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  • Wolfgang Amadeus Mozart

    Concierto para piano 25 K. 503 y el divorcio con el pblico viens.

    Ludwing van Beethoven

    Sinfona 3 Heroica op. 55: innovacin, revolucin y resentimiento

    Notas al programa del concierto de la Orquesta Sinfnica de Castilla y Len,

    Temporada 2001-2002

    Rubn Lpez Cano

    [email protected], http://www.geocities.com/lopezcano

    SITEM (Universidad de Valladolid) Seminario de Semiologa Musical (UNAM)

    Universidad de Helsinki

    Rubn Lpez Cano 2002

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    Cmo citar este artculo: How to cite this article: Lpez Cano, Rubn. 2002. Wolfgang Amadeus Mozart. Concierto para piano 25 K. 503 y el divorcio con el pblico viens. Ludwing van Beethoven, Sinfona 3 Heroica op. 55: innovacin, revolucin y resentimiento Notas al programa del concierto de la Orquesta Sinfnica de Castilla y Len. Temporada 2001-2002. www.lopezcano.net (Consultado o descargado [da, mes y ao]) (Accessed [Day Month Year of access])

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    Mozart concierto para piano 25 K. 503 y el divorcio con el pblico viens.

    Entre los aos 1782 y 1786, Wolfang Amadeo Mozart (1756-1791) produjo la nada

    despreciable cantidad de catorce conciertos para piano. Todos ellos de una calidad y

    preciosismo tcnico excepcional. Sin embargo, durante sus ltimos cuatro aos de vida, el

    compositor slo escribi tres: el Concierto en Do mayor (N 25) K. 503, escrito en diciembre de

    1786, el Concierto de la coronacin en Re mayor (N 26) K. 537, compuesto en febrero de 1788

    y el Concierto en Si bemol mayor (N 27) K. 595 terminado en enero de 1791, justo el ltimo

    ao de vida de Mozart.

    La mayora de estos conciertos fueron escritos para ser tocados por l mismo en las

    llamadas Academias vienesas: especie de sociedades de conciertos que funcionaban a partir

    de suscripciones y que organizaban veladas musicales en cuaresma y otras temporadas del

    ao. De este modo, la disminucin en su produccin concertstica para piano es un indicador

    claro del cambio en las relaciones del compositor y el caprichoso pblico viens.

    Wolfgang regres a Viena a mediados de 1783. Esta reinsercin en el medio musical

    viens trajo consigo un perodo rico en inventiva compositiva y en reconocimiento pblico. Sus

    intervenciones en la serie de conciertos para abonados organizados por Philip Jacob Martin en

    el recin restaurado Augarten durante la primavera y verano de 1782, le consolidaron fama de

    pianista invencible y de gran compositor. El estreno de la Sinfona en Re mayor (N 35),

    Haffner, K. 385, en un concierto ofrecido el 23 de marzo de 1783, en el que adems se

    interpretaron algunas arias de sus operas y ejecut su propio concierto para piano K. 175,

    adems de varias improvisaciones sobre este instrumento, haba causado la admiracin de un

    pblico que abarrot la sala, y el respeto del mismo Emperador que tambin estuvo presente

    en la velada.

    En diciembre de 1784, con los rituales de rigor, Mozart es aceptado en la masonera. A

    partir de entonces, Wolfgang se siente parte de un excelso grupo de intelectuales y artistas

    vieneses, todos ellos masones. Entre stos se incluan personalidades como el barn von

    Gemmingen, el cientfico Ignaz von Born y, por supuesto, el padre de la sinfona y amigo de

    nuestro compositor, Franz Joseph Haydn (1732-1809). Mozart compondra algunas obras para

    el ceremonial masnico, otras ms para otras actividades de las logias a las que perteneci y,

    fuera de todo ritual, algunos encargos y obsequios para sus cofrades.

    Mientras el pblico llenaba las salas donde se presentaba, colegas tan reputados como

    Christoph Willibald Gluck (1714-1787) le mostraban su admiracin efusivamente. Sus rivales le

    manifestaban sonriendo sus respetos al tiempo que, subrepticiamente, intentaban intrigas para

    detener el incontenible efecto Mozart. Las maanas enteras las dedicaba a una cantidad

    ingente de talentosos alumnos que le prodigaban devocin, intercambio profesional y buenas

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    rentas mensuales. El viejo Leopold tuvo que admitir la vala de su hijo y aunque no aprob del

    todo su modo de vida cuando le visit de febrero a abril de 1785, qued maravillado de su

    intensa actividad profesional: Desde que yo estoy aqu - escribi a su hija Nanerl- el fortepiano

    de cola de tu hermano ha tenido que ser llevado por lo menos doce veces desde casa hasta al

    teatro o a alguna otra casa!.

