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El conflicto de Siria y el papel de Rusia: ¿respaldo a la legalidad internacional o juego de intereses geopolíticos? Francisco J. Ruíz González Comité Consultivo de Funciva Septiembre 2013

1379421748 El Conflicto de Siria y El Papel de Rusia

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El conflicto de Siria y el papel de Rusia: ¿respaldo a la legalidad internacional o juego de intereses geopolíticos?

Francisco J. Ruíz González

Comité Consultivo de Funciva

Septiembre

2013

La Fundación Ciudadanía y Valores como institución independiente, formada por profesionales de diversas áreas y variados planteamientos ideológicos, pretende a través de su actividad crear un ámbito de investigación y diálogo que contribuya a afrontar los problemas de la sociedad desde un marco de cooperación y concordia que ayude positivamente a la mejora de las personas, la convivencia y el progreso social

Las opiniones expresadas en las publicaciones pertenecen a sus autores, no representan el pensamiento corporativo de la Fundación.

Sobre el autor Francisco J. Ruíz González es miembro del Consejo Consultivo de FUNCIVA. En 1992 se graduó en la Escuela Naval Militar, en 2005-2006 cursó el Máster en Estudios Estratégicos y de Seguridad del Naval War College de los Estados Unidos, de 2009 a 2012 fue analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), y desde marzo de 2013 es Doctor en Seguridad Internacional por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), tras la defensa de la Tesis “La Arquitectura de Seguridad Europea: un sistema imperfecto e inacabado. De la caída del Muro de Berlín (1989) a la guerra de Georgia (2008)”.

Introducción

Han pasado más de dos años y medio desde que se iniciaron las revueltas contra el

régimen autoritario de Bashar Al Assad y el partido único Baaz, que gobiernan con

mano de hierro Siria desde 1971. Lo que comenzó como una serie de protestas

pacíficas en demanda de una mayor libertad política, en la estela de la Primavera

Árabe que se desarrollaba en la región, evolucionó rápidamente hacia una

auténticaguerra civil, en la que hasta verano de 2013 se habían contabilizado unos

93.000 muertos1.

Mapa 1: distribución por etnias de la población siria

El principal motivo de la extrema violencia empleada por ambos bandos es que no se

trata de un conflicto por diferencias ideológicas, sino de una lucha a todo o nada por la

supervivencia, ya que las diferencias étnicas y religiosas han acabado por dividir a Siria

en dos bandos irreconciliables2.

Así, los rebeldes son principalmente árabes sunitas (60% de la población), mientras

que el gobierno se apoya en la minoría de árabes chiítas (19%) y en los cristianos

(10%). Por lo que respecta a los kurdos del nordeste (de religión sunita pero de etnia

1 Según declaraciones de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi

Pillay. Ver http://www.abc.es/internacional/20130613/abci-siria-muertos-201306131823.html. 2 La Comisión de investigación de la ONU acaba de hacer públicas sus conclusiones, acusando a las

fuerzas gubernamentales de cometer crímenes contra la humanidad “lanzando ataques generalizados contra la población civil, cometiendo asesinatos, torturas, violaciones y desapariciones”, y a los grupos de oposición de cometer crímenes de guerra ”incluyendo asesinatos, ejecuciones sin el debido proceso y torturas”. Ver http://www.elmundo.es/elmundo/2013/09/11/internacional/1378889039.html.

indoeuropea, 9%), han aprovechado el conflicto para constituir una zona

independiente de facto, con el respaldo de la región autónoma kurda de Irak.

Con respecto a la actuación de la comunidad internacional, el conflicto adquirió una

dimensión regional prácticamente desde sus comienzos. Así, las principales potencias

sunitas (Turquía y las monarquías del Golfo Pérsico) apoyaron sin ambages a la

oposición, con un importante respaldo político y económico, mientras que Bashar Al

Assad cuenta con el apoyo de Irán y la milicia libanesa de Hizbullah. Por tanto, se

puede calificar el conflicto sirio como una etapa más de la lucha secular entre sunitas y

chiítas por la supremacía en el Islam.

