Capítulo 1. La Naturaleza de la Vida y la Muerte ………………… 667
Sección 1. Las Tres Etapas de la Vida …………………………… 667
Sección 2. La Estructura Dual de los Seres Humanos ……… 676
Sección 3. El Signicado de la Muerte ………………………… 680
Sección 4. El Signicado del Cielo ……………………………… 686
Capítulo 2. La Naturaleza del Mundo Espiritual ………………… 693
Sección 1. La Realidad del Mundo Espiritual …………………… 693
Sección 2. La Vida en el Mundo Espiritual ………………………704
Sección 3. Los Ángeles y el Mundo Angélico …………………… 711
Sección 4. El Camino al Reino de los Cielos …………………… 715
Capítulo 3. La Vida Terrenal nos Prepara para la Vida Eterna …
724
Sección 1. Vida Eterna ……………………………………………… 724
Sección 2. La Preparación para el Mundo Espiritual ………… 729
Sección 3. Desarrollando Nuestra Espiritualidad ……………… 745
Sección 4. Familias Bendecidas y Vida Eterna ………………… 750
Capítulo 4. La Resurrección por Retorno y el Trabajo Espiritual
……………………………………… 759
Sección 1. Los Últimos Días y la Resurrección por Retorno
……………………………………………… 759
Sección 2. El Trabajo de los Espíritus Divinos y los Fenómenos
Espirituales ……………………………… 764
Sección 3. La Resurrección por Retorno de las Personas en el Mundo
Espiritual ………………………………… 769
LIBRO 7 LA VIDA EN LA TIERRA Y EN EL
MUNDO ESPIRITUAL
Sección 1. Las Tres Etapas de la Vida 1 Yo nací a través de tres
grandespadres. El primer padre es el mundo material. Fui creado
como el centro de la mate- ria, como un material complejo con todos
los elementos extraídos del mundo material. Desde este punto de
vista, estos elementos materiales son en sí los antepasados que me
hicieron nacer y, al mismo tiempo, el mundo material es una
expansión mía. El universo es tal que solo cuando se encuentra en
el ideal de amor, la materia puede sentir satisfacción. Todas las
células tienen la intención de vivir cómodamente en posiciones
reguladas por el ideal del amor. Si llegaran a ser poco cooperati-
vos, todo se desviaría. El segundo padre son los padres que
dieron a luz a mi cuerpo. Los padres que me die- ron a luz me
permitieron nacer con una forma denida. Sin embargo, no importa lo
mucho que lo intenten, los padres no pueden convertirse en los
dueños del amor. Pueden ser los due- ños de mi vida, pero no pueden
ser los dueños del amor. El dueño del amor es Dios. Dios existe en
la universalidad y la eternidad del amor porque Él es el sujeto del
amor, un padre centrado en el amor. Por lo tanto, el tercer padre
es Dios. De esta manera, tenemos tres grandes padres.
El Sendero de la Vida a Través de Tres Eras: en el Vientre, en la
Tierra y en el Cielo 2 Los seres humanos viven por espacio de diez
meses en el vientre de la madre, cien años en el mundo físico y por
la eternidad en el mundo espiritual. Nues- tra cara tiene tres
niveles: la boca, la nariz y los ojos. Estas representan las tres
eta- pas de la vida humana. Nuestra boca sim- boliza la etapa en el
vientre, el mundo material. Nuestra nariz representa la etapa en la
tierra, el mundo terrenal, y nuestros ojos representan la etapa del
cielo, el mundo espiritual. El agua en el vientre de la madre es un
universo de libertad para el bebé. A pesar de que el bebé tiene que
estar encorvado todo el tiempo y no puede patear como le plazca, y
su nariz y boca están bloqueadas, ese lugar sigue siendo un
universo de libertad para el bebé. El recipiente que suministra al
bebé todo lo necesario está unido a su ombligo, y el bebé puede
respirar solo a través de ese cordón umbilical. Aún así, ese lugar
continúa siendo un universo de libertad para el bebé.
3 Cuando estaban en el vientre, ¿pensa- ban cosas como “voy a salir
al mundo y comer miel, tortas de arroz, arroz, carne y todo
lo demás con esta boca”? ¡No! De hecho, estaban respirando a través
del cordón umbilical y pensaban: “¡Si me
667
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 667
voy de este lugar, voy a morir!”. A nos- otros nos parece que
un feto debe sen- tirse sofocado y sin embargo, el bebé en el útero
se estresa por tener que salir, y dice: “¡Me gustaría no
tener que salir!”. Sin embargo, cuando llega el momento y la bolsa
se rompe, todo sale rápida- mente. Naturalmente, junto con el cho-
rro del líquido amniótico, el bebé nace con seguridad y todo está
bien.
4 La vida en la tierra es análoga a la vida en el vientre materno,
porque aquí esta- mos rodeados de aire así como vivíamos y
nadábamos en el líquido del vientre. En otras palabras, estamos
viviendo en una bolsa de aire. El momento que nosotros consideramos
como la hora de la muerte es en realidad nuestro nacimiento a la
tercera vida. Las libélulas comienzan como larvas y como tal, nadan
en el agua; entonces, ellas salen a la tierra y se arras- tran por
un tiempo. Luego vuelan libre- mente de aquí para allá, se
alimentan de insectos que ni siquiera pensaban comer cuando vivían
en la tierra. Vuelan alre- dedor con el mundo entero como su
escenario. Muchos insectos se desarro- llan a través de tres etapas
de la vida. La mayoría de los insectos tienen alas. Con- siderando
el hecho de que incluso los insectos viven en el agua, en la tierra
y en el aire, ¿le serviría a los seres humanos, que son los señores
de la creación, vivir solamente en la tierra? Por lo tanto, tene-
mos alas de una dimensión superior.
5 El período en el útero es la era del agua. Un bebé en el vientre
de la madre está o- tando en el agua. Si lo miramos simple-
mente, podemos pensar que al bebé le resultaría difícil vivir en el
vientre de la madre, ya que es muy estrecho. ¿No es obvio que el
bebé tendría que tomar y eli- minar el agua, ya que está viviendo
en el agua? Por esa razón, los bebés en el útero viven en
virtud del conducto conectado a su estómago. ¿Por qué medio se le
sumi- nistra nutrientes al bebé en el útero? Es a través del cordón
umbilical conectado al ombligo. Por lo tanto, para el bebé en el
vientre, el ombligo es la boca.
6 Un bebé en el vientre de su madre respira; pero, ¿a través de
qué? Es a tra- vés del cordón umbilical, que es un con- ducto
conectado al cuerpo de la madre. Sin embargo, sabemos que el bebé
tam- bién está conectado con el segundo mundo, el mundo del aire.
Después de su tiempo de vida en el útero, el bebé sale, dejando
atrás la destrucción. En ese momento, el bebé entona su primer
grito; y, al mismo tiempo, su tráquea y nariz, que fueron
diseñados para respi- rar aire, abrazan el mundo del aire. Las
fosas nasales están dedicadas a ser la ruta de suministros.
Mientras está en el útero, el bebé se prepara para el mundo del
aire; y, en el proceso de salir y conec- tarse a ese mundo, el
cordón umbilical y el saco amniótico, en n, todo lo que le ha
permitido vivir en el útero, se des- truye. El cordón umbilical en
el útero se destruye. Al mismo tiempo, el bebé apa- rece en este
universo y se encuentra con su Madre Tierra. Luego, comienza a
vivir de elementos suministrados a tra- vés de su boca.
El cuerpo respira a través del cordón umbilical mientras está en
el
668 Libro 7 La Vida en la Tierra y en el Mundo Espiritual
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 668
útero; por eso, para poder respirar por la nariz, los tubos de
aireación, el cuerpo los prepara para que, cuando el bebé lle- gue
al mundo del aire, pueda cambiar su modo de respiración.
7 Ustedes nacieron en la tierra con el n de experimentar el amor.
Deben respirar el aire que se llama amor. Deben respirar el aire de
amor de su madre y su padre. Hay que ir a través de todo en la
vida, mientras que sea suministrado con el aire de amor. Una vez
que nacieron como un bebé en la familia, es necesario seguir una
trayectoria similar a una curva sinusoi- dal, subiendo por la curva
y bajando. Nacen como un bebé y, nalmente, con el tiempo, su cuerpo
se acaba. Nacidos como un bebé, vuelven a ser un bebé de nuevo.
Cuando esto ocurre, ¿que está por suceder? Se van a desapegar del
mundo del segundo vientre y se conectarán con el órgano
respiratorio del tercer mundo de amor. Dejan atrás sus amados
padres y hermanos y entran en el mundo del amor que está en total
armonía con el ser original del gran cosmos, Dios. El mundo
espiritual está lleno de aire de amor. Por lo tanto, mientras viven
en el mundo terrenal, deben equiparse con una línea de alimentación
que les per- mita respirar el amor. Por lo tanto, nece- sitan
experiencias del mundo espiritual, y realmente deben llegar a ser
personas que pueden sentir el amor espiritual y respirar el
aire de amor.
8 Cuando dejamos este planeta tierra, que es como el vientre de
nuestra madre, y avanzamos, respiramos con el órgano
respiratorio del amor; es decir, la tráquea del amor. Podemos
conquistar la vida eterna solamente si nos conectamos a la tercera
edad del amor. Al conectarnos a ese amor podemos volver a Dios.
Volve- mos al mundo espiritual uniéndonos con el órgano
respiratorio del amor. Sin embargo, todavía nos queda mucho camino
por recorrer antes de que poda- mos volver al Ser original, Dios.
Ya que el Ser original inició la semilla, esta debe volver a
él después de dar fruto.
9 El vientre, en el que los seres humanos pasan un período de
tiempo, es un mundo de agua. El cuerpo humano está com- puesto de
tres cuartas partes de agua. Este mundo terrenal es el mundo del
aire; pero sus ojos, oídos, nariz y otros órganos sensoriales
diseñados para la vida en el mundo del aire no son necesarios mien-
tras están rodeados de agua. ¿Respiraron siquiera una vez por la
nariz durante los diez meses que estaban creciendo en el útero? Si
lo hubieran intentado, habrían muerto. Habría sido una muerte
instan- tánea. Entonces, ¿por qué el feto necesita una nariz? Está
ahí porque se están pre- parando para el próximo mundo. En el
próximo mundo, el mundo terrenal, ustedes viven en una bolsa de
aire, no una bolsa de agua. ¿Qué deben hacer en una bolsa de aire?
