Cinco Meditaciones Para Pascua

8/18/2019 Cinco Meditaciones Para Pascua

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CINCO MEDITACIONES PARA

PASCUA

En tiempo de Pascua la liturgia eclesial nos invita adedicar unas horas o semanas a profundizar en laresurrección de Cristo Jesús, meditando su misterio ytratando de vincular intensamente con él nuestra vidaespiritual.

En el tiempo de Adviento!avidad cele"r#"amos la

venida del $i%o de &ios a nuestro mundo de pecado,para redimirnos. En semanas posterioresacompa'#"amos a Jesús en el camino de laEvangelización. En la Cuaresma y (emana (antacontempl#"amos al (iervo de &ios, a Jesús )es*as,avanzando por la calle de la Amargura en dirección alCalvario y a la muerte, ofreciéndose por nosotros. +,tras la muerte, estamos cantando a gloria en la Pascuade esurrección.

&eteng#monos, pues, ahora a refle-ionar, con sinceroafecto y gratitud, de%#ndonos llevar de la mano por sanPa"lo, so"re el misterio y el sentido de nuestra vida enCristo esucitado, ya ue todos los frutos de laredención se nos aplican a los creyentes cuando nosde%amos invadir y modelar por el esp*ritu de Cristo

esucitado.

/o haremos dedicando unos minutos, durante cincod*as sucesivos, al encuentro espiritual con el (e'or uetriunfa del pecado y de la muerte y siem"ra vida nuevay esperanza.

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I. Alegrémonos, Cristo ha resucitado, primicias de

los que duermen 01Cor 23,456

"Hermanos: os doy a conocer el Evangelio que os he predicado y que habéis acogido por la fe...: Cristomurió por nuestros pecados..., fue sepultado.., yresucitó al tercer da...! y una ve resucitado, seapareció primero a #edro, luego a los doce, después aquinientos hermanos.., y después de todos, como a unaborto, se me apareció también a mi $#ablo%... que no

soy digno de llamarme apóstol, pues persegu a la&glesia de 'ios! pero por la gracia de 'ios soy lo quesoy..." 023, 276.

2. En esas pala"ras de san Pa"lo nos aparece unacadena los misterios ue fue engarzando para nosotrosel amor divino. 8endito sea. (on un tesoro uenosotros, por la fe, reci"imos y guardamos en la

intimidad del corazón. + decimos intencionadamenteue son misterios ue van engarzados, pues forman elsutil te%ido ue hace posi"le nuestro vivir en Cristo. Enefecto,

(in el misterio de la encarnación no hay &ios$om"reni rostro divino en carne pasi"le.

(in la humanidad asumida no hay en Cristo

posi"ilidad de muerte, de inmolación, de entrega pornuestras miserias, para hacernos de nuevo amigos de&ios.

+ sin muerte no ca"e esurrección o vida nueva .

A su vez, sin esurrección de Cristo no e-iste vidanueva para nosotros.


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9Cu#nto nos va, hermanos, en esa verdad su"lime de lamuerte y resurrección de Jesús: (in ella, sederrum"ar*a todo el edificio de nuestra esperanza.

9(i Cristo no resucitó, clamemos con el apóstol, paranadie hay resurrección y vida eterna: 9/a fe pierdesentido:

4. ;e preguntar#s < =tan dolorosamente uedar*amosafectados todos si hacen uie"ra nuestra fe y nuestraesperanza en la resurrección de Cristo> (*, hermano.!uestra fe en Cristo resucitado es un sa"er tan

profundo, una e-periencia tan *ntima y decisiva ue, sise eclipsa el triunfo del (e'or so"re la muerte, todoueda en tinie"las.

efle-iona, medita y ver#s ue tener fe, gozar de la fe,sumergirse en el misterio de luz ue es la resurrecciónde Cristo 0y, luego, nuestra6 es entrar en un su"limecastillo y reino de amor y de felicidad eterna. Entrar,

digo, ue no se da por nuestros méritos y estudio sinopor don de &ios, como un regalo ue se nos hace porla confianza ue ponemos en la pala"ra de Cristo acuya persona nos adherimos.

En el misterio de la fe nos encontramos Cristo ynosotros. ?l, triunfante y resucitado, por propiosméritos@ nosotros, agraciados por la generosidad de

ha"ernos devuelto al Padre.. Balora muy "ien, hermano, lo ue hemos dicho,pues nuestra persuasión y seguridad *ntima, confiada,en la resurrección no es fruto de demostracióncient*fica alguna, ni de evidencias f*sicas dadas, comoel contemplar la tum"a a"ierta donde Jesús yac*a. /apersuasión y seguridad de la fe son puro don divino alos creyentes sencillos, humildes, ham"rientos deverdad y de luz...


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A Jesús le vieron muchos crucificado y muerto, peronadie le sorprendió o vio resucitando. Esto es unmisterio, una verdad ue se coloca m#s all# de la purarazón humana.

