COMUNICACIÓN INTER Y TRANSCULTURAL

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COMUNICACIN NTER- Y TRANSCULTURALVolker Hinnenkamp

1. Antecedentes 1.1. Qu pequeo es el mundo!, se dice que exclam Coln cuando por fin lleg al Nuevo Mundo. Se dice tambin que el descubrimiento de Coln, al aglutinar los dos hemisferios, cre el mundo unitario en el que hoy vivimos. Fue el comienzo de la tan citada aldea global, donde todos podemos comunicarnos, o tal vez nos vemos obligados a hacerlo. Por supuesto, haba un largo camino por recorrer entre Coln y la comunicacin satelital. Sin embargo, su logro marc al menos un punto a favor de los occidentales del mundo. La comunicacin inter o transcultural no se inici con la experiencia colombina: hunde sus races en la diferenciacin evolutiva entre lenguajes y culturas, haya sido uni o pluricntrica la evolucin cultural, y se inici con el contacto entre quienesquiera que consideraran a otros individuos y grupos diferentes a s mismos y a su grupo pensando cosas como sta: Ellos son diferentes a nosotros; no hacen las cosas como nosotros las hacemos. Las hacen de una manera extraa. El contacto cultural es tan antiguo como el comercio, las guerras, las migraciones, las conquistas y todo lo que se les parezca: de hecho, tan antiguo como el gnero humano. Pero slo desde la aparicin del arte de registrar los hechos disponemos de una especie de bibliografa sobre el tema. Los apuntes y diarios de Marco Polo y Coln son, precisamente, dos populares ejemplos contenidos en los vastos anales de la historia del contacto cultural.*

Traduccin de Roberto Pinzn Galindo.

2. Predecesores modernos 2.1. De hecho, slo en los aos sesenta pudo la lingstica adoptar esta tradicin contra la postura estructuralista

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1.2. La comunicacin intercultural representa ms que eso. Como campo especial de estudio, no slo dentro de la pragmtica, la comunicacin intercultural es bastante nueva, no as la relacin entre cultura y lenguaje. Un vnculo tal lenguaje-cultura puede rastrearse hasta la tradicin humboldtiana, donde se encontraba expresado en trminos de gramtica, cosmovisin y carcter nacional. Wilhelm von Humboldt enseaba que cada lenguaje dibuja un crculo alrededor de la nacin a la que pertenece (1830-1835, vol. vii: 60), crculo del que es difcil escapar. Cien aos despus, tales ideas volvieron a ser popularizadas por Benjamin Lee Whorf y su relativismo cientfico, cuando contrast la lengua hopi con el europeo estndar promedio (eep). Segn Whorf, el crculo trazado por el lenguaje para utilizar la imagen de Humboldt era an ms hermtico, de modo que, por ejemplo, de haber sido hopi, Einstein no habra podido inventar su teora de la relatividad. Para Whorf, el lenguaje determinaba la realidad. Si la lengua hopi era tan diferente del eep, las realidades hopi y europea eran determinadas, cada una, por su(s) lengua(s). Con todo, el lenguaje era entonces principalmente gramtica, concepcin remota de la de los actos de habla o del discurso. Hubo intermediarios entre Humboldt y Whorf: entre ellos figuraron Franz Boas y Edward Sapir, ambos afiliados a la tradicin de la etnografa incipiente, quienes llevaron a cabo una especie de trabajo de campo en arqueologa lingstica con aborgenes norteamericanos. Bronislaw Malinowski es otro de la misma poca, si bien en absoluto de la misma lnea, y contribuy a promocionar el vnculo lenguaje-cultura, teorizado en su concepto de contexto-de-situacin.

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al fundar la lingstica antropolgica o antropologa lingstica, esbozada en los importantsimos trabajos de Dell Hymes acerca de la etnografa del habla o de la comunicacin (1974). Fue entonces, con las nociones de acto de habla, suceso lingstico, comunidad de hablantes y otras parecidas, y con enfoques micos y ticos* de los momentos reales y vivientes de una lengua y de sus hablantes, cuando se dot al vnculo lenguaje-cultura de una metodologa sistemtica que estaba en condiciones de revelar la interdependencia entre lengua/habla/comunicacin y cultura y de evidenciar que eran interconstitutivos. No obstante, la percepcin de su mutua constitutividad no responda a la pregunta de cmo sucede dicha interconstitutividad. 2.2. La comunicacin intercultural slo en parte tiene que ver con el vnculo lenguaje-cultura. Ella es ms que eso. Tiene que ver con la relacin que establecen uno y otro vnculos lenguaje-cultura en contacto viviente. Y, por supuesto, lo que hay es seres humanos, individuos, que se encuentran, conversan, hablan, discuten, rien: en sntesis, que se comunican en situaciones cara a cara. La comunicacin intercultural tiene que ver con todo lo que implica la relacin de una cultura-en-lo-que-comunicauna-persona con otra cultura-en-lo-que-comunica-unapersona. Recientemente, Michael Agar ha condensado esta formulacin en el trmino lenguacultura para que no olvidemos, espero, la conexin necesaria entre sus dos partes, bien sea la de ellos o la de ustedes, o, como ocurre siempre que se entra en lo personal, algo que les pertenece a ustedes y a ellos (1993: 60).*

En este contexto, tico se aplica a un enfoque que considera las caractersticas lingsticas o conductuales de una situacin sin tomar en cuenta su importancia estructural, en contraposicin a mico, que corresponde a uno que analiza los fenmenos de dicha ndole desde el punto de vista de los elementos estructurales o funcionales internos de determinado sistema. Por otra parte, tico es la nica traduccin posible al espaol de dos trminos que en ingls nada tienen que ver entre s, etic y ethical, el ltimo de los cuales s es tico en sentido axiolgico. (N. del t.)

