Basilio Valentin - Las Doce Llaves de La Filosofia - L

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Coleccin Esotrica.Las doce llaves de la filosofaJorge A. Mestas Ediciones. Avda. de Guadalix, 103. 28120 ALGETE (Madrid). Espaa. tfno: (34)91 622 12 94 fax: (34)91 885 75 11 email: [email protected]

Miguel ngel Muoz Moya de la presente edicin: Jorge A. Mestas Ediciones

ISBN: 84-95311-53-4 Depsito Legal: MI2.641-200I

Hecho en Espaa

No est permitida la reproduccin total o parcial del contenido de esta obra, ni su tratamiento informtico, ni la transmisin de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrnico, mecnico, por fotocopia, por registro u otros medios existentes o que pudieran inventarse, sin el permiso previo y por escrito del titular del copy right. Mayo 2001.Digitalizado por Aethophis y Hermano777Thelmico Minas, Uruguay

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NDICENota introductoria.............................................. LAS DOCE LLAVES Prefacio de Basilio Valentn...................................................................... De la Gran Obra de los antiguos sabios, del hermano Basilio Valentn, de la orden de San Benito ........................................................................ Ahora siguen las doce llaves...................................................................... Primera llave ............................................................................................. Segunda llave ............................................................................................ Tercera llave ............................................................................................... Cuarta llave ................................................................................................ Quinta llave............................................................................................... Sexta llave.................................................................................................. Sptima llave ............................................................................................. Octava llave ............................................................................................... Novena llave.............................................................................................. Dcima llave.............................................................................................. Undcima llave ......................................................................................... Duodcima llave ....................................................................................... De la primera materia de la Piedra filosofal ............................................................................................................... Breve Apndice ............................................................................................................. Ahora sigue la explicacin del Azufre Sobre la sal de los Filsofos........................................................................................... Gracias a Dios................................................................................................................ Aadidura...................................................................................................................... 4 10 12 20 21 24 27 30 33 36 39 42 46 50 53 56 58 59 61 62 63 64

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Nota introductoriaBasilio Valentn, monje benedictino de la abada de San Pedro, en Erfrt, electorado de Maguncia hacia 1413), el artista ms considerable, tal vez, que el arte hermtico haya producido nunca. Con estas palabras se expresa Fulcanelli1 acerca del Maestro que fue su primer y verdadero iniciador, segn testimonio del discpulo Eugne Canseliet2 La figura histrica de Basilio Valentn est envuelta en el misterio, habindose incluso cuestionado su propia existencia y la de la abada benedictina de Erfurt. Michel Sendivogius, al que unos consideran como compaero del filsofo que se ocultaba bajo el nombre de el Cosmopolita y otros como El Cosmopolita mismo, que sita su propio nacimiento hacia mediados del siglo XVI, dice de Basilio Valentn en su conocida obra Tratado de la Sal, tercer principio de las cosas minerales: ... como afirma este gran filsofo, oriundo de la Alsacia superior, nuestro compatriota alemn Basilio Valentn (que viva en mi patria hace aproximadamente cincuenta aos).3 Tambin Leibniz afirma su existencia real: los escritos de Basilio han sido retocados por Johanne Tholdius... s lo siguiente, que Juan Felipe, elector de Maguncia, ha ordenado que lo busquen en Erfurt, entre los benedictinos de esa ciudad, aunque en vano.4 Juan Mauricio Gudeni, conde palatino, profesor de derecho romano y de derecho pblico en Erfurt, posteriormente burgomaestre de la ciudad y rector de su universidad, estableci la sucesin brevemente comentada de los monjes de Erfurt. Afirma taxativamente que: Basilio Valentn (en el ao 1413), vivi en el monasterio del Divino Pedro, y fue admirable por su aplicacin al arte de la medicina y de las ciencias naturales. 5 En cambio, otros autores niegan que haya existido.Fulcanelli, Les demeures philosphales, Jean Schemit, Pars 1930, Cap. La Alquimia medieval (existe traduccin castellana, Plaza Janes, Barcelona, 1976.) 2 Todava nos acordamos vivamente, despus de tantos aos, del culto de nuestro viejo maestro Fulcanelli por Basilio Valentn, al que consideraba como su verdadero iniciador Eugne Canseliet, Les Douze Clefs de la Philosophie, Les Editions de Minuit, Pars, 1956 3. Los parntesis estn en el texto original. 4. Leibniz, Epstola, fechada en Hannover a 17 de junio de 1690 5. Johnnnis Mauritii Gudeni, Historia Erfurtensis, Duderstadii 1675, p. 129. (citado por Canseliet).1

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Nadie con este nombre ha sido monje benedictino puesto que dicho nombre no se ha encontrado ni en el Catlogo de los benedictinos para la provincia de Erfurt, ni en la Generalidad de Roma.6 Por otro lado hay quienes consideran, al parecer sin fundamento suficiente, que la verdadera personalidad de Basilio Valentn fuera la de Johann Tholde, primer editor de sus obras, o la de algn miembro de esta familia. El propio Basilio nos da pocos datos biogrficos en sus obras. En El carro triunfal del antimonio alude a algunos viajes suyos a Blgica e Inglaterra (su tambin mencionado viaje a Santiago de Compostela es casi con toda seguridad una alegora comnmente utilizada por los alquimistas para designar el hallazgo de la tierra filosfica). En la misma obra confirma su origen alemn: en la alta Alemania, en la regin renana, mi patria. Canseliet opina que el nombre ignorado consta con seguridad en las listas de los monjes de Erfurt, borrado sin esperanza por el pseudnimo filosfico impuesto a la historia, y all guardar su secreto eternamente.7 El misterio en torno a la individualidad histrica de Basilio Valentn confirma una vez ms que todos los Adeptos, Filaleteo, Denis Zacaras, Fulcanelli, etc., por razones que ignoramos, borran la huella de su existencia humana tanto como pueden. Basilio Valentn es nombre derivado del griego y del latn. Basilio, del griego basileus, significa rey, real; Valentn viene de valens, poderoso. La tradicin est de acuerdo en considerar que Basilio Valentn evoca al Rey poderoso con el que los alquimistas designan alegricamente el fruto de sus trabajos. Algunos autores precisan ms creyendo que nuestro autor oculta con su nombre al Mercurio de los filsofos para l real -basileus- y Valentn, que penetra, engendra, alimenta, aumenta, transforma y remedia todo. Incluso agregan que de la Orden Benedictina se refiere a que otorga a los metales imperfectos la bendicin -benedictio- celeste que los lleva a su acabamiento. El nombre Basilio Valentn sera un emblema ms de la Obra, que puede descifrarse. Basilio Valentn es uno de los ms importantes Adeptos de todos los tiempos. Desde la aparicin pblica de sus obras hasta hoy, ha sido pblicamente considerado de manera ininterrumpida por muchos estudiosos del Arte como un gran instructor. Van Helmont le atribuye haber reconocido un tercer principio de los cuerpos minerales, junto al Azufre y al Mercurio, al que llam Sal. Con ello fue maestro de Paracelso que, un siglo ms tarde, extendi la aplicacin de este tercer principio a la totalidad de los cuerpos. Ya hemos visto como un Adepto contemporneo, Fulcanelli, tambin ha seguido su Magisterio. .

6. Vicentii Placii,Theatrum Anonymorum et Pseudonymorum, Hamburgi 1708, (citado por Canseliet). 7. Op. cit.

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En el terreno de la Qumica ocupa un papel importante debindosele numerosos descubrimientos: la descripcin minuciosa de las propiedades y obtencin de numerosas sales, del antimonio, del vitriolo, acrstico formado con las iniciales de su conocido consejo alqumico8, Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies Occultum Lapidem, etc., etc Quiere la tradicin que la obra del hermano Basilio Valentn, de la Orden Benedictina, fuera conocida bastante tiempo despus de su muerte, en condiciones tan misteriosas como las de su vida. Basilio Valentn, monje de la Orden de San Benito, autor hoy muy clebre, no comenz sino mucho tiempo despus de su muerte a hacerse conocer de los sabios, los cuales dicen que un rayo abri al medio una columna del templo de Erfurt en la que, hasta entonces, haba estado escondido su manuscrito. 9 El autor mencionado agrega que: en cualquier caso, estas cosas, difundidas tambin entre el pueblo, no se basan en autoridad alguna. Verdad o fantasa, dejamos constancia de la leyenda por las implicaciones y significados que pueda transportar. Las doce llaves fueron editadas por primera vez en Alemania, en 1559, con el ttulo de Zwolff Schlssel por Johann Thldius que repiti la edicin en 1603 y que, un ao despus public El carro triunfal del antimonio, atribuido a Basilio Valentn con algunas reservas. A partir de esta fecha Las doce llaves conocieron numerosas ediciones, la ms importante de las cuales es la de Michel Maier incluida en su Trpode Aureo (junto con el Crede mihi de Norton y el Testamento de Cremer, abad de Westminster, impreso por Lucas Jennis, Frankfurt, 1618). Como se sabe, Michel Maier, alquimista, fue una de las figuras centrales de todo el vasto movimiento hermetista que floreci pblicamente en Alemania durante los primeros 20 aos del siglo XVII10. Era un excelente latinista y, por vivir en la poca en que el alemn moderno sustituy al medio alemn, conoca bien esta ltima lengua en la que Basilio Valentn escribi Las doce llaves. Por todo ello pudo realizar una versin latina fidedigna. Adems, en la imprenta de Lucas Jennis, que fue un centro donde confluyeron muchos libros hermticos11, haba en tiempos de Maier planchas de otras ediciones originales de obras de Basilio Valentn (concretamente del Tratado del Azot que fue reproducido en la Philosophia Reformata de Mylius y en el Viridarium Chimicum de Stolcius).12 J.J. Manget reprodujo integralmente en su Bibliotheca Chemica Curiosa, Ginebra, 1702, la edicin de Maier. Posteriormente, Guillaume Salmn edit en el tomo III de su Biblioteca de Filsofos Qumicos (Pars, 1741) Las doce llaves aunque sin grabados y sin el Prefacio de Basilio Valentn que nosotros incluimos.8. Sealamos de paso que el vitriolo qumico nada tiene que ver con el vitriolo de los filsofos, confusin sobre la que alertan algunos autores: las virtudes del vitriolo puro son maravillosas; su espritu transforma el mercurio vulgar en una especie de panacea, y puede confeccionarse con l una verdadera medicina contra cualquier enfermedad, si se sabe de qu vitriolo hablo y de qu mercurio (Le Bretn, Las llaves de la filosofa espagrica, Pars, chez Claude Jombert, 1722, citado por Canseliet, Op. cit.). 9. Olai Borrichii, Conspectus Scriptorum illustrorum Libellus posthumus, Havniae, 1697, p. 30 (citado por Canseliet). 10 Vase al respecto la Introduccin al Viridarium Chimicum , Muoz Moya editores, Sevilla, 1986. 11 Vase Francs A. Yates, El Iluminismo Rosacruz, FCE, Mxico IUMI, Cp. VI. 12 Vase la Introduccin al Viridarium citada antes

