8/16/2019 Catecismo Narrativa - Gerardo de La Torre
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Catecismo de la narrativaPDF – Edición no venal
Gerardo de la Torre
Las apostillas incluidas en este trabajo son obra del compilador. Al
final aparecen, en orden alfabético, breves fichas de los autores de los
textos que aparecen en esta compilación.
El autor agradece la colaboración de Jorge Luis Álvarez
Para investigar y redactar este trabajo, el autor contó con el apoyo del
Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, del Sistema Nacional de
Creadores de Arte
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Los temas
001. ¿Qué es un cuento y cómo se escribe?
002. ¿Qué es una novela? ¿Qué la diferencia del cuento?
003. ¿Cuál es la función de la novela?
004. ¿Cómo se concibe y se escribe una novela?
005¿Cómo crea sus personajes? ¿Cómo les da nombre?
006 ¿Adquieren sus personajes vida propia?
007. ¿Son las novelas de aventura y misterio un género menor?
008. ¿Qué es un escritor?
009. ¿Cómo se desarrolló su interés por escribir?
010. ¿Le cuesta trabajo escribir?
011. ¿Cómo escribe y a qué horas escribe?
012. ¿Revisa mucho sus textos?
013. ¿Usa un cuaderno de apuntes?
014. ¿Es necesaria la autocrítica?
015. ¿Qué porción de sus obras se basa en la experiencia
personal?
016. ¿Lee mucho? ¿Qué autores han influido más en usted?
017. ¿Cuál es el mejor ambiente para un escritor?018. ¿Qué consejo le daría a un escritor que comienza?
019. ¿Cree en la inspiración?
020. ¿Le afectan los críticos?
021. ¿Se le han llegado a agotar los temas?
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022. ¿Cómo se llevan el cine y la literatura?
023. ¿Cómo le ha ido con las traducciones?
024. ¿Han sido buenas sus relaciones con los editores?
025. ¿Piensa en los posibles lectores cuando escribe?026. Hablemos del lenguaje y el estilo
027. ¿Le interesa experimentar, plantear propuestas inusitadas?
028. ¿Se somete usted a ciertas reglas?
029. ¿Sirven de algo los talleres de escritura creativa?
030. ¿Ayudan las nuevas tecnologías de la escritura?
031. ¿Tiene algún ritual cuando empieza a escribir?
032. ¿Está la novela en vías de extinción?
033. ¿Sigue siendo válida la forma epistolar en la novela?
034. ¿Narración o diálogo?
035. ¿Están reñidas literatura y política?
036. ¿Y la novela policiaca?
037. ¿Hay una edad ideal para comenzar?
038. ¿Quién es el narrador?
039. Miscelánea (recursos y procedimientos de la narrativa)
040. Decálogos, textos magistrales y otros
041. Fichas de los autores
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Si el libro que leemos no nos despiertacomo un puño que nos golpeara en el
cráneo, ¿para qué lo leemos? ¿Para que
nos haga felices? Dios mío, también
seríamos felices si no tuviéramos libros, y
podríamos, si fuera necesario, escribir
nosotros mismos los libros que nos hagan
felices. Pero lo que debemos tener son
esos libros que se precipitan sobrenosotros como la mala suerte y que nos
perturban profundamente, como la muerte
de alguien a quien amamos más que a
nosotros mismos, como el suicidio. Un
libro debe ser como un pico de hielo que
rompa el mar congelado que tenemos
dentro.
Franz Kafka
Las palabras son pistolas cargadas.
Jean-Paul Sartre
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001. ¿Qué es un cuento y cómo se escribe?Edgar Allan Poe. El cuento es una obra de imaginación que trata de
un sólo incidente, material o espiritual, y puede leerse de un tirón. Ha
de ser original, chispeante, excitar o impresionar, y debe tener unidad
de efecto. Deberá moverse en una sola línea desde el comienzo.
—Si algo hay evidente es que un plan cualquiera que sea digno
de este nombre ha de haber sido trazado con vistas al desenlace
antes de que la pluma ataque el papel. Sólo si se tiene continuamente
presente la idea del desenlace podemos conferir a un plan su
indispensable apariencia de lógica y de causalidad, procurando que
todas las incidencias y en especial el tono general tienda a desarrollar
la intención establecida. Creo que existe un radical error en el método
que se emplea por lo general para construir un cuento. Algunas veces,
la historia nos proporciona una tesis; otras veces, el escritor se inspira
en un caso contemporáneo o bien, en el mejor de los casos, se las
arregla para combinar los hechos sorprendentes que han de tratar
simplemente la base de su narración, proponiéndose introducir las
descripciones, el diálogo o bien su comentario personal donde quiera
que un resquicio en el tejido de la acción brinde la ocasión de hacerlo.
A mi modo de ver, la primera de todas las consideraciones debe ser lade un efecto que se pretende causar.
William Somerset Maugham. El molde del cuento corto que se
escribía antaño era simple. Consistía en: A) Introducción, B)
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Presentación de personajes, C) Lo que ellos hacen y lo que les hacen,
y D) Desenlace. Era una forma fácil de escribir un cuento y el autor
podía hacerlo tan largo como quisiera. Pero cuando los periódicos
empezaron a publicar cuentos su extensión fue determinadarigurosamente. Para satisfacer este requisito, el autor tuvo que adoptar
una técnica conveniente; tuvo que dejar fuera de su cuento todo lo que
no era esencial. El uso de A) Introducción sirve para poner al lector en
un estado apropiado para que guste del cuento o para añadirle
verosimilitud; puede omitirse, si es necesario, y hoy lo es casi siempre.
Dejar a la imaginación el acápite D) Desenlace, constituye un riesgo,
pues el lector se ha interesado en las circunstancias descritas y puede
sentirse defraudado si no se lo muestran. Sólo cuando el desenlace es
evidente, resulta eficaz y lleno de misterio omitirlo. «La dama del
perrito», de Chéjov, es un ejemplo perfecto. B) y C) son esenciales, ya
que sin ellos no hay cuento. Es obvio que el cuento que introduce de
inmediato en la médula del asunto, tiene una innegable cualidad
dramática que atrapa al lector y no lo suelta.
Horacio Quiroga. Cuenta como si el relato no tuviera interés más que
para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber
sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento.
Isaak Bábel. Un relato debe tener el rigor y la precisión de un chequebancario.
Jorge Luis Borges. En el caso de un cuento, por ejemplo... Bueno, yo
conozco el principio, el punto de partida, conozco el fin, conozco la
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meta. Pero luego tengo que descubrir, mediante mis muy limitados
medios, qué sucede entre el principio y el fin. Y luego hay otros
problemas a resolver; por ejemplo, si conviene que el hecho sea
contado en primera persona o en tercera persona. Luego, hay quebuscar la época; ahora, en cuanto a mí, creo que lo más cómodo viene
a ser la última década del siglo XIX. Elijo, si se trata de un cuento
porteño, lugares de las orillas, digamos, de Palermo, digamos de
Barracas, de Turdera. Y la fecha, digamos 1899, el año de mi
nacimiento, por ejemplo. Porque ¿quién puede saber, exactamente,
cómo hablaban aquellos orilleros muertos? Nadie. Es decir, que yo
puedo proceder con comodidad. En cambio, si un escritor elige un
tema contemporáneo, entonces ya el lector se convierte en un
inspector y resuelve: «No, en tal barrio no se habla así, la gente de tal
clase no usaría tal o cual expresión».
—Empieza por una suerte de revelación. Pero uso esa palabra
de un modo modesto, no ambicioso. Es decir, de pronto sé que va a
ocurrir algo y eso que va a ocurrir puede ser, en el caso de un cuento,
el principio y el fin. En el caso de un poema, no: es una idea más
general, y a veces ha sido la primera línea. Es decir, algo me es dado,
y luego ya intervengo yo, y quizá se echa todo a perder.
Ernest Hemingway. A veces uno sabe la historia. A veces uno la
inventa a medida que escribe y no tiene la menor idea de cómo va asalir. Todo cambia a medida que se mueve.
Felisberto Hernández. Obligado o traicionado por mí mismo a decir
cómo hago mis cuentos, recurriré a explicaciones exteriores a ellos.
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No son completamente naturales, en el sentido de no intervenir
la conciencia. Eso me sería antipático. No son dominados por una
teoría de la conciencia. Eso me sería extremadamente antipático.
Preferiría decir que esa intervención es misteriosa. Mis cuentos notienen estructuras lógicas. A pesar de la vigilancia constante y rigurosa
de la conciencia, ésta también me es desconocida. En un momento
dado pienso que en un rincón de mí nacerá una planta. La empiezo a
acechar creyendo que en ese rincón se ha producido algo raro, pero
que podría tener porvenir artístico. Sería feliz si esta idea no fracasara
del todo. Sin embargo, debo esperar un tiempo ignorado: no sé cómo
hacer germinar la planta, ni cómo favorecer, ni cuidar su crecimiento;
sólo presiento o deseo que tenga hojas de poesía; o algo que se
transforme en poesía si la miran ciertos ojos. Debo cuidar que no
ocupe mucho espacio, que no pretenda ser bella o intensa, sino que
sea la planta que ella misma esté destinada a ser, y ayudarla a que lo
sea. Al mismo tiempo ella crecerá de acuerdo a un contemplador al
que no hará mucho caso si él quiere sugerirle demasiadas intenciones
o grandezas. Si es una planta dueña de sí misma tendrá una poesía
natural, desconocida por ella misma. Ella debe ser como una persona
que vivirá no sabe cuánto, con necesidades propias, con un orgullo
discreto, un poco torpe y que parezca improvisado. Ella misma no
conocerá sus leyes, aunque profundamente las tenga y la conciencia
no las alcance. No sabrá el grado y la manera en que la concienciaintervendrá, pero en última instancia impondrá su voluntad. Y
enseñará a la conciencia a ser desinteresada.
