Amorth, Gabriele - Narraciones de Un Exorcista

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  • 8/14/2019 Amorth, Gabriele - Narraciones de Un Exorcista

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    G abnele Am orth

    N a r r a c i o n e s

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    Coleccin

    TEOLGICA

    CATOLICISMOY PROTESTANTISMOErnesto Bravo

    CO N TRA SA TA N SEmmanuel Milingo, 3a. ed.

    EL DIABLOCorrado Balducci, 4a. ed.

    LA POSESIN DIABLICACorrado Balducci, 2a. ed.

    MIL AOS DE PENSA MIENTO CRISTIANOFranco Pierini

    NARRACIONES DE N EXORCISTAGabriele Amorth, 2a. ed.

    Gabriele Amorth

    Narracionesde un exorcista

    SAN PABLO

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    Segunda e dicin

    Titulo original:Un essorcisla racconla Edizioni Dehoniane

    Via Csale S. Pi V,20-00165- ItaliaTraduccin:

    Jos Guillermo Ramrez

    SAN PABLO 1996Distribucin:Departamento de VentasCarrera 46 No. 22A-90 Calle 18 No. 69-67

    FAX: 2444383 - 2684288 Tels.: 4113976 - 4114011Barrio QUINTAPAREDES FAX: 4114000 - A.A. 080152

    Urbanizacin Industrial MONTEVIDEOSANTAFE DE B OGOT , D.C.

    COLOMBIA

    PRESENTACIN

    Muy gustoso hago algunas observaciones a fin de preparar para lalectura del libro del P. Gabriele Amorth, mivalioso colaborador en el ministerio de exorcista desde hace varios aos. Algunosepisodios los hemosvivido juntos, as como juntos hemoscompartido las preocupaciones, lostrabajos, las esperanzas, ayudando a muchas personas que sufren y que hanrecurrido a nosotros.

    Ve o con gusto la publicacin de estas pginas tambin porque en estosltimos decenios, aunque se haya escrito mucho en todos los campos de lateologa y de la moral catlica, el tema de losexorcismos ha sido prcticamente olvidado. Quizs esta escasez de estudios y de inters sea la raznde que an hoy lanica parte del Ritual que no haya sido puesta al da enconformidad con las disposiciones post-conciliares sea precisamente la quetiene que vercon los exorcismos.

    Y, sin embargo, esgrande la importancia del ministerio de "arrojar losdemonios", segnmuestran los evangelios, laactuacin de los apstoles yla historia de la Iglesia.

    Cuando san Pedro fue llevado por inspiracin sobrenatural a casa delcenturin Comelio para anunciar la fe cristiana al primer grupito de gentiles, l, para demostrar qu e realmente Dios haba estado con Jess, subrayde una manera muy especial el poder que Jess habamanifestado en laliberacin de obsesos de l demonio (Cf Hch 10 , 1-38). ElEvangelio nos habla con frecuencia en narraciones concretas, del poder extraordinario q ueJess demostr en este campo. Si, alenviar al Hijo unignito al mundo, el,Padre haba tenido la intencin deponer in al tenebroso reinado de Satans

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    sobre los hombres, qu orma ms elocuente habra podido adoptar nuestroSeor para demostrarlo?

    Lo s libros santos no s aseguran q ue Satans expresa su poder sobre elmundo tambin bajo la forma de obsesiones fsicas. Entrelos poderes propios que Jess quisotransmitir a los apstoles y a sus sucesores, puso repetidamente en evidencia el de expulsar lo s demonios (Cf Mt 1 0 , 8; Me 3,1 5; Le 9, 1 ).

    Pero si Dios permite que algunos experimenten vejaciones diablicas,tambin ha dejado al alcance poderosas ayudas de diverso gnero. Dot ala Iglesia con poderes sacramentales muy eficaces para esta necesidad. P ero tambin, contra esta nefanda actividad de Satans, Dios eligi como antdoto permanente a la Santsima Virgen Mara, po r aquella enemistad queEl estableci desde el principio entre los dos adversarios (sobre este asuntovase: Cndido Amantini, II Mistero di Mara,Ed. Deho niane, Napoli.N.d.R.).

    La mayora de los escritores contemporneos, sin excluir a los telogoscatlicos, aunque no niegan la existencia de Satans y de los dems ngelesrebeldes, son propensosa disminuirla entidad de la influencia de aqullossobre lo s asuntos humanos. Tratndose de influencia en el campo fsico, lano creencia se considera un deber y una muestra de sabidura. La culturacontempornea en su conjunto considera una ilusin propia de pocas primitivas el atribuir a agentes que no sean de orden natural la causa de fenmenos q ue acontecen a nuestro alrededor.

    Es evidente que la accin de l maligno se facilita enormemente po r estatoma de posicin, especialmente en cuanto que ella escompartida precisamente po r aquellos que, por su ministerio,tendran la tarea y el poder deimpedirles su malfica actividad. Pero basndose en la Sagrada Escritura,en la teologa y en la experiencia diaria se pensara tambin hoy enlos posedos de l demonio como en unalegin de infelices a favor de los cualesbien poco puede hacer la ciencia, aunqu e no lo confiese abiertamente.Diagnosticar prudentemente una demonopata as podra denominarse toda influencia diablica maligna es posible, en la mayora de los casos,para q uien sepa tener en cuenta lasintomaologa propia sobre cmo semanifiesta de ordinario la accin demonaca.

    Un mal de origen demonaco, aunque tenue, se muestra refractario enforma extraa a todo frmaco comn; mientras que malesgravsimos juzgados inclusive de mortales, se atenan misteriosamente hasta desaparecerdel todo, despus de auxilios de orden puramente religioso. Adems,las vctimas de u n espritu maligno se vencomo perseguidas por una continuamala suerte: su vida es una sucesin de desventuras.

    Muchos estudiosos se dedican hoy a la investigacin de los fenmenosq ue tienen lugar en lo s sujetos demonopticos, reconocen francamente q uela objetividad de tales fenmenos es fuera de lo normal y por eso los hancatalogado cientficamente comoparanormales.Nosotros no negamos lo sprogresos de la ciencia; pero va contra la realidad, po r nosotros de continuoexperimentada, el hacerse la ilusin de que la ciencia todo lo puede explicary pretenda reducir todo m al a lassolas causas naturales.

    Muy pocos son los estudiosos que piensan seriamente en la posibilidadde intromisin de potencias extraas, inteligentes e incorpreas, como

    causa de ciertos fenmenos.Es escaso igualmente el nmero de mdicosque, enfrentados a casos de enfermedades con sintomatologas desconcertantes y con resultados clnicamente inexplicables, piensen serenamenteen la eventualidad de habrselas con pacientes de este otro tipo. Muchos deentre ellos recurren en tales casos a Freud como al propio jerofante. Perocon estofrecuentemente ponen a estos desventurados en condiciones todavapeores; mientras q ue su accin, encolaboracin con la de un sacerdoteexorcista, podra resultar aun en tales casos altamente benfica.

    El libro del P. Amorth, con brevedad, claridad, pone al lectordirectamente en contacto con la a ctividad delexorcista. Aunque la obrasigue un hilo lgico de desarrollo, no se detiene en premisas tericas

    (existencia del demonio, posibilidad de la posesin fsica,etc.),ni tiene conclusiones doctrinales. Prefiere que sean los hechos los que hablen, poniendoal lector frente a aquello que u n exorcista ve yrealiza. Conozco cuntoaprecia el autor a los hombres de Iglesia, depositarios privilegiados del poder conferido por Cristo, de expulsar a los demonios en su nombre. Por esoconfo en que este libropueda hacer mucho bien y sirva deestmulo paraotros estudios en la misma direccin.

    P . Cndido Amantini

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    INTRODUCCIN

    Cuando el cardenal Hugo Poletti, vicario del Papa en la diRoma, me dio de improviso la facultad de exorcista, no pensabinmenso mu ndo abra mi conocimientoy qu cantidad de personas acud iraa mi ministerio. Adems el cargo que se me encomend inicialm

    como ayudante del P. Cndido Amantini, pasionista bien conocexperiencia de exorcista, que haca acudir a la Scala Santa a nectoda Italia y con frecuencia del extranjero. Esta fue para m uverdaderamente grande. Uno no llega a ser exorcista solo, sino cdificultades y al precio de inevitables errores a costa de los fielesel P. Cndido sea el nico exorcista del mundo que cuente con 3experiencia de tiempo completo. No poda tener un mejor maagradezco la infinita paciencia con queme gui en este minis terio totalmentenuevo para m.

    Tambin hice otro descubrimiento. Que en Italia eran muy pexorcistas, y los muy preparados eran poqusimos. Peor an es laen otras naciones; por eso tuve que bendecir a personas proceFrancia, Austria, Alemania, Suiza, Espaa, Inglaterra, donde solicitantes no haban podido encontrar a un exorcista. Descobispos y de los sacerdotes? Autntica incredulidad sobre la neceficacia de este ministerio? En todo caso me senta enviado a desapostolado en tre personas mu y sufridas y no comprendidas por nlos familiares, ni por los mdicos, ni por los sacerdotes.

    Hoy la pastoral en este sector est totalmente olvidada en ecatlico. No era as en el pasado y debo reconocer que no es as

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    confesin de la reforma protestante, en don de los exorcismos se hacen c onfrecuencia y con fruto. Toda c atedral d ebera tener su exorcista, como tienesu penitenciario; y tanto ms n umerosos deberan ser los exorcistas, cuan toms grande es la necesidad: en las parroquias ms grandes, en los santuarios.

    Al contrario, adems de la escasez del nmero, los exorcistas son malvistos, combatidos, sufren buscando hospitalidad para ejercer su ministerio.Se sabe que los endemoniados a veces gritan. Esto basta para que un superiorreligioso o un prroco no quiera exorcistas en sus comunidades: el vivirtranquilo, evitando todo gruido, vale ms que la caridad de curar a los

    posedos. Tambin el susc rito ha tenido que hacer su c alvario, aunque mucho menos que otros exorc istas, ms meritorios y ms bus cados. Es u na reflexin que dirijo sobre todo a los obispos, que en nuestros tiempos tienenquizs escasa sens ibilidad sobre este problema al no haber ejercido nunc aeste ministerio. Se trata, en cambio, de un ministerio confiado a ellos enexclusividad: slo ellos pueden ejercerlo o nombrar exorcistas.

    Cmo naci este libro? Del deseo de poner a disposicin de cuantosestn interesados en este tema el fruto de mucha experiencia, ms del P.Cndido que ma. Mi intencin es ofrecer un servicio en primer lugar a losexorcistas y a todos los sacerdotes. En efecto, como todo mdico generaldebe estar en capacidad de indicar a sus pacientes cul es el especialista aque deben eventualmente recurrir (un otorrino, un ortopedista, unneurlogo...), as todo sacerdote debe tener un mnimo de conocimientospara darse cu enta si una persona n ecesita d irigirse o no a un exorcista.

