Antonio García Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    1/22

    Las primeras navegaciones griegas

    a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido

    Antigua: Historia y Arqueologa de las civilizaciones [Web]

    P gina mantenida porel Taller Digital

    http://localhost/var/www/apps/conversion/tmp/scratch_7/Portal/Antigua/http://localhost/var/www/apps/conversion/tmp/scratch_7/Portal/Antigua/http://localhost/var/www/apps/conversion/tmp/scratch_7/Portal/Antigua/http://www.eltallerdigital.com/http://www.eltallerdigital.com/http://www.eltallerdigital.com/http://localhost/var/www/apps/conversion/tmp/scratch_7/FichaObra.html?Ref=12981http://localhost/var/www/apps/conversion/tmp/scratch_7/Portal/Antigua/http://www.cervantesvirtual.com/http://localhost/var/www/apps/conversion/tmp/scratch_7/Portal/Antigua/
  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    2/22

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    3/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    2

    bin, para Sicilia, en las espirales en relieve sobre las puertas de las tumbas de Castelluccio,prximo a Siracusa, y en ciertos huesos con una fina decoracin oviforme del mismo

    Fig. 1.- Oinochoe del Bassin du Fig. 2.- Oinochoe de Menorca.Carnage. (Marsella: Mus. Borly.) (Paradero actual desconocido.)

    yacimiento arqueolgico (4) 4. Aparte de los numerosos ejemplares [-9899-]del tpico vasode doble asa, el llamado , muy frecuente en Sicilia durante el primer

    perodo sculo. Aunque estos testimonios no puedan tenerse con seguridad como productosdirectamente venidos de la cuenca egea, obedecen por lo menos a su influjo y estmulo. Porsu fecha han de colocarse en los comienzos de la Edad del Bronce, como los anteriores.

    Al pleno Bronce corresponden los lingotes cretenses hallados en Serra Illixi (Cer-dea) (1) 5, datables haca el 1500. Y no muy distante de ellos en fecha, las perlas devidrio halladas en Fuente lamo (Almera), de procedencia sin duda niltica (2) 6.

    Sbese tambin por abundantes hallazgos arqueolgicos que al finalizar l segundo

    milenio anterior a Cristo, existan relaciones comerciales bastante frecuentes entre los fo-cos culturales del Egeo y Sicilia, no slo con su costa oriental, la que mira al Mar Jnico,sino lo que es ms interesante para nosotros con las costas norte y occidental de laisla, las que se asoman de pleno al Mar Sardo y Balear. Son vasos myknicos del ltimo

    perodo, semejantes a los que con tanta frecuencia suministra la isla de Rhodas, idolillosde arcilla, tambin tpicamente myknicos, espadas, vasos de bronce laminado, espejos y

    joyas, todo del mismo origen (3) 7.De tiempos algo ms cercanos, lindando ya con el comienzo de la Edad del Hierro en

    el Egeo, son testimonios de la permanencia de estas relaciones, quizs, las hachas deapndice lateral frecuentes en el sur y sudeste de Espaa y halladas tambin en las Balea-res, Cerdea, Sicilia, Italia y toda la cuenca oriental del Mediterrneo (4) 8y las fbulas del

    tipo de Cassibile (Sicilia), halladas tambin en el Egeo (Creta) y al otro lado del Estrechode Gibraltar (lote de la ra de Huelva) (figura 3) (5) 9. [-99100-]

    4 Vide Taramelli, NecropoK di An-ghelu Ruin,en los mon. ant., 1908, pg. 387; Orsi, Caslelluccio,en elBull. di Paletn. Ital., 1892 y 1897.

    5 Vide Taramelli, Bull. di Paletn. Ital., 1904, pg. 91, y, principalmente, Porro, Influssi dell'Orientepreellenico sulla civilt primitiva della Sardegna,enAtene e Roma, 1915.

    6Bosch,Etnologa,pgs. 226-7.7 Consltese Orsi, Atti del I Congresso Storico internacionale, 1905, V; E. Peet, Annual of the British

    School at Athens, 1906-7; Ghirardini,Bull. Palet. Ital., 1913; Peet, The Stone and Brome Ages inItaly andSicily,1909.

    8Bosch,Etnologa,pg. 231.

    9Vide artculoFibel,delReallexikon der Vorgeschichte.de Karo y v. Duhn; Blinkenberg,Fibules grecqueset orientales,1926. Para el hallazgo de Huelva: Gmez-Moreno, Boletn de la R. Acad. de la Hist., t. 83,

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    4/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    3

    Estos son, por el momento, los ms importantes hechos de orden arqueolgico quepueden presentarse como obligados antecedentes a las navegaciones griegas de pocahistrica.

    Por fuentes escritas, aunque no comprobadas todava por los hallazgos, puede afir-marse que desde muy temprano tambin pero no antes de las postrimeras del segundomilenio anterior a Cristo los mercaderes fenicios frecuentaban en viajes directos las

    Fig. 3.- Fbula del tipo llamado de Cassibile del lote hallado en la Ra de Huelva

    apartadas tierras del Mediterrneo occidental, como trmino de sus arriesgadas expedicio-nes comerciales que, a lo largo de las costas norte-africanas, conducan a los ricos empo-rios metalferos del sur de Espaa (Tarschisch). Basndose en la carencia de hallazgos fe-nicios en nuestra Pennsula anteriores a los siglos VIII-VII se ha pretendido negar ltima-mente que estos viajes llegasen hasta ella. Pero hemos de considerar como noticias fide-dignas las transmitidas, no slo por los textos bblicos cannicos y no cannicos, sino porlos autores clsicos, segn las cuales Gadir fue fundada por aquellos mercaderes hacia elao 1100. Esta es, desde luego, mencionada dos veces por el Libro de los Jubileos (VIII,23, 26; IX, 12), basado en un viejo planisferio fenicio datable en pleno siglo IX antes de J.C. (1) 10.

    LOS GRIEGOS HISTRICOS. COMIENZOS DE SUS EXPLORACIONES EN EL OCCIDENTE:CHALKIDIOS Y RHODIOS.

    Los principios del Hierro en el Egeo fueron acompaados de una tan intensa conmo-cin de orden tnico y cultural que hizo cambiar [-100101-]totalmente la faz de su histo-ria. Naturalmente esto no se cumpli sin graves repercusiones de toda ndole. El perodocatico y oscuro con que comienza Grecia a entrar en su Historia escrita, trae consigo una

    prdida casi absoluta de aquellas viejas relaciones, ms mediatas que inmediatas, que du-rante la Edad del Bronce mantuvieron en contacto y relacin ambos focos culturales ex-tremos del Mediterrneo. Por el momento fueron nicamente los fenicios los que sin dudaconservaron y fomentaron aquellas antiguas relaciones beneficindose sobre todo del co-mercio de metales, cuyo emporio occidental constitualo por entonces Tartesss oTarschisch. Parece como si los griegos, ocupados en los comienzos de aquella nueva etapaen buscar acomodo dentro del nuevo mbito geogrfico, sede de sus futuras grandezas ymiserias, hubiesen perdido totalmente la pasada nocin de la existencia de aquellas tierrassitas a su occidente. Sin embargo los hechos posteriores demuestran que este olvido no fuetotal. Cuando el orden y la estabilidad poltica permitieron a los griegos tender su mirada

    por las tierras y mares circunvecinos, cuando pudieron intensificar sus relaciones exterio-res, vuelven a arar el mar con sus naves en busca de las lejanas costas del occidente,

    1923. Parece ser que la fecha asignable a los bronces de Huelva debe rebajarse hasta el siglo IX (segn re-

    ferencia oral del Sr. Almagro, quien tiene en prensa un estudio sobre los bronces de Huelva).10Vide Hermann,Die Erdkarte der Urbibel,1931, pg. 68.

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    5/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    4

    atando a sus nuevos afanes las viejas experiencias de sus precursores. El sur de Italia y laisla de Sicilia fueron de nuevo meta de sus rumbos; stas, andando el tiempo, se transfor-marn en una Magna Grecia. Tal redescubrimiento de los parajes ms occidentales del marJnico abri las puertas de entrada al amplio seno sardo y balear, que muy pronto debieronsurcar. Sus primeras navegaciones vinieron acompaadas de un gigantesco impulso co-mercial y de una actividad marinera slo comparable a la desarrollada en los siglos XV yXVI por espaoles y portugueses. Gracias a ello, el lejano mar de Occidente volvi aabrirse ya de una vez para siempre y a ser parte importante en la historia del mundo anti-guo. Veamos cundo y cmo llegan los griegos histricos a las tierras baadas por el Me-diterrneo Occidental.

