Colon, Cristobal - Diario De Abordo Segundo Al Cuarto Viaje.Pdf

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  • SEGUNDO VIAJE

    MEMORIAL QUE PARA LOS REYES CATLICOS

    DIO EL ALMIRANTE DON CRISTBAL COLN

    EN LA CIUDAD DE ISABELA, A TREINTA DE ENERO

    DE MIL CUATROCIENTOS NOVENTA E CUATRO,

    A ANTONIO DE TORRES, SOBRE EL SUCESO

    DE SU SEGUNDO VIAJE A LAS INDIAS

    LO que vos, Antonio de Torres, capitn de la nao Mariga-lante e alcaide de la ciudad Isabela, avis de dezir e su-plicar de mi parte al rey e la reina, nuestros seores, es lo si-guiente:

    Primeramente, dadas las cartas de creencia que llevis de mpara sus altezas, besaris por m sus reales pies e manos, e meencomendaris en sus altezas como a rey e reina mis seoresnaturales, en cuyo servicio yo deseo fenecer mis das, como estoms largamente vos podris dezir a sus altezas, segn lo queen m vistes e supistes.

    tem: Comoquiera que por las cartas que a sus altezas es-crivo e aun el padre fray Buil e el tesorero, podrn compren-der todo lo que ac despus de nuestra llegada se fizo, e estoharto por menudo e estensamente. Con todo, diris a sus al-tezas de mi parte que a Dios ha plazido darme tal gracia paraen su servicio que hasta aqu yo no hallo menos ni se ha fa-llado en cosa alguna de lo que yo escriv e dixe e afirm a susaltezas en los das pasados, antes, por gracia de Dios, esperoque an muy ms claramente e muy presto por la obra pare-cer, porque las cosas de especera en solas las orillas de la mar,sin aver entrado dentro en la tierra, se falla tal rastro e prin-cipios de ella, que es razn que se esperen muy mejores fines.E esto mismo en las minas del oro, porque con solo dos que

    nmalinovsky

  • fueron a descobrir, cada uno por su parte, sin detenerse allporque eran poca gente, se ha descubierto tantos ros tan po-blados de oro que cualquier de los que lo vieron e cogieronsolamente con las manos por muestra, vinieron tan alegres edizen tantas cosas de la abundancia de ello que yo tengo em-pacho de las dezir e escribir a sus altezas. Pero, porque all vaGorbaln, que fue uno de los descubridores, l dir lo que vio,aunque ac queda otro que llaman Hojeda, criado del duquede Medinaceli, muy discreto moo e de muy gran recaudo,que sin duda e aun sin comparacin descubri mucho ms, se-gn el memorial de los ros que l traxo, diziendo que en cadauno de ellos ay cosa de no creer. Por lo cual, sus altezas pue-den dar gracias a Dios, pues tan favorablemente se ha en to-das sus cosas.

    tem: Diris a sus altezas, comoquier que ya se les escrive,que yo deseava mucho en esta armada poderles embiar mayorcantidad de oro del que ac se espera poder coger, si la genteque aqu est cerca, la mayor parte sbitamente no cayera do-liente. Pero, porque ya esta armada no se poda detener acms, siquiera por la costa grande que faze, siquiera porque eltiempo es ste propio para ir e poder bolver los que son de traerac las cosas que aqu hazen mucha mengua, porque si tarda-sen de irse de aqu no podran bolver para mayo los que hande bolver y, allende desto, si con los sanos que ac se fallan,as en mar como en tierra en la poblacin, yo quisiera em-prender de ir a las minas o ros agora, ava muchas dificulta-des e aun peligros, porque de aqu a veintitrs o veinticuatroleguas, en donde ay puertos e ros para pasar, e para tan luen-go camino e para estar all al tiempo que sera menester paracoger el oro, ava menester llevar muchos mantenimientos, loscuales no podan llevar a cuestas, ni ay bestias ac que a estopudiesen suplir, ni los caminos e pasos no estn tan apareja-dos, comoquier que se han comenado adobar para que se po-diesen pasar. E tambin era gran inconveniente dexar ac losdolientes en logar abierto e choas, e las provisiones e man-tenimientos que estn en tierra, que, comoquier que estos in-dios se ayan mostrado a los descubridores e se muestran cadada muy simples e sin malicia, con todo, porque cada da vie-

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  • nen ac entre nosotros, no pareci que fuera buen consejo me-ter a riesgo e a ventura de perderse esta gente e los manteni-mientos, lo que un indio con un tizn podra fazer poniendofuego a las choas, porque de noche e de da siempre van evienen, e a causa de ellos tenemos guardas en el campo mien-tras la poblacin est abierta e sin defensin.

    Otros: Como avemos visto en los que fueron por tierra adescobrir que los ms cayeron dolientes despus de bueltos yaun algunos se ovieron de bolver del camino, era tambin ra-zn de temer que otro tal conteciese a los que agora iran des-tos sanos que se fallan, y seguirse an dos peligros all, el unode adolecer all en la misma obra do no ay casa ni reparo al-guno de aquel cacique que llaman Caonab, que es ombre, se-gn relacin de todos, muy malo e muy ms atrevido, el cualvindonos all as desbaratados e dolientes, podra emprenderlo que no osara si fusemos sanos. Y con esto mismo se alle-ga otra dificultad de traer ac lo que llegsemos de oro, por-que o avamos de traer poco e ir e venir cada da e meterse enel riesgo de las dolencias o se ava de embiar con alguna par-te de la gente, con el mismo peligro de perderlo.

    As que diris a sus altezas que estas son las causas por quede presente no se ha detenido el armada ni se les emba oroms de las muestras. Pero, confiando en la misericordia deDios, que en todo e por todo nos ha guiado fasta aqu, estagente convalecer presto, como ya lo fazen, porque solamen-te les prueva la tierra de algunas sesiones y luego se levantan.Y es cierto que si toviesen algunas carnes frescas para conva-lecer, muy presto seran todos en pie, con ayuda de Dios, e anlos ms estaran ya convalecidos. En este medio, espero queellos convalecern. Con estos pocos sanos que ac quedan,cada da se entiende en cerrar la poblacin e meterla en al-guna defensa e los mantenimientos en seguro, que ser fechoen breves das, porque no ha de ser sino albarradas, que noson gente los indios que, si dormiendo no nos fallasen, paraemprender cosa ninguna, aunque la toviesen pensada, que asfizieron a los otros que ac quedaron por su mal recaudo. Loscuales, por pocos que fuesen e por mayores ocasiones quedieren a los indios de aver e de fazer lo que fizieron, nunca

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  • ellos osaran emprender de daarles si los vieren a buen re-caudo. Y esto fecho, luego se entender en ir a los dichos ros,o desde aqu tomando el camino e buscando los mejores es-pedientes que se puedan, o por la mar rodeando la isla fastaaquella parte de donde se dize que no debe aver ms de seiso siete leguas fasta los dichos ros, por forma que con seguri-dad se pueda coger el oro e ponerlo en recaudo de algunafortaleza o torre que all se faga luego, para tenerlo cogido altiempo que las dos caravelas bolvern ac, e para que luego,con el primer tiempo que sea para navegar este camino, se en-ve a buen recaudo.

    tem: Diris a sus altezas, como dicho es, que las causas dela dolencia tan general de todos es de mudamiento de aguase aires, porque vemos que a todo arreo se estienden e peligranpocos. Por consiguiente, la conservacin de la sanidad, des-pus de Dios, est que esta gente sea proveda de los mante-nimientos que en Espaa acostumbravan, porque ni de ellosni de otros que viniesen de nuevo sus altezas se podrn servirsi no estn sanos. Y esta provisin ha de durar fasta que ac seaya fecho cimiento de lo que ac se sembrare e plantare, digode trigos y cebadas e vias, de lo cual para este ao se ha fe-cho poco, porque no se pudo de antes tomar asiento, e luegoque se tom adolecieron aquellos poquitos labradores que acestavan. Los cuales, aunque estovieran sanos, tenan tan pocasbestias e tan magras e flacas que poco es lo que pudieron fa-zer. Con todo, alguna cosa han sembrado, ms para probar latierra, que parece muy maravillosa, para que de all se puedaesperar remedio alguno a nuestras necesidades. Somos bienciertos, como la obra lo muestra, que en esta tierra as el tri-go como el vino nacen muy bien, pero hase de esperar el fru-to, el cual si tal ser como muestra la presteza del nacer deltrigo e de algunos poquitos sarmientos que se pusieron, escierto que no far mengua de Andaluza ni Sicilia aqu, ni enlas caas de acar, segn unas poquitas que se pusieron hanprendido. Porque es cierto que la fermosura de la tierra des-tas islas, as de montes e sierras e aguas como de vegas, dondeay ros caudales, es tal la vista que ninguna otra tierra que solescaliente puede ser mejor al parecer ni tan fermosa.

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  • tem: Diris que a causa de averse derramado mucho vinoen este camino del que la flota traa, y esto, segn dizen losms, a culpa de la mala obra que los toneleros fizieron en Se-villa, la mayor mengua que agora tenemos aqu o esperamospor esto tener es de vinos. E comoquier que tengamos para mstiempo as vizcocho como trigo, con todo, es necesario quetambin se enve alguna cantidad razonable porque el caminoes luengo e cada da no se puede proveer, e asimismo algunascarnes, digo tocinos, e otra cecina que sea mejor que la que ave-mos trado este camino. De carneros bivos e aun antes de cor-deros e corderitas, ms fembras que machos, e algunos beze-rros e bezerras pequeos son menester, que cada vez venganen cualquier caravela que ac se embiare, e algunas asnas e as-nos e yeguas para trabajo e simiente, que ac ninguna destasanimalias ay de que ombre se pueda ayudar ni valer. Y porquerecelo que sus altezas no se fallarn en Sevilla, ni los oficialeso ministros suyos sin espreso mandamiento no proveeran enlo que agora ac con este primero camino es necesario quevenga, porque en la consulta e en la respuesta se pasara la sa-zn del partir los navos que ac por todo mayo es necesarioque sean, diris a sus altezas cmo yo vos di cargo e mand quedel oro que all llevis, empendolo o ponindolo en poderde algn mercader en Sevilla, el cual distraya e ponga los ma-raveds que sern menester para cargar dos caravelas de vinoe de trigo e de las otras cosas que llevis por memorial, el cualmercader lleve o embe el dicho oro a sus altezas para que levean, reciban e fagan pagar lo que oviere distrado e puestopara el despacho e cargazn de las dichas dos caravelas, las cua-les, por consolar e esforar esta gente que ac queda, cumpleque fagan ms de poder de ser ac bueltas por todo el mes demayo, porque la gente antes de entrar en el verano vea e ten-ga algn refrescamiento destas cosas, en especial para las do-lencias. De las cuales cosas ac ya tenemos gran mengua, comoson pasas, acar, almendras, miel e arroz, que deviera veniren gran cuantidad e vino muy poca, e aquello que vino es yaconsumido e gastado, e aun la mayor parte de las medicinasque de all truxieron, por la muchedumbre de los dolientes.De las cuales cosas, como dicho es, vos llevis memoriales as

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  • para sanos como para dolientes, firmados de mi mano, los cua-les cumplidamente, si el dinero bastare o a lo menos lo quems necesario es para agora, despacharis para que lo puedanluego traer los dichos dos navos, e lo que quedare procura-ris con sus altezas que con otros navos venga lo ms prestoque ser pudiere.

    tem: Diris a sus altezas que a causa que ac no ay lenguapor medio de la cual a esta gente se pueda dar a entendernuestra santa fe, como sus altezas desean e aun los que ac es-tamos, comoquier que se trabajar cuanto pudieren, se em-ba de presente con estos navos as de los canbales, ombrese mujeres e nios e nias, los cuales sus altezas pueden man-dar poner en poder de personas con quien puedan mejoraprender la lengua, exercitndoles en cosas de servicio e pocoa poco mandando poner en ellos algn ms cuidado que enotros esclavos, para que deprendan unos apartados de otros,que no se fablen ni se vean sino muy tarde, que ms perfec-tamente deprendern all que no ac e sern mucho mejoresintrpretes, comoquier que ac no se dexar de fazer lo quese pueda. Es verdad que como esta gente platican poco los dela una isla con los de la otra, en las lenguas ay alguna dife-rencia entre ellos, segn como estn ms cercano o ms le-xos. Y porque entre las otras islas las de los canbales son mu-cho grandes e harto bien pobladas, parecer ac que tomarde ellos e de ellas e embiarlos all en Castilla no sera sinobien, porque quitarse an una vez de aquella inhumana cos-tumbre que tienen de comer ombres, e all en Castilla, en-tendiendo la lengua, muy ms presto recibirn el bautismo efarn el provecho de sus nimas. E aun entre estos pueblosque no son destas costumbres se ganara gran crdito por no-sotros, viendo que aquellos prendisemos e cautivsemos dequien ellos suelen recibir daos e tienen tamao miedo quedel nombre slo se espantan.

