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011.- Restaurando
el día de
reposo /
shabbat
Ernesto Farga
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011.- Restaurando
el día de reposo/shabbat
Al concluir su obra creadora, “vio Elohim que todo lo que había sido creado era
bueno en gran manera” Gn 1: 31. Y contra esta belleza, el archiengañador, quien ya se
había rebelado en el cielo, y echado a la tierra por causa de esa misma rebelión, iba a
lanzar sus dardos para que, lo que había sido creado para el deleite del ser humano,
llegara a ser todo lo contrario y culpar al mismo Creador, de lo que hoy, por ejemplo
estamos viendo en nuestros días.
Pero, a pesar de ver como la mano del enemigo anda suelta por el mundo, podemos
contemplar todavía algo de aquello que el mismo Creador dijo al terminar su obra de la
creación: “bueno en gran manera”. Hay en la misma naturaleza, señales evidentes de
aquella creación que fue dada a nuestros primeros padres para su deleite.
Una creación que debiera de haber sido también para nosotros, si no hubiera entrado el
pecado en el Edén. No sabemos el tiempo que pudo transcurrir mientras Adán y Eva
gozaron de perfecta paz y de obediencia. Lo que sí hallamos es la tentación y la entrada
del pecado y a continuación se nos revela, las consecuencias que el mismo ocasionó
tanto al animal que fue usado por satanás para tentar al hombre, y a nuestros padres por
haber violado la ley que les fue dada para mostrar o no su obediencia.
“Enemistad pondré entre ti (satanás) y la mujer (iglesia, las almas fieles), entre tu
simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza y tú en el calcañar” Gn 3:15
Y el apóstol Pablo nos dice quién es esa simiente: “… Y a tu simiente, la cual es
Yahshua” Gál 3:16
Es evidente de que, desde la misma entrada del pecado, Adán que fue creado para ser el
regente de la tierra, perdió su poder y éste fue usurpado por el autor del pecado, quien
como representante de esta tierra, tenía, antes de dar muerte al Salvador la posibilidad
de acceder a los concilios que el Padre y el Hijo mantenían con los representantes de los
otros mundos.
“Un día vinieron a presentarse delante de Yahweh los hijos de Elohim, entre los
cuales vino también satanás. Y dijo Yahweh a satanás: ¿De dónde vienes?
Respondiendo satanás a Yahweh le dijo: De rodear la tierra y de andar por ella”
Job 1:6,7 Y en la revelación, se nos confirma que la rebelión que se inició en el cielo,
que prosiguió en el Edén al engañar a nuestros primeros padres, sigue y seguirá hasta
que termine el tiempo de gracia para toda la humanidad. Ya que el propósito de: “el
gran dragón, la serpiente antigua, diablo y Satanás que engaña al mundo entero”
Ap 12:9 Pero, a pesar de esta gran verdad, la mayoría de personas no pueden aceptar
que esto sea una realidad.
Como “príncipe de este mundo” Jn 12:31; 16:11, su agente terrenal, la Iglesia Católica
Apostólica Romana, gobierna el mundo religioso a través del Concilio Mundial de
Iglesias, donde están todas las denominaciones que creen la enseñanza de un dios
compuesto por 3 dioses en uno solo, llamado TRINIDAD. Por otra parte, poco tiempo
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después de finalizar la II Guerra Mundial, instituyó la ONU y el mundo político
también bajo su control al igual que el mundo religioso.
Y entre ellas, hay un compromiso de respeto mutuo, por tal razón, ya hoy, la iglesia que
a pesar de que digan que no es miembro, lo es, está echando al cajón de la basura el
triple mensaje angelical que debiera de preparar un pueblo bien dispuesto para recibir al
Creador y Redentor cuando venga a redimir a sus escogidos. Y parece que, su tema
favorito es defender la enseñanza pagana de un dios trino = TRINIDAD, con tantos
sermones, libros, folletos… lavando el cerebro de los feligreses que, por no estudiar,
están acercándose cada día más al sistema papal.
Desde hace unos 40 años más o menos, estamos viendo el gran cambio que ha hecho la
iglesia de Roma, atrayendo sobre sí, al mundo protestante y al mundo entero para
prepararlo para imponer el Nuevo Orden Mundial. Es evidente que, aquella iglesia que
fue levantada en 1863 con el nombre de ASD solo le queda el nombre, porque ya su
mensaje original que era tan diferente a las demás, ha desaparecido e inclusive, se
pretende eliminar a la mensajera quien recibió las verdades para este movimiento, para
convertirnos en una iglesia más que rendirá homenaje al papado, al aceptar e imponer a
su feligresía la adoración del domingo en lugar del shabbat. (ver estudios de La
apostasía … y hermana de la caída babilonia en: www.unavozsinfronteras.com.ar)
Y de acuerdo a la historia bíblica, desde la misma entrada del pecado, hay una
enemistad entre los hijos de Yahweh y los seguidores de satanás.
La triste historia entre Caín y su hermano Abel es una realidad de lo que se pretende
querer compartir con usted amado lector. El primero al estar desobedeciendo al Creador
al presentar sus sacrificios de la cosecha de la tierra en lugar del corderito, sin pretender
serlo, se convirtió en un instrumento de satanás, y como tal, no podía seguir tolerando la
vida perfecta de Abel y le dio muerte. ¿Por qué? ¿Ha escudriñado por qué Caín dio
muerte a su hermano Abel? Tampoco nos lo dice la Escritura, pero, si nos da evidencias
de algo a tener muy en cuenta.
Adán y Eva, tuvieron muchos hij@s, y sólo nos habla de ellos dos, en primer lugar.
Siempre aparecen en las genealogías el nombre del primogénito y después nos dice que
tuvieron hijos e hijas… pero no dicen cuantos, a no ser que sea un caso especial, como
Dina y los doce hijos de Jacob que dieron origen a las doce tribus de Israel.
De los hijos de Adán y Eva, parece que el único que seguía las enseñanzas recibidas y
transmitidas de sus padres era Abel, y de él tendría que venir la simiente del Mesías.
“Enemistad pondré entre ti (satanás) y la mujer (iglesia, las almas fieles), entre tu
simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza y tú en el calcañar” Gn 3:15
Y el apóstol Pablo nos dice quien es esa simiente: “… Y a tu simiente, la cual es
Yahshua” Gál 3:16
¿Qué hizo satanás? Astuto el enemigo, incitó en la mente de Caín para que diera muerte
a Abel y de esta manera, evitar que pudiera venir la simiente prometida. Por eso nos
sigue diciendo la Escritura que, después “de ciento treinta años, engendró un hijo
conforme a su semejanza, conforme a su imagen y llamó su nombre Set” Gn 5:3 y
vemos en la genealogía de nuestro Salvador que vino de la descendencia de “Set, hijo
de Adán, hijo de Elohim”. Lc 3:37 Evidencia de que antes, no había ningún hijo de
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Adán mediante el cual pudiera venir la simiente de nuestro Redentor. ¡Qué tristeza
habría en Adán y Eva al ver como por su pecado, ellos presenciaban ya la enemistad
profetizada y, como uno de sus propios hijos, salido de sus lomos, uno igual a ellos,
diera muerte a su propio hermano. La enemistad entre las dos simientes, era evidente
desde la misma entrada del pecado y sigue siendo y lo será hasta que venga nuestro
Salvador para poner fin a esa enemistad.
Es una evidencia de que sólo hay dos caminos. El camino del mal y el camino del bien.
Los seguidores de Satanás, los desobedientes, y los seguidores de Yahshua de Nazaret,
las almas fieles, los que le aman y guardan sus mandamientos. Jn 14: 15
Así lo expresó también nuestro Salvador cuando estuvo entre nosotros: “Entrad por la
puerta estrecha porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la
perdición y muchos son los que entran por ella, porque estrecha es la puerta, y
angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” Mt 7: 13,14
No hay una tercera opción. No hay un tercer grupo. O somos, o dejamos de ser. Y eso
es lo que marca la diferencia y cada uno de nosotros, con nuestras acciones, decidimos
en que camino andar. A que grupo pertenecer. Nosotros mismos decidimos nuestro
destino y es por eso que, el enemigo, “como león rugiente anda alrededor buscando
a quien devorar” 1 Pe 5:8
Sabemos que el pecado entró en este mundo para mancillar esta obra perfecta. Y el
enemigo como león rugiente, se lanzó abiertamente para contrarrestar la obra de la
creación. Todo lo que tuvo su origen en el Edén, la dieta para el hombre, la familia
definida entre hombre y mujer como esposos y el día de reposo/shabbat, satanás, está
haciendo todo lo posible para echar por tierra la obra perfecta de la creación, y después,
echar las culpas al Creador por lo que ha hecho.
En el presente estudio, nos daremos cuenta que precisamente en la observancia del
shabbat, hay una gran recompensa para aquellos que lo guarden conforme al
mandamiento.
La proclamación del evangelio/buenas noticias, a un mundo en pecado, es la gran
comisión que nuestro Creador y redentor, dejó como un legado para sus emisarios de
todos los tiempos. “Y será predicado este evangelio/buenas noticias del reino en
todo el mundo, para testimonio a todas las naciones y entonces vendrá el fin”
Mateo 24: 14 Y en la Revelación nos confirma tal misión: “Vi volar por en medio del
cielo a otro ángel/mensajero que tenía el evangelio/buenas noticias eternas, para
predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo” Ap
14:6 con el triple mensaje angelical, como el último mensaje de amor y de misericordia
a un mundo rebelde y a una iglesia en apostasía.
Muchos, la inmensa mayoría confían este legado a la iglesia a la cual pertenecen y
creen que, son los otros, los dirigentes, los asalariados y no uno mismo, quien recibió
del mismo Creador la gran comisión que debe ser vivida en primer lugar y después
enseñada.
Cuando Yahshua entregó su vida por el pecador en el madero, el emisario Shaul/Pablo
nos dice: “Y todo esto proviene de Elohim el Padre, quien nos reconcilió consigo
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mismo por Yahshua, y nos dio el ministerio de la reconciliación … y nos encargó a
nosotros la palabra de la reconciliación” 2 Cor 5: 18,19 En otras palabras, una vez
reconciliados por la obra mediadora y reconciliadora que nuestro Creador y Redentor
está llevando a término en el Santuario celestial como nuestro único Abogado y
Mediador (1 Jn 2:1; 1 Tim 2:5), hemos recibido cada uno de nosotros, no los demás,
sino cada uno de nosotros, usted y yo en forma personal, el ser “embajadores en
nombre de Yahshua… y como colaboradores suyos” 2 Cor 5:20; 6:1 poder cumplir
con la gran comisión que se nos dejó.
Entender estas buenas noticias del reino que deben ser enseñadas, es formar parte de ese
grupo de creyentes que, en el mundo entero, comprenderán plenamente el significado
del plan de la salvación y de la tremenda responsabilidad que se nos dio como emisarios
de Aquel que dio su vida por nosotros en el madero. Y fruto de ello, como dijo el
apóstol de los gentiles, debemos ser “embajadores y colaboradores” 2 cor 5:20; 6:1
con el Rey del Universo.
No entender esta misión, es no haber entendido nuestra responsabilidad ante un mundo
que perece a nuestro alrededor por falta del conocimiento de esas buenas
noticias/evangelio que debe ser vivido y luego enseñado, “para preparar al Salvador
un pueblo bien dispuesto” Lc 1: 17 para recibirle.
Y dentro de esa gran comisión, tan amplia y profunda, nos damos cuenta que, todos,
hemos sido llamados también a ser “centinelas, atalayas” para poder cumplir con esa
misión que hallamos en Ez 3: 16… para amonestar al impío y al pecador cuando los
vemos en pecado…
Y uno de los mandamientos que más pisotea la sociedad y, lamentablemente, el pueblo
que dice que guarda su ley, es precisamente el cuarto mandamiento: El día de reposo, el
día de shabbat. Por lo general, cuando tengo la oportunidad y privilegio de dirigirme en
mis conferencias a los hnos que están presentes, les hago la pregunta: “¿cuál es el
mandamiento que más pisoteamos como adventistas del séptimo día?” La respuesta,
como los truenos en el monte Sinaí, es: EL SHABBAT/EL DIA DE REPOSO… el 4º
mandamiento.
Pero, no es tan sólo el movimiento adventista del séptimo día, en términos generales,
quien viola el cuarto mandamiento. A lo largo de mi experiencia evangelizadora, he
tenido el privilegio de estar en congregaciones que también dicen que guardan la ley y
por lo tanto, aseguran que el día de reposo, el shabbat, sigue vigente todavía. Pero, por
lo presenciado en vivo, como que la santidad del 4º mandamiento se ha olvidado y se
vive como un día normal excepto que es un día de culto, donde los miembros van al
lugar de reunión y nada más. Para la mente de la gran mayoría, ya no se discierne que el
shabbat, no nos corresponde para nada a nosotros, sino que es de Yahweh y debe ser
vivido de tal manera, que, podamos honrar y reverenciar su nombre mediante la
perfecta obediencia en este día que fue apartado para EL, desde la misma creación. La
mundanalidad de los tales, es tan evidente que, se percibe en su forma de vivir y de
actuar, despreciando los consejos que hallamos ya que la amistad con el mundo, es
“enemistad con Yahweh” Thiago 4:4
Lamentablemente, tanto los primeros como estos últimos, siempre hablando en
términos generales, son, por lo que he podido ver con mis propios ojos, violadores del
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día de reposo, violadores de esa ley que dicen que debemos guardar y, por lo tanto,
transgresores y pecadores, porque el pecado es “infracción de la ley” 1 Jn 3:4 y
finalmente el transgresor, si sigue violando cualquier punto de la ley, recibirá la
sentencia, pues “la paga del pecado es muerte” Ro 6:23
El shabbat/reposo tuvo lugar en la misma creación
Moisés, el autor del libro de Génesis junto con los otros libros que se conocen como
Pentateuco, bajo inspiración divina, nos relata la creación de todas las cosas que vemos
en un periodo literal de seis días. “Y fue la tarde y la mañana, el primer día… el
segundo día… el tercer día… el cuarto día… el quinto día… el sexto día… (Génesis
1) Y cuando terminó la creación con la obra maestra, el hombre, “vio Elohim todo lo
que había hecho, y he aquí era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana
el día sexto” Gn 1:31
Notemos, amado lector, que en la creación no hay nombre para definir los días creados.
Y fue el primer día, el segundo día, el tercer día… y así hasta que llegamos al último
día que fue el séptimo día.
Ni aún el séptimo día se le dio nombre. La palabra shabbat procede del hebreo que
significa reposo. Y vemos que, a la conclusión de la creación, al finalizar su obra con el
hombre, nos sigue diciendo Moisés: “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y
todo el ejército de ellos… Y acabó Elohim en el día séptimo la obra que hizo, y
reposó el día séptimo de toda la obra que hizo… Y bendijo Elohim al día séptimo y
lo santificó/apartó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la
creación” Gn 2: 1-3
El shabbat, el día de reposo, tuvo su origen en la misma creación y dado a nuestros
primeros padres y posteriormente para todos sus hijos. Fruto de esa genealogía, estamos
todos nosotros que, procedemos de ellos. Si aceptamos que ellos fueron nuestros padres,
y recibieron el shabbat para guardarlo como otra señal más de adoración a su creador…
entonces, lo que fue dado para ellos, debe ser válido también para nosotros, que
decimos que somos sus hijos. Por tanto, nuestros primeros padres sin tener ninguna
raza, ni casta ni religión, guardaron el día de reposo siguiendo los consejos dados y
transmitidos posteriormente de padres a hijos.
