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Consejero de Educación:Excmo. Sr. D. Luis Peral Guerra

Viceconsejera de Educación:Ilma. Sra. Dª Carmen González Fernández

Director General de Juventud:Ilmo. Sr. D. Antonio González Terol

Autor: Juan José García García

Cartografía: Base cartográfica 1/50.000 de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio y elaboración propia

Preimpresión e impresión:

Fotografía de cubierta: Dehesa de Somosierra; autora: Esperanza Andrés. Noviembre 2006

ISBN: 978-84-451-2995-1Depósito Legal: M-18.728-2007Tirada: 2.000 ejemplaresFecha de edición: 04/2007

© Comunidad de Madrid, 2007Edita: Dirección General de Juventud de la Consejería de Educación

Gran Vía, 10 - 4ª planta28013 MadridTel.: 91 720 13 00Fax: 91 720 11 98www.madrid.org/[email protected]

© Cartografía: Comunidad de Madrid.Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid

Impreso en España - Printed in Spain

JFD1921
Cuadro de texto
Esta versión digital de la obra impresa forma parte de la Biblioteca Virtual de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid y las condiciones de su distribución y difusión de encuentran amparadas por el marco legal de la misma. www.madrid.org/edupubli [email protected]
JFD1921
Sello
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ÍNDICE

Pág.

Prólogo.......................................................................................................... 5

Introducción a la segunda edición ............................................................. 7

Rutas por la zona de sierras

1. LA DEHESA BONITA DE SOMOSIERRAAbedules, avellanos, robles y acebos.................................................... 11

2. LA HOYA DE PEPE HERNANDOEl glaciar olvidado............................................................................... 21

3. EL ALTO VALLE DEL LOZOYAUn mar de pinos .................................................................................. 31

4. ITINERARIO CIRCULAR POR LOS SIETE PICOSDe torre en torre .................................................................................. 43

5. LA SENDA ECOLÓGICA DE CANENCIATejos, acebos y abedules ....................................................................... 49

6. LA PEÑA DEL ARCIPRESTE DE HITALos antiguos pasos de la sierra............................................................ 57

7. LAS CASCADAS DEL PURGATORIOEl arroyo Aguilón ................................................................................ 65

8. EL MIRADOR DE LAS CANCHASLa Maliciosa desde Walpurgis ............................................................ 73

9. LAS HAYAS DE ABANTOSEl camino de la fuente del Trampalón ............................................... 79

10. LA REFORESTACIÓN DE ABANTOSPor la Cañada Leonesa y la pista de La Penosilla............................. 87

11. LA CHARCA VERDEUna ruta para evitar esperas en la barrera de La Pedriza............... 95

12. EL COLLADO DEL ALFRECHOPor la sierra de La Cabrera ................................................................ 105

13. EL CERRO ALMENARAEl último pico del Guadarrama ......................................................... 115

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Pág.

14. EL CASTAÑAR DE ROZAS DE PUERTO REALEn torno al embalse de Los Morales ................................................... 123

15. LAS CAÑADAS DE PRÁDENALos antiguos caminos del ganado ....................................................... 131

Rutas por el piedemonte y el sur

16. LOS ENCINARES DE CHAPINERÍAEl territorio del águila imperial ibérica............................................. 141

17. LA PRESA DE «EL GASCO»El canal del Guadarrama ................................................................... 147

18. LOS PUENTES MEDIEVALES DE COLMENAR VIEJOLa garganta granítica del Manzanares.............................................. 153

19. LA DEHESA BOYAL DE REDUEÑAUn sendero adaptado para interpretar el monte mediterráneo ........ 163

20. EL MONTE DE EL PARDOEl monte preservado ............................................................................ 171

21. LA LAGUNA DE «EL CAMPILLO»Las zonas húmedas del Parque Regional del Sureste ........................ 177

22. EL CARRASCAL DE ARGANDAUn mosaico vegetal .............................................................................. 185

23. LOS SOTOS DE VILLAMANRIQUE DE TAJOLos restos de los antiguos bosques de ribera del sur de la Comunidad.................................................................................. 191

24. JARDINES, SOTOS Y HUERTAS DE ARANJUEZPaisaje Patrimonio de la Humanidad ............................................... 199

25. EL MAR DE ONTÍGOLALas estepas salinas del sur de la Comunidad ..................................... 207

26. EL RETIROVarios jardines en uno ......................................................................... 213

ANEXOSDirecciones útiles de senderismo ..................................................... 229Librerías especializadas ..................................................................... 237Albergues en municipios de la Comunidad de Madrid .................. 241Refugios en la Comunidad de Madrid .............................................. 249Cuadro resumen de Rutas ................................................................. 255

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Prólogo

Desde la Dirección General de Juventud fomentamos el conocimiento yla protección de la naturaleza entre los jóvenes madrileños. Para lograrestos objetivos ponemos a su disposición diversas iniciativas, como son, laAsesoría de la Naturaleza, las actividades en la Red de Alberques y Refugiosde la Comunidad y diversas publicaciones que pretenden difundir entre lajuventud la importancia de preservar nuestro medio ambiente.

Dentro de la línea de publicaciones presentamos una segunda edición ac-tualizada del libro: “26 propuestas para el fin de semana”, con el quelos lectores podrán conocer los ecosistemas más representativos de la Co-munidad de Madrid a través de rutas por la geografía madrileña y en el quepodrán encontrar información no solo sobre los itinerarios de las mismassino también sobre los componentes históricos y culturales de cada una deellas.

Esperamos que disfrutéis de las propuestas incluidas en este libro y quejuntos trabajemos por la protección y conservación del medio ambiente denuestra Comunidad Autónoma.

Un saludo,Antonio González Terol

Director General de Juventud

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Introducción a la Segunda Edición

Estás ante la segunda edición del libro “26 Propuestas para el fin de sema-na”. No es simplemente una reedición, sino que manteniendo la estructurade la obra se ha revisado y se ha corregido, mejorando el producto final quetienes ante ti.

El motivo fundamental para hacer esta segunda edición es la buena acogi-da que ha tenido, que ha hecho que se agotaran rápidamente todos los ejem-plares de la Primera edición. No sólo ha sido bien recibido por los Centrosde Información Juvenil y asociaciones juveniles, principales destinatarios deél, sino también personas interesadas en descubrir la naturaleza madrileña,centros educativos, colectivos de distinta índole y grupos excursionistas quehan valorado esta publicación, que abarca no una zona concreta de nuestraComunidad, sino el conjunto del territorio y de los ecosistemas, además deutilizar una metodología descriptiva e interpretativa.

En esta revisión se han corregido pequeños errores encontrados en laprimera edición, se han actualizado datos, tanto de direcciones postalescomo de novedades en cuestiones tales como declaración de nuevos espa-cios protegidos o servicios y fundaciones de nueva creación como la Funda-ción Aranjuez Paisaje Cultural o el nuevo centro de educación ambiental deMontecarmelo. También se ha elaborado un cuadro esquemático con lasépocas recomendadas para las diferentes rutas, el grado de dificultad y lalongitud de éstas.

Como novedad fundamental se ha elaborado una nueva cartografía. En laprimera edición se utilizó una base cartográfica sencilla, casi esquemática, yen esta segunda edición se ha hecho un esfuerzo por potenciar la informa-ción espacial y cartográfica del libro, puesto que es una parte fundamentalen la publicación y fuente importante de información, que se complementacon el texto que acompaña. Así, nos hemos servido de la base cartográfica aescala 1/50.000 y 1/25.000 de la Comunidad de Madrid y sobre ella hemosincluido la ruta a seguir y otros datos destacados. Todo ello con la finalidadde dar mayor información y con más claridad sobre las diferentes rutas.

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26 propuestas para el fin de semana

El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior.Cada una de las rutas cuenta con varias partes: un cuadro inicial, el textodescriptivo y explicativo, el perfil altitudinal, un mapa y algún cuadro temáti-co especial de la ruta.

El cuadro inicial. Es una ficha donde se recogen los aspectos funda-mentales de la ruta: si es circular o no, el tiempo aproximado, el grado de di-ficultad, el desnivel, recomendaciones, valores naturales y cartografía a utili-zar.

El perfil altitudinal. Para conocer los desniveles de manera gráfica.

El mapa. Un mapa donde se indica por dónde va la ruta.

Cuadros temáticos. Algún cuadro para explicar aspectos medioambien-tales singulares.

Y también se mantiene la división en dos partes, la zona de sierras y lazona de piedemonte y sur, como partes diferenciadas de la Comunidad,donde en una predominan los desniveles y las laderas con bastante inclina-ción, y en otra es el terreno más o menos llano el que marca la impronta fun-damental del paisaje.

Esperamos que sea de vuestro agrado y os sirva tanto para conocer yapreciar la naturaleza madrileña, tan privilegiada y tan en peligro por la pre-sión de seis millones de personas. Y así, respetarla y conservarla.

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

El punto de partida (0) de la rutaes el pueblo de Somosierra, a 1.444metros de altitud, pueblo y puerto

que separan los Montes Carpetanosde la Sierra de Guadarrama al oestey Somosierra al este. El nombre pro-viene del latín «sumum», el puntomás alto, y aunque tenemos otros

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: 5 km y 800 metros.

DURACIÓN APROXIMADA:3 horas y 10 minutos.

DESNIVEL: Medio.

DIFICULTAD: Media por el crucedel arroyo y por el descenso a éstedesde el mirador, sin camino biendefinido.

RECOMENDACIONES: Ruta quediscurre por el interior de la dehesaboyal del pueblo de Somosierra, enel mejor abedular de la región, pare-ciendo que se está en un bosque tí-pico de la Cordillera Cantábrica.

Para llegar en transporte públicohay que tomar desde el intercam-biador de Plaza de Castilla el bus nº190 de Continental Auto (tel.: 917456 300).

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la A 1 hasta el km91, donde está la desviación al pue-blo de Somosierra. A los pocos me-tros, a la izquierda hay un aparca-

miento de la EDAR de Somosierra,donde se puede aparcar.

Hay que evitar los días de lluvia,frío y viento en invierno. Las mejo-res épocas son el verano y sobretodo el otoño, con la variedad de co-lores que tienen los bosques caduci-folios. Hay una fuente que mana ge-nerosamente en el recorrido.

Hay ganado suelto, es lógico, alser una dehesa boyal, pero no hacenada si no se le molesta.

VALORES NATURALES: Quizás elbosque más bonito de la Comuni-dad de Madrid, con abedules, ser-bales de cazador, robles albares,melojos, acebos, cerezos silvestres,avellanos, que le dan un carácterimpropio de las latitudes a las quese encuentra.

No se pueden coleccionar hojasni ramitas de acebo, pues es una es-pecie protegida y escasa.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 2,Buitrago del Lozoya, Comunidadde Madrid, y nº 458, Prádena, delIGN y 1/25.000,458-II, Robregordo.

LLaa DDeehheessaa BBoonniittaa ddee SSoommoossiieerrrraa

Abedules, avellanos, robles y acebos

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26 propuestas para el fin de semana

collados más elevados, en esta zona,quitando las alineaciones montaño-sas, sí que es el punto más alto. Elmunicipio es también el más alto dela Comunidad de Madrid, y dominaun angosto paso que comunica lasdos Castillas, de poco más de 1 kmde ancho. En esta zona, en su ver-tiente norte, que aún pertenece a laComunidad, se ha estado hablandode crear un Parque Histórico Eu-ropeo, el primero de este tipo enEspaña a similitud de los del nortede Francia o Estados Unidos, reme-morando la batalla de Somosierrade 1808, donde Napoleón, dirigien-do en persona la Grande Armée ob-tuvo el triunfo ante el ejército espa-ñol en 1808, gracias a la desespera-da carga de la caballería polaca enmedio de un vendaval de nieve.

Si hemos empezado en el pueblo,hay que descender unos 500 metrospor el arcén de la antigua carreteraN I. Si hemos venido en coche priva-

do lo habremos podido dejar en elpequeño aparcamiento que hay amano izquierda según asciendes elpuerto en la EDAR (Estación Depu-radora de Aguas Residuales) (0).

Enfrente del aparcamiento de laEDAR hay una portilla de metal quedebemos abrir y una vez dentro, ce-rrar, pues es el acceso a la DehesaBoyal de Somosierra, finca comu-nal donde pasta libremente el gana-do, en su mayoría vacuno. Traspasar la puerta, hay una subidacorta, pero dura, que se hace entrecodesos, majuelos, robles, pinos yalgún avellano. Se corona ensegui-da, en una zona abierta, con prados,arbustos y con vistas a la derecha dela carretera y el tendido eléctricoque se dirigen hacia la escotaduradel puerto.

Surge un problema, pues antenosotros encontramos cuatro posi-bles caminos. Se desecha el de laderecha, pues muere a los cien me-

LA DEHESA BONITA DE SOMOSIERRAEl Madrid más bello

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9

1.200

1.300

1.400

1.500

1.600

1.700

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tros en una nave ganadera, y segui-mos por el segundo empezando porla derecha; el tercero será nuestrocamino de vuelta. Y el cuarto lleva aotras rutas diferentes. El camino vaa emprender una ligera bajada, conuna curva a izquierdas. A la dere-cha, pegados al muro de la cons-trucción anteriormente referidaaparecen dos tipos diferentes derobles: uno, más abundante, pe-queño y con las hojas con lóbulosmuy pronunciado es el roble me-lojo o rebollo, el roble más nor-mal de la Sierra; el otro, más robus-to y con hojas con lóbulos menospronunciados y plateadas en elenvés es el roble albar. Entre losrobles, en esta zona más adehesa-da, es decir, con los árboles más se-parados entre sí por la corta a laque han sido sometidos, aparecenunos arbustos con multitud de ta-llos y abiertos en abanico, son ave-llanos, especie impropia de estas la-titudes, al igual que el roble albar.Si nos desplazamos fuera del cami-no, a la derecha, y observamos laladera, veremos más robles, avella-nos y algunos acebos, como botónde muestra de lo que estamos apunto de descubrir.

Seguimos el descenso entre eldenso robledal, ahora sí, en la laderade umbría. La humedad se va acen-tuando y los troncos aparecen recu-biertos de musgo. A mano izquier-da, cuando el camino gira a la dere-cha, hay más avellanos y acebos. Elcamino se hunde entre muretes de

piedra con musgo, mientras que losavellanos van a formar un dosel na-tural abovedando el camino, sobretodo cuanto más nos acercamos alarroyo de la Dehesa.

Llegamos al arroyo (1) (880 me-tros y 25 minutos), llamado de laDehesa pues recoge todas las aguasde ésta, y es fruto de la unión, aguasarriba, del manantial de la Fuente-fría y del arroyo de los Cambrona-les. A mano derecha, antes de cru-zarlo, hay una amplia pradera entreavellanos, y se observa como el bos-que galería en este punto es todouna avellaneda. El avellano es unarbusto que carece de tronco princi-pal y las ramas le crecen directa-mente desde el suelo de manera ver-tical, hasta que la altura y el peso lashacen curvarse. Sus hojas son an-chas y acorazonadas, verdes oscu-ras, que se tornan muy amarillas enotoño. Podemos observar avellanosen sitios húmedos y umbríos y cercade corrientes de agua (los zahoríesutilizan ramas de avellano para bus-car agua). Sus frutos son las conoci-das avellanas.

Se cruza el arroyo, bien por pie-dras o bien mojándonos las botas sivisitamos la zona en época de llu-vias. De repente, nada más cruzarlo,se entra de lleno en un bosque conárboles diferentes, aparte de los ave-llanos que acompañan al arroyo.Son árboles altos, con la cortezablanca, con rayas grises horizonta-les, con hojas verdes brillantes quese transforman en amarillo intenso

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La Dehesa Bonita de Somosierra

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26 propuestas para el fin de semana

en otoño, son abedules. Este es elabedular de Somosierra, com-puesto por especies de otras latitu-des y otros climas más húmedos,propios del Cantábrico. La presen-cia de este abedular, junto con lamultitud de avellanos, robles alba-res y otras especies como acebos yserbales viene dado por una serie decondicionantes: en primer lugar seha preservado por ser una dehesacomunal; por el sustrato del suelo,que permite la formación de humus;así como por la orientación en um-bría y, sobre todo, por la presenciaconstante de vientos húmedosque traspasan la sierra por el puertoy se retienen en esta vaguada por elrelieve, manteniendo las condicio-nes de humedad constantes y máselevadas que en otras zonas circun-dantes. Es el mismo fenómeno queocurre con la pervivencia de hayasen otras partes de Somosierra,como el puerto de la Quesera, Mon-tejo o Cantalojas.

Nada más cruzar, a la derecha delcamino, un viejo abedul crece concuatro troncos que se abren en subase. Toda la ladera de umbría estájalonada de buenos abedules, acom-pañados de otras especies menosxéricas, como avellanos, cerezos,alisos, codesos, en vez de especiescomo tejos o enebros que aparecenen otras zonas de la sierra, y que di-ferencia a esta formación de abedu-lares de las que se pueden encon-trar en Bustarviejo, Canencia o ElPaular.

El camino emprende pronto unadura subida, internándose en el bos-que de abedules, avellanos, acebos,con musgos y líquenes, que parecenrecordar el mundo cantábrico. Losacebos, especie protegida en la Co-munidad van a ir incrementando supresencia. Si uno destaca por elcolor de sus hojas, otro por su follajey otro lo hace por la cantidad de fru-tos rojos que tiene en su ramas.

Según se asciende entre acebos yabedules, la humedad hace quehaya bastante barro. La subida re-sulta bastante inclinada, en mediodel abedular, con algún cerezo sil-vestre o algún cerezo aliso intercala-do. Cuando suaviza la cuesta, alcan-zando casi la loma, van a ir desapa-reciendo los abedules pues ya no sevan a dar esas condiciones óptimasde umbría y humedad, y son susti-tuidos por los robles. A partir de en-tonces se entra en el piso del roble-dal, la vegetación climácica, esdecir, la mejor adaptada a esas con-diciones de frío, viento y altitud de lazona. Algunos de los ejemplares vana ser centenarios, reconocibles porsu grueso tronco en medio de losmiles de roblecillos que con su finotronco cubierto de líquenes van aextenderse por la ladera. Entre me-dias, muchos avellanos con susramas flexibles ocupan los lugaresmás húmedos.

Se llega al cruce con una pistaamplia (2) (1 km y 600 metros y 45minutos). La seguimos, girando a laizquierda. Es una vía de servicio de

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la dehesa, y va a ir haciendo curvas,con una suave pendiente, a derechae izquierda. Se camina en un roble-dal salpicado de avellanos y conmultitud de acebos que forman den-sos rodales.

Se suaviza más el camino, en unazona donde los avellanos tapizanambas márgenes. Al ser una zonamás llana, el robledal ha ido rebro-tando en multitud de troncos. Losacebos, cuando aparecen, formanbarreras impenetrables en su inte-rior, con sus hojas pinchudas en laspartes bajas y más lanceoladas enlas partes superiores. Destaca unrodal de acebos a mano derecha quees hueco en su interior, y que supo-ne un gran y natural refugio para lafauna.

Se allana el camino en medio delrobledal (3) (2 km y 300 metros y 1

hora y 15 minutos). Entre los robles,alguno con un gran y grueso tronconos denotan su longeva edad. En-frente se observa la mole del pico deCebollera Nueva, con su cima re-dondeada por la erosión.

Tras una curva a la izquierda enque aparecen grandes acebos en laparte exterior, el camino se hacecompletamente llano. Al ser unazona más suave, menos inclinada,como un rellano en la ladera, apare-cen más claros en el bosque, queestán ocupados por cambronales,también denominados codesos, ar-bustos altos, de unos 150 o 200 cmde altura, con ramas largas, flexiblesy hojas estrechas y lanceoladas decolor verde oscuro. Es un arbusto tí-pico de nuestra Sierra y aparece enlas zonas con más precipitación yhúmedas de Guadarrama y Somo-

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La Dehesa Bonita de Somosierra

Page 17: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

sierra. Pero no todo va a ser un cam-bronal, sino que se entremezclanformando un mosaico de especieslos acebos, en su formación de setodenso, multitud de robles, retoñosde estos melojos y avellanos, quesalpican toda la ladera.

Se continúa por el rellano y, en unsegundo claro, más soleado, no apa-recen los cambroños, sino que estádominado por las retamas, ejemplode los cambios que produce la orien-tación en estas zonas de montaña, aligual que antes se ha observado conel abedular.

Tras este claro, en una larga yamplia recta del camino en direc-ción norte se llega a una densa ace-beda pegada a la margen derecha

del camino (4) (3 km y 1 hora y 35minutos). Es una formación de ace-bos muy densa, con el interior com-pletamente hueco y en penumbra,como una cabaña natural, pero entremedias de las ramas y las hojas bri-llantes del acebo destacan unostroncos grises, refugiados entre lamaraña de la acebeda. Si vamos enprimavera nos sorprenderá por susramillos de flores blancas, en veranopor sus hojas compuestas, impari-pinnadas y dentadas, y en otoño, porel color ocre de las hojas si quedan ypor la gran cantidad de frutos rojosque se juntan en densos racimos.Son serbales de cazador, otroárbol de zonas serranas húmedas.Se ha mantenido ahí por estar libre

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26 propuestas para el fin de semana

Abedul sinuoso de la Fuentefria.

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del ramoneo del ganado y de lapoda, pues el acebo es su defensornatural. Si se observa con deteni-miento, hay bastantes serbales aambos lados del camino. Su nombrees debido a que los cazadores se si-túan en sus cercanías ya que multi-tud de aves se acercan a comer sudelicioso fruto.

El camino sigue en dirección nor-te. No es extraño el sobrevuelo deáguilas en busca de su presa. Sellega por fin al final de la pista y seve en un claro del bosque el ma-nantial de la Fuentefría, con sucaño, sus dos pilones abrevaderos, yen su cabecera un pequeño acebitoque parece sacado de un cuento (5)(3 km y 400 metros y 1 hora y 50 mi-nutos). Al ser una zona otra vez enumbría vuelven a aparecer los abe-dules, algunos con un gran porte, yuno muy peculiar, con una forma si-nuosa a unos 20 metros por encimade la fuente, con un tronco horizon-tal, y otros tres «haciendo virgue-rías» para mantenerse erguidos.

La fuente es un manantial delArroyo de la Dehesa, y un lugarpara detenerse a contemplar la natu-raleza de la zona. Enfrente veremosla mole de Cebollera Vieja o picoTres Provincias, y a media ladera lapista forestal que recorre estosmontes.

Giramos a la izquierda, descen-diendo paralelos al arroyo, y obvian-do la pista que, al llegar a la fuentese desvía a la izquierda, marcadapor rodadas de todoterreno entre

retamas y codesos. Se sigue el arro-yo hasta que se mete por medio deuna gran acebeda, a unos 100 me-tros por debajo de la fuente. En estazona el acebo parece laurel, y en suinterior se pueden apreciar más ser-bales. En esta vaguada, donde elarroyo baja muy pronunciadamentese pueden ver grandes acebos, abe-dules y algunos robles albares. En laotra orilla del arroyo, tras una zonade turbera, aparecen bastantes abe-dules, multitud de acebos y avella-nos con su forma característica.Desde esta zona se remonta por laladera de la izquierda hasta alcanzarla rodada del todoterreno en elllano, y se gira a la derecha.

A los pocos metros se llega al Mi-rador de la Dehesa (6) (3 km y900 metros y 2 horas y 10 minutos).Un gran menhir de gneis y una ba-laustrada de madera sirven de ob-servatorio del valle de la dehesaboyal, con su forma cerrada, en hor-quilla, drenado por los dos arroyos.Lo que más llama la atención es laforma globosa y la variedad de ver-des de los árboles caducifolios quela componen, en contraste con lospinares que se observan en la leja-nía, en los Montes Carpetanos. A laizquierda nos va a quedar la autovíay más allá la Sierra de Guadarrama,con su característica línea suave decumbres, pulidas por la erosión demillones de años y que le da a nues-tra sierra un carácter de montañaalomada. Por el otro lado nos rodeaun cíngulo de montañas formado

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La Dehesa Bonita de Somosierra

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por las cumbres de CebolleraNueva, Coto de Montejo y CebolleraVieja. Si tenemos ocasión, se puedeobservar cómo las nubes que sobre-pasan el puerto de Somosierra seestancan en la zona que tenemosbajo nuestros pies, la zona del abe-dular.

Para bajar hay que tener bastantecuidado. Es la parte escabrosa delrecorrido. A mano izquierda del mi-rador, según estamos apoyados enla balaustrada, existe una roca. Hayque bajar pegado a ella, con cuidadopara no pisar los retoños de melojo.Se desciende por esta zona de lajasde piedra, no muy inclinadas, pero

que pueden estar húmedas o hela-das, según la época del año. Sesigue sin camino hacia una gran ace-beda que queda frente a nosotros, yque sirve de referencia para girar ala derecha cuando se llega a ella. Unsenderillo mínimamente marcadopor las pisadas del ganado nos con-duce hacia el arroyo que se oye a laderecha, y que alcanzamos a la altu-ra de un cercado pastoril de formarectangular. Aquí el arroyo de laDehesa baja en alegres cascadasque alterna con pozas, en una zonade una gran umbría y humedad.

Se deja el cercado a la izquierda,y se cruza por piedras o por el tron-

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26 propuestas para el fin de semana

ESCALA: 1/20.0000 200 400

metros

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co de un abedul caído a la derecha,y se llega a una especie de «isla»(7) (4 km y 700 metros y 2 horas y35 minutos). No es una «isla», sinouna península entre dos arroyos, elde la Dehesa, que ya se ha cruzado,y el de los Cambronales que faltapor cruzar. Los avellanos ocupantoda esta parte entre los arroyos,formando una bóveda sobre las ca-bezas.

Para cruzar el arroyo hay queaproximarse a donde confluyen am-bos. Bajo un acebo existen unasrocas puestas para pasar, aunque siviene crecido lo normal es mojarselos pies. Tras cruzarlo, al otro lado,aguas abajo y paralelo al arroyohacia la izquierda, surge un caminoque se va a ensanchar a los pocosmetros, y los avellanos crean unaformación densa en el camino, conforma de bóveda «gótica» sobre lascabezas. La avellaneda, tan densa,hace que las ramas de ambos ladosdel camino se arqueen y se juntenen la parte central, dando una in-igualable belleza al recorrido. La la-dera de la derecha va a presentar al-

gunos grandes ejemplares de roblealbar.

Se sigue avanzando con el arroyoa la izquierda, en un camino ancho yen ligero descenso, y el robledal, alsalir de la zona más profunda de ladehesa se hace más joven y frágil.Se pasa dejando a la izquierda unmurete de piedra tapizado pormusgo, y nada más acabar el muro,que gira en ángulo recto hacia la iz-quierda y desciende hacia el arroyo,aparecen varios serbales entre ave-llanos y robles (8) (5 km y 2 horas y45 minutos).

Se prosigue bajo el dosel de ave-llanos, a veces teniéndose uno queagachar. Son unos centenares demetros bajo esta bóveda natural, y seremonta una ligera cuesta, dondevolvemos al robledal y cambronal.Se gira a la derecha y ya se observala autovía en las cercanías. Se coronaen la división de caminos del princi-pio (5 km y 500 metros y 3 horas).Descendemos hacia la puerta de ac-ceso y se llega al punto de inicio yfinal, la antigua N I (9) (5 km y 800metros y 3 horas y 10 minutos).

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La Dehesa Bonita de Somosierra

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LLaa HHooyyaa ddee PPeeppee HHeerrnnaannddooEl glaciar olvidado

TIPO DE RUTA: Dos opciones: line-al hasta la Hoya y circular por CincoLagunas.

LONGITUD: 3 km y 600 metros (idahasta la Hoya). Y 8 km (por CincoLagunas).

DURACIÓN APROXIMADA: Reco-rrido lineal: 1 hora y 30 minutos(ida) y 3 horas y 45 minutos (reco-rrido circular).

DESNIVEL: 1.830 - 1.945 metros (li-neal). 1.830 - 2.127 (circular).

DIFICULTAD: Media y alta respecti-vamente.

RECOMENDACIONES: Ruta queasciende desde el puerto de Cotoshasta el desagüe del circo de la La-guna y desciende luego al circo dePepe Hernando. Si se opta por laruta circular y más larga, se ascien-de posteriormente por el torrentehasta las Cinco Lagunas y por losLlanos de Peñalara se vuelve haciala Laguna Grande y desde allí aCotos.

Para llegar en transporte públicoal puerto de Cotos, en Cercanías laC8A hasta Cercedilla y cambiar a laC9 hasta el puerto. En bus, el nº 691de Larrea desde Moncloa (tel.: 915304 800).

Para acceder en transporte pri-vado hay que ir por la A6 hasta Vi-

llalba y desviarse hasta el puertode Navacerrada por la M-601, ydesvío en este puerto a la derechahacia el puerto de Cotos. Tambiénpor la A1 hasta Lozoyuela, y des-vío hasta Rascafría por la M-604 yascender los 13 km del puerto deCotos.

Se puede hacer la ruta en cual-quier época del año, incluso en in-vierno. Precaución en inviernocon los cambios de tiempo, las nie-blas, las nevadas y las placas dehielo que se van a formar. Desdeel desagüe de la laguna Grandehasta la Hoya de Pepe Hernandoes fácil no ir por el camino adecua-do, pues está marcado con monto-nes de piedras y a veces puedeestar cubierto por la nieve. Hay va-rias fuentes por el camino. El solsuele quemar la piel en zonas altaspor haber menos protección de losrayos ultravioletas, ya sea directa-mente o por la refracción de lanieve.

VALORES NATURALES: ParqueNatural de cumbre, circo y lagunasde Peñalara y futuro Parque Nacio-nal del Guadarrama. La mayorzona con aparatos glaciares cuater-narios de la sierra de Guadarrama,con sus lagunas, morrenas, circos,turberas y otras formas menores,que lo convierten en un paisajeúnico en nuestra Comunidad. Se

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26 propuestas para el fin de semana

DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

En la historia de la Tierra ha ha-bido períodos más cálidos y otrosmás fríos. A éstos se les conocecomo períodos glaciares. Uno delos más antiguos y que duró variosmillones de años ocurrió en el Pér-mico, a finales de la Era Primaria.En épocas más recientes, en el Ter-ciario, ocurrió la glaciación Donau(Danubio), y ya en nuestro período,el Cuaternario, el hemisferio norte

sufrió cuatro importantes glaciacio-nes, separadas por períodos inter-glaciares, como el que estamos enestos momentos. Estas glaciacionesse nombran según los afluentes dela margen derecha del Danubio yson, de más antigua a más reciente,la Gunz, Mindel, Riss y Würm. Enla península Ibérica se tiene cons-tancia sólo de la última, a la cual de-bemos la morfología glaciar queaparece en nuestras montañas y va-lles. Incluso en los siglos XVI y XVII

LA HOYA DE PEPE HERNANDODe Cotos a la Hoya

1.600

1.700

1.800

1.900

0 1 2 3 4 5 6 7 8

han incluido los humedales de Pe-ñalara en la lista de Humedales delConvenio Ramsar para su protec-ción, dentro de la tipología de hu-medales de alta montaña medite-rránea. Zona de Especial Protec-ción para las Aves, pues el buitrenegro anida en las copas de losaltos pinares. Flora y prados de

alta montaña, turberas, suelos poli-gonales.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 4,Miraflores de la Sierra, Comunidadde Madrid. Hoja 483, Segovia yhoja 508, Cercedilla. 1/25.000, 508-II, Puerto de Navacerrada y 483-IV,San Ildefonso.

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hubo una Pequeña Era Glaciar, ca-racterizada en Europa por malas co-sechas, temporales, heladas, ham-bres, avance de los glaciares alpi-nos y pirenaicos y que quedó refle-jada por los grandes pintoresflamencos en sus cuadros con loscanales congelados.

La glaciación, aunque se gesta enpocos miles de años el cambio deuna época templada a una fría, noforma glaciares de «la noche a lamañana», sino que anteriormenteexiste una época que provoca la geli-fracción de la roca, es decir, la rup-tura por el continuo efecto del hielo-deshielo. Nuestro País, y más con-cretamente la Comunidad de Ma-drid está a unas latitudes medias, ylas montañas no son muy altas (a ex-cepción de los Pirineos y Sierra Ne-vada), por lo que los glaciares quese formaron son de pequeño tama-ño, reduciéndose a circos o glacia-res de ladera, como es el caso de losde Peñalara.

En Madrid no sólo existen glacia-res en Peñalara, sino que en cum-bres como Cabezas de Hierro, LosPelados, Siete Picos, existen mues-tras de nichos y pequeños aparatosglaciares, aunque los más importan-tes por su superficie y sus condicio-nes morfoambientales son los delmacizo de Peñalara.

La dinámica para que se formeun glaciar debe ser la siguiente.Períodos fríos, precipitaciones enforma de nieve, aunque no es nece-sario en grandes cantidades, sino

que se mantengan, y se acumulenen zonas favorecidas por la orienta-ción, topografía y vientos dominan-tes. En Peñalara ocurren varioscondicionantes: altitud suficien-te, una cumbre suave por el ladosegoviano y abrupta por el madrile-ño, con escalones tectónicos quebajan en graderío hacia el valle delLozoya; acumulación de nieve a so-tavento, pues el viento dominantedel noroeste barre las cumbres yforma las cornisas y la acumula-ción nival al sureste; y orientaciónsureste, donde el sol calienta conpoca fuerza por la mañana. Estoscondicionantes favorecieron la acu-mulación de nieve durante la gla-ciación Würm, que al compactarseformó el hielo y empezó a fluir la-dera abajo, desde cuatro circosglaciares.

La dinámica del hielo le llevaa fluir por la ladera, arrastrado porla fuerza de la gravedad y el empu-je de acumulaciones en la pared decirco, que debe de evacuar. Estamasa de hielo que se formó norompe grandes cantidades de roca,sino que éstas ya estaban «prepa-radas», tanto por la tectónica(hemos comentado que existen va-rios escarpes estructurales dondela roca está fracturada), como porel hielo y deshielo; con lo cual, lalabor de la masa del glaciar esarrastrar esos materiales laderaabajo, y forma los depósitos glacia-res, las morrenas que suponen laacumulación de materiales arras-

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La Hoya de Pepe Hernando

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trados por el hielo y su límite final.Su composición es muy heterogé-nea, pues en ellas hay grandes blo-ques erráticos, otros de tamañomedio y gran cantidad de grava ylimo. Los glaciares no avanzan yretroceden de una vez, sino quetienen «pulsaciones», es decir,avances y retrocesos continuos,por eso muchas veces hay variosarcos morrénicos.

En el interior del espacio domi-nado por el glaciar no se va a for-mar una topografía completamentellana, sino que, como se ha indica-do anteriormente, el hielo arrastray pule super ficialmente, y asíforma umbrales y cubetas. Cube-tas o formas cóncavas, donde seacumula el hielo y forman frecuen-temente lagunas, como la Grande,la de los Pájaros y otras cuantasque existen en el Parque. Y um-brales rocosos o formas conve-xas, esos escalonamientos o pelda-ños estructurales donde el hielo loque hace es remontar y sobrepa-sarlos, puliendo la roca, como ocu-rre en el borde exterior de la lagu-na de Peñalara, donde el hielo en-contró un dique duro de cuarzoque no pudo empujar y lo sobrepa-só, dejando la cubeta preparadapara la laguna.

En el macizo de Peñalara vamosa encontrar cuatro circos glaciaresprincipales, con sus correspondien-tes lagunas y morrenas: el de DosHermanas y de la Laguna, queforma un arco morrénico mixto, el

de Pepe Hernando, objeto de nues-tra ruta, y más allá los de Claveles ylos Pájaros.

El punto de partida es el Puertode Cotos (0), desde el cual se subepor la rampa de adoquín graníticoen dirección norte, dejando CasaMarcelino a mano derecha y el al-bergue del Club Alpino Español amano izquierda. Se pasa al lado de laCasa del Parque, con informaciónde los ecosistemas, rutas y caracte-rísticas del Parque y atrás, abajo amano derecha queda la pradera delpuerto.

Tras pasar la caseta de vigilan-cia se acaba el asfalto y la pista detierra asciende en medio del pinarde pino albar o de Valsaín. Traspasar una inmensa pinada, se dejaa la izquierda una fuente y en unacurva del camino se alcanza el Mi-rador de la Gitana (1) (650 me-tros y 15 minutos). Es un buenlugar para observar el entorno quenos rodea, con buenas vistas a laCuerda Larga con sus cumbresplanas de Cabezas de Hierro y elcirco de Las Cerradillas bajo ellas,Valdemartín y las Guarramillascon la estación de Valdesquí. Entreellos y el mirador, el inmenso pinardel alto Lozoya y los cerros de Ca-beza Mediana y Sillada de Garci-sancho.

Se gira a la izquierda en el cami-no y 20 metros más allá, en el co-bertizo-depósito surgen unas esca-leras a mano derecha que se intro-ducen en el pinar. Hay que seguir

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26 propuestas para el fin de semana

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por ahí. Es una corta y dura trepa-da, pero enseguida se allana. Apa-rece una buena senda entre lospinos (2).

Se llega a un área despejada enmedio del pinar, donde se observa larepoblación que se está efectuandoen la empinada ladera. Esta zonarecta era una antigua pista de la es-tación de Valcotos, cerrada por laComunidad de Madrid hace unosaños, para regenerar así el ParqueNatural.

Al poco, en el camino hay unavalla de madera y una puerta, quese debe cerrar al pasar. Comienzaa girar la ruta en dirección nores-te, enmarcada por una ladera bas-tante inclinada en la parte izquier-da del camino. Esta ladera es lamorrena derecha del circo doblede Dos Hermanas y La Laguna. Sise obser va detenidamente, estáformada por depósitos acumuladosde diferentes tamaños, sin ningúnorden, y marcan el empuje másbajo del hielo de la laguna. El espe-sor de la morrena es bastantegrande, e indica la gran cantidadde material que transportó el hielodel glaciar. A partir de ahora, el ca-mino va a ir por la morrena dere-cha. También se va a poder obser-var cómo la vegetación arbustiva,que ahora es la dominante, varíadependiendo del grado de hume-dad del suelo; así en las zonas mássecas abunda el piorno serrano, yen las más húmedas o donde aflo-ran manantiales, la especie domi-

nante es el enebro rastrero, tam-bién llamado jabino.

Se llega a otro manantial que sur-ge de la morrena, (3) (1 km y 250metros y 25 minutos). Es el naci-miento del arroyo del Toril, queerosiona esta morrena derecha dePeñalara. Aquí se aprecia esa dife-renciación entre la zona húmedallena de jabinos y las zonas mássecas de piornal.

Se asciende muy ligeramente poruna zona despejada, con grandesbloques angulosos en la ladera y enel camino. Estas rocas, al igual quetodas las que conforman Peñalara,son metamórficas, gneises glandu-lares.

Avanzando por el camino, dejan-do atrás el nicho del Toril, se pasapor una zona con piornos quema-dos y muertos, y con un acebo mi-lagrosamente situado en la par tederecha del camino, justo dondehay un gran bloque a mano izquier-da (4) (1 km y 850 metros y 40 mi-nutos). Se observa debajo de la la-dera una pequeña pradera rodea-da por la parte más externa de unpequeño cerro con forma de len-gua y colonizado por un pinar. Laexplicación de esa pradera y pinarviene dada por ser una antiguapulsación del glaciar, es decir,donde avanzó la lengua de hielo enun momento anterior al que cono-cemos, y del cual nos han quedadolos restos de la morrena y la prade-ra, surcada por un arroyo con mul-titud de canalillos. Si miramos al

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La Hoya de Pepe Hernando

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otro lado del arroyo que discurreun poco más hacia el norte, se ob-serva la misma disposición de otrapequeña pradera y otra pequeñamorrena. Por aquella irá el caminomás tarde.

El camino gira a la izquierda yva a ir paralelo al arroyo, que haroto el arco morrénico del circo ysirve de desagüe a la laguna. Lle-gamos al cierre de las morrenas,roto por ese arroyo y se llega a lacaseta del guarda (5) (2 km y 100metros y 45 minutos). Aquí se ob-serva toda la turbera de Peñalara, yel camino de maderas que ha pre-parado la Consejería de Medio Am-biente para evitar la degradaciónde los pastos de alta montaña, asícomo las dos potentes morrenas auno y a otro lado. Arriba, bajo lascornisas y los escarpes, se distin-gue el umbral rocoso de la lagunade Peñalara.

El camino se desvía por las es-caleras que bajan al arroyo y secruza. Nada más atravesarlo, unasenda sube en zigzag por la poten-te morrena izquierda. Si decidi-mos hacer el camino circular, serápor donde se vuelva a este punto.El nuestro gira a la derecha y des-ciende unos metros paralelo alarroyo.

Comienza el camino poco mar-cado. Varias sendas paralelas nosllevarán al destino, pero hay que se-guir los pequeños hitos de piedra enlas rocas o encima de los piornos yotras indicaciones para seguir el ca-

mino. En un primer momento la ba-jada junto al agua nos deja ver suspozas y pequeñas cascadas hasta lle-gar a un punto sin poder avanzar porunas rocas (a unos 30 metros del ini-cio del camino paralelo). Ahí hayque trepar por una roca que quedaa mano izquierda y dirigirsehacia un pino completamente torci-do por el viento (porte abanderado).Esta ladera barrida por el viento esla que impide el crecimiento de lospinos, y los que hay adquieren esteporte. En zonas más protegidas, porlas que transitará el camino crece elpinar.

Se pasa a unos metros a la dere-cha del pino, todo el rato entrepiornos y enebros. Éstos adquie-ren un porte bastante más «acha-parrado» por soportar grandes es-pesores de nieve en invierno, y porello, si está nevado, hay que tenercuidado con las torceduras, al hun-dirse el terreno. Se empieza a des-cender entre estos matorrales y al-gunos bloques de la morrenahacia la pradera que se ve enfren-te. Según descendemos, en zonasmás húmedas y protegidas del solaparece el cambroño o codeso, ca-racterizado por sus tallos largos ysus hojas pequeñas de color verdeoscuro.

Se llega a la pradera, que en rea-lidad es una turbera más del Parque.Se ha formado un valle enmarcadopor la morrena izquierda de Peñala-ra, la derecha de Pepe Hernandoque está frente a nosotros, y la pe-

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26 propuestas para el fin de semana

Page 28: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

queña digitación que queda a la de-recha, cerrando el valle con un pe-queño pinar.

Se cruza el pequeñín arroyoque atraviesa la turbera (6) (2 km y700 metros y 1 hora y 10 minutos),en dirección a una pequeña vagua-da que aparece enfrente, entre elpinar, dejando la morrena pequeñaa mano derecha. Parece que nohay camino, pero sí, unos monto-nes de piedra encima de un bologrande nos aparecen antes de en-trar en el pinar. Ahí surge un ca-mino que se introduce en el pinar,dejando a la derecha este vallecillo.Llama la atención, al poco de intro-ducirse en el pinar, un pino de tron-co ancho y que a dos metros delsuelo se divide en tres. Por ahí vael camino, rodeándolo por su iz-quierda. Aunque parezca que laruta se pierde, va semihorizontalentre el pinar, tendiendo siempreun poco a la subida, y poco a pocose va alcanzando la morrena dere-cha de Pepe Hernando, menos po-tente que las anteriores de la lagu-na. En esta parte los pinos tienenun porte impresionante, pues hancrecido protegidos por el viento,no como ocurría en la morrena porla cual se descendió.

El pinar espeso empieza a acla-rarse hasta llegar a la altura de trestroncos completamente blancosde pinos muertos, que quedan ala izquierda del camino. De repenteel camino se aclara, se acaba elpinar y se alcanza a ver el circo

glaciar de Pepe Hernando, consu turbera, torrente y pedreras, im-presionante, con unas variacionespaisajísticas muy interesantes (7)(3 km y 200 metros y 1 hora y 20minutos).

Se desciende en medio del mato-rral hacia la pradera-turbera por laparte inferior de la morrena y se al-canza ésta, que es una antigua la-guna colmatada. Llama la atenciónel vértice agudo que forma el cie-rre morrénico, por donde se pierdeel agua del arroyo hacia la dere-cha, y se explica porque éste fue elaparato glaciar que más des-cendió en altitud de todo elmacizo de Peñalara, alcanzandola parte exterior de la morrena los1.760 metros de altitud, y a esa alti-tud, los hielos se fundían rápida-mente.

Se atraviesa la turbera, ejemplode laguna colmatada y el caminosalta el arroyo que la cruza, diri-giéndose hacia unas rocas que hayen la pared de este circo, junto a unvolcán de musgos, en una zonaencharcada bajo una barra blancametálica, y buen lugar para dete-nerse y contemplar este glaciar (8)(3 km y 600 metros y 1 hora y 30minutos).

El glaciar de Pepe Hernandoes el que se desarrolló bajo el picode Peñalara. El viento empujó lanieve desde el pico y se acumulóen esta zona, a sotavento, forman-do el glaciar u hoya, que es comose conoce en la toponímia local. La

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La Hoya de Pepe Hernando

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pared del circo, por encima del vol-cán, ha formado varios escalonesestructurales, fracturados, de di-rección NE-SW. El flujo del hielofue más hacia la izquierda, por eso,la morrena de esta par te es máspotente que la derecha. Por otrolado, la colonización vegetalmarca dónde el viento y la nievepermiten crecer los árboles, y quees en las partes primero protegidasdel viento (partes bajas), y segun-do, donde no se produce una acu-mulación durante mucho tiempode nieve (laderas orientadas al su-roeste, como son la parte interiorde la morrena izquierda y la exte-rior de la derecha). La parte inte-rior de la morrena derecha presen-ta una falta de árboles, debido aque la nieve tarda mucho más enderretirse de esta zona, aparecien-do nichos nivales hasta casi el vera-no. Posteriormente, las lluvias deverano y las tormentas de otoño

lavan las partículas más finas y evi-tan el crecimiento de árboles, yprovocan la caída de bloques y ladestrucción parcial que se estáproduciendo en la morrena.

Desde aquí caben dos caminos.Se puede volver por el mismo cami-no de ida, más cómodo, o ascenderhasta las Cinco Lagunas. Si setoma esta última opción hay queascender en paralelo al torrente,dejando el cauce a mano izquierday el pinar a la derecha. Es una subi-da dura, entre prados, pequeñasrocas y escalones que salvan eldesnivel del circo glaciar. El pinarpoco a poco va a ir desapareciendo,mientras el torrente se despeña enlos escarpes estructurales de lapared. Tras la dura subida se alcan-za una pequeña morrena que se haformado en un rellano tectónico yque enmarca una laguna alarga-da, que algunos llaman de «LosCaballeros». Se ha llegado a la

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26 propuestas para el fin de semana

LA HOYA DE PEPE HERNANDOLa vuelta por los llanos de Peñalara

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zona conocida como los Llanos dePeñalara (9) (4 km y 600 metros y2 horas). Es un rellano estructural300 metros por debajo del nivel decumbres, donde se alternan las pe-dreras, las praderas de cer vuno,pequeñas lagunillas. Es el mundode la alta montaña, y que según losúltimos estudios está viéndoseafectado por el cambio climático.Esta modificación viene dada por ladisminución de los días de nieve enestas zonas del piso de la alta mon-taña mediterránea, y la invasión dearbustos como piornos y enebrosrastreros en zonas de prados decumbres.

Se cruza el arroyo por el des-agüe de la laguna hacia la izquier-da y se ven los hitos de piedra quemarcan un camino horizontal poresta zona llana. Si se toma a la de-recha, se iría hacia la laguna de losPájaros; hacia la izquierda, hacia lalaguna Grande. Se gira a la izquier-da, por un camino más o menosllano, entre turberas, prados, pe-dreras y grandes bloques que sesalvan por la parte más alejada dela pared rocosa, bajo el pico de Pe-ñalara.

Se alcanza la parte alta de la mo-rrena izquierda de Peñalara (10) (5km y 600 metros y 2 horas y 30 mi-

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La Hoya de Pepe Hernando

ESCALA: 1/35.0000 350 700

metros

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nutos). Abajo se ve la laguna conlos colores cambiantes, enfrente,sobre la pedrera o sobre el mantode nieve, según la época, el refugioZabala.

El camino empieza un pronun-ciado descenso por la parte alta dela morrena, descenso cada vez másinclinado, hasta acabar, haciendo

varios zigzag en el puente que salvael arroyo proveniente de la laguna(11) (6 km y 2 horas y 45 minutos).Desde ahí, el camino conduce llanohasta la pista forestal, y tomándolahacia la izquierda y tras hacer lacurva del mirador llega al puertode Cotos (16) (8 km y 3 horas y 45minutos).

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26 propuestas para el fin de semana

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: 16 km y 500 metros.Dos variantes más cortas: Por elarroyo de Peña Mala, 12 km; PorRV 1, 9 km y 400 metros.

DURACIÓN APROXIMADA: Reco-rrido principal: 6 horas y 15 minu-tos. Por el arroyo de Peña Mala, 4horas y 25 minutos. Por RV 1, 3horas y 50 minutos.

DESNIVEL: 1.830 - 1.410 metros.

DIFICULTAD: Muy alta, tanto porlos desniveles como por la longitud.

RECOMENDACIONES: Ruta circu-lar que recorre todo el alto valle delLozoya, desde el puerto de Cotoshasta el puente de la Angostura, as-ciende el arroyo Valhondillo y reco-rre de regreso la pista forestal a1.640 metros de altitud hasta lasCerradillas, donde entronca con laRV 1 y desciende a las Guarrami-llas y al puerto de Cotos.

Para llegar en transporte públicoal puerto de Cotos, en Cercanías laC8A hasta Cercedilla y cambiar a laC9 hasta el puerto. En autobús, elnº 691 de Larrea desde Moncloa(tel.: 915 304 800).

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la A6 hasta Villal-ba y desviarse hasta el puerto deNavacerrada por la M 601, y desvíoen este puerto a la derecha hacia el

puerto de Cotos. También por la A1hasta Lozoyuela, y desvío por la M604 hasta Rascafría y ascender los13 km del puerto.

Se puede hacer la ruta en cual-quier época del año, salvo en invier-no, pues las nieves y los hieloshacen el camino intransitable ensus partes altas. Primavera con eldeshielo, verano por su frescor yotoño son épocas recomendables.No hay fuentes, hay que llevar can-timplora, aunque en caso de necesi-dad se puede beber agua de los to-rrentes que bajan de la CuerdaLarga. Precaución en invierno conlos cambios de tiempo, las nevadasy las placas de hielo que se van aformar. Es recomendable tenerbuena forma física.

VALORES NATURALES: El AltoValle del Lozoya es uno de los espa-cios más importantes de la Comu-nidad de Madrid en cuestión me-dio-ambiental. Parte del recorridodiscurre por el Parque Natural dePeñalara. Circos glaciares, ejemplode fosa tectónica intramontañosa,inmensas masas de pino de Valsaínque conviven con tejos milenarios,acebos y abedules. El río Lozoya esuno de los principales abastecedo-res de agua de la Comunidad. Zonade Especial Protección para lasAves, pues el buitre negro anida enlas copas de estos altos pinares.

EEll AAllttoo VVaallllee ddeell LLoozzooyyaaUn mar de pinos

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

El inicio de la ruta es el puerto deCotos o de El Paular (0), de 1.830metros de altitud, y límite de las Co-munidades de Madrid y Castilla yLeón. El puerto en sí es una fracturade primer orden dentro de la sierradel Guadarrama, que divide el sectororiental del occidental, un nudo decuerdas donde confluyen los MontesCarpetanos, que se extienden por elnoreste desde Somosierra hasta Pe-ñalara, y la Cuerda Larga, que abarcapor el sur desde La Morcuera hastaLas Guarramillas. Entre medias surgeeste collado y la fosa tectónica delvalle del Lozoya. Es una fosa tectóni-

ca pues nuestra sierra es un conjuntode bloques más o menos elevados, yasí, entre dos bloques elevados ohorst, existe una fosa o graben, ladel Lozoya. El contacto entre la partebaja del valle y las cuerdas montaño-sas no se va a hacer bruscamente,sino por medio de bloques más omenos elevados que forman un grade-río, como va a ocurrir con la Silla deGarcisancho o Cabeza Mediana.

Desde el aparcamiento se cruzala carretera y se asciende el cortoterraplén que separa ésta de la vallade madera, y giramos a la derecha,descendiendo en paralelo a la carre-tera. Esta parte protegida por lavalla y que en unos cartelitos azules

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26 propuestas para el fin de semana

Junto a él, la rara águila imperialibérica, milano real, águila calzada,corzos, jabalíes, zorros, truchas, yse cree que recientemente ha re-gresado el lobo.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 4,Miraflores de la Sierra, Comunidadde Madrid. Hoja 483, Segovia yhoja 508, Cercedilla. 1/25.000, 508-II, Puerto de Navacerrada.

1.0001.1001.2001.3001.4001.5001.6001.7001.8001.9002.000

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EL ALTO VALLE DEL LOZOYADe Cotos a Valhondillo y vuelta a Cotos

Page 34: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

indica que se deben preservar lospastos, es la pradera de Cotos y elinicio del Parque Natural de Peñala-ra, que quedará a la izquierda denuestra ruta. Por debajo del piso dealta montaña quedará el dominio deun inmenso pinar de pino de Valsaíno albar, por donde discurrirá la ruta.

Se desciende en paralelo hasta elfinal del aparcamiento, donde unosescalones conducen a la pista deesquí de fondo y donde también hayun pivote de la Ruta Verde 5 (RV 5).También nos encontramos con unmapa de la zonificación del ParqueNatural de Peñalara. En invierno sesuele helar esta zona. Dos casetasde madera y la ancha pista nos sir-ven para comenzar un descensoentre jabinos o enebros rastreros enzonas de más humedad y piorno enlas más secas (1) (350 metros y 10minutos). La ruta, en descenso, seintroduce en el bosque, en medio degrandes pinos. Es un amplio caminode hierba que lleva hasta Rascafría.La carretera va a estar abajo a la de-recha según caminamos.

Se llega a una bifurcación. Hacia laderecha lleva a un prado que se ve acorta distancia. También se puede irpor ahí, pero en este caso se sigue enparalelo al pinar, por la izquierda, pe-gados a la valla. Se pasa un calvero,que queda a mano izquierda; es unaantigua pista de esquí de Valcotos.Ahora, una vez cerrada hace unosaños la pista de esquí, se observacómo avanza la repoblación del pinar.

El camino describe una amplia

curva a la derecha y desciende haciala pradera anterior. Ésta es un exten-so campo horizontal, en un primerescalón hundido entre Peñalara y Ca-bezas de Hierro. Un camino cortaperpendicularmente el nuestro. Segira por ese camino a la izquierda,hacia un cartel de «No hacer fuego»y un mojón con las señales rojas yblancas del GR 10 (2) (800 metros y20 minutos). A la izquierda, según ca-minamos, se desvía la RV 5, que sesumerge en el bosque. A la izquier-da, arriba, se distingue a la perfec-ción el pico Peñalara.

Se sigue dejando una valla de ma-dera que hace de cortanieves a la de-recha y se inicia un suave descensoen medio de un pinar no muy denso,salpicado de rocas de gneis glandu-lar, reconocible por sus grandes cris-tales de feldespato. De repente, elcamino llega a un barranco y descri-be una curva a la izquierda bastantepronunciada (3) (1 km y 200 metrosy 25 minutos). Se sigue por ahí endescenso hasta otra curva a izquier-das, donde se ve abajo un arroyuelo.Se baja campo a través, sin dificul-tad, en medio del pinar hasta esearroyo y se sigue su curso unos me-tros hasta que desemboca en elarroyo del Toril que, provenientede Dos Hermanas llega por la iz-quierda de la ruta (4) (1 km y 700metros y 40 minutos). Es una zonade deshielo del circo de Dos Herma-nas, con grandes rocas angulosasprovenientes del arrastre torrencial.

Se cruza el Toril y comienza un

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El Alto Valle del Lozoya

Page 35: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

camino ancho, casi horizontal, quediscurre en paralelo a la carreteraque asciende a Cotos y que se ve ala derecha. Es una zona donde haybastantes árboles cortados y enor-mes pinos, en suave descenso, másen solana que el camino anterior yque se denota por la presencia deespecies más secas como retamas,escobas, enebros rastreros y cam-broños. Se sigue el descenso por untramo enmarcado por pinos jóvenesa ambos lados. El camino gira a la iz-quierda y luego a la derecha parasalvar una vaguada llena de hele-chos. Al poco, gira a la derecha ybaja directo hacia la carretera (5) (2km y 700 metros y 50 minutos).

Se cruza, con precaución. Hay unasbarreras que cierran el paso a vehícu-los en ambos márgenes de la carrete-ra. Se sigue por el otro lado, tras la ba-rrera y comienza un descenso en zig-zag. Las praderas a ambos lados delcamino están tapizadas de helechos yárboles talados. A 200 metros, a manoderecha, aparece un maravilloso ejem-plar de acebo. Se hacen sucesivas cur-vas a izquierda, derecha e izquierda,en un descenso no muy pronunciado.En este descenso, el camino se vuelvea introducir en el gran pinar. Enfrenteestán Cabezas de Hierro y el circo delas Cerradillas. Según se desciende ca-mino del arroyo de la Angostura van aaparecer multitud de acebos, sobretodo en las vaguadas que jalonan lascurvas del camino. Se hace otra curvaa la derecha y enfrente se ven bastan-tes de estos ejemplares.

Una amplia recta en bajada nosconduce en paralelo a un arroyo quequeda a la derecha lleno de arboli-llos de acebo. Tras una amplia curvaa la izquierda, el camino desembocaen una amplia pista forestal que re-corre el fondo del valle (6) (3 km y500 metros y 1 hora y 15 minutos).Aquí, si se quiere hacer un recorri-do corto, se gira hacia la derecha,hacia el oeste (queda descrito alfinal de la ruta como Atajo A).

Se sigue hacia la izquierda, y elcamino se hace más llano. El arroyode La Angostura queda a la derechadel camino, en un profundo cauce.Es una zona umbrosa, donde se acu-mula la nieve y el hielo en invierno,con bastantes aves y grandes pinosmonumentales de más de 30 metrosy con un tronco largo y fino.

Comienza un suave descenso don-de, de vez en cuando, el brillo dealgún acebo o sus bolas rojas llamanla atención. El camino sigue franco,amplio, sin baches siquiera, en me-dio del pinar con un sotobosquedenso de helechos. Cuando más pro-fundidad adquiere el valle hay másacebos y de mayor tamaño. Se pasapor una zona calva, como una peque-ña cantera, y tras una amplia curva ala izquierda se llega a la baliza 20 dela senda marcada como Ruta Verde 1(RV 1). Este lugar es justo donde elarroyo de la laguna de Peñalarase despeña en bonitas cascadas (7)(4 km y 300 metros y 1 hora y 30 mi-nutos). Empiezan a aparecer abedu-les, fácilmente reconocibles por su

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26 propuestas para el fin de semana

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El Alto Valle del Lozoya

corteza blanquecina con franjas gri-ses horizontales, como el que está allado del cartel de «Vedado de pesca»,a mano izquierda del agua. El arroyoforma pozas y cascaditas, con gran-des rocas por el arrastre del torrente.