    Certificando a sus altezas que la venida e vista desta flota acen esta tierra, as junta e fermosa, ha dado muy grande auto-ridad a esto e muy grande seguridad para las cosas venideras,para que toda esta gente desta grande isla e de las otras, vien-do el buen tratamiento que a los buenos se far e el castigo

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  • que a los malos se dar, vern a obediencia prestamente parapoderlos mandar como vasallos de sus altezas. Comoquier queellos agora, donde quier que ombres se falle, no slo fazen degrado lo que ombre quier que fagan, mas ellos de su voluntadse ponen a todo lo que entienden que nos puede plazer. E tam-bin pueden ser ciertos sus altezas que no menos all, entrelos cristianos prncipes aver dado gran reputacin la venidadesta armada por muchos respetos, as presentes como veni-deros, los cuales sus altezas podrn mejor pensar e entenderque no sabra dezir.

    tem: Diris a sus altezas que el provecho de las almas de losdichos canbales e aun destos de ac ha trado en pensamien-to que cuantos ms all se llevasen sera mejor, e en ello susaltezas podran ser servidos de esta manera: que, visto cuntoson ac menester los ganados e bestias de trabajo para el sos-tenimiento de la gente que ac ha de estar e bien de todas es-tas islas. Sus altezas podrn dar licencia e permiso a un nmerode caravelas suficiente que vengan ac cada ao e trayan delos dichos ganados e otros mantenimientos e cosas de poblarel campo e aprovechar la tierra, y esto en precios razonablesa sus costas de los que les truxieren, las cuales cosas se les po-dran pagar en esclavos destos canbales, gente tan fiera e dis-puesta e bien proporcionada e de muy buen entendimiento,los cuales, quitados de aquella inhumanidad creemos que se-rn mejores que otros ningunos esclavos, la cual luego perde-rn que sean fuera de su tierra. Y de estos podrn aver muchoscon las fustas de remos que ac se entienden de fazer, fechoempero presupuesto que cada una de las caravelas que vinie-sen de sus altezas pusiesen una persona fiable, la cual defen-diese las dichas caravelas que no descendiesen a ninguna par-te ni isla salvo aqu, donde ha de estar la carga e descarga detoda la mercadura. E aun destos esclavos que se llevaren, susaltezas podran aver sus derechos all. Y desto traeris o em-biaris respuesta, porque ac se fagan los aparejos que son me-nester con ms confianza, si a sus altezas pareciere bien.

    tem: Tambin diris a sus altezas que ms provechoso es e me-nos costa fletar los navos como los fletan los mercaderes paraFlandes, por toneladas, que no de otra manera. Por ende que

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  • yo vos di cargo de fletar a este respecto las dos caravelas queavis luego de embiar, e as se podr fazer de todas las otrasque sus altezas embiaren, si de aquella forma se ternn por ser-vidos. Pero no entiendo dezir esto de las que han de venir consu licencia por la mercadura de los esclavos.

    tem: Diris a sus altezas que, a causa de escusar ms costa,yo merqu estas caravelas que llevis por memorial para rete-nerlas ac con estas dos naos, conviene a saber, la Gallega e esaotra Capitana, de la cual merqu por semejante del maestrede ella los tres ochavos por el precio que en el dicho memorialdestas copias llevis firmado de mi mano. Los cuales navos to-dos no slo darn autoridad e gran seguridad a la gente queha de estar dentro e conversar con los indios para coger el oro,mas an para otra cualquier cosa de peligro que de esta genteestraa pudiera contecer, allende que las caravelas son nece-sarias para el descubrir de la tierra firme e otras islas que en-tre aqu e all estn. E suplicaris a sus altezas que los marave-ds que estos navos cuestan, manden pagar en los tiemposque se les ha prometido, porque sin duda ellos ganarn biensu costa, segn yo espero en la misericordia de Dios.

    tem: Diris a sus altezas e suplicaris de mi parte, cuanto mshumildemente puede, que les plega mucho mirar en lo que porlas cartas e otras escrituras vern ms largamente, tocante a lapaz e sosiego e concordia de los que ac estn, e que para lascosas del servicio de sus altezas escojan tales personas que nose tengan recelo de ellas e que miren ms a lo por que se em-ban que no a sus propios intereses. Y en esto, pues que todaslas cosas vistes e supistes, fablaris e diris a sus altezas la ver-dad de todas las cosas como las comprendistes, e que la provi-sin de sus altezas que sobre ello mandaren fazer venga con losprimeros navos, si posible fuere, a fin que ac no se fagan es-cndalos en cosa que tanto va en el servicio de sus altezas.

    tem: Diris a sus altezas el asiento de esta ciudad e la fer-mosura de la provincia alrededor como la vistes e compren-distes, e cmo yo vos fize alcaide de ella por los poderes quede sus altezas tengo para ello, a las cuales humildemente suplicoque, en alguna parte de satisfaccin de vuestros servicios, ten-gan por bien la dicha provisin, como de sus altezas yo espero.

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  • tem: Porque mosn Pedro Margarit, criado de sus altezas,ha bien servido e espero que as lo far adelante en las cosasque le fueren encomendadas, he avido plazer de su quedadaaqu, e tambin de Gaspar e de Beltrn, por ser conocidoscriados de sus altezas, para los poner en cosas de confiana.Suplicaris a sus altezas que especial al dicho mosn Pedro,que es casado y tiene fijos, le provean de alguna encomiendaen la orden de Santiago, de la cual l tiene el hbito, porquesu mujer e fijos tengan en qu bivir. Asimismo faris relacinde Juan Aguado, criado de sus altezas, cun bien e diligente-mente ha servido en todo lo que le ha sedo mandado. Quesuplico a sus altezas a l e a los sobredichos los ayan por en-comendados e por presentes.

    tem: Diris a sus altezas el trabajo que el doctor Chanca tie-ne con el afruenta de tantos dolientes e aun la estrechura delos mantenimientos, e con todo ello se dispone con gran dili-gencia e caridad en todo lo que cumple a su oficio. E porquesus altezas remitieron a m el salario que ac se le ava de dar,porque estando ac es cierto que l no toma ni puede avernada de ninguno ni ganar de su oficio como en Castilla gana-va o podra ganar estando a su reposo e biviendo de otra ma-nera que ac no bive. E as, comoquiera que l jura que es mu-cho ms lo que all ganava allende el salario que sus altezas ledan, yo no me quise estender ms de cincuenta mil maravedspor el trabajo que ac pasa cada un ao mientras ac estovie-re. Los cuales suplico a sus altezas le manden librar con el suel-do de ac, y asimismo porque l dize e afirma que todos los f-sicos de vuestras altezas, que andan en reales o en semejantescosas que estas suelen aver derecho un da de sueldo en todoel ao de toda la gente. Con todo, he sedo informado e d-zenme que, comoquier que esto sea, la costumbre es de darlescierta suma tasada a voluntad e mandamiento de sus altezas encompensa de aquel da de sueldo. Suplicaris a sus altezas queen ello manden proveer, as en lo del salario como desta cos-tumbre, por forma que el dicho doctor tenga razn de sercontento.

    tem: Diris a sus altezas, de Coronel, cunto es ombre paraservir a sus altezas en muchas cosas e cunto ha servido fasta

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  • aqu en todo lo ms necesario e la mengua que de l sentimosagora que es tan doliente, e que, sirviendo de tal manera, esrazn que l sienta el fruto de su servicio, no slo en las mer-cedes para despus mas en lo de su salario en lo presente, enmanera que l e los que ac estn, sientan que les aprovechael servicio, porque, segn el ejercicio que ac se ha de tenercon coger este oro, no son de tener en poco precio las perso-nas en quien tanta diligencia ay. Y porque por su habilidad seprovey ac por m del oficio de alguacil mayor destas Indiase en la provisin va el salario en blanco, que suplico a sus al-tezas gelo manden henchir como ms sea su servicio, miran-do sus servicios, confirmndole la provisin que ac se le dioe proveyndole de l de juro.

    Asimismo diris a sus altezas cmo aqu vino el bachiller GilGarca por alcalde mayor e no se le ha consignado ni nombra-do salario, e es persona de bien e de buenas letras e diligente,e es ac bien necesario. Que suplico a sus altezas le mandennombrar e consignar su salario, por manera que l se pueda sos-tener, e le sea librado con el dinero del sueldo de ac.

    tem: Diris a sus altezas, comoquier que ya se lo escrivo porlas cartas, que para este ao no entiendo que sea posible ir adescobrir fasta que esto destos ros de oro que se fallaron, serpuesto en el asiento devido a su servicio de sus altezas, que des-pus mucho mejor se podr fazer, porque no es cosa que na-die la pudiese fazer sin mi presencia a mi grado ni a serviciode sus altezas, por muy bien que lo fiziese, como es en dudasegn lo que ombre ve por su presencia.

    tem: Diris a sus altezas cmo los escuderos de cavallo quevinieron de Granada, en el alarde que fizieron en Sevilla mos-traron buenos cavallos, e despus, al embarcar, yo no lo vi, por-que estaba un poco doliente, e metironlos tales que el mejorde ellos no parece que valen dos mil maraveds, porque ven-dieron los otros e compraron estos, y esto fue de la suerte quese fizo lo de mucha gente que all en los alardes de Sevilla yo vimuy buena. Parece que Juan de Soria, despus de dado el di-nero del sueldo, por algn interese suyo puso otros en logar deaquellos que yo ac pensava fallar, e fall gente que yo nuncaava visto. En esto ha avido gran maldad, de tal manera que yo

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  • no s si me quexe de l solo. Por esto, visto que a estos escude-ros allende de su sueldo se ha fecho la costa fasta aqu e tambina sus cavallos, e se faze de presente y son personas que, cuandoellos estn dolientes o no se les antoja, no quieren que sus ca-vallos sirvan sin ellos mismos, y esto mismo no les parece quedevan servir en cosa ninguna sino a cavallo, lo que agora de pre-sente no faze mucho al caso, e por esto parece que sera mejorcomprarles los cavallos, pues que tan poco valen, e no estar cadada con ellos en estas pendencias. Por ende, que sus altezas de-terminen esto como fuere su servicio.