    Aado un motivo ms por el cual varios sacerdotes me han alentado aescribir este libro. El Ritual, entre las normas para los exorcistas, lesrecomiend a estudiar "muc hos docu mentos tiles de autores probados". Perocuan do se buscan libros serios sobre este tema, se encu entra muy poco. Sealo tres. El libroEl Diablo (Ed. San Pablo 1988) de monseor Balducci, estil para la parte terica, pero no para la prctica, de la cual carece y con tieneerrores; el autor es un demonlogo, no un ex orcista. El libro de un exorcista,P. Lateo 1.a Cima,La preghiera di liberazione (Ed. Herbita, Palermo, 1985),es un volumen escrito para los Grupos de Renovacin, con la finalidad de

    guiar sus oraciones de liberacin. Merece mencin tambin el libro de Ren-/o Allegri,Cronista all'inferno (Ed. Mondadori 1990); no es un estudio sistemtico, sino una c oleccin de entrevistas d irigidas con extrema s eriedad,que narran los casos lmite, los ms impresionantes, que podrn ser verdaderos,pero que no se refieren a la casustica ordinaria que debe afrontar unexorcista.

    En conc lusin, me he esforzado en estas pginas por llenar u na laguna ypresentar el tema desde todos los aspectos, aunque con la brevedad que mehe propuesto para poder llegar a un mayor nmero de lectores. Pretendo

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    realizar ulteriores profundizaciones en otros libros y espero qucriban con competencia y sensibilidad religiosa, de modo que tratado con la misma riqueza que en los siglos pasados exista ecatlico y qu e ahora se en cuentra solamente en el campo protes

    De un a vez digo tambin que no me detengo a demostrar ciertque supongo adquiridas y que en otros libros ya han sido tracientemente: la existencia de los d emonios, la posibilidad de ladiablicas, en el poder que Cristo d io de expu lsar los demoniosquienes creyeran el mensaje del Evangelio. Son verdades revel

    mente contenidas en la Biblia, profundizadas por la teologa, conenseadas porel Magisteriode la Iglesia.He preferido ir ms ally detenermeen lo que es menos con ocido, en las consecuenc ias prcticas qutiles para los exorcistas y para cuantos desean estar informadomateria. Se me perdonar alguna repeticin sobre conceptos fun

    Que la Virgen Inmaculada, enemiga de Satans desde el primde la salvacin (Gn 3, 15) hasta el cumplimiento de la misma un ida al Hijo en la luc ha para arrojarlo y para pisarle la cabeza, btrabajo, fruto de una actividad extenuante, que realizo confproteccin de su manto maternal.

    Agrego unas observaciones a esta edicin ampliada. No predifusin del libro sera tan grande y tan rpida como para hacesucesivas ediciones en tan poco tiempo. Es un a confirmacin, mslo del inters del tema, sino tambin del hecho de que actuexiste un libro entre los catlicos que trate de los exorcismos depleta aunque sea brevemente. Y esto n o solamente en Italia, sinmundo c atlico. Es un dato significativo y penoso, que denunccable desinters o, qu izs, una autntica incredu lidad.

    Agradezco los numerosos elogios recibidos, las expresionescin, especialmente de parte de otros exorc istas. La ms grata ha"maestro", el P. Cndido Amantini, que ha reconocido mi libro sus enseanzas. No me han llegado crticas como para tener qudificaciones; por eso en esta nueva edicin he aadido slo amphe estimado significativas para completar ms el tema tratado; hecho correcciones. Espero que las personas o las categoras sobhe debido decir algo, hayan comprendido la recta intencin dvaciones y no se hayan ofendido. He tratado de prestar un servextenso y amplio posible, gracias a la imprenta, as como en mbusco prestar a diario un servicio a cuantos recurren a mi mexorcista.

    De todo esto doy gracias a Dios.Gabriele Amorth

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    recapitula en s mismo todas las criaturas: las celestes (ngeles) y lasterrestres (hombres). En cambio es verdadero afirmar que, dada laculpa de nuestros progenitores, la venida de Cristo asumi un papelparticular: vino como salvador. Y el centro de su accin est contenido en el misterio pascual: por medio de la sangre de su Cruzreconcilia con Dios todas las cosas, en los cielos (ngeles) y sobrela tierra (hombres).

    De este enfoque cristocntrico depende el papel de cada criatura.No podemos omitir una reflexin respecto a Mara Virgen. Si lacriatura primognita es el Verbo encarnado, no poda faltar en elpensamiento divino, antes d e toda otra criatura, la figura d e aquellaen quien se habra de realizar tal encarnacin. De all su relacinnica con la Santsima Trinidad, hasta el punto de ser llamada, ya enel siglo segundo, "Cuarto elemento de la Tetrada divina". A quienquiera profund izar en este aspecto lo remitimos a los dos volmenesde Emanuele Testa,Mara, trra vergine (Jerusaln, 1986).

    Presentamos una segunda reflexin sobre el influjo de Cristosobre los ngeles y sobre los demonios. Sobre los ngeles: algunostelogos piensan que slo en virtud del misterio de la Cruz losngeles fueron admitidos a la visin beatfica de Dios. Muchos Pa

    dres escriben afirmaciones interesantes. Por ejemplo, leemos en sanAtanasio que aun los ngeles deben su salvacin a la sangre de Cristo . Respecto a los demonios, las afirmaciones contenidas en losEvangelios son muchas: Cristo con su Cruz ha derrumbado el reinode Satans y ha instaurado el Reino de Dios. As, los endemoniadosde Gerasa exclaman: "Qu tenemos nosotros con tigo, Hijo de Dios?Has venido aqu para atormentarnos antes de tiempo?" (Mt 8, 29).Es una clara referencia al poder de Satans que es derrotado porCristo progresivamente; por eso dura todava y perdurar hastacuando se haya cumplido la salvacin,porq ue fue precipitado elacusador de nuestros hermanos (Ap 12, 10). Para profundizar estosconceptos y el papel de Mara, enemiga de Satans desde el primer

    anuncio de la salvacin, nos remitimos al bello libro del P. CndidoAmantini, //mistero di Mara (Ed. Dehoniane, aples, 1971).A la luz de la centralidad de Cristo se ve el plan de Dios que cre

    buenas todas las cosas "por El y para El". Y se ve la obra de Satans,el enemigo, el tentador, el acusador, por cuya sugestin entr en lacreacin, el mal, el dolor, el pecado, la muerte. Y se manifiesta larestauracin del plan divino realizada por Cristo con su sangre.

    Tambin aparece claro el poder del demonio: Jess lo l lama"prncipe de este mundo" (Jn 14, 30); san Pablo lo seala como

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    "dios de este mundo" (2Co 4, 4); Juan afirma que "todo yace en poder del maligno" (Un 5, 19), entendiendo pormundo loque se opone a Dios. Satans era el ms esplend oroso d e lolleg a ser el peor de los d emonios y su jefe. Porque tambimonios estn vinculados entre s por una estrechsima jeconservan el grado que tenan cuando eran ngeles: pritronos, dominaciones... Es una jerarqua de esclavitud, nocomo existe entre los ngeles, cuya cabeza es Miguel.

    Y se manifiesta con claridad la obra de Cristo que demreino de Satans e instaur el Reino de Dios. Por eso tienen cialsima importancia los episodios en que Jess libera a losniados: cuando Pedro resume ante Cornelio la obra de Cristotros milagros, sino slo el hecho de haber san ado "a todosmidos por el diablo" (Hc h 10, 38). Compren dem os ahora pprimer poder que Jess da a los apstoles es el de arrojar monios (Mt 10, 1); lo mismo vale para los creyentes: 'Estaseales que acompaarn a los que crean: 'en mi nombre exde mon ios... '" (Me 16, 17). As Jess cu ra y restablece el plarruinad o por la rebelin de un a parte de los ngeles y por de los progenitores.

    Porque debe quedar bien claro que el mal, el dolor, la minfierno (o sea, la condenacin eterna en el tormento que fin)no son obra de Dios. Una precisin sobre el ltimo punto. da el P. Cndido estaba expulsando un demonio. Hacia la cdel exorcismo se dirigi al espritu inmundo con irona: aqu; el Seor te ha preparado un a bella casa, y muy c alientcual el demonio respondi: "T no sabes nada. o fue Equien hizo el infierno. Fuimos nosotros. El ni siquiera se pensado". En una situacin anloga, mientras yo interrogdem onio para saber si tambin l haba colaborado a crear elo que me respondi: "Todos nosotros contribuimos".

    La centralidad de Cristo en el plan de la creacin y en lracin del mismo, acaecida con la redencin, es fundamecaptar los designios de Dios y el fin del hombre. Ciertamengeles y a los hombres les fue dada una naturaleza inteligbre. Cuando oigo que me dicen (confundiendo la presciencon la predestinacin) que Dios ya sabe quin se salva y condena, por lo cual todo es intil , acostumbro a respocordando cuatro verdades contenidas con seguridad en la Bta tal punto que han sido definidas dogmticamente: Dios q

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    todos se salven; nadie est predestinado al infierno; Jess muri portodos;a todos les son dadas las gracias necesarias para la salvacin.

    La centralidad de Cristo nos d ice que slo en su n ombre podemosser salvos. Y slo en su nombre podemos vencer y liberarnos delenemigo de la salvacin, Satans.

    Al final de los exorcismos , cu and o se trata de los casos ms fuertes, los de total posesin diablica, suelo recitar el himno cristolgicode la Carta a los filipenses (2, 6-11). Cuando llego a las palabras"Para que al nombre de Jess toda rodilla se doble, en los cielos, enla tierra", me arrodillo yo, se arrodillan los presentes, y siempre,tambin el endemoniado es forzado a arrodillarse. Es un momentofuerte y sugestivo. Tengo la impresin de que tambin las legionesanglicas estn alrededor de nosotros de rodillas ante el nombre deJess.

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    EL PODER DE SATANS

    Los lmites de practicidad que me he fijado en este librpermiten profundizar en temas teolgicos de sumo intersprosigo aludiendo solamente a los temas, como ya lo he he

    captulo anterior. Ciertamente un exorcista como el P. Cacostumbrado durante 36 aos a hablar con los demonios, profun da y segura base teolgica y escriturstica, est muy para lanzar hiptesis s obre temas acerca d e los cu ales la teel pasado ha preferido decir "no sabemos", como el pecadngeles rebeldes. Sin embargo, todo lo que Dios c re siguenio un itario en virtud d el cual cad a parte influye sobre el tsombra tiene una repercusin de oscuridad sobre todo el teologa siempre ser manca, incomprensible, mientras no sa iluminar todo lo que se refiere al mundo anglico. Una cque ignora a Satans es raqutica y no podr comprender ede la redencin.

    En nuestro discurso partimos nuevamente de Cristo, cun iverso. Todo fue hec ho por El y para El: en los c ielos (sobre la tierra (el mundo sensible con el hombre a la cabezbello hablar slo de Cristo; pero sera contra todas sus enscontra su obra. Por eso nunca llegaremos a comprenderlocritura nos habla del Reino de Dios, pero tambin d el reinons; nos habla del poder de Dios, nico creador y seor del upero nos habla tambin del poder d e las tinieblas; nos hablde Dios y de hijos del Diablo. Es imposible comprender

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    comprender la obra de Cristo aquellos que niegan la existencia y laactivsima obra del demonio? Cmo hacen para comprender elvalor de la muerte redentora de Cristo? A partir de los textos de laEscritura, el Vaticano II afirma: "Cristo con su Muerte y Resurreccin nos libr del poder de Satans" (SC 6); "Jess crucificadoy resucitado rompi el poder de Satans" (GS 2).