Se cruza el arroyo de la Laguna.El camino va a llanear, dejando a laderecha el arroyo principal, el de laAngostura (en Rascafría será ya elrío Lozoya). Los abedules siguen elcurso del arroyo, junto con algunosrobles, que recuerdan que es la ve-getación potencial de la zona si nose hubiera repoblado por pinos.

Tras otro descenso suave, se al-canzan las balizas 21 y 22 de la RV 1(8) (4 km y 800 metros y 1 hora y 40minutos). Se desciende hacia la de-recha y se cruza el arroyo por elpuente de Los Hoyones, que eninvierno puede estar helado. Unenorme melojo centenario surge a laderecha en una pradera, junto conalgún abeto. Nada más cruzar la pa-sarela de madera, aparecen multitudde abedules a la derecha, y si semira el discurrir del arroyo, el cauceestá enmarcado por cientos de ellos.Es una zona muy húmeda, con mus-gos, líquenes y el cauce del arroyoformando profundas pozas.

Nada más cruzar, un arroyo bajapor la vertiente de la derecha, arras-trando grandes cantos. Se badea estearroyo como se puede, cruzando bajocentenarios abedules, alguno conunas grandes dimensiones. Una pasa-rela salva el arroyo de Peña Mala,que es tributario por la derecha del

de la Angostura. Es una zona dondeel arroyo forma marmitas de gigantesen su lecho rocoso, en medio de unbosque galería de abedules y robles.Al otro lado del curso prosigue lapista forestal anteriormente abando-nada al cruzar Los Hoyones.

Se alcanza en el camino la baliza23, donde una pista surge en codo ala derecha y remonta en paralelo elarroyo de Peña Mala (9) (5 km y300 metros y 2 horas), Se puede re-montar por ella para emprender elregreso (queda descrito al final de laruta como Atajo B).

La ruta sigue por el camino, en laumbría del bosque de pinos. El arro-yo va quedando abajo, a la izquierda,con sus bosquetes de abedules. Eldescenso es ahora más pronunciado,y el valle se va a ir abriendo, no seráa partir de ahora tan encajonado. Sepasa por algunas praderas y se llegaa un vivero de abetos (10) (5 km y600 metros y 2 horas y 10 minutos).

Grandes bloques erráticos a laderecha, en la ladera, nos dan a en-tender antiguos desplomes o torren-tes muy activos en otros tiempos,producto de grandes solifluxionesen zonas altas. Se cruza el arroyo dela Majada del Espino, con el bosquetapizado de helechos. A la izquierda,en la otra ladera, se ven las rocas delcerro de Cabeza Mediana, comoejemplo de ese conjunto de bloquesescalonados que se hunden en lafosa del Lozoya.

El valle se va a ir abriendo, conmás praderas. Se pasa por una baliza

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sin número (¿la 24?), con buenas vis-tas a Cabeza Mediana, con sus bui-treras (11) (6 km y 2 horas y 20 mi-nutos). Se hace más rápido el des-censo, por un lugar donde se ha re-poblado con pinos muy juntos parafavorecer el rápido crecimiento enbusca de la luz. Se vuelve a ver elarroyo a la izquierda, con grandespozas que forman piscinas naturales.

Robles y amplias praderas llevanel camino hasta la baliza 25 (12) (6km y 500 metros y 2 horas y 30 mi-nutos), donde está el puente de LaAngostura, de piedra. No se cruzael puente, aunque el entorno, con unagua cristalina, grandes rocas,pozas y abedules invita al descansoy a la contemplación.

A la derecha del arroyo una rutacomienza un ligero ascenso y a unos20 metros surge la baliza 26. Aquí, laRV 1 se desvía de nuestra ruta hacia laizquierda, hacia el Aguilón. Nuestraruta prosigue por una pista amplia

que asciende rápidamentea mano derecha por la la-dera, entre la masa depinar. Se hace una curva ala derecha, otra a la izquier-da y dos seguidas a la dere-cha y alcanzamos el valledel arroyo de Valhondi-llo o Barondillo, que de lasdos formas aparece en losmapas. El arroyo cae comoun torrente a nuestra iz-quierda entre grandespinos, robles, acebos ygrandes conos de deyec-

ción de los materiales que arrastra.Por debajo de la copa de los pinos

aparecen los primeros tejos, salpi-cando la ladera. Este estrecho y em-pinado valle es donde se conservanlos tejos más grandes y más anti-guos de la Comunidad de Madrid.Se cruza el arroyo por un puente(13) (7 km y 200 metros y 2 horas y45 minutos), donde el curso de aguaestá enmarcado por sauces y tejos,ambos juntos. El torrente, más quearroyo, ha formado un lecho de pie-dras, de origen periglaciar, es decir,por acción del hielo y deshielo conti-nuo en épocas pasadas. Cuandoexistían los glaciares en partes altas,en las zonas que no estaban cubier-tas por el hielo se producía la geli-fracción de la roca gneísica, y frutode ello son las grandes pedreras queexisten por amplias zonas de la sie-rra, sobre todo en laderas altas yorientadas al norte. A unos 200 me-tros se cruza un arroyo tributario.

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26 propuestas para el fin de semana

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EL ALTO VALLE DEL LOZOYALa bajada a La Angostura

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Aguas arriba van a aparecer mástejos, abedules y helechos. Lo recón-dito del lugar ha hecho que hayanpervivido aquí los tejos, desapare-ciendo en casi toda la sierra. Se haceuna curva cerrada a la derecha y seallana un poco el camino. Otra curvaa la derecha y se salva de nuevo elarroyuelo. Aparecen entre los gran-des pinos de Valsaín, que en estazona son monumentales, numerososacebos, zarzas y tejos. Tras una curvaa la izquierda comienza una fuertesubida por la margen derecha delValhondillo, entre pinos majestuososcon ramas asalmonadas, retorcidas, ynumerosos acebos, cada vez más ymás grandes. Algún roble recuerdala vegetación potencial de la zona,aunque el inmenso pinar dominatoda la ladera. Grandes tejos van a en-marcar el arroyo bajo los pinos.

Se llega a un segundo puente so-bre el arroyo (14) (8 km y 3 horas).Algún roble, sauces y algunas fuen-tecillas marcan el lugar donde cabendos opciones: remontar el arroyo oseguir por la pista. Si se remontacampo a través por la orilla izquier-da del arroyo, en fuerte ascensión,unos cientos de metros más arribase podrán ver ejemplares de tejoscentenarios, e incluso se cree queuno es milenario, con varios metrosde circunferencia de tronco hueco ycon la madera que se desgaja y seretuerce por su edad. Remontandohacia arriba se llega a una explana-da, el Raso El Baile, donde conflu-ye la pista por la que se asciende.

Si se continúa por el camino, secruza el arroyo y comienza una durasubida, con acebos por toda la lade-ra. Tras una curva a izquierdas lapendiente se hace menos pronuncia-da. A la izquierda se observa el mu-rallón de la Loma de Pandasco, porcuya umbría discurre el camino. Sepasa por una zona más seca, trasdejar atrás el valle del arroyo, con elpinar más claro y escobas y piornos.

En una curva en codo a izquierdasaparece una bifurcación. A la izquier-da y en subida se llega 1 km más allá alRaso El Baile, donde acaba la pista. Sesigue en este caso por la derecha (15)(9 km y 3 horas y 20 minutos). Si se haoptado por remontar el arroyo campoa través antes, el descenso por la pistale llevará hasta este cruce de caminos.Unos restos de una valla verde que ce-rraba el paso a los vehículos marca elcamino de regreso a Cotos. Un peque-ño descenso engañoso llevará a unasduras rampas para ganar rápidamentealtura en medio del pinar.

Se cruza un arroyo, más bien un to-rrente de piedras (16) (9 km y 500metros y 3 horas y 30 minutos). Seentra en una zona donde se hacen cor-tas de madera. La pista se va a allanara la altitud de 1.640 metros aproxima-damente. Este llaneo se hace entreenormes pinos de Valsaín, que que-dan como la única especie de todaesta ladera, en medio de un sepulcralsilencio. Según se avanza se deja laLoma de Pandasco y se alcanza la um-bría de la Loma del Empalotado, pro-longación de Cabezas de Hierro.

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El Alto Valle del Lozoya

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Una cascada sobre la pedrera pe-riglaciar marca el cruce de otroarroyo, el de la Majada del Espino(17) (10 km y 250 metros). Estasgrandes pedreras ya no son activas,pues las condiciones climáticas hanvariado, y además están colonizadaspor la vegetación, que les impide elmovimiento en masa. Lo que si estásucediendo es que los torrenteslavan las piedrecillas más finas y lasarrastran ladera abajo, formando losconos de deyección, así vemos có-mo sólo existen en esta zona piedrasde tamaños medio y grande.

Continuando por el pinar se llegaa otro arroyo, el del Hierro, con unagran pedrera antes de llegar a él.Tras cruzar este arroyo, el caminodescribe una cerrada curva a la de-recha y, enseguida, a la izquierda,para llegar a la confluencia de unapista que llega desde el fondo delvalle por la derecha. Esta es la pistaque remonta el arroyo de Peña Maladesde Los Hoyones, indicada en laruta como Atajo B. En este enlace,como se indica se llega al arroyo dePeña Mala (18) (10 km y 800 me-tros y 4 horas y 20 minutos) y secruza. El camino describe otracurva a la derecha y asciende. Al lle-gar a la siguiente curva a la izquier-da, aparecen grandes pinos con unporte abanderado por el viento. En-frente se ve el macizo de Peñalara.

Se llanea y se enfila recto hacia eleste, observándose ya el puerto deCotos. Comienza un descenso enmedio de grandes pedreras y con

pocos pinos grandes, pues aquí do-minan los de pequeño porte y decrecimiento muy junto, ejemplo deuna repoblación más moderna. Sesigue este descenso hasta otro valleque va a cortar transversalmente laruta, el de Las Cerradillas, y se des-emboca en otra ancha pista forestalque asciende por este valle, a la altu-ra de la Baliza 18 de la RV 1 (19)(12 km y 100 metros y 4 horas y 45minutos). El camino que provienedel fondo del valle es el denominadoen la ruta como Atajo A.

A partir de este baliza comienza eltramo más duro de la ruta, en fuertesubida, con el arroyo de Las Cerra-dillas a mano derecha. Se desechaun camino que surge a nuestra dere-cha, y que lleva a unas praderas en elarroyo, y se sigue por la dura rampa.En los hitos de la RV 1 hay que seguirla flecha amarilla hacia Cotos. La fuer-te subida dura hasta un puente de pie-dra que salva el arroyo, pero que nose cruza, sino que se sigue subiendohasta alcanzar un puente de madera ala altura de la baliza 15 (20) (13 km y5 horas). Se cruza y se continua el as-censo por una zona descarnada, depiedras. Se cruza de nuevo el arroyopor otro puente en medio de peque-ñas pozas. Tras cruzarlo aparece labaliza 13 y se sigue subiendo hacia laderecha por una pedrera antigua, res-tos del cauce del torrente. Es unazona delicada en invierno, pues sueleestar cubierta de hielo y nieve. El ca-mino se estrecha y alcanza otro puen-te, a la altura de la baliza 12, que se

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26 propuestas para el fin de semana

Page 40: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

cruza (21) (13 km y 400 metros y 5horas y 15 minutos). En esta zonaconfluyen multitud de arroyos delcirco de Las Cerradillas, en un solodesagüe, que es el arroyo del mismonombre. Es una zona muy húmeda yde naturaleza impresionante. El circode Las Cerradillas queda al sur, enla umbría de Cabezas de Hierro, consus restos de circos glaciares, pedre-ras y torrentes, con un pinar en laspartes bajas, allí donde le ha dejadocrecer la roca y el hielo.

El camino inicia una dura subida,por una zona muy erosionada entrepiornos y enebros, reflejo del ascen-so en altitud que estamos haciendo.Se pasa la baliza 11 y el camino des-cribe una curva en subida a la dere-cha. Ahora ya no es más que una es-trecha senda. Se alcanza la baliza 10,donde merece la pena hacer un altoy ver Las Cerradillas y su espectacu-lar paisaje de alta montaña. Se salvauna pedrera por la derecha, entre

troncos de pinos, y la lade-ra se va a cubrir de pior-nos serranos, ascendien-do rápidamente.

Se pasa la baliza 9 y al al-canzar la 8 se llega a uncruce de caminos (22) (13km y 900 metros y 5 horas y25 minutos). A la izquierdase va hacia Las Cerradillasy se asciende a Cabezas deHierro. Seguimos por la de-recha. El camino se allana,aunque con pequeños tobo-ganes. Se entra otra vez en

el dominio del gran pinar.Se alcanza la baliza 7, donde exis-

te una vista panorámica del macizode Peñalara, quizás una de las mejo-res que puede haber a media ladera.Se observa el pico de Peñalara y suscuatro circos glaciares, enmarcadosen sus morrenas terminales. Por enci-ma de ellas es el mundo de la rocadesnuda y los prados de alta montaña;por debajo, el pinar y los torrentescon su incisión lineal. De oeste a estese diferencia el doble circo de DosHermanas y la Laguna, el de PepeHernando, con la morrena más bajaen altitud del macizo, y a la derechade éste los de Claveles y Los Pájaros.

Desde aquí se desciende enmedio de un pinar maduro. Se alcan-za otro valle, el de Las Guarrami-llas, el cual se remonta por su lade-ra derecha. Enfrente se ve un sólidoedificio de roca, el refugio de El Pin-garrón. Es una zona bastante delica-da de pasar en invierno, pues al ser

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El Alto Valle del Lozoya

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EL ALTO VALLE DEL LOZOYALa subida desde la baliza 18

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una umbría y en altitud, la nieve y elhielo perduran bastante tiempo.Abajo, el arroyo se despeña en unacascada, y forma una gran piscina

natural, es la poza Sócrates. Se llegaal curso del arroyo (23) (15 km y 5horas y 45 minutos) a la altura de labaliza 6, y se cruza. Este arroyo

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26 propuestas para el fin de semana

Page 42: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

viene, tras pasar la estación de Val-desquí, del pico de Las Guarrami-llas, más conocido como Bola delMundo. Es una zona con amplias

praderas y cascadas de agua limpia.Tras cruzar el arroyo, una senditaestrecha en paralelo a él lleva hastala poza Sócrates.

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El Alto Valle del Lozoya

ESCALA: 1/30.0000 300 600

metros

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La ruta continua por el marcadocamino hacia la izquierda, remon-tando un arroyo tributario. Se subeen medio del pinar siguiendo sucurso, aunque el camino gire a la de-recha hacia el refugio. Tras remon-tar el arroyo se alcanzan unas gran-des praderas encharcadas, donde sele une el camino por la derecha. Ga-nando altura en la pradera y siguien-do el tendido eléctrico se llega a lacarretera de Cotos a Valdesquí (24)(15 km y 700 metros y 6 horas). Secruza en diagonal a la derecha,hacia una barrera verde donde estála baliza 3 y se asciende por el pinarde la Loma del Noruego hasta llegara la parte culminante de ésta. Trascoronar, el rápido descenso hacia laderecha lleva hasta el hito de piedraque marca el puerto de Cotos, inicioy fin de este largo y precioso reco-rrido (25) (16 km y 500 metros y 6horas y 15 minutos).

Regreso por el Atajo A

Esta ruta de regreso comienzatras la bajada en zigzag por la pista fo-restal hasta alcanzar el fondo delvalle (6). En vez de continuar arroyoabajo, se gira a la derecha por eldenso pinar, en un suave ascenso. Secruza el arroyo del Toril y la inclina-ción aumenta, aunque enseguida des-

ciende para llegar hasta el arroyo delas Guarramillas o de La Angostura.

Tras cruzar el arroyo comienzaun ascenso más duro, siempre enmedio del pinar, bastante profundo yumbroso, para ir remontando y al-canzar el barranco del arroyo de lasCerradillas a la altura de una bifurca-ción. El ramal de la derecha lleva, re-montando el arroyo de Cotos, hastael puerto, aunque su trazado quedadifuminado tras cruzar las Guarrami-llas. La ruta prosigue recta, en subi-da y sin cruzar el arroyo, por el am-plio camino y con bastante inclina-ción hasta alcanzar la baliza 18 (1 kmy 500 metros y 40 minutos).

Regreso por el Atajo B

Desde el cruce del puente de losHoyones y el badeo de los arroyosde Peña Mala, surge una pista fores-tal en codo a la derecha (9). Se as-ciende por este camino, bastante in-clinado y peor conservado que otrosporque su dura pendiente dificulta eltránsito de los servicios del monte.El ascenso es muy pronunciado y sesalva un arroyo que proviene de laizquierda. Las pedreras ocupan casitoda esta ladera, bajo los pinos, hastaascender a la pista superior a la altu-ra de una curva hacia la izquierda(18) (1 km y 30 minutos).

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

Esta ruta, una de las mas altasque se puede hacer en la Comuni-dad de Madrid, si exceptuamos lavuelta del macizo de Peñalara y laTravesía de la Cuerda Larga, es cir-cular y tiene como punto de partida

y llegada el, por todos conocido,puerto de Navacerrada, que con sus1.860 metros de altitud es uno delos más altos de España e hito de re-ferencia en el excursionismo madri-leño.

Si hemos llegado en ferrocarrildesde Cercedilla, deberemos ascen-

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: 17 kilómetros.

DURACIÓN APROXIMADA:4 horas.

DESNIVEL: 1.830 - 2.138 metros.

DIFICULTAD: Media.

RECOMENDACIONES: Ruta muyaccesible desde el puerto de Nava-cerrada. Ascenso por el cerro delTelégrafo y posterior ascensión auna de las cumbres más emblemáti-cas del Guadarrama, los Siete Pi-cos. Impresionantes vistas de am-bas Castillas. Es conveniente llevarcantimplora, aunque existen fuen-tes cerca de Collado Ventoso(Fuente de Los Alevines), y en elarroyo del Telégrafo. Apta paratoda época del año, salvo en días demal tiempo en invierno. Con nieveadquiere un carácter espectacular.

Precaucion con la nieve, el hielo yla niebla.

Para llegar en transporte públicoal puerto de Navacerrada, en Cer-canías la linea C8A hasta Cercedillay cambiada la C9 hasta el puerto.en bus, el nº 691 de Larrea desdeMoncloa (tel.: 915 304 800).

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la A6 hasta Villal-ba y desviarse hasta el puerto deNavacerrada por la M-601.

VALORES NATURALES: Modeladoen granitos, circo glaciar, vegeta-ción de alta montaña, presencia derapaces, riqueza paisajística.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 4,Miraflores de la Sierra, Comunidadde Madrid y hoja 508, Cercedilladel I.G.N. y 1/25.000 hoja 508 - I Ca-morritos.

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De torre en torre

Page 45: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

der por unas escaleras hasta unacalle, donde empieza la SendaArias. Ésta nos llevará hasta el mo-numento al montañero, en la carre-tera de acceso al puerto y a la VentaArias, que se encuentra en el mismocollado a mano izquierda (1) (800 my 10 minutos).

Una vez en el puerto iniciamos lasubida por la ladera del oeste, la denuestra izquierda. Es un repechomuy duro por la pista de esquí delTelégrafo, más si nos coge fríos alcomienzo de la ruta. En época deesquí es mejor andar por el lateralizquierdo de la pista, así nos evitare-mos sorpresas con los esquiadores.

Alcanzamos la cima del cerro delTelégrafo (2) (1.600 m y 20 minu-tos), y si el día es despejado vere-mos debajo de nuestros pies las ins-talaciones del puerto de Navacerra-da. A nuestras espaldas ya se verá lamole de Siete Picos.

El camino se nos presenta llano apartir de este punto, con la parte su-perior del telesilla que dejamos anuestra derecha. Nuestro siguientehito a seguir es un cerro cercano alcual accederemos por un camino te-rroso y seco entre el típico matorralde cumbres de piornos y jabinos.Remontamos el cerrillo y llegamoshasta la conocida Virgen de LasNieves, con su estructura metálica(3) (2 km y 500 metros y 30 minu-tos). En este lugar ya nos hemosdado cuenta de la composición delterreno, es todo granito, con dife-rentes formas y grados de altera-ción.

Descendemos por el lado oestedel cerro y enseguida coronamosotro sin mucho esfuerzo. Tambiénse puede rodear por su parte dere-cha por un ancho camino que sueleestar cubierto de nieve y hielo en in-vierno.

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26 propuestas para el fin de semana

1.600

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LOS SIETE PICOSLas torres emblemáticas del Guadarrama

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Volvemos a descender, ahora unpoco más, y llegamos a la Praderade Siete Picos (4) (4 km y 45 minu-tos). Aquí, a mano derecha, unmojón de granito nos marca el límiteentre Madrid y Segovia, y a la iz-quierda, en descenso, comienza laSenda Herreros, que nos llevaráhasta la fuente de Los Acebos y aCercedilla.

Enfrente tenemos ya la cuesta de-finitiva hasta Siete Picos, dominadatoda ella por un pinar de pino albar ode Valsaín, vigoroso, que se diferen-cia por el color asalmonado de sutronco y ramas superiores, y por laspequeñas piñas que tiene y que jalo-narán toda la subida. También pode-mos observar que su porte es retor-cido en muchos casos, con lasramas vueltas por la dirección de losfuertes vientos dominantes y que lehacen tener una forma abanderada.Más adelante se verán más pinoscon este porte abanderado.

La subida es fácil, está marcadapor una sucesión de montones depiedra que se han ido poniendo allídurante décadas por los excursionis-tas y montañeros. Sin embargo, lamultitud de hitos nos puede des-orientar un poco, pues hace parecerque todos los caminos conducen a lacumbre. El camino principal setoma primero hacia la izquierda dela ladera, en medio ya del pinar.También es recomendable tomareste camino porque a los pocos mi-nutos veremos un cortado a nuestraizquierda, con una pradera en el

fondo: es un pequeño circo gla-ciar que se formó en esta zona (5)(5 km y 500 metros y 1 hora). Estecirco no se desarrolló tanto comootros de la sierra por su orientación,al sur (Peñalara está al noreste), porsu menor altitud (1.900 - 2.000 me-tros) y por la topografía (más incli-nada que en Peñalara y que evita laacumulación masiva de nieve). Detodas formas es otro ejemplo de lasglaciaciones cuaternarias de nues-tro Guadarrama.

Seguimos la subida con un girohacia la derecha, siempre en mediodel pinar y, poco a poco, tras conti-nuos repechos se acaban los pinos yla subida se suaviza. Llegamos a unazona de piedra desnuda pero que noes la cumbre, y la subimos en obli-cuo hacia la derecha. Ya coronamosahí el Séptimo Pico, mejor dicho,la explanada rocosa que hay al nortedel Séptimo Pico (6) (6 km y 300metros y 1 hora y 15 minutos). Sí,está bien expresado, es el Séptimo yno el Primero, pues se empiezan acontar desde Cercedilla. Y si loscontamos vemos cómo sólo nossalen seis, y la razón es sencilla: elPrimero es mucho más bajo que elresto y es conocido como Pico deMajalasna.

Una vez aclarado esto, observa-mos cómo es la cumbre de SietePicos: un conjunto de cerros de as-pecto acastillado separados por pe-queños collados que son fracturasen la roca. Eso es un modelado típi-co en granitos. Los procesos erosi-

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Itinerario circular por los Siete Picos

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vos y su diaclasamiento dan lugar aesas torres o thors que se sucedena lo largo de la cumbre. Por otrolado también vemos la disimetríade vertientes, muy inclinada haciael sur, hacia Madrid, y mucho mássuave y tendida hacia la parte sego-viana. Esto se debe a que el bloquede Siete Picos está basculado enforma de «tecla de piano» y produ-ce esa disimetría (como ocurre enel alto Gredos entre el Tiétar y elTormes).

El Séptimo Pico es el más alto delmacizo, con 2.138 metros. Se puedeascender, no sin cierta dificultad,entre los bloques, y en la cumbreencontraremos el vértice geodésicodel Instituto Geográfico Nacional.Las vistas son espectaculares: haciael sur la meseta madrileña, hacia eleste Peñalara y Cabezas de Hierro yhacia el oeste la Mujer Muerta y lasierra de Malagón.

Proseguimos el camino hacia elSexto Pico, con un descenso y unarápida trepada. Aquí, en el caminonos encontramos granito muy frac-turado y de color anaranjado, conse-cuencia de las fracturas que domi-nan este lugar. Seguimos la senda,marcada con los inevitables monto-nes de piedra y dejando a la izquier-da la línea de cumbres. Ascendemosal Quinto Pico y descendemos porsu parte oeste descolgándonosentre las rocas en un paso muy es-trecho, pero sin dificultad.

Se bordea el Cuarto Pico por laderecha y tras él llegamos al tercer

Pico. En él se encuentra otra formapintoresca, la conocida «Ventanadel diablo», que no es más que unapiedra caballera granítica con unhueco en medio.

Llegamos al Segundo Pico (7) (8km y 400 metros y 2 horas y 30 mi-nutos), que es más bajo que los an-teriores y su cumbre está divididaen dos partes. Para bajar de losPicos hay que posicionarse entre losPicos Segundo y Tercero y descen-der por la vaguada que hay hacia elnorte. Dejamos las cumbres y nosmetemos en el pinar otra vez. Eldescenso es muy rápido, girando amano izquierda hacia un claro en elbosque, que se alcanza enseguida.Ese claro es el Collado Ventoso (8)(9 km y 200 metros y 2 horas y 50minutos), otro punto conocido denuestra sierra y punto de enlace denumerosas rutas.

En el Collado hay una senda queparte hacia la izquierda, la senda delos Alevines; a pocos metros por lasenda está la fuente del mismo nom-bre. Nosotros tomaremos en estaocasión el camino que desciendehacia el norte, hacia nuestra dere-cha, la famosa Senda Schmid. Estecamino es ancho y está balizado conmarcas amarillas. Llegamos a un ca-mino horizontal, y debemos seguirpor nuestra derecha. Si seguimospor la izquierda tomamos la Sendade Los Cospes que conduce al puer-to de la Fuenfría.

El camino se hace horizontal,suave, entre el inmenso pinar de la

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26 propuestas para el fin de semana

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umbría de Siete Picos que des-ciende hacia Valsaín.

La monotonía del paisaje serompe al alcanzar la Pradera de Na-valusilla (9) (11 km y 400 metros y 3horas y 10 minutos), que aparece anuestra izquierda y que en veranose convierte en un reposo de fres-cor. El camino continua horizontalhasta una curva a la izquierda endonde cruzamos el arroyo del Telé-grafo, que no siempre lleva agua(10) (14 km y 200 metros y 3 horas y

30 minutos). Poco a poco el caminova a tender a ascender y se llega porfin a las pistas de esquí de El Bos-que y del Escaparate. Tras cruzar-las, giramos a la izquierda y llega-mos a la zona de Los Cogorros (11)(16 km y 500 metros y 3 horas y 45minutos), donde está el albergue deAviación, un buen mirador y una ca-rretera asfaltada que tomamos a laderecha y que nos conduce al puer-to de Navacerrada, finalizando laruta (12) (17 km y 4 horas).

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Itinerario circular por los Siete Picos

ESCALA: 1/35.0000 350 700

metros

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

El inicio de la ruta es el mismopuerto de Canencia (0), situado a 56km al norte de Madrid, a 7 km deMiraflores de la Sierra y a 9 km delpueblo que le da nombre. Es un

puerto de mediana altitud, 1.524 m.sobre el nivel del mar, que lo dife-rencia de otros (Morcuera, Navace-rrada,...) por tener abundante vege-tación arbórea, pues sus vientos ytemperaturas son menos rigurosos.También es un puerto abierto, con

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: 6 kilómetros.

DURACIÓN APROXIMADA:3 horas y 15 minutos.

DESNIVEL: 1.524 - 1.590 metros.

DIFICULTAD: Baja.

RECOMENDACIONES: No es po-sible acceder en transporte públi-co, sino que se debe hacer en vehí-culo privado. La ruta discurre porla umbría del puerto de Canencia,uno de los lugares donde mejor sehan conservado especies vegetalesen nuestra Sierra. Se pueden apre-ciar importantes formaciones detejos, acebos, abedules, álamostemblones, robles y pinos silves-tres. La mayoría son especies pro-tegidas, así que no debemos arran-car ni ramas, ni hojas, ni frutos.También se llega a la cascada delarroyo del Sestil, uno de los mejo-

res saltos de agua de la Comuni-dad. La mejor época es el otoño,pues se juntan la abundancia deagua con la variedad cromática delas hojas y los frutos de acebos ytejos. Primavera también es reco-mendable, sobre todo en época dedeshielo.

La numeración de esta ruta nocoincide con las de las balizas de lasenda de la Consejería de MedioAmbiente, que discurre en sentidocontrario.

VALORES NATURALES: Especiesforestales protegidas, bosque oro-mediterráneo y relicto de épocaspasadas más húmedas, chorrera deMojonavalle.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 4,Miraflores de la Sierra, Comunidadde Madrid y hoja 484, Bustarviejo,del I.G.N. y 1/25.000 hoja 37-38Bustarviejo, del Servicio Geográfi-co del Ejército.

LLaa SSeennddaa EEccoollóóggiiccaa ddee CCaanneenncciiaa

Tejos, acebos y abedules

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amplias zonas para áreas recreati-vas, sitios para barbacoas portátiles,fuentes, pero con el hándicap de nodisponer de transporte público paraacceder a él.

Lo más destacado de esta ruta vaa ser la gran variedad de vegetaciónque se conserva, no sólo de espe-cies introducidas por el ser humano,sino restos de vegetación relicta, esdecir, que no se corresponde con lascondiciones climáticas actuales, y sía épocas pasadas, más húmedas yfrías. Un hecho similar pasa en elHayedo de Montejo de la Sierra, tanconocido, y en la Dehesa de Somo-sierra. En este caso, tan cercano aMadrid, en la ladera de umbría nosvamos a encontrar especies tan es-casas como acebos, tejos, álamostemblones, abedules, en medio deun gran pinar de repoblación, peroque nos permite conocer cómo erala vegetación autóctona de la zona.

La ruta parte hacia el oeste porla ancha y bien apelmazada pistaforestal y que coincide con untramo del GR 10. Ya en el mismopuerto vemos dos arbolitos deunos cuatro metros y con un colorverde oscuro, muy oscuro: son dostejos. Luego veremos más y másgrandes. Dejamos una fuente a laderecha, con una zona de bancos,toda ella en piedra berroqueña gra-nítica. Esta primera par te, en lascercanías del puerto, será toda gra-nítica; más hacia el oeste, aparece-rán los gneises.

Esta parte de la Sierra había sidodeforestada durante siglos y entrefinales del siglo XIX e inicios del pa-sado se repobló con pino albar ode Valsaín. Ésta es una especie derápido crecimiento y que tiene muybuenos ejemplares en este puerto.Se le distingue por el color de lacorteza de su tronco, gris en la

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26 propuestas para el fin de semana

LA SENDA ECOLÓGICA DE CANENCIAPor el puerto de Canencia en un bosque de ensueño

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parte inferior, y asalmonada en laspartes más altas, se suele despren-der en escamas, sus piñas son bas-tante pequeñas y sus hojas perem-nes y aciculares.

Llegamos, a los pocos metros deascenso, a una valla verde que impi-de el paso a los vehículos y que po-demos pasar por una puerta por ellateral izquierdo. A partir de ahoranos sumergimos en un inmensobosque de pinos, donde van a desta-car las rocas. Bolos graníticos nosvan a aparecer en la ladera, a amboslados del camino.

A mano derecha vemos que eldesnivel poco a poco nos va a sepa-rar de la carretera, que baja hacia elpueblo de Canencia. En este mismolateral, a pocos metros del camino,una torre de granito nos llamará laatención, es una forma característi-ca del modelado en granitos, el thoro torre, del cual se diferencian losbloques separados por las líneas dedebilidad o diaclasas, que le dan as-pecto de grandes sillares.

Por el camino, y entre los pinosque cubren las laderas, nos aparecenalgunos arbolillos, de tronco blan-quecino, y que más adelante se nosharán más familiares, los abedules.

A mano derecha otra vez, e indi-cada en el camino, se ha rehabilita-do una choza pastoril, construidacon roca granítica y ramas en eltecho y forma circular.

Llegamos a una curva en la carre-tera, donde está ubicado el «Mira-dor del Norte» (1) (750 metros y 15

minutos). Es un cortafuegos quepermite ver las laderas de los Mon-tes Carpetanos y el valle del Lozoya,que es la vaguada profunda que seve a una distancia lejana. Por debajodel mirador vemos el barranco quese abre a nuestros pies.

Diez metros más adelante vamosa dejar el cómodo camino de la pistaforestal y vamos a descender por laderecha para sumergirnos en elbosque. Bajamos unos escalones depiedra y entramos en una profundaumbría, con un ambiente muchomás fresco del que traíamos. Lasrocas que nos quedan a nuestra iz-quierda aparecen cubiertas de va-rias clases de musgos, y el suelo, silo golpeamos con la suela de nues-tro calzado observamos que resue-na y que se ha generado suelo fértil,rico en humus, aunque ácido, ydonde va a crecer una importantevegetación arbórea y arbustiva. En-seguida nos vamos a encontrar connumerosos arbustos, de una alturade unos dos metros, con muchas ra-millas, y que conforman el sotobos-que de este pinar: son brezos, quecrecen en las zonas más húmedas,incluso en rocas y piedras, junto conotro arbusto con hojas en forma deacícula como los pinos, pero máscorta y más clara, con el envés blan-quecino, el enebro. Ambos nos in-forman de la humedad existente.

La senda va descendiendo entreel curso de alguna arroyada difusa,que limpia de hojarasca el bosque ydeja al descubierto las piedras. Se

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La Senda Ecológica de Canencia

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gira a la derecha y un poco más ade-lante, en un zigzag, a la izquierda.De repente, tras pasar la curva, unárbol muy oscuro al borde del cami-no nos va a llamar la atención; es untejo, un árbol cercano a las conífe-ras, con forma cónica (2) (1 km y100 metros y 25 minutos). Sus hojasson muy oscuras y destaca por unfruto de color rojo-anaranjado, que lecrecerá en otoño. En el mundo celtaera un árbol sagrado, que represen-taba el mundo de los muertos (simi-lar al ciprés en la cultura mediterrá-nea). Hoy en día, aún, existen mu-chos tejos plantados en Asturias enlas cercanías de las iglesias. Es unárbol muy venenoso, posee alcaloi-des que pueden provocar la muerte.La única parte no venenosa es elfruto. Su madera ha sido utilizada alo largo del tiempo y así, en la EdadMedia, era apreciada por fabricarcon ella los mejores arcos.

Una vez que hemos conocidoeste árbol, si observamos por todala ladera, veremos más ejemplaresaislados. Con esta mirada tambiénnos habrá llamado la atención otroarbolillo, esta vez con multitud detroncos, con forma de arbusto y conhojas en forma de lanza, con púas ymuy brillantes. Es el acebo. Luego,más adelante, aparecerán ejempla-res con más porte.

La ruta sigue en descenso, recta,entre los pinos, acebos y tejos, hastallegar a un claro en el bosque (3)(1.400 m y 40 minutos). Aquí vemoscómo ese claro continua en línea

recta por toda la ladera, es uno delos cortafuegos que dominan la Sie-rra. En este lugar, al haber más inso-lación, la vegetación varía, los árbo-les han desaparecido y el sotobos-que se nos presenta con multitud deescobas negras, típico arbusto de ta-llos siempre verdes y flores amari-llas de mal olor.

Atravesamos el cortafuegos y lapista se hace mucho más amplia.Aparecen multitud de robles melo-jos o rebollos. Éste es, mejor di-cho, era, el árbol dominante en estaparte de la Sierra. La vegetación sesuperpone en pisos según la altitud,pues cada especie se adapta a unascondiciones climáticas específicas.En nuestra Sierra, la parte más baja,hasta aproximadamente los 1.200metros de altitud, lo ocupa el enci-nar; por encima de este piso apareceel del robledal hasta los 1.600 me-tros; más por encima el pinar, y enlas partes más altas, donde las bajastemperaturas y el viento no permi-ten crecer a los árboles, lo ocupa elmatorral de cumbres. Estamos,según esta disposición, en el pisodel robledal, de un roble con escasoporte si se le compara con los roblesatlánticos, pero que se adapta alclima extremo del interior peninsu-lar. Se distingue del resto por lashendiduras de sus hojas, muchomás pronunciadas y que lleganhasta el nervio central. Es un árbolde hoja marcescente, es decir, suhoja cae, pero no hasta que le em-pieza a brotar otra a finales de in-

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26 propuestas para el fin de semana

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vierno, manteniéndose seca con eltípico color ocre.

Continuando por el camino llega-mos a un cruce (4) (1.600 metros y50 minutos). Si seguimos de frentellegaremos al arroyo del Sestil deMaíllo, que en época de aguas altasno se puede cruzar; a la izquierdairemos hacia la cascada del arroyo,y a la derecha nos sumergiremos enlo más profundo del bosque. Toma-mos esta opción y vemos que, traspasar por el cortafuegos anterior,por este camino la humedad aumen-ta y nos vamos a encontrar acebos aambos lados del camino, sobre todoa la izquierda, formando densos ro-dales.

Los acebos han crecido desde labase con ramas, eso quiere decirque no han sido cortados. Este pe-queño arbolillo, de 3 o 4 metros dealtura ha sufrido una gran merma deejemplares, pues es el famoso “ador-no navideño”. Afortunadamente laComunidad de Madrid lo introdujoen el Catálogo de Especies Protegi-das en el año 1983. Los acebos pre-sentan unas características hojasbrillantes, muy espinosas las jóve-nes, que crecen en la parte inferiordel árbol y sirve de defensa ante losanimales; en cambio, las superioresson mucho más redondeadas. Susfrutos son las típicas bayas rojas queconocemos por la Navidad. Era tam-bién un árbol sagrado en la Antigüe-dad, pues se le consideraba protec-tor y capaz de atraer a la suerte. Enesta parte del bosque abundan los

acebos, formando bosquetes quesirven de protección y alimento a lafauna (5) (2 km y 200 metros y 1hora y 10 minutos).

Seguimos el camino, e incluso de-beremos de agacharnos, pues losacebos tapan el camino con susramas colgando por encima de él.Continuamos el descenso, con másacebos a ambos lados del camino, y,tras descender un tramo un pocomás pronunciado, llegamos a unapequeña tejeda en medio del pinar.Aquí es donde más tejos hay, for-mando amplios rodales. Seguimospor la pista, que describe un giro ala derecha y llegamos a la carreteraque desciende hasta Canencia, unlugar bastante húmedo con acebos,tejos, fresnos y bastantes abedules aambos lados de la carretera, que ledan un aspecto amarillento en plenootoño (6) (2 km y 400 metros y 1hora y 20 minutos).

Giramos sobre nuestros pasos yempezamos a ascender, aunque enningún momento es muy dura lacuesta. Nos despedimos de este es-pectacular bosque de acebos y tejos.

Tras pasar por el cortafuegos an-terior llegamos al cruce de caminosanteriormente descrito (7) (3 km y400 metros y 1 hora y 45 minutos).A la derecha, el camino bajará alarroyo. Tomamos ahora el caminode enfrente. En esta parte por don-de continuamos es donde más ro-bles se conservan, algunos de granporte. Un poco más adelante nos vaa llamar la atención un enorme pino,

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La Senda Ecológica de Canencia

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de más de 100 años, que se yergueespectacular en la parte derecha delcamino, a media ladera. Sus ramasabarcan varias decenas de metros, ysu tamaño y su tronco son sensacio-nales. La causa de este desarrollo esla falta de competencia que ha teni-do a su alrededor para expandirse.

Poco a poco el rumor del agua sehace más frecuente y llegamos a unarroyo pequeño, el de la Casita (8)(3 km y 800 metros y 2 horas), quecruzamos por unas losas de piedrabien puestas. Aquí nos vamos a en-contrar, a lo largo de todo el recorri-do del arroyo y gracias a la humedad,con un bosquete de ribera de abedu-les. Los abedules son otra especierelicta en esta zona. Se les reconocefácilmente por su corteza blanca y lasgrietas horizontales grises del tron-co. Las hojas son de color verde os-curo, que en otoño se vuelven de unamarillo brillante. Estos árboles nosindican cómo las condiciones climáti-cas han variado, pues abundabanaquí cuando el clima era más húme-do y frío que en la actualidad. Hanido desapareciendo, tanto por causasnaturales (mayor sequedad y calor),como por las acciones humanas, yhan quedado relegados a zonas hú-medas y vaguadas de la Sierra.

Proseguimos la ruta y llegamos ala Chorrera de Mojonavalle (9)(4 km y 400 metros y 2 horas y 15minutos), uno de los enclaves natu-rales más maravillosos y desconoci-dos de Madrid. Es una cascada deunos 30 o 40 metros donde se des-

peña por el gneis el arroyo del Sestilde Maíllo. Se forman algunas pozasy encharcamientos, y en mitad delcauce vamos a ver dos grandes ár-boles, uno es un abedul; el otro, másgrande aún y con forma de horquillaes un álamo temblón, un árbol dehojas caducas, que cuando soplauna brizna de aire se mueven agita-damente, y de ahí le viene el nom-bre de «temblón». Junto a ellos, bre-zos y escaramujos nos hablan deuna gran humedad ambiental. Ellugar invita al descanso y a la con-templación. Se ha acondicionado unmirador para observar mejor la cas-cada, que en época de lluvias y en eldeshielo va llena de agua.

En el lugar donde se halla la cas-cada, la ruta da un giro a la izquier-da y remontamos lo que queda decuesta, en un repecho de 700 me-tros entre grandes pinos y melojos,hasta llegar a una pradera con unaedificación. Atravesamos la cerca yllegamos a la casa (10) (4 km y 800metros y 2 horas y 45 minutos), quecuenta con unos comedores techa-dos, al aire libre. Esta es la Casa deEl Hornillo, un centro de educaciónambiental de la Consejería de MedioAmbiente, actualmente cerrado.

Tras una trepada de 10 metrosllegamos a la pista forestal que to-mamos en un principio. A la derechatendremos la fuente de El Hornillo yla pista que sigue hasta La Morcue-ra; pero la ruta que tomaremos eshacia la izquierda, regresando por lapista hasta el punto de partida.

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26 propuestas para el fin de semana

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Unos metros más abajo, siempredescendiendo por la pista, encontra-remos unos grandes abetos de Dou-glas a mano izquierda. Su color esmás oscuro y verde que los pinos yfáciles de reconocer. Seguimos ba-jando suavemente, pasamos por don-

de empezamos a descender hacia elinterior del bosque (11) (5 km y 200metros y 3 horas), por el chozo pas-toril, la verja verde y desembocamospor fin en el punto de partida, el puer-to de Canencia (12) (6 km y 3 horas y15 minutos).

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La Senda Ecológica de Canencia

ESCALA: 1/25.0000 250 500

metros

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: 7 km y 200 metros.

DURACIÓN APROXIMADA:3 horas y 15 minutos.

DESNIVEL: Medio.

DIFICULTAD: Media, la subida delprincipio es el único esfuerzo im-portante.

RECOMENDACIONES: Ruta quediscurre por las laderas y cumbresmadrileñas del puerto de Guada-rrama o del León, hacia la Peña delArcipreste de Hita.

Para llegar en transporte públicosólo existe una posibilidad, el trenRegional de Atocha y Chamartín aSegovia, que para dos veces al díaen el apeadero de Tablada. No haytransporte en autobús, salvo al pue-blo de Guadarrama.

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la A6 hasta el kiló-metro 54 y desviarse hacia el apea-dero de Tablada. A 100 metros dela salida hay un pequeño aparca-miento a mano derecha, antes deuna barrera canadiense.

Se puede hacer la ruta durantetodo el año, evitando los días de

frío, lluvia, nieve y niebla del in-vierno. Hay fuentes, pero en épo-cas de escasas precipitaciones oen invierno no suelen manar. Esrecomendable llevar agua, protec-ción solar para piel y ojos. Enépoca de caza es frecuente oir losdisparos de los cazadores, puesesta zona es un paso natural deaves migratorias.

En las laderas del cerro de La Se-villana hay un importante sistemade trincheras y búnqueres de laGuerra Civil de 1936.

VALORES NATURALES: Esta rutaasciende por la vía pecuaria deno-minada Cordel de Valladolid, quese corresponde con el camino me-dieval de Tablada que cruzaba lasierra unos cientos de metros aleste del actual puerto del León. LaPeña del Arcipreste de Hita es unMonumento Natural protegidodesde la temprana fecha de 1930 yconmemora el centenario delLibro del Buen Amor. Importantesmasas de pino de Valsaín y thorsgraníticos.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 3,Cercedilla, y nº 508, Cercedilla.1/25.000, 508-III Cercedilla.

LLaa PPeeññaa ddeell AArrcciipprreessttee ddee HHiittaa

Los antiguos pasos de la Sierra

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

Desde el apeadero de Tablada(0) parte una carretera en pronun-ciado ascenso, descarnada por lasnieves y los hielos, que atraviesa al-gunas construcciones, muchasabandonadas y enmarcadas por ari-zónicas y pinos. Tras una curva a iz-quierdas gira al oeste en dirección ala carretera de A Coruña A6 a la quellega a la altura del km 54, conmenos inclinación. Trescientos me-tros antes de llegar a la carretera,una puerta verde a mano derechaindica la desviación a la ruta.

Si se ha optado por ir en vehículoprivado, a la altura del km 54 partela desviación hacia Tablada. Se dejael coche en un ensanchamiento quehay a mano derecha, y 200 metrosmás allá, ahora a la izquierda, está lapuerta verde. Nos introducimos porella, cerrándola al pasar. Las vistasdesde esta parte son, sobre todo,

hacia el este, observándose en pri-mer término de La Peñota, SietePicos y más allá Las Guarramillas,La Maliciosa y la Pedriza.

Nada más entrar, un cartel indica«Recuerda, no hagas fuego» y otro«Coto privado de Caza». Comienzaun camino de herradura, estrecho,entre matorrales y pocos árboles,por la solana del puerto de Guada-rrama. Destacan los cantuesos, cam-broños, zarzas, escaramujos y esco-bas. El camino está un poco descar-nado y proliferan las piedras sueltas.También aparece alguna encinilla,que trepa en altitud favorecida por laorientación y la sequedad edáfica.

A 200 metros de empezar el cami-no, en una pradera, hay una curva aizquierdas y otro camino que suberecto, con algo más de inclinación.Se toma éste, pues es un atajo delcamino de herradura, que se corres-ponde con una vía pecuaria, en estecaso el Cordel de Valladolid, y tam-

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26 propuestas para el fin de semana

LA PEÑA DEL ARCIPRESTE DE HITAMonumento Natural y trincheras de la Guerra

1.000

1.100

1.200

1.300

1.400

1.500

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0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

Page 60: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

bién con el antiguo camino medie-val del puerto de Tablada, queperdió importancia a partir de lamitad del siglo XVIII, cuando seconstruyó en época de Fernando VIel Camino Real del puerto de Gua-darrama o del León (llamado así porla estatua que lo corona; lo de «losLeones» vendría más recientemen-te). Estos dos caminos se juntan en-seguida. A ambos lados va a quedarel pinar de pino albar y laricio,denso, pero de mediano porte puesno son muy antiguos. Junto a ellos, yenmarcando el camino, enebros ras-treros. Es un amplio camino, queaprovecha la línea de alta tensiónpara ganar el puerto.

Según ascendemos, sigue la duracuesta, describiendo amplias curvaspor una vaguada poco marcada, aun-que la humedad se denota por lamultitud de zarzales que cubren elcamino. Tras un ligero descanso enuna pradera donde suelen pacer ca-ballos, vuelve otro repecho duro, porel cauce de un arroyo estacional.

Tras el duro repecho, el caminose suaviza bajo una torre de alta ten-sión y un bolo redondeado de grani-to (1) (1 km y 850 metros y 30 minu-tos). El camino va ir pegado al pinary, tras otro repecho duro, en unazona frecuentemente encharcada,con enebros y cambroños, se llegadonde está caído un cartel del PlanForestal 2000-2019 de la Comunidadde Madrid y se alcanza la ampliapista forestal, completamente llanaque une el puerto de Guadarrama

con Cercedilla, y que es el senderoPR 30 (2) (2 km y 100 metros y 40minutos). A partir de aquí, el pinarse hace más grande en tamaño y sudistribución «más natural».

El camino continuará de frente,pero esta vez vamos a girar a la iz-quierda, hacia la carretera, que seescucha en la cercanía. Se llega aella, a la altura de la última curva delpuerto de Guadarrama, donde unmonolito de piedra y unas pinturasseñalan el inicio de sendero de pe-queño recorrido por la pista horizon-tal. También, labrada en la piedra seindica «A la Peña del Arcipreste deHita y a la venta del Cornejo». Sevuelve por la pista y no se asciendepor el camino que queda a la izquier-da, justo enfrente de donde hemosalcanzado la pista (volveremos porallí), sino que se continua por ella.

La pista es horizontal, aunquetendiendo a un ligero descenso. Seintroduce en un denso pinar de re-población. A la izquierda domina elpino de Valsaín, menos denso que elqueda a mano derecha, el laricio,tan denso que no crece nada debajode los árboles y presentan un aspec-to enfermo y seco. Se pasa por unosbloques graníticos y un camino queasciende. No se toma, pues esta rutase pierde en medio del pinar (3) (2km y 700 metros y 55 minutos). Másadelante se alcanza una roca a manoizquierda del camino, donde un hitoy una inscripción labrada en lamisma indica que por ahí se ascien-de la Peña y que quedan 800 metros

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La Peña del Arcipreste de Hita

Page 61: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

para llegar a ella (4) (3 km y 1 hora).Empieza otra vez la subida, ahoramás suave. El camino que dejamosseguiría hasta Cercedilla.

La subida se hace por el pinar,pero bastante aclarado. En las zonasmás soleadas siguen apareciendo en-cinas y retamas. Al poco de subir, enuna curva a izquierdas surge un ma-nantial estacional, enzarzado. Se si-gue subiendo y el camino describeotra curva, esta vez a derechas, a laaltura de un bolo. Hay pequeñoshitos, adoquines o mojoncillos de gra-nito que marcan el camino. Tambiénhay montones de piedra a amboslados, con lo que es difícil perderse.

Se hace otro giro a la derecha yotro a la izquierda bastante segui-dos. Enfrente se observa un cerro,que marca el límite de Madrid y Se-govia. Ésa no es la Peña del Arci-preste, sino que viene marcado en al-gunos mapas como Cerro de la Peñadel Cuervo, aunque el verdaderocerro es bastante más alto y estámás al este. Tras esta curva, el cami-no se suaviza, y hay otro nuevo zig-zag a derecha e izquierda y otra veza la derecha, que alcanza la Fuentede Aldara (5) (3 km y 500 metros y1 hora y 15 minutos), llamada así enhonor a la serrana que se encontróel Arcipreste de Hita al cruzar elpuerto de Tablada.

Cerca de Tabladala sierra pasada

falleme con Aldaraa la madrugada

Es una zona que invita al descan-so. La fuente se haya debajo de unpequeño pinar y surge bajo una case-ta a dos aguas de granito, de unos 40cm de alto. De ella surge un canalilloque lleva el agua 20 metros másabajo, donde uno se puede surtir. Lahumedad ha hecho crecer sauces,zarzas, rosales silvestres,... La subi-da, ya corta, se hace entre praderas yun pinar muy aclarado, casi en la di-visoria de aguas. Un giro a la dere-cha y enfrente se ve la Peña. Se em-piezan a subir unos escalones, acon-dicionados ex profeso, y bancos he-chos con troncos de madera a amboslados. Otro giro a la derecha y otro ala izquierda y se llega a la base de laPeña del Arcipreste de Hita (6) (3km y 900 metros y 1 hora y 20 minu-tos). La Peña es una torre o thor, unaforma acastillada propia del modela-do en granitos, donde las diaclasas olíneas de debilidad de éste, de traza-do ortogonal (en ángulo recto), danlugar a las típicas formas berroque-ñas, como la que tenemos enfrente,aunque ésta gana en espectaculari-dad por el alero que presenta enequilibrio. Fue declarada ya en 1930Monumento Natural de Interés Na-tural, y en la Ley 4/89 que marcanuestro ordenamiento medioam-biental está considerada Monumen-to Natural, característica que se leda a espacios o elementos de la natu-raleza constituidos básicamente porformaciones geológicas, yacimientospaleontológicos y otros elementos denotoria singularidad, rareza o belle-

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26 propuestas para el fin de semana

Page 62: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

za, que merecen ser objeto de unaprotección especial.

La roca tiene dos inscripciones enletra gótica haciendo referencia alLibro del Buen Amor y a la constan-cia que dejó Juan Ruiz de sus corre-rías con serranas, al cumplirse los600 años de su publicación.

Desde la Peña se llanea hasta elcollado, que en mapas a escala1/25.000 se denomina de Peña delCuervo (¿error o no?) (7) (4 km y200 metros y 1 hora y 45 minutos).Esta diferencia en la toponimia, y enllamar al puerto de Tablada colladodel Arcipreste de Hita puede provo-car desorientación. El collado del Ar-cipreste está bastante más al oesteque la peña homónima, y el colladoque se alza a sus pies es otro, que sedenomina de peña del Cuervo, peroque no está a los pies de la verdade-ra Peña del Cuervo. La sucesióndesde el puerto de Guadarramahacia el este sería la siguiente:

Puerto de Guadarrama – Cerro de la Sevillana – Puerto de Tabladao Collado del Arcipreste de Hita –

Cerro (sin nombre o Peña delCuervo) – Otro collado – Peña del

Arcipreste de Hita – Cerro deMatalafuente

En el collado hay un cierre dealambre y madera que separa Ma-drid de Segovia. Se pasa al otro ladoy se vuelve a cerrar. Un camino bajaderecho hacia el norte en medio de

algunos prados de montaña y pedre-ras. Este camino se uniría con elproveniente del puerto de Tabladapara bajar al río Moros y a la Ventadel Cornejo. Nada más pasar la vallaun hito de piedra aparece pintadocon las pinturas blanca y roja de sen-dero de gran recorrido. En este casoes el GR 10. Giramos hacia la iz-quierda, hacia el oeste, por la partesegoviana de la línea de cumbres,aunque también se puede ir por lamadrileña. Se sigue ahora la estre-cha senda que se pierde entre lasrocas, pero que va paralelo a la alam-brada. Se deja la cumbre de estecerro a la derecha y se desciendehacia un camino franco que apareceen medio del pinar a la derecha. Setoma el camino a la izquierda y lla-neando en medio de este pinar se al-canza el puerto de Tablada o Co-llado del Arcipreste (8) (4 km y900 metros y 2 horas). Tablada esun puerto histórico, un paso medie-val, que se utilizó hasta la aperturade la carretera a mitad de sigloXVIII, cayendo desde entonces en elolvido. Una portilla de alambre y es-tacas divide la provincia de Madridde la de Segovia, a la que se bajapara alcanzar el río Moros a la alturade la Venta Cornejo, en medio de uninmenso pinar. Es un camino muybonito, de un metro y medio deancho, ensanchado durante siglospara que pasaran los carromatos.

Se continua por el ancho caminohacia el oeste, por la provincia deMadrid, entre praderas y pinos, muy

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La Peña del Arcipreste de Hita

Page 63: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

cómodo y llano. Poco a poco se va aseparar de la valla que divide lasprovincias, en un paisaje dominadopor rocas caballeras, piornos, cam-broños, escobas, pinos silvestres yalguna encina que llega hasta estasalturas. A la derecha, una portezuelapermite otra vez el paso entre lasprovincias, pero no se cruza, sinoque desviándonos del cómodo cami-no, ascenderemos en paralelo a lavalla de alambre el cerro que quedaal oeste, que se llama La Sevillana.La trepada se hace fácil, entre pasi-llos labrados por la vegetación y lasrocas planas de granito que facilitanel paso. El camino no es muy marca-do, pero sencillo de seguir. Antes dellegar a la cumbre, en la ladera meri-dional, en una posición que dominala ladera se llega a un complejo sis-tema de trincheras de la GuerraCivil (9) (5 km y 400 metros y 2horas y 15 minutos), con varios cien-tos de metros de trincheras en doslíneas paralelas y en zigzag que ro-dean el cerro, pozos de tirador y dosbúnqueres, uno más abajo y conec-tado con las trincheras, y otro casien la cumbre del cerro. Estas trin-cheras pertenecieron a las tropassublevadas del general Mola, que enlos primeros días de la Guerra, ocu-paron estas privilegiadas posicionesque dominaban la llanura madrileña,para ocupar en pocos días la capital,pero se vieron frenadas por las tro-pas leales republicanas, que desdela zona de Tablada, y sobre todo,desde La Salamanca, al otro lado del

puerto del León, hostilizaban cons-tantemente con fusilería y cañonéoestas posiciones. La línea de frentequedó estabilizada durante toda laGuerra aquí, y el bando nacional de-nominó al puerto «de los Leones deCastilla» por la defensa que hicierondurante tres años de esta zona.

Las vistas desde la cumbre de LaSevillana son magníficas: la sierrade la Mujer Muerta al noreste, lasierra de Guadarrama hasta el cerrode San Pedro, el embalse de Santi-llana, La Pedriza y el Piedemonte se-rrano.

Si se continua el camino hacia eloeste se llegaría al puerto del León,pero conviene desandar lo andadohasta alcanzar otra vez el puerto deTablada (10) (5 km y 800 metros y 2horas y 40 minutos) y alcanzar la am-plia senda, que es el Cordel de Valla-dolid, por el que hemos ascendido alinicio de la ruta y por el que se des-ciende ahora, hacia la derecha. Labajada primero es suave, entre pra-deras y rocas caballeras y pequeñosthors graníticos. Algunos nichoscóncavos dejan ver restos de los ca-ñoneos de la Guerra, en la ladera deLa Sevillana, que queda a nuestra de-recha, aunque ya enmascarados porel tiempo y la vegetación.

En el descenso se ve la últimacurva de la carretera A6 antes delpuerto. Se desciende por nuestro ca-mino de tierra, haciéndose más in-clinado, entre zarzales y rosales sil-vestres y se alcanza la pista horizon-tal (11) (6 km y 200 metros y 2

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26 propuestas para el fin de semana

Page 64: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

horas y 50 minutos). Se cruza, conti-núa el descenso por la vía pecuaria yse llega a la carretera de Tablada(12) (7 km y 300 metros y 3 horas y

15 minutos). Si se ha llegado entren, un rápido descenso por la es-trecha carretera conduce hasta elapeadero.

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La Peña del Arcipreste de Hita

ESCALA: 1/25.0000 250 500

metros

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: 10 km.

DURACIÓN APROXIMADA:4 horas y 30 minutos.

DESNIVEL: Medio.

DIFICULTAD: Baja - Media.

