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Publicado en: Actas del AR&PA 2004, IV Congreso Internacional de Restauración "Restaurar la Memoria"; pp. 357 – 368. Diputación Provincial de Valladolid y Junta de Castilla y León. Valladolid, 2006. ISBN: 84-9718-360-6. Torres medievales exentas de iglesias al sur del Duero José Ignacio Sánchez Rivera* y Salvatore Barba** *Departamento de Física – Escuela de Arquitectura – Universidad de Valladolid – [email protected] **Dipartimento di Ingegneria Civile - Università degli Studi di Salerno - [email protected] En este trabajo se estudian tres ejemplos de torres de edificios religiosos que se presentan exentas, resultando como consecuencia de esta investigación que, además de esta característica, van a presentar otras, constructivas y compositivas, comunes. Corresponden a las poblaciones de Fuentelsol y Muriel de Zapardiel (Valladolid) y Villagonzalo de Coca (Segovia). El marco histórico y geográfico Se trata de tres lugares al sur del Duero, cuyo origen hay que buscarlo en la repoblación de la Extremadura Castellana a partir de la conquista de Toledo (el año 1085), si bien hay testimonios que permiten adelantar las fechas del poblamiento de la zona a fechas anteriores a la conquista toledana 1 . En aquellos años la posibilidad de un ataque musulmán sobre las llanuras de la Meseta Norte, entre el Duero y la Sierra de Guadarrama, era todavía una posibilidad cierta y de ahí surge la necesidad de fortificar y elevar sobre la llanura torres que pudieran servir de puntos de vigilancia y emisión de señales. Con la finalidad de comunicar instrucciones por señales de fuego o ahumadas se edificarían torres como las de Alcazarén u Honquilana, macizas y de gran superficie, de manera que pudieran mantener sobre su estructura, ausente de maderas, las piras necesarias para la emisión. Topónimos como Tordehumos o Almenara (que significa atalaya), próximo a estos núcleos, reafirmaría esta hipótesis 2 . Pero junto a esas torres se encuentran las que estudiamos en este trabajo, pues han resultado también macizas y sin intervención de la madera en su estructura básica. Muriel de Zapardiel La torre de las campanas se alza a 20 metros del hastial occidental de la iglesia de la Asunción, románica de ladrillo (o mudéjar, en el sentido en que se utilizaba hasta hace unos años este término), declarada Bien de Interés Cultural. La torre presenta planta poligonal por la macla de dos prismas rectangulares: el más antiguo corresponde a una torre más baja que ha sido absorbido dentro de otra mayor para componer la estructura actual. La más antigua muestra tres caras al exterior y una prolongación en uno de sus costados, a modo de llave para el arranque de un muro. Parece por tanto que se trataba de una de las torres que se unía, a través de lienzos más bajos y débiles, a otras similares formando un recinto amurallado. En efecto, por sus proporciones es muy similar a las del recinto de Olmedo, población cercana. Reafirma esta hipótesis el hecho de que Muriel fuera una fortificación del Temple y su iglesia estuviera bajo la advocación de San Juan. Desde la disolución de la Orden, pasó la iglesia a ser parroquia del lugar conociéndosela por el nombre de Santa María del Castillo y, actualmente, por la Inmaculada Concepción. Podría tratarse, por lo tanto, de un recinto defensivo templario con muralla exterior perimetral envolviendo la iglesia románica de cabecera trilobulada. De todo el primitivo conjunto sólo habría llegado hasta nosotros la cabecera y una de las torres, hoy transformada en torre de campanas, ya que el cuerpo de la iglesia fue demolido y reconstruido a comienzos del siglo XVI 3 .

Torres medievales exentas de iglesias al sur del Duero

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Publicado en: Actas del AR&PA 2004, IV Congreso Internacional de Restauración "Restaurar la Memoria"; pp. 357 – 368. Diputación Provincial de Valladolid y Junta de Castilla y León. Valladolid, 2006. ISBN: 84-9718-360-6.

