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1 CADES Cuerpo Académico de Estudios Sociales UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA A través del Cuerpo Académico de Estudios Sociales CA-108 del Instituto de Investigaciones Sociales Instituto de Investigaciones Culturales Facultad de Ciencias Humanas Colegio Estatal de Sociólogos del Estado de Baja California L I B R O D E P O N E N C I A S Foro Derechos Humanos de las Mujeres en la Educación Superior CUERPO ACADÉMICO DE ESTUDIOS SOCIALES COORDINADORES

Mujeres en las universidades. Oportunidades y obstáculos de género para las mujeres que practican deporte en las universidades, p. 249-270

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1

CADES

Cuerpo Académico de Estudios Sociales

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA

A través del Cuerpo Académico de Estudios Sociales CA-108 del

Instituto de Investigaciones Sociales Instituto de Investigaciones Culturales

Facultad de Ciencias Humanas Colegio Estatal de Sociólogos del Estado de Baja California

L I B R O D E P O N E N C I A S

Foro Derechos Humanos de las Mujeres en la Educación Superior

CUERPO ACADÉMICO DE ESTUDIOS SOCIALES COORDINADORES

2

CADES Cuerpo Académico de Estudios

Sociales

25 DE NOVIEMBRE 2014 MEXICALI, BAJA CALIFORNIA, MÉXICO

L I B R O D E P O N E N C I A S

Foro Derechos Humanos de las Mujeres en la Educación Superior

CUERPO ACADÉMICO DE ESTUDIOS SOCIALES CORDINADORES DEL FORO DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES EN LA EDUCACIÓN

SUPERIOR

Lya M. Niño Contreras

Universidad Autónoma de Baja California

Dra. Norma Alicia Fimbres Durazo Instituto de Investigaciones Sociales

Dr. Luis A. Ongay Flores

Instituto de Investigaciones Culturales-UABC

Mtro. Jesús Adolfo Soto Curiel Facultad de Ciencias Humanas

Edgardo Contreras Rodríguez

Colegio Estatal de Sociólogos de Baja California

3

LIBRO DE PONENCIAS FORO “DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES

EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR”

Cuerpo Académico de Estudios Sociales

Instituto de Investigaciones Sociales

Universidad Autónoma de Baja California

D.R. © 2014, Universidad Autónoma de Baja California

Instituto de Investigaciones Sociales

Cuerpo Académico de Estudios Sociales

Edificio de Investigación y Posgrado,

3er. Piso Unidad Universitaria, Blvd. Benito Juárez s/n,

Mexicali B.C., México - CP 21280

Tel: 52 (686) 5662985 y (686) 5660658

[email protected]

Coordinadora:

Lya Margarita Niño Contreras

Edición y corrección:

Diana Michel González Ochoa y Adriana María Peregrina Cárdenas

Coordinadora editorial UABC:

Maricela López Ornelas

ISBN: 978-0-9908236-6-7

4

L I B R O D E P O N E N C I A S

Foro Derechos Humanos de las Mujeres en la Educación Superior

Memoria digital que contempla las ponencias aceptadas, por el comité editorial y

organizador y presentadas en el Foro Derechos Humanos de las Mujeres en la

Educación Superior.

5

ÍNDICE

Presentación

8

Presentación del libro: La violencia en el lenguaje o el lenguaje

que violenta, equidad de género y lenguaje, de Anna María

Fernández Poncela

María Candelaria Pelayo Torres

9

Reticencias y posibilidades en torno a la utilización de un

lenguaje menos violento y más equitativo

Anna María Fernández Poncela

12

Avances y retos en la transversalización de la perspectiva de

género en las IES en México.

Dora Rodríguez Soriano

38

Los derechos humanos. Un camino lleno de pendientes para

las mujeres.

Sara Amelia Espinosa Islas

56

Violencia de género en universidades públicas, privadas,

confesionales e indígenas de San Luis Potosí. Una propuesta

de investigación

Consuelo Patricia Martínez Lozano

75

La escasa mirada femenina en los ámbitos de la ciencia

Lidia Alejandra Suárez Sánchez

102

6

Habilidades socio-emocionales e identidad para la prevención

de la violencia de género en educación superior de zona rural

Sandra Carina Fulquez Castro y Angélica Flores González

108

Acoso laboral y agresiones sexuales en el trabajo universitario.

Un estudio de caso de una Universidad Estatal

Veronika Sieglin, Alma Leticia Verástegui González, Leticia

del Carmen Romero Rodríguez y Jesús Nicolás Gracida

Galán

131

Derechos humanos de las mujeres y mobbing en las

instituciones de educación superior.

Elvia Méndez Fregozo

157

Una universidad patriarcal: La Autónoma de Baja California

Aidé Grijalva Larrañaga

172

Un esbozo de las mujeres en la UABC Facultad de Derecho

Mexicali

Sergio Gilberto Capito Mata y Marina Gisela Hernández

García

189

Resonancia de la política de equidad y género en la UABC

Silvia Leticia Figueroa Ramírez y Margarita Barajas Tinoco

201

Actualización del lema universitario de la UABC: desafío de

visibilizar a la mujer

Lya Niño Contreras, Agustín Sández Pérez y José Moreno

Mena

212

7

El derecho humano a la igualdad de género y a la no

discriminación de la mujer en la vida política y pública

María Candelaria Pelayo Torres y Erika Cárdenas Briseño

226

Oportunidades y obstáculos de género para las mujeres que

practican deporte en las universidades

Gizelle Guadalupe Macías González y José Guadalupe

Alcántar Vallín

Comentarios al libro: “La violencia en el lenguaje o el lenguaje

que violenta, equidad de género y lenguaje” de Anna María

Fernández Poncela

Agustín Sández Pérez

249

270

8

PRESENTACIÓN

La Universidad Autónoma de Baja California, a través del Cuerpo

Académico de Estudios Sociales CA-108 del Instituto de Investigaciones Sociales/

Instituto de Investigaciones Culturales/Facultad de Ciencias Humanas y el Colegio

Estatal de Sociólogos de Baja California, en esta ocasión, fueron los convocantes

a participar en el Foro: Derechos Humanos de las Mujeres en la Educación

Superior, efectuado el día 25 de noviembre de 2014, en las instalaciones del

Instituto de Investigaciones Sociales de la UABC, ubicado en Avenida Benito

Juárez S/N. Edificio de Vicerrectoría, 3er Piso campus Mexicali

México hizo reformas estructurales en el 2011 a la Constitución en materia

de Derechos Humanos, en estas se comprometió a abstenerse de incurrir en todo

acto de práctica de discriminación contra la mujer y velar porque las autoridades e

instituciones públicas actúen de conformidad con esta obligación, así como la de

tomar todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la

mujer, incluso de carácter legislativo para modificar o derogar leyes, reglamentos,

usos y prácticas que constituyan discriminación contra la mujer.

Muchas Instituciones de Educación Superior en el país están en proceso de

transversalizar la perspectiva de género. Para esto, están incorporando un

lenguaje institucional no sexista, actualizando lemas y escudos universitarios,

incorporando protocolos de acoso sexual entre otros. De ahí la pertinencia de

discutir y adecuar el marco normativo en la Educación Superior en términos de

una perspectiva de género.

El objetivo de este documento es discutir y debatir sobre los Derechos

Humanos de las Mujeres en la Educación Superior y proponer alternativas para su

prevención, promoción y protección.

9

PRESENTACIÓN DEL LIBRO: LA VIOLENCIA EN EL LENGUAJE O EL

LENGUAJE QUE VIOLENTA, EQUIDAD DE GÉNERO Y LENGUAJE

DE ANNA MARÍA FERNÁNDEZ PONCELA

María Candelaria Pelayo Torres

Con La violencia en el lenguaje o el lenguaje que violenta, Equidad de

género y lenguaje, Anna María Fernández Poncela nos concientiza de cómo el

lenguaje transforma la realidad. Nos alerta sobre cómo el lenguaje nos transforma

a los seres humanos y cómo nosotros transformamos al lenguaje.

El lenguaje une o desune, ayuda a la integración social o es una fuerza de

disolución. Con un fino sentido del humor, la autora expone cómo el lenguaje ha

sido utilizado para minimizar a la mujer. Denuncia el androcentrismo y el sexismo

que impera en su utilización. Explica que los diccionarios no sólo reproducen los

vocablos sino la ideología, la cultura, la cosmovisión, el universo simbólico

legitimador o el imaginario social. Por ejemplo, respecto de las palabras hombre y

mujer definen:

Hombre: ser dotado de inteligencia y de un lenguaje articulado, clasificado

entre los mamíferos del orden de los primates y caracterizado por su cerebro

voluminoso, su posición vertical, pies y manos muy diferentes,… El hijo del

hombre, Jesucristo. Hombre de bien, persona honrada y formal,.. Hombre de

Estado, estadista,.. Hombre de mundo el que tiene mucha experiencia en el trato

social. Hombre de bigotes, el que tiene entereza y seguridad,.. De hombre a

hombre, de poder a poder.

Mujer: Persona del sexo femenino. La que ha llegado a la pubertad: es

mujer. Esposa: Salí de casa con mi mujer y mis hijos. Mujer de bandera, bella

mujer. Mujer de arte, de la vida, de mal vivir, perdida, pública, prostituta. Mujer de

su casa, la que tiene gobierno y disposición para mandar o ejecutar los

quehaceres domésticos y cuida de la hacienda y familia con exactitud y diligencia.

10

Mujer fatal, la que tiene una seducción irresistible. Ser mujer, llegar una moza al

estado de menstruar. Tomar mujer, contraer matrimonio.

Ante tales definiciones, infiere la autora que la mujer parece estar ante una

única disyuntiva: casarse o prostituirse. Esta manera de usar el lenguaje es una

señal de desvalorización social de la mujer y a la vez un método para continuar

desvalorizándola. Citando a Deborah Tannen, Anna María Fernández expone:

Las palabras importan. Aunque creamos que estamos utilizando el

lenguaje, es el lenguaje quien nos utiliza. De forma invisible moldea nuestra forma

de pensar sobre las demás personas, sus acciones y el mundo en general. Por

ello, el uso del lenguaje- lo que se dice y se hace al decir y al nombrar el mundo

con palabras- es un acto nada inocente, ya que el modo en que utilizamos el

lenguaje no sólo afecta el intercambio comunicativo entre las personas, sino

también el modo en que designamos la realidad y en consecuencia, a la manera

en que accedemos al conocimiento del mundo en que vivimos.

Ciertamente el lenguaje no es inocente. Por lo que respecta a los géneros,

denota que no hay equidad. Wittgenstein explicó que existen tantos juegos del

lenguaje como actividades humanas, cabría agregar que también hay juegos del

lenguaje propios de las intenciones humanas.

La violencia que a través del lenguaje se inflige a los grupos vulnerables,

incluida la mujer, ha sido motivo de regulación jurídica. En esta obra, Fernández

Poncela, describe cómo desde 1975, en la primera Conferencia Internacional de la

Mujer, que tuvo lugar en México, se abordó el tema concreto de la violencia en el

lenguaje. Posteriormente, en 1994 con la Convención Interamericana para

prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, conocida como

Convención de Belem do Pará, se estipula de forma explícita y precisa que la

violencia contra la mujer constituye una violación de los derechos humanos y las

libertades fundamentales y limita total o parcialmente a la mujer el reconocimiento,

goce y ejercicio de tales derechos y libertades. Más específicamente, en la

Plataforma de Acción, surgida de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer,

11

celebrada en Beijing en1995, se reafirman los derechos de las mujeres, el disfrute

pleno de la vida, las libertades fundamentales y las condiciones de igualdad entre

hombres y mujeres. Este instrumento jurídico internacional es de suma

importancia pues en él se remarca que los derechos de las mujeres son derechos

humanos y se definen los tipos de violencia: física, sexual y psicológica, y las

formas de prevenirla o eliminarla.

Igualmente, la autora refiere que en las Recomendaciones emitidas por la

UNESCO en 1989 para un uso no sexista del lenguaje, se concibe a los prejuicios

sexistas que el lenguaje transmite sobre las mujeres como un reflejo del papel

social atribuido a éstas durante generaciones. De hecho, a pesar de que están por

cumplirse 40 años de la citada Primer Conferencia Internacional de la Mujer, la

violencia en el lenguaje o el lenguaje que violenta sigue siendo un problema

social.

En este escenario, la lectura de la obra de Anna María Fernández Poncela,

que hoy tenemos el privilegio de presentar, se erige como un ejercicio liberador de

prejuicios, que abona a la construcción de una realidad más igualitaria. La

violencia en el lenguaje o el lenguaje que violenta, Equidad de género y lenguaje

es una obra sumamente completa porque además de la parte teórica, informativa

y formativa, contiene una Guía práctica para promover un lenguaje respetuoso e

incluyente. Es decir, no sólo expone/denuncia el añejo y enraizado problema de la

violencia en el lenguaje, sino que aporta herramientas para el uso no

discriminatorio del mismo. Como anexos, incluye subtemas entre los que resalta el

titulado Recomendaciones para la detección de un lenguaje sexista y

androcéntrico.

Leer esta obra además de ameno e ilustrativo resulta transformador.,…

¡cosas del buen uso del lenguaje!

12

RETICENCIAS Y POSIBILIDADES EN TORNO A LA UTILIZACIÓN DE UN

LENGUAJE MENOS VIOLENTO Y MÁS EQUITATIVO

Anna María Fernández Poncela1

RESUMEN

El artículo revista varios aspectos de la violencia hacia las mujeres en el

lenguaje desde el androcentrismo y el sexismo lingüístico. El artículo también

presenta consejos para evitarlo. Primero presenta y revisa algunos conceptos para

contextualizar el tema. Segundo se muestran ejemplos prácticos a modo de

consejos para contestar los típicos argumentos en contra y los argumentos a favor

de la utilización de un lenguaje más equitativo. En especial se hace hincapié en

las alternativas que existen, enumerando posibilidades que la lengua tiene para

evitar enunciados violentos y discriminatorios.

INTRODUCCIÓN

“El lenguaje es la clave del significado, porque todas las

explicaciones y las teorías tienen lugar dentro del lenguaje” (Hare-Mustin y

Marecek, 1994:17).

La violencia en el lenguaje es algo existente hoy, sin embargo no es muy

percibida y menos estudiada. Entre sus diversas formas traemos a estas páginas

una revisión y reflexión alrededor de la violencia intergenérica verbal y simbólica,

que tiene que ver con la psique y la cultura, con el mundo emocional y las formas

simbólicas, la representación cultural y las estructuras lingüísticas. La violencia

física y la sexual hacia las mujeres han sido más abordadas académicamente, son

más vistas y conocidas, denunciadas y legisladas en varios países y en nuestros

días. De la violencia de género en el lenguaje, es decir, hacia o sobre las mujeres,

1 Universidad Autónoma Metropolitana/Xochimilco, México DF correo electrónico,

[email protected]

13

se comenta pero no se le ha prestado la suficiente atención e importancia que

merece.

En general se trata fundamentalmente y de manera específica de dos tipos

de violencia simbólica y verbal, toda vez que constituye también una

discriminación hacia las mujeres a través de una determinada utilización del

lenguaje, la que las oculta por un lado –“el hombre es un ser inteligente”-, y de

otro, la que las muestra para descalificarlas –“las mujeres tienen largo el cabello y

corto el entendimiento”2-. El género gramatical masculino utilizado como genérico

oculta y excluye a la población femenina, sin embargo, según un reciente

posicionamiento público de la Real Academia de la Lengua Española en la

defensa de su utilización tradicional, ésta justificaba que el masculino se trata de

un género no marcado, esto es, que abarca el conjunto de todos los individuos de

una especie, y según esto, sin distinción de sexo. Así las cosas van a seguir la

discusión gramatical, al parecer, por un buen tiempo. El otro caso, la

desvalorización semántica de las mujeres que tanto tiene que ver con la cultura,

las formas simbólicas y las expresiones verbales –orales o escritas- es una

cuestión de más largo alcance y algo más compleja de solucionar que con una

elección lingüística concreta como en lo anterior –que ya vimos no es tan fácil-, ya

que hay cuestiones como la utilización tradicional y reiterada de determinados

adjetivos calificativos para cada sexo, formas determinadas de nombrar, roles y

estereotipos de género varios.

De hecho, es posible afirmar que se trata de una violencia, la del lenguaje,

en parte reflejo de la sociedad, por supuesto y esto no se puede negar, pero en

parte también constructora y reproductora de la violencia en la propia sociedad.

No es tan clara y dura como la violencia física directa –una paliza o una violación-

o tan vista y sentida quizás como la violencia social-estructural –la pobreza o la

falta de educación-, sin embargo, colabora en la reiteración de las dos anteriores

2 Dice el refrán popular, sin embargo para aquellas personas que piensen que eso es parte de la cultura popular también hombres “notables” de la historia de la humanidad han dicho cosas semejantes: “Hombre, tú eres el dueño, la mujer tu esclava, Dios lo ha querido así…Vuestras mujeres son vuestras sirvientas y vosotros, sus dueños” San Agustín. Y a quien se le antoje la cita muy antigua en el tiempo, puede revisar la publicidad o el tratamiento de la prensa actual de las mujeres políticas, o por parte de los hombres de sus propios partidos políticos, el juicio, la descalificación y la burla de la que son objeto, en ocasiones.

14

toda vez que las legitima e incluso justifica. No en vano Pierre Bourdieu afirma

como la dominación masculina se ejerce, entre otras cosas, a través de la

violencia simbólica “de la comunicación y del conocimiento” (Bourdieu, 2000:12). Y

en esto es clave el lenguaje y su utilización.

Este texto pasa revista a algunos de los aspectos de la violencia hacia las

mujeres en el lenguaje desde el androcentrismo y el sexismo lingüísticos, así

como enumera brevemente claves para su evitación. Tras una presentación y

reflexión sobre cuestiones de carácter teórico y conceptos centrales que enmarcan

y centran el tema, se pasa a presentar asuntos ya de carácter más práctico como

la revisión y contestación a los típicos argumentos en contra y los argumentos a

favor de la utilización de un lenguaje más equitativo. En especial las alternativas

que existen en torno a lo segundo, en el sentido de mostrar el marco de

posibilidades con que la lengua cuenta con objeto de evitar la violencia y la

discriminación. Se intenta presentar, explicar y comprender esta realidad social, su

problemática, así como, la posibilidad de su solución. Y lo que es más importante

la sensibilización y el darse cuenta, la concienciación, y en la medida de lo posible

y deseable la apertura al cambio.

LA CULTURA Y LAS FORMAS SIMBÓLICAS

Cultura es “el patrón de significados incorporados a las formas

simbólicas –entre las que se incluyen acciones, enunciados y objetos

significativos de diversos tipos- en virtud de los cuales los individuos se

comunican entre sí y comparten sus experiencias, concepciones y

creencias” (Thompson, 1993:145).

Partimos de la concepción de cultura, más allá de las múltiples definiciones

existentes en torno a la misma, como un documento activo, y como dice Clifford

Geertz es un “sistema de interacción de signos interpretables” y a las ciencias

sociales las define como un acercamiento con objeto de “ampliar el universo del

15

discurso humano” (Geertz, 1995:27)3. Y añade este mismo autor que el estudio de

las dimensiones simbólicas como el arte, la ideología, la religión, la ciencia, la

moral, la ley o el sentido común, “no es apartarse de los problemas existenciales

de la vida para ir a parar a algún ámbito empírico de formas desprovistas de

emoción; por el contrario es sumergirse en medio de tales problemas” (Geertz,

1995:40). Aquí añadiríamos también a las narrativas sociales, las

representaciones culturales y el lenguaje, entre otras formas simbólicas, al listado

que este antropólogo nos propone.

Sobre las formas simbólicas John B. Thompson4 señala que “están

arraigadas en contextos sociales estructurados que implican relaciones de poder,

formas de conflicto, desigualdades en términos de la distribución de recursos y así

sucesivamente. Este énfasis dual define lo que llamo la “concepción estructural”

de la cultura. En este sentido, los fenómenos culturales pueden considerarse

como formas simbólicas en contextos estructurados; y el análisis cultural puede

concebirse como el estudio de la constitución significativa y la contextualización

social de las formas simbólicas” (Thompson, 1993:13). Esto es, toda forma

simbólica se produce, reproduce o transforma en un contexto histórico-espacial

concreto, el cuál presenta ciertas relaciones de poder y no es ajeno al conflicto,

viene a decirnos Thompson.

El lenguaje, como señalamos, es parte de la cultura, una representación

cultural, además de una forma simbólica específica, y añadiríamos, ampliamente

utilizada.

3 Se refiere a la antropología, sin embargo, como él mismo reconoce, no es ésta la única que tiene dicho fin.

Así mismo, cuando mencionaba a los signos también señala que podría hablar de símbolos. 4 Se inspira en Geertz pero lleva su reflexión un poco más lejos. Su definición de cultura, que también nos

interesa para los efectos de este texto, ya ha sido citada con anterioridad.

16

LA VIOLENCIA DE GÉNERO5 Y EL LENGUAJE

“¿Podría el lenguaje herirnos si no fuéramos, en algún sentido, seres

lingüísticos, seres que necesitan del lenguaje para existir?” (Butler,

2004:16)

Consideramos que violencia es toda acción u omisión, directa o indirecta

que limite o impida el libre ejercicio de los derechos humanos de una persona. La

violencia de género y citando a las Naciones Unidas: “se entiende en todo acto de

violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener

como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así

como las amenazas de tales actos, la coacción o privación arbitraria de libertad,

tanto si se produce en la vida pública como en la privada”. Hay varios tipos de

violencia: física, sexual y psicológica, además ésta tiene lugar en distintos

espacios: en la familia, la comunidad y el Estado (Naciones Unidas, 1994).6

El género es la construcción social de la diferencia sexual. “Hemos

vislumbrado que el género, como simbolización de la diferencia sexual, se

construye culturalmente diferenciado en un conjunto de prácticas, ideas y

discursos, entre los que se encuentran los de la religión. También hemos visto,

aunque sea someramente, cómo los procesos de significación tejidos en el

entramado de la simbolización cultural producen efectos en el imaginario de las

personas” (Lamas, 1997:336). Más allá de las diversas definiciones de género y la

discusión sobre el concepto, es claro que se relaciona íntimamente, con la cultura,

las formas simbólicas, y muy en concreto y para el caso que nos ocupa con el

lenguaje. Eso sí, aquí utilizaremos el término género también en el sentido del

género gramatical.

5 Hay varias formas para designar este tipo de violencia, sin embargo violencia doméstica, intrafamiliar, o

incluso de género, a veces reduce los espacios y además desdibuja u oculta a los actores y actoras de la misma y su objetivo. Quizás convendría denominarse violencia hacia las mujeres de manera clara y directa. Hay también quien la nombra como violencia machista, misógina o patriarcal. 6 El texto prosigue de la siguiente manera sobre los deberes y la actuación de los estados: “Adoptar todas las

medidas apropiadas, especialmente en el sector de la educación, para modificar las pautas sociales y culturales de comportamiento del hombre y de la mujer y eliminar los prejuicios y las prácticas consuetudinarias o de otra índole basadas en la idea de inferioridad o la superioridad de uno de los sexos y en la atribución de papeles estereotipados al hombre y a la mujer” (Naciones Unidas, 1994). En otro orden de cosas, fue en el año 1993 cuando la Asamblea General de Naciones Unidas aprueba el texto que estamos citando: la “Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer” en la resolución 48/104 del 20 de diciembre de 1993 y publicada el 23 de febrero, Nueva York, Naciones Unidas, 1994.

17

El lenguaje es una forma simbólica, como decíamos. La comunicación es

básica, de hecho nuestra humanidad reside en la relación con el mundo, la otra y

el otro. Es un proceso en el cual transmitimos información de sentimientos y

pensamientos a través de imágenes o palabras que son creadas por las personas

y éstas a su vez son construidas por aquellas (Ducrot y Todorov, 1984;

Benveniste, 1984). En palabras de Robine Lakoff (1995:31). “El lenguaje nos utiliza

tanto como lo utilizamos”. Porta creencias que son planteamientos preformados y

pre organizados de percepción que filtran la comunicación intersubjetiva e

intrapsíquica. El lenguaje verbal, en concreto, es una de las formas más

importantes que tenemos para expresarnos y comunicarnos (Saussure, 1980). Por

supuesto, el lenguaje no es neutro ni inocente y es utilizado desde los que tienen el

poder (Barthes, 1980). Sin embargo, más que el lenguaje en sí, sería su utilización

la que es discriminatoria (García Meseguer, 1994).

En resumen, el lenguaje es un molde y en su seno nacemos a la cultura y a

la vida en relación (García Meseguer, 1982; Tannen, 1996), toda vez que refleja a la

sociedad y la cultura de la que forma parte (Burke, 1996). Construye las maneras

de entender e interpretar el mundo, trasmite conocimientos y experiencias. Refleja

la realidad social, pero y también, como señalamos, la crea y produce (Violi,

1991). Nos enseña a pensar e incluso nombra sentimientos, nos permite

relacionarnos. Conforma el mundo y las relaciones y prácticas sociales, así como

configura universos simbólicos e imaginarios culturales. Nos estructura subjetiva y

culturalmente, y nosotros a su vez construimos y nombramos al mundo a través

del lenguaje. Una relación bidireccional, donde está el poder (Foucault, 1991) y

también el conflicto como se mencionó al hablar de las formas simbólicas.

El lenguaje crea y recrea mensajes en los discursos, mismos que se

conforman en un encuadre espacio-temporal con unas características tales que

los hacen convertirse en hegemónicos, esto es, más o menos por consenso, los

más usuales y comunes en una sociedad y un momento dado. El lenguaje se

emplea en todas partes, desde la familia a la escuela, desde la calle al lugar de

trabajo, en la cultura popular y en los poderes públicos. Con el lenguaje se

18

socializa a la infancia, misma que se construye y reconstruye en él y con él. El

lenguaje, por supuesto, cambia, se adapta, desaparecen términos y se crean

conceptos nuevos: neoliberalismo, SIDA, Internet, chatear y todos los que tienen

que ver con el mundo de la cibercultura. Pero también se transforma el contenido

y los significados: nacionalismo, indio/a, presidenta, mujer pública. Se puede

observar a la lengua como un instrumento o herramienta, no como una verdad

sagrada inamovible, desde una perspectiva flexible y abierta, con sus

oportunidades y sus inequidades, con su ambivalencia, como casi todo en la vida.

LA DISCRIMINACIÓN DE GÉNERO EN EL LENGUAJE

“La mujer no puede emplear las estructuras lingüísticas dominadas

por el hombre para decir lo que quisiera decir, para referir su visión del

mundo. Sus declaraciones son deformadas, sofocadas, silenciadas"

(Moore, 1991:16).

Para empezar es conveniente dejar claro que la diferencia sexual existe

(Alario, Bengoechea, Lledó y Vargas, 2005), nombrarla es lo lógico y razonable,

además de éticamente recomendable, no hacerlo se debe al peso de la tradición,

y mencionarla a veces de manera discriminatoria también es fruto de la fuerza de

la costumbre. Quizás inconscientemente y sin darnos cuenta, tal vez porque se

cree en la espontaneidad y en la economía del lenguaje es que el androcentrismo

y sexismo lingüístico se mantienen. En todo caso, parece claro que la violencia de

género en general se inscribe en el espacio de los comportamientos corporales y

también en los esquemas perceptivos y su expresión, misma que tiene lugar en el

orden simbólico (Bourdieu, 2000) y a través de la discriminación en el lenguaje.

Todo lo cual redunda en dominación emocional, cultural, simbólica y lingüística

hacia la población femenina entre otras inequidades sociales.

Las investigaciones sobre el lenguaje y el discurso señalan que este último

es en sí y por si sólo un acto social (Van Dijk, 2000). Los estudios desde el

feminismo reiteran que el lenguaje es, como dice Judith Butler “un acto

19

prolongado” y una “representación con efectos” (Butler, 2004:24). Desde la

lingüística se afirma que es en y por el lenguaje que los seres humanos se

construyen como actores y actoras, como sujetos, y la subjetividad es la capacidad

del locutor/a de colocarse como sujeto (Benveniste, 1984). Desde ciertos enfoques

feministas se va un poco más lejos, y se habla de la performatividad de las palabras

y la concepción del lenguaje como agencia, y de cómo el lenguaje, como mecanismo

de poder, participa en la constitución del sujeto a través de la violencia simbólica, y

se llega a afirmar incluso que el lenguaje es violencia (Butler, 2004).

Se suele afirmar desde la academia y desde el feminismo que las mujeres

han sido invisibilizadas en la historia y otras ciencias sociales (Moreno, 1986), pero lo

que no se ha recalcado todavía quizás con suficiente énfasis, claridad y eficacia es la

a veces condena al silencio. La teoría de los "grupos silenciados" afirma que los

grupos socialmente dominantes generan y controlan los modos de expresión

imperantes (Moore, 1991). Las mujeres muchas veces no solo han sido borradas de

la historia, sino acalladas, por lo que hoy se reivindica que han de ser miradas -

visualizadas- y oídas -escuchadas-. La exclusión del sujeto femenino está implícita

en las teorías y métodos de la ciencia, el discurso de las disciplinas sitúa a la mujer

en posición de no sujeto, lo que no solo la hace desaparecer sino que tampoco es

entendida -ni escuchada ni comprendida-, es un "no ser". Si bien aquí creemos que

esto está cambiando en la actualidad, todavía hay espacios en los cuales se observa

dicha persistencia.

Partimos como dijimos que el lenguaje no es neutro –o por lo menos su

empleo-, que incorpora en su estructura la diferencia sexual y la transforma en dato

natural, extrasemántico, en estructura simbólica, dotada de significado y a la vez

productora de sentido. Por un lado, quien habla deja su presencia subjetiva, de otro,

la lengua inscribe y simboliza en su misma estructura la diferencia sexual de forma

jerarquizada y orientada. La simbolización de esta diferencia en el lenguaje configura

de antemano la estructura de los roles y estereotipos sexuales que son asimilados

posteriormente por los que hablan y reproducidos en el uso lingüístico (Violi, 1991).

Las objetivaciones de la vida cotidiana se inscriben en el lenguaje -acumulación de

20

experiencias y significados- y se presentan como facticidad externa y con efecto

coercitivo sobre las personas -particularmente las mujeres- y la sociedad en su

conjunto (Berger y Luckmann, 1986).

En el lenguaje, la diferencia sexual está simbolizada principalmente a través

de la categoría lingüística de género gramatical, que no solo regula hechos

concordantes de forma mecánica -como afirman los especialistas en la materia-, sino

que es una categoría semántica que manifiesta en la lengua un simbolismo profundo

ligado principalmente al cuerpo y a la diferencia sexual. Es importante destacar que

primero es la oposición en la naturaleza, luego la inversión simbólica -prelingüística y

emocional de valores conectados al simbolismo sexual- y finalmente la forma

lingüística -orden contrario al que afirman algunos lingüistas- (Violi, 1991).

Dos son los fenómenos sociales y lingüísticos a destacar. El androcentrismo

es una perspectiva: la mirada masculina como centro de todas las cosas, excluyendo

e invisibilizando a las mujeres (Sau, 1990). Las mujeres no son consideradas, no son

vistas, no son oídas y no son nombradas. Y el androcentrismo lingüístico es la

exclusión e invisibilización de las mujeres, esto es, ni mencionarlas. Los ejemplos

son innumerables.

El hombre habita el planeta tierra

Los hombres crearon la cultura

El lenguaje es fruto del hombre

El hombre inventó la agricultura7

El sexismo, por su parte, es una actitud: de menosprecio y desvalorización

hacia las mujeres y sus pensamientos o actos, su mundo (Sau 1990). Y el sexismo

lingüístico es la imagen femenina, hecha palabra, descalificada, infravalorada,

subordinada o incluso denigrante o violenta, muchas veces fincada en estereotipos

negativos. El sexismo lingüístico opera en los vocablos, esto es sexismo léxico, y

también en la construcción de oraciones, sexismo sintáctico.

7 Cuando ya se ha estudiado que en general y para este tema fue la mujer, por ejemplo.

21

La mujer como la escopeta, cargada y en un rincón

La esposa del gobernador es bella, elegante y simpática

En 1953 se otorgó el voto a las mujeres en México8

Las mujeres no se enojan

Aclarar que este último tipo de sexismo también discrimina a la población

masculina, de alguna manera, a veces incluso de forma más dura, aunque eso sí

parece menos extendido.

Los hombres no lloran9

Los hombres son los únicos proveedores responsables de la familia10

Comí con unas compañeras del curso11

Aquí abordaremos más el androcentrismo que el sexismo lingüístico,

presentaremos algunas limitaciones y reticencias a la utilización de un lenguaje

equitativo en el sentido que se refleje el sexo y que todo mundo esté incluido.

También mostraremos algunas opciones y posibilidades con objeto de desdibujar

la discriminación y visibilizar al género femenino, lingüístico y físico o sexual.

8 En vez de decir se ganó, logró, consiguió u obtuvo, aún varios estudios recientes sobre mujeres y política de

académicas comenten dicho error, ignorando las luchas sufragistas desde finales del siglo XIX o las movilizaciones de los años 30 del siglo XX, en dicho sentido. 9 Este dicho popular como el anterior sobre las mujeres que no se enojan, son creencias sociales que reflejan los estereotipos de cómo hombres y mujeres “deben ser” según mandato popular, por supuesto la realidad no siempre es así, sin embargo, eso no impide que el discurso social y lingüístico en este caso sigue reiterándose e introyectándose en las jóvenes generaciones o en algunos sectores, y justificando o autoexcusando algunos comportamientos de las generaciones adultas y mayores. Este es un ejemplo de sexismo léxico, que en ocasiones se refiere a las mujeres, y en otras como vemos se aplica para los hombres. 10

Y qué decir tiene la dureza de dicho mensaje, que aparece en narrativas culturales y el habla coloquial de forma usual, la sobre responsabilidad que esto significa para la población masculina, las depresiones y suicidios producto de este mandato social cuando quedan desempleados o no pueden cumplir dicho rol. 11

Añadir que como anécdota mientras redactaba estas páginas le dije a mi hija, “almorcé con mis compañeras del curso”, a lo cual ella me preguntó “¿solo van mujeres?”, me apresuré a responder “bueno, somos como 20 mujeres y dos hombres”. En ese momento me percaté que cometí un error, pues no los incluí, sin embargo, a la inversa, es lo más usual que todo mundo hace cotidianamente y nadie se extraña o interroga al respecto. Eso sí, mi hija que siempre decía “el día del niño y de la niña”, cambia cada año, a veces prefiere decir “el día del niño” pues argumenta, ya se entiende, a veces señala ambos géneros de la infancia pues sino según ella es confuso y “¿por qué las niñas no?”.

22

RESPUESTAS A ALGUNAS RETICENCIAS USUALES AL EMPLEO DE UN

LENGUAJE MÁS EQUITATIVO

“Hombres y mujeres aprenden a serlo a través de la lengua,

hablando y oyendo hablar. Al utilizar la lengua como han visto y oído, niñas

y niños mantienen y perpetúan el sexismo, la subordinación femenina y la

transmisión de valores androcéntricos.” (Bengoechea, 1995:4).

Sobre la discriminación de las mujeres en el lenguaje y el habla revisamos

a continuación algunas cuestiones que invitan a la reflexión sobre el tema.

-En primer lugar, es importante el darse cuenta de lo que pensamos,

sentimos y también lo que decimos, de la utilización por nuestra parte del lenguaje

y la que percibimos u oímos, también en nuestro entorno. En general muchas

personas viven en automático, por eso hay quien afirma que es muy difícil estar

pendientes de cómo nos expresamos en cada lugar, momento y circunstancia. Lo

mismo a la hora de escuchar a nuestro interlocutor/a no siempre estamos

totalmente atentas/os.

-En segundo lugar, saber que es posiblemente cambiar, máxime si algo no

nos gusta o lo aprehendemos como algo negativo en el mundo o en nuestras

vidas, y es que podemos elegir, por lo menos en algunas cosas como en la

utilización del lenguaje. Añadir que la lengua está viva y cambia, solo deja de

transformarse cuando de una lengua muerta se trata. A veces aparecen palabras

para nombrar un descubrimiento científico, una nueva enfermedad y su remedio.

En ocasiones desaparecen términos que ya no responden a la realidad en

nuestros días.

-Una tercera cuestión es que en la lengua española el género gramatical

puede ser femenino, masculino y neutro. El femenino lo componen sustantivos

que significan persona, o animales de sexo femenino, y también nombres de seres

inanimados; en concordancia con los sustantivos hay artículos, pronombres,

adjetivos y determinantes varios. Por lo cual el uso del femenino gramatical es

totalmente posible y dentro de la normativa lingüística existente.

23

-Un cuarto punto es ver como no es correcto decir que el uso del género

gramatical masculino y femenino es algo así como duplicar y que atenta contra

espontaneidad de la lengua, ya que no todos los usos lingüísticos se caracterizan

por su espontaneidad, hay algunos que exigen cierto nivel de elaboración textual y

admiten y recomiendan incluso corrección gramatical, sintáctica, ortográfica, léxica

y coherencia del texto. Por lo cual en ocasiones nada impide el uso del género

gramatical femenino y masculino para representar la diferencia sexual que existe

en la sociedad, excepto el humano prejuicio y la pereza expresiva. Además hay

otras posibilidades con las que la lengua cuenta –genéricos y abstractos-. En el

lenguaje verbal espontáneo también se puede tener la voluntad de nombrar en

femenino y masculino, según sea el caso, o en ambos si así se requiere. Y por

supuesto, no se ha de hablar obsesionados/as por hacerlo de manera equitativa y

correcta, se trata de un reaprendizaje y de una elección, y si llevamos como

humanidad años y siglos hablando y escribiendo de determinada manera, es obvio

que no vamos a cambiar mágicamente en un día ni un año.

-Y el quinto y último elemento a tener en cuenta, es que no es tampoco del

todo correcto el considerar que el uso del femenino y masculino atenta contra la

economía del lenguaje12, ya que y para empezar, no todo el lenguaje se

caracteriza por su economía como, por ejemplo, un coloquio literario o un ensayo

filosófico. Por lo que emplear ambos géneros gramaticales no debiera ser

problema, además podemos usar los genéricos o abstractos u otras posibilidades

alternativas que incluyen ambos sexos si de ahorrar palabras se trata y que son

recursos con los que la lengua ya cuenta.

Remarcar finalmente que como ya se dijo, la diferencia sexual existe no la

crea el lenguaje, lo que éste hace es reflejarla si lo hace u ocultarla en caso

contrario. ¿Qué elegimos nosotros/as al hablar o escribir? Ahí está el detalle.

12

Argumento muy esgrimido, que por supuesto es real, y que utiliza la Real Academia de la Lengua Española con objeto de frenar el utilizar el femenino y masculino cuando sea el caso. Sin embargo, no es menos cierto que la no utilización del masculino y femenino cuando corresponde, tergiversa, oculta, excluye, como y también la diversidad de opciones que se tienen. Por ejemplo: “Los ciudadanos votaron por la paz” puede ser cambiado por “Los ciudadanos y las ciudadanas”, “Las y los ciudadanos”, Los y las ciudadanas”, “Las/os ciudadanas/os”, “Los/as ciudadanos/as”, “La ciudadanía”, “La población con derecho al voto”, “Las personas con derecho al sufragio”.

24

VARIOS EJEMPLOS PRÁCTICOS PARA EL USO DE UN LENGUAJE MÁS

EQUITATIVO

“Son necesarios, pues, cambios en el lenguaje para nombrar a las

mujeres; y, por lo tanto, debemos realizarlos: los prejuicios, la inercia, o el

peso de las reglas gramaticales, que, por otra parte, siempre han sido

susceptibles de cambios, no pueden ni deben impedirlo. En la lengua

castellana existen términos y múltiples recursos para nombrar a hombres y

mujeres. La lengua tiene la suficiente riqueza para que esto pueda hacerse

adecuadamente.” (Alario, Bengoechea, Lledó y Vargas, 1995:9).

Se ha estudiado un poco la violencia y discriminación de género, verbal y

simbólica en varias narrativas culturales, y en especial como ha sido representado

el sexismo simbólico y lingüístico, a través del estudio de cuentos y leyendas

populares (Fernández Poncela, 2000), los refranes (Fernández Poncela, 2002) y

las canciones (Fernández Poncela 2002b; 2005). Aquí nos abocaremos a la

revisión de dicha violencia y discriminación pero en el lenguaje y el habla, su

utilización cotidiana, más que nada y como decíamos al androcentrismo o

invisibilización de las mujeres, su presencia y participación social. Sobre el tema

mucho se podría decir, sin embargo, se han seleccionado dos ejemplos y nos

centraremos en ellos a modo de ilustración.

En primer lugar el masculino usado como genérico y que por lo tanto

supuestamente abarca a hombres y mujeres, sin embargo según la gramática

podría utilizarse ambos géneros gramaticales y además es intercambiable con

genéricos y abstractos, con lo cual se evitaría la discriminación con todas estas

posibles soluciones existentes. Pese a lo cual en muchos espacios y por varios

sectores esto no se hace, ya sea porque no se percibe la necesidad, ya sea por

algunos de los argumentos en contra expuestos con anterioridad. Y en segundo

lugar pasaremos revista al empleo del masculino en el ámbito laboral y profesional

que es, consideramos, incorrecto e inequitativo, y que se emplea para nombrar

25

profesiones y ocupaciones, en los títulos y para los cargos13. Esto quizás ha

corrido con mejor suerte y como en ocasiones depende de instituciones y

organismos varios, se ha ido corrigiendo poco a poco sobre el papel y

formalmente hablando, sin embargo, todavía en el uso del lenguaje se reitera el

puesto o la ocupación en masculino en ocasiones. Para ambos casos

expondremos ejemplos prácticos de cómo subsanar el problema y apropiarse y

resemantizar el lenguaje para hacerlo, en la medida de lo posible más inclusivo,

respetuoso, valorativo y equitativo.

-Las confusiones y omisiones en el masculino usado como genérico y sus

evitaciones

En lengua española existen palabras femeninas –la luna- y masculinas –el

planeta-. Hay vocablos que tienen ambos géneros gramaticales –la niña y el niño-.

Se puede utilizar así el género gramatical femenino y masculino cuando

corresponde, sin embargo, a veces en la práctica no se hace. El uso usual y único

del masculino puede llegar a esconder o invisibilizar en ocasiones a las mujeres y

a excluirlas simbólicamente, con el pretexto que éste representa a todas y a todos.

Por lo que es recomendable aclarar a quiénes nos referimos cuando hablamos de

los maestros, esto es, a los maestros y maestras.

Por otro lado hay palabras que siendo femeninas o masculinas, son

realmente genéricas e incluyen a ambos géneros, que en ocasiones no utilizamos:

el alumnado, la infancia, el personal, el electorado. Estos vocablos representan

simbólicamente a hombres y mujeres. Lo mismo podemos decir de los abstractos

que también incluyen a la población femenina: la redacción, la dirección, la

legislación. Sin embargo, a veces se prefiere emplear el género gramatical

masculino, por elección, convicción, costumbre, ignorancia o desidia.

El uso del masculino no representa a hombres y mujeres, lleva a

ambigüedades y confusiones en los mensajes, oculta o excluye. Se basa en la

13

Hay que reconocer que en esto ha habido ciertos cambios por parte del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, donde ya junto a la profesión o cargo en masculino se pone el femenino de manera equitativa, o se reconoce el empleo del artículo gramatical correspondiente para cada caso con objeto de diferenciar si es mujer u hombre la persona nombrada.

26

concepción androcéntrica donde el hombre es el centro y el sujeto de referencia y

las mujeres son dependientes y viven en función de los hombres. El uso de

genéricos colectivos reales se refiere al conjunto de personas donde hay hombres

y mujeres, por lo tanto se representa a ambos sexos. Lo mismo acontece con los

abstractos, palabras que abarcan de forma indistinta a mujeres y hombres. Y de

igual manera la reiteración del sujeto en masculino y en femenino en su caso,

aclara y concreta.

Además hay otros recursos con las formas personales de los verbos y

pronombres, esto es, cambiar el verbo a la primera persona del plural y no

mencionar al sujeto o usar una forma impersonal en tercera persona. También se

puede sustituir la palabra hombre por el pronombre nos, nuestro o nuestra. Otra

cuestión es el posible cambio del masculino genérico al cambiar el verbo de la

tercera persona a la segunda del singular o la primera del plural sin mencionar el

sujeto. O utilizar un tono impersonal con la tercera persona singular precedido por

el pronombre ser. Es aconsejable evitar el uso del pronombre personal uno y los

artículos el, los, entre otras cosas. A continuación se exponen algunos ejemplos.

Hombre y hombres se utilizan en sentido universal, ocultando o

desdibujando la presencia, aportaciones y protagonismo femenino. Esto es una

utilización androcéntrica del lenguaje. Hay no obstante como se señaló diversas

formas alternativas para subsanar dichos problemas.

NO SÍ

El hombre Los hombres y las mujeres

El ser humano

La humanidad

La historia del hombre La historia de la humanidad

27

Los derechos del hombre Los derechos humanos

Los derechos de las personas

Los derechos de mujeres y hombres

El cuerpo del hombre El cuerpo humano

La inteligencia del hombre La inteligencia humana

El trabajo del hombre El trabajo humano

El trabajo de hombres y mujeres

El hombre de la calle La gente de la calle

A la medida del hombre A la medida humana/de la humanidad/del

ser humano

Antes el hombre vivía en cuevas Antes vivíamos en cuevas

Antes se vivía en cuevas

El bienestar del hombre… Nuestro bienestar…

El hombre vive… Se vive…

28

Se recomienda al usuario que Recomendamos que…

El abonado deberá… Si usted posee un abono deberá…

El lector sentirá satisfacción… Sentiremos satisfacción…

Cuando uno se despierta… Cuando alguien se despierta…

Cuando un ser humano se despierta…

Al despertarnos…

El que sepa leer… Quien sepa leer…

La persona que sepa leer…

Los que lleguen tarde… Quien llegue tarde…

Aquellos que tengan tarjeta… Quienes tengan tarjeta…

Las personas que tengan tarjeta…

Nosotros tenemos… Nosotros y nosotras tenemos…

El masculino plural para ambos sexos introduce ambigüedad en el

mensaje en perjuicio de las mujeres. El androcentrismo consiste en nombrar el

29

mundo en masculino y el sexismo en hacer aparecer a las mujeres como

dependientes, subalternas o propiedad de los hombres.

NO SÍ

Los niños La infancia

La niñez

Los niños y las niñas

Los adolescentes La adolescencia

Las y los adolescentes

Los jóvenes Los y las jóvenes

La juventud

Los padres en reunión… Los padres y las madres en reunión…

Las y los progenitores

Los alumnos El alumnado

Los alumnos y las alumnas

Los ancianos Las personas mayores

Los ancianos y las ancianas

Los vecinos El vecindario

Vecinos y vecinas

Los habitantes La población

Las y los residentes

Los electores El electorado

Las personas con derecho al voto

Los ciudadanos La ciudadanía

A los hombres les ha gustado A los seres humanos les ha gustado…

Los turistas y sus mujeres… Las y los turistas…

30

Los nómadas viajan… Los grupos nómadas viajan…

Hay visitas culturales para Hay visitas culturales para las

las esposas de los legisladores personas que acompañan a las y los

legisladores…

A las mujeres les concedieron Las mujeres ganaron el voto en 1953

Recordar que el decir los ciudadanos y las ciudadanas no es duplicar el

lenguaje, puesto que duplicar es copiar, no repetimos14. La diferencia sexual existe

en el mundo y el lenguaje solo tiene que nombrar lo que ya existe. La lengua

española tiene el género gramatical femenino y masculino o palabras que incluyen

a ambos sexos, solo que no solemos utilizarlas o nos cuesta más hacerlo (Alario,

Bengoechea, Llegó y Vargas, 1995). Y además y como vemos, hay diversos

recursos como los genéricos, los abstractos, y varias fórmulas lingüísticas

correctas para nombrar a hombres y mujeres. Mujeres y hombres tienen derecho a

existir, por lo tanto hay que nombrar dicha existencia, son diferentes, hay que

nombrar tal diferencia, se trata de respetar derechos fundamentales: la existencia

y su representación en el lenguaje.

-Titulaciones, carreras, oficios y profesiones

Se utiliza el género gramatical masculino para profesiones, oficios, cargos,

puestos y titulaciones, en especial las de mayor prestigio social y reservadas a los

hombres hasta hace poco tiempo, lo cual subordina a las mujeres, y a la inversa.

NO SÍ

Los médicos y las enfermeras Los médicos y las médicas, los enfermeros y las enfermeras.

El personal médico

Las limpiadoras El personal de limpieza

14

Por ejemplo, decir que las ciudadanas votan algo más en México es correcto. Si dijéramos ciudadanos sería incorrecto o mejor dicho confuso pues no referimos a las mujeres, si dijéramos mujeres ciudadanos parecería absurdo. Lo mismo para señalar que la ciudadanía aumentó su abstencionismo en las últimas convocatorias electorales, cuando nos referimos a hombres y mujeres por igual, si dijéramos los ciudadanos podría pensarse que se refiere solo a la población masculina.

31

Los maestros Los maestros y las maestras

La planta docente

Los redactores La redacción

Los directores La dirección

Los maestros, padres y alumnos Las personas del ámbito educativo

Graduado en bachillerato (Ana) Graduada en bachillerato (Ana)

Licenciado en (Alba) Licenciada en (Alba)

Doctor en estudios de la mujer Doctora en estudios de la mujer

(Clara) (Clara)

Pilar González Morelos, Ingeniero Pilar González Morelos, Ingeniera en minas en minas

Michelle Bachelet, médico y Michelle Bachelet, médica y

Presidente de Chile Presidenta de Chile

El embajador Benedicta Muñoz La embajadora Benedicta Muñoz

El funcionario pidió licencia para La funcionaria pidió licencia para

visitarse con el ginecólogo Socorro visitarse con la ginecóloga Socorro

Rojas Rojas

El abajo firmante Ana Díaz La abajo firmante Ana Díaz

La firma del cliente (María Pérez) La firma de la cliente (María Pérez)

Los tiempos están cambiando y hay que reflejarlo y adecuarnos. Dos

fenómenos podemos destacar aquí: por una parte las mujeres se incorporan en

mayor número al mercado laboral y también permanecen más en el mismo, así

como se capacitan más y diversifican sus profesiones; de otra parte, el interés por

visibilizarse e ir cerrando la brecha de inequidad e insensibilización que

tradicionalmente ha tenido lugar a través de la utilización del masculino para

32

cargos, títulos y ocupaciones en general. Así se refleja una realidad y se crea una

conciencia también. Se habla de los maestros, cuando sabemos que la mayoría

en nuestra sociedad son maestras. O de los médicos y enfermeras, los primeros

en masculino y las segundas en femenino, como si no tuviera lugar la opción

inversa, y con la tendencia a minusvalorar la profesión femenina en cierto modo.

Y es que “No es raro, pues, que palabras como “hombre” resulten cada vez

más pequeñas y más injustas para denominar al género humano, que la palabra

“vecinos” sea insuficiente y poco representativa de las vecinas que también viven

en sus barrios, que la palabra “ciudadanos” sea inadecuada para representar y

nombrar a las ciudadanas. Por eso, vemos como a medida que las mujeres se

incorporan a cargos, oficios, profesiones y titulaciones que antes tenían vetadas,

la lengua utiliza los propios recursos que posee o, cuando es necesario, “inventa”

o innova soluciones perfectamente adecuadas. Son necesarios, pues, cambios en

el lenguaje para nombrar a las mujeres; y, por lo tanto, debemos realizarlos: los

prejuicios, la inercia, o el peso de las reglas gramaticales, que, por otra parte,

siempre han sido susceptibles de cambios, no pueden ni deben impedirlo. En la

lengua castellana existen términos y múltiples recursos para nombrar a hombres y

mujeres. La lengua tiene la suficiente riqueza para que esto pueda hacerse

adecuadamente” (Alario, Bengoechea, Lledó, Vargas, 2005:8,9).15

REFLEXIONES FINALES

Lo mismo que el lenguaje crea o recrea la violencia en general y en varios

aspectos –no solo la de género, por supuesto-, y de forma particular hacia las

mujeres como señalamos en un inicio, puede también como hemos ido viendo a lo

largo de estas páginas, ser crítico, revisar y resignificarse a partir de nuestra

conciencia, intención y responsabilidad, por supuesto. Claro que no está fácil pues

tras el lenguaje están los siglos de creencias, las convenciones y su reiteración a

partir de las palabras y las expresiones lingüísticas, y como diría Judith Butler “La

15

Hay incluso otra tendencia que propone cambios más radicales, como cambiar la gramática de la lengua, pero eso es ya otra cuestión.

33

resignificación del lenguaje requiere abrir nuevos contextos, hablando de maneras

que aún no han sido legitimadas, y por lo tanto, produciendo nuevas y futuras

formas de legitimación” (Butler, 2004:73).

Los años, las costumbres, los códigos sociales y culturales, las relaciones

de poder, la cultura, las formas simbólicas, el lenguaje, todo son cuestiones que

van a ir cambiando, porque siempre ha sido así, y la impermanencia es intrínseca

a la humanidad, pero y también reconocemos la fuerza de las inercias, y en

especial cuando éstas tienen todavía funcionalidad (Malinowski, 1976) política y

social que responde a determinadas ideologías, ya a la intención clara o no de

algunas personas y sectores sociales.

Y la violencia simbólica, qué duda cabe es bien funcional para la

dominación masculina (Bourdieu, 2000), pero también es cierto que ya se está

forjando lo que se ha dado en llamar por algunos autores “la tercera mujer”

(Lipovetsky, 1999) o “el primer sexo” (Fisher, 2000), y se muestran las

transformaciones que las mujeres están teniendo en la actualidad y los nuevos

modelos que están siendo esbozados hacia el porvenir. En todo caso, los cambios

en el lenguaje, qué duda cabe, también contribuirán al cambio. Desde un nuevo

darse cuenta de conciencia inmediata y experiencia hasta la conciencia intelectual

y racional de más larga duración. O por lo menos eso consideramos, deseamos y

esperemos.

