Cesar Vallejo - Hoja Vallejiana

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  • AO 1 VOLUMEN 1 NMERO 1 MAYO DE 2011

    Ctedra Vallejo, asignatura emblemtica de la Universidad Csar Vallejo, se complace en presentar su boletn literario Hoja Vallejiana, cuyo nmero inau-gural se suma a las celebraciones por el centenario del nacimiento del insigne peruano Jos Mara Arguedas. Nos anima el deseo de abrir nuestras pginas al fervor acadmico y arts-tico de la comunidad vallejiana, de ser un espacio de encuentro cultural, de di-logo gozoso entre estudiantes, profesores, personal administrativo, autoridades y pblico en general. La literatura ocupa, hoy, el lugar de la memoria colectiva: nos hace recu-perar significativamente el pasado y nos impulsa hacia un futuro soado para vivir felices. Arguedas y Vallejo nos dejan este mensaje y nosotros queremos que esta idea presida esta publicacin de todos.

    Los funerales de Atahualpa, de Luis Montero

  • ENTRE VISTA

    El profesor Manuel Larr Salazar imparte las ctedras de Lite-ratura Quechua, Seminario de Literatura Quechua y Taller Edito-rial en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la UNMSM, donde adems se desempea como director de la EAP de Li-teratura. Es especialista en literaturas orales, particularmente literatura andina quechua. Ha publicado Jaime Guardia, charan-guista (libro testimonial) y Leer y qu?, as como trabajos de investigacin sobre su especialidad en revistas acadmicas.

    Martn Arredondo: Prof. Larr, por qu los jvenes de la Lima de hoy, pos-terior e inmersa en el desborde popular, podran disfrutar y aprovechar la lectura de Arguedas?

    Manuel Larr: Arguedas es profundamente actual, porque su ideario, trasladado a la literatura pero tambin a sus trabajos antropolgicos, a sus ensayos y a sus artculos, tiene una dimensin que es muy actual: buscar la inclusin, superar ese cerco opresor que divide a los dos conformantes de nuestra identidad primera, que son la cultura andina y la cultura criolla occidental, a la que se aaden como todos sabemos otras culturas, pero estas son las que se encuentran primero y que, debido a diferentes razones, basadas fundamentalmente en el egosmo y el desconocimiento, estuvieron separadas secularmente, y ello se expresa en mlti-ples formas del racismo y de la exclusin.

    Si estamos tendiendo a un Per articulado, unido, como nica alternativa para insertarnos en la modernidad verdadera, es decir, no en la modernizacin, sino en el pensamiento verdaderamente moderno o posmoderno, como ahora se lla-ma estamos obligados a superar estos traumas que han daado muchos siglos al Per. Arguedas, en toda su obra, tiende a eso.

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  • M.A.: Qu texto recomendara usted a los jvenes para ingresar al univer-so arguediano?

    M.L.: Un modo de ingresar a la literatura que desarrolla Arguedas es mediante sus novelas y sus relatos, que tienen un nfasis mgico y literario.

    Los ros profundos es una novela muy atractiva, muy potica y, al mismo tiempo, abre al lector forneo un nuevo universo, un universo de la cognicin y el pensa-miento andino. Tambin son recomendables sus cuentos, no solo Agua, sino La agona de Rasu iti, Warma kuyay, pues a travs de ellos un joven puede apre-ciar cmo es el hombre andino, que hay que incorporar a todo lo que es el Per contemporneo. Un joven lector puede darse cuenta, deslumbrado, cmo hay otra humanidad, otro modo de vivir el mundo, tan valioso y tan vlido, porque todo ese conjunto es el conjunto de nuestra identidad.

    Para ingresar al universo arguediano yo dira que se debe comprender primero que la lectura es un acto no solo de aprendizaje, tambin es un acto creativo. Para un lector, digamos, interesado y normal, lo importante es abrirse, sin prejuicios, al mundo que encontramos en la narrativa arguediana: sin direcciones, sin prejui-cios, como ocurre cuando leemos a un autor cualquiera. Uno no va premunido de claves o categoras, sino abierto a la aventura que es la lectura.