Torres medievales exentas de iglesias al sur del Duero

José Ignacio Sánchez Rivera* y Salvatore Barba** *Departamento de Física – Escuela de Arquitectura – Universidad de Valladolid – [email protected]

**Dipartimento di Ingegneria Civile - Università degli Studi di Salerno - [email protected] En este trabajo se estudian tres ejemplos de torres de edificios religiosos que se presentan exentas, resultando como consecuencia de esta investigación que, además de esta característica, van a presentar otras, constructivas y compositivas, comunes. Corresponden a las poblaciones de Fuentelsol y Muriel de Zapardiel (Valladolid) y Villagonzalo de Coca (Segovia). El marco histórico y geográfico Se trata de tres lugares al sur del Duero, cuyo origen hay que buscarlo en la repoblación de la Extremadura Castellana a partir de la conquista de Toledo (el año 1085), si bien hay testimonios que permiten adelantar las fechas del poblamiento de la zona a fechas anteriores a la conquista toledana1. En aquellos años la posibilidad de un ataque musulmán sobre las llanuras de la Meseta Norte, entre el Duero y la Sierra de Guadarrama, era todavía una posibilidad cierta y de ahí surge la necesidad de fortificar y elevar sobre la llanura torres que pudieran servir de puntos de vigilancia y emisión de señales. Con la finalidad de comunicar instrucciones por señales de fuego o ahumadas se edificarían torres como las de Alcazarén u Honquilana, macizas y de gran superficie, de manera que pudieran mantener sobre su estructura, ausente de maderas, las piras necesarias para la emisión. Topónimos como Tordehumos o Almenara (que significa atalaya), próximo a estos núcleos, reafirmaría esta hipótesis2. Pero junto a esas torres se encuentran las que estudiamos en este trabajo, pues han resultado también macizas y sin intervención de la madera en su estructura básica. Muriel de Zapardiel La torre de las campanas se alza a 20 metros del hastial occidental de la iglesia de la Asunción, románica de ladrillo (o mudéjar, en el sentido en que se utilizaba hasta hace unos años este término), declarada Bien de Interés Cultural. La torre presenta planta poligonal por la macla de dos prismas rectangulares: el más antiguo corresponde a una torre más baja que ha sido absorbido dentro de otra mayor para componer la estructura actual. La más antigua muestra tres caras al exterior y una prolongación en uno de sus costados, a modo de llave para el arranque de un muro. Parece por tanto que se trataba de una de las torres que se unía, a través de lienzos más bajos y débiles, a otras similares formando un recinto amurallado. En efecto, por sus proporciones es muy similar a las del recinto de Olmedo, población cercana. Reafirma esta hipótesis el hecho de que Muriel fuera una fortificación del Temple y su iglesia estuviera bajo la advocación de San Juan. Desde la disolución de la Orden, pasó la iglesia a ser parroquia del lugar conociéndosela por el nombre de Santa María del Castillo y, actualmente, por la Inmaculada Concepción. Podría tratarse, por lo tanto, de un recinto defensivo templario con muralla exterior perimetral envolviendo la iglesia románica de cabecera trilobulada. De todo el primitivo conjunto sólo habría llegado hasta nosotros la cabecera y una de las torres, hoy transformada en torre de campanas, ya que el cuerpo de la iglesia fue demolido y reconstruido a comienzos del siglo XVI 3.

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La construcción de los lienzos de la torre se ejecuta con mampostería de piedra caliza, aprovechando granulometrías muy dispares, compactada con mortero de cal en cajas de ladrillo formadas por machones en las esquinas y verdugadas de varias hiladas, a intervalos de altura regular. Parece culminarse esta primera torre por unas almenas de mampostería orientadas en dirección contraria a la posición de la iglesia, que se correspondería con el exterior del recinto original. Coincide con las técnicas de fortificación fronterizas utilizadas en la zona durante los años finales del XII, durante la separación de los reinos de León y Castilla, en construcciones que aún pueden verse, aunque arruinadas, en Pozaldez, Pozal de Gallinas (Torrejón de Pero Miguel), Eván de Arriba y de Abajo y Villaverde de Medina (Torrejón de Romaguitardo)4.

