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Composición de la imagen
La composición de la imagen, en fotografía, significa de qué manera vamos a
ordenar los elementos que van a estar presentes en nuestro encuadre, y que es lo que
deliberadamente vamos a excluir del mismo. Con una composición más cuidada,
lograremos obtener imágenes con mucho más fuerza, carácter, y podremos hacer que
nuestras fotos cuenten lo que en realidad quisimos mostrar en el momento de la toma.
Existen una gran cantidad de reglas de composición, que iremos analizando por
separado. Estas reglas, heredadas de otras disciplinas artísticas como la pintura y el
dibujo, nos van a ayudar con nuestra composición, pero esto no significa que todas
nuestras fotos deban seguirlas. Hay veces que deliberadamente queremos romper con
alguna de ellas para generar un efecto deseado, y está bien. La fotografía, como
disciplina artística que es, cuenta con un alto grado de subjetivismo tanto del autor al
realizar la toma, como del que la observa, para encontrar o no interés en la obra.
Reglas de composición
Punto de interés: Como regla general, podemos decir, que en todas nuestras
fotografías debe haber un punto de interés. Éste, no es ni más ni menos, que el objeto
de nuestra foto, a qué le quisimos sacar. No necesariamente debe ser uno solo, pueden
ser varios, pero lo importante es que la atención de quien mire nuestra foto, debe ser
guiada a nuestro objeto principal. El objeto principal puede estar solo, como por
ejemplo en un retrato, en el que el encuadre solo se resuma en la imagen de nuestro
retratado; o puede estar acompañado de otros objetos (objetos secundarios), que
deberán, en la mayoría de los casos, estar distribuidos de determinada manera dentro
del encuadre, para ayudar a la fuerza del objeto principal, y no para competir en
fuerza con éste, de manera que le quiten importancia.
En esta foto el objeto principal es el cesto de basura, y aparece solo en nuestro
encuadre, sin ningún otro objeto secundario. Se logró aislarlo usando un formato
vertical.
En esta otra imagen, nuestro objeto principal aparece reforzado por su sombra
y una parte del banco. Estos otros elementos aparecen en el encuadre reforzando a
nuestro objeto principal y no restándole importancia. El encuadre horizontal, en este
caso, permitió incluir los otros elementos que dan carácter a la fotografía.
En este caso, la mujer (principal), aparece acompañada en el otro lado del
encuadre por el velero (secundario), pero en una composición que no le resta
importancia, sino que aporta al ambiente de la imagen.
Formato: El formato es la forma en que vamos a sostener nuestra cámara al
momento de componer la imagen. Puede ser de manera vertical u horizontal.
Como regla general (con posibilidades de romperse), vamos a decir que “el
formato sigue al objeto”, esto significa que un objeto que tenga una forma vertical
marcada, difícilmente va a funcionar en un formato horizontal, salvo que en nuestro
encuadre incorporemos otros objetos secundarios que compensen.
Esta imagen de la columna, funciona en vertical, si es la columna lo que
queremos destacar.
En horizontal podría funcionar, pero deja de tener tanta importancia la
columna, para darle más importancia a las calles laterales.
Igual que en la imagen anterior, si queremos darle fuerza a las palmeras,
formato vertical.
Si lo que queremos es una panorámica de la avenida, funciona mejor en
horizontal.
Recuerden siempre que lo primero que debemos tener claro antes de armar
nuestra composición, es “que es lo que queremos mostrar”.
Si volvemos a observar las fotos de cesto de basura, veremos que en la imagen
que queríamos incorporar la sombra, el formato vertical no hubiese funcionado bien.
Tanto ésta, como toda regla de composición, debe ayudarnos a que nuestra
imagen funcione mejor a la vista de quien la mira, pero no significa que nos atemos a
ellas de manera absoluta.