RECOMENDACIONES: Ruta quediscurre por uno de los enclavesmejor conservados de toda la Co-munidad de Madrid, el Valle Altodel Lozoya, entre el macizo de Pe-ñalara y la Cuerda Larga, en las in-mediaciones de El Paular.

Para llegar en transporte públicosólo existe un autobús, el 194, de laempresa Continental Auto (tel.: 917456 300), que parte del Intercam-biador de Plaza de Castilla.

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la A-1 hasta el ki-lómetro 68, tras pasar Lozoyuela, ydesviarse por la M-604 hasta Rasca-fría. Se pasan Rascafría y el Monas-terio de El Paular, y tras una curvaa la izquierda, está el acceso al árearecreativa de Las Presillas (pisci-nas naturales).

Evitad los días de frío, lluvia ynieve de invierno y los fines de se-mana en verano por la gran cantidadde personas que acuden a Las Presi-llas. La mejor época es el otoño,pues las aguas abundantes y el cro-

matismo de los árboles caducifolioshacen la ruta impresionante. Tam-bién es recomendable el inicio delverano, con las aguas del deshielo.

Llevad agua, protector solar ybuen calzado, que proteja los tobi-llos.

La ruta puede empezarse en elpueblo de Rascafría, con lo que ha-bría que añadir cuatro kilómetrosmás o en el albergue Los Batanes,con lo cual se añadirían dos más.

VALORES NATURALES: Valle Altodel Lozoya. Entorno privilegiado yprotegido como ZEPA (Zona de Es-pecial Protección de Aves). En estazona habitan el buitre negro, variasespecies de águilas, halcón peregri-no, milano real, búho real, corzo, ja-balí, gato montés, nutria, etc... Entrela vegetación destacan el abedul,serbal de cazadores, importantesbosques de roble melojo y de pinosilvestre. El río Lozoya, aquí conoci-do como arroyo de la Angostura nosacompaña en la primera parte delrecorrido, y su afluente el Aguilón,lo remontaremos hasta su despeña-miento en las cascadas del Purgato-rio, uno de los saltos de agua másbellos de la zona centro de España.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 4, Mi-raflores de la Sierra, Comunidad deMadrid y nº 483, Segovia, del IGN y1/25.000, 483-IV, San Ildefonso.

LLaass CCaassccaaddaass ddeell PPuurrggaattoorriiooEl arroyo Aguilón

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

Esta ruta descubre uno de los lu-gares más bellos de la geografía ma-drileña, las cascadas del Purgatorio,enmarcada en el Alto Valle del Lozo-ya. Éste está delimitado por dos ca-denas montañosas principales, losMontes Carpetanos con Peñalara alnorte, y la Cuerda Larga al sur. Entremedias queda esta fosa tectónica quees el valle del Lozoya, cuyo munici-pio más occidental es Rascafría.

Tras llegar a Rascafría, continua-remos por el carril bici y paseo pea-tonal que une el pueblo con el Mo-nasterio de El Paular, auténtica joyadel arte madrileño, hasta alcanzar elPuente del Perdón. Al otro ladoestá el Centro de educación ambien-tal del mismo nombre, que puede vi-sitarse para conocer los valores na-turales y culturales de la zona. A laizquierda parte un camino amplio,terroso, que se introduce en la finca

de Los Batanes, y donde a mano iz-quierda está el albergue juvenil LosBatanes.

Tras dos kilómetros desde Rasca-fría, se alcanzan Las Presillas, ini-cio de nuestra ruta. También se po-dría haber dejado el coche particularen el aparcamiento de este área re-creativa. Una vez en Las Presillasdamos por inicio nuestra ruta verda-dera (0). Esta zona, por donde pasael río Lozoya, aún conocido comoarroyo de La Angostura, con un bos-que de ribera donde abundan lossauces arbustivos o bardagueras, esuna de las principales áreas recreati-vas de Madrid cuando los calores delestío son más fuertes, pues se hanrepresado las aguas y creado trespiscinas naturales, que junto con lascuidadas praderas y las instalacionesadecuadas forman un conjunto re-creativo de primer orden.

En mitad de las praderas se hanplantado árboles de los cuales nos

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26 propuestas para el fin de semana

LAS CASCADAS DEL PURGATORIOEl Alto Valle del Lozoya

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

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1.100

1.200

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1.400

1.500

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quedan pocos ejemplares, pero quesí existen por la zona, como son abe-dules, con su característico troncoblanco y serbales de cazador consus frutos de color rojo.

Salimos de Las Presillas por lazona más alejada al agua y nos topa-mos con un camino de tierra que to-mamos a la derecha (1) (350 metrosy 20 minutos). A nuestras espaldasse yergue la mole de Peñalara. Va-mos con una valla de madera a la de-recha, y enmarcados entre robles yespinos albares. Cruzamos un arro-yuelo con sauces y la valla se trans-forma en un murete de piedra, concantos redondeados de gneis, rocametamórfica de la cual está formadala zona. Tras el muro de piedra estála finca de Las Presillas y una últimacancela a mano derecha en ella, nospermite acceder a este tranquilo rin-cón y observar unos grandes espinosalbares con forma de árbol.

Continuando por el camino, cru-zamos una barrera canadiense quetiene la marca del sendero de GranRecorrido GR 10 y nos desviamosdel camino a la derecha. Aquí vemosunos pequeños robles, de un metroaproximadamente de altura, pero enformación densa (2) (550 metros y30 minutos). Esto es un ejemplo dela regeneración que se está produ-ciendo del robledal, al no usarsetanto para madera o leña. Se corta-ron a matarrasa y así es como hanvuelto a brotar. Junto a estos robleci-tos melojos, encontramos espinos yunas plantas que crecen en vertical

con un tallo tierno y que acaba enuna inflorescencia blanca: son losgamones, planta que no se come elganado y que abunda en zonas deganadería extensiva.

Cruzamos un arroyo, que nos indi-ca la señal de RV 1 (Ruta Verde 1);dejamos a la izquierda un cercadocon vacas, y en esta zona, un pocomás alta, escuchamos el ruido alfondo, a la derecha, del Lozoya, quecae turbulento entre cascadas ypozas.

Llegamos a una primera bifur-cación. Aparece un cartel que nosinforma de la dirección a seguirhacia las Cascadas, que es hacia laderecha, siguiendo el camino quetraíamos, aunque por ese camino dela izquierda también se llega, re-montando el arroyo Aguilón entreprados y bosques de roble por sumargen derecha. A la vuelta se re-gresará por ahí (itinerario marcadoen el mapa con trazo naranja). Des-cendemos y cruzamos el arroyoAguilón, en una zona de un antiguocampamento juvenil, del cual hanquedado los barracones. Vemos co-mo el arroyo baja con el agua clara yhaciendo pequeñas cascadas. Subi-mos el repecho de la otra orilla y lle-gamos a una segunda bifurcación(3) (1 km y 300 metros y 45 minu-tos). Existe otro cartel de la ruta alas Cascadas que nos indica que nostenemos que desviar por el caminode la izquierda. Si continuáramospor la derecha llegaríamos hasta elmismo puerto de Cotos.

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Las Cascadas del Purgatorio

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Subimos por un trozo bastante in-clinado del camino. Pasamos por de-lante de una finca imponente quedejamos a la derecha. Nos aparecenbastantes enebros de miera en estazona. Cruzamos una barrera cana-diense estropeada por un lateral ynos introducimos en la espesura delrobledal. Este roble es el caracterís-tico del interior peninsular, más pe-queño que el atlántico, se le denomi-na roble melojo o rebollo y su corte-za es de color gris rugosa, cubiertacomúnmente por líquenes; sushojas son muy lobuladas en compa-ración con otros robles, que no caenhasta bien entrado el invierno. Se leha utilizado frecuentemente, inclusode forma abusiva para carboneo yleña. Ocupa las zonas medias de lasierra, en torno a los 1.200 y 1.600metros de altura, entre el piso de laencina y el del pino silvestre.

El camino hace una amplia curvaa la izquierda, en pequeña subida yllegamos a otra bifurcación (4) (2km 500 metros y 1 hora y 10 minu-tos). A la izquierda el camino nos in-dica la ruta a las Cascadas, a la dere-cha iríamos hasta el puerto de LaMorcuera. A partir de aquí, si ya íba-mos por una zona de naturaleza pri-vilegiada, el cartel nos avisa que en-tramos en una zona de alto valor eco-lógico. El robledal va a ser muydenso en la zona, aunque aún son jó-venes con el tronco pequeño y fino.La subida es constante y pronuncia-da, y con la altura vamos llegando azonas donde nos aparecen pinos,

grandes pinos albares. El primero,con forma de candelabro, está muer-to a la izquierda del camino, pero en-seguida surgirán a ambos ladosgrandes pinos. El valle se va a ir es-trechando, ya no es el del Lozoya,sino el de su afluente el Aguilón. Nosaparecen también multitud de esco-bas negras, coloridas con sus floresamarillas en primavera.

Acabamos la subida (5) (3 km y100 metros y 1 hora y 30 minutos).Comenzamos a bajar hacia el arroyo.La mayor humedad hace que aparez-can sauces arbustivos y que el cami-no se encharque con frecuencia.También observamos cómo apare-cen gran cantidad de enebros aambos lados.

Llegamos a la pradera del arro-yo Aguilón (6) (3 km y 650 metrosy 1 hora y 45 minutos). Aquí el ro-bledal y el pinar es sustituido por elbosque de ribera que va a acompa-ñar al arroyo en su recorrido. Entrelas especies que encontramos estánsauces, majuelos, fresnos y alisoscon sus hojas redondeadas y sucolor de tronco anaranjado. Esta es-pecie nos acompañará curso arribapues es característica de estas ribe-ras, ya que necesita mucha hume-dad, y muchos de los ejemplaresestán sumergidos en el agua. Juntoal aliso, los sauces con porte arbusti-vo y los brezos serán cada vez másfrecuentes.

Cruzamos el arroyo, y giramos ala derecha. El camino de la izquierda,donde existe una valla, es el que pe-

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26 propuestas para el fin de semana

Page 70: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

gado al arroyo desciende hasta casiLas Presillas. Remontamos el arroyocon una gran finca a mano izquierda,y cuando acaba ésta descendemospor unos escalones hasta la base delarroyo bajo un cerezo silvestre (7) (3km y 900 metros y 1 hora y 55 minu-tos). El camino empieza a ser abrup-to, pero amplio. Nos aparecen mu-chos fresnos por el camino y nos in-troducimos en un pinar. Cruzamosun primer puente de los que se haninstalado para cruzar los arroyos es-tacionales que surgen de la laderaque tenemos a nuestra izquierda. Elcamino comienza a estrecharse.

Llegamos a un segundo puente(8) (4 km y 350 metros y 2 horas y10 minutos). Llaneamos entre mato-rrales de brezo, rosales silvestres,algún tejo y helechos. Cruzamos untercer puente, y a mano izquierda,un poco ocultos, empiezan a apare-cer serbales de cazador, en zonasde difícil acceso. Su corteza se dis-tingue por ser grisacea y oscura,aunque cuando mejor se le recono-ce es cuando tiene la hoja y el fruto.Las hojas son compuestas, lanceola-das, verdes oscuras, que se transfor-man en rojas en otoño, y sus frutosson rojos, un ramillete de pequeñasmanzanas con un sabor áspero yácido (sirve para fabricar el vodka).Además de servir de alimento paramultitud de animales, su color oto-ñal es de los más bonitos que exis-ten, lástima que haya tan pocos.

Seguimos la ruta, remontandopor una parte abandonada del cauce

del arroyo, que siempre va a ir anuestra derecha. El camino se estre-cha más, tenemos que subir unosescalones de piedra, e ir, por encimadel arroyo, pegados al roca y al bre-zal. Alguna vez nos debemos de aga-char por las ramas y tener cuidadocon las rocas sueltas del camino.Por fin, se va a ir despejando de ma-leza el camino y oímos un granrumor. En la orilla de enfrente ungran acebo nos indica que estamosen un lugar de difícil acceso, las pa-redes rocosas se cierran y las pedre-ras no están colonizadas por la vege-tación, se muestran aún activas.

Llega un momento en el que el ca-mino se corta, pero no es así. A manoizquierda y en subida en duro zigzag, rodeamos una gran roca y des-cendemos hacia el otro lado, en unacurva que hace el arroyo. Nos van aaparecen unos grandes y frescosarces de Montpellier, reconociblespor sus hojas trilobuladas. Avanza-mos unos metros más, saltamos unapequeña pedrera y sobre el arroyoexiste una plataforma de madera quecon una balaustrada nos permite con-templar el espectáculo de las Casca-das del Purgatorio (9) (5 km y 500metros y 2 horas y 40 minutos). Unprimer salto, el más cercano al espec-tador, brinca desde unos dos metros,pero uno superior, se despeña desdeunos doce metros, con gran estruen-do en época de aguas altas. Todo ellodesde la sombra de un arce, haceque sea uno de los lugares más be-llos de Madrid.

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Las Cascadas del Purgatorio

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Tras deleitarnos con el espectá-culo natural, la vuelta se hace por lamisma senda hasta el puente por elcual cruzamos el arroyo (10) (7 kmy 100 metros y 3 horas y 30 minu-tos). Esta vez, en vez de volver porel camino de ida, que se puedehacer quien lo desee, seguimosrectos y entre praderas, bosquetesde robles y pastos con multitud de

vacas, siempre en continuo descen-so y con un terreno más pedregosoque el de ida, llegamos hasta esaprimera bifurcación, con el crucecon la senda principal (11) (8 km y500 metros y 4 horas y 10 minutos).Viramos a la derecha y llegamossin pérdida a la zona de Las Presi-llas (12) (10 km y 4 horas y 30 mi-nutos).

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26 propuestas para el fin de semana

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Las Cascadas del Purgatorio

ESCALA: 1/50.0000 500 1.000

metros

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

El valle de la Barranca de Na-vacerrada es una profunda entalla-dura que parte de la Bola del Mun-do y que en dirección sur llega hastael pueblo de Navacerrada. La entra-da al valle se hace desde este puebloy tras dejar atrás la M-607, se accedea un aparcamiento enfrente del ho-tel La Barranca (0).

Desde aquí podemos observarhacia el este la imponente Malicio-sa y su pico adjunto, el Peñotillo; aloeste, la cuerda de Las Cabrillasque nos separan de la carretera queasciende al puerto de Navacerraday, al norte, la cabecera del arroyoNavacerrada, que discurre a nues-tros pies. A la Maliciosa, el picoadelantado de la Cuerda Largahacia el sur, se puede ascender por

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: 10 kilómetros.

DURACIÓN APROXIMADA: 4 horas.

DESNIVEL: 1.390 - 1.760 metros.

DIFICULTAD: Media.

RECOMENDACIONES: Ruta acce-sible en todo su recorrido por elvalle de La Barranca de Navacerra-da. Desde las orillas del arroyo dePeña Cabrilla o Navacerrada, y pa-sando por la senda ecológica y ellugar donde estaba el antiguo sana-torio de Walpurgis, se asciende almirador de las Canchas, impresio-nante belvedere de todo el valle yde la cumbre de la Maliciosa. Eldescenso por amplia pista forestalconduce a la bucólica fuente de LaCampanilla. Ruta ciclable en un

99%, aunque el tramo de la SendaOrtiz es estrecho y puede ocasionarmolestias a los senderistas. Es con-veniente llevar agua, aunque hayfuentes en el recorrido. Evitad losdías de mal tiempo en invierno.Para acceder en transporte públicoel único medio es el bus 691 quedesde Moncloa lleva al pueblo deNavacerrada. Desde allí, por la callede la Iglesia y tras la M-607 se acce-de al valle. En coche el acceso másrápido es por la M 607 hasta la altu-ra del km 60, donde está el desvío.

VALORES NATURALES: Modela-do en granitos, neveros, vegetaciónde pinar silvestre acompañado dejaras, enebros, piornos y gayuba.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 508,Cercedilla del I.G.N. y 1/25.000hoja 508 - II Puerto de Navacerrada.

EEll MMiirraaddoorr ddee llaass CCaanncchhaassLa Maliciosa desde Walpurgis

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varias rutas; una parte de aquí y re-monta el arroyo Tijerillas, otra telleva hasta la fuente de la Campani-lla y asciende por el Collado delPiornal; otra, la más dura por Ma-taelpino y el Collado de las Vacas, yla más fácil desde Navacerrada porBola del Mundo.

La ruta no tiene pérdida. Desdeel aparcamiento (0), ascendemospor la amplia pista forestal en direc-ción norte, pasando una barrera ca-nadiense y un cartel que impide lle-var perros sueltos. Nos vemos ro-deados de un mar de pinos silves-tres. La subida en este tramo esconstante y dejamos dos pequeñosembalses a mano derecha. Al otrolado del embalse superior, el arro-yo Tijerillas desemboca en una pe-queña cascada. Es una de las zonascon pinares, de las más extensas dela Sierra. Se han hecho estudios enlas turberas de la zona, que sontrampas naturales de sedimentos y

de información biológica, y hanaclarado la disputa de si los pinaresde la Sierra son introducidos o na-turales. En estos estudios se aseve-ra que hay pólenes de pino datadosdesde hace al menos 8 milenios,aunque su extensión actual se debea que ha sido favorecido en el últi-mo siglo por el ser humano y haocupado zonas más bajas de las queles correspondería, y así aquí habi-tan en el piso del robledal, el pisomás rico y con más materia orgáni-ca de la zona.

El pino que nos aparece aquí esel pino albar o también conocidocomo de Valsaín. Lo diferenciamospor el aspecto escamoso, el coloranaranjado que presenta en la partesuperior del tronco, así como porsus pequeñas piñas. Puede llegar amedir entre 30 y 40 metros de altu-ra y, en muchas partes, aparece conlas ramas dobladas a sotavento, conel efecto «bandera» debido a los

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26 propuestas para el fin de semana

1.000

1.100

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EL MIRADOR DE LAS CANCHAS

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

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vientos encajonados de la Sierra. Lavegetación que la acompaña es es-casa, no muy variada: jaras, como laque se encuentra en estas zonasbajas, que es la pringosa o del láda-no, y que es sustituida en altura porla jara blanca; escobas, enebros,zarzamoras, escaramujos y, másarriba, piornos.

La pista gira a la izquierda y ense-guida a la derecha, rodeando unárea recreativa (1) (1 km y 15 min.).Cuando acaba la valla, un senderillose desvía hacia el arroyo, que formainnumerables cascadas, pero nos-otros continuamos por la ampliapista.

Aparecen a ambos lados del cami-no un tipo de lavanda serrana, elcantueso, que a mediados de prima-vera presenta sus típicas flores viná-ceas y su característico olor. Tam-bién podemos ver un tomillo de es-tas montañas, la botonera, y el brezoblanco.

Se llega a otra curva a la izquier-da y 100 metros más adelante,cuando la pista vira a la derechanos salimos de ella. Aquí, un cartelmedio oxidado indica que comien-za la Senda Ortiz (2) (2 km y 30min.) Es el inicio de la senda ecoló-gica de la Consejería de Medio Am-biente y por el camino encontrare-mos diferentes paneles informati-vos sobre la fauna, la flora y la geo-logía del Valle.

La entrada a la senda es estrecha,inmersa en el extenso pinar. A am-bos lados del camino nos vamos a

encontrar una alfombra natural, unaplanta rastrera que cubre todo elsuelo, las rocas, la base de los tron-cos, es la gayuba, un antierosivo na-tural. La gayuba es una planta leño-sa rastrera que alfombra este soto-bosque y se localiza sobre todo enzonas umbrías. Es eficaz contra laerosión, es decir, contra la pérdidade suelo fértil, por su maraña de ta-llos y raíces y por frenar la lluvia,además de nitrificar el suelo, esdecir, de darle nutriente a las otrasplantas. Sus flores son blancas y sufruto, unas pequeñas bayas harino-sas, son rojas. Sus hojas son peren-nes y carnosas, de un color verdeoscuro y, una vez secas y trituradastienen un componente antiinflama-torio, la arbutina, que se usa paracurar infecciones como la cistitis ola uretritis.

Cuando acaba la gayuba, el suelose tapiza de las acículas de los pinos.Siguiendo la senda cruzaremos unarroyo (3) (2 km y 300 m. y 45min.), que baja desde las rocas deBercial Grande. Aquí la vegetaciónes más rica, denota la humedadconstante. Aparecen brezos, hele-chos, rosales silvestres, musgos,sombrerillos u ombligo de venus yenebros rastreros.

Poco a poco el camino gira haciala derecha, y se llega a la solana dePeña Gorda (4) (3 km y 1 hora). Lavegetación ha ido cambiando, elpinar es más claro y aparecen plan-tas más adaptadas a la sequedad:jaras, cantuesos, escobas. Abajo, ha-

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El Mirador de las Canchas

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cia el sur, está el espejo del embalsede Navacerrada.

La pista sigue ascendiendo,ahora en dirección noroeste y sellega al arroyo del Chiquito (5) (3km y 600 m. y 1 hora y 15 min.) Esuna zona muy bucólica, con rosalessilvestres y cascadas. Tras cruzarel arroyo se desciende a una vagua-da y se llega a un cruce de cami-nos. El de la izquierda nos lleva porla pista al Ventorrillo (carretera M-601 que asciende al puerto de Na-vacerrada). Tomaremos el de la de-recha. En una corta trepada alcan-zamos la antigua explanada delhospital de tuberculosos de Na-vacerrada, conocido como Wal-purgis (6) (3 km y 800 m. y 1 horay 30 min.). Es un buen lugar paradescansar.

El Real Sanatorio de Navacerra-da fue construido en 1918 paracurar a los enfermos de tuberculo-sis con el aire sano de la sierra y elreposo. Los enfermos se sentabanen los días de sol en la amplia terra-za que daba a mediodía, que esdonde hoy se encuentra el panel deinterpretación del paisaje. Cuandola evolución de los antibióticos loshizo innecesarios, se abandonaron.Éste fue demolido en 1994, aunquedurante su abandono sirvió paraque se le denominara Sanatorio deWalpurgis.

Walpurgis es la noche del 30 deabril, cuando se hacen los aquela-rres o reuniones de brujas. Es unatradición centroeuropea. El sobre-

nombre le llegó a este lugar en 1970cuando nuestro más famoso actorde cine de terror, Paul Naschy, rodóallí la película «La noche de Walpur-gis», donde un hombre lobo se en-frenta a una vampira. Quizás ahora,con el paso de los años, la películahaya caído en el olvido, pero enaquel entonces supuso una resu-rrección del género de las películasde terror.

Atravesamos el solar y encontra-mos otra vez la pista ancha que traía-mos. La tomamos hacia la derecha.Los repechos van a ser muy duros,pero merece la pena. Tras la últimasubida, la más inclinada, desapareceel pinar y entramos en el piso delmatorral de altura, en este caso enun piornal denso. A la derecha de lapista está el Mirador de las Can-chas (7) (5 km y 2 horas), desdedonde observaremos el impresio-nante cíngulo de cumbres que rode-an a La Barranca: Cuerda de Las Ca-brillas, Bola del Mundo y La Mali-ciosa, junto a sus neveros corres-pondientes.

Estos neveros son los que abas-tecieron de nieve y hielo a la villade Madrid durante siglos. El iniciode la explotación del hielo tuvolugar durante la Pequeña Era Gla-ciar, que afectó a Europa durantelos siglos XVI al XVIII. En 1607, unemprendedor catalán, Pedro Xar-quiés, presentó al rey Felipe III unaidea para utilizar el hielo de la sie-rra y otras zonas y cobrar por suuso. Este empresario obtuvo el Pri-

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26 propuestas para el fin de semana

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vilegio Real y utilizó las aguas defuentes y ríos para hacer balsas ypozos de nieve, así como la explota-ción de los neveros de la Sierra. Enla zona que nos ocupa, la nieve seacumulaba en el ventisquero de laEstrada y en el del Piornal, y al otrolado de la Bola del Mundo en el deLa Condesa (éste era explotado porlos Duques del Infantado). La nievese extraía de estos neveros, se apel-mazaba bien en los pozos, se cubríacon escobas o piornos y se iba acu-mulando hasta el verano. En las no-ches del estío madrileño se bajabaen carros de mulas hasta la capital,

y allí fue consumido durante variossiglos, hasta que la industrializa-ción y la generación artificial dehielo llevó al abandono de este sis-tema.

Una vez que nos hemos maravi-llado, descendemos por la senda ensentido contrario al que traemos. Esun descenso muy rápido y algolargo. Una vez acabado, cruzamosun pequeño arroyo y en pocos me-tros otro más grande, el conocidoarroyo Navacerrada (8) (7 km y 2horas y 40 minutos). Trescientosmetros más adelante veremos uncartel a la izquierda que anuncia la

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El Mirador de las Canchas

ESCALA: 1/60.0000 600 1.200

metros

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fuente de La Campanilla. Trepa-mos el desnivel por unos magníficosescalones y podremos refrescarnoscon el abundante caudal de la fuen-te. Es una zona de descanso y recre-ativa. La fuente dispone de una so-nora campanilla que le da el nom-bre. Tras ella, podemos observar unfantástico ejemplar centenario depino silvestre.

Volvemos a la pista principal, cru-zamos el arroyo del Regajo, queviene de la fuente, y otra vez el deNavacerrada, hasta alcanzar otra

fuente, ésta más modesta (9) (8 kmy 3 horas y 15 min.). En esta zona seunen todos los torrentes del valle, yen época de deshielo el ruido es en-sordecedor. Podemos apreciar lacantidad de pedreras que afloran enesta concatenación de torrentes.

Una larga recta nos conduce endescenso al inicio de la Senda Ortiz(10) (8 km y 600 metros y 3 horas y40 min.). Dejándonos caer, llega-mos más abajo al aparcamiento delinicio de la excursión (11) (10 km y4 horas).

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26 propuestas para el fin de semana

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TIPO DE RUTA: Lineal.

LONGITUD: 4 km y 200 metros,todos en fuerte subida.

DURACIÓN APROXIMADA:2 horas (sólo subida).

DESNIVEL: Alto, no hay casi des-cansos en la ascensión.

DIFICULTAD: Alta.

RECOMENDACIONES: Ruta quediscurre en su totalidad por las la-deras del Monte Abantos, en SanLorenzo de El Escorial, declaradoPaisaje Pintoresco, junto con lazona de la Herrería, en 1961.

Para llegar en transporte públicolos autobuses son los números 661y 664 y parten del intercambiadorde Moncloa (Autobuses A. HerranzS. L. tel.: 918 969 028). Hay líneascomarcales que unen con otrospueblos como Zarzalejo, Guadarra-ma, Valdemorillo, Villalba y Roble-do de Chavela.

El tren llega a El Escorial con lalínea C8A, y un autobús une esta lo-calidad con San Lorenzo.

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la A-6 hasta Gua-darrama y desviarse a la izquierdapor la M-600, o bien por la M-505,por Galapagar.

Hay que evitar los días de lluvia,frío y viento en invierno. Salvo esosdías, cualquier época es buena: el

resurgir primaveral con sus mil olo-res y bulbos, el frescor veraniego,los colores otoñales de chopos,hayas y alerces. Hay agua en el re-corrido: la fuente de la Teja en la Se-gunda Horizontal y la del Trampa-lón en la parte final de la ascensión.

Llevad guía de identificación deplantas y calzado cómodo.

En las cercanías de la ruta está elCentro de educación ambiental Ar-boreto Luis Ceballos, pertenecien-te a la Consejería de Medio Am-biente y Ordenación del Territorio(Tel.:918 982 132 y 608 422 636).

VALORES NATURALES: Uno delos sitios emblemáticos de la Co-munidad de Madrid, el Real Sitiode El Escorial y su Monte Abantos,declarado Paisaje Pintoresco en1961. Alberga un impresionantepinar de repoblación de más decien años de antigüedad, ordenadocon criterios paisajísticos, con pinoresinero y laricio en las partesbajas y pino de Valsaín en las altas.Junto a ellos otras especies introdu-cidas como las que se encuentranen el recorrido: hayas y alerces.Entre la fauna destacan el corzo, ja-balí, garduña, ardilla, murciélagode herradura, varias especies deáguilas, milano negro, cuco, abeja-ruco, abubilla, pico picapinos, rui-señor, herrerillos, carboneros...

LLaass hhaayyaass ddee AAbbaannttoossEl camino de la fuente del Trampalón

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

Para acceder al inicio del itinera-rio hay que llegar a la base de lapresa del Romeral, ascendiendo,tanto en coche como andando, porla calle del Rey de San Lorenzo deEl Escorial, que se transforma encalle Cabello Lapiedra. Desde ahí sesiguen las indicaciones de Eurofo-rum Felipe II y se llega al punto departida (0).

Un amplio aparcamiento bajo lapresa deja paso a una construcciónhexagonal, construida con gruesossillares de granito. Estamos ante elorigen de la ruta, el arca del Ro-meral, uno de los depósitos queabastecían y distribuían el agua delmonasterio y de los edificios colin-

dantes, y mandadaconstruir por FelipeII. Tiene unos 30metros de lado ydos de altura; en suinterior tiene un es-tanque donde se de-positan las impure-zas que también sefiltran por dos pie-dras para que elagua salga limpia.Detrás de ella, lapresa del Romeral,

con su pared de la época de AlfonsoXIII, pues se tuvo que aumentar lacapacidad, y deja pequeñas las cons-trucciones del XVIII de Carlos III ydel XVI, aguas arriba, de Felipe II.Ésta recoge las aguas del arroyo delRomeral.

Según ascendemos por la carre-tera, hay varias pintadas que indi-can «Abantos sin hormigón», enprotesta por el crecimiento del mu-nicipio, que va invadiendo poco apoco las laderas de este imponentemonte, al cual vamos a ascenderpara llegar al puerto de San Juan deMalagón. Para ello, tras girar la ca-rretera bajo la pared de la presa, ala derecha aparece el aliviadero deésta, y justo al lado uno escalonesde subida pegados a una valla. A los

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26 propuestas para el fin de semana

LAS HAYAS DE ABANTOSAl puerto de Malagón entre hayas y alerces

800900

1.0001.1001.2001.3001.4001.5001.6001.7001.800

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 6,San Lorenzo de El Escorial, Comu-nidad de Madrid, y nº 533, San Lo-

renzo de El Escorial, del IGN y1/25.000, 533-1, San Lorenzo de ElEscorial.

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pocos metros el camino va a descri-bir una curva cerrada a la derecha yva a seguir pegado a la valla demetal que guarda el embalse. Se in-troduce, en fuerte subida en elpinar. Es una zona dura e incomodade ascender, tanto por ser el co-mienzo como el tener que ir salvan-do las raíces y las rocas de gneisque dificultan nuestra subida. Enesta parte, el pinar que nos vaacompañar es de pino laricio y resi-nero, que ocupan las partes bajasdel monte. Junto a ellos, plátanos ycastaños de indias, multitud de jarapringosa y alguna encinilla.

Se sigue ascendiendo en sucesi-vos escalones entre las jaras, evitan-do las raíces, y viendo a la derechasiempre la presa, y en el otro lado, elmirador de la Casita Rústica. Junto alas omnipresentes jaras, abundan enla zona escaramujos y majuelos.Poco a poco el camino se desvía dela valla, hacia la izquierda y tenemosque sortear dos troncos enormes depino caídos en medio de la ruta. Sepueden sobrepasar por la derecha(600 metros y 15 minutos).

Se llega un poco más arriba a unaportilla de metal (1) (700 metros y20 minutos), donde no hace muchosaños existía el cierre de la valla conlos muelles de un somier. Se gira ala derecha y se desemboca en unancho camino, que es un ramal de laCañada Real leonesa, y que cir-cunvala el municipio de San Loren-zo por su parte más alta, sirviéndolede límite a su crecimiento urbano. A

la izquierda del camino, casi enfren-te, se abre una estrecha senda queva a ascender por el monte trasabandonar la cañada, que desciendehacia el arroyo del Romeral.

Ascendemos por esta ruta, quecoincide con la subida al ArboretoLuis Ceballos, como indican algunasestacas de madera con hitos explica-tivos. La zona ya se compone princi-palmente de pinos resineros. En-frente se ve la arista de Abantos, quees la sucesión de cresterías de gneisque desciende desde la cumbrehacia el valle. Un poco más arribaaparece uno de los hitos con una fle-cha de madera que indica el caminoal Arboreto (850 metros y 25 minu-tos).

El camino, que se suaviza en unprincipio, vuelve a inclinarse, que-brado además por la cantidad decantos angulosos de gneis, en estazona, la más árida del recorrido.Aparece otro hito del camino al Ar-boreto, esta vez con el dibujo de unabellota, y es que en esta zona exis-ten restos de la vegetación natural,pues la mayoría es debido a la repo-blación de hace más de cien añoshecha por la Escuela de Montes.Aquí, nos encontramos con variasencinas y algunos robles melojos,pues es la transición del piso basalde la sierra al piso montano delroble.

Alcanzamos una bifurcación (2)(1 km y 150 metros y 30 minutos).La flecha que aparece en el hito nosllevaría por la izquierda al Arboreto.

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Las hayas de Abantos

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La ruta nuestra nos lleva de frente,bajo el tronco caído de un pino.Abajo, a la derecha, se observa elporte erguido de los chopos y ála-mos de la vaguada del arroyo.

Se gira hacia la derecha, otra vezcon mayor inclinación, entre pinos,robles, rosales silvestres, algunosrodales de fresno y algún arce real.

Nos empiezan a aparecer grandespinos de Valsaín, pino de la montañadel Guadarrama, fácilmente recono-cible tanto por su color anaranjadode la parte superior de la cortezacomo por sus piñas pequeñas. Juntoa él, un chopo, que nos informa deque es una zona más húmeda, pues,poco a poco, vamos dejando la sola-

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26 propuestas para el fin de semana

TIPOS DE PINOS AUTÓCTONOS DE LA PENÍNSULA

• ACÍCULAS DE MENOS DE 8 cm. (Pinos de alta montaña)— Apófisis fuertemente curvadas ................ PINUS UNCINATA

(Pino negro)— Apófisis levemente curvadas y

corteza de la parte superior del tronco anaranjada...................................... PINUS SILVESTRIS

(Pino albar o deValsaín)

• ACÍCULAS DE MÁS DE 8 cm.— Piña de menos de 8 cm............................. PINUS NIGRA

(Pino salgareño,negral o laricio)

— Piña de más de 8 cm– Piña Pedunculada ................................. PINUS HALEPENSIS

(Pino carrasco)– Piña no pedunculada

Piña cerrada globosaApófisis no pinchudasCopa aparasolada .................................. PINUS PINEA

(Pino piñonero)– Piña cerrada alargada

Apófisis pinchudas................................ PINUS PINASTER(Pino resinero)

Acícula: Hoja larga y delgada, con forma de agujaApófisis: Parte exterior de cada escama de la piñaPedúnculo: Rabillo que sostiene la piña

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na para entrar en la umbría deAbantos. A nuestra derecha se va aabrir el valle, con su inmenso pinar,del arroyo del Romeral, antes llama-do del Cascajal, por la cantidad derocas que tiene en su cauce.

El camino se va a ir haciendo másestrecho, y parece que se acabacuando llegamos a un gran robleque marca el límite hacia el barran-co del arroyo. Entonces se hace unprimer giro a la izquierda y se suavi-za la subida (1 km y 350 metros y 40minutos). Se pasa bajo unos robles ya los pocos metros se gira otra vez,ahora a la derecha. Aparecen junto ala jaras, zarzamoras, y el musgo em-pieza a recubrir las rocas, denotan-do esa mayor humedad y menor in-solación de la umbría.

Llegamos otra vez al límite de laladera y el camino hace otra segun-da curva, a la izquierda, y veinte me-tros más allá otra a la derecha. Unaúltima trepada nos llevará a la pistaforestal asfaltada conocida como Se-gunda Horizontal, a unos 1.300metros de altitud (3) (1 km y 700metros y 45 minutos). Es una carre-tera abierta al tráfico, con lo cualhay que tener precaución al atrave-sarla. A unos 300 metros a la izquier-da según desembocamos en la ca-rretera se encuentra el Centro deeducación ambiental Luis Ceballos,y otros trescientos metros a la dere-cha la fuente de la Teja.

La ruta prosigue de frente, en laotra parte de la carretera, al lado deun cartel que indica «Recuerda, no

hagas fuego». Es un camino estre-cho, pero con la subida más tendida.La carretera vemos cómo va ir que-dando abajo a la derecha. El caminoestá lleno de zarzales, escobas, reta-mas, espinos albares, rosales, etc.

Tras una primera curva a la iz-quierda aparece un primer árbolque se distingue por sus ramas y sucolor verde claro, es un alerce, yjunto a él dos hayas de buen porte.Estamos en la umbría del Tram-palón, también conocida como Ca-mino de los Gallegos.

Tras otra curva a la derecha apa-rece un buen rodal con unas treintahayas, que en otoño adquieren uncolor dorado intenso, con su brillan-tes hojas amarillas destacando entreel verde pinar. Estas hayas, fruto dela repoblación efectuada el siglo pa-sado, se aprovechan de la humedadexistente en la zona, umbrosa, y delsuelo profundo de ésta. Toda la subi-da hasta el puerto de San Juan estállena de hayas, fácilmente reconoci-bles por su tronco de corteza lisa, ysus ramas horizontales, con sushojas oboadas y con el margen on-dulado y de color verde claro quepasa a un dorado intenso en otoño(a fines de octubre e inicios de no-viembre presentan un color maravi-lloso).

Tras este rodal de hayas, menosvisitado, pero igual de hermoso queel de Montejo, nos aparecen unosgrandes árboles de más de veintemetros de altura, estilizados y decorteza marrón oscura muy agrieta-

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Las hayas de Abantos

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da, los alerces. Llaman la atenciónpor sus ramas caedizas y sus hojasaciculares de color verde claro. Sufruto es una piña pequeña y de colorrojizo. Es por tanto una conífera,pero con la particularidad que pier-de sus suaves hojas en otoño, laúnica especie de conífera europeaque lo hace. Su porte es muy ele-gante.

Junto a los alerces hay más ha-yas, que se han mantenido en estazona gracias a la adecuada repobla-ción de los forestales del siglo pasa-do, y hoy se puede disfrutar de estepaseo entre especies que no sonpropias de nuestras montañas.

Seguimos el suave ascenso y lle-gamos al grupo más grande de ha-yas, unas cuarenta, a ambos ladosdel camino, junto a varios alerces(4) (2 km y 100 metros y 1 hora). Esun lugar que se puede considerarmágico, y en otoño destaca por suscolores verde y oro.

Se hace una curva a la izquierday se asciende un buen repecho, pu-diéndose atajar por una gran hayaque domina la ladera. Diez metrosmás allá hay otra contracurva a laderecha. El camino se va a enmara-ñar con escobas, brezos y zarzas ygiramos otra vez a la izquierda,donde vuelven a abundar las hayas,en este caso tanto grandes comopequeñas. Junto a ellas aparece unárea más soleada que nos va a lle-var a una zona de rocas, donde elcamino hace una cerrada curva aderechas. (5) (2 km y 500 metros y

1 hora y 15 minutos). Estas rocasson un buen mirador de la zonay del paisaje (hay un hito con un di-bujo de prismáticos). Se observa elmar de pinos de Abantos, su arista,el pico de Abantos hacia el noreste,el Portachuelo en la arista y la va-guada del arroyo del Romeral.Hacia el otro lado, a lo lejos, el pie-demonte de El Escorial, el embalsede Valmayor y la llanura de Ma-drid. Más cercano a nosotros, anuestros pies, las hayas y alercesentre el pinar, y junto a nosotros unenebro de la miera y alguna enci-na, indicando que este miradormarca el límite entre la umbría y lasolana.

Se continúa el camino en la curvaa la derecha y vuelven a aparecermás hayas, mezcladas con pinos al-bares. Se hace casi horizontal, conenebros rastreros, más alerces ymás hayas, unas veinte en este caso.Junto a ellos, aparece algún arce deMontpellier, reconocible por su hojatrilobulada.

Se hace otra curva a la izquierda,bajo un gran bloque de gneis glan-dular (6) (2 km y 750 metros y 1hora y 25 minutos), y enseguida otraa la derecha, entre alerces. Apareceotro gran rodal de hayas mientrashacemos sucesivas curvas a izquier-da y derecha, ganando altura rápida-mente, que nos lleva ante un hayamonumental y un gran alerce.

En la recta que sigue al tramocurvado aparece una bifurcación enel camino, en medio del hayedo. Se

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26 propuestas para el fin de semana

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toma el más bajo (7) (3 km y 1 horay 30 minutos). El camino está tapiza-do de excrementos de vaca y, traspasar una vaguadita, se llega a unazona muy húmeda, donde mana unarroyo que surge bajo dos hayas. Ala izquierda, por encima del manan-tial se abre una explanada con ma-juelos, fresnos y sauces cabrunosque rodean una zona encharcada, deturbera, es un trampal o toyar, ydonde se encuentra la fuente delTrampalón (8) (3 km y 350 metrosy 1 hora y 40 minutos).

A la izquierda de la fuente segúnse llega, una senda sube entre loszarzales hasta alcanzar el camino su-perior que anteriormente no había-mos tomado. Se gira a la derecha,con las últimas hayas de este esplén-dido camino. Hay varias sendas enesta zona, pero se toma el más am-plio y más claro.

Giramos a la izquierda en unacurva, dejando atrás las hayas y lle-gamos a una zona de pinar con code-sos, que flanquean el camino. Sesigue recto, desechando un caminoque se abre a la derecha y se saledel pinar hacia la carretera que ser-pentea en la parte alta del monte yque asciende al puerto. A la izquier-da quedan amplias praderas y seven los picos de Las Machotas,abajo en el valle.

Se cruza la carretera (9) (3 km y750 metros y 1 hora y 50 minutos,en medio de grandes praderas yalgún majuelo aislado y seguimosrectos hacia el pinar que se ve en-frente y los postes de luz que subenal collado, que ya se divisa. Con unúltimo esfuerzo y un último repechocoronamos el puerto de San Juano de Malagón (10) (4 km y 200 me-tros y 2 horas).

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Las hayas de Abantos

ESCALA: 1/30.0000 300 600

metros

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En el collado, el paisaje ha cam-biado. Aquí, domina la paramera se-rrana, con pinares densos de repo-blación y el piornal de cumbres queabarca todo el panorama, batido porel constante viento. A la izquierda,

queda la carretera de servicio quelleva al arroyo del Hornillo y el em-balse de El Tobar. A la derecha, lacarretera asciende un poco más ylleva a Peguerinos y al puerto deLos Leones por Ávila.

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26 propuestas para el fin de semana

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: 10 km y 650 metros.

DURACIÓN APROXIMADA:4 horas y 30 minutos.

DESNIVEL: Medio.

DIFICULTAD: Media.

RECOMENDACIONES: Ruta quediscurre por un cordel de la Caña-da Real Leonesa y por las laderasdel Monte Abantos, en San Loren-zo de El Escorial, arrasadas por elfuego en 1999 y en vías de regene-ración.

Para llegar en transporte públicolos autobuses son los números 661y 664 y parten del intercambiadorde Moncloa (Autobuses A. HerranzS. L. tel.: 918 969 028). Hay líneascomarcales que unen con otrospueblos como Zarzalejo, Guadarra-ma, Valdemorillo, Villalba y Roble-do de Chavela.

El tren llega a El Escorial con lalínea C8A, y un autobús une esta lo-calidad con San Lorenzo.

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la A-6 hasta Gua-darrama y desviarse a la izquierdapor la M-600, o bien por la M-505,por Galapagar.

Hay que evitar los días de lluvia,

frío y viento en invierno y los díasde calor en verano, pues discurrepor cotas bajas de la montaña y sinninguna sombra debido al incen-dio. Hay que llevar agua, pues aun-que hay fuentes, en verano su cali-dad disminuye, y en época de se-quía, algunas se secan.

Al ser una zona completamentedevorada por un gran incendio fo-restal conviene concienciarse delpeligro que suponen y de las gra-ves consecuencias que tienen. ¿Vol-veremos a conocer Abantos tal ycomo era?

En las cercanías de la ruta está elCentro Municipal de Recursos Na-turales Fuentenueva, que tambiénes albergue. Desarrolla actividadesde educación ambiental y progra-mas educativos sobre el monteAbantos. (Tel.: 918 961 861 y 637445 743, www.albergue-fuenenue-va.com).

VALORES NATURALES: Uno delos sitios emblemáticos de la Co-munidad de Madrid, el Real Sitiode El Escorial y su Monte Abantos,declarado Paisaje Pintoresco en1961. Alberga un impresionantepinar de repoblación de más decien años de antigüedad, ordenadocon criterios paisajísticos, con pinoresinero y laricio en las partes

LLaa rreeffoorreessttaacciióónn ddee AAbbaannttoossPor la Cañada Leonesa

y la pista de La Penosilla

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

Para acceder al inicio del itinera-rio hay que llegar a la base de lapresa del Romeral, igual que se hadescrito en la anterior ruta, y desdeallí, ascendiendo hasta la portilla demetal (1) (700 metros y 20 minutos).Se gira a la derecha y se desembocaen el ancho camino, que es la Caña-da Real Leonesa, y que circunvalael municipio de San Lorenzo por suparte más alta, sirviéndole de límitea su crecimiento urbano. Tomamos

la cañada hacia la derecha, entre ma-torrales de jara y retama.

El camino inicia un descenso,mientras que a la izquierda, un postecon una flecha nos indica el caminode subida al Arboreto. Según hace-mos este suave descenso podemosobservar la variedad de especiesplantadas: pinsapos, arces, chopos,pinos y abetos, que se van sucedien-do a la derecha del camino. Éste des-cribe una curva a la derecha, en elfondo de la vaguada, sobre el arroyodel Romeral (2) (1 km y 100 metros

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26 propuestas para el fin de semana

LA SEGUNDA REFORESTACIÓN DE ABANTOSRevivir tras el incendio

800

900

1.000

1.100

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1.400

1.500

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17

bajas y pino de Valsaín en las altas,y que resultó seriamente dañado en1999 por un voraz incendio. Se hareforestado con especies autócto-nas, respetando las anteriormenteexistentes. Entre la fauna destacanel corzo, jabalí, garduña, ardilla,murciélago de herradura, varias es-pecies de águilas, milano negro,

cuco, rabilargos, abejaruco, abubi-lla, pico picapinos, ruiseñor, herre-rillos, carboneros ...

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 6,San Lorenzo de El Escorial, Comu-nidad de Madrid. Y nº 533, San Lo-renzo de El Escorial, del IGN y1/25.000, 533-1, San Lorenzo de ElEscorial.

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y 30 minutos), que va canalizado bajounas losas de granito, restos de la an-tigua red de distribución del Monas-terio. La puerta que hay a la derechanos conducirá al regreso a la Fuentede la Teja, zona de ocio y descansocon una gran variedad de árboles.

Se remonta la vaguada por la otraladera, dejando un buen melojar trasla valla, y se alcanza la carretera quesube hacia Abantos. Se cruza, y en-frente tenemos dos caminos, el infe-rior que se introduce en la casa delos agentes forestales y que no hayque tomar, y el superior, cerrado conuna portilla giratoria y una barreraque es el camino a seguir, siguiendola Cañada Real. Este tramo está va-llado a ambos lados, cerrando los lí-mites de la vía pecuaria, enmarcadapor arces y con la casa de agentes fo-restales a mano derecha, que hastatiene piscina.

Aparecen algunos pinsapos en laparte superior de la ladera, a nuestraizquierda. Esta parte del camino esllano, con tendencia al descenso. Ala izquierda se ve la carretera queproviene de El Tomillar, en la partemás oriental de San Lorenzo. Amano derecha, varios chalets limitancon la cañada. Se llega a una zona ce-mentada, con farolas, casetas de pe-rros y una alineación de álamos enuna finca vallada, justo donde un car-tel caído recuerda que se va por laCañada Real Leonesa. Descendemosen zigzag por el cemento de estacalle, llamada Abantos. Al llegar a laúltima curva a derechas, antes del

asfalto, se ve una vaguada de unarroyo a la izquierda, y nos debemosdirigir a él.

Se cruza el arroyo de la Ba-rranquilla, que normalmente llevapoca agua (3) (1 km y 900 metros y50 minutos). Aguas arriba se ven va-rios ejemplares de elegantes pinsa-pos. Nada más cruzar se gira a la de-recha, para seguir horizontal sinatender a los múltiples caminos quesuben por la ladera. Nos introduci-mos en este pinar y la referencia si-guiente son unas torres de telefoníamóvil tras los árboles. Desde estazona hay buenas vistas de la moledel Monasterio y tras él, de La He-rrería, la Silla de Felipe II y Las Ma-chotas. En primer término nos van aquedan las numerosas urbanizacio-nes del Real Sitio.

Hemos entrado en la zona cono-cida como Solana de las Cebadillas,y aparte del hecho de la crecientepresión urbanística, de las instala-ciones de telefonía, la zona es bas-tante seca y pedregosa, poblada porpinos resineros, jaras y cantuesos.

Se cruzan varias pistas que subenen vertical al monte y se pasa por ungran tronco caído de pino, descen-diendo hasta una calle recientementeasfaltada, alcanzando el cementeriode San Lorenzo, a la altura de unparque con tres cruces (4) (2 km y500 metros y 1 hora). En la señal de«stop» se gira a la izquierda y se andaunos cincuenta metros por el asfaltode la calle Miguel de Unamuno. A laizquierda se abre un camino de tie-

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La reforestación de Abantos

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rra, por donde se sigue, que es nue-vamente el Cordel del Valle de la ca-ñada. Ahí está la fuente de PradoDoctor, que va a quedar a nuestraderecha. Una muestra de su uso ga-nadero son sus cuatro pilones enforma de abrevadero. Ésta es unazona desarbolada, convertida enerial. Se aprovecha la vía pecuariapara instalar líneas de alta tensión, taly como ocurre en muchas de nues-tras cañadas.

Descendemos por nuestro anchocamino. Enfrente se ven las dehesasde fresno y roble del piedemonte, y alfondo la sierra de Hoyo de Manzana-res. La vía pecuaria se ha alisado,arreglada como cortafuegos, con losmojones nuevos derribados por elpaso de las máquinas. A la derecha,los chalets de las urbanizaciones queempiezan a «conquistar» Abantos.

Se llega al arroyo de Las Ceba-dillas (5) (3 km y 500 metros y 1hora y 15 minutos). El agua del arro-yo se despeña en unas pequeñas cas-cadas en las rocas de gneis. Es unazona desarbolada, sólo algunos ene-bros subsisten aquí. Hay una antiguacasa, con corral ganadero, solitaria amano derecha, pero por debajo lasurbanizaciones van ganando terrenoal monte.

Abordamos un ligero descenso, ya la altura de una torre de luz se llegaa un cortafuegos, por el que no hayque bajar, sino que se sigue por unestrecho camino que surge enfrente.La posición en solana, y el alejamien-to de la zona urbana de San Lorenzo

hace que aún se pueda apreciar elmonte de pinos resineros, combinán-dose con bastantes encinas, enebrosy cantueso, restos del bosque de laszonas bajas de la sierra de Guadarra-ma. En paralelo al camino que sesigue está la cañada, por debajo de laladera.

Se llega por este estrecho caminoa una cancela (6) (4 km y 1 hora y 30minutos). A partir de aquí el paisajecambia. Tras la valla, que cierra unperímetro para que no acceda el ga-nado, se observan jaras pringosas,escobas, cantuesos y pinos de unmetro de altitud en el mejor de loscasos. Se entra en la zona devoradapor el fuego en el incendio de 1999.Aunque está vallada, se puede conti-nuar tras cerrar la portilla. El paisajese nos presenta desolado, lleno dematorrales. Por encima de nosotros,por donde caminaremos más tarde,se ve toda la ladera casi sin vegeta-ción. La perspectiva nos deja vertodos los afloramientos rocososhasta la misma cumbre de Abantos,con un color blanquecino que denotala cicatriz dejada por el incendio.

Con un ligero descenso se llegaotra vez a la cañada, pues el senderi-llo desemboca en ella. El terreno porel que se ha pasado fue el máximoavance del fuego hacia el casco urba-no, llegando a poner en peligro lasurbanizaciones más próximas. Esuna zona donde se está repoblandocon pinos piñoneros y encinas.

Cruzamos el arroyo de la Cruz yaparece una bifurcación. Se toma el

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26 propuestas para el fin de semana

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La reforestación de Abantos

ramal izquierdo, hacia el pinar y lacarretera. A nuestra derecha va aquedar el área recreativa de El Tomi-llar, entre pinos piñoneros, melojos,encinas y dehesas de fresnos. Se re-monta unos metros por una zona noquemada y alcanzamos la carretera(7) (4 km y 400 metros y 1 hora y 40minutos). Aquí, con precaución, gi-ramos a la izquierda, hasta alcanzarotra que surge a la derecha, unosmetros más arriba. Cruzamos y so-brepasamos la valla verde que cierraesta otra carretera. Ésta, que se se-guirá a partir de ahora, está cortadaal tráfico. No hay problema de ir porel asfalto, pues sólo algún camión deforestales o algún ganadero tienepermiso para acceder a ella. Estámuy bien asfaltada, y nos va a condu-cir de lleno a la zona abrasada por elincendio, la Solana de La Penosi-lla, hasta alcanzar la fuente delmismo nombre.

Se remonta por la carretera, conuna primera rampa dura. Aquí apare-ce un reducto del pinar con encinasno quemado. Jaras, escobas y cipre-ses marcan el camino. Es una zonadonde se pueden observar bastantesaves como rabilargos, abejarucos,pinzones...

Tras pasar una primera curva aizquierdas, a la altura de una encina,se acaba el pequeño pinar y se entraen la zona del incendio. Lo que apa-rece, después de haber pasado casiocho años desde el incendio, es unpaisaje desolador: matorrales, quepueden servir como los primeros

colonizadores para formar un nuevosuelo, multitud de gruesos troncosabrasados, y pinos que no levantanmás de un metro del suelo. En estecaso, la zona es de pinos resineros,tanto replantados, como rebrotadosde forma natural de sus semillastras el incendio.

Se hace una curva a la derecha.Enfrente queda la vaguada del arro-yo de La Cruz. En los barranquillosde la zona afectada se ha efectuadouna repoblación con frondosas: ála-mos, chopos, roble melojo, fresno yarce. En las umbrías, mayoritaria-mente roble. En medio de todo el in-cendio, tres encinas y dos pinos hansobrevivido, pero el dominio que haquedado es abrumadoramente de lajara, la escoba y la roca pelada degneis, junto a los tocones abrasadosde los pinos.

Se hace otra curva a izquierdas,pues la subida va a ser un continuozigzag. Aquí se aprecia cómo estánrebrotando algunas encinas, majue-los y algún torvisco. Otra curva a laderecha y seguidamente a izquier-das, nos sitúan en mitad de la zonade repoblación de pino resinero,que ocupa toda la solana hasta el lí-mite de 1.250 metros de altitud, aligual que existía antes del incendio.El estudio de repoblación, hechopor la Administración de la Comuni-dad de Madrid, llegó a la conclusiónque debía reforestarse con las mis-mas especies que había, en contras-te con otras repoblaciones popula-res que se están haciendo, que com-

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binan esas especies junto con un so-tobosque más variado, menos ho-mogéneo como el que existía en elpinar, y así se están replantando ro-bles melojos, pues es su piso altitu-dinal, y arbustos que acompañan aéste y que sirven de refugio y ali-mento a la fauna, como el endrino,espinos, saúcos, manzanos y cere-zos silvestres.

En mitad de la ascensión se haceuna tercera curva a derechas (8) (5km y 300 metros y 2 horas). Se sigueen ascenso duro por la carretera. En-frente se ve la gran masa de pinosque se salvaron de la quema, un bos-que igual que el que existía pordonde transitamos. Tras una nuevacurva a izquierdas, los pinos repobla-dos parece que adquieren algo másde porte, surge alguna bardaguera,en relación con el agua que mana porla cuneta, pero la mayoría de la vege-tación sigue siendo jara, escoba y al-guna encinilla.

Tras un cuarto giro a la derecha,enfrente de una roca de gneis, se ob-serva cómo en las zonas de roca nose ha hecho reforestación, dejándolaal aire libre. Otro repecho duro yotra curva hacia la izquierda nosdejan ver el vallejo del Barrancón,que remonta toda la ladera hasta elpico, y que se ha convertido en unpaisaje puramente lunar, salvo unrodal de bosque galería que se salvóa mitad de la ladera.

Otra curva a la derecha (9) (6km y 2 horas y 20 minutos) marcanlos últimos repechos del ascenso,

que en otro corto zigzag y una últi-ma curva a izquierda llevan al fin dela ascensión hasta la cota de1.250 metros, que es la SegundaHorizontal de Abantos. Esta cota esla que marca la repoblación de pinoresinero en las partes bajas de la la-dera, de las de pino albar de aquíhasta el pico. Al poco de llanear secruza una torrentera estacional,donde se han colocado trampas ensu cauce para evitar las pérdidas delsuelo fértil, pues al no tener cober-tura vegetal, las lluvias, sobretodolas torrenciales que frecuentementecaen en esta zona, arrastran la tie-rra. Se observa como alguna arroya-da ha destruido parcialmente estastrampas de sedimentos.

Se hace una curva a la izquierday en ella se alcanza la parte alta delarroyo de La Cruz (10) (6 km y 600metros y 2 horas y 40 minutos). Unalancha de gneis, de unos 5 metros,de alto hace despeñarse el agua allado mismo de la carretera. Quedanalgunos restos de fresnos y de pinossilvestres, encinas, escobas y cantue-sos, y un poco más allá el pinar nodestruido.

Se continua por el camino y sepasa una barrera canadiense. Lavalla que limita la zona quemada secontinua por arriba y por debajo dela ladera. El pinar, en esta zona mez-cla de resinero y albar, nos recibecon troncos arrancados, zarzales ymajuelos y con una gran sombra yfrescor tras pasar por varios kilóme-tros del desolador incendio. A la de-

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26 propuestas para el fin de semana

Page 94: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

recha de la carretera se puede ob-servar un pozo y una canalización deun arroyo, y a la izquierda se llega alárea recreativa de La Penosilla(11) (7 km y 2 horas y 50 minutos),junto con el mirador acondicionadosobre las laderas del incendio y quese ha bautizado como Mirador dela Reforestación. Esta área cuentacon una fuente con caño y un pilonci-llo de roca granítica, que aprovechaun pilancón natural, en medio degrandes pinos que dan sombra ygran cantidad de bancos para el ocioy el descanso.

Desde aquí, una vez recuperadaslas fuerzas del ascenso, se descien-de por el pinar. Para encontrar el ca-mino se toman como referencia laszarzas que crecen con la humedadde la fuente, y se gira a mano iz-quierda, junto a una roca donde seubican los últimos bancos. Se haceuna curva a izquierdas y otra a dere-chas y se desciende rápidamente,aunque la ruta enseguida se hacerecta en dirección sur-suroeste. Esla zona de pino resinero, la especiede las partes bajas de Abantos, gran-des árboles de más de 30 metros dealtura, que se han adaptado a lascondiciones de sequía estival y desuelo pobre y pedregoso. De él seobtiene la resina para fabricar colas,pegamentos, aguarrás, barnices, tin-tes, pomadas, etc...