Figura 1.- Sección perspectiva de la torre de Muriel de Zapardiel, donde se aprecia la parte más antigua, almenada, y los añadidos posteriores con la escalera interior ascendiendo en el macizo de la torre.

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Envolviendo por detrás y por encima esta primera estructura se reconoce otra, edificada con una técnica similar aunque con ladrillo diferente, que se presenta con mejor estado de conservación y con tamaños de las cajas de mampostería también distintos. El acceso se verifica por una puerta a cierta altura a la que se llega por escalera apoyada en un muro, posiblemente un lienzo de la muralla primitiva. La puerta se cierra por arco apuntado construido en ladrillo que parece obra del XIII, y se abriría en la parte que consideramos ampliación. Se deduce de ello que el cuerpo original debería ser anterior a esta fecha, como ha quedado explicado. Una vez traspasada la puerta se sube al cuerpo alto por escalera inserta en el macizo de la torre siguiendo una trayectoria perimetral, no del todo paralela a los muros exteriores. Esta característica de construirse sin vacíos ni aperturas, cuando podía haber resultado más económico plantear unos muros perimetrales y una escalera de madera apoyada en ellos, como es lo más frecuente en la región, redunda en la opinión de que se perseguía la finalidad de mantener una superficie amplia y accesible en su coronación sin materiales constructivos lígneos, por lo que podemos deducir que sería una torre defensiva o de observación y comunicación por ahumadas. Por último, sobre la construcción medieval se eleva el cuerpo de campanas en ladrillo que, por su aparejo, podemos fechar en torno al año 1600. Este cuerpo es de planta cuadrangular y regulariza el polígono del cuerpo inferior, en el que se inscribe. El número de ventanales que abre en cada flanco es distinto, ya que no es perfectamente cuadrado. Además, por la distinta tonalidad del ladrillo, muestra diferentes fases constructivas: la primera, hasta los dos tercios de su altura aproximadamente, en la que se abre un gran arco al costado de levante, frente al testero de la iglesia, y muestra las señales de haber avanzado sobre la fachada un balcón cubierto con tejado a dos aguas, posiblemente un conjuradero. En una segunda fase se elevan los muros hasta la altura hoy visible y se cierran los arcos de medio punto de las otras caras, que al principio sólo estarían cerrados por dinteles de madera entre machones de ladrillo, las actuales jambas de los arcos. Por último, se prolonga el muro sobre el balcón, posiblemente para elevar una espadaña cuya campana se tañería desde el propio conjuradero. Fuentelsol

Figuras 2 y 3.- Plantas y secciones de la torre de Fuentelsol.

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Cincuenta metros al sur de la parroquial de San Juan Bautista se alza la torre latericia de la iglesia. El edificio religioso consta de una capilla mayor y una nave, fundamentalmente construidas en el XVI y XVII 5, pero se conserva el muro norte con unas arquerías que muestran un origen medieval y vinculado al románico de ladrillo, posiblemente como edificio de tres naves.

Figura 4.- Secciones perspectivas de la torre de Fuentelsol.