Regla de los tercios: Esta regla nos ayuda a orientarnos en donde ubicar
nuestro objeto principal dentro del encuadre. No quiere decir que no podamos
ubicarlo en otro lado, pero casi siempre la imagen va a tener más fuerza e interés si
ordenamos nuestro encuadre con la ayuda de esta regla.
La manera de utilizar esta regla es dividir imaginariamente el encuadre en 3
tercios horizontales y 3 tercios verticales. En la intersección de estas líneas se forman
4 puntos donde éstas se cruzan, éstos se llaman “puntos fuertes”. Al utilizar esta
regla, nuestros objetos principales deberían estar ubicados en alguno de nuestros 4
puntos fuertes.
En este ejemplo se ve como tanto la niña del primer plano y el nene del fondo,
están ubicados cada uno en un punto fuerte.
Veamos algunos ejemplos más de esta regla:
Empecemos a ver en las imágenes la distribución de los objetos. En esta foto el
objeto principal sería el chico y el secundario que apoya al principal para darle
fuerza, serían las torres de la catedral. Imaginémonos si funcionaría de la misma
manera si alguno de los dos no estuviese, o si estuviesen ubicados diferentes, o si el
formato fuese horizontal.
Regla del horizonte: es una regla que tiene mucha relación con la regla de
los tercios, ya que se vale de ésta para poder marcar los 3 lugares donde podemos
ubicar el horizonte en nuestras fotos. Como regla general dentro de esta regla de
composición, podemos decir que el horizonte debería estar ubicado cerca de alguna
de las líneas que dividen el encuadre en tercios, tanto en el superior como en el
inferior.
El horizonte ubicado en el tercio inferior. Esta composición lo que va a lograr
es darle mucho más importancia a lo que se encuentre en los otros dos tercios. En esta
imagen, tiene mucho más fuerza el cielo con ese atardecer, que las siluetas de los
árboles del tercio inferior.
En esta imagen el horizonte se ubica en el tercio superior porque la mayor
fuerza de la fotografía se encuentra en el agua y no en el cielo.
Horizonte en el tercio inferior.
Horizonte en el tercio superior
Ahora bien, hay casos en que quiero hacer un encuadre más simétrico, y pongo
a propósito el horizonte en el medio, porque creo que tienen fuerzas similares las dos
mitades que se van a formar en nuestro encuadre. No está mal poner el horizonte en
el medio, siempre que lo hagamos con un criterio compositivo determinado de
antemano. En la imagen que sigue el horizonte al medio está bien, porque el reflejo
en el agua tiene fuerza como para compensar al paisaje que está en la mitad superior.
Horizonte casi al medio, mal resuelto
Horizontes al medio bien resueltos
Si el horizonte está en el medio, pero sin una razón compositiva, nos va a pasar
que nuestra imagen es como que se parte en dos imágenes separadas y por lo tanto
empieza a perder interés para el observador.
Horizonte comprimido: este recurso compositivo se utiliza para darle toda la
fuerza a imagen, pero dejando un horizonte arriba bien comprimido contra el borde
superior del encuadre, de esta manera, la vista tiene un “escape”, para luego volver a
lo complejo de la imagen
En este caso, en mi opinión, no había ningún motivo aparente para colocar el
horizonte al medio. Cambiando el punto de vista, por ejemplo, se hubiera logrado un
encuadre mucho más interesante. Pero como siempre, esto es muy subjetivo.
Regla de la mirada o de la dirección: es conveniente para nuestra
composición, que cuando hay un sujeto que mira hacia algún lado que no sea directo
a la cámara, o un objeto que se dirige en alguna dirección, haya un espacio vacío o
aire en el lugar del encuadre hacia donde mira o se dirige el sujeto u objeto principal
de nuestra fotografía.
.
En esta imagen, que no respeta esta regla, pareciera que el sujeto se va del
encuadre, lo que trae aparejado que la vista del que observa la foto se vaya también.
Puntos de vista: el punto de vista es como y donde colocamos la cámara
con respecto al objeto principal de nuestra foto.
