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Procesos colectivos y acción social Juan Muñoz Justicia Félix Vázquez Sixto P08/80510/02097

Procesos colectivos y acción social

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Procesoscolectivos yacción social Juan Muñoz JusticiaFélix Vázquez Sixto P08/80510/02097

© FUOC • P08/80510/02097 Procesos colectivos y acción social

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Índice

Introducción............................................................................................... 5

Objetivos....................................................................................................... 7

1. Concepto de comportamiento colectivo...................................... 9

1.1. Ambigüedad del concepto de comportamiento colectivo .......... 9

1.2. El papel de la Psicología colectiva en la historia de la

Psicología social .......................................................................... 11

1.2.1. Gustave Le Bon: la Psicología de las masas

(1841-1931) .................................................................... 15

1.2.2. Wilhem Wundt: la Psicología de los pueblos ................ 20

1.2.3. Sigmund Freud: Psicología de las masas y análisis del

yo ................................................................................... 21

2. Enfoques teóricos de los comportamientos colectivos............. 23

2.1. Teorías del contagio .................................................................... 23

2.2. Teorías de la convergencia .......................................................... 23

2.3. Teoría de la norma emergente .................................................... 24

2.4. Teoría del valor añadido o tensión estructural ........................... 25

2.5. Teoría de la identidad social ....................................................... 26

3. Condicionamientos ideológicos en el estudio de los

comportamientos colectivos........................................................... 30

4. El rumor como comunicación colectiva...................................... 35

4.1. Definición de rumor y tipos de rumores .................................... 37

4.1.1. El estudio del rumor ...................................................... 37

4.1.2. Definiciones ................................................................... 39

4.1.3. Tipos ............................................................................... 39

4.2. Transmisión del rumor ............................................................... 40

4.3. Modelos de transmisión .............................................................. 42

4.4. Control de los rumores ............................................................... 43

5. Psicología de las multitudes en situaciones de crisis:

desastres y pánico.............................................................................. 46

6. Control social y resistencia en las redes interactivas............... 52

7. Anexos................................................................................................... 56

7.1. Anexo 1 ....................................................................................... 56

7.2. Anexo 2 ....................................................................................... 60

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7.3. Anexo 3 ....................................................................................... 61

7.4. Anexo 4 ....................................................................................... 62

Resumen....................................................................................................... 63

Actividades.................................................................................................. 65

Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 65

Solucionario................................................................................................ 66

Glosario........................................................................................................ 67

Bibliografía................................................................................................. 68

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Introducción

El 11 de septiembre de 2001 millones de personas asistimos entre incrédulos

y aterrorizados al desplome de dos de los principales símbolos de la economía

capitalista: las Torres Gemelas del World Trade Center de la isla de Manhatan

caían poco después de sufrir el impacto de dos aviones. A continuación ocurría

algo parecido en otro símbolo, esta vez del poder militar: el Pentágono sufría

también el impacto de un avión de pasajeros.

Difícilmente podremos olvidar las imágenes de las Torres cayendo o aquéllas

de las personas que se lanzaban al vacío para intentar en vano escapar de las

llamas.

Del mismo modo, difícilmente podremos olvidar las imágenes que pocos días

después empezaron a aparecer en los medios de comunicación. La operación

"Libertad Duradera" nos volvió a ofrecer escenas de pánico, de edificios des-

truidos, de personas huyendo, de civiles muertos por bombas que no matan,

sino que causan "daños colaterales".

Por desgracia, nos encontramos ante una situación que permite ilustrar per-

fectamente gran parte del contenido de este módulo dedicado a los procesos

colectivos.

Multitudes airadas que se manifiestan clamando represalias, que se manifies-

tan para mostrar su odio al malvado enemigo cristiano o musulmán, orien-

tal u occidental. Tumultos, disturbios, enfrentamientos entre manifestantes y

policías o ejército.

Veremos que la Psicología social ha prestado atención, prácticamente desde

sus orígenes, a este tipo de acontecimientos, intentando explicar el cómo y

el porqué de la conducta aparentemente irreflexiva de las personas cuando se

unen en una multitud.

Multitudes atemorizadas que se desplazan y huyen de una torre en llamas,

de un bombardeo aéreo, del hambre, etc. La Psicología de las multitudes en

situaciones de crisis, ante los desastres, ante el pánico, constituirá otro de los

apartados de este módulo.

Acontecimientos de este tipo dan paso, de inmediato, a todo tipo de especu-

laciones, de comunicaciones que pretenden describirlos, analizarlos, explicar-

los. Comunicaciones e informaciones que circulan a través de los medios de

comunicación de masas y que rebotan en las personas, que siguen con su di-

fusión por medio del "boca a oreja". "Un cuarto avión, que se ha estrellado

Hundimiento de una de las Torres Gemelas.

Un grupo de afganos contempla los destrozosproducidos por la bomba de EE.UU. lanzadapor error en su barrio. Fuente: El País, 14 de

octubre de 2001.

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contra el suelo, se dirigía hacia la residencia del presidente de Estados Unidos

de América", "los atentados contra las Torres Gemelas han sido planeados por

los servicios secretos israelíes", etc.

Otro de los apartados que desarrollaremos en este módulo tratará de describir

este tipo de fenómenos, los rumores como forma de comunicación colectiva.

Desde el día 11, estos rumores han circulado y se han difundido ampliamente

por medio de la Red, del mismo modo que han circulado comunicados, refle-

xiones, solicitudes de firmas de apoyo a las víctimas, solicitudes de firmas de

oposición a la guerra/venganza, y de la misma manera que han circulado chis-

tes, etc. La Red, anatematizada por algunos por ser vehículo de pornografía

y herramienta al servicio de la delincuencia y el terrorismo internacionales,

ha dejado patente su utilidad como vehículo de información, pero también,

como veremos en el último apartado de este módulo, "Control social y resis-

tencia en las redes interactivas", como vehículo de resistencia.

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Objetivos

En este módulo se pretende que conozcáis los principales aspectos que son

tratados desde la Psicología social bajo la etiqueta de procesos colectivos. Por

tanto, los objetivos consistirán en que, una vez finalizada su lectura, seáis ca-

paces de hacer lo siguiente:

1. Definir qué se entiende por comportamiento colectivo y encontrar ejem-

plos ilustrativos de ello en la vida cotidiana.

2. Definir qué son las masas y cuáles son sus características.

3. Identificar las principales aportaciones teóricas al estudio del comporta-

miento colectivo.

4. Reconocer las informaciones que tienen características de rumores y en-

frentarse a ellas.

5. Analizar los fenómenos de pánico en situaciones de desastre.

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1. Concepto de comportamiento colectivo

Aunque la mejor definición de qué se entiende por comportamiento colectivo

será la que podáis extraer vosotros mismos a partir de la lectura de las páginas

siguientes, aquí os ofrecemos una de las muchas posibles. A lo largo del texto

veremos hasta qué punto podemos considerarla válida o no.

"[Definimos] el comportamiento colectivo como una acción voluntaria, dirigida a unameta, que se produce en una situación relativamente desorganizada, en la que las normasy valores predominantes de la sociedad dejan de actuar sobre la conducta individual. Elcomportamiento colectivo consiste en la reacción de un grupo a alguna situación."

Appelbaum, R. P., y Chambliss, W. J. (1997, p. 422).

Manifestaciones en contra del ataque norteamericano a Afganistán. El Cairo, Nueva Delhi y Peshawar (Pakistán),12 de octubre de 2001.

Estas fotografías de manifestaciones antinorteamericanas en Egipto, la India

y Pakistán son un ejemplo de uno de los tipos de comportamiento colectivo

más estudiados, la conducta de masas; sin embargo, como veremos, existen

otras posibilidades.

1.1. Ambigüedad del concepto de comportamiento colectivo

Aunque os hemos ofrecido una definición, hablar de comportamiento colec-

tivo presenta el problema no sólo de la vaguedad de la definición del término,

sino también de que en la práctica se utilizan diferentes términos para referir-

se a un mismo fenómeno o un mismo término para referirse a distintos fenó-

menos. Masa, multitud y público constituyen algunas de las etiquetas que, a

veces, se utilizan de manera intercambiable.

Así, por ejemplo, Ovejero (1997) plantea la necesidad de distinguir entre masa

y multitud, dado que, según él, son dos conceptos que suelen utilizarse como

sinónimos, pero que, a pesar de sus similitudes, se diferencian en el hecho de

que las masas, en relación con las multitudes, son más abstractas y difusas, y

presentan fronteras menos definidas.

Por su parte, Jiménez Burillo (1981) distingue entre agregados, públicos y mul-

titudes (sin establecer diferencia entre multitudes y masas). Los agregados se-

rían conjuntos de personas con conductas semejantes, pero que no comparten

objetivos; los públicos, en cambio, pueden tener intereses comunes, pero no

tienen una relación directa entre sí; finalmente, las multitudes se caracteriza-

Masa y multitud

No todos los autores compar-ten esta diferenciación. Mos-covici, por ejemplo, afirma:"Una multitud, una masa, esel animal social que ha roto sucorrea" (S. Moscovici, 1985, p.13).

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rían por estar formadas por personas próximas entre sí con un punto o foco

común de atención, pero sin necesidad de que exista organización ni objeti-

vos propios.

El intento de acotar el concepto ha llevado a la proliferación de tipologías,

de clasificaciones de diferentes modalidades de comportamientos colectivos,

que, en la práctica, casi siempre han acabado siendo tipologías de las conduc-

tas o tipos de masas. Y ello a pesar de las advertencias de diferentes autores,

como por ejemplo, Stoetzel (1965) y Milgram y Toch (1969), que advierten

que prácticamente ninguna tipología puede recoger el amplio abanico de los

distintos fenómenos de masa.

El uso de tipologías

A pesar de estas advertencias prácticamente ningún autor cede a la tentación de haceralgún tipo de clasificación, e incluso Milgram y Toch reproducen la clasificación queestableció Brown en la edición anterior del Handbook of Social Psychology (1951), par-tiendo de una diferenciación básica entre masas activas y pasivas, y que se ha convertidoen una de las tipologías más utilizadas.

Asumiendo la dificultad de establecer una tipología, Munné (1970) propone

establecer diferentes clasificaciones considerando distintos criterios, lo que le

lleva a proponer las dimensiones de clasificación siguientes:

• Características de los participantes: homogéneas y heterogéneas.

• Grado de participación: pasivas o activas.

• Grado de orden con el que se produce el fenómeno: ordenadas o desorde-

nadas.

• Grado de ocasionalidad del fenómeno: esporádicas o intermitentes.

• Grado de improvisación: imprevistas (espontáneas o inesperadas) o pre-

vistas (preorganizadas con intencionalidad).

Naturalmente, Munné tampoco se resiste a la tentación y nos ofrece "su tipo-

logía" (podéis consultar las páginas 190 a 194 de su libro para una descripción

detallada de los distintos tipos).

No obstante, a la hora de intentar aclarar conceptos, probablemente la mejor

aclaración es la que nos ofrece Jiménez Burillo:

"Aunque es muy difícil recoger en castellano, existen unas diferencias sutiles entre masa,muchedumbre y multitud y otras, desde luego más claras, entre multitud y conceptosexpresivos de acciones colectivas como motines, revoluciones, etc. Quizá podamos rete-ner para nuestros propósitos la idea de que la multitud en el sentido antes descrito es launidad básica de análisis del comportamiento colectivo, siendo luego otros factores losque cualifican diversamente el comportamiento de esa multitud."

Jiménez Burillo, F. (1981, p. 269).

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Tipos de masas según Munné (1970, p. 190).

Para acabar este subapartado, ofreceremos otra definición que adelanta parte

de lo que nos encontraremos en el apartado dedicado a los condicionamientos

ideológicos. Se trata de una caracterización por oposición: si la preocupación

de la sociología es el orden, ¿significa esto que el comportamiento colectivo

es el desorden?

"Conviene recordar que en inglés la expresión collective behaviour designa esos "residuos"que una sociología esencialmente preocupada por el orden social no llega a asimilar:comportamiento de masas, modas, agitaciones o desórdenes sociales, fenómenos de con-tagio, motines, histeria de masas, etc."

Dupuy, J. P. (1991, p. 14).

1.2. El papel de la Psicología colectiva en la historia de la

Psicología social

Cada vez es más frecuente poder leer advertencias sobre la "perversidad" de

determinadas historias de la Psicología social, sobre los datos incorrectos que

aparecen en los manuales y que se han ido transmitiendo de generación en

generación de psicólogos sociales sin que se hayan cuestionado hasta fechas

relativamente recientes.

Cuando se hacen estas advertencias es típico referirse a los diferentes capítulos

sobre la historia de la Psicología social publicados por Gordon W. Allport en

sucesivas ediciones del Handbook of Social Psychology, el "relator" oficial del

estado de la Psicología social. A partir de estos textos, Allport ha conseguido

reificar ciertas verdades que han pasado a ser algo asumido por gran parte de

psicólogos sociales hasta la fecha.

Una de las afirmaciones sobre hipotéticas "paternidades" de teorías o líneas de

investigación es la que hace referencia al origen de la investigación sobre las

multitudes o las masas, paternidad que se atribuye con insistencia al francés

Gustave Le Bon a raíz de la publicación, en 1895, de su obra La psychologie

des foules.

Un poco de historia

Entre los "datos" transmitidosa partir de Allport, destacan lamención de los experimentosrealizados en 1897 por Nor-man Triplet, considerados co-mo fundacionales de la inves-tigación científica en la Psico-logía social, y que 1908 cons-tituye una fecha clave para ladisciplina, dado que coincidecon la publicación de los con-siderados primeros manualesde Psicología social por partedel sociólogo estadounidenseEdward Ross y el psicólogo bri-tánico William McDougall.

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La afirmación no deja de tener sentido, dado que, en efecto, el libro de Le Bon

es probablemente uno de los que ha tenido una mayor difusión en la historia

de la Psicología social, con un incontable número de reediciones en diferentes

idiomas, y ha sido una obra que, sin duda, ha ejercido una gran influencia en

la historia de las ciencias sociales.

Otras historias de la Psicología social

En las obras siguientes podéis encontrar datos adicionales sobre la historia de la Psicologíasocial:

Collier,�G.,�Minton,�H.,�y�Reynolds,�G. (1996). Escenarios y tendencias de la psicologíasocial. Madrid: Tecnos, 1991.

Crespo,�E. (1995). Introducción a la Psicología Social. Madrid: Universitas.

Farr,�R. (1991). The long past and the short history of Social Psychology. European Journalof Social Psychology, 21, 371-380.

Haines,�H.,�y�Vaughan,�G.M. (1979). Was 1898 a great date in the history of experimentalsocial psychology. Journal of the History of the Behavioral Sciences, 15, 323-332.

Ibáñez,�T. (1990). Aproximaciones a la Psicología Social. Barcelona: Sendai.

Samelson,�F. (1974). History, origin mind and ideology: discovery of Social Psychology.Journal for the Theory of Social behavior, 2, 217-231.

La influencia es cierta, la paternidad puede ser que lo sea menos. El mismo

Allport reconoce, aunque tangencialmente, las posibles dudas sobre la men-

cionada paternidad, reconociendo las aportaciones realizadas por el italiano

Scipio Sighele, criminalista de la escuela del fisiognomista Cesare Lombroso y

discípulo del socio de Lombroso, Enrico Ferri.

A falta de análisis de ADN, podemos basarnos en algunos datos que nos ofrece

Jaap Van Ginneken (1985) para resolver la polémica. Entre éstos, este autor

reproduce la afirmación que en 1895 hacía Sighele en la revista Cultura e Es-

cuola dirigiéndose a Le Bon:

"El primer capítulo de su primer libro es una completa copia de la línea de pensamientoy frecuentemente una copia literal en su forma. En las páginas 12 y 15 usted resume laintroducción a mi volumen; en las páginas 17, 18, 19, 20, 21, 25, 26, 28, 30, 38, 39, 40,45, 46, 47 usted copia las ideas que he desarrollado en mi primer capítulo."

Citado por Van Ginneken, J. (1985, p. 375).

Sighele se refiere a su libro La folla delinquente publicado en 1891 y traducido al

francés en 1892, lo que hace difícil creer que no fuera conocido por Le Bon, y

aún más si tenemos en cuenta que Gabriel Tarde publicó una revisión de éste,

además de referirse a él en dos artículos de 1892 y 1893. Incluso en uno de

dichos artículos ("Les crimes des foules", 1892), Tarde menciona a otro autor

francés, el Dr. Lacassagne, que en 1892 presenta su tesis doctoral (publicada en

1895) con el título de Psychologie des foules, curiosamente el mismo que tendrá

en 1895 el libro de Le Bon (Van Ginneken, 1985).

© FUOC • P08/80510/02097 13 Procesos colectivos y acción social

Todos estos datos nos ofrecen una idea de cómo no sólo es evidente que antes

que Le Bon otros autores trataron el tema por el que se hizo famoso, especial-

mente Sighele, sino que también probablemente Le Bon hizo algo más que

inspirarse en estos autores sin mencionarlos.

Por si os puede quedar alguna duda sobre el "carácter" de Le Bon, no está de

más mencionar lo que Jiménez Burillo (1983), en su introducción a la edición

española del libro de Le Bon, denomina con indulgencia como un "pintores-

co episodio": ¡la reivindicación por parte de Le Bon del descubrimiento de la

teoría de la relatividad!

No obstante, como comentábamos, la influencia de Le Bon es evidente, hecho

por el que será al autor a quien dedicaremos el subapartado dedicado a la "Psi-

cología de las masas". De todos modos, no sería justo no desarrollar, aunque

brevemente, las aportaciones de los otros autores a los que nos hemos referido.

Scipio�Sighele�(1868-1913)

En su obra La masa delincuente (1891), Sighele desarrolla algunos de los prin-

cipios que también aparecerán después en la obra de Le Bon: la importancia

de las masas en la vida moderna (y aunque hayamos pasado del siglo XIX al XXI

continúa siendo así), la inferioridad en cuanto a inteligencia de las masas o co-

lectividades frente a los individuos, el principio de la imitación y sugestión en

la conducta de las masas, y la predisposición a la violencia por parte de éstas.

En concreto, siguiendo a Mauro Fornaro (1996), las leyes que elabora Sighele

sobre las masas se podrían resumir de la manera siguiente:

• Ley�de�la�unidad�o�uniformidad: la masa actúa al unísono, tiene una di-

rección común de comportamiento, que puede ser expresivo de las emo-

ciones o ser una reacción a las mismas. Ello implica hablar de una "alma

de la multitud" o de un "individuo colectivo".

• Ley�de�la�no�deducibilidad�del�carácter�de�la�multitud�a�partir�del�ca-

rácter�de�sus�miembros: el resultado de la unión de unas personas en una

multitud no es la "suma" de sus características, sino un producto impre-

decible. Aunque puede producirse un incremento sumatorio en el plano

emocional (por sugestión), en el intelectual se producirá un decremento.

• Ley�del�número: la intensidad de una emoción crece en proporción di-

recta al número de personas.

• Ley�de�la�predisposición�al�mal�(crimen): aunque existe la posibilidad de

que la masa actúe de cara al bien y no al mal, esto es muy raro, dado que,

según la teoría de la estratificación filogenética del carácter, determinados

Portada del libro La foule criminelle de ScipioSighele.

© FUOC • P08/80510/02097 14 Procesos colectivos y acción social

acontecimientos externos pueden hacer aflorar a la superficie las manifes-

taciones primitivas del carácter: crueldad y salvajismo.

• Ley�del�guía�o�instigador: en toda masa siempre hay un jefe, un conduc-

tor.

• Ley�de�la�composición�de�la�multitud: esta ley recupera parcialmente las

ideas innatistas de la criminalidad y afirma que el comportamiento vio-

lento o no de la masa depende del tipo de personas que la forman. La masa

será violenta si en la misma se encuentran personas con predisposiciones

(pasionales) al crimen.

Dada su formación jurídica, uno de los intereses de Sighele consiste en po-

der llegar a establecer el grado de responsabilidad de las personas que, como

miembros de una masa, han estado implicadas en acontecimientos violentos.

Su postura implicaba tener en cuenta parcialmente la pérdida del libre albedrío

que se produce en la masa; sin embargo, al mismo tiempo considera que las

personas son responsables en parte de su actuación. Aun así, un elemento que

es preciso destacar es su reconocimiento�de�la�relación�entre�la�injusticia

social�y�la�violencia�de�las�masas.

Gabriel�Tarde�(1843-1904)

Dos conceptos destacan en la fundamentación de la obra de Gabriel Tarde:

la imitación y la invención. Desde su perspectiva, el comportamiento social se

explica por medio de estos dos conceptos complementarios. Concibe la imi-

tación como una especie de estado hipnótico que favorece que los individuos

realicen conductas de modelos previos de forma bastante automática. La imi-

tación es el procedimiento psicológico por el que las ideas se repiten y propa-

gan en la sociedad, y empieza con estados internos como las creencias y los

deseos de los individuos. Los grupos desarrollan actitudes y sentimientos co-

munes que, cuando se manifiestan públicamente, contribuyen a que las perso-

nas adquieran confianza al comprobar que sus propios sentimientos son com-

partidos, lo que da origen a las tradiciones que se transmiten a las siguientes

generaciones. La invención es todo aquel nuevo pensamiento o acción que

surge de dos o más ideas combinadas, adquiridas previamente por medio de

la imitación o de la oposición entre la imitación y las prácticas existentes.

