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Crónica de Gossaín: así engañan a los pensionados y se burlan de ellos Jueces reciben pensiones hasta de $30 millones. De los jubilados anónimos no se acuerda nadie. ¿Quién ha dicho que una pensión es una limosna? En una novela de García Márquez, verdadero canto de amor a la dignidad humana, hay un viejo coronel, que ni nombre tiene, al que se le va la vida parado en la barranca del río esperando que la próxima lancha le traiga la carta en que el Gobierno reconoce, por fin, su pensión de veterano. Mientras tanto, él y su mujer le echan piedras a la olla del almuerzo para hacerles creer a los vecinos que están cocinando. Aquella historia se publicó hace más de cincuenta años y desde entonces la realidad de los pensionados colombianos es cada día peor. Ahora los jueces más encumbrados del país y miembros del Congreso Nacional reciben pensiones hasta de treinta millones de pesos mensuales. Y si por algún motivo les rebajan algo, entonces el propio Presidente de la República sale corriendo a hacerles un reajuste. Ya se conocen numerosos casos de magistrados que hicieron nombrar a sus allegados como auxiliares para que en pocos meses redondearan una pensión sustanciosa. De las legiones de jubilados anónimos, en cambio, no se acuerda nadie, a menos que sea para burlarse de ellos, para negarles sus derechos o para alargarles el cuento esperando que se mueran en la inopia. Tengo en mis manos un documento aterrador, que Borges hubiera podido incluir en su célebre Historia universal de la infamia. Sus párrafos están plagados de maldad y villanía. Producen indignación. Son un auténtico compendio de la perversidad humana. Se trata de un informe de 16 páginas que la señora Diana Margarita Ojeda Visbal, procuradora delegada para los asuntos relacionados con el trabajo y la seguridad social, le envía al magistrado Luis Ernesto Vargas, presidente de la Corte Constitucional. Es un

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Crnica de Gossan: as engaan a los pensionados y se burlan de ellosJueces reciben pensiones hasta de $30 millones. De los jubilados annimos no se acuerda nadie.Quin ha dicho que una pensin es una limosna?En una novela de Garca Mrquez, verdadero canto de amor a la dignidad humana, hay un viejo coronel, que ni nombre tiene, al que se le va la vida parado en la barranca del ro esperando que la prxima lancha le traiga la carta en que el Gobierno reconoce, por fin, su pensin de veterano. Mientras tanto, l y su mujer le echan piedras a la olla del almuerzo para hacerles creer a los vecinos que estn cocinando.Aquella historia se public hace ms de cincuenta aos y desde entonces la realidad de los pensionados colombianos es cada da peor. Ahora los jueces ms encumbrados del pas y miembros del Congreso Nacional reciben pensiones hasta de treinta millones de pesos mensuales. Y si por algn motivo les rebajan algo, entonces el propio Presidente de la Repblica sale corriendo a hacerles un reajuste. Ya se conocen numerosos casos de magistrados que hicieron nombrar a sus allegados como auxiliares para que en pocos meses redondearan una pensin sustanciosa.De las legiones de jubilados annimos, en cambio, no se acuerda nadie, a menos que sea para burlarse de ellos, para negarles sus derechos o para alargarles el cuento esperando que se mueran en la inopia.Tengo en mis manos un documento aterrador, que Borges hubiera podido incluir en su clebre Historia universal de la infamia. Sus prrafos estn plagados de maldad y villana. Producen indignacin. Son un autntico compendio de la perversidad humana.Se trata de un informe de 16 pginas que la seora Diana Margarita Ojeda Visbal, procuradora delegada para los asuntos relacionados con el trabajo y la seguridad social, le enva al magistrado Luis Ernesto Vargas, presidente de la Corte Constitucional. Es un resumen de las investigaciones que la procuradora Ojeda y su equipo han llevado a cabo sobre el caso de las pensiones.Son tan desgarradoras todas sus historias que ni siquiera s por dnde empezar. Propongo que arranquemos con uno de los grupos ms preocupantes y desprotegidos de la sociedad: los ancianos.Prioridad 1? No me hagan rerDoa Eusebia Rivera viuda de Melguiso tiene 97 aos de edad y sufre de artritis crnica. Con todos los documentos en regla, solicita que la reconozcan como sustituta en la pensin de su marido. No ha sido posible. Ni siquiera le contestan sus peticiones. En la cartula de su carpeta le pusieron prioridad 1, el nombre que les dan a los ms ancianos. Debe de ser porque son los primeros a quienes engaan.Leonidas Rodrguez Snchez es un ejemplo pattico. Le negaron la pensin. Entabl una tutela y gan. Colpensiones, que es de propiedad del Estado, no le hizo caso al fallo judicial. El seor Rodrguez no se dio por vencido. Acudi al Tribunal Superior de Bogot, que tambin le concedi la razn y orden que lo pensionaran. Tampoco. Don Leonidas ha dedicado media vida a esa lucha. Hoy es un anciano enfermo de 92 aos.Uno de los casos ms dolorosos es el de Carlos Olmedo Ruiz y su esposa, Alba Stella Riascos, quienes dependan econmicamente de su hija Alba, una pensionada que falleci. Un juzgado laboral de Pasto orden a Colpensiones que trasladara el pago a los padres. Sin cumplimiento, dice escuetamente el reporte de la procuradora Ojeda. Se me olvidaba decir que el padre tiene 93 aos y la madre, 88.Las nuevas marrullasEl catlogo de los ardides que inventan diariamente para no pagar una pensin, o para darle largas al asunto, parece interminable. Lo que sigue es una pequea muestra.A un nuevo pensionado le consignan su