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Poesía moderna
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Imagen española de la muerte
César Vallejo (1892-1938)
¡Ahí pasa! ¡Llamadla! ¡Es su costado!Ahí pasa la muerte por Irún:sus pasos de acordeón, su palabrota,su metro del tejido que te dije,su gramo de aquel peso que he callado... ¡si son ellos!
¡Llamadla! ¡Daos prisa! Va buscándome en los rifles,como que sabe bien dónde la venzo,cuál es mi maña grande, mis leyes especiosas, mis códigos terribles.
¡Llamadla!, ella camina exactamente como un hombre, entre las fieras,se apoya en aquel brazo que se enlaza a nuestros piescuando dormimos en los parapetosy se para a las puertas elásticas del sueño.¡Grito! ¡Grito! ¡Grito su grito nato, sensorial!Gritará de vergüenza, de ver cómo ha caído entre las plantas,de ver cómo se aleja de las bestias,de oír cómo decimos: ¡Es la muerte!¡De herir nuestros más grandes intereses!”
(Porque elabora su hígado la gota que te dije, camarada;porque se come el alma del vecino).¡Llamadla! Hay que seguirlahasta el pie de los tanques enemigos,que la muerte es un ser sido a la fuerza,cuyo principio y fin llevo grabadosa la cabeza de mis ilusiones,por mucho que ella corra el peligro corriente que tú,que tú sabesy que haga como que hace que me ignora.
¡Llamadla! No es un ser, muerte violenta,sino, apenas, lacónico suceso;más bien su modo tira, cuando ataca,tira a tumulto simple, sin órbitas ni cánticos de dicha;más bien tira a su tiempo audaz, a céntimo imprecisoy sus sordos quilates, a déspotas aplausos.¡Llamadla!, que en llamándola con saña, con figuras,se le ayuda a arrastrar sus tres rodillas,como, a veces,a veces duelen, punzan fracciones enigmáticas, globales,
como, a veces, me palpo y no me siento.
¡Llamadla! ¡Daos prisa! Va buscándome,con su coñac, su pómulo moral,sus pasos de acordeón, su palabrota.¡Llamadla! No hay que perderle el hilo en que la lloro.De su olor para arriba, ¡ay de mi polvo, camarada!De su pus para arriba, ¡ay de mi férula, teniente!
De su imán para abajo, ¡ay de mi tumba!
La CiudadConstantino Kavafis
1863-1933
Dijiste: “Iré a otra tierra, iré a otro mar;buscaré una ciudad mejor que ésta;son un fracaso todos mis esfuerzos,y está mi corazón sin vida,como un cadáver. ¿Hasta cuándoentre estas sombras vagará mi espíritu?A donde vuelvo los ojos sólo veolas ruinas de mi vida, tantos añosque aquí pasé, perdí, destruí.”
No hallarás otras tierras ni otros mares.La ciudad irá contigo a donde vayas.Errarás por las mismas calles; en los mismossuburbios y en las mismascasas, irás envejeciendo.Siempre llegarás a esta ciudad. Paraotro sitio –es inútil que guardes– no hay barco ni hay camino para ti.Al arruinar tu vida en esta angostaesquina de la tierra, en todoel mundo la destruiste.
Diré Cómo Nacisteis
Luis Cernuda (1902-1963)
Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos,Cómo nace un deseo sobre torres de espanto,Amenazadores barrotes, hiel descolorida,Noche petrificada a fuerza de puños,Ante todos, incluso el más rebelde,Apto solamente en la vida sin muros.
Corazas infranqueables, lanzas o puñales,Todo es bueno si reforma un cuerpo;Tu deseo es beber esas hojas lascivasO dormir en ese agua acariciadora.No importa,Ya declaran tu espíritu impuro.
No importa la pureza, los dones que un destinoLevantó hacia las avez con manos imperecederas;No importa la juventud, sueño más que hombre,La sonrisa tan noble, playa de seda bajo la tempestadDe un régimen caído.Placeres prohibidos, planetas terrenales,Miembros de mármol con sabor de estío,Juego de esponjas abandonadas por el mar,Flores de hierro, resonantes como el pecho de un hombre.
