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Ternura Y Firmeza Con Los Hijos

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"TERNURA Y FIRMEZA"TERNURA Y FIRMEZACON LOS HIJOSCON LOS HIJOS""

Dr. Dr. Alexander Alexander Lyford-PikeLyford-PikeDuodécima edición

EDICIONES UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

Primera edición: 1.500 ejemplares: julio 1997Segunda edición: 3.000 ejemplares: septiembre 1997Tercera edición: 5.000 ejemplares: enero 1998Cuarta edición: 8.000 ejemplares: enero 1998Alfaomega Grupo Editor de México

Quinta edición: 5.000 ejemplares: mayo 1444Sexta edición: 8.000 ejemplares: Colombia diciembre 1999Séptima edición: 3.000 ejemplares: Santiago, mayo2000Octava edición: 3.000 ejemplares: Santiago, junio 2001Novena edición: 5.000 ejemplares: agosto 2001,Alfaomega Grupo Editor de México

Décima edición: 2.000 ejemplares: febrero 2002,Alfaomega Grupo Editor de MéxicoUndécima edición: 3.000 ejemplares: Santiago, mayo 2002.Duodécima edición: 4.000 ejemplares: Santiago, mayo 2003.

Ilustrador: Osvaldo Torres Ruiz Diseño: PUBLICIDAD UNIVERSITARIAImpresor: Imprenta Salesianos S.A.

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C.I.P.- Pontificia Universidad Católica deChile Ternura y Firmeza con los hijos /

Alexander Lyford-Pike.

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A mis padres:

Por su presencia invisibleen todo lo visible

de este libro

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P R E S E N T A C I Ó N

Hay que agradecer que un psiquiatra escriba conla claridad y sencillez de Alexander Lyford-Pike, y que escriba con un amor apasionado ysereno a la vez por la familia y su misióneducadora.Estas páginas son una antología de suexperiencia profesional, y ya el título anunciasu contenido: Ternura y firmeza; una difícilarmonía para padres con criterios rígidos o conuna fácil disposición hacia el cariño blando.Esa armonía sólo se logra con una firmezatierna o con una ternura firme, es decir,cuando los padres no se guían por el amorespontáneo sino que optan por un amorinteligente por sus hijos, por cada hijo. Nose trata de un equilibrio cuantitativo. Laternura y la firmeza no son recursos nirecetas. Son los componentes de un amorverdadero, que busca el bien de los hijos y nola comodidad propia.¡Hijos con personalidad! ¡Hijos que conquistensu libertad porque han aprendido a serresponsables! Estas metas no son sueños sinometas posibles para padres que efectivamenteejercen de padres y que entienden que la

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autoridad bien entendida es el mejor servicioque pueden prestar a sus hijos.

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Ternura y firmeza también se pueden traducircomo comprensión y exigencia, como confianza yrespeto, como libertad y obediencia, comointimidad y apertura. Saber armonizar estosbinomios constituye el arte de educar. Lafirmeza debe ser estimulante y motivadora. Laternura por su parte es la causa y elfundamento de la firmeza. Sólo se exige a losque se quiere.Alexander Lyford-Pike profundiza en estasclaves, que no pasarían de ser palabras si novan respaldadas con hechos. La coherencia y elejemplo de los padres serán siempreimprescindibles.Este libro es una ayuda necesaria para lasfamilias y para todo educador que quieraafrontar su trabajo con sentido común.

Diego Ibáñez Langlois.

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S U M A R I O

Introducción 13I No hay educación sin autoridad 17IIQué es la Educación con Personalidad 29III Un camino en tres etapas

39IVLo que no debe hacer 45

1) Respuestas inseguras45

2) Respuestas hostiles o agresivas54

V Comunicación efectiva 591) Adecuado lenguaje asertivo61

2) Mensajes sin palabras62

3) Manejo de las discusiones65

4) Reconocimiento de buenas conductas77

VIRespaldar las palabras con hechos 831) Acciones disciplinarias 852) Hijos que ponen a prueba923) Reforzarlos positivamente

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100VII Establecer las reglas del juego

109VIIISituaciones atípicas 115IX Hijos responsables 123

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I N T R O D U C C I Ó N

No es fácil educar a los hijos. Después de muchos años detrabajo en el manejo de problemas de conducta, nos parece útilresumir y explicar a los padres los resultados de estasexperiencias, para ayudarlos en la difícil tarea formativa.En este tiempo nos hemos convencido de que los hijos crecenseguros de sí mismos y con buena personalidad citando lospadres han logrado transmitirles esa seguridad y confianzaque les va a permitir, entre otras cosas, asumir laresponsabilidad de sus actos.Todos coincidiremos fácilmente en esta conclusión, que essimple de expresar, pero difícil de poner en práctica.

Ustedes encontrarán en las páginas que siguen modosprácticos de intentarlo. La experiencia nos ha demostrado queen la enorme mayoría de los casos se obtienen buenosresultados en la formación de los hijos aplicando esa actitud cuforma coherente, a través de un sistema que hemos llamadoEducación con Personalidad (EP).

El nombre asignado a esta actitud educativa coherente no esarbitrario, ya que EP apunta a desarrollar la firmeza de lapersonalidad, tanto en los padres como en los hijos. Y es que lafirmeza de ¡os padres se transmite a los hijos y los ayuda alograr una personalidad bien formada.

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La base de la EP es la firmeza combinada equilibradamente conla ternura. Es esencial que ambos elementos estén integrados enun justo punto de equilibrio para que la aplicación de la EPtenga sus mayores posibilidades de éxito. Un exceso de firmezapuede desembocar en un autoritarismo contraproducente. Si,por el contrario, la ternura impide o diluye el ejercicio de lafirmeza, el intento educativo corre serio peligro de fracasar.Equilibrar el grado justo de ambos elementos esenciales en lamedida adecuada, sin excederse en la firmeza ni ahogarla en elcariño, es la tarea más difícil que enfrentan los padres.

Además de los resultados de nuestro trabajo directo conmuchos casos, nos ha ayudado para la confección de este libroel estudio a fondo de las conclusiones de otros autores como:Lee Canter, Assertive Discipline for Children; GaelLindenfield, Confident Children; Fernando Corominas,Educar hoy, y Fred Gasman, ¡Basta de niñosmalcriados!La utilidad de sus trabajos facilitó nuestra tarea para producireste volumen, como ocurrió también con las sugerenciasrecibidas de muchas personas, a quienes nos complaceexpresarles nuestro reconocimiento.

También agradecemos especialmente al Dr. Daniel Flores, conquien hemos compartido, codo a codo, estos diez últimos añosde trabajo profesional. Al Dr. Guillermo Castro y a la sicólogoIleana Caputto, nuestro agradecimiento por los aportes desiquiatría infantil y sicología.Para terminar, este libro no hubiera sido publicado sin el tenazesfuerzo del periodista José María Orlando, de Paula Barbé deGari y de han Piltaluga, quienes tuvieron la ímproba tarea deestar detrás de nosotros entre paciente y paciente, y viajes deavión-, para lograr que un manantíal de ideas y pensamientos

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se pudiera plasmar en letra impresa.

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Este libro es deliberadamente breve, parafacilitar tanto la lectura como la aplicaciónde las técnicas educativas que sugerimos. Siusted lo prefiere, antes de empezar a leerlopuede tomar un atajo para hacerse una idearápida del contenido, mirando primero las ilus-traciones que muestran ejemplos del temaprincipal de cada capítulo, las que le in-formarán de los puntos básicos que irá en-contrando desarrollados en el texto.

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INO HAY EDUCACIÓN SIN AUTORIDAD

En nuestra sociedad, como en gran parte delmundo, existe actualmente una crisis deautoridad dentro de la familia. Esta crisistiene tres efectos graves:

Por un lado, deteriora el papel de lainstitución familiar como núcleo básico de laorganización social. Por otro, perjudica laformación de niños y jóvenes para una vidaadulta provechosa. Esta debilidad formativa, asu vez, inhabilita a los jóvenes de hoy paraeducar a la generación siguiente, es decir, suspropios hijos, acentuando un progresivodeterioro en cadena hacia la decadencia de lasociedad.

Para evitar esta catástrofe es necesario elejercicio correcto del principio de autoridad.Cuando los padres no logran marcar límitesclaros a sus hijos, dejan de cumplir suobligación de transmitirles una imagen positivacon perfiles bien definidos.

Este incumplimiento priva a los hijos de laguía que buscan y necesitan de sus mayores:puntos de referencia y modelos de conducta yaprendizaje.

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La autoridad paterna cumple su funcióneducativa cuando se ejerce con cariño, estímuloy paciencia. La ausencia de estos requisitosesenciales la convierte en un autoritarismocuyas consecuencias son tan perniciosas como laequivocada permisividad que ha invadido tantassociedades modernas.

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Corrientes de pensamiento de diferente signohan contribuido a debilitar la autoridad de lospadres. Las ideas liberales y materialistas,representadas en gran parte por Juan JacoboRousseau, impulsaron el concepto de que elhombre es bueno por naturaleza, sin embargo lopervierte el proceso de socialización.

Desde la más tierna infancia hay que aprender a poner límites a loshijos. Cuando la familia no lo logra, es muy probable que tampoco lo

corrija la sociedad.

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Ha incidido también la aplicación parcial deaspectos de la sicología, especialmente lainsistencia en que reprimir a los niños escausa de traumas posteriores. Este concepto haambientado una tolerancia casi total en laconducta de los niños, contrariando la realidadde que su formación exige precisamente loopuesto.

Para algunas corrientes en sicología, corregir a los hijos esreprimirlos, es decir, crearles traumas. Este concepto -que va contra

el sentido común-ha ambientado una permisividad casi total ennuestra sociedad contemporánea, que desorienta a los padres ycolabora a que la inmadurez humana se prolongue eternamente.

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Hasta las primeras décadas del siglo xx loshijos seguían patrones de conducta heredados desus padres, quienes, a su vez, los habíanrecibido de las generaciones previas. Estasnormas cubrían desde temas de comportamiento,como la vestimenta, la actitud en la mesa o laedad de fumar, hasta la crucial formaciónmoral.Su aplicación no fue inalterable sino adaptadagradualmente a los cambios de la realidadsocial de una generación a otra. Este procesoeducativo fue barrido por ideas y convulsionessociales que condujeron a la actual situacióncrítica en muchas familias.Los niños necesitan y buscan normas, criteriosy modelos claros en sus padres. Las fallas delas familias en este campo generanpotencialmente trastornos graves de conducta enniños y jóvenes, que pueden llegar, en algunoscasos, a actitudes antisociales.

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La misión principal de la vida es sacar adelante a la familia. Debenrecordar,

especialmente los hombres, que sus hijos son el principal negocio aatender.

Es imposible ser feliz, si se fracasa en sacar adelante la familia.

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El ejercicio de la autoridad en forma asertivay responsable ayuda decisivamente en laeducación de los hijos por sus padres dentrodel núcleo familiar.La autoridad asertiva o afirmativa significa lapermanente puesta en práctica de los derechos yobligaciones mutuas entre padres e hijos, demanera equilibrada y flexible.Si los padres cumplen su obligación de formar asus hijos, éstos perciben clara yprovechosamente los límites de sus derechos ylos alcances de sus obligaciones en lasdiferentes etapas de su formación ycrecimiento.Este equilibrio se logra exclusivamente através del ejercicio paterno de la autoridad.La ausencia de ella lo convierte en un barco ala deriva. El autoritarismo impone uncontraproducente exceso represivo. Pero laautoridad asertiva, o sea. ejercer la autoridadpaterna en la forma que más ayudará al

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La ausencia de autoridad paterna convierte al niño en un barco a laderiva, ya que no se le transmite un modelo a imitar, ni se le enseñaque las conductas inadecuadas deben ser modificadas, mejoradas.

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hijo en la formación de su personalidad, nosólo no se opone a la libertad que proclamanlos partidarios de la permisividad, sino que laalienta y la fortalece al darle el cimientosólido de una personalidad desarrollada en elbuen camino.El concepto latino de auctoritas significasostener para crecer. En su sentido propio yriguroso, la autoridad se ejerce cabalmente enfunción de la libertad. La autoridad favoreceque la libertad individual no coarte las li-bertades colectivas ni las de otros individuos.Ejercida en forma auténtica, es siempre unservicio a la libertad.No es un concepto abstracto y aislado. No esabstracto porque se ejerce en el quehacercotidiano concreto. No es aislado porque sólopuede ejercerse en función de la libertadindividual y colectiva.

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Mediante una educación que conjuga la ternura con la firmeza, selogra el

orden y armonía de la personalidad, estimulando las tendencias deintegración social a la vez que desanimando las conductas

antisociales.

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La tarea de educar es tal vez la principalmisión que puede tener una persona. No alcanzacon traer un niño al mundo: hay que educarlos ylos primeros responsables de ellos, ante Dios yante la sociedad, son los padres. Esaresponsabilidad es indelegable ante nadie, nien los colegios, ni en el Estado. Por eso, sonel apoyo y la esperanza de los hijos mientrasles van enseñando a sostenerse por sí mismos,al igual que la vara o "tutor" que se colocajunto a un árbol recién plantado para asegurarque crezca derecho.Cuando se planta un pequeño árbol, tiende acrecer hacia arriba, buscando la luz eintegrándose a su ambiente. Pero en ese procesode crecimiento necesitará durante cierto tiempoestar atado a esa vara para que el desarrolloen altura sea recto mientras afirma cada vezmás sus raíces en la tierra, alcanzando sumáxima potencialidad.

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"Árbol que crece torcido, nunca su tronco endereza".El ejercicio de la autoridad por parte de los padres, es como el "tutor"

queayuda al árbol recién plantado: asegura que crezca derecho.

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Si esto sucede en un nivel de vida elementalcomo la vegetativa, donde no existe lanecesidad de traslado y discernimiento paranutrirse, crecer y reproducirse, la importanciade esa vara o "tutor" es mucho mayor en la per-sona, que integra en sí misma tanto a la vidavegetativa como a la vida animal e intelectual.En el caso del ser humano, esa vara de respaldoque guía su crecimiento recto exigecaracterísticas de adaptabilidad, flexibilidady firmeza.Ser vara o "tutor" equivale al ejercicio de laautoridad en el caso de los padres, apuntalandopara evitar desviaciones o para corregirlas siaparecen. Esta función de autoridad significasostener para crecer. Enseñar a crecer eslograr que los hijos aprendan a aprovechar lasexperiencias de los padres de manera favorabley operativa en su propia vida, en un clima delibertad y responsabilidad.La operatividad significa para los hijosalcanzar una capacidad de elección justa yequilibrada dentro de las posibilidades queenfrentarán al ir creciendo en sus propiasvidas. Saber optar, eligiendo el bien para susvidas, es saber ser libres.En la interacción que se establece con loshijos, los padres cumplen permanentemente unaacción formativa. Dado que ese proceso escontinuo, se corre el peligro de que laautoridad se desgaste. Este peligro es más

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notorio en las madres, que son quienesgeneralmente pasan más tiempo con los hijos. Laforma de evitar ese desgaste es el buenejercicio de la autoridad.

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Una forma práctica de ejercerla es a través dela denominada EP. La EP debe estar presentesiempre en el proceso de formación y educaciónde un hijo. Es un error esperar a que los niñosse hayan vuelto ingobernables o hayan fracasadolos medios de comunicación con ellos intentadospor otras vías. La autoridad está en lanaturaleza misma del proceso educativo.

Es un error esperar a que los niños se hayan vuelto ingobernables...,para corregirlos. Hay que actuar ya en su primera infancia.

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Esta realidad es dejada de lado, a veces, comoconsecuencia de un grave error antropológico departida, al desconocer el desorden innato quetodos llevamos dentro, que nos conducefrecuentemente a no hacer lo que queremos hacery a hacer aquello que no queremos hacer.El desorden que existe en la naturaleza humanafacilita que la inteligencia se oscurezca y lavoluntad se debilite, impidiendo que laconciencia sicológica logre su fin propuesto.Se nace con este germen de descomposición detipo antisocial. Esto se percibe especialmenteen los niños menores, cuando muestranestallidos de crueldad en sus juegos eintercambios con sus pares (como el caso deotro niño con algún defecto físico) o con suspropios padres.