Tarde, a diferencia de Gustave Le Bon, distingue entre las multitudes o masas

y el público, con lo que pone de manifiesto que, además de las relaciones

cara a cara, es importante la creación de corrientes de opinión entre personas

alejadas entre sí. Asimismo, este público disperso no es consciente de que está

sujeto a procesos de persuasión e influencia o, como él señala, de suggestion à

distance, que contrasta con las otras formas de influencia de las que puede ser

consciente o suggestion à proximité.

Portada del libro L'Imitation de Gabriel Tarde.

© FUOC • P08/80510/02097 15 Procesos colectivos y acción social

El desacuerdo con los planteamientos positivistas defendido por Gabriel Tarde

queda de manifiesto en el debate que mantuvo con Durkheim.

Durkheim no admite ningún tipo de explicación psicológica para los hechos

sociales. Para él, todo hecho�social es exterior al individuo. En contraste, Tarde

mantendrá que la conciencia colectiva no existe fuera y por encima de las con-

ciencias individuales. En efecto, los procesos sociales se explican por la combi-

nación de la interacción mental (la influencia de unas mentes sobre otras por

medio de la imitación) y la innovación, con lo que es posible desprender la

explicación del comportamiento colectivo como derivada de unos principios

idénticos (Álvaro, 1995). Desde esta perspectiva, los efectos de las masas sobre

el comportamiento individual ya no se conciben como unidireccionales, sino

como el producto de "las relaciones recíprocas entre las conciencias" (Tarde,

1904, p. 42, citado en Álvaro, 1995, p. 12).

Para Tarde, la Sociología, o lo que él denomina Psicología colectiva o intermen-

tal, se debe basar en la Psicología. La imitación, la conversación o la invención

constituyen los mecanismos que permiten la transmisión de unas mentes a

otras. A pesar del individualismo radical que caracteriza sus primeras obras,

acentuado por su polémica con Durkheim, con posterioridad adopta una pos-

tura más interaccionista, conceptualizada como Interpsicología o Psicología in-

termental, menos teñida de individualismo y de determinismo social, mani-

fiestamente evidente si lo comparamos con las posturas de Durkheim.

El habernos detenido en esta polémica entre Tarde y Durkheim va más allá de

lo anecdótico, puesto que pone de manifiesto una tensión pertinaz en el seno

de la Psicología social, la tensión entre las explicaciones psicologistas y las

sociologistas, la tensión entre las explicaciones individualistas y las grupales.

Para la primera, los grupos no existen. Grupo es un término, nada más que

un nombre, que se refiere a una multiplicidad de procesos individuales, y la

noción de grupo se convierte en superflua en cuanto se describen las acciones

de los individuos. No hay nada que exista en el grupo que no haya existido

previamente en el individuo.

1.2.1. Gustave Le Bon: la Psicología de las masas (1841-1931)

El siglo de Le Bon

El 19 de julio de 1870 Francia, gobernada por Napoleón III desde 1851 (tras la derrota dellevantamiento de los trabajadores en 1848), declara la guerra a Prusia tras unas disputaspor la sucesión al trono de España. La guerra (franco-prusiana), que se prolonga hasta1871, termina con la victoria de Prusia y la captura de Napoleón III, que una vez liberadose exilia a Inglaterra tras ser depuesto del trono.

Los trabajadores de un París sitiado se oponen a la rendición y reivindican la declaraciónde una nueva república democrática. Mientras, Adolphe Thiers, jefe del gobierno provi-sional y con posterioridad presidente de la República, negocia la paz con los prusianos.El 18 de marzo de 1871, Thiers ordena al ejército la captura de los cañones de la GuardiaNacional, pero tras su captura los soldados se niegan a disparar y el ejército se ve obligadoa retirarse.

Como se afirma en el diario oficial de 21 de marzo de 1871, "Les prolétaires de la capitale,au milieu des défaillances et des trahisons des classes gouvernantes, ont compris que

Lectura recomendada

Años más tarde, la Psicolo-gía social encontrará otro"abanderado" de la posturaindividualista-psicologistaen Floyd Allport. Podéis en-contrar una exposición de suplanteamiento en "La falaciade grupo en relación con laciencia social", publicado ori-ginalmente en 1923, y tradu-cido en el libro de Francis-co�Morales y Carmen�Huici(1989). Lecturas de PsicologíaSocial. Madrid: UNED.

© FUOC • P08/80510/02097 16 Procesos colectivos y acción social

l'heure était arrivée pour eux de sauver la situation en prenant en main la direction desaffaires publiques." Ha nacido la Comuna.

Sin embargo, este gobierno del proletariado durará muy poco, puesto que las tropas deThiers entran en París el 21 de mayo de 1871 y acaban sangrientamente con la brevevida de la Comuna.

Thiers es elegido presidente de la III República, pero su mandato también será efímero,dado que en 1873 la mayoría monárquica lo obliga a dimitir y es elegido como nuevopresidente el monárquico Marie Edmé Patrice de MacMahon. Tras fracasar en 1875 elintento de aprobar una constitución monárquica, el 16 de mayo de 1877 (le seize mai),obliga a dimitir al primer ministro republicano Jules Simon y, tras las nuevas elecciones,a pesar de la mayoría republicana, nombra a un primer ministro monárquico hasta quees obligado a nombrar a otro que tuviera el apoyo de la Cámara de Diputados.

Ésta es la época que le toca vivir a Gustave Le Bon, una época marcada por

guerras, revueltas y revoluciones, una época de cuestionamiento del orden

establecido1.

Como comenta Salvador Giner:

"Hacia 1890, los temores sobre los efectos nocivos de la extensión del igualitarismo y lademocracia a la vida política y cívica hallaron un eco más amplio entre el público delos pensadores políticos y de los filósofos sociales de diversas tendencias que los que sehabían estado expresando hasta entonces."

Giner, S. (1979, pp. 101-102).

Le Bon, ante estos cambios, se preocupa por lo que considera que puede llevar

a la desaparición de la civilización europea tal como se había conocido hasta

la época, y se preocupa especialmente por la desaparición de los valores tradi-

cionales, la pérdida de las creencias religiosas, etc., y responsabiliza de todo

ello al encumbramiento de las masas, al ascenso del proletariado al poder.

"El advenimiento de las clases populares a la vida política, su progresiva transformaciónen clases dirigentes, es una de las más destacadas características de nuestra época de tran-sición. [...]

En la actualidad, las reivindicaciones de las masas se hacen cada vez más definidas ytienden a destruir radicalmente la sociedad actual, para conducirla a aquel comunismoprimitivo que fue el estado normal de todos los grupos humanos antes de la aurora dela civilización."

Le Bon, G. (1986, pp. 20-21).

Así, el único papel que se le otorga a las masas es el de generar desorden y

destrucción, mientras que sus características básicas son la inconscien-

cia, la brutalidad y la barbarie. En definitiva, la mejor caracterización

posible de la masa es la de "chusma irreflexiva y criminal".

"Por su poder exclusivamente destructivo, actúan como aquellos microbios que activanla disolución de los cuerpos debilitados o de los cadáveres. Cuando el edificio de unacivilización está carcomido, las masas provocan su derrumbamiento. Se pone entoncesde manifiesto su papel. Durante un instante, la fuerza ciega del número se convierte enla única filosofía de la historia."

Le Bon, G. (1986, p. 22).

(1)Gustave Le Bon fue jefe del servi-cio de ambulancias durante la Co-muna de París.

© FUOC • P08/80510/02097 17 Procesos colectivos y acción social

Pero ¿qué es una masa? ¿Qué características tiene? Su característica primordial

es la desaparición de las individualidades, la aparición de un "alma colectiva"

que presenta características diferentes de la de los individuos que componen

la masa.

"En determinadas circunstancias, y sólo en ellas, una aglomeración de seres humanosposee características nuevas y muy diferentes de las de cada uno de los individuos que lacomponen. La personalidad consciente se esfuma, los sentimientos y las ideas de todaslas unidades se orientan en una misma dirección. Se forma un alma colectiva, induda-blemente transitoria, pero que presenta características muy definidas. La colectividad seconvierte entonces en aquello que, a falta de otra expresión mejor, designaré como masaorganizada o, si se prefiere, masa psicológica. Forma un solo ser y está sometida a la leyde la unidad mental de las masas."

Le Bon, G. (1986, p. 27).

Por tanto, aparece un nuevo ser, la masa, con características completamente

diferentes a las de los individuos que la forman. Las causas de la aparición de

estas características especiales de las masas son las siguientes:

• Sentimiento�de�potencia�invencible que adquiere el individuo en la ma-

sa, lo que lo lleva a ceder a sus instintos (o le permite hacerlo). Este hecho

se ve favorecido por el anonimato y la desaparición de los sentimientos

de responsabilidad individual.

• Contagio�mental, que implica que todo sentimiento, todo acto, se conta-

gia de un individuo a otro de una forma similar a como funciona la hip-

nosis.

• Sugestibilidad, que lo lleva a realizar conductas que no realizaría de no

ser miembro de la masa, y a que desaparezca su personalidad consciente

como si se encontrara en un estado de hipnosis. El contagio no sería sino

un efecto de la sugestibilidad.

Ley de la unidad mental (a partir de Hogg y Vaughan, 1995).

© FUOC • P08/80510/02097 18 Procesos colectivos y acción social

"Así pues, la desaparición de la personalidad consciente, el predominio de la personalidadinconsciente, la orientación de los sentimientos y las ideas en un mismo sentido, a travésde la sugestión y del contagio, la tendencia a transformar inmediatamente en actos lasideas sugeridas, son las principales características del individuo dentro de la masa. [...] Elindividuo que forma parte de una masa es un grano de arena inmerso entre otros muchosque el viento agita a su capricho."

Le Bon, G. (1986, pp. 32-33).

Por último, la posibilidad de que las multitudes puedan conseguir algún obje-

tivo social pasa, según Le Bon, por tener algún mito unificador, algo que sólo

pueden conseguir gracias a los líderes, que son los únicos capaces de interpre-

tar, administrar y oficiar los mitos, dado que la masa no es capaz de interpretar

sus significados.

Dentro de este apartado dedicado a la Psicología de las masas "leboniana",

podríamos continuar citando a diferentes autores (Edward Ross, William Mc-

Dougall, etc.) con planteamientos muy similares a los expuestos hasta el mo-

mento, pero, para no eternizarnos, únicamente citaremos al que algunos de-

nominan "el filósofo español".

José�Ortega�y�Gasset�(1833-1955)

Ortega y Gasset, uno de los pensadores españoles más importantes del siglo XX,

publica en 1930 una obra que continúa la línea iniciada por Sighele y Le Bon:

La rebelión de las masas, que también ha gozado de un número importante de

ediciones y traducciones y que según Giner (1979) es, dentro de esta temática,

el libro que más influyó en el gran público internacional.

Para reflejar el planteamiento de Ortega, no hay nada mejor que reproducir

las primeras líneas de su texto:

"Hay un hecho que, para bien o para mal, es el más importante en la vida pública euro-pea de la hora presente. Este hecho es el advenimiento de las masas al pleno poderíosocial. Como las masas, por definición, no deben ni pueden dirigir su propia existencia,y menos regentar la sociedad, quiere decirse que Europa sufre ahora la más grave crisisque a pueblos, naciones o culturas, cabe padecer. Ésta ha tenido lugar más de una vezen la historia. Su fisonomía y sus consecuencias son conocidas. También se conoce sunombre. Se llama la rebelión de las masas."

Ortega y Gasset, J. (1983, p. 39).

Ortega, influido (igual que lo estuvo treinta y cinco años antes Gustave Le

Bon) por los acontecimientos políticos de su época, se plantea el papel que

juegan las masas y las minorías, haciendo un planteamiento elitista, puesto

que según él, mientras las masas son el conjunto de personas no especialmen-

te cualificadas, la minoría son aquellos individuos o grupos de individuos es-

pecialmente cualificados.

Ortega visto por Zuloaga, 1931.

© FUOC • P08/80510/02097 19 Procesos colectivos y acción social

El problema que se plantea es que las masas se "olvidan" de que son masa por

esto mismo, por su no cualificación; sin embargo, aun así pretenden imponer

sus ideas cuando éstas, por definición, no existen, dado que no están cualifi-

cadas para tenerlas.

Este hecho las lleva a ser indóciles frente a las minorías, que son las auténti-

cas forjadoras de la sociedad, del progreso, ambos amenazados por las masas,

que pretenden alcanzar todo sin esforzarse por conseguirlo y que consideran

que los logros (de unos pocos) es algo dado por naturaleza y que no hay que

esforzarse para mantenerlo o mejorarlo.

Así, el hombre masa se caracteriza por "la libre expansión de sus deseos vitales"

y por "la radical ingratitud hacia todo aquello que ha hecho posible la facilidad

de su existencia".

La conclusión es lógica, el único recurso de esas masas sin ideas y sin capacidad

para defender lo que pretenden es la acción directa, la violencia.

"Cuando la masa actúa por sí misma, lo hace sólo de una manera, porque no tiene otra:lincha. [...] Ni mucho menos podrá extrañar que ahora, cuando las masas triunfan, triunfela violencia y se haga de ésta la única ratio, la única doctrina."

Ortega y Gasset, J. (1983, p. 118).

"Afortunadamente", Ortega tiene la solución, dejar el gobierno en manos de

la minoría excelente, puesto que la masa...

"ha venido al mundo para ser dirigida, influida, representada, organizada [...] Pero noha venido al mundo para hacer todo eso por sí. Necesita referir su vida a la instanciasuperior, constituida por las minorías selectas. [...] [Puesto que] el hombre es, tenga ganasde ello o no, un ser constitutivamente formado a buscar una instancia superior".

Ortega y Gasset, J. (1983, p. 117).

Lecturas recomendadas

Si estáis interesados en ir directamente a las fuentes, es conveniente que consigáis unaedición que incluya, además del "Epílogo para ingleses", el "Prólogo para franceses", es-crito en 1937.

Si os interesa la vida y obra de Ortega y la época en que le tocó vivir, os recomendamosencarecidamente la lectura del libro siguiente:

Morán,�G. (1998). El maestro en el erial. Ortega y Gasset y la cultura del franquismo. Tusquets.

Por último, también es muy recomendable la lectura de sus intervenciones sobre el Es-tatuto de Cataluña en las Cortes constituyentes (12 de mayo, 2 junio y 27 de julio de1932). Los podéis encontrar en:

Ortega�y�Gasset,�J. (1990). Discursos políticos (pp. 227-281). Madrid: Alianza.

Para terminar, un dato que quizá es anecdótico. Con anterioridad mencioná-

bamos el episodio entre Le Bon y Einstein. Pues bien, parece que los puntos

de unión entre "el pensador español" y el francés llegan incluso hasta aquí,

puesto que en el "Epílogo para ingleses", que aparece en la edición de 1938 de

La rebelión de las masas, se incluye un texto "Sobre el pacifismo", escrito en

1937, es decir, en plena Guerra Civil, en el que Ortega se queja de la "insolente

© FUOC • P08/80510/02097 20 Procesos colectivos y acción social

intervención" de Einstein, quien "se ha creído con 'derecho' a opinar sobre la

Guerra Civil española y opinar ante ella" (Ortega y Gasset, 1983, p. 203). No

es el único que queda malparado en este texto; corren la misma suerte sus

destinatarios específicos, la opinión pública inglesa, a la que también se acusa

de opinar sobre lo que no conoce.

Por cierto, al inicio del "Prólogo para ingleses", Ortega habla de la "nerviosidad

de los últimos meses". ¿Será necesario recurrir a los libros de historia para saber

a qué se puede estar refiriendo, en abril de 1938, con este eufemismo?

Estamos casi seguros de que un número relativamente importante de psicólo-

gos sociales españoles no está de acuerdo con el enfoque que hemos dado a este

apartado sobre Ortega. El interés renovado por su redescubrimiento ha llevado

a que, últimamente, se le califique de antecedente importante de la Psicología

social histórica, de algunas psicologías sociales actuales como la etogenia, o

incluso de la Psicología social posmoderna (Ovejero, 1997). Sin embargo, re-

conocer la importancia y la influencia de la obra de Ortega, que nadie puede

poner en duda, no debería ser obstáculo para poder realizar, al mismo tiempo,

un planteamiento ideológicamente crítico de, como mínimo, parte de ella.

1.2.2. Wilhem Wundt: la Psicología de los pueblos

Wilhem Wundt (1832-1920) suele ser asociado primordialmente con la fun-

dación de la Psicología experimental, quedando así eclipsadas sus contribu-

ciones a la Psicología social. Wundt concebía la Psicología experimental y la

Völkerpsychologie ('Psicología de los pueblos') como complementarias. Las cien-

cias naturales deberían fundamentar la Psicología experimental, mientras que

las ciencias sociales fundamentarían la Völkerpsychologie. Sobre la Psicología

experimental recaía el estudio de los procesos mentales individuales y sobre

la Psicología de los pueblos, el análisis de los aspectos sociales de los procesos

individuales tal como se manifiestan en el lenguaje, los mitos y las costumbres

por medio del estudio comparativo e histórico:

Simposio sobre Ortega

El VII Congreso Nacional dePsicología social, celebradoen septiembre de 2000, tuvoun simposio dedicado a Orte-ga con el título "El hombre yla gente: perspectivas sobreel pensamiento psicosocial enOrtega".

"La Völkerpsychologie puede ser considerada como una rama de la Psicología [...] Su obje-tivo es el estudio de los productos mentales que son creados por una comunidad huma-na y que son, por lo tanto, inexplicables en términos de una conciencia individual, alpresuponer la acción recíproca de muchos."

Wundt, W. (1916, p. 3, citado en J. L. Álvaro, 1995, p. 6).

Para Wundt, en la interpretación de los procesos mentales superiores, la Psi-

cología de los pueblos es inseparable de la Psicología de la conciencia indivi-

dual, en la medida en que la segunda descansa en la primera. En efecto, no

puede existir una Psicología de los pueblos al margen de los individuos que

participan en las relaciones recíprocas, por lo que es preciso considerar que la

Völkerpsychologie presupone una psicología individual, dado que provee de los

elementos necesarios para la interpretación de la conciencia individual. En

efecto, los procesos mentales participan de una naturaleza social e histórica

por su vinculación a la cultura y al lenguaje, por lo que hacer inteligible la

Wilhelm Wundt.

© FUOC • P08/80510/02097 21 Procesos colectivos y acción social

dimensión social del individuo pasa, necesariamente, por el estudio del len-

guaje, no en su consideración individual, sino formando parte de la historia

de la comunidad. La Völkerpsychologie consiste en un intento de estudio de la

génesis de la mente humana como producto social e histórico, lo que hace de

la misma una psicología social histórica (Álvaro, 1995).

1.2.3. Sigmund Freud: Psicología de las masas y análisis del yo

Para muchos, Sigmund Freud (1856-1939) no sólo fue el creador de la teoría

psicoanalítica, sino también uno de los grandes psicólogos sociales de princi-

pios de siglo, puesto que en algunas de sus obras trata temas muy afines a la

Psicología social. Un ejemplo de ello es la publicación, en 1921, de Psicología

de las masas y análisis del yo, en la que retoma el tema planteado por Le Bon.

Antes de continuar hablando de esta obra, permitidnos señalar un dato. Como

hemos comentado, Le Bon escribe su libro en 1895, en plena época de cam-

bios y transformaciones en Europa (y con la memoria fresca de los aconteci-

mientos de la Comuna de París) y, años más tarde, Ortega publica su libro en

1930, cuando España también está plenamente inmersa en toda una serie de

procesos de cambio que desembocaron en la instauración de la República y,

posteriormente, en la Guerra Civil (periodo durante el cual escribió el prólogo

y el epílogo a los que hemos aludido con anterioridad). Por su parte, Freud

también escribe sobre las masas en 1921, teniendo probablemente todavía en

la retina las imágenes de "la gran guerra" (Primera Guerra Mundial, 1914-1918)

y avanzando el surgimiento de los movimientos totalitarios. Por tanto, parece

evidente que los acontecimientos históricos no son ajenos al interés por las

masas.

En el libro que mencionamos, Freud recoge las aportaciones de autores clási-

cos como Le Bon o McDougall, con quienes reconoce ciertas similitudes en

sus planteamientos, pero con los que igualmente manifiesta mantener ciertas

discrepancias.

"Hemos utilizado como punto de partida la exposición de Gustavo Le Bon, por coincidirconsiderablemente con nuestra psicología en la acentuación de la vida anímica incons-ciente. Mas ahora hemos de añadir que, en realidad, ninguna de las afirmaciones de esteautor nos ofrece algo nuevo."

