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8/18/2019 Aparicio y Panaia (2000) Los Origenes de Los Asalariados en El NOA
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Isomi, Ma. Emilia. Master en laMetodología de Investigación dela Uni versidad Nacional de
Entre Ríos. Profesora de Metodología de la Investigación en laUniversidad Nacional de
Santiago del Estero.
Lago Martínez, Silvia. Docente e Investigado ra de laCarre ra de Soc io logía y del Ins ti tuto de
Investigación Gino Gerrnani - Facultad de Ciencias Sociales de laUniversidad Nacional de
Buenos Aires.
Mauro, Mirta. Licenciada. - Docente e Investigadora de laCarrera de Sociología y del Instituto
_ deInvestigación Gino Gerrnani Facultad de Ciencias Sociales dela Universidad Nacional de
Buenos Aires.
NassifNatividad. Directora del Programa deInvestigación sobre Trabajo y Sociedad - Instituto
de Estudios para elDesarrollo Social CONICET-UNSE (pROIT-INDES CICyT-UNSE).
Passer i, Si lvana. Investigadora delProyecto (PROIT-INDES-CICyT-UNSE).
Paz, Gustavo. Miembro dela carrera deInvestigador Científico y Tecnológico del CONICET.
Con asiento en laUniversidad Nacional de Santiago del Ester o. Docente en laFacul tad de
Humanidades y Ciencias de laSalud - Universidad Nacional de Santiago del Estero.
Pucci, Roberto. Dr. en Historia Universidad Nacional deTucumán- Director del Departamento de
pos grado de la Facul tad de F ilosof ía y Let ras de la UNT. Prof. Asoc iado de Let ras en la
Universidad Nacional deSantiago del Estero.
Servidio, Mariana. Graduada enSociología. UBA. Pasante delequipo de investigación UBACyT
dirigido por Marta Panaia.
Schilrnan, Femanda. Graduada en Sociología. UBA. Pasante delequipo de investigación UBACyT
dirigido por Marta Panaia.
Slavulsky, Ricardo. Investigador del Instituto Interdisciplinario Tilcara; Docente de la Universi-
dad Nacional deJujuy.
Tasso, Alberto. Miembro de laCarrera de Investigador Científico yTecnológico del CONICET.
Docente e investigador enla Universidad Nacional deSantiago del Estero.
V
ázqu z
Estela. Docente e Investigadora en laFacultad de Humanidades de laUniversidad
Nacional de Salta.
os orígenes de los ~
1n
t
r o d u e e
ó r
asalariados en el N O ~
a r ta P a na ia
Susana par ic io
El empleo en el Noroeste argentino aparece fuertemente ligado a la
expansión de la agricultura con un desarrollo temprano de la agricultura
integrada a la industria. La caña de azúcar, desde fines del siglo pasado unió
las etapas primaria e industrial, conformando un espacio social y geográfico
de características propias. La caña de azúcar se transformó en la organi-
zadora de un mercado de trabajo y de una estructura agraria con presencia
campesina --en el caso de Tucumán- que le dio una identidad cañera a la
región. Hasta hace pocos años hablar de la economía o de la sociedad del
NOA hacía indispensable referirse a los cañeros, a los trabajadores del surco
y a los ingenios. Estos procesos se centraban en Jujuy, Salta y Tucumán
mientras que el resto de la región (Catamarca y Santiago del Estero) se
conformaba como proveedora de mano de obra al circuito cañero o, como en
el caso de Santiago, se fue constituyendo en abastecedora de trabajadores a
distintas cosechas o a las grandes urbes en trabajos de escasa calificación
(servicio doméstico, construcción, gastronomía, etc.). A fines del siglo pasado
y en las primeras décadas del XX la actividad forestal extractiva acompañó
la expansión ferroviaria nacional , destacándose Santiago como un enclave
socioeconómico típico del obraje maderero.
En todos estos procesos coexistió un sector de pequeños productores,
campesinos, productores familiares y pequeñas empresas agropecuarias, todos
ellos generadores de autoempleo y dinamizadores de los mercados locales y
de los pequeños poblados .
. El agro, la agroindustria estimularon el crecimiento en rnenor escala de
establecimientos comerciales, talleres de reparación de maquinarias, servicios
profesionales típicos de una agricultura en crecimiento.