    Derrocado por Cristo, Satans combate contra los seguidores deEl; la lucha contra "los espritus malignos contina y durar, comodice el Seor, hasta el ltimo da" (GS 37). En este tiempo todohombre es puesto en estado de lucha, y la vida en la tierra es unaprueba de fidelidad a Dios. Por eso, "los fieles deben esforzarse porestar firmes contra los embates del demonio y hacerles frente en elda malo... Antes de reinar con Cristo glorioso, terminado el nicoplazo de nuestra vida terrena (no existe otra prueba!), todos deberemos comparecer ante el tribunal de Cristo para dar cuenta cadauno de lo que hizo en su vida mortal, bueno o malo; y al final delmun do s e levantarn: los que han hecho el bien para la resurrecc inde vida; y quienes han hecho el mal, para la resurreccin de condena" (Cf. LG 48).

    Aunque esta lucha contra Satans corresponde a todos los hombres de todos los tiempos, no hay duda de que en ciertas pocas dela historia el poder de Satans se siente con ms fuerza, por lo menosen lo que concierne a lo comunitario y los pecados de masa. Porejemplo, mis estudios sobre la decadencia del imperio romano mehicieron poner de relieve el decaimiento moral de aquella poca. Fiele inspirado testimonio de ello es la Carta de Pablo a los romanos.Ahora nos encontramos en el mismo nivel, tambin debido al maluso d e los medios d e comunicacin d e masas (en s mismos buenos),adems al materialismo y el consumismo, que han envenenado elmundo occidental. Creo que una profeca sobre este especial ataquedemonaco fue recibida por Len XIII despus de una visin quepresentamos como apndice del captulo.

    De qu m anera el demonio se opone a Dios y al Salvador? Qu eriendo para s el culto debido al Seor y remedand o las ins tituc ionescristianas. Por eso es anticristo y anti-iglesia. Contra la Encarnacindel Verbo que redimi al hombre hacindose hombre, Satans se vale de la idolatra del sexo, que degrada el cuerpo hu mano hacindoloinstrumento de pecado. Adems, remedando el culto divino, tienesus iglesias, su culto, sus consagrados (a menudo con pactos de sangre),sus adoradores, los seguidores de sus promesas. As como

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    Cristo dio particulares poderes a su s apstoles y a sus suc edenados al bien de las almas y de los cuerpos, tambin Sapoderes especiales a sus secuaces, ordenados a la ruina dey a las enfermedades d e los c uerpos. Reflexionaremos acertos poderes cuando hablemos de los maleficios.

    Una alusin ms sobre una materia que merecera un ptratado: as como es errneo n egar la existencia d e Satans,mente errneo, segn la opinin ms comn , afirmar la exisotras fuerzas o entidades espirituales ignoradas por la Bibventadas por los espiritistas, por los cultivadores de las exticas u ocultas, por los seguidores de la reencarnacinsostenedores de las as l lamadas "almas vagantes". No espritus buenos fuera de los ngeles; tampoco existen esplos fuera d e los demon ios. Las almas de los difuntos van dparaso, o al infierno, o al purgatorio, como fue definidoconcilios (Lyon y Florencia). Los difuntos que se presentsesiones espiritistas, o las almas de difuntos presentes en vientes para atormentarlos, no son ms que d emonios. Las excepciones, permitidas por Dios, son excepciones que conregla. Aunque reconocemos que en este campo no se ha ltima palabra; es un terreno todava con problemticas abmismo P. La Gra habla de varias experiencias vividas poalmas de muertos en poder del demonio y ha avanzado alptesis de explicacin. Repito: es un terreno todava por efondo; me propongo hacerlo en otra oportunidad.

    Algunos se maravillan de la posibilidad que tienen los dde tentar al hombre o inclusive de poseer su cuerpo (nunca no ser que el hombre se la entregue libremente), a travposesin o de la vejacin. Haremos bien en recordar lo quApocalipsis (12, 7 ss.): "Y se entabl una batalla en el cieloy sus n geles c ombatieron con la Serpiente. Tambin la Sesus ngeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubocielo lugar para ellos. Fue arrojada la gran Serpiente, la Santigua, el llamado Diablo y Satans... Fue arrojada a la tiengeles fueron arrojados con ella... Cuando la Serpiente viba sido arrojada a la tierra, persigui a la Mujer que habluz al Hijo varn (es clarsimo que se trata de la Santsimapero los esfuerzos de la Serpiente fueron vanos); entonceshacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan ldamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jess".

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    Entre los muchos discursos de Juan Pablo II sobre Satans,presento un trozo de lo que dijo el 24 de mayo de 1987 en su visitaal santuario de san Miguel Arcngel: "Esta lucha contra el demonio,que caracteriza al Arcngel san Miguel, es actual tambin hoy, porque el demon io est siempre vivo y operante en el mun do. En efecto,el mal que existe en l, el desorden que se presenta en la sociedad,la incoherencia d el hombre, la ruptura in terior de que es vctima, n oson solamente las consecuencias del pecado original, sino tambinefecto de la accin infestadora y tenebrosa de Satans".

    La ltima frase es una clara referencia a la condena de Dios a laSerpiente, como se nos narra en el Gnesis (3, 15): "Enemistadpondr entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje: l te pisar lacabeza mientras acechas t su calcaar". Est ya el demonio en elinfierno? Cundo tuvo lugar la lucha entre los ngeles y los demonios? Son interrogantes a los cuales no puede responderse sin tener en cuenta por lo menos dos factores: que estar en el infierno ono es ms cuestin de estado que de lugar. Angeles y demonios sonespritus puros; para ellos la palabra "lugar" tiene diverso sentidoque para nosotros. Lo mismo vale en cu anto a la dimens in del tiempo: para los espritus es diversa que para nosotros.

    El Apocalipsis nos dice que los demonios fueron precipitados en

    la tierra; su condenacin definitiva no ha tenido lugar todava, aunque es irreversible la opcin hecha, que ha distinguid o a los n gelesde los demon ios. Por tanto conservan todava un pod er permitido porDios aunque es "por breve tiempo". Por esto apostrofan a Jess:"Has venid o aqu para atormentarnos antes de tiempo?" (Mt 8, 29).El juez nico es Cristo, que asociar a s al Cuerpo Mstico. As seentiende la expresin d e Pablo: "N o sabis que nosotros juzgaremo sa los ngeles?" (ICo 6, 3). Por este poder que todava conservan espor lo que los end emoniados de Gerasa, dirigind ose a Cristo, "le suplicaban que no les mandara irse al abismo..., sino que les permitieraentrar en los puerc os" (Le 8, 31-32). Cuando un dem onio sale de u napersona y es precipitado en el infierno, es para l como una muerte

    definitiva. Por eso se opone a ello todo lo que puede. Pero deberpagar los sufrimientos que causa a las personas con un aumento depena eterna. San Pedro es muy claro cuando afirma que el juiciodefinitivo sobre los demonios no ha sido pronunciado todava, yescribe: "Dios no perdon a los ngeles que pecaron, sino que, precipitndolos en los abismos ten ebrosos del Trtaro, los entreg paraser custodiados hasta el juicio" (2P 2, 4). Tambin los ngelestendrn un aumento de gloria por el bien que nos hacen; por eso esmuy til invocarlos.

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    Cules son los disturbios que el demonio puede cauhombres mientras viven? No es fcil encontrar escritos soma, quiz por falta de un lenguaje comn en el que todosacu erdo. Me esfuerzo ahora por especificar el sentido d e laque utilizo aqu y en el resto del libro.

    Hay unaaccin ordinaria del demonio, que se dirige a todos hombres: la de tentarlos para el mal. Tambin Jess aceptcondicin humana dejndose tentar por Satans. No nos oahora de esta nefasta accin diablica, no porque no sea imsino porque n uestro objetivo es ilumin ar laaccin extraordinaria deSatans, la que Dios le permite slo en determinados caso

    Esta segunda accin puede clasificarse de cinco formas1- Los sufrimientos fsicos causad os por Satans externamente.

    Se trata de aquellos fenmenos que leemos en muchas santos. Sabemos c mo san Pablo de la Cruz, el santo cu ra P. Po y muchos otros santos, fueron golpeados, flageladrreados, apaleados por demonios. Es una forma sobre la qdetengo porque en estos casos nun ca ha habido un influjo demonio en las personas golpeadas y nunca hubo necesidacismos. A lo sumo intervino la oracin de personas que e

    corriente de lo que suceda. Prefiero detenerme en las otrformas, que interesan directamente a los exorcistas.2- La posesin diablica. Es el tormento ms grave y tiene lu

    cu ando el demonio se posesiona de u n c uerpo (no de un ahacerlo actuar o hablar como l quiere, sin que la vctima psistirse, y por tanto, sin que sea respon sable m oralmente deta forma es tambin la que se presta a fenmenos ms especcomo los puestos en escena en la pelcula "El exorcista", osignos ms vistosos indicados en el Ritual: hablar lenguamostrar una fuerza excepcional, revelar cosas ocultas. Tenclaro ejemplo evanglico en el endemoniado de Gerasa. Pequedar bien claro que existe toda una gama de posesiones dcon grandes diferencias en su gravedad y en sus sntomasgrave error qued arse en un n ico mod elo. Entre los muchoscizado a dos personas afectadas de posesin total; durantecismo permanecan perfectamente mudas e inmviles. Povarios ejemplos con fenomenologas muy diversas.

    3- La vejacin diablica, es decir disturbios y enfermedades, mgraves o poco graves, que llegan a la posesin, a la prdida cimiento, a realizar acciones o pronunciar palabras de las

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    APNDICE

    La visin diablica de Len XIII

    Muchos de nosotros recordamos cmo antes de la refotrgica debida al Concilio Vaticano II, el celebrante y los ponan de rodillas al final de la misa para recitar una oracVirgen y otra a san Miguel arcngel. Traemos el texto de ema porque es un a bella oracin que pu ede ser recitada por tfruto:

    - "San Migu el Arcn gel, defind enos en la batalla; s auxilio contra las maldades e insidias del demonio. Te suque el Seor te lo ordene! Y t, prncipe de las milicias cecon el poder recibido de Dios, arroja en el infierno a Sattodos los dems espritus malignos qu e merodean por el mula perdicin de las almas".

    Cmo naci esta oracin? Transcribo lo que public la

    Ephemerides Liturgicae en 1955, pp. 58-59.El P. Domenico Pechenino escribe: "No recuerdo el aoUna maana el gran pontfice Len XIII haba celebrado lestaba asistiendo a otra, de accin de gracias, como de coEn determinado momento lo vieron girar enrgicamente lay luego fijar la vista intensamente en algo por encima de ldel celebrante. Miraba fijamente sin mover los prpados,expresin d e terror y de admiracin, cambian do d e colory expresin.Algo extrao, grande, le estaba sucediendo".

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    "Finalmente, como volviendo en s, dando un ligero pero enrgicomanotazo, se levanta. Lo vieron dirigirse a su estudio privado. Losfamiliares lo siguieron con premura y ansiedad. Le dijeron en vozbaja:Santo Padre, no se siente bien? Necesita algo? Respondi:Nada, nada. Despus de una media hora llam al secretario de laCongregacin de ritos, y, le entreg un oficio, le orden imprimirloy enviarlo a todos los obispos del mu nd o. Qu conten a? La oracinque recitamos con el pueblo al final de la misa, con la splica a Mara y la ardiente invoc acin al prncipe d e las milicias celestiales, implorando a Dios que arroje a Satans en el infierno".

