1980 hasta 1984, esta marcada por la propuesta de la dictadura de “una transición de tres años” hasta nuevas elecciones y la “desproscripción paulatina de dirigentes”, planes en los que la izquierda no figuraba inicialmente. Este período de transición fue presidido por el Tte. Gral. Gregorio Alvarez. Los partidos tradicionales solicitaron la inclusión de la izquierda en este proceso de transición, pero la negativa fue rotunda. En las elecciones internas llamadas en 1982, el 60,6 % de la población concurrió a las urnas y el Frente Amplio (proscrito) representó el 6,8 % expresado en el voto en blanco. En los partidos tradicionales triunfaron los sectores más democráticos que ahora contaban con el respaldo popular explícito. En 1983 el movimiento político y social era creciente, los sindicatos se reagruparon en el Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT), se inició el diálogo político—militar en el Parque Hotel y se creó una intersectorial que incluía al PIT, el SERPAJ, los movimientos estudiantiles, los partidos políticos y otras organizaciones sociales. Esta intersectorial reunió a más de 400.000 en el Obelisco de Montevideo reclamando el retorno a la vida democrática, además de organizar otras marchas como la caceroleada que expresaban públicamente al régimen. El diálogo político—militar, por su parte, sufrió contratiempos: el partido Nacional con su candidato proscrito, se negaba a continuar participando, el partido Colorado encabezado por Julio María Sanguinetti buscaba una salida moderada y negociada, y la izquierda continuó proscrita hasta que en marzo de 1984 fue liberado el Gral. Seregni y los Colorados accedieron a negociar la salida a la democracia sin el partido nacional pero con la presencia del Frente Amplio. en este marco las negociaciones del Pacto del Club Naval, mediados de 1984, desembocaron en las elecciones de noviembre de 1984, en las que fue elegido como nuevo presidente Julio María Sanguinetti, Nahum, op. cit., pp. 339-348.

176 Uno de los ejemplos más dignos es el de las ‘Madres de Plaza de Mayo’ que “en nombre de principios como la maternidad, que los militares no podían cuestionar ni englobar en la ‘subversión’, atacaron el centro mismo del discurso represivo y empezaron a conmover la indiferencia social”. Combinando lo testimonial con lo ético, se convirtieron en la referencia de un movimiento creciente, instalando una discusión pública apoyada desde “el exterior por la prensa, los gobiernos y las organizaciones defensoras de los derechos humanos …A partir de 1981, los militares se vieron obligados a dar alguna respuesta…” Romero, op. cit., p. 312, Alonso, op. cit., pp. 292-293, 303. Ver además: Claudia Nora Laudano, Las mujeres en los discursos militares (1976-1983). La Página, Buenos Aires, 1998. pp. 75-81.

177 Alonso, op. cit., p. 301. 178 Ibíd., p. 301.

47

“[un] plan económico, deuda externa, Yaciretá, presupuesto para 1984, ley de asociaciones gremiales de trabajadores, ley de obras sociales […] mecanismos y secuencia del acto electoral y entrega de gobierno”179.

Tanto la Multipartidaria como los organismos de Derechos Humanos (DDHH) se

negaron a discutir este documento. En su último intento, el Gobierno dio a conocer el

“Documento Final”, que intentaba terminar con las “secuelas de la lucha antisubversiva”,

afirmando entre otras cosas que “los desaparecidos están muertos”180. La respuesta continuó

siendo condenatoria desde toda la sociedad.

Las elecciones se realizaron a fines de 1983181, Raúl Alfonsín empuñando el rezo

laico —el Preámbulo de la Constitución— obtuvo más de la mitad de los votos, superando

al peronísmo, y haciéndose cargo de la masa de expectativas y demandas sociales que

venían siendo postergadas desde mediados de los setenta.

“…el enemigo común, algo menos peligroso pero aún temible, estimulaba la solidaridad y alentaba una organización y una acción de la que se esperaban resultados concretos. [pero] no sólo había un repudio total de la violencia o de cualquier forma velada de guerra, sino también menos confianza en las posibilidades de encontrar una gran solución única, radical y definitiva…”182

179 Ibíd., pp. 301-302. 180 Ibíd., p. 305. 181 Ibíd., pp. 305-309. 182 Romero, op. cit., pp. 326-327.

48

Restauración de la democracia política. La presidencia de Raúl Alfonsín

Raúl Alfonsín asumió como presidente electo de la Nación el 10 de diciembre de

1983183. La sociedad argentina depositaba en la naciente democracia un cúmulo de

demandas de todo tipo que esperaba “ver resueltas de inmediato”184. La situación era

compleja:

“la economía se encontraba desde 1981 en estado de desgobierno y casi de caos: la inflación desatada, deuda externa multiplicada y con fuertes vencimientos inmediatos, y un Estado carente de recursos, sin posibilidades de atender a los variados reclamos de la sociedad, desde la educación o la salud a los salarios de sus mismos empleados, y aun con una fuerte limitación en su capacidad para dirigir la crisis”185.

Los poderes corporativos, es decir: los militares, la Iglesia Católica y los sindicatos,

aun tenían mucha fuerza, pero “casi todos ellos habían quedado comprometidos con el

régimen caído, o salpicados por su derrumbe, y se encontraban a la defensiva”186.

183 En Uruguay el primer gobierno democrático después de más de una década de dictadura comenzó el 1º de marzo de 1985, y debió asumir al igual que en Argentina una dura herencia política y social, pero sin las trabas políticas de corporaciones tales como la Iglesia Católica o el sindicalismo cegetista. Sanguinetti debía reinsertar los Poderes del Estado a sus funciones específicas, debía además responder al sin fin de reclamos de funcionarios estatales destituidos ilegalmente durante el régimen —sólo en la educación eran más de 5.000— y soportar los problemas económicos que provocaba una deuda externa enorme con vencimientos importantes en 1985, sumada a una abultada deuda interna en dólares que condicionaba seriamente el funcionamiento de “muchas empresas rurales, industriales y comerciales”, Nahum, op. cit., pp. 364-370. Para una visión más amplia de la situación económica en el Uruguay desde 1955 hasta 1985 recomendamos ver: Walter Cancela, Alicia Melgar, El desarrollo frustrado. Treinta años de economía uruguaya 1955-1985. CLAEH/Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1985, 90 págs.

184 Hacia 1999 “En el plano económico y social, en cambio, los resultados alcanzados no han sido tan exitosos, ya que los gobiernos democráticos no pudieron cambiar el rumbo de ciertas políticas adoptadas por la dictadura militar. En esta dimensión de la vida social, muchos de los problemas que la sociedad argentina enfrentaba hacia fines de 1983 todavía no se han resuelto y, en algunos casos, se han agravado”, Alonso, op. cit., p. 318.

185 Romero, op. cit., p. 333. 186 Ibíd., p. 334.

49

Es justamente en el ámbito de los poderes corporativos donde Alfonsín carecía de

apoyo consistente. Su único capital y fuerza era “la civilidad, identificada toda ella, más allá

de sus opciones políticas, con la propuesta de construir un Estado de derecho”187.

La preocupación inicial del gobierno democrático fue justamente estabilizar la

situación política188 y “remover el autoritarismo que anidaba en las instituciones, las

prácticas y las conciencias”189 popularizada con la imagen del enano fascista. Para esto se

planteó una consigna general: “la modernización cultural, la participación amplia y sobre

todo el pluralismo y el rechazo de todo dogmatismo”190. Un ejemplo de la modernización

cultural fue la ley de divorcio vincular y la de patria potestad compartida sancionadas en

1987 con un amplio consenso social, pero con una clara oposición de la Iglesia Católica a

nivel institucional, que una vez también logró frenar el Congreso Pedagógico previsto en el

marco de la modernización cultural. El episcopado local emprendió una creciente oposición

al gobierno de Alfonsín, e incluso afirmando que “la democracia resultaba ser el compendio

de los males del siglo: la droga, el terrorismo, el aborto o la pornografía”191.

La corporación militar, la más atacada durante los primeros años de gobierno,

intentaba frenar lo inevitable: la sociedad que los condenaba por haber perdido la guerra,

187 Ibíd., pp. 334-335, Alonso, op. cit., p. 320. 188 En Uruguay las primeras medidas fueron: devolver la legitimada a diversos sectores, como los sindicales

(CNT y PIT), federaciones estudiantiles, partidos políticos, y devolver a su plenitud la libertad de prensa. La amnistía general de presos políticos llevó a la liberación de la totalidad de los presos en estas condiciones en marzo de 1985. Le siguieron la devolución de la autonomía a la Universidad y reestructuración del sistema educativo en general y la repatriación de miles de exiliados, uno de los problemas más serios de la sociedad uruguaya entre 1963 y 1985. De 1963 a 1975 el país perdió casi el 7,2 % de su población, en su mayoría profesionales u obreros calificados que representaban el 18 % de la población entre 20 y 29 años. Se estima que en esos primeros años emigraron más de 200.000 personas —sólo entre 1973 y 1975 lo hicieron 124.400 personas—. En el período posterior, 1975-1985, de las 152.000 personas que emigraron sólo retornaron 16.500 y otras 16.000 inmigraron, lo que da un saldo negativo de más de 119.000 personas. En suma, entre 1963 y 1985 salieron del Uruguay más de 320.000 personas, lo que representa más de un 10 % de la población actual. Esta situación aun continua siendo un problema, Nahum, op. cit., pp. 313, 377.

189 Romero, op. cit., pp. 335-336. 190 Ibíd., p. 336.

50

pronto se horrorizó con lo que sacaban a la luz las investigaciones de la Comisión Nacional

para la Desaparición de Personas (CONADEP). El Nunca más192 y las exigencias de justicia

llegarían en abril de 1985 a manos de los tribunales civiles que juzgaron públicamente a los

excomandantes193 llegando a fines de ese año a un fallo ejemplar con diversas condenas,

que no por ello clausuraba la revisión. Bajo fuertes presiones del sector militar Alfonsín

materializó, a fines de 1985, la ley de Punto Final, que establecía “un límite temporal de

dos meses a las citaciones judiciales, pasado el cual ya no habría otras nuevas”194. En la

Semana Santa de 1987, el levantamiento carapintada encabezado por el teniente coronel

Aldo Rico exigía “una solución política a la cuestión de las citaciones […] y la

reconsideración de la conducta del Ejército”195. El resultado fue desfavorable para la

sociedad: la Ley de Obediencia Debida —que exculpaba masivamente a los subordinados—

apareció luego de resuelto el conflicto de forma confusa, ya que los Carapintada habían

claudicado sin imponer ninguna condición. La aparición de la Ley mostró cabalmente la

imposibilidad que tenía la democracia de subordinar a la corporación militar196.

191 Ibíd., pp. 337-338. 192 En el mismo espíritu que la CONADEP, el Comité de Iglesias para Ayudas de Emergencia del Paraguay

editó una serie de 3 volúmenes que recopilan casos testigo de la represión durante el régimen de Stroeesner. –José Luis Simón G., La dictadura de Stroessner y los derechos humanos, Serie Nunca Más, Vol. 1. Comité de Iglesias, Asunción, 1990, 272 págs. –José Luis Simón G. (Editor), Testimonio de la represión política en Paraguay, 1954-1974. Serie Nunca Más, Vol. 2, Comité de Iglesias, Asunción, 1991, 473 págs. –Guido Rodríguez Alcala, Testimonio de la represión política en Paraguay 1975-1989, Serie Nunca Más, Vol. 3, Comité de Iglesias, Asunción, 1990, 196 págs.

193 Alonso, op. cit., p. 332. 194 Romero, op. cit., pp. 340-342. 195 Ibíd., p. 343. 196 Ibíd., pp. 344-345. Alonso, op. cit., p. 333. También en Uruguay una de las situaciones que demandó

mayor atención del primer gobierno democrático fueron los reclamos de justicia por parte de quienes habían visto violados sus derechos humanos. La solución política corrió por carriles distintos a los de Argentina. Los militares expresaron haber “perdido los puntos de referencia” y estar conscientes de que “debían ajustar su conducta”, mientras que los partidos políticos se dividían entre la “ley de punto final” —finalmente aprobada en diciembre de 1986— y la posibilidad de que tanto el estado como cualquier institución o civil pudiera iniciar juicios a los militares. El 17 de diciembre de 1987 se entregaron a la Corte Electoral las 600.000 firmas necesarias para realizar un referéndum que convalidara o dejara sin efecto la Ley de Punto

51

El gobierno de Alfonsín también se propuso democratizar el funcionamiento de los

sindicatos buscando un espectro más amplio de dirigencia, por lo que impulsó una ley

“…de normalización institucional de los sindicatos que incluía el voto secreto, directo y obligatorio, la representación de las minorías, la limitación de la reelección, y sobre todo la fiscalización de los comicios por el Estado […] en marzo de 1984 la ley fue aprobada en la Cámara de Diputados, pero el Senado la rechazó, por un único pero decisivo voto”197.

Los sindicatos reconstituidos y aprovechando los continuos problemas económicos,

embistieron contra el gobierno democrático con trece paros generales de carácter

predominantemente partidario, encabezados por Saúl Ubaldini. Con el triunfo del

peronismo en las elecciones de 1987, el sindicalismo termino de consolidar nuevamente su

poder corporativo198.

La crisis económica que se arrastraba desde 1982, no hacía más que profundizarse.

La inflación desatada, junto a un déficit fiscal y una deuda externa que seguía creciendo

eran apenas los factores más notorios. Los grupos económicos más concentrados, que se

habían consolidado a la sombra del proteccionismo liberal de los militares, ostentaban

suficiente poder como para bloquear los intentos del gobierno de modificar la situación199.

El estado cargaba no sólo con compromisos externos heredados y propios, sino que seguían

vigentes los contratos con las empresas parasitarias:

“…esa masa de gastos debía afrontarse con recaudaciones en baja, comidas por la inflación y la indisciplina de los contribuyentes, sin crédito externo o interno —todo el mundo transformaba sus ahorros en dólares— y sin grandes bolsas de recursos acumulados de donde tomarlos […] afectaba finalmente la propia

Final. El referéndum se realizó en abril de 1989 y consolidó la vigencia de la ley en cuestión, Nahum, op. cit., pp. 367-369.

197 Romero, op. cit., pp. 345-346. 198 Ibíd., p. 347. 199 Alonso, op. cit., p. 341.

52

capacidad del Estado para gobernar efectivamente la economía y la sociedad misma…”200.

El primer ministro de Economía de este período, Bernardo Grinspun, intentó dividir

el frente de acreedores de la deuda, que exigían junto al FMI, que cualquier financiación

implicase

“…que el país solicitante acordase el pago de la deuda externa como absoluta prioridad y, al mismo tiempo, iniciara un ajuste profundo de su economía […] una oposición real al programa del FMI significaba un programa alternativo no previsto y para el que no estaban dadas las condiciones internas”201.

En septiembre de 1984, el gobierno democrático se vio obligado a suscribir un

nuevo acuerdo con el FMI, en los términos antes mencionados.

Ante esta dura situación el Estado emprendió una política clásica: mejora de los

salarios; créditos ágiles para medianos empresarios; control estatal de los crédito, el

mercado cambiario y los precios al consumidor; y el Programa Alimentario Nacional

(PAN), que abasteció las necesidades mínimas de los sectores más empobrecidos. La

oposición se hizo sentir desde el sector empresario que demandaba liberalismo contra “lo

que denominaba populismo o intervención estatal”202; pero sobre todo desde la CGT, que

por razones puramente partidarias hizo fracasar los intentos de concertación

promocionados por el gobierno.

En 1985 la inflación “amenazaba en desbordar en una hiperinflación, la

conflictividad social se agudizaba y los acreedores externos”203 hacían sentir su

disconformidad. En medio de esto el nuevo ministro de Economía Juan Sourrouille presentó

200 Romero, op. cit., p. 349. 201 Alonso, op. cit., p. 344. 202 Romero, op. cit., p. 350. 203 Ibíd., p. 351.

53

el “Plan Austral”204 en mayo de ese año, el mismo pretendía estabilizar la economía a corto

plazo. Al frenarse la inflación205 se ganó el apoyo general, que no fue total. A fines de 1985

la inflación comenzó a reaparecer incipientemente, obligando a un ajuste parcial en abril de

1986. Por su parte las corporaciones continuaron presionando: La CGT embanderada contra

el congelamiento de salarios y los Empresarios contra el congelamiento de precios.

A principios de 1987 el conflicto social comenzó a agudizarse. En julio de este año

el gobierno encaraba un nuevo plan económico con el aval del Banco Mundial. Este plan

“…procuró conciliar las necesidades del ajuste del Estado con los intereses de los grandes empresarios. Una reforma impositiva más dura y profunda debía acompañarse de una política de privatización de empresas estatales y de una drástica reducción de sus gastos”206.

La propuesta careció de apoyo político; gremialistas, empresarios y el peronismo —

que tenía la mayoría legislativa desde 1987— se negaron a respaldar esta reforma.

Paradójicamente el mismo peronismo cinco años después privatizó empresas públicas por

decreto207.

Si bien las elecciones presidenciales se realizarían en julio de 1989208, desde 1987 en

adelante el peronismo renovador —encabezado por Antonio Cafiero, Carlos Grosso, José

204 “A fines de 1986, la política económica mostró algunos resultados exitosos: en ese año el PBI había crecido un 5,3 %, el déficit fiscal continuaba disminuyendo desde un 8,3 % del PBI en 1984 y 4,1 % en 1985 a un 2,7 en 1986, la inversión interna había crecido un 18,2 % en relación con 1985, la inflación anual había caído a un 8,1 % para los precios minoristas y a 57,8 % para los mayoristas, y el salario real industrial había aumentado un 2 %. Sin embargo, era claro que el programa enfrentaba problemas. La inflación se mantenía como un riesgo latente, la inversión y los salarios seguían muy por debajo de los niveles de la década anterior, y la caída de los precios internacionales para las exportaciones agropecuarias combinada con el peso de la deuda externa complicaban las posibilidades de desarrollo económico”, Alonso, op. cit., p. 346.

205 “…el nivel de precios al consumidor cayo de un 30,5 % en junio de 1985 a 6,2 %, 3,1 % y 1,9 % en los meses siguientes”, Ibíd., p. 345.

206 Romero, op. cit., p. 355. 207 Alonso, op. cit., p. 325. 208 Este también fue año de elecciones en Uruguay, en las mismas triunfó el partido “Nacional” llevando a la

presidencia a Luis Alberto Lacalle, que asumió el primero de marzo de 1990 con un perfil estable en su economía y una situación política consolidada por el reciente referéndum, Nahum, op. cit., p. 383.

54

Manuel de la Sota y Carlos Menem— se dedicó a recrudecer su postura como oposición

ganando espacios en las elecciones de 1987209. Por su parte, los problemas con la

corporación militar, no concluidos ni cerrados en 1987, continuaron hasta principios de

1989210.

En medio de levantamientos y asaltos, el gobierno había lanzado en agosto de

1988211 el Plan Primavera: al congelamiento de precios, salarios212 y tarifas se agregó la

declarada intención de reducir drásticamente el déficit estatal, condición obligada para

lograr el apoyo de los acreedores externos; otro de los aspectos fue el desdoblamiento del

tipo de cambio y el mantenimiento de un dólar bajo a través de la creciente oferta de divisas

desde el Banco Central. El plan no funcionó desde un principio. En lugar de la ayuda

externa llegaron capitales especulativos. A fines de 1988 y comienzos de 1989, Domingo

Cavallo “había recomendado al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional que

limitaran sus créditos al gobierno argentino”213. Los créditos no llegaron, y el edificio se

derrumbó:

“el 6 de febrero de 1989 el gobierno anunció la devaluación del peso [sic] —que devoró la fortuna o los ahorros de quienes no supieron retirarse a tiempo— e inició un período en que el dólar y los precios subieron vertiginosamente y la

209 Tras las elecciones, el peronísmo no apoyó el aumento impositivo previsto por el ejecutivo, pero si votó dos nuevas leyes que agudizaron la situación: “una de asociaciones profesionales de trabajadores y otra de convenios colectivos de trabajo, que establecía que los salarios se fijaban a partir de la libre discusión entre empresarios y trabajadores”, perdiendo el estado la capacidad de controlar los salarios, Alonso, op. cit., pp. 321, 346.

210 Un nuevo levantamiento de Rico en enero de 1988, esta vez con escaso apoyo militar, a fines de 1988 el general Seineldín se sublevó con reclamos similares a los ‘carapintada’ de 1987, el resultado fue incierto. “En enero de 1989 un grupo terrorista, escaso en número, pobre en recursos, aislado y trasnochado, asaltó el cuartel de La Tablada en el Gran Buenos Aires y el Ejercito encontró la ocasión para realizar una aplastante demostración de fuerza, que culminó con el aniquilamiento de los asaltantes” Romero, op. cit., pp. 361-364, Alonso, op. cit., pp. 322, 334.

211 “Entre septiembre de 1987 y agosto de 1988 la variación de precios al consumidor fue de 440 % y la de los mayoristas de 606 %”, Alonso, op. cit., p. 347.

212 El salario que se congela en 1988 había evolucionado de forma real desde 1983 de la siguiente forma: tomando como base 1983=100, 1984 = 105,6, 1985 = 75,2, 1986 = 80,1, 1987 = 81,7, 1988 = 58,6, Madoery, op. cit., p. 109.

55

economía entró en descontrol […] había llegado la hiperinflación, que destruyo el valor del salario y la moneda misma y afectó la misma producción y circulación de bienes”214.

Ha comienzos de 1989

“…muchos contratos de provisión de bienes y servicios y los salarios de

ejecutivos estaban dolarizados. En este contexto, el proceso hiperinflacionario

generó una acelerada y cuantiosa transferencia de ingresos y riqueza entre sectores

de la sociedad […] Los beneficiarios de las transferencias de ingresos y riqueza

fueron los que habían dolarizado sus ingresos y patrimonios: los grupos financieros,

los monopolios exportadores, los grandes productores agropecuarios. Los

asalariados y los jubilados y pensionados, en cambio, vieron caer dramáticamente

sus ingresos […] la agudización de la crisis y de la recesión productiva arrojó a

millones de argentinos al hambre y a la desesperación. A fines de mayo de 1989, en

Rosario, Córdoba, Tucumán y en algunas localidades del Gran Buenos Aires

(Quilmes, Moreno y General Sarmiento), gran cantidad de trabajadores y

desocupados se lanzaron sobre los supermercados para apoderarse de alimentos.

Como respuesta a la crisis social, los legisladores radicales y peronistas votaron el

estado de sitio y el gobierno ordenó la represión que arrojó 14 muertos, 80 heridos y

centenares de detenidos”215

213 Romero, op. cit., p. 367. 214 Romero, op. cit., p. 367. “El 6 de febrero de 1989, el equipo económico decretó feriado bancario y decidió

suspender la oferta de divisas por parte del Banco Central. A partir de entonces el precio del dólar y la inflación se dispararon: el dólar oficial se encontraba en una paridad de 1 a 13,94 australes en enero, 14,78 en febrero y 15,82 en marzo, en el mercado marginal cotizaba a 17,72 en enero, 28,20 en febrero y 47,9 en marzo. La inflación de enero, febrero y marzo fue de 8,9 %, 9,6 % y 17 % respectivamente” “La inflación fue del 33,4 % en abril y 78,5 % en mayo y el valor del dólar marginal alcanzó los 79 y 290 australes en esos mismos meses”, Alonso, op. cit., p. 348. –El 3 de febrero de 1989, el general Andrés Rodríguez derrocaba a su consuegro el general Stroessner. En esta etapa se calcula que había trescientas mil familias campesinas sin tierra, en tanto los latifundistas sólo cultivaban el 9 % “de un país que dispone de 21 millones de hectáreas aptas para la agricultura”, García Lupo, op. cit., pp. 232-233. Según resume Halperin, uno de los factores que benefició el régimen saliente en 1989 fue “abrirse al empuje de la expansión brasileña. En particular la gigantesca represa de Itaipú” que además de brindar trabajo temporario a una masa importante de trabajadores paraguayos, le aseguró al Paraguay regalías importantes por la venta de su parte de la energía al Brasil. Un efecto más importante aun fue “La extensión hacia tierra paraguaya del avance de la frontera agrícola y pastoril brasileña, esa activación de una economía antes letárgica se debe a las funciones que Paraguay ha venido a asumir como una suerte de puerta trasera, tanto para Brasil como para Argentina”. En este marco el contrabando y el tráfico de drogas han sido un negocio protegido por el régimen al menos hasta que fue “juzgada como intolerable por Washington”, Halperin Donghi, op. cit., pp. 711-712.

215 Alonso, op. cit., p. 348.

56

La hiperinflación fue el caldo de cultivo de las elecciones del 14 de mayo de

1989216, en las que Carlos Menem se consagró como presidente. A fines de mayo los

asaltos, los saqueos a supermercados y la falta de apoyo del presidente electo aceleraron la

renuncia de Alfonsín, anticipando el traspaso de mando seis meses, y el 8 de julio de 1989

asumió la presidencia Carlos Menem que había tejido en privado

“…sólidas alianzas con los grandes intereses corporativos: importantes empresarios, como Bunge y Born, dirigentes de la Iglesia [Católica], altos oficiales de las Fuerzas Armadas, incluyendo a los ‘carapintadas’. Pero en público apeló al vasto mundo de ‘los humildes’ a quienes se dirigió con un mensaje casi mesiánico […] la ‘revolución productiva’ y el ‘salariazo’ prometidos preanunciaban la entrada en la tierra de promisión”217.

216 Deberíamos considerar también la tasas de desempleo (1984-1988) sobre la población económicamente activa: 1984 = 4,4 %, 1985 = 5,9 %, 1986 = 5,2 %, 1987 = 5,7 %, 1988 = 6,1 %, Madoery, op. cit. p. 110.

217 Romero, op. cit., p. 365, Durante la campaña, entre otras cosas, Menem había prometido “declarar una moratoria en el pago de la deuda”, Alonso, op. cit., p. 348.. Para una revisión cabal de esta promesa ver: Carlos Menem, Eduardo Duhalde, La Revolución Productiva. De la Argentina especuladora a la Argentina del trabajo, Peña Lillo, Buenos Aires, 1989. Cf.: Anexo I.

57

Capítulo 2

La IERP: una iglesia de origen inmigratorio naturalizada

Chistian Lalive d'Epinay define el protestantismo de inmigración en la región del

Río de la Plata y Chile a partir de un estudio sociológico realizado a finales de la década del

60', en el marco de la investigación que presenta Villalpando218 como editor. Muchos de los

criterios que determinan los tipos sociológicos utilizados para el análisis de estos grupos

religiosos se han modificado. Consecuentemente suponemos que estos tipos deberían ser

actualizados, además de ampliados, a partir de los criterios que el mismo Lalive d’Epinay

ha planteado y de los que nos hemos hecho eco en la Introducción General de este

trabajo219.

Lalive d’Epinay en su ensayo interpretativo220 desarrolla las conclusiones de las

fichas censales221 de diez “Iglesias de Inmigración”222, planteando además de rasgos

comunes derivados de su origen y de su campo de acción criterios para una diferenciación

218 Waldo Luis Villalpando (ed.), Las Iglesias del Transplante. Protestantismo de Inmigración en la Argentina. Centro de Estudios Cristianos, Buenos Aires, 1970. (La investigación pertenece al equipo del Estudio Sociológicos del Cristianismo Evangélico en América Latina - ESCEAL).

219 Ibíb., p. 169. 220 Ibíb., pp. 161-176. 221 Ibíd., pp. 99-159. Cabe agregar que en la Tesis Doctoral presentada por Lalive d'Epinay en Ginebra, en

1972, en el anexo I aparece una encuesta similar aunque más extensa que la utilizada por el ESCEAL, La realizada por estos últimos (y de los que forma parte Lalive d'Epinay) cuenta con 22 puntos —algunos con sub–puntos—, mientras que el presentado en 1972 cuenta con 48 puntos y sus respectivos sub–puntos. La estructura de ambas encuestas es similar y en varios puntos coincidente. Christian Lalive d'Epinay, Religión, Dinamique Social et Dépendance (Le protestantisme en Argentine et Chili), Mouton, Paris-La Haye, 1975, pp. 305-310.

222 En una “definición provisoria” afirma que “es la iglesia de un grupo étnico—religioso definido compuesto por inmigrantes y descendientes de inmigrantes. En consecuencia, no practica el conversionismo […] originalmente utiliza el idioma del país de emigración […] originalmente se considera parte de la iglesia del país de emigración”, Villalpando, op. cit. p.162.

58

dentro de las iglesias de inmigración: la aculturación y la nacionalización, índices a partir

de los cuales se compone un índice sintético, que denomina “índice de naturalización”223.

Para definir el grado de aculturación se considera cuál es la importancia dada al

castellano en la vida cultual y en las publicaciones de la denominación224. Para el caso de la

vida cultual establece un promedio entre la situación dada entre 1950 y 1968. El índice de

nacionalización dispone por su parte de dos criterios: la autonomía legal y la proporción de

pastores extranjeros en su cuerpo ministerial225. A partir de estos dos índices se establece

una escala de naturalización que va de ‘0’ (mayor grado de preservación de la situación

original ‘Iglesia étnica de Inmigración’226) a ‘8’ (las que más se han distanciado del país de

origen y su cultura “Iglesia étnica naturalizada”227). Lalive d'Epinay aclara que el paso de

‘0’ a ‘8’ se da progresivamente: “será la evolución pasiva inevitable de una iglesia de

inmigración, provocada por una serie de factores sociológicos externos a la iglesia

misma”228

La IERP en esta tipificación realizada en 1968 queda ubicada con ‘3’ puntos dentro

de la escala de naturalización. Esto nos permite ubicar a la IERP, en esa época, como

Iglesia étnica en proceso de naturalización.

Lalive d'Epinay define finalmente Iglesia étnica diciendo:

“Una ‘iglesia étnica’ es una iglesia destinada a un grupo étnico–religioso definido de inmigrantes […] tienden a presentar una serie de rasgos comunes: enfatizan el orden en la vida cultual, tienen una interpretación abierta de la inspiración bíblica, exigen un pastorado de elevado nivel académico, y se organizan

223 Villalpando, 1970. pp. 166-169. 224 Ibíb., pp. 166-167. 225 Ibíd., p. 167. 226 Ibíb., pp. 168-169. 227 Ibíb., p. 169. 228 Ibíb., pp. 169.

59

según modelos de democracias representativas formales. El surgimiento de generaciones nacidas en el país de inmigración y/o el fin del período de inmigración masiva conducen a la iglesia étnica a evolucionar del polo iglesia de inmigración al polo iglesia naturalizada. Esta evolución se caracteriza por ser más bien una respuesta pasiva a nuevas situaciones globales, necesaria por la voluntad de sobrevivencia de la iglesia como tal. Trátase de una acomodación. Las iglesias que no provienen directamente del país de los inmigrantes dan mayor énfasis a la ‘misión interna’ (al grupo étnico) y tienden a percibir la necesidad de una acomodación en términos más favorables que las otras. Las iglesias que tienden a frenar la acomodación también manifiestan —una vez acabada la inmigración masiva— un decrecimiento de su feligresía”229.

Basándonos en la investigación de Alejandro Zorzin230 sobre el proceso de

naturalización en la IERP y las diferencias existentes con un proceso de asimilación,

consideramos que el primero es el que responde a lo experimentado en la IERP. Zorzin

periodiza este proceso en tres etapas: la primera se desarrolla “durante la segunda

posguerra, que transcurre entre 1946/9 y 1965”231 marcada por la preocupación de llegar a

ser iglesia. La segunda etapa transcurre entre 1966 y 1980, marcada por un nuevo énfasis: la

apertura ecuménica232. En 1980 Rodolfo Reinich es electo nuevo presidente de la Iglesia, y

de este modo “el proceso de naturalización entra en una tercer etapa. El liderazgo eclesial

pasa a manos de una generación de pastores nacida y formada teológicamente en

Sudamérica –aunque perteneciente a la etnia…”233. Zorzin afirma además que:

“Esta evolución es consecuencia de un cambio importante en la composición del cuerpo pastoral de la Iglesia, que básicamente tiene lugar durante la segunda etapa del proceso de naturalización […] A pesar de esa evolución, en la

229 Ibíb., p. 175. 230 Zorzin, “El proceso de naturalización…” op. cit. 231 Ibíb., p. 77. 232 Ibíb., p. 78. Un texto que muestra claramente esta preocupación es el presentado por Peter Lienenkämper

ante la Junta Directiva de la IERP en enero de 1979. Peter Lienenkämper, “La Iglesia Evangélica del Río de la Plata en el marco de sus relaciones ecuménicas. Disertación para la sesión de la Junta Directiva de la IERP del 30 al 31.1.1979”, Mimeografiado, 18 págs.

60

documentación escrita analizada se sigue percibiendo un predominio discursivo por parte de los pastores enviados desde Alemania en la formulación de los diferentes énfasis temáticos de la IERP en el plano de su liderazgo eclesial.”234

A partir de esto, proponemos continuar y profundizar esta pregunta ante los énfasis

temáticos desarrollados en los espacios de decisión (reflejados en los Informes Sinodales) y

divulgación de la IERP (la Revista Parroquial235). Concretamente nos interesamos por la

tematización de la realidad socioeconómica argentina en estos espacios. No nos

ocuparemos de establecer una clara distinción del origen del autor, no por considerarlo un

dato menor, sino porque escapa a nuestro objetivo.

Para quién desee trabajar un desarrollo histórico de la IERP, recomendamos la

bibliografía ya citada en el Estado de la cuestión236. En esta etapa de la investigación no

233 Zorzin, “El proceso de naturalización…”, op. cit., p. 78. 234 Ibíd., p. 79. En la cita al pie el autor agrega: “Básicamente se trata de los informes sinodales (trienales), las

actas y ponencias en las Conferencias Pastorales Plenarias (anuales) y en los aportes en la Revista Parroquial Evangélica. Entre los primeros documentos que evidencian la presencia de otro discurso, destacamos: 1) Juan Pedro Schaad: ‘Comprometidos con el Evangelio’ (en: Informe Sinodal de la 25a Conferencia/1974, pp. 251ss), 2) René Krüger: (Guión del audiovisual) ‘75 años bajo la cruz del sur’ (1974) [16 hojas mimeograf.].”

235 Para una mayor claridad en la forma en que utilizaremos esta abreviatura deseamos explicar los distintos cambios de nombre que ha vivido la que hoy conocemos como Revista Parroquial a partir del año 1966. Ese año (Año 71, Nº 1-2) la revista deja de aparecer con el nombre EVANGELISCHES GEMEINDEBLATT LA PLATA–SYNODE / REVISTA PARROQUIAL EVANGÉLICA (EG), adoptando el nombre EVANGELISCHES GEMEINDEBLATT DER EVANGELISCHEN KIRCHE AM LA PLATA / REVISTA PARROQUIAL EVANGÉLICA (EG EKaLP). A partir del año 1970 (Año 75, Nº 1-2) sale con el nombre GEMEINDEBLATT DER EVANGELISCHEN KIRCHE AM LA PLATA / REVISTA PARROQUIAL DE LA IGLESIA EVANGÉLICA DEL RÍO DE LA PLATA (G/RP). El siguiente cambio se da en 1982 (Año 87, Nº 1-2) adoptando el nombre REVISTA PARROQUIAL DE LA IGLESIA EVANGÉLICA DEL RÍO DE LA PLATA / GEMEINDEBLATT DER EVANGELISCHEN KIRCHE AM LA PLATA (RP/G). Finalmente en 1988 (Año 93, Nº 1-2) adopta el actual nombre REVISTA PARROQUIAL DE LA IGLESIA EVANGÉLICA DEL RÍO DE LA PLATA (RP). Si bien la actual RP se edita en castellano, conserva una parte interna en alemán, con el nombre EVANGELISCHES KIRGENBLATT DER EVANGELISCHEN KIRCHE AM LA PLATA.

236 Otros textos no citados aun son: Rodolfo Plett, El protestantismo en el Paraguay. Su aporte cultural, económico y espiritual. Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos/Instituto Bíblico de Asunción, Asunción, 1987. pp. 48-52 y 137-142 (cuadro estadístico). Hans-Jürgen Prien, La historia del cristianismo en América Latina. Sígueme, Salamanca, 1985. pp. 739-748. Para una visión histórica del protestantismo en América Latina recomendamos ver además: Jean-Pierre Bastian, Protestantismo y modernidad latinoamericana. Historia de unas minorías religiosas activas en América Latina. Fondo de Cultura Económica, México, 1994, Jean-Pierre Bastian, La mutación religiosa de América Latina. Para una sociología del cambio social en la modernidad periférica. Fondo de Cultura Económica, México, 1997,

61

desarrollaremos un derrotero de la evolución historia de la IERP, sino que nos abocaremos

a ilustrar descriptivamente la tematización de la realidad socioeconómica argentina en los

Informes Sinodales y la Revista Parroquial, intentando aportar datos contundentes que

enriquezcan futuros análisis de la historia de la IERP.

Desarrollaremos la presentación dividiendo el material recolectado en períodos

trienales y presentándolo (en la medida de lo posible) bajo ejes temáticos comunes.

Beatriz Melano Couch, “New Vision of the Chuch in Latin América: A Protestant View”, en: Sergio Torres y Virginia Fabella (Editores), The Emergent Gospel. Theology from the Underside of History. Orbis Books, Maryknoll, New York, 1978. pp. 193-226 (existe una traducción y extracto de este artículo realizado por Roberto H. Jordan: Beatriz Melano Couch, “Teología de la Liberación y misión de la Iglesia en América Latina”, en: Cuadernos de Teología Vol. VI, Nº 4, (1985) 21-44).

62

A partir de 1965…

Ya antes de 1965 en distintas instancias (Informes Sinodales, Revista Parroquial;

CPP) se reflejaban aspectos de la realidad social y económica de la Argentina y el

continente latinoamericano, en muchos casos sirviendo como caja de resonancia de noticias

o artículos surgidos del mundo ecuménico. Dos ejemplos de esto se dan en el año 1961. En

julio de ese año se publica en el EG “una declaración del Dr. Charles Malik, presidente de

la Asamblea General Ordinaria de las Naciones Unidas, presentada en la Quinta

Conferencia de Estudio sobre el Orden Mundial”237. En esta declaración sostiene que el

cristiano tiene siete responsabilidades básicas: conocimiento, preocupación, vigilancia,

oración, testimonio, unidad y fe. En el último párrafo, el autor afirma:

“Si conocemos la verdad en toda su profundidad, si estamos genuinamente

atribulados y preocupados por el mundo, si en la situación que sea aprendemos a

hablar desde adentro, si oramos y oramos, si no desmayamos en dar testimonio de

Jesucristo a pesar de nuestro embotamiento y preocupaciones, si buscamos la unidad

original de la Iglesia de acuerdo con la voluntad de Cristo, y si permanecemos fieles

a la total plenitud de nuestra fe, entonces hay esperanza de que un planeta que

cambia será ganado para la gloria de Dios en Jesucristo en el momento en que Dios

quiera.”238

En octubre del mismo año, un artículo anónimo hace propuestas que podemos

considerar como antecedentes ecuménicos de una perspectiva de reflexión que fue

impulsada desde el Concilio Mundial de Iglesias (CMI):

“Nuestra época requiere de las iglesias nuevas formas de servicio, debido a que está convulsionada por cambios, algunos de los cuales […] amenazan [al ser humano] con su presión económica y social, y con el cambiante patrón industrial de la vida urbana. […] Hoy como nunca antes la humanidad es una. Fuerzas sociales y

237 Charles Malik, “La responsabilidad del Cristiano en un planeta que cambia” en EG Año 66, Nº 7, julio 1961, p. 92.

63

económicas reúnen a los hombres, pero también crean mayores conflictos y disensiones. Mientras algunas personas se hacen ricas rápidamente, otras se estancan en una pobreza de toda la vida, pero hoy sabemos que se puede hacer algo para remediarla, y esto hace que sea peor.”239

El artículo continúa explicando las distintas formas de servicio que podemos encarar

individual y eclesialmente, agregando que el CMI está para “ayudar a las iglesias a pensar

sobre estos asuntos”240.

En junio de 1962 se reproduce el mensaje de la II Conferencia Evangélica

Latinoamericana241, entre otros aspectos éste exhortaba a la defensa de los Derechos

Humanos, diciendo además:

“…Sabemos que no hemos sido llamados a una vida de mera contemplación sino de participación activa, confiada y redentora en la vida del mundo que Dios ha creado. Contemplamos con profunda simpatía y en espíritu de solidaridad la búsqueda ansiosa de nuestros pueblos por un futuro mejor. Sentimos como nuestro sus anhelos de justicia, de una distribución equitativa de las riquezas que Dios ha colocado en nuestra tierra, el deseo que grandes masas de nuestra población de independencia social y económica, de acceso al de la cultura y de una participación plena en la vida y dirección de nuestras naciones. Nos solidarizamos con las ansias de libertad integral de América Latina. Lo hacemos porque sabemos que la justicia y la libertad son consecuencias innegables del evangelio, dones que Dios da al hombre y por los cuales debemos luchar.…”242

238 Ibíb., p. 92. 239 Anónimo, “Servicio cristiano en el mundo moderno” en EG Año 66, Nº 10, octubre 1961, p. 148. Es

interesante comparar por ejemplo este artículo con la temática de las tres ponencias presentadas en la XXIa Asamblea Sinodal, en 1962 bajo el lema “Vosotros sois la sal de la tierra”: “El ministerio de la Iglesia”, “El ministerio de la Parroquia” y “El ministerio del Cristiano”, en: “Convocatoria a la XXIa Asamblea General Ordinaria” Folleto/Bilingüe, Buenos Aires, Septiembre 1962, en: Archivo–IERP (AI) caja 305: Asambleas y Conferencias Sinodales. Cf. además con acta de la “Cuarta Sesión” de la citada Asamblea “Sínodo Evangélico Alemán del Río de la Plata – XXIIª Asamblea Sinodal Ordinaria realizada en Rosario – Sta. Fe” 9 págs. Mimeografiado/Castellano, en: AI caja 305.

240 Ibíb., p. 149. 241IIº CELA, “Mensaje de la Segunda Conferencia Evangélica Latinoamericana a las Iglesias Evangélicas y a

los pueblos de América Latina”, en: EG Año 67, Nº 6, Junio 1962. p. 129. 242 Ibíb., p. 1290

64

En agosto del mismo año aparece un combativo artículo de Stewart W. Herman que

plantea la preocupación de la Iglesia Católico Romana ante el futuro de América Latina y el

papel que juega el protestantismo en la lucha por las almas de un continente que esta

creciendo aceleradamente en medio de una realidad que el describe de esta forma:

“los ‘hogares’ del 40 % de los habitantes de las ciudades no tiene agua potable ni eficientes desagües cloacales. […] Actualmente, hay una declinación en la producción de alimentos del 6 % per capita. El de la vivienda es el problema más agudo, especialmente en los márgenes de las ciudades de rápido desarrollo donde las villas miserias están creciendo más rápido…”243

Podríamos continuar con la interesante y actual descripción del autor, pero este no

es su centro de interés, el planteo de fondo apunta a justificar la lucha por las almas de estos

carentes de fe auténtica en contraposición a la propuesta Católica244 para estos sectores

sociales, específicamente ante el impulso que Vaticano II dio a la pastoral en las

comunidades de base en América Latina.

Otra forma en que la publicación periódica del SEARP/IERP se ha hecho eco de la

problemática socioeconómica es mediante noticias breves. Uno de los grupos con presencia

asidua en este espacio es la Comisión Latinoamericana de Iglesia y Sociedad. En julio de

1964 se presentan diciendo:

“En el continente latinoamericano viven lado a lado una minoría que monopoliza una riqueza enorme y las masas que padecen una pobreza extrema. […] Tales contrastes provocan un fermento intelectual que halla expresión en los

243 Stewart W. Herman, “Los protestantes también están comprometidos en el futuro de Latinoamérica”, en: EG Año 67, Nº 8, Agosto 1962, pp. 173-174

244 Stewart W. Herman, “Los protestantes también están comprometidos en el futuro de Latinoamérica”, EG Nº 10, Octubre 1962, pp. 212-213. Proponemos confrontar estos artículos de Herman con un artículo publicado en diciembre del mismo año: Fronteros, “Encarnación y realidad social”, en: EG Año 67, Nº 12, Diciembre 1962, pp. 260-261

65

acontecimientos políticos cotidianos y cuyo desenlace es imprevisible. ¿Qué actitud deben los cristianos asumir en una situación revolucionaria como la actual?…”245

Responder a esta pregunta es el objetivo de la Junta de la Comisión Latinoamericana

de Iglesia y Sociedad, contando para ello con fondos de las iglesias latinoamericanas y del

CMI.

En la 22ª Asamblea Sinodal (1965), con el cambio de Sínodo Evangélico Alemán del

Río de la Plata (SEARP) a Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), ésta “va

consolidándose paulatinamente como iglesia evangélica autónoma en la región”246. Pero

esta modificación, según Lienenkämper, es además la reafirmación confesional de una

Iglesia que se asume teológicamente Unida247. La primer década bajo la nueva

denominación es clave en tanto que

“…quizás por primera vez en su historia, las demandas y los desafíos de la realidad social y política de los países de la cuenca del Plata se instalan conscientemente como materia de reflexión al momento de definir las futuras líneas de acción de la Iglesia”248.

245 “Las iglesias de América Latina, ante la situación revolucionaria”, en: EG Año 69, Nº 7, Julio 1964, p. 111. Dos años después presenta una declaración de propósitos, de los que destacamos: “Promover un estudio de la realidad social en sus distintos planos: argentino, latinoamericanos y mundial […].Informar a las Iglesias sobre oportunidades concretas de servicio que existen.”: “Departamento de Iglesia y Sociedad”, en: EG EKaLP, Año 71, Nº 3, Marzo 1966. p. 25. También: SEI Montevideo, “Conferencia Mundial de Iglesia y Sociedad”, en: EG EKaLP, Año 71, Nº 8, Agosto 1966. p. 104.

246 Zorzin, RP Año 105, Nº 3, Marzo 2000, Suplemento Centenario, p. 41. 247 Lienenkämper, op. cit., p. 6-8. 248 Zorzin, RP Año 105, Nº 4, Abril 2000, Suplemento Centenario, p. 45. El Dr. H. J. Held en el sermón del

culto de clausura el día 14 de noviembre de 1965, afirmaba que: “no cabe duda que Jesús quiere que seamos sus testigos en América Latina. No cabe duda que esta orden nos envía al mundo latino–americano fuera de las murallas de nuestras iglesias y casas congregacionales. El testimonio de Cristo debe penetrar en todos los campos de la vida del continente, de la nación, de nuestros lugares, donde vivimos.” El testigo: “tiene una función pública […] tiene que luchar por la verdad […] tiene que saber con certeza la verdad […] tiene que unirse con otros testigos! […] No se nos ofrecen perspectivas optimistas en cuanto a nuestro bienestar externo, sea en la iglesia, sea en nuestra vida particular, cuando emprendemos la función del testigo de Jesucristo en nuestro mundo y ambiente concretos, sin embargo lo que si nos es garantizado de todos modos en virtud de la promesa fiel de nuestro Señor , es que él nos enviará su Espíritu Santo y nos hará dar un testimonio verdadero para el cual él nos ha llamado y enviado al mundo.” Heinz Joachim Held, [Sermón sobre] Hechos 1:1-8, en: “Bericht über die 22, Ordentlich Tagung 11.-14. November 1965 in Rosario” SEARP (IERP), pp. 5-8.

66

En las palabras del pastor K. Schwittay: “los años siguiente [a 1965] fueron

marcados por el esfuerzo en detectar qué significa ser iglesia de Jesucristo y en ocuparnos

en determinar y describir aquello que debemos ser"249.

Tal vez en esta búsqueda o simplemente respondiendo a las relaciones ecuménicas

en la cuenca del Plata, aparecen en el transcurso de 1966 algunas noticias breves que

reflejan estudios o actividades de ISAL250. Vemos junto a estas breves noticias algunas

cartas251 de agradecimiento que creemos reflejan más claramente la preocupación social de

las comunidades de la IERP.

En la edición de Agosto de 1966, en un breve recuadro firmado por E. Goldenring se

lee:

“Recibimos constantemente pedidos de personas necesitadas que carecen de ropas, no tienen un trabajo fijo y por tanto de los necesarios medios de subsistencia. Nuestra obra en idioma nacional es la más afectada por este tipo de trabajo. Casi todas las personas que buscan ayuda hablan nuestro idioma y son también criaturas del señor y objeto del amor de Dios. […] Desde ya le agradecemos su sentido de

249 Karl Schwittay, op. cit. p. 267. Un pastor que ha reflejado esta búsqueda en sus artículos es Eduardo Goldenring, especialmente en lo referente a la pastoral urbana en castellano. De 1966 recomendamos por ejemplo E. Goldenring, “La Nueva Iglesia Evangélica del Río de la Plata”, en: EG EKaLP, Año 71, Nº 6, Junio 1966, pp. 66-67.

250 En Julio bajo el título “Braceros Bolivianos” un noticia, que anuncia una reunión a realizarse en los últimos días de marzo, dice: “Montevideo. – Centenares de miles de braceros bolivianos se encuentran hoy en el norte de Argentina, donde viven en una espantosa miseria. Estas gentes que salieron de patria por falta de posibilidades de trabajo y que casi sin excepción alguna son analfabetos, son víctimas de la más cruel explotación. Les falta a estos seres humanos los elementos más esenciales para su existencia. Lo más grave es la falta de higiene y de elementos, lo que está causando un sin número de enfermedades y un máximo de mortalidad infantil. El número total de estos braceros no se puede fijar con exactitud, pero se calcula entre 700.000 y 800.000. Esto representa el 25 por ciento de la población de Bolivia […] Se espera de este modo [una reunión de altos representantes] encontrar una forma de corporación entre la Iglesia Cristiana y las autoridades, con la ayuda de los mejores especialistas del país para solucionar este urgente problema social.” SEI Montevideo, “Braceros Bolivianos”, en: EG EKaLP, Año 71, Nº 7, Julio 1966, p. 87. En octubre de ese año informa sobre una consulta convocada por el Movimiento de Reconciliación, el tema de la misma era “La No Violencia Cristiana en le Revolución Latinoamericana” SEI, “La no violencia en la Revolución Latinoamericana”, en: EG EKaLP Año 71, Nº 10, Octubre 1966, p. 137.

251 Olof Mario Castillo, “Auxilio a los damnificados en San Pedro”, en: EG EKaLP, Año 71, Nº 5, Mayo 1966, p. 57. “Extracto de una carta del Ejercito de Salvación”, en: EG EKaLP Año 71, Nº 10, Octubre 1966, p. 137.

67

responsabilidad para con el prójimo que necesita de nuestra ayuda. Dios ama al dador alegre y generoso”252

Durante 1968 son publicados cuatro trabajos que nos parece importante citar. El

primero es un artículo extraído de «Noticiero de la fe» y sin firma:

“Se sufre ‘justa’ o ‘injustamente’; pero no nos interesa el adverbio, sino el verbo. El hecho es que se sufre. ¿Sabes cómo sufre la familia que vive cerca de ti, porque sus jóvenes se están deslizando por caminos dudosos? ¿No quisieras dar una oportunidad a esos ‘jóvenes rebeldes’ en tu grupo juvenil, aun cuando corras el riesgo de ser titulados de ‘hombre de raras amistades’? Esos jóvenes son lo que son porque no conocen otra cosa…”253

Este autor prosigue su exposición mostrando otros dos casos en los que el cristiano

es hombre de misericordia, en un caso de violencia en la familia, y en la vida de un

alcohólico. Para ubicarnos históricamente estamos a poco menos de dos años del

derrocamiento del gobierno de Illia, Onganía gobierna bajo un fuerte shock autoritario que a

nivel económico ha continuado con la tradicional transferencia de recursos del campo a la

ciudad. En este marco Federico Pankow al referirse al crecimiento de las ciudades afirma:

“Los deseos naturales y justos de superación, hacen que el joven campesino diga con su actitud y en sus hechos: ‘No quiero seguir siendo agricultor como han sido mis antepasados por tantas generaciones’. […] ¿Cual es el trabajo que la iglesia tiene que hacer en medio de la vida cambiante y agitada de las grandes ciudades del futuro? […] la iglesia tiene un mensaje que anunciar. Tiene que actuar en cuanto a los crecientes problemas de la discriminación el desempleo, la mala vivienda, la corrupción política, el trato de los ancianos, la asistencia social, la educación de los niños y los jóvenes…”254

252 Eduardo Goldenring, s/ título, en: EG EKaLP Año 71, Nº 8, Agosto 1966, p. 104. 253 “El cristiano hombre de Misericordia”, en: EG EKaLP Año 73, Nº 1-2, Enero/Febrero 1968, p. 10. 254 Federico Pankow, “Las ciudades de ayer y de mañana” (de: Noticiero de la Fe), en: EG EKaLP, Año 73,

Nº4 , Abril 1968, p. 46-47.

68

En junio de este mismo año se publica un nuevo artículo de E. Goldenring que

anexamos255 junto a un mensaje pronunciado en mayo de 1968 durante la Semana de la

Unidad. De este último citamos el primer párrafo pero recomendando leer todo el artículo:

“Ninguno de nosotros puede negar que nuestra existencia se desarrolla en un mundo revolucionario, un mundo en llamas en los términos de Billy Graham, un mundo y una sociedad que se consumen día a día, un universo caótico. En esa sociedad las tres confesiones —romana, ortodoxa y protestante— tiene las mismas e idénticas dificultades de manifestar adecuadamente la fe de Cristo. Y la tienen porque se vive en una sociedad que muchos llaman post–cristiana.…”256

255 Eduardo Goldenring, “El cristiano ante el espejo: recepción pasiva o activa participación” en EG EKaLP Año 73, Nº 6, Junio 1968, p. 86.

256 Eduardo Goldenring, “La unidad como compromiso y desafío de la fe cristiana”, en: EG EKaLP Año 73, Nº 8, Agosto 1968, pp. 117-118. Ver: El costo de ser discípulo de Dietrich Bonhoefer bajo el título “La Gracia Costosa”, en: EG EKaLP Año 73, Nº 8, Agosto 1968, p. 118.

69

1969… ¿Algo que decir?

En agosto de 1969 el EG extrae de la publicación de las Comunidades de Esperanza

y Humboldt el artículo que reproducimos en parte:

“En las tres últimas semanas sucedieron cosas que en varias ciudades de nuestro país cambiaron la paz en un clima de guerra. Los fuertes choques de estudiantes y obreros contra la policía y tropas del ejercito dejaron un saldo muy triste […] Mirando con sangre fría los actos de violencia que cometen precisamente aquellos que —según sus propias palabras— bregan por un futuro más justo, uno llega fácilmente a la convicción, que este no es el camino que puede conducir a una vida mejor, más justa, más pacífica. No puedo presentar ninguna receta para superar la tremenda crisis por la cual pasamos en estos días en nuestro país, en todo el mundo. Pero esto puedo —y debo— decir, que el camino de la violencia nunca es el camino de Cristo […] El mundo tiene hambre de amor, del amor que Jesús practicaba y que Él espera de nosotros. ¿Por qué no lo practicamos en nuestro mundo chico? […] No me toca a mi, preocuparme por el efecto de mi hablar y obrar, si lo hago siguiendo a Cristo. El entonces se ocupará de abrir camino a sus seguidores a través de los disturbios del mundo.”257

Es evidente que si algo se espera de los miembros de la IERP es justamente que

tomen partido en medio de la vida que les rodea. Las preguntas de cómo, cuándo y en qué

dirección no era algo sobre lo cual hubiese consenso en ese período258.

La CPP de 1969 se realizó en noviembre. El tema que la convocaba era: “‘Theologie

der Revolution in der Dritten Welt’ ‘Teología para una situación en cambio’ [sic.]”259. De

esta conferencia destacamos dos ponencias. La primera, de Horacio Gualdieri, “Análisis de

257 Otto Faber, (S/Título), en: EG EKaLP Año 74, Nº 8, Agosto 1969, p. 124. Cf.: [Rector, Presidente de la Sociedad Estudiantil, Administrador], “La Facultad de Teología de Buenos Aires se pronuncia sobre los sucesos de Córdoba”, en: Carta de ISAL Año II, Nº 6, Julio 1969, Tapa.

258 Ver: Federico H. Schäfer, “Meditación”, en: EG EKaLP Año 74, Nº 10, Octubre 1969, p. 161. Bruno Knoblauch, “A la búsqueda” en EG EKaLP Año 74, Nº 10, Octubre 1969, p. 164.

259 Convocatoria a: “GESAMTPFARRKONFERENZ DER EV. KIRCHE AM LA PLATA 6.–9. 11.1969 in VIALE” Mimeografiado, 2 págs., en: AI caja 20: CPP

70

la situación argentina en el contexto latinoamericano”260, la segunda, presentada por

Eduardo Goldening: “Posibilidades y metas de la iglesia en un mundo cambiante:

estrategias y tácticas”261. El desarrollo de esta ponencia daría pie a una nueva investigación

que no es la que nos convoca, por ello y a modo de ilustración citaremos tan sólo algunos

fragmentos que nos ayuden a divisar el eje directriz sobre el que trabaja:

“Es casi imposible considerar al ser humano en otra categoría que no sea la política o la ideológica, y eso determina que se deba hablar en un sentido político y humanista cuando se refiere a las estrategias y tácticas de la Iglesia en un mundo revolucionario como el nuestro. Claro esta, que se puede pretender eludir este problema y tratar de hablar solamente de los aspectos ‘espirituales’ que interesan al ‘creyente’, pero por desgracia eso nos conduce a un ‘evangelicalismo insípido’ completamente alejado de la realidad del mundo moderno.”262

También son significativas algunas de las propuestas que el plantea para una acción

concreta de la iglesia Desde su perspectiva, el trabajo de la misma

“…en un mundo revolucionario no debe ser trabajar con recursos de paliativos y caer en el pecado de que los servicios y las ayudas sociales sean simplemente malos remiendos de un viejo vestido que pide cambio, sino una revolución total. No basta con dar pan al hambriento, no basta con distribuir ropa al desnudo, hay que combatir las injusticias […] Para eso es necesario crear la diaconía social, hombres y mujeres especializados en diversos campos […] Si nosotros los cristianos hemos de enfrentar el desafío de esta hora, debe expresarse a través de todos los miembros de la Iglesia. Debe expresarse en un renovado énfasis sobre la vocación cristiana, sobre el llamamiento del cristiano, en la forma en que Lutero hablaba de el. Dios nos llama a nosotros a entrar con decisión y con fe en la sociedad, en el movimiento obrero y todos los aspectos de la vida de nuestra sociedad como su campo de servicio cristiano full–time. […] La Iglesia tiene que

260 Ibíd. p. 1. Ver además “Resumen de una charla del pastor Horacio Gualdieri sobre el tema ‘Análisis de la situación Argentina en el contexto latinoamericano’…” Mimeografiado 3 págs. en AI caja 20.

261 Eduardo Goldenring, Posibilidades y metas de la Iglesia… op. cit. Ver una copia completa, en: Anexo II. 262 Ibíd. p. 1 En relación al tema, se presentó en la XXIVª Asamblea Sinodal de 1971 un documento de trabajo

titulado “Diaconía Política”, en: AI caja 305.

71

marchar con la revolución, no huir de ella, no escapar. Ni tampoco predicar la restauración.”263

Volviendo nuestra mirada al G/RP debemos destacar que continúa haciéndose eco

de la realidad ecuménica nacional y continental, aunque no siempre este reflejado este

hecho en las páginas de esta investigación.

