14
25 En la calle y en la casa: carruajes y muebles en la Barcelona de la primera mitad del siglo XIX En la primavera de 1798 llegó a Barcelona un elegante y original carruaje procedente de Italia. Fue encargado expresamente para el enlace matri- monial entre Manuel Caietà d’Amat i de Peguera, marqués de Castellbell, y su sobrina Maria Escolàstica d’Amat i d’Amat. El padre de la novia, Rafael d’Amat i de Cortada, barón de Maldà, lo describía con estas palabras: “Havent arribat un Cotxe, ó Carrossa magnífica per Casa Castellbell, de Genova, per la vinent boda de má estimada Filla primera Maria Escolástica, esta hem vist en est matí muntada en corresponents tragí, dintre del Pati de Casa Amat de la rambla, moltissim millora- da que queda per un Italiá ó Genovés molt hábil en pintura, ajustada, y pagada que queda ab lo tragi, per lo Senyor Don Anton Amat, y de Rocabertí, no havent hi altra que se li igualia en totas las Casas Principals de Barcelona per la bella hechura de sa caxa abarcada ab los taulons com fina porcellana ab varias rosas encarnadas; Ponsellas, y demés que adornan á las xifras, ó lletras de Amat, al mitg dels taulons de detrás; devant, y Portaleras, que hom si veu dintre aixi també en los Costats dels Ladillos, ab Cristalls, fins á 7, se enten ab la del devant, y Portaleras ab primorosa Guarnició de metall dorat en tots los voltants del texadillo, y las Fullas de las rosas, y altres flors, que acompañan als medallons de Amat, molt vius tots que quedan los Colors, y de dintre la Carrossa, cuberta de bellut carmesí mos- trejat de igual primor; així també lo Tragí en son Fi color carmesí, dorat en sá escultura, y també las rodas per igual terme, mes altas que quedan las dos del devant del joch; com de present se usan; Lo Pescante molt alt així mateix; Civellas de las Sopandas de un treball delicat, y ben doradas, y el tot obra sumament bé acabada, que fará tró quant En la calle y en la casa: carruajes y muebles en la Barcelona de la primera mitad del siglo XIX Mónica Piera Miquel Historiadora del arte, especialista en mueble isquie al Publich, tenint lo Marqués de Castellbell una alaja preciosa, com en efecte suspenia à hom al veurela, no figurantse cosa tant superior” (fig. 1). 1 Esta berlina, que en la actualidad se encuen- tra en el Palau Falguera de Sant Feliu de Llobregat, presenta efectivamente una textura que asemeja porcelana, efecto que se consiguió gracias a las placas de nácar que recubren el exterior de la caja. Sobre esta capa iridiscente, lucen y destacan la pintura de flores y las armas de la familia. Circulando por las calles de la ciudad a la luz del día, el juego de brillos debía de causar una inme- jorable impresión, y todavía actualmente llama enormemente la atención. La carroza de casa Castellbell era un coche a la moda, elegante y, ade- más, se presentaba en Barcelona con una decora- ción innovadora. Figura 1. Berlina del marqués de Castellbell con el exterior recubierto de nácar, que llegó a Barcelona en 1798 procedente de Italia. Actualmente propiedad del Ajuntament de Sant Feliu del Llobregat. El mueble y los interiores desde Carlos IV a la época isabelina. Nuevos estudios Associació per a l’estudi del moble i Museu de les Arts Decoratives, 2011, pp. 25-38

En la calle y en la casa: carruajes y muebles en la Barcelona de la primera mitad de siglo XIX

  • Upload
    ub

  • View
    1

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

25En la calle y en la casa: carruajes y muebles en la Barcelona de la primera mitad del siglo XIX

En la primavera de 1798 llegó a Barcelona unelegante y original carruaje procedente de Italia.Fue encargado expresamente para el enlace matri-monial entre Manuel Caietà d’Amat i de Peguera,marqués de Castellbell, y su sobrina MariaEscolàstica d’Amat i d’Amat. El padre de la novia,Rafael d’Amat i de Cortada, barón de Maldà, lodescribía con estas palabras: “Havent arribat unCotxe, ó Carrossa magnífica per Casa Castellbell,de Genova, per la vinent boda de má estimada Fillaprimera Maria Escolástica, esta hem vist en estmatí muntada en corresponents tragí, dintre delPati de Casa Amat de la rambla, moltissim millora-da que queda per un Italiá ó Genovés molt hábil enpintura, ajustada, y pagada que queda ab lo tragi,per lo Senyor Don Anton Amat, y de Rocabertí, nohavent hi altra que se li igualia en totas las CasasPrincipals de Barcelona per la bella hechura de sacaxa abarcada ab los taulons com fina porcellanaab varias rosas encarnadas; Ponsellas, y demés queadornan á las xifras, ó lletras de Amat, al mitg delstaulons de detrás; devant, y Portaleras, que hom siveu dintre aixi també en los Costats dels Ladillos,ab Cristalls, fins á 7, se enten ab la del devant, yPortaleras ab primorosa Guarnició de metall doraten tots los voltants del texadillo, y las Fullas de lasrosas, y altres flors, que acompañan als medallonsde Amat, molt vius tots que quedan los Colors, y dedintre la Carrossa, cuberta de bellut carmesí mos-trejat de igual primor; així també lo Tragí en son Ficolor carmesí, dorat en sá escultura, y també lasrodas per igual terme, mes altas que quedan las dosdel devant del joch; com de present se usan; LoPescante molt alt així mateix; Civellas de lasSopandas de un treball delicat, y ben doradas, y eltot obra sumament bé acabada, que fará tró quant

En la calle y en la casa: carruajes ymuebles en la Barcelona de la primeramitad del siglo XIX

Mónica Piera MiquelHistoriadora del arte, especialista en mueble

isquie al Publich, tenint lo Marqués de Castellbelluna alaja preciosa, com en efecte suspenia à hom alveurela, no figurantse cosa tant superior” (fig. 1).1

Esta berlina, que en la actualidad se encuen-tra en el Palau Falguera de Sant Feliu de Llobregat,presenta efectivamente una textura que asemejaporcelana, efecto que se consiguió gracias a lasplacas de nácar que recubren el exterior de la caja.Sobre esta capa iridiscente, lucen y destacan lapintura de flores y las armas de la familia.Circulando por las calles de la ciudad a la luz deldía, el juego de brillos debía de causar una inme-jorable impresión, y todavía actualmente llamaenormemente la atención. La carroza de casaCastellbell era un coche a la moda, elegante y, ade-más, se presentaba en Barcelona con una decora-ción innovadora.

Figura 1. Berlina del marqués de Castellbell con el exteriorrecubierto de nácar, que llegó a Barcelona en 1798 procedentede Italia. Actualmente propiedad del Ajuntament de Sant Feliudel Llobregat.

