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2 5 HACIA UNA CULTURA DE DIGNIFICACIÓN DEL MAGISTERIO NACIONAL Abril - Junio 2012 Cuaderno de Pedagogía y Educación Editorial Presentación Día del Maestro Carlos Fuentes (1928-2012) In memoriam Arculos 4 5 Reseñas 23 7 No. Educación: conocimiento, razón y ética Luis Armando González El gran desafío de las ciencias sociales en la actualidad Carmen Marchelly Funes Luis Cardoza y Aragón y la poesía hispanoamericana Álvaro Darío Lara Desafíos de la Educación Salvadoreña en el Siglo XXI René Humberto Guevara

Cuaderno de Pedagogía y Educación No. 5

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HACIA UNA CULTURA DE DIGNIFICACIÓN DEL MAGISTERIO NACIONAL Abril - Junio 2012

Cuaderno dePedagogía yEducación

Editorial

Presentación

• DíadelMaestro

• CarlosFuentes(1928-2012) Inmemoriam

Artículos

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Reseñas23

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No.

• Educación:conocimiento,razónyéticaLuis Armando González

• ElgrandesafíodelascienciassocialesenlaactualidadCarmen Marchelly Funes

• LuisCardozayAragónylapoesíahispanoamericanaÁlvaro Darío Lara

• DesafíosdelaEducaciónSalvadoreñaenelSigloXXIRené Humberto Guevara

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Ofrecemos en esta oportunidad el Cuaderno de Pedagogía No. 5, cuyos materiales esperamos sean de utilidad para los docentes del país. Como siempre, la idea es

animar la reflexión y el debate con aportes que, aunque no estén ligados a la práctica docente en lo inmediato, abran el horizonte hacia temas que son relevantes para la educación.

Presentación

Comité Editorial

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Comité Editorial

Luis Armando GonzálezDirectorDirección Nacional de Formación ContinuaEscuela Superior de Maestros

Álvaro Darío LaraGerencia Académica

Ana Guillermina UrquillaJefatura de Formación Continua

Carlos Benjamín HenríquezJefatura de Formación Inicial

Diagramación, Distribución y Envío:

Melvin Adonay Henríquez [email protected] de Formación en Tecnología Informática y Comunicación Educativa

Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de sus autores.Los trabajos pueden ser utilizados siempre que se citen debidamente.

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no existe en otras profesiones. Porque en El Salvador actual ser maestro o maestra es un desafío no sólo al bienestar familiar, sino a la propia seguridad individual. Y muchos maestros y maestras encaran ese desafío con dignidad y valentía, cumpliendo con su obligación cotidiana de formar a las nuevas generaciones.

Esos maestros y maestras son los héroes del sistema educativo; son los que lo mantienen vivo y operante no por inercia, sino por compromiso ético y vocación. Sin su entrega y desvelos la educación salvadoreña sería algo inerte; carecería de vitalidad y, en consecuencia, no tendría ninguna esperanza de renacimiento.

Pero no es así. La educación salvadoreña tiene el potencial para cambiar y estos maestros comprometidos con el conocimiento y la enseñanza son los agentes de ese cambio; a ellos deben sumarse otros maestros y maestras, así como también todos los salvadoreños y salvadoreñas preocupados por la educación y la cultura del país.

El 22 de junio no es, pues, un día cualquiera. Se trata de un día especial, dedicado a quienes cargan con la enorme responsabilidad de formar intelectual y moralmente a niños, niñas, jóvenes y adultos. Realizan una labor que está más allá de cualquier precio monetario y que sólo puede recompensarse con el debido reconocimiento social, es decir, mediante la dignificación de los maestros y maestras. Esta dignificación comienza con el agradecimiento sincero. Precisamente, estas líneas están dedicadas –como muestra de agradecimiento sincero— a los colegas docentes en todos los niveles y especialidades académicas.

Día del MaestroEl 22 de junio es un día especial para los maestros

salvadoreños, pues es el día dedicado a ellos. Se lo tienen más que merecido, dada la enorme

responsabilidad que cargan sobre sus espaldas, la cual –dicho sea con sinceridad— no siempre es reconocida en todo lo que vale.

Al contrario, lo usual hacia los maestros y maestras es la recriminación constante, la denostación y el reclamo por lo mal que están las cosas en materia de educación y de integración social y cultural. Pareciera que a la hora de buscar culpables –algo que es bien propio de sociedades como la nuestra, anclada en tradiciones católicas sumamente arraigadas— no hay mejor expediente que recurrir a los maestros y maestras.

Llegará un momento –aunque no sabemos cuánto tardará— en que en lugar de buscar culpables dirijamos la mirada hacia quienes, pese a limitaciones y condicionamientos de distinta naturaleza (institucionales, económicos, de seguridad, etc.) hacen los que les corresponde, poniendo su mejor empeño y dedicación. No será nada extraño que nos encontremos, entre ellos, con maestros y maestras dedicados de lleno a sus tareas formadoras.

Y es que pocas profesiones como la docente cuentan entre sus integrantes a personas que, pese a las adversidades, se entregan de lleno a las exigencias de su profesión. Se dirá que no se trata de la totalidad de profesionales de la educación, lo cual quizás sea cierto.

Sin embargo, sí están los que lo hacen; y muchas veces poniendo una cuota de sacrificio personal y de riesgo que

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de Artemio Cruz (1962). Desde entonces, la producción escrita de Fuentes fue intensa e incansable. A continuación se presenta un listado de los libros publicados por él desde 1954 hasta 2012. No se registran todos sus artículos periodísticos ni todas sus múltiples entrevistas, que cuando sean recogidos en sus Obras Completas darán lugar a una obra gigantesca no sólo en sus proporciones, sino también en su calidad.

Obras de Carlos Fuentes• El siglo que despierta, 2012• Carolina Grau, 2011• La gran novela latinoamericana,

2011• Adán en edén, 2010• Vlad, 2010• La voluntad y la fortuna, 2008• Cuentos naturales, 2007• Cuentos sobrenaturales, 2007• Todas las familias felices, 2006• Los 68. París, Praga, México, 2005• Contra Bush, 2004• Cuerpos y ofrendas, 2004• Inquieta compañía, 2004• Liceo Nobél Gabriela Mistral, 2004• La silla del águila, 2003• En esto creo, 2002• Instinto de Inez, 2001• Los cinco soles de México, 2000• Los años con Laura Díaz, 1999 (2008)• Retratos en el tiempo, 1998

Una trágica noticia recorrió el mundo el día de ayer, martes 15 de mayo de 2012: el fallecimiento

del intelectual mexicano Carlos Fuentes. Se trató de una noticia impactante, dada la estatura moral e intelectual de Fuentes, sin duda alguna uno de los grandes de las letras hispanoamericanas. Fue inevitable que muchos nos dijéramos para nosotros mismos, al enterarnos de tan triste noticia: “se fue otro de los grandes”. Porque si algo está fuera de discusión es la grandeza de Fuentes en la cultura literaria hispanoamericana y universal.

Y que se entienda todo el alcance de la expresión “cultura literaria”: excede las fronteras de la novela –terreno en el que el mexicano fue un maestro en toda la extensión de la palabra— hasta abarcar el cuento, el teatro, la crítica literaria, el periodismo y el ensayo histórico, literario y político. Pocos autores han logrado el dominio pleno de esos ámbitos de la cultura literaria: Fuentes destacó en todos ellos, dejando en cada uno su huella particular.

Se ha insistido y se insistirá siempre en la contribución de Carlos Fuentes a la gestación del llamado “boom” literario latinoamericano. Los especialistas en historia de la literatura conocen mejor que nadie el aporte de Fuentes a ese

“boom”. A nosotros nos interesa destacar que, al margen de esa contribución, el intelectual mexicano tiene una obra que se sostiene por sí misma, más allá de cualquier pertenencia a una generación de intelectuales de primer nivel que dieron voz literaria a realidades inhóspitas, violentas y teñidas de sinrazón.

Es decir, el “boom” literario latinoamericano, como fenómeno generacional, no debe opacar la singularidad de un autor como Carlos Fuentes, cuya obra y presencia moral vale por sí misma. En ese sentido, está a la par de otras personalidades intelectuales latinoamericanas de renombre, como Rubén Darío, Octavio Paz, Alfonso Reyes, Juan Carlos Onetti y Augusto Monterroso –sólo para mencionar a algunas de las figuras intelectuales latinoamericanas que brillaron con luz propia, al margen de cualquier filiación generacional—.

Carlos Fuentes brilló con luz propia. Su obra ha tenido y tiene (y tendrá) tal impacto que lo extraño sería encontrar a una persona con formación académica en las humanidades (filosofía, literatura, historia, ciencias sociales) que no haya dialogado con, al menos, un libro suyo. Y esto ha sido así desde que Fuentes irrumpió en el mundo de las letras con La región más transparente (1958) y La muerte

Carlos Fuentes (1928-2012 )

In memoriam

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• La frontera de cristal, 1995• Nuevo tiempo mexicano, 1995• Diana o la cazadora solitaria, 1994• El naranjo o los círculos del tiempo,

1993 (2008)• Geografía de la novela, 1993• El espejo enterrado, 1992• Ceremonias del alba, 1991• Constancia y otras novelas para

vírgenes, 1990• La campaña, 1990• Valiente mundo nuevo, 1990• Cristóbal Nonato, 1987• Gringo viejo, 1985• Orquídeas a la luz de la luna, 1982• Agua quemada, 1981• Una familia lejana, 1980• La cabeza de la hidra, 1978• Cervantes o la crítica de la lectura,

1976• Terra nostra, 1975• El tuerto es rey, 1971• Los reinos originarios, 1971• Tiempo mexicano, 1971• Casa con dos puertas, 1970• Todos los gatos son pardos, 1970

(2010)• Cumpleaños, 1969• El mundo de José Luis Cuevas, 1969• La nueva novela hispanoamericana,

1969• Cambio de piel, 1967• Zona sagrada, 1967 (2009)• Cantar de ciegos, 1964• Aura, 1962• La muerte de Artemio Cruz, 1962

(2008)• Las buenas conciencias, 1959• La región más transparente, 1958• Los días enmascarados, 1954

A un gran autor se le honra leyéndolo, dialogando con él. Leer a Carlos Fuentes es dialogar con él sobre el poder, sus aberraciones y sus trampas; la historia latinoamericana y sus ficciones; la valentía y vileza de los prohombres latinoamericanos; el amor-odio de las relaciones entre América Latina (y México) y Estados Unidos; lo que América Latina pudo haber sido y no fue; las

frustraciones colectivas y las utopías latinoamericanas…. Dialogar con Fuentes es tratar de esos temas y otros, escucharlo a través de los personajes de sus novelas y escucharnos a nosotros, sentir y pensar con esos personajes (el político corrupto, el revolucionario comprometido, el intelectual ambicioso, el empresario voraz, el conquistador creyente, el caudillo ciego de poder, el criollo resentido…) la realidad en la que ellos vivieron que es también nuestra realidad. Toda obra de Carlos Fuentes es un Gran Mural de lo que América Latina (y México: expresión señera de nuestro continente) es, con sus perversiones, corrupciones, violencias, abusos y mentiras. Pero se trata de un mural construido a partir de las vivencias, experiencias, sueños y frustraciones de personajes ambiguos (ni héroes puros ni villanos puros) que con frecuencia no sólo confunden sus fantasías con la realidad, sino que –si llegan a tener alguna cuota de poder en sus manos— buscar adaptar la realidad a sus fantasías, creando una realidad fantástica (una realidad de ficción) que poco o nada tiene que ver con la realidad real.