En marzo de 1970 la meditación del mes esta a cargo de Federico Schäfer, su

reflexión sobre Mt 20,28 propone una mirada distinta sobre el rol de los líderes y su actitud,

a partir de los cambios en la sociedad y contraponiendo la imagen tradicional del líder y la

imagen de Jesús como líder que se caracteriza por servir, concluye:

“Con todo será un honor para nosotros —hombre libres en Cristo— poder

ser ‘pequeños cristos’ para los demás hombres, trayéndoles la buena noticia del

inconmensurable servicio que nos prestó Jesús y sirviéndoles en todas sus

necesidades como consecuencia de esa buena nueva. Daremos así testimonio al

mundo de aquel que es nuestro Señor, siendo este el mejor servicio que podemos

prestar como cristianos. En estas condiciones nuestra lucha por la igualdad, por una

estructuración no autoritaria de la sociedad y por una mentalidad que respete la

humildad, tendrá una base profunda y sólida.”264

Las estructuras autoritarias en la sociedad y los gobiernos militares en el continente

eran una realidad cotidiana que afectó al mundo eclesiástico latinoamericano —en especial

a los luteranos— al confrontarse con la decisión de la FLM de cambiar la sede de su Vª

Asamblea, de Porto Alegre (Brasil) a Evian (Francia). Dieter Kunz critica esta actitud

diciendo de los hermanos brasileños; “a ellos les toca vivir en esa situación que los de

263 Ibíd., p. 8. 264 Federico H. Schäfer, “Meditación”, en: G/RP Año 75, Nº 3, Marzo 1970, p. 25.

72

afuera no creen adecuada para realizar siquiera una conferencia”265. Pero el autor no se

limita a esta situación sino que se pregunta:

“¿Y cómo estamos en casa? Vamos a celebrar un nuevo aniversario de la

independencia. Pero tenemos un gobierno militar porque éramos incapaces de vivir

democráticamente . Si cada cual busca sólo su propio adelanto bienestar, no puede

desenvolverse la democracia. Los gobierno constitucionales no pueden imponer un

forma de vida equitativa, en la que todos viven para todos. (Sí, hasta cierto punto

debiera ser un ‘comunismo’). Y dudo de que este gobierno pueda lograrlo, aunque se

autodenomine ‘revolución’ y por más que aplique cargas impositivas. […] El campo

de acción no será necesariamente la escena política. Nos veremos comprometidos

ante todo en la lucha de Jesucristo contra los poderes del mal que oprimen a los

hombres alrededor de nosotros. Descubriremos la necesidad del prójimo y estaremos

a su lado con nuestra ayuda, sin pensar que esto acaso sería obligación del estado

[…] Posiblemente estos pequeños cambios no sirven para revolucionar una forma de

gobierno. Pero estarán de acuerdo con la intención de Jesucristo.”266

“El camino de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata en los próximos años” fue el

tema que trato la CPP en noviembre de 1970 en la ciudad de Montevideo (Uruguay). Con

tres ponencias principales: ¿De dónde venimos? ¿Dónde estamos? ¿Adónde vamos? y seis

subtemas de los que rescatamos el tercero: Posición de la Iglesia en el proceso de

transformación social267. Del tratamiento de este subtema surgen una serie de tesis de las

que citamos las características de la transformación social en la cuenca del Plata:

265 Dieter Kunz, “Independencia y acción”, en: G/RP Año 75, Nº 7, Julio 1970, p. 105. 266 Ibíb., pp. 105-106. Al final del artículo se lee en negritas: “Dieter Kunz es pastor de las congregaciones

Evangélicas Luteranas La Paz y Martín Lutero de Eldorado/Misiones, las cuales forman parte de la Iglesia Evangélica Luterana Unida (IELU) con sede legal en la Ciudad de Buenos Aires” Lo extraño no es la aclaración, sino el hecho de que es éste uno de los únicos casos en los que se hace una aclaración tal, al menos en estos años. ¿A que necesidad respondió hacerla? Cf. por ejemplo con el artículo de Tomás A. Banzhaf, “Libertad, nueva moral y responsabilidad”, en: G/RP Año 75, Nº 8, Agosto 1970. pp. 128-129 y G/RP Año 75, Nº 9, Septiembre 1970, p. 146.

267 Programa de la “Conferencia Pastoral Plenaria 1970 del 5 al 9 de noviembre de 1970 en Montevideo” Mimeografiado. 4 págs., en: AI caja 20.

73

“–la tecnificación rural, con su correspondiente construcción de redes

camineras y urbanización del campo; –la industrialización que trajo consigo la

afluencia de trabajadores rurales hacia grandes centros poblados, y una progresiva

proletarización; –la comercialización de la producción a nivel internacional; –la

mayor información a través de la ampliación de los medios de comunicación; –el

proceso a librarse del colonialismo, unido a una constante búsqueda de una nueva

organización social”268

A nivel de las congregaciones puntualmente destacamos:

“El éxodo rural trae como principal consecuencia, la formación de nuevos

grupos sociales, los que no pueden, o difícilmente logran, incorporarse a las

congregaciones ya existentes, propiciando, al mismo tiempo, la formación de nuevos

centros poblados, lo que trae aparejada la pérdida de la hasta entonces existente

organización comunitaria; desarraigo; diferencias de nivel espiritual y cultural; dura

lucha por la subsistencia”

Finalmente exponemos las limitaciones que se imponen a la iglesia en el

cumplimiento de sus compromisos sociales, según lo expuesto en este documento bajo el

punto III:

“1. –La teología no nos permite mezclar o separar la justicia de Dios y la

justicia social. El mandamiento del amor prohíbe el empleo de la violencia y

conserva su rigor también frente al opresor. El mandamiento del amor nos

compromete a la búsqueda de la justicia y la solidaridad, sin discriminación (no se

ha podido lograr completa unanimidad con respecto al problema del uso de la

violencia).

2.- En el compromiso social de la Iglesia los recursos no deben definir las

tareas a emprender, sino que a partir de ellos han de buscarse los medios necesarios

para ejecutarlas.

268 “Posición de la Iglesia en el proceso de transformación social Tesis elaboradas por uno de los grupos de trabajo de la CPP, reunida en Montevideo en noviembre de 1970”. Mimeografiado. 3 págs., en: AI caja 20. p. 1.

74

3.- Es necesario y útil para el trabajo de la Iglesia que se empleen

determinadas formas y estructuras las que, sin embargo, no pueden constituirse en

atadura, puesto que ‘el mensaje de Dios no está encadenado’ (2. Timoteo 2:9)”269

1971: “Discernir cuál es la voluntad de Dios”

Ya en 1971 bajo la sección Informaciones de Prensa se da cuenta de la situación

social de la provincia de Salta al citar una declaración de prensa del Grupo Misionero Salta,

sobre la situación se dice:

“Salta tiene el triste privilegio de ser la provincia Argentina con mayor

cantidad de tuberculosis en relación con el número de habitantes […] Otras

afecciones comunes son la desnutrición crónica, sufrida particularmente por la

población infantil y condiciones de diversas enfermedades; la parasitosis, el bocio

endémico y la enfermedad de Chagas–Mazza’”270

El informe continúa con más detalles sobre la pauperización vivida por esa

población salteña. Pero no solo esta realidad es reflejada a partir de 1971, bajo el título

Operativo ‘Toba’ se informa sobre la existencia de una estación misionera —que luego se

constituiría en la Junta Unida de Misiones— en los alrededores de Castelli (Chaco). No es

tan explícita como nuestra anterior cita en cuanto a los datos sobre la realidad

socioeconómica de la población Toba pero es el texto que introduce la problemática de los

pueblos aborígenes en el ámbito de la EG. Se desprende del artículo que

“…en J. J. Castelli hacen falta dos cosas: DINERO (o todo lo que se necesita

comprar). También hace falta GENTE que enseñe a los Tobas el manejo de ese

dinero y su empleo correcto, para que el Toba pueda aprender a administrarse sólo

[…] nuestra [tarea] es una misión que debemos cumplir lo mejor posible,

269 Ibíd., p. 3. 270 AICA, “Los problemas sociales del norte en el informe de un grupo misionero”, en: G/RP Año 76, Nº 4,

Abril 1971, p. 44.

75

sintiéndonos un poco responsables de la miseria que viven nuestros hermanos: LOS

TOBAS.”271

Apenas dos meses antes de la realización del Sínodo de 1971, aparecían publicados

dos breves artículos: uno de ellos, sin firma, se titula “Alimenta a los hambrientos”; del

mismo transcribimos parte de los últimos párrafos:

“El compromiso de nuestra iglesia con el problema del hambre se da gracias

al irresistible crecimiento del espíritu de Cristo dentro de los corazones de la gente y

su fe en El como su Salvador. […] Lo que es necesario en nuestra iglesia es un gran

sentido de conciencia sobre lo que el hambre está haciendo en las vidas de tantas

personas y la aterradora amenaza que el hambre plantea a todo el mundo”272

En la misma página un artículo bajo el título Concientización comienza planteando:

“Mucha de nuestra gente no se da cuenta realmente de lo que está

sucediendo a tantos hermanos y hermanas a través del mundo. Ellos no sufren el

cansancio de la caridad. Su cansancio nace del aburrimiento. Lo que es necesario es

el estridente sonido de alerta […] Cada congregación y cada parte de ella —hombre,

mujeres, niños— deben estar envueltos en el compromiso cristiano y eso incluye una

respuesta al problema del hambre en el mundo. La salud de la iglesia se refleja en el

volumen y la caridad de esta respuesta…”273

El autor además recomienda que las acciones de la congregaciones deberían incluir:

“Instar a una acción apropiada a la Asamblea General de la Naciones

Unidas y al Congreso de los Estados Unidos.

Servicio y liderazgo a nivel comunitario.

Participación en las campañas locales contra el hambre.

Conducir grupos de discusión sobre el problema de la pobreza, hambre,

producción de alimentos, superpoblación y temas similares…

271 “Operativo ‘Toba’”, en: G/RP Año 76, Nº 5, Mayo 1971, pp. 62-63 272 “Alimenta a los hambrientos”, en: G/RP Año 76, Nº 8, Agosto 1971, p. 123. 273 Werner H. Kunz, “Concientización” G/RP Año 76, Nº 8, Agosto 1971, p. 123.

76

Los gobiernos, estimulados generalmente por su interés en sí mismos

frecuentemente fallan en sus responsabilidades hacia la gente. Los cristianos

comprometidos con Cristo no pueden soportar esto. Ellos son Sus manos. El los

querría ver tomando su lugar en los grandes centros del dolor.”274

Sería muy importante poder constatar el marco referencial de este artículo, pero en

este caso no contamos con notas aclaratorias sobre el origen del autor.

274 Ibíb., p. 123.

77

La XXIVª Asamblea General y Sinodal Ordinaria (Sínodo 1971)

A partir del Sínodo de 1968, tanto la CPP275 como las conferencias distritales fueron

trabajando “en torno al lema ‘la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y su camino en los

próximos años’”276. De esta reflexión surge el lema de 1971: “Discernir cuál es la voluntad

de Dios”. Uno de los aportes más significativos, desde nuestra perspectiva, es el realizado

por el pastor Dr. Rodolfo Obermüller en el acto de apertura de la Asamblea. Bajo el título

“Rumbos y Rutas” 277 en su ponencia afirmaba entre otra cosas:

“…Uds. han viajado durante largas horas y han llegado aquí en esta hora

crítica para la Nación Argentina ⎯ para estar juntos en una asamblea que debe

buscar rumbos, orientaciones, definiciones de la futura marcha de nuestras comunidades, y que debe señalar rutas, caminos, picadas para responder al desafío del porvenir de Cristo.”278

Obermüller llamaba a los participantes a abrirse a la realidad diciendo:

“No debemos mirar un circuito televisivo cerrado con imágenes de asuntos domésticos. Necesitamos perspectivas más amplias. Nuestro orden del día se llenará con cosas de amor al prójimo, nuestro camino cruzará las rutas ensangrentadas del mundo latinoamericano, Dios se interesa por todos los hombre que ha creado y no limitaría su amor, reservándolo pura y exclusivamente para nuestras asociaciones religiosas […] nuestra ambición debe ser, pues cumplir con el destino cristiano de dar un mensaje profético, como hijos de Dios guiados por su Espíritu…”279

Compara el proceso a llevar adelante en la asamblea con la situación de viajar por

una ruta conocida hacia un lugar definido pero en medio de un banco de densa neblina que

275 El cuerpo pastoral de la IERP estaba compuesto en 1971 por 40 pastores activos, 28 Alemanes y 12 ‘nativos’ de la cuenca del Plata, 3 vicarios y 7 estudiantes de teología. Informe Sinodal 1971, p. 71.

276 “XXIVª Asamblea General y Sinodal Ordinaria. 8-13 de octubre de 1971, Olivos–Buenos Aires” (Informe Sinodal 1971). IERP, Buenos Aires, 1972, p. 63.

277 Ibíd., p. 43-45 [47-48 en alemán] Fue publicada además, en: G/RP Año 77, Nº 1-2, Enero-Febrero 1972, pp. 2-5.

278 Ibíd., p. 43. 279 Ibíd., p. 43.

78

no cierra el paso; la asamblea está ante la situación de decidir entre esperar cómodamente o

avanzar, cautelosamente, con riesgo y decisión. Obermüller invita a los participantes a que

así como Pedro (Jn 13,36) y como Tomás (Jn 14,5) —para discernir cuál es la voluntad de

Dios— se pregunte los unos a los otros “para ayudarnos mutuamente y confiemos en la

acción del Espíritu Santo, que guía a la iglesia”280.

“…lo que está en juego es nuestra ubicación como grupo especial nacido por la inmigración colonizadora y como iglesia evangélica en la sociedad latinoamericana 1971 y en adelante, la razón de ser aquí y ahora […] Nuestra razón de ser es la proclamación del Evangelio de la Vida en Jesucristo. La razón de ser aquí y ahora existe si nos movemos rumbo a proclamarlo aquí y ahora, a proclamarlo con palabra y acción”281

Obermüller plantea el problema del éxodo rural, por ejemplo en Entre Ríos, y los

problemas que esto provoca a las personas al cambiar su entorno: tradicional, en su marco

comunitario, y en el ámbito laboral insertándose en la industria. Estos cambios desafían a la

Iglesia que debe optar entre aceptar o rechazar “transformaciones tan dolorosas.”282 Agrega

además que antes que el éxodo rural se acentuara habían intervenido en los cambios en

Latinoamérica

“trabajando en las colonias, sudando en salvas y picadas […] en nuestros hogares había madres que mandaban a sus hijos a la escuela y a la vez lo educaban en su hogar con todos los valores de la mejor herencia de sus familias. Hoy en día se nos discute el derecho de conservar tradiciones y se pone en duda hasta el valor de nuestro trabajo productivo; y por esto se nos exige otra nueva integración”283.

¿Qué nos une en 1971? Según el autor, el Evangelio mismo a pesar de las

contradicciones que polarizan a la iglesia en esos días.

280 Ibíd., p. 43. 281 Ibíb., pp. 43-44. 282 Ibíd., p.44. 283 Ibíd., p. 44.

79

“…Pueden chocar entre si los de 20 años y los de más allá de 50, o quienes conservan la herencia de sus antepasados con los que se emancipan, o los revolucionarios con los desarrollistas, los promotores de una integración total e instantánea con los defensores del carácter tradicional de nuestra iglesia… En esta profundidad veo radicar el dilema y la solución […] si los unos condenan a los demás al silencio, limitan al evangelio. Si seguimos escuchándolo y hablándonos soportaremos con esperanza una vida conflictuada […] estamos sufriendo una crisis que fue desencadenada por varias causas y revela un cambio radical en las razones de ser y de objetivos concretos […] El porvenir es el Señor Jesucristo mismo, él marca el rumbo hasta que venga. 1 Cor 11,26.”284

Obermüller resaltando los términos Asamblea y Sínodo (marchar por un camino

común) trabaja tomando Rom 12,2 como referencia “Transformaos por medio de la

renovación de vuestro entendimiento para discernir cuál es la voluntad de Dios”285

“‘Es candente el problema de la renovación espiritual con todas sus implicaciones, máxime se trata de la concientización y agilización de los miembros de las congregaciones para la reducción de tradiciones, costumbres y prejuicios retardantes y la capacitación para un responsable servicio a Dios…’ El pastor de hoy está en medio de una congregación dividida e insegura, que disminuye en número y se ausenta más y más del culto” 286.

Obermüller concluirá afirmando que los grupos de trabajo en el sínodo deberán

iluminar la acción de cada congregación para los años siguientes, colocando en esta misma

línea sus recursos para servir a un “mundo tan necesitado”287.

Según el Informe del presidente de la Junta Directiva288:

“El lema de la asamblea de este año no nos ofrece ninguna respuesta. En cambio, nos dispone a la búsqueda sincera y apasionada por entender los propósitos

284 Ibíd., pp. 44-45. 285 Ibíd., p. 45. 286 Ibíd., p. 45. La cita interna hace referencia a una carta circular enviada por el director de estudios de la

CPP. 287 Ibíd. p. 45. 288 Fue publicado además, en: G/RP Año 77, Nº 1-2, Enero-Febrero 1972, pp. 6-9.

80

y las órdenes de Dios para la comunidad de nuestras congregaciones […] nos vemos confrontados cada vez más, en esta región nuestra del plata, con nuevas exigencias y perspectivas de misión, diaconía y confraternidad ecuménica, de modo que resulta imperioso una actualización de nuestros conceptos, costumbres, proyecciones…”289.

El presidente Heinz Joachim Held describe la situación de la IERP diciendo:

“…estamos envueltos en el proceso de maduración, determinados a asumir la plena responsabilidad ‘de dar testimonio como Iglesia de Cristo en los países de la cuenca del Plata’…[…] Este proceso que ahora lleva exactamente 15 años, contados desde 1956, no debe interpretarse de ningún modo en términos meramente externos […] se trata, en efecto, del crecimiento espiritual en la fe y el compromiso con Cristo Señor […] Hace falta que se inicie en nosotros un proceso de conversión a Jesucristo, único Señor y Salvador de su iglesia, y que así nos convirtamos en Iglesia, pueblo suyo y a su disposición en nuestros países […] El proceso de ‘Kirchwerdung’290 nos confronta con cuestiones esencialmente espirituales y religiosas, por no decir teológicas. Estamos lejos de haber encontrado una respuesta a esta inquietud que responda a la voluntad de Dios aquí y ahora…”291

Al evaluar la preocupación por la dimensión estructural de la iglesia diciendo que:

“la mayor parte de nuestras energías dentro del tan mentado proceso de la ‘Kirchwerdung’ [fueron dedicados a la estructura con la] suposición más clara o inconsciente que claramente formulada, de que asegurados los elementos externos de la vida y de la acción de nuestra iglesia, esa vida y acción se darían sin duda alguna”292.

Al confrontar esta situación con Mt 6,31-33 concluye que la preocupación central de

la verdadera iglesia debe ser: “la inquietud por la promoción de la soberanía de Jesucristo y

de su justicia en nuestro mundo, y nuestro sometimiento a la misma”293

289 “Informe del presidente de la Junta Directiva”, en: Ibíd. p. 62. Se contrapone el lema de 1971 con el de 1959: “Nos proponemos ser iglesia”, 1962: “Ustedes son la sal de la tierra”, 1965: “Ustedes serán mis testigos”, 1968: “Llamados a servir”, 1971 es “Discernir cuál es la voluntad de Dios”.

290 En la pág. 63 relaciona este término, que podríamos traducir como ‘llegar a ser iglesia’, con “asumir la plena responsabilidad ‘de dar testimonio como Iglesia de Cristo en los países de la cuenca del Plata’”.

291 Ibíd., pp. 63-64. 292 Ibíd., p. 64. 293 Ibíd., p. 64.

81

En el campo ecuménico294, Held menciona que deben tomar como criterio de acción

las palabras de 1 Jn 4,18:

“Pese a la tradicional conciencia ecuménica de nuestra iglesia […] no nos resulta tan fácil entrar en el campo concreto del pensar y actuar ecuménico en nuestra región rioplatense […] No cabe la menor duda de que estamos llamados a reinterpretar el famoso lema de nuestra Asamblea de 1959 ‘Wir wollen Kirche werden’ en término de ‘iglesia con otros’ y de este modo poner en práctica nuestras convicciones ecuménicas”295

Este ser ‘iglesia con otros’ no sólo se expresa en la educación teológica296 sino en la

acción conjunta como es el caso de la “cooperación con el Centro Evangélico de Acción

Social en Buenos Aires (ver anexo al documento N° 19), la que nos brinda las posibilidades

para una acción y planificación diaconal efectiva”297

En relación a la tarea diaconal se informa además sobre las colectas recaudadas para

obras concretas a nivel de toda la iglesia entre 1969 y 1971298. En este Sínodo se plantea al

294 La IERP participa a nivel ecuménico en los sínodos de la IECLB en 1970 y de la IELCH en el mismo año. Tiene relación con la UNELAM y participa de la “Consulta sobre la Obra de la Misión en América Latina” en Oaxtepec, México, en 1971. Es representado por Held en el Comité Central del CMI en 1969 y 1971. Participa de la V° Asamblea de la FLM en Francia (se menciona que fue trasladada ‘repentinamente’ de Porto Alegre a Europa). Participó de la “Tercera Conferencia Evangélica Latinoamericana en Buenos Aires (julio de 1969)”. Held se ha desempeñado como presidente del Consejo Directivo de FIDET desde mediados de 1969. Ibíd. pp. 76-77.

295Ibíd., p. 65. 296 El 17 de mayo de 1969 la Junta Directiva de la IERP decidió afiliarse a la “Fundación Interconfesional de

Estudios Teológicos como miembro fundador” Ibíb., p. 68. 297 Ibíd., p. 66. Sobre el CEAS, ver: “La mies es mucha los obreros son pocos”, en: G/RP Año 78, Nº 5, Mayo

1973, p. 64. 298 Las dirigidas a obras diacónicas son: “escuela primaria Alto Vera, Hohenau [Paraguay]” 4.151,94 pesos

en 1970, “la atención de los colonos germano⎯brasileños en la parte paraguaya del Alto Paraná” 1.146,42 pesos en 1970 y 5.030,25 pesos en 1971, “trabajo con los indios Tobas en el Chaco” 2,251,92 pesos en 1971, “para el Sanatorio Evangélico en Ramírez, Entre Ríos, en construcción” 3.140,98 pesos en 1971, “para los damnificados del gran sismo ocurrido en el Perú en mayo de 1970” 10.507,90 pesos. Ibíd. p. 70. El grupo que trabajar sobre el Doc. N° 11 “relaciones ecuménicas” entre otras cosas afirma: “Expresamos nuestra alegría por la colaboración ya existente con otras iglesias en el campo de las obras diaconales, como por ejemplo: el Centro Evangélico de Acción Social en Buenos Aires, el Centro Social Alberto Schweitzer en el Puerto Nuevo de Buenos Aires, la Ayuda a los Leprosos, y nuestra colaboración con la Sociedad Alemana de Beneficencia. Apoyamos la estimulación de nuevos proyectos en conjunto, por ejemplo la

82

mismo tiempo un tema que ira tomando fuerza en los años siguientes hasta convertirse en

una de las preocupaciones más claras a nivel socioeconómico. Nos referimos a la realidad

de los Colonos que inmigraron desde el Brasil hacia Misiones (Argentina) y la región este

del Paraguay. La IERP aporta “tres mil marcos alemanes anuales por un período de cinco

años” para la atención pastoral de los “colonos germano–brasileños de confesión evangélica

en la región paraguaya del Alto Paraná […] se hace necesaria la organización de su atención

pastoral”299, que hasta esa fecha estaba a cargo de un pastor de la IECLB con sede en Foz

do Iguaçu.

De las resoluciones propuestas por el grupo de trabajo Nº 4300 creemos importante la

que afirma:

“Que la Asamblea de su beneplácito a la suscripción, por parte del presidente de nuestra iglesia, de la carta de los líderes eclesiásticos dirigida al Señor Presidente de la República Argentina y a los tres Comandantes en Jefe, del mes de marzo ppdo. (ver documento N° 17301) […] es aprobada con tres votos en contra y 16 abstenciones”302

Otro de los temas muy discutido durante este Sínodo fue la formación de laicos, al

respecto, del acta se desprende que ya existían en muchas congregaciones la participación

de laicos en el servicio religioso, pero sin una preparación adecuada. Intentando revertir esta

ampliación del hogar ‘Los Pinos’ en Buenos Aires por un anexo de una sección de asistencia permanente” Ibíd. p. 93.

299 Ibíd. p. 75. en el Sínodo de 1977, en la IV sesión se aprueba que “la Conferencia Sinodal de prioridad en cuanto a la estrategia a tomar frente a las vacantes pastorales, a dar mayor fluidez a los problemas financieros a toda la zona comprometida en la parte Este del Distrito Norte, principalmente a la zona llamada 'Paraguay Este'” La decisión fue muy discutida. En el proceso de la misma se declaró zona de misión a esta región que contaba con más de 250 familias en sólo dos de las comunidades. Informe Sinodal 1977, pp. 217-218.

300 El informe es presentado por el señor Kurt Hoenig en la ‘tercer sesión plenaria’ el 12 de octubre de 1971, Se recibe sin observaciones. Informe Sinodal 1971, p. 105.

301 Se refieren al punto 2 del documento N°17 en el que se explica el carácter del pedido “que la pena de muerte no fuera introducida en el Código Penal”. Ver también: “Evangélicos se expresan contra la pena de muerte en Argentina”, en: G/RP Año 76, Nº 6, Junio 1971, p. 84.

302 Ibíd., p. 109.

83

situación se recomienda la utilización de los cursillos de capacitación laica ofrecidos por la

FIDET, que hasta ese momento “encontraron poco eco en los miembros de nuestras

congregaciones…”303. En 1974 este tema continuará presente en el informe del Pastor

Presidente, en el mismo afirma que:

“Hace falta despertarnos a una autentica mayordomía cristiana que nos transforme de meros consumidores del evangelio a sus comprometidos promotores en nuestro medio. Este convencimiento nos ha llevado a considerar como un tema prioritario, para los años por venir, el de la capacitación de los miembros de nuestras congregaciones”304.

Ya en 1972 los artículos surgidos en G/RP comienzan a mostrar una clara

preocupación por la realidad social que se vivía en ese período de transición política. En

Abril de este año se publican dos artículos que quisiéramos destacar.

El primero es una meditación bíblica de Bruno Knoblauch sobre 1 Cor 6:14:

“Nuestra forma de pensar y nuestras costumbres de vida en el siglo XX más que nunca se apartaron de la resurrección como lo expresa el texto del encabezamiento […] Estas formas modernas de resurrección sólo habla de revivir el cuerpo. Una de la muertes más trágicas de nuestros días no es precisamente la muerte física sino la Espiritual. Está aquella persona que va todos los días a su trabajo caminando por la mismas veredas, haciendo los mismos gestos de saludo, sumiéndose en una rutina cotidiana que se repite invariablemente. ¿No hará falta algún tipo de resurrección? ¿Y que hay del pobre y sin trabajo —que los hay tantos en nuestro país—? Encontrar trabajo y poder llevar una vida ordenada es también una resurrección. […] Tanto se habla de terminar de una vez por todas con la pobreza en el mundo. Tenemos los medios para hacerlo. Pero, somos nosotros quienes de mil modos impedimos que esto se realice. […] Pues, si alguien es injustamente atacado y no le defendemos, si alguien es oprimido y no hacemos nada por remediarlo, estamos matando y destruyendo […] Si tenemos en menos la

303 Ibíb., pp. 90-92. 304 Informe Sinodal 1974. p. 460 (el subrayado es parte del texto original) Recomendamos ver José M. de

Llanos, “Ataque contra el lujo”, en: G/RP Año 77, Nº 9, Septiembre 1972, pp. 153-154

84

dignidad de nuestro hermano o con el silencio permitimos que perdure la injusticia que lo oprime, también nosotros somos destruidos y estamos faltos de resurrección”305

En el mismo número Carlos T. Gattinoni, obispo de la Iglesia Evangélica Metodista

Argentina, escribe un artículo sobre el pacifismo y su relación con la reconciliación:

“…No se trata de neutrales en toda circunstancia, […] Donde hay estructuras de opresión (económicas, políticas o militares) que crean conflictos entre opresores y oprimidos, no puede efectuarse la reconciliación, dejando en pie las estructuras de opresión. Estas han de ser atacadas y modificadas. Entre tanto el pacifismo no puede sino estar de parte de los oprimidos”306

El artículo continúa ampliando el concepto de objeción de conciencia “contra toda

forma de actividad que se enrede con la injusticia y se torne opresiva”307.

En diciembre de 1972 un artículo extraído de El Mensajero es presentado diciendo:

“Tantas veces lo hemos oído: ‘¡La fiesta de navidad está comercializada!’. Queremos analizar esta comercialización y para ello publicamos un comentario del libro de Julio Mafud ‘Los argentinos y el STATUS’”308

El artículo levanta datos sociológicos sobre la actitud ante el consumo y la situación

de los sectores obreros que no trabajan más para elevar su Status sino simplemente para

vivir, pero se destacan además algunas Cifras de un desequilibrio:

“Con energía señala Mafud el desequilibrio social, económico y cultural en nuestro país. […] En suma: creemos que el libro de Mafud es un excelente comentario sociológico a la advertencia de Cristo: ‘No se puede servir a dos señores, a Dios y a las riquezas’ (Mateo 6,24)…”309

305 Bruno Knoblauch, “La presencia de la Resurrección en nuestra vida”, en: G/RP Año 77, Nº 4, Abril 1972, p. 53.

306 Carlos T. Gattinoni, “Redefinición de la injusticia”, en: G/RP Año 77, Nº 4, Abril 1972, p. 56. 307 Ibíb., p. 56 308 “Los Argentinos y el ‘Status’” en G/RP Año 77, Nº 12, Diciembre 1972, pp. 224-225. 309 El texto afirma por ejemplo que existen “‘ocho millones de habitantes concentrados en los 3.000 Km2 del

Gran Buenos Aires y sólo catorce millones en los 2.773.000 Km2 del resto del país’ […] ‘550.550 millones

85

En marzo de 1973 se realizaban las elecciones en Argentina. A propósito de estas la

G/RP difunde un mensaje de la Junta de la FAIE titulada Carta al pueblo evangélico

argentino, con fecha 11 de enero de 1973, ésta es un llamado a la responsabilidad cívica del

Cristiano310. En Agosto de ese mismo año se hace eco de un pronunciamiento de la

Comisión Ejecutiva del Consejo Regional Bonaerense de la Iglesia Evangélica Metodista

Argentina contra la política de juego por dinero especialmente el Prode311. En el

pronunciamiento afirman que: “lejos de favorecer o beneficiar a la sociedad como se

pretende disfrazarlo, se están beneficiando con el Prode a grupos o sectores de poder

económico”312. Afirmando además que “el Prode es una ‘cortina de humo’ en cuanto a la

manera de querer solucionar los problemas sociales”313.

En octubre de 1973 E. Bösenberg reflexiona sobre la visión dualista de la sociedad

que ve al rico como malo y al pobre como bueno. Desarrolla algunas reflexiones sobre la

realidad injusta que se vive en relación a los gastos onerosos de los ricos sin contemplar la

necesidad de quienes los rodean, haciendo extensiva ésta realidad a las mismas

congregaciones.314

La conferencia regional del Distrito Entre Ríos de la IERP trató en septiembre de

1973 el tema: ¿Qué espera la Congregación de su Pastor y qué espera el Pastor de su

Congregación?. La primer exposición, a cargo del profesor Monti de ISEDET, fue sobre la

de pesos depositados en cuentas bancarias de la Capital Federal y apenas 350.000 millones depositados en el conjunto de las 22 provincias’ ‘La mortalidad infantil es de 60 por mil en el país, en el noroeste argentino alcanza al 330 por mil’”. Ibíd., p. 225.

310 “Responsabilidad cívica del Cristiano”, en: G/RP Año 78, Nº 3, Marzo 1973, p. 22. 311 Prode es el “Pronostico Deportivo”, un juego de azar en que se apuesta sobre los resultados de los partidos

oficiales de la liga nacional de fútbol en Argentina. 312 Comisión Ejecutiva del Consejo Regional Bonaerense de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina,

“Prode en Argentina”, en: G/RP Año 78, Nº 8, Agosto 1973, p. 124. 313 Ibíd., p. 124.

86

realidad económica y política de la Argentina y América Latina, que el expositor caracterizó

“esencialmente por la relación de dependencia de América Latina del Llamado ‘Primer

Mundo’, esto es las naciones altamente industrializadas de Europa y los EEUU”315. El texto

continúa relatando lo expuesto por el profesor Monti en las cuestiones económicas y

políticas de la Argentina en septiembre de 1973.

314 Enrique Bösenberg, “Ni blanco ni negro”, en: G/RP Año 78, Nº 10, Octubre 1973, pp. 161-162. Un artículo relacionado temáticamente es: F. Casá, “¿Dónde ponemos a Dios y dónde el dinero?”, en: G/RP Año 78, Nº 3, Marzo 1973, p. 21.

315 Alberto Rieger, “¿Qué espera la Congregación de su Pastor y qué espera el Pastor de su Congregación?”, en: G/RP Año 78, Nº 11, Noviembre 1973, pp. 183-184.

87

1974: Comprometidos por el Evangelio 316

En marzo de 1974 Juan Pedro Schaad reflexiona sobre el proceso de juicio y

crucifixión de Jesús desprendiendo de ello algunas preguntas que citamos:

“…Nosotros, como participantes de un sector del cristianismo, ¿representamos el orden religioso viejo o proponemos un cambio total, tal como lo hizo Jesús? […] Como cristianos hijos de Dios ¿Que importancia le damos a los marginados de nuestro tiempo? Cuantas veces oímos decir ‘¡que se embromen! ¿por qué no trabajan?’ Con esta actitud ¿podemos llamarnos cristianos? […] Jesús era amigo de los pobres, no porque se sentía incapaz de atraer a los ricos sino porque se ponía del lado de los oprimidos y abandonados para construir desde allí el nuevo orden en justicia, amor y fraternidad […] Hoy, año tras año, se vuelve a matar un poco de Jesús donde hay hombres que luchan por un orden de las cosas más justas, por una liberación social, económica, cultural y espiritual y que por eso son perseguidos, por aquellos a quienes esta manera de vivir liberados nos les gusta porque sus intereses egoístas no se lo permiten. La esperanza nuestra ha de estar en la resurrección, en la fuerza nueva que nos impulsa a luchar por todo aquello por lo que Jesús tuvo que morir. Él está vivo y eso nos ayuda.”317

En el mismo número de marzo, un pequeño artículo informa sobre la ayuda a los

refugiados políticos provenientes de Chile en Mendoza. Los refugiados políticos escapaban

del golpe de estado encabezado por Pinochet en septiembre de 1973318. Esta ayuda apoyada

316 “‘Comprometidos por el Evangelio’ (Mt. 6,33) Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”, es lema de la “IIª Asamblea General y XXV Sinodal Ordinaria. 24-28 de octubre de 1974. Villa Ballester–Buenos Aires” (Informe Sinodal 1974) IERP, Buenos Aires, s/f. Vol. I: Informe, Vol. II: Documentación Preparatoria.

317 Juan Pedro Schaad, “Cuaresma 1974”, en: G/RP Año 79, Nº 3, Marzo 1974, pp. 25-26. 318 Al respecto consideramos importante recordar el cisma sufrido por la Iglesia Evangélica Luterana de Chile

(IELCH) cristalizado en junio de 1975 con el nacimiento de la Iglesia Luterana en Chile (ILCH). El proceso de ruptura nace con el polémico posicionamiento de algunos pastores y laicos a favor de la decisión del presidente chileno, Salvador Allende, de implementar una reforma social que afectó seriamente los intereses de muchos latifundistas y empresarios pertenecientes a la IELCH, y cuyas propiedades fueron expropiadas. El conflicto se agravó tras el golpe de estado en septiembre de 1973, momento en el que un sector de la IELCH afirma que es tarea de la Iglesia la ayuda a los perseguidos políticos, sin importar su ideología, considerándolos en su dignidad como seres humanos creados por Dios. Prien, op. cit., pp. 754-760.

88

por organismos internacionales, se realiza por amor cristiano “aun cuando no compartimos

las convicciones políticas, religiosas o éticas de los hermanos necesitados…”319

La problemática social estaba siendo discutida de una u otra forma. En ese marco se

implementa una resolución del Sínodo de 1971, los cursos de preparación de laicos. Una

síntesis de las exposiciones realizadas en el IVº Curso de Preparación de Laicos en Martínez

es lo que se comparte en agosto de 1974. El tema del curso era “La responsabilidad política

de la comunidad cristiana”320. Citamos el último párrafo anexando luego todo el documento:

“Toda acción y responsabilidad política conscientes han de tomar en cuenta esta situación [de dependencia en la relación Norte–Sur] en el sentido de una mayor justicia. Para asumir pues una responsabilidad política como cristiano y como comunidad cristiana, es necesario establecer una cierta combinación entre la praxis cristiana, cuyo marco de referencia siempre debe ser el Reino de Dios, y la interpretación o explicación de nuestra situación actual. Ante esta situación de dependencia y marcada por tantas injusticias, es imposible que el cristiano consciente cierre sus ojos y no quiera realizar la voluntad de Dios.”321

En agosto de 1974 se reúne la Conferencia Regional de Entre Ríos. En esa instancia

redactan y envían una solicitud a la Iglesia Evangélica en Alemania: “para que apoye la

solución de la crisis creada por la ruptura de los contratos de comercialización del Mercado

319 “Acción de Ayuda para Fugitivos de Chile”, en: G/RP Año 79, Nº 3, Marzo 1974, p. 30. En la misma edición encontramos una entrevista al presbítero José Czerepak “conocido en nuestra zona por su dedicación a los problemas de la sociedad”: “Los cristianos y la política”, en: G/RP Año 79, Nº 3, Marzo 1974, pp. 28-29. En un articulo del mismo número se afirma que “la iglesia debe preocuparse de como se hace política” Axel Alt, “¿Puede la Iglesia preocuparse por la política?”, en: G/RP Año 79, Nº 3, Marzo 1974, p. 33.

320 René Krüger, “La responsabilidad política de la comunidad cristiana”, en: G/RP Año 79, Nº 8, Agosto 1974, pp. 126-128. Sobre este tema ver: “Lutero frente a los problemas sociales”, en: G/RP Año 79, Nº 4, Abril 1974, pp. 48-49. Harmut Winkler, “La ascensión del Señor”, en: G/RP Año 79, Nº 5, Mayo 1974, p. 65.

321 Ibíd., p. 128.

89

Común Europeo con nuestro país”322. El texto de la solicitud es bastante puntual, pero

destacamos uno de los conceptos que se presenta como una llave interpretativa:

“…sabemos que los cristianos evangélicos, a través de Pan para el Mundo, y la RFA a través de la Oficina Central para el Desarrollo […] participan en proyectos de diversa índole en nuestro país. No puede ser que lo construido por un lado se destruya por el otro”323

La IIª Asamblea General y XXVª Sinodal Ordinaria(Sínodo 1974)

El Sínodo de 1974, se realizó en Villa Ballester (Buenos Aires). De este Sínodo

rescatamos algunas ponencias y el mensaje a las congregaciones. En el Informe del

Presidente de la iglesia, se rescata la carta del distrito Entre Ríos a la Iglesia Evangélica en

Alemania324 agregando:

“La Junta Directiva tomo conciencia de esa carta apoyando su contenido. También en este caso se trata de una acción en favor del prójimo, motivado por el amor. Personalmente creo que es una forma de practicar la comunidad entre las iglesias hermanas, de informarse mutuamente sobre los problemas que han surgido, y pedir se considere debidamente cuando la otra parte tome posición o actúe. […] La Junta Directiva ruega a todas las congregaciones que nos informen sobre similares problemas de índole social y económico en nuestro medio, de manera que podamos actuar conjuntamente, también ante las autoridades en nuestros países rioplatenses”325

322 “Se trata la comercialización de la carne”, en: G/RP Año 79, Nº 10–11, Octubre–Noviembre 1974, p. 168. 323 Ibíd., p. 168. 324 Informe Sinodal 1974, p. 465, 325 Ibíd. pp. 465-466.

90

Pero la preocupación diacónica de las comunidades ya había sido abordada antes en

este informe, especialmente en relación a las decisiones tomadas en 1971 y al

91

92

ntidas> en la zona en que se realicen, que cuenten con un compromiso efectivo de los miembros y que en lo posible sean estructurados de tal modo que no absorban administrativamente el trabajo <pastoral> de los pastores’ (26.10.1973)”326

En el citado Informe Sinodal, al referirse a la consideración del informe de la

conferencia de delegados laicos, se afirma que:

“Después de diversas aclaraciones referidas especialmente a lo presentado bajo el punto socio–político: sobre si correspondía o no a la Iglesia asumir la política, se sostuvo que no en cuanto a partidismo. Sin embargo el pastor puede identificarse pero no proclamar su posición desde su lugar de trabajo.”327

Un tema que ya había sido abordado en 1971 reaparece con la inminente creación de

cargos pastorales que atiendan la creciente migración de evangélicos brasileño⎯alemanes

al Paraguay y a la provincia de Misiones.328

La ponencia del pastor Juan Pedro Schaad “Comprometidos por el Evangelio”329 fue

presentada el 26 de octubre de 1974, en la tercera sesión plenaria de la XXV Asamblea

Sinodal330. El autor enfatiza que aquello que lo impulsa a comprometerse es el Evangelio de

Jesucristo. Al mismo tiempo este compromiso busca hacerse concreto, volcando en pro del

ser humano con su vida y su historia. De este modo el compromiso va incorporándose en

“un proyecto histórico que busca la liberación total del hombre de todas las presiones o

326 Ibíb., pp. 456-457. 327 Ibíb., p. 425. “el informe es recibido mediante votación por amplia mayoría, sin votos en contra y once

abstenciones.” Cf. Eberhard Kappler, “¿Qué esperamos de nuestra iglesia y de nuestras congregaciones con miras a la vida diaconal y la responsabilidad socio–política?”, en: Ibíd., pp. 205-210. y Kurt Hoenig, “Política Social”, en: Ibíb., pp. 211-212.

328 Ibíb., pp. 458-459. El punto 10 del orden del día de la III Asamblea General Ordinaria en 1977 reza: “Admisión de cinco nuevas entidades miembros de acuerdo con la moción presentada por la Junta Directiva: ‘Que las congregaciones de Katueté (Paraguay), Independencia–Yegros (Paraguay), Mbaracayú (Paraguay), Santa Rosa (Paraguay) y Puerto Esperanza (Argentina) sean aceptadas como miembros adherentes de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata’.” De estas congregaciones, sólo Independencia–Yegros no ha sido formada por inmigrantes brasileño⎯alemanes. Informe Sinodal 1977, p. 034.

329 Juan Pedro Schaad, “Comprometidos por el evangelio”, en: Ibíd., pp. 251-252. 330 Ibíb., p. 426.

93

manifestaciones del pecado: muerte, hambre, injusticia, violencia, inseguridad, miedo,

etc.”331

El autor afirma además que este compromiso que denuncia al pecado llamándolo por

su nombre trae aparejado el hecho de que se nos pongan rótulos, haciendo que este

compromiso inevitablemente tenga una tinte político ideológico. Para el autor el

compromiso encarnado en la historia se da en tres niveles interrelacionados: la

congregación, con el pueblo en general y la IERP en tanto señalero del camino a seguir.

Afirma además que su compromiso es también con el pueblo o barrio dónde vive, tratando

de incluirse y de esa forma “participando con los otros en todo tipo de actividad liberadora

del pueblo.”332

EL Mensaje de la XXV Asamblea Sinodal (1974) enfatiza, entre otros aspectos, que:

“…Nuestra fe se manifiesta en nuestra vida diaria, frente a todos los que nos rodean. […] El cristiano tiene responsabilidad por lo que sucede en la sociedad en la que vive y en la cual está llamado a dar testimonio vivo. La iglesia ha de levantar su voz de protesta contra la violencia en todas sus formas.”333

En el transcurso de 1974, René Krüger presenta el guión del audiovisual “75 años

bajo la cruz del sur”334. Este audiovisual que presenta la historia de la IERP hasta 1974,

tiene pronunciamientos muy claros sobre la situación que le es contemporánea. A partir de

la diapositiva 26 el guión nos conduce por medio de la realidad del país y por consiguiente

de las comunidades, especialmente en lo referido a la obligada migración interna desde los

sectores rurales a los grandes centros urbanos, sumando además los problemas sociales que

331 Ibíb., p. 251. 332 Ibíb., p. 252. 333 “Mensaje de la XXV Asamblea Sinodal”, en: Ibíb., p. 491-492. También publicado, en: G/RP Año 80, Nº

1-2, Enero–Febrero 1975, p. 2. Ver: Ángel Ramírez, “Según el cristal con que se mire”, en: G/RP Año 79, Nº 12, Diciembre 1974, p. 210.

94

esto trae acarreado. La temáticas de la tierra, la violencia creciente y la situación de

desprotección de los pueblos indígenas, son solo algunos de los abordados hasta la

diapositiva 59. A partir de ésta se desarrolla la historia de la Iglesia desde sus orígenes en la

cuenca del Plata hasta 1974. Consideramos relevante, además de lo ya mencionado, resaltar

que según el autor:

“Para todo nuestro trabajo en este mundo debemos prestar especial atención en el lugar en donde nos encontramos. La cuenca del Plata, el continente americano. Con todas su tradición, su cultura, el idioma, los problemas sociales y económicos. Debemos comprender el cuestionamiento que nuestro mundo nos hace hoy día, y que será más fuerte aun mañana. Las formas tradicionales de trabajo y muchas de las cosas que nos parecen seguras, serán puestas en duda. Somos desafiados a dar respuestas completamente nuevas a una situación que nos plantea preguntas y exigencias radicales. Levantar internados, escuelas, asilos, hospitales muestra de que manera estamos tomando conciencia de la situación de los demás y tratamos de ayudarlos. Pero esto es solamente el inicio, es mucho lo que nos queda por hacer. […] Implica esto que debemos descubrir más profundamente y hasta de nuevo el Evangelio de manera de poder transmitirlo y que el mundo que nos rodea comprenda y asimile el amor hacia el prójimo. […Nuestro Señor] estará con los que le siguen y cumplen su mandato en la tierra, bajo cualquier circunstancia geográfica, política, social y cultural.”335

Durante 1975 se celebra el “Año de la Mujer”, con este motivo se publica el artículo

titulado “La mujer y la educación teológica” firmado por «de ALET»: Si bien no es este el

tema que nos convoca, nos parece oportuno rescatar uno de los conceptos allí vertidos en

octubre de 1975, que el autor o la autora relaciona con la historia de la iglesia y su presente

334 René Krüger: (Guión del audiovisual) ‘75 años bajo la cruz del sur’. 1974, Mimeografiado. 16 págs. En archivo del Autor.

335 Ibíb., p. 16.

95

en el mundo afirmando que “la liberación de la mujer no se lograra a menos que se libere al

hombre, porque la liberación de la mujer es la liberación de la pareja”336

En el primer número de 1975 la G/RP publica algunas Recomendaciones surgidas de

la reunión realizada en Buenos Aires, en octubre de 1974, por un grupo de dirigentes de las

iglesias latinoamericanas miembros del Consejo Mundial de Iglesias. Dicho grupo

recomienda bajo el subtítulo Derechos Humanos:

“Que se difunda ampliamente el texto de la Declaración Universal de Derechos Humanos proclamada por las Naciones Unidas y que la Iglesia, y en particular las iglesias de América Latina, proclamen su mensaje y hagan denuncia profética de la violación de los derechos humanos, en la seguridad de la victoria final de Jesucristo sobre las fuerzas del mal. Que se solicite al CMI que pida a sus iglesias miembros en los países desarrollados que protesten por la acción de organizaciones para–gubernamentales que violan los derechos humanos en América Latina.” 337

La violencia social llevó al episcopado argentino a difundir el documento Mensaje

al pueblo argentino en diciembre de 1974. La G/RP se hace eco de este documento en un

artículo de Felix de Gaztelu que, tras resumir los conceptos centrales del mismo, afirma:

336 de ALET, “La mujer y la Educación Teológica”, en: G/RP Año 80, Nº 10, octubre 1975, p. 170. Ya en 1971 uno de los grupos de trabajo del Sínodo afirmaba “Se acepta la posible contratación de mujeres en el servicio pastoral de la IERP”. Esta es la respuesta al punto 2 del Doc. N° 15, en: Informe Sinodal 1971, p. 90. En 1974 el pastor presidente informa que: “…este tema fue objeto de discusión en varios niveles y en diferentes oportunidades. Prácticamente hemos llegado al acuerdo de que mujeres pueden llegar al ministerio ordenado en nuestra Iglesia. Por lo tanto, la Junta Directiva, ante una consulta al respecto, declaró ‘su intención de extender el ejercicio del ministerio pastoral a la mujer. Consecuentemente propenderá a que mujeres debidamente preparadas, puedan desempeñar el pastorado en la IERP. Para ello estudiará las vías, medios y requisitos que su implantación demandará ante casos concretos’ (21.3.74)”, en: Informe Sinodal 1974, p. 464.

337.“Recomendaciones”, en: G/RP Año 80, Nº 1-2, Enero–Febrero 1975, pp. 4-5. En noviembre de este año en la sección ‘Noticias’ se informa que una bomba estallo en el templo metodista de Mendoza en el centro de la ciudad. Entre otros datos menciona que “la sede policial está al otro lado de la Plaza Independencia, a sólo unos 150 metro del templo. En este lugar funciona el Comité Ecuménico de Acción social que a dado asesoría legal, atención medica y pastoral a cientos de refugiados chilenos…”, “Bomba estalla en Templo Metodista Argentino”, en: G/RP Año 80, Nº 11, Noviembre 1975, p. 192.

96

“No sabemos hasta dónde este estremecedor documento puede llegar a agudizar la conciencia de los tratantes de la violencia. Hasta ahora no parece haberse logrado nada. sin embargo, no todos los males proceden de la facción violenta. También proceden de las altas esferas que no siempre se preocupan por oír la voz popular o de las empresas que no siempre están dispuestas a deshacerse de la fortuna amasada y repartir esa riqueza entre los necesitados.”338

Un pequeño recuadro titulado Triste realidad afirma en agosto de 1975:

“Recuerde, amigo mío, que la Declaración Universal de los Derechos Humanos es algo incomparable por su belleza y su alcance pero desgraciadamente aquellos que más necesitan saber sus derechos no pueden leerla.”339

En la misma página encontramos un artículo de R. Obermüller340 que consideramos

fundamental teológicamente, por establecer puentes entre la realidad de Bonhoeffer y la de

autor. Refiriéndose a Bonhoeffer, afirma:

“…El pastor quiere comprometerse para así abrir ojos ciegos, hablar con claridad para sordos, soltar lenguas inhibidas, capacitar manos perezosas, movilizar pies pesados. Sufre con ellos y en favor de ellos…”341

Pero las tendencias no eran unilineales en cuanto a cómo posicionarse ante la

sociedad y sus problemas. Un estudio bíblico anónimo publicado en noviembre de 1975

hace una descripción del sistema legal del pueblo judío, sosteniendo a partir de este que la

liberación sólo es posible mediante el sometimiento a una estructura vertical (“acatar la

verticalidad con convencimiento absoluto”342). Quienes no se sometan a esa estructura

social, cultural, política y económica están condenando su futuro.

338 Félix de Gaztélu, “La Iglesia Católica se opone a la violencia”, en: G/RP Año 80, Nº 1-2, Enero–Febrero 1975, p. 4.

339 “Triste realidad”, en: G/RP Año 80, Nº 8, Agosto 1975, p. 129. 340 R. Obermüller, “Piedad Cristiana y madurez humana en Dietrich Bonhoeffer”, en: G/RP Año 80, Nº 8,

Agosto 1975. pp. 128-129. 341 Ibíb., p. 129 342 “No hay Liberación sin Obediencia”, en: G/RP Año 80, Nº 11, Noviembre 1975. pp. 186-187.

97

En marzo de 1975 Bruno Knoblauch escribe una Meditación sobre Rom 6,8.11.

Citamos a continuación algunos de los fragmentos que nos resultan relevantes:

“…En una mirada amplia a nuestros países latinoamericanos, vemos que estamos viviendo tiempos sumamente difíciles […] Sus vecinos, países poderosos tal vez, los van estrangulando de a poco. Y la muerte se hace dueña al interior del pueblo, dividiendo y levantando hermano contra hermano. […] Estos poderosos señores son demasiado conocidos, pero no por ello menos señores de la muerte. La crisis económica en que se hallan los países del Plata —con sus diversos matices— crea lo que podemos llamar ‘la tentación de la muerte’.”343

El autor continuará afirmando además, que todos ‘estamos’ tentados a entrar en

‘negociados’ deshonestos en función de una acumulación que ‘nos’ hace partícipes de la

destrucción y negación de la vida. Para encontrara la vida nueva y plena en Cristo debe ser

enfrentada esta tentación.

1976

Este año para la historia Argentina moderna evoca momentos de profundo dolor y

controversia. Si algo formó parte de la realidad social en esta época fue el tema de los

derechos humanos, o mejor dicho, su no cumplimiento. Desde nuestra perspectiva —y

expresamos esto para que no se sientan sorprendidos ante nuestra selección e inclusión de

textos referidos al tema— la violación de los derechos humanos en Argentina desde marzo

de 1976 en adelante ha guardado una estrecha relación con el sistema económico neoliberal

impuesto que disparó el monto de la Deuda Externa en un 364 %. La Deuda que en 1976

rondaba los 9.700 millones de dólares, en 1983 es cercana a los 45.100 millones de

dólares344.

343 Bruno Knoblauch, “Vida auténtica y plena en Jesucristo”, en: G/RP Año 80, Nº 3, Marzo 1975. p. 25. 344 Jaime Poniachick, op. cit., p. 24.

98

En la primera edición de este año se publica una carta pastoral firmada por: Iglesia

Reformada Argentina, Iglesia Evangélica Metodista Argentina, Iglesia Evangélica del Río

de la Plata, Secretaría Nacional de Ecumenismo (Iglesia Católico–Romana), Federación

Argentina de Iglesias Evangélicas, Iglesia Discípulos de Cristo e Iglesia Presbiteriana

Escocesa San Andrés. Esta carta que en las comunidades de la IERP se leyó en diciembre de

1976 —al menos esto es lo expresado en la introducción— plantea:

“…¡cuántas cosas en nuestra realidad argentina contradicen abiertamente este propósito de Dios! Él viene hasta nosotros con un anuncio de paz, amor, buena voluntad, verdad, justicia y libertad para todos. Y nosotros nos hallamos puestos en dirección contraria como lo evidencian, entre otras cosas, las siguientes que mencionamos a continuación: El clima nacional se carga con un agudizado menosprecio por la vida y dignidad humana. La violencia destacada por signos opuestos secuestra personas, siega vidas, divide y enluta a la familia argentina en forma creciente sin que en muchos casos, se identifique a sus autores ni se los castigue. El proceso económico sume en la pobreza a sectores cada vez mayores de la población, que es hecha así objeto de una violencia de otro estilo, pero no menos real, agravada por el enriquecimiento súbito de algunos, y el empeño de muchos por lograr fáciles ganancias […] todo ello es negación abierta a esa plenitud de vida y de integridad que anuncia el Evangelio. Por lo tanto no aprobamos el empleo de lenguaje cristiano, teológico o piadoso para ocultar y justificar algunas de estas lacras morales que nos aquejan…”345

Somos conscientes que la riqueza de esta carta pastoral no acaba en lo citado, pero

creemos que ilustra el espíritu de la misma y puede expresar claramente su intención.

En el mes de marzo de 1976 aparece publicada la primera de las cinco partes en las

que se subdivide el informe de Arturo Blatezky sobre la Vª Asamblea General del Consejo

Mundial de Iglesias, realizada en Nairobi (Kenia) en 1975. El autor comunicará algo de lo

345 Iglesia Reformada Argentina, Iglesia Evangélica Metodista Argentina, Iglesia Evangélica del Río de la Plata, Secretaría Nacional de Ecumenismo (Iglesia Católico–Romana), Federación Argentina de Iglesias

99

ocurrido en este mega evento, asumiendo que lo expresado refleja su experiencia y que “los

criterios que uno verterá posteriormente a la misma [son] a título de juicio retrospectivo”346

En este marco entendemos que esta comunicación refleja también una perspectiva teológica

particular. No haremos en este caso citas extensas, aunque sí recomendamos leer

atentamente el texto intentando imaginar el contexto en el que era publicado. ¿Que decían

palabras tales como opresor, oprimido? ¿Qué alcance tenían y tienen estas afirmaciones:

“hay que reconocer que Jesús no solamente une, sino, antes de unir, divide, porque donde

hay oprimidos, también hay opresores, y de éstos nos divide Jesús, para liberar.”347? (Las

negritas corresponden a la edición original en G/RP). Cabe aclarar que estas cinco partes

fueron publicadas desde marzo hasta julio de 1976, sucesivamente una cada mes.

En la edición de junio de 1976, en un recuadro Aurelio del Bosque firma una

pequeña poesía titulada Hermano…“Dormí a la intemperie y solamente me dijiste que Dios

es nuestro amparo y fortaleza […].Estuve sin patria, sin trabajo, sin amigos y hablaste de

política internacional y de la inflación…”348

Esta poesía expresa la necesidad de una acción concreta ante las necesidades reales y

que no se límite a un análisis estructural de la situación. Si bien no queda claro quién o

quiénes dan estas respuestas, inferimos que existe implícita una demanda de acción

coherente ante la realidad.

La meditación del mes de Agosto de 1976 esta a cargo de Juan Pedro Schaad, que

afirma que vivimos en una supuesta sociedad cristiana:

Evangélicas, Iglesia Discípulos de Cristo e Iglesia Presbiteriana Escocesa San Andrés, “Apelación a los Cristianos en la Argentina”, en: G/RP Año 81, Nº 1-2, Enero–Febrero 1976. p. 8.

346 Arturo Blatezky, “Encuentro de un desencuentro”, en: G/RP Año 81, Nº 3, Marzo 1976. pp. 26-27. 347 Arturo Blatezky, “¿Quién es ese Jesucristo que libera y une?”, en: G/RP Año 81, Nº 6, Junio 1976, p. 86. 348 Aurelio del Bosque, “Hermano…”, en: G/RP Año 81, Nº 6, Junio 1976, p. 85.

100

“Las constituciones de la mayoría de los países, entre los principios, sostienen al cristianismo —católico romano— como religión oficial y exigen que en esa fe sus mandatarios juren fidelidad. Vale decir que existe un compromiso tácito entre todos —pueblo y mandatarios— cual es el de convivir y gobernar de acuerdo a las pautas que sugiere el cristianismo. […] A diario vivimos las contradicciones al evangelio: buscamos aprovechar la situación para beneficiarnos económicamente […] cerramos los ojos a la miseria de otros por comodidad […] nos refugiamos en nuestro propio mundo para no cargar con las preocupaciones de otros; sabemos que Jesús nos enseño a amar hasta a nuestros enemigos, pero vivimos bajo la pena de muerte. A pesar de ser una minoría, como cristianos evangélicos igualmente somos responsables por todo esto.”349

El autor expresa sus dudas respecto de que este cristianismo nominal actúe como tal

en vista de las situaciones de injusticia que se viven. Creemos que en estos términos

comienza a reafirmarse la necesidad de una apertura hacia la realidad de forma responsables

y coherente con el Evangelio.

No se alarmen es el título de la meditación de R. Reinich en noviembre de 1976:

“Para el hombre muchas veces todo termina [o] llega a su ‘fin’ cuando pierde lo que más quiere, lo que más ama. […] Jesús dice a sus discípulos: ‘no se alarmen’, no se dejen engañar cuando esto les suceda. Aunque haya guerras mundiales o amenazas de guerras atómicas; aunque haya subversión y represión de la misma; aunque la mitad de la población no tenga lo suficiente para comer; aunque no haya suficientes escuelas, ni alcancen los hospitales; aunque se conmueva la tierra y desaparezcan poblaciones enteras […] aunque los torturen y encarcelen por defender mi Nombre y los derechos de sus hermanos, ¡No se alarmen, no se dejen engañar, no se angustien no desesperen! ¡Todavía no es el fin! ¡No claudiquen! Pues la angustia y la desesperación quieren llevarnos a abandonar nuestra tarea antes de tiempo…“350

Reinich terminará su meditación exhortando a perseverar hasta el fin ya que nada

nos puede apartar del amor de Dios. En el mismo número de la G/RP Bruno Knoblauch

349 Juan Pedro Schaad, “La Educación Cristiana”, en: G/RP Año 81, Nº 8, Agosto 1976, pp. 125-126.

101

trabaja en un artículo por qué los cristianos debemos defender los derechos humanos.

Refleja en sus palabras la situación de la educación y la alimentación en Entre Ríos,

señalando que son derechos que no se cumplen. Afirma también que podría “enumerar la

violación a los derechos”351. Su deseo es expresar que:

“Para el cristiano, luchar por la defensa de los DERECHOS HUMANOS, es tener por norma y guía a Jesucristo. Significa, luchar ante todo por la defensa de los derechos del otro, del prójimo, y no por los propios. Así, en definitiva, también fue la acción y vida del Señor en su entrega. ¿Estamos nosotros dispuestos a comprometernos por los derechos del prójimo, en primer término? […] Pienso que la no–violencia debe marcar definitivamente la acción del cristiano. Martín Luther King puede ser un buen ejemplo de defensa de los DERECHOS HUMANOS…”352

Es importante resaltar que en los términos planteados por Knoblauch la no–violencia

es una forma de compromiso, opuesta al ¡no te metas! encubierto tras un falso pacifismo.

En diciembre de 1976, el tradicional espacio para la reflexión navideña lo ocupa

Dietrich Bonhoeffer, por medio del fragmento de una de sus cartas desde la prisión, como

dice el prólogo “desde su celda pocos meces antes de su ejecución en 1945”353

350 Rodolfo R. Reinich, “No se alarmen”, en: G/RP Año 81, Nº 11, Noviembre 1976, pp. 185-186. 351 Bruno Knoblauch, “¿Los Derechos Humanos?”, en: G/RP Año 81, Nº 11, Noviembre 1976, pp. 186-187. 352 Ibíb., p. 187. 353 Dietrich Bonhoefer, “Navidad tras las rejas”, en: G/RP Año 81, Nº 12, Diciembre 1976, p. 206.

102

1977: “Creados para buenas obras”

Sobre el período que va de 1976 a 1983, Prien afirma que se puede hablar de una

“época de silencio”354, en tanto Zorzin enfatiza que en ese período es importante “la

dimensión del deterioro socioeconómico que en apenas una década empezó a afectar a

sectores cada vez más amplios de la membresía de la IERP”355. Intentaremos ver en qué

forma estas afirmaciones se ven reflejadas en los documentos analizados.