Lo más seguro de todo es que yo no sé cómo hago mis cuentos,
porque cada uno de ellos tiene su vida extraña y propia. Pero también
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sé que viven peleando con la conciencia para evitar los extranjeros
que ella les recomienda.
John Steinbeck. Si existe una fórmula mágica en la escritura decuentos cortos, y estoy seguro de que existe una, nadie ha sido capaz
de reducirla a una receta que pueda ser trasmitida de una persona a
otra. La fórmula parece radicar únicamente en la urgencia dolorosa del
escritor por comunicar al lector algo que considera importante. Si el
escritor siente esta urgencia, puede, pero no siempre lo consigue,
encontrar la manera de comunicarlo.
Graham Greene. Una historia no tiene comienzo ni fin: de manera
arbitraria uno elige el momento de la experiencia desde el cual mira
hacia atrás o hacia adelante.
Isaac Bashevis Singer . Necesito tres condiciones para escribir un
cuento. La primera es tener un tema, una historia con un inicio, una
parte central y un final. Sigo creyendo que la misión de la literatura es
contar una historia en la que haya tensión y en la que el lector no sepa
desde el principio cuál será el final. La segunda condición es que
tengo que sentir pasión por escribir la historia. La tercera condición es
la más importante: debo tener la convicción o quizá la ilusión de que
soy el único escritor que podría escribir esta historia específica.—El aspecto más difícil de la historia es su construcción. Me
resulta más fácil la escritura en sí misma. Una vez que tengo decidida
la construcción, la escritura misma (descripción y diálogos)
simplemente fluye.
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— Aunque el cuento no está de moda en estos días, sigo
creyendo que constituye el reto último para el escritor creativo. A
diferencia de la novela, que puede absorber y hasta perdonar
digresiones extensas, flashbacks y estructuras desarticuladas, elcuento debe dirigirse directamente hacia su clímax. Debe tener
suspenso y tensión ininterrumpida. Y también brevedad en su misma
esencia. El cuento debe tener un plan definido; no puede tener lo que
en la jerga literaria se llama «una rebanada de la vida». Los maestros
del cuento, Chéjov, Maupassant, así como el autor de la escritura
sublime de la historia de José en el libro del Génesis, sabían
exactamente hacia dónde se dirigían. Uno puede leerlos una y otra
vez sin aburrirse nunca.
Juan Bosch. La respuesta ha resultado tan difícil que a menudo ha
sido soslayada incluso por críticos excelentes, pero puede afirmarse
que un cuento es el relato de un hecho que tiene indudable
importancia. La importancia del hecho es desde luego relativa, mas
debe ser indudable, convincente para la generalidad de los lectores. Si
el suceso que forma el meollo del cuento carece de importancia, lo
que se escribe puede ser un cuadro, una escena, una estampa, pero
no es un cuento.
—Una vez adquirida la técnica, el cuentista puede escoger su
propio camino, ser «hermético» o «figurativo» como se dice ahora, o loque es lo mismo, subjetivo u objetivo; aplicar su estilo personal,
presentar su obra desde su ángulo individual; expresarse como él crea
que debe hacerlo. Pero no debe echarse en olvido que el género,
reconocido como el más difícil en todos los idiomas, no tolera
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innovaciones sino de los autores que lo dominan en lo más esencial
de su estructura.
—No importa que el cuento sea subjetivo u objetivo; que el estilo
del autor sea deliberadamente claro u oscuro, directo o indirecto: elcuento debe comenzar interesando al lector. Una vez cogido en ese
interés el lector está en manos del cuentista y éste no debe soltarlo
más. A partir del principio el cuentista debe ser implacable con el
sujeto de su obra; lo conducirá sin piedad hacia el destino que
previamente le ha trazado; no le permitirá el menor desvío. Una sola
frase aun siendo de tres palabras, que no esté lógica y
entrañablemente justificada por ese destino, manchará el cuento y le
quitará esplendor y fuerza. Kipling refiere que para él era más
importante lo que tachaba que lo que dejaba; Quiroga afirma que un
cuento es una flecha disparada hacia un blanco y ya se sabe que la
flecha que se desvía no llega al blanco.
—En su origen, el cuento no comenzaba con descripciones de
paisajes, a menos que se tratara la presencia o la acción del
protagonista; comenzaba con éste, y pintándolo en actividad. Aun hoy,
esa manera de comenzar es buena. El cuento debe iniciarse con el
protagonista en acción, física o psicológica, pero acción; el principio no
debe hallarse a mucha distancia del meollo mismo del cuento, a fin de
evitar que el lector se canse.
—Saber comenzar un cuento es tan importante como saberterminarlo. El cuentista serio estudia y practica sin descanso la entrada
del cuento. Es en la primera frase donde está el hechizo de un buen
cuento; ella determina el ritmo y la tensión de la pieza. Un cuento que
comienza bien casi siempre termina bien. El autor queda
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comprometido consigo mismo a mantener el nivel de su creación a la
altura en que la inició. Hay una sola manera de empezar un cuento
con acierto: despertando de golpe el interés del lector. El antiguo
«había una vez» o «érase una vez» tiene que ser suplido con algo quetenga su mismo valor de conjuro.
—El verdadero cuentista dedica muchas horas de su vida a
estudiar la técnica del género, al grado que logre dominarla en la
misma forma en que el pintor consciente domina la pincelada: la da,
no tiene que premeditarla. Esa técnica no implica, como se piensa con
frecuencia, el final sorprendente. Lo fundamental en ella es mantener
vivo el interés del lector y por tanto sostener sin caídas la tensión, la
fuerza interior con que el suceso va produciéndose. El final
sorprendente no es una condición imprescindible en el buen cuento.
Hay grandes cuentistas, como Antón Chejov, que apenas lo usaron.
«A la deriva», de Horacio Quiroga, no lo tiene, y es una pieza
magistral. Un final sorprendente impuesto a la fuerza destruye otras
buenas condiciones en un cuento. Ahora bien, el cuento debe tener su
final natural como debe tener su principio.
Enrique Anderson Imbert.
El cuento vendría a ser una narración breve en prosa que, por mucho
que se apoye en un suceder real, revela siempre la imaginación de un
narrador individual. La acción —cuyos agentes son hombres, animaleshumanizados o cosas inanimadas— consta de una serie de
acontecimientos entretejidos en una trama donde las tensiones y
distensiones graduadas para mantener en suspenso el ánimo del
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lector, terminan por resolverse en un desenlace estéticamente
satisfactorio.
—Para mí, el único tema de todos los cuentos supone un
personaje que está frente a una dificultad y tiene que resolverla. Uncuento tiene que tener una acción; sin acción no hay cuento. Ahora,
esta acción me parece a mí que es trascendente en el sentido en que
va lanzada hacia un horizonte de posibilidades. Entonces, así lanzada,
elige, y al elegir tiene que consumarse o fracasad, claro. Están los
cuentos del fracaso y están los cuentos en que la voluntad queda
realizada.
Julio Cortázar . Conviene hacer una cosa bastante elemental al
principio que es preguntarse qué es un cuento, porque sucede que
todos los leemos (es un género que creo que se vuelve cada día más
popular; en algunos países lo ha sido siempre y en otros va ganando
camino después de haber sido rechazado por motivos bastantes
misteriosos que los críticos buscan deslindar) pero en definitiva es
muy difícil intentar una definición de cuento. Hay cosas que se niegan
a la definición; creo, y en este sentido me gusta extremar ciertos
caminos mentales, que en el fondo nada se puede definir. El
diccionario tiene una definición para cada cosa; cuando son cosas
muy concretas, la definición es tal vez aceptable, pero muchas veces a
lo que tomamos por definición yo lo llamaría una aproximación. Lainteligencia se maneja con aproximaciones y establece relaciones y
todo funciona muy bien, pero frente a ciertas cosas la definición se
vuelve verdaderamente muy difícil. Es el caso muy conocido de la
poesía. ¿Quién ha podido definir la poesía hasta hoy? Nadie. Hay dos
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mil definiciones que vienen desde los griegos que ya se preocupaban
por el problema, y Aristóteles tiene nada menos que toda una Poética
para eso, pero no hay una definición de la poesía que a mí me
convenza y sobre todo que convenza a un poeta. En el fondo el únicoque tiene razón es ese humorista español —creo— que dijo que la
poesía es eso que se queda afuera cuando hemos terminado de
definir la poesía: se escapa y no está dentro de la definición. Con el
cuento no pasa exactamente lo mismo pero tampoco es un género
fácilmente definible.
—¿Cuáles son las características en general del cuento, ya que
decimos que no vamos a poder definirlo exactamente? Si hacemos el
enfoque primario —o sea el fondo del cuento, su razón de ser, el tema,
y la forma—, por lo que se refiere al tema la variedad del cuento
moderno es infinita: puede ocuparse de temas absolutamente
realistas, psicológicos, históricos, costumbristas, sociales… Su campo
es perfectamente apto para hacer frente a cualquiera de estos temas,
y pensando en el camino de la imaginación pura, se abre con toda
libertad para la ficción total en los cuentos que llamamos fantásticos,
los cuentos de lo sobrenatural donde la imaginación modifica las leyes
naturales, las transforma y presenta el mundo de otra manera y bajo
otra luz. La gama es inmensa incluso si nos situamos únicamente en
el sector del cuento realista típico, clásico: por un lado podemos tener
un cuento de D. H. Lawrence o de Katherine Mansfield, con susdelicadas aproximaciones psicológicas al destino de sus personajes;
por otro lado podemos tener un cuento del uruguayo Juan Carlos
Onetti que puede describir un momento perfectamente real —diría
incluso realista— de una vida y que, siendo en el fondo una temática
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equivalente a la de Lawrence o a la de Katherine Mansfield, es
totalmente distinto. Se abre así el abanico de su riqueza de
posibilidades. Ya se dan cuenta ustedes de que por la temática no
vamos a poder atrapar al cuento por la cola, porque cualquier cosaentra en el cuento: no hay temas buenos ni malos en el cuento. (No
hay temas buenos ni malos en ninguna parte de la literatura, todo
depende de quién y cómo lo trata. Alguien decía que se puede escribir
sobre una piedra y hacer una cosa fascinante siempre que el que
escriba se llame Kafka.
