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"Canción de otoño en primavera" Rubén Darío Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer... Plural ha sido la celeste historia de mi corazón. Era una dulce niña, en este mundo de duelo y de aflicción. Miraba como el alba pura; sonreía como una flor. Era su cabellera obscura hecha de noche y de dolor. Yo era tímido como un niño. Ella, naturalmente, fue, para mi amor hecho de armiño, Herodías y Salomé... Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer... Y más consoladora y más halagadora y expresiva, la otra fue más sensitiva cual no pensé encontrar jamás. Pues a su continua ternura una pasión violenta unía. En un peplo de gasa pura una bacante se envolvía... En sus brazos tomó mi ensueño y lo arrulló como a un bebé... Y te mató, triste y pequeño, falto de luz, falto de fe... Juventud, divino tesoro, ¡te fuiste para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer... Otra juzgó que era mi boca el estuche de su pasión; y que me roería, loca, con sus dientes el corazón. Poniendo en un amor de exceso la mira de su voluntad, mientras eran abrazo y beso síntesis de la eternidad; y de nuestra carne ligera imaginar siempre un Edén, sin pensar que la Primavera y la carne acaban también... Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer. ¡Y las demás! En tantos climas, en tantas tierras siempre son, si no pretextos de mis rimas fantasmas de mi corazón. En vano busqué a la princesa que estaba triste de esperar. La vida es dura. Amarga y pesa. ¡Ya no hay princesa que cantar! Mas a pesar del tiempo terco, mi sed de amor no tiene fin; con el cabello gris, me acerco a los rosales del jardín... Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer... ¡Mas es mía el Alba de oro!

Antologia poética sXX (para Bachillerato)

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"Cancin de otoo en primavera" Rubn Daro

Juventud, divino tesoro,ya te vas para no volver!Cuando quiero llorar, no lloro...y a veces lloro sin querer...

Plural ha sido la celestehistoria de mi corazn.Era una dulce nia, en estemundo de duelo y de afliccin.

Miraba como el alba pura;sonrea como una flor.Era su cabellera obscurahecha de noche y de dolor.

Yo era tmido como un nio.Ella, naturalmente, fue,para mi amor hecho de armio,Herodas y Salom...

Juventud, divino tesoro,ya te vas para no volver!Cuando quiero llorar, no lloro...y a veces lloro sin querer...

Y ms consoladora y mshalagadora y expresiva,la otra fue ms sensitivacual no pens encontrar jams.

Pues a su continua ternurauna pasin violenta una.En un peplo de gasa purauna bacante se envolva...

En sus brazos tom mi ensueoy lo arrull como a un beb...Y te mat, triste y pequeo,falto de luz, falto de fe...

Juventud, divino tesoro,te fuiste para no volver!Cuando quiero llorar, no lloro...y a veces lloro sin querer...

Otra juzg que era mi bocael estuche de su pasin;y que me roera, loca,con sus dientes el corazn.

Poniendo en un amor de excesola mira de su voluntad,mientras eran abrazo y besosntesis de la eternidad;

y de nuestra carne ligeraimaginar siempre un Edn,sin pensar que la Primaveray la carne acaban tambin...

Juventud, divino tesoro,ya te vas para no volver!Cuando quiero llorar, no lloro...y a veces lloro sin querer.

Y las dems! En tantos climas,en tantas tierras siempre son,si no pretextos de mis rimasfantasmas de mi corazn.

En vano busqu a la princesaque estaba triste de esperar.La vida es dura. Amarga y pesa.Ya no hay princesa que cantar!

Mas a pesar del tiempo terco,mi sed de amor no tiene fin;con el cabello gris, me acercoa los rosales del jardn...

Juventud, divino tesoro,ya te vas para no volver!Cuando quiero llorar, no lloro...y a veces lloro sin querer...Mas es ma el Alba de oro!

"Campos de Soria" Antonio MachadoEs la tierra de Soria rida y fra.Por las colinas y las sierras calvas,verdes pradillos, cerros cenicientos,la primavera pasadejando entre las hierbas olorosassus diminutas margaritas blancas.