Soledades altivas, coronas derribadas,Libertades memorables, manto de juventudes;Quien insulta esos frutos, tinieblas en la lengua,Es vil como un rey, como sombra de reyArrastrándose a los pies de la tierraPara conseguir un trozo de vida.
No sabía los límites impuestos,Límites de metal o papel,Ya que el azar le hizo abrir los ojos bajo una luz tan alta,Adonde no llegan realidades vacías.Leyes hediondas, códigos, ratas de paisajes derruidos.
Extender entonces la manoEs hallar una montaña que prohibeUn bosque impenetrable que niega,Un mar que traga adolescentes rebeldes.Pero si la ira, el ultraje, el oprobio y la muerte,Ávidos dientes sin carne todavía,Amenazan abriendo sus torrentes,De otro lado vosotros placeres prohibidos,
Bronce de orgullo, blasfemia que nada precipita,Tendéis en una mano el misterio.Sabor que ninguna amargura corrompe,Cielos, cielos relampagueantes que aniquilan.
Abajo, estatuas anónimas,Sombras de sombras, miseria, preceptos de niebla;Una chispa de aquellos placeresBrilla en la hora vengativa.Su fulgor puede destruir vuestro mundo.
Cartero Cheval
André Breton
Nosotros los pájaros que encantas siempre desde lo alto de esos belvederesY que cada noche no formamos más que una rama florecida de tus hombros
los brazos de tu carretilla bien amadaQue nos desprendemos más vivos que centellas de tu muñecaSomos los suspiros de la estatua de cristal que se incorpora cuando el hombre
duermeY brechas brillantes se abren en su lechoBrechas por las que pueden percibirse ciervos de cuernos de coral en un claro
del bosqueY mujeres desnudas en lo profundo de una minaRecuerdas te levantabas entonces descendías del trenSin una mirada para la locomotora presa de inmensas raíces barométricasQue se queja en la selva virgen con todas sus calderas doloridasSus chimeneas con humo de jacintos y movida por serpientes azulesTe precedíamos entonces nosotros las plantas sujetas a metamorfosisQue cada noche hacíamos signos que el hombre puede sorprenderMientras su casa se desploma y se sorprende ante los engranajes singularesQue busca su lecho con el corredor y la escaleraLa escalera se ramifica indefinidamente
Conduce a una puerta de haces de heno se abre de pronto sobre una plazapública
Hecha de dorsos de cisnes una ala abierta para el pasamanoGira sobre sí misma como si fuera a mordersePero se contenta con abrir bajo nuestros pasos todos sus escalones como gavetasGavetas de pan gavetas de vino gavetas de jabón gavetas de espigas gavetas de
escalerasGavetas de carne con empuñadura de cabellosA la hora precisa en que millares de patos de Vaucanson se alisan las plumasSin volverte tomabas la llana con que se hacen los senosTe sonreíamos nos enlazabas por el talleY tomábamos las actitudes según tu placerInmóviles para siempre bajo nuestros párpados tal como la mujer gusta de ver
el hombreDespués de haber hecho el amor
ConfiguraciónHans Arp
Los cabellos blancos de las piedras, los cabellos negros de las aguas, loscabellos verdes de los niños, los cabellos azules de los ojoslas aguas cierran sus ojos pues del cielo caen piedras y niñosa las piedras a las aguas a los niños y a los ojos caen los cabelloslas piedras tienen en su bolsillos derecho mantequilla y en su bolsillo
izquierdo pan y cada uno los toma con gran consideraciónpor sándwiches.
los sándwiches de piedras llevan una raya a la derecha los sándwichesde agua llevan una raya a la izquierda y los sándwiches deniño llevan la raya al medio.
