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Lusitanie romaine Lusitania romana

Indigenismo y romanización en "Lusitania": sobre el culto a las divinidades salutíferas acuáticas

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Indigenismo y romanización en Lusitania:Sobre el culto a las divinidades salutíferas acuáticas

Javier ANDREU PINTADO (Universidad Nacional de Educación a Distancia �– UNED )

1.-

Magnorum fluminum capita ueneramur, subita ex abdito uasti amnis eruptio aras habet, coluntur aquarum calentium fontes et stagna quaedam uel opacitas uel inmensa altitudo sacrauit1. Pocos textos2 como éste de Séneca reflejan lo cotidiano del hábito romano de rendir culto a las aguas no sólo en su condición de principio vital sino, sobre todo, cuando éstas estaban, además, dotadas de propiedades curativas y se entendía que, en ellas, la divinidad actuaba de un modo muy particular, más intenso. Ese hábito �–seguramente de origen antiquísimo3 y con testimonios bien

El presente trabajo se encuadra en el marco de las actividades del Grupo de Investigación Vbi Aquae Ibi Salus, coordinado por el Departamento de Historia Antigua de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y beneficiado de una Ayuda a la Investigación del Vicerrectorado de Investigación de la UNED. El texto final del mismo se ha beneficiado de las amables sugerencias de los Dres. D. José d�’Encarnação (Universidade de Coimbra), D. João Luís Inês Vaz (Universidade Católica de Viseu) y D. José María Álvarez Martínez (MNAR-Mérida) a los que se quiere hacer constar aquí público agradecimiento. Los errores y omisiones presentes en el mismo son, sin embargo, responsabilidad última del firmante.

1 SEN., Ep., 41, 3. 2 Un inventario exhaustivo de cómo el asunto central de este trabajo es tratado en las

fuentes clásicas puede verse en MIRÓ, Mª T., Y MIRÓ, C.: �“Los tratamientos hidroterápicos en los textos clásicos�”, en Peréx, Mª J. (ed.): Termalismo Antiguo, Madrid, 1997, pp. 211-216; PETTENÒ, E.: �“Acque termali e uso terapeutico del bagno nel mondo romano�”, en Peréx, Mª J. (ed.): Op. cit., pp. 217-227 y ORÓ, E.: �“Las aguas mineromedicinales en la Medicina de la Antigüedad�”, en Peréx, Mª J. (ed.): Op. cit., pp. 229-234.

3 TOUTAIN, J.: Les cultes païens dans l�’Empire romain. I, París, 1906, pp. 372-384 y ELIADE, M.: Tratado de Historia de las Religiones, Madrid, 1981, pp. 169-178.

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conocidos de raigambre paleohispánica4 y, desde luego, también prehistórica5�– encontró un importante arraigo en los territorios de la prouincia Lusitania6 arraigo que, desde luego, refleja una continuidad �–tal vez algo atenuada�– con lo que sucede al norte de dicha prouincia, en los territorios de la Citerior ribereños del Duero y del Miño que, como es sabido, han proporcionado un vastísimo elenco de testimonios en este sentido7 que, sin embargo, por razones geográficas, habremos de dejar al margen.

Dotado de un carácter polisémico8, el fenómeno del termalismo antiguo ha sido abordado en la Península Ibérica en general y en los territorios de la antigua prouincia Lusitania en particular tanto desde su dimensión arqueológica9 como desde la epigráfica10 e incluso geológica11, todas ellas

4 VÁZQUEZ, A.: �“Cultos y ritos de fecundidad y su simbología: las aguas en la Hispania

prerromana�”, Universidad y Sociedad, 1, 1981, pp. 167-184 y, especialmente, BLÁZQUEZ, J. Mª: �“Aportaciones al estudio de las religiones primitivas de España�”, AEspA, 29-30, 1956-57, p. 62; BLÁZQUEZ,, J. M., y GARCÍA-GELABERT, Mª P.: �“El culto a las aguas en la Hispania prerromana�”, en Peréx, Mª J. (ed.): Op. cit., pp. 105-115, y BLÁZQUEZ,, J. M., y GARCÍA-GELABERT, Mª P.: �“Recientes aportaciones al culto a las aguas en la Hispania Romana�”, ETF(2), 5, 1992, pp. 21-66, con datos recientemente revisados, respecto de Lusitania, en BLÁZQUEZ, J. Mª: �“Cultos e devoções de cariz aquático no Ocidente em contextos paleohispânicos�”, en Cardim, J. (ed.): Religiões da Lusitânia. Loquuntur Saxa, Lisboa, 2002, pp. 21-24. Desde una perspectiva iconográfica puede verse OLMOS, R.: �“Iconografía y culto a las aguas de época prerromana en los mundos colonial e ibérico�”, ETF (2), 5, 1992, pp. 103-120, con atención a casos lusitanos en pp. 158-161 y con carácter general y ceñido a la prouincia que nos ocupa el trabajo de HOZ, J. de: �“La religión de los pueblos prerromanos de Lusitania�”, en Manifestaciones religiosas en la Lusitania, Cáceres, 1986, pp. 38-39.

5 Con bibliografía y paralelos en DELIBES, G., FERNÁNDEZ, J., Y PÉREZ, F. J.: �“Posibles exvotos de la Edad del Bronce en fuentes termales y minero-medicinales de la Submeseta Norte�”, en Peréx, Mª J. (ed.).: Op. cit., pp. 117-127.

6 DÍEZ DE VELASCO, F.: Termalismo y religión. La sacralización del agua termal en la Península Ibérica y el Norte de África en el mundo antiguo, Madrid, 1998, pp. 31-46.

7 SANTOS, J. R. dos, y CARDOZO, M.: �“Exvotos às Ninfas em Portugal�”, Zephyrus, 4, 1953, pp. 53-68, con repertorio epigráfico en pp. 67-68 y con Mapa (Fig. 5) en p. 65.

8 DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., p. 150. 9 Con las salvedades que oportunamente se harán notar, la evidencia de conjuntos termales

vinculados a surgencias de aguas en los territorios de Lusitania �–al modo como los describió, por ejemplo, PAUS. 5, 5, 11 y 6, 22, 7 y como fueran estudiados con carácter general por SCHEID, J.: �“Sanctuaires et thermes sous l�’Empire�”, en Les Thermes Romains, Roma, 1991, pp. 205-214�– estaría cubierta por los trabajos de FRADE, H.: �“As termas medicinais da época romana em Portugal�”, en II Congresso Peninsular de História Antiga, Coimbra, 1993, pp. 837-913 �–válido para el territorio actualmente portugués de la antigua prouincia y completado en FRADE, H.: �“Outros casos de estabelecimentos termais romanos em Portugal�”, en Peréx, Mª J. (ed.): Op. cit., pp. 303-306�–, RODRIGO, V., y HABA, S.: �“Aguas medicinales y culto a las aguas en Extremadura�”, ETF (2), 5, 1992, pp. 351-382 �–para el territorio extremeño�– y �–para el área vetona�– SÁNCHEZ, E.: �“El agua en la manifestación religiosa de los Vettones. Algunos testimonios�”, en Peréx, M. J. (ed.): Op. cit., pp. 129-139, estos dos últimos con abundantes datos también epigráficos.

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claves para abordar sus profundas implicaciones. Transcurridos ya más de diez años del último encuentro peninsular sobre la materia12, se entenderá que el trabajo que aquí presentamos tenga como pórtico un estado de la cuestión de cuáles son los datos de que disponemos al respecto13. Del mismo modo, además, parece justificado que dicho pórtico inicial sirva de planteamiento de las líneas maestras de una labor investigadora de futuro y, a la vez, de recapitulación de los principales problemas con que contamos para el estudio del fenómeno en general y de su plasmación en ámbito lusitano en particular.

En primer lugar, resulta evidente que ha de revisarse la documentación arqueológica respecto de posibles establecimientos vinculados al culto a las aguas de propiedades curativas. Dotados éstos de unas peculiaridades arquitectónicas diferentes a las de los establecimientos termales higiénicos14, ya los citados trabajos de H. Frade15 �–hasta la fecha, único estudio arqueológico monográfico de la cuestión que, en esencia, fue seguido por F. Díez de Velasco16�– se encontraron con numerosas dificultades para establecer un catálogo de la evidencia arqueológica de este tipo de enclaves. Así, y una vez desechado por F. Díez de Velasco el conjunto de São Pedro

10 Fundamentalmente a partir de DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., pp. 135-142 aunque con

interesantes aportaciones posteriores �–también en la línea metodológica�– de RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: �“El termalismo en Augusta Emerita y las dos Beturias�”, en Peréx, Mª J. (ed.): Op. cit., pp. 298-301 y, especialmente, en la excelente y actualísima revisión de conjunto �–aunque con algunas novedades de carácter iconográfico y epigráfico�– de FERNANDES, L.: �“As águas e o factor religioso na província romana da Lusitânia�”, en Cardim, J. (ed.): Op. cit., pp.131-140.

11 Con un trazado del panorama geológico general peninsular y su incidencia en la existencia de surgencias de aguas con propiedades curativas en MARTÍN-ESCORZA, C.: �“La estructura geológica de la Península Ibérica y sus aguas termales�”, ETF (2), 5, 1992, esp. pp. 237-238.

12 Sus actas fueron publicadas en la revista Espacio, Tiempo y Forma �– Historia Antigua, de la UNED (abreviada aquí ETF (2), 5, 1992) habiendo sido organizado entre la UNED y la Casa de Velázquez en 1991 y al que siguió otro celebrado en Arnedillo (La Rioja) en 1996 publicado luego en Peréx, Mª J. (ed.): Op. cit.

13 Un balance inicial �–y con carácter general, referido a las tres provincias hispánicas�– puede verse en PERÉX, Mª J., ET ALII: �“The Use of Water for Health Purposes in Roman Hispania�”, en Cura Aquarum in Jordania. XIII International Congress on the History of Water Management and Hidraulic Engineering in the Mediterranean Region, (en prensa).

14 REIS, Mª P.: Las termas y balnea romanos de Lusitania, Madrid, 2004, p. 19 y, de forma monográfica MIRÓ, C.: �“La arquitectura termal medicinal de época romana. Morfología y funcionalidad�”, en PERÉX, Mª J.: Op. cit., pp. 369-375.