    Mozart se dejaba mimar por su pblico. Tan slo del 26 de febrero al 3 de abril de 1786,

    ofreci veintids conciertos para los abonados de su propia serie de conciertos. Por aquella

    poca, sus entusiastas suscriptores llegaban ya a la muy respetable suma de 174 personas,

    todas ellas pertenecientes a la ms selecta aristocracia vienesa. Su matrimonio con Constanze

    era estable. Pese a la frgil salud de su descendencia y a los constantes decesos de sus hijos

    pequeos, se poda decir que su vida familiar marchaba muy bien. Disfrutaban de una vida

    disipada, quiz con algn derroche, cmodamente instalados en una casa muy prxima a la

    catedral. Bigrafos y crticos coinciden en sealar que sta fue la etapa ms feliz de la breve

    madurez de Mozart.

    En mayo de 1786, por fin se estren Le nozze di Figaro. La pera tuvo que sortear, de

    nueva cuenta, las intrigas de rivales celosos como Salieri y Righini, que intentaron sabotear el

    estreno. Como es sabido, pese a los temores de censura, la pera fue bien recibida incluso por

    el propio Emperador quien tuvo que restringir los bises a slo las arias para que las

    representaciones no se prolongaran en exceso.

    La pera escrita en colaboracin con Daponte haba absorbido la energa e ilusin de

    Mozart durante varios meses. Su composicin le distrajo de cualquier otro proyecto. A parte de

    la pera, las otras composiciones importantes del perodo fueron tres conciertos para piano dos

    de los cuales los finaliz en marzo seguramente para tocarlos l mismo en la temporada de

    conciertos de Cuaresma. Sin embargo, solo tenemos noticia de un slo concierto ofrecido en

    esta temporada. Algo desafortunado amenazaba la efervescencia del efecto Mozart. Poco

    tiempo despus, en el verano de ese mismo ao, constatamos con asombro que, ya empezada

    la temporada correspondiente, la serie de conciertos de Mozart tenia asegurado un slo

    suscriptor: el barn van Swieten. Nadie ha sabido explicar el porqu de este viraje en la suerte

    vienesa del autor. La mayora de los bigrafos atribuyen esta transformacin simplemente a la

    extrema volubilidad del pblico viens.

    Sea por lo que fuere, la verdad es que pese al xito econmico del Figaro, Wolfgang

    comenzaba a ahogarse en deudas. Ms adelante aparecern las penosas cartas a sus editores

    y amigos solicitando adelantos y prstamos. Despus del verano estaba decidido a emigrar a

    Inglaterra. Pero su padre le puso un obstculo insalvable al negarse a quedar al cuidado de sus

    hijos. Para fortuna del compositor, en el invierno recibi una nueva invitacin a Praga, la ciudad

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    que ya se haba rendido a sus pies. En enero de 1787 realiza esa gira, ofreciendo algunas

    representaciones del Fgaro (una dirigida por l mismo). Tambin estren la Sinfona en Re

    mayor Praga K. 504, la sinfona sin minuet escrita especialmente para este viaje, asisti con

    desgano a conciertos de otros colegas y realiz varias gestiones con empresarios. De stas

    emergi el proyecto de una nueva opera, encargada por el empresario praguense Bondini y que

    ser Don Giovanni. Sin embargo, ninguna de estas gestiones impedir su cada en desgracia.

    Al regresar a Viena, Mozart atestigu la agona de las Academias que el mismo

    organizaba. Tuvo que refugiarse en las temporadas regentadas por empresarios avaros,

    pequeos recitales ofrecidos para crculos privados y exiguas matins dominicales. La

    inexorable bancarrota asomaba en su vida. Poco ms tarde ser la enfermedad y luego, la

    muerte.

    El Concierto para piano K. 503 fue terminado el 4 de diciembre de 1786. Es muy

    probable que fuese escrito para la gira praguense. Sin embargo, no contamos con ninguna

    informacin que confirmase su ejecucin en aquella ciudad. Slo sabemos que fue presentado

    el 7 de marzo de 1797 en el marco de la ya tocada de muerte serie de recitales independientes

    que organizaba Mozart.