Según informa el Catálogo Monumental, existió en época pasada otro edificio religioso consagrado a La Magdalena al sur del pueblo, asignando la torre hoy existente a un resto de aquella edificación. Sin embargo, el denominado pago la Magdalena es un terreno situado bastante más al sur, fuera del casco urbano, por lo que no parece probable que dicha iglesia estuviera tan próxima al actual edificio6. Por otra parte, la calidad y complejidad de la torre nos hace pensar que estaría asociada a algún edificio de notable envergadura, tal como la parroquial hoy existente, que llegaría a contar con tres naves románicas7. Sería, en consecuencia, un conjunto similar al de Muriel, con un edificio religioso y otras construcciones, posiblemente defensivas o de observación, en su contorno. La estructura exterior de la torre es homogénea pues se trata de un edificio totalmente construido en ladrillo y de un solo cuerpo con planta rectangular, casi cuadrada, orientada de norte - sur. Sin embargo al interior muestra una gran complejidad: En planta baja abre una cámara con bóveda de cañón apuntado en la orientación de la planta, que se comunicaba con el exterior a través de un arco apuntado de doble rosca de ladrillo abierto hacia el sur y actualmente cegado porque a ese costado se ha adherido una vivienda8. Hoy se accede por un hueco irregular, a modo de mina perforada en el ladrillo, por el flanco norte. La subida al cuerpo superior se hace, como en Muriel, por una puerta en el primer piso que da acceso también a una escalera que sigue un recorrido interior paralelo a los muros, rodeando la cámara central. La escalera se techa con bóveda apuntada por tramos escalonados. El cuerpo alto, hoy de campanas, es el resultado de unificar dos niveles de la construcción medieval que originalmente estarían separados por un forjado de madera, pues son visibles hoy día los mechinales.

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El nivel inferior abre en cada una de sus caras sendas puertas bajo arco apuntado de doble rosca, remetida la inferior. Ignoramos la forma del costado occidental, ya que todo este lienzo desde la puerta de acceso hasta el alero se rehizo en el siglo XVII, desfigurando su apariencia. Ignoramos el servicio que prestarían estas puertas hoy cegadas pero que en su momento hemos de suponer abiertas sobre otras estructuras menores. El hecho de que en unos casos se sitúen a la izquierda del lienzo de fachada y en otros a la derecha, unido a que desconocemos el estado original del muro occidental, nos impide dar otra explicación a la utilidad de tales puertas abiertas a casi 8 metros de altura.

Figura 5.- Perspectiva cónica de la torre de Fuentelsol seccionada, donde se observa la cámara inferior, el acceso por primera planta y escalera con bóvedas escalonadas.

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Sobre este cuerpo, sin solución de continuidad, se levanta el de coronación, consistente en un cuerpo con tres ventanas en cada lienzo, a excepción del occidental que, como se ha dicho, se encuentra desfigurado. Cada grupo de tres ventanas consta de dos mayores, situadas en los extremos, con arco apuntado de doble rosca, remetida la inferior, y una ventana más pequeña en la posición central bajo arco apuntado de rosca simple. La escalera arrollada en torno a un machón central es una composición típica del mudéjar toledano9, también difundida por Tierra de Campos10, y puede observarse en la periférica iglesia de San Lucas de Toledo, otra disposición de huecos similar, con dos puertas de arco apuntado en un lateral de la torre bajo el cuerpo de campanas11. La torre, exceptuando la fachada a poniente, puede fecharse en el siglo XIII. Lo más interesante resulta la cámara interior rodeada por la escalera de acceso al cuerpo superior. Esta estructura puede observarse en torres de influencia almohade. Así, la misma Giralda sevillana se construye con una rampa en torno a un espacio central cuadrado12. Pero la referencia más cercana son las torres mudéjares turolenses, como la de San Pedro, cuyas escaleras se techan del mismo modo que Fuentelsol: por medio de bóvedas escalonadas13, si bien en Teruel son falsas bóvedas, manteniendo cámaras abovedadas en el interior. Villagonzalo de Coca Aunque en la provincia de Segovia, la cercanía a los dos lugares anteriores hace que esta torre deba estudiarse conjuntamente con las de Valladolid. Se trata de una construcción medieval, que está hoy adosada a un costado de la iglesia parroquial que es tres siglos posterior. Están ubicadas a una considerable distancia del casco urbano por lo que, en nuestra opinión, se trata originalmente de una torre exenta que tuvo una finalidad de observación, pues el lugar donde se alza tiene las mejores vistas sobre el valle del Eresma y la Tierra de Coca. Posteriormente, en el XVI, se edificaría un nuevo templo parroquial aprovechando la estructura de la torre como soporte del campanario, aunque la iglesia quedara entonces considerablemente alejada del diminuto caserío. Existen espacios vacíos en el casco urbano, hoy plazas, que quizá se han originado por la eliminación del edificio religioso original. La torre de Villagonzalo es de planta prácticamente cuadrada y muestra dos partes fácilmente diferenciables: el cuerpo inferior troncopiramidal, construido con hormigón entre cajas de ladrillo y que por su estructura interna es claramente medieval, datable en el siglo XIII, y la coronación del cuerpo de campanas, totalmente de ladrillo, que parece obra del XVI o XVII. La erosión de los flancos más expuestos a las aguas pluviales ha desgastado algunas cajas, que han sido recubiertas de mampuestos. El acceso se realizaba por planta baja, a través de un arco apuntado que comunicaba con un pasillo con bóveda de cañón apuntado, y conducía hasta una cámara de bóveda apuntada orientada de norte a sur. Las bóvedas del pasillo y la cámara no están alineadas, como en Fuentelsol, ya que el corredor desemboca junto a un rincón, enrasado al muro. En medio del pasillo se abre otra puerta donde se inicia la escalera de acceso al cuerpo alto, que discurre en el muro perimetral, rodeando la cámara central. Se techa por tramos de bóveda apuntada escalonada, como los casos anteriores estudiados. En cada uno de los lienzos perimetrales abre una aspillera de iluminación. La plataforma superior se señala en el exterior por una banda de ladrillos en sardinel, mínima expresión de las cenefas decoradas de las torres toledanas a las que es tan afín. El cuerpo de coronación muestra dos etapas constructivas. En la primera, se levantaron cuatro machones en las esquinas con aparejo descuidado, aparentemente con la intención de establecer un tejado sobre la torre. Estos machones siguen la inclinación de los lienzos inferiores, por lo que parece ser una obra relacionada íntimamente con la base y, en consecuencia, de hechura también medieval aunque posterior. Corona la torre se alza el cuerpo de campanas, que cierra los espacios

