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DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN AÑO V – nº 228 - 4 / 04 / 2010 1 Liturgia y vida Liturgia y vida Liturgia y vida Liturgia y vida María Magdalena y Juan fueron los primeros en creer. Sin duda, porque fueron los primeros en amar. Los padres son siempre los primeros en creer en las bondades de sus hijos, porque son los que más les aman. Es tremendo el poder y la fuerza del amor. Por eso, es importantísimo seleccionar y cuidar nuestros amores. Porque a donde nuestros amores nos llevan, allí vamos de cabeza. A María Magdalena se le había perdonado mucho, porque había amado mucho; Juan era el discípulo amado del Señor. Los dos eran discípulos por amor. Si nosotros queremos resucitar de nuestras inmensas trabas materiales, si queremos vivir como personas resucitadas, tenemos que poner a nuestro cuerpo las alas del amor al Cristo resucitado por el Dios del amor. María Magdalena corrió la primera al sepulcro, cuando aún estaba oscuro el día, y triste y oscura estaba su alma. Era el amor el que le daba luz y alas para llegar a su amado. Juan corrió más que Pedro y, en cuanto vio el sepulcro vacío, creyó en la luz y en la vida de su amado Maestro. Probablemente, a los cristianos de hoy nos falta más amor que doctrina. Queremos distinguirnos por la belleza de nuestros ritos, y está bien que nuestros ritos sean bellos. Pero lo que, de verdad, debe distinguirnos a los cristianos de los no cristianos es el amor que nos tengamos los unos a los otros y nuestro amor a todos los demás. En eso conocerán los demás que somos discípulos del Jesús Resucitado. En su primer discurso de anuncio, Pedro dice: “Me refiero a Jesús de Nazaret que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo”. No hay en el mundo algo más bueno que una buena persona. Seguro que en la hora de nuestra muerte lo que más nos gustaría que dijeran de nosotros es que habíamos sido una buena persona. Que hayamos sido más guapos o más feos, más listos o menos listos, seguramente no habrá dependido tanto de nuestros méritos personales; pero que hayamos sido más o menos buenas personas, sí. Jesús de Nazaret fue una buena persona y lo demostró, entre otras cosas, curando a los oprimidos por el diablo, es decir, liberando de sus enfermedades, angustias y otros males a las personas con las que se encontró por los caminos de Galilea. Jesús de Nazaret no sólo predicaba doctrina; curaba enfermedades, perdonaba pecados y resucitaba muertos. Esta es nuestra misión, la misión de los cristianos: predicar el evangelio y ayudar a la gente a liberarse de sus angustias y de sus males. Y en la carta de Pablo, leemos: “Aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra”. Dentro de un orden, claro. Los bienes de la tierra los necesitamos para vivir aquí y no nos queda más remedio que buscarlos. San Pablo lo sabía muy bien y, por eso, lo mismo que les dice a los Colosenses que aspiren a los bienes de arriba, también dice que él siempre procuró ganarse el sustento con el trabajo de sus manos. Se trata de que tengamos una buena jerarquía de valores. Lo primero es lo primero, y lo primero es buscar el Reino de Dios y su justicia, pero sabiendo que el Reino de Dios y su justicia tienen que realizarse también aquí, en la tierra, y que en la tierra tenemos que vivir siempre con los pies en el suelo. El dinero tiene que ser sólo un medio, nunca un fin en sí mismo, un medio para conseguir los bienes superiores de la justicia, de la vida, de la verdad, del bien. Y lo que decimos del dinero debemos decirlo igualmente del poder, de la cultura, del progreso, etc. En definitiva, que el peso del cuerpo no impida volar al alma hasta lo más alto y más santo. GABRIEL GONZÁLEZ DEL ESTAL

AÑO V – nº 228 - 4 / 04 / 2010 Liturgia y vida 4 04 10.pdf · En su primer discurso de anuncio, Pedro dice: ... Y en la carta de Pablo, ... PRIMERA LECTURA Lectura de los Hechos

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DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN

AÑO V – nº 228 - 4 / 04 / 2010

1

Liturgia y vidaLiturgia y vidaLiturgia y vidaLiturgia y vida

María Magdalena y Juan fueron los primeros en creer. Sin duda, porque fueron los primeros en amar. Los padres son siempre los primeros en creer en las bondades de sus hijos, porque son los que más les aman. Es tremendo el poder y la fuerza del amor. Por eso, es importantísimo seleccionar y cuidar nuestros amores. Porque a donde nuestros amores nos llevan, allí vamos de cabeza. A María Magdalena se le había perdonado mucho, porque había amado mucho; Juan era el discípulo amado del Señor. Los dos eran discípulos por amor. Si nosotros queremos resucitar de nuestras inmensas trabas materiales, si queremos vivir como personas resucitadas, tenemos que poner a nuestro cuerpo las alas del amor al Cristo resucitado por el Dios del amor.

