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    SENRI ETHNOLOGICAL STUDIES 37 1993

    El Complejo Cultural Cupisnique: Antecedentes y Desarrollo

    de su Ideologa Religiosa

    Introduccon *

    CARLOS G. ELERAThe University 01 Calgary

    La informacin a presentarse, bajo un criterio cronolgico, ser en torno a lasinvestigaciones de un perodo cultural crucial para la arqueologa andina, el PerodoFormativo (1500-100 a.C.), vinculado a los orgenes de la civilizacin en el mbitonorteo de los Andes Centrales (Fig. 1). Se enfatizar, de manera preliminar, enel origen y aspectos colaterales del ceremonial, simbolismo y ritual del complejocultural Cupisnique. Los centros ceremoniales, parafernalia y especiales ambientesecolgicos asociados a Cupisnique, servirn como eje de la discusin. Paraeste fin, el suscrito, junto con otros investigadores, vienen estudiando, a lo largode los ltimos aos, la problemtica del mencionado perodo bajo el marco geogrfico de los valles de Lambayeque, Pacasmayo y Trujillo, tanto en la participacinde trabajos arqueolgicos en el campo como en el acceso a colecciones pblicas yprivadas, as como tambin al manejo de la escasa informacin bibliogrficaexistente.

    Es importante sealar que, desde el litoral hasta las cabeceras de los valles deMotupe, La Leche, Lambayeque, Zaa, Jequetepeque, Cupisnique, Chicama, Mochey Vir se encuentra el mbito territorial nuclear donde estaran los antecedentesculturales para entender a Cupisnique.

    La singular adaptacin humana a las diversas ecologas de mbito nor-costeoy serrano, a travs del tiempo, y un aprovechamiento mximo de los ricos y diversificados recursos de subsistencia e intercambio en el territorio mencionado, as comofuera de l, posibilitaron una larga y creativa experiencia tecnolgica y cultural,sin precedentes, a travs de las sucesivas ocupaciones humanas durante el Formativosiendo Cupisnique, por un lado, un a realidad cultural que jug un importante

    *Agradezco al Dr. Yoshio Onuki de la Universidad de Tokio; al Dr. Hiroyasu Tomoedadel Museo Nacional de Etnologa de Osaka; al Dr. Luis Millones del Seminario Interdisciplinario de Estudios Andinos. De igual manera, a los miembros del Proyecto ArqueolgicoPumapedel Museo de la Nacin, los arquelogos Jos Pinilla B., Elmer Atalaya H., EmilioRubio D. y el arquitecto Luis Mariaza Freire. Finalmente, a los miembros de mi comit asesorde la Universidad de Calgary, Dra. Jane Kelly, Dr. Peter Mathews y en especial, al Dr.Scott Rayrnond quien me alent y apoy para participar en el Simposium.

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    Uflshcalnyo

    Fig. 1 Mapa con algunos sitios representativos del Perodo Formativo en los AndesCentrales.

    rol protagnico para entender, a profundidad, los perodos prehispnicos ulterioresque se reflejan en un paisaje cultural conformado por una arquitectura secular yreligiosa con marcados patrones durante el tiempo, destacando determinadaslocalizaciones territoriales que dependeran de razones econmicas, religiosas ypolticas.

    Generalidades

    Cupisnique es un topnimo nativo costeo con el cual se denomina a un terri-torio, otrora un valle, ahora semidesrtico, entre los frtiles valles de Chicama, porel sur, y Jequetepeque, po r el norte, en ellitoral norteo de los Andes Centrales.

    En la literatura arqueolgica andina, el mbito geogrfico Cupisniquense, gra-dualmente, viene siendo conocido. Es a partir del registro de una serie de evidencias,correspondientes a variados contextos asociados al complejo cultural denominadoPaijanense (Larco 1941; Chauchat 1976) que ingresa en la discusin arqueolgicapertinente a una de las regiones de inicial ocupacin humana del flanco occidentalde los Andes.

    Cupisnique es un territorio an muy enigmtico para los arquelogos, dondecasi se desconoce la adaptacin humana a los diversos medio ambientes que ofreca

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    a travs de los ltimos 11 milenios. Sin embargo, es notable apreciar, en la geomorfologa de la zona, la influencia catastrfica de fenmenos naturales an pordefinir y medir su impacto bajo los parmetros cronolgicos correspondientes.