&e Jesús resucitado tenemos la e-perienciamaravillosa de su reencuentro, tal como la vivieron la)agdalena, Pedro, los &isc*pulos de Emaús...@e-periencia ue revistió los mismos s*ntomas de vida,de pala"ra, de mensa%e, de paz y amor... ue ha"*antenido todos los encuentros con Jesús antes de sumuerte. Pero esa es una e-periencia vivida en la fe, en

el amor ... !o la podemos re"a%ar a campos dela"oratorio. /a destruir*amos.

Conténtate, hermano, y gózate en la o"servación de enesos reencuentros de Jesús con los disc*pulos él volvióa ofrecer y a pedirles la misma fe, confianza, fidelidad,seguridad y vida eterna ue les ha"*a predicadodurante los a'os de evangelización... 9Creer, creer, no

ver:

. &e ah* se sigue ue uien no reci"a el don de la fe ,y, en consecuencia, no se arriesgue con magnanimidadde esp*ritu a ir mucho m#s all# de los acontecereshistóricos ue ha"lan de la crucifi-ión y muerte deCristo, no puede entender nuestra vivencia interior,aunue lleguen a admirarla en algunos casos. En

nuestra vivencia especial*sima de fe, mirando a Cristoresucitado, nosotros encontramos nuestro verdaderocamino de luz y nos hemos a"razamos a él paracompartir tiempo y eternidad, todo en unidad de vida yde sentido.

9Dué "elleza tan grande en el seno del misterio de &iosue nos ama, convoca y espera:.


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8ien di%o san Pa"lo cuando escri"ió a los fieles deCorinto< 9(i nuestra esperanza en Cristo no va m#sall# de esta vida, somos los m#s misera"les de todoslos hom"res: 023,276 En efecto, nuestra adhesión a

Cristo resucitado es un canto agradecido al Amor,vencedor de la muerte, ue promete y da vida@ uncanto al Poder de &ios, ue inmortalizó al Cristo hechohom"re y nos ofrece vivir con él y en él@ y un canto ala esperanza, ue se a"re camino entre las nie"las deltiempo e historia para afincarse en el trono de laeternidad, y eternidad venturosa.

3. Esta es nuestra fe inue"ranta"le< Cristo, el uevivió con nosotros y para nosotros, ha resucitado deentre los muertos@ y él es la primicia, el primero, laca"eza, el m#s e-celso, el animador y vivificador detodos los ue un d*a moriremos para resucitar con él.

Esta locura de fe es una maravilla de la misma fe

Este misterio envuelto entre nie"las es luz ue seirradia por todas partes para dar pleno sentido anuestra e-istencia personal y comunitaria.

8endigamos, pues, a uien en la gracia y la luz de la fenos mostró la grandeza de la Berdad< Cristo resucitó yes nuestra resurrección y vida. + pid#mosle ue,siuiera como a a"ortos, al modo de san Pa"lo, se nos

aparezca y nos haga fructificar en la gracia ue nosotorga.

* * * * *

II. Resucitaremos con él

"Cristo ha resucitado..., como primicia de cuantosduermen el sue(o de la muerte.


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En efecto, lo mismo que aconteció que por el pecadode un hombre, )d*n, vino la muerte a los hombres, as también por un hombre, Cristo, ha venido laresurrección de los muertos. + lo mismo que por su

unión con )d*n los hombres mueren, as también porsu unión con Cristo, todos retornar*n a la vida. #erocada uno en su puesto o momento: primero, Cristo...!después, los que pertenecen a Cristo..." 0F2CoF23F45436

$ermano, dos verdades de nuestra fe tienen mayorrelieve en el te-to de esta primera carta de san Pa"lo a

los fieles de Corinto, y a nosotros mismos. /a primeradice ue con Cristo se a"rió misteriosamente la puertade la inmortalidad o vida eterna para los hi%os de &ios.+ la segunda afirma ue para entrar por esa puerta hayue pertenecer a Cristo, es decir, vivir en unión con él.&eteng#monos a glosar piadosamente am"asverdades.

2. &el amor de &ios y el hom"re.

G /a tradición "*"lica y cristiana enaltece auellaamorosa vinculación ue, so"re todo en el proyecto de&ios, e-istió desde el principio entre el Creador y elhom"re, su o"ra predilecta. Creador y criatura eran dospersonas infinitamente desiguales pero ue se mira"anen el espe%o de la conciencia, del pensamiento, de la

li"ertad, de la pala"ra.... + las dos eran muy "uenas.

El hom"re mira"a a &ios como a su Creador y Padre, yel Padre mira"a al hom"re como a su peue'o hi%o. Porparte del hom"re, vivir en esa actitud de amorosa yreconocida dependencia y vinculación era vivirreligiosamente desde la ra*z m#s profunda de s* mismo.

G Esa amorosa vinculación real y afectiva se enfriópsicológicamente,y se rompió moralmente, en la


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medida en ue el hom"re uiso, de alguna formaso"er"ia, e-cederse en sus papeles, y manchó suconciencia de amigo agradecido con tur"ulencias deingratitud e infidelidad. Estas reacciones humanas,

inno"les, fueron un riesgo ue hu"o de correrse en lacreación cuando se otorgó a los seres inteligentes eldon de la li"ertad. &ios, ue hizo al ser humano li"reen sus decisiones, no pod*a luego arrepentirse ydestruir su o"ra, ni maniatarla. /a acompa'ar*a,incluso con el corazón herido.