    De todos los gneros que frecuent el prolfico compositor, quiz sean los conciertos

    para piano los que permiten aproximarnos con mayor precisin al modo en que Mozart se

    relacionaba con su pblico. En ellos luce sus dotes de gran pianista, al tiempo que dialoga

    juguetonamente con las competencias auditivas de sus seguidores. En efecto, ante los mimos

    de su pblico, Mozart corresponder en estas obras con un nada comn equilibrio entre las

    facilidades auditivas, un virtuosismo excitante y los hallazgos compositivos. En una carta a su

    padre, el autor confiesa:

    Los conciertos son precisamente algo intermedio, entre pesado y

    ligero, son muy brillantes, agradables al odo, naturales sin caer en la

    futilidad. Aqu y all los entendidos pueden obtener satisfaccin, y tambin

    los no entendidos pueden estar contentos con ellos, sin saber por qu.

    Algunos crticos ven en el concierto K. 503 signos de la ruptura con el pblico viens.

    Sealan que hay cierto descuido en la densidad armnica del primer movimiento, por

    momentos demasiado fcil pese a su imponente empuje y majestuosidad. Sobre el segundo se

    ha dicho que es una pseudo-fantasa que sucumbe a su desgano formal y que el rond del

    tercer movimiento se apoya quiz demasiado en temas infantiles y populares.

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    La verdad es que, pese a esta ruptura reflejada en la obra, el concierto es sumamente

    interesante y revelador de los hbitos de escucha de un pblico sumamente culto y exigente.

    Despus de todo, eran los conciertos para instrumento solista los que despertaban mayor

    inters en las veladas musicales, mucho ms que las sinfonas.

    En el primer movimiento, Allegro maestoso, encontramos una interesante interpretacin

    del esquema exposicin-desarrollo-reexposicin, caracterstico de la forma allegro de sonata.

    La larga exposicin se divide en tres secciones:

    1. Introduccin orquestal que comienza con una vigorosa obertura a la francesa que da

    lugar a la exposicin del primer tema (en do menor). sta culmina con un proceso cadencial

    fuerte y caracterstico que se repetir a lo largo de todo el movimiento para rematar los finales

    de procesos importantes. Entonces, el segundo tema es presentado (tambin en do menor). Se

    cierra esta introduccin con una coda especial.

    2. De sta ltima emerge la voz del piano irrumpiendo con variaciones preciosistas sobre

    el motivo principal de la coda. Es como si anunciaran la llegada del gran Mozart: orondo,

    soberbio y quiz algo juguetn. Este transitus nos conduce a:

    3. La exposicin plena con orquesta y piano. La obertura francesa es repetida. El primer

    tema es presentado de nueva cuenta por los violines mientras el piano acompaa con infinitas

    escalas virtuossticas. Poco a poco el piano se aduea del protagonismo y, como es habitual en

    Mozart, hace un excursus por dos nuevas y hermosas ideas temtico-meldicas que no

    desarrollar ms adelante. Aqu la orquesta se limita a acompaar. La seccin culmina con la

    cadencia de cierre del tema primero (en sol mayor).

    El desarrollo se basa exclusivamente en el segundo tema: ste es presentado una y otra

    vez en diferentes regiones armnicas. Como en la exposicin hubo una superabundancia de

    ideas, esta fase es relativamente corta, escasa en informacin meldica, pero rica en su periplo

    armnico. Este es un rasgo muy fuerte de los desarrollos Mozartianos.

    La reexposicin repite el orden de la exposicin plena con nuevas tonalidades y

    expansiones. Slo que la cadencia de conclusin del tema uno es interrumpida abruptamente

    para dar paso al momento solista del piano: la gran cadenza a solo que el intrprete debe

    improvisar. El movimiento termina con la misma coda de la primera fase.

    El segundo movimiento andante, hace un coqueteo con una arqueizante estructura

    modal mixolidia sobre do. Est compuesto de una larga seccin que se repite dos veces con

    variaciones y expansiones siempre en el mismo modo.

    El tercer y ltimo movimiento Allegreto, es un rond incisivo y rstico con la siguiente

    estructura: A (una danza caracterstica, al estilo de la polonesa)+B+C (otro movimiento

    dancstico)+A+D+E+A+C+A.

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    El concierto se public pstumamente en 1798 por los editores Breikopf & Hrtel de

    Leipzig con el ttulo de primer concierto del patrimonio del difunto, publicado a expensas de la

    viuda y dedicado a Luis Fernando de Prusia.

