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Sindrome de Hombro Doloroso
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SINDROME DE HOMBRO
DOLOROSO
EMH. Hugo Jair Paz Cabrera
Medicina Física y Rehabilitación
Dr. Niño
Universidad de San Martin de Porres
2015 - I
1
INDICE
Página
INTRODUCCION 3
DEFINICION 4
EPIDEMIOLOGIA 5
ETIOLOGIA 6
ANAMNESIS 7
EXAMEN FISICO 8
TRATAMIENTO 13
ANEXOS 18
2
INTRODUCCION
El hombro o cintura escapular es la estructura anatómica con mayor movilidad del
cuerpo, a su vez es la estructura más compleja, en ella intervienen las siguientes
articulaciones:
Glenohumeral
Acromioclavicular
Esternoclavicular
Escapulotorácica
Estas articulaciones interviene de manera diferente en los movimientos del
hombro: en los primeros 90º de la abducción participa la glenohumeral, entre los
30º y los 135º se suma la escapulatorácica y a partir de los 90º se movilizan la
acromioclavicular y la esternoclavicular.
La articulación glenohumeral está formada por la cabeza humeral y por la cavidad
glenoidea, posee una gran y laxa cápsula, y está revestida de una sinovial, en la
que se unen dos sistemas músculos-tendinosos de estabilización y sujeción.
En la cara anterior se encuentra el tendón de la porción larga del bíceps, y el
músculo subescapular que forma parte del manguito de los rotadores.
En la cara posterior está el manguito de los rotadores (supraespinoso,
infraespinoso y redondo menor) los cuales se insertan conjuntamente en el
troquiter
El Síndrome de hombro doloroso se presenta con frecuencia, provocando
limitación funcional del miembro torácico que repercute en las actividades de la
vida diaria y la calidad de vida.
Al ser de origen multifactorial supone una mayor dificultad en cuanto al diagnóstico
y tratamiento por lo que se requiere establecer criterios clínicos específicos de
manejo.
3
DEFINICION
El síndrome de hombro doloroso es un conjunto de signos y síntomas que
comprende un grupo heterogéneo de diagnósticos que incluyen alteraciones de
músculos, tendones, nervios, vainas tendinosas, síndromes de atrapamiento
nervioso, alteraciones articulares y neurovasculares. Ellos pueden diferir en cuanto
a la gravedad y evolución del cuadro.
El dolor de hombro es la tercera causa de dolor musculo esquelético, excedido
solo por el dolor de espalda y cuello. El dolor de hombro es causa común para la
búsqueda de atención, ya que afecta las actividades de la vida diaria, incluyendo
el sueño. Se estima que alrededor del 95% de las personas con dolor de hombro
son tratados en atención primaria.
Muchas de las personas que se presentan con dolor agudo de hombro es
probable que tengan condiciones que se resuelvan espontáneamente aun sin
tratamiento. El 50% de las personas con dolor de hombro no busca ningún tipo de
atención y el 23% de todos los episodios nuevos de dolor de hombro se resuelven
completamente en un mes y el 44% se resuelve en tres meses a partir de su inicio.
Sin embargo, los resultados de los estudios sobre la historia natural de dolor de
hombro varían considerablemente debido a la variedad de definiciones utilizadas
para describir los trastornos de hombro. El riesgo de que el dolor de hombro
persista más allá de la fase aguda parece estar relacionado con rasgos de
personalidad, tipo de tratamiento y por factores ocupacionales.
El dolor de hombro es una de las consultas que se atienden con mayor frecuencia
en la práctica médica. Algunos autores estiman que el porcentaje de personas que
lo `presentan en algún momento de su vida es del 40%. La prevalencia aumenta
con la edad y con algunas profesiones o actividades deportivas (tenis, natación,
básquet, etc.).
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EPIDEMIOLOGIA
Resulta ser un motivo de consulta muy frecuente, con una prevalencia que fluctúa
entre el 6-11% y el 36.8% en la población general. Entre la población trabajadora
se encuentra que un 2% de los diagnósticos en enfermedad profesional músculo
esquelética corresponden a dolor de hombro. Sin embargo, existen escasas
publicaciones nacionales que indiquen la frecuencia y características del
fenómeno. Se estima una prevalencia del 16 al 26% y una incidencia de 1,47%
que aumenta con la edad, con determinadas actividades físicas y profesiones y en
pacientes diabéticos. Supone el cuarto motivo de consulta entre la patología
músculo-esquelética y en un 60% de los casos la sintomatología puede durar un
año o más. La mayoría de los síntomas permanecen por periodos de tiempo largo
o son recurrentes. Aproximadamente la mitad de todos los pacientes quienes
consultan por un episodio nuevo, sufren síntomas por lo menos durante 6 meses y
los restantes por 12 meses. Además, el 46% de todos los pacientes con un nuevo
episodio, recuerda una historia previa de síntomas dolorosos en hombro.