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La presente edicin est basada en la que prepar Canseliet sobre la traduccin latina de Maier, comparndola con las versiones francesas y con antiguas ediciones alemanas. Las variantes que se presentan en todas estas ediciones, pocas y no sustanciales, debidas quizs a las antiguas copias germnicas hechas en distintas fechas y por personas distintas, estn indicadas a pie de pgina. M.A. Muoz Moya Cerdanyola del Valles

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PREFACIO DEL HERMANO BASILIO VALENTN DE LA ORDEN BENEDICTINA, SOBRE LA GRAN PIEDRA DE LOS ANTIGUOS SABIOS

Despus de haber sufrido los temores propios del hombre, empec a considerar, en la simplicidad de la naturaleza, las desgracias de este mundo, y llor ntimamente sobre las faltas cometidas por nuestros primeros padres. Porque no existe sitio ninguno sobre la tierra para arrepentirse, porque los hombres se vuelven peores y no se aplican activamente a la penitencia ante las penas que sufrirn imperescrutablemente eternas; por ello yo me apresur tanto como pude a sustraerme al mal, a renunciar al mundo, y a darme a Dios como servidor. Y como despus de algn tiempo ya viva en mi orden y no quera, despus de mi absolucin recibida al deber impuesto de la plegaria, que el espacio de libertad tad que me quedaba fuera disipado en vano y que mis pensamientos se volvieran causa de nuevos pecados, me decid a estudiar la Naturaleza y, por su anatoma, a investigar sus misterios. Lo cual est reconocido como lo ms elevado, despus de las cosas eternas, entre las de la tierra. Cuando hube encontrado en nuestro monasterio numerosos libros escritos mucho antes de m por los filsofos que siguieron la Naturaleza en sus estudios y en sus investigaciones, apliqu a ello mi espritu con ms placer, para aprenderlas cosas que ellos mismos haban sabido, aunque me pareci difcil, y todo es penoso al principio y ms fcil al final. Para que yo adquiriera tambin estos secretos que otros haban conocido antes que yo, rogu a Dios, quien me los concedi. Yo tuve, en nuestro monasterio, un hermano al que atormentaba el dolor nefrtico de un clculo, de modo que, enfermo, se postraba a menudo en la cama. Haba consultado muchos mdicos, y no recibiendo asistencia eficaz, abandonado a todo socorro humano, ofreci su vida a Dios. Emprend entonces la anatoma de las hierbas, las destil, extraje su sal y su quintaesencia, mas no pude encontrar ninguna de ellas que liberase a ese fraile de su afeccin, aunque experiment mucho, pues no eran suficientemente activas en su grado para curar este mal. Y no encontr ningn vegetal que no experimentase, por espacio de seis aos. A partir de este momento, con el espritu ms avivado, concentr mis pensamientos, reflexionando sobre este asunto. Me puse aprender y a seguir esta ciencia fundamental, que el Creador haba escondido en los metales y las minas de la tierra; y cuanto ms buscaba ms descubra. En efecto, un rayo de luz sala siempre de otro, y Dios me concedi esta

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felicidad, a fin de que llegase al conocimiento de muchas cosas y que mis ojos las vieran, cosas que la Naturaleza haba introducido en los minerales y los metales, precisamente diferentes, para que fuera difcil a los ignorantes penetrarlas. Entre todas estas cosas tom en un mineral lo que est compuesto de numerosos colores1 y que es de muy gran eficacia en el arte. Para ello extraje una esencia espiritual y sta restableci a mi hermano enfermo a su salud de antes. Y ms an, este espritu era fuerte hasta tal punto que pudo fortalecer el espritu de mi hermano que rog por mi, durante su ocio de cada da, hasta que muri. Por otra parte sobrevivi largo tiempo despus de que se restableci. Sus plegarias y las mas tuvieron tambin tanta fuerza que el Creador me ilumin y, tambin a causa de mi aplicacin, me mostr lo que queda oculto a los prudentes, segn se les llama. Y as, por este tratado, he querido indicarte y abrir la Piedra de los Antiguos, que nos viene del cielo, para la salud y el consuelo de los hombres, en este valle de Miserias, como el ms alto tesoro terrestre concedido y para m cuan legtimo. As como lo leers, lo he escrito para la utilidad de la posteridad y no para la ma. Despus que hube adquirido el conocimiento por los libros de numerosos hombres muy experimentados, establec mi enseanza, sometido a la filosofa, tan sobrio de palabras como abundante de sentido, de modo que puedas llegar a la Piedra, sobre la que se apoya la Verdad, con la recompensa temporal y la promesa de eternidad. As sea.

I lncidi in minrale, quod ex multibus coloribus compositum. Variante : Tome un mineral compuesto de numerosos colores.

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DE LA GRAN OBRA DE LOS ANTIGUOS SABIOS DEL HERMANO BASILIO VALENTN DE LA ORDEN DE SAN BENITO

En mi prefacio, oh muy gran amigo apasionado del arte te he dado la esperanza de ensearte, por el estudio, y a los dems que arden en el mismo fuego, las propiedades de la Naturaleza, y, ms profundamente, a los buscadores, las artes, la piedra angular y la roca, tal como me ha sido concedido de arriba. Voy a indicarte de qu nuestros antiguos Maestros confeccionaron su Piedra que haban recibido del Muy Alto, con el fin de utilizarla para su salud y la comodidad de esta vida terrestre. En consecuencia, a fin de que yo satisfaga mis promesas, para que no te extrave por mucho tiempo en rodeos por errores sofsticos, sino que, fundamentalmente, te descubra la fuente de todos los bienes, es necesario que recibas mis palabras y que las sopeses bien si ests lleno del deseo de conocer las artes por este medio en vista de que no puedo hacer mucha palabrera, pues no es sta mi intencin, y que as bien poco puede ser entendido, me complazco en las palabras breves que encierran el fundamento de la cosa. Sabed, pues, que poca gente llega a la posesin de esta realeza, aunque un gran nmero se ocupa en elaborar nuestra Piedra. En efecto, si el Creador ha querido dispensar la verdadera ciencia y no su comn conocimiento, es solamente a algunos que condenan la mentira, que aman la verdad, la buscan, designados por el arte, con un corazn sensible, y que ante todo, sin hipocresa, aman a Dios, y, por esta razn, le ruegan. Es por lo que te digo, en verdad, si te esfuerzas en hacer nuestra gran y antigua Piedra, tate a mis enseanzas, y, antes que nada, ruega al Creador de toda criatura que te conceda en esta meta su gracia y su bendicin. Si pecas, confisate, haz el bien y medita; no seas por ms tiempo malo, sino virtuoso, a fin de que tu corazn sea esclarecido en todo lo que es bien. Y acurdate, cuando seas llevado a los honores, de venir en ayuda de los pobres y los indigentes, de consolarlos de sus miserias y reconfortarlos con tu mano generosa, para que obtengas una mayor bendicin del Seor y adquieras tu lugar en el cielo gracias a la confirmacin de tu fe. No desdees ni menosprecies, oh amigo mo, los libros verdicos de los que tuvieron la Piedra antes que nosotros, pues despus de la revelacin de Dios, es de ellos de quienes yo la poseo. Y tambin

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que esta lectura sea novada, de forma diferente y a menudo, que el fundamento no desaparezca y que la verdad no se extinga como una lmpara. Adems no seas olvidadizo de tu muy concienzuda labor, interrogando siempre los escritos de los autores, y no tengas el espritu cambiante, sino que busca esta Piedra determinada, en la que todos los sabios concuerdan unnimemente. Pues el hombre de inconstante pensamiento, frecuentemente no anda en la verdadera va y se precipita l mismo en los errores. Las casas susceptibles de durar mucho tiempo no son construidas por los hombres de juicio verstil. Como tambin nuestra antigua Piedra no nace de cosas combustibles, y que ella misma, llevada a la prueba de cualquier fuego, est protegida, en consecuencia, renuncia a buscarla en las cosas en que por naturaleza no est concedido que ella est o se pueda encontrar; aun si se dijera que es obra vegetal, lo cual no puede ser, aunque una cierta vegetacin exista en ella. Pues nota que si ocurriera con nuestra Piedra como con otra hierba, sera fcilmente quemada, y as no quedara nada de ella, a no ser una cierta sal. Y aunque aquellos que fueron antes que yo hubieran escrito de varias piedras vegetales, sabe sin embargo, amigo mo, que es fcil lo que ser para ti de concepcin difcil. Porque en efecto nuestra Piedra vegeta y crece, y por esta razn ellos la calificaron de vegetable. Por otra parte, sabe que los animales no producen ningn crecimiento de su especie, si no se hace en su naturaleza semejante. Por consiguiente, no tienes la Obra si no buscas o no tomas previamente la verdadera piedra y, para confeccionarla, solamente su propia simiente, de la cual fue hecha en el origen. De aqu percibe y comprende amigo mo que no debes escoger el reino animal para la bsqueda de esta Obra. Como la carne y la sangre fueron dadas a los seres animados por el Creador que los ha formado de ellas, igualmente el animal fue hecho de ellos. Pero nuestra Piedra, transmitida a m en herencia por los muy antiguos, viene y nace de dos y de una cosa, que guardan una tercera encerrada, lo que es la muy pura verdad y est dicho lealmente. Pues el marido y la mujer son tomados, por los antiguos, por un solo cuerpo, no considerndolos a primera vista y desde el exterior, sino vindolos llenos de amor y penetrados por la gracia desde el origen, reconocindolos por uno en la obra de la Naturaleza. Como por sus dos espermas pueden perpetuarse y aumentar, igualmente el esperma de la materia, del cual se hace nuestra Piedra, puede ser extendido1 y enriquecido. Es por lo que ahora, si eres un verdadero amante de nuestro arte, hars mucho caso de esta enseanza y la examinars con sabidura, no te dejes ir con los otros sofistas ciegos y no caigas en la fosa preparada por el enemigo. A fin, por otra parte, de que sepas, amigo mo, de dnde proviene esta semilla, busca en ti mismo con qu metas tratas de elaborar nuestra Piedra. Entonces te ser manifiesto que no es de ninguna cosa, sino de una raz metlica, de la cual los metales son destinados, por el Creador, a ser reproducidos. Nota cmo esto fluye y se hace.

