Catecismo Narrativa - Gerardo de La Torre

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  • 8/16/2019 Catecismo Narrativa - Gerardo de La Torre

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    Catecismo de la narrativaPDF – Edición no venal

    Gerardo de la Torre

    Las apostillas incluidas en este trabajo son obra del compilador. Al

    final aparecen, en orden alfabético, breves fichas de los autores de los

    textos que aparecen en esta compilación.

    El autor agradece la colaboración de Jorge Luis Álvarez

    Para investigar y redactar este trabajo, el autor contó con el apoyo del

    Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, del Sistema Nacional de

    Creadores de Arte

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    Los temas

    001. ¿Qué es un cuento y cómo se escribe?

    002. ¿Qué es una novela? ¿Qué la diferencia del cuento?

    003. ¿Cuál es la función de la novela?

    004. ¿Cómo se concibe y se escribe una novela?

    005¿Cómo crea sus personajes? ¿Cómo les da nombre?

    006 ¿Adquieren sus personajes vida propia?

    007. ¿Son las novelas de aventura y misterio un género menor?

    008. ¿Qué es un escritor?

    009. ¿Cómo se desarrolló su interés por escribir?

    010. ¿Le cuesta trabajo escribir?

    011. ¿Cómo escribe y a qué horas escribe?

    012. ¿Revisa mucho sus textos?

    013. ¿Usa un cuaderno de apuntes?

    014. ¿Es necesaria la autocrítica?

    015. ¿Qué porción de sus obras se basa en la experiencia

    personal?

    016. ¿Lee mucho? ¿Qué autores han influido más en usted?

    017. ¿Cuál es el mejor ambiente para un escritor?018. ¿Qué consejo le daría a un escritor que comienza?

    019. ¿Cree en la inspiración?

    020. ¿Le afectan los críticos?

    021. ¿Se le han llegado a agotar los temas?

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    022. ¿Cómo se llevan el cine y la literatura?

    023. ¿Cómo le ha ido con las traducciones?

    024. ¿Han sido buenas sus relaciones con los editores?

    025. ¿Piensa en los posibles lectores cuando escribe?026. Hablemos del lenguaje y el estilo

    027. ¿Le interesa experimentar, plantear propuestas inusitadas?

    028. ¿Se somete usted a ciertas reglas?

    029. ¿Sirven de algo los talleres de escritura creativa?

    030. ¿Ayudan las nuevas tecnologías de la escritura?

    031. ¿Tiene algún ritual cuando empieza a escribir?

    032. ¿Está la novela en vías de extinción?

    033. ¿Sigue siendo válida la forma epistolar en la novela?

    034. ¿Narración o diálogo?

    035. ¿Están reñidas literatura y política?

    036. ¿Y la novela policiaca?

    037. ¿Hay una edad ideal para comenzar?

    038. ¿Quién es el narrador?

    039. Miscelánea (recursos y procedimientos de la narrativa)

    040. Decálogos, textos magistrales y otros 

    041. Fichas de los autores

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    Si el libro que leemos no nos despiertacomo un puño que nos golpeara en el

    cráneo, ¿para qué lo leemos? ¿Para que

    nos haga felices? Dios mío, también

    seríamos felices si no tuviéramos libros, y

     podríamos, si fuera necesario, escribir

    nosotros mismos los libros que nos hagan

    felices. Pero lo que debemos tener son

    esos libros que se precipitan sobrenosotros como la mala suerte y que nos

     perturban profundamente, como la muerte

    de alguien a quien amamos más que a

    nosotros mismos, como el suicidio. Un

    libro debe ser como un pico de hielo que

    rompa el mar congelado que tenemos

    dentro.

    Franz Kafka

    Las palabras son pistolas cargadas.

    Jean-Paul Sartre

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    001. ¿Qué es un cuento y cómo se escribe?Edgar Allan Poe. El cuento es una obra de imaginación que trata de

    un sólo incidente, material o espiritual, y puede leerse de un tirón. Ha

    de ser original, chispeante, excitar o impresionar, y debe tener unidad

    de efecto. Deberá moverse en una sola línea desde el comienzo.

    —Si algo hay evidente es que un plan cualquiera que sea digno

    de este nombre ha de haber sido trazado con vistas al desenlace

    antes de que la pluma ataque el papel. Sólo si se tiene continuamente

    presente la idea del desenlace podemos conferir a un plan su

    indispensable apariencia de lógica y de causalidad, procurando que

    todas las incidencias y en especial el tono general tienda a desarrollar

    la intención establecida. Creo que existe un radical error en el método

    que se emplea por lo general para construir un cuento. Algunas veces,

    la historia nos proporciona una tesis; otras veces, el escritor se inspira

    en un caso contemporáneo o bien, en el mejor de los casos, se las

    arregla para combinar los hechos sorprendentes que han de tratar

    simplemente la base de su narración, proponiéndose introducir las

    descripciones, el diálogo o bien su comentario personal donde quiera

    que un resquicio en el tejido de la acción brinde la ocasión de hacerlo.

     A mi modo de ver, la primera de todas las consideraciones debe ser lade un efecto que se pretende causar.

    William Somerset Maugham. El molde del cuento corto que se

    escribía antaño era simple. Consistía en: A) Introducción, B)

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    Presentación de personajes, C) Lo que ellos hacen y lo que les hacen,

    y D) Desenlace. Era una forma fácil de escribir un cuento y el autor

    podía hacerlo tan largo como quisiera. Pero cuando los periódicos

    empezaron a publicar cuentos su extensión fue determinadarigurosamente. Para satisfacer este requisito, el autor tuvo que adoptar

    una técnica conveniente; tuvo que dejar fuera de su cuento todo lo que

    no era esencial. El uso de A) Introducción sirve para poner al lector en

    un estado apropiado para que guste del cuento o para añadirle

    verosimilitud; puede omitirse, si es necesario, y hoy lo es casi siempre.

    Dejar a la imaginación el acápite D) Desenlace, constituye un riesgo,

    pues el lector se ha interesado en las circunstancias descritas y puede

    sentirse defraudado si no se lo muestran. Sólo cuando el desenlace es

    evidente, resulta eficaz y lleno de misterio omitirlo. «La dama del

    perrito», de Chéjov, es un ejemplo perfecto. B) y C) son esenciales, ya

    que sin ellos no hay cuento. Es obvio que el cuento que introduce de

    inmediato en la médula del asunto, tiene una innegable cualidad

    dramática que atrapa al lector y no lo suelta.

    Horacio Quiroga. Cuenta como si el relato no tuviera interés más que

    para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber

    sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento.

    Isaak Bábel. Un relato debe tener el rigor y la precisión de un chequebancario.

    Jorge Luis Borges. En el caso de un cuento, por ejemplo... Bueno, yo

    conozco el principio, el punto de partida, conozco el fin, conozco la

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    meta. Pero luego tengo que descubrir, mediante mis muy limitados

    medios, qué sucede entre el principio y el fin. Y luego hay otros

    problemas a resolver; por ejemplo, si conviene que el hecho sea

    contado en primera persona o en tercera persona. Luego, hay quebuscar la época; ahora, en cuanto a mí, creo que lo más cómodo viene

    a ser la última década del siglo XIX. Elijo, si se trata de un cuento

    porteño, lugares de las orillas, digamos, de Palermo, digamos de

    Barracas, de Turdera. Y la fecha, digamos 1899, el año de mi

    nacimiento, por ejemplo. Porque ¿quién puede saber, exactamente,

    cómo hablaban aquellos orilleros muertos? Nadie. Es decir, que yo

    puedo proceder con comodidad. En cambio, si un escritor elige un

    tema contemporáneo, entonces ya el lector se convierte en un

    inspector y resuelve: «No, en tal barrio no se habla así, la gente de tal

    clase no usaría tal o cual expresión».

    —Empieza por una suerte de revelación. Pero uso esa palabra

    de un modo modesto, no ambicioso. Es decir, de pronto sé que va a

    ocurrir algo y eso que va a ocurrir puede ser, en el caso de un cuento,

    el principio y el fin. En el caso de un poema, no: es una idea más

    general, y a veces ha sido la primera línea. Es decir, algo me es dado,

    y luego ya intervengo yo, y quizá se echa todo a perder.

    Ernest Hemingway. A veces uno sabe la historia. A veces uno la

    inventa a medida que escribe y no tiene la menor idea de cómo va asalir. Todo cambia a medida que se mueve.

    Felisberto Hernández. Obligado o traicionado por mí mismo a decir

    cómo hago mis cuentos, recurriré a explicaciones exteriores a ellos.

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    No son completamente naturales, en el sentido de no intervenir

    la conciencia. Eso me sería antipático. No son dominados por una

    teoría de la conciencia. Eso me sería extremadamente antipático.

    Preferiría decir que esa intervención es misteriosa. Mis cuentos notienen estructuras lógicas. A pesar de la vigilancia constante y rigurosa

    de la conciencia, ésta también me es desconocida. En un momento

    dado pienso que en un rincón de mí nacerá una planta. La empiezo a

    acechar creyendo que en ese rincón se ha producido algo raro, pero

    que podría tener porvenir artístico. Sería feliz si esta idea no fracasara

    del todo. Sin embargo, debo esperar un tiempo ignorado: no sé cómo

    hacer germinar la planta, ni cómo favorecer, ni cuidar su crecimiento;

    sólo presiento o deseo que tenga hojas de poesía; o algo que se

    transforme en poesía si la miran ciertos ojos. Debo cuidar que no

    ocupe mucho espacio, que no pretenda ser bella o intensa, sino que

    sea la planta que ella misma esté destinada a ser, y ayudarla a que lo

    sea. Al mismo tiempo ella crecerá de acuerdo a un contemplador al

    que no hará mucho caso si él quiere sugerirle demasiadas intenciones

    o grandezas. Si es una planta dueña de sí misma tendrá una poesía

    natural, desconocida por ella misma. Ella debe ser como una persona

    que vivirá no sabe cuánto, con necesidades propias, con un orgullo

    discreto, un poco torpe y que parezca improvisado. Ella misma no

    conocerá sus leyes, aunque profundamente las tenga y la conciencia

    no las alcance. No sabrá el grado y la manera en que la concienciaintervendrá, pero en última instancia impondrá su voluntad. Y

    enseñará a la conciencia a ser desinteresada.