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ETIOLOGIA
Las causas extrínsecas, son el resultado del roce del manguito rotador con
estructuras óseas o ligamentosas periféricas. Se dividen en primarios, si resultan
de alteraciones congénitas o adquiridas de la anatomía coracoacromial, y en
secundarios cuando resultan de inestabilidad glenohumeral. Entre los primarios se
considera la morfología de la parte anterior del acromion, la inclinación del
acromion, el hueso acromial, los espolones acromiales y los osteofitos
acromioclaviculares de orientación inferior, engrosamiento del ligamento
coracoacromial, etc En los secundarios se produce un estrechamiento relativo de
la salida de los tendones del manguito rotador provocada por la inestabilidad
glenohumeral. La debilidad de los estabilizadores estáticos de la articulación,
cápsula y ligamentos glenohumerales, sobrecarga los estabilizadores dinámicos.
El estrechamiento del espacio subacromial se produce con la subluxación superior
de la cabeza humeral que provoca un rozamiento. Las causas intrínsecas se
relacionan con el grado de vascularización dentro del tendón, con menor
capacidad de reparación del colágeno y mayor posibilidad de sobrecarga.
Encontrándose en estudios con cadáveres, denominada la “zona crítica”; es un
área predispuesta a la degeneración y la rotura, favorecida por factores
predisponentes como microtraumatismos, uso excesivo y el envejecimiento.
Actualmente se tiende a considerar los factores conjuntamente Se ha demostrado
que el infraespinoso también tiene una zona crítica de hipovascularización similar
a la del supraespinoso y, sin embargo, la frecuencia de roturas es muy inferior a la
del supraespinoso
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ANAMNESIS
Es importante recoger la existencia de traumatismos previos, ejercicio físico o
maniobras repetitivas del brazo así como la actividad laboral del paciente y definir
las características del dolor, factores que lo desencadenan o mejoran,
sintomatología general y antecedentes personales, con el fin de orientar la
etiología del dolor. Enfermedades crónicas y cirugías. Aspectos sociolaborales y/o
deportivos.
Historia de traumatismos directos o indirectos sobre el hombro. Antecedentes de
fracturas. Presentación del cuadro clínico (progresiva o bruscamente). Tiempo de
evolución del proceso. Antecedentes de caídas previas. Dominancia diestra o
zurda del paciente. Tratamientos efectuados tanto médicos, de reposo y/o de
rehabilitación. Esta patología está directamente asociada con la edad, en
personas menores de 30 años, es frecuente la inestabilidad, mientras que en las
mayores es más frecuente el síndrome subacromial y/o patología del manguito
rotador, con mayor incidencia de roturas. Con respecto a la evaluación, ésta no
debe dirigirse sólo a la exploración del hombro, sino incluir todas aquellas que
puedan ser adecuadas para el correcto diagnóstico etiológico. La exploración del
hombro incluye la inspección, palpación y exploración de la movilidad activa y
pasiva. Existen múltiples maniobras que orientan el diagnóstico de las causas
articulares aunque la sensibilidad y especificidad de las mismas es muy variable
en función del patrón oro con las que se compare y la prevalencia de la patología.
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EXAMEN FISICO
Inspección: observar al paciente desde ingreso a la consulta, la forma del braceo,
posturas antialgicas, alineación postural, velocidad y simetría de la marcha
(marcha temerosa).
Palpación: con el paciente en posición sentado y con el hombro descubierto se
procede a la palpación. Importante es seguir un orden para no olvidar puntos
dolorosos.
La movilidad: con el paciente sentado, se evalúa la movilidad activa y pasiva del
hombro. Verificar si el ritmo escápulo-humeral y escápulotorácico es armónico o
no. Prestar atención a la aparición de dolor, crujidos o topes articulares durante el
movimiento.
Movilidad activa: se explora solicitando al paciente la reproducción activa de los
siguientes movimientos del hombro: flexión, extensión, abducción, aducción,
rotación externa e interna. Si se detectan limitaciones a la movilidad activa se
procederá a la evaluación de la movilidad pasiva. Con el paciente desprovisto de
ropa, observar atentamente por posterior el ritmo escapulo torácico en busca de
diskinesias.
Movilidad pasiva: con una mano se moviliza la extremidad suavemente y con la
otra se estabiliza el hombro.