La tierra no revive, el campo suea.Al empezar abril est nevadala espalda del Moncayo;el caminante lleva en su bufandaenvueltos cuello y boca, y los pastorespasan cubiertos con sus luengas capas.---Las tierras labrantas,como retazos de estameas pardas,el huertecillo, el abejar, los trozosde verde obscuro en que el merino pasta,entre plomizos peascales, siembranel sueo alegre de infantil Arcadia.

En los chopos lejanos del camino,parecen humear las yertas ramascomo un glauco vapor ?las nuevas hojas?y en las quiebras de valles y barrancasblanquean los zarzales florecidos,y brotan las violetas perfumadas.---Es el campo undulado, y los caminosya ocultan los viajeros que cabalganen pardos borriquillos,ya al fondo de la tarde arreboladaelevan las plebeyas figurillas,que el lienzo de oro del ocaso manchan.

Mas si trepis a un cerro y veis el campodesde los picos donde habita el guila,son tornasoles de carmn y acero,llanos plomizos, lomas plateadas,circuidos por montes de violeta,con las cumbres de nieve sonrosado.---Las figuras del campo sobre el cielo!

Dos lentos bueyes aranen un alcor, cuando el otoo empieza,y entre las negras testas doblegadasbajo el pesado yugo,pende un cesto de juncos y retama,que es la cuna de un nio;

y tras la yunta marchaun hombre que se inclina hacia la tierra,y una mujer que en las abiertas zanjasarroja la semilla.

Bajo una nube de carmn y llama,en el oro fluido y verdinosodel poniente, las sombras se agigantan.---La nieve. En el mesn al campo abiertose ve el hogar donde la lea humeay la olla al hervir borbollonea.

El cierzo corre por el campo yerto,alborotando en blancos torbellinosla nieve silenciosa.

La nieve sobre el campo y los caminos,cayendo est como sobre una fosa.

Un viejo acurrucado tiembla y tosecerca del fuego; su mechn de lanala vieja hila, y una nia coseverde ribete a su estamea grana.

Padres los viejos son de un arrieroque camin sobre la blanca tierra,y una noche perdi ruta y sendero,y se enterr en las nieves de la sierra.

En torno al fuego hay un lugar vacoy en la frente del viejo, de hosco ceo,como un tachn sombro?tal el golpe de un hacha sobre un leo?.

La vieja mira al campo, cual si oyerapasos sobre la nieve. Nadie pasa.

Desierta la vecina carretera,desierto el campo en torno de la casa.

La nia piensa que en los verdes pradosha de correr con otras doncellitasen los das azules y dorados,cuando crecen las blancas margaritas.---Soria fra, Soria pura,cabeza de Extremadura,con su castillo guerreroarruinado, sobre el Duero;con sus murallas rodasy sus casas denegridas!

Muerta ciudad de seoressoldados o cazadores;de portales con escudosde cien linajes hidalgos,y de famlicos galgos,de galgos flacos y agudos,que pululanpor las srdidas callejas,y a la medianoche ululan,cuando graznan las cornejas!

Soria fra! La campanade la Audiencia da la una.Soria, ciudad castellanatan bella! bajo la luna. ---Colinas plateadas,grises alcores, crdenas roquedaspor donde traza el Duerosu curva de ballestaen torno a Soria, obscuros encinares,ariscos pedregales, calvas sierras,caminos blancos y lamos del ro,tardes de Soria, mstica y guerrera,hoy siento por vosotros, en el fondodel corazn, tristeza,tristeza que es amor! Campos de Soriadonde parece que las rocas suean,conmigo vais! Colinas plateadas,grises alcores, crdenas roquedas!...---He vuelto a ver los lamos dorados,lamos del camino en la riberadel Duero, entre San Polo y San Saturio,tras las murallas viejasde Soria ?barbacanahacia Aragn, en castellana tierra?.