    En aquel escrito se ordenaba tambin recitar estas oraciones derodillas. Todo lo dicho arriba, que haba sido publicado tambin enel diarioLa Settimana del Clero, el 30 de marzo de 1947, no cita lasfuentes de don de se tom la noticia. Pero resulta ins lito el modo como se orden recitar esta oracin qu e se envi a los obispos en 1886.En confirmacin de lo escrito por el P. Pechenno tenemos el autorizado testimonio del cardenal asalli Rocca, quien, en suCarta pastoral para la Cuaresma, emanada en Bolonia en 1946, escribe: "LenXIII escribi l mismo aquella oracin. La frase (los d emonios )q uemerodean por el mundo para perdicin de las almas tiene una explicacin histrica, que muchas veces nos refiri su secretario particular, monseor Rinaldo Angeli. Len tuvo realmente la visin delos espritus infernales que se arremolinaban sobre la ciudad eterna(Roma); y de aquella experiencia vino la oracin que orden recitaren toda la Iglesia. Esta oracin la recitaba l con voz vibrante y potente: la omos muchas veces en la baslica vaticana. No slo esto,sino que escribi de su propia mano un exorcismo especial contenidoen el Ritual romano (edicin 1954, tt. XII, c. III, p. 863ss.). Estosexorcism os los recomen daba l a los obispos y a los sacerdotes paraque los recitaran con frecuencia en sus dicesis y parroquias. El losrecitaba con mucha frecuencia durante todo el da".

    Es igualmente interesante tener en cuenta otro hecho que enriquece an ms el valor de aquellas preces que se recitaban despusde cada misa. Po XI quiso que al recitar estas oraciones se tuvierauna particular intencin por Rusia (alocuc in del 30 de jun io de1930). En esa alocucin, despus de haber recordado las oracionespor Rusia a que haba invitado tambin a todos los fieles con ocasinde la fiesta del Patriarca san Jos (19 de marzo de 1930), y despusde haber recordado la persecucin religiosa en Rusia, concluye as:

    "Y para que todos puedan sin cansanc io e incomodidad continuaren esta santa cruzada, establecemos que las preces que nuestro

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    antecesor d e feliz memoria, Len XIII ord en qu e sacerdoterecitaran despus de la misa, se digan por esta particular ia saber, por Rusia. De lo cual los obispos y el clero secular cuiden de mantener informados a su pueblo y a cuantos esentes en el santo sacrificio, y no dejen de estrselo recordfrecuencia" ("Civilit Cattolica", 1930, Vol. III).

    Como se ve, la tremenda presencia de Satans ha sido tecu enta con muc ha claridad por parte de los Pontfices; y laaadida por Po XI tocaba el centro de las falsas doctrinminadas en nuestro siglo y que siguen envenenando la vipueblos, y de los telogos mism os. Si las disposic iones d e han sido observadas, es por culpa de aquellos a quienes sconfiado; ciertamente se integraban bien con los acon tecimrismticos que el Seor haba dado a la humanidad a travapariciones de Ftima, aunqu e fueron ind ependientes d e ellera todava desconocida en el mundo.

    Los dones de Satans

    Tambin Satans da poderes a sus devotos. A veces, cotntico mentiroso que es l, los destinatarios de tales pocomprenden de inmediato la proveniencia de los mismoquieren comprenderla, demasiado contentos con estos dotuitos. As puede suceder que una persona tenga un don de otros con slo ponerse delante de una hoja de papel en bluna pluma en la mano, escriben espontneamente pginas de mensajes; otros tienen la sensacin de que pueden dupque una parte de su ser puede penetrar en casas y en lugarlejanos; es muy comn que algunos sientan "una voz" quepuede sugerir oraciones y a veces otras cosas.

    Podra continuar la lista. Cul es la fuente de estos doticulares? Son carismas del Espritu Santo? Son regalosveniencia diablica? Se trata simplemente de fenmenos quicos ? Es preciso un estud io o un d iscernimien to hecho pocompetentes para establecer la verdad. Cuando san Pablo eTiatira, era seguido continuamente por una esclava que tende adivinar y con este don prod uc a muc ho dinero a sus patro era un don de origen diablico, que desapareci sbitampus de que san Pablo expuls el espritu maligno (Hch 16

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    A ttulo de ejemplo presentamos algunos trozos de un testimoniofirmado por "Erasmo de Bari" y publicado en"Rinnov amento delloSpirito Santo", septiembre de 1987. Las observaciones entre parntesis son nuestras.

    "Hace u nos aos, tuve la experienc ia del jueg o del vaso, sin saberque se trataba de una forma de espiritismo. Los mensajes tenan unlenguaje depaz y fraternidad (ntese cmo el demonio sabe enmascararse bajo apariencias de bien). Despus de algn tiempo fuiinvestido de extraas facultades precisamente en Lourdes, mientras

    cumpla mi misin (tambin esta circunstancia es digna de tenerseen cuenta: no existen lugares, por ms sagrados que sean, donde eldemonio no pueda introducirse)".

    "Tena yo las mismas facu ltades que en parapsicologa se d efinencomo extrasensoriales, a saber: clarividencia, lectura del pensamiento, diagnosis clnicas, lectura del corazn y de la vida de laspersonas tanto vivas como difuntas, y otros poderes. Algunos mesesms tarde me vino u na facultad ms: la de anular el dolor fsico conla imposicin de las manos, aliviando o eliminando el estado de sufrimiento: Era quizs la llamada pran oterapia?".

    "Ton todos estos poderes no me era difcil hablar con la gente;pero despus de los encuentros las personas quedaban chocadas conlo que yo deca, y quedaban con una profunda turbacin porque yolas condenaba por los pecados cometidos, segn lo vea yo en susestados de nimo. Pero leyendo la Palabra de Dios, me daba cuentade que mi vida no haba cambiado en nada. Yo segua siendo fcilpara la ira, lento para el perdn, fcil para el resentimiento, susceptible a la ofensa. Yo tema tomar mi cruz, me daba miedo de la incgnita del futuro y de la muerte".

    "Despus de una larga peregrinacin y tormentosos trabajos, Jess me condujo a la Renovacin. Aqu encontr algunos hermanosque oraron sobre m, y sal de lo que me estaba sucediendo, que no

    era de origen divino sino fruto del maligno. Puedo atestiguar que viel poder del nombre de Jess. Reconoc y confes mis pecados delpasado, me arrepent, renunci a toda prctica oculta. Estos poderescesaron y fui perdonado por Dios; y por esto le doy gracias".

    No olvidemos que tambin la Biblia nos da ejemplos de hechosextraordinarios, id nticos, realizados por Dios y por el dem onio. Algunos prodigios que Moiss realiza por orden de Dios delante delFaran, son realizados tambin por los magos de la corte. He aqupor qu el hecho en s mismo, tomado aisladamente, no es suficiente

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    para manifestarnos la causa cuando se trata de fenmenostipo.

    Adems, con frecuencia las personas afectadas por dimalficos tienen "sensibilidades" particulares: captan sbituna persona tiene negatividad, prevn eventos futuros, a veuna fuerte tendencia a querer imponer las manos a ppsquicamente frgiles. Otras veces tienen la impresin dinfluir en los acontecimientos del prjimo, augurando male

    malicia que sienten en s mismos casi con prepotencia. He hay que oponerse y vencer todas estas tendencias para poda la curacin.

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    LOS EXORCISMOS

    "Estas son las seales que acompaarn a los que creannombre expulsarn demonios..." (Me 16, 17): este poder qdio a todos los creyentes conserva su plena validez. Es unneral, basado en la fe y en la oracin. Puede ser ejercido

    uno o por la comunidad. Siempre es posible y no requiereautorizacin. Pero precisemos el lenguaje: en este caso seoraciones de liberacin, no de exorcismos.

    La Iglesia, para dar mayor eficacia a este poder dado poy para salvaguardar a los fieles d e embus teros y magos, inssacramental especial, el exorcismo, que puede ser adminiclusivamente por obispos o por sacerdotes (por tanto,nunca porlaicos) que han recibido del obispo una licencia especfica As lo establece el Derecho Cannico (Can. 1172) que nostambin cmo los sacramentales se apoyan en la fuerzapetracin de la Iglesia, a diferencia de las oraciones priva

    1166), y cmo stos deben ser administrados observanddosamente los ritos y las frmulas aprobadas por la Igle1167).

    Por consiguiente slo al sacerdote autorizado, adems dexorcizante (ojal los hubiera!) corresponde el n ombre deMu chos sac erdotes y laicos, se llaman exorcistas sin serlo.dicen que hacen exorcismos cuand o simplemente hacen orliberacin, si no es pura y simple magia...Exorcismo es slo el sacramental instituido por la Iglesia. Me parecen equ vocas y desviad

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    P l di h t d i h ldifcil y largo Es n ecesaria la colaboracin de los ind ividu

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    Por lo dicho se entender cuan necio es esperar para hacer elexorcismo a que haya signos seguros de posesin; y es, adems, frutode total inexperienc ia el esperar antes d e los exorcismos a aquel tipode signos que la mayora de las veces se manifiesta solamentedurante los exorcismos o despus de los mismos, o despus de todauna serie de exorcismos. He tenido casos en que han sido necesariosaos de exorcismos para que el mal se manifestara con toda su gravedad. Es intil querer reducir la casustica en este campo a mod elosestndar. Quien tiene ms experiencia conoce con seguridad lasformas ms diversas de manifestaciones demonacas. Por ejemplo:me ha suced ido, y a todos los exorcistas que he interpelado tambin,un hecho significativo. Los tres signos sealados por el Ritual c omosntomas de posesin:hablar lenguas desconocidas, poseer unafuerza sobrehuman a, conocer cosas ocultas, siempre se han manifestadodurante los exorcismos y nunca antes. Habra sido de tontos pretender qu e se verificaran aquellos signos an tes para poder proceder a los exorcismos.

    Adem s, no siempre se llega a un diagnstico c ierto. Puede habercasos frente a los cuales uno se quede perplejo. Tambin porque, yson los casos m s difciles, a veces se encu entra un o frente a sujetosque tienen simu ltneamente males psquicos e influencias malficas.

    En estos casos es muy til que el exorcista sea ayudado por un psiquiatra. Muchas veces el P. Cndido llam al profesor Mariani, director de una conocida clnica romana de enfermedades mentales, aasistir a sus exorcismos. Y otras veces fue el profesor Mariani quieninvit al P. Cndido en la clnica por l dirigida, para estudiar yeventualmente ayudar en determinados casos de sus pacientes.

    Me hacen rer ciertos sabiondos telogos modernos que afirmancomo una gran novedad el hecho de que ciertas enfermedadesmentales pueden confundirse con la posesin diablica. Y tambinciertos psiquiatras o parapsiclogos creen haber d escu bierto el aguatibia con tales afirmaciones. Si fueran un poco ms instruidos, sabranque los primeros expertos en poner en guardia contra este posibleerror han sido las autoridades eclesisticas. Desde 1583, en losdecretos del Snodo de Reims, la Iglesia llam la atencin sobre esteposible equvoco, afirmando que algunas formas de sospechosaposesin diablica podan ser simplemente enfermedades mentales.Pero entonces la psiquiatra ni siquiera haba nacido y los telogosle crean al Evangelio.