    Mediado el siglo IX navegantes jonios oriundos de Chalks y Eretria, en Euboia,fundan una colonia, la de Kyme, valientemente clavada lejos de sus hogares metro-

    politanos, en pleno mar Tyrrhenio, frente por frente de Cerdea. El valor y el significadoque este hecho, casi inverosmil, tiene para la historia cultural del Mediterrneo Occidental[-101102-] es enorme. Ciertas tradiciones colocan esta fundacin en fechas an ms

    lejanas (hacia el 1050) y hay historiadores que no niegan esta posibilidad. Mas, por hoy, laarqueologa no constata la presencia de griegos en esos lugares en fecha anterior al sigloVIII-IX. De todos modos, an aceptando provisionalmente esta data, es indudable queantes de ella los chalkidios tenan que conocer bien estos parajes, pues es condicin nece-saria la precedencia de ciertos viajes exploratorios y ciertos tanteos comerciales o pirticos

    precursores de la fundacin colonial. En cualquier caso ello nos prueba que los interesesgriegos creados por el nuevo estado de cosas miraban desde el principio y primordial-mente al lejano Occidente, a donde les conducan no slo los recuerdos de viajes y empo-rios ancestrales, sino tambin el ejemplo de las navegaciones fenicias, que por entoncestenan ya una base comercial firme en Gadir, en las bocas del Atlntico y un cierto nmerode intereses en Sicilia. Al constituirse Kyme en la primera colonia griega de Italia, el

    navegante heleno haba hecho acto de presencia en la mitad occidental del Mediterrneo,el cual no tardar en ser incorporado totalmente a su oikoumene. Este acontecimiento,usando de la mxima prudencia en las fechas, puede situarse sin temor, por lo. menos,hacia el 800 antes de J. C. (1) 11.

    Kyme fue el punto de partida de una asombrosa actividad colonizadora. Rasgado el mis-terio, los griegos, y a su cabeza los mismos, jonios chalkidios, comienzan a pulular por el nue-vo mar, estableciendo en primer lugar nexos o lazos intermediarios entre la nueva colonia y la[-102lminas-]

    11El problema de la fecha de fundacin de Kyme ha dado lugar a una acentuada diversidad de opiniones.Por ceirnos a los ltimos y ms autorizados juicios, citemos los de K. J. Beloch y E. Pais. Beloch (Grie-chische Geschichte, I, II., pg. 227, segunda edicin, 1926) no acepta que Kyme haya sido fundada antesde dominar el estrecho de Mesina, calculando su fundacin no mucho antes que la de Mgara o Syrkous-sai. La remota fecha transmitida por Eusebios, Velleius y Strabon, se la explica Beloch por una confusincon su homnima la Kyme de Asia Menor. Ettore Pais, por el contrario, admite como muy verosmil, si nola fecha dada por los autores citados, s al menos la prioridad de ella con respecto a las dems colonias su-ditlicas y sikeliotas, segn el testimonio de Strabon ( . Strabon, V, 4, 4). En un principio, aade, no se trataba de fundar colonias agrarias o polti-cas, sino de fijarse en puntos seguros para el depsito y el trfico de mercancas, obtenidas incluso por

    procedimientos pirticos (E. Pais, Storia dell'Italia Antica,2. edic., 1933, I, pg. 271). La opinin de Be-loch nos parece exagerada. Casos como el de Kyme los tenemos en la fundacin de Gadir, en la de Mai-

    nake, en varias de las colonias griegas del Pontos, que fueron creadas antes de establecer las colonias in-termedias.

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    6/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    5

    Fig. 4.- Pentekntoros griego del siglo VIII en un vaso del "geomtrico final" del Museo Britnico.

    Fig. 5.- Gran navo de altura pintado en un vaso del geomtrico final (s. VIII), conservado en Toronto.(Segn Payne,Protokorinthische Vasenmalerei ,lm. III.)

    Siguiente >>

    http://022026_2.pdf/http://022026_2.pdf/
  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    7/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    6

    Fig. 6. Oinochoe geomtrico del Bassin de Carnage. (Marsella, Mus. Borly.) Figura 7.- Amphoriskosgeomtrico de Saint-Marcel. (Marsella, Mus. Borly.) Fig. 8.- Hydria geomtrica de Olbia. (Mus. de

    Hyres.) Fig. 9.- Lkythos protokorinthio de Olbia. (Mus. de Hyres.) Fig. 10.- Taza jnica del Etangde Berre, (Mus. des Antiq. Nationales.) (Segn Jacobsthal y Neuffer, Galia Graeca.)

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    8/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    7

    [-lminas103-]metrpoli. A los jonios de Chalks y Eretria sguenles los dorios del Pelopnnesos, deRhodos, de Kreta, los achaios o aqueos de Lokrs. As, poco ms tarde de la creacinde Kyme vemos poblarse de factoras y colonias griegas todas las playas suditlicas y si-cilianas baadas por las aguas del mar Jnico y el mar Sculo. Surgen unas colonias trasotras. A la chalkidia Kyme sguele Naxos, fundada por gentes del mismo origen, en 735,al pie del Etna. Un ao ms tarde le sucede Ortyga, cuna de la gran colonia drica, de laopulenta Syrkoussai, luego Mgara Hyblaia, doria tambin; Leontinoi, Katana stas deestirpe jnica, alineadas todas ellas en la costa siciliana del mar jnico y nacidas haciael 730. Los jonios chalkidios, necesitando dominar la llave del estrecho que da entrada almar Tyrrheno, donde ya tenan el punto avanzado de Kyme, fundan Zankle (llamadadespus Messana), en la misma fecha. Nueve aos despus surge en el sur de Italia, sobrelas costas del mar Jnico, la achaica Sybaris (721), luego Taras, Kroton, Lokro, nacidashacia el 708, doria Taras, achaias las otras dos. Con el fin de vigilar ambas orillas del es-trecho de Zankle, nueva hornada de gentes jonio-chalkidias planta frente a ella, en la costaitlica, Rhegion, fundada el 708 tambin. Poco antes los mismos de Zankle fundan la sub-colonia de Mylai (716), asomada por entero al nuevo mar tyrrhenio. Hacia el 700 los rho-dios con los kretenses, dorios como ellos, se establecen tambin en Sicilia, dando el nom-

    bre de Gela a su primera colonia sita ya frente a las costas carthaginesas, vigilando el otropaso, ms amplio, al mar Sardo. As, en menos de medio siglo, con las fundaciones dejonios, dorios y achaios una nueva Grecia haba nacido a las puertas del Mar Occidental.

    Los testimonios de orden arqueolgico demuestran que antes de la fundacin de estascolonias sus comarcas eran ya visitadas por comerciantes activos. El colono, ms positivoy cauto que los exploradores, piratas o negociantes ocasionales, no se establece si antes noest bien informado del porvenir de las tierras que ha de colonizar, A las fundaciones cita-das, todas ellas del ltimo tercio del siglo VIII, precedieron, con mucho, viajes aislados de

    exploracin o de aventura, tanteos y creaciones de emporios provisionales, en muchoscasos simples refugios de aventureros (el caso de Zankle), embriones de las futuras colo-nias. [-103104-]

    La llegada de los griegos a las costas tyrrheaias y sicilianas y las consiguientes funda-ciones en ellas efectuadas trajeron consigo, y como consecuencia inmediata, el trfico conlos pueblos indgenas que habitaban en sus orillas. Fue entonces cuando a las vagas noti-cias geogrficas que acerca de las tierras y mares occidentales tuviesen los griegos en

    particular por conductos feniciosse unieron informaciones ms precisas y concretas re-cibidas esta vez de los propios moradores de las tierras que acababan de visitar y coloni-zar. Una de las caractersticas ms notables de la pasada Edad del Bronce, por lo que alintercambio recproco de los pueblos ribereos del Mediterrneo occidental se refiere,

    constituyla el mutuo y perfecto conocimiento que entre ellos exista de tiempo atrs.Italia, Sicilia, Baleares, Cerdea, Crcega y las costas de la Pennsula y el norte de fricano se ignoraban entre s. Los hallazgos oriundos de unos crculos culturales dentro deotros, las lneas generales del desarrollo de estos crculos, o facies, tan ntimamente rela-cionados unos con otros, son las mejores pruebas de este intercambio de signo esencial-mente martimo que unan unas islas con otras y stas con las costas continentales de susmrgenes. Esto, que es evidente para la Edad del Bronce, acentuse en los comienzos delHierro, mxime cuanto que ya desde sus comienzos un pueblo de navegantes y mercade-res, el fenicio, serva de vehculo entre las distintas costas del mar Sardo. Sicilia, Crcega,Tartesss, Italia, sin duda tambin la Provenza, eran frecuentemente visitadas por ellos,antes que los griegos llegasen a sus playas. Informados los helenos por los indgenas cono-

    cieron pronto los secretos de aquel amplio seno martimo a cuyas puertas se hallaban ya

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    9/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    8

    instalados. Con los informes recogidos no cabe dudar que ya en la segunda mitad del sigloVIII, o todo lo ms tarde en sus postrimeras, los griegos pudieron navegar por todo elMar de Occidente, yendo de isla en isla y de estas a las ms lejanas costas por donde se

    pona el sol y donde, como sin duda saban tambin, iban a recoger riquezas minerales lostraficantes y marinos fenicios de mucho tiempo atrs.

    Pasado el estrecho angosto flanqueado por las dos colonias chalkdias de Zankle yRhegion, el nuevo mar abrase para los griegos como un campo dilatado propicio a susaventuras y negocios. Ya en aquella poca eran conocidos los grandes navios de cincuentaremos, los [-104105-]pentekntoros, citados en laIlada (Il.,719; XVI, 170) y la Odyssea(VIII, 35), de slida construccin, gran autonoma y bien dispuestos para las navegacioneslargas y de altura (figs. 4 y 5). La aparicin de aquellas potentes naves debi causar enton-ces una verdadera revolucin en las cosas del mar, algo semejante a la que causaron en elsiglo XV las carabelas. En este aspecto, como en tantos otros, el paralelismo de estas dosgrandes etapas de descubrimientos geogrficos es verdaderamente notable. El espritu in-quieto de los primeros navegantes helenos hubo de impulsarles de modo irresistible a ex-

    plorar aquellas soleadas costas, idnticas en clima, frutos y aspecto a las suyas propias.Deseosos de adelantarse unos a otros en una no siempre noble competencia, sin miedo a lodesconocido, llevando como norte el afn del lucro, las fciles ganancias o la arriesgadarapia comenzaron a navegar por el mar Tyrrhenio, el mar Sardo, el mar Balear, el marTartessio, viendo gentes nuevas bien dispuestas al ventajoso intercambio, descubriendocaudalosos ros, ndices de tierras profundas y dilatadas, hallando grandes islas habitadas

    por pueblos brbaros fciles de dominar y explotar o frecuentadas rutas comerciales de se-guras y ricas presas.