LA CRUZ DEL SURJuan José Tablada
Las mujeres de gestos de madréporatienen pelos y labios rojo-orquídeaLos monos del Polo son albinosámbar y nieve y saltanvestidos de aurora boreal
En el cielo hay un anunciode Óleo-margarina
He aquí el Árbol de la quininay la Virgen de los Doloresel Zodíaco gira en la nochede fiebre amarillala lluvia encierra todo el trópicoen una jaula de cristal
Es la hora de atravesar el crepúsculocomo una cebra hacia la Isla de Antañodonde despiertan las mujeres asesinadas
(Poesía en movimiento)
ESPAÑA, APARTA DE MI ESTE CALIZCésar Vallejo
NIÑOS del mundo,si cae España –digo, es un decir–si caedel cielo abajo su antebrazo que asen,en cabestro, dos láminas terrestres;niños, ¡qué edad de las sienes cóncavas!¡qué temprano en el sol lo que os decía!¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano!¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!
¡Niños del mundo, estála madre España con su vientre a cuestas;está nuestra maestra con sus férulas,está madre y maestra,cruz y madera, porque os dio la altura,vértigo y división y suma, niños;está con ella, padres procesales!
Si cae –digo, es un decir– si caeEspaña, de la tierra para abajo,niños. ¡cómo vais a cesar de crecer!
¡cómo va a castigar el año al mes!¡cómo van a quedarse en diez los dientes,en palote el diptongo, la medalla en llanto!¡Cómo va el corderillo a continuaratado por la pata al gran tintero!¡Cómo vais a bajar las gradas del alfabetohasta la letra en que nació la pena!
Niños,hijos de los guerreros, entretanto,bajad la voz, que España está ahora mismo repartiendola energía entre el reino animal,las florecillas, los cometas y los hombres¡Bajad la voz, que estácon su rigor, que es grande, sin saberqué hacer, y está en su manola calavera hablando y habla y habla,la calavera, aquella de la vida!
¡Bajad el aliento, y siel antebrazo baja,si las férulas suenan, si es la noche,si el cielo cabe en dos limbos terrestres,si hay ruido en el sonido de las puertas,si tardo,si no veis a nadie, si os asustanlos lápices sin punta, si la madreEspaña cae –digo, es un decir–salid, niños del mundo; id a buscarla…
ESPERANDO A LOS BÁRBAROSConstantino Kavafis
¿Qué aguardamos reunidos en el foro?
Es que hoy llegan los bárbaros.
¿Por qué el Senado está intranquilo?¿Por qué los senadores no legislan?
Porque hoy llegan los bárbaros.¿Qué leyes va a dictar ahora el Senado?Los bárbaros harán las leyes cuando lleguen.
¿Por qué el Emperador dejó su lecho al alba,y en la puerta mayor de la ciudad esperasentado en su alto trono, coronado y solemne?
Porque hoy llegan los bárbaros.Y el Emperador quiere recibir a su líder.Ha encargado para él un largo pergaminoy puesto allí sus títulos y honores.
¿Por qué nuestros dos cónsules y los pretores vistenhoy con rojas togas recamadas,y lucen brazaletes de amatista,anillos con diamantes, fúlgidas esmeraldas?¿Por qué empuñan bastones cinceladosmaravillosamente en oro y plata?
Porque hoy llegan los bárbaros.Y estas cosas fascinan a los bárbaros.
¿Por qué los oradores hoy no acudencomo siempre, a brindarnos sus discursos, a darnosmuestras de su elocuencia?
Porque hoy llegan los bárbarosa quienes les aburre la retórica.
¿Por qué de pronto esaconfusión e inquietud? ¡Qué gravesse han quedado los rostros! ¿Por quélas calles y las plazas se vacían, y vuelvela multitud a sus casas, sin ánimos?
Porque se hace de noche y no llegan los bárbaros.Gente recién venida de la fronteraafirma que ya no hay bárbaros.
Y ahora¿qué destino será el nuestro, sin bárbaros?
Una solución eran esos hombres.