Freud, S. (1974, p. 2571).

El planteamiento de Freud asume que la persona dentro de la masa experi-

menta una modificación de su "actividad anímica", algo que otros autores han

explicado basándose en la idea de "sugestión" o de "imitación". Por su parte,

Freud pretende explicar el fenómeno introduciendo el concepto de líbido, es

decir, la idea de que los vínculos que se establecen entre los miembros de la

masa son de tipo amoroso o, como dice él, "o para emplear una expresión

neutra, lazos afectivos" (Freud, 1974, p. 2577).

Freud y la Psicología social

En el libro de James A. Sche-llenberg, Freud aparece juntoa Mead, Lewin y Skinner comouno de Los fundadores de lapsicología social.

Freud en 1922.Fuente: Obras completas,lámina 83.

© FUOC • P08/80510/02097 22 Procesos colectivos y acción social

Lecturas recomendadas

No consideramos que éste sea el lugar adecuado para un desarrollo completo de los plan-teamientos de Freud, por lo que sólo os ofreceremos unas breves pinceladas. Si estáis in-teresados en ampliarlas, os podéis remitir a Moscovici (1985) o al artículo:

Pick,�D. (1995). Freud's Group Psichology and the history of the crowd. History WorkshopJournal, 40, 39-61.

"Nuestra esperanza se apoya en dos ideas. En primer lugar, la de que la masa tiene quehallarse mantenida en cohesión por algún poder. ¿Y a qué poder resulta factible atribuirtal función si no es a Eros, que mantiene la cohesión de todo lo existente?"

Freud, S. (1974, p. 2578).

Para ilustrar esta idea, Freud señala, en primer lugar, la diferencia entre dis-

tintos tipos de masas, y resalta la diferenciación entre aquellas que tienen un

director y las que no disponen de este último. Los ejemplos que utilizará serán

los relativos a dos tipos de masas que cumplen este requisito: el Ejército y la

Iglesia, y en los que puede apreciarse la influencia de la líbido.

"En la Iglesia [...] y en el Ejército reina, cualquiera que sean sus diferencias en otros as-pectos, una misma ilusión: la ilusión de la presencia visible o invisible de un jefe [...] queama con igual amor a todos los miembros de la colectividad."

Freud, S. (1974, p. 2578).

Por tanto, en estas masas, y en otras con estas características, se produce una

doble relación de tipo libidinoso, hacia el jefe y hacia el resto de los miembros,

que es la que mantiene unida a la masa. Esto es lo que hace que se observe la

desaparición de las características individuales, el sentimiento de unidad.

Para explicar esto último, Freud recurre de nuevo a un concepto elaborado

en otras obras, el de identificación, que hace que aspiremos "a conformar el

propio yo análogamente al otro tomado como modelo" (Freud, 1974, p. 2585),

y concluye lo siguiente:

"Tal masa primaria es una reunión de individuos que han reemplazado su ideal del 'yo'por un mismo objeto, a consecuencia de lo cual se ha establecido entre ellos una generaly recíproca identificación del 'yo'."

Freud, S. (1974, p. 2592).

© FUOC • P08/80510/02097 23 Procesos colectivos y acción social

2. Enfoques teóricos de los comportamientoscolectivos

2.1. Teorías del contagio

En la práctica, las teorías del contagio, como señala Jiménez Burillo (1981), no

son teorías, puesto que cuando se habla de contagio se está aludiendo a un

mecanismo explicativo presente en la obra de diferentes autores, de los cuales

el más representativo es Le Bon, para quien el contagio constituye uno de los

tres procesos implicados en el comportamiento colectivo.

Además de los autores clásicos, el contagio ha sido defendido, más reciente-

mente, por M. Blumer (no confundir con Herbert Blumer, creador del inte-

raccionismo simbólico), quien lo explica como una "reacción circular" en la

que el contagio tiene, asimismo, un efecto reforzador, puesto que el hecho de

que una persona reaccione de la misma manera que otra ante un determinado

acontecimiento lleva a que la conducta de la primera persona se vea a su vez

reforzada. Es un contagio de ida y vuelta.

Por tanto, todos ellos afirman que la presencia de otras personas puede dar

lugar a lo que podríamos denominar procesos de influencia interpersonal, que

hacen que un sentimiento, una actitud o una conducta se cierren difundiendo

de una persona a otra, y contagiando así a todo el grupo como si se tratara

de un virus.

La simplicidad de estas explicaciones hace que hayan recibido numerosas crí-

ticas, que Jiménez Burillo (1981, p. 274) resume de la manera siguiente:

• Ausencia de evidencia empírica de la existencia del contagio emocional.

• Ausencia de evidencia empírica de los mecanismos supuestamente actuan-

tes: sugestión, identificación, etc.

• Poder explicativo limitado.

2.2. Teorías de la convergencia

Otras teorías enfatizan la necesidad de que los miembros de la masa compartan

algún tipo de característica común. Milgram y Toch (1969) ponen el ejemplo

de una sala de hospital en la que están ingresados pacientes con una misma

enfermedad sin que se la hayan contagiado unos a otros.

© FUOC • P08/80510/02097 24 Procesos colectivos y acción social

Por tanto, la conducta homogénea de la masa obedece al hecho de que al tener

sus miembros características comunes, es fácil esperar que el tipo de conducta

sea similar. Por ejemplo, si esta última es violenta, significa que las personas

de la masa comparten la característica de ser personas violentas (mientras que

en el modelo anterior podría cuestionarse que lo fueran todas, dado que sólo

sería necesario que unas cuantas personas violentas "infectaran" su violencia

al resto).

Milgram y Toch (1969) mencionan algunas investigaciones en las que

se podría interpretar la violencia colectiva de un grupo de personas ba-

sándose en este modelo. En concreto mencionan la observación de que

no toda la población (incluso en pequeñas ciudades del sur de Estados

Unidos) participa en los actos de linchamiento, lo que llevaría a afirmar

que los participantes son personas propensas a la violencia.

El 27 de octubre de 2001, entre muchas otras imágenes de "Libertad

Duradera", algunas televisiones mostraron imágenes de periodistas oc-

cidentales que eran apedreados por refugiados afganos en la frontera

entre Afganistán y Pakistán. Los periodistas tuvieron que escapar co-

rriendo mientras eran perseguidos por las piedras.

¿Creéis que la mejor explicación de este acontecimiento puede ser que

los periodistas tuvieron la mala suerte de encontrarse en un punto de

alta densidad de refugiados violentos?

2.3. Teoría de la norma emergente

Los modelos anteriores comparten la característica de asumir la homogenei-

dad de conducta de los miembros de una masa, algo que contrasta con la reali-

dad, puesto que un examen detenido de las conductas colectivas muestra que

no todos los miembros actúan de la misma manera.

Por otra parte, diferentes investigaciones clásicas de la Psicología social han

mostrado que la interacción con los pequeños grupos da lugar a la aparición de

normas o estándares de conducta que ejercerán, una vez formadas, una fuerte

influencia sobre su conducta.

Éstos son los puntos de partida de la teoría de la norma emergente formulada

originalmente por Turner y Killian (1957), quienes afirman que la actuación de

la persona depende de su percepción sobre las normas que rigen en la situación

en que se encuentra. Estas últimas no son las convencionales o institucionales,

no provienen de fuera, sino que son creadas en el transcurso de la interacción

con el grupo. Lo mismo que en la investigación de Sherif, la ambigüedad de

la situación favorece la aparición de estas normas.

Lectura complementaria

Probablemente, la investiga-ción más representativa so-bre la aparición de normas esla de Muzafer Sherif.Sherif,�M. (1936). La forma-ción de las normas sociales:el paradigma experimental.H.�Proshansky�y�B.�Seiden-berg (1973). Estudios básicosde Psicología Social (pp. 566-567). Madrid: Tecnos.

© FUOC • P08/80510/02097 25 Procesos colectivos y acción social

La conducta de la masa no es, por tanto, irracional o irreflexiva, sino que es

normativa, al menos en relación con las normas generadas por el propio grupo.

De hecho, gran parte de las comunicaciones que se dan en el grupo tendrán

la función de definir la situación e identificar las normas existentes.

2.4. Teoría del valor añadido o tensión estructural

Smelser (1970) destaca el papel reivindicativo y propositivo del comporta-

miento colectivo, y cómo éste está dirigido a la obtención de unas metas que

se consideren inaccesibles por otras vías.

"Según Smelser (1963), la conducta colectiva ocurre cuando las personas se preparan paraactuar sobre la base de una creencia que se centra en el cambio de algunos aspectosde la sociedad; pero surge sólo cuando no hay forma de conseguir el resultado deseadomediante las instituciones normales de la sociedad. Es, por lo tanto, conducta que ocurrefuera de las instituciones, y que está propositivamente orientada hacia el cambio."

Milgram, S., y Toch, H. (1969, p. 555).

Para que finalmente llegue a realizarse el comportamiento colectivo, es preciso

que se cumplan seis determinantes en un orden particular, teniendo en cuenta

que cada uno de los mismos constituye condición necesaria para el siguiente:

1) Conductividad estructural: condiciones estructurales generales necesarias

para un episodio colectivo.

2) Tensión estructural o conflictos entre elementos del sistema: una de las

posibles fuentes de tensión tiene su origen en la deprivación de privilegios.

3) Desarrollo y expansión de creencias: sobre las causas de la tensión (fuerzas

y agentes) y sobre las formas de eliminarla o disminuirla.

4) Factores desencadenantes: algún tipo de acontecimiento que actúa como

detonador de la acción.

5) Movilización para la acción: todo lo anterior lleva a la necesidad de impli-

car al grupo. Aquí tiene un papel importante la actuación de los líderes.

6) Control social: actuaciones por parte de los agentes de control social para

intentar evitar (aunque a veces sea para fomentar) la acción.

El modelo se ha utilizado con éxito parcial para explicar distintos casos de

comportamiento colectivo en la que se han producido enfrentamientos, por

ejemplo, Milgram y Toch (1969) se refieren a las reivindicaciones estudiantiles

de 1964 en Berkeley; Lewis (1975), a los enfrentamientos que se produjeron

en 1970 en la universidad de Kent (que se saldaron con la muerte de cuatro

estudiantes por disparos de la policía). Por otro lado, Rebolloso (1994) se refiere

al motín de la prisión de Ática (1971), en el que murieron veintiocho internos Titulares de diarios sobre el motín en Ática.

© FUOC • P08/80510/02097 26 Procesos colectivos y acción social

y nueve guardianes (todos por disparos de la policía que asaltó la prisión). De

acuerdo con este ejemplo, podemos concluir que, como mínimo, el modelo

predice correctamente el último elemento, el control social.

2.5. Teoría de la identidad social

En 1971, Henry Tajfel, junto a otros autores, publica un artículo en el que se

describe lo que con posterioridad se conocerán como experimentos del paradig-

ma mínimo. No explicaremos aquí el detalle de la investigación, basta saber

que los resultados obtenidos por los autores permiten observar cómo, en una

situación en la que se reparte una cantidad de dinero entre una persona per-

teneciente al propio grupo y una perteneciente a otro, existe una tendencia

a favorecer al miembro del propio grupo. Probablemente pensaréis que este

resultado no va más allá del sentido común; sin embargo, lo interesante de

estos experimentos es que muestran que esa tendencia a favorecer al miembro

del propio grupo no se lleva a cabo en términos absolutos, sino en términos

relativos. Es decir, lo que define "favorecer" no es la cantidad absoluta que re-

cibe, sino la cantidad en relación con la que recibe la persona del otro grupo.

El favorecimiento puede implicar, por ejemplo, dar una cantidad baja de di-

nero al propio grupo siempre y cuando ello implique que la persona del otro

grupo obtenga una cantidad todavía inferior. Podía preferirse, por ejemplo,

una distribución 7/1 a una 19/25.

La explicación a esta conducta aparentemente ilógica da pie a una de las teo-

rías capitales de la Psicología social, la teoría de la categorización, comparación

de la identidad social. La necesidad de obtener una identidad social positiva es

la que provoca que procuremos diferenciar positivamente a nuestro grupo con

respecto a otros. Si en el proceso de comparación nuestro grupo sale favore-

cido, nosotros salimos favorecidos, obtenemos una identidad social positiva,

definida de la manera siguiente:

"Aquella parte del autoconcepto de un individuo que deriva del conocimiento de su per-tenencia a un grupo (o grupos) social junto al significado valorativo y emocional asocia-do a dicha pertenencia."

Tajfel, H. (1984, p. 292).

Basándose en esta teoría, en la década de los ochenta John C. Turner desarrolla

la teoría de la autocategorización. Esta última plantea tres posibles niveles de

categorización del yo: el supraordenado (ser humano); un nivel intermedio

de tipo grupal con categorizaciones in-group/out-group, y un nivel subordinado

en el que la categorización se realiza en el nivel personal. Al mismo tiempo,

plantea que la autopercepción tiende a variar en un continuo que iría desde

lo totalmente personal (máxima diferenciación entre el yo y los miembros del

propio grupo) a lo totalmente grupal (máxima similitud con el propio grupo

y máxima diferenciación con otros grupos). Puesto que se trata de un conti-

nuo, también pueden darse niveles intermedios, con lo que los dos tipos de

diferenciaciones no son exclusivos y se podrían dar al mismo tiempo.

Teoría de la comparaciónsocial

Años antes, Leon Festingerplanteó una teoría similar, enla que la identidad de la perso-na era el resultado de un pro-ceso de comparación con otraspersonas. La diferencia conTajfel consiste en que mientrasFestinger plantea un procesode comparación interpersonal,Tajfel propone un proceso decomparación intergrupal. Aun-que en ambos casos se hablade identidad, en el primero setrata de una identidad perso-nal, mientras que en el segun-do es una identidad social.

© FUOC • P08/80510/02097 27 Procesos colectivos y acción social

El haber traído hasta aquí esta teoría obedece al hecho de que nos permite

una explicación de la homogeneidad de la conducta de la masa que va más

allá de las explicaciones en términos de contagio en las que se afirma que el

individuo pierde su identidad, que se convierte en un miembro indiferenciado

de la masa sufriendo un proceso de "desindividualización".

Turner prefiere hablar de despersonalización:

"La despersonalización se refiere a los procesos de 'auto-estereotipado' por los que las per-sonas se perciben a sí mismas más como ejemplares intercambiables de una categoría so-cial que como personalidades únicas definidas por sus diferencias individuales de otros."

Turner, J. C. (1987, p. 50).

Entendida así, la despersonalización se diferencia de la desindividualización

en el hecho de que no implica una pérdida de la identidad individual, sino un

cambio del nivel personal en el nivel social de identidad.

Partiendo de estos presupuestos, Stephen Reicher formula uno de los modelos

de conducta de masas más interesantes que podemos encontrar en la actuali-

dad, un modelo que ofrece explicaciones de la conducta de masas radicalmen-

te diferentes a las clásicas (contagio) e, incluso, a las de apariencia más social,

como la teoría de la norma emergente.

Para Reicher, los miembros de una masa comparten una misma autocategori-

zación; es decir, se consideran a sí mismos miembros de un grupo y, por con-

siguiente, con unas características comunes que los diferencian de otros gru-

pos. Aunque la teoría de la autocategorización afirma que los miembros del

grupo se conforman a las normas estereotipadas asociadas con su grupo, en el

caso de las masas, caracterizadas por la novedad y la ambigüedad, no parece

probable que existan tales normas. En ese caso, según Reicher, tales normas,

las conductas adecuadas a la situación, se infieren a partir de la percepción de

las conductas realizadas por otros miembros del grupo (aspecto inductivo de la

categorización en términos de Turner). Cuanto más representativa del grupo

sea considerada una persona, más influencia tendrá ésta en la definición de

la conducta normativa.

Las conclusiones básicas a las que llega Reicher son las siguientes:

• Los miembros de la masa actúan en términos de una identidad social co-

mún, hecho que se opone a las concepciones según las cuales en la masa

se produce una pérdida de la identidad. Ocurre más bien lo contrario, un

refuerzo de la identidad, pero no en el sentido individual, sino en el social.

• El contenido de la conducta de la masa estará limitado por la naturaleza

de la categoría social a que pertenecen, cosa que implica que la conducta

no será necesariamente destructiva o violenta, puesto que la forma que

adoptará su conducta dependerá de su identidad social.

Lectura complementaria

Reicher aplica este modeloal análisis de distintos distur-bios.El más famoso de entre elloses el análisis que realiza delos "Disturbios deSt. Paul's".Para tener una visión real-mente clara de la propuestade Reicher, es muy recomen-dable que hagáis esta lectura.Reicher,�S. (1984). The St.Paul's riot: an explanation ofthe limits of crowd action interms of a social identity mo-del. European Journal of SocialPsichology, 14, 1-21.

© FUOC • P08/80510/02097 28 Procesos colectivos y acción social

Aunque este modelo puede aparentar similitudes con la teoría de la nor-

ma emergente, Reicher (1996) señala que, aunque ésta rompe con la

irracionalidad de los enfoques más clásicos, también presenta algunos

problemas. En primer lugar, el proceso de aparición de normas no es

adecuado para situaciones en las que la masa actúa y cambia con rapi-

dez. En segundo lugar, se da un carácter individualista a las normas,

dado que éstas surgen por las predisposiciones de determinados indivi-

duos (prominentes) del grupo.

Para resumir el planteamiento de Reicher, nada mejor que hacerlo con sus

propias palabras:

"El argumento clave es que las personas no tienen una identidad singular y única, sinoque más bien son capaces de definirse a diferentes niveles de abstracción. Pueden defi-nirse en términos de sus diferencias personales con respecto a otras personas, pero igual-mente pueden definirse también en términos de cómo su grupo se diferencia de otrosgrupos (identidad social). Además, cuando las personas actúan en términos de cualquieridentidad social dada (un hombre, un católico, un socialista), su conducta está determi-nada por los significados asociados con el grupo (masculinidad, catolicismo, socialismo),más que con sus creencias y valores personales. Aplicado a la Psicología de las masas,el argumento es que las personas no pierden su identidad en la masa, ni su conductarefleja una personalidad defectuosa, más bien cambian de una identidad personal a unaidentidad colectiva. De la misma forma, no es que la conducta de una persona esté sujetaa una pérdida de control, más bien se pasa de actuar individualmente en términos decreencias y valores individuales a actuar colectivamente en términos de creencias colec-tivas compartidas."

Stott, C., y Reicher S. (1998, p. 511).

Aunque este modelo presenta evidentes ventajas con respecto a los anteriores,

recientemente el mismo Reicher (1996) ha planteado que presenta dos limi-

taciones importantes.

En primer lugar, el modelo (modelo de la identidad social) da por asumido

que la identidad social determina la acción, pero no se consideran los procesos

mediante los cuales ésta se construye. Así, en el caso de los conflictos, podría

llegar a plantearse que estos últimos son algo inevitable dada la naturaleza de

algunas masas. En segundo lugar, presta poca atención a las dinámicas inter-

grupales. Es decir, todo el análisis se centra en las percepciones de los miem-

bros de la masa, sin considerar cómo pueden afectar las acciones de una de

las partes (el grupo al que se suele enfrentar la masa) a las conductas y percep-

ciones de la otra.

Ante estos problemas, Reicher reformula sus planteamientos iniciales pasando

a hablar del "modelo elaborado de identidad social" (ESIM), en el que se des-

taca cómo los acontecimientos de masa se caracterizan, principalmente, por

tratarse de relaciones intergrupales y que, como tales, la identidad social de

los miembros de la masa y, por tanto, sus acciones, dependen de las dinámicas

de dichas relaciones.

© FUOC • P08/80510/02097 29 Procesos colectivos y acción social

De este modo, se puede entender que una masa, con independencia de las

características de sus miembros, puede redefinir el curso adecuado de acción,

la conducta normativa en ese contexto, en función de las relaciones que man-

tenga con el otro grupo. Una ilustración interesante de este modelo la pode-

mos encontrar en el análisis que realiza Reicher de los conflictos entre estu-

diantes y policías en 1988 en la conocida como "la batalla de Westminster"

(Reicher, 1996) y, más recientemente, en el análisis de los conflictos entre afi-

cionados ingleses y la policía francesa durante las finales de 1998 de la copa

mundial de fútbol (Scott, Hutchinson y Drury, 2001).

"La mayoría de los estudiantes partieron con una idea de sí mismos como personas res-petables ejerciendo el derecho democrático a protestar (y por tanto se distanciaron de losradicales que convocaban a acciones de confrontación). La policía, sin embargo, consi-deró a la masa de estudiantes como homogénea, como una amenaza peligrosa y actuaroncon el objetivo de impedir su progreso hacia el Parlamento. Esta acción fue vista comoilegítima por los estudiantes en su conjunto y los unificó en oposición a la policía. In-cluso, esa unidad les fortaleció para enfrentarse activamente al cordón policial."

Drury, J., y Reicher, S. (2000, p. 582).