El camino va a ir haciendo gran-des curvas, pero el uso frecuente hacreado un camino recto entre gran-des jaras y escobas. Tras el pronun-

ciado descenso, bajamos un peque-ño terraplén y desembocamos en unamplio camino junto al arroyo deLas Cebadillas (12) (7 km y 700metros y 3 horas y 15 minutos). Estearroyo desciende entre un bosquegalería de chopos, álamos, sauces,zarzas, rosales silvestres, castaños yzonas de praderas y pequeñas casca-das que se forman. Es una zona muybucólica.

A partir de ahora, el camino sehace más amplio, dejando atrás la«trocha» por la que hemos bajado. Secruza el arroyo, y en esta zona másbaja, el pinar va a alternar con prade-ras y otras especies más térmicascomo jaras, torviscos, cantuesos y,en la parte derecha del camino, mu-chos enebros de miera. Ya se divisanlas casas de San Lorenzo, y la carre-tera que asciende desde El Tomillar.

Se alcanza la carretera, a la altu-ra de un torno giratorio (13) (8 kmy 100 metros y 3 horas y 25 minu-tos). Enfrente queda la cañada porla que se fue a la ida. Sin salir por eltorno, se gira a la derecha para irpegados a la valla, pero por la parteinterior del monte. Se sucedenzonas de pinar y pequeñas vagua-das cubiertas de álamos. Este cami-nillo, que a veces parece perderse,no se separa más de 10 metros dela valla. Se pasa por otro torno gira-torio, y en un tercero se sale (14) (8km y 500 metros y 3 horas y 40 mi-nutos). Se sale por ese torno y secruza la carretera (otra vez muchaprecaución). Enfrente se ve el Mo-

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La reforestación de Abantos

Page 95: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

nasterio y el camino que desciendehacia el tronco caído que se paso alinicio. A esta altura se gira a la de-recha, para desandar el camino delprincipio.

Cruzamos el arroyo de La Ba-rranquilla de nuevo (15), remonta-mos la calle Abantos y nos introduci-mos en la parte más estrecha de laCañada Leonesa hasta llegar a la ca-rretera que asciende al puerto deSan Juan de Malagón. Descende-mos por el otro lado y llegamos alcauce del arroyo del Romeral (16)(9 km y 500 metros y 4 horas).Desde aquí caben dos opciones,bien bajar por el camino del princi-pio, con lo que se remontaría lacuesta y nos desviaríamos por la iz-quierda entre el pinar, bien descen-der por el área recreativa de la fuen-

te de la Teja. Si optamos por esto úl-timo atravesamos el área de recreoy se continua por un estrecho sen-dero emparedado entre la valla me-tálica por la izquierda y un muro depiedra por la derecha, hasta llegar almirador de la Casita Rústica sobreel embalse del Romeral, que quedaa la derecha.

Tras pasar esta zona, se alcanzade nuevo en una cerrada curva a de-rechas la carretera de ascenso almonte, y la seguimos de frente, des-cendiendo ya por el asfalto e introdu-ciéndonos en las urbanizaciones deAbantos, entre suntuosos chalets.En el primer cruce se gira a la dere-cha y se llega en continuo descensoa la base de la presa y el arca del Ro-meral (17) (10 km y 650 metros y 4horas y 30 minutos).

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26 propuestas para el fin de semana

ESCALA: 1/50.0000 500 1.000

metros

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

Muchos son los madrileños y ma-drileñas que quieren disfrutar de LaPedriza; quizás el área más conociday más transitada de nuestra Sierra.El paso, como es sabido, está res-

tringido a 250 vehículos al día; porello, esta ruta parte desde el aparca-miento del autobús «Herederos deColmenarejo», nº 724 frente a la igle-sia del pueblo de Manzanares ElReal (0).

Salimos en dirección oeste, bajan-

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: 16 kilómetros.

DURACIÓN APROXIMADA:5 horas y 30 minutos.

DESNIVEL: 900 - 1.200 metros.

DIFICULTAD: Media - alta.

RECOMENDACIONES: Ruta largaque permite acceder a La Pedrizapor sus dos lugares más concurri-dos, Quebrantaherraduras y ElTranco, sin usar el vehículo privado.Discurre por pinares de repobla-ción, áreas de matorral mediterrá-neo, bosque galería de alisos y sau-ces y sobre todo por el impresionan-te conjunto granítico de La Pedriza,con sus domos, piedras caballeras yformas caprichosas. Todo el trayec-to discurre por el Parque Regionalde la Cuenca Alta del Manzanares.La fauna más característica de lazona son los buitres leonados, águi-las reales, cigüeñas, búhos, cabra

montes, zorro y corzo. Es conve-niente llevar agua, aunque se puedecomprar en los «chiringuitos» deCanto Cochino. Evitad los días demal tiempo en invierno y sobre todolos de mucho calor en verano, puesLa Pedriza es un horno. Para acce-der en transporte público el únicomedio es el bus 724 de Herederosde Colmenarejo desde el Intercam-biador de Plaza de Castilla. Encoche el acceso más rápido es por laM-607 hasta la desviación haciaSoto del Real y posterior desviacióna Manzanares el Real.

VALORES NATURALES: Modela-do en granitos, repoblaciones fo-restales, bosques galería.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 4,Miraflores de la Sierra, Comunidadde Madrid, y 508, Cercedilla delI.G.N. y 1/25.000 hoja 508 - II Puer-to de Navacerrada y 508 - IV Moral-zarzal.

LLaa CChhaarrccaa VVeerrddeeUna ruta para evitar esperas en la barrera de la Pedriza

Page 97: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

do una pequeña cuesta con un arro-yo, que remontamos a renglón se-guido y llegamos a un cruce. Lacalle que asciende a la derecha, tam-bién lleva a La Pedriza, a El Tranco,pero vamos a continuar de frente,cruzando el río Manzanares con sudensa vegetación de ribera, y nosdesviamos por un camino de tierra,conocido como Camino de ElBoalo, que deja a la izquierda el an-tiguo castillo, que está en ruinas.Atravesamos una pequeña urbaniza-ción, y a unos pocos cientos de me-tros confluimos con la pequeña ca-rretera que da acceso a Canto Co-chino (1) (1 km y 15 minutos).

Seguimos en paralelo a la carrete-ra, que queda a nuestra izquierda, yveremos ya el aparcamiento queexiste para los que dejan el cocheaquí y comienzan los caminos sin in-vadir el Parque con él. Otros cuan-tos estarán horas ante la barrera deacceso los fines de semana esperan-

do a que salgan los vehículos de losmás madrugadores.

Siguiendo nuestro camino encon-tramos el Centro de educaciónambiental del Parque Regionalde la Cuenca Alta del Manzana-res, cuya visita debería ser obligato-ria (2) (1.600 metros y 25 minutos).Un poco más adelante está la barre-ra y el control. Tras ella, el caminoque hay que tomar va por la dere-cha de la carretera y que está seña-lado como SSeennddaa ddee QQuueebbrraannttaahhee--rrrraadduurraass,, con carteles de madera.Desde el primer momento, la vege-tación que acompaña a la ruta sepresenta rara, formando alineacio-nes, terrazas..., son las repoblacio-nes que se efectuaron en los añoscincuenta y sesenta del pasado siglopara evitar la erosión y regenera-ción del suelo. Son pinos resineros,que se distinguen por sus largas ací-culas y sus piñas alargadas. Junto aellos, las arizónicas, que nos dejan

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26 propuestas para el fin de semana

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1.400

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LA CHARCA VERDEAl tranco por Quebrantaherraduras

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su fuerte aroma a resina. El caminoes, aquí, completamente llano, conun cerro con bolos graníticos anuestra derecha del que nos separaun pequeño arroyo estacional, y lacarretera a mano izquierda.

Cruzamos el arroyo por un puen-te de madera (3) (2 km y 500 m. y 45minutos), y el camino comienza a in-clinarse. Nada más pasar el arroyose abre un claro en el bosque y apa-recen unos rodales de los arbustosautóctonos de la zona, en este casojara pringosa y romero, lo que impli-ca que estamos en el piso del enci-nar guadarrámico, a pesar que sóloquedan algunos restos de pequeñasencinillas dispersas.

Alcanzamos en nuestra subida lacarretera y la cruzamos (4) (3 km y950 m y 1 hora). A la izquierda va-mos a ver una barrera que cierraun ancho camino de tierra. Por ahíno hay que seguir, sino por laSenda de Quebrantaherraduras,que viene indicada con su corres-pondiente cartel.

La senda pasa por un área sin ar-bolado que de sombra, entre densosjarales y algunos enebros de mieraque empiezan a aparecer. A la iz-quierda se abre un barranco. Másadelante nos sumergimos en elpinar. Los troncos de estos pinosson finos, muy cercanos unos deotros, para facilitar su crecimiento alcompetir por la luz. Algunos losvamos a encontrar en medio del ca-mino.

Tras salir del bosque, el camino

se va a hacer más duro, bastanteduro. La senda de tierra se va a con-vertir en un camino pedregoso, conalgunas canalizaciones para evitarque el agua ocupe el camino. Hace-mos una curva a la derecha y el re-pecho es aún más duro. Los últimosmetros, a pleno sol, se hacen pormedio de tres enormes escalones depiedra. Alcanzamos otra vez la ca-rretera en otra curva y cruzamos defrente. Una corta subida, ahora enmedio del pinar, lleva a coronar elcollado de Quebrantaherraduras(5) (4,5 km y 1 hora y 30 minutos).

La carretera va a quedar a nues-tra izquierda, unos metros debajo denosotros. Cuando la ruta se hace ho-rizontal, en el pinar observamos al-gunos bolos graníticos perfectamen-te partidos. Descendemos por unosescalones y cruzamos nuevamentela carretera.

Desde el otro lado, el espectáculoes impresionante. El valle del arroyode La Majadilla, con su mar de pinosy cipreses está rodeado por la granmasa granítica anaranjada de La Pe-driza. A la izquierda, hacia el oeste,la Cuerda de Las Milaneras, con sugrupo de rocas verticales en primertérmino conocido como El Canchode los Muertos. Hacia el este, laPeña del Yelmo y la Pedriza Poste-rior. Por detrás de todo este conjun-to, la Cuerda Larga.

El origen de La Pedriza se re-monta la Orogenia Hercínica (Pale-ozoico), más concretamente a lasúltimas fases, cuando grandes plu-

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La Charca Verde

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tones de granito penetraron por de-bajo de las montañas creadas du-rante dicha orogénesis (unos 300millones de años). Posteriormente,la erosión producida durante millo-nes de años favoreció que quedaranal descubierto. La Orogenia Alpina(65 millones de años), elevó el blo-que rígido de la Sierra, lo fracturó, ya partir de entonces actuó sobre losgranitos la erosión, dando lugar alas múltiples y curiosas formas queconocemos.

Este mirador es un buen lugarpara localizar las principales áreasde La Pedriza y para conocer algunade sus leyendas.

Empezamos el descenso; entredos muretes de piedra bajamos tresescalones. Vamos a pasar entre dosgruesas encinas y algunos enebros.Al poco pasamos sobre un pino que,curiosamente ha crecido horizontaly corta el camino. Llegamos a otrocruce con la carretera (6) (5 km y 1hora y 45 minutos). Al otro lado, unafuente con un pilón nos permitiráabastecernos de agua. Giramos a laizquierda. La vegetación va cam-biando, pues entramos en zona deumbría. Abundan los brezos, loscantuesos, junto con los pinos y laseternas jaras.

Volvemos a cruzar la carretera,en suave descenso, y el camino senos hace horizontal. Llegamos a iren paralelo a la carretera. La cruza-mos por última vez (7) (5 km y 500metros y 2 horas), y ya vamos oyen-do el ruido del río Manzanares.

Por el llano que vamos, se cruzael arroyo de Las Casiruelas y llega-mos a Canto Cochino. Por nuestraderecha se nos une otra nueva rutaque tomaremos más tarde (8) (6 kmy 2 horas y 10 minutos). Canto Co-chino es la zona de aparcamientode los coches que han accedido alParque, hay varios chiringuitos yzonas de esparcimiento. La ruta, sinembargo, no acaba aquí, sino que vaa remontar el río.

Descendemos por un camino as-faltado hacia el río, y lo cruzamospor un puente de madera. Es unpunto donde existe un buen ejemplode bosque galería y donde el ríoManzanares baja con una limpieza y«alegría» que pocos creerían que esel mismo que atraviesa la ciudad deMadrid. La vegetación que podemosver aquí es la de un típico bosque deribera guadarrámico: sauces, multi-tud de alisos, algún olmo y algúnálamo, junto con arraclanes, que sonlas especies que conforman princi-palmente este ecosistema. Segúnnos alejamos del agua, la vegetaciónque va a aparecer es la que nos havenido acompañando, la del pinar derepoblación.

Nada más cruzar el río, nos topa-mos de frente con la Escuela Tallerdel Parque Regional. Aquí giramosa la izquierda, subimos dos o tresescalones y, enseguida descende-mos para ir por un camino paraleloal río, que va a quedar a nuestra iz-quierda.

Aquí se nota el contraste entre el

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26 propuestas para el fin de semana

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bosque de ribera y el pinar; éste, re-poblado con ejemplares muy cerca-nos uno de otro hace que no existael sotobosque, y que todo parezcacomo «ceniciento», seco, que inclu-so te falte el oxígeno para respirar.Las ramas más bajas y medias sehan podrido, incluso hay bastantesejemplares muertos, muchos deellos por la plaga de procesionaria.

Llegamos a la altura de un puen-te, el de Las Ranas. Al otro ladodel río continua el aparcamiento y,en él, un pequeño tejo nos indicaque vamos cambiando de piso conla altura (9) (7 km y 2 horas y 30 mi-nutos).

Continuamos por la margen iz-quierda del río. El camino pareceperderse, pues existen multitud deellos al ser una zona de abundantetránsito. Lo mejor es seguir en para-lelo al río, lo más cercanos a él. Vana ir apareciendo unos pinos quehasta ahora no habíamos visto, controncos más gruesos, de aspectomás viejo, más grandes. Son algu-nos ejemplares de pino albar quequedaron sin talar antes de la masi-va repoblación. Se les distingue fá-cilmente por su color asalmonadoen sus ramas y parte alta del tronco,así como por sus pequeñas pero nu-merosas piñas.

También van a aparecer otras es-pecies en el sotobosque, como reta-mas, escobas, torviscos y jaras. Lle-gamos a una agrupación de rocasgraníticas, estratificadas por sus pla-nos de debilidad (10) (7 km y 600

metros y 2 horas y 45 minutos). Seles rodea por la derecha. A partir deahora vamos a tener un caminollano entre diferentes terrazas de re-población del pinar, hasta llegar a laaltura de un pequeño puente.

Este puente es conocido como elde La Cola de Caballo (11) (8 kmy 3 horas). Nada más cruzarlo, unpequeño sendero parte a la derecha,avanzamos por él unos 20 metros yllegamos a unas pozas unidas porpequeñas cascadas. Es el comienzode la zona de Charcas Verdes, y unbuen lugar para reposar. Desanda-mos lo andado y al llegar al puenteno lo cruzamos, sino que por el sen-dero que continua de frente llega-mos a la carretera que ascendía an-teriormente por toda La Pedriza. Gi-ramos a la derecha.

La pista va a ir en continuo ascen-so, pero es amplia y sin pérdida.Arriba, a la derecha, en la margenizquierda del río, veremos una rocaen equilibrio, es El Cáliz. En nues-tra subida dejamos a la derecha unaprimera desviación, que no toma-mos, y sí la segunda, que desciendehacia el río (12) (9 km y 3 horas y 15minutos).

Tras la bajada, llegamos a una es-pecie de aparcamiento. Tras pasar-lo, vemos el río Manzanares en todosu esplendor. Sobre un lecho deroca pulida por la acción del agua sesuceden cascadas, algunas de másde dos metros, y multitud de pozas ypiscinas naturales. El río hace un re-codo y gira en dirección noroeste.

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La Charca Verde

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La Charca Verde

ESCALA: 1/30.0000 300 600

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26 propuestas para el fin de semana

Una corta trepada por las rocas noslleva hasta la poza más famosa, laCharca Verde, que también es lamás grande. Una pequeña cascadadesemboca en esta poza, que en rea-lidad es una gran «marmita de gi-gante». Las «marmitas» se formanen los lechos rocosos de los ríos, enzonas algo hundidas y que sirven de«trampa» a piedras que arrastra elmismo río. Al caer en esta zona, nopueden salir, pero el movimiento enremolino del agua hace que no dejede dar vueltas, puliendo, redondean-do y ampliando a zona deprimida,hasta crear las pozas o «marmitas»que observamos en toda esta zona(13) (9 km y 300 metros y 3 horas y25 minutos).

Este es el punto culminante delrecorrido, buen lugar para el des-canso y el recreo. La vuelta rápidase va a hacer por la pista asfaltada.El descenso es bastante veloz, hastaalcanzar la barrera de prohibicióndel paso de coches, no sin antes re-basar el arroyo Umbría de la Gar-ganta, que viene por nuestra dere-cha (14) (10 km y 300 metros y 4horas).

Desembocamos en Canto Cochi-no, con sus «chiringuitos» y aparca-mientos (15) (11 km y 4 horas y 15minutos). No volveremos por Que-brantaherraduras, sino por El Tran-co, salida natural del Manzanares.Descendemos un cerrete, dejando ala derecha la señal que indica laSenda de Quebrantaherraduras,cruzamos el arroyo de Las Casirue-

las por unos mogotes de piedra,aunque cuando viene con poca aguao seco no es necesario, y llegamos auna pasarela sobre el río. (16) (11km y 600 metros y 4 horas y 25 mi-nutos).

Cruzamos por esta estrecha pasa-rela y llegamos a un merendero. Lodejamos a nuestra derecha, y nos in-troducimos en la Garganta Camor-za, por donde el río sale de La Pedri-za. El camino se hace entre rocas, ymás bien parece un callejón. A nues-tro alrededor, los majuelos crecenen las zonas donde se ha generadoun poco de suelo fértil. El río, anuestra derecha, va creando multi-tud de pozas.

Un pequeño ascenso nos lleva auna curva del río. Encima del cami-no, sobre una roca ha crecido unmadroño, que parece desafiar a lagravedad y a la falta de suelo. Saltan-do de roca en roca llegamos a unapresa colmatada de sedimentos (17)(12 km y 500 metros y 4 h y 45 mi-nutos).

Bajamos de la presa por una dia-clasa (línea de separación en laroca) de una gran roca de granito yalcanzamos un canal que parte de lapresa. El río va calmándose, se venmás piscinas, aunque no las pozasque se formaban aguas arriba.

Llegamos por fin a otra zona demerenderos, El Tranco (18) (13km y 4 horas y 55 minutos), traspasar por una parte donde las jarasenmarcan un estrecho camino. Aquíacaba una carretera que viene desde

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Manzanares, aunque esta localidadya llega hasta aquí, con la prolifera-ción de viviendas unifamiliares quese construyen en este entorno.

Si queremos alargar un poco elcamino, tomamos a la derecha unacalle sin asfaltar que nos llevará a

cruzar el río y ascender a la ermitade la Peña Sacra. Si no, la carreteraque hemos alcanzado nos llevará enpronunciado descenso hasta nues-tro punto de partida en Manzanaresel Real (19) (16 km y 5 horas y 30minutos).

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La Charca Verde

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TIPO DE RUTA: Lineal.

LONGITUD: 4 kilómetros y 500 me-tros (sólo ida).

DURACIÓN APROXIMADA:3 horas (sólo ida).

DESNIVEL: 1.037 - 1.424 metros.

DIFICULTAD: Alta.

RECOMENDACIONES: Ruta quese introduce en la sierra graníticade La Cabrera, hasta coronar elpuerto que se abre entre sus cres-terías, el collado del Alfrecho, entreel Cancho Gordo y los Canchos dela Ladera, en el extremo occidentalde la sierra.

Para llegar en transporte públicose pueden tomar varios buses desdeel Intercambiador de Plaza de Casti-lla. Concretamente los números190, 191, 194, 195 y 196 de Continen-tal Auto (tel.: 917 456 300).

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la A-1 hasta el ki-lómetro 57 y desviarse hacia el pue-blo de La Cabrera, a la que se acce-de por la antigua N-1, hoy Avenidadel Generalísimo.

Se puede hacer la ruta en cual-quier época del año, aunque las másrecomendables son primavera yotoño. En verano hace bastantecalor, es necesaria una protecciónen la cabeza. En invierno, incluso en

época de heladas se puede hacer,aunque una lancha inclinada de gra-nito casi al final de la ascensiónpuede comprometer el paso. No hayagua a partir del pueblo de La Ca-brera, pues los manantiales de lasierra no son potables. Llevad pris-máticos.

VALORES NATURALES: La Cabre-ra es una sierra granítica de peque-ñas dimensiones, de 5 km de longi-tud, al norte del pueblo homónimo,que posee una gran variedad de for-mas estructurales y de modelado engranitoides. Conserva una vegeta-ción variada, donde contrastan lascaducifolias del estrecho bosquetede ribera del arroyo del Alfrecho, elencinar mediterráneo con enebros yjaras de sus laderas de solana y laimportante masa de robles en laparte baja de la sierra, en la dehesade Roblellano. Importante coloniade buitres leonados en los riscosque dominan la ruta. Otras especiesanimales de la zona son el jabalí,corzo, liebre, conejo, tejón y avescomo petirrojos, carboneros, rabi-largos, cucos, mochuelos, etc... ElPico de la Miel, al este de la forma-ción serrana ha sido una de las es-cuelas de escalada madrileña.

Es recomendable la visita al Cen-tro de Turismo «Villa de San Ro-que», en la Avda. del Generalísimo,36 (tel.: 918 886 698), con una expo-

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

El pueblo de La Cabrera es elpunto de partida de esta ruta, que sien un primer momento es suave, lainclinación va a aumentar progresi-vamente para alcanzar el punto final,el collado del Alfrecho. El mismonombre del pueblo y de la sierra nosindica que el terreno es apto para«cabras», y durante buena parte delrecorrido en las zonas altas de la sie-rra así será.

Desde la Avenida del Generalísi-mo, calle principal de acceso al pue-blo (0), se toma por cualquier calleen dirección a la plaza del Ayunta-miento, que está al oeste de la ca-rretera. Desde esta plaza se toma,

enfrente de la casa consistorial lacalle San Isidro, que desemboca enla calle Jiménez Díaz, reconociblepor una fuente. Se gira por estacalle hacia la derecha, donde vamosa encontrar restos de las viviendastradicionales de la sierra de Ma-drid, bajas, con corralillo, de buenapiedra berroqueña. Junto a éstasestá el potro de herrar del pueblo,restaurado, pero con el entornopoco conservado, lleno de sucie-dad. Por la calle continuamos hastaque a la izquierda nos aparece elbar Machaco y en la esquina, el car-tel indicador del camino al Con-vento de San Antonio, en colorrosa, que nos indica que debemosgirar a la izquierda.

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26 propuestas para el fin de semana

EL COLLADO DEL ALFRECHOPor la Sierra de La Cabrera

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sición permanente del medio físicoy humano de la Sierra Norte y unjardín de especies vegetales de lazona.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 5,El Molar, Comunidad de Madrid.Hoja 484, Buitrago del Lozoya.1/25.000, 484 – IV La Cabrera.

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Comienza una calle en subida congrandes chalets en sus parcelas. Amano derecha se va a ver todo elcordel de la sierra de La Cabrera,dominando el paisaje, tan espectacu-lar cuando se sale de Madrid por laA1, con grandes manchones deverde oscuro de las encinas y jaras.

Desde esta parte se pueden di-ferenciar varios picos y áreas enel cordel montañoso. Al este de lasierra, con forma redondeada y do-minando la carretera y el pueblo, lamole del pico de La Miel, llamadoasí por el color más claro que ad-quiere la roca en las vías de escaladay que parecen «chorretones» demiel. De este pico hacia el oeste, elcordal se diferencia por sus especta-culares formas, con crestones y for-mas más redondeadas hasta llegar auna zona más baja, el collado del Al-frecho, entre los Canchos de la La-dera al este y el pico más alto de lasierra, el Cancho Gordo al oeste.

Se sigue por la calle, y en uncruce, unas rocas graníticas quedana mano derecha con una pintada ennaranja que pone «tramo de escala-da». Llama la atención el color blan-quecino del granito, que es caracte-rístico de la zona y que nos ayudaráa explicar las formas de la sierra.

La sierra se formó en el Paleo-zoico, con la orogenia (que signifi-ca «formación de montañas») Her-ciniana. Los granitos, que son rocasmagmáticas (al igual que la lava),fluyó desde el Manto hacia la Cor-teza terrestre y se introdujo entrelos materiales que habían formadola cordillera Herciniana, generandolo que se conoce como un peque-ño plutón granítico. Luego, du-rante millones de años la erosiónpulió la sierra y la convirtió en unallanura, aunque dejando los grani-tos al descubierto. Una nueva oro-genia, la Alpina, hizo levantar la sie-rra de Guadarrama y junto a toda

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El Collado del Alfrecho

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ella, la de La Cabrera, y a partir deahí actuó la erosión sobre diferen-tes tipos de materiales geológicos.Por un lado, los granitos de granogrueso sufrieron una fácil desagre-gación de sus componentes y for-maron las llanuras del piedemonte,las rampas suaves que hay al sur dela sierra y cuyo límite es la calle porla que se transita; por otro lado, losgranitos de grano fino, que for-man la parte central del plutón sonmás difíciles de alterar, pues tienenmás cuarzo y están más cementa-dos y forman los resaltes que ob-servamos de La Cabrera, favoreci-dos también por la tectónica, queeleva el conjunto de la sierra. Elcolor blanquecino se debe al predo-minio de minerales claros, como elcuarzo y el feldespato en el conjun-to de estas rocas microcristalinas.Dentro de la sierra, los agentes ero-sivos y tectónicos han modeladoformas medianas y pequeñas,creando en la sierra de La Ca-brera un libro abierto de for-mas graníticas, y que en el reco-rrido se van a ir conociendo.

Aunque no hay ninguna indica-ción, esta calle se corresponde conel sendero de gran recorrido GR10. Se sigue por ella y se llega alcementerio del pueblo, que quedaa mano derecha (1) (1 km y 25 mi-nutos). Un cartel de madera indicaque por ahí se va al monasterio oconvento de San Antonio, y otro,del ayuntamiento de La Cabrera in-dica:

Aquí viven cientos de seres vivosRecuerde que usted es un invitado

La subida sigue por la calle con-vertida en un camino cementado,con fincas de labor a mano izquier-da. El camino va a tener un repechoimportante, enmarcado entre higue-ras y robles melojos, junto a aflora-mientos rocosos que indican el esca-lón que se acaba de subir. Se empie-zan a ver los hitos y cruces del VíaCrucis que llevan desde La Cabreraal convento. A la altura del númeroIII, aparece un buen robledal amano izquierda, en una zona llana. Ala derecha, con una exposición másen solana y menos suelo, abundan lajara, el enebro y las encinas, forman-do un buen mosaico vegetal.

Se pasa la IV Estación del VíaCrucis. A la izquierda, en una fincavallada, va a aparecer un gran roble-dal con multitud de vacas en su inte-rior, junto a prados, abrevaderos,protegida por un muro de granito deunos 80 cm.; es la dehesa de Ro-blellano, zona húmeda que tiene ensu interior las lagunas estacionalesde Matatorejo, en una nava enchar-cada. Junto con el roble, se encuen-tran encinas, arces, enebros y algu-nos madroños, que en otoño van adar una gran variedad cromática a lazona. Tras la dehesa, se ven lospicos del Cancho de la Cabeza.

Se pasa la Estación V y el caminose allana. Ésta es un área, dentro dela dehesa con prados y multitud derobles jóvenes. Entre el V y el VI la

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26 propuestas para el fin de semana

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masa de robledal es bastante densa.Se aprecia, en el muro que separa elcamino de la dehesa, unos agujerosen la base, hechos para facilitar elpaso de animales.

A la altura de la Estación VII delVía Crucis hay un área de reposo ydescanso con bancos (2) (2 km y 55minutos). A la altura de este lugar,justo donde hay un chalet con unpino carrasco invadido por la proce-sionaria hay un cruce de caminos. Sise sigue de frente se llega al Con-vento de San Antonio, con su profu-sa vegetación y sus restos románi-cos. A la izquierda se deja la maravi-lla de la dehesa de Roblellano, y a laderecha, un cartel con versos delCanto Espiritual de San Juan de laCruz deja paso tras él un ancho ca-mino de tierra que asciende hacia lasierra. Se sigue por ahí.

El ancho camino inicia un ascen-so suave, pero hay que abandonarloa los 30 metros, donde una roca ver-tical de granito indica una sendillaque se interna de frente en el jaralhacia el Cancho Gordo. La subidapor esta estrecha senda se haceentre un denso jaral de pringosas.En las rocas que hay justo enfrente,pequeños montones de piedra lle-van al collado, facilitando a partir deahora el rastro del camino, que sedifumina en algunos tramos.

Enseguida va a haber una prime-ra subida fuerte, entre enebros,cantuesos y jaras, que invaden la la-dera. Tras este primer y duro repe-cho, el camino se suaviza a la altura

de unas lanchas de granito a la dere-cha, que forman unos dorsos deballena, forma granítica convexaque se forma en lanchas subhori-zontales y que sobresale en mediode una zona no rocosa y que aseme-ja justamente eso, la espalda de unaballena.

El camino es en esta zona bastanteterroso, es lo que se denomina are-nización, producto de la desagrega-ción de la roca granítica. En estazona, más horizontal y con algo másde suelo, aparecen más enebros.

Se desciende una pequeña vagua-da, en un lugar donde el caminotiende hacia la izquierda (3) (2 km y200 metros y 1 hora y 10 minutos).A unos 10 metros, aparecen a la de-recha del camino rocas con formade setas. Tras la vaguada, el caminogira hacia la derecha y se remontaun segundo repecho. En esta zo-na, otra vez con más inclinación, lavegetación la van a componer jaras,cantuesos, tomillos y algunos ene-bros y encinas. El repecho se sube através de varios escalones en lasrocas, y como se ha ganado altitudrespecto a la llanura circundante, esun buen momento para girarse ytener una panorámica hacia el surde la sierra (4) (2 km y 500 metros y1 hora y 30 minutos). A la izquierda,hacia el este, el pueblo de La Cabre-ra, bajo el pico de La Miel, enfrentede este mirador, la dehesa con sugran robledal, y hacia el oeste elconvento de San Antonio y los blo-ques del Cancho de la Cabeza.

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El Collado del Alfrecho

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Se sigue subiendo, entre la arenade alteración y rocas de granito conun color rosáceo, que indica que seva por una zona de fractura. La sie-rra, tal y como se percibe en el cami-no, está formado por varios escalo-nes rocosos, delimitados por fallasde dirección este-oeste, enmascara-das en la ladera por los taludes depie de vertiente. En toda la ladera,además, se van a encontrar berro-cales y pedrizas, es decir, rocasgraníticas que han sido erosionadaspor su planos de debilidad, las dia-clasas, dando lugar a formas de blo-ques paralelepípedos con aristassuaves y ortogonales.

Se sube un tercer repecho muyduro y el camino alcanza la alturade la torre del convento, allanándo-se a continuación (5) (2 km y 700metros y 1 hora y 40 minutos). Enesta zona se van a encontrar variosbolos graníticos, destacando unopor sus dimensiones a mano dere-cha, y que proviene de zonas másaltas, que ha rodado por la pendien-te por el efecto gravitacional. Tam-bién se encuentran varias rocas enforma de seta, e incluso una conforma de silla de montar. Estasformas son la evolución de otrasmenos acusadas, los tafonnis, quesignifican «cavidad», y que sonoquedades que se forman en la basede la roca, zona donde escurre elagua y que tienen una gran concen-tración de humedad, alterando laroca y destruyéndola por la base. Deesta forma, la alteración progresa

desde el suelo hacia la parte supe-rior de la roca hasta la altura en quese mantiene húmeda, y forma lassetas, con la parte superior en alero,o silla de montar, cuando la parte su-perior de la seta ha sido erosionadapor un canal natural de desagüe.

Esta es una zona con bastantemaleza, con un enebral denso conjara y cantueso, adaptándose a lascondiciones de sequedad ambientaly edáfica que tiene esta ladera. Secontinúa por el camino, ahora máshorizontal, entre berrocales y pedri-zas, y la vegetación se hace más va-riada, con más encinas, retamas,enebros, zarzas, jaras, torviscos ymucho cantueso, ya en las estriba-ciones del Cancho Gordo.

Se alcanza una zona con grandesbolos (6) (3 km y 1 hora y 50 minu-tos), toda la ladera está cubierta poresos grandes bloques redondeados.Enfrente, la importante colonia debuitres ocupa todas las rocas de losCanchos de La Ladera. Se cruza elpequeño arroyo del Alfrecho,también llamado Afrecho o Lafre-cho, denominación que varía segúnla fuente que se consulte. Tras estecruce van a empezar los duros repe-chos del camino, entre piedras,zonas terrosas y escalones en el ca-mino para subir las rocas.

El pico de enfrente, el que domi-na ahora el camino sobre las cabe-zas, está lleno de buitres y de nidos,que se diferencian por el color blan-co de los excrementos que dejanestas bellas y majestuosas rapaces

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26 propuestas para el fin de semana

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que aprovechan las corrientes con-vectivas ascendentes del aire paraganar altura planeando. Este pico sellama Canchos de la Ladera, y es, aligual que otros muchos picos de lasierra, una sucesión de cresterías,debido al diaclasado vertical de laroca granítica en esta zona. Otrospicos, como el Cancho Gordo, a laizquierda del arroyo, o el pico de LaMiel son domos, pues su diaclasa-do es curvo, dando lugar a picos re-dondos, con varias lanchas concén-tricas.

Al cruzar el arroyo, las zarzas yrosales silvestres, gracias a la hume-dad, dominan la pequeña vaguadadel Alfrecho. Tras cruzarlo empie-zan dos duros zigzag en el camino.A nuestra izquierda ya se observacon claridad el Collado del Alfrecho.Tras estos dos zigzag muy inclina-dos, el camino se separa del arroyohacia la derecha y gira, tras unalarga recta inclinada otra vez a la iz-quierda (7) (3 km y 400 metros y 2horas y 10 minutos). Es una zonablanquecina, producto de la altera-ción por hidrólisis (fractura porcausa del agua, que separa los gra-nos del mineral) de la roca. Traseste giro, se vuelve a ver la vaguadadel arroyo, que no es más que unafractura en la sierra que es aprove-chada por el curso de agua. La hu-medad del arroyo hace que su cursose vea acompañado por sauces, zar-zas, escaramujos y enebros.

Se vuelven a hacer un par de zigzag duros, en un camino marcado

por los hitos de piedras hasta alcan-zar una lancha de granito no alte-rada e inclinada (8) (4 km y 2 horasy 40 minutos). Hay que subirla endiagonal, hacia un enebro en el ex-tremo superior de la lancha. Enépoca de lluvias, y sobre todo dehielos, la subida y la bajada seráncomplicadas en este tramo.

Tras superar la lancha, el caminocontinua muy inclinado, entre tron-cos de árboles muertos, productode algún incendio pasado. Encimadel camino está la crestería de losbuitres y entre los resquicios quedejan las rocas, en sitios inaccesi-bles han crecido enebros, encinas yarces.

El camino nos conduce a un pino,ya en las cercanías del collado delAlfrecho. A partir de este momentohay que ir saltando de un lado a otrodel pequeño regatillo que es el arro-yo. El camino se va a ir suavizandopor fin, se anda sobre algo de tierraarcillosa, y se corona el puerto, flan-queado por dos murallones de rocasa izquierda y derecha (9) (4 km y500 metros y 3 horas).

Las vistas, desde el collado del Al-frecho hacia el sur, abarcan desdelas laderas de la sierra, el pueblo deLa Cabrera, la autovía A1 y la rampadel piedemonte. Hacia el norte, unaamplia pradera de cervuno nos sirvede mirador de la zona de El Espal-dar, que así se conoce la cara nortede esta sierra, más suave y menosquebrada, al fondo los Montes Car-petanos y el valle del Lozoya, desde

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El Collado del Alfrecho

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el puerto de Navafría al de Somosie-rra. A media distancia y hacia el nor-oeste, el puerto del Medio Celemín,la Cañada Real Segoviana y la vía fe-rrea Madrid-Burgos.

En las inmediaciones del collado,se observan, al igual que durantetodo el trayecto, formas graníticasinteresantes. Al oeste está el Can-cho Gordo y su vértice geodésico.Este pico tiene la cara sur con formade crestería, pero por la cara nortees más suave, es un domo. Al este,las cresterías se hacen más acusa-das, dando lugar a agujas verticales.También hacia el este, pero en unprimer plano, aparecen ejemplos de

formas acastilladas, llamadas to-rres o thors.

En el mismo collado, el granitoestá arenizado, por el proceso detrituración que ha ejercido la fractu-ra donde se ha encajado del arroyo.También, en la pared que está a laizquierda según se sube al colladola roca forma lo que parecen estra-tos, es decir, capas. En este caso sedenomina paraestratificación,pues las rocas plutónicas no formanestratos, sino que la roca se com-partimenta en varias capas de pocoespesor.

En la roca que está en medio delcollado del Alfrecho también se

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26 propuestas para el fin de semana

ESCALA: 1/40.0000 400 800

metros

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aprecia la paraestratificación. El blo-que superior ha formado una sillade montar como las anteriormentedescritas, y si se asciende a la partesuperior se podrás observar unasformas características en el granito,que son los pilancones, pequeñasconcavidades que se forman por laretención de agua en zonas horizon-tales de la roca que provoca la des-composición y desagregación de lamica, que con el vaciado posteriorde la zona alterada da lugar a estaspilas naturales.

La vegetación del collado es esca-sa, con una pequeña pradera en lacara norte, con hierba, algún enebro

rastrero, algún brezo y alguna gra-mínea como el berceo.

Tras descansar en la pradera o enlas rocas del puerto, se puede subiral Cancho Gordo por un estrechocamino que bordea la parte norte, obien seguir por la cara norte hacia eleste, subiendo y bajando pequeñoscollados para alcanzar, en el extre-mo de la sierra el pico de La Miel,por el sendero de pequeño recorri-do PR 13.

En nuestro caso, el regreso se ha-ce por el mismo camino de la subi-da, con precaución por los escalo-nes, la arena resbaladiza y, si hacecalor, con la insolación.

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El Collado del Alfrecho

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TIPO DE RUTA: Lineal.

LONGITUD: 8 kilómetros y 200 me-tros (sólo ida).

DURACIÓN APROXIMADA:3 horas y 40 minutos (sólo ida).

DESNIVEL: 870 - 1.262 metros.

DIFICULTAD: Media. Fácil hasta elcollado. Dura trepada al pico.

RECOMENDACIONES: Ruta quediscurre por el cordal de cumbresdel Almenara, de dirección NNE aSSO. Últimas estribaciones de laSierra del Guadarrama y últimopico destacable y visible desdelarga distancia por su forma pirami-dal. La primera parte es cómoda ydiscurre por la ruta a la ermita deNavahonda. La subida desde el co-llado se hace sin un sendero claro,aunque es difícil perderse, pues sesigue la línea de cumbres.

Para llegar en transporte públi-co hay que tomar los buses 640 y669A desde San Lorenzo de El Es-corial y el 645 desde Moncloa (Au-tocares Herranz, tel.: 918 969028). El tren no es recomendable,pues deja lejos del inicio de laruta.

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la M-501 hastaNavas del Rey y desviarse a la dere-

cha por la M-512 hasta Robledo deChavela. También por esta mismacarretera, si se llega desde El Esco-rial y tras pasar el puerto de la CruzVerde.

Hay que evitar los días de lluvia,frío y viento en invierno. Primave-ra y otoño son las mejores épocas,sobre todo ésta última, con el aña-dido del cromatismo de ocres, ro-jos, amarillos y verdes del montemixto de la umbría. Hay que llevaragua, aunque existan dos fuentesen la ruta, pues no tienen caño yen algunas épocas es poco reco-mendable beber de ellas.

Llevad prismáticos, guía de iden-tificación de aves, calzado resisten-te y gorro. En la subida por la cuer-da del Almenara es frecuente en-contrar vacas en nuestro paso,pero si no se las molesta son in-ofensivas.

El Ayuntamiento de Robledo deChavela tiene una web con algunasrutas por el municipio que comple-mentan ésta: www.espaciorobledo.com.

VALORES NATURALES: Enclava-da en la ZEPA de los ríos Alberchey Cofio, es fácil observar las rapa-ces en vuelo por los riscos del Al-menara, sobre todo escasa águilaimperial ibérica. Modelado en gra-nitos con lanchares, berrocales,

EEll CCeerrrroo AAllmmeennaarraaEl último pico del Guadarrama

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

El inicio de la ruta es el crucedonde se ubica la gasolinera de Ro-bledo de Chavela. Enfrente de ella,tras cruzar la M 512, de Navas delRey a El Escorial, está la calle Vir-gen de Navahonda, que en subidahacia la derecha es la que debemostomar. Vamos por ella hasta unpunto en donde hay unos adosados,que se distinguen por sus empina-das escaleras externas. Ahí en elcruce, además, hay un mapa con va-rias rutas por el municipio y gira-mos a la derecha. Ésta es la calle Ca-mino de la Ermita. Si a la izquierdavamos a tener adosados, a la dere-

cha hay una explotación agropecua-ria con vacas lecheras, frecuentespor la zona.

Llegamos donde acaba el asfalto(1) (750 metros y 20 minutos).Está marcado por el fin del entra-mado urbano del pueblo y por unapequeña encina que se alza al ladodel camino, un poco desmochada.Si miramos de frente, va a estar elobjetivo de la ruta: el cordal delpico Almenara, aunque el cerromás llamativo está en primer térmi-no, el Almojón, más bajo que elpunto final de la ruta, pero que des-taca con su lancha lisa y muy incli-nada de granito que cae hacia elnoroeste.

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26 propuestas para el fin de semana

EL CERRO ALMENARAEl mirador del suroeste

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torres, etc... Bosque mixto con en-cinas, robles, quejigos, arces, fres-nos, cornicabras, etc., en la um-bría, junto con pinos resineros derepoblación y pinos piñoneros.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 6,San Lorenzo de El Escorial, Comuni-dad de Madrid, y nº 557, San Martínde Valdeiglesias, del IGN y 1/25.000,557-II, Colmenar del Arroyo.

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La ruta está marcada, en esta pri-mera parte, por eriales y, el caminoestá ubicado entre dos vallas de pie-dra y la vegetación que marca los lí-mites de las fincas. Esta vegetaciónes bastante abundante, aunque másseca que en zonas más altas y um-brosas por las que pasaremos másadelante. Junto a las encinas desta-can enormes espinos albares, zar-zas, enebros de miera y saúcos.

Pasamos por la puerta de la hípi-ca de Navahonda, con varios olmosen el límite de su finca.

Un gran roble melojo (2) (1 km y200 metros y 30 minutos) nos marcauna zona de transición entre lospisos del encinar y del robledal. Es-tamos bastante bajos en altitud, perolas condiciones ambientales locales,con bastante umbría y humedadedáfica hacen que se genere un mi-croclima local que va a desarrollaruna variada vegetación que podría-mos denominar de monte mixto,donde conviven especies perennescomo el enebro, la encina, con otrasmarcescentes y caducas (roble me-lojo, quejigo, arce, cornicabra, fres-no, etc...). Seguimos por el camino yse nos aparecen más explotacionesvacunas, en un camino marcadoambos laterales por zarzas, espinosblancos y olmos. Tras un gran fres-no, reconocible por sus hojas estre-chas y lanceoladas comienza una pe-queña subida. En un poste de la luz,a mano izquierda, nos aparecen lasmarcas rojas y blancas, inconfundi-bles, del sendero de Gran Reco-

rrido GR 10. A la izquierda, porencima del camino, se observacómo el roble se está regenerandoen las fincas colindantes.

Se hace una semicurva a manoderecha y en este tramo, un pocomás alto, nos aparecen los primerosarces de Montpellier (3) (1 km y 750metros y 35 minutos). Están sobrelos muretes de granito que hay amano izquierda y proliferan por losprados. Son fácilmente reconociblespor la hoja trilobulada, aunque cuan-do mejor se les aprecia es en otoño,con el color rojizo que adquieren.También podemos ver cómo existenen esta parte unas grandes encinas.

Hacemos una curva a la izquierday vemos ya los cerros un poco máscercanos. El camino está cementa-do, entre bolos y lanchas de granitoque nos aparecen a ambos lados.Llegamos a la fuente de la Mari-quita (4) (1 km y 900 metros y 45minutos). Es una zona bucólica, conasientos pintados en blanco alrede-dor del manantial, con un cartelnegro indicando el nombre y unpote metálico para beber, atado conuna cadena.

A partir de aquí, el camino se in-clina un poco más. Pasamos por unagran finca privada, Las Aleguillas,que tienen una gran perrera en suinterior y cuyos ladridos nos acom-pañarán en este tramo. Enfrente seven ya las laderas del Almenara, eneste caso la umbría, orientada alNoroeste, donde se distinguen lospardos de las encinas y el verde de

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El Cerro Almenara

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los pinos, con los colores más clarosy cambiantes de los fresnos y ro-bles. Nos aparecen en esta zonagrandes retamas de bolas, las que seutilizaban en los pueblos antañocomo sonajeros para niños, y tam-bién jaras pringosas.

Continuando por el camino, tre-pamos un repecho bastante durotras una curva a izquierdas (5) (2km y 400 metros y 1 hora). A la iz-quierda del camino se aprecian unaspequeñas formaciones de rocas ca-balleras; a la derecha, abundan losprados de siega con fresnos y arces.

Llegamos a la fuente del Tejar(6) (3 km y 1 hora y 20 minutos).Ésta es un manantial, a la derechade la carretera, en semicírculo, ymana hacia las fincas que se extien-den por la ladera abajo. Está rodea-da de fresnos, y es el último lugardonde están permitidos los vehícu-los, pues a partir de aquí el caminoes más empinado, con más piedrasy más estrecho, pues haremos la su-bida definitiva hacia el Alto. A la iz-quierda, enfrente de la fuente, ve-mos el granito de la sierra en unatrinchera del camino, que ha sufridoel ataque erosivo del agua por hidró-lisis y se desagrega en granos.

Seguimos por el repecho. La um-bría y la humedad hacen que sea unparaíso por la variedad de plantasque nos aparecen: escobas, enebrosde miera con un buen porte arbó-reo, jaras, algún endrino pequeño,encinas, muchos fresnos, bastantesarces, cornicabras, robles, zarzas,

majuelos, torviscos y hasta algúnquejigo a lo largo del camino, que vahundido entre las fincas cercanas.Por encima de nosotros pasaránconstantemente una multitud deaviones transoceánicos, pues es unpasillo aéreo muy concurrido.

Tras una pequeña curva a la iz-quierda, el camino se suaviza hastaquedar casi horizontal (7) (4 km y 1hora y 40 minutos). Seguimos acom-pañados por ese mosaico de espe-cies, aunque cuanto más nos acerca-mos al collado, las condiciones deumbría desaparecen y van a ser do-minantes las escobas, retamas y en-cinas. A nuestra derecha, la hondo-nada del valle de Robledo se cierracon el cordal paralelo de Cabeza LasHuertas, con su visible cortafuegosen el pinar, y la carretera que ascien-de al puerto de Almenara.

Estamos cerca del collado, yaprovechando los vientos, las co-rrientes térmicas y los crestonesgraníticos, es frecuente observar elvuelo de rapaces, y si se tiene suer-te, alguna pareja de águila imperialibérica. Llaneamos un poco, viendoya de cerca la umbría del Almenara,con su gran inclinación y su montemixto. Al fondo se observa Gredos,y un poco más cercano la hondona-da profunda del valle del Alberche.

Alcanzamos el Alto de Nava-honda (8) (5 km y 200 metros y 2horas). Es un buen lugar para des-cansar, pues a partir de ahora, si sequiere continuar el camino, las ram-pas serán en algún momento duras.

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26 propuestas para el fin de semana

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También se puede continuar por elcamino que traíamos hasta El Humi-lladero (1,5 km más) o hasta la ermi-ta de Navahonda (2,5 km más). A laizquierda del collado hay una peque-ña pradera, tras unas grandes reta-mas de bolas, que sirven de miradorde esta zona, donde se observa todoel piedemonte de la zona de Valde-morillo-Colmenar del Arroyo-Chapi-nería, zona llana y adehesada,menos arbolada que el camino quetraíamos.

En el alto, a la derecha del colla-do, se observa una cancela giratoria.Por ahí entramos para subir al Alme-nara. Es una zona con ganado suel-to, pero las vacas no suelen hacernada. El camino es más difícil de se-guir, faltan las señales, e incluso losmontones de piedra que son tan fre-cuentes en zonas de montaña. Secruza la cancela, y nada más pasarla,se gira a la izquierda, yendo pega-dos a la valla unos pocos metros. Sedeja al lado una zarza y se ve una en-cina de gran porte. Un senderillopasa en zigzag a la derecha de ésta,y se encamina hacia el cerro, perono por la divisoria de vertientes,sino un poco por la umbría (a la de-recha según subimos). Se cruza unazona muy húmeda, con zarzas y unmanantial, y tras un majuelo se ganaaltura rápidamente. El camino ha to-mado este sentido para salvar un es-carpe rocoso vertical. A la vueltahabrá que girar a la izquierda paravolver por el manantial y salvar elescarpe.

Se corona un primer escalón eneste repecho (9) (5 km y 600 metrosy 2 horas y 20 minutos). Se va siem-pre por el lado derecho de la líneade cumbres. Hay muchos caminoshechos por las vacas, pero se puedeseguir por la amplia divisoria. Sesube un segundo escalón en este re-pecho, con retamas y enebros por elcamino.

Alcanzamos el segundo rellano(10) (5 km y 900 metros y 2 horas y35 minutos). Llaneamos entre rocascaballeras, dispuestas unas encimade otras en equilibrio inestable. Nosaparecen bastantes enebros y, al serzona de cumbres batidas por elviento, vegetación más seca, comoretamas y escobas. Subimos unpoco más, aunque suavemente, diri-giéndonos a un enebro con la coparedondeada y cuyo tronco lo confor-man ocho o nueve ramas entrelaza-das entre sí, y alcanzamos un pe-queño collado. Desde aquí, la baja-da se ve franca, pues desciende rá-pidamente en dirección a unpequeño portachuelo antes de subiral Almenara. En medio de la laderaveremos grandes pinos. Aquí cabendos caminos: uno, que baja hasta unpequeño abrevadero para el ganado(aquí es frecuente encontrarse avacas pastando) y, a continuacióntrepar a la izquierda y subir a un co-lladín entre rocas y pinos, o bien,antes de empezar a bajar, desviarse45º a la izquierda y llanear entreenebros hasta esos pinos por un ca-mino poco marcado. Llegamos a los

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El Cerro Almenara

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pinos, y a partir de aquí habrá un rá-pido descenso hasta la subida defi-nitiva (11) (6 km y 600 metros y 2horas y 55 minutos).

El descenso es muy rápido, y elAlmenara que siempre nos había pa-recido muy cercano parece alejarse,pues de cerca no es tan fácil comoparece en la lejanía (12) (7 km y 100metros y 3 horas y 10 minutos).

Se empieza la subida. En estecaso la tendencia es por la izquierdade la divisoria hasta un prado, y deahí se gira en oblicuo a la derecha,siempre en subida, por un pequeñosendero entre grandes retamas enfi-

lando al pico. Se sube entre escalo-nes de piedras, y empieza a apare-cer un tapiz de helechos. Aquí faltala señalización del camino, pero hayque ir directamente hacia un gransemidomo granítico cubierto demusgo. En su base, a unos diez me-tros de él, se gira, llaneando hacia laizquierda hasta ver un gran roble,que dejaremos a nuestra izquierda.A partir de entonces hay que treparen continuo zigzag entre rocas ypastos hasta la divisoria, hasta en-contrar unas rocas de granito queforman una ventana natural. La deja-mos a la derecha, y por un estrecho

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26 propuestas para el fin de semana

ESCALA: 1/70.0000 700 1.400

metros

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pasillo se corona el cerro. Al llegararriba se observa como son doscumbres y sólo se ha llegado a laprimera (13) (8 km y 150 metros y 3horas y 30 minutos).

Para acceder a la segunda y ver-dadera cumbre, la del vértice geodé-sico, hay que atravesar el estrechocordal e iniciar una corta pero duray escabrosa trepada hasta el vérticedel cerro Almenara, pero sólo paragente experta, ya que «riesgos,siempre los mínimos». Entre me-dias veremos un ejemplo de altera-ción del granito, ya que aprovechan-do un plano de debilidad en la roca,los agentes erosivos han labrado unpasillo de unos treinta centímetros,formando un «gajo», separado deuna gran roca redondeada.

La cumbre del Almenara es es-trecha, y hace honor a su nombre,pues una almenara es un lugar ele-vado, una atalaya, donde un vigía

hacía un fuego visible en muchoskilómetros alrededor, para avisar ala población de un peligro. Y es quedesde esta cumbre las vistas son ex-cepcionales: Gredos al fondo, haciael suroeste, las parameras de Ávilahacia el oeste y noroeste, con ungran parque eólico, al norte la aline-ación del Almenara, separando lafosa tectónica de Robledo del piede-monte de Colmenar del Arroyo, quequeda más al este. Más al norte lasierra de Malagón con los picos SanBenito y Abantos. A nuestros pies,al sur, la estación de la NASA de se-guimiento de satélites y las dehesasde Navahonda. Tras la dura trepa-da, conviene quedarse en las cum-bres disfrutando del maravilloso es-pectáculo de la naturaleza del suro-este de Madrid, y, si la suerte acom-paña, deleitarse con el vuelo de lasfrecuentes rapaces, que sobrevue-lan estos riscos.

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El Cerro Almenara

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: 9 kilómetros y 300 me-tros desde el pueblo (ruta larga). Elrodeo al embalse (ruta corta) supo-ne 4 km y 500 metros.

DURACIÓN APROXIMADA: Laruta larga, 2 horas y 45 minutos. Laruta corta, 1 hora y 30 min.

DESNIVEL: Nulo si se hace la rutacorta. Si se hace la larga, bajo; tansolo la bajada y subida desde elpueblo.

DIFICULTAD: Baja.

RECOMENDACIONES: Ruta quediscurre por la única masa de casta-ños de importancia de la Comuni-dad de Madrid, en su límite más oc-cidental y perteneciente al munici-pio de Rozas de Puerto Real, ya enla sierra de Gredos.

Para llegar en transporte públicohay que tomar el bus nº 546 queparte desde Méndez Álvaro (em-presa El Gato, tel.: 915 304 459).

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la M-501 hasta elPuerto Real, que separa los vallesdel Alberche y Tiétar, y desviarsepor la M-549 a la derecha. Tras unacurva, surge la desviación al embal-se de Los Morales.

Las mejores épocas son primave-ra y otoño. En primavera aún quedanieve en las cumbres, y en otoño, lavariedad cromática de los castañosy los robles incrementa la bellezadel paisaje. En invierno destaca porla variedad de aves que pasan estaépoca en el embalse. En veranohace bastante calor. Las praderasde alrededor del embalse invitan auna agradable jornada. Aunque hayfuente al principio del recorrido, esmejor llevar consigo agua.

Llevad prismáticos y guía de iden-tificación de aves. Evitad acceder alas fincas privadas, aunque han pro-liferado los cerramientos de alam-bre en los últimos años para nopasar a ellas.

VALORES NATURALES: Única ma-sa de castaños de la Comunidad deMadrid, a excepción de pequeñosenclaves en Las Machotas y Ceni-cientos. Gran limpieza ambiental.Zona de invernada de aves comozampullines, somormujos, cigüe-ñas, garzas, ánades. Especies comocorzo, jabalí, zorro. Estribacionesde Gredos en Madrid.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 10,Cadalso de los Vidrios, Comunidadde Madrid.

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En torno al embalse de Los Morales

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

Desde el pueblo de Rozas dePuerto Real (0) se toma la carrete-ra que se dirige hacia la M 501 ySanta María del Tiétar, para desviar-se a la salida del pueblo a la derechapor la antigua carretera, y un pocomás adelante, por un ancho caminode tierra que surge a la derecha y endescenso que es la Colada de Po-niente, una pequeña vía pecuariaque nos conduce a un abrevaderode ésta, que es la fuente del Cho-rrillo y que ahora es un área recrea-tiva. Bajamos por la umbría delcerro de Las Corzas y aparte de cul-tivos de vid, propios de la comarca,abundan los castaños de buen porte,con su forma globosa, adelanto delos que existen en la otra ladera delvalle.

Se sigue descendiendo rápida-mente hasta un camino que surgetransversalmente (1) (1 km y 10 mi-

nutos). Este camino es la antigua víadel ferrocarril del Tiétar, que ya noexiste, y que ahora es el sendero deGran Recorrido GR 10. Un pocomás abajo se alcanza la carretera M501. Aquí hay que tener mucha pre-caución, pues tiene bastante tráfico.Se cruza perpendicularmente y unúltimo descenso nos lleva al fondodel valle, con menos vegetación ycon un amplio camino transversalde este a oeste, la Cañada Real Le-onesa (2) (1 km y 400 metros y 15minutos).

Giramos a la izquierda por esteancho camino, tradicional paso deganados y nos dirigimos hacia elPuerto Real, el collado que se ve aloeste que, además de ser la divisoriade aguas entre el Tiétar y el Alber-che, antiguamente era donde los re-presentantes de la Corona cobrabanel impuesto llamado Portazgo por lautilización de las Cañadas y el pasodel puerto a los ganaderos.

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26 propuestas para el fin de semana

EL CASTAÑAR DE ROZAS DE PUERTO REALEl Gredos madrileño

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Subiendo por la Cañada se llega,tras una desviación a la derecha, aun imponente edificio que es un co-legio religioso, que en los mapasaparece con el nombre de SantaMaría (3) (2 km y 25 minutos). De-jándolo a nuestra derecha, el cami-no se mete de lleno en un valle ce-rrado, dominado por zarzales, rosa-les silvestres, fresnos y sauces, conel cauce del arroyo de Los Moralesa la derecha. Una remontada unpoco dura, con una curva a la dere-cha nos conduce bajo el muro de lapresa de Los Morales, y girando ala derecha, se deja la presa a la iz-quierda, donde, en un amplio cami-no de tierra se abre un aparcamien-to (4) (2 km y 400 metros y 30 minu-tos). Si se ha optado por llegar encoche hasta aquí, la ruta comenzaríaahora.