Uno de los personajes de la novela La voluntad y la fortuna, se pregunta: “¿Perdían las ideas leídas, escuchadas, asimiladas, todo valor si las llevábamos a la práctica? ¿Tan grande era nuestra confusión entre las ideas y la vida? ¿No resistían aquellas el soplo de ésta, derrumbándose como estatuas de polvo apenas las tocaba la realidad? ¿Nos hacíamos ilusiones?”.

Para Carlos Fuentes América Latina es una gran novela. Y ese es el sentido de uno de sus libros más interesantes y sugerentes: La gran novela latinoamericana. América Latina es una gran novela escrita principalmente por sus novelistas, comenzando por el primero ellos: Bernal Díaz del Castillo: “la primera novela, cargada de rumores, de silencios, de

vacilaciones y de ambigüedades que humanizan la certeza épica de la conquista imperial del mundo indígena por los españoles –dice Fuentes—, fue escrita por Bernal Díaz del Castillo: Verdadera historia de la conquista de Nueva España (1568). Y añade el mexicano:

“Y nos repetimos infinitamente las siguientes preguntas… ¿Cuál es nuestro lugar en el mundo?¿A quién debemos lealtad?¿A nuestros padres españoles?¿A nuestras madres aztecas, mayas, quechuas, araucanas?¿A quién debemos hablarle ahora: a los antiguos dioses, o a los nuevos?¿Qué lengua debemos hablar ahora, la de los conquistados o la de los conquistadores?Bernal Díaz nos da les respuestas a estos dilemas por medio de su memoria épica traducida por una imaginación novelística”.

Esa “imaginación novelística” no ha cesado desde entonces, dejando una estela de autores y obras que han logrado que sus ficciones –las verdades de sus mentiras (como le gusta decir a Mario Vargas Llosa)— se conviertan en parte de la realidad, cambiándola y haciendo de ella algo distinto, algo inventado: una novela.

Carlos Fuentes ocupa un lugar señero en esa galería de autores que con su imaginación novelística nos desafían a pensarnos y a sentirnos de otra manera; a dudar de nuestras certezas. En suma, a “recordar el futuro” y a “imaginar el pasado”. “El pasado humano se llama Memoria. El futuro humano se llama Deseo. Ambos confluyen en el presente, donde recordamos, donde anhelamos”.

Carlos Fuentes nos ha ayudado y nos seguirá ayudando a recordar y a anhelar, con la Memoria y el Deseo. Que descanse en paz.

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Que en el proceso Educativo debe haber un vínculo ineludible entre razón y

ética se sabe desde bastante tiempo atrás. Lo sabían los clásicos de la antigüedad griega: Sócrates, Platón y Aristóteles. Y antes de ellos, con una lucidez extraordinaria, Jenófanes y Parménides dejaron establecido de una vez y para siempre el vínculo indisoluble entre educación y conocimiento, entendido este último como un proceso de aprehensión intelectual (mental, subjetiva) de lo que está detrás de las apariencias, de lo que está detrás de lo que se nos da a través de los sentidos.

El conocimiento es lucha contra la tiranía de las apariencias, una lucha en la cual —como se muestra en el “Mito de la Caverna” de Platón— no siempre el conocimiento se impone: su “luz” puede ser tan dolorosa que termine forzando al ser humano a rendirse a la comodidad de las apariencias. De aquí que para Sócrates el proceso de conocimiento se asemeje a un parto doloroso: el educador hace de partero. Y lo logra animando, en los educandos, el uso de la razón, facultad exclusivamente humana que permite --por su naturaleza discursiva, lógica y dialéctica-- la búsqueda de una verdad que está más allá de lo que se nos da a través de los sentidos.

Hay un engarce, pues, entre educación, conocimiento y razón que viene desde tiempos antiguos.

Se conoce usando la razón, y educar consiste en preparar a las personas para que conozcan su propia realidad. En épocas históricas en las que el debate cultural sin ataduras ha sido posible este triple vínculo ha sido nítido: en el Renacimiento y en la Ilustración esto fue más que evidente. Pero también fue claro en la época del esplendor griego, en el siglo V antes de Cristo, y en tiempos de San Agustín de Hipona (354-430 d.C.), cuando se genera un amplio debate, en el seno del cristianismo, acerca de las relaciones existentes entre fe y razón. Quizás en momentos históricos “oscuros” se abdicó de la búsqueda del conocimiento por la vía de la razón –y la educación se tejió a partir del oscurantismo y las mitologías más variadas—, pero en tiempos de apertura y libertad cultural esa búsqueda fue la que se impuso (para una aproximación amena a estos temas, se puede leer el libro de Fernando Savater Historia de la filosofía. Sin temor ni temblor. Madrid, Espasa, 2009).

Conocimiento y educación. La educación es inseparable del conocimiento. Claro que muchas veces la educación se ha alejado del conocimiento o lo ha visto como algo secundario, no esencial. Sin embargo, ahí donde la educación se ha tejido en función del conocimiento no se ha tratado siempre de una concepción única de éste.

Dicho de manera elemental, el conocimiento consiste en la aprehensión mental (subjetiva) de la realidad que nos rodea. Esa apropiación (esa aprehensión) supone desentrañar el cómo y el porqué de las cosas (análisis), así como comprender la interrelación que existe entre ellas y que las hace formar totalidades o sistemas (síntesis). Entender el cómo y el porqué de las cosas —así como su vínculo recíproco—es algo esencial en el proceso de conocimiento. Y la educación en sus mejores momentos y expresiones se ha hecho cargo de ambas preguntas y ha tratado sistemáticamente sus repuestas; ha buscado preparar a los individuos –de manera articulada a lo largo de su desarrollo evolutivo— para que sean capaces de hacerse las preguntas anteriores y de buscar las respuestas a las mismas.

Educación: conocimiento, razón y éticaLuis Armando González

“El educador hace de partero. Y lo logra animando, en los educandos, el uso de la razón, facultad exclusivamente humana”

Luis Armando González

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Educación: conocimiento, razón y ética

Ahora bien, si lo anterior puede ser tomado como una visión elemental del conocimiento, al asunto se complica cuando se examina un factor que hace parte de este último entendido como “búsqueda” y como “acumulación”. En la búsqueda de conocimiento nunca se parte de la nada: hay un punto de partida (lo que ya se conoce) desde donde se continua el proceso. Y luego lo que se va conociendo se añade a la que ya se conoce. En esta dinámica, la memoria es crucial. Es decir, sin memoria –y sin memorización—el conocimiento se queda sin un soporte básico, pero la mera memoria y la memorización no agotan el proceso de conocimiento.

El conocimiento anclado únicamente en la memoria es repetitivo. No es búsqueda sino repetición y aceptación de lo dado. Esta visión del conocimiento dio vida a la concepción educativa que se impuso en la Edad Media, al igual que fue la que se impuso bajo los autoritarismos que asolaron América Latina desde mitad de los años sesenta hasta los años ochenta del siglo XX. Se trató de la típica educación bancaria: no la que animó la búsqueda de conocimientos nuevos, sino la transmisión-repetición de lo conocido, que se empobreció hasta niveles extremos debido al rechazo institucional a la crítica, a la reflexión y a la creatividad.

Identificar conocimiento y memorización es, pues, una equivocación, lo mismo que es equivocado eliminar del conocimiento la memoria, ya que sin ella se pierde el soporte de la acumulación y de la continuidad: si no hubiera memoria de lo que ya se conoce, cada vez se tendría que partir de la nada en el proceso de conocimiento. Dicho esto,

hay que retomar el tema lo central del conocimiento en la educación. ¿Cuál conocimiento?

Conocimiento como aprehensión subjetiva (o intersubjetiva) de lo real. No como copia o como reflejo, sino como construcción mediada por el lenguaje. Una construcción orientada por la razón, que valida su lógica interna y que obliga al contraste (pruebas) argumentativo y empírico. Es decir, es la razón la que sostiene el conocimiento: la razón obliga al (y asegura el) rigor argumentativo (que tomado con un fin en sí mismo conduce al racionalismo); al contraste de los argumentos con la realidad externa (que llevado al extremo conduce al empirismo) y al cuestionamiento de lo existente por no ser plenamente humano (razón crítica). Educar es preparar a los individuos para el uso de su razón, en todas sus dimensiones. Usar la razón es pensar para conocer.

Porque pensar se puede pensar lo que sea, pero pensar para conocer nos obliga a usar la razón. Pero se trata, como dice José Saramago, de usar racionalmente la razón, de no ser “ciegos de razón”. Y ojo: “la razón no es enemiga de las ilusiones, de los sueños, de la esperanza, de todos esas cosas que tienen que ver con los sentimientos… Porque la razón no es algo frío, no es algo mecánico. La razón es lo que es, con todo lo que uno es de sentimientos, de deseos, de ilusiones, de todo eso” (José Saramago en sus palabras. México, Alfaguara, 2010, p. 152).

La razón científica apunta a un conocimiento sostenido en el rigor lógico de las teorías (explicaciones del cómo y porqué de diferentes ámbitos

de la realidad natural y social) y en las experiencias sistemáticas (pruebas empíricas) que dan confiabilidad a las teorías científicas. La razón crítica orienta un conocimiento que sin ser ajeno a las exigencias de la razón científica va más allá de ésta al buscar no sólo conocer el cómo y el porqué de las cosas, sino su finalidad y sentido para la vida humana. En un uso lúcido de la razón crítica, José Saramago anota que “la prioridad absoluta la tiene el ser humano. Por encima de ésta no reconozco ninguna otra prioridad. Parecerá idealista, pero sin eso ¿qué puede importarme el universo”? (Ibíd., p. 174).