El mueble y los interiores desde Carlos IV a la época isabelina. Nuevos estudios

Associació per a l’estudi del moble i Museu de les Arts Decoratives, 2011, pp. 25-38

Mónica Piera 3ok_moble medieval ceràmica 26/07/11 18:24 Página 25

Impresionante y de gran calidad artística, aun-que menos exótico y llamativo, era el carruaje delmarqués de Alfarràs.2 En 1802, la berlina entró enBarcelona procedente también de Italia, en este casode Bolonia. La estética responde a las produccionesneoclásicas de finales del siglo XVIII ya que, en reali-dad, fue acabada de construir en 1794. El exteriorestá pintado con pasajes de La Ilíada de Homero y elcarro se muestra con un elegante fondo bermellónsobre el que destacan decoraciones doradas queincluyen grutescos. Las cenefas que enmarcan lasescenas pintadas y rematan los diferentes elementosestructurales son de una gran finura de talla dentrode un estilo plenamente italiano. Como nos diceJosep Capsir, esta carroza siguió saliendo a la callecon ocasión de acontecimientos importantes, comolas fiestas de Corpus o la visita de miembros de larealeza europea durante el siglo XIX (fig. 2).3

El gasto que suponían los coches quedabacompensado por el buen efecto que producían y porla satisfacción de sus propietarios al poder lucirlos,ya que, como indica Manuel Rocamora, su uso “eraprivativo de las grandes casas señoriales y su cons-trucción y decorado costaban sumas de considera-ción”.4 Los carruajes eran artefactos que desempe-ñaban un papel destacado en aquella sociedad. Nosrecuerdan la importancia de las propiedades parasituar a cada uno en la escala social, y la relevanciade este tipo de parámetros en la vida en comunidad.Los vehículos no eran un mero medio de transportepara facilitar el desplazamiento; eran, principal-mente, objetos suntuosos que distinguían a su pro-pietario, que marcaban las jerarquías y, además,frente a todo el mundo, circulando por calles ycarreteras. Por ello, en el exterior de estos belloscoches suelen estar representados los escudos.

Barcelona había cambiado mucho en las últi-mas décadas de siglo XVIII, era una ciudad dinámi-ca y comercial, una urbe densa que estaba habili-tando nuevos lugares para el paseo y donde ciertosacontecimientos permitían exponer los carruajes enla calle y seguir poniendo en evidencia los privile-gios de la nobleza, según unos parámetros que esta-ban ya en fase de caducidad. Pero no todas lascarrozas que circulaban por la ciudad eran de fac-tura extranjera. Manuel de Rocamora recoge diver-sas noticias que muestran la perfección con la quelas construían artesanos de Barcelona, como la quese expuso en casa del conde de Aranda en 1784:“la gran carroza, que eixirà al recibiment de estosSrs que es magnifica alaja, tant en la hechura de lacaxa dorada ab esquisitas pinturas en los taulons,delicadeza de sa escultura, corretjam esquisit, bor-las y passamans de or y la trasera del cotxe, texa-dillo de encerat color bermell ab una estatua debronce dorada al mitg… Tal carroza magnífica sees treballada aquí en Barcelona”.5

Podemos relacionar la decoración de estoscoches con otras obras artísticas del momento y pre-guntarnos si ejercieron alguna influencia en la pro-ducción local. Si las carrozas de los marqueses deCastellbell y de Alfarràs fueron dos de los muchosejemplos de obras suntuarias italianas de calidadque desembarcaron por el puerto de Barcelona,intuimos que los artesanos locales debían de tenerinterés por conocerlas. Pero nuestra mirada noapunta a la producción de carrozas catalanas de laépoca, trabajo que dejamos a especialistas en eltema, sino a los muebles que lucían en las salasprincipales de los mejores interiores domésticos deBarcelona en ese momento. El planteamiento no nosparece tan descabellado si tenemos en cuenta quecuando hablamos de carrozas, nos referimos a cajasde madera con el interior forrado de tejido, coloca-das sobre un engranaje con ruedas. Materiales bási-cos en la construcción de la mayoría de muebles,especialmente asientos y camas. Los coches se pue-den interpretar, como ya se ha hecho, como mueblesmóviles de exterior, nosotros nos fijaremos en algu-nos de los muebles de interior que se podían encon-trar en las casas de esos mismos propietarios.

La documentación notarial nos aporta nume-rosas noticias de obras suntuarias procedentes dela península italiana que formaban parte de laspropiedades de personas de nivel social alto deCataluña, obras que ejercieron influencia en la pro-ducción local y que los notarios registraban conentradas como “a la moda…”, “fet a la…” o sim-

26

Figura 2. Berlina del marqués de Alfarrás con la caja pintada conescenas de la Ilíada. Procedente de Bologna, entró en Barcelona en1802. Actualmente en la sección de carruajes del MADB.

Mónica Piera 3ok_moble medieval ceràmica 26/07/11 18:24 Página 26

plemente “a la …”.6 Además, entre las piezas quehan llegado hasta nosotros encontramos objetos yobras de arte de esa época y de cariz “a la italiana”que utilizan la gramática clásica siguiendo losmodelos procedentes de centros artísticos comoGénova, Turín o Milán. Siendo llamativo el uso delnácar en la carroza de la familia Castellbell, nosparece acertado preguntarnos hasta qué punto seutilizó éste u otros materiales brillantes en la pro-ducción local de muebles del período, más allá delos generalizados panes de oro y plata. Y aunquecon una incidencia muy inferior a la del mobiliarioitaliano, un repaso a obras de colecciones públicasy también privadas de Cataluña, algunas de ellasabiertas al público, como es el caso de la FundacióCultural Privada Manuel Rocamora, nos permiteconstatar que, más a menudo de lo que cabría pen-sar, los artesanos catalanes utilizaron efectivamen-te materiales que ofrecían juegos de brillos en losmuebles. Así, hemos encontrado láminas plateadassirviendo de fondo a muebles pintados, piezas contiradores en nácar labrado o incluso serrín de cincencolado y pintado para conseguir una textura quese asemeje a la de las piedras semipreciosas.

Más fácil nos ha sido localizar muebles condecoración cercana a la de la carroza de Alfarràs.Hemos recogido obras pintadas con escenas clási-cas o mitológicas, especialmente en respaldos deasiento y cabeceros de cama, que debían de com-plementar las narraciones parietales de las salas.Más frecuentes son, sin duda, los muebles pintadosen el color bermellón del fondo de la berlina. Estecolor se había convertido en uno de los preferidospara el mobiliario del cambio de siglo, ya que, en

27En la calle y en la casa: carruajes y muebles en la Barcelona de la primera mitad del siglo XIX

Figura 3. Interesante cómoda catalana Carlos IV, que forma partede una pareja. Con el exterior chapeado en caoba, lleva el frontisdecorado con diminutas piezas de zinc que, pintadas en verde yrojo, simulan piedras duras y dibujan rectángulos inscritos yenmarcados en cenefas de talla dorada. Colección particular.