Se remonta el duro repechodonde se ha construido el embalsepor el ancho camino que conduce ala finca El Castañar y que nos situa ala puerta de acceso al muro de lapresa. Aquí por fin se abre la pers-pectiva, observando el murallón quese abre al norte, el Alto del Mirlo opico de Casillas, que con sus 1.768metros domina el paisaje. Por deba-jo de él, su ladera cubierta por unimpenetrable bosque de castaños.Abajo del todo, el embalse, peque-ño, de forma casi circular, rodeadode verdes praderas. Por detrás deesta vista, hacia el sur, la mole deCabeza Gorda, con bastantes máscastaños.

Siguiendo por el camino, valladoa derecha e izquierda se llega hastaun cartel puesto por el Ayuntamien-to de Rozas donde se informa de la«ruta de Los Castaños» y de las es-pecies faunísticas que se pueden ver(5) (2 km y 700 metros y 35 minu-tos).

A partir de aquí entramos en elmundo de las fincas privadas, concaminos cada vez más cercados,pero que aún nos permiten ver y dis-frutar la naturaleza de la zona. El ca-mino se va a allanar. A la izquierda,se ve la lámina de agua del embalse,al cual podemos acceder, tras unacurva a derecha e izquierda, por unaportilla. El embalse es una pequeñanava cerrada, es decir, una zonadonde de forma natural se encharca-ba y se formaban prados húmedospara el ganado y que se ha aprove-chado para represar los arroyos queconvergen en ella y abastecer deagua los pueblos de alrededor.

Se prosigue el ancho camino conzarzas, rosales, sauces, alguna cor-nicabra y muchos robles melojos. Ala derecha, unos bolos de granitonos recuerdan que se está en Gre-dos, pues es la roca dominante deeste macizo. Esta parte de la Comu-nidad de Madrid, desde el río Alber-che hasta el límite provincial, es laparte de la Sierra de Gredos quepertenece a Madrid, con el Alto delMirlo como cota máxima y que seextiende hacia el oeste, en lo que esla parte oriental del macizo.

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El castañar de Rozas de Puerto Real

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Se sigue llano pegado al embal-se, por un ancho y sinuoso caminorodeado por sauces arbustivos aambos lados. A la izquierda va aquedar siempre el embalse. En lasladeras que quedan a mano dere-cha, entre las rocas graníticas van aaparecer los primeros rodales decastaños en una dehesa. El castaño(castanea sativa) es un árbol con untronco liso, grueso y de color gris,con muy buena madera. Sus hojasson muy alargadas y dentadas. Sufruto es la castaña, que está conteni-da en una bolsa pilosa denominadaerizo. Suele tener una forma globo-sa, con hojas que varían del verdeintenso al ocre y amarillo segúnavanza el otoño, para caerse en in-vierno. Se creía que era una especieintroducida desde Centroeuropa porceltas y romanos, pero registros fó-siles de polen han demostrado quelleva en la península Ibérica desdehace miles de años. Más tarde, losceltas ampliaron su cultivo, pues lesservía de alimento, y tradicional-mente se asoció el castaño al mundocelta, indicando que su cultura abar-caba las zonas donde este árbol esta-ba presente; pero más tarde, los ro-manos intensificaron aún más sucultivo y se extendió por ampliaszonas de la península, sobre todomontanas, ocupando el piso altitudi-nal del roble.

Se llega a una portilla giratoria,que queda a la izquierda (6) (3 kmy 45 minutos). Bajo dos castañosuna estrecha senda nos introduce

entre zarzas en el embalse, buenlugar para observar la avifauna.Continuamos por el ancho camino,entre robles y sauces, viendo ya en-frente la amplia ladera del Alto delMirlo con su gran castañar que enotoño se vuelve de color amarillointenso. Esta zona de la sierra esbastante húmeda, pues por el Puer-to Real entran las húmedas borras-cas del Golfo de Cádiz, que con losvientos del suroeste (ábregos o llo-vedores), llegan cargadas de hume-dad y precipitan en las estribacio-nes de la sierra.

El camino se va a ir apartandodel embalse y, en una curva cerradaa izquierdas se atraviesa el arroyode Los Morales, que surte de aguaal embalse, al igual que otros tribu-tarios. En sus márgenes, sauces,zarzas y fresnos forman una marañaimpenetrable.

Se llega a la finca El Castañar(7) (3 km y 400 metros y 1 hora y 5minutos), a la altura de otro pasopara pescadores. Aunque sigue sien-do amplio, se acaba el cómodo cami-no, pues son zonas normalmente en-charcadas, junto al muro de la finca.

Se deja atrás el muro de la casa yuna flecha verde en la esquinadonde acaba la pared nos indica quecontinuamos por el Camino de losCastaños. A partir de aquí, la vegeta-ción se hace más profusa, el roble vaa alternar con masas cada vez másgrandes de castaños, pues hemosllegado al fondo de la nava y al pie

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26 propuestas para el fin de semana

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de la ladera del Mirlo; junto a ellos,jaras, escobas y algún pino.

Se desciende hacia un arroyo,en medio de una densa sauceda. Esuna zona muy húmeda, y tras pasarel arroyo, un camino surge a la dere-cha, para acceder a la finca de casta-ños, pero está cercada con una vallanueva de alambre. Se están produ-ciendo grandes cercamientos en fin-cas privadas, no sólo en esta zona,sino en toda la Comunidad, impi-diendo transitar por caminos anteslibres. No importa. A la vera delarroyo, surge por su margen iz-quierda una sendita (8) (4 km y 200metros y 1 hora y 15 minutos), porla cual se puede pasar y ver undenso castañar madrileño (el arroyonos quedará a la izquierda).

En un primer momento, en esterecorrido aguas arriba, se va a la al-tura del agua, con lo que es fácil em-barrarse si el tiempo viene con llu-vias, pero a los diez metros, a la altu-ra de un pequeño bolo de granito, seasciende un escalón y se ve el cami-no franco, pegado al agua, que zig-zaguea entre la hiedra, las zarzas ylos castaños.

Se va remontando el arroyo, y alotro lado de éste, en la finca a la queno hemos podido acceder, se vengruesos tocones de castaños, corta-dos casi a nivel de suelo, y que de élsurgen varios troncos finos y rectosque ganan rápidamente altura. Estecorte a «mata rasa» indica que se de-dica esta finca a explotación made-rera, pues si su fin fuera explotar el

fruto, la castaña, los árboles seríande gran tamaño, con el matorral es-caso. En este caso que tenemos en-frente, salen entre 5 y 15 brotes decada tocón, dando lugar a un montebajo de castaños. Los brotes más dé-biles de cada tocón se eliminan y sedejan tres o cuatro brotes para quecrezcan. En nuestro corto recorridopor el arroyo vemos como alternanalgunos buenos ejemplares de casta-ño con bastantes árboles jóvenes.En otoño este camino estará sem-brado de erizos, castañas y hojassecas.

La humedad de esta parte del ca-mino hace que crezca la hiedra y seenrede por todas partes, junto conzarzales, sauces y torviscos muygrandes. A la derecha, según se re-monta, un muro denso de castañosjóvenes impide el paso. En la subidase llega a una zona con algunas pe-queñas cascadas. Se podría ir unpoco más allá, pero el paisaje seríaigual. Aquí se está inmerso en el«mar de castaños» de esta zona (9)(4 km y 700 metros y 1 hora y 30 mi-nutos).

Se retorna por los mismos pasoshasta el camino (10) (5 km y 200metros y 1 hora y 40 minutos). Apartir de ahora el castañar va a estara la derecha del camino, acompa-ñando el recorrido durante un largotrecho. A la altura de un banco demerienda, en una curva a izquier-das, la masa del castañar se hahecho aún más densa.

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El castañar de Rozas de Puerto Real

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Se sigue por el camino, y se salea una solana. Aparecen en ese mo-mento, a ambos lados, especies másxéricas, más adaptadas a la insola-ción y la sequía, como jaras, esco-bas, torviscos, escaramujos y roblesen vez de castaños. Se llega a esterobledal en una zona donde sepuede volver a ver el embalse.

El camino hace una curva a la iz-quierda (11) (5 km y 900 metros y 1hora y 55 minutos), y se vuelve a en-trar en otra zona húmeda, con otroacceso a una finca particular a la de-recha, hacia la otra vez imponentemasa de castaños, que domina la la-

dera. Durante unos centenares demetros nos va a acompañar el densocastañar, con miles de troncos, que leconfieren un aspecto de selva.

Se sale de la umbría de castañoshacia unos prados. A la izquierda, enmedio casi del embalse, una pequeñapenínsula con varios robles y rocasgraníticas se adentra en la lámina deagua. Es un observatorio natural pri-vilegiado para observar tranquila-mente las aves del embalse.

Se sigue por una zona de prade-ras, desde donde ya se escucha elruido de los motores de los cochesque ascienden hacia el abulense

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26 propuestas para el fin de semana

ESCALA: 1/40.0000 400 800

metros

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pueblo de Casillas. En esta zona des-pejada, fuera de las masas de casta-ños, merece la pena girarse hacia elnorte y ver las estribaciones delGredos madrileño, un panorama dis-tinto en cada estación.

Tras una pequeña subidita, don-de hay varias rocas de granito recu-biertas de musgo y liquen, se entraen otra zona de castañar, esta vezformando un bosque mixto al alter-narse con robles. Tras dejar a la iz-quierda otro paso de pescadores ygirar el camino más hacia el este(12) (6 km y 400 metros y 1 hora y40 minutos), el castaño se va a hacerotra vez dominante del bosque, conlos tocones y los troncos surgiendode éstos.

Se sale de este último castañar yalcanzamos el dique de la presa deLos Morales (13) (6 km y 700 me-tros y 1 hora y 45 minutos). Sepuede pasar sobre él y ver un paisa-

je maravilloso, con las cumbres, lasladeras cubiertas de castaños, y lanava con el agua del embalse comoun espejo reflejando el pico de Casi-llas. Al otro lado de la presa, la puer-ta suele estar cerrada, pero la vallaestá rota hacia la izquierda, y unpoco más allá está uno de los pasosde pescadores.

Al salir de la presa, se gira a laderecha, alcanzando el aparcamien-to del inicio (14) (6 km y 900 metrosy 2 horas). Si se ha llegado andando,se gira a la izquierda por el barran-quillo del arroyo hasta el colegio,desde allí se sigue hasta la CañadaReal, y por el mismo punto queantes hemos bajado empieza la duratrepada hasta el pueblo, primerocruzando la carretera, y luego lle-gando a la antigua vía del ferroca-rril, el camino viejo y por último alpueblo de Rozas (17) (9 km y 300metros y 2 horas y 45 minutos).

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El castañar de Rozas de Puerto Real

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: 5 km y 800 metros. Sise visita la laguna del Salmoral, 7km.

DURACIÓN APROXIMADA: 2 ho-ras y 10 minutos. Si se visita la lagu-na, 3 horas.

DESNIVEL: Bajo.

DIFICULTAD: Baja.

RECOMENDACIONES: Ruta quediscurre por la parte de baja de lacomarca de la Sierra del Rincón, enel término municipal de Prádenadel Rincón, transitando por la grancantidad de vías pecuarias de sutérmino municipal.

Para llegar en transporte públicohay que tomar el bus 191 desdePlaza de Castilla o el 191-C desdeBuitrago del Lozoya (ContinentalAuto; tel.: 917 456 300).

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la A-1 hasta el ki-lómetro 76 (desviación Buitragodel Lozoya–Gandullas, y tras atra-vesar Buitrago, desviarse a la dere-cha por la M-137 hasta Prádena delRincón.

Se puede hacer la ruta durantetodo el año, a excepción de losdías fríos y lluviosos del invierno y

otoño, y los días de tormenta, queademás dejan partes de la ruta em-barradas. Hay que llevar agua(pues salvo en el pueblo no hayfuentes), prismáticos, calzado có-modo y una guía de campo. Lasportillas o zarzos, como se conoceen la zona, se deben cerrar unavez pasados. Hay mucho ganadovacuno suelto. La ruta dispone decuadros temáticos sobre el temade la ganadería y el trabajo del pas-tor, así como de los restos cultura-les que quedan de la época de latrashumancia.

VALORES NATURALES: Zona dela Sierra Norte de Madrid, comar-ca del Rincón y Reserva de la Bios-fera. Paisaje en materiales meta-mórficos. Dehesas y montes de ro-bles melojos y fresnos. Camposcercados. Tinados, abrevaderos,cañadas, contaderos, que implicanun amplio bagaje cultural en rela-ción con el mundo de la Mesta y laganadería trashumante. Ganaderíaextensiva vacuna. Zona húmeda dela laguna del Salmoral.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 2,Buitrago del Lozoya, nº 458, Práde-na. 1/25.000, 458-IV, Villavieja deLozoya.

LLaass CCaaññaaddaass ddee PPrrááddeennaaLos antiguos caminos del ganado

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

Durante siglos, una de las fuen-tes de riqueza del reino de Castillafue la exportación de la lana de losnumerosos rebaños de ovejas meri-nas hacia los telares de Inglaterra yFlandes. Ante el floreciente nego-cio y para además cobrar el tributoa los rebaños, el rey Alfonso X elSabio instituyó, en el año 1273, elHonrado Concejo de la Mesta,donde se reunirían todas las mestaso agrupaciones de ganaderos deCastilla. Los privilegios que goza-ron por el favor Real llevó a crearuna red de caminos exclusivos parael ganado, las cañadas, en detri-mento de agricultores y tierras co-munales.

La Mesta fue abolida en 1836,pero los numerosos caminos yotros restos de arquitectura de esenegocio han pervivido. En algunaszonas han sido invadidos, en otras

simplemente desaparecieron por el«progreso», pero en toda la penín-sula, y sobre todo en el territoriodel antiguo reino de Castilla pervi-ven miles de kilómetros de caña-das, veredas, cordeles y coladas.En la Comunidad de Madrid sonmás de 4.200 km de rutas, verdade-ros caminos históricos, que ponenen contacto ecosistemas como co-rredores naturales, acercan el co-nocimiento entre el ser humano yla naturaleza, mantienen una tradi-ción cultural y económica milenariay sirven además de uso públicocomo recurso educativo y me-dioambiental. En nuestra Comuni-dad están protegidas por la Ley8/98 de Vías Pecuarias.

La zona de la sierra de Madrides tradicionalmente ganadera. Enella, la Sierra Norte, la antes de-nominada «Sierra Pobre», es la queha mantenido más vivamente lastradiciones y el modo de vida an-

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26 propuestas para el fin de semana

LAS CAÑADAS DE PRÁDENA DEL RINCÓNEl acervo cultural de la Mesta

800

900

1.000

1.100

1.200

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9

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cestral, al estar más aislada del cre-cimiento de las urbanizaciones yser menos accesible desde la granurbe que es Madrid. Aquí se pue-den encontrar los antiguos cami-nos, sin haber sido ocupados ile-galmente, de igual modo que an-dando por sus pueblos y camposper viven construcciones de eseamplio bagaje histórico como abre-vaderos, descansaderos, potros, ti-nadas, o incluso contaderos tradi-cionales de cabezas de ganado.Prádena del Rincón no es una ex-cepción, y la Dirección General deAgricultura de la Comunidad deMadrid, a través de su Sección deVías Pecuarias, ha trazado un itine-rario por estos caminos de laMesta.

La ruta parte desde la Plaza de laConstitución de Prádena del Rin-cón, donde está el Ayuntamiento(0). En esta plaza, un cartel indicapor donde discurre la ruta, balizadaen todo momento. Se sale en direc-ción sur, por la calle que se convier-te en la M-137, en dirección al pue-blo de Gandullas. Esta ruta se cono-ce como «Ruta de las Merinas», porser el camino que hacían las ovejasdesde esta zona hasta Berzosa delLozoya, donde se unía a la CañadaReal.

Nada más acabar las casas, nosdesviamos por un camino que partehacia la derecha, a la zona que anti-guamente estaba ocupada por laseras, y que se han ocupado, una vezperdido su uso, en zona de equipa-

mientos deportivos. Enfrente se veuna construcción nueva, con uncercado de madera entre pilastrasde piedra y con la reconstrucciónde un antiguo chozo o vivienda depastor. Es un nuevo museo al airelibre denominado «Área de inter-pretación de la trashumancia»,construido por el PAMAM y el Ser-vicio de Vías Pecuarias (1) (350 me-tros y 10 minutos). Esta recons-trucción simula un antiguo redil deganado, con un chozo y varios car-teles temáticos que hablan de lasvías pecuarias, su origen y la vidadel pastor. Unas figuras metálicas,que simulan ovejas merinas y unpastor, completan y adornan el con-junto.

Desde este prado amplio setiene unas buenas perspectivas dela sierra de la Puebla, que limita elvalle hacia el sur, con cumbres pla-nas, su robledal en las zonas bajasy su pinar de repoblación en lasaltas. Hacia el oeste, en primer tér-mino, el pico pelado de La Dehesi-lla, que cierra el valle del Rincón, ydebajo y separándonos de éste, elarroyo de la Garita, tras una dehe-sa de robles y fresnos y una vallade piedra, enzarzado en su bosque-te galería.

Tras dejar atrás este museo, uncamino surge justo al lado contra-rio de la entrada, y gira hacia la ca-rretera. Se cruza, con precaución, ala altura del kilómetro 11, dondetambién hay un hito de la ruta y lacorrespondiente flecha amarilla. Al

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Las Cañadas de Prádena

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otro lado hay un camino en descen-so hacia un arroyo, un poco estre-cho y resbaladizo por las piedrasque tiene. Se alcanza en el descen-so una valla que cerca los amplioscampos de Prádena. Etimológica-mente, el topónimo de Prádena sig-nifica «zona de prados», y en ver-dad hace honor a su nombre. Sinembargo, esto no ha sido así siem-pre. En las últimas décadas se havenido transformando el campo enesta comarca hacia eriales y pradospara alimento del ganado, a la parque se iba despoblando la comarca,ya que antes eran más habitualeslos cultivos que en la actualidad.También ha ido creciendo la super-ficie forestal.

Se cruza la valla. Los muros yvallas de la zona se construyen conlos materiales del terreno; lajas yrocas metamórficas, ricas enmicas, que le dan ese brillo carac-terístico, esquistos, y algunasrocas más grandes que sirven deapoyo a los muros, cercan las fin-cas y dan lugar a un mosaico decampos cerrados o «bocage». Sepasa la valla por la cancela, que hayque volver a cerrar (2) (900 metrosy 20 minutos). Aquí existe un car-tel temático sobre los «Cerramien-tos», y otra baliza indicativa del iti-nerario. Se cruza el arroyo de losSantillos, que junto con el de laGarita, que iba a nuestra derechaforman el río de la Nava, que des-emboca en el embalse de PuentesViejas. Aguas abajo se forma una

pequeña garganta al encajarse enel terreno dicho río, salpicado porsauces, robles y encinas que apro-vechan lo quebrado del terrenopara instalarse en él (3) (1 km y100 metros y 30 minutos).

Tras cruzar el puente, sobre elarroyo de aguas limpias, el caminoasciende suavemente, con otroarroyo a mano izquierda, y otro,más lejano a la derecha. Ambosson tributarios del que acabamosde cruzar, colector de todo el vallede Prádena. En sus riberas, juntocon el dominio de zarzas y escara-mujos, algún sauce protege las ri-beras. El camino va paralelo a lavalla, por una dehesa de pasto, quees un descansadero en la vía pe-cuaria, lugar donde pacía el gana-do, siempre con pasto fresco yaguas en las cercanías, y donde sereunían varios rebaños, antes deemprender el largo camino de latrashumancia.

Tras pasar por esta zona depasto, se alcanza otra valla conotra cancela y el cartel temático de«Dehesas y pueblos». Se cruza elvallado y cambia el terreno. Se hasalido de la zona de prados pastori-les, y el camino, ahora en subidamás pronunciada, se interna en unbosquete de robles, de escasopor te, tronco fino, muy numero-sos, que se utiliza para sacas deleña (en aumento por el desarrollodel turismo rural en la zona) ypara ramoneo del ganado, sobretodo vacuno, que es el que predo-

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26 propuestas para el fin de semana

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mina en la actualidad. Junto a losroblecillos se pueden obser varzonas con gamones.

Tras unos zigzag a izquierda yderecha, en un camino algo emba-rrado en época de lluvias y deshie-lo, se cruza otro vallado por unacancela y gira con una curva muyamplia hacia el este, hacia la iz-quierda, en un ascenso un pocomás inclinado, pero nunca duro,salvo por el gran barrizal que seforma a veces. Se transita en estelugar por el cordel de La Cabezada.Tras salir del bosquecillo, se llega aotra zona más despejada, de pastosy erial, alcanzando un alto, que esun buen mirador del entorno y delvalle y sierra del Rincón (4) (2 km y45 minutos). Este alto es conocidocomo el Lomo de las Rozas, unbuen punto panorámico, ya que secontempla desde la sierra de La Ca-brera al sur hasta Somosierra alnorte. Entre medias, y a larga dis-tancia, se percibe el valle del Lozo-ya. Más cercano, el cerro de la De-hesilla, pelado en su parte meridio-nal y con un denso robledal a la al-tura del vértice Quiñones, en elcamino que va de Horcajo a Horca-juelo, una de las masas de rebollomás importantes de la zona.

Un poco más adelante hay a la de-recha del camino otro murete depiedras, y tras un gran roble, un ti-nado un poco abandonado. Es unaconstrucción típica de las zonas ga-naderas, con tejado a dos aguas, ycuya función era la de guarecer al

pastor y al ganado por la noche. Sedeja el tinado a la derecha y se co-mienza a bajar hacia otro arroyo, es-tacional, dejando el robledal a la iz-quierda. Se sigue por el cordel de LaCabezada, que va en paralelo a laCañada Real de La Morra, que tran-sita por el límite del pinar que hayen la parte superior de la cuerda deLa Puebla por la que discurre laruta.

Se cruza el arroyo, y un pocomás allá queda un pequeño abreva-dero. La zona va a ser un poco máshúmeda, pues se atraviesan dosarroyos estacionales que provie-nen del collado de La Tiesa. Juntoa los robles, fresnos y sauces,algún majuelo, zarzas y endrinosdenotan la humedad. Se hace unacurva a derechas y otra a izquier-das y tras cruzar el segundo arro-yo, aparece una baliza y el caminogira en ángulo recto hacia la iz-quierda (5) (3 km y 500 metros y 1hora y 15 minutos).

Aquí, el camino abandona el cor-del, la vía pecuaria que se seguía, yse desvía en vuelta hacia Prádena.Se cruza el arroyo de La Cabañay se continúa entre prados y zonascon robles y fresnos. Tras cruzar elarroyo, se remonta la pendiente. Ala izquierda va a quedar un robledaladehesado, con mayor porte quelos del inicio. Marcan las lindes delas parcelas formando setos vivos.Se asciende poco a poco hacia unazona de pastizal y erial, girandopoco a poco hacia la izquierda, si-

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Las Cañadas de Prádena

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26 propuestas para el fin de semana

guiendo la baliza de la ruta quevuelve a aparecer, y desemboca enuna pista amplia y mejor conserva-da que la que se traía. Se desciendeuna pequeña vaguada, y se remontaun nuevo cerro (6) (3 km y 900 me-tros y 1 hora y 30 minutos). Tras él,comienza un descenso más acusa-do que conduce hacia una puertaen el camino, que se cruza y se cie-rra al pasar, continuando el descen-so. Se deja otro tinado a la izquier-da y tras una curva a izquierdas, sellega al arroyo de Los Santillos,que anteriormente ya se había cru-zado aguas abajo, al inicio de la

ruta (7) (4 km y 500 metros y 1hora y 40 minutos).

Se cruza el arroyo por otro puen-te de cemento y comienza una últi-ma subida, donde existe un nuevopanel y un lugar emblemático en lasrutas pastoriles, un contadero de ga-nado, una zona más estrecha, entredos grandes rocas, por donde pasa-ban las cabezas de ganado, de unaen una, para ser contadas por si fal-taba alguna. Normalmente se sue-len hacer artificiales, con cercadosde piedra o de madera.

Tras pasar el contadero, se sigueascendiendo por una zona con más

ESCALA: 1/25.0000 250 500

metros

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prados y restos de una dehesa defresnos y robles. El camino se dirigerecto hacia una construcción, quees un depósito de agua, que queda ala derecha del camino, y se alcanzala carretera M 130 (8) (5 km y 500metros y 2 horas).

Aquí caben dos opciones. Paracompletar la ruta merece la penagirar a la derecha, y por la parte tam-bién izquierda de la carretera, alcan-zar, tras un trayecto de otros 500 me-tros la laguna del Salmoral, quequeda a la izquierda de la carretera,rodeada de fresnos, sauces, álamos yrobles. Es un pequeño estanque ova-lado que recoge las aguas que pro-

vienen de los manantiales de la sie-rra, y que se utiliza para el riego delas huertas y los prados de Prádena.En medio tiene una isleta artificial.En su pequeña lámina de agua ani-dan varias parejas de anátidas. Alre-dedor de la laguna, que se puede cir-cunvalar, existe un observatorio deaves, un «jardín de rocas» de la zonay un panel en braille.

Para alcanzar el pueblo, basta convolver por el margen izquierdo de lacarretera durante un kilómetro y al-canzar la Plaza de la Constitución(9) (5 km y 800 metros sin ir a la la-guna y 7 km si se ha hecho la visita aésta).

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Las Cañadas de Prádena

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: 4 km y 500 metros

DURACIÓN APROXIMADA:2 horas.

DESNIVEL: 679 - 560 metros.

DIFICULTAD: Baja.

RECOMENDACIONES: Ruta por elentorno del pueblo de Chapinería ydel Centro de educación ambiental«El Águila», perteneciente a la Con-sejería de Medio Ambiente y Orde-nación del Territorio (tel.: 918 652098). Se puede hacer la visita alcentro, gratuita, y conocer los com-ponentes del ecosistema del enci-nar mediterráneo de la zona, tantode día como de noche en una expo-sición permanente, así como pedirinformación a los técnicos del cen-tro. Las mejores épocas para hacerla ruta son primavera y otoño, evi-tando los excesivos calores del ve-rano y los crudos días invernales.No hay agua, hay que llevar cantim-plora. El trayecto lleva desde elpueblo de Chapinería, con sus usosagrícolas hasta un encinar regene-rado y de alto valor ecológico. En

otoño hay que tener cuidado de nosalirse de los caminos, pues haycotos de caza próximos.

Para acceder en transporte públi-co, la empresa CEVESA, con el busnº 559 lleva a Chapinería desde laEstación Sur.

En transporte privado, por la M-501 hasta Chapinería, en el kilóme-tro 36.

VALORES NATURALES: Activida-des agrícolas tradicionales, encinarmediterráneo, modelado en grani-tos. Zona de Especial Protecciónpara las Aves (ZEPA) de los encina-res del Alberche y Cofio, donde ha-bitan entre otros: el águila imperialibérica, el buitre negro, buitre leo-nado, águila perdicera y búho real.Se cree que el lince ibérico perviveen las inmediaciones.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 557,San Martín de Valdeiglesias delI.G.N. y Hoja 11 del mapa de la Co-munidad de Madrid, de la Direc-ción General de Urbanismo y Pla-nificación Regional, aunque lomejor es dejarse indicar por lostécnicos de «El Águila».

LLooss eenncciinnaarreess ddee CChhaappiinneerrííaaEl territorio del águila imperial ibérica

DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

La ruta comienza inexcusable-mente con una visita al Centro deeducación ambiental «El Águila».

En él se puede conocer el ecosiste-ma que nos rodea, deleitarnos consu jardín de aromáticas en la rampade entrada, el hueco-jardín y la expo-sición permanente. Luego, es conve-

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niente salir al mirador que se abresobre la roca de granito en que seasienta y observar el panorama delos alrededores. Hacia el este, a la iz-quierda según miramos, la zona decultivos y un encinar aclarado, for-mando dehesas en el fondo. Enfren-te, a lo lejos, se percibe el valle delrío Perales y las cárcavas que forma.Hacia la derecha, es decir, hacia eloeste, unos cerros que bajan en alti-tud hacia el río y poblados por unmonte denso de encinas. Si tenemossuerte podremos apreciar al rey deestos parajes, el águila imperial ibé-rica y sus característicos «galones»blancos. La zona más cercana alCentro aparece muy modificada,con una ancha cicatriz sin vegeta-ción y sin restaurar paisajísticamen-te, y que se produjo cuando canaliza-ron las aguas hacia la depuradora.

Salimos del Centro (0) y tras su-bir sus escaleras o la rampa, gira-

mos a la derecha y caminamos porel antiguo vertedero del pueblo, hoytapado a pesar de las continuasobras de la zona. Al llegar a un olivoque está a mano derecha nos desvia-mos por ese camino, que en descen-so nos llevará a otro camino mayor ya unas naves. Mientras bajamos eneste corto zigzag, vemos el pequeñoporte de los olivos, pues estamos enuna de las zonas más al norte dondecrecen. En un primer giro a la iz-quierda, rodeamos un bloque degranito cubierto de musgo y líque-nes. Esto nos indica dos cosas: porun lado, que geológicamente aún es-tamos en la Sierra, en una zona derampa, que limita con el borde de lacuenca del Tajo (en este caso conuno de sus tributarios, el Alberche),y que la zona tiene un aire muy pocoo nada contaminado, pues si existemusgo quiere decir que no hay con-taminación.

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26 propuestas para el fin de semana

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EL ENCINAR DE CHAPINERÍA

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Seguimos descendiendo por elolivar hasta toparnos con un caminoancho que cruza el sendero que traí-amos (1) (300 metros y 10 minutos).A la derecha vemos una gran rocade granito, igual que la que vimosanteriormente pero que a pesar dela aparente consistencia, se desagre-ga en granos de cuarzo, de feldespa-to y mica (los tres componentes delgranito). Esto es producido por la al-teración por hidrólisis del granito.

El camino prosigue hacia la dere-cha por este camino ancho, enmar-cado por fincas particulares sin cul-tivar, creando baldíos sociales. Estasfincas están limitadas por cercas depiedra, de cantos de granito, juntocon algunos ejemplares de encina aambos lados de la ruta.

Giramos a la izquierda, siguiendoel camino. A la derecha va a quedarla cicatriz de la canalización del aguaque antes vimos desde «El Águila»,lugar por el cual volveremos ennuestro retorno. Llegamos al arroyoOncalada (2) (500 metros y 20 minu-tos). Es un arroyo estacional, quelleva agua sólo en época de lluvias yque se seca en verano. No tiene lacaracterística vegetación de ribera,sólo zarzas y juncos, producto de ladeforestación que se ha producidoen la zona. Seguimos por el camino,enmarcados por unos ejemplaresbastante grandes de encina, que danunas buenas bellotas en otoño.

En una curva amplia a la derechaveremos una edificación con un te-cho de uralita, al lado de unos can-

tos berroqueños. Es una granja ca-prina, con un numeroso atajo de ga-nado. Llegamos a la interseccióndonde está la granja (3) (700 metrosy 35 minutos). Aquí no hay que se-guir el camino de la izquierda, sinoque continuamos de frente, dejandoa la derecha la granja.

Empezamos un descenso, conunas encinas a nuestra izquierda conun porte menor que las anteriores, ya la derecha algún enebro. Estos ár-boles están esquilmados en sus par-tes bajas por el voraz apetito de lascabras, uno de los principales agen-tes deforestadores del mundo. Conti-nuamos el descenso y a la derechanos aparece un «dorso de ballena» degranito, es decir, una superficie alo-mada, casi plana de roca, que sobre-sale un poco del entorno arenoso,asemejándose a una ballena cuandosale a superficie a respirar. Va a seresta zona donde vamos a apreciar ladegradación del encinar por mediode sus especies sustitutorias. A manoizquierda van a aparecer fincas de vi-ñedos, y a mano derecha campos sincultivar.

En un primer momento nos en-contramos con un arbusto alto, demás de dos metros, con hojas senci-llas y tallos verdes y flexibles, queflorece en primavera con una floresamarillas que dan lugar a frutos pe-queños, en forma de huevo, y conuna sola semilla que queda suelta ensu interior al secarse, por lo que alagitarse suena como un pequeño so-najero, es la retama de bolas. Junto

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Los encinares de Chapinería

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a la retama, encontramos otra planta,esta vez más rastrera, es la aulaga,caracterizada por sus espinas, largasy duras, para evitar la desecación.Una y otra son dos grados en la de-gradación del encinar, pero mientrasla retama nitrifica el suelo, es decir,le da nutrientes y puede regenerarseel monte, con la aulaga, la degrada-ción es bastante fuerte y crece en unsuelo sin casi humus.

Seguimos el descenso hasta lle-gar a una zona llana, arenosa, conunas vallas a la izquierda que delimi-tan parcelas de cultivo. (4) (2 km y50 minutos). A la derecha, unos gru-pos de juncos nos informan de unacuífero en esta vaguada, pues enesta zona se retiene agua y es fre-cuente que quede embarrada enépoca de lluvias.

A la izquierda, apoyadas en undesnivel del terreno y tras las quehay un muro, aparecen encinas yotros árboles con un porte pequeño,con su tronco cubierto de musgos ylas hojas opuestas y ovaladas. Sonlas cornicabras, un acompañante ha-bitual del encinar mediterráneo. Sufruto es de color rojo y es parecidoal anacardo. Se las distingue por elcolor rojo que adquiere en otoño,que da un gran cromatismo al mo-nótono encinar. También son carac-terísticas las agallas en forma decuernos de cabra que posee (de ahíel nombre), que se forman en lashojas y las ramas tras la picadura deinsectos.

Seguimos avanzando y, a la dere-cha, se abre una pista amplia quebaja hacia un puente. Ahora no lo to-mamos, sino que seguimos de fren-te por un camino mucho más estre-cho y más frondoso y enmarcadoen ambos lados por los muretes depiedra (5) (2 km y 300 m y 1 hora).A la izquierda aparecen encinas,algún enebro pequeñito y otra plan-ta acompañante de los encinares, eltorvisco o matapollos. A la derecha,vamos a adentrarnos en un encinarmediterráneo.

Descendemos por el camino y, amano derecha un derrumbe del cer-cado nos permite introducirnos enel encinar. No tiene ejemplares degran porte, pues fue cortado a ini-cios del siglo pasado. Junto a reta-mas vamos a encontrar dos especiesdominantes, por un lado, la encina,nuestra carrasca, el árbol más em-blemático de la Meseta, con unas al-turas no muy desarrolladas, entorno a los tres o cuatro metros, loque denota que es un encinar joven.Entre las encinas, aparecen unos ar-bolillos, un poco más pequeños, conla corteza gris-rojiza que se despren-de en tiras y las hojas puntiagudas,es el enebro de miera (se le recono-ce por las dos líneas blancas del hazde la hoja, a diferencia del comúnque sólo tiene una). De sus frutos,de color azul o marrón se obtiene laginebra. Su madera es de las mejo-res que existen, no se pudre, y ade-más, hervida o destilada da lugar alaceite de cada o miera, que sirve

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26 propuestas para el fin de semana

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Los encinares de Chapinería

para curar enfermedades de la pielde los animales. En este encinar po-demos encontrar un buen númerode enebros, especie que nos va indi-car que estamos en medio de un en-cinar guadarrámico.

Tras dar una vuelta por este enci-nar joven, volvemos al camino, locruzamos, y al acabar el muro depiedra de la izquierda, unos pocosmetros más abajo, nos vamos a en-contrar con una gran encina, conparte de su tronco ennegrecido porel fuego, y mucho más vieja que lasanteriores, que sirve de ejemplo delporte que debían tener estos árbo-

les antes de su poda para leña y car-bón (6) (2 km y 500 metros y 1 horay 15 minutos). Alrededor suyo ob-servamos cómo hay restos de male-za superpuestos de manera un pocoartificial, y debajo los agujeros devarias conejeras. Son agujeros he-chos por el ser humano, para facili-tar la cría y repoblación de conejos,que son el principal alimento deláguila imperial ibérica.

Desde allí retornamos por el ca-mino, observando algunas higuerasque quedan de los restos de los cul-tivos de la zona. Llegamos hasta elcruce de caminos y tomamos hacia

ESCALA: 1/25.0000 250 500

metros

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la izquierda, hacia el puente. Cruza-mos el arroyo Oncalada y llega-mos a la depuradora (7) (3 km y 1hora y 30 minutos). El arroyo bajabastante profundo en este tramo,entre grandes zarzales, algún olmoy saúcos. Giramos a la derecha porun estrecho senderín que asciendecon la depuradora a la izquierda y elarroyo a la derecha.

Llegamos a un primer rellano ynos desviamos hacia el arroyo. Nosllama la atención cómo se despeñaen varias cascadas y cómo se reman-sa en pequeñas marmitas de gigan-te, que son pozas redondeadas yprofundas producidas por la erosiónde un canto rodado en el lecho roco-so del arroyo. Sería un lugar muybonito si no fuera porque el aguaque baja está bastante sucia. Estazona es conocida como «Los Pilan-

cones» (8) (3 km y 500 metros y 1hora y 40 minutos).

Nos separamos del arroyo, bor-deando un segundo repecho por laparte izquierda según ascendemos.Lo superamos dejando unas encinasa nuestra derecha y llegamos a unaamplia llanada. Vemos ya enfrentede nosotros a «El Águila», con suscristaleras y su cornisa que le hacenser semisubterráneo, adaptándoseal relieve de la zona. A partir de aquíatravesamos hacia la derecha por elerial y llegaremos al camino delprincipio, justo un poco antes dedonde cruzamos por primera vez elOncalada.

Tomamos el camino a la izquier-da, ascendemos por el olivar y lle-gamos sin pérdida al Centro de edu-cación ambiental (9) (4,5 km y 2horas).

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26 propuestas para el fin de semana

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TIPO DE RUTA: Lineal.

LONGITUD: 6 km y 300 metros. Sise quiere ir sólo a la presa 3 km y900 metros (ida).

DURACIÓN APROXIMADA:2 horas (sólo ida).

DESNIVEL: Bajo. El recorrido escasi llano.

DIFICULTAD: Baja, a excepción delcortado y de la presa, que tienenuna fuerte caída vertical.

RECOMENDACIONES: Ruta quelleva desde la urbanización Molinode la Hoz, del municipio de LasRozas, hasta el canal del río Guada-rrama y a la presa en ruinas de ElGasco, en la garganta de dicho río.

Para llegar en transporte públicohay que tomar el bus nº 622 desdeel Intercambiador de Moncloa (Au-tobuses Herranz S.L., tel.: 918 690028), o bien la Línea 1 desde LasRozas.

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la A-6 hasta el ki-lómetro 17, para desviarse a conti-nuación por la M-505 hasta la Urba-nización Molino de la Hoz. Allí su-bir por la calle Camino Real hasta laaltura de la calle Urogallo.

Se puede hacer la ruta durantetodo el año, evitando el calor del ve-rano. En primavera se disfruta delolor de la jara y del romero. Enotoño y en invierno se disfruta deun monte mediterráneo siempreverde. Hay que llevar agua, pues nohay fuentes en el camino. Precau-ción por los escarpes en la partefinal del camino y en la zona de lapresa.

VALORES NATURALES: Esta zonapor la que transita el recorrido esparte del Parque Regional delcurso medio del río Guadarrama,espacio protegido por mantener unbosque de ribera casi intacto y ensus laderas una buena representa-ción de monte mediterráneo, sobretodo encinar, en medio de fuertespresiones urbanísticas. Este espa-cio sirve como corredor ecológicopreservado entre la zona de la sie-rra de Guadarrama y la cuenca delTajo. Garganta granítica del ríoGuadarrama y falla inversa de Gala-pagar.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 7,Madrid Noroeste, y nº 533, San Lo-renzo de El Escorial. 1/25.000, 533-IV, Galapagar.

LLaa pprreessaa ddee ««EEll GGaassccoo»»El canal del Guadarrama

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

El origen de la ruta parte de laUrbanización Molino de la Hoz,perteneciente al municipio de LasRozas. Tras abandonar la M-505 sellega al río Guadarrama sobre un pe-queño embalse para disfrute de estaurbanización. A mano derecha seobserva un árbol artificial que sirvede posadero a las aves, siendo fre-cuente ver en invierno bandadas decormoranes. Tras cruzar el río, seentra de lleno en esta zona urbaniza-da, ejemplo de la presión urbanísticaque está sufriendo el medio naturalde la Comunidad, sobre todo el Par-que Regional del curso medio delrío Guadarrama, donde nos encon-tramos. Se sigue recto, tras una ro-tonda, por la calle Camino Real,que se corresponde con el trazadoque se hizo en época de Carlos III(siglo XVIII) para unir Madrid con

Galicia y con El Escorial, y que yaentonces estaba pavimentada.

Se asciende por esa calle hasta laaltura de la calle Urogallo, quequeda a la derecha y del colegio Bé-rriz Veracruz (a mano izquierda)(0), justo donde hay unas marquesi-nas de bus. Diez metros antes de laparada que queda en la acera de laizquierda, hay un camino que, endescenso, lleva entre encinas a unpequeño vallejo. Esta zona está algosucia, fruto de la presión humana,pero enseguida se acaba esa sucie-dad. Se deja a ambos lados chalets,algunos señoriales e impresionan-tes, no como los adosados que cu-bren las partes bajas de la urbaniza-ción pegados al río. A 200 metrosdel inicio se alcanza este vallejo deun pequeño arroyo que suele estarcanalizado cuando pasa por las par-celas de alguno de éstos chalets. Segira por la senda trillada a mano de-recha y se cruza el arroyo para re-

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26 propuestas para el fin de semana

LA PRESA DE «EL GASCO»Del Guadarrama al Atlántico

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montar una empinada cuesta en laotra orilla, dejando los chalets a ma-no izquierda según ascendemos.

Tras la dura trepada sólo nos vana quedar algunas casas a mano iz-quierda y a la derecha los cerrosarenosos que enmarcan el valle delGuadarrama. A partir de ahora se vaa ir llaneando, aunque siempre «pi-cando» el camino hacia arriba. Elvalle va a quedar abajo a la izquier-da, con el acarcavamiento de sumargen derecha por un meandroque forma el río, más allá de los mo-dernos adosados que ocupan la lla-nura de inundación del curso fluvial(¿qué pasará el día que venga unariada?).

Se acaban las construcciones ypor fin podemos ver el valle del Gua-darrama en su inmensidad. Por la la-dera que vamos, en solana, haymenos vegetación que en la de en-frente, solamente retamas y algúnenebro, restos de un incendio. En-frente, la otra ladera, no urbanizada,el monte mediterráneo de encinas yenebros salpica toda la ladera, queasciende hacia los altos de Galapa-gar. En medio, el río Guadarramacon su denso bosque galería de sau-ces, fresnos y majuelos.

Poco a poco se va a encajonar elvalle (1) (1 km y 20 minutos), justocuando el camino empieza a descri-bir un giro a la derecha. Este cami-nín, de 1 metro de ancho va a medialadera, que es bastante inclinada.Abajo, a la izquierda, sigue el cursodel río Guadarrama con su bosque

galería. La ladera por la que se tran-sita ahora entra en una umbría y vaa estar cubierta por un denso enci-nar con multitud de enebros, ja-ras, retamas, aliagas, tomillos y can-tuesos, ejemplo de un puro bosquemediterráneo. Algún manantial esta-cional encharca el camino de vez encuando. En la otra ladera, en solana,el encinar se mezcla con pinos ca-rrascos. Enfrente se empieza a atis-bar la mole de la presa de El Gasco,con su parte central derruida. Pordetrás de ella, otra urbanización,esta vez de Galapagar y al fondo, lospicos de la sierra, que en días despe-jados y nevados enmarcan fabulosa-mente el valle.

Comienza una ligera subida (2)(1 km y 350 metros y 30 minutos);se estrecha aún más la senda, y elenebral y encinar se densifican más,entre grandes jarales que en la pri-mavera despliegan todo su aroma ysus flores blancas con el corazón vi-náceo. Aparece también algún bologranítico, que nos informa de la pre-sencia cercana de la sierra.

La subida termina al alcanzar otrocamino transversal y horizontal (3)(2 km y 100 metros y 50 minutos),en medio de altos pinos carrascos.Enfrente, aparece una pared rocosa,de granito, diferente al terreno te-rroso por el cual ha discurrido el ca-mino hasta ahora. Por debajo deella, una zona húmeda, encharcada,que es el cauce del Canal del ríoGuadarrama. El cambio en el sustra-to nos indica que hemos llegado al

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La presa de «El Gasco»

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contacto entre la cuenca sedimenta-ria del Tajo, por donde hemos anda-do y el piedemonte granítico de lasierra. Este cambio, aunque casi nohaya diferencia altitudinal, pues elrelieve sigue ascendiendo en unsuave talud desde el sur hacia elnorte, se produce por una falla in-versa, denominada falla inversa deGalapagar, producto de la fractu-ración de un bloque rígido degranito y gneis en bloques máspequeños, que ascendieron por lascompresiones de la placa tectónicaAfricana sobre la Ibérica y formaronla parte de la sierra, y bloques hun-didos que formaron la cuenca delTajo. Justo en el lugar donde nos en-contramos se produce esa ruptura yla elevación del piedemonte sobre lacuenca, que posteriormente se relle-na de materiales sedimentarios (are-nas, arcillas, limos) para dar lugar alrelieve que conocemos.

Aquí, si se quiere ir directo a lapresa, se toma el camino a la iz-quierda. El nuestro prosigue haciala derecha. Se remonta un altozanoque es en realidad un cruce de cami-nos. A la derecha, se asciende a unacaseta de la luz, a la izquierda haciauna finca vallada, y de frente, un ca-mino baja, y otro gira en oblicuo a laizquierda y sigue horizontal, en pa-ralelo al canal, que es el que setoma. El canal está cegado, y mu-chas veces encharcado. Se conservabastante bien de todas formas, conun ancho de unos cuatro metros yuna profundidad de metro y medio.

La humedad que retiene ha favoreci-do el crecimiento de sauces, fres-nos, ailantos, etc... El origen delCanal del Guadarrama parte de laépoca de la Ilustración. Carlos IIIpidió un proyecto al ingeniero Car-los Lemaur para hacer navegable laMeseta y conectarla con el río Gua-dalquivir. La idea era construir unagran presa en el Guadarrama y uncanal que partiría desde donde esta-mos, pasaría por Madrid, Aranjuez,La Mancha, Sierra Morena hasta elrío Guadalquivir. El proyecto seabandonó al poco de empezar, aun-que se construyeron varios kilóme-tros del canal.

Se sigue paralelo al canal, quequeda a la izquierda, y un barranqui-llo a la derecha. Una explanada amano izquierda (4) (2 km y 500 me-tros y 1 hora) nos permite acercar-nos al canal, lleno de agua en estaparte. Se puede continuar cientos demetros por esta obra de ingeniería,en paralelo, o si se quiere, en tramossecos, dentro de él. El canal se adap-ta al terreno, sigue la curva de nivelal pie del escarpe granítico, que mu-chas veces se desmorona y cae en elcauce. Se sigue por el canal hasta unprofundo recodo a la derecha,donde un arroyo, el del la Torre, loha invadido y lo ha inundado enparte (5) (4 km y 1 hora y 25 minu-tos). En sus inmediaciones, estearroyo forma un estrecho bosquetegalería de chopos y álamos que des-ciende hacia las urbanizaciones delorigen de la ruta.

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26 propuestas para el fin de semana

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La presa de «El Gasco»

Se gira 180 grados y se vuelve alpinar donde desembocó el caminode subida (6) (5,5 km y 1 hora y 45minutos). Se sigue por el caminohacia la derecha, dejando al canalcolmatado de sedimentos y derru-bios. Se puede observar nítidamen-te como cambia el material a unlado y a otro del canal, ejemplo dela falla anteriormente indicada. Enla otra ladera se ve también el cam-bio, pues de una zona sin rocas, delomas suaves, se pasa bruscamen-te a una zona pedregosa, con cres-tones y bolos graníticos por do-quier.

Se sigue entre jaras y pinos, con elcanal a la derecha. En un saliente delcamino, que se aproxima al barrancoy donde hay que tener precaucióna partir de ahora, ya se ven las cer-canías de la presa. Comienza un des-censo entre los enebros y las jaraspringosas (7) (6 km y 1 hora y 55 mi-nutos). El descenso es ligero hastaun zigzag a izquierda y derecha quepone el camino encima del muro dela presa (8) (6 km y 300 metros y 2horas). La presa de El Gasco iba aser el primer pilar para hacer nave-gable la España interior y mejorarlas comunicaciones y el comercio.

ESCALA: 1/35.0000 350 700

metros

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Su proyecto indicaba que iba a teneruna altura de 93 metros de altitud, lamás alta del Mundo en aquellaépoca. Se abandonó su construcciónen 1785, cuando llevaba sólo eleva-dos 57 metros y, en 1799, una granriada arruinó esta magna obra de in-geniería civil, llevándose parte de suestructura frontal.

El muro de la presa es ancho,por el cual se puede andar, perocon precaución (puede dar vérti-go), y está colonizado por varias es-pecies vegetales. Se pueden apre-ciar encinas, retamas, jaras, torvis-cos, cornicabras, etc... Al sur se ob-serva el valle del Guadarrama, consu forma en «v», por donde se hallegado. Al norte cambia el panora-ma. El valle ha formado paredesverticales, encajonado, con cresto-

nes graníticos (otro ejemplo delcambio de materiales), que confor-man la garganta del río Guada-rrama. El río, al no poder crear unvalle en estas duras rocas, ha apro-vechado las fracturas del terrenopara encajarse con fuerza en él y la-brar esta angosta garganta de másde cien metros de profundidad, conparedes verticales. Las laderasestán tapizadas de encinas y ene-bros sobre los crestones y el valle,con un buen bosque galería consauces, zarzas, majuelos, rosalessilvestres y ortigas, estrecho, comoson las riberas, pero bien conserva-do. El agua del río pasa por unaapertura en la base del muro.

El regreso se hace por el caminodel principio, llegando en una horaal punto de partida.

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26 propuestas para el fin de semana

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: 14 km y 500 metros.

DURACIÓN APROXIMADA:5 horas y 10 minutos.

DESNIVEL: Bajo.

DIFICULTAD: Alta por la longitudde la ruta.

RECOMENDACIONES: Ruta quetranscurre por la rampa de Colme-nar y la garganta granítica del Man-zanares entre el puente de El Batány el de El Grajal. En parte, el reco-rrido coincide con el GR 124 oSenda Real y con la ruta del Caminode Santiago de Madrid.

Para llegar en transporte públicohay que tomar los buses 721, 722,724, 725 y 726 desde Plaza de Casti-lla o el 723 desde Tres Cantos (He-rederos de Colmenarejo; tel.: 918450 051); o bien la línea C7 de Cer-canías.

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la M-607 hasta elkm 30, desviarse a Colmenar y cir-

cunvalar por la Ronda Sur para en-trar a la avenida de Los Poetas.

Se puede hacer la ruta durantetodo el año, evitando el calor del ve-rano. En invierno quizás el paisajees un poco desolado en la rampa,pero primavera y otoño con la hier-ba y los olores de las aromáticasson buenas épocas. Hay que llevaragua, gorro y protección solar,pues no hay sombras en el recorri-do. Precaución al cruzar las carre-teras y al pasar por el paso aéreoque hay aguas debajo de Navallar.

VALORES NATURALES: Rampa opiedemonte de Colmenar Viejo, pai-saje berroqueño, garganta graníticadel Manzanares (se está dentro delParque Regional de la Cuenca Altadel Río Manzanares). Bosque medi-terráneo de encina y enebro. Zonade explotación extensiva ganadera.Puentes medievales.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 7,Madrid Noroeste, nº 509, Torrelagu-na y 534, Colmenar Viejo. 1/25.000,509-III, Cerro de San Pedro y 534-I,Colmenar Viejo.

LLooss ppuueenntteess mmeeddiieevvaalleessddee CCoollmmeennaarr VViieejjoo

La garganta granítica del Manzanares

DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

Desde la Plaza de la Constituciónde Colmenar Viejo se toman hacia el

oeste las calles Sogueros, San Fran-cisco, calle de la Cruz, se cruza lacalle Molinos de Viento y Avenidade los Poetas hasta llegar a la calle

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Pilar de Zaragoza. En el cruce deestas calles, en el número 11 de lacalle Molinos de Viento (Urbaniza-ción Los Residenciales) se encuen-tra un mojón de Vía Pecuaria, conla flecha amarilla del Camino de San-tiago (0), origen de la ruta. A la dere-cha, hacia arriba de esta Avenidaqueda el centro Comercial El Mira-dor, hacia el cual no hay que dirigir-se. Se sigue por Pilar de Zaragoza, secruza la calle Miguel de Cervantes,se deja a la derecha el colegio públi-co Antonio Machado y se cruza unasegunda calle, la de Los Batanes,acabándose el asfalto.

Esta zona es el límite urbano deColmenar Viejo, pero a mano dere-cha siguen las construcciones, eneste caso adosados, ocupando todala loma que queda a la derecha. Seacaba el bosque de ladrillos y quedael erial de los límites urbanos, conescombros, desechos y vertidos, elllamado «erial social», «caldo de cul-

tivo» para nuevas urbanizaciones (1)(1 km y 200 metros y 20 minutos).Comienza entonces un ancho cami-no que es una vía pecuaria. Las ur-banizaciones van quedando atrás amano derecha, pero en esta parte senos presenta un campo desolado,sin árboles, sólo una superficie lisadonde aflora el granito, primer ejem-plo de la plataforma granítica delpiedemonte de Colmenar.

Una ligera subida, enmarcada poruna valla de postes de madera y alam-bres nos lleva a coronar un pequeñoalto, desde donde se contempla elamplio camino que vamos a tomar enmedio de una superficie más o me-nos llana, con una vaguada en primertérmino y otro cerro, con un ralo en-cinar más allá que nos impide ver elbarranco del Manzanares. Este am-plio camino es la Colada de los Galle-gos o Camino Bajo de Cerceda, y suancho legal sería de 10 metros, queen muchas partes se incumplen.

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26 propuestas para el fin de semana

LOS PUENTES DE COLMENAR VIEJOLa garganta granítica del Manzanares

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700

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0 2 4 6 8 10 13 15 17 19 21 23

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La superficie que observamos des-de este alto, y por la cual va a transitarparte de la ruta es la rampa de Col-menar, una superficie ligeramenteinclinada hacia el sur, hacia la cuen-ca del Tajo, que proviene de las lade-ras de la sierra y que su composiciónlitológica es la misma que la de ésta.Es una superficie más o menos llana,donde los ríos se encajan en profun-das gargantas, tal y como ocurre enel caso del Manzanares. La superfi-cie tampoco es horizontal, pues aflo-ran en su superficie rocas con for-mas más o menos ruiniformes,dando un paisaje de berrocal, o biendorsos de roca dura formando los«dorsos de ballena», y además sue-len tener varias superficies escalona-das que caen hacia los principalescursos fluviales. En este caso, larampa está a una altitud de 900 me-tros sobre el nivel del mar.

Comienza un suave descenso queconduce a un cruce de caminos (2)(1 km y 700 metros y 30 minutos).Unas piedras situadas en medio tie-nen pintada una flecha amarilla, queindica que es el Camino de Santiagodesde Madrid. Un gran mojón a laizquierda, con señales blancas y ro-jas del GR 124, también nos indicaque vamos por ese sendero. Amboscoinciden en esta parte, y son inicia-tivas recientes para poder salir cami-nando desde la gran urbe que esMadrid. El sendero GR 124 provienedesde el Palacio Real, circunvala elMonte de El Pardo, asciende a Col-menar y desde este pueblo transita

por el camino de la ruta, asciendeCabeza Illescas y alcanza Manzana-res El Real. El Camino de Santiagodesde Madrid comenzó a balizarsecon el Año Jacobeo de 1999 y enlazaMadrid con el Camino Francés, enSahagún.

Al otro lado de esta especie deglorieta, un Mojón del Camino deSantiago indica que quedan 639 kmhasta la tumba del Apóstol. Conti-nuamos por ese camino, cambiándo-se el paisaje rural. Las amplias su-perficies se ven limitadas por cerca-dos de piedra granítica, que limitanparcelas y caminos. Una señal ad-vierte que es el Camino Bajo de Cer-ceda. Continua el descenso que sehabía iniciado antes. Sobre losmuros crecen densos zarzales, quemejoran la protección de las fincas.El camino es ancho, pero en vez delos 10 metros legales, apenas son 5de ancho. A ambos lados, un paisajepelado, sin árboles, salvo algunosálamos al fondo hacia la derecha.

Poco a poco se va abriendo laperspectiva. A mano derecha surgela Cuerda Larga como una inmensapared de piedra desde La Maliciosaal oeste hasta el Puerto de La Mor-cuera. Se sigue el camino, dejandouna finca de caballos a la derecha yla finca Labastiana a la izquierda.

Se cruza el arroyo de Navallarpor un puente de cemento (3) (2 kmy 150 metros y 45 minutos). El arro-yo se encaja en las rocas graníticaspor medio de una red de fracturas.Forma una pequeña garganta graní-

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Los puentes medievales de Colmenar Viejo

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tica, con afloramientos de las rocasdel sustrato. La vegetación que leacompaña es bastante rala, algúnsauce, zarzas y juncos acompañan eldiscurrir del agua. El camino se va air estrechando, aunque continuaancho, entre dos vallas de granito.Aparece alguna encina en los bor-des. En las zonas deprimidas de larampa se aprecian navazos llenos deagua, y a su alrededor crecen fres-nos, sauces y zarzas.

Comienza otra subida, tambiénsuave, hacia el alto de Navallar. A laderecha se observa un paisaje proto-típico de berrocal, con bastantesafloramientos graníticos con formasacastilladas. Una flecha amarilla y laseñal de GR indican el buen camino.Van apareciendo más encinas yalgún enebro.

Se corona el Alto de Navallar (4)(2 km y 700 metros y 1 hora). A laderecha queda una finca con ganadovacuno para carne. En el alto hayuna bifurcación y un poste de made-ra que indica que es el GR 124, aligual que las consiguientes flechasamarilla y señal roja y blanca en unbolo granítico. Se sigue a la derecha,por el Camino Bajo de Cerceda.Hacia el sur se observa la sierra deHoyo de Manzanares, al norte elhorst de Cuerda Larga y entreme-dias se percibe la fosa de Cerceda.

Comienza el descenso en mediode un encinar adehesado, entre dosmuros de piedra más altos y consis-tentes. El camino es más estrechoaún, y a veces está encharcado. A

izquierda y derecha el paisaje es eltípico de cantos erráticos y pedrizasdel piedemonte. Hay que prestarcuidado en no escurrirse con laarena de alteración del granito, queocupa buena parte de la bajada. Lavegetación que acompaña la ruta escada vez más densa, con encinas,aunque no muy grandes, escobas,zarzas, torviscos, etc... A la derechaqueda la zona militar de San Pedro,y el camino inicia un descenso pro-nunciado, sobre lajas de granito yarenas de alteración.

Se cruza el Canal de Santillana(5) (3 km y 200 metros y 1 hora y 10minutos) y se sigue recto hacia lasvías del tren, según se indica en laflecha amarilla. El cruce no se hacepor las vías, y sí por el túnel que seve en descenso a la derecha. Es unazona que retiene la humedad, favo-recido por la trinchera del tren ypuede estar encharcado. En este pa-raje abundan las zarzas, majuelos,juncos, algunos sauces, encinas yjaras. Al otro lado del túnel sigue eldescenso.

