Upload
others
View
16
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
CONTRIBUCIÓN AL CORPUS TEÓRICO DE LA MUESTRA ESTRUCTURAL
Autores
Manuel Montañés Serrano (Universidad de Valladolid –España-),
Siu Lin Sofia Lay Lisboa (Universidad Católica del Norte – Chile-)
Resumen
En otras ocasiones, el coautor de esta comunicación (Montañés, 2013 y 2014) expresaba la
inquietud por la práctica/teoría que se sigue y se aplica, en no pocos casos, en la elaboración de
muestras estructurales. En muchos casos se renuncia a la representatividad –conformándose
con la reiterada y consabida significación-, en otros tantos, se diseña como si de una muestra
estadística estratificada se tratara. Ello se debe, en buena parte, a que si ser consciente de ello,
se concibe el discurso, la muestra, y la representatividad de acuerdo con una epistemología de
índole cuantitativa. Esta comunicación se propone seguir contribuyendo al corpus teórico del
diseño de muestras científicas estructurales. A tal fin, se justificará epistemológicamente, se
fundamentará teóricamente y se describirá el diseño de muestras estructurales.
Palabras clave
Grupo de discusión; Muestra estructural, Posiciones discursivas; Representación estructural;
Técnicas cualitativas;
0. Presentación
En otras ocasiones uno de los autores de esta comunicación expresaba la inquietud
por la práctica/teoría que se sigue y se aplica, en no pocas ocasiones, en la elaboración de
muestras estructurales (Montañés, 2013 y 2014). En muchos casos se renuncia a la
representatividad –conformándose con la reiterada y consabida significación-, en otros
tantos, se diseña como si de una muestra estadística estratificada se tratara.
Ello se debe, en buena parte, se sea no consciente de ello, a que se concibe el discurso,
la muestra, y la representatividad de acuerdo con una epistemología de índole
cuantitativa. Esta comunicación, de acuerdo con la brevedad que requiere este tipo de
exposición, se propone seguir contribuyendo al corpus teórico del diseño de muestras
científicas estructurales. A tal fin, se justificará epistemológicamente, se fundamentará
teórico-metodológicamente y se describirá el diseño de muestras estructurales.
1. Justificación epistemológica
El hecho de que en ocasiones, se sea o no consciente de ello, se haga pasar muestras
estadísticas estratificadas por muestra estructurales, se debe a que se busca la
representatividad de los sujetos y no la representatividad de los discursos sociales. Y,
claro, dado que ni el tamaño de la muestra ni el método de muestreo siguen las pautas del
muestreo probabilístico, se dice que los resultados no pueden ser considerados
representativos, sino, a lo sumo, significativos
Al situar el foco en los sujetos, las opiniones de las personas seleccionadas son
consideran representaciones y discursos sociales del grupo de referencia. Exponiéndose
tantos discursos como reuniones grupales realizadas.
Las representaciones sociales colectivas constituyen el modo de ver el mundo y
relacionarse con él y con quienes en el mismo habitan. Conforman las percepciones,
imágenes, valores y conocimientos socialmente compatibilizados, que no compartidos.
Tienen como función principal organizar, clasificar y ordenar la realidad social de manera
estructurada, integral y coherente (Moscovici, 1984). Siendo los discursos que dan cuenta
de ellas no meras opiniones. No solo nos remite a lo que se dice, sino a lo que se dice
cuando se dice lo que se dice, a por qué, porqué, de quién, para qué y desde dónde se dice
los que se dice.
Los discursos sociales no solo describen la realidad, la construyen. Hablando con
propiedad, al construirla la describen. Si bien, esta construcción no es el resultado de un
abstracto pansemiologismo sino que se encuentra supeditada por la naturaleza
sociopráxica del ser humano.
La realidad es construida, pero ésta no responde al capricho de cada cual sino que
emerge al compatibilizar –que no compartir- los sentidos inferidos a los estímulos
producidos por los acoplamientos perceptivomotores en las redes en las que estamos
obligados a participar para atender nuestras necesidades. Las perspectiva sociopráxica
defiende una concepción constructivista de la realidad, pero éste constructivismo es
materialista, no idealista. Son las condiciones materiales las que nos obligan a construir
una u otra realidad. Es por eso que a éste constructivismo se le adjetive de materialista.