    Lo más seguro de todo es que yo no sé cómo hago mis cuentos,

    porque cada uno de ellos tiene su vida extraña y propia. Pero también

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    sé que viven peleando con la conciencia para evitar los extranjeros

    que ella les recomienda.

    John Steinbeck. Si existe una fórmula mágica en la escritura decuentos cortos, y estoy seguro de que existe una, nadie ha sido capaz

    de reducirla a una receta que pueda ser trasmitida de una persona a

    otra. La fórmula parece radicar únicamente en la urgencia dolorosa del

    escritor por comunicar al lector algo que considera importante. Si el

    escritor siente esta urgencia, puede, pero no siempre lo consigue,

    encontrar la manera de comunicarlo.

    Graham Greene. Una historia no tiene comienzo ni fin: de manera

    arbitraria uno elige el momento de la experiencia desde el cual mira

    hacia atrás o hacia adelante.

    Isaac Bashevis Singer . Necesito tres condiciones para escribir un

    cuento. La primera es tener un tema, una historia con un inicio, una

    parte central y un final. Sigo creyendo que la misión de la literatura es

    contar una historia en la que haya tensión y en la que el lector no sepa

    desde el principio cuál será el final. La segunda condición es que

    tengo que sentir pasión por escribir la historia. La tercera condición es

    la más importante: debo tener la convicción o quizá la ilusión de que

    soy el único escritor que podría escribir esta historia específica.—El aspecto más difícil de la historia es su construcción. Me

    resulta más fácil la escritura en sí misma. Una vez que tengo decidida

    la construcción, la escritura misma (descripción y diálogos)

    simplemente fluye.

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    — Aunque el cuento no está de moda en estos días, sigo

    creyendo que constituye el reto último para el escritor creativo. A

    diferencia de la novela, que puede absorber y hasta perdonar

    digresiones extensas, flashbacks y estructuras desarticuladas, elcuento debe dirigirse directamente hacia su clímax. Debe tener

    suspenso y tensión ininterrumpida. Y también brevedad en su misma

    esencia. El cuento debe tener un plan definido; no puede tener lo que

    en la jerga literaria se llama «una rebanada de la vida». Los maestros

    del cuento, Chéjov, Maupassant, así como el autor de la escritura

    sublime de la historia de José en el libro del Génesis, sabían

    exactamente hacia dónde se dirigían. Uno puede leerlos una y otra

    vez sin aburrirse nunca.

    Juan Bosch. La respuesta ha resultado tan difícil que a menudo ha

    sido soslayada incluso por críticos excelentes, pero puede afirmarse

    que un cuento es el relato de un hecho que tiene indudable

    importancia. La importancia del hecho es desde luego relativa, mas

    debe ser indudable, convincente para la generalidad de los lectores. Si

    el suceso que forma el meollo del cuento carece de importancia, lo

    que se escribe puede ser un cuadro, una escena, una estampa, pero

    no es un cuento.

    —Una vez adquirida la técnica, el cuentista puede escoger su

    propio camino, ser «hermético» o «figurativo» como se dice ahora, o loque es lo mismo, subjetivo u objetivo; aplicar su estilo personal,

    presentar su obra desde su ángulo individual; expresarse como él crea

    que debe hacerlo. Pero no debe echarse en olvido que el género,

    reconocido como el más difícil en todos los idiomas, no tolera

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    innovaciones sino de los autores que lo dominan en lo más esencial

    de su estructura.

    —No importa que el cuento sea subjetivo u objetivo; que el estilo

    del autor sea deliberadamente claro u oscuro, directo o indirecto: elcuento debe comenzar interesando al lector. Una vez cogido en ese

    interés el lector está en manos del cuentista y éste no debe soltarlo

    más. A partir del principio el cuentista debe ser implacable con el

    sujeto de su obra; lo conducirá sin piedad hacia el destino que

    previamente le ha trazado; no le permitirá el menor desvío. Una sola

    frase aun siendo de tres palabras, que no esté lógica y

    entrañablemente justificada por ese destino, manchará el cuento y le

    quitará esplendor y fuerza. Kipling refiere que para él era más

    importante lo que tachaba que lo que dejaba; Quiroga afirma que un

    cuento es una flecha disparada hacia un blanco y ya se sabe que la

    flecha que se desvía no llega al blanco.

    —En su origen, el cuento no comenzaba con descripciones de

    paisajes, a menos que se tratara la presencia o la acción del

    protagonista; comenzaba con éste, y pintándolo en actividad. Aun hoy,

    esa manera de comenzar es buena. El cuento debe iniciarse con el

    protagonista en acción, física o psicológica, pero acción; el principio no

    debe hallarse a mucha distancia del meollo mismo del cuento, a fin de

    evitar que el lector se canse.

    —Saber comenzar un cuento es tan importante como saberterminarlo. El cuentista serio estudia y practica sin descanso la entrada

    del cuento. Es en la primera frase donde está el hechizo de un buen

    cuento; ella determina el ritmo y la tensión de la pieza. Un cuento que

    comienza bien casi siempre termina bien. El autor queda

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    comprometido consigo mismo a mantener el nivel de su creación a la

    altura en que la inició. Hay una sola manera de empezar un cuento

    con acierto: despertando de golpe el interés del lector. El antiguo

    «había una vez» o «érase una vez» tiene que ser suplido con algo quetenga su mismo valor de conjuro.

    —El verdadero cuentista dedica muchas horas de su vida a

    estudiar la técnica del género, al grado que logre dominarla en la

    misma forma en que el pintor consciente domina la pincelada: la da,

    no tiene que premeditarla. Esa técnica no implica, como se piensa con

    frecuencia, el final sorprendente. Lo fundamental en ella es mantener

    vivo el interés del lector y por tanto sostener sin caídas la tensión, la

    fuerza interior con que el suceso va produciéndose. El final

    sorprendente no es una condición imprescindible en el buen cuento.

    Hay grandes cuentistas, como Antón Chejov, que apenas lo usaron.

    «A la deriva», de Horacio Quiroga, no lo tiene, y es una pieza

    magistral. Un final sorprendente impuesto a la fuerza destruye otras

    buenas condiciones en un cuento. Ahora bien, el cuento debe tener su

    final natural como debe tener su principio.

    Enrique Anderson Imbert. 

    El cuento vendría a ser una narración breve en prosa que, por mucho

    que se apoye en un suceder real, revela siempre la imaginación de un

    narrador individual. La acción —cuyos agentes son hombres, animaleshumanizados o cosas inanimadas— consta de una serie de

    acontecimientos entretejidos en una trama donde las tensiones y

    distensiones graduadas para mantener en suspenso el ánimo del

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    lector, terminan por resolverse en un desenlace estéticamente

    satisfactorio.

    —Para mí, el único tema de todos los cuentos supone un

    personaje que está frente a una dificultad y tiene que resolverla. Uncuento tiene que tener una acción; sin acción no hay cuento. Ahora,

    esta acción me parece a mí que es trascendente en el sentido en que

    va lanzada hacia un horizonte de posibilidades. Entonces, así lanzada,

    elige, y al elegir tiene que consumarse o fracasad, claro. Están los

    cuentos del fracaso y están los cuentos en que la voluntad queda

    realizada.

    Julio Cortázar . Conviene hacer una cosa bastante elemental al

    principio que es preguntarse qué es un cuento, porque sucede que

    todos los leemos (es un género que creo que se vuelve cada día más

    popular; en algunos países lo ha sido siempre y en otros va ganando

    camino después de haber sido rechazado por motivos bastantes

    misteriosos que los críticos buscan deslindar) pero en definitiva es

    muy difícil intentar una definición de cuento. Hay cosas que se niegan

    a la definición; creo, y en este sentido me gusta extremar ciertos

    caminos mentales, que en el fondo nada se puede definir. El

    diccionario tiene una definición para cada cosa; cuando son cosas

    muy concretas, la definición es tal vez aceptable, pero muchas veces a

    lo que tomamos por definición yo lo llamaría una aproximación. Lainteligencia se maneja con aproximaciones y establece relaciones y

    todo funciona muy bien, pero frente a ciertas cosas la definición se

    vuelve verdaderamente muy difícil. Es el caso muy conocido de la

    poesía. ¿Quién ha podido definir la poesía hasta hoy? Nadie. Hay dos

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    mil definiciones que vienen desde los griegos que ya se preocupaban

    por el problema, y Aristóteles tiene nada menos que toda una Poética

    para eso, pero no hay una definición de la poesía que a mí me

    convenza y sobre todo que convenza a un poeta. En el fondo el únicoque tiene razón es ese humorista español —creo— que dijo que la

    poesía es eso que se queda afuera cuando hemos terminado de

    definir la poesía: se escapa y no está dentro de la definición. Con el

    cuento no pasa exactamente lo mismo pero tampoco es un género

    fácilmente definible.

    —¿Cuáles son las características en general del cuento, ya que

    decimos que no vamos a poder definirlo exactamente? Si hacemos el

    enfoque primario —o sea el fondo del cuento, su razón de ser, el tema,

    y la forma—, por lo que se refiere al tema la variedad del cuento

    moderno es infinita: puede ocuparse de temas absolutamente

    realistas, psicológicos, históricos, costumbristas, sociales… Su campo

    es perfectamente apto para hacer frente a cualquiera de estos temas,

    y pensando en el camino de la imaginación pura, se abre con toda

    libertad para la ficción total en los cuentos que llamamos fantásticos,

    los cuentos de lo sobrenatural donde la imaginación modifica las leyes

    naturales, las transforma y presenta el mundo de otra manera y bajo

    otra luz. La gama es inmensa incluso si nos situamos únicamente en

    el sector del cuento realista típico, clásico: por un lado podemos tener

    un cuento de D. H. Lawrence o de Katherine Mansfield, con susdelicadas aproximaciones psicológicas al destino de sus personajes;

    por otro lado podemos tener un cuento del uruguayo Juan Carlos

    Onetti que puede describir un momento perfectamente real —diría

    incluso realista— de una vida y que, siendo en el fondo una temática

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    equivalente a la de Lawrence o a la de Katherine Mansfield, es

    totalmente distinto. Se abre así el abanico de su riqueza de

    posibilidades. Ya se dan cuenta ustedes de que por la temática no

    vamos a poder atrapar al cuento por la cola, porque cualquier cosaentra en el cuento: no hay temas buenos ni malos en el cuento. (No

    hay temas buenos ni malos en ninguna parte de la literatura, todo

    depende de quién y cómo lo trata. Alguien decía que se puede escribir

    sobre una piedra y hacer una cosa fascinante siempre que el que

    escriba se llame Kafka.