A nivel global, el apoyo inicial de Occidente a la oposición supuestamente democrática

se ha ido atenuando con el paso del tiempo conforme se constataba la presencia de

grupos salafistas radicales, vinculados a Al-Qaeda, entre los rebeldes, aunque se han

adoptado diversas medidas de presión contra los abusos del régimen. Mientras tanto

Rusia ha constituido el principal apoyo de Al Assad, y junto a China vino vetando todo

intento de autorizar una acción militar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Los eventos de verano de 2013 y las “líneas rojas” de Obama

En la primavera de 2013 la situación militar del conflicto parecía estabilizada, con los

rebeldes controlando gran parte del este y norte del país, incluyendo los pasos

fronterizos con Turquía e Irak por los que reciben apoyo logístico. Sin embargo, en

abril el ejército lanzó una ofensiva contra el bastión rebelde de Al-Qusayr en la

frontera con el Líbano, conquistado definitivamente el 5 de junio con el apoyo decisivo

de las milicias de Hizbullah.

A la caída de Al-Qusayr le siguió una ofensiva sobre Homs, tercera ciudad de Siria y

clave en la comunicación entre Damasco y la costa donde vive la minoría alauí, y se

lanzó la ofensiva “Tormenta del Norte” contra Alepo. Los éxitos del gobierno, unidos a

la creciente desunión del bando rebelde entre diversos grupos, parecían aventurar una

victoria militar que parecía improbable hasta la intervención de Hizbullah.

Esa era la situación el 21 de agosto cuando en el suburbio de Ghoutta, en las afueras

de Damasco, un ataque con armas químicas produjo la muerte de unas 1.400

personas. Una de las versiones es que el gobierno decidió usar su arsenal químico al

producirse una ofensiva de tropas rebeldes sobre Damasco, bien organizadas y

pertrechadas, que habrían sido entrenadas por la CIA en territorio jordano3. Otras

fuentes destacan que no tiene sentido que Al Assad decidiese usar armas químicas

cuando el conflicto evolucionaba claramente a su favor, y apuntan a una posible

autoría de los rebeldes para provocar la intervención internacional4.

Mapa 2: situación del conflicto en julio de 20135

El hecho es que el presidente estadounidense Barack Obama se encontró preso de sus

propias declaraciones realizadas el 23 de julio de 2012, cuando afirmó que el uso de

armas químicas por Damasco representaría una línea roja para cambiar la posición

contraria a la implicación militar directa de EEUU en el conflicto civil sirio. A partir de

entonces se han producido los siguientes eventos:

- 30 de agosto: Obama responsabiliza a Al Assad del ataque del 21 de agosto, y el

secretario de estado Kerry le califica de “rufián y asesino”. Los servicios de

inteligencia estadounidenses afirman tener pruebas de la responsabilidad

3 Esas informaciones apuntan a la presencia de hasta 700 agentes estadounidenses en Jordania, con la

misión de entrenar en el manejo de armas anticarro y en el combate urbano a las milicias rebeldes. Ver http://www.abc.es/internacional/20130908/abci-siria-jordania-201309072021.html. 4 El propio presidente ruso Vladimir Putin se ha decantado por esa explicación, en el artículo “Una

llamada a la contención en Siria”, publicado en el New York Times el pasado 11 de septiembre. Ver http://www.nytimes.com/2013/09/12/opinion/putin-plea-for-caution-from-russia-on-syria.html?pagewanted=all&_r=0. 5 En color rosa, las zonas controladas por el gobierno. En verde, el territorio dominado por los rebeldes.

Al nordeste, la zona de las milicias kurdas. Obsérvese que tras la conquista de Al-Qusayr y Homs en el centro del país, las fuerzas gubernamentales lograron unir Damasco y el sur con las zonas costeras de Tartus y Latakia.

gubernamental. Ese mismo día la coalición anti Assad sufre un duro golpe al ser

rechazada la intervención por la Cámara de los Comunes del Reino Unido.