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Ese germen de descomposición antisocial, se percibe especialmenteen los

niños menores, cuando muestran estallidos de crueldad en susjuegos e

intercambios con compañeros (como el caso de otro niño con algúndefecto

físico) o con sus propios padres.Estas situaciones se ejemplifican con dos casosreales:•Luego de enfurecerse con su madre, porque nolo dejaba salir a jugar a la calle debido a queestaba lloviendo, un niño de nueve años tomóuna piedra, y la arrojó desde afuera de la casacontra la ventana de la cocina, donde estaba sumadre. La pedrada hizo añicos un vidrio, uno decuyos fragmentos lastimó a la madre. Alpercibir lo que había ocurrido, corrió deregreso a la casa, llorando copiosamente ypidiendo perdón casi con desesperación,mientras le repetía a su madre: "¡Te quiero, tequiero!".•Una noche, siendo bastante tarde, un médicorecibió una llamada telefónica desesperada deun padre, pues su hijo amenazaba a la madre conun cuchillo. El panorama que encontró el médico

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era desolador: cuadros, tapizados y hastamuebles acuchillados. Al menos, no habíaseñales de sangre. El hijo estaba encerrado ensu cuarto, sollozando y pidiendo

En todas las personas encontramos la presencia del germen del amor ydel

odio; de lo bueno y lo malo; de construir y de destruir. Desconocer estedesorden innato es un grave error antropológico.

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perdón. Aunque minutos antes había acorralado asu madre con el cuchillo al cuello, no dejabade repetir gritando: "¡Mamá, te quiero, tequiero!".Este último caso puede ser el de un chicodrogadicto o con un trastorno grave depersonalidad. Ambos ejemplos reflejan, tal vezen grado extremo, la presencia en las personasdel germen del amor y del odio, de lo bueno yde lo malo, de construir y de destruir.Es, por ejemplo, una constante dentro de lasfamilias con hijos drogadictos la falta delímites por parte de los padres en la formacióntemprana del niño. Y cuando la familia no lograimponer límites, es muy difícil que la sociedadpueda hacerlo más tarde.La educación es, en gran medida, un medio paraestablecer el orden entre las potenciasencontradas que existen en la personalidad deun niño. Y será el ejercicio de una educaciónfirme por parte de los padres (así como tambiénde los educadores) lo que encauzará dentro dela persona sus instintos antisociales,llevándolos a ser personas útiles y que seintegren en la sociedad armónicamente y de unamanera positiva. Este ejercicio adecuado de laautoridad se facilita con la aplicación de laEP.

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IIQUÉ ES LA EDUCACIÓNCON PERSONALIDAD

El ejercicio de la EP por parle de los padres significa:•Hacer valer eficazmente los derechos propiosal mismo tiempo que respetar los derechos delos hijos.•Lograr que los hijos perciban y entiendan elmensaje de sus padres, incluyendo sus deseos,intereses y estados emocionales en el procesode comunicación.•Tomar decisiones sobre lo que correspondehacer con respecto a los hijos y llevarlas acabo sin cambios de posición que signifiquenuna claudicación.Esto conlleva la responsabilidad de producir elmensaje que más ayude a la educación de un hijoen una situación determinada, transmitirlo enla forma adecuada, o sea, con eficacia, tomardecisiones para asegurar su cumplimiento yasumir las consecuencias de ese cumplimiento.La formulación vaga de la posición paterna o lamarcha atrás en el cumplimiento de una decisiónson negativas en el proceso educativo. Si laindicación no es clara, comprensible y directa,el hijo se sentirá menos inducido a cumplirla.

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Si el padre o la madre anuncian una decisión,pero luego dan marcha atrás, el niño absorberáel mensaje ineficaz de que tiene margen paraeludir el cumplimiento, tanto en ese momentocomo en casos futuros.Todas las personas se dividen en tres grupos deacuerdo a la respuesta que dan ante unasituación que involucre alguna forma deconflicto:

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Esta división no es categórica sino dinámica ycambiante. Muchas personas se verán reflejadasen más de uno de esos grupos según sean lassituaciones en que padres e hijos interactúan.Pero la percepción esquemática de estos tresniveles de respuesta ayudará a los padres aactuar asertivamente en la educación de loshijos mediante el ejercicio adecuado de laautoridad. Una actitud de sumisión insegura ode dominio agresivo constituyen igualmente unmensaje ineficaz en materia de autoridadeducativa. Una actitud asertiva, con firmezaequilibrada y con la flexibilidad que cada

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situación requiera, constituye el adecuadomensaje eficaz.El concepto de asertividad se aplica en formapermanente en la relación diaria de los padrescon los hijos. El diálogo y la comprensión desus sen

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timientos estimulan la mejora en sucomportamiento y su integración social, esdecir, la actitud en su relación con los demás,dentro y fuera del núcleo familiar. Debetenerse en cuenta que su función de principalesresponsables de educación de los hijos implica,en definitiva, la actitud educativa-asertiva.Por ejemplo:• Hay visitas en la casa por la noche y su hijade cuatro años, siendo ya tarde, todavía estálevantada. Como suele suceder, está cansada eirritable, pero se niega a acostarse. Ustedentiende que su hija no se quiera perder elentretenimiento de la visita, pero tambiéncomprende que por el bien de ella y el suyopropio la niña debe irse a dormir. ¿Cómo lograque se vaya a la cama?

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Nadie nace sabiendo cómo se educa. Es más fácil capacitar para curarenfermedades, enseñar matemáticas o apagar incendios, que para

educarhijos. Frecuentemente, las modalidades de una generación no sirven a

lasiguiente. Hoy, es claramente más difícil que antes.

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•Sus dos hijos se molestan continuamente entresí. Discuten, se torean mutuamente y llegan apelearse. Usted ya ha probado separarlos, tenercharlas con ellos en reuniones familiares,entender la razón de las peleas, pero losconflictos continúan. El tema ha llegado ahacérsele insoportable. ¿Qué se puede hacer?•La madre tiene un trabajo full time y necesitaque su hijo adolescente colabore con algunastareas de la casa. Él se niega e insiste en queodia hacer mandados.•La madre percibe que los compañeros de su hijono tienen en sus casas responsabilidades de esetipo, pero ella termina el día demasiado cansa-da para hacer todo sola. Ha hablado con su hijohasta el cansancio, sin embargo, siguenegándose a hacer lo que su madre le pide.¿Cómo lograr que colabore?

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Los padres deben ser los principales educadores de los hijos. Si estánausentes o no saben ejercer ese derecho indelegable, otros, con

doctrinas,creencias y valores distintos, ocuparán su lugar.

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Ante situaciones de este tipo, los padres debendesarrollar conductas específicas paraasegurarse de que sus hijos los escuchen.Existen formas para manejar más positivamentelas situaciones conflictivas y hacer entender alos hijos que los padres representan laautoridad. Esto significa que los hijos debenrespeto a los padres porque hay entre ambos unvínculo jerárquico y de amor simultáneo.Para ayudarlos a comprender, se les puedentransmitir mensajes del siguiente estilo:• "Te quiero demasiado como para dejar que teportes así. Tu problema de comportamiento debeterminar y estoy dispuesto a hacer lo necesariopara que te des cuenta de que hablo en serio".

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Ante las conductas inapropiadas de los hijos éste es el mensaje que lospadres deben transmitir. Así les quedará claro que no es una

contradicción quererlosmucho y exigirles.

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Hay que tener en cuenta que también sedemuestra la autoridad cuando se es capaz deestimular y reforzar positivamente los cambiosproblemáticos que van manifestando y cuando setiene la entereza de reconocer los propioserrores.Una dificultad innegable es que es más fácilcapacitar a un hombre para curar enfermos,enseñar matemáticas o apagar un incendio quepara ser buen padre. Además, no se trata sólode "ser padre" como si fuera un generalizadotítulo profesional sino de ser padre de Juan oPaula, de Martín o de María, es decir, de niñosque poseen características individuales propiasy que, por ese motivo, requieren en cada casoun manejo paterno individualizado.

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Para la difícil y apasionante tarea de ser padres, hay muchaexperiencia

recogida, tanto académica como práctica, que ayuda y orienta. Educares ir

por delante, y para ello, hay que hacer el esfuerzo de asistir a cursos yconferencias, además de estudiar.

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Como forma de enfrentar estas dificultadescreemos de gran utilidad desarrollar trescapacidades claves en el ejercicio de laautoridad:- Hablar claro.- Respaldar las palabras con hechos.- Establecer reglas de juego.Estos tres planos de comunicación constituyenla base de la EP a ser aplicada de acuerdo acomo se vaya desarrollando la formación de cadaniño. Educar es asegurarse que el hijo crezcarectamente. La rectitud supone existencia deuna disciplina en la persona. En los añosformativos de cada persona esa disciplina debeser establecida por los padres, en grado mayoro menor así sean mayores o menores lasdesviaciones que se produzcan en el crecimientorecto.La EP, aplicada en uno o más de los tres planosde comunicación, sobre la base combinada deamor y autoridad, es fundamental para lacorrecta formación de la personalidad.El ser humano es al nacer el animal másincompleto, más inacabado, más frágil eindefenso. A diferencia de un ternero, que sepuede separar de la vaca al día siguiente dehaber nacido y con el solo requerimiento depoder alimentarse bien, para el hombre esnefasto aislarlo de sus progenitores, así seaal día siguiente de su nacimiento, al mes o alaño, a los seis o a los doce años.

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Esta insuficiencia, este inacabamiento del serhumano, le impone dependencia de los demás paradesarrollarse, crecer y cultivarse rectamente.Necesitará durante la primera parte de su vidael apoyo afectivo y la guía disciplinada delnúcleo social básico, que es su familia, parapoder funcionar con plenitud tanto en esaesfera como en el entorno más amplio de toda lasociedad.El alcance de este objetivo le permitirá lograrsu condición de sujeto social, radicalmenteorientado a los demás, abierto a los demás einterconectado con los demás, pero sin perder suindividualidad que lo hace único e irrepetible.

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La aplicación de la EP, o sea, el nivelnecesario de disciplina dentro de la educaciónasertiva del hijo en el entorno familiar,reconoce la naturaleza misma de la persona: suorden y desorden, su individualidad ysociabilidad.El ejercicio adecuado de la autoridad, sinexcederse ni quedarse corto, requiere unequilibrio difícil de lograr. En ocasiones,puede sentirse incapaz de ejercer la autoridaden el nivel exacto demandado por la situaciónque enfrenta su hijo, por obstáculos centradosen el exceso de fuerza o de sumisión, o en nosaber cómo cambiar para percibir y atendermejor los derechos de sus hijos.Cuando un padre asume o se hace cargo de unasituación conflictiva con un hijo, puederesponder en forma demasiado directa odemasiado fuerte. Muchos sienten que hanfracasado si tienen que imponer sus decisionespor la fuerza para lograr que sus hijos leshagan caso.Otros han sido instruidos por educadores queles aseguran que para lograr una buena saludmental en los hijos deben evitar todo tipo deactitudes "inflexibles" o "autoritarias" yencontrar siempre alternativamente unaaproximación sicológica sin que importe lagravedad de las conductas.La búsqueda de la aproximación sicológica como,por ejemplo, hablar con ellos sobre los motivos

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de su mala conducta, es correcta, peroincompleta, como una sola cara de una moneda,si no va acompañada de un mensaje claro ypreciso de lo que los padres esperan de losniños y cuáles son los medios para corregirlos.Otro obstáculo que suelen encontrar paramanejarse adecuadamente en situacionesproblemáticas, es que frecuentemente repitensobre sus hijos modelos de disciplina que lesfueron enseñados a ellos, pero que pueden noser eficaces para una generación posterior. Escomún observar que los chicos de hoy secomportan de maneras diferentes a como lohacían sus padres a su misma edad. Esto inducea los padres a manifestar su preocupacióndiciendo o pensando que "yo nunca hubieraactuado como lo hace mi hijo" o "mi hijo dicecosas que yo jamás hubiera pensado".Esto es real; sin embargo, apoltronarse en estaactitud equivale a declararse derrotado en unesfuerzo que recién empieza. Es verdad queeducar hoy

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en día es más difícil que antes porque, entreotras razones, el núcleo familiar está másamenazado, intimidado y extorsionado.Pero a su vez, como contrapartida, los canalesde comunicación están más abiertos. Sólo esnecesario saberlos usar para que el agua corramás clara y cristalina.Los impedimentos suelen conducir a un padre ala conclusión frustrante de que nada puedehacer para mejorar el comportamiento inadecuadode sus hijos. Lo que le hace falta es disponerde las herramientas necesarias y de laconfianza en sí mismo para manejar cadasituación con firmeza y flexibilidad, es decir,asertivamente.

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IIIUN CAMINO EN TRES ETAPAS

La EP es un camino en tres etapas. Los padresque lo transiten en el trato cotidiano con sushijos encontrarán que es un sistema útil paracorregir problemas de conducta de niñosmenores. Este libro explica en forma ordenada ycon ejemplos de la vida real lo que los padresdeben hacer, así como lo que deben evitar, paralograr que los hijos los escuchen, acepten sumensaje y lo cumplan.La EP se logra mediante la aplicación de tresnormas básicas y progresivas de acción. Laprimera, es la adecuada comunicación con sushijos. La segunda, es no quedarse en palabras,sino respaldarlas con hechos cada vez que seanecesario. Y la última, es fijar clara yfirmemente las reglas del juego, para que cadahijo, difícil de corregir y orientar, sepasiempre a qué atenerse y cuál será laconsecuencia si persiste en su mala conducta.Cada uno de estos temas requiere técnicassencillas y otras acciones cuya aplicaciónaumentará la utilidad de un plan de EP parasolucionar las conductas inadecuadas de losniños, consolidando la formación de su persona-lidad.

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En capítulos siguientes explicaremos en formadetallada lo que un padre necesita hacer encada uno de los tres campos de acción, que soncomplementarios y pueden resumirse de lasiguiente manera:1) Hablar claro: Significa la forma másconveniente de expresarse para asegurarse quesus hijos lo escuchen. La comunicación asertivarequiere de los padres hablar en formaadecuada, utilizar algunas simples técnicas noverbales para reforzar las palabras, saber cómomanejar las discusiones

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y la frecuente actitud argumentativa de losniños y reconocer las buenas conductas.2) Respaldar las palabras con hechos: Paratodos los niños, los hechos son más elocuentesque las palabras; porque les demuestranclaramente y sin posibilidad alguna de duda queusted no se limita a hablar sino que tambiénejecuta las acciones correctivas cuando esnecesario. Estas acciones deben serplanificadas previamente por los padres, paraestar listos a responder con hechos;hablándoles asertivamente a sus hijos, éstos noescuchan ni obedecen.3) Establecer reglas de juego: Cubre larespuesta sistematizada de los padres a laconducta inadecuada de los hijos cuando lacomunicación asertiva y el respaldo de palabrascon hechos no han sido suficientes. Elestablecimiento anticipado de las reglas deljuego les informa a los niños, claramente y deantemano, que tal conducta impropia específicaprovocará inevitablemente tal respuestaespecífica de los padres.

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Frente a las diversas actitudes y problemas que plantean sus hijos,usted tiene

a su disposición técnicas sencillas que lo pueden orientaradecuadamente,

haciendo más eficaz la tarea de su educación.

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Antes de entrar en la explicación detallada decómo poner en práctica estos tres aspectosbásicos de la EP, es importante advertir sobresus alcances y sus limitaciones.El plan que aquí se detalla fue diseñado paratodos aquellos padres que quieren y necesitandesarrollar mejores conductas en sus hijos. Setrata de influir más positivamente en sucomportamiento antes de que sea tarde.Los tres principios en que se basa el plan de

la EP -hablar claro, respaldar las palabras conhechos y establecer reglas de juego-

constituyen un pro

Por las características de la sociedad actual, los hijos están expuestosa59

influencias externas a la familia que les plantean modelos y patronesde

conducta ajenos a los que tienen sus padres. Esto hace más dificultosala

tarea educativa de los padres, pero también plantea escollos a lospropios

hijos para poder crecer. Hoy en día, por ejemplo, es más difícil madurarcomo

adolescente, que hace 20 años.

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grama de acción integrado y global que, para sumejor penetración exitosa, conviene ejecutar entres etapas que deben ser seguidas en ese mismoorden. Esta aplicación ordenada aumentará suelecto didáctico.Las acciones descritas pueden ser utilizadas enforma aislada en alguna intervención paternapor una situación puntual. Se dan casos en quelos padres se manejan bien dentro de uno deestos tres principios que, por modalidad ocaracterísticas propias y de sus hijos,utilizan con más frecuencia.Por ejemplo, una madre de cuatro hijos estabacon la menor, una niña de tres años, que senegaba a comer lo que había pedido en unrestaurante de

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Lograr cambios de conductas y hábitos no es un proceso fácil nirepentino.

Los padres deben tener en cuenta que su propia capacidad depersuasión y

afecto es el arma más efectiva para obtenerlos. Algunas actitudespaternas

revelan que se han declarado vencidos demasiado pronto.