    Bibliografa

    KERMAN, Joseph (ed.);

    1970 Mozart Piano Concerto in C major K. 503; Nueva York: Norton.

    LANDON, Robbins y MITCHELL, Donald;

    1986 The Mozart Companion; Londres: Feber and Faber (1er. edicin 1956).

    PAUMGARTEN, Bernhard;

    1990 Mozart; Madrid: Alianza (1er. edicin 1967).

    SADIE, Stanley

    1985 Mozart; Barcelona Muchnik.

    Beethoven y la Sinfona 3 Heroica op. 55:

    innovacin, revolucin y resentimiento

    Corran los primeros aos de 1800. El despertar del nuevo siglo se ofreca como garante

    de una nueva era, de una nueva oportunidad. Recin purgado de aejos egosmos por una

    Revolucin francesa que lo atavi de renovados ideales para continuar su recorrido por la

    historia, el hombre europeo se entregaba a la tarea de construir un nuevo marco social, una

    nueva interrelacin entre los individuos, una nueva cultura para un nuevo mundo. Por esta

    renovada sociedad se abra paso un joven e impetuoso Ludwing van Beethoven (1770-1827).

    El compositor, al despuntar la nueva centuria, pasaba por una de sus mejores pocas. Hacia

    1792 se haba trasladado a Viena definitivamente. Ah, superara de manera ptima una ltima

    etapa formativa bajo la direccin de prominentes compositores de su tiempo. El gran Franz

    Joseph Haydn (1732-1809) le revel los secretos de la composicin sinfnica. Con las

    lecciones de Johann Gerog Albrechtsberger (1736-1809) asimil las ms refinadas tcnicas

    del contrapunto. As mismo, se intern en los entresijos de la composicin vocal de la mano del

    gran Antonio Salieri (1750-1825), una de las figuras ms importantes de la msica vienesa,

    director del teatro de la corte y profesor de compositores como Schubert, Humel, Lizst y

    Meyerbeer (en eefecto, se trata del mismo Salieri que ms de cien aos despus el poeta y

    dramaturgo ruso Aleksander Pushkin (1799-1837) eligira como el envidiosos y desafortunado

    antagonista de Mozart en la pieza dramtica que dio origen al mito bien conocido gracias a

    Amadeus, el bello filme de Milos Forman).

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    En 1795, Beethoven haba debutado con gran xito en el Burgtheater tocando al piano el

    Concierto no. 20 en re menor de Wolfang A. Mozart, su propio Concierto no. 2 en si bemol

    mayor y, como dictaban las convenciones de aquellas interminables veladas musicales, una

    serie de improvisaciones piansticas. Tiempo despus public sus tres Tros Op. 1 y las tres

    sonatas Op. 2. A su fama de excelente interprete de piano se le iba sumando un prestigio como

    slido compositor. Algunas de sus obras comenzaban a circular con notable aceptacin en los

    crculos vieneses. Entre stas se cuenta su septeto Septimino Op. 20, el Quinteto Op. 16, los

    Tros de cuerda Op. 9 y las primeras sonatas para piano.

    Sin embargo, un hecho desgraciado irrumpira en la bonanza del joven compositor. En

    una carta a su viejo y fiel amigo Wegeler fechada el 29 de junio de 1801, Ludwing escriba:

    Debo confesar que arrastro una existencia miserable. Hace casi dos aos

    que he dejado de asistir a ninguna reunin social porque, sencillamente, me

    resulta imposible decir a la gente: estoy sordo.

    En efecto, a partir de 1796, como cuenta la leyenda, o ms tarde, como sugieren

    recientes investigaciones, Ludwing repara en una molestia tica que le iba a obsesionar: si

    tuviera otra profesin -escribe en la misma carta a Wegeler- sera ms fcil, pero en la ma es

    un terrible obstculo. Y en cuanto a mis enemigos, de los que tengo un buen nmero, que

    diran?. Siguiendo las sugerencias de los mdicos, Beethoven se traslada en la primavera de

    1802 a Helligenstadt, una pequea poblacin vecina a Viena. Quiz los paseos vespertinos por

    los bellos bosques de la localidad, y el retiro del bullicio y compromisos sociales que le impona

    la vida vienesa, reconfortaran su salud. Desafortunadamente, su sordera nunca remiti.

    En medio de una desgarradora desesperacin, Ludwing escribe una larga y

    conmovedora carta a sus hermanos. Descubierta entre sus papeles despus de su muerte, fue

    conocida desde entonces como El testamento de Heiligenstadt:

    ...mi esperanza de curacin ha desaparecido del todo. Finalmente, me veo

    forzado a aceptar la perspectiva de una enfermedad permanente... Dios todo

    poderoso, que ves en lo ms intimo de mi alma, que ves a travs de mi corazn,

    sabes que rebosa de amor hacia la humanidad de deseo de hacer el bien!...

