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1. INTRODUCCIÓN Con la presente contribución pretende- mos presentar parte de los resultados del estudio de la cerámica medieval aparecida durante la campaña arqueológica del año 2005 en el Cuarto Real de Santo Domingo de Granada. Entre el voluminoso conjunto de materiales recuperados durante esta in- tervención arqueológica, se encuentran un grupo variado y destacado de piezas cerá- micas destinadas a ser empleadas en la pa- vimentación o como recubrimiento de las paredes del edificio. Entre estos materiales hallamos piezas sin acabado superficial o con recubrimiento vítreo, con diversas to- nalidades, que conforman un conjunto in- teresante de esta cronología que merecen ser conocidos por la comunidad científica. El análisis realizado subraya el importante rol que cumplió la cerámica en la arqui- tectura nazarí, no solamente en los aspec- tos funcionales, como servir de pavimento con todas las propiedades de aislamiento térmico y durabilidad que presenta el so- porte cerámico, sino también en aquellos decorativos y simbólicos que permiten ser desarrollados con este material. 2. EL CUARTO REAL DE SANTO DOMINGO. ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN El Cuarto Real de Santo Domingo es uno de los edificios medievales más inte- resantes de los conservados en la ciudad de Granada. A pesar de encontrarse en el corazón de la ciudad, ha quedado en gran parte inalterado, casi fosilizado, con- virtiéndose con ello en un área arqueo- lógica de especial importancia (fig. 1). El edificio y el espacio del que nos ocupamos formó parte de una de las huertas propiedad de la familia real na- zarí. Estaba rodeado por otras huertas y al S quedaba apoyado en la cerca meridio- nal de la ciudad. Actualmente queda en pie una robusta torre de tapial, apoyada en la línea de muralla, ocupada en su in- terior por una gran sala con habitaciones 1 Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas. Universidad de Granada. 7 Alberto García Porras - Laura Martín Ramos 1 LA CERÁMICA ARQUITECTÓNICA DEL PALACIO ISLÁMICO DEL CUARTO REAL DE SANTO DOMINGO (GRANADA) Fig. 1 - Ubicación del Cuarto Real de Santo Do- mingo en el Plano de la Granada Árabe de Seco de Lucena

La cerámica arquitectónica del palacio islámico del Cuarto Real de Santo Domingo (Granada)

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1. INTRODUCCIÓN

Con la presente contribución pretende-mos presentar parte de los resultados delestudio de la cerámica medieval aparecidadurante la campaña arqueológica del año2005 en el Cuarto Real de Santo Domingode Granada. Entre el voluminoso conjuntode materiales recuperados durante esta in-tervención arqueológica, se encuentran ungrupo variado y destacado de piezas cerá-micas destinadas a ser empleadas en la pa-vimentación o como recubrimiento de lasparedes del edificio. Entre estos materialeshallamos piezas sin acabado superficial ocon recubrimiento vítreo, con diversas to-nalidades, que conforman un conjunto in-teresante de esta cronología que merecenser conocidos por la comunidad científica.El análisis realizado subraya el importanterol que cumplió la cerámica en la arqui-tectura nazarí, no solamente en los aspec-tos funcionales, como servir de pavimentocon todas las propiedades de aislamientotérmico y durabilidad que presenta el so-porte cerámico, sino también en aquellosdecorativos y simbólicos que permiten serdesarrollados con este material.

2. EL CUARTO REAL DE SANTO DOMINGO.ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN

El Cuarto Real de Santo Domingo esuno de los edificios medievales más inte-

resantes de los conservados en la ciudadde Granada. A pesar de encontrarse en elcorazón de la ciudad, ha quedado engran parte inalterado, casi fosilizado, con-virtiéndose con ello en un área arqueo-lógica de especial importancia (fig. 1).

El edificio y el espacio del que nosocupamos formó parte de una de lashuertas propiedad de la familia real na-zarí. Estaba rodeado por otras huertas y alS quedaba apoyado en la cerca meridio-nal de la ciudad. Actualmente queda enpie una robusta torre de tapial, apoyadaen la línea de muralla, ocupada en su in-terior por una gran sala con habitaciones

1 Departamento de Historia Medieval y Cienciasy Técnicas Historiográficas. Universidad de Granada.

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Alberto García Porras - Laura Martín Ramos1

LA CERÁMICA ARQUITECTÓNICA DEL PALACIO ISLÁMICO DEL CUARTO REAL DE SANTO DOMINGO (GRANADA)

Fig. 1 - Ubicación del Cuarto Real de Santo Do-mingo en el Plano de la Granada Árabe de Secode Lucena

laterales. Se trataba de una torre residen-cial. La fecha en que fue levantada ha po-dido ser conocida gracias a la datación dela muralla sobre la que reposa. M. GómezMoreno a finales del siglo XIX aún pudover una de las puertas que jalonaban estamuralla, próxima al Cuarto Real de SantoDomingo, b b al- a ar, o del Pescado,poco antes de que fuera derruida. Fue élquien nos ha trasladado el momento enque fue levantada ésta y la cerca dondequedó instalada, ya que en uno de susfrentes existía una placa en la que sepodía leer que fue Mu ammad II (1273-1302) quien la edificó a finales del sigloXIII o principios del XIV (GÓMEZ MORENO

1982, p. 223). La puerta, la muralla y laqubba del Cuarto Real de Santo Domingoparecen ser obras tempranas dentro del

período nazarí, anteriores al momento deesplendor de la dinastía ubicado a me-diados del siglo XIV, cuando se constru-yeron los palacios mejor conocidos de laAlhambra.