La realidad construida no responde a la introspección caprichosa de cada cual (como
desde un constructivismo abstracto pudiera defenderse), ni tampoco a un determinismo
historicista en el que la persona queda programada al servicio de una determinada meta.
No nos encontramos en un vacío existencial, como desde un ingenuo solipsismo pudiera
considerarse en el que el ego subjetivo y su conciencia fuesen lo único real, somos seres
sujetado a un contexto sociohistórico, que también habita en nosotros, siendo en la
singularidad de cada sujeto la instancia en donde se produce la realidad objetual.
Si consideramos que la realidad se construye, debemos asumir que no hay una
realidad preexistente, externa al sujeto, sino que la construimos mediante nuestras prácticas
y nuestro lenguaje. Siendo la propia acción de construir la que nos construye, de ahí que se
denomine sociopráxica a la naturaleza humana. La realidad construida la reproducimos en
las distintas redes en que participamos, haciendo y haciéndonos parte. Esto es así porque
tanto la realidad como el ser humano somos inacabados y en proceso. Son nuestras
prácticas y discurso con los que producimos y reproducimos la realidad. Se performan —
los enunciados dan forma a unos actos— las maneras de comportarnos e interactuar.
El discurso, aunque sea elaborado en el interior del individuo, pueda decirse que
es tanto interior como exterior, es social.
El discurso social puede ser entendido como una práctica social y los sujetos no
tendríamos una práctica, un discurso social único y acabado, sino más bien, dependiendo
de lo que este en juego y la importancia que le demos al juego nos expresaremos de una
u otra forma. Todo dependerá del contexto en el que se esté, el lugar desde y hacia dónde
nos situemos, con quién o quiénes nos situemos. Cada discurso se manifiesta de manera
textual o, al menos, es susceptible de adoptar esa forma: «un mismo texto puede incluir
distintos discursos y un mismo discurso puede aparecer bajo distintas formas textuales»
(Ruiz 2009: 6.) Toda persona hablante constituye acontecimientos y personajes sobre la
función que se esté haciendo uso en un contexto discursivo. Como señala Teun Van Dijk
(2004), los textos son moldeados por los contextos, es decir, por las propiedades
relevantes de toda situación social.
El discurso social no es, por tanto, propiedad de los sujetos participantes en la
reunión grupal, cada uno dispondrá de su discurso social que ha de compatibilizar en las
redes sociales en las que está interesado u obligado a participar, sino que es fruto de la
actividad hermenéutica del sujeto investigador, que, asimismo tendrá que compatibilizar
con la comunidad científica –lo que en términos clásicos, se entiende como inter e
intrasubjetividad- y con quien ha contratado los servicios técnicos-profesional para tal
fin.
La representatividad, en consecuencia, no se encuentra en la elección de los
sujetos sino en si se logra mostrar los grandes discursos sociales que tienen lugar en
relación con la problemática objeto de estudio.
En los estudios cuantitativos se conoce de antemano el suceso del que se desea
conocer la distribución porcentual del mismo. Por ejemplo, si de un saco de bolas negras
y blancas, extraemos un número de bolas, no sabemos el porcentaje que saldrá de un color
u otro, pero sabemos que las bolas que saldrán serán blancas o negras. En cambio en los
estudios estructurales/cualitativos no conocemos los discursos sociales que tienen lugar,
Si lo que se busca es –como en los estudios cuantitativos- conocer la distribución
porcentual, es comprensible que se recurra al corpus teórico del cálculo de probabilidades
para que la inferencia estadística que se haga de los resultados de la muestra goce de
legitimidad científica. A tal fin, se recurre a los dos principios del cálculo de
probabilidades, a la ley de los grandes números y al teorema del límite central. De acuerdo
con ambos principios, se sabe que la media de muchas medias muestrales, con un error y
un nivel de confianza determinado, se corresponde con la distribución de las unidades del
universo estudiado. Así, por ejemplo, continuando con el saco de bolas, si en el mismo
hay 900 bolas blancas y 100 bolas negras, y extraemos 10 bolas, es posible que la diez
bolas extraídas sean negras - y erróneamente, se podría concluir que las 1000 bolas que
hay en el saco son negras- pero si realizamos muchas más extracciones de diez bolas cada
vez, la media de todas las extracciones se corresponderá con la distribución de bolas
negras y blancas que hay en el saco, esto es, más menos nueve bolas serán blancas y más
menos una será negra, o, expresado porcentualmente, más menos el 90% serán bolas
blancas y más menos el 10% serán bola negras. En cambio, la muestra estructural no
puede recurrir al corpus teórico del cálculo de probabilidades, pues no tiene por finalidad
determinar la probabilidad de la distribución porcentual de los discursos conocidos sino
conocer todos los discursos. Utilizando el ejemplo anterior de la bolsa de bolas, se busca
conocer el color de todas y cada una de las bolas que contiene el saco. Con la muestra
estructural se ha de garantizar que emerjan todos los discursos sociales.