    Posiblemente, en varios casos motivaron el abandono temporal de determinadossectores de la regin o la totalidad de la misma po r sus antiguos habitantes. Enrealidad, no se aprecia un proceso cultural continuo entre la temprana ocupacinPaijanense hasta el Arcaico Superior o Precermico Final.

    De igual manera, existe un vaco en el quehacer cultural de la regin entre el

    Formativo Superior, con la presencia cultural Salinar, y durante el Perodo Huari ode Interaccin Multi-regional. Durante el Perodo Huari, el estado Sicn tuvofuerte influencia cultural sobre los valles de J equetepeque, Cupisnique y Chicama.Presencia cultural Moche prcticamente no existe en Cupisnique (Uceda, comuni

    cacin personal 1991).Rafael Larco Hoyle encontr fragmentera de cermica monocroma e incisa

    cerca de Paijn, localidad adyacente al mbito Cupisnique, denominando as adichas evidencias alfareras. Posteriormente, excava en el valle medio de Chicama,en los cementerios de Palenque, Barbacoa y Sausal, obteniendo un corpus funerariobastante representativo. Las asociaciones de la novedosa cermica registrada le

    permite establecer la primera secuencia cultural para el Perodo Formativo de lacosta norte del Per (Larco 1941:34-46).

    Paradjicamente, el territorio Cupisnique sigui siendo un enigma para elPerodo Formativo de la civilizacin andina durante las dcadas de los 50, 60, 70Y 80.

    Una notable confusin entre los arquelogos, que se da desde la dcada del 30

    hasta nuestros das, es que se tome como ejemplo, para ilustrar alfarera clsica"Chavn", botellas de asa estribo Cupisnique. Quizs esto se deba a que determinados rasgos morfolgicos y, sobre todo, ciertas representaciones iconogrficas enla cermica Cupisnique presentan estrechos paralelos estilsticos con parte de lacermica encontrada, as como el estilo de las representaciones iconogrficas delcorpus ltico de Chavn de Huntar, postulndose una tradicin cultural comncon este sitio cuya naturaleza est en proceso de investigacin po r el autor.

    La secuencia, bajo la concepcin de Larco, nos refleja una evolucin de lasbotellas de acabado monocromo, ms temprana, a una tendencia colorista, mstarda. No hay datos que demuestren si empricamente ambas modalidades fueronespacial y temporalmente separables.

    En relacin a otras formas de las vasijas, tanto abiertas como cerradas, en sumayora no decoradas, segn Larco prcticamente no tenan ninguna variacin enrelacin a la diferenciacin estilstica que se advierten en las botellas de asa estribo

    con las cuales estuvieron asociadas (Larco 1941:34).Otros objetos asociados fueron "esptulas de alfarero" (Larco 1941:33)registradas en los entierros de Chicama. Segn Larco, eran las herramientas parapulimentar la superficie de los ceramios. Consideramos que dichos artefactos,ricamente decorados con una compleja iconografa, en realidad corresponderan a

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    los indumento s propios al fenmeno del shamanismo (Elera 1986:190-195, 248) yno a simples herramientas para pulir cermica.

    En resumen, subsiste todava la inquietud para entender en profundidad la

    tradicin y cambio de la cermica Cupisnique, tanto en su morfologa como en sutecnologa, as como tambin las representaciones iconogrficas de carcter religioso.Ms an, si esa variabilidad estilstica, notable en las botellas de asa estribo dela secuencia de Larco, es o no coetnea.

    Para ello, un punto de partida de suma importancia lo constituira el crucialauxilio de una superposicin fsica significativa de los contextos funerarios para elPerodo Formativo en su fase Temprana y Media en los cementerios de Chicama.En cambio, s se puede apreciar empricamente dicha situacin estratigrfica conlas tumbas Mochica sobre los cementerios Cupisnique (Larco 1941:251).

    Sin embargo, adelantamos que las botellas de asa estribo Cupisnique "estilsticamente diferentes" se encontraron depositadas bajo determinada disposicin en ellecho de fosas funerarias simples que servan de receptculo al individuo inhumadoflexionado aprecindose, en la mayora de los ajuares, el mismo tipo de abalorio yuso de materiales como turquesa, hueso, cristal de roca, antracita, lapislzuli,chunguitos (pequeos cantos rodados), concha, pigmentacin de hematita y lasinfaltables valvas de choro (Choromytilus chorus) as como la ausencia de metalescomo el oro y plata. Todo ello es comn a la mayora de los entierros de Chicama,incluyendo - c o m o lo observara Larco- las vasijas abiertas que acusan undestacable esquiomorfismo.