- 31 de agosto: cuando el ataque estadounidense parece inminente, Obama

anuncia su intención de recabar antes la aprobación del Congreso, aunque

como Comandante en Jefe no la necesita. La falta de apoyo popular que indican

las encuestas y el ganar tiempo para recabar el respaldo de otros países están

detrás de la decisión.

- 5-6 de septiembre: se celebra la Cumbre del G-20 en San Petesburgo. EEUU

logra la adhesión de diez países (entre ellos España) a una declaración en la que

se afirma que el ataque fue cometido por el régimen, que es necesaria una

enérgica respuesta de la comunidad internacional, y que el mundo no puede

esperar a una Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, paralizado

durante dos años y medio6.

- 9 de septiembre: la UE aboga por debatir la cuestión siria en el Consejo de

Seguridad, una vez se haga público el informe de los expertos que recogieron

muestras en la zona del ataque. El ministro de exteriores ruso Lavrov anuncia

que Rusia ha pedido a Siria que ponga su arsenal químico bajo control

internacional para su posterior destrucción, propuesta aceptada por Damasco.

- 10 de septiembre: el presidente Obama se dirige a la nación afirmando que si

no se hace nada el régimen de Al Asad seguirá utilizando armas químicas, y da

la bienvenida a la propuesta rusa afirmando que la presión militar

estadounidense es la que ha hecho posible el avance de la diplomacia.

- 14 de septiembre: tras tres días de reuniones, las delegaciones estadounidense

y rusa, encabezadas por Kerry y Lavrov, aprueban un plan para la retirada y

eliminación del arsenal químico sirio, a condición de que Damasco entregue en

el plazo de una semana una lista precisa de todo este material.

Esta secuencia de eventos es de un gran interés desde el punto de vista del proceso de

la decisión en la administración estadounidense y de los cambios de su visión sobre el

uso de la fuerza militar en las relaciones internacionales, tras la traumática experiencia

de Irak. Sin embargo, y dado que dicho enfoque se adoptará en otro Documento

6 Ver Joint Statement on Syria, disponible en http://www.whitehouse.gov/the-press-

office/2013/09/06/joint-statement-syria. En la Declaración se reconoce que la crisis siria no tiene una solución militar.

FUNCIVA, nos centraremos en el papel de Rusia en la gestión de esta crisis, no sin

antes repasar la situación del bando rebelde.

¿Quiénes forman las fuerzas opositoras en Siria?

En lo relativo a la dirección política de la rebelión siria, en la Cumbre de Doha de

noviembre de 2012 se acordó la creación de la “Coalición Nacional para las Fuerzas de

la Revolución y la Oposición Siria” (también conocido por “Coalición Nacional Siria”, o

CNS), en la que se ha integrado el “Consejo Nacional de Siria” fundado en Estambul en

agosto de 2011, con el respaldo de la rama local de los Hermanos Musulmanes, y que

cuenta como fuerza militar con el “Ejército Libre de Siria” (ELS), formado por

desertores del ejército regular de Al Assad.

La CNS ha sido reconocida como representante legítima del pueblo sirio por todos los

países del “Grupo de Amigos de Siria”, creado por iniciativa del entonces presidente

francés Nicolás Sarkozy en febrero de 2012 al constatar el bloqueo del Consejo de

Seguridad de Naciones Unidas, en el que participa activamente España.

Sin embargo, otras organizaciones islamistas cuestionan la autoridad de la CNS e

ignoran abiertamente sus órdenes. Entre ellas destaca el “Frente Sirio Islámico de

Liberación” (FSIL), que se ha ido radicalizando progresivamente y ha dado lugar a

escisiones como la brigada Liwa al Tauhid, principal fuerza rebelde en Alepo. El FSIL

convive con organizaciones terroristas vinculadas a Al-Qaeda, como el “Frente Al

Nusra” o Arhar al Sham, esta última financiada por las monarquías del Golfo Pérsico y

que persigue la creación de un Estado islámico basado en la Sharia7.