    REFLEJO DE LOS PRIMEROS VIAJES POR OCCIDENTE EN LOS POEMAS MTICOS ANTERIORES ALAO 600. LA ODYSSEA, HESODOS, LAS KYPRIAS, STESCHOROS.

    Los poemas contemporneos, en especial la Odyssea, reflejan en parte este nuevomundo abierto ante los ojos de los griegos y aquel espritu audaz y de aventura que lesllev a explorarlo y recorrerlo en todos sentidos. Sobre ello se ha escrito mucho y se handado multitud de interpretaciones ms o menos probables. Pero como en realidad nadaconcreto a nuestro fin puede descubrirse en esos poemas, salvo la evidencia de su fondohistrico referible a las navegaciones por el mar de Occidente (Odyssea,IV, 567; XI, 155;XII, 1), damos de lado este aspecto literario para buscar en otras leyendas, de fondo msconcreto, aquellos testimonios que aclaren en lo posible este oscuro perodo en que loshelenos comenzaron a navegar por nuestros mares (1) 12. [-105106-]

    12Muchos han sido los ensayos hechos sobre la posible ubicacin de ciertos pases o personajes de la Odys-sea. Para Brard (Les Phniciens et l'Odysse, I, 1902; II, 1903), Kirke habitara en la costa italiana; losLaistrygones, al N. de Cerdea; Kalyps, en el estrecho de Gibraltar. Pero stas, como otras identificacio-nes por el estilo, son siempre arbitrarias y muy problemticas. Ya en la Antigedad, durante la poca hele-nstico-romana, se interpretaron en este sentido muchos pasajes de Homeros. Strabon (I, 1, 4 y 5) colocaen Iberia los campos Elyseos y las islas Afortunadas citados por el poeta. Ms adelante (III, 2, 12) vuelvea insistir sobre el conocimiento que tuvo Homeros de Tartesss y admite el viaje de Odysses hasta Lisboa(III, 2, 13 y sigs.). Las afirmaciones de Poseidonios, Artemdoros y Asklepiades de Myrlea, recogidas cr-dulamente por Strabon, y las de los latinos como Silio Itlico, Justino y Plinio, que nos hablan de una re-mota colonizacin griega en Galicia, a raz de las guerras troyanas, de ciertas costumbres griegas entre losmoradores del interior de la Pennsula, de un culto de Odysses en la Sierra Nevada, etc., etc., son deduc-ciones arbitrarias sacadas, sin otros fundamentos, de la similitud de ciertos topnimos indgenas con otros

    griegos o de ciertas costumbres locales semejantes a otras griegas. Sobre estas interpretaciones, a las quetan dados eran ciertos escritores helenstico-romanos, se ha escrito y fantaseado mucho hasta nuestros

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    10/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    9

    Es en Hesodos (hacia el 700) donde hallaremos datos ms precisos demostrativos deuna mayor claridad en el concepto geogrfico de los confines occidentales del mundo an-tiguo. Su alusin a Italia y Sicilia, donde coloca las aventuras de Odysses (1) 13, es elresultado de las navegaciones primeras de los chalkidios (Kyme, Naxos, etc., datables porlo menos en el siglo VIII). La cita de los tyrrhenios y latinos (Teogonia,1.013) no es,como Schulten supone (2) 14, reflejo de las navegaciones phkaias, sino de las chalkdias yrhodias. Del Estrecho tiene una nocin que, aunque vaga, se halla explcita en sus locali-zaciones de los mitos de Herakls y Perseas, de las Gorgonas y de las Hesprides de vozsonora, de Atlas y Erytheia. Las Hesprides y las Gorgonas sitalas "ms all del ilustreOcano" (, Theog.,215 y 274). El fuerte Herakls dio muerte aOrthos y al boyero Eurytion en un sombro establo de Erytheia, isla sita "en medio de lasolas", "cuando el hroe atraves el Ocano" (Theog.,287 y sigs.). Atlas sostiene el cielo"en los confines de la Tierra" (Theog.,518).

    En lasKyprias (siglo VII) y en Steschoros (hacia el 600) hay nuevas referencias delos lejanos parajes de Occidente en relacin, [-106107-] tambin, con el mito herakleida

    (vase ms adelante, pg. 115). Despus las referencias van adquiriendo un aspecto cadavez ms histrico. El viaje de Klaos, hacia el 630, es ya una narracin de tipo puramentehistrico.

    TRADICIONES GRIEGAS SEMTICAS E HISTRICAS REFERIBLES A SUS PRIMERASNAVEGACIONES POR LOS MARES DE LA PENNSULA IBRICA: LAS BALEARES Y TARTESSS.

    TLEPLEMOS, LOS RHODIOS. RHODE Y RHODA.

    Una vieja tradicin cuidadosamente transmitida de unos a otros y recogida por ciertoshistorigrafos muy posteriores, deca que , antes del cmputo

    por olympiadas (la primera se fecha en el 776), en la poca de su thalassokrata, navegan-

    tes rhodios se haban aventurado por los mares lejanos de Occidente, llegando hasta Es-paa () y fundando en ella a Rhode ('). Remon-tndose en sus recuerdos an ms referan que ciertos dorios de Rhodos, tras las guerrastroyanas, llegaron a instalarse en las islas Gymnesai, es decir, las Baleares (... ' ). Estas interesantes tradiciones han lle-gado a nosotros gracias a Strabon (1) 15, quien adems, en el mismo prrafo, nos habla delas otras fundaciones rhodias contemporneas en la Opik (Parthenope) y en la Dauna(Elpas).

    En el poema de Lykphron (escrito hacia el ao 270 a. J. C.) "Alexandra" (versos 633 ysigs.) se alude poticamente a este ltimo episodio. En este poema la adivina Kasandra (Ale-xandra), hija de Pramos de Troya, prevee la cada de la ciudad y la suerte que han de correr

    los hroes, tanto troyanos como achaios. Con este motivo el autor, recogiendo viejas tradi-ciones de ncleo histrico tomadas, al parecer, de Tmalos y Lykos de Rhegion, hace hablara la adivina, que predice la fundacin de algunas ciudades de Occidente. Segn profetiza

    das, en los que un sano criterio las ha descartado definitivamente. Ya nuestro sabio arquelogo Rodrguezde Berlanga recogi y crtico acertadamente todos estos textos arbitrarios (Los bronces de Lascuta,de Bo-nanza y de Aljustrel,Mlaga, 1881, pgs. 18 y sigs. y 312 y sigs.). El mismo valor concediles el gran in-vestigador portugus Martins Sarmento (Os gregos no noroeste da Iberia,1876, vuelto a publicar en Dis-

    persos,Coimbra, 1933). Por el contrario, Garca de la Riega defendi tenazmente la posibilidad de talestradiciones (Galicia Antigua,1904).

    13Frag. 65-68 de Rzach.

    14Tartessos,pg. 72, ed. esp.15XIV, 2, 10; aunque en III, 4, 8, dice ... '`, '.

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    11/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    10

    Kasandra, parte de los griegos arribarn en sus naves a las (las "roco-sas" Gymnesas), donde vivirn miserable vida, desnudos, [-107108-]armados con hondasy no comiendo el pan si antes no han logrado derribar con ellas el pedazo colocado lejos,sobre un palo (1) 16. A rengln seguido (versos 642-3) el autor alude a la prolongacin deestos viajes hasta cerca de las puertas de Tartesss. ().

    Otra versin del mismo tema hllase en el eptome de Apolldoros (siglo I a. J. C),donde se dice (2) 17que las gentes del hroe rhodio Tleplemos un Herakleida, tras elsaqueo de Ilion, arribaron a Creta, desde donde, apartados por los vientos, llegaron a lasislas ibricas y all se establecieron ( ti() (3) 18.

    Formas legendarias semejantes y que enmascaran hechos histricos hay tambin paralas islas de Crcega y Cerdea, en las que los "nstoi", o regreso de los hroes troyanos asus hogares, juegan un papel muy parecido. La Eneida es una forma tarda de esta mismaserie de tradiciones.

    En estas narraciones de tipo legendario y oriundas probablemente de Rhodos encon-

    trmosnos, sin duda, ante un reflejo de navegaciones muy remotas por nuestros mares. En"ellas parece posible rastrear dos estadios distintos en su proceso de leyendizacin; uno, elms histrico, en el que estas navegaciones, perdido ya el recuerdo de su fecha, se colocanvagamente en tiempos anteriores a las olympiadas (antes, por tanto; del 775); otra, ms de-formada e influida por las narraciones novelescas de los "nstoi" (ltimo grupo del ciclotroyano, muy afn al carcter aventurero de aquellas prodigiosas e histricas navegaciones)relaciona a stas con el hroe rhodio Tleplemos o, sin dar nombre alguno, con los acon-tecimientos inmediatamente posteriores a la cada de Troya.