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entre los machones y se eleva sobre ellos con un ladrillo muy regular aparejado a tizones. Los huecos de campanas se cierran con arcos de medio punto de amplia rosca y buena ejecución. Destaca en esta torre la cámara inferior, hoy sacristía, a la que se accede por una rotura en el muro de levante, pero que antes era accesible por otra apertura irregular en el muro en el arranque de la escalera. La puerta original, que da sobre el costado del Evangelio, está clausurada. Actualmente esta sacristía se cierra por falso techo que deja un generoso espacio superior hasta la bóveda.

Figura 6.- Perspectiva axonométrica de una sección de la torre de Villagonzalo de Coca, con su escalera perimetral integrada en el muro rodeando una cámara inferior abovedada.

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Por sus características estructurales es asimilable a la de Fuentelsol y su escalera perimetral encastrada en el muro, girando entorno de la cámara interior, es su característica más genuina. En cualquier caso, la estructura de machón central y escalera perimetral, junto con el aparejo de ladrillo y el mampuesto en franjas horizontales es característica común de las torres mudéjares toledanas construidas después de la conquista o rematadas en esa fecha, aunque el fuste fuera aprovechada de una mezquita anterior14. Es interesante comparar las medidas de las tres torres en su parte medieval. Resultan de una altura muy parecida, entre los 11,35 y los 12 metros, considerando que la de Fuentelsol tendría 11,85m hasta el volteo de los últimos arcos. Si tenemos en cuenta los rellenos del terreno, que introducen modificaciones en las cotas que no podemos determinar, sí que parece que las tres torres son de una altura prácticamente similar. También son muy parecidas las anchuras: entre 5,17 y 5,70 metros. En consecuencia, la proporción de alto/ancho resulta muy pareja: 2,12 para Villagonzalo, 2,06 para Muriel y 2,46 para Fuentelsol. Es pues evidente que, salvando las modificaciones del terreno, están en una proporción ligeramente superior al doble de alto que de ancho.