    — Alguna vez he comparado el cuento con la noción de la esfera,

    la forma geométrica más perfecta en el sentido de que está totalmente

    cerrada en sí misma y cada uno de los infinitos puntos de su superficie

    son equidistantes del invisible punto central. Esa maravilla de

    perfección que es la esfera como figura geométrica es una imagen que

    me viene también cuando pienso en un cuento que me parece

    perfectamente logrado. Una novela no me dará jamás la idea de una

    esfera; me puede dar la idea de un poliedro, de una enorme

    estructura. En cambio el cuento tiende por autodefinición a la

    esfericidad, a cerrarse, y es aquí donde podemos hacer una doble

    comparación pensando también en el cine y en la fotografía: el cine

    sería la novela y la fotografía, el cuento.

    —De pronto a mí me invade eso que yo llamo una «situación»,

    es decir que yo sé que algo me va a dar un cuento. Hace poco, en juliode este año, vi en Londres unos pósters de Glenda Jackson —una

    actriz que amo mucho— y bruscamente tuve el título de un cuento:

    «Queremos tanto a Glenda Jackson». No tenía más que el título y al

    mismo tiempo el cuento ya estaba, yo sabía en líneas generales lo que

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    iba a pasar y lo escribí inmediatamente después. Cuando eso me cae

    encima y yo sé que voy a escribir un cuento, tengo hoy, como tenía

    hace cuarenta años, el mismo temblor de alegría, como una especie

    de amor; la idea de que va a nacer una cosa que yo espero que va aestar bien… A veces el cuento es un sueño. Uno de mis primeros

    cuentos y uno de los más populares «La casa tomada» es una

    pesadilla que tuve. Me levanté inmediatamente y la escribí.

    Edmundo Valadés. Un cuento es la restitución de un incidente

    ocurrido a cualquier ser humano, y este incidente tiene que ser

    recreado con perspicacia tal que logre revelar el trasfondo, el

    significado y las repercusiones de un hecho mínimo que, de no ser por

    los aportes del autor, carecería de trascendencia.

    Fundamentalmente un buen cuento debe ser interesante. Un

    elemento esencial, definitivo, es que sea interesante. Un texto escrito

    como cuento que no tenga interés, no es cuento. Debe interesar al

    lector. Luego, requisito número dos, quizá sea la historia, luego el

    idioma, el lenguaje en el que está contado, el manejo, la estructura, la

    verosimilitud, en fin. Son muchísimos los ingredientes. Pero todo

    supeditado al talento del escritor, a su audacia, su astucia, vaya, es

    muy difícil responder esto.

    Truman Capote. Puesto que cada cuento presenta sus propiosproblemas técnicos, obviamente no se puede generalizar acerca de

    ellos sobre una base de dos-más-dos-son-cuatro. Hallar la forma

    correcta para un cuento es sencillamente descubrir la manera más

    natural  de contarlo. El modo de probar si un escritor ha intuido o no la

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    forma natural de un cuento consiste sencillamente en esto: después

    de leer el cuento, ¿puede uno imaginárselo en una forma diferente, o

    silencia el cuento la imaginación de uno y parece absoluto y definitivo?

    Del mismo modo que una naranja es definitiva, algo que la naturalezaha hecho de la manera precisamente correcta.

    Flannery O´Connor . Un cuento es una acción dramática completa, y

    en los buenos cuentos los personajes se muestran por medio de la

    acción, y la acción es controlada por medio de los personajes. Y como

    consecuencia de toda la experiencia presentada al lector se deriva el

    significado de la historia. Por mi parte prefiero decir que un cuento es

    un acontecimiento dramático que implica a una persona, en tanto

    comparte con nosotros una condición humana general, y en tanto se

    halla en una situación muy específica. Un cuento compromete, de un

    modo dramático, el misterio de la personalidad humana.

    En la mayoría de los buenos cuentos es la personalidad del

    personaje lo que crea la acción de la historia. En la mayoría de esos

    cuentos, siento que el escritor ha pensado en una acción y luego

    seleccionado un personaje para que la lleve a cabo. Usualmente,

    existen más probabilidades de llegar a un buen fin si se comienza de

    otra manera. Si se parte de un personaje real estamos en camino de

    que algo pase antes de empezar a escribir, no se necesita saber qué.

    En verdad, puede ser mejor que uno ignore lo que sucederá. Cadauno debe ser capaz de descubrir algo en el cuento que escriba.

    Gabriel García Márquez. El cuento parecer ser el género natural de la

    humanidad por su incorporación espontánea a la vida cotidiana. Tal

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    vez lo inventó sin saberlo el primer hombre de las cavernas que salió a

    cazar una tarde y no regresó hasta el día siguiente con la excusa de

    haber librado un combate a muerte con una fiera enloquecida por el

    hambre. En cambio, lo que hizo su mujer cuando se dio cuenta de queel heroísmo de su hombre no era más que un cuento chino pudo ser la

    primera y quizás la novela más larga del siglo de piedra.

    J. G. Ballard. El cuento está cerca de la pintura. En general, no

    representa más que una escena. De este modo se puede obtener la

    intensidad y la convergencia, fuerte y brillante, que se encuentra en los

    cuadros superrealistas. Es mucho más difícil conseguir eso en una

    novela, porque eso comporta elementos narrativos. En la novela hay

    que construir el tiempo. En un relato, en cambio, se le puede eliminar y

    provocar esa extraña sensación, esa clase de atmósfera.

    Vicente Leñero. En ese entonces [1957, 1958] yo escribía sin saber, y

    sin pensar; es decir, me sentaba frente a la Rémington negra de mi

    hermano Armando, máquina-tanque de teclas redondas como

    corcholatas, y sin llevar de antemano planeado el tema, la atmósfera,

    la estructura, todo lo que después aprendería como muy importante

    para el escritor de cuentos, me ponía a hilvanar palabras sobre las

    amarilluscas horribles hojas de papel Revolución. Escribía sin pensar,

    digo. El cuento se me inventaba solo, de veras, durante el recorridopor las cuartillas. Los personajes y las peripecias brotaban como quien

    destapa de golpe un bote de basura. Eran historias negras o tristes;

    pequeños relatos cuya crudeza me espantaba luego y a la que un

    espíritu redentor agregaba el parche de la moraleja final a la manera

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    del padre Luis Coloma o del padre Carlos M. Heredia, tan admirados

    entonces, aún hoy en el recuerdo pese a lo que pudieran opinar las

    nuevas generaciones que ya n o saben n i sabrán jamás quiénes

    fueron Coloma y Heredia, hacedores de cuentos ejemplares durantemi madrugada literaria.

    Escribía cuentos sin pensar, estoy diciendo: automáticamente,

    obsesivamente, frenéticamente: vapuleando sin para la Rémington

    desde la primera sangría de tres golpes hasta el golpe final en la

    cuartilla seis o en la cuartilla nueve. Hasta ese instante, y a semejanza

    del corredor de los cuatrocientos metros luego de cruzar la meta, me

    ponía a jalar aire, a respirar con toda el ansia, a desinflarme finalmente

    sobre la silla agotado por el terrible esfuerzo sostenido. Desde luego

    no hacía caso de consejos. Me recomendaban meditar el tema,

    conformar en la imaginación la psicología de los posibles personajes,

    estructurar con todo esmero las etapas del planteamiento, del nudo,

    del desenlace, y por supuesto, primero que nada, antes que todo esto,

    estudiar a los sabios y a los teóricos de la ciencia y el arte del estilo. Y

    los estudiaba, claro que sí. Leía a Luis Alonso Schökel (La formación

    del estilo), a Alberto Valenzuela Rodarte (¿Quiere ser escritor?), a

    Juan Antonio Ahumada (El arte de escribir ), a E. M. Forster (El arte de

    la novela). Los leía con atención, hasta subrayaba párrafos y acotaba

    páginas, pero desde luego no ponía en práctica conejo alguno porque

    me ganaba la ansiedad de escribir, la cuerda suelta de sentarme y nopararme sino hasta el fin, el impulso maravilloso que hace muchos

    años se me extravió en el camino pero que en ese entonces me

    permitía escribir cuentos de una sola sentada, guardados luego en las

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    tenazas de un fólder amarillo o publicados a veces en la revista Señal ,

    donde hacía mis pininos periodísticos.

    (…) Treinta años después: ahora, a veces, de pronto, un día, me

    siento a la máquina para intentar escribir un cuento y las horas se mevan frente a las teclas sin lograr concluir la primera cuartilla. La

    extraigo de golpe castigando el rodillo, la destruyo empuñando la

    mano con odio, la olvido para siempre tirándola al cesto de la b asura.

    Ya no sé. Ya no puedo. Ya olvidé cómo se escribe un cuento.

    José de la Colina. Uno nunca sabe de dónde va a salir el cuento.

    Unas veces es como la liebre que salta donde menos esperamos;

    otras, lo hemos estado oyendo venir, como el piel roja que pone el

    oído en el suelo y oye los pasos del enemigo que viene a kilómetros

    de distancia.

    Cristina Peri-Rossi. El relato moderno actúa por selección: elige un

    momento en el tiempo y lo paraliza para interiorizar en él, para

    penetrarlo; elige un ángulo de mira y, por encima de todo, selecciona

    rigurosamente lo narrado para provocar un solo efecto… Mientras la

    novela transcurre en el tiempo, el cuento profundiza en él, o lo

    inmoviliza, lo suspende para penetrarlo.