La educación, hoy por hoy, no debe dar la espalda ni a la razón científica (con sus implicaciones tecnológicas) ni a la razón crítica. Estas marcan las pautas del conocimiento en estos tiempos globalizados y de riesgo social. Si educar es enseñar a pensar, en su más modesta y trascendental finalidad, se tiene que enseñar a

“Identificar conocimiento y memorización es, pues, una equivocación, lo mismo que es equivocado eliminar del conocimiento la memoria, ya que sin ella se pierde el soporte de la acumulación y de la continuidad”

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no impuesta desde fuera. Si la ética apunta al deber ser como negación de lo que es, el conocimiento puede --a partir de una aprehensión/comprensión completa y rigurosa de lo existente (lo que es)-- apuntar/vislumbrar/animar/acompañar su transformación desde lo que debe ser: lo que sea mejor, más humano, más justo, lo que dignifique más… En fin, en esta perspectiva, el conocimiento no sólo es explicación-descripción de cómo son las cosas y porqué son como son, sino de qué forma afectan la vida humana y de qué manera se pueden transformar para que sirvan a la dignificación humana, la única prioridad absoluta. Rematamos estas reflexiones con un texto esclarecedor de José Saramago:“Desde el punto de vista empresarial –dice— no hacen falta las humanidades. La pregunta fundamental de las humanidades es qué es el ser humano, mientras que, para los círculos empresariales y tecnócratas que se ocupan de la utilidad inmediata, [la pregunta] es para qué sirven los seres humanos” (Ibíd., p. 176).

de lo que es, desdeñando cualquier apelación a un deber ser que negara lo vigente o que abriera las puertas a la novedad.

Hubo corrientes de pensamiento que llevaron la contra a esta visión; por ejemplo en el enfoque de la teoría crítica de la sociedad (Habermas, Horkheimer, Adorno) y en el enfoque de la educación que realiza Antonio Gramsci. En ambas corrientes, el saber y la ética son inseparables. ¿Cuál ética?

Una ética nacida de la naturaleza propia del conocimiento, es decir,

Educación: conocimiento, razón y ética

pensar a partir de la racionalidad científica y la racionalidad crítica.

Lo que está en manos de los sistemas educativos es, en lo que respecta a su finalidad esencial, la mente de las nuevas generaciones. Y lo que ningún sistema educativo puede delegar en manos de otros es la preparación/aprendizaje/ de las nuevas generaciones (niños, niñas, jóvenes) en el ejercicio del pensar y del hacer implicado en (o derivado de) ese pensar. Ese doble ejercicio puede ser de distinta naturaleza según las sociedades y los momentos históricos, pero en la época actual no puede ser ajeno a la razón científica y a la razón crítica. Un pensar forjado a partir de ambas racionalidades puede dar lugar a un proceso de conocimiento (a un conocer) no sólo riguroso y fundamentado, sino crítico y animador de prácticas sociales inclusivas y solidarias.

El conocimiento debe seguir siendo –como en sus mejores momentos— el eje articulador de la educación (o de los procesos educativos). Pero, insistimos, el conocimiento en nuestra época no debe ser especulativo o memorístico, sino científico y crítico-reflexivo. ¿Y la ética? Para los griegos, en el siglo V antes de Cristo, el saber y la vida ética (la vida buena de cara al bien común de la polis) iban de la mano. En épocas posteriores, el conocimiento y la ética se juntaron o separaron según las circunstancias y las finalidades educativas. El positivismo cientificista de principios del siglo XX forzó esta separación de tal suerte que el conocimiento (científico) se vio afincado en un empeño empirista que se atiene a la descripción/explicación

Antonio Gramsci1891 - 1937

filósofo, teórico marxista, político y periodista.Obras:• El materialismo histórico y la filosofía

de Benedetto Croce (1948)• Los intelectuales y la organización de la

cultura (1949)• Il Risorgimento (1949)• Notas sobre Maquiavelo, sobre la

política y sobre el Estado moderno (1949)

• Literatura y vida nacional (1950)• Pasado y Presente (1951)

“Mi pragmatismo consiste en saber que si golpeas tu cabeza contra la pared, es tu cabeza la que se romperá y no la pared”

Antonio Gramsci

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El gran desafío de las ciencias sociales en la actualidad

“Esperamos que el comportamiento humano se ajuste a determinados patrones, a la vez que admitimos ser en gran medida ignorantes de ellos” Mario Bunge

“El trabajo científico se mueve al ritmo de vaivenes del poder (validez e intencionalidades), a las tendencias del mercado, a las demandas y ofertas de la producción nacional e internacional, así los teóricos de lo social, a través de sus pensamientos obedecen los mandatos o se resisten a ellos”

Ma. Guadalupe González

Introducción

Las ciencias sociales son muy importantes a nivel mundial, estudiándolas se puede ver y

entender todos los cambios que han sucedido en la sociedad a través de los años. También estudian los problemas existentes en una sociedad y pueden ofrecer de manera eficiente soluciones, incluso, podrían ayudar a mejorar la calidad de vida de una comunidad o de la sociedad en general.

Al pensar en los aportes de las ciencias sociales en El Salvador queda una sensación de desanimo y desesperanza. Los problemas que enfrenta el país son demoledores,

desigualdad, pobreza, exclusión, inseguridad, violencia y delincuencia, entre muchos más; mientras que los aportes pocos y algunas veces desconocidos. Por otro lado, la política del Estado es incierta y cada día que pasa los gobernantes y funcionarios pareciera que dejan intencionalmente abandonado el entorno social.

Aportes de las Ciencias Sociales

La sociología, la economía, la antropología, la psicología y, en términos generales, el conjunto de disciplinas que se agrupan bajo la denominación de ciencias sociales, confrontan numerosas dificultades cuando encaran los problemas ligados a la desigualdad, pobreza, exclusión, inseguridad, violencia y delincuencia. Estos derivan de diferentes fuentes: lo lacerante de la propia realidad de quienes están afectados por la miseria y las carencias, las teorías desde las que se producen las aproximaciones a esos temas, las ideologías y valores de los investigadores y científicos que se ocupan de estudiar estos casos en la sociedad, son algunas de las causas que originan los obstáculos que encuentran las ciencias sociales al enfrentar los problemas señalados.

La desigualdad económica, la pobreza, la exclusión, la inseguridad, la violencia y la delincuencia han sido temas de preocupación de las ciencias sociales desde finales del siglo XIX, cuando está disciplina comienza a conformarse con perfil propio. En

los últimos años su estudio recobra interés. Las temáticas son tratadas ampliamente por instituciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), posteriormente, a mediados del siglo XX, en el país aparecen aportes de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, a través de las revistas Estudios Centroamericanos (ECA), Realidad, semanario Proceso y Cartas a las Iglesias; Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, el Banco Mundial, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), etc.

De acuerdo con la ONU, una de las instituciones especialistas en temáticas sociales, la pobreza no solamente constituye un drama social, sino que además representa un factor que conspira contra las posibilidades de que una nación crezca de manera constante y se desarrolle integralmente. La pobreza se erige en un lastre que impide a las economías latinoamericanas despegar hacia niveles más altos de evolución. Este punto de vista lo comparte el Banco Mundial. Sus estudios sobre la desigualdad muestran que la inequidad no se resuelve sólo con un elevado crecimiento del producto interno bruto (PIB). La disparidad entre ricos y pobres no se reduce al ámbito de la justicia social. De acuerdo con estudios recientes del Banco Mundial, dados a conocer a la opinión pública internacional a través de la doctora

Carmen Marchelly Funes

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que ellas deben encarar con éxito, para que su contribución sea todavía mayor en lo concerniente al conocimiento del fenómeno y la formulación de proposiciones que permitan erradicarlo. En esta ocasión mencionaré algunos retos que considero fundamentales.

Reducir la ideología en la investigación

Las ideologías suelen estar presentes en las investigaciones con pretensiones científicas y en los debates académicos en torno a los tópicos que en esta ocasión se tratan. La separación entre ciencia e ideología, que Max Weber exigió con tanta fuerza. Como lo han sostenido muchos filósofos, sociólogos e investigadores, resulta difícil mantener la objetividad y el rigor. Estos principios con frecuencia son desplazados por juicios de valor y condenas a priori de las supuestas causas de la situación degradada en la que viven los grupos sociales afectados por los fenómenos sociales. Esta confusión viene, seguramente, del realismo de las cifras y del malestar que provoca en los científicos e investigadores sociales la miseria y la gran cantidad de carencias asociadas con ella. No es fácil que el investigador mantenga la imparcialidad que exige la ciencia cuando se encuentra frente a la desnutrición, la prostitución infantil, la niñez abandonada, las enfermedades que se originan en una alimentación deficiente, el consumo de drogas en jóvenes y adolescentes, el empleo y la explotación infantil, el desempleo permanente o la ola delictiva entre grupos de organizaciones ilícitas que azotan a los más vulnerables. La realidad social es muy dura para millones de

instrumentos de medición precisos. Además, las ciencias sociales han contribuido a establecer los rasgos socioeconómicos, sociopolíticos y socioculturales de los grupos afectados por estas condiciones. Según Klisber, un investigador mexicano, “a partir de la ponderación cuantitativa y de la caracterización social, económica y cultural, se pueden elaborar planes orientados a reducir las desigualdades socioeconómicas, combatir la pobreza y ampliar las oportunidades de los sectores excluidos”.

No pretendo ser pesimista, pero, a pesar de las contribuciones realizadas por las ciencias sociales en el estudio y comprensión del tema de la desigualdad, la pobreza, la exclusión, la inseguridad, violencia y delincuencia existen algunas áreas en la cuales la relación de las disciplinas científicas con esos temas sigue siendo problemática. Estas zonas representan desafíos intelectuales que los científicos e investigadores sociales de América Latina y, especialmente de El Salvador, están obligados a encarar. Este trabajo tiene como propósito señalar algunos de esos retos y colocar sobre la mesa algunas ideas que sirvan para estimular a las y los futuros investigadores sociales.

Las Ciencias Sociales: obstáculos y desafíos

A pesar de los indudables aportes realizados por las ciencias sociales durante las décadas recientes en torno del complejo tema de la pobreza, la exclusión y las desigualdades, la inseguridad, la violencia y la delincuencia aún hay numerosos obstáculos y desafíos

Pamela Cox, directora para América Latina, en la mayoría de las naciones de Latinoamérica el 10% más rico de la población recibe entre 40% y 47% del ingreso total; en tanto el 20% más pobre apenas sobrevive con entre 2% y 4% (El Universal, 2005:1-17). Cuando las cifras porcentuales se traducen en números absolutos se comprueba que por encima de 250 millones de personas en Latinoamérica viven en condiciones de pobreza.

El realismo de estas cifras conduce a que resulte difícil para los científicos e investigadores sociales examinar las consecuencias de fenómenos como la pobreza, sin que aparezcan visiones que distorsionen los estudios que se efectúen o se caiga en el terreno de la pura adjetivación. Esta limitante no ha impedido que durante las dos últimas décadas se realicen en América Latina y en El Salvador , así como en todas las regiones pobres del mundo, numerosas investigaciones serias dirigidas a diagnosticar y proponer soluciones factibles a los flagelos ligados a la desigualdad en la distribución del ingreso, la pobreza, la exclusión, la inseguridad, violencia y delincuencia.