© FUOC • P08/80510/02097 30 Procesos colectivos y acción social

3. Condicionamientos ideológicos en el estudio de loscomportamientos colectivos

"A comienzos del presente siglo, se estaba seguro de la victoria de las masas; a su término,nos encontramos por completo cautivos de quienes las conducen."

Moscovici, S. (1985, p. 9).

Williamson country, Illinois, 1922

Un grupo de mineros en huelga asalta una mina reabierta con mineros no sindicados.Los esquiroles son capturados y se los obliga a dirigirse hacia la ciudad. De repente, loshuelguistas les dicen que empiecen a correr y, cuando lo hacen, les disparan.

Desde el punto de vista de Floyd Allport, este acontecimiento constituye un

ejemplo del tipo de conducta que pueden manifestar las masas en estados de

excitación. Una masacre en este caso.

Por su parte, Steve Reicher (1987) comenta cómo se podría haber descrito este

mismo acontecimiento de una manera diferente.

Williamson country, Illinois, 1922

"[La huelga] reivindicaba las mejoras de las condiciones descritas oficialmente como 'peo-res que los esclavos antes de la guerra civil'. Después de ocho semanas la compañía llevóa trabajadores para reabrir la mina. Cuando los huelguistas intentaron hablar con esoshombres, los guardias de la mina dispararon y mataron a cinco de ellos. Poco despuésotro minero fue disparado cuando se encontraba a media milla de la mina. Empezaronentonces escaramuzas bajo el mando de veteranos de guerra. Un avión dejó caer dinamitasobre la mina. A medida que avanzaban se encontraban bajo el fuego de ametralladorasde los guardias, pero a pesar de ello tomaron la mina y sólo después ocurrió la masacre".

Reicher, S. (1987, pp. 176-177).

Aunque el resultado es el mismo, la muerte de unos trabajadores (aunque es-

quiroles) a manos de otros, evidentemente, la impresión que nos producen los

dos relatos no es la misma. En el primero se destaca única y exclusivamente

la irracionalidad y violencia de los trabajadores (¿la 'chusma irreflexiva y cri-

minal'?), mientras que en el segundo encontramos una versión en la que se

contextualiza la situación como una de conflicto entre obreros-empresarios,

un conflicto que, añade Reicher, tiene una duración temporal más allá de este

episodio concreto, puesto que se enmarca en un periodo de huelgas y reivin-

dicaciones pacíficas que se remontaban a 1919. La violencia por parte de los

huelguistas sólo se produce después de que se utilice la violencia contra ellos.

Es un acontecimiento único que se produce al final del proceso.

Esto significa que el comportamiento de la masa es contextual, que forma parte

de un proceso de conflicto intergrupal que expresa una concepción colectiva

de lo que es correcto en cada momento, algo que ya avanzaba Stoetzel en

© FUOC • P08/80510/02097 31 Procesos colectivos y acción social

1965 al afirmar que "las violencias colectivas son instituidas y no espontáneas.

Tienen un sentido y una función sociológica, y no resultan de impulsos ciegos

del instinto" (p. 227).

Este ejemplo ilustra uno de los problemas con los que se enfrenta el estudio

del comportamiento colectivo: el efecto de la ideología.

Tanto la obra de Le Bon como la de otros autores supone un ataque a los movi-

mientos de protesta colectiva, enfatizando los aspectos de violencia e irracio-

nalidad. Incluso Allport, defensor de concepciones individualistas, opta por lo

mismo, puesto que afirmará que en la masa se acentúan las características in-

dividuales y se eliminan o reducen las conductas aprendidas. En ambos casos

se rechaza el papel de los determinantes sociales en la conducta de las masas.

Sin embargo, como ya avanzaba Carl J. Couch en 1968, los estereotipos domi-

nantes sobre las masas resaltan su carácter emocional y su violencia, sin tener

en cuenta que, en realidad, según el autor, no son antisociales; aunque pueden

perseguir cambios en el statu quo de una sociedad, esto les puede convertir

en antisocietales, pero no antisociales, entre otras cosas porque los cambios

colectivos constituyen un fenómeno social.

Al ocultar el enfrentamiento ideológico entre la masa y sus oponentes (mine-

ros y empresarios en el ejemplo), al ocultar el contexto de la conducta de ma-

sa, su acción se patologiza.

Las consecuencias de descontextualizar la acción de la masa de su contexto

ideológico y estructural, según Reicher (1996), tiene consecuencias en el plano

explicativo y en el político.

En el plano explicativo las consecuencias son las siguientes:

1) Al no interpretar el comportamiento de las masas en relación con su en-

torno social, estos comportamientos aparecen verificados como caracte-

rísticas genéricas de las masas.

2) De la misma forma, dichos comportamientos aparentarán no tener senti-

do, con lo que la masa será caracterizada como irracional.

3) Al proyectar los problemas y tensiones de la sociedad en la naturaleza mis-

ma de las masas, éstas serán tratadas como un fenómeno negativo.

En el ámbito político nos encontramos con otras tres consecuencias de la des-

contextualización:

© FUOC • P08/80510/02097 32 Procesos colectivos y acción social

1) Una denegación de la culpabilidad. Si la violencia es una característica de

la masa, no puede responsabilizarse de la misma ni a las injusticias sociales

ni a las acciones de agentes externos (como el ejército y la policía).

2) Una negación de la voz, puesto que la masa es estúpida, no tiene nada que

decir, no tiene nada significativo que expresar.

3) Legitimación de la represión, puesto que por lo que hemos visto no es

posible razonar con las masas (estúpidas, destructivas), la mejor forma de

tratarlas es enfrentarse a ellas con firmeza.

"Si la responsabiliad principal de cualquier gobierno democrático es el bienestar de lasociedad, entonces cualquier distorsión del orden social pone en cuestión su protectora-do. Atribuir el conflicto a la patología inherente de las masas resuelve el problema sinllamar la atención sobre áreas bajo el control gubernamental como la política económicay social o la conducta de las fuerzas del estado. La élite política tiene mucho que ganarsi se acepta una explicación leboniana."

Reicher, S. (1996, p. 540).

Como afirman Apfelbaum y McGuire (1986), la perspectiva sobre las masas

que se desprende de la obra de Le Bon y parte de sus coetáneos excluye los

aspectos políticos y sociales, reproduciendo los argumentos de la derecha an-

ti-Comuna de la época.

Sin embargo, no es privilegio de Le Bon el producir tales entusiasmos; gran

parte de los autores que en esta época se dedican al estudio de las multitudes

generan reacciones similares.

"Se debe reconocer, sin embargo, que con la 'psicología de las multitudes' el estudio psi-cosociológico de los fenómenos colectivos había tomado un rumbo desastroso. El lamen-table éxito de las ideas así lanzadas al público, a finales del siglo XIX, ha deformado porlargo tiempo las perspectivas, desalentado las investigaciones y producido en muchoscientíficos un descrédito de la psicología social de los fenómenos colectivos, que no me-rece ya."

Stoetzel, J. (1965, p. 221).

En su análisis de dos disturbios ocurridos en Argentina en la década de los no-

venta (Santiago del Estero, 1993 y Corrientes, 1999), Santiago Auyero (2001)

recuerda las dos condiciones que, según Walton y Rabin (1990), dan lugar a la

emergencia de las protestas en los países del Tercer Mundo: la sobreurbaniza-

ción, es decir, las tasas de urbanización que van más allá de las posibilidades

de una población en función de su grado de industrialización, y los efectos

derivados de las intervenciones político-económicas en estos países por par-

te de agencias internacionales, en concreto, las actuaciones o demandas por

parte del Fondo Monetario Internacional. Al análisis de estas condiciones de

ámbito global, Auyero añade la necesidad de analizar a los mediadores locales

(lo que da pie para que hable de Glocal Riots), que en el caso argentino tienen

su máxima expresión en la endémica corrupción económica por parte de la

clase política.

Lectura recomendada

Walton,�J.,�y�Rabin,�C.(1990). Global and nationalsources of political protest:Throw World responses tothe deabt crisi. American So-ciological Review, 55, 876-890.

© FUOC • P08/80510/02097 33 Procesos colectivos y acción social

Esta relación ideológica entre esas perspectivas y determinadas orientaciones

políticas ha quedado reflejada por el uso dado a las ideas de Le Bon por parte

de los grandes dictadores de principios del siglo XX. Benito Mussolini y Adolf

Hitler son sólo dos de los políticos que se apoyan en sus doctrinas, de forma

totalmente explícita el primero y algo más oculta el segundo. También para

algunos, según Moscovici (1985), a Le Bon le corresponde el dudoso honor de

ser considerado no sólo el padre de la Psicología de las masas, sino también

uno de los precursores de las ideas (y prácticas) racistas en la Europa de los

siglos XIX y XX.

Asimismo, Aguirre y Quarantelli (1983) comentan que los trabajos de com-

portamiento colectivo se han criticado debido a la posible influencia de fac-

tores de tipo político e ideológico sobre los autores que los han desarrollado,

lo que ha podido llevar a sesgos en sus resultados e interpretaciones. De entre

las diferentes líneas de crítica que mencionan, destacamos la que se refiere a la

protección�del�status�quo: aunque teóricamente los posibles sesgos podrían

favorecer posturas políticas de diferente signo, éstos se dan, básicamente, a

favor del poder establecido, no sólo en cuanto a las explicaciones de los fenó-

menos, sino también en cuanto al rango de fenómenos que hay que estudiar,

favoreciéndose una perspectiva "administrativa" en la que los problemas que

se deben estudiar no son precisamente los de los desfavorecidos que buscan

el cambio.

"Parte de las críticas ideológicas parecen basarse en una identificación de los estudiosdel comportamiento colectivo, pasados y presentes, con un enfoque sociopsicológicoque resalta los aspectos irracionales o emocionales, es decir, la patología social. Esto seopone, implícita o explícitamente, al interés sobre la racionalidad y la organización socialdel fenómeno del comportamiento colectivo. [...] El enfoque sociopsicológico, con unenfoque sobre el individuo y la patología social lleva, según los críticos, a una imagendistorsionada del fenómeno que lo aboca a una denigración por parte de los defensoresdel statu quo."

Aguirre, B. E., y Quarantelli, E. L. (1983, p. 202).

Clifford Stott y Steve Reicher (1998) añaden que otro problema o limitación,

evidentemente de tipo ideológico, presente en gran parte de las investigacio-

nes sobre masas, consiste en no considerar su carácter de interacción inter-

grupal y, especialmente, el que hace referencia a la interacción entre la ma-

sa (manifestantes) y la policía. Si, como señalan diferentes investigaciones, el

conflicto se desencadena principalmente cuando intervienen las fuerzas del

orden, el análisis de los disturbios y los desórdenes debería analizar también

el comportamiento de tales fuerzas.

"Reduciendo la explicación del conflicto colectivo a la patología inherente de sólo unade las partes implicadas –la masa– no sólo se elimina todo el significado de la acción dela masa, sino que también se elimina toda responsabilidad del orden social y justifica elincremento de la represión como la única forma de tratar a las masas."

Stott, C., y Reicher, S. (1998, p. 511).

© FUOC • P08/80510/02097 34 Procesos colectivos y acción social

La "batalla de Génova" (20-22 de julio de 2001) se saldó, además de con des-

trozos ocasionados por los manifestantes, con la muerte de uno de ellos (Carlo

Giuliani) y el asalto, por parte de la policía, al centro de prensa del Foro Social

de Génova.

El jefe de la policía italiana, Gianni de Gennaro, declaró ante la comisión par-

lamentaria que investiga la violencia durante la cumbre del G-8 en Génova:

"Es posible que las condiciones de guerrilla creadas por criminales violentos

hayan provocado en algunos casos excesos en el uso de la fuerza por parte de la

policía, y en otros casos episodios individuales de comportamientos ilegales,

los cuales serán severamente castigados".

Independientemente de que tras acontecimientos como los de Génova se lle-

guen a realizar investigaciones más o menos a fondo para determinar las po-

sibles responsabilidades de las fuerzas del orden, explicaciones de este tipo,

que forman parte del discurso cotidiano, sitúan en un nivel completamente

diferente la explicación de un mismo tipo de conducta. Mientras la violencia

de la masa es una característica intrínseca de la misma, la violencia, cuando es

perpetrada por parte de la policía, constituye un acontecimiento aislado que

necesita otro tipo de explicación.

Con esto no queremos decir, por supuesto, que las masas no puedan realizar

actos violentos (tenemos demasiados ejemplos de ello como para poder ob-

viarlos) ni que la violencia se sitúe únicamente al lado de la policía (o que

ella sea la instigadora). Simplemente, queremos resaltar los efectos ideológicos

que conllevan las explicaciones en las que no se reconocen los elementos que

hemos señalado.

La policía italiana carga contra losmanifestantes mientras Carlo Giuliani yace en

el suelo.

© FUOC • P08/80510/02097 35 Procesos colectivos y acción social

4. El rumor como comunicación colectiva

"Mensajero del error y del mal tanto como de la verdad, el rumor, la más rápida de todaslas plagas, va desencadenando el terror y se fortifica difundiéndose."

(Virgilio, La Eneida)Citado por J. Stoetzel (1965, p. 243).

Ejemplo

HOAXES: LOS RUMORES DE HOY EN DÍA

ALERTA.

¡¡¡PÁSALO A CUALQUIER PERSONA QUE TENGA TU DIRECCIÓN DE CORREO ELEC-TRÓNICO!!!

Si recibes un mensaje cuyo asunto diga: "Se necesitan agallas para decir Jesús" o en inglés:"It takes Guts to say Jesús"

¡¡¡NO LO ABRAS!!!!!

Borrará todo en tu disco duro. IBM, AOL sostiene que se trata de un virus muy peligrosoque, por el momento, NO HAY REMEDIO.

Un individuo muy enfermo en su contra logró utilizar la función de reformateo de Nor-ton Utilities causando el borrado completo de todos los documentos archivados en eldisco duro. Este virus se ha diseñado para trabajar con Netscape Navigator y con Micro-soft Internet Explorer. Destruye computadores compatibles con Macintosh e IBM.

Éste es un virus nuevo y muy maligno, el cual es desconocido por mucha gente. Por favor,pasa esta advertencia a todas tus direcciones y a tus amistades ASAP en línea, para pararesta amenaza. Toma medidas de precaución y advierte a cualquier persona que tengaacceso a tu computadora.

Casi con toda seguridad habréis recibido en alguna ocasión algún mensaje de

este estilo, en el que se avisa de la aparición de un peligrosísimo nuevo virus.

Prácticamente en su inmensa mayoría se trata de falsas informaciones, que se

transmiten por la Red a una gran velocidad y que se convierten, ellas mismas,

en el virus que preconizan, "infectando" a un gran número de usuarios que, en

ocasiones, pueden llegar a inutilizar sus ordenadores siguiendo los "altruistas"

consejos del mensaje.

Podríamos pensar que se trata de la modalidad moderna de lo que conocemos

como "leyendas urbanas", historias que se van transmitiendo de boca a oreja,

que atraviesan fronteras, y que penetran en amplias capas de la población y

llegan a convertirse en parte del imaginario colectivo, a convertirse, en pala-

bras de Allport y Postman (1967) en "rumores cristalizados".

Leyendas urbanas

"Las cloacas de Nueva York están habitadas por cocodrilos que son lanzados a los inodorospor sus propietarios al comprobar cómo crecen sus pequeñas mascotas."

"Una autoestopista que esrecogida por un conductorle avisa de la peligrosidad de unacurva. Cuando el conductor vuelve a mirarla, ha desaparecido. Con posterioridad, elconductor se entera de queesa chica murió en aquella curva tiempo antes."

Enlace recomendado

Podéis obtener más infor-mación sobre los hoaxes enhttp://es.wikipedia.org/wiki/Bulo

© FUOC • P08/80510/02097 36 Procesos colectivos y acción social

Podéis encontrar más leyendas en http://es.wikipedia.org/wiki/Leyenda_urbana y, en in-glés, en la fantástica http://www.snopes.com

Sin embargo, no siempre los rumores son tan inofensivos como las leyendas

que suelen circular en una comunidad. Un ejemplo dramático de la peligro-

sidad potencial de los rumores lo podemos encontrar en el análisis que reali-

za Edgar Morin (1969) de un rumor surgido ese mismo año en la ciudad de

Orleans.

Rumor de Orleans

"En mayo de 1969 nacía en Orleans un rumor según el cual una serie de muchachas,tras haber sido narcotizadas en tiendas de modas de comerciantes en su mayoría judíos,habían sido víctimas de la trata de blancas.

Morin y su equipo pudieron establecer diversas fases en la historia de este rumor. En unaprimera fase, el ruido parece que se había originado en el medio constituido por mucha-chas de diversos institutos de enseñanza media. La información relativa al rapto de lasjóvenes era atribuida a fuentes reconocidas como competentes (la policía, la enferme-ra que había cuidado a una víctima salvada,...) o próxima (un familiar, un amigo, cuyacredibilidad no se ponía en tela de juicio). Por lo que respecta a los periódicos, perma-necerían mudos. Luego siguió una fase de amplia propagación de la noticia, que ahoracirculaba entre los adultos. Los profesores aconsejaban a sus alumnas que no acudiesena estos lugares peligrosos solas, y ni siquiera acompañadas, y su competencia en realidadno hacía más que acentuar la credibilidad del rumor. Éste, al tiempo que se extendía, seinflaba: el número de comerciantes implicados aumentaba, así como el de víctimas. Sealcanzó entonces la metástasis, la fase culminante del rumor: la red de trata de blancas seconvierte en patrimonio de la policía, corrompe al gobierno local, el silencio de los cualesno es sino la prueba evidente de su colaboración culpable. En lo más vivo del rumor, loscomerciantes reciben amenazas telefónicas anónimas y se forman tumultos ante las tien-das cuyos propietarios eran incriminados. Las mujeres no entraban sino acompañadas, ysalían lo antes posible, o dejaban de frecuentar los comercios en cuestión. Las autorida-des, puestas fulminantemente al corriente, rehusaron intervenir un fin de semana en quehabía elecciones, lo que no hizo más que abonar las sospechas de connivencia que pesa-ban sobre ellas. Una vez pasadas las elecciones sobrevino la respuesta; las autoridades, losperiódicos, los grupos antirracistas, los partidos de la oposición pasaron a la contraofen-siva: se desmintió la verosimilitud de los hechos, se ridiculizó lo absurdo del rumor, seamenazó a quienes lo favorecieron, se acusó a los fascistas. Este contraataque no hizo másque contener el rumor, pero sin atacarlo en su base: no se pudo reconocer como fuentedel rumor a ninguna persona ni a ningún grupo antisemita de extrema derecha. Esto noera más que un retroceso ante la amenaza, puesto que las mujeres continuaban evitandoesos comercios o, si acudían a ellos otra vez, lo hacían acompañadas. Finalmente, circu-laron unos nuevos 'minirrumores': el hermano de un comerciante sospechoso había sidodetenido por la policía y se habían producido nuevos raptos. Además, frente al antimito(la denuncia del rumor) apareció un anti-antimito: que si los partidos de la oposiciónhabían hecho de ello un caballo de batalla, que si los periódicos habían inventado untema para llenar sus columnas, que si los comerciantes judíos habían ideado una odiosapublicidad. Sea como fuese, y pese a las amenazas, el rumor, aparentemente extinguido,había dejado sus huellas grabadas en la historia de la ciudad."

G. Mugny (1980, pp. 331-332).

Probablemente, igual que en el caso de los hoaxes o de las leyendas urbanas,

también hayamos oído en alguna ocasión algún rumor de este tipo. De he-

cho, si en el caso del rumor de Orleans los acusados de cometer fechorías eran

miembros de la comunidad judía, una comunidad tradicionalmente persegui-

da, en la actualidad y en nuestro contexto más inmediato no es del todo extra-

ño escuchar historias similares, en las que los malvados pertenecen también a

algún grupo minoritario, desde el once de septiembre de 2001, especialmente

musulmanes.

Lectura complementaria

Morin,�E. (1969). La rumeurd'Orleans. París: Seuil.

© FUOC • P08/80510/02097 37 Procesos colectivos y acción social

El "Rumor de Orleans" es un ejemplo que nos muestra la importancia que tie-

ne esta forma de comportamiento colectivo a la que denominamos rumores.

Pierre Marc (1987) sistematiza esta afirmación planteando cuatro fenómenos

vinculados con los rumores, que los hacen merecedores de estudio. En primer

lugar, como en el caso del rumor descrito por Morin, los rumores pueden dar

lugar a prejuicio�y�difamación, incluso sin necesidad de que haya una in-

tencionalidad explícita o conciencia de que pueda producirlos por parte de

la fuente que los difunde. En segundo lugar, los rumores pueden implicar de-

gradación o distorsión�de�la�información. El tercer fenómeno se refiere a

la aparición de comportamientos�poco�racionales derivados del contenido

del rumor y que pueden dar lugar a conductas que pueden llegar a poner en

peligro la propia vida. Y, por último, también hay que tener en cuenta que son

una fuente de cambio�de�opiniones�y�actitudes (Marc, 1987, pp. 17-26).