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Un trmino como lenguacultura parece necesario mientras la yuxtaposicin de lenguaje y cultura y, de manera semejante, la de lenguaje y sociedad d la impresin de que al lenguaje podra despojrselo de todos estos vnculos. Yo quisiera creer que, por lo menos en la pragmtica, lo cultural y lo social forman parte del obstinado trmino lenguaje, as tan descarnado como luce. (Pero no entrara entonces comunicacin intercultural en contradiccin con l?) 3. Motivaciones de este campo de estudio 3.1. La comunicacin intercultural se ha convertido recientemente en un campo de estudio bastante popular. Ya se han mencionado sus predecesores en la pragmtica. Pero hay otras disciplinas que tienen que ver con ella, como la ciencia de la comunicacin, la sociologa, la psicologa, la antropologa y las diversas subdisciplinas de stas. Los estudios del lenguaje y la enseanza-aprendizaje de las lenguas son otras dos reas para las que la comunicacin intercultural reviste particular inters. 3.1.1. Como exploracin multidisciplinaria, la comunicacin intercultural se remonta principalmente a los aos sesenta en Norteamrica. Junto a la investigacin acadmica hubo desde el principio una marcada orientacin hacia la prctica. Esto puede atribursele parcialmente a la historia de sus motivaciones. Tras la promocin de la lingstica contrastiva debida a la necesidad de aprender lenguas extranjeras que fue consecuencia de la segunda guerra mundial result que el mero aprendizaje de las lenguas no bastaba para el nuevo papel de los Estados Unidos en el mundo. La primera tentativa la hizo Robert Lado (1957) al transferir la lingstica contrastiva al anlisis cultural contrastivo. Se dice que, por esa poca, Edward Hall, uno de los pioneros de este campo de estudio, fue el primero en mencionar en pblico la expresin comunicacin intercultural (Trager & Hall 1954; Hall

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1959; Hall & Whyte 1969). Estar a la altura del desafo que planteaba la carrera global contra el comunismo implicaba que haba que ejercer influencia sobre otras naciones y culturas. En los aos sesenta, miles de voluntarios estadounidenses acudieron a los pases en desarrollo a brindar apoyo tcnico, social y mdico, en lo que se conoci como los Cuerpos de Paz. A estos estadounidenses no slo se les enseaban las lenguas autctonas sino que tambin se les proporcionaba capacitacin cultural con la idea de prepararlos para su confrontacin con los nativos. Muchas de las an populares tcticas de capacitacin en conciencia cultural surgieron por esos das. Otra motivacin radicaba en la naturaleza inmigrante de la sociedad estadounidense misma, en el movimiento en pro de los derechos civiles y en la nueva etnicidad de los afroestadounidenses y de otros grupos tnicos predominantemente no blancos. Aun habiendo superado las barreras idiomticas afirmaron Porter & Samovar (1974: 4) puede ocurrir que no entendamos y que no se nos entienda. Esta deficiencia, tanto en la palestra internacional como en el escenario domstico, dio pie al matrimonio de cultura y comunicacin y al reconocimiento de la comunicacin intercultural como campo de estudio. 3.1.2. A diferencia de lo que ocurri con otras tendencias acadmicas, Europa no acometi este campo de estudio antes de los setenta u ochenta. Aun cuando la inmigracin poscolonial a Francia, Blgica, Holanda y Gran Bretaa y la migracin laboral desde los pases del sur de Europa, principalmente a Alemania Occidental, pero tambin a otros pases del oeste y el norte de Europa, plantearon un desafo lenguacultural desde sus inicios, el multiculturalismo urbano no exista conceptualmente. Alemania, por ejemplo, reaccion con programas de enseanza de la lengua alemana. Slo cuando las instituciones se percataron de la realidad multicultural y cayeron en la cuenta de que los inmigrantes se haban convertido enLenguas en contacto y bliligismo, 1 186

segmentos establecidos de la poblacin y de que la migracin se vea acrecentada por los refugiados, las minoras tnicas se percibieron como tales y a los nuevos estudios acerca de los Gastarbeiterdeutsch alemanes inmigrantes, literalmente trabajadores huspedes en Alemania (Heidelberger Forschungsprojekt 1975; Keim 1978) los sigui la investigacin sobre la comunicacin intercultural entre alemanes y turcos, griegos, italianos, etc. (Rehbein 1985; Knapp, Enninger & Knapp-Potthoff 1987; Hinnenkamp 1990). 3.2. Desde luego, la continua movilidad internacional e intercultural se convirti en una de las caractersticas del fin de sicle. Esta movilidad permanente puede dividirse estructuralmente en voluntaria e involuntaria, correspondiendo la ltima a una muy pobre o nula posibilidad de eleccin en cuanto al destino y a la duracin de la permanencia. Adems, este tipo de seres ambulantes padecen un gran desequilibrio entre derechos y deberes. Quienes se refugien de la guerra, el hambre, las enfermedades, la opresin poltica y la purificacin tnica se encontrarn en el platillo equivocado de la balanza de la igualdad; lo mismo les ocurrir a los trabajadores inmigrantes, si bien muchos de ellos tienen la opcin de mejorar un poco. El turismo internacional, los programas de intercambio y los viajes de negocios caen en el platillo de lo recreativo, lo beneficioso o incluso lo mutuamente lucrativo. Tales diferencias estructurales tienen impacto en las confrontaciones interculturales. Con gran frecuencia hay incluso, para atender a las diversas ndoles de itinerantes, instituciones donde tienen lugar tipos especiales de confrontaciones entre nativos y extranjeros (Jupp, Roberts & Cook-Gumperz 1982; Roberts, Davies & Jupp 1993; Koole & ten Thije 1994). Muchas confrontaciones interculturales pueden reformularse desde el punto de vista de las relaciones minoras-mayora. Es tambin este mbito donde la palabra intertnico cobra vigencia al aludir a

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las minoras tnicas y resaltar sus diferencias con respecto a la sociedad mayoritaria (cf. Scollon & Scollon 1981; Erickson & Shultz 1982; Gumperz 1982a, 1982b; Streeck 1985; Kim 1986; Meewis 1994a). Aqu tambin encontramos justificaciones para abordar la comunicacin intercultural en la teora y la prctica. 4. Razn de ser Las confrontaciones interculturales muestran caracteres y sntomas tpicos: no slo les exigen a los interlocutores un mayor esfuerzo para hacerse entender sino que tambin estn intrnsecamente destinadas al fracaso a la hora de dar a entender lo que uno quiere decir y hacer y a la hora de comprender lo que el otro quiere decir y hacer. En la bibliografa, esto se designa con expresiones como fallas de comunicacin, trastornos comunicativos, malinterpretaciones, confusiones y malentendimientos. Un trmino que las abarca a todas es malcomunicacin. La malcomunicacin y las diferencias culturales o lenguaculturales van de la mano; estudiar y evitar la malcomunicacin es la principal razn de ser de este campo de estudio. La confusin y el malentendimiento acechan en todas las ndoles de comunicacin intercultural, tanto en el comercio a escala internacional como en las relaciones polticas internacionales: en aqul pueden conducir a la prdida de negocios lucrativos y en stas a crisis diplomticas o aun a la guerra (la suerte futura de la tierra depende de la comunicacin transcultural [Tannen 1986: 30]). En las confrontaciones intertnicas minoras-mayora, el malentendimiento puede llevar a (ms) discriminacin y a desventajas en lo referente a la asignacin de trabajo, alojamiento, salud y derechos civiles. 5. La cultura 5.1. Pero la comunicacin intercultural en s puede dar lugar a malentendimientos, pues el elemento cultura de la