Estos chopos del ro, que acompaancon el sonido de sus hojas secasel son del agua, cuando el viento sopla,tienen en sus cortezasgrabadas iniciales que son nombresde enamorados, cifras que son fechas.

lamos del amor que ayer tuvisteisde ruiseores vuestras ramas llenas;lamos que seris maana lirasdel viento perfumado en primavera;lamos del amor cerca del aguaque corre y pasa y suea,lamos de las mrgenes del Duero,conmigo vais, mi corazn os lleva!---Oh, s! Conmigo vais, campos de Soria,tardes tranquilas, montes de violeta,alamedas del ro, verde sueodel suelo gris y de la parda tierra,agria melancolade la ciudad decrpita.

Me habis llegado al alma,o acaso estabais en el fondo de ella?

Gentes del alto llano numantinoque a Dios guardis como cristianas viejas,que el sol de Espaa os llenede alegra, de luz y de riqueza!

"Proverbios y cantares" Antonio MachadoXXIX:Caminante, son tus huellas el camino y nada ms; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrs se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar.XLIV:Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar.

"lamo blanco" Juan Ramn JimnezArriba canta el pjaroy abajo canta el agua.(Arriba y abajo,se me abre el alma).

Entre dos melodas,la columna de plata!Hoja, pjaro, estrella;baja flor, raz, agua.Entre dos conmociones,la columna de plata!(Y t, tronco ideal,entre mi alma y mi alma!)

Mece a la estrella el trino,la onda a la flor baja.(Abajo y arriba,me tiembla el alma).

"Si yo, por ti, he creado un mundo para ti" Juan Ramn JimnezSi yo, por ti, he creado un mundo para ti,dios, t tenas seguro que venir a l,y t has venido a l, a m seguro,porque mi mundo todo era mi esperanza.

Yo he acumulado mi esperanzaen lengua, en nombre hablado, en nombre escrito;a todo yo le haba puesto nombrey t has tomado el puestode toda esta nombrada.

Ahora puedo yo detener ya mi movimiento,como la llama se detiene en ascua rojacon resplandor de aire inflamado azul,en el ascua de mi perpetuo estar y ser;ahora yo soy ya mi mar paralizado,el mar que yo deca, mas no duro,paralizado en olas de conciencia en luzy vivas hacia arriba todas, hacia arriba.

Todos los nombres que yo puseal universo que por ti me recreaba yo,se me estn convirtiendo en uno y en undios.

El dios que es siempre al fin,el dios creado y recreado y recreadopor gracia y sin esfuerzo.El Dios. El nombre conseguido de los nombres.

"El alma tenas" Pedro SalinasEl alma tenas tan clara y abierta, que yo nunca pude entrarme en tu alma. Busqu los atajos angostos, los pasos altos y difciles... A tu alma se iba por caminos anchos. Prepar alta escala soaba altos muros guardndote el alma pero el alma tuya estaba sin guarda de tapial ni cerca. Te busqu la puerta estrecha del alma, pero no tena, de franca que era, entradas tu alma. En dnde empezaba? Acababa, en dnde? Me qued por siempre sentado en las vagas lindes de tu alma.

"Ms all" Jorge Guilln

(El alma vuelve al cuerpo,Se dirige a los ojosY choca.) Luz! Me invadeTodo mi ser. Asombro!

Intacto an, enorme,Rodea el tiempo. RuidosIrrumpen. Cmo saltanSobre los amarillos

Todava no agudosDe un sol hecho ternuraDe rayo alboreadoPara estancia difusa,

Mientras van presentndoseTodas las consistenciasQue al disponerse en cosasMe limitan, me centran!

Hubo un caos? Muy lejosDe su origen, me brindaPor entre hervor de luzFrescura en chispas. Da!

Una seguridadSe extiende, cunde, manda.El esplendor aplomaLa insinuada maana.

Y la maana pesa.Vibra sobre mis ojos,Que volvern a verLo extraordinario: todo

Todo est concentradoPor siglos de razDentro de este minuto,Eterno y para m.