G Cuando la criatura, el hom"re, se re"eló contra el

Creador, nada cam"ió en el orden f*sico de las cosascreadas. ;odas siguieron su curso normal, dando gloriaa su Autor y sorprendiendo al hom"re con el so"resaltofrecuente de sus complicadas leyes evolutivas.

En cam"io, hu"o cam"ios importantes en el ordenpsicológicomoral humano, pues la crecida de laspropensión al mal y al desorden, por ego*smos e

intereses de todo tipo, nu"laron las relaciones deamistad entre Cielo y ;ierra, y hu"o ue ha"lar deenemistad y pecado.

9Dué actitudes tan distintas: &ios, ue nunca de%ó deserlo y no necesita"a del hom"re, ama"a de verdad aéste, y le espera"a con paciencia. + el $om"re, ue erasólo hom"re y necesita"a de &ios, no le uer*a

sinceramente, pues uererlo supon*a aplicar la regla omedida moral en el dominio de sus caprichos....

G &e ese modo, la historia de las relaciones entre &iosy el hom"re se cargó de desamor<

Por parte de &ios, se fue dando una cadena deinsinuaciones e inspiraciones del Esp*ritu a laconciencia de los hom"res, de todos los hom"res, encualuier parte del mundo@ y al calor de esas


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inspiraciones 0desde la luz, la naturaleza, los mares,los cielos, el sol, la luna, la fertilidad, las cat#strofes,las cosechas, los hi%os, la conciencia, las refle-ionesmorales, pol*ticas y religiosas de profetas6 fue

surgiendo el pulular de religiones ue, en unos casos,calmaran a las divinidades, y en otros mantuvieranencendida la llama del único &ios verdadero.

Pero por parte del hom"re, aunue éste se declararareligioso, a su modo, ningún prototipo de santo,profeta, predicador, rey o maestro tuvo la virtud depasar por el mundo haciendo el "ien y de

resta"leciendo la amistad entre &ios y el hom"re deforma universal y convincente. Cuantos se propusieronregenerar a la humanidad, sucum"ieron en su empe'oy fueron v*ctimas de la maldad humana dominante. +esto aconteció lo mismo en la 1ndia ue en Egipto,1srael o Espa'a ... /a suerte de los profetas y de losredentores fue morir marginados, aunue de%aransem"radas vigorosas semillas ue nunca resultar*an

estériles.

4. Cristo, puerta y manantial de vida.

G En esa cadena formida"le de hom"res tocados por elEsp*ritu de &ios, ocupó un lugar privilegiado, segúnnuestra fe , el pue"lo de 1srael, pue"lo elegido entreotros ue tam"ién fueron amados de &ios menos

dotados de mediadores religiosos.

)as, como ninguno de esos mediadores so"repasara lacondición de hom"re entre los hom"res, y, enconsecuencia, no pudiera ha"lar en nom"re de &iosPadre, uiso el mismo &ios, en la plenitud de lostiempos, enviar a su $i%o, vestido de humanidad,encarnado en el seno de )ar*a, para ue él s* ha"lara

el lengua%e de &ios Padre y nos convocara a unaamistad nueva .....


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Ese $i%o fue Jesús de !azaret en uien el Padre secomplació y cuyas acciones poseyeron valor infinito,como gesto supremo del Amor ue dio todo lo ueten*a para volver a a"razar al hi%o ue se ha"*a ale%ado

del hogar paterno.

G Este $i%o de &ios, Jesús, fue rompiendo todos losmoldes y linderos antiguos, y a cada paso de su vida,pasión, muerte y resurrección, fue haciendo las cosasnuevas, resta"leciendo definitivamente el encuentroamoroso de &ios y del hom"re, si éste, redimido,uer*a acogerse a su mensa%e y vida.

=Cómo e-presar esa !HBE&A& religiosa, espiritual, deamistad entre &ios y el hom"re, teniendo por el mediola pasión y muerte o"lativa de Cristo> &iciendo ue porCristo, ofrecido por nosotros, muerto por nosotros,resucitado por nosotros, todos tenemos a"ierta lapuerta del palacio del Amor y de la Bida eterna ue elPadre nos preparó desde la eternidad. + en ese sentido

afirmamos ue Cristo, $i%o de &ios e $i%o del hom"re,muerto y resucitado, es uien va delante y nos lleva atodos consigo en la v*a de la eternidad ... Cristoresucitado es manantial de nueva vida, puerta delpalacio real, refundador de un cielo nuevo en el ueentramos de su mano.

. (eamos de Cristo, para resucitar con él.

G (urge entonces la pregunta< =cómo se cumple ennosotros el acceso al nuevo cielo y a la participaciónfeliz de la nueva vida en el reino del Amor>

(i ueremos, al final de nuestros d*as, encontrarnoscon Cristo, puerta de la gloria o vida eterna, llevandoen nuestros vestidos las se'ales de la redención por elCordero, es o"ligado ue hagamos primero con él el


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camino de este mundo en %ornadas de fidelidad y deamistad.