La representación puede entenderse como algo que refleja, actúa en nombre de o
que tiene la misma potestad de lo representado, y también, como recoge el Diccionario
de Autoridades de la Real Academia Española de 1837, como hacer presente (Caro
Baroja, 1991: 50).
La muestra estructural es una red que se lanza para captar la materia prima
discursiva, cuya interpretación ha de servir para hacer presente todos los discursos. La
muestra, así concebida, no es una parte de un universo que proporcionalmente lo
reproduce sino un dispositivo tecnológico que permite producir la totalidad discursiva
sobre la problemática objeto de estudio.
La representatividad de la muestra estructural no se sustenta en la probabilidad de
seleccionar una que por elevación proporcional reproduzca el todo de la que ha sido
extraída, sino en la saturación que se produce cuando ha sido posible exponer todos los
discursos relevantes relacionados con la problemática objeto de estudio.
Según la nueva teoría de la información para que los mensajes circulen por un canal
con la mayor claridad posible se ha evitar el ruido; y para evitar el ruido, el canal se ha
de saturar de tal modo que no deje ningún espacio por donde puedan circular señales
ajenas a la que se desean emitir. En definitiva, la saturación posibilita que no circule
información no prevista. Cuando se produce la saturación, no hay cabida para un nuevo
discurso. Un discurso más será una redundancia de los anteriores.
La saturación discursiva requiere dar cuenta de las posiciones discursivas. Las
posiciones discursivas son significantes que agrupan contenidos discursivos que, al mostrar
reiteración y consonancia entre sí, justifican su configuración como una postura, diferente,
complementaria, afín, opuesta, etc. de otras, conformando y formando parte de una
estructura relacional, que va más allá de un simple repertorio de opiniones sobre la
problemática objeto de estudio (Lay y Montañés, 2013) o de los supuesto discursos de uno
u otro grupo seleccionado en la muestra diseñada.
Así es, cada reunión grupal no necesariamente es representativa de su grupo social
de referencia. ¿Entonces, si no son representativas para qué se hace? Cabe preguntar.
Los discursos producidos en cada una de las reuniones grupales no han de ser
necesariamente representativos de las realidades grupales de referencia, pero el análisis
de la materia prima discursiva producida en la totalidad de las reuniones grupales, ha de
permitir dar cuenta de las posiciones discursivas existentes que sobre una determinado
tema, en un ámbito socioespacial determinado, produce la población objeto de estudio. Y
en este sentido, se puede hablar de representatividad.
Y cuando la inferencia discursiva, que nos hace indagar sobre discursos opuestos,
diferentes, complementarios, etc., nos informa de la existencia de discursos no registrado,
entonces se deberá modificar/matizar/ampliar, etc. la muestra, al objeto de incorporar otra
reunión grupal con la que alcanzar la saturación discursiva, y así dar cuenta de todos los
relevantes discursos existentes.
2. Fundamentación teórica-metodológica
Los seres humanos no estamos encapsulados en grupos societario, sino que
participamos de y constituimos diferentes redes en las que creamos y recreamos nuestros
valores, creencias, opiniones sobre los temas que nos ocupan y preocupan social e
individualmente. No influyendo por igual las mismas redes, ni las mismas ejercen por
igual en todo tiempo y lugar, dependiendo de lo que esté en juego, unas redes son más o
menos, protagonistas, condicionando los sentidos que se infieren en otras. Es por ello por
lo que se dice que los discursos producidos en las reuniones grupales no son
necesariamente representativos de los grupos sociales de referencia, dado que puede
haber personas pertenecientes a la categoría seleccionada que no se sientan identificadas
con el discurso producido en la reunión grupal, y asimismo, puede que las personas
participantes en la reunión no proporcionen la materia prima discursiva con la que dar
cuenta de los múltiples discursos presentes en la realidad grupal de referencia.