15 FRADE, H.: Op. cit., p. 305 y, especialmente FRADE, H.: As termas�…, nºs 19, 20, 22-26, 28-30, 33, 36, 38-40, casos algunos de ellos sobre los que ha vuelto recientemente REIS, Mª P.: Op. cit., pp. 87 y 129.

16 DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., pp. 31, 36-40 y 46-47.

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do Sul, en el distrito de Viseu17 �–con una interesante inscripción a la que más adelante nos referiremos�–, los trabajos de H. Frade apenas pudieron aportar evidencias arqueológicas sólidas de la utilización de determinadas surgencias acuáticas en época romana en el territorio de Lusitania para los casos de Caldas do Cró, en Guarda �–con noticias de hallazgos de monedas romanas�– e Unhais da Serra, en Castelo Branco �–con restos de un posible conjunto balnear�– a los que �–con las debidas reservas y sin ánimo de hipercriticismo18�– pueden unirse los que sin haber arrojado datos arqueológicos en este sentido sí nos han obsequiado con evidencias epigráficas de culto como �–y sin ánimo de exhaustividad�– Cabeço de Vide, en el distrito de Portalegre, Santa Marta de Ericeira, en el concelho de Mafra, Caldas de Monchique, en el distrito de Faro y, por supuesto, ya en el área actualmente española, El Salugral y Baños de Montemayor, ambos cerca de Cáparra en Cáceres. Sólo el último de estos conjuntos ha sido estudiado de forma exhaustiva19 estando pendiente el estudio de otros así como la demostración del carácter curativo de establecimientos de culto a las

17 DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., pp. 38-39 y, especialmente, pp. 79-80, nº 12/3, con toda la

bibliografía en FRADE, H. y MOREIRA, J. B: �“A arquitectura das termas de São Pedro do Sul�”, ETF(2), 5, 1992, pp. 515-544. No puede, efectivamente, cimentarse sobre la inscripción Aqua[m ---] / A(ulus) Plau[tius] Decia[nus] publicada por BRANDÃO, D. P.: �“Inscrições romanas do balneum de Lafões�”, Beira Alta, 19, 1959, pp. 229-233 y sobre la que volvió VAZ, J. L.: A ciuitas de Viseu. Espaço e Sociedade. I, Coimbra, 1997, pp. 285-286, nº 84 un supuesto carácter curativo de este conjunto. Presumiblemente �–y si es válida la lectura acorde al tipo de soporte monumental de la pieza�– estaríamos no ante una dedicatoria votiva a las Aquae sino más bien ante la referencia a una posible conducción de agua vinculada al conjunto termal �–fuera éste de la naturaleza que fuera�– como, por otra parte, es extraordinariamente frecuente en la documentación epigráfica hispana (al respecto véase ANDREU, J.: Munificencia pública en la prouincia Lusitania [siglos I-IV d.C.], Zaragoza, 2004, p. 85 y p. 255, nº 92 y, anteriormente, MAYER, M.: �“El evergetismo referente a las aguas en Hispania�”, en Homenatge a F. Giunta. Commitenza e committenti tra Antichità e Alto Medioevo, Barcelona, 1996, pp. 107-122).

18 DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., p. 12. 19 Con una última revisión y toda la bibliografía al respecto �–iniciada por el trabajo de

ROLDÁN, J. M.: �“Las lápidas votivas de Baños de Montemayor�”, Zephyrus, 16, 1965, pp. 5-37 y, desde la perspectiva de las ofrendas numismáticas, por ABAD, M.: �“Posibles ofrendas a Nymphis o a Saluti en el balneario hipertermal de Baños de Montemayor (Cáceres)�”, en VIII Congreso Nacional de Numismática (Avilés, 1992), Madrid, 1994, pp. 617-644�– en DÍEZ DE VELASCO, F.: �“O balneário de Baños de Montemayor: Inscrições votivas�”, en Cardim, J. (ed.): Op. cit., pp. 141-144. Para una interpretación alternativa del conjunto como mausoleo funerario puede verse TEICHNER, F.: �“Die römischen Villen von Milreu (Algarve/Portugal): ein Beitrag zur Romanisierung der südlichen Provinz Lustiania�”, MM, 38, 1997, pp. 71-89. Sobre este conjunto, se convierte en inexcusable el trabajo de VARGAS, J., MATEOS, V., y APARICIO, F.: �“Intervención arqueológica en la terma romana de Baños de Montemayor (Cáceres). 1999�”, Caesaraugusta, 78, 2007, pp. 555-564 con datos recientes.

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Nymphae como el de Milreu20. En este terreno se antoja, pues, necesario conceder valor nunca probatorio y si acaso sólo indicativo de uso antiguo de un determinado balneario a criterios como la proximidad de una ciudad antigua, la cercanía de una uia o a las diversas antiguas noticias sobre su uso �–casi todas nacidas al abrigo de la historiografía tradicional de los siglos XVII y XVIII�–, por otra parte los criterios habitualmente esgrimidos por la investigación en los utilísimos y primeros inventarios arriba citados. Los datos geológicos pueden, efectivamente, servir de apoyo para la confirmación de nuestras hipótesis21 pero nunca convertirse en el medio a partir del cual probar la puesta en uso en la Antigüedad de surgencias de aguas conocidas actualmente o documentadas desde antiguo.

Si éste es el panorama de los datos arqueológicos, poco diferente es el de la documentación epigráfica. Ciertamente, al respecto, el inventario de F. Díez de Velasco22 sigue siendo el catálogo de referencia si bien parece necesario depurar los criterios de selección y conformación del mismo para no incurrir sino en errores sí en movedizas generalizaciones. Al respecto del estudio del culto a las aguas curativas en la prouincia Lusitania desde la perspectiva epigráfica, y como apuntara J. L. Ramírez Sádaba23, nos parece debe extremarse la precaución en la delimitación del panteón de referencia y en la interpretación del mismo. Así, stricto sensu, sólo deben interesar a nuestros propósitos aquellas dedicatorias a divinidades de carácter indiscutiblemente salutífero siendo necesario distinguir entre casos en los que Fons o Nymphae �–tal vez las deidades más estables del catálogo en este sentido�– aparecen veneradas en relación a su condición de numina de una determinada surgencia curativa o, simplemente, como espíritus tutelares del agua en sentido amplio �–potable, podríamos decir�–, y, por otra parte, siendo estrictos al considerar vinculadas a la dimensión terapéutica del agua dedicatorias a Salus, por ejemplo, o a Aquae, cuando éstas parezcan más vinculadas a ámbitos privados o domésticos.

Así, en este sentido, y por citar algunos casos concretos del ámbito lusitano sobre los que habremos de volver (Tablas I a IV), como apuntara J. d´Encarnação24, nos es difícil ahondar en el sentido curativo �–o sencillamente higiénico y hasta vital�– de la dedicatoria Fontan[o] llevada a

20 HAUSCHILD, T.: �“O ´ninfeu` de Milreu�”, en Cardim, J. (ed.): Op. cit., pp. 241-244,

también con toda la bibliografía disponible. 21 MARTÍN, C.: Op. cit., p. 234. 22 DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., especialmente nºs 12/1-2, 13/3, 14/9-25, 16/1-2, y 16/4,

con reflexiones en torno al material en pp. 130-142. 23 RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: Op. cit., p. 297, planteamiento que después remarcó DÍEZ DE

VELASCO, F.: Op. cit., p. 12. 24 ENCARNAÇÃO, J. d´.: Inscrições Romanas do Conventus Pacensis, Coimbra, 1984,

p. 519.

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cabo por Threptus C(aii) Appulei(i) Silonis ser(uus) en Portalegre ob aquas inuentas (IRCP, 43725) del mismo modo que parece deben entenderse como sencillas dedicatorias al agua como principio vital �–y no en su dimensión curativa�– las dedicaciones Aquiae sacrum y L(aribus) Aquitibus de Conimbriga (AE, 1989, 377 y AE, 1946, 8 respectivamente), seguramente, además, más vinculadas a ámbitos domésticos que votivos26, como arriba se apuntó. Algo semejante sucede respecto de Salus, una de las divinidades tradicionalmente vinculadas al culto a las aguas salutíferas y extraordinariamente presente en el repertorio epigráfico de Lusitania27, y que, sin embargo, en algunas de las evidencias votivas con que nos obsequia nuestra prouincia resulta difícil desenmascarar si no está siendo invocada como portadora de felicidad más que como portadora de salud �–como parece suceder en la dedicatoria Saluti pro G(aio) Atilio Cordo n(ostro), erigida por Catulus ser(uus) en Pax Iulia (IRCP, 29028)�– o si, aun haciendo referencia a la salud vinculada al agua, ésta ha de conectarse con contextos hipertermales caso, por ejemplo, del ara Sal(uti) sacr(um)29 de AE, 1990, 488 de Aritium Vetus.

Siguiendo estos planteamientos �–y a espera de nuevos datos�– deben ser sino excluidos de un catálogo de evidencias epigráficas del culto a las aguas curativas sí tomados cum grano salis aquellos exvotos o dedicaciones ofrecidas bien a divinidades nunca vinculadas sensu stricto a la salud �–caso, por ejemplo, de la dedicatoria a Juno presuntamente procedente de Alange (CIL, II, 102430), por más que ésta documente la por otra parte habitual dimensión cultual de los establecimientos termales31�– así como aquellas dedicadas a otras deidades cualesquiera que �–aun teniendo carácter

25 Con un comentario detallado de la pieza en ENCARNAÇÃO, J. d´.: Epigrafia. As Pedras

que Falam, Coimbra, 2006, p. 143. 26 RIBEIRO, A.: �“Manifestações particulares de devoção: as árulas de Conimbriga�”,

en Cardim, J. (ed.): Op. cit., p. 196. 27 VÁZQUEZ, A.: �“Consideraciones estadísticas sobre la religión romana en Hispania�”, en

La Religión Romana en Hispania, Madrid, 1979, p. 123 y, con reflexiones al respecto en REDONDO, J. A.: �“La religión grecorromana en el Sureste cacereño a través de los testimonios epigráficos�”, en Manifestaciones Religiosas en la Lusitania, Cáceres, 1986, p. 25.