Figura 4. En la consola, la interpretación de los motivosclásicos es algo grosera, característica que se repitehabitualmente en los trabajos de talla del mueble catalánde hacia 1800. El fondo pintado imitando caoba.

contraste con el dorado, ofrecía un buen resultadoa un coste económico bajo, y fácilmente podíarecordar la madera de caoba que empezaba a ser lapreferida (fig. 3, 4 y 5).7

Hemos de comentar que buena parte de estaproducción catalana, aunque sigue adecuadamentela estética del momento, adolece de falta de delica-deza, sobre todo en los trabajos de talla. Parece

Figura 5. Consola Carlos IV catalana en madera pintadaen bermellón y decoración en talla dorada representandocenefas de rosetas enlazadas por ochavados, de perlas y,centrando las chambranas, copa con flores de gran finuraen los detalles. Fundación Privada Manuel de Rocamora.

Mónica Piera 3ok_moble medieval ceràmica 26/07/11 18:24 Página 27

Figura 6. Cómoda Carlos IV con ladefinitiva nueva estructura de esteestilo: ya sin escambell, el frontis seorganiza con tres cajones iguales y unomás estrecho haciendo las veces decintura. La parte central muestra un leveresalto, característica ésta muy repetida

en Cataluña y que se aprovecha para organizar el juego dechapas a base de rectángulos en nogal y raíz de nogal.Fundación Privada Manuel de Rocamora.Figura 7. Detalle de la cómoda de la figura 8. Tirador circularen latón que incluye una placa en porcelana esmaltada,probablemente de importación.

como si los tallistas no se hubieran adaptado bienal cambio de escala que exigía el nuevo estilo, yaque aunque la factura suele ser buena, el tamañode la decoración es a menudo excesivamente gran-de. Aun así, los cambios en el mobiliario catalán deépoca Carlos IV son evidentes, siguen las noveda-des foráneas e Italia desempeña un papel determi-nante en su configuración. Hablamos, por ejemplo,de nuevas cómodas adaptadas a la estética neoclá-sica que sustituyen por primera vez la omnipresen-te calaixera amb escambell. Chapeadas en maderasfrutales, caoba u otras especies exóticas, como elébano o el gateado, y enriquecidas con tallas clási-cas, incluyen, por primera vez en la cómoda catala-na, tapas de mármol y muy a menudo presentantiradores circulares en porcelana, latón o plata (fig.6 y 7).8 Hablamos también de juegos de esbeltasconsolas y espejos de pared con marcos rectangu-lares decorados con cenefas de rosetas, pilastras,ochavados o perlas, siguiendo propuestas más omenos cercanas a las de los centros italianos.Igualmente contamos con un buen número decamas del reinado de Carlos IV donde, aunque lapintura sigue vigente según tradición dieciochesca,reduce la paleta de colores a uno o dos para adap-tarse al gusto imperante. Las tonalidades más habi-

28

tuales son el verde oliva, el azul cielo, el amarillo,el gris y el blanco leche, y domina la iconografíamitológica y alegórica por encima de la religiosaque, en todo caso, se simplifica a discretos anagra-mas de Jesús o de María. La alegoría del amor seconvierte en el tema principal, representada a par-tir de la corona de flores sobre el arco con el carcaj,las palomas arrullándose o Cupido dormido (fig. 8).Nuevas camas que se adaptan a unas alcobas dediseño arquitectónico y donde el paso al dormitoriose realiza a través de puertas acristaladas que ofre-cen, a menudo, un aspecto imponente cuando sepresentan a juego con sus lujosos damascos.

El otoño del año en que la berlina del marquésde Alfarràs llegó a Barcelona, tuvo lugar una visitaoficial que alteró la vida diaria ciudadana, y que ade-más puede servirnos para marcar el inicio del lentoabandono del estilo neoclásico, que, como comentá-bamos, impregnaba las artes decorativas de la ciu-dad. La renovación llegaba directamente de París y,aunque tardó en cuajar, supondría uno de los cam-bios estéticos más importantes en la historia de lasartes decorativas catalanas. El 11 de septiembre, elmonarca Carlos IV y su mujer María Luisa entraronen la ciudad junto a una gran comitiva para celebrar

Figura 8. Cabecero Carlos IV pintado donde las iconografíasreligiosa y la profana se unen bajo una serie de cenefas ymotivos de inspiración clásica. Colección particular.

Mónica Piera 3ok_moble medieval ceràmica 26/07/11 18:24 Página 28

las dobles bodas hispano-napolitanas. Las tres cortesque pasaron por la ciudad –española, napolitana y ladel reino de Etruria– lo hicieron junto a unas 70.000personas9 y obligaron a alojar a los visitantes en lasviviendas de los nobles que poseían residencia en lacapital catalana.

Se escogió Barcelona para ratificar y visualizarlos enlaces, ya que este puerto era el bastión españolen el Mediterráneo en un momento en que la monar-quía intentaba restaurar el poder y el equilibrio conItalia. Fernando, príncipe de Asturias, casó conMaría Antonia de Nápoles, y don Francisco Jenaro,príncipe real de Nápoles y heredero de las dosSicilias, lo hizo con María Isabel, infanta española.Estas bodas marcaron el fin de una forma de hacerque procedía de la Paz de Utrecht y ponían la pri-mera piedra del que sería el siglo catalán por exce-lencia, como indica Carlos Seco Serrano.10 Una pre-sencia real en la ciudad que no sólo suponía un cantode cisne del modelo social del siglo XVIII llamado adesaparecer, sino también del estilo neoclásico.

Ángel López Castán ha estudiado en detallelos muebles que se construyeron para dicho aconte-cimiento, conocido como la Jornada de Barcelona, y

que tuvo su primera parada en Zaragoza, para conti-nuar posteriormente hacia Valencia, Cartagena yAranjuez.11 Se trata de elegantes camas de gala ysillerías de estilo etrusco compuestas por sofás,sillas de brazos y taburetes, y utilizadas por losmonarcas y príncipes durante ese viaje. Fueronconstruidas por destacados artistas de los TalleresReales, como el ebanista Pablo Palencia, bajo ladirección de los tapiceros de adorno AntonioPomareda, Pedro Cancio y Joaquín Álvarez. Susformas, de depurado clasicismo y exquisita calidadartística, se acompañan de varios géneros de seda,algunos bordados. Entre los diferentes modelos, losdestinados a la habitación de la Reina, diseñadospor Pomareda, incluyen placas de vidrio eglomiza-do en negro y dorado, enmarcadas entre delicadísi-mas tallas doradas sobre fondo en blanco.12 Lacama del monarca, en cambio, se ideó en caoba yébano y se decoró con bronces dorados y aplicacio-nes de plata, bajo un diseño arquitectónico. Poruna vez, el magnífico trabajo de los Talleres Realesse acercó a Barcelona, aunque sólo fuera accesiblea unos pocos privilegiados.13

En el caso de Barcelona, fue el Ayuntamientoquien organizó la estancia, pero gran parte de los

29En la calle y en la casa: carruajes y muebles en la Barcelona de la primera mitad del siglo XIX

Figura 9. Grabado iluminado a mano del carro triunfal de Carlos IV y Ma. Luisa a su entrada en Barcelona en 1802.