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comunicacin intercultural est lejos de haberse definido clara y explcitamente en la comunidad cientfica de los investigadores de ese campo. Si definimos cultura, digamos, de la manera en que lo han hecho tradicionalmente los antroplogos, an enfrentaremos la dificultad de mostrar cmo la comunicacin, en un momento dado, est envuelta en la cultura o cmo la cultura encuentra continuamente expresin en la comunicacin. Inclusive esta formulacin verbal despista, puesto que de nuevo alude a dos entidades separadas comunicacin por un lado y cultura por el otro, cuando lo que hay que evidenciar es que una forma parte integral de la otra y que la cultura est dentro del uso del lenguaje en la misma medida en que todo Sprachspiel (juego de lenguaje), para utilizar la terminologa de Wittgenstein, est arraigado en el Lebenswelt (modo de vida) del hablante y de su grupo. La yuxtaposicin de lenguaje cultura no puede ser ms que una forma provisional, aunque necesaria, de metadiscurso. 5.2. La cultura que reside en la comunicacin intercultural, como lo subraya incesantemente Agar (1993), no es algo que se pueda objetivar en los individuos y grupos que hayan de percibirse como culturalmente ajenos; la cultura es, en principio, una experiencia muy personal cuando se trata de la comunicacin por fuera de las maneras de actuar y configurar el mundo que damos por hechas. Como trmino cientfico, se espera que [la cultura] explique las diferencias, rescate puntos frtiles y los haga comprensibles (124); es decir, se espera que sea una respuesta al problema de comprender las diferencias (125). Hay algunas definiciones clsicas de cultura que incluso se ajustan bien al concepto de habla, actuacin e interpretacin. Una definicin citada a menudo es de Ward H. Goodenough, quien sostiene quela cultura de una sociedad consiste en cualquier cosa que uno tenga que saber o creer para funcionar de manera aceptable ante sus miembros y para hacerlo en cualquier papel que stos acepten

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para cualquiera de ellos. Siendo lo que las personas deben aprender, en contraposicin a su legado biolgico, la cultura debe ser el producto final de un aprendizaje: conocimiento, en un sentido muy general, si bien relativo, de la palabra. [] la cultura no es un fenmeno natural; no consiste en objetos, personas, conductas o emociones. Es, ms bien, una organizacin de tales cosas. Es la forma de las cosas como las personan las tienen en la mente: sus modelos de percepcin, relacionamiento e interpretacin. Como tales, las cosas que las personas dicen y hacen, sus configuraciones y acontecimientos sociales, son productos o subproductos de su cultura, al aplicarla a la tarea de percibir sus circunstancias y lidiar con ellas (1964: 36).

En la parte final de la cita, la cultura se reifica un tanto; sera ms acertado decir que ella es menos el producto que el productor y el producto simultneamente. Pero, por lo dems, una definicin tan orientada a lo cognitivo abarca muchos de los aspectos relevantes, en particular, para el punto de vista de la pragmtica sobre la competencia comunicativa y el conocimiento mutuo. 5.3. Pero, por cierto, esto no es todo lo que necesitamos decir con respecto a la cultura que reside en la comunicacin intercultural. La cultura ha devenido, en s, un tema de estudio, un discurso que debe examinarse crticamente. En un mundo tan complejo como el de nuestras culturas urbanas he aqu otro uso de la misma palabra es preciso diferenciar al hablar de cultura: el trmino cultura, con su cmoda invocacin de un consenso, quiz sirva para desviar la atencin de ciertas contradicciones sociales y culturales, de las fracturas y oposiciones que se dan en el todo, dice E. P. Thompson (1993: 6). Surgen interrogantes acerca de si una persona puede tener varias filiaciones culturales, o varias identidades; de ser as, cmo encuentran ellas expresin en la comunicacin? Si hay una especie de entidades englobantes, como las culturas nacionales o tnicas, ms all de las culturas que slo abarcan la comunicacin que tiene lugar en un momento preciso, cmo se comunican aqullas? Qu tan

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relevante es en absoluto la cultura para la comunicacin? Hay temas principales, puntos frtiles como los denomina Agar (1993), algo as como seales indicadoras de cultura en la cspide del iceberg cultural? O acaso la cultura-en-la-comunicacin no es ms que un momento balad, indigno de tenerse en cuenta, o, de no ser as, menos preocupante que la carencia de competencia lingstica? Adems, qu tan en primer plano est la cultura-en-lacomunicacin? No puede ser opacada fcilmente por la membresa compartida? No somos nosotros, en nuestra condicin de escritores e investigadores de una mezcla de culturas que intentamos comunicarnos en torno a la pragmtica, un buen ejemplo de que la identidad profesional es ms fuerte que cualquier diferencia cultural? Diferentes definiciones y enfoques entraan diferentes discursos. Ninguno posee la verdad, por supuesto. Pero todos tienen una tarea comn: sin importar cun convincente resulte en s mismo determinado concepto de cultura, lo que necesitamos es revelar, analizar y a la postre elaborar una buena teora acerca de cmo se traduce la cultura en los intercambios comunicativos humanos, cmo la comunicacin forma parte del constructo que llamamos cultura y cmo ambas se manifiestan en los intercambios entre miembros de entidades culturalmente definidas. 6. Los loci de la cultura-en-la-comunicacin 6.1. Hay diferentes loci de la cultura-en-la-comunicacin. La comunicacin se compone de actos, actuaciones, acontecimientos interaccionales. De hecho, cualquier capa que examinemos de la estructura interaccional puede tener relevancia cultural para las partes involucradas en la comunicacin. La estructura de la interaccin no abarca, desde luego, slo caractersticas gramaticales, textuales y discursivas si bien podemos tratar una emisin verbal, una frase, una conversacin o hasta una discusin comComunicacin nter- y transcultural 191