— Alguna vez he comparado el cuento con la noción de la esfera,
la forma geométrica más perfecta en el sentido de que está totalmente
cerrada en sí misma y cada uno de los infinitos puntos de su superficie
son equidistantes del invisible punto central. Esa maravilla de
perfección que es la esfera como figura geométrica es una imagen que
me viene también cuando pienso en un cuento que me parece
perfectamente logrado. Una novela no me dará jamás la idea de una
esfera; me puede dar la idea de un poliedro, de una enorme
estructura. En cambio el cuento tiende por autodefinición a la
esfericidad, a cerrarse, y es aquí donde podemos hacer una doble
comparación pensando también en el cine y en la fotografía: el cine
sería la novela y la fotografía, el cuento.
—De pronto a mí me invade eso que yo llamo una «situación»,
es decir que yo sé que algo me va a dar un cuento. Hace poco, en juliode este año, vi en Londres unos pósters de Glenda Jackson —una
actriz que amo mucho— y bruscamente tuve el título de un cuento:
«Queremos tanto a Glenda Jackson». No tenía más que el título y al
mismo tiempo el cuento ya estaba, yo sabía en líneas generales lo que
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iba a pasar y lo escribí inmediatamente después. Cuando eso me cae
encima y yo sé que voy a escribir un cuento, tengo hoy, como tenía
hace cuarenta años, el mismo temblor de alegría, como una especie
de amor; la idea de que va a nacer una cosa que yo espero que va aestar bien… A veces el cuento es un sueño. Uno de mis primeros
cuentos y uno de los más populares «La casa tomada» es una
pesadilla que tuve. Me levanté inmediatamente y la escribí.
Edmundo Valadés. Un cuento es la restitución de un incidente
ocurrido a cualquier ser humano, y este incidente tiene que ser
recreado con perspicacia tal que logre revelar el trasfondo, el
significado y las repercusiones de un hecho mínimo que, de no ser por
los aportes del autor, carecería de trascendencia.
Fundamentalmente un buen cuento debe ser interesante. Un
elemento esencial, definitivo, es que sea interesante. Un texto escrito
como cuento que no tenga interés, no es cuento. Debe interesar al
lector. Luego, requisito número dos, quizá sea la historia, luego el
idioma, el lenguaje en el que está contado, el manejo, la estructura, la
verosimilitud, en fin. Son muchísimos los ingredientes. Pero todo
supeditado al talento del escritor, a su audacia, su astucia, vaya, es
muy difícil responder esto.
Truman Capote. Puesto que cada cuento presenta sus propiosproblemas técnicos, obviamente no se puede generalizar acerca de
ellos sobre una base de dos-más-dos-son-cuatro. Hallar la forma
correcta para un cuento es sencillamente descubrir la manera más
natural de contarlo. El modo de probar si un escritor ha intuido o no la
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forma natural de un cuento consiste sencillamente en esto: después
de leer el cuento, ¿puede uno imaginárselo en una forma diferente, o
silencia el cuento la imaginación de uno y parece absoluto y definitivo?
Del mismo modo que una naranja es definitiva, algo que la naturalezaha hecho de la manera precisamente correcta.
Flannery O´Connor . Un cuento es una acción dramática completa, y
en los buenos cuentos los personajes se muestran por medio de la
acción, y la acción es controlada por medio de los personajes. Y como
consecuencia de toda la experiencia presentada al lector se deriva el
significado de la historia. Por mi parte prefiero decir que un cuento es
un acontecimiento dramático que implica a una persona, en tanto
comparte con nosotros una condición humana general, y en tanto se
halla en una situación muy específica. Un cuento compromete, de un
modo dramático, el misterio de la personalidad humana.
En la mayoría de los buenos cuentos es la personalidad del
personaje lo que crea la acción de la historia. En la mayoría de esos
cuentos, siento que el escritor ha pensado en una acción y luego
seleccionado un personaje para que la lleve a cabo. Usualmente,
existen más probabilidades de llegar a un buen fin si se comienza de
otra manera. Si se parte de un personaje real estamos en camino de
que algo pase antes de empezar a escribir, no se necesita saber qué.
En verdad, puede ser mejor que uno ignore lo que sucederá. Cadauno debe ser capaz de descubrir algo en el cuento que escriba.
Gabriel García Márquez. El cuento parecer ser el género natural de la
humanidad por su incorporación espontánea a la vida cotidiana. Tal
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vez lo inventó sin saberlo el primer hombre de las cavernas que salió a
cazar una tarde y no regresó hasta el día siguiente con la excusa de
haber librado un combate a muerte con una fiera enloquecida por el
hambre. En cambio, lo que hizo su mujer cuando se dio cuenta de queel heroísmo de su hombre no era más que un cuento chino pudo ser la
primera y quizás la novela más larga del siglo de piedra.
J. G. Ballard. El cuento está cerca de la pintura. En general, no
representa más que una escena. De este modo se puede obtener la
intensidad y la convergencia, fuerte y brillante, que se encuentra en los
cuadros superrealistas. Es mucho más difícil conseguir eso en una
novela, porque eso comporta elementos narrativos. En la novela hay
que construir el tiempo. En un relato, en cambio, se le puede eliminar y
provocar esa extraña sensación, esa clase de atmósfera.
Vicente Leñero. En ese entonces [1957, 1958] yo escribía sin saber, y
sin pensar; es decir, me sentaba frente a la Rémington negra de mi
hermano Armando, máquina-tanque de teclas redondas como
corcholatas, y sin llevar de antemano planeado el tema, la atmósfera,
la estructura, todo lo que después aprendería como muy importante
para el escritor de cuentos, me ponía a hilvanar palabras sobre las
amarilluscas horribles hojas de papel Revolución. Escribía sin pensar,
digo. El cuento se me inventaba solo, de veras, durante el recorridopor las cuartillas. Los personajes y las peripecias brotaban como quien
destapa de golpe un bote de basura. Eran historias negras o tristes;
pequeños relatos cuya crudeza me espantaba luego y a la que un
espíritu redentor agregaba el parche de la moraleja final a la manera
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del padre Luis Coloma o del padre Carlos M. Heredia, tan admirados
entonces, aún hoy en el recuerdo pese a lo que pudieran opinar las
nuevas generaciones que ya n o saben n i sabrán jamás quiénes
fueron Coloma y Heredia, hacedores de cuentos ejemplares durantemi madrugada literaria.
Escribía cuentos sin pensar, estoy diciendo: automáticamente,
obsesivamente, frenéticamente: vapuleando sin para la Rémington
desde la primera sangría de tres golpes hasta el golpe final en la
cuartilla seis o en la cuartilla nueve. Hasta ese instante, y a semejanza
del corredor de los cuatrocientos metros luego de cruzar la meta, me
ponía a jalar aire, a respirar con toda el ansia, a desinflarme finalmente
sobre la silla agotado por el terrible esfuerzo sostenido. Desde luego
no hacía caso de consejos. Me recomendaban meditar el tema,
conformar en la imaginación la psicología de los posibles personajes,
estructurar con todo esmero las etapas del planteamiento, del nudo,
del desenlace, y por supuesto, primero que nada, antes que todo esto,
estudiar a los sabios y a los teóricos de la ciencia y el arte del estilo. Y
los estudiaba, claro que sí. Leía a Luis Alonso Schökel (La formación
del estilo), a Alberto Valenzuela Rodarte (¿Quiere ser escritor?), a
Juan Antonio Ahumada (El arte de escribir ), a E. M. Forster (El arte de
la novela). Los leía con atención, hasta subrayaba párrafos y acotaba
páginas, pero desde luego no ponía en práctica conejo alguno porque
me ganaba la ansiedad de escribir, la cuerda suelta de sentarme y nopararme sino hasta el fin, el impulso maravilloso que hace muchos
años se me extravió en el camino pero que en ese entonces me
permitía escribir cuentos de una sola sentada, guardados luego en las
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tenazas de un fólder amarillo o publicados a veces en la revista Señal ,
donde hacía mis pininos periodísticos.
(…) Treinta años después: ahora, a veces, de pronto, un día, me
siento a la máquina para intentar escribir un cuento y las horas se mevan frente a las teclas sin lograr concluir la primera cuartilla. La
extraigo de golpe castigando el rodillo, la destruyo empuñando la
mano con odio, la olvido para siempre tirándola al cesto de la b asura.
Ya no sé. Ya no puedo. Ya olvidé cómo se escribe un cuento.
José de la Colina. Uno nunca sabe de dónde va a salir el cuento.
Unas veces es como la liebre que salta donde menos esperamos;
otras, lo hemos estado oyendo venir, como el piel roja que pone el
oído en el suelo y oye los pasos del enemigo que viene a kilómetros
de distancia.
Cristina Peri-Rossi. El relato moderno actúa por selección: elige un
momento en el tiempo y lo paraliza para interiorizar en él, para
penetrarlo; elige un ángulo de mira y, por encima de todo, selecciona
rigurosamente lo narrado para provocar un solo efecto… Mientras la
novela transcurre en el tiempo, el cuento profundiza en él, o lo
inmoviliza, lo suspende para penetrarlo.