Mónica Piera 3ok_moble medieval ceràmica 26/07/11 18:24 Página 29

preparativos fueron llevados a cabo por los cuer-pos de colegios y gremios, y de comercio y fábri-cas. Entre las obras realizadas en Barcelona pararecibir a los monarcas, nos queremos detener en elcoche en forma de carro triunfal con el que entra-rían en la ciudad, ya que es, a nuestro entender, unobjeto que estéticamente marca el cambio de gustoy que ejerce una destacada influencia en el mobi-liario doméstico posterior (fig. 9). Este carruaje nofue traído del extranjero ni realizado en losTalleres Reales, sino que fue diseñado y construi-do por artífices de la capital catalana, algo quealabaron aquellos que luchaban contra el eternocomplejo de inferioridad de los catalanes. Cuandoel barón de Maldà describe las obras que se llevana cabo en el palacio, se refiere, por ejemplo, a lacapacidad gremial de la ciudad: “Lo que s’acabade treballar, de gran primor d’escultura ab bronzesdorats i demés figures, és l’alcova que ha de servirper Ss. Ms., segons se m’ha dit; i per català, que lafarà altre tant més apreciada que no treballada perestranger.”

Tenemos buenas descripciones e imágenesimpresas del carro triunfal y sabemos que el diseñofue obra de Pere Pau Muntanya y entre los artesa-nos que colaboraron destaca el carpintero de lacalle del Carme, Manel Piera.14 Rafael de Amat nosinforma, además, de que fue trabajado en el patio deSant Francesc: “Tot lo que està per veurer-se, anantja tothom alterat de polsos per trovar lloc demà, ados quarts de set de la tarda, per veure los brillantsobjectes en l’entrada de nostres soberans muntatsen lo brillant i suntuós carro triunfal, est que s’hatreballat en lo pati de Sant Francesc, sent exorbi-tants los preus de balcons per veure una tan magní-fica entrada.”15 Para poder hacer frente a todos losgastos, la Junta de Obsequios de los Colegios yGremios recaudó 53.831 libras y obtuvo 5.018 máscon la venta de cera, vestidos y derechos, de loscuales, 14.906 fueron utilizados en la construccióndel carro, la glorieta donde se ubicó éste, y los ves-tidos y las orquestas del día de la entrada. Los escri-tos de la época nos ofrecen las mejores descripcio-nes del acontecimiento, del espíritu festivo y delespectacular carro triunfal:

30

Figura 10. Grabado dibujado por Adrià Ferran. Carro triunfal de Fernando VII y Josefa Amalia, Barcelona 4 de diciembre 1827.Fotografía cedida por Palau Antiguitats.

Mónica Piera 3ok_moble medieval ceràmica 26/07/11 18:24 Página 30

Pisa el monarca su ciudad queriday la industria se humilla respetuosa.Al rey amado y a su tierna esposapor lo que a entrambos debe agradecida.

En triunfal carroza, construida por sus amigas Artes suntuosa, leal los entra, y gozase ufanosade verla por sus brazos conducida

son míos, clama. Si Pequín admiramanejar el arado Imperial mano, a Carlos de dos mundos soberanoen mis talleres trabajar se mira

celebrar en Barcelona el enlace del príncipe con la Princesa de NápolesDoña María Antoniagozar la imponderable dicha de ver a los Augustos Personajes.

“Construyese pues a expensas de estos [lascorporaciones] un carro de ayrosa delineación yexquisita escultura: todo dorado, y vestido de telade plata: con almohadas de terciopelo carmesí en elpesebrón cubierto de tisú de oro: sobre el juegodelantero se representaba la fidelidad Barcelonesaen un perro que, con una llave en la boca, y apo-yándose sobre el escudo de Barcelona, la clava deHércules y la piel Neméa volvía su cabeza haciaatrás mirando el León que tenía entre sus garrasdos globos y significaba el Monarca de Españaseñor de dos Mundos.

“Se veían en la caxa esculpidas de mediorelieve la Constancia reclinada en una columnatruncada por una pira a los pies, el Amor llevandoen su mano derecha el corazón inflamado y elEscudo de la Monarquía Española, desprendíasede la parte inferior de la misma un rico manto deraso liso carmesí con borlas y flocaduras de oro, yen la superior de la orla de su respaldo sobre unaalmohada de terciopelo del mismo color guarneci-da con galones y borlas también de oro estaban elcetro y la Corona Real enlazada con la de Conde.”16

“El magnífic i ric carro principal”17 fue lleva-do a la glorieta para que los reyes hicieran su entra-da con él, tirado por miembros de los gremios.Durante los dos meses que los monarcas estuvieronen la ciudad, el carro permaneció a la vista detodos en la Volta del Palau, pero posteriormente“enprova de lo molt que està agraït S.M. als obse-

31En la calle y en la casa: carruajes y muebles en la Barcelona de la primera mitad del siglo XIX

quis que li han tributat los gremis i col·legis en saentrada a Barcelona, és de notar l’ordre que hadonat perquè lo carro triunfal, ab tots sus magníficsadornos, s’enviàs a la cort de Madrid, per col·locar-se en lo gabinete de preciositats, com una memoriaperpètua de l’afecte d’estos naturals a S.S.R.S.Ms”.

Josep Coroleu, aún siendo crítico con la situa-ción que le tocó vivir, comenta en sus memoriaseste acontecimiento y ataca la falsa imagen que sequiere ofrecer de la ciudad, expulsando, por ejem-plo, a los mendigos.18 No siendo ajeno a la fiesta,añade que a finales de junio de 1802 hubo granemoción en Barcelona por haberse anunciado lallegada de la corte y detalla el recorrido: “Por fin,llegaron los reyes el sábado 11 de septiembre,entrando por la puerta de San Antonio y la calle delCarmen en la Rambla, que siguieron hasta lasAtarazanas, y siguiendo luego el Dormitorio de SanFrancisco, la calle Ancha, la plaza de SanSebastián y la plaza de Palacio. Este se había unidoa la Aduana por medio de un magnífico puente a finde que la corte pudiese utilizar ambos edificiosdurante su permanencia en Barcelona.”19