Ya en la época de M. Gómez Morenoel único resto que quedaba en pie era elde la imponente qubba, o torre residen-cial, sin duda, su elemento más destacadojunto a algunos edificios anexos que larodeaban. Esta situación no era nueva,sino que había sido heredada de unaetapa anterior, bastante lejana. En efecto,por lo que sabemos, ya desde finales delsiglo XVI, la torre era el elemento predo-minante del denominado Cuarto Real.Documentos gráficos de gran interés,como la plataforma de Ambrosio Vico(fig. 2), impresa a principios del siglo

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Fig. 2 - Ubicación del Cuarto Real de Santo Domingo en la Plataforma de Ambrosio Vico.

XVII sobre diseños de finales de la cen-turia anterior, refleja una realidad seme-jante a la que tuvo hasta mediados delsiglo XIX. Pero las intervenciones realiza-das en los últimos años en este lugar, de-muestran que esta concepción de estepalacio nazarí, que podríamos hacer co-rresponder con el tipificado arquitectóni-camente como “qubba-palacio” (PAVÓN

MALDONADO 1991, pp. 36-47), no res-ponde al concepto constructivo inicial deépoca medieval sino que es resultado deuna fuerte transformación sufrida tras laconquista de la ciudad por las tropas cas-tellanas.

Sabemos que el Cuarto Real pertene-cía a una de las huertas allí ubicadas a fi-nales del período nazarí y que erapropiedad de la familia real. Tras la con-quista estos bienes pasaron a patrimoniode la corona castellana, de los que se des-prendió poco después otorgándoselos ala orden de los Dominicos. En la carta dedonación se dan vagas informaciones,que no han pasado inadvertidas a los in-vestigadores. En ella se habla de «laguerta del Almanjarra mayor, que era dela reyna Horra, madre del rey Muley, conla casa que en la dicha guerta esta…»(SECO DE LUCENA 1975, p. 57), indicandola existencia de edificios de carácter resi-dencial. Es muy probable que la torrefuera conservada, más que por su indu-dable valor artístico, porque les resultarade gran utilidad a los monjes, sus nuevospropietarios, como capilla mientras seconstruía la iglesia de Santo Domingo(CAÑAVATE TORIBIO 2006, p. 288).

Las primeras intervenciones arqueoló-gicas se comenzaron a realizar a princi-pios de la década de los 90 del pasadosiglo. Estas intervenciones, además de unexhaustivo análisis que incluía lectura deparamentos y un estudio de la decoraciónarquitectónica, planteaban una serie de

sondeos arqueológicos dentro y fuera deledificio. Los resultados de las excavacio-nes permitieron constatar la existencia devarios elementos: un espacio antepuestoa la torre abarcando todo su ancho; laplataforma de una alberca octogonal de-lantera, andén lateral, jardín y bóvedas alO de la torre (ALMAGRO-ORIHUELA 1991,pp. 24-40), e incluso permitieron consta-tar la posible existencia de un edificio enel extremo NE del conjunto, frente a laqubba, aunque de características y lími-tes imprecisos debido a lo limitado de lossondeos trazados (GARCÍA GRANADOS

2009). Como resultado de las interven-ciones arqueológicas referidas, se ha con-siderado que el Cuarto Real de SantoDomingo estaba formado por un gran es-pacio ajardinado presidido por la impo-nente torre-qubba acompañada poralgunas construcciones de diferente tipo(alberca, pabellones laterales, etc..). Edi-ficio que entraría, en opinión de A. Al-magro, dentro de la tipología de palacionazarí compuesto por qubba, pórtico yalberca central (ALMAGRO 1996, pp. 77-88).

Años más tarde se iniciaron nuevas in-tervenciones arqueológicas en los alrede-dores de la qubba. Estas intervencionesmostraron la existencia de estructuras decarácter residencial a cierta profundidad,bajo los niveles de huerta. Las estructurasexhumadas en uno de estos sondeos, elmás próximo a la qubba, mostraban laexistencia de un edificio de cierta impor-tancia que parecía tener continuidadhacia el N, es decir hacia el palacete y laqubba (MALPICA-ÁLVAREZ-LUQUE 2003).

Las intervenciones realizadas en losúltimos años (2005-2006) (fig. 3) hancompletado y aportado solidez a estanueva visión de este palacio (GARCÍA-MUÑOZ-NARVÁEZ 2010; GARCÍA-MUÑOZ

2011; GARCÍA PORRAS 2011 y 2012). De los

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resultados de las excavaciones se deduceclaramente que al final de la Edad Media,en el espacio del Cuarto Real de Santo Do-mingo existían más edificios de los que es-tuvieron presentes en el siglo XVI.