Y sobre los instantesQue pasan de continuoVoy salvando el presente,Eternidad en vilo.

Corre la sangre, correCon fatal avidez.A ciegas acumuloDestino: quiero ser.

Ser, nada ms. Y basta.Es la absoluta dicha.Con la esencia en silencioTanto se identifica!Al azar de las suertesnicas de un tropelSurgir entre los siglos,Alzarse con el ser,

Y a la fuerza fundirseCon la sonoridadMs tenaz: s, s, s,La palabra del mar!

Todo me comunica,Vencedor, hecho mundo,Su bro para serDe veras real, en triunfo.

Soy, ms, estoy. Respiro.Lo profundo es el aire.La realidad me inventa,Soy su leyenda. Salve!-----------------------------No, no sueo. VigorDe creacin concluyeSu paraso aqu:Penumbra de costumbre.

Y este ser implacableQue se me impone ahoraDe nuevo vaguedadResolvindose en forma

De variacin de almohada,En blancura de lienzo,En mano sobre embozo,En el tendido cuerpo

Que aun recuerda los astrosY gravita bien esteSer, avasalladorUniversal, mantiene

Tambin su plenitudEn lo desconocido:Un ms all de verasMisterioso, realsimo.--------------------------Ms all! Cerca a veces,Muy cerca, familiar,Alude a unos enigmas.Corteses, ah estn.

Irreductibles, peroLargos, anchos, profundosEnigmas en sus masas.Yo los toco, los uso.

Hacia mi compaaLa habitacin converge.Qu de objetos! Nombrados,Se allanan a la mente.

Enigmas son y aquViven para mi ayuda,Amables a travsDe cuanto me circunda

Sin cesar con la mvilTrabazn de unos vnculosQue a cada instante acabanDe cerrar su equilibrio.---------------------------El balcn, los cristalesUnos libros, la mesa.Nada ms esto? S,Maravillas concretas.

Material jubilosoConvierte en superficieManifiesta a sus tomosTristes, siempre invisibles.

Y por un filo escueto,O al amor de una curvaDe asa, la energaDe plenitud acta.

Energa o su gloria!En mi dominio luceSin escndalo dentroDe lo tan real, hoy lunes.

Y gil, humildemente,La materia apercibeGracia de Aparicin:Esto es cal, esto es mimbre.--------------------------------Por aquella pared,Bajo un sol que derrama,Dora y sombrea clarosCaldeados, la calma

Soleada vara.Sonredo va el solPor la pared. GozosaMateria en relacin!

Y mientras, lo ms altoDe un rbol hoja a hojaSolendose, dndose,Todo actual me enamora.

Errante en el verdorUn aroma presiento,Que me regalarSu calidad: lo ajeno,

Lo tan ajeno que esAll en s mismo. DdivaDe un mundo irremplazable:Voy por l a mi alma.--------------------------Oh perfeccin! DependoDel total ms all,Dependo de las cosas.Sin m son y ya estn

Proponiendo un volumenQue ni so la mano,Feliz de resolverUna sorpresa en acto.

Dependo en alegraDe un cristal de balcn,De ese lustre que ofreceLo ansiado a su raptor,

Y es de versa atmsferaDifana de maana,Un alero, tejados,Nubes all, distancias.

Suena a orilla de abrilEl gorjeo esparcidoPor entre los follajesFrgiles. (Hay roco.)

Pero el da al fin lograRotundidad humanaDe edificio y refiereSu fuerza a mi morada.

As va concertando,Trayendo lejanas,Que al balcn por pasesDe trnsito deslizan.

Nunca separa el cielo.Ese cielo de ahoraAire que yo respiroDe planeta me colma.

Dnde extraviarse, dnde?Mi centro es este punto:Cualquiera. Tan plenarioSiempre me aguarda el mundo!

Una tranquilidadDe afirmacin constanteGua a todos los seres,Que entre tantos enlaces

Universales, presosEn la jornada eterna,Bajo el sol quieren serY a su querer se entregan

Fatalmente, dichososCon la tierra y el marDe alzarse a lo infinito:Un rayo de sol ms.