    Curiosamente, la incompetencia auricular del compositor, no le estorbaba en exceso

    durante el ejercicio de su oficio. Como el excelente profesional que era, Ludwing haba

    desarrollado un odo interno fino y confiable. Absorto en la estentrea construccin de su

    msica, era feliz. Eran los encuentros sociales lo que ms le incomodaban. La mera posibilidad

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    de tener que dar explicaciones sobre su malestar lo descompona: me he visto obligado a

    parecer un misntropo.

    Habra que admitir que la adaptacin social de por s no era una de las principales

    virtudes de Beethoven. El clebre poeta Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) escribira

    tras un esperado encuentro con el compositor:

    Su talento me dej asombrado. Desgraciadamente se trata de una

    personalidad completamente indomada. No yerra del todo en tener al mundo

    como detestable, pero con certeza tampoco lo hace ms agradable con su actitud,

    ni para l mismo ni para los dems.

    Despus de todo, la vida del amargado Beethoven nunca fue fcil. Johann, su padre, era

    un msico mediocre y borracho que se haba empeado en hacer de su pequeo hijo un mulo

    del prodigio Mozart. A sus hermanos, por su parte, le unira una conflictiva relacin afectiva y

    profesional (Caspar Carl fue un incompetente administrador de sus ingresos). Se dice que, ya

    adultos, eran capaces de llegar a las manos durante alguna discusin en plena calle. La

    dimensin de sus contrahechuras afectivas con respecto a su familia quedan manifiestas

    cuando reparamos que, en el testamento de Heiligenstadt, dej espacios en blanco donde

    resultaba implicado el nombre de su hermano Johann.

    Cuando descubri su mal, Ludwing entr en una severa crisis que apuntalara su

    inconformidad vital: la naturaleza le haba obsequiado con unas dotes portentosas para la

    creacin musical, pero le castigaba con la imposibilidad de percibir con normalidad su propia

    obra. En una carta de julio de 1801, escriba a Karl Amenda: tu Beethoven lleva una vida muy

    desgraciada y est reido con la Naturaleza y con su Creador. A partir de entonces, su

    misantropa y resentimiento no cesarn. Jams se reconciliara con la vida.

    Pero de su estancia en Heiligenstadt, Beethoven no slo nos leg el testamento. Su

    impulso creador fue siempre incontenible. Durante este perodo trabaj intensamente: revis

    los ltimos detalles de la Segunda sinfona, termin las tres Sonatas para violn Op. 30, las

    Bagatelas Op. 33 y las dos primeras Sonatas para piano Op. 31. Adems adelant otros

    proyectos. De los cuadernos y hojas de trabajo procedentes de este retiro, conservamos los

    primeros apuntes de lo que despus se convertira en una sinfona de proporciones

    descomunales. Una sinfona que a la desmesura de su duracin aadira una batera de

    innovaciones sin precedentes en el mbito sinfnico. Una obra que adems de dejar perplejos

    a sus primeros escuchas, reorientara definitivamente el curso de la msica de arte occidental.

    Un portento Heroico como su ttulo final: La tercera sinfona Heroica.

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    Pese a que a menudo Beethoven se mofara de la msica descriptiva y se

    refiriera a ella con desprecio, casi siempre, cuando compona, tena un tema claro

    y determinado en mente (...) En el caso de la Sinfona 3, Beethoven se haba

    propuesto como tema a Napolen Bonaparte, en la poca en que ste era Primer

    Cnsul. Beethoven vea en l la reencarnacin de los grandes cnsules romanos.

    Junto a muchos otros de los amigos ms ntimos de Beethoven, yo tuve entre mis

    manos la partitura manuscrita de la obra cuando estaba aun en fase de

    composicin. En la parte superior del primer folio, a manera de ttulo, apareca la

    palabra Bonaparte. Al pie de la misma pgina Liugi van Beethoven. Ni una

    palabra ms. No puedo decir con que palabras pretenda llenar ese gran espacio

    en blanco. Fui yo el primero en llevar a Beethoven el anuncio de la

    autoproclamacin de Bonaparte como Emperador. Beethoven mont en clera y

    grit: Entonces no es ms que un hombre ordinario como todos los dems. No

    piensa mas que en su propia ambicin; se alzar sobre los dems pisoteando sus

    derechos, convirtindose en un tirano. Al decir esto, Beethoven se aproxim a la

    mesa, arranc el primer folio de la Sinfona con violencia y lo tir al suelo. La

    primera pgina fue reescrita y desde entonces la sinfona fue llamada simplemente

    Sinfona Heroica (Ferdinand Ries (1784-1838), alumno y bigrafo del compositor).