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Pruebas especiales sugeridas:
a) Test de Neer: Evalúa pellizcamiento subacromial
b) Test de Hawkins: Puede orientar la posibilidad de que el espacio
subacromial este disminuido. Se lleva de forma pasiva el hombro a flexión
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de 90º y flexión del codo 90º, posteriormente se realiza una rotación interna
del hombro utilizando el antebrazo como palanca. El dolor al final del
movimiento puede ser debido al roce del troquíter con el techo de la
articulación.
c) Test de Yergason: Supinación del antebrazo contra resistencia mientras el
codo esta flexionado. Test positivo: dolor en el área del tendón del bíceps.
Evalúa tendinitis bicipital.
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d) Test de Speed: Evalúa tendinitis bicipital. Resistencia a la flexión del
hombro desde posición de extensión y supinación. Aparece dolor en la
corredera bicipital.
e) Test de aprehensión: Evalúa inestabilidad glenohumeral anterior. El
paciente se sitúa en posición sentada o decúbito supino, su brazo debe
estar en abducción y rotación externa. Si el hombro está a punto de luxarse
el paciente se resistirá.
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f) Test de la caída del brazo: Evalúa posible ruptura del manguito rotador.
Colocamos el brazo del paciente en abducción total y le pedimos que lo
baje lentamente. Si existe desgarro en el manguito de los rotadores el brazo
caerá rápido.
Imagenología:
1) Radiografía simple: Debe ser el primer examen por imágenes que de realice.
Ayuda a identificar cambios degenerativos, inflamatorios, tendinitis cálcica,
lesiones óseas. Se puede evaluar columna cervical si la clínica lo amerita.
2) Ecografía: De mejor relación costo / beneficio en la identificación de lesiones
en manguito rotador.
3) Resonancia nuclear magnética: De utilidad para evaluación de patología
intraarticular, y evaluación prequirúrgica si especialista traumatólogo lo considera
necesario.
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TRATAMIENTO
Las evidencias sobre el tratamiento más adecuado son poco consistentes ya que
los estudios difieren en la metodología e incluso en la propia definición de hombro
doloroso. Existe acuerdo en recomendar:
1. Reposo de la articulación y limitación de los movimientos principalmente los
repetitivos o que provocan dolor.
2. Analgesia con paracetamol o antinflamatorios no esteroideos (AINES): es el
tratamiento de primera elección. No existen datos que comparen la eficacia
de uno frente a otros y se recomienda elegirlos en función de sus
contraindicaciones y la situación clínica del paciente.
3. Ejercicio y fisioterapia; su objetivo es restablecer la movilidad de la
articulación. Existe discreta evidencia a favor de la eficacia del ejercicio en
la disminuciób del dolor. Deben indicarse los que aumentan el rango de
movimiento,, de flexibilidad y fortalecimiento muscular. La evidencia es
discreta en relación al beneficio de la fisioterapia asociada a los programas
de ejercicio, principalmente para la patología del manguito de los rotadores
y la artritis acromioclavicular. Los ultrasonidos tienen escaso valor en el
tratamiento y no existen datos suficientes para recomendar el calor o el frío
como mejor opción terapéutica.
4. Infiltración con glucocorticoides: es el tratamiento de segunda elección. No
está indicada si se sospecha rotura de manguito de los rotadores. A corto
plazo son más eficaces que la actitud expectante o la fisioterapia, aunque
no está claro su efecto a largo plazo. Son más eficaces realizadas en las
fases agudas o subagudas. La dosis y frecuencia de su aplicación son
variables. Se recomienda utilizar triamcinolona o metilprednisolona por no
más de tres infiltraciones al año. Puede producir hiperglucemia a los 2 días
de su aplicación por lo que debe utilizarse con precaución en pacientes
diabéticos. Un reciente metanálisis sugiere que la inyección de ácido
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hialurónico es discretamente más efectivo que los corticoides para el
tratamiento del hombro doloroso cronificado.
5. Cirugía: debe considerarse siempre la última opción terapéutica, cuando ha
fallado el tratamiento conservador y persiste dolor. Debe recomendarse
tratamiento rehabilitador posterior a cualquiera de las técnicas quirúrgicas
empleadas.
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BLOQUEO SUPRAESCAPULAR: Una excelente técnica para el tratamiento de
la periartritis escapulohumeral
M. Mozas, del Servicio de Anestesiología, Reanimación y Unidad del Dolor
Hospital de Cruces (Bizkaia), realizó una revisión de los casos de “hombro
doloroso” vistos durante seis meses en las consultas de la Unidad del Dolor.