    Durante las festividades de Taytacha Qoyllur Riti. Fotografa de Roxabel Ramn

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  • Luego de ello, uno puede profundizar la lectura, por ejemplo, interesndose en el Per, en tanto mundo magmtico, y establecer un dilogo a partir de nuestra pro-pia conciencia de la realidad respecto de este mundo que nos abre Arguedas.

    M.A.: Y para usted, como lector, cul es la gran novela de Arguedas?

    M.L.: En primer lugar, yo dira que Arguedas desarrolla un proceso, un sistema literario. En este proceso hay un cambio.

    Podemos notar en sus primeras novelas un cierto indigenismo ortodoxo que impli-ca una separacin entre el que narra y el mundo del cual est dando cuenta, pero gradualmente vamos encontrando en sus obras posteriores una relacin ms es-trecha.

    Sobre todo en El zorro de arriba y el zorro de abajo, este sujeto que narra ya no es un sujeto indigenista: es un sujeto indgena. Es decir, ha ido transitando desde una exterioridad hasta una interioridad. Por ejemplo, en el tercer diario de El zorro, el narrador que antes se ha identificado como Jos Mara Arguedas y como antro-plogo, que seala que est escribiendo una obra y que si no la concluye morir, se suicidar, etc., entra, en Arequipa, a la Casa Reisser y Curioni, y se encuentra con un rbol inmenso. El narrador le habla al rbol y siente que el rbol lo acoge y lo ampara, y desde las races mismas del rbol se siente verdaderamente comunicado con l. Uno dira que est loco, pero la coherencia de su texto afirma que no lo est. Est viendo el mundo como entidad viviente, es decir, hay una cosmovisin donde todo tiene nima y todo vive, y esta es justamente una cosmovisin indgena.

    Ha habido un proceso extraordinario para dar cuenta de todo un mundo a travs de un yo que ya no es solo testigo: es un yo atestador.

    Cundo se produce este trnsito y, por eso, para m, cul es la novela ms lo-grada? Creo que Los ros profundos es la novela clave, que permite como novela liminar, es decir, de trnsito entre uno y otro momento, darnos cuenta cmo la naturaleza, por ejemplo, ya no forma parte de un escenario sino interviene estruc-turalmente en la comprensin de la obra.

    M.A.: Se ha relegado la obra antropolgica de Arguedas a un segundo pla-no. Cul es el valor de dicha obra y cules son sus relaciones con su lite-ratura?

    M.L.: Apasionantes, las relaciones son muy estrechas. El gran tema de Arguedas es uno muy actual: la defensa del hombre andino; es decir, persuadir al otro espa-cio, al espacio de la escritura, al espacio criollo, que el mundo andino tiene mucho

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  • que aportar y que est all y que est vivo. Esto se ve no solo en la literatura de Arguedas, sino en sus trabajos antropolgicos, ensaysticos, etc.

    Esto es importante porque a diferencia del mundo occidental, que es excluyente, como lo es la escritura, el mundo andino el de la oralidad es incluyente, incorporativo. Arguedas tiene una tesis de doctorado sobre las comunidades de Espaa y del Per en que hace algo muy novedoso. Estudi las comunidades de Per y luego las contrast con un estudio de comunidades de Espaa, para deter-minar qu relaciones existan entre ambas.

    Para ello investig sobre las comunidades de Huancayo, especficamente, y lue-go vivi en Bermillo, Espaa, con el mismo fin. Descubre que hay muchos ms elementos y vasos comunicantes que exclusin, desde el modo de ser hasta in-clusive ciertas costumbres e instrumentos musicales. l documenta su estada en Bermillo con fotografas, testimonios, anlisis y podemos ver cmo es que este mundo andino aparentemente indgena absoluto, no lo es, pues ha tenido y ha integrado elementos que aparentemente son andinos, pero que en realidad vienen de fuera.

    Mejor dicho: su enfoque nos permite comprender un proceso articulatorio, que es lo importante. No la exclusin, no la revancha. Estos fenmenos transformativos y no excluyentes nos evidencian cmo la cultura andina que no est muerta, est viva es capaz de incorporar, transformar, utilizar y aprovechar lo que viene de afuera. Esta idea est presente en muchos de los estudios de Arguedas, como el que hace sobre el arpa y el violn, instrumentos musicales occidentales, pero que se vuelven indgenas.

    M.A.: Entonces, lo hispano tambin es un componente esencial de lo an-dino?