No fue ese carro triunfal el único que pudo seradmirado por los barceloneses en las primerasdécadas del siglo XIX. Justo veinticinco años mástarde, en 1827, Fernando VII visita Cataluña parapactar con la nueva burguesía. Entra en la ciudadcon la reina, doña María Josefa Amalia, y la ciudadnuevamente se organizó para tal acto. Se creó laJunta de Reales Obsequios para “prepararles uncarro de triunfo, cuya analogía lo hiciese mas dignodel soberano aprecio”. “La figura de una pequeñanave es la que formaba la caja de aquel faetonteforrado su centro de seda de color de lila y acolcha-do con franjas de oro, cubría el almohadón delasiento carmesí un hermosos manto real sobre elcual debían sentarse SS. MM. […] Una estatua colo-cada delante de los vencedores representaba la ciu-dad de Barcelona que con la sumisión y decoro quees propio de su belleza, ofrecía los mas tiernos afec-tos a su lealtad; y enagenada con el placer de ver ásus amados Reyes dentro de sus muros, les presen-taba y ponía á su absoluta disposición, en una col-mena, el símbolo de la industria, el cuerno de lafecundidad, y en su acción espresiva todos los tri-butos de que es susceptible Cataluña. Al pié de laestatua se hallaba colocado un perro reteniendo enla boca la llave, símbolo de fidelidad, y en el bordede ambos costados un grifo, que servía de apoyopara los brazos de SS. MM. Y que representaba lafortaleza de Fernando para sostener sus soberanos

Mónica Piera 3ok_moble medieval ceràmica 26/07/11 18:24 Página 31

derechos, y su velocidad en acudir á donde le llamela necesidad de sus pueblos. Además de los dife-rentes adornos, que se hallaban colocados en losfiletes y contorno, había en sus dos estremos latera-les, de medio relieve, figuras alegóricas al restable-cimiento de la paz […]. En este carro, que merecióla aceptación general, relució muy particularmente

32

la habilidad del artífice, que obtuvo tanta pericia entrazar el plan, como ecsactitud en ejecutarlo […].Ofrecía un espectáculo tan brillante, que oscurecíalas entradas, en que los Emperadores Romanosecsigian el reconocimiento de los triunfos.”20

Un carro, que fue, por tanto, nuevamenteconstruido en la ciudad con una estética muy pare-cida al de Carlos IV, y que deslumbró en todo elrecorrido que se iniciaba en Creu Coberta y finali-zaba en el Palau Reial (fig. 10). Teniendo en cuen-ta que el objetivo era que el rey actuara en favor delas nuevas industrias catalanas y las protegiera, setuvo cuidado en que el carruaje luciera ricos teji-dos de fabricación local.

Además de estos dos carros principales, otrosmás, de construcción efímera, fueron expuestos conocasión de las máscaras reales organizadas enhonor de los reyes (fig.11 i 12). En la noche del 6de enero de 1828 las “alegorías, de gusto mitológi-co, simbolizaban la paz, la prosperidad y la dichaque auguraba al pueblo español y en particular alde Barcelona el triunfo de la Realeza sobre laRevolución encadenada en Cataluña por FernandoVII. En honor a la verdad, esta cabalgata tenía unnotable mérito artístico. Figuraban entre sus repre-sentaciones: la Aurora vertiendo perlas y flores; lasNinfas; las Gracias; Jano, con sus dos caras, segui-do de varias parejas de romanos y sabinos entonan-do cánticos; la Paz con la Discordia rendida a susplantas; Ceres y Flora seguidas de una turba depastorcillos de uno y otro sexo; Palas, rodeada deartesanos; Neptuno, con un grupo de marineros; laPintura, la Escultura y la Arquitectura; un carro enel cual iban Mercurio, Minerva rodeada de instru-mentos de agricultura y artes y Amaltea derraman-do el cuerno de la Abundancia. La segunda partede la cabalgata la componían Temis, Astrea, Apoloy otras deidades gentílicas, expresamente descen-didas del Olimpo para pagar un tributo de vasalla-je y admiración a Fernando VII”.21

No sólo los presentes al acto pudieron disfru-tar de estos bellos carros, sino que aunque lasdecoraciones eran efímeras, gracias a los diversosgrabados que se imprimieron, su aspecto quedóregistrado para la posteridad. Eran carruajes enforma de barca y de carro romano, con estéticaimperial e iconografía mitológica y alegórica, querepresentaban un nuevo lenguaje para el arte.

Planteamos aquí la hipótesis de que los doscarros triunfales construidos en Barcelona con oca-

Figura 11. Xilografía anónima Entrada en Barna del Sr. DnFdo 7º y su esposa Reyes de España el dia 4 Dre 1827.Fotografía cedida por Palau Antinguitats.

Figura 12. Aguafuerte de Bonaventura Planella: Idea de lacomitiva del Carro 3º qe iva en la segunda noche de MàscaraRl. Para la Máscara Real de la segunda noche, 6 de octubre,que se incluye en el libro Relacion de las diversiones, festejospúblicos y otros acaecimientos que han ocurrido en la ciudad deBarcelona, desde el 11 de Setiembre hasta principios deNoviembre de 1802, con motivo de la llegada de SS. MM. y AA.á dicha Ciudad; y del viage á la villa de Figueras. Fotografíacedida por Palau Antinguitats.

Mónica Piera 3ok_moble medieval ceràmica 26/07/11 18:24 Página 32

sión de las visitas reales de 1802 y 1827, así comolos realizados para las máscaras reales ejercieraninfluencia en el diseño de las camas catalanas de laépoca. Teniendo en cuenta que en Cataluña, ade-más de la entrada de las estéticas francesas quepresentan la cama de barca y de barquilla, se repi-te un modelo de cama en forma de carro que podríatener su modelo en estos magníficos ejemplares quepasearon por la ciudad y fueron construidos entalleres locales. Además, el motivo del carro a laromana es un tema repetido en aplicaciones doradasde muchos muebles catalanes del momento (fig. 13).

Contamos con importantes ejemplos de lechoscatalanes que posteriormente se denominarán camasde sofá o a la francesa,22 es decir, con el frontis en unode los lados mayores. Igual que en los modelos delpaís vecino, suelen descansar sobre tarimas y vanchapeados en maderas de las Indias, especialmenteen caoba. Pero a diferencia de aquéllos, en lugar debronce, la decoración aplicada en Cataluña es, casisiempre, en talla dorada. En los de barquilla, encon-tramos los que representan cuernos de la abundan-cia, así como la figura de tritón niño saliendo de unavenera, cisnes y otros motivos clásicos (fig. 14, 15 y16). Pero, sin duda, el modelo que nos parece másoriginal es el que convierte la cama en un ampliocarruaje a la romana, tirado por caballos alados, gri-fos u otros animales fantásticos, a la manera de lasfiguras alegóricas de los carros triunfales. Presentan

33En la calle y en la casa: carruajes y muebles en la Barcelona de la primera mitad del siglo XIX

Figura 13. Cama en caoba con cabeceroen forma de escudo coronado por un carroa la romana y flanqueada por figuras deindios. Fotografía cedida por Balclis.