Efectos

Distorsión

Los rumores posteriores al ataque a la base de Estados Unidos de Pearl Harbor en 1941hicieron que una parte de la población llegara a creer que se había destruido la totalidadde la flota del Pacífico, creencia que no se ve completamente rechazada a pesar del des-mentido radiofónico del presidente Roosvelt.

Conducta�irracional

Un ejemplo típico de este efecto es el de los acontecimientos derivados de la transmisiónradiofónica que realizó Orson Wells en 1938 de la novela La guerra de los mundos de H.G. Wells.

4.1. Definición de rumor y tipos de rumores

Diversos autores destacan la omnipresencia del fenómeno de los rumores, afir-

mando que podemos encontrar manifestaciones de los mismos en épocas re-

motas (la cita con la que empezábamos este apartado es buena muestra de

ello). Esto lleva a Jean-Nöel Kapferer (1989a) a denominarlos "el medio de di-

fusión más antiguo del mundo".

Sin embargo, si bien como fenómeno de comunicación se le puede atribuir tal

antigüedad, como concepto teórico el nacimiento del rumor tiene su origen

en los inicios del siglo XX. En concreto, según Froissart (2000), dichos orígenes

se sitúan en la obra de William Stern (1902), Fréderick Bartlett (1920) y Klif-

ford Kirkpatrick (1932), como antecesores inmediatos de la obra que supone

el punto de referencia en el estudio del rumor, la Psicología del rumor, de Floyd

Allport y Leo Postman (1947).

4.1.1. El estudio del rumor

Cada uno de estos autores desarrolla un método para el estudio experimental

del rumor. El diseño de Stern implica a un participante que escribe un relato

sobre determinado acontecimiento para que sea escuchado por otra persona

que, a su vez, hará lo mismo; la peculiaridad de la situación consiste en que

los participantes escriben el relato, pero es el experimentador el encargado de

Lecturascomplementarias

Stern,�L.�W. (1902). Zur Psy-chologie der Aussage. Ex-perimentelle Untersuchun-gen über Erinnerugenstreue.Zeitschrift für die gesamte Stra-frechtswissenchaft, vol. 23,cuaderno 2/3.Bartlett,�F. (1920).Some ex-periments on the Reproduc-tion of Folk-Stories. Folk-Lore,vol. 31.Kirkpatrick,�C. (1932). ATentative Study in Experi-mental Social Psychology.American Journal of Sociology,vol. 38, p. 2.

© FUOC • P08/80510/02097 38 Procesos colectivos y acción social

leerlo a la siguiente persona. Kirkpatrick y Bartlett utilizan el método de las

repeticiones seriadas, precursor del conocido juego de sociedad consistente en

que varias personas, formando una cadena, transmiten oralmente un mismo

mensaje de una a otra, de forma que puede apreciarse la transformación de

forma y contenido que sufre el mensaje original.

Modelos de diseños de investigación. (1) Stern(2) Kirkpatrick, Bartlett, Allport y Postman P = Participante.I = Investigador. R = Relato. L = Lectura. Basado en Froissart (2001).

Por su parte, Allport y Postman (1947) utilizan también el mismo método de

repeticiones seriadas, tomando como material de base una serie de viñetas que

un primer participante debe describir al siguiente miembro de la cadena, de

forma que éste, a su vez, pueda transmitirlo al siguiente y así sucesivamente

hasta que intervienen siete u ocho personas.

El trabajo de estos autores, aunque supone un referente en cualquier obra que

trate sobre los rumores, ha recibido serias críticas relacionadas con la meto-

dología experimental que utilizan en sus investigaciones, dado que resultan

artificiales y no reproducen las condiciones reales en las que se transmiten los

rumores en la vida cotidiana, habitualmente en el contexto de conversaciones

informales.

"El enfoque de Allport y Postman es diferente del que trata el rumor como una formade opinión pública y a la opinión pública como un complejo proceso colectivo. Asumenque el contexto social en el que se producen los rumores puede reducirse a una simplecadena de sujetos; que, por implicación, la amplia circulación del rumor no es nada másque la adición de tales cadenas; y que el rumor puede ser explicado, al menos en parte,por referencia a mecanismos psicológicos uniformes y omnipresentes como 'el procesoeconomizador de memoria'.

Además, y quizás más importante, Allport y Postman proceden sobre la asunción de queel rumor resulta básicamente de la distorsión en la percepción y en la comunicaciónverbal unilateral."

Peterson, W. A., y Gist, N. D. (1951, p. 161).

Por ejemplo, no tienen en cuenta los cambios en la motivación que se dan

en una discusión informal, o que una misma persona puede contar versiones

diferentes de una misma historia no en función del recuerdo, sino en función

del tipo de relaciones que mantiene con su interlocutor.

Vínculos entreinvestigadores

La similitud de la metodologíautilizada por Allport y Postmancon la de sus predecesores noes de extrañar, si considera-mos que en 1923 Allport hi-zo una estancia de seis mesesen el laboratorio de Stern enHamburgo y que de allí partiópara otra estancia con Bartlett(Froissart, 2001).

© FUOC • P08/80510/02097 39 Procesos colectivos y acción social

"La principal limitación en el estudio experimental del rumor y otras formas de compor-tamiento colectivo radica en el fracaso en producir, o incluso simular, estados motiva-cionales comparables a los que se producen en la vida real."

Peterson, W. A., y Gist, N. D. (1951, p. 166).

Frente a este tipo de investigaciones experimentales, también podemos encon-

trar, sin duda, estudios de campo como los de Morin (1969), Peterson y Gist

(1951), o del mismo Bartlett. De hecho, la obra de Bartlett sobre el recuerdo

se caracteriza precisamente por aquello que es criticado en Allport y Postman:

el tratamiento del recuerdo remitiéndose a factores de tipo social y alejándose

de las explicaciones psicologistas tan en boga en la época.

4.1.2. Definiciones

Como ocurre con cualquier otro concepto, podemos encontrarnos con un

gran número de definiciones de lo que es un rumor. Las características más o

menos compartidas por las diferentes definiciones serían las siguientes:

Características comunes de las definiciones

Objeto Información

Tema Asuntos de actualidad

Objetivo Convencer

Medio Comunicación interpersonal

A éstas podemos añadir las que, según Kapferer (1989), serían las características

básicas del rumor:

• La esencia del rumor es el movimiento. Sin movimiento no hay rumor: el

rumor es emergencia y circulación de noticias en el cuerpo social.

• Hay rumores con fundamento y sin él. Lo que caracteriza un rumor no es

su carácter verificado o no, sino su origen no oficial.

"Llamaremos pues rumor a la emergencia y circulación en el cuerpo social de informa-ciones todavía no confirmadas públicamente por las fuentes oficiales o desmentidas poréstas."

Kapferer, J. N. (1987, pp. 622-629).

4.1.3. Tipos

Knapp (1944) establece una de las clasificaciones más conocidas, en función

del tipo de motivaciones que se encuentren detrás del rumor:

© FUOC • P08/80510/02097 40 Procesos colectivos y acción social

• Rumores que expresan deseos o sueños imposibles (Pipe-Dream): son

aquellos cuyo contenido consiste en el reflejo de algún deseo presente en

la población.

• Rumores pesimistas o de miedo (Bogie Rumor): en este caso, el contenido

del rumor pone de manifiesto los miedos existentes en el grupo, la angustia

de que ocurran acontecimientos de tipo negativo.

• Con contenido agresivo: tienen como misión dividir grupos o destruir

lealtades y, según Knapp, suelen ir dirigidos contra la propia población o

contra los propios aliados.

En la interesante página web de Barbara y David P. Mikkelson

(www.snopes.com) podemos encontrar algunos ejemplos de estos tipos rela-

cionados con el atentado del 11 de septiembre a las Torres Gemelas:

"Un hombre atrapado en la explosión de una de las torres del World Trade Center se subiósobre restos del edificio que caía y eso lo salvó."

Este rumor (evidentemente falso) expresa la esperanza de que algunas personas

hayan podido sobrevivir al derrumbamiento de las Torres.

Aunque puede que no tenga las características exactas de un rumor, aquellas

personas que ven la cara de Satanás en algunas fotografías de la explosión de

las torres probablemente estén expresando sus miedos y angustias.

Por último, evidentemente tienen un contenido agresivo todos aquellos ru-

mores en los que se acusa a diferentes personas o colectivos de alegrarse tras el

atentado. Si consideramos que se trata de personas de nacionalidad norteame-

ricana (aunque provengan de otros países), entra dentro de la tercera categoría

de Knapp el rumor según el cual los empleados de una tienda Dunkin' Donut

profanaron una bandera americana tras los atentados.

4.2. Transmisión del rumor

Imagen de la explosión en una de las TorresGemelas.

Allport y Postman (1946, 1967) idearon la fórmula probablemente más exten-

dida para explicar la difusión de los rumores. Según estos autores, la cantidad

de rumor será el resultado de la multiplicación de su importancia por su ambi-

güedad. Es decir, para que se difunda un rumor, éste debe caracterizarse no só-

lo por una cierta ambigüedad, sino también por tener algún tipo de relevancia

para la persona (la fórmula implica una multiplicación, por lo que ninguno

de los productos puede ser igual a cero).

Fórmula de transmisióndel rumor

R = i X a

© FUOC • P08/80510/02097 41 Procesos colectivos y acción social

Los autores ilustran de la manera siguiente el papel que tiene la importancia

del tema:

"Por ejemplo, no podría esperarse que un ciudadano de Estados Unidos fuera a pasarrumores relativos al precio de los camellos en Afganistán, puesto que el asunto careceríade importancia para él, aunque es en verdad ambiguo. No estará tampoco dispuesto aesparcir chismes sociales de alguna aldea albanesa, porque nada le importará lo que alláhagan."

Allport, G. W., y Postman, L. J. (1967, p. 16).

El proceso de transmisión implica, en la mayoría de los casos, una transfor-

mación del mensaje original, que Allport y Postman (1947), a partir de sus

trabajos experimentales de recuerdo de láminas con escenas más o menos co-

tidianas, describen formulando sus tres famosas leyes sobre la transmisión de

los rumores:

• Nivelación�o�reducción

Mecanismo con el cual, el rumor, según va circulando, se reduce, acortándose,

haciéndose más conciso y, por consiguiente, más fácil de recordar y contar.

Aunque una explicación de ello podría estar relacionada con el poco tiempo

de que disponen las personas, la pérdida de memoria no parece el elemento

explicativo fundamental, puesto que llega un momento en el que se obtiene

una estructura simple que, con posterioridad, se repite de forma fidedigna.

Cuando se consigue una "buena forma", ésta no se abandona.

• Acentuación

Implica la percepción, retención y narración selectiva de un limitado número

de pormenores de un contexto mayor. Es el proceso complementario a la ni-

velación, puesto que si de un conjunto de informaciones algunas se nivelan,

las otras automáticamente se ven acentuadas.

• Asimilación

Reducción y acentuación son dos manifestaciones complementarias de la asi-

milación a los marcos de referencia de la persona; por consiguiente, supone

una distorsión de la información recibida por la influencia de factores emo-

cionales y cognitivos.

Mugny (1980) plantea, basándose en estas leyes, que se está hablando de tres

tipos de transformaciones: 1) transformación simplificadora, es decir, omisión

de contenidos; 2) transformación racionalizante, es decir, adaptación, y 3)

transformación acentuadora, es decir, énfasis de algunos elementos.

Hablar de transformación lleva implícita la idea de economía de memoria,

algo criticado por algunos autores.

¿Predecir el futuro?

Evidentemente, al menos enesta ocasión y a pesar del tópi-co desinterés hacia otros paísespor parte de los norteamerica-nos, los ejemplos no son losmás acertados.

Teoría matemática de lacomunicación

El modelo experimental utiliza-do por Allport y Postman en suestudio de los rumores recuer-da la teoría matemática de lacomunicación, formulada po-co después por Claude Shan-non y Warren Weaver, en laque se plantea un modelo decomunicación lineal entre emi-sor y receptor, en el que no seproduce feedback, y en el quela variable más importante esel ruido que puede afectar a lacorrecta transmisión de la in-formación.Shannon,�C.�E.,�y�Weaver,�W.(1981). Teoría matemática dela comunicación. Madrid: Forja,1949.

© FUOC • P08/80510/02097 42 Procesos colectivos y acción social

"No hay evidencia en este estudio de un 'proceso economizador de memoria'. Parece másprobable que personas con poco interés olviden detalles, mientras que aquellas que estáninteresadas los recuerden, al menos los detalles que consideren cruciales."

Peterson, W. A., y Gist, N. D. (1951, p. 166).

Por ejemplo, en cuanto al recuerdo de nombres y lugares, esos mismos auto-

res destacan cómo pueden influir diferentes factores de tipo emocional en la

mayor o menor precisión en el recuerdo.

Otros elementos que pueden influir en la distorsión pueden estar relacionados

con el interés de las personas implicadas, por el tipo de relaciones sociales

entre ellas o por el interés del transmisor en darle apariencia de veracidad.

4.3. Modelos de transmisión

Como hemos mencionado con anterioridad, el modelo de Allport y Postman

implica hablar de una estructura lineal de transmisión, en el que cada persona

(menos los extremos de la cadena) es emisor y receptor de un único e idéntico

mensaje (con independencia de que se transforme, no circula ningún otro tipo

de información), sin que exista la posibilidad de auténtica interacción con

su interlocutor y sin que exista la posibilidad de que reciba o envíe nuevas

informaciones. Evidentemente, se trata de una situación que no es típica de

la vida real (ver el modelo 1 de la figura siguiente).

Modelos de transmisión del rumor. Basado en Rouquette (1975, pp. 24-27).

© FUOC • P08/80510/02097 43 Procesos colectivos y acción social

Una ligera variación de este modelo podría ser la representada por el modelo

2, en el que cada uno de los participantes puede interaccionar con más de un

receptor. No obstante, este modelo, tal y como lo hemos representado aquí,

seguiría teniendo la característica de linealidad, aunque en éste la transmisión

del rumor quedaría prácticamente asegurada, puesto que en un momento de

tiempo determinado no hay una única persona responsable de su transmisión

en el grupo o que tenga la capacidad para detenerla.

Por último, el tercer modelo, con una estructura de red, se acerca mucho más a

la realidad, puesto que en éste podemos apreciar que cualquier persona puede

ser emisora y al mismo tiempo receptora de un mismo rumor, y puede tener,

en cada momento, diferentes interlocutores.

"Y una vez que el rumor ha entrado en una determinada estructura social, comienza acircular repetidamente, transformándose y diversificándose a cada paso, hasta diluirsepor completo la responsabilidad por el origen del mismo. Es decir, el rumor va transitandopor entre una red de relaciones interpersonales múltiples que no sigue normalmente unpatrón lineal, incluso se adaptan al patrón ramificado. Más bien ofrecen el aspecto de unared que implica múltiples conexiones en las que el mensaje se envía a distintas personasdentro del grupo, donde circula repetidamente. A medida que se envía y se recibe pordistintas fuentes, los patrones de transmisión se van complicando, de tal manera quecualquier individuo no sólo envía mensajes a más de una persona, sino que tambiénlos recibe de más de una. A lo que habría que sumar la circunstancia del traspaso de lainformación desde unas redes a otras a partir de posibles vínculos comunes."

Sánchez García, F. M. (1997). Los rumores. En L. Gómez y J. M. Canto Ortiz (eds.). Psico-logía Social (pp. 321-338). Madrid: Pirámide.

4.4. Control de los rumores

Pascal Froisart (2000) menciona la descripción que realiza en 1911 una cola-

boradora de Stern, Rosa Oppenheim, de un caso de transmisión de rumor en la

prensa mundial. Según dicha autora, un periodista publica la información so-

bre la invención, por parte de un psicólogo (Hugo Münsterberg), de un detec-

tor de mentiras increíblemente eficaz. Durante semanas, la noticia circula por

los diarios de Francia, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos, llegando a publi-

carse unos trescientos artículos. Todo esto a pesar de los intentos del supuesto

inventor de negar la veracidad de la noticia, puesto que sus desmentidos, al

contrario que la falsa información, viajan lentamente y son poco resaltados.

Es fácil encontrar ejemplos de este tipo, casos en los que una noticia se pro-

paga a pesar de los desmentidos públicos de personas o instituciones. Con

anterioridad hemos visto la dificultad para desmentir el rumor sobre la trata

de blancas por parte de comerciantes judíos ("Rumor de Orleans"). A pesar de

la oficialidad de los desmentidos y de la relevancia de las fuentes, fue preciso

que transcurrieran dos meses hasta que desapareciera y la población volviera

a frecuentar aquellos comercios. Sin embargo, aquel periodo queda ridículo

ante la permanencia temporal de otros rumores que, como en el caso de las

leyendas urbanas que mencionábamos más arriba, pueden llegar a durar años.

Influencia

Algunos autores se basan enel modelo de influencia de La-zarsfield, según el cual la in-fluencia de una comunicaciónpersuasiva tiene que ver, so-bre todo, con la actuación de"líderes de opinión", que sonquienes reciben el mensaje enprimer lugar (y son influidospor el mismo) y, a su vez, lotransmiten a los miembros desus grupos en un proceso de"flujo en dos pasos". Ocurriríalo mismo con los rumores. Ha-bría unas personas que seríanquienes los iniciarían y orienta-rían al resto del grupo.

© FUOC • P08/80510/02097 44 Procesos colectivos y acción social

Otro caso "paradigmático" es el que menciona Jean-Nöel Kapferer (1989), un

rumor que perdura durante años y se extiende por diferentes países (puede que

en alguna ocasión hayáis visto la versión española). En él se acusa a diferen-

tes marcas comerciales de alimentación de incluir aditivos tóxicos o cancerí-

genos entre los componentes de sus productos (Coca-Cola, Schweppes, Mar-

tini, etc.). El rumor, conocido como "el panfleto de Villejuif" se detecta en

Francia en la primavera de 1976, y en el mismo se atribuye la fuente de la in-

formación al Hospital de Villejuif (especialista en la investigación del cáncer),

que rápidamente difunde desmentidos en los que no sólo niega la autoría de

la información, sino que también informa de la falsedad de las afirmaciones.

Por ejemplo, el producto más peligroso que se menciona en el panfleto es un

aditivo, el E330, que, en realidad, no es más que ácido cítrico. A pesar de los

desmentidos, en 1979 habían leído el panfleto un 43% de las amas de casa

francesas, lo que da muestra de su "poder de convicción" (de hecho, llega a

encontrarse en las salas de espera de algún hospital o a ser distribuido por al-

gunos profesores en los colegios).

Si aplicamos a este caso la fórmula de Allport y Postman (R = importancia ×

ambigüedad), podemos apreciar cómo efectivamente están presentes ambos

elementos.

El "combustible" (el elemento motivacional) de difusión del rumor tiene que

ver con la preocupación por la salud, por las angustias ante los desarrollos de

la ciencia (hoy día serían los productos transgénicos), la lucha de David contra

Goliat, la defensa contra las grandes multinacionales que nos roban la salud.

La ambigüedad también influye. En este caso no se mencionan los compo-

nentes por sus nombres, sino por su código, lo que contribuye a dificultar

su identificación (incluso algunos médicos no identifican el E330 como áci-

do cítrico). Por otra parte, el hecho de que efectivamente los aditivos de los

alimentos se identifiquen con códigos confiere cierta idea de secretismo, de

intento de ocultar información que no sería muy bien recibida por el consu-

midor (Kapferer, 1989).

Allport y Postman comentan que, durante los años de la Segunda Guerra Mun-

dial, cierto alto funcionario de la Oficina de Informaciones Bélicas afirmaba

que "el rumor corre por falta de noticias. Por consiguiente, debemos propor-

cionar al pueblo noticias lo más exactas posibles, pronta y completamente"

(Allport y Postman, 1967, p. 32).

Sin embargo, para ellos esta afirmación no es del todo correcta, puesto que, en

ocasiones, es la existencia de noticias lo que hace que circulen todavía más ru-

mores. Por tanto, dar información no es la forma de eliminarlos o controlarlos.

© FUOC • P08/80510/02097 45 Procesos colectivos y acción social

El control de los rumores puede, por tanto, orientarse en dos direcciones: dar

la máxima información de la forma más precisa o combatir directamente el

rumor, difundiéndolo para atacarlo y ridiculizarlo.

Estas dos líneas de actuación convivieron durante la Segunda Guerra Mundial

como formas de atacar lo que suponía, según el Gobierno norteamericano,

uno de los grandes peligros a los que se enfrentaban, puesto que la existencia

de rumores no sólo podía ser una forma de facilitar el trabajo de los servicios de

inteligencia extranjeros, sino también una de las modalidades utilizadas por

los mismos servicios para reducir la moral de la población norteamericana.

La primera de las estrategias fue la utilizada por la OWI (Oficina de Informa-

ciones de Guerra), que dedicó sus esfuerzos a mejorar la calidad de las noticias

y a acrecentar la confianza del público en las mismas.