    tem: Diris a sus altezas cmo aqu han venido ms de dos-cientas personas sin sueldo e ay algunos de ellos que sirvenbien, e aun a los otros por semejantes se mandan que lo faganas, e porque para estos primeros tres aos ser gran bien queaqu estn mil hombres para asentar e poner en muy gran se-guridad esta isla e ros de oro, e aunque oviese ciento de ca-vallo, no se perdera nada, antes parece necesario, aunque enestos de cavallo, fasta que oro se embe, sus altezas podrn so-breseer. Con todo, a estas doscientas personas que vienen sinsueldo, sus altezas deben embiar a dezir si se les pagar suel-do como a los otros sirviendo bien, porque cierto son necesa-rios, como dicho tengo, para este comieno.

    tem: Porque en algo la costa desta gente se puede aliviar conindustria e formas que otros prncipes suelen tener en otras, logastado mejor que ac se podra escusar, parece que sera bienmandar traer en los navos que vinieren, allende de las otrascosas que son para los mantenimientos comunes e de la boti-ca, apatos e cueros para los mandar fazer, camisas comunese de otras, jubones, lienos, sayos, calas, paos para vestir enrazonables precios e otras cosas, como son conservas, que sonfuera de racin e para conservacin de la salud. Las cuales co-sas toda la gente de ac recibira de grado en descuento de susueldo e, si all esto se mercase por ministros leales e que mi-rasen al servicio de sus altezas, se ahorrara algo. Por ende, sa-bris la voluntad de sus altezas cerca de esto, y si les pareciereser su servicio, luego se deve poner en obra.

    tem: Tambin diris a sus altezas, por cuanto ayer en elalarde que se tom se fall la gente muy desarmada, lo cual

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  • pienso que en parte conteci por aquel trocar que all se fizoen Sevilla o en el Puerto cuando se dexaron los que se mos-traron armados e tomaron otros que daban algo a quien lostrocava, parece que sera bien que se mandasen traer dos-cientas coraas e cien espingardas e cien ballestas e mucho al-mazn, que es la cosa que ms menester avemos, e de todasestas armas se podrn dar a los desarmados en descuento desu sueldo.

    tem: Por cuanto algunos oficiales que ac vinieron, comoson albailes e de otros oficios, que son casados e tienen susmujeres all, e querran que all lo que se les deve de su suel-do se diesen a sus mujeres o a las personas a quien ellos em-biaren sus recaudos, para que les compren las cosas que achan menester, que a sus altezas suplico les mande librar, por-que su servicio es que estos estn provedos ac.

    tem: Porque, allende las otras cosas que all se emban apedir por los memoriales que llevis de mi mano firmados, aspara mantenimientos de los sanos como para los dolientes, se-ra muy bien que se oviese de la isla de la Madera cincuentapipas de miel de acar, porque es el mejor mantenimiento delmundo y ms sano e no suele costar cada pipa salvo a dos du-cados sin el casco. E si sus altezas mandan que a la vuelta pasepor all alguna caravela, las podr mercar y tambin diez ca-xas de acar que es mucho menester, y esta es la mejor sazndel ao, digo entre aqu e el mes de abril, para fallarlo e averde ello buena razn, e podrase dar orden mandndolo sus al-tezas e que no supiesen all para dnde lo quieren.

    tem: Diris a sus altezas, por cuanto, aunque los ros ten-gan oro en la cuantidad que se dize por los que lo han visto,pero que lo cierto de ello es que el oro no se engendra en losros, mas en la tierra, que el agua topando con las minas lo traenembuelto en las arenas. Y porque en estos tantos ros se handescubierto, comoquiera que ay algunos grandecitos, ay otrostan pequeos que son ms fuentes que ros, que no llevan dosdedos de agua, e se falla luego el cabo donde nace, para lo cualno slo sern provechosos los lavadores para cogerlo en la are-na, mas los otros para cavarlo en la tierra, que ser lo ms es-pecial e de mayor cantidad. Y por esto ser bien que sus alte-

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  • zas emben lavadores e de los que andan en las minas all enAlmadn, porque en la una manera e en la otra se faga el exer-cicio, comoquier que ac no esperaremos a ellos, que con loslavadores que aqu tenemos esperamos, con la ayuda de Dios,si una vez la gente est sana, allegar un buen golpe de oro paralas primeras caravelas que fueren.

    tem: Suplicaris a sus altezas de mi parte muy humilde-mente que quiera tener por muy encomendado a Villacorta,el cual, como sus altezas saben, ha mucho servido en esta ne-gociacin e con muy buena voluntad e, segn le conozco, per-sona diligente e afecionada a su servicio. Recibir merced quese le d algn cargo de confiana para el cual l sea suficien-te, e procuraris por forma que el Villacorta conozca por laobra que lo que ha trabajado por m en lo que yo le ove me-nester le aprovecha en esto.

    tem: Que los dichos mosn Pedro e Gaspar e Beltrn eotros que han quedado ac traxieron capitanas de caravelas,que son agora vueltas, e no gozan del sueldo. Pero, porque sontales personas que se han de poner en cosas principales e deconfiana, no se les ha determinado el sueldo que sea dife-renciado de los otros, suplicaris de mi parte a sus altezas de-terminen lo que se les ha de dar en cada un ao o por meses,como ms fueren servidos.

    Fecho en la ciudad Isabela, a treinta das de enero de no-venta y cuatro aos.

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  • TERCER VIAJE

    SERENSIMOS e muy altos e muy poderosos prncipes, reyy reina, nuestros seores:La Santa Trinidad movi a vuestras altezas a esta empresa

    de estas Indias, y por su infinita bondad hizo a m mensaje-ro de ello, al cual vine con la embaxada a su real conspetu,movido a esto como a los ms altos prncipes de cristianos yque tanto se exercitan en la fe y acrecentamiento de ella. Laspersonas que entendieron en ello lo tuvieron por imposibley el caudal hazan sobre bienes de fortuna, y all echaron elclavo. Puse en esto seis o siete aos de grave pena, amos-trando lo mejor que yo saba cunto servicio se podra hazera Nuestro Seor en esto, en divulgar su santo nombre y fe atantos pueblos, lo cual todo era cosa de tanta excelencia ybuena fama y gran memoria para grandes prncipes. Fue tam-bin necesario de hablar del temporal, adonde se les amos-tr el escrevir de tantos sabios dignos de fe cuales escrivieronhistorias, los cuales contavan que en estas partes ava muchasriquezas. Y asimismo fue necesario traer a esto el dezir e opi-nin de aquellos que escrivieron e situaron el mundo. Enfin, vuestras altezas determinaron que esto se pusiese en obra.Aqu mostraron el gran corazn que siempre hizieron en todacosa grande, porque todos los que avan entendido en ello yodo esta pltica, todos a una mano lo tenan a burla, salvodos frailes que siempre fueron constantes. Yo, bien que lle-vase fatiga, estava bien seguro que esto no verna a menos yestoy de contino, porque es verdad que todo pasar y no lapalabra de Dios y se cumplir todo lo que dixo. El cual tanclaro habl destas tierras por la boca de Isaas en tantos lu-gares de su escritura, afirmando que de Espaa les sera di-vulgado su santo nombre.

  • E part en nombre de la Santa Trinidad y bolv muy prestocon la esperiencia de todo cuanto yo ava dicho. Tornronmea embiar vuestras altezas y en poco espacio, digno de [...] me-ses, lo descubr, por virtud divinal, trezientas y treinta y tresleguas de la tierra firme, fin de Oriente, y setecientas islas de-nombr, allende de lo descubierto en el primero viaje, y lesallan la isla Espaola, que boja ms que Espaa y que la gen-te de ella es sin cuento, todos le pagasen tributo. Naci all mal-dezir y menospreciar de la empresa comenada en ello, por-que no ava yo embiado luego los navos cargados de oro, sinconsiderar la brevedad del tiempo y lo otro que yo dixe de tan-tos inconvenientes. Y en esto, por mis pecados o por mi salva-cin creo que ser, fue puesto en aborrecimiento y dado im-pedimento a cuanto yo deza y demandava. Por lo cual acordvenirme a vuestras altezas y maravillarme de todo y mostrarlesla razn que en todo ava. Y les dixe de los pueblos que yo avavisto, de que se podran salvar muchas nimas, y les truxe lasobligaciones de la gente de la isla Espaola, de cmo se obli-gavan a pagar tributo e les tenan por sus reyes y seores. Y lestruxe abastante muestra de oro, y que ay mineros y granosbien grandes, y asimesmo de cobre. Y les truxe muchas ma-neras de especeras, de que sera largo escrevir, y les dixe dela grande cantidad de braxil y otras infinitas cosas.

    Todo no aprovech para con algunas personas que tenangana y dado comienzo a maldezir del negocio ni entrar confabla del servicio de Nuestro Seor con se salvar tantas nimas,ni a dezir que esto era grandeza de vuestras altezas, de la me-jor calidad que hasta oy aya usado prncipe, porque el exerci-cio y gasto era para l espiritual e temporal y que no poda serque, andando el tiempo, no oviese la Espaa de aqu grandesprovechos, pues que se vean las seales de lo que escrivierondestas partidas tan manifiestas, que tambin se llegara a vertodo el otro cumplimiento, en dezir cosas que usaron grandesprncipes en el mundo para crecer su fama, as como de Sa-lomn, que embi desde Jerusaln en fin del Oriente a ver elmonte Sofora, en que se detuvieron los navos tres aos, el cualtienen vuestras altezas agora en la isla Espaola. Ni de Ale-xandre, que embi a ver el regimiento de la isla Trapobana en

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  • India, y Nero Csar a ver las fuentes del Nilo y la razn por quecreca en el verano, cuando las aguas son pocas. Y de otrasmuchas grandezas que hizieron prncipes, y que a prncipesson estas cosas dadas de fazer. Ni vala dezir que yo nunca avaledo que prncipes de Castilla jams oviesen ganado tierrafuera de ella, y que ac es otro mundo en que se trabajaronromanos y Alexandre y griegos, para le aver con grandes exer-cicios. Ni dezir del presente de los reyes de Portugal, que tu-vieron corazn para sostener Guineas y el descubrir de ellas,y que gastaron oro y gente atanta, que quien contase toda ladel reino se fallara que otra tanta como la mitad son muertosen Guinea. Y todava la continuaron hasta que les sali de ellolo que parece, lo cual todo comenaron de largo tiempo y amuy poco que les d renta, los cuales tambin osaron con-quistar en frica y sostener en empresa a Cebta e Tnjar e Ar-cila y Alczar, y de contino dar guerra a los moros, y todo estocon gran gasto, slo por hazer cosa de prncipes y servir a Diosy acrecentar su seoro.

    Cuanto yo ms deza, tanto ms se doblava a poner esto a vi-tuperio, amostrando en ello aborrecimiento, sin considerarcunto bien pareci en todo el mundo e cunto bien se dixoen todos los cristianos de vuestras altezas por aver tomado estaempresa, que no ovo grande ni pequeo que no ovo de ellocarta. Respondironme vuestras altezas rindose, diziendo queyo no curase de nada, porque no davan autoridad ni creenciaa quien lo maldeza desta empresa.