También destaca la presencia de combatientes del “Estado Islámico de Irak y de

Levante” (conocido por las siglas en inglés ISIL), creado en 2006 como heredero de Al-

Qaeda en Irak, responsable de miles de muertes durante la ocupación estadounidense.

El pasado mes de julio militantes del ISIL asesinaron en a Kamal Hamami, miembro del

Consejo Militar Supremo del ELS. También opera en Siria el grupo “Muyahidines del

Cáucaso y del Levante”, integrado por radicales islamistas procedentes de Chechenia y

otras repúblicas islámicas de Rusia.

7 Como declaraba recientemente uno de los líderes del FSIL, Abu Rahman, “No tenemos ningún

problema con el Frente Al Nusra ni otros grupos de Al-Qaeda. Al final del día todos somos musulmanes”. Ver http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/3532614/comandante-rebelde-no-tenemos-ningun-problem#.UjQsQvCbtLM.

Además, esos grupos han comenzado a realizar ataques sectarios contra las minorías

religiosas, en especial los cristianos8. Así, el pasado 5 de septiembre Al Nusra lanzó una

ofensiva contra Malula, población eminentemente cristiana de 2.500 habitantes

situada a 50 Km. al nordeste de Damasco, a los que sólo la contraofensiva del régimen

salvo de una muerte segura9.

En resumen, se reproduce en Siria el patrón ya conocido por el que gran parte de la

comunidad internacional (incluida España) respalda a la oposición moderada (la CNS y

el ELS10), con la esperanza de que en el caso de la caída del régimen no se produzca un

vacío de poder que pueda ser capitalizado por los radicales. Sin embargo, experiencias

recientes como la de Libia (e incluso Túnez) obligan a ser muy prudentes, ya que está

más que demostrado que son precisamente los radicales los que mejor saben pescar el

río revuelto, dando paso a una etapa de gran inestabilidad.

Por otra parte, existe otra implicación evidente, y es que en caso de victoria de la

oposición muchos de los radicales islamistas regresarían triunfantes y con experiencia

en combate a sus lugares de origen para desestabilizarlos, como ocurrió a finales de los

80 con los muyahidines adiestrados por EEUU en Afganistán. Esto debería ser una

preocupación para España11, y sin duda lo es para Rusia, que desarrolla su propia

guerra contra el islamismo radical en el Cáucaso Norte desde 1994.

La posición de Rusia y el Derecho Internacional Público

El papel de Rusia en el conflicto sirio ha sido objeto de constante valoración12. Muchos

analistas han adoptado el enfoque del balance de poder entre las superpotencias

8 El Jefe del Consejo de Ulemas de la Asociación Rusa de la Concordia Islámica, Farid Salman, afirmó que

la caída de Assad marcaría el fin de la civilización cristiana en Siria, abriendo paso a su vez a la desaparición de Islam tradicional o civilizado (con corrientes moderadas como el sufismo), sustituido por versiones radicales como el wahabismo promovido por Arabia Saudí. Ver http://sp.rian.ru/international/20130903/157983359.html. 9 Ver http://internacional.elpais.com/internacional/2013/09/06/actualidad/1378492219_565625.html.

10 Algunas fuentes hablan de una progresiva descomposición del ELS. Según el periodista católico Pierre

Piccinin (liberado el 8 de septiembre tras cinco meses de secuestro), muchos de sus combatientes han regresado a sus hogares decepcionados, mientras que los más radicales se han unido a las milicias islamistas. Además, insistió en que no fueron las fuerzas gubernamentales las que usaron las armas químicas el 21 de agosto. Ver http://sp.rian.ru/international/20130910/158044071.html. 11

En abril de 2012 Rachid Wabhi, taxista ceutí de 33 años, abandonó a su familia y pocas semanas más tarde se suicidó estrellando un camión cargado de explosivos contra un cuartel en Siria, asesinando a 130 personas. El pasado mes de junio la Policía Nacional detuvo en Ceuta a Karim Abdesalam Mohamed, que realizaba labores de captación para Al Qaeda en los círculos salafistas de la ciudad autónoma. Ver http://politica.elpais.com/politica/2013/09/07/actualidad/1378581868_353704.html. 12