Así como prepararon sus cinco órganos de los sentidos físicos
mientras vivían en la bolsa de agua, cuando viven en la bolsa de
aire deben preparar los órganos de sus cinco sen- tidos
espirituales. Ustedes preparan los órganos de los cinco sentidos
espiritua- les, análogos a las orejas, los ojos y la nariz,
669Capítulo 1 La Naturaleza de la Vida y la Muerte
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 669
a través de los cuales pueden absorber el amor cuando están en el
mundo celes- tial. Al cruzar la colina de la muerte, esos órganos
se abren. Necesitarán los órga- nos de los cinco sentidos
espirituales en el mundo innito.
10 El agua simboliza la época en el útero. Después, la tierra es la
época del aire. Hemos nacido del vientre de nues- tra madre y luego
vivimos en la época de aire. Después, el mundo espiritual es la
época de los ojos. Es la era del sol, la era de la luz solar. El
amor puede decirse que es la luz, porque ilumina, así es un mundo
de luz. De esta manera, la vida de los seres humanos pasa por tres
eta- pas. Una libélula también; primero vive en el agua, después
emerge y vive en la tierra y luego cambia de piel y vuela alre-
dedor alimentándose de otros insectos. Por lo tanto, pasa a través
de tres etapas. Esto también es así para el señor de la creación.
Cuando terminamos nuestro tiempo en el vientre de nuestra madre,
¿nos agarramos a todo lo que usamos allí, o nos separamos de ello,
destru- yendo nuestra conexión? Si permanece- mos atados de alguna
manera cuando salimos, vamos a estar en serios proble- mas. Sin
embargo, si el cordón umbilical se cortara mientras todavía tenemos
que comer y respirar a través de él, moriría- mos. Pero cuando
salimos del vientre, tenemos que cortar ese cordón umbili- cal. Se
debe cortar sin piedad. Salimos destruyendo todo lo del
pasado.
11 Cuando llegue el momento, todos los seres humanos tienen que
poner n
a su vida en el vientre de su madre y comenzar su vida en la
tierra. Indepen- dientemente de si queremos o no, la ley del
universo funciona de esta manera. Entonces, un mundo nuevo, vasto e
ili- mitado se abre ante nosotros, el cual nunca antes habíamos
imaginado o soñado. Nuestra vida en el agua termina, y nues- tra
vida en la tierra comienza a desarro- llarse. Los diez meses
viviendo en el vientre evolucionan en cien años de vida en la
tierra. Los seres humanos llevan vidas cambiantes y diversas
y, mientras lo hacen, se preparan para el mundo espiritual; en
otras palabras, el mundo después de la muerte, que es la etapa nal.
Por eso les digo que no se preocu- pen por la muerte. Solamente se
están mudando a un lugar mejor.
12 Del mismo modo que nunca nos imaginamos la vida en la tierra
durante nuestra vida en el vientre, mientras esta- mos viviendo en
la carne no podemos imaginar el mundo diferente, eterno e innito
que nos espera. Este no es un mundo de desesperación. La vida de
cien años vividos en este reino terrenal limitado se transforma en
un mundo eterno que trasciende el tiempo y el espa- cio. Al vivir
en el útero, se nos suminis- tran los nutrientes de nuestra madre a
través del cordón umbilical, y nuestra vida en la tierra
depende de los tres ele- mentos básicos del universo: el agua, el
aire y la luz, así como de los elementos nutritivos. Una vez que
entramos en el mundo espiritual, sin embargo, ya no necesitamos
nutrientes materiales, vivi- mos respirando el amor por toda la
eter-
670 Libro 7 La Vida en la Tierra y en el Mundo Espiritual
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 670
nidad. En el mundo eterno, comemos, si queremos y no comemos si
preferimos no hacerlo. Es evidente que quienquiera que seamos,
todos vivimos nuestras vidas en tres etapas: diez meses en el
agua, cien años en la tierra y eternamente en el mundo
espiritual.
13 Después de la época del agua viene la época de la tierra y la
época de la luz. En este sentido, una persona vive a tra- vés
de tres épocas sucesivas. El sistema solar, con el sol en su
centro, está siem- pre en la luz del día. Por otro lado, hay
día y noche en el planeta Tierra. El mundo espiritual siempre está
en la luz. La etapa del agua y la etapa del aire con- ducen a la
época del amor, y el amor nunca debe ser extinguido. Al igual que
la luz del sol, el amor tiene que estar ahí en todo momento; día y
noche, ya sea por la mañana, por la tarde o por la noche, ya sea en
el polo norte, los trópi- cos, el Polo Sur o en cualquier otro
lugar, el amor no cambia. Vamos al mundo espiritual en la época del
amor. El mundo espiritual es como un almacén de frutas cultivadas y
cosechadas durante las cua- tro estaciones del año. Brilla con una
luz como la del sol.
14 Al principio, estábamos envueltos en la placenta de nuestra
madre. Esa pla- centa era el recipiente en el que creci- mos.
Tiramos todo al separarnos de ello, emergiendo de ese contenedor al
nacer. Del mismo modo, nuestro cuerpo físico es el contenedor de
nuestro ser espiritual y también vamos a separarnos de él y
volar lejos. En consecuencia, los seres
humanos pasan por el mundo del agua y de la tierra y, nalmente,
llegan a vivir en el mundo eterno del amor verdadero, que es un
mundo de luz en el cielo. Debido a que el amor en el mundo espi-
ritual es el elemento de vida, llevamos a cabo todas las órdenes
dadas por el amor de inmediato y nada es imposible. En ese lugar,
aun cuando mil millones de per- sonas fueran a cenar a la misma
hora y lugar, la cantidad de alimentos necesa- rios para una
esta de este tipo podría ser preparada al instante.
15 La luz que ilumina el mundo espiri- tual es la luz del amor
verdadero. El amor verdadero es como la luz del sol, tanto en el
mundo terrenal como en el mundo espiritual. Es por eso que deja-
mos atrás el régimen de vivir a través de nuestra nariz y llegamos
a vivir a través de nuestros ojos. Cuando están vivos, a
través de sus ojos conocen todo con una claridad cristalina y nada
se les escapa. Después del mundo de la nariz nos adentramos en el
mundo de los ojos, el mundo de la luz. El hecho de que es el mundo
de los ojos nos dice que nuestros ojos ven este mundo y
también verán el mundo espiritual. A través de ellos, podemos ver
todo lo que nos gusta. Podemos ver los Padres Celestiales, podemos
ver a los padres en la tierra, podemos ver la inmensidad del reino
de los cielos y compararlo con el reino terrenal. Comprendemos que
el mundo espiritual y la tierra son un solo lugar, no dos lugares
separados. Nuestros ojos están diseñados para ver ambos
lugares.
671Capítulo 1 La Naturaleza de la Vida y la Muerte
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 671
Preparando el Órgano Respiratorio de Amor Mientras Estamos en la
Tierra 16 En el momento del nacimiento, tan pronto como el bebé
nace y da su pri- mer grito, empieza a respirar por los ori- cios
nasales y, por lo tanto, se conecta al segundo mundo, el mundo del
aire. Cuando sale del mundo del útero y se conecta con el mundo del
aire, primero debe perder el cordón umbilical y la bolsa amniótica
que sustentaba su vida allí adentro. Estos son destruidos y,
simultá- neamente, nace en esta Madre Tierra. Después de que nace,
se alimenta a tra- vés de la boca y respira por la nariz.
Pero la comida que se come en la tierra solo contiene los
nutrientes necesarios para la vida de la carne, no contiene los
ele- mentos esenciales del amor. Por lo tanto, mientras vivimos en
este mundo, tam- bién debemos respirar el aire de amor recibido por
su madre y su padre.
17 La vida humana es muy corta. Diez años pueden pasar estando
apenas cons- cientes de ello. Todo se decide en los treinta años
después de su matrimonio. Por eso, el camino de la vida no les
espe- rará por siempre. Todos tenemos que morir en algún momento.
¿Pueden uste- des estar seguros de que no van a morir? Ustedes
inevitablemente mueren, y cuando se mueren, se van al mundo
espiritual. La vida en la tierra no es más que un instante.
Es como los diez meses que llevan en el vientre de su
madre.
18 Dado que el aire en el mundo espi- ritual se compone de amor, si
su ser espi- ritual no está preparado, no serán capaces
de respirar cuando entren en el Reino de los Cielos. El mundo aquí
es un mundo de aire, pero el otro mundo es el mundo del amor. Deben
preparar su ser espiri- tual para sentir amor. A menos que lo
hagan, no pueden establecer relaciones en el mundo espiritual.
Entonces, ten- drán mayores problemas que tomarán millones de años
en resolverse.
19 Después de la vida física, los seres humanos que viven en la
tierra vuelven a la tercera época, el mundo original, y
viven en ese mundo de amor. Por lo tanto, tenemos que
dotarnos de los órga- nos respiratorios adecuados al mundo de amor
y tenemos que salir de este cuerpo físico, al igual que un bebé que
irrumpe desde el saco amniótico, destru- yéndolo para poder nacer.
Es por eso que una mujer experimenta dolores de parto. De la misma
manera, la muerte es como una segunda experiencia de dolo- res de
parto. ¿Qué debemos preparar durante nuestra vida en este cuerpo
físico? Durante nuestro tiempo en el agua del vientre, preparamos
nuestros órganos respiratorios de aire. Del mismo modo, durante
nuestra vida física debe- mos preparar la tráquea que respirará
amor cuando vayamos al mundo espiri- tual. Cuando salen de su
cuerpo, van más allá del entorno limitado de su vida pasada,
respiran amor a través de la trá- quea y viven con libertad
ilimitada.