Decíamos desde un inicio que el lenguaje no es discriminatorio o violento

en sí, se trata de su utilización, es por ello que es posible optar por un lenguaje

que reproduzca la realidad o que la transforme. Esto es, elegir emplear un

lenguaje que siga ocultado e infravalorando a las mujeres, las excluya o las

denigre, o desde la clara conciencia intentar usar –en la medida de lo posible- un

lenguaje que visibilice a la mujer y a la población femenina en su conjunto, nos

nombre, nos escuche, toda vez que se vayan superando –siempre que esto pueda

ir siento factible- las viejas creencias sexistas, los roles adjudicados, los típicos

estereotipos, los códigos de conducta social, los juicios sexistas, y todo aquello

34

que durante años y siglos ha contribuido a mostrar y nombrar como dependientes

y sin valor a las mujeres.

Aquí consideramos que el uso del lenguaje que representa a hombres y

mujeres y que nombra sus experiencias es un lenguaje que: visibiliza, equitativo,

valoriza, incluye, da voz, clarifica, no discrimina a nadie y debería dejar a todas/os

contentas/os.

El lenguaje y las palabras son la forma primordial que tenemos para

relacionarnos interpersonalmente –además de la manera que tenemos para

nombrar las sensaciones, percepciones, necesidades, y experiencias

intrapersonales-, son comunicación y contacto ¿Cómo queremos contactar y

comunicarnos con la otra o las otras personas y con nosotros y nosotras mismas?

¿Cómo queremos ser escuchados o escuchadas? ¿Cómo nos gustaría oírlas?

¿Con qué vocablos u oraciones nos identificamos? ¿Cuáles nos suenan mejor y

peor o nos sentimos más a gusto e identificados/as? El hablar y emplear un

determinado lenguaje dice mucho de ti y de mí, si bien el lenguaje dicen que lo

dice todo –valga la redundancia-. Y una utilización que incluya y haga visible a las

mujeres o aquellos sectores excluidos es un lenguaje respetuoso y equitativo,

justo y de reconocimiento. El lenguaje que nombra y al hacerlo no desvaloriza ni

denigra a nadie por razones de sexo o edad, cultura o clase social, religión o país,

grupo étnico o religioso, entre otras cuestiones, es un lenguaje más congruente,

más sensible, más respetuoso, más democrático, diverso, incluyente, y en

definitiva, más humano.

En fin que como dice Butler de la cultura no nos podemos salir, pero

también y como señala Sartre estamos condenados/as a ser libres. Por lo que con

la cultura a cuestas podemos elegir y deberíamos también responsabilizarnos de

hacerlo.

“No obstante, hay algunas (mujeres, sic) capaces de trepar la cuesta

de lo prohibido, de robarle a la vida ese diez por ciento de energía

necesario para mantener la cabeza fuera del agua. Y la mantienen. Y

35

escriben. Y se lo editan. Y aquí seguimos todas las demás. Luchando y

celebrando los nuevos éxitos. Extendiendo la red para que todas las

mujeres de la tierra tengan derecho a la voz, a la palabra. Sabiendo

también que cuando tengamos una lengua que nos represente cambiará la

realidad. Por eso seguimos adelante. Y no dormimos más a las niñas con

cuentos de hadas. Les decimos que las niñas buenas van al cielo y las

malas a todas partes. Y que colorín colorado, esta historia no ha acabado”

(Meana, 2006:1).

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38

AVANCES Y RETOS EN LA TRANSVERSALIZACIÓN DE LA PERSPECTIVA

DE GÉNERO EN LAS IES EN MÉXICO.

Dora Rodríguez Soriano16.

RESUMEN

El presente trabajo recoge el recorrido que ha realizado la Red Nacional

de Equidad de Género en las Instituciones de Educación Superior (RENIES-

Equidad), los esfuerzos que se han realizado a partir de su creación en el año

2009, realizando un balance entre los logros obtenidos al año 2014 y los

principales retos así como las dificultades en los procesos de transversalización de

la perspectiva de género en las Instituciones de Educación Superior (IES). El eje

de análisis que guía la discusión es la declaratoria y las ocho directrices que la

integran y que fue firmada por las representantes de las 33 IES participantes en la

primera reunión en 2009. Las fuentes de información utilizadas son las relatorías

de las reuniones anuales de la RENIES-Equidad y al final del texto se ofrece una

serie de elementos que permiten realizar un balance entre los logros y los retos a

superar así como algunas alternativas para continuar con las acciones orientadas

a la institucionalización de la perspectiva de género en las IES.

LA TRANSVERSALIDAD DE GÉNERO EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR.

El significado de la palabra transversalidad de género alude a “un enfoque

sobre la igualdad de oportunidades entre los sexos que pretende integrar la

perspectiva de género en los diversos ámbitos (social, eco- nómico y político) de la

vida humana y en las esferas públicas y privadas” (Munévar y Villaseñor, 2005).

Para Durán, (2012) “Asumir la Transversalidad de Género en la Educación es

plantear estrategias que desde procesos políticos posibiliten la equidad de género

más allá de las aulas: en la sociedad en su más amplio sentido, impulsando el

16

Coordinadora de la Comisión Universitaria para la Igualdad de Género y de la Maestría en Estudios de Género. Universidad Autónoma de Tlaxcala. [email protected]

39

salto cualitativo hacia una igualdad y equidad real y no solo formal”. Para otros

autores se alude a la idea de incorporar ciertos contenidos de género como eje

transversal en la currícula (Oraisón, 2000, citado por Molina, 2007).

Para Munévar y Villaseñor, 2005, la transversalidad de género implica

colocar temas y ejes transversales, en el primer caso, generando reflexiones y

conocimientos desde esta perspectiva y en el segundo caso, ubicando en la

agenda las necesidades y problemas específicos:

Los ejes transversales surgen de necesidades y demandas que la sociedad

plantea a la educación y es alrededor de estos que debe organizarse toda la vida

educativa, a partir de la planificación ya que no sólo “cruzan” las asignaturas y

diversas áreas de trabajo, sino que señala un camino a seguir y una meta

formativa de interés escolar (Durán, 2012, p.27)

Para Durán (2012), la transversalidad de género es:

Una herramienta estratégica de transformación política (progresiva)

de las estructuras sociales sobre las que se construyen y mantienen los

estereotipos de género. Mediante un proceso complejo y dinámico de

análisis, intervención y gestión, impulsa a los actores involucrados en la

adopción de políticas públicas a que, incorporen claramente la perspectiva

de género, equidad e igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres

en la agenda política dominante, reflejándose en las decisiones de todas las

áreas políticas y en todos los sistemas (social, económico, político),

estructuras y cultura, tanto en la esfera pública como en la privada. (p. 28).

Específicamente, en el ámbito de la educación superior la transversalidad17

de la perspectiva de género implica una transformación en cuatro aspectos: en su

17

Término que en inglés se conoce como Gender mainstreaming, definido por primera vez en la III Conferencia Internacional de la Mujer celebrada en Nairobi y adoptado como una estrategia generalizada de acción en la IV Conferencia Internacional celebrada en Beijing en 1995. Implica incorporar la perspectiva de género en los distintos niveles y etapas que conforman el proceso de formulación, ejecución y evaluación de las políticas públicas, de manera que mujeres y hombres puedan beneficiarse del impacto de la distribución de los recursos. Su objetivo es transformar la forma en que operan las dependencias públicas y sobre todo los procesos técnicos de formulación y ejecución de las políticas públicas. Por ello, sus estrategias contemplan acciones de incidencia, tanto en los procedimientos de trabajo como en el plano de la cultura organizacional

40

funcionamiento organizacional, en la formación escolar (plasmados en planes de

estudios tanto en la currícula así como en lo valoral), en la generación de

conocimientos desde la perspectiva de género y, la difusión no sólo de estos

saberes sino de una cultura basada en la equidad de género.

ANTECEDENTES

Los estudios que documentan los diversos esfuerzos impulsados en

nuestro país para promover la visibilización de las condiciones de inequidad que

privan los espacios universitarios han proliferado en los últimos años y podemos

clasificarlos de la siguiente manera:

a) Presencia de las mujeres en la educación superior. Acuña Cepeda

(2009),

b) El trabajo de estas mujeres académicas en la investigación y en las IES

en general. Rivera Gómez (2003), García Guevara (2009), Escolano

Zamorano (2009), Etienne Loubet (2009), Chávez Gutiérrez (2009), Ortiz

Lefort y Mejía Hernández (2009).

c) Las condiciones de trabajo de estas mujeres académicas, los factores

que permiten las desigualdades y sus efectos. (Schiebinger y Gilmartin,

2010), Palomar Verea (2009), Ocampo Jiménez (2009), González Tovar

y Rico Chávez (2009), Martínez Covarrubias y cols. (2009), Enciso

Huerta y Rico Chávez (2009).

d) La creciente feminización de la matrícula universitaria. (Bustos, 2003).

(De Garay, del Valle-Díaz-Muñoz, 2011).

que da sentido al quehacer cotidiano. Ambas dimensiones son necesarias para dar coherencia y sostenibilidad de la institucionalización de la perspectiva de género en el quehacer de una entidad pública. La institucionalización refiere al proceso sistemático de integración de un nuevo valor en las rutinas del quehacer de una organización, dando por resultado la generación de prácticas y reglas sancionadas y mantenidas por la voluntad general de la sociedad. Busca reorganizar las prácticas sociales e institucionales en función del principio de igualdad jurídica y equidad de género. La transversalidad es un medio para la institucionalización. Esta última requiere entre otras acciones: la creación de instancias que impulsen las acciones para alcanzar la igualdad de género y la voluntad política de sus autoridades. Instituto Nacional de las Mujeres. Glosario de género, Segunda edición 2008.

41

Estos estudios evidencian el interés por documentar las inequidades en

los espacios universitarios en nuestro país y abonan en visibilizar la presencia de

las mujeres así como los efectos de estructuras que no son ajenas a la lógica de

un sistema patriarcal, en la cual está subordinada.

No obstante de que desde el ámbito académico se han impulsado

reflexiones desde la perspectiva de género, también hay que reconocer que los

avances que se han dado para promover las transformaciones orientadas a

procurar la equidad de género.

El Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la UNAM a

poco más de 20 años de su creación, es sin duda, la institución con mayores

avances en la materia, lo cual se ha traducido en reformas estatutarias, en la

creación de un órgano colegiado en el Consejo Universitario, desde el cual, se

observan los avances en su proceso de transversalidad de género. Desde el

PUEG de la UNAM en agosto de 2009, en coordinación con la Cámara de

Diputados y el INMUJERES se promovió, lo que en mi opinión fue la primera

estrategia nacional para impulsar la transversalidad de género en las IES,

mediante la convocatoria a la [primera] Reunión Nacional de Universidades

Públicas: Caminos para la Equidad de Género en las Instituciones de Educación

Superior, la cual tuvo una amplia aceptación pues acudieron al llamado 33

Instituciones de Educación Superior (IES), cuyo resultado derivó en la firma de la

siguiente declaratoria:

Las universidades y las instituciones de educación superior y,

siguiendo principios y normativas nacionales e internacionales, en particular

la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, están

comprometidas a promover, en sus reglas de operación internas, la

igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres así como a impulsarla

en la sociedad. En consecuencia, el conjunto de instituciones que imparten

educación superior en nuestro país debe interesarse en transversalizar la

perspectiva de género de manera orgánica basándose en las siguientes

42

directrices: Legislación18, igualdad de oportunidades19, conciliación de la

vida profesional y la vida familiar20, estadísticas de género y diagnósticos

con perspectiva de género21, lenguaje22, sensibilización a la comunidad

universitaria23, Estudios de Género en la educación superior24 y combate

a la violencia de género en el ámbito laboral y escolar25.

A partir de esta primera reunión, en la que también se integró la a Red

Nacional de Equidad de Género en las Instituciones de Educación Superior

(RENIES- Equidad), el PUEG-UNAM convocó con otras IES a tres reuniones más,

con el propósito de fortalecer esta estrategia y en las que anualmente se evalúan

los avances en las principales directrices que se definieron en el primer encuentro.

En el año 2010 se llevó a cabo la segunda reunión en la ciudad de Colima,

en la cual las representantes de 39 universidades presentaron un primer

diagnóstico de su institución de adscripción respecto a las ocho directrices de la

Declaratoria de la RENIES-Equidad.

En octubre de 2012, se realizó la tercera reunión en Santa María del Oro,

Nayarit, con la participación de 33 representantes institucionales de 30

universidades públicas, tres tecnológicos y un centro CONACYT. En esa reunión

se formalizó la Red Nacional de IES: Caminos para la equidad de género

(RENIES-Equidad), mediante la firma de un Acuerdo de Creación. Asimismo, se

generó su estructura y funcionamiento, para lo cual se definió una Coordinación

18

Es necesario incorporar la perspectiva de género en las legislaciones universitarias. 19

Generar una política institucional que, en el mediano y largo plazos, asegure la participación equitativa de ambos sexos en los distintos ámbitos universitarios 20

Promover medidas, como centros de desarrollo infantil, que disminuyan la tensión entre los tiempos que hombres y mujeres dedican a los ámbitos laboral y familiar. 21

Incorporar la perspectiva de género en los procesos de recolección, análisis de datos y divulgación de la información estadística generada por cada universidad y cada institución de educación superior. 22

Debe fomentarse un lenguaje institucional no sexista que privilegie el uso de términos neutros siempre que sea posible e incorpore la forma las/los para visibilizar a las mujeres. 23

Visibilizar el sexismo, la desigualdad de género y sus consecuencias en la vida institucional y de las personas, y en el desarrollo de la sociedad. 24

Impulsar que a las coordinaciones, unidades, programas o centros en Estudios de Género de las instituciones de educación superior y universidades nacionales y estatales, se les otorgue infraestructura, plazas académicas y administrativas estables, presupuesto suficiente, equipamiento, así como todos los recursos con los que cuentan estos espacios de excelencia académica. 25

Impulsar un código de ética con perspectiva de género para sensibilizar y minimizar el ambiente hostil que existe en los distintos ámbitos de la comunidad universitaria (órganos de toma de decisiones, órganos de gobierno universitario, consejos técnicos, salones de clase, etc.)

43

General, una Vice coordinación, ocho comisiones temáticas de acuerdo a las

directrices definidas en la declaratoria y se eligieron a quienes ocuparían estos

espacios por tres años.

La cuarta reunión nacional se realizó en noviembre de 2013 en la ciudad de

Querétaro, en la cual se planteó la necesidad de fortalecer las funciones de la

RENIES-Equidad por lo que se propuso que la ANUIES contribuyera en esta tarea

por el importante papel que juega como órgano de representación nacional para

promover el mejoramiento integral de las instituciones de educación superior del

país, otorgando a la RENIES el reconocimiento como Red Nacional reconocida

por la ANUIES. En consecuencia el PUEG-UNAM se dedicó a generar la

propuesta de creación de lo que se llamaría: Red Nacional de Instituciones de

Educación Superior por la Igualdad de Género. (RENIES-IGUALDAD DE

GÉNERO).

TRANSVERSALIZAR VERSUS INSTITUCIONALIZAR LA PERSPECTIVA DE

GÉNERO.

El proceso de transversalidad de género es un requisito para su

institucionalización, y con base en los resultados de las reuniones nacionales de la

RENIES-Equidad, me atrevo a señalar que en las IES en México nos encontramos

en la primera etapa, tortuosa, tórpida, con altas y bajas, con avances y retrocesos,

lejos de lograr el incipiente proceso de institucionalización que algunas han

alcanzado, entre las más importantes destaca el PUEG-UNAM, después de

impulsarlo desde hace más de 20 años.

En la segunda reunión nacional realizada en la Universidad de Colima, las

IES participantes presentaron un diagnóstico del avance en sus instituciones de

adscripción teniendo como ejes orientadores las directrices establecidas en la

convocatoria, cuya presentación fue en formato libre, es decir, sólo se expusieron

las actividades efectuadas sin contar con un esquema que permitiera realizar esta

44

evaluación de manera sistematizada. A continuación se citan los resultados de las

cuatro mesas temáticas:

En la mesa sobre: Reformas a los estatutos, reglamentos y normatividad,

en general se consideró que no había avances respecto a la reforma, estatutos,

reglamentos y normatividad que rigen a las Instituciones de Educación Superior.

En la mesa de Planeación, presupuestación e indicadores de evaluación, el

consenso fue que los centros y programas de género no contaban con una

ubicación institucional ni con presupuesto propio que les permita incidir en la vida

universitaria con acciones de difusión, docencia e investigación de largo alcance.

Sin embargo, reconocieron la fortaleza que proviene de los recursos externos que

generan los propios centros y programas con la ejecución de proyectos

específicos, así como el apoyo financiero del Programa Integral de Fortalecimiento

Institucional, coloquialmente llamado PIFI, que desde 2009 el gobierno federal a

través de la Subsecretaría de Educación destina para transversalizar la

perspectiva de género en las IES.

En lo que se refiere a la Incorporación de la perspectiva de género en los

procesos de formación: la currícula escolar o planes de estudio, las participantes

coincidieron en que se registró un avance generalizado, en la incorporación de la

perspectiva de género en los planes de estudio, diplomados, cursos y talleres,

tesis, publicaciones e investigaciones.

En la mesa cuatro: Corresponsabilidad entre la vida académica, laboral,

familiar y personal, hubo un consenso en que, salvo la licencia de paternidad

lograda en Sinaloa y el IPN, no ha habido avance en las IES. Asimismo, se

identificó que la mayoría de las universidades contaba con sitios web para difundir

la cultura de género y promocionar diplomados, cursos, talleres y

especializaciones tanto en modalidad presencial como virtual.

En la sesión plenaria las instancias participantes coincidieron en que el

ejercicio evidenció un balance positivo, en la transversalidad de la perspectiva de

género en la currícula y en la cultura institucional de sus respectivas Casas de

45

Estudio. Se destacó también la importancia de contar con el Sistema de

Indicadores para la Equidad de Género en Instituciones de Educación Superior

propuesto por el PUEG-UNAM, el cual podrá utilizarse para realizar un diagnóstico

institucional sobre la situación de las mujeres y los hombres en estos espacios

académicos (Universidad de Colima. Suplemento Equidad CUEG. 12 de Octubre

de 2010 | Colima, Col. | Año 1 | Número 4).

No obstante de reconocer estos significativos avances en las IES para

promover la transversalidad de género, existen datos que nos indican tomar con

precaución estos logros e invitan a realizar un balance objetivo para buscar

nuevas rutas para lograr la institucionalización de la perspectiva de género. Una

de las dificultades ha sido que las representantes de las IES ante la RENIES son

nombradas y removidas por las autoridades universitarias, generando que impiden

y/o limitan cuando menos, la continuidad de las estrategias desarrolladas en la

materia.

Otro factor que representa un retroceso en este proceso fue la modificación

que la ANUIES realizó en 2014 a sus lineamientos para la creación de redes, ya

que esta reforma elimina la posibilidad de crear redes nacionales, por lo que se

vino abajo la propuesta para generar la RENIES-IGUALDAD DE GÉNERO y como

consecuencia el replanteamiento de la estrategia a seguir.

La falta de un esquema que permita mostrar los avances de las IES en la

transversalidad de género es otro de los retos que enfrenta este proceso, por lo

cual, en el mes de noviembre de 2014 se presentó una propuesta para realizar el

monitoreo orientado a identificar los logros y materias pendientes en cada una de

las IES. A continuación se expone la primera versión de la propuesta para crear un

Modelo de Monitoreo para observar el grado de avance de la transversalidad de

género en el ámbito de la educación superior en México:

Objetivo:

Contar con una herramienta para medir el avance del proceso de la

transversalidad de género en las IES.

46

Qué medir:

1. Legislación: esta directriz establece la necesidad de incorporar la

perspectiva de género en las legislaciones universitarias, por ello, se propone

medir los siguientes ítems:

¿Cuenta con una estructura con reconocimiento formal en su IES

(Comisión, Programa)?

¿Cuenta con un acuerdo de creación?

¿Cuenta con lineamientos que rijan su dinámica interna?

¿Cómo se elige a su representante?

¿Es un órgano autónomo?

¿Cuenta con un modelo, programa o plan de igualdad?

¿Cuál es su ubicación dentro del organigrama de la institución?

¿Cuál es el nivel de incidencia?

¿Cuenta con presupuesto propio asignado por la IES?

¿Se han realizado modificaciones a su legislación interna (leyes, estatuto,

reglamentos) para promover la equidad de género y la igualdad de oportunidades?

¿Se cuenta con un reglamento para la implementación de la equidad de

género?

¿La elaboración de los presupuestos se realiza con perspectiva de género?

Igualdad de oportunidades

Se pretende generar una política institucional que, en el mediano y largo

plazos, asegure la participación equitativa de ambos sexos en los distintos

ámbitos universitarios. Por lo que se propone medir si:

47

¿Se han realizado reformas a la legislación universitaria

orientada a generar una equidad de género en la contratación, promoción y

definitividad de docentes e investigadores/as?

¿Se han generado estrategias para alcanzar la igualdad en los

puestos de toma de decisiones?

¿Se han efectuado estrategias para garantizar la paridad de

género en la composición de comisiones responsables de evaluar los

concursos a plazas o puestos convocados por la institución?

¿Se cuenta con una estrategia para promover la investigación

y la publicación específicamente para las mujeres?

Conciliación de la vida profesional y la vida familiar

Se trata de promover medidas orientadas a disminuir la tensión entre los

tiempos dedicados al ámbito familiar y laboral por parte de mujeres y hombres,

como centros de desarrollo infantil, por lo que se debe indagar sobre:

¿Cuál es el límite de edad en el caso de las mujeres para el

acceso a becas de posgrado? ¿Se ha promovido una ampliación en la

edad? (dado que coincide con la edad reproductiva).

¿Se garantiza la sustitución de docentes mujeres cuando

gozan de licencia por maternidad?

¿Se garantiza el financiamiento de suplentes de docentes que

disfrutan del derecho de incapacidad por maternidad?

¿Se garantiza la reintegración de las docentes al trabajo al

término de la licencia?

¿Se cuenta con estancias infantiles, guarderías para docentes,

investigadoras/es, estudiantes de la comunidad universitaria?

48

Estadísticas de género y diagnósticos con perspectiva de género

Se pretende identificar las brechas de género persistentes entre la

comunidad universitaria, por lo que se debe saber si:

¿Se producen y recolectan datos desagregados por sexo que

permitan realizar un diagnóstico con perspectiva de género en los grupos

poblacionales de la comunidad universitaria?

¿Se cuenta con un diagnóstico sobre la condición que guarda

la igualdad entre hombres y mujeres en su institución?

¿Se utilizó el Sistema de Indicadores para la Equidad de

Género en Instituciones de Educación Superior generado por el PUEG y el

INMUJERES?

La divulgación de la información estadística generada por

cada universidad y cada institución de educación superior.

¿Cuenta con un banco de datos con la información relativa a

la transversalización y perspectiva de género?

Lenguaje

Se orienta a conocer el uso del lenguaje en la vida institucional por lo que

se indagará:

¿Se ha generado alguna estrategia o acción para fomentar el

uso de lenguaje institucional no sexista que privilegie el uso de términos

neutros siempre que sea posible e incorpore la forma las/los para visibilizar

a las mujeres? Especificar los espacios: En los documentos institucionales

(leyes, reglamentos, etc.,) ( ) En la expedición de títulos ( ). En el uso del

lenguaje cotidiano.

49

Sensibilización a la comunidad universitaria

Se pretende visibilizar el sexismo, la desigualdad de género y sus

consecuencias en la vida institucional y de las personas, y en el desarrollo de la

sociedad, a través de conocer si se realizan las siguientes acciones:

¿Se promueven procesos permanentes de sensibilización

dirigidos a la comunidad universitaria? Especificar tipo de acción

(conferencia, foro, seminario, curso, taller, otros) y a qué población se

dirigió (Autoridades universitarias, docentes, investigadores/as, estudiantes,

personal administrativo y de servicios)

¿Se han puesto en marcha campañas permanentes de

difusión a favor de la equidad de género dirigidas a los diferentes grupos

poblacionales de la comunidad universitaria?

¿Se han impulsado acciones de reconocimiento a las

personas o instancias de la comunidad universitaria que favorezcan la

igualdad entre hombres y mujeres?

¿Se han realizado talleres de profesionalización para

especialistas en la implementación de la equidad de género?

Estudios de Género en la educación superior

Se pretende conocer si las coordinaciones, unidades, programas o centros

en Estudios de Género de las instituciones de educación superior, se les otorga

infraestructura, plazas académicas y administrativas estables, presupuesto

suficiente, equipamiento:

¿Se ha promovido un esquema de transversalización de la

perspectiva de género en:

o Los planes y programas de estudio?

o La investigación?

50

o Vinculación y Extensión de la cultura?

¿Se ha creado una línea de publicaciones, de trabajos de

investigación y apoyo a la docencia con perspectiva de género?

¿Se ha promovido la incorporación de una asignatura sobre

relaciones de género y perspectiva de género en las licenciaturas como

herramienta teórico-metodológica en todas las áreas del conocimiento?

¿Cuál fue el resultado?

¿Se promueve la investigación desde la perspectiva de los

estudios de género)

¿Se ha procurado la creación de un programa de posgrado en

estudios de género?

Combate a la violencia de género en el ámbito laboral y escolar

Se pretende conocer cuáles son las acciones emprendidas para promover

ambientes universitarios libres de violencia:

¿Cuenta con una estrategia para diagnosticar, prevenir,

atender, sancionar y erradicar la violencia de género (hostigamiento y

acoso sexual en el ámbito laboral y escolar, homofobia y otras formas)?

¿Cuenta con un espacio adecuado y gratuito en el que las

personas afectadas por violencia de género, reciban atención médica,

psicológica, y asesoría legal?

¿Cuenta con un código de ética con perspectiva de género

para sensibilizar y minimizar el ambiente hostil que existe en los distintos

ámbitos de la comunidad universitaria (órganos de toma de decisiones,

órganos de gobierno universitario, consejos técnicos, salones de clase, etc.)

51

Cómo medir:

Se proponen tres etapas que establecerían tres tipos de fuente

de información:

1) Una autoevaluación realizada por el personal de la

instancia de género (programa, comisión, etc.) con que cuente la

Institución de Educación Superior, teniendo como guía las preguntas

de las directrices antes planteadas. Esta información podría

registrarse en una plataforma en línea que puede albergarse en la

página web de la RENIES-Equidad.

2) Una visita de conocimiento a la IES realizada por un

par, tomando como guía las preguntas de las directrices y

sustentada con evidencia documental y física.

3) Un ejercicio de presentación de resultados ante las

autoridades universitarias de la IES visitada realizada por el par y

ante la presencia de las representantes de la RENIES-Equidad con

el fin de generar acuerdos y compromisos para mejorar las áreas de

oportunidad y en su caso, otorgar un reconocimiento por el avance

logrado.

Esta propuesta se pretende sea presentada y analizada en la reunión anual

de la RENIES-Equidad correspondiente al año 2014, y de ser aprobada para ser

aplicada se propondrá realizar una prueba piloto para considerar su aplicabilidad y

en su caso, que sirva como herramienta para medir el avance de los procesos de

transversalidad de la perspectiva de género en las IES en México.

Las guías para la transversalidad de género en las IES. Un caso.

En este apartado retomo la propuesta hecha por Durán (2012), la cual se

resume en el siguiente cuadro:

52

La autora describe cada una de las etapas:

Fase 0. En la primera se trata de que exista un compromiso real por parte

de las autoridades universitarias que se traduzcan en que el tema sea colocado

como prioridad en la agenda universitaria; identificando la necesidad de cambios

estructurales: desde la disposición de un presupuesto propio, la contratación de

personal con el perfil acorde a esta responsabilidad, formación (especialmente

formación género-sensitiva).

Fase 1: Planeación género sensitiva. 1. Requiere de la definición del equipo

de trabajo facilitador y de la metodología de implementación. Es deseable que la

composición de este equipo sea interdisciplinaria e interdepartamental, además

con representación equitativa de ambos géneros. Este equipo es el responsable

de la creación de un programa específico y permanente de Equidad de Género

institucional que impulse las diversas acciones en materia de transversalidad de

género. 2. Para la definición del punto de partida y como forma de valorar los

cambios que se gesten en la institución, se requiere de la investigación o

diagnóstico institucional desde el análisis de género. 3. Crear una visión del

cambio: adonde queremos llegar.

Fase 2: Ejecución. Sensibilización (Organización de capacitación y

formación en Género, Transversalidad de Género, metodologías Género-

sensitivas; sesiones de trabajo, reuniones, conferencias).

53

Fase 3: Monitoreo y Evaluación (con perspectiva de género) Se procura la

medición de impacto de las acciones de reducción o eliminación de brechas de

género y prácticas discriminatorias en la gestión universitaria y la academia, a

partir de la valoración de los indicadores propuestos para el seguimiento del

desarrollo del modelo, y mediante la definición y utilización de las herramientas

necesarias para su realización (Sistema de Administración de Género –GMS- ,

auditoría de género, evaluación del impacto de género en programas, proyectos,

curricula, por ejemplo). Durán (2012, pp. 32-37)

REFLEXIONES FINALES

Es indudable que se ha avanzado en la transversalidad de género en las

IES en México, no obstante, no se trata de un proceso acabado, al contrario, es

incipiente y en algunos casos, se observan retrocesos debido a la falta de

institucionalización. Es necesaria la voluntad política traducida en la etiquetación

de presupuestos, de disposición de personal calificado para integrar el equipo de

trabajo que articulará los esfuerzos; es deseable que los órganos que se integren

cuenten con el perfil y que el organismo tenga un alto nivel de gerencia en la

universidad de que se trate, preferentemente forme parte de una comisión en el

Consejo Universitario y que sea un ente autónoma y cuya vida interna se rija por

lineamientos claros. De la misma forma se trata de contar con un diagnóstico que

sirva de punto de partida para emprender las acciones afirmativas para reducir las

brechas de género y por tanto con una ruta crítica para la implementación de la

transversalidad de género. Es imprescindible contar con un modelo que permita

evaluar y dar seguimiento a las acciones realizadas en los diversos rubros y en

este trabajo se presenta una propuesta que puede ser útil en esta medición que

nos permita evaluar de manera objetiva los avances mediante indicadores. Lo

anterior deberá ser impulsado desde la RENIES-Equidad como el único organismo

nacional que ha promovido la articulación de los esfuerzos desde las IES.

54

REFERENCIAS

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Equidad de Género en la Educación Superior. INMUJERES/PUEG-UNAM.

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indicadores para el análisis de la segregación por género del alumnado

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Municipal de las Mujeres en Guadalajara. Universidad de Guadalajara.

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Superior (RIES), México, UNAM-IISUE/Universia, vol. III, núm. 6, link:

http://ries.universia.net/index.php/ries/article/view/96 [consulta: 18/11/2014].

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académicas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Colección

Pedagógica Universitaria. No. 40. Julio-diciembre 2003. Centro de estudios

de Género. Colegio de Historia de la facultad de Filosofía y Letras. BUAP.

Rodríguez, D. (2014). Diseño del Modelo de Monitoreo para la Transversalidad de

la Perspectiva de Género en las Instituciones de Educación Superior.

Ponencia presentada en el XXI Coloquio Anual del PUEG-UNAM. México,

56

LOS DERECHOS HUMANOS.

UN CAMINO LLENO DE PENDIENTES PARA LAS MUJERES.

Sara Amelia Espinosa Islas26

INTRODUCCIÓN

Podemos asegurar que el tema de los derechos humanos no es nuevo, sin

embargo, desde fines del siglo XX y en los inicios del XXI, ha cobrado una

creciente relevancia dentro de los debates en torno al significado del mismo

concepto, sus alcances, limitaciones, mecanismos de acceso, defensa y

procuración desde distintos grupos, voces, realidades y necesidades, lo cual nos

viene planteando serios y marcados desafíos al momento de plantearlos desde la

discusión teórica, hasta la práctica.

Cuando hablamos de Derechos Humanos, pensamos en cómo estos han

venido ocupando un lugar central, pues hoy en día, las personas tienen por lo

menos una vaga o noción de ellos, pues en especial, desde las últimas dos

décadas, estos han ocupado un lugar central en los debates, poniendo de

manifiesto sus alcances y los mecanismos para exigirse, e incluso, más ahora que

se han elevado a rango constitucional, por lo que hoy día, se acepta que estos son

inherentes a la persona y que derivan de su condición humana.

Para poder abordar el tema que me propongo, necesito remontarme a un

breve escenario de la segunda mitad del siglo XX, en el que diversas luchas y

movimientos sociales que pusieron de manifiesto la visión tradicional y patriarcal

de los derechos humanos que era limitada y multiexcluyente por cuestiones de

género, etnia, orientación sexual, diversidad funcional (discapacidad), entre otras.

Marta Torres asegura que de todas las formas de discriminación, el “género

constituye una alteridad radical; pues redefine todas las formas de discriminación y

además existe en su propia especificidad”. (Torres, 2010).

Al respecto, emergió el movimiento internacional por los derechos humanos

de las mujeres, sin embargo, no tratamos de decir que en otras épocas no

26

Universidad Iberoamericana campus Tijuana.

57

existieran la lucha de las mujeres, ejemplo de ello, es el movimiento de las

sufragistas. Más bien, lo que trato de decir que es a partir de fines de la década de

1960 y la década de 1970 que los feminismos se diversifican y se comienzan a

posicionar en nuevos espacios como la academia y las políticas públicas, pero

además, se poco a poco se posicionan dentro de las agendas de los organismos

internacionales como las Naciones Unidas, reafirmando unja fuerte consigna del

feminismo de la segunda ola: “Lo personal es político”, en la que se enfatiza la

denuncia de las transgresiones de nuestros derechos humanos. La propuesta de

este breve texto, es realizar un recorrido básico y puntual del cuestionamiento que

se le ha realizado a la visión androcéntrica-patriarcal y tradicional de los derechos

humanos desde una visión de género.

¿DE DÓNDE SURGEN LOS DERECHOS HUMANOS?

Surgen de la modernidad y aquí, vale la pena recordar que en la

modernidad la legitimidad de las jerarquías, emanan de la razón y se cuestiona

cualquier argumento que no derive de la misma, pues partimos de la idea que

todas las personas estamos dotadas de razón y que somos iguales, creándose

con esto la idea del “individuo” como hijo de la mentalidad moderna, en oposición

a la mentalidad de la gerontocracia de los reyes. Estela Serret sostiene que “la

igualdad natural de los seres humanos es lo que da sustento y legitimidad al

nuevo orden social y político (Serret, 1999), dicho de otra manera, el sujeto de la

modernidad es racional por definición. Pero, ¿quién es ese sujeto racional y

moderno?

En términos estrictos se trata del hombre (varón) adulto, blanco, dueño de

propiedad privada y de antemano, heterosexual, ya que los hijos y la esposa, son

parte de la noción de propiedad privada. Dicho de otra manera, sobre esta

construcción de sujeto se encuentra presente la discriminación en base al género,

la generación, la clase social y la etnia.

58

La noción de igualdad es un principio básico de los derechos humanos, más

allá de las diferencias innegables entre los seres humanos que ya hemos venido

mencionando, pues la cualidad común de disfrutar derechos básicos nos iguala

como personas, sin embargo, sin una ardua reflexión, esta aseveración puede ser

engañosa, ya que la noción de igualdad nos plantea por lo menos tres dificultades:

1) sus límites no siempre son precisos; 2) su definición suele ser polémica; 3) su

inclusión en instrumentos operativos resulta problemática, tal y como tratamos de

ejemplificar a continuación.

Partamos de que existen múltiples formas de desigualdad social o de

intersecciones que nos atraviesan a los seres humanos como la nacionalidad, es

decir, no es lo mismo nacer en el llamado primer mundo y el tercer mundo; no es

lo mismo ser indígena que blanco en un país tan racializado y racista como

México, así como tampoco es lo mismo ser una persona en edad productiva y

reproductiva que anciana o niña, no es igual tener discapacidad y enfrentar la

búsqueda de un empleo que tratar de emplearse cuando se vive con una

discapacidad. También difiere el estatus y condición socioeconómica, el estatus

migratorio -ya que no es lo mismo transitar en un país como turista que como

migrante en la clandestinidad-, tampoco es lo mismo ser homosexual, lesbiana o

trans en una sociedad machista, patriarcal y heteronormativa. Todo lo anterior,

evidencia que el principio de universalidad de la igualdad, sigue haciendo ecos en

los grupos vulnerables y vulnerados, los cuales, no están exentos de reproducir

los roles y jerarquías de género patriarcales, por lo que no es raro hablar de una

doble o triple opresión.

Por ende, el concepto de derechos humanos –que deriva de la construcción

de un sujeto moral autónomo, paradigma de lo humano- se construye sobre

múltiples exclusiones, lo cual significa que los principios de igualdad,

universalidad, interdependencia e indivisibilidad son rebasados cuando

incorporamos el género como una categoría de análisis que permite visibilizar a

profundidad todas las intersecciones ya mencionadas. Dicho de otra manera, la

noción de igualdad tiene alcances muy distintos para hombres y para mujeres, por

59

lo que el problema en sí no descansa exclusivamente en lo acotado del término,

pues en realidad la problemática recae en la jerarquización que propicia el género

a través de la cultura y los roles, ya que de antemano, existe una tajante y

contundente diferencia en la valoración del espacio público vs el espacio privado,

porque de antemano, el ciudadano pertenece, vive y se le reconoce en el ámbito

de lo público, espacio reservado y pensado en términos culturales a los varones,

mientras que el espacio privado, transcurre la vida fuera del ojo público y de la

visibilidad, espacio que en términos culturales, has sido propiciado y reservado

para las mujeres.

El objetivo de mi intervención, es analizar, desde un enfoque feminista, los

alcances y limitaciones del concepto de igualdad como principio fundamental de

los derechos humanos, recorriendo algunas críticas que las feministas han

realizado al principio de igualdad.

LA IGUALDAD DESDE LA TEORÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

Cuando hablamos de Derechos Humanos, el concepto de igualdad viene

como una relación íntima con estos, ya que es el principio de igualdad es la

sustancia que les hace posible su razón de ser, pues recordemos que los

Derechos Humanos, son un producto del pensamiento de la Ilustración, por ende,

su base descansa en la razón que configura el orden social, filosófico, jurídico y

político de las sociedades, ya que partimos de la idea que los seres humanos,

están dotados de razón, lo cual es punto de partida de la universalidad, por lo que

se esperaría que dicha racionalidad (o al menos así se presume), sustituyera las

jerarquías aristocráticas antes incuestionables.

En el pensamiento moderno, se reconoce a la razón como un instrumento

liberador y progresista que detona en la transformación de la propia estructura, ya

que a diferencia de la Edad Media en la que se hablaba de la subordinación de los

súbditos ante la monarquía y el clero como instituciones legítimas, la modernidad

60

reconoce los derechos de los ciudadanos, los cuales son universales, indivisibles

e irrenunciables.

Bajo esta óptica, los tres aspectos se ligan a la noción de igualdad que se

posee a partir de la condición de persona, por lo que toda persona debe gozar

todos, absolutamente todos los derechos, por lo que aparece la noción moderna

de individuo dotado de razón, autonomía y libertad, que surgen a la par de la

construcción del Estado y el Derecho moderno. Dicho de otra manera, es a través

de las instituciones y la correspondiente regulación jurídica del contrato social que

constituye el tránsito del estado natural al estado civil.

En este sentido Hobbes, Locke y Rousseau, coinciden en señalar que el

pacto social, se celebra entre personas racionales, libres e iguales, con lo cual se

genera un estado civil por encima de cada individuo, lo que significa que los

individuos se unen para tener colectivamente el derecho. En teoría, el contrato

social opera como lo que define lo humano, es decir, lo racional, a partir de lo cual

se espera que se genere la solidaridad entre los individuos al pertenecer a la

colectividad. Sin embargo, el contrato únicamente es posible en la medida que

este se suscribe a través de la voluntad, de tal forma que el contrato reúne

múltiples voluntades que derivan de actos racionales, de tal forma que la voluntad

en lo individual desaparece para convertirse en un acuerdo general y compartido.

Eligio Resta (1995), citado por Marta Torres afirma que “la constitución

misma del estado civil lleva consigo la renuncia –individual pero de todos- a la

propia violencia: esa violencia originaria, indiscriminada, que hace imposible la

vida en sociedad. Por ello hay que depositarla en una entidad abstracta –el

Estado- que se coloca por encima de los individuos, tal y como Rousseau había

afirmado que si todos ceden todo es como si nadie cediera nada; todos ceden su

libertad natural y ganan –todos- la libertad civil” (Torres, 2009).

Marta Torres asegura que “desde esta perspectiva, parte del papel de las

instituciones es proscribir la venganza e interrumpir la violencia de todos. Se trata

claramente de una abstracción, un artificio racional para establecer que por lo

61

menos una vez existió consenso entre los hombres para que ese poder común

controlara la violencia, ya no por azar sino por ley.” (Torres, 2003).

Así, el Estado moderno se adjudica la facultad de sancionar ciertas

conductas y para ello crea espacios ad hoc, de índole judicial, por ende, la única

violencia legítima es la que deriva del Estado y que se impone en forma de

coerción -como asegura Althusser-. La coerción del Estado no se considera

venganza, sino justicia y se ejerce de conformidad a las normas que se han

pactado a voluntad a cambio de garantizar una convivencia armónica y pacífica

garantizada por el Estado.

Esto nos lleva a plantearnos que la igualdad se relaciona con la justicia, ya

que en teoría, se reconoce al otro como igual, es decir, todas las personas son

dignas, por lo tanto, deben gozar los mismos derechos y trato frente al Estado.

Dicho de otra manera, la justicia es paralela a la igualdad.

¿Cómo garantizamos la justica?; ¿qué condiciones deben existir para

acceder a ella? Básicamente se trata que existan las condiciones para el

reconocimiento de las personas en aras de poder gozar ciertas libertades sin que

exista impedimento, pero bajo el respeto de la libertad de los otros individuos. Este

planteamiento es muy claro en los Derechos Humanos de la primera generación

(civiles y políticos).

Sin embargo, al pensar el principio de igualdad a la luz de los Derechos

Humanos de la segunda generación (económicos y sociales), esta debe ser

planteada en términos de acceso a las condiciones y oportunidades. Al abordar las

desigualdades sociales y económicas, el principio de igualdad se formula como

condición y oportunidad, por lo que en esencia, se trata del acceso a la justicia

social y es justo el punto dónde deseo detenernos para reflexionar: ¿dónde

estamos las mujeres?; ¿realmente estamos incluidas dentro de este pacto

fundacional que señalan Locke, Hobbes y Rousseau?

Diversas teóricas feministas como Marcela Lagarde, Estela Serret y Marta

Torres, señalan que las mujeres están excluidas de dicho pacto, ya que los

62

contractualistas aplican un criterio contradictorio al momento de analizar las

relaciones sociales derivadas de los varones y de las mujeres, ya que cuando se

habla de planos tradicionalmente adjudicados a las mujeres como la familia, la

pareja o la comunidad, los padres del liberalismo las explican a través de

argumentos tradicionales y excluyentes. Es decir, se caracterizan por definirlas

como seres pasivos e incapaces de decidir, sea porque ceden al marido el poder

que tienen sobre los hijos como asegura Hobbes, porque deben someterse a la

fuerza masculina como lo propone Locke, o por ser seres presociales, tal y como

lo propone Rousseau, por ende, las mujeres no están incluidas en el pacto social

porque, en pocas palabras, no se les reconoce racionalidad (Serret, 2002, Lagarde

1995, Torres, 2003).

Desde esta óptica, las mujeres somos reconocidas como humanas, pero no

se nos otorga la categoría de sujetas autónomas porque se pone en duda si

poseemos una capacidad de discernimiento (razón), ya que estos debates parten

del esencialismo de la división entre naturaleza y cultura, que relaciona al hombre

(lo masculino) con la razón y a la mujer (lo femenino) con la naturaleza. Por ende,

esta construcción esencialista detona una división de espacios sociales

producidos y reforzados en la modernidad: El “ciudadano”, perteneciente al ámbito

de lo público, y la mujer confinada al plano de lo privado, el hogar”.

En su obra titulada El contrato sexual, Carole Pateman (1992), asegura que

la exclusión de las mujeres de la categoría de individuo se remonta al estado de

naturaleza y persiste en el estado civil. Para ella, existe un contrato sexual anterior

al contrato social, por medio del cual se establecen reglas de acceso carnal a las

mujeres, que sirven a su vez para afianzar la condición de igualdad y fraternidad

entre los hombres.

En su análisis, la autora sigue de cerca los aportes realizados por Lévi –

Strauss y Freud con respecto a las estructuras y funciones del parentesco. Por

ejemplo, en la obra Las estructuras elementales del parentesco, Lévi – Strauss

plantea que una vez que las comunidades han pasado de lo crudo a lo cocido (es

decir, han descubierto el fuego, la preparación de alimentos y la vida sedentaria

63

con su organización social), es posible advertir la universalidad de la prohibición

del incesto. Los hombres deben buscar mujeres en otras comunidades, fuera de la

familia y lejos de los vínculos de consanguinidad.

En cambio, Freud en su obra Tótem y tabú , analiza los nexos de sangre y

cultura que unen a las personas agrupadas en torno a un tótem, símbolo de

identidad y pertenencia; en virtud de tales nexos, el tabú del incesto se arraiga

mediante la representación totémica.

Desde un análisis bajo la óptica del género, Pateman realiza las siguientes

interrogantes: 1) ¿Quiénes establecen las reglas operativas del tabú del incesto?

Si los hombres tienen el imperativo de buscar mujeres en otros lugares, 2) ¿existe

el mandato correlativo para las mujeres?; 3) ¿Pueden ellas tomar la iniciativa de

buscar hombres con otra sangre y otro tótem? Las respuestas para la autora son

claras: los hombres acuerdan, entre ellos, las reglas de apropiación de las

mujeres, que son así definidas como objeto de intercambio. El pacto se realiza

entre varones, que son quienes después actúan como individuos. (Pateman,

1992).

Siguiendo con su análisis, el contrato sexual divide de forma tajante los

espacios sociales, ya que para ella cuando los hombres se apropian de una mujer

(a través del servilismo para su atención y satisfacción de necesidades), queda

confinado al espacio de lo privado, en donde la autoridad masculina no se discute.

Enfatizando en este aspecto central del análisis de Pateman, el contrato

sexual propicia la conformación de la dicotomía privado / público y su consecuente

asignación a sujetos determinados. Por ende, el feminismo ha centrado buena

parte de su crítica y análisis a las lógicas que operan en cada uno de estos

espacios y los divergentes criterios de legitimidad. Regresando al principio de

igualdad que propone el pensamiento ilustrado, reconoce las diferencias como un

necesario punto de partida, pero rechaza las desigualdades, el autoritarismo en

todas sus formas y la dominación arbitraria, sin embargo, este planteamiento tiene

una diferencia tajante de género.

64

Celia Amorós (1990) asegura que todos los hombres se definen como

iguales en la medida en que todos participan de ciertas pautas facilitadoras del

ejercicio del poder, ya que para la autora, los varones se definen como tales a

través de la “tensión referencial” a otros hombres. “¡Soy hombre porque soy como

ellos!” y que continúa reiteradamente hasta el infinito. La virilidad se produce como

imagen alterada y alineada de cada cual a través de todos los otros y se valora

porque implica alguna forma de poder, al menos “de poder estar del lado de los

que pueden” (1990: 3-4). Dicho de otra manera, los hombres se refuerzan a través

de la negación de su contraparte: las mujeres. Entonces, la igualdad existe entre

los varones, lo cual les permite acceder a las mujeres a través del el contrato

sexual como lo sugiere Pateman (1992).

Los hombres acceden al espacio público, en tanto las mujeres son recluidas

–imaginariamente- en el privado. Así, los hombres son públicos (sinónimo de

ciudadano), ya que cumplen el rol social de trabajadores, padre proveedor y

tomador de decisiones. En cambio las mujeres, son confinadas a lo privado como

amas de casa, cuidadoras que velan por el bienestar inmediato de la familia,

carentes de derechos.

En el imaginario cultural, la construcción de las identidades de género,

promueven modelos de masculinidad y feminidad que refuerzan esta idea, por

ejemplo, los ideales y valores de la ciudanía se relacionan con la lealtad y

disposición a morir por la defensa de la Patria o a fortalecerla desde la política, por

lo que la agresividad, valentía y astucia y racionalidad son requisitos y virtudes

adjudicados a lo masculino.

En cambio para ese mismo imaginario, las mujeres pertenecientes a lo

privado, permanecen en la casa, ajenas al denominado trabajo formal

(remunerado), a la ciudadanía y por ende a la actividad política. Al decir espacio

privado, se refiere a privación, abnegación, invisibilidad, marginación e incluso

violencia de todo tipo. Todo ello, además, encubierto de naturalidad a través del

dispositivo cultural y peso que encierra la maternidad.

65

Para Marta Torres, este fenómeno requiere una mirada cuidadosa, ya que

para ella “no es que existan dos espacios con funciones claramente diferenciadas,

sino que el ámbito público, donde se lleva a cabo el ejercicio de la ciudadanía,

descansa en una construcción determinada del espacio privado. En otras

palabras, los hombres pueden acudir al espacio público como iguales –

“equipotentes”, diría Célia Amorós- porque todos ellos tienen un espacio privado

que les da ese sostén”. (Torres, 2003:14).

Sin embargo, esta dicotomía (público / privado) es engañosa. Si bien la

esfera doméstica se considera femenina, la posición que los hombres ocupan ahí,

más que en cualquier otro espacio, es la de privilegio y control, ya que el espacio

público es el de las miradas y por lo tanto el reconocimiento de los otros y de

actividades valoradas porque todos son sujetos de poder, en cambio el espacio

privado carece de las miradas y del reconocimiento; no hay competencia ni

actividades valoradas.

Por lo tanto, las asimetrías de poder y las expresiones de desigualdad que

emanan del espacio privado, contradicen el principio de igualdad ilustrado, ya que

su universalidad se difumina al mirar la marca de género, por lo que esto nos lleva

a preguntarnos ¿de qué forma podemos plantear el principio de igualdad que

prevalece en los derechos humanos desde una perspectiva realmente incluyente

con todo lo considerado minoría?

LA IGUALDAD A LA LUZ DE LOS FEMINISMOS

La teoría feminista ha criticado y reflexionado arduamente la exclusión de

las mujeres y los criterios definitorios de lo que se define como el universal

humanidad, como lo define contundentemente Denise Riley, las mujeres hemos

tenido que transitar de la condición de mujeres a la de seres humanos, para tener

acceso a algunos derechos, porque aún no somos poseedoras de todos.

66

Algunas feministas señalan que la conformación de espacios sociales

diferenciados por género, tiene múltiples consecuencias, ya que por un lado, las

mujeres se relacionan con el Estado a través de la intermediación de algún (os)

hombre(s) -el padre y posteriormente el marido-; por otro, las políticas públicas

dirigidas a la familia, tienen como interlocutor a la jefatura del grupo. En este

punto, la teórica Nancy Fraser asegura que las políticas no son neutrales, sino que

más bien son generizadas.

Siguiendo con la autora, los límites de la acción estatal suelen situarse en el

espacio privado –asociado con la unidad doméstica y la familia-, por tanto, el

Estado delega de forma legítima del poder a través de la figura del jefe de familia a

un varón adulto, el cual puede ejercer la función vital vigilar y castigar lo que

acontezca en dicho ámbito.

Regresando a las posturas del feminismo, o mejor dicho de los feminismos

en torno al principio de igualdad, existen diversos planteamientos y posiciones al

respecto. Por ejemplo, el feminismo que se adscribe a la corriente liberal, parte de

la idea de defender la igualdad en todos los ámbitos de la vida. Su planteamiento

sostiene que las mujeres y los hombres somos iguales, por ende, la demanda

consiste en tener derechos iguales. Sin duda alguna, este planteamiento es

valioso, pero pierde de vista que esto no es del todo posible, ya que existe un

fuerte desequilibrio en la estructura del poder entre mujeres y hombres, por lo que

indirectamente se corre el riesgo de avalar una forma de organización social que

sigue siendo patriarcal, ya que como lo mencionamos anteriormente, la

construcción de individuo, ciudadanía y espacio público son androcéntricas.

En cambio, las feministas de la diferencia, parten de la idea que al ser

diferentes, los derechos demandados también lo son. Lo valioso de esta postura,

es que cuestiona la base patriarcal del derecho y sus instituciones, pero su

debilidad radica en que el propio patriarcado nos puede revertir el discurso (tal y

como lo ha venido haciendo) y marginalizar o esencializar nuestros derechos, ya

que parten de la recuperación de las virtudes femeninas como forjadoras de

ciudadanía. Como parte del feminismo cultural o de la diferencia, las corrientes

67

ecofeministas y del cuidado intentan rescatar una noción de mujer generalizable o

por lo menos unificadora. Estos planteamientos llegan a no alcanzar su propósito,

porque es imposible hablar de “la mujer” como si se tratara de una identidad

homogénea.

Por su parte, Iris Young propone una “ciudadanía diferenciada”, lo que

implica una repolitización de la vida pública con mecanismos de representación y

reconocimiento de voces que hasta ahora han sido inaudibles por minoritarias. El

problema sigue siendo la noción esencialista de grupo, como si se tratara de

identidades ya constituidas.

En una propuesta opuesta, el denominado feminismo radical, busca la

transformación del mundo androcéntrico y enfrenta el problema de la definición de

estrategias. Una de sus máximas exponentes, “Catharine Mackinnon critica la

búsqueda de las liberales de un “trato igual”, así como la de las culturalistas de “un

trato diferente” porque el criterio y punto de referencia es siempre masculino. Para

esta autora, el derecho ha mantenido a las mujeres “afuera y abajo” al preservar

un sistema jerarquizado por género. Su propuesta es expandir el ámbito del

derecho y modificar sustancialmente la regulación de las relaciones

intergenéricas” (Torres, 2003).