    Los escritores antiguos an nos han dado ms detalles sobre esta participacin rhodiaen las primeras empresas del Mediterrneo [-108109-]Occidental. Plinio transmtenosotra noticia segn la cual a orillas del Rdano tuvieron aqullos una ciudad de nombre

    Rhoda, de la que el naturalista no dice ms sino que ya haba desaparecido ("at que ubiRhoda Rhodiorum fuit", Plin., Nat.Hist.,III, 33). Algo ms al oeste, la colonia griega deRhode, sita ya en nuestras costas peninsulares, era reputada como colonia rhodia tambin(Strabon, III, 4, 8, y XIV, 2, 10). Sobre la fecha de su fundacin hay esta interesante noti-cia que, recogida de Tmaios o phoros (siglo IV), transmiti, el Pseudo-Skymnos: (') '... (Ps.-Skym., 205-6). De ello parece de-ducirse que fue fundada en tiempos de la thalassokrata rhodia, es decir, en el siglo IX,siendo, por tanto, anterior al cmputo por olympiadas y coincidiendo en ello con la refe-rencia cronolgica del otro texto ya transcrito en lneas anteriores (Strabon, XIV, II, 10).Como se ve todas estas referencias aluden a hechos muy viejos cuya, cronologa va desdeel siglo XII a IX a. J. C. Ms adelante volveremos sobre ellos y sobre sus posibles y ms

    verosmiles reducciones cronolgicas (ver pg. 113).

    LOS PRIMEROS TESTIMONIOS ARQUEOLGICOS GRIEGOS EN OCCIDENTE EXTREMO.

    Tomados en consideracin los testimonios literarios ya citados en el prrafo anterior,indaguemos lo que haya de cierto en ellos, utilizando como base de partida el testimonio

    16Lykphron recoge aqu la noticia presente en varios textos de que los baleares, para adiestrarse desdenios en el manejo de la honda, usaban de este curioso ardid. Vase, p. ej., Didoros, V, 18. El scholiastade Lykphron aclara este pasaje aadiendo la noticia de que Tmaios afirma haber llegado a las Gymnesaialgunos bootios y que el historiador sikeliota llama en una ocasin a estas islas Choirades,es decir, unnombre que en Lykphron se presenta como epteto.

    17Myth.Graeci,I,6, 15 b.18El mismo contenido en Tzetz,Lyk.911.

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    12/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    11

    arqueolgico. Por el momento ste no traspasa los linderos cronolgicos del siglo VIII. Delas costas de Provenza proceden los siguientes claros indicios de un comercio con griegosdatable ya en la centuria citada: un oinochoe geomtrico (fig. 6), probablemente kykl-dico, de la primera mitad del siglo VIII y procedente del Bassin du Carnage (no se con-funda con el ya citado de la Edad del Bronce); un amphoriskos geomtrico, quizs ttico,y de la misma fecha, hallado en las cercanas de Marsella (fig. 7); una hydria pequea,tambin geomtrica (fig. 8), y un lkythos proto-korinthio (fig. 9), ambos hallados en lalocalidad de la antigua Olbia y conservados en el Museo de Hyres; unas fbulas de broncehalladas [-109110-]en Gard, de tipo helldico e importadas en el siglo VIII (fig. 11). Y,finalmente, como dudosa, una taza procedente de l'etang de Berre (figura 10), semejanteen forma a otras halladas bajo el Heraion de Samos en un nivel correspondiente al sigloVIII (1) 19. Que sepamos, no existen pruebas arqueolgicas de estas fechas en las Balearesy costas firmes de la Pennsula Ibrica. Pero por ahora sirven de testimonio, indirectos,ms fehacientes, los hallazgos citados de la regin de Marsella (2) 20.

    Fig. 11.- Fbulas griegas arcaicas halladas en Gard. (Mus. de la Soc. Arq. de Montpeller.)

    Es, por tanto, de una claridad irrefutable la existencia de un trfico comercial griegocon las tierras del lejano Occidente, por lo menos desde la primera mitad del siglo VIII, esdecir, antes que la fecha ms baja aceptada, aunque provisionalmente, para la fundacin deKyme, la primera colonia griega de nuestra cuenca mediterrnea. Es de sumo inters quequede bien sentado este hecho para discutir la posibilidad de aquellos viajes rhodios a lasBaleares y Tartesss y de aquellas fundaciones de Rhode y Rhoda, de lodo lo cual, comoya se ha visto, hablan ciertas tradiciones ms o menos deformadas y corrompidas por lasleyendas.

    EL PROBLEMA DE LA COLONIZACIN RHODIA EN OCCIDENTE EXTREMO.

    Aquellas tradiciones en las que con tanta insistencia se habla de los rhodio, ya en lasBaleares, ya en Tartesss, ya en las costas [-110111-]provenzales y catalanas, plantean lacuestin de si, en efecto, hubo o no una participacin rhodia en las primeras etapas de lasexploraciones griegas de nuestras costas. Para hallar una va de solucin comencemos pordestacar un hecho indiscutible que hemos procurado, a este fin, poner bien de relieve enlas lneas anteriores: el de la presencia material de objetos griegos datables desde comien-

    19 Vide Jacobsthal y Neuffer en su ya citado trabajo, Gallia Graeca,pgs. 40 y sigs., con la bibliografa

    anterior.20 La opinin manifestada a comienzos de siglo por Jullian (Hist. de la Gaule, I, pgina 195) de que los

    objetos ms antiguos conocidos entonces fuesen importaciones de etruscos, fenicios e incluso de piratasligures, no es viable hoy.

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    13/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    12

    zos del siglo VIII en las costas ms alejadas del Occidente. Como tal fecha precede por lomenos en ms de un siglo a la que generalmente suele tomarse como inicial de las navega-ciones phkaias en los mismos alejados parajes (para algunos stas son todava bastantems modernas), es indudable que aquellas importaciones han de haber sido obra de otrasgentes distintas y antecesoras de los phkaios, lo que equivale a decir que antes de stoshubo, sin duda, otros contactos datables, por lo menos, desde comienzos del siglo VIII,como los mencionados testimonios arqueolgicos nos fuerzan a deducir.

    Ahora bien; los navegantes griegos que llevaron esos tempranos productos, quineseran? Si nos atenemos a los textos llegados a nosotros, nada ms que una respuesta cabe:los rhodios, ya que son los nicos recordados en estos parajes y en fechas desde luegomuy anteriores al siglo VII. Pero tambin hemos de pensar en los chalkidios yaun en loscretenses. Los primeros porque, aunque no sean citados expresamente por los textos litera-rios en estas nuestras tierras occidentales extremas, sabemos, s, que fueron en realidad los

    primeros en fundar colonias en sus ms prximas orillas (mar Tyrrhenio) y, ciertamente, laprimera, Kyme, en tiempos muy remotos (siglo IX-VIII) y en lugar tan avanzado que no

    se explica sino como resultado de un primitivo comercio con Cerdea, Etruria y Liguria yno sabemos hasta qu punto tambin con Baleares y la Pennsula. Los cretenses, porquehicieron acto de presencia en el Occidente junto a los rhodios (fundacin de Gela, Akra-gas) y en tiempos anteriores al comienzo de las navegaciones phkaias.

    Aunque para este primer perodo de la colonizacin griega en esta zona del Occidentenos falten por el momento testimonios especficamente rhodios (los hay de otras proceden-cias, como hemos visto) que expliquen a satisfaccin los textos mencionados, para los inme-diatos subsiguientes, no. Son varios y claros los objetos que, oriundos de [-111112-]talleresindustriales rhodios, aparecen en Occidente desde el siglo VII, an a pesar de que eran yalos phkaios los que en estas centurias comenzaban a hacerse dueos de los apartados em-

    porios comerciales de Poniente. Mas como estos comprobantes arqueolgicos no pertene-

    cen, en rigor, a la poca que ahora nos ocupa, nicamente nos limitamos aqu a recordarlosanticipando su presencia. Bstenos por el momento saber que estos hallazgos no son rarosy que, unas veces de fecha arcaica y otras de tiempos clsicos, han aparecido desde el surde Espaa hasta el medioda de las Galias. Prueba de la supervivencia de un viejo trficocomercial cuyo origen debe buscarse en los aos y decenios oscuros en que los rhodios ychalkidios comenzaron a abrir las rutas del lejano Occidente (1) 21. [-112113-]

    21El problema de la participacin rhodia en las primeras colonizaciones del rea occidental del Mediterr-neo es viejo, pues los textos, aunque acogidos en muchos casos con cierto recelo y desconfianza, eran,naturalmente, conocidos. Ya nuestro Masdeu era partidario de ella, an en contra de los Mohedano que lenegaban por falta de pruebas arqueolgicas (Masdeu,Hist.Crtica de Esp.,III, 78, edic. Sancha, 1784). En

    fechas ms prximas, Meltzer (Geschichte der Karthager, I,pgs. 149 y sigs., y 479), Hbner (La Ar-queologa de Espaa,pg. 194), Vives (Mem. Numism. esp., 2.apoca, nm. 1, pgs. 1 y sigs.), E. Maass(Oesterh. Jahresh., IX, pg. 139), Mlida (Cronol.de las Antiged. ibr. ante-romanas,pgs. 11 y 44),Friedlnder (Herakles,pg. 23), Jacobsthal y Neuffer (loc.cit.),Berthelot (Ora Maritima,pg. 136), lti-mamente Schulten (Die Griechen in Spanien, Rhein. Mus. fr Philol. 1936, pg. 289) y muchos otros,aceptaban o aceptan la posibilidad de tales relaciones interpretando los referidos documentos literarios enun sentido positivo. A su lado, empero, otros investigadores no se atrevan a admitir sin ms pruebas esta

    participacin rhodia tan temprana. Consideraban excesivamente alta la fecha deducible de los textos parael comienzo de las exploraciones griegas en los mares de Occidente. As, entre nosotros los citados Mohe-dano (Hist.Literaria de Esp. II, pg. 115) en el siglo XVIII y entre los modernos Hiller von Gaertringen(R. E. Pauly-Wissowa, art. "Rhodos", col. 755), Wackernagel (idem, art. "Massalia", col. 2.130), Jullian(Hist.de la Gaule,I,pg. 186) y algunos otros eran opuestos a su aceptacin. Entre los investigadores detemas espaoles relacionados con la colonizacin griega de nuestra Pennsula, Schulten fue partidario en

    un principio de la misma tendencia negativa (R. E. Pauly-Wissowa, art. '"P") y tras l Bosch (Prehist.Catal., pg. 194, y omisin constante del problema en sus distintos trabajos) y quizs algunos otros.