28 Al respecto de dicho sentido, más plausible, véase ENCARNAÇÃO, J. d´.: Op. cit., p. 360. 29 En torno de esta dedicación puede verse ENCARNAÇÃO, J. d´.: �“Árula consagrada

a Salus�”, FE, 33, 1989, pp. 3-6, nº 149. 30 Para los problemas sobre su procedencia puede verse GIMENO, H.: �“El peñasco de

Alange (Badajoz): CIL, II, 1024�”, REExt, 53-1, 1997, pp. 15-30 y sobre su validez respecto del asunto del termalismo antiguo peninsular el trabajo de DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., pp. 115-116.

31 AUPERT, P.: �“Les Thermes comme lieux de culte�”, en Les Thermes Romains, Roma, 1991, pp. 185-192.

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salutífero�– no necesariamente han de estar ni unidas a las aguas ni al carácter curativo de las mismas.

Este último sería el caso, por ejemplo, de Esculapio, para el que no faltan ejemplos en Lusitania32 (especialmente, y en contexto termal EO, 10333) y cuyo ritual no siempre incluía referencias acuáticas34 por más que su presencia en termas y baños resultase lógica. Lo mismo sucedería �–pese a su extraordinario interés como muestra del carácter indígena del culto al agua como fuente de vida�– con un amplio repertorio de divinidades indígenas �–todas ellas oportunamente estudiadas35�– que, con carácter epicórico, fueron veneradas en Lusitania seguramente antes y también después de la incidencia de Roma aunque ya debidamente transformadas por el sincretismo romano en la materia36. A dicho grupo pertenecerían los casos, por ejemplo, de Aquae Eletesis �–documentada como Aquiuis Eletesibus en una pieza (AE, 1914, 19) de Retortillo (Salamanca)�–, de Aracus Arantoniceus �–documentado en CIL, II, 4491 de Cascais, en Portugal�– o de Nabia �–atestiguada en AE, 1984, 49437 y 496 e HEp5, 190 de El Gaitán, Dehesa de San Juan y Norba, en Cáceres�– todas �–y alguna otra deidad de función todavía discutida38�–, seguramente, de carácter más tópico

32 Con un elenco de los mismos en MANTAS, V.: �“Na mira da perfeição das artes e dos

homens: Apollo e seu filho Aesculapius�”, en Cardim, J. (ed.): Op. cit., pp. 125-130. 33 Sobre su validez como indicador de termalismo puede verse FRADE, H.: Op. cit., p. 890,

nº 39, puesta en duda por DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., pp. 108-110, que la excluye del repertorio documental al respecto del asunto que centra estas páginas.

34 Sobre éste puede verse ARISTID., Or. 1, 6, 9 y 2, 20-21 y 2, 46-59. Ya MANGAS, J.: �“Die Römische Religion in Hispanien während der Prinzipatszeit�”, ANRW, 18.1, 1986, pp. 312-316 advirtió de la necesidad de distinguir a este efecto las divinidades acuáticas de las divinidades que, con presencia o rasgos acuáticos de tipo ocasional, no tenían en dicho carácter su elemento definitorio esencial, tipología en parte seguida por DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., pp. 121-129.

35 BLÁZQUEZ, J. Mª.: Aportaciones�…, p. 62; BLÁZQUEZ, J. Mª.: Primitivas religiones ibéricas. II. Religiones prerromanas, Madrid, 1983, pp. 73-75; ENCARNAÇÃO, J. d´.: �“Divinidades indígenas de Lusitania�”, Conimbriga, 26, 1987, 5-37; OLIVARES, J. C.: Los dioses de la Hispania Céltica, Madrid, 2002, pp. 50-56 y 246; y, con una síntesis válida y reciente, con toda la bibliografía, en MARTÍNEZ, C.: �“Aracus Arantoniceo�”, �“Nabia�”, �“Remetibus�”, �“Trebaruna�”, en ROLDÁN, J. M. (dir.): Diccionario Akal de la Antigüedad Hispana, Madrid, 2006, pp. 85, 658, 798 y 926 respectivamente.

36 DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., pp. 121-122. 37 Con estudio monográfico en MELENA, J. L.: �“Un ara votiva romana en El Gaitán,

Cáceres�”, Veleia, 1, 1984, pp. 233-259, esp. pp. 244-245 sobre la divinidad en cuestión. 38 Especialmente Trebaruna (estudiada �–de forma monográfica y atendiendo a sus distintas

formas atestiguadas�–por PRÓSPER, B.: �“El teónimo paleohispánico Trebaruna�”, Veleia, 11, 1994, pp. 187-196) documentada en ciuitas Igaeditanorum (EE, VIII, 15 y AE, 1986, 2 y 1977, 381), Portus Cale (AE, 1934, 20), Caurium (AE, 1952, 130) y Capera (AE, 2002, 705) y no demasiado lejos de Olisipo (AE, 1985, 514 de São Domingos de Rana), y Remetis, atestiguada bajo la fórmula Remetibus Aug(ustis) en una placa (AE, 1964, 7) recuperada en las

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que curativo, al menos hasta donde, en la actualidad, alcanza nuestra documentación. Sí resulta representativa la dedicación Mercurio [A]ugustor(um) [A]guaeco sacr(um) (HEp4, 1101) procedente de las termas de São Pedro do Sul, en el entorno de la ciuitas Interamniensium y que está documentando el sincretismo entre una posible divinidad de raíz indígena y otra netamente romana al tiempo que haciendo referencia a un singular caso de alusión a las aguas termales de dicho enclave pero bajo la forma de la divinidad �–de atribuciones terapéuticas en este caso y de la que se subraya su carácter acuático�– que actuaba en ellas. El hecho, además, de que la dedicación sea hecha [in] honorem [---] Magi [Sat]urnini por parte de su padre y de su madre constituye un dato a no obviar a la hora de valorar el posible carácter termal y curativo del establecimiento del que la pieza procede.

2.- Teniendo en cuenta dichos preliminares, en el contexto de un futuro atlas

sobre el termalismo antiguo en la prouincia Lusitania �–en el que actualmente estamos trabajando39�– y en aras del tema propuesto como horizonte del

excavaciones de las termas públicas de Conimbriga (ALARCÃO, J., y ÉTIENNE, R.: Fouilles de Conimbriga. II. Épigraphie et Sculpture, París, 1976, pp. 38-40, nº 18 y revisada en ANDREU, J.: Op. cit., p. 249, nº 81). Si para esta última, su aparición en un contexto termal alienta especialmente su consideración de divinidad acuática, mucho más problemático resulta el carácter de Trebaruna (MARTÍNEZ, C.: �“Trebaruna�”, en Op. cit., p. 926). De tratarse de una divinidad acuática �–como se ha sostenido recientemente en la bibliografía arriba citada�– su presencia como divinidad Augusta en una dedicatoria Aug(ustae) Trebar[unae] supuestamente del dintel del arco cuadrifronte de Capera (AE, 2002, 705) permite hipotetizar sobre el papel que el agua �–no sólo termal como evidencia el extraordinario conjunto epigráfico votivo de la vecina localidad de Baños de Montemayor ya antes aludido y sobre el que volveremos más adelante a propósito de las Nymphae�– tuvo �–de un modo especial y al margen de su importancia para la vida cívica (FRONT., De aq. 4)�– en esta comunidad del conuentus Emeritensis. No en vano en ella un tal Albinus pagó [ex] te[st]amento un Aqua Augusta (AE, 1986, 307, con estudio monográfico en STYLOW, A. U.: �“Apuntes sobre epigrafía de época flavia en Hispania�”, Gerión, 4, 1986, pp. 304-305) si no es que el bloque monumental dedicado a Trebar[una] antes citado no formó parte de un segundo acueducto y no del arco central de su foro, como se ha querido ver recientemente (GONZÁLEZ, M.: Los caballeros procedentes de la Lusitania Romana. Estudio prosopográfico, Madrid, 2006, pp. 50 y 101-102).

39 Para dicho fin, y dentro del Grupo de Estudios Avanzados en Historia Antigua de la Universidad Nacional de Educación a Distancia se ha constituido un Grupo de Investigación �–denominado, como se dijo, Vbi Aquae Ibi Salus�– que pretende, en su primera fase, trazar un atlas geográfico del fenómeno que aquí nos ocupa en el territorio de la antigua Lusitania y en el que intervengan, al menos, los criterios geológicos, los arqueológicos y los epigráficos. El equipo, de carácter multidisciplinar, está integrado por los Dres. Dña. Mª Jesús Peréx, D. Javier Cabrero y Dña. Amparo Hernando (UNED), D. Carlos Martín-Escorza

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coloquio que da sentido a este volumen que el lector tiene en sus manos �–indigenismo y romanización�– nos parece oportuno centrarnos en estas páginas no tanto en las divinidades objeto de culto en contextos termales de las características arriba aludidas �–sobre las que algo se ha dicho antes y que, desde luego, sí vertebrarán nuestro estudio epigráfico dado que nos estamos ocupando de un asunto de naturaleza religiosa�– sino en los devotos que frecuentaron dichos establecimientos. Revisadas algunas piezas del repertorio epigráfico de referencia, contamos, además, con nuevas herramientas40 a partir de las cuales ahondar en la personalidad de quienes cumplieron la promesa contraída con la divinidad a través de una dedicación de carácter necesariamente votivo41, colectivo éste necesitado, por otra parte, de una revisión de conjunto que arroje datos sobre la dinámica interna de los cultos termales en los territorios más occidentales de la Península Ibérica. Lo haremos a partir del análisis pormenorizado de éstos en relación a las divinidades �–que podríamos llamar terapéuticas42�– hacia las que encaminaron su piedad y a las que se ha tratado de aplicar los criterios de depuración arriba comentados43.

2.1.- Aquae Considerada por las fuentes antiguas como una divinidad tanto en su

dimensión tópica como en su carácter ocasionalmente terapéutico44, a la

(CSIC), los Lcdos. Dña. Helena Frade (Arqueóloga del IPPAR �– Portugal) y Dña. Carmen Miró (Arqueóloga del Museu d�’Història de la Ciutat, Barcelona) y el firmante de este artículo. Además, está trabajando sobre la cuestión la joven arqueóloga Silvia González Soutelo, de la Universitat Autònoma de Barcelona.