Es la luz del primerVergel, y aun fulge aquAnte mi faz, sobre esaFlor, en ese jardn.

Y con empuje henchidoDe afluencias amantesSe ahnca en el sagradoPresente perdurable.

Toda la creacin,Que al despertarse un hombreLanza la soledadA un tumulto de acordes.

"Ro Duero, ro Duero" Gerardo DiegoRo Duero, ro Duero,nadie a acompaarte baja,nadie se detiene a ortu eternaestrofade agua.Indiferente o cobardela ciudad vuelve la espalda.No quiere ver en tu espejosu muralla desdentada.T, viejo Duero, sonresentre tus barbas de plata,moliendo con tus romanceslas cosechas mal logradas.Y entre los santos de piedray los lamos de magiapasas llevando en tus ondaspalabras de amor, palabras.Quin pudiera como t,a la vez quieto y en marcha,cantar siempre el mismo versopero con distinta agua.Ro Duero, ro Duero,nadie a estar contigo baja,ya nadie quiere atendertu eterna estrofa olvidada,sino los enamoradosque preguntan por sus almasy siembran en tus espumaspalabras de amor, palabras.

"La luna vino a la fragua" Federico Garca LorcaLa luna vino a la fragua con su polisn de nardos. El nio la mira mira. El nio la est mirando.

En el aire conmovido mueve la luna sus brazos y ensea, lbrica y pura, sus senos de duro estao.

Huye luna, luna, luna. Si vinieran los gitanos, haran con tu corazn collares y anillos blancos.

Nio djame que baile. Cuando vengan los gitanos, te encontrarn sobre el yunque con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna, que ya siento sus caballos. Nio djame, no pises, mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba tocando el tambor del llano. Dentro de la fragua el nio, tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venan, bronce y sueo, los gitanos. Las cabezas levantadas y los ojos entornados.

Cmo canta la zumaya, ay como canta en el rbol! Por el cielo va la luna con el nio de la mano.

Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos. El aire la vela, vela. el aire la est velando.

"Ciudad sin sueo" Federico Garca LorcaNo duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.No duerme nadie.Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabaas.Vendrn las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueany el que huye con el corazn roto encontrar por las esquinasal increble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros. No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.No duerme nadie.Hay un muerto en el cementerio ms lejanoque se queja tres aosporque tiene un paisaje seco en la rodilla;y el nio que enterraron esta maana lloraba tantoque hubo necesidad de llamar a los perros para que callase. No es sueo la vida. Alerta! Alerta! Alerta!Nos caemos por las escaleras para comer la tierra hmedao subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.Pero no hay olvido, ni sueo:carne viva. Los besos atan las bocasen una maraa de venas recientesy al que le duele su dolor le doler sin descansoy al que teme la muerte la llevar sobre sus hombros. Un dalos caballos vivirn en las tabernasy las hormigas furiosasatacarn los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas. Otro daveremos la resurreccin de las mariposas disecadasy an andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudosveremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.Alerta! Alerta! Alerta!A los que guardan todava huellas de zarpa y aguacero,a aquel muchacho que llora porque no sabe la invencin del puenteo a aquel muerto que ya no tiene ms que la cabeza y un zapato,hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,donde espera la dentadura del oso,donde espera la mano momificada del nioy la piel del camello se eriza con un violento escalofro azul. No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.No duerme nadie.Pero si alguien cierra los ojos,azotadlo, hijos mos, azotadlo!Haya un panorama de ojos abiertosy amargas llagas encendidas.No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.Ya lo he dicho.No duerme nadie.Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,abrid los escotillones para que vea bajo la lunalas copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros. "Madrid es una ciudad de ms de un milln de cadveres" Dmaso Alonso Madrid es una ciudad de ms de un milln de cadveres(segn las ltimas estadsticas).A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporoen este nicho en el que hace 45 aos que me pudro,y paso largas horas oyendo gemir al huracn, o ladrar los perros,o fluir blandamente la luz de la luna.Y paso largas horas gimiendo como el huracn,ladrando como un perro enfurecido,fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.Y paso largas horas preguntndole a Dios,preguntndole por qu se pudre lentamente mi alma,por qu se pudren ms de un milln de cadveres en esta ciudadde Madrid,por qu mil millones de cadveres se pudren lentamente en el mundo.Dime, qu huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?Temes que se te sequen los grandes rosales del da,las tristes azucenas letales de tus noches?