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pleta como un objeto en el sentido literal de la palabra; no se trata slo de manifestaciones verbales o no verbales o puramente vocales o paralingsticas. Hay acciones y actuaciones, es preciso inferir significados, se crean nuevos contextos: hay interaccin en el sentido pleno de la palabra. La cultura-en-la-comunicacin no es una descripcin de la estructura del lenguaje; ella est dentro de la interaccin, se inscribe en la interaccin y asimismo es un recurso de y en la comunicacin, de y en la interaccin, de y en las estructuras interaccionales de las personas que se comunican entre s. Es un recurso de la interaccin humana porque la diversifica en categoras lingsticas, sociales, sociopsicolgicas, tnicas o culturales. Es un recurso en la interaccin porque hay caractersticas que son significativas y pueden hacerse relevantes tanto para los procesos de comunicacin que se dan en un momento dado como para trayectorias interaccionales completas. Buscar, procurar, lograr una charla, una conversacin o cualquier tipo de intercambio comunicativo como un hecho intercultural/intertnico significa que los interlocutores aprovechan cualquier ndole de caractersticas potenciales de diferencia cultural o tnica como un recurso de interpretacin o inferencia y, por lo tanto, como un recurso para encaminar acciones contingentes. Las deducciones, los marcos de significacin y las acciones que se dan en consecuencia no son, por lo general, actos conscientes sino que responden a patrones convencionales, obedientes a reglas establecidas por cada uno. En resumen, todo se basa en el conocimiento sociocultural de una persona. Los experimentos de la primera etnometodologa lo hicieron evidente (cf. Garfinkel 1967). Los recursos de la interaccin se basan en caractersticas y propiedades. stas pueden localizarse. La mayor parte de los estudios sobre comunicacin intercultural muestran cmo uno o ms de tales loci resultan relevantes

6.3. Como se mencion, un locus tal reside en la utilizacin del idioma X en contraposicin al idioma Y. Las confrontaciones interculturales pueden tener lugar en un

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para quienes participan en una confrontacin. As pues, la cultura puede estar localizada en el estilo de un hablante, en su manera de hablar, en su modo particular de estructurar los argumentos o de ordenar la informacin; puede estarlo en competencias comportamentales como la cortesa, la deferencia o la conducta apropiada; puede estarlo en la competencia lingstica o, por ejemplo, en el hecho de emplear una lengua no nativa; puede estarlo en seales no verbales como la direccin de la mirada o la territorialidad; puede estarlo en los saltos entre variedades lingsticas; puede estarlo en lo estereotipado del comportamiento; puede estarlo en las opiniones, las actitudes y las cosmovisiones; puede estarlo en los recursos de poder de que se disponga, y, en general, puede estarlo en el uso que se haga de cualquier tipo de propiedad incorporada de una persona o de su grupo, ya tenga que ver con categoras visibles como las definidas por el color de la piel, el gnero, el idioma o el dialecto, o con unas menos visibles como la nacionalidad, la pertenencia tnica, la religin y otras por el estilo. Pero, sean cuales sean los loci, para funcionar como tal cualquier recurso supone una contraparte interaccional que de l obtiene significados o deduce marcos de significacin, y debe encaminar acciones contingentes a medida que los participantes avanzan en la interaccin. El analista de la comunicacin intercultural puede identificar los loci. Los interlocutores se las arreglan para hacerse mutuamente relevantes estas caractersticas, pero nosotros, como analistas, extraemos nuestros criterios analticos e interpretativos de lo que los participantes hacen visible a travs de sus gestos y seales. Si se les preguntara al respecto, los participantes slo podran dar cuenta de dichos loci en trminos muy generales.

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mismo idioma como las de los estudios de Gumperz y colaboradores (1982a, 1982b), donde hablantes de ingls como primera lengua o lengua mayoritaria britnicos o estadounidenses blancos confrontan a hablantes de ingls como segunda lengua o lengua minoritaria hablantes de la India o el Caribe, jamaiquinos londinenses, afroestadounidenses o hispanoestadounidenses, para mencionar apenas unos cuantos. Es posible que, en este caso, las diferencias resulten superficiales a primera vista, pero, cuando de las percepciones mutuas de diferencias y atributos se trata, disparidades estilsticas aparentemente de poca monta tienen a la postre fuertes repercusiones en el proceso de comunicacin, como lo han demostrado las investigaciones de los autores mencionados. En particular, la funcin de los signos no verbales en una perspectiva trans e intercultural se ha investigado desde hace un buen tiempo. Ya en 1941, y sin referencia alguna a la interculturalidad, David Efron compar el lenguaje gestual de los neoyorquinos de ascendencia suritaliana con el de los de ascendencia judo-oriental y describi su hibridizacin en el crisol urbano (1972). El pionero a quien debe mencionarse a este respecto es Edward Hall, quien compar transculturalmente muchos elementos del lenguaje silencioso no verbal (1959). Erickson y Shultz (1982) han investigado con mtodos de microetnografa cmo, por ejemplo, diferencias casi imperceptibles de sincronizacin y ritmo al mover la cabeza en conversaciones entre blancos y negros pueden influir incluso en el resultado de una situacin de orientacin psicopedaggica. En el otro extremo de las confrontaciones interculturales, sin embargo, es posible que no haya una lengua comn. Quiz se precise crear un idioma provisional, como sucede en las situaciones de primer contacto cultural (Hewes 1974) o como puede atestiguarse en los procesos de pidginizacin (Stoller 1979; Siegel 1987) o en la variedad de hablas de extranjero (Hinnenkamp 1982; Roche

6.3. Poner a funcionar las caractersticas culturales en las luchas por prestigio, poder y dominio es parte de las interacciones interculturales. Y en la bibliografa se muestra cmo