Figura 7.- Comparación de los alzados y plantas de las torres de Villagonzalo, Muriel y Fuentelsol.

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Desarrollo del trabajo y consideraciones El primer paso en un levantamiento ha sido siempre de conseguir toda la documentación disponible, para un perfecto conocimiento del edificio. En efecto, sin información dibujar es muy difícil. Pero la idea desarrollada en este trabajo para la arquitectura no catalogada es que gracias a la potencialidad de la infografía, es posible proceder al contrario: es decir dibujar un edificio para ‘después’ conocerlo. Tenemos así la posibilidad, por medio del dibujo en Cad 3D e implementando aplicaciones informáticas de la homografía, releer la historia y, por lo tanto, recrear una determinada construcción. Este estudio ha empezado por considerar que acerca de las torres mudéjares del sur del Duero existen sólo algunos tratados generales, pero insuficiente información en cuanto a sus dimensiones y casi ninguna representación gráfica. Cuando tenemos que levantar y dibujar un elemento del patrimonio arquitectónico del que nunca ha sido trazada ni siquiera una línea, lo único que se puede, o mejor, se debe hacer es visitar construcciones semejantes en su forma, género y, evidentemente, en su contexto histórico. Éste nos permitirá tener idea sobre lo que no aparece; así más que dibujar lo real, tendremos la posibilidad de representar lo que de la realidad hemos perdido, recuperando la imagen del patrimonio desaparecido15. Las torres y campanarios mudéjares al sur del Duero, en particular, además de no estar en muchos casos catalogados, pertenecen a la llamada arquitectura de los lugares: marcan el paisaje plano con su altura permitiendo así individualizar el sentido en el territorio próximo y hacen pensar en un primitivo fin defensivo o de fortificación. En cada una de las torres que se presentan en este trabajo, se ha realizado la medición de la planta por medio de triangulaciones (con bases de apoyo colocadas aproximadamente a una decena de metros desde las fachadas). En los interiores se midió, siempre que fue posible, el muro original aunque la presencia de particiones, vacíos y revocos complicó no poco el trabajo de campo. Para los alzados se han realizado todas las medidas posibles con el auxilio de un flexómetro y, además, siempre se ha medido la anchura de cada hilada de ladrillo. En concreto, para cada tipo de ladrillo se midieron grupos de diez hiladas – incluida la junta – para obtener, por medio de una simple media aritmética el valor ‘más probable’ de la anchura de estos ladrillos y de sus juntas. Hoy es posible, mediante procedimientos digitales, filtrar la información fotográfica de un elemento arquitectónico, corregir su perspectiva y convertirlo automáticamente en un dibujo. Por lo tanto hemos efectuado una serie de tomas fotográficas, obteniendo así las imágenes para identificar bien las hiladas de ladrillos e implementar aplicaciones de fotogrametría elemental digital16. En este caso específico, para el levantamiento de las fachadas de las tres torres y la consecuente restitución gráfica, se han utilizado dos programas de fotogrametría no convencional: HOMOGRAF (desarrollado por la Universidad de Alicante) y RDF (experimentado en el Laboratorio de Fotogrametría de la Universidad de Venecia). El primero, una aplicación infográfica, permite obtener el levantamiento gráfico mediante transformación proyectiva trabajando exclusivamente sobre variables gráficas; el segundo, en cambio, realiza la rectificación de imágenes digitales para la construcción de foto-planos arquitectónicos. Esta nueva tecnología – en particular el foto-plano digital como el de la torre de Muriel de Zapardiel – permite conseguir una multiplicidad de datos, pero además posibilita la conservación de todas las informaciones no métricas importantes, tales como: color, trabajos sobre la piedra, características físicas de las superficies, etc. Todas son susceptibles de una nueva elaboración y permiten un exacto análisis de la fachada; es como tener una representación casi objetiva de la realidad con la ventaja de ser perceptible también por un público no técnico. El supuesto fundamental para el empleo de estos métodos de levantamiento es que el objeto a levantar sea plano, o mejor, que pueda ser considerado como tal, aunque sea por partes. Con esta técnica es posible ejecutar medidas bidimensionales y, en último término, retomar las dimensiones de cada tipo de ladrillo y de sus juntas.