La segunda fue inspirada por los hermanos Allport (Gordon y Floyd), quienes

crearon las "Clínicas del Rumor" (Floyd en Syracuse y Gordon en Harvard),

concebidas como una forma de combatir los efectos distorsionadores de los

rumores por medio de su examen y posterior publicación en la prensa local

de informaciones que los desmintieran. En esta labor colaboraban tanto psi-

cólogos como periodistas y empresarios, junto a grupos de voluntarios que

"recogían" los rumores que circulaban entre la población y los enviaban a los

coordinadores, que se encargaban de su crítica. La efectividad de los artículos

publicados, según Allport y Lepkin (1945), es alta, puesto que quienes leían

con regularidad la columna de la Clínica del Rumor era menos probable que

creyeran en los rumores antinorteamericanos.

Por último, Knapp menciona una serie de elementos que se deben tener en

cuenta para poder controlar los rumores:

1) Asegurar la confianza en los medios de comunicación formales.

2) Desarrollar la máxima confianza en los líderes.

3) Informar del máximo número de noticias con tanta rapidez como sea po-

sible.

4) Hacer la información tan accesible como sea posible.

5) Evitar la holgazanería, monotonía y la desorganización personal.

6) Llevar a cabo campañas públicas contra los difusores de rumores.

Cartel propagandístico impreso por la Oficinade Información de Guerra (Ben Shahn, 1942).

© FUOC • P08/80510/02097 46 Procesos colectivos y acción social

5. Psicología de las multitudes en situaciones de crisis:desastres y pánico

"En el país de la felicidad tranquila y serena, la Arcadia, Pan guiaba tranquilamente susrebaños. Este dios de los pastores, medio hombre medio chivo, monstruo y seductora la vez, virtuoso de la flauta e incansable amante de las ninfas, poseía los rasgos másinquietantes: podía surgir de repente desde detrás de un arbusto e inspirar súbito terror:el pánico."

Dupuy, J. P. (1991, p. 11).

Ejemplo

"Hablo desde el tejado del edificio de radiotransmisiones de la ciudad de Nueva York. Lascampanas que ustedes oyen advierten al pueblo que evacue la ciudad, debido al avancede los marcianos. Se estima que en las dos últimas horas tres millones de personas se hantrasladado por las carreteras hacia el Norte; los automóviles pueden aún transitar por laAvenida del Río Hutchinson. Eviten los puentes para ir a Long Island; están atascadospor la aglomeración del tráfico. Hace diez minutos quedó cortada toda comunicacióncon la ribera de Jersey. No hay más defensa. Nuestro ejército, liquidado... La artillería, lafuerza aérea, todo liquidado. Quizá sea ésta la última radiotransmisión. Permaneceremosaquí hasta el final... En la catedral, debajo de nosotros, la gente se ha reunido (Voces quecantan un himno).

Ahora mismo miro hacia el puerto. Toda clase de embarcaciones están abarrotadas degente que huye y se aleja de los muelles (Sirenas de vapor).

Las calles están atestadas de gente. La multitud hace un ruido parecido al que se oía en laciudad cuando se festejaba el Año Nuevo... Un momento... Ahora se divisa al enemigo.Cinco grandes máquinas. La primera cruza el río. Puedo verla desde aquí vadeando elHudson como un hombre podría vadear un arroyo [...] Esto es el final. Sale humo..., humonegro que se esparce sobre la ciudad. La gente en las calles lo ve ahora. Corren hacia EastRiver... Miles de ellos caen como ratas. Ahora el humo se esparce más rápidamente. Hallegado a la plaza Times. La gente intenta huir, pero inútilmente. Caen como moscas.Ahora el humo cruza la Sexta Avenida... La Quinta Avenida... Está a cien metros... Estáa quince metros..."

Transcripción de la emisión radiofónica de La Guerra de los Mundos, en Cantril (1942,pp. 44-45).

Cuando escribimos esto han pasado casi sesenta y tres años desde que, en la

noche de Halloween (30 de octubre de 1938) Orson Wells aterrorizara a un

gran número de estadounidenses con la emisión radiofónica de una adapta-

ción de La guerra de los mundos de Herbert George Wells (1898).

"Antes de que terminara el radiograma, en todo el territorio de la Unión la gente rezaba,lloraba y huía despavorida ante el avance de los marcianos. Algunos corrían para socorrera sus seres queridos. Otros se despedían o hacían advertencias por teléfono, se apresura-ban a informar a los vecinos, buscaban informes en los diarios o en las estaciones deradio, y pedían ambulancias a los hospitales y automóviles a la Policía. Se calcula queunos seis millones de personas oyeron el radiodrama y que, por lo menos, un millón deellas se asustaron o se inquietaron."

Cantril, H. (1942, p. 63).

Las afirmaciones de Cantril y otros sobre el impacto de esa difusión han sido

cuestionadas, e incluso se ha llegado a afirmar que, en realidad, no existió tal

nivel de pánico y que lo que hoy día conocemos sobre tal acontecimiento es

principalmente el resultado de una creación mediática (Miller, 1985). No obs-

El dios Pan.

© FUOC • P08/80510/02097 47 Procesos colectivos y acción social

tante, haya sido de mayor o menor intensidad, hayan sido unos cientos de

miles más o menos las personas que se han sentido impresionadas por una

emisión que creían real, haya sido mayor o menor el número de personas que

se sintieron presa del pánico, lo cierto es que la emisión de Wells constituye un

hito en los estudios sobre el pánico. Asimismo, se afirma que el pánico gene-

rado por esta emisión se ha replicado en fechas y contextos diferentes. Según

Bulgatz (1992), se produjeron resultados similares en las emisiones realizadas

en Santiago de Chile en 1944, en Quito en 1949, o en Portugal en 1974.

No obstante, algunos autores afirman que, en realidad, el pánico es un fenó-

meno realmente extraño, que no se produce en todas las situaciones de crisis

o de catástrofes, es sobre todo extraño en las catástrofes naturales y que, co-

mo el dios Pan al que hace referencia Dupuy, aparece sólo de vez en cuando,

de forma casi inesperada. Incluso, afirma Dupuy, el pánico tiene mayores pro-

babilidades de producirse en situaciones que culturalmente se definen como

proclives al pánico; es decir, que en una situación en la que "sabemos" que es

probable que se desencadene el pánico, es más probable que así sea. Si eso es

así, la probabilidad de que se produzcan situaciones de pánico en un estadio de

fútbol es realmente alta, entre otras cosas porque, a raíz de algunas catástrofes

ocurridas y su amplia difusión en los medios de comunicación de masas, hoy

día todos conocemos el alto riesgo que se corre en espectáculos de este tipo.

Pero entonces, ¿qué es el pánico? Una posible definición sería la siguiente:

"Miedo colectivo intenso, experimentado simultáneamente por todos los miembros deuna población, caracterizado por la regresión de las conciencias a un nivel arcaico, im-pulsivo y gregario, y que se traduce en reacciones primitivas de huida, de agitación de-sordenada, de violencia o de suicidio colectivo."

Crocq y otros (1987). Citado por J. P. Dupuy (1991, p. 25).

Como vemos, esta definición reproduce a la perfección el concepto de masa

o multitud que con anterioridad hemos encontrado en autores como Sighe-

le o Le Bon, en los defensores de la irracionalidad de las masas, en aquellos

autores que optan por defender que en estas situaciones aparece una nueva

entidad colectiva y desaparecen las individualidades; es decir, que se produce

una "desindividualización". Como hemos visto, el contagio constituye una de

las explicaciones del porqué de esta desindividualización.

Estadio de Sheffield, Hillsborough, Sheffield,GB, 15 de abril de 1989, una riada de gente

causa noventa y cinco muertes.

© FUOC • P08/80510/02097 48 Procesos colectivos y acción social

Sin embargo, la investigación realizada por Cantril, a partir de una serie de

entrevistas que realiza con posterioridad a la emisión radiofónica mencionada

con anterioridad, muestra que no se puede hablar de contagio de sentimien-

tos, como podría desprenderse de los trabajos clásicos sobre multitudes, sino

que, más bien, existe un amplio abanico de posibilidades en cuanto al tipo de

reacciones que mostrarán las personas afectadas, dependiendo éstas de facto-

res tanto sociales como psicológicos.

• Nivel de espíritu crítico (relacionado con el nivel de instrucción de la per-

sona).

• Vulnerabilidad psicológica (relacionada con la confianza en uno mismo).

• Preocupaciones.

• Sentimiento de seguridad o inseguridad.

• Situación física y social (cercanía/lejanía del lugar del acontecimiento y de

la familia, y posibilidad o no de comportamiento autónomo).

Frente a las explicaciones en términos de desindividualización, otra posible

explicación sería aquélla en que se alude precisamente a lo contrario, a lo que

podríamos denominar desocialización; es decir, la desintegración de las normas

sociales, la destrucción de los vínculos primarios que lleva a que la conducta de

cada persona se rija únicamente por el deseo de huir sin tener en consideración

lo que pueda ocurrirles a los demás.

Una vez más, la guerra

Es importante señalar que aun-que el libro de Cantril se refie-re a un acontecimiento ante-rior, su publicación se producedurante el periodo de guerra.En aquel mismo periodo publi-ca otro artículo, dirigido explí-citamente a la prevención deposibles disturbios y conductasde pánico con los que puedenencontrarse los aliados al recu-perar territorios de la Europaocupada.Cantril, H. (1943). Causes andcontrol of riot and panic. Pu-blic Opinion Quarterly, 4, 669-679.

Estos dos tipos de explicaciones quedan recogidos en el trabajo de Helbin, Far-

kas y Vicsek (2000, p. 488), quienes describen de la siguiente forma la secuen-

cia típica de acontecimientos en una situación de escape ante una catástrofe:

• Las personas se mueven o intentan moverse más rápido de lo normal.

• Las personas empiezan a empujarse, y sus interacciones empiezan a ser de

naturaleza física.

• El movimiento, y especialmente el paso de embotellamientos, se hace des-

coordinado.

• Se observan atascos en las salidas.

• Se incrementan las interacciones físicas entre la masa embotellada, que

producen presiones peligrosas, que pueden llegar a derribar paredes u otras

barreras físicas.

• La huida se ralentiza a causa de las personas caídas que actúan como obs-

táculos.

• Las personas muestran una tendencia a la conducta de masa, es decir, a

hacer lo que hacen los demás.

A partir de simulaciones por ordenador, estos autores llegan a la conclusión

de que ni la conducta individualista (cada persona intenta encontrar una vía

de escape por su cuenta), ni la conducta de masa (todas las personas se mue-

ven en una misma dirección) son las mejores soluciones. Consideran que las

probabilidades de escapar aumentarán si se utiliza una mezcla de ambos tipos.

Enlaces recomendados

Podéis encontrar informa-ción interesante sobre el pá-nico (simulaciones, vídeos,referencias, etc.) en http://angel.elte.hu/~panic Asi-mismo, podéis encontrar unamplio listado de progra-mas de simulación en http://ces.iisc.emet.in/energy/HC270799/ibm.html (no de-jéis de consultar la sección"Human crowds: motion andpsychology").

© FUOC • P08/80510/02097 49 Procesos colectivos y acción social

a) Simulación de grupo de personas intentando escapar de una sala con humo y dos salidas no visibles. b)Número de personas que consiguen escapar dependiendo del nivel de pánico. Helbin, Farkas y Vicsek (2000).

Por su parte, Stoetzel (1965), basándose en el trabajo de Marta Wolfenstein (M.

Wolfenstein, 1957, Dissaster: A psychological essay. Londres: Routledge), resu-

me de la siguiente forma las reacciones en las catástrofes en tres momentos

temporales diferentes (no necesariamente presentes en todo tipo de catástro-

fes).

Precrisis: aparecen dos tipos de actitudes opuestas, tanto de rechazo de la idea

de peligro como presencia de un temor exagerado al mismo.

Crisis: que, a su vez, se puede dividir en tres fases. En la primera, denomina-

da fase de choque, pueden darse al mismo tiempo tres reacciones: una mino-

ría conservará la sangre fría, otra mostrará reacciones extremas de ansiedad;

mientras que la mayor parte "permanecerán aturdidos, atontados, sorprendi-

dos por el estupor. Es pensando en éstos como los espectadores, por error e

incomprensión, hablarán de calma y de valentía" (Stoetzel, 1965, p. 233). La

segunda fase, reacción�o�retroceso, implica un intento de comprensión de

lo sucedido, y es donde aparecen los comportamientos expresivos que alivian

la tensión, y donde aparecen también las reacciones prácticas de ayuda a los

necesitados. Y en cuanto a la tercera fase, se caracteriza por la aparición de

rumores, surgimiento de "líderes" y conductas de ayuda mutua y sacrificio.

Poscrisis: en la que se tienen en consideración las (probablemente largas) se-

cuelas de la catástrofe, tanto en el ámbito fisiológico como psíquico.

La artificialidad experimental

Una de las investigaciones experimentales más citadas sobre el pánico es

la realizada por Alexander Mintz en 1951 ("Non-adaptative group beha-

vior". Journal of Abnormal Social Psychology, 46, 150-159). En ésta, una

serie de personas tenían que intentar extraer, estirando de un hilo, un

cono de una botella. Teniendo en cuenta que el cuello de la botella sólo

permitía sacar uno a la vez, y que en algunas versiones del experimento

la botella se llenaba de agua poco a poco, el experimento se suponía que

podía ofrecer información sobre los efectos del pánico en situaciones

como un edificio ardiendo... La artificialidad es evidente.

Modelo de botella utilizada para elexperimento de Alexander Mintz.

© FUOC • P08/80510/02097 50 Procesos colectivos y acción social

Las simulaciones realizadas por Helbin, Farkas y Vicsek pueden ofrecer datos

interesantes, principalmente a quienes deben diseñar salidas de emergencia u

otros sistemas de evacuación de personal; sin embargo, lo mismo que la inves-

tigación experimental de Mintz, no permiten considerar los factores sociales

que entran en juego en situaciones de este tipo.

Con anterioridad hemos desarrollado, como una de las interpretaciones teóri-

cas del comportamiento colectivo, la teoría de la norma emergente. Esta teoría

se puede utilizar para explicar, desde un punto de vista más social, fenómenos

concretos relacionados con el pánico.

Mientras que las explicaciones anteriores se sitúan en dos polos opuestos,

desindividualización y desocialización, la explicación en términos de norma

emergente ofrece un punto de vista que se sitúa en el polo de la desindividua-

lización, puesto que se plantea la homogeneidad en la conducta de los miem-

bros de un grupo, pero sin recurrir a hablar de contagio.

Mientras que en las explicaciones anteriores ante una situación de crisis se

produce el pánico por contagio o por los desesperados intentos individuales de

escapar, esta teoría plantea otras posibilidades en función del tipo de relaciones

sociales existentes con anterioridad al desastre.

Según esta teoría, en una situación de crisis se crea un estado de incertidum-

bre y urgencia que obliga a las personas implicadas a la creación de nuevas

estructuras normativas que guiarán la conducta, obliga a la redefinición de la

situación, en la medida en que es necesario abandonar las preconcepciones

previas sobre el tipo de conducta apropiada. Esta redefinición puede darse en

un contexto de existencia o no de relaciones sociales previas.

En el primer caso, es altamente probable que las soluciones individuales y

competitivas cedan el paso a la aparición de una norma común de tipo coo-

perativo pero, al mismo tiempo, la existencia de esas relaciones puede hacer

más difícil llegar a una definición conjunta (norma) sobre el tipo de conducta

necesaria, lo que favorecerá que sea más difícil que se produzca el pánico y,

precisamente por ello, retrasar las conductas de huida.

Tras el atentado de 1993 en las Torres Gemelas del World Trade Center, Agui-

rre, Wanger y Vigo (1998), llevaron a cabo una investigación entrevistando

a personas que se encontraban en las torres en el momento de la explosión,

para evaluar en qué medida estas predicciones eran correctas. Sus resultados

indican, en primer lugar, que a pesar de la confusión generada por la explosión

(que inutilizó el sistema eléctrico y los sistemas de comunicación) la evacua-

ción se hizo de forma relativamente ordenada, sin que se produjeran escenas

de pánico. El segundo resultado, probablemente el más relevante, indica que

el tiempo de evacuación era superior en los casos de grupos de personas que

se conocían entre sí.

© FUOC • P08/80510/02097 51 Procesos colectivos y acción social

Así, los autores concluyen que, cuanto mayor es la extensión en que la bús-

queda de significado, inherente en el proceso de milling, se focalice en la defi-

nición de la situación como una crisis grave que requiere una respuesta fuera

de lo común, mayor será el tiempo necesario para movilizar e iniciar la evacua-

ción. Igualmente, desde esta teoría se reconoce que el proceso de interacción

simbólica en situaciones de comportamiento colectivo se centra en parte en la

identificación de las habilidades, experiencias previas y otras instrumentalida-

des entre los participantes. Estos elementos de la situación constituyen los re-

cursos que emplean las personas para responder al cambio con que se enfren-

tan. Su uso lleva tiempo y ralentiza el inicio del comportamiento colectivo.

Como vemos, la explicación teórica parece razonable, aunque los efectos prác-

ticos parece que vayan en contra de la lógica y, sobre todo, no sean del todo

halagüeños. Si estamos en una situación de emergencia, reaccionaremos con

más rapidez si estamos aislados que si nos encontramos junto a otras personas,

y nuestra reacción será todavía más lenta si esas personas son conocidas nues-

tras. El único consuelo que nos queda es que, aunque lenta, probablemente

la respuesta, dado que ha implicado una evaluación de la situación y de los

recursos disponibles para afrontarla, también sea más correcta, más eficaz.

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6. Control social y resistencia en las redes interactivas

Los comportamientos colectivos que hemos visto hasta el momento se carac-

terizan, como afirman algunas definiciones, por el contacto cara a cara, por la

presencia conjunta de personas en un espacio físico determinado en un mo-

mento temporal concreto. Sin embargo, no podemos terminar este capítulo

sin hacer referencia a otra forma de comportamiento colectivo que no requiere

estas características. Nos estamos refiriendo, por supuesto, al comportamiento

colectivo en "la Red".

A nadie, por lo menos en nuestro contexto sociocultural, le resultará extraña la

referencia a las "comunidades virtuales", un concepto que ha pasado a formar

parte de nuestro lenguaje cotidiano y, en algunos casos, de nuestras prácticas

cotidianas. Desde la aparición de Internet, las comunidades de usuarios han

ido floreciendo a un ritmo imparable, adoptando las más diversas formas. Sin

embargo, no es nuestra intención hablar de Internet o de las comunidades

virtuales en general, sino que lo que haremos en este apartado será ofrecer

unos breves "apuntes" sobre un aspecto concreto, la resistencia en la Red, es

decir, los movimientos (colectivos, sociales) de oposición, protesta, lucha, etc.

surgidos gracias a Internet.

Es evidente que relacionar de una manera tan directa Internet con movimien-

tos de protesta y resistencia puede llevarnos a confundir el contenido con el

medio (aunque McLuhan decía que "el medio es el mensaje"). No es privilegio

de Internet ser el medio de difusión de este tipo de contenidos. Los periódicos

alternativos, las radios libres, etc. existen desde hace tiempo. Por tanto, ¿qué

es lo que, desde nuestro punto de vista, hace tan especial a Internet?

En 1998, la "Global Internet Liberty Campaign" publicaba un documento don-

de se afirmaba que "Internet ya ha demostrado su capacidad para promover

la democracia":

• Facilitando la participación en el gobierno.

• Difundiendo el acceso a información gubernamental.

• Ampliando el acceso a los medios tradicionales y promoviendo el plura-

lismo.

• Fortaleciendo la sociedad civil por medio de la creación de redes entre

individuos.

La red universal

Evidentemente, somos cons-cientes de que las afirmacio-nes que hacemos son total-mente contextuales. A pesarde la pretendida universali-dad de "la red de redes", to-davía hoy día es muy fácil en-contrar en nuestro contexto amuchas personas que, aunquehan oído hablar de Internet,no saben, en realidad, en quéconsiste. Más preocupante esquizá que aún hoy día existenmuchos lugares del planetaen los que ni siquiera se ha oí-do hablar de la Red. El impac-to social de las transformacio-nes vinculadas a Internet siguesiendo un privilegio de unospocos.

© FUOC • P08/80510/02097 53 Procesos colectivos y acción social

Los tres primeros elementos, de entrada, no difieren excesivamente de las po-

sibilidades que ofrecen los medios tradicionales, su implementación en la Red

puede aportar alguna ventaja en cuanto a inmediatez y alcance, pero todos

ellos se pueden conseguir también por los medios tradicionales. De hecho,

incluso el cuarto.

Los medios de comunicación de masas tradicionales permiten, por ejemplo, el

acceso a la información y su difusión. Evidentemente, son muchas las críticas

que se les pueden hacer a esos medios, la literatura sobre los efectos (perver-

sos) de los mass media es impresionante; pero, ya que nos encontramos en la

época de la globalización, no está de más recordar la tesis de Herbert Schiller

(que recoge John B. Thompson, 1998), que ya en 1969 hablaba del "Imperia-

lismo cultural", es decir, de la globalización de la comunicación que llevaba

no a efectos liberadores, sino al control político y económico de la misma y

a la pérdida de identidad cultural por parte de sus receptores. Esta afirmación

es cuestionada por Thompson, para quien, aunque efectivamente la difusión

es global, la recepción no lo es, sino que se realiza a escala local e implica

procesos de interpretación y adaptación a su contexto particular por parte de

los receptores.