20 Los que respiran amor mientras están en la tierra no mueren,
sino que viven en el mundo espiritual. Mientras respiramos
dentro del útero de nuestra
672 Libro 7 La Vida en la Tierra y en el Mundo Espiritual
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 672
madre, estamos preparando una tráquea adecuada para el futuro mundo
del aire. A pesar de que estamos vivos, cuando nos separamos de la
placenta que se conecta a nuestro estómago y salimos, somos
transformados para existir en una nueva dimensión más elevada, y se
nos suministran elementos de dimensiones superiores. Salimos
recibiendo una infu- sión de aire. Después de emerger del
vientre materno, ¿para que se están pre- parando? Para el
amor. No es solo el aire que se les infunde, sino el amor; ustedes
reciben elementos del amor. No se debe comer solamente arroz. ¿De
qué debe- rían llenarse durante sus vidas en la tie- rra? Deben
formar un nuevo carácter de amor durante este período.
21 Hasta ahora, nadie notó que mien- tras están en el útero, en la
era de agua, ustedes preparan los órganos de los cinco sentidos
físicos que no necesitan allí. Estos órganos no son necesarios en
el útero. Sin embargo, una vez que cortan el cordón umbilical y
salen al mundo del aire, los necesitan. Del mismo modo, mientras
viven en la era del aire, deben preparar los órganos de los cinco
senti- dos internos, espirituales. Estos no son órganos externos.
Deben preparar cinco órganos internos celestiales para que puedan
llevar una vida ilimitada sin pre- ocupaciones a través de los
cuales armo- nizar con el mundo del amor.
22 En la actualidad, tienen una nariz y los ojos a través de
los cuales pueden oler y ver el mundo natural, con algunas
limitaciones, durante cien años. Pero
hay un ser eterno dentro de ustedes, permaneciendo inmóvil y
esperando, con su nariz, boca y oídos cerrados hasta el momento de
su nacimiento. De la misma manera, los sentidos que pueden
ver visiones eternas, escuchar los sonidos eternos, oler las
fragancias eternas y degus- tar los sabores eternos están dentro de
ustedes, esperando. Son los mismos, pero sin límites. Cuando llegue
ese momento, cada uno de nosotros va a poder ir a todas partes,
escuchar todo, oler todo y comer de todo.
23 Cuando vayan al mundo espiritual, cantarán canciones de amor y
hablarán palabras de amor. Si alguien les habla en forma de ópera
en el mundo espiritual, tendrán que responder del mismo modo. Si se
les habla a través de un baile, ten- drán que responder con un
baile. Se regocijarán eternamente y nunca se can- sarán de bailar.
Cuando el baile se inicia en un lugar, todo el cielo baila; y
cuando un canto comienza en alguna parte, can- tarán en todas
partes. Bailarán con su amada esposa. Si bailaran con la pareja de
otra persona, lo harían pensando, “estoy bailando contigo para
poder amar cien veces más a mi amada esposa de lo que te amo a ti”.
Si bailaran con la pareja de otra persona y se tomaran de las
manos, los estimularía a amar a su amada esposa miles de veces más.
Cuando van al mundo espiritual, no hay necesidad de que trabajen y
no hay noches. Sus ojos están siempre abiertos. Sus órganos están
funcionando en todo momento. ¿Y qué trabajo están haciendo? ¿Cuál
es el trabajo que disfrutarán hacer, incluso
673Capítulo 1 La Naturaleza de la Vida y la Muerte
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 673
cuando sus ojos están abiertos para siem- pre y nunca vayan a
dormir? Es el amor. Cuando poseen tal ideal de amor, si dicen:
“¡Que aparezca algo!”, aparecerá de inme- diato. Vivirán allí con
el amor original como su centro.
El Mundo Espiritual es el Lugar Donde se Cosecha el Fruto del Amor
24 ¿Por qué nacimos? Nacimos por amor. Para producir el fruto del
amor, nacemos a través del amor de nuestros padres y crecemos en el
abrazo del amor. Después de eso, criamos hijos e hijas a quienes
podemos amar en lugar de Dios. Entonces, ¿qué pasa después de que
envejecemos? Sentimos todo lo que los padres pueden sentir en el
mundo. A través de todo lo que experimenta- mos en nuestra vida en
la tierra sentimos la presencia de Dios, y nos convertimos en un
fruto de la unidad. Es similar a cómo los árboles dan frutos. Así
como se cosecha una fruta que ha absorbido elementos de todas las
partes de un árbol, tenemos que volver al abrazo de Dios, porque
este es el propósito de nuestro nacimiento. Además, ese es el
propósito de Dios para la creación de la humanidad. Podemos llegar
a ser uno a través del amor. Por lo tanto, el amor es el estándar
con valor innito que no puede ser igualado por el universo entero.
Por eso, en el lugar donde nos hacemos uno con el amor no hay nada
que no se pueda encontrar. Es un lugar donde todo ha logrado la
perfección. Tal lugar es el mundo ideal en el que los seres humanos
de hoy en día deben ir. Si llamamos a ese lugar el mundo
espi-
ritual, entonces es el mundo espiritual; si llamamos a ese lugar el
Reino de los Cielos, entonces es el Reino de los Cie- los. El fruto
cosechado de esta manera puede entrar al Reino de los Cielos. No es
un lugar donde cualquier individuo pueda entrar. Solo las personas
elegibles como compañeros objetos de igual valor, los que han
dado frutos centrados en el amor y han heredado el derecho de dueño
sobre el amor de Dios pueden entrar a ese lugar.
25 El primer padre son los padres que dieron a luz a ustedes, pero
el segundo de los padres es la tierra. La tierra es el segundo
padre de su cuerpo. La tierra les provee de los elementos que
ayudan al crecimiento de su cuerpo. Después de pasar por el segundo
padre, entran al ter- cer padre en el momento de la muerte. No se
puede entrar al tercer padre sin estar preparado. Necesitan
parecerse a la forma de Dios, nuestro Padre Original. ¿Por qué,
entonces, nos casamos? Nos casamos para reejar la forma de Dios.
Dios, como un ser de características duales, es un ser uni- cado
que incorpora cada una de las características duales. Las
características de Dios se dividen en dos entidades sepa- radas en
la forma de un hombre y una mujer, quienes deben unirse llegando a
ser como una semilla y volver a la posi- ción de la naturaleza
original de Dios. Sin embargo, para perfeccionar esa semilla, deben
recorrer el camino del deber del amor. Esto signica que deben nacer
y recibir amor, crecer con el amor como su objetivo, vivir su
vida centrada en el amor, e incluso cuando mueren, deben
morir
674 Libro 7 La Vida en la Tierra y en el Mundo Espiritual
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 674
con el n de volver al amor. A menos que establezcan la meta de
vivir por los demás como su centro, su camino les llevará en la
dirección equivocada.
26 Deben ser más fuertes que el medioam- biente que los rodea.
Deben heredar todas las condiciones que puedan llevar a una
satisfacción en el futuro, y su motivación para lograr esta
satisfacción tiene que ser más fuerte. Solo entonces pueden com-
pletar la satisfacción. Solo entonces se puede permanecer como un
fruto que es indispensable para la sociedad humana, allanando el
camino para un nuevo proceso histórico. Cuando una persona nace,
esa persona tiene que superar el medio ambiente sin fallar. Eso no
quiere decir que superar el medio ambiente por sí mismo es el n.
Tiene que pasar a través de un proceso mediante el cual se hereda
una nueva vida y alcanzar la satisfacción. Después de pasar por
este proceso, tiene que ocupar una posición que pueda mos- trar
resultados apropiados y prácticos. Por ejemplo, el propietario
siembra semi- llas. Estas brotan, crecen y dan fruto; y luego
el dueño las cosecha y las almacena en un granero. Al igual que las
semillas, deben pasar por un proceso de ser cose- chados, ya que
son necesarios para un cierto propósito.
27 La vida en esta tierra es solo un momento fugaz. Por lo tanto,
una per- sona que solamente llora y llora por un niño que ha ido al
mundo espiritual, aún no se ha despegado del enredo del reino
caído. Cuando esta persona va al mundo espiritual, se encontrará
bloqueado por
una pared. Una persona que nace del amor, vive a través del amor y
devuelve amor. Siendo su origen la semilla, el fruto producirá
nuevas semillas. Cuando pre- guntan por qué nacen los seres
humanos, la respuesta es que hemos nacido para el amor ideal. Ya
que es un amor eterno, siempre tendrán a su madre y su padre, su
esposo o esposa y sus hijos e hijas. Por lo tanto, el amor es
precioso. Ya que el amor comienza en Dios y Dios es abso- luto, el
amor no puede cambiar. Y porque el amor es eterno, la gente nace
por el amor de Dios, viven por el bien del amor y después de vivir
su vida de esta manera están en la posición del compañero objeto
eterno de Dios, quien vive con Dios eternamente.
28 En el mundo del aire, el espíritu está pegado al cuerpo que lo
nutre como si se tratara de un feto. Cuando el cuerpo envejece, el
espíritu quiere patearlo e irse. Siendo este el caso, Si Dios
observara el cuerpo físico insistiendo en que no quiere morir, ¿qué
haría? ¿Se reiría, sen- tiría lástima o le regañaría? Así como nace
un bebé y llega a ser el objeto de amor de sus padres, podemos
concluir con base en el Principio, que debemos nacer de nuevo en
nuestro cuerpo espi- ritual y convertirnos en un compañero objeto
eterno de Dios, nuestro Padre espiritual. Así como un bebé nace en
el mundo terrenal, donde puede compartir el amor con su madre y su
padre, tenemos que nacer en el mundo espiritual donde podemos
compartir el amor con Dios, nuestro Padre, que puede moverse por el
mundo eterno e innito. Sin ocupar una
675Capítulo 1 La Naturaleza de la Vida y la Muerte
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 675
posición como Su compañero objeto, no es posible llegar a ser Sus
hijos.
29 El Dios invisible se desarrolla a tra- vés del Adán
visible. Cuando Adán se convierte en el primer dueño del amor
y da a luz y cría hijos e hijas, entonces él, por parte de
Dios, puede sentir el reino en sustancia en sentido horizontal.
Está la esfera del Dios incorpóreo, la esfera de sustancia de Adán
y los nietos, quienes son el fruto de esas dos esferas. La sus-
tancia del mundo espiritual y el mundo físico es este fruto. Esa
sustancia, sin importar a dónde va, es el fruto perfecto del mundo
espiritual y el mundo físico.