Por lo que sabemos, se trataba de unespacio complejo pero bien articulado.Contaba con un edificio central o domi-nante, la qubba, edificio destinado proba-blemente a actividades de carácter oficial,por parte de la familia real nazarí, a la ce-lebración de ciertos actos de protocolo, ala recepción y audiencia, etc. Junto a laqubba, a oriente, se dispuso un pabellónalargado, de dos plantas, acompañado deun andén delantero. Éste rodeaba, al pa-recer, un gran espacio ajardinado central,situado frente a la qubba y frente a estepabellón, donde se instaló una fuente oc-togonal.

Cerraba este jardín por el E, otro edifi-cio de doble planta orientado S-N, desdela cerca hacia el interior del barrio, al quese accedía desde la zona ajardinada, desdeel O (fig. 4). Presentaba una planta rec-tangular con un modelo arquitectónicoposteriormente repetido en otros palaciosgranadinos: un patio central a cielo abiertocon alberca alargada bordeada por sendosjardines bajos y andenes de circulación. El

lado menor S, apoyado en la muralla, dis-ponía de una gran sala con dos alcobas la-terales. Precede esta sala un pórticoabierto al patio con surtidor-fuente circu-lar. Al lado menor frontero se accedíadesde el patio con alberca y parece guar-dar simetría con el anteriormente descrito.Poseía un pórtico, apoyado en pilares deladrillo. Cerrando el patio por ambos cos-tados se instalaron dos pabellones alarga-dos que cerraban el conjunto formandouna planta rectangular. El lado O estabaocupado por un amplio zaguán, por elque se accedía al patio, y por unas esca-leras de acceso a la planta superior ubica-das en la esquina meridional. En la mitadseptentrional de este pabellón encontra-mos una letrina a la que se entraba desdeel patio por medio de un pasillo zigza-gueante, y la cocina, contigua, provista dehorno y pozo aprovechando una mismacanalización de suministro de agua. Al pa-bellón E del palacio corresponden las es-tructuras excavadas en 2003(MALPICA-ÁLVAREZ-LUQUE 2003).

No se ha localizado el acceso a estepabellón, ya que al E del andén orientaldel patio, discurre, en el tramo inspeccio-nado, un muro de tapial. El único huecodocumentado en éste, abierto al pórtico S,

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Fig. 3 - Esquema de la organización del CuartoReal de Santo Domingo a partir de los resulta-dos de las excavaciones arqueológicas.

Fig. 4 - Planta final de las excavaciones (2003,2005 y 2006) en el Cuarto Real de Santo Do-mingo.

da acceso a unas escaleras que ascendíana la segunda planta del edificio. El pabe-llón constaba, por lo que sabemos, de doshabitaciones paralelas dispuestas S-N.

A diferencia de la qubba, vinculada alejercicio del poder por parte de la familianazarí, su propietaria, este gran edificio le-vantado junto a ella, perteneciente almismo conjunto palacial, presenta un ca-rácter más reservado, destinado a ser la re-sidencia doméstica de los monarcas y sufamilia. Como se habrá observado, el mo-delo arquitectónico acometido aquí porlos monarcas nazaríes en una etapa inicialdel reino es el avance del desarrollado in-mediatamente después en la Alhambra,durante el gobierno de Mu ammad III ysobre todo con Y suf I y Mu ammad V me-diando el siglo XIV.

Pero hay algo que nos llama especial-mente la atención, el uso frecuente de ce-rámica para pavimentar y decorar, en casode que presentaran cubierta vítrea, lossuelos y paredes del palacio. El uso de ali-ceres, mamperlanes y azulejos en al-An-dalus se inició antes del reino nazarí. Llegóincluso a alcanzar una etapa de esplendoren época almohade.

3. LA AZULEJERÍA DECORATIVA NAZARÍ

No es mucho lo que se conoce de laproducción azulejera nazarí, aun cuandose sabe con certeza que en el reino deGranada se produjeron piezas de este tipo,ya que fueron utilizadas para la decora-ción de paredes y pavimentos en muchosedificios, entre ellos el Cuarto Real, y mo-numentos levantados en esta época.

Los escasos estudios existentes hanpermitido diferenciar los distintos tipos deplacas cerámicas utilizadas en al-Andalus.Por un lado se encuentran lo que se hadado a conocer como “alicer”. Se trata depequeñas piezas de perfiles geométricosvariados, vidriadas o esmaltadas mono-

cromas. Éstas, convenientemente combi-nadas, permiten diseñar paneles policro-mos más complejos, de gran belleza,denominados “alicatados”. Por lo que sesabe, comenzaron a producirse en al-An-dalus hacia la segunda mitad del siglo XII,durante el periodo almohade (ZOZAYA

1997, BERTI 1999 VALOR PIECHOTTA 1987 yCOLL CONESA 2000), aunque su época demayor desarrollo tendrá lugar durante elreino nazarí de Granada, utilizándosetanto en áreas palatinas como en otros edi-ficios religioso. Dentro de estos alicatadoshan podido diferenciarse dos momentosde utilización que vendrían a correspon-der con el uso de dos gamas cromáticasdistintas: la primera denominada fría, y lasegunda cálida (MARTÍNEZ CAVIRÓ 1992, p.95) (fig. 5).