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En la restitución gráfica, la textura de ladrillos así obtenida ha sido sobrepuesta, a modo de piel, al modelo sólido tridimensional elaborado con el programa Autocad. Así hemos podido obtener una reconstrucción virtual e ideal del momento de la edificación, volviendo a colocar, por ejemplo en el caso de la torre de Fuentelsol, todas las ventanas hoy desaparecidas, a partir de los indicios recogidos durante la inspección. En la práctica, para estas torres el dibujo infográfico tridimensional ha sido utilizado como una metodología de investigación no destructiva17. También gracias a la técnica infográfica de dibujo tridimensional hemos hecho una restauración virtual de estas construcciones – hasta al momento no investigadas –, para obtener hipótesis de sus perspectivas: una restauración de las vistas ya desaparecidas. Además de la perspectiva axonométrica, en efecto, se ha revelado de forma muy eficaz elegir la perspectiva cónica desde el suelo porque el mudéjar, con su característicos arcos concéntricos, los ladrillos recortados en nacela y los frisos de ladrillos en esquinilla está pensado para observarse desde ese punto de vista. Representar las torres mudéjares de vigilancia al sur del Valle del Duero por medio del dibujo tridimensional se muestra como un instrumento para la compresión de este fenómeno: tanto de los episodios particulares como también del sistema del cual forman parte. Esto ha permitido estudiar y analizar las proporciones relativas, técnicas constructivas, analogía en el empleo de los materiales, los repertorios ornamentales, la composición y, en general, las relaciones y la evolución temporal. En efecto, aplicando recursos infográficos se puede recorrer la evolución del edificio desde su origen pasando por todas sus vicisitudes constructivas, simplemente realizando un ábaco o una ficha en la que se analizan los distintos tipos de ladrillo utilizados (según la dimensión, superficie, aspecto, color, dimensión y trabajado de sus llagas), individualizando así las intervenciones efectuadas en las diferentes épocas (por ejemplo, por la torre de Villagonzalo de

Figura 8.- Torre de Santa María en Muriel de Zapardiel una vez que ha sido rectificada la imagen, mostrando sus líneas básicas horizontales y verticales.