primera mesada en una ciudad distinta de la suya. Por muchas razones, entre ellas la pobreza o los achaques de la edad, no puede viajar todos los meses a buscar su dinero. Entonces, el banco devuelve la plata a Colpensiones por falta de cobro y, mientras se aclara eso, tiene que someterse a nuevos trmites y esperar otros tres o cuatro meses. Son tantas las quejas por este motivo, y tantos los casos repetidos, que ya cuesta trabajo creer que se trata de un error.Una de las artimaas ms socorridas para engatusar a la gente es la de emitir varias resoluciones contrarias entre s. A la seora Nlida Contreras, empleada del servicio domstico, le neg Colpensiones su derecho alegando que solo tena 364 semanas cotizadas, pero ella tiene en su poder un reporte del propio Colpensiones en el que certifica que cotiz 1.208 semanas. Se desmienten a s mismos. Incoherencias o argucias?Aunque exista una sentencia judicial que ordene reconocer la pensin, ignoran el fallo de los jueces. Cuando el jubilado insiste y vuelve a ganar en un tribunal superior, entonces lo que le niegan es el retroactivo, y empieza otro proceso interminable. (Con decirles que, en este momento, en la Procuradura General estn registradas 2.280 tutelas ordinarias de pensiones que fueron falladas a favor de los demandantes.)Otro derecho que le escamotean al pensionado es el de actualizarle la cantidad de plata de su mesada, despus de haber pasado cinco o diez aos pelendola. Es lo que se llama la indexacin. Como si fuera poco con la esquilmada que durante esos aos le pegan sus abogados.Pensin doble y leyes inexistentesTambin se conocen casos contrarios: pensiones dobles que benefician a una misma persona. En enero del 2012, una seora solicit al Seguro Social el reconocimiento de su pensin. Se la negaron porque ya tena una en un fondo privado. Pero un ao y medio despus, en mayo del 2013, la misma seora present otra vez su solicitud al nuevo Colpensiones. Se la aprobaron sin mayores contratiempos. Hoy, la dama tiene dos pensiones a falta de una.La letana es infinita. Han llegado al colmo de negar pensiones amparndose en normas que no existen. Es el caso de Mauricio Ortiz Aristizbal, que fue operado de un tumor cerebral. La junta mdica de Colpensiones (su propia junta, nada menos) dictamin que haba perdido el 71 por ciento de su capacidad laboral.En octubre pasado, el seor Ortiz radic su solicitud de pensin de invalidez. Hace dos meses se la negaron porque no cumple los requisitos del artculo 47 de la Ley 100 de 1993. La procuradora Ojeda Visbal reaccion enrgicamente: Ese artculo 47, que fue modificado en el 2003, no tiene nada que ver con pensiones de invalidez.(En este momento, la Fiscala General tiene abiertos en todo el pas 85 procesos por denuncias contra los administradores del antiguo Seguro Social, que est en liquidacin, y de la nueva Colpensiones. En la Procuradura General, a su turno, hay otras 70 investigaciones disciplinarias por idnticas razones. Solo falta que las dos entidades se pronuncien.)Las semanas perdidasYa este diario inform ampliamente, en lo ms destacado de su primera pgina, que 30.000 trabajadores colombianos han descubierto que sus semanas de aportes a la seguridad social han desaparecido. Estaban ahorrando para la vejez, juiciosamente, pero a la hora de reclamar su pensin las semanas de cotizacin no aparecen o estn incompletas.Un caso que puede servir de muestra es el de la seora Mara Eugenia Torres Beltrn. Hace dos meses le negaron su pensin por no contar con las 750 semanas cotizadas. La procuradora Ojeda se puso a investigar. Encontr que la seora Torres haba cotizado 1.800 semanas a lo largo de la vida. Es decir: dos y media veces ms que el mnimo requerido.En muchos de estos casos, Colpensiones se justifica diciendo que la empresa donde laboraba el trabajador le descont la cuota mensual durante tantos aos, pero se qued con la plata. Las empresas, a su turno, responden que es Colpensiones la que embolata esas semanas. Baln va y baln viene. Y, como siempre, el pobre ciudadano es el que paga el pato, despus de haberse roto el espinazo de sol a sol.Pues bien: la Corte Constitucional ha sentenciado varias veces que si el empleador no le transfiere la plata al fondo de pensiones, el fondo est obligado a imponerle sanciones e iniciar un proceso de cobro coactivo por morosidad, pero que no puede apoyarse en eso para negar una pensin de vejez. Tampoco a la Corte le hacen caso.EplogoNecesitara la edicin completa de este peridico, incluyendo la seccin de avisos clasificados, para mencionar aunque fuera una parte mnima de todos los casos que he logrado averiguar. No caben.Captulo aparte merece el tratamiento que les dan a los antiguos empleados pblicos que reclaman sus pensiones. Estn entre las peores vctimas de esta masacre. Siguiendo las malas maas de ciertas empresas privadas, el Estado tambin descontaba los aportes de sus empleados, pero no los transfera al Seguro Social. Existe el caso de 17 funcionarios que trabajaron en personeras municipales y distritales a quienes les negaron sus pensiones y ahora pretenden aplicarles la Constitucin de 1991 con carcter retroactivo, cuando su trabajo y aportes los hicieron antes de esa fecha, bajo la Constitucin de 1886.Mientras ms envejecen los colombianos, ms doloroso es el drama de andar mendigando una pensin a la que tienen derecho porque es plata de su bolsillo, que ellos mismos pagaron. En este momento hay 8 millones de trabajadores que estn aportando para pensionarse en el futuro. Mientras tanto, el coronel de Garca Mrquez sigue esperando en la orilla del ro.JUAN GOSSANESPECIAL PARA EL TIEMPO