Dar cuenta de los discursos sociales requiere confeccionar una muestra de acuerdo
con los ejes relevantes -y no según variables socioestadísticas- que, respecto a la
problemática objeto de estudio, estructuran los diversos discursos.
De acuerdo con el tema objeto de estudio, finalidad y objetivos, el diseño de la
muestra estructural deberá sopesar la relevancia de una u otra red.
La selección de la muestra estructural requiere establecer los criterios que se van a
emplear para configurar las reuniones grupales. Esto es, se ha de establecer el (los) ejes(s)
estructurales. De acuerdo con Jesús Ibáñez (1986), cinco grandes ejes se proponen para
estructurar la muestra: clase social, edad, género, grupo convivencial (étnico) y ecológico
(hábitat). A estos cinco ejes, Valles (1997: 310-313), le suma el eje temporal al objeto de
contemplar diferencias estructurales por años u otro tipo periodos. Asimismo, se podría
contemplar el eje estructurador, esto es, el que hace referencia a los discursos
estructurados o no, esto es, los que emanan de quienes perteneciendo a alguna asociación
o entidad relacionada con la problemática objeto de estudio de quienes teniendo discurso,
pues todos lo tenemos, no tienen un discurso formalmente estructurado.
Se contemple o no la pertinencia de uno o los dos ejes añadidos, conviene aclarar,
por una parte, que no en todos los estudios se ha de contar con esto cinco ejes, y, por otra,
que otros ejes, más o menos concomitantes con los mencionados, pueden ser los
relevantes. Todo depende de la problemática de los objetivos, finalidad de la
investigación y del universo poblacional objeto de estudio.
3. Descripción tecnológica
La muestra estructurar, a diferencia de la muestra estadística, es una muestra concreta
no abstracta, por tanto, una vez más se ha de decir que dependiendo de la problemática
objeto de estudio, finalidad y objetivos se diseñará una u otra muestra. Esto es, se
seleccionarán unos u otros ejes.
Seleccionados los ejes, se han de enunciar las categorías que estructuran los
mismos, al objeto de determinar las reuniones que se han de realizar. Así, por ejemplo,
como se puede ver en la muestra 1, si se seleccionara únicamente el eje de Hábitat, las
categorías serían la Rural y la Urbana, y, consecuentemente, se deberían realizar dos
reuniones, una formada por población rural y otra por población urbana.
HÁBITAT Rural (1)
Urbano (2)
Muestra 1
Pero dado que, como se ha dicho, formamos (y somos parte) de múltiples y
variadas redes, se han de cruzar los ejes seleccionados. Si bien, esta operación no consiste
en un simple cruce topológico. En el cruce se ha de estar vigilante en no caer en diseñar
una muestra estadística estratificada.
En la encuestas estadísticas, se busca que la muestra incluya todo lo que hay, y
más de lo que más hay, en cambio, las reuniones grupales de una muestra estructural son
consideradas como redes estratégicamente lanzada con el propósito de registrar la materia
prima discursiva, cuyo análisis permitirá dar cuenta de los discursos sociales, por tanto,
si una reunión grupal cumple ese cometido, carece de sentido realizar otra reunión que
aporte material cuyo análisis proporcionará posiciones discursivas ya registradas. Por
ejemplo, si la muestra contempla los ejes de Hábitat y Origen de la Población, carece de
sentido realizar cuatro reuniones grupales, que, como se puede ver en la muestra 2, sería
el resultado del cruce topológico de los dos ejes, si se considera que el eje de Hábitat,
como se ha dicho, estructura las categorías de Rural y Urbano, y el eje Poblacional las
categorías Inmigrante y Autóctona.
HÁBITAT
Rural
Urbano
P O B L A C I Ó N
Inmigrante
1
2
Autóctona
3 4
Muestra 2
Desde una perspectiva estructural, como se puede apreciar en la muestra 3, habría
que realizar solo tres reuniones grupales.
HÁBITAR Rural (1) Urbano
POBLACIÓN Inmigrante (2) Autóctono (3) Muestra 3
Si la reunión grupal 1 (la Rural) nos puede aportar la materia prima discursiva con
la que exponer las posiciones discursivas que se haya impregnada del discurso rural
carece de sentido hacer más reuniones. Y, asimismo, la Urbana, al cruzarse con el eje
Población desaparece como tal para concretarse en Urbano Inmigrante y Urbano
Autóctono.