Marco Tulio Aguilera Garramuño. En general, casi ningún cuentonace gratuitamente de la imaginación pura, sino que tiene, como los
sueños, un sustento en la realidad objetiva: algo visto u oído sirve de
pie al vuelo de la fantasía. Lo que sí es importante —esa red cazadora
de mariposas— es la actitud del cazador de historias. El cuentista vive
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pendiente de las posibilidades de la existencia, de los juegos del azar,
y aunque viva en una realidad anodina, la vive iluminando, la vive
potenciando, de modo que le resulte una veta fecunda, interminable.
Hernán Lara Zavala. Poseo la convicción de que la anécdota forma
parte inherente y sustancial de un buen cuento. Por supuesto que no
tiene que ser necesariamente unas historia truculenta o efectista como
se concebí a en los inicios del género. La anécdota puede ser tenue,
tanto que dé la impresión de estar ausente. Pero es en la trama donde
hallo el asidero que permitirá que el lector se adentre en el texto, lo
siga, se forme expectativas y busque el desenlace que permitirá que el
cuento resulte algo más que un ejercicio de ingenio o un mero artificio
de lenguaje.
Guillermo Samperio. Todo cuento incluye un conflicto entre dos
fuerzas que se oponen. El cuento tradicional tenía cuatro partes:
principio, desarrollo (donde se veía el conflicto), clímax y final. El
cuento moderno, el inaugurado por Edgar Allan Poe, comienza ya con
el conflicto desarrollado. Y el cuento va a presentarnos en qué
consiste ese conflicto. En los cuentos de Poe, desde el principio
sabemos que hay una historia visible y una historia oculta; el lector
espera todo el cuento para conocer la historia oculta, donde está la
base del conflicto. A partir de Poe el cuento moderno se hadesarrollado. Se puede comenzar por cualquier parte del conflicto.
—Por lo regular, el hecho narrado debe definirse en dos o tres
frases y siempre tiene una sustancia humana: la venganza, el
desamor, la amistad, los celos, la salvación, etcétera. Por ejemplo, el
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cuento «Diles que no me maten», de Juan Rulfo, el hecho narrado de
venganza es el siguiente: Cuarenta años atrás un señor asesinó a su
compadre por un problema de colindancia de tierras; ha andado
huyendo todo ese tiempo, hasta que un coronel, hijo de aquélcompadre asesinado, lo encuentra y lo fusila.
—La sustancia del cuento es el verbo, pues los verbos implican
acción y el cuento no es más que un sistema de acciones de principio
a fin. Así podemos decir que la sustancia humana (venganza o celos)
debe representarse con un hecho narrado; el hecho narrado se
despliega en un sistema de acciones con base en los verbos, lo cual
lleva a mostrar la sustancia humana, que a su vez es el hecho narrado
y etcétera.
—El final puede ser sorpresa. Ambiguo, cuando el lector tiene
que elegir entre dos opciones de final. Abierto, donde el lector elige
entre un puñado de posibilidades de finales. Circular, cuando termina
por donde comenzó. Y puede haber otro tipo de finales pero estos son
los principales.
Javier Marías. El cuento ha sido invadido por la novela hasta el punto
de que la mayor parte de los relatos que hoy escriben los escritores
parecen, más que nada, embriones o fragmentos de novelas, con
técnicas contaminadas por el género voraz y sin ninguna necesidad de
que el relato, a su término, imponga el «silencio» que forma parte de lapropia historia contada. Raymond Carver, el más apreciado cuentista
de los últimos tiempos, nunca escribió novela, pero sus magníficos
relatos son esencialmente novelísticos, y justamente la sensación que
tiene el lector de que hay un antes y un después de lo relatado los
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aproxima, por una parte, a la pintura, y, por otra, a los diferentes
episodios de que suele constar el género novela.
Mónica Lavín. Para mí el cuento es una experiencia de intensidad. Esun género adrenalínico porque no hay concesión, es una sacudida
fuerte donde toca a lector descubrir su parte profunda. El cuento es
como un alka-seltzer ; es algo comprimido que lentamente va soltando
su efervescencia. Entonces el reto como escritor es poder hacer ese
comprimido eficaz; que posea, además, una resonancia.
Apostillas. El encanto de un cuento no solamente resulta de la
calidad de un argumento o la chispa de un desenlace inusitado, sino
de la conjunción de una serie de bien trabajadas variables del cuento.
Tema y argumento, desde luego, pero también personajes, atmósfera,
estructura, intensidad y manejo del idioma.
—En el cuento la invención, contra lo que pudiera suponerse, no
consiste sólo en imaginar anécdotas, sino también en inventar la forma
de contarlas y más adelante en inventar —o reinventar — el lenguaje
con que van contarse. Cierto, existen las palabras y las reglas
gramaticales que norman el uso del lenguaje, pero es necesario darle
vuelta a las palabras, castigarlas, pelear con ellas —chillen, putas, les
decía Octavio Paz— para alcanzar la plenitud del cuento. Por otra
parte, bien lo señaló el crítico George Steiner: «Escritor que se precie,ha de sacar a martillazos su lenguaje de la cantera general».
—En general hay tres tipos de desenlaces. El desenlace cerrado
y contundente que nos indica que todas las preguntas, en cuanto a un
texto determinado, han sido respondidas. El desenlace abierto que o
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bien plantea la imposibilidad de dar respuestas definitivas o deja al
lector en posesión de todos los datos que le permitan avanzar
imaginativamente por su cuenta. El tercer tipo de desenlace es el
sorpresivo, el inesperado, que fascina cuando no es tramposo, cuandono se trata de una mera ocurrencia del autor para abandonar el texto.
Tiene la desventaja, ha dicho Borges, de que cuando el soporte
verdadero del cuento es el final sorpresivo, no volvemos a leerlo
porque ya sabemos en qué acaba. Si ese era su chiste, ya no lo tiene.
—Una posible estructura del cuento contemporáneo es la
siguiente:
1. Presentación de A
2. Presentación de B
3. Qué le hace A a B, o viceversa
Por ejemplo:
1. Juan Domínguez camina por la calle
2. Un perro se dirige a él
3. Juan Domínguez siente el deseo irresistible de morder al perro
y lo muerde
No importa quién es Juan Domínguez, de dónde viene o hacia
dónde va. Asimismo, no importa de quién es el perro, de qué raza o
cuál es su nombre, sino el hecho extraordinario de que un hombre ha
mordido a un perro.
En una novela el autor nos contaría quién es Juan Domínguez, aqué se dedica, qué desea, a qué le teme, dónde vive, cómo ha llegado
a la situación de morder a un perro, etcétera.
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002. ¿Qué es una novela? ¿Qué la diferencia del cuento?
Juan Filloy. Creo que la novela es estuario; avanza en varias
corrientes simultáneas, habiendo una corriente principal. Pero el
cuento es lineal casi siempre. En todo caso, nos falta una distinción.Por ejemplo, a mí me gusta mucho la nouvelle, vale decir un cuento
híbrido, con ciertas características de la novela. Un cuento largo, un
relato largo. En Francia la nouvelle dio obras maravillosas, como las
de Balzac… El cuento ha de ser un texto corto, lacónico, lineal.
Horacio Quiroga, me parece, hizo la comparación de que el cuento es
la trayectoria de una flecha que sale del arco y da en el blanco, sin
digresiones de ninguna especie, respetando completamente la línea
argumental y con un final sorpresivo. Ahora, yo prefiero la nouvelle,
como le digo, porque es un cuento que se bifurca en descripciones, en
manifestaciones caracterológicas de los personajes. Deja de ser,
como el cuento, una viñeta seca, y pasa a ser un dibujo más formal y
acabado, digamos.
Jorge Luis Borges. En términos generales creo que lo más
importante en un cuento es la trama o la situación, mientras que en
una novela lo que importa son los personajes. Se podría pensar que
Don Quijote está escrita con base en acontecimientos, sin embargo lo
que resulta más importante son los dos personajes, Don Quijote y
Sancho Panza. También para la saga de Sherlock Holmes lo quecuenta es la amistad entre un hombre muy inteligente y un tipo algo
tonto como el Dr. Watson. Entonces, si se me permite hacer una
generalización, al escribir una novela uno debería conocer a fondo los
personajes, y la trama puede ser cualquier trama, mientras que en un
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cuento la situación es lo importante. Esto sería cierto en el caso de
Henry James, por ejemplo, o en el de Chesterton.
Isaac Bashevis Singer: Para ser sincero lo que más me gusta son loscuentos, una novela siempre tiene defectos. En un cuento puedo
satisfacer mi deseo de perfección. Un cuento puede ser perfecto y
puedo lograr que sea lo que yo quiero e incluso evitar que tenga
defectos. Creo que los cuentos son mi fuerte.
Juan Bosch. La diferencia fundamental entre un género y el otro está
en la dirección: la novela es extensa; el cuento es intenso. El novelista
crea caracteres y a menudo sucede que esos caracteres se le rebelan
al autor y actúan conforme a sus propias naturalezas, de manera que
con frecuencia una novela no termina como el novelista lo había
planeado, sino como los personajes de la obra lo determinan con sus
hechos. En el cuento, la situación es diferente; el cuento tiene que ser
obra exclusiva del cuentista. Él es el padre y el dictador de sus
criaturas; no puede dejarlas libres ni tolerarles rebeliones. Esa
voluntad de predominio del cuentista sobre sus personajes es lo que
se traduce en tensión por tanto en intensidad. La intensidad de un
cuento no es producto obligado, como ha dicho alguien, de su corta
extensión; es el fruto de la voluntad sostenida con que el cuentista
trabaja su obra. Probablemente es ahí donde se halla la causa de queel género sea tan difícil, pues el cuentista necesita ejercer sobre sí
mismo una vigilancia constante, que no se logra sin disciplina mental y
emocional; y eso no es fácil.