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1989; Jakovidou 1994). Como tercera posibilidad encontramos la utilizacin de una lengua como lingua franca para comunicarse con hablantes no nativos de dos bandos (Jordan & Fuller 1974; Meeuwis 1994b). Finalmente tenemos el dilogo entre hablantes nativos y no nativos de una lengua, probablemente la situacin ms tpica dentro de las confrontaciones interculturales y categora que, con todo, no ha generado un cuerpo importante de estudios en el campo que consideramos. El dilogo entre hablantes nativos y no nativos es un tema de peso en la pragmtica interlingstica (p. ej., Varonis & Gass 1985), pero an no ha podido conectarse con xito a aspectos interculturales. Kotthoff (1989), por ejemplo, contrasta el discurso argumentativo entre alemanes y estadounidenses en el contexto de una universidad alemana desde el punto de vista de dficit de competencia versus diferencias pragmticas. Parece que la cultura es ms propensa a manifestarse en las confrontaciones en las que se dan pocas restricciones lingsticas en cuanto al uso competente del lenguaje. En cambio, entre ms el lenguaje y la comunicacin han de funcionar como vehculos de transmisin pura y necesariamente pobre de contenidos, menos vislumbramos tras ellos a la cultura. Tal vez esto obedezca a la necesidad cognitiva de concentrarse en la misin de transmitir y comprender lo esencial, en vista de la cual es difcil darse el lujo de florituras pragmticas y culturales. No obstante, esta perspectiva podra fcilmente resultar falaz cuando dispongamos de ms investigacin acerca de la comunicacin entre hablantes nativos y no nativos de una lengua, investigacin que ha de concentrarse ms intensamente en aquellos fenmenos que quiz resulten ligados a la cultura en la misma medida en que hay cultura en la cultura-en-el-lenguaje en general.

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funciona esto (Tsuda 1986; Hinnenkamp 1989; Meeuwis 1994a). Las luchas por recursos necesitan prerrequisitos institucionales para funcionar. Si son muy encarnizadas, imponen restricciones obvias a los recursos culturales o culturalizables. El poder personal o institucional de ejercer fuerza o violencia anula la posibilidad de que cualquier caracterstica cultural sea un recurso de acciones ulteriores. sta es la razn de que tantas situaciones de contacto por ejemplo, en la historia de la expansin europea a duras penas hayan supuesto una comunicacin intercultural. Hasta la comprensin de los dems, ese concepto sagrado para tantos profesionales optimistas de la interculturalidad, se ha instrumentalizado con excesiva frecuencia como arma estratgica para dominar o arrasar otras culturas, como lo ha ejemplificado convincentemente Todorov (1982) respecto a la conquista espaola de Mxico. Otro ejemplo es la pidginizacin y la criollizacin de las lenguas. Hasta ahora, a los pidgins y a las lenguas criollas se los ha visto simplemente como el resultado lingstico de incontables situaciones de contacto. Por supuesto, su existencia tambin se debe al intercambio cultural. As y todo, a los esclavos se los oblig permanentemente a ajustarse a situaciones nuevas, de modo que no podan aprovechar a su favor los recursos que traan incorporados. Estos cambios afectaban a sus dueos en un grado mucho menor. Los esclavos tuvieron que renunciar a su lengua y a su cultura y adaptarse a la sociedad esclavista. Puede afirmarse, entonces, que la comunicacin intercultural no se ha dado en todos los casos para el beneficio de la humanidad; tambin ha ocurrido para mayor desmedro de los grupos perjudicados desde siempre. 7. (Sub)discursos metodolgicos de este campo de estudio 7.1. Dentro de la pragmtica lingstica, el discurso trans o intercultural abarca diversos subdiscursos metodolgi-

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Slo los principales trabajos se presentarn en las siguientes secciones. Tendrn el carcter de ejemplos pero tambin se los considera centrales en lo referente al avance de este campo de estudios. Para una sinopsis de la bibliografa remitimos al lector a Hinnenkamp (1994), que suministra ms de ochocientas referencias y dos tercios de cuyas entradas cubren los aos 1983-1994. Dicha bibliografa est organizada en seis secciones principales: (1) introducciones, (2) teora y metodologa, (3) estudios interaccionales, (4) estudios contrastivos, (5) reas especiales y (6) aplicaciones. Cada seccin se subdivide segn especificaciones ms minuciosas. Cada referencia se acompaa de un par de palabras clave. Existen otras dos bibliografas selectivas que enumeran alfabticamente, entre ambas, alrededor de mil ttulos no comentados (Loos 1991; Dirven & Pokuta 1994).

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cos. En la comunicacin intercultural se han establecido varias series de enfoques y coordenadas en competencia pacfica y a veces en pacfica indiferencia mutua. Es posible encontrar mucho trabajo creativo en las diferentes reas y en las diversas subdisciplinas de este campo de estudio. Pero tambin se encuentran dificultades y puntos flacos en muchas de ellas. Una de dichas debilidades es la omisin total o la existencia apenas implcita de definiciones. Otra es el sesgo interpretativo a favor de una u otra presunta culturalidad; es decir que la cultura no pasa de ser una descripcin de tal autor y no se revela como un recurso en el sentido atrs especificado. La tercera es una vigorosa proclividad a favorecer ideologas, ancdotas, conocimiento estereotipado y meras suposiciones, en detrimento de las pruebas empricas. 7.2. Al revisar la investigacin y los estudios sobre comunicacin intercultural nos topamos con diferentes enfoques que no se excluyen mutuamente pero que, por razones analticas, pueden contrastarse convenientemente entre s. En particular, dos enfoques han tenido especial relevancia en la pragmtica. 7.2.1. El primero es el enfoque contrastivo; aqu, en particular, el enfoque de la pragmtica contrastiva. El nombre cubre aproximadamente lo que a veces se denomina anlisis contrastivo del discurso, retrica contrastiva o sociolingstica contrastiva. En textolingstica encontramos su equivalencia en la textologa contrastiva.