    M.L.: Absolutamente, es un componente de lo andino contemporneo. Lo pode-mos ver en las festividades religiosas que inclusive Arguedas estudia, y en la co-mida, por supuesto. Estas amalgamas qu es lo que estn demostrando frente a las exclusiones absurdas e ideolgicas? Pues que el hombre andino incorpora la cultura criolla a pesar de que fue excluido de la escritura y esta incorporacin enriqueci notoriamente al Per.

    M.A.: En la actualidad, sin embargo, nos damos cuenta de que existen muchas culturas, no solamente la andina y la hispana?

    M.L.: S. Por eso antes se poda hablar de biculturalidad, pero en estos tiempos ya es insuficiente el trmino, porque son muchas las races, de ah que ahora es pertinente hablar de multiculturalidad. Inclusive los fenmenos primeros de arti-culacin bicultural luego se han ido transformando.

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  • Todo ese gran mosaico que est buscando un rostro plural con el que pueda mar-char al siglo XXI, tiene como paradigmas a los llamados maestros y fundadores del Per contemporneo: Arguedas, Vallejo, Maritegui. Pero no solo a ellos, tambin desde otra orilla, estoy pensando en Haya de la Torre, en Vctor Andrs Belande, en Riva Agero y necesariamente en Jorge Basadre. Adems, ciertamente, de Mario Vargas Llosa.

    Estos fundadores del Per contemporneo nos han enseado que somos pluricul-turales, multilinges, heterogneos.

    M.A.: Y conflictivos

    M.L.: Y esta articulacin como toda articulacin pasa por diferentes conflictos, que expresan vida, pero conflictos que no pueden ser sino permanentemente su-perados. Recordemos a Arguedas cuando nos deca que en el Per cualquier hombre no dominado por el egosmo, puede vivir feliz todas las razas. Esta es una enseanza fundamental de Arguedas. En tecnologa otra vez cito libremente podemos y debemos aprender de otros pases; pero en cultura dice, nosotros podemos ensear a otros pases, porque somos una nacin milenaria en proceso de trans-formacin y de cambio. Arguedas no est apuntando al pasado, sino a la trasfor-macin y a la modernidad.

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  • M.A.: Profesor Larr, para terminar, existe alguna relacin entre la obra de Arguedas y la de Vallejo?

    M.L.: Yo creo que existen ros profundos que establecen analogas y relaciones entre Csar Vallejo y Arguedas. No solo porque son provincianos ambos, desde sus respectivas zonas culturales andinas, sino porque en sus obras destaca la presen-cia de la comunidad. Un poco, o un mucho acaso, por el socialismo al que ambos atienden, an cuando en el caso de Arguedas, l nunca fue militante. l dice, sin embargo, que leyendo a Maritegui y a Lenin encontr un orden, un sentido a las cosas. Y recordemos que Vallejo s lo fue, se adhiri a la ideologa socialista. Junto con este aspecto, encontramos otro muy caracterizador del mundo andino: el valor y el peso de la comunidad, es decir, del trabajo en conjunto, que lo encon-tramos abundante en el Vallejo acaso ms valioso o ms abierto: el de Poemas humanos, justamente un ttulo que, aunque no fuera de Vallejo, demuestra esta dimensin articulatoria, comunitaria y humanstica.

    El otro aspecto que creo que los une es la revolucin de la palabra que ambos de-sarrollan. Vallejo, por ejemplo en Trilce aunque no nicamente, pues en Espaa, aparta de m este cliz y Poemas humanos tambin lo podemos observar, le da al lenguaje un uso nuevo que en su momento es incomprendido. Arguedas, desde otra perspectiva obviamente, revoluciona el indigenismo. Lo supera totalmente, como estn de acuerdo todos los estudiosos de la obra de Arguedas y, por lo me-nos a partir de Los ros profundos, hace otra cosa, que algunos han catalogado como neoindigenismo. Pero sus ltimas novelas ni siquiera entran en esta cate-gora, porque involucran ya no el mundo andino solamente, sino un tercer mundo, como el que aparece en El zorro de arriba y el zorro de abajo. O sea, fenmenos que ya no son concomitantes del mundo andino, sino que involucran a todo el Per o Latinoamrica.