    Adems del diagnstico, el exorcismo tiene finalidad cu rativa, deliberar al paciente. Y aqu comienza un camino que a menudo es

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    difcil y largo. Es n ecesaria la colaboracin de los ind ividumuchas veces estn impedidos para hacerlo: deben orar mulogran hacerlo; deben acercarse con frecuencia a los sacramuchas veces no lo hacen; tambin para ir al exorcista a rsacramental deben a veces superar impedimentos que parecerables. Por eso necesitan s er ayud ados m uc ho, pero en la mlos casos, por el contrario, no son comprendidos por nadie

    Cunto tiempo se necesita para liberar a un afectado pomonio? Esta es una pregunta que nadie sabe responder. Qu

    es el Seor, y l acta con entera libertad, aunque ciertameen c uenta las oraciones, espec ialmente las dirigidas por la ide la Iglesia. En general, podemos decir que el tiempo rdepende de la fuerza inicial de la posesin diablica y detranscu rrido entre sta y el exorcismo. Me ha suc edido el cnia de 14 aos, afectada unos das antes, que pareca pateaba, morda, araaba. Bast un c uarto de hora de exorcliberarla completamente; en un primer momento estaba ttierra como mu erta, tanto que me hizo recordar el episodio een que Jess liber a aquel joven a quien los apstoles nlogrado liberar. Despus de pocos minutos se repuso y corpatio jugand o con un hermanito suyo.

    Pero los casos as son rarsimos y tienen lugar cuando vencin malfica es muy leve. La mayora de las veces el t iene que vrselas con situaciones pesadas. Porque hoy piensa en el exorcista. Presento un caso tpico. Un nio msignos extraos; los padres no le prestan atencin, noimportancia, pensando que al crecer todo se normalizar. porque los sntomas inicialmente son leves. Despus, al los fenmen os, los padres comienzan a ir a los mdic os: endespus de otro, siempre sin resultados. Vino a verme una de 17 aos que ya haba visitado las principales clnicas dPor consejo de un amigo o sabelotodo, le haba nacido la de que no se trataba de un mal debido a causas naturales, a un mago. Desde este momento el dao inicial se decuplcasualmente , despus de quin sabe qu sugerencia (cdebido a sacerdotes. . .) , recurri al exorcista. Pero muchhaban pasado, y el mal se haba arraigado. Precisamente eexorcism o habla de "desarraigar y poner en fuga" al dem onte estado, se requieren muchos exorcismos, frecuentemenaos,y no siempre se llega a la liberacin.

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    Pero repito: los tiempos son de Dios A da m cho la fe del d l f

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    Pero repito: los tiempos son de Dios. Ayuda mucho la fe delexorcista y la fe del exorcizado; ayud an las oraciones d el interesado,de su familia, de otros (hermanas de clausura, comunidadesparroquiales, grupos de oracin, en especial aquellos grupos quehacen oraciones de liberacin); ayuda m uc hsimo el uso d e los sacramentales apropiados, usados oportunamente para los fines indicadospor las oraciones de bendicin: agua exorcizada o por lo menosbendita, leo exorcizado, sal exorcizada. Para exorcizar el agua,leo, sal, no se necesita un ex orcista, sino que basta cualquier sacerdote. Pero es preciso buscar uno que crea en esto y que sepa que enel Ritual existen estas bendiciones especficas. Los sacerdotes quesaben estas cosas son bichos raros; la mayora no los conocen y seren en la cara de qu ien las pide. Volveremos a hablar de estos sacramentales.

    Es de mucha importancia la frecuencia de los sacramentos y unaconducta de vida conforme con el Evangelio. Se toca con la mano elpoder del rosario, y en general, del recurso a Mara Virgen; mu y poderosa es la intercesin d e los ngeles y de los san tos; tilsimas lasperegrinaciones a los santuarios, que con frecuencia son los lugaresescogidos por Dios para la liberacin preparada por los exorcismos.Dios nos ha dado sobreabundancia de medios de gracia: depende denosotros el hacer uso de ellos. Cuando los evangelios narran lastentaciones d e Cristo debidas a Satans, nos d icen c mo Jess rebataal demonio con una frase de la Biblia. La Palabra de Dios es de graneficacia; y es de gran eficacia la oracin de alabanza, tanto la espontnea como, en especial, la oracin bblica: los salmos y los cn ticosde alabanza a Dios.

    Con todo esto, la eficacia de los exorcismos impone al exorcistamucha humildad, porque lo hace experimentar su nada: quien actaes Dios. Y somete, tanto al exorcista como al exorcizado, a duraspruebas de d esaliento: los frutos sens ibles son a men ud o lentos y fatigosos. En compensacin se tocan con la mano grandes frutos espirituales que ayud an en parte a comprend er por qu el Seor permiteestas d olorossimas pruebas. Se avanza en la oscu ridad de la fe, peroconscientes de caminar hacia la luz verdadera.

    Aado la importancia protectora de las imgenes sagradas, tantosobre la persona, como en los lugares: sobre la puerta de la casa, enlas alcobas, en el comedor o en el lugar en que ms comnmente serene la familia. La imagen sagrada recuerda no la idea pagana deun talismn, sino el concepto de imitacin de la figura representada

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    y de la proteccin que se invoca. Hoy con frecuencia me sentro en casas en donde sobre la puerta de entrada campeacuerno rojo y al recorrer los cuartos, encuentro muy poqugenes religiosas. Es un grave error. Recordemos el ejemplBernardino de Siena, quien, en conclusin y como recuermisiones populares, convenca a las familias de que pusiela puerta de la casa un medalln con la sigla del nombre(JHS,es decir: Jess hominum salvator, Jess, salvador hombres).

    He experimentado muchas veces la eficacia de las medacuelgan al cu ello con fe. Si hablramos solamente de la melagrosa, difundida por el mundo en muchos millones de edespus de las apariciones de la Virgen a santa Catalina (que tuvieron lugar en Pars en 1830), y si hablramos d e lprodigiosas obtenidas por aquella simple medallita, no acanunca. Varios libros tratan expresamente de ella.

    Uno de los episodios ms conocidos de posesin diablitado en varios libros por la documentacin histricamenque nos han transmitido los hechos, es el relativo a los dos Burner, de lllfurt (Alsacia), que fueron liberados con una

    exorcismos en 1869. Pues bien, un da, entre los muchosvejmenes del demonio, se deba daar el carruaje que traal exorcista acompaado deu n .obispo y una religiosa. Pero el dmonio no pudo llevar a cabo su propsito, porque en el mopartir, le fue d ada al cochero u na m edalla de san Benito c omcin, y el cochero la haba guardado devotamente en su bo

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    LOS AFLIGIDOS POR EL MALIGNO

    Una pregunta que se me hace frecuen temente es si son muafligidos por el maligno. Aqu me parece que se pued e citar ldel jesuita francs Tonqudec, conocido exorcista: "Hay dsimo nmero de desdichados que, aunque no presentan posesin diablica, recurren al ministerio del exorcista pararados de sus padecimientos: enfermedades rebeldes, advedesgracias de todo gnero. Los endemoniados son muy rarestos desdichados son una legin".

    Es una observacin ciertamente vlida si se considera diferencia en tre los verdaderos afectados y los que piden u nsegura al exorcista, para sobreponerse a sus desventuras... es necesario tener en cuen ta muc hos factores n uevos que ncuando escriba el P. Tonqudec. Y por estos factores sostengo experiencia directa de que el nmero de los afectadomentado grandemente.

    Un primer factor es la situacin del mundo consumista den te, en dond e el sentido materialista y hedonista de la vicho perder la fe a muc hos. Creo que, sobre todo en Italia, uparte de culpa la tienen el comunismo y el socialismo, qudoctrinas marxistas han dominado en estos aos la culturacacin, los espectculos. En Roma se calcu la que a la misa asiste a lo sum o el 1.8% d e los habitantes. Es un hecho m atdonde decae la religin, crece la supersticin. De ah la

    ,, especialmente entre los jvenes, de las prcticas del esp

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    magia, ocultismo. Se aaden adems el yoga, el zen, la meditacinh h i h i tid i i

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    ag a, ocu t s o. Se a ade ade s e yoga, e e , a ed tac trascendental: todas ests prcticas estn fundadas en la reencarnacin, en la disolucin de la persona humana en la divinidad, o endoctrinas inaceptables para un cristiano. Y no hay que ir a la Indiapara ponerse en la escuela de un gur: se los encuentra en la puertade la casa; a menudo con estos mtodos de apariencia inocua, se llega a estados d e aluc inacin o de esquizofrenia. A dase a esto la difusin de las sectas como mancha de aceite, muchas de ellas con unclaro sello satnico.

    La magia y el espiritismo se ensean en varios canales de televisin. Se encu entran libros sobre esto hasta en los kioskos don de sevenden las revistas. El material para la magia se difunde por elsistema de ventas por correspondencia. Tambin hay varias series dediarios y espectculos de horror, donde al sexo y a la violencia seaade un sentido de perfidia satnica. Tambin la difusin de ciertotipo de msica d e masas que agarra al pblico hasta la obsesin. Merefiero sobre todo al rock satnico. Se hace intrprete de esto PieroMantero en su folletoSotana e lo stratagemm a della coda (Ed.Segno, Udine 1988). Hablando en algunas escuelas superiores, hecomprobado de cerca la gran incidencia que tienen sobre los jvenesestos vehculos de Satans; es increble cunto se han difundido enlas escuelas su periores e inferiores las diversas formas de es piritismoy de m agia. Se trata ya de un mal generalizado hasta en los pequeoscentros.

    Tampoco puedo callar la manera como demasiados hombres deIglesia se desinteresan totalmente de estos problemas, y dejan a losfieles expu estos y sin d efensa. Opino qu e ha sido un error quitar casidel todo los exorcism os del rito del Bautismo (e inclu sive pienso quePablo VI fue de este mismo parecer); juzgo un error el haber suprimido,sin su stitucin, la oracin que se recitaba al final de cad a misa.Sobre todo juzgo una carencia imperdonable, de la que culpo a losobispos, el haber dejado que se extinguiera toda la pastoral exorcista:

    cada d icesis debera tener por lo menos a un exorcista en la catedral;debera haber uno en las iglesias ms visitadas y en los santuarios.Hoy el exorcista es visto como un ser raro, casi imposible de hallar;en cambio, su actividad tiene un valor pastoral indispensable, queapoya a la pastoral del predicador, del con fesor, de quien admin istralos dems sacramentos.

    La jerarqua catlica debe recitar fuertemente elmea culpa. Conozco a muchos obispos italianos; no conozco a ninguno que haya

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    hecho exorcismos, que haya asistido a exorcismos, que siecuadamente este problema. No dudo en repetir lo que publotro lugar: si un obispo a quien se le pide seriamente (no la de un desequilibrado), no provee personalmente o por medsacerdote delegado, comete pecado mortal de omisin. De enera nos encontramos en la situacin de haberperdido la escuela:antiguamente, el exorcista prctico instrua al neo-exorcisvolver sobre el tema.