1. Supplantari. Variante: ser reproducido

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AI principio, cuando el espritu era elevado sobre las aguas y todas las cosas, hasta entonces estaban cubiertas de tinieblas, entonces Dios, todopoderoso y eterno, de quien el principio es sin fin y de quien la sabidura fue desde toda la eternidad, en su imperscrutable designio, cre, de nada, el cielo y la tierra y todas las cosas que en ellos se extienden, visibles e invisibles, de cualquier manera que ellas sean designadas. En efecto, Dios ha hecho todas las cosas de nada. Pero cmo esta creacin preciosa fue alcanzada7 Sobre este punto yo no filosofar, y que lo decidan los escritos sagrados y la fe. En una tal creacin, el Creador, para cualquier naturaleza, no tiende a la destruccin ni el aminoramiento; puso all una semilla particular a fin de que fuera hecha su aumentacin, por la cual los hombres y los seres animados, las hierbas y los metales fueran conservados. No fue permitido al hombre, pues es contrario a la orden de Dios, producir una nueva semilla segn su capricho, aunque, al menos, la propagacin y el crecimiento le fueron otorgados. En verdad, el Creador quiso reservarse para l solo crear la semilla. De otra forma le sera posible al hombre actuar como el Creador; lo cual no puede ser y permanece como propio a la omnipotencia del Muy Alto. Ahora sabe que esta simiente es generada por los metales de esta manera: la influencia celeste, por el mandato y la orden de Dios, desciende de lo alto y se mezcla con las propiedades de los astros. Cuando esta conjuncin tiene lugar, entonces estos dos hacen nacer una sustancia terrestre, de algn modo tercera, la cual es el principio de nuestra semilla, de su primer origen para que ella pueda mostrar los ancestros de su generacin. De estos tres nacen y aparecen los elementos, como el aire, el agua y la tierra, los cuales, a continuacin, por el fuego subterrneo, trabajan hasta que producen alguna cosa perfecta. Es por lo que Hermes, y todos antes que yo, porque, adems no podemos encontrar nada al principio del magisterio, designaron tres primeros principios; y fueron descubiertos: el alma en el interior, el espritu impalpable y la esencia corporal visible. Cuando estas tres sustancias habitan juntas, por la unin, el curso del tiempo y Vulcano, ellas progresan en sustancia palpable, es decir, en plata viva, azufre y sal. Las cuales tres, si son llevadas por la mezcla a su endurecimiento y coagulacin, segn que la naturaleza trabaje de diferentes maneras y que lo busque, producen un cuerpo perfecto, del cual la simiente es escogida y ordenada por el Creador. A ti, por otra parte, que osas buscar la fuente de nuestra Obra y que esperas obtener premio de la victoria del arte1 en un combate deseado, yo te declaro, por el eterno Creador, que esto es la verdad de toda la verdad: Que si el alma, el espritu y la forma metlicas estn presentes, all tambin deben hallarse la plata viva, el azufre y la sal metlica, las cuales, necesariamente, no pueden dar nada ms que un cuerpo perfecto. Si ahora no quieres comprender lo que conviene que entiendas, no sers designado por la Filosofa, o bien Dios la apartar de ti. Te digo pues, brevemente, que no te debe ser posible llegar a la meta con fruto, en la forma metlica, si no has unido, en uno y sin error, los tres principios mencionados. Entonces comprende adems que los anmales de la tierra, igual que el hombre, estn compuestos de carne y de sangre y que tienen como l un Espritu que vivifica y un soplo introducidos en ellos, pero estn privados de un alma razonable, de la cual el hombre est provisto antes que los otros seres vivientes.1 Artis bravium. Variante: La Caballera del Arte.

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Es por lo que cuando las bestias brutas pasan de la Vida a la muerte, no se exhala nada de ellas, para la esperanza de que ellas permanezcan en la eternidad. Pero si el hombre, en el momento de la muerte material, somete su existencia a su creador, vive por el alma que perdura y con la cual ser glorificado. El alma, vuelta a su cuerpo glorificado, habitar en l, de modo que sean reunidos juntos y tengan la fuerza de mostrar su glorificacin celeste el cuerpo, el alma y el espritu, que no podrn jams ser separados en toda la eternidad. Es por lo que el hombre, por su alma razonable, es considerado como una criatura fija (aunque, considerndolo exteriormente, muera) dado que ser victorioso en la eternidad. En efecto, la muerte del hombre es nicamente su glorificacin, de tal modo que, por ciertos grados ordenados de Dios, para los culpables, l sea liberado del pecado y transportado a un lugar mejor que no corresponde a las bestias brutas. Estas, por esta razn, no son tomadas como criaturas fijas. Ciertamente, despus de su muerte, no podrn disfrutar de la resurreccin, pues carecen de alma razonable, por la cual el nico y verdadero Mediador Hijo de Dios, sacrificado, esparci su sangre. En verdad, el espritu puede morar en un cuerpo y no por ello seguirlo, debiendo este cuerpo ser fijo, aunque el cuerpo se complazca en el espritu y el espritu no est de ningn a manera en lucha con el cuerpo. En efecto, estn desprovistos uno y otro de esta alma fuerte, muy preciosa, noble y fija, que encadena y reafirma el cuerpo y el espritu, los mantiene y los define naturalmente ante todos los peligros. Pues donde el alma falta interiormente, all ninguna esperanza de redencin subsiste. Es que la cosa sin alma es imperfecta y ste es uno de los ms grandes secretos que conviene saber al sabio aplicado a la busca de la Obra. Y sobre todo, mi conciencia no ha consentido guardar esto en silencio, sino que ha querido descubrirlo a los que aman el fundamento de toda la sabidura. S pues muy diligentemente atento a mi discurso, que los espritus escondidos en los metales son diferentes, Uno ms voltil o ms fijo que el otro, de igual modo que su alma1 y su cuerpo son diferentes. Cualquiera que sea el metal que haya en l, reunidos los tres en la fijeza, ha recibido en parte esta dureza, por la cual pude importar el fuego y triunfar de todos sus enemigos. Y esto se manifiesta nicamente en el sol. La luna posee en s un mercurio fijo y, por esta razn, no se vuela tan rpido en el fuego como los otros metales imperfectos, sino que soporta su prueba y lo demuestra clarsimamente por su victoria, cuando el muy voraz Saturno no puede sacar de ella ningn provecho. Venus, muy dada al amor, est llena y vestida de sobreabundante color. Todo su cuerpo es casi de pura tintura, que no parece diferente, por el color, a la que hay en el ms opulento metal y, a causa de la riqueza de este color, se intensifica en rojo. Ms, puesto que su cuerpo es leproso, esta tintura no puede permanecer firme en este cuerpo imperfecto, y est obligada a perecer con l. En efecto, cuando el cuerpo es aniquilado por la muerte, el alma no puede permanecer, y se ve obligada a separarse y volar, pues su morada ha sido destruida y consumida por el fuego. No puede permanecer all donde no encuentra lugar. Por el contrario, habita, gustosa y con constancia, en un cuerpo fijo. La sal fija ha dado al belicoso Marte un cuerpo slido, rudo y firme, por el cual se manifiesta su magnanimidad de alma y nada, con trabajo, puede ser quitado a este jefe guerrero. Su cuerpo, en efecto, es hasta tal punto compacto, que difcilmente puede ser herido.

1 Eorum aima. Variante: sus almas.

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Pero si su poderosa virtud es unida espiritualmente, por acuerdo y mezcla, con la fijeza de la Luna y la belleza de Venus, una muy suave msica1 puede igualmente ser liberada, por la cual algunas llaves son juzgadas dignas para recompensar a aquel que est privado de pan y que, habiendo subido al grado ms elevado de la escala, podr subsistir particularmente. Pues la cualidad flemtica y la naturaleza hmeda de la Luna, deben ser desecadas con la sangre ardiente de Venus y su gran negrura corregida por la sal de Marte. Pero no es necesario buscar tu simiente en los elementos. Es que nuestro esperma no est tan alejado, sino que el lugar donde nuestra semilla tiene su morada estable y su vivienda est ms prximo. Llegars hasta ella solamente si rectificas tanto el mercurio, el azufre y la sal (entiende de los filsofos) como si de su alma, su espritu y su cuerpo, se hace una cierta conjuncin inseparable, la cual, por contra, no permitir ser rota ni podr ser desligada por toda la eternidad. Entonces est perfectamente asegurado el lazo de amor y tambin preparada encima de l la morada idnea de la coronacin. Y sabe tambin que esto no es otra cosa que la llave lquida, que debe ser comparada a la propiedad celeste, el agua seca unida a la sustancia terrestre, las cuales son una cosa nacida y venida de tres, de dos y de uno. Si tienes la fuerza de llegar a esto, eres victorioso y tienes el Magisterio. Entonces une el uno al otro, el novio y la novia, a fin de que se alimenten y crezcan de su carne y su sangre y, por su semilla, se propaguen al Infinito. Aunque yo te descubriera mucho ms por afecto, el Creador sin embargo lo prohbe. En consecuencia, no me convendr hablar ms claramente, que el don del A1tisimo no acarree un abuso y que no me convierta en la causa de numerosos crmenes que se cometeran, y de esta forma, que no atraiga sobre m la clera divina y no sea echado, con los otros, a las penas eternas. Pero, amigo mo, si esto no te es de comprensin suficientemente clara, entonces te ensear mi prctica, cmo consegu, con la ayuda de Dios, esta Piedra de los antiguos. Examina y considera con cuidado mis Doce Llaves por la lectura atenta, frecuente y repetida, y procede cmo yo te instruyo y te enseo de manera figurada y fundamentalmente. Toma un pedazo de excelente y fino oro y divdelo por ese medio que la naturaleza ha concedido a los hombres enamorados del arte, como el anatomista corta el cadver humano y as estudia el interior del cuerpo, y haz que tu oro sea retrogradado a lo que haba sido untes. Entonces encontrars la semilla, el principio, el medio y el fin; de donde nuestro oro y su esposa fueron hechos, a saber, de un penetrante, sutil y puro espritu, de un alma delicada, pura y sin mancha, y tambin de sal y blsamo astrales, los cuales, despus de su conjuncin, no son otra cosa que un licor mercurial. Esta misma agua fue conducida a la academia de su propio Dios Mercurio que la examin, y cuando la hubo reconocido legtima y sin disfraz, pas a ser su amiga y la uni a l en matrimonio. Y as, del uno y del otro, fue hecho un aceite incombustible. Mercurio se volvi tan orgulloso que con dificultad se reconoci a s mismo. Rechaz sus alas de guila, devor l mismo su cola resbaladiza de dragn y provoc a Marte al combate.