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    14/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    13

    Slo gracias a las tradiciones locales rhodias (las chalkidias no han tenido la mismasuerte) que conservaron vivas durante mucho tiempo sus pasadas proezas marineras y tu-vieron la fortuna de ser recogidas por historigrafos posteriores, y a la labor meritoria de lasinvestigaciones arqueolgicas, que. han descubierto las pruebas materiales de su posibilidadhistrica, esta primera etapa de la colonizacin griega en Occidente comienza a verse hoycon una claridad luminosa y a constituir, quizs, el captulo ms nuevo y atrayente de lahistoria de las relaciones griegas con las tierras y por los mares del lejano Poniente.

    Una vez ms la leyenda se ve confirmada por la arqueologa y, a su contacto, el mitose convierte en realidad. Sin embargo, parece ser que las fechas dadas por los textos hande someterse a una prudente reduccin. Se ha visto que, segn cierta versin, ya corrompida

    por la leyenda, los rhodios tocaron en las Baleares hacia el siglo XII (Troya, Tleplemos, los"nstoi") y que, segn otra ya ms aceptable, la fundacin de Rhode en el Pirineo, tuvolugar durante la "thalassokrata" doria (calculable, segn la famosa lista de Didoros VII, 13, entre el 900 y el 876), siendo la ms verosmil aquella de Strbon (XIV, 2, 10) enla que estos hechos son fijados, prudentemente, poco antes de las olympiadas (779), es

    decir, en nmeros redondos, hacia el 800. Pues bien, creemos, segn esta graduacin, quedebe descartarse como inaceptable desde luego la primera, siendo dudosa la segunda y ple-namente posible la tercera. En resumen, tenemos como muy verosmil la presencia de los

    primeros rhodios en Occidente ya a mediados del siglo IX (thalassokrata), pero es de supo-ner que su actividad no se hiciese sentir hasta el siglo VIII. Pudo ser entonces cuando sefundasen en el Rdano aquella colonia de Rhoda de que nos hablan Plinio [-113114-](H.

    N. III, 33), y en las estribaciones de los Pirineos la de Rhode, cuya fundacin, segnciertos textos ya analizados (Str., XIV, 2, 10; Ps. Skym., 205-6), tuvo lugar cuando losrhodios eran potentes en el mar (siglo IX). Desde luego aquellos objetos griegos de la pri-mera mitad del siglo VIII que han sido sealados en Provenza confirman plenamente la

    posibilidad histrica de la fecha transmitida por Strbon y el Pseudo-Skymnos.

    EL CICLO LEGENDARIO DE HERAKLS Y SU PROPAGACIN EN OCCIDENTE.

    Un aspecto susceptible de ser interpretado en favor de la aportacin drica al descu-brimiento del Occidente es el de la temprana localizacin de cierto nmero de episodiosdel ciclo legendario herakleida, drico por tanto, en la Pennsula y regiones vecinas. Essabido que la leyenda, al menos desde Hesodos (hacia el 700), quien, como vimos, ya

    posea informes ciertos sobre el Ocano exterior occidental, coloca la victoria del "fornido

    Mas, hoy da, ante la evidencia de los hallazgos, no cabe ya mantener el mismo criterio escptico o ne-gativo. El mayor obstculo que a los dos ltimos investigadores ha impedido ver el problema en sus as-

    pectos positivos, ha sido, a nuestro juicio, el tomar demasiado al pie de la letra el texto de Herdotos quenos dice que fueron los phkaios los primeros que navegaron nuestros mares (Herd., I, 163). Texto que,aunque no existiesen los referentes a los rhodios, sera igualmente, falso, pues sabemos por otros y variosconductos que mucho antes que los phkaios, navegaban ya por los mares de Poniente hombres de Chalksy Eretria. Como testimonio de ello siempre se ha tenido el argumento de la fundacin de Kyme, que por sufecha y situacin es, sin duda alguna, la primera colonia griega de Occidente, muy anterior, como se havisto an aceptando para su fundacin la fecha ms baja , al comienzo de la actividad colonizadora delos phkaios en los mismos mares. De tal modo que considerada por aquellos investigadores lacolonizacin phkaa como la primera y no dndose sta antes del siglo VII, todas las referencias dehechos anteriores hubieron de tenerse como fantsticas, aun en los casos (como sucede precisamente conalgunos referidos de los rhodios) en que aqullas conservaban un claro y evidente sabor de autenticidad,ya que an no se haban dejado contaminar por las leyendas epopyicas del ciclo troyano. No se vio quelos phkaios, en realidad, fueron los ltimos en llegar y que su fecunda labor desarrollada a continuacin

    borr, durante los dos siglos de sus actividades, toda o casi toda huella que probablemente no fuetampoco muy intensa de la presencia anterior de chalkidios y rhodios.

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    15/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    14

    Herakls" sobre el "tricpite Geryon" en las tierras del lejano Occidente (1) 22. En ellassita tambin a Atlas (2) 23y la mansin de la "terrible Styx" (3 24). Poco ms tarde, enSteschoros (hacia el 600) la leyenda halla una localizacin ms precisa; Strabon (III, 2,11) nos ha conservado un fragmento de su poema en el que cantaba el viaje deHerakls a Occidente. El fragmento dice que en Tartesss, de cuyo ro nos da las primerasnoticias, fue engendrado el "pastor de bueyes" Geryon. Steschoros vivi y compuso sus

    poemas en Sicilia, en la colonia drica de Himera, donde sin duda llegaban con frecuencianoticias del sur de Espaa por medio de los viajeros rhodios, peloponnesios o kretenses yquizs tambin de los primeros navegantes phkaios. En las Kyprias (siglo VII), en losfragmentos conservados, se hace alusin a lo mismo. De un siglo ms tarde, prxima-mente, fragmentos de Pesandros de Kameiros, dorio de Rhodos, de Panyasis de Halikar-nasss, tambin dorio, y de Pherekydes de Athenas, sobre todo de este ltimo, nos hablanigualmente [-114115-]de Herakls en su relacin con el Occidente y Tartesss (1) 25. Nique decir tiene que esta elaboracin mitolgica, que iba tomando cuerpo desde el sigloVIII-VII conforme se abra el Occidente a los griegos, daba libre entrada a la fantasa. Por

    eso no es de extraar que el loggrafo Hekataios de Mletos, hombre de ciencia y gegrafoescrupuloso, protestase ya de estas localizaciones arbitrarias y abusivas de Herakls enTartesss e intentase reducir el mito a su prstino ambiente geogrfico (2) 26.

    Se ha solido explicar esta presencia de Herakls en Occidente como debida a influjosfenicios, ya que stos trasladaron el culto de Melkart a las costas del medioda de la Penn-sula. Pero sin negar tal influencia, no cabe duda que en esta temprana localizacin delmito herakleida hubo una colaboracin eminentemente griega debida a la presencia degentes dorias (rhodios, peloponnesios, kretenses) en los primeros viajes y exploraciones.

    LA TOPONIMIA GRIEGA HERAKLEIDA EN OCCIDENTE. LA "VIA HERKLEIA".PRUEBASFILOLGICAS.

    El nombre de 'que desde los ms remotos tiempos designaba entrelos griegos al estrecho de Gibraltar, el de 'que llev en tiempos muy antiguosuna ciudad de las proximidades de Algeciras (Timosthenes, en Strabon, III, 1, 7), el de'Hque perteneci, al parecer, a la isla arenosa de Saltes, frente a Huelva(Strabon, III, 5, 5), y el de otra ''Hque el mismo Strabon recuerda para lade Scombraria, actual Escombrera, frente a Cartagena (Stra., III, 4, 6), son quizs restostoponmicos muy viejos de la antigua participacin de gentes dorias (rhodias, kretenses o

    peloponnesias) en la apertura de los ricos mercados del lejano Occidente.Adems la frecuente presencia de Herakls en los orgenes legendarios de algunas

    ciudades de Occidente (Sagunto, Nmes, Mnaco, Niza y la antigua Herkleia Caccabaras,

    y alguna ms), aunque parece reciente, son recuerdos quizs de una antigua va comercialdoria [-115116-] de la que ya hemos visto hay posibilidades arqueolgicas (1) 27. El Ps.Aristteles (. . .85) habla de una "Via Herkleia" que de Italia llevaba al pas delos celtas, de los celtoligures y de los iberos ('

    22Theogona,287 y sigs.23Theog.,517.24Theog.,776.25Vanse todos los textos citados en Schulten,Fontes H.A.,I-II.26Apud Arrians,Anabasis,II, 16, 5.27Sobre la posterior propagacin del mito de Herakls por Occidente, debida sobre todo a los mitgrafos

    helensticos y romanos, consltese, adems de Schulten,Fontes,I yII, el artculo de P. W. Gruppe "Hera-kls", en la R. E. de Pauly-Wissowa-Kroll, Supp. III, 997 y sigs.