    Marco Tulio Aguilera Garramuño. En general, casi ningún cuentonace gratuitamente de la imaginación pura, sino que tiene, como los

    sueños, un sustento en la realidad objetiva: algo visto u oído sirve de

    pie al vuelo de la fantasía. Lo que sí es importante —esa red cazadora

    de mariposas— es la actitud del cazador de historias. El cuentista vive

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    pendiente de las posibilidades de la existencia, de los juegos del azar,

    y aunque viva en una realidad anodina, la vive iluminando, la vive

    potenciando, de modo que le resulte una veta fecunda, interminable.

    Hernán Lara Zavala. Poseo la convicción de que la anécdota forma

    parte inherente y sustancial de un buen cuento. Por supuesto que no

    tiene que ser necesariamente unas historia truculenta o efectista como

    se concebí a en los inicios del género. La anécdota puede ser tenue,

    tanto que dé la impresión de estar ausente. Pero es en la trama donde

    hallo el asidero que permitirá que el lector se adentre en el texto, lo

    siga, se forme expectativas y busque el desenlace que permitirá que el

    cuento resulte algo más que un ejercicio de ingenio o un mero artificio

    de lenguaje.

    Guillermo Samperio. Todo cuento incluye un conflicto entre dos

    fuerzas que se oponen. El cuento tradicional tenía cuatro partes:

    principio, desarrollo (donde se veía el conflicto), clímax y final. El

    cuento moderno, el inaugurado por Edgar Allan Poe, comienza ya con

    el conflicto desarrollado. Y el cuento va a presentarnos en qué

    consiste ese conflicto. En los cuentos de Poe, desde el principio

    sabemos que hay una historia visible y una historia oculta; el lector

    espera todo el cuento para conocer la historia oculta, donde está la

    base del conflicto. A partir de Poe el cuento moderno se hadesarrollado. Se puede comenzar por cualquier parte del conflicto.

    —Por lo regular, el hecho narrado debe definirse en dos o tres

    frases y siempre tiene una sustancia humana: la venganza, el

    desamor, la amistad, los celos, la salvación, etcétera. Por ejemplo, el

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    cuento «Diles que no me maten», de Juan Rulfo, el hecho narrado de

    venganza es el siguiente: Cuarenta años atrás un señor asesinó a su

    compadre por un problema de colindancia de tierras; ha andado

    huyendo todo ese tiempo, hasta que un coronel, hijo de aquélcompadre asesinado, lo encuentra y lo fusila.

    —La sustancia del cuento es el verbo, pues los verbos implican

    acción y el cuento no es más que un sistema de acciones de principio

    a fin. Así podemos decir que la sustancia humana (venganza o celos)

    debe representarse con un hecho narrado; el hecho narrado se

    despliega en un sistema de acciones con base en los verbos, lo cual

    lleva a mostrar la sustancia humana, que a su vez es el hecho narrado

    y etcétera.

    —El final puede ser sorpresa. Ambiguo, cuando el lector tiene

    que elegir entre dos opciones de final. Abierto, donde el lector elige

    entre un puñado de posibilidades de finales. Circular, cuando termina

    por donde comenzó. Y puede haber otro tipo de finales pero estos son

    los principales.

    Javier Marías. El cuento ha sido invadido por la novela hasta el punto

    de que la mayor parte de los relatos que hoy escriben los escritores

    parecen, más que nada, embriones o fragmentos de novelas, con

    técnicas contaminadas por el género voraz y sin ninguna necesidad de

    que el relato, a su término, imponga el «silencio» que forma parte de lapropia historia contada. Raymond Carver, el más apreciado cuentista

    de los últimos tiempos, nunca escribió novela, pero sus magníficos

    relatos son esencialmente novelísticos, y justamente la sensación que

    tiene el lector de que hay un antes y un después de lo relatado los

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    aproxima, por una parte, a la pintura, y, por otra, a los diferentes

    episodios de que suele constar el género novela.

    Mónica Lavín. Para mí el cuento es una experiencia de intensidad. Esun género adrenalínico porque no hay concesión, es una sacudida

    fuerte donde toca a lector descubrir su parte profunda. El cuento es

    como un alka-seltzer ; es algo comprimido que lentamente va soltando

    su efervescencia. Entonces el reto como escritor es poder hacer ese

    comprimido eficaz; que posea, además, una resonancia.

    Apostillas. El encanto de un cuento no solamente resulta de la

    calidad de un argumento o la chispa de un desenlace inusitado, sino

    de la conjunción de una serie de bien trabajadas variables del cuento.

    Tema y argumento, desde luego, pero también personajes, atmósfera,

    estructura, intensidad y manejo del idioma.

    —En el cuento la invención, contra lo que pudiera suponerse, no

    consiste sólo en imaginar anécdotas, sino también en inventar la forma

    de contarlas y más adelante en inventar —o reinventar — el lenguaje

    con que van contarse. Cierto, existen las palabras y las reglas

    gramaticales que norman el uso del lenguaje, pero es necesario darle

    vuelta a las palabras, castigarlas, pelear con ellas —chillen, putas, les

    decía Octavio Paz— para alcanzar la plenitud del cuento. Por otra

    parte, bien lo señaló el crítico George Steiner: «Escritor que se precie,ha de sacar a martillazos su lenguaje de la cantera general».

    —En general hay tres tipos de desenlaces. El desenlace cerrado

    y contundente que nos indica que todas las preguntas, en cuanto a un

    texto determinado, han sido respondidas. El desenlace abierto que o

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    bien plantea la imposibilidad de dar respuestas definitivas o deja al

    lector en posesión de todos los datos que le permitan avanzar

    imaginativamente por su cuenta. El tercer tipo de desenlace es el

    sorpresivo, el inesperado, que fascina cuando no es tramposo, cuandono se trata de una mera ocurrencia del autor para abandonar el texto.

    Tiene la desventaja, ha dicho Borges, de que cuando el soporte

    verdadero del cuento es el final sorpresivo, no volvemos a leerlo

    porque ya sabemos en qué acaba. Si ese era su chiste, ya no lo tiene.

    —Una posible estructura del cuento contemporáneo es la

    siguiente:

    1. Presentación de A

    2. Presentación de B

    3. Qué le hace A a B, o viceversa

    Por ejemplo:

    1. Juan Domínguez camina por la calle

    2. Un perro se dirige a él

    3. Juan Domínguez siente el deseo irresistible de morder al perro

    y lo muerde

    No importa quién es Juan Domínguez, de dónde viene o hacia

    dónde va. Asimismo, no importa de quién es el perro, de qué raza o

    cuál es su nombre, sino el hecho extraordinario de que un hombre ha

    mordido a un perro.

    En una novela el autor nos contaría quién es Juan Domínguez, aqué se dedica, qué desea, a qué le teme, dónde vive, cómo ha llegado

    a la situación de morder a un perro, etcétera.

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    002. ¿Qué es una novela? ¿Qué la diferencia del cuento?

    Juan Filloy. Creo que la novela es estuario; avanza en varias

    corrientes simultáneas, habiendo una corriente principal. Pero el

    cuento es lineal casi siempre. En todo caso, nos falta una distinción.Por ejemplo, a mí me gusta mucho la nouvelle, vale decir un cuento

    híbrido, con ciertas características de la novela. Un cuento largo, un

    relato largo. En Francia la nouvelle dio obras maravillosas, como las

    de Balzac… El cuento ha de ser un texto corto, lacónico, lineal.

    Horacio Quiroga, me parece, hizo la comparación de que el cuento es

    la trayectoria de una flecha que sale del arco y da en el blanco, sin

    digresiones de ninguna especie, respetando completamente la línea

    argumental y con un final sorpresivo. Ahora, yo prefiero la nouvelle,

    como le digo, porque es un cuento que se bifurca en descripciones, en

    manifestaciones caracterológicas de los personajes. Deja de ser,

    como el cuento, una viñeta seca, y pasa a ser un dibujo más formal y

    acabado, digamos.

    Jorge Luis Borges. En términos generales creo que lo más

    importante en un cuento es la trama o la situación, mientras que en

    una novela lo que importa son los personajes. Se podría pensar que

    Don Quijote está escrita con base en acontecimientos, sin embargo lo

    que resulta más importante son los dos personajes, Don Quijote y

    Sancho Panza. También para la saga de Sherlock Holmes lo quecuenta es la amistad entre un hombre muy inteligente y un tipo algo

    tonto como el Dr. Watson. Entonces, si se me permite hacer una

    generalización, al escribir una novela uno debería conocer a fondo los

    personajes, y la trama puede ser cualquier trama, mientras que en un

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    cuento la situación es lo importante. Esto sería cierto en el caso de

    Henry James, por ejemplo, o en el de Chesterton.

    Isaac Bashevis Singer: Para ser sincero lo que más me gusta son loscuentos, una novela siempre tiene defectos. En un cuento puedo

    satisfacer mi deseo de perfección. Un cuento puede ser perfecto y

    puedo lograr que sea lo que yo quiero e incluso evitar que tenga

    defectos. Creo que los cuentos son mi fuerte. 

    Juan Bosch. La diferencia fundamental entre un género y el otro está

    en la dirección: la novela es extensa; el cuento es intenso. El novelista

    crea caracteres y a menudo sucede que esos caracteres se le rebelan

    al autor y actúan conforme a sus propias naturalezas, de manera que

    con frecuencia una novela no termina como el novelista lo había

    planeado, sino como los personajes de la obra lo determinan con sus

    hechos. En el cuento, la situación es diferente; el cuento tiene que ser

    obra exclusiva del cuentista. Él es el padre y el dictador de sus

    criaturas; no puede dejarlas libres ni tolerarles rebeliones. Esa

    voluntad de predominio del cuentista sobre sus personajes es lo que

    se traduce en tensión por tanto en intensidad. La intensidad de un

    cuento no es producto obligado, como ha dicho alguien, de su corta

    extensión; es el fruto de la voluntad sostenida con que el cuentista

    trabaja su obra. Probablemente es ahí donde se halla la causa de queel género sea tan difícil, pues el cuentista necesita ejercer sobre sí

    mismo una vigilancia constante, que no se logra sin disciplina mental y

    emocional; y eso no es fácil.