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Fig. 5 - Panel alicatado del Pórtico N del Patiode los Arrayanes (Alhambra)

Junto a estos alicatados se elaboraron“azulejos”, piezas cuadradas o triangula-res que presentaban la decoración ínte-gra en su superficie, o eran tambiénutilizadas en composiciones más com-plejas. Éstos comenzaron a utilizarse yaen época califal, aunque es desde épocaalmohade cuando comienzan a emple-arse profusamente. Las técnicas utilizadaspara el recubrimiento de estos soportescerámicos fueron también variadas du-rante la época nazarí. Los investigadoresque se han ocupado de su estudio handestacado, sin embargo, aquéllos conjun-tos azulejeros donde se aplicaron técni-cas complejas como la “cuerda seca” o elrelieve, descuidando el análisis de losazulejos esmaltados, por así decirlo, decubierta uniforme. El caso más paradig-mático de aplicación de la “cuerda seca”en azulejos es el de la Puerta del Vino enla Alhambra. Igualmente, por las mismas

fechas, pues se utilizaron en la decora-ción de la Puerta de la Justicia (1348), serealizaban en Granada azulejos en re-lieve, técnica que tomaría gran impulsoen la azulejería sevillana, toledana y ara-gonesa posterior con los denominadosazulejos de “cuenca” o “arista” iniciadosen el siglo XVI. Se trata en ambos casosde técnicas poco extendidas en época na-zarí. Documentadas tan sólo en estasconstrucciones, de ahí su interés y su li-mitado conocimiento (fig. 6).

Los azulejos nazaríes que presentanuna superficie vítrea uniformemente cu-bierta y lisa, vidriada o esmaltada, a pesarde ser más numerosos, han sido, sin em-bargo, menos estudiados. La mayoría fue-ron recubiertos por una capa vidriada oesmaltada monocroma en azul, verde,blanco, melado o negro, similar, portanto, a la empleada en los aliceres. Suproducción podría asociarse a la de éstos,ya sea por estar acabados del mismomodo, por su color, o porque fueron em-pleados con una finalidad funcional y de-corativa prácticamente idéntica. Podríaestablecerse como hipótesis, por tanto,una sucesión cronológica paralela a la se-ñalada en aquéllos (series frías y seriescálidas). La procedencia en ambos casos,aliceres y azulejos nazaríes, de la prece-dente azulejería almohade, parece evi-dente, experimentando una granextensión en el período nazarí, donde,sin solución de continuidad, ya se utili-zaba a finales del siglo XIII. Se sabe quese utilizaron azulejos en la decoración dela demolida Puerta del Pescado, a la quehicimos referencia más arriba, en la cercagranadina, utilizándose abundantementedesde entonces en la qubba del CuartoReal de Santo Domingo, en el Generalifey en los palacios de la Alhambra.

Seguramente el tipo de azulejo mo-nocromo que alcanzó mayor belleza de

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Fig. 6 - Azulejos decorados en relieve (Puerta dela Justicia-Alhambra)

los elaborados en el reino nazarí de Gra-nada fue el recubierto con dibujos dora-dos. En la qubba del Cuarto Real deSanto Domingo, edificio que ha sido con-siderado precursor del arte nazarí, desta-can en la decoración del intradós del arcode acceso, algunos azulejos decoradoscon reflejo dorado. La técnica del doradoya se había empleado en vajilla domés-tica y su utilización estaba ya consolidadaen los talleres cerámicos andalusíes. Elmotivo utilizado en esta banda de azule-jos es de una gran delicadeza: atauriquescon palmetillas y vainas esgrafiadas, mo-tivos que evocan el gusto almohade yque posteriormente veremos en los jarro-nes de la Alhambra, de época nazaríplena. Una de las obras más espectacula-res de este tipo de producción es el ex-cepcional azulejo “Fortuny”. Presenta esteazulejo forma rectangular para servir dedecoración en un dintel de algún palaciogranadino. Sus dimensiones, en conse-cuencia, son considerables, lo que pre-cisó para su labrado de un gran prodigiotécnico. La decoración es extraordinaria:

atauriques (palmetas disimétricas) y mo-tivos vegetales junto a otros de tradiciónclaramente nazarí, como algunos figurati-vos (aves y lobos), el escudo de la bandao los letreros en nasjí. Éstos últimos re-visten una particular importancia, ya quehan permitido datar el azulejo en el rei-nado de Y suf III (1407-1417).

Para esta época tan avanzada, lo máshabitual, sin embargo, era que los azule-jos combinaran el dorado con el azul, taly como se documenta en un azulejo si-milar al “Fortuny” o el conjunto de pie-zas, éstas de menores dimensiones,procedentes de la capilla de San Barto-lomé del Hospital de Agudos de Cór-doba. En éstos aparece una serie defiguras humanas, probablemente alegóri-cas, enmarcadas en una cartela lobuladaazul.