    Respetando el meritorio y valioso trabajo pionero de Larco, a continuacin seabordar la problemtica Cupisnique, a la luz de los ltimos datos, regresandodespus, nuevamente al mbito territorial de Cupisnique, puntualizndose, en estecaso, los antecedentes y desarrollo de su ideologa religiosa.

    El Complejo Cultural Cupisnique

    El Formativo Inferior (1500-1100 a.C.) se caracteriza por las condicionesptimas de vida estable que brinda la agricultura como posible forma econmicapredominante de subsistencia y respuesta cultural al medio ambiente, la cual,gracias a una larga e importante etapa previa de experimentacin y domesticacinde plantas y animales, adquiere un rol trascendental para el crecimiento poblacionaly continuidad de un a larga tradicin arquitectnica monumental de carcterceremonial que proviene - e n el caso de los Andes Centrales- del PerodoPrecermico Final o Arcaico Superior.

    Aunque el desarrollo tecnolgico de la cermica es tardo en los Andes Centrales, en comparacin con los Andes Septentrionales (Lathrap et al. 1975; Marcos

    1986) yel

    litoral del Caribe colombiano (Reichel-Dolmatoff 1969),se

    trata de unode los logros ms significativos que caracterizan al Formativo Inferior.Para esclarecer el problema de los orgenes del complejo cultural Cupisnique,

    durante el Formativo Inferior, podra ser clave el sitio de Monte Grande y sitioscoetneos en el rea de Tembladera, en el sector central del valle de J equetepeque.

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    El ambiente ecolgico donde se levanta Monte Grande es muy particular. Setrata de un abanico aluvial, o mesetas separadas por quebradas que se originan enlos contrafuertes andinos, donde destaca el cerro Sapo (2,000 m de altura). Estas

    mesetas estn interrumpidas por quebradas, tanto en orientaCin Norte-Sur o SurNorte, separadas por el ro Jequetepeque. Estas se destacan por un a flora con grancantidad de cactceas, destacando el gigantn (Cereus macrostibas). Como se puedeapreciar, se trata de un ambiente ecolgico tpico de yunga. Las laderas y cumbredel Cerro Sapo, climticamente son ms hmedas con presencia de jageys -especiales espejos de agua con peces- junto a vegetacin en la que destacancactceas como el San Pedro (Trichocereus pachanois) , el cactus gigantn, que sirvede lugar de residencia y alimentacin a caracoles terrestres (Escutalus sp.). Losjageys, cercanos a los sitios del Formativo Inferior del mbito del Jequetepeque y

    otros valles norteos, sirven de abrevaderos, as como de territorios de reproduccin en los parajes rocosos cercanos, a grandes animales (plantgrados, crvidos,felinos, reptiles y aves rapaces). Es notable destacar, por informacin oral decampesinos y cazadores tradicionales de la regin (Elera, entrevistas personales1981), que en el mbito de los jageys se ha cazado "tigres" o jaguares (Felis onca),pumas (Felis concolor) y grandes boas denominadas "macanche" (Boa constrictorortonil), la nica boa costea que vive y es endmica al flanco occidental nor-andino(entre Piura y Chicama) (Peters y Orejas 1970).

    Aos atrs, las quebradas del Cerro Sapo traan aguas estacionales, a travs dela meseta de Monte Grande (Tellenbach 1986:162), las cuales hicieron de este lugarun ambiente propicio para la ocupacin humana. Bajo este marco ambiental se hadocumentado, arqueolgicamente, arquitectura sagrada en relacin a un asentamiento residencial perifrico (Tellenbach 1981, 1986). La arquitectura religiosa y elrea domstica asociada presenta, de acuerdo a los estudios del Proyecto Arqueolgico Alemn-Jequetepeque, dirigido por Tellenbach y su equipo, dos fasesde ocupacin, siendo la composicin bsica de la arquitectura religiosa una serie deplataformas articuladas por escalinatas que llevan a edificios con compartimientoslaterales. Una disposicin arquitectnica notable es la plaza cuadrangular hundidacon nichos. La excavacin, en rea de Monte Grande, fue muy detallada y rica eninformacin sobre el proceso constructivo del sitio. La cermica, asociada al sitio,es estilsticamente homognea. Sobre la misma y otros elementos muebles asociadosse detallar ms adelante.

