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OPERACIONES PSICOLÓGICAS

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¿Es posible desestabilizar el poder político de un país a través del cansancio emocional para así llegar a su ocupación? Esta es una de las estrategias aplicadas por factores intervencionistas que buscan la ocupación de naciones independientes y soberanas, como es el caso de Estados Unidos (EE.UU.) contra Venezuela.

En principio, una guerra convencional no resulta conveniente para el país imperialista, por lo que recurre a la guerra de las ideas.

No basta con las sanciones, el bloqueo comercial y �nanciero para as�xiar un mandato constituido por la voluntad de los venezolanos, y que con sus derivaciones busca que se produzca un estallido social que justi�que una intervención militar extrajera.

Sino que además aplica operaciones psicológicas y comunicacionales falsas o también conocidas como Fake News, diseñadas para atacar la psiquis de cada ciudadano, obtener el control y dominio mental de las masas en cuanto a su conducta social, a lo que se conoce como

guerra de cuarta generación.

Hoy en día los con�ictos bélicos comienzan a librarse en el terreno de las ideas, las emociones, los sentimientos, a la par de los espacios de opinión pública, tanto en el ámbito nacional como internacional, para que la sociedad se someta a los intereses del agresor, dejando así una inexistente división entre lo que es el frente aliado y el enemigo.

La psiquis del venezolano esta siendo “objeto de manipulación para lograr embotamiento y cansancio emocional. Un método que demanda una salida del gobierno violenta para naturalizarlo como una forma correcta”, aseguró el médico psiquiatra y analista social, Ángel Riera.

“Se trata de una guerra no convencional donde se somete a una información constante de cuenta gota, donde previo estudio antropológico, sociológico y psicológico de una sociedad se percuta en los patrones de conducta, donde el contexto se sacuda en esquemas mentales, donde la sociedad apela a la reactividad de un grupo para crear caos, sensación de incertidumbre, desasosiego e indefensión aprendida”.

Cuando una sociedad se encuentra en estado de depresión es más fácil de ser in�uenciada psicológicamente. “Desmoralizar es el objetivo de la guerra informativa y psicológica, buscando amilanar las ideas del enemigo, y a su vez aumentar el apoyo de las personas que están con ellos”.

¿Es posible desestabilizar el poder político de un país a través del cansancio emocional para así llegar a su ocupación? Esta es una de las estrategias aplicadas por factores intervencionistas que buscan la ocupación de naciones independientes y soberanas, como es el caso de Estados Unidos (EE.UU.) contra Venezuela.

En principio, una guerra convencional no resulta conveniente para el país imperialista, por lo que recurre a la guerra de las ideas.

No basta con las sanciones, el bloqueo comercial y �nanciero para as�xiar un mandato constituido por la voluntad de los venezolanos, y que con sus derivaciones busca que se produzca un estallido social que justi�que una intervención militar extrajera.

Sino que además aplica operaciones psicológicas y comunicacionales falsas o también conocidas como Fake News, diseñadas para atacar la psiquis de cada ciudadano, obtener el control y dominio mental de las masas en cuanto a su conducta social, a lo que se conoce como

guerra de cuarta generación.

Hoy en día los con�ictos bélicos comienzan a librarse en el terreno de las ideas, las emociones, los sentimientos, a la par de los espacios de opinión pública, tanto en el ámbito nacional como internacional, para que la sociedad se someta a los intereses del agresor, dejando así una inexistente división entre lo que es el frente aliado y el enemigo.

La psiquis del venezolano esta siendo “objeto de manipulación para lograr embotamiento y cansancio emocional. Un método que demanda una salida del gobierno violenta para naturalizarlo como una forma correcta”, aseguró el médico psiquiatra y analista social, Ángel Riera.

“Se trata de una guerra no convencional donde se somete a una información constante de cuenta gota, donde previo estudio antropológico, sociológico y psicológico de una sociedad se percuta en los patrones de conducta, donde el contexto se sacuda en esquemas mentales, donde la sociedad apela a la reactividad de un grupo para crear caos, sensación de incertidumbre, desasosiego e indefensión aprendida”.

Cuando una sociedad se encuentra en estado de depresión es más fácil de ser in�uenciada psicológicamente. “Desmoralizar es el objetivo de la guerra informativa y psicológica, buscando amilanar las ideas del enemigo, y a su vez aumentar el apoyo de las personas que están con ellos”.

Como a�rma la teoría de la aguja hipodérmica, también conocida como teoría de la bala mágica, la cual dogmatiza que la propaganda, permite conseguir el servilismo de personas para �nes políticos determinados sin necesidad de recurrir a la violencia a través de la manipulación, según Harold Lasswell en su libro Propaganda Techniques in the World War.