Los ejemplos de azulejos decoradoscon azul y dorado nazaríes, aparte de losya mencionados, no son muy numerosos:algunas piezas de solería depositadas enel Instituto Valencia de don Juan, y otrasque debieron pertenecer a un pavimento

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Fig. 7 - Azulejos procedentes del Peinador de la Reina y el desaparecido Palacio de los Alijares de laAlhambra

idéntico presentes en la Hispanic Societyof America y en el Museo de la Alham-bra. Es probable que esta solería estu-viera colocada en el salón de Comaresdonde aún persisten algunos azulejos ensu posición original. Por el lugar dondefueron colocadas y por las característicasdecorativas que presentan, se cree quequizá debieron elaborarse a mediados delsiglo XIV. Otra pieza conocida es el alizaro mamperlán con decoración epigráficay almenas escalonadas hallado en el Al-baicín, similar al existente in situ en elPeinador de la Reina de la Alhambra (TO-RRES BALBÁS 1931) (fig. 7).

Se trata de un grupo excepcional deazulejos triangulares que, a pesar de nohaberse utilizado el tercer fuego para eldorado, presentan una gama cromáticavariada: dos tonalidades de azul, uno in-tenso y otro diluido, junto al morado opúrpura producido por el óxido de man-ganeso. Los ejemplares llegados hastanosotros son escasos y fueron diseñadospara ser colocados pareados en el pavi-mento. El resultado final es una serie demotivos decorativos de carácter romboi-dal, cuyo tema central aparece inscrito enun octógono de lados curvos.

Con idénticas características técnicas,cromáticas, de composición y con moti-vos decorativos, en parte compartidos, sehallaron algunos azulejos en las ruinasdel Palacio de los Alijares; espacio pala-ciego perteneciente al conjunto de la Al-hambra-Generalife. Éstos presentan unaorganización similar a los del Peinador dela Reina y la decoración aparece igual-mente dentro de un octógono central delados curvos.

Estos dos conjuntos de azulejos son,como podrá observarse, excepcionales.Escasos en número, pero muy llamativosdesde el punto de vista técnico y decora-tivo. Una de las cuestiones que aún no

ha podido ser aclarada de manera defini-tiva, es el momento en que fueron ela-borados. Algunos autores los hanconsiderado relativamente tardíos, poste-riores a la segunda mitad del siglo XIV. Siatendiéramos sólo a las fechas en que fueconstruido el Peinador de la Reina y de-corado el Palacio de los Alijares, deberí-amos considerarlos, siguiendo laspalabras de L. Torres Balbás, posterioresa mediados del siglo XIV (TORRES BALBÁS

1931, p. 209).Hasta hace poco, éstos constituían

uno de los pocos ejemplos de azulejosesmaltados decorados con azul sobreblanco. Recientemente los análisis depastas realizados sobre ciertos materialeshallados en yacimientos de la Liguria (Ita-lia), tierra abierta al tráfico comercial du-rante la Baja Edad Media, han logradoadscribir algunos azulejos a talleres naza-ríes (CAPELLI-PORRAS-RAMAGLI 2005).

Estos azulejos presentan una forma ydimensiones homogéneas. Son cuadra-dos, de alrededor de 10 cms de lado, yestán esmaltados y decorados con trazosde azul cobalto. Presentan distintos moti-vos decorativos, aunque son mayoritarioslos de carácter vegetal, aunque los haytambién heráldicos o figurativos.

4. LOSAS, AZULEJOS, ALICERES Y MAMPER-LANES DEL CUARTO REAL DE SANTO DO-MINGO

En la presente contribución haremosúnicamente mención a los restos medie-vales. Dejamos aparte, por lo tanto, unconjunto de información igualmente im-portante sobre las transformaciones pos-teriores a la conquista castellana de laciudad.

El uso de la cerámica en arquitecturase remonta a tiempos ancestrales. Tal usose debe a los beneficios que éste mate-rial ofrece, no sólo aplicado a la arqui-.

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tectura, sino a muchos otros aspectos coti-dianos. Debido a su ductilidad, es un ma-terial que permite una gran variedad deformas. Igualmente es un material econó-mico y fácil de obtener, que permite ser uti-lizado tanto en el interior como en elexterior de edificios y construcciones. Talesventajas nos hacen comprender el masivouso de la arcilla cocida en tantos espaciosdel primitivo palacio nazarí del Cuarto Realde Santo Domingo.

Como material de tipo funcional, unade sus mayores ventajas radica en su capa-cidad como aislante térmico. En sus aspec-tos decorativos, la cerámica vidriada fueuna de los materiales predilectos durante elperiodo nazarí, como hemos visto, ello sedebe a su facilidad de mantenimiento, suresistencia y accesibilidad así como a la fa-cilidad de combinación de formas y coloresespecialmente en el caso del alicatado, casoen el que nos centraremos y que predo-mina en las estancias halladas en las exca-vaciones del 2005.