Ver por ejemplo “¿Qué explicación tiene la postura de Rusia ante la crisis de Siria?”, Comentario de Actualidad FUNCIVA, febrero de 2012, disponible en http://www.funciva.org/uploads/ficheros_documentos/1328786539_que_explicacion_tiene_la_postura_de_rusia_ante_la_crisis_en_siria.pdf.

propio de la Guerra Fría. Así, se ha destacado que Siria es uno de sus últimos aliados en

la zona, que las instalaciones de la base naval de Tartus posibilitan la proyección del

poder militar ruso sobre el Mediterráneo, o que Damasco es uno de los principales

clientes del armamento ruso, para explicar el respaldo a Al Assad y su veto a las

Resoluciones de condena en el Consejo de Seguridad.

Sin embargo, y siendo cierto que todos esos factores tienen una influencia en las

posiciones del Kremlin, no conviene exagerar su importancia. Así por ejemplo, el

derrocamiento de Al Assad interrumpiría momentáneamente la cooperación militar,

pero el bando rebelde está acostumbrado al armamento ruso, por lo que no cabría

descartar futuras ventas como ha ocurrido por ejemplo en Irak. Además, el mercado

sirio absorbe tan sólo un 5% del total de exportaciones rusas en este sector.

Por tanto, cabe plantearse otra explicación para la posición rusa, que justifique el

enorme riesgo asumido durante estos años desde el punto de vista del deterioro de su

imagen ante el mundo y de las relaciones con Occidente. Y la razón no es otra que el

respaldo ruso a los principios de la legalidad internacional, conforme quedaron

establecidos tras la II Guerra Mundial, aunque la motivación no sea ni mucho menos

altruista, sino que está directamente vinculada a sus intereses nacionales.

Esos principios se recogen en la Carta de la ONU13, que establece en su Art. 2 los

parámetros que deben regir la relación entre Estados: igualdad soberana, arreglo de

las controversias por medios pacíficos, abstención de interferir recurrir a la amenaza o

al uso de la fuerza contra la independencia política de otros, y no-intervención en los

asuntos que son esencialmente de su jurisdicción interna.

La violación de ese principio de no-injerencia se autoriza sólo bajo dos circunstancias:

para ejercer el “derecho inmanente de legítima defensa en caso de ataque armado

contra un Miembro de las Naciones Unidas” (Art. 51), o cuando bajo el Capítulo VII de

la Carta el Consejo de Seguridad determine que se ha producido “una amenaza a la

paz, quebrantamiento de la paz o acto de agresión”, autorizando a adoptar las

acciones que sean necesarias para restablecer la paz y la seguridad internacionales.

Así ocurrió en los casos de la invasión iraquí de Kuwait (1990-91), en la guerra de

Bosnia (1992-95), o en el conflicto de Libia (2011), en los que la intervención militar

exterior vino precedida de la aprobación de la correspondiente Resolución del Consejo

de Seguridad. En el caso de la invasión de Afganistán en 2001, se trató de un caso de 13

Ver la Carta de las Naciones Unidas, http://www.un.org/spanish/aboutun/charter.htm#Cap1.

legítima defensa tras los ataques terroristas del 11-S, ante la evidencia de que habían

sido organizados desde ese país. El acuerdo en el Consejo exige el voto positivo, o al

menos la abstención renunciando a su derecho de veto, de las cinco potencias

vencedoras de la II Guerra Mundial (EEUU, Rusia, China, Reino Unido y Francia).

Sin embargo, en 1999 la OTAN decidió bombardear Serbia durante la crisis de Kosovo

sin aprobación del Consejo, por la oposición de Rusia y China, y en 2003 EEUU invadió

Irak frente a la oposición no sólo de esos dos países, sino también de un aliado

tradicional como Francia. Rusia se manifestó inmediatamente en contra del posible

ataque unilateral que EEUU parecía dispuesto a lanzar a principios de mes contra

Siria14, opinión respaldada por el propio secretario general de la ONU Ban Ki-Moon15.