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TRABAJ O y PO BLAC iÓ N E N EL NOROESTE ARGENTINO
Estos fenómenos llegan a su mayordinamismo -en la etapa sustitutiva de
importaciones. En la región cañera, en este período, se expande también la
producción de tabaco, que constituye el segundo producto en importancia en
la región del Noroeste Argentino. La región aporta el 90 del tabaco Virginia
y el 42 del Burley en los totales nacionales.
Las sucesivas crisis de sobreproducción, en especial de la caña, provocaron
importantes impactos en el empleo y generaron fuertes protestas sociales, como
las registradas con el cierre de ingenios a fines de los sesenta, que llevaron a
favorecer la radicación de industrias, aunque con escaso éxito.
En los últimos vei nte años, una nueva 'producción, la citrícola adquiere
creciente relevancia tanto en términos de superf ici e implantada, participación
en el producto bruto provinc ial y exportaciones a mercados externos de altos
ingresos.
La ú ltima década, a partir de la reforma económica implementada par el
gobierno menernista tuvo un fuerte impacto sobre el empleo al desregular, por
ejemplo, la actividad cañera y desestimular otras industrias implantadas en la
región. Sin embargo, la expansión de la agroindustria citrícola no ha logrado
revertir las altas tasas de desocupación registradas especialmente en Tucumán.
Los artículos presentados en este libro dan cuenta de muchos de estos
procesos, tomándolos ya sea comparativamente entre las provincias o
centrándose en las repercusiones en los mercados de trabajo local.
os orígenes y evolución de los mercados de trabajo en el oroeste
Los conquistadores que llegaron tempranamente al Noroeste argentino
desde el Alto Perú se encontraron con poblaciones indígenas que ya cultivaban
el suelo y otras nómades, de culturas cazadoras y recolectoras en el área
chaqueña.
No obstante el carácter sedentario de parte de la población de estos territo-
rios, sus ni vel es de organización no estaban tan integrados y desarrollados
como las del Alto Perú. De allí que la institucionalización de la encomienda se
desarrolló como primera forma de utilización de la mano de obra indígena.
Esta insti tución supon ía encomendar a la población a españoles que oficiaban
como capataces. Las poblaciones subordinadas se obligaban a trabajar
algunos días de la semana para el encomendero. Si bien la encomienda se
establecía en los primeros tiempos por una vida , sucesivamente se fue
ampliando hasta dos, tres y cuatro vidas lo que supuso un vínculo permanente
con el encomendero. La encomienda no implicaba apropiación de tierras, sin
embargo tendió a generalizarse la entrega de las tierras en forma de merced ,
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Los OR íG EN ES O E LOS ASALAR IAOOS EN EL NOA
especialmente aquéllas ocupadas pa r los encomendados. Estos continuaban
desarrollando sus actividades de subsistencia con la obligación de realización
de trabajos para el encomendero. Las actividades típicas de las primeras
etapas coloniales, incluían los cultivos para el consumo doméstico, la cría de
mulas y el pastaje de las mismas a lo largo del camino al Alto Perú, la
producción de algodón y tejidos para abri go y vest imenta, la cría de lanares
con cuya lana se hacían prendas. En las culturas recolectaras predominaban
además de la caza, la recolección de miel y sal.
La encomienda en el NOA supuso el trabajo directo de l os pobladores para
el encomendero y no la entrega de tributos, como fue característico de otras
áreas colonizadas.
Esta característica, junto con la entrega de las tierras en forma de mercedes
hizo que la transición a la hacienda fuera progresiva y sin hitos significativos.
Hacia mediados del siglo XIX, Rutledge señala que ya la caña era la
actividad más importante del valle de San Francisco. La producción se
desarrollaba manteniendo diferencias étnicas en los distintos tipos de mano
de obra empleada. Mientras los trabajadores permanentes eran de origen
criollo o blanco, los transitorios provenían de las poblaciones indígenas del
Chaco y Bolivia. En su trabajo, Rutledge realiza una excelente historiografía
del área señalando cómo todo el NOA va siendo organizado en función de las
altas demandas de trabajadores para las cosechas. Así, dueños de ingenios
compran o arriendan y subarriendan las conocidas tierras altas para ir
satelizando poblaciones que no intervenían en los circuitos product ivos cañeros.
A través de mecanismos de endeudamiento se logran subordinar e incorporar
al mercado de trabajo amplias poblaciones de la Puna y los Valles Calchaquíes.