    Ha tenido que venir el cine para despertar de nuevo el sobre el tema. Radio Vaticana entrevist el 2/2/1975 al guiola pelcula "El exorcista", William Friedkin, y al telogo Thomas Bemingan, quien actu como consultor durante laEl guionista afirm que qu iso narrar un hecho aprovechand ode una novela que, a su vez, narraba un episodio acaecidad eramente en 1949. El guionista prefiri n o pronun ciarseera o no una verdadera posesin diablica y dijo que se trun problema para los telogos y no para l.

    El padre jesuita, a la pregunta de si haba sido una de latumbradas pelculas d e terror o algo distinto, opt resueltamla segunda hiptesis. Basndose en el enorme impacto que

    pelcula sobre un pblico de todo el mundo, afirm que, aciertos detalles espectacu lares, la pelcula trataba con muc hael problema del mal. Y volvi a despertar el inters por locismos que se haba perdido.

    Cmo se puede caer en disturbios extraordinarios del dprescindo de los disturbios ordinarios, o sea de las tentacinos atacan a todos? Se pued e caer culpable o incu lpablemenlos casos. Podemos resumir los motivos en cuatro causpermisin de Dios; porque se es vctima de un maleficio;grave estado de pecado y endurecimiento en l; por el casiduo con lugares o personas malficas.

    1- P or permisin de Dios.Quede bien claro que nada sucede el permiso de Dios. Y quede igualmente claro que Dios nnunca el mal, pero lo permite cuando nosotros somos ququeremos (pues nos hizo libres) y sabe sacar el bien inclumal. El primer caso que consideramos tiene la caracterstiintervenir ninguna culpabilidad humana, sino de tratarse sintervencin diablica. As como Dios permite habitualmencin ordinaria de Satans (las tentaciones), dndonos t.gracias para resistir y sacando de ellas un bien para nos

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    somos fu ertes, tambin D ios puede permitir a veces la accin extraor-sueldo para que mate a una persona; Dios no est obligad

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    somos fu ertes, tambin D ios puede permitir a veces la accin extraordi naria de Satans (posesin o d isturbios malficos), para hacer queel hombre ejerza la humildad, la paciencia, la mortificacin.

    Podemos, por tanto, recordar dos casos que ya habamos tomadoen consideracin: cuando se da una accin externa del demonio quecausa sufrimientos fsicos (como los golpes y las flagelaciones sufridos por el santo cura de Ars o el P. Po); o cuando es permitidauna verdadera infestacin, como dijimos respecto a Job y a sanPablo.

    La vida de m uc hos santos n os presenta ejemplos de este tipo. Entre los santos d e nuestra poca, cito dos beatificados por Juan PabloII: don Calabria y sor Mara de Jess Cruc ificado (la primera rabebeatificada). En ambos casos, sin que hubiera ninguna causa humana(ni culpa de las personas afectadas, ni maleficios hechos por otros),ha habido perodos d e verdadera y propia posesin diablica, en qu elos dos beatos dijeron e hicieron c osas c ontrarias a su salud, sin tenerninguna responsabilidad porque era el demonio quien actuabasirvindose de los miembros de ellos.

    2- Cuando se sufre un maleficio. Tampoco en este caso hay culpade parte de quien es vctima de este mal; pero hay un concurso

    humano, o sea, hay culpa humana de parte de quien hace o de quienordena a un mago el maleficio. Hablaremos d e esto ms ampliamenteen un captulo aparte. Aqu me limito a decir que elmaleficio es hacer dao a otros mediante la intervencin del demonio.Puede serllevado a cabo de muchos modos: ligadura, mal de ojo, maldicin...Pero digamos de una vez que el modo ms usado es el de la hechicera; y afirmo adems que el hechizo es la causa ms frecuenteque enc ontramos en aquellos que son afectados por la posesin o porotros disturbios malficos. No puedo entender cmo pueden justificarse aquellos eclesisticos qu e dicen no creer en las hechic eras;y menos an puedo explicarme cmo pueden defender a sus fieles sillegan afectados por estos males.

    Alguien se maravilla de que Dios pueda permitir estas cosas.Dios nos ha creado libres y nun ca reniega d e sus criaturas ni siquierade las ms perversas; pues al final pedir cu entas y da a cad a un o loque se ha merecido, porque cada uno ser juzgado segn sus obras.Entretanto podemos us ar bien de n uestra libertad y tendrem os m ritode ello; o usar mal y entonces tendremos culpa. Podemos ayudar alos dems y podemos hacerles dao con muchsimas formas de atropello. Para citar una de las ms graves: puedo pagar a un asesino a

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    p q p ; gpedirlo. As puedo pagar a un mago, a un hechicero para qun maleficio contra una persona; tampoco en este caso esobligado a impedirlo, aunque d e hecho mu chas veces lo impejemplo, quien vive en gracia de Dios, quien ora ms intensest mucho ms salvaguardado que quien no es practicantean, que quien vive habitualmente en estado de pecado.

    Finalmente aadamos algo que repetiremos a su tiempo: ede las hechiceras y de los dems maleficios es el paraso debaucadores. Los casos verdaderos son una pequesima pren relacin con las falsedades que reinan en este sector. Estadems de prestarse con gran facilidad para los embustes, tambin muchsimo para las sugestiones, las extravaganciamentes dbiles. Por eso es importante qu e el exorcista est enpero que tambin lo estn todas las personas de buen juicio

    3- Ahora llegamos a dos causas que, lamentablemente, tiempos que vivimos van en aumento, por lo cual est crecnmero de las personas golpeadas por el demonio. En la laprimera causa o la causa bsica essiempre la falta de fe. Mientrasms falta la fe, ms aumenta la supersticin; es un hecho, pocirlo, matemtico. Pero pasemos a lasegunda causa: un graveestado de pecado y de endurecimiento en el mismo.Creo que elEvangelio nos presenta un ejemplo emblemtico en la fiJudas. Era ladrn; quin sabe cuntos esfuerzos hizo Jeamonestarlo y corregirlo, y recibi slo rechazo y endu recimel vicio. Hasta que lleg al colmo: "Qu me queris dar entregar? Y pactaron treinta monedas de plata" (Mt 26, 15leemos aquella frase tremenda, durante la ltima cena: "Y ... entr en l Satans" (Jn 13, 27). No hay duda de que se una autntica posesin diablica.

    En el estado actual de desintegracin de las familias, hcasos en qu e las personas afectadas vivan estados matrimosordenados, con el agravante de otras culpas; me llegaronque muchas veces haban cometido el delito del aborto, adotras faltas; he tenido casos d e personas qu e, adems de persexuales aberrantes, cometan faltas de violencia; y he tenicasos de homosexuales que se drogaban y caan en otros prelacionados c on la droga. En todos estos c asos, me parece decirlo, el camino de la curacin comienza por una sincversin.

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    4- Visita a lugares o personas malficas. Con esta expresin he y el sentido de los lmites de su ciencia y saben honestam

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    4 Visita a lugares o personas malficas. Con esta expresin hequerido referirme a la prctica o asistencia a sesiones espiritistas, demagia, a cultos satnicos o sectas satnicas (qu e tienen su cu lmen enlas misas negras), a prcticas de ocultismo... Visitar a magos, hechiceros; ciertos cartomantes. Todas stas son formas que exponenal peligro de incurrir en un maleficio. Tanto ms cuando se quierecontraer un vnculo con Satans: existe la consagracin a Satans, elpacto de sangre con Satans, la participacin en escuelas satnicas yel nombramiento de sacerdote de Satn... Lamentablemente, de unosquinc e aos para ac se trata de formas qu e van en aum ento, diraseque es una explosin.

    En cuanto al recurso a magos y similares, presento un caso muycomn. Uno tiene un mal rebelde a todo tratamiento, o ve que todaslas cosas que empren de le salen mal; piensa qu e tiene algn maleficioque lo bloquea. Visita a un cartomante o a un mago y ste le dice:"Usted tiene una hechicera". Hasta aqu el gasto es poco y el daono existe. Pero a menudo sigue: "Si quiere que se la quite, vale unmilln", o quizs ms. En los muc hos casos que he conoc ido, la ciframxima ha sid o de 35 mil dlares aproximad amente. Si la propuestaes aceptada, el mago o el cartomante pide alguna cosa de usopersonal: una foto, una prenda ntima, un mechn de cabellos, un pelo,o un fragmento d e ua. En este momento el mal est hecho. Qu hace el mago con los objetos pedidos ? Est c laro: hace magia n egra.

    Aqu debo hacer otra aclaracin: muchos no nos creen porque saben que ciertas damitas "siempre estn en la iglesia"; o porque venel estudio de los magos tapizados de crucifijos, de estampas de laVirgen, de santicos, de retratos del P. Po. Adems les dicen: "Yoslo hago magia blanca; si me pidieran magia negra me negara". Enel uso corriente, por magia blanca se entiende el quitar las hechiceras;la magia negra es el producirlas. Pero en realidad, como no secans a de repetir el P. Cnd ido, no existe magia blanca y magia negra:slo existe la magia negra. Porque toda forma de magia es recurriral demonio. De este modo el afectado, si an tes tena un pequ eo disturbio malfico (pero tal vez no tena nada de este tipo) vuelve a casacon un verdadero y propio maleficio. Con frecuencia los exorcistastenemos que esforzarnos mucho ms para quitar la obra nefasta delos magos que para curar el disturbio inicial.

    Y agrego que muchas veces, hoy como en el pasado, la posesindiablica puede confundirse con enfermedades psquicas. Tengo engran estima a los psiquiatras que tienen la competencia profesional

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    y yconocer cuando un paciente presenta sintomatologa que ndentro del cuadro de las enfermedades cientficamente recoEl profesor Simn Morabito, psiquiatra en Brgamo, afirma tpruebas que muchos individuos, considerados enfermos pestaban en realidad posedos por Satans, y logr curarlosayuda de algunos exorcistas (ver "Gente" 1990, n. 5, pp. 10Conozco otros casos anlogos, pero deseo detenerme solamuno en particular.

    El 24 de abril de 1988 Juan Pablo II beatific al carm elita P. Francisco Palau. Es una figura muy interesante para nuestporque en los ltimos aos de su vida se dedic a los endemHaba conseguido un hospicio en donde acoga a los afectaenfermedades mentales. Los exorcizaba a todos: los que eramoniados, se curaban; los que eran enfermos qued aban com oFue muy atacado, naturalmente, por el clero. Entonces fue dos vec es; en 1886 para hablar de estos asuntos con Po IX;para obtener que el Concilio Vaticano I restableciera en la Igexorcistado como ministerio permanente. Sabemos que este fue interrumpido; pero la necesid ad de restaurar este serviciosigue siendo urgente.

    Es un hecho el que siga existiendo la dificultad para dientre un endemoniado y un enfermo psquico. Pero un eexperto es capaz de captarlo ms que un psiquiatra; porque cista tiene presentes las diversas posibilidades y sabe percelementos distintivos; el psiquiatra la mayora de las vecesen la posesin diablica y por lo mismo ni siquiera tiene ental posibilidad. Hace aos el P. Cndid o estaba exorc izando ven que, segn el psiquiatra que lo haba tratado, padeca epInvitado a asistir a un exorcismo, el mdico acept. CuanCndid o pus o la mano sobre la cabeza del joven, ste cay presa de convulsiones. "Ve, padre? Evidentemente se tepilepsia", se apresur a decir el mdic o. El P. Cnd ido se inu evamente puso la man o sobre la cabeza del joven. Este sede inm ediato y permaneci de pie, recto e inmvil. "Hacenepilpticos?", pregunt el P. Cndido. "No, nunca", repusoquiatra, evidentemen te perplejo an te aquel comportamiento.