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fast-food. En determinado momento la madre pasó unbrazo sobre los hombros de la niña y hablándolesuavemente, comenzó a darle la comida que laniña rehusaba hasta ese momento aceptar.Alentada por la actitud materna, comenzó acomer sin chistar. Esta misma madre, sinembargo, frecuentemente se equivoca al tratar agritos a sus hijos cuando éstos la sacan de suscasillas.Esta acción fue adecuada y acorde con un plan deEP. Pero comete un error cuando no sigue igualcamino en el trato continuo con los hijos, esdecir, cuando no aplica en forma ordenada ycontinua las etapas de la EP.Lograr cambios de conductas y hábitos no es unproceso fácil ni repentino. Incluye factoresmúltiples que a su vez se combinan dediferentes maneras. El objetivo de estematerial no es imponer a los padres normasrígidas c infalibles sino aportarles puntos dereferencia y apoyo en la difícil tarea de educara los hijos. Los padres deben tener en cuenta,al utilizar las técnicas sugeridas, que supropia capacidad de persuasión es el arma másefectiva para alcanzar el nivel necesario decomunicación con sus hijos.El plan de EP fue escrito para padres con hijosmenores que no registren alteraciones graves deconducta hasta su ingreso a la adolescencia. Apartir del período adolescente, si bien el planseguirá siendo muy importante, la autoridad delos padres será el resultado del prestigio que

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hayan sabido conquistar ante sus hijos.En los casos de niños con problemas graves deconducta, la EP también puede ayudar, perojamás debe sustituir la atención profesional ode los grupos especializados de orientación yapoyo. Las conductas graves son las que no selogran modificar con la aplicación del sentidocomún y de las sugerencias contenidas en estelibro o en otros manuales prácticos para elasesoramiento tanto de los padres como de losdemás educadores de niños.

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IVLO QUE NO DEBE HACER

Antes de que usted pueda empezar a manejarsemejor para encauzar la conducta inadecuada desus hijos, es conveniente evaluar la forma enque responde habitualmente cuando éstos no loescuchan o lo sacan de las casillas,empujándolo a una sensación de frustración eimpotencia.La mayoría de los padres no se da cuenta deineficaces que son a veces sus reacciones anteun comportamiento indeseable de sus hijos. Confrecuencia no perciben que su manera deresponder estimula a los hijos a mantener yhasta acentuar una conducta inconveniente.Dichas respuestas ineficaces de los padres se agrupan en dos categorías:1) Inseguras.2) Hostiles o agresivas.Si usted es como la mayoría de los padres, conseguridad reconocerá algunas de las respuestasque señalamos en los ejemplos que encontrará eneste capítulo.

1) RESPUESTAS INSEGURAS: Las respuestasinseguras fracasan porque los padres no lesestablecen claramente a sus hijos lo queesperan de ellos y, si lo hacen, no están

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preparados o dispuestos a respaldar suspalabras con hechos.Una respuesta es insegura cuando no letransmite al niño en forma precisa, fácilmentecomprensible y firme lo que se espera que haga.

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Cuando los padres responden de esta manera,les están abriendo la puerta para que ignorensus palabras y hasta se aprovechen de ellos,porque les comunican, aun sin darse cuenta, queno están hablando en serio o que carecen de lafortaleza requerida para corregirlos.Los ejemplos que siguen de respuestas paternastípicamente no asertivas frente a la conductaindeseada de los hijos, muestran la razón porla cual este tipo de respuestas no funciona.• Afirmación inefectiva

Madre: "Te pedí que ordenaras tu cuarto, pero aún no lo haces".El niño sigue sin cumplir el pedido de sumadre, ante lo cual ésta repite frustrada: "Nome haces caso".

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Las indicaciones en forma de pregunta, no sólo no transmitenclaramente lo

que se espera de los hijos, sino que además manifiestan falta deconvicción,

debilidad o inseguridad por parte de quien las hace.

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Este tipo de respuestas, si bien evidencian quemuchos padres sienten que es útil hacerle veral hijo que no se está portando adecuadamente,suponen también que los niños no sonconscientes de que están actuando mal y que, silo fueran, cesarían en su conductainconveniente.En realidad, la mayoría de los hijos sonplenamente conscientes de que están haciendoalgo inadecuado. Decirles solamente lo queestán haciendo mal constituye un mensajeincompleto, porque no transmite en forma claray definida lo que usted realmente, quiere quehagan y cuando deben hacerlo.El pedido materno de que el niño ordene sucuarto seguido solo por quejas porque no lehace caso, diluye la instrucción y le quitafuerza, dejando margen para que el hijo laignore.La respuesta indefinida de la madre convierteen ineficaz la comprobación insegura de ladesobediencia del hijo.

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La simple comprobación de una conducta inadecuada del niño, llevacon

frecuencia a que los padres, desconcertados, pretendan averiguar losmotivos

del comportamiento impropio. Esto no hace más que debilitar suposición,

puesto que el pequeño no sabe o no quiere manifestar por qué actúade ese

modo. Si se persevera en esta actitud, en vez de educar se pasa anegociar de

igual a igual, lo que es inadmisible.

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• Preguntas (frecuentemente siguen a ejemplos como el anterior)

Después de limitarse a una constatación pasivade la conducta inadecuada del niño, muchasveces los padres, cansados o desconcertados,agravan el carácter inasertivo de su respuesta:"¿Por qué te portas mal conmigo?" o "¿Por qué no me haces caso?".E1 pedido paterno no funciona porque raramenteel hijo puede o quiere explicarle el motivo desu comportamiento impropio, o la razón por lacual no le hace caso.Ante preguntas de este tipo, muchos pequeños selimitarán a encogerse de hombros, indicando queno saben por qué se portan mal o no hacen caso.

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La mayoría de los padres piensa, equivocadamente, que si puedendeterminar

la causa de la conducta improcedente de sus hijos, recibiendo unaexplicación

"coherente", los estarán induciendo a reconocer sus errores y a dejarde

cometerlos. La inmadurez psicobiológica lo inhabilita para ello.

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La mayoría de los padres piensa que si puedendeterminar la causa de la conducta improcedentede sus hijos, recibiendo de ellos unaexplicación, los estarán induciendo a reconocersus errores y dejar de cometerlos.Si bien este principio tiene una baserazonable, en la práctica las cosas son máscomplicadas. Los niños pequeños generalmente nosaben o no pueden explicar por qué se estánportando de determinada manera. Las respuestasinseguras de sus padres en forma de pregunta,ciertamente no los ayudarán a comprender opercibir el motivo de su error.Otro ejemplo de este tipo:Niño (al salir de su casa hacia la de un amigovecino, sin terminar los deberes del colegio):"Hasta luego, mamá".Madre (exasperada): "¿Cuántas veces tengo quedecirte que termines los deberes?".La pregunta de la madre es insegura porque sólotransmite el disgusto materno sin expresarautoridad o guía. Obviamente ella no espera quesu hijo le conteste "necesito que me lo digasnueve veces", sino que sólo está expresandodebilidad a través de su frustración. Lareacción asertiva de la madre debió ser:prohibirle salir hasta que terminara losdeberes.Una situación similar se da en este diálogo:Niño (después de romper una ventana de un

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pelotazo): "Papá, se rompió el vidrio".Padre (enojado): "¿Te das cuenta lo que cuesta un vidrio nuevo?".Es claro que el padre no espera que su hijo leinforme el precio del arreglo de la ventana,pero su reacción insegura a través de lapregunta no llega a transmitirle el verdaderomensaje: que un descuido irresponsable en sucomportamiento le está causando un perjuicioeconómico a la familia.Las preguntas inseguras reflejan el hecho deque los niños saben cómo sacar de sus casillasa los padres cuando éstos se muestran incapacesde actuar con firmeza.

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• RuegoMadre: "Anda a acostarte".Hijo: "No tengo sueño".Madre: "Es tarde y yo estoy cansada. Por favor,te vas a acostar".Hijo: "Pero no estoy cansado".Madre: "Pero yo sí. Por favor anda a dormir".Cuando los padres ruegan, le están pidiendo asus hijos que les tengan compasión. Esto nosuele ser razón suficiente para que deje decomportarse en forma impropia, porque nocomprenden la magnitud del cansancio de unadulto, que es diferente al de ellos. Peoraún, el ruego para que sea comprensivo y seapiade del adulto, le transmite una imagenpaterna de fragilidad y debilidad que induce ala desobediencia,

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El ruego al niño, pidiéndole que sea comprensivo y se apiade deladulto,

transmite una imagen paterna de fragilidad y debilidad, que inducea la

desobediencia y a la desvalorización. Se pierde así prestigio,autoridad y no se

les presenta un modelo atrayente para ser imitado.

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• Ignorar la desobediencia

Igualmente inseguro es darle al hijo una ordenespecífica para que se comporte correctamente ydespués hacerse el desentendido si no obedece.Cuando un padre da una orden y el hijo no lacumple, es indispensable tomar medidas para quesea obedecida. Lo contrario es como decirle:"tengo que darte esta orden, pero si no mehaces caso, no te preocupes porque no te pasaránada".Por ejemplo:Madre: "Cecilia, dejaste todo mojado el piso del baño. Anda a secarlo".Cecilia (recostada en un sofá, leyendo una revista): "Sí, mamá, ya voy".Madre (varios minutos después): "¡Cecilia, tedije que dejaras esa revista y fueras a secarel baño!".Cecilia: "¡Ya voy, ya voy, déjame terminar de leer!".

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Dar una orden sin verificar que se cumpla, es como decirle al niño:"Tengo

que darte esta orden..., pero si no me haces caso, no te preocupesporque no

te pasará nada". Proceder así es minar la educación en sus cimientos.

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Pasa más tiempo y Cecilia sigue en el sofáleyendo. La madre la ve desde la cocina, pero,vencida, hace como que no se da cuenta de ladesobediencia y sigue con su trabajo.Cuando usted intenta disciplinar a sus hijos ydespués hace la vista gorda, les está enseñandoa que no lo escuchen ni le hagan caso. Si dauna orden, asegúrese de que se cumpla. De locontrario, debilita su autoridad y reduce lautilidad de su función educativa.Algunos padres se sienten incapaces de ponerorden en la conducta de sus hijos o fueronderrotados en previos intentos de hacerlo, porlo cual optan por ignorar lo que debencorregir.Por ejemplo:Una señora visita a una amiga cuyo hijo de doceaños ha puesto el aparato de música en sucuarto con un volumen ensordecedor.

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Las formas verbales que disminuyen a los hijos, transmiten unahostilidad o

agresión por parte de los padres, que representan una mezclaequivocada de

autoritarismo y exasperación. Actitudes como éstas pueden llevarinicialmente a la sumisión y luego a la rebeldía.

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Amiga: "¿Cómo aguantas ese ruido?".Madre: "¿Y qué voy a hacer? Le he pedido aAgustín hasta el cansancio que ponga la músicabaja y nunca me hace caso. Es como si lehablara a la pared y me ha ganado porcansancio".Los ejemplos precedentes, que constituyenapenas algunas de las muchas situacionessimilares que se presentan en la relacióncotidiana entre padres e hijos, muestranrespuestas paternas inseguras que van desdefrases indirectas y poco claras hasta pasar poralto el comportamiento inconveniente. Estasactitudes de los padres reflejan ignorancia decómo expresar

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Ante las amenazas sin contenido, la mayoría de los niños aprendena una edad temprana que no deben tomarlas en serio, ya que son el

armade los padres débiles, sin recursos y como tomados por sorpresa.

Una idea primordial es que nada de los niños debe sorprendernos.Educar es ir por delante.

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una orden precisa, debilidad en asegurar sucumplimiento y, finalmente, darse por vencidos.Las tres líneas mencionadas de actitud paternaperjudican a los hijos.

2) RESPUESTAS HOSTILES O AGRESIVASLa hostilidad o la agresión constituyen elsegundo tipo de respuestas estériles.Representan una mezcla equivocada deautoritarismo y exasperación de los padres paralograr que sus hijos se comporten en formaadecuada.Es una forma improductiva y hasta peligrosa deactuar porque no logra que un hijo entienda lasrazones por las cuales debe portarse bien en supropio beneficio e ignora, además, lasnecesidades y sentimientos de los niños. Larespuesta hostil o agresiva aleja al hijoporque lo hace sentirse rechazado por su padre.

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Cuando más le grite a su hijo, más transmitirá su pérdida de control ydebilidad, haciendo que su mensaje carezca de autoridad. Los niños,

con unacapacidad intuitiva extraordinaria, captan el descontrol; esto los incitaa ponerse en una lucha de poderes que obstaculiza el normal proceso

educativo.

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Siguen algunos ejemplos de respuestas hostiles en que los padres suelen caer con frecuencia.• Formas de disminuirlos:"Me vuelves loca". "Me enfermas". "Eres un desastre". "Sinvergüenza irresponsable".• Amenazas sin contenido:"Ya te la vas a ligar"."Me las vas a pagar todas juntas".

Normalmente, la agresión física puede ser una explosión paterna no meditada,

con un efecto negativo sobre la educación del niño, que lo hacesentirse

rechazado. Este distanciamiento obstaculiza una buena comunicación,basada

en el afecto, que da pie a las llamadas "palizas bien dadas".

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Estas amenazas muchas veces se producen despuésde frases paternas como "si sigues portándotemal te voy a ..." o "si vuelves a pegarle a tuhermano te voy a...". Estas frases implicanignorar la falta original, actitud no asertivaagravada por la amenaza poco realista de unaforma indefinida e imprecisa de castigo.Las amenazas pueden asumir formas diversas,pero hemos encontrado que la mayoría de losniños aprenden a una edad temprana que frasestales como: "si vuelves a hacer eso, te voya..." no suelen ser tomadas en serio por lospadres que las formulan, quienes, en realidad,terminan por no cumplir el castigo prometido.Los niños aprenden a no darle importancia amensajes de este tipo y siguen portándose comoles parece.Las respuestas hostiles o agresivas suelengenerar sentimientos negativos entre usted ysus hijos, por lo cual es importante evitarlas.Cuanto más le grite a su hijo, más inefectivoserá. Los gritos le informan claramente queusted ha perdido el control de sí mismo y de lasituación y que él, en cambio, ha ganadoterreno.

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El castigo debe tener un comienzo y un final. Cuando es excesivo, esfrecuente que los padres den marcha atrás, pasando así el mensaje

de que seles puede tomar para la broma por su propia incoherencia.

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• Penitencias excesivasFrecuentemente, a los padres se les va la manoal castigar a sus hijos. Cuando se dan cuentade que la penitencia es excesivamente severa,muchas veces tienen que dar marcha atrás, locual también le da al niño un mensaje dedebilidad e inconsistencia paterna.La penitencia consiste siempre en quitarle alniño algo que le duela perder o imponerle haceralgo que lo contraría. La penitencia pensada deantemano y con tranquilidad por los padres y devolumen acorde a la conducta impropia que sebusca corregir, es generalmente útil. Peromuchas veces es un desahogo en un momento deenojo o frustración, en vez de una medidacorrectiva bien planificada.Por ejemplo:Martín, de doce años, tenía orden de volver asu casa a las 8 de la noche, pero llegó de lacasa de su amigo a las 11, cuando sus padres yahabían

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Cuando en la comunicación los padres transmiten sus estadosinteriores,

están sepultando su propia imagen, lo que incita a la rebeldíay a la desobediencia.

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terminado de cenar. Su padre, enfurecido, legritó que era "un vago desconsiderado" y que,excepto para ir al colegio, no saldría de lacasa durante un mes.A la semana, la madre le levantó la penitenciay le comentó a una amiga: "¡No lo aguantaba masdentro de casa, todo el tiempo molestando ydiciendo que estaba aburrido y que no sabía quéhacer! Su padre tampoco podía más".El resultado neto de esta penitencia excesiva,impuesta en un momento de enojo paterno, enforma desordenada e impulsiva, fue que Martínllegó a la conclusión de que los castigos quele imponían sus padres no eran en serio y queno tenía por qué preocuparse en el futuro.• Castigos físicos

Los tirones de pelo, pellizcones, empujones ogolpes son casi siempre resultado de unaexplosión paterna impensada, con efectonegativo sobre la educación del niño.Éstos perciben claramente que los gritosfuertes, las penitencias de extrema severidadque después no se cumplen en su totalidad y loscastigos físicos, indican que un padre no puedelograr el comportamiento adecuado del hijo oque no es capaz de mantenerse firme en lademarcación de límites.Suele ocurrir que un padre que ha sidoinasertivo, sumiso y permisivo con sus hijosexplote un día y descargue su frustración con

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cualquiera de las muchas formas de agresiónfísica. Lo que tiene un efecto aún peor, ya quedesconcierta al hijo por la oscilación de suactitud entre extremos igualmenteinconvenientes.Es importante aclarar que una paliza bien dada,que fue preavisada como eventual castigo a unafalta de comportamiento y que no responde a laexplosión descontrolada de un padre sino a uncalculado esfuerzo correctivo, suele seraltamente eficaz.Pero como regla general, no conviene llegar a la agresión física.