Figura 14. Cama de barca en caoba fernandina sobre tarima ypies en forma de elegantes cisnes dorados. Colección particular.

Figura 16. Otra cama de barquilla con cuernos de la abundancia,tritones niño y alegorías al amor. Colección particular.

Figura 15. Cama de barquilla decorada con cuernos de la prosperidad, temática común en los carros de las máscarasreales y en las camas a la francesa. Colección MADB.

Mónica Piera 3ok_moble medieval ceràmica 26/07/11 18:24 Página 33

34

amplias ruedas con radios de diseño igual al de loscarros reales y acompañan el trabajo de caoba ymadera dorada con un dosel a la manera de los teji-dos Imperio. En los fondos del Museu de les ArtsDecoratives de Barceloana se conserva un belloejemplar procedente de la donación de NataliciaCarreras, viuda de Salvador Masó, que incluye eldosel y el cubrecama de damasco de seda; otros serecogen en colecciones privadas y en fotografías dearchivo (fig. 17 y 18).

Si F. Quílez comenta que la historiografía hadedicado poco espacio a la pintura catalana de laprimera mitad del siglo XIX, nosotros podemosdecir lo mismo de las artes industriales y en con-creto del mueble.23 El hecho de que se trate de unperíodo de inestabilidad política, que arranca yaantes del cambio de siglo con la terrible guerracontra Gran Bretaña, que trunca la florecienteindustria y el comercio, y de que sean mueblesanónimos a medio camino entre el trabajo manualy el industrial, ha dejado el estudio de esta épocaa la sombra de la producción de la segunda mitadde siglo, de la que se tiene más información y,sobre todo, de la que se ha realizado más discusiónteórica. De todas formas, como decíamos anterior-mente, el primer cuarto del siglo XIX es crucialpara entender los cambios radicales que se produ-cen en el mueble catalán. Cambios en las formas,en los materiales y, también, en el sistema de cons-trucción, que producen muebles imponentes, comoestas camas en forma de carro, que se acompañande otros muebles igualmente nuevos e interesantesconstruidos bajo los parámetros de obra a la fran-cesa (fig. 19). Es verdad que se empieza el siglomanteniendo en gran medida las tendencias artís-ticas anteriores, por ejemplo, en 1801 fallece enBarcelona el carpintero Ignasi Bonet i Janer, yentre los muebles que encontramos en su taller dela calle dels Carders y que, por lo tanto, seguíavendiendo hay: “dos calaxeras de fullola ab faxasde noguer y lo camp de olivera que no són acaba-das”,24 que debían de tener un aspecto parecido alas neoclásicas comentadas. Incluso constatamosque en 1810 un carpintero como Jaume Martíconstruye modelos de cama tradicionales, comoson los de pilares o incluso los peu de gall25 o patabifurcada.26 Pero es a partir de la segunda décadacuando la estética francesa deja testimonios evi-dentes. Así lo interpretamos cuando Josep Vidal,especialista en mobiliario, construye obras conchapas de caoba con fajas de ébano, en maderapintada color caoba,27 además de cerezo, albarico-que, nogal, gateado y chapa de acebo, ya fueran

Figura 19. Atenea cubierta con casco, armada con el escudo yacompañada de leones, corona esta cama catalana de influenciafrancesa. Colección particular.

Figura 17. Cama en forma de carro a la romana tirado porcaballos alados dorados. Fotografía Kindel.

Figura 18. Cama de carro tirado por grifos, que entró en lascolecciones del MADB en 1908. Aquí en su ubicación original,en casa de los Sres. Masó en Barcelona. Fotografía cedida por elMADB.

Mónica Piera 3ok_moble medieval ceràmica 26/07/11 18:24 Página 34

cabeceros, escribanías, pies de arca28 o las nuevasmesas escritorio a la francesa.29

El afrancesamiento se irá abriendo paso en losinteriores a medida que avanza el siglo. En ciertosaspectos, a finales del siglo XVIII en Barcelona yaempezó a hacerse notar, como, quejoso, nos lo hacesaber el barón de Maldà. Atento a los cambios queestaba viviendo, Josep Coroleu hace referenciatambién a este tema: “Las maneras francesas pene-tran a todos los niveles de la vida catalana. No hasido únicamente el aspecto exterior de las casas yel de las calles y plazas lo que ha cambiado porcompleto, sino las costumbres de todas las clasesde la sociedad y el modo de pensar de la mayoríade los vecinos”,30 y luego añade “en tiempo de laguerra de la Independencia empezó a cambiar lafisonomía de esta ciudad, principiando el cambiopor la modificación del vestido […]. Así nos fuimosafrancesando. La transformación del traje venía aser como el signo que revelaba la que se iba reali-zando en las ideas”.31

En los interiores de las viviendas, la decora-ción y, en concreto, el mobiliario muestran estoscambios, dejando atrás las hechuras italianizantes.La influencia de París fue generalizada a pesar dela tirria que despertaban los franceses a causa delos importantes daños producidos por su ejército.La postura de la población en contra del invasor serevela en textos tan significativos como los de esteinventario: “per quant lo nomenat nostre marit y

35En la calle y en la casa: carruajes y muebles en la Barcelona de la primera mitad del siglo XIX

Figura 20. Cómoda de una pareja de época fernandina, concinco cajones sobre tarima y pies en forma de animalesfantásticos. Museu Romàntic Can Llopis. Fotografía Lluís Casals.

Figura 21. Otra cómoda catalana fernandina de hacia 1825,con los interiores de pino y chapeada en caoba y decorada conmolduras en ébano. La tapa es de mármol del país y las tallasdoradas representan figuras de indios en los cantos delanteros ygarra de león en los pies. Las tallas todavía conservan restos delas diferentes tonalidades que se les aplicaba para contrastarcon el dorado. En concreto, se percibe el verde, tipo verdeantico en las urpas, y el bermellón en la bola que estas agarran.Como la mayoría de muebles de la época, se prescinde detiradores y escudetes. Fundación Privada Manuel Rocamora.

pare morí a set días del mes de febrer del any milvuitcents dotse en qual temps la present ciutatestaba ocupada del exercit francés y baix lo gobernintrús de ell y per est motiu acordaren no ferextraurer lo calendat testament ni formar inventaride los béns del nomenat difunt per no subjectarlosal Regiment que tenia establert lo dit Gobernintrús en esta ciutat ni pagarli los drets exorbitantsque exigia ni veurer escrits dits documents enpaper sellat intruso ni menos allanarlos a las vexa-cions que per la recepció dels inventaris imposabay sobretot per lo aborriment i aversió que tenien adit intrús gobern y al exercit dels francesos […]”.32