Si bien se los puede caracterizar como trabajadores, hasta muy entrado el
siglo XX sus remuneraciones se reducían a pagos en especies, no circulando
entre ellos la moneda, excepto en la contabilidad de los enganchadores en las
áreas de origen, los que adelantaban productos a las familias y luego los
descontaban directamente con los pagos de los dueños de los ingenios. Lo
mismo ocurría con las proveedurías en las áreas de cosecha.
La expansión de la industria, que comienza a parti r de 1880, muestra ya en
1904 la importancia del sector asalariado en la producción. Bi al et Massé
señala que, en esos momentos el Ingenio La Esperanza ocupaba 1200
trabajadores en el período de cultivo, de los cuales 800 eran criollos y 400
Chiriguanos. En la cosecha el número de criollos alcanzó a 1500, y el número
de indígenas llegó entre 2000 y 2500. Los salarios también eran diferenciales,
mientras que los criollos generalmente recibían un jornal, los trabajadores de
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TRABAJO
y
POBLAC iÓN EN EL NOROEST E ARGENTINO
Los
ORíGENES OE LO S A SALAR IAO OS EN EL NO A
cosecha, en su mayoria de origen indígena se les pagaba por tanto, reforzándose
las diferencias étnicas con la calificación y estabilidad laboral. En la rica
descripción que realiza Bialet Massé se destacan también las condiciones de
trabajo en que se desarrollaban las labores: insuficiencia de normas de seguridad
tanto en la fábrica como en las tareas de campo, malas condiciones de vivienda,
castigos corporales por parte de los capataces, descuentos en los pagos por
supuestas desobediencias o equivocaciones, pesada de la caña cosechada en
detrimento de lo realmente recolectado.
En las primeras décadas de este siglo, la prosperidad de esta industria
amparada por sistemas de protección, permitió importantes ganancias a los
dueños de los ingenios. A partir de 1930 comienzan a i ntegrarse a este
mercado de trabajo las conocidas como t ierras altas del área de Salta y Jujuy.
Los propios dueños de los ingenios son quienes motorizan la incorporación de
estas áreas como mercados satelizados de t rabajo. Los ingenios directamente
compraban o arrendaban las tierras de la zona puneña, arrendando o
subarrendando las mismas a los propios .ind ígenas. De esta manera se los
forzaba a tener que pagar sus rentas con su trabajo en la cosecha. Los tenderos,
comerciantes y camioneros que entraban a la zona puneña contribuyeron a
ampliar las fronteras del mercado de trabajo cañero. A través del endeuda-
miento de los indígenas y el cobro de comisiones por parte de los dueños de
los ingenios, reclutaban importantes contingentes de trabajadores para levantar
la caña. Los capataces de los ingenios se ocupaban de completar el discipli-
namiento de la mano de obra inclusive a través de castigos. Estas condiciones
de trabajo, muy bien reflejadas por el cine argentino, la concentración de
trabajadores, el contacto con los obreros de fábrica, la pertenencia a una
misma cultura de origen j unto con las condiciones extremas de explotación
dieron lugar a una violenta conflictividad en el área que trascendió las fronteras
locales. Aún hoy, a nivel nacional los trabajadores de la caña son los únicos
que ti enen espacios en los medios nacionales en situaciones de conflicto
(aunque los cambios que se han dado en la zona han modifi cado totalmente
las características de la conflictividad).
Esta satelización del mercado de trabajo cañero incluyó también a la
provincia de Catamarca y Santiago del Estero uti lizándose mecanismos de
subordinación basados en el endeudamiento y el sistema de enganchadores o
contratistas de mano de obra.
Tanto los historiadores como los trabajadores coinc iden en señalar que la
situación de explotación tiende a modificarse a partir de la instauración del
Estatuto del Peón en el segundo gobierno peronista (1949-1955) que lograron
poner en evidencia los derechos de los trabajadores del sector, lográndose mejores
niveles salariales y condiciones de trabajo, que estimularon la presencia voluntaria
de trabajadores para trabajar- en los campos de los ingenios. La cañapasó a ser
una actividad atractiva para trabajadores temporarios y sus familias.