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VCOMUNICACIÓN EFECTIVA

Las reacciones y respuestas inseguras en quesuelen caer los padres, que describimos en elcapítulo anterior, levantan una vallaperjudicial entre ellos y sus hijos,dificultando el mutuo entendimiento familiar yreduciendo las probabilidades de que susesfuerzos educativos los ayuden realmente en laformación de una buena personalidad.Le explicaremos ahora la forma efectiva decomunicarse con sus hijos a través de la ER.Este sistema, que también han desarrolladootros muchos profesionales y que se utiliza endiferentes países, no es otra cosa que laaplicación constante y coherente de una mezclade sentido común, cariño, calma y firmeza paralograr que los hijos perciban y entiendan sumensaje y estén más dispuestos a hacerle caso.Muchas de las indicaciones que encontrará enlas páginas siguientes incluyen, con seguridad,actitudes paternas que ya se le ocurren a usteden forma natural, aunque probablemente lasaplique sin el orden sistematizado que las hacemás productivas.Para que la EP tenga éxito es necesario aplicarsus técnicas en forma permanente, sin

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interrupciones, claudicaciones o debilidad. Sila primera etapa del sistema, o sea, lacomunicación asertiva, basta para mejoraraceptablemente la conducta de los niños, no esnecesario recurrir a las otras etapas másseveras.Pero si la primera etapa de la EP no essuficiente y uno o más hijos persisten enconductas malas, deberá recurrir ordenadamentea las acciones que corresponden a la segundaetapa; y luego, si aún es necesario, a las dela tercera.

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Para comunicarse de una manera efectiva con sushijos en este primer paso de la EP, es decir,hacerles entender lo que usted quiere de ellospara que lo cumplan, necesitará aplicar cuatrotécnicas claves para asegurarse que el mensajesea claro y penetre.Estas cuatro técnicas de comunicación son:1) Adecuado lenguaje asertivo2) Mensajes sin palabras3) Manejo de las discusiones4) Reconocimiento de buenas conductas

Hablar directa y asertivamente no deja dudas en la mente de sus hijossobre

lo que usted quiere exactamente que hagan. Esto no los intimida, sinoque les

da seguridad, porque nada mejor para ellos es ver en sus padres a95

personascon personalidad.

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1) ADECUADO LENGUAJE ASERTIVOLa experiencia de muchos profesionales a lolargo de los años ha mostrado que cuando lospadres están resueltos a que sus hijos con malaconducta se comporten como es deseable, sedirigen a ellos con asertivas frases directas.Esta actitud es útil y correcta y se refleja enmensajes claros de los padres como, porejemplo:"¡Quiero que ordenes tu dormitorio EN ESTE MISMO MOMENTO!"."Tienes EXACTAMENTE CINCO MINUTOS para ordenarel baño antes de venir a la mesa"."¡Deja de molestar a tu hermano AHORA!".Tales mensajes directos y asertivos no dejanduda en la mente de sus hijos sobre lo queusted quiere exactamente que hagan y cuándo.Cuando hable con sus hijos sea concreto. Evitefrases vagas e imprecisas como "sé bueno" o"pórtate como un niño de tu edad", que reflejanapenas la expresión de un deseo, pero notransmiten la instrucción precisa de un mensajeclaro, calmo y firme.Los casos que siguen ejemplifican esta forma deactuar:Padre (con calma y firmeza al hijo que leargumenta que tiene ganas de seguir jugando):"Te entiendo que quieras seguir jugando, peroya es la hora de comer y quiero que guardesesos juguetes en su lugar INMEDIATAMENTE".

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Madre (desde la sala a su hija, que está en sucuarto hablando por teléfono): "¿Andrea,terminaste ya los deberes?".Andrea (desde su cuarto): "No, mamá, estoyhablando por teléfono con Paula".Madre (camina hasta el cuarto de su hija, sesienta a su lado en la cama y le dice de maneracalmada y firme): "Andrea, quiero que cuelguesDE INMEDIATO y termines tus deberes AHORAMISMO".Faltan quince minutos para sentarse a cenar. Lamadre entra al cuarto de su hijo de siete años,donde hay juguetes desparramados por todo elpiso.

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Madre: "Pedro, la cena está casi lista. Ordenatu cuarto ENSEGUIDA Y EN DIEZ MINUTOS te vienesa sentar a la mesa".

2) MENSAJES SIN PALABRASPara transmitir al niño su mensaje aseverativo,claro e inequívoco, es necesario complementarel uso de las palabras con la forma adecuada deexpresarlas.Si cuando usted le ordena a su hijo que arreglesu cuarto, "¡YA MISMO!", lo hace gritando y conenojo, le mostrará un descontrol autoritarioque torna negativo el resultado de su mensaje.Para que su instrucción tenga el necesario buenefecto, es tan importante lo que le dice a suhijo como la forma en que se lo dice.Para lograr ese mejor resultado y que laspalabras adecuadas tengan mayor fuerza decomunicación observe los puntos siguientes:•No pida algo ni dé una orden gritando.

•Hable siempre en tono firme, pero calmo.

•Transmita su tranquilidad al dar una orden o instrucción, lo cual le comunicará al niño que usted controla la situación.

•Siempre hable a sus hijos mirándolos a los ojos.

El contacto visual es fundamental para la comunicación humana.Mirar a los niños a los ojos mientras se leshabla aumenta la eficacia de cualquier mensaje,al reflejar, la mirada, el cariño y la firmeza

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que hay detrás de lo que un padre les estádiciendo.Un punto importante: A menudo, el niño eludirála mirada paterna, bajando la cabeza o dándolavuelta. En ese caso, levante suavemente lacabeza de su hijo o hágala girar hasta que susojos se encuentren.La incidencia de la mirada en toda forma deinterrelación humana está representada enaquella frase tan común: "los ojos son elespejo del alma", como se percibe en estaanécdota:

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Una actriz filmaba en una oportunidad un cortopublicitario. El camarógrafo le decía que lapostura, los movimientos, las palabras y lasonrisa estaban bien, pero que los ojos noacompañaban. Pese a que se repitieron las tomasvarias veces, no se pudo mejorar la producción.La causa era que la actriz se había separado desu marido el día anterior y, pese a que todoslos elementos externos de su actuación eranimpecables, no lograba transmitir el mensajecon sus ojos, que sólo reflejaban el impacto desu problema familiar.• Utilice gestos no intimidatorios, por ejemplo, con sus manos, para dar mayor énfasis y fuerza a sus palabras.Estos gestos generalmente comunican al niño queusted está hablando en serio. Pero tengasiempre presente la enorme diferencia queexiste entre el gesto útil que enfatiza y elgesto contraproducente que intimida.

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Mirar a los niños a los ojos mientras se les habla aumenta la eficaciade

cualquier mensaje, al reflejar el carillo y la firmeza que hay detrás delo que

un padre está diciendo

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Tomar al niño de un brazo con violencia parazarandearlo o pellizcarlo o, inclusive, ponerlesu dedo índice extendido frente a la caramientras le imparte una instrucción, debilitael mensaje que usted quiere transmitir y quequiere que sea entendido por su hijo. Si éstelo obedece por sumisión atemorizada, su mensajefracasó.El niño debe obedecerlo porque entiende que asídebe hacerlo, no porque está asustado osimplemente para zafarse de una situación deairada reprensión paterna. Si la reacción delniño es pensar "mejor hago lo que me dicenhasta que pase la tormenta", el mensaje paternoestuvo mal expresado. La forma paterna deexpresar el mensaje es inducirlo a laconclusión de que "papá evidentemente habla enserio, así que por algo será y, aunque no meguste, mejor hago lo que me dice".

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En muchos casos, la mano de un padre sobre el hombro del niño tendrámás

peso y significado que las palabras. La calma, el cariño y la firmezaque le

transmite el contacto físico, lo predispone a comprender y a aceptarlos

mensajes paternos.

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Este importante resultado favorable se lograestableciendo un contacto físico que letransmita la calma, el cariño y la firmeza delpadre o la madre, jamás un enojo agresivo quesólo lo atemoriza o lo induce a una rebeldíaaún mayor.Por ejemplo, si usted pone su mano sobre elhombro del niño mientras le habla, mirándolo alos ojos, fortalecerá su mensaje porque estarátransmitiendo su firme sinceridad en tratar deayudarlo y no de agredirlo o descargar lapropia frustración paterna.EN MUCHOS CASOS, LA MANO DE UN PADRE SOBRE ELHOMBRO DEL NIÑO TENDRÁ MÁS PESO Y SIGNIFICADOQUE LAS PALABRAS.

3) MANEJO DE LAS DISCUSIONESHay cinco técnicas o formas básicas paramanejar las situaciones que se presentan cuandolos hijos, en vez de obedecer una ordenpaterna, responden con diferentes tipos deargumentos que intentan plantear una discusión.Son técnicas dirigidas a evitar que los padrescaigan en una estéril discusión argumentativacon sus hijos, cuando éstos no esgrimen razonesvalederas sino que sólo intentan plantearexcusas para ignorar u oscurecer la ordenpaterna.Estas técnicas se conocen como "disco rayado","banco de niebla", "interrogación negativa","extinción" y "tiempo fuera".

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• Técnica del disco rayado

De modo frecuente ocurre que cuando ustedquiere simplemente decirle a su hijo lo quedebe hacer, el resultado es una discusión.Por ejemplo:Madre: "Ricardo, por favor, ¿puedes recoger tusjuguetes? Están tirados por todo el cuarto".Ricardo: "¿Por qué siempre tengo que juntarlosyo? Alberto nunca los junta".Madre: "Tú siempre dejas las cosas tiradas; él,no".

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Ricardo (enojándose): "¡Siempre le la agarras conmigo!".Madre (molesta): "Eso no es verdad".Ricardo: "Estás siendo injusta".Madre: "Estás equivocado, no soy injusta".En este caso, la madre terminó preguntándose siera justa o no y dándose por vencida en vez, deestablecer con firmeza lo que quería, esto es,que Ricardo recogiese los juguetes.Nunca le podrá ganar una discusión a un niño.Para ayudarlo a evitar que sus hijos lo llevena discusiones inútiles y, por el contrario,mantenerse en su objetivo, hemos encontrado unmedio útil que llamamos "técnica del discorayado".El nombre refleja el hecho de que cuando ustedusa esta técnica, suena como un disco rayadoque sigue repitiendo siempre lo mismo, una yotra vez, hasta que logre la penetración yaceptación de su mensaje.Cuando aprenda a hablar como un disco rayadoserá capaz tanto de expresar lo que quiere comode lograr que el mensaje penetre. Al mismotiempo, aprenderá a ignorar los esfuerzos de suhijo para desvi arlo del tema y en volverlo en unadiscusión que usted no podrá ganar.Volviendo al ejemplo de Ricardo:Madre: "Ricardo, por favor. ¿puedes recoger lusjuguetes? (argumento de lo que usted quiere).Están tirados por todo el cuarto".

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Ricardo: "¿Por qué siempre tengo que juntarlosyo? Alberto nunca los junta".Madre (con voz tranquila): "Ése no es el tema.Yo quiero que tú levantes los juguetes".(Repetición, disco rayado).Ricardo (calmándose): "Está bien, ya te escuché, ya los levanto".

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• Los siguientes, son una serie de lineamientos para el uso del "disco rayado" cuando sus hijos discuten:- Determinar claramente qué es lo que quiereque su hijo haga. Por ejemplo: "Yo quiero quelevantes los juguetes".- Continúe repitiendo lo que usted quierecuando su hijo le discuta. No responda aninguno de sus argumentos.- Si después de usar el "disco rayado" enmedida razonable su hijo todavía no hace lo queusted quiere, debe estar dispuesto a apoyar suspalabras con acciones.

"EL DISCO RAYADO"En general, los adultos ignoramos que es imposible ganarle una

discusión a un niño. Para ayudarlo a evitar que sus hijos lo lleven a109

discusiones inútiles y, por el contrario, mantenerse en su objetivo, latécnica del disco rayado es

un medio muy útil.

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El ejemplo que sigue muestra cómo aplicar esoslineamientos e integrar los gestos a la técnicadel "disco rayado":Padre (mirándolo a los ojos y con una manosobre su hombro): "Raúl, vas a dejar demolestar a tu hermano" (ha establecidoespecíficamente qué es lo que quiere).Raúl: "No es culpa mía, él me molestó primero".Padre (con firmeza): "Ese no es el punto. Túvas a dejar de molestar a tu hermano" (discorayado).Raúl: "¿Por qué siempre me quieren embromar nada más que a mí?".Padre (calmadamente): "Raúl, tú vas a dejar demolestar a tu hermano (disco rayado). Si nodejas de molestarlo, estarás en penitenciahasta la hora de acostarte".Raúl: "¿Por qué te la agarras conmigo?".Padre (calmadamente): "Raúl, si vuelves amolestar a tu hermano estarás en penitenciahasta la hora de acostarte" (disco rayado).• Técnica del banco de niebla

Busca conseguir que los hijos no lo saquen desus casillas, haciendo oídos sordos a susactitudes y argumentos provocativos, cuyafinalidad es hacer que los padres pierdan eldominio de sí mismos y de la situación. Toma sunombre metafóricamente del hecho de aislarsede las intenciones manipulativas del niño, como

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sucede cuando una persona o un barco penetra enun banco de niebla y queda aislado de lo que lorodea.Por ejemplo:Ricardo: "¡Eres una mala!".Madre (calmadamente): "Puede ser que a ti teparezca que soy mala" (banco de niebla).Ricardo: "Siempre me rezongas a mí".

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Madre: "Puede ser que tú creas que siempre terezongo a ti" (banco de niebla).Esta técnica, combinada con la del "discorayado", favorece, por un lado, no reaccionar ala crítica del hijo y a evitar ser desviado delobjetivo. Por otro, lograr que responda a laorden.Por ejemplo:Madre: "Recoge los juguetes".

Cuando se asocia la técnica del "banco de niebla" a la del "discorayado", los

hijos se quedan sin argumentos y no se distraen del mensaje que se

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les quieretransmitir. Por otra parte, ayuda a los padres a mantener la

serenidad y lacalma, tan necesarias para formar hijos con personalidad.

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Ricardo: "Eres una mala. Siempre tengo que juntarlos yo".Madre (con calma): "Puede ser que tú creas quesoy mala (banco de niebla), pero recoge tusjuguetes" (disco rayado).Ricardo: "Siempre me embroman a mí".Madre (con calma): "Puede ser que tú creas quesiempre te embromo a ti (banco de niebla), perorecoge lus juguetes" (disco rayado).Es muy probable que este mensaje penetre y Ricardo obedezca.• Técnica de interrogación negativa

Una respuesta hostil de un hijo esconde, a vecescon agresividad, la verdadera razón de sudescontento. La técnica de interrogaciónnegativa lo va conduciendo gradualmente hastallegar al motivo real de la respuesta agresivainicial.Por ejemplo:Es el cumpleaños de María. Su madre le estáorganizando la tiesta, sin embargo, Maríamuestra una actitud de crítica negativa.El diálogo se desarrolla de la siguiente forma:María: "La torta está espantosa".Madre: "¿Qué es lo que tiene la torta deespantosa?" (interrogación negativa).María: "Que quedó fea".

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Madre: "¿Y qué tiene para estar fea?" (interrogación negativa).María: "Que mis compañeras se van a reír" (sellega al punto que verdaderamente afecta a laniña).Madre: "¿Por qué crees que se van a reír?".María: "Siempre se burlan de mí y me pelean, noquieren jugar conmigo".Madre: "¿Y sólo se burlan de ti?".

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María: "Sí".Madre: "Pero a veces se deben burlar también deotrás chicas, ¿no?".María: "Sí, a veces sí".Madre: "¿Y no te parece que lo hacen parahacerte enojar y divertirse un rato a tucosta?".María: "Sí, yo me enojo y dejo de jugar con ellas".Madre: "¿Y qué podrías hacer para no enojarte yseguir jugando?".María: "No hacerles caso".Madre: "Muy bien, María, ésa es precisamente laforma en que evitarás que se rían de ti".Recuerde que cuando sus hijos le hacen críticasagresivas están buscando sacarlo de suscasillas. Dé respuestas que neutralicen laagresión y ésta se esfumará, especialmente siha logrado llevar al niño a la verdadera razónde su hostilidad y presentarle una solución.• Técnica de extinción

Es útil para suprimir o extinguir unadeterminada conducta indeseada en su hijo. Elmantenimiento de esa conducta dependerá en granparte de los resultados que genera. Cuandoéstos aumentan, también aumenta la probabilidadde que la conducta indeseada vuelva aproducirse. Lo que refuerza esa conducta sonlas consecuencias, que se conocen como"reforzadores".Estos reforzadores pueden ser positivos o

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negativos. Los positivos incorporan o agreganalgo al ambiente del niño una vez que haemitido la conducta, en tanto que los negativosquitan algo del ambiente del niño, producto dela conducta.Cuando una conducta deja de ser reforzada, esdecir, que se eliminan los reforzadores,disminuye su frecuencia hasta desaparecer,extinguiéndose.Un niño puede estar manteniendo una conductainapropiada porque se la refuerza positiva onegativamente.