Las formas para in�uir en las personas son a través de la manipulación de sus emociones, sus pensamientos, como lo de�ne la Teoría Cognitiva Conductual del psicólogo y psicoterapeuta, Albert Ellis, quien consideraba que los problemas de conducta nacen del pensamiento y las emociones, y de cómo los pensamientos inciden en las alteraciones psicológicas.

Para Ellis las personas son responsables de sus pensamientos perturbados, de manera consciente o inconsciente, por lo cual ellas mismas tienen en sus manos las herramientas que les permita modi�carlos.

En este sentido, Riera precisa que al producirse “pensamientos irracionales se crea un sufrimiento irracional y se crean conductas no adecuadas” y es allí donde se abre espacio para la percepción que adopta cada persona de “lo que dice la gente en la calle, en las redes sociales, la televisión, la radio”, entre otros medios de comunicación.

“Hay noticias muy bien elaboradas que apelan a un razonamiento reactivo donde la personas reaccionen con violencia a ciertos estereotipos, a ciertos prejuicios y a los roles de cualquier nivel y hace que estén prolongadamente en un constante sufrimiento para llegar al embotamiento y cansancio emocional”.

Desmoralizar es el objetivo de la guerra informativa

y psicológica

Como a�rma la teoría de la aguja hipodérmica, también conocida como teoría de la bala mágica, la cual dogmatiza que la propaganda, permite conseguir el servilismo de personas para �nes políticos determinados sin necesidad de recurrir a la violencia a través de la manipulación, según Harold Lasswell en su libro Propaganda Techniques in the World War.

Las formas para in�uir en las personas son a través de la manipulación de sus emociones, sus pensamientos, como lo de�ne la Teoría Cognitiva Conductual del psicólogo y psicoterapeuta, Albert Ellis, quien consideraba que los problemas de conducta nacen del pensamiento y las emociones, y de cómo los pensamientos inciden en las alteraciones psicológicas.

Para Ellis las personas son responsables de sus pensamientos perturbados, de manera consciente o inconsciente, por lo cual ellas mismas tienen en sus manos las herramientas que les permita modi�carlos.

En este sentido, Riera precisa que al producirse “pensamientos irracionales se crea un sufrimiento irracional y se crean conductas no adecuadas” y es allí donde se abre espacio para la percepción que adopta cada persona de “lo que dice la gente en la calle, en las redes sociales, la televisión, la radio”, entre otros medios de comunicación.

“Hay noticias muy bien elaboradas que apelan a un razonamiento reactivo donde la personas reaccionen con violencia a ciertos estereotipos, a ciertos prejuicios y a los roles de cualquier nivel y hace que estén prolongadamente en un constante sufrimiento para llegar al embotamiento y cansancio emocional”.

Dependiendo de su contenido, una noticia es capaz de alterar el

raciocinio de cualquier ser sentipensante

El rol macabro de los medios de comunicación

Es importante recordar que el cansancio en los venezolanos ha estado siendo provocado desde hace 20 años, con la llegada de la Revolución Bolivariana al país.

Cuando Hugo Chávez asumió el poder político las arremetidas contra el gobierno que encabezó no se hicieron esperar, pues con los ideales de justicia social, soberanía e independencia se vieron afectadas las negociaciones desigualitarias que por décadas existió entre Venezuela y los EE.UU., mediante acuerdos suscritos con los gobiernos de la IV República.

Desde entonces un sinfín de agresiones han sido dirigidas contra la nación suramericana: paros petroleros, golpes de Estado, ataques a la economía, afectaciones psicológicas, sanciones, bloqueos �nancieros y comerciales, así como también la creación de noticias falsas y campañas de descrédito.

La arremetida mediática contra Venezuela ha sido otro de los mecanismos utilizados por intereses imperiales para generar mayor desestabilización.

Como es bien sabido la guerra mediática es el combate que existe entre grandes poderes económicos del mundo y el poder político de países que se niegan al sometimiento de sus intereses, al no poder producir de primera mano un con�icto armado para derrocar gobiernos de manera justi�cada.

Ante la limitante, las grandes corporaciones de comunicación aliadas a estas élites diseñan y producen una feroz campaña de descrédito contra mandatos democráticos y populares.

La doctora en Ciencia Políticas y Socióloga de la Universidad Complutense de Madrid, Ángeles Diez, explicó durante la conferencia “La Manipulación es un Sistema: La imagen, las palabras y sus causas” realizada en el consulado de Venezuela en Vigo, España; que es notoria la guerra que existe contra el país suramericano en medios españoles, pues estos procesan temas sobre Venezuela en mayor medida que importantes asuntos del país europeo.

“Para España, fue prioritaria la desinformación sobre Venezuela antes que el acuerdo �rmado por su gobierno para �nalizar el con�icto con la E.T.A”, ejempli�có.

De acuerdo a las investigaciones realizadas por la especialista madrileña el noventa por ciento de las noticias publicadas en grandes medios de comunicación provienen de corporaciones estadounidenses y de la Unión Europea (UE).