40 Especialmente NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L. (coords.): Atlas antroponímico de la Lusitania Romana, Mérida, 2003.

41 Así nos consta era el procedimiento cultual a través de un ya aludido texto de PAUS. 5, 5, 11 en el que se narra como en el Samico, en Olimpia, en una gruta no demasiado alejada del río, los devotos acudían a rezar a las Ninfas prometiéndoles exvotos si �–tras lavarse en sus aguas�– obtenían la ansiada curación. Sobre la dinámica del uotum en la religión romana puede verse TOUTAIN, J.: �“Votum�”, en Daremberg, Ch., y Saglio, E. (dirs.): Dictionnaire des Antiquités Grecques et Romaines, d�’après les textes et les monuments, París, reed. 1963, pp. 969-970 y DILIBERTO, O.: �“La struttura del ´uotum` alla luce di alcune fonti letterarie�”, en Studi in onore di Arnaldo Biscardi. IV, Milán, 1983, pp. 297-309.

42 DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., p. 128. 43 Conscientes de que nuevos hallazgos y, especialmente, la mejor exploración del contexto

arqueológico de procedencia de las piezas pueden arrojar nuevos datos hemos optado por mantener en las tablas alusivas a cada divinidad (Tablas I a IV) también aquellas evidencias cuya conexión con el fenómeno del termalismo resulte, hoy, poco plausible, haciéndolo constar con un asterisco (*) precediendo a la referencia epigráfica y comentando en el texto las razones que nos llevan a tomarlas con reservas.

44 PLIN., HN. 31, 2. Con reflexiones respecto del ritual que rodeaba su veneración puede verse BRIAU, R.: �“Aquae�”, en Daremberg, Ch., y Saglio, E. (dirs.): Op. cit., pp. 334-336 y,

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primera pertenecería, como se dijo, la dedicatoria a las Aquae Eleteses (AE, 1914, 19) llevada a cabo por C(aius) Accus Albini f(ilius) �–mejor que Eaccus45 y, en cualquier caso, con una onomástica de cariz indígena, con filiación respecto del patronímico y muy acorde con el carácter también paleohispánico de la invocación en cuestión�– mientras que la segunda función de esta divinidad está atestiguada fuera de toda duda en el caso de Ossonoba, vinculado al establecimiento termal de Caldas de Monchique, en Faro46. En él �–según la última lectura47�– una tal Patul[cia] T(iti) f(ilia) [---]a dedica una mediana ara Aqui[s] Sacr[is] en resolución de un uotum. El tamaño de la pieza y el material empleado �–mármol�– parecen acordes a un dedicante presumiblemente dotado de tria nomina, si es que en la l. 4 del texto, como hemos notado, debe leerse mejor T(iti) f(ilia) que t(estamento) p(atris) o que t(itulum) p(osuit)?48, fórmula esta última nada frecuente en exvotos de esta naturaleza. Una árula de mármol recuperada en Conimbriga (AE, 1989, 377), y con la fórmula votiva Aquiae sacrum, como se advirtió, debe tomarse con reservas al proceder de un conjunto doméstico que �–como ha hecho notar recientemente con notable acierto A. Ribeiro49�– pudo estar relacionado más con una fuente �–aunque se tratase de un caso de manantial urbano�– que con una surgencia de tipo termal. Presumiblemente esta dedicación estaría, pues, en la línea de otra consagrada a los L(ares) Aquites (AE, 1946, 8) también documentada en Conimbriga y arriba referida. El tipo de soporte, además, así permite pensarlo pues �–en todos los casos�– se trata de árulas más propias del culto doméstico que del ámbito termal y en las que tal vez la mediación de la divinidad familiar de los Lares estaría acentuando el referido carácter doméstico.

especialmente, LEONHARD, M.: �“Aquae�”, en Paulys Realencyclopädie der Classischen Altertumswissenschaft, Stuttgart, 1965, pp. 294-307.

45 DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., pp. 31 y 79. El nomen Accus encaja, además, en un amplio conjunto de testimonios del mismo circunscritos al área oriental del conuentus Emeritensis (AE, 1914, 17 y 22 y LICS, 20 de Auela; CIL, II, 896 de Ciudad Rodrigo y AE, 1994, 978 de Hinojosa del Duero), tal como han propuesto NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L. (coords.): Op. cit., p. 72, Mapa 2.

46 Sobre él véase FRADE, H.: Op. cit., p. 890, nº 40 y DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., p. 31. 47 CARDIM, J.: �“Nº 111�”, en Cardim, J. (ed.): Op. cit., p. 441, antes leída aludiendo a un

Patul[us] por GARCÍA, J. M.: Religiões antigas de Portugal: aditamentos e observações às �‘Religiões da Lusitânia�’ de J. Leite de Vasconcelos: fontes epigráficas, Lisboa, 1991, p. 372, nº 240, lectura seguida en su día por DÍEZ DE VELASCO,, F.: Op. cit., p. 79, nº 12/1.

48 Lecturas de DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., y de GARCÍA, J. M.: Op. cit. p. 372, nº 240, a partir de IRCP, 56 como recogemos en la Tabla I.

49 RIBEIRO, A.: Op. cit., p. 196 y, de forma expresa, en �“Nº 146�”, en Cardim, J. (ed.): Op. cit., p. 472.

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TABLA I: DEDICATORIAS A LAS AQVAE

REFERENCIA LUGAR FECHA DEVOTO DIVINIDAD FÓRMULA50 CONVENTVS EMERITENSIS

*AE, 1914, 19 Salmantica I-II d. C. C(aius) Accus Albini f(ilius)

Aquae Eleteses VSLA

CONVENTVS SCALLABITANVS *AE, 1989, 377 Conimbriga II-III

d. C. Q(uintus) I(ulius)

Cil[i]n[i]us? Aquae VSLA

*AE, 1946, 8 Conimbriga II-III d. C.

G(aius) C(aecilius) Ru[f]us

L(ares) Aquites VSLA

CONVENTVS PACENSIS IRCP, 56 Caldas de

Monchique I d. C. Patul[cia]

T(iti) f(ilia) [---]a Aquae VSLA

De este modo, el perfil del dedicante a Aquae en la prouincia Lusitania

sería el que exhibe la pieza de Caldas de Monchique y el que permiten constatar �–con las reservas arriba apuntadas�– los casos de Conimbriga: individuos con tria nomina y portando nomina habituales en el ámbito provincial que nos ocupa51 panorama éste coincidente con el que exhiben las dedicaciones a Siluanus, divinidad a veces asimilada con las aguas52, y que cuenta en Lusitania con dedicaciones en Olivenza (HEp5, 112) y Almendrilla (AE, 1999, 867). En ellas, convive el indigenismo �–Vetilius es el protagonista de la oferta votiva de Olivenza�– con la romanización �–C(aius) S(-) F(-) es el dedicante de Almendrilla�– de los devotos. En unos y en otros casos �–como prueba el ejemplo AE, 1989, 377 de Conimbriga y AE, 1999,

50 Para las fórmulas epigráficas de dedicación en esta tabla y en las siguientes, la leyenda

es la siguiente: -: Sin fórmula explítica: sólo divinidad en dativo y dedicante en nominativo. LAP: l(ibens) a(nimo) p(osuit), ex uoto posuit y semejantes, con o sin referencia al uotum. PrS: Pro sal(ute), pro se y semejantes. TPVS: t(estamento) p(atris) u(otum) s(oluit). VSLA: u(otum) s(oluit) l(ibens) a(nimo) y semejantes. VSLM: u(otum) s(oluit) l(ibens) m(erito) y semejantes. Por un criterio de tipo geográfico, en las Tablas se ha optado �–muchas veces�– por vincular

los hallazgos epigráficos que se presentan con el territorium cívico al que los monumentos en cuestión debieron pertenecer en la Antigüedad precisándose, en cambio, en el texto, la procedencia exacta de los mismos que �–como se verá�– no siempre es posible reducir en ese sentido.

51 NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L. (coords.): Op. cit., pp. 201-204, Mapa 158 �–para I(ulius)�– y pp. 122-124, Mapa 63 �–para Caecilius�–. En el caso de la dedicatoria Aquiae sacrum de Conimbriga (AE, 1989, 377) se antoja plausible reconstruir el cognomen del individuo como Cil[i]n[i]us, como proponemos en la Tabla I. No en vano un cognomen Cii[-]n[-]us �–tal como se ha venido leyendo desde GARCÍA, J. M.: Op. cit., p. 284, nº 9a�– resulta un hapax en Lusitania mientras Cil[i]n[i]us aparece atestiguado en Caurium (CIL, II, 5310), por ejemplo.

52 Al respecto véase BRIAU, R.: Op. cit., p. 336.

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867 de Almendrilla e indirectamente AE, 1946, 8�– los dedicantes han optado por no expresar su nombre completo en el epígrafe, hábito éste que encontraremos con profusión en la documentación epigráfica disponible al respecto del tema que aquí nos ocupa (ERAE, 6 de Augusta Emerita, dedicada a Fons; CIL, II, 469 de Augusta Emerita, consagrada a las Nymphae; EE, IX, 130 de Capera, también dedicada a las Nymphae; o HEp1, 175 de Norba, dedicada a Salus, entre otras). Al margen de razones de economía de espacio y, por tanto, de soporte epigráfico, tal vez haya que conceder algún tipo de valor ritual a la reiteración de este fenómeno respecto del culto objeto de estudio en estas páginas, seguramente ante la divinidad el dedicante no necesitaba de grandes pormenores de identificación.