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    Ernesto Sábato. Del examen de sus atributos concluimos que la

    novela:

    1. Es una historia (parcialmente) ficticia. Puesto que en La guerra y

    la paz  también hay historia verdadera.2. Es un tipo de creación espiritual en que, a diferencia de la

    científica o filosófica, las ideas no aparecen en estado puro, sino

    mezcladas a los sentimientos y pasiones de los personajes.

    3. Es un tipo de creación en que, también a diferencia de la ciencia

    y la filosofía, no se intenta probar nada: la novela no demuestra,

    muestra.

    4. Es una historia (parcialmente) inventada en que aparecen seres

    humanos, seres que se llaman «personajes»; aunque según la

    época, el gusto y la mentalidad de su tiempos, esos personajes o

    caracteres van desde corpóreos y sólidos seres que se parecen

    mucho a los que vemos en la calle hasta transparentes

    individuos a veces designados por misteriosas iniciales, que sólo

    parecen ser portadores de ciertas ideas o estados psicológicos

    (Kafka).

    5. Es, en fin, una descripción, una indagación, un examen del

    drama del hombre, de su condición, de su existencia. Pues no

    hay novelas de objetos o animales, sino, invariablemente,

    novelas de hombres.

    Angus Wilson. Los cuentos y las obras de teatro van juntos en mi

    mente. Uno toma un punto en el tiempo y lo desarrolla a partir de ahí;

    no hay lugar para el desarrollo hacia atrás. En una novela también

    tomo un punto en el tiempo, pero dispongo de todo el espacio que

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    quiera para el desarrollo hacia atrás. Toda obra novelesca es para mí

    una especie de magia y de truco: un truco basado en la confianza,

    para tratar de hacer que la gente crea en la verdad de alago que no es

    verdadero. Y el novelista, en particular, trata de convencer al lector deque está viendo a la sociedad en su conjunto.

    Juan Rulfo. La novela, dicen, es un género que abarca todo, es un

    saco donde cabe todo, caben cuentos, teatro o acción, ensayos

    filosóficos o no filosóficos, una serie de temas con los cuales se va a

    llenar aquel saco; en cambio, en el cuento tiene uno que reducirse,

    sintetizarse y, en unas cuantas palabras, decir o contar una historia.

    Es muy difícil, es muy difícil que en tres, cuatro o diez páginas se

    pueda contar una historia que otros cuentan en doscientas páginas.

    José Donoso. El cuento corto es un destello. O debe serlo, o tiende a

    serlo. Como decía Joyce, cada cuento es una epifanía, se construye

    alrededor de una epifanía, y ahí están los Dublineses, que son cuentos

    magistrales. En el otro costado, la novela es como un saco, una bolsa

    en la cual se puede meter todo y donde es tan rico que esté todo; y de

    repente uno agita el saco y se reordena toda la porquería que hay

    adentro, y adquiere fuerzas distintas, tú ves, le das un golpe por acá al

    saco y se pone chueco del otro lado, y así, es una forma muy dúctil,

    que obedece mucho a las manos de cada escritor. La forma difícil,creo yo, es la nouvelle, no tanto para escribirla sino para comprenderla

    como forma. Yo diría que es un círculo mucho más cerrado que la

    novela; no hay una epifanía como en el cuento pero no es un saco tan

    vasto como la novela. Tiene una estructura interna mucho más

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    definida: pasa algo en la nouvelle, algo definitivo, pero pasa

    lentamente.

    José Luis González. El cuento está mucho más cerca del poema quede la novela. ¿Cuál es la diferencia esencial entre un cuentista y un

    novelista? Yo creo que es una cuestión de óptica frente a la realidad:

    el cuentista percibe la realidad en fragmentos (lo cual no quiere decir

    que su percepción sea menos profunda que la del novelista, no,

    porque en cada fragmento puede profundizarse todo lo que sea

    necesario); en cambio, el novelista lo que ve es un proceso.

    Gabriel García Márquez. Escribir una novela es pegar ladrillos.

    Escribir un cuento es vaciar en concreto. No sé de quién es esa frase

    certera. La he escuchado y repetido desde hace tanto tiempo sin que

    nadie la reclame, que a lo mejor terminaré creyendo que es mía. Hay

    otra comparación que es pariente pobre de la anterior: el cuento es

    una flecha en el centro del blanco y la novela es cazar conejos. En

    todo caso esta pregunta del lector ofrece una buena ocasión para dar

    vueltas una vez más, como siempre, sobre las diferencias de dos

    géneros literarios distintos y sin embargo confundibles. Una razón de

    eso puede ser el despiste de atribuirle las diferencias a la longitud del

    texto, con distinciones de géneros entre cuento corto y cuento largo.

    La diferencia es válida entre un cuento y otro, pero no entre cuento ynovela.

    Phillip K. Dick. La diferencia entre un relato corto y una novela reside

    en lo siguiente: un relato corto puede tratar de un crimen; una novela

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    trata del criminal, y los hechos derivan de una estructura psicológica

    que, si el escritor conoce su oficio, habrá descrito previamente. Por

    consiguiente, la diferencia entre un relato corto y una novela no es

    muy grande; por ejemplo, La larga marcha, de William Styron, se hapublicado ahora como «novela corta», cuando fue publicada por

    primera vez en Discovery como «relato largo». Esto significa que si lo

    leen en Discovery están leyendo un relato, pero si compran la edición

    de bolsillo van a leer una novela. Con eso basta.

    Milan Kundera. Una novela es una larga pieza de prosa sintética

    basada en un argumento con personajes inventados. Esos son los

    únicos límites. Cuando digo sintética me refiero al deseo del novelista

    de asir su tema desde todas las perspectivas y del modo más

    completo posible. El ensayo irónico, la narrativa novelística, el

    fragmento autobiográfico, el hecho histórico, la fantasía libre… No hay

    nada que la capacidad de síntesis de la novela no logre combinar en

    un todo unitario, como las voces de la música polifónica.

    —Toda la historia de la novela europea es una revelación

    gradual de secretos: cómo se comporta el ser humano y por qué, qué

    cosas piensa y siente en privado... Ese es el motivo por el que las

    grandes novelas siempre han resultado chocantes. Develan aquello

    que la gente no deseaba saber ni escuchar de sus propias vidas,

    Joyce nos sorprende en el Ulysses tan sólo porque retrata una vidabastante vulgar, de la que detalla todo lo que el cerebro, las manos o

    el vientre de un hombre corriente suelen hacer, todo lo que ven sus

    ojos y escuchan sus oídos. Todo lo que leemos en Joyce es evidente,

    innegable, banal y, a pesar de todo, algo hay que nos lo hace

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    insufrible, provocador, porque todos nosotros vivimos la vida sin

    percibir este nuevo ángulo, estas cosas que olvidamos hasta cuando

    están sucediendo y de las que, si nos vemos obligados a hablar, nos

    censuramos automáticamente.

    Javier Marías. El hecho de que [el cuento y la novela] sean géneros

    narrativos ha favorecido la confusión y ha facilitado la tarea invasora

    de la novela, hasta el punto de que ha llegado a olvidarse que sus

    respectivas tradiciones son muy distintas y la del cuento mucho más

    vieja y más permanente. Pues así como la novela ha aparecido y

    desaparecido varias veces a lo largo de la historia, el cuento se ha

    mantenido invariable hasta tiempos muy recientes.

    Apostillas. Los cuentos y las novelas se nos aparecen. Los cuentos

    en forma de una historia o anécdota que nos exige contarla, detallarla,

    enriquecerla. Las novelas, como un personaje, un trayecto o una

    situación que invitan a explorar. Que yo recuerde, jamás he tenido

    dudas en cuanto a dónde va o qué forma tomará el asunto que se me

    presenta. Esto es cuento. Esto es novela. En principio porque el

    cuento aparece como un relámpago imaginativo; un destello que nos

    permite ver (o vislumbrar) el principio, la parte media y el final de una

    historia. El asunto novelístico, en cambio, es un territorio brumoso en

    el que se divisan claros y uno se aventura y a veces no llega aninguna parte.

     Así, el cuento es un rayo de luz, un relámpago que ilumina el

    entorno. Las novelas son cuartos oscuros en los que el autor busca a

    tientas la salida, o trata de abrir ventanas para ubicarse. En general,

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    en la novela el autor conoce la entrada y la salida, pero desconoce

    todo o casi todo lo que contiene el interior.

    —Una narración es cuento en la medida en que pesa más la

    historia y es novela en tanto pesan más los personajes. Mientras másextensa se hace la narración, más crecen y pesan los personajes. En

    el cuento los personajes muestran una o dos de sus facetas

    esenciales, las necesarias para satisfacer la anécdota. En la novela

    los personajes se modifican, mudan y quizá, como en Don Quijote,

    acaban siendo otros.

    —La novela es una larga equivocación. Creo en la perfección del

    cuento y en la irredimible imperfección de la novela.

    003. ¿Cuál es la función de la novela?

    Milan Kundera. Una vez tras otra, la novela ha descubierto por sus

    propios medios, por su propia lógica, los diferentes aspectos de la

    existencia: con los contemporáneos de Cervantes se pregunta qué es

    la aventura; con Samuel Richardson comienza a examinar «lo que

    sucede en el interior», a desvelar la vida secreta de los sentimientos;

    con Balzac descubre el arraigo del hombre en la Historia; con Flaubert

    explora la terra hasta entonces incognita de lo cotidiano; con Tolstoi se

    acerca a la intervención de lo irracional en las decisiones y el

    comportamiento humanos. La novela sondea el tiempo: el inalcanzablemomento pasado con Marcel Proust; el inalcanzable momento

    presente con James Joyce. Se interroga con Thomas Mann sobre el

    papel de los mitos que, llegados del fondo de los tiempos, teledirigen

    nuestros pasos.

