Cultivar La Interioridad en La Era Digital Búsquedas

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Cultivar la interioridaden la era digital

as nuevas tecnologas han aumentado el volumen

de informacin que recibimos en cada instante, y

quizs hoy ya no nos sorprenda que nos lleguen entiempo real las noticias de sitios lejanos. Estar enterado y

tener datos de lo que sucede es progresivamente ms f-

cil. Surgen, quiz, nuevos retos, y en particular este:

cmo gestionar los recursos informticos?

El aumento de la informacin disponible impone a

cada uno de nosotros la necesidad de cultivar una actitud

reflexiva. Es decir, la capacidad de discernir los datos queson valiosos de los que no lo son. A veces es complicado,

pues la velocidad con la que se suceden las informacio-

nes supera nuestra capacidad de reflexin y de juicio, y

no perm ite una expresin mesurada y correcta de uno

mismo E Si a lo anterior se suma que las tecnologas de

comunicacin nos ofrecen una gran cantidad de estmu-

los que reclaman nuestra atencin (mensajes de texto,

imgenes, msica), es evidente el riesgo de acostumbrarse

a responder a estos inmediatamente, sin tener en cuenta

la actividad que estbamos realizando en ese momento.

El silencio forma parte del proceso comunicativo, al

abrir momentos de reflexin que permitirn asimilar lo

1. Francisco,Mensaje pa ra la Jor nad a mun dial de las comunicaciones sociales ,24-1-2014.

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que se percibe y dar una respuesta adecuada al interlocu-

tor: Escuchamos y nos conocemos mejor a nosotros

mismos; nace y se profundiza el pensamiento, compren-

demos con mayor claridad lo que queremos decir o lo

que esperamos del otro; elegimos cmo expresarnos 2.

En la vida cristiana, el silencio juega un papel impor-

tantsimo, pues es condicin para cultivar una interiori-dad que permite or la voz del Espritu Santo y secundar

sus mociones* San Josemara relacionaba al silencio, la fe-

cundidad y la eficacia3, y el Papa Francisco ha pedido

oraciones para que los hombres y mujeres de nuestro

tiempo, a menudo abrumados por el bullicio, redescu-

bran el valor del silencio y sepan escuchar a Dios y a los

hermanos4. Cmo conseguir esta interioridad, en unambiente marcado por las nuevas tecnologas?

La virtud de la templanza, una aliada

Seala san Josemara una experiencia con la que es f-

cil identificarse: me bullen en la cabeza los asuntos

en los momentos ms inoportunos. . . 9 dices . P or

eso te he recomendado que trates de lograr unos

tiempos de silencio interior, . . . y la g u a rd a de los

sentidos externos e internos5.Para alcanzar un recogi-

2. Benedicto XVI,Mensa je para la J or nad a mundia l de las comunicaciones sociales,24-1-2012.

3. Cfr. Surco,nn. 300 y 530.4. Francisco, Inten cin general para el apostolado de la oracin

para septiembre de 2013.

5. Surco,n. 670.

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miento que lleve a meter las potencias en la tarea que rea-

lizamos, y as poder santificarla, es preciso ejercitarse en

la guarda de los sentidos. Y esto se aplica de modo espe-cial al uso de los recursos informticos, que como todos

los bienes materiales se deben emplear con moderacin.

La virtud de la templanza es una aliada para conser-

var la libertad interior al moverse por los ambientes digi-

tales. Templanza es seoro6, porque ordena nuestras

inclinaciones hacia el bien en el uso de los instrumentos

con los que contamos. Lleva a obrar de manera que se

empleen rectamente las cosas, porque se les da su justo

valor, de acuerdo con la dignidad de hijos de Dios.

Si queremos acertar en la eleccin de aparatos elec-

trnicos, la contratacin de servicios, o incluso al usar un

recurso informtico gratuito, resulta lgico que conside-

remos su atractivo o utilidad, pero tambin si aquello co-

rresponde con un estilo templado de vivir: Esto me lle-

var a aprovechar ms el tiempo, o me procurar distrac-ciones inoportunas? Las funcionalidades adicionales

justifican una nueva compra, o es posible seguir utilizan-

do el aparato que ya tengo?