1. Saitis suavis adhuc msica. Variante: una magnfica msica.

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Entonces Marte reuni sus caballeros y dio rdenes de que fuera puesto en prisin Mercurio a quien Vulcano fue dado como guardin, hasta que fue liberado por el sexo femenino. Despus de que estas cosas fueran divulgadas de un lado a otro por frases populares, los otros planetas se reunieron igualmente, y por consejo sostenido, deliberaron qu obra tendra que hacerse ms tarde, a fin de proceder sabiamente. Entonces Saturno, el primero en orden, por un discurso ms animado, empez a hablar as: Yo, Saturno, el ms elevado de los planetas en el firmamento, declaro esto ante todos, Seores, que soy entre vosotros el ms intil y el ms despreciable, de cuerpo dbil y corruptible, de color negro, sometido a los ultrajes de numerosos tormentos en este valle de miserias, y sin embargo el valorador de todos vosotros. En efecto, no tengo morada permanente y arrastro a mi semejante conmigo. La causa de mi adversidad no debe ser imputada a nadie, si no es al inconstante Mercurio, que por su indiferencia y su negligencia me infringe este mal. Es por lo que os ruego a todos tomar venganza sobre l de mi desgracia, y como ya est en prisin, matarle y retenerle hasta la putrefaccin y hasta que no le sea encontrada ni una sola gota de su sangre. Cuando Saturno hubo as terminado su discurso, he aqu al sombro Jpiter1 que empieza con el suyo. Lo empieza con una genuflexin y con una singular reverencia del cetro; alabando la demanda de su colega Saturno, aadi que seran perseguidos todos aquellos que no ayudasen al cumplimiento de estas cosas, y es as como termin. Enseguida, Marte avanz con su espada desnuda, admirablemente diversificada de colores, parecida a un espejo inflamado, brillante de rayos extraordinarios dirigidos a todos lados, y la dio al carcelero Vulcano, a fin de que cumpliera todas las cosas ordenadas por los Seores y que, cuando hubiera matado a Mercurio, consumiera sus huesos por el fuego: en lo que Vulcano, como ejecutor, se mostr dcil. Mientras que el verdugo acababa su cometido, una mujer lleg, bella y resplandeciente de blancura, con un largo vestido de color plateado y entrelazado de numerosas aguas, la cual fue reconocida por la Luna, esposa del Sol. sta se ech con la cara hacia adelante y rog, pidiendo con muchas lgrimas y gemidos, que el Sol fuera liberado de la crcel en la que haba sido puesto, con violencia y perfidia, por el artificio y poder de Mercurio y donde, hasta el presente, era retenido por orden de los otros planetas. Pero Vulcano rehus absolutamente y, perserverando en su oficio, activ con celo la ejecucin de la sentencia dictada, hasta que, en fin, la reina Venus lleg con un vestido rojo resplandeciente, bordado de verde, muy bella de rostro, el lenguaje muy suelto y agradable, el porte extremadamente gracioso, llevando en la mano las flores ms olorosas que, por el aspecto y admirable diversidad de colores, reconfortaban y encantaban los ojos humanos, Intervino en lengua caldea junto al justiciero Vulcano, por la liberacin, y le record el futuro rescate por el sexo femenino. Pero las orejas de Vulcano permanecieron cerradas.

1 En fuscus Jpiter. Variante: he aqu al gris Jpiter.

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Durante el tiempo en que estos dos charlaban as, el cielo se abri y de l sali un potente animal, con numerosos millares de cras, echando y golpeando al justiciero. Abri ampliamente sus fauces y devor la muy preciosa; Venus, su protectora, gritando, al mismo tiempo, con potente voz: Yo he nacido de las mujeres, ellas han dispersado abundantemente mi semilla y han enriquecido la Tierra con ella. Su alma ha sido unida a la ma, y es por lo que me alimentar y me saciar con su sangre. Y cuando el animal hubo dicho esto potentemente, volvi a una cierta morada y cerr la puerta tras s. Entonces todas las cras le seguan en orden y tenan necesidad de mucho mas buen alimento que antes. Beban excelente aceite incombustible; digeran fcilmente los alimentos y la bebida y se volvan ms numerosos que antes. Y esto se produca a menudo hasta que estos pequeos hubieran llenado todo el mundo. Mientras todas estas cosas se desarrollaban as, numerosos hombres de este pas se reunan, los cuales, sabios y experimentados en la ciencia por un largo estudio, se esforzaban por obtener entre ellos una explicacin de todos estos hechos y estas palabras, para hacer uso de la comprensin de la mayor y mejor parte de estas cosas. Pero ninguno de ellos pudo dar cumplimiento a este deseo. En efecto, no eran de la misma opinin, hasta que se vio avanzar un hombre muy anciano, con los cabellos y la barba blancos como la nieve, vestido de prpura de la cabeza a los pies. Puso sobre su cabeza una corona en la que brillaba un precioso carbunclo. En medio del cuerpo estaba rodeado por un cinturn de vida. Iba con los pies descalzos y se expresaba por un singular espritu que estaba escondido en l y su lenguaje penetraba los rincones de su cuerpo, de modo que el soplo de su corazn lo oa. Este hombre se elev sobre los dems y exhort a los pueblos reunidos a que guardasen silencio y le escucharan atentamente. En efecto, haba sido enviado de arriba para que les abriera las alegoras antedichas y se les desvelara por la charla filosfica. Y como al momento todos se apaciguaron, empez de esta manera: Despirtate, oh hombre, y contempla la luz! Que las tinieblas no te seduzcan! Los Dioses de la fortuna y los Dioses superiores me han instruido en un profundo sueo. Oh, qu feliz es el hombre que; reconoce a los Dioses! Qu extraordinarias maravillas operan! Feliz aqul cuyos ojos estn abiertos, de modo que ve la luz que antes le haba sido escondida! Dos estrellas han sido concedidas al hombre por los Dioses para conducirle hacia la gran sabidura; obsrvelas, oh hombre! y sigue con constancia su claridad, pues en ellas se encuentra la sabidura. El Fnix, pjaro del Sur1 arranca el corazn del pecho de un potente animal de Oriente. Dale alas al animal de Oriente, como al del Sur, a fin de que sean parecidos. Pues el animal de Oriente debe ser desnudado de su piel de len y perder sus alas, En este momento entran juntos en el gran mar agitado del ocano y, de nuevo, salen de l con la belleza. Sumerge tus espritus inestables en una profunda fuente, en la que el agua no falte jams, a fin de que se vuelvan parecidos a su madre, la cual est all encerrada y, de tres, ha venido al mundo. Hungra me ha engendrado primeramente; el cielo y los astros me mantienen y la tierra me cubre2 .1 Phoenix avis de meridie. Variante: El rpido pjaro del Sur. 2 Atque trra nubit me. Variante: Y la tierra me da su seno.

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Y aunque estoy forzado a morir y a ser enterrado, sin embargo Vulcano, en segundo lugar, me hace nacer. Es por eso por lo que Hungra es mi patria, y mi madre encierra a todo el mundo. Como estas cosas haban sido odas por todos los hombres entonces presentes, habl as a continuacin: Haz que lo que est arriba est abajo y que lo que es visible, invisible, lo palpable, impalpable, y nuevamente haz que lo que est abajo sea hecho lo que est arriba, del invisible el visible, del impalpable el palpable. Esto es todo el arte interiormente perfecto, sin falta ni olvido, en el cul habitan la muerte y la vida, la destruccin y la resurreccin. Es una esfera redonda por cual la Diosa de la fortuna empieza su carro y concede a los hombres de Dios el don de la Sabidura; por otra parte, por su propio nombre, segn la concepcin terrestre, es llamada todas las cosas en todas. Por encima de las cosas eternas, este arbitro y juez se muestra el ms elevado. Quienquiera que desee saber qu son todas las cosas en todas las cosas, que haga unas alas muy grandes a la tierra, que la apriete muy fuertemente a fin de que ella misma se eleve y, volando por el aire, se eleve en la ms alta regin del cielo superior. Entonces quema sus alas por un fuego muy vivo, a fin de que la tierra precipitada caiga en el mar Rojo y all se ahogue. Y por el fuego y por el aire deseca el agua para que, de nuevo, la tierra sea. Entonces, digo, tienes todas las cosas en todas las cosas. Pues si no puedes encontrar esto, busca en ti mismo y considera todo a tu alrededor, todas las cosas que existen en el mundo. Entonces encontrars todas las cosas en todas las cosas, lo que es una fuerza atractiva de todas las cosas metlicas y minerales nacidas de la sal y del azufre y dos veces engendradas del mercurio. No me conviene, digo, exponerte an ms lo que son todas las cosas en todas las cosas, visto que todas las cosas estn comprendidas en todas las cosas. A estas palabras aadi an: Oh hombres, amigos mos, por las enseanzas de mi voz habis percibido la sabidura, de qu y cmo debis encontrar la gran Piedra de los antiguos Filsofos, que cura los metales leprosos e imperfectos, les da una nueva generacin, conserva los hombres en salud y les conduce a una avanzada edad. Por su celeste fuerza y por su efecto, ella me ha guardado, hasta el presente, de modo que, cansado de esta vida, por mi voluntad, deseo morir. Dios, por su gracia y su ciencia, de la que me ha gratificado ampliamente con indulgencia, debe ser alabado por todos los siglos. Y enseguida desapareci de sus ojos. Acabado este discurso, uno a uno se retiraron a sus lugares de donde haban venido, reflexionando y trabajando de da y de noche en estas cosas, segn la bondad que de natural1 haba sido dada a cada uno, etc.

1. Ingenii bonitas. Variante : la bondad de natural y el entendimiento

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AHORA SIGUEN LAS DOCE LLAVES DEL HERMANO VALENTN DE LA ORDEN BENEDICTINA

POR LAS CUALES LAS PUERTAS DE LA ANTIGUA PIEDRA DE NUESTROS PREDECESORES SE ABREN, Y LA MUY SECRETA FUENTE DE TODA SALUD ES DESVELADA.

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PRIMERA LLAVE

(LOS DOS AGENTES DE LA PRIMERA OBRA Y SU PREPARACIN) Sabe amigo mo que las cosas impuras y manchadas no convienen a nuestra obra, por lo cual, en efecto, su lepra no podr ser de ayuda alguna; o sea lo bueno impedido por lo impuro1. Todas las mercancas para vender, sacadas de las minas, valen cada una su precio, pero cuando son falsificadas se vuelven impropias. Son, en efecto, alteradas bajo un falso brillo, y no son ms, como antes, convenientes a la misma obra. E igual que el mdico, por medio de sus medicamentos, purga y limpia el interior del cuerpo, de donde saca la suciedad, as nuestros cuerpos deben ser lavados y purgados de toda su impureza, a fin de que en nuestra generacin, la perfeccin pueda ser alcanzada. Nuestros Maestros buscan un cuerpo puro y sin mancha que no sea alterado por ninguna suciedad o mezcla de otro: En efecto, la adicin de cosas extraas es la lepra de nuestros metales. Que la diadema del rey sea de oro puro y que la casta novia le sea unida en matrimonio.1 Per impurum. Variante: por la va impura.