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    —La novela no examina la realidad sino la existencia. Y la

    existencia no es lo que ya ha ocurrido, la existencia es el campo de las

    posibilidades humanas, todo lo que el hombre puede llegar a ser, todo

    aquello de lo que es capaz. Los novelistas perfilan el mapa de laexistencia descubriendo tal o cual posibilidad humana. Pero una vez

    más: existir quiere decir: «ser-en-el-mundo». Hay que entender como

     posibilidades tanto al personaje como su mundo. En Kafka todo está

    claro: el mundo kafkiano no se parece a ninguna realidad conocida, es

    una posibilidad extrema y no realizada del mundo humano. Es cierto

    que esta posibilidad se vislumbra detrás de nuestro mundo real y

    parece prefigurar nuestro porvenir. Por eso se habla de la dimensión

    profética de Kafka. Pero, aunque sus novelas no tuvieran nada de

    profético, no perderían su valor, porque captan una posibilidad de la

    existencia (posibilidad del hombre y de su mundo) y nos hacen ver lo

    que somos y de lo que somos capaces.

    —Existe una diferencia fundamental entre la manera de pensar

    de un filósofo y la de un novelista. Se habla con frecuencia de la

    filosofía de Chéjov, de Kafka, de Musil, etcétera. Pero ¡trate de extraer

    una filosofía coherente de sus escritos! Incluso cuando expresan sus

    ideas directamente, en sus cuadernos íntimos, éstas son más

    ejercicios de reflexión, juego de paradojas, improvisaciones, que

    afirmación de un pensamiento.

    —Un día, descubrí las novelas de Ernesto Sabato; en Abadón elexterminador  (1974), desbordante de reflexiones como antaño las

    novelas de los dos grandes vieneses, dice textualmente: «En el mundo

    moderno abandonado por la filosofía, fraccionado por centenares de

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    especializaciones científicas, la novela nos queda como el último

    observatorio desde donde podemos abarcar la vida como un todo».

    —Don Quijote explica a Sancho que Homero y Virgilio no

    describían a los personajes «como ellos fueron, sino como habían deser para quedar ejemplo a los venideros hombres de sus virtudes».

     Ahora bien, el propio Don Quijote es cualquier cosa menos un ejemplo

    a seguir. Los personajes novelescos no piden que se les admire por

    sus virtudes. Piden que se les comprenda, lo cual es algo totalmente

    distinto. Los héroes de epopeya vencen o, si son vencidos, conservan

    hasta el último suspiro su grandeza. Don Quijote ha sido vencido. Y

    sin grandeza alguna. Porque, de golpe, todo queda claro: la vida

    humana como tal es una derrota. Lo único que nos queda ante esta

    irremediable derrota que llamamos vida es intentar comprenderla. Esta

    es la razón de ser  del arte de la novela.

    Apostilla. La fuerza de una novela depende de la potencia de las

    percepciones del novelista. En la novela, el autor devuelve esas

    percepciones organizadas a su particular manera, como su visión del

    mundo. Siguiendo a Milan Kundera, convengo en que la novela es una

    meditación sobre la existencia vista a través de personajes

    imaginarios.

    004. ¿Cómo se concibe o se escribe una novela?

    Stendhal. No veo más que una regla: ser claro. Procuro contar

    primero con verdad, segundo con claridad lo que pasa en un corazón. 

  • 8/16/2019 Catecismo Narrativa - Gerardo de La Torre

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    Fedor Dostoievski. Nunca he podido controlar el material de mis

    novelas. Siempre que escribo una novela, la inundo con un montón de

    historias y de episodios sueltos, y el conjunto está, por tanto, falto deproporción y armonía.

    Gustave Flaubert. Un buen tema para una novela pertenece a aquella

    especie que nos llega toda de una pieza, de un solo chorro. Es la idea

    madre, de la cual fluyen todas las demás. No se es libre en absoluto

    para escribir lo que viene en gana. No se escogen los propios temas.

    Esto es algo que ni el público ni el crítico comprenden. En ello reside

    el secreto de una obra maestra, en la compatibilidad del tema con el

    temperamento del autor.

    Henry James. No puedo imaginar que exista la composición como

    una sucesión de bloques, ni concebir, en ninguna novela que merezca

    discutirse, un pasaje de descripción que no tenga una intención

    narrativa, un pasaje de diálogo que no tenga una intención descriptiva,

    una pincelada de verdad de cualquier tipo que no participe de la

    naturaleza de los hechos y un hecho que derive su interés de

    cualquier fuente que no sea la principal y única fuente del éxito de una

    obra de arte: la de ser ilustrativa. Una novela es algo viviente, es un

    todo y tiene continuidad, como cualquier otro organismo, y a medidaque vive se encontrará —me figuro— que en cada una de sus partes

    hay algo de cada una de las demás partes.

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    Guy de Maupassant. El novelista que transforma la verdad constante,

    brutal y desagradable, para lograr una aventura excepcional y

    seductora, debe, sin preocuparse demasiado por la verosimilitud,

    manejar a su antojo los acontecimientos, prepararlos y arreglarlos paracomplacer al lector, emocionarle o enternecerle. El plan de su novela

    no es más que una serie de combinaciones ingeniosas que conducen

    con habilidad al desenlace. Los incidentes se disponen y dirigen hacia

    el punto culminante, y el resultado final, que es un acontecimiento

    capital y decisivo, debe satisfacer todas las curiosidades excitadas al

    principio, poniendo un límite al interés y acabando de una manera tan

    completa la historia relatada, que ya no se desee saber qué les

    ocurrirá en el futuro a los personajes más sobresalientes.

    En cambio, el novelista que pretende darnos una imagen exacta

    de la vida debe evitar cuidadosamente cualquier encadenamiento de

    hechos que pudiera parecer excepcional. Su finalidad no estriba en

    contarnos una historia, divertirnos o entristecernos, sino en forzarnos a

    pensar, a comprender el sentido profundo y oculto de los sucesos. A

    fuerza de observar y meditar, mira el universo, las cosas, los hechos y

    los hombres de cierto modo que le es peculiar y que se deriva del

    conjunto de sus observaciones meditadas. Esta es la visión personal

    del mundo que intenta comunicarnos reproduciéndola en un libro. Para

    conmovernos, como le ha conmovido a él mismo el espectáculo de la

    vida, debe reproducirla ante nuestros ojos con escrupulosasemejanza. Por lo tanto, deberá componer su obra de una matera tan

    hábil, tan disimulada y en apariencia tan sencilla, que sea imposible

    adivinar e indicar el plan, descubrir sus intenciones.

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    En lugar de tramar una aventura y desarrollarla de modo que

    resulte interesante hasta el desenlace, tomará al personaje en

    determinado período de su existencia y lo conducirá, mediante

    transiciones naturales, hasta el siguiente período. Así dará a conocercómo se modifican los caracteres bajo la influencia de las

    circunstancias inmediatas, cómo se desarrollan los sentimientos y las

    pasiones, cómo se ama, cómo se odia, cómo se combate en todos los

    medios sociales, cómo luchan los intereses de familia y los intereses

    políticos.

    Por lo tanto, la habilidad de su plan no consistirá en la emoción o

    el hechizo, en un comienzo atractivo o en una catástrofe emocionante,

    sino en la hábil agrupación de pequeños hechos constantes, de donde

    se desprenderá el sentido definitivo de la obra. Si hace caber en

    trescientas páginas diez años de una vida para demostrarnos cuál ha

    sido, en medio de todos los seres que la han rodeado, su significación

    particular y muy característica, deberá saber eliminar, entre los

    innumerables y menudos hechos cotidianos, todos los que le resulten

    inútiles, y destacar de una manera especial todos aquellos que

    pasarían inadvertidos para observadores poco perspicaces y que

    proporcionan al libro su interés y su valor de conjunto.

    André Gide. X sostiene que un buen novelista, antes de empezar a

    escribir un libro debe saber cómo va a terminar. Yo, que dejo que elmío camine al azar, considero que la vida nunca nos propone nada

    que no pueda tomarse como nuevo punto de partida, no menos que

    como término. «Podría continuar»: con estas palabras me gustaría

    acabar mis Monederos falsos.

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    Ford Madox Ford. La primera cosa que hay que considerar cuando se

    escribe una novela es la propia historia, y después la propia historia, ¡y

    después la propia historia! En caso de querer sentirse más dignificado,puede llamársele el «tema» propio. Una digresión cualquiera

    constituirá una longueur , un remiendo dentro del cual la mente

    avanzará con pesadez. Se puede conseguir de la vida real la escena

    más maravillosa que insertar en un libro. Pero si no se hace que el

    tema avance, apartará la atención del lector. Una buena novela

    precisa de toda la atención que el lector pueda prestarle. Y alguna

    más.

    —Una historia tiene que transmitir, antes que nada, una

    sensación de ser un hecho inevitable: que lo que ocurre en ella

    parezca que es lo único que podía haber ocurrido. Naturalmente que

    puede haber un personaje que exclame: «Si entonces hubiera actuado

    de forma distinta… ¡qué diferente sería ahora todo!» El problema del

    autor es hacer de su acto de entonces el único acto que el personaje

    podía haber realizado.

    E. M. Forster . Nosotros somos todos como el marido de Scherezada,

    en el sentido de que queremos saber lo que viene después. Esto es

    universal y es por eso que la columna vertebral de una novela tiene

    que ser una historia. Algunos de nosotros no queremos saber nadamás, en nosotros no hay más que una curiosidad primaria y, por

    consiguiente, nuestros juicios literarios son ridículos. Y ahora la

    historia puede definirse. Es una narración de hechos dispuestos en su

    adecuada sucesión temporal: la comida después del desayuno, el

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    martes después del lunes, la corrupción después de la muerte,

    etcétera. Como historia sólo puede tener un mérito: el de hacer que el

    público quiera saber lo que va a venir después. Y, por contra, sólo

    puede tener un defecto: el de hacer que el público no quiera saber loque va a venir después. Estas son las dos únicas críticas que pueden

    hacerse de una historia que es una historia. Es uno de los más

    humildes y sencillos organismos literarios. Sin embargo, es el factor

    más elevado, común a todos los complicados organismos conocidos

    con el nombre de novelas.

    Virginia Woolf . Yo opino que todas las novelas (…) se ocupan del

    carácter, y expresando el carácter —no predicando doctrinas,

    entonando canciones o celebrando las glorias del Imperio Británico— 

    se ha desarrollado la forma de la novela, tan desmañada, verbosa,

    carente de dramatismo, tan rica, elástica y viva. Expresando el

    carácter, he dicho; pero usted comprenderá en seguida que puede

    darse una interpretación muy amplia a estas palabras: aparte de la

    época y del país, hay que considerar el temperamento del escritor.