    Part en nombre de la Santsima Trinidad, lunes treinta demayo, de la villa de Sanlcar, bien fatigado de mi viaje, que, adonde esperava descanso cuando yo part destas Indias, se medobl la pena, y navegu a la isla de la Madera por camino noacostumbrado, por evitar escndalo que pudiera nacer con unarmada de Francia, que me aguardava en el cabo de San Vi-cente. Y de all a las islas de Canaria, donde me apart con unanao y dos caravelas y embi los otros navos derecho camino alas Indias, a la isla Espaola. Y yo navegu al Austro con pro-psito de llegar a la lnea equinocial y de all seguir al Ponientehasta que la isla Espaola me quedase al Setentrin. Y llegadoa las islas de Cabo Verde, falso nombre porque son atn secas

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  • que no ay cosa verde en ellas y toda la gente enferma, que nome os detener en ellas y navegu al Sudueste de cuatrocien-tas y cincuenta millas, que son ciento y veinte leguas, adondeen anocheciendo tena la estrella del Norte a cinco grados. Allme desampar el viento y entr en tan grande ardor que creque se me quemavan los navos y gente, que todo de un golpevino atn desdonado que no ava persona que osase descendirdebajo de cubierta a remediar la vasija y mantenimientos. Du-r este ardor ocho das, el primero da fue claro e los siete dassiguientes llovi y hizo nublado y, con todo, no fallamos reme-dio, que cierto que, si as fuera de sol como el primero, yo creoque no pudiera escapar en ninguna manera.

    Acordeme que, navegando a las Indias, siempre que yo pa-so al Poniente de las islas de los Aores cien leguas, all fallomudar la temperancia, y esto es todo de Setentrin en Austro.Y determin, si a Nuestro Seor le pluguiese de me dar vien-to y buen tiempo, que pudiese salir de a donde estava, de de-xar de ir ms al Austro ni bolver tampoco atrs, salvo de nave-gar al Poniente, atanto que yo llegase a estar con esta raya, conesperana que all fallara as temperamiento como ava halla-do cuando navegava en el paralelo de Canaria, e que, si as fue-se, que entonces yo podra ir ms al Austro. Y plugo a NuestroSeor que al cabo destos ocho das de me dar muy buen vien-to levante, y yo segua al Poniente, mas no os declinar abajoal Austro porque hall grandsimo mudamiento en el cielo yen las estrellas, mas no hall yo mudamiento en la temperan-cia. As acord de seguir adelante siempre justo al Poniente, enaquel derecho de la sierra Lin, con propsito de no mudarderrota fasta donde yo ava pensado que hallara tierra, y alladobar los navos y remediar, si pudiese, los mantenimientos ytomar agua que no tena. Y al cabo de onze das, los cualesNuestro Seor me dio de prspero viento, martes treinta y unode julio a medioda nos amostr tierra, e yo la esperava el lunesantes, y tuve aquel camino hasta entonces, que, en saliendo elsol, por defecto del agua, que no tena, determin de andar alas islas de los canbales, y tom esta vuelta.

    Y como Su Alta Majestad aya siempre usado de misericordiaconmigo, por acertamiento subi un marinero a la gavia y vido

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  • al Poniente tres montaas juntas. Diximos la Salve Regina yotras muchas prosas y dimos todos muchas gracias a NuestroSeor. Y despus dex el camino de Setentrin y bolv fazia latierra, adonde yo llegu a ora de completas a un cabo, a quedixe de la Galea, despus de aver nombrado a la isla de la Tri-nidad. Y all oviera muy buen puerto, si fuera fondo, y ava ca-sas y gente y muy lindas tierras, atn fermosas y verdes comolas huertas de Valencia en maro. Pesome cuando no pude en-trar en el puerto y corr la costa desta tierra del luengo fastael Poniente y, andadas cinco leguas, fall muy buen fondo esorg. Y en el otro da di la vela a este camino, buscando puer-to para adobar los navos y tomar agua y remediar el trigo ylos bastimentos que llevava. Solamente all tom una pipa deagua y con ella anduve as hasta llegar al cabo, y all hall abri-go de Levante y buen fondo. Y as mand sorgir y adobar la va-sija y tomar agua y lea y descendir la gente a descansar de tan-to tiempo que andava penando.

    Esta punta llam del Arenal y all se hall toda la tierra ho-llada de unas animalias que tenan la pata como de cabra y, bienque segn pareca aya all muchas, no se vido sino una muer-ta. El da siguiente vino de hazia el Oriente una gran canoa conveinte y cuatro hombres, todos mancebos e muy ataviados dearmas, arcos y frechas y tablachinas, y ellos, como dixe, todosmancebos de muy linda disposicin y no negros, salvo msblancos que otros que aya visto en las Indias, y de muy lindogesto y fermosos cuerpos, y los cabellos llanos y largos, corta-dos a la guisa de Castilla. Traan la cabeza atada con un pa-uelo de algodn texido a labores y colores, los cuales creayo que era almaiares, y otro destos pauelos traan ceido yse cobijavan con l en lugar de paetes. Cuando lleg esta ca-noa, habl de muy lexos, e yo ni otro ninguno no les enten-dimos, salvo que yo le mand fazer seas que se allegasen, yen esto se pas ms de dos oras y, si se llegavan un poco, lue-go se desviavan. Yo les faza mostrar bacines y otras cosas querelucan, por enamorarlos por que viniesen, y a cabo de unrato se allegaron ms que fasta entonces no avan.

    E yo deseava mucho aver lengua y no tena ya cosa que mepareciese que era de mostrarles para que viniesen, salvo que

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  • hize subir un tamborino en el castillo de popa que taesen eunos mancebos que danzasen, creyendo que se allegaran a verla fiesta. Y, luego que vieron taer y danzar, todos dexaron losremos y echaron mano a los arcos y los encordaron, y embra-zaron su tablachina y comenaron a tirarnos flechas. Ces lue-go el taer y danzar y mand sacar unas ballestas, y ellos de-xronme y fueron a ms andar a otra caravela, y de golpe sefueron debaxo la popa de ella, y el piloto entr con ellos y dioun sayo y un bonete a un hombre principal que le pareci deellos, y qued concertado que le ira a hablar en la playa, adon-de ellos luego fueron con la canoa esperndole. Y l, como noquiso ir sin mi licencia, y como ellos le vieron venir a la naocon la barca, tornaron a entrar en la canoa y se fueron, y nun-ca ms los vide ni a otros en esta isla.

    Cuando yo llegu a esta punta del Arenal, all se haze unaboca grande de dos leguas de Poniente a Levante, la isla de laTrinidad con la tierra de Gracia, y que para aver de entrar den-tro para pasar al Setentrin ava unos fileros de corriente queatravesavan aquella boca y traan un rugir muy grande, que creyo que sera un arrazife de bajos e peas, por el cual no se po-da entrar dentro en ella. Y detrs deste hilero ava otro y otro,que todos traan un rugir grande como ola de la mar que va aromper y dar en peas. Surg all, a la dicha punta del Arenal,fuera de la dicha boca, y hall que vena el agua del Orientehazia el Poniente con tanta furia como haze Guadalquivir entiempo de avenida. Y este de contin noche y da, que cre queno poda bolver atrs por la corriente ni ir adelante por los ba-xos. Y en la noche, ya muy tarde, estando al borde de la nao,o un rogir muy terrible que vena de la parte del Austro hastala nao, y me par a mirar y vi levantando la mar de Poniente aLevante en manera de una loma tan alta como una nao, y todava vena hazia m poco a poco y encima de ella vena un file-ro de corriente que vena rugiendo con muy grande estruen-do estrpito, con aquella furia de aquel rugir que de los otrosfileros que yo dixe que me parecan ondas de mar que davanen peas, que oy en da traigo el miedo en el cuerpo que nome trabucase la nao cuando llegase debaxo de ella. Y pas y lle-g fasta la boca, adonde all se detuvo grande espacio.

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  • El otro da siguiente embi las barcas a sondar y hall en elms baxo de la boca que ava seis o siete brazas de fondo, yde contino andavan aquellos fileros unos por entrar y otrospor salir. Y plugo a Nuestro Seor de me dar buen tiempo yviento, y atraves por esta boca adentro y luego fall tranqui-lidad, y por acertamiento se sac del agua de la mar y se ha-ll dulce. Navegu al Setentrin fasta una sierra muy grande,de donde seran veinte y seis leguas desta punta del Arenal, yall ava dos cabos de tierra muy alta, el uno de la parte delOriente era de la misma isla de la Trinidad, el otro del Occi-dente, de la tierra que dixe de Gracia. Y all faza una boca muyangosta, ms que aquella de la punta del Arenal, y all ava losmesmos hileros y aquel rugir fuerte del agua como era en lapunta del Arenal, asimismo all la mar era agua dulce. Y hastaentonces no ava avido lengua con ninguna gente destas tierrasy lo deseava en gran manera, y por esto navegu al luengo dela costa desta tierra hazia el Poniente y, cuanto ms andava, ha-llava el agua de la mar ms dulce y ms sabrosa.

    Y andando una gran parte, llegu a un lugar donde me pare-can las tierras labradas, y sorg y embi las barcas a tierra, y fa-llaron que de fresco se ava ido de all gente, y hallaron todo elmonte cubierto de gatos paulos. Bolvironse y, como esta fuesesierra, me pareci que ms all al Poniente las tierras eran msllanas y que all sera poblado, y por esto levant las anclas y co-rr esta costa fasta el cabo desta sierra. Y all a un ro sorg y lue-go vino mucha gente, y me dixeron cmo llaman a esta tierraParia y que de all ms al Poniente era ms poblada. Tom deellos cuatro, despus navegu al Poniente y, andando ocho le-guas, allende una punta, a que yo llam del Aguja, hall unas tie-rras las ms fermosas del mundo y muy pobladas. Llegu alluna maana a ora de tercia y por ver esta verdura y esta fermo-sura acord de sorgir y ver esta gente, de los cuales luego vinie-ron en canoas a la nao a rogarme de partes de su rey que des-cindiese en tierra. Cuando vieron que no cur de ellos, vinierona la nao infinitsimos en canoas, y muchos traan piezas de oroal pescueo y algunos atados a los brazos algunas perlas. Folgumucho cuando las vi y procur de saber dnde las hallavan, y medixeron que all y de la parte del Norte de aquella tierra.

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  • Quisiera detenerme, mas estos bastimentos que yo traa, trigoy vino e carne para esta gente que ac est, se me acabavan deperder, los cuales ove all con tanta fatiga, y por esto yo no bus-cava sino, a ms andar, a venir a poner en ellos cobro y no medetener para cosa alguna. Y procur de aver de aquellas perlasy embi las barcas a tierra. Esta gente es muy mucha y de buenparecer, de la misma color que los otros de antes y muy tratables.La gente nuestra que fue a tierra los hallaron tan convenibles ylos trataron tan honradamente. Dizen que, luego que llegaronlas barcas a tierra, que vinieron dos personas principales con todoel pueblo, creen el uno era padre y el otro hijo, y los llevaron auna casa muy grande, fecha a dos aguas y no redonda como tien-da de campo, como son estotras, y all tenan muchas sillas adon-de los hizieron asentar y otras adonde ellos se asentaron. E hi-zieron traer pan y de muchas maneras frutas y vino de muchasmaneras blanco y tinto, mas no de uvas. Deve l de ser de di-versas maneras, uno de una fruta, otro de otra, y asimismo deveser dello de mahz, que es simiente que faze una espiga comouna maorca, de que llev yo all y ay ya mucho en Castilla, yparece que aquel que lo tena mejor, que lo traa con mayor es-celencia y lo dava en gran precio. Los hombres todos estavanjuntos a un cabo de la casa y las mujeres en otro.