2.2.- Fons Complicada resulta también la vinculación de las dedicaciones a Fons o

a Fontanus y Fontana �–personificaciones de la divinidad de las fuentes de agua53, aludida en los textos como numen aquae54 o incluso, en la documentación epigráfica, como numen fontis (CIL, VI, 151 de Roma)�– con el ámbito termal curativo. Dicha vinculación sólo puede demostrarse con seguridad para los casos de Capera (CPIL, 65) �–en relación con el centro termal de Baños de Montemayor�– y de una pieza procedente del presunto territorium de Olisipo (AE, 1983, 474) �–vinculado al enclave de las supuestas termas de Santa Marta, en Ericeira55�– y suponerse �–con bases verosímiles�– para el caso de Colippo (CIL, II, 337) dadas las noticias de posibles centros termales de propiedad curativa ya recogidas por H. Frade para el entorno de Leiria56. De la interesante pieza (IRCP, 437) de Portalegre �–tal vez vinculada a Ammaia�– en la que, como vimos, se agradece a Fontan[us] el hallazgo de un manantial bajo la fórmula �–sin paralelos en el mundo romano�– ob aquas inuentas y pese a que se haya querido dar un carácter de uso romano a los enclaves de Fadagosa de Marvão y de Cabeço de Vide, en Portalegre57 nada puede concluirse respecto de su vinculación

53 HILD, J. A.: �“Fons�”, en Daremberg, Ch., y Saglio, E. (dirs.): Op. cit., pp. 1227-1239. 54 JUV. III, 19. 55 Sobre éstas véase FRADE, H.: Op. cit., p. 889, nº 38 y, sobre la relación de la pieza con

este establecimiento, el trabajo de ALVES, Mª M.: �“Árula votiva da Ericeira (conuentus Scallabitanus)�”, FE, 5, 1983, pp. 3-5, nº 16.

56 FRADE, H.: Op. cit., p. 887 �–sobre la inscripción en cuestión�– y pp. 887-888, nºs 30 y 32-34 con alusión a los enclaves de Monte Real, Fontes Salgadas da Batalha, Póvoa de Cos y Caldas da Rainha, también aludidos, especialmente los primeros, en DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., p. 46.

57 FRADE, H.: Op. cit., p. 888, nºs 35 y 36, aunque el carácter presumiblemente terapéutico del enclave no ha podido ser confirmado por estudios recientes (REIS, Op. cit., p. 129, nº 85).

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con un establecimiento termal determinado como tuvimos oportunidad de comentar más arriba. Más aun, la fórmula de la inscripción permite pensar que el uotum que la inspiró tuvo que ver más con el hallazgo del manantial que con la explotación de sus propiedades curativas, si es que aquél disfrutó de éstas.

Así las cosas, y dado lo lacónico de nuestra documentación poco puede

decirse respecto de los devotos que, frecuentando establecimientos termales, dejaron constancia de su gratitud a las divinidades acuáticas bajo el teónimo Fons/Fontanus. Tal vez la Atilia Amo[ena] �–mejor Pub[lii [f(ilia)?] que Pup[i] f[(ilia)?]58�– que cumple un voto a Fons en Ericeira, cerca de Olisipo, deba incluirse en el grupo de los Atilii documentados en el entorno de dicha ciudad del conuentus Scallabitanus59, una de las que, por otra parte, más testimonios nos ha aportado en relación con las aguas en sentido lato. Así, más allá de un atractivo carácter ritual vinculado al culto imperial �–y subrayado recientemente por L. Fernandes, siguiendo a J. Cardim60�–, la fuente construida por el flam(en) diui Aug(usti) L(ucius) Iulius Maelo Caudi(cus) en Armez, en Sintra, en pleno ager Olisiponensis (CIL, II, 26061)�– es evidente que estaría subrayando el carácter tópico y vital del agua en una zona eminentemente agrícola. Por otro lado, y respecto de Olisipo, aunque parecen termas públicas, está pendiente de resolver el carácter minero-medicinal o no de las Thermae Cassiorum documentadas en Olisipo a partir de CIL, II, 191 y en las que parece fue hallada EO, 103 una dedicatoria sacrum Aesculapio obra de dos aug(ustales)62 y antes referida. El carácter posiblemente marino del agua de este establecimiento y, por

58 Con todas las variantes de lectura puede verse ALVES, C.: �“Nº 109�”, en Cardim, J. (ed.):

Op. cit., p. 440. 59 NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L. (coord.): Op. cit., p. 103, Mapa 3, con ejemplos

en el área de Sintra-Odrinhas (CIL, II, 5010 o HAE, 1619) con cuyas supuestas officinae epigráficas ha puesto en relación ALVES, Mª M.: Op. cit., p. 5 la pieza en cuestión.

60 CARDIM, J.: �“Estudos histórico-epigráficos em torno da figura de L. Iulius Maelo Caudicus�”, Sintria, 1-2, 1982-1983, pp. 166-173 y 183-188 y �“Contributos para o conhecimento de cultos e devoções de cariz aquático relativos ao território do Município Olisiponense�”, en Boletim Cultural da Asambleia Distrital de Lisboa, 89-1º, 1983, pp. 338-341 y FERNANDES, L.: Op. cit., p. 132.

61 Sobre ella como acto munificente puede verse ANDREU, J.: Op. cit., pp. 243-244. 62 Sobre este establecimiento y su presumible carácter curativo puede verse FRADE, H.:

Op. cit., p. 890, nº 40, después negado �–como vimos�– por DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., pp. 108-110. Las Thermae Cassiorum han sido objeto de estudio monográfico por uno de nosotros (ANDREU, J.: �“Thermae Cassiorum: Ocio y evergetismo en la Olisipo tardoantigua�”, en II Encuentro Hispania en la Antigüedad Tardía: Ocio y Espectáculos, Alcalá de Henares, 2001, pp. 239-253) y por ENCARNAÇÃO, J. d´.: Epigrafia..., pp. 163-166 y �“As Termas dos Cássios em Lisboa: mito ou realidade?�”, en Lusitânia entre o Mito e a Realidade, Cascais (en prensa).

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supuesto, la dependencia del líquido elemento en un territorio netamente agrícola como el que circundaría el territorium de Olisipo añaden al asunto visos de interpretación diferente al del termalismo, que, en cualquier caso �–unos y otros�–, no pueden confirmarse. Igualmente, la existencia de noticias de aguas curativas en el área de Castelo Branco/Idanha63 permitiría plantear una dimensión semejante a la construcción en época flavia de una fuente por parte de Seuerus Vituli f(ilius) en Midões (AE, 1987, 478c) y consagrada al emperador Tito, asunto que, sin embargo, al descansar sobre bases endebles muchas de las referidas noticias, debe tomarse sólo en el terreno de la hipótesis a espera de ulterior comprobación de las mismas y sin pretender desdeñar, como se ha dicho, la importancia del agua en sentido vital para muchos de los centros de los que proceden estas piezas.

TABLA II: DEDICATORIAS A FONS64

REFERENCIA LUGAR FECHA DEVOTO DIVINIDAD FÓRMULA

CONVENTVS EMERITENSIS *ERAE, 5 Augusta

Emerita ¿? Iul(ia) Lupa Fontes VSLA

*ERAE, 6 Augusta

Emerita II d. C. Q(-) C(-) P(-) Fons PrS

*FERNANDES, 2002, nº 10

Augusta Emerita

¿? Seranus Fontanus -

CPIL, 65 Capera II-III d. C.

[---] Viriatu(s) y otros

Fontanae [Ni]mpha[e]

VSLA

CONVENTVS SCALLABITANVS CIL, II, 337 Colippo ¿? Frontonius Auitus F(ons) o

F(ontanus/-a) LAP

AE, 1983, 474 Olisipo ¿? Atilia Pub[li f(ilia?)] Amo[ena]

Fons LAP

*GARCÍA, 1991, nº 250

Scallabis ¿? Celtius Mitani f(ilius)

Fons VSLM

CONVENTVS PACENSIS *IRCP, 437 Portalegre s. II d. C. Treptus

C(aii) Appulei(i) Silonis ser(uus)

Fontan[us] VSLA

Volviendo a los dedicantes a Fons y Fontanus, nuevamente conviven los

dedicantes de onomástica latina �–como la ya citada Atilia Amo[ena] de Olisipo�– con los de carácter indígena �–como el Viriatus de Capera,

63 FRADE, H.: Op. cit., p. 887, nºs 29 y 30, los enclaves de Unhais da Serra o Monfortinho. 64 FERNANDES, L.: Op. cit., p. 187, incluyó en su repertorio una inscripción (ERBC, 98, con

dedicación Font[ano et] Font[anae]) procedente de Feria (Badajoz) que, seguramente, debió pertenecer a la Citerior (RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: �“Los límites de la provincia Lusitania�”, en NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L. (coords.): Op. cit., pp. 43-44). El culto a Fons cuenta, además, con otro testimonio de la misma área, la zona de la Beturia, en CIL, II, 6277.

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seguramente uno entre otros varios dedicantes hoy de imposible restitución�– pero, casi siempre, con gentilicios bien presentes en las áreas circundantes a los establecimientos de procedencia de las piezas lo que, una vez más, nos informa sobre el �–habitualmente�– carácter local de este tipo de cultos65.

Desde el punto de vista formal �–teniendo en cuenta todas las dedicaciones listadas en la Tabla II de las que se han conservado datos sobre el soporte�– parecen más frecuentes las árulas �–de ese perfil, y con dimensiones medias comprendidas entre 30/35 x 13/15 serían las recuperadas en Augusta Emerita y Olisipo�– que las aras �–de dimensiones medias entre 57/47 x 20/19�– que, de hecho, sólo están atestiguadas en los casos de Capera y del posible territorium de Scallabis. Si el soporte es indicativo del grado de devoción, el hecho de que estos dos últimos casos �–pese a que se desconoce el contexto del segundo de ellos�– sean los que, además, presenten rasgos de un mayor indigenismo podría ponerse en relación con el mayor arraigo de este tipo de cultos en contextos indígenas, ya antes aludido66.

2.3.- Nymphae

Como se ha anotado recientemente67, la imagen del culto a las Nymphae

en la prouincia Lusitania está mediatizada por el sensacional conjunto epigráfico de Baños de Montemayor, vinculado al territorio de la antigua ciudad de Capera. Sobradamente analizado en todos sus aspectos ya desde un antiguo trabajo de J. M. Roldán68 y al margen de otras consideraciones que se harán oportunamente, sí nos parece necesario llamar la atención de la profusión con la que las divinidades en cuestión son referidas por los devotos con el genitivo Caparensium bien por extenso �–Nymphae Caparensium en CPIL, 58-59, 69, 70-71 y 73, por ejemplo�– bien abreviado �–Nymphae Cap(arensium) o C(aparensium) en CPIL, 62 y 77-78 respectivamente�– o con el adjetivo Caparenses �–Nymphae Caparenses en CPIL, 57�– y que, pese a lo habitual del añadido de epítetos diversos a estas divinidades69 constituye prácticamente un unicum en el repertorio epigráfico latino.