El ideal de la santidad implica ir ms all de lo que es

meramente lcito -si se puede..., para preguntarse: esto,

me acercar ms a Dios?Da mucha luz aquella respuesta

de san Pablo a los de Corinto: Todo me es lcito. Perono todo conviene. Todo me es lcito. Pero no me deja-

r dominar por nada7. Esta afirmacin de autodominio

del Apstol cobra nueva actualidad, cuando considera-

mos algunos productos o servicios informticos que, al

6.Amigos de Dios,n. 84.7,1 C or 6,12,

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procurar una recompensainmediata o relativamente rpi-

da, estimulan la repeticin. Saber poner un lmite a su

uso evitar fenmenos como la ansiedad o, en casos ex-tremos, una especie de dependencia. Nos puede servir en

este campo aquel breve consejo: acostmbrate a decir

que no 8, detrs del cual se encuentra una llamada a lu-

char con sentido positivo, como el mismo san Josemara

explicaba:porque de esta vic to ria interna sale la p a z

p a r a n u es tro c o ra z n , y la p a z que llevam os a

nuestros hogares cada uno , al v u e s t r o y la p az

que llevamos a la sociedad y al m undo en tero 9.

El uso de las nuevas tecnologas depender de las cir-

cunstancias y necesidades propias. Por eso, en este mbito

cada uno ayudado por el consejo de los dems debe

encontrar su medida. Cabe siempre preguntarse si el uso

es templado. Los mensajes, por ejemplo, pueden ser tiles

para manifestar cercana a un amigo, pero si fueran tan

numerosos que acarrearan interrupciones continuas en eltrabajo o el estudio, probablemente estaramos cayendo

en la banalidad y la prdida de tiempo. En este caso, el au-

todominio nos ayudar a vencer la impaciencia y a dejar

la respuesta para ms tarde, de modo que podamos em-

plearnos en una actividad que exiga concentracin, o

simplemente prestar atencin a una persona con la que

estbamos conversando.

Ciertas actitudes ayudan a vivir la templanza en este

mbito. Por ejemplo, conectar el acceso a las redes a par-

tir de una hora determinada, fijar un nmero de veces al

da para mirar la cuenta de una red social o para compro-

bar el correo electrnico, desconectar los dispositivos por

8. Camino, n.5.

9. De nuestro Padre, Apuntes tomados en una tertulia, 28-X-1972.

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la noche, evitar su uso durante las comidas y en los mo-

mentos de mayor recogimiento, como son los das dedi-

cados a un retiro espiritual. Internet se puede consultar

en momentos y lugares apropiados, de modo que uno no

se ponga en una situacin de navegar por la web sin un

objetivo concreto, con el riesgo de toparse con conteni-

dos que contradicen un planteamiento cristiano de la

vida, o al menos perder el tiempo con trivialidades.

El convencimiento de que nuestras aspiraciones ms

altas estn ms all de las satisfacciones rpidas que nos

podra dar un click, da sentido al esfuerzo por vivir latemplanza. A travs de esta virtud, se forja una personali-

dad slida y la vida recobra entonces los matices que

la destemplanza difumina; se est en condiciones

de preocuparse de los dems , de com partir lo p ro

p io con todos9de dedicarse a tareas g ra n d e s10.

El valor del estudio

El hbito del estudio, que ordena el afn de conocer

hacia metas nobles, suele relacionarse a la templanza. San-

to Toms caracteriza la virtud de la studiositascomo un

cierto entusiasmante inters por adquirir el conocimien-

to de las cosasX1, que implica la superacin de la comodi-

dad y la pereza. Cuanto ms intensamente la mente se

aplique a algo gracias a haberlo conocido, tanto ms se de-sarrolla regularmente su deseo de aprender y saber.

El afn de saber es enriquecedor cuando se pone al

servicio de los dems, y contribuye a fomentar un recto

10.Amigos de Dios, n. 84.11. Santo Toms, S. Th.II-II, q. 166, a. 2 ad 3.

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amor al mundo, que nos impulsa a seguir la evolucin de

las realidades culturales y sociales en las que nos move-

mos y que queremos llevar a Dios. Pero esto es distintodel vivir abocado hacia fuera, dominado por una curiosi-

dad que se manifestara, por ejemplo, en el ansia de estar

informados de todo o de no querer perderse nada. Esa ac-

titud desordenada acabara conduciendo a la superficiali-

dad, a la dispersin intelectual, a la dificultad para culti-

var el trato con Dios, a la prdida del afn apostlico.

Las nuevas tecnologas, al ampliar las fuentes de in-formacin disponibles, son una ayuda valiosa en el estu-

dio de asuntos tan variados como un proyecto acadmico

de investigacin, la eleccin de un sitio para las vacacio-

nes familiares, etc. Sin embargo, tambin existen varias

formas de desorden del apetito o deseo de conocimiento:

una persona puede abandonar un determinado estudio

que constituye para ella una obligacin, y comenzar otra

investigacin menos beneficiosa12. Por ejemplo, cuando

la atencin se centra en la respuesta a un mensaje o a la

ltima actualizacin, en lugar de concentrarse en el estu-

dio o el trabajo.