    Recibieron ambas partes gran pena porque no se enten-dan, ellos para preguntar a los nuestros de nuestra patria y losnuestros por saber de la suya. Despus que ovieron recibidocolacin en casa del ms viejo, el ms moo los llev a la suyay hizo otro tanto, y despus se pusieron en las barcas y se vi-nieron a la nao. Y yo luego levant las anclas, porque andavamucho depriesa por remediar los mantenimientos que se meperdan e tambin por remediarme a m, que ava adolecidopor el desvelar de los ojos, que bien que el viaje que yo fui adescubrir la tierra firme estuviese treinta y tres das sin con-cebir sueo y estuviese tanto tiempo sin vista, no se me daa-ron los ojos ni se me rompieron de sangre y con tantos dolo-res como agora.

    Esta gente, como ya dixe, son todos de muy linda estatura,altos de cuerpo e de muy lindos gestos, los cabellos muy lar-gos y llanos, y traen las cabezas atadas con unos pauelos la-

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  • brados, como ya dixe, fermosos, que pareca de lejos de seday almaizares. Otro traen ceido ms largo, que se cobijan conl en lugar de paetes, as hombres como mujeres. La colordesta gente es ms blanca que de otra que aya visto en las In-dias. Todos traan a los brazos y al pescuezo algo a la guisa des-tas tierras, y muchos traan piezas de oro bajo colgado al pes-cuezo. Las canoas de ellos son muy grandes y de mejor fechuraque no son estotras y ms livianas, y en el medio de cada unatienen un apartamiento como cmara, en que vi que andan losprincipales con sus mugeres.

    Llam all a este lugar Jardines, porque as conforma con elnombre. Procur mucho de saber dnde cogan aquel oro, ytodos me sealavan una tierra frontera de ellos e al Poniente,que era muy ms alta, mas no lejos, mas todos me dezan queno fuese all porque all coman la gente, entend entoncesque eran hombres canbales y que seran como los otros. Ydespus he pensado que poda ser que lo dezan porque allavra alimaas. Tambin les pregunt dnde cogan las perlas,y me sealaron tambin que al Poniente, detrs desta tierraadonde estavan. Y dexelo de provar por lo de los manteni-mientos y del mal de mis ojos, y por una nao grande que trae,que no es para semejante fecho.

    Y como el tiempo fue breve, se pas todo en preguntas y sebolvieron a los navos, que sera ora de bsperas, como ya dixe,y luego levant las anclas y navegu al Poniente, y asimismo elda siguiente, fasta que me fall que no ava sino tres brazasde fondo, con que haza que todava esta sera isla y que yo po-dra salir al Norte. Y as visto, embi una caravela sotil adelan-te, a ver si ava salida o si estava cerrado, y as anduvo muchocamino, fasta un golfo muy grande, en el cual pareca que avaotros cuatro medianos, y del uno sala un ro grandsimo. Ha-llaron siempre cinco brazas de fondo y el agua muy dulce, entanta cantidad que jams vi la pareja de ella. Fue yo muy des-contento cuando vi que no poda salir al Norte ni poda ya an-dar al Austro ni al Poniente, porque yo estava cercado portodo cabo. Y as levant las anclas y torn atrs para salir al Nor-te por la boca que yo arriba dixe, y no pude bolver por la po-blacin donde yo ava estado, por causa de las corrientes que

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  • me avan desviado de ella. E siempre en todo cabo hallava elagua dulze y clara y que me llevava muy rezio al Oriente hazialas dos bocas que arriba dixe. Y entonces conjetur que los hi-los de la corriente y aquellas lomas que salan y entravan enestas bocas con aquel rugir tan fuerte, que era pelea del aguadulze con la salada: la dulze empujava a la otra por que no en-trase e la salada por que la otra no saliese. Y conjetur que alladonde son estas dos bocas que algn tiempo sera tierra con-tinua a la isla de la Trinidad con la tierra de Gracia, como po-drn ver vuestras altezas por la pintura de lo que con esta em-bo. Sal yo por esta boca del Norte y hall que el agua dulcesiempre venca y, cuando pas, que fue con fuerza de viento,estando en una loma de aquellas, hall en aquellos hileros, dela parte de dentro, el agua dulce y, de fuera, salada.

    Cuando yo navegu de Espaa a las Indias, fallo luego, enpasando cien leguas a Poniente de las islas de los Aores, gran-dsimo mudamiento en el cielo y en las estrellas y en la tem-perancia del aire y en las aguas de la mar, y en esto he tomadomucha diligencia en la esperiencia.

    Fallo que de Setentrin en Austro, pasando las dichas cienleguas de las dichas islas, que luego en las agujas de marear,que fasta entonces nordesteavan, noruestean una cuarta deviento todo entero, y esto es en llegando all a aquella lina, comoquien traspone una cuesta. Y asimesmo hallo la mar toda lle-na de yerva de una calidad que parece ramitos de pino y muycargada de fruta como de lentisco, y es tan spera que al pri-mero viaje pens que era bajo y que dara en seco con los na-vos, y fasta llegar a esta raya no se hall un solo ramito. Fallotambin, en llegando de all, la mar muy suave y llana y, bienque viento rezio, nunca se levanta. As como hallo adentro dela dicha raya, hazia Poniente, la temperancia del cielo muysuave, y no discrepa de la cantidad, quier sea invierno quiersea en verano. Cuando all estoy, fallo que la estrella del Nor-te escrive un crculo, el cual tiene en el dimetro cinco gradosy, estando las guardas en el brazo derecho, estonces est la es-trella en el ms baxo, y se va alando hasta que llega al brazoizquierdo, y entonces est cinco grados, y de all se va abajan-do hasta bolver otra vez al brazo derecho.

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  • Yo navegu agora de Espaa a la isla de la Madera y de alla Canaria y dende a las islas de Cabo Verde, que se sola dezirEsprida y de otros Ganso, de donde comet el viaje para na-vegar al Austro hasta debajo de la lnea equinocial, como yodixe. Y llegado a esta, en derecho con el paralelo que pasa porla sierra Lioa, a Guinea, fall con gran ardor y los rayos del soltan calientes que pensava de quemarme y, bien que lloviese yel cielo fuese muy turbado, siempre yo estava en esta fatiga, has-ta que Nuestro Seor provey de buen tiempo y a m puso envoluntad que yo navegase al Occidente con este esfuero, que,en llegando a la raya, de que sobredixe, que all fallara mu-damiento en la temperancia. Despus que yo emparej a estaren derecho desta raya, luego hall la temperancia del cielomuy suave, y cuanto ms andava adelante ms multiplicava,mas no hallo conforme a esto las estrellas.

    Hall all que, en anocheciendo, tena a la estrella del Nor-te alta cinco grados, e entonces las guardas estavan encima dela cabeza y despus, a la media noche, hallava la estrella altadiez grados y en amaneciendo, que las guardas estavan en lospies, quinze.

    La suavidad de la mar hallo yo conforme, mas no en la hier-va. En esto de la estrella del Norte tom yo grande admiraciny por esto muchas noches con mucha diligencia tornava yo areplicar la vista de ella con el cuadrante, y siempre hall quecai el plomo e hilo de un punto. Por cosa nueva tengo yo estoy poda ser y ser tenida que en tan poco espacio haga tantadiferencia el cielo.

    Yo siempre le que el mundo, tierra y agua, era esprico, yque las autoridades y esperiencias que Tolomeo y todos losotros que escrivieron deste sitio davan y amostravan para ello,as por ecrises de la luna y otras demostraciones que avan deOriente hasta Occidente como de la elevacin del polo de Se-tentrin en Austro. Agora vi tanta disformidad como ya dixe,y por esto me puse a tentar esto del mundo y hall que no eraredondo en la forma que escriven, salvo que es de la forma deuna pera que sea toda muy redonda, salvo all donde tiene elpezn, que all tiene ms alto, o como quien tiene una pelotamuy redonda y en un lugar de ella fuese como una teta de mu-

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  • ger all puesta, y que esta sea debajo la lnea equinocial y enesta mar Occana en fin de Oriente. Llamo yo fin de Orientede donde acava toda la tierra e islas. Y para esto alego las razo-nes sobreescritas de la raya que pasa al Occidente de las islasde los Aores cien leguas de Setentrin en Austro, e que, en pa-sando de all al Poniente, ya van los navos alndose hazia elcielo suavemente, y entonces se goza de ms suave temperan-cia y se muda el aguja de marear por causa de la suavidad deesa cuarta de viento, y cuanto ms va adelante y alndose, msnorestea. Y esta altura causa el desvariar del crculo que escri-ven la estrella del Norte con las guardas, y cuanto ms pasarejunto con la lnea equinocial, ms se subir en alto y ms di-ferencia avr en las dichas estrellas y en los crculos de ellas. YTolomeo y los otros sabios que escrivieron deste mundo creye-ron que era esprico, creyendo que este emisperio fuese re-dondo como aquel de all donde ellos estavan, el cual tiene elcentro en la isla de Urn, que es debajo la lina equinocial entreel sino Arbico y aquel de Persia, y el crculo pasa sobre el cabode San Vicente en Portugal por el Poniente, y pasa en Orientepor Catigara y por las Sierras, en el cual emisperio no hago yoque aya mucha dificultad, salvo que sea esprico redondo comoellos dizen. Mas este otro digo que sera como la mitad de unapera bien redonda, la cual tuviese el pezn alto, como ya dixe,o como una teta de muger en una pelota redonda.

    As que desta media parte no ovo noticia Tolomeo ni losotros que escrivieron del mundo, por ser muy ignoto. Sola-mente hizieron raz sobre el emisperio adonde ellos estavan,que es redondo esprico, como arriba dixe. Y agora que vues-tras altezas lo han mandado navegar y buscar y descobrir, seamuestra evidentsimo, porque, estando yo en aqueste viaje alSetentrin veinte grados de la lina equinocial, all era en de-recho de Argun y de aquellas tierras, y all es la gente negray las tierras muy quemadas. Y despus que al ver islas de CaboVerde, all en aquella tierra es la gente mucho ms negra, ycuanto ms bajo se va al Austro tanto ms llega al estremo, enmanera que all en derecho donde yo estava, que es la SierraLioa, donde se me alava la estrella del Norte en anochecien-do cinco grados, all es la gente negra en estrema cantidad. Y

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  • despus que de all navegu al Occidente, fall tan estremos ca-lores y, pasado la raya de que yo dixe, hall multplica y an-dando la temperancia, en tanta cantidad que, cuando yo llegua la isla de la Trinidad, adonde la estrella del Norte en ano-checiendo tambin se me alava cinco grados, all y en la tie-rra de Gracia fall temperancia suavsima y las tierras y rbolesmuy verdes y tan hermosos como en abril en las huertas de Va-lencia. Y la gente de all de muy linda estatura y blancos msque otros que aya visto en todas las Indias, y los cabellos largos,y gente ms astuta y de mayor ingenio y no cobardes.

    Estonces era el sol en Virgine, encima de nuestras cabeas esuyas, as que todo esto procede por la suavsima temperanciaque all es, la cual procede por estar ms alto en el mundo, msacerca del aire aqu no. Y as me afirmo que el mundo no esesprico, salvo que tiene esta diferencia que ya dixe, la cuales en este emisperio adonde caen las Indias y la mar Occana,y el estremo de ello es debajo la lnea equinocial, y ayuda mu-cho a esto que sea as porque el sol, cuando Nuestro Seor lohizo, fue en el primero punto de ariete o la primera luz quefue aqu en Oriente, all adonde es el estremo de la altura des-te mundo. Y bien que el parecer de Aristtil fuese que el poloantrtico o la tierra que es debajo de l sea la ms alta partedel mundo y ms propincua al cielo, otros sabios le impugnandiziendo que es esta que es debajo del rtico. Por las cuales ra-zones parece que entendan que una parte deste mundo deviser ms propincua y noble al cielo que otra, y no cayeron enesto: que sea debajo del equinocial, por la forma que yo dixe.E no es maravilla porque deste emisperio no se oviese noticiacierta, salvo muy liviana y por argumento, porque nunca nadielo ha andado ni embiado a buscar hasta que vuestras altezas lomandaron esplorar y descubrir la mar y la tierra.