Nuestro gran problema es, como antaño, escuchar la voz de la serpiente, mediante
mensajes subliminales donde intenta restar la importancia de la observancia a esa ley y
al día de reposo instituido en la misma creación.
Algunos, no sé si malintencionados o no, negligentes en la Escritura o no, prejuiciados
o no dicen que el shabbat, el día de reposo fue dado para los judíos. Es por eso que, uno
se cuestiona y ve, como la mayoría son como el papagayo que solo repiten lo que oyen
sin tener un fundamento sólido para sus manifestaciones. ¿Eran Adan y Eva judíos?
¿No fueron acaso los padres de todos los habitantes de la tierra? ¿No procedemos de
ellos? ¿Dónde estaban los judíos en el Edén? En ninguna parte. Pero, se olvidan de que
la Escritura y el plan de la redención fue dejado a ellos en primer lugar.
Entonces, al concluir la semana literal de la creación, Moisés, bajo inspiración divina
nos dijo relacionado con este día: “Y bendijo Elohim al día séptimo y lo
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santificó/apartó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la
creación” Gn 2:3
Tres aspectos muy importantes que hallamos en este pasaje. Bendijo; apartó y reposó.
Tres bendiciones que pueden ser nuestras si, entendemos y cumplimos con la
importancia que tiene el día de reposo/shabbat en el plan de la salvación.
Entonces, si sabemos que debe ser guardado como lo dice la Escritura en santidad, ¿qué
estará sucediendo con nosotros, que decimos que la ley debe ser guardada, pero,
violamos este mandamiento, que debiera de identificarnos ante el mundo incrédulo?
El shabbat, fue hecho por causa del hombre
Sin pretender ser fanático, ni legalista, sólo un seguidor estudiante de la Escritura sin
prejuicio por estudiarla, y alejado de cualquier información humana e inclusive de
institución religiosa, y ateniéndome tan sólo a “un escrito está”, deduzco y comparto
con los lectores de este estudio, el deseo por parte de nuestro Creador en hallar para el
ser humano su completa felicidad. Y conociendo el fin desde el principio, el Creador
del Universo, puso aparte el séptimo día de la semana, como día de reposo/shabbat, para
que, el hombre, preocupado y absorto con sus labores diarias, en ese día, el shabbat/el
día de reposo, dejara de preocuparse de ellas y tuviera en ese día, un encuentro más
íntimo con SU CREADOR que con los otros seis días, preocupado de sus labores y
necesidades.
Algunos, por el mero hecho de defender su posición anti-shabbat, dicen que adoran al
Creador todos los días de la semana. Y puede ser verdad. Pero, hay una gran diferencia
entre adorarlo entre semana, con todos los quehaceres que tenemos, trabajo, casa,
familia… y adorar el día de shabbat de tal manera que, sea todo para él.
Entre semana, hay muchas ocupaciones que impiden el tener esa adoración completa
con el Creador del universo. Podemos tener nuestros momentos de oración, asistencia al
templo si es que uno tiene esa costumbre, pero, eso no es el significado verdadero del
día de reposo.
De acuerdo al mandamiento, se nos dice: Acuérdate del día de reposo (shabbat) para
santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo
(shabbat), para Yahweh tu Elohim; no hagas en él obra alguna, tú ni tu hijo, ni tu
hija, ni tu siervo, ni tu criado, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus
puertas. Porque en seis días hizo Yahweh los cielos, la tierra, el mar y todas las
cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día, por tanto Yahweh bendijo el día
de reposo (shabbat) y lo santificó” Ex 20: 8-11
Tenemos seis días para hacer las labores precisas de nuestro cotidiano vivir. Pero el
séptimo, el shabbat, el día de reposo, no nos corresponde ni un momento siquiera pues,
de acuerdo al mandamiento, no se debe hacer ningún trabajo laboral ni en la casa, para
poder tener ese día completo para el Creador del universo. Nuestros pensamientos
debieran estar dirigidos sólo a él y permitir que por su Espíritu él nos guie y dirija.
De los diez mandamientos, sólo éste, el cuarto contiene el sello del gran Legislador,
Creador del cielo y de la tierra: “Porque en seis días hizo Yahweh los cielos, la tierra,
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el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día, por tanto
Yahweh bendijo el día de reposo (shabbat) y lo santificó” Ex 20:11. Quizá sea por
eso que es tan pisoteado, porque es el único que contiene las características del Creador.
Y cuando estuvo con y entre nosotros, hablando acerca de este mismo día, dijo que:
“fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por
tanto, el Hijo del Hombre es dueño aún del shabbat/del día de reposo” Mr 2:27,28
Hay mucho trasfondo al negar la evidencia del cuarto mandamiento debido a su
importancia. Al rechazar el shabbat, el día de reposo, se rechaza al mismo tiempo al
Autor de la creación. Se rechaza a Aquel que dio la ley y que entregó a Su Hijo
Unigénito para redimir al pecador de la condenación del pecado, que es transgresión de
la ley.
El llamado mundo protestante, parece que dejó de ser protestante y en lugar de seguir
avanzando en el conocimiento de la verdad, relacionada con el día de reposo, shabbat,
sábado, como de otras grandes verdades que hallamos en el estudio de la misma
Escritura… se quedaron estancados, paralizados en el avance y siguen con las falsas
enseñanzas impuestas por la iglesia de Roma.
Son estos mismos quienes dicen que ahora no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. Y
es verdad. ¿Pero, qué significa realmente gracia? El apóstol Pablo nos dice: “¿Qué,
pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?” Como
ahora dicen que vivimos bajo la gracia, ¿podré seguir transgrediendo la ley dada por el
mismo Creador? La respuesta, como los truenos en el monte Sinaí nos llega diciendo:
“En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos
aún en él?” Ro 6: 1,2
Desde la entrada misma del pecado, el pecador, tuvo que derramar sangre para expiar su
pecado. Todos esos sacrificios, simbolizaban al Redentor del mundo que en el
cumplimiento del tiempo establecido por la profecía, entregó su vida. El símbolo se
encontró con la realidad. El tipo con el antitipo. La perfecta ofrenda por el pecado se
había efectuado al derramar el Hijo de Yahweh su sangre, siendo inocente en el madero,
tomando nuestro lugar como pecador.
Por lo tanto, siempre hubo gracia para el pecador. Porque la sentencia contra el pecador
era muerte, pero, el sacrificio de los animales, prefiguraban la posterior muerte del
Redentor del mundo. Y fue gracias a ese sacrificio que hoy, usted y yo, como los de
antaño, podemos tener esa “gracia” inmerecida para que, habiendo sido tremendos
pecadores, seamos ahora nuevas criaturas para la honra y gloria de nuestro Creador.
Por lo tanto, el problema de estas personas es el desconocimiento total de lo que
significa esa palabra mal entendida “gracia”. Ellos, por lo general no adoran imágenes.
No matan. No cometen adulterio. No roban. Supuestamente no deben hablar mal contra
su prójimo y también supuestamente no deben codiciar, nada de lo que no les
pertenezca incluyendo la parte carnal de hombre o mujer. Cuando alguien viola alguno
de estos mandamientos, rápidamente la misma iglesia lo censura, lo aparta, porque se
dan cuenta que ha hecho algo indebido. ¿Acaso no es eso violar la ley? ¿No se le
sanciona al violador o se le deja en la iglesia que siga con sus cargos, desempeñando las
funciones que pudiera tener asignadas?
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El gran problema con sinceridad para esta clase de creyentes, no es la ley, pues ellos,
guardan parte de ella. El verdadero problema de ellos, es el 4º mandamiento. El
mandamiento que contiene las características del Autor de la creación. Yahweh, el
Elohim de Israel.
Y es en la verdadera observancia del shabbat, como 4º mandamiento de una ley dada al
pecador, es lo que hace la división entre el creyente fiel y verdadero, de los que siguen
las falsas enseñanzas del paganismo, adoptadas por la Iglesia Católica Apostólica
Romana, el agente de Satanás en la tierra y que, junto con el mundo “protestante” están
“haciendo beber a todas las iglesias/naciones, del vino del furor de su fornicación”
Ap 14:8 al estar formando estos últimos, el “protestantismo apóstata, el falso profeta” la
imagen a la primera bestia, con las creencias tales, como: LA TRINIDAD, LOS
FALSOS NOMBRES DE JEHOVA, JESUS, SEÑOR, CRISTO, DIOS … LA
INMORTALIDAD DEL ALMA, y el falso día de reposo: DOMINGO, con la finalidad
de: “engañar al mundo entero” Ap 12:9
Y mucho peor, por aquellos que hoy, dicen que hay una ley que debe ser guardada, pero
no le dan al día de reposo/shabbat la importancia que tiene dentro del plan de la
salvación.
De ahí que, en este tiempo del fin, podamos entender la verdadera santidad del DIA DE
REPOSO/SHABBAT y restaurar todo lo que las iglesias y el mundo, nos enseñaron
yendo en contra de la voluntad de nuestro Padre celestial, para que dejemos de ser
esclavos del pecado, y por la gracia de Yahshua comprendamos el privilegio de:
“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de
Elohim; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él … y todo aquel
que permanece en él no peca; todo aquel que peca, no le ha visto ni le ha conocido”
1 Jn 3:1,6
Mientras, por una parte hallamos que, en el cuarto mandamiento, se nos indica quien es
el Autor de la creación, “Porque en seis días, hizo Yahweh los cielos, la tierra, el
mar y todas las cosas que en ellas hay” Ex 20: 11 por otra parte, en la observancia del
domingo, “día del venerado señor dios sol” (Sunday), nos indica un día de adoración al
“dios” sol, día en que los paganos adoraban y adoran a su dios “sol”, un día, no bíblico
impuesto por la Iglesia de Roma.
Mientras, el día de reposo/shabbat, contiene el sello del creador, los que sigan
guardando el día impuesto por la Iglesia de Roma, el primer día de la semana, el
domingo, el día del sol, y sea impuesto como obligación a nivel mundial con el Nuevo
Orden Mundial que hacía él nos llevan, recibirán la marca de la bestia, la marca, la
señal de autoridad de este poder que, como agente de Satanás en la tierra se levanta
contra todo lo que tiene que ver con Elohim, el verdadero autor de la creación, para
“engañar al mundo entero” Ap 12:9 ¿Nos estará engañando también a nosotros que
decimos y creemos en esa ley, pero, no le damos el valor que realmente tiene?
De ahí, la importancia que tiene el día de reposo/shabbat en el plan de la salvación, ya
que define hacia donde va nuestra adoración, a quien amamos y a quien obedecemos.
Es por ello amado hno que los agentes de satanás están convenciendo al mundo entero
en cuanto a la imposición de este nuevo sistema de gobierno, con todas las
consecuencias, inimaginables para nosotros, con nuestra mente finita.
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Es cierto que, y así se me ha manifestado en alguna ocasión, que, el shabbat no salva a
nadie. Y quien opina de esa manera tiene razón. El shabbat no salva a nadie, pues lo
único que nos puede salvar es la sangre derramada por nuestro Creador y Redentor en el
madero por causa de nuestros pecados, si es que, somos obedientes, le amamos y
guardamos sus mandamientos. Jn 14:15 Pero, así como no tiene poder para salvarnos, el
violar dicho mandamiento, es transgredir parte de esa ley, y como transgresor de la
misma, quienes lo violen o violen algún punto de la ley, “se hace culpable de todos”
Thiago 2:10 se convierten en pecadores, transgresores y la “paga del pecado es
muerte” Ro 6: 23
Y ante la debida importancia del shabbat. ¿Seremos luces al obedecerlo conforme al
mandamiento en medio de un mundo en tinieblas, o, por el contrario, seremos piedras
de tropiezo para aquellos que nos ven y se dan cuenta de que decimos, pero, no
actuamos conforme a lo que pretendemos enseñar?
Y centrándonos en el presente estudio, usted si lo desea, puede visitar nuestra web y
hallará otros estudios, así como los enlaces para nuestros canales en youtube, donde
también hallará diversos temas que esperamos sean de bendición para su vida. Veamos,
por partes, la importancia de este mandamiento, su origen, el por qué fue hecho y hasta
cuando se guardará.
La ley y el shabbat antes del Sinaí
Pasando los tiempos del diluvio hasta la liberación del pueblo hebreo de Egipto, y en su
caminar por el desierto hasta llegar al monte Sinaí, el pueblo nos dice la misma
Escritura que “murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto” Ex 16: 2. Y ante esta
murmuración, Yahweh dijo a Moisés: “He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el
pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe
si anda en mi ley o no” vs 4
Notemos la expresión: para que yo lo pruebe si anda en mi ley o no señal evidente de
que el pueblo de Israel, conocía la existencia de esa ley y del shabbat, del día de reposo.
Y nos sigue diciendo la historia bíblica que, el pueblo de Israel recogía cada día la
porción de comida para ese mismo día. “Ninguno deje nada de ello para mañana…
Mas ellos no obedecieron a Moisés sino que algunos dejaron de ello para otro día y
crió gusanos y hedió…” vs 19,20
Así tuvieron que hacer cada día de la semana. Tenían que recoger, sólo la cantidad que
sabían que la familia precisaba comer. No debían ser egoístas tomando mucha y que
sobrara, porque ésta, se agusanaba y hedía. Sin embargo, en el sexto día, la cosa era
diferente del resto de los anteriores días de la semana. “Esto es lo que ha dicho
Yahweh: Mañana es el santo/apartado día de shabbat/reposo consagrado a
Yahweh; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar, cocinadlo;
y todo lo que os sobrare guardadlo para mañana. Y ellos lo guardaron hasta la
mañana, según lo que Moisés había mandado, y no se agusanó ni hedió” vs 23,24
Y este milagro, que se repetía cada semana, fue y sigue siendo una evidencia más de la
santidad del día de reposo para todas las generaciones que vivan en la tierra, porque
revela el cuidado del mismo Creador para con su día que apartó ya en la misma
creación, y que ha dejado para probar la lealtad o no de los que dicen ser su pueblo.
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Por cuarenta años, el tiempo de su estadía por el desierto, recordaban cada shabbat, el
milagro del maná. Aun así, sólo Josué y Caleb, de toda la gente mayor de veinte años
que salió de Egipto, entraron en la tierra prometida. Los demás, murieron por sus
rebeliones contra el mismo Elohim que los conducía.
Vemos, pues, a la luz de la misma Escritura que, la ley y el día de reposo, juntamente
con las Fiestas Solemnes, era algo que el pueblo de Israel conocía, de acuerdo a la
misma revelación que hallamos en “un escrito está”. Y que todo sigue vigente como
parte del evangelio, buenas noticias, eternas que debe ser proclamado al mundo entero.
Si la ley y el shabbat/reposo fueron dados para el pueblo de Israel como así dicen la
gran mayoría de los llamados “cristianos”, que no han entendido el significado de la
palabra “gracia”, ¿Por qué murieron los antediluvianos? ¿Por qué fueron destruidas las
ciudades de Sodoma y Gomorra? ¿Por qué fue destruido Jerusalén y su templo? ¿Acaso
no había también para ellos, “gracia”, para ser salvos? La respuesta es lógica. Tanto
unos como los otros, murieron al rebasar la copa de la misericordia de Yahweh, al
violar los mandamientos dados a Adán y Eva y adaptados después del pecado a seres
pecadores.