En este sentido, las ciencias sociales aceptan que la pobreza, la exclusión, la desigualdad, la inseguridad, violencia y delincuencia no pueden reducirse a su dimensión económica, aunque ésta resulte fundamental para caracterizarla. Estos problemas constituyen realidades complejas que adquieren sus propios perfiles de acuerdo con las características específicas de cada sociedad en particular. El aporte de las ciencias sociales ha consistido en colaborar de forma notable en la cuantificación de los fenómenos sociales con

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políticas públicas en general, están obligados a considerar los agentes sociales que los impulsarán, al igual que los factores que se opondrán.

Si bien es cierto que las políticas contra los fenómenos sociales no pueden ser dictadas desde el campo de las ciencias sociales, también es verdad que los organismos gubernamentales mejorarán su desempeño cuando toman en cuenta los aportes de los científicos e investigadores sociales, ya que estos se encuentran diagnosticando y monitoreando el curso de la realidad. En un país con tantos y tan graves problemas sociales como El Salvador resulta insólito que las ciencias sociales marchen en una dirección, tengan unas prioridades y fijen su atención en unos problemas, y el gobierno camine en otro sentido.

En definitiva, puedo concluir que el gran desafío o reto que tienen las ciencias sociales en El Salvador, para ser especifica, es el de no resignarse frente a ideologías neoliberales que vienen envueltas en paquetes con un pretendido sello igualitario.

los cánones de la objetividad y la racionalidad científica.

Contribuir con la formulación de políticas públicas

Hay que tener en cuenta que la finalidad de las ciencias sociales no se reducen al mundo de la academia, por el contrario estás deben trascender las fronteras universitarias para intentar incidir sobre en la formulación de políticas públicas. A los científicos e investigadores sociales también les corresponde analizar con un sentido crítico constructivo los planes, programas y acciones concretas que adelantan los gobiernos en el plano económico social. Los investigadores no pueden evadir esta responsabilidad.

Los instrumentos científicos permiten evaluar el impacto positivo o negativo que producen determinadas medidas, así como los alcances de los proyectos que se ejecutan, la eficacia de los organismos públicos y la eficiencia en la ejecución del gasto público. A partir de estas ponderaciones y del seguimiento que se haga de ellas, los científicos e investigadores sociales estarán en capacidad de establecer un diálogo creador con quienes cumplen funciones de gobierno. Hay que ser conscientes de que la acción de un gobierno determinado no puede tomar en cuenta únicamente los criterios científicos establecidos por los técnicos o los especialistas. Muchas veces éstos no consideran factores ni correlaciones de fuerza, que los políticos que conducen el gobierno están obligados a tomar en cuenta para garantizar la estabilidad y gobernabilidad del sistema institucional. Los gobiernos cuando elaboran los programas sociales y las

niños, niñas jóvenes, adolescentes, mujeres y ancianos, denominados como los sectores más vulnerables de la población. De allí que resulte fácil en la academia dejarse vencer por los obstáculos epistemológicos de los que hablaba Gaston Bachelard.

Tal y como lo describe Banchelard en La Formación del Espíritu Científico, los investigadores sociales tienen que realizar serios esfuerzos por tratar de preservar el propósito fundamental de la actividad científica, esto comienza por observar, describir, analizar, comparar y explicar. Es indispensable respetar la fidelidad del dato empírico, indagar las fuentes estadísticas que presenten la visión más cercana al fenómeno que se estudia, se debe diseñar con apego las técnicas académicas, las hipótesis y los instrumentos de recolección de datos primarios (entrevistas, cuestionarios).

Desideologizar las ciencias sociales, resultaría demasiado ambicioso y quizá hasta irreal. Lo que se plantea en este trabajo, no significa rebajar el contenido crítico que debe poseer el científico o investigador social, sino que se trata de trasladar los datos y resultados o más cercanos a la realidad. La crítica, en cuanta revisión de lo real a partir de lo posible, o adecuadamente posible, como dijó Weber. En otras palabras, asumir la crítica desde esta perspectiva es una cosa, y tergiversar la realidad para ajustarla a los prejuicios que nos acompañan es otra muy diferente. Hablar de objetividad en el tratamiento de fenómenos tan complejos como los antes mencionados significa ser fiel con la realidad que se explora e intentar recrearla en el plano de la teoría con sus múltiples aristas, respetando

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probablemente las particularidades más difíciles de la poesía. Y esto es así, desde su primer libro titulado Luna Park (1924), que el poeta escribe en Berlín, Alemania.

El libro en cuestión, señala por sus dedicatorias, los tratos y afectos literarios e intelectuales del poeta: Guillaume Apollinaire (1880-1918), Jules Laforgue (1880-1887), Jean Cocteau (1889-1963), Enrique Gómez Carrillo (1873-1927) y Ramón Gómez de la Serna (1888-1963), entre otros. Este último, el elegante esteta de la palabra, responsable de la introducción de la vanguardia en España. Gómez de la Serna, es además, el genial creador de las greguerías y del ramonismo y se erigirá como una influencia intelectual estimable en el joven Cardoza. Por ello, no es de extrañar, que el primer poema de Luna Park, esté dedicado al escritor. Dice en él, el juvenil Cardoza, exudando vitalidad: “ ¡Qué cada día que pase esté pleno/De un nuevo episodio,/Mi aventura en la vida!/Nací odiando la monotonía/ De las almas en paz./Odio la llanura/Por no accidentada:/¡Que alfombre la llanura/La senda en donde pasan/Galopando las montañas!/¡Un grano de locura/Floreció en mis entrañas!” (1).

CARDOZA Y LAS VANGUARDIAS

Cardoza y Aragón no es un poeta a quien la vanguardia atrapará a su llegada a Europa, al contrario, Cardoza es parte de ese conjunto literario producido por un grupo significativo de autores europeos, en su mayoría, que iniciarán a partir de la

El poeta guatemalteco Luis Cardoza y Aragón (1901-1992), representa, sin lugar a dudas uno

de los escritores centroamericanos e hispanoaméricanos, más relevantes del siglo XX, y esto no es un lugar común, ni mucho menos, una afirmación peyorativamente retórica.

La obra de Cardoza y Aragón se inscribirá en lo que conocemos como la modernidad literaria. Ese conjunto de autores, abiertos hacia las nuevas experimentaciones de la poesía, arquitectos infatigables en el empeño de la ruptura con las formas convencionales de expresar la otra realidad, la que subyace a las cosas, la indecible. La verdad que muestra, cargada de sensibilidad, pero de particular intelección, el arte; y en el caso afortunado para Cardoza y para nosotros, la poesía.

Pero no sólo eso, Cardoza se continuará reinventando más allá de sus inicios surrealistas. Su discurso se irá perfeccionando con la integración de otros órdenes temáticos (raigales, algunos, en cuanto su procedencia, étnica y cultural; metafísicos otros, en cuanto sus interrogantes universales); y en la búsqueda incesante de esa dimensión infinita de construcción formal que el surrealismo le sugirió para siempre.

Es curioso como el académico, y el lector atento, fallarán en la pretensión de establecer la infancia poética de Cardoza y Aragón. Todo su discurso poético se inicia seguro, con un tono y unas dimensiones que manifiestan temprana madurez, en el dominio de la síntesis y de la imagen metafórica,

década de los 20 en el viejo continente, una revolución e n la estética y en la estilística de los nuevos códigos poéticos.

Cardoza y Aragón participa de esta génesis por su amistad y trabajo junto a escritores europeos como: André Bretón (1896-1960), padre del movimiento, Paul Éluard (1895-1952), Philippe Soupault (1897-1990), Apollinaire, Antonin Artaud (1896-1948) y españoles e hispanoamericanos como: su gran amigo Federico García Lorca (1898-1936), Gerardo Diego (1896-1987), César Moro (1903-1956), y los doblemente contemporáneos: Xavier Villaurrutia (1903-1950) y Salvador Novo (1904-1974), creadores de importantes proyectos culturales en México.

Ese ambiente, está singularmente descrito por el cineasta Luis Buñuel

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para comprar libros. Yo los tomaba prestados de Shakepeare and Company, que era la bilblioteca circulante y librería de Sylvia Beach, en el 12 de la rue de l´Odeón. En una calle que el viento frío barría, era un lugar caldeado y alegre, con una gran estufa en invierno, mesas y estantes de libros, libros nuevos en los escaparates, y en las paredes fotos de escritores tanto muertos como vivos. Las fotos parecían todas instantáneas e incluso los escritores muertos parecían estar realmente en vida. Sylvia tenía una cara vivaz de modelado anguloso, ojos pardos tan vivos como los de una bestezuela y tan alegres como los de una niña, y un ondulado cabello castaño que peinaba hacia atrás partiendo de sus hermosa frente y cortaba a ras de sus orejas y siguiendo la misma curva de las chaquetas de terciopelo que llevaba. Tenía las piernas bonitas y era amable y alegre y se interesaba en las conversaciones, y le gustaba bromear y contar chismes. Nadie me ha ofrecido nunca más bondad que ella. La primera vez que entré en la librería estaba muy intimidado y no llevaba bastante dinero para suscribirme a la biblioteca circulante. Ella me dijo que ya le daría el depósito cualquier día en que me fuera cómodo y me extendió una tarjeta de suscriptor y me dijo que podría llevarme los libros que quisiera” (4)

Ese es el París de fiesta continua, de limitaciones pero de gran agitación cultural. París de Cardoza y Aragón y del caricaturista salvadoreño Toño Salazar(5), a quien Cardoza vuelve personaje en su poema Biografía de un paisaje, dedicado nada menos que a ese monstruo de la erudición literaria, llamado Alfonso Reyes (1889-1959) . Dice una voz provinente de esos extraños y familiares seres que surgen de la escritura de Cardoza: “Yo te reconocí inmediatamente desde mi mesa en el “Café du Dôme”, donde tomaba un ajenjo en compañía de Toño Salazar y Cardoza y Aragón. En

este momento me llevan a un “Luna Park” que han olvidado en los cajones de los muelles” (6)

Es también el escenario donde se escucharán los nombre de dos hispanoamericanos: César Vallejo (1892-1938), modernista, surrealista, indigenista, poeta social, que con la publicación de Trilce en 1922, influirá notablemente en la fuerte corriente de renovación poética hispanoamericana; y el inicial creacionista, Vicente Huidobro (1893-1940). Ambos capitales para comprender el rico ámbito cultural y literario que marcará al joven poeta Luis Cardoza y Aragón, ya entrenado en la pasión poética por sus constantes lecturas y admiración hacia la obra de los poetas malditos del siglo XIX: Charles Baudelarie(1821-1867) y Arthur Rimbaud (1854-1891).