Cenital: en este caso, la cámara está ubicada bien por encima del objeto a
fotografiar.
Picado: la cámara sigue estando más alta que el objeto, pero sin llegar a
estar sobre él de manera perpendicular.
Normal: es cuando la cámara está a la altura del objeto fotografiado.
Contrapicado: cuando la cámara está por debajo del nivel del objeto, pero
inclinada hacia arriba.
El punto de vista Nadir, es muy similar al contrapicado.
Punto de vista bajo: es cuando colocamos la cámara baja, casi al ras del suelo y
no la inclinamos para arriba, sino que la mantenemos paralela al mismo.
Punto de vista bajo
Silueta: esto, más que una regla, es un recurso compositivo que lo logramos
empleando una técnica en particular. Resulta muy atractivo a la vista, y realza ciertas
composiciones. Siempre tenemos que ubicar al objeto en contraluz (la fuente de luz
por detrás de él), hacemos la medición de la luz en las luces altas, para que el detalle
esté en esta parte del encuadre, y dejamos al objeto negro, sin detalle, ya que tiene
mucha menos luz que el fondo iluminado, recortado sobre el fondo. No es una técnica
complicada y con algo de práctica se puede lograr fácilmente. Funciona muy bien en
paisajes donde el sol se encuentra bajo (amanecer o atardecer), y puede acentuarse el
efecto subexponiendo uno o dos puntos la medición que nos arrojó la parte más
iluminada para causar el efecto de que la figura recortada quede totalmente negra.
Otra opción es tomar la medición en la luz alta, a unos 30 grados de separación de la
fuente de luz (el sol por ejemplo), y luego con un programa de edición oscurecer la
imagen para lograr la silueta.
En resumen, la silueta, es un contraluz donde la exposición y el detalle están el
fondo que es la parte más iluminada.
Contraluz: es un recurso compositivo, donde vamos a tener la luz por detrás
del sujeto al igual que en la silueta, pero en este caso vamos a medir la luz en el lado
oscuro (el que mira hacia la cámara) del objeto, logrando así, tener detalle en la zona
no iluminada del mismo.
Texturas: todas las cosas tienen diferentes texturas, y a veces puede ser que
nos interese resaltarla. Para lograr esto, tenemos que prestar especial atención a la
iluminación que recibe el objeto a fotografiar. Si lo que nos interesa es mostrar una
textura rugosa o áspera, deberemos evitar las luces muy difusas y blandas, como las
de un día nublado o a la sombra, o las luces duras pero frontales a nuestro objeto, ya
que esto lo que va a lograr es iluminar las sombras que se forman en las hendiduras
de la textura, borrando así la sensación de profundidad que generan las luces y
sombras de una iluminación lateral.
Con iluminación lateral se resalta la textura del portón.
Con una luz difusa de un día nublado es más difícil poder tener la sensación de
rugosidad del material.
Iluminación lateral acentúa la rugosidad de las texturas.
Cuando queramos destacar la textura suave de alguna superficie, tendremos que
contar con luces blandas y difusas, para evitar totalmente las luces y sombras que van
a contrarrestar el efecto deseado.
Texturas suaves acentuadas por iluminaciones blandas.
La textura de las cosas puede ser una foto en sí, siempre que logremos
mediante algún otro recurso compositivo darle interés a la foto, ya sea colocando
algún elemento en algún punto de interés, etc.
El nudo de la madera colocado en un punto fuerte, genera algo de interés a la imagen.
La textura de la calle funciona como objeto secundario en la composición,
acentuando la imagen del perro.
Ritmo: el ritmo en fotografía, está dado por la repetición de formas o colores.
Al igual que con la textura, es mucho más interesante utilizar el ritmo para lograr
equilibrar a nuestro objeto principal, llenando la parte del encuadre que éste deja
vacía. Fotografiar el ritmo solamente puede resultar aburrido o con falta de interés.