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Es por lo que, si quieres trabajar por nuestros cuerpos, toma el lobo gris muy vido que, por el examen de su nombre, est sujeto al belicoso Marte, pero por su raza de nacimiento es hijo del viejo Saturno, y que, en los valles y en las montaas del mundo, es presa del hambre ms violenta. Echa a este mismo Lobo el cuerpo del Rey, a fin que reciba su alimento, y cuando haya devorado al Rey, haz un gran fuego y echa en l al Lobo para consumirlo enteramente y entonces el Rey ser liberado. Cuando esto haya sido hecho tres veces, entonces el Len habr triunfado sobre el Lobo y ste no encontrar nada ms que comer en l. Y as nuestro cuerpo es bueno para el comienzo de nuestra Obra. Y sabe que esta va es la nica directa y verdadera para nuestros cuerpos que hay que purgar. Pues el Len se purifica por la sangre del Lobo, y de la tintura de esta sangre, se alegra admirablemente la tintura del Len, teniendo en cuenta que las sangres de ambos estn mutuamente unidas por una cierta afinidad de emparentamiento. Cuando el Len est saciado, su espritu se hace ms fuerte que antes, sus ojos, equivalentes al sol, brillan con gran esplendor, y su naturaleza interior, sobre todo, es ms fuerte y es til para todo lo que es buscado. Y cuando, de esta forma, haya sido preparado, los hijos de los hombres, atormentados por la epilepsia y por otras infecciones muy grandes, le darn gracias. Estos diez hombres leprosos le siguen y desean beber de su sangre y de su alma, y todos aquellos que son asediados por la enfermedad se complacen profundamente en su espritu. Quienquiera que beba de esta fuente de oro siente la renovacin de su naturaleza, la supresin del mal, el reconfortamiento de su sangre, el reforzamiento de su corazn, y la perfecta salud de todas las partes comprendidas en su cuerpo, sea interiormente, sea exteriormente. Ella abre, en efecto, los nervios y los poros, afn de que la enfermedad pueda ser echada y la salud, apaciblemente, la reemplace. Pero, amigo mo, prev inteligentemente, de modo que la fuente de vida sea hallada pura y clara. Ningn agua extraa debe estar mezclada a nuestra fuente, para que no se produzca por ello un aborto, y que del saludable pez no nazca la serpiente. Igualmente, si por alguna acidez intermediaria que se le haya unido, nuestro cuerpo ha sido disuelto, haz que todo corrosivo sea extrado. Ninguna acidez es til para combatir las enfermedades internas, puesto que penetra con destruccin violenta y engendra as ms enfermedades. Pero que nuestra fuente sea sin veneno, aunque el veneno deba ser expulsado por el veneno. Cuando un rbol trae frutos malsanos y desagradables, se abre cerca del tronco y en este tronco es injertada otra especie de fruto. Entonces el injerto se une al tronco, de modo que de ste y de la raz, con su joven rama, se desarrolle un buen rbol, que, segn la voluntad de su injertador, lleve frutos sanos y agradables. El Rey recorre seis ciudades en el firmamento celeste y fija su morada en la sptima, pues el palacio real, en este lugar, est ornado de tapices de oro. Si comprendes ahora lo que digo, entonces has abierto, por esta llave, la primera puerta, y has franqueado el obstculo del cerrojo. Pues si verdaderamente no percibes an la luz en mis palabras, no hay gafas que te sirvan, ni ojos naturales que te ayuden, para que encuentres al fin lo que has dejado al principio. En adelante, no hablar ms de esta llave, segn me lo ha ensaado Lucius Papirius.

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[La Llave I muestra a la "pareja alqumica" en su simblica clsica: el principio femenino o Mercurio, sosteniendo un ramo que tiene tres flores a la derecha, y a la izquierda el peregrino o viajero que porta en su diestra un bordn (vara, bastn). En primer plano, a la izquierda, un lobo que salta por arriba del crisol (va seca), a la derecha un viejo, en accin de segar, con una hoz, amenaza sobre el huevo. El ramo encuentra su correspondencia en la cal que es indispensable para la obtencin del Mercurio Filosfico, la hoz representa la lira de Orfeo que apacigua el tumulto y calma a los animales salvajes. La Llave simboliza la adquisicin del Mercurio por la va del sulfuro de antimonio.]

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SEGUNDA LLAVE

PURIFICACIN DEL MERCURIO POR LOS LAVADORES En los stanos de los grandes y los poderosos se encuentran diversos tipos de bebidas, entre las cuales, sin embargo, ninguna apenas se parece a otra, por el olor, el color y el gusto. Su preparacin es mltiple y no por ello se beben menos todas, siendo necesarias a la economa regular y una a una segn su utilidad. Cuando el sol lanza sus rayos y los expande a travs de las nubes, se dice ordinariamente que el sol atrae a si las aguas y que la lluvia est prxima; y si esto sucede a menudo, resulta un ao frtil. Para edificar el ms magnfico palacio, todo tipo de obreros trabajan y numerosas mquinas llaman a sus manos, antes de que pueda considerarse terminado y perfectamente decorado; por la razn, ciertamente, que se exige a la piedra lo que no puede dar el bosque. Cada da, del furioso mar, el flujo y el reflujo, que vienen de una cierta simpata de arriba y de la influencia de los cielos, por su accin, son la causa de numerosas riquezas para los pases vecinos; pues todas las veces que se renuevan traen alguna cosa de bueno para los hombres.

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Una virgen que debe ser dada en matrimonio, es en primer lugar magnficamente adornada de una variedad de vestidos preciosos, a fin de que guste a su prometido y que, por su aspecto, alimente en l profundamente el abrazo del amor. Pero cuando debe casarse con su prometido, segn el uso de la unin carnal, se le quitan todos los vestidos y no guarda ninguno, si no es aquel que le ha sido dado por el Creador, en el momento de su nacimiento. De la misma forma, cuando se est a punto de celebrar las bodas de nuestro prometido Apolo con su prometida Diana, se les prepara previamente diferentes vestidos, y se les lava muy a fondo la cabeza y el cuerpo con aguas que deben ser destiladas por diversos procedimientos que necesitas aprender, dado que son extremadamente desiguales, unas fuertes, otras dbiles, segn lo requiera su uso y como lo he dicho para los diferentes gneros de brebajes. Y sabe que cuando la humedad de la tierra sube, la nube se forma, se espesa en la parte superior y, por su peso, cae hacia abajo, de modo que la humedad elevada devuelta a la tierra. Y esto reanima, nutre y fortifica la tierra, a fin de que las hojas y las hierbas puedan crecer en ella. Por esta razn, las diferentes preparaciones de tus aguas por destilacin, deben a menudo ser renovadas, de modo que, muy frecuentemente, devuelvas a la tierra lo que le ha sido quitado y que, de nuevo, se lo quites, como el Euripo de la Mar1 a menudo andona la tierra, y, de nuevo, la recubre hasta que llega a su punto fijo. As pues, cuando el palacio del Rey haya sido dispuesto y ornado por este medio y diferentes trabajos manuales, cuando el mar de vidrio haya terminado su curso y colmado el palacio de riquezas, entonces el Rey entrar en l con seguridad y podr instalar su trono. Pero, amigo mo, pon atencin a esto, al principio, que la novia sea unida a su novio, desnudos uno y otro; en ese momento, todas las cosas preparadas para el ornato de los vestidos y concerniendo la belleza del rostro, deben ser, de nuevo, retirados, de modo que entren desnudos en la tumba, desnudos como han nacido, y que su simiente no sea corrompida por una mezcla extraa. Como conclusin de este discurso, te digo, en verdad, que el agua muy preciosa, que debe ser el bao del novio, sea confeccionada sabiamente, con mucho cuidado, de dos atletas (entiende de dos materias opuestas), a fin de que un adversario excite al otro, sobro todo, que se vuelvan activos en el combate y ganen el precio de la victoria. A ciencia cierta, no es til al guila la construir su nido en los Alpes, pues sus pequeos moriran a causa del fro de la nieve en la cumbre de las montaas. Es por lo que, verdaderamente, si unes al guila el fro dragn, que tuvo por largo tiempo su domicilio en las piedras y que vive arrastrndose por las cavernas de la tierra, y los pones juntos en la silla infernal, entonces Plutn soplar el viento, y del fro dragn har salir el espritu voltil e gneo que, por su gran calor, quemar las alas del guila y producir el bao sudorfico. Es as como la nieve comienza a fundir en las montaas ms altas y se forma el agua, para que el bao universal est bien preparado y d al Rey la fortuna y la salud.1 Velut Muris Eurypus. Variante: como el Mar Euripo.

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[La Llave II, est consagrada al Mercurio doble, alado, este deber perder sus alas, lo que ser realizado por la hoz. Se habr entonces conseguido su reduccin.]

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TERCERA LLAVE

(COMBATE DE LAS DOS NATURALEZAS SALIDAS DEL DRAGN)

Por el agua, el fuego puede ser extinguido y completamente destruido. Y si mucha agua es vertida sobre un pequeo fuego, entonces el fuego se ve forzado a ceder al agua y darle la soberana de la victoria. As, nuestro azufre gneo debe de ser sobrepasado y vencido por el agua preparada segn el arte, de modo que tras la separacin del agua, la vida gnea de nuestro vapor sulfuroso debe triunfar y, de nuevo, obtener la victoria. Por otra parte, en este campo, nadie triunfa ni puede conseguirse nada a no ser que el Rey haya agregado a su agua su naturaleza enrgica y su poder, y que le haya cedido la llave de su propio color. Hasta un punto tal que sea destruido por ella y se vuelva invisible; pero, por este cambio, debe hacer su forma visible, sin embargo, con disminucin de su esencia natural y perfeccionamiento de su cuerpo. Un pintor puede poner el amarillo sobre el blanco, el rojo sobre el amarillo y, seguramente, el color prpura, y tantos como quiera, hasta que se unan todos los colores y que, sin embargo, el ltimo consiga su grado ms alto. As debe de ser en nuestro Magisterio. Y cuando esto ha sido hecho, entonces tienes ante tus ojos la luz de toda la sabidura, la cual brilla en las tinieblas, aunque no queme. Pues nuestro azufre no quema y, sin embargo, brilla largo tiempo y a lo lejos; y no colorea nada a menos que no sea preparado y teido de su color, mediante el cual tiene a continuacin la fuerza de teir los metales dbiles e imperfectos. Pero no est concedido a este azufre colorear, a no ser que el color le sea

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dado con gran perseverancia. Pues el ms dbil no puede elevar, sino que el ms fuerte conserva la superioridad sobre el ms mezquino y el dbil est obligado a ceder al robusto. Por esta razn y en favor de este discurso, retn el sentido y la conclusin siguiente, que el pequeo no puede venir en ayuda de otro pequeo ni traerle asistencia en el trabajo. Una cosa combustible no puede defender a otra cosa Combustible, si no es quemndose tambin. As pues, Si un protector debe intervenir trayendo socorro al Combustible y asistirlo, entonces el protector tendr ms fuerza que aqul a quien defiende. Ante todo se muestra l mismo obligatoriamente incombustible en esencia. Igualmente, que aquel que quiera preparar nuestro azufre incombustible de todos los sabios, lo considere en s, a fin de que busque nuestro azufre en l mismo, donde se encuentra incombustiblemente. Lo cual no puede ser sin que la mar salada haya engullido al cuerpo y, a continuacin, lo haya expulsado de su seno. A continuacin, eleva este cuerpo en su grado para que, por su brillo, preceda en mucho a todas las dems estrellas del cielo y, por su naturaleza, vomite sangre, parecido al pelcano cuando se hiere en el pecho, sin debilitamiento de su cuerpo, y que pueda, con su sangre, nutrir y alimentar numerosos pequeos. Es la Rosa de nuestros Maestros, de color prpura, y la sangre roja del dragn, descritos por numerosos autores, es adems, el manto prpura extremadamente hojaldrado1 en nuestro arte, por el que est cubierta la Reina de salud y con el que pueden ser enriquecidos por el color todos los metales pobres. Conserva bien este manto honorable, acompaado por la sal astral, que suda este azufre celeste. Que nada funesto le suceda y hazlo volar como el pjaro tanto como sea necesario. En este momento, el gallo devorar al zorro, a continuacin se sofocar en el agua y, resucitado por el fuego, ser a su vez devorado por el zorro, a fin de que el semejante sea restituido al semejante.1 Summe foliatum. Variante: del supremo seor.