!o podemos pensar en gozar de los frutos de la

amistad, si cultivamos el desamor. !o puede la mentehumana asociar la apertura de la puerta del reino, uepara nosotros se a"re por gracioso gesto y por premioespléndido a la honestidad y a la esperanza, si nuestraelección y suerte es vagar por montes y valles ue soncampos de deshonestidad.

G !o nos enga'emos. esucitar con Cristo no es sólo

incorporarse a la vida eterna, al final de la e-istenciahistórica. Auello es sólo una secuencia última yventurosa en la cual se prolonga la incorporación yadada desde ahora a la vida en Cristo.

esucita con el (e'or uien primero es sepultado conel (e'or en el amor redentor, en la fe y esperanza. + essepultado con Cristo uien con él se entrega a la

muerte. + se entrega a la muerte uien sa"e vivir suvida caminando en pos de Cristo.

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III. Vivir con Cristo para resucitar

"i fuisteis resucitados con Cristo, buscad las cosas dearriba, donde est* Cristo sentado a la derecha de 'ios! pensad en las cosas de arriba, no en las de la tierra.Est*is muertos, y vuestra vida est* escondida conCristo en 'ios. Cuando se manifieste Cristo, vuestravida, entonces también os manifestaréis gloriosos con-l" 0FColF5F5256

$ermano, cuatro series de pensamientos profundos

forman ese p#rrafo de la carta de san Pa"lo a los


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colosenses y a nosotros, encareciéndonos el modo devida espiritual ue de"emos llevar en Cristo resucitado.

En la primera se esta"lece la necesidad de sentirse

resucitado con Cristo mediante el don de la fe sincera.En la segunda se indica la dirección ue de"e tomarnuestro movimiento interior hacia arri"a < con"úsueda voluntaria y afectuosa de un no"le vivir ueel pensamiento iluminado diri%a. En la tercera sedescri"e ese dinamismo de fe como vida *ntima conCristo en &ios. + en la cuarta se contempla la plenitudgloriosa de esa vida desde la manifestación final de

Cristo, el (e'or.

Bamos a recorrer los cuatro momentos de meditacióncon piadoso afecto.

2. (i fuisteis resucitados con Cristo...

&e poco nos servir*an refle-iones, e-perienciashumanas o lamentos si a estas alturas litúrgicas no noshu"iéramos empapado en la realidad de la redención,gracia, amor... /a figura utilizada por san Pa"lo paraencarecernos esa redención nos es ya conocida por lascateuesis de sacramentos< el "autismo es inmersióncon los pecados y purificación por la gracia@ es amodo de sepultura del hom"re vie%o, cargado demiserias, para reverdecer en novedad de amistad

divina...Duien se incorpora a Cristo acogiéndose a su perdónsincero y asumiendo su mensa%e salv*fico, participa enel misterio de su entrega, muerte y resurrección@ y,sepultado m*sticamente con él, "ien puede decirse uesale con él de la tum"a 0lugar de muerte, pecado6 a laluminosidad del d*a 0espacio de vida, amor, fe6.


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=$e gra"ado yo profundamente en mi vida, en miconciencia de redimido y de hi%o de &ios Padre, cu#l esmi vocación cristiana> )i vocación es ser fiel, sersanto. + la fidelidad y santidad consisten en

transformarse, d*a a d*a, siguiendo los pasos de Jesús,sintiéndome muerto con él para ser con él resucitado.

9$ondos sentimientos: $ondos y gratificantes. Due sue-presión sea vernos cada uno vestidos de %ú"ilo, dealegr*a y gozo, pues vivir resucitados con Cristo espasar, li"erados, de una vida triste y pecaminosa a otram#s radiante en la ue se respira el aire limpio de la

amistad y filiación.

9 (e'or Jesús, concédeme la gracia de vivir y sentirmeresucitado contigo:

4. 8uscad y pensad las cosas de arri"a...

Duien se siente resucitado entra en campos de vidanueva, %ovial, festiva, alegre, gratuita, reci"ida comodon o regalo de &ios, no como mero de"er, mérito oimposición.

+ lo único coherente con esa actitud nueva y graciosaes ue sus facultades propias, auellas con ue se veno"lemente dotado en inteligencia y voluntad, enimaginación y creatividad , respondan al horizonte"ello, lleno de sentido, alto, humanizador y divinizador,ue se le a"re en perspectiva infinita. 9&ios m*o, uégrande eres al hacerme ser pensante y amigo tuyo:

(i, hermano, la fuerza vigorosa de tu voluntadredimida y resucitada ha"r# de manifestarse en la"úsueda de las cosas de arri"a. Pero =cu#les son esascosas> (on las acciones, actitudes, persuasiones yprogramas de vida ue responden al ideal de ser

hom"re e hi%o de &ios prefiriendo la adoración al


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desprecio, el honor a la indignidad, la pureza decorazón a la torpeza de las pasiones, la %usticia a laimpunidad, la confesión de fe a la esclavitud de losintereses mezuinos del hom"re vie%o .....