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  • Oda al Jet (poema, fragmento)

    Abuelo mo! Estoy en el Mundo de Arriba,sobre los dioses mayores y menores, conocidos y no conocidos.Qu es esto? Dios es hombre, el hombre es dios.He aqu que los poderosos ros, los adorados, que partan el mundo, se han con-vertido en el ms delgado hilo que teje la araa.El hombre es dios.

    Dnde est el cndor, dnde estn las guilas?Invisibles como los insectos alados se han perdido en el aire o entre las cosas ignoradas.

    Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espritu Santo: no os encuentro, ya no sois; he llegado al estadio que vuestros sacerdotes, y los antiguos, llamaron el Mundo de Arriba.En este mundo estoy, sentado, ms cmodamente que en ningn sitio, sobre un lomo de fuego,hierro encendido, blanqusimo, hecho por la mano del hombre, pez de viento. S, Jet es su nombre. ()

    CRIATURAPresentamos una antologa de textos de Jos Mara Arguedas (Andahuaylas, 1911 - Lima, 1969) y los acompaamos de los comentarios crticos que en forma exclu-siva nos ha proporcionado el profesor universitario e investigador Mauro Mamani Macedo, ganador, con un estudio sobre la obra potica de Arguedas, del Premio Cop de Petroper, categora ensayo.

    Mauro Mamani comenta que la poesa de Arguedas es un reencuentro con los ancestros, con nuestra cultura, con la matriz cultural. Los textos de su nico poemario, Katatay, estn compuestos en quechua y castellano; en cuanto a esta primera lengua, Mamani menciona que Arguedas afirmaba que tena una poderosa fuerza expresiva, lo suficientemente capaz de tradu-cir el mundo interior del hombre del Ande. Hay en sus versos una conexin ms ntima con la cultura andina.

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  • 11Torito de Pucar, artesana punea.

  • Yawar fiesta (novela, fragmento)

    Los chalos [mestizos], segn su inters, unas veces se juntan con los veci-nos, otras veces con los ayllus. No viven en el jirn Bolvar, sus casas estn en las callecitas que desembocan en la calle de los mistis. Pero ellos tambin quieran o no, estn clasificados por los vecinos segn los ayllus. Son mestizos de Chaupi, kollanas, kayaus, pichkachuris. Entre los chalos nombra el Prefecto al Teniente Gobernador del ayllu. Por las noches, los mestizos se renen a la puerta del billar y de las ca-laminas, para ver lo que juegan y lo que toman los mistis. A veces entran a las tiendas, se paran apoyndose en la pared, para no estorbar, y miran. Cada vecino tiene tres o cuatro chalos de su confianza, y los mandan a cualquier parte, a veces de puro favor. En los das que llueve, los vecinos llaman en la calle a cualquier mes-tizo amigo de su casa y lo mandan por su abrigo, por su paraguas, cualquier mandato les ordenan. Entre ellos escogen los principales a sus mayordomos. A estos mestizos, que siguen como perros a los princi-pales, los comuneros les llaman kanras, y quiz no hay en el hablar indio palabra ms sucia. Pero algunos mestizos son trabajadores; hacen negocio con los pueblos de la costa, llevando quesos, carneros, trigo, y trayendo caazo de contrabando, ve-las, jabones. Muchos de estos mestizos hacen amistad con los ayllus y hablan a favor de los comune-ros. En los ayllus les llaman don Norberto, don Leandro, don Aniceto Les hablan con respeto. Pero en las fiestas bailan con ellos, de igual a igual; y cuan-do hay apuro, el mestizo amigo aconseja bien, defiende a los ayllus. As es el vivir en el jirn Bolvar y en los barrios. As entraron a Puquio los mistis forasteros. Pero cuando los puquios miran desde lo alto, desde Sillanayokabra, des-de la cumbre del taita Pedrorko; cuando miran el jirn Bolvar, brillando como lomo de culebra entre el tejado de los ayllus, asqueando, dicen: Atatauya, Bolvar calle! Cuando los indios miran y hablan de ese modo, en sus ojos arde otra es-peranza, su verdadera alma brilla. Se ren fuerte, quiz tambin rabian.

    Creo que todo estudiante que decida buscar el significado de su nacin y saber de su pasado para afirmar su identidad aconseja el prof. Mamani, tiene que seguir la obra de Arguedas, leer sus novelas, sentir sus poemas, escucharlo cantar; estoy seguro de que saldr plenamente feliz.