¿De dónde usted deduce tal cosa puede usted preguntar en su interior?. La respuesta la
hallamos en la experiencia de la vida de Abraham, donde sus contemporáneos sabían y
conocían que había una ley mediante la cual, podían discernir ser obedientes o
pecadores. “Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Yahweh en
gran manera… Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto: y
yo también te detuve de pecar contra mí y así no te permití que la tocases… por
cuanto oyó Abraham mi voz y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis
estatutos y mis leyes” Génesis 13:13; 20: 6; 26:5 Notemos que todo está en plural;
mandamientos; estatutos, leyes… ¿cuáles? Los que hallamos en el Pentateuco.
Muchos hablan tan solo de los diez mandamientos, cuando en realidad, Abraham, el
patriarca de la fe, y el remanente debe ser hijo de Abraham, guardó no tan solo los 10
mandamientos, sino, estatutos y leyes que, después de la entrada del pecado, fueron
acondicionadas a seres pecadores.
Es cierto que, la Escritura no nos dice nada en cuanto a esto, pero vemos que el “escrito
está” nos respalda. El gran problema es no escudriñar la Escritura y dejarnos llevar por
lo que nos dicen, nos quieren imponer o simplemente leemos superficialmente sin pedir
en oración, sabiduría para entender lo que se nos quiere revelar al profundizar en un
“escrito está”. Por lo tanto, es evidente que muchos años antes del Sinaí y del
surgimiento del pueblo de Israel, los habitantes de la tierra conocían la existencia de
esta ley, que hoy, muchos por ignorancia voluntaria, dicen que no había
En la ladera del monte
“En el mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el
mismo día llegaron al desierto de Sinaí” Ex 19:1 En aquel lugar, aquel pueblo, nadie
más, excepto ellos como pueblo escogido, iban a tener el privilegio de ver y de oir
palabras de vida eterna, si las obedecían o de muerte si eran desobedientes. Ante tanta
importancia, Moisés es llamado para subir al monte y poder recibir algunas
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instrucciones para dar a aquella gran cantidad de personas que habían llegado al lugar
escogido por Yahweh para recordarles palabras de vida eterna.
Las palabras que iban a oir y lo que sus ojos iban a ver, requería de aquella vasta
multitud de personas, reverencia en todos los sentidos y un estado de santidad para
poder comprender lo que estaban a punto de oir y de ver. “Y Yahweh le dijo a Moisés:
Vé al pueblo y santifícalos hoy y mañana, y laven sus vestidos; y estén preparados
para el día tercero, porque al tercer día Yahweh descenderá a ojos de todo el
pueblo sobre el monte Sinaí… Estad preparados para el tercer día, no toquéis
mujer” Ex 19:10-15. Al analizar estos pasajes, podemos percatarnos de la importancia
que tiene el poder reunirnos con nuestro Creador.
Del mismo modo que, en la ladera del monte, Yahweh por medio de Moisés aconsejó al
pueblo como debían prepararse para el tercer día, día en que iban a tener un encuentro
con su LIBERTADOR, EL CREADOR DEL UNIVERSO, EL GRAN YO SOY EL
QUE SOY… YAHWEH DE LOS EJERCITOS, EL CAPITAN DE LAS HUESTES
DE ISRAEL, NUESTRO REDENTOR… son consejos útiles y verdaderos para
nuestros días.
Debemos vivir en “santidad” porque sin “santidad nadie verá a Yahweh” Hb 12:14 y
esa santidad debe manifestarse en nuestra forma de vivir, de comer, de vestir, de
conversar, porque hemos sido rescatados del pecado, del mundo y de la carne, para ser
ahora nuevas criaturas por la “gracia” de nuestro Creador y Redentor al permitirle que
EL entre en nuestras vidas y viva en nosotros.
“Laven sus vestidos”. Limpieza absoluta para poder estar delante del Creador del
universo. Debemos acudir al lugar de reunión para adorar a nuestro Padre celestial con
ropa limpia, totalmente aseados, con decoro y con la mejor ropa que tengamos, pues,
vamos al encuentro con nuestro Rey.
Además, el pueblo de Israel en la ladera de aquel monte, recibe la orden “y no toquéis
mujer” los vasos internos debían mantenerse santos. El pueblo debía de estar en
expectativa humillante, reconociendo sus pecados y temiendo ante lo que iban a oir y
ver. La indiferencia, hace que muchos se pierdan las bendiciones que hallamos al
entender lo que sucedió en aquella ladera del monte y las palabras que allí se oyeron
para nuestro bien presente y futuro.
En esa completa santidad, el pueblo estaba humanamente listo para escuchar y ver lo
que en breve iban a contemplar atemorizados, asustados, muertos de pánico como seres
pecadores que eran. Muchos hoy, presumen de decir he visto a “Dios” he conversado
con “Dios” y siguen como si nada, cuando en la ladera del monte, los que en verdad
oyeron y vieron quedaron como muertos de pánico. ¡Qué gran contraste verdad!
Pero siempre sucede lo mismo. El error es mucho más fácil de aceptar que la verdad. El
camino ancho es muy popular y muchos son los que transitan por él. Sin embargo, el
angosto, el estrecho “el camino que lleva a la vida, y pocos son los que lo hallan”
Mateo 7: 14 Pero, a pesar de esto, la falta de conocimiento, el escaso estudio que se
tiene de la Escritura y el seguir a los hombres, hace que muchos vayan por el camino
ancho esperando hallar la vida eterna y cuando se den cuenta, estarán totalmente
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perdidos para siempre, por desobedecer este mandamiento tan importante en el plan de
la salvación.
“Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y
relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte, y se
estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento. Y Moisés sacó del
campamento al pueblo para recibir a Yahweh, y se detuvieron al pie del monte.
Todo el monte Sinaí humeaba, porque Yahweh había descendido sobre él en
fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía
en gran manera. El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés
hablaba y Yahweh le respondía con voz tronante” Ex 19:16-19
Y en esa condición, Yahweh puso límites al pueblo de Israel para que no murieran. El
pueblo debía quedarse en la ladera del monte y con temor reverente escuchar y ver lo
que ningún mortal oyó ni vio con anterioridad ni ha habido más que lo hayan
presenciado.
Y en esa condición, Yahweh habló al pueblo y les dios SUS LEYES; EL
SANTUARIO, el plan de Yahweh para la salvación del pecador, en definitiva, las
buenas nuevas para que el pueblo, fuera “pueblo santo para Yahweh tu Elohim;
Yahweh tu Elohim te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los
pueblos que están sobre la tierra” Dt 7:6
Acuérdate del día de shabbat (reposo)
La Escritura nos dice: : “Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después
de sí, que guarden el camino de Yahweh haciendo justicia y juicio… Por cuanto
oyó Abraham mi voz, y guardó, mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y
mis leyes” Gn 18: 19; 26: 5 También se le dijo al patriarca de la fe, “ten por cierto que
tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí y será oprimida
cuatrocientos años … y en la cuarta generación volverán acá” Gn 15:13,16 Es
evidente que, Abraham, transmitió a sus hijos las verdades que él había recibido de sus
antepasados. Y durante el tiempo que Israel estuvo en Egipto, la influencia de vivir en
un mundo pagano, sus hábitos de alimentación, sus costumbres, su modo de adorar …
todo fue calando poco a poco en el corazón de muchos israelitas que fueron cayendo
poco a poco en un sistema de creencias y de adoración totalmente paganas.
Ahora, camino de la tierra prometida, Yahweh les recordó las verdades olvidadas para
que fueran totalmente transformados y se convirtieran en sus embajadores, dando
testimonio del amor y del poder del Creador a las naciones paganas que habían en el
mundo de aquella época.
Y con esta realidad, todas las señales que sucedieron antes de su liberación de la
esclavitud del pecado y de Egipto, y su protección durante los años en el desierto,
fueron una evidencia de que una Mano poderosa los estaba libertando para hacer de
ellos una nación diferente. El propósito que el Creador del Universo tenía para Israel,
era, que en medio de un mundo pagano, fuera esa luz que alumbrara en este mundo
oscuro por las tinieblas del pecado. Alejados, apartados, del pecado y del mundo, para
ser esa luz que alumbrara el Camino de la salvación. “Vosotros, sois la luz del mundo
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…” Mat 5:14 es el mismo deseo que hoy tiene para cada uno de nosotros, para todos
aquellos que le amamos y guardamos sus mandamientos.
Y durante su peregrinación por el desierto, a cada momento veían esa misma Mano
como los protegía y conducía hacia la tierra que se les había prometido. Yahweh les
mostraba el camino que tenían que seguir. Cuando tenían que descansar y cuando
levantar el campamento para proseguir su peregrinaje hacia la tierra que “fluía leche y
miel”. Y a pesar de la incredulidad, las rebeliones que hubieron constantemente, el
propósito que Yahweh tenía para con ese pueblo, era hacerles recordar lo que muchos
habían olvidado en Egipto: LAS LEYES que revelaba el carácter del Autor de esa
misma ley, para ser esa nación, pueblo santo, apartado para él. En definitiva que
tuvieran fe, en que era su Elohim.
Y en el monte Sinaí, en el día indicado que debían prepararse para estar “santificados”,
“vinieron truenos, relámpagos y espesa nube sobre el monte y sonido de bocina
muy fuerte, y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento… Todo el
monte Sinaí humeaba…” Ex 19:16,18 el Creador del Universo les dio las diez
palabras.
Y dentro de ellas escucharon: “Acuérdate del día de reposo (shabbat) para
santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo
(shabbat), para Yahweh tu Elohim; no hagas en él obra alguna, tú ni tu hijo, ni tu
hija, ni tu siervo, ni tu criado, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus
puertas. Porque en seis días hizo Yahweh los cielos, la tierra, el mar y todas las
cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día, por tanto Yahweh bendijo el día
de reposo (shabbat) y lo santificó” Ex 20:8-11
Y cuando el Creador del Universo les dio las diez palabras; los diez mandamientos,
atemorizados por todo lo que estaban viendo y oyendo, pensando que iban a morir por
ver lo que hasta entonces, ningún pecador había presenciado, Moisés tuvo que
alentarlos con las siguientes palabras que, debieran también calar entre nosotros para
poder entender la santidad de la ley. La santidad de lo que requiere nuestro Creador de
aquellos que decimos que somos sus hijos. Su pueblo. “No temáis, porque para
probaros vino Elohim y para que su temor esté delante de vosotros para que no
pequéis” Ex 20:20 y en esa condición, dejar de ser pecadores, para convertirnos por su
gracia, en “hijos de Elohim” 1 Jn 3 El propósito de la ley es llevarnos a Yahshua para
que a través de él y por medio de él, dejemos ser lo que antes éramos y nos convierta en
nuevas criaturas, pasando de estar bajo el poder de Satanás, para estar ahora bajo la
protección de Yahweh y ser considerados “sus hijos”.
Y el shabbat, el día de reposo, es una señal que distingue entre los obedientes y los
desobedientes. Entre los que profesan ser su pueblo y los que siguen los engaños del
enemigo. Y al igual que antaño, su pueblo de hoy, los que le aman y guardan sus
mandamientos Jn 14:15, tenemos una señal si obedecemos, que nos une con él. Y esa
señal es el shabbat.
"Guardarán, pues, el shabbat, los hijos de Israel: celebrándolo por sus edades por
pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel, porque en seis
días hizo Yahweh los cielos y la tierra y en el séptimo día cesó y reposó"
Ex.31:16,17
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Del mismo modo que Israel caminó por el desierto guardando el shabbat, para tomar
posesión de la Tierra prometida, y al violador del shabbat era eliminado del
campamento, el Israel de hoy, debe de estar guardando el mismo día mientras
caminamos por este árido desierto de pecado hacia la Nueva Jerusalén. Y a cuantos
violen a sabiendas este mandamiento, estarán violando la ley y la consecuencia del
pecado será muerte para el transgresor, ya que “la paga del pecado es muerte” Ro
6:23. El shabbat, es por tanto, una señal de lealtad que debe existir entre Yahweh y su
pueblo. Violar dicho pacto, es no entrar nunca en su reposo y por tal motivo, no heredar
la vida eterna.
Debido al gran prejuicio levantado, muchos no quieren formar parte de Israel, y sin
embargo, por no aceptar las verdades reveladas para ellos, siguen siendo “gentiles”,
mientras piensan y presumen de ser, lo que en realidad nunca pueden ser, porque
querramos aceptarlo o no, el mensaje de salvación, el plan de salvación fue revelado a
ellos y aunque la mayoría lo rechazaron, ¿no está ocurriendo la misma historia hoy?
Llamados a restaurar
Para cada uno de nosotros, como al Israel de antaño, nos ha sido dejado el shabbat,
como pacto perpetuo. “Dichoso el hombre que hace esto y el hijo del hombre que lo
abraza, que guarda el día de reposo “shabbat”, para no profanarlo y que guarda
su mano de hacer todo mal” Isaías 56:2
El listón de santidad que indica este mandamiento como que está siendo rebajado cada
vez más y colocado a la misma altura que cualquier otro día de la semana y hoy,
muchos de los que profesan guardar la ley, violan este mandamiento por no haber
entendido la importancia del mismo en el plan de la salvación. Algunos, por no decir
muchos, no entienden la santidad de este día y la mundanalidad de sus vidas, hace que
no puedan discernir que están violando la ley dada por el mismo creador.
Esperamos y seguimos orando para que el presente estudio, pueda sensibilizar a través
del verdadero Espíritu el corazón de cuantos herman@s puedan estar, sin querer o
conocer, violando el día de reposo, para que, a través del mismo, puedan percatarse de
las buenas nuevas en el plan de la salvación.
En palabras inspiradas, el sabio Salomón ya advirtió que, “no hay nada nuevo bajo el
sol” Ecl 1:9. Es decir: la historia siempre se repite. Y como la historia siempre se repite,
el enemigo de las almas, perturba al pueblo que fue levantado para este tiempo del fin,
rebajando cada vez más el listón de la santidad en todos los sentidos, precisamente, para
que el pueblo, deje de ser pueblo escogido, y se convierta en un pueblo apóstata,
desobediente, rebelde a los mandamientos que dice observar y, por lo tanto, renunciar a
la fe “que ha sido una vez dada a los santos” Judas 3
Decimos que, los católicos están violando la ley, al adorar imágenes y guardar el primer
día de la semana, “día del venerado señor dios sol” en lugar del verdadero día que
debemos guardar conforme al cuarto mandamiento. Decimos también que, los
protestantes dominicales, tampoco entrarán en el reino de los cielos por estar violando
el cuarto mandamiento, relacionado con la observancia del día de reposo bíblico: el
shabbat. Y tanto a unos como a otros, por lo general se les ha mostrado a través de la
Escritura lo que en ella hallamos en cuanto al verdadero día de reposo y también los
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castigos que caerán sobre todos ellos. Como finalidad, había el deseo de que ellos
salieran de estos engaños para que pudieran formar parte del pueblo escogido para este
tiempo del fin.