Finalmente, en debate con las propuestas brevemente reseñadas, Chantal

Mouffe considera que la identidad política debe ser construida con base en la

articulación de relaciones, prácticas e instituciones igualitarias, donde la diferencia

sexual sea totalmente irrelevante, precisamente para evitar esencialismos.

Como puede verse, las diversas corrientes de la teoría feministas han

hecho aportaciones importantes y críticas sostenidas al principio de igualdad como

baluarte de los derechos humanos. En su aspecto de movimiento social, el

feminismo militante ha emprendido numerosas batallas por conquistar derechos,

68

es decir, por acortar la brecha que señalaba Dense Riley entre la condición de

mujeres y la de seres humanos27.

Desde los feminismos se ha denunciado la opresión, la explotación y el

sufrimiento de las mujeres del mundo. Una tarea importante ha sido desmantelar

el discurso que les niega la voz, aunque eventualmente les conceda el voto, se les

descalifica su razón, se niega sus conocimientos y se les excluye de los saberes

valorados.

Prácticamente fue en el siglo XX que se generalizó el sufragio femenino y

con ello se abrieron nuevas vetas para la reflexión y el debate: derechos civiles,

prestaciones sociales en el ámbito laboral, etc., generándose un proceso de

homologación de normas jurídicas para erradicar preceptos discriminatorios. Por

otro lado, el imaginario social ya no puede sostener el ideal de la mujer doméstica

como tal, pero enfatiza una suerte de esencia: un modo de ser, una peculiaridad,

algo más bien indefinible común a todas las mujeres precisamente por ser mujeres

y esta esencia, se le sigue encasillando el ideal materno y el ideal de lo femenino.

Cuántas veces hemos escuchado la afirmación de que las mujeres

agregamos un “toque femenino” a la política, a la organización de las empresas, a

los negocios o a la administración pública. Ese “toque femenino” implica las

cualidades socialmente atribuidas y ensalzadas en las mujeres: bondad,

honestidad, paciencia, dulzura, frivolidad, abnegación, sacrificio, benevolencia,

comprensión, las cuales se siguen contraponiendo a las virtudes masculinas:

inteligencia, rigor, energía, decisión, fuerza.

27

En 1948 se emite la Declaración Universal de los Derechos Humanos (por primera vez se usa un vocablo

incluyente en sustitución de “Derechos del Hombre”) y se dan las primeras acciones en materia de protección.

Los años 50 y 60 registraron una prolífica producción de instrumentos internacionales para condenar múltiples

transgresiones y a la vez desarrollar mecanismos de garantía y exigibilidad de los derechos humanos. Se

hablaba de tratos crueles y degradantes, desapariciones, encarcelamientos, ejecuciones; todo ello, se

subrayaba, atentaba contra la dignidad del hombre. Rescatar la especificidad del género (por ejemplo, la

violencia sexual como arma de terror) era una tarea que poco importaba a los artífices del nuevo derecho

internacional y que tuvieron que llevar a cabo las mujeres organizadas. El viaje se sabía largo y el camino

tortuoso. Los procesos de dominación expropian la condición humana de las minorías.

69

Si bien es cierto que a las mujeres se nos reconoce nuestra participación en

los espacios públicos y que cada vez es más evidente nuestra presencia,

seguimos en una condición de alteridad. La figura de la madre se fortalece,

aunque ya no se considera la única opción, sin embargo, se sigue esperando que

las mujeres cumplan con su papel de buenas madres y se criminaliza el derecho a

ejercer una autonomía y protección de sus cuerpos como lo demuestran las 16

entidades federativas de nuestro país que prohíben la decisión autónoma de las

mujeres sobre sus vidas y cuerpos, siendo a propósito, Baja California una de las

primeras28.

Además, nos seguimos enfrentando a visiones patriarcales que tratar de

sobresaltar “las virtudes femeninas de las mujeres, se pone en marcha una lógica

perversa que oculta o por lo menos diluye la opresión y la violencia, en la que se

culpa a las mujeres que osan rebasar dichas bondades y se exponen a los

peligros que encierran los espacios públicos al ejercer su autonomía, simplemente

recordemos el caso de joven Yakiri Rubio, quien en legítima defensa de su vida

privo de su vida a uno de sus dos agresores, como resultado, las leyes y las

autoridades-constituidas y dominadas por una visión patriarcal-, ejercieron todo el

peso de la ley sobre la joven, vulnerando sus derechos, obligándole a pagar una

fuerte fianza y con la amenaza de contrademanda de su segundo agresor.

En este sentido, el mensaje es claro, Yakiri tuvo que pagar la osadía de ser

una mujer en un espacio público que no está destinado para ella ni para ninguna

mujer, mucho menos si es pobre y joven, pues el mensaje es claro, la justicia no

es para las mujeres, es preferible ser una cifra más de una larga lista de

feminicidios -en los que el Estado no tiene la voluntad de aplicar la justicia- que a

defenderse. Esto nos remite al caso de Sandra Camacho, una joven de 17 años

de edad que fue asesinada en junio de 2013 por el prominente genio de las

28

Las entidades que han realizado reformas a sus constituciones para la protección de la vida en detrimento de los derechos de las mujeres son: Baja California, Chiapas, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora, Tamaulipas y Yucatán.

70

matemáticas, Javier Méndez Ovalle29. Este caso en particular nos llamó la

atención por la reacción de la opinión pública, ya que mucha gente reaccionó

lamentando la forma en que el joven genio tiraba por la borda sus sueños y talento

por culpa de una chica que lo provocó. Además, en dichas opiniones, se

inclinaban a culpar a la chica por ingenua, confiada y poco sagaz para saber que

corría peligro, es decir, Sandra fue revictimizada pese que muchos sectores

resaltaron su caso como una muestra apabullante de la violencia patriarcal. En

pocas palabras, cualquier pretexto basta para justificar la violencia patriarcal hacia

las mujeres, como el caso de Andrea Coutiño30, agredida por celos de parte de su

ex pareja Roberto Carlos Ruíz, Director del área de Prevención del delito del

Ayuntamiento de la Concordia, Chiapas el 10 de noviembre de 2014. Otro caso es

el de la Joven Alí Cuevas, asesinada por su ex novio Oswaldo Morgan31. Todos

estos casos demuestran las dificultades que enfrentan las mujeres para acceder a

la justicia, ya que todavía existen fuertes dificultades para articular las sentencias

con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida libre de violencia. Si bien

la sentencia de estos casos es un primer avance, en la procuración de justicia se

carece de las medidas integrales para la reparación del daño, como las medidas

de satisfacción y no repetición que estableció la Corte Interamericana de Derechos

Humanos (CIDH) en su sentencia emitida por el caso de feminicidio del campo

algodonero en 2009.

Además de enfrentarnos y sobrevivir a la violencia patriarcal y los

obstáculos para el acceso a la justicia, las mujeres nos seguimos enfrentando a la

asociación de los referentes identitarios, los cuales cada vez son más

contradictorios, ya que por un lado es necesario incorporar los nuevos roles

sociales desempeñados por las mujeres en la construcción del imaginario social y

esta es una tarea complicada. Por otro, la identidad femenina en la actualidad se

29

Javier Méndez fue detenido el 4 de octubre de 2014, permaneció prófugo con la complicidad de su familia por más de un año. 30

En este caso, el funcionario trato de escapar con ayuda de dos cómplices. La policía logró frustrar su escape y por ahora se realizan las investigaciones para deslindar las responsabilidades correspondientes. 31

Oswaldo fue sentenciado a 42 años de prisión. Sin embargo, en este caso ha intervenido el hermano del asesino, Humberto Morgan, quien con la envestidura de funcionario público del Gobierno del Distrito Federal, trato de revictimizar a Alí, aludiendo que el asesino actuó en defensa propia, provocando un espectáculo mediático. Dicha situación que no se pudo comprobar.

71

construye en un entorno de múltiples exigencias: madre ejemplar, esposa

eficiente, trabajadora, exitosa, amante sensual, proveedora económica y una larga

lista más de atributos en el que por cierto no aparece el carácter de individuo.

Los gobiernos y los organismos internacionales en términos retóricos

reconocen y ensalzan la igualdad, pero incluso en el discurso la cuestión está

acotada a ciertos temas, como el sufragio universal o la educación básica. La

verdadera afrenta surge cuando entramos en debates y cuestionamientos que se

centran en las condiciones de vida de las mujeres y su acceso a la justica, temas

ante los que el camino es aún muy largo por recorrer.

Los reclamos de autonomía de las mujeres y sus cuerpos para vivir

plenamente una vida libre de violencia y sus derechos sexuales -al igual que el de

otros grupos como lesbianas, transexuales y homosexuales- siguen viéndose

como amenaza para regímenes patriarcales, formas de organización social y

comunitaria basadas en la desigualdad genérica, por lo que podemos sostener

que el camino hacia la igualdad parece ser en más de una ocasión como una

rueda de ardilla, porque en la retórica existen avances en la promulgación de

leyes, pero en la práctica, los mecanismos siguen siendo insuficientes, obsoletos y

ambiguos.

Además, a esto se suma la falta de voluntad del Estado y sus instituciones

para actuar acorde a la propia ley, muestra de ello son los casos de feminicidios

que se expanden por todo el país, los cuales son una clara muestra de la saña

patriarcal sobre el cuerpo de las mujeres y la trata humana con fines de

explotación sexual, donde incluso aparecen claras muestras de un Estado

proxeneta, en el que funcionarios públicos participan de este delito como el del ex

dirigente del PRI del Distrito Federal Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, quien se

presume que encabeza una red de prostitución de jóvenes.

A todo este panorama, debemos sumar la forma en que los medios de

comunicación contribuyen a la estigmatización de las mujeres y la vulneración de

sus derechos, pues todavía queda mucho por revisar con respecto a cómo son

72

tratados en las notas informativas los casos de feminicidio y crímenes por homo,

trans y lesbofobia y trata humana, pues de pronto existe la tendencia a la

revictimización o minimización de estos casos.

REFLEXIONES FINALES

Los derechos humanos constituyen una ideología valiosa y prometedora por

su carecer universal. Sin duda, son la expresión y estandarte de las luchas

sociales a nivel global y han logrado un valioso reconocimiento por parte de la

sociedad y de los Estados, pero sin duda, el análisis aportado por las feministas a

través de la categoría del género ha sido consistente y decisivo ya que se ha

contribuido a analizar y visibilizar los mecanismos patriarcales de exclusión de las

mujeres.

Por otro lado, las mujeres han logrado avances sustanciales en el

reconocimiento formal de sus derechos, el diseño y puesta en marcha de políticas

públicas que les han incorporado, la supresión de preceptos sexistas, etc. Sin

embargo, el reto requiere todavía un trabajo arduo, pues mucho del camino

ganado ha venido retrocediendo vía la criminalización de nuestros cuerpos y por la

falta de acceso a la justicia para las mujeres en todos los sentidos, pues tan solo

recordemos que 80% de la pobreza tiene rostro de mujer y que el feminicidio en

México, los Derechos Sexuales y la Discriminación a orientaciones sexuales e

identidades de género distintas a la heterosexual y tradicional, siguen siendo

temas en los que la justicia sigue pendiente.

REFERENCIAS

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73

—————– (1997) Tiempo de feminismo: sobre feminismo, proyecto ilustrado y

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Porrúa.

75

VIOLENCIA DE GÉNERO EN UNIVERSIDADES PÚBLICAS, PRIVADAS,

CONFESIONALES E INDÍGENAS DE SAN LUIS POTOSÍ. UNA PROPUESTA

DE INVESTIGACIÓN

Consuelo Patricia Martínez Lozano 32

RESUMEN

El presente documento constituye una semblanza general de un proyecto

de investigación que se encuentra en su fase inicial. Dicha propuesta lleva por

título: “Análisis y diagnóstico cualitativo de las significaciones, vivencias e

interpretaciones de la violencia de género en universidades públicas, privadas,

confesionales e indígenas de San Luis Potosí”. Este proyecto cuenta con el apoyo

del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), a través de los

Fondos Sectoriales. Se trata, básicamente, de un trabajo de carácter cualitativo,

para desarrollarse en diversas universidades de San Luis Potosí, fundamentado

en tres visiones teóricas: el género, el habitus (Bourdieu, 1991) y las

configuraciones de las violencias (Azaola, 2012), mismas que encuentran su

basamento principal en la conformación de la violencia simbólica (Bourdieu, 1999

y 2000). La investigación contempla la aplicación de herramientas cualitativas

como las entrevistas grupales e individuales con estudiantes y profesores/as

universitarios/as, así como observación directa no participante de los entornos

escolares seleccionados. El trabajo también pretende llevar a cabo acciones

reflexivas y didácticas al interior de las universidades participantes en el estudio,

mediante Talleres presenciales y producción audiovisual, para la concientización,

prevención y erradicación de las violencias en general y la violencia de género en

particular.

INTRODUCCIÓN

Es innegable que el tema de la violencia tiene radical importancia en la

sociedad mexicana. Especialmente, la población juvenil ha sido identificada como

protagonista cada vez más trascendente de gran parte de los acontecimientos o

32

Universidad Autónoma de San Luis Potosí [email protected], [email protected]

76

situaciones relacionadas con la violencia en sus distintas modalidades. Sin

embargo, los/as jóvenes constituyen una población múltiple y heterogénea. Esto

ha llevado a concentrar una buena parte del análisis de lo juvenil en torno a

determinados grupos sociales, en tanto que otros sectores son menos estudiados.

Este es el caso de la población y entornos relacionados con las Instituciones de

Educación Superior (IES); tomando en cuenta que dicho conglomerado está

constituido, en su parte mayoritaria y fundamental, por jóvenes.

Las comunidades universitarias (estudiantil, docente), sus prácticas y

procesos, son escasamente estudiados en terrenos que vayan más allá de la

administración educativa o los programas curriculares. Esto ha significado, entre

otros muchos aspectos, descuidar un ámbito en el que confluye un conglomerado

diverso y cambiante a través del cual es posible identificar y estudiar procesos

trascendentes que se potencian más allá de los muros escolares. De manera

particular, los/as universitarios/as, especialmente la población estudiantil y

docente, no figuran como sujetos de estudio en investigaciones o exploraciones

relacionadas con el género y/o la violencia. El mundo estudiantil-docente

universitario es desconocido en torno a sus procesos, dinámicas, prácticas,

significaciones e interpretaciones de la realidad que construyen dentro y fuera de

los planteles, relacionados con las violencias y el género. Ciertamente, la

población universitaria constituye una élite, un grupo no amplio o numeroso de

entre la gran diversidad de grupos sociales que integran al país. Sin embargo, los

componentes de esta élite son quienes configuran las acciones y decisiones

futuras que impactarán a la nación. En las universidades se forman a los/as

profesionistas que decidirán sobre las acciones y dinámicas que se llevan a efecto

en los diversos organismos e instituciones de la sociedad. Pero también debe

trascenderse la perspectiva de que los/as jóvenes no desempeñan funciones

sociales relevantes actuales. Los/as estudiantes universitarios (y los/as docentes)

cobran relevancia actual, pues son quienes implementan, encarnan, sufren o

ejercen relaciones violentas de acuerdo a su condición de género. Lo que les

ocurre impacta en su presente y futuro. Como se sabe, la violencia es una

manifestación que atenta contra la construcción de relaciones democráticas,

77

manifestaciones que deben ser contenidas y prevenidas si queremos arribar a una

sociedad justa.

Los contextos escolares en general, desarrollan procesos y prácticas de

socialización e interacción cotidiana, los cuales dibujan una suerte de cultura

escolar que la población universitaria construye y que, a su vez, en el devenir

diario, configura a sus integrantes. Esta cultura escolar se conforma por una densa

trama de diversidades y alteridades que se tejen e interactúan cotidianamente en

un mismo entorno compartido. Es decir, en el ámbito universitario conviven sujetos

que provienen de otros contextos familiares, sociales, culturales, económicos, etc.,

lo cual indica que el espacio escolar no está cerrado sino abierto a relacionarse

con su entorno social. En la confluencia de estas diferencias, se construye una

dinámica y habitus escolar universitario con sus particularidades y generalidades.

Aunado a esto, las universidades configuran mecanismos y principios de acción

que están determinados, en gran medida, a partir de su carácter público, privado,

confesional (esto es, las instituciones de tipo religioso) o intercultural (entendida

esta última como la IES pública cuya población estudiantil es mayoritariamente de

origen indígena). Las violencias y los géneros, desde el enfoque teórico-

metodológico de esta investigación, se encuentran sustentados en bases

culturales. Son configuraciones socio-simbólicas y que, por lo mismo, son

susceptibles de un análisis cualitativo pero, sobre todo, factibles de ser

identificadas, contenidas, prevenidas y transformadas.

La presente propuesta sugiere tres aspectos analíticos básicos articulados y

que, en la perspectiva metodológica, se despliegan en el tiempo a manera de

fases, en torno al estudio cualitativo de las relaciones entre violencia y género en

las universidades públicas, privadas, confesionales e indígenas del estado de San

Luis Potosí. 1) La identificación y prevención de las diversas maneras en que lo/as

integrantes de la población universitaria (estudiantes y docentes), conforme a su

condición de género, significan, aprehenden, interpretan y experimentan la

violencia en su realidad cotidiana construida y asimilada al interior del entorno

escolar y, también, en función de lo vivido fuera del ámbito universitario. Al mismo

78

tiempo, también es preciso identificar las acciones que dentro del ámbito escolar

detienen o atemperan la violencia. Tales prácticas se observan al interior de un

espacio institucionalizado, es decir, la universidad como una institución

estructurada por un marco normativo que se asume de manera inconsciente o

consciente; por lo que también se identificarán los mecanismos institucionales

mediante los cuales se generan y reproducen situaciones violentas y, a la vez,

prácticas que actúan a manera de contención o protección solidaria ante la

violencia. La estrategia metodológica se configura como un análisis cualitativo y

comparativo entre las IES seleccionadas para la investigación. Las herramientas

de indagación a utilizar se concentran en el desarrollo de entrevistas grupales y

relatos de vida de estudiantes y docentes, así como observación directa no

participante de los entornos universitarios. Esto generará un diagnóstico general,

comparativo, de carácter cualitativo como aproximación, entendimiento e

interpretación de la presencia de la violencia de género en la población

universitaria de la entidad. 2) En función de los resultados que arroje la indagación

y análisis cualitativo, se diseñarán y desarrollarán talleres impartidos a docentes y

estudiantes para dar a conocer dichos resultados y ser motor de concientización y

reflexión en torno a las violencias en general y la violencia de género en particular,

con el fin de que los integrantes de la población universitaria sean capaces de

detectar y prevenir las manifestaciones de violencia en su realidad cotidiana. Estos

talleres serán impartidos a profesores/as universitarios y estudiantes. La

sugerencia principal en este rubro es que los Talleres utilicen como plataforma de

aplicación la estructura institucional que vincula tanto a docentes como a

estudiantes. 3) Paralelo al desarrollo de los Talleres y en función de los resultados

del análisis cualitativo, se elaborarán productos audiovisuales para la difusión de

los resultados de la investigación y también, al mismo tiempo, para promover la

concientización y prevención de las violencias en general y de la violencia de

género en particular. La propuesta contempla elaborar un video documental sobre

los resultados de la investigación, así como una descripción visual (ensayo

fotográfico) de los entornos universitarios participantes en el estudio y su vida

cotidiana, para que ambos productos sean difundidos en los medios de

79

comunicación universitarios y/o en el entorno mediático de la localidad, en enlaces

y espacios de las nuevas tecnologías y en los propios entornos universitarios a

través de presentaciones públicas en las universidades y en los mismos talleres

de prevención de la violencia. También se propone la elaboración de carteles para

prevenir la violencia de género. Todos estos productos audiovisuales e impresos

se difundirán gratuitamente. No tienen fines de lucro.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

En términos generales, sin la pretensión de reducir la complejidad de los

procesos acontecidos en las IES, sino para fines de acotar la temática de

investigación, pueden caracterizarse en los siguientes aspectos: 1) Los centros de

educación superior son espacios sociales en donde se adquieren y se transmiten

conocimientos especializados de manera controlada y sistemática. Sin embargo,

no sólo se transmiten conocimientos, sino también formas de pensar y de actuar, a

veces de manera implícita o inconsciente, relacionados con la formación en

valores. Formación en valores vinculados con cierta manera de evaluar, significar

y de actuar respecto a lo que es un hombre y una mujer. Si bien los agentes

escolares de las universidades, debido tanto a sus trayectorias escolares como a

sus experiencias de vida en general, ya llevan más o menos consolidados tales

valoraciones cuando ingresan a los centros universitarios, los reelaboran de

acuerdo a situaciones específicas que acontecen dentro de las IES, según los

mecanismos de formación que distinguen a dichas instituciones, es decir, si son

públicas, privadas, confesionales o interculturales. 2) Los centros escolares

universitarios son espacios culturalmente heterogéneos. Esto significa que

estudiantes y docentes no sólo son estructurados por la institución escolar,

también por los patrones culturales de referencia particulares colectivos

(familiares, religiosos-éticos) de donde provienen, o incluso individuales

(preferencia sexual). Es decir, convergen diferentes formas de percibirse a sí

mismos/as y, a la vez, de percibir, entender y conducirse frente a los/as demás:

sus pares de estudiantes, de género, de docentes. Esta misma característica

80

puede ser aplicada entre planteles. Es decir, cada IES genera un tipo específico

de proceso institucional y cultural que instituye heterogeneidad al campo

educativo. En otras palabras, hay diferencias culturales notables entre las IES

públicas o interculturales, y las distinciones se radicalizan en las IES privadas, y

entre éstas: las diferencias entre una IES privada secular y una confesional son

significativas. 3) El control y sistematización de los conocimientos y valores que se

transmiten y se re-significan, aunados a la heterogeneidad cultural de procedencia

de los agentes escolares, son organizados por la institución escolar de manera

jerarquizada, en donde las posiciones de los agentes (ser estudiante, docente,

directivo, administrativo) se relacionan de acuerdo a esa jerarquía. No obstante

que de lo anterior se deriva que las IES son espacios de tensiones, también son

ámbitos de negociación mediante los cuales se puede llegar a consensos e

incluso a conformar procesos de solidaridad, de resistencia y de transgresión a las

formas de dominación o de violencia.

Por otra parte, los estudios de género han avanzado en el análisis de

diferentes estratos sociales. Sin embargo, en los estratos socioeconómicos

medios y altos urbanos, así como en los entornos rurales indígenas, son aún

escasos y, respecto a la violencia de género, inexistentes para el estado de San

Luis Potosí. Comúnmente, la población de estudiantes y docentes universitarios/as

se identifica con los estratos socioeconómicos medios y altos (esto último

particularmente con las instituciones superiores privadas), por lo que el presente

estudio aportará conocimiento sobre tales estratos de población en relación con la

violencia de género. Asimismo, es pertinente en un estudio sobre las IES y la

violencia de género, sumar a la comunidad indígena que forma parte también de

los entornos universitarios.

En estudios previos (Martínez, 2007; Martínez y Solís, 2008; Martínez y

Solís, 2009; Solís y Martínez, 2012) es posible observar que los estudiantes y

docentes, hombres y mujeres, de centros universitarios públicos y privados han

construido un discurso alrededor del género. El discurso sobre el género tiene dos

fuentes: por un lado, su transcurrir por los niveles escolares previos al superior les

81

ha permitido hilvanar un discurso y una práctica correspondiente a lo que es un

hombre y una mujer; por otro lado, ese discurso está ampliamente vinculado a

campos sociales (la familia, la religión, los medios de comunicación son algunos

ejemplos) de donde abrevan significados para construir culturalmente

configuraciones –esquemas de pensamiento y acción- y percepciones en torno al

género.

Cabe destacar que el estudiantado y profesorado, al transitar por los niveles

escolares anteriores al superior, han elaborado un conocimiento sobre el género y,

más recientemente, respecto a la violencia. La generación de estudiantes que

actualmente está en los planteles escolares universitarios, ha recibido información

y conocimiento sobre lo que significa la equidad de género y sobre el ejercicio de

la sexualidad. Desde hace más de una década es un contenido curricular que se

imparte en la secundaria y se aborda también en el nivel de bachillerato.

Es decir, hay un conocimiento, un habitus, sobre el género y la violencia.

Puede suponerse que este conocimiento y práctica sobre el género se ha

internalizado en los/as jóvenes y docentes universitarios/as, no obstante, continúa

persistiendo la exclusión y dominación de género. El conocimiento sobre la

equidad de género y la violencia no se torna en un proceso reflexivo que genere

cambios en los patrones culturales sobre la discriminación, exclusión y violencia

de género. Asimismo, respecto a la violencia de género, sexual y psicológica,

ocurre algo semejante; es decir, en los/as estudiantes existe un “conocimiento

científico” sobre estos temas (hay una aproximación a explicar el cuerpo, la

sexualidad en términos biológicos); un conocimiento jurídico (identifican un

discurso “políticamente correcto” referente a los derechos de las mujeres) tanto en

hombres como en mujeres. Sin embargo, en las prácticas dentro y fuera de los

planteles, se continúa reproduciendo la dominación y violencia de género. En otras

palabras, los/as jóvenes universitarios tienen la convicción que existe inequidad y

violencia de género, y éticamente lo censuran (Martínez y Solís, 2008; Martínez y

Solís, 2009), pero en sus acciones cotidianas reproducen una actitud

discriminatoria, agresiva o dominante hacia las mujeres (por parte de los hombres)

82

y de acatamiento y aceptación de roles de subordinación (por parte de las

mujeres).

Asimismo, en otras investigaciones relacionadas con la violencia, las

identidades juveniles y los medios de comunicación en San Luis Potosí (Martínez

2012 a; 2012 b y 2012 c; Martínez et al, 2012), es posible atisbar la trascendencia

de las condiciones de género, generacionales y étnicas, entre otros aspectos, que

permean la significaciones y experiencias en torno a la manera de interpretar y

vivir la violencia. Esto es, hombres y mujeres, jóvenes, niños, adultos, ancianos,

indígenas o mestizos, tienen formas particulares de percibir, interpretar y convivir

cotidianamente con las agresiones, las actitudes y las situaciones de violencia

cotidianas. En tal sentido, de forma similar, estas condiciones configuran diversas

maneras de experimentar la violencia, ya sea como víctimas, pero también como

posibles ejecutores de hostilidades y agresiones en diversos niveles.

Lo anterior lleva a formular los siguientes cuestionamientos:

¿Cómo se construye culturalmente la violencia de género en estudiantes y

docentes, hombres y mujeres, de diferentes IES en el estado de San Luis Potosí?

¿Cuáles son los principales agentes, factores o instituciones que intervienen en el

proceso de tal configuración que estos individuos han realizado a lo largo de su

vida? ¿De qué manera los sujetos (estudiantes y docentes) han vivido o

experimentado la violencia de género durante su vida, en el pasado y en el

presente? ¿Cómo explican o interpretan esas vivencias según su condición de

género? ¿Existen similitudes y diferencias respecto a la percepción y la vivencia

de la violencia de género, dentro y fuera de los planteles, que expresan

estudiantes y docentes de universidades públicas, privadas, confesionales e

indígenas? ¿Cuáles son las prácticas, las relaciones, los procesos y situaciones

que actúan como protección, contención y/o solidaridad para enfrentar la

violencia? Y a partir de lo anterior: ¿Cuáles son los elementos, factores, relaciones

decisivas y procesos, mediante los cuales se pueden estructurar estrategias de

prevención de la inequidad y violencia de género (por ejemplo, a través de talleres

para estudiantes y docentes o mediante la difusión con productos audiovisuales), y

83

así contribuir a construir relaciones de género democráticas y disminuir la violencia

de género en las IES de San Luis Potosí? ¿Qué contenidos curriculares y

procesos de enseñanza-aprendizaje deben contemplar dichas estrategias?

De esta manera, el objetivo general de la investigación se concentra en

analizar cualitativamente las significaciones, experiencias y vivencias que elaboran

estudiantes y docentes universitarios/as de IES públicas, privadas, confesionales e

indígenas de San Luis Potosí, en torno a la violencia de género. El diagnóstico

implica identificar y analizar tanto las prácticas y relaciones generadoras de

violencia como aquellas que permiten prevenirla mediante la contención,

protección o configuración de lazos de solidaridad. Derivado de lo anterior,

también se propone desarrollar acciones reflexivas y didácticas al interior de las

IES, a través de Talleres presenciales y producción audiovisual, para la

concientización, prevención y erradicación de la violencia. Se trata de desarrollar

una reflexión que no reproduzca el discurso aprendido como conocimiento en la

trayectoria escolar, sino de transformar y erradicar las prácticas de violencia de

género.

Asimismo, los Objetivos Específicos del proyecto se conforman de la

siguiente manera:

Explorar, describir y analizar comparativamente, desde un enfoque

cualitativo, las percepciones, construcciones culturales, vivencias y experiencias

de docentes y estudiantes universitarios/as sobre la violencia de género, en

diferentes IES del estado de San Luis Potosí, de carácter público, privado,

confesional e indígena.

Ampliar y profundizar el estado de la cuestión sobre la violencia de género

en las IES en San Luis Potosí.

Ofrecer información cualitativa relevante para el diseño de políticas públicas

en el ámbito del sistema educativo de nivel superior, relacionadas con la violencia

de género.

84

Elaborar talleres presenciales dirigidos a estudiantes y docentes

universitarios/as para detectar, prevenir y erradicar la violencia en las

universidades seleccionadas de San Luis Potosí.

Elaborar productos audiovisuales y escritos (protocolos cualitativos de

género) destinados a difundir la detección, prevención y erradicación de la

violencia de género dentro y fuera de las universidades.

MARCO TEÓRICO

El enfoque teórico de la investigación observa cuatro principales categorías

analíticas: 1) La perspectiva de género (Lamas, 1999; Butler, 2006, 2002; De

Lauretis, 1989; Connell, 2002; Montesinos, 2002; Weeks, 2000; Martínez, 2005;

Seidler, 2006; Scott, 2008). 2) El entendimiento del entorno universitario como

campo social en el que se desarrolla un habitus -esquemas de pensamiento y

acción- que se objetiva en las prácticas cotidianas (Bourdieu, 1990, 1991, 2000).

3) La identificación de la violencia de género a partir de la configuración de la

violencia estructural y la violencia simbólica, así como una visión diversificada de

expresión de las violencias en términos generales (Bourdieu, 1999, 2000;

Bourgois, 2005; Azaola, 2012), y 4) La explicación de las interacciones al interior

de las IES como la construcción de entornos multiculturales en los que conviven

las diferencias de género, religiosas, generacionales y étnicas (McLaren, 1998;

Beauchot, 2005; Solís y Martínez, 2012). Todo esto asentado en una teoría crítica

reflexiva centrada en los actores sociales (De Certeau, 2000; Bourdieu, 1999;

Perrenoud, 2008).

Se parte de la premisa de entender al género y la violencia como

constructos sociales que se elaboran en un contexto y tiempo histórico

determinados. En este sentido, hombres y mujeres se desenvuelven a lo largo de

su vida conforme a normas y disposiciones de comportamiento socialmente

asignados, lo que determina la manera en que los sujetos asimilan y aprehenden

estas configuraciones a partir de procesos y disposiciones “estructurantes”

(esquemas) de percepción y acción que configuran un habitus respecto a la

85

manera de vivir e interactuar de los sujetos. Bajo esta perspectiva, el cuerpo de

hombres y mujeres objetiva-materializa esas disposiciones sociales. Aquí cabe

destacar dos aspectos: a) si bien se retoman las diferencias biológicas entre

hombres y mujeres inmediatamente las remitimos hacia su expresión cultural. De

tal suerte que ser hombre o ser mujer se entiende como modelos que adquieren

múltiples formas de expresión. Así, se alude a masculinidades y feminidades o

diversas maneras de manifestar la sexualidad, a veces incluso transgresoras

aunque regidas por el esquema dominante heterosexual; b) los diferentes tipo de

violencia (física, sexual, psicológica, económica, patrimonial) así como sus

modalidades de acuerdo a los contextos (familiar, comunitario, laboral, educativo,

institucional, criminal o feminicida), estipulados en la Ley de Acceso de las

Mujeres a Una Vida Libre de Violencia, se integran dentro de un enfoque teórico

más amplio de la violencia, que más adelante se explica. Sin embargo, cabe

anotar lo que específicamente se entiende como violencia de género. Para ello se

acoge una perspectiva de género definida jurídicamente incluida en la Ley de

General de Acceso de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia, que es

pertinente para identificar los procesos que se abordarán en la investigación:

Perspectiva de género es una visión científica, analítica y política sobre las

mujeres y los hombres. Se propone eliminar las causas de la opresión de género

como la desigualdad entre los géneros a través de la equidad, el adelanto y el

bienestar de las mujeres; contribuye a construir una sociedad en la cual las

mujeres y los hombres tengan el mismo valor, la igualdad de derechos y

oportunidades para acceder a los recursos económicos y a la representación

política y social en los ámbitos de toma de decisiones (Título primero, capítulo 1,

Artículo 5, inciso IX, en Lagarde, 2010: 80).

GÉNERO

El género (y la sexualidad) se construye a partir de configuraciones socio-

culturales e históricas, es decir, una serie de construcciones y representaciones

simbólicas (subjetivas) de lo masculino y femenino que se objetivan en los cuerpos

86

sexuados, y se elaboran continuamente en las prácticas sociales individuales,

colectivas e institucionales, según un tiempo y espacios determinados (Weeks,

2000; Martínez, 2005). Para Lamas (1999: 84), el género se explica como “el

conjunto de ideas, representaciones, prácticas y prescripciones sociales que una

cultura desarrolla desde la diferencia anatómica entre los sexos, para simbolizar y

construir socialmente lo que es ‘propio’ de los hombres (lo masculino) y lo que es

‘propio’ de las mujeres (lo femenino)”33.

En este mismo rubro, es factible retomar la propuesta de Bourdieu (2000)

en torno a las relaciones de dominación-subordinación que rigen y subyacen en

las relaciones de género. Bourdieu, señala que las configuraciones sociales de los

masculino y femenino se reproducen de acuerdo a un mecanismo profundamente

introyectado en la acción social y de origen simbólico, basado en un ordenamiento

del mundo a partir de entender la realidad conforme a relaciones de oposición-

complementación: alto/bajo; seco/húmedo; hombre/mujer. Los cuerpos de las

personas actúan como recipientes de estas oposiciones, creando una serie de

división de actividades y roles a partir de la diferencia sexual biológica, lo que lleva

a construir la idea de que estas divergencias pertenecen al orden de lo “natural”.

Si bien Bourdieu no instala estos planteamientos en una nomenclatura de

“género”, su explicación fundamenta la organización de sociedades androcéntricas

basadas en la preponderancia y dominio del varón sobre la mujer. De acuerdo a

Bourdieu (2000), las relaciones hombre/mujer tienen como punto medular la

práctica de la dominación masculina sobre la población femenina: “dos esencias

sociales jerarquizadas”. Dominación que se interioriza y asimila de manera

inconsciente para asumir la condición de subordinación de las mujeres frente a los

varones como una forma de vida dispuesta naturalmente cuya variación resulta

incomprensible; lo que conforma “la larga historia parcialmente inmóvil del

inconsciente androcéntrico” (Bourdieu, 2000: 128).

33

Otro concepto que se puede retomar es el de Ramos (1999: 137), que entiende al género como el “proceso de producción de normas culturales sobre el comportamiento de los hombres y las mujeres en su interacción en las instituciones culturales, sociales, políticas y religiosas”.

87

También es pertinente retomar los planteamientos de Butler (2006; 2008) y

de Teresa de Lauretis (1988) para avanzar hacia la comprensión de las diversas

formas en que se representa, mediante el cuerpo, las configuraciones de género.

También para esbozar una perspectiva que busca ir más allá de las

construcciones dicotómicas que, de alguna manera, enclavan al género en una

explicación fundamentalmente esencialista. Ello no se contrapone o invalida la

visión post-estructural de Pierre Bourdieu, sino que, más bien, la complementa.

El cuerpo de los sujetos es la manera fundamental de “vivir” cotidianamente

el habitus, es la “externalización de la internalización” (Bourdieu, 1991), de

encarnar el pensamiento, la identidad, lo subjetivo, la “creencia”. 34 Esto es, al

cuerpo humano se transfieren (y mediante él se ejecutan) los principios

[esquemas] de pensamiento y acción introyectados, reproducidos y renovados en

la vida cotidiana; el aprendizaje y ejecución de lo arbitrario percibido como natural.

Bourdieu señala que las “creencias” no son solamente abstractas o mentales, sino

que la “creencia es práctica”, “un estado del cuerpo”. El pensamiento se traduce

en actos y prácticas, en las que el cuerpo funge como “recordatorio” y “depósito”

de los “valores más preciados” que los sujetos han internalizado (Bourdieu, idem:

117). Bajo esta tesitura, el cuerpo adquiere un eminente matiz cultural, esto es que

la fisonomía de los seres humanos es moldeada, recreada, percibida, interpretada

de acuerdo a los principios de percepción y acción: “La experiencia práctica del

cuerpo, que se engendra al aplicar al propio cuerpo los esquemas fundamentales

derivados de la asimilación de las estructuras sociales y que se ve continuamente

reforzado por las reacciones, engendradas de acuerdo a los mismos esquemas,

que el propio cuerpo suscita en los demás, es uno de los principios de la

construcción en cada agente de una relación duradera con su cuerpo” (Bourdieu,

2000: 85).

34

El habitus se entiende como “sistemas de disposiciones duraderas y transferibles, estructuras estructuradas predispuestas para funcionar como estructuras estructurantes, es decir, como principios generadores y organizadores de prácticas y representaciones que pueden estar objetivamente adaptadas a su fin sin suponer la búsqueda consciente de fines y el dominio expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlos [...]” (Bourdieu, 1991: 92 y 95).

88

Las cuatro dimensiones de las violencias: simbólica, estructural, cotidiana y

de género

Conforme a Bourdieu, la violencia simbólica se refiere a una forma de

agresión no necesariamente física, sino a la violencia que se ejerce producto de

las representaciones, esquemas y disposiciones social y culturalmente

estructuradas, que son aprehendidas como dentro del orden lo natural, creando

patrones o directrices de pensamiento y acción en los que se definen y reproducen

relaciones de poder, de dominación-subordinación. En la conformación cotidiana

del habitus y como consecuencia de estas relaciones de poder, la violencia

simbólica se efectúa de manera sutil, en el terreno de las significaciones y

subjetividad de los sujetos, y en la que el/la dominado/a participa activamente,

creando y reproduciendo, a su vez, con la aceptación tácita de los esquemas que

lo/la subordinan, la configuración de la violencia que sobre él o ella se ejerce. En

este sentido, los medios de comunicación perfilan prácticas recurrentes de

violencia simbólica en la creación y reproducción de imágenes, discursos y

narrativas audiovisuales que definen, invisibilizan, exaltan o denigran, entre

muchos otros aspectos, el “ser” hombre y mujer joven.

En palabras de Bourdieu:

La violencia simbólica, para explicarla de manera tan llana y simple

como sea posible, es la violencia que se ejerce sobre un agente social con

su complicidad. […] los agentes sociales son agentes cognoscentes que,

aun cuando están sometidos a determinismos, contribuyen a producir la

eficacia de aquello que los determina en la medida en que lo estructuran.

[…] Yo llamo desconocimiento al hecho de reconocer una violencia que se

ejerce precisamente en la medida en que uno la percibe como tal.

(Bourdieu, 2005: 240. Las cursivas son del texto original).

Para Bourdieu, la “misteriosa eficacia” de la violencia simbólica reside en la

fuerza estructurante-inconsciente del habitus, y su asentamiento en el territorio de

la cognición y el sentimiento que naturaliza todos los elementos y recursos de la

89

agresión. La clave de la violencia simbólica no es, propiamente, la persuasión,

sino la normalización: el no percibir ni significar las agresiones como tales, sino

asumirlas dentro del orden de lo natural estructurado a través del habitus.

Al encontrarse en el plano de las estructuras activas del habitus, la violencia

simbólica tiene una estrecha relación (o constituye un recurso fundamental) del

poder institucional, del Estado y/o de los grupos hegemónicos de poder, como el

gobierno, la política, la iglesia, los medios masivos de comunicación, la familia o la

escuela. Conforme a Bourdieu, la violencia en su expresión más cruda o “real”,

tiene como fundamento a la violencia simbólica, en tanto ésta se instala en el

plano de las emociones y la subjetividad (es decir, lo “estructurante” del habitus)

que conforma a las estructuras sociales-culturales con las que los sujetos

conviven cotidianamente, y que significan y construyen la normalidad de un mundo

coherente que naturaliza las relaciones de dominación-subordinación.

La dominación, incluso cuando se basa en la fuerza más cruda, la de

las armas o el dinero, tiene siempre una dimensión simbólica, y los actos de

sumisión, de obediencia, son actos de conocimiento y reconocimiento que,

como tales, recurren a estructuras cognitivas susceptibles de ser aplicadas

a todas las cosas del mundo y, en particular, a las estructuras sociales.

(Bourdieu, 1999: 227).

Es decir que la violencia simbólica es una manera en que se normaliza (y

acredita) en lo cotidiano la violencia estructural, entendida ésta como: “Opresión

político-económica crónica y desigualdad social enraizadas históricamente, que

incluye desde acuerdos comerciales de explotación económica internacional,

hasta condiciones de trabajo abusivas y altas tasas de mortalidad infantil”.

(Bourgois, 2005: 14). Para Bourgois (siguiendo a Bourdieu), la violencia estructural

tiene su fundamento en la violencia simbólica y, a la vez, dicha violencia

estructural constituye el mecanismo detonante y activador-alimentador continuo de

lo que él denomina violencia cotidiana, que conceptualiza como “Prácticas y

expresiones diarias de violencia en el nivel micro-interaccional: ya sea

interpersonal, doméstica o delincuencial. […] la experiencia individual vivida, que

90

normaliza las pequeñas brutalidades y terror de la comunidad y crea un sentido

común o ethos de la violencia” (Bourgois, ídem. La cursiva es el del texto original).

Aquí es importante señalar que esta perspectiva de la violencia cotidiana abarca o

destaca en forma importante la violencia de género (aunque Bourgois no lo aclare

en su concepto), no obstante sí lo hace en la explicación detallada de esta

violencia cotidiana.

Bourgois establece una triada de violencias: estructural, simbólica y

cotidiana, que se objetiva en la realidad normalizada de todos los días. Para

efectos de esta propuesta, es pertinente agregar una dimensión más: la violencia

de género. El acontecer cotidiano es un reflejo al interior del entramado de lo

micro-social-común de la construcción de la violencia estructural (el nivel macro),

que utiliza la eficacia simbólica para erradicar toda interpretación de no normalidad

de esa misma violencia. La dimensión macro de la violencia estructural perfila, de

manera prominente, su relación intrínseca con la imposición de modelos

económicos capitalistas, neoliberales y/o tecnócratas. En la actualidad, quizá

como nunca antes, la violencia estructural se hace patente en la realidad de la

violencia cotidiana, en la que se inserta la violencia de género. La violencia en

cuatro dimensiones: estructural, simbólica, cotidiana y de género, explica y

responde de manera contundente a la interrogante sobre la descomposición del

tejido social que se ha evidenciado en el país desde hace poco más de una

década (Martínez et al, 2012).

La violencia de género constituye una manifestación de la violencia

cotidiana que “legitima las pequeñas brutalidades” (según expresión de Bourgois),

concretamente dirigidas a dañar, agredir o maltratar a las mujeres, de manera

sistemática, en el entorno e interacciones que se realizan al interior de las IES.

Dichas agresiones se perfilan en el marco de relaciones de poder efectuadas en el

contexto universitario. En tal sentido, se parte de la perspectiva de ubicar a la

violencia de género en las universidades como parte de un habitus que normaliza

las relaciones de inequidad, de dominación-subordinación; en el entendido de que

91

el sometimiento de las mujeres “se reproduce en todas las actividades humanas e

instituciones con diferentes formas de manifestación” (Ramírez, 2005: 31).

MULTICULTURALIDAD: INTERACCIÓN DE LAS DIFERENCIAS EN EL

ENTORNO UNIVERSITARIO

Conforme a Thompson (2002: 197), la cultura es “el patrón de significados

incorporados a las formas simbólicas –entre las que se incluyen acciones,

enunciados y objetos significativos de diversos tipos- en virtud de los cuales los

individuos se comunican entre sí y comparten sus experiencias, concepciones y

creencias”. Y, también, estas expresiones significativas diversas que constituyen

la cultura, se encuentran relacionadas con “los contextos y procesos

históricamente específicos y estructurados socialmente en los cuales, y por medio

de los cuales, se producen, transmiten y reciben tales formas simbólicas”

(Thompson, 2002: 203). Esto es, la cultura se constituye a partir de una

producción y transmisión de formas simbólicas contextualizadas en un tiempo y un

espacio determinados. Además, siguiendo a Thompson, los fenómenos que

atañen a la cultura también manifiestan relaciones de poder, ya que se desarrollan

en situaciones específicas bajo las cuales dichos fenómenos son interpretados de

manera diversa y múltiple por los sujetos al interior de su vida cotidiana. La

concepción de Thompson ayuda a entender la cultura como una producción

simbólica cuyas formas se perciben y se intercambian en determinados contextos

sociales, histórico-temporales, y que también se encuentran sujetas a relaciones

de poder y conflicto. En este sentido es que Piña (1998) entiende la vida cotidiana

escolar universitaria (el aquí y ahora), esto es, entreverada en las estructuras y

procesos de la cultura escolar. Dicha cultura escolar es una dimensión de las

escuelas que condiciona los procesos pedagógicos de enseñanza-aprendizaje

altamente formales (Rockwell, 2008).

La cultura, como un sistema de símbolos que integra y excluye, es

sumamente relevante en las relaciones entre personas y grupos porque a partir de

ella se construyen las diferencias y las semejanzas compartidas por miembros de

92

colectividades. Es un entramado simbólico en el cual los sujetos sustentan la

manera de valorar lo que comparten (semejanzas) y lo que no comparten

(diferencias) y, en virtud de esto, pueden configurar identidades. La diferencia

cultural no sólo se construye en términos significativos sino también en términos

de que se sitúa diferencialmente dentro de la estructura de una sociedad.

La multiculturalidad se refiere a la coexistencia de configuraciones

culturales que se orientan a partir de un código de principios (generalmente de tipo

ético), alude a una sociedad donde no hay un modelo cultural único. Una sociedad

históricamente estructurada de forma jerárquica, con un alto grado de desigualdad

económica, como la nuestra, puede denominarse como una sociedad multicultural

entendida en los términos de McLaren (1998), es decir, la coexistencia de culturas

hegemónicas y culturas dominadas y excluidas. Sin embargo, tal y como lo apunta

Beuchout (2005), una sociedad multicultural es a la vez intercultural, pues ninguna

cultura está aislada. El problema es, en la sociedad multicultural, construir

relaciones interculturales en un marco de convivencia ciudadana. El género, como

se puede observar, es una matriz que genera diversidad y diferenciación cultural

en las universidades.

Bajo estas perspectivas, se entiende a la diversidad cultural –esto es, la

multiculturalidad- no sólo en términos de la alteridad étnica o de las comunidades

indígenas y su interacción con la mayoría hegemónica mestiza, sino en función de

una clasificación más amplia que alude a lo diverso no en la reducción de lo

étnico. Se trata de una perspectiva que abarque más de un plano de interpretación

y convivencia con lo diferente. Así, esta idea de diversidad cultural se plantea a

partir de las siguientes categorías: 1) Lo generacional 2) La religión 3) Lo étnico y

4) El género (Solís y Martínez, 2012).

La sociedad mexicana es diversa y heterogénea, y esta diversidad cultural

se materializa en relaciones asimétricas de poder en la que predominan culturas

hegemónicas que excluyen a otras expresiones culturales. Una parte fundamental

de esta exclusión se realiza a través de mecanismos que operan en función de la

violencia simbólica y de género, objetivándose en las interacciones de las

93

diferencias al interior de los entornos universitarios. Esto adquiere mayor

relevancia al integrar el perfil de sentido que constituye el punto medular de las

IES, esto es, si son de carácter público, privado, confesional o indígena. Sea cual

fuere la nomenclatura, en las universidades confluyen diversas manera de

entender el mundo, múltiples prácticas y situaciones en las que interactúan las

diferencias generacionales (docentes adultos/as y jóvenes estudiantes); religiosas

(diversidad de creencias en la población universitaria); étnicas (principalmente en

las universidades indígenas e interculturales) y de género (que incluye no sólo la

relación hombre-mujer, también la presencia de la comunidad Lésbico-gay-

bisexual-transgénero-transexual-travesti-intersexual: LGBTTTI).

METODOLOGÍA

Por el carácter y particularidades respecto a la subjetividad y a la manera

en que los sujetos entienden y explican la realidad, el presente objeto de estudio

requiere desarrollar, fundamentalmente, una metodología cualitativa-

antropológica. Ello porque el tema de la violencia de género, tal y como se

pretende abordarlo, y los objetivos que se persiguen, requieren de estudiar

procesos de interpretación que involucran otros tantos procesos reflexivos en los

sujetos. El estudio de estos procesos va más allá de la descripción cuantitativa,

aunque este proyecto incluye utilizar y analizar bases de datos cuantitativos ya

existentes, pero con una finalidad meramente complementaria descriptiva.

Explorar los territorios de la percepción y configuración de la violencia de

género, es decir, las formas de pensar y de actuar en función de ser hombre o

mujer mediadas por acciones de violencia, entraña una labor de lograr la

confianza de los individuos a quienes se entrevista y profundizar en la información.

Realmente esto no se logra mediante herramientas cuantitativas, en gran parte

porque sus funciones y objetivos son otros.

94

Niveles de análisis

En el entendido de que la interpretación y creación de los comportamientos

de mujeres y hombres se desarrollan en los niveles individual y social, se perfila

una búsqueda de las interpretaciones que establecen los actores sociales de las

representaciones simbólicas que constituyen el género y sus significaciones de

acuerdo a niveles que van de lo individual a lo institucional (o social). De lo

anterior se desprende que dichas diferencias se asumen de maneras diversas en

función del espacio, tiempo y proceso cultural-social. Así pues, para abordar las

categorías mencionadas, la propuesta es analizar contextos (a manera de niveles)

en apariencia paralelos pero que, en realidad, la mayoría de las veces se

entrecruzan:

1) Individual.

a) La experiencia o la vivencia personal de los sujetos en estudio (los/as

jóvenes y docentes universitarios que interactúan dentro de las IES), desarrollada

a lo largo de su vida, respecto a sus percepciones, significaciones y

construcciones a partir de los discursos rectores sobre el género y la violencia

emanados de diversas instancias sociales-culturales, esto es, en diversos

contextos y tiempos sociales: la creencia religiosa, pertenencia generacional y

étnica.

b) Las interpretaciones que los sujetos elaboran respecto a la violencia de

género, pero particularmente emanadas de su trayectoria escolar y que se

manifiestan en diversas situaciones al interior de las IES. Es decir,

específicamente, su formación dentro de los contextos escolares vinculada con la

educación en valores. Esto último perfila hacia la tercera ruta.

c) Los procesos de construcción de la violencia de género se conforman a

la vez por procesos subjetivos que se re-interpretan y se re-significan de acuerdo

a la situación y el contexto en el que se encuentren los/as estudiantes o los/as

docentes, y según las pautas estructurantes sobre lo que ellos y ellas entienden

respecto a la violencia y el género. Al respecto se enfatizan dos procesos

95

subjetivos: emociones y sentimientos. El cuerpo como espacio simbolizado donde

se expresa y ejerce la violencia de género. En estos dos procesos se objetivan los

diferentes tipos de violencia: la que tiene que ver con lo emocional (la violencia

psicológica, incluso económica y patrimonial, por el sentido de pertenencia sobre

los objetos o lo material), y la violencia física y sexual.

2) La institución escolar, esto es, las IES.

Como ya se dijo, las universidades son espacios de convivencia y de

socialización, por lo que las interacciones cotidianas entre actores resultan

fundamentales para captar la cultura escolar y su relación con la violencia de

género. De esta manera, la institución escolar puede observarse también en

función de lo que ocurre en sus diversos microcontextos: los salones de clase, los

patios, los pasillos, la biblioteca, los espacio de encuentros entre novios/as, etc.

Selección de IES

Cuadro 1. Selección de IES, carreras y lugar en que se ubican

IES Licenciatura Ubicación

Universidad

Intercultural (Indígena)

Relacionada con

Administración

Pública

Matehuala (zona Altiplano)

Universidad

Intercultural (Indígena)

Derecho Tamazunchale (zona Huasteca)

Universidad Privada

Confesional (católica)

Relacionada con

Ciencias de la Salud

San Luis Potosí (zona Centro)

Universidad Privada Relacionada con

Administración de

Empresas y/o

Finanzas

San Luis Potosí (zona Centro)

Universidad Autónoma

de San Luis Potosí

Enfermería San Luis Potosí (zona Centro)

96

(Pública)

Universidad Autónoma

de San Luis Potosí

(Pública)

Ingeniería mecánico

electricista

San Luis Potosí (zona Centro)

TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN Y SELECCIÓN DE LOS SUJETOS

PARTICIPANTES EN EL ESTUDIO

Como herramientas de recopilación de información, los principales recursos

a utilizar serán la entrevista grupal, individual (Valles, 2007) y la observación

directa no participante con carácter etnográfico-educativo (Rockwell, 2008).

Mediante las entrevistas individuales se conformarán relatos de vida, tanto de

jóvenes estudiantes como docentes universitarios (mujeres y hombres)

identificándolos como estudios de caso. Con esto se busca reconstruir relatos de

vida y trayectorias escolares de estudiantes y docentes. Respecto a las

trayectorias escolares, cabe decir que los/as estudiantes universitarios ya han

transcurrido buena parte de su vida en el proceso escolar. En ese devenir han

obtenido, reflexionado e internalizado formas de entender el ser hombre y el ser

mujer. Las entrevistas grupales se desarrollarán con diferentes grupos de jóvenes

estudiantes universitarios/as. La experiencia del equipo de investigación en la

aplicación de entrevistas grupales relacionadas con el género, indica la ventaja de

conformar grupos homogéneos (no mixtos), tanto de hombres como de mujeres

(Martínez, 2007; Martínez et al, 2012; Solís y Martínez, 2012). Por otra parte, la

etnografía educativa ha dado resultados sobresalientes en el ámbito de la

investigación educativa. Particularmente en develar el entramado de

significaciones (la cultura escolar) en el que los agentes escolares participan; es

decir, permite desentrañar los significados que los sujetos otorgan a sus acciones.