"Se queran" Vicente AlexandreSufran por la luz, labios azules en la madrugada,labios saliendo de la noche dura,labios partidos, sangre, sangre dnde?Se queran en un lecho navo, mitad noche, mitad luz. Se queran como las flores a las espinas hondas,a esa amorosa gema del amarillo nuevo,cuando los rostros giran melanclicamente,giralunas que brillan recibiendo aquel beso. Se queran de noche, cuando los perros hondoslaten bajo la tierra y los valles se estirancomo lomos arcaicos que se sienten repasados:caricia, seda, mano, luna que llega y toca. Se queran de amor entre la madrugada,entre las duras piedras cerradas de la noche,duras como los cuerpos helados por las horas,duras como los besos de diente a diente solo. Se queran de da, playa que va creciendo,ondas que por los pies acarician los muslos,cuerpos que se levantan de la tierra y flotandoSe queran de da, sobre el mar, bajo el cielo. Medioda perfecto, se queran tan ntimos,mar altsimo y joven, intimidad extensa,soledad de lo vivo, horizontes remotosligados como cuerpos en soledad cantando. Amando. Se queran como la luna lcida,como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,donde los peces rojos van y vienen sin msica. Da, noche, ponientes, madrugadas, espacios,ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,mar o tierra, navo, lecho, pluma, cristal,metal, msica, labio, silencio, vegetal,mundo, quietud, su forma. Se queran, sabedlo.

"Si mi voz muriera en tierra" Rafael AlbertiSi mi voz muriera en tierra llevadla al nivel del mar y dejadla en la ribera.

Llevadla al nivel del mar y nombardla capitana de un blanco bajel de guerra.

Oh mi voz condecorada con la insignia marinera: sobre el corazn un ancla y sobre el ancla una estrella y sobre la estrella el viento y sobre el viento la vela!

"Donde habite el olvido" Luis CernuraDonde habite el olvido, En los vastos jardines sin aurora; Donde yo slo sea Memoria de una piedra sepultada entre ortigas Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje Al cuerpo que designa en brazos de los siglos, Donde el deseo no exista.

En esa gran regin donde el amor, ngel terrible, No esconda como acero En mi pecho su ala, Sonriendo lleno de gracia area mientras crece el tormento.

All donde termine este afn que exige un dueo a imagen suya, Sometiendo a otra vida su vida, Sin ms horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean ms que nombres, Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo; Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo, Disuelto en niebla, ausencia, Ausencia leve como carne de nio.

All, all lejos; Donde habite el olvido.

"Yo quiero ser, llorando, el hortelano" Miguel Hernndez

Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compaero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas y rganos mi dolor sin instrumento. a las desalentadas amapolas

dar tu corazn por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujn brutal te ha derribado.

No hay extensin ms grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento ms tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazn a mis asuntos.

Temprano levant la muerte el vuelo, temprano madrug la madrugada, temprano ests rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes sedienta de catstrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte.

Volvers a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores pajarear tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores. Volvers al arrullo de las rejas de los enamorados labradores.

Alegrars la sombra de mis cejas, y tu sangre se irn a cada lado disputando tu novia y las abejas.

Tu corazn, ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compaero del alma, compaero.

"La poesa es un arma cargada de futuro" Gabriel CelayaCuando ya nada se espera personalmente exaltante,mas se palpita y se sigue ms ac de la conciencia,fieramente existiendo, ciegamente afirmado,como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frentelos vertiginosos ojos claros de la muerte,se dicen las verdades:las brbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemasque ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,piden ser, piden ritmo,piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,con el rayo del prodigio,como mgica evidencia, lo real se nos convierteen lo idntico a s mismo.