Por otra parte, en 2005 la Asamblea General planteó el concepto de la responsabilidad

de proteger con tres pilares: la responsabilidad que tiene todo Estado de proteger a

sus habitantes, la de la comunidad internacional de alentarlos a cumplir con ese deber

y, en su caso, de usar todos los medios necesarios para proteger a las poblaciones de

crímenes de guerra y de lesa humanidad. En el trasfondo estaba el recuerdo de

masacres como las de Ruanda o Srebrenica en los años 90 del pasado siglo.

El problema es que la injerencia apelando a la responsabilidad de proteger, sin el

respaldo de una Resolución del Consejo, sigue siendo ilegal, ya que dependería de la

decisión arbitraria de un solo país o grupo de países. Incluso en los casos en que esa

Resolución existe, como en marzo de 2011 en Libia, cabe preguntarse por qué la

comunidad internacional tenía el deber de implicarse en una guerra civil para defender

a los rebeldes de Bengasi, y no a las tribus de la Tripolitana cuando las tornas

cambiaron, incluyendo al Coronel Gadafi que acabó siendo ejecutado sumariamente

por una turbamulta en una cuneta.

Por tanto, nada en la posición rusa desde 2011 con respecto a la crisis en Siria ha sido

contrario a la legalidad internacional. Sin embargo, y como afirmamos al principio de

este epígrafe, el Kremlin tiene muy presente cuáles son sus propios intereses

nacionales, ya que una aceptación del principio de injerencia por razones humanitarias

podría haber sido una excusa, por ejemplo, para que la comunidad internacional se

hubiese implicado más en las dos guerras de Chechenia, en caso de interpretar que se

había producido un uso excesivo de la fuerza por parte del gobierno.

14

Ver http://sp.ria.ru/international/20130830/157951959.html. 15

Ver http://sp.rian.ru/international/20130903/157986781.html.

Además, y también con vistas a la situación de seguridad en el Cáucaso Norte ruso16, la

presencia de yihadistas chechenos y de otras repúblicas en las filas rebeldes de Siria es

motivo de preocupación para Moscú, sobre todo de cara a garantizar la seguridad de

los JJOO de invierno que se celebrarán en la ciudad rusa de Sochi (próxima al Cáucaso)

en 2014. Esos son en realidad los intereses geopolíticos que Rusia considera

amenazados por los propósitos occidentales de intervención en la guerra civil siria.

Mapa 3: el Oriente Medio, un vecindario complejo17

Por último, y regresando a la dimensión regional, en el conflicto sirio subyace la lucha

entre la mayor potencia sunita (Arabia Saudí, respaldada por los restantes países del

Consejo de Cooperación del Golfo) y la mayor potencia chiíta (Irán, respaldada por la

propia Siria y Líbano-Hizbullah). Turquía se ha alineado con el bando sunita, con

especial preocupación por la situación en el Kurdistán, pero tiene una nula capacidad

de influencia por el recuerdo árabe de su dominación bajo el Imperio Otomano,

mientras que en el caos de Irak se enfrentan chiítas (que ocupan el gobierno), kurdos

(que tienen petróleo) y sunitas (que tienen terroristas en Siria). Por su parte, Israel

parece indecisa, ya que por una parte estaría encantado de debilitar a Hizbullah con la

derrota de Al Assad, pero por otra consideraba a este un mal conocido y manejable,

frente a la incertidumbre que supondría tener a los islamistas en sus fronteras.