65 NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: Op. cit., p. 140, Mapa 87, por ejemplo, para

el caso de Celsius Mitani f(ilius) de Scallabis, y p. 177, Mapa 219 para el de la Iul(ia) Lupa de Augusta Emerita.

66 DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., pp. 127-128. 67 HERNANDO, R.: Epigrafía romana de Ávila, Burdeos-Madrid, 2005, p. 76. 68 ROLDÁN, J. M.: Op. cit. 69 Con algunos ejemplos en NAVARRE, O.: �“Nymphae�”, en Ch. Daremberg y E. Saglio

(dirs.): Op. cit., pp. 127-128.

200

Efectivamente, como ha hecho notar C. Martínez70, en Hispania encontramos a las Nymphae vinculadas a hidrónimos �–Nymphae Lupianae en CIL, II, 6288 de Bracara Augusta o Nymphae Silonis en CIL, II, 5635 de Aquae Flauiae�–, a realidades geográficas indeterminadas �–como las Nymphae Varcilenae de CIL, II, 3607 de Arganda, en Madrid�– o a la fuente en la que se suponía habitaban �–Nymphae fontis Ameui en CIL, II, 5084 y 5676 de Legio VII Gemina o, tal vez, el [Ny]mph[ae] fontanae de CPIL, 65 del enclave que nos ocupa si no se trata de una dedicatoria mixta a las Ninfas y a Fons, como la hemos considerado más arriba (ver Tabla II)�– pero sólo en el caso de Baños de Montemayor éstas aparecen en relación a una comunidad determinada, de la que las Nymphae toman nombre. Este panorama no cambia en el resto del Occidente Romano. Así, por ejemplo, sólo están constatados casos de vinculación de las Nymphae a una comunidad ciudadana �–casi a modo de lo que podríamos considerar un culto de raigambre cívica�– en las Nymphae Iasis de Aquae Iasae en Pannonia Superior (AE, 1985, 714 e ILJug, 2, 1170) y en las Nymphae uicani Altiaienses en Altaia, en Germania Superior (CIL, XIII, 6265) pero en ningún caso con tanta uniformidad. No en vano en Aquae Iasae hay documentadas hasta cinco dedicaciones más a las Ninfas (AE, 1938, 156; CIL, III, 10891 y 10893; e ILJug, 2, 1171a, b y c) y en ninguna se repite el citado genitivo de procedencia. Lógicamente, resulta difícil explicar el por qué de esta insistencia de los devotos en el carácter local de las divinidades a las que veneraban en las surgencias de Baños de Montemayor. Tal vez la posición del balneario �–junto a la uia de la Plata y próximo a Capera�– acabara por identificar a sus Nymphae con las de la ciudad más próxima sino estamos �–como se ha sugerido con bastantes visos de verosimilitud no en vano el planteamiento cuenta con otros paralelos en Hispania�– ante unas Aquae Caparenses que florecieron en el entorno cívico de Capera71, tal vez, en otro orden de cosas, la transformación de Capera en municipio flavio a finales del siglo I d.C. pudo inspirar esta denominación �–y más si tenemos en cuenta que la mayoría del repertorio epigráfico es de los siglos II y III d.C.�– a modo de promoción del orgullo cívico o, tal vez, como se apuntó más arriba, Capera tuvo alguna relación especial con las aguas que le llevó a incentivar y dinamizar un santuario como el que aquí nos ocupa y que, desde luego, debió ser especialmente frecuentado por gente de la zona.

Indudablemente, el análisis de los datos onomásticos de los dedicantes �–al servicio de los cuales debió existir una officina epigráfica en la que se trabajarían las piezas, todas de notable uniformidad72�– permite constatar la

70 MARTÍNEZ, C.: �“Nymphae�”, en Roldán, J. M. (dir.): Op. cit., pp. 676-677. 71 ÁLVAREZ MARTÍNEZ, J. M.: Extremadura Romana, Madrid, 2004, p. 78. 72 ROLDÁN, J. M.: Op. cit., p. 29. Efectivamente, según los datos aportados por NAVARRO,

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extracción local de la mayoría de éstos. Así, por ejemplo, la Trebia Seuera de CPIL, 57 cuenta con un gentilicio bien documentado en las áreas vecinas, con una especial presencia en el área de Plasencia (CIL, II, 814 y CPIL, 173) como sucede también para el gentilicio Firmus del [A]mmi[i] (seruus?) de CPIL, 66, nomen bien testimoniado en la zona (CIL, II, 836 y CPIL, 81974), para el Aelius Epinicus de CPIL, 70 y el Aelius de CPIL, 71, cuyo nomen está constatado hasta tres veces en Plasencia y Villar de Plasencia (CIL, II, 830 y 83175). Por su parte, Vettia Ammina �–documentada en CPIL, 62, con un gentilicio también frecuente en esta zona del conuentus Emeritensis76�– alude a su condición de Lame(n)sis �–tal vez reductible a la actual Plasencia77�–, y Vibius Cresius �–de CPIL, 74�–, el ya citado Viriatus �–de CPIL, 65�– o Ammonicus �–CPIL, 68�– cuentan todos con nomina igualmente bien constatados sobre todo en torno a la capital conventual (CIL, II, 567; ILER, 5130; AE, 1984, 489�…78) �–en el primer caso�– y al área occidental del conuentus Emeritensis �–en el segundo y el tercero respectivamente79�– rasgos éstos que subrayan el ámbito de influencia local del santuario en cuestión.

En este sentido, resulta sintomático que el único devoto para el que puede

proponerse una origo foránea �–el L(ucius) A(emilius) o A(elius) Syriaches de CPIL, 67, si es que, según propuesta de F. Díez de Velasco80, puede relacionarse con los Aelii o Aemilii que con dicho cognomen están atestiguados en Ossonoba�– y el único que porta tria nomina �–T(itus)

M. y RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: O balneário�…, pp. 143-144, los exvotos epigráficos documentados en el balneario en cuestión son siempre aras de mediano tamaño �–de en torno a 70 x 43 como CPIL, 74�– cuando no árulas �–24 x 12 de CPIL, 69�– y, generalmente, ambas de tres tipos diferentes, bien con remate triangular entre los puluini �–caso, por ejemplo, de CPIL, 67�–, bien sin puluini pero con foculus bien marcado �–caso de CPIL, 71�– bien de carácter paralelepipédico alargado �–como CPIL, 74�–, éstas, por otro lado, las menos frecuentes. Como tendremos oportunidad de comentar, esta uniformidad afecta también a las fórmulas escogidas por los devotos para honrar a las Nymphae.

73 NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L. (coords.): Op. cit., p. 324, Mapa 303 como ya indicara NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: Op. cit., p. 90.

74 NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L. (coords.): Op. cit., p. 173, Mapa 127 al igual que sucede con el gentilicio del posible patrono de este personaje, [A]mmi[us], con ejemplos en Aldeanuela del Camino, en Cáceres (CPIL, 40) según recoge ABASCAL, J. M.: Los nombres personales en las inscripciones latinas de Hispania, Murcia, 1994, p. 76.

75 NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L. (coords): Op. cit., p. 74, Mapa 5. 76 NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L. (coords.): Op. cit., p. 339, Mapa 323. 77 NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: Op. cit., p. 89. 78 NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: Op. cit., p. 340, Mapa 325. 79 NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: Op. cit., p. 343, Mapa 329 y ABASCAL, J. M.:

Op. cit., p. 547 y NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: Op. cit., p. 85, a partir de CPIL 459 de Santa Cruz de la Sierra (Cáceres).

80 DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., p. 94, nº 14/23.

202

Val(erius) Cosmos de CPIL, 69�– se cuenten �–junto con el citado Vibius Cresius, tal vez emeritense dada la concentración de su gentilicio en torno de Augusta Emerita y junto con un indescifrable Cro[---] de CPIL, 79, tal vez Cro[tale] como cognomen, atestiguado también en Mérida en EE, VIII, 48�– entre los únicos casos que no invocan a la divinidad bajo la fórmula Nymphis Caparensium sino bajo la sencilla Nymphis. Según estos datos tal vez la clave antes aludida del orgullo cívico llevó a los nativos de la zona a hacer notar el carácter local del culto que tributaban eligiendo fórmulas votivas en las que éste estuviese subrayado mientras que los viajeros foráneos obviaron dicha información.

TABLA III: DEDICATORIAS A LAS NYMPHAE

REFERENCIA LUGAR FECHA DEVOTO DIVINIDAD FÓRMULA

CONVENTVS EMERITENSIS *CIL, II, 469 Augusta

Emerita ¿? I(ulius) Saturninu[s] Nymphae LAP

*ERAE, 8 Augusta Emerita

¿? M[---] [---] L[---] Nymphae -

*CIL, II, 168 Augusta Emerita

¿? Auitus Proculi f(ilius) pro salute Flaccillae Flacci (filiae) ucsoris

suae

Nymphae PrS VSLA

*LICS, 2 Auela II d. C. Montana Nimphae VSLA CPIL, 57 Capera II d. C. Trebia Seuera Nynphae

Caparenses VSLA

CPIL, 58=61 Capera ¿? Apicius Satullus Nymphae Caparensium

VSLM

CPIL, 62 Capera II-III d.C.