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TÉCNICA DE LA EXTINCIÓNHay un principio psicológico que establece que todo estímulo que no

esrespondido, se extingue. Cuando no se responde ante un reclamo

inadecuadode los hijos, habrá inicialmente una explosión de llanto para captar

laatención y forjar una respuesta favorable. Luego, ésta se irá

extinguiendopoco a poco. Es imprescindible tener fortaleza para no ceder.

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Por ejemplo:En un caso de conducta inapropiada, que esreforzada positivamente, cada vez que el hijode cinco años se pone a llorar y su madre le dauna golosina para consolarlo, lo estaráreforzando positivamente y la conducta dellorar a cada rato (cuando esto ocurre sinrazones justificadas) continuará.En un caso de conducta inapropiada, que esreforzada negativamente, si a un niño pequeñoque le teme a la oscuridad se lo obliga adormir con todas las luces apagadas, el temor ala oscuridad se mantendrá.En el primer caso, el hábito de llorarinjustificadamente debe ser desalentado, o sea,que debe evitarse reforzarlo con alguna formainapropiada de consuelo como una golosina o losbrazos de la madre, que el niño seguirábuscando con la repetición de su llanto. Antela no-respuesta habrá inicial-mente un aumentodel llanto para captar más la atención, paraluego irse extinguiendo poco a poco.En el segundo caso, hay que buscar un métodoque realmente ayude al niño a perder su temor ala oscuridad, como dejar encendida una veladorade luz tenue durante algún tiempo e irobservando su reacción gradual hasta percibirque ha perdido el miedo.• Técnica de tiempo fuera

Consiste en cortar el comportamiento indeseado

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de un niño separándolo del entorno o lasituación inconveniente donde se produce su malaconducta.Por ejemplo, un niño pequeño tira trocitos depan durante la comida familiar y sus hermanosse lo festejan. La madre le ordena al niño quedeje de hacerlo, pero el pequeño, alentado porlas risas de sus hermanos que celebran suproceder impropio, sigue lanzando proyectilesde pan a diestra y siniestra.Lo más eficaz será sacarlo de la mesa yllevarlo a comer solo, en su habitación. De esamanera dejará de ser el centro de atención. Alsepararlo del entorno o las circunstancias quealentaban su comportamiento inadecuado, éstetiende a desaparecer.

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Si bien la aplicación tic csla técnica no es siempre sencilla, hay que mostrarse firme y no dejarse llevar a discusiones o a seguir sus sendo razonamientos, demostrándole, de esta

manera, que quien pone las reglas del juego es usted. Logrará marcar los límites y mantener unorden respetuoso en el hogar.

Técnica "tiempo fuera"Un niño pequeño tira pedazos de pan durante la comida familiar y

sushermanos lo festejan. La madre le ordena que deje de hacerlo, pero

alentado122

por sus hermanos, continúa con su "proeza". Lo más eficaz serásacarlo de la

mesa y llevarlo a comer solo a otra habitación, donde nadie lefesteje sus

malas conductas, y deje de ser, a su vez, el motivo del caos familiar.

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Las cinco técnicas propuestas pueden no ser lasúnicas, pero frecuentemente resultan las másútiles a la hora de aplicar la autoridad.Asimismo, pueden combinarse para el manejo deuna misma situación. El ejemplo que siguecombina las tácticas de "disco rayado", "bancode niebla" e "interrogación negativa".Este ejemplo incorpora el llamado "compromiso viable".Se trata del acuerdo a que se llega con elniño, cuya responsabilidad se incentiva almostrarle que no se gana necesariamente entodas las decisiones y que muchas veces haymargen para un acuerdo conveniente. Los com-promisos no necesariamente deben satisfacertodas las necesidades y deseos.Las técnicas descritas para el manejo adecuadode las discusiones pueden ser enseñadas a losniños para que ellos las utilicen en lainteracción con sus hermanos, compañeros dejuegos y otras personas.Ejemplo:Padre: "La semana pasada llegaste tarde cuatro veces para la cena".Hijo: "No fue culpa mía. No podía volver a tiempo".Padre: "Estoy seguro de que tienes esasensación porque si no habrías venido a cenar atiempo. Pero no me importa de quién sea laculpa. Lo único que quiero es que estés a lahora de cenar" (banco de niebla y disco

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rayado).Hijo: "Bueno, sí".Padre: "Eso me dijiste la última vez quehablamos. No le creo cuando lo dices de esamanera, como si estuvieras tratando de darmelargas y nada más".Hijo: "No, de veras, no volverá a pasar".Padre: "Vamos a aclarar las cosas. Explícamepor qué tienes la sensación de no poder llegara casa a la hora de cenar" (compromiso viable).Hijo: "No vas a entenderlo".Padre: "Tal vez no, pero trataré" (aserción negativa).

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Hijo: "Lo que pasa es que me da vergüenza tenerque volver a casa antes que los demás amigos".Padre: "¿Qué es lo que te avergüenza de volver a casa antes que los otros?" (interrogación negativa).Hijo: "Que me llames para que vuelva a casa me hace sentir chico".Padre: "¿Qué hay en el hecho de que te llame, que te haga sentir chico?" (interrogación negativa).Hijo: "A los otros, sus padres no los hacen volver a casa a las ocho y media".Padre: "¿Es que no cenan?".Hijo: "Ah, no sé".Padre: "Cenarán más tarde que nosotros, o a suspadres no les importará si sus hijos cenan o no. ¿Qué crees tú que será?".Hijo: "Que cenan más tarde".Padre: "Bueno, mañana, si eres el último en volver a casa, fíjate qué dicen los otros cuando se van" (compromiso viable).Hijo: "¿Para qué?".Padre: "Quiero saber a qué hora se van a cenar los otros" (compromiso viable).Hijo: "Quizá no se vayan hasta más tarde".Padre: "¿No crees que tendrán hambre si ya es tarde?".Hijo: "Me imagino que sí".Padre: "¿Y no crees que cuando sienten hambre

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preferirían irse a su casa a cenar?".Hijo: "Supongo que sí".Padre: "¿Crees que se quedarán allí solamente porque tú también te quedas?".

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Hijo: "¿Crees que a ellos también les dará vergüenza?".Padre: "No. Creo que te preguntarán si tieneshambre y por qué no te vas a casa a cenar".Hijo: "¿De veras?".Padre: "Sí. ¿Tú no sientes hambre antes de cenar?".Hijo: "Claro".Padre: "¿Y te parece que sentir hambre es unarazón para tener vergüenza?".Hijo: "No".Padre: "Entonces, ¿qué te parece si les dicesque tienes hambre y te vienes a casa a comer,en vez de esperar a que yo te llame? ¿Así teseguirán sintiendo demasiado chico?"(Compromiso viable).Hijo: "No".Padre: "¿Crees que mañana de noche tendrás queser otra vez el último en llegar a su casa?".Hijo: "No".

4) RECONOCIMIENTO DE LAS BUENAS CONDUCTASLa asertividad que usted ha demostrado alcomunicarle clara y firmemente a un hijo lo quequiere que él haga, debe ser complementada conel reconocimiento de la buena conducta. Es degran importancia que cuando su hijo lo escuchey lo obedezca, usted responda asertivamente conalguna forma de reconocimiento que lo alentaráa perseverar en un buen comportamiento.

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La medida del equilibrio con que usted debetratar a su hijo es imponer las medidascorrectivas o disciplinarias que seannecesarias y luego, cuando corrige y mejora suconducta, hacerle percibir su satisfacción porel resultado. (No debe descuidarse el elogio alas buenas conductas espontáneas).Para encontrar este equilibrio le sugerimosformularse a sí mismo este tipo de preguntas:

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-¿Cómo respondo cuando mi hijo, habitualmentecontestador y argumentativo, ahora me obedecesin objetar cada cosa que le pido?-¿Cómo respondo cuando ahora viene del colegiocon buenas notas, después de un período en quelo habitual era que llegara con calificacionesbajas?-¿Cómo respondo cuando veo a los niños jugandoen forma tranquila y sin pelearse, cuando anteslo usual era que sus juegos terminaran agritos o a golpes?-¿Elogio lo que espontáneamente hacen bien o mecallo porque debo dar por sobreentendida subuena conducta?A menudo, los padres no perciben la importanciadel elogio y otra forma de aliento cuando loshijos se comportan adecuadamente. Es importante

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A menudo los padres no perciben la importancia del elogio y elaliento

cuando los hijos se comportan adecuadamente. Es importante teneren cuenta

que el buen estado emocional de los niños requiere que tenganconfianza en

sí mismos. Para lograr esto, el reconocimiento de los padres ocupaun rol

preponderante.

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tener presente que el buen estado emocional delos niños requiere que tengan confianza en símismos, a la cual ayuda el reconocimiento quereciben de sus padres.Respuestas paternas usuales como: "¡Qué bien!"o "¡Qué lindo!" son asertivas, pero a veces sondichas como al pasar, con poco énfasis y escasapenetración, lo cual las torna insuficientes.Cuando sus hijos se comportan de modo adecuado,usted tiene que estar llano para reforzarlosmediante el reconocimiento.El reforzador demostrará al niño que ustedaprueba y aprecia su mejor comportamiento. Noacepte el mejoramiento de la conducta del niñocomo algo natural y sobreentendido y que, porlo tanto, no requiere un reconocimientoespecial. Al contrario, la demostración de queusted se alegra y aprecia el comportamientoadecuado (reforzador) le comunicará al niñotanto el cariño como el sentido de justicia deun padre.Su HIJO NECESITA DE SU ATENCIÓN. Si NO LAOBTIENE PORTÁNDOSE EN FORMA DESEABLE YPOSITIVA, LA BUSCARÁ PORTÁNDOSE EN FORMAINDESEABLE Y NEGATIVA. EL ELOGIO, EN EL VOLUMEN YMOMENTO ADECUADOS, DEMUESTRA AL NIÑO LAATENCIÓN Y LA PREOCUPACIÓN PATERNAS Y 1.0 AYUDAA MANTENERSE EN EL BUEN CAMINO.-El elogioLos padres asertivos están siempre atentos alenorme impacto que pueden tener sus elogios.

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Los utilizan no sólo para ayudar a fortalecerla autoestima de los niños sino también paraenseñarles conductas apropiadas.El elogio no debe ser impensado, sino medido,de acuerdo al nivel que se quiera dar a esereforzador. No elogie desmesuradamente un logropequeño, pero tampoco sea parco cuando el niñoha dado un paso importante en mejorar suconducta.Si un hijo ha mejorado algo sus notas en elcolegio, empero aún no ha llegado al nivelrequerido, no le diga: "¡Qué espléndido, estánmuy bien!" sino: "Has mejorado bastante, perotodavía te falta un poco. Un poco más deesfuerzo y ya te habrás asegurado salvar elaño".

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El elogio o halago es el más útil reforzadorpositivo con que cuenta. Esta utilidad seregistra cuando usted le dice a un hijo(siempre que se las merezca) cosas como:"¡Qué bien que preparaste solo todas tus cosas!"."Te felicito por lo bien que hiciste tus deberes"."Gracias por lo mucho que me ayudaste hoy en lacasa".Cuando elogie a sus hijos, le conviene tener encuenta los siguientes lincamientos:-Dígales específicamente qué es lo que estánhaciendo o han hecho que a usted le gusta.-Cuando los esté halagando, asegúrese decaminar hacia ellos o estar muy cerca, mirarlosa los ojos y, si es adecuado, palmotearsuavemente su hombro o su cabeza para aumentarel impacto de su mensaje.-Cuando elogie a sus hijos evite el sarcasmo ytoda otra forma de comentario negativo. Laforma más rápida de desentusiasmarlos es diluirlos comentarios positivos con agregados como:"¡Qué bien que limpiaste tu cuarto hoy! Ya era hora..."."¡Hoy te has portado tan bien, que no lo puedo creer".Este tipo de comentarios son, en realidad, unaforma encubierta de hostilidad y hacen que losniños reaccionen con sentimientos de

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frustración hacia sus padres.El elogio es una de las herramientas másimportantes que usted puede usar para hacerlessaber a sus hijos que le complace y reconoce sucomportamiento adecuado.El elogio puede ser reforzado, como explicamos a continuación.-Primero: halague a su hijo por portarse bien. Por ejemplo:Madre: "Me has ayudado mucho en casa hoy. Se lovamos a contar a papá cuando llegue deltrabajo, se pondrá muy contento".

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-Segundo: halague a su hijo delante de otro adulto. Por ejemplo:Madre (hablándole al padre en presencia delniño): "María me simplificó mucho el trabajo dela casa. ¡No te imaginas cuánto me ayudó!".-Tercero: el otro adulto halaga al niño, reforzando el elogio. Por ejemplo:Padre (a María): "Me alegra mucho lo que mecuenta mamá. Eres realmente una hija muyespecial".De la mano de los halagos verbales van lasrespuestas no verbales: una caricia, un abrazo,pueden significar tanto o más que el: "¡Québueno!".Una sonrisa, un gesto, una palmada en el hombro,comunican su apoyo y el reconocimiento de unaconducta apropiada de su hijo.Hemos dicho en este capítulo que cuando sushijos se comportan inapropiadamente, esnecesario que usted les comunique un mensajefirme, claro y asertivo de que usted quiere queesa conducta se modifique. Su mensaje debeestar equilibrado por elogios frecuentes cuandosus hijos hacen lo más apropiado.Por ejemplo:Padre (mirando al hijo a los ojos): "Pedro, noes hora de mirar televisión. ¡Quiero que teaprontes para el colegio ahora mismo!" (mensajeasertivo).

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Pedro: "Sólo quiero ver unos minutos más, ya está por terminar".Padre (calmadamente): "Te entiendo, pero quieroque estés pronto para el colegio ahora mismo"(disco rayado).Pedro: "Pero, papá, por favor...".Padre (serenamente): "Quiero que estés prontopara el colegio ahora mismo" (disco rayado).Pedro: "Está bien, ya te escuché, ahora mismo voy".Cuando sus hijos hacen ¡o que usted se propuso,reconozca que están actuando en formaconveniente y haláguelos: "Te felicito por comote has portado hoy" o, "¡cuánto me alegra quehayas llegado puntual a la hora de cenar!".

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Refuerce positivamente el elogio siempre que pueda:Padre: "Te felicito por el dictado. Se lo tenemos que mostrar a mamá". (Dirigiéndose a lamadre): "Mira qué bien que hizo José el dictado".Madre (al hijo): "Estoy orgullosa, yo sé lo difícil que es no tener faltas en un dictado".

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VIRESPALDAR LAS PALABRAS CON HECHOS

Cuando la comunicación asertiva descrita en el capítulo y no da el resultado que se busca y los niños siguen comportándose inadecuadamente,pese a los esfuerzos de los padres por hacerlesentender lo que quieren que hagan y cómo deben hacerlo, ha llegado el momento de respaldar laspalabras con hechos.Al llegar a este paso, posterior a lacomunicación asertiva, es necesario que lospadres:-Estén seguros de que lo que les exigen a sushijos es lo mejor para ellos. Antes de tomarmedidas de carácter disciplinario con losniños, asegúrese que su mensaje original, queha sido desobedecido, era correcto. Por ejem-plo, si usted le ordenó a su hijo que hiciera"los deberes de inmediato", debe estar segurode que era impostergable o conveniente que losrealizara en ese momento. Si realmente no eranecesario exigirle que los hiciera ya y podíaigualmente realizarlos media hora después,permitiéndole, entre tanto, que terminara dever un programa de televisión, no agrave suerror castigándolo por no haber obedecido unaorden que inicialmente no estuvo bienimpartida.

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-Si usted anticipa que su orden verbal inicial,mediante la comunicación asertiva, puede llegara ser ignorada por su hijo, programe conantelación las medidas que tomará en ese casopara respaldar con hechos sus palabras quefueron ignoradas. Las medidas que usted impongaal niño tendrán sobre él consecuenciaspositivas si le hacen comprender su error, onegativas si su mensaje no penetra y sigue sinentender la razón de las acciones paternas.