1) Entrevistas grupales: Se organizarán las entrevistas por grupos

homogéneos (no mixtos) de estudiantes y docentes, esto es, grupos de

hombres y grupos de mujeres, en los planteles de las licenciaturas

97

seleccionadas. Se sugiere mínimo 4 integrantes y máximo 8 integrantes por

grupo.

2) Relatos de vida: Estudiantes varones y mujeres que permitan reconstruir

sus relatos de vida y trayectorias escolares, de acuerdo a las IES y

licenciaturas seleccionadas. De igual forma, docentes (hombres y mujeres)

que accedan a configurar una reconstrucción de su vida y trayectoria

escolar-profesional. En ambos sentidos, se busca integrar relatos de vida

que de alguna manera involucren la violencia de género en los ámbitos

escolares, donde se perfilen factores de identificación, experimentación,

contención y protección de la violencia.

3) Observación directa y descripciones de carácter etnográfico de las

interacciones, prácticas y vida cotidiana en aulas, pasillos y espacios en

general de los planteles de las licenciaturas seleccionadas.

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LA ESCASA MIRADA FEMENINA EN LOS ÁMBITOS DE LA CIENCIA

Lidia Alejandra Suárez Sánchez

RESUMEN

El llamado techo de cristal en el ámbito académico, forma una frontera invisible

que marca una diferenciación entre de la capacidad de trabajo femenino en relación a

la masculina.

Este trabajo muestra, a partir de una revisión de literatura especializada y de

una serie de entrevistas con mujeres que han realizado estudios de postgrado en las

ciudades de Mexicali y Tijuana, como el campo de trabajo de la educación e

investigación favorece el desarrollo profesional de los hombres.

Lo que provoca la masculinización del lenguaje y la producción de

conocimiento científico en las instituciones de la Frontera Norte de México, así como

una evidente discriminación que afecta el derecho de las mujeres con preparación

académica al trabajo y a desarrollo pleno de sus capacidades y habilidades en las

distintas disciplinas de la ciencia.

Hace alrededor de 30 años, en los ochenta, durante la época que fui

estudiante de Sociología en la escuela de Ciencias Sociales y Políticas, por cierto,

una de las carreras con mayor ingreso de estudiantes de género femenino (58% para

2006, Bustos, 2012:24-33). Apareció la de nota titulada “El poder del ser”, escrita por

un investigador del IIS-UABC en el periódico local La Crónica de Baja California, En

su artículo, el académico hacia una fuerte crítica a lo que él consideró en ese

momento como la existencia de un marcado autoritarismo dentro de la estructuras de

la institución universitaria. El final de su texto, se refería al monumento que representa

el lema del escudo universitario, recién instalado explanada que esta frente a lo que

es hoy Vicerrectoría de la Unidad Central de UABC, Mexicali, con la frase que utilizó

para concluir : “...el poder del ser se encuentra asexuado”.

Entre las distintas lecturas que puede producir la idea final del texto, el

cuestionamiento al orden de género dentro de la máxima casa de estudios, era

103

evidente y desde mi punto de vista, demoledor. Una primera interpretación del final

del artículo se observaba una clara referencia a quienes, en ese entonces, cumplían

las funciones de la autoridad dentro del ámbito universitario; el subtexto, indicaba que

a pesar de ser un sistema autoritario le faltaba iniciativa, agallas y la virilidad, en

términos simbólicos, para defender la autonomía universitaria que era lo que se

debatía en ese momento.

Una segunda lectura de la frase final del artículo, puede proponer una

interpretación en sentido distinto. La del poder de ser y la frase que lo define “por la

realización plena del hombre”, como la ostentación de un poder excesivo,

hegemónico de una autoridad casi absoluta, que ejerce el dominio del hombre y para

el hombre. Por lo tanto, que excluye, invisibiliza o minimiza en los distintos espacios

de decisión, elaboración de programas o proyectos al género femenino

A propósito de este foro, esto sugiere un punto de partida para reflexionar

acerca de la organización de las distintas disciplinas y en la práctica profesional

femenina en los espacios universitarios de la UABC, y de las diversas universidades

del país. Incluso de instituciones de otros países que todavía no alcanzan la equidad

de género, ni un acceso regular de las mujeres a la educación superior, ni a espacios

académicos de investigación y docencia.

Algunas convenciones que garantizan la participación de las mujeres en la

educación son las siguientes: La Declaración Universal de los Derechos Humanos

(1948), la Convención y Recomendación Relativas a la Lucha contra las

Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza (1960), y la Convención sobre la

Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, CEDAW (1979).

Sin embargo, la educación y la ciencia, son todavía prácticas

predominantemente masculinas. Tal como explica Bustos (2012) a partir del análisis

de diversas fuentes y bases de datos que muestran por medio de cifras como se

configura el campo de la educación, la academia y la ciencia en México. En el último

tercio del siglo XX, durante el período de 1969-1970 a 1999-2000, la población de

mujeres en la educación superior se triplicó, pasó del 17 por ciento al 50 por ciento,

104

respectivamente según explica la investigadora. Sin embargo esto contrasta con la

información del cuadro siguiente.

Porcentaje de mujeres en licenciatura por área del

conocimiento

Fuente: Bustos Olga, 2012, Mujeres en la educación

superior, la academia y la ciencia

Área del conocimiento 1983 (%) 2006 (%)

Ciencias de la salud 47 64

Ciencias naturales y exactas 39 49

Ciencias sociales y administrativas 43 58

Educación y humanidades 58 68

Ciencias agropecuarias 11 34

Ingeniería y tecnología 14 30

La autora aporta otro dato que resulta significativo, el que indica que las

mujeres representan solo la quinta parte en el nivel III de SNI (Sistema Nacional de

Investigadores), y también son la quinta parte en las áreas de ingeniería, ciencias

físico-matemático y de la tierra. Quienes definen los comités de apoyo a proyectos de

investigación y quienes alcanzan Nivel III en el Sistema Nacional de Investigación son

en su mayoría, comités formados por hombres, según los datos estadísticos.

“En cuanto a la participación de las mujeres en comisiones evaluadoras de

SNI, compuestas por un total de siete integrantes, varios de los datos resultan

105

contradictorios, con respecto a su representación en las comisiones

dictaminadoras”35, según explica Bustos (2012:31).

Techos de cristal: otras formas de discriminación de género en el campo de la

educación

La discriminación formal e informal por condición de sexo y edad, que incluye

desde los concursos de oposición, hasta la contratación de jovencitas sin considerar a

quienes ya tenían una cierta experiencia en los espacios de trabajo, se conoce como

techo de cristal.

Estos son sólo tres historias, entre muchas otras que por condición de

género, o por ser jefas de familia, de la posibilidad de obtener plazas en sus centros

de trabajo. La forma en que se excluye a las mujeres algunas veces es por medio del

acoso laboral, que puede ser formal cuando se, “este ámbito se estructura a partir de

códigos normativos, mismos que definen las funciones del personal académico,

establecen los perfiles labores laborales, o regulan el acceso a recursos materiales,

distribuyen individuos en el espacio social a través de jerarquías funcionales y

enmarcan la interacción entre diversos agentes. Sin embargo, también existe el

ámbito informal, entendido como un sistema de comunicación e intercambio del

mundo académico que no está regulado por la normatividad institucional. Este

conforma un contexto social de apoyo. Dicho ámbito –regulado por valores sociales,

cosmovisiones, intereses y lazos afectivos- puede facilitar o frenar el avance de las

mujeres en la ciencia al darles o negarles acceso a información académica e

institucional relevante, o al fungir simplemente como (des) apoyo moral y emocional

(Gupta, 2007 en Sieglin).

Son pocas las mujeres que acceden a estos espacios porque ya pasaron la

edad de contratación después de haber cursados estudios de postgrado, porque no

35

La investigadora Olga Bustos encontró que en ciencias físico-matemáticas y de la tierra, que tuvo la representación más alta de las mujeres en la comisión dictaminadora de esta área (41 por ciento), la comisión evaluadora contrasta marcadamente, pues tuvo cero por ciento de mujeres; también aparecen con cero por ciento las áreas de ciencias sociales de biotecnología y agropecuarias. Sin embargo, en las áreas de humanidades y ciencias de la conducta, que tuvieron una baja representación en comisiones dictaminadoras (cuatro mujeres de un total de 14), en la comisión evaluadora respectiva tienen cuatro de un total de siete (57 por ciento); es decir, la mitad que en la primera comisión aludida.

106

son parte del equipo de trabajo en turno a pensar de tener ya trayectorias de trabajo

que no van a dar la experiencia a un recién egresado de doctorado que aún no

cuenta con los mismos años de experiencia laboral y sin embargo pueden llegar a

desplazar a quienes por años han venido ejerciendo su profesión docente.

Estos son los casos de tres mujeres Blanca de 57, quien relata de que a pesar

de ser fundadora de la organización SISEX que trabaja el tema de los Derechos

Sexuales en México a nivel nacional y de haber iniciado un programa de atención a

adultos mayores dentro de la carrera de ciencias Humanas, y de haber participado

desde hace alrededor de 10 años como profesora de asignatura, por la edad no

puede aspirar a participar en concurso de oposición ya que la convocatoria marca

como tope la edad de 40 años.

Alma Sonia de 55, quien es Diseñadora Industrial egresada de la Universidad

de Guadalajara y tiene un Doctorado en Educación coordinaba la carrera de Diseño

Industrial en la Facultad de Arquitectura como profesora de tiempo completo, sin

embargo por razones familiares tuvo que renunciar a su plaza sin que se le diera la

opción de un cambio de adscripción o de ser recontratada por la UABC, campus

Tijuana, su ciudad de origen.

Teresa de 58 que después concluir estudios de postgrado y de trabajar por

más de 15 años en distintas áreas de la carrera de humanidades, después de

terminar estudios de Doctorado, tampoco puede aspirar a una plaza de tiempo

completo a pesar de su experiencia y preparación por razones de edad.

PROPUESTAS

Algo de lo que se puede empezar a gestionar desde los mismos ámbitos de

trabajo académico y en los espacios educativos es que deben existir

transformaciones reales e inmediatas para que la experiencia, el conocimiento y los

lenguajes femeninos alternen y tengan una posición dentro del campo de las distintas

disciplinas y la investigación académica.

107

Que se contrate por cuotas de género y edad a investigadoras de género

femenino.

Que se respete el derecho a la maternidad a quienes realizan estudios de

postgrado.

Que la universidad abra nuevos espacios para el debate de género como

podría ser un Programa de Estudios de Género que se dedique a la investigación y

docencia en temas relacionados a la cultura de género.

Esta es una forma de construir nuevas narrativas y ampliar la mirada femenina

en el ámbito de la ciencia en México.

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108

HABILIDADES SOCIO-EMOCIONALES E IDENTIDAD

PARA LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO

EN EDUCACIÓN SUPERIOR DE ZONA RURAL

Sandra Carina Fulquez Castro36

Angélica Flores González

RESUMEN

El acceso a la educación superior debe ser igual para todos en función de los

méritos demostrados y el pleno desarrollo de la personalidad favoreciendo las

relaciones interpersonales, según la Declaración Universal de los Derechos

Humanos. En la etapa universitaria se observan casos en los que la mujer abandona

sus estudios por presión social procedente de su ámbito familiar en el que le

cuestionan la utilidad de los estudios y le señalan los roles de la mujer en la sociedad

patriarcal. De esta forma se presenta la violencia de género impidiendo la superación

y la incorporación al mercado laboral cualificado, lo que conduciría a tener

independencia económica. El objetivo del presente estudio es señalar la relevancia

de la educación emocional y considerarla dentro de los 4 Pilares de Delors,

especialmente la dimensión de aprender a ser y a convivir. La mujer se encuentra

atrapada en sus emociones, en donde, por un lado, está la familia y la sociedad que

la impulsan a cumplir su rol de madre o de ama de casa y, por otro lado, se encuentra

el desarrollo de su identidad, que la promueve a desenvolverse como profesionista.

Las habilidades básicas de inteligencia emocional (autoconocimiento y relaciones

intrapersonales, relaciones interpersonales –entre ellas la asertividad- e identificación,

comprensión y regulación emocional) son imprescindibles para hacer frente a esta

violencia de género que atenta contra la identidad de la mujer. Se presenta una

propuesta de intervención para prevenir actos sexistas y promover la igualdad de la

mujer en la sociedad.

36

Universidad Autónoma de Baja California, Escuela de Ingeniería y Negocios, Guadalupe Victoria

109

INTRODUCCIÓN:

Las competencias socio-emocionales son necesarias para el buen

funcionamiento del individuo, constituyendo una habilidad que le permite conocer sus

estados emocionales, pensar las emociones y comprender y controlar sus respuestas

emocionales y de comportamiento. En los últimos años las emociones se han puesto

de moda (Zaccagnini, 2004) y existe un mayor interés por conocer todo lo relacionado

al mundo de los sentimientos (Fulquez, 2013; Fulquez &Flores, 2013; Martín, Harillo &

Mora, 2008; Extremera & Fernández-Berrocal, 2004; Extremera y Fernández-

Berrocal, 2003; Ciarrochi, Chan & Bajgar, 2001 y Sobral, Romero, Luengo & Marzoa,

2000, entre otros).

De acuerdo con Ekman (2003) las emociones determinan la calidad de vida e

incluso controlan el deseo de seguir viviendo. Las emociones están presentes en

cada una de nuestras conductas y decisiones, pudiendo ser conscientes o

inconscientes, es decir, se puede saber cómo nos sentimos o podemos ignorarlo o no

reconocerlo. Pero las emociones están ahí, aunque se quiera dar más relevancia al

intelecto y razonamiento.

A esta moda de las emociones se suma el hecho de que cada vez más en los

periódicos, en la televisión, en las conversaciones, surjan comentarios sobre

fenómenos violentos o trágicos (como el suicidio, los homicidios, asesinatos,

desfiguraciones, violaciones…).

Fenómenos como el tema del buylling, del acoso o agresión hacia compañeros

de escuela o en el grupo de iguales; de grabaciones que denigran a otra persona y se

publican en algún portal de internet, son hechos que se van presentando en la

sociedad. Sumado a este hecho, se encuentra la vulnerabilidad a la identidad de la

mujer en la zona rural, en donde en muchas ocasiones la conducen e incluso obligan

a que desarrolle los roles femeninos propios de una sociedad patriarcal, en donde la

mujer debe quedarse en la casa haciéndose responsable de su hogar, esposo e

hijos. De esta forma, en el acceso de la mujer a la educación media superior y

superior existen obstáculos de índole cultural, además de factores socioeconómicos.

110

La Asamblea General de las Naciones Unidas reconoce la educación como

una forma de proteger al ser humano contra actos de intolerancia, siendo la violencia

una de ellas. Así mismo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su

artículo 26 señala que el acceso a la educación debe ser igual para todos sin

distinción de género, raza o idioma y que ha de responder a los méritos demostrados

por los aspirantes y al desarrollo de la personalidad.

La mujer del Valle de Mexicali vive atrapada entre lo que desea hacer y lo que

la sociedad le dice qué debe hacer para responder al estereotipo de mujer

socialmente aceptada por gran parte del sistema social en el que más se

desenvuelve, es decir, la familia. En este sentido, en la actualidad, en los primeros

semestres, aproximadamente el 25% de las estudiantes universitarias de esta zona

rural tienen hijos y en una entrevista realizada a las universitarias coincidían en que si

tenían veinte o veinte y pocos años y no estaban casadas o no tenían hijos,

significaba que ya se quedaban solteras. Existe otro grupo de mujeres que

abandonan sus estudios en la etapa disciplinaria y terminal de la carrera ya sea

porque se casaron o unieron a sus parejas y él o su familia no desean que siga

estudiando o bien, la alumna ya no es capaz de afrontar la presión social de que le

cuestionen para qué estudia, si no le va a servir para nada estudiar

(independientemente de la licenciatura escogida). Este tipo de pensamiento obstruye

la posibilidad de que la mujer acceda y finalice con éxito la educación media superior

y superior. De esta forma se presenta la violencia de género frenando el desarrollo

profesional y la independencia económica de la mujer.

El presente artículo tiene como objetivo destacar la importancia de la

educación emocional para el fortalecimiento de la autoestima y del autoconcepto de

la mujer, ya que una óptima autoestima y un buen autoconcepto son la base para la

dignidad, el respeto propio y para hacerse respetar por los demás, además de que

son la base para la toma de decisiones e independencia emocional. Aunado al hecho

de la necesidad de favorecer una correcta autoestima y en consecuencia un buen

autoconcepto –elementos claves en el autoconocimiento- es necesario que la mujer

sea habilidosa en la identificación, comprensión y regulación emocional, lo que le

111

permite una satisfactoria resolución de conflictos, y sobre todo, saber manejar las

habilidades sociales y especialmente las emociones de su interlocutor. La alumna del

valle de Mexicali se encuentra en una encrucijada formada, por una parte, por sus

deseos de continuar con estudios universitarios y desarrollarse profesionalmente y,

por otra parte, su familia y la sociedad que la envuelve que la impulsa a cumplir su rol

materno, de esposa y ama de casa.

A continuación se hablará sobre la identidad y la violencia de género, la

inteligencia emocional y la violencia y por último se hace una propuesta de

intervención basada en el desarrollo de habilidades propias de la inteligencia

emocional. Este programa de intervención es útil para prevenir actos sexistas y

promover la igualdad de la mujer en la sociedad.

HABILIDADES SOCIOEMOCIONALES

Según Fulquez (2013) el conjunto de habilidades de la inteligencia emocional

(IE) capacita al individuo para escuchar y comunicarse de forma eficaz, proporcionar

confianza, adaptarse y responder creativamente a los conflictos, controlar la

impulsividad y motivarse a sí mismo y a los demás. Las competencias socio-

emocionales permiten dirigir las emociones hacia los propios intereses porque el

sujeto no es sólo cerebro racional, también es cerebro emotivo.

Mayer, Salovey y Caruso (2000:398) conceptualizan la inteligencia emocional

como “La capacidad para procesar la información emocional con exactitud y eficacia,

incluyéndose la capacidad para percibir, asimilar, comprender y regular las

emociones”. Bajo el enfoque teórico en el que las competencias emocionales se

relacionan con la personalidad y no únicamente a las habilidades que pueda

demostrar o adquirir una persona, encontramos a Bar-On el cual define la inteligencia

emocional como un conjunto habilidades y conocimientos emocionales que se

manifiestan en la forma efectiva de afrontar las dificultades que se van presentando

en la vida.

112

Fulquez (2013) afirma que la inteligencia emocional es una inteligencia más,

diferenciada de la inteligencia intelectual en cuanto a que partiendo de capacidades

racionales el individuo está más influenciado en su vida por las emociones que por la

razón –razón o capacidad de razonamiento concebido en su sentido puro, sin la

determinación de los sentimientos-.

De esta forma, son las emociones las que facilitan e intervienen en la acción –

conducta o comportamiento- y el pensamiento. La inteligencia emocional es una

concepción acerca de cómo manejar los procesos emocionales.

Las capacidades emocionales según Bar-On se pueden dividir en

competencias básicas y en competencias facilitadoras y ambas pueden

interrelacionarse entre sí.

Las capacidades básicas se basan en diez elementos: autoconciencia

emocional, autoevaluación, empatía, relaciones sociales, asertividad, afrontamiento

de presiones, análisis de la realidad, flexibilidad, control de impulsos y solución de

problemas.

Así mismo, las capacidades facilitadoras se componen de cinco factores:

optimismo, alegría, independencia emocional, autorrealización y responsabilidad

social (Bar-On, 2000).

Posteriormente, el autor incluye ambas competencias en 5 capacidades o

componentes correspondientes a elementos de la inteligencia no cognitiva:

Intrapersonal: autoconsciencia emocional, asertividad, independencia

emocional, auto-consideración y autorrealización. Los componentes

intrapersonales son elementos primordiales que deberían de tener las mujeres

porque funcionan como factor psicológico de protección, ya que gracias a ellos

pueden expresar libremente su identidad y defenderla frente a las agresiones

del contexto. La autoconciencia emocional es la habilidad para reconocer y

entender los propios sentimientos; la asertividad es la capacidad de expresar

sentimientos, creencias y pensamientos y defender los derechos propios de

113

forma no destructiva. La independencia emocional hace referencia a la

capacidad de autocontrol y autodirección del pensamiento y de los

comportamientos. La autoconsideración es la capacidad para aceptarse y

respetarse a uno mismo y para finalizar, la autorrealización o auto-

actualización es la capacidad para conocer y darse cuenta de las capacidades

potenciales. Como se puede observar estos componentes intrapersonales de

la inteligencia emocional

Interpersonal: compuesto por empatía, responsabilidad social y relación

interpersonal. La empatía es la capacidad para entender y apreciar los

sentimientos de los demás; la responsabilidad social consiste en la capacidad

para formar una unidad y cooperar con un grupo. La relación interpersonal es

la capacidad para establecer y mantener relaciones satisfactorias con los

otros. Estas habilidades son necesarias para poder expresar los deseos y

defender los intereses de forma adecuada (encontrar el momento para poder

hablar con el o los interlocutores y la manera de defender la opinión personal),

lo que conduce al respeto de la identidad propia.

Manejo de las emociones: integrada por la capacidad de tolerar las

presiones y por la de control de impulsos. La tolerancia a las presiones o al

estrés es la resistencia a fenómenos adversos y a circunstancias estresantes.

Y el control de impulsos se refiere a la capacidad de detener un impulso. En

nuestra realidad del valle de Mexicali esta competencia socioemocional es

muy importante ya que las alumnas han de desafiar no sólo la presión social

de sus familias sino también la de otros agentes sociales así como

económicos (escasos recursos, vienen de raite... etc.).

Estado de ánimo: relativo al optimismo y a la alegría. El optimismo

dispone a una actitud positiva ante la vida. La alegría se concibe como la

capacidad para sentirse satisfecho de uno mismo y de los demás, y para

sentirse satisfecho de uno mismo debe de tener una valoración positiva de su

autoconcepto y por consiguiente, debe de poder manifestar su identidad.

114

Adaptabilidad-ajuste: vinculado a las capacidades de examen de la

realidad, flexibilidad y solución de problemas. El examen de la realidad

consiste en poder validar las propias emociones, es decir, diferenciar entre lo

que se experimentó y lo real. La flexibilidad es la capacidad de adecuarse a

emociones, pensamientos y conductas cuando se transforman las situaciones

y condiciones. La solución de problemas se resume en la capacidad para

identificar, definir, generar e implementar posibles soluciones.

En resumen, las habilidades que concierne el concepto de inteligencia

emocional son imprescindibles para poder hacer frente a la violencia de cualquier

tipo, pero más a la violencia de género porque es necesario trabajar con las mujeres

desde la infancia y principalmente en la etapa de la adolescencia. En esta etapa se

produce un período de transición entre la niñez y la fase adulta en donde se produce

un cambio biológico y además la transformación surge a nivel social, emocional y

cognitivo. Es un período importante para el desarrollo psicológico, requiriendo nuevos

aprendizajes debido a los cambios muy destacados en las pautas de significado de sí

mismo y del mundo; por lo que es fundamental que no se disipe en la fantasía e

imaginación y que establezca contacto con posibilidades reales (Muñoz y Morales,

2008). A su vez, Abadi (1996), afirma que el adolescente está en una fase crítica

originada por la separación e individuación respecto a los padres con el fin de obtener

una identidad y un proyecto de vida independiente. Es aquí donde se va forjando la

identidad de género.

IDENTIDAD Y VIOLENCIA

La identidad es un proceso que se construye a través del discurso y de las

prácticas sociales. Resulta fundamental para comprender el fenómeno de la violencia

contra la mujer, dado que el proceso de construcción de identidad se da siempre

dentro de un entramado de representaciones sociales que, para el caso de la mujer

maltratada, se inscribe en un largo camino histórico de desigualdad de género,

fundado en el androcentrismo y sostenido desde el patriarcado.

115

No es fácil hablar de violencia, ya que se trata de un fenómeno de incontables

aristas y, acaso sea por ello, el problema más serio que se nos ocasiona es al

momento de querer circunscribirla e intentar cualificarla y/o cuantificarla, como si la

violencia fuera sólo "una" y tuviera "entidad".

Nuestra realidad está plagada de violencia, a nivel de sucesos y actos

concretos, tales como conflictos armados, delincuencia, secuestros extorsivos,

terrorismo, entre otros, como también a nivel de ciertas lógicas y mecanismos sutiles,

como la impunidad, los manejos de información, cierta funcionalidad de mitos y

estereotipos, vacíos jurídicos, leyes “violentas”, entre otras.

Todo esto, sin duda, constituye un terreno fértil para que a través de ciertas

articulaciones pueda desarrollarse, por ejemplo, el fenómeno de la violencia

doméstica.

Este fenómeno es complejo y multifacético. Una de las tareas más difíciles y

desafiantes es desglosar las diferentes formas de violencia para comprender mejor

sus características, causas y consecuencias. La violencia puede categorizarse según

distintas variables: los individuos que sufren violencia: mujeres, niños, jóvenes,

ancianos y discapacitados; los agentes de violencia: pandillas, narcotraficantes,

jóvenes; la naturaleza de la agresión: psicológica, física, sexual, financiera y

ambiental; el motivo de la agresión: político, racial, económico, instrumental,

emocional; y la relación entre el sujeto que sufre y el que ejerce violencia: parientes,

parejas, amigos, conocidos -denominada violencia doméstica- y la que ocurre entre

sujetos que no están relacionados de esta manera, denominada violencia social. La

violencia doméstica generalmente ocurre dentro de los límites del hogar, mientras

que la violencia social usualmente ocurre en la calle o lugares públicos y es, en

consecuencia, más visible.

Violencia contra la mujer es todo acto de violencia basado en la pertenencia al

género femenino, que tiene o puede tener como resultado un daño o sufrimiento

físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la

coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce en la vía pública

116

como en la privada. La diferencia entre este tipo de violencia y otras formas de

agresión y coerción estriba en que, en este caso, el factor de riesgo o vulnerabilidad

es el solo hecho de ser mujer.

La violencia contra la mujer constituye en el Valle de Mexicali, un problema

social importante y los pocos datos nos indican que las medidas adoptadas por el

sistema jurídico son insuficientes. Desde diferentes ámbitos se ha intentado abordar

el fenómeno de la violencia de género, considerando que son diversos los tipos de

factores que contribuyen a la emergencia de este hecho. En ocasiones, se tiende a

justificar la violencia contra la mujer apelando a posibles desequilibrios mentales del

agresor; sin embargo, creemos que existen, junto con los factores psicológicos de la

víctima y del agresor, otro tipo de factores de carácter social, que influyen

significativamente en las acciones violentas.

En el valle de Mexicali aún persisten áreas rurales, con su consiguiente lógica

cultural, que expresa identidades colectivas en un ámbito espacial, de carácter

tradicional, y que se manifiesta en las localidades; en sus costumbres y en las formas

de vivencia y resistencia cultural colectiva que definen a los pobladores ante un

proceso permanente de transición rural-urbana (Flores, 2013).

En el caso del área cercana a la población y el proceso de conurbación de la

periferia de la ciudad de Mexicali son referentes obligados de explicación, la

resistencia cultural de la comunidad que aunque va tendiendo poco a poco a una

pérdida gradual de sus tradiciones, se mantienen diversos elementos de la

costumbre, condiciones que hay que valorizar con la finalidad de explicar los porqués

de la cohesión social en términos de la identidad local (Flores, 2013).

En la coyuntura presente, constituida por elementos de la llamada cultura

posmoderna, la que fundamentalmente está constituida por la influencia de las

industrias culturales37 se confrontan e interactúan la modernidad y el tradicionalismo,

que son dos formas del mismo fenómeno cultural.

37

García Canclini, Néstor (1999) Políticas culturales en la integración latinoamericana. Grijalbo, México.

117

En el caso de la violencia de género de la estudiante universitaria, parece que

los factores claves de riesgo son los factores de naturaleza sociocultural los cuales se

concretan en aprendizajes deterministas en forma de modelos de masculinidad y

feminidades estereotipadas y sexistas. Una de los elementos fundamentales que se

consideran en este estudio es el sistema de creencias por tratarse de un componente

central y vertebrador de la estructura social interiorizada de la persona. Sin embargo,

con el propósito de hacer posible un acercamiento objetivo a una estructura de tanta

complejidad, se ha operativizado el factor sexista del sistema de creencias en un

conjunto de aspectos configuradores que hacen referencia a los modelos de

masculinidad y feminidad que el sujeto ha interiorizado (aprendido) (Flores & Fulquez,

2014).

Parte fundamental para la construcción de esta interiorización es la función

que tiene la socialización del rol de género que se realiza a través del aprendizaje,

siendo éste el medio para transmitir valores, actitudes y reglas. En este sentido, ya

desde la infancia se desarrollan los estereotipos de género y se cristalizan en el modo

en que los padres consideran cómo debe comportarse un niño o una niña; aquí el

proceso de aprendizaje juega un papel esencial (Flores & Fulquez, 2013).

Desde la teoría cognitiva social se puede afirmar que mediante el

procesamiento cognitivo de las experiencias se construye la identidad de género, se

aprende sobre los papeles sociales de cada sexo y se extraen las normas para

dominar el tipo de conductas propio de su sexo. Y es de este modo cómo se actúa

según el esquema preestablecido socialmente. A lo largo del desarrollo evolutivo del

niño se va desarrollando el rol de género y los niños comienzan a imitar y a elegir

modelos, de manera que a los 5-6 años se ajustan a los tipos de masculinidad y

feminidad; a los 8 años la postura es más liberal y a los 10 años las diferencias

sexuales se acrecientan. Después, en la adolescencia establecen una identidad

personal y se aceptan los estereotipos. Si diferenciamos por sexo podemos destacar,

por una parte, que las niñas, al encontrarse cerca de la madre, aprenden los rasgos

de personalidad, actitudes, valores y roles maternales, a lazos afectivos y personales.

118

Así, el rol de género femenino está constituido por estereotipos como pasivas,

tiernas, sumisas, obedientes, vulnerables y dedicadas al cuidado de los demás. Las

mujeres que se adaptan a estos estereotipos perciben a los hombres como signos de

poder y autoridad, y el niño desde pequeño se identifica con el rol y los rasgos del

padre. La masculinidad implica negar la relación con la madre y tener presente

elementos universales del rol masculino. El resultado es desempeñar roles sociales

abstractos y despersonalizados. Los hombres se asocian con comportamientos

estereotipados agresivos, competitivos, alto grado de exigencia de éxito, sabiduría,

mando valentía y conocimiento. Es entonces cuando el hombre buen adaptado al

estereotipo de género percibe a la mujer como débil y hostil

Por lo tanto, podemos concluir que, en la construcción del género y en los

procesos de socialización, la familia constituye el referente con el que los nuevos

miembros se van a identificar. Los adultos influyen en los procesos de identidad tanto

del niño como de la niña. Ya desde muy pequeños los padres transmiten los patrones

de género y tratan a los niños de modo diferente a las niñas.

Sin embargo, no podemos ignorar que existe otro factor de interés en este

proceso: los medios de comunicación que promueven la configuración de los

estereotipos de género, exponiendo tanto imágenes que infravaloran socialmente a la

mujer como imágenes que refuerzan las cualidades de poder, el trabajo productivo, la

toma de decisiones y la autosuficiencia en los hombres.

En definitiva, socialmente a los hombres se les prepara para desempeñar un

rol dominante y si no lo consiguen pretenden obtenerlo por la fuerza; para ellos, la

violencia es un medio de control a la mujer. La socialización hace que los hombres

tengan un papel basado en el poder, en la autoridad y en el dominio; y las mujeres en

roles puramente femeninos como la dulzura y la expresión de las emociones. Como

afirma Pierre Bourdieu: “todo lo que es valeroso, respetable, digno de admiración es

de orden masculino, mientras que lo débil, despreciable o indigno pertenece al

registro femenino” (Hirigoyen, 2006: 95).

119

El problema de la violencia se hace patente cuando las y los especialistas se

preguntan por los sistemas de creencias que han interiorizado y continúan

interiorizando las y los jóvenes universitarios en la zona rural. De este modo cabe

preguntarse: ¿se están aplicando en el ámbito educativo superior modelos de

enseñanza que desmonten la injusta superioridad de un sexo (masculino) sobre otro

(femenino), al tiempo que ofrecen modelos de convivencia igualitarios?

HABILIDADES SOCIOEMOCIONALES, AUTOESTIMA Y VIOLENCIA

Indudablemente es posible afirmar que la autoestima interfiere en la

inteligencia emocional en función de lo que uno piense de sí mismo ejercerá sus

conductas. De este modo, la autoestima y la autoconfianza son estructuras mentales

constituidas por creencias, actitudes y valores que provienen de experiencias –

exitosas o fracasadas- y de las respuestas del ambiente social. Este hecho a lo largo

del tiempo va determinando la imagen de uno mismo y en consecuencia se va

configurando una estructura estable de esta imagen personal que es crucial y la

responsable de las propias conductas.

La mujer que posee una identidad pobre y una baja autoestima presenta una

imagen falsa con la que se presenta a los demás como una forma de compensación

para superar su poca valía (Naranjo, 2007).

En páginas precedentes se ha comentado que la inteligencia emocional se

caracteriza por atender, comprender y regular las propias emociones, que una

persona con alta IE tiene motivación, es optimista y busca soluciones a los conflictos

–lo que le convierte en una persona eficaz- y no se rinde fácilmente. Estas mismas

características son observadas por autores como Izquierdo (2008) y por Polaino

(2004) quienes observaron que el sentirse eficaz se vincula a la autoestima y

demostrando que el sentimiento de ineficacia que percibe el sujeto sobre sí mismo

influye en el hecho de que una persona se rinda o no, al igual que la inteligencia

emocional.

120

De esta forma, podemos afirmar que la autoestima también es importante para

solucionar los propios problemas y los ajenos.

Una evaluación positiva de uno mismo es predictora de una excelente

adaptación social (Laure, Binsinger, Ambard y Eriser, 2004 y Coleman y Hendry,

2003) y esta adaptación también depende de la regulación de las propias emociones

y de detectar la situación emocional de los demás, al mismo tiempo de percibir y

comprender las propias emociones para actuar en consecuencia.

Uno de los resultados observables de la inteligencia emocional en el

comportamiento es la dimensión de habilidad social, en donde también interfiere la

autoestima, ya que varios investigadores (Góngora y Casullo, 2009, Coleman y

Hendry, 2003; Ciarrochi, Chan y Bajgar, 2001; Clemes y Bean, 1996) afirman que las

personas con buena autoestima poseen excelentes relaciones con los otros y los que

tienen bajos niveles en esta dimensión se caracterizan por ser más agresivos y

reservados. Así mismo, Clemes y Bean (1996) señalan que una de las cuatro

condiciones que ellos establecen como determinantes en la formación de la

autoestima es la vinculación, que se caracteriza principalmente por formar parte de

algo, relacionarse con los otros, identificarse con grupos concretos y pertenecer a

alguien. Por tanto, es posible destacar la vinculación entre las competencias

socioemocionales y la autoestima.

Jiménez, Musitu y Murgui (2008) Cabello, Fernández-Berrocal, Ruiz-Aranda y

Extremera (2006) y Clemes y Bean (1996) señalan que el sujeto con elevada

autoestima muestra amplitud de sentimientos y emociones, y una persona con

inteligencia emocional se caracteriza por expresar sus emociones, lo que

corresponde al componente de reparación emocional.

Otro aspecto es que tanto la autoestima como la inteligencia emocional

demandan una introspección personal, de una atención y comprensión personal.

Branden (1991: 62) señala que la autoestima implica aceptarse a uno mismo, por lo

que “aceptarnos a nosotros mismos es aceptar el hecho de que lo que pensamos,

sentimos y hacemos son expresiones de sí mismo en el momento en el que ocurren”.

121

Aquí Branden habla sobre la necesidad de aceptar, es decir, de percibir y comprender

lo que se piensa y hace en el instante, cualidades que también corresponden a la

inteligencia emocional.

Polaino (2004) argumenta también que en la autoestima se dan dos procesos:

la percepción y de pensamiento reflexivo. En cuanto a la autoestima Branden (1991,

1995 y 1997) y Polaino (2004) señalan que el grado de autoestima de la persona

depende del nivel de autoconocimiento del cual disponga, porque todos tenemos

cualidades pero hay que saber estimarlas. Para llegar a conocer hay que emplear la

atención y la comprensión, que en el caso de la autoestima sería la atención y

comprensión hacia uno mismo, hacia lo que la persona es y hace, y en función de

conocer estos aspectos el individuo actúa en consecuencia (aspecto que

correspondería a la reparación o regulación). Además, la percepción inmediata de la

autoestima hace referencia a los cambios que se producen en el organismo cuando

se experimenta una emoción que puede provenir de uno mismo o de otra persona. Es

decir, el sujeto debería de estar atento a la percepción de sus emociones y de las

emociones que abundan en el contexto o situación en la cual se mueve. El segundo

componente del cual depende la autoestima, según Polaino, es el pensamiento

reflexivo que es controlable porque interviene la cognición. Y estos dos componentes

son los que intervienen en el autocontrol.

La autoestima responde a una combinación cognitiva-afectiva al igual que la

inteligencia emocional (Salovey y Grewal, 2005), debido a que concierne el concepto

que se tiene de uno mismo y el amor propio, además de poseer elementos emotivos

y cognitivos. El propio concepto resulta imprescindible porque suscita respeto y afecto

o amor propio y alcanza la conciencia que se posee de uno mismo, los rasgos de la

identidad, y características más representativas de la forma de ser. Para estimar algo

o a alguien previamente se ha de conocer, y este proceso comprende proporcionar

atención y entender lo que es valorado o a quien se valora. La atención y la

comprensión no son actos exclusivos de la cognición, sino que también interviene las

emociones, por tanto, estamos hablando de atención y comprensión emocional de

uno mismo.

122

En referencia a la relación de las habilidades sociales y a las competencias

socioemocionales, Ciarrochi, Chan y Bajgar (2001) observaron que los sujetos con

índices más altos de inteligencia emocional son capaces de mantener y establecer

relaciones interpersonales, tenían mayor número de amigos y de apoyo y

reconocimiento social en comparación con los adolescentes y jóvenes con niveles

bajos. Extremera y Fernández-Berrocal (2003) comentan que los universitarios

manifestaban mejor calidad en sus relaciones sociales y empatía a más inteligencia

emocional. También fueron predictores significativos de los niveles de empatía,

destacando que el prestar mayor atención a las emociones se logra ser más

empático.

Con referencia a la empatía, Sobral, Romero, Luengo y Marzoa (2000)

observaron que los varones con mayor nivel de empatía menos conductas

antisociales realizaban.

Por otro lado, el estudio de las conductas antisociales se dirige a la

identificación de factores predictores de actos delictivos, donde estudian las

siguientes variables: el embarazo precoz, abandono escolar y comportamientos

violentos en las relaciones interpersonales (Florenzano, 2002; Garrido, Stangeland y

Redondo, 1999).

Bringas, Herrero, Cuesta y Rodríguez (2006) mencionan que existe una

diferencia en la edad de comienzo, si se sitúa a los niños sobre la edad de 8-10 años

y a las niñas alrededor de los 14- 16 años y además, los individuos masculinos

presentan un mayor número de conductas antisociales en comparación a los del

género femenino. En investigaciones realizadas por Torrente y Ruiz-Hernández

(2005) llegaron a la conclusión de que la edad aparece como predictor en el

comportamiento antisocial, es decir, que con la edad se incrementa la probabilidad de

cometer actos antinormativos.

En cuanto al número de conductas antisociales autores como Silva, Martorell y

Clemente (1986) afirman que los varones manifiestan mayores conductas

antisociales en comparación con las mujeres.

123

Asimismo, hay investigaciones que describen comportamientos antisociales

con elementos que pertenecen a la inteligencia emocional. Enseguida se muestran

algunos ejemplos:

Velásquez (2003) estudió la relación entre la inteligencia emocional y la

autoestima con y sin participación en actos violentos. Los resultados arrojan que los

sujetos que no participan en actos violentos son emocionalmente más competentes y

valoran sus cualidades y talentos en comparación con los sujetos que sí participan en

actos antisociales. Así mismo, Mestre, Samper y Frías (2002) menciona que de

acuerdo con Bandura, Caprara y Eisenberg la autorregulación (reparación emocional)

es importante en la inhibición de la conducta antisocial o agresiva.

Pareja (2004, citado por Matalinares et al., 2005) afirma que a mayores niveles

de inteligencia emocional se vincula la ayuda al prójimo y hay más predisposición

para hacer lo socialmente correcto

La conducta antisocial se relaciona de la impulsividad y en la búsqueda de

sensaciones (Fernández-Berrocal, Ramos y Extremera, 2003; Sobral, Romero,

Luengo y Marzoa, 2000; Horovath y Zuckerman, 1993). Muñoz (2004) afirma que la

impulsividad actúa como una variable de riesgo para el desarrollo de la conducta

antisocial, el cual concluye que si no se planifica y no se reflexiona hay más

predisposición a cometer agresiones y delitos. Por otro lado, Fernández-Berrocal et al

(2003) hallaron que entre altos niveles de inteligencia emocional se da un menor

número de acciones impulsivas, menor agresividad y una menor justificación de la

agresión en los adolescentes. De esta forma, los alumnos con poca tendencia a

justificar comportamientos agresivos presentan, por un lado, una mayor habilidad

para distinguir las emociones —claridad emocional— y por otro, una mayor habilidad

para regular las emociones.

Así mismo, Sobral, Romero, Luengo y Marzoa (2000) detectaron que cuanto

más competente sea una persona emocionalmente un menor número de conductas

antisociales efectuará. Otros estudios han constatado que los estudiantes adoles-

centes con niveles más bajos de inteligencia emocional tienen un mayor número de

124

faltas a clase injustificadas y sin autorización y poseen una mayor probabilidad de ser

expulsados de su colegio uno o más días (Petrides, Frederickson y Furnham, 2004).

Así mismo, la conducta antisocial se relaciona de la impulsividad y en la

búsqueda de sensaciones (Fernández-Berrocal, Ramos y Extremera, 2003; Sobral,

Romero, Luengo y Marzoa, 2000; Horovath y Zuckerman, 1993). En esta misma línea

de trabajo, Muñoz (2004) afirma que la impulsividad actúa como una variable de

riesgo para el desarrollo de la conducta antisocial, el cual concluye que si no se

planifica y no se reflexiona hay más predisposición a cometer agresiones y delitos.

Por otro lado, Fernández-Berrocal et al (2003) hallaron que elevados niveles de

inteligencia emocional se da un menor número de acciones impulsivas, menor

agresividad y una menor justificación de la agresión en los adolescentes. De esta

forma, los alumnos con poca tendencia a justificar comportamientos agresivos

presentan, por un lado, una mayor habilidad para distinguir las emociones —claridad

emocional— y por otro, una mayor habilidad para regular las emociones.

PROPUESTA DE INTERVENCIÓN: CORAZONES INTELIGENTES

La persona experimenta en ocasiones sucesos problemáticos, pero que éstos

se conviertan en conflicto depende de la percepción y resolución que se tenga de él,

es decir, de cómo sea sentido (de sentimientos) y manejado.

Si constantemente existe una deficiente resolución de conflictos puede

conducir a pensamientos y sentimientos de ansiedad, angustia, inseguridad,

frustración y baja autoestima. La Organización Mundial de la Salud afirma que la tasa

de depresión y ansiedad aumenta considerablemente. Por otro lado, en los últimos

años se ha ido incrementando públicamente la realización de comportamientos

antisociales hacia otros, sin distinción de edad, ya que aparecen notas donde los

actores del acto violento son infantes, adolescentes y adultos. El comportamiento

antisocial y la agresividad es una situación social que traspasa la vida escolar y se

instaura en el desarrollo de la vida cotidiana y conlleva a consecuencias en el

desarrollo social, lo que insta cada vez más a la creación de nuevas políticas y

125

acciones sociales. Desde hace varios años se han venido efectuando investigaciones

sobre la conducta antisocial de niños y jóvenes adaptados y en consecuencia se han

ido creando programas de intervención tanto a nivel público como privado, como por

ejemplo en México, el programa D.A.R.E, Convivencia sin Violencia y Cuidarte, entre

otros.

En nuestro ejercicio en el Laboratorio de Psicología Básica y Aplicada se han

incrementado las consultas por depresión, ansiedad y trastorno dependiente de la

personalidad. En él acuden individuos con ansiedad, depresión, intentos de suicidios,

bullying y autolesiones, principalmente. Además de padres de familia, demandan

nuestros servicios profesores y directores/as de escuelas debido a problemas de

agresión o falta de integración. Ante estas solicitudes y de resultados de una

investigación se crea un programa de atención comunitaria denominado Corazones

inteligentes (CORI) cuyo objetivo es proporcionar herramientas psicológicas para

relacionarse satisfactoriamente con el entorno mediante entrenamiento en

habilidades de inteligencia emocional (IE) para prevenir la violencia.

El programa desarrolla habilidades implicadas en la relación interpersonal y en

resolución de conflictos, centrándose en identificación, comprensión y regulación de

emociones.

Uno de los grandes retos sociales es proponer programas para atender las

conductas violentas que se manifiestan de diferentes formas: física, verbal y

psicológica, principalmente. Pero no sólo es proporcionar atención a los ejecutores de

acciones violentas, sino también a los receptores de ellas. A nuestras aulas

universitarias y en atención psicológica en el Laboratorio de Psicología Básica y

Aplicada de la Universidad Autónoma de Baja California, acuden individuos con

ansiedad, depresión, intentos de suicidios, trastornos alimentarios y sobretodo casos

de bullying y de autolesiones, y en ellos se observa un elemento que impacta en sus

vidas: son víctimas o ejecutores de agresión física y/o psicológica hacia sus

compañeros e incluso a adultos –padres de familia y maestros-. Por otro lado,

también solicitan nuestros servicios docentes y directores/as de instituciones de

educación básica debido a los problemas que tienen en sus centros escolares,

126

especialmente casos de agresión entre compañeros o de falta de integración grupal.

Ante esta característica de la población (solicitudes de apoyo psicológico por

conflictos y agresiones entre compañeros, intentos de suicidio, baja autoestima y

depresión, entre otros) así como de los resultados obtenidos al realizar una

evaluación diagnóstica en diferentes comunidades del Valle de Mexicali se ha

decidido crear un programa de atención comunitaria denominado Corazones

inteligentes cuyo principal objetivo es proporcionar herramientas psicológicas al

individuo para que se relacione satisfactoriamente con su entorno social, logrando así

una convivencia armoniosa y generando promoción de la salud mental.

Este programa se fundamenta en la idea de que la relación interpersonal

agresiva es una forma de expresión y liberación de sentimientos negativos (miedo,

ira, enojo, apatía, desilusión, desesperanza e incertidumbre, entre otros) que el sujeto

desconoce o no sabe manejar. La posición opuesta–víctima- no sabe afrontar esas

agresiones por sentimientos de inseguridad, falta de orgullo, susto, vergüenza o

culpa, por ejemplo. En ambos casos se observa un deficiente autoconocimiento de sí

mismo, baja autoestima, dificultad para identificar sus estados emocionales

dependiendo de los estímulos del contexto, y en consecuencia, inadecuada

adaptación para la resolución de conflictos caracterizada por una incorrecta

autorregulación emocional. El programa propuesto desarrolla las diferentes

habilidades y factores implicados en la relación interpersonal óptima y en la

resolución de conflictos, centrándose en la identificación, comprensión y regulación

de las emociones (a nivel cognitivo y conductual) en donde a partir del

autoconocimiento se le permite al individuo saber cuáles son sus fortalezas y

debilidades con la finalidad de que construya y ejerza conductas adaptativas y

exitosas. Estas conductas son puestas en práctica en un contexto de aprendizaje

como lo es el programa de entrenamiento en inteligencia emocional formulado para

lograr una convivencia sin violencia y mejorar la calidad de vida ya que está

comprobado que las emociones determinan la calidad de vida e incluso controlan el

deseo de seguir viviendo.

127

El programa Corazones inteligentes se divide en 13 sesiones en donde se

aplican técnicas de intervención psicológicas para promover nuevos hábitos y generar

sensibilización sobre la importancia de las emociones, de cómo debemos de ser

conscientes de ellas y aprender a manejarlas y canalizarlas de forma productiva.

Estos cambios y nuevos aprendizajes permitirán promover nuevos estilos de

respuestas, respuestas que no sean violentas y nuevas perspectivas de solución de

problemas que ayuden a no caer en las adicciones. Las actividades se adecuan a

cada edad y están encaminadas al autoconocimiento, comunicación efectiva y

desarrollo de habilidades sociales y manejo de emociones y resolución de conflictos,

entre otros. La base teórica de trabajo de Corazones Inteligentes es la inteligencia

emocional y los conceptos vinculados a ella, como los estilos de afrontamiento y de

comunicación, el autoconocimiento, la autoestima y la resiliencia, principalmente.

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131

ACOSO LABORAL Y AGRESIONES SEXUALES EN EL TRABAJO

UNIVERSITARIO. UN ESTUDIO DE CASO DE UNA UNIVERSIDAD ESTATAL

Veronika Sieglin,38

Alma Leticia Verástegui González39

Leticia del Carmen Romero Rodríguez40

Jesús Nicolás Gracida Galán41

RESUMEN

En este trabajo analizamos la prevalencia del acoso laboral, acoso sexual

y violencia sexual en el trabajo en la planta docente y administrativa de una

universidad estatal grande y su relación con el género. El estudio realizado

(N=370) encontró que 35% de las mujeres afrontan acoso laboral a base mensual,

semanal o diaria y 20% fueron víctimas de hostigamiento sexual. La tasa de

prevalencia del acoso laboral en hombres se cifra en 30%. Además, 13% fueron

objetos de acoso y violencia sexuales. El género juega un papel solamente en el

acoso sexual grave que afecta más a mujeres que a hombres. Se encontró una

fuerte relación entre el acoso y la violencia sexuales con el acoso laboral que es

utilizado como un medio para incrementar la presión psicológica sobre las víctimas

con tal de conseguir las atenciones sexuales exigidas.

INTRODUCCIÓN

La fuerza política, que adquirió el movimiento feminista en la década de

los sesenta y setenta, facilitó la denuncia pública de una infinidad de tratos

discriminatorios ejercidos en los más diversos espacios sociales contra mujeres.

Dichas protestas han sido lo suficientemente poderosas para que el Estado,

38

Universidad Autónoma de Nuevo León. Correo electrónico: [email protected] 39

Universidad Autónoma de Nuevo León. Correo electrónico: [email protected] 40

Universidad Autónoma Juárez del Estado de Tabasco. Correo electrónico: [email protected] 41

Universidad Autónoma Juárez del Estado de Tabasco. Correo electrónico:

132

empresas e instituciones sociales se vieran obligados a distanciarse, por lo menos

en el plano discursivo, de la discriminación femenina y para que adoptaran

políticas a favor de la igualdad y equidad de las mujeres. No obstante, ello no ha

conllevado a la erradicación de la discriminación por concepto de género como tal

sino sólo a la disipación de sus formas más burdas y visibles. La invisibilidad se

debe, en parte, también al incremento del nivel general de violencia en las

sociedades neoliberales y, muy en particular, en la mexicana, con lo que se

aminora la brecha de violencia ejercida contra hombres y mujeres en el espacio

laboral. No obstante, los indicadores de relegación femenina en la educación

superior y en la ciencia persisten y apuntan a la persistencia de prácticas que

afectan más a las mujeres que a los hombres (Torres González, 2012).

En la actualidad, la discriminación de género continúa de forma más velada

y sutil sin carecer por ello de eficacia. Las prácticas concretas, que se ponen en

marcha para marginar, excluir o relegar a las mujeres de beneficios y posibilidades

de desarrollo individual y/o grupal en una organización, no se distinguen de las

que se utilizan en contra de otros grupos sociales por lo que a veces no resulta

fácil identificarlas a la primera. En adelante utilizaremos el concepto de

discriminación femenina, cuando la frecuencia y/o intensidad de diversos tipos de

violencia afectan en mayor grado a mujeres que a varones.

El acoso laboral constituye un tipo de violencia interpersonal común en el

espacio laboral. Como acoso laboral se definen actos negativos (Adams cit. en

Einarsen, 2000), hostiles y agresivos (Martinez-Lugo, 2006; Justicia, Benitez y

Fernández, 2006; Fuentes, 2009), que se dirigen de forma repetida y más o

menos sistemática durante un cierto lapso de tiempo contra uno o varios

individuos, ya sea por parte de pares, superiores o subordinados/as, ya sea por

otro tipo de actores que interactúan en el espacio laboral (por ejemplo, alumnos,

clientes). El objetivo del acoso laboral consiste en marginar, maltratar y finalmente

excluir a una persona del entorno laboral. Estas características lo distinguen de un

conflicto en el trabajo, el cual gira en torno a un problema interpersonal concreto y

el cual llega a su fin, cuando el tópico en disputa se resuelve (Engel, s/f)

133

Las tasas de prevalencia del acoso laboral en escenarios universitarios

observan grandes variaciones, las que se explican, en parte, por las diferentes

metodologías de medición, pero también por características culturales específicas

de regiones, países y/u organizaciones de trabajo, en particular. Para el caso de

las universidades españolas, Justicia y colegas (2005 y 2006) encontraron entre 9

y 22% de empleados afectados y López-Cabarcos, Picón-Prado y Vázquez-

Rodríguez, 2008) 8.7%. Estos hallazgos contrastan con tasas mucho más

elevadas reportadas por Piñuel y Oñate (2006): 51.7%. Diversos estudios

realizados en países anglosajones ubican el acoso laboral en la educación

superior de estas naciones (Gran Bretaña, Canadá y Australia) entre 18% y 25%

(Keashly y Neuman, 2010; Cox y Goodman, 2005); y entre 17% y 24% en los

países nórdicos (Einarsen, 2000; Keashly y Neuman, 2010). En el caso de

universidades estatales mexicanas, Aldrete, Pando, Aranda y Torres (2006)

reportaron que 79.5% de los docentes masculinos y 83.6% de las mujeres se

autocalificaron como víctimas de acoso psicológico en el trabajo. En una muestra

nacional entre Investigadores Nacionales, quienes laboran en universidades

estatales y la UNAM, Sieglin (2012), detectó que 43% se encontraron

expuestos/as a algún tipo de acoso laboral.