    En efecto, la dedicatoria frustrada a Bonaparte produjo el mito ms fuerte que se ha

    tejido entorno a esta sinfona. Anton Schindler, uno de los primeros bigrafos del compositor de

    Bonn, afirma que el primero en sugerir una Sinfona Heroica inspirada en Napolen Bonaparte

    parece haber sido el General Bernadotte quien por la poca funga como Embajador de Francia

    en Viena y tena a Beethoven en gran estima. Es verdad que Bernadotte gustaba de reunirse

    con el compositor en compaa del Conde Moritz Lichnowsky, hermano del prncipe Lichnowsky

    quien al final sera el patrocinador y dedicatario nico de la obra. Sin embargo, investigaciones

    recientes aportan nuevos datos.

    Parece ser que fue tiempo antes de la composicin de la sinfona cuando Beethoven

    not con decepcin que Napolen no encarnara jams los valores del nuevo hombre

    engendrado por la revolucin. Sin embargo, se guard de dedicar su obra al militar, porque en

    ese entonces tena el proyecto firme de trasladar su residencia a Pars. En este sentido, es

    significativo lo sucedido con la Sonata para violn y piano Op. 47 conocida como Kreutzer.

    Beethoven la compuso pensando el virtuoso mulato G. P. Bridgetower con quien la estren en

    un accidentado concierto el 24 de mayo de 1803. Sin embrago, tiempo despus, cambi la

    dedicatoria para ofrecerla al violinista francs Rudolph Kreutzer de quien la sonata tom su

    nombre definitivo. El parisino jams tocara la obra pues consideraba que no estaba a su

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    altura y le resultaba ultrajantemente incomprensible. Sin embargo, Beethoven apost por l

    en vista que era una referencia segura para insertarse en la vida musical parisina.

    Al final, la sinfona fue publicada en 1806 por la Kunst-und Industrie Kontor con el ttulo

    (escrito en italiano) de Sinfona Heroica compuesta para Festejar la memoria de un Gran

    Hombre, dedicada a su Alteza Serensima el Prncipe de Lobkowitz por Liugi van Beethoven

    Op. 55. No. III de las Sinfonas. Sin embargo, en una nota posterior que agreg el editor,

    adems de advertir que la orquesta requera tres trompas en vez de dos o cuatro, como era

    habitual, informaba que el verdadero ttulo de la sinfona era Bonaparte.

    La obra se estreno de manera privada en agosto y septiembre de 1804 en dos palacios

    del prncipe Lobkowitz en Viena y Raudnitz (Bohemia), respectivamente. El estreno pblico tuvo

    lugar el 7 de abril de 1805 en el Thater an der Wien, bajo la direccin del propio autor.

    La pulsin francfila de Beethoven de aqul momento era muy fuerte. Durante los dos

    largos aos que le llev la composicin de la Sinfona Heroica (1802-1804), el autor estaba en

    un proceso de asimilacin de los hallazgos del sinfonismo francs. El estilo de las peras de

    Cherubini y la grandilocuencia de las grandes sinfonas revolucionarias con coro como las de

    Gossec y Mhul, hicieron eco en los tutti orquestales, los temas de marcha, el color orquestal,

    el refinamiento armnico y la libertad formal de sus obras de este perodo.

    Pero la influencia francesa no agotaba el ideario esttico del compositor. Como el nuevo

    hombre parido por la Revolucin, Beethoven abrazaba los valores progresistas, la confianza en

    la historia y la hermosa sensacin de que con la msica se poda hacer tambin revolucin y

    aspirar a la libertad por medio de la innovacin imaginativa y la ruptura drstica con la tradicin.

    En efecto, se trata del paradigma de la modernidad encarnado en un torbellino incorforme y

    creativo, uno de los genios mas grandes de la msica de occidente, un inventor de universos

    sonoros inauditos de personalidad contradictoria y seguramente sumamete antiptica, pero que

    al odiar y amar el mundo simultneamente y con la misma intensidad, nos leg en su msica

    uno de los testimonios ms conmovedores de un alma que se busca un sitio en un mundo que

    no le entiende pero le admira. El impulso modernista impuesto a la msica por el sordo de

    Bonn, no cesar sino hasta estallar en mil pedazos, precisamente, en las composiciones

    silentes de otro gran y desconcertante inventor, John Cage (1912-1992). El norteamericano

    polemiz profundamente con el ideario beethoveniano, sin embargo, en cierto sentido, ambos

    no son sino los extremos del mismo camino...