La metodologa de este enfoque se basa en el leitmotiv clsico del anlisis contrastivo: que la diferencia constituye una fuente de error potencial, que hay una proclividad a las dificultades de aprendizaje y a la interferencia en las relaciones entre esferas diferentes. La interferencia comunicativa transcultural es, entonces, el resultado de la transferencia negativa al contexto de la L2 de las reglas sociolingsticas e interaccionales de la L1, debido a la interdependencia contrastante entre, por un lado, el comportamiento lingstico y, por el otro, la cosmovisin cultural y el sistema de valores, segn lo expresa Loveday (1982: 2). Para Riley (1989: 234), los errores pragmticos son el resultado de que un interactuante imponga, en su comportamiento comunicativo, las reglas sociales de una cultura en una situacin en la cual las reglas sociales de otra cultura seran ms apropiadas. As pues, el fundamento de la pragmtica contrastiva yace en cuestiones referentes a la enseanza-aprendizaje de los idiomas. 7.2.1.1. En el centro de la pragmtica contrastiva est el anlisis de los actos de habla. El Proyecto Transcultural de Comprensin de los Actos de Habla (ccsarp, por sus siglas en ingls), a la fecha el mayor proyecto de indagacin sistemtica de la especificidad de la conducta relativa a los actos de habla, se implement para estudiar la variacin transcultural de los actos de habla solicitar y disculparse entre comunidades de habla culturas? como la alemana, la britnica, la norteamericana y la australiana angloparlantes, la danesa, la hebrea y la francesa. Ambos actos de habla se consideran particularmente pertinentes desde el punto de vista de la buena educacin y de las interacciones cara a cara en la terminologa de Goffman y Brown & Levinson y en cuanto lo especfico y lo universal de las culturas. Los datos se recopilaron principalmente mediante un test en el que los sujetos deban rellenar unas casillas con las respuestas que daran en dilogos correspondientes a diecisis situa-

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ciones distintas, segn parmetros de poder, distancia y rango. Unos cuantos datos autnticos corroboran los hallazgos experimentales. Los objetivos del proyecto pueden considerarse paradigmticos para muchas otras investigaciones acerca del uso de actos de habla especficos en cualesquiera culturas; a saber, indagar las semejanzas y las diferencias entre los patrones de realizacin de ciertos actos de habla en diferentes lenguas, en relacin con unas mismas restricciones sociales (variacin transcultural) indagar el efecto de las variables sociales en los patrones de realizacin de ciertos actos de habla en el seno de comunidades de habla especficas (variacin sociopragmtica) indagar las semejanzas y las diferencias entre los patrones de realizacin de ciertos actos de habla de hablantes nativos y no nativos de una lengua dada, en relacin con unas mismas restricciones sociales (variacin interlingstica) (Blum-Kulka, House & Kasper 1989: 12-13). 7.2.1.2. Otro proyecto, muy afn al otro enfoque principal de la comunicacin intercultural, puede describirse ms bien como discurso contrastivo o aun como anlisis conversacional. El objetivo primordial del proyecto pixi (Aston 1988; Gavioli & Mansfield 1990; Anderson 1994) era identificar regularidades en la conversacin colaborativa no marcada socialmente en dos culturas, [para el caso se trataba de confrontaciones en libreras inglesas e italianas] analizando la posible ocurrencia de conflictos al presentarse desviaciones de dichas regularidades (Gavioli & Mansfield 1990: xviii). Los anlisis del proyecto implicaban contrastar aspectos de negociacin y de produccin textual conjunta y progresiva de los participantes, contrastar los guiones subyacentes, examinar los contrastes entre las formas lexicogramaticales y entonacionales

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y rasgos recurrentes como risas e interrupciones, analizar comparativamente las organizaciones secuenciales de peticiones y respuestas, los horarios de atencin y las prcticas contables, y contrastar las estrategias de dominio y control de los participantes dando nfasis a las maneras como se establecan y se mantenan las identidades y los estatus en el curso de tales estrategias y procedimientos. 7.2.2. Los proyectos ccsarp y pixi representan la investigacin avanzada en pragmtica contrastiva. Ambos tienen una orientacin emprica, si bien el ccsarp recurre a los datos etnogrficos slo como datos de control, adicionales a su diseo experimental. Los datos del pixi son autnticos: 379 conversaciones espontneas, grabadas en libreras de Inglaterra e Italia y procesadas principalmente mediante anlisis conversacional etnometodolgico. No obstante, ambos proyectos, aunque avanzados en metodologa, muestreo y anlisis, no son interculturales en el estricto sentido del trmino sino, ms bien, transculturales y no pretenden ser otra cosa. Esta denominacin, sin embargo, enfatiza ms el aspecto comparativo de dos culturas que la perspectiva interaccional. Podemos dar por sentada una gran diferencia entre que un cliente italiano, por ejemplo, negocie con un librero ingls y que un alemn le solicite algo a un interlocutor hebreo. En ambos casos tenemos que suponer que sus respectivas convenciones no se transferirn sin ms ni ms a la respectiva confrontacin sino que habr cambios y adaptaciones y que, en caso de conflicto, se presenciarn reposiciones, prcticas contables y cosas por el estilo. Actuar dentro de la situacin intercultural misma es completamente diferente a que el investigador se la imagine. Como historiador, Michael Roberts ha demostrado que se puede contextualizar toda una historia patria en el simple acto de habla tnico culminante soy cingals, de un intercambio verbal casual durante un partido de crquet en Sri Lanka. El anlisis de Roberts subraya la manera en que

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los imponderables de las transacciones cotidianas pueden utilizar y representar percepciones histricas profundamente arraigadas y, al hacerlo, quizs contribuyan a la reformulacin, la reproduccin y la transmisin de estas improntas del pasado (1985: 407). Un enfoque contrastivo no estara en condiciones de captar tales problemas interculturales, los cuales nicamente se revelan en interacciones interculturales cara a cara reales y autnticas. 7.3. En consecuencia, el otro enfoque ser interaccional. Recurrir a datos autnticos, obtenidos no slo en el propio grupo o en la propia sociedad sino tambin por el contacto, por la confrontacin con el otro cultural, al desnudo. Un campo de accin que le proporciona a la incursin en lo intercultural diversos anlisis de confrontaciones interculturales, intertnicas e interraciales cara a cara es la sociolingstica interaccional o interpretativa. El primer personaje a quien debe mencionarse a este respecto es John Gumperz (1982a, 1982b). 7.3.1. Gumperz se zambull de lleno en la sociedad multicultural al analizar confrontaciones entre miembros de las mayoras blancas angloparlantes de Inglaterra y Estados Unidos y miembros de las minoras tnicas de color en situaciones de orientacin psicopedaggica, de entrevistas laborales, de negociaciones de comits y cosas por el estilo, es decir en escenarios institucionales relevantes para las sociedades multiculturales urbanas. Descubri que malinterpretaciones sencillas incluso en niveles lingsticos tan rasos como las pausas, el ritmo, el tempo, el volumen, el tono y el acento en la entonacin y la prosodia, en trminos generales podan producir malentendimientos graves. Gumperz da un ejemplo ilustrativo, hoy clebre: En el restaurante de los empleados de un importante aeropuerto britnico se tena la impresin de que las mujeres hindes y paquistanes recin contratadas eran hoscas y poco colaboradoras [] La observacin revel que, aunque all se intercambiaban relativamente