    Usted ve una cosa en el carácter y yo otra. Usted dice que significa

    esto y yo aquello. Y cuando se trata de escribir, cada uno hace una

    nueva selección, de acuerdo con sus propios principios.

    Henry Miller . ¿Quién escribe los grandes libros? Seguramente noquienes los firmamos. ¿Qué es un artista? Es un hombre que tiene

    antenas, que sabe captar las corrientes que están en la atmósfera, en

    el cosmos; simplemente tiene la facilidad de captar, por así decirlo.

    ¿Quién es original? Todo lo que hacemos, todo lo que pensamos, ya

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    existe, y nosotros somos sólo intermediarios que hacen uso de lo que

    está en el aire, y eso es todo. ¿Por qué las ideas y los grandes

    descubrimientos científicos suelen producirse al mismo tiempo en

    distintas partes del mundo? Lo mismo puede decirse de los elementosnecesarios para componer un poema, una gran novela o cualquier

    obra de arte. Ya están en el aire, pero todavía nadie les ha dado voz, y

    eso es todo. Necesitan al hombre, al intérprete que los dé a luz. Bien,

    y también es cierto que algunos hombres se adelantan a su época.

    Pero actualmente no creo que sea el artista quien se adelanta a su

    época, sino el hombre de ciencia. El artista se está quedando atrás, su

    imaginación no corre pareja con la del hombre de ciencia.

    Aldous Huxley. No me considero un novelista nato; no. Por ejemplo,

    me cuesta mucho trabajo inventar argumentos. Algunas personas

    nacen con una asombrosa facultad narrativa; es un don que yo nunca

    he poseído. Uno lee, por ejemplo, lo que cuenta Stevenson acerca de

    que todos los argumentos de sus cuentos le fueron dados, mientras

    soñaba, por su mente subconsciente. (lo que él llamaba «los

    duendes» que trabajaban para él), y que todo lo que tenía que hacer

    era elaborar el material dado. Yo no he tenido ningún duende. El gran

    problema para mí ha sido siempre el de crear situaciones. 

     –Un mundo feliz  comenzó como una parodia de Hombres como

    dioses, de H. G. Wells, pero gradualmente se me salió de las manos yse convirtió en algo muy diferente de lo que yo había concebido

    originalmente. A medida que fui interesándome más y más en el

    proyecto, fui alejándome en igual proporción de mi propósito original.

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    Roberto Arlt. Mucha gente tiene curiosidad de saber cómo se escribe

    una novela. Qué trabajos pasa el autor. Entremos en materia.

    Cuando el autor se pone a trabajar los personajes que

    intervienen en la acción están casi modelados. Es decir, se han idoformando en un plazo más o menos largo, en su imaginación. Hay

    autores se que se trazan un plan estricto y no se apartan de él ni por

    broma.

    Ejemplo: Flaubert. Otros nunca pueden establecer si su novela

    terminará en una carnicería o en un casamiento. Ejemplo: Pirandello.

    Unos son tan ordenados que fijan en su plan datos de esta categoría:

    El personaje estornudará en la página 92, renglón 7; y otros ignoran

    todo lo que harán. Es lo que le pasó a Dostoievski, cuya novela

    Crimen y castigo fue en principio un cuento para una revista.

    Insensiblemente el cuento se transformó en una novela nutrida y

    espantosa.

    Isaac Bashevis Singer : A pesar de que escribía en yidish me

    preguntaban: ¿Por qué tienes que escribir sobre ladrones judíos y

    prostitutas judías? Y yo les contestaba: ¿Qué quieres, que escriba

    sobre ladrones españoles y prostitutas españolas? Hablo de los

    ladrones y de las prostitutas que conozco.

    John Cheever . No trabajo con tramas. Trabajo por intuición,aprensión, sueños, conceptos. Los personajes y los hechos me vienen

    simultáneamente. La trama implica narrativa y un montón de

    excremento. Es el intento calculado de captar el interés del lector a

    expensas de la convicción moral. Por supuesto, nadie quiere ser

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    aburrido… siempre se necesita un elemento de suspenso. Pero la

    buena narrativa es una estructura rudimentaria, más parecida a un

    riñón.

    Mary McCarthy. El problema del punto de vista tortura a todo el

    mundo. Es el problema al que nos hemos enfrentado todos desde

    Joyce, si no desde antes. Por supuesto, James empezó a plantearlo. Y

    el mismo Flaubert. Uno lo encuentra ya en Madame Bovary . El,

    problema del punto de vista y el de la voz: estilo indirecto libre: la voz

    del autor, gracias a una especie de ventriloquía, desaparece en las

    voces de sus personajes y es limitada completamente por éstas. Lo

    que eso ha significado es el destierro total del autor. ¡A mí me gustaría

    restaurar al autor! (…) Se trata simplemente de que cierto tipo de

    inteligencia —y no sólo hablo de mí, sino de cualquiera, de Saul

    Bellow, por ejemplo— está más o menos ausente de la novela, y tiene

    que estarlo, de acuerdo con estas leyes que la novela se ha impuesto.

    Cereo que una de las razones de que todo el mundo —yo cuando

    menos— acogiera bien El doctor Zhivago fue que allí aparecía el autor

    en la forma del héroe. Y esa hermosa voz de tenor, la voz del héroe y

    del autor, esa voz maravillosa y ese claro sonido de la inteligencia. Los

    rusos nunca han pasado por todo el desarrollo de la novela que se

    encuentra en Joyce, Faulkner, etcétera, de modo que Pasternak era

    un poco ajeno al problema. Pero yo creo que este desarrollo técnicose ha vuelto absolutamente mortífero para la novela.

    Adolfo Bioy Casares. Cuando me preguntan que de dónde saco las

    ideas siempre respondo lo mismo. Si usted se dedica a escribir, el

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    tiempo le dará la respuesta. Creo que la mente del narrador vive en

    una actitud que le permite descubrir historias, aunque estén ocultas;

    por lo general, para eso está despierta. Si escribo poco, se me ocurren

    menos historias que si escribo mucho. —Para enamorar a una prima que no me hacía caso pensé en

    escribir un libro parecido al de un autor que le gustaba a mi prima. Así,

    a los seis o siete años, intenté escribir por primera vez. Después me

    gustó la idea de inventar cuentos policiales y fantásticos, y sin que mis

    amigos se enteraran, escribí una historia que se llamaba «Vanidad».

    Después de eso descubrí la literatura. Y entonces me puse a escribir y

    a leer. Digamos que desde los doce hasta los treinta años leí

    realmente mucho. Traté de leer toda la literatura francesa, toda la

    española, toda la inglesa, la americana, la argentina, la de otros

    países europeos, un poco de la alemana, de la italiana, de la

    portuguesa, de la japonesa, de la chilena, autores persas, en fin: traté

    de cultivarme como esos norteamericanos que hacen todo por

    programa; quise leer todo. Y mientras leía todo, al mismo tiempo

    quería escribir. Y los libros que yo escribía desagradaban a a mis

    amigos. Cuando salía un libro mío los amigos no sabían cómo

    tratarme; querían disimular y se les veía en la cara el disgusto. Yo les

    daba la razón, pero creía en mi próximo libro.

    José Revueltas. Invariablemente me someto a un esquema de lanovela, del cuento o del ensayo que voy a escribir. No se puede creer

    en las musas ni en la inspiración; escribir es ante todo orden, aunque

    se escriba con un estilo o una estructura desordenados. Este es otro

    problema. Después vendrán las asociaciones, las evocaciones, las

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    derivaciones inesperadas que los párrafos suscitan por sí mismos, por

    su propia inercia: entonces hay que saber asumirlos con la mayor

    lucidez y sin permitir que, artificialmente —o por autoengaño nuestro,

    debilidad o complacencia ante los bellos detalles—, vaya aderrumbársenos una estructura largamente meditada y técnicamente

    funcional.

    Camilo José Cela. Todos los temas sirven. Creo que fue a Flaubert a

    quien un presunto joven escritor le dijo un día: «Maestro, si solamente

    tuviera una trama, podría escribir una novela». «Le daré una trama —

    dijo Flaubert—. Veamos, un hombre y una mujer se aman, punto y

    final de la historia. Ahora desarróllela. Con talento, llegará a escribir La

    cartuja de Parma. Pero tiene que tener talento».

    Un escritor, un joven escritor, se me acercó un día quejándose

    de no tener los recursos necesarios para poder escribir. Yo le dije: «Le

    daré mil hojas de papel y una lapicera fuente de regalo. Si tiene talento

    escribirá Don Quijote de un lado y La divina comedia del otro. Ahora

    vaya y escriba, y ya veremos qué pasa, aunque probablemente no

    escribirá esas obras». Es muy dramático, pero también es muy cierto.

    Heinrich Böll. En mi caso la obra cambia constantemente, ya que rara

    vez tengo una trama sólida o una idea definida del final. Pero hay una

    idea clara, casi matemáticamente conceptual, que determina laextensión… El título viene después, generalmente con mucha

    dificultad. Recuerdo que El tren llegó puntual  tenía un título por

    completo diferente mientras la escribía; se llamaba Entre Lemberg y

    Czernowitz . El editor dijo: «Dios mío, dos nombres de lugares». Me

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    instaron a cambiarlo, pero no contra mi voluntad; estuve de acuerdo.

    Los títulos iniciales cambian con frecuencia.

    Carson McCullers. El autor raras veces percibe las verdaderasdimensiones de una obra hasta que está terminada. Es como un

    sueño que florece. Las ideas crecen, echan brotes en silencio, y surge

    un millar de iluminaciones que se suceden día a día mientras la obra

    progresa. Las simientes crecen en la escritura como en la naturaleza.

    La semilla de una idea se desarrolla gracias al trabajo, al inconsciente,

    y al forcejeo que se produce entre ambos.