"La apropiación de productos mediáticos es un fenómeno localizado, en el sentido de queimplica a individuos concretos situados en contextos sociohistóricos particulares, y queutilizan los recursos disponibles con intención de dar sentido a los mensajes mediáticose incorporarlos a sus vidas."

Thompson, J. B. (1998, p. 230).

Aunque las afirmaciones de Schiller pueden parecer "trasnochadas", algo úni-

camente de una época pasada, hoy día también podemos encontrar opiniones

similares. Por ejemplo, Oliver Boyd-Barret y Terhi Rantanen (1998) plantean

"el papel de las agencias de noticias en la globalización y mercantilización de

las noticias" (p. 2), prestando atención a algunos efectos ideológicos de la glo-

balización como, por ejemplo, el hacer ver como natural e inevitable lo que

es construido y frágil.

Agencia alternativa

Uno de los capítulos del libro de Boyd-Barret y Rantanen está dedicado a una agencia denoticias "alternativa" (Inter Press Service), que desde 1990 se preocupa por " hacer oír lasvoces de los países en vías de desarrollo", que considera que deben jugar un papel en lapromoción de una forma de comunicación democrática y participativa, y que centra suatención en temas relacionados con la globalización.

Giffard,�C.�A. (1998). Alternative news agencias. En O.Boyd- Barret y T. Rantanen, (Eds.).The globalizacion of news. Londres: Sage.

Una opinión en cierta forma parecida es la que mantiene Pierre Lévy (1998),

quien, desde nuestro punto de vista, plantea una acertadísima diferenciación

entre los medios de comunicación de masas tradicionales e Internet. Los pri-

meros se caracterizan, en términos de Lévy, por la "universalidad totalizante",

es decir, por la transmisión de mensajes en una sola dirección y que tienen

la pretensión de ser acontextuales, interpretables de la misma forma en todo

© FUOC • P08/80510/02097 54 Procesos colectivos y acción social

contexto y lugar, sin considerar la singularidad del receptor, sus opiniones,

cultura, etc. Por el contrario, el ciberespacio, aunque compartiría la caracterís-

tica de universalidad, sería una "universalidad no totalizante", puesto que:

"El ciberespacio disuelve la pragmática, la comunicación que, a partir de la invenciónde la escritura, había aunado la universalidad y la totalidad. En efecto, nos reconducehacia la situación que había antes de la escritura [...], en la medida en que la intercone-xión y el dinamismo en tiempo real de las memorias en línea hacen que se comparta denuevo el mismo contexto, el mismo inmenso hipertexto vive con los compañeros de lacomunicación. Sea cual sea el mensaje que se aborde, está conectado a otros mensajes, acomentarios, a críticas en constante evolución, a comparecencias de quienes se interesanen el mismo, a los foros en que se debaten aquí y allí."

Lévy, P. (1998, p. 91).

Bidireccionalidad frente a unidireccionalidad, heterogeneidad frente a homo-

geneidad, no totalización frente a totalización, esto es lo que parece que nos

ofrece la Red, ésta es, en realidad, la diferencia con respecto a los medios an-

teriores.

Ésta es, al menos, la promesa. ¿Cómo se traduce en la práctica? Veamos algu-

nos ejemplos.

Manuel Castells (2000) defiende que, frente a la privación de los derechos de

los ciudadanos que conlleva la globalización, existen posibilidades de resis-

tencia frente a la dominación y que, en nuestra sociedad de la información,

algunos movimientos sociales (de diferente signo) basan una parte importante

de su estrategia en el uso de las nuevas tecnologías de la información. De en-

tre los ejemplos que menciona, destacaremos únicamente el del movimiento

zapatista, que Castells denomina la primera guerrilla informacional. Considera-

ciones políticas aparte, lo que destaca en este caso no es que se utilice Internet

como medio de comunicación, sino que también se utiliza como una forma

de organizar y mantener una red internacional de apoyo que dificultó la re-

presión gubernamental sobre los zapatistas.

"Ésta fue la clave del éxito de los zapatistas. No que sabotearan deliberadamente la eco-nomía. Pero estaban protegidos de la represión abierta por su conexión permantente conlos medios de comunicación y sus alianzas a escala mundial a través de Internet, forzan-do a la negociación y poniendo el tema de la exclusión social y la corrupción política ala vista y oídos de la opinión pública mundial."

Castells, M. (2000, p. 104).

Por tanto, se trata de una forma de movilización, de comportamiento colecti-

vo, que tiene lugar gracias a la Red y que sería inviable sin su existencia.

El segundo ejemplo tiene un origen prácticamente coetáneo con la Red. En

este caso, se trata de una forma de resistencia frente a las grandes compañías

de software y su política comercial, iniciado en 1984 por Richard Stallman,

que pretende crear un sistema operativo "libre", es decir, de código abierto,

manipulable y modificable por otros programadores. Este movimiento lleva

a la fundación, en 1985, de la Free Software Foundation (Fundación para el

Software Libre) y, en la actualidad, tiene un amplísimo eco con la cada vez

No pasarán. Muestra fotográfica "Il Chiapas inrivolta", foto de Massimo Boldrini.

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mayor popularización del subversivo sistema operativo Linux, que aparece en

1991 de la mano del estudiante finlandés Linus Torvalds y que crece día a

día gracias a la colaboración de miles de programadores. Precisamente, este

último aspecto es el que confiere especial relevancia a este movimiento de

hackers (entendidos no como piratas, sino como "alguien apasionado por la

programación y que disfruta al ser hábil e ingenioso", según definición de

Richard Stallman).

Software libre

Podemos decir que un software es libre si

"tienes la libertad para ejecutarlo, sea cual sea el motivo por el que quieres hacerlo; tienesla libertad de modificar el programa para adaptarlo a tus necesidades (en la práctica, paraque esta libertad tenga efecto, tienes que poder acceder al código fuente, ya que introducirmodificaciones en un programa del que no se dispone del código fuente constituye unejercicio extremadamente difícil); dispones de la libertad de redistribuir copias, ya seagratuitamente o a cambio de una cantidad dinero; tienes libertad para distribuir versionesmodificadas del programa, de tal manera que la comunidad pueda beneficiarse de tusmejoras."

Moineau, L., y Papathéodorou, A. (2000). Cooperación y producción inmaterial en el sotwarelibre. Elementos para una lectura política del fenómeno GNU/Linux.

"La verdadera innovación del sistema GNU/Linux no sólo reside en su dimensión 'tec-nológica' (el núcleo portable), sino también en los mecanismos sociales de producciónde la innovación que se ponen en juego alrededor suyo. En efecto, una de las mayoresfuerzas de este sistema operativo –que puede explicar ampliamente su éxito actual– es nosolamente su fuerte contenido innovador, sino sobre todo haberlo basado en el poten-cial creativo existente en el software libre, y después en la utilización de la red Internetcomo espacio donde se elaboran nuevos proyectos y en el que se pone en marcha unacooperación masiva y abierta."

Moineau, L., y Papathéodorou, A. (2000). Cooperación y producción inmaterial en el softwarelibre. Elementos para una lectura política del fenómeno GNU/Linux.

Evidentemente, se trata de un movimiento y evidentemente que tiene un ca-

rácter político y reivindicativo; sin embargo, por si os queda alguna duda vol-

vemos a recurrir a Stallman:

"Es un consuelo y un placer cuando veo un regimiento de hackers excavando para man-tener la trinchera, y caigo en cuenta que esta ciudad sobrevivirá–por ahora. Pero los peli-gros son mayores cada año que pasa, y ahora Microsoft tiene a nuestra comunidad comoun blanco explícito. No podemos dar por garantizado el futuro en libertad. ¡No lo dé porgarantizado! Si usted desea mantener su libertad, debe estar preparado para defenderla."

Stallman, R. (1999). El proyecto GNU. http://www.gnu.org/. Publicado originalmen-te como: Varios autores (1999). Open Sources. Voices from the open source revo-lution. Editions O'Reilly. (Disponible en: http://www.oreilly.com/catalog/opensources/book/toc.html).

Quizá es ahora el momento de volver a leer las explicaciones teóricas que he-

mos ofrecido sobre el comportamiento colectivo. Es posible que, tras ver estas

nuevas formas, sea más difícil (si no lo era ya antes) aceptar teorías como la

del contagio o como la de la convergencia. Estamos hablando de comunida-

des, de comunidades virtuales, sin contacto físico, que son capaces de actuar,

de reaccionar frente a lo que consideran opresión. Quizá sea el momento de

repasar las explicaciones en términos de identidad.

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7. Anexos

7.1. Anexo 1

El País, 24 de octubre de 1999

Hijos de la ira

Una minoría de violentos destruye el mito del oasis cívico en Barcelona, donde la policíacalcula que 1.300 jóvenes de grupos antifascistas se enfrentan a 1500 cabezas rapadas.

GUILLEM MARTÍNEZ

Es difícil definirlos con precisión. Son los jóvenes anti. Los que se rebelan contra las em-presas de trabajo temporal, los que ocupan viviendas abandonadas. Pero lo que despier-ta inquietud es el tono cada vez más violento de sus protestas. El último estallido delpasado 12 de octubre en Barcelona ha puesto al descubierto un movimiento de miles dejóvenes con ideas diversas, anarquistas, comunistas o genéricamente antifascistas. En laotra orilla, los jóvenes de estética skin, de ideología ultra, desafían a las ciudades con suactitud violenta.

El pasado 12 de octubre, grupos ultraderechistas volvían a convocar un acto de homenajea la bandera española en la plaza de los Països Catalans, barrio de Sants (Barcelona).Como cada año, la Plataforma Antifeixista volvía a convocar una contramanifestación.Tuvo una afluencia de 700 personas –según la policía– o 2.500 –según los convocantes.A la manifestación asistieron vecinos, ciudadanos de otros barrios y muchos miembrosde colectivos alternativos. ¿Quiénes integran estos movimientos?

Es difícil realizar un dibujo. Los movimientos alternativos desconfían mucho de los me-dios de comunicación. La comunicación de un periodista con estos movimientos noacostumbra a ser fluida. La impresión visual y auditiva es que son jovencísimos, con undiscurso político elaborado que, como sucede en todos los discursos elaborados, tiene suspropias palabras sagradas. Quizá son palabras como asamblea, o autogestión, o anti.

Un joven golpea los cristales de un establecimiento en la manifestación antifascista del pasado 12 de octubre (C.Ribas).

Visten muy alejados de las preferencias textiles de un agente de seguros. Provienen dediversos estratos sociales y culturales. Muestran diversos grados de tolerancia. Muestrandiversos grados de crispación. Incluso la no crispación. Muestran diversos grados de ver-balización ante la realidad. Los hay que estudian. Los hay que trabajan. Los hay que

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hacen las dos cosas. O ninguna. Los hay que ocupan casas. Los hay que viven con suspadres. Los hay que pagan un alquiler. Como se desprende de una descripción tan gené-rica, no son marcianos. Viven en la sociedad y practican la vida social, muy a menudoen conexión con otras organizaciones y colectivos vecinales.

La violencia desatada tras la marcha antifascista del 12-O ha desdibujado la imagen difusaque se tenía de estos colectivos. Al final de la marcha antifascista del 12-O hubo tomateentre la policía y, en esta ocasión, un grupo de unos 200 jóvenes alternativos, desgajadosde la manifestación. Los enfrentamentos fueron duros y, al parecer, más planificados ypreparados en ambos bandos que en años anteriores.

Entre carga y carga, los manifestantes infligieron daños a comercios y a mobiliario urba-no por valor de cuatro millones de pesetas. Esos destrozos, poco habituales en la ciudad,fueron condenados al día siguiente por el Ayuntamiento y por todos los partidos, y que-daron registrados por las cámaras de los medios de comunicación. Fueron vistos por loshabitantes de una ciudad que no entendía nada.

Tras la manifestación, la policía practicó 22 detenciones. Ocho jóvenes quedaron libres30 horas después y 14 han permanecido en prisión preventiva incondicional hasta elpasado viernes. La juez argumentó su decisión por "la alarma social" que habían generadolos hechos. El cargo más grave del que se les acusa es de asociación ilícita. La delegada delGobierno, Julia García Valdecasas, y el Ministerio del Interior han apuntado, de hecho,la vinculación entre los detenidos y Jarrai.

¿La situación es en verdad alarmante? Los movimientos alternativos de jóvenes de iz-quierda, de cierta implantación y favorable acogida social en Cataluña, ¿son intrínseca-mente violentos? ¿Existe en Cataluña una juventud de izquierdas y otra de derechas quepueden optar por la violencia como forma de expresión?

Inmediatamente después de realizarse las detenciones se creó una Asamblea de Apoyoa los Presos Antifascistas, formada por diversos colectivos alternativos. Su objetivo es"cuestionar las acusaciones de asociación ilícita y buscar soporte social contra la alarmasocial, el argumento utilizado por la juez para justificar sus medidas".

Un miembro de la asamblea, un chico de veintipocos años, vestido sobriamente, con pelolargo y que trabaja como administrativo, explica su visión de los hechos del 12-O: "Lamanifestación fascista del 12-O sirve para estructurar el movimiento fascista a lo largo delaño". Desde hace seis años, en el barrio organizan para ese día las Jornadas Antifascistasy Antirracistas, de carácter cívico.

Diversos colectivos del barrio forman una Plataforma Antifascista, que organiza la con-tramanifestación matutina, y luego, comidas populares y debates. "Este año, el ambienteestaba caldeado. La noche anterior apalearon en el barrio de Sants a tres chicos que lle-vaban el pelo largo. Por la mañana se apuñaló a otro. En Sabadell se vivía una escaladade ataques skins a diversos locales ocupados".

Resulta difícil hablar con personas que estuvieron en los sucesos acaecidos tras la ma-nifestación. Los movimientos alternativos culpan a los medios informativos de crear la"alarma social" argumentada por la juez en sus decisiones. También se ha dado el casode que todos los miembros de un colectivo okupa que participaron en un programa dela televisión autonómica TV-3 fueron detenidos por la policía acusándoles de un hechoocurrido posteriormente en Terrassa.

El portavoz de la asamblea plantea serias dudas sobre los verdaderos causantes del albo-roto. Explica que no estuvo en los hechos ocurridos tras la manifestación, "pero por lovisto pasaron cosas raras. Había encapuchados en la mani que luego resultaron ser secre-tas. Me han dicho que los grandes animadores de una barricada se sacaron unas esposasde sus mochilas y esposaron a los que había al lado. Pero yo no lo he visto".

Una madre de una detenida, funcionaria, cuarenta y tantos años, vecina del barrio, expli-ca: "Cada año, desde hace seis, la gente del barrio, jóvenes, vecinos, marujas, participa enla contramanifestación antifascista. Este año no pude ir, pero me han explicado historiasde provocaciones como las de antes, cuando era hippy e iba de manis. Se vio a gentetirando piedras que luego detuvieron a manifestantes en la calle de Brasil. La preguntaes: si cada año se ha convocado esta manifestación, ¿por qué este año se ha pasado todode vueltas? Este año ha habido muchos cambios. Por ejemplo, han detenido a mi hija. Yse ha tratado todo de manera que, al final, Ynestrillas ha quedado como un santo, y losjóvenes del barrio, como peligrosos violentos".

Un portavoz de una asociación de vecinos del barrio, un señor de 60 años que hablamuy fluidamente y conoce a los chicos de los movimientos alternativos del barrio porsus nombres de pila, explica así la violencia del 12-O: "La manifestación fascista es un

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acto cargado de violencia por sí mismo. Cada año pedimos al distrito que no la autorice.El distrito es el responsable de la violencia resultante". Respecto de los destrozos prota-gonizados por los 22 jóvenes, el vecino razona: "¿Qué pasó? Ni idea. Supongo que pa-só la mímesis. Alguien rompió un vidrio y luego alguien rompió otro. Es una pena. Alos chicos de los movimientos alternativos les ha costado introducirse en el tejido socialdel barrio. Ahora estaban plenamente introducidos. Toda esta violencia que practicaroncuatro gatos les ha perjudicado".

¿Cómo visualizan la violencia los movimientos alternativos? ¿La ven como una posibi-lidad? El portavoz de la asamblea matiza que hay muchos tipos de violencia cotidiana:"Veo que la sociedad distribuye injustamente su riqueza y que hay diferencias en la igual-dad de oportunidades. Esto también es violencia". Respecto de los destrozos violentosdel 12-O opina que esta violencia es esporádica y que no es comparable a la violenciade los jóvenes fascistas: "La violencia nazi es cotidiana y dirigida hacia los más débiles.Los movimientos sociales alternativos tienen, en general, una buena relación con el te-jido asociativo de las ciudades. El movimiento okupa, por ejemplo, no es agresivo porsí mismo. Lo que genera violencia es el capitalismo, que condena sectores sociales a laexclusión, al paro, a la precariedad".

Un okupa de Sabadell, ciudad en la que en los últimos días diversos inmuebles ocupadoshan recibido cócteles molotov lanzados por skins, habla de la violencia. Tiene 19 años,estudia sociología: "La violencia es un fenómeno existente en la sociedad. El Estado tieneel monopolio de la violencia, y tú aceptas un grado de violencia sobre ti. En la sociedad seproducen diversos grados de violencia. Lo que tú llamas violencia juvenil es una respuestaviolenta a las situaciones que sufre la juventud ante el mercado de trabajo, los contratosprecarios y la imposibilidad de sindicarse. No sé si lo sabes, pero en una ETT no puedesestar sindicado. No está prohibido, claro, pero a mí, por ejemplo, me han echado de dosETT por estar afiliado a un sindicato. A la CGT. Existe una necesidad de organización yuna imposibilidad de llevarla a cabo, que no veo positiva. Para lograr cambios estamosvolviendo a unas formas de participación obrera parecidas a las que había a principiosde siglo: la clandestinidad, hacer las cosas encapuchados".

Una de las detenidas, una chica de veintipocos años, vestida con alguna prenda lila,explica que la única relación que ha tenido con la violencia fue su detención tras lossucesos del 12-O: "No pertenezco a ninguna organización. Me detuvieron cuando veníade tomar el vermú. Por dos razones: era joven y gastaba cierta estética. En comisaría, unapolicía me abofeteó. Le pedí el número de su placa. No me lo dio. Me trasladaron a otracomisaría. Pasé 28 horas en un calabozo, sin abogados. No se me dejó ir al váter. A unachica que venía con una herida en la cabeza no se le dio atención médica. Nos debieronde poner alguna cosa en la comida, pues tras la comida nos quedábamos dormidas. Estoyindignada: mientras la juez decidía sobre mi futuro, los diarios decían que tenía contactoscon Jarrai".

El mito catalán es el oasis catalán, una sociedad civil poderosa que sabe gestionar susproblemas con cierta gracia, que tiende a rechazar las estridencias, que es permeable aldiálogo consigo misma y que ha sabido transmitir cierta cultura democrática y tolerantea través de las generaciones. En un periodo de pocas semanas, el oasis se ha sorprendido,además de por los hechos del 12-O, por la detención de varios jóvenes fascistas acusadosde ejercer la violencia física contra inmigrantes.

En Sabadell, diversos inmuebles ocupados por movimientos alternativos han sufrido va-rios atentados por parte de skins derechistas –uno de los agresores ha sido detenido es-ta misma semana. En diversas poblaciones catalanas se han producido atentados contracomisarías, coches de policías, cajeros automáticos y el domicilio de una concejal del PP.

Estas noticias han perturbado el estado de ánimo en el oasis. El análisis de la situaciónque realizan diversos cuerpos y expertos en seguridad tiene aspectos comunes –se tiendea desdramatizar la situación–, aunque con notorias diferencias. Un portavoz de la segu-ridad del Estado explica que a principios de los noventa se vivió una gran alarma socialante el tema skin. Por entonces se elaboró un estudio sobre tribus urbanas en Cataluña.Aparecieron 13 tribus. "Los okupas eran una más, y en franca regresión. O los sociólogosno ven las cosas o los fenómenos a veces responden a otras razones".

La escalada skin se atajó con una presión policial y judicial. "Se produjo un efecto di-suasorio. Pero en poco tiempo los grupos se regeneran. Entre septiembre y octubre, porejemplo, se han practicado 60 detenciones en 22 operaciones de distintos cuerpos poli-ciales. Esto tendrá su efecto, pero reaparecerán". Describe a los skins como un fenómenointerclasista asociado al fracaso escolar, al paro, a la frustración por no alcanzar los niveleseconómicos de sus padres. "Hay mucho skinqui que va rapado y que utiliza simbologíasfascistas, pero son eso, quinquis, y que hacen lo que hacían las bandas de barrio en lossetenta".