La meditación del primer número de la G/RP en 1977 esta a cargo de Juan Carlos

Weiss, que trabaja a partir de Colosenses 3:2. Entre sus primeros párrafos se pregunta

“¿Será que los cristianos especialmente los de nuestra Iglesia Evangélica del Río de la Plata

han desviado la mira de la meta para la cual Dios nos ha colocado en este tiempo?”356. Si

bien el autor sospecha que muchos de los conflictos de los últimos tiempos están originados

en que “una gran mayoría no dispone de los esencial para su subsistencia digna como

criatura de Dios”357, el problema está en que ambos sectores dirigen su atención a aquello

que es perecedero. Concluye diciendo:

“…Si todo nuestro pensar y actuar en 1977 está determinado por Él, nuestras relaciones con los demás se transformarán, porque Él es el que transforma nuestra manera d ?? ros valores distintos a los del

ros valores distintos a los del

mundo, no expresa una crítica a la riqueza en tanto producto de una injusta distribución de

las riquezas. Al englobar bajo una misma actitud cultural a ricos y pobres, está también

354 Prien, op. cit., p. 896. 355 Alejandro Zorzin, en: RP Año 105, Nº 6, Junio 2000, Suplemento Centenario, p. 53. 356 Juan Carlos Weiss, “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”, en: G/RP Año 82, Nº 1-2,

Enero–Febrero 1977, p. 1. 357 Ibíd., p. 1. 358 Ibíb., p. 1.

103

negando los reclamos justos de estos últimos. ¿Es posible inferir a partir de estas líneas, una

oposición ante la propuesta de Schaad y Krüger expresadas en 1974 —referidas al

compromiso con el entorno en que nos encontramos—?

En junio de 1977 la G/RP se hace eco del Documento final de la Conferencia

Episcopal Argentina reunida en San Miguel (Prov. de Buenos Aires) en mayo de 1977. El

documento es publicado “levemente comprimido”359, a pesar de esto no pierde fuerza lo

planteado en éste sobre la realidad social y la demanda por el respeto a los Derechos

Humanos. Se mencionan: la desaparición de personas, la tortura y la imposibilidad de

defenderse para muchos detenidos, aunque también afirman que: “conocemos y valoramos

el esfuerzo de gobernantes y funcionarios, de su entrega y desinterés al servicio de la

Patria…”360

Bajo la sección Noticias, se dice:

“Buenos Aires.– Raúl Osvaldo López, hermano del líder ecuménico Mauricio López que fue secuestrado de su hogar en Mendoza el día primero del año, ha presentado junto con otras personas una petición a la Corte Suprema de Justicia solicitando que este tribunal actúe para que los jueces y cámaras federales de apelación den respuesta a los recursos de habeas corpus interpuestos a favor de personas desaparecidas. La petición hecha a favor de 413 personas desaparecidas, se queja de que las gestiones realizadas no han tenido resultado alguno. Añade que esta situación ‘refleja el grave debilitamiento de la protección estatal del derecho a la vida’.…”361

De una u otra forma la temática de los Derechos Humanos esta instalado en el

ámbito de la IERP, y si bien su discusión explícita surgirá a inicios de los ‘80, algunos

sectores ya estaban claramente comprometidos desde mediados de la década del ‘70.

359 “Los obispos argentinos analizaron problemas de la hora”, en: G/RP Año 82, Nº 6, Junio 1977, pp. 88-89. 360 Ibíb., p. 88.

104

La XXVIª Conferencia Sinodal y IIIª Asamblea General Ordinaria (Sínodo 1977) 362

Del 8 al 9 de octubre de 1977 se realiza el Sínodo de la IERP en Gral. Ramírez

(Entre Ríos) El lema del mismo fue: “‘Creados para buenas obras’ (Efesios 2,10)

Mayordomía cristiana – nuestra responsabilidad ecológica y económica”.

En esta Conferencia Sinodal, el 11 de octubre de 1977 por la tarde, el Dr. Jochen

Bloss (delegado laico de Córdoba) presenta una ponencia sobre “los aspectos

socioeconómicos”363 del tema de la Conferencia. De ésta rescatamos las siguientes

expresiones:

“…La palabra ecología se ha convertido en algo casi familiar, que sale todos

los días en los diarios, en la radio o en la televisión. Hoy en día palabras como

contaminación del ambiente, polución, protección de la biosfera, contaminación de los ríos por un lado y purificación del agua potable por el otro, la campaña contra el ruido: ‘silencio es salud’, el control de gases de los autos […] En todo el mundo se habla en los años 70 de la crisis ecológica, la que es a la vez sin duda una crisis económica, social, cultural y psicológica de la humanidad”364.

A partir de la frase del astrónomo y físico Heinz Haber: ‘La humanidad parece viajar

en un buque transatlántico de lujo’, Bloss afirma:

“Las naciones industrializadas con sus grandes exigencias de recursos naturales y energéticos son los pasajeros de primera clase. Ellos son atendidos por las naciones pobres, los países subdesarrollados. Pero pronto nuestro buque se convertirá en una lancha de salvataje, tan ocupadísima [sic.] por hombres que puede

361 “Apelan a corte Suprema Argentina a favor de líder protestante”, en: G/RP Año 82, Nº 6, Junio 1977, pp. 89-90.

362 “IIIª Asamblea General Ordinaria y XXVIª Conferencia Sinodal. 8-9 de octubre de 1977. Gral. Ramírez – Entre Ríos” (Informe Sinodal 1977). IERP, Buenos Aires, 1978.

363 Ibíb., p. 211. 364 Ibíd., p. 101. Cf. G. Krauss, “El silencio es salud”, en: G/RP Año 79, N° 7, Julio 1974, pp. 105-106.

105

hundirse en cualquier momento. Al mismo tiempo escasean alimentos y ante todo, el agua potable”365

Dentro de los casos problemáticos a nivel ecológico el autor cita Itaipú, Yaciretá,

Corpus, grandes represas en construcción o en proyecto desde esa época; el Riachuelo, la

falta de control en los abonos utilizados y los restos de DDT detectados. La deforestación en

el Chaco, San Luis y Amazonas; la energía nuclear, etc. Cierra este listado diciendo:

“…echemos un vistazo sobre nuestras ciudades: en los centros se vive en una deprimente estrechez en medio de ruido y feos olores. La falta de parques, plazas, espacios verdes e ideas adecuadas de la arquitectura al hábitat agradable se hace notorio”366

El autor trabaja con materiales que reflejan la perspectiva europea (Club de Roma) y

norteamericana367, citando además el modelo de la ‘Fundación Bariloche’.

El pastor W. Kaufmann en el sermón de apertura de la Conferencia, sobre Mt 7,7-8,

expresa inicialmente sus dudas sobre las posibilidades reales de discutir un tema técnico sin

elementos teóricos suficientes y que tal vez no es “tan candente para nosotros como

cristianos”, pero entiende que no es momento para esa discusión. En su predicación

Kaufmann entiende que el colapso ecológico del mundo es:

“…simplemente porque [el ser humano] no ‘buscó primero el Reino de Dios

y su justicia’ para que luego le fueran regaladas todas estas cosas que necesita para

vivir […] se dedicó a buscar en primer lugar […] confort, lujo y abundancia

inconsumibles…”368

En el Sermón de Clausura el Pastor Presidente Pedro G. Linenkämper predica sobre

Col 3,12, exhortando a

365 Ibíb., p. 101. 366 Ibíb., p. 102. 367 Ibíb., p. 103. 368 Ibíb., p. 150.

106

“…que cada distrito se vista suficientemente de: compasión, bondad,

humildad, mansedumbre y paciencia. […] Ahora volvemos a casa, llenos de

sugerencias e inquietudes ecológicas y económicas y con la voluntad de ser buenos

caseros o mayordomos, creados para buena obra.”369

Si bien la tematización de la realidad socioeconómica se ve relegada a un segundo

lugar en función de la preocupación ecológica, creemos que las citas precedentes ilustran la

forma en que fue abordado el tema, sin mayor profundidad en relación a la distribución de

las riquezas, ni acciones concretas a implementar en las congregaciones que podamos citar.

Del Informe del Presidente370 rescatamos los comentarios, referidos a la

problemática de las migraciones y la situación del campo:

“Es sumamente considerable la importancia de la inmigración desde el

Brasil, la cual abarca no sólo al Paraguay, sino también la provincia argentina de

Misiones, en especial las congregaciones de Misiones⎯Sud, Alto Uruguay y Puerto

Esperanza. Hasta es comparable con la inmigración de evangélicos rusoalemanes

del Volga…”371

Es por esto que al referirse a las 30 congregaciones de la IERP, afirma:

“…no debemos desconocer la diferencia de sus estructuras y contornos.[…]

El número de lugares de predicación, por los cuales el pastor es responsable, oscila

entra 1 y 17 […] según una estadística efectuada en 1976, contamos con un total de

222 lugares de predicación. Es notorio destacar que la mayoría se encuentran en el

campo o en las aldeas. Sólo en 3 de las 23 capitales provincianas argentinas la IERP

tiene pastor propio, a saber en Córdoba, Mendoza y Paraná.”372

369 Ibíb., p. 170. 370 Ibíb., pp. 401-413. 371 Ibíb., p. 401 De las 30 congregaciones invitadas “3 de ellas trabajan en el Uruguay, 21 en la Argentina y 6

en Paraguay” de las 5 congregaciones que solicitaron ser afiliadas, 4 pertenecen al Paraguay, de las cuales tres “son congregaciones de origen germano⎯brasileño recién fundadas en suelo paraguayo.”

372 Ibíb., p. 401.

107

De este modo se expresa la importancia de la realidad rural en la estructura de la

IERP. Pero la preocupación de fondo en ese momento era la dificultad de cubrir los cargos

pastorales que se estaban abriendo en la región norte de la Iglesia. La IERP contaba con 52

teólogos, entre ellos 7 jubilados y 5 vicarios373 y 18 estudiantes de teología en el

ISEDET374.

Puntualmente sobre la temática del sínodo, bajo Asuntos financieros expresa:

“El tema de la asamblea nos hace recordar, que nosotros como individuos y

como congregaciones cristianas somos mayordomos ante Dios de todos los bienes

que hemos recibido en arriendo y sobre los cuales tendremos que rendir cuenta. Por

eso analizamos en esos días nuestra responsabilidad ecológica y económica de

mayordomos. […] es imposible separa la responsabilidad ecológica de la económica

y actuar como si nuestra relación para con la Naturaleza no tuviera nada que ver

con el dinero –y viceversa.”375

Bajo el tema Asuntos ecuménicos, Lienenkämper explica sobre los comienzos de la

Comisión Argentina para los Refugiados (CAREF), que se realiza “bajo la expresa

protección del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, quienes la financian juntamente

con el Consejo Mundial de Iglesias”376, agregando:

“CAREF ha logrado —en permanente colaboración con las entidades

estatales y la Comisión Católica Argentina para Inmigrantes— a que en los años

1973-76 en total 5992 personas, mayormente chilenos, pudieran trasladarse desde la

Argentina a otros países…”377

373 Ibíb., p. 402. 374 Ibíb., p. 404. 375 Ibíb., p. 405. 376 Ibíb., p. 409. 377 Ibíb., p. 409.

108

El informe continua relatando la situación del CAREF, agradeciendo al pastor

Armin Ihle, quien se hizo cargo de la Secretaría Ejecutiva del mismo desde mediados de

1975 hasta junio de 1977, mencionando además que “tras el retiro de la IELU, a fines de

1976, se integró a CAREF la Iglesia de los Discípulos de Cristo”378. Cabe destacar que esta

actividad, dar refugio, es entendida como una acción diacónica:

“En el campo de la diaconía para los prisioneros y la defensa de los derechos

humanos también hubo una colaboración ecuménica positiva. […] Cuan necesario es

este trabajo diacónico lo demuestra singularmente el ejemplo del Prof. Mauricio

López (ISEDET), quien fuera secuestrado el 1º de enero de 1977, no teniéndose desde

entonces noticia de su paradero. La Junta Directiva de nuestra Iglesia ha librado al

criterio propio de los pastores el hecho de colaborar en el ‘Movimiento Ecuménico

por los Derechos’ o en la ‘Asamblea Permanente por los Derechos Humanos’. Como

única condición pide, que el pastor comunique esta actividad a la comisión directiva

de la congregación.…”379

Es significativo que la decisión es depositada en cada individuo sin ocultar la

información de lo actuado en relación a la defensa de los Derechos Humanos. En tanto no se

abre un debate interno (como hemos observado en el caso de la IELCH) se da libertad de

acción y se apoya la tarea a nivel ecuménico. En este sentido es comprensible que en la

tercera sesión plenaria tras la lectura del Informe del Presidente se formulen

“…distintas preguntas al presidente, relativas al trabajo de CAREF; la

intervención de nuestros pastores en el trabajo de comisiones o asambleas de

derechos humanos y la previa información a las congregaciones…”380

378 Ibíb., p. 409. 379 Ibíb., p. 410. 380 Ibíb., p. 214.

109

…no se menciona quién realiza las preguntas ni quién las contesta. El tema está

implícitamente planteado, pero recién será debatido en 1983. En esta misma sesión, tras la

lectura del Informe de la CPP

“…se evacuan preguntas referentes a la proposición de la Conferencia

Pastoral a la Junta, referentes a la exención del servicio militar de los estudiantes de

teología de nuestra Iglesia; que la presidencia aclara diciendo que, al no efectuar el

servicio militar, la Junta determinó que es obligatorio hacer un año diacónico.”381

En la cuarta sesión plenaria se aprueba que la Junta Directiva en consulta con la

juventud nombre una comisión que ponga en práctica e implemente el Año Diacónico382

Según expone el coordinador juvenil éste es:

“un servicio voluntario sin remuneración, salvo un mínimo de bolsillo. Está

destinado a los jóvenes que quieren dar un año a través de su servicio a la

Comunidad y a Dios, desempeñándose en la Iglesia u otra institución idónea”383

Por otra parte, en la Conferencia de Delegados Laicos realizada el 8 de octubre de

1977384, se reflexiona sobre la misión y sobre

“los dos desafíos que tiene la IERP: a) Los que migran a las grandes

ciudades y no reciben acogida en otras congregaciones. b) Los brasileños que

emigran hacia el Paraguay y abandonan su patria e Iglesia”385.

De los resúmenes exponemos los más significativos, conscientes de que hay mucho

material sobre lo que los laicos entienden por misión en 1977. Uno de los grupos considera

381 Ibíb., p. 214. En la misma sesión se informa que hasta 1978 el redactor de la revista era G. Krauss, a partir de ese año se elegiría otro, p. 215.

382 Ibíb., p. 701-703 es presentado el anteproyecto completo. Dentro de los lugares donde sería posible realizar este Año Diacónico se enumeran los siguientes: “Hogares y/o asilos de ancianos, Hogares y/o asilos de niños, Escuelas de recuperación síquica (diferenciales), Hospitales, Congregaciones propiamente dichas, Villas de emergencia, Obras sociales dependientes del Estado.” p. 702.

383 Ibíb., p. 216. 384 Ibíb., pp. 460-462.

110

necesario formar laicos, hombres y mujeres, “para que ayuden a los pastores en la misión.

Considerando que el material necesario no era sólo el bíblico, sino textos útiles acerca de la

vida diaria en la zona (Paraguay)”386 Sobre el mismo tema otro grupo consideró necesario:

“también dos escuelas para ensañar a esa gente el castellano, así como un

dispensario con lo necesario para curar […] A una pregunta de qué pasa si se

aprueba el punto de apoyo a la misión del este de la región Norte, el Sr.[Luciano]

Zorzin contesta que la situación en esa región es álgida y pidió el compromiso de

todos para la ayuda, aun cuando signifique un sacrificio para nuestras

congregaciones”387

En relación a este tema, durante la 4ª sesión de la Conferencia Sinodal se declaró

zona de misión a la región ‘Este del Paraguay’ y Misiones, Argentina388.

El mensaje de la XXVIª Conferencia Sinodal fue publicada en Noviembre de

1977.389

En la edición de diciembre de la G/RP el pastor Lienenkämper, en la sección ¿Que

hay de nuevo en la IERP? afirma que en esa época de Navidad

“…deletrearemos otra vez, oyendo y predicando, cantando y orando, que

Dios se hizo hombre. Y si lo hacemos en forma correcta nuestros pensamientos […]

se dirigirá hacia donde hay gente que sufrió y aún sufre. También a las cárceles

donde hay seres que desde hace mucho esperan ser procesados y que no siempre son

tratados con espíritu navideño. En 1978 se recordará la Declaración de los Derechos

Humanos de 1948. Lograremos trazar una línea entre el transformarse Dios en

hombre y los derechos humanos, no sólo en teoría sino también en la práctica. Para

385 Ibíb., p. 460. 386 Ibíb., p. 461. 387 Ibíb, p. 461. 388 Ibíd., pp. 217-218. 389 Ibíb, p. 705 y, en: G/RP Año 82, Nº 11, Noviembre 1977, p. 185.

111

Navidad ¿Estará permitido que los pastores visiten a los detenidos cuyos allegados

lo soliciten?”390

Si bien durante el sínodo de 1977 la participación de ministros y laicos en el MEDH

y la APDH no fue debatida y en los casos que fue mencionada se lo hizo cautelosamente,

estas palabras de Lienenkämper remiten claramente a la tarea de los ministros en estos

ámbitos.

En la primer edición de 1978 aparece el documento Lux lucet in tenebris391 dirigido

a las Iglesias Miembro del Consejo Mundial de Iglesias en los países del continente. Este

documento fechado el 28 de noviembre de 1977 surge de la Consulta de Huampaní (Perú)

convocada por el CMI. El documento desarrolla tres aspectos que considera fundamentales

para el ministerio de la Iglesia en América Latina: la proclamación fiel del Evangelio, el

pronunciamiento profético y la defensa de la vida. El documento, que hace un fuerte énfasis

en la labor pacífica, subraya su oposición a las situaciones que provocan hambre y

desigualdad, así como reclama que se les permita acompañar y solidarizarse con los que

sufren, y esto incluye a los refugiados.

En mayo de 1978, Pedro Lienekämper escribe:

“…Por boca del profeta tu has dicho: ‘Y procurad la paz de la ciudad y

rogad por ella a Jehová’, así es que te pedimos hoy por los derecho y la Justicia, por

la paz y el orden en nuestras ciudades y pueblos y en todo el país. Te invocamos:

Señor, ten piedad. Te pedimos por los gobernantes. Enséñales que tu eres el Señor y

ellos tus herramientas. […] Te pedimos por todos aquellos que según tu disposición

390 Pedro Lienenkämper, “¿Que hay de nuevo en la IERP?”, en: G/RP Año 82, Nº 12, Diciembre 1977, p. 211-212.

391 “Lux lucet in tenebris”, en: G/RP Año 83, Nº 1-2, Enero–Febrero 1978, pp. 8-9. Entre quienes firman la carta figuran los reverendos Aldo M. Etchegoyen (IEMA), Osvaldo Hirschmann (IELU), Pedro Lienenkämper (IERP), Carlos Lisandro Orlof (IELU), José Miguez Bonino (IEMA), Norberto Sarli (Iglesia Discípulos de Cristo),…

112

deben cuidar de la legalidad y la paz. Preserva a soldados y policías de torturar.

Guárdalos de ver en cada sospechoso un delincuente y en cada delincuente un objeto.

[…] Te pedimos por todos aquellos que todavía buscan la salvación por medio de la

violencia. Muestra a los terroristas que no hay bendición sobre la violencia. […] Te

pedimos por los Jueces para que pronuncien sentencias justas […] Te pedimos por

todos los que huyeron. Permite que pronto encuentren un hogar. Te pedimos por los

desaparecidos y sus familiares. Libera a padres e hijos, a esposa y esposo de la

sofocante inseguridad…”392

En este mismo número Juan Abelardo Schwindt se pregunta ¿Es posible alegrarse?

La respuesta es: sí, pero no en los términos que lo hace el mundo. El autor comienza su

meditación preguntándose:

“¿Es posible alegrarse hoy en día? ¿Es posible, en medio del dolor que

emana nuestra situación presente, distinguir a la luz del Evangelio la tristeza de la

alegría, el amor del odio, la vida de la muerte, la luz de las tinieblas y todo lo

contradictorio que ella nos ofrece?”393

El autor concluye afirmando que la alegría no es producto de la despreocupación

sino de la confianza en la promesa y el consuelo de Cristo dado al cristiano comprometido.

Agosto de 1978, el mundial de fútbol había terminado. Un artículo firmado por

Rodolfo Reinich expresa que la organización del mismo “superó ampliamente todas las

expectativas”, el mundial ha servido como una vidriera en la que:

“hacia el mundo hemos presentado una imagen de cohesión, de paz, de

trabajo, de unanimidad, de envidiables riquezas naturales y de incalculables

perspectivas de futuro […] ‘El fútbol logró lo que no han podido hacer la religión y

la política’, valoró en forma entusiasta un comentarista en el día inaugural”394

392 Pedro Lienenkämper, “¿Qué hay de nuevo en la IERP?”, en: G/RP Año 83, Nº 5, Mayo 1978, p. 78. 393 Juan Abelardo Schwindt, “¿Es posible alegrarse?”, en: G/RP Año 83, Nº 5, Mayo 1978, p. 73. 394 Rodolfo R. Reinich, “Gooolll…”, en: G/RP Año 83, Nº 8, Agosto 1978, pp. 153-154.

113

El autor expresa claramente que los beneficios políticos del mundial fueron muchos.

Pero tras la euforia y dejando de lado el cuidado de la imagen, expresa críticamente que las

calles y los caminos deberían ser arreglados no sólo para que pasen los turista, sino también

para trabajadores que hacen la ‘Argentina’395.

Este comentario de Reinich cuestiona la pantalla creada por el gobierno, no

demasiado cuestionada en medio de la euforia por el triunfo, y que entre otras cosas

intentaba ocultar la existencia de los Desaparecidos y los problemas económicos cotidianos.

En noviembre de 1978 la G/RP publica la “Carta a las Iglesias Cristianas y

Organismos Ecuménicos” de América Latina enviada por la Asamblea de Iglesias de

América Latina —precedente inmediato de la creación del Consejo Latinoamericano de

Iglesias. Dicha carta expresa que se unen “en hacer una llamado a los cristianos de América

Latina a que respondan a las exigencias de justicia del Reino de Dios en un discipulado

obediente y radical”396. Entre los temas de la realidad por los que expresan preocupación se

mencionan: las estructuras de poder tanto políticas como económicas que por medio de la

injusticia marginan a grandes sectores del pueblos y los sectores olvidados la marginación

que “atenta contra la dignidad del ser humano creado ‘a imagen y semejanza de Dios’. La

Iglesia tiene el deber de propiciar la realización plena de cada uno de los componentes de la

sociedad”397. Pero también están preocupados por los pueblos autóct

??

395 Ibíb., p. 153. 396 Los Delegados a la Asamblea de las Iglesias de América Latina, “Carta a la Iglesias Cristianas y

Organismos Ecuménicos”, en: G/RP Año 83, Nº 11, Noviembre 1978, pp. 215, 220. 397 Ibíb., p. 215. 398 Ibíd., p. 215.

114

VIII, XVIII y XIX. Consideremos este artículo —al menos en principio— de una gran

importancia testimonial. Es evidente que la forma en que fue vivida su publicación en

diciembre de 1978399, sólo podrá ser constatada por testigos presenciales.

El habitual espacio del Pastor Presidente, en la primera edición de 1979, comienza

diciendo:

“‘Y creó Dios al hombre a su imagen’ es el lema para el año 1979. […] Por

eso y sólo por eso el ser humano tiene su dignidad y sus derechos y también sólo por

eso la dignidad y los derechos humanos son bienes tan altos y sagrados […] Pero

aquel que aun frunce la nariz ante los ‘llamados defensores de los derechos

humanos’ que ponga atención en no convertirse en un sacrílego…”400.

En este mismo espacio, pero en el mes de marzo, se informa que la Junta Directiva

de la IERP junto a los pastores distritales y los presidentes adjuntos han dispuesto “el

ingreso de la IERP en el ‘Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos’ siendo

miembro del mismo desde el 22 de diciembre de 1978.”401

En el mes de abril Patricia Richardson cuenta a los lectores de la G/RP cuál es la

situación de los pueblos indígenas en Argentina y cuál es la tarea de la Junta Unida de

Misiones (JUM) en esa realidad. Si bien el artículo apunta a promocionar una obra

399 “30 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, en: G/RP Año 83, Nº 12, Diciembre 1978, pp. 238-239.

400 Pedro Lienenkämper, “¿Que hay de nuevo en la IERP?”, en: G/RP Año 84, Nº 1-2, Enero–Febrero 1979, pp. 3-4.

401 Pedro Lienenkämper, “¿Que hay de nuevo en la IERP?”, en: G/RP Año 84, Nº 3, Marzo 1979, p. 28.

115

diacónica, ilustra una realidad ignorada por ser una minoría los afectados. Se destacan las

tres áreas de acción de la JUM: Salud, Educación, y Desarrollo Económico402

En agosto del mismo año, Carlos Duarte, entre otras cosas, afirmará:

“En Chaco, Misiones y Paraguay, cerca de nuestras congregaciones, vive,

sufre y muere el indio. Como cristianos no podemos permanecer indiferentes ante esa

realidad o decir que no existe. Preguntemos al pastor de nuestra congregación cual

es la mejor manera de colaborar y participar en nuestra reconciliación con el indio,

nuestro hermano.”403

En noviembre de 1979 se publica una declaración que la FAIE dirige “al Gobierno y

al pueblo de la Nación”404. En esta declaración se enumeran cinco asuntos que los

preocupan, el primero está referido a la llegada de un contingente de refugiados

provenientes del sudeste asiático405; el segundo hace referencia a la libertad de culto en el

ámbito de la educación; el tercero trata sobre el conflicto entre Chile y Argentina; el cuarto

trata sobre los Derechos Humanos, en este punto afirma:

“saludamos con profunda complacencia la iniciativa del Gobierno Nacional

de invitar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA a visitar

nuestro país, y esperamos que constituya un paso decisivo hacia el logro de una

solución más satisfactoria y justa al grave problema de los desaparecidos y de los

detenidos sin proceso […] También lamentamos profundamente los recientes

allanamientos ordenados por la justicia a organizaciones dedicadas a la defensa de

402 Patricia Richardson, “Donde termina la tierra”, en: G/RP Año 84, Nº 4, Abril 1979, pp. 75-76. En Julio del mismo año aparecen dos carillas reflejando las inundaciones provocadas por el Río Paraguay y las tareas del Comité de Iglesias ante esa situación, en: G/RP Año 84, Nº 7, Julio 1979, pp. 122-123.

403 Carlos Duarte, “La conquista del otro”, en: G/RP Año 84, Nº 8, Agosto 1979, p. 148. 404 Carlos T. Gattinoni, Gabriel O. Vaccaro, Luis Parrilla, “Evangélicos ante la situación actual”, en: G/RP

Año 84, Nº 11, Noviembre 1979, p. 221. 405 Cf. “Refugiados Asiáticos”, en: G/RP Año 84, Nº 9, Septiembre 1979, p. 188.

116

los Derechos Humanos en nuestro país y en particular al Movimiento Ecuménico

(MEDH)…”406

La decisión antes mencionada de ingresar al MEDH, se ve de cierto modo ratificada

y avalada por las denuncias expresadas desde los espacios ecuménicos, que de hecho tenían

mayor apoyo en las comunidades, por verlos sin una vinculación ideológica. El quinto

asunto de la declaración hacen referencia a la problemática de la erradicación de las villas

de emergencia, llamando a apoyar la apelación del Arzobispado de Buenos Aires. Sobre el

tema la FAIE “exhorta al gobierno a convocar a las fuerzas creativas para la búsqueda de

soluciones de fondo al problema habitacional que deficitariamente viene enfrentando el

país.”407

En junio de 1979, Juan Pedro Schaad realiza un meditación sobre Mc 10:35-45.

Rescatamos de esta meditación los aspectos que consideramos centrales:

“…Si echamos un vistazo a nuestra congregaciones nos damos cuenta que

todas ellas forman parte de América Latina y este subcontinente a su vez integra los

así llamados países del hemisferio Sur, que en su amplia mayoría son países pobres o

en ‘vías de desarrollo’. Por otro lado también nos damos cuenta que la brecha entre

los muchos que tienen apenas para subsistir y los pocos que no saben que hacer con

lo que tienen, aumenta permanentemente. […] ¿Pero que tiene que ver esto con la

pregunta de Jesús [¿Son capaces de sufrir?]? […] Primeramente porque son cada vez

más los que se van acostumbrando al sufrimiento, a privarse de muchas cosas que

para otros es lo más natural del mundo […] Por otro lado porque hoy más que nunca

estamos tentados a aprovechar la primera oportunidad que se nos presenta para dar

el ‘salto’, para salir del anonimato, para estar del otro lado y muchas veces

traicionando los valores básicos del evangelio. Lamentablemente se suele oír: ‘tengo

que salir adelante caiga quien caiga’. Jamás lograremos una convivencia más justa,

406 Carlos T. Gattinoni y otros, op. cit., p. 221. 407 Ibíb., p. 221.

117

más humana, más fraterna mientras pensamos en ventajas personales; en más

prestigio, más bienes materiales, etc.…”408

La dictadura estaba atentando contra los lazos elementales de solidaridad, el ‘sálvese

quien pueda’ económico se generalizaba. Ante esta propuesta del ‘mundo’ Schaad resalta la

mentira escondida en la solución mágica propuesta por el sistema económico basado en la

especulación que olvida a una gran parte de la población librada a un sufrimiento sin

sentido e injusto. El seguimiento de Jesús implica para los ricos “renunciamientos y

privaciones que se vuelcan en el servicio”, y para los pobres “unirse pensando y

programando juntos dejando de lado intereses individuales…”409.

408 Juan Pedro Schaad, “¿Son capaces de sufrir?”, en: G/RP Año 84, Nº 6, Junio 1979, p. 97. 409 Ibíd., p. 97.

118

1980: “¡Sígueme!”

¿Por qué llora el sol? se pregunta Modesto Montañés en el primer número de la

G/RP en 1980. EL sol llora porque hay niños que no tienen zapatos para poner en la puerta

para el Día de Reyes, y en muchos casos no tienen puerta donde no poner los zapatos.

Montañés, refiriéndose a uno de los personajes de Azorín, Don Juan, afirma:

“…ve como sangran los pies de un niño descalzo. Lo toma en sus brazos, lo coloca sobre sus rodillas le limpia la sangre que brota de sus pies. El niño agradecido, besa la mano de Don Juan y al besarla, deja en ella rastros de sangre, lágrimas y mocos. Hoy vemos pasar muchas manos llenas de juguetes, pero en ninguna de ellas se ven los rastros del beso que le dio un niño pobre.….”410

Este es un nuevo llamado a salir de la situación de comodidad, tal vez más

puntualmente dirigido a las comunidades urbanas donde esta imagen guarda y guardaba

relación con lo cotidiano.

En marzo de 1980, Victor Schöller pregunta ¿Adónde vas? en su reflexión a partir de

Mt. 16,21. Finalizando su reflexión afirma:

“Cuaresma es este tiempo en que recordamos el largo camino de Jesús a Jerusalén, el cual culmina en la agonía de la cruz. Compromiso total, con el hombre, por el hombre. Es el tiempo oportuno para que también nosotros nos formulemos la pregunta: ¿Adónde vas? ¿Cuál es el camino por el cual conducimos nuestra vida? ¿El de la comodidad, la apatía, el silencio, el desinterés, el ‘no te metas’? […] ¿O elegimos el del COMPROMISO? ¿El que no calla ante la injusticia y la violencia, el que se revela contra la miseria y la opresión, el que se conmueve cuando son violados los derechos elementales del ser humano?”411

En mayo de 1980 Atilio Hunzicker reflexiona sobre 1Pe. 4,10. Tras una introducción

al contexto hacia el cual es dirigida la epístola, Hunzicker afirma:

410 Modesto Montañés, “¿Por qué llora el sol?”, en: G/RP Año 85, Nº 1-2, Enero–Febrero 1980, p. 2. 411 Victor Schöller, “¿Adónde vas?”, en: G/RP Año 85, Nº 3, Marzo 1980, p. 29.

119

“En nuestros días debemos confesar sinceramente que ha Dios le hemos dejado de lado casi por completo, mientras que una pequeña minoría de creyentes marca la excepción. Si bien no es total en gestos y palabras, el alejamiento es bastante marcado en lo que se refiere a las acciones y compromisos especialmente con los que sufren, y que, lentamente son cada día más, tanto en calidad como en cantidad. Una comunidad que confiesa a Jesucristo como su Señor, pero que sólo trata de mantener un diálogo exclusivo con Dios en forma egocéntrica, en desmedro del compromiso con el mundo por el cual Cristo mismo murió […] lamentablemente no ha (…) tenido la vivencia ni la comprensión de la gracia salvadora del Cristo resucitado…”412

Hunzicker definirá luego más precisamente qué es lo que ocurre alrededor de la

comunidad: “hambre, abuso de poder, cinismo y mentira frente a la injusticia

constantemente cometida por el poder establecido y sus beneficiarios”413.

412 Atilio Hunzicker, “¿Quién es una buena semilla?”, en: G/RP Año 85, Nº 5, Mayo 1980, p. 77. 413 Ibíd, p. 77. En la página contigua una poesía realiza críticas en la misma dirección: (Félix), “¿Cristiano de

nombre?”, en: G/RP Año 85, Nº 5, Mayo 1980, p. 78.

120

La XXVIIª Conferencia Sinodal y IVª Asamblea General Ordinaria (Sínodo 1980) 414

¡Sígueme! es el lema del Sínodo de la IERP realizado en Octubre de 1980, y en la

que el pastor Rodolfo Reinich fue electo como presidente de la Iglesia por un lapso de 6

años (1980-1986)415.

Federico Gerber, en un artículo titulado “Sígueme”416 y que es parte del material

preparatorio para el Sínodo, plantea la necesidad de obreros en la mies, afirmando además

que en lo anunciado por Jesús “no hay lugar para observadores desinteresados, para

reporteros y comentaristas. El que ve la realidad ya está llamado…”417

René Krüger, en su artículo “Los seguidores”418, dentro del marco de los materiales

preparatorios para el Sínodo, define a partir del texto de Mt. 10,5-16 el campo de las ovejas

perdidas como:

“…los marginados, rechazados, pobres, despreciados, abandonados. No tenían acceso oficial a la gracia de Dios, al perdón […] Especialmente a estos Jesús trajo fe, esperanza y amor. Y hoy ¿quiénes serían las ovejas perdidas? ¿No será que el grueso de nuestra Iglesia cristiana y universal, la IERP de por medio, tenga hoy día cierto parecido con aquel grupo del pueblo de Israel que se estimaba ELEGIDO por Dios y con derecho a excluir en palabra, pensamiento y obra a las ‘ovejas perdidas’? […] ¿No será necesario que Jesús nos despierte un poco de esta situación cómoda, abriéndonos los ojos a la realidad de las ‘ovejas perdidas’?”419

En el estudio bíblico realizado por R. Krüger durante la XXVII Conferencia Sinodal

a partir del mismo texto bíblico plantea que la predicación tiene que “hacer frente al

414 “IV Asamblea General Ordinaria y XXVII Conferencia Sinodal 19-22 de octubre de 1980. Asunción–Paraguay” (Informe Sinodal 1980). IERP, Buenos Aires, s/f.

415 Ibíd, p. 307. 416 Ibíd, pp. I-V (43-47). Ver: Federico Berger, “Sígueme ⎯ Material para el Sínodo ‘80”, en: G/RP, Año 85,

N° 6, junio 1980, pp. 101-105. 417 Informe Sinodal 1980, p. 44.

121

cristianismo cómodo” encarando los problemas concretos y “dando su palabra clara al

respecto” sin ser, por ello, anuncio de teorías o ideologías, sino la “asistencia (Zuspruch) del

poder y la presencia salvífica de Dios”. Este mensaje, en su dimensión apocalíptica, es

urgente ante la de proliferación de regímenes totalitarios420.

Hans Günter Haas, dentro de estos materiales preparatorios, presenta “En las

situaciones concretas”421. En su trabajo sobre Mt 10:26-33 asume como eje la expresión ¡No

tengan miedo! y desarrolla distintas situaciones ante las cuales solemos tener miedo. Entre

otras cosas, expresa:

“El poder de los hombres tiene su límite. El poder de Dios es sin límite, igual que su amor. Los hombres no pueden más que quitar la vida, hacer sufrir o torturar. Así quieren hacerse respetar o quedarse en el poder. ¿Qué decimos con respecto a la tortura?”422

El sermón de apertura de la Conferencia, en castellano, está a cargo de Juan Pedro

Schaad. Se basa en Mt 9,35-10,4 y hace énfasis en un Jesús que camina en medio de

pueblos y ciudades entrando “en contacto y comunión con los problemas y personas de su

tiempo”423. Jesús ante la inmensidad del trabajo por hacer, llama a discípulos para anunciar

el Reino, “que no es violencia ni atropello, sino que fundamenta su gobierno en el

convencimiento de que la justicia es la base de la paz duradera”424.

418 Ibíd., pp. VI-IX (48-51). Ver: René Krüger, “Sígueme ⎯ Material para el Sínodo ‘80”, en: G/RP, Año 85, N° 8, agosto 1980, pp. 150-153.

419 Ibíd., p. 151. 420 Informe Sinodal 1980, pp. 108-109. 421 Ibíd., pp. X-XI (52-54). 422 Ibíd., p. 53. 423 Ibíd., p. 104. 424 Ibíd, p. 104.

122

En su informe el Pastor Presidente Pedro Guillermo Lienenkämper425, bajo el ítem

Asuntos congregacionales, refiriéndose a las congregaciones de la Zona de Misión expone

que:

“Es alarmante la dependencia de aquellos hermanos del precio de la soja. Merece, entonces, especial mención la ‘Escuela de Capacitación Agrícola’ de la Congregación de Katueté con su concepto de una agricultura no monocultural [sic] desarrollado por el pastor Friedhelm Westermann en vista de una necesidad económica urgente. Este concepto trae aparejado el concepto de un servicio pastoral integral, enfatizado por el pastor Juan Pedro Schaad, tomando en cuenta una vez más que el hombre es cuerpo y alma, ambos hambrientos”426.

Lienenkämper continúa relatando las obras de infraestructura realizadas en esta Zona

de Misión en 6 congregaciones (3 de Paraguay y 3 de Misiones), donde se construyeron

varias capillas y casas pastorales y adquirieron vehículos; en 5 de ellas hay pastores a

cargo, sumando además la Escuela de Capacitación Agrícola427. Tras abordar distintos

temas expone la sobrecarga de tareas de los pastores, y luego considera el año diacónico:

“En cuanto al ‘Año Diacónico’, el entusiasmo del sínodo pasado no se transformó en un fuego, pero si en una llama continua. Actualmente tres jóvenes (en

Eldorado, Baradero Mercedes ⎯Instituto Lowe) están ofreciendo una parte de su

vida al servicio del prójimo. […] Además, dos estudiantes de teología, en lugar del servicio militar, hicieron un año de servicio práctico, uno en Villa Champaquí, el otro en Katueté.”428

425 Ibíd, pp. 401-413. 426 Ibíd, pp. 402-403. 427 Ibíd, p. 403. 428 Ibíd., p. 409. Durante la cuarta sesión plenaria de la Conferencia, Lienenkämper “agradece los informes y

el trabajo del coordinador juvenil. Destaca el notable compromiso que sintieron los jóvenes con los proyectos diacónicos, como p.ej. ‘Villa Champaquí’, de los cuales surgió la idea del ‘Año Diacónico’ en nuestra Iglesia” Ibíd, p. 207. Sobre el Servicio militar Ver: Raúl Yañez, “Excención del Servicio Militar por motivos de conciencia”, en: RP/G Año 91, Nº 7, Julio 1986, p. 140. “Una muestra de madurez”, en: RP/G Año 91, Nº 7, Julio 1986, pp. 140-141.

123

En el mismo Informe, bajo asuntos ecuménicos, se refiere al ingreso de la IERP en la

JUM —un de las mociones que la Junta Directiva presenta a la Asamblea— expresando que

cuenta con el apoyo de la IERP “desde hace varios años”429. En el segundo párrafo se

refiere a la moción, también presentada por la Junta Directiva, de que la iglesia ingrese al

MEDH, y al respecto agrega:

“Cuando se trata de la defensa de vidas en peligro, de la búsqueda de desaparecidos y de la atención de sus familiares, una Junta Directiva no puede postergar su decisión hasta un sínodo que recién en dos o tres años será convocado. Es por eso que, después de una consulta con los pastores distritales y los presidentes adjuntos, en diciembre de 1978 fue resuelto —ad referéndum del sínodo— el ingreso al MEDH. […] Tal resolución fue tomada en vista del artículo 2 de nuestros estatutos, el cual nos exhorta al ‘cumplimiento de los postulados que definen la responsabilidad social inherente al cristianismo’. […] El ‘Comité de Iglesias’ en Asunción […] es una organización con los mismos fines sociales.[…] Para redondear el tema —intrínsecamente ligado con el mandato ‘Sígueme’— permítanme citar dos voces, un clásico de los libros simbólicos de la Reforma, la otra de nuestros días: Entre las obras, ‘que son consideradas buenas delante de Dios’, la Confesión Escocesa de 1560 menciona ‘salvar las vidas inocentes, reprimir la tiranía, defender los oprimidos’. – ‘Nadie bien nacido pude defender los horrores cometidos por ciertos criminales de la extrema izquierda, similares en nuestro país a los que ahora en Italia o España hacen volar hoteles o aeropuertos o estaciones, con la muerte de niños y seres inocentes. Pero estos crímenes no validan los crímenes inversos…: al crimen no se le puede responder de la misma manera sino con la justicia, justicia dura pero justicia, tribunales severísimos pero tribunales’ (Ernesto Sábato, en ‘La Razón’ del 26.9.1980)”430

Sobre el CAREF y CEAS , Lienenkämper informa que:

429 Ibíd., p.410. 430 Ibíd, pp. 410-411. “En el año 1978 la Conferencia Distrital tuvo lugar en General San Martín, Provincia de

la Pampa […] la temática que guió a los delegados y pastores allí reunidos fue: ‘El Reino y su Justicia’. Se hizo especial hincapié en los derechos que tiene el hombre para vivir como tal partiendo en especial de la Biblia.” Ibíd., p. 501

124

“Las actividades de la Comisión Argentina para los Refugiados (CAREF) disminuyeron considerablemente, siendo la actual cantidad de personas atendidas entre 100 y 200, incluyendo algunos refugiados asiáticos. La labor del Centro Evangélico de Acción Social (CEAS) todavía no es suficientemente utilizada por nuestras congregaciones.”431

De las mociones del Orden del Día de la IVª Asamblea, siete versan sobre aspectos

estructurales y de reglamentación interna (Puntos N° 11-17), en tanto las mociones

presentadas en los puntos 18 y 19 tratan sobre la incorporación de la IERP a organismos

ecuménicos: el MEDH y la JUM respectivamente432. Bajo el punto 17 de este orden del Día,

figura la moción de aprobar el “Reglamento del Ministerio Diaconal de la Iglesia

Evangélica del Río de la Plata”433. El mismo es aprobado constituyendo, junto al “Año

diacónico” aprobado en 1977, un paso más en el proceso de organización del trabajo que la

iglesia asume desde su preocupación socioeconómica.

En el siguiente punto de la Asamblea General Ordinaria, el N° 18, se lee:

“Consideración de la moción de la Junta Directiva: ‘Que la Iglesia Evangélica del Río de la Plata ingrese al Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos.’ La Junta Directiva retira la moción presentada. La Asamblea toma nota, sin discusión, de la decisión de retirar del Orden del Día la moción presentada.”434

Como veremos en las conclusiones esta decisión permite a la Junta Directiva y a los

ministros comprometidos con la defensa de los Derechos Humanos continuar con su tarea

sin negar posibilidad de una discusión a largo plazo.

431 Ibíd., p. 401. 432 Ibíd., pp. 36-37. 433 Estatutos–Reglamentos–Normas, op. cit., pp. 77-87. 434 Informe Sinodal 1980, p. 324. No hemos logrado obtener documentos que constaten los motivos por los

cuales la Junta Directiva de la IERP, retira esta moción, aunque es nuestra obligación hacernos eco del testimonio de participantes de dicha Asamblea que mencionan al menos dos posibles motivos por los que esto sucedió: a) ‘Se temía que el gobierno paraguayo invadiera el ámbito de la asamblea si el tema era discutido’, b) ‘La Asamblea, en términos generales, no estaba de acuerdo con esta moción, y la Junta para no arriesgar una votación en contra prefirió retirar el tema’. Estas son testimonios que si bien no podemos comprobar documentalmente, nos sentimos en la necesidad de exponer.

125

En el punto Nº 19, sobre la moción presentada por la Junta Directiva: ‘Que la Iglesia

Evangélica del Río de la Plata ingrese a la Junta Unida de Misiones.’ se lee:

“…Surgen interrogantes sobre la labor específica de la Junta Unida de Misiones y cuáles son y serán las relaciones específicas de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata con la misma, […] Se expresan opiniones en el sentido que el trabajo con los indígenas es una cosa que urge y que ayudándoles a nivel sanitario y pedagógico se les ayuda a integrarse a las transformaciones que les impone el progreso. Se expresa que hacer misión a nivel de Iglesia, puede quitar el compromiso concreto de las congregaciones, por lo que las congregaciones deberían hacer más en este sentido. Surge la opinión que ayudando a la Junta Unida de Misiones, de alguna manera se hace una ayuda a los que están al margen de nuestro mundo y que de la misma manera que nuestra Iglesia recibió ayuda externa, debería estar dispuesta a darla a otros y no ocuparse tanto de si habrá recursos o problemas o no…”435

El ingreso de la IERP a la JUM es aprobado finalmente con 60 votos a favor, 17 en

contra, y 30 abstenciones —una cantidad considerable contrapuesta a los votos a favor—.

En el marco del informe de la CPP (1978-1980), ante el Sínodo, se expresa:

“Tal vez lo que merece ser destacado es que en la reunión de Katueté [1978] nos hemos hecho eco de la delicada situación por la cual atravesaban Argentina y Chile, resultando de la misma una carta pastoral dirigida a las distintas autoridades de los países en cuestión.”436

El Mensaje de la XXVII Conferencia Sinodal expresa en sus dos últimos párrafos:

“…hemos experimentado que su llamado tiene consecuencias concretas, a saber: participando en el culto recibimos fortalecimiento, comunión y edificación como llamados; siguiendo a Jesús podemos llega a entender nuestra vida como un servicio. Un servicio en el cual debemos extender a nuestro prójimo la misma dignidad con la cual Jesús valoriza nuestra vida y hacer visible con palabras y obras en nuestro medio el mismo amor que recibimos. El lugar donde cada uno ha sido llamado es la mejor plataforma donde puede meterse en esta vida como seguidor de

435 Ibíd., pp. 324-325. 436 Ibíd., p. 415.

126

Jesús, lo que sin lugar a dudas tendrá repercusión presente y eterna. ¡No tengan miedo!”437

En mayo de 1981 Silvia B. Ramírez realiza una meditación en la que desarrolla la

estrecha relación que existe entre palabra y acción en la concepción bíblica, al concluir

afirma:

“Quien recibe la Palabra no puede seguir en la antigua vida, debe ser modificado por ella. Recibir la palabra es entrar en comunión con quien la pronuncia; de allí que recibir la Palabra es entrar en el plan de salvación de Dios, es comprometer la propia vida en ese plan. Sólo en la actuación coherente con ese plan, […] en la búsqueda de una calidad de vida digna para todos, […] en la lucha contra todo aquello que coloca el signo peso sobre la dignidad humana, […] manifestamos que hemos recibido la palabra.”438

En junio de 1981 es publicada una meditación de Alex Zorzin, que desarrolla una

relectura del acontecimiento de pentecostés en Hechos a partir de Números 11,14.29. En

una de sus primeras definiciones afirma que “el derramamiento del espíritu divino

‘socializa’ la responsabilidad en el compromiso que significa encarnar el camino de la

liberación…”439. Al actualizar este concepto concluye:

“Profetizar movidos por la fuerza del Espíritu divino es tener el valor para poner en práctica una realidad nueva y diferente. Una realidad que cuestione la realidad pasada y la desenmascare como algo caduco, algo que ya no puede seguir siendo. Profetizar movidos por el Espíritu Santo es asumir el compromiso que busca llevar a la práctica una nueva forma de vivir la realidad, de transformarla, de hacerla más humana. Por eso una comunidad de profetas no es un grupo de exaltados que en medio de un éxtasis generalizado emite sonidos; es una comunidad que de pronto descubre cuál es su verdadera vocación: seguir la voluntad del Cristo resucitado y ponerla en práctica ya, aquí y ahora. La iglesia de Pentecostés

437 Ibíd., p. 701. 438 Silvia B. Ramírez, “Meditación Bíblica”, en: G/RP Año 86, Nº 5, Mayo 1981, p. 77. 439 Alex Zorzin, “Pentecostés: El compromiso de seguir siendo: Iglesia profética”, en: G/RP Año 86, Nº 6,

Junio 1981, p. 101.

127

sorprende a su entorno porque en la fuerza del Espíritu tiene el valor para asumir una responsabilidad social; […] ‘Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos según la necesidad de cada uno’ (Hechos 2:44).”440

El llamado a ser una Iglesia profética es uno de los ejes abordados a partir de 1981

con más intensidad. Es interesante observar en estos textos una demanda de radicalidad en

las acciones y al mismo tiempo el necesario compromiso de toda la comunidad.

Arno Kaib en la meditación de agosto de 1981, ve a la sociedad reflejada en el

“Sálvese quien pueda”441 pero hay quien no pierde la fe:

“Quien acepta a Dios queda incorporado activamente al proceso de búsqueda de la justicia de Dios y de la RE–CONSTRUCCIÓN de la sociedad humana […] Tenemos que tomar conciencia de nuestra función profética en la sociedad desconsolada que nos rodea. […] El Señor es justo y ama a los que hacen la justicia, —valga la paráfrasis—. Para HACER la justicia, se necesita un campo de acción. El campo natural para hacer la justicia de Dios es SU mundo. […] Su campo de acción es la historia.”442

En abril de 1981, el espacio de la Junta Directiva en la G/RP se hace eco de una

carta que el pastor Günther Kreher les envía desde Misiones; de esta carta dice:

“‘…junto a esta buena noticia hay esta otra cuestión muy triste y aparentemente sin solución. Es conocida por todos la difícil situación económica en nuestro país y es un verdadero misterio cómo van a continuar trabajando la mayoría de los chacareros aquí. Más de 300 familias se fueron de nuestra zona al Brasil. Los padres retiran sus hijos de las escuelas porque no pueden reunir lo necesario para pagar los gastos de vestimenta y libros. ¿Existe alguna posibilidad de ayuda? ¿De parte de quién?’”443

440 Ibíd., p. 101. 441 Arno Kaib, “¿Resignación escapista o compromiso esperanzado?”, en: G/RP Año 86, Nº 8, Agosto 1981,

p. 149. 442 Ibíd., p. 149 443 Rodolfo R. Reinich, “La página de la Junta Directiva”, en: G/RP Año 86, Nº 4, Abril 1981, p. 62.

128

En esta misma carta se menciona lo que sería el surgimiento del Programa de Ayuda

Cristiano, citando el documento A los hermanos migrantes de la región este del Paraguay.

En agosto del mismo año, Reinich afirmara:

“Estamos viviendo en una época donde la palabra ‘crisis’ se ha generalizado de tal forma que se ha metido en todos los recovecos de nuestra vida diaria. ‘Crisis económica’, ‘crisis financiera’, ‘crisis política’, ‘crisis del aparato productivo’, ‘crisis en las familias’, ‘crisis personal’, ‘crisis de valores’, ‘crisis de fe’, crisis, crisis,… Todo parece tambalear bajo nuestro pies. De estas ‘sacudidas’ tampoco están libres nuestra congregaciones, ni la Iglesia toda!”444

Continuando en el marco del espacio de la Junta Directiva en la G/RP, en septiembre

de ese mismo año Reinich comparte con los lectores algunas preguntas con las que se ha

visto confrontada esta Junta:

“¿Limita una crisis económico–financiera la tarea misionera de nuestra Iglesia? y ¿Es la estructura de la Iglesia demasiado pesada y costosa para poder realizar la tarea que ha sido encomendada? […] viajando a través de nuestras congregaciones y conversando con mucha gente descubrimos que hay una gran cantidad de miembros que ‘se borran’ aduciendo que ya no están en condiciones de contribuir con su comunidad […] que han aumentado las congregaciones necesitadas de subsidios para ‘mantenerse’”445

Como vemos en estas palabras de Reinich, la realidad socioeconómica golpeaba a

las congregaciones. ¿Son todas igualmente afectadas? Creemos que no.

La página de la Junta Directiva del mes de octubre de 1981 se hace eco de una carta

del Consejo Consultivo de Iglesias que expresa:

“…que se ha ‘tomado conocimiento de la profunda inquietud existente en muchas de nuestras congregaciones, en torno a la crisis económica que atraviesa el país y que va afectando a un número creciente de familias argentinas’…”446

444 Rodolfo R. Reinich, “La página de la Junta Directiva”, en: G/RP Año 86, Nº 8, Agosto 1981, p. 86. 445 Rodolfo R. Reinich, “La página de la Junta Directiva”, en: G/RP Año 86, Nº 9, Septiembre 1981, p. 182. 446 Rodolfo R. Reinich, “La página de la Junta Directiva”, en: G/RP Año 86, Nº 10, Octubre 1981, p. 206.

129

Luego de enumerar varias dificultades socioeconómicas específicas, Reinich invita a

las congregaciones a reflexionar (el 11 de octubre 1981) sobre Prov 14, 31-34 y Sal 82, 3-4,

para que la meditación y la oración las ayuden a “descubrir cual puede ser nuestra

contribución concreta y solidaria […] a recuperar y afirmar en Jesucristo nuestra esperanza

de ‘nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia’ (2 Pedro 3:13)”447

Al inicio de este trabajo hemos optado por delimitar nuestro análisis a la Argentina;

permítasenos empero, abordar una problemática fundamental que ha marcado la realidad de

muchos miembros de la IERP. Dios y la Tierra es el tema en torno al cual giran cuatro

artículos de Juan Pedro Schaad, publicados entre abril de 1981 y julio de 1982. El primero

de ellos presenta la realidad de los campesinos en la región noreste del Paraguay, una de las

regiones “de la declarada ‘Zona de Misión’”448 durante el Sínodo de 1977. Schaad describe

la realidad de esta región afirmando que tras diez años de inmigración y migración interna

encuentra un pueblo heterogéneo que “lucha duramente solamente para ‘vivir’”, viendo

como los sueños son desplazados por “el cansancio y la resignación” ante la injusticia, el

engaño y la inseguridad. A este cuadro se suma que “el índice de mortalidad infantil es

similar al de adultos y viejos”449.

Esta realidad es la que impulsa a pastores y sacerdotes a trabajar juntos a fines de

noviembre de 1980, en un seminario auspiciado por el Comité de Iglesias para Ayuda de

Emergencia del Paraguay (CIPAE). De este seminario, del que participan además

profesionales de las áreas sociales, surge una carta dirigida “A los hermanos migrantes de la

región este del Paraguay”450 del 26 de noviembre de 1980 y que sería leída en forma

447 Ibíd, p. 206. 448 Juan Pedro Schaad, “Dios y la Tierra (I)”, en: G/RP Año 86, Nº 4, Abril 1981, pp. 60-61. 449 Ibíd., p. 60. 450 Ibíd., p. 60.

130

simultánea en las iglesias católica y evangélicas. En esta carta, además de las problemáticas

ya planteadas, se afirma:

“También están cansados de buscar trabajo o una tierra para arrendar y la mecanización les quita su trabajo. Hay muchos que sufren injusticia por abuso de autoridad. Paraguayos y brasileños sufrimos por estos y otros problemas. Estamos viviendo juntos en esta región de tanta riqueza natural. Pero ¿realmente vivimos juntos? ¿Compartimos nuestras preocupaciones? Vinimos todos para encontrar un futuro mejor para nosotros y nuestro hijos, por eso somos responsables todos de construir ese futuro. Tenemos un fuerte aliado en nuestro Dios que vino junto con nosotros, cuya voluntad es un mundo donde haya tierra y trabajo para todos, donde el pueblo no es dividido entre paraguayos y brasileños”451

El desafío para estas comunidades no se limita a enfrentar la situación

socioeconómica adversa, sino que implica también romper las barreras culturales y étnicas

que los separan del otro tan pobre como ellos. En agosto de 1981 se pública la segunda

parte de este trabajo. Bajo el subtítulo “Aspecto jurídico”452 expresa que la mayor

preocupación de los migrantes es tener “un pedazo de tierra debidamente titulado”, sin la

cual su carácter de peregrinos se agudiza por la inseguridad453. Pero los campesinos no sólo

eran víctimas de estafas o trámites burocráticos. También sufrían situaciones como la que

describe al referirse a los ocupantes de tierras fiscales:

“De acuerdo a la ley se considera propietario a todo aquel que en esas condiciones vive y trabaja por 10 o más años. De pronto aparece algún magnate alemán, suizo o italiano que compra algunas miles de hectáreas y con el título en la mano se encuentra con estos campesinos. Dos leyes, dos dueños. Uno fuerte y poderoso y el otro débil y desamparado.”454

En ese marco nace el Programa de Ayuda Cristiano (PAC), que nuclea a la Iglesia

Católica Romana y a la IERP, y que resuelve: “acompañar al mas débil e indefenso en la

451 Ibíd., p. 60. 452 Juan Pedro Schaad, “Dios y la Tierra (II)”, en: G/RP Año 86, Nº 8, Agosto 1981, p. 155. 453 Ibíd., p. 155.

131

obtención del título de su tierra o de una indemnización justa”455. Este trabajo se lleva

adelante por medio de un equipo interdisciplinario. Pero tal vez lo mas significativo es el

fundamento teológico de este compromiso:

“Creemos que la tierra es un bien que Dios pone a disposición de los hombres. Al menos ese es el concepto que predomina en la Biblia. Sin embargo, creemos que tienen preferencia aquellas personas que trabajan directamente su tierra, que viven de ella y por lo tanto tienen el derecho inalienable de poder vivir de ese su trabajo con dignidad. Estamos también convencidos que con el esfuerzo mancomunado de los campesinos aun es posible luchar por lograr ese objetivo.”456

En el tercer artículo de esta serie, Schaad explica que el “empobrecimiento acelerado

de los campesinos”457 es producto de una explotación casi exclusiva de soja, es decir

monocultivo, con una acelerada deforestación que ha eliminado la selva y la mecanización

del trabajo que ha reducido costo y rentabilidad de los pequeños productores. Ante esto

algunos campesinos solicitan créditos, endeudándose; en tanto el precio de la soja baja año

tras año. Estos campesinos se funden y buscan una salida continuando con la migración a

nuevos campos o a algún centro urbano. La ideología imperante en ellos, que apunta a

explotar el campo en forma de empresa, los convierte en víctimas, “eslabones necesarios

para que este proceso, que es mundial, pueda realizarse rápidamente y a bajo costo”458. Y

aunque la solución buscada por los campesinos sea cambiar de rubro de cultivo siguen

dependiendo de los precios internacionales, de la buena o mala cosecha de los campesinos

en otro lugar del mundo459. La propuesta es volver a ser agricultores, es decir:

“un artista de la tierra.[sic.] Alguien que ama su tierra. Estos agricultores se preocupan en primer lugar de que la tierra les dé lo que necesitan para subsistir […]

454 Ibíd., p. 155. 455 Ibíd., p. 155. 456 Ibíd., p. 155. 457 Juan Pedro Schaad, “Dios y la Tierra (III)”, en: RP/G Año 87, Nº 5, Mayo 1982, pp. 88-89. 458 Ibíd., p. 88.

132

En segundo lugar, la tierra que poseen debe proporcionar alimento para los animales […] Y recién entonces si le sobra tierra, se dedica a la explotación, en lo posible diversificada, de algún rubro para comercialización. Posiblemente esta sea una de las únicas alternativas valederas para la mayoría de los campesinos de esta zona.”

La propuesta apunta a romper con la falacia planteada por el mercado internacional

del cual dependen los productores pero sobre el que no tienen ninguna injerencia. El

fundamento esta en el evangelio de Jesucristo que “muestra permanentemente que hay una

posibilidad también, y para decirlo mejor, especialmente para los más humildes”460. Pero

hay factores que atentan contra ello, en especial el individualismo que no permite ver las

posibilidades de la unión de los campesinos, aun en los aspectos económicos. Schaad

concluye diciendo:

“Si pienso en otras zonas rurales de nuestra Iglesia, por ejemplo Entre Ríos, Buenos Aires, Santa Fe o Uruguay, se me ocurre que hay situaciones muy similares. También allí hay pequeños campesinos que se resisten a dejar su tierra para marcharse a la ciudad. Tal vez su soledad no les permite encarar algo nuevo. […] ¿Por qué no pensar en un intercambio entre campesinos o grupos que viven situaciones parecidas? […] Personalmente el que escribe se ofrece para iniciar ese diálogo entre campesinos de distintas partes de la cuenca del plata, un diálogo a través del cual unos cuenten a otros sus experiencias, sus éxitos y fracasos.”461

En su cuarto artículo Schaad desarrollará las consecuencias sociales de la migración.

Lo que en los inicios había sido “tierra de nadie y tierra para todos”462, tras la construcción

del Puente de la Amistad y los inicios de la construcción de la represa de Itaipú —y con ello

la llegada de unos 350.000 inmigrantes brasileños— se modifico de modo que “la tierra

459 Ibíd., p. 88. 460 Ibíd., p. 88. 461 Ibíd., p. 89. 462 Juan Pedro Schaad, “Dios y la Tierra (IV)”, en: RP/G Año 87, Nº 7, Julio 1982, p. 142.