In hi%o de &ios, resucitado con Cristo, ha de ser fiel a&ios antes ue a los hom"res, su%eto de esperanzasue llevan a la eternidad m#s "ien ue v*ctima de lacorrupción terrena. En términos "*"licos y paulinosdir*amos ue ha de "uscar las cosas de arri"a, es decir,ha de tratar de aduirir y mantener los mismossentimientos de Cristo< misericordia, "ondad,

humildad, longanimidad ...

+ la luminosidad de esa inteligencia redimida yresucitada se manifestar# en la pulcritud delpensamiento. ?ste no de"er# estar demasiadocondicionado por afanes "astardos ue intenten %ustificar modos de proceder indignos. Duien sa"ego"ernarse en la claridad de la luz aca"a convirtiendo

en naturaleza lo ue antes ha"*a sido propósito devida, y, en cam"io, uien claudica en sus pensamientosrectores de la vida, de%#ndose dominar por apetencias"astardas, aca"a connaturaliz#ndose con ellas endetrimento del pensar puro y limpio.

$ermano, piensa como hi%o de &ios y o"rar#s conformea los pensamientos de Cristo. )ira a lo alto y vete m#s

all# de las apariencias enga'osas. (i vivimos segúnpensamos, triunfaremos@ si no lo hacemos,aca"aremos pensando según vivimos en nuestraindignidad...

. Bida escondida con Cristo en &ios.

9Dué "ella imagen la ue san Pa"lo nos ofrece: 9Biviren lo escondido, en la intimidad, en el misterio, porueall* est# &ios:


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&ios est# en todas partes, y por douier se derramanlos frutos de la resurrección. Pero la muerte de nuestrohom"re vie%o, pecador, y la resurrección del mismo ennovedad de vida, no se entienden como "ullicio

e-terno, vana gloria, e-hi"ición de dones, cam"io deimagen, cantos de autocomplacencia... , sino muchom#s profundamente, como apropiación vital ycomprometida de los sentimientos de Cristo.(entimientos ue anidan, se curten y se e-presan

en la conciencia responsa"le,

en la "ienaventuranza de hacer felices a los dem#s,

en el reconocimiento amoroso de &ios, se'or y padre,

en los encuentros de oración ue nos ponen enmanos del (e'or,

en la entra'as de misericordia .......

/a grandeza del alma no"le y cristiana, su "elleza ydignidad, es, so"re todo, interior.

. (u resplandor, en la manifestación final

/a vida escondida con Cristo, cargada decontemplación divina, de compromiso en fidelidad y desolicitud humana, no gusta de galer*as ostentosas. (e

deleita, so"re todo, en hacer la voluntad de &ios, almodo de Jesús de !azaret@ en servir a los hermanoscon urgencia de caridad@ en irradiar el gozo de la fe yla fuerza de la esperanza, mientras sus manosprolongan las manos creadoras de &ios....

Esa vida escondida, porue es maravillosa en suspliegues de amistad o"lativa, no tiene su aureola ennuestro uehacer diario ue, si es "ueno, se viste dehumildad. (u esplendor tendr# lugar en la gloria,


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cuando Cristo mismo se manifieste no sólo en s*mismo, como ca"eza y redención, sino en susmiem"ros, es decir, en nosotros, los "eneficiados porsu largueza sin l*mites.

(intamos ham"re de &ios y nos engolfaremos en elmisterio de Cristo redentor ue nos reviste de sugracia, de su sangre, de su salvación...

* * * * *

IV. ¿Cómo resucitaremos con Cristo?

"Cómo resucitar*n los muertos/ Con qué cuerpovolver*n a la vida/

0&nsensato1 2o que tu siembras no germina si antes nomuere.

+ lo que siembras no es la planta entera que ha de

nacer, sino un simple grano de trigo $ por e3emplo% ode alguna otra semilla. + 'ios proporciona a cadasemilla el cuerpo que le parececonveniente..." 0F2CoF23F376

En este insinuante p#rrafo tomado de la carta de sanPa"lo a los Corintios, escrito con sutil agudeza,volvemos a encontrar varios puntos de refle-ión *ntima,

de meditación, de acción de gracias a &ios y deinvitación a la confianza de ue tan llena de"e estarnuestra fe.

;res de ellos podr*amos enunciarlos en formainterrogativa y con suma humildad < =puedo yoentender racionalmente cómo ser# nuestraresurrección> , =no me "astar*a con ilustrar mediante

figuras, im#genes y lengua%e metafórico>, =no forma


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parte del misterio el modo mismo de nuestraresurrección>

&eteng#monos un momento en cada apartado, sin

al"ergar demasiadas pretensiones, pues la realidad nosdes"orda, de%#ndonos iluminar por el (e'or.

2. (e'or, =volveré a la vida con este fr#gil cuerpo>

!o uisiera ser incluido en el número de los insensatosa ue alude san Pa"lo en su carta, mas desear*a a"rirante ti, &ios m*o, mi mente y mi corazón. (é muy "ien,

porue creo, ue Cristo ha resucitado y ue nosotrosresucitaremos con él. 9(u"lime verdad de fe ueresponde perfectamente a nuestra vocación deeternidad y la satisface. Por la resurrección viviremosuna eternidad de criaturas e hi%os de &ios ue cantansu gloria y son felices en su regazo.