    Fallo que de all destas dos bocas, las cuales, como dixe, es-tn frontero por lnea de Septentrin en Austro, que ay de launa a la otra veinte y seis leguas, y no pudo aver en ello yerro,porque se midieron con cuadrante. Y destas dos bocas del Oc-cidente fasta el golfo que yo dixe, al cual llam de las Perlas,que son sesenta y ocho leguas de cuatro millas cada una, comoacostumbramos en la mar, e que de all deste golfo corre de

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  • contino el agua muy fuerte hazia el Oriente, y que por esto tie-nen aquel combate estas dos bocas con la salada. En esta bocadel Austro, a que yo llam de la Sierpe, fall que anochecien-do que yo tena la estrella del Norte alta casi cinco grados, y enaquella otra del Septentrin, a que yo llam del Drago, eran casisiete, y fallo que el dicho golfo de las Perlas est Occidental aloccidente del Caos de Tolomeo casi tres mil e novecientas mi-llas, que son casi setenta grados equinociales, contando porcada uno cincuenta y seis millas y dos tercios.

    La Sacra Escritura testific que Nuestro Seor hizo el ParasoTerrenal y en l puso el rbol de la vida, y de l sale una fuen-te de donde resulta en este mundo cuatro ros principales:Ganges en India, Tigris y ufrates en Armenia, los cuales apar-tan la Siria y hazen la Mesopotamia y van a tener en Persia, yel Nilo que nace en Etiopa y va en la mar en Alexandra.

    Yo no hallo ni jams he hallado escritura de latinos ni de grie-gos que certificadamente diga el sitio en este mundo del ParasoTerrenal, ni he visto en ningn mapamundo, salvo situado conautoridad de argumento. Algunos lo ponan all donde son lasfuentes del Nilo, en Etiopa, mas otros anduvieron todas estastierras y no hallaron conformidad a ello en la temperancia delcielo, en la altura hazia el cielo, porque se pudiese comprenderque l era all, ni que las aguas del diluvio oviesen llegado all,las cuales subieron en quince codos encima de todas las mon-taas. Algunos gentiles quisieron dezir por argumento que l eraen las islas Fortunate, que son las Canarias, y otros en otros lu-gares y todos, como dixe, por argumento.

    San Esidro y Beda y Damaceno y Estrabn y el maestro dela Historia escolstica y san Ambrosio y Escoto y todos los sacrostelogos conciertan que el Paraso Terrenal es en fin de Orien-te, el cual Oriente llaman el fin de la tierra, yendo al Oriente,en una montaa altsima, que sale fuera deste aire torbolen-to, adonde no llegaron las aguas del diluvio, que all est ElasEnoque, y de all sale una fuente y cae el agua en la mar. Y allhaze un gran lago, del cual proceden los cuatro ros sobredi-chos, que bien que este lago sea en Oriente y las fuentes des-tos ros sean divisas en este mundo, por ende que proceden yvienen all deste lago, por catar antes debajo de tierra, y espi-

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  • ran all donde se ven estas sus fuentes. La cual agua que saledel Paraso Terrenal para este lago, trae un tronido y rogirmuy grande, de manera que la gente que nace en aquella co-marca son sordos.

    Ya dixe lo que yo hallava deste emisperio y de la fechura, ycreo que si yo pasara por la lina equinocial, que en llegandoall, en esto ms alto, que hallara muy mayor temperancia y di-versidad en las estrellas y en las aguas. No porque yo crea queall donde es el altura del estremo sea navegable ni agua enque se pueda subir all, porque all creo que sea Paraso Te-rrenal, adonde no puede llegar nadie, salvo por voluntad di-vina. Y creo que esta tierra que agora mandaron descubrirvuestras altezas sea grandsima e aya otras muchas en el Aus-tro de que jams se ovo noticia.

    Yo tomo que el Paraso Terrenal no sea en forma de mon-taa spera como el escrevir de ello nos amuestra, salvo quel sea en el colmo, all donde dixe la figura del pezn de lapera y que poco a poco, andando fazia all desde muy lexos,se va subiendo a l. E creo que nadie no podra llegar al col-mo, como yo dixe, e creo que puede salir de all esta agua, bienque sea lexos y venga a parar all adonde yo vengo, fazia estelago. Grandes indicios son estos del Paraso Terrenal, porqueel sitio es conforme a la opinin destos santos y sacros telo-gos. Y asimismo las seales son muy conformes, que yo jamsle ni o que tanta cantidad de agua dulce fuese as dentro yvezina de la salada. Y en ello ayuda asimismo la suavsima tem-perancia y, si de all del Paraso no sale, parece an mayor ma-ravilla, porque no creo que sepan en el mundo de ro tan gran-de y tan fondo, al cual no pude llegar. En algunos lugares esen el pie, largo con ochenta brazas de cordel e, colgando del, doze libras de plomo.

    Despus que yo sal de la boca del Drago, que es la una delas dos aquellas del Septentrin, a la cual as puse nombre, elda siguiente, que fue da de Nuestra Seora de Agosto, fallque corra la mar tanto al Poniente que despus de ora demisa, que entr en camino, anduve fasta ora de completas se-senta y cinco leguas, de cuatro millas cada una, y el viento noera demasiado, salvo suave. Y esto mucho ayuda el conoci-

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  • miento que de all yendo al Austro se va ms alto, y andandohazia el Septentrin, como entonces yo faza, se va descen-diendo.

    Muy esperimentado tengo que las aguas de la mar llevan sucurso de Oriente a Occidente con los cielos, y que all, en estacomarca, cuando pasan, llevan ms veloce camino, y por eso seha comido tanta parte de la tierra. Porque por eso son ac tan-tas islas y ellas mismas fazen dello testimonio, porque todas auna mano son largas de Poniente a Levante y Norueste a Sues-te, que es un poco ms alto y bajo, y angostas de Norte a Sur yNordeste y Sueste, que son en contrario de los otros dichosvientos. Y aqu en ellas todas nacen cosas preciosas, por la sua-ve temperancia que les procede del cielo por estar hazia el msalto del mundo. Verdad es que parece que en algunos lugaresque las aguas no hagan este curso, mas esto no es salvo parti-cularmente en algunos lugares donde alguna tierra le est alencuentro y haze parecer que anda diversos caminos.

    Plinio escribe que la mar y la tierra faze todo una espera, y po-ne que esta mar Occana sea la mayor cantidad del agua, y esthazia el cielo, y que la tierra est debajo y le sostenga, y mez-clado lo uno con otro como el mago de la nuez con una telagorda que va abrazada en ello. El maestro de la Historia esco-lstica, sobre el Gnesis, dize que las aguas son muy pocas, que,bien que cuando fueron criadas que cobijasen toda la tierra,que estonces eran vaporables en manera de niblina y que des-pus que fueron subidas e juntadas, que ocuparon poco lugar,y en esto concierta Nicolao de Lira. El Aristtel dize que estemundo es pequeo y que es el agua muy poca y que fcilmentese puede pasar de Espaa a las Indias. Y esto confirma el AbenRuiz y le alega el cardenal Pedro de Ayliaco, autorizando estedezir y aquel de Sneca, el cual conforma con estos diziendoque el Aristtiles pudo saber muchos secretos del mundo a cau-sa de Alixandre Magno, y Sneca a causa de Csar Nern, y Pli-nio por respecto de romanos, los cuales todos gastaron dine-ros y gente y pusieron mucha diligencia en saber los secretosdel mundo y darlos a entender a los pueblos. El cual cardenalda a estos grande autoridad, ms que a Tolomeo ni a otros grie-gos ni rabes, y a confirmacin de dezir que el agua sea poca

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  • y que el cubierto del mundo de ella sea poco, al respecto delo que se deza por autoridad de Tolomeo y de sus secazes. Ya esto trae una autoridad de Esdras, del tercio libro suyo, adon-de dice que de siete partes del mundo las seis son descubiertasy la una sola es cubierta de agua, la cual autoridad es aproba-da por santos, los cuales dan autoridad al tercio y cuarto librode Esdras, as como es san Agustn y san Ambrosio en su Esa-meron, donde alega all: Vendr mi hijo Jess y morir mi hijoCristo. Y dizen que Esdras fue profeta y asimismo Zacaras, pa-dre de san Juan, y el beato Simen, las cuales autoridades tam-bin alega Francisco de Mairones. Y en cuanto en esto del en-xuto de la tierra, mucho se ha esperimentado, que es muchoms de lo que el vulgo crea, y no es maravilla, porque andan-do ms, ms se sabe.

    Torno a mi propsito de la tierra de Gracia e ro y lago queall hall, atn grande que ms se le puede llamar mar que lago,porque lago es lugar de agua, y en seyendo grandes se le dicemar, como se dixo a la mar de Galilea y al mar Muerto, y digoque si no procede del Paraso Terrenal que viene este ro y pro-cede de tierra infinita, pues el Austro, de la cual hasta agorano se a visto noticia. Mas yo muy asentado tengo en el nimaque all, adonde dixe, es el Paraso Terrenal y descanso sobrelas razones y autoridades sobrescritas.

    Plega a Nuestro Seor de dar mucha vida y salud y descan-so a vuestras altezas para que pueden proseguir esta tan nobleempresa, en la cual me parece que recibe Nuestro Seor mu-cho servicio y la Espaa crece de mucha grandeza y todos loscristianos mucha consolacin y plazer, porque aqu se divul-gar el nombre de Nuestro Seor. Y en cabo mando plantaruna alta cruz y a toda la gente que fallo, notifico el alto esta-do de vuestras altezas y cmo su asiento es en Espaa, y les di-go de nuestra santa fe todo lo que yo puedo, y de la creenciade la Santa Madre Iglesia, la cual tiene sus miembros en todoel mundo, y les digo la polica y nobleza de todos los cristia-nos, y la fe que en la Santa Trinidad tienen. Y plega a NuestroSeor de tirar de memoria a las personas que han impugna-do e impugnan tan excelente empresa e impiden e impidie-ron porque no vaya adelante, sin considerar cunta honra y

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  • grandeza es del real estado de vuestras altezas en todo el mun-do. No saben qu entreponer a maldezir desto, salvo que sehaze gasto en ello y porque luego no se embiaron los navoscargados de oro, sin considerar la brevedad del tiempo y tan-tos inconvenientes como ac se han habido, y no considerarque en Castilla, de casa de vuestras altezas, salen cada ao per-sonas que por su merecimiento ganaron en ella ms de renta,cada uno de ellos ms de lo que es necesario que se gaste enesto. Asmesmo considerar que ningunos prncipes de Espaajams ganaron tierra alguna fuera de ella, salvo agora. Vues-tras altezas tienen ac otro mundo, de adonde puede ser tanacrecentada nuestra santa fe y de donde se podan sacar tan-tos provechos, que bien que no se ayan embiado los navos car-gados de oro, se han embiado suficientes muestras de ello yde otras cosas de valor, por donde se puede juzgar que en bre-ve tiempo se podr aver mucho provecho, y sin mirar el grancorazn de los prncipes de Portugal, que ha tanto tiempo queprosiguen la empresa de Guinea y prosiguen aquella de fri-ca, adonde han gastado la mitad de la gente de su reino, y ago-ra est el rey ms determinado a ello que nunca. Nuestro Se-or provea en esto como yo dixe y les ponga en memoria deconsiderar todo esto que va escrito, que no es de mil partes launa de lo que yo podra escrevir de cosas de prncipes que seocuparon a saber a conquistar y sostener.