Tras dejar a la derecha una gana-dería de reses bravas, comienza otrodescenso, más pronunciado, haciaotro arroyo. Es una bajada muy in-clinada y arenosa. Se alcanza esearroyo (6) (3 km y 600 metros y 1hora y 20 minutos). Se cruza, enmedio de un bosquete galería desauces, fresnos, zarzas y encinas,con un agua sorprendentementelimpia. Se remonta una corta cuestay van a ir apareciendo enebros.

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26 propuestas para el fin de semana

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Los puentes medievales de Colmenar Viejo

Según ascendemos se deja a la iz-quierda el barranco del arroyo quedesciende rápidamente hacia el en-cuentro con el Manzanares, que yase observa a la izquierda a mediadistancia.

Se cruza otro arroyo, también deagua limpia, con una densa saucedaen sus bordes. Tras él, otra subida yuna curva, a la derecha, nos lleva aunos cerros con grandes enebros.

Se corona un nuevo alto (7) (4 kmy 200 metros y 1 hora y 30 minutos).A la izquierda va a quedar otra gana-dería de reses bravas. El camino seestrecha entre la valla de alambre yun muro de piedra con zarzales ytorviscos. Poco a poco se despeja elcamino, saliendo de los pequeñosbarrancos que se han cruzado y alfondo ya se ve otra vez la mole deCuerda Larga y, más cercana, elcerro de Cabeza Illescas. Enfrente,la carretera de Cerceda.

Se desciende hacia la carretera(8) (4 km y 900 metros y 1 hora y 45minutos). Unos metros antes de lle-gar a ella, unas flechas amarillas yun poste del GR 124 desvían el cami-no hacia la izquierda. Un ancho ca-mino que desciende en curva haciala derecha hacia el río nos lleva acruzar por debajo de la carretera,sustentada por fuertes pilares en suviaducto sobre el Manzanares. Uncartel de Vía Pecuaria nos conduceal puente del Batán.

Llegamos este puente (9) (5 km y1 hora y 50 minutos). Está horroro-samente flanqueado por dos vallas

de alambre. Es un puente que no sesabe si es de origen romano, aun-que se tiene conocimiento de éldesde la Edad Media. Tiene un soloojo y un arco de 10 metros de ancho,levantado sobre las rocas que salendel mismo cauce. Las dovelas sonde granito de la zona, siendo bastan-te regulares. Bajo él discurre la gar-ganta del Manzanares, que fluyeentre los granitos pulidos por la ac-ción del agua, formando algunas pe-queñas cascadas y pozas conocidascomo marmitas de gigante. El cauceha tallado la roca y se encaja en ella.En torno al río se ha formado unadensa sauceda.

Cruzando el puente continúa elGR 124 y el Camino de Santiago. Laruta que seguimos vuelve sobrenuestros pasos, pasando otra vezbajo el viaducto de la carretera. Seremonta unos metros y, a la dere-cha, surge un estrecho camino para-lelo al río, por donde indica que nova el GR ni el Camino de Santiago. Apartir de ahora se va a ir paralelo ala garganta del Manzanares.

El río se va a ir encajonando en ladura rampa granítica de Colmenar.La gran dureza de la roca graníticahace que estos encajamientos sólosean posibles en las líneas de debili-dad que tiene, como es el caso de lasfracturas. El Manzanares se sumer-ge en la llanura del piedemonte for-mando un profundo tajo en ella, apro-vechando las fracturas principales.De esta forma, el río y sus afluentes,en vez de discurrir tranquilamente

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formando meandros suaves y curvoscomo en la llanura, aprovechan lared de fracturas y dan lugar a unared hidrográfica en ángulos rectos,con una red ortogonal y los típicostrazados acodados «en bayoneta»,con cambios bruscos de dirección ycon valles estrechos y verticales (loque en Extremadura se denominanriberos).

El río va a estar acompañado poruna densa sauceda en sus márge-nes, mientras que en las laderas yen los escarpes, la vegetación domi-nante va a ser de monte mediterrá-neo, más o menos bien conservado,de encinas y enebros, con cantue-sos, torviscos y retamas.

Una pequeña bajada nos hacepasar por la barrera que cierra elpaso de vehículos. Tras la barrera,aparece algún pino carrasco repo-blado. El río poco a poco se va enca-jando en la garganta, no muy profun-da, pero majestuosa por su paisaje ysu silencio. Se afronta una subida,algo dura (10) (5 km y 400 metros y2 horas). Antes de culminarla, undesvío a la derecha nos lleva a unaantigua cantera, como otras muchasque hay en el término de Colmenar,identificable por el color blanqueci-no del granito en esta zona. Desdeella se observa perfectamente lagarganta de granito. Se continua enparalelo al río y se alcanza al poco elcamino, a la altura de un profundomeandro hacia la izquierda.

Se pasa por encima de unos lomosde granito con diques de cuarzo. En

esta zona el granito está estriado conacanaladuras por donde discurre elagua de escorrentía hacia la laderadel río. El camino, a partir de ahora,es un continuo sube y baja. Se deja ala derecha un pequeño colmenar(nuevo) y el camino se estrecha y semete en el denso enebral. Hay unasensación de soledad, inmerso en lallanura de granito y con el río a lospies, abajo, en su entalladura.

Comienza un descenso pronun-ciado, entre algunos bolos y sobretodo mucha arena de alteración delgranito. Se han formado estrechas yprofundas cárcavas en esta parte dela bajada, donde también hay quetener cuidado con los resbalones. Sevuelve a cruzar el segundo arroyo,el de aguas cristalinas que iba por laprimera parte del camino. Sigue ba-jando limpísimo, con su cortejo dezarzas, sauces y algún fresno (11) (6km y 500 metros y 2 horas y 30 mi-nutos). Tras él, la subida es mássuave que la bajada. Cuando acaba,en una curva a la izquierda, sepuede apreciar un dique de cuarzo.Estos cuarzos se encajan en la rocagranítica aprovechando las fracturasdel material. Abajo a la derecha, elrío Manzanares ha hecho una espe-cie de playa, entre prados y sauces.

Sigue el camino entre subidas ybajadas, en otro nuevo encajamien-to del río. Éste hace cascadas ypozas. Otra nueva bajada arenosapara cruzar otro arroyo posibilitaver en la ladera opuesta, la derechadel río, una falla importante en el

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26 propuestas para el fin de semana

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modelado granítico. Aquí el río hacreado un valle más amplio (12) (7km y 2 horas y 40 minutos), conenebrillos y praderas que caen mássuavemente hacia el río Manzana-res. La causa está en que en estaparte se encuentran dos líneas im-portantes de falla y produce unamayor fracturación y trituración dela roca, con lo que el río puede for-mar un valle más amplio. Al poco,se pasa por otra falla en nuestro ca-mino. En la ladera de enfrente sedan procesos de arenización.

El camino sigue pegado al murode piedra. Se asciende y enseguidase afronta una nueva bajada (señalde coto privado de caza). En valle seha hecho menos quebrado en estazona, con una forma más amplia en«v», no tan encajado, con praderas ypequeñas playas fluviales.

Tras esta zona más amplia, el ríodescribe un meandro a izquierda y aderecha para encajarse de nuevo.Las colinas que bordean el cauce su-fren un acelerado proceso de ero-sión, y así se han formado numero-sos «piéd de vaches», esos senderi-llos paralelos, que cubren laderasexentas de vegetación. Antes de in-troducirse en la nueva garganta, conmeandros muy cerrados, se observaun ligero represamiento natural delagua. Al lado del río, por el margenque va el camino existen las ruinasde una construcción, ¿un batán? ¿unmolino?. El río se va a encajar unavez más, y a la par el camino se haceotra vez más quebrado.

A la altura de un meandro a la de-recha del río, se afronta una nuevasubida arenosa (13) (8 km y 3 ho-ras), y un corto, pero empinado des-censo nos llevará a cruzar un pro-fundo arroyo por un pequeño puen-te de medio punto, detrás del cualhay una nueva subida. Mirando alrío, se observa que vuelve a ser másdensa la sauceda, al igual que el ene-bral de las laderas. Aparecen dos ca-minos a la izquierda, que no se to-man, sino que se va a media ladera,paralelo al río.

De repente, tras pasar ese cerro,cambia el paisaje. Una gran tuberíarecorre en descenso de izquierda aderecha todo la ladera izquierda delvalle. Una construcción y algunacasa prefabricada completan el pa-norama, junto con torres de alta ten-sión, que nos conducen hacia laCentral de Navallar (14) (8 km y450 metros y 3 horas y 10 minutos).El camino parece que se extingueen el cartel rojo y blanco que indica«Hidráulica Santillana: prohibido elpaso». No es así, a mano derecha sedesciende hacia el río, rodeando laedificación por su derecha. Nos in-troducimos en medio de la sauceday el zarzal del río Manzanares, quesigue fluyendo bastante limpio. Sesaltan dos desagües de la central pe-gados al cauce y se remonta en elotro lado, hasta un poste que noshabla del origen de la central de Na-vallar, construida a finales del sigloXIX, la primera que suministró co-rriente eléctrica a Madrid, aunque

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Los puentes medievales de Colmenar Viejo

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sólo al pueblo de Colmenar, Fuenca-rral, El Pardo, el Palacio Real, laCárcel Modelo y la Diputación.

No se toma la carretera, sino lapista horizontal del Canal de Isa-bel II, que queda a la derecha deésta. Se cruza el salto hidroeléctrico.La plataforma del Canal va a ir pega-da a la densa sauceda del río, que li-mita el acceso al cauce, a excepciónde algunos caminillos abiertos.

La carretera, a la altura del arro-yo de Navallar, se separa del canal,mientras que el río se vuelve a enca-jonar, aunque la garganta es más pe-queña, no pasando de los 30 metrosde alto. Llega un momento en que laplataforma del Canal se acaba, y seintroduce debajo de una gran rocagranítica. Aquí no hay más remedioque trepar y pasar por un tramoaéreo sobre el río, por un pasilloacondicionado para ello. Hay quetener precaución en esta parte, quees corta, unos 20 metros. Debajo denuestros pies, el río cae en un pe-queño torrentillo con praderas en laotra orilla.

Se baja de la roca, y otra vez se al-canza la pasarela del Canal (15) (9km y 150 metros y 3 horas y 30 minu-tos). Al fondo se observa ya la presade El Grajal, que no embalsa. En estaparte del valle, más encajonado, nohay vegetación arbórea, debido a laacumulación de agua, aunque sí hayprados y laderas verdes por la hume-dad. Se llega a la presa de El Grajal(16) (9 km y 450 m y 3 horas y 40 mi-nutos). El sendero se estrecha sobre

la presa, y bajando unos escalones sesitúa sobre ésta, con su perfecta sille-ría. Más allá, continúa el camino, yade tierra, que conduce al puentemedieval de El Grajal, algo apunta-do y bien conservado, con la rasantealomada, y que cruza el Manzanaresbajo la carretera que une Colmenarcon Hoyo de Manzanares, y que afeae impide disfrutar de esta joya medie-val (17) (9 km y 600 metros y 3 horasy 45 minutos). Aguas debajo de lapresa vuelve a aparecer la vegetaciónde ribera.

Antes de la barrera que cierra elpaso a vehículos, y que normalmen-te está levantada, al lado justo de lacarretera que cruza por el puentenuevo, surge un camino casi invisi-ble, trepando entre las rocas y quegirando hacia la izquierda ascienderápidamente hacia la casilla de pe-ones camineros, que se ve arriba.Hacia ella se dirige la ruta. Estacasa abandonada conserva, un pocodeteriorados, dos carteles de cerá-mica que merecería la pena restau-rar, uno con el escudo de la Diputa-ción de Madrid y otro con las dis-tancias kilométricas a ColmenarViejo (4 km) y a Madrid (35 km)(18) (10 km y 200 metros y 3 horasy 55 minutos).

Se cruza la carretera por la cerra-da curva que hay frente a la casa.¡Precaución!, y se camina entre lasdos rectas de la carretera hasta lacurva a izquierdas de la carreterasuperior. En esta curva, se gira a laizquierda por un vallejo que se abre,

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26 propuestas para el fin de semana

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y se observa un túnel que cruza estacarretera. Nos introducimos por allí,y tras pasarlo, se gira a la derecha.Surge entonces un ancho camino,ocupado en parte por la carretera yenmarcado entre dos muros de pie-dra. Se ha alcanzado otra vez la su-perficie casi horizontal de la rampade Colmenar, desprovisto de vegeta-ción. Este ancho camino es otra delas muchas vías pecuarias de estemunicipio, en concreto es el Cordel

de Hoyo de Manzanares, con unaanchura (legal), de 37,50 metros.

Se va por el lado izquierdo de lacarretera, coronando un pequeñoalto donde se encuentra una cruzde granito (19) (11 km y 300 metrosy 4 horas y 15 minutos). A la iz-quierda, una finca ganadera sin ar-bolado y sólo pasto ralo nos acom-paña. Se sigue en paralelo a la ca-rretera hasta alcanzar unas explota-ciones ganaderas. Ahí se vuelve a

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ESCALA: 1/60.0000 600 1.200

metros

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cruzar con precaución, y se gira a laizquierda, siguiendo el caminohacia Colmenar.

Nuestra ruta desemboca en unancho camino proveniente por la de-recha. Aquí caben dos opciones.Continuar con la carretera a la iz-quierda y cruzar, también con pre-caución, el puente que salva la trin-chera del ferrocarril, o bien cruzarde nuevo y desviarse a la izquierdapara ver la Fuente de la Pradera,restaurada por el ayuntamiento deColmenar en 2003 (20) (11 km y 800metros y 4 horas y 20 minutos).Ambos caminos coinciden trescien-tos metros más arriba.

Se remonta un nuevo repechoque nos conduce hasta Colmenar y,si no se ha cruzado por la fuente,conviene cruzar en el cambio de ra-sante donde se ven ya con claridadtodas las urbanizaciones del pueblo.A la altura de una torre de alta ten-

sión surge un amplio camino a la iz-quierda (21). Se gira por ahí, porotra vía pecuaria, la Cañada de Gua-dalix. El camino es bastante llano yancho. A la izquierda quedan las fin-cas valladas de ganadería extensiva,y a la derecha un erial, que pareceser la zona de futuro crecimiento deColmenar. Se alcanza un nuevocruce (22) (13 km y 300 metros y 4horas y 45 minutos). Enfrente segui-rá la cañada de Guadalix, a la iz-quierda, hacia el río, el Camino deRetuerta, y la ruta gira a la derecha,hacia el pueblo. Se vuelven a ver losvertidos, los escombros y la basura,y anuncios de nuevas promocionesde vivienda. Se alcanzan las casas deColmenar (23) (14 km y 5 horas). Seentra por la calle Olovasio, se cruzaotra vez Los Batanes y se asciendehasta la Avenida de los Poetas (24)(14 km y 500 metros y 5 horas y 10minutos).

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26 propuestas para el fin de semana

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TIPO DE RUTA: Lineal.

LONGITUD: Hasta el final de lasenda, 3 km y 300 metros. HastaVenturada, 7 km y 300 metros.

DURACIÓN APROXIMADA:2 horas (sólo ida por la dehesa).

DESNIVEL: Bajo. El recorrido escasi llano.

DIFICULTAD: Baja y apta para todotipo de personas.

RECOMENDACIONES: Ruta quediscurre por la vía de servicio delCanal Alto del Jarama, a su pasopor el municipio de Redueña. Estáadaptada a personas con discapaci-dad gracias a un Proyecto de Inte-gración Social pagado por el FEO-GA-Garantía y el PAMAM, con pa-neles interactivos y eliminación debarreras arquitectónicas.

Para llegar en transporte públicohay que tomar el bus nº 197 de laempresa Continental Auto desdePlaza de Castilla (tel.: 917 456 300).

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la A-1 hasta el km50 y desviarse en dirección Torrela-guna por la N-320. A 4 km está la

desviación hacia Redueña, a la quese llega 1 km después.

Se puede hacer la ruta durantetodo el año, evitando los días demás calor de verano. En primaverase disfruta de plantas anuales comomargaritas, manzanilla loca y ama-polas, así como el olor del romero,tomillo y las mil flores de la jara. Enotoño, destaca por el cromatismodel quejigo, arce y especies caduci-folias frente a la encina, enebro yjara. Hay que llevar agua, pues nohay fuentes en el camino.

VALORES NATURALES: Uno delos pocos ejemplos de monte medi-terráneo que se conservan, gra-cias a ser la dehesa comunal delpueblo de Redueña. Especies arbó-reas de encina, enebro, quejigo,arce de Montpelier. Variedad dearomáticas. Especies animalescomo conejo, liebre, erizo, jineta,comadreja, jabalí, rabilargos, abe-jarucos, etc...

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 5,El Molar, Comunidad de Madrid, ynº 509, Torrelaguna. 1/25.000,509-II, Torrelaguna.

LLaa DDeehheessaa BBooyyaall ddee RReedduueeññaa

Un sendero adaptado para interpretarel monte mediterráneo

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

El camino parte desde la plazadel pueblo (0). Se camina por las ca-lles que desembocan, cuesta arriba,en la carretera que va a Cabanillasde la Sierra. Es una carretera estre-cha y bastante inclinada, que trasuna curva a derechas e izquierdasque salva un barranco llega a la altu-ra de un chalet enmarcado con ci-preses. Un poco más allá, cuando sesuaviza la carretera nos topamoscon una pista horizontal que la atra-viesa: es el Canal Alto del Jarama(1) (500 metros y 10 minutos). Aquíhay un cartel que indica «Senderopara Todos», y hay que desviarsepor la pista hacia la izquierda.

Un corte en el camino, a la dere-cha, nos deja observar los materia-les por los cuales vamos a caminar.Son materiales de relleno de unafosa tectónica, la de Torrelaguna,hundida entre la Sierra de la Cabre-

ra al norte y la rampa de El Molar alsur. Son materiales terrosos y arci-llosos, con cantos poco redondea-dos de gneis, cuarzo, cuarcitas, piza-rras y esquistos. En esta parte deRedueña la fosa es muy estrecha,ocupada en su centro por el arroyode Santa Lucía o de las Huertas, quese observa abajo en el valle. Unpoco más al sur se observan los dor-sos de la cuesta caliza de Venturada,cubiertas de un denso bosquemixto. Por detrás, una serie de relie-ves alomados nos cierra la perspec-tiva de la Sierra de La Cabrera.

A la entrada del camino, bien y re-cientemente acondicionado, nosaparece un enebro de miera, aunquesi miramos alrededor, es la especiedominante en esta parte. Es un ar-bolillo con hojas aciculares, es decir,en forma de aguja, de color verdeazulado, con un fruto en bolas quevarían del marrón rojizo al azul, delos cuales se obtiene la ginebra, y

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26 propuestas para el fin de semana

LA DEHESA DE REDUEÑASendero para todos

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con una madera incorruptible. Con-tinuamos por el camino, bien ce-mentado, y además de enebros nosaparecen majuelos, higueras con suolor dulzón, retamas de bolas, algúntomillo, encinillas y alguna mata detorvisco.

Tras una primera curva a izquier-das (2) (850 metros y 15 minutos),seguimos en el dominio del enebral,cada vez más grandes, con susramas caedizas, pero también nosaparece un arbolillo, con troncofino, y parecido a una encina, aun-que la hoja difiere, es más suave ymenos dura, es un quejigo, anticipode los que veremos luego. Abajo a laizquierda se aprecia el pueblo.Según avanzamos, aparecen otrasespecies acompañantes, como el es-pliego, retamas y torviscos o mata-pollos.

Llegamos al mojón de inicio del«Sendero para todos» (3) (1 km y100 metros y 25 minutos). Nos expli-ca cómo es el relieve del camino quevamos a transitar, con una sucesiónde vaguadas, algunas más profun-das que otras, sobre un terreno alo-mado que vierte sus aguas al valledel arroyo de la Huertas. Tambiénnos indica que el itinerario interpre-tativo va a tener cinco paradas: El re-lieve de la dehesa; La encina, reinade la dehesa; El paisaje y la miradadel artista; Un bosque para veranossecos y, por último, Las aves inver-nantes, sedentarias y estivales. A lolargo de los siguientes kilómetrosse pasará por ellos.

Pocos metros más adelante estáun primer cartel en madera, contexto en braille y en relieve, que esel cartel de inicio. Enfrente yavemos la dehesa, con sus laderasque miran al sureste y un cromatis-mo de verdes diferentes. Se obser-van en esta primera vista, a distan-cia, grandes ejemplares de encina,quejigo y enebro, y un matorral deretamas, enebrillos y jaras pringo-sas, que se hacen abundantes en laspartes superiores de la ladera,donde más insolación hay.

Se pasa la barrera canadienseque da acceso a la dehesa (4) (1 kmy 400 metros y 30 minutos). De estamanera, el ganado no escapa. Existeuna puerta a la derecha para facilitarla entrada a personas con movilidadreducida, en silla de ruedas, o sim-plemente con bastón, pues esas ba-rras transversales en el suelo son ungran hándicap para ellos. Descende-mos por el camino y, a la derecha,vamos a observar un jaral denso,acompañado de romero y algún to-millo.

Se gira a la izquierda y, en la pri-mera vaguada, vamos a ver cómo envez de jara y encina va a predominarotro árbol, el quejigo, de cortezapardusca, con hojas algo coriáceas,de haz verde brillante y envés blan-quecino, que pierde sus hojas enotoño. Se le puede confundir por laencina, pero sus hojas son muy dife-rentes. Prefiere suelos profundos,con materia orgánica y necesita máshumedad que la encina, por eso se

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La Dehesa Boyal de Redueña

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26 propuestas para el fin de semana

nos presenta en las vaguadas yzonas de umbría o menos soleadas,dando lugar a un buen contrasteentre la solana, dominada por jaras yencinas, y la umbría, con un domi-nio casi absoluto del quejigo.

Remontamos la vaguada y, en lasiguiente curva a la derecha desapa-recen por completo los quejigos yvuelven a aparecer las encinas yjaras. Esta zona tiene menos materiaorgánica por la falta de humedad yde condiciones de creación desuelo, llegando incluso a apareceracarcavamientos por la erosión.Abajo a la izquierda, se observa unode los viaductos del Canal.

En todo el camino va a estar elenebro presente. Se pasa por elcartel de Interpretación del pai-saje y llegamos, tras una curva a iz-

quierdas, a una segunda vaguada(5) (1 km y 700 metros y 45 minu-tos). Aparecen otra vez los queji-gos, y en la línea del arroyo estacio-nal del vallejo algunos fresnos. Estaes una zona, ya bastante metidos enla dehesa, en que es frecuente ob-servar aves. Tras remontar por laumbría continuamos por un buenquejigar.

Giramos otra vez a la derecha, ybajo una gran encina está la segun-da parada interpretativa (6) (1km y 850 metros y 50 minutos). Eneste caso se explica el árbol medite-rráneo por excelencia, la encina,con sus diferentes partes, en relievey con el texto nos habla de su adap-tación al clima. Justamente enfrentede la encina y del cartel, en el cami-no, hay un quejigo, ahí se puede uno

Esquema tipo de un vallejo de la dehesa de Redueña.

Umbría

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La Dehesa Boyal de Redueña

dar cuenta de las diferencias entreambas especies.

Tras pasar una curva a la derechase observa en otra vaguada un granquejigar frente a nosotros. Si nos de-tenemos y miramos al horizonte, seve hacia el este Torrelaguna, y haciael sur la urbanización de Cotos deMonterrey.

Bajamos a otra vaguada, más pro-funda y más húmeda, más orientadaal este y protegida de la insolaciónmás que otras (7) (2 km y 250 me-tros y 1 hora). Nos van a aparecerlos quejigos, algunos fresnos y otroarbolillo que nos sorprende con sushojas trilobuladas y que ocupa elfondo de la vaguada y gran parte dela umbría: son arces de Montpellier.Éste es un arce pequeñito que naceen zonas secas y lugares rocosos,que puede llegar a 15 m de altura.Tiene hojas pequeñas con tres lóbu-los redondeados. En otoño tienentonos ocres muy llamativos. Los fru-tos se agrupan de dos en dos, conforma alada.

La carretera gira hacia el sur y sealcanza el tercer panel, dedicado alPaisaje Rural. Se observa al fondoel amplio valle del Jarama y suafluente, el de las Huertas, más pró-ximo, Torrelaguna y el cortado deLas Cuchilleras al norte de ésta; y alfondo, coronando el paisaje, Ucedaencima de su raña. Seguimos por elcamino rodeados de quejigos y másarces.

Una nueva cur va a la derechanos conduce a una nueva bajada.

En las zonas más soleadas de nues-tro paseo, sobre todo en las partesaltas, existe un jaral denso, sin nin-guna otra planta diferente, y es de-bido a una sustancia que inhibe lacompetencia con otras especies.Enfrente, vemos cerca la urbaniza-ción de los Cotos de Monterrey,construida sobre un dorso de cues-ta caliza. Estas calizas que pode-mos obser var enfrente, o en lazona de Torrelaguna, que es dondemás amplia es la super ficie queocupan, son calizas marinas, delSecundario, cuando el Mar de Te-this invadió desde el este lo queahora es la península Ibérica y de-positó estos sedimentos. Posterior-mente, al elevarse la Sierra de Gua-darrama, se plegó y los restos quenos han quedado tras millones deaños de erosión son estas cuestascalcáreas que tenemos enfrente,aunque también quedan restos porla zona de Rascafría (los calerizos)y llegan hasta Valdemorillo hacia eloeste.

Giramos la curva a la derecha, yentramos en una zona más adehesa-da, con el monte más claro. A manoizquierda se ven unas praderas muysoleadas (8) (2 km y 400 metros y 1hora y 10 minutos). Desde estas pra-deras se pueden apreciar diferentestonos de verdes: ceniciento el de laencina, claro el del quejigo y el ro-mero, azulado el del enebro, brillan-te el de la jara y blanquecino el de laretama. Además podemos deleitar-nos si la temporada es propicia con

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los diferentes olores del romero, to-millo, jara, de algún espliego...

Continuamos por el camino y lle-gamos a la cuarta parada del iti-nerario, la de las adaptaciones alclima (9) (2 km y 700 metros y 1hora y 20 minutos). El clima medi-terráneo es un medio hostil, conpocas precipitaciones, a veces to-rrenciales, y marcado por dos épo-cas al año en que es difícil la vidade las plantas, el frío invierno y elardiente verano. Por ello, las espe-cies que habitan en este tipo declima se han ido adaptando con laevolución, tanto las animales comolas vegetales. La encina, el árbol do-

minante del clima mediterráneo hacerrado sus estomas de las hojascon pinchos, así como ha recubier-to las hojas con una corteza dura,en forma de coraza, al igual que elquejigo, (de ahí viene el nombre co-riácea); su corteza es agrietadapara protegerse de los rayos delsol. La jara segrega el ládano, o pe-gamento, en sus hojas por esemismo motivo; otros han hechoevolucionar sus hojas hacia agujas,como el enebro, o estrecharlascomo el torvisco. Existen múltiplesadaptaciones a nuestro clima medi-terráneo por parte de las especiesque viven en él.

ESCALA: 1/25.0000 250 500

metros

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Sobrepasamos la vaguada, otravez con quejigos, y al llegar a unanueva curva a la derecha, vemos, enel estrecho valle que dejamos atrás,procesos de erosión en la ladera desolana. Bajamos una nueva vaguada,más laxa y nos aparece la quinta yúltima parada del itinerario (10)(3 km y 1 hora y 45 minutos). Tratadel tema de las aves del bosque,tanto de las estables como las tem-porales.

Tras este panel, una curva a la de-recha y tras la vaguadita, una barreracanadiense pone fin al «Sendero paratodos» (11) (3 km y 300 metros y 2horas). Esta barrera, final de la Dehe-sa de Redueña, ya no está adaptadapara pasar al otro lado a personas con

movilidad reducida, no hay la puertalateral para pasar, así que muchaspersonas con discapacidad no pue-den ir más allá. Cabe preguntarse,¿por qué hay que poner ese límite?

Si queremos o podemos conti-nuar, el camino sigue, esta vez conmenos vaguadas y menos vegeta-ción climax conservada, sino másmonte bajo y eriales. Se gira en di-rección oeste y tras pasar por debajode la A-1, hace una cerrada curva aizquierdas hacia el sur en el barran-co del arroyo Sacedón y remontahacia la loma de Venturada. Son cua-tro kilómetros más desde el final dela dehesa. Si se quiere volver a Re-dueña, sólo hay que retornar por elmismo camino.

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La Dehesa Boyal de Redueña

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: 5 km y 500 m.

DURACIÓN APROXIMADA:1 hora y 45 minutos a dos horas.

DESNIVEL: Inapreciable, todo el re-corrido oscila entre los 605 y los610 metros.

DIFICULTAD: Baja.

RECOMENDACIONES: Ruta por ElPardo y las zonas abiertas al ciuda-dano de su Monte. Observación delmejor ejemplo de monte mediterrá-neo de la Comunidad protegido porPatrimonio Nacional. Recomenda-ble para cualquier época del año,evitando los días de mucho calor yde mucho frío. Hay dos fuentes enel recorrido en lugares clave. LaSEO (Sociedad Española de Ornito-logía) y Patrimonio Nacional hacenrutas guiadas para los colegios porésta y otras áreas del Monte delunes a viernes (tel: 914 340 910).

El Centro de Interpretación de la Na-turaleza Montecarmelo, pertene-

ciente a la Junta Municipal deFuencarral-El Pardo tiene una ex-posición monográfica sobre elMonte de El Pardo (tel.: 917 359634 y 638 039 030).

ACCESOS: Desde la M-30 y M-40desvío a la M-605, carretera deMadrid a El Pardo. Desde Fuenca-rral se accede por la M-607. Entransporte público el autobús nº601 parte desde Moncloa hasta ElPardo y Mingorrubio (tel: 913 760104).

VALORES NATURALES: Impor-tantísimo resto de monte medite-rráneo. Reserva de la Biosfera:águila imperial ibérica, águila real,buite negro, corzos, gamos, cier-vos, jabalíes. Bosque galería y res-tos de vegetación autóctona ribere-ña en el Manzanares.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, 534, Col-menar Viejo, escala 1/25.000, 534-III y nº 7 de las hojas topográficasde la Comunidad de Madrid (Ma-drid Noroeste).

EEll MMoonnttee ddee EEll PPaarrddooEl monte preservado

DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

La ruta parte del centro urbanode El Pardo, a la altura del puentede los Capuchinos (1), pero sincruzar el río Manzanares. Si subié-

ramos por la carretera que vemos anuestra izquierda, llegaríamos trasun durísimo repecho a la iglesia delCristo de El Pardo.

En el puente, sin cruzarlo, tal ycomo se ha indicado más arriba, gi-

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ramos a la derecha y partimos ríoarriba en busca de la presa de ElPardo. Este primer tramo va a estaracondicionado como paseo urba-no, cementado y con algunas terra-zas y bancos para el descanso. A laderecha van a quedar algunos baresy casas del pueblo.

La vegetación que acompaña aesta parte del río son las característi-cas acacias de tres puntas, sóforas,chopos, sauces y algún que otrofresno.

El río se ha represado formandouna zona profunda donde es bastan-te fácil ver grupos de ánades ypatos. Se sigue por dos descansade-ros modernos donde los vecinosplantan sus cañas para pescar, y nosllama la atención un fresno con unosescalones de madera clavados en sutronco y una cuerda para balancear-se sobre el agua. En el río se venbastantes carrizos que sirven de re-fugio a las aves.

Se acaba el paseo cementado y sealcanza un área de juego infantil amano derecha, con varios toboga-nes, y un poco más arriba, en una te-rraza fluvial que reconoceremos porel desnivel que se forma entre ellasy donde estamos ubicados, unas ca-sas blancas de alojamiento militar.(2) (1 km y 20 minutos).

Se llega a una pequeña subida deunos 15 metros de longitud, que envez de hacerla por unos escalonesque están a mano derecha, se tomapor un estrecho sendero entre reta-mas, algún majuelo y algún cardo.

El río sigue aquí con su calma chi-cha debida al represamiento deaguas abajo. En la orilla opuesta ve-remos un cono de arena blanqueci-na, formado por los depósitos quearrastra un arroyo estacional, el dela Sanguijuela o de Valdepeña.Luego, en el regreso, se pasará porallí.

Se continúa el camino y se des-ciende aceleradamente del otero enque estábamos situados, siguiendoel río aguas arriba. Atrás van a que-dar las alineaciones de árboles orna-mentales, típicos de los paseos urba-nos, y enfrente la vegetación natu-ral, aunque en algunos lugares tienemás sensación de erial que de otracosa.

Tras descender esa terraza flu-vial, a la izquierda veremos un me-rendero y a la derecha unos huertosde ocio. Más lejos, a la derecha, sedivisan ya las urbanizaciones deMingorrubio.

Seguimos paralelos al río, que hacambiado de dirección y ahora esoeste-este y pasamos junto a dosfresnos monumentales que dan bue-na sombra en verano. En esta partese forman praderitas que permitenun agradable descanso. En mediodel río se ha formado una pequeña yalargada isla llena de carrizos y al-gunos chopos. A partir de aquí haydos opciones, ir paralelo a la margendel río, con lo que hay que seguir elcamino de la izquierda, o bien tomarun camino en diagonal en direccióna unos gruesos árboles, y se toma

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26 propuestas para el fin de semana

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entonces el camino de la derecha.Ambos confluyen en los árboles. Es-ta parte es la más degradada, concardos, rastrojos y retamas de bolas,que reflejan la deforestación de estazona.

Llegamos a la zona de los árbolesque veíamos (3) (1 km y 800 metrosy 35 minutos). Son unas imponentesencinas que en otoño dan unas sa-brosas bellotas dulces. A su ladohay un caudalímetro y un puentepor el que pasamos a la otra orilla.

Se desemboca en un pequeño ca-mino al lado de la verja de el Mon-te de El Pardo, ese oasis naturalque tenemos a 10 minutos de laPuerta del Sol. Giramos a la dere-cha, entre viejos fresnos y saucesque nos indican la cercana humedaddel río. Enseguida vemos una pe-queña fuente con un cartel alusivo aque la conservemos por el bien detodos. (¿Por qué será?).

Seguimos por el camino, que seamplía, con el río a la derecha y lavalla a la izquierda. En el agua el ca-rrizo invade el cauce, cerca de la ori-lla fresnos y sauces y más alejadas,en zonas secas, la encina, que escalapor los cercanos cerros.

Un poco más adelante, el caminose divide en varios senderos, aun-que el más recomendable es el queva pegado a la verja y que nos va apermitir descubrir el verdaderoMonte de El Pardo y su ecosistemade monte mediterráneo. En una su-cesión de suaves colinas, las enci-nas y algunas jaras se han enseño-

reado del paisaje, dejando ampliaszonas adehesadas con pastos natu-rales donde habitan multitud degamos, ciervos, jabalíes, liebres yconejos, y si la suerte acompaña sepodrán ver bandadas de palomas,algún carbonero y quizás alguna delas joyas de este Monte, que estáprotegido por Patrimonio Nacionaly declarado ZEPA (Zona de Espe-cial Protección para las Aves) comoson las águilas imperiales, el buitrenegro, milano negro o incluso ci-güeña negra, que se refugian enesta isla natural.

Avanzamos aún más y enfrente,tras las grandes encinas se ve uncerro con algunos matorrales quenos impide el paso. Es el aterraza-miento de la presa de El Pardo yel punto final de la primera parte dela ruta. (4) (2 km y 500 metros y 50minutos). Descendemos a nuestraderecha hasta el cauce para ver elaliviadero de la presa y la vegetaciónnatural de la zona: zarzamoras, fres-nos, sauces y carrizos. Enfrente uncerro con una repoblación de pinos.A nuestra derecha, escondida en undesnivel del terreno, un manantialfluye hacia el río.

Remontamos el pequeño desnivelhasta el camino que trajimos, entrelos fresnos y las encinas monumen-tales y volvemos hasta el puente quehabíamos cruzado anteriormente.Ahora ya no lo cruzamos, sino quevamos a continuar por la margen de-recha del río Manzanares. En estepunto es donde el río empieza a

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El monte de El Pardo

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26 propuestas para el fin de semana

girar hacia la izquierda dando ori-gen a un meandro típico.

Los meandros son la forma máseconómica que tiene los ríos de ero-sionar, transportar y depositar elmaterial que llevan en suspensión ysuelen tener esta configuración enlas llanuras. Por la orilla en que va-mos, el Manzanares forma un escar-pe vertical y cóncavo, que es la zonadonde arranca material; en estecaso son las típicas arenas y arcosasdonde está asentada Madrid. Lastransporta un cierto tiempo y la de-posita en el siguiente meandro, peroesta vez en la orilla convexa, que esmucho más suave que por la que

vamos, y que forma incluso una pe-queña playita. (5) (3,5 km y 1 hora y15 minutos).

Seguimos río abajo, dejando anuestra derecha el terreno protegi-do por la valla, todo lleno de enci-nas, fresnos y algún que otro chopoen las vaguadas y alcanzamos el si-guiente meandro. Enseguida unabrusca bajada y una fuerte subidanos indican que hemos llegado alcauce seco del arroyo que veíamosanteriormente. Si nos acercamoshasta el cauce, por la vaguada esta-remos en el cono de arenas quevimos anteriormente desde la orillaopuesta.

ESCALA: 1/50.0000 500 1.000

metros

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A partir de ahora el camino se vaa estrechar, con el río abajo, a nues-tra izquierda, con su carrizal. En laparte por la que vamos a andar la ve-getación es densa, impidiendo aveces que pasen los rayos de sol.Las especies que abundan son loschopos, fresnos, acacias y una grancantidad de ailantos, también llama-do árbol del cielo. El ailanto es unaespecie invasora que llega a alcan-zar hasta 30 metros, con unos tron-

cos lisos, grises y unas flores quedespiden un mal olor.

Tras pasar una zona de gran den-sidad de follaje y dejar a la izquierdauna caseta de control de la represaprimera, salimos por fin a la carrete-ra que asciende hasta El Cristo. Gi-ramos a la izquierda, cruzamos elpuente sobre el Manzanares y llega-mos al punto de partida (7) (5 km y500 metros y 1 hora 45 minutos odos horas).

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El monte de El Pardo

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: Circunvalación de la la-guna: 6 km y 600 metros. Con la as-censión a los cantiles, 8 km y 300metros.

DURACIÓN APROXIMADA: 3 ho-ras y 10 minutos (laguna) y 4 horas(subida a los cantiles).

DESNIVEL: Bajo. Es llano, a excep-ción del ascenso final a los cerrosyesíferos.

DIFICULTAD: Baja.

RECOMENDACIONES: Ruta quediscurre por el Parque Regionaldel Sureste, en particular por lavega del río Jarama, al pie de losescarpes de yesos de Rivas-Vacia-madrid y alrededor de una antiguagravera inundada y regeneradacomo laguna.

Para llegar en transporte públicohay que tomar la Línea 9 de Metrohasta Rivas-Vaciamadrid y desdeahí, andar 1 km en paralelo a la víadel metro.

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la A-3 hasta el ki-lómetro 19, salida a Rivas-Vaciama-drid, desviarse a la derecha en larotonda para pasar por debajo delmetro, y nada más pasar el tunelci-

llo, girad a la derecha por una ca-rretera asfaltada hasta la laguna.

Hay que evitar los días de lluvia,frío y viento en invierno y el inso-portable calor del verano. Hay quellevar agua, hay una fuente en el ca-mino, pero no me fiaría de ella.

Llevad prismáticos, guía de iden-tificación de aves, calzado cómodo,gorro.

En la ruta esta el Centro de edu-cación ambiental El Campillo, per-teneciente a la Consejería de Me-dio Ambiente y Ordenación del Te-rritorio (Tel.: 600 508 638).

La asociación ecologista El Sototiene una web interesante sobre elParque Regional del Sureste: www. elsoto.org.

VALORES NATURALES: Una delas zonas húmedas de mayor im-portancia de Madrid, tanto natura-les (río Jarama, restos de sotos),como antrópica (antigua graveraregenerada y corrección paisajísti-ca). Restos de bosques de riberaen algunas partes del río Jarama.Gran cantidad de avifauna, tantomigratoria como estable. Destacancigüeñas, gaviotas, garcillas, avio-nes, vencejos, milano negro, pitoreal, garza, martín pescador, ána-de, pato cuchara, calamón, escriba-no, focha y cormorán. Entre el

LLaa llaagguunnaa ddee EEll CCaammppiillllooLas zonas húmedas del Parque

Regional del Sureste

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

Esta ruta por el Parque Regionaldel Sureste parte desde el metro dela estación de Rivas Vaciamadrid (0).Al salir de la estación, cruzad la ro-tonda y tirad por la calle que va enparalelo a la vía del metro. Esta calle,antes apenas transitada, se convierteen una zona donde hay que prestaruna especial atención, pues se hanabierto dos bocacalles que desembo-can en ella por la izquierda y ade-más, el tráfico rodado ha aumentado.¿Cuándo se hará una acera, un sen-dero peatonal y vía ciclista para acce-der sin peligro a la laguna? Se pasa

por el borde de un parque, luego unaurbanización, las dos calles anterior-mente dichas y por fin hasta unazona ya sin viviendas y donde nosaparece un camino a la izquierda conuna cadena y una señal de prohibi-ción de vehículos.

Llegamos por fin, fuera del asfaltoa una zona de viveros (1) (1 km y20 minutos). Tras la valla, el caminose introduce entre la valla de metal yel muro del metro, pero nuestra rutapasa por debajo de la vía del tren,gira a la izquierda y nos encontra-mos con restos de la antigua carre-tera de Valencia, con su adoquinado,enmarcada con algunos fresnos vie-

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26 propuestas para el fin de semana

resto de fauna, el abundante cone-jo, erizos, galápagos, culebras, ga-llipatos y en la laguna, barbo, carpay perca. Graves impactos ambien-tales.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 13,Madrid Sureste, Comunidad deMadrid. Y nº 583, Arganda del Rey,del IGN y 1/25.000, 583-1, Argandadel Rey.

LA LAGUNA DE EL CAMPILLOLa Naturaleza recuperada

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jos, y que enfila hacia un cercanopuente.

Llegamos hasta el famoso puentede Arganda (2) (1 km y 450 metrosy 30 minutos), puente de hierroconstruido a inicios del siglo pasadoy que hoy está rebautizado comoPuente de la Paz. Este nombre sepuso tras los homenajes a los comba-tientes caídos en la Batalla del Jara-ma, en nuestra Guerra Civil, y dondeuno de los lugares clave fue el con-trol de este puente. En él, las tropasleales al gobierno democrático repu-blicano repelieron los asaltos de lacaballería mora de Franco el día 6 defebrero de 1937. Este puente nossirve de buen observatorio de unode los pocos restos de soto del ríoJarama que se mantienen bien con-servado. Aunque el agua esté muyestancada y su color, y a veces suolor, no sean muy bucólicos, en susorillas han crecido multitud de espe-cies vegetales que dan lugar a estesoto, sobre todo en la margen dere-cha, donde podemos apreciar la orlade carrizo y taray cerca del agua,luego seguido de la alameda y por úl-timo de fresnos y olmos. Aquí seconservan un número importante deolmos. Este soto es un buen refugiode una abundante avifauna, a pesarde los impactos que provocan las ac-tividades humanas: ruido, tráfico,aviones, instalaciones eléctricas, elmetro, etc...

Volvemos sobre nuestros pasos, ygiramos a la derecha por el lateral deuna puerta negra de metal. A la dere-

cha nos quedará el soto del río Jara-ma, en este caso con muchos ejem-plares de taray. Vemos otro túnel de-bajo de la vía del metro a la izquierday por ahí nos introducimos, llegandoa la laguna por fin (3) (1 km y 750metros y 45 minutos).

Desde este lugar podemos apre-ciar en su inmensidad la laguna deEl Campillo, en un banco entre dossauces. En un primer término, tene-mos a nuestros pies un escarpe deunos dos o tres metros, que caehacia la laguna. En segundo términola laguna de El Campillo, con unalongitud de kilómetro y medio yunos 400 metros de anchura, y alfondo, tras la orla de vegetación de lalaguna, una construcción enorme,que es una fábrica de viguetas y porúltimo un escarpe abrupto, grisáceo,de yesos. A nuestras espaldas queda-rá el soto del río Jarama.

Lo primero que debemos saber esque la laguna no es natural, sinoproducto de la extracción de gravapara la construcción. El río Jarama, adiferencia de los ríos Manzanares yGuadarrama, transporta sedimentosen su mayoría cuarcíticos, en vez dearenosos como los otros dos, y losdeposita a lo largo de su llanura alu-vial, como es el caso de esta zona deRivas-Vaciamadrid y Arganda delRey. Estos sedimentos, además degravas, también son limos, arenas yotros materiales permeables, entrelos cuales se infiltra el agua, que sóloaflora en el río y en zonas que se ha-llan por debajo del nivel de las aguas

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La laguna de El Campillo

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26 propuestas para el fin de semana

subterráneas (llamado nivel freáti-co). Es como si hubiera un gran ríosubterráneo que abarcara toda la lla-nura, pero donde sólo vemos el caucedel río. Estos materiales arrastradosy permeables tiene un espesor quellega incluso a los treinta metros, yque ha servido como materia primapara la industria de la construcciónde Madrid. Por ello, desde hace casicincuenta años se han establecidomultitud de industrias extractivas degrava en las márgenes del Jarama, yhan excavado por debajo de esenivel freático, con lo que el agua seha filtrado y ha ocupado esas partesbajas, que deberían estar ocultas. Alfiltrarse el agua, se forman las lagu-nas, como esta de El Campillo, perohay otras cercanas y también impor-tantes: El Piul, Velilla, El Porcal, LasMadres, Las Juntas. Todas tienen elmismo origen humano. Posterior-mente, la vegetación natural ha idocolonizando las márgenes y áreas so-meras, y se han hecho actuacionescorrectoras de paisaje.

Seguimos hacia la derecha. Ahoratendremos la laguna a la izquierda, ya la derecha el Jarama y su soto, trasun viaducto de la línea del metro. Aambos lados observamos como lostarays colonizan las orillas.

Alcanzamos un mirador al airelibre, con una balaustrada de made-ra (4) (2 km y 200 metros y 1 hora).Debajo de nosotros, según miramosa la laguna hay un camino que semete entre la vegetación de la ribera,a unos dos metros por debajo. Este

escarpe es el que hicieron las exca-vaciones, y es aún más profundobajo el agua, alcanzando los veintemetros a pocos metros de la orilla.Según andamos vemos que vamospor un pequeño istmo entre la lagu-na y el Jarama, acompañados por elcortejo de tarays, álamos y carrizos.En esta zona hay varios puestos depesca.

Llegamos a la altura de una fuen-te (5) (2 km y 400 metros y 1 hora y10 minutos). Es la zona en donde elrío y la laguna están más cerca. Nosaparece un chopo con su cortezanegra y sus hojas acorazonadas a laderecha y un álamo a la izquierda,con la corteza blanca y hojas ovala-das. En el río se forma una isla conjunqueras y álamos. Más adelantehay una caseta de observación deaves en la ribera de la laguna.

Según vamos caminando nos apa-recen en el borde del camino variassóforas y así llegamos hasta una ca-seta, que es para el Control de la¿calidad? de las aguas, justamenteaquí, que es una cloaca (6) (3 km y100 metros y 1 hora y 30 minutos).El Jarama se canaliza, hay una pasa-rela sobre él y lo que echamos enfalta es la vegetación de ribera, puesno ha quedado nada del soto primi-genio.

Según nos alejamos de la laguna ydel río nos van a aparecer otras espe-cies más adaptadas a la falta de hu-medad, como cardos marianos y re-tamas de bolas, aunque no dejan deacompañarlo los chopos y los tarays.

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Llegamos al acceso al Centro deeducación ambiental de El Cam-pillo (7) (3 km y 250 metros y 1 horay 40 minutos). Es una parada y unavisita inexcusable en la ruta. En él,los técnicos medioambientales nosdarán información sobre el ParqueRegional del Sureste, podremos verexposiciones permanentes sobre losecosistemas y los impactos del Par-que, un video bastante didácticosobre el Parque y la laguna, y obser-var desde su interior la fauna, puessu forma alargada se introducesobre la lámina de agua.

Salimos del Centro de educaciónambiental y giramos a la izquierda.La vegetación ha cambiado. Nos apa-recen unas repoblaciones de pino ca-rrasco a la izquierda del camino. Alotro lado, se están haciendo unas re-poblaciones de escaramujos (rosalessilvestres). Tras el pinar llegamos aun cruce de caminos. El caminoprincipal es el de la derecha, quesigue en paralelo al río, pero opta-mos por el de enmedio, rodeando lavalla del Centro. Enseguida llega-mos a otra bifurcación (8) (3 km y350 metros y 1 hora y 45 minutos).Ahora tomamos hacia la derecha, ydescendemos un poco en nuestro ca-mino llano que nos llevará hasta elnivel del agua de la laguna. Segúnbajamos, a la derecha podemos ob-servar el material de la zona, y delcual se abastecía la gravera; son gra-vas y cantos de cuarcita, aportadaspor el río Jarama en miles de añospara formar este amplio valle.

Llegamos a una zona donde el ca-mino parece perderse. Es una zonacon bastante vegetación: juncos,chopos, álamos, tarays, que nos se-ñalan la cercanía del agua. Aquí de-bemos trepar hacia la derecha, bor-deando la alameda. El camino se es-trecha, más bien es una sendita, yvemos una vegetación muy degrada-da, con pinos enfermos o muertos,artemisas, y al llanear alcanzamos elcamino principal. El río Jarama sevuelve a ver enfrente, y giramos a laizquierda. Abajo, a la izquierda, deja-mos el hueco profundo de la antiguagravera repleta de buenos ejempla-res de chopos. Es una zona de granmaleza, por lo cual, buen refugiopara aves y otros animales, por ellohay un cartel, aunque algo deteriora-do que nos pide «Silencio».

De repente, nuestro camino llegaa un pequeño terraplén, al otro ladodel cual hay un cartel que indica queestamos ante un coto de caza, priva-do por más señas, y empiezan loscampos de labor (9) (4 km y 300 me-tros y 2 horas). Giramos a la izquier-da, donde hay otro cartel de silencio,pues vamos a introducirnos en lamargen de la laguna. La vegetaciónque nos aparece es bastante abun-dante, cerrándonos casi el camino:juncos, carrizos, zarzamoras, tarays,algún majuelo, rosales silvestres,olmos, sauces, álamos. El sendero esbastante estrecho.

Llegamos hasta un gran sauce llo-rón (10) (4 km y 700 metros y 2 ho-ras y 15 minutos). Desde allí se ob-

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La laguna de El Campillo

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serva la gran extensión de la laguna,y en primer término el escarpe, deunos tres metros. Encontramos otrosauce llorón y el camino se estrecha,con una valla metálica a la derechaque nos separa de los secanos y losyesos.

Para llegar a otra caseta de ob-servación de aves, quizás la mejorubicada, hay que desviarse unosveinte metros a nuestra izquierda(11) (5 km y 2 horas y 30 minutos).Aquí, entre los álamos podremos de-leitarnos con la variada avifauna dela laguna, las especies residentes, lasque la utilizan como dormidero, lasde paso o las que llegan en invierno,que es, sin duda, la mejor estaciónpara observar las variadas especies.

Volvemos al camino principal, ha-cia la izquierda, y unos dos minutosmás adelante, hay una apertura en lavalla que permite salir a un ampliocamino al pie de los yesos. Seguimospor el camino estrecho, entre el es-carpe de la laguna y la valla y llega-mos a la fábrica de viguetas. A lolargo del camino nos aparecen, mar-cándolo, pequeños cipreses. Llega-mos a otro mirador de aves (12) (5km y 750 metros y 2 horas y 45 minu-tos), junto a un puesto de pesca. Si elanterior nos parecía perfecto, el esta-do de abandono de éste, de suciedad,de su uso continuado como letrina in-vita a no entrar en él.

Al sobrepasar por fin la fábrica deviguetas, que hacen esta parte delcamino bastante incómoda (13) (6km y 3 horas), llegamos a una zona

donde la laguna se ensancha, dondehay poco carrizo y vegetación en laorilla y con otra caseta de observa-ción vandálicamente destrozada.Hay también un pequeño merende-ro, y un poco más adelante llegamosa circunvalar completamente la lagu-na (14) (6 km y 600 metros y 3 horasy 10 minutos). Aquí se podría darpor terminada la ruta, remontando lacarretera hasta Rivas, pero un pocomás arriba, a la derecha, parte un ca-mino que nos lleva, en corto peroduro ascenso hasta la cima de losyesos que hemos venido teniendo anuestra derecha.

Aún en la parte baja, podemosapreciar una «ventana» labrada en laroca, que era un puesto de observa-ción en la Guerra Civil. Giramos a laderecha por el camino empinado(15) (6 km y 700 metros y 3 horas y15 minutos). La subida es dura, perocorta, en un terreno gris, seco,pobre. La vegetación que nos apare-ce es la que se adapta a la sequedadde los yesos y a su salinidad, sobretodo atochas y jabunos. Según ascen-demos vemos la expansión urbanísti-ca de Rivas-Vaciamadrid, que pareceinvadir con sus adosados todo el ho-rizonte. El camino no tiene pérdida,pues va en paralelo al escarpe yesífe-ro, y donde se abren miradores (16 y17) que nos permiten ver las diferen-tes unidades del paisaje. Tras unapequeña bajada que deja a la derechauna cárcava, llegamos al punto finalde la ruta (18) (8 km y 300 metros y4 horas), otro mirador a la derecha,

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26 propuestas para el fin de semana

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cerca del codo que hacen más ade-lante los yesos. Desde allí podemosapreciar el paisaje del bajo Jara-ma: los escarpes de yeso donde esta-mos y de El Piul un poco más a la iz-quierda, más a la derecha los escar-pes de La Marañosa con su repobla-ción de pinos. Entre medias, el río

Manzanares, que va a desembocaren el Jarama, y el verdor de sus ribe-ras y valles, junto a la multitud de la-gunas que salpican los márgenes. Unpoco más allá Arganda del Rey y alfondo, el relieve en cuesta y los pára-mos alcarreños de Campo Real yMorata de Tajuña.

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La laguna de El Campillo

ESCALA: 1/25.0000 250 500

metros

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TIPO DE RUTA: No circular.

LONGITUD: 1 km y 900 metros (só-lo ida).

DURACIÓN APROXIMADA:45 minutos (sólo ida).

DESNIVEL: Bajo. Es llano, a excep-ción de la trepada final al páramo.

DIFICULTAD: Baja.

RECOMENDACIONES: Ruta quediscurre por el Parque Regional delSureste, en uno de los pocos ejem-plos que nos quedan de encinarmanchego en la Comunidad. Evitadlos días de mucho calor y demucho frío. Llevad agua, pues nohay en la zona.

Para llegar en transporte públicohay que tomar la Línea 9 de Metrohasta Arganda. Y desde allí mismola Línea urbana 1, que conducehasta la Residencia de la TerceraEdad, que es la última parada e ini-cio de la excursión.

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la A-3 hasta el km28, y allí desviarse por la M-313, endirección a Arganda. En la rotondaque indica a la derecha Residenciade la Tercera Edad, desviaros y lle-gad hasta su entrada. Ese es el ini-cio de la ruta.

VALORES NATURALES: Uno delos pocos ejemplos del encinarmanchego de la Comunidad. Mo-saico vegetal que combina encinas,quejigos y coscojas con pino ca-rrasco de repoblación. Entre lafauna, abunda el conejo y la liebre,hay culebra común y entre las avesdestacan la perdiz, la ganga, la palo-ma zuriza y el cernícalo.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 13,Madrid Sureste, Comunidad deMadrid, y nº 583, Arganda del Rey,del IGN y 1/25.000, 583-1, Argandadel Rey.

EEll CCaarrrraassccaall ddee AArrggaannddaaUn mosaico vegetal

DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

La ruta empieza al lado mismo dela Residencia de la Tercera Edad,antes de entrar en su recinto (0). ElCarrascal de Arganda se encuentraal sureste del municipio, lindandocon las nuevas construcciones delbarrio de Los Almendros, que están

llegando hasta el límite de la zonaprotegida. Este espacio se denomi-na carrascal por que en él pervivenrestos de los antiguos montes medi-terráneos de encina y quejigo queantaño eran tan frecuentes en lazona. Por ello, desde 1994 este ca-rrascal forma parte del Parque Re-gional del Sureste, limitado por el ya

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indicado barrio de Los Almendros alnorte y la A 3 al sur. Pero no sólovamos a encontrar encinas y queji-gos, pues la variedad vegetal, tantonatural como por la acción del serhumano con especies introducidasnos llevan a hablar de un mosaicovegetal en un pequeño espacio.

La dehesa del Carrascal perviveporque es de propiedad municipal.No se conserva intacta, pues hastalos años cincuenta se hacían sacasde leña y también en esos años serepobló con pino carrasco la zonadeforestada. Por eso hablaremos deespecies autóctonas y especies in-troducidas.

En la cuesta que conduce a la Re-sidencia de la Tercera Edad parteuna estrecha senda a la derecha dela carretera, justo al lado de una pe-queña construcción. Este estrechosendero, completamente llano se in-troduce entre un bosque de pinos

carrascos de la repoblación efec-tuada hace cincuenta años. Sonpinos aún jóvenes, con su troncofino, y dispuestos en terrazas típicasde las repoblaciones de la época.Junto al pino nos van a llamar laatención unos arbustos, de aproxi-madamente un metro de altura, quecon sus hojas brillantes y pinchudasnos llaman la atención. Son las cos-cojas, que ocupan abundantementeel sotobosque del pinar, como restosde la vegetación autóctona y comoindicador de un futuro crecimientodel encinar. Se las reconoce por sushojas lanceoladas, duras, con espi-nas en sus márgenes para evitar lapérdida de agua, con bellotas. Podrí-amos caer en la duda de si son enci-nas pequeñas. No lo son, sino queson una especie acompañante delencinar. Además de no alcanzarnunca el porte de una encina, sushojas son mucho más claras. Este

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26 propuestas para el fin de semana

500

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EL CARRASCAL DE ARGANDA

0 1 2 3 4 5 6 7

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arbusto tiene una función de fijar elsuelo y las cuestas y sirve de apo-sento y refugio para muchas espe-cies de animales. En la antigüedad,de la coscoja, mejor dicho, de unacochinilla que parasita a la coscoja,la cokis, (de ahí el nombre latino dela coscoca, quercus coccifera) se sa-caban el color carmesí o el color es-carlata veneciano para los tejidos.

Según avanzamos por el camino,encontramos otras especies típicasde los encinares manchegos queestán bajo el pinar, como son el al-bardín, la avena loca, el jaguarzo ysobre todo romero, mucho romero,con sus flores moradas y su caracte-rístico aroma.