30 Ya que nuestros antepasados huma- nos fueron criados en el seno
de Dios, no podemos sino desear que Dios mismo viva en
comodidad y felicidad para siem- pre. ¿Sería bueno que Dios se
sienta infe- liz? Deseamos que Dios siempre se sienta
maravillosamente feliz. Un bebé en el vientre desea lo mismo.
Después de que el Dios absoluto creó a Adán y Eva, mien- tras
estaban creciendo, Él debe haber estado en un estado de innita
esperanza y felicidad. Debe haber tenido sueños para ellos. Esto
también es así para nos- otros. Es similar al hecho de que vivimos
por un tiempo en el vientre de nuestra madre, entonces nacemos y
empieza nuestra vida en el cuerpo físico. ¿Cuál es la diferencia
entre nuestra vida presente en la tierra y nuestra vida en el
vientre? Es lo mismo, solo que ahora estamos cre- ciendo en el
vientre del universo.
31 Hemos nacido en el amor que repre-
senta a Dios, vivimos en el amor, alcan- zamos el destino del amor
al tener hijos e hijas y volvemos a Dios para vivir con Él
eternamente. En otras palabras, nuestra vida comienza con el
amor, madura con el amor y se cosecha como el fruto del amor. La
muerte es el punto en el que se cosecha el fruto del amor. Hemos
reci- bido el amor de nuestros padres, com- partimos el amor de
esposo y esposa y amamos a nuestros hijos. Por lo tanto,
tenemos que cosechar los frutos del amor de Dios que han madurado
en el mundo interno del amor dispersos en toda nues- tra vida, y
debemos llevarlos con nosotros al mundo espiritual. Cuando me uno
completamente a través del amor, llego a reejar a Dios. Cuando
marido y mujer se unen y realizan completamente las tres etapas del
amor y van al mundo espiri- tual, se convertirán, por la eternidad,
en el compañero objeto de Dios frente al compañero sujeto eterno
que es Dios. Esto ocurre cuando un esposo y una esposa fallecen con
el amor verdadero como su centro. Por lo tanto, comenza- mos con
Dios y terminamos con Dios.
Sección 2. La Estructura Dual de los Seres Humanos 1 Los seres
humanos fueron creados con una estructura dual. Esta doble
estructura se compone del espíritu y la carne de una persona, mente
y cuerpo. Entonces, ¿cuándo se convierten en uno? No se puede unir
a los dos como uno solo cul- tivando la mente y ofreciendo
oraciones, no importa cuán despiertos lleguen a ser
espiritualmente. El cuerpo tiene cinco principales órganos
sensoriales. La mente,
676 Libro 7 La Vida en la Tierra y en el Mundo Espiritual
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 676
incluido el espíritu, y la conciencia; tam- bién tienen cinco
órganos sensoriales. Solo hay un poder que puede unir a las células
de estos cinco órganos sensoriales externos y los cinco órganos de
los senti- dos internos espirituales, para que resue- nen juntos y
se llenen hasta el punto de estallar. Es el amor de Dios, que es el
denominador común del universo. Sin ese amor, la unidad entre la
mente y el cuerpo es imposible.
2 En la relación entre nuestro espíritu y nuestro cuerpo, el
más importante es el espíritu. El cuerpo físico persiste durante
cerca de cien años y luego muere, pero el espíritu vive
eternamente, trascendiendo tiempo y espacio. Independientemente de
lo bien que se vista la gente y de lo lujo- samente que vivan en la
tierra, al nal, todos los seres humanos mueren. Por lo tanto, antes
de pasar al mundo espiri- tual debemos armonizar los estándares
espiritual y físicos con éxito y lograr, como un estilo de vida,
una unión sus- tancial perfecta del espíritu y la carne. En otras
palabras, durante nuestra vida en el mundo terrenal limitado,
tenemos la responsabilidad de perfeccionar el espíritu dentro de
nuestro cuerpo.
3 Dentro de cada uno de nosotros hay un yo espiritual y un yo
físico. En la Igle- sia de Unicación, nos referimos a estos como el
espíritu y el cuerpo. Original- mente, el espíritu y el cuerpo se
supone que deben ser uno. Finalmente, deben convertirse en uno. ¿En
qué lugar se convierten en uno? en un lugar de reso- nancia. Esto
es como la vibración de un
diapasón. Al golpear una de sus puntas se produce un tono que
resuena perfecta- mente en la otra. Al igual que un diapa- són,
nuestro espíritu y cuerpo también deben unirse a través de la
resonancia.
4 ¿Cuándo el ser espiritual y el cuerpo físico se hacen uno? Esta
es la pregunta. Cuando el amor de Dios viene a nuestro corazón,
nuestro cuerpo reacciona de forma automática y de forma activa. No
es la sabiduría, la capacidad o el poder de Dios, sino solo Su amor
nos puede llevar a un reino donde nuestro cuerpo y mente resuenen
al 100 por ciento, unidos como uno. ¿Cuál es el enfoque, el punto
están- dar ideal deseado por los órganos de los cinco sentidos
físicos, tales como los ojos y la nariz, así como por los órganos
de los cinco sentidos espirituales? No es ni el poder de Dios ni Su
sabiduría. ¡Es el amor, el centro y el estándar de todo!
5 Cuando el yo espiritual y el yo físico simpatizan y resuenan
entre sí con el amor de Dios en el centro, las células espirituales
y las células físicas se juntan en un movi- miento perfecto. Cuando
abrimos nues- tros ojos, podemos ver todo en el cielo y la
tierra por primera vez, ya que están liga- dos en un movimiento
perfecto. Cuando se utiliza un micrófono de alta eciencia, su voz
sonará plenamente en todas partes. Del mismo modo, una vez que
nuestro yo físico y nuestro yo espiritual se hacen uno y alcanzan
un estado explosivo a través del poder del amor, esta unión
completa emite una luz que resuena con todo, ya sea con el mundo
celestial, el mundo terrenal, o incluso con Dios mismo.
677Capítulo 1 La Naturaleza de la Vida y la Muerte
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 677
6 Todo ser creado en este mundo existe en pares basado en el ideal
de la recipro- cidad. Por eso es absolutamente necesa- rio el
número dos, desde los seres más pequeños hasta los más grandes. En
el caso de los seres humanos, la mente y el cuerpo en el individuo
tienen que llegar a ser uno. Después, el marido y la esposa tienen
que llegar a ser uno, y entonces el mundo espiritual y el mundo
físico tie- nen que llegar a ser uno. Desde el princi- pio estaban
destinados a estar unidos.
7 Entre el cuerpo y el espíritu, el más importante es el espíritu.
Nuestra carne vive durante cien años dentro de la esfera
limitada de tiempo y espacio, antes de desaparecer en la nada; pero
nuestro cuerpo espiritual tiene el poder de tras- cender el tiempo
y el espacio. Por lo tanto, nuestro propósito esencial es reconocer
nuestra responsabilidad histórica y cum- plirla. Independientemente
de lo bien que se pueda vivir físicamente, al nal van a
morir. Entonces, ¿qué es más importante, los estándares
espirituales o los estándares físicos? Nosotros no vivi- mos
basados en estándares físicos. La carne existe para el espíritu, y
no al revés. Ustedes no deben aferrarse a la forma de vida
que las personas seculares siguen. Deben encontrar una base que sea
más importante para la existencia, con su cuerpo físico y su cuerpo
espiritual sus- tancialmente unidos. Esto servirá para fortalecer
su cuerpo físico también.
8 Desde el punto de vista de Dios, ¿hay alguna diferencia
entre una persona joven, una persona de mediana edad
y
una persona mayor? Dios mira sola- mente el yo espiritual. Él puede
ver si un yo espiritual es joven y activo y tiene un carácter
disciplinado. Él no ve la cás- cara externa. Él ve lo que quedará
en el interior después que se deseche la cás- cara externa.
9 ¿Qué pasa cuando vamos al mundo espiritual? Nos convertimos en el
cuerpo de Dios. Una persona se convierte en el cuerpo de Dios. Lo
leemos en el Evan- gelio de Juan 17:21 y en 1 Corintios 3:16: “¿No
sabéis que sois templos de Dios?”. Los seres humanos son, pues, el
templo, la casa donde Dios puede habitar. Enton- ces, ¿cómo podemos
llegar a parecernos a Dios? Cuando lleguen a la etapa de
cumplimiento de su parte de responsa- bilidad, Dios morará en
ustedes. Se crea la Unidad entre ustedes y Dios y, a través de ese
amor, se logra la unidad de la vida. Su vida es atraída a la vida
de Dios. Un hombre y una mujer llegando a ser esposo y esposa y
teniendo una familia signica que, por su amor, la unidad los atrae.
De la misma manera, el poder de ese amor los atrae a Dios.
10 Los seres humanos tienen una mente y un cuerpo. Por encima de
nuestra mente está nuestro espíritu, y por encima de nuestro
espíritu está Dios. Es por ello que podemos llegar a ser perfectos
cuando nos hacemos completamente uno con Dios. Aunque una persona
es solo una pequeña entidad, debido a que él o ella representan
toda la historia, así como todas las relaciones futuras, él o ella
poseen un valor cósmico.
678 Libro 7 La Vida en la Tierra y en el Mundo Espiritual
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 678
11 ¿Les gustaría vivir eternamente en la tierra, o preeren vivir
eternamente en un mundo sustancial de amor incorpó- reo? Se podría
decir que preeren vivir eternamente en el mundo que se ha con-
vertido en la sustancia del amor incor- póreo. Así que,
cuando Dios les dice que Él quiere mostrarles el mundo espiri-
tual, ¿podrían seguirlo con su cuerpo físico? Es por eso que
necesitan un espí- ritu. Esto no es una ilusión, sino un hecho. Si
asumimos que Dios existe como el centro de la mente invisible y que
Él requiere de un compañero objeto, ¿no desearía Él llevarse a los
seres humanos, mostrarles cada parte del reino ideal eterno que Él
creó, y darles todo?