Hacia fines de los ' SO comienza a producirse un proceso de reemplazo de
mano de obra por capital, que afecta fundamentalmente a los trabajadores
permanentes. La mecanización de ciertas labores culturales, el desarrollo del
transporte mecánico de caña fueron reemplazando a una mano de obra que
. habí a logrado salarios atractivos, no sólo por las normativas legales, su
sindicalización, sino también por los aumentos de las demandas de empleo
derivados de las áreas urbanas y el comienzo de la expansión de otras
producciones intensivas en el uso de mano de obra como es el tabaco.
Sin duda el trabajo en la caña y los ingenios marcó el mercado laboral de
la región. Los años de prosperidad l levaron a que muchos temporeros bol ivianos
fueran asentándose en la provinc ia, inclusive en poblados local es en donde
pasaron a constituir una mano de obra disponible para las altas demandas
estacionales del tabaco.
Esta producción creció al amparo de las políticas sustitutivas de
importaciones para el mercado interno. Su expansión, en especial en Salta y
Jujuy implicó formas de explotaéión de la tierra y mecanismos de trabajo muy
distintas al cañero. Las altas demandas de mano de obra, las necesidades de
capital y la expansión de una agricultura de contrato, con empresas industriales
que no participan de la producción primaria en forma directa han significado
modalidades de organización de la producción diferent es a la cañera, pero con
algunos puntos de contacto. La producción se expande sobre la base del
desarrollo de la medieria que en los hechos funcionó como un peón por tanto
y a la vez contratista de la mano de obra necesaria para la producción. Los
trabajadores transitorios provienen de asentamientos locales, no dando lugar
a grandes movimientos migratorios. Pero en los últimos años también estos
patrones se han ido modificando, pasándose a una agricultu ra organizada por
administración y desapareciendo el rnediero.
Tanto la caña como el tabaco se encuentran en proceso de fuertes
reestructuraciones, con tendencias a entrar en crisis de sobreproducción. con
importantes modificaciones en los niveles tecnológicos y en t érminos de las
demandas de empleo, las que ahora son muy heterogéneas tanto por las
calificaciones demandadas como por las formas de organi zación del trabajo.
Sin embargo, una nueva producción, la citricultura, ha tenido una notable
expansión en los últimos años, constituyéndose en un mercado de trabajo con
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TRABAJO y POB LAC iÓN EN EL NOROESTE ARG EN TINO
Los OR íGENES DE LOS ASALAR IADúS EN E L N OA
crecimiento económico y mejores niveles de vida. Pucci en su trabajo Evolución
de la pobreza estructural en el norte argentino según los Censos de 1980 y
1991 s e detiene a analizar la contracara del progreso , la pobreza. Parte de
discutir tanto el concepto de pobreza como sus indicadores, incluyendo la
distribución del ingreso entre sectores sociales. Su texto utiliza los datos censales
sobre población y hogares con necesidades básicas insatisfechas, mostrando la
posición desfavorable que ocupa el NOA ya que la incidencia de situaciones de
pobreza es el doble que la registrada en la región centro-litoral de la Argentina.
En su análisis, se constata que de los veinte departamentos con mayor peso de
población carenciada, catorce pertenecen al NOA lo que ubica a la región en
una situación de gravedad en términos sociales. Este análisis censal es
complementado con el aporte de datos acerca de la distribución del ingreso,
señalando la escasa participación de los estratos bajos, por debajo del nacional
mientras que en los estratos medios sus guarismos son semejantes al nacional.
Por último, el autor incluye otros elementos que, si bien no analiza cuantitati-
vamente, reflejan la prevalencia de nuevas situaciones de pobreza que no son
reflejadas en las estadísticas, como la precariedad en el empleo, los retrasos
prolongados en el pago de salarios, los altos niveles de desempleo, sosteniendo
que es necesario incorporar otros enfoques y estrategias de investigación
complementarias para lograr una aproximación mayor a las características de
la pobreza en el Noroeste argentino.
os orígenes del sector informal
En un proceso de transición como el que está atravesando la Argentina
desde mediados de la década del 0 es posible pensar que las relaciones
entre el modelo económico vigente y las diversas formas de desigualdad social
aumentan su tensión y que las funciones de ajuste social que tradicionalmente
cumplían algunos sectores como los migrantes o los sectores marginales, se
modifiquen. Particularmente esto recurre si se extienden las poblaciones
trabajadoras sin cobertura social o si entran en crisis sistemas de protección
y asistencia proporcionada básicamente por el Estado.