Muy cerca de estos espacios se locali-zaba el llamado barrio de los alfareros(raba al-Fajj r n) (ÁLVAREZ GARCÍA 2000). EnGranada, éste se encontraba situado a ex-tramuros de la ciudad, tal era el caso de lamayoría de los centros de producción arte-sanal que se situaban en ámbitos de la pe-riferia de las ciudades andalusíes. Lacercanía del Cuarto Real del Santo Do-mingo con este barrio nos hace pensar quequizá fue precisamente de tales centros al-fareros de donde pudiera proceder la cerá-mica aquí expuesta. Además, Graziela Berti,al hablar de los materiales cerámicos conuna cubierta vítrea empleados para la de-coración de paredes y pavimentos, marca

una diferencia entre éstos y la cerámica demesa y de uso doméstico en general: «i la-terizi rivestiti furono, almeno nella massimaparte dei casi, prodotti nei cantieri edilizi»,ya que era mucho más económico hacervenir a algún ceramista especializado y pro-ducirlos in situ que importarlos (BERTI 1999,p. 42). Un estudio meramente visual de losdesgrasantes de estas cerámicas aportan in-formación sobre esta temática. Todos losmateriales aparecidos en las excavaciones yestudiados aquí poseen desgrasantes demica, un mineral abundante en los depósi-tos aluviales con origen en Sierra Nevada ysus proximidades y que por lo tanto resul-tan indicativos de ser de producción gra-nadina.

En cualquier caso, no podemos descar-tar que estos materiales procedan de otrosespacios productivos. Hace poco fue des-cubierto en los alrededores de la ciudad deGranada, un centro de producción de ma-teriales de construcción de época medie-val.2

Hemos dividido los materiales estudia-dos en el Cuarto Real de Santo Domingoen dos Grupos. Los Materiales de uso ofunción arquitectónica, y los materiales convalor decorativo.

4.1. Materiales de función arquitectónica

En este grupo quedan englobados losmateriales cerámicos utilizados como ma-teriales constructivos sin ningún tipo de de-coración vítrea. En este incluimos losladrillos, los atanores, las losas y los mam-perlanes. Es decir, mayormente materialesde construcción destinados a cubrir pavi-mentos. Como hemos referido anterior-mente, estos materiales no se encontraban

2 Nos referimos a la excavación realizadaal norte de la ciudad, durante las obras para elestablecimiento de una nueva vía ferroviaria.

Agradecemos al arqueólogo Taoufik El AmraniPaaza por las noticias del descubrimiento

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revestidos de ninguna pasta vítrea y de nin-gún tipo de decoración. Aunque este hechono implica que no hubiese intereses en eldespliegue de imaginación y programaciónde aquellas cerámicas destinadas a ser pi-sadas. De hecho sus formas no son homo-géneas, así encontramos diversassoluciones (losas rectangulares, cuadradasde diferentes tamaños y hexagonales). Espor ello, entre otros motivos, por lo queconsideramos importante dedicarle almenos parte de nuestra atención a este tipode materiales aparecidos en el Cuarto Real.

Los ladrillos, con dimensiones estándar(29 × 14 cms) fueron utilizados tanto paraconstrucciones de alzados como para lími-tes de pavimentos. En la zona de la actualAndalucía durante la tardoantigüedad, el la-drillo perdió importancia, debido a que elmaterial más utilizado fue la piedra. Ello sedebe a que se continuó durante un tiempocon la tradición de Edad Antigua de darmayor protagonismo al material pétreo.Aun así, a partir de la época Almorávide yAlmohade el ladrillo pasó a ser protagonista

continuando tal predominio hasta épocamudéjar (PAVÓN MALDONADO 1984 p. 331).

En cuanto a las dimensiones, debe deser señalado que en el área en la que tra-bajamos no se han desarrollado estudiosmensiocronologicos de ladrillos y otros ma-teriales como las losas, encontrándose es-casa bibliografía relativa al periodo nazarí.Es en otras zonas españolas como el Le-vante (PÉREZ CAMPS – CATALÁ CARPINTERO

2003) o en otros países como en Italia(MANNONI 1984; QUIRÓS 1996) donde se hadedicado una mayor atención a este tipode argumentos. De todos modos es unasunto interesante, ya que como señalaQuirós Castillo «la … elaboración de datospuede mostrar cómo aspectos dimensiona-les o microformales se convierten en dis-criminantes cronológicos de granimportancia; o incluso se pueden desarro-llar otros discriminantes que no se basenexclusivamente sobre el aspecto formal yconsideren otras características del edifi-cio.»(QUIRÓS CASTILLO 1996 p.182).