12 Podemos ver el cuerpo incorpóreo a través de nuestros ojos
espirituales. En el centro de ese cuerpo incorpóreo está el
espíritu, y esta parte corresponde a la mente humana. Ese lugar es
donde pode- mos encontrarnos con Dios en alegría y sin que
otras personas se den cuenta de lo que están haciendo. Si Dios y
ustedes se aman en un lugar así, nadie puede sacarles ese amor. Ese
lugar es el destino nal de amor vertical y el punto de par- tida
del amor horizontal.
13 La mente espiritual es la unión de mente y espíritu, y se mueve
hacia una sola meta. Por lo tanto, nuestra concien- cia centrada en
Dios puede motivarnos a alcanzar la personalidad ideal basados en
la unidad de nuestro espíritu y carne. Nuestra conclusión solo
puede ser que si no tuviéramos una mente espiritual, seríamos
incapaces de buscar el origen
que nos puede conectar con el mundo espiritual y el amor verdadero.
Cuando la mente espiritual entra en nosotros, nuestro cuerpo se
regocija y todo lo sigue. Los dos se hacen uno automáticamente.
Hasta ahora, nuestro mayor problema ha sido la separación de la
mente y el cuerpo. Cuando el poder espiritual de Dios entra en
nosotros como el origen de nuestra mente espiritual, entonces
nuestra mente y cuerpo se hacen uno de forma natural. A menos que
se produzca una revolución en este nivel fundamen- tal, a menos que
descubramos el origen que puede recticar todo lo posterior a ello,
no tenemos ningún camino hacia el ideal. Solo mediante una fuerte
motiva- ción puede haber un resultado.
14 La mente es vertical y el cuerpo es horizontal. La mente es el
“yo” vertical y el cuerpo es el “yo” horizontal. Hay dos. El
“yo” vertical es la mente, y el “Yo” hori- zontal es el cuerpo. Su
estructura es la misma. Todo en la creación comparte eso. Si uno
sube, el otro baja. Consideremos el ejemplo de un árbol. Las raíces
absorben elementos nutritivos y las hojas también producen
elementos nutritivos. Las hojas reciben la luz del sol y, a través
de la clo- rola, crean y suministran nutrientes. Sus raíces que se
encuentran bajo tierra tam- bién absorben nutrientes. Estos
nutrien- tes interactúan entre sí. En términos del Principio, ellos
son el elemento de vitali- dad y el elemento de vida, siempre dando
y recibiendo en una relación como la de la mente y el cuerpo.
15 Tenemos que comer alimento espi-
679Capítulo 1 La Naturaleza de la Vida y la Muerte
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 679
ritual. Cuando tienen hambre, ¿qué debe- ría ser más sabroso: el
alimento físico o el alimento espiritual? Con el n de sobrevivir y
estar del lado de Dios, deben disfrutar más del sabor de la comida
espiritual que del alimento físico. El sabor de una vida centrada
en el poder espiri- tual debe sobresalir mucho más que la
vida basada en la fuerza física.
Sección 3. El Signicado de la Muerte 1 Deseamos parecernos a Dios,
y es natural que Dios abrigara la esperanza de que nosotros nos
asemejemos a Él como Sus hijos e hijas. Para ello, los seres huma-
nos necesitan nacer de nuevo para asumir una forma que pueda
parecerse a Dios. Dios y los seres humanos están esperando
ansiosamente el día en el que puedan volar juntos para
siempre. El día en el que podemos nacer como esas personas que
pueden volar, el día en que nacemos con un cuerpo de este tipo, ese
es el día de nuestra muerte, cuando descartamos nuestro cuerpo
físico. Siendo ese el caso; ¿deberían los seres humanos darle la
bienvenida a la muerte, o llorar por ello? Por supuesto, debemos
darle la bienve- nida. Y cuando morimos, ¿por qué esta- mos
muriendo? Deberíamos declarar que nuestra muerte será por el amor
verda- dero de Dios; es decir, amor por el bien de los demás. Si
esto es así para nosotros, nos despojamos de nuestro cuerpo físico
con el n de participar en el ámbito de la actividad del amor innito
de Dios y por el bien del mundo del amor de Dios.
2 Si se enferman y están a punto de
morir, por lo general entran en coma. Están en un estado en el que
no están seguros de si están muertos o no. Una vez allí,
pueden ver todo sobre el lugar donde van a vivir. Sus amigos y
familia- res de ese lugar se están preparando para darles la
bienvenida, y el vasto reino del cielo que se despliega ante sus
ojos es tan deslumbrante y espléndido que excla- man: “Debería
darme prisa y llegar ahí”. Por lo tanto, ustedes se mueven hacia
ese lugar y, eventualmente, mueren. Cuando se dirigen hacia un
lugar que se hace cada vez mejor y mejor, pasan a través de la
primera, segunda y tercera puerta y luego entran al otro mundo,
donde son recibidos. La muerte no es algo que les debería desanimar
o desalentar. No están yendo hacia abajo; en su lugar, están
haciendo un salto. En resumen, ustedes ascienden. Por lo tanto, no
deben temer a la muerte. La muerte viene en conformidad con una ley
cíclica natu- ral, como un proceso de traslado a un mundo
mejor.
Empezando una Nueva Vida 3 La gente generalmente piensa que todo
desaparece con la muerte, pero ese no es el caso. Debido a que
existe un mundo espiritual, la vida continúa como está. Tenemos que
prepararnos en la tierra para entrar al mundo espiritual. Debido a
que se respira amor en el mundo espiri- tual, para poder respirar
libremente allí, ustedes deben mantener el amor como el centro de
sus vidas en la tierra. Si no se centran en el amor durante sus
vidas físi- cas, no podrán respirar libremente en el mundo
espiritual. Como consecuencia de
680 Libro 7 La Vida en la Tierra y en el Mundo Espiritual
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 680
que el mundo espiritual es un mundo en el que se respira amor, se
puede pensar en él como un mundo en el que el amor es el aire. Su
segundo nuevo comienzo se conoce como la muerte. Por lo tanto, no
hay nada de que temer. La muerte abre las puertas a un nuevo
comienzo.
4 Hablando de la vida y la muerte, ¿qué es más fuerte? ¿La vida es
más fuerte que la muerte, o la muerte es más fuerte que la vida? En
el mundo de Satanás, la muerte es más fuerte que la vida. Después
de llegar a conocer la Voluntad de Dios, no deben despreciar el
hecho de tener que morir. Solo muriendo pueden resucitar. Entonces,
¿Que signica la muerte que se menciona en la Biblia? No signica
poner n a nuestra vida eterna que viene de Dios. En cambio, signica
acabar con la vida que hemos heredado a través del linaje
caído del mundo satánico. Es por esto que los que tratan de perder
su vida por la Voluntad de Dios, la hallarán.
5 Al nal de nuestra vida física, pasa- mos por un segundo
nacimiento. Se trata de la muerte. El lugar donde experimen- tamos
nuestro segundo nacimiento, el lugar donde vamos después de la
muerte, es el mundo espiritual. Entramos en ese mundo y recibimos
un suministro de amor verdadero de Dios, que es nuestro tercer
padre representando todo el uni- verso. En otras palabras, se
nos suminis- tra amor verdadero ideal. Es por ello que la unidad
solo se puede lograr en el mundo espiritual. En el momento de la
muerte, dejamos atrás el segundo mundo, un mundo de aire, y debemos
conectar-
nos con el tercer mundo, un nuevo mundo en el que estamos diseñados
para respi- rar amor. Dejamos atrás el amor de nues- tros padres y
de nuestros hermanos, vamos al mundo espiritual y nalmente
entramos en el mundo del amor verda- dero que está en armonía con
Dios, el Ser Original. Ya que el Ser Original ini- ció la semilla,
el fruto tiene que regresar al Ser Original.
6 La razón por la que tenemos que morir es porque nuestra capacidad
de amar en nuestro cuerpo físico es limitada. Si que- remos poseer
la verdadera autoridad del innito amor verdadero de Dios como Su
compañero objeto, nuestro cuerpo físico limitado no será suciente.
Por eso, necesariamente debemos transfor- marnos en un espíritu
incorpóreo. Por otra parte, tenemos que hacerlo con el n de
compartir el ideal del amor por igual con todo el cielo y la
tierra. Por esta razón, el momento de la muerte no con- duce a un
camino de dolor. Es el punto de partida que abre la felicidad como
la puerta por la que podemos poseer el amor verdadero universal. La
muerte sig- nica una transición del mundo terrenal, donde solo
podemos gatear y caminar, a un mundo donde podemos vivir y volar
libremente. Para calicarnos como un viajero que puede
disfrutar del amor ver- dadero con el universo entero como su
escenario, y para entrar en un mundo así, caminamos el camino de la
muerte. Por lo tanto, la muerte no es más que nacer de nuevo.
7 Algún día vamos a descartar nuestro
681Capítulo 1 La Naturaleza de la Vida y la Muerte
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 681
cuerpo físico y pasar al mundo espiritual. Así, nosotros, como
seres humanos naci- dos en este mundo, tenemos que estar preparados
para la muerte. Por otra parte, tenemos que aguantar las di-
cultades por las que desarrollaremos un buen carácter. Este se
convertirá en nues- tro verdadero ser en el mundo eterno. Ustedes
nacerán como un bebé bueno y saludable solo si reciben una
buena edu- cación prenatal dentro del vientre de su madre. Su vida
en la tierra es similar a su vida en el vientre materno. Así
que, hay que modelarse a sí mismo de acuerdo a la forma
externa de Dios, así como Su corazón y Su carácter divino, para
poder crecer adecuadamente. E incluso cuando hayan crecido, es
necesario superar los obstáculos a riesgo de sus vidas.
8 Que la muerte sea el segundo naci- miento no es algo trágico. Si
Adán y Eva no hubieran caído, habrían vivido en el reino de la
resonancia con Dios. Su cuerpo y su mente hubieran estado en
sintonía. Cuando vivimos en la tierra cen- trados en el amor,
alcanzamos el amor con el mismo estándar de longitud de onda como
el del amor del mundo espi- ritual. De esta manera, podemos
percibir el mundo espiritual mientras vivimos en la tierra. Del
mismo modo que hemos nacido de nuestros padres en la tierra,
viviendo juntos con ellos y aprendiendo de ellos y así
perfeccionamos nuestra vida en la tierra, nacemos de nuevo
centrados en Dios, el Padre de amor en el mundo celestial.