Vettia Anmina Lame(n)sis

Nymphae Cap(arensium)

VSLA

CPIL, 78 Capera ¿? ¿? Nimphae C(aperensium)

LAP

CPIL, 74 Capera II d. C. Vibius Cresius Nymphae VSLM CPIL, 79 Capera ¿? CRO[---]? Nymphae VSLA HEp8, 44 Capera ¿? ¿? [Nymphae

C]apar(ensium) VSLM

CPIL, 77 Capera II d. C. Ramnius81 [Ny]mp(hae) C(aparensium)

-

EE, IX, 130 Capera ¿? V(-) C(-)? Nymphae - CPIL, 59 Capera II d. C. [---]us [---]icus [Ny]mphae

[Capar]ensium VSLM - VSLA

CPIL, 60 Capera III d. C. [---]us [N]ymphae [Ca]parensium

-

81 Como hiciera constar DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., p. 91, nº 14/14, el nomen Ramanius

transmitido por CIL, II, 891 y CPIL, 77 constituye un hapax en Lusitania no estando atestiguado ni como nomen ni como cognomen. Teniendo en cuenta el carácter local del culto que nos ocupa en estas últimas líneas tal vez estemos ante un error de transmisión de la pieza �–hoy perdida�– y haya que leer mejor Ramnius no en vano éste si está documentado en Talavera de la Reina, Toledo (CIL, II, 920) no demasiado lejos del área de nuestro estudio.

203

CPIL, 65 Capera II-III d. C.

[---] Viriatu(s) y otros [Ni]mpha[e] Fontanae

VSLA

CPIL, 66 Capera II-III d. C.

Firmus [A]mmi[i] (seruus?)

[Nymphae] VSLM

CPIL, 67 Capera III d. C. L(ucius) A(---?) Syriaches

Nimphae VSLA

CPIL, 68 Capera II-III d. C.

Ammonicus Nymphae VSLA

CPIL, 69 Capera II-III d. C.

T(itus) Va(lerius) Cosmos

Nymphae VSLA

CPIL, 70 Capera I d. C. Aelius Epinicus Nymphae Caparensium

VSLA

CPIL, 71 Capera I-II d. C. Aelius Nymphae Caparensium

VSLM

CPIL, 73 Capera II d. C. Preb[---] [---]eue[---] Nymphae Capa[rensium]

VSLA

*CPIL, 72 Salmantica ¿? Ammia Reburri f(ilia) Nymphae VSLA *HEp9, 566 Caesarobriga ¿? All[ia] Nerei l(iberta) Nymphae VSLA

Poco puede añadirse respecto de los otros testimonios de dedicatorias a

las Nymphae con las que nos ha obsequiado la Lusitania. No constan, hasta el momento, evidencias de termalismo antiguo en el entorno de la capital provincial, de tal modo que, además, los tres casos de culto a las Ninfas documentados en ella, por excesivamente escasos, apenas suponen nada en la caracterización del peso de dicho culto en Augusta Emerita82. La vaga noticia aportada por R. Hernando sobre unas aguas de carácter termal en Martiherrero (Ávila) unida a la azarosa historia de LICS, 2 del Museo de Ávila83 permitiría adscribir el uotum de Montana Nimp[h]is a un contexto termal curativo lo que sólo puede sospecharse para los casos de Salmantica (CPIL, 72) �–con evidencias de surgencias termales en la zona de Baños de Ledesma84�– y de Caesarobriga (HEp9, 566). Todos, en cualquier caso, remiten al carácter indígena y extraordinariamente local caracterizador del culto a las Ninfas85.

2.4.- Salus Seguramente Salus constituye la divinidad metodológicamente más

compleja del catálogo que aquí nos ocupa. Dado su carácter tópico y

82 RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: �“Panorámica religiosa de Augusta Emerita�”, en Religio

Deorum, Sabadell, 1993, p. 393. 83 HERNANDO, R.: Op. cit., p. 76 y, antes, RODRÍGUEZ ALMEIDA, E.: Ávila romana, Ávila,

1981, p. 175, nº 98, sobre la pieza en cuestión. 84 DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., p. 39. 85 NAVARRE, O.: Op. cit., e, igualmente �–con enumeración de algunos de los tipos de

exvotos característicos�– DOBRUSKY, V.: �“Inscriptions et monuments figurés de la Thrace�”, BCH, 21, 1897, pp. 122-140.

204

concreto casi a modo de manantial personificado86 �–y, por tanto, muy próximo a las Nymphae, no en vano en Augusta Emerita está documentada la fórmula Nymphis pro salute, en CIL, II, 168�– pero también su dimensión de tipo público y de cariz privado y doméstico87 �–en relación con la salud y prosperidad de un determinado grupo88�– el amplio repertorio de casos documentado en Lusitania �–más de un 65% de los casos documentados en Hispania89 la mayoría, por otra parte, más vinculados a la dimensión pública plenamente romana de la deidad90�–, debe ser tomado con prudencia y no sin matizaciones.

Así, del catálogo de dedicaciones a ésta que reproducimos en la Tabla IV,

apenas pueden darse por vinculadas con seguridad a establecimientos termales terapéuticos las piezas de Capera (CPIL, 63, 64 y 357), relacionadas con el ya tratado balneario de Baños de Montemayor/El Salugral y con un perfil generalmente indígena y local en los dedicantes, semejante, por tanto, al de quienes invocaron, en idéntico lugar, a las Nymphae.

TABLA IV: DEDICATORIAS A SALVS

REFERENCIA LUGAR FECHA DEVOTO DIVINIDAD FÓRMULA

CONVENTVS EMERITENSIS CPIL, 63 Capera II-III d.

C. Valeria Priuata Salus VSLA

CPIL, 64 Capera II-III d. C.

Ruf(ina) Salus VSLM

CPIL, 357 Capera III d. C. Vicinia Caperensis Salus - HEp2, 216 Caurium ¿? St[---] Safu? - *HEp1, 114 Metellinum ¿? L(ucius) Tutili[u]s

Valentinu[s] Salus VSLA

*HEp1, 175 Norba Caesarina

¿? A(ulus) L(---) V(---) dea domina Salus LAP

*CPIL, 447 Norba Caesarina

III d. C. L(ucius) Norbanus Tancinus Aidani f(ilius)

Salus -

CPIL, 290 Turgalium II d. C. Cl(audius) M(arci) [f(ilius)] Sam[mal]is

Salus PrS

CPIL, 322 Turgalium ¿? [---] Salus LAP HEp3, 135 Turgalium ¿? Marcus Iulius Badius Salus VSLA CPIL, 336 Turgalium II d. C. Caturo Salus Bidie(n)sis VSLA *CPIL, 592 Valencia

de Alcántara ¿? F[---]SOM Tongiu[s---

] Salus -

86 DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., p. 127. 87 HILD, J. A.: �“Salus�”, en Daremberg, Ch., y Saglio, E. (dirs.): Op. cit., pp. 1057-1058. 88 MARTÍNEZ, C.: �“Salus�”, en Roldán, J. M. (dir.): Op. cit., p. 828. 89 VÁZQUEZ, A.: Op. cit., p. 123. 90 DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., p. 104.

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CONVENTVS SCALLABITANVS *HEp3, 488-3

Aritium Vetus

II d. C. Ap(pius) N(umisius) Salus LAP

CIL, II, 338 Collippo I-II d. C.

Albonius Tacilli [f(ilius)]

pro filio Saturnino

Salus PrS - VSLA

CONVENTVS PACENSIS *IRCP, 375 Ebora II-III d.

C. Canidius

pro salute Acili Rufini Salus PrS -

VSLA *IRCP, 290 Pax Iulia I d. C. Catulus ser(uus)

pro G(aio) Atilio Cordo Salus PrS -

VSLA Tal es el carácter regional y local del culto que los gentilicios de sus

devotos encuentran buena implantación �–nuevamente�– en el entorno del citado centro cultual. Así, pese a lo abundante del gentilicio Valerius en Lusitania hay documentados casos de éste en el área cacereña con concentraciones en torno a Capera (CPIL, 191; AE, 1946, 16 o HEp2, 22491) y tal vez relacionables con la Valeria Priuata devota en CPIL, 63 �–quizás ciudadana romana no sólo por la onomástica sino porque algunos de dichos Valerii, del área de Caurium (CPIL, 268) y de la Ciuitas Igaeditanorum (HAE, 1178), por ejemplo, están adscritos a la Quirina tribus�–; algo semejante sucede con Rufi(nus) �–gentilicio de la Rufi(na) de CPIL, 64, tal vez esclava�– cuya implantación está bien contrastada en el sector central y oriental del conuentus Emeritensis92; y, por supuesto, con la Vicinia de CPIL, 357 que ha incorporado su condición de Caperensis al árula que ofrece como exvoto a Salus, soporte que, por otra parte, es el común en los tres casos aquí estudiados.

De los demás testimonios resulta más que probable la vinculación a áreas

termales �–o, al menos, a manantiales y surgencias acuíferas, del tipo que fueran�– de las piezas de Turgalium �–no en vano parece existen noticias de fuentes con propiedades curativas en la zona de Trujillo93 tal vez en torno a una fuente cuya denominación pueda estar detrás del adjetivo Bidie(n)sis que acompaña a Salus en CPIL, 336�–; de Caurium, donde la invocación Safu(ti) de HEp2, 216 remite a un componente netamente indígena en el teónimo94 �–puesta en relación con el balneario de Baños de Valdelazura�– y, probablemente, por las razones arriba aducidas, de Colippo en una dedicatoria �–CIL, II, 338�– en la que el binomio pro f(ilio) Saturnino militante y S(aluti) acentúan �–como sucede en la pieza IRCP, 375 de Ebora:

91 NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L. (coords.): Op. cit., pp. 332-335, Mapa 316. 92 NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L. (coords.): Op. cit., pp. 282-286, Mapa 257. 93 RODRIGO, V., y HABA, S.: Op. cit., pp. 378-379. 94 DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., p. 124 y, sobre el balneario de Baños de Valdelazura,

puede verse RODRIGO, V., y HABA, S.: Op. cit., pp. 362-366.

206

Saluti pro salute�– el carácter salutífero de la referida divinidad y del culto rendido a ella95. Todas estas piezas �–y, por supuesto, las ya comentadas de Baños de Montemayor, en el territorium de Capera�– son, además, árulas de tamaño medio �–nunca mayores de 60 x 25�– típicas, por tanto, como exvotos presentados a la divinidad�– frente a la de Metellinum �–HEp1, 114 de 130 x 35, erigida por un individuo portador de los tria nomina: L(ucius) Tutili[u]s Valentinu[s]�– o de Ebora �–IRCP, 375 de 80 x 38�– tal vez de carácter doméstico y de uso privado.