La curiosidad desmedida, que santo Toms caracteri-

zaba como una inquietud errante del espritu13, puede

conducir a la acidia: una tristeza del corazn, una pesa-

dez del alma que no consigue responder a su vocacin

que exige poner atencin y esfuerzo en el trato con el

prjimo y con Dios. La acidia es compatible con una cier-

ta agitacin de la mente y el cuerpo, pero que solo refleja

la inestabilidad interior. Por otro lado, el hbito del estu-

dio mantiene el vigor a la hora de trabajar y relacionarse

12. Ibid,II-II, q. 167, a. 1 resp.13. Santo Toms, De Malo,q. 11, a. 4.

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con los dems, da eficacia al tiempo que empleamos e in -

cluso ayuda a encontrar gusto a las actividades que exi-

gen un esfuerzo mental.

Proteger los tiempos de silencio

La templanza allana el camino hacia la santidad, pues

construye un orden interior que permite emplear la inte-

ligencia y la voluntad en lo que se trae entre manos:

Quieres de ver dad ser santo? Cum ple el peq ueo

deber de cad a m om ento: ha z lo que debes y est en

lo que haces14. Para recibir la gracia divina, para crecer

en santidad, el cristiano ha de meterse en la actividad que

es su materia de santificacin.

Las nuevas tecnologas favorecen la superficialidad?

Depender, sin duda, del modo en que se utilicen. Sin

embargo, hay que estar prevenidos contra la disipacin:

dejas que se abrev en tus sentidos y po tenc ias encua lquier c harc a. A s an da s t luego: sin fij e z a ,

esparcida la atencin, dormida la voluntad y des

p ier ta la concupiscencia15.

Evidentemente, cuando se cede a la disipacin por

un empleo desordenado del telfono o de internet, la

vida de oracin encuentra obstculos para su desarro-

llo. No obstante, el espritu cristiano lleva a conservar lacalma mientras uno se mueve con soltura en las diver-

sas circunstancias de la vida moderna: los hijos de

Dios hemos de ser co ntem pla tivos: p ersonas que,

en medio del fra g o r de la m uchedu m bre, sabemos

14. Camino , n. 815.15. Ibd .,n. 375.

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en co ntrar el silencio del alm a en coloquio p er m a

nen te con el Se o r16.

San Josemara sealaba que el silencio es como elportero de la vida in te rio r17,y en esta lnea animaba a

los fieles que viven en medio del mundo a tener momen-

tos de mayor recogimiento, compatibles con un trabajo

intenso. Especial importancia daba a la preparacin de la

Santa Misa. En un ambiente permeado por las nuevas

tecnologas, los cristianos saben encontrar tiempos para

el trato con Dios, donde se recogen los sentidos, la imagi-

nacin, la inteligencia, la voluntad. Como el profeta Elias,

descubrimos al Seor no en el ruido de los elementos y el

ambiente, sino en un susurro de brisa suave18.

El recogimiento que abre espacio al coloquio con Je-

sucristo exige dejar en un segundo plano otras activida-

des que reclaman nuestra atencin. La oracin pide des-

conectarse de lo que nos pueda distraer, y con frecuencia

ser oportuno que la desconexin sea fsica: desactivando

las notificaciones de un dispositivo, cerrando los progra-

mas en ejecucin o, eventualmente, apagndolo. Es el

momento de dirigir la mirada al Seor, y dejar en sus ma-

nos el resto.

Por otro lado, el silencio lleva a ser atento con los de-

ms y refuerza la fraternidad, para descubrirpersonas

que nec esi tan a y u d a , ca ridad y ca ri o 19.En unapoca donde contamos con recursos tecnolgicos que

parecen empujarnos a llenar todo nuestro da de iniciati-

vas, de actividades, de ruido, es bueno hacer silencio fue

16. Forja,n. 738.17. Camino,n. 281,18.1 Re19,12.

19. Conversaciones,n. 96.

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ra y dentro de nosotros. En este sentido, al reflexionar so-

bre el papel de los medios de comunicacin en la cultura

actual, el Papa Francisco ha invitado a recuperar uncierto sentido de lentitud y de calma. Esto requiere tiem-

po y capacidad de guardar silencio para escuchar Si

tenemos el genuino deseo de escuchar a los otros, enton-

ces aprenderemos a mirar el mundo con ojos distintos y

a apreciar la experiencia humana tal y como se manifies-

ta en las distintas culturas y tradiciones 20. El esfuerzo

por formar una actitud personal de escucha, y la p romo-cin de espacios de silencio, nos abre a los dems, y de

modo especial, a la accin de Dios en nuestras almas y

en el mundo.

20, Francisco, Mensaje para la XLVIII Jornada mundial de las comunicacionessociales, Comunicacin al servicio de una autntica cultura del encuentro,24-1-2014.

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