“De las seis corporaciones periodísticas más importantes del mundo, tres son estadounidenses, dos de Inglaterra, y una Alemana”, agregando además que estas mismas empresas reciben contenidos donde alteran la realidad venezolana.

“Las corporaciones utilizan periodistas contratados para disparar a nuestra consciencia”, despuntó Ángeles y concluyó su participación al asegurar que hoy por hoy es aplicada una nueva modalidad de guerra: “las intervenciones humanitarias”, mascara que oculta las verdaderas intensiones de invasión y que recientemente está en los principales titulares de los medios cuando hablan de Venezuela.

Es importante recordar que el cansancio en los venezolanos ha estado siendo provocado desde hace 20 años, con la llegada de la Revolución Bolivariana al país.

Cuando Hugo Chávez asumió el poder político las arremetidas contra el gobierno que encabezó no se hicieron esperar, pues con los ideales de justicia social, soberanía e independencia se vieron afectadas las negociaciones desigualitarias que por décadas existió entre Venezuela y los EE.UU., mediante acuerdos suscritos con los gobiernos de la IV República.

Desde entonces un sinfín de agresiones han sido dirigidas contra la nación suramericana: paros petroleros, golpes de Estado, ataques a la economía, afectaciones psicológicas, sanciones, bloqueos �nancieros y comerciales, así como también la creación de noticias falsas y campañas de descrédito.

La arremetida mediática contra Venezuela ha sido otro de los mecanismos utilizados por intereses imperiales para generar mayor desestabilización.

Como es bien sabido la guerra mediática es el combate que existe entre grandes poderes económicos del mundo y el poder político de países que se niegan al sometimiento de sus intereses, al no poder producir de primera mano un con�icto armado para derrocar gobiernos de manera justi�cada.

Ante la limitante, las grandes corporaciones de comunicación aliadas a estas élites diseñan y producen una feroz campaña de descrédito contra mandatos democráticos y populares.

La doctora en Ciencia Políticas y Socióloga de la Universidad Complutense de Madrid, Ángeles Diez, explicó durante la conferencia “La Manipulación es un Sistema: La imagen, las palabras y sus causas” realizada en el consulado de Venezuela en Vigo, España; que es notoria la guerra que existe contra el país suramericano en medios españoles, pues estos procesan temas sobre Venezuela en mayor medida que importantes asuntos del país europeo.

“Para España, fue prioritaria la desinformación sobre Venezuela antes que el acuerdo �rmado por su gobierno para �nalizar el con�icto con la E.T.A”, ejempli�có.

De acuerdo a las investigaciones realizadas por la especialista madrileña el noventa por ciento de las noticias publicadas en grandes medios de comunicación provienen de corporaciones estadounidenses y de la Unión Europea (UE).

“De las seis corporaciones periodísticas más importantes del mundo, tres son estadounidenses, dos de Inglaterra, y una Alemana”, agregando además que estas mismas empresas reciben contenidos donde alteran la realidad venezolana.

“Las corporaciones utilizan periodistas contratados para disparar a nuestra consciencia”, despuntó Ángeles y concluyó su participación al asegurar que hoy por hoy es aplicada una nueva modalidad de guerra: “las intervenciones humanitarias”, mascara que oculta las verdaderas intensiones de invasión y que recientemente está en los principales titulares de los medios cuando hablan de Venezuela.

En el año 2014, durante el foro “Conjura Mediática contra Venezuela” el actual vicepresidente sectorial para la Comunicación, Cultura y Turismo, Jorge Rodríguez, aseguró que “está demostrado que los procesos de infestación de odio, aumentan el riesgo de enfermedades psicológicas entre un 30% y 60%”.

En su análisis Rodríguez habló sobre “el rol macabro de los medios de comunicación” para cumplir �nes bélicos de cuarta generación, los cuales se llevarían a cabo en tres fases: la creación del caldo de cultivo para la proliferación de odio, el no reconocimiento del otro y la instauración de un orden simbólico, todo ello con el objetivo de desencadenar escenarios desestabilizadores con �nes políticos. Tal y como lo señala una investigación publicada en el portal misionverdad.com Venezuela es un país que vive un proceso donde las operaciones psicológicas son el eje transversal de la guerra, que va acompañada de acciones reales de hostigamiento y agresión política, económica y militar. Ante ello, cada batalla es librada en la mente del pueblo; el reto está en cultivar conciencia para poder combatir y lograr la victoria.

La guerra mediática y la opinión pública están ligadas al ataque psicológico, con la producción de contenidos por parte de grandes corporaciones comunicacionales, y en ocasiones con la participación de �guras públicas (artistas, deportistas, in�uencers) que se prestan para promover campañas que intentan desvirtuar percepciones, generar frustración, sufrimiento emocional constante y crear una falsa apreciación de la realidad.