Sí resulta a destacar el hábito �–constatado en las zonas más romanizadas

y, en este caso, en el conuentus Pacensis�– de que, en el culto a Salus, sean los serui los que dediquen la pieza a la salud de sus amos como sucede en IRCP, 290 de Pax Iulia y presumiblemente en IRCP, 375 de Ebora. En el primer caso es Catulus �–que hace constar su condición de ser(uus)�– el que erige el ara a Salus pro G(aio) Atilio Cordo, gentilicio con ejemplos atestiguados en Pax Iulia (IRCP, 124) y Ossonoba (IRCP, 6096), y en el segundo es un tal Canidius �–tal vez también esclavo�– el que lo hace pro salute Acili Rufini, nuevamente un gentilicio bien atestiguado en el Pacensis y, sobre todo, entre miembros de la elite97. Al margen de que el culto a Salus �–en cualquiera de sus dimensiones�– tuviera especial raigambre entre esclavos98, de demostrarse la vinculación de estas dedicaciones a alguna surgencia de agua, ésta nos estaría ilustrando sobre el procedimiento en que los uota eran establecidos y cumplidos99 tal vez, por otra parte, el único aspecto reseñable del ritual en cuestión. El carácter repetitivo �–y seguramente muy estandarizado incluso desde el punto de vista estructural100�– de las fórmulas votivas empleadas tanto en las dedicatorias a

95 ENCARNAÇÃO, J. d´.: Op. cit., p. 449. 96 NAVARRO, M., y RAMÍREZ SÁDABA, J. L. (coords.): Op. cit., pp. 102-103, Mapa 43. 97 Sobre los Acilii del conuentus Pacensis puede verse M. NAVARRO y J. L. RAMÍREZ

SÁDABA (coords.): Op. cit., p. 72, Mapa 3 y sobre sus conexiones con la élite de la zona, ENCARNAÇÃO, J. d´.: Op. cit., p. 449.

98 REDONDO, J. A.: Op. cit., p. 25. 99 Respecto del caso de Ebora puede verse ENCARNAÇÃO, J. d´.: �“Religião e cultura na

epigrafia de Liberalitas Iulia�”, en Les Villes de Lusitanie Romaine. Hiérarchies et territoires, París, 1990, p. 237.

100 El conjunto de Baños de Montemayor/Capera ofrece un repertorio utilísimo en este sentido. Absolutamente todas las dedicaciones �–excepto una de ellas, CPIL, 58=61 (al respecto puede verse DÍEZ DE VELASCO, F.: Op. cit., p. 89, nº 14/9)�– aparecen encabezadas por el nombre de la divinidad �–con variantes, como vimos, en la manera de invocarla�– al que sigue el del dedicante y la fórmula votiva, normalmente u(otum) s(oluit) l(ibens) a(nimo) o m(erito) y sólo extraordinariamente �–en CPIL, 78�– p(osuit) a(ram) u(olens) o, tal vez mejor, p(osuit) a(ram) u(oto) y que, de hecho, se mantiene en las dedicatorias a Salus procedentes de dicho establecimiento. Otros conjuntos �–como el de Turgalium, por ejemplo, en relación con Salus�– no ofrecen ningún viso de uniformidad ni en las fórmulas �–alternan, de hecho,

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Salus como a las divinidades arriba referidas, apenas se aparta un ápice de los estándares que a este respecto están atestiguados en Hispania101.

3.- Así las cosas, y estando Lusitania, como se anotó al principio, entre un

área de extraordinaria concentración de dedicaciones a divinidades acuáticas como la del Noroeste hispánico �–perteneciente a la prouincia Hispania Citerior�– y otra de igualmente extraordinario vacío de las mismas como la de la Baetica las conclusiones que, desde el punto de vista geográfico, pueden extraerse del repertorio aquí estudiado no deparan �–como podrá suponerse�– demasiadas sorpresas aunque sí subrayan algunos aspectos que no queremos dejar de remarcar. No lo haremos sin antes advertir que el repertorio de datos �–como se habrá podido comprobar�– no es todo lo amplio que se desearía como para no tomar con prudencia las conclusiones que a continuación se expondrán.

Por una parte, el número de dedicaciones desciende a medida que nos

acercamos al conuentus Pacensis y, cuando éstas aparecen, presentan rasgos especiales �–sólo una de ellas, la de Patul[cia] T(iti) f(ilia) [---]a de IRCP, 56 de Ossonoba no está erigida por esclavos a la salud de sus patronos sea cual sea la divinidad a la que se recurre y, además, aun tratándose de dedicaciones de carácter votivo, su formulario es mucho más rico, como tuvimos oportunidad de reseñar anteriormente�– o están orientadas a deidades más habituales en áreas romanizadas como Salus �–con dos casos: IRCP, 375 de Ebora e IRCP, 290 de Pax Iulia�– o Fons �–con uno: IRCP, 437 de Portalegre�– con ausencia total de la divinidad más indígena del catálogo, las Nymphae. El especial arraigo de ésta en el sector oriental del conuentus

las típicamente votivas (uotum a(nimo) l(ibens) s(oluit), en HEp3, 135) con otras más complejas y desprovistas de la alusión al uotum (como a[ram] pr(o)s(e) [suisque] en CPIL, 290)�– ni en la estructura, apareciendo alternativamente Salus bien al principio de la pieza (HEp3, 135 e HEp2, 216), bien al comienzo pero precedida del elemento de consagración de aquélla (s(acrum) S(aluti), en CPIL, 290) o, incluso, al final de la dedicación ([---] / Saluti / p(osuit) m(erito) en CPIL, 322). Aunque, efectivamente, no contamos con demasiados ejemplos como para extraer conclusiones, esta falta de uniformidad en las fórmulas permite pensar que bien estamos ante ofrendas privadas �–sin ningún aparato cultual en torno suyo como el que sí debió existir en Baños de Montemayor�– bien ante, como se anotó, invocaciones de carácter doméstico de Salus dado el carácter multiforme de sus atribuciones.

101 IGLESIAS, J. M.: �“Las fórmulas en las inscripciones latinas votivas de la Hispania Romana: ensayo lógico-estadístico�”, HAnt., 17, 1993, pp. 297-320 y con algunos interesantes planteamientos metodológicos en HOYO, J. del: �“Relación culto-estrato social en la Hispania Romana�”, en Religio Deorum, Sabadell, 1993, pp. 303-308.

208

Emeritensis, en un radio de influencia comprendido grosso modo entre Capera y Auela, y el carácter netamente indígena de sus devotos nos habla bien a las claras de las características habituales de este tipo de culto.

Sí resulta reseñable el aparente protagonismo que determinadas ciudades

adquieren en el número de exvotos con que nos han obsequiado y siempre al margen del caso ya comentado pormenorizadamente de Capera y las Nymphae, con hasta diecinueve testimonios. Así, en Conimbriga se han constatado �–con las salvedades y problemas internos de las mismas a los que ya se aludió�– hasta dos dedicaciones a las Aquae (AE, 1989, 377 y 1946, 8), en Augusta Emerita tres consagradas a Fons (ERAE, 5 y 6 y Fernandes, 2002, nº 10) y en Turgalium cuatro vinculadas a Salus (HEp3, 135 y CPIL, 290, 336 y 382). Aunque estas concentraciones no hacen sino subrayar la propia dinámica conventual de la distribución de las dedicaciones �–Aqua parece tener más arraigo en el sector central del Scallabitanus al que se circunscribiría la dedicatoria Mercurio [A]guaeco (HEp4, 1101) y oriental del Emeritensis, del que proviene la dedicatoria a las Aquae Eleteses de Salmantica (AE, 1914, 19), y, por supuesto, las Nymphae, con el catálogo de las Caperensium predominan en el Emeritensis central�– y parecen corresponderse con áreas de especiales o singulares condicionantes geomorfológicos �–de ahí la concentración de exvotos a Salus en el área de Turgalium, por ejemplo�– sí resulta llamativa la concentración de exvotos a Fons en áreas bien urbanizadas casi como contrapunto al carácter más campestre del culto a las Nymphae102. Así, en la propia capital, Augusta Emerita pero también en Colippo, Scallabis u Olisipo, sobre cuya vinculación con el agua ya comentamos algo más arriba, se concentra el repertorio de ofrendas a Fons. Tal vez en estos casos �–y dada la propia idiosincrasia de la divinidad en cuestión, vinculada también a surgencias no sólo curativas sino, especialmente, potables103�– la dependencia del líquido elemento en estas comunidades �–en tanto que notables y bien desarrollados centros urbanos�– debió estimular la veneración de sus propiedades vitales a partir de este tipo de cultos debiendo tal vez por ello separarse de la dimensión termal curativa que centra hoy nuestra atención. Este principio, como se vio, también podría aplicarse a algunas de las dedicatorias a Aqua, al menos hasta que no contemos con mejores datos sobre el mapa de

102 Este carácter, de hecho, es subrayado por las fuentes casi desde HOMERO, Il. 6, v. 420 y

20, v. 8, por ejemplo. Sobre el papel de las aguas en la colonia Augusta Emerita puede verse la excelente valoración de NOGALES, T.: �“Aquae Emeritenses: Monumentos e imágenes del mundo acuático en Augusta Emerita�”, Empúries, 53, 2002, pp. 89-111, esp. pp. 89-92 sobre la importancia del agua en su configuración y en su vida histórica urbana.

103 HILD, J. A.: Op. cit., pp. 1238-1239 con interesantes reflexiones al respecto.

209 establecimientos termales curativos explotados en época romana en la antigua prouincia Lusitania y del que aquí �–en atención a uno de sus aspectos, el de los exvotos epigráficos a ellos vinculados�– como se ha dicho sólo hemos pretendido trazar una panorámica general que �–probablemente�– habrá arrojado más interrogantes que los que ha contribuido a resolver como no podía ser de otro modo al tratar una cuestión en la que la investigación tiene todavía muchos retos pendientes. Ojalá que nuevos trabajos permitan ajustar aun más los datos del repertorio epigráfico que ha sido objeto de atención a lo largo de estas líneas.

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