De Luna Park hasta sus últimos libros, Cardoza no dejará de desconcertar a los, insistimos, lectores y estudiosos, acostumbrados al discurso inalterable, de algunos autores. El poeta hará gala de toda clase de recursos, impondrá la prosa, como categoría poética, a fuerza de una depurada construcción. Sus poemas en prosa, o mejor, la prosa de su poesía, provocan la extrañeza de una crítica acostumbrada a la poesía como líneas versales, y en el peor de los casos, únicamente, vaciada en los moldes de las métricas perfectas. Esto no será así en Cardoza, Maelstron, films telescopiados, se sitúa en esta última consideración. Libro en el cual aparece nuevamente, Ramón Gómez de la Serna, ahora pergeñando un prólogo que no desmerece de la desrutinización que el poeta explaya en sus páginas. Dice este español, hijo de don Alonso Quijano y del jazz neoyorquino, al final de esas letras introductorias: “Pero con Paisaje o Paisaja este es un libro derrochador y colgado de corbatas nuevas en que veo a Cardoza sonreír como heroico capitán del terremoto, como su epicentro” (7). Y es que nos

(1900-1983), quien junto al genial artista Salvador Dalí (1904-1989), han trabajado juntos, a la sazón, en el guión, dirección y producción de la famosa cinta El perro andaluz. Rememora Buñuel su encuentro con los surrealistas: “Aquel encuentro tuvo lugar en le café “Cyrano” de la place Blanche, en el que el grupo celebrara sus sesiones diariamente. Me presentaron a Max Ernst, André Breton, Paul Éluard, Trisan Tzara, Pierre Unik, Tanguy, Jean Arp, Maxime Alexandre, Magritte. Todos salvo Benjamín Péret, que entonces estaba en el Brasil. Me estrecharon la mano, me ofrecieron una copa y prometieron no faltar a la presentación de la película, de la que Aragón y Man Ray les habían hecho grandes elogios” (2).

Son los vanguardistas, los surrealistas, pero también aparecerá la generación de norteamericanos en su mayoría, que se están volviendo escritores en París, y a quienes Gertrude Stein (1874-1946) nominará como la generación perdida. Narradores como Ernest Hemingway (1899-1961) y Scott Fitzgerald (1896-1940), o poetas extraordinarios como Ezra Pound(1885-1972), para quienes –incluido Cardoza y Aragón- la biblioteca de Sylvia Beach, “Shakespeare and company”, será tabla de salvación y punto de encuentro. Sobre esto dice José Emilio Pacheco (1939), refiriéndose a los días del joven Cardoza en París: “Se aloja en un hotel de estudiantes a media cuadra del Teatro Odeon y próximo a dos librerías legendarias: la de Adrienne Monnier y Shakespeare and Co., de Sylvia Beach. En ambas paga una cuota mensual para llevarse libros y revistas. Al poco tiempo está en el centro de las corrientes innovadoras, deslumbrado por las novedades y maravillas de la década” (3).

El autor de “París era una fiesta” nos ubica en esos templos para los escritores limitados de francos: “En aquellos días no había dinero

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La Habana de 1929, y a quien dedica, andando el tiempo y la tragedia, cinco recuerdos (10): In memoriam probable, Poeta en Nueva York, En La Habana, La Palabra danzante y San Mauricio. Esta es una memoria que Cardoza escribe transido de dolor, alegría y nubes de otro tiempo. Leyéndolo nos adentramos en el misterio insondable de la voz poética, en su carácter profético, y en su inmensa revelación dramática. Sólo podemos evocar entonces al telúrico Pablo Neruda (1904-1973): “En el fondo del pozo de la historia, como una agua más sonora y brillante, brillan los ojos de los poetas muertos. Tierra, pueblo y poesía son una misma entidad encadenada por subterráneos misteriosos. Cuando la tierra florece, el pueblo respira la libertad, los poetas cantan y muestran el camino. Cuando la tiranía oscurece la tierra y castiga las espaldas del pueblo antes que nada se busca la voz más alta, y cae la cabeza de un poeta al fondo del pozo de la historia. La tiranía corta la cabeza que canta, pero la voz en el fondo del pozo vuelve a los manantiales secretos de la tierra y desde la oscuridad sube por la boca del pueblo” (11)

Cardoza y Aragón admira fascinado el modus operandi poético de García Lorca. Su personalidad arrolladora, que extrae, en el decir de Cardoza, versos de los bolsillos, que lee poemas para luego corregirlos y seguir leyéndolos y representándolos, que derrocha libertad y llena de brillo cualquier cosa. Rey Midas, insuperable de la palabra. Nos dice el emocionado Cardoza: “¿Cómo hacerte conocer a los que no te conocieron? ¿A los que no te vieron sonreír y reír, decir malas palabras, contar mil historias, y leer prodigiosamente tus poemas? ¿Cómo hacerles saber algo de la expresión de tu rostro salpicado de lunares, de tu voz lenta y untada, dormida y tensa? ¿Y cómo hacerles saber que tu poesía era, como en Santa Teresa, lo que ya no cabiendo en el corazón se derramaba? ¿Y cómo hacerles sentir

peso de la tradición en la palabra del poeta. En este libro, Cardoza vuelve suyo, el homenaje que la generación de 1927 de la cual -a nuestro modo de ver- es parte, rinde al vehemente español, impecable en su factura literaria y visionaria en los nuevos códigos de la lengua, don Luis de Góngora y Argote (1561-1627).

Cardoza compondrá para el maestro universal, su homenaje hispanoamericano, español, de exaltado neogongorismo, titulado “Radiograma a don Luis de Góngora”, donde totalmente libérrimo en la construcción adjetival y metafórica dirá: “¡No sé verdaderamente cómo imaginarle, claro y enorme amigo!/Le veo en un jardín de orquídeas, Júpiter jovial,/un haz de infinitos en la mano./Como un laberinto de espejos poblado de sirenas,/como un gran caracol marino,/como un gigante con temor de niño,/ como una guillotina que cortase rosas,/como un calidoscopio de ternuras./¡No sé verdaderamente cómo imaginarle!/ He ahumado mis lentes para verle mejor./Su verso madrepórico, lleno de miel y alcohol,/me ciega. Aladino enloquece en su cataclismo de milagros:/usted es el más antiguo ejemplo de movimiento perpetuo/y el más moderno de todos los poetas./ Sus versos: claros peces en globos de cristal,/maravilloso acuario./Todo es en usted terriblemente oceánico,/oh pulpo con manos de ángel./Temo al abrir su libro que los versos vuelen;/Mallarmé escribió su vida –simple y maldita-/con plumas de las alas de esos pájaros de sol./Abrió usted las esclusas del cielo/y el cielo nos diluvia/llanto delicado:/¡qué canto el suyo, capilar y concéntrico, universal, /con el centro en todas partes, como decía Pascal/de los espacios!” (9)

Su vínculo con España, con la poesía española, tendrá indiscutiblemente un capítulo memorable: su amistad con el poeta granadino Federico García Lorca (1898-1936), a quien conoce y despide para siempre en

encontramos frente a un Cardoza que exclama : “Aeroplano que escribe en el cielo nuestro nombre,/cielo, página para los altos poetas,/sexo,/gárgola,/flor,/sapo,/mujer,/ belleza de las cosas monstruosas,/complejidad de las simples,/encanto inefable de toda excepción,/esplín casi inglés/de la geometría,/del dibujo lineal,/de que tres y tres/¡hagan seis!”(8).

Maelstron, fils telescopiados, representa uno de sus ejercicios surrealistas más emblemáticos: en él se incorporan e integran como en un atrevido collage, los nuevos formatos comunicativos, artísticos y culturales: el cine, el jazz, la modernidad que se alza a través de los edificios y las máquinas, el paisaje gris de la desolación, la angustia de Charlote, disimulada por su risa circense, buscando la rosa entre las cenizas de un paisaje cruel y absurdo. Cardoza y Aragón ofrece una galería del altanero siglo XX, irónico, estrambótico, trasgresor, fascinante y diabólico.

LA ESPAÑOLIDAD DE CARDOZA Y ARAGÓN

La españolidad literaria de Cardoza tiene un fundamento raigal en el núcleo de amigos y contertulios que se daban cita por las calles y avenidas de esa España, y de esa Europa, sobre todo, post-primera guerra mundial, y decididamente revuelta en su tránsito hacia su propio y cada vez más cercano, pantano de sangre; pero también en su vasto conocimiento de la literatura clásica española. Cardoza crea desde lo ríos surrealistas, participa de ellos, aquí los franceses, allá los italianos; sin embargo, Guatemala será una línea profunda en sus manos, de cuya honda noche no se librará. Se acerca a ella, se desposa con ella.

Quinta Estación representará su deuda con lo mejor de la tradición post-modernista, su poesía reveladora de los ritmos y acentos exteriores, que no niegan su proceso anterior, sino confirman el carácter irrefutable del

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Entonces, sólo entonces, continúa la ruta de la soledad. Versos cortos, conceptuales, economía de las palabras. Nos detenemos al pie de esta décimo quinta estación y leemos conmovidos : “Nostálgico de polvo,/ con mansa ley violenta,/ya casi real, mi cuerpo/sueña sólo la sombra./Para no ser incierto, yo necesito el fruto/divino del dolor./La muerte es un insulto./Su radiante materia/olvida la ceniza./Ya casi real, mi sombra/sólo mi cuerpo sueña./Quieren sufrir las piedras./Quieren amar las piedras./Quieren reír las piedras./Quieren soñar las piedras./Olvidar y morir./Vivir y recordar./Las dulces tercas piedras./La muerte es un indulto” (15)La devota soledad lo acusa como un escogido, consagra a ella, su libro Soledad, en el año de la pólvora de 1936. Poesía hecha de carnes de animales, de toros y praderas y rocas y gaviotas, manzanas y escorpiones, de humo y dioses derribados. De mucho humo en el alma del poeta, y en los cielos de esa España, donde danzan ahora, las calaveras de Franco. De esas dos columnas de humo se me antojan estos versos: “Solo está el hombre./Solo y desnudo como al nacer./Solo en la vida y en la muerte solo,/y solo en el amor,/con su sueño, su sombra y su deseo/-ángeles inclementes-/anegado de soledad y de alegría./¡De alegría! desnuda soledad,/como la del dolor y del misterio”.(16) Y estos más: “He nacido en el humo,/en el choque de un milagro con otro,/en la única muerte que me tuvo./He besado el casco del caballo,/ el mar, el llanto y el estiércol./He golpeado con mis pies y mis sueños,/las piedras y los dioses,/otros pies y otros sueños./He comido mi muerte,/ el tierno fruto, el plomo./Y he muerto en todas partes,/como la lluvia, el trigo:/triste, fecundo, solo./Os recordaréis de mí,/hombres futuros./Os recordaréis de mí,/soledades de mañana.”(17) Y finalmente, la soledad de Federico García Lorca, la soledad como radical definición del poeta ausente, más allá de su risa-lunar, mascarón ante la brutalidad enemiga de las vacas y de

Porque otra cosa distinta, siendo la misma, es su crítica -por denominarla de alguna imprecisa manera- sobre la plástica de México y de Guatemala, países a los que tanto amó. Autores como el mismo Orozco y Carlos Mérida (1891-1984), tendrán el honor de su sensible, aguda y hermosa palabra de seguimiento, valoración y depuración estética. Admirará también la obra del grabador José Guadalupe Posada (1852-1913), paradigma cultural de lo mexicano.