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pocas palabras, la entonacin con que ellas las articulaban y la manera como las pronunciaban se interpretaban negativamente. En lugar de emplear la entonacin britnica correcta al hacer una pregunta tan sencilla como salsa?, cuya intencin era indagar si el cliente quera que se le agregase salsa a su comida, la empleada hind articulaba la palabra con entonacin descendente. Esta entonacin no se interpretaba como un ofrecimiento sino como una afirmacin, la cual, en ese contexto, parece redundante y, por ende, grosera (Gumperz 1982a: 173). A estas seales de comunicacin situada Gumperz las denomina pistas de contextualizacin, porque erigen marcos interpretativos para entender una emisin verbal o un acto de habla. En sus palabras, una pista de contextualizacin es cualquier caracterstica de forma lingstica que contribuye al sealamiento de presunciones contextuales (133). Una parte de la competencia sociocultural tcita de un hablante es el conocimiento de cmo emplear y cmo entender las pistas de contextualizacin, pues stas se convierten en convenciones y se dan por sentadas.Cuando todos los participantes comprenden y detectan las pistas [de contextualizacin] relevantes, los procesos interpretativos se dan por sentados y tienden a pasar inadvertidos. No obstante, cuando un oyente no reacciona a una pista o no tiene conciencia de su funcin, es posible que las interpretaciones diverjan y surjan malentendimientos. Es importante apuntar que, cuando esto sucede y cuando un participante cae en la cuenta de una diferencia de interpretacin, sta tiende a verse en trminos actitudinales. Se dice entonces que el hablante es antiptico, impertinente, grosero, poco colaborador, o que no entiende. Por lo general, quienes interactan no notan que es posible que el oyente no haya percibido un cambio de ritmo o de pronunciacin. En otras palabras, la malcomunicacin de esta ndole se considera una metida de pata social y conduce a juicios errados sobre la intencin del hablante; no es probable que se la identifique como un mero error lingstico (132).

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El significado del enfoque gumperziano para la pragmtica rebasa el campo de la comunicacin intercultural,

puesto que las pistas de contextualizacin son dispositivos sealizadores generales para crear y mantener cualquier relacin conversacional y comunicativa en s. Un gran cuerpo de investigacin se ha derivado de l (cf. Auer & di Luzio 1992). Una de las grandes ventajas del enfoque de la contextualizacin es la detectabilidad de muchas pistas sealizadoras mediante mtodos microetnogrficos. Aqul es fundamental para la sociolingstica interaccional/interpretativa porque abarca ampliamente diferentes niveles lingsticos y por su capacidad de vincular el lenguaje y la cultura en un plano de tipificaciones compartidas que se inscriben en la sealizacin y el uso de ciertos tipos de actividad en la interaccin, al igual que de sistemas de convenciones de contextualizacin, con lo que llega a nociones de cultura definidas por la interaccin [que] pueden estudiarse por medios empricos (Gumperz 1992: 51-52). 7.3.2. Susanne Gnthner es otra interculturalista emprica que trabaja dentro del paradigma de la sociolingstica interaccional/interpretativa. Su trabajo se refiere a conversaciones entre alemanes y aprendices chinos de alemn en escenarios institucionales como situaciones de orientacin psicopedaggica y en escenarios informales como reuniones sociales (1993a). Entre otras cosas, Gnthner se concentra en las diferencias (de contextualizacin) que se dan en la organizacin del discurso y en la estructuracin de argumentos, demuestra que las convenciones de comportamiento de los receptores chinos son muy distintas a las de los alemanes e indaga la funcin de los proverbios en el discurso. Sus datos evidencian que incluso los chinos que tienen buen dominio de la lengua alemana confan en sus propias convenciones de contextualizacin, las cuales son parcialmente diferentes a las de los alemanes (1993b: 302). Los trabajos de Hinnenkamp en sociolingstica interaccional (1987, 1989, 1991) ensanchan la perspectiva

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de la comunicacin interaccional merced a su tentativa de integrar la sociedad al vnculo lenguaje-cultura. Hinnenkamp va tras los pretextos que se relacionan con contextos creados y pregunta: Cmo y por qu es posible que lo dicho sea decible, que sea dicho as, que sea permisible que se lo diga as y que se entienda dicho as? (1991: 93). Se apoya, entre otros, en el socilogo francs Pierre Bourdieu y en su axioma Lo que habla no es la emisin lingstica, la lengua, sino la totalidad de la persona social (Bourdieu 1977). De forma parecida a lo que ocurre en el enfoque de Michael Roberts, los actos de habla individuales pueden adoptar la funcin de puntos frtiles con el fin de transformar en discurso el conocimiento de los pretextos societales. Segn Bourdieu, el lenguaje, la cultura y la pertenencia tnica son mercancas negociables en el mercado del capital simblico. Hay capital lingstico, cultural, etc., que puede convertirse en el sentido econmico del trmino en prctica discursiva. Hinnenkamp aplica esto a una conversacin entre dos desconocidos, un turco y un alemn, y demuestra que un giro intempestivo hacia un tipo emblemtico y estereotpico de habla de extranjero (Trkischmann du? [Turco t?]) transforma drsticamente el intercambio: la cultura, la pertenencia tnica, el lenguaje y la posicin social salen a relucir y se reflejan en la nueva reparticin del espacio del discurso con la que se enfatiza la desigualdad de derechos y deberes y en el poco cordial remate de la confrontacin. El proceso que revela el ejemplo es de hecho uno de categorizacin tnica activa y constituye un caso de transformacin de la posicin social del miembro de una minora en un recurso de distincin social en la escala jerrquica de la sociedad. El interlocutor alemn era un mendigo, situado en el fondo de la sociedad; el interlocutor turco era un trabajador inmigrante localizado no tan abajo en la jerarqua. El mximo beneficio sim-