133

comenzó a tener dueños y precio”463. Pero el verdadero problema es la tensión creciente

entre los pequeños campesinos de distinto origen: paraguayos y brasileños luchan por

mantener su pequeño espacio ante los grandes propietarios, pero no pueden apreciar los

aportes que pueden hacerse uno al otro en este proceso. La educación es una demanda

urgente para “evitar odios insuperables”464. Schaad afirma además que si esto sucede,

“Se podrá pensar en formas comunitarias de encarar la vida, la explotación de la tierra, la venta de los productos, la educación de los hijos, la salud de la familia, la elección de las autoridades…, dejando de lado el fanatismo nacionalista, y dando lugar a un vivir juntos y en armonía, en un pedazo de tierra que Dios nos dio.”465

El punto de partida de estos trabajos parece ser la situación existencial de las

comunidades campesinas condicionada por su situación socioeconómica. La respuesta

desde los ministros de las iglesias es analizar la situación y motivar a los afectados para la

acción. La situación específica de estos migrantes se ve agravada por las condiciones

estructurales (teoría de la dependencia). Por esto la acción del PAC se constituye desde una

perspectiva múltiple abarcando: la realidad cultural (relación entre brasileños y

paraguayos), la cuestión legal en relación a la tenencia de la tierra (asesoramiento), la

formación técnica de los agricultores (con opciones ante el monocultivo), y cuestionamiento

a las bases ideológicas de las que forman parte pero que al mismo tiempo los condenan a la

pobreza. Por esto la propuesta de fondo es buscar algo nuevo a partir del compartir de

experiencias ente los afectados (que a largo plazo podría extenderse a toda la Iglesia)

poniendo como horizonte la opción preferencial que muestra la Biblia por los pobres (en

463 Ibíd., p. 142. 464 Ibíd., p. 142. 465 Ibíd., p. 142.

134

futuros artículos esto será más claro). Uno de los ejes fuertes es la afirmación de que la

tierra pertenece a quien la trabaja.

135

1982

En 1982 la Junta Militar, presidida por el General L. Galtieri, ocupa las Islas

Malvinas el 2 de abril; y se rinde de forma prácticamente incondicional el 14 de junio del

mismo año. Como ya hemos desarrollado en el capítulo 1, se busco legitimar lo actuado

desde 1976 obteniendo consenso social ante un enemigo externo. El resultado, como ya

citamos, fueron más de 700 muertos y 1300 heridos.

Como ya hemos expuesto en la introducción, existen algunas investigaciones que

abordan la tematización de este conflicto bélico en los sectores protestantes, incluyendo lo

expresado en la IERP. Por otro lado, si bien podemos interpretar junto a Alonso466 que esta

disputa no fue más que una cortina de humo —sumamente cara para la sociedad argentina—

, con la que se intentó tapar la crisis económica y social en la que estaba sumergida, la

tematización de este conflicto supera los límites de esta investigación. Por estas dos razones

no daremos cuenta de los materiales que sí existen sobre el tema en la RP/G y en los

Informes Sinodales.

En el primer numero de 1982, Bruno Knoblauch es quien firma un artículo titulado

“Jesucristo llama y orienta al cristiano”467. El autor comienza afirmando para qué hemos

sido llamados y cuál es la misión de la iglesia, afirmando en su tercer punto:

“La acción, la actividad de todos los miembros de la iglesia, es decir de aquellos que son llamados por Jesucristo, se orienta en primer lugar a: (sean o no miembros) los desocupados o sub–empleados; los pobres; los despreciados; los enfermos; los encarcelados y sufrientes de todo tipo (ver Lc 4:14-21 y ss). Así lo entendieron también los primero cristianos, que eran todos, salvo contadísimas

466 Alonso, op. cit, pp. 297-300. 467 Bruno Knoblauch, “Jesucristo Llama y orienta al cristiano”, en: RP/G Año 87, Nº 1-2, Enero–Febrero

1982, pp. 8-9.

136

excepciones, totalmente pobres y desposeídos (ver Hech 2:43-47; Hech 4:32-5:11). […] Es responsabilidad todo esto de toda la comunidad.”468

En el quinto punto de su artículo afirma que las congregaciones y la iglesia toda

deben “ser ejemplo en la sociedad que los rodea”469 siendo fieles al mandato de Jesucristo.

Esta comunidad, al pasar desapercibida en medio de la sociedad,

“…semeja a la levadura, que penetra toda la masa (Lc. 13:18-19 y 20-21). y semeja la sal, que da sabor a todo (Mt. 5:13 y 14-16). Ahora bien, para ser levadura, sal y luz, hay que complementarse, conocer profundamente la sociedad, el medio en el que se vive, el país, la política y la economía en la que se mueve la comunidad. Y más que conocer, hay que comprometerse seriamente […] Comprometerse, será actuar en nombre de Jesucristo…”470

Por ejemplo, ante la desocupación “que produce migración y pobreza con todas las

demás consecuencias”. Knoblauch afirma además que Jesucristo “llama a la reforma

permanente, para así servir al prójimo con más humanidad. Esto, y solamente esto, es lo que

llamamos fe (Rom 12: 1-2 y siguientes). Servir en humanidad y entrega, eso es vivir la

fe.”471 A partir de esto el autor se pregunta hacia dónde se orienta la fe de las

congregaciones “¿Esa fe se vive como amor, como entrega y servicio al prójimo? ¿Se vive

como espiritualidad compartida y acción compartida entre miembros y pastores?”472 En este

sentido el autor concluirá afirmando que el amor es “la actitud básica de respuesta al

llamado del Señor”473.

En abril de 1982 un artículo informa sobre las distintas actividades del CEAS. En su

último párrafo explica:

468 Ibíd., pp. 8-9. 469 Ibíd., p. 9. 470 Ibíd., p. 9. 471 Ibíd., p. 9. 472 Ibíd., p. 9. 473 Ibíd., p. 9.

137

“Si bien se intenta dar una respuesta inmediata a problemas humanos y sociales de difícil solución, el objetivo básico es dar una orientación profunda a través de cuidados vitales. Se procura que la persona conozca claramente la naturaleza y las causas de sus problemas. Quizás lo más valioso de todo este programa sea la experiencia de convivencia y aprendizaje, al compartir no sólo los problemas sino también las capacidades, las expectativas y sobre todo, las esperanzas de un camino.”474

Creemos que este es uno de los antecedentes claros de la diaconía con y ya no para

quién necesita ser ayudado. Esto implica la concientización no sólo de quién es ayudado

sino también de quien ayuda al ver al otro, ante todo, como ser humano digno.

En mayo de 1982 se publica el informe que elabora uno de los participantes del

Encuentro Evangélico Latinoamericano de Juventudes convocado por el Consejo

Latinoamericano de Iglesias (CLAI), La Unión Latinoamericana de Juventudes Ecuménicas

(ULAJE) y la Federación Universal de Movimientos Estudiantiles Cristianos (FUMEC). De

este encuentro, realizado en Huampaní, del 21 al 27 de febrero de 1982, el autor informa

que: “la situación de la juventud en los países del cono–sur latinoamericano (Chile,

Uruguay, Argentina y Brasil) es muy similar”475. Esta situación común es descripta en estos

términos:

“En todos los países se implementó un modelo económico neoliberal que concentra la riqueza en ciertos grupos de la sociedad y extranjeriza la economía nacional. Esto es posible gracias a la instauración de un modelo político autoritario que hace factible esa política mediante la supresión de las libertades constitucionales y la violación de los derechos humanos.”476

474 “¿Que hace el CEAS?”, en RP/G Año 87, Nº 3, Abril 1982, pp. 60-61. 475 Alex Zorzin, “Un Encuentro de Jóvenes Latinoamericanos y Cristianos”, en: RP/G Año 87, Nº 5, Mayo

1982, pp. 82-83. 476 Ibíd., p. 83.

138

El artículo continúa enumerando algunas dificultades resultantes: mala formación,

desempleo juvenil, baja remuneración e inestabilidad laboral, entre otros. El autor también

informa que la posición de la iglesia ante ésta realidad es evaluada como conservadora, con

cambios que no son más simples ajustes con mucha resistencia a toda innovación. Esto se

traduce en “la ausencia de una postura crítica y profética por parte de las iglesias

evangélicas”477. Que conlleva una actitud silenciosa y acomodada de los jóvenes ante las

estructuras. A partir de este análisis, los participantes coincidieron

“…en que un objetivo importante sería lograr que los jóvenes cristianos vayan tomando conciencia de la situación en la cual están inmersos y asuman una actitud crítica a partir de su propia fe cristiana. Ello implica un tipo de trabajo juvenil a largo plazo que se desarrolle en dos planos:

1. un compromiso de los jóvenes con aspectos específicos de la realidad cotidiana que los rodea […]

2. Una participación renovada dentro de su propia iglesia que introduzca un cambio en las perspectivas, afirmaciones teológicas y formas litúrgicas tradicionales y conservadoras.”478

Si bien la actividad juvenil dentro de la IERP ya era clara durante la década del ‘70,

este artículo muestra una faceta más comprometida con la realidad y que posibilitará un

trabajo menos tradicional en la década del ‘80.

En agosto de 1982, encontramos una meditación sobre Hechos 18,9-10 realizada por

Carlos Duarte. Si bien parte de la temática está relacionada con la reciente Guerra de

Malvinas, su aporte es más amplio. El autor reflexiona sobre las muchas formas de silencio,

entre ellas

“…un silencio llamado pecado y ese silencio lo venimos practicando desde hace tiempo. Los cristianos han guardado un silencio que condujo a la guerra, es

477 Ibíd., p. 83. 478 Ibíd., p. 83.

139

decir, han cometido un pecado que condujo a la guerra: callaron cuando debían hablar en el nombre de su Señor. Fue un error de muchos. Cuando comenzaron a explotar bombas y morir y desaparecer personas, muchas de ellas cristianas, callamos.”479

El autor especifica los silencios ante las explicaciones falsas sobre la miseria que

crecía, la especulación financiera, los preparativos bélicos ante Chile y la guerra de

Malvinas; el autor concluye preguntándose “¿Seguiremos cometiendo el pecado llamado

silencio?”480 Este artículo, leído en el marco de la demanda de ser una Iglesia profética,

reafirma el mandato de posicionarse críticamente ante la realidad. Por esto el silencio es

sinónimo de pecado.

“Algunos quizá no han caído en la cuenta. Lo cierto es que la Biblia es una

proclamación de los derechos universales del hombre.”481 Así se inicia el artículo extraído

de Rápidas. El artículo elaborado por el Seminario de la Arquidiócesis de San Salvador

relaciona con textos bíblicos los treinta artículos (condensados) de la Declaración Universal

de los Derechos Humanos.

En diciembre de 1982, en “La página de la Junta Directiva” Rodolfo Reinich

escribe:

“Creo que nuevamente estamos llamados a hacer un balance de nuestra vida como miembros de una comunidad de fe y como ciudadanos de una comunidad civil, de la cual también formamos parte y por cuya vida también tenemos responsabilidad. Lamentablemente, deberemos contabilizar muchas experiencias negativas, como una guerra con todas sus secuelas de horror y como el descubrimiento de tumbas donde han sido sepultados seres humanos ‘sin identificación’, situación frente a la cual

479 Carlos Duarte, “Un silencio llamado pecado”, en: RP/G Año 87, Nº 8, Agosto 1982, p. 161. 480 Ibíd., p. 161. 481 “La Biblia y los Derechos Humanos”, en: RP/G Año 87, Nº 9, Septiembre 1982, pp. 194-195. cf. “30 años

de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, en: G/RP Año 83, Nº 12, Diciembre 1978, pp. 238-239.

140

nadie da una respuesta clara. Es un hecho que nos llena de tristeza y angustia por sentirnos librados a oscuras fuerzas anónimas e incontroladas.”482

Creemos importante la dimensión pastoral desde la cual es abordada la denuncia y el

llamado a la reflexión ante la divulgación de las atrocidades cometidas por la dictadura

sobre la cuestión de los Derechos Humanos, que provocaron conmoción en buena parte de

la sociedad.

En este mismo número de la RP/G Juan Carlos Michel elabora un informe de lo

discutido en la CPP 1982, realizada en noviembre de este año en Misiones. La conferencia,

cuyo tema fue “La misión de la iglesia en el contexto real”, trabajó sobre dos documentos:

un documento oficial del episcopado argentino “Iglesia y Comunidad Nacional” (mayo de

1981) y el documento final del Encuentro Ecuménico de Teología Pastoral “Respuesta

teológica a los desafíos del Cono Sur” (Caxias do Sul, Brasil, julio de 1982). Esta

conferencia desarrolla el tema en dos momentos: primero define el contexto real en el que

se desarrolla la vida de la iglesia y luego trato de definir la misión que le corresponde

cumplir a la iglesia en ese contexto. Acerca de el primer momento Michel escribe:

“…se destacó la gravedad de los problemas económicos que sufre la mayor parte de la población. El creciente empobrecimiento, la desocupación, los endeudamientos bancarios, fueron señalados como consecuencia del sistema económico vigente, que uno de los grupos de trabajo calificó de ‘antropófago’. Se señaló también el carácter dependiente de las estructuras económicas, […] La continuidad de este sistema económico dependiente es garantizada a través de la dominación política, en la cual cumplen una función fundamental los militares, […] la legitimación teórica de la intervención militar y de la represión violenta es provista por la ideología de la seguridad nacional. En el plano cultural la dominación se expresa como alienación o desculturización, producto de la manipulación de los medios masivos de comunicación […] la mayor parte de los miembros de nuestras iglesia no pertenecen a los sectores más afectados, […] y no

482 Rodolfo R. Reinich, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 87, Nº 12, Diciembre 1982, p. 280.

141

siempre están dispuestos a enfrentarse con la realidad mientras sus consecuencias no los toque en carne propia.”483

En el segundo momento la Conferencia definió la misión de la iglesia como: “la

divulgación del Evangelio con palabras y hechos” y como “la búsqueda de cambios de

actitudes totales y no sólo espirituales”484, al establecer lineamientos de cómo

implementarlas, afirma:

“…se hizo énfasis en la necesidad de formar comunidades o grupos. Estos deberían servir, por un lado, al afianzamiento interno de la fe y la convicción cristiana de sus miembros y, por otro, como base a células de evangelización dentro de su ambiente. […] La reflexión de los problemas concretos y cotidianos, como por ejemplo la situación de desigualdad entre los miembros de la misma congregación o entre ellos y su contexto, debería llevar a una autocrítica sincera, tanto del pastor como de los laicos, y a una toma de conciencia de las situaciones de pecado social […] paso previo a la concientización y de la acción ‘extra muros’, fuera de los límites de la propia congregación.”485

La CPP es consciente de que hay obstáculos para implementar esta misión, a saber

“la resistencia a dejar de ser un grupo cuya característica principal es su origen étnico

común”. Esto provoca además de un freno del ingreso de criollos a las comunidades, un

aislamiento de ésta respecto de su medio ambiente. Por otro lado, señala la necesidad de

“desarrollar en la comunidad una ética coherente” y de “no disociar la predicación de los

hechos concretos”. Finalmente Michel recuerda que se “enfatizó la necesidad de que la

iglesia concrete su presencia profética frente al problema de los derechos humanos…”486.

483 J. C. Michel, “La misión de la iglesia en el contexto real”, en: RP/G Año 87, Nº 12, Diciembre 1982, p. 278.

484 Ibíd., p. 278. 485 Ibíd., p. 278. 486 Ibíd., p. 278.

142

1983: “Las cosas viejas pasaron; he aquí, yo hago nuevas todas las cosas” 487

En su primer carta del año, Reinich luego de informar sobre las marchas de protesta

—entre las que destaca la marcha de la resistencia en la que los familiares de personas

detenidas–desaparecidas reclamaban información sobre sus familiares y “una manifestación

cívica multitudinaria”488 que terminó con violencia— y otras situaciones que son

preocupación en los últimos días de 1982, dice:

“También hay esfuerzos e intentos por transformar tantas cosas negativas. Las palabras ‘perdón’ y ‘reconciliación’ han sido muy usadas durante las últimas semanas. Como cristianos estamos convencidos de que la reconciliación es posible y necesaria. […] Pero la reconciliación no puede ser impuesta por quienes quieren con ella ocultar su propia culpabilidad..”489

Reinich al igual que otros líderes protestantes, hacen hincapié en una transición no

violenta hacia la democracia, pero ante los “Quince temas para concertar…” propuestos por

Bignone en noviembre de 1982 —en los que intentaba clausurar el pasado— se hacia

necesario plantear posiciones claras sobre todo porque, en no pocos sectores de la sociedad

y de las iglesias, esta propuesta de ‘borrón y cuenta nueva’ tenía cierto apoyo.

En este primer número de la RP/G de 1983 también es publicado un suplemento

titulado “Reflexiones preliminares para la 28ª Conferencia Sinodal”490. Este material que

fue elaborado con aportes de Arnildo Schneider y los pastores Arturo Blatezky, Hans–

Günter Hass, Bruno Knoblauch y Dieter Knoblauch, antes de ser publicado ya había sido

487 Lema de la “Vª Asamblea General Ordinaria y XXVIIIª Conferencia Sinodal. 14-18 de octubre de 1983. Olivos – Buenos Aires” (Informe Sinodal 1983). Vol. I Informe Sinodal, Vol. II y III Material de trabajo. IERP, Buenos Aires, s/f.

488 Rodolfo R. Reinich, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 88, Nº 1-2, Enero—Febrero 1983, p. 12. Sobre el tema específico de la reconciliación ver además: –R.R.R., “La reconciliación… es posible”, en: RP/G Año 88, Nº 3, Marzo 1983, p. 29. –Aldo M. Etchegoyen, “RECONCILIACIÓN camino difícil… pero indispensable”, en: RP/G Año 88, Nº 3, Marzo 1983, p. 38.

489 Ibíd., p. 12.

143

enviado a las distintas congregaciones de la iglesia, pero ahora se lo publicaba para que

también las personas de forma individual puedan aportar reacciones y respuestas.

En el primer punto del material “Situación actual de la IERP y sus

congregaciones”491 se recopilan distintas afirmaciones que definen cómo es percibida la

iglesia: tradicional; de transplante; de minoría; étnica; iglesia club; sin misión; por

inercia; de adultos; de los servicios y oficios ministeriales; falta testimonio; poca asistencia

a los cultos; etc.492. Cada uno de estos aspectos —no hemos mencionado todos— es

presentado con un breve aclaración. Al final de la enumeración se hacen las siguientes

preguntas: “a) ¿Qué puede usted o su grupo añadir a esta lista?; b) ¿Esta lista refleja la

situación de su congregación?”493 Dentro de este punto se agregan además opiniones

aportadas por los colaboradores sobre la eclesiología de la IERP. El segundo punto se

pregunta “¿Por qué es así?” y enumerando algunas opiniones al respecto, pregunta: “a)

¿Está usted de acuerdo con estas causas?; b) ¿Qué causas podría agregar usted?”494. En la

tercera y última parte se pregunta: “¿A dónde vamos? ¿Qué iglesia queremos?”495 Además

de enumerar algunas opiniones, como lo hace en los puntos anteriores, pregunta: “b)

¿Necesitamos una reforma en nuestra Iglesia? En caso afirmativo ¿en qué?; c) ¿Cómo puede

llevarse a cabo esta reforma? (¿Quiénes deben asumirla?)”496. La pasividad de la Iglesia es

entendida como el resultado de su carácter étnico y de su dinámica como espacio social

similar a un club.

490 “Reflexiones preliminares para la 28ª Conferencia Sinodal”, en: RP/G Año 88, Nº 1-2, Enero–Febrero 1983, Suplemento, pp. I-IV.

491 Ibíd, p. I. 492 Ibíd, p. I-II. 493 Ibíd, p. II. 494 Ibíd, p. III. 495 Ibíd, p. III-IV. 496 Ibíd, p. III.

144

En marzo de 1983 Juan Abelardo Schvindt informa sobre la Asamblea Constitutiva

del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) realizada en noviembre de 1982 bajo el

lema: “Jesucristo: vocación comprometida con el Reino”497. De la exposición que realizara

en esa oportunidad el Dr. José Míguez Bonino, Schvindt rescata el siguiente fragmento:

“‘Tenemos preguntas que hacernos mutuamente con toda seriedad. Algunos quieren preguntar a sus hermanos: ¿No corren ustedes el riesgo de rebajar el evangelio a un programa de renovación de la sociedad, de borrar la trascendencia, de minimizar la obra expiatoria de Jesucristo, de privilegiar la acción en detrimento de la fe? Otros quisieran invertir la pregunta: ¿No abaratan ustedes el evangelio con una gracia sin discipulado, un Reino sin Justicia, una fe sin compromiso humano, un amor subjetivo e individualista que desconoce la búsqueda de la justicia y las demandas concretas de la solidaridad?…’”498

En estos términos Bonino plantea la misión integral de la iglesia, en la que ya no se

pueden pensar aisladamente la fe y la acción consecuente con el discipulado.

“La inevitable opción política”499 es el título de un artículo que según su encabezado

no pretende llegar a conclusiones terminantes. En el mismo, Carlos Duarte reflexiona sobre

cuál es la responsabilidad política del cristiano y de la iglesia en el mundo moderno y

concretamente en la Argentina en 1983. Extraemos, desde la perspectiva de nuestra

investigación, los conceptos más importantes de este artículo.

“…En el caso de que como cristianos descubramos en la realidad que nos rodea —léase sociedad— elementos que pueden estar en conflicto con los valores que

498 Ibíd, p. 35.

497 Juan Abelardo Schvindt, “Para que el mundo crea”, en: RP/G Año 88, Nº 3, Marzo 1983, pp. 34-35. Ver además: “Mensaje del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) a las iglesias y pueblos del Continente Americano”, en: RP/G Año 88, Nº 4, Abril 1983, pp. 66-67.

499 Carlos Duarte, “La inevitable opción política”, en: RP/G Año 88, Nº 4, Abril 1983, pp. 62-64. En septiembre de 1983, un artículo trabaja sobre la pregunta de cual es la relación entre la salvación del cristiano como un don de Dios y nuestro esfuerzo por salvar al ser humanos de la violación de los derechos humanos más elementales, ver: Enrique Vijver, “La salvación y los Derechos Humanos”, en: RP/G Año 88, Nº 9, Septiembre 1983, pp. 176-179.

145

se sustentan en el Evangelio, la iglesia puede elegir entre dos caminos: Uno es desentenderse del problema e imitar lo que propone el himno número 161 de nuestro Culto Cristiano: ‘Dejo al mundo y sigo a Cristo’. El segundo camino es aceptar que existe algo así como una responsabilidad cristiana frente a la sociedad y entonces reflexionar sobre la participación de los cristianos en las diferentes formas de realización política: partidos, municipios, sociedades de fomento, etc. Organizaciones por medio de las cuales se trata de transformar positivamente el mundo en que vivimos, acercándolo, aunque sea sólo un poco más al ideal que los cristianos tiene de la vida.”500

Duarte continúa su análisis afirmando que la tarea de la Iglesia no es apoyar a un

partido político en particular sino anunciar al mundo el mensaje de Jesucristo y practicarlo.

Esto necesariamente tiene consecuencias políticas en un mundo donde “el hambre se debe

no a la falta de alimentos, sino a su mala distribución —donde pocos tienen y desperdician

mucho, y donde muchos sufren porque lo que tienen es insuficiente para llevar una vida

digna—, hablar de alimentar al hermano y hacerlo tendrá consecuencias políticas

inevitables”501. A partir de esto, el autor afirma que cualquier postura de la Iglesia ante la

realidad siempre tendrá consecuencias políticas. Por este motivo “si los cristianos deseamos

tomar en serio el Evangelio debemos tomar seriamente la política.”502

Duarte explica también que en el mundo moderno la política es el espacio en el que

se determinan las formas de educación, de economía, de salud y bienestar, etc. a lo que

agrega:

“Cuando, por ejemplo, un pueblo sufre el azote de la desocupación, ello es consecuencia de una política. O cuando se decide gastar más en armamento que en educación, también es consecuencia de una política que no la juzgamos nosotros, sino que se juzga a si misma por sus consecuencias.”503

500 Ibíd., p. 62. 501 Ibíd., p. 63. 502 Ibíd., p. 63. 503 Ibíd., p. 63.

146

En la última parte de su artículo Duarte se refiere a la IERP y la situación Argentina

de 1983 diciendo que ante la ‘apertura política’ sería ingenuo pensar que durante los siete

años anteriores no se realizó política, lo que no hubo fue participación política, de la que

también estuvieron excluidos los cristianos sin la oportunidad de construir una sociedad más

próxima a los valores que Jesucristo ha enseñado. Pero ante la crisis se “hace

imprescindible y urgente el comienzo de un diálogo profundo y fecundo sobre la misión —

las opciones— de nuestra iglesia en el futuro cercano.”504

La discusión en torno a la situación política comenzaba a incrementarse a partir de

esta época. A éste le siguieron un serie de artículos relacionados en los que se discute acerca

de la justicia, qué implica y cuál es su alcance, cual es la relación que guarda con la paz y el

proceso de pacificación. La discusión sobre la cuestión de los Derechos Humanos está

traspasando en mayor o menor medida los textos.

La reflexión bíblica para Pentecostés de 1983 esta a cargo de Arturo Blatezky. El

autor define el acontecimiento de Pentecostés como: “fiesta del valor cristiano” ya que los

seguidores de Jesús, al ser asesinado por las autoridades militares su tiempo, el día de

pentecostés

“…abandonaron sus escondites secretos para ponerse a predicar delante de las autoridades militares y políticas, y de los jefes de su religión judía, o sea, ¡adelante de aquellos que habían matado a Jesús!”505

El autor contrapone esta actitud con la “tranquilidad” en la que se podrían haber

quedado, sin necesidad de arriesgarse. A partir de esto, se pregunta:

“¿Estamos viviendo y proclamando nosotros hoy nuestra fe, con el mismo valor de aquellos primeros testigos del Jesús resucitado? ¿O será que más bien

504 Ibíd., p. 64.

147

estamos escondidos en nuestras tranquilidades’ […]? ¿No es raro que hoy en día nadie se incomode por el mensaje cristiano, así como está presente en nuestras congregaciones?…”506

“No hay paz porque no hay justicia” es el título del artículo de Mirta Asmores en el

que plantea una estrecha relación entre la carrera armamentista mundial, el endeudamiento

de los países del tercer mundo y la situación de dependencia respecto de los países

desarrollados. Asmores afirma que la base para trabajar por la paz en su contexto es la

obediencia a Dios en los términos planteados en Zacarías 7,8-10;8,4-5.6b-9a.12a.13b.16-

17.19b. Es a partir de este texto que la autora afirma que:

“…paz no es una simple tregua, porque ello sería sinónimo de ‘orden establecido’ y significaría la continuidad de una situación de injusticia, de incertidumbre, de la negación de ser agentes de nuestro propio destino histórico. […] para nosotros hoy paz es lucha. Lucha por un nuevo comienzo. Lucha abrazada con sed de justicia, que lleve al cambio de las estructuras vigentes por otras nuevas que tengan en cuenta a las personas para su desarrollo y no para mantenerlas en el subdesarrollo.”507

Asmores de alguna manera expresa lo que en 1983-84 era parte del cúmulo de

expectativas contenidas en la sociedad y que en este caso se centra en la estrecha

vinculación que existe entre paz y justicia. En el mismo número, repudiando el documento

de las Fuerzas Armadas publicado el 28 de abril de 1983 —“Documento final sobre la

guerra contra la subversión y el terrorismo”508—, la conferencia del Cuerpo Pastoral del

Distrito Entre Ríos de la IERP declara:

“…solidarios con las víctimas inocentes, con los que han sufrido y con los reclamos de los familiares de detenidos y desaparecidos […] declaramos: a) Nuestro

505 Arturo Blatezky, “Pentecostés fiesta del valor cristiano”, en: RP/G Año 88, Nº 5, Mayo 1983, pp. 85-86. 506 Ibíd, pp. 85-86. 507Mirta Asmores, “No hay paz porque no hay justicia”, en: RP/G Año 88, Nº 6, Junio 1983, pp. 112-113. 508 Alonso, op. cit. p. 305.

148

repudio a la negación y tergiversación de los hechos cometidos, que con el contenido y la presentación de dicho documento significan frente a tanto dolor y tanta muerte. b) Que como personas y como cristianos confiamos en el triunfo definitivo de la justicia como camino imprescindible para la reconciliación y la reconstrucción nacional.”509

También en el mes de junio de este año, la página de la Junta Directiva refleja junto

al problema de las inundaciones, la preocupación por el “recrudecimiento de la violencia

que sigue costando vidas humanas”510, declarándose

“…enfáticamente en contra de cualquier tipo de violencia que destruya la vida, sea de parte de la subversión, sea que venga de parte de la represión, un crimen es un crimen, aunque sea llevado a cabo por fuerzas supuestamente legales. Nuestra fe cristiana no nos permite aceptar que haya gente con carnet para matar, sino que debemos decir con toda claridad: el fin no justifica los medios. Es y seguirá siendo una blasfemia contra Dios usar su nombre y el de ‘cristiano’ para justificar actos contrarios a sus mandamientos o para defender la impunidad de quienes no quieren someter ante la justicia la responsabilidad de sus actos.”511

El autor no explícita a qué está respondiendo en estas líneas, aunque sospechamos

que el motivo de las mismas es el documento emitido por las Fuerzas Armadas en abril.

En julio de este año, el MEDH se presenta en una breve nota en la que expresa que

ha iniciado su tarea el 27 de febrero de 1976, nucleando a sacerdotes, pastores y laicos.

Expresa sucintamente cuáles son sus objetivos al iniciarse y cuales sus propósitos al

constituirse como entidad civil sin fines de lucro el 22 de diciembre de 1978512.

509 “Declaración del Cuerpo Pastoral del Distrito Entre Ríos de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata”, en: RP/G Año 88, Nº 6, Junio 1983, p. 118. La misma es firmada por: Lothar v. Gostomski, Atilio Hunzicker, Luis Keil, René Krüger, Rodolfo Ross, Ricardo Reinhardt, Juan Schvindt, Rubén Yennerich, Blanca A. Pilón de Yennerich, Raimundo Weiss y Julio Tonn. Ver además: “Mensaje de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas al pueblo y a las iglesias”, en: RP/G Año 88, Nº 6, Junio 1983, pp. 118-119.

510 Rodolfo R. Reinich, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 88, Nº 6, Junio 1983, p. 120. 511 Ibíd, p. 120. 512 “¿Qué es el Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos?”, en: RP/G Año 88, Nº 7, Julio 1983, p. 142.

149

En agosto de 1983, Blanca A. Pilón de Yennerich realiza una meditación sobre 1 Pe

3,13-15. Lo central en el mensaje del texto según la autora es que: “sufrían persecución, no

tenían miedo y seguían dando razón de su esperanza”513. A partir de este mensaje invita al

lector a reflexionar sobre el atentado que sufrió el templo de la Iglesia Metodista de la

ciudad de Santa Fe en mayo de 1983, luego de que se celebrara allí una reunión de la

Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Al frente del templo aparecieron

pintadas que decían por ejemplo: “Aquí nueva casa de terroristas”. La autora luego de

denunciar que hay otros que aun siguen amparándose en las sombras, sin rostro “y en la

inmunidad que les da el miedo que provocan”514, concluirá diciendo:

“…por estos motivos debemos reflexionar y actuar como cristianos a la luz de la Palabra. No podemos quedar indiferentes creyendo ingenuamente que esa situación no nos alcanzará. […] no lograrán hacernos daño porque sabemos que la razón de nuestra esperanza es el Señor de la vida. […] Y sin temor podremos unir nuestras voces al testimonio de nuestros hermanos afectados en esta oportunidad.”515

En octubre de 1983, en la sección “Rincón Juvenil” de la RP/G, se publica “La Santa

Cena como alimento”516. En este artículo de Stella Maris Frizs creemos que se da una

síntesis de la forma en que muchos otros han abordado la demanda de justicia.

“La necesidad de alimento y la carencia del los mismos en el mundo actual, hacen que el acto de comer y beber tengan hoy significados que antes no se percibían. […] la comida no se agota con un fin alimenticio. […] La Santa Cena es una comida que nos alimenta, es decir no da fuerza para vivir como Jesucristo y luchar por lo que él luchó: por la salvación y la liberación de los demás. […] Jesús resucitado se hace comida y bebida para formar parte del hombre, para unirnos con él y actuar con él. […] La Santa Cena conmemora la muerte en la cruz, y es también

513 Blanca A. Pilón de Yennerich, “La razón de la esperanza”, en: RP/G Año 88, Nº 8, Agosto 1983, p. 157. En el texto original el párrafo citado está en negritas.

514 Ibíd, p. 157. 515 Ibíd,. p. 157. 516 Stella Maris Frizs, “La Santa Cena como alimento”, en: RP/G Año 88, Nº 10, Octubre 1983, p. 198.

150

la proclamación de la victoria de Jesús, de su resurrección. Y esa resurrección significa que su objetivo de igualdad, justicia y amor sigue adelante. […] Ella es comida de ‘iguales’ en una sociedad compuesta de obesos por un lado y desnutridos por el otro. Planteémonos algunos interrogantes acerca de la Santa Cena como comida: ¿Son nuestras Santas Cenas verdaderas comidas donde se celebra, se convida y se está dispuesto a compartir? ¿Podemos seguir celebrando tranquilos donde comen del mismo pan opresores y oprimidos?”517

Como vemos, la demanda de justicia es amplia, y está relacionada con aspectos

esenciales del modo de ser iglesia. Pero la realidad socioeconómica abarca también los

aspectos coyunturales provocados por, lo que habitualmente se denomina, ‘desastres

naturales’. Las inundaciones sobre la cuenca de los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay en

1983, ocuparon en la RP/G de ese año un espacio importante. Cómo se abordó esta realidad

es lo que intentaremos ilustrar en las próximas páginas.

En mayo de 1983, en un breve recuadro, el vicario Atilio Hunzicker llama a

“Solidarizarnos con los que sufren” a partir de la realidad y la interpelación que nos hace

Mt. 25, 36. Hunzicker presenta la situación en los siguientes términos:

“…muchas familias y personas han quedado a merced de la ayuda paliativa de diferentes instituciones y de alguna ayuda por parte de los diferentes gobiernos. […] Sabemos que el invierno los encontrará sin el mínimo de abrigo y de medios para subsistir. Esto nos mueve a extender un ferviente llamado a solidarizarnos con esas personas que sufren. Nuestro mínimo compromiso con ellos es contribuir con todo lo que esté a nuestro alcance para aliviar un poco esta cruel situación. El cuerpo pastoral del distrito Entre Ríos, junto con las congregaciones, está abocado a la tarea de reunir la mayor cantidad de elementos básicos: alimentos, ropas, calzados, frazadas y todo aquello que considere útil.…”518

En el mismo número Rodolfo Reinich comenzará su carta diciendo:

517 Ibíd., p. 198. 518 Atilio J. Hunzicker, “Solidarizarnos con los que sufren”, en: RP/G Año 88, Nº 5, Mayo 1983, Tapa (cara

interna).

151

“A la ya compleja situación que estamos viviendo, como parte de los pueblos de Argentina, Uruguay y Paraguay, se ha sumado la catástrofe de las inundaciones, motivadas por continuas y torrenciales lluvias […] Es cierto que en estos tiempos difíciles cada uno ya tiene bastantes preocupaciones en su lucha por la vida diaria. Sin embargo, es importante que veamos la situación aún más difícil de tantas familias afectadas por este fenómeno climático y les mostremos nuestra solidaridad. […] ¿Que le parece si nos ayuda a tender una mano?”519

En Junio de este año, se reproduce de Acción un artículo de Luis Greco520 en el que

desarrolla los antecedentes históricos y las perspectivas de implementar políticas hídricas

que solucionen realmente el problema. En las mismas páginas un recuadro firmado por La

Redacción informa sobre el agravamiento de la situación, afirmando además que:

“…la necesidad de ayudar a los damnificados es urgente. En forma inmediata son necesarios alimentos, ropas, frazadas, etc. Pero también será necesaria la ayuda a más largo plazo: especialmente habrá que reparar y construir viviendas. Generalmente en estos casos se recibe mucha ayuda en el primer momento —lo cual es muy bueno—, pero después la cosa se olvida. Y esto es justamente lo que no debería pasar.”521

En esta dirección trabajará un “grupo de trabajo diaconal” creado en la Conferencia

de Pastores del Distrito Entre Ríos para coordinar los esfuerzos de congregaciones e iglesias

tanto en la ayuda inmediata como en el estudio del modo de ayudar a largo plazo. Esta

misma conferencia establece tres centros para recopilar los elementos necesarios, en Paraná,

General Ramírez y Lucas González522.

519 Rodolfo R. Reinich, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 88, Nº 5, Mayo 1983, p. 96. Existe un estudio sobre las causas y alcance de las inundaciones de 1983 que se realizó a pedido del CEAS. Ver: Horacio Gualdieri, Inundaciones. Junio 1983. Mimeografiado. 11 págs. Anexos a este informe encontramos un Mapa de la “Cuenca del Plata” y una “Encuesta sobre Inundaciones al 24 de mayo de 1983”, en: AI caja 193.

520 Luis Greco, “Argentina sumergida”, en: RP/G Año 88, Nº 6, Junio 1983, pp. 116-117. 521 Redacción, “Un compromiso serio”, en: RP/G Año 88, Nº 6, Junio 1983, p. 117. 522 Rodolfo R. Reinich, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 88, Nº 6, Junio 1983, p. 120. Ver

además: Rodolfo R. Reinich, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 88, Nº 7, Julio 1983, p. 144.

152

Desde la Congregación de Ramírez (Entre Ríos) la RP/G recibe un informe en el que

relata el modo en que estaban ayudando a palear la situación provocada por las

inundaciones. Al respecto dice:

“…Al mismo tiempo que se pedía colaboración, se trato de resolver algunas zonas afectadas con la finalidad de establecer contacto con las personas necesitadas, para ver qué cosas se precisaban con mayor urgencia, y cómo se encontraban los evacuados […] se descubrió también mediante la visita a una escuela–comedor que también en la zona existen variadas necesidades y desafíos. Las escuelas están mal provistas de alimentos por parte de las autoridades provinciales, y hay muchas familias que sin ser afectadas por la inundación, están pasando por un momento similar o peor, y por lo tanto también necesitan de una ayuda urgente”523

A partir de esta constatación, recolectan y organizan alimentos, ropas y frazadas para

volver a distribuirlo

“…sin la participación de los pastores, un grupo de personas de la congregación repartió las cosas en las zonas recorridas […] se siguen descubriendo necesidades y se presentan desafíos hasta ahora negados o ‘no vistos’, pero por la magnitud de la catástrofe ahora estos salen a la luz y dejan inquietudes e intenciones de realizar un trabajo más continuo y no sólo de asistencia primaria. Ramírez y su Congregación Evangélica tiene material humano y posibilidades económicas, así como infraestructura (sanatorio evangélico) para responder a estos desafíos con que Dios está llamando a un compromiso. Es de destacar la duda o desconfianza de muchas personas al ser requerida su ayuda, ante la experiencia frustrada de la ayuda en la guerra de las Malvinas. La presencia de la Iglesia en muchos casos facilitó las cosas y puso de manifiesto las posibilidades de una comunidad en servicio activo.”524

Lamentablemente este informe no menciona un autor, aun así nos perece revelador

el proceso vivido por los laicos ante una realidad que les era desconocida.

523 “Informe de la Congregación Evangélica de Ramírez sobre la catástrofe de las inundaciones”, en: RP/G Año 88, Nº 7, Julio 1983, p. 143.

524 Ibíd, p. 143.

153

En agosto de 1983, las noticias de la inundación llegan desde el Chaco, donde la

FAIE junto a la Municipalidad de Resistencia firma un convenio para la construcción de

250 viviendas provisorias525. También se mencionan las inundaciones en la región este del

Paraguay donde la Municipalidad de Puerto Stroessner526 ha ofrecido terrenos para el

reasentamiento de 70 familias —que tendrán que pagar los terrenos—, en esta situación el

PAC aporta un abogado y un promotor que ayude a organizar el reasentamiento, además de

3 millones de guaraníes obtenidos “a través de distintas agencias donantes”527. Por último

encontramos un detallado relato que Harmut Winkler hace de su visita a Villa Paranacito

(Entre Ríos). La descripción de las distintas visitas y algunas de las charlas sostenidas con

miembros de la comunidad y con un “grupo de obreros que trabajaban en el desmonte”

reflejan la dura realidad socioeconómica agudizada por la inundación que tiene bajo agua la

Villa528.

En octubre de 1983, mes en el que se realiza el Sínodo de la IERP, se publica en la

RP/G el “Informe de la Congregación Evangélica de Lucas González sobre el trabajos con

los inundados”. El texto —quizás el más contundente de los presentados— comienza

exponiendo distintas reacciones ante el cúmulo de problemas

“…Algunos se refugian en una falsa religiosidad y empiezan a fantasear sobre los ‘Castigos de Dios’ […] Otros ven por doquier las señales del ‘fin del mundo’, al cual prefieren esperar de brazos cruzados […] Otros por hablar tanto de los problemas de fondo que están detrás de las inundaciones (economía, política, geopolítica, ingeniería), llegan a la conclusión de que ‘no se puede hacer nada’ y que es mejor ‘no meterse’. Gracias a Dios no todos piensan u opinan así. Si nos

525 “Viviendas provisorias para inundados”, en: RP/G Año 88, Nº8, Agosto 1983, Suplemento p. I. 526 Hoy “Ciudad del Este”. 527 “Inundaciones en Paraguay”, en: RP/G Año 88, Nº8, Agosto 1983, Suplemento p. III. 528 Harmut Winkler, “Una visita a Paranacito”, en: RP/G Año 88, Nº8, Agosto 1983, Suplemento, pp. III-IV.

154

preguntamos qué hacer, podemos descubrir dos ejes de acción: la ayuda y los trabajos con los inundados, y una amplia labor de fondo.”529

El autor entiende estos dos ejes de modo que el trabajo directo con las personas no

es excluyente de la posibilidad de estudiar las situaciones y proyectar alternativas. En su

desarrollo, el autor aclara que de los miembros de las congregaciones de la IERP sólo los

que se encuentran sobre las márgenes del Río Uruguay están con el agua en la puerta, el

resto no ha sido afectado. Aun así los grupos atendidos son vastos y en su mayoría no

alcanzados por las políticas implementadas por el gobierno o los otros organismos

involucrados en la ayuda.

El informe suministra datos abundantes sobre la situación de los damnificados y

sobre la forma en que se fue atendiendo esta situación desde las comunidades del Distrito

Entre Ríos. El informe a su vez denuncia la situación general del país a partir de la realidad

con que se han encontrado en la tarea.

“Es ésta una Argentina muy distinta a la de las imágenes de televisión, las tarjetas postales y los folletos turísticos. Una Argentina distinta a la del Mundial ‘78, del país con energía nuclear y con excelentes pistas de esquí en Bariloche, que atrae a turistas de todo el mundo. Es una Argentina muy distinta a la de las autopistas de Buenos Aires, los opulentos almuerzos televisados y las operas del Teatro Colón. Esta es la Argentina del hambre, el analfabetismo, la desnutrición, la pobreza, la marginación, el alcoholismo, la explotación. Es la Argentina despreciada e ignorada por tantos que viven dentro de sus propias fronteras. Y esta Argentina muy diferente, muy humilde y pobre, no es sólo la de los isleños ignorados. Es también la Argentina de los indios y hacheros en el Chaco, los peones de Misiones, los afectados por la tuberculosis y el mal de Chagas en todo el Noroeste, nuestros mutilados y muertos de la Guerra de Malvinas, los cientos de miles de la villas miserias de todas las grandes

529 “Informe de la Congregación Evangélica de Lucas González sobre el trabajo con los inundados”, en: RP/G Año 88, Nº 10, Octubre 1983, pp. 202-204. (El texto pertenece a René Krüger, pastor de esa Congregación, que lo envió a la RP/G luego de socializarlo con la Comisión Directiva y de hacerlos circular como volante en todas la filiales de la Congregación. Información personal de R. Krüger.)

155

ciudades, los desaparecidos, los obreros despedidos y los agricultores empobrecidos y fundidos. Frente a todos estos problemas ya es arrogancia anormal, ciega y maliciosa seguir afirmando pasivamente que ‘aquí todo va bien’, ‘los pobres son pobres porque no quieren trabajar’, que ‘cada cual esta en la situación que se merece’, o que ‘cada uno es artífice de su propio destino’. O, haciendo gala de un enfermizo exhibicionismo y egolatría, decir: ‘Si yo fui capaz de hacerme de algo, ¿por qué los demás no hacen el mismo esfuerzo?’”530

Esta realidad que sale a la luz, para muchos, a partir de la realidad de los inundados,

se convierte en una motivación para la acción:

“…A iniciativa de miembros y pastores de algunas congregaciones se tomó contacto directo con los inundados, evacuados y autoevacuados, y se empezó a colaborar con ellos mediante la entrega de víveres y ropa en una primera etapa. Luego, la Conferencia Pastoral del Distrito Entre Ríos, reunida en Bóvril el 3 de mayo de 1983, resolvió designar un Grupo de Trabajo Diaconal y crear un fondo especial de ayuda para los inundados. El Grupo de Trabajo tiene por objeto coordinar y apoyar el trabajo que han iniciado distintas congregaciones; a la vez que realiza estudios a fin de lograra una mejor ayuda a largo plazo. El fondo de emergencias para los inundados se forma mediante donaciones y ayudas de diversos orígenes: congregaciones, la Iglesia, otras iglesias, organismos y entidades.”531

El informe continúa su relato, describiendo distintas etapas en las que se ha

desarrollado la ayuda concreta, en la que se estaba comprometiendo directamente la

membresía de las comunidades. El autor enfatiza que el aporte propio de estas

congregaciones está en la búsqueda de autoevacuados que no son contemplados por las

redes de solidaridad ya establecidas por el Estado o la Cruz Roja, etc. Al mismo tiempo se

resalta que:

“…La desconfianza frentes a programas de recolección y de ciertos ‘fondos’, nacida de experiencias anteriores, dio lugar a un apoyo generoso al tenerse plena seguridad del destino final de lo donado. Tenemos la esperanza de que esta labor

530 Ibíd., p. 203. 531 Ibíd., p. 203.

156

comunitaria establezca pautas para un nuevo compartir en nuestro país, superando tanto el viejo ‘no te metas’ como la terrible corrupción.”532

El informe concluirá afirmando que esta situación es una oportunidad para las

congregaciones de salir de sí mismas y descubrir la realidad que los rodea y emprender

acciones concretas en el espíritu de Jesucristo. Pero son

“…sobre todo los niños de los inundados y pobres quienes nos preguntan: ¿Qué será de nosotros los chicos? ¿Qué Argentina, qué país nos dan ustedes, los mayores? […] ¿Tendremos, pan, escuelas, abrigo trabajo, vivienda, libertad, felicidad? ¿Podremos tener fe, esperanza y amor? —Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más pequeños, por mi mismo lo hicieron; dice Jesús. San Mateo 25,40.”533

Como hemos constatado e ilustrado en las páginas precedentes, las inundaciones

tuvieron un eco importante en la RP/G durante el año 1983. Estos ecos se agregan a otros

temas relacionados con la realidad socioeconómica de la Argentina abordadas en otros

tantos artículos. El eje común de los mismos está en la interrelación entre fe y acción

(seguimiento). Constatamos también que en estos artículos se traza una propuesta de acción

clara que parte del conocimiento de la situación que conlleva a un proceso de

concientización, este a su vez modifica la reflexión bíblico–teológica y alienta nuevas

propuestas de acción concreta.

En septiembre de 1983 Carlos Duarte realiza un informe de la VIª Asamblea del

CMI, realizada en Vancouver bajo el tema “Jesucristo la vida del mundo”. Duarte, además

de mencionar aspectos formales, comparte con los lectores los principales motivos de

preocupación de los participantes de la Asamblea, los cuatro subtítulos en los que enmarca

estas preocupaciones son: “La injusticia como sistema global”; “La creciente militarización

532 Ibíd., p. 204. 533 Ibíd., p. 204.

157

en todo el mundo”; “Un orden económico internacional injusto”; La intervención directa o

indirecta de las superpotencias”534. A partir de estos cuatro puntos el autor afirma que:

“Las consecuencias de todo esto son el aumento de la pobreza, el hambre, la falta de medios sanitarios y educativos. La expulsión de los campesinos de sus tierras, el aumento de la mortalidad infantil, etc.”535

Al concluir el informe, Duarte resalta que:

“…para nosotros quedan varias tareas para el futuro si tomamos en cuenta los planteado por la VI Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias. La primera, que tiene que ver con lo que mencionábamos recién [contemplación y reflexión / Oración y adoración / acción y práctica de nuestra fe], es el desarrollo de una teología autóctona. Es decir que tomemos símbolos, temas, problemas, características nuestras, propias y las utilicemos para descubrir cómo Dios obra en medio de nosotros a través de su Espíritu Santo. Para llegar a esto no necesitamos de conocimientos profundos, necesitamos de la participación de todos los hermanos presentes en la iglesia. Necesitamos expresar nuestras preocupaciones, alegrías y esperanzas.”536

La tarea pendiente para la IERP es la formulación de su propia teología, esto debería

desarrollarse de forma participativa e incorporando la realidad en la que estamos y en la que

Dios actúa. Es en gran medida una respuesta a las preguntas planteadas para el Sínodo 1983.

En “La página de la Junta Directiva” del mismo número, Reinich comparte su

experiencia y los resultados de las conferencias del Distrito Norte–Paraguay y Norte–

Misiones (Subdivididos por dos motivos: la problemática de la falta de documentos para

poder cruzar las fronteras por parte de algunos delegados y también “debido a que las

problemáticas y las formas de encarar las soluciones son muy diferentes en uno y otro

534 Carlos Duarte, “Un desafío para el futuro”, en: RP/G Año 88, Nº 9, Septiembre 1983, pp. 180-181. 535 Ibíd., p. 180. 536 Ibíd, p. 181. En el mismo número encontramos dos noticias referidas a las tareas y necesidades en la JUM:

Luis Alberto Acevedo “Cursos de Carpintería en el Chaco”, en: RP/G Año 88, Nº 9, Septiembre 1983, p. 183. y [Boletín JUM] “Necesidades urgentes”, en: RP/G Año 88, Nº 9, Septiembre 1983, p. 183.

158

país”537). La conferencia en este último distrito no se desarrolló por las inundaciones. Ante

esta situación, Reinich cita al pastor Jacob Kalmbach, para informa que:

“‘Las consecuencias de este aguacero anormal se harán notar, aquí en Misiones en los próximos meses, de la siguiente manera: perdidas de hasta un 90 por ciento en las cosechas de soja, del 70 ó 80 por ciento de la yerba mate, del 100 por ciento de la tung, y del 60 ó 70 por ciento en la cítrica; paralización por tres o cuatro meses del comercio de la madera. Todo esto tendrá una profunda repercusión en la base de nuestras congregaciones. Pienso —agrega el pastor Kalmbach— que esta situación también llevará a nuestras congregaciones a prestar atención y meditar. Aquí veo positivos factores de vida como desafío para nuestra existencia como congregaciones.’”538

La mención de este tipo de noticias breves parecen responder a la necesidad de una

reflexión sobre esta situación que permita, a su vez, capitalizar en un crecimiento real de las

comunidades lo que en principio será un duro golpe a sus economías. Reinich también hace

referencia a la conferencia realizada en Paraguay, extrayendo de la misma las conclusiones

del trabajo plenario desarrollado a partir de los textos de Lc 15,11-32 y Lc 10,25-37. La

guía para el trabajo fueron las preguntas que tratará el Sínodo en el mismo año: “¿De dónde

venimos? ¿Dónde estamos? y ¿Hacia dónde vamos? como iglesia de Jesucristo en esta

región rioplatense”539. Al referirse a lo trabajado dice:

“Los trabajos en plenario y en pequeños grupos destacaron que lo nuevo que vino a traer nuestro Señor Jesucristo es el Evangelio, en resumen, el anuncio y la práctica de la compasión. […] hemos aprendido que para sentir compasión, es necesario ver la situación del otro, la miseria del otro. Además el Padre vio… corrió… abrazó… ordenó preparar una fiesta…. El samaritano vio… bajó de su caballo… desinfectó la herida… cargo… llevó… puso en buenas manos… pagó.

537 Rodolfo R. Reinich, “La página de Junta Directiva”, en: RP/G Año 88, Nº 9, Septiembre 1983, p. 184. 538 Ibíd., p. 184. 539 Ibíd., p. 184.

159

¿Que relación tienen en nuestra vida y en nuestras congregaciones el ver, el sentir compasión y el actuar de acuerdo a la compasión recibida?”540

Creemos importante observar la hermenéutica con fuerte base práctica con la que se

trabajan los textos bíblicos. Vemos en esta aproximación además de la preocupación

pastoral que surge como rectora de muchas reflexiones, una profunda preocupación

pedagógica por hacer comprensible un mensaje que será planteado en 1983 y reafirmado en

1986.

En 1983 se celebraron los 500 años del nacimiento de Martín Lutero; en relación con

nuestro tema de investigación encontramos tres artículos que los trabajan directa o

indirectamente desde una relectura del pensamiento teológico de Lutero.

El primero de ellos, que trabaja a partir de tres textos bíblicos (Sal 139,17; Rom

3,24; Heb 6,10-11), lo encontramos en el número de septiembre de 1983. En esta

meditación Rubén C. Yennerich trabaja tomando como base la contraposición entre la

gracia barata y la gracia cara. Apelando a la tradición luterana de la IERP, Yennerich

afirma que:

“Así como Lutero luchó contra lo que decía aquel predicador católico: ‘Al sonar las monedas en el cofre, saltan las almas del purgatorio’; luchemos hoy nosotros contra aquel que dice: ‘acumulemos monedas en nuestro cofre, total… la gracia y la misericordia de Dios nos salvan.’ Lutero desde Pablo nos recordó que somos justificados por nuestra fe y por la gracia de Dios, y que nuestras obras no alcanzan. […] nos damos cuenta de la ineficacia de nuestras obras y acciones. Toda acción en búsqueda de un ser humano que se acerque más a su Señor en camino a su plenitud, cae en la frustración, la desesperanza, la angustia y la neurosis cuando ya no sucumbió por la miseria o el hambre. […] cuando llegamos al límite de nuestras fuerzas, ganas u obras; cuando llegamos al límite de nuestro dolor, es allí donde encontramos la necesidad de la gracia, […] así como Lutero dijo: ‘Peca fuerte, pero

540 Ibíd., p. 184.

160

cree y alégrate en Cristo con mucho más valentía’, digamos nosotros: Lucha hasta el fin de tus fuerzas, equivócate, chócate contra tus propios límites como ser humano en el seguimiento y en la fe, pero cree y alégrate a pesar de todo, porque en Cristo y en su gracia encontrarás la fuerza y la esperanza.”541

Esta inteligente relectura de la doctrina de la gracia en Lutero, da los fundamentos

para una acción comprometida con el prójimo pero desde un lugar no cuestionado por los

sectores más conservadores, Lutero.

En el número de octubre de 1983, Alejandro Zorzin reflexiona sobre la actitud

profética de Lutero y sobre parte de su exposición ante la Dieta de Worms en 1521. Zorzin

enfatizando la actitud de Lutero de denunciar ante el pueblo la farsa que justifica la manejos

político–económicos de su época, concluye su análisis de ese discurso afirmando que:

“Callar la verdad, no denunciar la farsa, el engaño: es complicidad con la estructura que oprime al pueblo, es traición al Evangelio. Pero es más aun: es facilitar el aprovechamiento económico, pues frente al pueblo engañado, se consiente una doctrina que justifica la explotación.”542

A partir de esta afirmación, Zorzin hace una actualización del análisis en estos

términos:

“La pregunta que nos debería surgir de inmediato es la siguiente: ¿cuánto de esta osadía y claridad profética presentes en Lutero ha quedado en las iglesias que 500 años más tarde lo veneran como su inspirador? Sería confundir los términos, si pensamos que se trata de atacar el poder de la iglesia. Sería un anacronismo. Antes debiéramos mirar en otra dirección, formularnos otras preguntas: ¿Actualmente dónde está la farsa y quienes la auspician? ¿Qué ‘doctrina de corte humano’ oculta qué tipo de torturas y facilita la explotación del pueblo en manos de qué grupos de poder? […] En América Latina —en especial en el cono Sur— en los últimos 10 años

541 Rubén Carlos Yennerich, “Lutero hoy: Gracia de Dios y Liberación”, en: RP/G Año 88, Nº 9, Septiembre 1983, p. 173.

542 Alejandro Zorzin, “La vigencia profética de Lutero para América Latina hoy”, en: RP/G Año 88, Nº 10, Octubre 1983, pp. 200-201.

161

nos ha tocado vivir un tipo de tiranía terrible que se aprovechó económicamente de su pueblo ‘devorando los bienes y recursos descaradamente’. Amparándose para ello en la tristemente célebre ‘Doctrina de Seguridad Nacional’. Con esta doctrina diabólica los medios de comunicación masiva ‘confundieron a sus fieles’ y amparándose en el derecho cuasi divino de salvar a la ‘Sociedad Occidental y Cristiana’ de su ocaso, los gobiernos de facto ‘y las actividades de sus secuaces’ han desbastado nuestra sociedad. Cuando el bien supremo no es la libertad y la justicia, sino una incierta ‘seguridad interna’ cimentada en cementerios con tumbas anónimas (N.N.), se produce la tergiversación (ideológica) de los valores auténticamente cristianos. Cuando hay una doctrina que consiente el pisoteo de los Derechos Humanos, entonces somos espectadores de una farsa, de una falsificación de los valores que debemos desenmascarar —tal como lo hizo Lutero en su momento. Cuando el saldo de esa tiranía son miles de desaparecidos, desempleo, pobreza y guerras (‘sucia’ o de ‘justa reivindicación territorial’) retractarse, callarse como Iglesia es fortalecer la tiranía y abrirle puertas y ventanas para que se siga ‘excediendo’ aún más libremente que antes. Por eso, si como ‘protestantes’ queremos conmemorar la vigencia de Martín Lutero a 500 años de su nacimiento, no caigamos en la idolatría a próceres mudos (como la propugna la Doctrina de Seguridad Nacional). Rescatemos como luteranos en serio la memoria subversiva de su denuncia y repitamos como iglesia: ‘Aquí estamos, no tenemos otra alternativa. Que Dios nos ayude. Amen.’”543

El autor en su actualización resalta la firmeza del reformador asumiéndola como

necesaria ante la crítica situación de 1983, reafirma de este modo que la fidelidad a Cristo

debe prevalecer sobre cualquier ideología o ley humana. Creemos que se enmarca dentro

del artículo de Yennerich antes presentado.

543 Ibíd., p. 201. En mayo de 1984, un vicario escribe desde Uruguay resaltando el valor profético de este artículo en una dictadura que persigue a quienes demandan justicia, Jorge Gerhard, “Acerca del ‘Correo del lector’ de diciembre”, en: RP/G Año 89, Nº 5, Mayo 1984, p. 80.

162

La XXVIIIª Conferencia Sinodal y Vª Asamblea General Ordinaria (Sínodo 1983)

Llegamos así al Sínodo realizado en la Parroquia Olivos (Buenos Aires) en octubre

de 1983. El lema de este Sínodo, como ya mencionamos, es: “Las cosas viejas pasaron; he

aquí, yo hago nuevas todas las cosas”544. En esta oportunidad el sermón de apertura fue

dirigido por el Arq. Miguel R. Skupch, sobre Rom 12,3-5. De este sermón deseamos

rescatar algunos pasajes que consideramos centrales:

“Hace tres años, en Asunción del Paraguay, hemos oído: ¡Sígueme! En dicha oportunidad dijimos: Escuchamos este llamado en medio de las angustias por el futuro histórico del hombre y en el temor a la pérdida de substancia en la iglesia, dentro de un contexto cada vez más hostil. Sin embargo hemos experimentado que su llamado tiene consecuencias concretas: participando en el culto recibimos fortalecimiento, comunión y edificación como llamados; siguiendo a Jesús podemos llegar a entender nuestra vida como un servicio. […] El lugar donde cada uno ha sido llamado es la mejor plataforma desde donde meterse en esta vida, como seguidor de Jesús, lo que sin lugar a dudas tendrá repercusión presente y eterna.”545

Skupch hace una relectura del sacerdocio común de todos los cristianos en la

perspectiva del servicio y ya no sólo en función de la devoción. En su reflexión continúa

enumerando las distintas situaciones por las que a transitado la Iglesia: las guerras en

Centroamérica y el Atlántico Sur, las inundaciones, las consecuencias funestas de la represa

de Itaipú, la crisis política, económica y social, y el atropello del poder económico

arrogante. Frente a todo esto, Skupch llama a parar, meditar y escuchar en este Sínodo.

Durante la cuarta sesión plenaria se reciben los comentarios del pastor J. Collet de la

JUM que expresa cuál es la situación del pueblo Toba, haciendo énfasis en la problemática

de la tierra y la importancia de ésta tanto a nivel económico como cultural

544 “Vª Asamblea General Ordinaria y XXVIIIª Conferencia Sinodal 19-22 de octubre de 1983. Olivos–Buenos Aires” (Informe Sinodal 1983). IERP, Buenos Aires, s/f.