Los estudios sobre una mayor afectación de mujeres por el acoso laboral

son contradictorios: algunos autores han detectado mayores niveles de afectación

(Cox y Goodman, 2005; Justicia, Benítez y Fernández, 2006; Martínez-Lugo,

2006; Peralta, Zapata y Grisoles, 2008; Rospenda, Richman y Shannon, 2009);

otros no han hallado evidencias concluyentes (Einarsen, 2000; Aldrete, Pando,

Aranda y Torres, 2006; Hansen, Hogh, Persson y colegas, 2006; Hogh, Hansen,

Mikkelsen y Persson 2012; Niedhammer y colegas, 2006; Sieglin, 2012a) y otros

más registraron incluso mayores niveles de maltrato hacia los varones (Salin,

Tenhiälä, Roberge y Berdahl, 2014). No obstante, existe una gran coincidencia de

que los/las agresores/as adoptan estrategias de acoso genéricamente

diferenciadas. López Cabarco (2004) descubrió, por ejemplo, en un estudio entre

profesores/as de tres universidades españolas diferentes (N = 321), que las

mujeres sufrieron en mayor grado la asignación de tareas laborales inútiles;

134

críticas y reproches hacia su persona; aislamiento comunicativo; evaluación

sesgada de su trabajo; controles excesivos y exposición a rumores y bromas; a

diferencia de los hombres quienes se observaron más afectados por bloqueos en

el escalafón laboral; infravaloración de su trabajo académico; interrupción de sus

tareas; asignación de tareas por encima de sus capacidades; privación de

información y ataque a sus convicciones. Aldrete, Pando, Aranda y Torres (2006)

informaron que las académicas con niveles de escolaridad más altos de una

institución académica grande enfrentaron en mayor grado ataques orientados a

desacreditar su capacidad laboral. En el caso de universidades estatales

mexicanas, Sieglin (2012a) reveló que una mayor proporción de las investigadoras

nacionales sufrió de piratería académica, marginación sociolaboral y acoso

económico. En cambio, un mayor número relativo de hombres se encontró

expuesto a aislamiento comunicativo, acoso contra su reputación académica y

acoso contra su integridad psicosocial.

El acoso sexual en el trabajo – entendido aquí como atenciones,

insinuaciones y otras conductas sexuales no deseadas y no aceptadas por las

víctimas, expresadas de forma verbal, a través de gestos ofensivos o por mediante

el contacto físico - constituye un tipo de hostigamiento laboral que, en ocasiones,

se combina con el acoso laboral. Esto es particularmente el caso, cuando el/la

agresor/a sostiene un puesto de mando que le faculta para aplicar medidas

administrativas a través de las cuales acorrala aún más a la víctima (Resolución

del Consejo de las Comunidades Europeas del 29 de mayo de 1990 y

Recomendación General 19 de las Naciones Unidas de 1992 cit. por Pérez

Guardo, 2012). En los Estados Unidos de América, se estima que entre 42 y 64%

de las mujeres económicamente activas y entre 14 y 19% de los varones han

afrontado acoso y/o violencia sexual en el trabajo. Estos datos se confirman por el

estudio de Rospenda, Richman y Shannon (2009): 47% de la población

encuestada reportó la exposición a acoso sexual y 40% sufrieron de una

combinación de acoso sexual y acoso laboral.

135

En el presente capítulo echaremos una mirada a la discriminación de

género en una universidad estatal grande que contó, en 2013, con 92,500

estudiantes de licenciatura y posgrado que han sido atendidos por 2,304

profesores/as de tiempo completo, 217 de medio tiempo y 1,653 de asignatura.

Nos interesa saber si: (a) las mujeres observan una mayor exposición al acoso

laboral y sexual; y (b) si hay una ligazón entre el acoso sexual y el acoso laboral.

Los resultados nos servirán para plantear diversos mecanismos normativos y

organizacionales orientados a afianzar el compromiso institucional con la igualdad

y equidad de género y los derechos humanos.

La base de datos utilizada fue construida, durante 2013, a través de una

encuesta en diversos planteles de la institución académica.

OBJETIVOS

En el presente trabajo vamos a establecer la incidencia del acoso laboral y

de diversos tipos de agresiones sexuales en el trabajo en la población trabajadora

de una universidad estatal grande. Asimismo nos interesa saber si la exposición al

acoso laboral y las agresiones sexuales varían en función de categorías socio

demográficas (género, edad, escolaridad) y laborales (tipo de puesto, tipo de

contrato laboral, antigüedad en la institución, ingreso mensual).

HIPÓTESIS

(1) En función de la literatura revisada, suponemos una relación entre la

exposición a acoso laboral y agresiones sexuales con el género asumiendo

que más mujeres que hombres se convierten en víctimas de este tipo de

atracos.

(2) Conjeturamos asimismo una mayor afectación de grupos socialmente más

vulnerables (trabajadores con menores ingresos, menor edad, menor

136

escolaridad, menor antigüedad y sin definitividad en materia laboral) al

acoso laboral y agresiones sexuales.

(3) Estimamos que la exposición a acoso sexual implique también una mayor

vulnerabilidad de las víctimas para sufrir agresiones sexuales.

METODOLOGÍA

La muestra

Para recopilar los datos, se envió un oficio a los directores de diversas

Facultades situadas en los cuatro campus universitarios. Se les informó de la

encuesta y se les solicitó su apoyo para su realización. De dieciocho Facultades,

un total de ocho no accedieron a la petición, por lo que el instrumento se aplicó

únicamente en diez y solamente a aquellos/as profesores/as y administrativos/as,

quienes estaban dispuestos/as a participar voluntariamente. Una vez terminada, la

encuesta fue recogida por el personal a cargo de la misma.

Dadas las circunstancias, se trata de un muestreo no probabilístico,

transversal y descriptivo. Se recopilaron 370 casos: 178 individuos del cuerpo

docentes (48.1% de la muestra) de los cuales 55.6% eran hombres y 44.4%

mujeres. Otros 192 individuos pertenecieron al personal administrativo (51.9% de

la muestra): de ellos 39.1% eran hombres y 60.9% mujeres. La media de edad se

sitúa en 38.7 años. Las características de la muestra se detallan en la tabla 1.

Tabla 1: Características socio demográficas y laborales de la muestra

Total (nos.)

Hombres Mujeres

Población muestreada (nos. personas) 370 174 196

Personal académico 178 44.4% 55.6%

Personal administrativo (nos. personas) 192 39.19% 60.9%

Estado civil**

Soltero/a

Casado/unión libre

Separado/divorciado/enviudado

136 206 28

36.8% 60.3% 2.9%

36.7% 51.5% 11.7%

Media de edad (años) Mínimo (años):

38.67 18

18

19

137

Máximo (años) 75 75 70

Grupos de edad (años)

Hasta 30 años

31-40 años

41-50 años

Más de 50 años

120 99 81 70

31.0% 27.6% 20.7% 20.7%

33.7% 26.0% 23.0% 18.9%

Escolaridad (%)*

Preparatoria o equivalente incompleta

Preparatoria/equivalente Completa

Licenciatura incompleta

Licenciatura completa

Maestría

Doctorado/Posdoctorado

39

45

29 107 126 24

9.8%

6.3%

9.8% 31.0% 35.1% 7.5%

11.2%

17.3%

6.1% 27.0% 34.1% 6.2%

Tipo de contrato laboral

Contrato temporal

Contrato de base, indefinido

156 214

43.1% 56.9%

41.3% 58.7%

Grupos por antigüedad (años)

Hasta 10 años

11-20 años

21-30 años

Más de 30 años

Sin información

172 62 61 15 60

54.1% 18.2% 21.6% 6.1% 14.9%

56.8% 21.6% 17.9% 3.7% 11.2%

Ingreso mensual en la UANL* (p<.02)

Hasta 5,000 pesos

5001-10,000 pesos

$10,001–20,000 pesos

Más de $ 20,000 pesos

124 137 82 26

30.5% 33.9% 24.7% 10.9%

36.7% 39.8% 19.9% 3.6%

Actividades laborales complementarios**

Sólo trabaja en UANL

Produce/vende productos

Presta servicios (consultoría, servicios educativos

Trabajo propio por honorarios

Asalariado en otra institución

Negocio personal/familiar

228 23 42

26 23 28

52.3% 4.6% 14.4%

10.9% 7.5% 10.3%

69.9% 7.7% 8.7%

3.6% 5.1% 5.1%

Fuente: Datos de campo. *p<.05; **p<.01

El instrumento

El instrumento consistió de 86 reactivos que exploran, además de datos

socio demográficos (género, edad, estado civil, nivel educativo) y laborales

(antigüedad, salario, tipo de contratación, tipo de puesto, empleos adicionales), la

incidencia de acoso laboral, la exposición a acoso y violencia sexuales en el

trabajo, la presencia de estereotipos de género en el pensamiento del personal

encuestado así como el estado de salud auto-reportado.

138

La escala sobre acoso laboral fue retomada del Fox y Stallworth Bullying

Checklist (WB-C) (2005) y adaptada a la actividad del personal docente y no

docente en la educación superior pública en México. El WB-C (Fox y Stallworth,

2005) mide 6 diferentes tipos de conductas de acoso en escala Lickert de 7

niveles (nunca, pocas veces al año, una vez por mes, varias veces por mes, una

vez por semana, varias veces por semana, todos los días): comportamiento

amenazante e intimidatorio; aislamiento social y comunicativo (ley de hielo,

exclusión de reuniones de trabajo, no contestación de llamadas telefónicas,

correos electrónicos o cartas, etc.); trato degradante (insultar, callar y rebajar a la

víctima); daño de la reputación pública (sembrar rumores; desacreditar o negar

logros profesionales); sabotaje al trabajo (denegación o sabotaje de materiales y/o

infraestructura de trabajo; robo o destrucción de productos del trabajo); y

supervisión abusiva (amenaza de despido o remoción laboral). En esta encuesta

se han utilizado veinte reactivos que miden un total de 20 tipos de agresiones. El

nivel de fiabilidad de la escala es adecuada (alfa de Cronbach = .940).

Tabla 2. Tipo de conductas agresivas analizadas

Minusvalorar el trabajo de la víctima

Evaluar de forma sesgada el trabajo desempeñado por la víctima;

Interrumpir a la víctima cuando habla;

No asignarle trabajo a la víctima

Obligar a la víctima a realizar trabajos absurdos;

Gritarle en público

Distorsionar lo dicho por la víctima;

Abrumar a la víctima con trabajo;

Amenazar verbalmente a la víctima e intimidarla con gestos

Limitar el acceso de la víctima a los recursos institucionales;

Acusar a la víctima injustificadamente de errores y/o incumplimiento;

Criticar cruelmente la vida privada de la víctima

Privarle a la víctima información importante para el desempeño del trabajo;

Humillar y despreciar a la víctima en escenarios públicos

Someter la víctima a controles malintencionados de su trabajo

Modificar sin previo aviso las responsabilidades de la víctima

Amenazar a la víctima con iniciar medidas disciplinarias

Aquellas agresiones, que no se produjeron de forma mensual, semanal o

diariamente, fueron descartadas como acoso laboral (nivel bajo o inexistente).

Agresiones de incidencia mensual (una o varias veces por mes) se identificaron

como acoso de nivel mediano. Si los ataques se produjeron por lo menos una vez

139

por semana, fueron identificados como acoso severo. Correlacionamos la

frecuencia de las agresiones con el género, el puesto de trabajo, la antigüedad y la

edad de los individuos calculando la chi-cuadrada. Establecimos p<.05 como nivel

de significancia (Gardner, 2003.157ss).

Con el objetivo de verificar si las acciones hostiles se combinan entre sí y

formen una estrategia de acoso compleja, se efectuó un análisis factorial. Se

identificaron tres estrategias de acoso laboral que agrupan 17 conductas de acoso

laboral (tabla 2), que en su conjunto explican 62.978 por ciento de la varianza

(tabla 3). Se excluyeron 3 variables por tener comunalidades por debajo de .500.

El primer factor agrupa acciones orientadas a sabotear el trabajo de la

víctima y privarla del acceso a los recursos institucionales. Se integra por un total

de 7 conductas: minusvalorar el trabajo de la víctima; no asignarle trabajo;

distorsionar lo dicho por la víctima; limitar su acceso a los recursos institucionales;

privarla de información importante para el desempeño del trabajo; modificar sin

previo aviso las responsabilidades de la víctima y someterla a controles

malintencionados de su trabajo (tabla 3). Esta estrategia – denominada sabotaje

laboral – subvalora las aportaciones laborales de la víctima, la expone a sanciones

injustas y obstaculiza su acceso a información y recursos institucionales.

El segundo factor consiste de otros 7 conductas de acoso: evaluación

sesgada del trabajo desempeñado por la víctima; asignación de trabajos absurdos;

sobrecarga laboral; acusación de haber cometido errores y/o incumplido sus

responsabilidades; humillación y desprecio de la víctima y amenazas de iniciar

medidas disciplinarias (tabla 3). Esta estrategia – identificada como intimidación

laboral – le arranca a la víctima el control más mínimo sobre su trabajo. Se orienta

a atosigar y cansar a la víctima en la cotidianeidad laboral y a sembrar en ella el

temor de poder perder el trabajo.

El tercer factor se integra por 4 conductas de acoso: interrupciones al

momento de hablar; gritos en público; amenazas verbales e intimidación por medio

de gestos así como críticas crueles de su vida privada (tabla 3). El objetivo de los

140

tratos degradantes consiste en arrebatarle el autovalor y la autoestima a la víctima

y hundirla en un estado generalizado de ansiedad.

Tabla 3. Estrategias de acoso laboral (análisis factorial) Nombre de la

estrategia Número de acciones hostiles

Tipos de acoso % de la varianza

% acumulado

Sabotaje laboral

7

minusvalorar el trabajo de la víctima;

no asignarle trabajo;

distorsionar lo dicho por la víctima;

limitar su acceso a los recursos institucionales;

privarla de información importante para el desempeño del trabajo;

modificar sin previo aviso las responsabilidades de la víctima

someterla a controles malintencionados de su trabajo

24.191 24.191

Intimidación laboral

6

evaluación sesgada del trabajo desempeñado por la víctima;

obligar a realizar trabajos absurdos;

abrumar con trabajo;

Acusar injustificadamente de errores y/o incumplimiento;

humillar y despreciar a la víctima

amenazar con iniciar medidas disciplinarias

23.060 47.251

Trato degradante

4

interrumpir a la víctima cuando habla;

gritarle en público

Amenazar verbalmente e intimidarla con gestos

Criticar cruelmente la vida privada de la víctima

15.726 62.978

Fuente: Elaboración propia con datos de campo.

El instrumento contenía, además, 14 preguntas en escala Lickert (nunca,

pocas veces al año; una vez al mes; algunas veces al mes; una vez por semana;

varias veces por semana; todos los días) que aluden al acoso y la violencia

sexuales en el trabajo. En vista de que el acoso y la violencia sexuales constituyen

141

delitos, se contabilizaron como acoso/violencia sexual todas las incidencias que se

produjeron a lo largo del año anterior a la encuesta. La fiabilidad de la escala es

adecuada: alfa de Cronbach = .862. Se correlacionaron las diversas variables con

datos socio demográficos y laborales (género, edad, antigüedad, ingreso mensual,

tipo de puesto laboral, nivel educativo) y se calculó la chi-cuadrada. Establecimos

p<.05 como nivel de significancia. Asimismo se ligó la incidencia del

acoso/violencia sexual con la incidencia del acoso laboral – a través de un análisis

de correlaciones bivariadas y varianza de medias (ANOVA) - para verificar si

personas, sujetas de un tipo de violencia, tienden a sufrir también el otro.

Tabla 4. Tipos de acoso y violencia sexuales analizados

Haber sido víctima de bromas o chistes sexuales en el trabajo

Haber obtenido comentarios sugerentes por su forma de vestir

Recibir invitaciones comprometedoras que incomodan a la persona

Haber obtenido comentarios sugerentes por su cuerpo

Haber obtenido insinuaciones sexuales directas Haber recibido solicitud de favores sexuales a cambio de apoyo

Haber recibido solicitud de favores sexuales con amenazas implícitas o explícitas

Haber notado que le hicieron señales o gestos

Haber sentido que se le veían de manera sexualmente incorrecta

Haber sido objeto de tocamientos de índole sexual fingiendo accidente

Haber sido objeto de tocamientos de índole sexual

Haber sido objeto de contacto sexual forzado

Haber sido víctima de un intento de violación Haber sido violado en el trabajo

Para analizar, si diversas conductas de acoso/violencia sexuales se

integran en una estrategia de acoso sexual compleja, se efectuó un análisis

factorial (tabla 5). De las 14 variables iniciales se excluyeron tres: haber sido

objeto de violación en el trabajo, ya que no se registró ningún caso en la muestra;

así como el haber sido objeto de bromas y chistes sexuales y haber sufrido un

intento de violación en el trabajo. Estas últimas dos alcanzaron comunalidades por

debajo de .500, lo que indica que el análisis factorial no explica gran parte de la

varianza de estas variables.

El análisis factorial abarcó por ende un total de 11 variables de las que se

extrajeron 3 factores que explican 79.5% de la varianza (tabla 5). El primero fue

denominado acoso violencia sexual. Se integra por 5 tipo de agresiones sexuales

142

(solicitud de favores sexuales por medio de amenazas; solicitud de favores

sexuales prometiendo a la víctima apoyos institucionales; tocamientos sexuales

directas; tocamiento sexuales simulando un accidente; contacto sexual forzado).

Esta estrategia – que explica 38.3% de la varianza - es un medio para forzar el

coito sexual. La víctima es amenazada, por un lado, y expuesta al manoseo del

agresor, por el otro. Con ello se viola la autodeterminación de las personas sobre

su propio cuerpo y su integridad psicofísica. 3.5% de la planta laboral universitaria

se encuentra expuesto a violencia sexual (fuente: datos de campo).

La segunda estrategia se denominó acoso sexual grave (tabla 5). Aunque

se orienta también a la consecución de favores sexuales, el/la agresor/a prescinde

de violencia física y se restringe a agresiones simbólicas y psicológicas: se le

insinúa a la víctima de forma directa o indirecta, le hace señales y gestos

sexuales, la identifica erróneamente como una persona deseosa a tener sexo con

él y la invita a encuentros sociales cuya aceptación implica el acuerdo con un

contacto sexual. Esta estrategia implica una interacción más intensa entre

agresor/a y víctima sin que se ponga en duda la autodeterminación de la víctima

sobre su cuerpo. Explica 24.8% de la varianza y afecta a 10.5% de los/las

empleados/as de la universidad.

La tercera estrategia fue denominada acoso sexual leve y consiste de dos

conductas: comentarios sugerentes sobre la vestimenta y sobre el cuerpo (tabla

5). Explica 16% de la varianza. A través de las manifestaciones verbales, el

agresor comunica a la víctima su interés de acercamiento sexual, pero

manteniéndose a distancia. 10% de la planta laboral afronta este tipo de acoso

sexual.

Tabla 5. Estrategias de acoso y violencia sexuales (análisis factorial) Nombre de la estrategia

Números de tipos de acoso

Tipos de acoso % de la varianza

% acumulado

Violencia sexual

5 Solicitud de favores sexuales por medio de amenazas

38.313 38.313

143

Tocamientos sexuales directos

Tocamientos sexuales simulando un accidente

Contacto sexual forzado

Solicitud de favores sexuales a cambio de apoyos

Acoso sexual 4 Recibir señales y gestos sexuales

Ser identificado sexualmente de forma incorrecta

Obtener insinuaciones sexuales directas e indirectas

Recibir invitaciones comprometedoras

24.805 63.118

Impertinencia sexual verbal

2 Ser objeto de comentarios sugerentes sobre la vestimenta

Ser objeto de comentarios sugerentes acerca de su cuerpo

16.353 79.472

Fuente: Elaboración propia con datos de campo.

RESULTADOS – LA INCIDENCIA DEL ACOSO LABORAL EN EL PERSONAL

ACADÉMICO Y ADMINISTRATIVO

El acoso laboral forma parte de la cotidianidad laboral en el espacio

universitario: en promedio, 23.6% del personal afronta una o varias veces al mes

agresiones sistemáticas por parte de superiores o pares; y 9% a base semanal o

diaria (tabla 6).

Más mujeres (35.4%) que hombres (29.5%) reportan acoso laboral: 25.1%

de las mujeres lidian por lo menos una vez por mes con agresiones simbólicas,

psicológicas o laborales y 10.3% lo hacen semanal o diariamente. En el caso de

los varones, 22% son agredidos a base mensual y 7.5% a base semanal o a diario

(tabla 6). No obstante, las diferencias entre hombres y mujeres no son

estadísticamente significativas, es decir, el acoso laboral afecta indistintamente a

ambos sexos. Tampoco se encontraron diferencias estadísticamente significativas

144

con relación al estado civil, el tipo de puesto laboral (administrativo o académico),

antigüedad laboral y edad

Tabla 6. La incidencia del acoso laboral en personal académico y administrativo en una universidad estatal grande, según la frecuencia de exposición y género (% de población afectada) (N = 368)

Grado de exposición a agravios psicológicos, simbólicos, laborales y/o materiales

Hombres Mujeres Total

Sin agravios 52.0 41.5 46.5

Agravios ocasionales (menos de 1 vez/mes)

18.5 23.1 20.9

Agravios a base mensual (acoso mediano)

22.0 25.1 23.6

Agravios a base semanal o diario (acoso severo)

7.5 10.3 9.0

Total 100.0 100.0 100.0

Fuente: Elaboración con base en los datos de campo.

Las agresiones laborales contra el personal académico y administrativo

universitario varían. Alrededor de 28% de hombres y mujeres afrontan un solo tipo

de agresión y entre 18 y 21% dos tipos (datos de campo). Más de la cuarta parte

de las víctimas masculinas y casi un tercio de las mujeres afrontan entre 3 y 5

diferentes tipos de actos negativo y 24.6% de los varones y 22% de las mujeres

soportan más de 6 diferentes clases de violencia psicológica, simbólica, laboral o

material. En síntesis, más de la mitad de los hombres (51%) y mujeres (53.4%),

víctimas de acoso laboral, encaran mes por mes 3 o más diferentes clases de

abusos (datos de campo).

¿Qué tipo de agresiones se lanzan contra las víctimas de acoso laboral en

la universidad? El tipo de agresión más frecuente en el ámbito laboral consiste en

la evaluación sesgada del trabajo de la víctima (gráfica 1). El trabajo de las

víctimas no es juzgado en términos objetivos sino en función de los intereses

subjetivos del supervisor. En un entorno laboral, donde la evaluación de la

145

productividad laboral cobra una importancia grande para acceder a recursos

salariales complementarios, este tipo de agresión genera perjuicios considerables

en las condiciones materiales y simbólicas de las víctimas y puede afectar

potencialmente su desarrollo profesional al interior de la institución. El segundo

tipo de agresión utilizada contra hombres y mujeres consiste en ignorar a las

víctimas y excluirlas de las actividades socio-laborales. Este atraco se orienta al

aislamiento social de las personas afectadas. El repertorio agresivo se

complementa además por la interrupción persistente de la víctima al momento de

hablar, por su exposición a constantes críticas y reproches acerca de su

desempeño laboral o personal y a la tergiversación de sus expresiones verbales.

Este grupo de agresiones subvierte la autoconfianza y el autovalor de las

personas afectadas y dañan su imagen profesional en la comunidad laboral.

Existen, además, otras maneras de maltratar psicológico y socialmente al

personal universitario (gráfica 1). Privar a los/las profesores/as y administrativos/as

de información, minusvalorar su trabajo, acusarlos/as injustificadamente de

incumplimiento con sus funciones laborales, abrumarlos/las de trabajo, asignarles

trabajo absurdo, dejarlos/las sin trabajo, limitar su acceso a recursos

institucionales y/o efectuar controles malintencionados son acciones que buscan

fastidiar a los/las trabajadores/as, arrebatarles el sentido de sus quehaceres

laborales y convertir el trabajo en un infierno. A ello se agregan otros tipos de

atracos (gráfica 2) que afectan la autoconfianza, la autoestima y el autovalor de las

víctimas y que generan daños hondos en su imagen personal y profesional. Entre

los actos negativos se encuentran el humillar y despreciar a las víctimas frente a

terceros o a solos, burlarse de ellos en público, gritarles con el fin de intimidar y

amedrentarlas, amenazarlos verbalmente y/o criticar de manera cruel su forma de

ser y/o su vida privada (gráfica 2). Con excepción del humillar y despreciar a la

víctima, ningún otro acto negativo se aplica de forma diferenciada a hombres y

mujeres. Un análisis de chi-cuadrada no encontró diferencias estadísticamente

significativas entre las diversas clases de agresión interpersonal entre hombres y

mujeres.

146

Gráfica 1. Tipología de actos negativos contra el personal universitario afectado por acoso

laboral, según mujeres y hombres expuestos en grado mediano a severo (%)

Fuente: Elaboración con base en los datos de campo.

Gráfica 2. Tipología de actos negativos contra el personal universitario afectado por acoso

laboral, según mujeres y hombres expuestos en grado mediano a severo (%)

Fuente: Elaboración con base en los datos de campo

Un análisis factorial (tabla 3) mostró que los agresores integran en

ocasiones una serie de actos negativos en una estrategia compleja de acoso. En

este trabajo encontramos tres estrategias diferentes altamente agresivas: el

19.9

13.8 13.3 11.7 11.7 11.2

9.2 8.7

14.4

10.3 8

10.3

6.9 6.3 6.9

11.5

0

5

10

15

20

25

Evaluación sesgada

Ignorar y excluir

Interrumpir siempre que

habla

Constante crítica y

reproche

Distorsionar lo dicho por

la víctima

Privar de información

Minusvalorar el trabajo

Acusar de incumplir el

trabajo

Mujeres Hombres

6.6 5.6 5.6

5.1 4.9 4.6 4.1

3.1 3.1 3.1

1.5 2.3

8

6.4

5.2

6.3

4

2.9 3.4

2.9 2.9 2.3

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9

Mujeres Hombres

147

sabotaje laboral, la intimidación laboral y el trato degradante. Su incidencia en la

planta laboral es baja: afectan entre 1.4 y 2.7% de los trabajadores universitarios

en grado mediano y entre 0.5% y 1.4% en grado severo (tabla 7). Un análisis de

chi-cuadrada no detectó diferencias estadísticamente significativas con relación al

género – con excepción del trato degradante –, tipo de puesto

(administrativo/académico), tipo de contratación (planta/contrato), antigüedad y

edad de las víctimas. En este sentido estas tres estrategias, que representan

formas de violencia desbordadas que son gestadas e implementadas de forma

sistemática y con la clara orientación de dañar laboral y psicológicamente a las

víctimas, pueden afectar en principio a cualquier trabajador/a. Se trata de formas

escaladas de violencia laboral en extremo crueles.

Tabla 7. Incidencia del sabotaje laboral, intimidación laboral y trato degradante en

el trabajo universitario, según grado de incidencia en la población universitario y

género (N = 370) (%)

Nivel de severidad Sabotaje laboral Intimidación

laboral

Trato degradante

Bajo/inexistente 96.2 96.2 98.1

Mediano 2.4 2.7 1.4

Severo 1.4 1.1 0.5

Total 100.0 100.0 100.0

Fuente: Elaboración con base en los datos de campo.

El sabotaje laboral combina siete diferente tipos de acciones negativas

que dificultan el desempeño laboral de una persona y ponen en riesgo, a mediano

o largo plazo, su pertenencia a la institución. Al no contar con suficiente trabajo –

ya sea horas de docencia o tareas administrativas –, al carecer de información

necesaria para el trabajo o al verse desprovistas de recursos necesarios para

cumplir con el rol profesional, las víctimas corren el riesgo de incumplir con sus

funciones, de cometer errores o de ser identificadas por el entorno como

improductivas, incompetentes, torpes y/u ociosas. A esta táctica se agregan otras

hostilidades como controles malintencionados del trabajo, el menosprecio de los

148

logros profesionales y la tergiversación de las expresiones verbales de la víctima,

las que completan el daño en cuanto a la imagen profesional.

La segunda estrategia de acoso laboral consiste en la intimidación de la

víctima. La asignación de trabajo absurdo o de tareas que están por debajo o por

encima del nivel de calificación de la víctima y la sobrecarga de funciones se

combinan con evaluaciones sesgadas y acusaciones de incumplir las actividades

asignadas en tiempo o con la calidad esperada, lo que legitimaría el inicio de

medidas disciplinarias. Las personas afectadas viven así bajo la amenaza

constante de ser despedidas, lo que las presiona a esforzarse más y más con tal

de neutralizar el peligro latente. En vista de que no controlan el proceso de trabajo,

sus posibilidades de neutralizar los riesgos son escasas.

La tercera estrategia puesta en marcha contra empleados/as

universitarios/as consiste en brindarles un trato degradante. Esta maniobra se

dirige a la denigración de la víctima frente a sí misma y frente a los compañeros/as

de trabajo y a quebrar y destruir la autoconfianza y la autoestima así como la

imagen social en el entorno. Se trata de una estrategia que pretende infringir un

profundo daño psicológico en las personas afectadas.

En el caso del trato degradante, se observa una distribución interesante

ligada al género de las personas afectadas (tabla 8). Las mujeres se observan

más afectadas (2.6%) que los varones (1.1%), sin embargo, el acoso ejercido

contra los hombres es más intenso que contra las mujeres.

Tabla 8: Incidencia del trato degradante en la población laboral universitaria,

según su severidad y el género (N = 370)

Nivel de severidad Hombres Mujeres

Bajo/inexistente 98.9 97.4

Mediano - 2.6

Severo 1.1 -

Total 100.0 100.0

Chi-cuadrada = 6.710, gl = 2, p< .04

Fuente: Elaboración con base en los datos de campo.

149

Un análisis de correlaciones bivariadas (tabla 9) mostró que las tres

estrategias de acoso laboral se encuentran relacionadas entre sí y que la

exposición a una incrementa la posibilidad de convertirse también en objeto de las

otras. Asimismo, existe una relación positiva entre el nivel total de acoso y la

exposición de las tres estrategias de acoso y por consiguiente también con la

cantidad de tipos de agresiones.

Tabla 9. Coeficiente de correlación de Pearson (r) entre diferentes estrategias de acoso laboral en el espacio universitario

Nivel total de

exposición al acoso

Sabotaje laboral

Intimidación laboral

Trato degradante

Nivel total de exposición al acoso total

Sabotaje laboral r(370) = .763**

Intimidación laboral

r(368) = .853** r(369) = .695**

Trato degradante r(368) = .671** r(370) = .533**

r (369) = .542**

Nos. De conductas de acoso

r(368) = .834** r(368) = .710**

r (368) = .775** r (368) = .578**

Fuente: Elaboración con base en los datos de campo.

Cualesquiera de las tres estrategias viola los derechos humanos y

laborales de los/las trabajadores universitarios/as y constituye en estos términos

un delito que debería ser perseguido por la institución. Sin embargo, ante la

ausencia de instancias que recibirían denuncias, efectuarían investigaciones,

establecerían sanciones y buscarían resarcir el daño laboral, social y psicológico,

las víctimas tienen las manos atadas. Por lo común no hay quien las atendería,

por lo cual el trauma experimentado ni siquiera puede ser traducido al lenguaje y

convertido en objeto de reflexión y acción.

ACOSO Y VIOLENCIA SEXUAL EN LA PLANTA LABORAL UNIVERSITARIA

Pocas veces el acoso y la violencia sexuales en el trabajo son abordados

como formas de hostigamiento laboral más específico aunque hay evidencia de su

interrelación (Rospenda, Richman y Shannon, 2009). En las siguientes líneas

150

presentamos, primero, algunos datos acerca de la prevalencia y las características

del acoso y la violencia sexuales en el trabajo universitario, para plantearnos, en

un segundo paso, la pregunta por la relación con el acoso laboral.

La tabla 10 documenta la incidencia de los tres tipos de acoso y violencia

sexuales en hombres y mujeres. El primer hallazgo consiste en la escasa

importancia del género en el acoso y la violencia sexuales. Hombres y mujeres se

encuentran expuestos indistintamente a acoso sexual leve (el análisis de chi-

cuadrada no encontró diferencias estadísticamente significativas) y a la violencia

sexual. El acoso sexual leve afecta a 8% de varones y 11.7% de mujeres. La

violencia sexual se ejerce contra 3.4% de los hombres y 3.6% de las mujeres.

Únicamente el acoso sexual grave afecta en mayor grado al género femenino

(14.3%) comparado con el masculino (6.3%). Esta diferencia es significativa al

p<.02.

Tabla 10. Incidencia de diversos tipos de acoso y violencia sexuales en la planta laboral universitaria, población afectada según el género (%) (N = 370)

Tipo de acoso Hombres afectados

(%)

Mujeres afectadas

(%)

Chi-cuadrada y p

Acoso sexual leve 8.0 11.7 Chi-cuadrada = 1.394;

gl = 1; p<.30

Acoso sexual grave 6.3 14.3 Chi-cuadrada = 6.200;

gl= 1; p<.02

Violencia sexual 3.4 3.6 Chi-cuadrada = .004;

gl= 1; p<.90

Fuente: Elaboración con base en los datos de campo

Prácticamente cualquier trabajador/a puede convertirse en objeto de

piropos y atenciones no deseados. No se encontró una relación estadísticamente

significativa entre el acoso sexual leve con datos socio demográficos (estado civil,

edad, escolaridad) y laborales (tipo de contrato laboral, antigüedad e ingreso

mensual). Solamente en el grupo de las mujeres, se observó una relación

significativa entre ingreso mensual y acoso sexual leve (chi-cuadrada = 8.305; gl =

3; p<.02): 11.1% de las mujeres con hasta 5,000 pesos mensuales reportaron

haber sido objeto de este tipo de atenciones sexuales; 7.7% de las que ganaron

entre 5,000 y 10,000 pesos; 15.4% de quienes contabilizaron un ingreso entre

151

10,000 y 20,000 pesos y 42.9% de quienes ganaron más de 20,000 pesos al mes

(fuente: datos de campo). Dicho de otra manera, mujeres situados en estratos

remunerativos altos corrieron mayor riesgo que las de estratos más bajos.

El acoso sexual grave no se vincula con ninguna variable

sociodemográfica – excepto con el género – y laboral. Lo mismo aplica para la

violencia sexual. Sin embargo, los tres tipos de agresiones sexuales se vinculan

entre sí (tabla 11).

Tabla 11. Correlaciones bivariadas entre tipos de agresiones sexuales y el acoso

laboral en la planta laboral universitaria (r de Pearson)

Impertinencia sexual Acoso sexual Violencia sexual

Acoso sexual r(370) = .519**

Violencia sexual r(370) = .348** r(370) = .515**

Cantidad de conductas de acoso laboral r(368) = .526** r(368) =.387** r (368) = .369**

Sabotaje laboral r(370) = .498** r(370) = .344** r (370) = .307**

Intimidación laboral r(369) = .476** r(369) = .333** r(369) = .307**

Trato degradante r(370) = .589** r(369) = .491** r(370) = .378**

** significativo al p< .01

Fuente: Elaboración propia con base en los datos de campo.

Al diferenciar la población femenina y masculina según la cantidad de

agresiones sexuales a las que están expuestas, podría darse la impresión que

más mujeres (19.4%) que hombres (12.6%) sufren algún tipo de agresión sexual

(datos de campo), sin embargo, el análisis de chi-cuadrado indica que estas

diferencias no son estadísticamente significativas. En términos generales,

nuestros datos indican que el espacio de trabajo universitario expone a un número

considerable de universitarios/as a agresiones sexuales indistintamente de sus

características socio-laborales y demográficas.

8% de los varones y 10% de las mujeres afrontan un solo tipo de agresión

sexual; 4% de los hombres y 8% de las mujeres dos tipos; y 0.6% de la población

masculina y 1% de la femenina tres tipos de agresiones sexuales (tabla 12).

152

Tabla 12. Número de estrategias de acoso sexual (acoso sexual leve, acoso

sexual grave, violencia sexual) a la que están expuestos hombres y mujeres en la

universidad (%)

Nos. de tipos de agresión sexual

Hombres (%) Mujeres (%)

Sin agresión sexual 87.4 80.6

1 estrategia de acoso sexual 8.0 10.2

2 estrategias de agresión sexual

4.0 8.2

3 estrategias de agresión sexual

0.6 1.0

TOTAL 100.0 100.0

Fuente: Elaboración propia con base en los datos de campo.

Las agresiones sexuales se vinculan, asimismo, con diversas modalidades

del acoso laboral: en particular, con el nivel total de exposición a acoso laboral y,

muy en particular, con las tres estrategias de acoso laboral más severas y nocivas:

el trato degradante, la intimidación laboral y el sabotaje laboral (tabla 13). Si una

persona sufre algún tipo de acoso sexual o violencia sexual, registra mayores

medias de acoso laboral. El acoso laboral constituye por ende un instrumento de

los victimarios para acorralar aún más al objeto de su deseo con el fin de

conseguir las atenciones sexuales exigidas. Lo llamativo es que quienes afrontan

acoso sexual leve, registran medias de trato degradante, intimidación laboral y

sabotaje laboral más altas que las víctimas del acoso sexual grave y de violencia

sexual.

Tabla 13. Medias de acoso laboral, según el tipo de acoso sexual

Grado de exposición a una estrategia de acoso sexual

en el trabajo

Medias de acoso laboral

Nivel de exposición total a acoso laboral

Trato degradante

Intimidación laboral

Sabotaje laboral

Acoso sexual leve * inexistente * existente

1.84*** 2.89***

(F= (1, 368) = 37.782; p< .001

4.51*** 7.59***

F (1, 369) = 78.934

7.55*** 12.48***

F(1, 368) = 43.332

8.31***

14.11*** F (1, 369) = 46.924

Acoso sexual grave

Inexistente

Existente

1.85*** 2.79***

F (1, 368) = 31.747

4.53*** 7.30***

F (1, 369) = 65.179

7.65.*** 11.36***

F (1, 368) = 24.398

8.43***

12.79*** F (1, 369) = 26.476

Violencia sexual

153

inexistente

Existente

1.90*** 3.30***

F (1, 368) = 24.916

4.73*** 7.38***

F(1, 368) = 19.137

7.92 11.23

F (1, 368) = 6.651

8.73 13.31

F (1, 369) = 10.039

Fuente: Elaboración propia con base en los datos de campo. ***p<.001

En suma, los datos demuestran que el acoso laboral, en sentido estrecho,

y las agresiones sexuales en el trabajo constituyen fenómenos estrechamente

entrelazados y no son independientes los unos de los otros como comúnmente se

asume. Las agresiones sexuales florecen en un ámbito socio-laboral marcado por

atracos simbólicos, materiales y psicológicos a los/las trabajadores/as, es decir, en

un entorno organizacional incapaz de garantizar los derechos humanos y laborales

de los/las empleados/as.

RESUMEN

El estudio arrojó que 35% la planta laboral femenina de la universidad

estatal bajo análisis y 30% de los profesores y administrativos masculinos estaban

expuestos a acoso laboral a base mensual, semanal o diaria. No se encontraron

diferencias estadísticamente significativas en cuanto género, edad, nivel de

ingreso, tipo de contrato laboral y antigüedad laboral las que explicaran la

exposición al acoso laboral. Asimismo, 20% de las mujeres docentes y

administrativas y 13% de los varones afrontaron algún grado de acoso sexual o

violencia sexual.

La exposición a acoso sexual leve y violencia sexual no difiere entre

hombres y mujeres, ni tampoco entre grupos de edad, ingreso, antigüedad, tipo de

contrato laboral. Potencialmente cualquier trabajador/a universitario/a puede

convertirse en víctima. Una excepción constituye aquí el grupo de mujeres que

padece de acoso sexual leve: las mujeres con los niveles salariales más altos

registraron tasas de incidencia significativamente mayores que los demás rangos

remunerativos. Se trata de un hallazgo llamativo que merece una profundización

en el futuro.

154

El acoso sexual grave constituye un problema primordialmente femenino:

14% de están afectadas frente a 6% de los varones. No se encontraron variables

socio demográficas y laborales que permitirían ubicar estratos femeninos más

vulnerables. Por ende, podemos afirmar que cualquier mujer corre el riesgo de

convertirse en víctima.

Quienes se vieron afectados/as por el acoso sexual tendieron a sufrir

también acoso laboral. Estos/as trabajadores/as se vieron particularmente

fuertemente afectados/as por las tres estrategias de acoso sexual más agresivas y

nocivas, las que ponen en grave riesgo la salud mental y la permanencia laboral

de las víctimas: el trato degradante, el sabotaje laboral y la intimidación. Dado que

la implementación de este tipo de estrategias depende de facultades

administrativas de parte del agresor, se infiere que esta clase de abusos se

producen entre superiores y subordinados/as.

La universidad estatal analizada no contó con estructuras y programas de

atención al acoso laboral y sexual. Las Juntas de Honor y Justicia, que

tradicionalmente han atendido quejas por atropellos en el trabajo, no son

organismos independientes y no cuentan con facultades administrativas. Por ello

no se conocen casos en la institución, donde estas instancias hubiesen intervenido

en situaciones de acoso sexual o laboral. Además, la orientación hacia la

mercantilización de las funciones educativas y científicas, que la IES sostiene, ha

puesto, además, un acento especial en la mantención de una imagen institucional

impecable. Denuncias internas por acoso sexual y laboral han sido identificadas

por directivos/as como manchas en la buena imagen de su dependencia, por lo

cual algunas víctimas han sido desalentadas para proseguir la ruta de la denuncia.

Estas reacciones institucionales incrementan la vulnerabilidad de las victimas e

incluso contribuyen a su re-victimización como trabajadores conflictivos/as en caso

de insistir.

155

REFERENCIAS

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157

DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES Y MOBBING EN LAS

INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR.

Elvia Méndez Fregozo42 RESUMEN

Si bien el volumen de las mujeres que participan en los sectores laborales

de México representa un porcentaje mayor que el de los varones (INEGI: 2013)

aún quedan grandes espacios en blanco para conocer las condiciones en que

viven su cotidianidad en los sitios de trabajo. Si bien el mismo documento citado

contiene un apartado especial sobre la violencia contra las mujeres, caben

infinidad de interrogantes sobre todo aquella que tiene que ver con lesiones no

físicas; se muestran cifras sobre la violencia doméstica manifiesta en agresiones

físicas, incluso se menciona aquella violencia moral y verbal. Sin embargo, los

espacios laborales son sitios donde no existen suficientes evidencias sobre la

violencia contra la mujer, en especial aquella que se denomina como acoso

laboral.

El acoso laboral o mobbing se incluye en la Ley general de acceso de las

mujeres a una vida libre de violencia desde el 2007, sin embargo esta situación se

sigue presentando hasta la fecha bajo diferentes caras. El objetivo de este trabajo

es revisar cómo se da esta situación violando los derechos humanos de las

trabajadoras-victimas. Para proponer una serie de estrategias institucionales –

como la comunicación interna eficiente- que pueden coadyuvar a enfrentar y

resolver esta problemática dentro de las instituciones de educación superior.

DEL MARCO DE LOS DERECHOS HUMANOS Y EL MOBBING.

Si algo caracteriza a los tiempos actuales es la complejidad así como el

cuestionamiento a las instituciones y procesos sociales existentes, pese a ello los

seres humanos han adoptado un conjunto de acuerdos que les permita las

transitar en un ambiente de convivialidad para cumplir los objetivos que se han

42

Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales- UABC, correo electrónico; [email protected]

158

propuesto ya sea tanto como colectividad o bien como individuo. Un acuerdo al

que se han apegado la mayor cantidad de países, es la Declaración Universal de

los Derechos humanos como una base para la acción humana asociada, cabe

decir que nuestro país ha ratificado dicho acuerdo.

¿A qué se refieren los Derechos Humanos? Según la Procuraduría

Nacional de Derechos Humanos de México (PNDH) (2014) son “el conjunto de

prerrogativas inherentes a la naturaleza de la persona, cuya realización efectiva

resulta indispensable para el desarrollo integral del individuo que vive en una

sociedad jurídicamente organizada. Estos derechos, establecidos en la

Constitución y en las leyes, deben ser reconocidos y garantizados por el Estado.”

Esta misma organización menciona que todos los ciudadanos y las

organizaciones se encuentran obligados a respetar los Derechos Humanos de las

demás personas. Y se destaca que según el mandato constitucional, quienes

tienen mayor responsabilidad en este sentido son las autoridades

gubernamentales, es decir, los hombres y mujeres que ejercen la función de

servidores públicos.

Es así que, hablar de derechos humanos impone necesariamente a las

instituciones públicas la obligación no solo de preservar el bien común en sus

ámbitos sino extender una visión que contribuya a superar paulatinamente

condiciones de desigualdad y discriminación existentes a la fecha en nuestra

sociedad.

Por otra parte es importante comprender la función que se asigna a los

derechos humanos en la sociedad mexicana: “Contribuir al desarrollo integral de la

persona. Delimitar, para todas las personas, una esfera de autonomía dentro de la

cual puedan actuar libremente, protegidas contra los abusos de autoridades,

servidores públicos y de particulares. Establecer límites a las actuaciones de todos

los servidores públicos, sin importar su nivel jerárquico o institución

gubernamental, sea Federal, Estatal o Municipal, siempre con el fin de prevenir los

abusos de poder, negligencia o simple desconocimiento de la función. Crear

159

canales y mecanismos de participación que faciliten a todas las personas, tomar

parte activa en el manejo de los asuntos públicos y en la adopción de las

decisiones comunitarias” (PNDH, 2014).

Con el fin de comprender el vínculo que tiene la temática de mobbing con

los derechos humanos, se mencionan puntualmente aquellos que denotan

implicaciones para las conductas y resultados de las prácticas de acoso laboral.

Lo que se refiere al concepto de generación está relacionado con la temporalidad

o alcance social que tienen.

Cuadro No 1 Derechos Humanos

Etapa de surgimiento Derecho Humano

Primera generación Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, ni se le podrá ocasionar daño físico, psíquico o moral. Nadie puede ser molestado arbitrariamente en su vida privada, familiar, domicilio o correspondencia, ni sufrir ataques a su honra o reputación.

Segunda generación Toda persona tiene derecho al trabajo en condiciones equitativas y satisfactorias.

Tercera generación La coexistencia pacífica. El entendimiento y confianza.

Fuente: http://www.cndh.org.mx/Que_Son_Derechos_Humanos

El siguiente ingrediente a comprender es el de mobbing, GIMENO (2004)

citando a Heinz Leymann quien fue pionero en este tipo de estudios, define como:

“…aquel fenómeno en que una persona o grupo de personas ejerce una

violencia psicológica extrema, de forma sistemática y recurrente – al menos una

vez por semana –durante un período prolongado- sobre otra persona en el lugar

de trabajo, con la finalidad de destruir las redes de comunicación de la víctima o

víctimas, destruir su reputación, perturbar el ejercicio de sus labores y lograr

finalmente que esa persona o personas acaben abandonando el lugar de

trabajo.”(p.63)

Es así que, es posible establecer la relación directa entre la violación de

los derechos humanos a partir de someter a los individuos a acciones de acoso

laboral; situación que puede como más grave cuando se desarrolla en

instituciones de carácter público.

160

MUJER Y TRABAJO EN NUESTRO PAÍS.

A pesar de los esfuerzos normativos que se han realizado en el sentido de

construir la equidad de género en nuestro país se dista de un escenario ideal.

Hasta el momento, la cultura dominante busca siempre burlar cualquier norma

legal para terminar imponiendo prácticas ancestrales de desigualdad, un ejemplo

reciente lo tenemos en el caso de las “juanitas” en la Cámara de Diputados. Caso

que tuvo que ser ventilado en los medios para poder superar la situación donde

dada la cuota de género obligatoria impuesta a los partidos, se dieron a la tarea de

poner presentar formulas con suplentes hombres para que una vez electas las

mujeres, éstas renunciaran dejando la titularidad a los varones.

En el mundo del trabajo, es incuestionable el crecimiento en la

participación de la mujer. Lo que puede ser cuestionado es que aun su situación

sigue siendo de desventaja y vulnerabilidad, como evidencia se tiene el estudio

realizado por INEGI (2014) donde se muestra la situación de los hombres y las

mujeres en nuestro país, pero es de llamar la atención que contenga un capítulo

especial dedicado a la violencia contra la mujer y dentro de él se hable de la

violencia en espacios laborales como un fenómeno recúrrete.

En un artículo escrito por Granados (2010) se citan la declaración del

responsable de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social quien menciona que:

“Las prácticas de discriminación, hostigamiento y precarización social laboral

constituyen el panorama de las mujeres trabajadoras en México, quienes suman

más de 18 millones y representan casi 40 por ciento de la población económica

del país¨

Y agrega: “No obstante que la Ley General de Igualdad entre Hombres y

Mujeres ordena promover la incorporación equitativa de las mujeres en el mercado

laboral, cifras de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS) y del Instituto

Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señalan que actualmente, 55 por

ciento de las mujeres que trabajan reciben ingresos inferiores a los dos salarios

161

mínimos, mientras que la proporción de hombres con sueldos similares es de 38.8

por ciento.”

Para finalizar mencionando que “…la Comisión Económica para América

Latina y el Caribe (CEPAL) señala que mientras el 5.2 por ciento de los

trabajadores varones llega a puestos directivos, apenas el 3.9 por ciento de las

mujeres lo logra”

Aparte de lo descrito, es posible sumar dos condiciones que cada vez

quedan más al descubierto –no tanto por ser denunciadas- sino por ser menos

aceptadas en los parámetros establecidos por organismos internacionales

dedicados a normar el trabajo; se trata de la discriminación y la agresión (física o

psicológica) que son algo común en los espacios laborales de nuestro país.

Incluso en las instituciones de educación superior (Méndez, 2007 y 2009).

El estudio sobre la situación de hombres y mujeres en México publicado

por INEGI (2014) abona a lo que prevalece “De las mujeres de 15 años ocupadas

en el país, 3.8 millones (lo que representa 20.6 por ciento) declararon haber

sufrido algún incidente de discriminación en su trabajo en los últimos 12 meses

previos a la entrevista. Por grupos de edad se muestra que son las de 35 a 44

años quienes registraron la mayor proporción de este tipo de agresión, con 23 %

le siguen las de los rangos anteriores (15 a 34) con prácticamente 22% en cada

caso. En último lugar se ubican las mujeres de 45 y mas años con 16 por ciento.”

p. 113

En este mismo documento, se pueden encontrar otros aspectos relevantes

que nos completan el escenario, por ejemplo con relación al por qué las mujeres

no denuncian situaciones que son atentatorias de su integridad (física y

psicológica) dieron respuestas que pueden vincularse directamente con el

fenómeno de mobbing, entre estas se tienen: por no tener pruebas, tener miedo al

agresor, desconfianza en la autoridad, pérdida de tiempo, trámites largos y

difíciles, actitud hostil de la autoridad, por miedo a que la extorsionen.

162

Es así que si tomamos en cuenta el listado de derechos humanos y los

relacionamos con los motivos que esgrimen las mujeres para no denunciar, es

posible encontrar una evidente violación a sus derechos no tan sólo laborales sino

humanos.

ALTERNATIVAS CONSTRUIDAS POR EL ESTADO MEXICANO

La realidad que enfrentan las mujeres en nuestro país es cruda, es posible

hablar de condiciones donde una alerta de género tendría que estar presente en

algunos de los estados de la república mexicana, datos presentados en el Diario

El País, Granados (2014) habla de que en México se presentan diariamente cinco

muertes de mujeres debido a causas violentas.

El gobierno mexicano ha tomado ciertas acciones en el tema, más que por

prioridad nacional se ha visto compelido por condiciones externas – recordar que

este pai1s firmó los Objetivos del Milenio donde se comprometió a promover la

igualdad entre los sexos y al empoderamiento de la mujer- , por ello el Estado

mexicano ha construido respuestas normativas para transformar las condiciones

de creciente violencia que viven las mujeres en nuestro país, así para el año de

2007 publica la Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida Libre de

violencia.

Esta ley compromete a los estados federados a prevenir, sancionar y

erradicar la violencia contra las mujeres así como principios para garantizar su

acceso a condiciones de vida sin violencia. Para ello define como violencia contra

las mujeres: “Cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause

daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte

tanto en el ámbito privado como en el publico”. Se agrega algo crucial para el tema

que nos ocupa, dice de los Derechos Humanos de las Mujeres: Refiere a los

derechos que son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos

humanos universales contenidos en la Convención sobre la Eliminación de Todos

las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), la Convención sobre los

163

Derechos de la Niñez, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y

Erradicar la Violencia contra la Mujer (Belem Do Pará) y demás instrumentos

internacionales en la materia.

Finalmente se mencionan los tipos de violencia que se van a considerar,

aquí se rescatan aquellos aspectos que directamente tienen importancia para el

demo de mobbing. Como lo menciona la ley, se define como violencia psicológica:

Es cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica, que puede

consistir en: negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos,

humillaciones, devaluación, marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones

destructivas, rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas, las cuales

conllevan a la victima a la depresión, al aislamiento, a la devaluación de su

autoestima e incluso al suicidio.

Además, se define concretamente la Violencia Laboral y Docente: como

aquella que se ejerce por las personas que tienen un vinculo laboral, docente o

análogo con la víctima, independientemente de la relación jerárquica, consistente

en un acto o una omisión en abuso de poder que daña la autoestima, salud,

integridad, libertad y seguridad de la víctima, e impide su desarrollo y atenta contra

la igualdad. Puede consistir en un solo evento dañino o en una serie de eventos

cuya suma produce el daño. También incluye el acoso o el hostigamiento sexual.