Seleccionó 10 pacientes, con diagnóstico etiológico de periartritis escapulohumeral
(PAEH). Todas eran mujeres, entre 50 y 71 años, con dolor rebelde a otras formas
de terapia (infiltraciones intraarticulares, antiinflamatorios, o distintas formas de
tratamiento rehabilitador), y mantenido durante un periodo de tiempo que varía
entre 2 y 12 meses. A todas ellas se les propuso la realización de bloqueos
supraescapulares (BSE), utilizándose la vía posterior, según técnica de Gordh,
accediendo a la fosa supraespinosa de forma paralela a la “hoja” de la escápula,
hasta lograr contacto óseo con el suelo de la espina, donde se deposita el
anestésico local. El tratamiento duró 4 semanas en cada paciente, realizándose 3
BSE semanales (12 BSE en total) con 10 cc de Bupivacaína al 0.25% con
adrenalina, asociándose un día a la semana 40 mg de Metilprednisolona. De las
10 pacientes, 3 no completaron el tratamiento al abandonar por agravamiento de
otras patologías asociadas sin relación con la realización de los bloqueos. En las 7
pacientes que completaron el estudio, se obtuvo una disminución en el E.V.A.
mayor del 70% en todos los casos, y una recuperación prácticamente completa de
su capacidad funcional, no siendo necesaria la asociación de tratamiento
posterior y no presentándose efecto secundario ni complicación alguna en relación
con los fármacos ni la técnica utilizada. Por todo ello, ha parecido interesante
recordar la sencillez, eficacia y escasos riesgos que esta técnica supone para el
tratamiento de la PAEH, dado que ésta es una patología con suficiente incidencia
poblacional y que provoca incapacidad funcional importante además de intenso
dolor. La evolución, avances y difusión de la terapia del dolor ocurrida en los
últimos años, hace que, patologías como la referida, no lleguen a nuestras
unidades, a pesar de tener un tratamiento sencillo, seguro, económico y de
eficacia demostrada.
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Efectividad Del Tratamiento Mediante Ultrasonido Y Ejercicios Terapéuticos
En La Tendinitis Del Supraespinoso Sin Calcificar
A, Vírseda. En su estudio analiza otras investigaciones que comparan el
ultrasonido con otras terapias de electroterapia como la corriente interferencial
bipolar u onda corta pulsátil, los únicos beneficios encontrados a corto y medio
plazo fueron a favor del ultrasonido, como en el caso de estos dos últimos. Los
primeros estudios señalados fueron empleados en diferentes patologías de
hombro, por lo que no se establecieron conclusiones para la patología buscada.
Se empleó a patologías más concretas como la tendinitis del supraespinoso y
bicipital, donde sí se obtuvieron beneficios a favor del ultrasonido en dicha
patología.
Sus resultados fueron los siguientes, La terapia combinada de ultrasonidos y
ejercicios terapéuticos ha mostrado: Una disminución del dolor a corto plazo; una
mejora de la funcionalidad, movilidad y fuerza; una mejora de la calidad de vida.
Por ello podemos concluir que la terapia combinada de ultrasonido y ejercicios
terapéuticos a corto plazo ha sido efectiva en nuestro tratamiento aunque en los
próximos estudios se deberían coger muestras de mayor tamaño, con patologías
concretas y pacientes con un rango de edad cercano, además de realizar una
evaluación a largo plazo de dicho tratamiento.
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Síndrome de hombro doloroso por lesión del manguito de los rotadores:
manejo con toxina botulínica
J, Arriaga en su estudio indica que la toxina botulínica mejora el dolor relacionado
con alteraciones musculares, independientemente de su efecto sobre la función
contráctil. El su estudio nos muestra los efectos de la toxina botulínica como
tratamiento en una serie de pacientes con síndrome de hombro doloroso por
lesión del manguito de los rotadores. Se incluyeron pacientes con diagnóstico de
síndrome de hombro doloroso por lesión del manguito de los rotadores, de
evolución crónica y multitratados con diversos medicamentos y procedimientos, no
operados. Se clasificaron de acuerdo con la fase en que se encontraran, y se les
infiltró en el hombro afectado con toxina botulínica. A las cuatro semanas fueron
revisados para valorar modificación de la sintomatología dolorosa. Se realizó
cálculo de medidas de tendencia central. Los resultados fueron los siguientes: se
incluyeron 12 pacientes, de los cuales presentaron 75% de promedio porcentual
de mejoría en la sintomatología dolorosa, sin grandes diferencias en la respuesta
entre las distintas fases. Llegando a la conclusión de que se demuestra la utilidad
de la toxina botulínica como tratamiento alternativo para el manejo de síndrome de
hombro doloroso por lesión del manguito de los rotadores.
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ANEXOS
Medicamentos; Analgésicos Usados en el Síndrome de Hombro Doloroso
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Algoritmo 1. Diagnóstico de Síndrome de hombro doloroso
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Algoritmo 2 Abordaje del Hombro Doloroso
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