Mientras, sentenciamos a los violadores de la ley y con la Escritura en la mano, se les
muestra donde están y a quien sirven, por otra parte, da la sensación de que, muchos de
los que pretenden sacar de los engaños anteriores, no se dan cuenta de su gran y grave
error, al estar ellos mismos violando el día que decimos se debe guardar.
¿Qué diferencia hay entre unos y otros? Al fin y al cabo, son todos violadores de la ley.
Pero aun siendo violadores, el castigo será mucho mayor sobre aquel/los que
conociendo la santidad del día de reposo, sigan transgrediéndolo y finalmente la
sentencia será: “la paga del pecado es muerte” Ro 6:23. Si la historia como ya hemos
mencionado con anterioridad, siempre se repite. ¿Estará sucediendo lo mismo hoy?
Que las advertencias que leemos en la Escritura, calen profundamente en nuestro
corazón para ser “entendidos y comprender” el plan de nuestra salvación. “Mi pueblo
fue destruido porque le faltó conocimiento… He aquí vuestra casa os es dejada
desierta… He aquí yo estoy a la puerta y llamo…” Os 4:6; Mt 23:38; Ap 3:20 son
evidencias del ayer, del hoy y del mañana que siempre se repiten. La lucha entre la
verdad y el error.
Como pueblo profético, cometemos el tremendo error de pensar y actuar de que lo que
pasó con anterioridad, no tiene nada que ver con nosotros. Que la historia pasada fue un
triste suceso mediante el cual, Israel apostató y dejó de ser la ciudad y pueblo escogido.
Pero, a pesar de esta triste realidad, hoy, por lo general se malinterpretan el carácter y la
voluntad de nuestro Creador al pensar que ahora es todo diferente, por el mero hecho de
ser miembros de iglesia, y nos dicen que: “Dios es amor” 1 Jn 4:8; pero se olvidan de
que también “es fuego consumidor” Hb 12: 29
Este es un tremendo error que se ha introducido como verdad, al enseñar desde nuestros
púlpitos, que formamos parte del remanente y como tal, ya tenemos la garantía de ser
salvos. Por lo tanto, viendo que la historia entre la verdad y el error; entre el bien y el
mal siempre ha existido desde la entrada del pecado en el Edén, ¿cómo podremos ser
tan negligentes y pensar que estamos bien como pueblo, cuando en realidad la historia
siempre se repite? ¿Estaremos con nuestro orgullo denominacional, pensando que
somos realmente “el remanente” y ante los ojos de Aquel que todo lo ve, el
Todopoderoso, ser hallados en forma individual: “miserable, pobre, ciego y desnudo”
qué es la triste condición del laodicense y finalmente por nuestra negligencia, por
nuestro orgullo denominacional ser vomitados en el día del juicio final?
Como los truenos en el monte Sinaí, los mensajes de amonestación dados al pueblo
hebreo, deben ser considerados también, como un mensaje actual para cada uno de
nosotros, porque además de que la historia siempre se repite, Satanás sabe que le queda
poco tiempo y “anda como león rugiente” mirando a quien engañar. 1 Pe 5:8 Siguen
dando leche de alimento, cuando debieran de estar dando comida sólida para fortalecer
nuestro desarrollo espiritual y capacitar a la feligresía para el Reino de los cielos.
Y ante esta realidad, el profeta Jeremías bajo inspiración divina, proclamó y para hoy
sigue siendo vigente: “Asi dice Yahweh: Paraos en los caminos y mirad, y
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preguntad por las sendas antiguas cual sea el buen camino y andad por él, y
hallaréis descanso para vuestra alma”. Pero el pueblo de Israel, una vez más,
despreció su mensaje de amor y de misericordia cuando dijeron: “No andaremos”
Jeremías 6:16 Si se repite la historia, ¿estará sucediendo lo mismo hoy, despreciando
las sendas antiguas para poder ver y hallar el buen camino y transitar por él?
Pero, a pesar de que siempre hubo rebeldía hacia las leyes del Todopoderoso, el
Creador del Universo en su infinita misericordia, “no queriendo que nadie perezca,
sino que todos procedan al arrepentimiento” 2 Pedro 3:9, envía al igual que antaño,
por medio de sus agentes en la tierra, las almas fieles, el último llamado con el
propósito de desenmascarar las obras del diablo, y con la finalidad de que los sinceros,
los que realmente le buscan “con temor y temblor” Fil 2:12, escuchen el último
llamado.
Este mensaje, tiene como finalidad edificar “las ruinas antiguas, los cimientos de
generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos,
restaurador de calzadas para habitar” Is 58:12. ¿Qué ruinas? ¿Qué cimientos? ¿Qué
portillos? ¿Qué calzadas? (vea nuestros estudios en: www.unavozsinfronteras.com.ar)
Y como estamos analizando la importancia del día de shabbat, reposo: “Si retrajeres
del día de shabbat (reposo) tu pie, de hacer tu voluntad en mi día apartado (santo),
y lo llamares delicia, apartado (santo) para Yahweh y lo venerares, no andando en
tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras,
entonces te deleitarás en Yahweh, y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra y
te daré a comer la heredad de Jacob tu padre, porque la boca de Yahweh lo ha
hablado” Is 58:13,14
Cuando el shabbat, el día de reposo, sea considerado como apartado, delicia,
guardándolo al no hablar nuestras propias palabras ni andando en nuestros propios
caminos, y siguiendo los consejos que hallamos en ls Escritura, será entonces y sólo
entonces, cuando nos podremos deleitar en Yahweh para poder recibir la promesa
condicional que será para todos aquellos que en esta tierra, guarden el día de shabbat en
forma apartada para el Creador del Universo.
Por lo tanto, el llamado que recibe el verdadero pueblo que Elohim tiene en la tierra, es
un llamado a restaurar la verdad; y dentro de estas verdades que la Iglesia Católica
Apostólica y Romana (ICAR) echó por tierra pisoteándolas y despreciándolas, haciendo
que el mundo entero beba “del vino del furor de su fornicación” Ap 14:8 es entre
otras, la santidad del día de reposo: el shabbat, dado ya a nuestros primeros padres en la
misma creación Gn 2:3 que fue comunicada de padres a hijos conforme a la escritura y
que, además, forma parte de la ley “santa, justa y buena” Ro 7:12, recordada al pueblo
hebreo en el monte Sinaí y entregada a Moisés en dos tablas de piedra, escritas con el
mismo dedo de Yahweh.
Lógicamente, contra esta solemne verdad, Satanás no iba a quedar tranquilo viendo
como el Creador tenía un pueblo que lo iba a reverenciar. Y ha hecho que aún, entre los
profesos observadores del shabbat, sea el mandamiento más pisoteado.
Notemos que hay una bendición para los que aquí en esta tierra, hoy, mientras todavía
tenemos vida y tiempo; mientras tenemos la opción de acudir al trono de la gracia para
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“hallar oportuno socorro” Hb 4:16 de retornar a nuestra lealtad para con el Creador
del Universo y hallar esa paz, y tomar las decisiones oportunas, que, sólo para los que
guarden el día de shabbat, reposo, conforme al mandamiento y ampliando el contexto
de la santidad según lo revelado, podrán obtener el premio inmerecido.
Notemos que será “entonces”… ¿cuándo? Cuando sepamos santificar el cuarto
mandamiento de acuerdo a la voluntad de nuestro Creador. “entonces te deleitarás en
Yahweh, y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra y te daré a comer la
heredad de Jacob tu padre, porque la boca de Yahweh lo ha hablado”. Si no hay
santidad en ese día, si no hay deleite en el día de shabbat en nuestras vidas, no
podremos subir sobre las alturas de la tierra, no podremos comer de la heredad de Jacob
tu padre, por nuestra propia desobediencia al mandamiento más pisoteado por toda la
humanidad, y pretendiendo formar parte del remanente, lamentable y tristemente los
violadores se darán cuenta que están totalmente perdidos para siempre.
Muchas veces, quizá demasiadas, nos hemos fijado en la paja del vecino y no hemos
visto la viga que tenemos en nuestros ojos que nos impide ver nuestra triste condición
ante los ojos del Creador del Universo.
Los muchos cantos de sirena desde los púlpitos; las predicaciones que muchas veces se
hacen sin un llamado profundo al arrepentimiento y en busca del perdón por nuestros
pecados, nos ha hecho adormecer el triste sueño de la indiferencia, que nos lleva poco a
poco a la muerte eterna. Mientras, sentenciamos a los que no guardan los
mandamientos, no nos percatamos que, posiblemente nosotros también estemos entre
los violadores al no guardar como se debiera esa ley que nos fue dada para ser un
“pueblo apartado para Yahweh”.
Hablamos que “Elohim es amor” 1 Jn 4:8, y nos olvidamos que también es “fuego
consumidor” Hb 12:29 y debemos corresponder a ese amor. ¿Cómo? “Si me amáis
guardaréis mis mandamientos… El que dice: Yo le conozco y no guarda sus
mandamientos, el tal es un mentiroso y la verdad no está en él” Juan 14:15; 1 Jn 2:4
¿Le amamos sinceramente o seremos mentirosos mientras presumimos de amarle?
Y al observar el verdadero día de reposo, el séptimo día de la semana, el shabbat, damos
un testimonio al mundo de que fuimos creados por él y hacia él debemos tener nuestra
mente, cuerpo y espíritu para poder ser redimidos por toda la eternidad. Esa será
también nuestra prueba de amor hacia él.
YAHWEH, nuestro Padre celestial desea que, por medio de la observancia del día de
reposo/shabbat conservar entre los hombres el conocimiento de sí mismo. Desea que
este día que fue apartado para él desde la misma creación dirija nuestra mente a él como
el verdadero Elohim viviente, y que al obedecerle tengamos vida y paz.
Por lo tanto, el día de reposo/shabbat fue hecho para beneficio del hombre, y transgredir
a sabiendas el santo mandamiento que prohíbe trabajar o comprar en el séptimo día es, a
la vista del cielo, un crimen considerado de tal magnitud bajo la ley mosaica que exigía
la muerte del que lo cometiera. Además, como transgresor de esa ley, el pecador, deberá
sufrir la segunda muerte “porque la paga del pecado es muerte” Ro 6:23
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El observar el shabbat, conforme al mandamiento
nos abre las puertas del cielo
Siguiendo paso a paso el estudio del 4º mandamiento, hallamos la promesa,
condicionada a la respuesta del pecador, en que, si obedecemos recibiremos la
recompensa final.
Desde la columna de nube, Yahweh declaró acerca del shabbat: “En verdad, vosotros
guardaréis mis días de reposo, porque es señal entre mí y vosotros por vuestras
edades, para que sepáis que yo soy Yahweh que os santifico” Ex 31:13 Y viendo la
realidad de las cosas, cuando el shabbat se guarde conforme al mandamiento será una
evidencia de que, los demás mandamientos, también los estamos guardando.
El Israel de hoy, como el Israel de antaño, recibe el shabbat, el día de reposo “por pacto
perpetuo”. Para los que reverencien el día apartado/santo, el shabbat es una señal de que
Yahweh los reconoce como su pueblo escogido. Es una garantía de que cumplirá su
pacto en su favor. Cada alma que acepta la señal del gobierno de Yahweh, se coloca
bajo el pacto divino y eterno. Se vincula con la cadena áurea de la obediencia, de la cual
cada eslabón es una promesa.
Y así como el shabbat, el día de reposo fue la señal que distinguía a Israel cuando salió
de Egipto para entrar en la Canaán terrenal, así también es la señal que ahora distingue
al pueblo de Yahweh cuando sale del mundo para entrar en el reposo celestial. El
shabbat es una señal de la relación que existe entre Yahweh y su pueblo, una señal de
que éste honra la ley de su Creador. Hace distinción entre los súbditos leales y los
transgresores. ¿Hemos salido del mundo o llevamos el mundo en nuestro interior y lo
hemos introducido en la iglesia, convirtiéndonos en “enemigos de Yahweh” Thiago
4:4? Y ante esta gran verdad, vemos por doquier, como el listón de santidad de este día,
se ha rebajado tanto que, la gran mayoría no perciben la solemnidad de este día.
La promesa que hallamos en Isaías 58:14 “Entonces”, cuando en esta tierra, en forma
personal guardemos el día de reposo conforme al mandamiento. Cuando entendamos la
santidad de este día y lo reverenciemos como tal. Cuando sea en realidad un día de
delicia, santo, glorioso de Yahweh. Cuando entendamos y vivamos de acuerdo a un
“escrito está” y no, conforme a las tradiciones o nuevas enseñanzas contrarias a la
Escritura, será cuando estaremos caminando en esta tierra como si fuera un pedacito de
cielo.
La promesa condicional “entonces”, será una realidad y en la Tierra Nueva, se nos dice:
“Y de luna nueva en luna nueva, de mes en mes, y de shabbat en shabbat, vendrán
todos a adorar delante de mí, dijo Yahweh” Isaías 66:23
¿Crees que en la Tierra Nueva entrará alguien que sabiendo esté violando el cuarto
mandamiento? ¿Crees que en la Tierra Nueva entrará alguien que en esta tierra siga
todavía amando al mundo y despreciando los consejos de Yahweh en su Palabra?
¿Crees que en la Tierra Nueva entrará alguien que desprecie la “gracia” de Yahweh en
el don de su Hijo, siga siendo pecador cuando los pecadores no entrarán en el Reino de
los cielos, sino que serán lanzados en el lago que arde con fuego y azufre que será la
muerte segunda? Ap 20:15; 21:8
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La labor del atalaya
“Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la
palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte … Cuando yo dijere al impío:
de cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea
apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad,
pero su sangre demandaré de tu mano … Pero si tú amonestares al impío, y él no
se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú
habrás librado tu alma … Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y
pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su
pecado morirá y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su
sangre demandaré de tu mano … Pero si al justo amonestares para que no peque,
y no pecare, de cierto vivirá porque fue amonestado, y tú habrás librado tu alma”
Ezequiel 3:17-21
Cuando Caín dio muerte a su hermano Abel, oyó una voz que le dijo: “¿Dónde está
Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?”
Gn 4:9 Cada uno de nosotros, hemos sido llamados a ser “guarda de mi hermano”
para poder desarrollar la labor del atalaya. Pero, para poder ser “atalaya, guarda de mi
hermano”, en primer lugar, debemos vivir a la altura de la luz que se nos ha revelado a
través de la Escritura. Debemos enseñar lo que vivamos. No podemos pretender enseñar
lo que, no estemos viviendo, porque entonces, nuestro testimonio caería por los suelos.
La triste historia del pueblo de Israel nos ha sido dejada para “nuestra enseñanza” Ro
15:4. Y en esa enseñanza hallamos la actitud arrogante de sus dirigentes que, pretendían
enseñar lo que ellos no vivían. Tenían mucha teoría pero cero de práctica. Y cuando
vino nuestro Creador y se presentó ante ellos como Maestro de la Ley/Torah, no
quisieron aceptarlo, porque les estaba enseñando lo que ellos no habían aprendido. ¿Se
repetirá la historia hoy entre nosotros? ¿Se repetirán las palabras de Juan cuando dijo:
“A lo suyo vino y los suyos no le recibieron”? Jn 1:11
¿Cómo prepararse para recibirlo y guardarlo
conforme al mandamiento?