    >

    http://022026.pdf/http://022026_3.pdf/http://022026_3.pdf/http://022026.pdf/http://022026.pdf/
  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    16/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    15

    ), dando a entender la existencia de una ruta comercial costeraque por la Provenza llevaba a Espaa y que es posible se refiera a la de los Primeros nave-gantes dorios de que ya hemos hablado (vase el mapa de la pg. 117). El nombre de "VaHerclea" con que se designaba la va litoral que en tiempos romanos llevaba hasta Gades,no tiene otro origen.

    Tambin al otro lado de las Columnas el mito de Herakls tuvo, como se sabe, granimportancia; a l se refieren las leyendas de Antaios, Atlas, las Hesprides y el papel ju-gado en el origen de Tingis (Tnger) y de la dinasta mauritana, a la que perteneci Juba,as como en los orgenes de Lix (2) 28.

    Pruebas de orden filolgico se irn aportando en lo sucesivo ante el nuevo aspecto dela cuestin. Por ahora puede aducirse, como caso sin duda algo ms que coincidente, elhecho de que la propia Rhodos, metrpoli de aquellas colonias legendarias de Rhode yRhoda, se llamase primitivamente, segn Strabon (XIV, 2, 2), Ophioussa, es decir, lomismo que en tiempos remotos se llam a la Pennsula (Avienus, ver. 152) y una de lasBaleares (Strabon, III, 5, i); pero adems esta particularidad aducida por Schulten: que las

    Gymnesai sean en Plinius (N.H., III, 77) Gymnaside, y en Isidorus de Sevilla (Etimol.XIV, 6, 44) Gymnasiae, en cuyas granas extraa la a drica doblemente curiosa en estazona, donde dominaron definitivamente los jonios de Phkaia y Massala (3) 29. El mismocaso hallamos en el topnimo mencionado por Avienus (v. 535) de Mons Malodes, quecomo Schulten vio (4) 30, corresponde al griego (de = ), es decir,con a drica. El Mons Malodes estaba no lejos de la colonia de Rhode, al [-116117-]

    Fig. 12.- Mapa mostrando en esquema la ruta en OUSSAdel puente de islas y la va rhodia con sus fundaciones.

    [-117118-]pie de los Pirineos, colonia que, como ya se ha dicho, era tenida por fundacinde los rhodios.

    28Vase P. W. Gruppe,Herakles,en Pauly-Wissowa, Suppl. III, col. 859.

    29Vide Schulten,Die Griechen inSpanien,pgs. 322 y 324 de la separata.30Loc.cit.,pg. 320.

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    17/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    16

    RUTAS MARTIMAS. LA VA INTERINSULAR A TARTESSS. TESTIMONIOS CHALKIDIOS.

    Por dos vas martimas podan llegar los griegos a nuestras costas insulares y penin-sulares: bien viniendo de las bocas del Rdano a lo largo de la Provenza y Catalua, o

    bien, partiendo del sur de Italia o Sicilia, por el puente de islas (Cerdea, Baleares) hasta

    el cabo de La Nao y de all, en ruta costera, a las Columnas Herakleas y Tartesss. No eraposible otra va, pues la del frica Menor fue siempre virtualmente impracticable para losgriegos, por costear feudos sujetos a Carthago. De la primera tenemos las pruebas ar-queolgicas ya citadas del sur de Francia, presentes desde comienzos del siglo VIII, mslas noticias, tambin recordadas lneas atrs, de una Rhoda en la desembocadura del R-dano y otra Rhode al pie de los Pirineos, ambas colonias o factoras de los dorios de Rho-dos y fundadas, al parecer, en fechas muy remotas, probablemente hacia el siglo VIII. Dela ruta interinsular, por el contrario, no hay ni pruebas arqueolgicas aducibles por el mo-mento, ni menciones de textos antiguos que nos hablen precisamente de ella (pruebas indi-rectas son, sin embargo, las menciones escritas de los rhodios en las Baleares). Mas ca-sualmente y gracias a un cierto nmero de topnimos muy antiguos, en parte datables ya

    en esta primitiva poca, y conservados espordicamente en distintos autores, se puede re-construir con tal claridad aquella primera va interinsular que cabe decir se halla tan biendocumentada corno la provenzal, a pesar de no haber dado an pruebas arqueolgicas.

    La ruta interinsular que, como un puente, lleva en lnea recta de la Campania, o Sici-lia, donde estaba la ms vieja colonia griega de Occidente, al avanzado promontorio delcabo de La Nao, en la costa oriental de la Pennsula Ibrica, fue evidentemente una de las

    primeras utilizadas por los griegos (chalkidios o rhodios) en sus viajes y prospecciones porlos mares del occidente mediterrneo. Era, adems de la ms cmoda por ser directa, lams fcil por eludir las costas [-118119-]etruscas y ligricas y ser el camino natural se-alado por las corrientes y vientos. Sin duda los griegos no hicieron con ello sino seguir ensus naves las viejas rutas ya de antiguo surcadas por los indgenas y que ponan en comu-nicacin Italia y Sicilia con Cerdea, Baleares y la Pennsula Ibrica. Pero hay una seriede datos en la primera toponimia de este derrotero que confirman de modo altamente satis-factorio su pasada existencia. Ya se haba notado (1) 31, tanto en Italia y Sicilia, como enlas Baleares y costas meridionales de la Pennsula la insistente presencia de ciertosnombres terminados, al modo de otros jonios de Asia Menor, en -oussa () (2) 32.

    En el Occidente, la ruta martima del vado de islas est atestiguada por estos otros top-nimos emparentados sin duda con los de AsiaMenor(vase el mapa de la pg. 117): en lascercanas de Kyme, colonia de los jonios de Chalkisy Eretria, Pithekoussa(isla de Ischia),Seirenoussai(los tres islotes rocosos deshabitados, LiGalli, pegados a la costa septentrionaldel golfo de Salerno) y Anthemoussa(quizs otro nombre de los mismos). En Siciliano son

    tampoco raros; las dos islas ms occidentales del ArchipilagoElicollamronseErikoussa(actual Elicudi) y Phoinikoussa(Filicudi) y de las Pelgicas, entre Maltay Tnez, Lampedusaque an conserva poco alterado su antiguo nombre de Lopadoussa, y Algoussaes la actualLinosa; entre las Egadas, en el extremo occidental de Sicilia, la actual Lavignanallamse porlos antiguos Aigoussa, as como, en general, todo el archipilago (Aigoussaio Aegates). Ade-ms recurdese que la ms importante de las ciudades, de la isla de Siciliase llam Syrkoussai.

    31Debemos a Schulten (F.H.A.,I, pg. 89) las primeras indicaciones sobre estas coincidencias toponmi-cas, que ms tarde recogi Carpenter (The Greeks in Spain,pg, 12) y nosotros ampliamos aqu refor-zando las consecuencias deducibles, aunque, como se ver, en otro sentido histrico y cronolgico.

    32Sirvan de ejemplo para estos ltimos, que dan la pauta a los de Occidente, los siguientes, escalonados

    todos a lo largo de las costas que miran al Egeo: Arginoussai, Oinoussai, Pharmakoussa, Drymoussa, La-goussai, Teutloussa, Polypodoussa, Kordyloussa, Tichioussa, etc.