163

“¿Hacia dónde van? Su futuro inmediato depende del futuro nacional entero, de la claridad de sus líderes, especialmente eclesiales; depende del acompañamiento y solidaridad que nosotros como iglesia brindemos a ellos. Para su subsistencia es primordial que el gobierno les adjudique tierras fiscales (una gran cantidad de tierras en la provincia del Chaco son fiscales). Nosotros tenemos medios para conseguir que los gobiernos lo hagan.” 546

Si bien la problemática de los pueblos aborígenes ya había sido tratada en la IERP

este es el primer Sínodo que recibe un informe de la JUM siendo parte de ella. Es también

importante la relación que se establece con la problemática de la tierra ya abordado por

Zorzin y Duarte en relación a los pueblos indígenas.

En la quinta sesión plenaria el pastor F. Westermann expone un “Breve introducción

al tema ‘¿Dónde estamos?’”547, en ésta realiza una comparación entre la situación que

estaba viviendo el hijo perdido “entre los chanchos”, en la parábola del hijo pródigo, y la

realidad de los campesinos en Paraguay, donde la situación está fea, “¡Es una porquería!”.

Westermann, tras relatar cómo la situación económica también ha deteriorado la situación

espiritual, agrega:

“Dios necesita ayuda: Moisés, los profetas, Jesús han estado reclamando ‘que faltan obreros para la cosecha’. Faltan más ‘samaritanos’, que ven, se acercan y sienten compasión. Esto implica en nuestra situación ser solidarios con la gente que está sufriendo. La compasión nos compromete a gritar por esa gente, que no tiene más voz, gente que ya se entregó. […] ¿Dónde estamos como iglesia? Vale la pena ponernos a pensar y sentir la vergüenza de nuestra falta de con–pasión [sic].”548

Westermann plantea un nuevo lugar para acceder al compromiso, la con–pasión con

el otro, la expresión existencial como clave de comprensión de la necesidad del otro. En

545 Informe Sinodal 1983. Vol. I. p. 101. 546 Ibíd., pp. 206-207. 547 Ibíd., pp. 234-235.

164

cierta medida comienza a perfilarse la necesidad de atender también la consecuencia

espirituales de la pauperización.

En el informe del pastor presidente, Rodolfo Reinich sostiene:

“…es condición indispensable para la subsistencia de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata que pensemos sobre la vida y la misión de nuestras congregaciones. […] se trata en primer lugar y sobre todo de la función, del servicio que nuestro Señor quiere realizar en nuestro medio. Esto nos lleva a preguntarnos ¿de qué forma sirve la IERP a su Señor por medio del servicio a sus hermanos? […] estamos llamados a preguntarnos, también en este Sínodo, si somos consecuentes con la tarea misionera y diaconal para las cuales nos llama nuestro Señor por medio de su Palabra.…” 549

Para esto

“…es necesario señalar que la coyuntura política y socio–económica vivida […] ha afectado profundamente y en la base a nuestras comunidades congregacionales. La inmigración interna, también hacia el exterior, y el drástico empobrecimiento de una gran parte de nuestros miembros son fenómenos destacables. […] Por un lado no hemos tomado conciencia clara del problema que en este sentido han debido sufrir mucho de nuestros hermanos. Y, por el otro, no siempre los hemos acompañado en forma adecuada pastoral y diaconalmente. […] Pensamos que nuestra condición de congregaciones e Iglesia de clase media ha sido profundamente tocada y todavía no hemos podido aprender y aceptar lo que significa ser una Iglesia cuya mayoría son pobres. Esta situación ha llevado a algunas de nuestras congregaciones a plantearse la necesidad de un ministerio pastoral más integral el cual no se agote solamente en los cultos dominicales y los actos pastorales tradicionales, sino que trate también de acompañar y ayudar en las situaciones difíciles de la vida diaria.”550

Reinich destaca que la denuncia de la realidad también se da puertas adentro, pues la

situación económica ha tocado la realidad de las congregaciones y sus miembros. Plantea a

548 Ibíd., p. 235. 549 Ibíd., pp. 401-402. 550 Ibíd., pp. 402-403.

165

continuación que a la injusta distribución de las riquezas se suma además la tensión

eclesiológica, entre lo étnico y la misión comprometida con el necesitado, insistiendo en la

necesidad de arraigarse en los países del Plata551. En este sentido agregará en su informe,

bajo el tema Publicaciones (punto e):

“…hemos creído necesario expresar, por escrito en forma abierta y pública ya sea de nuestra parte o uniéndonos a otras iglesias hermanas, una posición clara como cristianos evangélicos frente a situaciones y problemas que afectan profundamente a personas como lo son la pastoral de la tierra, la paz y la guerra, el armamentismo, los actos que dificultan, impiden o incluso interrumpen la vida de las personas, la administración de la justicia, la educación, etc. No podemos dejar de hacer nuestro aporte a la sociedad toda en que estamos insertados.”552

Continuando con su informe Reinich recuerda a los presentes que en 1980, la IERP

aprobó el “Reglamento del Ministerio Diaconal” y se implementó un “Curso para

Diáconos”553

En este sentido, Reinich sintetiza:

“Sabemos que el servicio al prójimo necesitado es una respuesta que surge del Evangelio. Confrontados con la realidad por la Palabra de Dios hemos sido impulsados a responder a gente en diferentes situaciones estableciéndose a nuestro entender dos tipos de acción: nosotros hacia dentro y hacia afuera de nuestra Iglesia y nosotros junto con otros hacia afuera de nuestras iglesias.”554

551 Ibíd., p. 403. 552 Ibíd., p. 408. 553 Ibíd., p. 413. 554 Ibíd., p. 413. “La relación de las ocho iglesias que integran la Asociación Interconfecional de Estudios

Teológicos (AIDET) es permanente y estrecha porque, además de la preocupación teológica, tratamos de responder juntas a las diferentes necesidades de servicios que se nos plantean a través de las instituciones diacónicas ecuménicas como: Junta Unida de Misiones (JUM), Centro Evangélico de Acción Social (CEAS), Comisión Argentina para los Refugiados (CAREF), Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), etc. […] a nivel nacional se expresa a través de … instituciones ecuménicas de servicio como son el Comité de Iglesias, la Misión de la Amistad y el Programa de Ayuda Cristiana en Paraguay y el Barrio Borro en Montevideo.” Ibíd., p. 409. En este mismo marco es mencionado el CLAI.

166

Del primer tipo, señala el servicio a niños y jóvenes por medio de internados y

escuelas, el servicio a los ancianos en las colonias y hogares y el servicio a los enfermos a

través de los centros asistenciales y el Sanatorio de General Ramírez. Del segundo tipo de

acción diaconal destaca el servicio a los pueblos aborígenes en la JUM; a los campesinos

“frente a los problemas de tierra, educación y salud”555 a través del PAC en Paraguay; “el

servicio al hombre menoscabado en su dignidad como criatura de Dios”556 a través del

MEDH; “el servicio al hombre y la mujer que han caído en necesidad extrema en la gran

ciudad”557 por medio del CEAS y el servicio a los perseguidos a través del CAREF. Sobre

todos estos trabajos los participantes del Sínodo tenían informes en los que se exponen los

fundamentos bíblico–teológicos y datos históricos de su funcionamiento y proyección.

Reinich continúa enfatizando la importancia de pensar cómo trabajar en el futuro, diciendo:

“Al respecto ya habrá sido un paso importante si nuestros miembros están dispuestos a informarse correctamente y de primera mano sobre la realidad y no se dejan poner siempre las anteojeras con que generalmente somos manejados por los medios masivos de comunicación. […] La lectura permanente de la Biblia nos hará sensibles también a aquellas cosas que muchos no quieren que veamos…”558

Esta actualización de la propuesta de Barth de leer simultáneamente la Biblia y el

diario, es profundizada por Reinich al afirmar que hay que hacer ambas cosas crítica y

profundamente.

Otro informe que refleja un estudio de la temática es el informe de la CPP 1980-

1982. Veamos como en éste se ve un cambio en el eje de la discusión. En 1980 en

555 Ibíd., p. 413. 556 Ibíd., p. 413. 557 Ibíd., p. 414. 558 Ibíd., p. 414.

167

Asunción, en relación a la ‘Zona de Misión’ comprendida por el Distrito Norte (Misiones y

Paraguay), se afirma:

“…los hermanos que se desenvuelven en la así llamada ‘Zona de Misión’, expresaron la necesidad de tomar contactos con sus colegas del Brasil abocados a servir y a buscar respuestas con quienes han sido afectados por la problemática de la tierra, que los ha obligado a migrar o a emigrar.”559

Sobre la CPP realizada en 1982 se informa:

“se reitera, desde otra perspectiva, el tema de la misión de la Iglesia: ‘Misión de la Iglesia en el contexto real’. Si bien en 1980 hablábamos específicamente de la zona de misión de nuestra Iglesia, ahora reflexionábamos sobre las distintas formas de comprender la misión en el medio donde la iglesia misma vive […] Como base de las deliberaciones, ya en los grupos, ya en los plenarios, estudiamos textos del catolicismo. Particularmente aspectos de la Conferencia Episcopal Argentina, titulado ‘Iglesia y comunidad nacional’, dado a conocer en 1981, y un documento

titulado ‘Reflexiones teológico⎯pastorales sobre el Cono Sur’, producido en Caxias

de Sul (Brasil), el 24 de julio de 1982.”560

Lo que había nacido como una preocupación puntual parece ampliarse a toda la

iglesia.

En su informe, la Coordinadora General Juvenil Elizabeth E. Müller expresa las

actividades de los diferentes distritos, destacamos uno de los temas del encuentro del

distrito Entre Ríos en 1983 “Nuestro mundo – comprometidos o indiferentes”561 En este

mismo sentido, el Xº Congreso Juvenil a realizarse en el Distrito Norte entre del 12 al 14 de

octubre de 1984 trabajaría el tema: “¿Tenemos nosotros los jóvenes un compromiso con

559 Ibíd., p. 417. 560 Ibíd, p. 418. La CPP de 1981 trabajó sobre la liturgia de ordenación “…con esto se intentó llegar en

profundidad y amplitud a un nuevo orden litúrgico que exprese la comprensión del ministerio por parte de nuestra Iglesia en el Río de la Plata” Ibíd., p. 418.

561 Ibíd., p. 424.

168

nuestra realidad?”562. El compromiso de estas generaciones marcará la perspectiva a futuro

en el compromiso de la IERP.

La XXVIIIª Conferencia Sinodal de la IERP trabajó guiada por las tres preguntas

disparadoras que habían sido publicadas ya en el número 1-2 de la RP/G de 1983: “¿De

dónde venimos?”; “¿Dónde estamos?”; “¿Adónde vamos?”. Estas preguntas se aplicaron a

cada una de las tres áreas: (I) “Proclamación de la palabra”; (II) “Enseñanza (Educación y

capacitación)”, (III) “Diaconía”563. A su vez cada área tiene subdivisiones más específicas

que también trabajaron guiadas por las mismas preguntas.

A partir de la segunda sesión plenaria los grupos informan sobre lo trabajado. En

este caso rescataremos las conclusiones y propuestas. El grupo 1 del Área III (“La diaconía

o servicio al hombre en las distintas etapas de su vida”564), manifiesta

“…la congregación tiene que enfrentarse con la necesidades sociales en su ambiente y dar una respuesta no sólo verbal, sino también activa por intermedio de la diaconía, siendo esta una de las cuestiones que hacen a su existencia. Merecen una especial atención la niñez y la juventud.”565

En la tercera sesión plenaria, el grupo 2 del Área III: (“La diaconía al servicio del

necesitado en las grandes ciudades”), propone profundizar la fundamentación bíblico–

teológica de la diaconía, que la diaconía sea una parte fundamental de la vida de las

congregaciones y que esta se aborde con una metodología clara que incluya en sus pasos

también a quien va a “recibir el servicio” para que la diaconía sea con la gente y no para la

562 Ibíd., p. 423. 563 Ibíd., pp. 210-211. 564 Ibíd, pp. 261-262. 565 Ibíd, p. 262.

169

gente. Para esto es necesario tener materiales adecuados para la formación de laicos además

de incluir profesionales que sean el núcleo de servicio de la Iglesia566.

El grupo 3 del área III (“La diaconía o servicio del necesitado por la amenaza a su

dignidad como ser humano creado por Dios”), concluye:

“De alguna forma hemos vivido en los últimos años la diaconía como servicio al ser humano en defensa a su dignidad. De ahí que la Comisión Argentina para los Refugiados (CAREF), el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), La Junta Unida de Misiones (JUM), Programa de Ayuda Cristiana (PAC.), Comité de Iglesias y Proyecto de Ayuda Rural de las Iglesias de Itapúa (PARII), tienen una base común. Los cristianos debemos estar a la defensa de la vida, pues nadie tiene el derecho de coartarla, porque eso es lo que se desprende del Evangelio y de los mandamientos. […] Insistir que la participación de la Iglesia en el campo de la dignidad humana no implica en ningún momento dejar de exigir la responsabilidad de nuestros estados en relación a estos problemas.”567

El grupo enfatiza que en la diaconía la prioridad es “la defensa de la vida” y la

exigencia al estado para que cumpla con sus funciones en tal sentido. Además detecta

problemas concretos ante los cuales implementar programas a nivel local, mencionando el

apoyo a los campesinos, la desocupación, la juventud, los migrantes hacia las grandes

ciudades y la creación de cooperativas568.

El grupo 4 del área III (“La diaconía al servicio del hombre en el medio rural”569),

afirma que la diaconía debe trascender los límites de la propia feligresía, constatando que

hay cambios profundos que afectan todas las esferas de la vida. Mencionan el

desplazamiento de los ancianos, la desaparición de los pequeños agricultores y falta de

compromiso con los pueblos indígenas, proponiendo además

566 Ibíd, pp. 267-268. 567 Ibíd., p. 263. 568 Ibíd., pp. 263-264. 569 Ibíd., p. 265.

170

“Experiencias con los más pobres y humildes que viven una experiencia mucho más evangélica (Jesús: ‘Miren los pájaros…’) que nosotros, que puedan llevarnos a abrirnos para los ‘Lázaros’, descubriendo así que somos nosotros los necesitados de la diaconía. Estas experiencias van a cambiar nuestra diaconía en el medio rural.”570

Una de las determinaciones más claras de este Sínodo ha sido, en la décima sesión

plenaria, la aprobación (con nueve abstenciones) del “Formulario para la ordenación de

Pastores”571. Dentro del marco de la exhortación al ordenando, la iglesia le recomienda, a

fin de realizar la tarea que le es encomendada:

“…Toma en consideración diligentemente la situación real en que se encuentran los niños, las mujeres y los hombres de la congregación que te fuere confiada y de nuestros pueblos. Las situaciones de injusticia que actualmente muchos viven en nuestros países bajo las más diversas formas provocan el severo juicio de Dios, que condena a todos aquellos que se benefician de ellas y tratan de mantenerlas. Por ello denuncia, según lo hace la Palabra de Dios, concretamente la realidad del pecado y no calles el juicio que en su nombre debes proclamar. Aboga por el orden social en el que reine la justicia, la libertad, la solidaridad y la reconciliación tal como lo demostró Jesucristo con sus palabras y su vida.”572

Esta liturgia de ordenación fue producto de una largo proceso de reflexión en

diversos grupos y Conferencias Pastorales dentro de la IERP.

En este Sínodo en lugar del tradicional “Mensaje a las Congregaciones”

encontramos la “Declaración” de la XXVIIIª Conferencia Sinodal de la IERP. En ella se

afirma que:

“Nuestros padres inmigrantes, al llegar a estas tierra, formaron y encontraron en las congregaciones un trozo de la añorada patria lejana, donde desarrollaron su fe evangélica practicando la solidaridad. Estamos agradecidos por los valores culturales que con sus tradiciones nos legaron, especialmente la práctica

570 Ibíd., p. 265. 571 Ibíd., pp. 034-036.

171

de la fe en nuestro Señor Jesucristo. El amor a Jesucristo nos hace sensibles para percibir la realidad que nuestras congregaciones comparten con el medio y las sociedades donde están insertas. Esta realidad es mayormente angustiante por la acción de los poderes del pecado que generan un empobrecimiento paulatino y […] Reconocemos que frente a estas situaciones, poco hemos hecho como iglesia. La fidelidad a nuestro Señor Jesucristo nos obliga a llevar alivio y esperanza mediante el mensaje de la redención de los poderes y las estructuras denigrantes. Exhortamos a poner nuestros dones y tradiciones al servicio de quienes padecen dentro y fuera de la iglesia…”573

Publicada en el espacio “Correo del Lector” encontramos una carta enviada por un

grupo de miembros de La Falda (Córdoba) y el pastor Otto Faber. En la misma cuestionan

la pobreza del testimonio acerca de la actuación de los padres inmigrantes, la poca claridad

en términos como solidaridad, y el “tinte político” de algunos términos de la Declaración de

la XXVIIIª Conferencia Sinodal. Finalmente expresan “no podemos aceptar este ‘mensaje’,

porque es demasiado pobre en su contenido”574.

La respuesta de Reinich fue publicada en abril del mismo año, en el espacio “Correo

del Lector”. Reinich explica que luego de haber sido leída en la reunión de la Junta

Directiva, la carta enviada fue publicada. El Pastor Presidente expresa que esto es parte de

la herencia de la Reforma que no debemos despreciar: “el derecho a disentir y por lo tanto

de aceptar o rechazar.”575 Sobre la Declaración expresa que la misma fue escrita por una

Comisión de Redacción designada por la Conferencia durante la primer sesión; el proyecto

de Declaración fue discutido ampliamente, habiendo dado la posibilidad de corregir y

enriquecer la misma; y que cuando ya no hubo más observaciones “Fue sometida a

votación.” En tanto sobre la carta, Reinich expresa que no encuentra ni entiende

572 Ibíd., p. 034. Ver el texto completo en: “Ordenación al pastorado”, Exhortación al ordenando (Forma Alternativa), IERP, Agenda II, VIII.

573 Ibíd., p. 601. Ver: “Declaración” en RP/G Año 88, Nº 11, Noviembre 1983, p. 232. 574 VV.AA., “El mensaje del Sínodo”, en: RP/G Año 89, Nº 3, Marzo 1984, p. 34.

172

“la falta de reconocimiento humilde de que los hermanos que escriben la carta forman parte y también son responsables de la pobreza o la riqueza de nuestro testimonio como congregaciones y por lo tanto también como iglesia.”576

Reinich agrega que no ve el significado negativo de la palabra “solidaridad” a menos

que se lo mire desde “cierta perspectiva política o ideológica”577, expresando además que la

solidaridad no son sólo palabras sino ponerse en el lugar del otro. Respondiendo a otro

aspecto de la carta en el que se preguntan “hacia dónde deben conducir los nuevos caminos

del pueblo de Dios en marcha”, Reinich responde que no sabe a dónde pero sí sabe que

podemos

“…contar son su presencia concreta y palpable en nuestro camino, mientras vivimos aquí y ahora. También sé que mi Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, está del lado de los que lo necesitan y los escucha y les responde. De lo contrario qué sentido tendrían los 10 mandamientos y su resumen en el mandamiento del amor. […] La pregunta que sin embargo nos debemos hacer, es si muchos de nosotros los cristianos no pertenecemos a los malos mayordomos que guardamos para nosotros más de lo que necesitamos y nos corresponde, haciendo que muchos otros no tengan lo mínimo indispensable…”578

La carta colectiva que reacciona a la “Declaración” enviada por la Conferencia

Sinodal de 1983, muestra la resistencia presente en algunos sectores de la IERP a los

cambios no sólo bíblico–teológicos sino prácticos dentro de la Iglesia. Mientras algunos

sectores se aferraron a las tradiciones de los antepasados asumiéndolas de forma restringida

(sólo sus valores étnico–culturales), otros planteaban recuperar las raíces mismas de la

reforma, retomando las bases de una lectura crítica de la Biblia y de la realidad. Los

575 Rodolfo Reinich, “Acerca del Mensaje del Sínodo”, en: RP/G Año 89, Nº 4, Abril 1984, pp. 58-59. 576 Ibíd., p. 59. 577 Ibíd., p. 59. Ver: R. Reinich, “¿Que significa ‘solidaridad’?”, en: RP/G Año 89, Nº 4, Abril 1984, pp. 54-

55. 578 Ibíd., p. 59.

173

sectores que reaccionaban a estos cambios incluían tanto a laicos como a ministros, aunque

pocas veces estos últimos han expresado abiertamente su oposición.

174

1984

El nuevo año nace, luego de las elecciones nacionales en diciembre de 1983, con un

espíritu esperanzado en amplios sectores de la sociedad; las expectativas de construcción de

un Estado de Derecho, moderno y democrático, marcaran las preocupaciones del nuevo

Gobierno encabezado por Raúl Alfonsín. A la par comienzan a cristalizarse los reclamos de

justicia que estaban presentes desde la década anterior.

El primer número de la RP/G no podía estar ajeno a este marco general establecido

por la incipiente democracia, como afirma Raimundo E. Weiss es “un año en el que lo

nuevo y lo viejo se codean y entrecruzan permanentemente”579, un año con esperanzas

renovadas que tiene “infinidad de escollos” a superar

“…es que lo nuevo surge apenas tímida e indefinidamente en medio de un pueblo desesperado; un pueblo explotado y con las posibilidades de vida digna destruidas, relegado al hombre como factor social, al rededor de ollas populares; un pueblo desculturizado por una educación postergada…”580

La descripción de la realidad continúa incluyendo los problemas culturales, políticos

y sociales que ha dejado la dictadura, pero la esperanza de lo nuevo ha resurgido. Y plantea

un desafío:

“Hombres comunidades e iglesias tendrán que mirar hacia atrás y reconocer que vienen de la indiferencia y de la negación de la vida como consecuencia de un silencio que estafó su propia fe. […] Cristo Jesús, quien hace nuevas todas las cosas, podrá hacer definitivamente de su iglesia un pueblo presente, comprometido y de buen discernimiento…”581

579 Raimundo E. Weiss, “Marchemos hacia lo nuevo”, en: RP/G Año 89, Nº 1-2, Enero–Febrero 1984, p. 1. 580 Ibíd., p. 1. 581 Ibíd., p. 1.

175

En el mismo número de la RP/G son publicados dos artículos del Jornal

Evangélico. El primero es una fábula que reproduce el diálogos de un grupo de gusanos en

el cementerio tras la llegada de dos nuevos cuerpos, un rico y un mendigo. La fábula

concluye afirmando que:

“Dios cuando creo la vida, no pensó en ricos o mendigos. Pensó en personas, en criaturas. Dios cuando creo la vida, no fue mezquino. Mendigos, ricos, mezquindades, corrupciones, son creación humana. No son obra del Señor.”582

El segundo artículo critica la sociedad de consumo asumiendo, quien escribe, que

está dentro de ella. Los medios de comunicación masiva venden una imagen: quien tiene

dinero ha ‘triunfado en la vida’, Ante esto se pregunta:

“¿Es justo ser medido por mi dinero? ¿No tengo ningún otro valor fuera del capital que acumulo? […] Para poder observar, si la sociedad de consumo, el poder del capital, el ‘vales lo que tienes’, es un criterio social justo, vamos a hacer apenas una cosa: mirar alrededor y contar. Si hubiera más gente con la cabeza erguida, el criterio es justo; si hubiera más gente cabizbaja, entonces nada de eso es justo, y es válido esperar que un día todos puedan vivir en mayor fraternidad e igualdad.”583

En marzo de 1984, uno de los delegados al Sínodo de la EKD en 1983, relata y

reflexiona sobre lo vivido compartiendo algunas preguntas hacia la realidad de la IERP. De

este artículo de Luciano Zorzin citaremos algunas de las preguntas planteadas:

“¿No nos cerramos también nosotros tantas veces hacia nuestros hermanos, compañeros, subalternos, obreros, hijos, alumnos; frente al pobre, al desvalido, al

582 Elfried Kühnel, “Ricos y mendigos todos son iguales”, en: RP/G Año 89, Nº 1-2, Enero–Febrero 1984, p. 4. Alguna cartas de lectores que se oponen al modo o al contenido son: Irene Neddermann, “Sobre el artículo ‘Ricos y mendigos…’(Enero-Febrero 1984)”, en: RP/G Año 89, Nº 3, Marzo 1984, p. 34. Herbert J. Schulz, “Cancela su suscripción”, en: RP/G Año 89, Nº 3, Marzo 1984, pp. 34-35. Frençoise G. de Walicki, “Ricos y pobres…”, en: RP/G Año 89, Nº 8, Agosto 1984, Tapa (cara interna). W. Sabiel, “Acerca del ‘Correo del lector’ de marzo”, en: RP/G Año 89, Nº 5, Mayo 1984, p. 80. Como afirma la carta de Sabiel, es más cruda la realidad de la pobreza que el lenguaje de la fábula, con lo cual queda abierta la pregunta sobre los verdaderos motivos de algunas reacciones.

583 Egon Hilario Musskopf, “Observando la cabeza de las personas”, en: RP/G Año 89, Nº 1-2, Enero–Febrero 1984, p. 5.

176

desconocido, al necesitado? […] ¿Hemos abierto las puertas de nuestros templos a todos por igual; a blancos y a ‘cabecitas negras’, a alemanes y a criollos, y a los pocos indios que aun quedan? ¿Somos iglesia sólo para una minoría de segunda, tercera o cuarta generación, o también somos iglesia para nuestros vecinos, para nuestros hermanos? ¿No será nuestro ‘apartheid’ tan o más triste que el sudafricano? [… Nuestra iglesia] ¿Ha levantado su voz para denunciar tanta injusticia, tanto pisoteo de la libertad y la dignidad humanas? ¿Tenemos un consenso unánime sobre los valores fundamentales del hombre? ¿Apoyamos a nuestros pastores y laicos para que intervengan, para que denuncien, para que obren y mitiguen …?”584

En el mismo número es publicada una declaración de MEDH en la que éste demanda

el conocimiento de toda la verdad sobre lo sucedido durante la última dictadura, criticando

la actitud de algunos medios de comunicación —cómplices del proceso— que parecen estar

más interesados en confundir que en develar la verdad, y exige

“…un juicio que no se agote en una venganza desesperada, proyectada en algunos de los más exponentes instrumentales del crimen y el terror, sino que considere a un nivel realmente histórico, qué ideas sociopolíticas y que concepción del hombre no dudan en utilizar indiscriminada y autocráticamente la opresión y el asesinato para vencer todo vestigio de democracia y […] apoyados en el poder criminal de las armas, establecieron en nuestra patria la destrucción de la industria y el agro, de la cultura y salud pública, de la educación y alimentación de nuestro pueblo, endeudando fraudulentamente al país y propiciando una dependencia multiforme e inédita.…”585

Esta declaración debería considerarse, al menos, desde dos perspectivas: la denuncia

explícita de la opresión y el asesinato vinculados a la situación económica existente en

584 Luciano Zorzin, “El Sínodo 1983 de la EKD”, en: RP/G Año 89, Nº 3, Marzo 1984, pp. 35-36. 585 Jorge Novak, Federico Pagura, Juan Van der Velde, “Hacia la victoria de la vida”, en: RP/G Año 89, Nº 3,

Marzo 1984, p. 31. Para profundizar esta vinculación entre represión militar y opresión económica ver: “Declaraciones de la 6ª Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias”, en: RP/G Año 89, Nº 4, Abril 1984, Suplemento, 4 págs. s/n. MEDH, “Una exigencia de libertad”, en: RP/G Año 89, Nº 6, Junio 1984, p. 107. “Los Derechos del Hombre”, en: RP/G Año 89, Nº 12, Diciembre 1984, pp. 270-273. Rodolfo R. Reinich, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 89, Nº 8, Agosto 1984, p. 160. Rodolfo R. Reinich, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 89, Nº 10, Octubre 1984, pp. 219-220.

177

1984, y a partir del Sínodo de 1983 ya no es sólo un sector de la Iglesia quién adhiere a esta

denuncia, sino que es la Iglesia toda en Asamblea la que ratifica esta posición.

En mayo de 1984 los pastores J. P. Schaad y F. Westermann presentan un artículo en

el que reflejan el proceso de autocrítica a su participación en la obra diacónica en el PAC

junto a la Iglesia Católica. En este marco comparten “la búsqueda de pistas para una nueva

diaconía desde el punto de vista de la pobreza o de la vida”586. Una de sus primeras

conclusiones es que el pobre, la viuda, el huérfano, la ramera y el enfermo —entre otros—

no es “el objeto de la caridad de la iglesia, sino que es la esencia misma de la iglesia”587.

En su desarrollo los autores citan tanto a Lutero como las parábolas de Lázaro y el rico, y el

Juicio a las naciones, afirmando que:

“…la diaconía tiene que ver con el objetivo con que vino Jesús: para darnos vida, y vida en abundancia. Esto tal vez nos señala el primer camino por donde encontrarla: el de la pobreza. Pobres somos todos aquellos que nos damos cuenta que no nos podemos arreglar solos en la vida, que necesitamos del hermano, de los otros. Pobres son los que no tiene voz, los que viven en la miseria, en el hambre, en la explotación, los que esperan un mundo mejor, los que esperan un futuro de vida y vida en abundancia.”588

Los autores aportan además una relectura de Lc 16,19-31 realizada por un laico

luego de contarles una experiencia vivida en la colonia. En la historia, un hacendado —rico

y generoso—, invitó a un asado a los participantes del culto de su comunidad, al momento

de sentarse a la meza rezó: “Señor, sé nuestro huésped y comparte nuestra mesa”, pero

minutos después cuando el que golpeaba la puerta era uno de sus peones “mando decir que

586 J. P. Schaad, F. Westermann, “Una nueva diaconía como búsqueda de la vida”, en: RP/G Año 89, Nº 5, Mayo 1984, pp. 76-78.

587 Ibíd., p. 76. 588 Ibíd., pp. 76-77.

178

esperara afuera”, ante esto quien les cuenta la historia concluye “En la oración lo invitó y

después lo dejó esperando en la puerta”589. Los autores afirman que el error del rico es

“…no animarse a compartir la mesa con Lázaro. Perder la posibilidad de ver en Lázaro la oportunidad de encontrar la vida. […] ¿Cuantas posibilidades se nos presentan en nuestras congregaciones y su radio de influencia para compartir esta esperanza y así encontrar la vida que nos promete Jesús?”590

Schaad y Westermann, retomando las conclusiones de Medellín afirman que no es

necesario llevarles el reino a los pobres, ellos ya lo tienen. Afirmando además que si bien en

nuestra iglesia

“…siempre hubo personas que vieron la necesidad de ayuda y lo siguen haciendo hoy. […] es muy grande la tentación de querer pensar y decidir, planificar y crear expectativas por y para los necesitados, y de esa manera perder la oportunidad de encontrar con ellos la vida. […] Esto significa escuchar, compartir las esperanzas, los sufrimientos y las luchas ofreciendo lo poco que tenemos. […] Nos parece que la diaconía no es una tarea entre otras que tiene la iglesia, sino más bien es el camino por medio del cual la iglesia va a encontrar la vida prometida por Jesús…”591

Esta reafirmación de la diaconía con y no sólo para agrega a lo formulado en 1983

la necesidad de planificar con y dejar de hacerlo por otro. Salir de la omnipotencia del rico

y actuar aprendiendo con el otro, esto también enriquecerá a la Iglesia al encontrar la vida

junto a Lázaro.

En julio de 1984, bajo la sección “Noticias” de la revista, encontramos el anuncio de

la apertura de un Centro de Asistencia Alimentaria (hoy Centro Materno Infantil –

CEMATIN), en el barrio La Unión, entre Ezeiza y Tristan Suárez. Esta “obra diacónica

589 Ibíd., p. 77. 590 Ibíd., p. 77.

179

implementada por la Parroquia Temperley de la Congregación Evangélica Argentino–

Germana Buenos Aires Sur”592 atenderá a partir del 1º de julio a 30 niños y a 10 madres. En

el barrio viven 4500 personas de los que, según relata la noticia, sólo un 30 % está

ocupada; la mayor parte de ellos con sus Necesidades Básicas Insatisfechas (viviendas

precarias, calles de tierra, sin alumbrado público, sin agua potable, ni desagües cloacales);

el 70 % de la población es analfabeta y la única escuela tiene 800 inscriptos y cupo para

400. En la información no se menciona el fundamento bíblico ni objetivos a largo plazo; en

esta primer etapa es “para tratar de paliar las más urgentes necesidades del sector en materia

de alimentación.”593

En el mes de agosto, en el cincuentenario de la Declaración de Barmen594, se publica

un suplemento especial donde se expone el marco histórico en el que surge, las

repercusiones de la declaración en la Cuenca del Plata y el texto completo de la misma.

En el mismo número bajo la sección “Noticias” se informa:

“El titular del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos reveló, el 13 de julio pasado, cifras referidas a los argentinos que viven en estado de pobreza. El estudio realizado por el INDEC para los planificadores del Programa Alimenticio Nacional concluye que el estado de pobreza abarca más de la cuarta parte de la población argentina (27,7 por ciento).”595

591 Ibíd., p. 78. En el espacio de correo del lector de octubre de 1984 Schlegel, cuestionando este artículo, afirmará que lo esencial es la fe en Dios y no ser pobre para ser parte del Reino, Emilio Schlegel, “La Revista Parroquial bajo la lupa”, en: RP/G Año 89, Nº 10, Octubre 1984, Tapa (cara interna ) y p. 214.

592 “Centro de Asistencia en el Sur de Buenos Aires”, en: RP/G Año 89, Nº 7, Julio 1984, p. 130. 593 Ibíd., p. 130. Ver: Edith Rochón Gabarrot “¿Qué es el CEMATIN?”, en: RP/G Año 91, Nº 3, Marzo 1986,

p. 39. 594 “Declaración de Barmen”, en: RP/G Año 89, Nº 8, Agosto 1984, Suplemento, 4 págs. s/n. 595 “Pobreza en Argentina”, en: RP/G Año 89, Nº 8, Agosto 1984, p. 159.

180

También es publicado en este número un artículo de Carlos Duarte en el que, a partir

de la experiencia de mirar un informativo —y las propagandas intermedias— el autor

afirma:

“No es un mundo de locos, sino que esos contrastes tan evidentes, que día tras día nos muestran por televisión, no son sino las dos caras de una misma moneda. Para peor de una moneda absolutamente falsa. Finalmente me pregunto: ¿Qué hago yo, como cristiano frente a tanta crueldad y mentira? ¿Qué hacemos nosotros, los que creemos ser hijos de Dios, en medio de todo este merengue?”596

A partir de estas preguntas el autor trabajará sobre el Bautismo la Santa Cena y la Fe

como compromisos que deberíamos asumir. Al reflexionar sobre el primero afirma:

“La iglesia no es —o no debería serlo— un club religioso donde los cristianos nos reunimos sólo para cantar y alabar a Dios. Si no hay una práctica diaria y concreta del amor, esa alabanza y adoración es algo hueco y vacío. Si el bautismo no sirve para que vivamos una vida como la de Jesús, de amor a los más pobres, de cariño a los desposeídos, de coraje frente a la violencia y el odio, entonces hemos hecho de ese sacramento un mero rito de iniciación… […] Mientras la Argentina produce millones de toneladas de trigo por año, en Buenos Aires son miles las personas que diariamente hacen cola para recibir un plato de comida caliente por día. Si realmente pensamos que en el bautismo obra el Espíritu de Dios, entonces no podemos permanecer indiferentes e inmóviles ante estas situaciones.”597

Sobre la Santa Cena, Duarte afirma que su sentido sacramental es la presencia de

Cristo allí donde están los que son perseguidos por su causa y que al compartir el pan y el

vino renuevan su esperanza. Pero “al igual que los discípulos, huimos de las complicaciones

y del compromiso que debe nacer de nuestra fe y celebramos una Santa Cena fácil.”598

596 Carlos Duarte, “Vida y compromiso del cristiano en la iglesia”, en: RP/G Año 89, Nº 8, Agosto 1984, pp. 146-149.

597 Ibíd., p. 147-148. 598 Ibíd., p. 148.

181

A partir de esto el autor afirma que la Santa Cena debería servir para unirnos como

comunidad, pero en cambio aún hay comunidades de la IERP en las que se celebra por

separado a causa de diferencias tradicionales, mientras que tanta gente pasa miseria. Al

referirse a la Fe, afirma que hemos separado la vida cotidiana de nuestra vida cúltica,

estableciendo para esta sólo un momento en nuestra rutina que no cambia. Sin embargo

“…son cada vez más los cristianos que sienten que su fe es cuestionada por la realidad que viven diariamente. ¿Qué dice a mi fe el hecho de ser un desempleado? ¿Pudo ser indiferente a los sufrimientos de tanto seres humanos y seguir llamándome cristiano? […] El problema está en que hemos hecho de la fe un compromiso barato […] La fe sin embargo, lo exige todo porque lo da todo.”599

Es por esto que el compromiso como cristianos dentro de la IERP “debe estar

marcado por la búsqueda de formas de trabajo y de misión que nos permitan cumplir con el

propósito por el cual Dios nos ha puesto en este lugar.”600

Es decir, abrir las puertas a los que no pertenecen a la etnia; dar un lugar central a

los laicos en la acción de la iglesia, “así, lentamente irán ingresando en la esfera de la vida

eclesiástica los problemas y las angustias que afligen a la mayoría de nuestros feligreses”601.

Duarte concluirá afirmando que “el compromiso de la iglesia a favor de los más débiles es,

también, el compromiso contra los más fuertes y poderosos. […] Es decir, que con cada

actitud y compromiso que asumamos, siempre estaremos enfrentados con situaciones

problemáticas.”602 Ante este panorama, Duarte afirma que la respuesta está en Mt 5,10-11.

En septiembre de 1984, Alejandro Zorzin presenta, desde Misiones, el primero de

cuatro artículos en los que expone —en parte descriptivamente—, sus impresiones y

preguntas tras un año y medio de diálogo y acompañamiento con una de las comunidades

599 Ibíd., p. 148. 600 Ibíd., p. 149. 601 Ibíd., p. 149.

182

guaraníes Mby’a603 próxima a Ruíz de Montoya. Las preguntas y cuestionamientos hacia la

realidad socioeconómica que los empuja a una situación de marginalidad y desamparo

incluyen también las políticas estatales de distribución de la tierra, los aspectos culturales de

las comunidades guaraníes y las actividades que afectan la ecología y consecuentemente las

tierras en que estas comunidades están afincadas. Sólo los cuatro artículos demandarían otra

investigación para ser abordados cabalmente, razón por la cual nos limitaremos a citarlos a

fin de que en futuros abordajes se los considere con mayor profundidad.

En octubre de 1984 se realiza en Buenos Aires una consulta sobre los Problemas del

Desarrollo en los países del Río de la Plata. De la misma participan la Iglesia Evangélica en

Alemania y las ocho iglesias que conforman el ISEDET. En esta consulta se discutieron

entre otras cuestiones: la íntima ligazón del desarrollo con la justicia y la justa distribución

de la riqueza, y la relación Norte–Sur en el marco del desarrollo y consientes de que la

mayor parte del hambre, la pobreza y la injusticia afecta mayormente al hemisferio Sur. E.

Stephan considera que para la IERP hubo —al menos— dos descubrimientos importantes,

el primero es el encuentro con “muchísimos grupos, hombres, mujeres, especialistas que se

602 Ibíd., p. 149. 603 Alejandro Zorzin, “Condenados por la Civilización. Los Guaraníes Mby’a en Misiones”, en: RP/G Año 89,

Nº 9, Septiembre 1984, pp. 178-181. ——,“Condenados por la Civilización. Los Guaraníes Mby’a en Misiones (II)”, en: RP/G Año 89, Nº 10, Octubre 1984, pp. 206-209. ——, “Condenados por la Civilización. Los Guaraníes Mby’a en Misiones (III)”, en: RP/G Año 89, Nº 11, Noviembre 1984, pp. 234-237. ——, “Condenados por la Civilización. Los Guaraníes Mby’a en Misiones (Ultima Nota)”, en: RP/G Año 90, Nº 1-2, Enero–Febrero 1985, pp. 4-7. Ver: Enrique Vijver, “Racismo y fe cristiana”, en: RP/G Año 89, Nº 3, Marzo 1984, pp. 26-29. Carlos Duarte, “La JUM no es una moda”, en: RP/G Año 90, Nº 3, Marzo 1985, pp. 42-43. Folleto de divulgación, “Los trabajos de la JUM”, en: RP/G Año 91, Nº 1-2, Enero–Febrero 1986, p. 2. Carlos Duarte, “Dura realidad en Rosario”, en: RP/G Año 91, Nº 6, Junio 1986, pp. 114-115. Grupo Ecuménico de apoyo a Familias Aborígenes Rosarinas, “Reunión ecuménica para asuntos del aborigen en Rosario”, en: RP/G Año 91, Nº 8, Agosto 1986, p. 164.

183

dedican al estudio de la realidad de nuestros países latinoamericanos.”604 En segundo lugar,

Stephan afirma que nuevamente se dieron cuenta de que como IERP

“…estamos echando fuertes raíces en los países de América del Sur. No podemos callar ante los problemas del hombre de nuestros países porque somos parte de sus poblaciones y también nos tocan a nosotros las mismas dificultades, preguntas, problemas y situaciones”605

A partir de esto, Stephan concluye que la IERP se encuentra ante el desafío de

organizar y promover “grupos de estudio y trabajo sobre los problemas del desarrollo, el

subdesarrollo, la relación ‘norte–sur’, nuestra responsabilidad como cristianos ante todos

esos problemas económicos.”606

En la Declaración se afirma a modo de introducción, que “En el Evangelio coinciden

palabra y acción. […] Los efectos directos del Evangelio son: actuar a favor del espacio

vital de los pobres, por el derecho de la vida de los sometidos y por la concreción de los

derechos humanos en los países del ‘primer’ y ‘tercer’ mundo.”607 La Declaración desarrolla

luego tres problemáticas: “Tareas de la repartición de la tierra”, “Orientar la educación y la

formación hacia las necesidades de la sociedad” y “Problemas de la política sanitaria y

abastecimiento de medicamentos”. Sobre la primera entre otros aspectos afirman que el

problema de la repartición de la tierra en América Latina sigue sin solución, especialmente

en el caso de pequeños productores y aborígenes. Desde la comprensión que la tierra es

regalo de Dios (a partir de Mt. 5,5), lamentan “que la orientación de las política agraria

604 E. Stephan, “...Reflexiones después del diálogo”, en: RP/G Año 90, Nº 11, Noviembre 1984, Suplemento, p. I.

605 Ibíd., p. I. 606 Ibíd., p. I. 607 “Declaración Final de la Consulta de Iglesias sobre Problemas del Desarrollo en los Países del Río de la

Plata”, en: RP/G Año 90, Nº 11, Noviembre 1984, Suplemento, p. II-IV.

184

hacia los productos exportables destruya la existencia de los pequeños campesinos, en lugar

de fomentar el crecimiento económico global como se pretende”608

Pero la preocupación también es expresada en relación a la compra de extensiones

de tierra, por parte de empresarios, que incrementa el valor de la tierra quedando fuera del

alcance de los campesinos, así como a la aplicación de técnicas de cultivo exógenas que

degradan y destruyen el medio ambiente. El documento también denuncia las pérdida de las

tierras por parte de los pequeños agricultores endeudados, y señala el compromiso del

Evangelio para con ellos609.

Ante la segunda problemática, “Orientar la educación y la formación hacia las

necesidades de la sociedad”, constatan que la educación oficial altera la “visión de la

realidad de la vida humana”610, motivo por el cual recomiendan que la enseñanza y el

aprendizaje estén basados en vivencias y experiencias, que exista un replanteo crítico de la

propia realidad y que se actúe para transformarla en “dirección a la justicia, la libertad y la

participación activa para poder comprender y vivir el Evangelio”611.

En relación a la tercer problemática, “Problemas de la política sanitaria y

abastecimiento de medicamentos”, plantean la necesidad de que las Iglesias tomen

conciencia de esta problemática612. En este sentido, la desnutrición, la mortalidad infantil,

las enfermedades infecciosas, y las enfermedades psíquicas son consecuencias de una

injusta distribución de la riqueza sustentada con represión.

Ante esta Consulta Margarita Kümmerer se pregunta:

608 Ibíd., p. II. 609 Ibíd., p. II. 610 Ibíd., p. III. 611 Ibíd, p. III.

185

“Ahora, ¿No cabe ante todo una reflexión, no solamente sobre como llevar adelante el desarrollo para justo beneficio de todos, sino también para analizar la situación de subdesarrollo, en la cual vive mucha gente? […] cada vez que salgo a trabajar a una colonia, a un barrio o en la misma Escuela del Hogar, me encuentro con seres humanos —hermanos— que cargan con deficiencias que son lisa y llanamente productos del subdesarrollo.” 613

Kümmerer continúa se análisis preguntándose “¿Quiénes son los marginados que

componen el sector que sufre el subdesarrollo?”614 Estros marginados son aquellos que no

forman parte en el “circulo productivo” en la sociedad y que se encuentran tanto en el

campo como en la ciudad, en un marco social y económico que los empuja a una “miseria

económica, la que solapadamente produce la miseria humana”615. Preguntándose por el

lugar del Evangelio y de los Derechos Humanos al analizar esta situación, concluye que

“…la negación de los derechos auténticos al hombre, […] lo lleva a la marginalidad. Lo conduce a vivir una vida entregada al subdesarrollo, que en otras palabras significa: pobreza, ineficiencia en el trabajo, alcoholismo, prostitución, engrosar las filas de los que deben recibir la caja del PAN, militar en la delincuencia, porque es más productivo que ‘laburar’… etc.”616

La autora plantea además que es necesario superar el mero dar, que perpetúa el

subdesarrollo, y propone comenzar a charlar y compartir con el hermano.

La “Editorial” del mes de diciembre de 1984 propone a los lectores pensar y discutir

acerca de la paz en diferentes niveles; uno de los presentados es “la no violencia económica.

Países ricos que dominan a países pobres. Empresas poderosas que dominan a empresas

612 Ibíd, p. III. Cf. Juan Carlos Michel, “Educación para la Salud. Mal de Chagas”, en: RP/G Año 90, Nº 4, Abril 1985, pp. 70-71

613 Margarita Kümmerer, “El subdesarrollo y sus consecuencias”, en: RP/G Año 90, Nº 3, Marzo 1985, pp. 43-44.

614 Ibíd., p. 43. 615 Ibíd., p. 43. 616 Ibíd., pp. 43-44.

186

débiles. Empleadores que se abusan de sus empleados. Acopiadores que no pagan el precio

justo a los productores.”617

En la última Página de la Junta Directiva de 1984, Reinich, al referirse al envío que

recibe la iglesia por parte de Jesucristo de dar a conocer en todas parte y a todos el mensaje

del amor de Dios, enfatiza que este mensaje bíblico no

“…señala sólo a una relación vertical con Dios, sino también claramente a una relación horizontal con el prójimo. Cuando muchos de nuestros miembros se escandalizan porque el mensaje actual de la iglesia está muchas veces fuertemente inclinado hacia el aspecto social y político de nuestra vida, nos hace bien meditar el lema bíblico para este mes.”618

Reinich continúa su reflexión describiendo la realidad del pueblo al que Isaías dirige

sus palabras (Is 61,1-2), pero la semejanza con la realidad argentina de 1984 es clara, por

eso con “este mensaje el profeta, la iglesia, quiere sanar los corazones destrozados por el

dolor; quiere dar ganas de vivir a las voluntades quebradas…”619.

Este mensaje se hace real y concreto en el nacimiento de Jesús y en la acción del

espíritu en nuestro día a día, este mensaje vale también “para quien hoy se siente el ‘último

orejón del tarro’… es ‘buena noticia para los pobres, es libertad a los presos; es vista para

los ciegos… es libertad a los oprimidos’ (Lc. 4,16-19) —es Dios con nosotros.”620 La

realidad demanda palabras de aliento y esperanza, es en este marco que las palabras de

Isaías y de Lucas aportan un horizonte en medio de la reconstrucción.

617 “Editorial”, en: RP/G Año 89, Nº 12, Diciembre 1984, Tapa (cara interna). 618 Rodolfo R. Reinich, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 89, Nº 12, Diciembre 1984, p. 276. 619 Ibíd., p. 276. 620 Ibíd., p. 276.

187

1985

En abril de este año comienza el juicio oral y público a los ex comandantes621, en

tanto el Ministerio de Economía presentaba el “Plan Austral”. El Programa Alimentario

Nacional (PAN) implementado por el gobierno desde 1984, recibió de parte de la FAIE un

apoyo concreto de 45 mil dólares. En una noticia que da cuenta de esto, se reproduce, en

parte, un comunicado distribuido por la FAIE en el acto que se efectivizó el apoyo:

“…‘En nuestra época experimentamos lo que en medio de la abundancia se ha dado en llamar «el escándalo del hambre» […] ‘lamentablemente, nuestro país no constituye una excepción en este espectro del escándalo de la malnutrición y el hambre […] el PAN, implementado de forma efectiva de acuerdo a los enunciados publicados, constituye un aporte importantísimo para enfrentar en lo mediato los efectos de la malnutrición y el hambre en las familias con insuficientes ingresos a causa de la desocupación o la ocupación parcial o esporádica’”622

Durante el acto el pastor Rodolfo Reinich —presidente de la FAIE— afirmó que

“quienes reconocemos que Jesucristo es la vida del mundo estamos invitados a buscar una

respuesta urgente a los que, por el desorden alimentario internacional, sufren hambre.”623

En este mismo número Juan Abelardo Schvindt, informa sobre la inauguración de un

Centro de Salud en la Colonia Santa Rosa del Monday que fue entregado al Ministerio de

Salud Publica del Paraguay. El Centro fue construido con recursos de la misma colonia y

ayuda de comunidades evangélicas en Alemania. Schvindt expresa su preocupación por los

621 Ver: Mirta Mantaraz, “Juicio a los excomandantes”, en: RP/G Año 90, Nº 10, Octubre 1985, p. 227. Rodolfo R. Reinich, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 90, Nº 10, Octubre 1985, p. 239. Cf. “Correo del Lector”, en: RP/G Año 90, Nº 12, Diciembre 1985. Sobre la situación en Uruguay, ver: Servicio Ecuménico de Reintegración, “Recibir a los que vuelven”, en: RP/G Año 90, Nº 3, Marzo 1985, pp. 40-41. Prensa Ecuménica, “Ayuda a Retornados”, en: RP/G Año 90, Nº 12, Diciembre 1985, p. 282.

622 Prensa Ecuménica “Evangélicos colaboran con el PAN”, en: RP/G Año 90, Nº 1-2, Enero–Febrero 1985, pp. 13-14. Ver tb.: M. Kümmerer, “Educación Alimentaria… ¿para qué?”, en: RP/G Año 90, Nº 1-2, Enero–Febrero 1985, p. 17.

623 Ibíd., p. 14.

188

graves problemas de salud atendidos aun insuficientemente y convirtiendo al paciente en

“‘un cosa’ y su nombre en una cuenta a pagar ‘después de la zafra’.”624

En marzo de 1985 Juan Carlos Michel realiza un informe sobre el problema de la

creciente población mundial. El autor desarrolla su artículo a partir de datos aportados por

las dos Conferencias Internacionales de Población (Bucarest, 1978; México, 1984). El

primer aspecto resaltado es que la distribución de la población no es uniforme, ésta se

concentra y crece rápidamente en las regiones más pobres, en los países subdesarrollados.

Ante esto se plantean dos lecturas, la primera (p. ej.: Banco Mundial) relaciona el hambre

en el mundo con el crecimiento poblacional y los recursos limitados, la segunda (p. ej.: los

países subdesarrollados) afirman que el problema radica en la dependencia económica y

política de los países pobres respecto de los países desarrollados, situación que lleva a una

distribución injusta de los recursos y un “empleo para fines ajenos —y a veces contrarios—

al bienestar humanos”625. En este sentido, mientras los organismos internacionales

promueven campañas de reducción del crecimiento demográfico en el tercer mundo por

medio de créditos especiales, los países subdesarrollados denuncian la contradicción entre

estas acciones y la cantidad de recursos que los “países desarrollados destinan a producir

armamentos”626. Ante esto el autor afirma que debemos recordar que detrás

“…de las estadísticas del hambre y la desnutrición hay personas que viven, sufren y mueren. Este problema como todos los que afectan a la humanidad —aún si no nos toca en carne propia— no puede sernos ajeno […] el Evangelio no ofrece teorías económicas o políticas. Lo que si nos ofrece —y debemos aprovecharla— es una perspectiva particular para acercarnos a los problemas humanos. […] quizás

624 Juan Abelardo Schvindt, “Centro de Salud en Santa Rosa del Monday”, en: RP/G Año 90, Nº 1-2, Enero–Febrero 1985, pp. 12-13.

625 J.C.M. “La Población Mundial ¿Explosión demográfica o explosión de la injusticia?”, en: RP/G Año 90, Nº 3, Marzo 1985, pp. 38-40.

626 Ibíd., p. 39.

189

más que la ‘explosión demográfica’ nos debe preocupar la ‘explosión de la injusticia’.”627

La desventaja de los sectores pobres o marginados se refleja también en el artículo

firmado por el Centro Ecuménico de Acción Social de Mendoza refiriéndose al terremoto

que en enero de 1985 afecto seriamente a los barrios pobres con un 90 % de construcciones

de adobe. El gobierno por su parte actuó displicentemente, en tanto que “han sido las

organizaciones populares —las pocas que sobrevivieron al ‘proceso’ militar— las primeras

en actuar”628. Eso hizo posible que no fuera peor la situación.

Bajo la sección “Alimentos–Desnutrición”, Margarita Kümmerer, afirma que el

hambre es un genocidio silencioso. En la naciente democracia “entre las condiciones

engorrosas aparece la desnutrición infantil y el problema alimentario en general, flagelo que

azota al país desde hace años.”629 De esto poco se dice en los medios de comunicación,

“todo medio de paso” afirma Kümmerer. La autora menciona que este problema también es

poco registrado en los hospitales ya que ingresan por enfermedades como: “neumonía,

anemia perniciosa, tuberculosis, etc.” y en el caso de un desenlace fatal serán estos los

motivos de la muerte y no la desnutrición o el hambre. Pero

“…no sólo en los hospitales, sanatorios, sino las calles están poblándose de seres pequeños y grandes: demacrados, flacos, con vientres abultados, pálidos y apáticos […] en un país que se conoce por la buena comida, que posee riquezas naturales para abastecer a toda su población.”630

627 Ibíd., pp. 39-40. 628 CEAS, “Un Terremoto Hipócrita”, en: RP/G Año 90, Nº 4, Abril 1985, p. 67. Ver: Bruno Knoblauch,

David Malawka, “Federación Argentina de Iglesias Evangélicas Comité de Ayuda y Reconstrucción–Mendoza”, en: RP/G Año 90, Nº 9, Septiembre 1985, p. 211. “Viviendas en Mendoza”, en: RP/G Año 90, Nº 10, Octubre 1985, p. 227.

629 Margarita Kümmerer, “Es un Genocidio”, en: RP/G Año 90, Nº 4, Abril 1985, p. 72. 630 Ibíd., p. 72.

190

A esta situación la autora la califica de “genocidio silencioso”. Pero tras el análisis

surgen las preguntas” ¿Cuáles son los factores responsables? ¿Es la falta de medios, falta de

conocimientos ya sea sobre cultivos, alimentación, educación en general? ¿O es una política

económica dirigida que deja de lado simplemente la dignidad humana para salvar sus

intereses?”631 En estos términos las respuestas parecen obvias.

La Página de la Junta Directiva de abril comenzará sus líneas refiriéndose a la

situación provocada por los terremotos en Mendoza (enero) y Chile (marzo), expresando

que desea estimular especialmente a la “Congregación Evangélica Alemana de Mendoza,

para que pueda testimoniar su fe con alegría en medio de estas circunstancias y en

agradecimiento que ninguno de sus miembros fue afectado”632. En un segundo momento

Reinich, como en oportunidades anteriores, menciona

“…que hay hermanas y hermanos que expresan su inquietud y preocupación acerca del rumbo que toma o debe tomar nuestra iglesia. Algunos consideran que hay demasiado énfasis en lo político y social, y otros que piensan que de hecho somos sólo conservadores de lo heredado. En esta época de cuaresma, estamos otra vez llamados a seguir los pasos de Jesús, ni a su derecha, ni a su izquierda, sino detrás de El. […] Al escuchar y estudiar su Palabra y tratar de ver el hermano pobre en su necesidad, no faltarán motivaciones para alabar a nuestro Dios con palabras, cantos y actos de amor concretos.”633

En mayo de 1985 Juan Pedro Schaad comparte con los lectores una reflexión

presentada en el marco del diálogo teológico entre pastores de la IERP y sectores de la

631 Ibíd., p. 72. Ver: Emilio Müller, “¿Por qué Dios permite eso?”, en: RP/G Año 90, Nº 5, Mayo 1985, p. 96. 632 Rodolfo R. Reinich, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 90, Nº 3, Abril 1985, p. 73. 633 Ibíd., p. 73. En Junio volverá a plantear el tema fundamentando a partir de la experiencia de pentecostés en

los mismos términos que lo hiciera Zorzin en Junio de 1981, pero Reinich además apela a recordar los estatutos y el régimen eclesiástico “Es decir, aquí no hay lugar para quienes quieren jugar de ‘patrones’, en la iglesia sólo hay lugar para ‘servidores’ al prójimo necesitado, y por su intermedio a Jesucristo, quien vino a servir y no a ser servido” Rodolfo R. Reinich, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 90, Nº 6, Junio 1985, p. 129. Carlos Duarte, “La fe que nos mueve y nos une”, en: RP/G Año 90, Nº 10, Octubre 1985, p. 141.

191

iglesia Católica en el Paraguay (tema: “Reino de Dios y opción preferencial por los

pobres”). Schaad comienza su artículo exponiendo su punto de partida, la realidad de los

pueblos del como sur en los que hay muchas coincidencias:

“Están los niños desnutridos, los desocupados con su secuela de inseguridad, la formación secundaria y ¡ni que hablar! de la terciaria siguen siendo un privilegio. Los sueldos de hambre están a la orden del día. La brecha entre ricos y pobres aumenta cada día. Los campesinos, agricultores pequeños siguen sin tener decisión real en las decisiones. La salud de nuestros pueblos es deplorable ni bien se sale de los barrios más privilegiados de cualquier ciudad. Queremos hoy, a la luz de la Biblia reflexionar una vez más sobre toda esta situación […] El depositar un voto y poder hablar libremente sobre cualquier injusticia, de por si, es un fin o apenas un medio para alcanzar objetivos más profundos que poco a poco vayan rompiendo las cadenas de la miseria, el hambre, la injusticia y la marginalización de grandes sectores.”634

A partir de esta realidad Schaad realiza una ‘lectura rápida’ a través de la Biblia

resaltando los momentos en que existió esa tensión entre la liberación y la esclavitud. De

este modo va reconstruyendo la dinámica por medio de la cual Dios libera a su pueblo luego

de verlo miserable y apiadarse de el. En este proceso los profetas juegan un papel

importante pues transmiten la presencia de Dios en esa cautividad. A partir de uno de ellos,

Jeremías, Schaad propone una “CAUTIVIDAD ACTIVA” que tiene la meta final de la

liberación pero se opone en el modo a la acción de los “fanáticos sin conocimiento de

coyuntura política.”635 Jesús de hecho vivió la cautividad junto a su pueblo, e hizo mucho

ante ella, “lo mataron bastante rápido.” Schaad rescata como señales de la vida nueva

dejadas por Jesús, los textos de Mc 10,42-44; Mt 9,23-25 y Jn 2,13 ss.

634 Juan Pedro Schaad, “Desde la Esclavitud hacia la Liberación: La Cautividad”, en: RP/G Año 90, Nº 5, Mayo 1985, pp. 96-97.

635 Ibíd., p. 96.

192

Finalmente el autor reafirma su convicción de que en el cono sur continúan en la

‘cautividad’ a pesar de las ‘democracias’, pues continúan las condiciones sociales que

describe en la introducción, pero deberá ser “una cautividad activa, llena de esperanza...”636

Del 28 al 30 de junio de 1985 se reunió la 10ª Conferencia de Presidentes de

Congregaciones, en Olivos (Buenos Aires). Esta conferencia envió una carta a la Junta

Directiva de la IERP en la que le recomienda

“… que manifieste a los pastores de la misma, la conveniencia de que se abstengan en sermones y vida activa en sus congregaciones de expresiones y/o manifestaciones políticas tendenciosas, ya que las comisiones directivas de las congregaciones ven que así no se hace atractiva a nuestra iglesia. Estimamos que las actuaciones de los pastores no deben traducir opiniones particulares y que en su conjunto quede claramente definido que su intención debe estar basada única y exclusivamente en defensa de la justicia prevista en el evangelio.…”637

La respuesta a esta carta (con fecha 30 de septiembre de 1985), no es publicada en la

RP/G, al igual que la anterior, ambas se mantienen en círculos cerrados de discusión, al

menos explícitamente. De la respuesta del Pastor Presidente Rodolfo R. Reinich rescatamos

que “no solamente hablando se puede hacer política, sino también callando.”638 Y, si bien es

importante para la iglesia mantener su libertad e independencia frente a sectores particulares

“…esto no quiere decir que los cristianos puedan mantenerse neutrales en todos los casos. Jesús, el Señor, se ocupa de ‘los que están trabajados y cargados’ y se convierte en el defensor ‘de estos mis hermanos más pequeños’ (Mateo 25,40).