Deseamos finalizar haciendo un recorrido breve, y por tanto incompleto, de algunos de sus libros, temas y tratamientos poéticos, a través de dos apartados: lírica de su soledad y línea directa al corazón de Guatemala.

LÍRICA DE SU SOLEDAD

Evocando la natal Antigua, a la sombra de ese árbol extraño que fue el escritor y bibliófilo consumado César Brañas (1899-1976), traza Cardoza y Aragón este su cuarto recuerdo (Cuatro recuerdos de infancia, 1931), arrancado de aquella naranja que fue su infancia, al contemplar quizá desde alguna azotea, la ciudad luz, que no tiene el olor de semana santa, de incienso, de trópico encendido, de volcán y de niebla: “Se está más solo que en ninguna parte,/hasta sin sí, solo, sin soledad/ni profecía, ausente, por nacer,/sin cósmico fervor de nebulosa” (14).

Es la irrenunciable soledad que le seguirá como una sombra, fuera de Guatemala y dentro de ella, en el amor y fuera de éste. Persistente soledad que se dibuja como una minúscula creación de Joan Miró (1893-1983), sobre el papel intacto de polvo y lleno de silencio. Soledad del exilio, del autoexilio, donde estamos sin estar, solos, frente a la noche incierta de la historia.

que tu corazón era más ancho, más generoso y más perpetuo aún que tu mejor poesía? Tu muerte para mí siempre improbable, porque vivo eres, serías, serás, una leyenda pura. Fuiste, eres- perdona la indecisión de mis verbos- tan transparente y luminoso, tan dulcemente incandescente, que muchas veces pudimos percibir en La Habana tu esqueleto de ángel” (12).

Por otra parte, Cardoza, rescata de su recuerdo lorquiano, un aspecto importantísimo en el poeta español, al cual se han referido ya muchas personas que lo conocieron, pero pocas veces expresado con tanta nitidez, veamos: “Nadie menos poético que tú. Suelo sentir que existen en Federico dos poesías: la oral de quienes lo conocieron y la leída de quienes nunca lo escucharon. Disfruto de ambas cuando lo releo. La primera es otra y superior. Se perderá ineluctablemente. La presencia, el estilo de la escansión del fervor de su voz es irrepetible e intransferible. En vano aspiramos a ello. ¿Acaso Lope leyó con tanta imantación” (13).

La españolidad literaria de Cardoza, está probada por el fuego de sus grafías irrenunciables. Sus lecturas de los clásicos de la lengua de Cervantes, acompañarán sus pasos hasta el final. Será siempre el español, el código privilegiado de su deslumbrante obra.

OTROS ÁMBITOS, OTRAS VOCES EN CARDOZA Y ARAGÓN

La exégesis a la que nos sentimos impelidos por la obra de Cardoza, debe mesurarse en estas líneas. Cardoza deslumbra. Es deslumbrante con el lenguaje. Lo somete. Lo modela a su antojo. Lo embellece. Poseyéndolo lo respeta, se sacia de él, y sigue hambriento de él. Se vuelve dionisiaco, apolíneo, verdadero minotauro en el festín de las palabras. Es reloj y nube, parafraseando su obra de poesía y de crítica dedicada al gran artista mexicano que admiró siempre: José Clemente Orozco (1883-1949).

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intereses locales. Antiguos y viejos cuervos trazan ahora la línea perfecta de la nueva sumisión, y vienen las repúblicas de juguete, los rituales de la recién promulgada religión patria, las guerras centroamericanas y la sucesión de conservadores y liberales, los dictadores disfrazados de dioses helénicos, y los generales y coroneles de Asturias y sus herederos. La gran cruz oligárquica y católica de Guatemala se postra, ante el rostro de Caribdis y Escila, ante la United Fruit Company, y ante la nauseabunda baba del embajador yanqui Jhon Peurifoy. La revolución está perdida, el presidente Árbenz (1913-1971) abandona la Patria, para volver únicamente yerto, para ser enterrado nuevamente, por la indiferencia, la ceguera y la traición.Severos son los juicios de Cardoza hacia los casi diez octubres de la niña Guatemala, la que se murió de amor. Severos e injustos nos parecen por momentos, pero severo era también su contradictorio corazón de poeta. Afecto en ocasiones a la engañosa seguridad de los verbos categóricos, que afirman sobre la polis lo que la polis no es; pero buen entendedor también de los enigmáticos caminos de la cruz y las pirámides, de los hombres saker-tí, que sólo tenían su sangre y su palabra azul y dorada, frente a la luna abominable de los tiranos.

Sobre el bizantino problema de lo local y universal en Cardoza-poeta y en Cardoza-Guatemala, el escritor Augusto Monterroso (1921-2003) ha dicho: “De ninguna manera voy a decir ahora que Luis Cardoza y Aragón haya resuelto este problema colocándose en la zona intermedia de lo universal y lo local, que su obra viene a ser una síntesis de estos opuestos o cualquier vulgaridad por el estilo. Sucede, sencillamente, que su obra es un universo distinto, distinto y ciertamente más complejo y difícil de aprehender que el de uno y otro de estos ilustres compatriotas (24). Para empezar, los puntos de comparación

historia de crueldad, que confunde, que mezcla magistralmente la rosa inmaculada de su belleza con la sangre demencial de su injusticia. Es el amor-odio del hijo hacia el padre, es el reclamo amoroso e impotente ante una sucesión de épocas empeñadas en seguir callando. Sobre esta relación Cardoza-Guatemala, amplia calzada de dos vías, podríamos parafrasear lo dicho por el poeta Francisco Morales Santos (1940)ante la pila de versos magníficos de Roberto Obregón Morales (1940-1970): “De esa cuenta, en todo lo que escribió sólo hay tiempo para datar, testimoniar o evocar esa belleza cruel que es Guatemala” (21).

La Guatemala de sus versos, y la de su poesía ensayística, tratado de amor, de lujo del idioma, de polémicos arrecifes de ideas, de sobresaltado genio, la pasión por Guatemala que es esa carta de amor titulada Guatemala: las líneas de su mano. De ella ha dicho el patriota incorruptible, Manuel Galich (1913-1984): “Difícilmente encontraríamos en toda esa literatura del amor a la tierra, descripción más alta, más elevada, más lírica, más profunda, más honesta, más fervorosa y mejor dicha que Guatemala, las líneas de su mano” (22) Y uno de sus más completos antólogos y estudiosos, José Emilio Pacheco, refiriéndose también al texto en cuestión ha dicho: “… constituye uno de esos libros a los que se vuelve siempre. A veces podremos contradecirlo, jamás refutarlo ni olvidarlo. Hacerlo sería negarse a ver lo que es la existencia diaria de las grandes mayorías iberoamericanas y la urgencia inaplazable de que todo esto cambie para siempre” (23).

Cardoza y Aragón recoge los códices todavía humeantes y los restaura; se dibuja un quetzal en la solapa y se va a sembrar maíz y frijoles, luego vuelve y dirige sus ojos ante el derroche colonial. Avanzan los criollos. La independencia estadounidense y la revolución francesa, embriagan los

los gatitos de patas quebradas, que los automóviles embisten en la noche ciega de estrellas: “Pienso en Lope de Vega y el suave Gracilaso./En su risa y su llanto, sus sueños y su muerte./Yo siento que ellos fueron como tú, Federico,/con su sencillo trato y su dolor sagrado”(18). La soledad es fúnebre ahora en el Lorca masacrado por la barbarie fascista, en medio del campo, en medio de la noche sola, sin amanecer posible, cuando no el de la telaraña que envuelve ya sus ojos: “Inmensamente solo. Solo como el ombligo/de tu tierra natal. Solo como el amor/del olvido y el tiempo, del sueño con su erizo, /de tu fiebre de musgo y de planeta oscuro” (19). Por todo eso, rubrica el poeta con su voz cansada, repitiéndole a su imagen refractada mil veces en el espejo, esta voz que es ya de sonámbulo (El sonámbulo, 1937): “Porque en el cielo un lirio es aún arma prohibida/aprietan sus tenazas los escorpiones/ y se olvida la ceniza por completo del fuego./Y entre la muerte y el sueño va sin vida,/más allá de la estrella fugaz y la bala perdida,/a la hora del amor de las islas y el embrión, el astro y los puñales,/la rosa sin espina de la muerte./No es sino la hiedra que se inventa una torre./El pez incandescente que contra el frontal estrella su perpetuo asalto./La mano que levanta la venda de los ojos y confunde epitafios./Alud de cielo que perdona la tosquedad telúrica del nardo/detrás de su blancura enmudecido, como lluvia en el agua” (20).

Hasta aquí este deambular insomne, sonámbulo, y sin embargo, lleno de asombro, ante tanto objeto de fabulosa soledad, creado por ese tal Cardoza y Aragón, de voz universal e inteligente paso.

LÍNEA DIRECTA AL CORAZÓN DE GUATEMALA

Guatemala es la amada festejada, el orgullo mayor, pero es también el odio avasallador a toda su perfecta

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completas y algunas prosas. Op. cit, p. 584.

(13)bíd., p. 585(14)bíd., p. 122.(15)Ibíd., p. 135.(16)Ibíd., p.145.(17)Ibíd., p. 147.(18)Ibíd., p. 149.(19)Ibíd., p.149.(20)Ibíd., p.161.(21)Francisco Morales Santos,

prólogo a : El arco con que una gacela traza la mañana de Roberto Obregón. Ciudad de Guatemala, Guatemala: Ministerio de Cultura y Deportes, Editorial Cultura, 2007, p. 11.

(22)Manuel Galich, citado por José Emilio Pacheco, prólogo a Luis Cardoza y Aragón, Poesías completas y algunas prosas. Op. cit, p. 18.

(23)José Emilio Pacheco, prólogo a Luis Cardoza y Aragón, Poesías completas y algunas prosas. Op. cit. p. 19.

(24)Se refiere a Enrique Gómez Carrillo y a Miguel Ángel Asturias (1899-1974).

(25)Augusto Monterroso, Luis Cardoza y Aragón. Suplemento Sabatino, Diario El Mundo, San Salvador, El Salvador, 21 de febrero de 1987, pp.12-13.