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    18/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    17

    Tan numerosos como en Italia y Sicilia son tambin en Espaa y sus islas mediterr-neas estos topnimos antiguos en oussa.Partiendo indistintamente de uno o de otro fococolonial griego, el primer escaln o tramo del mencionado puente insular de la va a Tar-tesss, era [-119120-]Cerdea, que en tiempos remotos, dicen los textos, llev el nombrede Ichnoussa. De ella el salto a las Baleares est atestiguado por los antiguos nombresconservados de sus islas. As, los viejos testimonios escritos citan los de Meloussa,Kromyoussa (Hekataios, en Stphanos Byzant), quizs Mallorca y Menorca respectiva-mente; Pityoussa, Ibiza (Avienus, 470, Didoros V, ), Ophiussa, Formentera (Strabon,III, 5, i); del archipilago balear pasaba este itinerario en oussa a las costas del sur y sud-este de la Pennsula donde se situaban los siguientes nombres: Oinoussa? (hllase enLivio, XXII, 20, 3, en forma de Onusa, pero Polyains, VIII, 16, 6,llmala '),

    probablemente Cartagena; sigue en el Medioda andaluz un supuesto "akra Pityousses",que parece coincidir ms con el cabo Sacratif que con el Sabinal (Avienus, 435). Pasadaslas Columnas Herkleias, mencinase una isla Kotinoussa, quizs Gades (Plinio, N.H.IV,120 y Dion. Perieg. 456), y una baha Kalathoussa, la de Huelva? (de phoros, en Stpha-

    nos Byz.). En pleno Atlntico un "akra Ophiousses" ha de identificarse con el Cabo Roca(Avienus, 172). Finalmente la Pennsula Ibrica parece ser fue llamada tambin en su to-talidad Ophiussa (Avienus, 148). El mismo Tartesss (Tarschisch para los fenicios)muestra una terminacin caracterstica de la toponimia del sudoeste del Asia menor, preci-samente en la zona continental ms prxima a Rhodos (1) 33. Como aquellos nombres enoussa son de origen mikrasitico, se vio en ellos una excelente prueba a lo que los textosdecan acerca de la colonizacin phkaia en el Occidente. A nuestro juicio, sin embargo,es muy anterior a los phkaios y debe datarse en los tiempos de las primeras navegacionesde los chalkiclios y rhodios (siglos IX-VIII). Hay estas razones: en primer lugar los nom-

    bres en oussa parten en rigor de la colonia jonio-chalkidia de Kyme, o de las sicilianas,donde hemos visto que abundan, siendo, por tanto, datables en los tiempos de la fundacin

    de las colonias (siglo IX-VIII) y, por ende, muy [-120121-] anteriores a los phkaios.Adems, ni en el sur de Italia, ni en Sicilia, actuaron los prhkaios como exploradores nicomo fundadores. Phkaia vino tarde a Occidente para colaborar en la helenizacin deItalia meridional y Sicilia. Este fue uno de los motivos por lo que emprendi la coloniza-cin de las ms lejanas costas, aun casi vrgenes, de Espaa y Francia. Slo tras la derrotade Alale (hacia el 535) llegaron algunos prfugos a fundar Hyle, en Lucania. De ser top-nimos de origen phkaio, como se ha pretendido, era lgico esperar las mismas termina-ciones en alguno, por lo menos, de los topnimos griegos de las costas provenzales o ca-talanas, donde, como se sabe, tuvieron los phkaios numerosas colonias; y la verdad esque no existen ejemplos de ello. Histricamente hay, adems, este argumento para consi-derar la sarta de topnimos en oussa como anterior a los phkaios: el establecimiento de

    los carthagineses en Ibiza a mediados del siglo VII (654) amenaz de modo tan audaz estaantigua va que los nautas griegos hubieron de abandonar la cmoda va interinsular y

    buscar otra ms segura por el norte, costeando las playas levantinas de la Pennsula paraenlazar en el cabo de la Nao con la Va Tartessia. Este es precisamente el estado de cosasque refleja Periplo, base de la "Ora Martima", el cual desconoce de modo harto sorpren-dente la verdadera composicin del archipilago balear y la existencia de una ruta comer-

    33Tales como los siguientes; Temisss, Halikarnasss, Karmylesss, Idebesss, Ter-messs, Sagalasss y

    muchos ms. Estos aparecen tambin en Sicilia (Herbesss, Telmesss), donde los phkaios no intervinie-ron, Su presencia en Kreta, isla drica, igual que Rhodos, donde se hallan nombres como Poikilasss,Gylisos, Amnisos, Tylisss (vide Schulten, Tartessos,pg. 22),condcenos tambin a la posible atribu-

    cin de la forma "Tartesss" a los navegantes dorios de Rhodos y Kreta y no a los phkaios, en cuyo m-bito histrico-geogrfico no se encuentran terminaciones tan caracterizadas.

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    19/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    18

    cial a su travs. A esto debise igualmente el esfuerzo de los massaliotas, algo ms tarde,por establecerse en las costas catalanas y levantinas (Emporion, quizs Pyrene, Kallipolisy Kypsela, Alons y hasta probablemente una primitiva Akra Leuk).

    EL ALFABETO CHALKIDIO.

    Prueba y testimonio de la importancia que desde un principio tuvo la participacin delos chalkidios en la apertura al comercio y la civilizacin del Occidente es, sin duda, unaserie de fenmenos de tipo cultural que vemos aparecer entre los pueblos indgenas quehabitaban a lo largo de la costa mediterrnea y cuyos orgenes hay que suponerlos enfechas indudablemente lejanas. En qu momento cabe situar la introduccin del torno delalfarero, ya en uso general entre los iberos [-121122-]hacia el ao 500? Cundo y porquines se introdujo el alfabeto? Y la tcnica de la fundicin en pleno, tan usada por losiberos en la fabricacin de los millares de estatuitas votivas de sus santuarios? Y el arte ytcnica, tan finos, de su pintura cermica? El hecho de que los primeros testimonios deestos progresos culturales no puedan retrotraerse por el momento a fechas anteriores, en

    general, al comienzo del siglo V excluye aqu su estudio. Pero del alfabeto cabe hacer unaexcepcin. Sus formas y signos han conservado rasgos tan arcaicos que una comparacincon el alfabeto primitivo de los chalkidios, que fue el primero y ms importante de los al-fabetos griegos llegados al Occidente, permite afirmar que gran parte de los signos de losalfabetos ibricos son, sin duda, de origen directo chalkdio, aunque otros pudieron sertomados del fenicio o ser modificados por su influencia. El fenmeno es claro por lo quetoca a otro pueblo del Mediterrneo, el etrusco, que, como el ibero, tuvo sus primeroscontactos con los griegos por medio de gentes chalkidias. El alfabeto etrusco procede delchalkidio de Kyme, la colonia griega ms cercana. Hbner, en 1888 (1) 34, admita ya parael ibrico la posibilidad del origen chalkidio, pero, desconocedor an de la verdadera im-

    portancia que la colonizacin griega tuvo en Espaa y en todo tiempo, e impresionado en

    demasa por los libros de Movers y de Meltzer, se decide ms por el origen fenicio. En susMonumenta Linguae Ibericae (2) 35ratifica su decisin por tal procedencia. No obstante,suyas son estas frases: "Los alfabetos griegos que con este ibrico (se refiere al ms anti-guo) pueden compararse, son los de las colonias calcdicas de Italia y de Sicilia, Kyme,

    Neapolis, Rhgion, Zankle, Naxos, Himera, cuyos signos respectivos tienen relativamentela ms grande semejanza con el ibrico. Si, pues, la escritura ibrica es hija de la griega,no es fcil que haya nacido de otros abecedarios que de los que se dejan indicados." (3) 36.Origen jnico halla Gmez-Moreno para el alfabeto del plomo de Alcoy, que aunque elautor lo tiene como phkaio creemos nosotros es de origen chalkidio (4) 37. [-122123-]

    EL MOTIVO DE LOS VIAJES GRIEGOS A LA PENNSULA. LA RIQUEZA EN METALES: ORO,PLATA, COBRE, ESTAO. MEIDKRITOS.

    Que la pronta llegada a la Pennsula de fenicios y griegos fue motivada por la enormeriqueza en metales de ella (riqueza ya explotada en parte en el Eneoltico y conocida en

    34La Arqueologa de Espaa,pgs. 64 y sigs.35Berln, 1893, pg. XXXI, cap. III.36La Arqueologa de Espaa,pg. 65.37 Gmez-Moreno, El plomo de Alcoy, Rev. de Fil. Espaola, 1922, t. IX, pgs. 352-360. Un cuadro

    comparativo de los alfabetos fenicio, griego, calkidio y jnico y el ibrico puede verse en Hbner, LaArqu. de Esp.,pg. 67. Las analogas halladas por Schulten entre el alfabeto ibrico de Algarve y el

    etrusco (Die Tyrsener in Spanien.Forsch. u. Fortsch., nm. 21,1940) proceden sin duda del origen comnde ambas escrituras.

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    20/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    19

    todo el Mediterrneo durante la Edad del Bronce) es cosa que se explica por s misma,pero que adems dicen explcitamente, o dejan entrever con claridad, los mismos textosllegados a nosotros. Estos, para la poca anterior al siglo IV-III son escassimos, sin duda

    por haberse perdido. Pero los pocos salvados, que sern enumerados lneas adelante, son,sin embargo, muy expresivos, sobre todo si en su valorizacin utilizamos los testimonioshelensticos y romanos que, por lo general, dan informes excelentes. Puede decirse que lafama de la Pennsula en la antigedad radicaba ms que en otra cosa en su fabulosa ri-queza mineral. Las "laudes Hispaniae" contenidas en los escritores helenstico-romanosinsisten singularmente en ella. Thephrastos, Polybios, Artemdoros, Poseidonios,Strabon, Didoros, Livio, Trogo, Marcial, Plinio, etc., etc., por no citar ms que los msimportantes, dejaron frecuentes testimonios de la riqueza y desarrollo de la minera en Es-

    paa durante la poca republicana e imperial. Poseidonios, en imgenes brillantes, dedicgran espacio a alabar la riqueza minera de Espaa. "No es slo rica deca esta tierra

    por lo que ensea, sino que lo es ms por lo que oculta. En verdad para los iberos no esAdes quien reina bajo la tierra, sino Plutos." (Strabon, III, 2, 9.) "Toda Espaa est llena