EE.UU3

2

1

Inglaterra

Alemania

Imperio mediático

La guerra mediática y la opinión pública

están ligadas al ataque psicológico

corporaciones periodísticas más importantes del mundo

Es importante recordar que el cansancio en los venezolanos ha estado siendo provocado desde hace 20 años, con la llegada de la Revolución Bolivariana al país.

Cuando Hugo Chávez asumió el poder político las arremetidas contra el gobierno que encabezó no se hicieron esperar, pues con los ideales de justicia social, soberanía e independencia se vieron afectadas las negociaciones desigualitarias que por décadas existió entre Venezuela y los EE.UU., mediante acuerdos suscritos con los gobiernos de la IV República.

Desde entonces un sinfín de agresiones han sido dirigidas contra la nación suramericana: paros petroleros, golpes de Estado, ataques a la economía, afectaciones psicológicas, sanciones, bloqueos �nancieros y comerciales, así como también la creación de noticias falsas y campañas de descrédito.

La arremetida mediática contra Venezuela ha sido otro de los mecanismos utilizados por intereses imperiales para generar mayor desestabilización.

Como es bien sabido la guerra mediática es el combate que existe entre grandes poderes económicos del mundo y el poder político de países que se niegan al sometimiento de sus intereses, al no poder producir de primera mano un con�icto armado para derrocar gobiernos de manera justi�cada.

Ante la limitante, las grandes corporaciones de comunicación aliadas a estas élites diseñan y producen una feroz campaña de descrédito contra mandatos democráticos y populares.

La doctora en Ciencia Políticas y Socióloga de la Universidad Complutense de Madrid, Ángeles Diez, explicó durante la conferencia “La Manipulación es un Sistema: La imagen, las palabras y sus causas” realizada en el consulado de Venezuela en Vigo, España; que es notoria la guerra que existe contra el país suramericano en medios españoles, pues estos procesan temas sobre Venezuela en mayor medida que importantes asuntos del país europeo.

“Para España, fue prioritaria la desinformación sobre Venezuela antes que el acuerdo �rmado por su gobierno para �nalizar el con�icto con la E.T.A”, ejempli�có.

De acuerdo a las investigaciones realizadas por la especialista madrileña el noventa por ciento de las noticias publicadas en grandes medios de comunicación provienen de corporaciones estadounidenses y de la Unión Europea (UE).

“De las seis corporaciones periodísticas más importantes del mundo, tres son estadounidenses, dos de Inglaterra, y una Alemana”, agregando además que estas mismas empresas reciben contenidos donde alteran la realidad venezolana.

“Las corporaciones utilizan periodistas contratados para disparar a nuestra consciencia”, despuntó Ángeles y concluyó su participación al asegurar que hoy por hoy es aplicada una nueva modalidad de guerra: “las intervenciones humanitarias”, mascara que oculta las verdaderas intensiones de invasión y que recientemente está en los principales titulares de los medios cuando hablan de Venezuela.

En el año 2014, durante el foro “Conjura Mediática contra Venezuela” el actual vicepresidente sectorial para la Comunicación, Cultura y Turismo, Jorge Rodríguez, aseguró que “está demostrado que los procesos de infestación de odio, aumentan el riesgo de enfermedades psicológicas entre un 30% y 60%”.

En su análisis Rodríguez habló sobre “el rol macabro de los medios de comunicación” para cumplir �nes bélicos de cuarta generación, los cuales se llevarían a cabo en tres fases: la creación del caldo de cultivo para la proliferación de odio, el no reconocimiento del otro y la instauración de un orden simbólico, todo ello con el objetivo de desencadenar escenarios desestabilizadores con �nes políticos. Tal y como lo señala una investigación publicada en el portal misionverdad.com Venezuela es un país que vive un proceso donde las operaciones psicológicas son el eje transversal de la guerra, que va acompañada de acciones reales de hostigamiento y agresión política, económica y militar. Ante ello, cada batalla es librada en la mente del pueblo; el reto está en cultivar conciencia para poder combatir y lograr la victoria.

La guerra mediática y la opinión pública están ligadas al ataque psicológico, con la producción de contenidos por parte de grandes corporaciones comunicacionales, y en ocasiones con la participación de �guras públicas (artistas, deportistas, in�uencers) que se prestan para promover campañas que intentan desvirtuar percepciones, generar frustración, sufrimiento emocional constante y crear una falsa apreciación de la realidad.

Los procesos de infestación de odio,

aumentan el riesgo de enfermedades

psicológicas entre un 30% y 60%”.

30% 60%

CubaSiria

Venezuela

Antigua YugoslaviaUcrania

Irak

Libia

Precedentes de herramientas psicológicas utilizadas por EEUU para dominar países

EE.UU