(26)Luis Cernuda, Antología poética, Introducción y selección de Philip Silver. Madrid, España: Alianza Editorial, 1997, p. 35.

(1) Luis Cardoza y Aragón, Poesías completas y algunas prosas, prólogo de José Emilio Pacheco y nota de Fernando Charry Lara. México D.F. : Fondo de Cultura Económica, 1977, p. 42.

(2) Ma. de Lourdes Franco B, Literatura Hispanoamericana. México D.F. : Editorial Limusa, Grupo Noriega Editores, 1992, p. 352.

(3) José Emilio Pacheco, prólogo a Luis Cardoza y Aragón, Poesías completas y algunas prosas. Op.cit, pp. 8 -9.

(4) Ernest Hemingway, París era una fiesta. Barcelona, España: Editorial Seix Barral, 1979, p. 39-40.

(5) Toño Salazar, nombre artístico de Antonio Salazar, caricaturista, escritor y diplomático salvadoreño, 1897-1986. Vivió y trabajó en la Europa de Cardoza y Aragón.

(6) Luis Cardoza y Aragón, Poesías completas y algunas prosas. Op.cit, p.83.

(7) Ramón Gómez de la Serna, prólogo a libro Maelstrom, films telescopiados,: Luis Cardoza y Aragón, Poesías completas y algunas prosas, p. 57.

(8) Ibíd., p. 66.(9) Ibíd., pp. 100-101.(10)Ibíd., pp. 584-602.(11)Pablo Neruda, Viajes. Santiago de

Chile, Chile: Editorial Nascimento, 1955, p. 9.

(12)Luis Cardoza y Aragón, Poesías

simplemente no existen. En toda la obra de Cardoza y Aragón las formas usuales se van al diablo. No puedo imaginarlo escribiendo la crónica de un pequeño suceso o una novela. Desde la primera página la desbordaría. Sólo puedo verlo en el ámbito de la poesía, el verdaderamente suyo, que no tienen forma y es en él el espacio de la exigencia, la inconformidad y la revuelta. Y no obstante, contradicción por contradicción, uno de sus mejores libros es una crónica, Guatemala, las líneas de su mano; y si a eso vamos, Pequeña sinfonía del Nuevo Mundo es una novela, sólo que de otra esfera, con Dante como protagonista principal en Nueva York” (25).

Para leer a Cardoza y Aragón hay que abrir la ventana de la verdad y de la alucinación, consagrarse en las palabras; decir completamente ebrios de amor y de dolor, junto a Luis Cernuda (1902-1963), el santo de los cuerpos proscritos: “Pero él con sus labios,/con sus labios no sabe sino decir palabras;/ palabras hacia el techo,/ palabras hacia el suelo,/ sus brazos son nubes que transforman la vida/en aire navegable” (26).

Lo demás, acaso la Patria, se encuentra como Cardoza y María Zambrano (1904-1991) sabían muy bien, únicamente en el idioma. Ese, pensamos - pienso- fue el principal credo y el más determinante legado del poeta.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA.

• Luis Cardoza y Aragón, Poesías completas y algunas prosas, prólogos de José Emilio Pacheco y Fernando Charry Lara. México D.F. : Fondo de Cultura Económica, 1977.

• Luis Cardoza y Aragón, Guatemala: las líneas de su mano, México D.F. : Fondo de Cultura Económica, 1986.

NOTAS Y CITAS BIBLIOGRÁFICAS

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Castells2 un destacado sociólogo nos plantea lo siguiente: “No hay otro remedio que navegar en las encrespadas aguas globales… Por eso es esencial para esa navegación ineludible y potencialmente creadora, contar con una brújula y un ancla. La brújula: la educación, información, conocimiento, tanto a nivel individual como colectivo. El ancla: nuestras identidades. Saber quiénes somos y para donde vamos” La sociedad salvadoreña en la actualidad urge por el fortalecimiento de esa brújula y ancla que nos permita hacerle frente a todo el proceso de globalización.

Las sociedades están en constante cambio. A finales del siglo XX se nos legó una serie de transformaciones que modificaron todas las visiones del mundo. La revolución científica avanzó más que en cualquier otra época; nos llenamos de grandes descubrimientos. Pero seguimos con muchas dudas sobre como ser mejores humanos dentro de la sociedad. La educación sigue siendo la respuesta para todas nuestras dudas. La formación de las nuevas generaciones es la clave para que en países como el nuestro la situación cambie de manera radical. Actualmente asistimos a la gran revolución de la informática que se esta encargando de modificar todo. Paradójicamente la globalización utiliza esta revolución para acercar los

es el fenómeno más dominante de la sociedad contemporánea y el que más influye en la vida diaria de las personas1” Claramente observamos y podemos deducir, de acuerdo a lo anterior, que la educación en este nuevo siglo debe

Manuel Castells Oliván 1942

Sociólogo y profesor universitario de origen español, En los años

70, Castells desempeñó un papel principal en el desarrollo de una

sociología urbana marxista

enseñarnos a vivir juntos en la “aldea global” y por supuesto a lograr una convivencia armónica. Manuel

Desafíos de la educación salvadoreña en el siglo XXIRené Humberto GuevaraEstudiante del curso de Especialización Docente en Ciencias Sociales

RETOS QUE IMPONE LA GLOBALIZACIÓN

El fenómeno de la globalización está muy asociado a la globalización financiera y al

aumento del comercio mundial; debido a la apertura de los mercados. Todo esto ha contribuido a un incremento desmedido de tecnología en cuanto a comunicación e información. Algo que debemos tener claro es que el proceso de globalización no se limita al elemento puramente económico, más bien es algo multidimensional que abarca aspectos vinculados a la economía, los mercados, la ciencia, la educación, la cultura, etc. Pero es necesario entender que la globalización económica es la que mueve todo. Por tanto; hemos de decir que se ha llegado a conformar una sola sociedad donde los beneficios no están distribuidos adecuadamente. De ahí que muchos economistas afirmen que el primer gran problema de la globalización es que no es global.

De la globalización, ya no podemos escapar y puede ser buena y mala. Todo dependerá como nos insertemos en ella; para sacar sus beneficios así como lo han hecho países asiáticos tal es el caso de China e India. Todo está en generar modelos propios de inserción. El informe Delors de la Unesco nos dice que: “La globalización

1 www.unesco.org/delors/delors_e.pdf2 Sociólogo y profesor universitario, catedrático de Sociología y de Urbanismo en la Universidad de California en Berkeley, así

como director del Internet Interdisciplinary Institute en la Universitat Oberta de Catalunya.

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“Actualmente la riqueza de un país ya no está sólo en el dinero sino en el cultivo de la inteligencia de todo un pueblo3” De acuerdo a lo anterior podemos concluir que en El Salvador se nos está volviendo una necesidad invertir no sólo en lo financiero, sino también en el desarrollo del capital humano porque se está convirtiendo en un factor determinante.

Algo que debemos tener claro es que el conocimiento ha crecido en niveles acelerados tanto cuantitativamente como cualitativamente, esto ha permitido que surjan nuevas disciplinas que lo vuelven todavía más extenso. Según J. Appleberry, citado por Joaquín Brunner “El conocimiento de base disciplinaria y registrado internacionalmente tardó 1750 años en duplicarse por primera vez, contando desde el inicio de la era cristiana; luego duplicó su volumen cada 150 y después cada 50. Ahora lo hace cada 5 años y se estima que para el año 2020 se duplicará cada 73 días4” . De lo anterior podemos deducir que el progreso del conocimiento está en una constante aceleración por cada año que pasa. Por lo tanto la sociedad debe estar preparada para enfrentar los desafíos que se avecinan.

Es claro que debemos estar dispuestos al conocimiento; estamos en una era nueva donde la incertidumbre no debe llevarnos a la perplejidad sino a la disposición para el cambio y a esa renovación incesante. Este siglo debe convertirse para los salvadoreños en el siglo de la esperanza para retomar en serio el conocimiento y la educación.Hoy es común escuchar que se hable de nuevas culturas relacionadas siempre al ámbito educativo.

capital, mano de obra, energías, sino que interesa la utilización al máximo del conocimiento y la información. La economía ya no se mide sólo por el dinero, ahora el uso del conocimiento y la información han empezado a tener un mayor grado de relevancia.Esta centralidad de conocimiento hace que las naciones se conviertan en un pilar fundamental de la riqueza y poder. Aunque con ello la tendencia a considerarlo como mercancía crece aceleradamente el conocimiento

Jeremy Rifkin1944

Sociólogo, economista, escritor, orador, asesor político y activista estadounidense. Rifkin investiga el impacto de los cambios científicos y tecnológicos en la economía,

la fuerza de trabajo, la sociedad y el medio ambiente

entonces pasa a estar sujeto a las reglas del mercado y a la apropiación de fuentes privadas.

mercados y a la vez aleja a las mismas naciones provocando desigualdades cada vez más amplias respecto a los beneficios que ofrece.

Si quisiéramos puntualizar uno de los retos que impone la globalización a la sociedad salvadoreña, podríamos decir que es la preparación de un tipo de educación capaz de innovarse, transformarse, participar creativamente y competir junto al conocimiento que nos impone la mundialización. Considero que para lograr esto es preciso que en El Salvador, comencemos por priorizar la inversión en educación y reconocer ante todo el protagonismo que esta tiene en la formación de los ciudadanos del futuro. Actualmente creo que ya nadie discute o pone en duda el papel de la educación como factor fundamental en el desarrollo de un país. Pero para que nuestra educación cumpla ese papel protagónico tiene que recurrir a la transformación más radical de su historia. A fin, por supuesto, de atender las necesidades reales de los salvadoreños en materia de educación integral.

En la nueva sociedad se nos presenta que el papel central de la educación está muy relacionado a los procesos de producción, al punto que se ha decidido llamarle “sociedad del conocimiento” o “sociedad de la información”. Pero por qué no utilizar otros nombres como “sociedad del saber constante” o “sociedad que atiende necesidades emergentes de sus ciudadanos”. Desde luego todo tiene que ver con el paradigma económico y productivo que se nos ha impuesto por vía del neoliberalismo, donde lo relevante ya no es sólo la disponibilidad de

3 La riqueza, afirma J. Rifkin, no reside ya en el capital físico sino en la imaginación y la creatividad humana”. Rifkin, J: La era del acceso, Paidós, Buenos Aires, 2000 pp. 157

4 Brunner, José Joaquín: “Peligro y promesa: la Educación Superior en América Latina” (fotocopiado) p. 234

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un aprendizaje por comprensión. En el aula donde se nos dice que se desarrolla el proceso de enseñanza-aprendizaje debe darse una construcción articulada entre docentes y estudiantes. Aquí es donde surge algo único e irrepetible. Por tanto, a lo que quiero llegar es a definir que la enseñanza va más allá de la simple repetición; porque es algo eminentemente creativo. Necesitamos un verdadero modelo educativo de carácter inclusivo. Los paradigmas deben cambiar y respecto a esto debe surgir un nuevo paradigma que nos lleve a establecer una educación con carácter “permanente” esta sería una de las posibles soluciones al proceso de globalización. Con la educación permanente buscamos dotar a nuestros y educandos de herramientas intelectuales que les permitan adaptarse a las incesantes transformaciones y a los cambiantes requerimientos del mundo laboral.