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Coca han sido descubiertos cuatro tipos diferentes de ladrillos que se remontan fundamentalmente a los siglo XIII, XIV-XV, XVI y a tiempos más recientes). Este procedimiento – la restitución fotogramétrica unida a la construcción de un modelo tridimensional – se ha demostrado que es un método útil para el estudio comparado de este particular patrimonio medieval de ladrillo, rico en singularidad y particularidad; se puede así comprender mejor y valorar cada forma original de este sistema de vigilancia mudéjar (y utilizamos este término en su acepción general, aunque la sabemos imprecisa). Pero además estamos en disposición de volver a la luz la imagen de edificios tan deteriorados que la observación fotográfica o su rectificación, o incluso la visita, no nos permitiría hoy conseguir un icono de su pasado. Así, ha sido posible obtener una reconstrucción virtual ideal de los edificios originales, lo que ha permitido comprender, con la ayuda del modelo tridimensional, este singular fenómeno de las torres de vigilancia todavía sin catalogar. El objetivo de este trabajo ha sido precisamente descubrir de nuevo el mudéjar injustamente considerado arquitectura menor, olvidado e insuficientemente valorado: es verdaderamente ‘restaurar la memoria’. 1 Ruiz Asencio, J. M. “La provincia de Valladolid en la Alta Edad Media (siglos VIII – XI)”, en Historia de Valladolid (tomo II: Valladolid Medieval). Ateneo de Valladolid. Valladolid, 1980. 2 Romeo López, J. L. “Comunicaciones mediante señales ópticas en Castilla durante la Edad Media”, en IV Congreso de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de la Técnica. Junta de Castilla y León. Valladolid, 1988. Págs. 801-809. 3 Brasas Egido, J. C. Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid: Tomo X. Antiguo Partido Judicial de Olmedo. Diputación Provincial. Valladolid, 1977, 2000. Pág. 142. 4 Mañanes, T.; Valbuena, F. y Alonso Ponga, J. L. “Torres y fortalezas medievales al sur del Duero en la provincia de Valladolid”, en B. S. A. A. XLIII, 1977. Págs. 111-126. 5 Marcos Villán, M. A. y Fraile Gómez, A. M. Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid: Tomo XVIII. Antiguo Partido Judicial de Medina del Campo. Diputación Provincial. Valladolid, 2003. Pág. 77. 6 Cart. Militar de España. Hoja 15-17, 1/50.000, “Medina del Campo”, del Servicio Geográfico del Ejército, año 1997. Cuadrícula 338 4560. 7 Marcos Villán, M. A. Et al. Op. Cit. Pág. 84. Para dar una idea de la importancia del primitivo templo téngase en cuenta que cuando se limpiaron los terrenos alrededor de la iglesia en 1748 se anota en los libros de fábrica que salieron más de 7000 ladrillos. 8 Marcos Villán, M. A. Et al. Op. Cit. Pág. 82. Se realizan obras en 1615 “... en la casilla que está debajo de la torre” y en 1650 se repara la iglesia, la ermita y otra vez “... la torre ansi de maderas, tejas, cal y demás materiales”. Dos años más tarde se gasta una gran suma “... en adereço de la panera que esta debaxo de la torre, de cal, ladrilos y maestro”. Luego adosada a la torre estaba la cilla. En la comarca es posible ver aún las cillas cerca de los edificios parroquiales en Lomoviejo, Rasueros, Aguasal o Fuente Olmedo, por ejemplo. En 1748 se hacen dos paneras debajo de la torre, que por su importe hemos de pensar que sería una obra menor, consistente por lo tanto en una subdivisión de lo existente. 9 Gómez Moreno, M. El mudéjar toledano. Madrid, 1916. 10 Torres Balbás, L. Arte Mudéjar. En Ars Hispaniae, tomo IV. Plus Ultra. Madrid, 1949. pp. 237 y ss. 11 VV. AA. Arquitecturas de Toledo (2 tomos). Servicio de Publicaciones. Junta de Comunidades de Castilla - La Mancha. Toledo, 1991. 12 Almagro, A. y Jiménez, A. La Giralda. Madrid, 1985. Casariego, M. La Giralda de Sevilla. Ediciones Zigzag. Madrid, 1989. 13 Almagro Gorbea, A. “Arquitectura mudéjar de Teruel” en Teruel mudéjar, Patrimonio de la Humanidad (Borrás, G. Coord.). Zaragoza, 1991.Págs. 157-200. Almagro Gorbea, A. “Construcciones árabes en ladrillo y su restauración” en Congreso Internacional sobre restauración del ladrillo. Instituto Español de Arquitectura. Sahagún, 1999. Págs. 59-80. 14 Gómez Moreno, M. Op. Cit. 15 Iannizzaro, V. Considerazioni sul rilievo per l’architettura. CUES. Salerno, 2003. Barba, S. “Un’applicazione della fotogrammetria non convenzionale: la torre di Fuentelsol” en Actas del X Congreso Internacional de EGA. Universidad de Granada. Granada, 2004. Págs. 377-383. 16 Maestre López-Salazar, R. & Irles Más, F. Levantamiento de planos de fachadas a partir de una fotografía. Perspectivas. Publicaciones de la Universidad del Alicante. Alicante, 2002. 17 Sánchez Rivera, J. I.; González Fraile, E. y Arenal Gutiérrez, N. “Representación tridimensional del mudéjar vallisoletano”en Actas del Congreso AR&PA, III Congreso Internacional de Restauración. Valladolid, 2002. Págs. 593-598.