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POR ESTE MOTIVO, NO IMPROVISE. SI ANTICIPA QUE SUINSTRUCCIÓN ORAL ASERTIVA PUEDE LLEGAR A SER DESOBEDECIDA,PROGRAME ANTICIPADAMENTE CÓMO LA RESPALDARÁ CON HECHOS,ESTABLECIENDO LAS MEDIDAS CORRECTIVAS QUE APLICARÁ Y QUEDEBEN ESTAR EN PROPORCIÓN CON LA FALTA PARA QUE TENGANMAYORES POSIBILIDADES DE UTILIDAD EFECTIVA PARA EL NIÑO.Para cumplir este objetivo hay tres tácticasque se deben tener en cuenta, complementariasentre ellas, para asegurar los mejoresresultados:1) Usar acciones disciplinarias.2) Manejarse asertivamente cuando sus hijos loponen a prueba.3) Reforzarlos positivamente, a través dediferentes formas de aliento o recompensa,cuando se comportan de manera adecuada.

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Es muy importante que los padres tengan tiempo para conversarsobre los

hijos y determinar con antelación cómo van a respaldar suspalabras con

acciones que aseguren el buen comportamiento. Cuanto más sepreparen,

tendrán más seguridad, confianza y firmeza.

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1) ACCIONES DISCIPLINARIASCuando usted ha completado la comunicaciónasertiva sobre lo que quiere que hagan, tieneque prepararse para el paso siguiente en casode que no obedezcan sus instrucciones y decidirqué hará si no lo escuchan y no le hacen caso.Determine a tiempo cómo va a respaldar suspalabras con acciones para asegurarse que sushijos sigan el comportamiento adecuado.Por ejemplo:¿Los mandaría a su cuarto por determinado período de tiempo?¿Les quitaría el privilegio de jugar al fútbolo con sus muñecas?¿Los dejaría sin salir el fin de semana?La clave es adelantarse, sin esperar a que sushijos ignoren su mensaje y reiteren su conductaimprocedente, para decidir recién entonces cómova a actuar.Si educar es dirigir, dirige mejor quien vaadelante, no atrás, de los acontecimientos.Cuanto más preparados estén de antemano lospadres, para respaldar sus palabras con hechos,más ayudarán a sus hijos a que terminen con susconductas inadecuadas.Las medidas disciplinarias deben consistir enalgo que no les guste, pero que no los dañe nifísica ni sicológicamente.Los siguientes lincamientos lo ayudarán adeterminar rápidamente las medidas que puede

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usar si sus hijos no lo escuchan.-AislamientoSepararlo de usted y de otras personas y puestoen una situación poco estimulante o aburrida,tal como estar sentado o parado en un lugarpoco atrayente de la casa, quedarse en sudormitorio o sentarse en un patio.

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Si tiene que imponer una medida disciplinariaen forma simultánea a más de un hijo, espreferible que la cumplan separadamente enlugares diferentes.Cuando la penitencia incluya un determinadoperíodo de tiempo, márquelo con un reloj a lavista del niño, para que éste sepa cuándotermina la medida que usted le ha impuesto.Es importante asegurarse que la penitencia seaalgo que le disguste. Si usted encuentra que asu hijo no le importa quedarse dentro de sucuarto, cambie la medida por otra que leimporte: no ver televisión, no usar elteléfono, retirarle un juguete.

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RETIRO DE PRIVILEGIOSSignifica el retiro temporal de actividades placenteras habituales a las

que sehan hecho acreedores. Es una forma práctica de que aprendan a ser

responsables de sus actos, a la vez que captan la bondad o maldad delos

mismos.

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-Retiro de privilegiosSignifica el retiro temporal de actividadesplacenteras habituales a las que se han hechoacreedores: comer fuera de hora, jugar afuera,ver televisión, hablar por teléfono.-Condicionar conductas agradablesAsegúrese de que cumplan con lo que usted deseaantes de que ellos sean autorizados a hacer loque quieren.Por ejemplo:"No podrás salir a jugar con tus amigos hastaque no hayas ordenado todo en tu cuarto".-Poner en penitenciaEs restringirlos a un lugar de la casa,permaneciendo dentro de ésta o en su cuartodurante un determinado período de tiempo.-Acción físicaSignifica dirigir físicamente a sus hijospequeños para que hagan lo que usted consideramás conveniente. Como tomarlo de un brazo -suavemente, pero con firmeza- y conducirlo alsitio donde ha dejado tirado un juguete paraque lo recoja.La acción física debe ser firme, pero suave,evitando caer en la respuesta agresiva delgolpe, el zarandeo o cualquier forma deviolencia.Debe existir una proporción lógica entre la

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conducta inapropiada y la medida disciplinaria.Es conveniente presentar las medidasdisciplinarias como una elección de los niños,dándoles la opción de terminar con su malaconducta o enfrentar el castigo que esaconducta inapropiada conlleva. Esto forma partede la actitud paterna de apoyar las palabrascon hechos.Los siguientes ejemplos le ayudarán a planear su respuesta a sus hijos:

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Conducta problema Consecuencia lógicaHabitualmente, su hija

de doce años ponemúsica con volumen

excesivo en el equipode música de su cuarto.

Su hija de nueve añosrompe a propósito un

juguete de su hermano.

Su hijo de seis añosdeliberadamente

desparrama agua en elpiso cuando se baña.

Se le saca el equipo demúsica del cuartodurante tres días.

Se le saca dinero desus ahorros para

comprar un reemplazo.

Se le retira su propiojuguete similar y se le

da al hermano.Se le hace secar el

piso.

Pueden elegir portarse bien o pagar el precio de su conducta improcedente.Por ejemplo:Padre: "Alberto, no puedo permitir que molestesa tu hermano en la mesa. Si vuelves a hacerlootra vez, te irás a tu cuarto. Es tu elección".Alberto: "Está bien" (pero empieza gradualmentea molestar de nuevo a su hermano).Padre: "Alberto, has vuelto a molestar a tuhermano, así es que has elegido irte a tucuarto sin el postre".Cuando usted hace que sus hijos elijan una

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conducta disciplinada o no, los está obligandoasertivamente a asumir la responsabilidad de supropia decisión. En el ejemplo precedente, elniño elige seguir molestando a su hermano pesea la advertencia de la acción disciplinaria.Por lo tanto, es el niño quien elige la opciónde irse a su cuarto.Cuando usted da a sus hijos posibilidades deelección, les está dando la oportunidad deaprender las consecuencias naturales de susacciones y los ayuda a aprender que sonresponsables de sus conductas y de las conse-cuencias de las mismas.

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La medida disciplinaria debe ejecutarse loantes posible, ya que la demora diluye suefecto correctivo. Cuando sus hijos no loescuchan, debe comunicarles inmediatamente laconducta disciplinaria y hacer que se cumpla.Por ejemplo:Madre: "Pedro, no es hora de jugar al fútbol, es hora de levantar la mesa".Pedro: "Mamá, déjame jugar".Madre: "Pedro, ya sabes la regla: no hay fútbolsi antes no levantas la mesa".Pese a la conveniencia de que la accióndisciplinaria se cumpla lo antes posible, haycasos en que es preferible dilatarla parapoder aplicarla sobre algo que su hijo proyectahacer más tarde, al día siguiente.Por ejemplo:María (vuelve a llegar tarde sin haberle avisado a sus padres): "Hola, papá".

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La acción física que acompaña las palabras con hechos, debe ser firme ysuave, evitando caer en la respuesta agresiva del golpe, el zarandeo

ocualquier forma de violencia. Los padres tienen el derecho y el

deber deactuar de esta manera, transmitiendo una personalidad firme que

será puntode apoyo para el crecimiento de los hijos.

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Padre (se sienta eon la hija): "María, le dijeque no me gusta que salgas sin avisarnos a dondevas. Te dije que si lo volvías a hacer, túestabas eligiendo estar en penitencia".María: "Pero, papá, perdóname".Padre: "Nada de peros. Tu madre o yo tenemosque saber adonde vas. Lamento que no me hayasescuchado. Tú elegiste quedarte en penitencia,así es que mañana no irás a la fiesta decumpleaños de tu amiga".Utilice la medida disciplinaria cada vez que suhijo elija comportarse inadecuadamente.La constancia es esencial para demostrarles alos niños que usted respalda las palabras conhechos en todos los casos en que se hacenecesario.Ninguna medida funcionará a menos que sus hijossepan con claridad y certeza que ante cadaconducta impropia se producirá siempre unaconsecuencia.Por ejemplo:Padre (al hijo que molesta continuamente cuandola familia está conversando): "José, nos estáshaciendo enojar a todos. Como te lo anuncié,con tu mala conducta tú mismo has elegidoquedarle en tu cuarto hasta que te calmes".El niño se va a su cuarto, regresa a los pocos minutos y sigue molestando.Padre: "José, no puedo permitir que molestes de

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esta forma mientras estamos hablando. Cada vezque no puedas controlarle, estarás eligiendoirte a tu cuarto. Por favor, te vas y te quedasen tu cuarto quince minutos".Considere la medida disciplinaria como unacuerdo preestablecido en buenos términos.Por esa tendencia interior desintegradora yantisocial que tenemos todos, los niños pasanpor etapas de malas conductas como: la mentira,el insulto, la falta de respeto, etc. Éstaspueden estar dirigidas contra los padres, porser ellos sus principales educadores, conespecial agresividad.

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Para que este comportamiento se modifique esesencial que los padres se mantengan siemprecalmos. Perder la compostura es reducir laeficacia de toda acción educativa paterna.Por ejemplo:Hijo (enojado): "¡No quiero escucharte!".Padre (de manera calmada y firme): "Te dije queno puedo permitir que me hables así. Haselegido quedarte en tu cuarto hasta queresuelvas hablarme de buena manera. ¡Te vas atu cuarto ahora mismo!".Nunca suspenda una medida disciplinaria.Si la medida no funciona, cámbiela por otra,pero nunca deje sin efecto la accióndisciplinaria. Si lo hace, su hijo nuncacreerá que usted habla en serio.Algunas de las medidas que hemos recomendado nosiempre son eficaces con todos los niños, pormás coherentemente que sean aplicadas.Si usted ha usado una medida disciplinaria demanera adecuada, pero percibe que elcomportamiento de su hijo no mejora, pruebe conotra.Por ejemplo:Padre: "Manuel, quiero que juegues sin hacerruido, porque no nos dejas oír música".Manuel: "Está bien, papá" (después de unosminutos empieza a disparar su ruidosaametralladora de plástico).

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Padre: "Manuel, esa pistola hace demasiado ruido. Por favor dámela".Manuel: "Está bien papá, toma la pistola" (sepone a jugar con un trompo musical quenuevamente distrae a toda la familia).Padre: "Manuel, ese trompo hace demasiadoruido. Te dije que queremos escuchar música yque tienes que jugar en silencio. Dámelo ahoramismo".A pesar de que los padres fueron consecuentes yle quitaron los juguetes ruidosos, Manuelcontinuó impidiéndoles escuchar música. Seráentonces

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necesario para los padres recurrir a una medidadisciplinaria diferente como, por ejemplo:Padre: "Manuel, puedes elegir: o juegas ensilencio si quieres quedarte aquí con nosotroso te vas a jugar a tu cuarto".-Perdonar y olvidarUna vez que su hijo ha recibido la medidadisciplinaria que él mismo ha elegido, elasunto queda terminado.No acumule rencor o resentimiento recordándole,en ocasiones posteriores, su mal comportamientoanterior.Cada situación es nueva. En vez de recordarlesu mala conducta anterior, manifiésteleconfianza en la capacidad del niño paramejorarla de ahora en adelante.Por ejemplo:Padre (entrando al cuarto de su hijo): "Ya pasóla media hora y se acabó la penitencia. No megusta encerrarte en tu cuarto, pero tengo laobligación de ayudarte a aprender cómo debesportarte".Hijo: "Ya lo sé, pero me gusta hacer lo que yo tengo ganas".Padre: "Te entiendo, pero estoy seguro que vasa aprender. No te olvides que yo siempre voy aestar aquí para tratar de ayudarte".

2) CUANDO SUS HIJOS LO PONEN A PRUEBACuando esté educando a sus hijos con medidas

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disciplinarias por su conducta inapropiada, seaprudente y vigilante, porque de modo frecuentelo pondrán a prueba para ver si realmente hablaen serio.A menudo, ponen a prueba la decisióndisciplinaria de los padres llorando, siendodesafiantes o tanteando hasta dónde puedenllegar.Éxito del hijo con el llanto:Padre (observando cómo su hijo, al que hallevado al parque, golpea por segunda vez aotro niño): "Rafael, te dije que si volvías apegarle te irías para casa, así es que,¡marchando!".

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Hijo (rompe a llorar de inmediato): "Papá, perdóname, no lo volveré a hacer, pero déjame quedarme".Padre (preocupado por el llanto cada vez más intenso de su hijo): "Rafael, cálmate y para dellorar, no es para tanto".Hijo (sigue llorando): "Pero quiero quedarme aquí".Padre: "Está bien, pero deja de llorar, no puedo aguantarlo".Éxito del hijo con el desafío:Hija (enojada): "Ni te sueñes que voy a lavar los platos esta noche".Madre: "Cecilia, te dije que si no me ayudabas,te irías a tu cuarto por media hora, así es quete vas ya y te quedas allí".Hija (furiosa): "¡No voy a ir!".Madre: "¡Sí que vas a ir!".

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Con frecuencia los niños ponen a prueba la decisión disciplinaria delos

padres, siendo desafiantes o tanteando hasta dónde pueden llegar.Esto es

normal, y sortear felizmente esos momentos, llevará a que los hijossean el

día de mañana personas libres y responsables.

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La madre lleva a su hija al cuarto, de donde laniña sale cinco minutos más tarde.Hija: "¡No me voy a quedar en mi cuarto, no lo aguanto!".Madre (tensa): "¿Cómo que no? Te dije que tequedaras en tu cuarto. ¡Estoy harta de tusdesplantes!".Hija (gritando): "¡Tú empezaste todo, siempre te la agarras conmigo!".Madre (en gesto de derrota): "Déjame sola, noaguanto más. Jamás me haces caso".Los padres que ceden cuando son puestos a pruebapor sus hijos, les están enseñando la siguientelección inaserliva:SI TE ENOJAS O PROTESTAS LO SUFICIENTE, TESALDRÁS CON LA TUYA.Aprenden, por lo tanto, a utilizar variadasformas de tanteo en procura de salirse con lasuya, ya sea llorando o repitiendoincansablemente la conducta indeseada,discutiendo con razonamientos de apariencialógica, peleando y desafiando porque estánseguros que, como ya ha ocurrido en el pasado,los padres finalmente van a ceder.Para mantenerse firme cuando lo ponen a pruebay cumplir mejor su función de ayuda educativa,usted necesita responder asertivamente.En los dos ejemplos anteriores, los padresfueron puestos a prueba por sus hijos y

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fracasaron en esa prueba. Para que el manejopaterno de ambas situaciones fuera asertivo, yconsecuentemente útil en su formación, eldesarrollo en cada caso debería haber sido elsiguiente:Padre (observando cómo su hijo, al que hallevado al parque, golpea por segunda vez aotro niño): "Rafael, te dije que si volvías apegarle te irías para casa, así es que,¡marchando!".Hijo (rompe a llorar de inmediato): "Papá,perdóname, no lo volveré a hacer, pero déjamequedarme".