Y describe puntualmente lo que se constituye como violencia laboral que

es: la negativa ilegal a contratar a la Victima o a respetar su permanencia o

condiciones generales de trabajo; la descalificación del trabajo realizado, las

amenazas, la intimidación, las humillaciones, la explotación, el impedimento a las

mujeres de llevar a cabo el periodo de lactancia previsto en la ley y todo tipo de

discriminación por condición de género.

En este punto son evidentes las condiciones de precariedad en que se

encuentra un importante sector de las mujeres que trabajan, sobre todo expuestas

a espacios laborales donde no se respetan las leyes vigentes en la materia.

164

LA SITUACIÓN INOMBRABLE.

Como se mencionó líneas antes, el mobbing tiene que ver con situaciones

de violencia que se ejercen contra un individuo; básicamente son acciones que no

dejan huella –salvo en la salud del acosado-, donde el trabajador es sometido a

condiciones que atentan contra su integridad psicológica y física.

¿Cuáles son las acciones que se realizan por medio del acoso laboral que

le hacen ser una acción violatoria de los derechos humanos? El mobbing se

desarrolla por medio de hechos permanentes o esporádicos que atentan contra la

integridad del individuo, no son visibles como un objeto pero son tangibles a partir

de su repetitividad.

Las etapas del mobbing y las fases que los especialistas (Piñuel, 2001

además de Hirigoyen, 2005) han determinado son:

Fase uno.- De conflicto.

Sin razón alguna se produce un cambio repentino en la

relación personal o profesional.

Los motivantes más frecuentes suelen ser: envidia, celos,

competitividad, disputa por ascensos, o bien la incorporación

de una nueva persona en el grupo a la que se le ve como

competidora.

La “victima” comienza a ser criticada y perseguida por la

forma de hacer su trabajo y se utilizan por parte del

“acosador” todo tipo de incidentes, tretas, calumnias y

vejaciones, tanto personales como profesionales.

Siempre hay un pretexto en el origen del mobbing.

Fase dos.- Acoso o estigmatización.

La “victima” sufre un proceso de exclusión en lo personal y

es apartada en lo social; en lo profesional se la asignan

165

tareas insignificantes o humillantes, o lo contrario se le

sobrecarga de trabajo sin sentido.

Se consolida el conflicto que se convierte en una campaña

de hostigamiento (por el jefe, los colegas o los subordinados)

El “acosador” busca en el grupo, el apoyo y la legitimación

necesaria para seguir con su violenta tarea.

El acosador se cuida de no dejar huellas. La sutileza de sus

acciones buscan que ser fácilmente identificables y por lo

tanto que la víctima no tenga pruebas.

La victima tarda tiempo en percatarse de que es tal.

Fase tres.- Intervención de las autoridades de la organización.

Ante el conflicto las autoridades suelen tomar cartas en el

asunto, sin embargo su intervención suele tener ciertas

características: son superficiales, lo tratan como una

situación personalizada o bien solo recurren al despido de la

persona “conflictiva”.

Se presenta el fenómeno de lo Piñuel (2001) denomina como

el “silencio de los corderos”. Los colegas en un principio

pudieran tratar de ser solidarios pero abandonan a la víctima

a su suerte, no vayan a ser los próximos.

La victima cae en un estado de inseguridad, se generan

sentimientos de culpabilidad y remordimiento.

Ya la víctima se encuentra fuera del control de su situación.

Se encuentra desbordada.

En este punto es cuando se manifiestan las condiciones de

deterioro de la salud en la victima.

166

Fase cuatro.- Solicitud de ayuda y Diagnóstico.

Se ha conseguido el aislamiento de la víctima y en términos

simbólicos y físicos se encuentra totalmente derrotada. A

partir de ahí viene un creciente deterioro de su salud.

Se presenta una permanente inasistencia por diversas

razones (problemas psicológicos, físicos, sociales, sociales,

familiares) y esto toma matices mas graves.

Los expertos hablan que la victima puede llegar a suicidio.

Por eso le llaman el crimen perfecto, el victimario consigue

que la victima sea su propio verdugo el jamás será

inculpado. Por ello un diagnóstico resulta crucial para

resolver adecuadamente la situación.

Es importante destacar un aspecto determinante para que se dé esta

situación de mobbing, el que las organizaciones cuenten con procesos y un clima

organizacional defectuoso o tóxico. Gimeno (2004) dice: “…numerosos casos se

producía en organizaciones demasiado pobres en su vertebración; el mismo autor

menciona que las organizaciones (…) una inadecuada gestión de la diversidad

cultural, racial, religiosa, edad…por parte de la empresa, favorecerá que se

produzcan situaciones de mobbing. A su vez, si no existe sistemas adecuados de

comunicación y de resolución de conflictos, el problema se irá autoalimentando

para convertirse en un problema secuelar. “(p.147)

CÓMO PODRÍAMOS ENFRENTAR ESTO

A este punto ya se mostró el vínculo entre el mobbing y la violación de

derechos humanos, pero no basta denunciar es importante exigir que los espacios

laborales se conviertan en territorios seguros para las mujeres, sitios libres de

violencia.

167

Como se planteó una de las primeras estrategias para acosar es aislar a la

víctima, Gimeno (2004) “… su finalidad es la de destruir las redes de

comunicación de la víctima o víctimas, destruir su reputación, perturbar el ejercicio

de sus labores y lograr finalmente que esa persona o personas acaben

abandonando el lugar de trabajo. En realidad, con la primera parte Leymann

establece el mecanismo (destruir redes de comunicación, su reputación, perturbar

el ejercicio de sus labores), y a continuación establece la finalidad del mobbing,

que termine abandonando el lugar de trabajo. A mi modo de ver es absolutamente

primordial no perder de vista este último extremo -circunstancia que en algunos

intentos de definición ha ocurrido-, pues el mobbing en su devenir no es casual,

busca un objetivo, es tendencioso.” (p. 97-98)

Frente a esta situación la Ley de Acceso de las Mujeres a una vida libre de

violencia (2007) hace una serie de recomendaciones que deben cumplir las

organizaciones:

Reivindicar la dignidad de las mujeres en todos los ámbitos de la vida;

Establecer mecanismos que favorezcan su erradicación en escuelas y

centros laborales privados o públicos, mediante acuerdos y convenios con

instituciones escolares, empresas y sindicatos;

Crear procedimientos administrativos claros y precisos en las escuelas y los

centros laborales, para sancionar estos ilícitos e inhibir su comisión.

Luego entonces las estrategias organizacionales deben vertebrarse en

dos líneas, la educación de las personas que conviven al interior y el

fortalecimiento de la comunicación interna en las organizaciones. Para ello se

retoman las propuestas hechas por la ley citada (2007):

Impulsar y fomentar el conocimiento y el respeto a los derechos humanos

de las mujeres;

Transformar los modelos socioculturales de conducta de mujeres y

hombres, incluyendo la formulación de programas y acciones de educación

formales y no formales, en todos los niveles educativos y de instrucción,

168

con la finalidad de prevenir, atender y erradicar las conductas

estereotipadas que permiten, fomentan y toleran la violencia contra las

mujeres;

Educar y capacitar en materia de derechos humanos al personal encargado

de la procuración de justicia, policías y demás funcionarios encargados de

las políticas de prevención, atención, sanción y eliminación de la violencia

contra las mujeres;

Educar y capacitar en materia de derechos humanos de las mujeres al

personal encargado de la impartición de justicia, a fin de dotarles de

instrumentos que les permita juzgar con perspectiva de género;

Brindar los servicios especializados y gratuitos para la atención y protección

a las víctimas, por medio de las autoridades y las instituciones públicas o

privadas;

Fomentar y apoyar programas de educación pública y privada, destinados a

concientizar a la sociedad sobre las causas y las consecuencias de la

violencia contra las mujeres;

Diseñar programas de atención y capacitación a víctimas que les permita

participar plenamente en todos los ámbitos de la vida;

Vigilar que los medios de comunicación no fomenten la violencia contra las

mujeres y que favorezcan la erradicación de todos los tipos de violencia,

para fortalecer el respeto a los derechos humanos y la dignidad de las

mujeres;

Garantizar la investigación y la elaboración de diagnósticos estadísticos

sobre las causas, la frecuencia y las consecuencias de la violencia contra

las mujeres, con el fin de evaluar la eficacia de las medidas desarrolladas

para prevenir, atender, sancionar y erradicar todo tipo de violencia;

Publicar semestralmente la información general y estadística sobre los

casos de violencia contra las mujeres para integrar el Banco Nacional de

Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres;

169

Promover la inclusión prioritaria en el Plan Nacional de Desarrollo de las

medidas y las políticas de gobierno para erradicar la violencia contra las

mujeres;

Promover la cultura de denuncia de la violencia contra las mujeres en el

marco de la eficacia de las instituciones para garantizar su seguridad y su

integridad, y

Diseñar un modelo integral de atención a los derechos humanos y

ciudadanía de las mujeres que deberán instrumentar las instituciones, los

centros de atención y los refugios que atiendan a víctimas.

Además, se propone definir en las políticas educativas los principios de

igualdad, equidad y no discriminación. Sin duda todo ello lo hemos escucha en los

discursos y lo leemos en los documentos oficiales pero eso no ha sido suficiente.

Cada organización debe tomar conciencia del enorme costo social y humano que

tiene esta situación de violencia laboral contra las mujeres y asumir políticas

organizacionales específicas que con determinación la resuelvan de fondo.

Debemos educarnos y fortalecer los vínculos de comunicación que impidan que se

presente el primer paso del acoso: cortar los lazos de comunicación de la víctima.

Y para finalizar es importante decir que sí lo anterior no funciona, debemos hacer

lo que han hecho otros países: aplicar fuerte sanciones -económicas y corporales-

a quienes permiten y realizan mobbing.

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172

UNA UNIVERSIDAD PATRIARCAL:

LA AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA

Aidé Grijalva43

INTRODUCCIÓN

La participación de la mujer mexicana en la vida académica y universitaria

es un fenómeno relativamente reciente. Aunque parezca un lugar común, hay que

señalar que hace menos de medio siglo, en la provincia como se le denomina en

la capital de México al resto del país, las opciones para las mujeres que deseaban

ir más allá de la educación básica eran el magisterio, la contaduría privada, la

enfermería y la carrera secretarial. Como afirma un estudioso a propósito “los

datos históricos muestran que no hace muchos años el rezago y la escasa

participación de las mujeres formaba parte de lo cotidiano” (Osorio, 2005: 146).

La ausencia de universidades es indiscutiblemente una de las razones,

pues las instituciones de educación superior estaban localizadas en las principales

ciudades de la república mexicana: Ciudad de México en el centro, Guadalajara en

el occidente y Monterrey en el norte. En éstas, parafraseando a Graña, las

mujeres universitarias eran un puñado de náufragas en un océano masculino

(Graña, 2008: 77).

Esta situación se modificó drásticamente a partir de la década de 1970,

cuando el Estado mexicano fomentó el desarrollo de las universidades públicas

estatales. Una consecuencia inmediata fue la incorporación paulatina de la mujer

en la vida académica tanto dentro de las universidades estatales como en los

centros públicos de investigación (Galaz et al., 2009). En este caso, hablaremos

específicamente del caso de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC),

la universidad pública estatal del estado de Baja California, la entidad que ocupa la

parte norteña de la península de Baja California.

43

Instituto de Investigaciones Sociales-UABC

173

Fundada oficialmente en 1957, por un decreto gubernamental, después de

unos inciertos primeros pasos, la UABC se consolidó en los últimos 35 años y

presume ser una de las diez primeras universidades públicas mexicanas. Tiene

unidades académicas distribuidas por todo el estado. Sus campus principales

están en Mexicali, Tijuana y Ensenada. En Tecate-Valle de las Palmas, San

Quintín, San Felipe y en el valle de Mexicali tiene abiertos pequeños centros

universitarios, en un afán por estar presente en todos los núcleos de población, en

un estado que tiene deshabitado gran parte de su extensión territorial, pues el

92% de su gente vive en las ciudades localizadas en la zona fronteriza colindante

con Estados Unidos, lo que le da un perfil urbano a la entidad (Véase mapas).

(Mapa de la península de Baja California y del noroeste de México)

Mapa con las poblaciones en donde están las instalaciones de la UABC (Elaboración: Eduardo Medina Gutiérrez).

Desde entonces, la UABC es la institución

que atiende la principal demanda de carreras

universitarias en el estado, independientemente de

la existencia de otras instituciones de educación

174

superior como los tecnológicos y del surgimiento descontrolado de universidades

privadas cuyas ofertas educativas son limitadas.

FEMINIZACIÓN DE LA MATRÍCULA UNIVERSITARIA

Al hacer una revisión de las series históricas referentes a su matrícula

escolar, sorprenden varios aspectos: el primero, la duplicación en los últimos siete

años del número de alumnos admitidos pues en el año 2007 la cifra fue de 38 mil

alumnos y según los datos a octubre de 2014, éstos ascienden a más de 61 mil

(Véase gráfica).

La Segunda sorpresa es la que sucede al desagregar los datos, y

percatarnos que ahora la población estudiantil femenina rebasa a la masculina. De

acuerdo a Osorio (2005), según información proporcionada por la ANUIES, si en

1970 solo el 17% de la matrícula universitaria correspondía al sexo femenino, a

partir de la siguiente década, ésta se incrementó cada quinquenio en casi cinco

puntos, por lo que para 2002 era ya el 48% del total de los estudiantes

universitarios mexicanos (Osorio, 2005: 146). El caso de la UABC es ejemplar

pues de acuerdo a las siguientes gráficas, podemos afirmar que el aumento de la

matrícula ha repercutido en una feminización del perfil estudiantil de la UABC,

fenómeno al parecer no exclusivo de esta universidad pública estatal ni de México,

175

pues la feminización de todas las carreras universitarias es un proceso irreversible

en el mundo occidental (Graña, 2008: 77).

176

Pero no solo eso, al examinar el índice de reprobación, encontramos que

los hombres tienen índices más altos que el de las mujeres. Las mujeres no solo

tienen acceso a todas las carreras universitarias sino que además suelen ser

mejores estudiantes. (Graña, 2008: 78). A pesar de los datos contundentes, las

estudiantes mujeres consideran que obtienen mejores calificaciones por ser más

empeñosas y se sienten inseguras en el momento de los exámenes. En cambio,

los varones exitosos consideran que eso se debe a sus mejores capacidades.

“Esta auto-inferiorización es congruente con la mayor inclinación femenina por

profesiones de estatus social inferior; lo que es una anticipación a las dificultades

en la inserción profesional (Graña, 2008: 80).

FEMINIZACIÓN DE LA MATRÍCULA VS PROFESIÓN ACADÉMICA

UNIVERSITARIA FEMENINA

Lo anterior implica el aumento de un mercado profesional feminizado que

demandará espacios laborales, uno de ellos el académico. El crecimiento de la

población femenina en la educación superior en México podría hacer parecer que

las condiciones y posibilidades de desarrollo al alcanzar este nivel educativo son

177

ahora casi iguales para hombres que para mujeres (Osorio, 2005: 146) y que la

discriminación sexista en las universidades es cosa del pasado. Sin embargo, hay

indicios de que esto no es así. Por ejemplo, al comparar las cifras de estudiantes

universitarias con el de las profesoras de tiempo completo (PTC) de la misma

UABC, observamos que la profesión académica universitaria aún es un sector

indirectamente vedado para el sector femenino.

Al analizar la cifra de los profesores de tiempo completo (PTC) de la

misma institución, nos encontramos que de un total de 1 221, solo 500 (41%) son

mujeres y 721 (59%) son hombres, lo que nos habla de que el perfil del

profesorado de esta universidad tiende hacia un predominio masculino. Al

desagregar esta información por campus, encontramos que en uno de ellos,

Ensenada, la proporción es del 37% de PTC mujeres vs. 63% hombres. En esta

ciudad, puerto del Océano Pacífico, es en donde se realiza la investigación

relacionada con las ciencias del mar, pues ahí se encuentran el Instituto de

Investigaciones Oceanológicas y las escuelas en donde se forman a los físicos,

biólogos, matemáticos, oceanólogos, además de ingenieros y arquitectos.

En México ha habido una trayectoria ascendente femenina porque si hasta

principios de 1980, el ingreso de las mujeres a la profesión académica

correspondía al 26.5%, en la siguiente década ésta se incrementó en más de diez

puntos porcentuales y desde los noventa el ingreso a la profesión se ha mantenido

en una proporción de cuatro mujeres por cada diez académicos. Esto significa que

actualmente de cada cien académicos que ingresan el 40% son mujeres (Osorio y

Martell, 2009).

Galaz et al. (2009) corroboran lo anterior, al señalar mientras que en 1992

el 30.9% de los PTC en las IES mexicanas eran mujeres, para 2007 tal porcentaje

había aumentado a 35.7%. Más aún, mientras que hasta 1982, el 25.9% de los

nuevos PTC o medio tiempo eran mujeres, hacia el periodo 1999-2007 tal

porcentaje aumentó a 40.7%. Como constatamos, para el caso de la UABC, el

comportamiento es muy cercano a la media nacional (Galaz et al., 2009).

178

Esta desventaja femenina laboral se repite con los profesores de tiempo

parcial, PTP, como se designa en la UABC a los profesores de asignatura ya que

de un total de 5 397, más de la mitad, 3 238 (60%) son hombres y el resto, 2 159

(40%) son mujeres. Gabriela Delgado informa que en 1995, del total de

académicas en la UNAM, el 50% estaban contratadas por horas asignaturas, el

30% de medio tiempo y el 20% de tiempo completo mientras que el porcentaje de

varones con definitividad era mayor que el de mujeres (Delgado, 2001: 61-74). El

número, cada vez más grande, de mujeres en bajas posiciones ha provocado el

179

reclamo de éstas por su condición de temporales (de tiempo parcial o medio

tiempo) y de asistentes durante muchos años para que se considere seriamente

su definitividad o promoción, a pesar de contar con estudios de posgrado,

incluyendo doctorados y su producción académica sea constante (Rivera: 2004:

5). En el Instituto de Investigaciones Oceanológicas de la UABC existe el caso de

técnicas académicas con doctorado que no logran su incorporación como PTC.

Un aspecto relevante del estudio sobre las mujeres en la educación

superior en México es el análisis del proceso de incorporación femenina a la

docencia e investigación universitaria, para explicar cómo se ha llevado a cabo

éste y detectar cuáles han sido los obstáculos y logros que han tenido que

enfrentar las académicas al interior de las universidades (Rivera, 2004:1). Cuando

revisamos la distribución de esos PTC por áreas de conocimiento, encontramos

180

que el predominio masculino se da precisamente en aquellas relacionadas con las

ciencias exactas, como nos lo muestra la siguiente gráfica:

(Fuente: UABC en Cifras. Coordinación de Planeación y Desarrollo Institucional. Elaborado por Eduardo Medina Gutiérrez).

Las áreas de las ciencias exactas están dominadas por PTC hombres,

algo que es una tendencia común en otras IES mexicanas. En los 36 países para

los cuales UNESCO contaba con información estadística por sexo y por área

desde 1985, los varones predominan en ingeniería, tendencia que se verificaba

igualmente en la mayoría de estos países para arquitectura, matemáticas, derecho

y ciencias naturales.

En la UABC, al revisar los números absolutos, nos percatamos de casos

particulares como el de las escuelas de Deportes, donde el personal académico

femenino es mínimo. Solo dos PTC mujeres, una con licenciatura y otra con

doctorado, ambas adscritas a la unidad académica de Mexicali. En las de Tijuana

y Ensenada no hay ningún PTC mujer.

181

El asalto de las mujeres a las carreras universitarias masculinas, de la que

nos habla François Graña (2008) en un estudio sobre la Universidad de Uruguay

aún no se refleja en la UABC y podemos afirmar que la presencia de las mujeres

en el claustro académico suele ser variado (Osorio y Martell, 2009). “Ellas se

siguen orientando preferentemente hacia las letras y las “humanas”, en tanto que

las disciplinas científicas permanecen predominantemente masculinas” afirma

Graña (2008, 80).

Las mujeres académicas suelen inclinarse por aquellas áreas del

conocimiento que prolongan roles maternales y domésticos vinculados al cuidado

del cuerpo y de la mente: educación, salud y carreras sociales (Leonard

2001:124). La progresión histórica de la feminización de la matrícula escolar

universitaria no ha modificado estos sesgos; la distinción entre carreras más

“femeninas” y otras más “masculinas” sigue siendo tan neta en 2014 como en

1974. Podemos así concluir que el incremento del acceso femenino a la

universidad no conduce por sí mismo a una distribución homogénea de ambos

sexos en las diversas orientaciones (Graña: 2008, 81).

El caso que nos ocupa confirma dicho aserto, pues Enfermería tiene más

del 80% de sus PTC femenino, y es el 75% en Pedagogía, Medicina y

Gastronomía., aunque llama la atención que sea el 76.47% en la de Ingeniería y

Negocios de Tecate.

182

(Fuente: UABC en Cifras. Coordinación de Planeación y Desarrollo Institucional. Elaborado por Eduardo Medina Gutiérrez).

(Fuente: UABC en Cifras. Coordinación de Planeación y Desarrollo Institucional. Elaborado por Eduardo Medina Gutiérrez).

Extraña la poca participación femenina como profesionales académicas en

el terreno de las Artes. La UABC abrió hace diez años escuelas de artes en sus

tres principales campus, en donde se imparten las carreras de danza, medios

183

audiovisuales y artes plásticas. Podríamos decir que no se trata de un campo

usualmente masculino, pero en la UABC presenta esa particularidad, compitiendo

con el perfil de los PTC del Instituto de Investigaciones Oceanológicas. Incluso, en

una de las unidades, la de Mexicali, no hay ningún PTC femenino y en las

ubicadas en Ensenada y Tijuana solo hay una en cada unidad, mientras que hay

15 PTC hombres repartidos en las escuelas de artes de los tres campus.

Sin embargo, las cifras globales tienden a engañar, pues éstas encubren

la reproducción de disparidades, como es el caso de las artes, englobadas dentro

del área de las humanidades. Eso lo podemos comprobar a continuación cuando

hacemos el análisis por áreas de conocimiento:

EL CAPITAL CULTURAL INSTITUCIONALIZADO

184

Es importante identificar los tipos de capital con los que participan

hombres y mujeres dentro de las reglas del juego de la profesión académica en

México, con el propósito de objetivar la existencia de condiciones de inequidad de

género en la cotidianeidad del trabajo académico, las cuales pueden afectar a las

mujeres en su desarrollo profesional (Osorio y Martell, 2009). Entre los indicadores

del capital cultural institucionalizado que han adquirido los académicos están los

grados y reconocimientos otorgados por instituciones oficiales, además de la red

de relaciones que establecen los académicos con sus pares, sobre todo en las

actividades de investigación como indicadoras de capital social. (Osorio y Martell,

2009).

Resultado de la intensa campaña llevada a cabo por la UABC en los

últimos diez años, gran parte de sus PTC han realizado estudios de posgrado, la

mayoría en la misma institución. El mayor número de doctores son hombres

mientras que predominan los PTC mujeres con maestría.

(Fuente: UABC en Cifras. Coordinación de Planeación y Desarrollo Institucional. Elaborado por Eduardo Medina Gutiérrez).

185

LAS MUJERES Y LA PROFESIÓN ACADÉMICA EN MÉXICO Y EN LA UABC

Los estudios sobre la profesión académica femenina en México no son

recientes. Desde la década de 1980, a raíz de la participación de la mujer como

académica, principalmente en el ámbito universitario público, se dieron a conocer

las primeras indagaciones y reflexiones sobre este fenómeno. El trabajo pionero

de Mercedes Carrera (1985) abrió brecha. Le siguieron muchos más al punto que

actualmente existe una abundante bibliografía sobre este tema, en el que se

abordan una multiplicidad de aspectos del mismo. Elva Rivera Gómez publicó en

el 2004 un aleccionador trabajo en el que hizo un balance historiográfico sobre el

estado que guardaban los estudios sobre las académicas e investigadoras de las

universidades públicas de México durante los últimos 25 años del siglo XX.

Una buena parte de estos trabajos, además de describir el fenómeno, ha

tenido un enorme interés en detectar ciertas prácticas y actividades que pasan

inadvertidas o que forman parte de los usos y las costumbres de una institución

universitaria, que menoscaban las posibilidades del desempeño profesional de las

mujeres. Los estudios sobre las mujeres, en este sentido nos hablan de

discriminación, sexismo en la ciencia y en la docencia universitaria (Rivera: 2004,

2). Se habla de ciertas normas, de reglas de juego, de usos y costumbres que son

aceptadas tácitamente pero que “dificultan más la visibilidad de la subordinación y

desigualdad” (Graña, 2004).

Aunque formalmente en las universidades no existe la discriminación

debido a la igualdad jurídica (derechos y obligaciones), en los hechos, en la vida

personal de las mujeres investigadoras salta el tema de la doble jornada femenina,

ya que éstas, con muchas dificultades, logran conciliar la vida familiar y la

profesional. Mercedes Carreras, quien en 1985 realizó un estudio pionero acerca

de las académicas universitarias en la UNAM, señala que los factores que podrían

interpretarse como discriminatorios en el designio académico laboral de las

mujeres de la UNAM, se encuentran en esferas que se interrelacionan como son

la familiar, la cotidiana y la generacional. En otros trabajos sobre las profesoras

universitarias analiza la situación de las docentes universitarias a nivel nacional en

186

lo relativo a la contratación laboral de las mujeres respecto a los docentes, así

como los estudios de posgrado realizados por las académicas (Carreras, 1989a y

1989b).

En la UABC, la situación no difiere mucho del entorno nacional. A pesar

del contexto fronterizo y de la cercanía a una potencia mundial como es Estados

Unidos, la resistencia y discriminación se manifiesta en otros niveles. Uno de ellos,

la ausencia total de una política institucional sobre género, pues ha habido una

negativa de las autoridades universitarias por discutir este tema, a pesar de la

existencia de lineamientos nacionales al respecto, como es el caso de las

recomendaciones hechas por la ANUIES a las IES en México.

Lo cierto es que tal como lo establece Rivera en su estudio, la

incorporación de los estudios de la mujer y/o de género en las universidades

aparece como iniciativas individuales o de pequeños grupos. Lo interesante de

esta integración es que siempre se inicia en las universidades públicas (Rivera:

2004, 3). Bajo estos ejes se inician los procesos de institucionalización de los

Estudios de la Mujer en México. .

.A pesar de las dificultades y obstáculos, la representación del género

femenino en la profesión académica en México ha mantenido desde hace 25 años

una tendencia ascendente, con una proporción actual muy semejante a los países

de la Unión Europea, donde la población femenina de la planta académica es de

34.8% y en Estados Unidos con 36.3% (Glover y Parsad; 2002). En México es de

37.1% para el género femenino.

Parafraseando a Galaz et al. (2009) preguntamos: ¿Quiénes son las

académicas mexicanas? Un mosaico; diversidad ordenable pero no de cualquier

manera, sujetos y actores pero también espectadores y rehenes de fuerzas

ajenas. Una profesión en construcción que, mientras se construye, ha de generar

condiciones para reconfigurar lo que aún no se solidificado.

La profesión académica en México aún tiene por delante una gran

cantidad de retos. Por lo pronto, en la UABC se debe trabajar por el

187

establecimiento de una política institucional sobre los estudios de género, una

carencia insostenible.

REFERENCIAS

Carreras, M. (1985), “El personal académico femenino en la UNAM.”, II Foro

Universitario de la Mujer, México, UNAM.

__________, 1989a. “Las profesoras universitarias.”, Seminario sobre la

participación de la mujer en la vida nacional, México, UNAM, pp. 353-378.

__________, 1989b. Docencia Universitaria sobre la problemática femenina.

Posibilidades y obstáculos. México: Universidad Nacional Autónoma de

México.

Delgado B., G. (2001), “Resignificando la condición de las mujeres académicas de

la UNAM,” E Zapata M., V. Vásquez G., y P. Alberti M. (coords.), Género,

feminismo y educación superior. Una visión internacional. México, Colegio

de Posgraduados-MIAC-ANUIES, pp. 61-74.

Galaz, F. J. (1999), “Notas para una agenda de investigación sobre el académico

en educación superior”, Sociológica, año 14, núm. 41, pp 13-43.

Galaz, F. J., Padilla L, Gil M, y Sevilla J. (2009), “La profesión académica en

México: Un oficio en proceso de reconfiguración” en Revista Electrónica de

Investigación Educativa, vol. 11, núm. 2.

Glover, D y Parsad, B. (2002). The gender and racial/ethnic composition of

postsecondary instructional faculty and staff, 1992-1998, NCES.

188

Graña, F. (2008), “El asalto de las mujeres a las carreras universitarias

masculinas, cambio y continuidad en la discriminación de género”, Praxis,

núm. 12, pp. 77-86.

_____________ (2004), “Ciencia y tecnología desde la perspectiva de género”,

Documento de trabajo editado por la Facultad de Humanidades y Ciencias

de la Educación (UDELAR, Montevideo); informe de avance del proyecto

“Constitución y reproducción de estereotipos masculinos en el aula”.

Leonard, D. (2001), “Tendencias en la educación superior en Inglaterra desde una

perspectiva de género”, E. Zapata M. E., V. Vázquez G., P. Alberti M.,

(coord.), Género, feminismo y educación superior. Una visión internacional,

México, Colegio de Posgraduados-MIAC-ANUIES, pp. 111-133.

Osorio Madrid, J. R. y F. de M. Martell I. (2009), “Participación femenina en la

profesión académica en México”, Memoria del X Congreso Nacional de

Investigación Educativa. Consejo Mexicano de Investigación Educativa

(COMIE).

______________ (2005), “Las mujeres investigadoras en educación; sus logros y

sus retos, Revista de Estudios de Género. La ventana, núm. 21.

Rivera Gómez, E. (2004), “Género, educación y universidad. Un acercamiento a la historiografía de México” en Diálogos: Revista electrónica de historia, vol. 5, núm. 1-2.

189

UN ESBOZO DE LAS MUJERES EN LA UABC

FACULTAD DE DERECHO MEXICALI

Sergio Gilberto Capito Mata44

Marina Gisela Hernández García45

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo busca conocer la equidad de género dentro de la

Universidad Autónoma de Baja California, y en específico en la Facultad de

Derecho Mexicali, desde el ámbito escolar, docente y administrativo, con el

objetivo de establecer criterios normativos y de procedimientos que perneen en las

buenas prácticas de las garantías individuales de las mujeres que se desarrollan

en la educación superior en esta unidad académica.

Es importante establecer desde un inicio la determinaciónn de género,

señalar algunos precedentes normativos en la legislación nacional, a modo de

ubicar a la mujer como una persona de derechos y obligaciones igual a sus

semejantes y la cual por ningún motivo susceptible de discriminaciónn.

Ubicaremos la participación de las mujeres en el desarrollo histórico de la

Facultad de Derecho Mexicali de la UABC, para llegar al análisis estadístico de las

féminas que directa e indirectamente participan en el proceso de educación

superior, tomando datos de instituciones como la Asociación Nacional de

Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), así como de los

proporcionados por la institución, por cuanto hace a la matrícula escolar, número

de docentes, personal administrativo y directivos, desde el punto de vista de su

género.

Una vez conocida la estadística en la facultad de derecho Mexicali, se

reflexiona la problemática, que representa la disparidad en cuanto al número que

de ellas participa en las distintas actividades de la Educación Superior, además de

44

[email protected] 45

[email protected]

190

la necesidad de establecer parámetros normativos que nos marquen la paridad

respecto del género, sus prerrogativas por su condición, protocolos anti bullying o

de acoso sexual y laboral, así como la falta de lineamientos a seguir en caso de

embarazo en las estudiantes, que afecten su normal desarrollo educativo, para

que no exista ningún tipo de discriminación o vulnerabilidad hacia su género, y con

ello se afecte su normal desarrollo dentro del entorno educativo, laboral y

profesional en el cual se desenvuelven, a modo conclusivo.

No está por demás, resaltar nuestro interés para continuar en un próximo

trabajo con este interesante ejercicio no sólo en la Facultad de Derecho Mexicali,

sino en todo el campus, y con una visión a toda la Universidad Autónoma de Baja

California, para conocer el estatus de sus mujeres que participan en el proceso de

educación superior en una de las universidades más importantes del país.

GÉNERO, IGUALDAD Y GARANTISMO, PUNTUALIZACIONES

El género son todas aquellas características, atributos y distinciones que

cada sociedad etiqueta para hombres y mujeres. Lo que genera que estas

diferencias distingan a unos de otros.

Ahora bien, podemos abundar un poco más sobre el género, por ejemplo:

(Lamas, Marta, prólogo en Amorós, Celia, 1994), “el género es la manera en que

cada sociedad simboliza la diferencia sexual y fabrica las ideas de lo que deben

ser los hombres y las mujeres, de lo que es propio de cada sexo”.(pág. 14), quien

nos establece de manera más clara aquellas características propias de mujeres y

hombres y que los distinguen unos de otras no sólo desde un plano afectivo sino

también sexual.

De esta manera podemos establecer que si bien es cierto que existen

diferencias entre hombres y mujeres, también es cierto que ambos suelen ser un

complemento, que tanto uno como otro tiene fortalezas y debilidad, y que no debe

ser preponderante las debilidades de uno de ellos para cometer abusos o pisotear

191

sus derechos, sino al contrario, establecer las formas y parámetros de resaltar sus

fortalezas en una paridad de género para beneficio de ambos, esto traducido a

una competencia justa entre pares.

Alda Facio (1962), apunta que hay que “democratizar el derecho” y “uno

de los primeros pasos para identificar como opera el sexismo en nuestra vida es

reconocer aquello que ejerce la subordinación de la mujer, su infravaloración,

discriminación y opresión que existe en todo quehacer humano”, advierte que “al

tomar y asumir la responsabilidad de reconocer las inequidades, el sexismo y la

discriminación, existirá la imperante necesidad de eliminarlo de nuestras vidas

mediante un trabajo colectivo”, (pág. 64). Consideraciones importantes que nos

dan una visión más clara para situar a las mujeres en los diversos planos de la

educación superior como estudiantes, profesoras, administrativas o directivas, y

no sólo como amas de casa.

Cabe agregar lo citado por Teresita de Barbieri (1998), “se considera a la

actividad extradoméstica de las mujeres como el elemento necesario para la

emancipación, el logro de la autonomía y la maduración como seres humanos;

asimismo se le ha supuesto desencadenante de procesos que invaden esferas de

la vida individual y social: la reproducción biológica, la formación y disolución de

parejas, la educación de los hijos, el consumo, y la participación social y política”

(pág. 24), por lo tanto su participación en los últimos años se ha visto

incrementada no sólo en cantidad sino que también han demostrado calidad, y

digno de mencionarse sin dejar atrás aquellas laborares que por costumbre les

son atribuidas, por lo tanto no sólo trabajan, estudian, son madres, empresarias y

desde luego importantes ejecutivas.

No podemos dejar de mencionar lo establecido por el artículo 1º

constitucional, donde se garantiza el derecho en general a la no discriminación,

“Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el

género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud,

la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra

que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los

192

derechos y libertades de las personas”, y mucho menos lo establecido en el

artículo 4º también de nuestra carta magna, donde se consigna a que toda la

normatividad que se promulgue y aplique en el país garantice la igualdad jurídica,

“El varón y la mujer son iguales ante la ley. Ésta protegerá la organización y el

desarrollo de la familia”. Patricia Olamendi (2009) opina que esto “no significa que

hombres y mujeres tengan que convertirse en lo mismo, sino que sus derechos,

responsabilidades y oportunidades no dependerán del hecho de haber nacido

hombre o mujer” (pág.39).

NUESTRA HISTORIA FACULTAD DE DERECHO MEXICALI Y SUS MUJERES

Se remonta al años de 1959 y 1962, toda vez que mediante gestiones ante

las instancias de gobierno, la Federación de Estudiantes Universitarios de Baja

California vislumbra el objetivo de contar con una licenciatura en derecho, que

contribuyera a en la formación de profesionistas de la entidad para cubrir con la

creciente demanda de abogados, que logra su objetivo ya para el año de 1973,

cuando es aprobado por el consejo universitario en la Ciudad de Tijuana, Baja

California, la carrera de derecho en la unidad Mexicali.

A partir de esa fecha (1973) la administración de la FDM fue ocupada por

hombres, a partir del año de 1987, se crean las subdirecciones académicas, y la

Doctora Marina del Pilar Olmeda García (1981-1987), es la primera en establecer

el primer precedente de una mujer en un cargo directivo, posteriormente este

cargo también fue ocupado en dos ocasiones por la Maestra Evangelina Flores

Preciado, quien también estuvo en el área administrativa.

Ya para el año de 1992, nuevamente una mujer ocupa la subdirección

siendo la Doctora María Aurora Lacavex Berumen, sembrando así los primeros

esfuerzos por una equidad de género, frutos que se ven reflejados hasta el año

2000, cuando esta última es designada Directora de la Facultad de Derecho

Mexicali, y es la primer y última mujer en ostentar este importante cargo, el cual

ocupo en dos ocasiones.

193

Cabe considerar que la presencia femenina de la Facultad de Derecho, ha

destacado en el ámbito institucional de la UABC, con la participación de dos

académicas la doctora Marina del Pilar Olmeda García quien atendió tres

importantes áreas de la vida universitaria durante tres periodos rectorales, la

coordinación institucional de planeación, la dirección general de recursos humanos

y la dirección general de asuntos académicos, estas tres altas responsabilidades

de 1987 a 1991. Por su parte, la doctora María Aurora de la Concepción Lacavex

Berumen, atendió las áreas de servicios estudiantiles y registro escolar, así como

la dirección general de recursos humanos en los periodos rectorales

comprendidos de 1987 a 1993. Se tiene la distinción para nuestra facultad de que

ambas académicas fueron las dos primeras mujeres candidatas a Rectoras y unas

de las pocas que lo han sido en esta Universidad.

La Facultad de Derecho Mexicali, es una joven de poco más de cincuenta

años que se encuentra en plena etapa de crecimiento, a través del trabajo en

conjunto con alumnos, docentes y administrativos, y es considerada como una de

las cinco mejores en su área, a nivel nacional (Facultad de Derecho Mexicali,

2014).

LA POBLACIÓN ESCOLAR Y LA FEMINIDAD

Nuestra joven facultad de derecho, bajo el lema “… Por la Justicia, Lucha

Incesante de Nuestro Espíritu …”, en los años recientes ha incrementado de

manera considerable su matrícula, para este trabajo tomaremos en cuenta el

Sistema Institucional de Indicadores de la Universidad Autónoma de Baja

California (2014), del periodo escolar 2014-2 en la unidad Mexicali que concentra

información de la población escolar, no solo de licenciatura sino también de

posgrado, como se muestra en el cuadro número 1, referente a la facultad de

derecho Mexicali y sus mujeres, del cual el 52% son mujeres y el 48% son

hombres.

194

Cuadro 1. Registro de estadística poblacional estudiantil

FACULTAD DE

DERECHO MEXICALI Mujeres Hombres

LIC. EN DERECHO 1341 1241 TOTAL: 2582.

ESPECIALIDAD EN

DERECHO

9 15

TOTAL: 24

DOCTORADO EN

DERECHO

3 12

TOTAL: 15

Fuente: Universidad Autónoma de Baja California periodo escolar 2014-

2, UNIDAD MEXICALI, Elaboración propia.

Podemos advertir del análisis al cuadro anterior la femineidad que

prevalece en la licenciatura, más no así en la especialidad y mucho menos en el

doctorado, al respecto quiero agregar que por cuanto hace a la perspectiva de

género en la Facultad de Derecho Mexicali muestra desigualdades entre lo

masculino y lo femenino y se muestra determinante en la especialización, y

podemos hacer una breve referencia a las malas prácticas llamadas “ocupaciones

propias para hombres” y “ocupaciones propias para mujeres”. Tomemos lo

mencionado por Brígida García (1994), quien explica que “el concepto de género

se refiere a la interpretación social y cultural de las diferencia entre los sexos; es

decir, a la construcción de lo femenino y lo masculino en sociedades históricas

concretas” (pág. 124), por lo que podemos observar que en lo referente a estudios

de posgrado aún nos queda camino por avanzar en la equidad de género.

EL EJE TORAL, SU PERSONAL ACADÉMICO FEMENINO.

De acuerdo a la información recabada en el área administrativa de la

Facultad de Derecho Mexicali, para el periodo escolar 2014-2, imparten clase un

total de 163 profesores, de los cuales 45 son mujeres, 11 de ellas de tiempo

completo, y 2 de medio tiempo; frente a 118 profesores hombres de los cuales 20

195

son de tiempo completo, tal y como lo podemos apreciar en el cuadro número 2,

que anexamos a continuación.

Cuadro. 2 Planta de personal docente Facultad de Derecho Mexicali

PROFESORES

FDM Mujeres Hombres

DE ASIGNATURA 32 98

TIEMPO

COMPLETO

11 20

MEDIO TIEMPO 2 TOTAL: 163

Fuente: Universidad Autónoma de Baja California

periodo escolar 2014-2, UNIDAD MEXICALI, Elaboración

propia.

Es notable que existe una desigualdad en la participación de las

mujeres en el proceso de enseñanza, a pesar de que en las últimas

administraciones se ha visto incrementado, podemos atribuirlo a que en

décadas anteriores no existía gran participación de las mujeres en

actividades académicas, como lo sostiene Osorio y Martell, y que hasta

principios de la década de los ochenta el ingreso de las mujeres a la

profesión académica correspondía al 26.5% y desde los noventa su ingreso

ha mantenido una proporción de cuatro mujeres por cada diez hombres

según cita De Garay, Adrián y Gabriela del Valle-Díaz-Muñoz (2011), en su

artículo “Una mirada a la presencia de las mujeres en la educación superior

en México”.

Debemos agregar a lo anterior, que a pesar de esta desigualad y

equidad de género, del personal docente femenino de la Facultad de

Derecho Mexicali, ha ostentado premios al mérito académico, además de

pertenecer al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), en sus diferentes

grados, y sin contar su participación en foros nacionales e internacionales y

196

su gran producción académica en distinta ramas del derecho

recientemente, como se señala en el Informe de Actividades 2013-2 / 2014-

2 del Director de la Facultad de Derecho Mexicali (2014).

POR CUANTO HACE AL PERSONAL ADMINISTRATIVO FEMENINO

Al día de hoy y desde hace 5 años la Maestra Elizabeth García Espinoza

ocupa la Administración de la Facultad de Derecho Mexicali, desarrollando un

excelente y evidente trabajo a lo largo de su trayectoria, más sin embargo aún

sigue siendo escasa la participación de las mujeres en puestos administrativos,

toda vez que anteriores a ella se tiene referencia de 2 administradoras más,

fenómeno al que los investigadores han llamado techo de cristal, término, acuñado

a principios de la década de los ochenta del siglo XX, hace alusión, de una

manera muy plástica y elocuente, a las sutiles, encubiertas o descaradas

modalidades de actuación de sectores sociales, actores y algunos mecanismos

discriminatorios en contra de las mujeres para que ocupen altos puestos directivos

(Davidson y Cooper, 1992; Morrison, 1992), citado por De Garay, Adrián y

Gabriela del Valle-Díaz-Muñoz (2011).

Este fenómeno no es particular de una facultad y ni mucho menos de una

universidad es un asunto de equidad de género que ocurre en varios planteles de

educación superior del país, en unas más marcadas que en otras, como en la

Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), las mujeres están casi ausentes, ya

que 93.3% de las rectorías y direcciones de división académicas son ocupadas

por el sexo masculino (Informador Mx, 2012), en este mismo artículo también se

menciona en este rango a la Universidad Autónoma de Baja California en su

generalidad.

Las mujeres se han visto inmersas en todas las áreas de trabajo en la

educación superior, por lo tanto como consideración a su gran trabajo y consientes

de la importancia del mismo en el proceso educativo, no quisimos dejar de

mencionar que en esta área también laboran 15 personas más, de las cuales 5 de

197

ellas son mujeres y ocupan puestos de secretaria, y los otros 10 repartidos en

servicios y mantenimiento, datos que obtuvimos en el área administrativa de la

Facultad de Derecho Mexicali.

Debemos tener presente que existen áreas de ventaja y desventaja para las

mujeres, pero tampoco podemos olvidar, como lo menciona la Doctora Marina del

Pilar Olmeda (2014), que las condiciones laborales deben estar en igualdad de

circunstancias y basta con recordar la reforma constitucional de 1975, que

consignó en nuestra Carta Magna la igualdad de hombres y mujeres,

constituyendo punto de partida de reformas normativas y adiciones a diversas

leyes y codificaciones para garantizar y ampliar los derechos de las mujeres y beta

la posibilidad de discriminación por cuestiones de género; además, otorga el

derecho de intentar acciones afirmativas para su salvaguarda sin entrar más en

detalles.

Es menester de los investigadores continuar trabajando en el desarrollo de

una conciencia de equidad, a través de otra lógica cultural, para reinventar la

convivencia ciudadana tan necesaria en nuestra imperfecta sociedad. Una

equidad que identifique las diferencias a través del reconocimiento de sus

fortalezas y desarme las falsas ideas de género y equilibré las desigualdades

entre hombres y mujeres, no sólo en la facultad de derecho Mexicali, sino en toda

la Universidad Autónoma de Baja California.

REFLEXIONES FINALES

Los estudios sobre el tema demuestran que a pesar de los avances en la

equidad de género, aún existen marcadas limitaciones para las mujeres en

nuestro sistema educativo, como consecuencia del peso de una cultura de

desigualdades. Sin embargo, también podemos darnos cuenta, el reto es seguir

trabajando para contribuir al desarrollo de una conciencia de que hay que construir

equidad, a través de otra lógica cultural, para reinventar la educación superior.

198

Una equidad que identifique las diferencias a través del reconocimiento de sus

fortalezas y desarme las falsas ideas de género.

Comprendemos que el hecho de ser mujer, por sí mismo no garantiza la

perspectiva de género, de ahí que el reto a enfrentar debería ser: ¿cómo incluirse

en la agenda de género?; las mujeres tienen que dejar de lado el sexismo y

desarrollar su trabajo en la educación para sí mismas; hace falta una mayor oferta

de candidatas que estén cada vez mejor preparadas; es necesario vencer los

machismos invisibles, la demagogia y la simulación, para lograr una distribución

igualitaria en los distintos espacios laborales; buscar nuevas formas para conciliar

su vida laboral y su vida privada. Seguir preparándose para competir por mejores

espacios y categorías, como ya quedo demostrado, y porque no, también llegar

algún día a ocupar el máximo escaño en la Universidad Autónoma de Baja

California.

Se observa la necesidad de resolver las dificultades asociadas a la

conciliación de la maternidad con el aspecto pedagógico/educativo; superar los

“sentimiento de culpa” que tradicionalmente sienten por “descuidar” a sus hijos/as,

y hemos dejado a un lado lo que pasa con las alumnas embarazadas que deciden

continuar con sus estudios y ser mamás, sin padecer la falta de protocolos

establecidos al respecto.

Se deben buscar estrategias para dar confianza a las mujeres y que ellas

asuman más posiciones de liderazgo; estableciendo reglas para las oportunidades

laborales, académicas y de participación administrativa en igualdad de

condiciones para todos.

Incentivar que las mujeres, no sólo se concluyan una educación superior,

sino que también tengan la oportunidad de desarrollar especialidades y

posgrados, que de una u otra manera redundaran en una equidad de género.

Se propone la necesidad de ampliar este trabajo no solo a una unidad

académica, sino a toda la Universidad Autónoma de Baja California, para saber en

dónde y cómo se encuentran las mujeres que en ella participan en las distintas

199

áreas docente, administrativa y académica, de frente a la equidad de género y el

respeto de sus garantías individuales.

REFERENCIAS

Barbieri de, Teresita. El trabajo femenino y las rencillas por la igualdad, Ed.

Demos, Carta demográfica sobre México, 1998, Fondo de Población de

Naciones Unidas, AMEP e INEGI, México, 1998.

Davidson, M. y C. Cooper (1992). Shattering the glass ceiling, Londres, Paul

Chapman.

De Garay, Adrián y Gabriela del Valle-Díaz-Muñoz (2011), “Una mirada a la

presencia de las mujeres en la educación superior en México”, en Revista

Iberoamericana de Educación Superior (RIES), México, UNAM-

IISUE/Universia, vol. III, núm. 6, link [consulta: Noviembre de 2014].

El Informador Mx, Equidad de género, rezagada en universidades. 2012.

Recuperado de

http://www.informador.com.mx/mexico/2012/368662/6/equidad-de-genero-

rezagada-en-universidades.htm.

Facio, Alda. Cuando el género suena, cambios trae: Una metodología para el

análisis de género del fenómeno legal, ILANUD, San José, 1992.

Facultad de Derecho Mexicali. (2014). Historia. Recuperado de

http://derecho.mxl.uabc.mx/index.php

García, Brígida. Trabajo femenino y vida familiar en México, El Colegio de México,

PIEM, México, 1994.

200

Lamas, Marta. Prólogo en Amorós, Celia, Feminismo, igualdad y diferencia,

PUEG-UNAM, México, 1994.

Morrison, A. (1992), “New solutions to the same old glass ceiling”, en Women in

Management Review, vol. 7, núm. 4, EUA, M.C.B. University Press.

Olamendi, Patricia, Legislar para la igualdad, AZ Revista de educación y cultura,

México, marzo 2009.

Olmeda García, Marina del Pilar (2014), “Una visión sobre la igualdad de género”,

Conferencia Magistral en la Universidad Autónoma de Oaxaca.

Universidad Autónoma de Baja california (2014). Registro de Estadística

Poblacional periodo escolar 2014-2, Unidad Mexicali. Recuperado de

http://www.uabc.mx/planeacion/sii/

201

RESONANCIA DE LA POLÍTICA DE EQUIDAD Y GÉNERO EN LA UABC

Silvia Leticia Figueroa Ramírez46

Margarita Barajas Tinoco47

INTRODUCCIÓN

La política de equidad y género se ha instrumentado a nivel nacional

principalmente en respuesta a presiones internacionales y a las demandas de la

sociedad civil (Centro de Estudios, 2008:4). Marcela Lagarde opina que los

ejecutores de esa política han distorsionado la perspectiva de género,

confundiendo su esencia con problemas de las mujeres precisamente por el

desconocimiento que tienen de la teoría de género, por ello, “(….) aíslan el

concepto [de perspectiva de género] de su cuerpo teórico, lo despojan de su

dimensión psicológica y de su capacidad analítica y explicativa, la fragmentan y

finalmente la convierten en un término que hace referencia a las mujeres”

(Lagarde, 996:22 en Centro de Estudios, 2008).

Con esa laguna cognitiva se ha implementado la política de género

apoyando a las mujeres por medio de programas asistencialistas dirigidos a la

población femenina vulnerable, creando comisiones y programas como el

Programa de Atención de los Asuntos de la Mujer, la Niñez y la Familia (Centro de

Estudios, 2008:6) o más recientemente el Instituto Nacional de la Mujer.

Por ser la política de equidad y género una realidad en México, es de

suponer que las instituciones de educación superior deberían haberla incorporado

en su contexto. Bajo este supuesto se planteó el objetivo de esta ponencia que

corresponde a indagar si la política de equidad y género tiene resonancia en la

Universidad Autónoma de Baja California (UABC).

Se parte de la consideración de que la teoría de equidad y género fortalece

los derechos humanos de la población femenina, debido a que de manera

46

Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales, UABC, [email protected] 47

Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales, UABC, [email protected]

202

sustancial contiene explicaciones conducentes a profundizar la situación social

cotidiana de mujeres, donde los hombres a lo largo del tiempo no han reconocido

a las mujeres como sus pares (Ruíz, 2004). Lo anterior, sucede no obstante que la

población femenina mexicana corresponde al 51.2% de la población total del país

(INEGI, 2010).

Es asimismo indispensable que a través del conocimiento y del debate

sobre equidad y género, las mujeres logren repensar la violencia cotidiana que

padecen a partir de la óptica que les ofrece la teoría y no seguir transitando en la

violencia aceptando ésta como una normalidad cotidiana, situación que explica

Pierre Bourdieu, señalando que la violencia: “se ejerce sobre un agente social con

la anuencia de éste, en tanto que se le desconoce como violencia” (1999).

A través del tiempo se han realizado serios esfuerzos por estudiar el

fenómeno de género y profundizarlo para desde ahí establecer una concepción

distinta de la relación entre los sexos. Los teóricos del género indican que las

diferencias entre hombres y mujeres, sus funciones y roles, no provienen de su

naturaleza sexuada, sino que son construcciones sociales, creadas artificialmente

a través de conjuntos de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores

que las sociedades elaboran a partir de la diferencia sexual antomofisiológica y

son la causa de la discriminación que padecen las mujeres (Gayle Rubin en

Hernández, 1996:11; De Barbieri en Hernández, 1996:12; Cervantes de Julián,

2004).

Es pues en este contexto donde se observa que las universidades deberían

tomar el liderazgo en la implementación de la política de género, por ello la

importancia de indagar la posición de la UABC a ese respecto.

METODOLOGÍA

Para indagar la respuesta de la UABC a la política nacional de equidad y

género, se realizó un ejercicio sencillo de investigación documental por medio de

la cual se hizo una revisión de las materias optativas contenidas en los planes de

203

estudios de cada una de las licenciaturas que ofrecen las unidades académicas de

la Universidad, con el objetivo de localizar oferta de esas materias en el rubro de

equidad y género. Únicamente por procedimiento también se revisaron las

materias curriculares. Así mismo, se realizó revisión de los posgrados que ofrece

la UABC con la finalidad de ubicar los que estuviesen relacionados con equidad y

género.

Se trata de una investigación de corte transversal ya que la observación se

realizó en noviembre de 2014. La información sobre los posgrados provino del

Informe de Rectoría 2013 realizado por el Dr. Felipe Cuamea Velázquez.