636 Ibíd., p. 97. 637 “Carta de la 10ª Conferencia de Presidentes de Congregaciones afiliadas a la IERP (reunida en Olivos,

Buenos Aires, del 28 al 30 de junio de 1985), a la Junta Directiva de la IERP”, en: RP Año 105, Nº 6, Junio 2000, Suplemento Centenario, p. 55.

638 “Carta Circular del pastor presidente Rodolfo R. Reinich, del 30 de septiembre de 1985, nuestra respuesta al planteo de la 10ª Conferencia de Presidentes de Congregaciones de la IERP”, en: RP Año 105, Nº 6, Junio 2000, Suplemento Centenario, pp. 55-56. En la CPP 1985 (10-13 de octubre de 1985. Crespo), se decide por unanimidad “firmar en conformidad la carta del Presidente R. R. Reinich, con fecha del 30 de Septiembre de 1985, dirigida a los presidentes de las congregaciones.” En: “Acta de la Conferencia Pastoral Plenaria de la IERP del 10 al 13 de Octubre de 1985 en Crespo, Entre Ríos” p. 21. en: AI caja 20.

193

También sabemos que Jesús no evitó los conflictos, sino que llamó todo lo injusto por su nombre, ante quienes debían escucharlo. También hoy hay situaciones ante las cuales los cristianos, firmes en el evangelio, deben tomar una posición clara y definida si no quieren hacerse culpables ante Dios […] Por lo tanto no nos queda otro remedio que señalar las injusticias y las actitudes equivocadas de quien sea, e insistir que terminen o se corrijan.”639

Pero Reinich continuó la respuesta en el ámbito de la RP/G de modo general. En “La

Pagina de la Junta Directiva” del mes de septiembre dedica más de media página a

responderle a “algunos círculos de diálogo y reflexión de nuestra iglesia [que] se hacen la

pregunta ¿cómo hacer más atractiva la iglesia para que los miembros no se sientan chocados

por el mensaje que se predica y se vayan ¡sino que sean atraídos y vengan!?”640 Reinich

expresa que la respuesta

“…no la encontramos diluyendo o ignorando las verdad del Evangelio, válido también para nuestros tiempos. Quizás la única forma posible de atracción de la iglesia cristiana sea darnos cuenta que ‘así’ no se puede seguir; que es necesario un cambio profundo que nos saque del circulo vicioso de estar girando sobre nosotros mismos y sobre nuestros intereses mezquinos y egoístas. El ‘atractivo’ de la iglesia consistirá en que […] cambiemos la dirección de la mirada hacia Jesucristo […] Sin el estudio profundo de su palabra y sin el diálogo con El en oración, no será posible descubrir cual es su voluntad.”641

Reinich concluirá esta parte de La Página, afirmando la posibilidad de que el

atractivo quizás esté en lo que el Sínodo de 1983 ya afirmó: que la diaconía responda a las

necesidades reales de los que más sufren y “manifestar un compromiso con los problemas

sociales y políticos de acuerdo al llamado y envío del Señor Jesucristo.”642

639 Ibíd., p. 56. 640 Rodolfo R. Reinich, “La Página de la Junta Directiva” en: RP/G Año 90, Nº 9, Septiembre 1985, p. 213. 641 Ibíd., p. 213. 642 Ibíd., p. 213.

194

Esta discusión refleja un choque a nivel ideológico de dos posturas antagónicas, que

se presentan sintéticamente en los posicionamientos de pastores y de algunos líderes de la

CPC, que aún veían en las propuestas de compromiso con la sociedad el fantasma del

comunismo.

En julio de 1985, Martín Knoblauch informa cuales son las áreas en los que trabaja

el CEAS y sus objetivos. La primera de ellas es la “Educación para el servicio”, su objetivo

es “concientizar a las congregaciones para que asuman su responsabilidad con el prójimo,

respondiendo al llamado de Jesucristo.”643 El segundo área es la “Atención a personas y

grupos” que busca “co–pensar con el necesitado que llega, sus problemas y los recursos

personales y comunitarios con que cuenta para resolver su situación de carencia.”644. A

partir de las experiencias

“…el CEAS, desde su perspectiva evangélica, proclama: ‘El otro, mi prójimo, merece mi estima, mi tiempo, mis conocimientos. Es el pecado social que, en la mayoría de los casos, produce dolor y necesidad’. Consecuente con esta proclama, todas las acciones del CEAS están impregnadas y apuntan a una toma de conciencia a nivel socio–político de ese pecado social, promoviendo la participación en todas las situaciones comenzando por la vida comunitaria dentro de la misma institución.”645

El CEAS trabaja en respuesta a personas que sufren, buscando que no sólo

signifique frustración para quien esté dispuesto a

“…hacerse cargo del dolor, la miseria, la marginación […] sino que de lugar a la imaginación, a la creación y a la posibilidad concreta de reparación. Para que no seamos la ‘iglesia que ayuda a los pobres’, sino ‘la iglesia que se encarna en los

643 Martín Knoblauch, “¿Cómo trabaja el CEAS?”, en: RP/G Año 90, Nº 7, Julio 1985, p. 151. 644 Ibíd., p. 151. 645 Ibíd., p. 151.

195

pobres’, trabajando todos juntos contra la opresión, la injusticia y la deshumanización de nuestra sociedad.”646

Esta propuesta de trabajo dentro del equipo de colaboradores implica no sólo un

cambio en la forma de servir, sino también un preservar la integridad de quien sirve,

buscando así vivir coherentemente aquello que se proclama hacia a fuera.

También en este número, encontramos un artículo en el que Friedhelm Westermann

reflexiona sobre la fe. Nos parece importante rescatar la última parte de su trabajo en la que

se refiere a “El pobre como ayuda para el rico en fe”, en este último tramo afirma:

“…Sí, la Biblia anima a creer; la palabra predicada intenta convencer a que confiemos en Dios; el testimonio de un cristiano nos ayuda a tener más fe. Pero ¿por qué no aceptamos la ayuda de los pobres, de los ‘Lázaros’, de los despreciados, de los débiles? […] Los pobres en todos los sentidos pueden ser nuestros ayudantes, siempre y cuando seamos ricos. Son ellos los que saben compartir, y compartir lo esencial, […] Así aprenderemos, de Jesús y sus hermanos pobres, qué es la fe.”647

En agosto de 1985, Westermann presenta un artículo en el que desarrolla brevemente

qué se entiende por “pobre” y “pobreza” en la Biblia, en su conclusión afirma que:

“‘Jesús se hizo pobre para enriquecer a muchos’ (2 Cor. 8,9); así él manifiesta que Dios es el Dios de Lázaro, el Dios al lado de los pobres y que además podemos encontrarnos con El mismo en el hombre pobre y oprimido. Seguir a Jesús significa un camino de humillación: ser pobre y llevar la cruz. Esa pobreza evangélica se solidariza con los pobres, protesta contra la pobreza, y renuncia a la riqueza como fuente de injusticias. Seguir a Jesús es pues opción por la pobreza y los pobres.”648

646 Ibíd., p. 151. Ver: “La Entrevista”, en: RP/G Año 91, Nº 3, Marzo 1986, p. 38. Martín Knoblauch, “El CEAS también educa”, en: RP/G Año 91, Nº 7, Julio 1986, p. 126.

647 Friedhelm Westermann, “¿Qué es la fe?”, en: RP/G Año 90, Nº 7, Julio 1985, p. 145. 648 Friedhelm Westermann, “Pobre y pobreza en la Biblia”, en: RP/G Año 90, Nº 8, Agosto 1985, pp. 178-

179.

196

La agudeza del lenguaje estos dos artículos de Westermann muestra una de las

posturas más radicales en favor de los pobres en esta búsqueda de cómo ser Iglesia en la

cuenca del Plata.

La Página de la Junta Directiva de agosto está a cargo del vicepresidente de la IERP

Everardo Stephan. En la misma, además de compartir lo acontecido en las conferencias

distritales de Misiones y Paraguay y en la Junta Directiva, menciona que la realidad de las

congregaciones jóvenes “preocupó a las conferencias: se trata de la difícil situación

económica. Se dialogó también sobre la necesidad de buscar nuevos caminos, nuevas

estructuras y formas de vida de nuestras congregaciones.”649

En la cara interna de la tapa del número de septiembre de 1985, Enrique Zerbin

informa sobre el ataque del que fue víctima Otto Waidelich, presidente de la congregación

Andresito y jefe de la comuna de Almirante Brown. En la noticia no se mencionan motivos

—o suposiciones— por los que fue secuestrado y golpeado por encapuchados que le

avisaron “que se trataba de ‘una advertencia’”. Ante esta situación se solidarizaron

autoridades de la Provincia de Misiones, el presidente de la IERP y la CPP 1985. Zerbin

citando la carta enviada por Reinich, expresa:

“Los cristianos sabemos —agrega Reinich— que en nuestra lucha por la verdad, por la justicia, en una palabra, por dar posibilidades de vida a otros, pueden traer consigo incomprensión, el desprecio e incluso la persecución. Confiamos que este episodio sea más bien el desafío para seguir luchando, con precaución pero con alegría, e incluso fortificado por esta experiencia que esperamos que no sea más que un coletazo de una época superada.”650

649 Everardo Stephan, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 90, Nº 8, Agosto 1985, p. 185. Cf. Eduardo Goldenring, Posibilidades y metas de la Iglesia… op. cit, p. 8.

650 Enrique Zerbin, “Violencia contra Otto Waidelich”, en: RP/G Año 90, Nº 9, Septiembre 1985, Tapa, (cara interna). Ver: Carta enviada a Otto Waidelich por la CPP con fecha 12 de octubre de 1985, en: AI caja 20.

197

En este mismo número Zerbin realiza un informe sobre la conferencia del Distrito

Paraguay (“Realidad y posibilidades diaconales en Paraguay”), y rescata entre otras cosas la

definición de diaconía como “compartir” que incluye dar de lo que recibimos de Dios,

compartir

“…no sólo dinero o bienes, sino también fe, esperanza, felicidad, amor, alegría, tiempo, talento, etc. Si con nuestro compartir resultamos impotentes para resolver la necesidad, se requiere de nosotros la militancia solidaria con quien más necesita. […] Las necesidades económicas obligan a que ya no se piense en proyectos diacónicos para los necesitados, sino que se busque la forma de hacerlo con ellos.”651

El autor continúa indicando algunas ideas para el estudios de compartir con:

sensibilidad, disponibilidad, y dinero; señalando además que “no se puede remplazar el

contacto humano por unos billetes” la diaconía debe ser una “postura de vida”652.

En el sermón del culto de clausura, citado por Zerbin, el arquitecto Reinaldo Skupch

afirmaba que hay diferencia

“…entre ‘tener’ y ‘acumular’. Cuando nos preocupamos por tener, estamos haciendo lo que necesitamos para vivir. Cuando nos preocupamos para acumular, por tener más de lo necesario, caemos en la injusticia y pasamos a depender de las cosas que tenemos.”653

Es importante reparar en la importancia que se da a la utilización de ciertos términos

que ayudan a profundizar el análisis que en este caso esta abordado por un laico.

Zerbin también comparte con los lectores algunas de las alocuciones de la reunión

del Comité Central del CMI en Buenos Aires del 29 de julio al 8 de agosto de 1985. En su

Tb.: Rodolfo R. Reinich, “La Página de la Junta Directiva” en: RP/G Año 90, Nº 9, Septiembre 1985, p. 213.

651 Enrique Zerbin, “Realidad y posibilidades diaconales en Paraguay” en: RP/G Año 90, Nº 9, Septiembre 1985, pp. 200-201.

198

informe cita partes del Sermón de Emilio Castro, las palabras de bienvenida pronunciadas

por Reinich, el discurso del Dr. H. J. Held y el discurso del Dr. Raúl Alfonsín (presidente en

ejercicio de la República Argentina). Del Sermón de Castro (sobre Jn 6), Zerbin menciona

varios fragmentos, algunos referidos al problema de la injusticia654.

Resulta significativa la reproducción de parte del discurso del presidente Alfonsín,

sobre todo las partes seleccionadas, por ejemplo, Alfonsín apelando a la

“…parábola del ‘pobre Lázaro’, dijo: ‘Lázaro no puede mendigar a las puertas del rico. Tiene todos los derechos, por ser hombre, a participar del mismo festín. Más aún, Lázaro tiene algo que aportar para que el festín sea completo. […] Al referirse a las necesidades espirituales, destacó ‘la importancia de la religión en la lucha por liberar al hombre de las condiciones sociales, económicas y políticas que lo enajenan, y sobre todo en definir la dimensión espiritual de esta lucha’.”655

También es significativo el comienzo de “La Página de la Junta Directiva” de este

mes. En ésta Reinich se refiere al Plan Austral afirmando que:

“En Argentina nos damos cuenta que ‘así’ no se podía seguir. Todos comprenden que la inflación y la especulación son como una enfermedad que se traga todo esfuerzo honesto. ¡Algo debía pasar! […pero] La existencia de una pesada como impagable deuda externa, no nos permitirá caminar normalmente […] ¡Quizás la sexta petición del Padrenuestro de ‘perdónanos Señor nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores’, como pedido y como respuesta, sean la verdadera promesa de vida digna para las familias de nuestro país!”656

De este modo se introduce explícitamente la cuestión de la Deuda Externa, que ya

había sido planteado tangencialmente por otros autores.

652 Ibíd., p. 200. 653 Ibíd., p. 201. 654 Enrique Zerbin, “Justicia de Dios: Promesa y desafío”, en: RP/G Año 90, Nº 9, Septiembre 1985, pp. 207-

209. 655 Ibíd., p. 209. 656 Rodolfo R. Reinich, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 90, Nº 9, Septiembre 1985, p. 213.

199

En el mes de octubre de 1985, se publica una Declaración del MEDH en la cara

interna de la Tapa de la RP/G, que reafirma la necesidad de la verdad y la justicia resaltando

la importancia que para esto tiene el coraje cívico de los testigos. En relación a la cuestión

socioeconómica, afirma que si queremos edificar

“…un sociedad humana es necesario también que exista un sentimiento de solidaridad que supere el egoísmo. Constatamos con dolor que persisten en sus actitudes egoístas personas y grupos sociales que se enriquecieron al amparo de políticas antipopulares. […] que han provocado hambre, desocupación y ausencia de otros derechos elementales a vastos sectores de nuestro pueblo. Estos sectores intentan hoy que la crisis generada sea pagada por las familias más humildes imponiéndoles magros salarios y desempleo.”657

Reinich en “La Pagina de la Junta Directiva” del mes de noviembre comenta que la

Junta Directiva reunida en octubre, además de

“…considerar los temas referentes a la vida y el trabajo en nuestras congregaciones ha sentido la necesidad de expresarse frente a la creciente ola de atentados contra la paz interna en la Argentina, diciendo: ‘¡PAREN LA VIOLENCIA!’ ‘porque dichosos son los que procuran la paz, pues Dios los llamará hijos suyos…’ (Mateo 5,9). […] –No comprendemos ni aceptamos que siga habiendo personas o grupos de personas que persistan en su propósito de imponer sus ideas e intereses sectoriales por medio de la violencia y el terror.”658

Klaus Peter Bohner, en noviembre de 1985, ilustra la situación de los niños que

deambulan por trenes, subtes y otros espacios de la ciudad. La respuesta a las preguntas que

le surgen ante esta realidad, en principio es “la situación socioeconómica difícil que vivimos

657 “Declaración del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos”, en: RP/G Año 90, Nº 10, Octubre 1985, Tapa (cara interna).

658 Rodolfo R. Reinich, “La Página de la Junta Directiva” en: RP/G Año 90, Nº 11, Noviembre 1985, Tapa (cara interna)

200

en nuestro país.”659 Pero Bohner contesta más específicamente a sus preguntas de ¿Quiénes

son? y ¿Cuál es su futuro?, agregando que como IERP

“…hemos sido llamados reiteradamente: Nuestra fe cristiana nos hace sentir la necesidad de ayudar al prójimo. Las autoridades nacionales y municipales han hecho un pedido formal a la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas, de la que somos parte. Asimismo, las autoridades se dirigieron a nuestros hermanos cristianos de la Iglesia Evangélica en Alemania.”660

Es por esto que en forma conjunta miembros de la CEABA, CEAS, ACJ e IEMA

han presentado un informe y un primer plan de trabajo en dos etapas, que explica. Pero hace

falta ayuda

“…y no todo necesita ser dinero. En este proyecto hay muchas formas para ayudar. Entendemos que la ayuda al niño desamparado no es una ilusión, sino que es un desafío diaconal. Si usted que lee estas líneas piensa igual, acérquese a cualquiera de los pastores de la Congregación Evangélica Alemana de Buenos Aires y ofrezca la ayuda que pueda brindar.”661

El aspecto más significativo de este llamado de Bohner es justamente que proviene

de un laico, que plantea una metodología de trabajo también desde lo social y no sólo desde

la teología.

La CPP de 1985 se realizó en Crespo (Entre Ríos)662. El tema general fue: “Nuevas

formas de presencia en nuestro medio”, y contó en su introducción con la presencia del

sacerdote franciscano Antonio Puigjane quien relato sus múltiples vivencias desde 1940,

año en que ingresó al seminario. Zerbin rescata de este relato el proceso que el padre

659 Klaus Peter Bohner, “Niños desamparados en Buenos Aires ¿ilusión o desafío diaconal?”, en: RP/G Año 90, Nº 11, Noviembre 1985, p. 256. Ver: Klaus Peter Bohner, “Presentación del Programa ANELC”, en: RP/G Año 91, Nº 6, Junio 1986, p. 108.

660 Ibíd., p. 256. 661 Ibíd., p. 256. Cf.: Jorge R. Tori, “Carta a mi hija recién nacida”, en: RP/G Año 90, Nº 12, Diciembre 1985,

p. 296.

201

Antonio fue experimentando el paso del “retirarse del mundo para lograr una mayor

santificación” a buscar “el contacto y la convivencia con las personas” y así encontrarse con

“personas que corrían a todas partes en busca de consuelo en su desesperación por conocer

el destino de sus hijos y nietos desaparecidos.”663.

Esta CPP trabajo en seis grupos: “1) Derechos Humanos, 2) trabajo con estudiantes,

3) trabajo con aborígenes, 4) capacitación, 5) promoción social y 6) política”664 De los

expuesto por Zerbin de lo trabajado por los grupos, resulta significativa la toma de

conciencia del grupo sobre Derechos Humanos, acerca de la falta de contacto directo que

tenían con los afectados. Por otro lado este grupo propone ampliar el concepto de ‘derechos

humanos’ generalmente relacionado sólo con ‘desaparecidos’, afirmando que “es también la

falta de trabajo, los salarios bajos, la explotación de la mano de obra desocupada, la

desorganización de la sociedad y el desarraigo”665 Esta concepción de los Derechos

Humanos que ya había comenzado a plantearse desde el MEDH, tiene fuertes antecedentes

particulares en los artículos citados pero en este momento comienza a formar parte de una

de las instancias de discusión dentro de la Iglesia.

En relación al trabajo con aborígenes, Zerbin aporta las propuestas surgidas:

“No juzgar desde nuestra posición y criterio. Dialogar y aprender en la religiosidad del aborigen sin nacionalizar la fe. Encontrar en ellos y su cultura las señales del Reino que ya se manifiestan. Destruir en nosotros el esquema ‘civilización o barbarie’.”666

662 Enrique Zerbin, “Nuevas formas de presencia en nuestro medios”, en: RP/G Año 90, Nº 12, Diciembre 1985, pp. 294-296.

663 Ibíd., p. 294. 664 Ibíd., p. 294. 665 Ibíd., p. 294. 666 Ibíd., p. 295.

202

Dentro del tema de promoción social, el cronista rescata que los participante desean

revertir la nominalidad de muchos de los miembros “creando conciencia grupal y

fomentando el conocimiento personal de los miembros con todas sus necesidades y

capacidades que serán beneficiosas al ser puestas al servicio del grupo.”667

El grupo que trabaja sobre política, luego de analizar algunos intentos de

posicionamiento de la IERP ante distintos episodios “que afectan a la gente de nuestra

sociedad” concluyen que en las congregaciones

“…se califica, generalmente por temor, de ‘político’ a todo lo que tenga que ver con la función pública, en lo que no hay que meterse, dejando bajo la responsabilidad de ‘otros’. Ese tema es tomado con indiferencia por considerarlo ‘malo’ o ‘peligrosos’. […] Muchas veces la ayuda a pobres y necesitados es calificada de ‘zurda’ o ‘comunista’ y toda ideología de tendencia capitalista es considerada como ‘cristiana’, sin mayor discusión crítica. Esta realidad impone un profundo debate sobre política en todas las congregaciones que conforman nuestra iglesia…”668

Hacia el final de la Conferencia los participantes debatieron sobre su posición en lo

referente a los ‘juicios en la Argentina’ y a la carta circular enviada por el Pastor Presidente

en relación a la carta de la CPC de 1985 dirigida a la Junta Directiva. En relaciona a estas

últimas los pastores se comprometieron a debatir en profundidad con la Comisión Directiva

de cada congregación, tanto la circular del Pastor Presidente del 30 de septiembre de 1985

como la ‘Página de la Junta Directiva’ de octubre de 1985669.

En el primer número de 1986, la RP/G publica un artículo de Juan Pedro Schaad

sobre la intervención de los pastores en la cuestión política. En una larga introducción

Schaad plantea que esta preocupación de algunos laicos no es nueva pero sí es llamativo que

667 Ibíd., p. 295. 668 Ibíd., pp. 295-296.

203

se de en una época en la que en la mayoría de los países se esta dando una apertura política,

aunque sea parcial. También le llama la atención que no sean las autoridades mundanas sino

sectores dentro de la misma iglesia los que plantean esta situación como problema. Esto

llegó a su expresión máxima en la carta enviada por la Conferencia de Presidentes de

Congregaciones en junio de 1985, ya presentada por nosotros. Sobre la misma, Schaad

expresa que es una actitud peligrosa

“…ya que en lugar de buscar una clarificación con respecto al tema, puede conducir más bien a un falso enfrentamiento entre laicos y pastores. […] Tiene que ver con aquellos que están dispuestos a obedecer más a su Señor que a los hombres y que por esa razón en ciertas y determinadas situaciones son encasillados con tal o cual tendencia política. Esto sucede especialmente cuando se defiende la dignidad humana, cuando ayudamos a miembros cuyos derechos son pisoteados, cuando denunciamos hechos fraudulentos, mentiras, falsas propagandas, etc. Y esto lo están haciendo tanto laicos como pastores. […] Es evidente que el Evangelio tiene que ver con la vida de todos los días. Si no es así, pues entonces es una palabra muerta que no conduce a nada.”670

Schaad al final de su artículo recuerda que en los tres países donde se encuentra la

IERP

“…han pasado y siguen pasando cosas que niegan la vida que vino a traer Jesucristo, y también nos hemos hecho culpables y seguiremos siéndolo con nuestro silencio. También hay que decir que siempre existieron laicos y pastores que más allá de la opinión de los demás, por ser fieles a su Señor dijeron ‘basta’ y esto les costó caro. No meternos en política es un absurdo, como también lo es pensar que es una cuestión que atañe solamente a pastores. Hay pastores y laicos comprometidos, y pastores y laicos que por comodidad, miedo u otra razón, prefieren callar ante situaciones donde no podemos ni debemos callarnos.”671

669 Ibíd., p. 296. Ver en: RP/G Año 90, Nº 10, Octubre 1985, pp. 239, 252. 670 Juan Pedro Schaad, “Nuestro pastor se mete mucho en política”, en: RP/G Año 91, Nº 1-2, Enero–Febrero

1986, pp. 13-14. 671 Ibíd., p. 14.

204

De esta forma Schaad supera la dicotomía entre laicos y pastores, depositando el eje

en lo central de la discusión: el compromiso.

205

1986: “Jesucristo, nuestra promesa de fe, amor y esperanza”

En 1986, la situación económica aún era incierta. Un nuevo reajuste del “Plan

Austral” en abril posibilitaba que a fines de ese año se hablara de un crecimiento del PBI y

de la disminución del déficit fiscal. Aunque

“…la inflación se mantenía como un riesgo latente; las inversiones y los salarios seguían muy por debajo de los niveles de la década anterior, y la caída de los precios internacionales para las exportaciones agropecuarias combinada con el peso de la deuda externa complicaban las posibilidades de desarrollo económico”672

En ese año no sólo cae la economía sino también las esperanzas de muchos en una

solución definitiva y distinta. La respuesta de la IERP parece estar contenida en el lema de

su Sínodo: “Jesucristo, nuestra promesa de fe, amor y esperanza”.

En “La Página de la Junta Directiva” del mes de marzo de 1986, Reinich ocupará

nuevamente la mayoría de página explicando por qué la Iglesia proclama y actúa

comprometiéndose con los problemas reales que tiene la gente, aunque algunos —según

afirma Reinich— sientan que lo hace demasiado poco y otros se preocupan por el rumbo

que toma la Iglesia. Reinich comienza su argumentación citando el Artículo Nº 2 de los

Estatutos, pidiendo se los recuerde al momento de formular las críticas. Por otro lado hace

mucho énfasis en el mandato que tiene la Iglesia de proclamar con palabras y acciones el

Evangelio; no existe ninguna otra cosa por la cual “la Iglesia debiera orientarse para ser más

atractiva!”673

672 Alonso, op. cit., p. 346. 673 Rodolfo R. Reinich, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 91, Nº 3, Marzo 1986, Tapa (cara

interna). En el mismo espacio del mes de abril, reiterará mucho de lo expresado en marzo, pero fundamentando además esta mandato en la Formula de Ordenación al Pastorado aprobada en 1983. Rodolfo R. Reinich, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 91, Nº 4, Abril 1986, Tapa (cara interna). En mayo afirma que “como ya lo hicimos en los dos números anteriores, quiero que compartamos lo que creemos y confesamos como Iglesia Evangélica del Río de la Plata” Rodolfo R. Reinich, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 91, Nº 5, Mayo 1986, Tapa (cara interna). En junio la temática se mantiene

206

Enrique Vijver realiza la reflexión con motivo de la Pascua, en el mes de marzo de

1985. El autor comienza preguntándose si podemos celebrar la resurrección de Jesús en un

mundo en el que aún domina la muerte sobre la vida “¿Cómo celebrar pascua? ¿Es posible

sin hipocresía?” Si es posible pero

“…cuando hablamos de la victoria de Jesús sobre la muerte, hagámoslo en relación a la capitulación diaria de mucha gente frente a la muerte, si queremos ser sinceros. […] Ser cristianos es seguir hablando de liberación a pesar de toda la opresión que haya, es seguir cantando a pesar de las lágrimas, es seguir creyendo en la resurrección frente a la muerte. […] Festejar la resurrección de Jesús significa […] no dejar de creer en la democracia aunque vivamos una dictadura, es seguir tratando de amar a los demás…”674

En el “Correo del Lector” de junio de este año, Rodolfo Joski recomienda a la

redacción evitar la publicación que critica a la IERP a juicio de Joski, “sin ningún tipo de

misericordia y con toda ligereza.”675 Pero el motivo no era sólo este, su carta expresa un

claro incomodo con los términos referidos a la cuestión política que utiliza Vijver. Joski por

ejemplo afirma que “podría haber olvidado la referencia al ‘sacerdote guerrillero’ Camilo

Torres; pero no es esto a lo que me quiero referir.”676 El problema parece ser “ideológico”

como afirma Carlos Duarte en una respuesta a esta carta de Joski publicada en “Correo del

Lector” de agosto. En el último párrafo expresa que el cree

“…que el problema del Sr. Joski es puramente ideológico. Lo que a él le molesta es estar en minoría frente a una iglesia que con sus defectos y virtudes, ha decidido ponerse a caminar la senda de la fidelidad al evangelio y no la fidelidad a una identidad étnica, ideológica o cultural sostenedora del status quo. La Revista

en un lugar central. Rodolfo R. Reinich, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 91, Nº 6, Junio 1986, Tapa (cara interna).

674 Enrique Vijver, “Mensaje de Pascua”, en: RP/G Año 91, Nº 3, Marzo 1986, p. 29. 675 Rodolfo Joski, “Deberes de la redacción”, en: RP/G Año 91, Nº 6, Junio 1986, p. 109. 676 Ibíd., p. 109.

207

Parroquial refleja ese cambio y eso molesta… Entonces llamemos a las cosas por su nombre y no demos tantas vueltas para criticar a la iglesia.”677

Las expresiones del sector conservador, generalmente sostenidas por laicos,

presentan una clara preocupación anticomunista (la izquierda en general). La respuesta

planteada mayormente por pastores afirma que sólo se busca la fidelidad al Evangelio.

En marzo de 1986, Jorge Tori firma un artículo en el que recuerda su participación

en el grupo juvenil de la congregación y donde aprendió y compartió con otros lo que era el

amor al prójimo, la ayuda solidaria a las escuelas pobres, a las villas miserias. De este grupo

menciona a dos personas Elena, la mujer con la que se casó, y Juan, “para quien la Biblia no

tenía secretos” y que alguna vez afirmó que “la sociedad de consumo quiere trastornar

nuestros cerebros.”678 Tori, que trabaja en una obra, comienza diciendo que está cansado

porque

“…el patrón paga cuando quiere, y no hay un mango que alcance, y mi señora que cada día me pide para la comida, mis chiquitos que necesitan para la escuela; el gobierno que no detiene la inflación, entonces siento ganas de explotar […] Que distinta era esa época en la que participaba del grupo de jóvenes de la iglesia, no rebosaban los ideales […] Y aquí estoy sentado en la obra, y pienso si el amor cristiano es algo imposible, o somos los hombres los ciegos y tan necios que no queremos aplicar aunque sea mínimamente lo que está escrito en los evangelios.”679

En este mismo número, Ángel Ramírez reflexiona sobre las consecuencias de “la

sociedad de consumo y el dogma del tecnicismo” que afecta a toda la sociedad. En su

introducción relata cómo nace esta inquietud y cómo lo recibe el pastor de su comunidad, de

quien no obtiene eco. En relación al tema que lo preocupa expresa: “se mide al hombre por

677 Carlos Duarte, “Observaciones impertinentes y pertinentes”, en: RP/G Año 91, Nº 8, Agosto 1986, Suplemento p. IV.

678 Jorge Ricardo Tori, “Vida, pasión y muerte de un joven en la congregación”, en: RP/G Año 91, Nº 3, Marzo 1986, p. 35.

679 Ibíd., p. 35.

208

su fachada exterior, valiendo de acuerdo a lo que produce, y no por lo que es como ser

humano […] ¡Urge una modificación! Nosotros como iglesia lo podemos hacer, pero todos

juntos.”680 El autor del artículo propone acciones que brinden a los niños un espacio de

amor que les ayude a ser el día de mañana adolescentes que confían pues han crecido con la

verdad. El autor espera que así tengan “sentido de la historia para descubrir el sentido de la

vida”, en tanto los mayores poseen la experiencias que debería ser valorada en esta lucha

contra la sociedad de consumo que los ve despersonalizadamente. 681

El Material Preparatorio para la XXIXª Conferencia Sinodal a realizarse en octubre

1986, comienza a ser publicado en marzo en un Suplemento central de cuatro páginas. Los

mismos tienen como objetivo profundizar las discusiones en las comunidades y solidificar

las decisiones “que marcarán el camino que nuestra iglesia deberá recorrer en los próximos

años”682.

De esta serie de materiales —con formato de talleres— rescataremos los Temas y

objetivos de cada unidad del Área III – Diaconía. La Unidad I es: “Compartir el pan” y sus

objetivos son: “Introducir al tema de la Diaconía. Reemplazar el termino ‘servir’ por

‘compartir el pan’. Descubrirlas necesidades como desafío a compartir.”683 La Unidad II es:

“Oportunidades para compartir” y su objetivo es: “Descubrir que es posible compartir, que

la vida está llena de oportunidades para compartir, y que el necesitado es hermano de

Jesucristo y por eso nuestro hermano.”684 La Unidad III es: “Compartir es dar y recibir” y

sus objetivos son: “Identificar al necesitado. Descubrir que el que necesita da. Descubrir

680 Ángel Ramírez, “Una inquietud cumplida a medias”, en: RP/G Año 91, Nº 3, Marzo 1986, p. 41. 681 Ibíd., p. 41. 682 “Material preparatorio para la XXIXª Conferencia Sinodal”, en: RP/G Año 91, Nº 3, Marzo 1986,

Suplemento, p. I. 683 Ibíd., p. I. 684 Ibíd., p. III.

209

que el punto de vista de Dios es diferente al del ser humano. Descubrir que servir /

compartir debe sustituir a ‘dominar’.”685 La Unidad IV es: “Jesucristo nos llama a

compartir” y tiene cuatro objetivos

“Analizar las necesidades locales. Descubrir que la miseria es un atentado contra la justicia. Descubrir que el compartir nos posibilita desafiar la injusticia. Descubrir que las necesidades son una amenaza a la justicia Divina y humana.”686

En septiembre el tema del material preparatorio es “Mayordomía”. El mismo fue

preparado por el arquitecto Reinaldo Skupch, tesorero de la IERP. En las cuatro páginas en

las que desarrolla distintos aspectos de la mayordomía, al referirse al dinero afirma que es

“un elemento socialmente reconocido para encauzar procesos económicos, sociales y políticos, para valorar las cosas y para ejercer poder [pero Jesús nos llama a liberarnos] del poder del dinero, usarlo como un medio, no como un fin en si mismo y desprenderse de él cuando es necesario, esas son virtudes de una mayordomía cristiana.”687

Al referirse a la Diaconía dentro de la Mayordomía de la Iglesia recuerda que las

instituciones diacónicas

“… no deben convertirse en mecanismos empleados para delegar responsabilidades. Todo cristiano es responsable por su semejante en forma directa, en el sentido de la parábola del buen Samaritano.[…] La obra diacónica no debe convertirse en un elemento que separa a los ‘buenos’ que dan, de los ‘pobres’ que reciben. […] la tarea diacónica debe ser un elemento para compartir nuestra vida con otros, para solidarizarnos con la sociedad.”688

685 “Material preparatorio para la XXIXª Conferencia Sinodal”, en: RP/G Año 91, Nº 4, Abril 1986, Suplemento, p. I.

686 Ibíd., p. II. 687 “Material preparatorio para la XXIXª Conferencia Sinodal”, en: RP/G Año 91, Nº 9, Septiembre 1986,

Suplemento, p. III. 688 Ibíd., p. IV.

210

En abril de 1986, Elizabeth Müller informa sobre lo acontecido en el “Primer

Congreso Juvenil Amplio y 12º Congreso Juvenil de la IERP”689. El tema del mismo fue

“La iglesia y el joven relacionado a su compromiso”, trabajado a partir de Mt 25,31-46.

En mayo de 1986, Ruth Rowe de Pantaenius comparte con los lectores la

experiencia que han vivido en la creación de una “escuelita dominical”, luego de explicar

las dificultades económicas de la congregación —cuya “Comisión Directiva” está como

“Sourruille” intentando “tapar agujeros”— explica cómo cree que será el proceso:

“…esto es como el ‘plan austral’. Tiene varias etapas. Todos debemos poner el hombro y tener paciencia para ver sus frutos porque seguramente necesitará muchos ajustes y habrá que salvar desacuerdos y presiones no muy distintas a las del Fondo Monetario Internacional —a nuestro nivel naturalmente. Por eso les pido a los que saben orar, que oren por nosotros.”690

Esta parece ser la visión de una laica —tesorera de la congregación de Puerto

Esperanza, Misiones— ante la economía argentina.

En junio de 1986, Juan Pedro Schaad reflexiona sobre la “Celebración el Culto”691.

El autor introduce el tema citando frases de miembros de la comunidad con distintas

opiniones y vivencias del culto. En su análisis desarrolla los fundamentos bíblicos del

mismo, enfatizando en la necesidad de que la vida cotidiana tenga coherencia con el culto

(Is 2,10-17; Amos 5). Con relación al Nuevo Testamento enfatiza la importancia de ver,

observar, escuchar y compartir en esta vivencia del culto como algo del día a día. Schaad

finaliza su reflexión afirmando que cuando “el ver, observar, escuchar, compartir se vuelve

una costumbre, es casi imposible la posibilidad de separar la vida de todos los días de la del

689 Elizabeth Müller, “Primer Congreso Juvenil Amplio y 12º Congreso Juvenil de la IERP”, en: RP/G Año 91, Nº 4, Abril 1986, pp. 56-57.

690 Ruth Rowe de Pantaenius, “Andando se hace camino”, en: RP/G Año 91, Nº 5, Mayo 1986, p. 84. 691 Juan Pedro Schaad, “Celebración del Culto”, en: RP/G Año 91, Nº 6, Junio 1986, pp. 106-108.

211

domingo.”692 Este esquema es importante en tanto implica una propuesta de hermenéutica

del día a día (de la cotidianeidad), que dialoga con la realidad.

En este mismo número, Enrique Zerbin presenta un informe de lo discutido durante

la Conferencia del Distrito Sur, realizada en Castelar del 3 al 4 de mayo de 1986. El tema de

la misma fue: “Crisis económica – crisis de fe”. Del resumen del plenario surge que la

“‘…crisis de fe tiene directa relación con la crisis económica’. ‘Crisis moral y crisis económica marchan juntas’. ‘La crisis económica trae aparejado un desencadenante deterioro: ineficiencia, ineptitud, falta de honradez, mal ejemplo, inclinación al materialismo y pérdida de los valores espirituales’. ‘La falta de fe acentúa la crisis económica que se traduce en desesperanza.’ ‘Como falta dinero ciento vergüenza, no tengo ropa y no participo en las actividades de la iglesia.’ ‘Por las muchas necesidades insatisfechas debo procurar otros trabajos, incluso en las horas y días que debieran ser de descanso, no puedo concurrir a reuniones ni pudiendo gastar en transporte para ello.’ ‘Ante la impotencia de resolver la situación económica, disminuye la fe.’ ‘La crisis económica es un desafío para la fe.’ […] ‘Debemos saber que el comprender y amar al prójimo fortalece la fe.’ ‘Estamos en una crisis de identidad cultural…”693

En el mes de agosto de 1986, Rodolfo Reinich reflexiona sobre el recientemente

finalizado mundial de fútbol (México ‘86) relacionándolo con 1 Cor 9,24-27 y 2 Tim 4,

concluyendo que

“…tanto el ejemplo ‘del mundial’ como los de Pablo pretenden ayudarnos en la reflexión sobre nuestra propia fe personal, la forma que la desarrollamos y la manera que jugamos nuestro rol de testimonio misionero y diaconal en ‘la cancha’ de la comunidad eclesiástica y en la sociedad toda. […] Se requiere entrenamiento en escuchar, orar, recibir y dar, en participar y dejar participar, en el trabajo conjunto para el bien de todos! […] Desde aquí quiero animar a todos los hermanos que se encuentran en el trabajo directo con los necesitados que sigan haciéndolo con

692 Ibíd., p. 108. 693 Enrique Zerbin, “Conferencia del Distrito Sur en Castelar”, en: RP/G Año 91, Nº 6, Junio 1986, pp. 110-

112.

212

alegría, disciplina y perseverancia, motivados por ninguna otra razón que el amor a nuestro Señor Jesucristo y al prójimo carenciado.”694

Mario Bernhardt escribe en la meditación del mes de agosto sobre 1 Cor 6,19. El

autor expresa que la destrucción de los cuerpos humanos, templo del Espíritu Santo, es un

pecado social. Son cuerpos maltratados y envejecidos

“…que trabajan de forma inhumana […] Albañiles, peones, chacareros, costureras, obreros, amas de casa… A medida que van construyendo con el sudor de su vida, destruyen su cuerpo […] y vuelven a sus casas donde ‘descansan’ entre el hambre, la inestabilidad y el bajo sueldo.”695

Ante esta realidad, e interpelado por el texto bíblico, Bernhardt se pregunta:

“¿Cómo podría la Iglesia defender el derecho del más débil, denunciando la explotación del cuerpo del trabajador – destrucción del templo del Espíritu Santo? Es por eso que, los que explotan la fuerza vital de los hombres y mujeres, están pecando contra el Espíritu Santo. Todos nosotros somos culpables de la corrupción de ese templo en la medida que legitimamos la explotación y destrucción del cuerpo”696

La reflexión sobre la injusticia social incorpora una faceta más integral al enfatizar

la importancia del cuerpo humano como templo del Espíritu Santo.

En este mismo número Bruno Knoblauch informa sobre el “curso de capacitación, el

servicio social y la iglesia local” realizado en Mendoza del 27 al 29 de junio de 1986. El

grupo ecuménico trabajó a partir del texto de Lc. 22,24-27, coordinados por Adelina Gonnet

(CEAS–Bs.As.). Knoblauch señala que despertó mucho interés

“…el cómo se puede lograra un perfil de la comunidad en que está trabajando la iglesia. El ‘perfil’ es conocer cómo se organiza la comunidad, que instituciones hay […] y también el tipo y calidad de vivienda, necesidades básicas,

694 Rodolfo R. Reinich, “Carta del Presidente”, en: RP/G Año 91, Nº 8, Agosto 1986, Tapa (cara interna). 695 Mario Bernhardt, “El templo del Espíritu” en: RP/G Año 91, Nº 8, Agosto 1986, p. 153. 696 Ibíd., p. 153.

213

etc. etc. Sólo conociendo bien el barrio o zona, la congregación puede hacer un diagnóstico de cuales son la necesidades reales. Después del diagnóstico se puede lanzar alguna forma de servicio. […] a la congregación de cristianos, no le queda la opción entre asistir como oyente al culto y otros actos por un lado, y servir a otros con una ofrenda económica o de tiempo por el otro lado. Es una falsa alternativa.”697

En agosto de 1986, se publica una meditación preparada por Carlos Schwittay698 en

el marco del Material Preparatorio para el Sínodo 1986. A partir del texto bíblico que

inspira el lema del Sínodo (1 Cor 13,13), Schwittay presenta una extensa reflexión que no

pretendemos condensar en los párrafos escogidos. El autor va cotejando el contexto de

comunidad de Corinto con el mensaje que Pablo les envía por medio de su epístola,

desprendiendo de éste el mensaje central que es Jesucristo. Para Pablo el centro de la fe es

“…la intervención de Dios en la historia de la humanidad para resguardar la creación de la destrucción. Por esto envió a su hijo Jesucristo cuyo hacer actuar y hablar, presentan el camino de la salvación y la liberación de las manos del destructor […] Jesucristo cimentó las bases de un mundo nuevo en que gobiernan otras reglas que en el mundo viejo transformado por nuestra culpa en un mundo perdido. […] Parte del viejo mundo es, como ya conocemos, el poder de la piedad que para cumplir su tarea invade a la fe verdadera, caracterizándose por su orientación hacia el futuro del Reino de Dios con ejercicios rituales, ceremonias y tradiciones haciendo inocua la fe. También el poder de la riqueza está en acción para impedir, por poner de relieve su situación privilegiada en nuestras vidas diarias, que se realice una hermandad verdadera entre los cristianos.”699

Schwittay también menciona la forma en que el poder político quiere influir en la

vida de la iglesia quitando centralidad a la obediencia exclusiva a Cristo. Al referirse al

amor, afirma que éste implica que el cristiano ayude al otro para poder vivir humanamente,

697 Bruno Knoblauch, “El servicio y la iglesia local”, en: RP/G Año 91, Nº 8, Agosto 1986, pp. 156-157. En este número también encontramos un “Comunicado de Prensa del Comité de Iglesias” en el que informa qué es y que hace en el Paraguay. “Compromiso social en el Paraguay”, en: RP/G Año 91, Nº 8, Agosto 1986, p. 157.

698 “Material Preparatorio para la XXIXª Conferencia Sinodal”, en: RP/G Año 91, Nº 8, Agosto 1986, Suplemento, pp. I-IV.

214

motivado —no por ser de la misma etnia, nivel cultural o parecer digno de ayuda, ni por la

recompensa—, sino porque

“…el otro está en una situación que necesita mi ayuda, y Dios quiere acompañarlo por su amor por medio de mi actuar, del mismo modo que el ya me acompaño en mi vida […] este amor al prójimo, es parte igual que la fe y la esperanza, de lo que hace que una comunidad sea una comunidad cristiana, una iglesia.”700

En este marco preparativo para el Sínodo, el autor afirma que tratamos dos tareas:

“– Ver las posibilidades de fortalecer la fe en nuestra iglesia y dar, más que hasta hoy, en nuestro ambiente, un testimonio auténtico del evangelio de Jesucristo y de lo que Dios ya hizo para nosotros.

– Tratar también la comprensión de que ser cristiano y ser iglesia siempre significa ser un colaborador o una colaboradora de Jesucristo para un nuevo futuro y un mundo mejor y feliz.”701

En agosto de 1986, Nancy B. Ross invita a las personas vinculadas a la enseñanza

para que participen activamente del 2º Congreso Pedagógico. La autora presenta un

panorama general del 1º Congreso en 1882, y los aspectos formales (legales) en los que está

inscripto el segundo, remarcando que si bien existen lineamientos generales a trabajar

existen espacios para plantear nuevos temas no contemplados en las Guía, enviada

originalmente por la Comisión Organizadora.702

En el número siguiente, Alfredo Langert (Coordinador de la Comisión de Educación

de la IERP) reafirma esta invitación de Ross, sumando además algunos “aportes que

podemos y debemos dar”. Dentro de este marco expone que se necesita del aporte de todos

ya que

699 Ibíd., pp. II-III. 700 Ibíd., p. III. 701 Ibíd., p. IV.

215

“…la educación constituye un elemento fundamental para el desarrollo socio–económico–político y cultural del país. Atiende la formación de recursos humanos necesarios para el desarrollo integral […] La promoción del desarrollo económico en forma independiente y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población, requieren de un proceso de capacitación integral y de especialización de todos los recursos humanos […] es necesario producir cambios radicales y profundos en el sistema educativo.”703

A lo que agregará que los propósitos de la educación deberían estar orientadas a la

educación para la democratización, para la renovación del proceso educativo y para el

Desarrollo Autónomo que garantice el “bienestar y el mejoramiento de la calidad de vida

del ciudadano, dentro de su sistema de valores y en pleno goce de soberanía nacional.”704

Del informe sobre la Conferencia del Distrito Oeste, presentado por Enrique Zerbin

en el número de septiembre, destacamos lo referido a la Diaconía, que es entendida como

“…un servicio que se presta al semejante, es el ‘compartir el pan’, es cuando una congregación se ocupa de una necesidad de la sociedad en que se encuentra, es procurar la solución al problema de la tenencia de tierras, mejorar la salud de la población (Chaco), o procurar fuentes de trabajo a los desocupados (Santa Fe). […] se propuso hacer lo necesario para que las congregaciones se den cuenta de las necesidades ajenas y que paralelamente se desmantele los prejuicios de clase social, de nacionalidad y prejuicios políticos”705

En este sentido se afirma también que “los sermones dominicales son insuficientes

para lograr un cambio de mentalidad”706. La necesidad de un proceso de discusión que

involucre todos los espacios de la vida comunitaria está planteado en esta afirmación.

702 Nancy B. Ross, “Participación en el congreso pedagógico”, en: RP/G Año 91, Nº 8, Agosto 1986, p. 166. 703 Alfredo Lengert, “La reformulación del sistema educativo argentino”, en: RP/G Año 91, Nº 9, Septiembre

1986, pp. 199-200. 704 Ibíd., p. 200. Sobre la capacitación dentro de la iglesia (catequistas y líderes para campamentos)

encontramos cinco artículo consecutivos en la revista de octubre de 1986. Ver: RP/G Año 91, Nº 10, Octubre 1986, pp. 211-214.

705 Enrique Zerbin, “Asamblea del Oeste”, en: RP/G Año 91, Nº 9, Septiembre 1986, pp. 196-197. 706 Ibíd., p. 197.

216

En esta Conferencia se presenta un informe del Distrito entre Ríos, que es publicado

por la RP/G en septiembre. En el informe el delegado de Entre Ríos ante el Distrito Oeste

informa sobre las distintas tareas diacónicas que sostienen como distrito por medio de una

“caja de subsidios” a la que cada congregación aporta. Dentro de estas obras se menciona el

Sanatorio Evangélico (Gral. Ramírez), la guardería y hogar de tránsito en Paraná, roperos

populares y el proyecto de crear un internado para chicos huérfanos en Urdinarrain, entre

otras707.

En la “Carta del Presidente” de septiembre Reinich reflexiona sobre la centralidad de

Jesucristo en nuestro modo de ser Iglesia retomando muchos de los conceptos expresado por

Schwittay en agosto de este año. Reinich menciona además que a partir de Mt 9,35

encontramos las

“…áreas de trabajo en la misión y evangelización, en la enseñanza y la educación y en la diaconía y el servicio reparador y sanador. Estas áreas se dan a nivel de nuestras congregaciones locales, de toda nuestra IERP y de la ecumene, […] cada miembro, cada congregación y toda la IERP debe ser portadora del testimonio de Jesucristo destinado a toda la sociedad.”708

Es a partir de esto que las congregaciones en el Sínodo de 1983 recomendaron:

“1. Crear las condiciones para una nueva reforma […dónde…] cada

congregación repiense y evalúe críticamente su esencia y las metas de su trabajo. 2.

Posibilitar una reflexión comunitaria que permita descubrir los desafíos que

enfrentamos y los caminos de acción que se nos abren […] 3. Llegar a ser una

iglesia con puertas abiertas […] 4. Para alcanzar estos objetivos, es recomendable

707 Alberto R. Bauer, “Informe del distrito Entre Ríos”, en: RP/G Año 91, Nº 9, Septiembre 1986, pp. 197-198.

708 Rodolfo R. Reinich, “Carta del Presidente”, en: RP/G Año 91, Nº 9, Septiembre 1986, Tapa (cara interna).

217

la implentación de grupos comprometidos activamente con diferentes temas como por ejemplo evangelización, estudios bíblicos, capacitación…”709

En octubre de 1986, Silvia Ramírez de Kallsten reflexiona a partir del texto de Gál

5,22-23 y un collage conformado por recortes de diario que ilustran distintos temas: el no

respeto de los derechos de los discapacitados; más de tres millones y medio de niños en la

pobreza extrema; el desamparo y las madres solteras, condiciones de trabajo injustas; la

violencia inédita; el deterioro de las condiciones de vida y la desesperanza. La autora afirma

que esto es sólo

“…una muestra de lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Si las analizamos a la luz de nuestro texto […] encontraremos que estos signos de realidad están en contra de la voluntad de Dios. Al mismo tiempo nos obliga a preguntarnos ¿en qué medida estamos contribuyendo a que continúen existiendo situaciones como las descriptas en nuestras noticias?”710

En el mismo número Victor Schöller expone un artículo sobre la Reforma. Tras un

análisis del contexto socioeconómico, político, cultural y religioso del siglo XVI, y luego de

exponer qué cosas cambian con la Reforma, Schöller afirma que la Reforma

“…adquiere su real significado para nosotros hoy si la entendemos como algo dinámico, en movimiento, en continua reforma; si entendemos que en el mundo cambiante que nos toca ser iglesia, debemos encontrar respuestas a los problemas que sufre el hombre de hoy. […] También hoy,… debemos dejarnos interpretar por la palabra de Dios, a fin de desechar lo que ya no sirve y hacer aquello que nos permita ser más fieles al Evangelio.”711

La iglesia no puede ser indiferente ante la injusta distribución de la riqueza, las

acciones arbitrarias de los poderosos, la violencia, el hambre. El desafío es dejarse

interpelar por la palabra de Dios y no resignarse pensando que ‘nada va a cambiar’.

709 Ibíd., Tapa (cara interna). Sobre los ‘encuentros de diálogo’ o ‘Diálogo abierto’ Ver: Irene H. de Keil, “Hablando, la gente se entiende”, en: RP/G Año 91, Nº 10, Octubre 1986, p. 210.

710 Silvia Ramírez de Källsten, “Los frutos del espíritu”, en: RP/G Año 91, Nº 10, Octubre 1986, p. 209.

218

Del “Boletín parroquial Florida” se reproduce, en octubre de 1986, un artículo que

reflexiona sobre la “humildad” entendiéndola como “estado del alma”712. El artículo afirma

en cierto momento, que todo

“…lo que podamos obtener y poseer en este mundo —belleza, dinero, bienes, poder— nada significan para nuestra verdadera Vida, la Vida Superior, la vida que perdura; vemos pues cuan ilógico es ambicionar tanto o enorgullecerse de poseer algo que habrá de durar tan poco tiempo. Ningún bien material nos pertenece realmente […] Debemos considerar los bienes materiales o el poder que obtengamos y recibamos, como medio de acción para trabajar por el bien común, haciendo partícipes de sus beneficios a quienes carecen de ellos...”713

Pero en otro párrafo el autor realiza una afirmación, que de algún modo expresa una

voz distinta dentro de lo expresado desde algunos proyectos en la región Norte de la IERP.

En el artículo se sostiene que la humildad

“…no significa pobreza, porque —como dijimos— la humildad es un estado que el alma ha logrado, y así como podemos vivir en la pobreza y ser orgullosos, también podemos vivir en la opulencia —si así lo imponen las circunstancias— y ser perfectamente humildes, es decir, no sentir el menor orgullo por nuestra riqueza, sino considerarla como un instrumento de bien, como un medio para practicar la dádiva del Amor.”714

Rodolfo Reinich en su espacio como presidente de la iglesia, en el número de

octubre, introduce a los lectores a la dinámica del Sínodo. Reinich explica que en un Sínodo

“…se analiza lo actuado en el pasado y sobre todo se trata de establecer en forma conjunta algunos lineamientos hacia el futuro. Por eso es importante que todas las congregaciones estén bien representadas y participen activamente con ideas, pensamientos y con su acción.”715

711 Victor Schöller, “La Reforma hoy”, en: RP/G Año 91, Nº 10, Octubre 1986, pp. 216-219. 712 “La humildad”, en: RP/G Año 91, Nº 10, Octubre 1986, p. 221. 713 Ibíd., p. 221. 714 Ibíd., p. 221. 715 Rodolfo Reinich, “Carta del Presidente”, en: RP/G Año 91, Nº 10, Octubre 1986, Tapa (cara interna).

219

En relación a lo antes expuesto reflexiona sobre Josué 24, explicando las disyuntivas

ante las cuales el pueblo judío se vio enfrentado antes de entrar a la tierra prometida. En su

reflexión va llegando a breves conclusiones a la luz del texto y del Sínodo por venir, la

disyuntiva está entre “acomodarse y dejar las cosas como están o arriesgarse a nuevos

caminos”716. Al finalizar expresa que también

“…nosotros expresamos claramente nuestra voluntad de querer ser efectivamente Iglesia Evangélica en la cuenca del Plata. Debemos definir claramente nuestra tarea misionera, educativa y diaconal abierta a los pueblos en medio de los cuales fuimos colocados […] sabemos que el Evangelio no permite encerrarnos en nosotros mismos, pues al hacerlo nos estaríamos condenando a la muerte.” 717

De este modo llegamos al Sínodo realizado en octubre de 1986. Los miembros de

toda la Iglesia han sido invitados reiteradas veces a interiorizarse y reflexionar en

comunidad sobre lo que en el se tratará. En lo términos planteados por Reinich, la Iglesia

está ante una disyuntiva crucial: cambiar o condenarse a muerte. ¿Qué es lo que debe

cambiar? ¿A qué muerte se refiere? ¿Es la muerte de la institución? ¿O es la muerte

espiritual de sus miembros?

716 Ibíd., Tapa (cara interna) 717 Ibíd., Tapa (cara interna).

220

La XXIXª Conferencia Sinodal y VIª Asamblea General Ordinaria (Sínodo 1986) 718

El Sínodo se realiza del 18 al 22 de octubre de 1986 en el Eldorado (Misiones) bajo

el lema: “Jesucristo, nuestra promesa de fe, amor y esperanza”. En la primera sesión de la

XXIXª Conferencia Sinodal presenta su informe el Presidente de la IERP, Rodolfo Reinich.

En la introducción al mismo afirma que

“…la Proclamación de la Palabra y el servicio, la evangelización y la diaconía son aspectos de nuestra misión que van inseparablemente juntos […] ese testimonio de acción no invalida la proclamación de la palabra. Por el contrario incluye y exige la proclamación con la Palabra. […] Es por ello que podemos afirmar que en la diaconía la fe y el amor se convierten en una misma cosa. La fe es el actor. El amor es la acción.” 719

Esta fe está fundada en la Biblia y ella no comprende

“…solamente el aspecto espiritual del hombre sino que lo ve como un ser completo, una unidad inseparable de cuerpo, alma y espíritu. […la Escritura y la realidad] deben estar en permanente diálogo. Es precisamente en este diálogo donde nos damos cuenta que nuestra tarea evangelizadora no puede agotarse en tareas que sólo busquen mejorar la situación socio–económica de las personas. Pero también nos damos cuenta que el juicio de Dios nos alcanzará muy duramente si sólo queremos transmitir verdades espirituales, intelectuales puras y exactas”720

Reinich ha planteado en más de una oportunidad esta interrelación entre

proclamación de la palabra y acción, en relación a la obediencia al llamado de Cristo

expresado en la predicación.

Al considerar la Vida y Misión de la Iglesia, Reinich recuerda algunas circunstancias

políticas, económicas, sociales y religiosas que han vivido los tres países y que han incidido

718 “VIª Asamblea General Ordinaria y XXIXª Conferencia Sinodal 18-22 de octubre de 1986. Eldorado–Misiones” (Informe Sinodal 1986). IERP, Buenos Aires, s/f.

719 Ibíd., p. 301. Una abreviación en: “El informe del presidente”, en: RP/G Año 91, Nº 11, Noviembre 1986, pp. 239-242.

221

e inciden sobre la vida de las personas y del trabajo de la Iglesia. La violencia y la violación

de los derechos humanos, por ejemplo, han dejado secuelas muy difíciles de superar cuyas

consecuencias serán visibles durante muchos años. “Esta lucha violenta nos pone ante la

realidad de vidas cortadas, de familias destruidas, de hijos desamparados, de personas

encarceladas, exiliadas y refugiadas, etc.”721. Ante esta realidad, como cristianos somos

confrontados por el Evangelio que nos interpela por el

“…valor de cada vida humana, don de Dios, de la dignidad de la persona humana, de la culpa y del juicio de Dios, del perdón, de la reconciliación, de la libertad, de la seguridad, del fin y los medios, de la autoridad, de la obediencia, etc. […] Es importante conocer estas heridas y la voluntad de Dios frente a ellas para poder contribuir a curarlas hasta donde es posible y lograr que jamás vuelvan a repetirse.”722

Pero la realidad económica es tal vez lo más urgente:

“En el campo (el aumento de los costos de producción, la disminución del precio de los productos agrarios) el empobrecimiento generalizado del mediano y pequeño productor, la imposibilidad de la subdivisión de las tierras tienen que ver con la fuerte migración interna del campo a la ciudad. […] Ello nos pone en la necesidad de desarrollar una pastoral de acompañamiento y una tarea misionera más decidida y acorde con quien se ha empobrecido, siente y sufre el desarraigo.”723

La crisis socioeconómica afecta a la iglesia directamente, el empobrecimiento de la

clase media sumado al éxodo de la juventud que busca canalizar sus expectativas de

participación en otros espacios confrontan con la crisis a las congregaciones que buscan una

nueva identidad menos relacionada al origen étnico, cultural o lingüístico. Por esta razón

afirma que “no es tiempo de cerrar puertas sino que cada vez más debe ganar espacio el

720 Ibíd., p. 302. 721 Ibíd., p. 302. 722 Ibíd., p. 303. 723 Ibíd., p. 303-304.

222

principio de solidaridad mediante el cual las congregaciones más fuertes apoyen y ayuden a

las más débiles…”724. En la línea de esta apertura, algunas congregaciones han encarado

“una misión evangelizadora abierta hacia la comunidad en la que se encuentran ubicadas,

comenzando por el servicio diaconal, como –por ejemplo– guarderías, comedor para niños

desnutridos, jardín de infantes, trabajo con niños en la calle, etc.”725

Reinich continúa refiriéndose a la vida de las congregaciones que “forman parte y

comparten los mismos sufrimientos y las mismas esperanzas de los pueblos en medio de los

cuales se encuentran”, es por esto que el aporte individual y comunitario “para el

mantenimiento de un sistema democrático de vida” es fundamental. El sustento de esta

preocupación está en la Reforma que, pero especialmente porque esta forma de vida “es

ampliamente conocida y aplicada en nuestras congregaciones e iglesias.”726 La base está en

el “sacerdocio universal” de los creyentes, a partir del cual “todos pueden y deben

participar” para “mantener los espacios de libertad que posibiliten el desarrollo pleno y

digno” de todos727.