María Magdalena corrió la primera al sepulcro, cuando aún estaba oscuro el día, y triste y oscura estaba su alma. Era el amor el que le daba luz y alas para llegar a su amado. Juan corrió más que Pedro y, en cuanto vio el sepulcro vacío, creyó en la luz y en la vida de su amado Maestro. Probablemente, a los cristianos de hoy nos falta más amor que doctrina. Queremos distinguirnos por la belleza de nuestros ritos, y está bien que nuestros ritos sean bellos. Pero lo que, de verdad, debe distinguirnos a los cristianos de los no cristianos es el amor que nos tengamos los unos a los otros y nuestro amor a todos los demás. En eso conocerán los demás que somos discípulos del Jesús Resucitado.

En su primer discurso de anuncio, Pedro dice: “Me refiero a Jesús de Nazaret que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo”. No hay en el mundo algo más bueno que una buena persona. Seguro que en la hora de nuestra muerte lo que más nos gustaría que dijeran de nosotros es que habíamos sido una buena persona. Que hayamos sido más guapos o más feos, más listos o menos listos, seguramente no habrá dependido tanto de nuestros méritos personales; pero que hayamos sido más o menos buenas personas, sí. Jesús de Nazaret fue una buena persona y lo demostró, entre otras cosas, curando a los oprimidos por el diablo, es decir, liberando de sus enfermedades, angustias y otros males a las personas con las que se encontró por los caminos de Galilea. Jesús de Nazaret no sólo predicaba doctrina; curaba enfermedades, perdonaba pecados y resucitaba muertos. Esta es nuestra misión, la misión de los cristianos: predicar el evangelio y ayudar a la gente a liberarse de sus angustias y de sus males.

Y en la carta de Pablo, leemos: “Aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra”. Dentro de un orden, claro. Los bienes de la tierra los necesitamos para vivir aquí y no nos queda más remedio que buscarlos. San Pablo lo sabía muy bien y, por eso, lo mismo que les dice a los Colosenses que aspiren a los bienes de arriba, también dice que él siempre procuró ganarse el sustento con el trabajo de sus manos. Se trata de que tengamos una buena jerarquía de valores. Lo primero es lo primero, y lo primero es buscar el Reino de Dios y su justicia, pero sabiendo que el Reino de Dios y su justicia tienen que realizarse también aquí, en la tierra, y que en la tierra tenemos que vivir siempre con los pies en el suelo. El dinero tiene que ser sólo un medio, nunca un fin en sí mismo, un medio para conseguir los bienes superiores de la justicia, de la vida, de la verdad, del bien. Y lo que decimos del dinero debemos decirlo igualmente del poder, de la cultura, del progreso, etc. En definitiva, que el peso del cuerpo no impida volar al alma hasta lo más alto y más santo.

GABRIEL GONZÁLEZ DEL ESTAL

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Palabra de DiosPalabra de DiosPalabra de DiosPalabra de Dios

LECTURAS DE LA MISA PARA LA SEMANA

Lunes 5 Lunes Octava de Pascua Hch 2,14.22-33 / Sal 15 / Mt 28,8-15 Martes 6 Martes Octava de Pascua Hch 2,36-41 / Sal 32 / Jn 20,11-18 Miércoles 7 Miércoles Octava de Pascua Hch 3,1-10 / Sal 104 / Lc 24,13-35 Jueves 8 Jueves Octava de Pascua Hch 3,11-26 / Sal 8 / Lc 24,35-48 Viernes 9 Viernes Octava de Pascua Hch 4,1-12 / Sal 117 / Jn 21,1-14 Sábado 10 Sábado Octava de Pascua Hch 4,13-21 / Sal 117 / Mc 16,9-15

PRIMERA LECTURA Lectura de los Hechos de los Apóstoles. Hch 10,14a.37-43.

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: -

Hermanos: Vosotros conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.

Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección.

Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.

SALMO RESPONSORIAL Sal 117,1-2.16ab-17.22-23.

R./ Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: Eterna es su misericordia. R./ La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. R./ La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. R./

SEGUNDA LECTURA Lectura de la carta del apóstol San Pablo a

los Colosenses. Col 3,1-4.

Hermanos: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.

EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según San Juan. Jn 20,1-9.

El primer día de la semana, María Magdalena fue

al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo a quien quería Jesús, y les dijo: -Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro. Vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

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Esta es nuestra feEsta es nuestra feEsta es nuestra feEsta es nuestra fe

TESTIGOS DEL PERDÓN (IV)

El perdón, clave para la convivencia Uno de los libros de espiritualidad más leídos últimamente ha sido El regreso del hijo prodigo, de Henri J. M. Nouwen. En él se puede leer: “Aunque sea el hijo menor y el hijo mayor, no estoy llamado a continuar siéndolo, sino a convertirme en el padre”. La fuente de la que mana todo gesto paciente, no violento, sereno, comprensivo, acogedor, entrañable, de mirar al otro, aun al más extraño, desde otra perspectiva, no paternalista, sino como persona y sacramento, no es el ejercicio dañino de la memoria, sino el rebosamiento de lo que se ha recibido como mejor título: el perdón y la experiencia de misericordia gratuita. Dios perdona y, al hacerlo, nunca humilla. La locura de Dios es irremediable. Él toma forma de pecado en su Hijo y concede, por amor, capacidad de perdonar. Cuando se desea ardientemente que acontezca la historia nueva, la convivencia pacífica, la tolerancia en la pluralidad, mirar a quien ha querido correr nuestra suerte, entregando su vida por amor para perdón de todos, revierte en misericordia, reconciliación, respeto hasta para con los mismos enemigos. La paz es posible.

ÁNGEL MORENO de Buenafuente

Condición para el perdón En toda la revelación, la condición esencial para poder acoger el perdón es el reconocimiento de la debilidad y hasta del pecado. La actitud más refractaria ante el ofrecimiento de la misericordia es el orgullo. Nadie que con sinceridad y humildad se ha acercado al Señor ha sido desechado. Como el leproso del Evangelio, como el ciego de Jericó, como el paralítico de la piscina de Betesda, como el sordomudo de Gerasa, como el centurión de Cafarnaúm, como la mujer sirofenicia, como el padre de la niña enferma, la súplica menesterosa arranca la gracia de la curación integral. El Señor acoge los sentimientos de cansancio, de agobio o de culpa: “Él perdona todos tus pecados, cura todas tus enfermedades. El Señor es compasivo y misericordioso, no nos trata como merecen nuestros pecados, ni nos paga según nuestras culpas”. No se debe retrasar la respuesta humilde de aceptar el perdón, para no sufrir injustamente la orfandad, el desaliento y la soledad al permanecer con la conciencia sobrecargada. Los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse. Cuando se pone atento el oído a las Escrituras se siente el atractivo de la Palabra, se gusta en el interior la fascinación de la paz, y surge el abandono confiado por el que se vence el amor propio, el orgullo, toda resistencia por afán de mantener la apariencia de invulnerabilidad. La oración, la súplica, el silencio doloroso, la mirada filial arrancan de las entrañas de Dios el don precioso del abrazo reconciliador.

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El perdón desactiva la violencia El perdón resuelve la incompatibilidad. El perdón libera el corazón de la venganza. El perdón serena la mente de toda obstinación. El perdón capacita para comenzar de nuevo. El perdón transforma la pérdida en ganancia. El perdón transfigura la realidad. El perdón transmite paz. El perdón deja gustar la bondad de las personas.

La comunidad parroquial te desea

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!

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DOMINGO RESURRECCIÓN

4 12:00 – Misa Solemne. POR EL PUEBLO; 13:30 - EMILIO, Dif. Fam. BENDITO CAÑIZARES, JOHANA CORONADO, ADELA CÁRDENAS, JUSTINO RODRÍGUEZ, NICOLÁS ÁVILA, DIONISIA PANIAGUA, MARCOS URQUIZO, MANUELA MEDINA, CONCHA, LIZI, VICENTA, MAURICIA, CELESTINA, DOMINGA, PRIMO SULCA…; 19:00 – JESÚS Brox, PEDRO JOSÉ Brox