La espacialidad refiere al municipio de Mexicali, Baja California. Las

unidades de análisis corresponden a las materias optativas de las diversas

licenciaturas que se ofertan en la Unidad Central de la UABC que comprende el

campus Mexicali como núcleo principal donde se localizan las Facultades

correspondientes a Idiomas, Ingeniería, Arquitectura y Diseño, Pedagogía e

Innovación Educativa, Derecho, Deportes, Ciencias Sociales y Políticas y los

Instituto de Ingeniería e Instituto de Investigaciones Sociales, siendo estos dos

últimos los que sólo ofertan posgrados. En la Unidad Ciencias de la Salud, se hizo

la revisión de las optativas de las licenciaturas de Medicina, Enfermería y

Odontología. En las Facultades Foráneas que están distribuidas por toda la

mancha urbana de Mexicali, se revisaron las materias optativas de las

licenciaturas de Ciencias Administrativas, Ciencias Humanas, Escuela de Artes.

En las unidades localizadas en el Valle de Mexicali, se revisaron las licenciaturas

que ofrecen los Institutos de Ciencias Agrícolas y Ciencias Veterinarias. En la

Unidad de Ciudad Morelos se revisaron las optativas de las licenciaturas en

Ciencias Administrativas así como las relativas a la Escuela de Ingeniería y

Negocios de la Unidad Guadalupe Victoria. Por último, se realizó revisión de las

optativas de la Unidad Universitaria de San Felipe, Baja California.

204

RESULTADOS

En un conjunto de 54 licenciaturas que ofertan 18 Unidades Académicas de

la Universidad Autónoma de Baja California ubicadas en el municipio de Mexicali,

donde participan 22,211 estudiantes de un total de 58,88948 las materias optativas

relativas a equidad y género que se localizaron fueron las siguientes:

Género, economía y sociedad localizada en la licenciatura en Economía de

la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas.

Estratificación Social y Género ubicada en la licenciatura en Ciencias de la

Educación de la Facultad de Ciencias Humanas.

Estratificación Social y Género localizada en la Licenciatura en Psicología

de la Facultad de Ciencias Humanas.

Estratificación Social y Género, ubicada en la Licenciatura en Sociología de

la Facultad de Ciencias Humanas.

Género e Historia, localizada en la Licenciatura en Historia de la Facultad

de Ciencias Humanas (cuadro 1).

De lo anterior se deriva lo siguiente:

Que la Facultad de Ciencias Humanas es la que concentra la oferta de

materias optativas en equidad y género. Lo anterior evidencia una preocupación

de los coordinadores de las carreras de Ciencias de la Educación, Psicología,

Sociología e Historia en proporcionar materias con ese perfil. Llama la atención

que la licenciatura en Historia, de reciente creación, esté ofertando una optativa

sobre género. Se observa asimismo que la licenciatura en comunicación, impartida

en la misma Facultad, no oferta la optativa en el rubro que se indaga. También es

preocupante observar que la licenciatura en derecho que concentra alrededor de

43 materias optativas, no esté ofertando la correspondiente a equidad y género,

tomando en consideración la importancia que tiene en esa carrera plantear

48

Esta estadística corresponde al periodo 2013-2, Cuamea, 2013.

205

criterios sustentados desde el planteamiento de es equidad, para dirimir casos

sobre derecho constitucional, civil y de la seguridad pública, entre otros. No fue

posible identificar las optativas para la carrera de Administración Pública y

Ciencias Políticas (ver cuadro 1), sin embargo, en el caso de no existir la optativa

sobre equidad y género, sería una situación inconcebible debido a que un

egresado de esa carrera, en su ejercicio profesional estará encargado del diseño

de políticas públicas y su implementación. Se observa que si bien en Ciencias

Humanas la carrera de psicología tiene como optativa la materia de estratificación

social y género, no sucede lo mismo en la licenciatura en psicología que se

imparte en la Unidad Guadalupe Victoria (cuadro 1).

Es importante hacer hincapié que las materias optativas sobre equidad y

género deberían ofertarse en cada una de las licenciaturas de la UABC sin

importar que el perfil de egreso corresponda a las ciencias duras o a las

tecnológicas como entre otras licenciaturas, es el caso de las ubicadas en la

Facultad de Ingeniería, porque esta problemática toca a poblaciones de cualquier

género de todos los confines, aunado a que la teoría de género proporciona la

explicación que fortalece el análisis de esta problemática.

Por el lado de la oferta de posgrados se observa que de un conjunto de

cuarenta posgrados ofertados por la UABC en el municipio de Mexicali, no se

encontró ninguno que refiera a Equidad y Género, lo cual es preocupante debido a

que en ese sentido existe una tradición a nivel nacional establecida por las

universidades más importantes del país como son la UNAM y el Colegio de

México y que han tenido resonancia en otras universidades.

CONCLUSIONES

Por lo anteriormente analizado se observa que la resonancia de la política

de equidad y género es incipiente o inaugural en 18 unidades académicas de la

UABC que ofertan 54 licenciaturas y 40 posgrados en el municipio de Mexicali,

Baja California con una población estudiantil de 22.211.

206

Estamos muy lejos de adquirir la estatura de otras universidades en este

terreno y más aún de lograr la transversalización de la política que se analiza. Es

importante que las autoridades universitarias visualicen la importancia de

incorporar la política de equidad y género con la visión de transversalidad para

asegurar que esta perspectiva logre permear “(…) las políticas, procesos, filosofía,

estrategias y dinámicas de la institución (…) buscando la igualdad de género,

contribuyendo a la construcción de una sociedad más igualitaria (porque esta

propuesta) implica una transformación estructural tanto para la institución como,

por extensión y en el largo plazo, para la sociedad en su conjunto” (Pérez y Reyes,

sf). Ciertamente la tarea es a largo plazo porque se requiere que esa metodología

no sólo se implemente en un área o proyecto sino coincida con su propia esencia

que refiere a que cada institución tiene un main stream o corriente principal que

constituye el “ser de la institución” (Pérez y Reyes, sf).

Es un imperativo que en el ámbito universitario se realice investigación que

produzca propuestas que inyecten vitalidad teórica a la problemática de género.

Marta Lamas establece que:

Hay que dejar de creer que la teoría es, en sí misma, patriarcal,

elitista, totalizadora y masculinista, o bien universalista, hegemónica,

occidental e imperialista, y tratar de aplicarla con rigor en nuestra praxis,

nuestras experiencias, nuestras narrativas, nuestra política del cuerpo

(2006).

REFERENCIAS

Bourdieu, Pierre, 1999. Intelectuales, política y poder, Eudeba.

Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género. 2008.

La incorporación de políticas de igualdad de género en los poderes

ejecutivo, legislativo y judicial, H. Cámara de Diputados LX Legislatura,

Congreso de la Unión, México.

Cervantes de Julián, Lupita. 2004. “La mujer frente a la violencia familiar” en Mujer

Nueva. México.

207

Hernández Carballido, Elvira. 1996. “La trayectoria del concepto género” en FEM,

año 20, Núm. 156, marzo, México.

INEGI. 2010. Censo Nacional de Población, México.

Lamas, Marta. (2006). Feminismo: transmisiones y retransmisiones, Taurus,

México.

Pérez Fragoso Lucía y Emilia Reyes Zúñiga. (sf). Transversalización de la

Perspectiva de Equidad de Género: Propuesta metodológica y experiencias,

Equidad de Género, A. C., México.

ANEXOS

Cuadro 1. Materias optativas en equidad y género en la UABC, según unidades académicas y licenciaturas (Municipio de Mexicali, noviembre de 2014)

UNIDADES ACADÉMICAS LICENCIATURAS MATERIAS OPTATIVAS SOBRE EQUIDAD Y GÉNERO

Facultad de Arquitectura y Diseño

1. Arquitecto 0

2. Diseñador Gráfico

0

3. Diseñador Industrial y Urbano 0

Facultad de Derecho 1. Derecho 0

Facultad de Ciencias Sociales y Políticas

1. Licenciado en Administración Pública y Ciencias Políticas

No fue posible identificar las optativas

2.Licenciado en Relaciones Internacionales

0

3. Licenciado en Economía Género, Economía y Sociedad

Facultad de Ingeniería 1. Ingeniero en Computación 0

2. Ingeniero Eléctrico 0

3. Ingeniería Industrial 0

4. Bioingeniería 0

208

5. Ingeniero en Semiconductores y Microelectrónica

0

6. Ingeniero en Energías Renovables

0

7. Ingeniero Civil 0

8. Ingeniero en Electrónica 0

9. Ingeniero Topógrafo y Geodesta 0

10. Ingeniero en Mecatrónica 0

11. Ingeniero Aeroespacial 0

12. Licenciado en Sistemas Computacionales

0

13. Ingeniero Mecánico 0

Escuela de Deportes 1. Licenciado en Actividad Física y Deportes

0

Facultad de Idiomas 1. Licenciado en Traducción 0

2. Licenciado en Docencia de Idiomas

0

Facultad de Pedagogía e Innovación Educativa

1. Licenciado en Docencia de la Matemática

0

2.Licenciado en Docencia de la Lengua y Literatura

0

3. Licenciado en Asesoría Psicopedagógica

0

Facultad de Ciencias Administrativas

1. Licenciado en Contaduría 0

2. Licenciado en Administración de Empresas

0

3. Licenciado en Informática 0

4. Licenciado en Negocios Internacionales

0

5. Licenciado en Gestión Turística 0

6. Licenciado en Turismo 0

7. Licenciado en Mercadotecnia 0

Facultad de Ciencias Humanas 1. Licenciado en Ciencias de la Educación

Estratificación Social y Género

2. Licenciado en Psicología Estratificación Social y Género

3. Licenciado en Ciencias de la Comunicación

0

4. Licenciado en Sociología Estratificación Social y Género

209

5. Licenciado en Historia Género e Historia

Facultad de Enfermería 1. Licenciado en Enfermería 0

Facultad de Odontología 1. Cirujano Dentista 0

Facultad de Medicina 1. Medico 0

Facultad de Artes 1. Licenciado en Artes Plásticas 0

2. Licenciado en Danza 0

3. Licenciado en Medios Audiovisuales

0

Instituto de Investigaciones en Ciencias Veterinarias

1. Médico Veterinario Zootecnista 0

Instituto de Ciencias Agrícolas (Ejido Nuevo León)

1. Ingeniero Agrónomo Zootecnista 0

2. Ingeniero Agrónomo 0

3. Ingeniero Biotecnólogo Agropecuario

0

Escuela de Ingeniería y Negocios Unidad Guadalupe Victoria

1. Licenciado en Administración de Empresas

0

2. Licenciado en Psicología 0

3. Ingeniero en Computación 0

Unidad Universitaria Ciudad Morelos

1. Licenciado en Administración de Empresas

0

Unidad Universitaria San Felipe

1. Licenciado en Contaduría 0

2. Licenciado en Administración de Empresas

0

Fuente: Planes de Estudios de cada una de las licenciaturas de la UABC revisadas electrónicamente en el portal UABC y Cuamea Velázquez, Felipe, Informe de Rectoría 2013, Mexicali, Baja California.

Cuadro 2. Posgrados que oferta la UABC en la unidad Mexicali y su relación con equidad y género (2013-2)

POSGRADOS RELACIÓN DEL POSGRADO CON EQUIDAD Y GÉNERO

Si No

Maestría en Artes X

Maestría en Arquitectura X

Maestría en Planeación y Desarrollo Sustentable

X

Doctorado en Planeación y Desarrollo Sustentable

X

210

Especialidad en Fiscal X

Especialidad en Dirección Financiera X

Especialidad en Desarrollo del Capital Humano X

Maestría en Administración X

Maestría en Tecnología de la Información y la Comunicación

X

Doctorado en Ciencias Administrativas X

Maestría en Comunicación X

Maestría en Ciencias de la Educación con énfasis en Docencia

X

Maestría en Ciencias de la Educación con énfasis en Educación Especial

X

Maestría en Ciencias de la Educación con énfasis en Matemáticas

X

Maestría en Ciencias de la Educación con énfasis en Administración y Educación

X

Maestría en Administración Pública X

Especialidad en Derecho X

Maestría en Ciencias Jurídicas X

Doctorado en Derecho X

Maestría en Ciencias de la Salud X

Especialidad en Traducción e Interpretación X

Maestría en Lenguas Modernas X

Maestría en Ciencias (MYDCI) X

Doctorado en Ciencias (MYDCI) X

Especialidad en Medicina Familiar X

Doctorado en Ciencias de la Salud X

Especialidad en Endodoncia X

Especialidad en Ortodoncia X

Especialidad en Periodoncia X

Especialidad en Prostodoncia X

Maestría en Docencia X

Maestría en Ciencias en Sistemas de Producción Animal

X

Maestría en Producción Agrícola y Mercados X

211

Globales

Doctorado en Ciencias Agropecuarias X

Maestría en Ciencias (MYDCI) X

Maestría en Ingeniería (MYDCI) X

Doctorado en Ciencias (MYDCI) X

Doctorado en Ingeniería (MYDCI) X

Maestría en Estudios Socioculturales X

Doctorado en Estudios Socioculturales X

Maestría en Ciencias Veterinarias X

Fuente: Cuamea Velázquez, Felipe, Informe de Rectoría 2013, Mexicali, B. C.

212

ACTUALIZACION DEL LEMA UNIVERSITARIO DE LA UABC:

DESAFIO DE VISIBILIZAR A LA MUJER

Lya Niño Contreras

Agustín Sández Pérez y

José Moreno Mena

INTRODUCCIÓN

Partimos del hecho de que la Universidad Autónoma de Baja California

debe actualizar su Lema Universitario: Por la Realización Plena del Hombre -data

de la década de los años sesenta-, esto es armonizarlo con las reformas

estructurales realizadas a la Constitución Mexicana en el año 2011 en materia de

Derechos Humanos. Con estos cambios México se comprometió abstenerse de

incurrir en todo acto de práctica de discriminación contra la mujer y velar

porque las autoridades e instituciones públicas actúen de conformidad con esta

obligación, así como la de tomar todas las medidas apropiadas para eliminar la

discriminación contra la mujer practicada y adaptar todas las medidas

adecuadas, incluso de carácter legislativo para modificar o derogar leyes,

reglamentos, usos y prácticas que constituyan discriminación contra la

mujer; así como la experiencia a nivel nacional y local en el ámbito universitario

del punto en cuestión.

En este sentido es impostergable que el lema actual de la Universidad

Autónoma de baja California sea actualizado. La actualización del lema

universitario representa para la Universidad Autónoma de Baja California una

oportunidad o punto de partida de una Universidad incluyente que no discrimine a

la Mujer, es decir una oportunidad para el respeto y promoción de los derechos

humanos de la Mujer en el ámbito de la Educación Superior. En este orden de

ideas citamos a la doctora Patricia Galeana, galardonada con la Medalla al Mérito

Ciudadano de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal en noviembre de 2012,

213

quien resalta la importancia del papel del sistema educativo formal e informal en la

promoción de los derechos de la persona humana y de las mujeres en particular.

Por lo tanto, consideramos que el empleo de un lenguaje neutral al género

y/o incluyente en el Lema Universitario de la UABC es un reto para la comunidad

universitaria. El presente escrito tiene como objetivo mostrar la pertinencia de

actualizar el Lema Universitario de la Universidad Autónoma de Baja California en

un marco de respeto y promoción de derechos humanos; así como dar a conocer

el trabajo que ha venido haciendo la comunidad universitaria en esta misma

dirección.

Para el debido entendimiento del tema en cuestión se hace necesaria la

revisión de algunos antecedentes que incluyen tanto convenios internacionales a

los que México se ha suscrito en el pasado reciente y se ha comprometido

abstenerse de incurrir en todo acto de práctica de discriminación contra la

mujer y velar porque las autoridades e instituciones públicas actúen de

conformidad con esta obligación, así como la de tomar todas las medidas

apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer practicada y

adaptar todas las medidas adecuadas, incluso de carácter legislativo para

modificar o derogar leyes, reglamentos, usos y prácticas que constituyan

discriminación contra la mujer; así como la experiencia a nivel nacional y local

en el ámbito universitario del punto en cuestión.

MARCO INTERNACIONAL

En el año 2011, México se adscribió a convenios internacionales en materia

de derechos humanos y los incorporó por primera vez en la Constitución Política

de los Estados Unidos Mexicanos. De igual forma lo hizo con la Convención sobre

la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y con

la Convención Interamericana Belém do Pará para prevenir, sancionar y erradicar

la violencia contra la mujer.

214

Entre las importantes recomendaciones que hace la CEDAW vale la pena

señalar varias. Por ejemplo, en el art. 2 las de: “Abstenerse de incurrir en todo acto

de práctica de discriminación contra la mujer y velar porque las autoridades e

instituciones públicas actúen de conformidad con esta obligación”, así como la de

“Tomar todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la

mujer practicada por cualesquiera personas, organizaciones o empresas” y por

último “Adaptar todas las medidas adecuadas, incluso de carácter legislativo para

modificar o derogar leyes, reglamentos, usos y prácticas que constituyan

discriminación contra la mujer”.

En el art. 5 se encomienda: “Modificar los patrones socioculturales de

conducta de hombres y mujeres, con miras a alcanzar la eliminación de los

prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén

basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o

en funciones estereotipadas de hombres y mujeres”.

En el art. 10 de dicha convención hace énfasis en el papel que tiene la

esfera de la educación como un medio eficaz para asegurar la igualdad entre

hombres y mujeres. Es por eso que en dicho artículo exhortan a “la eliminación

de todo concepto estereotipado de los papeles masculino y femenino en todos los

niveles y en todas las formas de enseñanza.

Entre las recomendaciones generales adoptadas por el CEDAW se

recomienda en primer lugar la obligación de garantizar que no haya discriminación

directa o indirecta contra la mujer en las leyes y que, en los ámbitos público y

privado, la mujer esté protegida contra la discriminación que puedan cometer las

autoridades públicas, los jueces, las organizaciones, las empresas o los

particulares por tribunales competentes. La segunda obligación es mejorar la

situación de facto de la mujer adoptando políticas y programas concretos y

eficaces. En tercer lugar, están obligados a hacer frente a las relaciones

prevalecientes entre los géneros y a la persistencia de estereotipos basados en el

215

género que afectan a la mujer no sólo a través de actos individuales, sino también

porque se reflejan en las leyes y las estructuras e instituciones jurídicas y sociales.

MARCO NACIONAL

En este orden de ideas, la Red Nacional de Educación Superior: Caminos por la

Equidad (RENIES-Equidad), retoma los acuerdos tomados en la Conferencia

Mundial sobre Educación Superior en el siglo XXI: Visión y Acción, celebrada en

1998 por la organización de las Naciones Unidas en materia de educación

(UNESCO); así como la declaratoria Nacional para la Equidad de Género en las

Instituciones de Educación Superior (ANUIES) en el año 2009 y ratificada el 22 de

octubre de 2011.

Entre sus acuerdos la RENIES-Equidad, establece que se buscará la

equidad de género a partir de siete ejes directrices que comprenden, entre otros

puntos, aspectos como son: la sensibilización a la comunidad universitaria, el

combate a la violencia de género en el ámbito laboral y escolar y respecto al eje:

LENGUAJE, que a la letra dice:

Debe fomentarse un lenguaje institucional no sexista que privilegie el uso

de términos neutros siempre que sea posible e incorpore la forma las/los para

visibilizar a las mujeres

En este sentido, las universidades públicas han venido realizando una serie

de cambios. Citamos dos universidades, la Universidad Autónoma de Sinaloa, en

la cual se creó el Centro de Políticas de Género y cuenta con la Certificación del

Modelo de Equidad de Género y la Universidad de Colima que expide los títulos

profesionales de sus egresados con lenguaje incluyente.

En el mismo orden de ideas, la mayor parte de las universidades públicas

del país cuentan con un lema universitario neutral al género. A continuación se

citan algunos de ellos:

216

Como ejemplo citamos la Universidad Autónoma de Aguascalientes, cuyo

lema es Se Lumen Proferre (Proyectarse Luz) y la Universidad Autónoma de Baja

California Sur; “Sabiduría como meta, patria como destino”.

CONSIDERANDOS EN LA FUNDAMENTACIÓN DE LA ACTUALIZACIÓN DEL

LEMA UNIVERSITARIO DE LA UABC

México, en su proceso de inserción a la globalización ha venido

homologando sus marcos jurídicos a los instrumentos internacionales. Tal como

señala la doctora Patricia Galeana en su discurso al recibir la Medalla al Mérito

Ciudadano de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en noviembre de 2012:

Para generar una cultura de respeto a los derechos humanos de las

mujeres se deben realizar tres acciones paralelas indispensables: uno,

actualizar el marco jurídico para que haya congruencia con los tratados

internacionales que nuestro país ha suscrito en la materia, pero que éste

sea conocido por autoridades y por la ciudadanía para que se cumpla; dos,

establecer políticas públicas con enfoque de género y tres, un sistema

educativo formal e informal de promoción de los derechos de la persona

humana.

Por ejemplo, en el año 2011, México se adscribió a convenios

internacionales en materia de derechos humanos y los incorporó por primera vez

en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. De igual forma lo

hizo con la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación

contra la Mujer (cedaw) y con la Convención Interamericana Belém do Pará para

prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer.

Entre las importantes recomendaciones que hace la CEDAW vale la pena

señalar varias. Por ejemplo, en el art. 2 las de: “Abstenerse de incurrir en todo acto

de práctica de discriminación contra la mujer y velar porque las autoridades e

217

instituciones públicas actúen de conformidad con esta obligación”, así como la de

“Tomar todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la

mujer practicada por cualesquiera personas, organizaciones o empresas” y por

último “Adaptar todas las medidas adecuadas, incluso de carácter legislativo para

modificar o derogar leyes, reglamentos, usos y prácticas que constituyan

discriminación contra la mujer”.

En el art. 5 se encomienda: “Modificar los patrones socioculturales de

conducta de hombres y mujeres, con miras a alcanzar la eliminación de los

prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén

basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o

en funciones estereotipadas de hombres y mujeres”.

Pero el art. 10 de dicha convención hace énfasis en el papel que tiene la

esfera de la educación como un medio eficaz para asegurar la igualdad entre

hombres y mujeres. Es por eso que en dicho artículo exhortan a “la eliminación de

todo concepto estereotipado de los papeles masculino y femenino en todos los

niveles y en todas las formas de enseñanza, mediante el estímulo de la educación

mixta y de otros tipos de educación que contribuyan a lograr este objetivo y, en

particular, mediante la modificación de los libros y programas escolares y la

adaptación de los métodos en enseñanza”.

Entre las recomendaciones generales adoptadas por el cedaw se

recomienda en primer lugar la obligación de garantizar que no haya discriminación

directa o indirecta contra la mujer en las leyes y que, en los ámbitos público y

privado, la mujer esté protegida contra la discriminación que puedan cometer las

autoridades públicas, los jueces, las organizaciones, las empresas o los

particulares por tribunales competentes. La segunda obligación es mejorar la

situación de facto de la mujer adoptando políticas y programas concretos y

eficaces. En tercer lugar, están obligados a hacer frente a las relaciones

prevalecientes entre los géneros y a la persistencia de estereotipos basados en el

218

género que afectan a la mujer no sólo a través de actos individuales, sino también

porque se reflejan en las leyes y las estructuras e instituciones jurídicas y sociales.

Toda la discusión que gira alrededor de estas recomendaciones, ha

impactado de manera importante a la sociedad mexicana. Es así que en los

últimos años se ha venido realizado la armonización de los instrumentos

internacionales en materia de derechos humanos y de una vida libre de violencia

hacia la mujer a nivel nacional, estatal y municipal. Lo anterior también ha tenido

consecuencias interesantes en el lenguaje pues existe una tendencia hacia la

incorporación de un vocabulario en materia de derechos humanos, que se

caracteriza por ser más incluyente. Tal es el caso del INEGI, institución

gubernamental que en sus levantamientos de información sustituirá el término

“sexo” por “género”.

La adscripción de México a los instrumentos internacionales mencionados,

así como la adecuación legislativa también han tenido un impacto importante en

las instituciones públicas de educación superior. En México se conformó la Red

Nacional de Educación Superior: Caminos por la Equidad (RENIES-Equidad), que

retomó los acuerdos tomados en la Conferencia Mundial sobre Educación

Superior en el siglo XXI: Visión y Acción, celebrada en 1998 por la organización de

las Naciones Unidas en materia de educación (UNESCO) así como la declaratoria

Nacional para la Equidad de Género en las Instituciones de Educación Superior

(ANUIES) en el año 2009 y ratificada el 22 de octubre de 2011, que a la letra dice:

“debe fomentarse un lenguaje institucional no sexista que privilegie el uso de

términos neutros siempre que sea posible e incorpore la forma las/los para

visibilizar a las mujeres”

En su declaratoria, la RENIES-Equidad establece que se buscará la

equidad de género a partir de siete ejes directrices que comprenden, entre otros

puntos, aspectos como son: la sensibilización a la comunidad universitaria, el

combate a la violencia de género en el ámbito laboral y escolar y respecto al eje

lenguaje la RENIES-Equidad a la letra dice:

219

Debe fomentarse un lenguaje institucional no sexista que privilegie el

uso de términos neutros siempre que sea posible e incorpore la forma

las/los para visibilizar a las mujeres.

En este sentido, las universidades públicas han venido realizando una serie

de cambios. Citamos dos universidades, la Universidad Autónoma de Sinaloa,

donde se creó el Centro de Políticas de Género y cuenta con la Certificación del

Modelo de Equidad de Género y la Universidad de Colima que expide los títulos

profesionales de sus egresados con lenguaje incluyente.

En el mismo orden de ideas, la mayor parte de las universidades públicas

del país cuentan con un lema universitario neutral al género. Como ejemplo

citamos a continuación los Lemas Universitarios de las principales universidades

públicas mexicanas:

Se Lumen Proferre (Proyectarse Luz), U. Autónoma de

Aguascalientes

“Sabiduría como meta, patria como destino”, U. Autónoma de Baja

California Sur

“Del enigma sin albas a triángulos de luz”, U. Autónoma de

Campeche

“Nada humano me es ajeno”, Universidad Autónoma de la Ciudad

de México

“Estudia, lucha y trabaja”, U. Autónoma de Colima

“Por la conciencia de la necesidad de servir”, U. Autónoma de

Chiapas

“Luchar para lograr, lograr para dar. U. Autónoma de Chihuahua

“En el bien, fincamos el saber”, U. Autónoma de Coahuila

“Una opción a la excelencia”, U. Autónoma de Durango

“Patria, ciencia y trabajo”, U. Autónoma del Estado de México

“La verdad os hará libres”, U. Autónoma de Guanajuato

“Piensa y trabaja”, Universidad de Guadalajara

220

“Amor, orden y progreso”, U. Autónoma de Hidalgo

“Vencimos al desierto, cultivamos el espíritu”, U. Autónoma de la

Laguna

“Cuna de Héroes, crisol de pensadores” Universidad Michoacana

de San Nicolás Hidalgo

“Por una humanidad culta”, U. Autónoma de Morelos

“Por lo nuestro a lo universal” U. Autónoma de Nayarit

“Alentando la flama de la verdad”. U. Autónoma de Nuevo León

“Ciencia, arte y libertad”, U. Autónoma de Oaxaca

“Pensar bien para vivir mejor”, Benemérita Universidad de Puebla

“Educo en la verdad y en el honor”, U. Autónoma de Querétaro

“Fructificar la razón, trascender nuestra cultura”, U. Autónoma de

Quintana Roo

“Para el hombre, por el campo”, U. Autónoma de San Luis Potosí.

“Sursum Versus: hacia la cúspide”, U. Autónoma de Sinaloa

“Estudio en la duda, acción en la fe”. U. Autónoma de Tabasco

“Verdad, belleza, probidad”, U. Autónoma de Tamaulipas

“Por la cultura a la justicia social” U. Autónoma de Tlaxcala

“Lis de Veracruz: Arte, ciencia, luz”, Universidad Veracruzana

“Luz, ciencia y verdad”, U. Autónoma de Yucatán

“Forjemos el futuro con el arte, la ciencia y el desarrollo cultural”,

U. Autónoma de Zacatecas

“Por mi raza hablará el espíritu”, UNAM (autor: José Vasconcelos)

“Casa Abierta al Tiempo” UAM (autor: Miguel León-Portilla)

“La técnica al servicio de la Patria”, IPN

Habría que señalar que la Universidad Autónoma de Guerrero cerró el 9 de

agosto pasado su convocatoria para actualizar su lema universitario con el objetivo

de que éste tenga un significado propio que la identifique con su comunidad y la

sociedad de la entidad.

221

MARCO LOCAL: FUNDAMENTOS FERIA DEL LIBRO

El 22 y 23 de noviembre de 2012. En varios eventos y foros recientes que

han tenido lugar en nuestra institución educativa, como fue el IV Congreso de

Estudios de Género del Norte de México, realizado en la Unidad Universitaria-

Mexicali de la UABC, una de las conclusiones del pleno realizado al final del

Congreso, fue la recomendación a todas las Instituciones de Educación Superior

(IES) participantes de: llevar a cabo las adecuaciones institucionales necesarias

con fines de equidad de género, entre ellas la actualización del Lema de la

Universidad Autónoma Baja California, sede de dicha reunión. De igual forma se

recabaron firmas a favor de la actualización del lema universitario por uno que

utilice un lenguaje incluyente y/o neutral al género.

26 de noviembre de 2012. El caso de las expresiones por parte de la nueva

integrante de la Junta de Gobierno (JG) de la UABC, doctora Gema López

Gorosave, en el sentido de “la necesidad de actualizar algunos elementos

institucionales, entre ellos el mismo Lema Universitario, para ponerlo al día”, tal

como lo manifestó durante su comparecencia la Dra. López Gorosave ante el

Consejo Universitario, cuando fue elegida como integrante de la Junta de

Gobierno.

Diciembre de 2012 la Dra. Lya Niño propuso solicitar en calidad de Consejo

de Técnico de Investigación a las autoridades correspondientes se estudie y

considere la modificación actual del Lema actual de la Universidad Autónoma de

Baja California: Por la Realización Plena del Hombre. Lo anterior, en virtud de que

según la Declaratoria de la Reunión Nacional de Universidades Públicas que tuvo

lugar en agosto de 2009 y que fue ratificada en noviembre de 2012, al letra

establece que “debe fomentarse un lenguaje institucional no sexista que privilegie

el uso de términos neutros siempre que sea posible e incorpore la forma los/las

para visibilizar a las mujeres”. Se acordó que se explorarían y estudiarían las vías

idóneas para concretar dicha petición ver acta de reunión de Consejo Técnico de

222

investigación del 11 de dic. de 2012 del Instituto de investigaciones Sociales,

UABC.

15 de abril del 2013. En el mismo sentido, las declaraciones del padre

Alejandro Solalinde, Premio Nacional de Derechos Humanos 2012, en su visita a

la UABC, al hacer uso de la palabra después de escuchar el Lema Universitario y

recibir un reconocimiento por su participación como conferencista, propuso una

adecuación humanística de varios elementos institucionales de nuestra casa de

estudios, entre ellos adecuar la adecuación del Lema Universitario.

29 de abril del 2013 Reunión del personal académico de la UABC

convocada por el director del Instituto de investigaciones Sociales como etapa

auxiliar en los trabajos del Consejo Técnico de Investigación teniendo como

propósito central establecer los términos para una propuesta de actualización del

lema universitario. En dicha reunión los presentes acogieron la propuesta de la

Dra. Leticia Figueroa de dirigir como unidad académica una recomendación hacia

el Consejo Universitario en el sentido de que a través de esa instancia se

establezcan los términos idóneos para la formulación de una convocatoria

institucional orientada a atender la necesaria actualización del lema universitario,

bajo condiciones que resulten presentables en un contexto civilizatorio puesto al

día (Minuta de reunión de personal académico del Instituto de Investigaciones

Sociales, UABC del día 29 de abril del 2013).

9 de mayo de 2013 En reunión de Consejo Técnico Universitario convocada

por el Dr. Pablo González, director del Instituto de Investigaciones Sociales, según

oficio 163/05/2013. En dicha reunión se determinó que sería por la vía de la

representante ante el Consejo Universitario que se realizaría el posicionamiento

de la unidad Académica sobre el tema.

15 de mayo del 2013 Se envía oficio dirigido al Dr. Felipe Cuamea

Velázquez, Rector y Presidente del Consejo Universitario donde se le solicita de la

manera más atenta sea incluido en la orden del día del Consejo Universitario de la

sesión a celebrarse el 30 de mayo del 2013 un punto de acuerdo del Consejo

223

Técnico de Investigación del Instituto de Investigaciones Sociales, en relación a la

Actualización del Lema Universitario

19 de mayo. La discusión de la actualización del lema universitario es

incluida como el punto número 10 de la orden del día de la sesión ordinaria de

consejo Universitario a realizarse el 30 de mayo del 2012.

30 de mayo del 2013 En sesión ordinaria de Consejo Universitario en

relación al punto 10 sobre la actualización del Lema Universitario se integra una

comisión especial en los términos del párrafo final del artículo 54 del estatuto

General de la UABC, para que estudie y dictamine la solicitud formulada por la

consejera Aidé Grijalva Larrañaga, sobre la pertinencia de lanzar una convocatoria

institucional orientada a la actualización del Lema Universitario, que presenta

dicha consejera, a solicitud del Consejo Técnico de investigación del Instituto de

Investigaciones Sociales.

30 de Octubre al 1ro de Noviembre de 2013 en el Seminario permanente

titulado: “LA LIBERTAD DE CÁTEDRA Y DE INVESTIGACIÓN EN EL ÁMBITO

DE LOS DERECHOS HUMANOS” [i] se solicitó al conferencista magistral Dr.

Mario I. Álvarez Ledesma, su opinión sobre la necesidad de que en un marco de

promoción de derechos humanos se actualizará el Lema Universitario: por la

Realización Plena del Hombre ―que data de los años sesenta― el Dr. Mario

Álvarez Ledesma contestó literalmente:

“¡Vaya pregunta que me hace! Yo creo que no estoy autorizado

moralmente para pronunciarme al respecto. No lo sé, es muy difícil, porque

aquí también existe un aspecto con una fuerte carga emocional y afectiva

por algo que a Ustedes les ha conducido como horizonte de incertidumbre,

le rogaría que no me preguntará al respecto, y que sean ustedes, los

miembros de la universidad los que decidan si hay que actualizarlo”

FECHA PENDIENTE: Rechazo de esta misma ponencia titulada:

“ACTUALIZACION DEL LEMA UNIVERSITARIO DE LA UABC: DESAFIO DE

224

VISIBILIZAR A LA MUJER”, firmada por los y las investigadores José Moreno

Mena, Agustín Sández Pérez, Norma García Leos y Lya Niño Contreras, con

número de folio: 20026. Seis días previos al foro recibimos en nuestro correo

electrónico una carta que rechaza nuestra participación como ponentes en el foro

de derechos humanos. En este mensaje se argumenta en forma débil e

impresentable que la propuesta “ya se está discutiendo” en el seno del Consejo

Universitario y que además “no cumple” (sic) con los requisitos de la convocatoria,

según se intenta esgrimir.

30 de enero del 2014 se solicita a los/las Consejeros Técnicos del Instituto

de Investigaciones Sociales, convocar a una reunión extraordinaria con el

propósito de solicitarle al presidente del Consejo Universitario, Dr. Felipe Cuamea

Velásquez, para que incluya en el orden del día de la próxima sesión del

mencionado consejo un informe acerca de las actividades realizadas por la

comisión especial establecida el 30 de mayo de 2013, para estudiar y dictaminar la

solicitud formulada por el consejo técnico de esta unidad, a través de nuestra

representante ante ese órgano, con el fin de analizar la pertinencia de la

actualización del lema universitario.

Documento donde la Dra. Lya Niño del IIS comunica al Dr. Felipe Cuamea

rector de la UABC que como representante de la UABC ante la Red Nacional de

IES: Caminos por la Equidad de Género en las Instituciones de Educación

Superior (RENIES-Equidad) está dando seguimiento a los acuerdos en la II

Reunión Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior llevada

a cabo en Santa María del Oro. Donde se trabaja a partir de siete ejes

fundamentales que son: Legislación, Igualdad de Oportunidades, Conciliación

Trabajo y Familia, Estadísticas y Diagnóstico, Lenguaje, Sensibilización, Estudios

de Género en las IES, Combate a la violencia de Género

30 de mayo del 2013. Propuesta de integración de una comisión especial

en los términos del párrafo final del artículo 54 del Estatuto General de la UABC

para que estudie y dictamine la solicitud formulada Edna Aidé Grijalva Larrañaga,

225

sobre la pertinencia de lanzar una convocatoria institucional orientada a la

actualización del lema universitario, que presenta dicha consejera a solicitud del

Consejo Técnico de Investigación del Instituto de Investigaciones Sociales, ver:

http://sriagral.uabc.mx/Secretaria_General/consejo/201305/index.html

226

EL DERECHO HUMANO A LA IGUALDAD DE GÉNERO Y A LA NO

DISCRIMINACIÓN DE LA MUJER EN LA VIDA POLÍTICA Y PÚBLICA

María Candelaria Pelayo Torres 49

María Erika Cárdenas Briseño50

INTRODUCCIÓN

A partir de la reforma constitucional en materia de derechos humanos,51 de

la Declaratoria de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (en lo sucesivo

SCJN),52 emitida a propósito de la Sentencia de la Corte Interamericana de

Derechos Humanos (en lo sucesivo CIDH), en el caso Rosendo Radilla Pacheco

vs México,53 y, más recientemente, de la Resolución de la Contradicción de Tesis

293/2011;54 se ha transformado el sistema jurídico mexicano profundamente. En

este sentido el Ministro Presidente de la SCJN, Juan Silva Meza señala que las

transformaciones que nuestro sistema jurídico ha experimentado con la reforma

constitucional de derechos humanos han ocasionado que diversas voces afirmen

que estamos ante un verdadero cambio de paradigma en nuestro Derecho.55

Esto es así porque con la reforma en materia de derechos humanos y la

correlativa de Amparo, se dota de iguales medios de protección a los derechos

humanos reconocidos en el ámbito nacional y a los reconocidos en el ámbito

49

[email protected] 50

[email protected] 51

Esta reforma modificó el texto de 11 artículos constitucionales: 1, 3, 11, 15, 18, 29, 33, 89, 97, 102 apartado B y 105. Uno de los propósitos y efectos más trascendentales según su exposición de motivos fue “incorporar la interpretación conforme a la Constitución y a los tratados internacionales en la aplicación de las normas, así como el principio pro persona. Dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales de Estudios Legislativos, con opinión de la Comisión de Reforma del Estado. SCJN 52

Expediente varios 912/2010. 53

Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Radilla Pacheco vs. Estados Unidos Mexicanos, Sentencia de 23 de noviembre de 2009. 54

Emitida el 3 de septiembre de 2013 por el Pleno de la Suprema Corte de la Nación en la Contradicción de Tesis 293/2011, entre las sustentadas por el Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del Décimo Primer Circuito y el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito. 55

Como ejemplo de esta aseveración en el ensayo El impacto de la reforma constitucional en materia de derechos humanos en la labor jurisdiccional en México, presentado con motivo del Centenario de la Escuela Libre de Derecho, el Ministro Silva Meza remite a la lectura de Carbonell, Miguel y Salazar, Pedro (coordinadores), La reforma constitucional de derechos humanos: un nuevo paradigma, México, UNAM-IIJ, 2011.

227

internacional, además de establecer como criterios para su aplicación dos

principios que permiten integrar y armonizar el Derecho, el de interpretación

conforme y el pro persona.56

Consecuentemente, las normas de derechos humanos contenidas en los

tratados internacionales de los que México sea Parte tienen una nueva jerarquía

normativa, integran, junto con la Ley fundamental un bloque de

constitucionalidad.57

La relevancia de esta transformación jurídica es que ahora toda ley, en el

sentido amplio de la palabra, y todo acto de autoridad, o de particulares cuando

actúen como autoridad, además de ajustarse a la Constitución, deben ser

conformes con las normas de derechos humanos previstas en los tratados

internacionales de los que México sea parte y con la jurisprudencia de la CIDH

como extensión de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (en lo

sucesivo CADH).

La CADH impone a todos los Estados Parte el deber de adoptar

disposiciones de derecho Interno para hacer efectivos los derechos y libertades

reconocidos en la Convención en los siguientes términos:

“Artículo 2. Si en el ejercicio de los derechos y libertades

mencionados en el artículo 1 no estuviere ya garantizado por disposiciones

legislativas o de otro carácter, los Estados parte se comprometen a adoptar,

con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de

esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren

necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades.”

56

Ramos Duarte, Rebeca, Consideraciones entorno a la reforma del artículo 1º constitucional, en Derecho Constitucional de los Derechos Humanos, Vol. Coordinado por Sepúlveda Iguiniz, Ricardo y García Ricci, Diego, México, Porrúa y Centro de Investigación e Informática Jurídica de la Escuela Libre de Derecho, 2012, p. 635. 57

La expresión bloque de constitucionalidad surge originalmente en Francia con relación a la Constitución de ese país y a la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano Francés como un todo ya que la misma constitución francesa remite a dicha declaración.

228

Al respecto, en el Caso Olmedo Bustos y otros Vs. Chile58, mejor conocido

como “La Última Tentación de Cristo”, la CIDH interpretó este artículo de la

siguiente manera:

“87. En el derecho de gentes, una norma consuetudinaria prescribe

que un Estado que ha ratificado un tratado de derechos humanos debe

introducir en su derecho interno las modificaciones necesarias para

asegurar el fiel cumplimiento de las obligaciones asumidas. Esta norma es

universalmente aceptada, con respaldo jurisprudencial. La Convención

Americana establece la obligación general de cada Estado Parte de adecuar

su derecho interno a las disposiciones de dicha Convención, para garantizar

los derechos en ella consagrados. Este deber general del Estado Parte

implica que las medidas de derecho interno han de ser efectivas (principio

del effet utile). Esto significa que el Estado ha de adoptar todas las medidas

para que lo establecido en la Convención sea efectivamente cumplido en su

ordenamiento jurídico interno, tal como lo requiere el artículo 2 de la

Convención. Dichas medidas sólo son efectivas cuando el Estado adapta

su actuación a la normativa de protección de la Convención.”

Como ampliaremos más adelante, la igualdad y la no discriminación son

mandatos constitucionales y convencionales de primer orden. El deber

convencional del Estado Mexicano, quien en ejercicio de su soberanía ratificó la

CADH y se sometió a la jurisdicción de la CIDH, es un deber del Estado en su

conjunto, por lo tanto, también alcanza a todos sus órganos en sus distintos

ámbitos. En esta lógica, la Universidad Autónoma de Baja California, siendo un

organismo público descentralizado de la administración pública estatal, que forma

parte del Estado Mexicano, también tiene estos deberes.

Ante este escenario la presente ponencia, tiene como objetivo central

proponer una iniciativa de reforma a la normatividad universitaria, como acción

58

Sentencia de 5 de febrero de 2001.

229

afirmativa que reduzca la brecha entre varones y mujeres que se desempeñan

como funcionarios en la UABC.

Para lograr este objetivo, en primer lugar se describe el marco jurídico que

reconoce a la igualdad como un derecho humano, enseguida se expone la

relación entre el derecho a la igualdad de género y la concepción de las mujeres

como grupo vulnerable. Más adelante, se explica la situación de discriminación de

la mujer en la vida política y pública, con especial referencia al estado que guarda

el tema en el caso de la UABC y, por último, se propone como acción afirmativa la

inclusión de un mínimo del 33% de participación de mujeres, como titulares de los

cargos de la administración central de la UABC.

DERECHO A LA IGUALDAD Y A LA NO DISCRIMINACIÓN

La igualdad es un derecho humano y es un principio jurídico. Como

principio, sirve de criterio orientador de la función de legisladores y jueces

determinando la producción de normas legales y jurisprudenciales. En el ámbito

internacional es considerado como un principio de jus cogens, es decir, es

imperativo y no admite pacto en contrario y es irrenunciable. Como derecho de las

personas, es el presupuesto para hacer realidad el principio de universalidad de

los derechos humanos, sólo en la medida en que seamos iguales ante la ley, los

derechos serán para todos.

Este derecho humano está reconocido en múltiples instrumentos jurídicos.

Sobresalen por su jerarquía los artículos 1º, tanto de la Constitución Política de los

Estados Unidos Mexicanos como de la Convención Americana de Derechos

Humanos o Pacto de San José.59 Se trata entonces de un mandato constitucional

59

Adoptado en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969. Fecha de entrada en vigor internacional: 18 de julio de 1978. México se vinculó por adhesión el 24 de marzo de 1981. Fecha de entrada en vigor para México: 24 de marzo de 1981. DOF: 7 de mayo de 1981 https://www.scjn.gob.mx/libro/InstrumentosConvencion/PAG0259.pdf

230

y convencional de primer orden. Sobre el contenido de este derecho la CIDH ha

señalado que:

La noción de igualdad se desprende directamente de la unidad de

naturaleza del género humano y es inseparable de la dignidad esencial de

la persona, frente a la cual es incompatible toda situación que, por

considerar superior a un determinado grupo, conduzca a tratarlo con

privilegio; o que, a la inversa, por considerarlo inferior, lo trate con hostilidad

o de cualquier forma lo discrimine del goce de derechos que sí se

reconocen a quienes no se consideran incursos en tal situación.60

En este sentido, los Estados Parte de la CADH, no sólo están obligados a

no realizar acciones que directa o indirectamente creen situaciones

discriminatorias de jure o de facto, es decir, independientemente de que se

reflejen o no en la ley, sino que también, según declara la CIDH:

Los Estados están obligados a adoptar medidas positivas para

revertir o cambiar situaciones discriminatorias existentes en sus

sociedades, en perjuicio de determinado grupo de personas. Esto implica el

deber especial de protección que el Estado debe ejercer con respecto a

actuaciones y prácticas de terceros que, bajo su tolerancia o aquiescencia,

creen, mantengan o favorezcan las situaciones discriminatorias.61

Respecto de la noción de discriminación la CIDH ha hecho suyo el

concepto desarrollado por el Comité de Derechos Humanos del Pacto

Internacional de Derechos Civiles y Políticos o Pacto de San Salvador62 que ha

definido la discriminación como:

60

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Atala Riffo y niñas vs. Chile. 24 de febrero 2012. Consideraciones de la Corte. 61

Idem. 62

Adoptado en San Salvador el 17 de noviembre de 1988. Fecha de entrada en vigor internacional y en México: 16 de noviembre de 1999. DOF 1 septiembre 1988. http://proteo2.sre.gob.mx/tratados/muestratratado_nva.sre?id_tratado=464&depositario=0&PHPSESSID=0842bb8038cb1a08e7160a3a42bc242f

231

Toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que se base en

determinados motivos, como la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión,

la opinión política o de otra índole, el origen nacional o social, la propiedad,

el nacimiento o cualquier otra condición social que tengan por objeto o por

resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en

condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades

fundamentales de todas las personas.63

Lo anterior deja claro que la igualdad y la no discriminación son dos

aspectos de un mismo derecho humano: la igualdad es la aspiración y la

discriminación es el obstáculo que impide la igualdad.

LAS MUJERES COMO GRUPO VULNERABLE O CATEGORÍA SOSPECHOSA

Cuando la constitución nacional, en su artículo 1º, prohíbe la discriminación

motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la

condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las

preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad

humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las

personas; está reconociendo implícitamente que existe discriminación contra

ciertos grupos humanos a los que la doctrina ha llamado categorías

sospechosas.64 Las mujeres son uno de éstos.

En el ámbito internacional, como un reconocimiento expreso de que las

mujeres son un grupo vulnerable, desde 1979 la Asamblea General de las

Naciones Unidas adoptó la Convención sobre la eliminación de todas las formas

63

Idem 64

Esta expresión alude a los grupos de personas a quienes tradicional y sistemáticamente se les han vulnerado sus derechos por pertenecer a determinada categoría: Indígenas, Mujeres, Menores, Ancianos, Discapacitados, LGBTI´s, entre otros.

232

de discriminación contra la Mujer,65 en cuyo preámbulo, párrafos 5º, 6º y 12º se

señala:

Teniendo en cuenta asimismo las resoluciones, declaraciones y

recomendaciones aprobadas por las Naciones Unidas y los organismos

especializados para favorecer la igualdad de derechos entre el hombre y la

mujer,

Preocupados, sin embargo, al comprobar que a pesar de estos

diversos instrumentos las mujeres siguen siendo objeto de importantes

discriminaciones,

Convencidos de que la máxima participación de la mujer en todas las

esferas, en igualdad de condiciones con el hombre, es indispensable para

el desarrollo pleno y completo de un país, el bienestar del mundo y la causa

de la paz.

Efectivamente, la igualdad entre hombres y mujeres es un

desiderátum pendiente de realización.

DISCRIMINACIÓN DE LA MUJER EN LA VIDA POLÍTICA Y PÚBLICA Y

ACCIONES PARA CONTRARRESTARLA

A pesar del reconocimiento de la igualdad entre el hombre y la mujer, tanto

en las Constituciones y la legislación de la mayor parte de los Estados como en

65

Fue adoptada el 18 de diciembre de 1979 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Es considerada como la Carta internacional de los derechos humanos de las mujeres y consta de un preámbulo y 30 artículos, en los que define el concepto de discriminación contra la mujer y establece una agenda para la acción nacional con el objetivo de poner fin a tal discriminación.

Con el fin de examinar los progresos realizados en su aplicación, el Artículo 17 de la Convención establece la creación de un Comité integrado por 23 expertas elegidas por los Estados parte entre sus nacionales, quienes ejercen sus funciones a título personal, por un período de cuatro años. http://www.inmujeres.gob.mx/inmujeres/images/stories/cedaw/cedaw.pdf México ratificó la Convención el 23 de marzo de 1981, año en el que entró en vigor en nuestro país. En apego al Artículo 18 de la Convención, ha presentado seis informes periódicos al Comité de Expertas sobre su aplicación en nuestro país.

233

múltiples instrumentos jurídicos internacionales, se observa la desigual

participación de las mujeres en diversos ámbitos de la vida pública.

Como se reconoció en la Recomendación número 23, del Comité de las

Naciones Unidas para la Eliminación de la discriminación contra la Mujer:

10. En todas las naciones los factores más importantes que han

impedido la capacidad de la mujer para participar en la vida pública han

sido los valores culturales y las creencias religiosas, la falta de servicios y el

hecho de que el hombre no ha participado en la organización del hogar ni

en el cuidado y la crianza de los hijos. En todos los países, las tradiciones

culturales y las creencias religiosas han cumplido un papel en el

confinamiento de la mujer a actividades del ámbito privado y la han excluido

de la vida pública activa.66

Para revertir esta situación, el propio Comité de las Naciones Unidas para

la Eliminación de la discriminación contra la Mujer recomienda que:

Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para

eliminar la discriminación contra la mujer en la vida política y pública del

país y, en particular, garantizarán a las mujeres en igualdad de condiciones

con los hombres, el derecho a:

a)…

b) Participar en la formulación de las políticas

gubernamentales y en la ejecución de éstas y ocupar cargos públicos

y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos

gubernamentales.

c)…67

66

Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la discriminación contra la Mujer. Recomendación general numero 23. www.un.org/womanwatch/daw/cedaw/.../recomm-sp.htm 67

Idem.

234

Las medidas que tienen como fin conseguir una mayor igualdad social

sustantiva entre grupos sociales con problemas de discriminación o desigualdad

de oportunidades se conocen como medidas afirmativas. El término viene del

inglés afirmative actions, empleado por primera vez en torno a la Civil Rights Act

de 1964.68

En opinión de Michel Rosenfeld, citado por De la Torre Martínez, las

acciones afirmativas son el conjunto de acciones y medidas que mediante un trato

diferenciado buscan que los miembros de un grupo específico insuficientemente

representado, por lo normal grupos que han sufrido discriminación, alcancen un

nivel de participación más alto.69

Entre las medidas que como acción afirmativa considera apropiadas el

Comité de la CEDAW incluye la promulgación de la legislación correspondiente.

Así en la misma Recomendación general número 23 expone:

Varios Estados Partes han adoptado medidas encaminadas a

garantizar la presencia de la mujer en los cargos elevados del

gobierno y la administración y en los órganos de asesoramiento

gubernamental, tales como: una norma según la cual, en el caso de

candidatos igualmente calificados, se dará preferencia a una mujer;

una norma en virtud de la cual ninguno de los sexos constituirá

menos del 40% de los miembros de un órgano público; un cupo para

mujeres en el gabinete y en puestos públicos,…70

EL CASO UABC

En el caso de la Universidad Autónoma de Baja California, la participación

de funcionarios hombres y funcionarias mujeres que ocupan cargos de alto nivel

en la administración central se encuentra sumamente desproporcionada a favor de

68

De la Torre Martínez Carlos. El Derecho a la no discriminación en México. México, Porrúa-CNDH, 2005. 69

Idem. 70

Idem.

235

los primeros. La inequidad de participación en la vida política y pública

universitaria, se aprecia con claridad en los organigramas anexos, en los que se

representan en color azul los cargos actualmente ocupados por hombres y en

color rosa los cargos ocupados por mujeres.

Al verse limitada la presencia de las mujeres en la toma de decisiones se

restringe su derecho de participar en la formulación de las políticas universitarias y

en la ejecución de éstas. Además, cabe añadir que, con base en el tabulador de

percepciones aplicable a titulares y mandos medios que la propia institución tiene

publicado en su página oficial71, los ingresos económicos de los “titulares” son, en

algunos casos, hasta cinco veces mayores que los de cualquier profesor de

tiempo completo.

PROPUESTA

Siendo la Universidad un centro de formación humana, sus políticas y

prácticas deberían servir de modelo a las demás instituciones públicas. Por

consiguiente, para fomentar la igualdad de género y combatir la discriminación que

implica la exclusión y restricción de las mujeres en los cargos públicos de la

UABC, proponemos que se reforme la normatividad universitaria para que las

mujeres alcancen una amplia representación en la vida pública universitaria.