Hacemos un giro a la derecha,entre importantes matas de coscojay enseguida, tras una bajada, acce-demos a una pista ancha que provie-ne de nuestra derecha (1) (400 me-tros y 10 minutos). Aquí se aprecianbastante bien los aterrazamientosde la repoblación. En esta zona, mássoleada, nos parecen las primerasatochas o espartos de importan-cia, con su característica forma dealmohadilla en la parte baja que ge-nera un microclima en su interior ysus espigas que se alzan. Se ha idoperdiendo su utilización en nuestraComunidad, pero de esta humildeherbácea se sacaba el material paracuerdas, cestas, alfombras, etc…Marca el último eslabón en la degra-dación de encinar.

Seguimos andando por el ampliocamino, y si continuamos de frente

nos encontramos con un cortafue-gos que nos llevaría a una vaguada.Giramos hacia la izquierda en unaamplia curva. Seguimos en la zonade repoblación, con sus terrazas,con pinos, coscoja y romero. Nosaparece alguna jarilla. Entre mediasde los pinos, aunque donde mejor seobservan es entre el cortafuegos yel camino, aparecen varios gamo-nes. Son unas plantas que crecen envertical, perennes, con un tallo muylargo que termina en una espiga deflores blancas. Son plantas que apa-recen tradicionalmente en zonas ga-naderas, pues el ganado no se lascome, e invaden el espacio de otrasmás apetitosas.

Avanzando por el camino, obser-vamos a la izquierda de éste cómo esel sustrato. En este caso son conglo-merados, es decir, cantos de cuarzoy cuarcita cementados por una ma-triz de origen calizo.

El camino hace un primer giro ce-rrado a la derecha (3) (900 metros y15 minutos). La vaguada que antesvimos enfrente va quedando tambiéna nuestra derecha, mientras que anuestra izquierda la ladera asciendeentre las sucesivas terrazas. Másadelante hacemos otro giro a la dere-cha, en una zona mucho más umbro-sa, entre brotes frescos de coscoja.

Llegamos a un cruce de caminos(4) (1 km y 20 minutos). Enfrente,como referencia, existen unas pie-dras dispuestas como asientos. Sonlos conglomerados que antes había-mos visto. Giramos por el camino

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El Carrascal de Arganda

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26 propuestas para el fin de semana

que aparece a nuestra izquierda. Elcamino se encuentra entonces entredos árboles muy parecidos y a a vezmuy diferentes. A la izquierda nosencontramos con la característicaencina, con su tronco ceniciento yagrietado y sus hojas coriáceas, du-ras, de color verde oscuro. A la dere-cha, un árbol de igual porte, con lacorteza igualmente parda y rugosa,pero con las hojas mucho más ver-des y claras y no tan duras como lasde la encina, además de no acabar enesas espinas características de la en-cina, sino lobuladas. Estas hojas nopersisten como las de las encinas,sino que durante el otoño adquierenun color ocre y acaban cayendo. Esel quejigo, árbol que acompaña a laencina en el encinar manchego,cuando se asienta sobre un terrenorico en bases, calizo, como es el casoen el que nos encontramos, al igualque sobre las alcarrias de Madrid yGuadalajara. El quejigo necesitaesos suelos calizos, pero también lu-gares más frescos y más húmedos,porque no aguanta tanto la sequedadcomo la encina, por esos lo vamos aencontrar en las vaguadas, comoocurre en este caso del Carrascal.

Empezamos a subir por esta es-pecie de camino, haciendo curvasseguidas, pero amplias, a derecha eizquierda. El camino aparece mar-cado por los cantos de cuarcita ytrozos de caliza de esta especie debarranquera. Cuando aparece unsuelo profundo, nos van a acompa-ñar los quejigos, junto con torvisco

y otras especies acompañantes co-mo la madreselva, la esparraguera yalguna retama. A la derecha, unazona con bastante insolación al ladodel camino hace que aparezcan es-pliegos.

En una curva a la derecha, a la al-tura de un bloque de caliza (5) (1km y 400 metros y 25 minutos), nosaparece un quejigo de buen porte.Merece la pena desviarse del cami-no e introducirse hasta media lade-ra por el vallejo que queda a la de-recha. En él encontraremos bastan-tes quejigos, junto con romero, ja-guarzos con sus flores moradas enprimavera, algún gamón y ejempla-res de jara negra. Ahí podremosapreciar que en esas zonas más hú-medas y con suelo más profundosdel Carrascal nos aparecen los que-jigos. En la ladera de enfrente yavuelven a aparecer los pinos de re-población que rodean el cerro de laResidencia.

Volvemos sobre nuestros pasos ydescendemos hasta el cruce de ca-minos (6) (1 km y 700 metros y 35minutos). Esta vez dejamos a la de-recha el camino del principio, avan-zamos unos cincuenta metros y a laaltura de un pozo lleno de conejerasque aparece a nuestra izquierda em-pezamos una dura trepada. La subi-da es muy fuerte, entre pequeñasencinas, atochas y jaguarzos. Enunos tres repechos llegamos por fina un cerro con una cumbre plana. Elsuelo ya no es de tierra ni arcilla,sino de roca, una roca blanca con

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oquedades y grietas en su forma.Son las calizas del páramo, la su-perficie culminante de los páramosalcarreños. (7) (1 km y 900 metros y45 minutos).

Las calizas del páramo se forma-ron al final de un periodo geológicollamado Mioceno, hace unos ochomillones de años. Entonces, la partesur de la Comunidad de Madrid es-taba surcada por unas grandes co-rrientes de agua que avanzabanmuy poco a poco. No eran lagos,sino grandes masas de agua, con unmovimiento lento hacia el mar. Aúnno se habían formado los valles de

los ríos que conocemos. En su lentoandar depositaron durante millonesde años sus sedimentos calizossobre la superficie que ocupaban yformaron los páramos. Esta roca ca-liza es bastante dura, y por eso for-ma esos cortados calizos de las alca-rrias, unos doscientos metros porencima de donde corren hoy en díalos ríos.

Desde esta zona alta podemos in-terpretar muy bien el paisaje delCarrascal de Arganda. Por un ladoencontramos enfrente el cerro de laResidencia de la Tercera Edad, a lamisma altura que donde estamos.

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El Carrascal de Arganda

ESCALA: 1/20.0000 200 400

metros

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Entre ese cerro y el nuestro se abreun pequeño barranco, que junto conotros muchos desciende hasta elvalle del río Jarama, que discurre enla lejanía hacia el noroeste. En el en-torno que nos rodea vemos lasmasas de pinos carrascos de repobla-ción, que forma masas más o menosdensas y por las cuáles hemos pasa-do al inicio de la ruta. Más cerca, yano hay pinos, y si árboles de formaglobosa, unos más claros que ocupanlas vaguadas y zonas más umbrosas,que son los quejigos; y otros más os-curos y cenicientos que ocupan lasladeras más expuestas al sol y las

zonas más secas, y que son las enci-nas. En primer término, en el cerrodonde estamos, aparece el matorraldesprovisto de árboles, jaras, ato-chas, romeros y coscojas, dandolugar a ese variado mosaico que es elCarrascal de Arganda, resto de losantiguos montes que cubrían estazona en la antigüedad.

La vuelta la hacemos con un des-censo rápido pero con precauciónpor la empinada ladera, hasta elcruce de caminos. Desde ahí, por elcómodo paseo llegaremos a la entra-da de la Residencia, donde comenzóla ruta.

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26 propuestas para el fin de semana

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TIPO DE RUTA: No circular.

LONGITUD:5 kilómetros y 200 metros.

DURACIÓN APROXIMADA:2 horas.

DESNIVEL: Nulo. Discurre en su to-talidad por la llanura del Tajo a 540metros de altitud.

DIFICULTAD: Baja.

RECOMENDACIONES: Ruta quevisita uno de los pocos sotos quese conservan en el río Tajo. Estáseñalizada por la Consejería deMedio Ambiente y Ordenación delTerritorio. Evitad los días demucho calor en verano y los díasde lluvia. En primavera está «salva-je», con todas las herbáceas detemporada de más de medio metrode altura, multitud de avifauna, in-sectos. Los alérgicos deben evitarir en primavera por la gran canti-dad de polen existente en la zona.Es conveniente llevar repelentepara los insectos y pantalón largopor la maleza. También hay que lle-var agua, pues la única fuente delrecorrido está al inicio, en el par-que «Las Cuevas».

Para acceder en transporte públi-co, el medio es el autobús interur-bano de la empresa Ruiz, nº 353,que parte desde Ronda de Atocha,12 (tel.: 914 680 850).

Para acceder en transporte priva-do hay varias posibles rutas. Si sellega desde el norte de la Comuni-dad o desde la capital, hay que irpor la A-3 hasta Villarejo de Salva-nés, desviarse hacia la derecha porla M-404 hasta Belmonte de Tajo yahí tomar la desviación a la izquier-da por la M-319 (así se pasa por elmejor pinar de pino carrasco de laComunidad, el de la EncomiendaMayor de Castilla). También en Vi-llarejo se puede tomar la M-321, obien continuar por la A-3 hastaFuentidueña de Tajo y desviartepor la M-325 siguiendo toda la vegadel Tajo. Si se llega desde la zonade Aranjuez y Chinchón, hay quetomar la misma carretera M-325 endirección contraria.

VALORES NATURALES: Uno delos sotos o bosques de ribera másimportante que se conservan en lavega del Tajo. Vegetación con ca-rrizo, tarajes, sauces, olmos y cho-pos. Importante refugio de avifau-

LLooss ssoottooss ddee VViillllaammaannrriiqquuee ddee TTaajjoo

Los restos de los antiguos bosques de ribera del sur de la Comunidad

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

Partimos desde la iglesia de Villa-manrique de Tajo, llamada NuestraSeñora de Albuer situada en un altosobre la vega del Tajo. Desde allí, ycon la iglesia a la espalda, descende-mos hacia la izquierda por la calleSur, luego la calle Isla y por últimoVistalegre. Es un pequeño descensopor las calles con casas encaladas deesta zona rural de Madrid. Segura-mente con nuestro andar se alboro-tarán los perros que habitan enestas casas, pero no hay problemaalguno. Esta primera parte del cami-no, entre casas y las afueras del pue-

blo, está caracterizada por la presen-cia de especies alóctonas, es decir,que no son originarias de la zona, einvasoras. La más común de estasúltimas es el ailanto o árbol delcielo, especie que se ha asilvestra-do y coloniza todo tipo de suelos.Sus hojas son lanceoladas y sus flo-res, de color amarillo, dan mal olor.Lo encontraremos en las parcelasabandonadas dentro del pueblo.

Acabamos el descenso entre lascasas y llegamos a una pista de tierraamplia, que seguimos a la derecha.Un poco más adelante, a nuestra iz-quierda veremos la entrada al árearecreativa «Las Cuevas» (1) (380

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26 propuestas para el fin de semana

LOS SOTOS DE VILLAMANRIQUE DE TAJO

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na (ánades, paseriformes), lepi-dópteros. Llanuras de aluvión y as-pecto meandriforme del río Tajo.Cultivos de secano y regadío en lavega.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 17,Fuentidueña de Tajo, Comunidadde Madrid, y nº 606, Chinchón, delIGN y 1/25.000, 606 – IV, Villaman-rique de Tajo.

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metros y 5 minutos). Nos introduci-mos allí para conocerla. Hay unosbancos a nuestra izquierda con unafuente y en sombra. Un poco másadelante un puente cruza un canaldel río; veremos a sus orillas olmos,sauces y algún taray. También nosaparece a la izquierda un sauce llo-rón, romero y escobas. Hacia elfondo, las pistas deportivas y el ver-dadero río Tajo, aunque no lo pode-mos apreciar.

Volvemos a salir del área recreati-va y tomamos la pista hacia la iz-quierda. Es una zona por donde seestá ampliando el pueblo con nuevasconstrucciones, por lo que puedeestar en obras, pero es un pequeñotrecho. Un corte en el talud del cami-no, a la derecha, nos deja ver el te-rreno que pisamos. Es un terreno li-moso, producto de los depósitos queva dejando el río al formar su vega.

Llegamos a un lugar, con unavalla de alambre para evitar caídas,donde por fin vemos el río Tajo (2)(800 metros y 10 minutos). Aquí elrío se nos presenta con sus caracte-rísticos meandros. Este aspectomeandriforme, en el que va hacien-do curvas, es característico de losríos en la llanura por la falta de pen-diente, y supone un proceso cam-biante con el tiempo, pues el aguaerosiona la parte cóncava del mean-dro, por eso es más escarpada, y de-posita sedimentos en la parte conve-xa, creando «playitas». Los ríos, poreste motivo cambian mucho con elpaso del tiempo en su trayectoria,

generando meandros abandonados,cortas o incluso capturas fluvialesde un río por otro.

Seguimos por el camino, y al ale-jarnos del pueblo empiezan a alter-narse las especies introducidas,como las moreras, acacias de tresespinas y robinias que encontrare-mos a mano derecha, con otros ár-boles propios de la zona, como ta-rays, álamos y sauces.

El camino hace una curva a la de-recha y en un breve descenso nosvamos a encontrar sobre un puentede madera (3) (1 km y 15 minutos).Es una zona muy umbrosa sobre elarroyo de La Vega, que baja seco.En esta zona es donde vamos a co-nocer el primer árbol de los quecomponen el soto, el chopo oálamo negro. Esta parte del cami-no, en torno al arroyo de La Vegaestá colonizada por numerosos cho-pos, que sueltan su alfombra de«pelusa» en primavera. El chopo esun árbol de hoja caduca con formatriangular, con profundas grietas ensu corteza oscura y que se sitúa enzonas húmedas. Se ha visto favore-cido, al igual que el álamo blanco,con numerosas repoblaciones portoda España en las riberas de losríos. En otoño adquiere un intensocolor amarillo.

Salimos de la pequeña vaguadadel arroyo y nos vamos a encontrarya con los campos de cultivo de lazona, que ocupan los ricos y profun-dos suelos aluviales de la vega. Eneste caso, los campos cultivados son

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Los sotos de Villamanrique de Tajo

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26 propuestas para el fin de semana

de maíz y cebada principalmente.Esta zona de cultivos se ha extendi-do a costa de los sotos, pues sonsuelos muy buenos para la agricultu-ra, y es la principal causa por la quehan desaparecido casi todos los bos-ques de ribera o han quedado redu-cidos a una pequeña franja al ladodel río, como los que conoceremosmás adelante, y que por ello se lesdenomina bosque galería.

Seguimos por el amplio camino, ya nuestra izquierda nos aparece otroárbol característico del soto, el ála-mo blanco o álamo, a secas. Aun-que son de la misma familia, existenbastantes diferencias entre el chopoy el álamo. El álamo tiene la cortezablanquecina, aunque en ejemplaresviejos se va agrietando y adquirien-do un color pardo. Su hoja es dife-rente a la del chopo, pues es ovala-da, con tres o cinco lóbulos, con elembés blanquecino, y al igual que elanterior se torna amarilla en otoño,dando una gran variedad cromáticaal soto. La madera de ambos es bas-tante buena, sirve para pasta celulo-sa, para trabajarla en esculturas eimaginería, e incluso para los palosde cerillas.

Continuamos por el camino, sinpérdida, hasta un cruce. A la dere-cha continúa el camino que llevahasta la depuradora, y donde a unos100 metros se observa un solitarioejemplar de sauce llorón. Nosotrosvamos a continuar por la vereda quecontinua por la izquierda en paraleloal río (4) (1 km y 700 metros y 30 mi-

nutos). En esta zona es normal quese nos cruce alguna liebre o conejo,que podamos ver ranas, ánades ybastantes especies de otras aves.

Con el río a nuestra izquierda, lle-gamos a una curva en el camino,donde nos van a aparecer otros ár-boles completamente diferentes alos observados anteriormente. Sonlos tarays o tarajes (5) (2 km y 100metros y 40 minutos). Es un árbolmás pequeño que los anteriores,que alcanza como mucho los 10 me-tros de altura. Su corteza es delga-da, de color pardo y sus ramas sonmuy delgadas, muy flexibles, quesuelen caer. Sus hojas son muy pe-queñas, en escamas, abrazando lasramas y de color verde claro. Lasflores en primavera son rosadas y sedisponen como racimos de espigas.Vamos a encontrar aquí uno de lospocos tarayales bien conservadosde la Comunidad, porque a pesar deser una especie característica, enpocos lugares encontramos tantosejemplares de él. Su función dentrodel soto es la de fijar con sus raíceslos suelos de las orillas, propensos aser erosionados por el río.

Continuamos por el camino, quese va a estrechar y da paso a una pe-queña senda y nos introducimos enel interior del soto. El camino va aestar enmarcado por especies ar-bustivas como espinos albares, zar-zales, rosales silvestres, alguna hi-guera asilvestrada, juncos, y en lascercanías del agua o dentro de ellasuna gran cantidad de carrizo. En

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esta espesura se nota una tempera-tura más suave y un ambiente másfresco, por eso, durante generacio-nes, las personas del interior de Es-paña han ido a refrescarse las durastardes del estío a las riberas de losríos, con su menor temperatura y suagua fresca. Esta es una de las ca-racterísticas del soto, pero pode-mos enumerar una serie de ellas.

El soto es una zona húmeda,tanto por el agua de los ríos y arro-yos como la que posee en el subsue-lo. Ya hemos indicado cómo regulael clima, pues suaviza las tempera-turas y crea un microclima local, alreducir el calor y aumentar la hu-medad del aire. Evita la erosión porparte del río, pues las raíces de losárboles y arbustos agarran fuerte-mente el suelo, evitando su arrastreen las crecidas. Esta misma presen-cia del agua hace que crezca tantavegetación asociada a la misma, yademás sea muy variada. Son tam-bién un filtro biológico natural, pueslas plantas absorben los nitratos,fosfatos y nutrientes del agua y me-joran la cantidad de oxígeno en ella.

Otra característica de la impor-tancia de los sotos es que son ungran nicho ecológico, pues son elhábitat de numerosas especies deaves, mariposas, peces, mamíferos,anfibios y reptiles, así como zona dereposo de las aves migratorias. Po-demos enumerar aves como el peti-rrojo, carbonero, herrerillo, oropén-dola, pito real, paloma, alcaudón,búho y mochuelo entre otras en el

soto; pato cuchara, ánade real,ánade silbón, focha, polla de agua ygarza entre los carrizales del río; li-bélulas, zapateros, sapo común, sa-lamandra, culebra de collar, culebrade agua y galápago leproso entre losinsectos, anfibios y reptiles, y en elagua del río Tajo carpa, bermejuela,gobio, trucha y barbo entre otros.Estas especies y otras muchas en-cuentran un refugio en estos sotos,y crean una compleja cadena trófica.

Seguimos por el interior del bos-que y aparece una señal de la senda(6) (2 km y 360 metros y 45 minu-tos). Entre la espesura podemos dis-tinguir los álamos, espinos albares ytarays, y nos va a aparecer otroárbol, de hojas lanceoladas de colorclaro, que se sitúa en las cercaníasdel río, es el sauce, árbol de corte-za parda, que alcanza los 20 metrosy que tiene la función de protegerlos márgenes del río con sus poten-tes y ramificadas raíces. Sus ramas,con sus hojas lanceoladas, son muyflexibles. Junto a él, y formandoagrupaciones densas en contactocon el agua, aparece el carrizo, unahierba perenne, que sirve de refu-gio y zona de nidificación e inverna-da a numerosas aves.

Pasamos entre dos álamos y subi-mos una pequeña cuesta. Nos en-contramos con una balaustrada demadera a la izquierda, puesta paraevitar caídas por el terraplén del ríoy llegamos hasta una caseta de ob-servación de aves (7) (2 km y 570metros y 50 minutos). Se ha dis-

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Los sotos de Villamanrique de Tajo

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puesto esta caseta en un meandrodel río, en una zona donde podemosobservar mayor cantidad de láminade agua y más cantidad de aves. Sinos fijamos en la otra orilla, que yapertenece a Toledo, vemos cómo elbosque de ribera ha desaparecidopor completo, sustituido por culti-vos. Tan solo restan algunos taraysy una gran cantidad de carrizos.

Avanzamos, pasamos por un clarolleno de cardos y alcanzamos otroresto del soto, con un merendero (8)(2 km y 600 metros y 1 hora). En estazona el río hace otro cerrado mean-dro hacia la derecha. En medio del

soto aparecen varios juncos, que indi-can la presencia de agua cerca de lasuperficie. También nos aparecenmuchos carrizos, que en parte nosimpiden ver el agua y chopos. Al ex-tremo opuesto del soto, y en las cer-canías de los campos de cultivo, en-contramos otra especie representati-va, el olmo. Éste ha tenido un graveretroceso en las últimas décadas porla plaga de la grafiosis, pero pareceque en algunos lugares se han con-servado sin que les afecte la enfer-medad. Es el árbol del soto que nece-sita para subsistir menos agua, porello aparece en la zona más alejada

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26 propuestas para el fin de semana

ESCALA: 1/25.0000 250 500

metros

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del agua, ya en contacto con la vege-tación que no es propiamente ribere-ña. Es un árbol que puede durarhasta 800 años de vida y se le recono-ce por su corteza pardo oscura (enmuchas zonas se le conoce popular-mente como negrillo), con unas ho-jas dentadas y tacto áspero.

A partir de aquí, la senda marca-da por la Consejería de Medio Am-biente queda difuminada entre lamaleza, que borra el camino, y lalinde de dos parcelas. Si queremoscontinuarla, hay que desviarse en90º del río hacia la derecha y encon-trar el paso entre dos parcelas y diri-girnos hacia un edificio que se hallaa unos 400 metros, que es la depura-dora. Una vez allí, por un canal ele-

vado desviarnos a la derecha y al-canzar el amplio camino que pasapor delante de la puerta de la depu-radora. Más adelante encontrare-mos el sauce llorón que vimos en ladistancia anteriormente y llegare-mos a la bifurcación. Seguimos porla izquierda y desandamos la rutaque hicimos al principio.

Este camino es un poco complejopor la maleza reinante, los camposlabrados con sus terrones removi-dos y los daños que podemos hacera los cultivos si somos un grupo nu-meroso. Es mejor volver sobre nues-tros pasos y volvernos a deleitar conel sonido y el frescor de estos soto-bosques madrileños hasta llegar alpueblo de Villamanrique.

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Los sotos de Villamanrique de Tajo

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD: La ruta por el Jardíndel Príncipe son 6 km y 300 metrosy el recorrido amplio por el Jardín,los sotos y la vega son 10 km y 500metros.

DURACIÓN APROXIMADA: Porel Jardín y la calle de la Reina, 2horas; haciendo el recorrido largo,4 horas y 30 minutos.

DESNIVEL: Nulo.

DIFICULTAD: Baja si se hace sólo elrecorrido por los jardines. Si sedesea hacer la ruta larga, visitandoademás los sotos, la vega con sushuertas y los paseos arbolados, esde dificultad media por su longitud,y puede hacerse algo pesada al ir enparte en paralelo a caminos abier-tos al tráfico.

Para llegar en transporte públicohay que tomar la Línea C3 de Cer-canías, o bien los buses 419 (Em-presa SAMAR), 423 y 423 A (Em-presa AISA) desde la Estación Surde Autobuses.

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la A-4 hasta el kiló-metro 36, y desviarse por la M-305que cruza el Puente Largo sobre elJarama y desemboca en Aranjuez ala altura del Puente de Barcas y laglorieta de Santiago Rusiñol.

Las rutas se pueden hacer a lolargo de todo el año. Quizás en in-vierno sean los días peores. Prima-vera, verano y sobre todo otoño sonmuy recomendables. Los alérgicosdeben evitar ir en primavera por lasgrandísimas concentraciones depolen.

Llevad una guía de los Jardinespara conocer las diferentes partes,así como la iconografía de las esta-tuas, y una guía de árboles orna-mentales, para diferenciar las espe-cies exóticas. Los Jardines Históri-cos son el resultado de cinco siglosde trabajo para lograr la armonía,con estanques, huertos, fuentes,templetes, parterres, estatuas... Hayque llevar agua, sobre todo si sehace el recorrido largo. Algunoscruces son peligrosos, como es elcaso del Puente de la Reina o los ca-minos por las Doce Calles.

VALORES NATURALES: Los sotosde Aranjuez han tenido desde siem-pre una gran riqueza natural, comozona húmeda y de refugio de fauna.A ello hay que unir la gran variedadde árboles y especies exóticas queconforman el Jardín del Príncipe,traídos desde América y Asia y quefue en su momento el mejor y másrico jardín botánico el Mundo. La

JJaarrddiinneess,, SSoottooss yy HHuueerrttaass ddee AArraannjjuueezz

Paisaje Patrimonio de la Humanidad

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

El inicio del itinerario está en lapuerta del Embarcadero (0),que se abre en la calle de la Reina yque da acceso al Jardín del Prínci-pe. Esta puerta fue diseñada porJuan de Villanueva, y consta de dosgrandes basas de piedra a cadalado de la entrada, con dos colum-nas jónicas cada una de ellas y cul-minados por las esculturas de ge-niecillos con canastos de flores.Ésta se puede considerar la puertaprincipal por la que acceder al Jar-dín del Príncipe, por donde va adiscurrir la primera parte del itine-rario. Este jardín, el del Príncipe,de 150 has de superficie, enmarca-do entre el río Tajo al norte y lacalle de la Reina al sur, forma partede los Jardines Históricos de Aran-juez, junto con los de la Isla y elParterre, aunque difiere en su con-cepción. A lo largo de la ruta vere-mos como la estructura ordenadade otros jardines, como los ante-riormente indicados, nada tieneque ver con éste, pues aunque enparte combina esa disposición or-denada de la naturaleza, tambiénincluye zonas más diversas, conzonas para huerto, para invernade-

ro, zonas con especies exóticascomo jardín botánico, áreas con or-denación en parterres, otras másnaturales y paisajistas. En su con-junto son la unión de varios jardi-nes, y deben su nombre al Príncipede Asturias de 1772, Carlos IV,antes de ser coronado rey y al artí-fice de su unión, Esteban Boutelou.

Avanzamos por la amplia calleque nos recibe de frente, la del Em-barcadero, con un pequeño parterrey una casa rústica de madera, quesirve de caseta de guardia. Es unacalle recta, con tilos jóvenes, casta-ños de indias y grandes plátanos desombra, en una disposición lineal envarias filas. A ambos lados de estasalineaciones encontramos especiescomo madroños, eucaliptos, encinas(a mano derecha nada más entrar),durillos y pitósforos, que nos reve-lan la gran variedad de especies quenos encontraremos.

A la izquierda podemos ver el ríoTajo y su estrecho meandro queconduce al puente de Barcas y al Pa-lacio Real. Hay un pequeño embar-cadero de piraguas al otro lado delrío, y se observa cómo el carrizo co-loniza ambas orillas.

Sobrepasamos una primera glo-rieta y dejamos a nuestra izquierda

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26 propuestas para el fin de semana

combinación con el arte y la histo-ria le ha valido y no sin razón, serdeclarado Paisaje Patrimonio de laHumanidad.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 16,Aranjuez, Comunidad de Madrid, ynº 605, Aranjuez, del I.G.N. y1/25.000, 605-IV, Aranjuez.

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el Primer Jardín o Jardín Español, ya la derecha la Huerta de la Prima-vera. Seguimos rectos por el paseode tilos, reconocibles por su hojaancha y acorazonada, que se vuelveamarilla en otoño, dando una granriqueza cromática y que contrastacon el ocre de los grandes plátanos.Es una zona donde se combina eljardín con el soto y es buena zonapara ver y escuchar a varias espe-cies de aves que se refugian enellos. A la derecha, una zona dehuertos, de las que abundan poresta parte del jardín, deja paso aunos pequeños invernaderos y auna estructura de cipreses verdes

en forma de ojiva, es el Cenador deRusiñol, que va a quedar a nuestraderecha y que debe su nombre alpintor catalán que inmortalizó estosjardines.

Llegamos a Los Pabellones (1)(850 metros y 20 minutos). Aquísustituimos los tilos por magnolios,árbol siempreverde originario delsureste de Estados Unidos (Caroli-na), con hojas grandes y brillantesy una gran flor blanca que aparecea finales de la primavera. Dejamoslas construcciones de los Pabello-nes y una estatuilla de Neptuno a laizquierda y nos dirigimos pordonde indica «Casa de Marinos»,

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Jardines, Sotos y Huertas de Aranjuez

ESCALA: 1/30.0000 300 600

metros

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llegando al Embarcadero. Esta es-calinata con sus garitas de guardiafue construida en tiempos de Fer-nando VI y Bárbara de Braganza, yde ahí partía la escuadra real de fa-lúas para recorrer el Tajo bajo lavoz del gran Farinelli. Al asomar-nos al Tajo vemos como el carrizalabarca gran parte de las orillas, de-jando un pequeño canal de colorverde por donde discurre lenta-mente el río Tajo. Al otro lado,grandes sauces llorones dejan caersus ramas al río.

El camino gira hacia la derecha,dejando sobre el río una pasarelamoderna por la cual volveremos alcabo de unas horas. Se llega al Cas-tillo (2) (1 km y 150 metros y 30 mi-nutos). El Tajo hace una curva ce-rrada en un sinuoso meandro. A laderecha nos quedará el museo deMarinos. Es una zona dominada porplátanos de sombra, pero no el habi-tual que conocemos, sino uno conlos lóbulos más marcados, y conforma de estrella, el plátano oriental.Aranjuez tiene una de las mayoresconcentraciones de plátanos delMundo, algunos de ellos son monu-mentales, y otros ocupan grandesalineaciones por todo el casco de laciudad.

Seguimos avanzando con un mu-ro o pretil que nos separa del río. Aorillas de éste van a crecer espe-cies típicas del soto: sauces, olmos,carrizos, y a la derecha especiesmuy variadas, como cedros, olivos,palmeras, castaños de indias, robi-

nias, acacias, tilos, árboles deJudea, algún acebo, boj... El ríohace otro meandro a la izquierda ynos separamos de él en una Glorie-ta, dirigiéndonos rectos hacia laFuente de Apolo (3) (2 km y 200metros y 45 minutos). Apolo estárepresentado con su lira sobre ungraderío de piedra, enmarcado porseis columnas corintias y dos tem-pletes.

Dejamos la fuente a nuestra iz-quierda y seguimos por el paseorecto de adoquines rojos. A mitadde la calle, nos desviamos a la dere-cha hacia el Jardín Chinesco (4).Es un estanque con cenadores, unode los más románticos de todo elJardín, con especies variadísimas:liquidámbares, tilos, madroños, pi-tósforos, sauces llorones, catalpas,caquis, membrillos, ginkgos,bambú y un gran ahuehuete, a se-mejanza del que preside el Parterrede El Retiro. En este estanque exis-ten varias especies de anátidas, al-gunas bastante exóticas. Bordea-mos el estanque hasta el ahuehuetey salimos de esta zona por detrásde éste hasta dar con un paseo em-pedrado. Cruzamos un gran paseo,con mezcla de especies como abe-tos y tarays y observamos un puen-te a la derecha, por el cual cruza-mos por encima de un cauce artifi-cial. Este cauce es la representa-ción simbólica de la unión del Tajoy el Jarama, que se quiso recrearen sus tiempos. Entramos en la isladel Ermitaño (5) (3 km y 1 hora),

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zona con tres plátanos catalogadosde singulares, el Plátano Padre, LosMellizos y el Plátano Hembra.Junto a ellos se encuentran arcesnegundos, liquidámbares y másplátanos.

Continuamos en dirección este,hacia la Casa del Labrador. El paseonos lleva por una zona más despeja-da, y hacia la izquierda nos llama laatención una zona más húmeda, conamplias praderas, avellanos y saucesllorones. Esa zona es un antiguo me-andro que hacía el río Tajo y que ais-laba la Casa del Labrador del restodel jardín. Para dar continuidad aéste, se suprimió y se construyó elmalecón que encauza el río por estazona. Así, en el mapa podemos ob-servar como la sinuosidad del ríocambia aquí por un trazado más rec-tilíneo.

Llegamos a la Casa del Labra-dor (6) (3 km y 900 metros y 1hora y 15 minutos). En un pilar dela valla que cierra su frente haydos carteles de las riadas de 1916 y1924, reflejo de que aunque se des-víe el cauce de un río, éste siemprevuelve a buscar su madre. La Casaestá enmarcada por magnolios y ci-preses de Lawson. Desde ahí, sali-mos por la calle Carlos IV hacia lapuerta de la Casa del Labrador, yaccedemos de nuevo a la calle dela Reina, (7) (4 km y 300 metros y1 hora y 20 minutos). Esta calle, demás de tres kilómetros de longitudtiene su origen en la época de Feli-pe II, y conducía a los huertos del

otro lado del río. En un primer mo-mento se repobló con chopos, pos-teriormente sustituidos por olmos,éstos por plátanos de varias espe-cies, que conviven hoy con tilos yarces.

Desde esta puerta caben dos po-sibilidades. Volver hacia la derechapaseando los 2 km que nos separanhacia la puerta del Embarcadero (6km y 300 metros y 2 horas en total),o continuar hacia la izquierda paracompletar la visita a Aranjuez.

Seguimos por la izquierda en di-rección al puente de La Reina. Estacalle conectaba el casco urbano deAranjuez con los sotos y las huertas,al igual que el resto de Paseos Histó-ricos. Vamos en paralelo a la verjadel Jardín del Príncipe, aunque poruna zona vedada llamada Parque deMiraflores, cerrada al público y de-dicada a viveros y criadero de faisa-nes. Por el camino alternan, en lasalineaciones de árboles que nos se-paran de la carretera, los tilos y losplátanos.

Llegamos al puente de laReina (8) (5 km y 350 metros y 1hora y 45 minutos). El soto de estaparte del río está mal conservado,con algún sauce, espinos, ailantos yacacias. Al otro lado de la carretera,en la margen izquierda del río estáel que en los mapas se conocecomo Soto de la Reina, aunque yano existe el bosque galería, sinoque es un club de golf. Cruzamos elpuente, con mucha precaución,pues no está acondicionado

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Jardines, Sotos y Huertas de Aranjuez

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para pasar peatones. Es unavieja construcción del siglo XVIIIque unía Aranjuez con el Cortijo deSan Isidro. Tras cruzarlo, giramospor la izquierda, a la altura de unagasolinera por la calle San Isidro.Al inicio está un poco sucio, mal en-démico de nuestra civilización,pero enseguida pasamos a estarflanqueados por un caminillo entredos filas de tilos por el margen iz-quierdo de la carretera. A amboslados van a ir apareciendo cultivosde huerta y maíz, así como inverna-deros y almacenes de cooperativasagrarias. Estamos ante la mejor ymás amplia vega de la Comunidadde Madrid, la de Aranjuez, famosatradicionalmente por los cultivos deprimor que abastecían al Palacio y ala Corte: espárragos, fresas, gui-santes, alcachofas, coles, cardos,grosellas, etc... de los cuales dostienen gran fama: Las fresas y el es-párrago blanco, aunque de las pri-meras no queda presencia y los se-gundos están siendo sustituidospor cultivos de espárragos verdes.

Por el camino llegamos al área re-creativa «Las Calabazas» (9) (6 km y2 horas). Aquí hay varios cartelescon sendas ecológicas con variosbucles, pero seguimos de frentepara acceder al Cortijo de San Isi-dro. Pasamos por campos de cultivo,sobre todo maizales e invernaderos.Si observamos, hacia la izquierda sealeja el soto y la arboleda del Tajo ysus jardines; estamos ya en zonaagrícola.

Se cruza el Canal de la Azuda,referencia histórica de la huerta deAranjuez. La transformación del pai-saje de Aranjuez con el regadío em-pezó con Carlos I en el siglo XVI;construyó la presa del Embocadoraguas arriba y dos canales o cacesen ambos márgenes. Por el norte, eldel Embocador o de la Azuda, conuna longitud de siete kilómetroshasta la confluencia con el Jarama;por el sur, el caz de la Aves, de quin-ce kilómetros, que abastecía lashuertas y jardines de los palacios.Carlos III en el siglo XVIII constru-yó más al norte, en el límite con loscerros de secano, el caz de la ColaAlta para regar el Real Cortijo deSan Isidro.

Alcanzamos el Cortijo de SanIsidro (10) (6 km y 750 metros y 2horas y 25 minutos), iniciativa ilus-trada como finca de experimenta-ción agraria, de la cual aún destacasu iglesia neoclásica y sus cons-trucciones de la época. En el Corti-jo giramos a la izquierda y nos in-troducimos por una estrecha callecon nuevas construcciones de cha-lets, con el frontón a nuestra iz-quierda. Tras pasarlos, accedemosa un camino rural asfaltado, condos alineaciones de moreras aambos lados del camino, restos delas antiguas explotaciones de gusa-nos de seda. A la derecha, en loscerros, se observan los olivares ylos campos de cultivo de secano,mientras que nuestra ruta siguepor la fértil huerta, alternando hor-

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26 propuestas para el fin de semana

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talizas con árboles frutales. Cruza-mos el Canal de la Cola Alta y deja-mos a la derecha la Cuadra Bella-vista.

Giramos hacia el sur (11) (8 kmy 3 horas). Volvemos a cruzar el cazo canal. Ahora a nuestra izquierdavan a aparecer cultivos de frutales.Cruzamos otro canal en una zonaque nos sorprende el color limosooscuro de la tierra. Llegamos a uncruce con una carretera y la cruza-mos con mucha precaución (12) (8km y 450 metros y 3 horas y 20 mi-nutos). Giramos a la derecha, yvemos pequeños mojones de quevamos por una vía pecuaria, en estecaso llamada Vereda de Colmenar,y como en otros muchos casos, as-faltada y abierta al tráfico. Segui-mos entre las dos alineaciones deplátanos.

Llegamos a otro cruce (13) (8 kmy 900 metros y 3 horas y 40 minu-tos). Aquí hay un cartel que indicala Finca de El Rebollo. Giramos a laizquierda, por la vía pecuaria asfalta-da. En esta zona nos sorprende ladestrucción que se está haciendodel entorno armónico del paisaje deAranjuez con la construcción degrandes bloques de casas en la zonaconocida como La Montaña. Segúnavanzamos, a la derecha van a que-dar los Paseos Históricos deAranjuez, con sus alineaciones deárboles. Estos paseos se construye-ron para conectar el casco urbano yel palacio con los sotos y las huer-tas. En conjunto son 32 paseos arbo-lados con una distribución ordenadade las calles y separadas 30º de án-gulo entre una a otra, según se apre-cia en los mapas y cuyo origen está

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Jardines, Sotos y Huertas de Aranjuez

ESCALA: 1/60.0000 600 1.200

metros

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en época de Felipe II y en la planifi-cación que hicieron los arquitectosreales para potenciar la zona conperspectivas monumentales. Estascalles arboladas, con filas de dos ytres especies embellecían los cami-nos, le daban más dignidad real, re-frescaban con su sombra y su made-ra servía para construir desde vigasy carruajes hasta pequeños útiles demadera.

Según seguimos por la Calle deColmenar, dejamos hacia la dere-cha la calle de la Princesa, la de Be-rruga y la del Embarque y la glo-rieta de las Doce Calles, con suschopos, plátanos, nogales y ála-mos. Estos maravillosos paseos tie-nen el hándicap de estar abiertosal tráfico. Seguimos por la Calle

Colmenar, por sus amplios arcenesy de poco en poco nos va a apare-cer el reciente amojonamientohecho por la Sección de Vías Pe-cuarias de la Dirección General deAgricultura de la Comunidad deMadrid, con su simpático logotipode «vaca».

Esta calle por la que transitamos,tras cruzar la carretera que llevahacia la izquierda a un camping, nosconduce directamente hasta la pasa-rela ubicada entre el Embarcadero yel Castillo (14) (9 km y 500 metros y4 horas y 20 minutos). La cruzamosy por la calle del Embarcadero llega-mos por fin a la calle de la Reina porla puerta por la que accedimos al re-corrido (15) (10 km y 500 metros y4 horas y 30 minutos).

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26 propuestas para el fin de semana

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TIPO DE RUTA: Lineal.

LONGITUD: Desde el Centro deEducación del Paisaje, 3 kilóme-tros. Desde la glorieta del polígono,2 km y 500 metros (sólo ida).

DURACIÓN APROXIMADA: 2 ho-ras (sólo ida), pues en esta ruta esrecomendable ir despacio parapoder observar la avifauna.

DESNIVEL: Bajo.

DIFICULTAD: Baja.

RECOMENDACIONES: Ruta quediscurre por el entorno de la Reser-va Natural El Regajal–Mar de Ontí-gola, situada en los cerros yesífe-ros del sur de Aranjuez.

Para llegar en transporte públicohay que tomar la Línea C3 de Cer-canías, o bien los buses 419 (Em-presa SAMAR), 423 y 423 A (Em-presa AISA) desde la Estación Surde Autobuses. Desde donde deja eltransporte público al Centro deEducación hay que subir por lacalle de La Florida hasta el Paseodel Deleite, al inicio de la antiguaautovía A-4.

Para acceder en transporte priva-do hay que ir por la A-4 hasta el km50, y desviarse por la antigua A-4retrocediendo hasta Aranjuez, y de-

tenerse en la rotonda del polígonoindustrial (donde está el supermer-cado Día). Ahí comienza la senda.También se puede circunvalar laplaza de toros de Aranjuez y re-montar por la carretera a Ontígolahasta un pequeño aparcamiento allado de la valla que protege la lámi-na de agua.

La ruta se pueden hacer a lolargo de todo el año, aunque enverano es sofocante. Cuando másespecies se pueden avistar es eninvierno, pues funciona comoárea de invernada de multitud deaves.

Llevad una guía de reconoci-miento de aves y de especies vege-tales de medios salinos. No hay queolvidar el agua, un buen sombreropara el sol y sobre todo prismáticosy paciencia. La caída de la tarde esel mejor momento.

VALORES NATURALES: Impor-tante zona húmeda (segundo hu-medal en extensión de la Comuni-dad de Madrid) entre cerros este-parios y saladares. Gran valor botá-nico por la combinación deespecies palustres, salinas y este-parias. Refugio importante defauna acuática. Junto al Mar de On-tígola se encuentra la también re-serva de El Regajal, con gran diver-

EEll MMaarr ddee OOnnttííggoollaaLas estepas salinas

del sur de la Comunidad

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DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

Desde el Centro de Educación(0), situado en el Paseo del Deleite,al pie del cerro de los Frailes, re-montamos por la acera que va enparalelo a la antigua A 4 hasta al-canzar una primera rotonda (valgapara referencia el supermercadoDía). Por ahí se cruza con muchaprecaución y se llega a unas navesdel polígono industrial. A mano de-recha, hacia el sureste de la roton-da, existe un pequeño sendero de

tierra que se aleja de la autovía y uncartel que indica el inicio de la rutamedioambiental (1) (500 metros y15 minutos).

Entramos por este sendero, de laanchura de un todoterreno. Deja-mos atrás el polígono y sus naves ynos introducimos en un valle congran cantidad de vegetación a nues-tra derecha, por donde discurre unarroyo, el de Ontígola, y que es eldesagüe de la presa. La vegetacióndominante en todo momento es elcarrizo, con sus características

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26 propuestas para el fin de semana

sidad de lepidópteros, muchos enpeligro de extinción y endémicosde zonas esteparias. Importanciahistórica por ser una presa de laépoca de Felipe II.

Antes de hacer la ruta convienepedir cita y visitar el Centro deEducación del Paisaje (Tel.: 918011 490 y correo electrónico:

[email protected]), donde seadquiere la información necesariapara visitar posteriormente el Re-serva.

CARTOGRAFÍA: 1/50.000, hoja 16,Aranjuez, Comunidad de Madrid,y nº 605, Aranjuez, del IGN y1/25.000, 605-IV, Aranjuez.

EL MAR DE ONTÍGOLAAgua entre estepas

650

550

4500 1 2 3 4 5

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«plumas» y sus cañas altas, forman-do una pared vegetal en algunas par-tes del camino. De vez en cuandonos va a aparecer un arbolillo dehojas escamosas, que florece conmúltiples inflorescencias diminutasde color rosa o sepia en primavera,es el taray o tamariz, especie queocupa zonas húmedas y salinas, yque nos hace referencia al tipo de te-rreno por el que pasamos, siendoesta especie más halófila, es decir,adaptada a suelos con sal, que la queaparece en otras partes de nuestraComunidad.

Mientras caminamos hacia nues-tro destino, aguas arriba, nos va aaparecer un arbusto blanquecino,alto, muy ramificado desde la base,con hojas de forma lanceolada, es laorzaga o sagra, especie que coloni-za zonas nitrificadas, en este casotanto de forma natural por haberagua estancada, como por acciónhumana por los vertidos. Se suele si-tuar en las márgenes húmedas dearroyos de zonas salinas, como aquíocurre. El valle que queda a la dere-cha está completamente colonizadopor este tipo de especies descritas.

Avanzamos por el camino y des-embocamos en un cruce de cami-nos, ya a la altura del dique de lapresa (2) (1 km y 500 metros y 30minutos). En vez de cruzar la presa,subimos por el estrecho senderilloque discurre con el agua a la dere-cha y el escarpe a la izquierda.

Según se asciende, se observa laimportante lámina de agua que con-

tiene este represamiento, así comola vegetación que la rodea y que in-vade la zona encharcada. Por el ca-mino, diferentes barranquitos hansido salvados con la construcción depequeños puentes de madera paraevitar las cárcavas. A la derechavamos a ver, en las cercanías delagua, un gran cortejo de tarays ysobre todo muchísimo carrizo, buenlugar donde se oculta la avifauna.

En la ladera por la que avanza-mos, vemos el aspecto terroso y gri-sáceo del terreno, con poca y ralavegetación, y nos desviamos haciauna trinchera excavada a mano iz-quierda para conocer mejor el sus-trato. Vemos cómo casi no se ha des-arrollado suelo, en unas condicionesimportantes de aridez, mientras quetodo el terreno son margas yesífe-ras, que le confieren ese aspecto deestepa seca a la zona. Si observamoscon detenimiento, se observa amitad del escarpe un gran lentejónde piedras, restos de una antigua te-rraza fluvial, es decir, del lecho delrío Tajo que llegaba aquí antes deexcavar el valle por el que discurreahora, 100 metros más abajo.

Continuamos un poco más ade-lante, hasta acabar el escarpe, don-de está ubicado un cartel que infor-ma de que estamos en un espacioprotegido (3) (1 km y 900 metros y50 minutos). Si prestamos atencióna la vegetación que nos rodea, ahoraque estamos fuera del valle del arro-yo, observamos como no existen ár-boles, producto tanto de la defores-

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El Mar de Ontígola

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26 propuestas para el fin de semana

tación humana como de las condi-ciones ambientales de sequedad. Ensu lugar, en las zonas altas y más ho-rizontales, hay un arbusto, que conla distancia forma un mosaico demanchas verdes, que son las cosco-jas, especie acompañante del enci-nar mediterráneo, pero más térmi-ca. Junto a ella, los espartos o ato-chas, que dominan todo el terrenocon sus espigas, y fuente en tiemposde una producción artesanal hoy endía desaparecida. Junto a la atocha yla coscoja, otras plantas nos apare-cen, como la harmaga, más blan-quecina y leñosa, que al secarse ad-quiere tonalidades rojizas, con cap-sulillas de forma globosa, represen-tante de la vegetación salina de lazona.

Las plantas de suelos salinos co-mo la sagra, la harmaga, la almarja,el sisallo o sosa y la ontina, son plan-tas que hasta hace poco han tenidouna gran importancia económica,pues son lo que se denominan plan-tas barrilleras, es decir, que gene-raban la sosa, esencial para la fabri-cación del jabón y del vidrio. El pro-ceso es el siguiente: se queman lasplantas en unos hoyos preparados yse convierten en ceniza, llamada ba-rrilla o kali. Esa ceniza es la sosa,que al mezclarla con grasas da lugaral jabón natural; y al mezclarla conarenas baja la temperatura de fusiónde éstas y se trabaja mejor y másfácil para fabricar un vidrio de pri-mera calidad y transparente, ade-más que se utilizaban también para

blanquear tejidos, y la harmaga enparticular como colorante de éstos.

Volvemos por el estrecho caminoentre atochas y harmagas y desem-bocamos, con el agua a nuestra iz-quierda en el dique de la presa (4)(2 km y 300 metros y 1 hora y 15 mi-nutos). La presencia del agua haceque aumenten los carrizos, junto azarzas, algún hinojo y los tarays. Elorigen de esta presa está en una la-guna natural, la del Fondón, que seformaba en el ensanchamiento deeste valle de fondo plano, antes dedesembocar en el Tajo aguas abajode Aranjuez. Para abastecer de aguala zona y las fuentes de los jardines,Felipe II mandó construir a Juan deHerrera en 1568 un dique que alma-cenara una importante cantidad deagua, y desde entonces se mantiene.En sus momentos fue la mayor pre-sa de Madrid, con 200.000 m3 y unos38 km2, aunque en la actualidad lapresa está casi colmatada por los se-dimentos y el agua permanente nossupera los 7 km2. En otras épocas sehicieron paseos en barca y represen-taciones teatrales para la familia realy la corte, además de servir de zonade caza para los reyes.

Atravesamos el dique de la presa,aunque en pocos momentos vemosla lámina de agua por la gran canti-dad de carrizo que ocupa la zona. Ala derecha vemos el valle verde queha formado el desagüe de la laguna yal fondo las casas de Aranjuez y elmonte Parnaso o cerro de los Frai-les, con una pequeña repoblación de

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pino carrasco. En la parte más occi-dental de la presa está el desagüe,con grandes carrizos, algunas barda-gueras y retamas de bolas. Se siguehacia la izquierda, ascendiendo porel camino un pequeño repecho, y a laderecha nos aparece, sin ningunabarrera de protección, la trincheradel ferrocarril a Valencia en mediode la Reserva Natural y con el peli-gro que supone una caída a las vías.

Subimos el repecho, con grandescarrizos a la izquierda que no nosdejan ver la lamina de agua, y cuan-do allanamos existe una caseta deobservación de dos pisos que es

un excelente punto para conocertodo el paisaje de la Reserva (5) (3km y 2 horas). En primer término,bajo nuestros pies, se observa elMar de Ontígola, con la parte conlámina de agua a nuestra izquierda,en las proximidades de la presa, ycómo va en aumento el carrizal,tanto en las márgenes como aguasarriba, donde el valle se estrechahacia Ontígola, ocupando toda la su-perficie hacia el sur. Este carrizo yesta zona húmeda tienen una granimportancia faunística, pues propor-ciona refugio a un gran número deaves acuáticas, sobre todo en invier-

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El Mar de Ontígola

ESCALA: 1/15.0000 150 300

metros

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no. Se estima que habitan, temporalo permanentemente unas 100 espe-cies de aves, entre las que destacanel ánade azulón, el porrón moñudo,el porrón común, pato cuchara yotras anátidas, fochas, somormujos,garzas, avetoros, martinetes y rapa-ces como el aguilucho lagunero.

Al otro lado del agua están los ce-rros y escarpes yesíferos por losque antes ha discurrido la ruta, consus coscojas y atochares. Por allípasa la carretera que une Aranjuezcon Ontígola, ya en Toledo.

Por detrás de la caseta, y aisladadel Mar por la trinchera profundadel ferrocarril, la finca privada de

El Regajal, que alcanza la autovíaA-4. La riqueza de esta finca estribaen albergar una gran diversidad demariposas, raros endemismos y es-pecies en peligro de extinción de co-leópteros, que se adaptan al medioestepario del coscojar. En estos te-rrenos están representadas más dela tercera parte de las mariposasdiurnas de la península Ibérica.

Desde el observatorio, la rutavuelve siguiendo el camino de idahasta alcanzar otra vez las estriba-ciones de Aranjuez, contrastandocon estos cerros esteparios y casidesérticos la gran riqueza de suvega y jardines.

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26 propuestas para el fin de semana

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TIPO DE RUTA: Circular.

LONGITUD:9 kilómetros y 500 metros.

DURACIÓN APROXIMADA:4 horas.

DESNIVEL: Nulo.

DIFICULTAD: Baja.

RECOMENDACIONES: Ruta urba-na que discurre por los Jardinesdel Buen Retiro, haciendo un reco-rrido circular por las partes másemblemáticas de él.

Para acceder a la ruta, lo mejores el transporte público. La línea 2de metro en su estación de Retiro,y los autobuses de la EMT, quedejan en la Plaza de la Independen-cia y que son las líneas 1, 2, 9, 15,20, 28, 51, 52, 74, 146 y 202.

El Retiro es apto para pasear entoda estación. En verano para refres-carse del bochorno en sus sombras,en otoño por la variedad de coloresde las especies arbóreas, en invier-no, como lugar de recogimiento y laprimavera con su estallido de vida.

Hay que evitar los días de lluvia ytormenta.

Indispensable es una guía de re-conocimiento de especies. Existeuna publicación, «Árboles de El Re-tiro», de Luis Martín Martín.

La Casita del Pescador, en las in-mediaciones de la Montaña de losGatos, es un punto de informaciónmedioambiental de El Retiro, ade-más de organizar rutas guiadasgratuítas los fines de semana. (Tel.:662 149 054).

VALORES NATURALES: Jardínhistórico de Madrid, conserva zo-nas de gran valor ambiental y paisa-jístico. Variedad de especies, mu-chas exóticas y alguna única comoel ahuehuete del Parterre. Diferen-tes tipos de Jardines. Monumentosy lugares emblemáticos.

CARTOGRAFÍA: Mapa de los jardi-nes del Buen Retiro del Ayunta-miento de Madrid, del Departa-mento de Educación para el Desa-rrollo Sostenible y Agenda 21.

EEll RReettiirrooVarios jardines en uno

DESCRIPCIÓN DE LA SENDA

En pleno centro de Madrid, capitalde España, se hayan los Jardines delBuen Retiro, un espectacular jardínhistórico en el centro de una ciudad

de más de tres millones de habitan-tes. Claro está que no siempre fueasí, y en sus orígenes, tal y como in-dica su nombre, fue un lugar alejado,separado de la Villa por un arroyo ysu barranco, para el retiro espiritual

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de los reyes, en unas dependenciasdel convento de Los Jerónimos.

No es hasta el siglo XVII, cuandoel Conde-Duque de Olivares, vali-do del rey Felipe IV, concibe un pala-cio digno de la Corte de España. Seconstruye un gran palacio con múlti-ples dependencias en el récord detres años, inusual para aquellaépoca, y en 1634 se inauguró. Hoylos únicos restos que quedan, tras ladestrucción a la que le sometieronen el siglo XIX las tropas francesasde Napoleón son el Casón del BuenRetiro y el actual Museo del Ejército.

Surge así el palacio, pero no eljardín. El Conde-Duque, casualmen-te tenía unos terrenos al lado de lanueva construcción, una «huerta»de un gran tamaño, acorde con surango y posición, donde cazaba y sededicaba a su animales de granja.Dicen las «malas lenguas» que lamuerte de su gallina favorita, «doñaJuana o doña Ana» le causó tal dolorque decidió alejarse de ese sitio y leregaló la finca al monarca. No sabe-mos si fue verdad el asunto de la ga-llina, pero los madrileños nunca lepodremos estar tan agradecidos alóbito de la gallina como se merece;y a la vista está.

El terreno era extenso, pero notanto como quería el rey; así que secompraron varias fincas anejas y seformó así el inmenso jardín y bos-que como quería Felipe IV. A nues-tros tiempos ha llegado menguado ycon la fisonomía muy diferente acomo fue en sus inicios.

En las siguientes líneas se inten-tará hacer un recorrido por El Re-tiro desde diferentes puntos devista, siempre primando el me-dioambiental, pero también el histó-rico, el paisajístico, y el cultural,pues en nuestro Jardín interaccio-nan muchas influencias, se yuxtapo-nen muchas partes diferentes, ytodo ello con la perspectiva y la me-moria histórica de casi cuatro siglos.

El Retiro ocupa la parte más occi-dental de un interfluvio entre elAbroñigal Grande (M 30) y el Abro-ñigal Chico (Paseo del Prado). Esuna superficie más o menos llanaque vierte sus aguas hacia el suroes-te. La parte más elevada se encuen-tra en su vértice nororiental (Monta-ña de los Gatos) y el más bajo en elextremo contrario, a la altura de laestatua de Pío Baroja (junto a lacuesta de Moyano).

La ruta se inicia en la Puerta deAlcalá, uno de los principales acce-sos al recinto (0). A mano derecha,según se mira la Puerta de Alcaládesde la entrada de El Retiro, pode-mos observar un resto de otraépoca, el mojón de la Cañada Realde Madrid, y una inscripción queindica su anchura legal de 75,23 me-tros. Por ser una vía pecuaria, dosveces al año las ovejas merinas cir-culan por el centro de Madrid recor-dando sus derechos de paso.

Se accede al Jardín por la Puertade La Independencia y nos recibeuna pequeña fuente y su estanque.Enseguida se puede percibir la va-

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26 propuestas para el fin de semana

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riedad cromática del Parque, másacentuada en otoño. Se combinanespecies perennes de verdes oscu-ros y claros, a las que se superpo-nen otras caducas, que varían delverde claro, al ocre, amarillo y lapérdida de hojas en invierno. Aquípodemos observar el ejemplo de lacombinación de pinos, magnolios,acacias. Enfrente, tras las escaleras,se accede al Paseo de México, deli-mitado por imponentes álamos, consu corteza blanquecina.

Nada más entrar, sin ascender losescalones, se gira a la izquierda, ha-cia una fuente blanca que se ve arri-ba. Seguimos por ese paseo, dondeun pino negral queda a mano izquier-da. Es la zona de paseos arbola-dos, delimitados por varias alineacio-nes de diferentes especies, que dansombra y frescor en verano y varie-dad de colores en otoño. Esta subidaestá dominada a ambos lados por dosalineaciones de tilos, mientras queen las pequeñas parcelas de céspedque están tras ellos se encuentran ár-boles perennifolios como pinos yabetos.

Tras subir unos escalones, se lle-ga a la Puerta de Hernani, una en-trada secundaria y enmarcada porcipreses. Dos fuentes se suceden;una en medio de un estanque, de unduendecillo con un pez y otra convarias venus en la principal. Dosgrandes laureles van a quedar amano derecha según ascendemos, ytras la fuente de las venus, tres ace-bos de unos dos metros de altitud.

El camino sigue recto, tras losacebos, paralelo a la calle Alcalá.Los tilos han dejado paso a plátanos,acacias y sóforas, tres especies muyabundantes en El Retiro, junto a loscastaños de indias. Dejamos a la de-recha amplias zonas de tierra querodean el templete de música. Elpaseo deja de ser de tierra y conti-nua asfaltado. La calle Alcalá va aquedar más alta que el camino, y enel terraplén que nos separa de laverja abundan los eucaliptos y loscedros.