    —El principio activo de un escritor es la intuición; un exceso de

    hechos dificulta la intuición. Un escritor necesita saber muchas cosas,

    pero hay muchísimas otras que no necesita saber: necesita conocer

    cosas humanas, aunque no sean «sanas», según el adjetivo con que

    se las califica. 

    Charles Bukowski. Escribir es algo que no se sabe cómo se hace.

    Uno se sienta y es algo que puede ocurrir o puede no ocurrir. Cada

    vez que subo a escribir con mi botella de vino, a veces estoy sentado

    delante de la máquina un cuarto de hora. No es que suba para

    escribir, la máquina está ahí, pero si no comienza a moverse, digo,

    bueno, es posible que ésta sea la noche en que no doy ni una.

    P. D. James. Creo que mucha gente no sabe cómo crear una trama y

    por eso no puede contar historias. Algunos escritores podrían hacerlo

    pero no quieren, desean ser diferentes. Pero en la ficción inglesa hay

    una tradición de fuerte impulso narrativo, y todos nuestros grandes

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    novelistas del pasado lo han tenido. En cuanto a mí, creo que la trama

    es necesaria, aunque sería fácil escribir un libro sin trama. En la

    década de 1930, la llamada edad de oro de la ficción detectivesca, la

    trama era todo. Por cierto, lo que la gente buscaba en la trama eraingenio. No se podía describir un asesinato ordinario, siempre debía

    ser cometido con excepcional astucia. Eda la época en que se

    encontraban cadáveres en cuartos cerrados, con las ventanas

    tapiadas y con una mueca de horror en la cara. En el caso de Agatha

    Christie la ingeniosidad de la trama era soberana, nadie buscaba

    sutileza de caracterización, motivaciones, buena escritura. Se trataba

    más bien de una treta literaria. Hoy nos hemos acercado más a la

    corriente mayor o dominante de la novela, pero seguimos necesitando

    la trama. Me lleva tanto tiempo desarrollar la trama y elaborar los

    personajes como escribir el libro. A veces más.

    James Jones. Comienzo con un tema en el que pueda expresar más

    o menos, en una frase sencilla, un grupo de personajes y un medio

    ambiente en el que quiero situar el libro. Echo todo a la cacerola y los

    dejo que se vayan guisando y escriban su propio libro. Tengo la

    impresión de que en esta forma los simbolismos, que crecen a medida

    que crecen también el libro y los personajes, son más sutiles y más

    cercanos a la verdad de la vida.

    Norman Mailer . Siento que el propósito final del arte es intensificar —

    incluso exacerbar, si es necesario— la conciencia moral de la gen te.

    En particular, creo que la novela en su mejor forma es la más moral de

    las artes morales. Estás explorando los intersticios de la conducta

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    humana, lo cual es el primer acercamiento a la experiencia religiosa

    para muchos de nosotros, en especial desde que las religiones

    organizadas empiezan a no dar suficiente cuenta de las complejidades

    terribles de la experiencia moral y su hermana oscura, la ambigüedadmoral. La regla general más sensata para el aspirante a moralista es:

    no hay respuestas. Hay sólo preguntas.

     – Pienso que el propósito último del arte es intensificar e incluso,

    si hace falta, exacerbar la conciencia moral de la gente. Pienso en

    particular que la novela es, cuando es buena, la forma más moral de

    las artes, porque es la más inmediata, la más insoportable si usted

    quiere. La más inescapable. Lo que realmente intento y espero realizar

    con mi obra es intensificar la conciencia de que no se puede eludir ni

    engañar al núcleo de la vida.

    —Cuando trabajo en una novela —y hace años que estoy en

    una— no me gusta saber el final. Gozo mucho más si los hallazgos se

    me producen gracias a la punta del lápiz. Me parece que si un capítulo

    se te resuelve mientras estás en la ducha, no vas a poder hacerlo con

    la exactitud que surgiría de la punta del lápiz. Así me pareció mientras

    escribía La canción del verdugo. Conocía la historia, pero siempre

    consideré el hecho como un azar. Quería que el libro se leyera como

    si no supiéramos el final. No deseaba tener presentes muchos detalles

    futuros: esto me habría torcido lo que sucedía a los personajes en el

    momento en que les sucedía; habría comprendido demasiado bien surelación con lo que les acontecería más tarde.

    José Donoso. Yo simplemente escribo novelas, no las explico, ni su

    causa o fin. Sólo eso. Tampoco la tomo como una especie de catarsis,

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    o como un exorcismo. Sólo escribo: nada premeditado. No me digo:

    ahora voy a escribir una novela en esta tesitura o en esta forma, sino

    que la novela va adquiriendo su vida sola; una novela se va gestando

    a sí misma; se gesta desde adentro hacia afuera; impone su tono, suforma, las palabras mismas de las que se nutre, con las que se crea a

    sí misma. Yo creo que una novela se autoescribe, al final se inventa

    ella sola. Uno presta su cuerpo, sus manos, su espíritu, pero la novela

    al final es del lector, no de uno.

    Gabriel García Márquez. Empiezo con una imagen totalmente visual.

    Imagino que hay escritores que empiezan con una frase, una idea o un

    concepto. Yo sólo parto de una imagen. El punto de partida de La

    hojarasca es un viejo que lleva a su nieto a un entierro; El coronel no

    tiene quien le escriba, un viejo esperando; el de Cien años, un viejo

    que lleva a su nieto a un circo para conocer el hielo. La imagen

    protectora de mi infancia era un viejo, mi abuelo. A mí no me criaron

    mis padres, ellos me dejaron en casa de mis abuelos. Mi abuela me

    contaba cuentos y mi abuelo me llevaba a ver cosas. Entre eso se fue

    haciendo mi mundo. Ahora me doy cuenta que siempre veo la imagen

    de mi abuelo mostrándome cosas… Dejo la idea cocinando, no es un

    proceso muy consciente. Todos mis libros los he pensado por muchos

    años. Cien años por quince o diecisiete años, y el que estoy

    escribiendo lo empecé a pensar hace mucho tiempo.

    Günter Grass. Mi método de trabajo es el de un escritor, pero también

    el de un escultor. Yo debo mi disciplina de trabajo a mi profesión de

    cantero y después de escultor: quedarme mucho tiempo ante una

  • 8/16/2019 Catecismo Narrativa - Gerardo de La Torre

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    piedra, mirarla desde todos los ángulos, contornearla lentamente,

    mantener la superficie en bruto hasta el final, no empezar a pulir

    demasiado pronto y mantener sin cesar el conjunto ante la vista.

    Disciplina de trabajo que implica una dedicación diaria.

    Milan Kundera. La novela es una meditación sobre la existencia vista

    a través de personajes imaginarios.

    —Tres posibilidades elementales del novelista: cuenta una

    historia (Fielding), describe una historia (Flaubert), piensa una historia

    (Musil). La descripción del siglo XIX estaba en armonía con el espíritu

    (positivista, científico) de la época. Fundamentar una novela en una

    meditación permanente va en el siglo XX en contra del espíritu de la

    época a la que ya no le gusta en absoluto pensar.

    —Por definición, el narrador cuenta lo que ha pasado… La

    narración es un recuerdo, por tanto un resumen, una simplificación,

    una abstracción. El verdadero rostro de la vida, de la prosa de la vida,

    sólo se muestra en el tiempo presente. Pero ¿cómo contar los

    acontecimientos pasados y restituirles el tiempo presente que han

    perdido? El arte de la novela ha encontrado la respuesta: presentando

    el pasado en escenas. La escena, incluso contada en pasado

    gramatical, es, ontológicamente, el presente: la vemos y la oímos;

    tiene lugar delante de nosotros, aquí y ahora.

    —Toda la gran novela del XIX convirtió la escena en elementofundamental de la composición. La novela de García Márquez se

    encuentra en una trayectoria que va en dirección opuesta: en Cien

    años de soledad : ¡no hay escenas! Se diluyen totalmente en los flujos

    embriagados de la narración. Como si la novela regresara siglos atrás

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    hacia un narrador que no describe nada, que no hace más que contar,

    pero que cuenta con una libertad de fantasía que jamás habíamos

    visto antes.

    John Barth. A veces me gustaría ser uno de esos escritores que

    comienzan a partir del interés apasionado por un personaje y después,

    como escuché decir a varios, le dan lugar a ese personaje y ven qué

    quiere hacer. Pero no soy uno de esos escritores. Yo suelo empezar

    con un rasgo o una forma, quizá con una imagen. Por ejemplo, el

    barco con el espectáculo a bordo que se transformó en la imagen

    central de La ópera flotante, era la foto de un auténtico crucero con

    espectáculo que recuerdo haber visto de niño… y cuando la

    naturaleza prodiga una imagen flagrante como ésa, lo mejor que se

    puede hacer es escribir una novela. Tal vez no sea el más elevado de

    los comienzos. Solzhenitsin, por ejemplo, ingresó al medio narrativo

    con un propósito moral elevado; literalmente, quiere cambiar el mundo

    utilizando la novela como medio. Respeto y admiro esa intención, pero

    es mucho más común que un gran escritor empiece una novela con un

    propósito menos elevado que derrocar el gobierno soviético. Henry

    James quería escribir un libro en forma de reloj de arena. Flaubert

    quería escribir una novela acerca de nada. Lo único que sé es que la

    decisión de cantar o no cantar de las musas no se basa en la

    elevación del propósito moral del escritor… Las musas cantarán o no

    cantarán sin tenerlo en cuenta.

    E.L. Doctorow. Bueno, puedo comenzar con cualquier cosa. Puede

    ser una voz, una imagen, puede ser un momento de profunda

  • 8/16/2019 Catecismo Narrativa - Gerardo de La Torre

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    desesperación personal. Por ejemplo, en el caso de Ragtime estaba

    desesperado por escribir algo… Como me había sentado frente a la

    pared de mi estudio, en mi caso de New Rochelle, empecé a escribir

    acerca de la pared. Fue construida en 1906, así que pensé en aquellaépoca. Y en el aspecto que tendría entonces la avenida Broadview;

    pensé en los tranvías que atravesaban la avenida hasta el pie de la

    loma y en la gente que vestía ropa blanca en verano para sentirse más

    fresca. El presidente era Teddy Roosevelt. Una cosa llevó a la otra y y