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Ernesto Sábato. Del examen de sus atributos concluimos que la
novela:
1. Es una historia (parcialmente) ficticia. Puesto que en La guerra y
la paz también hay historia verdadera.2. Es un tipo de creación espiritual en que, a diferencia de la
científica o filosófica, las ideas no aparecen en estado puro, sino
mezcladas a los sentimientos y pasiones de los personajes.
3. Es un tipo de creación en que, también a diferencia de la ciencia
y la filosofía, no se intenta probar nada: la novela no demuestra,
muestra.
4. Es una historia (parcialmente) inventada en que aparecen seres
humanos, seres que se llaman «personajes»; aunque según la
época, el gusto y la mentalidad de su tiempos, esos personajes o
caracteres van desde corpóreos y sólidos seres que se parecen
mucho a los que vemos en la calle hasta transparentes
individuos a veces designados por misteriosas iniciales, que sólo
parecen ser portadores de ciertas ideas o estados psicológicos
(Kafka).
5. Es, en fin, una descripción, una indagación, un examen del
drama del hombre, de su condición, de su existencia. Pues no
hay novelas de objetos o animales, sino, invariablemente,
novelas de hombres.
Angus Wilson. Los cuentos y las obras de teatro van juntos en mi
mente. Uno toma un punto en el tiempo y lo desarrolla a partir de ahí;
no hay lugar para el desarrollo hacia atrás. En una novela también
tomo un punto en el tiempo, pero dispongo de todo el espacio que
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quiera para el desarrollo hacia atrás. Toda obra novelesca es para mí
una especie de magia y de truco: un truco basado en la confianza,
para tratar de hacer que la gente crea en la verdad de alago que no es
verdadero. Y el novelista, en particular, trata de convencer al lector deque está viendo a la sociedad en su conjunto.
Juan Rulfo. La novela, dicen, es un género que abarca todo, es un
saco donde cabe todo, caben cuentos, teatro o acción, ensayos
filosóficos o no filosóficos, una serie de temas con los cuales se va a
llenar aquel saco; en cambio, en el cuento tiene uno que reducirse,
sintetizarse y, en unas cuantas palabras, decir o contar una historia.
Es muy difícil, es muy difícil que en tres, cuatro o diez páginas se
pueda contar una historia que otros cuentan en doscientas páginas.
José Donoso. El cuento corto es un destello. O debe serlo, o tiende a
serlo. Como decía Joyce, cada cuento es una epifanía, se construye
alrededor de una epifanía, y ahí están los Dublineses, que son cuentos
magistrales. En el otro costado, la novela es como un saco, una bolsa
en la cual se puede meter todo y donde es tan rico que esté todo; y de
repente uno agita el saco y se reordena toda la porquería que hay
adentro, y adquiere fuerzas distintas, tú ves, le das un golpe por acá al
saco y se pone chueco del otro lado, y así, es una forma muy dúctil,
que obedece mucho a las manos de cada escritor. La forma difícil,creo yo, es la nouvelle, no tanto para escribirla sino para comprenderla
como forma. Yo diría que es un círculo mucho más cerrado que la
novela; no hay una epifanía como en el cuento pero no es un saco tan
vasto como la novela. Tiene una estructura interna mucho más
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definida: pasa algo en la nouvelle, algo definitivo, pero pasa
lentamente.
José Luis González. El cuento está mucho más cerca del poema quede la novela. ¿Cuál es la diferencia esencial entre un cuentista y un
novelista? Yo creo que es una cuestión de óptica frente a la realidad:
el cuentista percibe la realidad en fragmentos (lo cual no quiere decir
que su percepción sea menos profunda que la del novelista, no,
porque en cada fragmento puede profundizarse todo lo que sea
necesario); en cambio, el novelista lo que ve es un proceso.
Gabriel García Márquez. Escribir una novela es pegar ladrillos.
Escribir un cuento es vaciar en concreto. No sé de quién es esa frase
certera. La he escuchado y repetido desde hace tanto tiempo sin que
nadie la reclame, que a lo mejor terminaré creyendo que es mía. Hay
otra comparación que es pariente pobre de la anterior: el cuento es
una flecha en el centro del blanco y la novela es cazar conejos. En
todo caso esta pregunta del lector ofrece una buena ocasión para dar
vueltas una vez más, como siempre, sobre las diferencias de dos
géneros literarios distintos y sin embargo confundibles. Una razón de
eso puede ser el despiste de atribuirle las diferencias a la longitud del
texto, con distinciones de géneros entre cuento corto y cuento largo.
La diferencia es válida entre un cuento y otro, pero no entre cuento ynovela.
Phillip K. Dick. La diferencia entre un relato corto y una novela reside
en lo siguiente: un relato corto puede tratar de un crimen; una novela
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trata del criminal, y los hechos derivan de una estructura psicológica
que, si el escritor conoce su oficio, habrá descrito previamente. Por
consiguiente, la diferencia entre un relato corto y una novela no es
muy grande; por ejemplo, La larga marcha, de William Styron, se hapublicado ahora como «novela corta», cuando fue publicada por
primera vez en Discovery como «relato largo». Esto significa que si lo
leen en Discovery están leyendo un relato, pero si compran la edición
de bolsillo van a leer una novela. Con eso basta.
Milan Kundera. Una novela es una larga pieza de prosa sintética
basada en un argumento con personajes inventados. Esos son los
únicos límites. Cuando digo sintética me refiero al deseo del novelista
de asir su tema desde todas las perspectivas y del modo más
completo posible. El ensayo irónico, la narrativa novelística, el
fragmento autobiográfico, el hecho histórico, la fantasía libre… No hay
nada que la capacidad de síntesis de la novela no logre combinar en
un todo unitario, como las voces de la música polifónica.
—Toda la historia de la novela europea es una revelación
gradual de secretos: cómo se comporta el ser humano y por qué, qué
cosas piensa y siente en privado... Ese es el motivo por el que las
grandes novelas siempre han resultado chocantes. Develan aquello
que la gente no deseaba saber ni escuchar de sus propias vidas,
Joyce nos sorprende en el Ulysses tan sólo porque retrata una vidabastante vulgar, de la que detalla todo lo que el cerebro, las manos o
el vientre de un hombre corriente suelen hacer, todo lo que ven sus
ojos y escuchan sus oídos. Todo lo que leemos en Joyce es evidente,
innegable, banal y, a pesar de todo, algo hay que nos lo hace
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insufrible, provocador, porque todos nosotros vivimos la vida sin
percibir este nuevo ángulo, estas cosas que olvidamos hasta cuando
están sucediendo y de las que, si nos vemos obligados a hablar, nos
censuramos automáticamente.
Javier Marías. El hecho de que [el cuento y la novela] sean géneros
narrativos ha favorecido la confusión y ha facilitado la tarea invasora
de la novela, hasta el punto de que ha llegado a olvidarse que sus
respectivas tradiciones son muy distintas y la del cuento mucho más
vieja y más permanente. Pues así como la novela ha aparecido y
desaparecido varias veces a lo largo de la historia, el cuento se ha
mantenido invariable hasta tiempos muy recientes.
Apostillas. Los cuentos y las novelas se nos aparecen. Los cuentos
en forma de una historia o anécdota que nos exige contarla, detallarla,
enriquecerla. Las novelas, como un personaje, un trayecto o una
situación que invitan a explorar. Que yo recuerde, jamás he tenido
dudas en cuanto a dónde va o qué forma tomará el asunto que se me
presenta. Esto es cuento. Esto es novela. En principio porque el
cuento aparece como un relámpago imaginativo; un destello que nos
permite ver (o vislumbrar) el principio, la parte media y el final de una
historia. El asunto novelístico, en cambio, es un territorio brumoso en
el que se divisan claros y uno se aventura y a veces no llega aninguna parte.
Así, el cuento es un rayo de luz, un relámpago que ilumina el
entorno. Las novelas son cuartos oscuros en los que el autor busca a
tientas la salida, o trata de abrir ventanas para ubicarse. En general,
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en la novela el autor conoce la entrada y la salida, pero desconoce
todo o casi todo lo que contiene el interior.
—Una narración es cuento en la medida en que pesa más la
historia y es novela en tanto pesan más los personajes. Mientras másextensa se hace la narración, más crecen y pesan los personajes. En
el cuento los personajes muestran una o dos de sus facetas
esenciales, las necesarias para satisfacer la anécdota. En la novela
los personajes se modifican, mudan y quizá, como en Don Quijote,
acaban siendo otros.
—La novela es una larga equivocación. Creo en la perfección del
cuento y en la irredimible imperfección de la novela.
003. ¿Cuál es la función de la novela?
Milan Kundera. Una vez tras otra, la novela ha descubierto por sus
propios medios, por su propia lógica, los diferentes aspectos de la
existencia: con los contemporáneos de Cervantes se pregunta qué es
la aventura; con Samuel Richardson comienza a examinar «lo que
sucede en el interior», a desvelar la vida secreta de los sentimientos;
con Balzac descubre el arraigo del hombre en la Historia; con Flaubert
explora la terra hasta entonces incognita de lo cotidiano; con Tolstoi se
acerca a la intervención de lo irracional en las decisiones y el
comportamiento humanos. La novela sondea el tiempo: el inalcanzablemomento pasado con Marcel Proust; el inalcanzable momento
presente con James Joyce. Se interroga con Thomas Mann sobre el
papel de los mitos que, llegados del fondo de los tiempos, teledirigen
nuestros pasos.