Por otra parte, para EEUU (e Israel) la gran amenaza a medio y largo plazo de la región

es Irán, enfrentada a Washington desde la revolución de los ayatolá en 1979 y que está

desafiando a la comunidad internacional con su programa nuclear. Y por ello obvian el

16

Ver al respecto “El problema de la inseguridad en el Cáucaso Norte”, Rusia Hoy, enero de 2013, http://rusiahoy.com/articles/2013/01/10/el_problema_de_la_inseguridad_en_el_caucaso_norte_23777.html. 17

Es muy significativo observar en el mapa la proximidad a la zona de conflicto tanto de Rusia (al norte) como de la Unión Europea (al noroeste), lo que debería diferenciar sus posiciones frente al conflicto con respecto a Estados Unidos.

hecho de que el terrorismo internacional islamista, responsable del 11-S, es

precisamente de raíz sunita, y su ideología se ve favorecida por la promoción de

versiones radicales del Islam como el wahabismo de los Al Saud. El hecho de que la

comunidad cristiana de Siria apoye a Al Assad, mientras que el líder de Al Qaeda (Al

Zawahiri) haya llamado repetidas veces a derrocar al régimen apóstata de Damasco,

debería ser razón suficiente de reflexión y prudencia ante cualquier intervención.

Conclusiones y perspectivas

En general, y tras dos años y medio de conflicto, siguen siendo válidas las conclusiones

alcanzadas en previos Documentos de FUNCIVA18. La Primavera Árabe han dado lugar

a regímenes inestables, con graves consecuencias para la seguridad regional y con la

progresiva toma del poder por las formaciones islamistas, en lugar de por las clases

medias urbanas y seculares como algunos optimistas se apresuraron a aventurar. El

caso de Egipto es paradigmático, con el ejército destituyendo al presidente Mursi de

los Hermanos Musulmanes, a pesar de haber sido elegido democráticamente19.

En lo que respecta a Siria, la situación militar sobre el terreno era en 2013 mucho más

favorable para el régimen que en 2012, en especial por haber logrado enlazar la zona

sur en torno a la capital Damasco con la costa mediterránea, dónde vive la minoría

alauita a la que pertenece Al Assad. Turquía, Arabia Saudí y Qatar continuaban

apoyando a la oposición, pero los grupos armados rebeldes aparecían crecientemente

desunidos e infiltrados por grupos terroristas vinculados a Al Qaeda, lo que no hacía

sino aumentar las reticencias de Occidente hacia una posible intervención.

En esas circunstancias se produjo el ataque con armas químicas en el suburbio de

Damasco. La respuesta de EEUU, Reino Unido y Francia fue inmediata, y a finales de

agosto parecía inminente una campaña de bombardeos aéreos sobre objetivos

gubernamentales en Siria, con independencia de lo que el Consejo de Seguridad

pudiese o no aprobar. Sin embargo, ese ardor guerrero se enfrió con rapidez: el

18

Ver “¿Es la Primavera Árabe un fenómeno novedoso?”, Documento FUNCIVA 161, septiembre de 2012, http://www.funciva.org/uploads/ficheros_documentos/1348588625_120925._primavera_arabe.pdf; y “De la Primavera Árabe al Invierno Islamista”, Documento FUNCIVA 165, octubre de 2012, http://www.funciva.org/uploads/ficheros_documentos/1350469911_121017._de_la_primavera_arabe_al_invierno_islamista.pdf. 19

Las similitudes con el caso de Argelia en 1991 son obvias, cuando el ejército anuló las elecciones generales en las que había resultado ganador el “Frente de Salvación Islámico” (FIS), cuyo candidato había anunciado que su primera decisión una vez asumiera el poder sería suprimir las incipientes instituciones democráticas para instaurar un estado regido por la Sharia. Esta por ver si en Egipto, como en Argelia, esa medida puede dar paso a una cruenta guerra civil.

Parlamento británico vetó la participación; Francia asumió la posición de la UE de que

cualquier decisión debía tomarse tras conocer el informe de la ONU sobre el ataque; y

el presidente Obama ganó tiempo con su decisión de consultar al Capitolio. Las

encuestas de opinión reflejaba la falta de apoyo popular para el posible ataque.

Fue en ese impasse en el que la diplomacia rusa, encabezada por el ministro Lavrov, ha

logrado un éxito sin precedentes en la historia reciente. Primero, por conseguir liderar

a una parte del G-20 en su rechazo al ataque y en la apuesta por la vía diplomática.