LUNES 5 19:00 - PAQUITA; MARTES 6 19:00 – BARTOLOMÉ, CARLOS MIÉRCOLES 7 10:00 – ASCENSIÓN, DIF. FAM. CUESTA; 19:00 – MARIO J. Londoño

JUEVES 8 10:00 - LUIS, ANGEL; 19:00 – VIERNES 9 10:00 - EUSEBIO, AMALIA; 19:00 – SÁBADO 10 11:00 - ; 19:00 - CONCEPCIÓN, ALVARO, MANUEL, IGNACIA, CONCHITA, TOMAS DOMINGO 11 10:00 - Dif. Fam. BENDITO CAÑIZARES, MARÍA LUISA; 12:00 – POR EL PUEBLO;13:30 - EMILIO;

19:00 – BARTOLA Martínez, CARLOS del Rosario, DOLORES del Rosario, JESÚS JAVIER

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AVISOSAVISOSAVISOSAVISOS

INTENCIONES DE MISA:INTENCIONES DE MISA:INTENCIONES DE MISA:INTENCIONES DE MISA:

Para conocePara conocePara conocePara conocerrrr

Si por algo admiro a Romero es porque fue capaz de escuchar a Dios olvidándose de sus prejuicios e ideas. Salió de su mundo y sus tareas para vivir volcado en las necesidades de los más débiles. Desde que dejó que la realidad entrara en su corazón –y su oración- se fue enamorando, o mejor dicho reencontrando, con su pueblo, y pudo reconocer en los pobres a los favoritos de Dios. Miles de personas escuchaban cada domingo sus homilías emitidas por radio. Hablaba de Dios y del pueblo. Predicaba una Buena Noticia arraigada en su realidad y sus esperanzas. Fue voz de los campesinos explotados y altavoz de las injusticias que el gobierno acallaba. Fue la conciencia de muchos que tenían la suya dormida, y sus intereses como único criterio –los que con un disparo en el corazón creyeron acallar también aquella nueva conciencia-. No puso en riesgo su vida porque fuera valiente o intrépido; al contrario, siempre fue tímido e inseguro, aunque consciente del probable final de su vida. Pero no podía renunciar ni a su fe ni a lo que ella le empujaba. No podía dar la espalda a la realidad sufriente que veía a diario.

Aprendo de Romero que mirando la realidad desde Dios, mi vida puede transformarse. Que mirando a los hombres y mujeres como hermanos puedo descubrir el sentido profundo de palabras como encarnación, bienaventurados, misericordia, justicia. Que las decisiones que cambian de verdad mi vida no dependen de mis fuerzas, sino de dejar que Dios haga en mí. Un Dios que se hace doblemente presente en mi vida desde la oración y el mundo. Dos caminos que nunca pueden separarse y que unidos me invitan a tomar partido en este mundo injusto desde mis posibilidades, capacidades y limitaciones. Y sobre todo Romero me recuerda que el Dios en el que creo es un Dios de esperanza y vida, para el que la muerte y el sufrimiento nunca tienen la última palabra, sino su deseo de salvación para todos los hombres.

Roberto Arnanz www.pastoralsj.org

Monseñor Óscar Romero, in memoriam

Del 24 al 30 de Junio por el Camino Norte. Apúntate ya y ven con nosotros a

hacer el camino. Plazas limitadas

Entre todos hacemos parroquia

Gracias a todas las personas, feligreses y miembros de los grupos que habéis ayudado en los innumerables preparativos del Triduo Pascual. Gracias a vosotros hemos podido vivir esta maravillosa Semana Santa.

Todos los cristianos tenemos un

lugar en la Iglesia, ¿cuál es el tuyo?

El pasado 24 de marzo, se cumplían 30 años de la muerte de Monseñor Óscar Romero, obispo de San Salvador, que fue asesinado, mientras celebraba la eucaristía, por haber denunciado la situación de injusticia padecida por el pueblo salvadoreño en una época convulsa de miseria y enfrentamientos entre el ejército y la guerrilla. Es uno de los mártires del siglo XX más conocidos y su causa de canonización está abierta desde 1994.

Obras en la parroquia

La colecta de hoy domingo será para ir costeando el cambio de instalación eléctrica de la Iglesia y Capilla. Podéis dar también vuestros donativos en la Sacristía o suscribiros, si no lo estáis, al sostenimiento de la Parroquia. Gracias a la generosidad de todos, será posible.