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Aunque también hay skins de izquierda, como los redskins y los skinsharps, "actualmentehay en Cataluña unos 1.500 skins derechistas que son activos u ocasionalmente activos.La actividad de unos 1.300 tiene que ver con el fútbol, aunque practiquen la multimi-litancia. Unos 1.000 son boixos nois, y unos 300, brigadas blanquiazules". Los últimosnueve skins detenidos y vinculados al grupo de Ynestrillas eran de este tipo, ultras delRCD Espanyol. "Yo diría que activos, en total, habrá unos 600, de los cuales unos 200son realmente violentos".

El dibujo que hace la seguridad del Estado de los movimientos alternativos es diferen-te. "A los okupas, yo prefiero llamarles antisistema". La policía fija en un centenar losinmuebles ocupados en Barcelona. "Con la ocupación del cine Princesa" –ocupación quefinalizó con una aparatosa y criticada intervención policial, que la ciudadanía pudo verpor televisión–, "el fenómeno se extendió. Yo diría que tiene algo de moda. Hay muchagente que hace de okupa los fines de semana y hace en las casas ocupadas lo que todo elmundo cuando es joven. Los antisistema tienen también un origen interclasista. A veces,en una casa ocupada, hay mucho niño bien".

La policía cuantifica el movimiento en unos 1.300, de los cuales unos 900 serán inde-pendentistas, de los cuales, a su vez, 450 serían muy activos. Otros 400 serían anarquistaso comunistas. De éstos, 100 serían muy activos. "Los violentos no sobrepasarán, en total,los 200. En la contramanifestación del 12-O, éste era el número de violentos. Tenían lacontramanifestación planificada. Se retiraron de manera ordenada y destructora. Eso aquíno es normal". La policía ve en esto un cambio cualitativo importante: "Las situacionesviolentas, antes no se daban con esta gente. Sólo ofrecían resistencia en los desalojos.Ahora hay otra respuesta".

Parece, no obstante, que los vínculos con Jarrai no están tan claros. Otra fuente policialopina que "algún grupo independentista y marxista-leninista clásico habrá tenido con-tactos con Jarrai. Y con otros grupos de diversa índole. Esto se puede hacer hasta porInternet, y no creo que sean contactos organizados. Lo que aquí hay es una copia delestilo. Después de lo del 12-O se han producido ocho atentados y en alguna manifesta-ción se han coreado nombres de periodistas. Esto es el estilo de Jarrai, aunque es posibleque sea puro mimetismo". El policía también opina sobre la prisión incondicional de losdetenidos: "En cuanto a la actuación posterior de los jueces..., mira, nos hubiera parecidoadecuado el cargo de asociación ilícita a los skins detenidos hace unos días y vinculadosal grupo de Ynestrillas".

Un suboficial de la policía analiza los datos de esta problemática: "En el informe Raxen,elaborado por el Movimiento por la Tolerancia y subvencionado por el Ministerio deAsuntos Sociales, se fija que en Cataluña hay 3.000 intolerantes. Yo creo que se trata,en su mayoría, de personas con estética skin e ideología muy superficial, que cuando en-cuentran a una persona débil se aprovechan. Últimamente ha habido muchas agresionesskins de este tipo.

Todo esto provocó que la Plataforma Antifeixista, que cada año convoca la contramani-festación del 12-O, participara de actitudes más contundentes. A los manifestantes quese enfrentaron a la policía, los vi organizados, pero no entrenados como se ha dicho"."Existe información para preparar esos actos en libros que se pueden comprar el día deSant Jordi en la calle. No creo que haya habido contactos con Jarrai. La organización PUAha reconocido contactos. Pero son contactos normales entre grupos políticos homólo-gos, y se han producido en periodos de vacaciones. No han sido contactos técnicos niformativos. El hecho de que el Ministerio del Interior y la delegada del Gobierno, JuliaGarcía Valdecasas, hayan vinculado a los detenidos con Jarrai tiene cierta intención quese me escapa".

Para las fuentes policiales, la violencia skin y esta violencia ejercida por minorías de losmovimientos alternativos no tienen mucho que ver. El suboficial incluso matiza que "elantirracismo es más amplio que el fascismo. Engloba aquí a toda la sociedad, es amplioy da cabida a mucha más gente. La pregunta es: ¿estas actividades violentas que estamosviendo tendrán lugar cuando se libere a los 14 detenidos o, por lo contrario, adquiriránuna plataforma estable? Yo, personalmente, creo que los okupas no son un radicalismoviolento. Necesitan sentirse aceptados por la sociedad. Sobre todo en Sants, donde los he-chos violentos del 12-O han creado cierto distanciamiento de la gente hacia los okupas".

El portavoz de la seguridad del Estado plantea otra diferencia entre ambas violencias: "Elradicalismo de derechas se encauza sin problemas. La gente quiere que detengas skins, yse alegra cuando eso se hace. Con el radicalismo de izquierda, la cosa es más difícil. Laizquierda política no debería dar alas a ese tipo de violencia. Hay que condenar lo que sehizo el 12-O. Hay que condenar los ocho atentados posteriores. Hay que aceptar que losjóvenes tienen que expresar su descontento de otras maneras".

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El oasis, que condenó unánimemente los hechos violentos del 12-O, ha movilizado asu famosa sociedad civil para condenar también la prisión preventiva indefinida de losdetenidos. El Ayuntamiento, la Universidad, el Colegio de Abogados, catedráticos de De-recho Penal, se han declarado en contra. Jaume Asens, uno de los abogados de los dete-nidos y experto en el tema okupa –ha sido defensor de varios colectivos y está escribien-do su tesis doctoral sobre ese tema–, se plantea así los autos de prisión preventiva: "Esuna medida drástica y sin precedentes, que invalida los valores del Estado democráticoe implican que hay colectivos que reciben un trato diferente". Es aquí donde encuentracierto peligro social: "El movimiento okupa, por ejemplo, está compuesto por gente jo-ven, superpolitizada, con inquietudes, que quiere cambiar la realidad. Este y otros movi-mientos se relacionan con la tradición asociativa de la sociedad civil catalana. Cuando sereprimen y se criminalizan estos movimientos tengo miedo a que no se puedan integraren positivo en la sociedad. Tengo miedo a que las experiencias personales que muchos deesos chicos y sus padres han vivido en tribunales, comisarías y furgonetas de las brigadasantidisturbios se traduzcan en desengaño y en actitudes de crispación personal".

7.2. Anexo 2

El País, viernes, 12 de octubre de 2001

Día de la Hispanidad

Un grupo de 200 radicales destroza el barrio barcelonés de Sants

Los jóvenes antifascitas pretendían boicotear un acto de homenaje a la bandera españolaorganizado por ultraderechistas. La policía detiene a una veintena de alborotadores.

EFE. Barcelona

Un grupo de unos 200 jóvenes radicales han destruido hoy contenedores, coches, enti-dades bancarias y un sinfín más de bienes públicos y privados en el barrio de Sants deBarcelona, como protesta por la celebración del Día de la Hispanidad.

Durante una hora, los alborotadores, entre los que se contaban adolescentes supuesta-mente independentistas, okupas, radicales de izquierdas, extranjeros e incluso boixosnois, han destrozado todo lo que encontraban a su paso, sin que la Policía haya buscadoel enfrentamiento.

Fuentes policiales han indicado que el objetivo primordial era evitar que se encontraranestos descontrolados y los cerca de 400 asistentes ultras al acto de homenaje a la banderaespañola, celebrado en Montjuic con motivo del Día de la Hispanidad.

Según un balance provisional, la Policía ha detenido a una veintena de muchachos, mien-tras que un vecino de la zona y dos agentes del orden, así como dos redactores gráficos,han sufrido heridas de escasa consideración.

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Durante algunos momentos, la situación ha recordado a la batalla campal que se organizóen el corazón del barrio de Sants de Barcelona en 1999, cuando unos 700 antifascistas seenfrentaron a la Policía y arrasaron medio barrio. Fue a raíz de estos incidentes cuandolas autoridades decidieron trasladar a Montjuic el homenaje a la bandera.

7.3. Anexo 3

El País, viernes, 21 de octubre de 2001

Peor que el ántrax

NORMAN BIRNBAUM

Norman�Birnbaum es catedrático emérito de la Universidad de Georgetown.

Las restricciones políticas, la intervención judicial y el poder económico y social se hancombinado a lo largo de nuestra historia para hacer de la idea revolucionaria estadouni-dense de una ciudadanía culta e ilustrada un ideal lejano. La guerra de Afganistán haalejado aún más este ideal.

¿Está diciéndonos la verdad el Gobierno acerca de las dimensiones políticas y militaresde la guerra? La Casa Blanca, animada por un Congreso pasivo y reacio a utilizar susamplios poderes, no ha dicho cuáles son sus objetivos. La guerra es un reality show detelevisión y la opinión pública ha sido relegada a la categoría de audiencia. Las realidadesson muy dolorosas: el ataque del 11 de septiembre y, por supuesto, la oscura amenazadel bioterrorismo. Si exceptuamos las llamadas, cada día más estridentes, a la unidadnacional y las referencias a las exigencias de esa 'seguridad nacional' que es obviamenteincapaz de proporcionar, el Gobierno ha actuado como si no tuviéramos ningún derechoa saber y muy poco a hablar.

El presidente está obsesionado por controlar el flujo de información. Ha intentado ex-cluir al Congreso de la información que necesita para hacer juicios independientes de suactuación. Su equipo ha pedido a los medios de comunicación que le consulten antes detransmitir declaraciones de Bin Laden. Los propietarios de las cadenas de televisión, encuyo diccionario no entra la palabra 'censura', se apresuran a acatarlo. Cualquier peque-ña brizna de honor que quede en el periodismo estadounidense ha sido conservada porel nuevo director del diario The New York Times, Howell Raines, que le dijo a la CasaBlanca que la responsabilidad de su periódico era para con los lectores. Raines sin dudarecordaba que en 1961 el Times accedió a la petición de John Kennedy de no publicarnoticias de los preparativos para el desembarco en bahía Cochinos. Si se hubiera negado,la nación podría haber tenido entonces lo que aún sigue esperando 40 años más tarde:un debate sobre nuestra política con respecto a Cuba. Y en un intento grotesco de teneréxito donde fracasó Nixon, la Casa Blanca le pidió a The Washington Post que suprimierael reportaje de Woodward, el periodista del caso Watergate.

Sería fácil excusar a los medios de comunicación con razones bíblicas ('Perdónales por-que no saben lo que hacen'). Sin embargo, la mayoría de nuestros directores y periodistasno son simplemente ignorantes: son conformistas y venales. Tal vez sus energías críticasquedaron exhaustas en sus luchas homéricas contra los lances libidinosos de Clinton.Están indefensos ante las dudas europeas sobre nuestra capacidad, la hostilidad musul-mana hacia nuestro respaldo a Israel y la guerra contra Irak y los estragos de la globali-zación. No está claro cuál es su característica más sobresaliente, si la complacencia o elprovincianismo. La prensa que piensa de sí misma que es libre es en realidad un gigan-tesco ministerio de propaganda, que recicla interminablemente las razones, cada vez máshuecas, con las que Estados Unidos se justifica a sí mismo.

La opinión pública, sin embargo, no está ávida de utilizar su libertad. Completamenteatemorizados, muchos de nuestros ciudadanos equiparan cuestionarse las cosas con des-lealtad, si no con traición. Repiten como propias las banalidades que han oído en televi-sión. El ciudadano ha dado paso al creyente, y las funciones del presidente se parecenmás cada día no a las de un jefe de Estado electo, sino a las de un Pontifex Maximus deuna iglesia monolítica. Aquéllos que tienen otras ideas, en periodismo, en las escuelas yen las universidades, se enfrentan a una Inquisición secularizada. Ya hemos pasado antespor episodios de este tipo, y las ideas de las que al principio se abominó acabaron portriunfar. Sin embargo, el largo plazo es muy largo. En el corto, el autoritarismo estadou-nidense es una amenaza para nuestra salud nacional peor que la del ántrax (carbunco).

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7.4. Anexo 4

El Mundo, 12 de septiembre de 2001

El pánico

Las cámaras sólo enfocaban la cima de las Torres, una de las construcciones más altasdel mundo. Pero imagínense a miles de personas presas de pánico corriendo hacia laparte alta de Manhattan. Cientos de personas saliendo despavoridas de las Twin Towersy otras tantas muertas, aunque aún se desconoce el número de víctimas. Según la CNN,los conductores que circulaban por el corazón de Manhattan han "saltado" de sus cochespara ayudar a la gente aterrorizada.

"Hubo gente que se lanzó al vacío desde el World Trade Center (las Torres Gemelas). Fueuna situación horrible, horrible", dijo el alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani.

Algunos empleados que se encontraban trabajando en las Torres Gemelas dijeron sentiruna "enorme explosión" y cómo el edificio entero comenzó a temblar, tras lo cual salieroncorriendo escaleras abajo para evacuar el edificio.

Afuera, "había gente llorando, gritando, corriendo, ya fueran policías, particulares o bom-beros. Todos", exclamó un testigo.

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Resumen

En este módulo hemos presentado algunos puntos de referencia que nos per-

miten definir, situar e identificar el comportamiento colectivo y los fenóme-

nos a los que se hace referencia con este término, examinar sus características

principales y conocer y valorar las explicaciones que diferentes perspectivas

teóricas en la Psicología social nos ofrecen de estos fenómenos.

En primer lugar, hemos realizado una primera aproximación al concepto de

comportamiento colectivo, realizando un breve repaso de las diferentes tipo-

logías y clasificaciones que se establecen habitualmente. De este modo, hemos

visto la ambigüedad y el solapamiento que se dan en uso de términos como

masa, multitud o público. Asimismo, en este apartado hemos visto el papel

que la Psicología colectiva ha tenido en la historia de la Psicología social, con

la ayuda de un breve repaso de autores a menudo olvidados, como Sighele y

Tarde, así como de los clásicos Le Bon, Wundt y Freud.

En segundo lugar, hemos realizado un breve recorrido por las principales pers-

pectivas teóricas del comportamiento colectivo. Con este objetivo hemos par-

tido de las explicaciones más psicologistas, que asumen la homogeneidad del

comportamiento de los miembros de la masa, así como la irreflexibilidad e

irracionalidad de la misma (como las teorías del contagio y de la convergen-

cia), hemos pasado por las explicaciones que ponen mayor énfasis en la defi-

nición de la situación y las condiciones en que se da la conducta de masas en el

seno de un grupo (como las que nos ofrecen la teoría de la norma emergente y

la del valor añadido o tensión estructural), hasta llegar y prestar especial aten-

ción a las explicaciones más propiamente sociales que nos ofrecen las teorías

de la identidad social.

En tercer lugar, después del repaso a las principales aportaciones al estudio de

las masas, hemos valorado estas explicaciones, así como las que nos encontra-

mos en nuestros contextos cotidianos, desde sus condicionamientos ideológi-

cos. Ello nos ha permitido examinar las muy distintas consecuencias teóricas

y políticas que implica enfocar el comportamiento colectivo como fenómeno

caracterizado por la irracionalidad y la violencia, o como proceso contextua-

lizado y sólo plenamente inteligible en el seno de conflictos intergrupales, y

para incidir de nuevo en el contexto sociocultural e ideológico como una pieza

clave para comprender el comportamiento colectivo.

En cuarto lugar, hemos descrito los rumores como forma de comunicación

colectiva estableciendo puntos de referencia para reconocer las informaciones

que tienen las características del rumor y conocer los términos en que se ha

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abordado el estudio, las formas de transmisión y el funcionamiento de estas

informaciones, así como los elementos que habrá que tener en cuenta para

controlar el rumor.

En penúltimo lugar, hemos visto cómo se aproximaba la Psicología social a

los fenómenos de las multitudes en situaciones de crisis y desastres; es decir,

ante el pánico, y hemos valorado las potencialidades de distintas propuestas

teóricas a la hora de explicar este tipo de fenómenos.

Todo este recorrido acaba con una breve aproximación al comportamiento

colectivo "en red", analizando algunas de sus características específicas como

comunicación colectiva y como vehículo de resistencia, con el fin de poder

valorar la adecuación de las diferentes explicaciones ofrecidas a lo largo del

módulo a análisis de estas nuevas formas de comportamiento colectivo.

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Actividades

Éstas que os proponemos sólo constituyen una pequeña muestra del tipo de actividades quepodéis realizar, dado que, básicamente, consisten en mirar el mundo que nos rodea paraintentar "leerlo" con una determinada perspectiva; en este caso, la de los comportamientoscolectivos. Os sugerimos que, además de estas actividades, realicéis un ejercicio constantede análisis de la actualidad, identificando fenómenos del tipo de los desarrollados en estecapítulo, e intentando explicarlos en función de los conceptos desarrollados.

1. Leed los artículos de los anexos 1 y 2. Intentad explicarlos según las diferentes teoríasdesarrolladas para la explicación de los comportamientos colectivos. Comparad estos acon-tecimientos con otros similares en los que se hayan producido enfrentamientos entre mani-festantes y policías.

2. Leed el artículo del anexo 3 ("Peor que el ántrax") y analizadlo desde el punto de vista delas teorías sobre la transmisión y control del rumor.

3. Leed el artículo del anexo 4. Intentad encontrar en la prensa (o en otras fuentes) otras des-cripciones de la evacuación de las Torres Gemelas. Haced lo mismo con alguna otra catástrofereciente. Describid los acontecimientos y el tipo de conducta de las personas implicadas.

Ejercicios de autoevaluación

1. La ... afirma que, cuando las personas se enfrentan a una situación inusual, crean signifi-cados que definen y dirigen la situación.a)�teoría del contagiob)�teoría de la convergenciac)�teoría de la norma emergented)�teoría del valor añadido

2. El autor que ha ejercido una mayor influencia en la teorización sobre las masas ha sido...a)�Scipio Sighele.b)�Gustave Le Bon.c)�Gabriel Tarde.d)�Sigmund Freud.

3. Los procesos que, según Le Bon, llevan a la conducta violenta de las masas son...a)�identidad personal, identidad social y contagio.b)�desindividualización y desocialización.c)�anonimato, contagio y sugestibilidad.d)�anonimato, desindividualización y sentimiento de invencibilidad.

4. La explicación de la conducta de las masas en términos de contagio sería asumida por...a)�Turner y Killian.b)�Steve Reicher.c)�Smelser.d)�ninguno de los autores anteriores.

5. Los rumores son información...a)�falsa.b)�no confirmada.c)�improbable.d)�Todas las anteriores son correctas.

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Solucionario

Ejercicios de autoevaluación

1.�c�Teoría de la norma emergente.

2.�b�Gustave Le Bon. Aunque puede que sus planteamientos no fueran del todo originales,es sin duda quien ha ejercido una mayor influencia, tanto teórica como ideológica.

3.�c�Anonimato, contagio y sugestibilidad.

4.�d�Ninguno de estos autores. Turner y Killian proponen la teoría de la norma emergente,Reicher defiende el modelo de identidad social (o el modelo elaborado de identidad social)y Smelser plantea la teoría del valor añadido.

5.�b�Información no confirmada. Aunque a posteriori pueda llegar a demostrarse que la in-formación que contienen es falsa, lo que los caracteriza es que se transmiten sin que hayaconfirmación de su veracidad.

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Glosario

categorización social  f  Conjunto de procesos que permiten ordenar el entorno e identi-ficarnos con el mismo en términos de determinadas agrupaciones, por ejemplo, como grupode pertenencia o de referencia.

conducta normativa  f  Conducta regida por las normas existentes en un grupo, normasgeneradas por el propio grupo. Es, por tanto, una conducta que el mismo grupo trata comoesperable, adecuada o que se debía dar.

contagio  m  Forma de excitación colectiva que resulta de la difusión rápida y no racional deformas de conducta, emociones y estados de ánimo que arrastran y son aceptadas de maneracrítica por los miembros de un colectivo.

desindividualización  f  Desaparición de la individualidad al aparecer una entidad colec-tiva. Proceso por el cual la persona pierde su identidad al pasar a formar parte de la masaindiferenciada.

desocialización  f  Desintegración de las normas sociales y de los vínculos primarios quelleva a que la conducta de cada persona se rija por sus propias necesidades o deseos.

identidad social  f  Parte del autoconcepto derivada de la pertenencia a grupos y de lasdiferenciaciones entre el propio grupo (in-group) y los otros grupos (out-group).

masa  f  Conjunto de personas, próximas las unas a las otras, en el que la conducta de unasejerce algún tipo de influencia sobre la de las otras.

multitud  f  Masa que presenta la característica de actividad.

Norma emergente  f  Norma resultante de la interacción en un grupo, creada en el mismotranscurso de la interacción.

pánico  m  Miedo colectivo experimentado simultáneamente por todos los miembros de unapoblación y que se traduce, por ejemplo, en reacciones de huida, de agitación desordenada,de violencia o de suicidio colectivo.

rumor  m  Información no confirmada ni originada por fuentes oficiales (o desmentidas porestas últimas), que surgen y circulan en el seno del cuerpo social.

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