Desde los comienzos de la década del 70 en que la OIT construye el •
concepto de sector informal , el debate teórico sobre sus dimensiones y su
función en el sistema ha sufrido modificaciones sustantivas y no pocas veces
ha adquirido connotaciones francamente ideológicas, pero siempre fue un
concepto fundamentalmente urbano.
En su primera etapa, el sector informal daba cuenta de las variadas
actividades realizadas en pequeña escala, con bajos requerimientos de capital,
poca tecnología y escasa calificación, que generalmente tenía origen en las
actividades encaradas por los migrantes rurales que no lograban integrarse
más estructural mente a la vida urbana.
Ligado en una primera instancia al concepto de sobrepoblación, el debate
de las definiciones y la cuantificación de las dimensiones del sector se asoció
por un lado a las investigaciones sobre rnarginalidad realizadas por la
CEPAL
en la década del 60, centrado en el fuerte crecimiento urbano de las grandes
ciudades y a los procesos de industrialización espontánea que para la misma
época habían aparecido en Europa.
Si bien la situación de sobrepoblación era objetivamente diferente para
ambos encuadres analíticos, el debate ideológico en que derivaron los intentos
de definición del fenómeno opacaron la riqueza de los resultados logrados por
esas investigaciones.
Posteriormente, los estudios realizados por la Oficina de PREALCIOIT
pusieron el acento en el tema de la baja productividad, el efecto empleo ylos
bajos niveles de ingreso, dejando de lado el concepto de sobrepoblación más
ligado al de marginalidad y tratando de establecer mejores conexiones con la
discusión de los segmentaristas de la década del 70 sobre la dualidad de los
mercados, si bien nunca aceptaron esta dualidad más que en forma elíptica, a
través de la relación con el mercado; o coincidiendo con los neoclásicos como
De Soto sobre la fuerte heterogeneidad estructural de los sectores productivos
de los paises latinoamericanos. Para PREALC ésto se articuló con su
necesidad de hacer recomendaciones de políticas desde el Estado, que pudieran
englobar desde las áreas más retrasadas de la producción hasta las modalidades
típicamente campesinas.
El exponente más visible de esta corriente teórica es Víctor Tokrnan, que
reconduce la discusión por otros carriles considerando: primero, que la unidad
de análisis no es el individuo sino que toma como unidad la organización y los
modos de producción de estas actividades. Para Tokman estas unidades no
son familias, son unidades económicas,pequeñas empresas, empresas
unipersonales; segundo, que efectivamente el origen de la formación de estos
sectores está en la mano de obra excedentaria que no es absorbida por la
actividad moderna o por la economía competitiva; tercero, la subordinación
de las actividades informales que opera en los mercados residuales de las
empresas modernas, que son las que fijan los precios, los volúmenes de
producción, etc, y cuarto, la expansión de los sectores informales como
consecuencia de las políticas de ajuste sufridas en América Latina, que
aumentó la heterogeneidad interna de estos sectores.
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Los
ORíG ENE S DE LO S ASA LAR IADCS éN EL NOA
RA AJ O
y
P LAC IÓN EN EL NOROE STE ARG ENTINO
Las transformaciones económicas operadas a partir de la década del '90,
básicamente la reconversión productiva del sector privado expuesto a la
apertura externa, el proceso de privatizaciones y la reforma del sector público,
contribuyeron en distinto grado a explicar el deterioro de los mercados de
trabajo.
El aumento significativo de la desocupación durante esta década, la
globalización y la desaparición de los mercados detrabajo territoriales, la vigencia
de las políticas neoliberales y el aumento de la pobreza, actualizaron en otros
términos el debate del sector informal. En Argentina, a la crisis fiscal y al
estallido de los sistemas previsionales se suma ladesarticulación de l os sistemas
de coparticipación federal y el fuerte endeudamiento de los Estados Provinciales,
que postergan para una segunda etapa el proceso de reforma del Estado.
Deahí e nmás, crecen mucho los sectores informales y aumentan las distancias
entre los distintos mercados regionales: a las diferencias estructurales delproblema
de la sobrepoblación en la conformación de los sectores informales de la zona
pampeana y de las economías regionales del interior del país, hay que agregarle
una crisis productiva ligada a la apertura de la economía y una crisis fiscal sin
resolver pendiente de una reforma del Estado donde los empleos públicos están
sobredimensionados en casi todas las economías extrapampeanas.