    Todo esto dixe as, y no porque crea que la voluntad devuestras altezas sea salvo de proseguir en cuanto vivan, y ten-go por muy firme lo que me respondi vuestra alteza una vezque por palabra le deza desto, no porque yo oviese visto mu-damiento ninguno en vuestras altezas, a salvo por amor de loque yo oa destos que yo digo, que tanto da una gotera deagua en una piedra que le faze un agujero. Y vuestra alteza merespondi con aquel corazn que se sabe en todo el mundoque tiene, y me dixo que no curase de nada de eso, porque suvoluntad era proseguir esta empresa y sostenerla, aunque nofuese sino penas, y que el gasto que en ello se faza que lo tenaen nada, que en otras cosas no tan grandes gastavan muchoms, y que lo tenan todo por muy bien gastado, lo del pasadoy lo que se gastase en adelante, porque crean que nuestra san-

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  • ta fe sera acrecentada y su real seoro ensanchado, y que noeran amigos de su real estado aquellos que les maldecan desaempresa. Agora y entre tanto que vengan a noticia desto, des-tas tierras que agora nuevamente he descubierto, en que ten-go asentado en el nima que es all el Paraso Terrenal, ir eladelantado, con tres navos bien ataviados para ello, a ver msadelante y descubrir todo lo que pudiere fasta aquellas par-tes. Entre tanto, yo embiar a vuestras altezas esta escritura yla pintura de la tierra, y acordarn lo que en ello se ha de ha-cer y me embiarn a mandar, y se cumplir con ayuda de laSanta Trinidad con toda diligencia, en manera que vuestras al-tezas sean servidos y ayan plazer.

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  • CUARTO VIAJE

    SERENSIMOS e muy altos y poderosos prncipes, rey y reinanuestros seores:A nueve das de mayo de 1502 part de Clis y pas a Cana-

    ria en catorze das, y dende a las Indias en diecisis, de adon-de escrev a vuestras altezas que mi intincin era de dar prie-sa a mi viaje, en cuanto yo tena los navos buenos, la gente ylos bastimentos, y que mi derrota era en la isla de Jamaica.

    En la isla Dominica escrev esto, fasta all truxe el tiempo apedir por boca. Esa noche que all entr fue con tormentagrande, ya perdido si Dios no me diera presto el socorro, y mepersigui despus siempre. Cuando yo llegu sobre la Espaolaembi el envoltorio de cartas a tierra, sin posar ni amainar lasvelas, y pedir por merced un navo por mis dineros, porqueotro que yo llevava era innavegable y no sufra velas. Las car-tas tomaron y vuestras altezas sabrn si se las dieron la res-puesta. Para m fue mandar, de su parte, que yo no posase nime llegase a la tierra, de que salvo por fuera de tormenta metena el cargo y se lo ava escrito antes. Cay el corazn a lagente que iba conmigo, por temor de los llevar yo lejos, di-ziendo que, si algn caso de peligro les viniese, que no seranremediados all, antes les sera fecho alguna afrenta. Tambina quien plugo, dixo que el contador ava de proveer las tierrasque yo ganase.

    La tormenta era terrible y en aquella noche me desmembrlos navos, a cada uno lev por su cabo sin esperana, salvo demuerte, cada uno de ellos tena por cierto que los otros eranperdidos. Quin naci, sin quitar a Job, que no muriera de-sesperado, que por mi salvacin y de fijo y hermano y amigosme fuese en tal tiempo defendido la tierra y los puertos queyo, por voluntad de Dios, gan a Espaa sudando sangre?

  • Torno a los navos que as me ava levado la tormenta y de-jado a m solo. Deparmelos Nuestro Seor cuando le plugo.El navo Sospechoso ava echado a la mar, por escapar, el ar-tillera hasta la gesola y todo lo de cubierta, la Gallega perdila barca y todos gran parte de los bastimentos. En el que yoiba, era abalumado a maravilla, Nuestro Seor le salv, queno ovo dao de una paja. En el Sospechoso iba mi hermanoy l, despus de Dios, fue su remedio. Con esta tormenta, asa gatas, me llegu a Jamaica, all se mud de mar alta en cal-mera y gran corriente, y me lev fasta las Figueras, sin llegarni ver tierra. De all, cuando pude, navegu a la tierra firme,adonde me sali el viento y corriente terrible al opsito. Com-bat con ellos sesenta das y en fin no le pude ganar ms desetenta leguas.

    En todo este tiempo no entr en puerto ni pude, ni me dejtormenta, agua del cielo, trombones y relmpagos de conti-nuo, que pareca el fin del mundo. Llegu al cabo de Graciasa Dios, y de all me dio Nuestro Seor prspero el viento y co-rriente. Esto fue a 12 de septiembre. Ochenta y ocho das avaque no me ava dejado espantable tormenta, atanto que novide el sol ni estrellas por mar. Los navos tena yo abiertos, lasvelas rotas y perdidas anclas y jarcias y cables, con las barcas ymuchos bastimentos. La gente muy enferma y todos contritosy muchos con promesa de relisin y no ninguno sin otros vo-tos y romeras. Muchas vezes avan llegado a se confesar losunos a los otros. Otras tormentas se han visto, mas no durartanto ni con tanto espanto. Muchos esmorecieron, harto y har-tas vezes, que tenamos por esforzados. El dolor del fijo, queyo tena all, me arrancava el nima, y ms por verle de tan nue-va edad de treze aos en tanta fatiga y durar l en ello tanto.Nuestro Seor le dio tal esfuerzo que l avivava los otros, y enlas obras haza l como si oviera navegado cincuenta aos, y lme consolava.

    Yo ava adolecido y llegado hartas vezes a la muerte. De unacamerilla que yo mand hazer sobre cubierta mandava la va.Mi hermano estava en el peor navo y ms peligroso, gran do-lor era el mo y mayor porque lo truxe contra su grado. Otralstima me arrancava el coran, y era de don Diego, mi hijo,

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  • que dex en Espaa, hurfano, desposesionado de mi honray hazienda, bien que tena yo por muy cierto que vuestras alte-zas, como justos y agradezidos prncipes, le restituiran en todocon acrecentamiento.

    Llegu a Cariay, adonde me detuve a remediar los navos ybastimentos y dar aliento a la gente, que vena muy enferma yyo, que, como dixe, ava llegado muchas vezes a la muerte. Allsupe de las minas del oro de la provincia de Ciamba, que yobuscava. Dos indios me llevaron a Carabaru, adonde la genteanda desnuda y al cuello un espejo de oro, mas no le queranvender ni dar a trueque. Nombrronme muchos lugares en lacosta de la mar, adonde dezan que ava oro y minas, el pos-trero era Veragua, y lejos de all obra de veinte y cinco leguas.Part con intencin de los tentar a todos y, llegado ya al me-dio, supe que ava minas a dos jornadas de andadura. Acordde embiar a verlas vspera de San Simn y Judas, que ava deser la partida. En esa noche se levant tanta mar y viento quefue necesario de correr hazia donde l quiso, y el indio, ada-lid de las minas, siempre conmigo.

    En todos estos lugares adonde yo ava estado, hall verdadtodo lo que yo ava odo. Esto me certific que es as de la pro-vincia de Ciguare, que segn ellos es destotra nueve jornadasde andadura por tierra al Poniente. All dizen que ay infinitooro y que traen coronas en las cabezas, manillas a los pies y alos brazos de ello y bien gruesas, y las sillas, arcas y mesas lasguarnecan y enforran de ello. Tambin dizen que las muge-res de all traan collares colgados de la cabeza a las espaldas.En esto que yo digo, la gente toda destos lugares conciertanen ello, y dizen tanto que yo sera contento con el diezmo.Tambin todos conocieron la pimienta. En Ciguare usan tra-tar en ferias y en mercaduras, esta gente as lo cuentan, y meamostravan el modo y forma que tienen en la barata. Otrosdizen que las naos traen bombardas, arcos y frechas, espadasy corazas, y andas vestidos, y en la tierra ay cavallos, y usan laguerra, y traen ricas vestiduras y tienen buenas casas. Tambindizen que la mar boja a Ciguare, y de all a diez jornadas es elro de Cangues. Parece que estas tierras estn con Veragua comoTortosa con Fuenterrava o Pisa con Venecia.

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  • Cuando yo part de Carabaru y llegu a esos lugares que di-xe, fall la gente en aquel mesmo uso, salvo que los espejos deloro quien los tena los dava por que quiera, muy contentos setenan con tres cascabeles de gaviln por el uno, bien que pa-sasen diez o quinze ducados de peso y bien que le tienen enms que un celemn de oro en grano, porque le hazen congran fatiga. En todos sus usos son como los de la Espaola. Eloro cogen con otras artes, bien que todas son nada con las delos cristianos, ni trabajan por oro ni funden.

    Esto que yo he dicho es lo que oyo. Lo que yo s es que el aode noventa y cuatro navegu en veinticuatro grados al Ponienteen trmino de nueve oras, y no pudo aver yerro porque ovoeclipsis: el sol estava en Libra y la luna en Ariete. Tambin estoque yo supe por palabra, avalo yo sabido largo por escrito.

    Tolomeo crey de aver bien enmendado a Mario, y aorase halla su escritura bien propinca al cierto. Tolomeo asientaCatigara a doze lneas lejos de su Occidente, que l asent so-bre el cabo de San Vicente en Portugal, veintin grados y untercio. Mario en quinze lneas constitu la tierra. Ese mismoMario en Etiopa escrive allende la lnea equinocial ms deveinticuatro grados, y agora que los portugueses le navegan,le fallan cierto. Tolomeo diz que la tierra ms austral es el pla-zo primero y que no abaja ms de diecisis grados y un tercio.El mundo es poco, el enjuto de ello es seis partes, la sptimasolamente es cubierta de agua. La esperiencia ya est vista, yla escrev por otras letras, con adornamiento de la Sacra Es-criptura, con el sitio del Paraso Terrenal, que la Santa Iglesiaaprueva. Digo que el mundo no es tan grande como dize el vul-go, y que un grado de la lnea equinocial no responde de cin-cuenta y seis millas y dos tercios, presto se tocar con el dedo.Dejo esto porque no es mi propsito de fablar en aquella ma-teria, salvo de dar cuenta de mi duro y trabajoso viaje, bien quel sea el ms noble y provechoso.

    Digo que vspera de San Simn y Judas corr a donde el vien-to me llevava, sin poder resistille. En Belpuerto escus diez dasde gran fortuna de la mar y del cielo. All acord de no bolveratrs a las minas y dejelas ya por ganadas. Part por seguir miviaje, lloviendo llegu a puerto de Bastimentos, adonde llegu

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  • y entr y no de grado. La tormenta y gran corriente me en-cerr all catorze das, y despus part y no con buen tiempo.Cuando yo ove andado quinze leguas forzosamente, me repu-j atrs el viento y corriente con furia. Bolviendo yo al puertode donde yo ava salido, fall en el camino al Retrete, adondeme retruje con harto perigro y enojo y bien fatigado yo, los na-vos y la gente. Detveme all muchos das, que as lo quiso elcruel tiempo, y cuando cre de aver acavado, me fall de co-mieno. All mud sentencia de bolver a las minas y hazer algofasta que me viniese colla para mi viaje y marear. Y llegado concuatro leguas, rebivi la tormenta y me fatig tanto a tanto queya no saba de mi parte. All se me refresc del mal la llaga,nueve das anduve perdido sin esperana de vida. Ojos nuncavieron la mar tan alta, fea, fecha espuma. El viento no era parair adelante ni dava lugar para correr hazia algn cabo. All medetena en aquella mar fecha sangre, ferviendo como calderapor gran fuego. El cielo jams fue visto tan espantoso. Un day una noche ardi como forno y as echava la llama con losrayos, que cada vez mirava yo si me ava levado los mstiles yvelas. Venan con tanta furia y espantables que todos creamosque me avan de enhondir los navos. En todo este tiempojams ces agua del cielo, y no para dezir que llova, salvo queresegundava otro diluvio. La gente estava ya tan molida que de-seava la muerte y salir de tantos martirios. Los navos avan yaperdido dos vezes las barcas, anclas, cuerdas, y estavan abier-tos, sin velas.