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—La novela no examina la realidad sino la existencia. Y la
existencia no es lo que ya ha ocurrido, la existencia es el campo de las
posibilidades humanas, todo lo que el hombre puede llegar a ser, todo
aquello de lo que es capaz. Los novelistas perfilan el mapa de laexistencia descubriendo tal o cual posibilidad humana. Pero una vez
más: existir quiere decir: «ser-en-el-mundo». Hay que entender como
posibilidades tanto al personaje como su mundo. En Kafka todo está
claro: el mundo kafkiano no se parece a ninguna realidad conocida, es
una posibilidad extrema y no realizada del mundo humano. Es cierto
que esta posibilidad se vislumbra detrás de nuestro mundo real y
parece prefigurar nuestro porvenir. Por eso se habla de la dimensión
profética de Kafka. Pero, aunque sus novelas no tuvieran nada de
profético, no perderían su valor, porque captan una posibilidad de la
existencia (posibilidad del hombre y de su mundo) y nos hacen ver lo
que somos y de lo que somos capaces.
—Existe una diferencia fundamental entre la manera de pensar
de un filósofo y la de un novelista. Se habla con frecuencia de la
filosofía de Chéjov, de Kafka, de Musil, etcétera. Pero ¡trate de extraer
una filosofía coherente de sus escritos! Incluso cuando expresan sus
ideas directamente, en sus cuadernos íntimos, éstas son más
ejercicios de reflexión, juego de paradojas, improvisaciones, que
afirmación de un pensamiento.
—Un día, descubrí las novelas de Ernesto Sabato; en Abadón elexterminador (1974), desbordante de reflexiones como antaño las
novelas de los dos grandes vieneses, dice textualmente: «En el mundo
moderno abandonado por la filosofía, fraccionado por centenares de
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especializaciones científicas, la novela nos queda como el último
observatorio desde donde podemos abarcar la vida como un todo».
—Don Quijote explica a Sancho que Homero y Virgilio no
describían a los personajes «como ellos fueron, sino como habían deser para quedar ejemplo a los venideros hombres de sus virtudes».
Ahora bien, el propio Don Quijote es cualquier cosa menos un ejemplo
a seguir. Los personajes novelescos no piden que se les admire por
sus virtudes. Piden que se les comprenda, lo cual es algo totalmente
distinto. Los héroes de epopeya vencen o, si son vencidos, conservan
hasta el último suspiro su grandeza. Don Quijote ha sido vencido. Y
sin grandeza alguna. Porque, de golpe, todo queda claro: la vida
humana como tal es una derrota. Lo único que nos queda ante esta
irremediable derrota que llamamos vida es intentar comprenderla. Esta
es la razón de ser del arte de la novela.
Apostilla. La fuerza de una novela depende de la potencia de las
percepciones del novelista. En la novela, el autor devuelve esas
percepciones organizadas a su particular manera, como su visión del
mundo. Siguiendo a Milan Kundera, convengo en que la novela es una
meditación sobre la existencia vista a través de personajes
imaginarios.
004. ¿Cómo se concibe o se escribe una novela?
Stendhal. No veo más que una regla: ser claro. Procuro contar
primero con verdad, segundo con claridad lo que pasa en un corazón.
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Fedor Dostoievski. Nunca he podido controlar el material de mis
novelas. Siempre que escribo una novela, la inundo con un montón de
historias y de episodios sueltos, y el conjunto está, por tanto, falto deproporción y armonía.
Gustave Flaubert. Un buen tema para una novela pertenece a aquella
especie que nos llega toda de una pieza, de un solo chorro. Es la idea
madre, de la cual fluyen todas las demás. No se es libre en absoluto
para escribir lo que viene en gana. No se escogen los propios temas.
Esto es algo que ni el público ni el crítico comprenden. En ello reside
el secreto de una obra maestra, en la compatibilidad del tema con el
temperamento del autor.
Henry James. No puedo imaginar que exista la composición como
una sucesión de bloques, ni concebir, en ninguna novela que merezca
discutirse, un pasaje de descripción que no tenga una intención
narrativa, un pasaje de diálogo que no tenga una intención descriptiva,
una pincelada de verdad de cualquier tipo que no participe de la
naturaleza de los hechos y un hecho que derive su interés de
cualquier fuente que no sea la principal y única fuente del éxito de una
obra de arte: la de ser ilustrativa. Una novela es algo viviente, es un
todo y tiene continuidad, como cualquier otro organismo, y a medidaque vive se encontrará —me figuro— que en cada una de sus partes
hay algo de cada una de las demás partes.
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Guy de Maupassant. El novelista que transforma la verdad constante,
brutal y desagradable, para lograr una aventura excepcional y
seductora, debe, sin preocuparse demasiado por la verosimilitud,
manejar a su antojo los acontecimientos, prepararlos y arreglarlos paracomplacer al lector, emocionarle o enternecerle. El plan de su novela
no es más que una serie de combinaciones ingeniosas que conducen
con habilidad al desenlace. Los incidentes se disponen y dirigen hacia
el punto culminante, y el resultado final, que es un acontecimiento
capital y decisivo, debe satisfacer todas las curiosidades excitadas al
principio, poniendo un límite al interés y acabando de una manera tan
completa la historia relatada, que ya no se desee saber qué les
ocurrirá en el futuro a los personajes más sobresalientes.
En cambio, el novelista que pretende darnos una imagen exacta
de la vida debe evitar cuidadosamente cualquier encadenamiento de
hechos que pudiera parecer excepcional. Su finalidad no estriba en
contarnos una historia, divertirnos o entristecernos, sino en forzarnos a
pensar, a comprender el sentido profundo y oculto de los sucesos. A
fuerza de observar y meditar, mira el universo, las cosas, los hechos y
los hombres de cierto modo que le es peculiar y que se deriva del
conjunto de sus observaciones meditadas. Esta es la visión personal
del mundo que intenta comunicarnos reproduciéndola en un libro. Para
conmovernos, como le ha conmovido a él mismo el espectáculo de la
vida, debe reproducirla ante nuestros ojos con escrupulosasemejanza. Por lo tanto, deberá componer su obra de una matera tan
hábil, tan disimulada y en apariencia tan sencilla, que sea imposible
adivinar e indicar el plan, descubrir sus intenciones.
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En lugar de tramar una aventura y desarrollarla de modo que
resulte interesante hasta el desenlace, tomará al personaje en
determinado período de su existencia y lo conducirá, mediante
transiciones naturales, hasta el siguiente período. Así dará a conocercómo se modifican los caracteres bajo la influencia de las
circunstancias inmediatas, cómo se desarrollan los sentimientos y las
pasiones, cómo se ama, cómo se odia, cómo se combate en todos los
medios sociales, cómo luchan los intereses de familia y los intereses
políticos.
Por lo tanto, la habilidad de su plan no consistirá en la emoción o
el hechizo, en un comienzo atractivo o en una catástrofe emocionante,
sino en la hábil agrupación de pequeños hechos constantes, de donde
se desprenderá el sentido definitivo de la obra. Si hace caber en
trescientas páginas diez años de una vida para demostrarnos cuál ha
sido, en medio de todos los seres que la han rodeado, su significación
particular y muy característica, deberá saber eliminar, entre los
innumerables y menudos hechos cotidianos, todos los que le resulten
inútiles, y destacar de una manera especial todos aquellos que
pasarían inadvertidos para observadores poco perspicaces y que
proporcionan al libro su interés y su valor de conjunto.
André Gide. X sostiene que un buen novelista, antes de empezar a
escribir un libro debe saber cómo va a terminar. Yo, que dejo que elmío camine al azar, considero que la vida nunca nos propone nada
que no pueda tomarse como nuevo punto de partida, no menos que
como término. «Podría continuar»: con estas palabras me gustaría
acabar mis Monederos falsos.
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Ford Madox Ford. La primera cosa que hay que considerar cuando se
escribe una novela es la propia historia, y después la propia historia, ¡y
después la propia historia! En caso de querer sentirse más dignificado,puede llamársele el «tema» propio. Una digresión cualquiera
constituirá una longueur , un remiendo dentro del cual la mente
avanzará con pesadez. Se puede conseguir de la vida real la escena
más maravillosa que insertar en un libro. Pero si no se hace que el
tema avance, apartará la atención del lector. Una buena novela
precisa de toda la atención que el lector pueda prestarle. Y alguna
más.
—Una historia tiene que transmitir, antes que nada, una
sensación de ser un hecho inevitable: que lo que ocurre en ella
parezca que es lo único que podía haber ocurrido. Naturalmente que
puede haber un personaje que exclame: «Si entonces hubiera actuado
de forma distinta… ¡qué diferente sería ahora todo!» El problema del
autor es hacer de su acto de entonces el único acto que el personaje
podía haber realizado.
E. M. Forster . Nosotros somos todos como el marido de Scherezada,
en el sentido de que queremos saber lo que viene después. Esto es
universal y es por eso que la columna vertebral de una novela tiene
que ser una historia. Algunos de nosotros no queremos saber nadamás, en nosotros no hay más que una curiosidad primaria y, por
consiguiente, nuestros juicios literarios son ridículos. Y ahora la
historia puede definirse. Es una narración de hechos dispuestos en su
adecuada sucesión temporal: la comida después del desayuno, el
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martes después del lunes, la corrupción después de la muerte,
etcétera. Como historia sólo puede tener un mérito: el de hacer que el
público quiera saber lo que va a venir después. Y, por contra, sólo
puede tener un defecto: el de hacer que el público no quiera saber loque va a venir después. Estas son las dos únicas críticas que pueden
hacerse de una historia que es una historia. Es uno de los más
humildes y sencillos organismos literarios. Sin embargo, es el factor
más elevado, común a todos los complicados organismos conocidos
con el nombre de novelas.