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[En primer plano, el dragn, aparece con los rasgos de una quimera: el dragn escamosos simboliza una de las materias primeras, probablemente el sulfuro de antimonio; se puede tratar de esquistos piritosos o alunferos de los que se extrae el alumbre (la tierra empleada es de alumina, el zorro y el gallo son los smbolos de lo fijo y de lo voltil cuya accin se desarrolla en la tercer obra. A lo lejos el castillo representa el atanor y el bosque la materia prima. Ver el De Lapide Philosophorum de Lambsprinck]

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CUARTA LLAVE

(LA MUERTE GENERATRIZ DE LA CENIZA Y DEL VIDRIO PRECIOSO) Toda carne nacida de la tierra ser destruida y, de nuevo, ser devuelta a la tierra; como al principio fue tierra, entonces la sal terrestre da una nueva generacin por el soplo de vida celeste. Donde en efecto, la tierra antes no fue, all, no puede seguir la resurreccin en nuestra obra. Pues en la tierra est el blsamo de la naturaleza y la sal de aquellos que buscaron el conocimiento de todas las cosas En el juicio final del mundo, el mundo ser juzgado por el fuego, a fin de que lo que fue primitivamente hecho de nada por el Seor, sea reducido al contrario por el fuego, a la ceniza de la cual, al fin, el Fnix crear sus pequeos. Pues parecidamente en la ceniza est escondido el sarro verdadero y natural que debe ser disuelto. Despus de la disolucin de este sarro (trtaro) la potente cerradura del palacio del Rey puede ser abierta. Un cielo y una tierra nuevos se formarn despus de la combustin y un nuevo hombre aparecer mucho ms brillante de lo que fue antes, en el primer mundo, y ser glorificado. Cuando, por el fuego, la ceniza y la arena estn perfectamente preparadas y purgadas, entonces el vidriero fabrica el vidrio que a partir de ese momento resiste siempre al fuego y que, por otra parto, de color parecido a la piedra preciosa, no se reconoce ms como ceniza. Lo cual es para el ignorante un gran misterio, y no al

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contrario para el sabio que, por el conocimiento y por la prctica repetida, es maestro del proceso operatorio. Con piedras, y por el fuego, el artesano prepara tambin la cal, a fin de que sea propia al trabajo, pero antes de que est preparada por el fuego es piedra y no puede aplicarse al trabajo en tanto que cal. Por el fuego es madurada esta piedra y, por el fuego, aumenta considerablemente su grado de calor hasta ser poderosa y hasta que, por el espritu gneo de la cal, apenas nada puede serle comparado a condicin de que sea conducida a su perfeccin. Si una cosa cualquiera es reducida a cenizas y tratada segn el arte, de ella misma libra su sal. Suponiendo que, en la diseccin de esta sal, puedas guardar separadamente el azufre y el mercurio, y, de nuevo, restituirlos en su sal, segn la exigencia del arte, esta sal podr entonces Volverse, por el beneficio del fuego, lo que haba sido antes de su destruccin y de su diseccin. Los sabios de este mundo califican esto de tontera y lo tienen por Vanidad, llamndolo nueva creacin, lo cual no est permitido al pecador ante Dios. No comprenden que esta creacin fue antes, y que el artista, al menos, ha mostrado su cualidad de maestro por la semilla de la Naturaleza y la aumentacin de sta. Un artista, quienquiera que sea, que no tenga ceniza, no puede confeccionar la sal por nuestro arte. Y es que, sin la sal, nuestra obra corporal no puede elaborarse y que nicamente la sal opera la coagulacin de todas las cosas. As como la sal es el soporte de todas las cosas y las protege de la putrefaccin, del mismo modo la sal de nuestros Maestros defiende los metales para que no lean enteramente reducidos a nada y destruidos, sin que, por ella, all nazca de nuevo alguna cosa, a menos que no se pierda su potente blsamo y que, falto de cuerpo, desaparezca el espritu de la sal de naturaleza. En este caso el cuerpo morir completamente y nada podr ser sacado de l con algn fruto, porque los espritus metlicos habran desaparecido y, por su muerte natural, habran dejado la casa desnuda y vaca en la cual ninguna vida sera reanimada nunca ms. Nota, por otra parte, estudiante del arte, que la sal extrada de la ceniza se muestra la ms fuerte y que en ella se esconden numerosas virtudes. Pero sin embargo, esta sal es intil, a no ser que su interior ms profundo sea descubierto, y su exterior llevado al centro. Pues el espritu es el nico que da las fuerzas y la vida. Por otra parte, el cuerpo despojado no deja nada. Cuando hayas sabido reconocer esto, tendrs la sal de los Filsofos y el aceite muy verdaderamente incombustible, sobre los cuales, antes de m, han aparecido tantos libros. Aunque numerosos sabios Me hayan buscado meticulosos, Pocos, sin embargo, consideran Con cuidado mis fuerzas secretas.

1 Preparacin de uno de los componentes del ayudante salino que, desde el principio de la Gran Obra, entra en accin ntimamente mezclado a los dos protagonistas minerales. (Canseliet)

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[Es la putrefaccin, es decir la resolucin de los cuerpos en el bao de los astros (Mercurio filosfico) obtenido por va seca. El esqueleto nos recuerda que la ceniza de los huesos (negro animal) ser necesaria para obtener la crema del trtaro.]

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QUINTA LLAVE

(DESARROLLO DEL EMBRION O AZUFRE FILOSOFICO) La fuerza vivificante de la tierra produce todas las cosas, las cuales nacen de ella; y cualquiera que diga que la tierra est privada de vida, es contrario a la verdad. En efecto, un cuerpo muerto no puede dar nada a otro que est vivo; a aqul le falta el crecimiento, porque el espritu de vida ha huido de l. Por esta razn, el espritu es la vida y el alma de la tierra, que habita en ella y acta desde el plano celeste y el astral sobre el terrestre. Pues todos los rboles, hierbas y races, as como todos los metales y minerales, reciben sus fuerzas su alimento y su crecimiento, del espritu de la tierra, porque el espritu, que es la vida, es nutrido por los astros y da a continuacin su alimento a todo aquello que vegeta. Como la madre que esconde al nio en su vientre y lo nutre en s misma, as, la tierra, por su espritu recibido de arriba, guarda vivos los minerales escondidos en su seno. Es por lo que no es la tierra quien da estas fuerzas por s misma, sino el espritu vivificante que existe en ella; y si la tierra fuera abandonada por su espritu, estara muerta y no ofrecera ms alimento, puesto que faltara su espritu que, por el azufre o la grasa, conserva la fuerza vivificante y asegura todo crecimiento por el alimento.

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Dos espritus opuestos pueden residir juntos, y sin embargo no se complementan fcilmente. En efecto cuando la plvora de can es inflamada, estos dos espritus, de los cuales este polvo est compuesto, se separan con gran ruido y violencia, y vuelan por los aires de tal manera que nadie puede distinguir o decir por qu lado han huido o en qu se han convertido; a no ser que se haya aprendido por la experiencia que espritus eran y en qu materia se encontraban. Por esto, sabe, amigo apasionado del arte, que la vida es nicamente un verdadero espritu y que, por consiguiente, todo lo que el vulgo ignorante estima como muerto, por el contrario debe ser devuelto a una vida incomprensible, visible y espiritual y, en ella, ser conservado. En caso de que, de esta forma, la vida deba trabajar con la vida, estos espritus se nutren y se desarrollan por el cielo, y son engendrados de sustancia celeste, elementara y terrestre, la cual se llama materia informe. Y como el hierro tiene su imn que lo atrae por un amor invisible y maravilloso, as nuestro oro posee tambin un imn que es la primera materia de nuestra gran piedra; si me comprendes en estas palabras, eres feliz y rico en comparacin con todo el mundo. Yo te propondr, adems, un ejemplo en este captulo, con un hombre que observa en un espejo la inflexin de su imagen. Si acerca sus manos a l, no tocar nada, salvo el espejo en el cual se mira. Del mismo modo, de esta materia debe ser extrado el espritu visible que, sin embargo, es inasible. Este mismo espritu digo que es la raz de vida de nuestros cuerpos y el Mercurio de los Filsofos, de donde, en nuestro arte, se prepara el agua licorosa, la cual, nuevamente, debes volver material en su composicin, y, por ciertos medios, llevar del grado ms bajo al ms alto, en estado de muy perfecta Medicina. Pues nuestro comienzo es un cuerpo tangible y cerrado; el medio, un espritu fugitivo y un agua de oro exenta de toda transformacin1, de la cual nuestros Maestros reciben su vida; el fin es la Medicina muy fija de los cuerpos humanos y metlicos, que ha sido concedido conocer antes a los ngeles que a los hombres. Puede suceder que algunos hombres adquieran la Medicina de esta forma, que, por eficaces plegarias del corazn, la obtengan de Dios y hacia El mismo y los pobres se muestren agradecidos. Como conclusin de estas cosas te digo, muy ciertamente, que un trabajo nace de otro. En efecto, al principio de nuestra obra, nuestra materia debe ser perfectamente y extremadamente purificada, a continuacin disuelta y destruida, profundamente corrompida y reducida a polvo y cenizas. Cuando todo esto ha sido hecho, entonces prepara con ella un espritu voltil, blanco como la nieve, y otro espritu voltil rojo como la sangre, que los dos retengan en s un tercero y sean, sin embargo, un solo espritu. Y stos son tres espritus que conservan y aumentan la vida; nelos dales todo el alimento y bebida que les sean naturalmente necesarios, y mantenlos en un lecho nupcial (de roco) de calor hasta el trmino del nacimiento. Entonces vers y pondrs a prueba lo que el Creador y la Naturaleza te habrn concedido. Y sabe que hasta aqu, yo no he hecho por la palabra ninguna divulgacin de este gnero y que Dios ha puesto ms eficacia y extraeza en la Naturaleza que la que millares de hombres puedan creer. As que el signo ha sido puesto por m, a fin de que los otros, despus de mi, tengan la fuerza de escribir los milagros naturales suscitados por el Creador y que son tomados por los insensatos como innaturales. Pues lo natural toma su principio de lo sobrenatural y, sin embargo, el conjunto no es juzgado ms que natural.1 Abaque omni conversione. Variante: exenta de todo corrosivo.