Pero todos los discursos so"re el tema, incluido el dePa"lo, aunue sean hermosos, me resultan muydif*ciles de digerir racionalmente. (ólo después decreer en el misterio, misterio de verdad y de amor, ladificultad se endulza con la "elleza.

)is lecturas me han hecho conocer, (e'or, ue entodos los pue"los y culturas el ser humano 0por o"ra ygracia de la conciencia pensante ue le diste, de laconciencia ue interroga a las cosas y ue uiereconocer el modo de ser de las mismas6, se disparó elanhelo, la e-igencia de pervivir personalmente m#s all#de los 5, K5, 255 a'os de su paso por la tierra. ;úfuiste uien le dio un alma inuieta, "uscadora deverdades, descu"ridora de horizontes, y por ella lediferenciaste de otros seres inferiores. El ham"re y sedde vida eterna se lo infundiste ;ú. Lracias por tu"ondad creadora. =;e complacer#, pues, ue


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dediuemos la inteligencia a perge'ar nuestro eternofuturo...>

Pero tam"ién he visto, (e'or, ue esos mismos

pue"los y culturas han chocado siempre de formaimpetuosa con el misterio del m#s all#. + en eseviolento choue, unas veces por ansia e-cesiva y"úsueda de luz racional, y otras veces por depresiónante su ausencia, han sufrido el flagelo de tentacionesde a"andono, es decir, de ale%amiento de ti.

Mue muy dura su tentación desmedida cuando ésta les

incitó a ue uemaran sus naves, sus energ*asmentales, "uscando alguna e-periencia y descripciónrazona"le del misterioso del m#s all# para esta vidacorporal nuestra, como si de una investigación dela"oratorio se tratara@ y en vez de uemar las naves seuemaron ellos mismos en el empe'o. Algunos,haciendo hipótesis, di%eron ue al final de sus d*as, lamente, las energ*as espirituales, su esp*ritu humano...

uedar*a inmerso en el con%unto de las energ*as deluniverso, y otros pensaron uedar#n como flotando enel aire revoloteando por el entorno familiar en uevivieron ...

+ fue tam"ién muy dura la tentación de contrariar a lanaturaleza humana pensante y li"re, cuando,decepcionados por el anterior esfuerzo mental,

prefirieron contentarse con las apariencias sensi"les ycortaron las alas al pensamiento audaz. El hom"re, sedi%eron, comete grave error o"sesion#ndose con el m#sall#. El m#s all# o no e-iste o no se nos alcanza, y valem#s estimar ue somos "arro, no m#s ue "arro "ienorganizado ue, a pesar de su perfección vital, al ca"ode los d*as volver# a fundirse con el polvo de dondesalimos.


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9Dué tragedia, (e'or: Cerrado el horizonte de luz, puesfalta"as ;ú, con tu luz, calmaron su #nimo con lareducción a la ceniza o minerales de ue se componenuestro cuerpo... /es faltó tu fe, el don ue ;ú haces a

los hi%os...

4. (e siem"ra un cuerpo mortal y "rota otro inmortal.

Lracias te doy, (e'or, porue en nuestra cultura "*"licay cristiana no nos identificamos con ninguna de esashipótesis ue reducen o anulan nuestra personalidadviviente. Es verdad ue nosotros, como los dem#s

hom"res, nos sentimos carne, huesos, polvo y hierro..,y ue esa dimensión f*sica de nuestro ser volver# a lamadre tierra o al agua de un r*o, o se dispersar# con elaire en las monta'as. Pero es verdad tam"ién ue otradimensión de nuestra persona 0auella ue po"la"a desentimientos, li"ertad, horizontes, arte, gracia ysolidaridad... los espacios de nuestro cuerpo f*sico6 nose dispersar# con los vientos, ni ser# arrastrada por las

aguas, ni se de%ar# a"sor"er por la tierra. Esa unidadde conciencia pensante, responsa"le, li"re,sim"olizadora y creadora, pervivir# ante ti, &ios m*o,en su condición de persona.

)as cuando lo digo, (e'or, soy muy consciente de uenosotros, cristianos, aunue iluminados por la fe,tampoco sa"emos cómo acontecer# esa realidad

su"lime, vital . ;ú no nos la has revelado@ Cristo nonos lo e-plicó@ y nuestra inteligencia es incapaz dea"arcarlo.

;ú sólo nos di%iste ue todos y cada uno de loshom"res continuaremos siendo personas ante ti, &iospersonal ue nos creaste, nos redimiste y nos esperas.+ no sa"emos m#s, ni entendemos m#s.


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/eyendo a san Pa"lo nos damos cuenta de uesolamente en im#genes vivas, en met#foras, ca"eha"lar racionalmente del misterio de m#s all#,sugiriendo simplemente ue las maravillas de la vida

nos preparan para vislum"rar los prodigios de ue escapaz el poder y amor divino.