    Los experimentos musicales que Beethoven realizaba en este perodo, concentraron sus

    esfuerzos en los aspectos formales y en las relaciones de equilibrio y proporcin de los

    diferentes movimientos de sonatas para piano como la Op. 26 en la bemol, las 0p. 27 nos. 1 en

    mi bemol y 2 en do sostenido menor y la op. 31 no. 3 en mi bemol. Pero este espritu innovador

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    se palpa tambin en los recorridos expresivos de sus obras mayores, como las sinfonas. Sus

    primeras dos sinfonas haban alcanzado la perfeccin formal y expresiva de las de Haydn y

    Mozart. Pero en la tercera, rompera bruscamente con muchos cnones, conduciendo a sus

    extremos algunos elementos propios de la retrica musical del clasisismo.

    El primer movimiento de la Sinfona Heroica, Allegro con brio, simplemente no tiene

    principio. Es decir, sus primeros acordes no pertenecen a ningn tipo de introduccin sinfnica

    habitual de la poca. Comienza su discurso por la mitad, in media res, como diran los

    oradores. Dos severos acordes secos nos introducen de golpe en el ambiente heroico, digno y

    rimbombante del primer tema: un acorde arpegiado que suena en los violines en imitacin de

    las triadas que suelen ejecutar las trompas, o quiz, de una fanfarria militar. Sin embargo, el

    final del tema vira hacia un cromatismo que adems de hacerlo modulante, atenta contra el aire

    militar de su primera parte. Es posible que la ambigedad expresiva del tema proyecte, de

    algn modo, la ambivalente valoracin que en Beethoven causaba la figura de Bonaparte.

    Recientes estudios de musiclogos norteamericanos (Ratner, Agawu y sobre todo

    Hatten) han mostrado que parte de la retrica musical del clasicismo, consista precisamente

    en cambiar de lugar los diversos procesos musicales: en los principios de seccin se colocaban

    segmentos de carcter conclusivo (como el inicio de la primera sinfona), o de desarrollo (como

    en este caso). Mas adelante veremos como Beethoven aplica de forma ms radical este mismo

    recurso en la reexposicin delmismo movmiento.

    Las mismas investigaciones han detectado que compositores y oyentes de este perodo

    manejaban una serie de lugares o tpicos expresivos que posibilitaban la comunicacin

    musical. Precisamente, con la tercera sinfona, Beethoven reformula y potencia el tpico

    Heroico-pico. En la exposicin temtica del primer movimiento, el recorrido expresivo se

    instala en diversos lugares o tpicos a saber: a) heroico (comprende primer y segundo tema,

    este ltimo impregnado de cierta melancola), b) agitacin barroca, c) danza, un cuasi-vals

    pomposo y digno (la segunda vez que aparece lo hace en menor). Entre cada uno de stos

    tpicos encontramos zonas de transicin que conducen o rematan un proceso. Tambin nos

    encontramos con no-lugares, antitpicos o psedutpicos, es decir, zonas donde se disuelve un

    lugar o se instaura uno no codificado previamente. Muchos de estos no-lugares generan la

    sensacin de prdida o duda (la dubitatio retrica de la que hablaban los tratadistas musicales

    del siglo XVIII): no sabemos hacia donde se dirigir el movimiento. Beethoven emplea durante

    todo el primer movimiento la imagen acstica de los dos primeros acordes secos para generar

    cumbres climticas a partir de robustas columnas de acordes alteradas por sncopas rtmicas

    severas . Estos no-lugares servirn de umbral para salir, entrar o pasar de un tpico a otro.

    En el desarrollo, Beethoven explora una mezcla de dos lugares expuestos anteriormente:

    el heroico y el agitado-barroco. Expande esta amalgama, por medio de progresiones armnicas

    a la Vivaldi y fugatos. Ambos recursos recuerdan fuertemente la sonoridad de la msica

    barroca. Un nuevo y grandilocuente climax generado a partir del umbral de los acordes en

  • Rubn Lpez Cano 2002

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    sincopacin, nos avisa que el proceso de desarrollo ha terminado y que estamos a punto de

    entrar a la reexposicin... al menos eso dictaba la norma, porque Beethoven introduce un

    nuevo desplazamiento de locacin. Ah donde se supone deba tener lugar una seccin

    concluyente, introduce un nuevo tema es decir, un elemento propio de los procesos de inicio y

    no de los conclusivos. Adems, lo hace en una tonalidad tan alejada de la principal como Mi

    mayor(!).