Virginia Woolf . Yo opino que todas las novelas (…) se ocupan del
carácter, y expresando el carácter —no predicando doctrinas,
entonando canciones o celebrando las glorias del Imperio Británico—
se ha desarrollado la forma de la novela, tan desmañada, verbosa,
carente de dramatismo, tan rica, elástica y viva. Expresando el
carácter, he dicho; pero usted comprenderá en seguida que puede
darse una interpretación muy amplia a estas palabras: aparte de la
época y del país, hay que considerar el temperamento del escritor.
Usted ve una cosa en el carácter y yo otra. Usted dice que significa
esto y yo aquello. Y cuando se trata de escribir, cada uno hace una
nueva selección, de acuerdo con sus propios principios.
Henry Miller . ¿Quién escribe los grandes libros? Seguramente noquienes los firmamos. ¿Qué es un artista? Es un hombre que tiene
antenas, que sabe captar las corrientes que están en la atmósfera, en
el cosmos; simplemente tiene la facilidad de captar, por así decirlo.
¿Quién es original? Todo lo que hacemos, todo lo que pensamos, ya
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existe, y nosotros somos sólo intermediarios que hacen uso de lo que
está en el aire, y eso es todo. ¿Por qué las ideas y los grandes
descubrimientos científicos suelen producirse al mismo tiempo en
distintas partes del mundo? Lo mismo puede decirse de los elementosnecesarios para componer un poema, una gran novela o cualquier
obra de arte. Ya están en el aire, pero todavía nadie les ha dado voz, y
eso es todo. Necesitan al hombre, al intérprete que los dé a luz. Bien,
y también es cierto que algunos hombres se adelantan a su época.
Pero actualmente no creo que sea el artista quien se adelanta a su
época, sino el hombre de ciencia. El artista se está quedando atrás, su
imaginación no corre pareja con la del hombre de ciencia.
Aldous Huxley. No me considero un novelista nato; no. Por ejemplo,
me cuesta mucho trabajo inventar argumentos. Algunas personas
nacen con una asombrosa facultad narrativa; es un don que yo nunca
he poseído. Uno lee, por ejemplo, lo que cuenta Stevenson acerca de
que todos los argumentos de sus cuentos le fueron dados, mientras
soñaba, por su mente subconsciente. (lo que él llamaba «los
duendes» que trabajaban para él), y que todo lo que tenía que hacer
era elaborar el material dado. Yo no he tenido ningún duende. El gran
problema para mí ha sido siempre el de crear situaciones.
–Un mundo feliz comenzó como una parodia de Hombres como
dioses, de H. G. Wells, pero gradualmente se me salió de las manos yse convirtió en algo muy diferente de lo que yo había concebido
originalmente. A medida que fui interesándome más y más en el
proyecto, fui alejándome en igual proporción de mi propósito original.
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Roberto Arlt. Mucha gente tiene curiosidad de saber cómo se escribe
una novela. Qué trabajos pasa el autor. Entremos en materia.
Cuando el autor se pone a trabajar los personajes que
intervienen en la acción están casi modelados. Es decir, se han idoformando en un plazo más o menos largo, en su imaginación. Hay
autores se que se trazan un plan estricto y no se apartan de él ni por
broma.
Ejemplo: Flaubert. Otros nunca pueden establecer si su novela
terminará en una carnicería o en un casamiento. Ejemplo: Pirandello.
Unos son tan ordenados que fijan en su plan datos de esta categoría:
El personaje estornudará en la página 92, renglón 7; y otros ignoran
todo lo que harán. Es lo que le pasó a Dostoievski, cuya novela
Crimen y castigo fue en principio un cuento para una revista.
Insensiblemente el cuento se transformó en una novela nutrida y
espantosa.
Isaac Bashevis Singer : A pesar de que escribía en yidish me
preguntaban: ¿Por qué tienes que escribir sobre ladrones judíos y
prostitutas judías? Y yo les contestaba: ¿Qué quieres, que escriba
sobre ladrones españoles y prostitutas españolas? Hablo de los
ladrones y de las prostitutas que conozco.
John Cheever . No trabajo con tramas. Trabajo por intuición,aprensión, sueños, conceptos. Los personajes y los hechos me vienen
simultáneamente. La trama implica narrativa y un montón de
excremento. Es el intento calculado de captar el interés del lector a
expensas de la convicción moral. Por supuesto, nadie quiere ser
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aburrido… siempre se necesita un elemento de suspenso. Pero la
buena narrativa es una estructura rudimentaria, más parecida a un
riñón.
Mary McCarthy. El problema del punto de vista tortura a todo el
mundo. Es el problema al que nos hemos enfrentado todos desde
Joyce, si no desde antes. Por supuesto, James empezó a plantearlo. Y
el mismo Flaubert. Uno lo encuentra ya en Madame Bovary . El,
problema del punto de vista y el de la voz: estilo indirecto libre: la voz
del autor, gracias a una especie de ventriloquía, desaparece en las
voces de sus personajes y es limitada completamente por éstas. Lo
que eso ha significado es el destierro total del autor. ¡A mí me gustaría
restaurar al autor! (…) Se trata simplemente de que cierto tipo de
inteligencia —y no sólo hablo de mí, sino de cualquiera, de Saul
Bellow, por ejemplo— está más o menos ausente de la novela, y tiene
que estarlo, de acuerdo con estas leyes que la novela se ha impuesto.
Cereo que una de las razones de que todo el mundo —yo cuando
menos— acogiera bien El doctor Zhivago fue que allí aparecía el autor
en la forma del héroe. Y esa hermosa voz de tenor, la voz del héroe y
del autor, esa voz maravillosa y ese claro sonido de la inteligencia. Los
rusos nunca han pasado por todo el desarrollo de la novela que se
encuentra en Joyce, Faulkner, etcétera, de modo que Pasternak era
un poco ajeno al problema. Pero yo creo que este desarrollo técnicose ha vuelto absolutamente mortífero para la novela.
Adolfo Bioy Casares. Cuando me preguntan que de dónde saco las
ideas siempre respondo lo mismo. Si usted se dedica a escribir, el
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tiempo le dará la respuesta. Creo que la mente del narrador vive en
una actitud que le permite descubrir historias, aunque estén ocultas;
por lo general, para eso está despierta. Si escribo poco, se me ocurren
menos historias que si escribo mucho. —Para enamorar a una prima que no me hacía caso pensé en
escribir un libro parecido al de un autor que le gustaba a mi prima. Así,
a los seis o siete años, intenté escribir por primera vez. Después me
gustó la idea de inventar cuentos policiales y fantásticos, y sin que mis
amigos se enteraran, escribí una historia que se llamaba «Vanidad».
Después de eso descubrí la literatura. Y entonces me puse a escribir y
a leer. Digamos que desde los doce hasta los treinta años leí
realmente mucho. Traté de leer toda la literatura francesa, toda la
española, toda la inglesa, la americana, la argentina, la de otros
países europeos, un poco de la alemana, de la italiana, de la
portuguesa, de la japonesa, de la chilena, autores persas, en fin: traté
de cultivarme como esos norteamericanos que hacen todo por
programa; quise leer todo. Y mientras leía todo, al mismo tiempo
quería escribir. Y los libros que yo escribía desagradaban a a mis
amigos. Cuando salía un libro mío los amigos no sabían cómo
tratarme; querían disimular y se les veía en la cara el disgusto. Yo les
daba la razón, pero creía en mi próximo libro.
José Revueltas. Invariablemente me someto a un esquema de lanovela, del cuento o del ensayo que voy a escribir. No se puede creer
en las musas ni en la inspiración; escribir es ante todo orden, aunque
se escriba con un estilo o una estructura desordenados. Este es otro
problema. Después vendrán las asociaciones, las evocaciones, las
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derivaciones inesperadas que los párrafos suscitan por sí mismos, por
su propia inercia: entonces hay que saber asumirlos con la mayor
lucidez y sin permitir que, artificialmente —o por autoengaño nuestro,
debilidad o complacencia ante los bellos detalles—, vaya aderrumbársenos una estructura largamente meditada y técnicamente
funcional.
Camilo José Cela. Todos los temas sirven. Creo que fue a Flaubert a
quien un presunto joven escritor le dijo un día: «Maestro, si solamente
tuviera una trama, podría escribir una novela». «Le daré una trama —
dijo Flaubert—. Veamos, un hombre y una mujer se aman, punto y
final de la historia. Ahora desarróllela. Con talento, llegará a escribir La
cartuja de Parma. Pero tiene que tener talento».
Un escritor, un joven escritor, se me acercó un día quejándose
de no tener los recursos necesarios para poder escribir. Yo le dije: «Le
daré mil hojas de papel y una lapicera fuente de regalo. Si tiene talento
escribirá Don Quijote de un lado y La divina comedia del otro. Ahora
vaya y escriba, y ya veremos qué pasa, aunque probablemente no
escribirá esas obras». Es muy dramático, pero también es muy cierto.
Heinrich Böll. En mi caso la obra cambia constantemente, ya que rara
vez tengo una trama sólida o una idea definida del final. Pero hay una
idea clara, casi matemáticamente conceptual, que determina laextensión… El título viene después, generalmente con mucha
dificultad. Recuerdo que El tren llegó puntual tenía un título por
completo diferente mientras la escribía; se llamaba Entre Lemberg y
Czernowitz . El editor dijo: «Dios mío, dos nombres de lugares». Me
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instaron a cambiarlo, pero no contra mi voluntad; estuve de acuerdo.
Los títulos iniciales cambian con frecuencia.
Carson McCullers. El autor raras veces percibe las verdaderasdimensiones de una obra hasta que está terminada. Es como un
sueño que florece. Las ideas crecen, echan brotes en silencio, y surge
un millar de iluminaciones que se suceden día a día mientras la obra
progresa. Las simientes crecen en la escritura como en la naturaleza.
La semilla de una idea se desarrolla gracias al trabajo, al inconsciente,
y al forcejeo que se produce entre ambos.