En lo que respecta a los ladrillos anda-lusíes, Pavón Maldonado divide en dos lostipos de proporción de la Península Ibérica.Mientras que la anchura equivale a de lalongitud en las dos Castillas y en León; enExtremadura, Norte de África, Levante, Ara-gón y Andalucía equivale a una proporciónde ½. Igualmente apunta la hipótesis deque en el siglo XIV se documenta la llegadade alarifes de Andalucía a la zona de To-ledo, ya que aparecen en la ciudad del Tajoladrillos con proporciones de ½, en con-creto de 28 ×14’5 cms, unas medidas muyparecidas a las del Cuarto Real de SantoDomingo (29 × 14 cms) (PAVÓN MALDONADO

1984 p. 333).En cuanto a las losas, se han individua-

lizado cuatro diferentes formas. Por un ladolas rectangulares de diversos tamaños. Lasde tamaño mayor sirvieron para pavimen-tar la alberca y el andén que la circundaba

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Fig. 8 - Fotografía del andén y pórtico aparecidosdurante las excavaciones en el Cuarto Real deSanto Domingo

(fig. 4.A), mientras que las de tamaño me-diano fueron halladas como pavimentacióndel andén que circundaba a la gran alberca,en el interior de las estancias, zaguán deentrada y pórticos (fig. 4B y fig. 8). Estasfueron dispuestas a cartabón, una soluciónque fue asimismo adoptada en el andénque rodeaba la alberca del palacio del Par-tal de la Alhambra.

Igualmente han sido documentadas lo-setas cuadradas, poligonales y rectangula-res, realizadas con una cerámica menosdepurada que las últimas y con un mayorgrosor (fig. 9). De las dos primeras desco-nocemos su ubicación, mientras que las úl-timas las hemos documentado en variosespacios del palacio (fig. 4.C).

En algunos casos, los límites de los pa-vimentos eran sellados con una línea demamperlanes a modo de alfiz (fig. 8). Estamorfología, que era preferentemente utili-zada como frente de escaleras y escalones,encuentra de este modo en este espaciouna solución diferente. En el momento deconstrucción, primero se colocaban losmamperlanes que delimitaban el borde delsuelo y sobre ellos las losas que conforma-ban el pavimento. Nos referimos dentro deeste grupo de cerámica funcional única-mente a los mamperlanes no vidriados.

Las excavaciones dieron lugar igual-mente al hallazgo de algunos atanores o tu-berías, cuya función era la conducción deaguas a los espacios de letrinas y cocinapreviamente citados. En lo que se refiere aestos materiales en concreto, sus caracte-rísticas le hacen diferentes a otras canaliza-ciones de cronologías posteriores. Dehecho estas canalizaciones nazaríes son deuna arcilla muy depurada.4.2 Materiales con valor decorativo

El periodo del Reino Nazarí de Granadafue uno de los momentos de máximo es-plendor del uso de la técnica de la cerá-mica vidriada para decoración

arquitectónica. Llama la atención que mien-tras que en el revestimiento de las vajillascerámicas de cocina y mesa el recubri-miento vítreo fue usado pronto, en el casode su aplicación en arquitectura tardó enaparecer (BERTI 1999 p. 29).

Son pocos los ejemplos que se encon-traron en las últimas excavaciones delCuarto Real de azulejería nazarí. Aunque,vale la pena destacar dos ejemplos muy in-teresantes. Nos referimos a dos azulejos de-corados con cubierta esmaltada contrazos decorados con cobalto y manga-neso aparecidos uno en las excavacionesdel año 2002 y en las del 2005 (fig. 10).Estos muestran una figuración geométrica

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Fig. 9 - Losetas de diferentes formas aparecidasen las excavaciones en el Cuarto Real de SantoDomingo.

Fig. 10 - Azulejos esmaltados con decoración enazul y negro

con forma de estrella. La presencia del azulcobalto y el manganeso sobre un fondode esmalte blanco es lo que ha captadonuestra atención. Teniendo en cuenta lacronología del palacio, éstos son conse-cuentemente unos de los primeros ejem-plos de azulejos decorados en cobalto ymanganeso hasta ahora encontrados enEspaña. La aparición temprana de este tipode decoración en espacios vinculados a ladinastía nazarí, ha permitido pensar en eluso propagandístico que este tipo de mate-riales pudo asumir (GARCÍA PORRAS 2012),uso que ha podido constatarse en otras pro-ducciones cerámicas.

Sin duda, uno de los mayores protago-nistas en la decoración arquitectónica delCuarto Real de Santo Domingo son los ali-ceres, cuya combinación da lugar al panelllamado alicatado. Utilizados tanto en inte-riores como en exteriores, para revestir su-perficies parietales y pavimentales, lacombinación de estas diferentes molduraspermitía un gran despliegue imaginativo(FELIU FRANCH 2001, p. 149). Aunque susmotivos sean predominantemente geomé-tricos, los temas de estos paneles podíandesplegar también una iconografía epigrá-fica y figurativa. En el caso de la geométrica,

la evolución de estos patrones en la deco-ración islámica fue desde el uso de las for-mas simples como aquellas cuadradas haciaotros tipos de polígonos más complicados,tal y como las estrellas (EMBI-YAHHA 2012).

En su elaboración intervenían dos tiposde artesanos: el ceramista preparaba losfragmentos monócromos que daba al ala-rife especializado, el cual diseñaba los mo-tivos geométricos, cortaba los necesariosaliceres y montaba el panel (de hecho la pa-labra alicatado procede del árabe qat`a, esdecir, cortar). Las piezas se disponían bocaabajo sobre una superficie plana y se cu-brían con el mortero de cal. Una vez con-formado el panel se colocaba en la pared(RAMAGLI 2013, p. 57).