blico que poda obtener el mendigo era un capital tnico, puesto que la diferencia tnica es la nica categora irremediable capaz de trazar una distincin tan tajante. Hay unos cuantos ejemplos semejantes en las publicaciones de Hinnenkamp que le permiten demostrar reiteradamente que a la competencia lingstica en alemn que caracteriza a los trabajadores inmigrantes se le asigna la funcin de ser el principal recurso de sealamiento cultural y tnico y de discriminacin. 7.3.3. Hay ms enfoques, desde luego. En ocasiones es difcil determinar dnde encajan, a qu tradicin han de afiliarse. A uno de ellos quiero bautizarlo como anecdtico o de estudio de casos. Se concentra en diferencias culturales percibidas o proclamadas, ayudndose ante todo de lo que se denomina incidentes crticos, los cuales asumen un papel ilustrativo o, al menos, introductorio que da base a la reflexin acerca de la comunicacin intercultural. Este mtodo ha propiciado algunos esclarecimientos tericos, especialmente en cuanto a las pautas de interpretacin. En verdad, tales incidentes crticos pueden estimular la reflexin sobre los puntos frtiles de una confrontacin intercultural o siquiera sobre los de otra cultura (Agar 1993). Es innegable que la mayora de las publicaciones sobre este campo de estudio son de la ndole a que aludimos: estudios basados en datos empricos concretos, obtenidos en autnticas confrontaciones transculturales con una minora intercultural cara a cara. Otro enfoque secundario pero decisivo no se concentra tanto en el intercambio comunicativo interpersonal entre otros culturales sino que se figura la comunicacin intercultural como constituida a manera de discursos individuales, interpersonales e institucionales o, de una forma ms general, a modo de produccin textual sobre formas y acontecimientos de comunicacin que se dan como comunicacin intercultural. Es decir, entre ms los profanos en la conversacin cotidiana o haciendo

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bromas o entrevistas o los especialistas en escenarios institucionales como los medios, el gobierno o la poltica o los observadores cientficos en la investigacin, en publicaciones o en discusiones acadmicas hablan de comunicacin intercultural, ms la interpretan como una realidad discursiva. Este enfoque podra considerarse una parte de la sociologa del conocimiento o un enfoque constructivista. Aqu podemos situar por lo menos en parte el trabajo de Jan Blommaert (1994), quien critica el impacto ideolgico de un concepto presuntamente neutro de cultura en el discurso acadmico y sociopedaggico, y el trabajo de Tom Koole y Jan ten Thije (1994), quienes investigan sesiones de grupo con consejeros educativos segn la premisa de cmo las autoridades holandesas reaccionan hacia el ingreso de empleados inmigrantes. Los de estos ltimos autores comparten, con enfoques como los de quienes colaboraron en el nmero especial de la revista Pragmatics (Meeuwis 1994a) y los de autores como Kandiah (1991), la crtica de que el enfoque gumperziano es demasiado lingstico y culturalista y de que su orientacin hacia las condiciones societales e institucionales de la puesta en desventaja y la discriminacin de los inmigrantes y las personas de las minoras tnicas es demasiado moderada. Estos estudios operan dentro del enfoque de la lingstica crtica (Fairclough 1989).Lenguas en contacto y bliligismo, 1

8. Las carencias y congojas de la pragmtica intercultural Sin duda, algo que le hace falta a la pragmtica de la comunicacin intercultural son ms investigaciones acerca de las confrontaciones cara a cara de miembros de diferentes grupos culturales tnicos minoritarios. Estas investigaciones deben referirse a grupos de importancia en las sociedades, como los inmigrantes y refugiados que van a parar a la mayora de los pases de Europa occidental. Adems, las indagaciones necesarias tienen que tomar

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en cuenta los sitios reales donde ocurren las interacciones; hay muchos lugares de la sociedad instituciones como hospitales o plazas de mercado o escuelas donde es probable que diferentes escenarios conduzcan a formas completamente diferentes de contacto intercultural. La esfera del comercio, una de las ms fuertemente caracterizadas por la integracin estructural de personas de minoras tnicas en oposicin a la de la educacin o a la de la asistencia mdica, no se ha abordado hasta ahora, y es muy probable que produzca resultados sumamente contradictorios. Yo efectu un estudio preliminar en la plaza de mercado de una ciudad del norte de Alemania y descubr que los vendedores alemanes emplean una miscelnea de trminos turcos y griegos para ofrecerles sus productos a los clientes en potencia, cuya pertenencia tnica, desde luego, identifican inmediatamente. Otra cosa que sera muy interesante investigar es lo atinente a esta pregunta: en qu medida utilizan los alemanes de ascendencia turca o los turcos jvenes de Alemania, por ejemplo, el alemn al comunicarse con alemanes de ascendencia alemana? Habr un uso diferente, a la manera de lo que descubri Gumperz en Gran Bretaa? Es un caso parecido al del uso del ingls en, por ejemplo, su variedad jamaiquino-londinense por parte de los britnicos negros jvenes (Sebba 1986). Me top con un ejemplo interesante en clase, en una ocasin en que, durante una discusin, surgi un malentendimiento cuando un estudiante turco utiliz la palabra vergenza de una manera conceptualmente muy distinta a como por lo general la conciben los estudiantes alemanes. Tambin es preciso investigar cmo adquieren los nios la conciencia cultural. Cmo sus conceptos de extraeza, pertenencia tnica y marginalidad cultural se desarrollan en la interaccin: entre ellos mismos como discurso especial, en grupos culturalmente mixtos y entre adultos y nios en plena actividad discursiva. Roger Hewitt acometi

preguntas semejantes cuando estudi la influencia mutua de los estilos tnicos en los grupos infantiles de amigos blancos y negros (1986). La comunicacin intercultural es un nuevo campo de estudio, pero en cierto modo est en auge. Acabo de mencionar unos cuantos estudios quiz escogidos muy subjetivamente, la mayora empricos. Hemos entendido algunas cosas muy interesantes. Muchas preguntas siguen sin resolverse y muchas ms ni siquiera se han formulado!. La pragmtica tiene mucho que ofrecerle al campo de la comunicacin intercultural, y el campo de la comunicacin intercultural tiene mucho que aportarle a la pragmtica.1995

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