!osotros, seres corpóreos, conscientes, li"res, somos0en un momento6 algo parecido a la semilla pre'ada devida ue arro%a el sem"rador en el surco. =!o hemosvisto cómo la semilla de trigo, naran%a, ro"le oazahar...., aparentemente inerte, en el misterioso

decurso de su e-pansión vital e-plosiona en tallo, flor,aroma, espiga..> Pues algo parecido 0en planomuch*simo m#s elevado6 acontecer# a nuestro cuerposensi"le, afectivo, pensante. )uerto y corrompido,como la semilla, se transfigurar# nuevamente serpersonal, en un ser nuevo, espiritual, celestial, comode%ando las escamas, la piel el torso corpóreo mortal, yemergiendo en figura de ser inmortal...

. &ios da forma y gracia a cada semilla

)e uedo, se'or, con las met#foras vivas. )i vida en elm#s all# ser# la m*a, pero transformada< desde lafigura repelente de oruga en multicolor mariposa@desde el esue%e espinoso en deliciosa flor@ desde elgrano corrupto en dorada espiga@ desde el mero cuerpo

sensi"le y dolorido en esp*ritu ue ama, adora, canta yr*e de felicidad....

(e'or, =cómo ser# definitivamente la forma uerevestiremos cada uno ante ti, desde nuestrasingularidad personal creada, amada, redimida,sepultada con Cristo y resucitada con él para la gloria>

&é%ame, (e'or, ser flor, violeta, rosa, %azm*n... ueinunde el cielo de suave aroma. Eso me "asta. ;ú me


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lo dar#s, sin ue mi de"ilidad acierte a comprendercómo es tu amor todopoderoso...

* * * * *

V. Vivamos, resucitados, como homres del Cielo

"El primer hombre 4)d*n5 procede de la tierra y esterrestre! el segundo, Cristo, procede del cielo. Elterrestre es prototipo de los terrestres! el celestial, delos celestiales. + as como llevamos la imagen del

terrestre, llevaremos también la imagen delcelestial.." 0F2CoF23FN76.

Concluimos en esta uinta meditación una primeraserie de refle-iones espirituales so"re la vida en Cristoresucitado ue ha"r#n de prolongarse en otras fechas.Cristo, fuente de inspiración y vida, es manantialinagota"le. /o ue en cinco d*as hemos considerado

con amor , siguiendo principalmente el te-to delcap*tulo 23 de la primera carta de san Pa"lo a losCorintios, casi no llega a rozar el "rocal del pozo delmisterio.

$oy nos recrearemos nuevamente divisando en le%an*aal &ios Amor ue se hace visi"le en la encarnación del$i%o, escucharemos su mensa%e y sa"oreemos, como la

Cananea, siuiera las miga%as ue caen de la )esa enue reparte el alimento de su Pan y su Pala"ra.

En los vers*culos N a 7 del citado cap*tulo Pa"lo nosse'ala cómo ha de ser nuestro modo de vivir en Cristoresucitado, y lo hace por medio de una comparación ycontraposición entre dos tipos de hom"re< el dehom"re terreno, representado por Ad#n, y el de

hom"re celestial, encarnado por Cristo. /a opción poruno u otro modo de ser y vivir marcar# la diferencia


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entre uienes siguen caminos de muerte y uienesoptan por sendas de vida eterna.

2. El hom"re de la tierra y el hom"re del cielo

$ermano m*o, esas pala"ras ue utiliza Pa"lo 0hom"rede la tierra, hom"re del cielo6 contienen, en la graciade un lengua%e metafórico, un cúmulo de referenciasinteresant*simas. ;odas ellas aluden al estilo deconducta ue podemos adoptar 0y adoptamos6 losmortales, responsa"le o irresponsa"lemente, segúnue o"ramos

viviendo en gracia o en pecado,

en fidelidad o infidelidad,

inmersos en afanes caducos o en aspiraciones de valoreterno,

siendo esclavos de intereses mezuinos o servidores

de no"les ideales,

d#ndonos por satisfechos sólo con el gozo delpresente ue aca"a en el polvo y la muerte, oham"reando, adem#s, el m#s all# en &ios ....

Para apreciarlo "ien, mirémonos hacia dentro. =Duiénno descu"re en s* mismo, en este su%eto corpóreo

espiritual ue somos cada uno, ue su vida y accionesse dan casi siempre en tensión, atra*das por do"le pesode amor>

Por un lado, tiran de nosotros con fuerza lasinclinaciones al "ienestar y al placer sensi"le, material,ego*sta, y piden su satisfacción sin poner l*mites en susdemandas, cosa ésta o"ligada en toda actitud no"le ydiscernidora.


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Por otra, nuestro esp*ritu reclama elevar el vuelo yllevarnos con él hacia las alturas, de forma ue ennuestras o"ras siempre miremos como el #guila alsol, a la luz, a la virtud, a la generosidad, al amor puro,

a &ios.

Cuando nos de%amos ganar por el peso de amor carnalo interesado hacia las realidades salpicadas dedesamor, infidelidad, insolidaridad, in%usticia,manipulación de los dem#s, somos hi%os del hom"reterreno cuya sangre llenar# m#s o menos nuestrasvenas y nuestra mente según la medida en ue seamos

sus v*ctimas.