La observancia del shabbat, el día de reposo, entraña grandes bendiciones y el Creador
desea que este día sea para nosotros un día de gozo. Cuando terminó su obra de la
creación, declaró que todo lo que había hecho era “bueno en gran manera” Gn 1:31
Las estrellas todas del alba alababan y se regocijaban todos los hijos de Elohim”
Job 38:7
El shabbat tiene un carácter mucho más sagrado que lo que le atribuimos muchos de los
que profesamos observarlo. Yahweh ha sido grandemente deshonrado por aquellos que
no han guardado el shabbat, el día de reposo de acuerdo con el mandamiento, en la letra
y en el espíritu. El pide una reforma en la observancia del mismo.
Tan pronto como despedimos un shabbat, debemos ya estar pensando y recordar
durante el resto de la semana que pronto se viene otro shabbat, para hacer los
preparativos necesarios para guardarlo según el mandamiento.
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Cometemos el tremendo error de pensar en el shabbat como algo legal. Cuando en
realidad el shabbat no es legalismo sino experimentar en nuestra propia vida la
espiritualidad que hay al observarlo. Es una señal entre Yahweh y su pueblo que
mediante la observancia del día de reposo, los santifica y por lo tanto, debemos
representar los principios de su gobierno. Orarán para que la santificación del shabbat
descanse sobre ellos.
Cuando Yahweh libertó a su pueblo Israel de Egipto y le confió su ley, le enseñó que
por la observancia del shabbat, el día de reposo, había de distinguirse de los idólatras.
La verdadera observancia del shabbat, debía hacer distinción entre los que reconocían la
soberanía de Elohim y los que se negaban a aceptarlo como su Creador y Rey.
“Guardarán, pues el shabbat los hijos de Israel; celebrándolo por sus edades por
pacto perpetuo … Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel…” Ex
31:16,17
Y entendiendo este mandamiento y todo lo que pertenece al éxito de la obra de
Yahweh, las primeras victorias se han de ganar en el hogar. Ahí en nuestro hogar debe
empezar la preparación para el shababt. Recordemos los padres que durante toda la
semana, nuestro hogar ha de ser una escuela en la cual nuestros hijos se prepararán para
los atrios celestiales. Sean correctas nuestras palabras. No salgan de nuestros labios
expresiones que sus hijos no debieran oír. Mantengamos su espíritu libre de irritación.
Vivamos durante la semana como a la vista de un Elohim santo, que nos ha dado hijos
para que los preparemos para él. Eduquemos así la pequeña iglesia que pueda haber en
nuestros hogares, a fin de que en el shabbat todos puedan estar preparados para adorar
en el santuario del Creador. Presentemos cada mañana y noche nuestros hijos a
Yahweh como su heredad comprada con sangre. Enseñémosles que es su más alto
deber y privilegio amar y servir a Elohim.
Cuando el shabbat se recuerde así, no se permitirá que lo temporal usurpe lo que
pertenece a lo espiritual. Ningún deber que incumbe a los seis días hábiles será dejado
para el día de reposo. Durante la semana nuestras energías no se agotarán de tal manera
en el trabajo temporal que, en el día en que el Creador descansó y fue refrigerado,
estemos demasiado cansados para dedicarnos a su servicio.
Aunque deben hacerse preparativos para el shabbat durante toda la semana, el viernes
es un día especial de preparación. Por medio de Moisés, el Creador dijo a los hijos de
Israel: "Mañana es el santo shabbat, el reposo de Yahweh: lo que hubierais de
cocer, cocedlo hoy, y lo que hubierais de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os
sobrare, guardadlo para mañana." "Derramábase el pueblo, y recogían [el maná],
y molían en molinos, o majaban en morteros, y lo cocían en caldera, o hacían de él
tortas." Exo. 16:23; Núm. 11:8. Había algo que hacer para preparar el pan enviado por
el cielo a los hijos de Israel. El les dijo que esta obra debía hacerse en viernes, día de
preparación. Esto era una prueba para ellos. Elohim deseaba ver si querían santificar el
shabbat o no. Estas indicaciones de los labios de Yahweh son para nuestra instrucción.
La Biblia es una guía perfecta, y si se estudian sus páginas con oración y corazón
dispuesto a comprender, nadie necesita errar acerca de esta cuestión.
Si tenemos en cuenta la importancia de este día y mandamiento que está dentro de la
ley, debemos ser prudentes y conscientes de que si es el único día apartado para
Yahweh debemos prepararnos para poder adorarle en “espíritu y en verdad” Jn 4:23
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para no cometer el grave y tremendo error de no discernir la santidad de este día tan
importante en el plan de la salvación.
Es por ello que, cuando despedimos el día apartado para Yahweh después de una puesta
de sol del día de reposo, nuestra mente debe pensar que dentro de unos días volvemos a
celebrarlo y tenemos que estar listos para hacerlo “apartado,santo”.
La persona que trabaja en la calle como empleado, o por cuenta propia, debe velar para
que su trabajo finalice al medio día del día de preparación para poder llegar con
prontitud al hogar terminar con las cosas de última hora, asearse y estar listo para
recibir el día en que va a encontrarse con su Creador y Redentor.
El ama de casa, debe organizar su semana laboral dando a cada día una función de sus
quehaceres cotidianos. De tal manera que el día de preparación sea eso, una preparación
para el shabbat. Preparar la comida y arreglar las últimas cosas del hogar y cuando
llegue la hora indicada para recibirlo, pueda estar igual que el esposo y los demás
miembros de la familia, listos para recibir toda la familia el día apartado.
Los miembros de familia, aun los peques y mayores, deben ser conscientes de que es un
día tan especial en el que todos, deben ayudar para ultimar las cosas y como si fueran
uno, hacer todo lo posible para que el día de reposo sea una bendición, antes inclusive
de su recepción.
Y antes de unirse junto al lugar escogido de culto de adoración en su hogar, todos deben
estar totalmente aseados, peinados, lustrados sus zapatos, planchada la ropa del día de
reposo… y como vamos a encontrarnos con nuestro Creador… debemos hacerlo con la
mejor ropa que tengamos. Lo mejor para él. Usted se puede comprar una pieza nueva de
ropa, la nueva para él y la vieja para el uso diario. Dele siempre lo mejor a EL. Seamos
agradecidos porque de “gracia recibisteis” Mt 10:8. Si puede, tenga una ropa especial
solo para el día de reposo.
Y toda la familia unida, sin rencores en el hogar, todos en paz conforme al
mandamiento y antes de la puesta del sol del día de preparación, oren, mediten en la
Palabra, canten himnos de adoración a Yahweh con alegría en sus corazones. Haga una
velada agradable en todos los sentidos para que sus hijos se sientan a gusto. Ellos deben
participar. Deben sentirse útiles. Deben aprender a adorar al Creador. ¿Por qué? Porque
estamos a punto de entrar en su “reposo” en el único día entre los siete que separó y
bendijo en la misma creación y hecho “por causa del hombre” Mr 2:27
Debemos vigilar las extremedidades
Cuando se nos presenta la oportunidad de realizar un viaje, no importa el lugar, sí, el
hecho de viajar, por lo general, uno prepara el viaje desde el mismo momento en que se
acordó realizarlo. Se calcula bien todo lo que conlleva el llevarlo a término. Estadía,
forma de viajar y costo del mismo. En definitiva, todo se va preparando con tiempo y
calma para que el viaje sea positivo. Hay viajes que se programan durante meses. Y
cuando llega el momento tan esperado, ya estamos listos y con la grata alegría de poder
iniciar el mismo.
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Hemos escogido el colectivo o tren para el viaje, sabemos que por lo general, tenemos
que estar como mínimo media hora antes de su salida para efectuar el embarque
correspondiente. Si fue el avión, el medio escogido, nos indican que estemos una hora y
media antes como mínimo para hacer el mismo trámite. ¿Ha pensado usted llegar tarde
al lugar escogido para efectuar el viaje? No. ¿verdad? Sale de su casa con horario
suficiente para que, con tranquilidad, llegar a la terminal escogida y esperar para
embarcar e iniciar el viaje correspondiente, porque sabe que si llega tarde, puede
perderlo todo.
Si tenemos en cuenta que para el viaje nos preparamos en forma muy detallada y
concreta para estar listos para el mismo… ¿No debiéramos ser consecuentes y actuar
del mismo modo con el día de reposo? Si llegamos tarde a nuestro punto de embarque
lo perdemos todo. ¿No ha pensado amad@ hn@ que si recibimos tarde el día de reposo
podemos perder nuestra vida eterna? Si el día de reposo, el guardarlo conforme al
mandamiento es la antesala de un viaje para la eternidad, ¿por qué seguiremos siendo
tan negligentes cuando tenemos como promesa “comer la heredad de Jacob tu padre
porque la boca de Yahweh lo ha hablado”? Is 58:14
Sucede lo mismo cuando lo despedimos con los rayos de sol alumbrando el oeste en su
ocaso. El día de reposo debe ser despedido sin prisas. No debemos estar velando la hora
o el sol con el propósito de despedirlo. El día de reposo debe ser considerado “delicia,
apartado, santo, glorioso” y un día tal, debiera hacer en nosotros el deseo de que
nunca terminara para continuar con la santidad de ese día.
Si estamos en el estudio de la Escritura, podemos despedir el día apartado a la
conclusión del mismo, no importa la hora. Importa el hecho de que hemos estado
escudriñando la Escritura conforme al mandamiento dado por el mismo Salvador.
Y cuando usted despide el día de reposo, debiera seguir meditando aunque fueran unos
minutos en el mismo, antes de cambiar su mente y dedicarse a los quehaceres diarios.
Guardado con demasiada negligencia
La santidad del verdadero día de reposo, consiste en saber qué debo y qué no debe
hacerse en el día apartado para YAHWEH. Y en este día, hay cosas que podemos hacer
sin que ello, sea considerado como violación del cuarto mandamiento. A nuestro
amante Salvador se le acusó y se le sigue acusando de haber violado el cuarto
mandamiento, por haber hecho las obras que deben hacerse en cualquier día de la
semana. Si eso hubiera sido verdad, ninguno de nosotros tendría la esperanza de la
salvación, porque no tendríamos delante del Padre celestial, un abogado que como
hombre, pudiese mostrar la perfecta obediencia a las leyes dadas para todos los
habitantes de la tierra. El apóstol Pablo escribió en su carta a los hebreos: “Porque no
tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades,
sino uno que fue tentado en todo como nosotros, pero sin pecado” 4:15
Y como él vino para magnificar la ley y engrandecerla, la magnificó de tal manera que,
echó por tierra todas las tradiciones de los rabinos de su época. Y ellos al verse
totalmente al descubierto de sus malas obras, no tuvieron otra opción que acusarle de
violar lo que nunca violó.
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El mandamiento del día de reposo, prohíbe el trabajo durante ese día para ganarme el
pan de mi sustento físico y material. Sin embargo, las obras de misericordia, ayudar a
necesitados; visitar a los enfermos; salvar la vida a un hombre o animal, no hay ley que
impide hacer esta obra de misericordia para el sufriente. La parábola del samaritano,
está perfectamente reflejada inclusive para este día apartado para Yahweh.
Pero, si en lugar de hacer estas obras de bien, por temor a perder el empleo, o a que mi
familia no pueda mantenerse por la falta de recursos económicos violo la santidad del
verdadero día de reposo, aunque tan sólo sean unos minutos porque sigo trabajando
hasta casi la hora de puesta de sol y llego a casa ya con los rayos de sol en el ocaso, o
estando ya en casa mientras me preparo para recibir el día de reposo como debe ser,
aseado y listo para encontrarnos con nuestro Creador ya el sol se puso, llegamos a ser
violadores del cuarto mandamiento y somos culpables de transgredir todos los
mandamientos; “porque si ofendemos en un punto somos culpables en todos”
Thiago 2:10.
El Creador nos dio seis días para trabajar, para dedicarlo a nosotros mismos, si
queremos usar este término generalizado. Pero se reservó un día para él: el séptimo, el
shabbat en el cual se le ha de honrar de una forma especial. Es su día apartado. Es el día
en que todo ser humano debe descansar de todas sus labores para tener ese encuentro
personal e intransferible con nuestro amante Creador y Redentor. Además, la
maquinaria humana creada perfecta por el Creador, requiere que durante un día
descanse del trabajo ya que “el día de reposo fue hecho por causa del hombre” Mr
2:27 y transgredir a sabiendas el santo mandamiento que prohibe trabajar en el séptimo
día es, a la vista del cielo, un crimen considerado de tal magnitud bajo la ley mosaica,
que exigía la muerte del que lo cometiera. “Y Yahweh dijo a Moisés:
Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda la congregación fuera del
campamento… y murió como Yahweh mandó a Moisés” Nm 15:35,36
La historia del pueblo de Israel en su peregrinaje por el desierto fue escrita “para
nuestra enseñanza… y les sucedieron como ejemplo y están escritas para
amonestarnos a nosotros, a quienes los fines de los siglos han alcanzado. Así que, el
que piensa estar firme mire que no caiga” Ro 15:4; 1 Cor 10:11,12. Es la advertencia
que hallamos en toda la Escritura relacionada con nuestra perfecta obediencia para
formar parte del “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
por Yahweh, para que anunciéis las virtudes de aquel que nos llamó de las
tinieblas a su luz admirable” 1 Pe 2:9
El carácter sagrado y como observarlo
Cuando el shabbat comienza debemos ponernos en guardia, velar sobre nuestros actos y
palabras, no sea que robemos a Yahweh dedicando a nuestro uso el tiempo que le
pertenece estrictamente a él. No debemos hacer ni permitir que nuestros hijos hagan
trabajo alguno para ganarse la vida, ni cosa alguna que podría haberse hecho durante los
seis días hábiles. Nadie en nuestra casa debe violar el cuarto mandamiento pues de
hacerlo, estaría violando la santidad del día apartado para Yahweh. “No hagas en él
obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu
extranjero que está dentro de tus puertas…” Ex 20:10
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Los que no son plenamente convertidos a la verdad permiten con frecuencia que sus
mentes se espacien libremente en negocios mundanales, y aunque descansan del trabajo
físico en shabbat, su lengua expresa lo que tienen en la mente; de ahí sus palabras
acerca de sus trabajos, deportes, películas, moda, novelas, conversar de cosas
mundanales, o al dedicarse a una conversación liviana y trivial. El hablar de cualquier
cosa o de todo lo que acude a la mente, es pronunciar nuestras propias palabras… Todo
esto es violar el shabbat, porque de la abundancia del corazón habla la boca.
El shabbat, no es un día para ver noticias, novelas, deportes o cualquier cosa por algún
canal de TV o escuchar radio con esa misma finalidad. Deberíamos también evitar que,
cualquier diario o revista circule a nuestro alrededor para evitar que, los ojos se desvíen
hacia ello y mentalmente nos aleje de la espiritualidad del día de reposo.
Además, si es un día “apartado/santo” quiere revelarnos nuestro Creador que, en ese
día, no puede haber enemistad entre la familia o entre algún herman@. Hemos tenido
seis días para hacer las paces. No podemos recibir y guardar el día apartado de shabbat
con una mente inquisidora o a sabiendas de que, tengo algo pendiente de solucionar con
algún miembro de la familia u otra persona. Para que sea “santo/apartado” debemos
vivir a la altura que conocemos para que sea realmente lo que Yahweh desea que sea:
“apartado/santo” para él.