Un porcentaje de al menos 35% de mujeres que participen como titulares en

cada rango del organigrama universitario, es necesario para garantizar que se

protejan los intereses del género y cumplir con la garantía de que el disfrute de los

derechos humanos es universal, sin tener en cuenta el sexo de la persona.

En la multicitada Recomendación 23 del Comité de la CEDAW, párrafo 16,

textualmente se alude a este porcentaje:

La cuestión fundamental, que se destaca en la Plataforma de

Acción de Beijing, es la disparidad entre la participación de jure y de

71

http://sriagral.uabc.mx/Externos/AbogadoGeneral/index_htm_files/2010_03_9TabMandosMediosSuperiores.jpg

236

facto de la mujer en la política y la vida pública en general (es decir,

entre el derecho y la realidad de esa participación). Las

investigaciones realizadas demuestran que si su participación

alcanza entre el 30% y el 35 % (que por lo general se califica de

“masa crítica”), entonces puede tener verdaderas repercusiones en el

estilo político y en el contenido de las decisiones y la renovación de

la vida política.

Esta proporción sería sólo un punto de partida para asegurar una

representatividad mínima y posteriormente avanzar hacia el ideal del 50%.

ANEXOS

REC

TOR

Vicerrector Mexicali

Vicerrector

Ensenada

Vicerrector

Tijuana

237

Rector

Coordinador de Planeación y Desarrollo Institucional

Jefe del Departamento de Gest. Organizacional y

Evaluación de la Calidad

Jefe del Depto. de Planeación, Seguimiento y

Estudios Estratégicos

Jefe del Departamento de Información Institucional

Abogado General

Jefe del Depto. de lo Contencioso y Administrativo

Jefe del Depto. de Normatividad Institucional

Secretario de Rectoría e Imagen Institucional

Coordinador de Comunicación y relaciones

Públicas

Jefe del Depto de Comunicación Interna

Jefe del Depto de Editorial

Jefe del Depto .

de Diseño

Jefe del Sistema Universitario de Radio

Secretario

General

Coordinador de Formación Básica

Jefe del Depto. de Servicio Comunitario y

Dllo. Vocacional

Jefe Depto. Actualización Curricular y Formación

Docente

Coordinador de Formación Profesional y Vinculación Universitaria

Jefe Depto. Extensión de la Cultura y los Servicios

Jefe del Depto de Vinculación

Coordinador de Posgrado e Investigación

Jefe del Depto. de Evaluación de Posgrado

e Investigación

Coordinador de Cooperación

Internacional e Intercambio Académico

Jefe del Depto de Cooperación Internacional

Coordinador de Servicios Estudiantiles y Gestión

Escolar

Jefe del Depto. de Registro y Control

Escolar

Jefe del Depto .de Servicios Estudiantiles

238

Secretario General

Coordinador de Información Académica

Jefe del Depto. de Informática

Jefe del Depto. de Telecomunicaciones y

Redes

Jefe del Depto. de Sistemas de Información

Coordinador de Servicios

Administrativos

Jefe del Depto de Servicios centrales

Jefe del Depto de Evaluación y

Adquisiciones

Coordinador de Recursos Humanos

Jefe del Depto. de Nómina

Jefe del Depto de Prestaciones

Jefe del Depto. de Evaluación y Seguimiento Contractual

Unidad de Transparencia

Jefe del Departamento de Archivo General y

Apoyo Técnico

Jefe del Departamento de Auditoría Interna

Junta de Gobierno

UABC

239

Patronato

UABC

Tesorero

Jefe del Depto. de Seguimiento

y Evaluación Auditor Interno

Jefe del Depto. de Auditoría Interna Ens.

Jefe del Depto. de Auditoría

Interna Mexicali

Jefe del Depto. de Auditoría

Interna Tijuana

Entidades universitarias

auxiliares

Tesorero

Jefe de la Unidad de Presupuesto y

Finanzas

Jefe del Depto. de Presupuesto

Jefe del Depto de Finanzas

Jefe del Depto. de Tesorería Mexicali

Jefe del Depto de Tesorería Ensenada

Jefe del Depto. de Tesorería Tijuana

Contador

Jefe del Depto. de Contabilidad

Jefe del Depto. de Control Patrimonial

Jefe del Depto de Apoyo Informático

Oficina de apoyo a la caja de ahorro

Coordinadora de Sorteos

Universitarios

240

Entidades universitarias

auxiliares

Fundación UABC

Consejo Directivo

Presidente

Lic. Reginaldo Martín Esquer

Félix

Comité de Vigilancia

C.P. César Augusto Córdova L.

Ing. Jorge Antonio Guevara

C.P. Raúl Villareal Solórzano

Presidente Cap. Mexicali

Presidente Cap. Ensenada

Presidente Cap. Tijuana

Presiente Cap,. Tecate

Dirección Ejecutiva

MCH Georgina Walther Cuevas

Suddirección Cap. Mexicali

Subdirección Cap. Ensenada- San

Quintin

Subdirección Cap. Tijuana-Tecate-

Rosarito

Directores y Subdirectores

Institutos campus Mexicali

Director

Inst. Inv. Culturales Subdirector

Directora

Inst. Inv. Sociales

Directora

Inst. Ingeniería Subdirector

Director

Inst. Ciencias Agrícolas Subdirector

Director

Inst. Inv. Ciencias Veterinarias

Subdirector

241

Directores y Subdirectores

Facultades campus Mexicali

Director

Facultad Arquitectura y Diseño

Subdirector

Director

Facultad de Artes Subdirector

Director

Facultad de Ciencias Administrativas

Subdirectora

Director

Facultad de Ciencias Humanas

Subdirectora

Director

Facultad de Ciencias Sociales y Políticas

Subdirectora

242

Directores y subdirectores

Facultades campus Mexicali

Director

Facultad Derecho Subdirector

Directora

Facultad Enfermería Subdirectora

Director

Facultad Idiomas Subdirector

Director

Facultad Ingeniería Subdirector

Directora

Facultad Medicina Subdirector

Directores y Subdirectores campus

Mexicali

Director

Facultad Odontología Subdirector

Director

Facultad Pedagogía e Innovación Educativa

Subdirector

Director

Escuela de Deportes Subdirector

Director

Escuela Ingeniería Guadalupe Victoria

Subdirectora

243

Directores y Subdirectores campus Tijuana

Director Facultad de Artes Subdirectora

Escuela de Deportes No aparece

Subdirectora

Director

Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales

Subdirector

Director

Facultad de Turismo y Mercadotecnia

Subdirector

Director

Facultad de Ciencias Químicas e Ingeniería

Subdirectora

244

Directores y Subdirectores campus Tijuana

Director

Facultad de Contaduria y Administracion

Campus Tijuana y Rosarito

Subdirector

Director

Facultad de Derecho Subdirector

Director

Facultad de Economía y Relaciones Internacionales

Subdirector

Facultad de Idiomas

no aparece Subdirectora

Director

Facultad de Medicina y Psicología

Subdirector

245

Directores y Subdirectores

campus Tijuana

Director

Facultad Odontología

Subdirectora

Director

Instituto de Inv. Históricas

no aparce

Directores y Subdirectores campus

Ensenada

Directora

Escuela de Enología y Gastronomía

Subdirectora

Director

Facultad de Ciencias

Subdirector

Director

Facultad de Ciencias Marinas

Subdirector

Director

Facultad de Ingeniería, Arq. y Diseño

Director

Inst. Inv. Desarrollo Educativo

Subdirector

Director Inst. Inv. Oceanológicas

Subdirector

246

Directores y Subdirectores campus Ensenada

Director

Facultad de Ingeniería y Negocios San Quintín

Subdirectora

Directora

Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales

Unidad Valle Dorado

Subdirector

Escuela de Deportes Unidad Valle Dorado

no aparece

Subdirector

Directora

Escuela Ciencias de la Salud

no aparece

Director Facultad de Idiomas no aparece

Subdirector

Director Facultad de Artes no aparece

Subdirector

Directores y subdirectores campus Tecate

Directora Facultad de Ingeniería

Negocios Subdirectora

Director Facultad de Idiomas no

aparece Subdirector

Jefa Escuela de Artes

247

REFERENCIAS

Carbonell, Miguel y Salazar, Pedro (coordinadores), La reforma constitucional de

derechos humanos: un nuevo paradigma, México, UNAM-IIJ, 2011.

Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la discriminación contra la

Mujer. Recomendación general número 23.

www.un.org/womanwatch/daw/cedaw/.../recomm-sp.htm

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

Convención Americana de Derechos Humanos o Pacto de San José.

https://www.scjn.gob.mx/libro/InstrumentosConvencion/PAG0259.pdf

Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la

Mujer. Asamblea General de las Naciones Unidas, 1979.

http://www.inmujeres.gob.mx/inmujeres/images/stories/cedaw/cedaw.pdf

Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Atala Riffo y niñas vs. Chile.

24 de febrero 2012. Consideraciones de la Corte.

Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Radilla Pacheco vs. Estados

Unidos Mexicanos, Sentencia de 23 de noviembre de 2009.

De la Torre Martínez Carlos. El Derecho a la no discriminación en México. México,

Porrúa-CNDH, 2005.

Directores y Subdirectores UVDLP

Director

CITEC - Centro de Ingeniería y tecnología

Subdirección

Director Centro de Ciencias de la Salud

CISALUD Subdirectora

248

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos o Pacto de San Salvador

http://proteo2.sre.gob.mx/tratados/muestratratado_nva.sre?id_tratado=464&deposi

tario=0&PHPSESSID=0842bb8038cb1a08e7160a3a42bc242f

Ramos Duarte, Rebeca, Consideraciones entorno a la reforma del artículo 1º

constitucional, en Derecho Constitucional de los Derechos Humanos, Vol.

Coordinado por Sepúlveda Iguiniz, Ricardo y García Ricci, Diego, México,

Porrúa y Centro de Investigación e Informática Jurídica de la Escuela Libre

de Derecho, 2012.

SCJN, Pleno, Resolución de la Contradicción de Tesis 293/2011, México 3 de

septiembre de 2013.

UABC, organigrama: http://www.uabc.mx/institucion/organigrama_uabc.pdf

UABC, Secretaría General.

http://sriagral.uabc.mx/Externos/AbogadoGeneral/index_htm_files/2010_03_9Tab

MandosMediosSuperiores.jpg

249

OPORTUNIDADES Y OBSTÁCULOS DE GÉNERO PARA LAS MUJERES QUE PRACTICAN DEPORTE EN LAS UNIVERSIDADES

Gizelle Guadalupe Macías González 72

José Guadalupe Alcántar Vallín 73

RESUMEN

El documento que aquí se presenta tiene como objetivo dar cuenta de las

oportunidades y obstáculos de género para las mujeres que practican deporte en

las universidades. Para ello fue preciso documentar de manera general

antecedentes sobre las mujeres y el deporte, mostrar datos sobre la práctica

actual en México, incluir la consideración de la perspectiva de género universitaria

en el deporte y mostrar evidencias actuales de prácticas deportivas de mujeres. La

metodología que se desarrolla es la de integración de la información reglamentada

en política pública sobre género y deporte en las universidades, dando un enfoque

específico al Centro Universitario de los Altos de la Universidad de Guadalajara,

posteriormente se da cuenta de las actividades deportivas cotidianas que se

desarrollan y se propician en esta institución y se analizan algunas opiniones de

mujeres universitarias vinculadas al CUALTOS donde la intención es dejar ver las

oportunidades que se despliegan y los obstáculos que afrontan en la realización

de estas prácticas. En las reflexiones se muestras avances en cuestiones de

fomento al deporte y las mujeres y, la ausencia de integración de políticas de

género contextualizadas, la incorporación de casos de éxito y de obstáculos que

se manifiestan, varios relacionados con el enfoque de género, mostrando un área

de oportunidad que aparece en la realidad cotidiana universitaria y el deporte.

72

Profesora investigadora de tiempo completo, [email protected], Universidad de Guadalajara, Centro Universitario de los Altos 73

Jefe de la Unidad de Deportes, [email protected], Universidad de Guadalajara, Centro Universitario de los Altos. La iniciativa y vinculación del autor y la autora en el tema surge con el antecedente del perfil profesional y con alguna de la información que se comenzó a investigar y otra que fue presentada en el marco del I Congreso Mujer & Deporte, Equidad en el deporte, en septiembre de 2014 realizado en el Centro Universitario de los Altos, Universidad de Guadalajara. Agradecemos la colaboración del Lic. Juan Luis González Cervantes, Jefe de la Unidad de Multimedia Instruccional con el apoyo en las entrevistas.

250

Palabras clave: mujeres, universidades, deporte, oportunidades,

obstáculos.

ANTECEDENTES SOBRE MUJERES Y DEPORTE

Con el objeto de mostrar las oportunidades y obstáculos de género para las

mujeres que practican deporte en las universidades, es preciso dar cuenta de: la

incorporación de las mujeres a las prácticas deportivas, las transformaciones

culturales y tradicionales sobre los roles de las mujeres, la legislación de equidad

de participación y la frecuencia de prácticas de mujeres y hombres en la práctica

deportiva y el ejercicio físico.

La consideración de las mujeres en la historia del deporte ha sido rescatada

por Solís (2009) quien muestra un recuento de los principales antecedentes y de

las condiciones en las que ellas se han incorporado.

El deporte que se practica actualmente considerado como contemporáneo a

diferencia de la práctica denominada “deporte moderno” que se realizaba en la

antigüedad, tuvo su origen en el siglo XIX en Inglaterra. La intención era generar

un fenómeno social vinculado a las transformaciones producidas en el contexto de

la Revolución Industrial y la expansión del Imperio ingles. Por ello surge

primeramente en el contexto educativo de la población aristócrata y en la alta

burguesía, precisamente en las public schools inglesas, con la intención de dar

respuesta a cubrir la necesidad de tener varias opciones en las formas de

educación para los hijos varones, que respondieran a los requerimientos de la

burguesía de acuerdo a las nuevas condiciones sociales. Situación que proveía de

las actitudes y virtudes necesarias a los líderes industriales o militares,

fundamentalmente con aquellas relacionadas con la formación del carácter:

energía, coraje, fuerza de voluntad, iniciativa personal y con la determinación de

ganar.

La incorporación del deporte perseguía una instrumentalización de las

clases dominantes. Siendo un instrumento cultural que tenía carácter lúdico y

251

recreativo, a su vez que establecía límites, normas y un marco regulativo que sin

duda otorgaba placer a quienes lo practicaban.

La certidumbre para manejar hábitos y conductas, sumadas a la actividad

recreativa, posibilitaba el éxito en los hijos de las familias de élite, que poco a poco

tuvo aceptación en otras clases de Inglaterra y de otras sociedades.

Solís (2009) menciona que el deporte era una actividad que la población

aristócrata legitimaba. La expansión social del deporte se llevaba a cabo por

asociaciones religiosas y por propietarios de fábricas, quienes veían una fortaleza

en él, como herramienta de utilidad para encaminar a la población a los objetivos

de las clases dominantes y alejarla de sus diversiones habituales. Aparecieron a

su vez la creación de clubes deportivos vinculados a las asociaciones religiosas y

a las fábricas, permitiendo con esto la difusión de la práctica deportiva en todos los

niveles, con una cobertura de las diferentes clases sociales.

A la par de estas direcciones, el Estado realizó acciones que

complementaban la difusión de la práctica deportiva a través de sus instituciones y

organismos relacionados con el uso del cuerpo y el tiempo libre por medio de los

sistemas educativos. Mediante estas acciones los países centrales y las

sociedades influidas por el imperio inglés convirtieron al deporte como la forma

hegemónica del uso del cuerpo y del tiempo libre.

Posterior a esta difusión deportiva y a partir de estas situaciones y

representaciones sociales previas, la población con poderío ostentada en las

clases protagonistas de la construcción del dispositivo regulador, generaron

espacios y contextos de dominación de la población a través del deporte.

Construyeron un mundo simbólico que delimito quienes podían jugar determinados

deportes y quienes no, con qué beneficios y con qué riesgos.

Es así como inicia la concepción de que el imaginario social estructuraba y

legitimaba las divisiones de género y clase social en el ámbito deportivo.

252

Desde un inicio la consideración del deporte para hombres y no para

mujeres fue clara. El deporte simbolizaba lo viril en oposición a lo femenino. Y

como el autor detalla, en el marco de la Inglaterra victoriana su construcción se

opone a la definición del ideal femenino de delicadeza y fragilidad imperante, ya

que la práctica de los primeros deportes como el futbol y el rugby, requerían del

desarrollo de la fuerza y la potencia, fundamentalmente, combinadas con la

agresividad y la capacidad de iniciativa, aspectos que no se consideraban

aceptados socialmente para las mujeres.

Las primeras mujeres que valoraban disponer de su tiempo e integrarse a la

actividad deportiva, representaba al sector burgués. Las mujeres de la elite

accedieron a algunos deportes como la natación, el tenis, el esquí, y

paulatinamente a otros que exigían de mayor compromiso con cualidades

consideradas de carácter masculino. Sin embargo, a pesar de estos inicios por

comenzar a reducir la brecha de su participación mediante estas prácticas no

lograron quebrar la desigualdad de oportunidades para el conjunto de la población,

ni el sentido de los marcos ideológicos que generaban. El autor deja ver que hasta

hoy, existen contradicciones entre las disposiciones femeninas tal como son

definidas culturalmente y las requeridas por las deportistas.

La realización de actividades deportivas implica no solamente de

designación de tiempo personal, sino que exige varias circunstancias, que las

mujeres deben conciliar de acuerdo a sus asignaciones- obligaciones

tradicionales. En la práctica deportiva sistemática se requiere, además de tiempo

libre de obligaciones materiales. El deporte así como la gimnasia -su antecesora-

tiene como fin la práctica misma, tal como sucede en el arte. Desde esta condición

continúa ligado a una cierta condición “aristocrática” de difícil alcance, que se hace

dificultoso sostener para las mujeres cuyo tiempo es absorbido tanto por el trabajo

hacia afuera, como por la maternidad y las tareas domésticas, apareciendo la

situación tradicional de las mujeres de cumplir sus roles y donde se le asigna una

doble jornada laboral. Estos elementos a conciliar –por los enfoques tradicionales

del cuidado y de obligaciones- , la virilidad y la disponibilidad de tiempo para una

253

actividad no productiva, impregnan tanto en el campo material de la distribución de

la actividades deportivas como en el mundo simbólico asociado a ellas,

produciendo desigualdad de oportunidades de acceso y permanencia en el ámbito

deportivo y, generando notables diferencias entre la práctica deportiva femenina y

masculina.

Por otra parte las consideraciones de tipos de deportes distintos para

hombres y mujeres se han venido desarrollando de acuerdo a la imagen corporal.

La mujer, su cuerpo, y las actividades que podía desarrollar han tenido un

tratamiento generalmente sexista en la sociedad occidental y en su modelo en

relación con la práctica deportiva, lo consideran Rodríguez, Martínez y Mateos

(2009). Uno de los estereotipos más resistentes al cambio, presente a lo largo de

la historia, es el de considerar que hay deportes más apropiados para las mujeres

y otros que lo son para los hombres. La segregación se hace presente. El sexo se

convierte en una cuestión discriminatoria con relación a la participación en las

actividades deportivas. Los modelos tradicionales por los que se ha regido la

educación corporal de las mujeres conciernen a aquél en el que se les otorga el

papel de madres y esposas y se les niega la posibilidad de desarrollo personal en

otras facetas. Por tanto las culturas tradicionales, las represiones y las

condicionantes sociales, han impedido y limitado las oportunidades de las mujeres

de practicar ejercicio y deporte de forma regular y con cierta intensidad, lo que ha

creado diversas expectativas en el rol de cada uno de los sexos respecto a las

actividades que pueden realizar.

Otra circunstancia de discriminación era generada en torno al concepto de

salud. Se creía que la actividad deportiva representa una situación de riesgo y de

algún nivel de peligro para la salud de las mujeres; puesto que el concepto de

salud, en este caso, estaba relacionado directamente con la finalidad básica que

socialmente se asignaba a las mismas: la capacidad de tener hijos. En este tenor,

se divulgaba la idea de que únicamente aquellos ejercicios que fuesen aptos

desde la perspectiva de la función de la maternidad o, en su defecto, que sirviesen

254

para exaltar los aspectos y cualidades artísticas y expresivas serían adecuados

para las mujeres.

Paulatinamente las mujeres han ido incurriendo en rutinas relacionadas con

prácticas deportivas. De forma progresiva las mujeres han ido accediendo con

enormes dificultades a desarrollar actividades físicas de todo tipo, intentando

superar las barreras que le impedían su realización plena y su ocupación del

tiempo libre. Por ello, en este caso, como en todos los demás contextos de las

relaciones de género en el ámbito de la sociedad contemporánea, la lucha de las

mujeres seguiría permitiendo la apertura a la reducción gradual de las brechas de

la práctica del deporte entre hombres y mujeres.

Las investigaciones sobre las mujeres y el ámbito deportivo, siguen

apareciendo y siendo consideradas en la cotidianidad, manifiestan el mismo

comportamiento de acrecentamiento de la participación como en el resto de

entornos de las sociedades. La progresiva incorporación de las mujeres en el

deporte deja ver las consecuencias del creciente protagonismo que ellas han ido

adquiriendo en la sociedad actual, no obstante la participación femenina ha

conocido en los últimos tiempos un incremento significativo y constante, las

distancias con respecto a los hombres, en los respectivos techos de cristal (glass

ceiling) aún siguen permaneciendo y los continúan enfrentando en cada área.

Los eventos por los que ha transcurrido la sociedad han dejado ver la

propia evolución de la participación de las mujeres en los grandes eventos

deportivos como Juegos Olímpicos, Campeonatos del Mundo y de las distintas

especialidades deportivas, las cuales han tenido particular significación y sin duda

reflejan situaciones incuestionables donde el grado de implicación de las mujeres

y su preparación profesional llega a ser similar a las de los hombres, conforme han

incurrido progresivamente en las distintas disciplinas deportivas. Por otra parte su

perfil de participación directiva, así como en otros ámbitos como en los negocios,

sigue presentando dificultades y cuestionadas cifras. Mientras que la participación

de las mujeres en aspectos de dirección deportiva también es algo que ha tardado

tiempo en conseguirse. Pero a pesar de esta evolución sin retorno, continúa la

255

problemática de las mujeres sobre todo en relación con el deporte de rendimiento,

en donde a las femeninas se les impide su participación en numerosas disciplinas

deportivas, e incluso en la detección de talentos deportivos donde la igualdad es

difícil de conseguir.

De acuerdo a estas investigaciones se menciona que es necesario realizar

estrategias para la promoción del deporte en las mujeres basándose en un cambio

de mentalidad de la propia mujer, por lo cual es importante visualizar que en la

práctica del deporte es donde las diferencias de género permanecen influenciadas

por el contexto sociocultural y por el propio proceso de socialización de hombres y

mujeres, donde las imágenes de feminidad y masculinidad se manifiestan de

formas diversificadas y en contextos de discriminación.

Hoy en día la consideración del deporte ha tomado un rumbo el cual juega

un rol muy importante como medio de integración, donde la actividad física cobra

cada día mayor importancia en la vida de hombres y mujeres porque su práctica

está relacionada con aspectos fundamentales de la vida cotidiana y el bienestar: la

mejora de la salud, la calidad de vida humana, la convivencia y la relación entre

personas, el ocio y la ocupación del tiempo libre y la profesionalización; incluye

prácticas que permiten satisfacer necesidades de desarrollo corporal, de

experimentar, de jugar, de comunicar, de expresar, de superar, de disfrutar, de

acercarse a la naturaleza y de compartir con los demás de estrategias, logros y

dificultades.

En este entorno también es preciso considerar que en la legislación y la

promoción de políticas públicas, se integra la consideración de la igualdad de

mujeres y hombres, al reconocer las transformaciones sociales que se han

presentado por la incorporación de la mujeres al mercado de trabajo remunerado y

por su presencia masiva en las universidades, por la disminución del número de

hijos que desarrolla, por los retrasos en la edad de la maternidad, por la cada vez

mayor implantación de una sociedad de consumo, basada en el neoliberalismo

hegemónico y por la recepción de la cultura de inmigración y de apertura, ahora

por los medios electrónicos, entre otros.

256

Todo esto ha estado generando la incorporación de nuevos roles, que por

añadidura también se ha contagiado el ámbito del deporte y las actividades

deportivas. La práctica deportiva, sin duda no deja de ser un fiel reflejo de estas

transformación sociales, así como de las desigualdades y situaciones que se

encuentran presentes en la sociedad actual como son la discriminación salarial, el

mayor desempleo femenino, la escasa presencia en puestos de dirección pública y

privada, los problemas de conciliación entre la vida personal, laboral y familiar, de

igual manera la consideración de las mujeres en el deporte adaptado, el

abandono temprano de la actividad deportiva, la evolución de su participación en

la gestión deportiva y en los puestos de decisión en organizaciones deportivas.

LA PRÁCTICA DEPORTIVA DE MUJERES Y HOMBRES EN MÉXICO

Es preciso señalar una mirada a la realidad de la práctica deportiva en

México, recurriendo a los datos nacionales que proporciona el INEGI en el estudio

denominado: Módulo de práctica deportiva y Ejercicio Físico (MOPRADEF). Los

resultados presentan datos obtenidos a febrero del año 2014, en el que sobresale

la cifra del 56.4%, que representa a la población mexicana de 18 años y más en el

área urbana la cuál es inactiva físicamente, y de esté universo las mujeres

representan la mayoría, siendo un 61.3% y los hombres ostentando el 38.7%.

Contextualizando estos perfiles, el mayor grado de mujeres inactivas

físicamente se ubica en el grupo de 25 a 34 años de edad con un 71.4%,

simbolizando una etapa inmediata a los estudios universitarios. Y de acuerdo al

nivel de instrucción, la mayor proporción de población que realiza actividad físico-

deportiva manifestaron tener al menos un grado de educación superior (55.4%),

mientras que las personas sin educación básica terminada ostentan un mayor

porcentaje de inactividad (72.7%), pudiendo vislumbrarse una probable relación

entre el grado de educación superior y la práctica de actividad físico-deportiva.

Los hombres dedican mayor tiempo a la semana a la actividad deportiva que las

mujeres, representando 3 horas con 49 minutos contra 3 horas con 20 minutos

respectivamente.

257

Con estos datos es justo señalar que la universidad sigue involucrándose

en jugar un rol activo en la promoción de la cultura en salud de mujeres y hombres

a través de la actividad deportiva, el cual conviene otorgarle una primacía al

analizar su incorporación y permanencia en las políticas públicas universitarias.

Por ello conviene considerar los espacios sobre la trascendencia de la

universidad en la promoción de la equidad de género, las leyes, normas y políticas

para promover la igualdad entre hombres y mujeres. El rol de la administración

pública en su promoción, la presencia de mujeres en la dirección del deporte, en la

investigación, en la promoción desde sectores públicos y privados, en la

incorporación de mujeres y hombres con capacidades diferentes, en la

sensibilización de género y en el fin último de este documento al considerar la

actividad física como bienestar y salud para las mujeres.

LEGISLACIÓN MEXICANA SOBRE EL DEPORTE Y LA INCURSIÓN DE LA

PERSPECTIVA DE GÉNERO

Con la intención de reconocer específicamente la relación expresa de

legislación deportiva y género, se presentan los siguientes extractos de

disposiciones, tras contemplar la inclusión de la consideración de la perspectiva de

género en el deporte en la Ley General de Cultura Física y Deporte, por lo que se

mencionan algunos apartados que lo señalan.

En el artículo segundo, fracción XI, se detalla una finalidad general:

XI. Garantizar a todas las personas sin distinción de género, edad,

discapacidad, condición social, religión, opiniones, preferencias o estado

civil, la igualdad de oportunidades dentro de los programas de desarrollo

que en materia de cultura física y deporte se implementen, y

En el artículo quinto, fracción VI, aparece el género considerado en el

deporte social, como sigue:

258

VI. Deporte Social: El deporte que promueve, fomenta y estimula el

que todas las personas sin distinción de género, edad, discapacidad,

condición social, religión, opiniones, preferencias o estado civil, tengan

igualdad de participación en actividades deportivas con finalidades

recreativas, educativas y de salud o rehabilitación;

Y en el artículo 151, fracción II, se considera infracción muy grave a la ley

mencionada, lo siguiente:

II. Las distinciones, exclusiones, restricciones, preferencias u

hostigamiento que se hagan en contra de cualquier deportista, motivadas

por origen étnico o nacional, de género, la edad, las discapacidades, la

condición social, la religión, las opiniones, preferencias sexuales, el estado

civil o cualquier otra que atente contra su dignidad o anule o menoscabe

sus derechos y libertades;

Así también el Reglamento Ley General de Cultura Física y Deporte en el

artículo 68, fracción I, establece la celebración de convenios de coordinación entre

la Comisión Nacional del Deporte (CONADE) y entre otras instituciones con las

dependencias y entidades de los Estados y Distrito Federal para promover,

fomentar y estimular:

La cultura física y la activación física en todas las etapas de la vida

de las personas, incluyendo a todas las personas sin distinción de género,

edad, discapacidad, condición social, religión, opiniones, preferencias o

estado civil

En esta sintonía reguladora la inclusión y el fomento del deporte a la

población del país aparece considerada sin restricción de género y en el caso de

que se presentara alguna restricción la legislación la consideraría como una

infracción muy grave.

259

LA INCLUSIÓN DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO Y DEPORTE EN LAS

INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR, UNIVERSIDAD DE

GUADALAJARA–CENTRO UNIVERSITARIO DE LOS ALTOS (CUALTOS)

Por una parte, la incorporación de la perspectiva de género en las

Instituciones de Educación Superior mexicanas a través de la Asociación Nacional

de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) en México,

surge en octubre de 2002 con el Convenio de Colaboración del Instituto Nacional

de las Mujeres y el ANUIES. Desde ese momento se establecía una de las

principales preocupaciones y objetivos a lograr en materia de políticas, programas,

currículos y proyectos de instituciones de educación superior. Revisando las seis

redes de colaboración que contempla, solamente en dos: la del Sur-Sureste y la

de Centro-Occidente, se tiene una Red de Estudios de Género.

Para el caso de la Universidad de Guadalajara, que cuenta con el Centro de

Estudios de Género, que tiene veinte años de ser un espacio académico dedicado

al estudio de las problemáticas de género desde 1994, vinculado a la difusión,

docencia y el aporte de conocimientos científicos; se basa en la Declaración

Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI, para apoyar el acceso de las

mujeres a la educación. A la par del centro aparece en 1995 la Revista de estudios

de género La Ventana, donde se da cuenta de estudios relacionados con la

condición femenina y la condición masculina.

En los últimos años el Centro Universitario ha sido participe de varias

acciones que se realizan por parte del Centro de Estudios de Género, como la

participación en algunos talleres para docentes y para el alumnado que aquí se

establece, incluso, el presente año la Semana de Innovación Educativa y de

Formación Integral (SIEFI) para el estudiantado, llevaba el lema de “Equidad de

Género” y varias de las actividades contemplaba talleres, conferencias y

presentaciones del libro entre otras para considerar la perspectiva de género en

las Universidades. En estas acciones la Doctora Marisa Martínez Moscoso

continúa apoyando en llevarlas a cabo, por ejemplo con las recomendaciones para

el personal académico sobre la práctica docente con equidad de género

260

(integrando publicaciones, presentaciones, charlas y talleres) y con actividades

con el personal estudiantil, que implican diálogos para vivir la equidad de género

en la universidad. Por ello últimamente han sido más frecuentes. Las visitas se

realizan de acuerdo a temáticas de actividades, como fue el caso, pero cabe hacer

mención que el resto habían sido una o dos acciones por un par de años. La

preocupación de la cultura institucional de género en la Universidad de

Guadalajara la ha dejado ver la investigadora Cristina Palomar al concluir en uno

de sus estudios que “no existe en la UdeG la promoción de una política

institucional de equidad de género que, al mismo tiempo, combata los intereses,

en contra. En este escenario, estamos aún muy lejos de que la perspectiva de la

equidad de género haya permeado la estructura institucional y se cuente con las

condiciones para remover las resistencias y las inercias cristalizadas en la cultura

universitaria” (Palomar, 2011:137), la autora continúa expresando que no se debe

confundir incluir la perspectiva de género con la existencia de instancias

específicas para los estudios de género, como centros o programas, con la

“puesta en práctica de dicha perspectiva en todos los planos y niveles de vida

institucional”(Palomar, 2011:137), así también debate que en ocasiones estas

instancias de género en las universidades cuentan con poco o nulo financiamiento,

y entre otras acciones deben llegar a privilegiar la realización de temas atractivos

al público. La investigadora deja ver que la realización de convenios y acuerdos

universitarios relacionados con la institucionalización de la perspectiva de género

implican cierto compromiso en este sentido, concluye mencionando que habría

que valorar la real incorporación de la perspectiva de género.

Por otro lado el Plan de Desarrollo Institucional 2014-2030 de la

Universidad de Guadalajara, incluye como una de las principales

recomendaciones de los organismos internacionales que “Debe seguirse

impulsando la equidad de género, garantizando el acceso de las mujeres a la

educación superior e impulsando su inserción en carreras donde hay mayoría

masculina: ingenierías y ciencias”; contempla en su Objetivo 17 la Consolidación

de la equidad, inclusión y garantía de los derechos humanos, el cual incluye tres

estrategias:

261

Generar una política integral y transversal de equidad y fomento a la no

discriminación, en todas sus manifestaciones, que equilibre las condiciones

y las oportunidades institucionales para todos los universitarios.

Incorporar la figura del Ombudsperson universitario, que promueva el

respeto y ejercicio de los derechos humanos fundamentales en toda la

comunidad universitaria.

Fortalecer los programas y servicios universitarios destinados a promover la

equidad de género en la Red Universitaria.

Para el caso del Centro Universitario de los Altos de la Universidad de

Guadalajara en su Plan de Desarrollo Visión 2030, no contempla una línea

estratégica relacionada con la incorporación de la perspectiva de género en sus

actividades universitarias. En el mismo documento y de acuerdo con la

incorporación de las prácticas deportivas como la actividad relacionada con el

desarrollo integral de los estudiantes por medio de la promoción del deporte; se

parte de la función de la extensión y vinculación de la universidad, establecida

como la tercera política de la función mencionada. Menciona el fomento a la

actividad física entre los estudiantes (sin delimitar hombres y mujeres), también

integra la promoción en el personal académico y administrativo, considerándolos

como parte de la comunidad universitaria. Y de igual manera se plantea el objetivo

en el trabajo comunitario por medio de la Brigada Universitaria (integrada con

prestadores de servicio social, estudiantes, pasantes y personal académico) de la

promoción deportiva en comunidades de los catorce municipios que atiende el

CUALTOS.

MUJERES Y DEPORTE EN EL CUALTOS

La incorporación de talleres deportivos en el CUALTOS para el

estudiantado, se ha desarrollado desde hace un par de años. Mujeres y hombres

tienen la oportunidad de que en una hora libre de los días miércoles,

específicamente a las 13 y 14 horas, para turno matutino y vespertino

262

respectivamente, pueden acceder a practicar atletismo, baloncesto, béisbol,

defensa personal, futbol soccer, tae kwon do, voleibol sala y tenis de mesa.

El presente ciclo 2014-B presenta los siguientes registros de participación

tanto en los talleres como en las selecciones representativas del CUALTOS:

Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de los registros de estudiantes en talleres deportivos.

Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de los registros de estudiantes en talleres deportivos.

0 20 40 60 80

100 120

Alu

mn

ado

CUALTOS, U DE G, ciclo 2014-B Registro de estudiantes mujeres y hombres

por talleres deportivos

Mujeres

Hombres

Mujeres 49%

Hombres 51%

CUALTOS, U DE G, ciclo 2014-B Registro de estudiantes mujeres y hombres

en talleres deportivos

263

Fuente: Elaboración propia con datos obtenidos de los registros de estudiantes en selecciones representativas.

No obstante los datos muestran una participación de casi la mitad de

estudiantes mujeres en talleres deportivos, con un 49% (249) y un 51% (260)

hombres, se tiene cierta participación en selecciones representativas.

Las respuestas obtenidas de un estudio practicado en CUALTOS (Macías,

2010) dirigido a estudiantes alteñas sobre condiciones de discriminación en su

universidad, dejan ver opiniones donde la mencionada distinción no existe, en la

realidad y por lo general ellas perciben un trato igualitario para mujeres y hombres

Tras conocer las oportunidades cotidianas institucionales con enfoque de

género que se tiene para estudiantes mujeres y hombres que practican deporte en

el CUALTOS, se tiene ahora la intención de ahondar en experiencias a detalle de

mujeres universitarias en el deporte, que sin duda dejan ver los obstáculos por los

que atraviesan.

La realidad se presenta después de entrevistar a tres estudiantes –exitosas

en el deporte- egresadas del CUALTOS, que relatan su experiencia.

0% 5%

10% 15% 20% 25% 30% 35% 40%

Títu

lo d

el e

je

CUALTOS, U DE G, ciclo 2014-B Registro de estudiantes mujeres y hombres en selecciones

representativas CUALTOS

Mujeres

Hombres

264

LAS ENTREVISTADAS

La primera de las entrevistadas, es una estudiante de la carrera de

Ingeniería agroindustrial del CUALTOS, ella es una futbolista que ha participado

de manera competente hasta la universidad, y casualmente en un partido la

invitaron a sumarse para completar y desde esa ocasión, como primera vez ella

relata que la seleccionaron para representar al CUALTOS. Esta muy agradecida

con el deporte, porque le ha permitido visitar sitios que ella nunca hubiera

imaginado, por ejemplo Cancún. Ella deja ver que ha pasado obstáculos, sobre

todo porque hay más apoyo para los hombres, dice que es tan importante para

ellos que a desde un principio ya les están pagando. Y dice que a las mujeres no,

que es al contrario, las seleccionadas como ella tenían que organizar eventos para

pagarse los viajes de las competencias nacionales y está situación era recurrente,

en cuánto terminaba su participación en un nacional, casi al momento tenían que

empezarse a organizarse con conseguir el dinero para su siguiente participación

en un nacional, ella comenta que casi no las apoyaban nada. Concluye

comentando que como mujer las ganas y la pasión por el deporte, la ha llevado a

pensar que a pesar de los comentarios que le digan y sobre todo si son malos

comenta “de allí agarrate para que les demuestres que realmente se pueden hacer

las cosas”(sic)

Las frases dejan ver condiciones de discriminación hacia las mujeres

universitarias deportistas, por la práctica de un deporte no obstante siendo

formando parte de la selección representativa nacional, en general detalla

obstáculos que afronta y por lo que sus palabras muestran, ha recibido

comentarios negativos, los cuales toma como retos para demostrar que ella puede

hacer las cosas, aunque no se lo acrediten.

La segunda estudiante entrevistada, se prepara en el CUALTOS como

nutrióloga, ella es portera. Comenta que también se suma a un equipo porque les

faltaba un integrante y la suman como portera, esto fue en su etapa de estudios de

nivel secundaria. Ella es una estudiante que trabaja por la mañana, en las tardes

estudia su carrera y un día a la semana que sale temprano de la universidad

265

entrena. Ella comenta que recibe un gran apoyo por parte del CUALTOS con el

transporte para acudir de la ciudad de Tepatitlán de Morelos, Jalisco a

Guadalajara, con la intención de entrenar con la selección de U de G. Percibe

diferencias entre hombres y mujeres deportistas, al tener que encontrar un

entrenador, puesto que es más fácil tener uno para un equipo de hombres.

Menciona que en el municipio la invitaron a entrenar como portera con un equipo

de la población y que la han recibido muy bien, ahora ya lleva tres años y muestra

que está muy contenta. Deja ver que no ha percibido ninguna distinción por ser

mujer, también se da cuenta que desde un inicio fue advertida que le iba a costar

trabajo esa responsabilidad y esa práctica deportiva, pero ella comenta que como

desde un inicio fue advertida, ella sabe que el trabajo es de tal manera y es igual

para todos. Para ella el deporte es un espacio para desestresarse, es una manera

de relajarse, espera la hora asignada para practicarlo y relajarse.

La tercera entrevistada, es egresada de la licenciatura en administración del

CUALTOS, actualmente ella labora en la misma universidad, ella es trabajadora

universitaria del área administrativa. Practica la disciplina deportiva del atletismo

desde hace tres años, con el apoyo de un entrenador. Y ha obtenidos primeros

lugares en varias competencias nacionales e internacionales. Percibe que los

obstáculos que se pueden presentar, son por la misma persona, la cual se debe

ella misma retar para superarlos. Da cuenta que tanto hombres como mujeres,

debemos considerar al deporte como un gusto, como una pasión, no tanto como

moda, sino como un complemento para mejorar la calidad de vida.

ALGUNAS REFLEXIONES

Las oportunidades que brindaba el practicar algún deporte en el siglo XIX

presentaban un enfoque totalmente discriminatorio para hombres y mujeres que

no pertenecieran a sectores y clases sociales burguesas. Posteriormente y

manteniendo ese perfil, el deporte se instrumentaba como un dispositivo lúdico y

recreativo que otorgaba placer y que aprovecharían como estrategia las clases

dominantes. La disposición de practicarlo se difundió por las asociaciones

266

religiosas y por los propietarios de las fábricas. Consecutivamente aparece el

Estado, con su visión de Estado-Bienestar, realizando acciones que contemplaban

el ofrecimiento y la difusión de la práctica deportiva.

A la par de estos “beneficios”, aparecían los obstáculos circunstanciales

para que las mujeres los practicaran; debiendo realizar en primera instancia sus

asignaciones- obligaciones tradicionales. Estos elementos a conciliar –por los

enfoques tradicionales del cuidado y de obligaciones-, aunados a la virilidad y a la

disponibilidad que requerían de tiempo específico para una actividad no

productiva-no laboral, impregnaban tanto en el campo material de la distribución

de la actividades deportivas como en el mundo simbólico.

Por otro lado las limitaciones permanecían al considerar las prácticas

deportivas riesgosas para la salud de las mujeres por sus condiciones de madres

y esposas.

Las prácticas deportivas actuales de mujeres y hombres en México,

muestran ambas caras, las oportunidades de las mujeres universitarias quienes

tienen más actividades físicas y las restricciones de mujeres que no culminaron

con la educación básica que representan la mayor proporción de inactivas

físicamente.

La salida emerge y sigue permaneciendo, los estudios lo dejan ver y la

entrevistada encuentran la respuesta, la lucha de las mujeres seguiría permitiendo

la apertura a la reducción gradual de las brechas en su propia evolución de la

participación en el cambio de mentalidad de las propias mujeres, ellas mismas se

deben retar para superarlos, valorando el deporte como un gusto, una pasión y un

complemento para mejorar la calidad de vida.

Actualmente se vislumbra legislación donde su práctica está relacionada

con aspectos fundamentales de la vida cotidiana y del bienestar a través de la

promoción de políticas públicas. El horizonte es positivo en la legislación mexicana

sobre el fomento al deporte en la población del país y en la incursión de la

perspectiva de género, al aparecer considerada sin restricción de género y en el

267

caso de que se presentara alguna restricción la legislación la considera como una

infracción muy grave.

En la UdeG aparecen contemplada la inclusión de la perspectiva de género;

en un objetivo de consolidación de la equidad que abarca tres estrategias, donde

la transversalización de la equidad aparece en la primera y el fortalecimiento de

programas y servicios universitarios para promoverla en la tercera. Aunado a esto,

existe la oportunidad a través del Centro de Estudios de Género y de la

publicación de la revista La ventana de discutir la perspectiva de género y

abordarlas por medio de investigaciones y proyectos. Aunque se encuentre

planeada habría que valorar la real incorporación, las dificultades a las que se

enfrenta en la cotidianeidad, la suficiencia y cobertura con la que opera y las

acciones que se realizan en el marco del compromiso institucional, representando

un área de oportunidad.

En el CUALTOS de la UdeG se tiene la política del fomento del deporte

documentada en el plan de desarrollo, pero no la inclusión de la perspectiva de

género. El apoyo de actividades por parte del Centro de Estudios de Género en el

marco de eventos especiales y talleres han posibilitado la iniciación en el

acercamiento de alumnado a la perspectiva de género. No obstante la

cotidianeidad continúa superando los documentos al dejar ver que las

oportunidades para hombres y mujeres en el deporte trascienden en el escenario,

dejando en claro que existe una relativa participación igualitaria de hombres y

mujeres en talleres deportivos y selecciones representativas, ostentando una

oportunidad para desarrollar el deporte con equidad en las universidades.

Los obstáculos por los que atraviesan las mujeres que practican deporte en

las universidades, obedecen a distinciones de acuerdo a la perspectiva de género;

siguen siendo enfoques tradicionales sobre estereotipos de género de las mujeres

en el deporte donde se ven discriminadas en el trato y en la consideración de

apoyos económicos, por considerarse deportes como el futbol tradicionalmente

masculinos. Una brecha bastante pronunciada entre el recibir el apoyo y el

conseguir la solvencia económica para participar en una competencia similar.

268

Las entrevistadas coinciden en que esa condición de ser diferente a lo que

se está acostumbrado de acuerdo a las condiciones sociales puede ser la razón

que dará la energía suficiente para triunfar, al transformar una percepción negativa

de su participación en la energía suficiente para ganar, incluso aunque desde un

inicio ya se los hallan advertido y ya estén avisadas, una de ellas se conforma con

tener un conocimiento de las consecuencias, sin tener la aprobación de esa

discriminación. Estas frases dan cuenta que en ambas circunstancias la

discriminación hacia las mujeres en el deporte sigue apareciendo, incluso en

universitarias con trayectorias deportivas exitosas, la previa advertencia o el

recordar la condición de la diferencia pone a la deriva sus experiencias negativas

de género. La respuesta es demostrar que se tienen resultados positivos no

importa los obstáculos que se afrontan, por esto recurren a pensar: “de allí

agarrate para demostrar que realmente se pueden hacer las cosas”.

REFERENCIAS

Gobierno de Aragón, España (2007) “Jornadas sobre mujer y deporte” Zaragoza, 18 y 19 de mayo de 2007, Las “Jornadas sobre Mujer y Deporte” fueron dirigidas por D. Manuel Casanova Larrayad y coordinadas por D. Alfonso Muniesa Ferrero.

INEGI (2014) Boletín de prensa núm. 129/14, EL INEGI presenta los resultados

del módulo de práctica deportiva y ejercicio físico, primer trimestre de 2014. Diario Oficial de la Federación (2013), Ley General de Cultura Física y Deporte

Secretaría de Gobernación, Estados Unidos Mexicanos. Diario Oficial de la Federación, Reglamento de la Ley General de Cultura Física y

Deporte (2014), Secretaria de Gobernación, Estados Unidos Mexicanos. Macías, Gizelle (2010) La educación de las mujeres movilizadora de sus ideas,

Encuentro de la mujer en la ciencia, Centro de Investigaciones en óptica, León, Guanajuato.

Martínez, Dolores (2012) Práctica docente con equidad de género. Una guía de

trabajo. Universidad de Guadalajara. Centro de Estudios de género.

269

Martínez, Dolores (2013) ¿Ingeniera? ¿Enfermero? Diálogos con estudiantes para vivir la equidad de género en la Universidad. Universidad de Guadalajara. Centro de Estudios de género.

Rodríguez, Domingo, Martínez, María José y Covadonga Mateos (2009) Identidad

y estereotipos de la mujer en el deporte. Una aproximación a la evolución histórica.

Solís, Diana, (2009), “Mujer y deporte”, en Susana B. Gamba, Diccionario de

estudios de género y feminismos, 2ª. Ed. Editorial Biblos, lexicón, Buenos Aires.

Universidad de Guadalajara (2014), Plan de Desarrollo Institucional 2014-2030,

Construyendo el futuro. Universidad de Guadalajara (2012), Plan de Desarrollo del Centro Universitario de

los Altos, Visión 2030. Verea, Palomar (2011) La cultura institucional de género en la Universidad de

Guadalajara, Biblioteca de la Educación Superior, ANUIES, México. SITIOS DE INTERNET

www.anuies.mx www.cualtos.udg.mx http://www.cualtos.udg.mx/noticia/sensibilizan-la-comunidad-universitaria-en-el-

tema-de-equidad-de-genero-y-deporte www.udg.mx

270

COMENTARIOS AL LIBRO “LA VIOLENCIA DEL LENGUAJE O EL LENGUAJE

QUE VIOLENTA: HOMBRES, MUJERES Y EQUIDAD DE GÉNERO”

DE ANNA MARÍA FERNÁNDEZ PONCELA.

Agustín Sández Pérez

En primer lugar agradezco a la doctora Lya Margarita Niño Contreras,

coordinadora general del programa, tan amable invitación a participar en un

evento como éste, que ha hecho posible conjuntar a un grupo sumamente valioso

de participantes cuya contribución al desarrollo de una cultura con equidad y

mejores propuestas para la convivencia se puede constatar a cada paso.

Aplaudo con emoción, igualmente, la grata presencia de la autora del libro,

doctora Anna María Fernández Poncela, quien nos acompaña y a quien

agradecemos su contribución a través de una obra cuyo contenido se antoja

necesario para obtener acercamientos razonables ―aunque profundos y

agudos― a temas que de suyo pueden resultar en ocasiones complejos o llenos

de subjetividad. Igualmente grato es reconocer a la autora invitada como

destacada participante en una comunidad académica, la de la Universidad

Autónoma Metropolitana (UAM), de cuyo seno, hace más de tres décadas soy

egresado y como tal lo menciono hoy, con orgullo, como mi Alma Mater, institución

que me enseñó a conocer y amar a mi país, pero ante todo, en ello asumir la

pertenencia a una “Casa abierta al tiempo” como reza su digno y visionario lema

universitario.

En la obra “La violencia del lenguaje o el lenguaje que violenta”

encontramos un trabajo académico riguroso, fundamentado, en que se va

construyendo un análisis que sustentan diversos ángulos de observación. Del

mismo modo, en su sección introductoria y comentarios finales presenta una

actitud reflexiva con rasgos profundamente humanos, plena de autocrítica,

reveladora de capacidades y valores altamente deseables para la labor que se

hace regularmente en instituciones educativas. Esta idea queda plenamente

271

confirmada cuando nos dice: “Siento que a veces en la academia nos estancamos,

por fidelidades trasnochadas, narcisismos desconsiderados, intereses materiales e

intelectuales y autojustificaciones engañosas, con las y los otros, incluso con

nuestra propia persona”. Una afirmación tan contundente y llena de verdades,

pocas veces forma parte del discurso de quien impulsa vigorosamente una

propuesta tan sólidamente sostenida.

En el desarrollo de su análisis nos dice: “El lenguaje es el medio de

comunicación por excelencia; construye las maneras de entender e interpretar al

mundo, lo refleja y lo reconstruye, transmite conocimientos y experiencias. Nos

enseña a pensar e incluso nombra sentimientos. Nos permite relacionarnos.

Conforma el mundo y las relaciones y prácticas sociales, así como configura

universos simbólicos e imaginarios culturales... Nos conforma subjetiva y

culturalmente...” (p 20)… (El lenguaje) no es neutral, tiene intenciones y matices,

conscientes e inconscientes, directos o indirectos, sutilezas a veces, prohibiciones

otras… Evitar la subidentificación y equilibrar la sobrerrepresentación en el

tratamiento de hombres y mujeres parece del todo justo y necesario, por

conciencia y por ética…” (p 21)

En relación al género, siguiendo a Lamas (2000), plantea que se trata de:

“… el conjunto de prácticas, creencias, representaciones y prescripciones

sociales que surgen entre los integrantes de un grupo humano en función de una

simbolización de la diferencia anatómica de hombres y mujeres… La cultura

marca a los sexos con el género y el género marca la percepción de todo lo

demás: lo social, lo político, lo religioso, lo cotidiano”.

En este tema, quisiera destacar la cita del documento de la UNESCO

(1989) denominado “Recomendaciones para un uso no sexista del lenguaje”

cuando afirma: “El lenguaje no es una creación arbitraria de la mente humana sino

un producto social e histórico que influye en nuestra percepción de la realidad. Al

transmitir socialmente al ser humano las experiencias acumuladas de

generaciones anteriores, el lenguaje condiciona nuestro pensamiento y determina

272

nuestra visión del mundo… Los prejuicios sexistas que el lenguaje transmite sobre

las mujeres son el reflejo del papel social atribuido a éstas durante generaciones…

refuerzan su papel tradicional y dan una imagen de ellas relacionada con el sexo y

no con sus capacidades y aptitudes, intrínsecas a todos los seres humanos”.

En capítulos sucesivos, la autora nos confirma que “hombres y mujeres

comparten un mismo lenguaje, sin embargo, presentan preferencias diferentes al

expresarse, según la sociedad y el contexto, diversos factores sociales, las y los

interlocutores, la situación concreta, pero sobre todo, por cuestiones de género en

las cuales convergen lo cultural y lo psíquico, lo social e interrelacional” (p 237)

Los grandes apartados de la obra son tres: uno, las preferencias y

diferencias en el habla de hombres y mujeres, los estilos conversacionales; dos, el

androcentrismo y sexismo lingüístico; tres, el discurso y los mensajes sexistas.

Me gustaría subrayar la contribución autocrítica que nos hace en secciones

avanzadas del documento al expresar:

“Deseo colaborar, en la medida de lo posible, en la ruptura del

distanciamiento entre el mundo académico y el de la sociedad en general… La

duda es si este texto es asequible al mayor número de personas posible y si se

puede dar una interlocución con la ciudadanía…A veces siento no sólo la

distancia, sino la incertidumbre sobre el supuesto y real servicio de la universidad

a la sociedad, de cómo nos quedamos en un mero discurso o como colaboramos

para seguir creando un mundo desde la mente y la argumentación que nos sigue

separando de nuestra real esencia como personas…”

Percibo en estas palabras un contenido de honestidad a toda prueba.

Encontramos en este documento un referente valioso que nos permite ubicar

importantes elementos de reflexión para entender y examinar críticamente

nuestras fórmulas de convivencia y propiciar un cambio significativo de nuestra

cultura. Felicidades.