Cuando actuamos con los pies en el suelo, de formaencarnada y realista, pero con elevación de mirasporue sa"emos conducirnos como hom"res no"les ehi%os de &ios, pertenecemos a la no"leza de seresli"res, honestos, agradecidos y virtuosos. En vez dehacer o hacernos v*ctimas del desamor, caminamos en

la luz de Cristo resucitado, ue murió por nosotros ynos convoca a la eternidad dichosa con él. Entoncessomos hi%os del hom"re celestial.

4. =Dué prototipo de vida elegimos>

Entre dos amores, dos fuerzas en tensión, dosinclinaciones ue se contraponen total o parcialmente

es preciso elegir un camino, tomar una actitud radical.=(er# necesario matar el cuerpo para ue viva elesp*ritu o apagar al esp*ritu para ue "rille el cuerpo>En modo alguno. 8astar# con euili"rar, armonizaram"as dimensiones del hom"re, de suerte ue sudignidad aparezca en el resplandor de la verdadintegrada y total. /o ue no ca"e estimar como loa"leen la conciencia cristiana es el mariposear entre las

flores 0del "ien y del mal6 chupando alternativamente


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su néctar, ni tampoco el renunciar a la "úsueda desuperación constante.

ecordemos lo ue el profeta 1sa*as dec*a del (iervo de

&ios, cuando viniera a salvarnos y crear un nuevoreino< no ue"rar# la ca'a cascada 0dé"il, pecadora6sino ue la tratar# con amor, para sanarla yrecuperarla. A nosotros nos de"e acontecer algoparecido en la vida moral, espiritual, social...;omaremos con amor todo lo "ueno y sano del esp*ritu,y, adem#s, cuidaremos de ue lo deficiente en losafectos inferiores se enderece, corri%a, perfeccione.

En la elección del prototipo humanocristiano de "uenvivir no dudo ue cualuier mirada medio inteligente seinclinar# siempre por la imagen de Jesús de !azaret,ue es el mismo Cristo resucitado@ y, con él, por laconvocatoria a la vida eterna en gracia y amor. (i algúnideal humano ca"e presentar en la historia de lahumanidad como perfecto, ése es el de Jesús<

anonadado, humillado, siervo, entregado a los dem#s,fiel en la pala"ra y en el compromiso, magn#nimo en laofrenda de s* mismo y en el perdón a uienes letraicionan o traicionamos, triunfador de la muerte ye-altado al trono de &ios para siempre.

Aunue las constantes ca*das en el pecado desdigan denosotros, =no perci"en siempre nuestros o%os un rayo

de luz en la manifestación de ese Cristo resucitado>

. H"ligados a llevar una imagen, alcancemos la otra.

&ice muy "ien Pa"lo. Por lo ue somos 0hom"res,po"res hom"res, hom"res dignos6 siempre llevamos laimagen del hom"re terreno. !o podemos ni ueremosprescindir de ella. Emerge en nuestra flaueza, ennuestras pasiones, odios, in%usticia, procacidades...Pero contentarse con ella en el proceso de una vida es


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envilecernos. !uestro proyecto de vida ha de consistiren ir asimilando la imagen nueva, la del hom"recelestial.

Esa imagen del hom"re celestial la vamos aduiriendomediante nuestra transformación en el hom"re CristoJesús, en el modelo aca"ado del )aestro, del (ervidor,del Amigo de los hermanos, del esucitado ue vuelahacia el Padre, a su &ios y a nuestro &ios.

=En ué taller podemos la"rar la nueva imagen,"orrando, poco a poco, la imagen caduca del hom"re

vie%o>

En el taller de la Casa de !azaret@

en el taller de la Escuela de las 8ienaventuranzas@

en el taller de la Hración en ue se aspiran aromasdivinos y humanos@

en el taller de la Bida ue va incrustando en nosotroscomo en una mesa de fraternidad, de sacrificio, desolidaridad marfiles de gratuidad, de agradecimiento,de gozo en la fe, de firme esperanza y de ardientecaridad.

El $om"re del cielo y los hi%os del hom"re del cielo sonuienes forman y cuidan del reino de &ios, ue es reino

de amor, de %usticia y de paz.

HAC1O!. &anos, (e'or Jesús resucitado, la gracia devivir como hom"res ue, afortunados por el regalo dela vida corporal y espiritual, aspiran a dominar losimpulsos torcidos de la naturaleza para ue en ellaresplandezca la luz de la resurrección con Cristo,hom"re celestial.


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No próximo domingo, dia 20, daremos início às atividades da pastoral

vocacional deste ano de 2016. Será realizado nosso primeiro encontro

vocacional, momento de refexo e discernimento. No ano santo !"#ilar da

$isericórdia, proclamado pelo %apa &rancisco, refetiremos so#re o

Sacerdócio $inisterial à l"z da misericórdia. 's encontros so realizados

nas depend(ncias do Seminário )r*"idiocesano de $aceió Nossa Sen+orada )ss"no, sit"ado na )v. -om )ntnio /rando, , no #airro do &arol.

Se voc( "m 3ovem e se sente c+amado por -e"s a a#raar a vocao

sacerdotal, a*"i se" o l"gar4 5en+am, estamos ag"ardando a presena de

voc(s.

$aiores inorma7es8 69292: ;;99;;9.

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Cinco Meditaciones Para Pascua