A los que recuperan el sueño
Nadie debe sentirse libre para pasar el tiempo santificado de una manera que no sea
provechosa. Desagrada a Elohim que los observadores del shabbat duerman durante
gran parte del mismo. Deshonran a su Creador al hacerlo. Por su ejemplo dicen que los
seis días son demasiado preciosos para que , ellos los pasen descansando. Deben ganar
dinero, aunque sea privándose del sueño que necesitan, y lo recuperan durmiendo
durante el tiempo santo. Luego se disculpan diciendo: "El shabbat fue dado como día
de reposo. No me privaré del descanso para asistir a la reunión; porque necesito
descansar." Los tales hacen un uso erróneo del día santificado. En este día deben
interesar especialmente a sus familias en la observancia del mismo, y congregarse en la
casa de oración con los pocos o con los muchos que asistan, según sea el caso. Deben
dedicar su tiempo y sus energías a los ejercicios espirituales, para que la influencia
divina que descansa sobre el shabbat los acompañe durante la semana. De todos los
días de la semana, ninguno es tan favorable para los pensamientos y sentimientos de
devoción como éste.
No debemos malgastar en cama las preciosas horas del shabbat. De buena mañana la
familia debe levantarse temprano, con alegría, estamos en el día apartado para Yahweh;
un día de delicia y como tal, debiéramos saber aprovechar todos los minutos posibles
para estar en ese compañerismo con nuestro Creador y Redentor. Por otra parte, si nos
levantamos tarde, puede haber acaloramiento en el hogar, poco tiempo para el desayuno
y el culto matutino al ver que el tiempo pasa y se llega tarde al lugar de reunión.
No olvidemos nunca que todo el cielo nos contempla y observa durante el día de reposo
a los que reconocen los requerimientos del cuarto mandamiento y lo guardan. Los
ángeles toman nota de su interés en la institución divina y su alta consideración por ella.
Los que santifican a Yahweh en su corazón por una actitud estrictamente devocional, y
procuran aprovechar las horas sagradas observando el shabbat lo mejor posible y honrar
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a Yahweh llamando delicias al shabbat, son especialmente bendecidos de los ángeles
con luz y salud y reciben fuerza especial. Pero, por otro lado, los ángeles se apartan de
aquellos que no apreciaban el carácter sagrado del día santificado de Elohim, y les
quitaban su luz y su fuerza. Muchos de ellos están abatidos y triste espiritualmente
porque no sienten la presencia del Espíritu de Yahweh.
El mandamiento más pisoteado
por los guardadores de la ley
Durante mis exposiciones de la Sagrada Escritura y al hacer referencia a la observancia
de la ley en prueba de nuestro amor, lealtad para con el Creador del Universo, de
acuerdo a Juan 14:15 “si me amáis guardaréis mis mandamientos… y el que dice:
Yo le conozco y no guarda sus mandamientos el tal es un mentiroso y la verdad no
está en él” 1 Jn 2:4 he observado por parte de la gran mayoría de asistentes que el
pecado que más se pisotea es el mandamiento que más debería ser guardado: el cuarto.
Este es el gran problema de los guardadores de la ley. Se perdió o se dejó en el cajón
del olvido, la santidad del día de reposo. Si bien es cierto que, la gran mayoría no
trabaja en ese día porque lo consideran apartado, santo, también es cierto que durante el
mismo, la gran mayoría de los que dicen ser observadores lo violan, ¿cómo? Algunos
compran; otros hacen transacciones comerciales; otros ven TV cuando hay un programa
deportivo que les interesa; otros participan en alguna clase de juego; en obras de teatro
en el mismo shabbat y dentro de la iglesia o lugar de reunión; se participa en
conversaciones que nada tienen que ver con nuestra salvación… todo ello es una
evidencia de estar violando la santidad del cuarto mandamiento.
Vemos, pues, que hay muchas maneras de violar este mandamiento. El enemigo es
astuto. Poco a poco se ha ido rebajando el listón de la santidad hasta permitirse ahora
cosas que hace unos años, ni siquiera podías pensar en que se podría hacer.
Algunos, participan de las actividades de “la iglesia” en juntas ya sea como oficial de
iglesia o como miembro en la administrativa; obra misionera repartiendo volantes,
recargando en definitiva la santidad del día de reposo, mientras por otro lado, se deja a
un lado a los más pequeños del hogar que son los que más precisan de nuestra compañía
y aliento en la vida espiritual.
¿Quieres hacer deporte? Seis días tienes para ello. ¿Quieres participar en obras de teatro
a pesar de que está prohibido? Tienes seis días para hacerlo. ¿Hay que hacer una junta
de iglesia? Tienes seis días para poderla tener. ¿Hay que hacer una junta administrativa?
Tienes seis días para hacerla. ¿Quieres hacer obra misionera repartiendo volantes?
Tienes seis días para hacerlo. ¿Necesitas planchar o cocinar algo? Recuerda: seis días
tienes para hacer estas cosas.
El sábado es mucho más espiritual de lo que nos hayan enseñado. Las tradiciones nos
llevan por el camino errado y debemos salir de ellas no sea que al seguir a los hombres,
perdamos de vista nuestra esperanza de vida eterna.
Entonces, puede surgir la pregunta. ¿Por qué si sabemos que el día de reposo de acuerdo
a la enseñanza que hallamos en la Escritura debe ser santificado es el mandamiento más
pisoteado? La respuesta puede ser también bien clara. Satanás no desea que el pueblo
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guardador de los mandamientos de Yahweh sea fiel, sino, que pone tropiezos para que
se siga violando cualquier mandamiento con la finalidad de que el transgresor, reciba la
sentencia final como pecador: “La paga del pecado es muerte” Romanos 6:23
Por ello, el mensaje alentador del triple mensaje final, nos tiene que llevar a entender la
importancia que tiene el shabbat en el plan de la salvación.
El libro de la naturaleza
Y a fin de santificar el shabbat, no es necesario que nos encerremos entre paredes, y que
nos privemos de las hermosas escenas de la naturaleza, del aire libre y vigorizador y de
la hermosura del cielo. En ningún caso debemos permitir que las cargas y las
transacciones comerciales distraigan nuestra mente en el único día que él ha apartado.
No debemos permitir que nuestra mente se espacie siquiera en cosas de carácter
mundanal. Pero la mente no puede ser refrigerada, vivificada y elevada si quedamos
encerrados durante casi todas las horas del shabbat entre paredes, escuchando largos
sermones y oraciones tediosas y formales. El día de reposo del creador recibe un uso
erróneo si se lo celebra así. No se alcanza el objeto para el cual fue instituido. Fue
hecho para el hombre, para beneficiarle al apartar su espíritu de la labor secular a fin de
que contemple la bondad y la gloria de Yahweh. Es necesario que el pueblo de Elohim
se reúna para hablar de él, para intercambiar pensamientos e ideas acerca de las
verdades contenidas en su Palabra, y dedicar una parte del tiempo a la oración
apropiada. Pero estos momentos, aún en este día, no deben ser hechos tediosos por su
dilación y falta de interés.
En realidad, el shabbat, se ha convertido más bien en una carga. Se va al lugar de
reunión y sólo escuchas. Vas tan solo a oir. No puedes compartir porque no se te
permite. Y en el único tiempo posible para compartir, es en la lección llamada “escuela
sabática” donde el poco tiempo que te dan, no hay para desarrollar nada y por tal razón
el alimento que te dan, no sirva para nutrir ni desarrollar nuestro crecimiento espiritual.
Personalmente, cuando me han dado la posibilidad de dar una lección de escuela
sabática, no he estado pendiente del tiempo sino de la lección. Y hemos aprovechado el
estudio de la misma, sin importar que, estábamos usando el tiempo dedicado a la
predicación. Porque es, en el diálogo, en el intercambio de pensamientos, como la
mente se activa y la feligresía permanece despierta y con ganas de responder, porque en
“la multitud de consejeros hay sabiduría, seguridad, victoria”. Pr 11:14; 24:6 Por
supuesto, esto sólo se puede hacer cuando te reunes en grupos, porque la elaboración de
los tiempos por la “iglesia” es otro sistema de impedir que el laico opine y conozca.
Y durante una porción del día, todos debiéramos tener oportunidad de salir al aire libre,
donde los niños puedan recibir un conocimiento más correcto de Yahweh y una
impresión mental mejor, al pasar una parte del tiempo al aire libre, no jugando, sino en
compañía de sus padres. Que sus mentes juveniles, puedan asociarse con su Creador
contemplando los hermosos panoramas de la naturaleza y al contemplarlas, entender su
inmenso amor ya que lo hizo todo para nuestro deleite personal. Entonces, al
comprender su amor hacia nosotros, comenzarán a considerarle como un Padre tierno y
amable. Verán que sus prohibiciones no han sido hechas simplemente para manifestar
su poder y autoridad, sino que busca la felicidad de sus hijos. Y al cobrar el carácter de
Elohim el aspecto atrayente del amor, la benevolencia y la belleza, se sentirán inducidos
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a amarle. Podéis llamarles la atención a las aves hermosas que llenan el aire de música
con sus felices cantos, los tallos de la hierba y las flores perfectas de llamativos matices
que perfuman el aire. Todas estas cosas proclaman el amor y la habilidad del Artista
celestial, y revelan la gloria de Yahweh.
Mientras contemplamos la naturaleza y vemos al Autor de la misma en ella, el corazón
carnal comienza a cambiar. Comienza a ser transformado. Perdemos de vista los
aspectos materiales que nos envuelven y nos damos cuenta del nuevo Edén que nos
espera. Entonces, dejamos las cosas que antes nos envolvían como una telaraña y
admiramos el amor del Creador y nuestro amor hacia él aumenta cada día mientras
sigamos orando, estudiando y contemplando su carácter y su obra, “somos
transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el espíritu de
Yahweh” 2 cor 3:18
Todos los que aman a Yahweh debemos hacer todo lo que podamos para que el día de
reposo sea una delicia, apartado,santo y honorable. Mientras se sigan buscando los
propios placeres en diversiones pecaminosas y prohibidas jamás podremos disfrutar de
las bendiciones que el Creador está dispuesto a derramar en su día apartado para él.
Sin embargo, podemos hacer mucho para exaltar el shabbat en nuestras familias y hacer
de él el día más interesante de la semana. Debemos dedicar el tiempo preciso para
buscar la fórmula para que nuestros hijos se interesen en este día. Cambiar de vez en
cuando el lugar de reunión y andar con ellos al aire libre; podemos sentarnos con ellos
en los huertos y bajo la alegre luz del sol y dar a sus mentes inquietas algo en que
ocuparse, conversando con ellos de las obras del Creador. Podemos inspirarles amor y
reverencia llamando su atención a los hermosos objetos de la naturaleza.
Debe ser tan interesante para cada familia que su visita semanal sea saludada con gozo.
De ninguna manera mejor pueden los padres exaltar y honrar el shabbat que ideando
medios de impartir la debida instrucción a sus familias, e interesarlas en las cosas
espirituales, dándoles una visión correcta del carácter de Yahweh y de lo que él requiere
de nosotros a fin de perfeccionar nuestro carácter y alcanzar la vida eterna. Padres,
hagamos de este día una delicia para que nuestros hijos puedan esperarlo con placer y
recibirlo con gozo en su corazón.
El libro de la naturaleza es un gran libro de texto, que debemos usar conjuntamente con
las Escrituras para enseñar a los demás acerca del carácter de Elohim y para guiar a las
ovejas perdidas de vuelta al aprisco del Creador... Todos necesitamos las enseñanzas
que se han de sacar de esta fuente. Por sí misma, la hermosura de la naturaleza lleva al
alma lejos del pecado y de las atracciones mundanas y la guía hacia la pureza, la paz y
Yahweh
El séptimo día de la semana, el shabbat conforme al mandamiento, nos invita a
contemplar la gloria del Creador en sus obras creadas. Y a causa de que el Creador
quería que lo hiciéramos, relacionó sus preciosas lecciones con la hermosura de las
cosas creadas. En el apartado,santo día de descanso, más especialmente que en todos
los demás días, debemos estudiar los mensajes que Elohim nos ha escrito en la
naturaleza. Debemos estudiar las parábolas del Salvador allí donde las pronunciara, en
los prados y arboledas, bajo el cielo abierto, entre la hierba y las flores. Cuando nos
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acercamos íntimamente al corazón de la naturaleza, el Mesías hace que su presencia sea
real para nosotros y habla a nuestros corazones de su paz y amor.
La obediencia parcial no es aceptable
Yahweh no acepta una observancia parcial de la ley del shabbat, y ella ejerce peor
efecto sobre la mente de los pecadores que si Ud. no profesara observar el shabbat.
Ellos perciben que su vida contradice su creencia y pierden la fe en lo que usted
pretende vivir y enseñar. El quiere decir precisamente lo que expresa, y el hombre no
puede poner impunemente a un lado sus mandamientos. El ejemplo de Adán y Eva en
el huerto nos amonesta suficientemente contra cualquier desobediencia a la ley divina.
El pecado que cometieron nuestros primeros padres al escuchar las engañosas
tentaciones del enemigo atrajo la culpa y el pesar sobre el mundo, y obligó al Hijo de
Elohim a abandonar las cortes reales del cielo y ocupar un humilde lugar en la tierra.
Se sometió a los insultos, al rechazamiento y a la muerte, por parte de aquellos mismos
a quienes venía a bendecir. ¡Qué costo infinito acompañó a aquella desobediencia en el
huerto de Edén! La Majestad del cielo fue sacrificada para salvar al hombre de la
penalidad de su crimen.
Yahweh Elohim no pasará por alto ninguna transgresión de su ley, ni la considerará con
más ligereza ahora que en el día en que pronunció el juicio contra Adán. El Salvador
del mundo alza su voz y protesta contra aquellos que consideran los mandamientos
divinos indiferentemente y con negligencia. El dice: "Cualquiera que infringiera uno
de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño
será llamado en el reino de los cielos: mas cualquiera que hiciere y enseñare, éste
será llamado grande en el reino de los cielos" Mat. 5:19. La enseñanza de nuestra
vida se hace sentir completamente en favor de la verdad o contra ella. Si nuestras obras
parecen justificar al transgresor en su pecado, si nuestra influencia resta importancia a
la violación de los mandamientos de Yahweh entonces no sólo somos culpables
nosotros mismos, sino que hasta cierto punto somos responsables de los consiguientes
errores ajenos. En el mismo principio del cuarto precepto, Yahweh Elohim dijo:
"Acuérdate …" sabiendo que el hombre, dada la multitud de sus cuidados y
perplejidades, se vería tentado a excusarse de satisfacer plenamente los requisitos de la
ley, o, en el apremio de los negocios mundanales, se olvidaría de su importancia y
santidad. "Seis días trabajarás, y harás toda tu obra," es decir, los quehaceres
usuales de la vida, que persiguen las ganancias mundanales o el placer. Estas palabras
son muy explícitas; no puede haber error.
Hermano ¿cómo se atreve Ud. a transgredir un mandamiento tan solemne e importante?
¿Ha hecho Yahweh una excepción por la cual se lo exime a Ud. de la ley que él dio al
mundo? ¿Son sus transgresiones omitidas del libro de registro? ¿Ha convenido en el
excusar su desobediencia cuando las naciones se presenten delante de él para el juicio?