Nosotros, que hemos perfeccio- nado los cinco sentidos espirituales
vivi- mos junto con Dios en el mundo eterno
de amor como hijos e hijas de Dios, Sus amigos y Su cuerpo. Es por
eso que la muerte no es la muerte. La muerte viene para que podamos
eliminar las limitacio- nes que bloquean el camino que nos lleva
desde el mundo limitado al mundo in- nito. Al morir, cruzamos esa
cumbre, entrando en nuestra segunda vida.
9 La muerte es similar a cuando salimos del vientre, donde vivíamos
en el agua, y destruimos al salir el cordón umbilical y
el saco amniótico. Es un segundo naci- miento, nuestra partida de
este mundo limitado en el que se respira por la nariz hasta el
lugar donde podemos recibir el amor de Dios. Eso es la muerte. Es
por eso que tenemos un primer antepasado y un segundo antepasado.
Nuestro camino de la vida es tal, que dejamos este mundo donde
recibimos el amor de nuestros padres y buscamos el lugar del amor
de Dios, nuestro Padre innito y eterno. Abrazados en el seno de
Dios, formamos lazos de la vida innita y el amor y volve- mos a la
patria original donde podemos vivir eternamente. Allí se
respira amor como el aire que respiramos ahora. Vini- mos de Dios,
y por alcanzar esta autori- dad real de amor podemos llegar a ser
un segundo Dios. Basado en amor, nuestro valor se
iguala.
10 Ya que los seres humanos nacieron desde el mundo espiritual, no
tienen más remedio que volver al mundo espiritual. La palabra
coreana toraganda (a morir, literalmente volver) es interesante. ¿A
dónde volveremos? No es un cementerio. Es nuestro lugar de origen.
El lugar
682 Libro 7 La Vida en la Tierra y en el Mundo Espiritual
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 682
donde empezamos no es un cementerio. Signica cruzar las vastas
extensiones de la historia, incluso más allá de su origen. Esto no
signica volver como un coreano si uno nació en Corea, sino volver
como un ser humano. Un coreano que muere no vuelve por ese camino
como un core- ano. Vuelve al mundo original que dio a luz a los
antepasados de la humanidad. Signica volver al lugar donde está el
Creador. Siendo este el lugar donde nos originamos, es ahí que
volvemos.
11 Si alguien muere de vejez, la expre- sión en coreano es que esa
persona “vol- vió”. Cuando alguien pregunta acerca de
nuestros abuelos difuntos, decimos que “regresaron”, ¿no? ¿A dónde
volvieron? Volvieron al mundo espiritual. Ya que originalmente
vienen del Dios incorpó- reo, el mundo incorpóreo es nuestra patria
original. Desde el mundo incorpó- reo venimos al mundo corporal,
nos multiplicamos en la tierra y luego volve- mos al mundo
incorpóreo. Este es el camino por el cual volvemos. Nos origi-
namos del Padre incorpóreo; entonces, nacemos a través de nuestro
padre cor- póreo unido al cuerpo de nuestra madre y vivimos en el
mundo corpóreo. Más tarde, descartamos nuestro cuerpo físico,
volvemos a nuestra forma original y vamos al
mundo espiritual.
12 Una vez que nacemos, es inevitable morir. Pero, ¿a dónde vamos
después de la muerte? ¿Nos disipamos como el humo? Vamos al mundo
espiritual. En el mundo espiritual hay un reino. ¿Quién, entonces,
es el amo del mundo espiri-
tual? Es Dios. Por lo tanto, debemos ser hijos e hijas de Dios. Si
no nos converti- mos en hijos de Dios, no podremos entrar en el
Cielo.
13 Quizás no conocen la realidad del mundo espiritual, pero yo sí.
Disfruto de un don espiritual de Dios que me da una visión
clara de ese mundo desconocido. Excavando en la raíz de ese mundo,
me di cuenta que sus principios son bastante simples. Solo los que
vivieron por el bien de los demás alineados con los princi- pios
universales de Dios; es decir, el ori- gen ideal, pueden entrar en
ese mundo. Estructurado a lo largo de este linea- miento, ese mundo
es el reino celestial ideal. Es la patria original que la huma-
nidad debe buscar. Somos seres huma- nos caídos exiliados de
nuestra tierra de origen, pero estamos destinados a volver. Sin
embargo, debido a que no podemos volver solo a través de
nuestros esfuer- zos, Dios tuvo que crear un camino espe- cíco en
el curso de la historia por el cual podamos volver.
Yendo al Mundo del Amor de Dios 14 Lo sepamos o no, nos dirigimos a
un determinado destino. Nos estamos acer- cando a ese destino tanto
cuando nos estamos moviendo como cuando esta- mos descansando. No
solo ustedes, sino también este pueblo, este mundo y, ade- más,
incluso el cielo y la tierra se dirigen hacia allí. Este es un
hecho innegable. ¿A dónde irán después de haber vivido esta
vida en la tierra? Esta es una cuestión importante que todos
debemos resolver. Las religiones se han movilizado para
683Capítulo 1 La Naturaleza de la Vida y la Muerte
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 683
resolver este problema, como lo han hecho las losofías y la
historia misma. Ustedes, además, no pueden negar que este destino
los atrape y los maneje por completo. Resolviendo este problema o
no, estamos destinados a seguir. Este cuerpo verá su n y será
enterrado en el suelo en el momento de nuestra muerte. Ahora,
¿serán enterrados esta mente, esta vida, este corazón y esta
idea e incluso esta esperanza junto con este cuerpo? Una persona
que no sabe nada de esto, y quien no ha establecido una
resolución fuerte con una visión clara de su obje- tivo, no puede
sino sufrir una desafortu- nada existencia.
15 Si Dios es el Padre de los seres huma- nos, ¿qué nos dice eso
acerca de cómo y por qué los creó? Cuando el Dios del amor
los creó, ellos empezaron desde el lugar donde Él los hizo
participar en Su amor. Nuestro camino de vida es empe- zar desde el
corazón de Dios. Crecemos en el abrazo de Su amor, alcanzamos la
madurez y formamos una familia en el amor de Dios. Nos convertimos
en per- sonas completas quienes pueden conec- tar la vida en la
tierra con un amor de nivel mundial, para regresar nalmente al
abrazo de Su amor.
16 Debido a que somos seres espiritua- les, nuestra vida es eterna.
¿Por qué algu- nas personas han practicado la lealtad ante el
Cielo, caminando por el camino de la muerte por el Cielo con
esperanza en su corazón, aún sin haberlo dese- ado? Lo han hecho
porque sentían algo que la gente común no podía sentir
y
conocían los valores celestiales que la gente común no conocía. Fue
por esa razón que pudieron pisar el camino de la muerte. Es posible
que encuentren adversidad o tristeza en su vida real, e incluso la
muerte. A menos que su mente se vuelva más fuerte que eso, solo
senti- rán arrepentimiento ante la muerte y se retirarán con dolor
y tristeza.
17 Ustedes han nacido de sus padres; pero, ¿de dónde vienen,
fundamental- mente? Venimos de Dios. Nacemos de la semilla de
nuestro padre y del vientre de nuestra madre. Su madre y su padre
no los crearon a ustedes. Nacieron para que puedan buscar a los
Padres Verdaderos, los padres que son verdaderos. Ustedes necesitan
encontrar a los Padres Verda- deros a través del Padre Universal y
a través de sus padres físicos. Por eso, el momento de su muerte es
un momento de júbilo, cuando van para encontrarse con sus Padres
Verdaderos. El amor ver- dadero de los Padres Verdaderos está ahí.
Este es el Reino de los Cielos espi- ritual. Ese lugar se compone
de amor. Es un lugar con abundante amor de los Padres Verdaderos.
Este amor es un amor basado en el principio de servi- cio y
sacricio, de acuerdo con la ley absoluta. Para llegar a ser
elegibles para presentarse a la prueba, deben amar el universo. Su
vida en la tierra es el campo de entrenamiento para que amen a la
humanidad y la sala de examen. Esta es la base del universo. Cuando
una per- sona se somete a este tipo de experien- cias y vive con
tal amor durante su vida en la tierra, y pasa la prueba,
cuando
684 Libro 7 La Vida en la Tierra y en el Mundo Espiritual
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 684
mueren, regresarán sin falta a la presen- cia de Dios.
18 Las personas aspiran a parecerse a Dios. La idea de Dios es
permitir que nos parezcamos a Él. Por lo tanto, tenemos que nacer
de nuevo en un cuerpo que nos permita parecernos a Dios. Tanto nos-
otros como Dios anticipamos ansiosa- mente ese día. El día en que
nacemos como tales personas, ese es el día de nues- tra muerte.
Siendo ese el caso, ¿debería la gente darle la bienvenida a la
muerte, o no? Deberían darle la bienvenida. Cuando se nos pregunta
por qué mori- mos, deberíamos responder: “Muero por causa del amor
verdadero de Dios”. Entonces, descartamos nuestro cuerpo físico
para que podamos participar en la esfera de actividad del amor
innito de Dios, y por el bien del mundo del amor de Dios. Morir
signica nacer en un estado de ser envuelto en el amor de Dios. Sin
embargo, en este mundo, la gente hace un alboroto, diciendo: “¡Oh,
me estoy muriendo!”. En el momento que transitan por el camino de
la muerte, su segundo nacimiento tiene lugar. Pueden recibir la
alegría de salir de la esfera del amor limitado y entrar en el
reino del amor innito. A menos que se liberen del miedo a la
muerte, no pueden establecer una relación con Dios.
19 Los seres humanos heredan un solo propósito para sus vidas, pero
en reali- dad viven con diferentes propósitos. ¿Por qué razón se
les pedirá que “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y
con toda tu alma y con todas tus fuerzas
y con toda tu mente?”. (Mateo 22:37) Es para llegar a ser hijos de
Dios. Por lo tanto, ustedes deben estar dispuestos incluso a
arriesgar sus vidas para amar a Dios. Esto es lo que estamos
destinados a hacer, así que no podemos ir a morir en el más bajo de
los lugares. En su lugar, tenemos que morir en el lugar más alto.