Es evidente que el grado de heterogeneidad en el interior del
mismo
sector
informal aumenta significativamente. Los desocupados, los trabajadores en
negro, los trabajadores precarios, los distintos niveles de subutilización de la
mano de obra ocupada y los propios empresarios informales se refuncionalizan
dentro del sector no estructurado de la economía, adquieren otro valor en el
mercado y producen otra homeostasis social y ésta tiene distintas variaciones
según la región del in terior de que se trate.
Los factores estructurales de carácter demográfico y sociocultural que
afectan la mano de obra indiscutib lemente tienen algún efecto, pero lo
definitorio parece ser el proceso de refuncionalización que corresponde ala
conyuntura. La escasez de población típica de las zonas rurales y áridas como
el O es un dato estructural, pero no alcanza para explicar la refuncio-
nalización de fenómenos como el sector info~al, el aumento del trabajo en
negro y el desempleo en todas las zonas urbanas de la región. Es necesario
comprender su crisis productiva y su crisis fiscal, la desarticulación de sus
mercados de trabajo y las dimensiones y el significado de los sectores que
crecen y cumplen una función económica en el sistema regionaL Estas mismas
crisis sonlas que deterioran la generalización del trabajo asalariado y aumentan
la precarización.
Hasta comienzos de la década del '80 el crecimiento de los sectores
informales no sólo no era preocupante, sino que para muchos estudiosos su
crecimiento podía resultar un fenómeno típicamente coyuntural y tender a
desaparecer. No obstante, la década del 80 demostró que su crecimiento era
persistente en toda América Latina y mucho más veloz de lo esperado y que
la complejidad que adquiría el fenómeno hacía muy difícil su evaluación con los
esquemas importados de la industrialización espontánea europea más allá de
sus innegables similitudes, o por los esquemas provenientes de la dificultad de
absorber la mano de obra excedentaria, t ípicos de los análisis marxistas. El
problema era mucho más complejo que eso y no era excluyente de las grandes
ciudades.
Los aportes realizados por De Soto con el discurso neoclásico incorporan
una perspectiva diferente a la impulsada por la
lT
puesto que sin contradecir
sus definiciones centra sus análisis en la dificultad de cumplir con las
regulaciones estatales y en la existencia de espacios económicos no regulados
que cumplen una suerte de resistencia mercantilista frente al avance de una
mentalidad más libreempresaria proveniente de los cuentapropistas y los
pequeños empresarios del sector informal. Por lo tanto, en las propuestas sí
resultó bastante opuesto a las recomendaciones de la
lT
en el sentido de
reducir las regulaciones estatales y dejar libre el juego de las iniciativas de los
sectores informales.
Otra vez surgen las similitudes con los esquemas europeos de la economía
sumergida ital iana, española y francesa y las restricciones fiscales impuestas
desde los gobiernos a la economía subterránea que requería de etapas iniciales
con altas tasas de ganancia para realizar una acumulación inicial y lo lograba
mediante la evasión impositiva.
El debate se centra en la regulación, la evasión y la sanción y nuevamente
la cuestión ideológica sesgó el debate y como años antes con el tema de la
marginalidad, las líneas de estudios teóricos renovaron los planteados para
reencauzar el trabajo de investigación. Esta vez fueron Manuel CasteIls y
Alejandro Portes, Jacques Charmes y otros los que desengancharon la decisión
económica del a informalidad de la trayectoria individual del trabajador para
destacar que la informalidad es la actividad generadora de ingresos en un
medio donde actividades similares están reguladas. Así el trabajo atípico, por
diferencia con el t rabajo asalariado, incluyó una amplia gama de estudios que
incluyen procesos bastante disímiles como el trabajo domiciliario, el trabajo
clandestino, el comercio ambulante e incluso la f lexibilización del trabajador
industrial.