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Padre (calmadamente): "Rafael, entiendo que tequieras quedar, pero le volviste a pegar, asíes que te vas para casa" (disco rayado).Hijo (sigue llorando): "Pero quiero quedarme aquí".Padre (lo toma firmemente de un brazo y loempieza a llevar): "Rafael, entiendo que teafecte, pero volviste a hacer lo que no debías,así es que te vas para casa" (disco rayado).Hijo (con llanto histérico, se lira al pasto): "¡No, no me voy!".Padre (levanta firmemente al hijo): "Rafael,¡vamos para casa, aunque te tenga quearrastrar!"En el otro caso:Hija (enojada): "¡Ni te sueñes que voy a lavar los platos esta noche!".Madre (calmadamente): "Cecilia, te dije que sino me ayudabas, te irías a tu cuarto por mediahora, así es que te vas y te quedas ahí".Hija (furiosa y desafiante): "¡No voy a ir!".Madre (calmadamente): "¡Sí que vas a ir!".La madre lleva a su hija al cuarto, de donde laniña sale cinco minutos más tarde.Hija: "No me voy a quedar en mi cuarto, no lo aguanto".Madre (llevándola con firmeza nuevamente a sucuarto): "Si vuelves a salir te quedarás una

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hora, el doble de tiempo".Hija (enojada, vuelve a salir de su cuarto casienseguida): "¡No me voy a quedar!".Madre (mirándola a los ojos y marcando biencada palabra): "Cecilia, te vas a quedar en tucuarto una hora. Si vuelves a salir antes deuna hora, te vas a quedar dos horas. Yo soy laque manda, no tú".El comportamiento paterno no-asertivo en losdos primeros ejemplos y asertivo en los dossegundos determinan la diferencia entre elfracaso y el

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éxito en su ejercicio de la autoridad, que esesencial para la formación de los hijos.Cuando sus hijos lo ponen a prueba, hágalessaber que usted está resuelto a mantenersefirme. "Te vas a tu cuarto", "no te muevas deahí" o "no me importa cuánto llores" son formasasertivas de dar una orden.Frente a los argumentos o desplantes queutilizan para ponerlo a prueba, manténgasecalmo, hable en forma enfática y decidida,marcando bien sus palabras. Si siguendiscutiendo, utilice el "disco rayado" y lasdemás técnicas que explicamos en el capítulo V.-"A mí qué me importa...".Existe otro tipo de prueba con la que los niñostratarán de manipularlo cuando usted marcalímites. A diferencia de los ejemplosanteriores, esta

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Mantener la calma sin perder la compostura ante los caprichos delos hijos

multiplica la eficacia de la educación a la vez que les transmite unmodelo

atrayente de personalidad que les servirá para toda la vida.

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prueba difiere en que tiene menos cargaemocional, aunque es, en muchos sentidos, lamás difícil de manejar por parte de los padres.Esta prueba a que los niños someten a los padres es conocida como:"A mí qué me importa...".Los niños utilizan esta manipulación de lasiguiente manera: usted le dice cómo debecomportarse y cuál será la penitencia si no lohace, ante lo cual, en vez de enojarse, lloraro argumentar, su hijo le contesta: "Y a mí quéme importa".Una respuesta así es difícil de manejar, ya queusted probablemente está acostumbrado a que lareacción de sus hijos sea de miedo,desconcierto o protesta cuando les impone unapenitencia.

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Los niños que utilizan el "a mí qué me importa" lo estánmanipulando,

porque en su astucia infantil han percibido que los padres sedescontrolan

fácilmente, y este tipo de respuesta habitualmente deja perplejos alos padres.

A las personas que más les importan los castigos, los premios oretiro de

privilegios, son los niños.

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Esta respuesta de indiferencia puede dejarlodesconcertado y usted se preguntará a sí mismo:"¿Qué voy a hacer? Nada funciona con esteniño".Pero no es así. Los que utilizan el "a mí qué meimporta..." lo están manipulando, porque hanpercibido que este tipo de respuestahabitualmente deja perplejo a los padres.Los niños del "a mí qué me importa..." norequieren una respuesta tipo "disco rayado" sinoque necesitan que usted actúe de acuerdo alejemplo siguiente:Madre: "Beatriz, tienes que hacer los deberes.No puedes hablar por teléfono ni mirartelevisión hasta que los hayas terminado".Hija: "¿Y qué? ¡A mí qué me importa!".Madre: "Es tu elección. Si no le importa,entonces hoy no habrá ni televisión niteléfono".Hija: "¡Pero esta noche dan el programa que másme gusta...!".Madre: "Pero tú dijiste que no te importa. Detodas maneras es tu elección. Si quieres ver elprograma, primero termina los deberes".Hija: "Bueno, está bien, ya los hago".Madre: "Me alegra tu decisión, mi amor".Son pocos los niños a los que real mente no lesimporte que los dejen sin televisión, teléfono,videojuegos o sus juguetes preferidos.

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Si a usted realmente le importa el tema, a él también le importará.Si usted está dispuesto a usar todos los mediosapropiados y necesarios para influirpositivamente en sus hijos a fin de que eliminensu comportamiento perjudicial, ellos percibiránsu determinación y comenzarán a preocuparse porlas consecuencias que enfrentarán si eligenactuar inapropiadamente.A veces recurrirá al "y a mí qué me importa..."ante la amenaza de una penitencia impracticable.Prevenga esta situación evitando anunciarle un

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castigo que no podrá imponerle, ya que de locontrario usted queda en blanco y se debilitasu autoridad.Por ejemplo, una madre exasperada porque suhijo no terminaba de subir al auto cuando lofue a buscar a la piscina del club y seguíahablando con sus amigos, le gritó: "Alberto, sino te apuras y subes de una vez te iráscaminando a casa".Cuando le dijo desafiantemente "y a mí qué meimporta...", la madre quedó sin argumentoporque no podía cumplir su advertencia deenviarlo a pie a casa, a bastante distancia.Esto es un claro ejemplo de lo que no debehacerse.NUNCA ANUNCIE UN CASTIGO O PENITENCIA QUE NOPODRÁ CUMPLIRSE.

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Ceder ante las presiones, caprichos o malhumores de los hijos estransmitirles

el mensaje de que no se puede con ellos, haciéndoles el flaco serviciode

dejarlos a la deriva de sus impulsos temperamentales, sin hacerles verque

una sólida personalidad se construye luchando por adquirir virtudes.

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No repita muchas veces la misma penitencia, quecada vez surtirá menos efecto. Cuando unapenitencia se repite y sigue sin producir elefecto correctivo buscado, es preferibleimponer otra más severa.El sentido común dictará a los padres cuántasveces conviene repetir la misma penitencia ouna de las técnicas correctivas descritas aquí.De esta manera, los dos padres tienen queayudarse bastante, actuando en equipo,interviniendo uno y luego el otro, evitando eldesgaste y controlando la eficacia de lasmedidas. Este trabajo en equipo estimula a quelos padres se tomen el tiempo necesario paraconversar entre ellos sobre los temaseducacionales que están manejando.

3) REFORZARLOS POSITIVAMENTEEs importantísimo planificar qué hará cuandosus hijos no lo escuchan planificar la forma enque responderá cuando le hacen caso yreaccionan favorablemente.En el capítulo anterior señalamos laimportancia del elogio para alentar el buencomportamiento de sus hijos.Pero con algunos, especialmente los máspequeños, sólo el elogio puede no sersuficiente para motivarlos a un rápidomejoramiento continuado de su comportamiento.Con éstos es recomendable cambiar el elogio pormotivaciones más tangibles, como privilegios o

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premios especiales: tómense referencialmentelos ejemplos siguientes:-Privilegios especiales: "Juan, estuviste tanbien jugando con tranquilidad y sin molestar,que puedes quedarte levantado una hora más".-Premios especiales: "Rosario, me ayudastetanto con la mesa y la cocina, que te invito atomar un helado".Muchos padres se niegan a premiar a sus hijosde otra forma que no sea con el elogio portemor de que se habitúen al esquema decomportarse bien sólo si reciben algunarecompensa tangible.

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Por ejemplo:"No ordenaré el cuarto hasta que me prometas leerme un cuento"."¿Qué me darás si lavo los platos?".Este peligro no existe si cuando recurre a lospremios usted mantiene presente que esprecisamente usted quien ejerce la autoridad ytoma las decisiones.Si quiere dejar que sus hijos elijan lospremios que recibirán por los comportamientosconvenientes, establezca las cosas entre lasque pueden elegir.Si intentan extorsionarlo respecto a lospremios con amenazas y mal comportamiento, nolo tolere.No acepte jamás condiciones ni amenazas.Usted es quien toma las decisiones.La concesión de un premio adecuado y bienelegido por los padres, sin someterse a lapresión extorsiva del niño sino otorgado por laautoridad decisoria paterna, constituye unarespuesta con reforzadores positivos.Su respuesta debe consistir en algo que los niños deseen.Pregúntese qué le gustará a su hijo ganarse como premio.Como respuesta que lo motive a continuar con subuen comportamiento, el premio debe ser algo quenecesite o desee. Algunos se esforzarán

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muchísimo por recibir su premio que -además deobjetos- puede ser: compartir actividades conusted como ir al fútbol o al cine, o sacar unvideo o quedarse levantados hasta más tarde.Cuando utilice premios, refuerce el buencomportamiento de sus hijos otorgándolos deinmediato.Puede haber casos eu que el premio se concretealgún tiempo después como: "te llevaré alfútbol conmigo el domingo", pero el anuncio, osea, la concesión del premio, se realizaenseguida del buen comportamiento.El premio inmediato aumenta el impacto de la respuesta positiva del padre.

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Elogio:Hijo (termina sus deberes rápidamente y sinnecesidad de que se lo hayan ordenado): "Mamá,ya terminé los deberes".Madre: "Muy bien, Agustín, le felicito. Me dasuna gran alegría".Privilegio especial:Hijo (sin haber sido instado, se pone elpijama, ordena la ropa que se sacó, se lava lasmanos y los dientes): "Papá, ya estoy listopara irme a acostar".Padre: "Jorge, está muy bien que hayas hechotodo sin que tuviera que decírtelo. Si tienesganas, ¿qué te parece si te leo un cuento?".Para la mayoría de los niños, el "tiempoespecial" dedicado a algo que les produzcaplacer como: jugar o que le lean un cuento, esel mejor privilegio que se les puede otorgar.Utilice este recurso como reforzador cada vezque pueda.

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Hay que aprender a pasar la página y no ser reiterativos. Una vezque su hijo

ha cumplido el castigo según lo establecido, el asunto quedaterminado. Así se

transmite la orden de que en la vida se vuelve a empezar una y otravez.

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Premio especial:Madre (después de una cena tranquila, durantela cual sus hijos no han discutido): "Se hanportado tan bien que pueden pedir su postrefavorito esta noche".Reiteramos la importancia de que el elogio, elprivilegio o el premio deben seguir en loposible en forma inmediata al buencomportamiento.Muchos padres elogian a sus hijos de noche porsu buena conducta en la mañana o les permitenuna salida extra porque se portaron biendurante la semana.Los padres cometen a menudo el error de ofrecerpremios a largo plazo. No es productivo, porejemplo, ofrecer a un niño de siete años unabicicleta nueva para el próximo verano oprometerle un juguete determinado para Navidadcuando aún faltan varios meses.

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Para que los premios sean formativos deben ser elegidos por lospadres. Se

refuerza el buen comportamiento de los hijos otorgándolos deinmediato, a ¡a

vez que se les hace ver ¡as consecuencias buenas de los actos querealizan bien.

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Usted debe reforzar positiva y constantemente asus hijos cuando tienen un comportamientoapropiado. Elogiarlos, privilegiarlos opremiarlos sólo una a dos veces no producirálos buenos resultados que se buscan.Para obtener estos resultados, deberáelogiarlos, privilegiarlos o premiarlossucesivamente durante varios días o aun mástiempo, dependiendo de cada uno y de sucomportamiento.Por ejemplo:-Los padres elogiaron a su hija de cuatro añoscada vez que se vistió sola durante toda unasemana.-Los padres elogiaron a su hijo de ocho añoscada vez que jugó amigablemente con suhermanita menor y lo premiaron cada día duranteocho días permitiéndole elegir su postrefavorito.-Los padres elogiaron a su hijo de doce añostodas las noches durante dos semanas por hacerlos deberes bien y por propia iniciativa,premiándolo al final de ese período con unapequeña suma de dinero para ir a los juegos delparque de diversiones.Cuanto más positivo sea usted con sus hijos,menos tendrá que marcar los límites.

En este capítulo le hemos planteado que cuandousted habla asertivamente, aunque no essuficiente, deberá decidir rápidamente cómo

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respaldar sus palabras con hechos. Y cuando sushijos comienzan a portarse debidamente, estéalerta para reforzarlos positivamente medianteelogios, privilegios o premios.Por ejemplo:Padre (mirando al niño a los ojos): "Tomás, yate he dicho dos veces que no te permito queseas grosero con tus amigos. O los tratas bien,como se trata a los amigos, o se van para suscasas".Hijo (molesto): "¡No quiero que se vayan, yo noestoy haciendo nada!".(El niño se aleja enojado y diez minutosdespués comienza a llamar a sus amigos connombres burlones).

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Padre: "Tomás, estás molestando a tus amigos.Has elegido que se vayan a sus casas. Estoyseguro que mañana jugarás mejor con ellos".(Al día siguiente el padre observa a Tomásjugando amigablemente con los otros niños quehan venido a su casa).Padre: "Tomás, así es como deben jugar losamigos, sin burlas ni peleas. ¿Qué te parece sicompramos un helado para cada uno?".Como resumen de la necesidad de respaldar laspalabras con hechos, tenga en cuenta estospuntos:-Los padres son quienes deben determinarlímites equilibrados, pero firmes, cuando setrata de disciplinar a los hijos y cuandocorresponde elogiarlos o premiarlos.-Planifique siempre la forma en que respaldarásus palabras con hechos en caso de sernecesario. Cuando les diga a sus hijos lo queusted espera de ellos, pregúntese enseguida:¿Qué haré si no me escuchan ni me hacen caso? Delo contrario, su reacción a la desobedienciacorre el peligro de ser tan apresurada eirreflexiva como inconveniente.-Decida una medida disciplinaria eficaz.-Ponga sobre el niño la responsabilidad deenfrentar las consecuencias de sus acciones: sihaces tal cosa, serás disciplinado con talmedida.-Sea consecuente. Cada vez que el niño se

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comporta en forma inapropiada, lleve adelantela consecuencia programada por usted, sin darmarcha atrás, siempre que esté seguro de queestá haciendo lo correcto.-Perdone y olvide: luego de que el niño se hadisciplinado, se acabó el tema.-Para los niños pequeños es muy importante elcontacto corporal. Utilícelo tanto si aplica unrezongo (por ejemplo, lo toma suave, perofirmemente de los hombros) como cuando losrefuerza positivamente (por ejemplo: abrace,acaricie, palmotee).-Programe el refuerzo positivo. Cuando el niñolo escucha y cumple, recurra al elogio, elprivilegio o el premio en un volumen adecuadoal buen comportamiento de su hijo.

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DOS OBSTÁCULOS A SORTEARCuando ambos padres trabajan muchas veces faltatiempo para poder reflexionar sobre lasconductas de los hijos. Frecuentemente elcansancio de los padres juega una mala pasada.Es común que las madres reclamen una actitud másactiva de parte de sus maridos, quienes, a suvez, llegan a veces a la casa fatigados por unajornada complicada y anhelando un rato dedescanso, o con ganas de ver el noticiero detelevisión sin que los molesten.En estos casos, es importante evitar elenfrentamiento entre los cónyuges, queperjudica su función de educadores. Serequiere, al contrario, comprensión cariñosa ypaciente de la mujer, facilitándole a su maridoun momento de relajamiento y tranquilidad paraluego animarlo a colaborar en el manejo de losproblemas con los hijos.

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Para todo lo referente a la educación de losniños, la mujer tiene una capacidad mayor detolerancia a la presión de los problemas y unaintuición superior porque estátemperamentalmente preparada para ello. Suprincipal estímulo para la acción es el afecto,en tanto que, en general, los hombres tiendenmás al ejercicio del raciocinio.Al hombre se le hace más cuesta arriba, por locual necesita cierto período preparatorio desdeque llega a casa; poique sabe que los problemasde los hijos, que compartirá con su mujer,exigen un enfoque radicalmente diferente al queutilizó durante el día en el quirófano dondeoperaba, o en la oficina, o en la fábrica.Estas situaciones no se dan siempre, pero laexperiencia nos ha mostrado que se presentan enla mayoría de las familias.Otro obstáculo a superar es que frecuentementelos padres, que ven poco a sus hijos, piensanerróneamente que, si durante el tiempo queestán con ellos se dedican a corregirlos, losniños terminarán perdiéndoles cariño. Lo que noes así. Ellos necesitan ser corregidos en susconductas inapropiadas y estimulados en loshábitos buenos, especialmente por quienes máslos quieren y son sus principales educadores.

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VIIESTABLECER LAS REGLAS DEL JUEGO

Reunirse con sus hijos para establecer lasreglas del juego complementa el desarrollo deun plan sistemático de la HP y el manejo desituaciones desbordantes que hemos encarado eneste capítulo. Este es un paso de máximaimportancia, porque lanza a los hijos hacia elfuturo, hacia cómo tendrá que ser el día demañana su conducta de adultos, porque es unamanera práctica de enseñarles desde la partidaque sólo ellos y nadie más que ellos serán losresponsables de las consecuencias de sus actos.Hoy en día, por una "sociologización" delhombre, se tiende a responsabilizar a lasestructuras sociales de nuestros males, dejandola responsabilidad individual totalmente en unsegundo plano.Al establecer junto con ellos las reglas dejuego para sus conductas, tanto dentro de lacasa como fuera de ella, se les está plantandoel germen de la responsabilidad propia,intransferible, de sus actos. Se les transmitela idea de que nuestros actos son unaprolongación del yo que todos tenemos dentro;que son "míos", que son manifestación de mipersonalidad y que para tenerla debo atenerme a

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las consecuencias de mis actos. Por otra parte,al establecer las reglas de juego y susconsecuencias, se les está enseñando elejercicio del libre albedrío y a descubrir lavoz de la conciencia.Al llegar el momento de poner su plan enacción, el primer paso es reunirse con sushijos y poner claramente sobre la mesa lo queusted quiere y las consecuencias que tendrán sino cumplen.Deberá ser una charla seria en la cual el padrey la madre reafirmarán su autoridad en relacióncon el comportamiento indeseado.