León Trahtemberg un reconocido

la globalización. Ese cambio exige de una reforma en cuanto a estructuras y métodos de trabajo. Bajo una lógica enfocada a estos puntos sería posible enfrentar el proceso global.Esta sociedad del conocimiento que se forja a raíz de la globalización es la estructura resultante de todos los efectos generados por la misma expansión de la mundialización. Este fenómeno de globalización como proceso se ha ido desarrollando a partir de fenómenos de apertura, de intercambio, de datos que viajan a gran velocidad, de gigantescas explosiones de la comunicación y la tecnología. Todo esto ha tenido consecuencias de tipo económico, social, cultural, políticas entre otras.

A raíz de esto la educación en El Salvador debe promover la formación de individuos cuya interacción con la información les lleve a construir verdadero conocimiento. Enseñar en esta nueva sociedad implica proporcionar una ayuda constante a los educandos. Se trata de promover

“Cultura de Calidad”, “Cultura de la Información”, “Cultura de Inclusión”. Tal parece que la atención a los diferentes componentes ha tendido a culturizarse. Creo que se esta buscando transformar la practica cotidiana de todas las instituciones educativas. Al parecer según manifiestan las autoridades de educación las llamadas nuevas culturas responden a esos nuevos retos que enfrenta la educación en el marco de la globalización.

Como ya se dijo anteriormente el tema educación-sector productivo esta muy vinculado, es decir, el mundo laboral está inmerso en todo este proceso; la mano de obra que el sector productivo demanda esta en estrecha relación con el sistema educativo vigente. De allí que el neoliberalismo haya contribuido a tecnificar toda la educación. Parte de lo mismo que el sector productivo demanda.Sabemos bien que el mercado de trabajo está exigiendo cada día que los profesionales estén preparados en habilidades cognitivas; de cara a los desafíos que nos plantea la nueva sociedad es urgente tener respuestas que nos ayuden a enfrentar todo lo que sobrevenga producto del sistema global. Para los salvadoreños otro de esos grandes retos es cambiar la educación tradicional a un tipo de educación permanente que nos presente un esquema de formación que abarca la vida entera y que contribuya a la adaptación en la nueva sociedad. Considero que la educación permanente es una de las muchas respuestas para la crisis que estamos atravesando.

La educación salvadoreña debe asumir un paradigma de cambio ante

5 AUSUBEL, D.P., 1976, Psicología Educativa: un punto de vista cognoscitivo. Trillas: México. p. 614

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se articula el proceso de creación y distribución de conocimientos.

En la nueva perspectiva de educación el profesor debe dejar de ser el centro principal del proceso, y dar paso a que lo sea el estudiante. No hablamos que el docente desaparece, sino que se transforma en un guía, en un tutor, en un creador de aprendizajes, capaz de generar en su aula un ambiente de aprendizaje. En último extremo, podríamos decir que se transforma en un coaprendiz con su alumno, pero no desaparece ni deja de ser importante en la relación profesor-estudiante, que está en el fondo de todo proceso de enseñanza aprendizaje.

En definitiva el gran reto al que nos enfrentamos con la globalización es ingresar a lo moderno. Pero sería desde nuestro propio punto de vista concebido como un proyecto que se va construyendo, en base a nuestra propia identidad, sin desconocer claro a la globalización como el fenómeno de especial trascendencia en este siglo XXI.

EL ROL DEL DOCENTE EN LA EDUCACIÓN SALVADOREÑA

FRENTE A LA GLOBALIZACIÓN DEL SIGO XXI

¿Cuál es el rol de los maestros salvadoreños en este nuevo siglo de cambios y transformaciones? Hace mucho tiempo Albert Einstein dijo: “En épocas de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento”. Quizá estas palabras nunca habían tenido tanto sentido como el que adquieren en el presente siglo macado por acontecimientos relevantes. Es claro que debemos recurrir a nuestra imaginación como lo dice Einstein; porque allí encontraremos los elementos con carácter moderno que ayudaran a transformar nuestra forma de concebir y aplicar la educación.

Con la nueva visión que impone la globalización es necesario hacer modificaciones en el quehacer docente desde su formación inicial. Creo que necesitamos ser formados en la lógica de la educación permanente. Un verdadero educador debe ser una mezcla de pedagogía e investigación (pedagogo-investigador) con amplia formación humana y social de manera tal que se convierta en agente de cambio para el mismo, para sus estudiantes y por supuesto para el medio que le rodea; los postgrados impartidos por la Escuela Superior de Maestros (ESMA) están proporcionando este tipo de preparación. Por tanto pienso que es de vital importancia para el magisterio salvadoreño que tengan continuidad permanente.

El docente que está demandando la nueva sociedad debe estar compenetrado de manera tal que considere la educación como el centro de todo y la escuela como una institución aún más importante donde

educador peruano mediantes datos recopilados estima que solo en Estados Unidos un empleado requerirá muy pronto de aproximadamente treinta créditos de estudios superiores si quiere mantenerse vigente en el mercado laboral.

No debemos extrañarnos entonces que el concepto de educación permanente deba ser retomado lo más pronto posible en El Salvador. Todos comprendemos que la educación es la preparación que recibimos para la vida, pero a esta idea hay que agregar la educación durante toda la vida. En el marco del proceso global que vivimos la educación de carácter permanente aparece como una respuesta; porque dentro de este tipo de educación el aprendizaje es deliberado y consiente; volvemos a reintegrarnos en aquel planteamiento que establece el “aprender a aprender”.

La globalización nos presiona a convertir a las escuelas y a todas las instituciones educativas en centros de imaginación y creatividad y no únicamente basar todo en líneas generales de programas educativos como desafortunadamente se ha venido haciendo; para muchos los aprendizajes representan la esencia de la educación. La pregunta es entonces que hacer en la práctica docente para generar condiciones que propicien un efectivo aprendizaje de los estudiantes. Ausubel afirma que: “existe una relación intimidante entre saber como aprende un educando y saber que hacer para ayudarlo a aprender mejor5”. En conclusión y viéndolo desde este punto de vista podríamos decir que el aprendizaje activo de construcción de conocimientos se lleva en el interior de cada educando. La tarea primordial es descubrir como aprende el educando para lograr los resultados exitosos.

Albert Einstein 1879-1955

Físico de origen alemán, nacionalizado suizo y estadounidense. Está considerado

como el científico más importante del siglo XX

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IDENTIDADESRevista de Ciencias Sociales y Humanidades

Año 2. Número 3. Julio-Diciembre de 2011.Dirección Nacional de Investigación en Cultura y ArteSECULTURA, pp.213.

La última edición de la revista Identidades, recoge un buen número de ensayos dedicados a diversos temas de índole historiográfica e histórica. Sobresale en el apartado, titulado Dossier, seis trabajos dedicados al tema de la violencia desde 1785 hasta 1990. Las temáticas de mujer, justicia, prostitución, pena de muerte, vulnerabilidad se destacan ampliamente.

Sin lugar a dudas, la profundización en la violencia como fenómeno social que atraviesa nuestra historia colonial, republicana y contemporánea, representa un gran desafío para los estudiosos. Este avance manifiesto en Identidades, constituye un valioso aporte en esa ruta investigativa. (ADL)

ORALITURA

Antología de narrativa oral popular-Luis Melgar Brizuela (Coordinador)Universidad de El Salvador, 2007.pp.237.

Este importante texto viene a suplir una necesidad en el ámbito de los estudios étnicos y de tradición oral. El académico salvadoreño, Luis Melgar Brizuela, emprendió la tarea de compilar, documentar y analizar una cantidad muy significativa del legado étnico-popular, que se expresa en esa memoria histórica escrita en el imaginario del país, teniendo como campo de acción a setenta municipios y partiendo principalmente de los sustratos nahua-pipil y nonualco.

El texto Oralitura, es un esfuerzo en la investigación lingüística, étnica y literaria, y representa el feliz resultado de un equipo académico, integrado por docentes y estudiantes, bajo la coordinación del Dr. Luis Melgar Brizuela. (ADL)

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LA DAMA DE LOS VELOS

Mauricio Orellana SuárezDirección de Publicaciones e Impresos,SECULTURA, 2011.pp. 436.

El escritor salvadoreño Mauricio Orellana Suárez (1966) nos presenta una nueva novela, esta vez recreando la vida de la teósofa rusa Madame Blavatsky, una figura muy destacada y polémica en el esoterismo occidental, tan en boga desde mediados del siglo XIX hasta las primeras décadas del siglo XX, y que significó una influencia muy fuerte en algunos sectores intelectuales del país y de Centroamérica. Sobre este libro, afirma la novelista y cuentista Jacinta Escudos en la contraportada del mismo: “Entre intrigas, aventuras, espiritismo y teosofía, el lector descubrirá, guiado por la prosa diáfana y precisa de Orellana Suárez, la vida de esta fantástica mujer (autora de las emblemáticas obras del esoterismo: Isis sin velo y la doctrina secreta) que provocó la curiosidad y la inspiración de muchos, nuestro Salarrué entre ellos, y el odio abierto de no pocos detractores”. Una novela contemporánea que no debe pasar inadvertida. (ADL).

ESCRUTADOR DESDE LA ARENA

Vladimir BaizaAntología poéticaEditado por: Fundación Quino Caso y MINED,2010, pp. 71.

El poeta Vladimir Baiza (Cabañas, 1970) publica su primer volumen de poesía. Un esfuerzo patrocinado por la Fundación Quino Caso del municipio de Quezaltepeque y por el Ministerio de Educación. Esta edición reúne un conjunto de textos trabajados con ahínco y acierto por parte de su autor, desde hace años. La poesía de Baiza, arranca de la zona real maravillosa de nuestro entorno ancestral, expresándose mediante un discurso poético donde el barroquismo latinoamericano aparece revelando lecturas, y maneras de sentir la realidad de este trópico desgarrador, pletórico de sensaciones y de lujuria cromática. La sal y la muerte circulan, como sierpes en esta poesía. Baiza echa mano de la tierra y del agua, como elementos primordiales de ese escenario natural y humano que le ha asombrado históricamente. Sin embargo, su voz también se emparenta con los recursos de la cultura de masas, así incorpora personajes y atmósferas propias del pop; sin divorciarse de las claves mitológicas de la cultura y el arte universal.

Un buen libro de poesía, que no dudamos, será el inicio de mayores asombros para los lectores nacionales y regionales. (ADL).

RESEÑAS