Se ha conservado in situ un ejemplo deesta decoración, tal es el caso del alicatadoque decoraba los espacios relacionados conla habitación privada situada en la crujía Sdel palacio hallado en las excavaciones delaño 2005 (fig. 11). La fuente fue decoradacon la técnica del alicatado combinandorombos blancos y negros delimitados porrectángulos turquesas y blancos (fig. 12). Elespacio que la rodeaba y el pavimento delumbral de entrada a la estancia privada fue-ron decorados con una solución parecida:

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Fig. 11 - Pórtico S del edificio hallado durante lacampaña de excavación de 2005

Fig. 12 - Surtidor ubicado en el centro del pórticoS del palacio.

una combinación de estrellas de ocho pun-tas y cruces blancas, igualmente delimitadospor rectángulos turquesas (fig. 13).

Un paralelo de este motivo decorativoha sido hallado en el complejo abacial deSan Fruttuoso en Capodimonte, donde sehan encontrado casi 170 estrellas de ochopuntas y en cruz revestidas por un esmalteblanco, verde o marrón. La datación atri-buida a estos hallazgos se encuentra entrefinales del siglo XIII y principios del XIV(RAMAGLI 2007 p. 14), aunque no se conoceexactamente la procedencia de estos frag-mentos. En este caso las estrellas miden unmáximo de largo de 11’7 cms mientras queen el caso de las estrellas blancas del CuartoReal tienen una longitud máxima de 7’4 cmsy las cruces negras 7’3 cms mientras que enel complejo italiano son de 11’4 cms (PESSA-RAMAGLI p.116).

Durante el transcurso de las excavacio-nes desarrolladas en el año 2005, aparecie-ron en estratos de derrumbe relacionadoscon las estancias privadas de los palaciosuna serie de mamperlanes vidriados en azulcobalto y turquesa (fig. 14). Considerandoque tal habitación se encontraba a una al-tura más elevada que el pórtico que le dabaentrada y que esta tipología cerámica se usa

normalmente para decorar escalones, po-demos lanzar la hipótesis del uso de estosmamperlanes como decoración del escalónque daba acceso desde el pórtico de lafuente.

Igualmente en tales estratos de de-rrumbe aparecieron una gran variedad dealiceres de diferentes colores y formas, uti-lizados seguramente como decoración pa-rietal. Entre ellos se encontraban estrellas deocho puntas (fig. 15 a) en diferentes colores:en azul cobalto, turquesa, blanco y negro;triángulos almenados (fig. 15 b) en blanco

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Fig. 13 - Umbral de acceso desde el pórtico alsalón meridional del palacio.

Fig. 14 - Mamperlanes encontrados en las exca-vaciones realizadas en 2005.

Fig. 15 - Aliceres de diferentes formas y coloresrecuperados en las excavaciones de 2005.

y negro; rectángulos en blanco, turquesa,marrón y azul cobalto; cruces (fig. 15 c)en negro, blanco y azul cobalto; triángu-los (fig. 15 d) en blanco y negro; cuadra-dos (fig. 15 e) en negro, blanco, verdeoscuro y turquesa; formas romboidales(fig. 15 f) en negro y blanco; formas enflecha (fig. 15 g) en turquesa y blanco;coronas (fig. 15 h) en blanco; estrellas(fig. 15 i) fugaces en azul cobalto y negro;lágrimas en blanco y pequeños rectángu-los cuya función era delimitar los dife-rentes espacios del dibujo geométrico,apareciendo únicamente con coberturaesmaltada en blanco (fig. 15).

5. CONCLUSIONES

La cerámica nazarí todavía se encuen-tra, en muchos de sus aspectos, en un es-tado de la cuestión. Uno de ellos es suvertiente en relación con la arquitectura.Con el presente hemos querido realizar unaprimera incursión en estos aspectos a par-tir del análisis de los ricos materiales recu-poerados en las excavaciones del CuartoReal de Santo Domingo, así como estable-cer algunos antecedentes y las bases de lacerámica arquitectónica de los palacios de

la Alhambra. De este modo, podemos decirque a diferencia de aquello que se observaen tales palacios nazaríes, en el caso de lasexcavacioens del Cuarto Real de Santo Do-mingo, el uso del alicatado se encuentracomparativamente más difundido en la de-coración de pavimentos. Debe tenerse encuenta, claro está, que los muros docu-mentados conservaban sólo parte de su al-zado. Si nos resulta especialmenteinteresante contemplar como en la cons-trucción de este palacio se recurrió a unaamplia gama de productos cerámicos,desde los ladrillos de diferentes formatos aazulejos esmaltados. La utilización discre-cional de unos u otros debió de guardaruna relación directa con la jerarquía de losdiferentes espacios del palacio y con el sig-nificado que estos materiales pudieron asu-mir en las distinats áreas de este conjunto.

El protagonismo de la cerámica comomaterial constructivo en tiempos nazaríeses un dato a resaltar, así como su conti-nuación y amplio despliegue durante elllamado periodo mudéjar, no sólo en loque fue el reino nazarí de Granada sinoen otros espacios a latitudes más altas. Es-pecialmente interesantes son los focos deZaragoza y Toledo.

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