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Taller de Análisis: “Construyendo una cultura
Forestal” Desde los diversos ámbitos de la
gobernanza: comunal, territorial, regional y
nacional.
FCBC – COINFO - CFV
Los desafíos en la gobernanza y el
manejo forestal sostenible en el Bosque
Modelo Chiquitano
Félix Rocha1, Marco Urey2, Roberto Vides-Almonacid.3, Julio César Salinas4, Hermes
Justiniano5 , Damián Rumiz6, Juan Pablo Baldiviezo7 y Javier Coimbra8
Antecedentes y contexto
Históricamente, el Bosque Chiquitano es proveedor de maderas de
gran valor comercial al mercado nacional e internacional y constituye
uno de los bosques en Bolivia de donde más especies maderables se
extraen: alrededor de 30. Especies tales como cedro (Cedrela odorata),
tajibo (Tabebuia spp), roble (Amburana cearensis), cuchi (Astronium
urundeuva), soto (Schinopsis brasiliensis), morado (Machaerium
scleroxylon), curupaú (Anadenanthera colubrina), entre varias otras.
El volumen aprovechable es de 10 m3 / ha (para árboles > al DMC). El
crecimiento diamétrico de sus especies maderables también es
variable de acuerdo a su posición geográfica y a su vez muy variable
entre las especies (0,05 a 1,31 cm / año).
El Bosque Modelo Chiquitano en Bolivia, de más
de 20 millones de ha, contiene uno de los bloques
más grandes de bosques tropicales secos del
mundo. Cerca de 14 millones de ha se mantienen
aún bajo condiciones aceptables de conservación.
Al manejo forestal en el Bosque Modelo Chiquitano hay que analizarlo desde
diferentes perspectivas y escalas. Por un lado se encuentran las grandes empresas
comerciales (algunas llegan a tener concesiones forestales de más de 300 mil ha),
cuyo interés principal es el negocio de la madera para exportación y que han
buscado – con apoyo de la cooperación internacional – la certificación forestal
voluntaria bajo los estándares del FSC (Forest Stewardship Council). Por otro
lado, los grupos locales – tanto indígenas como criollos – han respondido de
manera heterogénea a este modelo de acceso a los recursos forestales promovido
por la Ley 1.700.
Las ASLs (conformadas principalmente por grupos locales que explotaban
ilegalmente los bosques) no lograron consolidarse como alternativas a las
empresas forestales y en la mayoría de los casos resultaron en un rotundo fracaso.
El manejo forestal a escala comunal por grupos indígenas Chiquitanos fue
desarrollando como una opción con diferentes experiencias, algunas exitosas y
otras no tanto, que dejaron diversas y útiles lecciones aprendidas.
Antecedentes y contexto
Antecedentes y contexto
Tipo de derecho forestal Superficie ha
Concesión forestal 2.150.323,24 ha
TCO 636.895,616 ha
Propiedad Privada 6987.74,28 ha
ASL 477.540,704 ha
Comunidad 50.022,8025 ha
TOTAL 4.013.556,64 HA
Derechos otorgados en la Chiquitanía al 2011
Estudio de caso 1. COINFO
Es una organización local formada por representantes de comunidades con
vocación forestal, que ha servido de impulsora para el manejo forestal
comunitario. Esta organización, denominada Comité Intercomunal Forestal Velasco
(COINFO), ha llevado el número de comunidades de 3 en 2005 (cuando se
establece) a 18 en 2011, con un crecimiento en la superficie de bosque comunal
bajo manejo forestal desde menos de 10 mil ha a cerca de 150 mil ha.
Este incremento se refleja tanto
en el número de familias
involucradas en la actividad (de
menos de 300 a cerca de 1.500
familias)
Estudio de Caso 1. COINFO Las mujeres conforman no sólo más del tercio de los miembros de la asociación forestal, sino que
han accedido a cargos directivos, aportando a la toma de decisiones y a la administración más
ordenada de la actividad forestal.
Los beneficios tanto tangibles (mejora en los ingresos por el mayor volumen de negocios con la
madera, la inserción de nuevas especies en el mercado, mejora de los caminos de acceso a las
comunidades) como intangibles (mayor cohesión familiar al reducirse la migración temporal de los
hombres en su búsqueda de fuentes de ingresos e inclusión de la mujer).
Algunas de estas comunidades, en la década de los ´70, explotaban los bosques de manera
irracional e ilegal. A partir del apoyo de la Cooperación Internacional y FCBC desde el año 2007,
asimismo, apegado a la ley forestal y con la incorporación de algunas herramientas de la
certificación forestal, lograron en gran medida manejar sus bosques de mejor manera que aquellas
comunidades que no recibieron este apoyo, habiéndose visto los resultados en las inspecciones
realizadas por la ABT en el transcurso del 2011.
Estudio de caso 2. TCO Turubó Este
En el segundo caso, el de la TCO Turubó Este (101.119 ha), las
comunidades que la conforman buscaron opciones para transformar el
aprovechamiento forestal ilegal e insostenible (en gran medida realizado
por personas externas al territorio indígena) en una actividad legal y
planificada.
De esta manera, alcanzaron a conformar una incipiente asociación forestal y
– con el apoyo de entidades de cooperación como la Fundación para la
Conservación del Bosque Chiquitano y la Unión Europea – lograron
elaborar un plan de gestión territorial indígena, un primer plan general de
manejo forestal para más de 30 mil ha y tres planes operativos forestales.
Si bien la actividad forestal en la TCO Turubó Este aún requiere
recorrer un largo camino para consolidarse, las bases sentadas
vislumbran un mejor futuro para el recurso forestal y, sobre todo,
una distribución más justa de sus beneficios para las comunidades
locales.
GRACIAS GRACIAS
Conclusiones generales
La gobernanza forestal en el Bosque Modelo Chiquitano depende de variados
factores (ecológicos, sociales, culturales, económicos y políticos) y de la participación
de diversos actores y sectores, algunas veces contrapuestos.
los casos vistos demuestran que, cuando los actores forestales locales se
involucran activamente en el diseño de sus propios planes de manejo y en la
toma de decisiones con mayor participación de los miembros de las
comunidades (incluyendo mujeres y jóvenes), se percibe un mayor interés
por gestionar de manera responsable sus recursos naturales y mejorar la
distribución de los beneficios económicos generados. Es importante también
reconocer que estos procesos se consolidarán en el tiempo, con la existencia
y compromiso de liderazgos locales proactivamente positivos.