Debemos morir centrados en la nación celestial. Debemos morir en el
único reino celestial en el cielo y en la tierra. Incluso en la
muerte, hay un método apropiado y un lugar apropiado. Algunas
maneras comunes de morir en Corea no serán sucientes. Tienen que
morir en la posición más alta, centrada en la nación del corazón de
Dios, que pasa a través de los cielos y la tierra. Tienen que morir
en el centro del reino de los cielos. Ustedes deben morir en un
lugar donde el uni- verso les dará la bienvenida con bande-
ras al viento.
20 Una persona que vive valorando la esperanza del Cielo puede
superar con alegría incluso el pico de la muerte; de lo contrario,
será un objeto de pena. Por eso, cuando se enfrentan a la muerte,
no deberían tener resentimiento nilamen- tarse por cosas de este
mundo. En sulugar, deberían alegrarse y pararse delante del cielo,
hablando conados del valor de su muerte. Dios está buscando a esos
hijos e hijas de esperanza. Dios no puededejar de amar a una
persona que siente la ale- gría del cielo estando en esa posición.
Si hubiera una multitud de personas que levantaran sus voces al
cielo desde tal posición, Dios no podría evitar respon- der a su
clamor.
685Capítulo 1 La Naturaleza de la Vida y la Muerte
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 685
Sección 4. El Signicado del Cielo 1 El cielo es un lugar vasto. Es
un mundo que es más grande y más extenso que todo el universo.
Pero, a pesar de que se trata de un mundo cuya inmensidad es
indescriptible, si la persona que aman está en algún lugar en ese
mundo, aparecerá instantáneamente cuando digan que quieren verlos,
independientemente de dónde se encuentren. Y saben inmedia- tamente
su estado de ánimo cuando lo anhelan. Tan pronto como llegan, les
saludan, y sabiendo lo que está en su mente, dicen: “Gracias por
pensar de esta manera acerca de mí”. Es por eso que no hay
necesidad de explicar nada en el mundo de la mente. Sin una
explicación, se puede sentir todo. Cuando van allí y conocen
a alguien, saben de inmediato que él o ella van a decir esto o
aquello. A pesar de saber lo que va a decir, lo escu- chan. ¡Así de
maravilloso es ese mundo! El amor verdadero pasa por el camino más
corto, el amor verdadero es el más rápido de todos. Incluso si un
hijo amado está en algún lugar en el extranjero, tan pronto como
los padres piensan en ese hijo, ellos ya fueron allí, vieron a ese
hijo, y regresaron. El amor trasciende la dis- tancia. Ya que el
amor verdadero se des- plaza más rápido, este vasto universo entero
puede ser el escenario para las acti- vidades de su vida. Ya
que trasciende el tiempo y el espacio, no hay sentido de la
distancia. Es como si todo estuviera justo delante de sus
ojos.
El Reino de los Cielos es un Mundo donde Abunda el Amor de Dios 2
El Reino de los Cielos es el mundo del
amor de Dios. Es un mundo en el que el aire que se respira es amor.
Ese mundo está lleno de vida. No hay ningún lugar donde no se
palpite la vida, y todos están unidos por vínculos de sangre. Ya
que su pueblo son descendientes de un linaje de Dios, si Dios
siente pena por algo, todo el mundo espiritual siente ese dolor
como si fuera un solo cuerpo con Dios. Y cuando Dios siente
alegría, todo el mundo siente esa alegría. De esta manera, el amor
de Dios mueve el vasto reino de los cielos. En respuesta a este
amor, el reino viviente de todo lo creado es arte bello centrado en
la relación de pareja sujeto objeto. Así como estamos conectados
por el linaje, todo está unido como un tejido; así que cuando Dios
es feliz, somos felices; y cuando Dios está triste, estamos
tristes.
3 Jesús dijo: “El Reino de Dios está entre vosotros”, (Lucas
17:21) y este Reino de los Cielos se centra en el amor de Dios. En
el Reino de los Cielos, las relaciones forma- das centradas en el
amor de Dios, estable- cen un entorno universalmente bien ordenado.
Entonces, ¿qué tipo de persona deben ser para residir en ese reino?
Solo personas que armonizan con la esencia del amor de Dios pueden
residir en él. Las personas que no son así, no pueden expe-
rimentarlo. Entonces, ¿cuál es la esencia que puede armonizar con
la esencia del amor de Dios? El egocentrismo es inútil. Solamente
invirtiendo la vida por otros, siendo devotos, y dando todo lo que
uno tiene nos permite vivir de forma continua en el reino del amor
de Dios.
4 En el Cielo podemos tener la satisfac-
686 Libro 7 La Vida en la Tierra y en el Mundo Espiritual
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 686
ción por lo que hemos preparado al haber llevado una vida de
servicio. Entonces, ¿qué tipo de personas pueden ir al Cielo? No
serán aquellos que creían en el Señor con el n de recibir
bendiciones; es decir, aquellos cuyo principal deseo era recibir
bendiciones. El cielo es el destino para los que viven preparando
sus corazones para atender a Dios. Es un lugar donde incluso los
que mueren durante su tiempo de pre- paración pueden ir con
alegría, porque dejan una vida de servicio. Allí toma lugar la
Resurrección. Después de prepararse para servir, es necesario
llevar una vida de servicio. El objetivo de la preparación es
llevar una vida de servicio. Entonces, ¿cómo se puede llevar una
vida de servi- cio? Traten de sentir lo que les rodea, exa- minen
su entorno. Los detalles de la vida no aparecen fácilmente acerca
de cómo llevar una vida de servicio que es el punto crucial.
Debemos pensar en ello en nues- tra vida diaria.
5 El cielo es un lugar en el que no pode- mos entrar sin una
relación de corazón. Es la nación original; o más aun, la nación de
la naturaleza original que puede gobernarlo todo. No les puede
pertenecer basado en un sentimiento personal. Más bien, se basa
solo en un vínculo profun- damente sentido de corazón. Por lo
tanto, en última instancia, es un lugar donde debemos ser capaces
de comunicarnos en el nivel del corazón y no en el nivel de los
sentimientos personales. El propósito de la providencia de Dios en
la tierra es establecer el fundamento sobre el que podemos ir más
allá de compartir los sentimientos sutiles, y más bien,
cantar
nuestras emociones honestas y más sig- nicativas de las esferas más
profundas de nuestro corazón.
6 A pesar de que Jesús vino a establecer la patria original, él
falló en establecerla antes de abandonar esta tierra. Aunque, dijo:
“El reino de los cielos está entre vos- otros”, Jesús mismo no pudo
ver el reino de los cielos con sus propios ojos. Incluso nuestros
antepasados más respetados y los mártires, los sabios y los
ilustrados que han ido y venido en la historia, no pudie- ron ver
ese lugar o marcar el comienzo de ese día. Sin embargo, todos
aquellos que heredaron el linaje del mal de los ances- tros caídos
aún deben formar un vínculo con la patria original. Es por eso que
todo el mundo está en busca del ideal. En rea- lidad, las personas
están buscando la patria original. ¿Qué clase de mundo sería? No es
un mundo donde las perso- nas son enemigos entre sí, envidiosos del
éxito de los demás, o resentidos cuando otros se regocijan. En ese
mundo, una persona que hace el bien representa el éxito de la
totalidad, una persona que se regocija representa la alegría de
todos. La patria original es el lugar en el que, cuando una persona
se regocija, todos se regocijan, y cuando una persona se siente
bien, todo el mundo se siente bien.
7 Hagan que sus vidas sea alegre con Dios en el centro, háganlas el
Reino de los Cielos. En el Reino de los Cielos, ustedes practican
una vida de dar. Dios también tiene que dar. Los padres tienen que
dar a sus hijos. Incluso después de que el padre haya dado algo
bueno, su
687Capítulo 1 La Naturaleza de la Vida y la Muerte
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 687
corazón desea dar algo aún mejor. Como padres de familia, incluso
si han vestido a su bebé con la mejor ropa y le han dado cosas
buenas para comer, no están satis- fechos. Por el contrario,
ustedes dicen: “Me gustaría poder darle mejores cosas”. Desear dar
algo mejor después de que ya han dado, ese es el corazón de un
padre y el corazón de Dios.
8 El cielo es el lugar donde los esposos y las esposas van después
de criar a los hijos e hijas a los que han dado a luz. Es el lugar
donde van mientras guían a sus hijos e hijas, sus nietos y sus
clanes. Ade- más, es el destino de toda la nación. El cielo se
realiza de esa forma. No importa lo mucho que los creyentes
religiosos de hoy deseen ir al Reino de los Cielos, no es un lugar
al que se puede entrar solo. Nunca pueden ir solos.
9 El Reino de los Cielos es lo que expe- rimentan después de haber
nacido de los padres originales de bondad, después de haber formado
una relación de marido y mujer y haber dado a luz a hijos e hijas,
después de haberlos amado y haberles legado todo a ellos en un
universo armo- nioso donde Dios puede regocijarse con todas las
cosas creadas. El Reino de los Cielos no es un lugar donde el padre
puede ir sin la madre. Es el lugar donde todas las personas, el
padre, la madre y los hijos e hijas están destinados a
ir.
10 ¿Cuál es nuestro mayor deseo? Es poseer el amor de Dios. Incluso
si hemos poseído a Dios, si no podemos poseer el amor dentro de Él,
que es aún más pre-
cioso, Dios no puede ser nuestro. Por lo tanto, tenemos que poseer
el amor de Dios. Cuando Su amor primero se con- vierte en el
mío y el mío se convierte en Suyo, lo interno y lo externo se hacen
uno. Una nación basada en ese amor se convierte en una patria ideal
sin clases superiores e inferiores. Cuando nos acos- tamos en un
lugar así, sentimos que no hay nada en el universo que no parezca
bueno y que no exista por nosotros. Puesto que el amor de Dios es
así, el mundo celes- tial; es decir, el Reino de los Cielos, que
debe ser el destino de la gente de hoy, está lleno de amor.
Somos los Mediadores entre el Reino en la Tierra y el Reino en el
Cielo 11 En el proceso de la creación, Dios hizo a todas las cosas
y a la humanidad. Todo comenzó con Dios en el centro. La Voluntad
de Dios era la unidad entre Él y la humanidad y el equilibrio de
todas las cosas en la creación. La humanidad se encuentra en el
medio, entre Dios y el mundo creado. Así, podemos funcionar como
mediadores entre los mundos espi- ritual y físico.