    Cuando plugo a Nuestro Seor bolver a Puerto Gordo,adonde repar lo mejor que pude, y bolv otra vez hazia Vera-gua. Para mi viaje, bien que yo estuviera para ello, todava eranlos vientos y corrientes contrarias. Llegu casi a donde de an-tes, y all me sali otra vez el viento y corriente al encuentro.Bolv otra vez al puerto, que no os esperar la oposicin de Sa-turno con Mars, tan desbaratado en costa brava, porque lasms de las vezes trae tempestad o fuerte tiempo. Esto fue dade Navidad, en oras de misa. Bolv otra vez adonde yo ava sa-lido con harta fatiga y, pasado ao nuevo, torn a la porfa que,bien que me hiziera buen tiempo para mi viaje, ya tema losnavos innavegables y la gente muerta y enferma.

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  • Da de la Epifana llegu a Veragua, ya sin aliento. All medepar Nuestro Seor un ro y seguro puerto, bien que a laentrada no tena salvo diez palmos de fondo. Metime en lcon pena, y el da siguiente record la fortuna: si me fallarafuera, no pudiera entrar a causa del banco. Con la costa dePortugal se parece esta de Veragua y as de peligrosa. Llovisin cesar fasta catorze de febrero, que nunca ovo lugar de en-trar en la tierra ni de me remediar en nada. Y estando ya se-guro a veinte y cuatro de enero, de improviso vino el ro muyalto y fuerte, quebrome las amarras y proeses, y ovo de levarlos navos y cierto los vi en mayor peligro que nunca. Reme-di Nuestro Seor, como siempre hizo. No sei si ovo otro conms martirios.

    A seis de febrero, lloviendo, embi setenta hombres la tie-rra adentro y a las cinco leguas fallaron muchas minas. Los in-dios que iban con ellos, los llevaron en un cerro muy alto y deall les mostraron hazia toda parte cuanto los ojos alcanavan,diziendo que en todo cabo ava minas de oro y que hazia elPoniente hazan veinte jornadas, y anombravan las villas y lu-gares y a donde ava de ello ms o menos. Despus supe yo queel Quiva, que ava dado estos indios, les ava mandado que fue-ren a mostrar las minas lexos y de otro Quiva, su contrario, yque adentro de su pueblo coxan, cuando l quera, un hom-bre en diez das una almozada de oro. Los indios, sus criadosy testigos desto traigo conmigo. A donde l tiene el pueblo, lle-gan las barcas. El vulgo es que el oro se engendra en tierrasestriles y a donde el sol tenga fuerza. En la Espaola y en Ve-ragua se ha hallado la mayor cantidad en el monte, adonde sonlos rboles gordos como toneles y espesos, nacidos desque Dioscri el primer hombre. Y adonde el sol no llega a la tierra, porla sombra, all se ha fallado grano en la Espaola de setentamarcos, como vuestras altezas bien saben.

    Torno a propsito y digo que bolvi mi hermano con esagente y todos con oro, que avan cogido en cuatro oras que fueall la estada. La calidad es maravillosa, porque ninguno des-tos jams ava visto minas y los ms oro, de la mar eran estos ycasi todos grumetes. Yo tena muchos aparejos y atavos paraedificar y muchos bastimentos. Asent pueblo en Beln, que

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  • es la boca de otro ro lexos del pueblo del Quiva dos leguas,y di muchas ddivas a ese Quiva, que as llaman al seor de latierra. Yo bien saba que no ava de durar la concordia, ellosmuy rsticos y nuestras gentes muy importunas, y me apose-sionava en su trmino. Despus que este vido las cosas fechasy el trfago tan vivo, acord de las quemar y matarnos a todos.Muy al revs le sali su propsito: qued preso l, fijos y cria-dos, bien que su prisin dur poco. El Quiva se fugi vilmentea un Juan Snchez, vezino de Cliz, que tenamos por hombrehonrado, a quien se ava entregado con guardia de hombres.No fue por este el dao poco y acrecentar la costa, los hijos sefueron a un maestre de navo, a quien se dieron en l a buenrecaudo.

    En enero se ava cerrado la boca del ro y hecho otras conpoco fondo. En abril los navos estavan todos comidos de bu-sanos y no los poda sostener sobre agua. En este tiempo llo-vi y fizo el ro un canal, por donde saqu tres de ellos vazoscon gran pena. Las barcas bolvieron adentro por lastre y agua,la mar se par alta y fea, y no las dex salir fuera. Los indioseran muchos y juntos y las combatieron y, en fin, los mataron.Mi hermano y la otra gente toda estavan en un navo que que-d adentro. Yo muy solo de fuera en tan brava costa, con fuer-te fiebre, en tanta fatiga, la esperana de escapar era muerta.Sub as travajando en lo ms alto, llamando a voz muy teme-rosa, llorando, y muy apriesa, los maestros de la guerra devuestras altezas, a todos cuatro los vientos, por socorro, masnunca me respondieron.

    Cansado me adormec gimiendo. Una voz muy piadosa odiziendo: O estulto y tardo a creer y a servir a tu Dios, y Diosde todos! Qu hizo l ms por Moiss o por David su siervo?Desque naciste, siempre l tuvo de ti gran cargo. Cuando tevido en edad de que l fue contento, maravillosamente hizosonar tu nombre en la tierra. Las Indias, que son parte delmundo tan ricas, te las dio por tuyas, t las repartistes a don-de quisiste y te dio poder para ello. De los atamientos de la marOccana, que estavan cerrados con cadenas tan fuertes, te diola llave, y fuestes obedecido en tantas tierras y de los cristianostodos cobrastes tan honrada fama. Qu hizo l ms al pueblo

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  • de Israel cuando lo sac del Egipto, ni por David, que de pas-tor lo hizo rey en Judea? Trnate a l y conoce ya tu yerro, sumisericordia es infinita. Tu vejez no impidir a toda cosa gran-de, muchas heredades tiene l grandsimas. Abraham pasava deciento aos cuando engendr a Isaac, ni Sara era moa. T lla-mas por socorro incierto. Responde, quin te ha afligido tan-to y tantas vezes: Dios o el mundo? Los privilegios, cartas y pro-mesas que da Dios todos los cumple con avantaje, y despus deaver recibido el servicio, acrecienta las mercedes y les da el Pa-raso. Esto es su uso. Dicho te tengo lo que tu Criador ha fechopor ti y haz con todos. Agora me dixo: Amuestra el galardnde tus afanes y perigros que has pasado sirviendo a otros. Yo,as amortecido, o todo, mas no tuve yo respuesta a palabras tanciertas, salvo llorar por mis yerros. Acab l de fablar, quien-quiera que fuese, diziendo: Confa y no temas.

    Levanteme cuando pude, y al cabo de nueve das hizo bo-nana, mas no para sacar navos del ro. Recog la gente queestava en tierra y todo el resto que pude, porque no abastavapara quedar y para navegar los navos. Quedara yo a sostenerel pueblo con todos, si vuestras altezas supieran de ello. El te-mor que nunca aportara all navos me determin a esto y lacuenta que cuando se aya de proveer de socorro, se provea detodo. Part en nombre de la Santa Trinidad la noche de Pas-cua, con los navos podridos, todos comidos de locusta y hechosagujeros. All en Beln dex uno y hartas cosas. En Belportohize otro tanto. No me quedaron salvo dos en el estado de losotros, y sin barcas y bastimentos, para aver de pasar siete milmillas de mar y agua o morir en la va con fijo, hermano y tan-ta gente. Respondan agora los que suelen tachar y reprender,diziendo all de en salvo por qu no hazades esto y esto? Alllos quisiera en esta jornada. Yo bien creo que otra de otro sa-bor los aguarda, o nuestra fe es ninguna.

    Llegu a treze de mayo en la provincia de Mango, que par-te con aquella de Catayo, y de all part para la Espaola. Na-vegu dos das con buen tiempo y despus fue contrario. Elcamino que yo levava era para desechar tanto nmero de is-las, por no me embaraar en los bajos y canales de ellas. La marbrava me hizo fuera y ove de bolver atrs sin velas. Sorg a una

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  • isla adonde de golpe perd tres anclas, y a la media noche,que pareca que el mundo se ensolva, se rompieron las an-clas al otro navo y vino sobre m, que fue maravilla cmo nonos acavamos de se hazer rajas; el ancla, de forma que mequedava, fue ella, despus de Nuestro Seor, quien me sos-tuvo. Al cabo de seis das, que ya era bonana, bolv a mi ca-mino. As, perdido ya del todo de aparejos y con los navosforadados de busanos ms que un panal de abejas y la gentetan acobardada y perdida, pas algo adelante de donde yoava llegado de antes. All me torn a rempuxar atrs la for-tuna, par en la misma isla en ms seguro puerto, al cabo deocho das torn a la va.

    Llegu a Jamaica en fin de junio, siempre con vientos por-teros y los navos en peor estado; con tres bombas, tinas y cal-deras no poda, con toda la gente, revencer el agua que entravaen el vaco, ni para este mal de bruma ay otra cura. Comet elcamino para me acercar a lo ms cerca de la Espaola, que sonveinte y ocho leguas, y no quisiera aver comenado. En el otronavo corri a buscar puerto, casi anegado. Yo profi la vuel-ta de la mar con fortuna. Por doblar a un puerto el navo seme aneg y milagrosamente me truxo Nuestro Seor a la tie-rra. Quin creer lo que aqu yo he escrito? Digo que de cienpartes no he dicho la una en esta letra. Los que fueron con elalmirante lo testigen. Si plaze a vuestras altezas de me hazermerced de socorro, un navo que pase de sesenta toneles, conduzientos quintales de vizcocho y algn otro bastimento, abas-tar para me librar a m y a esta gente a Espaa. De la Espa-ola en Jamaica adonde estoy, ya dixe que no ay veinte y ocholeguas. A la Espaola no fuera yo, bien que los navos estuvie-ran para ello. Ya dixe que me fue mandado de parte de vues-tras altezas que no llegase a ella. Si este mandar ha aprovecha-do, Dios lo sabe. Esta carta embo por va y mano de indios,grande maravilla ser si all llega.

    De mi viaje digo que fueron ciento y cincuenta personasconmigo, ninguno puede dar razn cierta por dnde fui yo nivine. La razn es muy presta. Yo part de sobre el puerto delBraxil, en la Espaola. No me dex la tormenta ir al caminoque yo quera, fue por fuera de correr al camino que el vien-

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  • to quiso. En ese da ca yo muy enfermo, ninguno ava nave-gado hazia aquella parte, ces el viento y mar dende a ciertosdas y se mud la tormenta en calmeras y grandes corrientes.Fui a parar a una isla a que se dixo de las