    No hace falta decir que los exorcismos continuaron hastacin del joven, quien por aos haba sido atragantado de my tratamientos que s olamente le haban hecho d ao. Y preciu|u tocamos u n pu nto d elicad o: en los casos difciles, el di

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    o cuando el Seor lo permite para que sus luchas y persecucionesredunden en mayor provecho para sus siervos

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    redunden en mayor provecho para sus siervos.Plazca a su Majestad que temamos slo a aquello que hay que

    temer, persuadindonos de que puede venir mayor dao de un solopecado venial que no de todo el infierno; lo cual es muy cierto.

    Sabis cu ndo n os produc en espanto los demonios? Cuan do n osangustiamos por las ansias de honores, por los placeres y por lasriquezas del mund o. Entonces n osotros, amando y buscan do aquelloque deberamos aborrecer, ponemos en sus manos las armas con quepodramos defendernos y los indu cimos a combatirnos c on inmensoperjuicio nuestro. Da lstima pensarlo, porque bastara aferramos ala cruz y despreciar todas las cosas por amor de Dios, ya que eldemon io huye de estas prcticas ms que nos otros de la peste. Amigode la mentira y mentira l mismo, el demonio nunca est de acuerdocon quien camina en la verdad. Pero si ve que el intelecto estofuscado, hace cuanto puede por cegarlo del todo; y si se da cuentade que uno es tan ciego que pone su propio contento en las cosas delmundo, que son ftiles y vanas como los juegos de los nios, seconvence de que se las ha con un nio y lo trata como tal y sedivierte en asaltarlo una y muchas veces.

    Plazca a Dios que yo no sea de sos, sino que, guiada por lagracia, yo tenga por reposo lo que es reposo, por honor lo que eshonor, por placer lo que es placer, y no lo contrario. Entoncesagarrar por los cu ernos a todos los demonios, que huirn es pantad os.N o entiendo el miedo de quien grita: "Demonio! demon io!"; cu andopodra gritar: "Dios! Dios!", y llenar de espanto el infierno. "Acasono sabemos que los demonios no pueden ni siquiera moverse sin elconsentimiento de Dios? Entonces qu son esos vanos temores? Porlo que a m toca, le tengo ms miedo a aquel que tiene tanto miedoal demonio, que no al demonio mismo; porque ste no me puedehacer nada, mientras que aqullos, especialmente si son confesores,ponen al alma en desasosiego. Por su causa he pasado varios aos

    en trabajos tan graves, que todava me maravillo de haber logradosoportarlos. Bendito sea el Seor que me ha prestado su valiosaayuda".

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    EL PUNTO DE PARTIDA

    Un da me llam por telfono un obispo para recomendaexorcizara a cierta persona. Como primera respuesta le dijmismo proveyera a nombrar un exorcista. Me con test que nencon trar a un sacerdote que aceptara este servicio. Lamentesta dificultad es general. A menud o los sacerdotes no cree

    cosas;pero si el obispo les ofrece el encargo de ser exorcisparece sentir encima de ellos a los mil diablos, y se nieganveces he escrito que le molesta mucho ms al demonio quese confiese, es dec ir, arrojar de las almas al demon io mismque haya exorcismos, que es arrojarlo de los cuerpos. Y mle da rabia al demonio si se predica, porque la fe nace de lde Dios. Por eso un sacerdote que tiene el valor de predicfesar no debera tener ningn temor al ejercicio del exorci

    Len Bloy escribi palabras muy duras contra los sacerdse niegan a realizar exorcismos. Las tomo de"El Diablo" de Bal-ducci, Ed. San Pablo, p. 233: "Los sacerdotes no utilizan csu poder de exorcistas porque les falta fe y, en ltimas, tiende disgustar al demonio". Tambin esto es verdadero; muchrepresalias y olvidan que el demonio hace ya todo el maSeor le permite; con l no existen pactos de n o agresin! Yel autor: "Si los sacerdotes han perdido la fe hasta el puncreer ya en su poder de exorcistas y de no hacer uso del muna terrible desgracia, una atroz prevaricacin, en conseclo cual quedan irreparablemente abandonadas a los peores las pretendidas histricas de que estn abarrotados los ho

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    Palabras fuertes pero verdaderas. Es una traicin directa al mandatod C i

    ca haban tenido dificultades en la escuela, de repente ya nestudiar y la memoria se les redu ce a cero El Ritual presen

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    de Cristo.Vuelvo a la llamada d el obispo. Le dije con franqueza qu e, si no

    encontraba sacerdotes, estaba obligado a proveer l personalmente.O que me responda con candida ingenuidad: "Yo? No sabra pordnde empezar". Lo rebat con la frase que me dijo el P. Cndidocuand o me toc comenzar a m mismo:"Comience leyendo las instrucciones d el Ritual y recite sobre el solicitante las preces prescritas ".

    Este es el punto d e partida. El Ritual de los exorcismos comienzapresentando 21 normas que debe observar el exorcista; no importaque estas normas hayan sido escritas en 1614; son directrices llenasde sabidura que podrn completarse ulteriormente, pero que todavatienen plena vigencia. Despus de haber puesto en guardia al exorcista para que no crea fcilmente en la presencia del demonio en lapersona que se presenta, proporciona una serie de normas prcticas,ya para reconocer si se trata de un caso de verdadera posesin, yarespecto al comportamiento que debe observar el exorcista.

    Pero el desconcierto del obispo ("no sabra por dnde empezar")es justificad o. N o se improvisan exorcistas. Asign ar tal enc argo a unsacerdote, es algo as como poner en manos de una persona un tratado de c iruga y luego pretender qu e vaya a realizar cirugas. Tantascosas, demasiadas cosas, no se leen en los textos, sino que se aprenden solamente con la prctica. Por esto pens en poner por escritomis experiencias, dirigidas por la gran experiencia del P. Cndido,con la certeza de que lograr muy poco: una cosa es leer, otra es ver.Pero escribo tambin cosas que no se encuentran en ningn otrolibro.

    En realidad el punto de partida es otro. Cuando se presenta, o espresentada por familiares o amigos un a persona para ser exorcizada,se comienza con un interrogatorio cuyo objetivo es darse cuenta sihay motivos razonables para proceder al exorcismo, nica forma deconseguir un diagnstico, o si tales motivos no existen.Por esto secomienza estudian do los sntomas qu e la persona o los fam iliaresdenuncian, y sus posibles causas.

    Se comienza con los males fsicos. Los dos puntos ms frecuentemente afectados son la cabeza y el estmago, en caso de influencias malficas. Ad ems d e los males de la cabeza, agudos y refractarios a los calmantes, pu ede haber, especialmente en los jvenes ,un sbito bloqueo frente al estudio: muchachos inteligentes que nun-

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    estudiar y la memoria se les redu ce a cero. El Ritual presensignos sospechosos , las manifestaciones ms vistosas: hablatemente lenguas desconocidas o comprender las cuandobladas por otros; conocer cosas lejanas y ocultas; demosfuerza muscular sobrehumana. Como ya dije, he encontramenos de este tipo slo durante las bendiciones (siempre a los exorcismos), no antes. A menu do son denun ciados cmientos extraos o violentos. Un sntoma tpico es la aversagrado: personas que de repente dejan de orar, cuando ant

    can; que no vuelven a pisar una iglesia, con sentimientos que frecuen temente blasfeman y actan con violencia contrgenes sagradas. Casi siempre aparecen simultneamente cmientos asocales y rabiosos contra los familiares o los lugfrecuentan. Tambin se presentan cosas extraas de diverso

    Es intil decir que cuando uno se adentra en el exorcismhecho todos los exmenes y los tratamientos mdicos posiexcepciones son rarsimas. Por eso el exorcista no tiene dpara obtener el parecer del mdic o, los tratamientos hechosultados obtenidos.

    El otro punto atacado con frecuencia es la boca del esexactamente debajo del esternn. Tambin all pueden senlores punzantes y rebeldes a los tratamientos. Una caracterpica de causas m alficas s e da cuan do el mal suele trasladael estmago, a los intestinos, a los rones, a los ovarios..los mdicos comprendan sus causas y sin que se logre melos remedios.

    Hem os afirmado qu e uno de los criterios para reco nocer laposesin diablica es que las medicinas resultan ineficaces,no aslas bendicion es. Exorcic a Marcos, afectado por una fuerteHaba estado largo tiempo hospitalizado y atormentado ctamientos psiquitricos, en especial electrochoques, sin qula ms mnima reaccin . Cuan do le ordenaron el tratamiento, le suministraron para una semana somnferos que habrmido a un elefante; l no durmi nunca, ni de da ni de nominaba por la clnica con los ojos inyectad os, como u n id imente se present al exorcista y de inmediato comenzarosultados positivos.

    Tamb in la fuerza extraordinaria p uede ser un signo de posesindiablica. Un loco en el manicomio puede ser dominado

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    camisa de fuerza. Un endemon iado no; rompe todo, inc lusive cad enasde hierro como cuenta el Evangelio del endemoniado de Gerasa El

    posesos. Cuando volvi las siguientes veces, no saba decirexorcismo le haba producido algn efecto o no. Para ma

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    de hierro, como cuenta el Evangelio del endemoniado de Gerasa. ElP. Cndido me cont el caso de una muchacha flaca y aparentementedbil; durante los exorcismos era dominada a duras penas por cuatrohombres. Rompi todas las ataduras, incluso las fuertes correas decuero con que intentaron atarla. Una vez, despus de haber sidoatada con gruesos lazos a una litera de hierro, destroz en parte loshierros y en parte los dobl en ngulo recto.

    Muchas veces, el paciente (o tambin los dems, si es afectadauna familia) siente rumores extraos, pasos en el corredor, puertasque se abren y se cierran, objetos que desaparecen y despus aparecenen los lugares ms inesperados, golpes en las paredes o en los muebles.Siempre pregunto tratando de averiguar las causas, desdecundo comenzaron los trastornos, si pueden relacionarse con un hecho con creto, si el interesado ha frecuen tado sesiones espiritistas, siha ido a ver cartomantes o magos y, en caso positivo, cmo suc edieron las cosas.

    Es posible que, por sugerencia de algn conocedor, hayan sidoabiertas las almohadas o el colchn del interesado, y se hayan encontrado los objetos ms extraos: hilos coloreados, mechones decabellos, trenzas, astillas de madera o de hierro, coronas o cintasatadas en forma estrechsima, muecos, figuras de animales, grumosde sangre, piedras...; son frutos seguros de hechiceras.

    Si los resultados del interrogatorio son tales que hagan sospecharla intervencin de una causa malfica, se procede al exorcismo.