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TRAB AJ O
y
POB LACiÓ N EN EL NOR O E ST E A R GE NTI NO
Los
OR íGE NE S D E LOS ASAL AR IADO S EN EL NO A
Dos factores adicionales merecen especial atención, por un lado, el bajo
poder de negociación general de los trabajadores informales y la perspectiva
clientelar de los grandes sindicatos estatales en un contexto general de
disminución de las tasas globales de sindicalización Y de debilitamiento del
aparato sindical. De allí la importanci a de la aparición de movimientos sociales
espontáneos, muy conyunturales a veces pero con un fuerte poder de convoca-
toria ligada al territorio y frente a desigualdades e injusticias manifiestas. Por
el otro, el fuerte condicionamiento que producen en el mercado de trabajo las
decisiones y estrategias familiares para asegurar la supervivencia.Estas
familias/unidades de decisión microeconómica condicionaron la salida de la
oferta de la mano de obra adicional al mercado de trabajo manteniéndola
inactiva o volcándola al mercado presionada por la baja persistente de los
ingresos, por la desocupación. de los jefes de hogar y la imposibilidad de los
jóvenes de acceder a los mercados formales.
Estos procesos modifican la lógica y el peso relativo de los sectores
informales, de los desocupados y de los trabajadores- en negro produciendo
juegos de calidoscopio de escasa duración a veces, pero que dificultan
diagnósticos que tengan que ver con la estructura de cada región, que va
decantando con el tiempo. Estos procesos transitorios y estmcturales son los
que han tratado de captar los artículos orientados al análisis de los mercados
de trabajo de la reg ión del
NOA
que presentamos en este volumen.
Ramón Díaz y Carlos Zurita analizan el sector informal y la subutilización
de la mano de obra en una ciudad intermedia del interior como Santiago del
Estero. Así muestran, cómo la desestructuración del sector formal y la pérdida
de dinamismo del sector público, principal empleador urbano, expulsa mano
de obra hacia el sector informal. La presentación de Paz y Zurita centra en la
crisis productiva la cuestión de la informalización de la economía, coincidiendo
con una de las hipótesis generales del l ibro que supone que las transformaciones
económicas operadas durante la década del 90 en la reconversión productiva
del sector privado, expuesta a la apertura externa, contribuyó al deterioro de los
mercados de trabajo. El trabajo, de una de las compiladoras, centrado en la
crisis fiscal y sus efectos en el crecimiento de la propensión a trabajar sin
aportes explican otra hipótesis del deterioro del mercado de trabajo producida
por la reforma del sector público. La desarticulación de la ley de coparticipación
federal durante la década, la falta de una regulación de la convertibilidad
fiscal, el endeudamiento previsional de la provincia, afectan particularmente
a las provincias del
NOA
que mantienen un elevado empleo público y una
fuerte dependencia de los fondos de coparticipación. En estas provincias, la
crisis fiscal coexiste, con el endeudamiento previsional y con la crisis productiva
intensificando la propensión al trabajo sin aportes.
Natividad Nassif, Ramón Díaz y Susana Passeri indagan sobre los
comportamientos laborales de un segmento de población ocupada en actividades
comerciales informales en el área de Santiago del Estero y La Banda, para
estimar el rol que desempeña en la contención de la fuerza de trabajo desplazada
del empleo asalariado o con dificultades de acceso al sector formal. De los
estudios de caso analizados observan que la mayoría fue asalariado o nunca
trabajó y de éstos, los hombres entran al mercado antes que las mujeres. Las
incorporaciones más antiguas están relacionadas con la cr isis productiva y, en
cambio, las más recientes son producto de los despidos de la crisis laboral.
Raúl Paz y Carlos Zurit a presen tan un análisis del empleo rural en Santiago
del Estero, una de las provincias de menos desarrollo del país: Se muestran
las características del sector agropecuario y su incidencia en la captación de
empleo, asi como de su configuración interna. La demanda es considerada
por los ciclos de demanda de mano de obra de las actividades más significativas
del sector, particularmente el caso del algodón. Finalmente, se intenta plantear
los temas pendientes del empleo rural de la provincia que deben encararse
desde la estructura económica.
Las jóvenes investigadoras Jorgelina Bertoni, Ximena Boyd, Marina Servidio
y Fernanda Schilman estudian la situación laboral y las representaciones de la
vida cotidiana en San Salvador de Jujuy, A partir de datos inéditos de una encuesta
realizada en la zona y contrastan esos datos con la Encuesta Permanente de
Hogares tratando de ampliar el conocimiento sobre las características de la oferta
de mano de obra y las causas del aumento de la desocupación.