No se engañe ni por un momento con el pensamiento de que su pecado no traerá su
merecido castigo. Sus transgresiones serán castigadas con la vara, porque Ud. tuvo la
luz, y anduvo sin embargo en sentido completamente contrario a ella. "Porque el
siervo que entendió la voluntad de su amo, y no se apercibió, ni hizo conforme a su
voluntad, será azotado mucho" Luc.12:47.
Es de parte del hombre mortal la más grosera presunción aventurarse a hacer una
especie de componenda con el Todopoderoso a fin de asegurar sus propios intereses
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temporales mezquinos. El emplear ocasionalmente el shabbat para los negocios
seculares es una violación tan flagrante de la ley como el rechazarla enteramente;
porque es hacer de los mandamientos del Creador un asunto de conveniencia. "Yo soy
Yahweh tu Elohim, fuerte, celoso" Exo. 20:5, es lo que repercute con voz de trueno
desde el Sinaí. Ninguna obediencia parcial, ningún interés dividido acepta Aquel que
declara que las debilidades de los padres serán castigadas en los hijos hasta la tercera y
cuarta generación de los que le aborrecen, y que manifestará misericordia en millares de
generaciones a aquellos que le aman y guardan sus mandamientos. No es asunto sin
importancia robar a un vecino, y grande es el estigma impuesto al culpable de semejante
acto; sin embargo, el que nunca defraudaría a sus semejantes, roba sin vergüenza alguna
a su Padre celestial el tiempo que ha bendecido y apartado con un propósito especial.
La prueba de la lealtad
Algunos insistirán en que Yahweh no es tan meticuloso en sus requerimientos; que no
es su deber observar estrictamente el shabbat con tanta pérdida, ni ponerse en conflicto
con las leyes del país. Pero en esto es precisamente donde viene la prueba, en saber si
honraremos la ley de Yahweh por encima de los requerimientos de los hombres. Esto es
lo que hará distinción entre quienes honran a Elohim y quienes le deshonran. En esto es
donde hemos de demostrar nuestra lealtad. La historia del trato de Yahweh con su
pueblo en todas las épocas demuestra que él exige una obediencia estricta.
Cuando el ángel destructor estaba por recorrer la tierra de Egipto, y herir a los
primogénitos de los hombres y de las bestias, se indicó a los israelitas que tuviesen a sus
hijos consigo en casa, y rociasen los dinteles de las puertas con sangre, que ninguno
quedase fuera de la casa; porque todos los que fuesen hallados entre los egipcios serían
destruidos con ellos. Supongamos que un israelita hubiese descuidado de colocar la
señal de la sangre sobre su puerta, diciendo que el ángel de Yahweh podía distinguir
entre los hebreos y los egipcios, ¿habrían custodiado esa morada los centinelas
celestiales? Debemos aplicarnos esta lección a nosotros mismos.
Nuevamente ha de recorrer la tierra el ángel destructor. Se ha de colocar una marca
sobre el pueblo de Yahweh, y esa marca es la observancia de su apartado, santo shabbat.
No hemos de seguir nuestra propia voluntad y juicio, e imaginarnos que Elohim
cumplirá nuestras condiciones. El prueba nuestra fe al darnos una parte que desempeñar
en relación con su intervención en nuestro favor. Sus promesas se cumplirán para los
que cumplan las condiciones; pero todos los que se atrevan a desviarse de sus
instrucciones, para seguir un camino de su propia elección, perecerán con los impíos
cuando sus juicios caigan sobre la tierra.
Si los padres permiten que sus hijos reciban educación en el mundo y hagan del shabbat
un día común, entonces no podrá ser puesto sobre ellos el sello de Elohim. Serán
destruidos con el mundo; y ¿no recaerá su sangre sobre los padres? Pero si enseñamos
fielmente a nuestros hijos los mandamientos de Elohim, los sometemos a la autoridad
paternal y luego por la fe y la oración los confiamos a Yahweh, él cooperará con
nuestros esfuerzos porque lo ha prometido. Y cuando el azote abrumador recorra la
tierra, ellos estarán con nosotros escondidos en el pabellón secreto del Creador. Pero,
lamentablemente, la cultura recibida heredada y transmitida de generación a generación,
hace que se le exija al joven una buena carrera para poder ganarse el pan diario,
mientras, el mismo tiempo, la preocupación por el estudio de esa carrera, le está
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impidiendo que pueda prepararse para la eternidad y las cosas mundanales, terrenales,
las pasajeras, toman el control de su vida quien sin querer, está al control de satanás que
es el autor de estas leyes terrenales que impiden al joven acercarse a su Creador.
La fe y la obediencia
Escrito está: "¿Qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?
¿Podrá la fe salvarle?" Thiago 2:14. Cuando alguien trabaja o compra en el día
sagrado, niega virtualmente su fe. Las Sagradas Escrituras nos enseñan que la fe sin
obras es muerta, y que el testimonio de la vida de uno proclama al mundo si uno es fiel
o no a la fe que profesa. Con esta actitud, se rebaja la importancia de la ley de Yahweh
en la estima de sus amigos mundanos. Con esa forma de actuar, les estamos diciendo:
"Vosotros podéis obedecer los mandamientos o no obedecerlos. Yo creo que la ley de
Yahweh es, en cierto modo, obligatoria para los hombres; pero al fin y al cabo, Yahweh
no es tan escrupuloso como para exigir una observancia estricta de sus preceptos, y una
transgresión ocasional no es castigada con severidad de su parte."
Sin embargo, la transgresión, sigue siendo pecado porque el pecado “es transgresión
de la ley” 1 Jn 3:4 y la transgresión se pagará con la muerte, “porque la paga del
pecado es muerte” Ro 6:23
Yahweh ha hablado, y quiere que el hombre obedezca. No pregunta si le es
conveniente hacerlo. El Creador de la vida y la gloria no consultó su conveniencia o
placer cuando dejó su puesto y elevada jerarquía para venir a ser varón de dolores y
experimentado en quebranto, para aceptar la ignominia y la muerte a fin de librar al
hombre de las consecuencias de su desobediencia. Yahshua murió, no para salvar al
hombre en sus pecados, sino de sus pecados. El hombre ha de abandonar el error de sus
caminos, seguir el ejemplo de Yahshua, tomar su madero, su carga y seguirlo,
negándose a sí mismo y obedeciéndole a todo costo.
"Ninguno puede servir a dos amos; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o
se llegará al uno y menospreciará al otro: no podéis servir a Yahweh y a
Mammón" Mat. 6:24. Si somos verdaderos siervos de Elohim, no habrá en nuestra
mente duda alguna acerca de si vamos a obedecer sus mandamientos o consultar
nuestros propios intereses temporales. Si los que creen en la verdad no son sostenidos
por su fe en estos días comparativamente apacibles, ¿qué los sostendré cuando venga la
gran prueba y sea promulgado el decreto contra aquellos que no quieran adorar la
imagen de la bestia ni recibir su marca en su frente o en su mano? Ese tiempo solemne
no está lejos. En vez de volverse débiles e irresolutos, los hijos de Yahweh deben
cobrar fuerzas y valor para el tiempo de la tribulación.
El pecado es la transgresión de la ley. Si el pecado de Adán produjo tan indecible
sufrimiento y requirió el sacrificio del amado Hijo de Elohim, ¿cuál será el castigo de
los que, viendo la luz de la verdad, anulan el cuarto mandamiento del Creador?
Como guardarlo en el hogar
No debemos proveer para el shabbat una cantidad o variedad mayor de alimentos que
para los otros días. En vez de esto, los alimentos deben ser más sencillos, y debe
comerse menos, a fin de que la mente esté clara y vigorosa para comprender las cosas
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espirituales. El comer demasiado anubla la mente. Se pueden oír las palabras más
preciosas sin apreciarlas, debido a que la mente está turbada por un régimen impropio.
Comiendo demasiado el shabbat, muchos han deshonrado a YAHWEH más de lo que
piensan.
Aunque debe evitarse el cocinar en shabbat, no es necesario comer alimentos fríos. En
tiempo frío, caliéntese el alimento preparado el día antes. Y sean las comidas, aunque
sencillas, atrayentes y sabrosas. Provéase algo que sea considerado como un plato
especial, algo que la familia no tiene cada día.
Tomen parte los niños en el culto de familia. Traigan todos sus Biblias, y lea cada uno
de ellos uno o dos versículos. Luego cántese algún himno familiar, seguido de oración.
Para ésta, Yahshua ha dejado un modelo. El Padre nuestro no fue destinado a ser
repetido simplemente como una fórmula, sino que es una ilustración de lo que deben ser
nuestras oraciones: sencillas, fervientes y abarcantes. En una simple petición, expresad
al Creador vuestras necesidades, y gratitud por su misericordia. Así le invitáis como
vuestro huésped bienvenido en el hogar y el corazón. En la familia, las largas oraciones
acerca de objetos remotos, no están en su lugar. Hacen cansadora la hora de la oración,
cuando debiera ser considerada como un privilegio y una bendición. Procurad que ese
momento ofrezca interés y gozo.
Además del intercambio personal, la comunicación, el conocimiento de la Escritura que
debe de haber en todas nuestras reuniones por la mañana ocupan sólo una parte del
shabbat. La parte que queda para la familia puede abarcar las más sagradas y preciosas
horas del shabbat. Mucho de este tiempo deben pasarlo los padres con sus hijos. En
muchas familias se deja solos a los niños menores, para que se diviertan lo mejor que
puedan. En tales condiciones, no tardan en volverse inquietos, empiezan a jugar y se
dedican a causar perjuicios. Así el shabbat no tiene para ellos significado sagrado.
Al bajar el sol, señalen la voz de la oración y el himno de alabanza el fin de las horas
sagradas, e invitad a Yahweh a acompañaros con su presencia en los cuidados de la
semana de trabajos.
Así pueden los padres hacer del shabbat lo que debe ser: el día más gozoso de la
semana. Pueden inducir a sus hijos a considerarlo como una delicia, el día superior a
los demás días, apartado, santo de Yahweh, honorable.
La reforma en su observancia
La cuestión del shabbat será el punto culminante del gran conflicto final en el cual todo
el mundo tomará parte. Los hombres han honrado los principios de Satanás por encima
de los principios que rigen los cielos. Han aceptado el falso día de descanso que
Satanás ha exaltado como señal de su autoridad, el primer día de la semana, “día del
venerado señor dios sol”. Pero Elohim ha puesto su sello sobre su requerimiento real.
Ambos días de reposo llevan el nombre de su autor, una marca imborrable que
demuestra la autoridad de cada uno. Es nuestra obra inducir a la gente a comprender
esto. Debemos mostrarle que es de consecuencia vital llevar la marca del reino de
Elohim o la marca de la rebelión, porque se reconocen súbditos del reino cuya marca
llevan. Yahweh nos ha llamado a enarbolar el estandarte de su shabbat pisoteado.
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¡Cuán importante es, pues, que nuestro ejemplo sea correcto en la observancia del
shabbat!
Hay que educar a los nuevos conversos en cuanto a la debida observancia del shabbat.
Debemos precavernos, no sea que las prácticas flojas que prevalecen entre los
observadores del domingo sean seguidas por aquellos que profesan observar el santo día
de reposo de Yahweh. La línea de demarcación debe trazarse clara y distinta entre los
que llevan la marca del reino de Elohim y los que llevan la señal del reino de la
rebelión.
Y mientras no haya esa diferencia entre una y otra, no se le puede bautizar (sumergir)
porque al hacerlo, el pecado sigue permaneciendo en él y ese propio pecado, se
convierte en “pecado corporativo” y causa separación entre Yahweh y los pecadores. Es
el resultado evidente de lo que se observa hoy en la gran mayoría de los nuevos
miembros, donde no han percibido ni la santidad del shabbat, ni la de sus vidas.
Las reuniones en shabbat
Yahshua dijo: "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy
en medio de ellos." Mat. 18:20. Dondequiera que haya siquiera dos o tres creyentes,
reúnanse en shabbat para pedir el cumplimiento de su promesa.
Los pequeños grupos reunidos para adorar a Yahweh en su santo día, tienen derecho a
pedir la rica bendición de Yahweh. Deben creer que Yahshua es un huésped honrado en
sus asambleas. Cada verdadero adorador que santifica el shabbat debe aferrarse a la
promesa: "Para que sepáis que yo soy Yahweh que os santifico." Ex.31:13. Debe
tener prioridad el estudio de la Escritura. Hay que levantar el estandarte de la verdad y
ésta solo se hará cuando estemos dispuestos a “escudriñar las Escrituras”. A
intercambiar nuestros conocimientos de la misma. A no estar callados y oir, y solo oir.
El Creador nos ha dado una mente para razonar. Para discernir entre lo bueno y lo malo.
Y en el día de shabbat, es el momento más oportuno para que los reunidos participen en
forma ordenada y respetuosa, en el escudriñamiento de la Palabra escrita, aportando sus
conocimientos e inquietudes para que a la luz de “un escrito está” vayamos aprendiendo
las verdades para este tiempo del fin.
Cada uno debe sentir que tiene una parte que desempeñar para hacer interesantes las
reuniones del shabbat. No hemos de reunirnos simplemente por formalismo, sino para
un intercambio de pensamientos, para relatar nuestra experiencia diaria, para expresar
agradecimiento y nuestro sincero deseo de ser iluminados divinamente, para que
conozcamos a Yahweh y a Yahshua al cual él envió. El platicar juntos acerca de él,
fortalecerá el alma para las pruebas y conflictos de la vida. Nunca pensemos que
podemos ser creyentes y encerrarnos, sin embargo, dentro de nosotros mismos. Cada
uno es parte de la gran trama de la humanidad, y su experiencia será mayormente
determinada por la experiencia de sus asociados.
Nadie vaya al lugar de culto para dormir. Esto no debiera verse en la casa de Elohim.
No os dormís cuando estáis empeñados en vuestros quehaceres temporales, porque
tenéis interés en vuestro trabajo. ¿Permitiremos que el servicio que entraña intereses
eternos sea puesto en un nivel inferior al de los asuntos temporales de la vida?
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Cuando lo hacemos, perdemos la bendición que Yahweh quiere que tengamos. El
shabbat no ha de ser un día de ociosidad inútil. Tanto en el hogar como en el lugar
escogido para el culto, debe manifestarse un espíritu de servicio. El que nos dio seis
días para nuestro trabajo temporal, bendijo y apartó, santificó el séptimo día y lo puso
aparte para sí. En ese día bendecirá de una manera especial a todos los que se
consagren a su servicio.
Todo el cielo observa el shabbat, pero no de una manera desatenta y ociosa. En ese día,
cada energía del alma debe despertarse; porque ¿no hemos de encontrarnos con Yahweh
y con Yahshua nuestro Salvador? Podemos contemplarle por la fe. El anhela refrescar
y bendecir toda alma.
No obtenemos la centésima parte de la bendición que podríamos obtener de nuestras
asambleas para adorar a Yahweh. Nuestras facultades perceptivas necesitan ser
aguzadas. La comunión de unos con otros debe alegrarnos. Con tal esperanza como la
que tenemos, ¿por qué no arde en nuestro corazón el amor a Elohim?