TRANSFIGURACIONVicente Huidobro
Cómo hablar despertando toda cosaasí también la fabulosa raíz del tiempo ya encarnadoCómo decir todo lo que debiera ser aureolaEn torno de la voz perdida por su propia honduraCómo decir lo que no quiere ser piedra coronada
Saber que el canto de tus olas es obligatorioQue el universo sólo descubre sus alianzasAndando por los adentros de ti mismoEn esta amalgama de ecosDe inquietudes ahogándose en sus aguas sin respuestas
De mágicos desvelosY esta ansia de ser que somosEstoy vivo y estaré muertoMuerto como un sonido que atravesó la tierra
Soy el alimento de millones de añosPreparándome a través de los tiempos y los siglosEn escapadas furtivas o violentasA través de las razas los países y los maresY las plantas los sonidos los coloresDado a mí mismo por milenarias épocasY de ellas siendo un resumen inocenteCon sus actos y sus sentimientosRodando como ríos de las edades y los astros hasta míLa angustia los tormentosInnumerables aventuras de la piedra y el árbolUnido siempre a esa cadena de esqueletosQue se pierde en las noches terciariasY cada uno de ellos mandaComo jefe de tribu o capitán de estrellasY cada uno sufre y ve y andaY cada uno cantaY cada uno guarda su pasión encendidaSu amor enloquecido y tal vez transmisible
Y cada uno ríeY odia y se encabrita como las narices del caballo ante el mirajeY cada uno piensaY cada uno oye por todas sus hojas y por todos sus porosy cada uno lleva su lepra legendariaY sus auroras explosivasY todos se me agolpan unidos por el ansiaDe ser vibración propia en los paisajes
Y allí estás hecho árbol por exceso de piedraHecho animal por exceso de árbolHecho hombre por exceso de animal taciturnoAllí estás tan doloroso en tus huesos pensadoresTan acostumbrado a tu carne proféticaY tan feliz sobre tu sexo irresponsableQue pareces una proa en el marEn medio de ojos espantadosY de esperanzas sonriendo en las arterias.
(El ciudadano del olvido)
4 Y 9Pierre Reverdy
Los cuatro pies de los caballos tiemblan delante del horizonteLa misma línea me sirve de tapaderaEl mundo se apagó al toque de quedaLas ventanas brillan como ojos
Se tienen armas por pura risaY un corazón para morir
El general es un señor viejoSin ropas de civil
Una broma, una buena broma que hacerA un miembro de la familiaFue él quien tomo para sí todo el heroísmo y el peligroEl patio es una prisión sin edificio donde se da vueltas sin finQueda sólo una hora
Traen la sopa y los zapatonesLa imagen de un rey negro condecorado con la medalla de salvamentoEs gratisDonde los salvajesLa música es mejor Somos tres y estoy al medio¿Dónde vais?El placer y la muerte giran a nuestro derredor
LIBERTADPaul Eluard
Sobre mis cuadernos de escolarSobre mi pupitreSobre la arena de la nieveEscribo tu nombre
Sobre todas las páginas leídasSobre todas las páginas en blancoPiedra sangre papel o cenizaEscribo tu nombre
Sobre las imágenes doradasSobre las armas de los guerreros
Sobre la corona de los reyesEscribo tu nombre
Sobre la jungla y el desiertoSobre los nidos sobre las retamasSobre el eco de mi infanciaEscribo tu nombre
Sobre la maravilla de las nochesSobre el pan blanco de los díasSobre las estaciones desposadasEscribo tu nombre
Sobre todos mis retazos de azurSobre el estanque mohosoSobre el lago luna vivienteEscribo tu nombre
Sobre los campos sobre el horizonteSobre las alas de los pájarosY sobre el molino de las sombrasEscribo tu nombre
Sobre cada aliento de la auroraSobre la mar sobre los barcosSobre la montaña enloquecidaEscribo tu nombre
Sobre la espuma de las nubesSobre los sudores de la tormentaSobre la lluvia espesa insípidaEscribo tu nombreSobre las formas centelleantesSobre las campanas de coloresSobre la