Se alcanza una casa amarilla don-de está la fuente de la Salud (1)(500 metros y 15 minutos), de la cualquedan el caño y el pilón. Se siguerecto, remontando aún más la cuesta,entre grandes tejos de tronco retorci-do, cipreses y sequoyas. Se siguencombinando castaños, plátanos y aca-cias con pinos, abetillos y ciruelos ja-poneses. Se alcanza un majestuosopinsapo que hay en el camino, fuerade la parcela de césped, a la altura deun pequeño parque infantil, uno delos muchos que salpican la superficiedel Parque. Aquí hay que desviarsehacia una estatua que se divisa a laderecha, tras pasar bajo unos tejos yun gran eucalipto.

Se llega a la estatua de Juan PabloBonet, levantada por la Federaciónde Sordomudos, pues fue el inven-tor en el ya lejano siglo XVII de unlenguaje para dicho colectivo (2)(800 metros y 20 minutos). Desdeeste pequeño homenaje se observamás a la derecha otro grupo escultó-

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El Retiro

Page 216: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

rico. Se baja entre madroños y laure-les, con una empalizada de madera ala derecha. A la izquierda queda unafuente cegada con el escudo del osoy el madroño, y bajo unos enormesplátanos de sombra, se llega al gru-po escultórico en homenaje a loshermanos Álvarez Quintero,donde desde un balcón, una mujeresculpida en blanco y a tamaño natu-ral con traje andaluz contempla a unseñorito a caballo, de color negro,acentuando el contraste.

Se sale de esta glorieta por los es-calones que hay frente a la estatuahasta alcanzar un paseo asfaltado, elde Colombia. Allí se gira a la dere-cha. A la izquierda según se prosi-gue la ruta hay un canal que simulaun río, con su aspecto meandrifor-me, y en sus márgenes se han plan-tado varias especies creando un bos-que galería de bambúes, palmeras,laureles, árboles del amor, saucesllorones y multitud de arbustos. Me-rece la pena desviarse hacia la iz-quierda y adentrarse entre el bambúpara observar esta recreación de lanaturaleza (3) (1 km y 200 metros y35 minutos).

Se desemboca en una amplia glo-rieta, confluencia de varios caminosy un paseo con grandes plátanos. Ala derecha queda la Casa de Vacas,llamada así por ser el lugar donde sedespachaba leche recién ordeñadaen el siglo XIX; luego fue sala defiestas y actualmente sala de exposi-ciones del Ayuntamiento. Descen-demos por el paseo del estanque en

dirección a la fuente que queda en-frente. Grandes plátanos limitandicho paseo, uno de los más fre-cuentados por los madrileños. A laizquierda queda el embarcadero delestanque, y a la derecha una seriede árboles más pequeños, pero quecontrastan con la corteza blanqueci-na y clara de los grandes plátanos.Aquí se encuentran durillos, lauro-cerasos y varios tejos de buen porte.

Alcanzamos la fuente de los Ga-lápagos, obra monumental de la pri-mera parte del siglo XIX (4) (1 km y500 metros y 40 minutos). Sobrepa-samos la glorieta de la fuente y en-tramos de nuevo en una zona terro-sa, con tilos a ambos lados, que en-marcan amplias zonas de praderas.Esta zona, la más concurrida delParque, junto al Estanque, es frutode la transformación (algunos creenque errónea) que se hizo a partir delos años setenta. Siguiendo el mo-delo paisajista inglés y las co-rrientes higienistas del urbanis-mo, se limpian amplias parcelas dearbustos y setos y se sustituyen poramplias praderas diáfanas, idealespara tumbarse al sol; transformandoel jardín en un parque para ocio y re-creo, perdiendo su perspectiva his-tórica y anulando la diversidad delas partes. Aquí, El Retiro ha dejadode ser un jardín y se ha transforma-do en un parque. Afortunadamente,en otras zonas se están rehabilitan-do los espacios de praderas para do-tarle de las características que teníaen otros tiempos y por otro lado, el

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26 propuestas para el fin de semana

Page 217: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

gran consumo de agua de estas pra-deras artificiales, propias de otrosclimas mas húmedos y no de nues-tro clima mediterráneo, se ha vistoatenuado al usar agua reciclada.

Se sigue por esta zona de grandespraderas entre tilos, acacias, cipresesy sequoyas. A la derecha va a quedarel teatro de títeres. Nada más sobre-pasarlo, ya la altura de un cartel lilaque indica «Este parque se riega conagua reciclada no potable» se gira a laizquierda. En ese mismo giro se ob-servan unos árboles de hojas muygrandes de forma acorazonada y sutronco de color claro, Lo que másdestaca es el fruto, una larga judíaque tiene forma de cigarro, son catal-pas. No son muy grandes, pero enesta zona son los árboles más abun-dantes.

Se gira entre dos catalpas y sesigue por ese paseo, más estrecho,pero rodeado de este tipo de arboli-llos y laurocerasos, en medio demás zonas de praderas. En el primercruce, un camino sale en oblicuohacia la derecha, hacia una glorieta.Se pasa por una zona con árbolesdispersos, prima el césped, contejos, cipreses y algún almez. Se al-canza dicha glorieta (5) (1 km y 750metros y 50 minutos). En medio, unciprés solitario cuyo tronco se divi-de a unos tres metros del suelo en-marca la zona. Aquí alcanzamos laSenda Botánica de El Retiro, y enla misma glorieta, un cartel nosllama la atención. Nos dirigimoshacia él, que está situado bajo un

gran olmo. Este itinerario botánicoes otra posible ruta para descubrirel Parque, pues conduce a través devarias zonas a para conocer especiesmás o menos comunes o exóticasque tiene este espacio verde.

Se sigue por el camino que sale ala izquierda del cartel. Se cruza elPaseo de las Estatuas que comunicauna de las entradas principales delParque, la de la Puerta de Españacon el Estanque. Siguiendo en estaparte el itinerario botánico, tras cru-zar el Paseo de las Estatuas, se gira ala derecha. Se pasa por una zonadonde abundan los castaños de in-dias y dos especies de las tres princi-pales que hay de acacias, sóforas yrobinias. Se pasa por una casa conuno de los escudos de Madrid, conun cuartel con el oso y el madroño yotro con una especie de dragón, quees ni más ni menos un basilisco. Sellega a otra zona de juegos infantilesy alcanzamos el límite oeste del par-que, la calle de Alfonso XII donde unárbol de corteza gris y hojas lanceo-ladas de base disimétrica cae inclina-do hacia la derecha, es un alméz olodón (de ahí el topónimo Torrelodo-nes), también muy abundante en elParque. Se ha llegado a la calle Al-fonso XII, anteriormente llamada deGranada. Todo el barrio que crecedesde aquí hasta el Paseo del Pradoha sido construido en terrenos queantes pertenecían a El Retiro. Gran-des casonas y palacios de la noblezay alta burguesía se construyeron eneste lugar privilegiado.

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El Retiro

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Se gira a la izquierda, dejando a laderecha la calle y se desciende ha-cia uno de los espacios emblemáti-cos de El Retiro, la zona de El Par-terre (6) (2 km y 500 metros y 1hora), único jardín francés que tieneEl Retiro. Se accede a él por la Puer-ta de Felipe IV, construida en elsiglo XVII. Es la parte más históricadel Parque, lugar donde estuvo elOchavado de Los Austrias, frente alCasón. El nombre le proviene de laparcelación que se da a estos jardi-nes, separados por setos de laurel yboj, generando figuras geométricas.Todo el conjunto tiene una forma debasílica, con el ábside hacia el fondodel Jardín. Destacan aquí bellosejemplares de magnolios, grandescedros, laureles, aligustres con for-mas primorosas, pero sobre todo,en la parte izquierda de El Parterreestá el árbol más conocido y emble-mático de El Retiro, el conocidoahuehuete, ciprés calvo o ciprés deCortés, originario de México. Elnombre de «calvo» le viene dadoporque sus hojas adquieren un colorrojizo en invierno y acaban cayendo,aunque en su lugar de origen sea dehoja perenne. Es el árbol más viejode Madrid, con una gruesa horcadu-ra de donde le salen fuertes ramasque utilizaron los franceses en 1808para instalar un cañón. Está incluidoen el Catálogo de Árboles Singula-res de la Comunidad de Madrid.

Se sale al paseo central de El Par-terre, hacia la estatua de la «Alegoríaal teatro», en honor a Jacinto Bena-

vente. A ambos lados unos árbolesde copa redondeada llama la aten-ción. Son cipreses, pero transforma-dos por la mano mágica de los jardi-neros para conseguir esos troncos yesas formas tan curiosas. La copa latienen partida en varias partes. Se as-ciende por cualquiera de las dos ram-pas y se llega hacia el mirador de ElParterre. Aquí se observa la formabasilical indicada antes y se puedecontemplar en todo su esplendoreste bello jardín (7) (2 km y 800 me-tros y 1 hora y 10 minutos). Dejandoa nuestras espaldas El Parterre, subi-mos unos metros por la Avenida delParaguay para desviarnos enseguidaa la izquierda y llegamos a un estan-que, el de Las Campanillas uOchavado, restos también del jardíndel siglo XVII. El nombre le vienepor las campanillas que coronaban elsurtidor del centro del estanque, querepresenta una montaña de rocas,muy de estilo oriental. Hoy las cam-panillas han desaparecido, peroqueda el estanque, rodeado de espe-cies que necesitan zonas húmedas,como varios fresnos y álamos. Tam-bién algunos majestuosos cedros ro-dean la fuente.

Se vuelve a la cabecera de El Par-terre, y se va rodear, camino de lacalle Alfonso XII, por la parte iz-quierda. Se baja por un paseo ancho,entre buenos ejemplares de robiniasy castaños de indias. Al llegar a la al-tura de la calle, sin descender alpaseo que va pegado a la verja, segira a la izquierda. Se deja una casa

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Page 219: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

de los trabajadores de los jardines ala izquierda y se desciende un pe-queño terraplén hasta alcanzar unazona baja y húmeda, la Chopera(8) (3 km y 400 metros y 1 hora ymedia). Esta zona, mucho más hú-meda y umbrosa que el resto delParque, recibe el nombre por los ár-boles que la conforman, que son ála-mos y chopos, ejemplares que apro-vechan la humedad de esta vaguadaque cae hacia el Paseo del Prado. Ensus tiempos fue un cementerio,luego un hipódromo, y hoy junto alas instalaciones deportivas, y en ellugar que ocupaban amplios paseosterrosos de plátanos de sombra seha construido un monumento queojalá nunca se hubiera tenido quehacer, el Bosque del Recuerdo,compuesto por 192 cipreses y olivosrodeados de una lámina de agua quesimboliza la vida, en memoria y re-cuerdo de nuestros vecinos asesina-dos vilmente el 11 de marzo de2004. El monumento lo componenvarias terrazas escalonadas dondese ubican los árboles.

Se deja el monumento y un pe-queño estanque a la izquierda y seremonta una fuerte pero corta ram-pa, llevándonos a un mirador de lazona de la Chopera. Altos pinos pi-ñoneros, con su forma aparasolada,y grandes cedros, crecen sobre laspraderas de césped que vuelven aaparecer, en la cuesta que cae haciala cuesta de Moyano y la estación deAtocha. La valla de madera quequeda a la izquierda es un buen mi-

rador de la zona por la que se acabade pasar. Seguimos por el caminoque traíamos en la subida, que des-cribe una amplia curva hacia la iz-quierda. Existen en esta zona bas-tantes ejemplares de cedros, tantodel Himalaya como del Atlas, dife-renciados por el color de las acícu-las, más claras y azuladas las delAtlas. También se aprecian algunosbuenos ejemplares de eucalipto.

Alguna pequeña encina, vestigiode la vegetación natural, resiste enesta zona, que está limitada por lafuerte cuesta que asciende hacia laglorieta del Ángel Caído. El caminode tierra, en buena sombra se acabaen esta calle. Sin cruzarla, enfrentese observan unas zonas con bastantedensidad de arbustos y herbáceasdominadas por grandes pinos piño-neros. Es una zona restaurada en losúltimos años, el Jardín de Plante-les donde entre estrechos paseos detierra se han reformado parcelasprotegidas con encintados y setos dealigustre para evitar que se traspa-sen, con boj, adelfas, bambú, durillo,aligustres, pitósforos, avellanos, co-toneaster, fotinias, boneteros, que leconfieren el aspecto «de selva» mis-teriosa y de frondosidad que tenía ensus orígenes el jardín.

Se cruza la calle. Abajo, a la dere-cha, entre grandes pinos piñonerosqueda la zona donde estaba situadala antigua ermita de San Blas,que hoy en día aún reúne una rome-ría todos los 3 de febrero. Los edifi-cios que quedan cerca de él son el

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instituto Isabel la Católica y el recin-to del Observatorio Astronómico,que tienen su origen en el sigloXVIII, con Carlos III y Carlos IV. En-frente, por donde se ha cruzado lacalle, nos va a aparecer otro tipo dejardín. Varias pequeñas parcelascespitosas, que contienen varioscentenares de almendros amargos;es el Huerto del Francés (9) (4km y 200 metros y 1 hora y 45 minu-tos). Este jardín ha sido remodeladosiguiendo una de las últimas tenden-cias, el de crear un paisaje agrícola,con campos homogéneos dedicadosal cultivo, en este caso almendrosque, a inicios de primavera invadenel panorama con el color blanco desus flores. La tapia de ladrillo quequeda enfrente es la que separa elJardín de la zona de sus invernade-ros, «las Estufas».

Se gira a la izquierda y se subeentre las parcelas de almendros y sellega a una noria restaurada, restode la antigua Fábrica de porcela-nas de El Retiro, una de las másimportantes de el Mundo y cuya fór-mula era un secreto de Estado. Enépoca de Carlos III se construyó unedificio de tres plantas, de formacuadrangular, donde se fabricabanestas obras de arte. Cuando los fran-ceses invadieron Madrid en 1808montaron su cuartel general aquí,pues era un edificio fuerte, en unaposición ventajosa, un alto que do-minaba la ciudad hostil. La batallaque se libró aquí en 1812, cuandofueron derrotados los franceses por

las tropas de Wellington trajo consi-go la destrucción de la fábrica, de lacual sólo se conservan la noria, elpozo de desagüe, la alberca y la pile-ta de decantación.

Tras contemplar estos restos, se-guimos subiendo, ahora entre unosbuenos ejemplares de pinos carras-cos, salpicados con algún roble, has-ta coronar en la glorieta del ÁngelCaído (10) (4 km y 500 metros y 2horas). Es el único monumento aldiablo que existe en el mundo y unaobra de arte de Ricardo Bellver, pre-mio en la Exposición Internacionalde París de 1878. Aquí estaba ubica-da otra de las famosas ermitas de ElRetiro, la de San Antonio de los Por-tugueses, a la cual se accedía por unpuente o en barca.

En la glorieta se gira a la derechay comienza un descenso por una delas zonas menos transitadas del par-que. Se deja a la derecha el Huertodel Francés y las Estufas, y se girasiguiendo el límite del parque por elcamino asfaltado. Es una zona conamplias praderas, con almendros,durillos, ciruelos silvestres, alme-ces, eucaliptos, arces y algún ma-droño cuyos frutos se pueden sabo-rear en noviembre. Se acaba el asfal-to, y se deja la zona de perros enlibertad a la derecha. Arriba, un te-rraplén nos separa del Paseo de Co-ches, dominado por tilos, boj, sau-ces, álamos, cedros, eucaliptos, foti-nias, árboles del amor, que abundanen esta bajada y en el mes de abrilse llena de vistosas flores rosas, que

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nacen antes que las hojas. Se llega auna casa de madera con un muro decemento pintado de color burdeos yuna valla metálica verde; unas esca-leras nos llevan a bordearlo por suderecha hasta alcanzar su puerta.Es el Centro de educación ambien-tal de la Junta de Retiro «La Caba-ña« (11) (5 km y 200 metros y 2horas y 15 minutos). Se continúa eldescenso hasta llegar a unas escale-ras de salida del parque hacia laplaza de Mariano de Cavia, en me-dio de acacias, sóforas, avellanos ylirios. No se sale, sino que se gira ala izquierda por el paseo de tierraque domina la calle Menéndez Pela-yo. Algunos pinos y cedros quedan amano izquierda, mientras que el te-rraplén que cae a la calle está planta-do por arbustos para proteger la ero-sión producida por la pendiente. Losárboles muestran una característicainclinación, llamada reptación, porefecto de la fuerza de la gravedad.

Se pasa por las escaleras de laPuerta de Dante y, en vez de seguirrectos hacia un estanque con ána-des y patos, se asciende en oblicuo ala izquierda, en medio de un bos-quete de encinas. Esta zona, una delas más tranquilas del parque, haconservado varios rodales de enci-nas, restos de la vegetación natural,del encinar mediterráneo sobre are-nas. Sin embargo, a partir de ahorase va a entrar en una zona con gran-des curiosidades botánicas; se acce-de a la zona conocida como La Ro-calla (12) (6 km y 2 horas y 25 mi-

nutos). Una rocalla es un conjuntode plantas y rocas que se construyeadaptándose a un terreno irregulary con desniveles, tal y como ocurreaquí. En la pendiente que cae desdeel Paseo de Coches se han construi-do una serie de paseos estrechos,enlosados con lajas rojizas, alrede-dor de los cuales se han plantado es-pecies exóticas y muy variadas.

Desde la glorieta de las encinas,queda a mano derecha un caminode lajas rojas que sube la pendiente.Se entra por ahí, y enseguida poruna horizontal a la derecha. En esepequeño paseo horizontal se en-cuentran especies exóticas de variaspartes del Mundo. A la izquierda,nada más centrar en el paseo, un se-quoyadendro, árbol perenne de lassierras de California, muy erguido,con las hojas en escamas y el troncode color rojizo, con la corteza muyfibrosa y muy fisurada. Al lado suyoun enebro como el que hay en nues-tros montes, tras él dos cipreses yun árbol extraño, una araucariachilena, proveniente de Chile y Pa-tagonia, con unas ramas en capasseparadas, y las hojas muy duras yrígidas, aciculares y espinosas, dis-puestas en escobillón, en espiralsobre las ramas. Pero ahí no acabanlas sorpresas botánicas, a la derechaun ginkgo, un fósil viviente prove-niente de Japón y China, con hojasen abanico con dos lóbulos y con nu-merosas nerviaciones, que adquie-ren un intenso amarillo en otoño.Más abajo, cerca del estanque, un

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Page 222: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta

haya y otra sequoya. Enfrente denuestro camino, un cerezo de flor,también de Japón y Corea, con hojaslanceoladas, tronco de color marrónoscuro y liso, que a inicios de prima-vera se convierte en un herviderode flores blancas, y otro sequoya-dendro a la derecha. Se sigue poreste camino llano, con más almeces,avellanos, cipreses y abetos. Cerca-nos a la verja, un grupete de pru-nos destaca por sus flores moradasen primavera y su color marrón os-curo de sus hojas. Cerca de ellos,dos pequeños abedules.

Se alcanza la Puerta del NiñoJesús y sin salir ni a la tierra ni alasfalto giramos por la cuesta de lajasrojizas que se interna entre la vege-tación, en paralelo a la acera. A la de-recha, aligustres y a la izquierda al-gunos ejemplares de tejos marcanesta zona umbrosa. A la izquierda,tras el tejo, aparece otra especieexótica, un podocarpo, las hojas decolor verde oscuro y en gruposapretados, verticiladas y lanceola-das muy estrechas, con bastantesramas desde la base. A la derecha,una catalpa y un poco más arriba,una sabina. Según subimos se pue-den ir reconociendo un pinsapo,otro tejo, un abeto, y a la izquierdaotros dos podocarpos. Cuando seabre otro camino con lajas hacia laizquierda se observa la gran arauca-ria debajo de la cuesta, pero máscerca, otra pequeña araucaria.

Se corona la cuesta y se llega alPaseo de Coches a la altura de una

pequeña cabaña de madera. Hasta fi-nales de 2004 existía sobre esa caba-ña un gran pino piñonero, conocidocomo «el Pantalones», uno de los ár-boles singulares de El Retiro, reco-nocible por tener sujetas sus dosramas que se separaban cerca de labase por unos hierros. Éste se serróen esa fecha, perdiendo el Parqueuno de sus emblemas. Se atraviesael Paseo de Coches, antiguo canalnavegable donde los reyes hacíanpaseos en barco y fiestas acuáticas,del cual sólo se conserva el islotecentral que tenía, y que queda a laderecha de la ruta, a la altura delPaseo del Uruguay, con dos magnífi-cos ejemplares, un cedro y un pinopiñonero. Enmarcando el Paseo,dos largas filas de madroños.

Tras cruzar el asfalto se desembo-ca en la Rosaleda de El Retiro (13)(6 km y 600 metros y 2 horas y 45minutos), antiguo invernadero y her-mosa zona cuando brotan las rosasde mil y un colores en primavera, se-paradas del resto del Parque porsetos de boj y laurel. Se atraviesadicho espacio, se cruza el Paseo delUruguay, y nos introducimos en elPaseo de Julio Romero de Torres, detierra y en medio de grandes pinos,y que conduce al Palacio de Cristal.Nada más entrar, nos desviamos a laizquierda para bajar por una escaleradonde hay un gran eucalipto, y cru-zar un puente sobre una ría para al-canzar una especie de isla. Estaparte es el Jardín Chino, con unaría artificial de forma ovalada. En la

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isla nos encontramos sauces, gran-des cedros, aligustres, bambúes,arces, palmeras y un sauce llorón,que descuelga sus ramas sobre laparte meridional de la ría.

Se sale de la isleta por otro puente,que está a la derecha. Según secruza, al lado de un tronco quebrado,crece una fotinia, con su mezcla decolores en el follaje, donde destaca elrojo. La ruta sigue ahora recto entreuna gran explanada de arena, dondelos árboles aislados son ejemplaresde árboles del amor, plátanos y pinos.Se llega al Palacio de Cristal (14) (7km y 500 metros y 3 horas), obra dehierro y cristal, muy bella, inaugura-do en 1887, como pabellón estufapara la Exposición de Filipinas,donde incluso se trajo a una familiade las islas para que viviera en él. Asu derecha, el estanque, con un robleen su orilla, su surtidor central y losbellos cipreses de los pantanosdel Mississippi, con sus hojas que va-rían del verde claro en verano al in-tenso ocre del otoño.

Se sigue, dejando el Palacio a laizquierda y siguiendo camino delPalacio de Velázquez. Se dejan doscasetas con chapiteles a la izquier-da, que eran la puerta de entrada ala Exposición de Filipinas, y por unpaseo de plátanos de sombra sellega a este otro palacete. El Palaciode Velázquez se realizó para la Ex-posición de Minas de 1883 por Ri-cardo Velázquez, y es igual que laEscuela de Minas de la calle RíosRosas. Se deja este palacio a la dere-

cha y se asciende hasta el EstanqueGrande, a la altura de la Fuente dela Alcachofa (15) (8 km y 3 horas y15 minutos), otra de las fuentes mo-numentales del Salón del Prado delsiglo XVIII, que estaba ubicada en laGlorieta de Atocha. Es una buenazona, tranquila, para contemplar elEstanque Grande, con unas di-mensiones de 250 por 125 metros, yque presenta en su lado oriental elMonumento a Alfonso XII, con sugradería cayendo al agua y corona-do por la estatua ecuestre del rey,obra de Benlliure.

Giramos a la derecha, contornean-do el estanque, pasamos por el anclade la Fragata Villa de Madrid entrepaseos de castaños y sóforas, dejan-do a la derecha dos pequeños olivos.Se cruza un arroyo artificial, y sellega al monumento (16) (8 km y 300metros y 3 horas y 20 minutos). Estazona vuelve a ser de dominio de lasgrandes praderas y al ser la más visi-tada está un poco deteriorada, nocomo otras partes por las que seacaba de pasar. Por detrás del monu-mento se gira a la derecha, entre ci-preses, hasta la estatua de MartínezCampos, se bajan los escalones ycruzamos el Paseo de Coches.

Tras cruzarlo, ascendemos unosescalones y entramos en la zona deLos Caprichos (17) (8 km y 600meros y 3 horas y 30 minutos) don-de el primer ejemplo es el FloridaPark, donde antes estaba el SalónOriental. Toda esta zona por la quediscurre la ruta era el reservado

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que Fernando VII se guardó paraél y para su Corte, y lo dotó de dife-rentes construcciones y decoracio-nes caprichosas, reflejo del espíritubanal y superficial de este rey. Serodea el edificio del Florida por suderecha, dejándolo a la izquierda. Ala derecha va a quedar otra zona dejuego de niños (se ha vuelto a lazona de Parque, no de Jardín). Trasun gran pino piñonero se gira a laderecha hacia una pequeña glorietacon una fuente, con rosales, ála-mos, pinos, cedros y algún arce ne-gundo.

Se sale de esta fuente en direc-ción norte, con otra zona de juegosinfantiles y se alcanza otra placita,con una fuente andaluza y un azulejode la patrona de Sevilla, la Virgen delos Reyes. Tras ella, se alza el ábsiderománico de los restos de la iglesiade San Isidoro de Ávila (18) (9km y 3 horas y 40 minutos). Junto aella, y sobre el mismo pedestal, unarco de medio punto, restos del es-píritu romántico del siglo XIX.

A la izquierda del arco de la igle-sia queda una construcción de colo-res pastel, es la Casita del Pesca-dor, rodeada de un estanque conánades y gansos. Construida entiempos de Fernando VII tambiénera un gabinete de descanso de sureservado.

Desde ahí se observa una eleva-ción cubierta por una profusa vege-

tación y donde cae el agua en doscascadas sucesivas. Es la Montañade los Gatos, «montaña artificial»,construida en tiempos también de«El Deseado». Se sube por el estre-cho camino que queda al lado de laCasita del Pescador. La subida es lu-juriante en cuanto a vegetación: pal-meras, cedros, olivos, tilos, hiedras,boj, fresnos, almeces, etc... Se coro-na siguiendo el sentido contrario alas agujas del reloj (19) (9 km y 400meros y 3 horas y 55 minutos). Esuna construcción artificial que estáhueca y donde también se realizanexposiciones. Se desciende por elotro lado, camino del Paseo de Co-ches, con cuidado de no darse ungolpe con el pino inclinado. Estazona por la que se baja, que estásobre la cascada, está llena de bam-búes. Se hace una curva a izquier-das y se desciende entre olmos, unalmez y bastantes palmeras excel-sas. Enfrente, al acabar la bajadavuelve a quedar la Casita del Pesca-dor, punto de información ambientaldel Parque de El Retiro. Se gira a laderecha y se sale al Paseo de Co-ches, entre grandes cedros y una es-tilizada sequoya. La ruta finaliza enesta salida, que es la Puerta deMadrid, (20) (9 km y 500 metros y4 horas). Si se desea salir por laPuerta de Alcalá, un rápido descen-so conduce en línea recta y paraleloa la calle Alcalá.

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ESCALA: 1/12.0000 120 240

metros

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AAnneexxooss

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ANEXO 1DDiirreecccciioonneess úúttiilleess ddee sseennddeerriissmmoo

EL SENDERISMO. RECOMENDACIONES

Según la Real Academia de la Lengua (RAE), el senderismo es una ac-tividad deportiva que consiste en recorrer senderos campestres. A esta defi-nición podríamos añadir que el senderismo es mucho más, es percibir la na-turaleza, descubrir lugares nuevos, superarse en cada momento con el sim-ple hecho de andar...

Pero la práctica del senderismo no es sólo ponerse un calzado apropiado y«echarse a andar por el monte»; requiere una preparación previa, tanto de docu-mentación de la zona a visitar, de sus valores, de la previsión meteorológica, delgrado de dificultad como del nivel físico que se posea. Hay que empezar siem-pre a practicarlo poco a poco, teniendo conciencia de la preparación que se tieney sin prisas, pero también sin pausa, e ir aumentando el recorrido y la dificultad.

También, mientras practicamos esta actividad, entramos en contacto conel Medio Ambiente, ante el cual siempre hay que mantener una actitud res-petuosa y reducir los impactos. Las siguientes recomendaciones son válidaspara todas las personas, tanto si van solas como en grupo, a la hora de salir apracticar senderismo:

— Evita salirte de los caminos y sendas marcadas.— Controla a tus animales de compañía.— No dejes nunca basuras en el campo.— Deja todo como lo encuentras. Las puertas y cancelas siempre deben

cerrarse.— No recolectes ni plantas, ni animales.— No hables en voz alta.— Utiliza colores suaves en tu ropa, no tonos chillones.— La ropa debe ir en capas, poniéndote o quitándote según la temperatu-

ra que haya.

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— El chubasquero, la cantimplora, la gorra, gafas de sol, protector labialy solar no deben olvidarse nunca.

— En zonas protegidas, infórmate antes de los usos permitidos.— La brújula, un buen mapa, guías de plantas y animales y la previsión

del tiempo son siempre necesarios.

Para esto último, la mejor página es la del Instituto Nacional de Meteoro-logía (INM): www.inm.es

LA LICENCIA FEDERATIVA

Muchas personas que practican senderismo tienen la Licencia que lesasegura a la hora de practicar diversas actividades en la montaña, como es elcaso del senderismo. Las características básicas de la Licencia federativason las siguientes:

— Es de carácter anual (año natural). Los precios varían según la disci-plina asegurada y la zona de cobertura (desde rocódromos hasta acti-vidades a escala global).

— Te acredita como deportista para poder participar en cualquier activi-dad federada.

— Tiene seguro de rescate.— Hay una reducción de las tarifas en los refugios de montaña de las fe-

deraciones y clubes asociados.— Te facilita el acceso a los cursos de formación de la Escuela de Alta

Montaña.— Te proporciona asesoramiento legal y medioambiental.

La Licencia se tramita en las diferentes federaciones de montañismo.

FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE DEPORTES DE MONTAÑAY ESCALADA (FEDME)C/ Floridablanca, 8408015 BarcelonaTel.: 934 264 267Fax: 934 263 [email protected]

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FEDERACIÓN MADRILEÑA DE MONTAÑISMO (FMM)Avda. Salas de los Infantes, 1, 5º28034, MadridTel.: 915 273 801Fax: 913 646 339www.fmm.esfederació[email protected]

CENTROS DE EDUCACIÓN AMBIENTAL DE LA CONSEJERÍA DEMEDIO AMBIENTE Y ORDENACIÓN DEL TERRITORIO

La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, a travésde sus Centros de Educación Ambiental, desarrolla actividades, totalmentegratuitas, de educación ambiental y senderismo. Son programas trimestra-les de actividades los fines de semana y fiestas, abiertas a cualquier edad y acualquier persona.

Los centros abren todos los días del año, a excepción los días 24, 25 y 31de diciembre y 1 y 6 de enero, en horario de 10 a 18 horas. Disponen de va-rios recursos educativos, además de las sendas y paseos guiados, como au-diovisuales, publicaciones, exposiciones temporales y permanentes, todoello basado en las características del entorno donde se encuentran y en di-versos aspectos ambientales.

Su web es la siguiente: www.madrid.org (la ruta a seguir es: www.ma-drid.org R Ciudadanos R Naturaleza y Medio Ambiente R Educación Am-biental R Centros de educación Ambiental).

ManzanaresCamino de La Pedriza, s/n28410 Manzanares el RealTel. y fax: 918 539 [email protected] el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares

El ÁguilaC/ Rodetas, 1828694 ChapineríaTel.: 918 652 [email protected] los encinares de Chapinería, ZEPA de los ríos Alberche y Cofio

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Anexos

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El CuadrónCtra. M 604, km 3, El Cuadrón28743, Garganta de los MontesTel.: 609 250 135 y 918 698 804El Cuadrón informa de sendas autoguiadas por el valle medio del Lozoya(Garganta de los Montes y Canencia).

Arboreto Luis CeballosCarretera del Monte Abantos, s/n28200 San Lorenzo de El EscorialTel.: 918 982 132 y 608 422 636Por el Arboreto y el Monte Abantos

El CampilloCarretera A 3, km 1928529 Rivas VaciamadridTel.: 600 508 [email protected] el Parque Regional del Sureste

Caserío de HenaresCamino de la Vega, s/n28830 San Fernando de HenaresTel. y fax: 916 738 299Por el Parque Regional del [email protected]

PolvorancaParque de Polvoranca, s/n28911 LeganésTel.: 916 484 [email protected] el Parque de Polvoranca

Puente del PerdónCarretera M 604, km. 27,60028740 RascafríaTel.: 918 691 [email protected] el valle alto del Lozoya

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Hayedo de MontejoC/ Real, 6428190 Montejo de la SierraTel.: 918 697 058 y 918 697 [email protected] el interior y el entorno del hayedo de Montejo

Valle de La FuenfríaCarretera de las Dehesas, km. 228470 CercedillaTel.: 918 522 213Por el Valle de la FuenfríaOrganiza el Tren de la Naturaleza desde Cercedilla a PeñalaraTel.: 915 066 356 (Oficina de Grupos de RENFE)

Bosque SurC/ De las Comarcas, s/n.28941 FuenlabradaJunto a la estación RENFE La SernaTel.: 649 417 268

WEBS DE SENDERISMO

En la red podemos encontrar mucha información para hacer rutas de sen-derismo o preparar nuestras salidas. Además de las ya mencionadas, indica-mos otras interesantes:

www.madrid.org/inforjovenPágina del CRIDJ de la Dirección General de Juventud, con rutas dividi-

das por comarcas geográficas. En la misma página encontraréis actualizadauna base de datos con las Instalaciones de Aire Libre de toda España.

www.excursionesysenderismo.comPágina recopilatoria de Andrés Campos, habitual colaborador de El

Pais. Tiene rutas medioambientales y culturales por Madrid y provinciaslimítrofes.

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Anexos

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www.andarines.comPágina con rutas por toda España, así como actividades, convocatorias,

prácticas de orientación y elaboración de materiales útiles para el sende-rista.

www.desnivel.esUna página clásica en la comunidad de la montaña, tanto de senderistas

como de escaladores.

www.fedme.esLa Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada, con las

competiciones oficiales de carreras de montaña y actividades que se puedenhacer en las montañas.

www.ffe.es/viasverdes/index.htmlPágina de la Fundación de Ferrocarriles Españoles que está adaptando,

para su disfrute, las antiguas vías de ferrocarril abandonadas.

www.sendasycaminos.comWeb con rutas y convocatorias de senderismo para todos los niveles por

toda España.

http://sendas.netRutas, convocatorias, portal de encuentro de montañeros y senderistas, y

mucho más ...

www.senderista.comRutas por todas las Comunidades Autónomas.

http://www.madridiario.es/mdo/actual/canales/medioambiente/rutas/menurutas.php

Rutas por Madrid elaboradas por este canal de noticias especializado enMadrid.

www.geo.ya.com/ascensiones/indice.htmWeb temática sobre la montaña.

www.piedrasobrepiedra.comPortal con rutas, artículos, convocatorias y más información referente al

mundo del senderismo y la montaña.

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Anexos

www.guiamadridrural.com/SaberMas/Senderismo.htmRutas de senderismo por diferentes zonas de la Comunidad de Ma-

drid.

www.manzanareselreal.org/itinerarios/itinerarios.htmlLa página del Ayuntamiento de Manzanares el Real con rutas por La Pe-

driza y el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares

www.sierraguadarramamanzanares.orgPortal de esta comarca turística, puerta del futuro Parque Nacional del

Guadarrama.

www.portalforestal.com/rutasmontana/rutasmontana.aspPágina de actividades en la montaña donde puedes enviar tu ruta.

www.sanmartindevaldeiglesias.org/turismo/index_tur.htmRutas por San Martín de Valdeiglesias y el embalse de San Juan.

www.mostoles.net/General/Turismo/Rutas/RutasVerdes.htmEl entorno de Móstoles nos puede ofrecer rutas interesantes para andar.

www.pueblos-net.com/escorial/San Lorenzo de El Escorial tiene algunas de las mejores rutas para poder

disfrutar de la naturaleza, a la par de conocer su patrimonio monumental ehistórico.

www.pueblos-net.com/cercedilla/senderismo.htmlCercedilla y su valle y puerto de la Fuenfría han sido la cuna y la escuela

de muchos montañeros y senderistas madrileños.

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ANEXO 2LLiibbrreerrííaass eessppeecciiaalliizzaaddaass

eenn NNaattuurraalleezzaa yy CCaarrttooggrraaffííaa

ORGANISMOS PÚBLICOS

SERVICIO CARTOGRÁFICO REGIONAL COMUNIDAD DE MADRIDC/ Maudes, 1728003 MadridTel.: 915 804 412 (soporte papel) y 915 803 172 (soporte digital).Fax: 915 803 145

MINISTERIO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACIÓNPº de la Infanta Isabel, 128014 MadridTel.: 913 475 551 • Fax: 913 475 [email protected]

MINISTERIO DE MEDIO AMBIENTEPº de la Castellana, 67 • Plaza de San Juan de la Cruz28071 MadridTel.: 915 976 478 / 449 • Fax: 915 976 [email protected]

ORGANISMO AUTÓNOMO PARQUES NACIONALESMINISTERIO DE MEDIO AMBIENTEC/ Gran Vía de San Francisco, 4 • 28005 MadridTel.: 915 964 842 • Fax: 915 964 [email protected]

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CENTRO NACIONAL DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICAINSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONALC/ General Ibáñez de Íbero, 3 • 28003 MadridTel.: 915 979 644 • Fax: 915 532 [email protected]

LIBRERÍAS PRIVADAS

LA TIENDA VERDEC/ Maudes, 23 y 38 • 28003 MadridTel.: 915 350 791 • Fax: 915 336 [email protected]

MAPAS PERSEOC/ Fernández de los Ríos, 95 • 28015 MadridTel.: 915 493 107 • Fax: 915 448 [email protected]

DE VIAJEC/ Serrano, 41 • 28001 MadridTel.: 915 779 899 • Fax: 915 775 [email protected]

DESNIVEL. LIBRERÍA DE MONTAÑAPlaza de Matute, 6, bajo • 28012 MadridTel.: 902 248 848 • Fax: 913 694 [email protected]

LIBRERÍA ESPACIO ACCIÓNC/ Marcelino Álvarez, 6 • 28017 MadridTel.: 913 267 292 • Fax: 913 267 147www.espacioaccion.cominformació[email protected]

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26 propuestas para el fin de semana

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LIBRERÍA GEAFacultad de Ciencias Biológicas y Geológicas. UCMC/ José Antonio Nováis, 2 • 28040 MadridTel. y fax: 915 445 [email protected]

ALTAÏRC/ Gaztambide, 31 • 28015 MadridTel.: 915 435 300 • Fax: 915 443 [email protected]

LOS LIBROS DE LA CATARATAC/ Fuencarral, 70 • 28004 MadridTel.: 915 320 504 • Fax: 915 324 [email protected]

MUNDI-PRENSA LIBROSC/ Castelló, 37 • 28001, MadridTel.: 914 363 704 • Fax: 915 753 998www.mundiprensa.comwww.agrolibreria.eslibrerí[email protected]

GAESA. GUÍAS AZULES DE ESPAÑAC/ Antonio Maura, 18 • 28014 MadridTel.: 915 318 905 • Fax: 915 313 [email protected]

LA CEIBAC/ Amor de Dios, 11 • 28014, MadridTel.: 914 201 [email protected]

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Anexos

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TIERRA DE FUEGOC/ Travesía de Conde Duque, 328004 MadridTel.: 915 215 240 • Fax: 915 425 [email protected]

EDITORIAL AMÉRICA IBÉRICAC/ Miguel Yuste, 33, bis • 28037 MadridTel.: 913 277 950 • Fax: 913 044 [email protected]

MICHELÍN. EDICIONES DE VIAJEAvda. de los Encuartes, 19 • 28760 MadridTel.: 914 105 000 y 914 105 170 • Fax: 914 105 296http://www.viamichelin.es/viamichelin/esp/tpl/psg/presse/htm/[email protected]

CASA DEL LIBROC/ Gran Vía, 29 • 28013, MadridTel.: 915 241 900 • Fax: 915 324 [email protected]

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26 propuestas para el fin de semana

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ANEXO 3AAllbbeerrgguueess eenn mmuunniicciippiiooss

ddee llaa CCoommuunniiddaadd ddee MMaaddrriidd

Los albergues son alojamientos a precios asequibles, donde se facilita el con-tacto con personas de otras partes del mundo. Están destinados a un público ju-venil, aunque no hay límite de edad en su utilización. La mayoría disponen dehabitaciones compartidas, con servicio de cocina y comedor. Es característicade ellos que se hagan actividades culturales, turísticas y se compartan experien-cias diversas. La mayoría de estos albergues están en un entorno privilegiadoque permite un contacto directo con el medio ambiente, y son un lugar adecua-do para emprender actividades medioambientales o de ocio en la naturaleza.

Se diferencia entre los albergues de la Dirección General de Juventud,donde es necesario poseer el carnet de alberguista y te hacen descuentoscon el carnet joven y el carnet +26; y los albergues privados, donde no es ne-cesario el carnet de alberguista, aunque en algunos de éstos también hacendescuentos con los carnets joven y +26.

ALBERGUES DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE JUVENTUD

La Dirección General de Juventud posee varios albergues distribuidos portoda la Comunidad de Madrid, integrados en la Red Española de AlberguesJuveniles (REAJ) y en la Red Internacional de Albergues Juveniles (IYHF).Para poder alojarse en ellos es imprescindible el carnet de alberguista. Lasreservas individuales se hacen directamente en cada albergue. Los grupos(mínimo 10 personas) deberán reservar sus plazas en la Oficina Central.

OFICINA CENTRAL DE RESERVAS E INFORMACIÓNC/ Gran Vía, 10 • 28013, MadridTel.: 917 201 165 • Fax: 917 201 164Horario: de 9 a 14 horas.www.madrid.org/inforjoven

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LAS DEHESASCarretera de las Dehesas, s/n28470, CercedillaTel.: 918 520 135 • Fax: 918 521 836Plazas: [email protected]

VILLA CASTORACarretera de las Dehesas, s/n28470, CercedillaTel.: 918 520 334 • Fax: 918 522 411Plazas: [email protected]

LOS BATANESFinca “Los Batanes” (frente al Monasterio de El Paular)28740, RascafríaTel.: 918 691 511 • Fax: 918 690 125Plazas: [email protected]

EL ESCORIAL (LA RESIDENCIA)C/ Residencia, 1428200, San Lorenzo de El EscorialTel.: 918 905 924 • Fax: 918 900 620Plazas: [email protected]

SANTA MARÍA DEL BUEN AIREFinca “La Herrería”28200, San Lorenzo de El EscorialTel.: 918 903 640 • Fax: 918 903 792Plazas: [email protected]

ÁLVARO IGLESIASPuerto de Navacerrada, s/n • 28470, CercedillaTel.: 918 523 887 • Fax: 918 523 891Plazas: 92Cerrado temporalmente por obras

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26 propuestas para el fin de semana

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ALBERGUES QUE NO DEPENDEN DE LA DIRECCIÓN GENERALDE JUVENTUD

Estos albergues pueden pertenecer bien a entidades privadas o a institucio-nes públicas. En ellos no es obligatorio tener el carnet de alberguista.

SIERRA OESTE

INDIANACamino de Valdeyermos, 26 (Finca El Tejar)Apdo. de Correos 3228680 San Martín de ValdeiglesiasInformación y reservas: Indiana S. L.Tel.: 918 612 799 y 659 913 708 • Fax: 918 612 370Plazas: 60. Para [email protected]

EL PINOCarretera M 501, km 5128696 Pelayos de la PresaInformación y reservas: Colegio Oficial de Profesores y Licenciados en Edu-cación Física (COPLEF).C/ Comandante Zorita, 55, bajo • 28020 MadridTel.: 915 010 599 y 914 550 309Plazas: 120. Para grupos (mínimo 10)[email protected]

SIERRA DE GUADARRAMA

PEÑALARAPuerto de Navacerrada, M 601, km 19,4 • 28470 CercedillaTel.: 918 521 413 • Fax: 918 523 346Plazas: [email protected] a la R.S.E.A. Peñalara.

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Anexos

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ALPINO GUADARRAMAPuerto de Navacerrada, M 601, km 19,4 • 28470 CercedillaTel.: 918 520 489 • Plazas: 100Pertenece al Club Alpino Guadarrama

COPPEL. CLUB ALPINO ESPAÑOLPuerto de Los Cotos • 28740 RascafríaTel.: 615 168 081 y 615 168 083 • Fax: 918 520 857Plazas: 30www.terra.es/personal/[email protected] al Club Alpino Español

VALLE DE LOS ABEDULESM 610, km 15 • 28720, BustarviejoTel.: 630 084 576 y 630 085 377Plazas: 72www.albergue-valle.cominformació[email protected]

CEES LOS MOLINOSC/ Matalongines, 3 • 28460 Los MolinosTel.: 917 300 566 y 609 212 260Información y reservas:CEES, C/ Fermín Caballero, 90, bajo 2CPlazas: 64. Para grupos (mínimo 20).

VILLA MARISTA SAN JOSÉPº de Antonia Fernández Solá, 29 • 28460 Los MolinosTel.: 918 550 004 • Fax: 918 550 035Plazas: 182. En cinco albergues de 60, 52, 26, 26 y 18 plazas. Para [email protected]

LA ESTANCIAFinca El Cerquillón (al lado de la estación de FC)28792 Miraflores de la SierraTel.: 918 444 303 y 669 406 050 • Fax: 915 479 348Plazas: [email protected]

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26 propuestas para el fin de semana

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FUENTENUEVACarretera de Guadarrama, km 5,200Urb. Felipe IIC/ Francisco de Goya, s/n • 28200 San Lorenzo de El EscorialTel.: 918 961 861 y 637 445 743Plazas: 50www.albergue-fuentenueva.cominformacion@albergue-fuentenueva.com

CASA PARROQUIAL SANTA ANAC/ Grande, s/n • 28749 Alameda del ValleTel.: 918 693 081 • Plazas: Entre 15 y 40.

SIERRA NORTE

BERZOSA DEL LOZOYAC/ Balcón, 1 • 28194 Berzosa del LozoyaInformación y reservas: CalumetTel.: 918 687 063 • Fax: 918 687 215Plazas: 56. Para [email protected]

PINAR DE CASASOLACamino de Serrada, s/n • 28194 Berzosa del LozoyaInformación y reservas: Calumet.Tel.: 918 687 063 • Fax: 918 687 215Plazas: 30. Para [email protected]

SAN MAMÉSCarretera a Pinilla de Buitrago s/n28739 NavarredondaTel.: 914 311 635Plazas: 120. 4 albergues en la misma instalación. Para [email protected]

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Anexos

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CERVERAC/ Iglesia, s/n • 28193 Cervera de BuitragoInformación y reservas: Aquanor S.A.Tel.: 918 686 136 y 918 687 161 • Fax: 918 686 003Plazas: 60. Para grupos.www.sierranorte.com/[email protected]

SIERRA NORTEAvda. de El Villar, 4828754 Mangirón (Puentes Viejas)Información y reservas: Juvenocio.Pº de la Esperanza, 7, puerta 1º d.Tel.: 915 172 581 y 606 910 428Plazas: 160 y 126 en cabañas de madera. Para grupos.www.toprural.com/[email protected]

EL MOLINO DE ARRIBACtra. De Prádena (M 130), km 18,80028190 Puebla de la SierraTel.: 689 432 188 • Fax: 913 773 932Plazas: [email protected]

SUR

LA POLLINACamino Viejo de Getafe, s/n • 28946 FuenlabradaTel.: 916 974 446 • Fax: 916 098 393Plazas: 100. Para [email protected]

CENTRO INTEGRAL DE JUVENTUDAvda. de España, 4 • 28820 CosladaTel.: 916 715 708 • Fax: 916 739 303Plazas: 28 . Para grupos (mínimo 15)[email protected]

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26 propuestas para el fin de semana

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LA ESGARAVITACarretera A 2 Km 32,80028805 Alcalá de HenaresTel.: 918 880 068 y 629 118 041Fax: 918 830 895Plazas: 90. Para [email protected]

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Anexos

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ANEXO 4RReeffuuggiiooss eenn llaa CCoommuunniiddaadd

ddee MMaaddrriidd

Los refugios son pequeñas instalaciones ubicadas en zonas naturalesestratégicas, mayoritariamente de montaña, que ofrecen seguridad yprotección al excursionista. Disponen de un mínimo de servicios y unequipamiento básico. Los refugios con guarda disponen de chimenea,luz eléctrica, una pequeña cocina y tarimas de madera para los sacos dedormir.

Entre los refugios se diferencian los refugios guardados de los refugios-vivac; estos últimos son muy variados y se caracterizan por que dan un míni-mo de protección en zonas agrestes, alejadas de los núcleos de población.Pueden ser pequeñas casetas de forestales, otras instalaciones abandonadasy que se han utilizado sistemáticamente por los montañeros como refugio,antiguos búnkeres de la Guerra Civil, de los cuales hay muchos por la sie-rra, o los sencillos refugios de pescadores.

REFUGIOS DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE JUVENTUD

La Dirección General de Juventud posee varios refugios, distribuidosunos por la zona de sierras y otros por la zona sur, en las vegas de los ríos.Están abiertos desde las 17 horas del viernes a las 17 horas de los domin-gos. El alojamiento es sólo para grupos, con un mínimo de 10 a 20 personassegún el refugio, y con una edad comprendida entre los 6 y los 30 años. Lasreservas se pueden hacer hasta con dos meses de antelación y un mínimode 10 días en la Oficina Central de Reservas e Información, y se debe pre-sentar un breve proyecto de actividades.

En los refugios de Puerto de la Morcuera, Soto del Real y Pingarrón tam-bién pueden alojarse individuales, sin reserva previa y siempre que haya pla-zas libres.

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Oficina Central de Reservas e InformaciónC/ Gran Vía, 1028013, MadridTel.: 917 201 165 • Fax: 917 201 164Horario: de 9 a 14 horas.www.madrid.org/inforjoven

LA CASITAPuerto de Navacerrada (junto a la estación del funicular)M 601, km 1828470, CercedillaPlazas: 24

EL PINGARRÓNPuerto de CotosCtra. Del Puerto de Cotos a Valdesquí, km 1,5 • 28740, RascafríaPlazas: 25Queda abierta la zona de entrada para poder refugiarse en caso necesario.

EL PALANCARCarretera M 611, de Rascafría a Miraflores, km 6,528740, RascafríaPlazas: 28

MAJADA DEL COJOPista forestal de Alameda del Valle al Puerto de la Morcuera (a 3 km de éste)28749, Alameda del VallePlazas: 25 (20 para grupos y 5 para individuales)Queda abierta la zona de entrada para poder refugiarse en caso necesario.

CANENCIACtra. M 629, de Canencia a Miraflores de la Sierra, km 3,528743, CanenciaPlazas: 24

PUERTO DE LA MORCUERACtra. M 611, de Miraflores de la Sierra a Rascafría, km 11(Puerto de la Morcuera)28740, RascafríaPlazas: 40

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26 propuestas para el fin de semana

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SOTO DEL REALCtra. M 608, de Soto del Real a Manzanares, desvío en el km 18,500 y seguir3 km por el camino paralelo al arroyo del Mediano.28791, Soto del RealPlazas: 32

SAN MARTÍN DE VALDEIGLESIASCtra. M 957, de San Martín de Valdeiglesias a la ermita de Nuestra Señorade la Nueva28680, San Martín de ValdeiglesiasPlazas: 22

CORTIJO DE SAN ISIDROPedanía del Cortijo de San IsidroPlaza de la Iglesia, 528330, AranjuezPlazas: 28

VILLAMANRIQUE DE TAJOC/ San Marcos, s/n • 28598, Villamanrique de TajoPlazas: 25

CARABAÑACtra. M 204, de Carabaña a Tielmes (a 2,5 km de Carabaña) • 28560, CarabañaCerrado temporalmente

OTROS REFUGIOS GUARDADOS

Diferentes grupos (asociaciones juveniles, grupos de montaña, etc…) dis-ponen de refugios guardados. Las normas a cumplir son puestas por éstos.

GINER DE LOS RÍOSLa Pedriza • 28410, Manzanares el RealTel.: 659 021 754Pertenece a la R. S. E. A. Peñalara.www.penalara.orgPlazas: 50

En las inmediaciones de Prado Peluca, y en el GR 10, camino del Colladode la Dehesilla.

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Anexos

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VILLA PAZC/ Rosario del Muro, 26 • 28200, San Lorenzo de El EscorialTel.: 914 294 321Pertenece a la Dirección General de JuventudGestionado por Scouts de MadridPlazas: 36 (sólo grupos)

REFUGIOS NO GUARDADOS

SIERRA DE GUADARRAMALA NAJARRAEn las cercanías de la cumbre de La Najarra (puerto de La Morcuera), en laCuerda Larga.Plazas: 3 ó 4En buen estado, pero sin puerta.Altitud: 2.060 m.

EL AGUILÓNJunto al arroyo de La Najarra o Aguilón, a unos 3 km al este del refugio deLa Morcuera por el GR 10.1, descendiendo hacia Rascafría.Plazas: 8 a 12En buen estadoAltitud: 1.550 m.

PUERTO DE NAVAFRÍAEn las cercanías del puerto de Navafría, en la vertiente segoviana, al lado dela carretera.Plazas: 6 a 8.En buen estado.Altitud: 1.700 m.

CUERDA DE CUELGAMUROSCABEZA LIJARBajo la cumbre y el mirador del cerro de Cabeza Lijar. En la travesía delpuerto de Los Leones a Abantos.Búnker de la Guerra Civil.Plazas: 10En mal estadoAltitud: 1.820

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26 propuestas para el fin de semana

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LA SALAMANCAAl norte de la cumbre de La Salamanca, en la misma cuerda montañosa.A 10 minutos al suroeste del collado de El Hornillo.Plazas: 10 a 12En mal estadoAltitud: 1.789 m.

LA NARANJERAEn la cuerda de Cuelgamuros, al sur de La Salamanca y al norte del cerro deSan Juan.Plazas: 8 a 10En mal estadoAltitud: 1600 m.

EL VIVAC

La acampada libre está prohibida en toda la Comunidad de Madrid a ex-cepción de la normativa del Decreto 7/93 de Acampadas Juveniles paragrupos juveniles organizados. Sin embargo el vivaqueo suele estar permi-tido en determinadas zonas. El vivac o vivaquear es el hecho de pernoctaral raso sin instalar tiendas de campaña, doble techo o similar. La Legisla-ción vigente es muy restrictiva al respecto. En las zonas de alta montañade la Comunidad de Madrid, protegidas por diferentes figuras (Parque Na-tural de Peñalara, Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, fu-turo Parque Nacional de Guadarrama, con el Plan de Ordenación de recur-sos Naturales ya aprobado), se permite esta actividad en los siguientescasos:

El PORN (Plan de Ordenación de Recursos Naturales) de la Sie-rra de Guadarrama en el ámbito territorial de la Comunidad de Ma-drid indica en el punto 4.4.8.6, en la Normativa de uso público y deportivoque “salvo en las Zonas de Reserva y Asentamientos Tradicionales, se auto-riza con carácter general la pernocta “al raso”, sin instalación de tiendas decampaña, “dobles techos” o similares… Tan sólo en condiciones de tiempoextremadamente adversas, sobrevenidas, podrá hacerse uso circunstancialde tiendas de supervivencia. La práctica en propiedades particulares deberácontar con la autorización del propietario. Los términos y condiciones a quese ajustará la práctica de pernocta “al raso”deberán desarrollarse, en sucaso, en los correspondientes PRUG, garantizando la conservación delmedio natural y el respeto a la propiedad privada.”

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Anexos

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En el PRUG (Plan Rector de Uso y Gestión) del Parque Naturalde Peñalara establece en su artículo 38 que “el vivac o pernocta está permi-tido en el Parque Natural por encima de la cota 2100; en la Zona Periféricade Protección en terrenos no arbolados por encima de la cota 1700 y en elámbito del PRUG por motivos de fuerza mayor o rescate. Estos permisosdeben cumplir en cualquier caso las condiciones de:

— Estar asociada a la práctica del montañismo.— No exceder grupos organizados con más de 10 componentes.— Se debe garantizar la conservación del medio natural.— No podrá realizarse en una franja de 50 metros en torno a las charcas

y lagunas.— No se podrá permanecer más de una noche en la misma zona.— No se permite la acumulación de piedras a modo de parapeto ni la

apertura de zanjas de drenaje.— En los predios privados deberá obtenerse autorización de propietario.

En la legislación del Parque Regional de la Cuenca Alta del Man-zanares no se menciona el vivaqueo. Se prohíbe la acampada en las zonasde Reserva Natural Integral (La Pedriza) y de Reserva Natural Educativa(Cuerda Larga y su extensión oriental). El vacío queda cubierto por las figu-ras de protección del PORN del Parque Nacional del Guadarrama que en-globa la parte septentrional de la Cuenca Alta del Manzanares.

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26 propuestas para el fin de semana

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ANEXO 52266 PPrrooppuueessttaass ppaarraaeell ffiinn ddee sseemmaannaa

Época recomendada Grado de DistanciaPrimavera Verano Otoño Invierno dificultad

Ruta por las sierrasLa dehesa bonita de Somosierra Sí Sí Sí Media 5 km y 800 mLa hoya de Pepe Hernando Sí Sí Sí Sí Alta 8 kmEl Alto valle del Lozoya Sí Sí Sí Muy alta 16 km Itinerario circular por Siete Picos Sí Sí Sí Sí Media 17 kmLa senda ecológica de Canencia Sí Sí Sí Sí Baja 6 kmLas peñas del Arcipreste de Hita Sí Sí Sí Sí Media 7 km y 200 metrosLas cascadas del Purgatorio Sí Sí Sí Baja-Media 10 kmEl mirador de Las Canchas Sí Sí Sí Sí Media 10 kmLas hayas de Abantos Sí Sí Sí Alta 8 km y 400 metrosLa reforestación de Abantos Sí Sí Media 10 km y 650 metrosLa Charca Verde Sí Sí Media-Alta 16 kmEl collado del Afrecho Sí Sí Alta 9 kmEl cerro Almenara Sí Sí Media 16 km y 400 mEl castañar de Rozas

de Puerto Real Sí Sí Sí Media 9 km y 300 mLas cañadas de Prádena Sí Sí Sí Baja 7 km

Rutas por el piedemonte y el surLos encinares de Chapinería Sí Sí Baja 4 km y 500 mLa presa del Gasco Sí Sí Sí Baja 6 km y 300 mLos puentes medievales de

Colmenar Viejo Sí Sí Sí Alta 14 km y 500 mLa dehesa boyal de Redueña Sí Sí Baja 6 km y 600 mEl monte de El Pardo Sí Sí Baja 5 km y 500 mLa laguna de El Campillo Sí Sí Sí Baja 8 km y 300 mEl carrascal de Arganda Sí Sí Baja 3 km y 800 mLos sotos de Villamanrique

de Tajo Sí Sí Sí Baja 5 km y 200 mJardines, sotos y huertas

de Aranjuez Sí Sí Media 10 km y 500 mEl mar de Ontígola Sí Sí Baja 6 kmEl Retiro Sí Sí Sí Sí Baja 9 km y 500 m

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Page 256: BVCM001719 26 propuestas para el fin de semana26 propuestas para el fin de semana El resto queda igual, manteniendo la estructura de la edición anterior. Cada una de las rutas cuenta
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