    Esta ruptura de la estructuras habituales caus mucho malestar a los oyentes primeros

    de la obra. Entre otras cosas porque, para balancear el equilibrio roto por la enunciacin de un

    tercer tema, Beethoven tiene que hacer un periplo largo que incluye desarrollos del primer y

    tercer temas. De ah que conservemos varios testimonios de crticos quejumbrosos por la larga

    duracin de la obra. Por fin, la recapitulacin es anunciada con una falsa reexposicin: las

    trompas tocan las primeras notas del tema principal, pero un sbito tutti orquestal los

    interrumpe para dar pie a la reexposicin verdadera. Esta nueva esperimentacin re Beethoven

    le pareci la mayora del pblico que no conoca la partitura, que se trataba de un error de los

    trompistas. De hecho, durante un ensayo, Ferdinand Ries, el alumno preferido del compositor,

    crey que los trompistas se haban equivocado y exclam: Ese maldito habra podido contar

    mejor!, Hay algo fuera de lugar!. Beethoven estuvo a punto de darme un bofetn y no me

    perdon hasta mucho tiempo despus, confesar avergonzado el discpulo tiempo despus.

    Para el segundo movimiento, Beethoven sustituye el tradicional adagio por una Marcia

    fnebre; Adagio assai en forma de rond (una seccin que se repite alternadamente con otras

    distintas). Es de subrayar el derroche tcnico y los alcances expresivos del gran fugato

    intermedio. Este elemento es fundamental para el recorrido expresivo que, segn Hatten,

    conduce el movimiento desde el tpico trgico hasta el triunfal, lo que constituye para el

    musiclogo el eje principal del gnero expresivo Heroico-pico. Ahora bien, si reparamos en el

    primer dedicatario de la obra, cabra preguntarnos: que hace una marcha fnebre en medio de

    un homenaje a un Napolen que en aquel entonces estaba muy vivo? Se dice que, tiempo

    despus, cuando Beethoven fue informado de la muerte de Bonaparte, exclam: ya he escrito

    la oracin fnebre.

    El tercer movimiento es un Scherzo, movimiento ligero y amable que literalmente

    significa broma. En aquella poca, el scherzo comenzaba a sustituir al menuett como tercer

    movimiento de las sinfonas. Sin embargo, esta es la primera vez que el Scherzo juega un

    papel especfico dentro del programa dramtico de una sinfona entera, como contrapeso de la

    gravedad de la marcha fnebre anterior. El movimiento allegro vivace empieza con una agitada

    realizacin de los violines que dilatan el establecimiento de la tonalidad principal. Entonces, los

    oboes introducen un tema burlezco en otra tonalidad. ste pasa a las flautas que lo ejecutan en

    una nueva tonalidad. Por ltimo, la orquesta entera lo toca a tutti en la tonalidad principal. La

    seccin intermedia es un trio ejecutado por los tres cornos. Esta seccin enuncia de manera

    clara el tpico sobre el que est construido el movimiento entero: msica de cacera.

  • Rubn Lpez Cano 2002

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    El ultimo movimiento, Finale, allegro molto, est basado en una contradanza que

    Beethoven escribi hacia 1801 y que emple tambin en su ballet Las criaturas de Prometeo y

    como tema principal de las Variaciones para piano Op. 35. Anunciado prematuramente por una

    entrada brillante y gil de las cuerdas, el tema meldico principal de este movimiento se retarda

    notablemente. Tiene que esperar una serie de desarrollos y variaciones en la lnea del bajo. De

    claro carcter coreogrfico, el movimiento entero est construido sobre el tpico de comedia

    alta.

    Para terminar, reproduciremos una nota que apareci en las primeras ediciones de la

    sinfona, en la primera pagina de la parte del primer violn: esta sinfona, al ser ms larga de lo

    habitual, debe tocarse al principio del concierto (Academia) y no al final, poco despus de una

    Obertura, un Aria o un Concierto, pues si se ejecuta muy tarde se corre el riesgo de que el

    oyente, fatigado ya por las piezas anteriores, pierda el efecto perseguido en sta.

    Bibliografa

    Sobre Beethoven y su msica

    KERMAN, Joseph y TYSON, Alan

    1985 Beethoven; Coleccin New grove; Barcelona: Muchnik.

    POGGI, Amedeo y VALLORA, Edgar

    1995 Beethoven, repertorio completo; Madrid: Ctedra.

    Sobre tpicos, retrica y narratividad musicales en el periodo clsico

    AGAWU, V. Kofi

    1991 Playing with Signs, A Semiotic Interpretation of Classical Music; Princeton : Princeton

    University Press.

    RATNER , Leonard G.

    1980 Classic Music : Expresion , Form and Style; New York : Schirmer Books.

    Aplicacin y desarrollo de estos estudios en la msica de Beethoven

    HATTEN, Robert

    1994 Musical Meaning in Beethoven. Markedness, Correlation, and Interpretation.

    Bloomington: Indiana University Press.