Evidentemente, recordar nuestras raíces y tradición democráticas era una necesidad

ante situaciones que Reinich no cita puntualmente, pero que son claramente contrarias a la

tradición de la Reforma, en la cual se inscriben la “gran cantidad de hombres y mujeres

ordenadas al ministerio pastoral de nuestra iglesia”728, que han respondido a la “Exhortación

724 Ibíd., p. 305. 725 Ibíd., p. 305. 726 Ibíd., p. 307. 727 Ibíd., pp. 307-308. cf. Art. 35 del “Reglamento del Ministerio Pastoral de la Iglesia Evangélica del Río de

la Plata”. en: Estatutos–Reglamentos–Normas, op. cit. pp. 53-54. 728 Reinich se refiere a los 8 pastores y 4 pastoras ordenados entre 1983 y 1986, una pastora más será ordenada

“oportunamente” y 6 vicarios, 2 vicarias y una diácona se encuentran en proceso de evaluación. A estos datos podríamos sumar los que aportó en 1983: sobre una base de 53 pastores y vicarios, la iglesia cuenta en el “pastorado activo con 17 pastores enviados, representando el 32 % del pastorado total incluyendo los vicarios. (El 68 % restante está integrado en un 50 % de pastores ordenados y el 18 % de vicarios de origen nacional)” Informe Sinodal 1983. Vol. I. p. 406. De este porcentaje nacional 6 son mujeres (1 pastora, 5

223

de Ordenación” aprobada por el Sínodo en 1983. En esta Exhortación “se ha dado a los

pastores y pastoras un lineamiento claro acerca de la vocación y el ministerio pastoral.”729.

Sobre el papel de la RP/G, Reinich insiste en su función formativa, es en este

sentido que se ha buscado

“…que contenga artículos que sean pertinentes a nuestra vida en este continente, que sean elemento de información y de diálogo para los distintos enfoques y se produzca así un intercambio y enriquecimiento mutuo, dentro de un marco de respeto y pluralismo de dones y capacidades….”730

Al referirse a la inserción ecuménica de la IERP, Reinich afirma que esta se da en la

adoración y en el servicio “entre la confesión de fe y la entrega a la misión de amor y de

justicia para con los seres humanos.” 731 No se trata un mero estar juntos sino un hacer

juntos. Es por esto que

“…La Junta Directiva ha resulto participar con recursos humanos y económicos y la reflexión en el proyecto que provisionalmente se ha denominado Consejo Misional Conjunto. En el mismo las Iglesias Evangélicas de los Discípulos de Cristo, Metodistas, Reformada Argentina y nosotros nos proponemos buscar y desarrollar una tarea misionera y diaconal en forma conjunta en el Chaco.…”732

Reinich, al informar sobre la tarea diacónica de la IERP, reafirma que

“…la evangelización y la diaconía son dos cosas que van juntas. Estamos seguros que cada uno de nuestros miembros realiza su tarea diaconal de ayuda concreta y visible a su prójimo, algo muchas veces desapercibido y silencioso. La

vicarias) en 1983. Si confrontamos estos datos con los aportados por Zorzin en 1995, tenemos que en 1986 la iglesia contaba con 36 ministros nacionales ordenados, además de un porcentaje de vicarios significativo. Cf.: Zorzin, “El proceso de naturalización…” op. cit. p. 79.

729 Informe Sinodal 1986, p. 311. 730 Ibíd., p. 313. 731 Ibíd., p. 316. 732 Ibíd., p. 318.

224

diaconía no tiene lugar sólo en las grandes instituciones […] vemos cuánto esfuerzo y cuánto trabajo se realiza localmente al servicio del necesitado.”733

Pero además de esta tarea diaconal, Reinich informa que la IERP ha continuado con

su participación y apoyo “con recursos humanos y económicos” en el CAREF, MEDH,

Servicio Ecuménico de Reintegración en Montevideo (SER), JUM, PAC, CEAS y CIPAE,

pero insiste: “no sólo se hace diaconía a través de grandes instituciones que necesitan

mucho recursos económicos…”734 Pero el testimonio concreto en la acción se basa en el

ejemplo de Jesús

“…quien vio y escuchó la necesidad de los demás, les tuvo compasión y actuó en consecuencia. Así de sencillo es. Deseamos que en este Sínodo podamos madurar este concepto y profundizarlo para una presencia diacónica sencilla pero responsable en nuestra vida diaria.”735

A su vez esta nueva perspectiva diaconal en la que se revaloriza la tarea de todos

aquellos que ponen su tiempo y sus recursos a disposición del trabajo de la iglesia, lleva a

repensar su estructura. Pero la realidad económica del país, “esta época de inflación,”

plantea un problema anexo que tiene que ver con la mayordomía de los recursos “que se

come la inflación.” Reinich se refiere a las congregaciones que no han enviado las colectas

regularmente afectando de este modo el valor real de “los dineros entregados por los

miembros para ayudar a un proyecto determinado.”736 La dinámica de algunas

congregaciones debe cambiar pero también la estructura de la Iglesia toda debe acompañar

la rapidez de los cambios.

733 Ibíd., p. 322. 734 Ibíd., p. 323. 735 Ibíd., p. 323. 736 Ibíd., p. 324.

225

Es por esto que se presenta una moción, que permita “considerar y tomar posición

como iglesia frente a grandes problemas y preguntas que viven y se plantean los pueblos de

los países en medio de los cuales vivimos.”737 Esta toma de posición no puede esperar un

lapso de tres años entre un Sínodo y otro. Pero estos Sínodos también se han vuelto

discriminatorios ya que

“…resulta muy difícil por no decir imposible que pequeños productores del campo, obreros o empleados puedan participar en las conferencias, sínodos o incluso en la Junta Directiva porque no les resulta factible hacer largos viajes y permanecer durante varios días fuera. Es por ello que debemos trabajar en la búsqueda de una estructura que esté acorde a la independencia que tienen nuestras congregaciones, que busque y mantenga la unidad de la gran familia que es la IERP y que todos puedan participar efectivamente en su desarrollo como parte viviente del cuerpo de Cristo”738

La moción propuesta por la Junta Directiva solicita la creación de una comisión739

que analice la estructura interna de la IERP y que a partir de esto proponga las reformas

necesaria en Estatutos y Reglamentos de manera que posibiliten salvar las dificultades

expuestas anteriormente.

Al inicio del segundo día de la Conferencia el pastor Juan A. Schvindt reflexiona a

partir del texto de Jn. 4,42 afirmando que

“… Vivir en Cristo, lejos de ser una actitud piadosa o mágica que nos aleja de los otros, es una motivación que nos compromete seriamente con nuestra

737 Ibíd., p. 324. 738 Ibíd., p. 325. 739 Ibíd., p. 325. En el “Informe del Presidente” del Sínodo de 1989 se explica que si bien esta comisión se ha

reunido no ha llegado a avanzar en la concreción de propuestas. Sí se han consolidado los Consejos Asesores Distritales en algunos casos. Informe Sinodal 1989, p. 110. La reforma se concretó en 1998, año en el que fue aprobada la modificación de los Estatutos y la actualización del Régimen Eclesial de la IERP. Informe Sinodal 1998, pp. 159-196. Cf. Informe Sinodal 1986. p. 115.

226

comunidad y con nuestros pueblos. Se espera que seamos capaces de contagiar esa desprejuiciada vida que él nos da.…”740

Durante este día la Conferencia trabajó en cuatro grupos: “Vida y Misión”,

“Educación y Capacitación”, “Diaconía” y “Mayordomía y Estructura”, respondiendo a la

clasificación por Áreas ya presentada desde los materiales de trabajo publicados en la RP/G

desde marzo de 1986.

El tercer día de la Conferencia comienza con el devocional a cargo de la candidata al

ministerio diaconal Edith Liebstreich quien reflexiona sobre el Sal 13,1-6 diciendo:

“En estas palabras vemos reflejadas una fastidiada frustración y una agotada paciencia. Las preguntas ¿hasta cuándo? y ¿para siempre? son interrogantes en los que la esperanza y la desesperación se persiguen en círculo cerrado. Esta mezcla de esperanza y desesperación no son sentimientos ajenos a nosotros y representan situaciones cotidianas.”741

Es ante esta realidad que comenzamos a buscar caminos, a preguntarnos

“…en qué condiciones estamos, qué podemos hacer, cuáles son las posibilidades. Frente a estas preguntas nos damos cuenta que nos necesitamos mutuamente cada vez más como comunidad, nos damos cuenta que no alcanza nuestra participación y confesión en los cultos sin llevarla a la práctica.”742

Y prosigue citando a Theodor Schober, afirmando que “‘Cuando más cada

congregación asume seriamente su compromiso diaconal y se abre en el culto y en las cosas

de cada día, hacia los demás, tanto menos instituciones diaconales serán necesarias’…”743

En el momento de la Oración recurre a “Juan Arias” cuando éste dice

“‘…los otros son los que mejor me revelan la realidad que soy. Entre los otros, Señor, están los que duermen, los que desesperan, los que tienen hambre, los

740 Ibíd., p. 65. 741 Ibíd., p. 67. 742 Ibíd., p. 67.

227

que son esclavos. Para ellos quiero ser grito, esperanza, pan y libertad. Están los que tienen hambre de toda justicia y fe en todo gesto humano. Quiero estrechar su mano para caminar junto a ellos, sin preguntarles…’”744

Es a partir de este tercer día de sesión de la Conferencia que se presentan los

informes de las distintas Áreas de trabajo. De la primera de ellas, “Vida y Misión”, el Grupo

(1) presenta lo trabajado en relación a la “Modificación del Reglamento del Ministerio

Pastoral.”745. La versión final del “Reglamento del Ministerio Pastoral” fue aprobado, por

unanimidad, en el Punto Nº 12 de la VIª Asamblea General Ordinaria746. Consideramos

importante destacar el Art. 36 de dicho Reglamento en el que se expresa:

“1. En caso de militancia política el pastor o el vicario deberá guardar la consideración que trasciende de su ministerio y merece la congregación a él confiada.

2. El pastor o el vicario podrá asumir tareas políticas partidarias y/o gremiales solamente previo acuerdo con la comisión directiva de la congregación y la Junta Directiva.

3. Lo propio valdrá también para el caso en que por ocasión de elecciones quiera dejarse postular como candidato de una agrupación política.”747

Creemos que este artículo significa un cambio real en la discusión que surge

explícitamente a partir de la “Declaración” que expone el Sínodo de 1983 a las

comunidades.

En la presentación del Grupo (4) que trabaja “Propuestas sobre vida y misión de la

IERP” se afirma que cuando

743 Ibíd., p. 67. 744 Ibíd., p. 68. 745 Ibíd., p. 104. 746 Ibíd., pp. 208-224. 747 Ibíd., p. 220. En una cita anterior hemos hecho referencia al Art. 35 de este Reglamento siguiendo la

versión presente en: Estatutos–Normas–Reglamentos. op. cit., p.52. Esta última unifica los Art. 34 y 35 de la versión presente en el Acta de la VIª Asamblea.

228

“…hablamos de evangelizar entendemos que se abarca a la totalidad del ser humano. Evangelizamos con la palabra y la acción. Por eso, predicación de la Palabra y diaconía deben ir juntos. Hacer solamente una de estas cosas es una evangelización a medias. La evangelización apunta también a la incorporación del evangelizado a la Iglesia porque entendemos que no hay cristiano sin comunidad…”748

Esta es claramente la reafirmación de una diaconía integral que no sólo alimenta

sino que también comparte la fe que impulsa la acción, una fe vivida en comunidad. Pero

para el cumplimiento de esta tarea consideran prioritario “educar y capacitar a nuestro

miembros”, y en función de esto proponen la moción:

“Que se declare prioritario el tema educación en la IERP y que se implemente la reflexión en todas las instancias de la misma […] Que se destinen para esta tarea todos los recursos materiales y humanos necesarios para su optima realización.”749

El devocional de cierre a cargo del arquitecto Miguel R. Skupch presenta una

oración de la que citamos algunos párrafos:

“Señor: Yo ahora no tengo hambre […] pero hay muchos que tienen hambre y sufren en este mundo. Pero si la vida perdurable comienza aquí y ahora, ¿no tendremos que ocuparnos de ayudar a que tengan alimento? porque no deben tener hambre. ¿No tendremos que ocuparnos más para que el Reino de Dios comience aquí y ahora?. […] Tu Reino es un Reino de alegría, Señor; ¿o es un Reino de amargados y caras largas? Como se puede tener alegría estando enfermo, o estando solo o sin techo. Te pedimos por esto Señor, pero me doy cuenta de que yo también tengo que poner mi esfuerzo para esto y con mi esfuerzo tu ayuda tal vez podamos dar alimento, techo, salud y compañía, podamos dar alegría, podamos ver caras sonrientes y acercar tu Reino a la gente…”750

748 Ibíd., p. 111. 749 Ibíd., pp. 111-112. Esta moción fue aprobada con 170 votos afirmativos, 1 negativo y 4 abstenciones. 750 Ibíd., pp. 69-70. Ver: Reinaldo Skupch, “Promesa de esperanza” en: RP/G Año 91, Nº 11, Noviembre

1986, p. 237.

229

En el cuarto día de sesiones de la Conferencia Sinodal presenta sus conclusiones el

Área “Mayordomía y estructura” de este extraemos que en su fundamento teológico tiene un

aspecto doble dado por la sociedad y por la iglesia en tanto portadora del Evangelio: “a)

poner los dones y las capacidades al servicio de la sociedad y de las iglesias y b) el poner

los dones y capacidades en un trabajo de capacitación y educación de cada

congregación.”751

Al tratar el informe de la “Caja Complementaria de Previsión para Pastores de la

Iglesia Evangélica del Río de la Plata” se expresa que el mismo es recibido por

“aclamación” y habiendo sido aclaradas

“…las preguntas acerca de los fondos de la caja, el pastor Carlos Duarte presenta entonces la siguiente moción: ‘Que el 10 % (diezmo) del excedente de los aportes de la Caja Complementaria de Previsión para Pastores sea destinada para apoyar a una o más organizaciones gremiales de jubilados en su reivindicación de la jubilación mínima de 82 % del último sueldo activo fijado por ley’ El pastor Juan Pedro Schaad apoya la moción. Luego de un sostenido debate se pasa a votación de la moción del pastor Carlos Duarte. La misma arroja el siguiente resultado: 18 votos a favor, 122 votos en contra, 25 abstenciones por lo cual no prospera la moción.”752

Sobre esta moción y la discusión posterior a la misma, es esto todo lo que tenemos.

En la presentación del documento final del Área ‘C’ “Diaconía” se discute sobre los

términos “compartir” y “servir” aclarando los mismos se dice

“…que el primero impulsa a la persona a ser responsable de sus actos y la involucra totalmente mientras que el segundo, permite delegar la responsabilidad especialmente a través de instituciones de servicio. La polarización no llega a ningún camino, la iglesia necesita dialogar.”753

En este sentido Reinich, a partir de Mt 9,35 afirma que:

751 Ibíd., p. 114.

230

“No hay diferencia entre la necesidad espiritual y las necesidades materiales en la acción de Jesús. La palabra de Dios nos confronta con la realidad y nos impulsa a actuar. Muchos agoreros de la palabra de Dios no la utilizan cuando es necesario y aquí se marca la contradicción; por un lado se insta al Evangelio y por el otro no se lo aplica. Para Jesús palabra y acción iban juntas.”754

Con esta palabras de Reinich finaliza la discusión. y se vota la moción de que se

reciba el documento final del Área ‘C’ “Diaconía: un estilo de vida” 755 el resultado es de

162 votos a favor, 2 negativos y 8 abstenciones. También son aprobadas las dos mociones

que surgen del mismo: aprobándose los “criterios a tener en cuenta en la preparación de

futuras acciones diacónicas y para evaluar las ya existentes”756 y “la formación de una

Comisión de Diaconía en cada Distrito.”757

El documento “Diaconía: un estilo de vida” comienza expresando que:

“El compromiso con la vida, entendida como don de Dios es uno de los aspectos centrales de la misión de la iglesia de Jesucristo. Es decir, la iglesia da testimonio de la presencia viviente de Jesús, el Resucitado, cuando asume la defensa de la vida integral a través de la proclamación de la Palabra, los sacramentos y el testimonio de fe de cada uno de sus miembros. […] Señal del poder del pecado es la situación de marginalidad en la que sobreviven millones de seres humanos.”758

En su fundamentación teológica el documento afirma que el Dios bíblico es un Dios

que se “preocupa especialmente por los más humildes”. El nacimiento del pueblo de Israel

expresado en Ex 3,7-8 es una muestra

“…irrefutable de que Dios se solidariza con aquellos que son víctimas de la opresión. […] Anunciar esta verdad evangélica es tan escandaloso como anunciar

752 Ibíd., p. 117. 753 Ibíd., p. 124. 754 Ibíd., p. 124. 755 Ibíd., p. 125-131. Un copia completa del Documento en: Anexo II. 756 Ibíd., p. 130. 757 Ibíd., pp. 130-131. 758 Ibíd., p. 125.

231

que el hijo de Dios es el mismo que fue crucificado. Tan fuerte es este amor de Dios por los pobres, por los que ven menoscabada su vida, que no dudó en criticar, a través de los profetas, a su propio pueblo cuando la injusticia, la idolatría y el pecado con todas sus implicancias de muerte se adueñó de la vida de Israel.[…Miq 3,1-2 y Am 2,6-7…] El anuncio del reino de Dios que proclama Jesús se materializa siempre en la dignificación de la vida, allí donde se hallaba disminuida. Jesús compartió lo que tenía, lo que sabía, y lo que sentía en forma sencilla con los que El relacionaba. […] Es a partir de la vida de Jesús, como anuncio del reino venidero de Dios, que la iglesia descubre su misión y compromiso a favor de la vida.”759

El documento continúa con una fundamentación doctrinal, entre otros aspectos, a

partir del comentario de Lutero al Padrenuestro, cuando se refiere al “pan cotidiano”760. La

“responsabilidad de hoy” de la IERP es el “compromiso con la vida” son expresados en un

extenso análisis de los últimos años

“…donde los gobiernos de facto, con sus reiteradas violaciones a los derechos humanos, con su desconocimiento de la dignidad humana a través de la instauración de economías monetarias que llevaron a los países en que vivimos a crisis y situaciones de miseria. […] El mismo carácter radical de esta situación provocó en el seno de la iglesia una sana discusión sobre cuál ha de ser la tarea y misión de la iglesia frente a esas otras realidades. […] nuestra iglesia ha tomado opciones a favor de la vida que creemos que deben ser profundizadas en el futuro inmediato. […] La búsqueda de caminos ecuménicos para dar respuesta a los desafíos del momento, ha sido un verdadero despertar espiritual para nuestra querida iglesia. […] Podemos decir que hoy tenemos una tarea mucho más amplia y compleja por delante.”761

La propuesta de este documento de cambiar la palabra “servir” por “compartir el

pan” se fundamenta en la vida de Jesús, y presupone

“…el dar y el recibir; amar y ser amado; respetar y ser respetado; perdonar y ser perdonado; valorar y ser valorado; comer y dar de comer; dignificar y ser

759 Ibíd., pp. 125-126. 760 El documento extrae la cita de: Escudo de la Fe, IERP, Buenos Aires, 19805, p. 14. 761 Ibíd., p. 127.

232

dignificado; reír y llorar junto con otros. En definitiva diaconía entendida como compartir el pan es un ESTILO DE VIDA.”762

Es en este marco que se afirma que la diaconía no se limita a la asistencia material

sino que es “la promoción integral de todos y cada uno de los hijos de la tierra creados por

Dios.”763 Concluye esta sección afirmando que:

“Es en estos momentos de encrucijada que nos animamos a confesar que creemos en Jesús, El Cristo, quién vino a compartir su vida y vida plena en toda la humanidad. Y porque creemos en El, es que rechazamos de plano un triunfo de la muerte, del pecado y del temor.”764

El documento continúa con un listado de las necesidades que se ven y oyen dentro y

fuera de las congregaciones. Ante éstas, la iglesia ha respondido en tres niveles: personal;

comunitario / congregación; eclesial. A su vez, explica el documento, existen “Formas” en

los que la diaconía se instrumenta. En el ámbito de las “formas” de diaconía son presentadas

las dos mociones antes expuestas.

El documento finaliza con tres “Sugerencias a tener en cuenta en la elaboración de

materiales de Diaconía”, en la intención de que se continúe compartiendo en las

congregaciones el “convencimiento de que somos llamados por Dios a COMPARTIR EL

PAN”. Para esto es necesario ofrecer materiales que animen a “descubrir en JESÚS un

ESTILO DE VIDA donde se COMPARTE lo que se cree se SABE [sic.], lo que se TIENE,

los que se PIENSA y lo que se SIENTE. Esto nos ayuda a dignificar nuestra vida personal,

familiar y comunitaria.”765.

Creemos haber encontrado en este documento la condensación del proceso de más

de seis años de reflexión sobre la realidad socioeconómica en el ámbito de la IERP.

762 Ibíd., p. 127. 763 Ibíd., p. 128. 764 Ibíd., p. 128.

233

La reafirmación de una opción diaconal encarnada estuvo acompañada en 1986 de

la reelección de Rodolfo Reinich por el período 1986-1992. Si bien fue candidato único en

el momento de la elección, la votación arrojó el siguiente resultado, sobre un total de 134

electores: 127 votos a favor, 1 voto en contra, 5 abstenciones y 1 voto en blanco.766

Por último, deseamos compartir uno de los párrafos del “Mensaje del Sínodo a las

congregaciones e iglesias hermanas”, presentado en la RP/G en noviembre de 1986. En el

mismo, además de compartir las decisiones relacionadas con el mundo ecuménico, se afirma

que:

“Nuestro ‘ser’ iglesia en el Río de la Plata, nos exige actuar decididamente en el desarrollo de nuestras responsabilidades que surgen del Evangelio para nuestro días. La vida cotidiana de nuestras organizaciones insertas en distintas realidades, nos demandan una dedicación especial que sintetizamos diciendo: ‘FORMARNOS, FORMANDO EN EL COMPARTIR’ guiados por la promesa del Evangelio de Jesucristo. Deseamos que ese espíritu llegue a todos ustedes, que continúen y profundicen su compromiso de renovar cada día la fidelidad a la voluntad salvadora y liberadora de nuestro Dios, hecho carne en Jesucristo, NUESTRA PROMESA DE FE, ESPERANZA Y AMOR..”767

765 Ibíd., p. 131. 766 Ibíd., p. 206. 767 “Mensaje del sínodo a las congregaciones e iglesias hermanas”, en: RP/G Año 91, Nº 11, Noviembre 1986,

p. 245.

234

Conclusiones

La tematización de la realidad socioeconómica en la discusión teológica dentro de la

IERP se da en el marco de un proceso mayor, signado por la búsqueda de cómo ser iglesia

en la Cuenca del Plata. Es en este sentido que el sínodo realizado en Eldordo–Misiones en

octubre de 1986 nos demanda un corte en forma de bisagra, un punto de inflexión en nuestra

lectura de la historia de la IERP y su praxis, mediante el análisis de la discusión sobre el

proceso histórico social que ella misma vive como una reforma continua en búsqueda de

una fidelidad cada vez mayor al Evangelio de Jesucristo.

Al menos tres elementos nos permiten fijar este punto de inflexión. El primero está

marcado por la decisión de la continuidad de un proceso, por la aprobación implícita de un

proyecto, que si bien no contaba con total consenso, obtuvo en la VI Asamblea General de

la IERP un respaldo claro. Nos referimos a la reelección del Pastor Presidente, Rodolfo

Reinich. Con justa razón, alguien podría relativizar la importancia de una reelección en la

que hay sólo un candidato. Pues la pregunta sería entonces: ¿Qué motivó la ausencia

explícita de candidatos? Suponemos que había otros interesados en ocupar la presidencia,

pero ¿eran carentes de un proyecto alternativo? ¿O existía un fuerte consenso dentro de los

sectores dirigentes —léase: parte de los ministros ordenados y algunos sectores laicos?

En 1980, Reinich fue electo como Pastor Presidente estableciéndose un primer punto

de inflexión, era el primer latinoamericano en asumir esa responsabilidad en la historia de la

IERP, en 81 años de historia de la iglesia. Creemos que en 1986 la continuidad marca el

cambio de rumbo, se asume —y no sin resistencia— que la Iglesia debe tomar decisiones

que profundicen su responsabilidad con el hermano sufriente, el oprimido que es víctima de

la injusticia producto del pecado. Cuando decimos continuidad nos referimos a la

235

continuidad de una propuesta teológica y consecuentemente la propuesta de un modo de ser

iglesia, que si bien no es nueva —recordemos que la pregunta por la responsabilidad ante la

realidad aparece claramente en la CPP de 1970 y en el Sínodo de 1971—, ni depende de una

sola persona —tanto la CPP de 1985, como una serie de artículos que desde 1981 en

adelante plantean la necesidad de abrirse a la realidad y responder a sus necesidades a partir

del Evangelio, corroboran esta cuestión—, se ve claramente expresada en la Página de la

Junta Directiva y luego en las Cartas del Presidente firmadas durante seis años por Rodolfo

Reinich, en tanto Pastor Presidente de la IERP. Del mismo modo decimos que esta

continuidad plantea un cambio, nos referimos justamente a este modo de ser iglesia que

comienza a encarnarse en decisiones que deberían determinar la acción y la estructura de la

Iglesia en los años subsiguientes.

En este sentido entendemos que existe un segundo elemento que nos permite

sostener que en el Sínodo de 1986 debemos establecer un punto de inflexión. Durante la

última sesión de la XXIXª Conferencia Sinodal se recibe el documento “Diaconía: un estilo

de vida”. Este documento que también motivó discusiones y disensos, condensa y

recanaliza una forma de entender y hacer Diaconía en el ámbito de la IERP. Afirmando que

el quehacer diaconal es con el otro, y no para el otro, implicando un involucrámiento

existencial y no simplemente delegando funciones en la institución tradicional. Este

documento propone criterios para pensar, implementar y evaluar el quehacer diaconal de la

Iglesia, criterios que son aprobados por la Conferencia Sinodal, pero ante los cuales surgen

nuevas preguntas que exceden las expectativas de esta investigación y que deberían ser

abordadas como nuevas hipótesis:

¿Qué respuesta tuvieron estos criterios en la planificación, implementación y

evaluación de las tareas diaconales de la IERP a partir de 1986?

236

¿Estaba preparada la Iglesia para asumir consecuentemente que la diaconía es un

estilo de vida, es decir, mucho más que una la simple actitud asistencialista que se preocupa

sólo por aplicar paliativos parciales sin una pregunta de fondo por las causas de la

necesidad, la opresión, o la marginalidad? ¿Qué relación guarda o debería guardar con esta

forma de compartir con el otro, la decisión de tomar como prioridad la educación y la

capacitación dentro de la Iglesia? ¿Acaso se estaba tomando conciencia de la necesidad de

procesos más extensos y profundos? Esta cuestión podría ser asumida específicamente

como un eje a profundizar en el período que comienza en 1986 y se extiende, a nuestro

entender, hasta 1995.

Pero dentro de nuestro punto de inflexión también encontramos aspectos polémicos

que nos impulsan a formular nuevas preguntas y reafirman la necesidad de nuevas hipótesis.

Durante la XXIXª Conferencia Sinodal, en 1986, el pastor Carlos Duarte presenta la

moción: “Que el 10 % (diezmo) del excedente de los aportes de la Caja Complementaria de

Previsión para Pastores sea destinada para apoyar a una o más organizaciones gremiales

de jubilados en su reivindicación de la jubilación mínima de 82 % del último sueldo activo

fijado por ley”. Posiblemente era una de las posibilidades más concretas de hacer de la

diaconía un estilo de vida, pero los resultados de la votación muestran claramente que

quienes adhieren a la propuesta (18 sinodales) son una amplia minoría. ¿Qué elementos

condicionaron esta discusión y su decisión final? Si bien la reafirmación de los lineamientos

sobre el documento del área de Diaconía fue posterior, ¿no cabe preguntarse sobre la

relación que deberían guardar una y otra decisión, en vista de la demanda de coherencia

entre palabra y acción ampliamente realizada en los años posteriores a 1986 en el ámbito de

la RP? ¿Cuánto tiempo le llevó a la IERP encarnar esta nueva forma de ser Iglesia

expresada en una diaconía que comparte con el otro?

237

No todas la preguntas son necesariamente abordables desde la investigación, muchas

de ellas aún continúan sin respuesta y en algunos casos motivando nuevas preguntas,

situación que desde una perspectiva de la Reforma no es más que natural y necesaria en

tanto el Evangelio continúa demandando un compromiso encarnado.

El tercer elemento a considerar como determinante para definir un punto de

inflexión tiene que ver con la legislación que la misma Iglesia se da en función de lo que

entiende como su misión. En la VIª Asamblea General Ordinaria se aprobó por unanimidad

el nuevo Reglamento del Ministerio Pastoral. Es decir, la actualización de un criterio

objetivo mediante el cual todos los miembros de la Iglesia pueden y deben evaluar la tarea

del ministro. Esta formalidad, que no es tal, en el Art. 36 establece los criterios y parámetros

en los que se enmarca la militancia política de un pastor o una pastora. Entendemos que esta

simple decisión establece un punto y aparte en la discusión que surge explícitamente en

1984, a partir de la “Declaración” del Sínodo de 1983. ¿Debe la iglesia meterse en política?

Esa era la pregunta que presuponía una respuesta negativa, pero que recibió una cantidad

importante de respuestas mucho más complejas y favorables. Los artículos de Krüger

(320)768, Duarte (479, 499), Schaad (329, 670) y la Carta de Reinich respondiendo a la

Conferencia de Presidentes de Congregaciones (CPC) en 1985 (637) dejan en claro una de

las posiciones, de la otra poco hemos encontrado documentado. La pregunta, en todo caso,

es si el problema alguna vez fue la política. En 1969 el pastor Otto Faber escribía sobre

cuestiones claramente políticas (257), y ya en la década del ‘80 el caso de Otto Waidelich

en la Provincia de Misiones como jefe de su comuna (650), muestra el compromiso político

de un laico activo de la IERP, entre otros tal vez no tan conocidos. De este modo, así como

ya se lo ha planteado la CPP de 1985, nos preguntamos sobre los verdaderos motivos de

238

esta preocupación ¿No será que se asumía como política la crítica a la injusticia económica?

¿No será que esta crítica cuestiona a ciertos sectores minoritarios pero de peso dentro de la

Iglesia? ¿Quiénes reaccionan? ¿Los colonos en Misiones y Paraguay? ¿Los tamberos en

Santa Fe, Entre Ríos o Uruguay? ¿O son los patrones de los que hablan Schaad y

Westermann (586), patrones que no pueden aceptar que su peón también es su hermano en

Cristo y portador de la misma dignidad que él y del mismo don de compartir? ¿No será esta

demanda de socializar la dignidad ilimitadamente la que provoca tanta molestia?

Por otro lado debemos considerar con especial atención los textos de carácter

“testimonial” que relatan, muchas veces sin un análisis profundo, aquello que se hace en

favor de los débiles y pobres o en que situación se encuentran (270, 271, 308-309, 315, 474,

528, 536, 595, etc.). Estos textos son formadores de opinión ante la pregunta cómo ser

Iglesia. Seguramente ha sido más comprensible, para muchos de los miembros laicos, el

relato de la praxis de otra comunidad que una explicación profunda de las bases teológicas.

Pero al mismo tiempo, cabe preguntarse si es posible ir más allá de las formas tradicionales

sin preguntas de fondo que conmuevan algo más que las emociones o la espiritualidad

descomprometida. Tal vez debamos apreciar ambos niveles: el testimonio de lo actuado y la

reflexión que demanda cambios profundos. Sólo uno de estos aspectos no le habría

permitido a las comunidades dar ciertos pasos en favor de una encarnación de la diaconía y

por tanto de la eclesiología misma de la IERP. ¿La eclesiología de la IERP puede ser

definida como encarnada? No tenemos elementos para afirmar esto en 1986; podríamos

hablar de experiencias de encarnación, como por ejemplo el PAC (448-465, 542, 586) o la

respuesta de muchas comunidades ante la experiencia de las inundaciones en 1983 (523,

529-533). Aún así siempre son casos particulares que pueden y deben dar testimonio de su

768 Los números indicados entre paréntesis, hacen referencia al número de nota al pie al que nos referimos.

239

experiencia de conversión al compartir con el otro. Pero son experiencias que están

determinadas por otros factores mucho más amplios: culturales, económicos, teológicos,

históricos, políticos, etc., factores que deberían ser considerados en un estudio profundo de

cada caso.

El último aspecto de nuestras conclusiones generales nos remite al análisis de datos

blandos, no considerados ni en nuestro marco metodológico, ni en el desarrollo del segundo

capítulo. Alguna entrevistas personales con pastores que han sido parte de este proceso

histórico abren, a su vez, nuevas preguntas y nuevas perspectivas de abordaje. Por ejemplo:

en más de un caso ciertos artículos y/o meditaciones motivaron reacciones de pastores y/o

miembros laicos de las comunidades; estas reacciones fueron expresadas muchas veces

directamente a quien escribe sin necesariamente tomar estado público, o en otros casos se

mantiene dentro de circuitos cerrados de discusión, por ejemplo la CPP. De las reacciones

publicadas en la RP muchas hacen referencia a la forma y no a la sustancia de lo

cuestionado. Es por esto que nos preguntamos ¿a qué se deben los silencios en relación a

textos más críticos?, ¿al lenguaje utilizado, en algunos casos inaccesible para ámbitos no

académicos?, ¿a la coincidencia con estas críticas tanto hacia la sociedad como hacia la

forma de ser Iglesia implícita?, ¿o es que no estaba arraigada una cultura de debate público

de las ideas, menos aún entre ministros y laicos? Estas pistas y preguntas nos llevan a

plantear la necesidad de considerar nuevas fuentes en las investigaciones por venir. Fuentes

que a su vez pueden y deberían ampliarse a entrevistas personales y al análisis de

meditaciones como es el caso de las Lecturas Diarias769 en tanto forman parte de la

divulgación y la formación teológica de la Iglesia.

769 Nos referimos a la publicación de Devocionales diarios realizada por la Comisión de Literatura IERP. Con la colaboración de más de un centenar de autores de casi 20 iglesias en América Latina Su primer

240

El cómo de la tematización

Existen al menos tres ejes sobre los cuales trabajar la tematización de la realidad

socioeconómica en el discurso escrito e impreso en castellano entre 1969 y 1986. El primero

es la denuncia del pecado expresado en la injusta distribución de las riquezas y sus

consecuencias (pobreza, desocupación, desesperanza, especulación financiera, sociedad de

consumo, migraciones internas —la problemática de la tierra, por ejemplo—). El segundo

eje es la denuncia y la demanda de justicia ante la violación de los Derechos Humanos,

muchas veces en función de sustentar la injusta distribución de las riquezas. Existe, de

hecho, un tercer eje transversal que traspasa ambos ejes unificándolos —en no pocos

casos— y dándoles un sentido unívoco, en tanto es la prioridad del Evangelio: la demanda

por la dignidad del ser humano, digno por el hecho de ser creatura de Dios, creado a su

imagen y semejanza. Ante la indignidad sufrida por el pobre, el oprimido, el ser humano

víctima de un sistema que propaga la muerte, la no denuncia y el no hacer nada para revertir

esta situación son un condenarse a muerte.

Estos ejes, a su vez, experimentan crecimientos distintos en el proceso de

tematización. El primero del que tenemos registro es el eje en torno a la distribución de las

riquezas. En un segundo momento, desde 1972, es el llamado a defender la dignidad

humana como expresión de la resurrección de Cristo. En un tercer momento la defensa de

los Derechos Humanos comienza a expresarse claramente a fines de 1976 en estrecha

relación con la defensa de la dignidad dada por Dios al ser humano.

publicación fue en 1980 y con la publicación de la XXIª edición, en el año 2001, suma más de 7600 reflexiones publicadas.

241

Como podemos notar en la lectura de los textos, en muchos de ellos se expresa la

interrelación que guardan los tres ejes sobre los que proponemos otros posibles abordajes de

lo documentado. Nos referimos, por ejemplo, a un análisis semiótico de esta tematización, o

a la desimplicancia de propuestas pastorales que iluminen discusiones actuales. Las

posibilidades, creemos, son mucho más amplias de las contenibles en un primer trabajo

descriptivo que procura en primer término documentar y exponer un camino, con más

preguntas que respuestas.

Para el análisis proponemos revisar uno de los ejes encontrados, conscientes del

amplio espectro de posibilidades que se abren en el segundo capítulo. Estimamos realizar

nuestro segundo aporte procurando algunas primeras conclusiones a partir del primer eje

directriz trazado: la distribución de la riqueza. La tematización de este eje se valdrá de

términos tales como: oprimido, pobre, humilde, explotado, víctima, injusticia, pecado

social, compartir, solidaridad, especulación, consumo. Muchos de estos términos, a su vez,

podemos encontrarlos en relación con la defensa de los Derechos Humanos expresada en

función de la defensa de la dignidad humana.

La primera cuestión a considerar es el alcance del término pobreza en torno del cual

giran los textos analizados. Para ser más precisos deberíamos hablar de los términos

utilizados homónimamente en los diferentes períodos, los énfasis teológicos en cada uno de

ellos y la incorporación de nuevas perspectivas de abordaje en el proceso de discusión.

Como vemos, nuevamente el tema es vasto, motivo por el cual nos abocaremos a plantear

algunas impresiones generales sin pretender un análisis lingüístico o sistemático de la

discusión.

242

La utilización de términos como oprimido está directamente vinculado a la situación

del pobre (305, 646); pero el pobre también es el humilde (460, 530, 570, 657, 755) aunque

al menos en un caso se hable de la humildad como un estado del alma al que puede acceder

también el rico (714), pero este último caso es una excepción dentro de la comprensión

general. Es más, según lo expresado por algunos autores, pobre o humilde no es sólo una

categoría, sino que expresa la esencia misma de los elegidos por Dios para su Reino (460,

587, 634, 647-648, 666, etc.); en tanto que en otros casos la existencia del pobre me

interpela a la luz de mi fe y cuestiona mi praxis evangélica (523, 528, 529, 572, 578, 596-

602, 603, 608, etc.), pero el pobre no es asumido como expresión preferencial del Reino de

Dios, sino como un hermano que se encuentra en un estado no deseado por Dios, la

pobreza. Ahora bien, ¿son irreconciliables estas dos perspectivas? ¿Cómo coexisten dentro

de la IERP? Creemos que la clave de aproximación a esta dinámica debería estar en ver este

proceso (parte de un proceso mayor) como una tensión dialéctica en la que la tradición

teológicamente Unida de la IERP, es decir, luterano–reformada, entra en diálogo con los

aportes propios de la teología latinoamericana, esto es: la Teología de la Liberación en sus

diversos matices. Este diálogo no se plantea en términos de una polarización antagónica —

salvo algunas excepciones durante el Sínodo de 1986, por ejemplo— sino que se enriquece

mutuamente. Creemos también que en este proceso ha sido determinante la formación

teológica, en un contexto latinoamericano, de ministros nacionales. Esta afirmación ya

planteada por Lalive d’Epinay y Zorzin, creemos que tiene plena vigencia en el período

estudiado. ¿Continuará siendo así en la década posterior? ¿No sería pertinente sumar otros

criterios para futuras evaluaciones? ¿Qué es lo realmente relevante y posibilitador de este

diálogo, la nacionalidad de los ministros, el perfil teológico de su formación, el perfil

socioeconómico de las comunidades o la realidad con la que entran en diálogo?

243

Es justamente la realidad el punto de partida de muchas de las acciones y reflexiones

sobre el tema (737). Pero la percepción de la realidad debe ser entendida a partir de lentes

culturales y teológicos diferentes a los planteados por el catolicismo, aun por el

latinoamericano. La pobreza no es vista inicialmente como el ideal (al menos no en una

concepción Weberiana de la ética protestante); sí en cambio la austeridad, que dista mucho

de la primera. Por esto, buena parte de la discusión en los primero años analizados (1972-

1980) se centra en reafirmar que el pobre es ante todo digno en tanto ser humano creado por

Dios. Pero aun luego de haber sido superada la barrera sociocultural a través del encuentro

con el otro, era necesario replantearse las preguntas de fondo sobre las causas de la pobreza

estructural y sobre la demanda presente en Lázaro como denuncia para unos y promesa para

los otros (1980-1986).

Los casos del PAC en Paraguay, la respuesta de las comunidades de Entre Ríos ante

las inundaciones de 1983, la respuesta de la comunidad de Mendoza (de forma ecuménica)

ante los refugiados chilenos a partir de 1973 (319, 337) y el terremoto de 1985 (628, 634),

así como la problemática de los pueblos indígenas770, son planteadas a partir del encuentro

con el otro, lo que no siempre ha implicado un compartir con el otro. A partir de esto

creemos poder sostener que uno de los elementos fundantes de la elaboración teológica de

la IERP es la práctica solidaria, que aporta al proceso dialéctico antes mencionado una base

comunitaria que le permite encarnarse gradualmente, al menos en las comunidades que

770 Puntualmente sobre la tarea diaconal de la IERP en la JUM, Rosario, Línea Cuchilla (Misiones) o Paraguay, no hemos realizado comentarios pero vemos de hecho la necesidad de investigaciones puntuales que ayuden a clarificar los lineamientos teológicos de dichos proyectos. A su vez nos preguntamos qué es lo que impulsa a comunidades protestantes de origen inmigratorio a preocuparse por las condiciones socioeconómicas y culturales (en relación a la conservación de sus propias culturas) de los pueblos originarios. ¿La condición de minoría, presente en ambos grupos, es un abordaje posible? ¿Cuales son las diferencias de fondo con la preocupación expresada por la Iglesia Católica–Romana?

244

asumen este desafío planteado por la realidad y el Evangelio simultáneamente. Otro dato a

considerar con especial atención es la inserción comunitaria de la mayoría de los que

escriben en la RP. Salvo algunas excepciones, la mayoría de los textos pertenecen a

miembros activos de una comunidad celebrativa, ya sea como ministros o como laicos. Este

factor favorece este proceso hermenéutico.

Debemos considerar también los fundamentos de cada una de estas perspectivas

desde la que se aborda la temática de la injusta distribución de la riqueza o de sus

consecuencias más visibles. Dentro de lo documentado vemos una fundamentación

básicamente bíblica común a todos los que expresan preocupación por la realidad, no así el

caso de quienes se expresan reticentes a la apertura hacia esta temática. La fundamentación

bíblica se nutre generalmente de los Evangelios (264, 280, 293, 309, 368, 411, 417-419,

423, 468-470, 480, 518, 548, 554, 586, 602, 608, 620, 634-636, etc.) y las Epístolas (269,

284, 305, 343, 356, 412, 457, 545, 648, etc. ), pero también de la tradición del Éxodo (439,

759), los Profetas (507, 619, 691, 759), Proverbios (447), Salmos (447, 741) y Hechos de

los Apóstoles (440, 468); es decir, que la base bíblica no se restringe a una parte del texto

sino a la Biblia como un conjunto (541). El caso más evidente es el artículo de F.

Westermann (648) en el que reflexiona sobre la pobreza y los pobres en la Biblia.

En este sentido, y conscientes de que sólo hemos considerado los fundamentos

mencionados en el segundo capítulo, creemos que uno de los principios de la Reforma está

claramente presente en esta centralidad del texto bíblico abordado, en principio, desde el

marco dialéctico en el que interaccionan la tradición luterano–reformada y la Teología de la

Liberación; la opción por los pobres, en tanto esencia misma del Reino de Dios y el

imperativo del Evangelio de luchar para que el otro tenga la misma dignidad que Dios en su

245

gracia me ha dado, y por lo tanto, deje de vivir en la pobreza y todo lo que ella implica. Esta

tensión elemental, a simple vista, debería ser considerada con más atención hoy ante la

evidencia de una sociedad que distribuye sus ingresos de forma profundamente desigual.

Mientras el 40 % de la población obtiene sólo el 9.9 % del PBI en 1998 el 10 % más rico

obtiene el 48.3 % del mismo771. ¿Hemos logrado entender cuál es el error en la actitud del

rico de la parábola de Lc 16,19-31? Consideramos que una primer síntesis ante esta tensión

dialéctica esta dada en el eje transversal antes planteado: la dignidad de todo ser humano.

En efecto, uno de los ejes de la reflexión bíblica es la parábola de Lázaro y el rico en

Lc 16,19-31. Si bien en algunos casos es abordado desde el diálogo ecuménico con la

Iglesia Católico–Romana y en especial haciendo referencia a Medellín (586-591), en

muchos otros casos esta parábola es utilizada como disparador para debatir la realidad

socioeconómica (529-534, 570, 647, 648, 674) a la luz del Evangelio.

Constatamos también que la discusión y la acción en el ámbito ecuménico sobre la

cuestión socioeconómica se dan mayormente a través del CEAS y la JUM en Argentina y el

PAC en Paraguay; así como en el ámbito de la defensa de los Derechos Humanos guarda

una estrecha relación con el MEDH, la APDH, el CAREF en Argentina, el Comité de

Iglesias en el Paraguay y el SER en Uruguay.

Existe un factor que consideramos importante a la luz de otras experiencias

protestantes en el Cono Sur durante el período estudiado. Como hemos mencionado (318),

la IELCH sufrió en Chile una ruptura a partir de la polarización en torno a las opciones

político–económicas que asumen uno y otro sector dentro de la misma a principio de los

‘70. Si bien las condicionantes políticos son diferentes, la tematización de la cuestión

771 VV. AA., La distribución del ingreso en la Argentina, FIEL, Buenos Aires, 1999, p. 43. Ver: Anexo I.

246

socioeconómica y de la defensa de los Derechos Humanos, presente en ambas iglesias

(IELCH e IERP), nos llevan a preguntarnos por las similitudes de ambos procesos de

tematización, y a sospechar que la diferencia en relación a la conformación socioeconómica

y social de las comunidades es de hecho uno factor que responde por qué la IERP no

registra una ruptura similar; es más, la discusión más intensa se realiza en un período

democrático. Pero no sólo influye el hecho de que un amplio número de comunidades de la

IERP este ubicada en regiones agrícolas, golpeadas históricamente por las políticas

económicas, sino también el planteo paulatino —y en ocasiones, liberal— de ciertas

temáticas. Es decir, cuando en el Sínodo de 1977 se menciona la decisión de la Junta

Directiva de librar a la decisión personal de los ministros su participación en organismos

como el MEDH o la APDH, no se abre el debate sino que se lo plantea como una noticia

más y las reacciones ante las misma son, de hecho, poco reflejadas en los Informes

Sinodales.

Algo similar ocurre en 1980 cuando, al momento de votar la incorporación de la

IERP al MEDH (hasta ese momento era una actividad de la Junta Directiva), la Junta retiró

la moción (434) postergando la decisión para el Sínodo de 1983, momento en el cual fue

aprobada la incorporación de la IERP al MEDH, aunque ella participara del mismo desde

1978 por una decisión conjunta entre los pastores distritales, presidentes adjuntos y la Junta

Directiva. ¿Cuanto influye el anti–comunismo presente en las comunidades, y en la

sociedad en general? Creemos que aún no existen suficientes elementos para cuestionar o

alabar decisión. Juzgando por los resultados, la misma ha posibilitado procesos de reflexión

más profundos y menos traumáticos sin impedir una acción concreta a aquellos que

estuvieron dispuestos a asumirla.

247

Entrando en la parte final de nuestras conclusiones, analizaremos el posicionamiento

de la IERP, o de algunos sectores de ésta, ante situaciones puntuales, que consideramos

relevantes a la luz de nuestro primer capítulo. ¿Ha asumido la IERP un rol profético ante las

políticas económicas o la respuesta social a las mismas? ¿Hasta qué punto la IERP no ha

formado parte de procesos sociales mayores compartiendo sus expectativas y sus

frustraciones?

En 1961 se firmaba la Alianza para el Progreso en Punta del Este, Uruguay. Algunos

artículos en la década del ‘60 parecen reafirmar la propuesta implícita de esta Alianza

mediante noticias y/o artículos enviados por el CMI, ISAL y otras instancias ecuménicas a

nivel continental como la IIª CELA. La cuestión se plantea en términos de una necesaria

distribución de la riquezas concentrada en una minoría. También algunos artículos ‘locales’

plantean la problemática de la migración hacia los grandes centros urbanos. Pero creemos

que un eje común a todos es el llamado a una acción como cristianos ante estas situaciones,

el hambre, el sufrimiento, la necesidad del prójimo, etc.

La forma en que esta acción debía ser encarada es una discusión posterior que

comienza a expresarse en la CPP de 1969, luego del Cordobazo, pero ¿qué relación guardan

uno y otro acontecimiento? La ponencia sobre la situación argentina presentada por

Gualdieri y la ponencia de Goldenring parecen estar enmarcadas e esta discusión del cómo.

La afirmación de Goldenring en la que enfatiza que “No basta con dar pan al hambriento, no

basta con distribuir ropa al desnudo, hay que combatir las injusticias”, es una voz profética.

¿No es similar a lo planteado desde la experiencia del PAC a partir de 1981-1982?

Goldenring además expresaba la necesidad de crear una diaconía social implementada

durante la década del ‘70 incipientemente aún. Pero la postura más radicalizada de

248

Goldenring no contaba con un respaldo claro entre los ministros que planteaban procesos

paulatinos y menos secularizados.

A principios de los años ‘70 se siente un fuerte impacto en la economía sobre todo

en la caída del salario real y el crecimiento del desempleo (109). Si bien esto se registra a

fines de 1972, la preocupación de la CPP 1970 ante la migración rural, provocada por la

tecnificación, registra una situación que pasa al margen de la convulsiones socio–políticas

de la época. La CPP estaba planteando problemáticas que nacían de la realidad de sus

comunidades. Por otro lado, en 1971 se plantea como problemática importante la cuestión

del hambre en el mundo y junto a ésta, un llamado a la concientización de las comunidades

para que actúen en pro de revertir el problema a nivel internacional y local. Los llamados al

compromiso siguen abordando un tema que tal vez no les es propio, asumiendo así una

realidad que no los afecta.

Durante el Sínodo de 1971 Obermüller enfatiza la necesidad de apertura, la necesidad de

que los caminos de la iglesia atraviesen las “rutas ensangrentadas del mundo latinoamericano”. El

panelista llama a cumplir con el “destino cristiano de dar un mensaje profético”. Este puede ser

entendido como un punto de partida, pero su aproximación de la realidad socioeconómica es

genérica y está claramente entrelazada con la convulsionada realidad social. El problema seguía

siendo cómo ser Iglesia hoy. La propuesta oficial expresaba una clara preocupación por la creación

de estructuras que aseguren la acción de la Iglesia, especialmente en relación con otras iglesias, en

tanto que la preocupación explícita por la realidad socioeconómica de los colonos en la región Norte

de la IERP recibía una primer respuesta pastoral.

En 1972 B. Knoblauch aborda la problemática de la desocupación creciente en ese

momento. El autor relaciona la posibilidad de trabajar con la de “poder llevar una vida ordenada”

reafirmando la dignidad del hermano, y al mismo tiempo una perspectiva que entendemos como

protestante al dar al trabajo un carácter dignificador. Por otro lado, en octubre de 1973, E.

249

Bösenberg plantea la injusticia que implican los gastos onerosos de los ricos ante necesidad de los

pobres que los primeros no contemplan. Cabe preguntar en qué medida está influenciado por el

reciente triunfo de D. Perón en las elecciones de septiembre de 1973. ¿Cómo era vivida esta etapa en

la que la sociedad esperaba cambios profundos? ¿Se asumió un rol profético? ¿En favor de quiénes?

Durante 1974 tanto Schaad (317) como Krüger (320) reflexionan sobre la realidad

llamando a un compromiso consciente de la situación de dependencia en la que se encuentra

la Argentina respecto al Norte. Si bien muchas de las categorías sociológicas presentadas en

estos textos son entendidas hoy como de mode, vuelve a ser pertinente recuperar estas

perspectivas y ampliarlas a concepciones tales como dependencia de la economía global, o

exclusión, para que estas nuevas categorías viejas aporten a nuestro proceso hermenéutica.

Como dijimos, muchas de las referencia a la realidad son puntuales y responden a la

experiencia de comunidades o regiones afectadas por ellas, tal es el caso de la cancelación

de las exportaciones de carne a la Comunidad Europea y la carta que envía la Conferencia

de Entre Ríos a la Iglesia Evangélica en Alemania, solicitándoles tengan una actitud

solidaria mediando ante el estado. ¿En qué medida esta situación despertó la conciencia de

una y otra parte sobre el alcance limitado de las acciones asistencialistas? La Conferencia de

Entre Ríos parece reclamar coherencia entre las acciones asistenciales por un lado y las

políticas gubernamentales por el otro ¿Ha cambiado en algo esta situación en la relación

Norte–Sur, a pesar de la globalización? Por otro lado constatamos que muchos de los temas

planteados responden a la realidad de las comunidades rurales (migración, exportaciones)

Cabe preguntar porqué no surgen planteos desde las ciudades. ¿Es que en las grandes

ciudades no había problemáticas importantes? Entendemos antes bien que aún no afectaban

a las comunidades allí presentes, en lo que a su membresía tradicional se refería.

250

La realidad de los colonos en la región norte de la Iglesia sigue presente en el Sínodo

de 1974, pero la preocupación del mismo estaba centrado en el llamado al compromiso y a

la capacitación para el mismo. Si bien en el mensaje se plantea claramente la

responsabilidad del cristiano por la sociedad en que vive y donde está llamado a dar

testimonio, no se discute aun sobre problemas puntuales (como por ejemplo un 40 % de

inflación). Sí en cambio esta realidad es documentada en el audiovisual presentado por

René Krüger en 1974 sobre los 75 años de la IERP.

En diciembre de 1974 y marzo de 1975 se plantea claramente la necesidad de

redistribuir la riqueza para atacar también la violencia, por un lado, y por otro se identifica a

los responsables (estados o empresarios) como señores de la muerte que se enriquecen a

costa de los demás. Si bien destacamos la denuncia, vemos que aún no es clara una

propuesta de acción ante estas situaciones. Una de las propuestas de acción concreta,

aunque ante otra situación, surge en 1982 cuando se plantea la posibilidad de que la Iglesia

o sus ministros sean nexos para un diálogo entre productores rurales (461). No se registran

informes sobre la implementación de esta propuesta. En este mismo sentido entendemos la

propuesta de crear grupos de reflexión en las comunidades que tomen conciencia de la

realidad económica de la comunidad y también afuera de ésta (485). Creemos que

posiblemente han existido otras propuestas puntuales no documentadas. Por esto,

consideramos importante ilustrar una vía de acción que deberíamos explorar más

profundamente ante nuestro contexto actual, evaluando las experiencias ya encaradas.

Por otro lado es significativa la ausencia de menciones al Rodrigazo que impactó en

junio de 1975 de forma sensible en la economía de la Argentina (devaluación del 100 %,

aumento de combustibles en un 175 % y la energía en 75 %, por ejemplo). Sin duda estas

medidas afectaron la realidad de las comunidades.

251

A partir de 1976 la dictadura establece mediante la represión sistemática una nueva

política económica. Martínez de Hoz fue la cara visible de la instauración del

neoliberalismo en la Argentina. Su consecuencias más claras fueron la apertura

indiscriminada de la economía y el aliento a la especulación y el consumo como claves del

éxito. En agosto de 1976 Schaad levantaba esta contradicción con el Evangelio, presente en

quienes aprovechando la situación se benefician económicamente e ignoran la miseria de

otros por comodidad (349), pero ésta no es la única oportunidad en que se denuncia esta

situación. En 1979 Schaad reiterará la condena del Evangelio a esta situación y enfatizará la

necesidad de acciones concretas tanto para los ricos —que deben sacrificar sus ganancias en

pro del servicio— como para los pobres —que deben dejar los intereses individualistas y

unirse con sus pares para buscar cambios— (408-409). Esta propuesta, relacionada con las

anteriormente citadas, debería ser considerada hoy ante la pretendida fragmentación

neoliberal, recordando además que la demanda de denunciar esta realidad es parte de la

exhortación (Forma alternativa) al ordenando en el ministerio pastoral de la IERP (571).

La realidad es que la especulación continuó siendo fuente de beneficio para algunos

pocos, como lo muestra la declaración del MEDH en octubre de 1985 (657) y Ángel

Ramírez en marzo de 1986. En este ultimo caso se hace especial referencia a la sociedad de

consumo y sus consecuencias (701). Pero ya antes tenemos registro de artículos que

cuestionan la sociedad de consumo (308, 368, 467-470, 583, 596, 681), como contradicción

con el Evangelio y al mismo tiempo como promotor del sufrimiento de los oprimidos,

humildes, pobres, excluidos o como siempre se los denomine. Vemos que en este sentido

muchos de los textos responden proféticamente ante la indiferencia ciega del consumismo.

Por otro lado nos llama la atención que en el Sínodo de 1977, cuyo tema planteaba la

preocupación por la “responsabilidad ecológica y económica”, sólo se dé importancia a la

252

situación de los campesinos en Paraguay y Misiones —declarada Zona de Misión—, en

tanto la realidad del resto de la Argentina o la uruguaya no son mencionadas en períodos de

claro empobrecimiento de ambos piases. Las únicas menciones están relacionadas a la

mayordomía responsable de los recursos. Entendemos que esta perspectiva es foránea, pues

desconoce situaciones estructurales a nivel social y cultural.

Admitimos que nos ha llamado profundamente la atención la ponderación del primer

panelista de este sínodo a la “campaña contra el ruido ‘silencio es salud’” ¿Es inocente esta

afirmación? Desconocemos el trasfondo o lo que esta presentación provocó entre los

sectores comprometidos con la defensa de los Derechos Humanos.

Si consideramos las expresiones que se ocupan puntualmente de la cuestión

socioeconómica argentina en el período que va desde 1976 a 1979, la sensación será de un

gran vació. Pero si consideramos los artículos a la luz de los tres ejes mencionados

anteriormente, notamos que la cuestión socioeconómica se vio relegada por la inminencia

de la cuestión de los Derechos Humanos que de hecho sí es claramente registrada.

En 1980 el sistema financiero argentino cae al no poder sostener la tablita que

establecía la cotización del dólar en relación con la moneda local. La deuda externa había

cubierto buena parte de este sistema que enriqueció a quienes invirtieron colocando dinero a

corto plazo, altas tasas de interés y ninguna traba para sacar el capital ante una coyuntura

desfavorable. El resultado fue una corrida bancaria espectacular y la nacionalización de las

deudas privadas (157) por un lado, la devaluación en un 400 % del peso y una inflación del

100 % anual, por el otro.

Dentro de este marco es sorprendente la discusión que tiene lugar durante el Sínodo

de 1980 en torno a la forma en que el tesorero de la Iglesia había invertido una importante

suma de dinero sin autorización de la Junta Directiva. Más allá de los detalles, nos

253

sorprende la ausencia de críticas a ese tipo de operaciones especulativas, la única crítica

explícita fue a la “inseguridad” de la operación. Creemos ver aquí una distancia abismal

entre lo planteado por Schaad en 1979 y la postura general de los laicos que participan de

esta discusión. A esta situación deberíamos sumar las sospechas del la CPP de 1985 sobre

los verdaderos motivos de la crítica expresada por la CPC en ese mismo año: la insistencia

en las críticas a la economía. A partir de esto creemos tener algunos elementos para

levantar nuevas preguntas y para sospechar que el problema a abordar aún es la forma de

hacer negocios, es decir, la ética económica con la que se rigen las comunidades y sus

miembros (416). ¿Que pasa hoy con este aspecto de la mayordomía dentro de la Iglesia?

Creemos que no siempre ha sido claro el rol profético de los ministros dentro de la Iglesia,

al respecto de esta temática.

En 1980 el campo estaba en una situación crítica, no sólo en Argentina sino también

en Paraguay y Uruguay, Sobre la situación en Paraguay hemos encontrado afirmaciones

claras (448-462), tanto desde la acción como desde la reflexión. Sobre Uruguay sólo

encontramos un gran silencio, en tanto que la situación rural en Argentina (160) es reflejada

en algunos casos aislados (254, 268, 371-372, 535, 546, 603, 613-616, 723), pero en ningún

caso se describe un trabajo concreto como el implementado mediante el PAC en Paraguay.

Por otro lado hemos constatado en el Informe Sinodal de 1980, que muchos laicos

manejaban información precisa sobre la situación económica, en tanto no tenemos registro

de que esto los haya impulsado a proponer acciones en favor de los más débiles —salvo

contadas excepciones—. En este tema no se podía alegar desconocimiento.

Con relación a los laicos comprometidos, además de los casos ya mencionados ante

las inundaciones o en proyectos puntuales, deseamos rescatar los aportes metodológicos de

algunos profesionales que a partir de su compromiso cristiano han enriquecido el trabajo de

254

la Iglesia. Tales son los casos de Kümmerer, Skupch y Bohner entre otros. Vemos que estos

profesionales ven la problemática desde una perspectiva secular desde la que trazan una

propuesta de acción clara que parte del conocimiento de la situación que motivó a un

proceso de concientización; éste a su vez modifica la reflexión bíblico–teológica y alienta

nuevas propuestas de acción muchas veces conscientes de la profundidad estructural de los

problemas (545, 613-615, 629-631, 653, 659-661, 687-688, 750). Por otra parte, el

compromiso de algunos laicos a partir de principios de los ‘80 ayuda a no polarizar las

posturas entre laicos y ministros. Esta propuesta metodológica también surge en los textos

de algunos ministros (465, 533).

Algunos textos hacen referencia explícita a las condiciones de trabajo injustas o a la

falta del mismo y sus consecuencias (305, 348, 395, 451, 456, 458, 533, 616, 665, 693, 705,

710), en otros casos se habla específicamente de la desocupación, como ya hemos

mencionado. Sobre esta cuestión nos llama la atención no haber encontrado propuestas para

revertir las condiciones injustas o la ausencia de trabajo, salvo la pastoral de la tierra en

Paraguay (PAC).