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  • Los ros profundos (novela, fragmento)

    Infunda respeto, a pesar de su anticuada y sucia apariencia. Las perso-nas principales del Cuzco lo saludaban seriamente. Llevaba siempre un bastn con puo de oro; su sombrero, de angosta ala, le daba un poco de sombra sobre la frente. Era incmodo acompaarlo, porque se arrodillaba frente a todas las iglesias y capillas y se quitaba el sombrero en forma llamativa cuando saludaba a los frailes. Mi padre lo odiaba. Haba trabajado como escribiente en las haciendas del Viejo. Desde las cumbres grita, con voz de condenado, advirtiendo a sus in-dios que est en todas partes. Almacena las frutas de las huertas, y las deja pu-drir; cree que valen muy poco para traerlas a vender al Cuzco o llevarlas a Abancay y que cuestan demasiado para dejrselas a los colonos. Ir al infierno!, deca de l mi padre. Eran parientes, y se odiaban. Sin embargo, un extrao proyecto concibi mi padre, pensando en este hombre. Y aunque me dijo que viajbamos a Aban-cay, nos dirigimos al Cuzco, desde un lejansimo pueblo. Segn mi padre, bamos de paso. Yo vine anhelante, por llegar a la gran ciudad. Y conoc al Viejo en una ocasin inolvidable. ()

    El profesor Mamani es incisivo: Arguedas fue un convencido de que desde las races poda aflora el discurso literario, de all podan salir los textos con rabia, por ello que gozaba el mundo andino, en este hervidero de significados que asedia desde distintas vertientes y le sirven para instalar esta sustancia en sus novelas. Por ello son complementarias, se ayudan, no hay una lnea divisoria en el hombre polifactico sino una convergencia proteica.

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  • Tercer diario (fragmento de El zorro de arriba y el zorro de abajo)

    El pino de ciento veinte metros de altura que est en el patio de la Casa Reisser y Curioni, y que domina todos los horizontes de esta ciudad intensa (Are-quipa) que se defiende contra la agresin del cemento feo, no del buen cemento; ese pino lleg a ser mi mejor amigo. No es un simple decir. A dos metros de su tronco es el nico gigante de Arequipa, a dos metros de su tronco poderoso, renegrido, se oye un ruido, el tpico que brota a los pies de estos solitarios. Como lo han podado hasta muy arriba, quiz hasta los ochenta metros, los cortos tron-cos de sus ramas, as escalonados en la altura, lo hacen aparecer como un ser que palpa el aire del mundo con sus millares de cortes. Desde cerca, no se puede verle mucho su altura, sino slo su majestad y or ese ruido subterrneo, que apa-rentemente slo yo perciba. Le habl con respeto. Era para m algo sumamente entraable y a la vez de otra jerarqua, lindante en lo que en la sierra llamamos, muy respetuosamente an, extranjero. Pero un rbol! Oa su voz, que es la ms profunda y cargada de sentido que nunca he escuchado en ninguna otra cosa ni en ninguna otra parte. Un rbol de stos, como el eucalipto de Wayqoalfa de mi pueblo, sabe de cuanto hay debajo de la tierra y en los cielos. Conoce la materia de los astros, de todos los tipos de races y aguas, insectos, aves y gusanos; y ese conocimiento se transmite directamente en el sonido que emite su tronco, pero muy cerca de l; lo transmite a manera de msica, de sabidura, de consuelo, de inmortalidad. Si te alejas un poco de estos inmensos solitarios ya es su imagen la que contiene todas esas verdades, su imagen completa, mecindose con la lentitud que la carga del peso de su sabidura y hermosura no le obliga sino le im-prime. Pero jams, jams de los jamases, haba visto un rbol como ste y menos dentro de una ciudad importante. En los Andes del Per los rboles son solitarios. En un patio de una residencia seorial convertida en casa de negocios, este pino, renegrido, el ms alto que mis ojos han visto, me recibi con benevolencia y ter-nura. Derram sobre mi cabeza feliz toda su sombra y su msica. Msica que ni los Bach, Vivaldi o Wagner pudieron hacer tan intensa y transparente de sabidura, de amor, as tan onricamente, penetrante, de la materia de que todos estamos hechos y que al contacto de esta sombra se inquieta con punzante regocijo, con totalidad. Yo le habl a ese gigante. Y puedo asegurar que escuch y guard en sus mu-ones y fibras, en la goma semitransparente que brota de sus cortaduras y se derra-ma, sin cesar, sin distanciarse casi nada de los muones, all guard mi confidencia, las reverentes e ntimas palabras con que le salud y le dije cun feliz y preocupado estaba, cun sorprendido de encontrarlo all. Pero no le ped que me transmitiera sus fuerzas, el poder que se siente al mirar su tronco desde cerca. No se lo ped. Porque cuando llegu a l, yo estaba lleno de energa, y ahora estoy abatidsimo; sin poder escribir la parte ms intrincada de mi novelita. Quiz por eso lo recuerdo, ahora que estoy escribiendo nuevamente un diario, con la esperanza de salir del inesperado pozo en que he cado, de repente, sin motivo preciso, medio devorado por el despertar de mis antiguos males que esperaba estallaran en iluminacin al contacto de la mujer amada. Pero ella vino entre muchos truenos, duelos y relmpagos.