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[Es el tiempo de la Gran Coccin en donde el horno est a pleno rgimen (por va seca 1300 C, segn Fulcanelli). Se observa el recipiente que sostiene principio femenino muy cargado comparando su dimensin con el que sostiene en la clave I el personaje femenino de la derecha en su mano izquierda: es el mismo objeto. Corresponde a la luna cornuda que encuentra su correspondencia en el emblema XLI de Atalanta fugiens de Maier. Se observa tambin el fuelle. El ramo se ha multiplicado, seal del prximo acrecentamiento del azufre con la resina del oro. El pequeo personaje que se apresta a lanzar una flecha simboliza la rapidez con la cual debe ser manejada la primera operacin que corresponde al rgimen de Mercurio de Filaleteo. Se puede ver a la derecha los principales elementos nutritivos del Rebis : el Fuego y la Leche de la Virgen. La rama representa el Arbore Solari con siete flores cuya raz es un corazn: Alma de la Piedra. Cupido est presentado en su forma tradicional, los ojos vendados representando el amor ciego, se apronta a lanzar su flecha de plata, es decir si los Principios de la obra estn prximos a la conjuncin. Esta plancha puede representar la formacin del Latn : Pernety, Fbulas, De los nombres que los antiguos filsofos han dado a la materia: El filsofo Hermtico quiere que el latn (nombre que l tambin puede dar a su materia) est compuesto de un oro & de una plata cruda, voltil, & llena de negrura durante la putrefaccin, eso es llamada vientre de Saturno, del cual Venus fue engendrada. Es por eso qu en ella es vista como nacida del mar filosfico. La sal que es producida, es representada por Cupido, hijo de Venus & Mercurio; porque Venus representaba el azufre, & Mercurio plata-viva, el mercurio filosfico.]

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SEXTA LLAVE

(UNIN REAL DEL AZUFRE Y DEL MERCURIO, ALIANZA DEL CLELO Y DE LA TLERRA) El hombre sin la mujer es visto como un cuerpo separado en dos, y la mujer sin el hombre, de igual modo, hace de medio cuerpo, pues cada uno, en particular, no puede producir de s ningn fruto. Pero cuando viven unidos por el lazo conyugal, el cuerpo es perfecto y el crecimiento puede resultar de su semilla. Cuando un exceso de grano es tirado en un campo, el campo trabaja excesivamente, y el fruto no puede madurar. Pero si el grano se siembra escaso, el fruto es raro y la cizaa crece con l, de modo que no se saca ningn provecho. Si alguien no quiere cargar su conciencia de culpa al vender sus mercancas, que d la justa medida a su prjimo y, sobre todo, que suministre las almas y los pesos legtimos, para huir de la maldicin y suscitar el reconocimiento en los pobres. En mucha agua cualquiera pueda ser ahogado fcilmente, y poca agua, es desecada sin dificultad por el calor del sol y ya no es ms apreciada por nadie.

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Por esta razn, a fin de llegar a la meta deseada, que se respete una cierta mesura en la mezcla de la sustancia licorosa de la Filosofa; que el ms grande no sea demasiado abundante y abrume a la parte ms pequea, a fin de que el dbil no sea muy dbil delante del ms fuerte, que la generacin no sea impedida y que pueda ejercerse una misma soberana. En efecto, las lluvias numerosas son nocivas a los frutos y las sequas excesivas no aportan ninguna verdadera perfeccin. En consecuencia, si Neptuno ha preparado su bao convenientemente, pesa bien el agua permanente y reflexiona, con particular cuidado, para no hacer nada que sea demasiado o insuficiente. El hombre doble gneo debe nutrirse de un cisne blanco; ellos se destruirn mutuamente y, de nuevo, volvern a la vida. Y el aire de las cuatro partes del mundo se apoderar de tres cuartos del hombre gneo encerrado1 paira que el canto de los cisnes pueda ser odo y, con su adis, expresados los tonos musicales. Entonces el Cisne asado ser la comida del Rey y el Rey gneo se complacer mucho con la voz agradable de la Reina, la abrazar con su gran amor y se saciar de ella hasta que desaparezcan ambos y se fundan juntos en un cuerpo. Se dice ordinariamente que dos pueden sobrepasar y abatir a un tercero, sobre todo si tienen ocasin propicia para ejercer su malicia. Por otra parte sabe, de verdadero fundamento, que debe venir un doble viento llamado Vulturnus, a continuacin uno simple llamado Notus, los cuales, del Este y del Sur, soplarn impetuosamente. Cesada la actividad de estos, a condicin de que del aire sea hecha el agua, creers, con seguridad y audazmente, que del espiritual ser hecho el corporal y que, por las cuatro partes del ao, en el cuarto cielo, despus de que los siete planetas hayan ejercido su poder, el nmero dominar, acabar su curso en la parte baja del palacio, y esperar el examen ms severo; en fin, estos dos enviados habrn dominado y hecho perecer al tercero. En este punto preciso de nuestro Magisterio el conocimiento es necesario en grado sumo. Pues es necesario que la separacin y la conjuncin sean bien hechas para que el arte libre sus riquezas, y la balanza no debe de ser falseada por pesos inexactos. Es el escollo de nuestro proyecto que seas obligado a detener esta fase capital a travs del cielo del arte, del aire y la tierra, con el agua verdadera y el fuego perceptible, en la disposicin del justo peso, sin ninguna falta, as como yo te lo he expuesto con verdad.

1 Tres quartas ignei viri inclusi oceupabit. Variarte: ocupar los tres cuartos del receptculo cerrado del hombre gneo.

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[Estamos ante las bodas qumicas, realizadas por un mediador o mensajero. A la derecha Neptuno simboliza el agua, esta aadiendo a la mezcla para obtener la crema de trtaro. Es aqu que Basilio Valentino preconiza que el hombre doble gneo debe nutrirse de un cisne blanco, es decir la sal blanca obtenida del sal-de-piedra por la crema de trtaro, que da carbonato de potasa, uno de los componentes del Mercurio Filosfico]

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SPTIMA LLAVE

(EL VASO FILOSOFAL Y SU SELLO O BETN DE SAPIENCIA) El calor natural conserva la vida del hombre; pues si el calor natural se retirase, la vida terminara. Si el fuego natural se emplea moderadamente, defiende contra el fro, pero su exceso causa la destruccin. No es necesario que el sol toque la tierra corporalmente con su ser, es verdaderamente suficiente que sus rayos, cuando caen sobre la tierra, por reflexin se vuelvan ms vigorosos, y desprenda su fuerza. Por este medio, tiene bastante eficacia para cumplir su funcin y. por digestin, madurar todas las cosas. En efecto, por el frotamiento del aire, los rayos solares son llevados a una cierta moderacin, a

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fin de que, de esta forma, el fuego, por medio del aire, como el aire, por medio del fuego, puedan operar. La tierra sin el agua no puede producir nada y, a su vez, el agua sin la tierra nada puede hacer crecer. Del mismo modo que la tierra y el agua separadas una de otra estn privadas de fuerza para dar sus frutos, as, de ninguna forma el fuego puede carecer de aire ni el aire de fuego. Pues el fuego sin el aire no tiene vida, y el aire sin el fuego no puede mantener el calor y la sequedad La via, en la poca de su perfecta maduracin tiene una mayor necesidad de los rayos y del calor del sol que al principio de la primavera. Y cuando el sol, en otoo, cumple bien su papel, la via da ordinariamente un jugo mejor y ms rico que en la ausencia del calor si estos mismos rayos solares le hubieran faltado. En invierno el vulgo piensa que todas las cosas estn muertas, porque el fro ha constreido la tierra y por consiguiente nada puede crecer. Pero desde que la primavera se muestra, cuando el fro es debilitado por la subida del sol, todas las cosas son llamadas a la vida los rboles y las hierbas crecen, los pequeos animales rastreros, que haban huido en el helado invierno, salen lentamente de los antros y de las cavernas de la tierra; todas las cosas vivificadas exhalan un nuevo olor y su actividad soberana es atestiguada por los colores bellos agradables y variados de sus flores. Despus llega el verano, actuando de modo que las flores, de cualquier especie que sean, traen frutos, por los cuales debes dar las gracias al Creador que lo merece y que, en un tal orden, ha fijado la meta de la Naturaleza. As se cumple un ao tras otro, hasta que el Mundo sea de nuevo destruido por su Arquitecto y hasta que aquellos que ocupan la tierra sean elevados por la glorificacin de Dios; entonces toda la naturaleza terrestre dejar de obrar y en su lugar se instalar una naturaleza eterna y celeste. Cuando el sol en invierno desarrolla su curso lejos de nosotros, no puede fundir la alta nieve, pero en verano, si se acerca ms a nosotros, el aire se vuelve ms ardiente y ms fuerte, de modo que la nieve al licuarse desaparece y se convierte en agua. En efecto, el dbil es obligado a ceder al ms fuerte, y el ms fuerte es amo del ms dbil. El rgimen de fuego debe ser respetado en este Magisterio del mismo modo. Que la fluidez hmeda sea desecada no muy rpidamente y con justeza, y que la tierra de los sabios no se licuifique ni sea desecada muy rpidamente. De otro modo, en tus aguas, de tus peces sanos engendrars escorpiones. Pero si deseas ser el verdadero gua de tu trabajo, entonces toma el agua espiritual sobre la que, en el origen, el espritu se apoyaba, y. por ella1, cierra la entrada de la fortaleza. En efecto, la ciudad celeste de este tiempo ser asediada por los enemigos terrestres. Y sobre todo, tu cielo debe estar protegido fuertemente por murallas y trincheras, sin ningn acceso, excepto uno que sea poderosamente defendido por guardias.

1 Prae ea. Variante: a causa de l.

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Cuando todas estas cosas hayan terminado, enciende la lmpara de la Sabidura, busca por ella el Gros perdido, y da claridad tanta que baste1. Pues debes saber que los seres rastreros y los gusanos permanecen en la tierra fra y hmeda a causa de su naturaleza. Pero la residencia del hombre est sobre la tierra segn la complexin regular de su especie. Los espritus anglicos no tienen cuerpo terrestre, sino un cuerpo anglico que no est hecho de carne manchada por los pecados. No estn encadenados como el hombre y estn situados en un rango ms elevado, para que, sin ningn dao, puedan soportar igualmente el fuego y el fro, en la alta y la baja regin. Y despus de que el hombre haya sido clarificado, ser en esto igual a los espritus celestes. Ciertamente, Dios gobierna el cielo y la tierra y hace todo en todas las cosas. Es por lo que si velamos perfectamente nuestra alma, entonces seremos hechos los hijos y los herederos de Dios, para realizar lo que ahora nos es imposible. Pero ello no puede hacerse a menos que toda el agua no sea desecada y que el cielo y la tierra, con todos los hombres, sean juzgados por el fuego.1. El groschen (latn grossum) era una moneda de plata de poco valor, Es aqu la evocacin de la parbola evanglica del dracma reencontrado: dracma reperta (5. Luc. xv, 8-10). En la metrologa antigua dracma era sinnimo de gruesa.