Esta decisión, genera una serie de preguntas, entre otras, las siguientes:
¿Por qué no hay una reunión de Rurales Inmigrantes? o ¿por qué en vez de hacer
una reunión de inmigrantes urbanos y otra de población urbana autóctona, no se realiza,
como refleja la muestra 4, una reunión de población rural autóctona y otra de inmigrantes
rurales?
HÁBITAT Urbana (1) Rural
POBLACIÓN Inmigrante (2) Autóctono (3) Muestra 4
Se podría contestar que las sociedades actuales en ámbito urbano habitan muchas
más personas que en el mundo rural. Pero si así se hiciera, se habría traicionado a la
dimensión epistémica y a la fundamentación teórica de la muestra estructural. Si darnos
cuenta, se habrían utilizado criterios propios de la muestra estadística. Los criterios que
orientan el diseño de la muestra estructural no son, como se ha dicho, los de cantidad sino
los de relevancia relacional.
Si así se hiciera, la reunión grupal compuesta por inmigrantes que habitan en zonas
rurales estaría contaminada precisamente por la ruralidad. ¿Y la reunión grupal de
inmigrantes residentes en el ámbito urbano, no estaría contaminada por la urbanidad?,
cabe preguntar. Sí, así es, pero precisamente la urbanidad se caracteriza por su
complejidad y diversidad. La urbanidad es lo que es debido a que habitan, entre otras
personas, población inmigrante En las zona rurales las relaciones de parentesco, familia,
personales y vecindad están más presentes que en las zonas urbanas, donde otros ejes,
como los de clase, formativo o laborales, etc., son los que configuran la urbanidad.
Dicho de otro modo, si se ha contemplado la necesidad de incorporar el eje de
hábitat es porque se ha considerado – sin, tal vez, haber reparado mucho en ello- que la
ruralidad, por sus singularidades características, requiere la realización de una reunión
grupal compuesta por personas que habitan en el mundo rural. Si no se hubiese
contemplado la ruralidad, no aparecería la categoría urbana. La muestra se configuraría,
entonces, de acuerdo a ejes como los de clase social, edad, formación, o incluso origen
de la población (inmigrante y autóctona).
Del mismo modo, si se ha contemplado la necesidad de incorporar el eje
población de origen es porque se ha considerado la necesidad de dar cuenta del discurso
de la población inmigrante, si no fuera así, no aparecería la categoría población autóctona.
Al considerarse la necesidad de registrar la materia prima discursiva que nos
pueda proporcionar la población inmigrante, se ha de programar una reunión que se
encuentre lo menos contaminada posible por otras categorías. A tal fin, se ha de cruzar el
eje de Población con la categoría Hábitat Urbano, resultando la categoría Población
Inmigrante.
Lo mismo puede acontecer con la población inmigrante si se incorporará otro eje,
como por ejemplo puede ser el de clase social. En este caso, como se puede ver en la
muestra 5, el cruce solo se hará sobre la población urbana, ya que de esta manera se
preservaría la sustantividad de la inmigración y a la par se garantiza que las categorías
correspondientes de las clases sociales (Media Alta, Media y Baja) se encuentran los
menos contaminada posible.
HÁBITAT Rural (1) Urbano
POBLACIÓN Inmigrante (2) Autóctona
CLASE SOCIAL Baja
(3)
Media
(4)
Media Alta
(5)
Muestra 5
Otro error que se ha de evitar cuando se aplican solo dos ejes es considerar los
demás como recipiente al que acudir para dotarse de la necesaria heterogeneidad inclusiva
de las reuniones grupales cuando se aplica la técnica del Grupo de discusión. Se ha de
evitar, por ejemplo, reuniones grupales en la que el intervalo de edad de los participantes
sea excesivo, aunque la edad no sea uno de los ejes estructuradores contemplados.
La heterogeneidad inclusiva es el adjetivo del sustantivo, pero éste no puede ser
tan sustancial que reclame ser sustantivo. En este caso, se ha de sopesar la incorporación
de un nuevo eje. De tanto como se estimen pertinentes.
Asimismo, se ha de estar atento para que los cruces aporten la sustantividad
relacional al margen del número de categorías cruzadas.