Con una visión más antropológica, Elena Belli y Ricardo Slavutsky analizan
las nuevas condiciones de reproducción de la vida generadas por las políticas
de ajuste derivadas de la globalización y la modernización de los procesos de
producción y circulación de bienes en zonas secundarias del desarrollo'
capitalista en la provincia de Jujuy. Desde esta mirada, intentan mostrar que,
a pesar que los indicadores socioeconómicos no se han modif icado sustan-
cialmente en la Puna, el impacto de la democratización Y la política de
asistencialismo con foco en las organizaciones intermedias produjo cambios
en la agencia de las personas y un movimiento social que se tomó visible en
situaciones críticas como la marcha de la dignidad, la toma de escuelas, los
cortes de rutas, etc, que ubica lo loca l como ámbito de la acción tomando
como eje la cuestión laboral y la participación en la toma de decisiones.
Concluyen que los cambios que acarreó el neoliberalismo en la Puna se observa
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Los ORíGENE S O E L OS A SALA R IADO S EN EL NO A
TRA BAJO y POBLACi ÓN EN EL NORO ESTE ARGENTI NO
Santiago del Estero y Silvinculación con las exigencias que plantea el mercado
de trabajo para su inserción. Por último, el contraste del comportamiento en
el mercado de la mujer del NOA y la mujer del Gran Buenos Aires, pone en
evidencia otra de las hipótesis del libro sobre las distancias entre el
comportamiento de los mercados regionales y la zona pampeana. Los
resultados de sus indagaciones muestran un fuerte desaprovechamiento de
los graduados universitarios Y los nuevos conocimientos para los cuales la
Universidad debe formar. Los estudios provinciales Y el conjunto regional
. replantean los interrogantes iniciales sobre la formación de una clase asalariada
en el agro y la función que cumplen los sectores informales de las ciudades del
interior en la región del NOA
en varios aspectos, en las prácticas laborales circunscribió la movilidad de los
migrantes, pero la falta de trabajo precario e inseguro en zonas alejadas del
hogar deja de destruir compulsivamente los grupoS domésticos Y es
reemplazada por Programas de empleo, inseguros y precarios, pero en la
zona. Desde lo político afirman los autores, el centro en lo local ofrece una
ciudadanía restringida
y
que destaca las desigualdades, pero también se
constituye en una oportunidad para mejorar condiciones de vida
y
desde allí
lanzan sus interrogantes.
Desde una perspectiva similar, María Angela Aguilar y Estela Vázquez en
sintéticas pero reveladoras palabras muestran la participación desesperada de
los desocupados frente a las privatizaciones petroleras.
Raúl Paz analiza la crisis de la estructura agraria tucumana a través de sus
dos sectores sociales más representativos: elpequeño productor y el empresario.
Para ello muestra la evolución de las unidades campesinas cercanas a los
centros urbanos más importantes, donde el cultivo de la caña no garantiza la
reproducción social y los campesinos buscan otras alternativas. El autor toma,
por un lado, las trayectorias exitosas como la utilización de los conocimientos
sobre la caña en la agroindustria o en las producciones de insumos para la
construcción; los productores que incorporaron el invernáculo como alternativa
productiva, es decir, que se mantienen en la producción aunque con
innovaciones. Por el otro lado, marca las estrategias que presentan debilidades
que no las hacen sustentables en el tiempo como la del pequeño productor
cañero orientado almonoculti v o y fuertemente articulado al sistema previsional.
Plantea el debate
nivel de las estrategias muchas veces generadas en ámbitos
político-técnicos que desconocen las propias de los actores sociales.
Para completar algunos debates no cerrados se aportan a dos problemáticas:
los límites regionales y la formación universitaria en tanto formadora de
recursos humanos. En el primer caso, Gustavo Alvarez, Silvia Lago Martinez
yMirta Mauro analizan las coincidencias Ydiferencias entre los departamentos
del sur del NOA o del norte cuyano, tratando de aportar a los criterios sobre
los límites regionales y provinciales como zonas de continuidad territorial o
zonas de similitudes en su desarrollo, condiciones de vida, etc.
Utilizan una metodología cuantitativa, dividiendo Y clasificando los
departamentos sobre la base de una serie de indicadores que permiten mostrar
diferencias intraregionales en las provincias del sur del NOA que en algunos
casos las acercan más al panorama: cuyano.
En el segundo caso, María Emilia Isorni
y
Sarife Abdala Leiva analizan el
problema de la evaluación de la calidad en la formación universitaria en
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