Debemos relatar como YAHWEH nos ha guiado
El trato de Yahweh con su pueblo debe mencionarse con frecuencia. ¡Cuán a menudo
levantó Yahweh, en su trato con el antiguo Israel, los hitos del camino! A fin de que no
olvidasen la historia pasada, ordenó a Moisés que inmortalizase esos acontecimientos
en cantos, a fin de que los padres pudiesen enseñárselos a sus hijos. Habían de levantar
monumentos recordativos bien a la vista. Debían esmerarse para conservarlos, a fin de
que cuando los niños preguntasen acerca de esas cosas, les pudiesen repetir toda la
historia. Así eran recordados el trato providencial y la señalada bondad y misericordia
de Yahweh en su cuidado y liberación de su pueblo. Se nos exhorta a traer "a la
memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados,
sufristeis gran combate de aflicciones." Heb. 10:32. Yahweh ha obrado como un
Elohim realizador de prodigios en favor de su pueblo en esta generación. Es necesario
recordar con frecuencia a los hermanos y ancianos, la historia pasada de la causa de
Yahweh. Necesitamos relatar a menudo la bondad de Elohim y alabarle por, sus obras
admirables.
Aunque se nos exhorta a no dejar nuestras reuniones, esas asambleas no han de ser
meramente para nuestro refrigerio. Debemos sentir mayor celo para impartir el consuelo
que hemos recibido. Debemos ser muy celosos para la gloria de Yahweh y no atraerle
oprobio, ni aun por la tristeza de nuestro rostro ni por palabras imprudentes, como si los
requerimientos de Yahweh restringieran nuestra libertad. Aun en este mundo de pesar,
desengaño y pecado, desea Yahweh que estemos alegres y fuertes en su fortaleza. Todo
el ser tiene el privilegio de dar un testimonio decidido en todo respecto. Mediante
nuestro semblante, genio, palabras y carácter, debemos testificar que el servicio de
Elohim es bueno. Así proclamamos que "la ley de Yahweh es perfecta, que vuelve el
alma." Sal. 19:7.
La fase alegre y alentadora de nuestra religión será representada por todos los que se
consagran diariamente a Yahweh. No debemos deshonrar a Elohim con un lastimero
relato de las pruebas que parecen gravosas. Todas las pruebas que se reciban como
medios de educarnos producirán gozo. Toda la vida religiosa será elevadora y
ennoblecedora, fragante de buenas palabras y obras. Agrada al enemigo que las almas
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estén deprimidas, abatidas, llorosas y gemebundas; quiere que así sean precisamente las
impresiones que deje el efecto de nuestra fe. Pero Elohim quiere que la mente no se
rebaje a un nivel inferior. Desea que cada alma triunfe con el poder custodio del
Redentor. El salmista dice: "Dad a Yahweh, oh hijos de fuertes, dad a Yahweh la
gloria y la fortaleza. Dad a Yahweh la gloria debida a su nombre: humillaos a
Yahweh en el glorioso santuario … Glorificarte he, oh Yahweh; porque me has
ensalzado, y no hiciste a mis enemigos alegrarse de mí. Yahweh Elohim mío, a ti
clamé y me sanaste... Cantad a Yahweh, vosotros sus santos y celebrad la
memoria de su santidad" Sal.29:1,2; 30:1-4.
La iglesia de Yahweh en la tierra, las almas fieles, los que le “aman y guardan sus
mandamientos” Jn 14:15; Ap 14:12 es una con la iglesia de YAHWEH en el cielo.
Los creyentes de la tierra y los seres del cielo que nunca han caído constituyen una sola
iglesia. Todo ser celestial está interesado en las asambleas de los santos que en la tierra
se congregan para adorar a Yahweh. En el atrio interior del cielo escuchan el
testimonio que dan los testigos de Yahshua en el atrio exterior de la tierra, y las
alabanzas de los adoradores de este mundo hallan su complemento en la antífona
celestial, y el loor y el regocijo repercuten por todos los atrios celestiales porque
Yahshua no murió en vano por los caídos hijos de Adán. Mientras que los ángeles
beben en el manantial principal, los santos de la tierra beben los raudales puros que
fluyen del trono y alegran la ciudad de nuestro Elohim. ¡Mejor sería que todos
pudiesen comprender cuán cerca está el cielo de la tierra! Aun cuando los hijos nacidos
en la tierra no lo saben, tienen ángeles de luz por compañeros. Un testigo silencioso
vela sobre toda alma, tratando de atraerla a Yahshua. Mientras haya esperanza, hasta
que los hombres resistan al Espíritu Santo para eterna ruina suya, son guardados por los
seres celestiales. Recordemos todos que en cada asamblea de los santos realizada en la
tierra, hay ángeles de Yahweh escuchando los testimonios, himnos y oraciones.
Recordemos que nuestras alabanzas quedan suplidas por los coros de las huestes
angélicas en lo alto.
Por lo tanto, mientras nos reunimos shabbat tras shabbat, cantemos alabanzas a Aquel
que “nos llamó de las tinieblas a su luz admirable” 1 Pe 2:9. "Al que nos amó, y nos
ha lavado de nuestros pecados con su sangre," rinda adoración el corazón. Sea el
amor de Yahshua el tema principal de lo que dice el predicador. Sea lo que se exprese
con sencillo lenguaje en todo himno de alabanza. Dicte la inspiración del Espíritu de
Elohim nuestras oraciones. Mientras se pronuncie la palabra de vida, atestigüe nuestra
sentida respuesta que hemos recibido el mensaje como mensaje del cielo. Esto es muy
anticuado, lo sé, pero es una ofrenda de agradecimiento a Elohim por el pan de vida
dado al alma hambrienta. Esta respuesta a la inspiración del Espíritu Santo será una
fuerza en nuestra propia alma y un estímulo para otros. Dará cierta evidencia de que
hay en el edificio de Yahweh piedras vivas que emiten luz.
Mientras repasemos, no los capítulos obscuros de nuestra experiencia, sino las
manifestaciones de la gran misericordia y del inagotable amor de Yahweh, alabaremos
mucho más de lo que nos quejaremos. Hablaremos de la fidelidad amante de Elohim
que, como compasivo y tierno pastor de su rebaño, declaró que nadie arrancará de sus
manos a sus ovejas. El lenguaje del corazón no será una egoísta murmuración y queja.
Como raudales cristalinos, las alabanzas brotarán de los que creen verdaderamente en
Yahweh. "Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi
vida: y en la casa de Yahweh moraré por largos días." "Me has guiado según tu
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consejo, y después me recibirás en gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos? Y fuera
de ti nada deseo en la tierra." Sal. 23:6; 73:24,25. ¿Por qué no elevar la voz de
nuestros cánticos espirituales en nuestras peregrinaciones? ¿Por qué no volver a nuestra
sencillez y fervor? La razón por la cual no estamos más gozosos consiste en que hemos
perdido nuestro primer amor. Seamos, pues, celosos y arrepintámonos, no sea que
nuestro candelero sea quitado de su lugar.
El templo de Elohim está abierto en el cielo, e inunda su umbral la gloria de Yahweh
destinada a toda alma que le ame y guarde sus mandamientos. Necesitamos estudiar,
meditar y orar. Tendremos entonces visión espiritual para discernir los atrios interiores
del templo celestial. Percibiremos los temas de los himnos y agradecimientos del coro
celestial que está alrededor del trono. Cuando nos levantemos y resplandezcamos,
nuestra luz será muy penetrante y se oirán preciosos himnos de alabanza y
agradecimiento en las asambleas de los santos. Cesarán las murmuraciones y quejas por
pequeñas desilusiones y dificultades. Mientras apliquemos el colirio áureo, veremos las
glorias venideras. La fe penetrará las densas sombras de Satanás y veremos a nuestro
Abogado ofreciendo el incienso de sus propios méritos en nuestro favor. Cuando
veamos esto tal cual es, como El desea que lo veamos, nos embargará un sentido de la
inmensidad y diversidad del amor de Yahweh.
Señal de lealtad ante el mundo
Desde la columna de nube Yahweh "habló ... a Moisés, diciendo:... En verdad
vosotros guardaréis mis días de reposo, shabbat, porque es señal entre mí y
vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Yahweh que os
santifico" Exo. 31:12,13. El shabbat es una señal o prenda dada por Yahweh al
hombre: una señal de la relación que existe entre el Creador y sus seres creados. Los
israelitas estaban declarando delante del mundo su lealtad al único Elohim verdadero y
viviente, el soberano del universo. Al observar el monumento conmemorativo de la
creación del mundo en seis días y del descanso del Creador en el séptimo día, al
observar el shabbat como día santo de acuerdo a las instrucciones divinas.
Cuando los creyentes observan el verdadero shabbat, deben presentar siempre al mundo
un testimonio fiel de su conocimiento del Elohim vivo y verdadero como una distinción
con los dioses falsos, pues el dueño del shabbat es el Creador de los cielos y la tierra, el
Ser exaltado sobre todos los demás dioses. "Guardaréis el shabbat porque santo es a
vosotros... Seis días se trabajará, mas el día séptimo es el día de reposo consagrado
a Yahweh; cualquiera que trabaje en el shabbat, ciertamente morirá. Guardarán,
pues, el "shabbat", los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto
perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días
hizo Yahweh los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó" Ex 31:14-17.
No es un día para buscar el placer,
nadar o jugar a la pelota
Como pueblo, no le hemos dado a la ley de Yahweh la preeminencia que debiéramos
haberle dado. Estamos en peligro de hacer lo que a nosotros nos agrada en el día del
shabbat. ¿Podemos reclamar el sello del Elohim vivo? ¿Podemos afirmar que somos
santificados por la verdad?
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YAHWEH quiere que todos sus dones sean apreciados. Todos los fragmentos, los
ápices y las cosas mínimas deben atesorarse cuidadosamente, y debemos tratar de
conocer con cuidado las necesidades de otro. Todo lo que tenemos como verdad bíblica
no es sólo para nuestro beneficio, sino para impartirlo a las demás almas, y esto ha de
impresionarse en las mentes humanas; y debe usarse toda palabra bondadosa para
preparar el camino a fin de abrir un cauce por el cual la verdad fluya en ricas corrientes
hacia otras almas. Todo milagro que Yahshua obró era esencial, y tenía el propósito de
revelar al mundo que había una gran obra que hacer en día shabbat para el alivio de la
humanidad sufriente, pero que el trabajo común no debía hacerse. La búsqueda del
placer, jugar a la pelota, nadar, no eran una necesidad, sino que constituía un descuido
pecaminoso del día sagrado apartado, santificado por Yahweh. Yahshua no hizo
milagros sencillamente para desplegar su poder, sino para hacer frente a Satanás, que
angustiaba a la humanidad que sufría. Vino a nuestro mundo para resolver las
necesidades de los que padecían, a quienes Satanás estaba torturando. Vino a
magnificar la ley y a engrandecerla. Vino a revelar entre otras cosas, la santidad del
cuarto mandamiento. Y nosotros hemos sido llamados a ser sus “embajadores y
colaboradores”. 2 cor 5:20; 6:1
Los platos no deberían lavarse en shabbat
Queremos recomendar a todos que no laven los platos el shabbat, si es posible que esto
se evite. Yahweh es deshonrado por todo trabajo innecesario hecho en su día santo. No
es inconsecuente, sino apropiado, que los platos se dejen sin lavar hasta el fin del
shabbat, si esto puede hacerse. Es una forma más de no apartarnos de la santidad del día
de shabbat.
Observados por los que nos rodean
Hay personas que nos están observando para ver cuál es la influencia que la verdad
ejerce sobre nosotros. "Los hijos de este mundo son más sagaces en su generación
que los hijos de la luz". Cuando se colocan delante de ellos las exigencias del cuarto
mandamiento, vigilan para ver cómo lo observan los que dicen que lo obedecen.
Estudian la vida y el carácter de sus defensores para descubrir si están en armonía con
su profesión de fe; y debido a las opiniones que así se forman, muchos son influidos
mayormente o para la aceptación o para el rechazo de la verdad. Si conformáramos
nuestra vida con la norma de la Escritura, seríamos por cierto una luz en el mundo, una
ciudad asentada sobre un monte.
La responsabilidad del ministro
El ejemplo de los ministros debe ser especialmente circunspecto acerca de esto. El
shabbat debe dedicarse concienzudamente a la conversación sobre temas religiosos, a
presentar la verdad, el deber, las esperanzas y temores del creyente, sus pruebas,
conflictos y aflicciones, la victoria final y la recompensa que habrá de recibir. Los
ministros de Yahshua deben reprender a los que no se acuerdan del shabbat para
apartarlo, santificarlo. Deben reprender bondadosa y solemnemente a los que participan
en conversación mundanal en shabbat, y al mismo tiempo aseveran ser observadores del
mismo. Deben estimular la devoción a Elohim en su santo día.
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Su importancia
Los que ocupan puestos de responsabilidad deben ejercer cuidado para que sus palabras
y ejemplo sean tales que induzcan al pueblo a tener ideas y prácticas correctas. Deben
estar seguros de que en nada empequeñecen los requerimientos de Yahweh. Debido a
que el cuarto mandamiento se desprecia en forma tan general, debemos ser tanto más
sinceros y decididos al procurar honrar este precepto de la santa ley de Elohim. El
mensaje del tercer ángel es el que hemos de presentar al mundo. En él Yahweh tiene
una prueba para nosotros, y si estamos a la altura de la norma, debemos ser un pueblo
peculiar.
Quienquiera que obedezca al cuarto mandamiento hallará que se traza una línea de
separación entre él y el mundo. El shabbat no es un requerimiento humano, sino una
prueba de Yahweh. Es lo que distinguirá a quienes sirven a Yahweh de los que no le
sirven; y acerca de este punto se producirá el último gran conflicto de la controversia
entre la verdad y el error. El último acto del drama está a las mismas puertas. Es ahora,
cuando debemos entender y vivir el shabbat conforme al mandamiento, para que,
cuando sea quitado y en su lugar puesto el día del “venerado seños dios sol”, el primer
día de la semana, el domingo, estemos protegidos por el ángel de Yahweh y nuestro
nombre escrito en el libro de la Vida.
Entre la generalidad de nuestro pueblo en estos reinos, el shabbat no ha ocupado la
posición exaltada en que Yahweh lo puso. El mundo es el instrumento que zarandea la
iglesia, y prueba el carácter genuino de sus miembros. El mundo ofrece incentivos que,
cuando el creyente los acepta, lo colocan donde su vida no está más en armonía con su
profesión de fe.
Las promesas que se traducen en bendiciones que hallamos al observar el shabbat
conforme a “un escrito está”, no se pueden obtener en ningún otro día del resto de la
semana. Y es en esa condición, cuando podemos llegar a comprender algo más del plan
de la salvación; el inmenso amor del PADRE al dar a SU HIJO para redimirnos de la
sentencia de muerte que recaía sobre nosotros, por haber transgredido su ley y ser
pecadores. ¿Qué haremos a partir de ahora? La decisión es muy personal como la
salvación también es personal.
Ernesto Farga Gadea
Estudios anteriores a éste:
001.- Mi pueblo sabrá mi nombre
002.- La verdadera Deidad: Padre e Hijo
003.- Bautizados (sumergidos) en el nombre de quién?
004.- Bautizados (sumergidos) o remojados en agua
005.- Bautismo o circuncisión qué hacer?
006.- Daniel 12, el tiempo del fin
007.- Hermana de la caída Babilonia
008.- Apostasía en el tiempo del fin
009.- El obrero es digno de su salario
010.- Las Fiestas Solemnes de Yahweh