Por ejemplo, si se quiere conocer los discursos sobre la selección de residuos
urbanos en el espacio doméstico, se tendría que contemplar, entre otras, la relación de las
personas con las tareas domésticas, pues se estará de acuerdo que ello condiciona el modo
de proceder respecto al tema objeto de estudio, por tanto, un eje que se debe seleccionar
es la Actividad principal desempeñada, el cual dará tres categorías: Actividad Mercantil;
Actividad No Mercantil; y Actividad Mercantil y No Mercantil.
Si bien, estas categorías son algo abstractas si no se relacionan con otros ejes,
como pueden ser el género, la edad, o el estado civil, pues se convendrá que aun
compartiendo el mismo tipo de actividad, diferente es la relación con el tema de objeto
de estudio según sean unas u otras las categorías comprendidas en los ejes enunciados.
El cruce podrá proporcionar categoría relevantes, pero, como se viene insistiendo,
no serán el resultado de una aséptica operación topológica propia del muestreo estadístico
estratificado
Si así se hiciera, aplicando los ejes enunciados, como se puede ver en la muestra
6, habría que realizar 25 reuniones.
ACTIVIDAD Mercantil
No Mercantil
ESTADO CIVIL
Casados
Solteros Casados Solteros
GÉNERO
H M H M H M H M
EDAD J
1
A
2
Te
3
J
4
A
5
Te
6
J
7
A
8
Te
9
J
10
A
11
Te
12
J
13
A
14
Te
15
J
16
A
17
Te
18
J
20
A
21
Te
22
J
23
A
24
Te
25
Muestra 6
Que el resultado sea un número tan elevado sería suficiente para invalidar este
modo de proceder.
Algunas de ellas, como se ha dicho, son relevantes, otras redundantes y otras
irrelevantes. Y aun siendo tan numerosa, no se aportaría la pertinente materia prima
discursiva para dar cuenta de todos los discursos relevantes sobre la problemática
mencionada.
Tener en cuenta estos ejes y a la vez reparar en su insuficiencia, reclama buscar
otros ejes que cruzar con el eje de actividad. Los ejes que se proponen son el de la
Responsabilidad Doméstica y el de la Responsabilidad Familiar, pues respecto a la
problemática objeto de estudio, como se puede ver en la muestra 7, el estado civil, la edad
o el género, cobran su sustantiva relevancia relacional al cruzarse estos ejes con el de la
Actividad.
ACTIVIDAD
Mercantil y No Mercantil (Madres con empleo) 1
Mercantil
No Mercantil
RESPONSABIILIDAD DOMICILIARIA
Sí NO SÍ
RESPONSABIIDAD FAMILIAR
NO Jóvenes Emancipados 2
Jóvenes insertados Jóvenes insertados en el Mercado de Trabajo, no emancipados y Jóvenes estudiantes no emancipado 3
Tercera edad 4
Sí
Padres de Familia 5
“Amas de casa” 6
Muestra 7
Como se puede ver en la Muestra 7, sería suficiente 6 reuniones grupales en vez
de las 25 antes señaladas.
En este caso, se han cruzado dos categorías de un eje con las categorías de dos
ejes, generándose sustantivas categorías relacionales. Esto es, las categorías no son el
resultado del cruce aséptico de ejes, ni tampoco forman parte de un mero repertorio. Son
sustantivas, relevantes y asimismo se encuentran relacionadas con todas las demás,
constituyendo una estructura.
Para logra este fin, se ha de indagar sobre el aspecto relacional que puede estructurar
los discursos. En el este caso, es el diferente rol desempeñado en las tareas domésticas (y,
por ende, en la selección selectiva de los residuos urbanos), el cual, se entiende que se
encuentran condicionado según se tengan o no responsabilidades domiciliarias o
familiares.
4. A modo de resumen
El hecho de que en ocasiones se haga pasar muestras estadísticas estratificadas
por muestra estructurales, se debe a que se busca la representatividad de los
sujetos y no la representatividad de los discursos sociales.
El discurso social no es propiedad de los sujetos participantes en la reunión grupal
sino que es fruto de la actividad hermenéutica del sujeto investigador.
Si lo que se busca es –como en los estudios cuantitativos- conocer la distribución
porcentual, es comprensible que se recurra al corpus teórico del cálculo de
probabilidades para que la inferencia estadística que se haga de los resultados de
la muestra goce de legitimidad científica. En cambio, la muestra estructural no
puede recurrir al corpus teórico del cálculo de probabilidades, pues no tiene por
finalidad determinar la probabilidad de la distribución porcentual de los discursos
conocidos sino conocer todos los discursos.