El énfasis de muchos textos a partir de 1980 está puesto en el compromiso con los

que sufren (403, 410-413, 437, 456), pero este llamado al compromiso es también un

llamado a la apertura y reforma de la iglesia (419-420, 423, 430, 471, 543), que se

incrementa entre 1981 y 1983. Uno de los ejes claros de este compromiso se basa en la

coherencia entre la palabra y la acción concreta (348, 417, 438, 440, 486, 694) y se vincula

en otros casos con la necesidad de ser una Iglesia Profética (279, 439, 442, 477, 480, 486,

542-543). El eje común de estos textos está en la interrelación entre fe y acción

(seguimiento): no sólo actuar, sino dar testimonio de Aquel que nos impulsa y sostiene en la

acción (708-709, 720). Este énfasis en la misión hará mucho hincapié en la creación de

255

espacios celebrativos que contengan y den contenido al compartir el pan con…. Esta

“pastoral integral” ya mencionada en 1980 (426) es una de los ejes que debería guiar futuros

abordajes al tema dentro de la IERP. Por nuestra parte, conscientes de que la investigación

entre 1987 y 2001 es aún una deuda pendiente, rescataremos algunas pautas que continúan

siendo vigentes.

El evangelio de Lázaro

La tematización de la realidad socioeconómica en la IERP surge del encuentro de la

realidad a partir del momento en que las comunidades a) forman parte del proceso de

pauperización general de la sociedad; b) se abren solidariamente hacia aquellas realidades

que golpean a su puerta cuestionando los fundamentos mismos de su fe; c) y responden a la

luz del Evangelio interpelados por Lázaro.

Lázaro sigue golpeando a la puerta. Estamos ante una ‘Lazarización’ de la realidad.

Los índices de desocupación, el abismo que separa a los más pobres de los más ricos

(encerrados en barrios privados a modo de fortaleza de la edad media), la creciente mayoría

de personas y familias que está muy por debajo de las Necesidades Básicas Insatisfechas

(NBI), son de hecho la lazarización de una parte importante de la sociedad, que espera que

la copa rebose aunque sea un par de gotas del vino que emborracha a los opulentos. Esta

lazarización debe ser abordada no sólo desde la sociología sino también desde la psicología

social y las estadísticas económicas para que la trama sea lo más completa posible.

¿Qué conceptos incorporaremos hoy para una nueva hermenéutica ante la realidad

que aún continúa golpeando a la puerta, caminando en las calles, muriendo en los

hospitales, como inconfundibles Lázaros? Ante la realidad actual ¿no deberíamos

replantearnos nuestro modo de hacer diaconía en los términos en que en 1986 se intentó

salir de la estructura institucional ampliando la acción a un compromiso personal de cada

256

uno de los miembros de la Iglesia? Hoy, uno de los mayores problemas para cualquier

emprendimiento diacónico, está planteado en términos de falta de recursos. ¿Dónde estamos

buscando esos recursos? ¿Estamos llamando al compromiso de cada uno de los miembros

para que asuma en alguna medida que la diaconía es un estilo de vida? Las experiencias que

comprometen a los miembros de la comunidad (sus recursos humanos), pueden ayudarnos

en esta búsqueda.

El cambio, al menos formal, implícito en el Sínodo de 1986 es el corte con una

praxis asistencialista que no busca cambios profundos a los problemas socioeconómicos

que atiende paliativamente, y la aprobación de criterios que apuntan a comprometer

existencialmente a los miembros de la comunidad con la realidad de los más débiles, y la

necesidad de que ésta cambie. El compromiso existencial no implica sólo dar sino ser yo

quien comparte con; no se tranquiliza con alimentar, sino que busca cambiar las causas

estructurales del hambre; no espera que los recursos lleguen desde el Norte, sino que pone

a disposición de la comunidad todo lo que tiene (sus recursos y su trabajo). Esto es aún un

horizonte, que como dice Galeano, cada vez que damos un paso, él da un paso más allá,

para esos está: para que caminemos juntos.

Hoy, el evangelio de Lázaro continúa haciéndose presente entre los que comparten

el pan, los que planifican juntos la lucha contra la muerte y los que no se substraen en

propuestas apartadas de la comunidad celebrativa. Hoy más que nunca debemos insistir en

el sacerdocio común de todos los creyentes, pero con los pies muy firmes en este

continente. La promoción de la vida y la lucha por la dignidad de todo ser humano son

parte constitutiva de nuestro modo de ser Iglesia y esperamos que continúe siéndolo, con la

ayuda de Dios.

257

Bibliografía citada

Fuentes Primarias para el Capítulo 2

Artículos en Revista Parroquial

“¿Qué es el Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos?”, en: RP/G Año 88, Nº 7, Julio

1983, p. 142.

“¿Que hace el CEAS?” en RP/G Año 87, Nº 3, Abril 1982, pp. 60-61.

“30 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, en: G/RP Año 83, Nº 12,

Diciembre 1978, pp. 238-239.

“Acción de Ayuda para Fugitivos de Chile”, en: G/RP Año 79, Nº 3, Marzo 1974, p. 30.

“Alimenta a los hambrientos”, en: G/RP Año 76, Nº 8, Agosto 1971, p. 123.

“Apelan a corte Suprema Argentina a favor de líder protestante”, en: G/RP Año 82, Nº 6,

Junio 1977, pp. 89-90.

“Bomba estalla en Templo Metodista Argentino”, en: G/RP Año 80, Nº 11, Noviembre

1975, p. 192.

“Carta a la Iglesias Cristianas y Organismos Ecuménicos”, en: G/RP Año 83, Nº 11,

Noviembre 1978, pp. 215, 220.

“Carta Circular del Pastor Presidente Rodolfo Reinich, del 30 de septiembre de 1985,

nuestra respuesta al planteo de la 10ª Conferencia de Presidentes de Congregaciones

de la IERP”, en: RP Año 105, Nº 6, Junio 2000, Suplemento Centenario, pp. 55-

56.

“Carta de la 10ª Conferencia de Presidentes de Congregaciones afiliadas a la IERP (reunida

en Olivos, Buenos Aires, del 28 al 30 de junio de 1985), a la Junta Directiva de la

IERP”, en: RP Año 105, Nº 6, Junio 2000, Suplemento Centenario, p. 55.

“Centro de Asistencia en el Sur de Buenos Aires”, en: RP/G Año 89, Nº 7, Julio 1984, p.

130.

“Compromiso social en el Paraguay”, en: RP/G Año 91, Nº 8, Agosto 1986, p. 157.

“Declaración” en RP/G Año 88, Nº 11, Noviembre 1983, p. 232.

258

“Declaración de Barmen”, en: RP/G Año 89, Nº 8, Agosto 1984, Suplemento 4 págs. s/n.

“Declaración del Cuerpo Pastoral del Distrito Entre Ríos de la Iglesia Evangélica del Río de

la Plata”, en: RP/G Año 88, Nº 6, Junio 1983, p. 118.

“Declaración del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos”, en: RP/G Año 90,

Nº 10, Octubre 1985, Tapa (cara interna).

“Declaración Final de la Consulta de Iglesias sobre Problemas del Desarrollo en los Países

del Río de la Plata”, en: RP/G Año 90, Nº 11, Noviembre 1984, Suplemento, p. II.

“Declaraciones de la 6ª Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias”, en: RP/G Año 89, Nº

4, Abril 1984, Suplemento, 4 págs. s/n.

“Departamento de Iglesia y Sociedad”, en: EG EKaLP Año 71, Nº 3, Marzo 1966, p. 25.

“Editorial”, en: RP/G Año 89, Nº 12, Diciembre 1984, Tapa (cara interna).

“El cristiano hombre de Misericordia”, en: EG EKaLP Año 73, Nº 1-2, Enero/Febrero 1968,

p. 10.

“El informe del presidente”, en: RP/G Año 91, Nº 11, Noviembre 1986, pp. 239-242.

“Evangélicos se expresan contra la pena de muerte en Argentina”, en: G/RP Año 76, Nº 6,

Junio 1971, p. 84.

“Extracto de una carta del Ejercito de Salvación”, en: EG EKaLP Año 71, Nº 10, Octubre

1966, p. 137.

“Informe de la Congregación Evangélica de Ramírez sobre la catástrofe de las

inundaciones”, en: RP/G Año 88, Nº 7, Julio 1983, p. 143.

“Inundaciones en Paraguay”, en: RP/G Año 88, Nº8, Agosto 1983, Suplemento, p. III.

“La Biblia y los Derechos Humanos”, en: RP/G Año 87, Nº 9, Septiembre 1982, pp. 194-

195.

“La Gracia Costosa”, en: EG EKaLP Año 73, Nº 8, Agosto 1968, p. 118.

“La humildad”, en: RP/G Año 91, Nº 10, Octubre 1986, p. 221.

“La mies es mucha los obreros son pocos”, en: G/RP Año 78, Nº 5, Mayo 1973, p. 64.

259

“Las iglesias de América Latina, ante la situación revolucionaria”, en: EG Año 69, Nº 7,

Julio 1964, p. 111.

“Los Argentinos y el ‘Status’” en G/RP Año 77, Nº 12, Diciembre 1972, pp. 224-225.

“Los Derechos del Hombre”, en: RP/G Año 89, Nº 12, Diciembre 1984, pp. 270-273.

“Los obispos argentinos analizaron problemas de la hora”, en: G/RP Año 82, Nº 6, Junio

1977, pp. 88-89.

“Los trabajos de la JUM”, en: RP/G Año 91, Nº 1-2, Enero–Febrero 1986, p. 2.

“Lutero frente a los problemas sociales”, en: G/RP Año 79, Nº 4, Abril 1974, pp. 48-49.

“Lux lucet in tenebris”, en: G/RP Año 83, Nº 1-2, Enero–Febrero 1978, pp. 8-9.

“Material para la preparación de la XXVIIIª Conferencia Sinodal”, en: RP/G Año 88, Nº 6,

Junio 1983, Suplemento pp. I-IV.

“Material preparatorio para la XXIXª Conferencia Sinodal”, en: RP/G Año 91, Nº 8, Agosto

1986, Suplemento, pp. I-IV.

“Material preparatorio para la XXIXª Conferencia Sinodal”, en: RP/G Año 91, Nº 3, Marzo

1986, Suplemento, p. I.

“Material preparatorio para la XXIXª Conferencia Sinodal”, en: RP/G Año 91, Nº 4, Abril

1986, Suplemento, p. I.

“Material preparatorio para la XXIXª Conferencia Sinodal”, en: RP/G Año 91, Nº 9,

Septiembre 1986, Suplemento, p. III.

“Mensaje de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas al pueblo y a las iglesias”, en:

RP/G Año 88, Nº 6, Junio 1983, pp. 118-119.

“Mensaje de la Segunda Conferencia Evangélica Latinoamericana a las Iglesias Evangélicas

y a los pueblos de América Latina”, en: EG Año 67, Nº 6, Junio 1962, p. 129.

“Mensaje de la XXV Asamblea Sinodal”, en: G/RP Año 80, Nº 1-2, Enero–Febrero 1975, p.

2.

“Mensaje del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) a las iglesias y pueblos del

Continente Americano”, en: RP/G Año 88, Nº 4, Abril 1983, pp. 66-67.

260

“Mensaje del sínodo a las congregaciones e iglesias hermanas”, en: RP/G Año 91, Nº 11,

Noviembre 1986, p. 245.

“No hay Liberación sin Obediencia”, en: G/RP Año 80, Nº 11, Noviembre 1975, pp. 186-

187.

“Operativo ‘Toba’”, en: G/RP Año 76, Nº 5, Mayo 1971, pp. 62-63.

“Pobreza en Argentina”, en: RP/G Año 89, Nº 8, Agosto 1984, p. 159.

“Recomendaciones”, en: G/RP Año 80, Nº 1-2, Enero–Febrero 1975, pp. 4-5.

“Reflexiones preliminares para la 28ª Conferencia Sinodal”, en: RP/G Año 88, Nº 1-2,

Enero–Febrero 1983, Suplemento, pp. I-IV.

“Refugiados Asiáticos”, en: G/RP Año 84, Nº 9, Septiembre 1979, p. 188.

“Responsabilidad cívica del Cristiano”, en: G/RP Año 78, Nº 3, Marzo 1973, p. 22.

“Se trata la comercialización de la carne”, en: G/RP Año 79, Nº 10–11, Octubre–

Noviembre 1974, p. 168.

“Servicio cristiano en el mundo moderno” en EG Año 66, Nº 10, octubre 1961, p. 148.

“Triste realidad”, en: G/RP Año 80, Nº 8, Agosto 1975, p. 129

“Viviendas en Mendoza”, en: RP/G Año 90, Nº 10, Octubre 1985, p. 227.

“Viviendas provisorias para inundados”, en: RP/G Año 88, Nº8, Agosto 1983, Suplemento,

p. I.

(Félix), “¿Cristiano de nombre?”, en: G/RP Año 85, Nº 5, Mayo 1980, p. 78.

[Boletín JUM] “Necesidades urgentes”, en: RP/G Año 88, Nº 9, Septiembre 1983, p. 183.

[Rector, Presidente de la Sociedad Estudiantil, Administrador], “La Facultad de Teología de

Buenos Aires se pronuncia sobre los sucesos de Córdoba”, en: Carta de ISAL Año

II, Nº 6, Julio 1969, Tapa.

Acevedo, Luis Alberto, “Cursos de Carpintería en el Chaco”, en: RP/G Año 88, Nº 9,

Septiembre 1983, p. 183.

AICA, “Los problemas sociales del norte en el informe de un grupo misionero”, en: G/RP

Año 76, Nº 4, Abril 1971, p. 44.

261

ALET, “La mujer y la Educación Teológica”, en: G/RP Año 80, Nº 10, octubre 1975, p.

170.

Alt, Axel, “¿Puede la Iglesia preocuparse por la política?”, en: G/RP Año 79, Nº 3, Marzo

1974, p. 33.

Asmores, Mirta, “No hay paz porque no hay justicia”, en: RP/G Año 88, Nº 6, Junio 1983,

pp. 112-113.

Banzhaf, Tomás A., “Libertad, nueva moral y responsabilidad”, en: G/RP Año 75, Nº 8,

Agosto 1970, pp. 128-129 y G/RP Año 75, Nº 9, Septiembre 1970, p. 146.

Bauer, Alberto R., “Informe del distrito Entre Ríos”, en: RP/G Año 91, Nº 9, Septiembre

1986, pp. 197-198.

Bernhardt, Mario, “El templo del Espíritu” en: RP/G Año 91, Nº 8, Agosto 1986, p. 153.

Blatezky, Arturo, “¿Quién es ese Jesucristo que libera y une?”, en: G/RP Año 81, Nº 6,

Junio 1976, p. 86.

——, “Encuentro de un desencuentro”, en: G/RP Año 81, Nº 3, Marzo 1976, pp. 26-27.

——, “Pentecostés fiesta del valor cristiano”, en: RP/G Año 88, Nº 5, Mayo 1983, pp. 85-

86.

Bohner, Klaus Peter, “Presentación del Programa ANELC”, en: RP/G Año 91, Nº 6, Junio

1986, p. 108.

——, “Niños desamparados en Buenos Aires ¿ilusión o desafío diaconal?”, en: RP/G Año

90, Nº 11, Noviembre 1985, p. 256.

Bonhoeffer, Dietrich, “Navidad tras las rejas”, en: G/RP Año 81, Nº 12, Diciembre 1976, p.

206.

Bösenberg, Enrique, “Ni blanco ni negro”, en: G/RP Año 78, Nº 10, Octubre 1973, pp. 161-

162.

Bosque, Aurelio del, “Hermano…”, en: G/RP Año 81, Nº 6, Junio 1976, p. 85.

Casá, F., “¿Dónde ponemos a Dios y donde el dinero?”, en: G/RP Año 78, Nº 3, Marzo

1973, p. 21.

262

Castillo, Olof Mario, “Auxilio a los damnificados en San Pedro”, en: EG EKaLP Año 71,

Nº 5, Mayo 1966, p. 57.

CEAS, “Un Terremoto Hipócrita”, en: RP/G Año 90, Nº 4, Abril 1985, p. 67.

Comisión Ejecutiva del Consejo Regional Bonaerense de la Iglesia Evangélica Metodista

Argentina, “Prode en Argentina”, en: G/RP Año 78, Nº 8, Agosto 1973, p. 124.

Czerepak, José, “Los cristianos y la política”, en: G/RP Año 79, Nº 3, Marzo 1974, pp. 28-

29.

Duarte, Carlos, “La conquista del otro”, en: G/RP Año 84, Nº 8, Agosto 1979, p. 148.

——, “Un silencio llamado pecado”, en: RP/G Año 87, Nº 8, Agosto 1982, p. 161.

——, “La inevitable opción política”, en: RP/G Año 88, Nº 4, Abril 1983, pp. 62-64.

——, “Un desafío para el futuro”, en: RP/G Año 88, Nº 9, Septiembre 1983, pp. 180-181.

——, “Vida y compromiso del cristiano en la iglesia”, en: RP/G Año 89, Nº 8, Agosto

1984, pp. 146-149.

——, “La JUM no es una moda”, en: RP/G Año 90, Nº 3, Marzo 1985, pp. 42-43.

——, “La fe que nos mueve y nos une”, en: RP/G Año 90, Nº 10, Octubre 1985, p. 141.

——, “Dura realidad en Rosario”, en: RP/G Año 91, Nº 6, Junio 1986, pp. 114-115.

——, “Observaciones impertinentes y pertinentes”, en: RP/G Año 91, Nº 8, Agosto 1986,

Suplemento p. IV.

Etchegoyen, Aldo M., “Reconciliación, camino difícil… pero indispensable”, en: RP/G Año

88, Nº 3, Marzo 1983, p. 38.

Faber, Otto, en: EG EKaLP Año 74, Nº 8, Agosto 1969, p. 124.

Félix de Gaztélu, “La Iglesia Católica se opone a la violencia”, en: G/RP Año 80, Nº 1-2,

Enero–Febrero 1975, p. 4.

Frizs, Stella Maris, “La Santa Cena como alimento”, en: RP/G Año 88, Nº 10, Octubre

1983, p. 198.

Fronteros, “Encarnación y realidad social”, en: EG Año 67, Nº 12, Diciembre 1962, pp.

260-261.

263

Gattinoni, Carlos T., “Redefinición de la injusticia”, en: G/RP Año 77, Nº 4, Abril 1972, p.

56.

Gattinoni, Carlos T., Parrilla, Luis, Vaccaro, Gabriel O., “Evangélicos ante la situación

actual”, en: G/RP Año 84, Nº 11, Noviembre 1979, p. 221.

Gerhard, Jorge, “Acerca del ‘Correo del lector’ de diciembre”, en: RP/G Año 89, Nº 5,

Mayo 1984, p. 80.

Goldenring, Eduardo, “La Nueva Iglesia Evangélica del Río de la Plata”, en: EG EKaLP

Año 71, Nº 6, Junio 1966, pp. 66-67.

——, en: EG EKaLP Año 71, Nº 8, Agosto 1966, p. 104.

——, “El cristiano ante el espejo: recepción pasiva o activa participación”, en EG EKaLP

Año 73, Nº 6, Junio 1968, p. 86.

——, “La unidad como compromiso y desafío de la fe cristiana”, en: EG EKaLP Año 73,

Nº 8, Agosto 1968, pp. 117-118.

Greco, Luis, “Argentina sumergida”, en: RP/G Año 88, Nº 6, Junio 1983, pp. 116-117.

H.H.K. “Sobre el Divorcio (I)”, en: RP/G Año 89, Nº 10, Octubre 1984, pp. 214-215.

Herman, Stewart W., “Los protestantes también están comprometidos en el futuro de

Latinoamérica”, en: EG Año 67, Nº 8, Agosto 1962, pp. 173-174.

Hunzicker, Atilio J., “Solidarizarnos con los que sufren”, en: RP/G Año 88, Nº 5, Mayo

1983, Tapa (cara interna).

Hunzicker, Atilio, “¿Quién es una buena semilla?”, en: G/RP Año 85, Nº 5, Mayo 1980, p.

77.

Joski, Rodolfo, “Deberes de la redacción”, en: RP/G Año 91, Nº 6, Junio 1986, p. 109.

Juan Carlos Michel, “Educación para la Salud. Mal de Chagas”, en: RP/G Año 90, Nº 4,

Abril 1985, pp. 70-71.

Kaib, Arno, “¿Resignación escapista o compromiso esperanzado?”, en: G/RP Año 86, Nº 8,

Agosto 1981, p. 149.

Kaufmann, G., “Meditación”, en EG EKaLP Año 74, Nº 5, Mayo 1969, p. 61.

264

Keil, Irene H. de, “Hablando, la gente se entiende”, en: RP/G Año 91, Nº 10, Octubre 1986,

p. 210.

Knoblauch, Bruno, “A la búsqueda”, en EG EKaLP Año 74, Nº 10, Octubre 1969, p. 164.

——, “La presencia de la Resurrección en nuestra vida”, en: G/RP Año 77, Nº 4, Abril

1972, p. 53.

——, “Vida auténtica y plena en Jesucristo”, en: G/RP Año 80, Nº 3, Marzo 1975, p. 25.

——, “¿Los Derechos Humanos?”, en: G/RP Año 81, Nº 11, Noviembre 1976, pp. 186-

187.

——, “Jesucristo Llama y orienta al cristiano”, en: RP/G Año 87, Nº 1-2, Enero–Febrero

1982, pp. 8-9.

——, “El servicio y la iglesia local”, en: RP/G Año 91, Nº 8, Agosto 1986, pp. 156-157.

Knoblauch, Bruno, Malawka, David, “Federación Argentina de Iglesias Evangélicas Comité

de Ayuda y Reconstrucción–Mendoza”, en: RP/G Año 90, Nº 9, Septiembre 1985, p.

211.

Knoblauch, Martín, “¿Cómo trabaja el CEAS?”, en: RP/G Año 90, Nº 7, Julio 1985, p. 151.

——, “El CEAS también educa”, en: RP/G Año 91, Nº 7, Julio 1986, p. 126.

Kraus, G., “El silencio es salud”, en: G/RP Año 79, N° 7, Julio 1974. pp. 105-106.

Krüger, René, “La responsabilidad política de la comunidad cristiana”, en: G/RP Año 79,

Nº 8, Agosto 1974, pp. 126-128.

——, “75 años bajo la cruz del sur”, Guión del Audiovisual, 1974, Mimeografiado, 16 págs.

——, “Informe de la Congregación Evangélica de Lucas González sobre el trabajo con los

inundados”, en: RP/G Año 88, Nº 10, Octubre 1983, pp. 202-204.

Kühnel, Elfried, “Ricos y mendigos todos son iguales”, en: RP/G Año 89, Nº 1-2, Enero–

Febrero 1984, p. 4.

Kümmerer, Margarita, “Educación Alimentaria… ¿para qué?”, en: RP/G Año 90, Nº 1-2,

Enero–Febrero 1985, p. 17.

——, “El subdesarrollo y sus consecuencias”, en: RP/G Año 90, Nº 3, Marzo 1985, pp. 43-

44.

265

——, “Es un Genocidio”, en: RP/G Año 90, Nº 4, Abril 1985, p. 72.

Kunz, Dieter, “Independencia y acción”, en: G/RP Año 75, Nº 7, Julio 1970, p. 105.

Kunz, Werner H., “Concientización” G/RP Año 76, Nº 8, Agosto 1971, p. 123.

Lengert, Alfredo, “La reformulación del sistema educativo argentino”, en: RP/G Año 91, Nº

9, Septiembre 1986, pp. 199-200.

Lienenkämper, Pedro, “¿Que hay de nuevo en la IERP?”, en: G/RP Año 82, Nº 12,

Diciembre 1977, p. 211-212.

——, “¿Qué hay de nuevo en la IERP?”, en: G/RP Año 83, Nº 5, Mayo 1978, p. 78.

——, “¿Que hay de nuevo en la IERP?”, en: G/RP Año 84, Nº 1-2, Enero–Febrero 1979,

pp. 3-4.

——, “¿Que hay de nuevo en la IERP?”, en: G/RP Año 84, Nº 3, Marzo 1979, p. 28.

Llanos, José M. de, “Ataque contra el lujo”, en: G/RP Año 77, Nº 9, Septiembre 1972, pp.

153-154.

Malik, Charles, “La responsabilidad del Cristiano en un planeta que cambia” en EG Año 66,

Nº 7, julio 1961, p. 92.

Mantaraz, Mirta, “Juicio a los excomandantes”, en: RP/G Año 90, Nº 10, Octubre 1985, p.

227.

MEDH, “Una exigencia de libertad”, en: RP/G Año 89, Nº 6, Junio 1984, p. 107.

Michel, Juan Carlos, “La misión de la iglesia en el contexto real”, en: RP/G Año 87, Nº 12,

Diciembre 1982, p. 278.

——, “La Población Mundial ¿Explosión demográfica o explosión de la injusticia?”, en:

RP/G Año 90, Nº 3, Marzo 1985, pp. 38-40.

Montañés, Modesto, “¿Por qué llora el sol?”, en: G/RP Año 85, Nº 1-2, Enero–Febrero

1980, p. 2.

Müller, Elizabeth, “Primer Congreso Juvenil Amplio y 12º Congreso Juvenil de la IERP”,

en: RP/G Año 91, Nº 4, Abril 1986, pp. 56-57.

Müller, Emilio, “¿Por qué Dios permite eso?”, en: RP/G Año 90, Nº 5, Mayo 1985, p. 96.

266

Musskopf, Egon Hilario, “Observando la cabeza de las personas”, en: RP/G Año 89, Nº 1-2,

Enero–Febrero 1984, p. 5.

Neddermann, Irene, “Sobre el artículo ‘Ricos y mendigos…’(Enero-Febrero 1984)”, en:

RP/G Año 89, Nº 3, Marzo 1984, p. 34.

Novak, Jorge, Pagura, Federico, Van der Velde, Juan, “Hacia la victoria de la vida”, en:

RP/G Año 89, Nº 3, Marzo 1984, p. 31.

Obermüller, R., “Piedad Cristiana y madurez humana en Dietrich Bonhoeffer”, en: G/RP

Año 80, Nº 8, Agosto 1975, pp. 128-129.

Pankow, Federico, “Las ciudades de ayer y de mañana”, en: EG EKaLP Año 73, Nº 4 ,

Abril 1968, p. 46-47.

Pantaenius, Ruth Rowe de, “Andando se hace camino”, en: RP/G Año 91, Nº 5, Mayo 1986,

p. 84.

Prensa Ecuménica, “Evangélicos colaboran con el PAN”, en: RP/G Año 90, Nº 1-2, Enero–

Febrero 1985, pp. 13-14.

——, “Ayuda a Retornados”, en: RP/G Año 90, Nº 12, Diciembre 1985, p. 282.

Ramírez, Ángel, “Según el cristal con que se mire”, en: G/RP Año 79, Nº 12, Diciembre

1974, p. 210.

——, “Una inquietud cumplida a medias”, en: RP/G Año 91, Nº 3, Marzo 1986, p. 41.

Ramírez, Silvia B., “Meditación Bíblica”, en: G/RP Año 86, Nº 5, Mayo 1981, p. 77.

——, “Los frutos del espíritu”, en: RP/G Año 91, Nº 10, Octubre 1986, p. 209.

Redacción, “Un compromiso serio”, en: RP/G Año 88, Nº 6, Junio 1983, p. 117.

Reinich, Rodolfo R., “No se alarmen”, en: G/RP Año 81, Nº 11, Nov.. 1976, pp. 185-186.

——, “Gooolll…”, en: G/RP Año 83, Nº 8, Agosto 1978, pp. 153-154.

——, “La página de la Junta Directiva”, en: G/RP Año 86, Nº 4, Abril 1981, p. 62.

——, “La página de la Junta Directiva”, en: G/RP Año 86, Nº 8, Agosto 1981, p. 86.

——, “La página de la Junta Directiva”, en: G/RP Año 86, Nº 9, Septiembre 1981, p. 182.

——, “La página de la Junta Directiva”, en: G/RP Año 86, Nº 10, Octubre 1981, p. 206.

267

——, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 87, Nº 12, Diciembre 1982, p. 280.

——, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 88, Nº 1-2, Ene.-Feb. 1983, p. 12.

——, “La reconciliación… es posible”, en: RP/G Año 88, Nº 3, Marzo 1983, p. 29.

——, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 88, Nº 5, Mayo 1983, p. 96.

——, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 88, Nº 6, Junio 1983, p. 120.

——, “La página de la Junta directiva”, en: RP/G Año 88, Nº 7, Julio 1983, p. 144.

——, “La página de Junta Directiva”, en: RP/G Año 88, Nº 9, Septiembre 1983, p. 184.

——, “¿Que significa ‘solidaridad’?”, en: RP/G Año 89, Nº 4, Abril 1984, pp. 54-55.

——, “Acerca del Mensaje del Sínodo”, en: RP/G Año 89, Nº 4, Abril 1984, pp. 58-59.

——, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 89, Nº 8, Agosto 1984, p. 160.

——, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 89, Nº 10, Oct. 1984, pp. 219-220.

——, “La página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 89, Nº 12, Diciembre 1984, p. 276.

——, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 90, Nº 3, Abril 1985, p. 73.

——, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 90, Nº 6, Junio 1985, p. 129.

——, “La Página de la Junta Directiva” en: RP/G Año 90, Nº 9, Septiembre 1985, p. 213.

——, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 90, Nº 10, Octubre 1985, p. 239.

——, “La Página de la Junta Directiva” en: RP/G Año 90, Nº 11, Nov. 1985, Tapa (C.I.)

——, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 91, Nº 3, Marzo 1986, Tapa (C.I.).

——, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 91, Nº 4, Abril 1986, Tapa (C.I.).

——, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 91, Nº 5, Mayo 1986, Tapa (C.I.).

——, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 91, Nº 6, Junio 1986, Tapa (C.I.).

——, “Carta del Presidente”, en: RP/G Año 91, Nº 8, Agosto 1986, Tapa (C.I.)

——, “Carta del Presidente”, en: RP/G Año 91, Nº 9, Septiembre 1986, Tapa (C.I.).

——, “Carta del Presidente”, en: RP/G Año 91, Nº 10, Octubre 1986, Tapa (C.I.).

Richardson, Patricia, “Donde termina la tierra”, en: G/RP Año 84, Nº 4, Abril 1979, pp. 75-

76.

268

Rieger, Alberto, “¿Qué espera la Congregación de su Pastor y qué espera el Pastor de su

Congregación?”, en: G/RP Año 78, Nº 11, Noviembre 1973, pp. 183-184.

Rochón Gabarrot, Edith, “¿Qué es el CEMATIN?”, en: RP/G Año 91, Nº 3, Marzo 1986, p.

39.

Ross, Nancy B,. “Participación en el congreso pedagógico”, en: RP/G Año 91, Nº 8, Agosto

1986, p. 166.

Sabiel, W., “Acerca del ‘Correo del lector’ de marzo”, en: RP/G Año 89, Nº 5, Mayo 1984,

p. 80.

Sánchez, Gildo, “Amad a vuestros enemigos”, en: G/RP Año 81, Nº 6, Junio 1976, p. 85.

Schaad, Juan Pedro, “Cuaresma 1974”, en: G/RP Año 79, Nº 3, Marzo 1974, pp. 25-26.

——, “Comprometidos por el evangelio”, en: Informe Sinodal 1974. pp. 251-252.

——, “La Educación Cristiana”, en: G/RP Año 81, Nº 8, Agosto 1976, pp. 125-126.

——,“¿Son capaces de sufrir?”, en: G/RP Año 84, Nº 6, Junio 1979, p. 97.

——, “Dios y la Tierra (I)”, en: G/RP Año 86, Nº 4, Abril 1981, pp. 60-61.

——, “Dios y la Tierra (II)”, en: G/RP Año 86, Nº 8, Agosto 1981, p. 155.

——, “Dios y la Tierra (III)”, en: RP/G Año 87, Nº 5, Mayo 1982, pp. 88-89.

——, “Dios y la Tierra (IV)”, en: RP/G Año 87, Nº 7, Julio 1982, p. 142.

——, “Desde la Esclavitud hacia la Liberación: La Cautividad”, en: RP/G Año 90, Nº 5,

Mayo 1985, pp. 96-97.

——, “Nuestro pastor se mete mucho en política”, en: RP/G Año 91, Nº 1-2, Enero–Febrero

1986, pp. 13-14.

——, “Celebración del Culto”, en: RP/G Año 91, Nº 6, Junio 1986, pp. 106-108.

Schäfer, Federico H., “Meditación”, en: EG EKaLP Año 74, Nº 10, Octubre 1969, p. 161.

——, “Meditación”, en: G/RP Año 75, Nº 3, Marzo 1970, p. 25.

Schlegel, Emilio, “La Revista Parroquial bajo la lupa”, en: RP/G Año 89, Nº 10, Octubre

1984, Tapa (cara interna ) y p. 214.

Schöller, Victor, “¿Adónde vas?”, en: G/RP Año 85, Nº 3, Marzo 1980, p. 29.

269

——, “La Reforma hoy”, en: RP/G Año 91, Nº 10, Octubre 1986, pp. 216-219.

Schulz, Herbert J., “Cancela su suscripción”, en: RP/G Año 89, Nº 3, Marzo 1984, pp. 34-

35.

Schwindt, Juan Abelardo, “¿Es posible alegrarse?”, en: G/RP Año 83, Nº 5, Mayo 1978, p.

73.

——, “Para que el mundo crea”, en: RP/G Año 88, Nº 3, Marzo 1983, pp. 34-35.

——, “Centro de Salud en Santa Rosa del Monday”, en: RP/G Año 90, Nº 1-2, Enero–

Febrero 1985, pp. 12-13.

SEI, “Braceros Bolivianos”, en: EG EKaLP Año 71, Nº 7, Julio 1966, p. 87.

SEI, “Conferencia Mundial de Iglesia y Sociedad”, en: EG EKaLP Año 71, Nº 8, Agosto

1966, p. 104.

SEI, “La no violencia en la Revolución Latinoamericana”, en: EG EKaLP Año 71, Nº 10,

Octubre 1966, p. 137.

Servicio Ecuménico de Reintegración, “Recibir a los que vuelven”, en: RP/G Año 90, Nº 3,

Marzo 1985, pp. 40-41.

Skupch, Reinaldo, “Promesa de esperanza” en: RP/G Año 91, Nº 11, Noviembre 1986, p.

237.

Stephan, Everardo, “...Reflexiones después del diálogo”, en: RP/G Año 90, Nº 11,

Noviembre 1984, Suplemento, p. I.

——, “La Página de la Junta Directiva”, en: RP/G Año 90, Nº 8, Agosto 1985, p. 185.

Tori, Jorge R., “Carta a mi hija recién nacida”, en: RP/G Año 90, Nº 12, Diciembre 1985, p.

296.

——, “Vida, pasión y muerte de un joven en la congregación”, en: RP/G Año 91, Nº 3,

Marzo 1986, p. 35.

Vijver, Enrique, “La salvación y los Derechos Humanos”, en: RP/G Año 88, Nº 9,

Septiembre 1983, pp. 176-179.

——, “Racismo y fe cristiana”, en: RP/G Año 89, Nº 3, Marzo 1984, pp. 26-29.

——, “Mensaje de Pascua”, en: RP/G Año 91, Nº 3, Marzo 1986, p. 29.

270

VV.AA., “El mensaje del Sínodo”, en: RP/G Año 89, Nº 3, Marzo 1984, p. 34.

VV.AA., “Apelación a los Cristianos en la Argentina”, en: G/RP Año 81, Nº 1-2, Enero–

Febrero 1976, p. 8.

Walicki, Frençoise G. de, “Ricos y pobres…”, en: RP/G Año 89, Nº 8, Agosto 1984, Tapa

(cara interna).

Weiss, Juan Carlos, “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”, en: G/RP

Año 82, Nº 1-2, Enero–Febrero 1977, p. 1.

Weiss, Raimundo E., “Marchemos hacia lo nuevo”, en: RP/G Año 89, Nº 1-2, Enero–

Febrero 1984, p. 1.

Westermann, Friedhelm; Schaad, Juan Pedro, “Una nueva diaconía como búsqueda de la

vida”, en: RP/G Año 89, Nº 5, Mayo 1984, pp. 76-78.

Westermann, Friedhelm, “¿Qué es la fe?”, en: RP/G Año 90, Nº 7, Julio 1985, p. 145.

——, “Pobre y pobreza en la Biblia”, en: RP/G Año 90, Nº 8, Agosto 1985, pp. 178-179.

Winkler, Harmut, “La ascensión del Señor”, en: G/RP Año 79, Nº 5, Mayo 1974, p. 65.

——, “Una visita a Paranacito”, en: RP/G Año 88, Nº8, Agosto 1983, Suplemento, pp. III-

IV.

Yennerich, Blanca A. Pilón de, “La razón de la esperanza”, en: RP/G Año 88, Nº 8, Agosto

1983, p. 157.

Yennerich, Rubén Carlos, “Lutero hoy: Gracia de Dios y Liberación”, en: RP/G Año 88, Nº

9, Septiembre 1983, p. 173.

Zerbin, Enrique, “Conferencia del Distrito Sur en Castelar”, en: RP/G Año 91, Nº 6, Junio

1986, pp. 110-112.

——, “Violencia contra Otto Waidelich”, en: RP/G Año 90, Nº 9, Septiembre 1985, Tapa,

(C.I.).

——, “Realidad y posibilidades diaconales en Paraguay” en: RP/G Año 90, Nº 9,

Septiembre 1985, pp. 200-201.

——, “Justicia de Dios: Promesa y desafío”, en: RP/G Año 90, Nº 9, Septiembre 1985, pp.

207-209.

271

——, “Nuevas formas de presencia en nuestro medios”, en: RP/G Año 90, Nº 12,

Diciembre 1985, pp. 294-296.

——, “Asamblea del Oeste”, en: RP/G Año 91, Nº 9, Septiembre 1986, pp. 196-197.

Zorzin, Alejandro, “Pentecostés: El compromiso de seguir siendo: Iglesia profética”, en:

G/RP Año 86, Nº 6, Junio 1981, p. 101.

——, “Un Encuentro de Jóvenes Latinoamericanos y Cristianos”, en: RP/G Año 87, Nº 5,

Mayo 1982, pp. 82-83.

——, “La vigencia profética de Lutero para América Latina hoy”, en: RP/G Año 88, Nº 10,

Octubre 1983, pp. 200-201.

——, “Condenados por la Civilización. Los Guaraníes Mby’a en Misiones”, en: RP/G Año

89, Nº 9, Septiembre 1984, pp. 178-181.

——, “Condenados por la Civilización. Los Guaraníes Mby’a en Misiones (II)”, en: RP/G

Año 89, Nº 10, Octubre 1984, pp. 206-209.

——, “Condenados por la Civilización. Los Guaraníes Mby’a en Misiones (III)”, en: RP/G

Año 89, Nº 11, Noviembre 1984, pp. 234-237.

——, “Condenados por la Civilización. Los Guaraníes Mby’a en Misiones (Ultima Nota)”,

en: RP/G Año 90, Nº 1-2, Enero–Febrero 1985, pp. 4-7.

Zorzin, Luciano, “El Sínodo 1983 de la EKD”, en: RP/G Año 89, Nº 3, Marzo 1984, pp. 35-

36.

Archivo de la IERP

“Acta de la Conferencia Pastoral Plenaria de la IERP del 10 al 13 de Octubre de 1985 en

Crespo, Entre Ríos” Mimeografiado. p. 22., en: AI caja 20.

“Carta a Otto Waidelich” de la CPP, con fecha 12 de octubre de 1985, en: AI caja 20.

“Convocatoria a la XXIa Asamblea General Ordinaria” Folleto/Bilingüe, Buenos Aires,

Septiembre 1962, en: Archivo–IERP (AI) caja 305: Asambleas y Conferencias

Sinodales.

“GESAMTPFARRKONFERENZ DER EV. KIRCHE AM LA PLATA 6.–9. 11.1969 in

VIALE” Mimeografiado, 2 págs., en: AI caja 20: CPP

272

“Posición de la Iglesia en el proceso de transformación social. Tesis elaboradas por uno de

los grupos de trabajo de la CPP, reunida en Montevideo en noviembre de 1970”.

Mimeografiado. 3 págs., en: AI caja 20.

“Resumen de una charla del pastor Horacio Gualdieri sobre el tema ‘Análisis de la situación

Argentina en el contexto latinoamericano’…” Mimeografiado 3 págs., en AI caja 20.

Gualdieri, Horacio, Inundaciones. Junio 1983. Mimeografiado. 11 págs., en: AI caja 193.

Goldenring, Eduardo, Posibilidades y metas de la Iglesia en un mundo cambiante:

estrategias y tácticas, 1969, Mecanografiado, 9 págs., en: Archivo CPP.

273

Informes Sinodales

“XXIVª Asamblea General y Sinodal Ordinaria. 8-13 de octubre de 1971, Olivos–Buenos

Aires” (Informe Sinodal 1971). IERP, Buenos Aires, 1972.

“IIª Asamblea General y XXV Sinodal Ordinaria. 24-28 de octubre de 1974. Villa

Ballester–Buenos Aires” (Informe Sinodal 1974) IERP, Buenos Aires, s/f. Vol. I:

Informe, Vol. II: Documentación Preparatoria.

“IIIª Asamblea General Ordinaria y XXVIª Conferencia Sinodal. 8-9 de octubre de 1977,

Gral. Ramírez – Entre Ríos” (Informe Sinodal 1977). IERP, Buenos Aires, 1978,

“IVª Asamblea General Ordinaria y XXVIIª Conferencia Sinodal 19-22 de octubre de 1980,

Asunción–Paraguay” (Informe Sinodal 1980). IERP, Buenos Aires, s/f.

“Vª Asamblea General Ordinaria y XXVIIIª Conferencia Sinodal. 14-18 de octubre de 1983.

Olivos–Buenos Aires” (Informe Sinodal 1983). Vol. I Informe Sinodal, Vol. II y III

Material de trabajo. IERP, Buenos Aires, s/f.

“VIª Asamblea General Ordinaria y XXIXª Conferencia Sinodal 18-22 de octubre de 1986.

Eldorado–Misiones” (Informe Sinodal 1986). IERP, Buenos Aires, s/f.

“Xª Asamblea General Ordinaria y XXXIIIª Conferencia Sinodal de la IERP”, IERP,

Buenos Aires, 1999.

274

Literatura general

Alonso, María E., Vázquez, Enrique C., Historia: La Argentina contemporánea (1852-

1999), Aique, Buenos Aires, 2000.

Arrilla, Hugo, Barletta, Mario, Masi, María Beatriz, El comportamiento del mercado

laboral en el interior argentino (1985-1997). La Página, Buenos Aires, 1998.

Ayala, Sabino, La evolución de la IERP hacia un proyecto eclesial profético y la inserción

en esta, de la CEABA. Tesis de Licenciatura – Buenos Aires, 1986.

Bastian, Jean-Pierre, Protestantismo y modernidad latinoamericana. Historia de unas

minorías religiosas activas en América Latina. Fondo de Cultura Económica,

México, 1994.

——, La mutación religiosa de América Latina. Para una sociología del cambio social en

la modernidad periférica. Fondo de Cultura Económica, México, 1997.

Becker, Ricardo A., “Diaconía: compartir. Caminando hacia el Reino de Dios” Diaconía

de la generación mayor desde su propia perspectiva. [Tesis de Licenciatura].

ISEDET, Buenos Aires, 1996.

Benedetti, Mario, Inventario, Seix Barral, Montevideo, 1994.

Beros, Daniel C., “Para que así también nosotros caminemos en una vida nueva…” Una

lectura teológica de los relatos autobiográficos de miembros de la IERP de origen

Ruso–Alemán residentes en Florencio Varela. Tesis de Licenciatura – ISEDET,

Buenos Aires, 1995.

Birentzwaig, Alberto E.(Dir.), Relevamiento estadístico de la economía argentina 1900-

1980. INDEC, Buenos Aires, 1982.

Bloch, Marc. Introducción a la Historia México. Fondo de Cultura Económica. 19634

275

Brunati, Luis P, Corbiére, Emilio J., Laborde, Julio, Suárez, Carlos O., La estrategia

neocolonial del imperio para los años ‘90. GenteSur, Buenos Aires, 1990.

Büntig, Aldo J., La Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP) y la Congregación

Evangélica de Esperanza (Santa Fe). Ensayo de ubicación histórica socio - cultural

y socio - religiosa. Pistas de acción pastoral. IERP, Buenos Aires, 1973,

Mimeografiado, 202 págs.

Burke, Peter, Sociología e historia, Alianza, Madrid, 1987

Cancela, Walter, Melgar, Alicia, El desarrollo Frustrado, Treinta años de economía

uruguaya 1955-1985. CLAEH/Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1985.

Caraballo, Liliana; Charlier, Noemí; Garulli, Liliana, La dictadura (1976-1983).

Testimonios y documentos. Oficina de Publicaciones del CBC, Buenos Aires, 1997.

Comité de Iglesias, Formas de organización productiva campesina. El caso de la migración

brasileña al Alto Paraná y su impacto económico y social. (Cuaderno de

investigación Nº 7) Comité de Iglesias, Asunción, 1981.

Dahm, Isitor Ari, Procesos migratorios y pastoral de la Iglesia. Un caso Particular: las

zonas sur del Brasil y oriente del Paraguay en el período 1960-1986. Tesis de

Licenciatura – ISEDET, Buenos Aires, 1992.

Dálinger, Emanuel Juan E., ¿Dónde estamos y hacia donde vamos? Pistas para la misión en

el ámbito urbana. Un estudio diagnóstico sobre los fenómenos de vaciamiento y

falta de participación realizado en la parroquia Villa Ballester de la Congregación

Evangélica Alemana en Buenos Aires (IERP). Tesis de Licenciatura – ISEDET,

Buenos Aires, 1996.

Deiros, Pablo Alberto, Historia del Cristianismo en América Latina. Fraternidad Teológica

Latinoamericana, Buenos Aires, 1992.

276

Duhalde, Eduardo; Carlos, Menem, La Revolución Productiva. De la Argentina

especuladora a la Argentina del trabajo, Peña Lillo, Buenos Aires, 1989.

Estatutos, Reglamentos y Normas. IERP, Buenos Aires, 1979.

Ferrer, Aldo, Vivir con lo nuestro. El Cid Editor, Buenos Aires, 1983.

García Lupo, Rogelio, Paraguay de Stroessner. Grupo Editorial Zeta, Buenos Aires, 1989.

Geertz, Clifford, La interpretación de las culturas. Gedisa, Barcelona, 1990.

Guevara, Ernesto, Obras Completas. MACLA, Buenos Aires, 1997.

Gutiérrez S., Tomás (Compilador), Protestantismo y Política en América Latina y el

Caribe: entre la Sociedad Civil y el Estado. CEHILA, Lima, 1996.

Halperin Donghi, Tulio, Historia contemporánea de América Latina, Alianza, Buenos

Aires, 19945

Heil Sitzmann, Arturo, Los campesinos y la tierra en el Paraguay hacia una iglesia de los

campesinos. Tesis de Licenciatura – ISEDET, Buenos Aires, 1987.

Heise, Ekkerhard, La diaconía de la Encarnación como Liberación de las Iglesias. Un

concepto elaborado con el ejemplo de la Congregación Evangélica Alemana de

Buenos Aires (Iglesia Evangélica del Río de la Plata). Unitext/Verlag Göttingen,

Bovenden, 1995.

Held, Heinz Joachim, “Die Evangelische Kirche am la Plata zwischen Herkunft und

Zukunft”, en: Die Evangelische Diaspora Nº 41, (1971) 9-23.

INDEC, Anuario estadístico de la República Argentina Vol. 10 – 1994. INDEC, Buenos

Aires, 1996.

Kalmbach, Pedro, Congregación Evangélica del Alto Uruguay. Aspectos étnicos, culturales

y religiosos en los confirmandos 1990/1991 y sus familias. Tesis de Licenciatura –

ISEDET, Buenos Aires, 1994.

277

Krüger, René, “Leben, Wirken und Mission der Evangelischen Kirche am La Plata”, en: Die

Evangelisches Diaspora, Nº 70, (2001) 139-163.

Lalive d'Epinay, Christian, Religión, Dinamique Social et Dépendance (Le protestantisme

en Argentine et Chili), Mouton, Paris-La Haye, 1975.

Laudano, Claudia Nora, Las mujeres en los discursos militares. (1976-1983). La Página,

Buenos Aires, 1998

Lienenkämper, Peter, “La Iglesia Evangélica del Río de la Plata en el marco de sus

relaciones ecuménicas. Disertación para la sesión de la Junta Directiva de la IERP

del 30 al 31.1.1979”, Mimeografiado, 18 págs.

Madoery, Oscar, Estado y grupos económicos, (1983-1989). Centro Editorial de América

Latina, Buenos Aires. 1990

Maduro, Otto. “Apontamentos epistemológicos para uma história da teología na América

Latina” en: VV.AA. História da teología na América Latina. São Paulo. Paulinas.

1981.

——, Religión y conflicto social. México. Centro de Estudios Ecuménicos. 1980.

Melano Couch, Beatriz, “New Vision of the Chuch in Latin América: A Protestant View”,

en: Sergio Torres y Virginia Fabella (Editores), The Emergent Gospel. Theology

from the Underside of History. Orbis Books, Maryknoll, New York, 1978.

Mohr Eugenio Eduardo, Confederación de Iglesias Evangélicas del Río de la Plata (1939-

1958): su actuación en el cumplimiento de una finalidad primordial: la defensa de

la libertad religiosa. Tesis de Licenciatura – ISEDET, Buenos Aires, 1993.

Münter, Pablo, Proclamación evangélica y nacionalsocialismo en la Argentina un estudio

de caso: Los “sermones patrióticos” del Pastor Emil Gottfried Hagendorn en

Rosario (Santa Fe) 1933-1945. Tesis de Licenciatura – ISEDET, Buenos Aires,

1993.

278

Nahum, Benjamín, Manual de Historia del Uruguay 1903-1990, Ediciones de la Banda

Oriental (EBO), Montevideo, 20007

Plett, Rodolfo, El protestantismo en el Paraguay. Su aporte cultural, económico y

espiritual. Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos / instituto Bíblico de

Asunción, Asunción, 1987.

Poniachik, Jaime, “Como empezó la deuda externa” en: Revista nº 1661, 6 de mayo de

2001

Prien, Hans Jürgen, Historia del Cristianismo en América Latina. Salamanca. Sígueme.

1985.

Quiroga, Hugo, Estado, crisis económica y poder militar (1880-1981). Centro Editorial de

América Latina, Buenos Aires, 1985

Rodríguez Alcala, Guido, Testimonio de la represión política en Paraguay 1975-1989.

Serie Nunca Más Vol. 3. Comité de Iglesias, Asunción, 1990.

Romero, Luis Alberto, Breve historia contemporánea de la Argentina, Fondo de Cultura

Económica, Buenos Aires, 19986.

Rosenthal, Nicolás Pablo, Entre la rebeldía y la posmodernidad. La búsqueda de una

espiritualidad encarnada entre jóvenes metropolitanos de la Iglesia Evangélica del

Río de la Plata. Tesis de Licenciatura – ISEDET, Buenos Aires, 1999.

Schäfer, Federico H., “Die Evangelische Kirche am La Plata als Kirche der Ökumene”, en:

Mitteilungen aus Ökumene und Auslandsarbeit. EKD, Hannover/Breklum, 1999, pp.

81-104.

Schwittay, Karl, “Iglesia en camino. Iglesia Evangélica del Río de la Plata - 1984” en: RP

Año 90, Nº 11, Noviembre 1985, pp. 264-269.

Schwittay, Ruth y otros, Los andares compartidos…. PFTC, Quilmes, 1992.

Mimeografiado, 72 págs.

279

Sharpe, Jim: “Historia desde abajo”, en Peter Burke (ed.): Formas de hacer historia,

Madrid, Alianza, 1993.

Simón G., José Luis, (Editor), Testimonio de la represión política en Paraguay, 1954-1974.

Serie Nunca Más, Vol. 2, Comité de Iglesias, Asunción, 1991.

——, La dictadura de Stroessner y los derechos humanos, Serie Nunca Más, Vol. 1. Comité

de Iglesias, Asunción, 1990.

Tech, Hilario, Inmigración e Iglesia Suiza en Misiones. [Tesis de Licenciatura] ISEDET,

Buenos Aires, 1989.

Techera Marset, Walter, Entre la resistencia y la sumisión. El discurso de las Iglesias

Protestantes frente a la realidad Socio - Política Argentina (1955-1982), Tesis de

Licenciatura – ISEDET, Buenos Aires, 1995.

Tillich, Paul, La era protestante. Paidos, Buenos Aires, 1965.

Vaticano II. Documentos, BAC, Madrid, 197933

Vazquez–Presedo, Vicente (ed.), Estadísticas históricas argentinas. Compendio 1873-1973.

Instituto de Economía Aplicada, Buenos Aires, 1988.

Vilar, Pierre. Iniciación al vocabulario del análisis histórico. Barcelona. Crítica. 1982.

Villalpando, Waldo Luis (ed.), Las Iglesias del Transplante. Protestantismo de Inmigración

en la Argentina. Centro de Estudios Cristianos, Buenos Aires, 1970.

VV.AA., La distribución del ingreso en la Argentina, FIEL, Buenos Aires, 1999.

VV.AA. História da Teología na América Latina. São Paulo. Edições Paulinas. 19852.

Wilkie, Richard W., Latin American population and urbanization analysis. Maps and

Statistics, 1952-1982. UCLA, Los Ángeles—California, 1984.

Wynarczyk, Hilario H., La Juventud de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. Un

estudio social y antropológico. IERP, Buenos Aires, 1988.

280

Zapke, Martín A., Perspectivas misioneras de la IERP. Análisis, esquemas y posibilidades

en un contexto urbano. [Tesis de Licenciatura] ISEDET, Buenos Aires, 1992.

Zorzin, Alejandro, en: RP Año 104 N° 1-2 1999 – Año 105 N° 6 2000, Suplemento

Centenario (14 fascículos) 56 págs.

——, “Pastor Wilhelm Nelke (1875-1966). Impulsor de la germanidad en el Río de la

Plata” en: Cuadernos de Teología, Vol. XII. Nº 2. (1992) 29-57.

——, “El proceso de naturalización en una iglesia de origen inmigratorio. De Sínodo

Evangélico Alemán del Río de la Plata a Iglesia Evangélica del Río de la Plata

(1946-1980)”. en: Cuadernos de Teología. Vol. XIV. Nº 2, (1995) 71-91.

——, “Algunas repercusiones de los acontecimientos europeos en la década del '30 en las

iglesias protestantes de la Argentina” en: Gutiérrez S. (Compilador), op. cit., pp.

195-204

281

Índice de abreviaturas

AAA Acción Anticomunista Argentina

AI Archivo de la IERP

APDH Asamblea Permanente por los Derechos Humanos

BM Banco Mundial

CAREF Comisión Argentina para los Refugiados

CEABA Congregación Evangélica Alemana en Buenos Aires

CEAGBAS Congregación Evangélica Alemana en el Gran Buenos Aires Sudeste

CEAS Centro Evangélico de Acción Social

CEMATIN Centro Materno Infantil

CEPAL Comisión Económica para América Latina

CGE Confederación General Económica

CGT Confederación General de Trabajadores

CIPAE Comisión de Iglesias para Ayuda de Emergencia del Paraguay

CLAI Consejo Latinoamericano de Iglesias

CMI Consejo Mundial de Iglesias

CPC Conferencia de Presidentes de Congregaciones

CPP Conferencia Pastoral Plenaria

DDHH Derechos Humanos

EG (EKaLP) EVANGELISCHES GEMEINDEBLATT DER EVANGELISCHEN KIRCHE AM LA PLATA / REVISTA PARROQUIAL EVANGÉLICA

EG EVANGELISCHES GEMEINDEBLATT La Plata–Synode / Revista Parroquial Evangélica

ERP Ejercito Revolucionario del Pueblo

FAIE Federación Argentina de Iglesias Evangélicas

FFAA Fuerzas Armadas

FLM Federación Luterana Mundial

FMI Fondo Monetario Internacional

FUMEC Federación Universal de Movimientos Estudiantiles Cristianos

282

G/RP GEMEINDEBLATT DER EVANGELISCHEN KIRCHE AM LA PLATA / REVISTA PARROQUIAL DE LA IGLESIA EVANGÉLICA DEL RÍO DE LA PLATA

GAN Gran Acuerdo Nacional

IECLB Iglesia Evangélica de Confesión Luterana de Brasil

IELCH Iglesia Evangélica Luterana de Chile

IELU Iglesia Evangélica Lutertana Unida

IEMA Iglesia Evangélica Metodista Argentina

IERP Iglesia Evangélica del Río de la Plata

INDEC Instituto Nacional de Estadísticas y Censos

ISAL Comisión de Iglesia y Sociedad para América Latina

ISEDET Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos

JP Juventud Peronista

JUM Junta Unida de Misiones

MEDH Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos

PAC Programa de Ayuda Cristiana

PAN Programa Alimentario Nacional

PFTC Proyecto de Formación Teológica en Contexto

RP REVISTA PARROQUIAL DE LA IGLESIA EVANGÉLICA DEL RÍO DE LA PLATA

RP/G REVISTA PARROQUIAL DE LA IGLESIA EVANGÉLICA DEL RÍO DE LA PLATA / GEMEINDEBLATT DER EVANGELISCHEN KIRCHE AM LA PLATA

SEARP Sínodo Evangélico Alemán del Río de la Plata

SEI Servicio Ecuménico de Información

SER Servicio Ecuménico de Reintegración

UCR Unión Cívica Radical

ULAJE Unión Latinoamericana de Juventudes Evangélicas

283

Anexos

Anexo I

Jaime Poniachik, “Como empezó la deuda externa” en: Revista nº

1661, 6 de mayo de 2001, pp. 24-26. p. 282

“Participación en deciles e indicadores de desigualdad. Ingreso

ajustado. Aglomerado Gran Buenos Aires, 1988–1998”

en: VV.AA., La distribución del ingreso en la Argentina,

op. cit., p. 43. p. 283

Anexo II

Eduardo Goldenring, Posibilidades y metas de la Iglesia en un

mundo cambiante: estrategias y tácticas, 1969,

Mecanografiado, 9 págs. pp. 284-292

“Documento final del área ‘C’ Diaconía. Diaconía: un estilo de

vida”, en: Informe Sinodal 1986, pp. 125-131. pp. 293-299

284

Jaime Poniachik, “Como empezó la deuda externa” en: Revista nº 1661, 6 de mayo de 2001, pp. 24-26.

1966

3.27

6,00

1967

3.24

0,00

1968

3.39

5,00

1969

3.97

0,00

1970

4.76

5,00

1971

4.80

0,00

1972

4.80

0,00

1973

4.89

0,00

1974

5.00

0,00

1975

7.80

0,00

1976

9.70

0,00

1977

11.7

00,0

019

7813

.600

,00

1979

19.0

00,0

019

8027

.200

,00

1981

35.7

00,0

019

8243

.600

,00

1983

45.1

00,0

019

8446

.200

,00

1985

49.3

00,0

019

8652

.500

,00

1987

58.5

00,0

019

8858

.700

,00

1989

65.3

00,0

019

9062

.200

,00

1991

61.3

34,0

019

9262

.566

,00

1993

72.2

09,0

019

9485

.656

,00

1995

98.5

47,0

019

9610

9.75

6,00

1997

124.

832,

0019

9814

0.88

4,00

1999

146.

219,

0020

0014

7.66

7,00

0

20000

40000

60000

80000

100000

120000

140000

160000

285

“Participación en deciles e indicadores de desigualdad. Ingreso ajustado. Aglomerado Gran Buenos Aires,

1988–1998” en: VV.AA., La distribución del ingreso en la Argentina, op. cit., p. 43.

Distribución de la riqueza por deciles en el Gran Buenos Aires, 1988-1998

1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1 1,40% 1,40% 1,50% 1,50% 1,70% 1,50% 1,50% 1,30% 1,30% 1,20% 1,20% 2 2,30% 2,40% 2,60% 2,50% 2,80% 2,50% 2,50% 2,50% 2,30% 2,20% 2,20% 3 3,10% 3,20% 3,40% 3,30% 3,60% 3,30% 3,30% 3,20% 3,00% 2,90% 2,90% 4 3,80% 3,90% 4,30% 4,30% 4,40% 4,10% 4,10% 4,00% 3,80% 3,70% 3,60% 5 4,70% 4,80% 5,30% 5,10% 5,30% 4,90% 5,10% 4,80% 4,60% 4,50% 4,50% 6 5,90% 5,80% 6,40% 6,30% 6,40% 6,10% 6,10% 5,80% 5,70% 5,50% 5,60% 7 7,60% 7,30% 8,10% 8,00% 7,80% 7,50% 7,50% 7,20% 7,10% 7,10% 7,20% 8 10,00% 9,60% 10,50% 10,30% 9,70% 9,80% 9,90% 9,60% 9,60% 9,30% 9,60% 9 14,80% 14,50% 14,80% 15,20% 13,80% 14,60% 14,60% 14,80% 14,30% 14,30% 14,90%

10 46,30% 47,10% 43,10% 43,50% 44,50% 45,90% 45,30% 46,80% 48,30% 49,40% 48,30%

0,00%

5,00%

10,00%

15,00%

20,00%

25,00%

30,00%

35,00%

40,00%

45,00%

50,00%

Distribución de la Riqueza en deciles 1988-1998 Gran Bs. As.