Toda esta difícil situación política de princi-pios de siglo frenó la economía y ralentizó la crea-tividad. Como decíamos antes, hubo que esperar alsegundo cuarto de siglo para que el motor de laeconomía se pusiera en marcha de la mano de laburguesía, y los talleres pudieran poner en prácti-ca, en encargos relevantes, las innovaciones que seestaban gestando. La muerte de Fernando VIIsupuso el nombramiento de María Cristina comoregente del reino y Reina gobernadora, este hechoparece marcar definitivamente el cambio de ritmo.Lo demuestran las obras que han llegado hasta

Mónica Piera 3ok_moble medieval ceràmica 26/07/11 18:24 Página 35

nosotros y lo confirman los testimonios escritos:“Yo no recuerdo haber visto jamás en Barcelona unjúbilo más general y expansivo que el que engen-draron estas mudanzas (…). Para comprenderlosería preciso haber sufrido los martirios que nos-otros habíamos pasado. Aquello era pasar de unalóbrega mazmorra al aire puro, refrigerante y perfu-mado de la libertad. La regenta era nuestro ídolo yla defensa de su tierna hija era para nosotros unaempresa caballeresca, que íbamos a acometer conel corazón henchido de orgullo y entusiasmo.”33

Esta situación política y económica es la quepermite entender un cierto retraso estético en elmobiliario catalán y nos permite datar la mayoríade camas de barco y de carro en el segundo cuartode siglo. Igualmente, aunque el modelo de cómodade influencia Imperio estuviera vigente desde laprimera década, hasta que se consigue la estabili-dad política y, por lo tanto, hasta que aumenta lademanda de bienes de consumo, no se difundeentre la población. Esta cómoda de gran tamaño,con cinco cajones largos superpuestos, donde elsuperior y el inferior se presentaban como si se tra-tase de friso y zócalo respectivamente, con tapa de

mármol y sin tiradores ni escudetes, se convierte enel modelo básico de la primera mitad de siglo (fig.20 y 21). Cambio también sustancial reciben lostocadores, que de mueble coqueto pasa a convertir-se en consola con espejo de grandes dimensiones,con un cajón en la cintura y otro más, que pasainadvertido, en el zócalo, y que se decora con moti-vos arquitectónicos y clásicos, como liras, leones,cisnes y diosas clásicas (fig. 22). Los motivosrepresentados o las técnicas decorativas serán lasúnicas pautas para poder intentar una dataciónprecisa de estos muebles, ya que de la mayoría noconocemos su fecha de producción. La caoba y elmármol se convierten en los materiales esencialesdel nuevo mobiliario, que suelen ir acompañados,como en los carros triunfales comentados, de tallasdoradas de temática mitológica o clásica, que semantienen incluso avanzado el romanticismo. Asípues, en muebles de la década de 1830 y hastamediados de siglo conviven motivos de temáticaclásica con otros naturalistas o exóticos; decoracio-nes neogóticas se presentan en muebles de formasImperio; o empiezan a difundirse a partir de esemomento muebles a primera vista fernandinos queincluyen marqueterías de cinc (fig. 23 y 24).

36

Figura 22. Tocador en forma de consola con espejo deelegante decoración de cisnes. Colección particular. Fotografía Lluís Casals.

Figura 23. Cómoda isabelina de mediados de siglo XIX, queaunque mantiene la estructura que se inició con elfernandino, incluye movimientos en la estructura, moldurasrizadas y decoraciones románticas que la alejan de losmodelos clásicos de principios de siglo. Se ha chapeado enraíz y se ha enriquecido con marqueterías que representanescenas rurales. Los cantos delanteros muestran rostrosmasculinos coronados sobre decoraciones vegetales. Fundación Privada Manuel Rocamora.

Mónica Piera 3ok_moble medieval ceràmica 26/07/11 18:24 Página 36

A medida que se avanza hacia la mitad desiglo, la regeneración económica se acentúa. “Laciudad progresaba a ojos vistas, pues a principiosde 1843 notábase ya con admiración el buen gustode nuestras tiendas. Varias de la calle deEscudillers, muchas de la Rambla, algunas delCall, de la bajada de la Cárcel, calle Ancha, etc.,podían competir por su abundancia y excelente sur-tido de géneros y por la lujosa elegancia, con las delas más famosas ciudades del extranjero”, comentaCoroleu. Progreso que se hace público en la exposi-ción de productos de la industria española de 1844realizada con motivo de la visita de la reina IsabelII.34 Esta exposición fue organizada por la Junta deComerç y se abrió en el edificio de la Llotja duran-te catorce días para mostrar a la Reina los artefac-tos nacionales y para dedicar a los visitantes “elplacer que se esperienta al ecsaminar los progresosde cuanto contribuye o puede contribuir a la pros-peridad nacional”. La sección de ebanistería fuecomisionada por Josep Flo y Francesc Parera,ambos ebanistas, y en ella se presentaron, como enlas demás secciones, piezas de mayor consumo,“desnudos enteramente de los atavíos con que sueleengalanárseles cuando se les llama con tiempo”. Se

trataba, pues, mayoritariamente de muebles domés-ticos de calidad media alta, realizados en caoba,con una estética derivada todavía del Imperio, perodonde algunos mostraban decoraciones neogóticas,muy en boga por aquel entonces. Eran producidospor empresas de Barcelona y dirigidos a esa clien-tela burguesa deseosa de bienes de consumo.

Nos hacemos eco de las palabras de la Juntacuando argumenta que “á pesar de las catástrofesde que ha sido víctima este Principado y muy par-ticularmente Barcelona, á pesar de otras causasque la afectan en algunos de sus principales ramosde un modo que si fuesen durables, pudiéran lle-varlos á su destruccion, sigue en marcha mas lentatal vez de lo que conviene á la prosperidad deEspaña, pero mas rápida de lo que el ánimo masdescontentadizo puede ecsijír en un país, donde laproteccion ha sido corta y a menudo ineficaz y elporvenir no solo incierto, sino incesantemente ama-gado de una ruina inevitable”. El Álbum enciclopé-dico pintoresco de los industriales de Lluís Rigalt,que marca el fin de este período, no hace más queconfirmar este hecho y que los motores de la indus-tria catalana estaban en pleno funcionamiento.35

37En la calle y en la casa: carruajes y muebles en la Barcelona de la primera mitad del siglo XIX

Figura 24. Interesante escritorio de tambor sobre cómoda,modelo poco habitual en el mobiliario isabelino. Chapeado enpalma de caoba, incluye molduras rizadas y marqueterías delimoncillo con motivos vegetales. El escritorio incluye cajonessecretos tras las columnas, que llevan capiteles y basas enalabastro, y sobre los compartimentos. Las patas, en forma depeonza facetada, muestran una interesante combinación dechapa de ébano y de raíz de tuya que confirma su buena facturay los tiradores son de latón. Podemos datarlo hacia 1840-50.Fundación Privada Manuel Rocamora.

Figura 25. Tocador firmado y datado en 1850 porla fábrica y tienda de muebles Miquel Comellas dela calle Aviñó nº. 6 de Barcelona, con una hechuradependiente todavía de las propuestas de principiosde siglo, aunque incorporando decoracionesrománticas. Fotografía cedida por Balcli’s.