—El principio activo de un escritor es la intuición; un exceso de
hechos dificulta la intuición. Un escritor necesita saber muchas cosas,
pero hay muchísimas otras que no necesita saber: necesita conocer
cosas humanas, aunque no sean «sanas», según el adjetivo con que
se las califica.
Charles Bukowski. Escribir es algo que no se sabe cómo se hace.
Uno se sienta y es algo que puede ocurrir o puede no ocurrir. Cada
vez que subo a escribir con mi botella de vino, a veces estoy sentado
delante de la máquina un cuarto de hora. No es que suba para
escribir, la máquina está ahí, pero si no comienza a moverse, digo,
bueno, es posible que ésta sea la noche en que no doy ni una.
P. D. James. Creo que mucha gente no sabe cómo crear una trama y
por eso no puede contar historias. Algunos escritores podrían hacerlo
pero no quieren, desean ser diferentes. Pero en la ficción inglesa hay
una tradición de fuerte impulso narrativo, y todos nuestros grandes
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novelistas del pasado lo han tenido. En cuanto a mí, creo que la trama
es necesaria, aunque sería fácil escribir un libro sin trama. En la
década de 1930, la llamada edad de oro de la ficción detectivesca, la
trama era todo. Por cierto, lo que la gente buscaba en la trama eraingenio. No se podía describir un asesinato ordinario, siempre debía
ser cometido con excepcional astucia. Eda la época en que se
encontraban cadáveres en cuartos cerrados, con las ventanas
tapiadas y con una mueca de horror en la cara. En el caso de Agatha
Christie la ingeniosidad de la trama era soberana, nadie buscaba
sutileza de caracterización, motivaciones, buena escritura. Se trataba
más bien de una treta literaria. Hoy nos hemos acercado más a la
corriente mayor o dominante de la novela, pero seguimos necesitando
la trama. Me lleva tanto tiempo desarrollar la trama y elaborar los
personajes como escribir el libro. A veces más.
James Jones. Comienzo con un tema en el que pueda expresar más
o menos, en una frase sencilla, un grupo de personajes y un medio
ambiente en el que quiero situar el libro. Echo todo a la cacerola y los
dejo que se vayan guisando y escriban su propio libro. Tengo la
impresión de que en esta forma los simbolismos, que crecen a medida
que crecen también el libro y los personajes, son más sutiles y más
cercanos a la verdad de la vida.
Norman Mailer . Siento que el propósito final del arte es intensificar —
incluso exacerbar, si es necesario— la conciencia moral de la gen te.
En particular, creo que la novela en su mejor forma es la más moral de
las artes morales. Estás explorando los intersticios de la conducta
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humana, lo cual es el primer acercamiento a la experiencia religiosa
para muchos de nosotros, en especial desde que las religiones
organizadas empiezan a no dar suficiente cuenta de las complejidades
terribles de la experiencia moral y su hermana oscura, la ambigüedadmoral. La regla general más sensata para el aspirante a moralista es:
no hay respuestas. Hay sólo preguntas.
– Pienso que el propósito último del arte es intensificar e incluso,
si hace falta, exacerbar la conciencia moral de la gente. Pienso en
particular que la novela es, cuando es buena, la forma más moral de
las artes, porque es la más inmediata, la más insoportable si usted
quiere. La más inescapable. Lo que realmente intento y espero realizar
con mi obra es intensificar la conciencia de que no se puede eludir ni
engañar al núcleo de la vida.
—Cuando trabajo en una novela —y hace años que estoy en
una— no me gusta saber el final. Gozo mucho más si los hallazgos se
me producen gracias a la punta del lápiz. Me parece que si un capítulo
se te resuelve mientras estás en la ducha, no vas a poder hacerlo con
la exactitud que surgiría de la punta del lápiz. Así me pareció mientras
escribía La canción del verdugo. Conocía la historia, pero siempre
consideré el hecho como un azar. Quería que el libro se leyera como
si no supiéramos el final. No deseaba tener presentes muchos detalles
futuros: esto me habría torcido lo que sucedía a los personajes en el
momento en que les sucedía; habría comprendido demasiado bien surelación con lo que les acontecería más tarde.
José Donoso. Yo simplemente escribo novelas, no las explico, ni su
causa o fin. Sólo eso. Tampoco la tomo como una especie de catarsis,
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o como un exorcismo. Sólo escribo: nada premeditado. No me digo:
ahora voy a escribir una novela en esta tesitura o en esta forma, sino
que la novela va adquiriendo su vida sola; una novela se va gestando
a sí misma; se gesta desde adentro hacia afuera; impone su tono, suforma, las palabras mismas de las que se nutre, con las que se crea a
sí misma. Yo creo que una novela se autoescribe, al final se inventa
ella sola. Uno presta su cuerpo, sus manos, su espíritu, pero la novela
al final es del lector, no de uno.
Gabriel García Márquez. Empiezo con una imagen totalmente visual.
Imagino que hay escritores que empiezan con una frase, una idea o un
concepto. Yo sólo parto de una imagen. El punto de partida de La
hojarasca es un viejo que lleva a su nieto a un entierro; El coronel no
tiene quien le escriba, un viejo esperando; el de Cien años, un viejo
que lleva a su nieto a un circo para conocer el hielo. La imagen
protectora de mi infancia era un viejo, mi abuelo. A mí no me criaron
mis padres, ellos me dejaron en casa de mis abuelos. Mi abuela me
contaba cuentos y mi abuelo me llevaba a ver cosas. Entre eso se fue
haciendo mi mundo. Ahora me doy cuenta que siempre veo la imagen
de mi abuelo mostrándome cosas… Dejo la idea cocinando, no es un
proceso muy consciente. Todos mis libros los he pensado por muchos
años. Cien años por quince o diecisiete años, y el que estoy
escribiendo lo empecé a pensar hace mucho tiempo.
Günter Grass. Mi método de trabajo es el de un escritor, pero también
el de un escultor. Yo debo mi disciplina de trabajo a mi profesión de
cantero y después de escultor: quedarme mucho tiempo ante una
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piedra, mirarla desde todos los ángulos, contornearla lentamente,
mantener la superficie en bruto hasta el final, no empezar a pulir
demasiado pronto y mantener sin cesar el conjunto ante la vista.
Disciplina de trabajo que implica una dedicación diaria.
Milan Kundera. La novela es una meditación sobre la existencia vista
a través de personajes imaginarios.
—Tres posibilidades elementales del novelista: cuenta una
historia (Fielding), describe una historia (Flaubert), piensa una historia
(Musil). La descripción del siglo XIX estaba en armonía con el espíritu
(positivista, científico) de la época. Fundamentar una novela en una
meditación permanente va en el siglo XX en contra del espíritu de la
época a la que ya no le gusta en absoluto pensar.
—Por definición, el narrador cuenta lo que ha pasado… La
narración es un recuerdo, por tanto un resumen, una simplificación,
una abstracción. El verdadero rostro de la vida, de la prosa de la vida,
sólo se muestra en el tiempo presente. Pero ¿cómo contar los
acontecimientos pasados y restituirles el tiempo presente que han
perdido? El arte de la novela ha encontrado la respuesta: presentando
el pasado en escenas. La escena, incluso contada en pasado
gramatical, es, ontológicamente, el presente: la vemos y la oímos;
tiene lugar delante de nosotros, aquí y ahora.
—Toda la gran novela del XIX convirtió la escena en elementofundamental de la composición. La novela de García Márquez se
encuentra en una trayectoria que va en dirección opuesta: en Cien
años de soledad : ¡no hay escenas! Se diluyen totalmente en los flujos
embriagados de la narración. Como si la novela regresara siglos atrás
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hacia un narrador que no describe nada, que no hace más que contar,
pero que cuenta con una libertad de fantasía que jamás habíamos
visto antes.
John Barth. A veces me gustaría ser uno de esos escritores que
comienzan a partir del interés apasionado por un personaje y después,
como escuché decir a varios, le dan lugar a ese personaje y ven qué
quiere hacer. Pero no soy uno de esos escritores. Yo suelo empezar
con un rasgo o una forma, quizá con una imagen. Por ejemplo, el
barco con el espectáculo a bordo que se transformó en la imagen
central de La ópera flotante, era la foto de un auténtico crucero con
espectáculo que recuerdo haber visto de niño… y cuando la
naturaleza prodiga una imagen flagrante como ésa, lo mejor que se
puede hacer es escribir una novela. Tal vez no sea el más elevado de
los comienzos. Solzhenitsin, por ejemplo, ingresó al medio narrativo
con un propósito moral elevado; literalmente, quiere cambiar el mundo
utilizando la novela como medio. Respeto y admiro esa intención, pero
es mucho más común que un gran escritor empiece una novela con un
propósito menos elevado que derrocar el gobierno soviético. Henry
James quería escribir un libro en forma de reloj de arena. Flaubert
quería escribir una novela acerca de nada. Lo único que sé es que la
decisión de cantar o no cantar de las musas no se basa en la
elevación del propósito moral del escritor… Las musas cantarán o no
cantarán sin tenerlo en cuenta.
E.L. Doctorow. Bueno, puedo comenzar con cualquier cosa. Puede
ser una voz, una imagen, puede ser un momento de profunda
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desesperación personal. Por ejemplo, en el caso de Ragtime estaba
desesperado por escribir algo… Como me había sentado frente a la
pared de mi estudio, en mi caso de New Rochelle, empecé a escribir
acerca de la pared. Fue construida en 1906, así que pensé en aquellaépoca. Y en el aspecto que tendría entonces la avenida Broadview;
pensé en los tranvías que atravesaban la avenida hasta el pie de la
loma y en la gente que vestía ropa blanca en verano para sentirse más
fresca. El presidente era Teddy Roosevelt. Una cosa llevó a la otra y y