Poesa para el pobre, poesa necesariacomo el pan de cada da,como el aire que exigimos trece veces por minuto,para ser y en tanto somos dar un s que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejandecir que somos quien somos,nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesa concebida como un lujocultural por los neutralesque, lavndose las manos, se desentienden y evaden.Maldigo la poesa de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mas las faltas. Siento en m a cuantos sufreny canto respirando.Canto, y canto, y cantando ms all de mis penaspersonales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,y calculo por eso con tcnica qu puedo.Me siento un ingeniero del verso y un obreroque trabaja con otros a Espaa en sus aceros.

Tal es mi poesa: poesa-herramientaa la vez que latido de lo unnime y ciego.Tal es, arma cargada de futuro expansivocon que te apunto al pecho.

No es una poesa gota a gota pensada.No es un bello producto. No es un fruto perfecto.Es algo como el aire que todos respiramosy es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendocomo nuestras, y vuelan. Son ms que lo mentado.Son lo ms necesario: lo que no tiene nombre.Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

"En el principio" Blas OteroSi he perdido la vida, el tiempo, todolo que tir, como un anillo, al agua,si he perdido la voz en la maleza,me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todolo que era mo y result ser nada,si he segado las sombras en silencio,me queda la palabra.

Si abr los labios para ver el rostropuro y terrible de mi patria,si abr los labios hasta desgarrrmelos,me queda la palabra.

"Para que yo me llame ngel Gonzlez" ngel GonzlezPara que yo me llame ngel Gonzlez, para que mi ser pese sobre el suelo, fue necesario un ancho espacio y un largo tiempo: hombres de todo el mar y toda tierra, frtiles vientres de mujer, y cuerpos y ms cuerpos, fundindose incesantes en otro cuerpo nuevo. Solsticios y equinoccios alumbraron con su cambiante luz, su vario cielo, el viaje milenario de mi carne trepando por los siglos y los huesos. De su pasaje lento y doloroso de su huida hasta el fin, sobreviviendo naufragios, aferrndose al ltimo suspiro de los muertos, yo no soy ms que el resultado, el fruto, lo que queda, podrido, entre los restos; esto que veis aqu, tan slo esto: un escombro tenaz, que se resiste a su ruina, que lucha contra el viento, que avanza por caminos que no llevan a ningn sitio. El xito de todos los fracasos. La enloquecida fuerza del desaliento...

"En el principio" Jos Mara ValverdeDe pronto arranca la memoria,sin fondos de origen perdido;muy nio vindome una tardeen el espejo de un armariocon doble luz enajenadapor el iris de sus biseles,decid que aquello lo habade recordar, y lo aferr,y desde ah empieza mi mundo,con un piso destartalado,las vagas personas mayoresy los miedos en el pasillo.Aos y aos pasaron luegoy al mirar atrs, all estabala escena en que, hombrecito audaz,desembarqu en m, conquistndome.Hasta que un da, bruscamente,vi que esa estampa inauguralno se fund porque una tardese hizo mgica en un espejo,sino por un toque, ms leve,pero que era todo mi ser:el haberme puesto a m mismoen el espejo del lenguajedoblando sobre s el hablar,dicindome que lo dira,para siempre vuelto palabra,ma y ya extraa, aquel momento.Pero cuando lo comprendera ya mayor, hombre de libros,y acaso fue porque en algunole la gran perogrullada:que no hay ms mente que el lenguaje,y pensamos solo al hablar,y no queda ms mundo vivotras las tierras de la palabra.Hasta entonces, nio y muchacho,cre que hablar era un juguete,algo aadido, una herramienta,un ropaje sobre las cosas,un caballo con que correrpor el mundo, terrible y rico,o un estorbo en que se aludaa lo lejos, a ideas vagas:ahora, de pronto, lo era todo,igual que el ser de carne y hueso,nuestra racin de realidad,el mismo ser hombre, poco o mucho.