Mónica Piera 3ok_moble medieval ceràmica 26/07/11 18:24 Página 37

38

Notas

1 Josep CAPSIR, La carrossa del marquès de Castellbell. Entre lahistòria i la llegenda, Centre d’Estudis Comarcals del BaixLlobregat, Sant Feliu de Llobregat, 2007.

2 Actualmente la berlina se conserva en el Museu de les ArtsDecoratives de Barcelona.

3 Josep CAPSIR, La carrossa del marquès d’Alfarràs, Lluís Desvallsi Maristany, Barcelona, 2001.

4Manuel ROCAMORA, Un siglo de modas barcelonesas 1750-1850,Aymà, Barcelona, 1944, p. 26.

5 Ibíd., p. 20. Otras carrozas citadas por Rocamora son la de loscondes de Munter, la de los condes de Santa Coloma, decoradacon exquisitas pinturas y de factura barcelonesa, el cupé de losmarqueses de Manresana de hechura inglesa, “el coche de barca”del obispo de Barcelona, Gabino Valladares, de factura inglesa ypintado color caña y el del conde de Santa Clara, ambos estrena-dos en 1787.

6 “Caxa de fusta de pi feta a la genovesa”, “caxa de noguer a lagenovesa”, por poner sólo dos ejemplos.

7 En los inventarios, son comunes entradas como “pintat de obs-cur” en camas, canapés y sillas, “Llit ab pilans ab sa capsaleraemvernisat en color cahova ab perfils dorats y sobrecel a la impe-riala” o “tamboretillos de fusta embernissada ab perfils doratscuberts de vellut de Utrech vert”.

8 Entre los ejemplos de cómodas realizadas con estos nuevosmateriales –ébano, gateado y mármol–, queremos mencionar elcaso del influyente Erasme de Gònima, destacado industrial deBarcelona, quien en 1806 encarga dos cómodas al carpintero de lafamilia, Sebastià Picañol, para la boda de su nieta Maria Jané yque éste describe con los siguientes términos: “dos calaxeras defusta de alva, covertas de fullola de evano y gateado revaxan tot lolloch destinat per la colocació de la plata, quedan a mon carrechlo maña y la pedra de sobra de cadahuna, valan juntas 900 lliu-ras”. Biblioteca de Catalunya, Arxiu Erasme de Gònima, 11/3.

9María de los Ángeles PÉREZ SAMPER, Barcelona, Corte. La visita deCarlos IV en 1802, Universidad de Barcelona, Barcelona, 1973.

10 Ibíd., p. 82.

11 Ángel LÓPEZ CASTÁN, “Los mozos de oficio de la RealTapicería y la creación de los muebles para la "Jornada deBarcelona" de 1802” en Anuario del Departamento de Historia yTeoría del Arte, núm. 20, 2008, pp. 127-142.

12 La mayor parte de piezas del conjunto se encuentra en elPalacio Real de Madrid y en el Palacio de Aranjuez. Un sofá seconserva en el Museo Nacional de las Artes Decorativas.

13 Parece escasa, pero sería interesante estudiar su posibleinfluencia en la producción local.

14 Tema estudiado por Laura GARCÍA SÁNCHEZ en su tesis doctoral,Arte, fiesta y manifestaciones efímeras: la visita a Barcelona de CarlosIV en 1802, Universidad de Barcelona, Barcelona, 1998, p. 536.

15 Rafael d’AMAT, Calaix de Sastre, Curial, Barcelona, 1994, vol.6, p. 111. Edición a cargo de Ramon Boixareu.

16 Noticia Individual de la entrada de los reyes nuestros señores yreal familia en la ciudad de Barcelona la tarde del once deSetiembre del presente año de mil ochocientos dos, Compañía deJordi, Roca y Gaspar, Barcelona, 1802. Obra escrita por encargo dela Comisión de Obsequios de los Colegios y Gremios de Barcelona.

17 AMAT, op. cit., p. 113.

18 José COROLEU, Memorias de un menestral de Barcelona. 1792-1864, La Vanguardia, Barcelona, 1888.

19 Ibíd., p. 25. Se imprimió un grabado muy poco referenciadocon el plano de Barcelona detallando el recorrido y mostrando lasdecoraciones efímeras que se realizaron para embellecer la ciu-dad: Anónimo, Vista puntual de las funciones celebradas en obse-quio de la feliz entrada de nuestros Augustos Soberanos en laCiudad de Barcelona el dia 11 de Septiembre de este año de 1802.Agradecemos a Albert Palau de Palau Antiguitats la consulta deesta obra.

20 Relación de la entrada de los Reyes nos señores en la ciudad deBarcelona, la mañana del 4 de diciembre de 1827, y los demás fes-tejos públicos, que tributó a SSMM la Junta de Reales Obsequios,en nombre y representación de dicha ciudad. Barcelona, Imprentaviuda de D. Agustín Roca, 1828, p. 7.

21 COROLEU, op. cit., p. 183

22 Camas de sofá comúnmente llamadas a la francesa, nos diceLluís Rigalt en el Álbum enciclopédico-pintoresco de los industria-les, 1857.

23 Francesc QUÍLEZ, “Bonaventura Planella i la pintura catalanadel primer terç del segle XIX”, en Locus Amoenus, 1 (1995), pp.193-207.

24 AHPB, Jaime MORELLÓ, Manual Inventarios y encantes 1792-1803, fol. 175r-177v.

25 Sobre el significado del modelo de pata de peu de gall, con-sultar M. PIERA y A. MESTRES, El mueble en Cataluña. El espaciodoméstico del gótico al modernismo, Angle, Manresa, 1999, p.143.

26 AHPB, F. J. ELIAS BOSCH, Testamentos e inventarios 1789-1815, fol. 13v-16r.

27 En este inventario no encontramos caobilla, pero esta maderade difícil identificación es citada con este término en muchosdocumentos del siglo XIX.

28 “Quatre peus de fusta forrats de cahoba per caixas”, dice eldocumento, fol. 11v.

29 “taula escribanía”.

30 COROLEU, op. cit., p. 61.

31 Ibíd., p. 66.

32 AHPB, Jaume MORELLÓ, Manual inventarios y encantes 1804-1815, fol. 258v-268r. Inventario de Josep Verntallat, tirador deoro.

33 COROLEU, op. cit.

34 Esposición publica de productos de la industria española.Verificada en obsequio de S.S. M.M. y A. durante su permanenciaen esta capital, Imprenta de J. Tauló, Barcelona, 1844.

35 L. RIGALT, Álbum enciclopédico pintoresco de los industriales,Litografía de la Unión de don Francisco Campaña, Barcelona,1857-1859.

Mónica Piera 3ok_moble medieval ceràmica 26/07/11 18:24 Página 38