[Compendio de la obra, se puede ver en esta clave el smbolo del peso de la naturaleza, y la espada que simboliza el primer agente que permite obtener el hmedo radical del que habla Fulcanelli. El caos puede ser comprendido de dos formas: caos inicial, es la primera materia en estado confuso. El segando caos, es aquel que aparece luego de la disolucin de los cuerpos o putrefaccin. Las cuatro estaciones simbolizan los grados de los regmenes de temperatura; el agua se inscribe en el smbolo del fuego, traduciendo el doble carcter del agua gnea o del fuego que no moja las manos : es el Len verde o disolvente universal.]

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OCTAVA LLAVE

(LA PUTREFACCIN , LLAVE MAYOR DE LA RESURRECCIN Y DE LA GRAN OBRA) Toda carne humana o animal no puede producir ningn crecimiento o propagacin de su especie, si no es por la putrefaccin. Tambin la semilla de la tierra y todo lo que est sometido y es propio de los vegetales no puede hacerse crecer excepto por la putrefaccin. Por otra parte, muchos animalillos y gusanos reciben la vida, a condicin de que ellos adquieran la fuerza y la accin vivificantes de la putrefaccin. En comparacin a todas las maravillas, esto deber estimarse con pleno derecho como un prodigio que verdaderamente ha concedido la Naturaleza. De esta forma, el desarrollo y el soplo de la vida estn principalmente en la tierra y son empujados por los otros elementos, por la semilla espiritual y por esta armona. Esto se debe demostrar por ejemplos que reproducen muy bien la mujer del campesino, pues ella no puede tener ninguna gallina para las necesidades de la casa a menos que no sea por la putrefaccin del huevo del cual es engendrado el pollito. Si cae pan en miel, en el seno de ste nacen hormigas, lo que, igualmente es un curioso fenmeno de la Naturaleza. El agricultor observa tambin que de la carne putrificada nacen pequeos gusanos en los hombres, los caballos y los cuerpos de otros animales, as como araas, larvas y otras

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cosas, en las nueces, las manzanas y las peras. Pero quin puede calcular los diversos gneros y especies de gusanos que provienen de la sola putrefaccin? Igualmente, se ve en las hierbas que diversos tipos de plantas como las ortigas y otras parecidas, crecen en lugares donde tales hierbas no han crecido jams y donde no han cado sus semillas. La causa est nicamente en la putrefaccin, porque la tierra est predispuesta, como fecundada en estos lugares, para estas producciones, y la virtud de los astros, que se insina de arriba, habr producido en ella espiritualmente la semilla. sta, en la tierra, se putrifca y, por la accin y la ayuda de los elementos, ha engendrado la materia corporal, segn la forma de la Naturaleza. As, los astros, juntamente con los elementos, pueden suscitar algn nuevo esperma que no haba jams existido antes y que, despus, por la putrefaccin, podr ser multiplicado. Pero no est concedido al hombre que produzca un nuevo esperma, pues no est en l el poder crear por la operacin de los elementos y la esencia de los astros. As pues, nacen diferentes especies de hierbas de la putrefaccin, pero puesto que el agricultor est acostumbrado a estas cosas, ya no las observa ms y no puede imaginarse la causa de esta ciencia, ante la cual el vulgo conserva la fuerza de la costumbre. Pero t, a quien conviene saber mucho ms que el vulgo, escuchando los consejos y los discursos numerosos, aprende an las causas y los fundamentos por los cuales y de los cuales la vivificacin de la resurreccin y de la generacin resulta as de la putrefaccin. Estudia esto, no por hbito, sino como un investigador de la Naturaleza, con la idea mayor de que toda vida se desprende y nace de la putrefaccin. Cada elemento tiene, por s, sucesivamente, su corrupcin y su generacin. As pues, que el apasionado del arte adquiera mayor certidumbre y que sepa, de sobreabundante fundamento, que en un solo elemento se encierran los tres restantes. Pues el aire contiene en s el fuego, el agua y la tierra, lo cual puede parecer increble cuando, sin embargo, es la verdad misma. As el fuego retiene en s el aire, el agua y la tierra, pues de otro modo no genera nada. El agua participa de la tierra del aire y del fuego, si no nada podra resultar en la generacin; y aunque consideremos un elemento aisladamente, todos sin embargo estn mezclados en l. Esto es revelado por la destilacin en la separacin de los elementos. A fin de que yo te exponga esto por legtima prueba y no digas, ignorante, que mi discurso no es sino pura palabrera y en ningn modo verdadero, te proclamo que te es til investigar la separacin de la Naturaleza, conocer la divisin de los elementos y que, de todos, en la destilacin de la tierra, el aire pasa el primero y muy fcilmente, despus del cual, continuando con habilidad, fluye el elemento del agua. El fuego est incluido en el aire porque ambos son de esencia espiritual y se aman uno a otro admirablemente. La tierra en la cual est la sal de gran precio queda en el fondo. En la destilacin del agua, el aire y el fuego salen primero, el agua a continuacin y el cuerpo de la tierra queda en el fondo. El elemento del fuego puede ser obtenido por l mismo, si es llevado a la sustancia invisible por la extraccin del fuego, del agua y de la tierra. Del mismo modo el aire habita en los otros tres elementos. En efecto, ninguno de estos puede carecer de aire. Sin aire, la tierra no es nada y no puede producir cualquier cosa que sea; el fuego no quema y no tiene vida; el agua no puede generar ningn fruto. Por otra parte, el aire no puede consumir nada ni desecar la humedad si no es por el calor natural. En consecuencia, como el ardor y el calor se encuentran en el aire, el elemento del fuego, de todas maneras, existe en el aire, pues todo lo que es caliente y seco es imputado a la sustancia del fuego. Es por lo que un elemento no puede pasar sin otro, sino que la mezcla de los cuatro elementos es constantemente verificada en la generacin de todas las cosas; y aquel que declara lo contrario, en manera alguna penetra los misterios de la Naturaleza y no ha investigado sus caracteres.

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Te conviene saber que lo que debe nacer de la putrefaccin llega necesariamente por este medio. La tierra a causa de su humedad interior y oculta, es llevada a una cierta corrupcin o destruccin, lo que es el comienzo de la putrefaccin. Pues sin humedad, sin el elemento del agua, ninguna verdadera putrefaccin puede ser hecha. Si una cierta generacin debe seguir a la putrefaccin, es necesario que sea excitada y nutrida por la cualidad clida inherente al elemento del fuego. Sin calor natural ningn nacimiento puede producirse; es por lo que si uno debe servirse, para crear, del espritu vivificante y del movimiento, esto no puede producirse sin aire. Ciertamente, si en este punto, el aire no operase con los otros elementos, no cumplira su funcin; entonces, primeramente, la sustancia del compuesto en que la generacin empezara, se vera ahogada en ella misma y perecera en consecuencia por la falta de aire. De donde est claramente reconocido y fundamentalmente demostrado que toda perfecta generacin sobreviene por el concurso de los cuatro elementos y que, siempre, un elemento, en otro, muestra su poder y su vida. Sin la putrefaccin, ni en este tiempo ni ms tarde, nada es dado a luz. Es evidentemente verdadero que para toda vida, toda perfecta generacin y toda resurreccin, son necesarios los cuatro elementos. Sabe que cuando Adn, el primer hombre, fue formado de una bola de tierra por el Muy Alto Creador, no mostr todava un movimiento perceptible de algo de vida, hasta que Dios le dio el soplo; entonces la bola de tierra vivificada recibi la energa. En la tierra estaba la sal, es decir el cuerpo; el aire inspirado era el mercurio o el espritu; por esta inspiracin el aire le dio el calor natural y mesurado que era el azufre, es decir el fuego. En este instante Adn se movi y se manifest de tal manera que aconteci que su alma fue vivificada e introducida. Pues el fuego sin el aire no puede ser y, recprocamente, ningn aire puede existir sin fuego. El agua estaba unida a la tierra segn es necesario que se encuentren en igual mezcla para que la vida deba resultar de ello. As pues, Adn fue primeramente sacado, compuesto y generado de tierra, de agua, de aire y de fuego de alma, de espritu y de cuerpo, despus de mercurio, de azufre y de sal. Del mismo modo, Eva, la primera mujer, nuestra madre de todos, participa de estas mismas cosas, pues fue producida de Adn, de quien, en consecuencia, ha sido constituida y ha nacido. Nota bien esto. Y a fin de que yo vuelva de nuevo a la putrefaccin, que el inquisidor del Magisterio, dado a la Filosofa, sepa que, por el mismo razonamiento, ninguna semilla metlica puede operar o crecer, a no ser que esta semilla metlica sea llevada a perfecta putrefaccin, nicamente por s misma y sin ninguna adicin o mezcla extraas. Del mismo modo que, como ha sido dicho y significado, ninguna simiente vegetal y animal puede dar crecimiento sin putrefaccin, as comprende que, para los metales, la putrefaccin debe alcanzar su perfecto desarrollo por medio de los elementos. No que los elementos sean esta misma semilla, como antes he suficientemente revelado, sino porque la semilla metlica, nacida por la esencia celeste, astral y elementaria, esta incluida en un cuerpo, y despus debe ser conducida por los elementos a una parecida putrefaccin y corrupcin. Nota igualmente esto, que el vino posee en s un espritu voltil, pues, en su destilacin, el espritu sale primero y la flema despus. Pero si por un calor continuado el vino es vuelto vinagre, entonces su espritu ya no es tan voltil como antes. En efecto, en la destilacin del vinagre, el agua o la acuosidad sale en enseguida y el espritu en ltimo lugar. Y aunque este mismo vinagre sea, a primera vista, el vino que precedentemente haba estado en el vaso, tiene sin embargo una propiedad muy diferente a l: por la putrefaccin del calor ininterrumpido ha sido transmutado y hecho Vinagre. Y todo lo que ha sido obtenido o rectificado con el vino o su espritu, muestra otra propiedad y modo de operar que lo que es extrado con el vinagre.

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Pues si el vidrio de antimonio es extrado con el vino o espritu de vino, provoca mucha diarrea y vmitos, porque es an un veneno, del cual el efecto venenoso no ha sido destruido o extinto. Pero si el vidrio de antimonio et obtenido con la ayuda de buen vinagre destilado, suministra un bello extracto de magnfico color. Cuando el vinagre se separa por el bao Mara del polvo amarillo quo queda, bien lavado por reiteradas destilaciones de agua comn, a fin de que sea sacada de l toda la fuerza del vinagre, es recogido un polvo fino que no provoca ya ninguna diarrea, si no que se muestra como un excelente remedio del que puede uno servirse, que atrae la admiracin y que, en cuanto a su valor, debe de ser considerado como un milagro de la medicina. Este polvo admirable, en un lugar hmedo, se resuelve en licor que, sin ningn olor, triunfa en ciruga; y esto e