12 No hay duda de que Dios creó el cielo y la tierra para recibir
gloria. Pri- mero creó el mundo espiritual sustancial. Luego creó
el mundo físico sustancial como una representación del mundo
espiritual sustancial. Entonces, creó a Adán y Eva como el centro
del mundo físico y los representantes del mundo espiritual. Adán y
Eva estaban destina- dos a moverse juntos al ritmo del cielo
y la tierra. Por lo tanto, si Adán y Eva cam-
688 Libro 7 La Vida en la Tierra y en el Mundo Espiritual
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 688
biaban, el cielo y la tierra también cam- biaban, y si el centro de
Adán y Eva se rompía, el centro de todo el universo también se
rompería. Si el centro de todo el universo se rompía, el centro del
Cre- ador se rompería también. Estas eran las condiciones
necesarias sobre las que se creó a Adán y Eva.
13 Hay una razón por la que Dios creó a los seres humanos como dos
entidades separadas, hombre y mujer. Primero, Dios existe como el
compañero sujeto con características duales armonizadas, pero
debido a que Dios no tiene forma externa, Él necesitaba una forma a
través de la cual podría relacionarse con el mundo sustancial. Ya
que la creación incluye un mundo físico, Dios absoluta- mente
necesitaba un cuerpo que le per- mitiera comunicarse y actuar
libremente en ese mundo. No podría ser solo el cuerpo del hombre o
el cuerpo de la mujer. Tenían que ser los cuerpos de Adán y Eva
juntos reejando la imagen de Dios. Sin forma, Dios está limitado en
Su capacidad de relacionarse con el mundo corporal sustancial. En
conse- cuencia, si Adán y Eva hubieran llegado a ser uno mientras
asistían a Dios y si, después de perfeccionarse, se hubieran casado
y tenido hijos, se habrían conver- tido en los Padres Verdaderos
sustancia- les horizontales y externos, mientras que Dios se habría
convertido en el Padre Verdadero interno, vertical y sustancial. Si
esto hubiera ocurrido, Adán y Eva habrían estado en la posición de
Dios y hubieran reejado a Dios en un 100 por ciento, tanto
interna como externamente.
Y si Adán y Eva, reejando completa- mente a Dios, se hubieran
convertido en los Padres Verdaderos de la humanidad, toda la
humanidad habría llegado a reco- nocerlos como la forma sustancial
de Dios. Segundo, Dios creó a los seres humanos como entidades
separadas, hombre y mujer, para perfeccionar el amor. Cuando
Adán y Eva llegaran a ser las formas sus- tanciales perfeccionadas
del amor y alcanzaran la unidad completa, enton- ces Dios
hubiera morado dentro de ellos y se hubieran convertido en los
padres de amor verdadero de la humanidad. Adán y Eva, quienes, por
ende, hubieran estado en la posición de la forma externa de Dios,
habrían sido capaces entonces de reproducir hijos y formar una
familia ideal y un mundo ideal. Una vez que esto sucediera, el
mundo espiritual y el reino terrenal se conectarían a través de la
humanidad.
14 Dios no tiene forma externa, Él es invisible. Incluso en el
mundo espiritual, Dios no puede ser visto. Sin embargo, Dios
necesita un cuerpo. Dios creó todas las cosas porque necesitaba un
compa- ñero objeto. A través de ese compañero, Dios puede asumir
una forma física. Adán y Eva perfeccionados deberían haberse
convertido en el cuerpo de Dios. Originalmente, Adán y Eva deberían
haberse convertido en el rey y la reina de la familia, la tribu, el
pueblo, la nación, el mundo y el cosmos cuando fueran al mundo
espiritual. Una vez allí, represen- tarían a Dios en el mundo
espiritual.
15 La Visión del ideal de la creación de
689Capítulo 1 La Naturaleza de la Vida y la Muerte
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 689
Dios incluyó al Reino de los Cielos en el mundo espiritual, pero Él
creó todas las cosas porque deseaba un Reino de los Cie- los
sustancial en el mundo físico donde Él personalmente podría
residir. En otras palabras, Dios creó el mundo y todo en él para
experimentar la gloria del Reino de los Cielos espiritual y físico,
con Él y Adán y Eva como el centro. No pensaba en el
establecimiento del Reino de los Cielos en el cielo y en la tierra
solo para Sí mismo; Él los creó también para la humanidad. El
propósito de Dios para crear el cielo y la tierra era que los seres
humanos pudieran vivir en el Reino de los Cielos en la tierra
centrados en Adán y Eva, y después en el mundo eterno del Reino de
los Cielos en el cielo.
16 ¿Qué tipo de personas pueden vivir en el Reino de los Cielos en
la tierra? ¿Qué clase de espíritus pueden vivir en el mundo
espiritual innito, el Reino de los Cielos en el cielo? Solo las
personas que han recibido el amor de Jesús y el Espíritu Santo en
la tierra y, yendo más allá, los que recibieron el amor del Padre
directamente, convivieron juntos con Él y llegaron a ser
victoriosos en armonía basados en el ideal del amor; solo ellos
pueden vivir en ese Reino.
El Reino de los Cielos debe ser Establecido Primero en la Tierra 17
De acuerdo con el Principio de la Cre- ación de Dios, el Reino de
los Cielos debe ser primero perfeccionado en este mundo terrenal.
Originalmente, Dios nos creó de tal manera que después de vivir en
el Reino de los Cielos en la tierra, mientras estamos
en la carne, es natural que descartemos nuestro cuerpo físico,
avancemos hacia el Reino de los Cielos en el mundo espiritual y
vivamos eternamente. Entonces, ¿cómo debería verse el Reino de los
Cielos que tenemos que construir en la tierra? La familia original
y el Reino de los Cielos tie- nen la misma estructura. Básicamente,
en una familia hay padres originales, esposos originales, hijos
originales y hermanos y hermanas originales. Cuando esta
familia se hace una centrada en el amor verdadero, la armonía y la
unidad se producen de forma automática. Sobre este fundamento, con
el amor verdadero, la vida verdadera y el linaje verdadero
entrelazados, pue- den asumir un propósito aún mayor.
18 Si los seres humanos no hubieran caído, se habrían convertido en
hijos ver- daderos de Dios perfeccionados con Dios como su Padre y
su amor verdadero en el centro de sus vidas. Los seres huma- nos
perfeccionados forman lazos conyu- gales verdaderos en unidad
rodeados con el amor de Dios, dando a luz y criando a hijos
verdaderos. Juntos deberían esta- blecer el Reino de los Cielos en
la tierra y vivir allí y, entonces, con toda su
familia, algún día vivirían en el Reino de los Cie- los en el
Cielo. Si su padre se fue al inerno y su madre al cielo, ¿cómo ella
podría sentir que ese es el Reino de los Cielos? Si los padres se
fueran al inerno y solo los hijos entraran en el Reino de los
Cielos, ¿cómo puede alguien llamar a ese lugar el Reino de los
Cielos? El Reino del Cielo es un lugar donde la familia entra junta
y vive en un reino eterno de paz. Por consiguiente, Dios puede
esta-
690 Libro 7 La Vida en la Tierra y en el Mundo Espiritual
07.,-spain-401008_Layout 1 14. 12. 18. 9:17 Page 690
blecer Su ideal de la creación primero en el lugar donde se ha
establecido el Reino de los Cielos de una familia en la tierra.
Aquí es donde Dios desea morar.
19 Después de darse cuenta de que necesitan absolutamente a su
abuelo y su abuela, padre y madre, esposo y esposa e hijos,
entonces deben amar a su país más de lo que aman a su familia.
Deberían amar más al mundo que a su nación, a sabiendas de que toda
la humanidad está comprendida en estas cuatro etapas. Para
vivir en el mundo espiritual, que reúne el pasado, presente y
futuro, es necesario practicar un amor así. Es un lugar donde
pueden ir las personas que han practi- cado estas cuatro etapas del
amor. El Reino de los Cielos en la tierra se esta- blece aquí en la
tierra, y el Reino de los Cielos en la tierra crea el reino de los
cie- los en el cielo de forma automática.
20 Si los primeros antepasados no hubie- ran caído o pecado, sino
que hubieran estado conforme a la Voluntad de Dios, Dios podría
haberse alegrado cuando ellos murieran. Entonces, ¿hubiesen ellos
tenido algún dolor o alguna amargura? Si han vivido sin amargura ni
angustia, si han podido regocijarse y alabar a Dios, y si
Dios mismo estuvo contento con uste- des; entonces, después de su
muerte, esta- rían en el Reino de los Cielos creado por Él. Ese es
el Reino de los Cielos previsto originalmente. Las personas con
profunda amargura no están destinadas a ir a ese Reino de los
Cielos. No se puede entrar en el Reino de los Cielos mientras uno
está en el tormento.
21 El Reino de los Cielos es el que Dios desea que no se establezca
solo en el mundo espiritual. El Reino de los Cielos que Dios desea
se debe establecer primero en la tierra y después en el mundo
espiri- tual. El mundo espiritual, poblado por los espíritus de los
seres humanos después de su muerte, y este mundo terrenal, no pue-
den permanecer separados. Para asumir la forma sustancial
victoriosa y practicar la ideología del Cielo, es necesario incor-
porar las éticas celestiales y las éticas huma- nas
simultáneamente. Es necesario vivir la ideología del Reino de los
Cielos en sus vidas diarias. Entonces, tanto las éticas
celestiales como las éticas humanas pue- den reconocerles. Esa
debería ser la ide- ología del Reino de los Cielos para las
personas y, al mismo tiempo, para la familia, sociedad, nación,
mundo y cos- mos. Su propio ser debe manifestar la ideología del
Reino de los Cielos.
22 Como el Compañero Sujeto incor- póreo, Dios ansiaba con dolor
tener un compañero objeto que pudiera pro- porcionar la
estimulación universal del amor en la historia, el compañero que
había anhelado desde el principio del tiempo. ¡Qué grande hubiera
sido este estímulo al encontrarse con los seres humanos, quienes
habrían ll