"Si no creamos un objeto metlico" Jos ngel ValenteSi no creamos un objeto metlicode dura luz,de pas aceradas,de crueles aristas,donde el que va a vendernos, a entregarnos, de prontoreconozca o presencie metdica su muerte,cundo podremos poseer la tierra.Si no depositamos a mitad del vacoun objeto incruentocapaz de percutir en la noche terriblecomo un pecho sin trmino,si en el centro no est invulnerable el odio,tentacular, enorme, no visible,cundo podremos poseer la tierra.Y si no est el amor petrificadoy el residuo del fuego no pudierahacerlo arder, correr desde s mismo, como semen o lava,para arrasar el mundo, para entrar como un rode vengativa luz por las puertas vedadas,cundo podremos poseer la tierra.Si no creamos un objeto duro,resistente a la vista, odioso al tacto,incmodo al oficio del injusto,interpuesto entre el llanto y la palabra,entre el brazo del ngel y el cuerpo de la vctima,entre el hombre y su rostro,entre el nombre del dios y su vaco,entre el filo y la espada,entre la muerte y su naciente sombra,cundo podremos poseer la tierra,cundo podremos poseer la tierra,cundo podremos poseer la tierra.

"Intento formular mi experiencia de guerra" Jaime Gil de BiedmaFueron, posiblemente,los aos ms felices de mi vida,y no es extrao, puesto que a fin de cuentasno tena los diez.Las vctimas ms tristes de la guerralos nios son, se dice.Pero tambin es cierto que es una bestia el nio:si le perdona la brutalidadde los mayores, l sabe aprovecharla,y vive ms que nadieen ese mundo demasiado simple,tan parecido al suyo.Para empezar, la guerrafue conocer los pramos con viento,los sembrados de gleba pegajosay las tardes de azul, celestes y algo plidas,con los montes de nieve sonrosada a lo lejos.Mi amor por los inviernos mesetarioses una consecuenciade que hubiera en Espaa casi un milln de muertos.A salvo en los pinares-pinares de la Mesa, del Rosal, del Jinete!-,el miedo y el desorden de los primeros daseran algo borroso, con esa irrealidadde los momentos demasiado intensos.Y Segovia pareca remotacomo una gran ciudad, era ya casi el frente-o por lo menos un lugar heroico,un sitio con tenientes de brazo en cabestrilloque nos emocionaba visitar: la guerraquedaba all al alcance de los niostal y como la quieren.A la vuelta, de paso por el puente Us,buscbamos la arena removidadonde estaban, sabamos, los cinco fusilados.Luego la lluvia los desenterr,los llev ro abajo.Y me acuerdo tambin de una excursin a Coca,que era el pueblo de al lado,una de esas maanas que la luzes an, en el aire, relmpago de escarcha,pero que anuncian ya la primavera.Mi recuerdo, muy vago, es slo una imagen,una ntida imagen de la felicidadretratada en un cielohacia el que se apresura la torre de la iglesia,entre un nimbo de pjaros.Y los mismos discursos, los gritos, las cancioneseran como promesas de otro tiempo mejor,nos ofrecanun billete de vuelta al siglo diez y seis.Qu nio no lo acepta?Cuando por fin volvimosa Barcelona, me qued unos mesesla nostalgia de aquello, pero me acostumbr.Quien me conoce ahoradir que mi experiencianada tiene que ver con mis ideas,y es verdad. Mis ideas de la guerra cambiarondespus, mucho despusde que hubiera empezado la postguerra.

"Placeta de San Marcos" Mara Victoria AtenciaAmrrate. alma ma; sujtate a este mrmol,Sebastin de su trono, con cuantas cintas puedaofrecerte en Venecia la lluvia que te empapa.

Amrrate a este palo, alma Ulises, y escucha-desde donde la plaza proclama su equilibrio-el rugido de bronce que la piedra sostiene.