Tres ejemplos donde el ritmo puede resultar aburrido o falto de interés.
Un ejemplo, donde el ritmo solo pero bien tratado, puede ser más que interesante.
En estas tres imágenes, el ritmo complementa o equilibra al objeto principal.
Otro recurso interesante para lograr imágenes con más peso visual, es romper
el ritmo. Esto es, colocar adentro del ritmo, una forma o color similar pero que rompe
con la monotonía.
Equilibrio: darle equilibrio a nuestra composición, es tratar a todo el
encuadre como importante en nuestra foto. Si tenemos un objeto principal, y
queremos colocarlo en un punto fuerte, por ejemplo, deberemos compensar o
equilibrar el resto del encuadre, para que no quede todo el peso visual en una mitad
del mismo, y podamos apreciar como la foto se “cae” hacia el lado opuesto a donde
colocamos el interés. Existen dos tipos de equilibrio: el simétrico y el asimétrico.
Equilibrio simétrico es cuando en ambos lados del encuadre (si lo dividiéramos
imaginariamente por la mitad), tenemos elementos casi idénticos, o sea que tienen el
mismo peso visual, por lo que no podremos identificar en nuestra foto un objeto
principal.
Cuatro ejemplos de equilibrio simétrico.
Equilibrio asimétrico: Son composiciones donde tendremos un objeto principal
identificado, desplazado del centro, pero el resto del encuadre estará compensado o
equilibrado por algún otro elemento que tenga interés pero no compita visualmente
con éste.
Las imágenes están equilibradas, ya que tienen peso visual en todo el encuadre,
pero el equilibrio no es simétrico, por lo que no podemos dividir el encuadre a la
mitad y obtener dos imágenes idénticas como en las que presentan simetría.
Enmarcado: este recurso compositivo nos ayuda a darle mayor importancia
a un objeto colocándolo dentro de algún tipo de marco. O también podemos utilizar
cosas del ambiente para rellenar espacios vacíos del encuadre.
Generar profundidad: como la fotografía es una disciplina artística que
genera imágenes en dos dimensiones, para darle un grado mayor de realismo y de
tercera dimensión, usamos tres recursos creativos fundamentales para generar
sensación de profundidad. Lo que intentamos con esto, es dirigir la mirada del
espectador a determinados lugares del encuadre, y que la recorra toda la mayor
cantidad de tiempo posible. Detallemos las tres maneras principales de generar
profundidad.
Por elemento conductor: es utilizar algún elemento de la escena, o alguna línea,
para llevar la vista desde el primer plano hasta bien adentro del encuadre. Lo
fundamental al utilizar este recurso, es que la línea o elemento que usemos, nos lleve
hasta un punto fuerte del encuadre, y nos mantenga dentro del mismo, que no nos
saque.
Por diferencia de enfoque: es utilizar el enfoque o desenfoque selectivo para
dar sensación de que hay diferentes planos en la imagen, y que están a diferentes
distancias. Además que por una cuestión lógica, usaremos el plano enfocado para
darle más importancia.
Por diferencia de escala: en este caso lo que hacemos , es colocar en primer
plano algún elemento que podamos identificar su tamaño, y en relación a éste, se
puede determinar en la imagen, la distancia de los otros planos representados.
En todos estos casos, el tamaño conocido del elemento en primer plano, nos da
la sensación de la distancia que hay a los distintos planos del encuadre.
Existen muchos otros recursos creativos o reglas de composición, considero
que estos que detallamos, pueden darle diferencias sustanciales a nuestras fotos. Todo
esto no significa que si una foto no cumple con las reglas de composición no tiene la
capacidad de ser una buena foto, siempre que como fotógrafos podamos contar una
historia utilizando este lenguaje, la foto puede ser buena. Pero si es cierto, que las
reglas de composición nos van a ayudar siempre a contar mejor esa historia.