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  • Las novelas de Arguedas nos hacen ver la realidad de nuestro pas, porque transmiten la realidad-realidad. Muestran los varios rostros de nuestro pas, enfatiza el profesor Mamani. Arguedas, reafirma, es un novelista que piensa como antroplogo, un antroplogo que piensa como novelista, un escritor que ha hecho converger estas dos grandes vertientes, por lo que ha ayudado a fortalecernos como una nacin mltiple y polisistemtica.

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    El mestizaje, de Oswaldo Guayasamn.

  • Hoja Vallejiana es una publicacin de la asignatura de Ctedra Vallejo, del Programa de Formacin General - UCV Lima Norte. Direccin General: Juan Manuel Pacheco Zevallos. Direccin Acadmica: Heraclio Campana Aasco. Jefatura

    del Programa de Formacin General: John Garca Taboada. Coordinacin de Ctedra Vallejo: Jos Lpez Mauricio.Comit editorial: Elas Rengifo de la Cruz (Director), Martn Arredondo Palacios, Victoriano Gloc Chasquibol,

    Jos Lpez Mauricio, Fabiola Ramrez Seminario Av. Alfredo Mendiola 6232, Los Olivos. Telf. 2024342, anexo 2067

    Escrbenos al [email protected]

    Esttica grfica: Miguel Valverde Robles - Cel.: 991337994 - [email protected] de edicin: Martn Arredondo Palacios

    CRNICAS

    AGENDA

    Hoja Vallejiana inicia hoy un viaje a travs del arte y la cultura, un viaje en el que t, vallejiana, vallejiano, sers el ms importante de los pasajeros. Esta vez, nos vamos al Parque de Lima, especficamente al Museo de Arte de Lima (MALI).

    ***Visitamos el Per antiguo en la Sala de Tejidos Precolom-binos, donde se muestra una seleccin de tejidos que con arte y tcnica combinan colores e iconografas variadsi-mos.

    ***Naveguemos ahora hacia al siglo XIX (o hacia el funda-mental 1532?) para conocer la exposicin de Los funera-les de Atahualpa, del pintor piurano Luis Montero (1826 1869). Has visto antes esta pintura?

    ***El siglo XX es del arte contemporneo: exposicin de obras de arte producidas desde el ao de 1940 y en donde se nos presentan las principales filiaciones y derroteros del arte peruano actual.

    ***Ests sin dinero? No te preocupes: acrcate un domingo al MALI, paga un solcito y podrs ver esto y ms. Nos ve-mos, viajero.

    El profesor Edmundo de la Sota presenta su libro Para escribirnos mejor, en el que pone a nuestro alcance las ms recientes normas ortogrficas de la RAE. Au-ditorio Poemas Humanos,

    mircoles 22 de junio, 4:30

    p. m. Ingreso libre.

    Y continuando con los homenajes al autor de Yawar fiesta, presenta-mos las ponencias Ar-guedas en sus cuentos y poemas, a cargo de los profesores Elas Rengifo y Edmundo de la Sota. Auditorio Poemas Humanos, mircoles 22 de junio, 11:00 a. m. y 6:00 p. m. Ingreso libre.