    Presento algunos casos; naturalmente en todos los episodios quereporto modifico los nombres y algn otro elemento que pudierafacilitar el reconocimiento de las personas. Vino a verme la seoraMarta, para algunas bendiciones, acompaada de su esposo. Venande lejos y con n o poco sacrificio. Desde mu chos aos atrs Marta estaba en manos de neurlogos sin ningn xito. Despus de algunaspreguntas, vi que poda proceder al exorcism o, aunqu e ya haba sidoexorcizada por otros pero sin fruto. Al comienzo cay en tierra ypareca privada del conocimiento. Mientras yo haca las oracionesintroductorias, cada momento se lamentaba: "Quiero un verdaderoexorcismo, no estas cosas!". Al comienzo del primer exorcismo, quecomienza con las palabras"Exorcizo te", se calm satisfecha; estaspalabras indudablemente le haban quedado grabadas de los exorcismos prec edentes. Lu ego comenz a lamentarse de que yo le estabahaciendo dao a los ojos. Actitudes todas que no se dan en los

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    exorcismo le haba producido algn efecto o no. Para maguridad, antes d e licenciarla definitivamente, la acompa uvisitar al P. Cnd ido: d espus d e haberle pues to la mano enza, me dijo de in mediato que all no entraba el demonio. Erapara psiquiatras, no para exorcistas.

    Pierluigi, de 14 aos, pareca demasiado grande y fornidoedad. No poda estudiar, era la desesperacin de sus macompaeros, con ninguno de los cuales lograba estar de acuro no era violento. Tena u na pecu liaridad: cu and o se senta

    rra con las piernas cru zadas (el deca que estaba "haciendo eninguna fuerza lograba levantarlo, como si se hubiera vuplomo. Despus de varios tratamientos mdicos sin resultallevado al P. Cnd ido, el cual comen z a exorcizarlo y encoverdadera posesin. Otra peculiaridad suya: no era peleadcon l la gente se pona nerviosa, gritaba, no dominaba susnervios. Un da se haba sentado con las piernas cruzaddescanso de las escaleras en el tercer piso. Los dems inquban y bajaban por las escajeras, le decan que se quitara de l no se mova. En un d eterminado m omento todos los inquedificio se encon traban en las gradas en los diversos pasilltaban y vociferaban contra Pierluigi. Alguien llam a la polpadres del m uc hacho llamaron al P. Cndido, quien lleg camo tiempo que la polica y se haba puesto a charlar con el mpara convenc erlo de qu e entrara en casa. Pero los policas (tnes fuertes) le dijeron: "Aljese, reverendo; stas son conosotros". Cuando intentaron mover a Pierluigi, no lo pudiver un milmetro. Confusos y baados en sud or, no saban qEntonces el P. Cndido les dijo: "Hagan entrar a cada unapartamento"; y al instante hubo completo silencio. Luego"Ustedes bajen un tramo de las escaleras y estn atentos". decieron. Finalmente dijo a Pierluigi: "T eres bien hbil: un a sola palabra has tenido en vilo a todos. Ahora, entra co

    casa". Lo tom de la mano y l se levant y lo sigui muy a donde lo esperaban sus padres. Con los exorcismos Pierluna buena mejora, pero no la total liberacin.

    Uno de los casos ms difciles que recuerdo es el de un por un tiempo muy conocido, que por muchos aos fue bpor el P. Cndido. Tambin yo fui a bendecirlo a su casa, dno poda moverse. Le hice el exorcismo; no dijo nada (tenmonio mudo) y no not la ms mnima reaccin. Cuando

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    tuvo una violenta reaccin. Siempre suceda as. Era anciano y fuetotalmente liberado apenas a tiempo para terminar serenamente sus

    aos.Y el diablo que estaba dentro de aquel nio comenz turrear al padre: "Esta noche us tedes trabajaron muc ho, per

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    totalmente liberado apenas a tiempo para terminar serenamente susltimas semanas de vida.

    Una m adre estaba angustiada por las extraezas que n otaba en suhiji to: en ciertos momentos resultaba con rabietas de loco,blasfemaba y luego, cuando se calmaba, no recordaba nada de estecomportamiento suyo. No oraba y nunca habra aceptado recibir labendicin de un sacerdote. Un da, mientras estaba en el trabajo, yya que como de cos tumbre haba salido vestido con su overol de mecnic o, la mad re bend ijo su ropa con la oracin apropiada d el Ritual.

    Al regresar del trabajo, el hijo se quit el overol de mecnico y sepuso su ropa sin sospechar nada. A los pocos segundos se quit furioso la ropa casi rompindola y se puso nu evamente la ropa de trabajo sin decir nada; no fue posible que volviera a utilizar la ropa bendecida, que desde entonces distingui muy bien de la dems de suguardarropa que no haba sido bendecida. Este hecho demostraba desobra la necesidad de exorcizar a aquel jovencito.

    Dos jvenes hermanos recurrieron a mis bendiciones, angustiadospor los malestares de salud y por extraos ruidos en casa, que losmolestaban sobre todo a determinadas horas de la noche. Al bendecirlos n ot leves negatividades y les di los consejos oportun os acerca

    de la frecuenc ia d e los sacramentos, la oracin in tensa, el uso d e lostres sacramentales (agua, aceite, sal exorcizados), y los invit a regresar. Del interrogatorio result que estos inconvenientes habancomenzado desde c uand o sus padres haban d ecidido tomar a su cargo al abuelo, que haba quedad o solo. Era un hom bre que blasfemabacon tinuamen te, imprecaba y maldeca a todo y a todos. El llorado P.Tomaselli deca que qu izs basta un blasfemador en casa para arruinar a toda una familia con presencias diablicas. Este caso era unaprueba de ello.

    Un mismo demonio puede estar presente en varias personas. Lania se llamaba Pina; el demon io haba anu nc iado que a la noche siguiente se ira. El P. Cndido, aunque saba que en estos casos casisiempre mienten los demon ios, se hizo ayudar por otros exorcistas ysolicit la presencia de un mdico. A veces, para tener bien sujeta ala endemoniada, la recostaban en un largo tabln; ella se retorca ycada rato se caa al suelo; pero en el ltimo mom ento d e la cada, selevantaba como si una mano la sostuviera; por esto nunca se hizodao.Despus de haber trabajado en vano toda la tarde y media noche, los exorcistas decidieron desistir. A la maana siguiente, el P.Cndido estaba exorcizando a un muchachito de unos seis o siete

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    p j , pdieron nada. Nos hemos burlado. Yo tambin estaba all!".

    Al exorcizar a una nia, el P. Cndido le pregunt al dcmo se llamaba. "Zabuln", respondi. Terminado el exomand a la nia a orar delante del sagrario. Le lleg el turnnia tambin poseda, y tambin a este demonio le pregnombre el P. Cndido. "Zabu ln", fue la respuesta. "Eres eque estaba en la otra? Quiero una seal. Te mando en nomDios,que vuelvas a la que vino primero". La nia emiti una de alarido y luego, de golpe, susurr y qued en calma. Enlos circunstantes oyeron que la otra nia, la que estaba continuaba el mismo alarido. Entonces el P. Cndido le "Vuelve ac de nuevo". De inmediato la nia presente prosalarido mientras la anterior continuaba en oracin. En ecomo ste la posesin es evidente.

    Como es evidente en ciertas respuestas acertadas, en espnios. A un nio de 11 aos el P. Cndido quiso hacerle prdifciles cuando se revel en l la presencia del demonio. rrog:"Sobre la tierra hay grandes sabios, altsimas inteligencniegan la existencia de Dios y la existencia d e ustedes. T de esto?". El nio repuso de inmediato: "Vaya inteligenciamas! Son altsimas ignorancias!". Y el P. Cndido continuintencin de referirse a los demonios: "Hay otros que n iegaconscientemente con su voluntad. Para ti qu son?". El obseso se par con furor: "Cuidado! Recuerda que nosotrmos reivindicar nuestra libertad frente a El. Le dijimos nsiempre". El exorcista le replic: "Explcamelo y dime qutiene reivindicar la propia libertad frente a Dios cuando sepEl t no eres nada, c omo yo. Es com o si en el nm ero 10 elcero quisiera emanciparse deluno. Qu llegaras a ser? Qu habrs relizado? Yo te mando en nombre de Dios: dime, qu has rede positivo? Vamos, habla". Aquel, lleno de rabia y terror, torsionaba, echaba espumarajos, lloraba en un modo terriblcebible en u n nio de 11 aos y deca: "No me hagas este No me hagas este proceso!".

    Muchos se preguntan si es posible llegar a tener la seguhablar con el demonio. En casos como ste, no queda duepisodio.

    Un da el P. Cndido exorcizaba a una muchacha de 1campesina, acostumbrada a hablar en su dialecto, por lo c

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    mal el italiano. Estaban presentes otros dos sacerdotes que, cuandoemergi la presencia d e Satans no dejaban d e hacerle pregun tas El

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    emergi la presencia d e Satans , no dejaban d e hacerle pregun tas. ElP. Cnd ido, mientras segu a recitand o las frmulas en latn, le mezcllas palabras en griego: "Calla, basta!". Sbitamente la muc hacha sevolvi hacia l: "Por qu me mandas callar? Dselo ms bien aestos dos que siguen preguntndome!".

    El P. Cndido le ha preguntado muchas veces al demonio enpersonas de cualquier edad; pero prefiere hacerles la pregunta a losnios,porque es ms evidente que dan respuestas que no estn al alcance de su edad; en esos casos es ms cierta la presencia del demonio. Un da pregunt a u na n ia de 13 aos: "Dos enemigos quedurante la vida se han odiado a muerte y terminan ambos en el infierno, qu relacin tienen entre ellos habiendo de estar los dos juntos por toda la eternidad?". Esta fue la respuesta: "Qu tonto eres!All cada uno vive replegado en s mismo y desgarrado por sus remordimientos. No existe ninguna relacin con nadie; cada cual seencuentra en la soledad ms absoluta, llorando desesperadamente elmal que ha hecho. Es como un cementerio".

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    LAS PRIMERAS "BENDICIONES"

    Es til usar un lenguaje eufemista con este tipo de pacienpre llamo a los exorcismosbendiciones; las presencias del malignouna vez comprobadas, las llamonegatividades. Y es una ventaja quelas oraciones sean en latn. Todo esto porque no se debenlenguajes alarmistas que podran ser contraproducentes

    sugestiones engaosas. Hay algunos que andan con la matienen un d emonio; se puede estar casi seguros de que no tPara su mente confusa, el hecho de recibir un exorcismconvertirse en una prueba segura de que tienen un demonse lo sacar de la cabeza. Cuando no conozco todava biensonas insisto en decir que doy una bendicin, aunque estorealizando un exorcismo; muchas veces d oy simplemente ladel Ritual de los enfermos.

    El sacramental completo comprende extensas oraciointroduccin seguidas de tres exorcismos en sentido estdiversos, complementarios, y siguen una sucesin lgica hberacin. No me importa la poca en que fueron estab(1614?); de hecho son fruto de una experiencia directa longada. Quienes los escribieron los experimentaron muypesando la repercusin que cada frase tena sobre persomoniadas. Existe una pequea laguna a la cual el P. Cndremedio inmediato; y con l tambinyo. Por ejemplo, falta una invocacin mariana. En cada uno de los tres exorcismos la hemsirvindonos de las palabras usadas en el exorcismo de LPero son pequeneces.

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    Ya dije que el exorcismo puede durar pocos minutos y varias horas.La primera vez que se exorciza a una per