    de metales", dice Strabon, y aade (Strab., III, 2, 8), siguiendo sin duda a Poseidonios:"Hasta ahora en ningn sitio se ha hallado el oro, la plata, el cobre y el hierro, en tantaabundancia y pureza." De Plinio puede decirse que no estudia mineral alguno del que nose vea precisado a citar una o varias localidades de nuestra Pennsula, ya del Mediodacomo de Levante, lo mismo de Lusitania que de las apartadas regiones galaicas, astures ycntabras. En la poca romana era clebre el oro del [-123124-]noroeste (Str., III, 2, 8),que en un ao, segn Plinio (XXXIII, 78), produjo nada menos que 20.000 libras, en sumayora de Asturias; el cinabrio y mercurio de Almadn, la antigua Sisapon, conocido yade Thephrastos (, VIII, 58), en el siglo IV, se extraa en tiempos de Plinio elJoven a razn de 2.000 libras anuales (Plin., XXXIII, 118); el hierro del Moncayo y de laBaetica, as como el de Vizcaya, que es citado por Plinio (XXXIV, 149), son tambin re-

    cordados; el cobre de la regin de Huelva (Strab., III, 2,8 y 9) era explotado desde tiem-pos remotsimos y constituy una de las bases econmicas de Tartesss, como luego ve-remos. El plomo de la regin de Linares es mencionado por Strabon (III, 2, 10) y Plinio(XXXIV, 165); el estao, de tanta importancia para la obtencin del bronce, se explotabaen Espaa desde tiempos atrs; la mayora del estao que se embarcaba en Tartesss porfenicios y griegos era de procedencia portuguesa, gallega y asturiana, donde hay que situarel primitivo emplazamiento de las Kassiterides. Poseidonios (apud Strab., III, 2, 9) yPlinio (XXXIV, 156-7) describen los yacimientos del noroeste, donde apareca a flor detierra (Str., loc. cit, y Plin., 122). El estao gallego cambibanlo los naturales a comer-ciantes extranjeros (Did., V, 38, y Strab., III, 5, 11). Finalmente la fama mayor de la Pe-nnsula proceda de sus inagotables minas de plata. Acerca de ellas corran en la antige-

    dad leyendas fabulosas, como la de los Pirineos, que tras un incendio en sus bosques manabundante plata fundida (Poseidonios apud Strab., III, 2, 9; Did, V, 35, 3; Ps. Arist. .. .87, y Athen., 233 e), o narraciones ms verosmiles, como la de los mercaderesfenicios, que por no desperdiciar peso partan de Espaa con anclas de plata (Did., V,35), o reales como los 1.500 kilos de plata que llev a Samos el navarca Kolaos (Herd.,IV, 152), del que ms tarde hablaremos. Dice Polybios (apud Strab., III, 2, 10) que los ro-manos obtenan de las minas de Cartagena, ya explotadas tambin por los Barcas intensa-mente, 25.000 drachmas diarias de plata y que en su tiempo (siglo II) trabajaban cuarentamil hombres! en ellas. Strabon (III, 3, 14) dice, copiando quizs a Polybios, que los tur-detanos, es decir, los tartessios, tenan objetos de uso comn, como toneles y pesebres, de

    plata. Los hallazgos de vajillas ibricas de plata corno la de Abenjibre (Albacete) en elpas de los Bastetanos es buena muestra de ello. Las fabulosas cantidades de [-124125-]

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    21/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

    20

    plata que los rapaces gobernadores romanos de la repblica se llevaron de la Pennsulaestn consignadas en los libros de Livio y exceden a toda fantasa.

    La ligera enumeracin acabada de hacer basta quizs para dar una idea de la impor-tancia que en la poca romana tena la explotacin minera de Espaa y deducir por ella laque pudo tener en la poca de la colonizacin griega. A continuacin veremos aquellostextos griegos referentes al tema y de fecha, en su origen, anterior a la batalla de Alalia, enlos que hay alusin ms o menos clara a la riqueza en metales de la Pennsula (1) 38.

    En los libros bblicos mencinanse repetidamente las riquezas minerales que, enviajes regulares, solan traer las naves llamadas de Tarschisch. Oro, plata, plomo, estao yhierro son los minerales enumerados.

    Entre los testimonios griegos ms antiguos, contemporneos de las primeras navega-ciones al Occidente, ctanse los mismos metales. Con una envoltura todava mtica Heso-dos, coetneo de las navegaciones anteriores a las phkaias, cita en su Theogonia (hacia el700) "las hermosas manzanas de oro" del Huerto de las Hesprides, sito "ms all delilustre Ocano'7 (vs. 215-16), a Chrysaor, "la espada de oro" (v. 281 y 287), el palacio

    "con columnas de plata que llegan al cielo", mansin de la terrible Styx, hija del refluenteOkeans (v. 776 y sigs.) (2) 39.Ms tarde el poeta Steschoros, que vive hacia el 600 en Himera, la colonia griega

    ms occidental de Sicilia, tena noticias mucho ms concretas. En un fragmento de supoema Geriones, conservado por [-125126-]Strabon (III, 2, n), cita al ro Tartesss, alque apellida "de races argnteas" (). Pero hacia el 630, es decir, antes de queSteschoros escribiese su poema, haba tenido ya lugar el famoso viaje del samio Kolaos aTartessos, de donde regres cargado de ms de 1.500 kilos de plata a Samos, en cuyoHeraion consagr por ello un gigantesco trpode a la diosa (Herdotos, IV, 152).

    El periplo base de la Ora Martima de Avienus, anterior a Alalia (hacia el 535), citael Mons Argentarius (v. 291) en la regin de Tartessos y el ro portador del estao que

    lleva el metal hasta las murallas de Tartessos (versos 295-7) ("dem amnis autem fluctibusstagni gravis ramenta volvit invehitque moenibus dives metallum). El estao lo bus-caban los mismos tartessios en las Oestrymnis (v. 296), es decir, en las Kassiterides deHerdotos (III, 115), cuya primera localizacin debe suponerse en el noroeste de Espaa,de donde, incluso en la poca romana, se extraa gran cantidad de estao (v. pg. 124).

    El mismo contenido que en el periplo vemos en una referencia de origen remotocontenida en un fragmento de Stephanos Byz., en el que el ro Tartessos figura de nuevocomo fluyendo de una montaa de plata () y acarreandoen sus aguas hasta la ciudad el preciado estao ().phoros (siglo IV), hacindose eco de citas antiguas recuerda a Tartessos "que lleva elestao arrastrado por el ro, as como el oro y el bronce". (

    38Para ms detalles en lo referente a la minera antigua espaola en general, consltense: Rodrguez de Ber-langa,De las antiguas minas espaolas. Metalla Hispana,cap. VII, pgs. 654 y sigs., de su gran obraLosbronces de Lascuta, de Bonanza y de Aljustrel, Mlaga, 1881; Hbner, Arqueologa de Espaa,1888,

    pgs. 224 y sigs.; Schulten,Hispania,columnas 2.004 y sigs., en la R. E. de Pauly-Wissowa, 1913, suversin espaolaHispania,Barcel., 1920, pgs. 69 y sigs.; Cazurro y Ruiz,La riqueza en metales precio-

    sos de la Espaa Antigua,Memoria de la R. Acad. de Cienc. y Artes de Barcelona, 1924; T. A. Rickard,The Mining of the Romans in Spain,Journal of Roman Studies, 1928, pgs. 129 y sigs.; Louis C. West,

    Imperial Roman Spain,the objects of trade,1929, pgs. 40 y sigs.; Manuel Torres, vol. II de laHistoria deEspaa,de Calpe, pgs. 332 y sigs., en los que se hallarn complementos bibliogrficos.

    39Estos eptetos y descripciones son en realidad comunes a toda narracin legendaria en las que, como essabido, juegan siempre un papel importante las mansiones de plata, las frutas de oro, etc. Por eso no po-

    demos considerar a Hesodos como el primer testimonio griego indiscutible de las riquezas del lejano Oc-cidente.

  • 8/13/2019 Antonio Garca Bellido Las primeras navegaciones griegas a Iberia

    22/22

    Antonio Garca y Bell ido: Las primeras navegaciones griegas a Iberia (siglos IX-VIII a.C.)

    Antonio Garca y Bellido D l i di i l G bi d A i d d d l R l A d i d l Hi i

    21

    ... , apud Skymnos de Chios, 164). Lo mismoen Eustath. Dion. (337).

    En cuanto al plomo, no hay ms noticia vieja que la mencin en un fragmento deHekataios (en Stephanos Byz.), que sita hacia el 500 la ciudad de Molybdana, la ciudad"del plomo", en el pas ce los Mastienos, es decir, en la rica zona minera (plata y plomo)de Cartagena. Molybdana deba ser un puerto de embarque griego o ibero, en el que lasnaves cargaban el plomo de la regin.

    A estas fechas, y no a las de las navegaciones phkaias, muy posteriores, ha de refe-rirse un texto tardo, pero de apariencia y recuerdos remotos, que nos ha sido transmitido

    por Plinio. He aqu el texto: "plumbum que ha de entenderse porplumbum album = es-tao ex Cassiteride insula primus adportavit Midacritus" (Plin.,Nat.Hist.,179). Por ellanos enteramos del nombre del primero que llev a [-126127-]Grecia, se entiende elmetal procedente de las famosas Kassiterides o islas del estao. La correccin Midacritus

    por Meidkritos (), ya que en griego este es el nombre, parece lo ms acepta-ble (1) 40. Meidkritos se presenta en inscripciones tticas y en comarcas jnicas, lo cual

    facilita la posibilidad de que fuera un chalkidio, pues lo probable es que el estao se lle-vase ya desde las primeras navegaciones de los chalkidios por los mares de Occidente.

    40Schulten, Tartessos,58, edic. espaola.