Segundo, por mostrarse ante la opinión pública como una potencia apaciguadora de

las tensiones, frente a EEUU que se preparaba para atacar sin tan siquiera llevar al

Consejo de Seguridad las supuestas pruebas de la responsabilidad del gobierno sirio.

Por último, por ser capaces de lograr un aplazamiento sine die del ataque

estadounidense, al arrancar a Siria una promesa de poner bajo control de la

comunidad internacional su arsenal químico, para su posterior destrucción.

El acuerdo alcanzado por Kerry y Lavrov en Ginebra establece que Damasco debe

entregar, en el plazo de una semana, un listado completo de las armas químicas que

hasta ahora negaba poseer. Los expertos de la ONU tendrán vía libre para el acceso e

inspección de las instalaciones, y el material catalogado deberá ser destruido en 2014.

Siria suscribirá la Convención para la prohibición de armas químicas, y en caso de

incumplimiento de los compromisos el Consejo de Seguridad adoptaría medidas

coercitivas bajo el Capítulo VII de la Carta.

Aunque técnicamente el plan será difícil de ejecutar, de momento el 61% de los

estadounidenses lo apoyan, lo que supone un alivio para el presidente Obama,

claramente reacio a la intervención. En una entrevista televisada se apresuró a afirmar

que si se vislumbra una solución ha sido gracias a la presión militar estadounidense,

pero la realidad es que ha sido el presidente Putin el que se ha erigido como

protagonista de un acuerdo saludado por la inmensa mayoría de la comunidad

internacional20, con la notable excepción del ala más conservadora del Partido

Republicano y de los propios rebeldes sirios.

Si el plan se cumple, la celebración de una segunda conferencia de paz en Ginebra el

próximo otoño podría servir para lograr una solución política de compromiso que

20

En su edición digital de hoy (16.09.2013) el diario ABC califica el episodio con este elocuente titular: “La Diplomacia de acero rusa deja KO a sus interlocutores de EEUU”. Ver http://www.abc.es/internacional/20130916/abci-diplomacia-acero-rusa-deja-201309152208.html.

ponga fin a la guerra. Esa solución puede pasar, como afirma Robert Kaplan21, por la

desaparición de Siria como el Estado unitario que conocíamos, y su división en líneas

de fractura étnica de un modo similar a lo ocurrido con Irak o Bosnia.

Para finalizar, cabe hacer una mención al papel jugado por España en la gestión de esta

fase de la crisis. Como quedó dicho, España suscribió el 6 de septiembre la Declaración

promovida por EEUU durante la Cumbre del G-20. Inicialmente pareció existir cierta

confusión sobre el grado de compromiso que supondría para nuestro país la firma de

ese documento22, aunque el ministro de defensa Morenés aseguró que la Casa Blanca

no había solicitado ningún apoyo militar concreto, ni tan siquiera el posible uso de las

bases conjuntas en nuestro territorio.

Por su parte, el ministro de exteriores Margallo compareció a petición propia en el

Parlamento, dónde afirmó que España no participaría en la intervención militar por

prohibirlo la Ley de la Defensa Nacional, que va a seguir colaborando en una solución

política y amparando los esfuerzos del Consejo de Seguridad para garantizar que nunca

más se utilicen esas armas químicas, y que aplaude las recientes resoluciones de

entregar y destruir el arsenal químico. También destacó que la firma de San

Petersburgo se produjo por el deseo de España de ser solidaria con el aliado

estadounidense y por la intención de lograr un consenso en la UE.

21

Ver http://www.abc.es/internacional/20130908/abci-entrevista-kapla-siria-deje-201309072035.html. 22

Ver “¿Qué firmó Rajoy en san Petersburgo sobre el ataque a Siria?”, http://blogs.elpais.com/cafe-steiner/2013/09/que-firmo-rajoy-en-san-petersburgo-sobre-el-ataque-a-siria.html.