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Exija a su hijo un cambio de conducta ytransmítale el siguiente mensaje: "De ningunamanera te permitiré que le pegues a tu hermano(especifique siempre la conducta que quieremejorar para que el niño sepa con precisión loque se espera de él). Te quiero demasiado paratolerar que hagas cosas que no corresponden yque te perjudican a ti como a toda la familia".Lineamientos para una reunión sobreestablecimiento de las reglas del juego:-Para aumentar la probabilidad de que su hijolo escuche, reúnase con él cuando ambos estántranquilos. No intente hablar con el niñodespués de una gran pelea o cuando uno deustedes está tenso.-La reunión debe ser exclusivamente de uno oambos padres con el niño cuya conducta requieremejoramiento. Nadie más, ya sea otro hermano oun abuelo o una empleada, estará presente.-Si sólo uno de sus hijos se comporta mal. nopermita que un hermano intervenga o seentrometa en la conversación.

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Es conveniente presentar las medidas disciplinarias como unaelección de los

niños, dándoles la opción de terminar su conducta impropia oenfrentar el

castigo que esa conducta colillera.

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-Establezca lo que ocurrirá si su hijo eligecumplir con sus exigencias, pero nunca discutacon él, durante la reunión, los premios queusted ha fijado por el buen comportamiento. Sies necesario, acepte discutirlo más adelante,cuando su conducta haya mejorado.-Establezca claramente que es elección de suhijo lo que sucederá: "Juan, si no haces deinmediato los deberes, te quedarás en casa elresto del día y sin ver televisión. Si esto nofunciona, te quedarás en lu cuarto todo eldía".-Explíquele cómo hará el seguimiento de susinstrucciones, aunque usted no esté presente:"Tu madre o yo llamaremos todos los días a lascuatro para asegurarnos que llegaste delcolegio. Cuando los dos volvamos del trabajo,veremos todos los días si ya hiciste losdeberes. Si no estás en casa cuando llamemos osi no has hecho los deberes, te quedarás sinver televisión el resto del día".-Coloque su plan escrito de EP donde todos lovean. Enseguida que ha terminado de discutirlocon el hijo, y establecido las reglas del juego,ponga una copia en un lugar concurrido y enforma visible en la casa, por ejemplo, en lapuerta del refrigerador o del cuarto del niño.Esto agregará un importante impacto visual asus afirmaciones verbales y le servirá derecordatorio de que realmente usted habla enserio.

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También ayudará a los padres a perseverar en elplan.En cada hoja de papel que usted coloque en unlugar visible escriba el nombre del niño, loscomportamientos que usted ha exigido y quépasará si no cumple: "Juan hará sus deberesantes de comer. Si elige no hacerlo, no podráir donde Pablo a jugar".-Si está usando una jerarquía disciplinaria,incluya en la lista las consecuencias porjerarquía, por ejemplo:"Sofía obedecerá inmediatamente. Si elige no obedecer":"La primera vez escribiré su nombre en la pizarra como advertencia"."La segunda vez se la mandará a su cuarto por diez minutos".

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"La tercera vez irá a su cuarto por veinteminutos, sin mirar televisión ni jugar con sushermanos por el resto del día"."La cuarta vez irá a su cuarto por media hora yse acostará inmediatamente después de cenar".La pizarra u hoja donde lleve estas anotacionesse colocará junto a la que registra las reglasdel juego en su plan disciplinario.-Si usted tiene problemas con dos o más hijos,puede reunirlos a todos a la vez, aunquesiempre es mejor hacerlo por separado, comoseñal de respeto a la individualidad de ellos.-Asegúrese que no haya distracciones cuando sereúna con un hijo. Apague la televisión o laradio, desconecte el teléfono o evitecontestarlo y pídale a las demás personas de lacasa que no entren al cuarto donde se hace lareunión.-Es importante que los dos padres actúenjuntos, cuando ambos están disponibles. Primerodeben ponerse de acuerdo sobre lo que leexigirán y luego planteárselo en formaconjunta, mirándolo cada uno a los ojos al ha-blarle.Por ejemplo:Madre: "Juan, estoy muy preocupada por tucomportamiento. No puedo tolerar que andesvagando por el vecindario y metiéndote en líosal salir del colegio. Quiero que vengasdirectamente del colegio a casa sin andar por

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ahí y que enseguida te pongas a hacer tusdeberes".Padre: "Estoy de acuerdo con tu madre. Te hasmetido en muchos líos después del colegio. Tevendrás de inmediato a casa y empezarás con losdeberes".Nunca exprese una opinión contraria a la de sucónyuge delante del hijo en estas situaciones,porque debilitará fatalmente su mensaje. Losdos padres deben acordar de antemano elcontenido y la forma del planteo que le haránal niño.

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Nada funcionará si usted, como padre, no estádispuesto a respaldar sus palabras con hechoscada vez que el comportamiento de sus hijos lorequiera.Reiteramos que si es fiel a este principioesencial, el mensaje que transmitirá siempre asu hijo es: "Te quiero demasiado para permitirque te comportes de modo inconveniente sin queyo haga algo para ayudarte".Los puntos analizados en este capítulo sirvenpara cuando usted ve que ha fracasado lo que haintentado para mejorar las conductasinapropiadas de sus hijos.Ante esta situación establezca primero un plansistemático de EP, luego siéntese con sus hijosy establezca las reglas del juego.Finalmente, y de gran importancia es hacer elseguimiento de la conducta, como en el ejemploque sigue:Hijo (enojado): "¡Me tienen harto dándome órdenes!".Padre (con calma coloca una marca roja en elpapel de disciplina que está pegado en lapuerta del refrigerador): "Te dije que no debescontestar. Ésta es la segunda vez que lo haces.Te vas a tu cuarto de inmediato".Hijo (lloriqueando): "¡Pero acabo de estar enmi cuarto! Lo que pasa es que ustedes no mequieren y no les gusta estar conmigo...".Padre (con calma): "Juan, ha sido tu elección.

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Te dijimos cuando conversamos contigo anocheque no podemos tolerar respuestas de mal tono.Así es que, por favor, te vas a tu cuarto deinmediato".(Juan se porta impecablemente el resto del día).Padre: "Estoy muy contento por la forma en quete estás portando. Te has ganado otra cruz.Cuando llegues a cinco, podrás ir a dormir acasa de tu amigo Luis, como tú quieres".-Recuerde crear un equilibrio. Establezcalímites firmes y luego refuércelos con apoyopositivo.

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VIIISITUACIONES ATÍPICAS

La aplicación de la EP no siempre tendrá éxitoya que, si bien es muy útil y eficiente,existen situaciones en las cuales resultaráinsuficiente. Éstas son cada vez más frecuentesy usted no debe sentirse culpable o desgraciadosi se presentan en alguno de sus hijos.La experiencia ha demostrado la eficacia de laEP aplicada con orden, firmeza y coherencia, deacuerdo a la forma descrita en los capítulosprecedentes. Pero será ineficaz en lascircunstancias en que el niño sufra de algunapatología.

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Es importante enfrentar esos casos con la mayorrapidez posible, porque, en general, suelenalterar toda la dinámica familiar y, porimitación, hijos menores sanos tenderán areproducir las conductas distorsionantes de unhermano con problemas patológicos.En estas ocasiones se investigará si lasconductas patológicas de los niños songeneralizadas en todos los ambientes donde sedesenvuelven o si se presentan exclusivamentedentro de la casa o en forma más o menos acen-tuada en ese y otros entornos.El asesoramiento sobre la dinámica familiar es,en esas situaciones, de capital importancia,siendo, además, imprescindible determinar siexisten patologías -crónicas o transitorias- enalguno de los padres.-Trastorno atencional con hiperquinesiaLa primera causa patológica en la cual la EP nofunciona es el llamado "Trastorno Atencionalcon Hiperquinesia", antes conocido comoDisfunción Cerebral Mínima.

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Los niños que sufren Trastorno Atencional sondispersos, con dificultades para mantener unaatención sostenida en lo que hacen como: seguirel desarrollo de la clase en el colegio oconcentrarse en los deberes u otra función ensu casa.Generalmente, los padres deberán repetirle unaorden varias veces y tendrán la impresión deque no los escucha ni les presta atención.Se trata de niños que responden en formaprecipitada e interrumpiendo a otras personas,la mayoría de las veces, sin esperar su turnoen sus juegos, en sus tareas o en unaconversación.Hiperquinesia significa excesivo movimiento ohiperactividad. Se manifiesta en que el niñopresenta dificultades para permanecer sentado oser perseverante. Por ejemplo, se levantapermanentemente de su asiento en clase; notermina una tarea, pero empieza otra diferente,que probablemente también dejará inconclusa;frecuentemente pierde cosas como: útilesescolares, juguetes, prendas de vestir,etcétera.Un niño hiperquinético también muestra confrecuencia la tendencia a practicar actividadesfísicas peligrosas, sin medir los posiblesriesgos.Aunque muchos de ellos han sido evaluados,mostrando un muy buen nivel de inteligencia, lomás probable es que tengan bajas calificaciones

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en el colegio, con rendimiento inadecuado enclase, malas conductas y motivando quejas desus maestros.El Trastorno Atencional con Hiperquinesiaaparece en muchos niños asociado a trastornosde conducta: dirán mentiras, cometerán actos derobo, se mostrarán peleadores y con pocosamigos, así como desafiantes y contestadoresfrente a las figuras de autoridad.Los que presentan esta patología deberán serllevados a consulta con un especialista.

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-DepresiónUna segunda situación atípica en que el niñoprobablemente no responderá a la EP, y por lacual es necesario consultar a un profesional,está conformada por los episodios de depresión.Es difícil de diagnosticar porque el niño nosabe decir que está triste. Se manifiesta, engeneral, en decaimiento o movimiento excesivo;agresividad; mal dormir o dificultades paraser despertados en la mañana, cuando esteproblema no existía anteriormente; inapetencia ogran voracidad; Danto frecuente con dificultadpara explicar el motivo de su tristeza.Los que sufren episodios de depresión muestrantambién disminución de su rendimiento escolar ydejan de jugar o lo hacen con menor frecuenciaque lo habitual.Si usted observa alguno de estos síntomas,aunque sólo sea uno de ellos, no dude enconsultar a un especialista a fin de serorientado.Los tratamientos modernos suelen combinar lasicoterapia y medicación con asesoramientofamiliar. A diferencia de los adultos, lasrespuestas son rápidas y las altas en cortoplazo.

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-AnsiedadEn tercer lugar, debe tomarse en cuenta laansiedad como situación atípica en los niños,principalmente porque es una causa desufrimiento, pero también porque tampocoresponderán a la EP.Existen dos tipos de trastornos ansiosos:Angustia de Separación y Trastorno por AnsiedadExcesiva.Bajo la Angustia de Separación un niño se niegaa separarse de una figura protectora (sus padreso abuelos, un hermano mayor, una empleada) yrehusa ir al colegio o cumplir otrasobligaciones que impliquen separación física.Puede presentar dolores de cabeza y estómago.Generalmente tiene pesadillas intensas o temora acostarse por las noches.La otra forma de ansiedad se denomina Trastornopor Ansiedad Excesiva. Se trata de niñosinseguros y extremadamente preocupados por supropio

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desempeño en el colegio, en los deportes y ensu vida social. Preguntan constantemente parareasegurarse a sí mismos y se los nota ansiososen lograr aceptación entre las personas conquienes tratan.Ambas patologías mejoran rápidamente con laatención de un sicoterapeuta infantil bienentrenado y asesoramiento familiar.

En resumen, las tres "situaciones atípicas" másimportantes y conocidas son:1) EL TRASTORNO ATENCIONAL CON HIPERQUINESIA, en que elniño presenta un déficit de atención conexcesivo movimiento y conductas que pueden lle-gar a ser disruptivas.2) LA DEPRESIÓN, en que el niño presenta unaretracción general en su estado de ánimo ovariaciones anímicas que no eran habitualespreviamente.

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3) LA ANSIEDAD (en sus dos formas)•La ansiedad de separación, en que el niño noquiere separarse de una figura protectora, paralo cual recurre a llantos, ruegos intensos ypresenta dolores, teniendo también pesadillasnocturnas y temor a acostarse.•El trastorno por ansiedad excesiva, en que elniño se manifiesta inseguro de sí mismo,fundamentalmente en su desempeño académico,deportivo y social.Cualquiera de estas tres situaciones atípicasson entidades clínicas que requierennecesariamente de la consulta profesional, yaque se trata de dificultades de comportamientoen las cuales la EP. si bien debe ser aplicada,resulta insuficiente.

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IXHIJOS RESPONSABLES

Hay dos palabras claves para los padres cuandoeducan a sus hijos: comprensión y firmeza.La comprensión exige, además del vínculonatural de cariño, el seguimiento coherente yconstante de los problemas que enfrenta un niñoy que suelen traducirse en mal comportamiento.La reacción espasmódica e irreflexiva de unpadre ante una conducta inadecuada de un hijoes ineficaz en el mejor de los casos y puedellegar a ser perjudicial.Es necesario, en cambio, comprender que ladesobediencia, el enojo y la rebeldía formanparte de una personalidad infantil enformación. Su corrección es responsabilidad delos padres, junto con los educadores en loscentros de enseñanza, excepto en los casos deperturbaciones de nivel patológico querequieren asistencia profesional especializada.Los padres deben tratar de entender por qué unhijo se porta mal y ayudarlo a corregir suconducta, a través de pasos coherentes yconsecutivos que incluyen la persuasión, laadvertencia, vías no violentas de castigo yformas de premiar que alienten al niño aperseverar en la buena senda.

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El complemento fundamental de este comprensivoseguimiento constante es la firmeza en suaplicación. Sin este ingrediente básicodesaparecerá la utilidad del plan de la EP quehemos explicado.Firmeza significa ejercer la autoridad paternasin interrupción ni claudicaciones. Un padreque cede por lástima o desaliento al ver que suhijo no actúa o reacciona en la formarequerida, pese a una medida correctiva, fra

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casará en su responsabilidad educativa. Cuandouna medida no surte el efecto buscado, serecurre a la siguiente, de acuerdo a los pasosque hemos detallado. De lo contrario, lavacilación o el desánimo paterno se transmiteal hijo, induciéndolo al desconcierto o aprofundizar sus conductas impropias.De la combinación permanente y ordenada decomprensión cariñosa y firmeza correctiva porparte de los padres, dependerá que el plan deEP se convierta en un instrumento útil paracriar hijos responsables y con una personalidadsana.La EP bien aplicada transmite a los hijos elmensaje de que los padres se preocupan por subienestar actual y futuro y que todo lo quehacen, aun lo que a los niños no les gusta, espor su bien.Esto ayuda a los hijos pequeños a desarrollarel control de sus emociones y a aplicar cadavez más el razonamiento en sus actos. El niñoorientado en este camino se dirige a unaadolescencia equilibrada y a una adultez madu-ra.La niñez bien orientada por los padres es elprimer gran paso en la búsqueda de la felicidada lo largo de la vida.La felicidad está determinada por un buenmanejo de las necesidades y la abundancia decariño, sabiendo discriminar lo imprescindiblede lo superfluo.

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El éxito de esta búsqueda depende de que cadapersona sea orientada desde sus primeros añosal máximo aprovechamiento de sus cualidadesbuenas y a desechar el desorden que se da poruna voluntad que también tiende al egoísmo yuna inteligencia que también tiende a quedarseen la superficie. En el aprendizaje de cómo serbueno y exitoso desempeña un papel decisivo elcrecimiento recto bajo la guía de la vara o"tutor" paterno que describimos al comienzo deeste libro.En esa tarea difícil, pero esencial deencaminar al niño a una vida de rectitud, la EPayuda a los padres. Pero es sólo un instrumentoque se les ofrece. Su utilidad depende, comocon todo instrumento, de que se lo utilicecorrecta y adecuadamente. La responsabilidadprincipal recae en los pro

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pios padres. Su esfuerzo responsable por educara sus niños con cariño, constancia y firmezadía tras día es lo que producirá hijos madurosy los ayudará a ser felices.

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