La representatividad de la muestra estructural no se sustenta en la probabilidad de
seleccionar una que por elevación proporcional reproduzca el todo de la que ha
sido extraída, sino en la saturación que se produce cuando ha sido posible exponer
todos los discursos relevantes relacionados con la problemática objeto de estudio.
La saturación discursiva requiere dar cuenta de las posiciones discursivas. Las
posiciones discursivas son significantes que agrupan contenidos discursivos que, al
mostrar reiteración y consonancia entre sí, justifican su configuración como una
postura, diferente, complementaria, afín, opuesta, etc. de otras, conformando y
formando parte de una estructura relacional, que va más allá de un simple repertorio
de opiniones sobre la problemática objeto de estudio de los supuesto discursos de
uno u otro grupo seleccionado en la muestra diseñada.
Los discursos producidos en cada una de las reuniones grupales no son
necesariamente representativos de las realidades grupales de referencia, pero el
análisis de la materia prima discursiva producida en la totalidad de las reuniones
grupales, ha de permitir dar cuenta de las posiciones discursivas existentes que
sobre una determinado tema, en un ámbito socioespacial determinado, produce la
población objeto de estudio. Y en este sentido, se puede hablar de
representatividad.
La muestra estructural es una red que se lanza para captar la materia prima
discursiva, cuya interpretación ha de servir para hacer presente todos los
discursos. La muestra, así concebida, no es una parte de un universo que
proporcionalmente lo reproduce sino un dispositivo tecnológico que permite
producir la totalidad discursiva sobre la problemática objeto de estudio.
Dar cuenta de los discursos sociales requiere confeccionar una muestra de acuerdo
con los ejes relevantes -y no según variables socioestadísticas- que, respecto a la
problemática objeto de estudio, estructuran los diversos discursos.
Ibáñez proponen cinco ejes para estructurar la muestra: clase social, edad, género,
grupo convivencial (étnico) y ecológico (hábitat). A estos cinco, otros autores
suman el eje temporal y el eje estructurador.
Se contemple o no la pertinencia de estos ejes conviene aclarar, por una parte,
que no en todos los estudios se ha de contar con esto cinco ejes, y, por otra, que
otros ejes, más o menos concomitantes con los mencionados, pueden ser los
relevantes.
Seleccionados los ejes, se han de enunciar las categorías que estructuran los
mismos, al objeto de determinar las reuniones que se han de realizar.
Los ejes seleccionados se han de cruzar, si bien, esta operación no puede
consistir en un simple cruce topológico. En el cruce se ha de estar vigilante en no
caer en diseñar una muestra estadística estratificada. Se ha de estar atento para
que los cruces aporten la sustantividad relacional al margen del número de
categorías cruzadas
5. Referencia bibliográfica
Caro Baroja, Julio, 1991: Los pueblos de la península ibérica. Temas de etnografía
española. Barcelona: Crítica.
Ibáñez, Jesús (1986): Más allá de la sociología. El Grupo de discusión. Madrid: Siglo
XXI.
Lay, Siu y Montañés, Manuel. (2013). Las Representaciones Sociales del mundo adulto
sobre la infancia y la participación infantil. Revista Salud y Sociedad, 4(3), 304-316.
Montañés, Manuel (2013): El diseño científico de muestras estructurales. 2º Congreso
Nacional sobre Metodologías de la Investigación en Comunicación Social 2 y 3 de mayo
de 2013 (Segovia).
Montañés, Manuel (2014): El diseño científico de muestras estructurales II. IV Congreso
Internacional de la Asociación Española de Investigación de la Comunicación AE-IC,
Bilbao, 2014.
Moscovici, S. (1984): Psicología social II, pensamiento y vida social psicología social y
problemas sociales. Barcelona, España: Paidós.
Ruíz, Jorge (2009). Análisis sociológico del discurso: métodos y lógicas. Revista Forum:
Qualitative social research, 10(2), 26.
Van Dijk, Teun (2004). Discurso y dominación. Universidad Nacional de Colombia,
Bogotá. Facultad de Ciencias Humanas, Grandes conferencias de Ciencias Humanas, n°4.
Febrero 2004.
Valles, Miguel (1997). Técnicas cualitativas de investigación social. Reflexión
metodológica y práctica profesional. Madrid: Síntesis