    Ambientes arquitectnicos especiales construidos sobre las plataformas contiguas a edificaciones que, en s, conforman la arquitectura religiosa, presentan -en el centro- fogones cuidadosamente construidos con lajas, rasgo recurrente enMonte Grande. Pero, no slo se da en estos ambientes arquitectnicos - q u e en

    opinin de Tellenbach se tratara de las viviendas de la lite conformado porespecialistas religiosos que controlaran y regularan el cul to- sino que tambin,pero menos elaborados, forman parte de las casas del rea residencial levantadasalrededor del templo.

    Uno de los fogones pertenecientes a uno de los recintos de lite, documentado

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    po r el suscrito bajo el P .A.A.-Jequetepeque, amerit un detallado estudio quefuera presentado en un informe tcnico (Elera 1981). Al excavarse y registrarse cadanivel deposicional del contenido del fogn se procedi, a travs del mtodo de

    flotacin, a separar una interesante muestra de material inorgnico y orgnico, engran parte carbonizado. Entre los elementos orgnicos documentados destacanlos caracoles terrestres, moluscos marinos como el charo (Choromytilus chorus),incluidos algunos ornamentos elaborados con las valvas del mencionado bivalvo,y los crustceos de ro comunes en el Jequetepeque. Tambin, estuvieron presenteshuesos de animales terrestres, peces, an por identificar zoolgicamente; elementosde flora (semillas, madera y caas ribereas) componentes an por identificarbotnicamente. As tambin, tenemos fragmentos de cermica correspondientes aollas sin cuello, cuencos y botellas. Finalmente, "terrones" con impronta de barro

    quemado o semi-quemado con impronta de vegetales; "terrones" de ceniza, amanera de "panes", con pequeos desechos orgnicos impregnados; un cantorodado con huellas de uso, lascas de cristal de roca y a n t r a ~ i t a .Como podemosnotar, slo, a partir de este fogn, los materiales mencionados reflejan el accesode la poblacin de Monte Grande a un amplio espectro de recursos provenientesde varios ambientes, tanto de la regin como del litoral marino.

    El caracol terrestre es uno de los elementos orgnicos ms comunes, tantodocumentados en el fogn como en los residuos domsticos de las casas. Se considera que fue uno de los recursos "alimenticios" ms comunes del sitio. Como yahemos mencionado, tanto en la meseta donde se levanta Monte Grande como en elCerro Sapo crece gran cantidad de cactus gigantn que sirve de habitat natural a loscaracoles terrestres, sobre todo, durante el invierno. Esta especie malacolgica esposible de recolectar hasta nuestros das, presentando ciertas caractersticasnotables. Por informacin etnogrfica, dicho molusco es consumido porcampesinos tradicionales del valle de Vir durante la estacin de lomas (Elera,observacin personal 1970). Algunos pobladores del valle medio del Jequetepequetambin los consumen. En realidad, estos moluscos presentan una particularidadbiolgica singular, pues, al consumirse, se experimenta estados alterados de conciencia que conllevan a experimentar trances asociados a alucinaciones por lo queconsideramos que su consumo, bajo una connotacin dual, reflejara - p o r un lado- una esfera de consumo alimenticio estrictamente profano, cuando los caracolesse purgan con maz -teniendo como referencia la informacin etnogrfica-o Deotro lado, cuando stos son consumidos directamente, sin purgarlos, es que se ex-perimenta estados alterados de conciencia, los mismos que estaran ligados a unaesfera sagrada de consumo. Es as que, la simbiosis cactcea-caracol 'terrestre, ascomo el consumo-alucinacin que produce este molusco (Elera, observaciones personales 1980) debi jugar un rol significativo en el ritual de los pobladores tempranos de Monte Grande. Dicha percepcin sagrada de la cactcea-caracol terrestrey el ambiente ecolgico donde se desarrolla se apreciar, ms tarde, modelada encermica. As tambin se ver cmo estos caracoles terrestres han sido encontradosasociados a contextos funerarios Cupisnique Medio o Clsico. En la iconografa de

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    la cermica Moche es posible distinguir la recoleccin as como atributos especialesque tuvo este caracol sagrado (Bourget 1990). Una razn por la cual este moluscotiene principios psico-activos al ser ingerido es por su alimentacin. Este vive y se

    alimenta de la corteza de la cactcea gigantn, la misma que, al igual que el SanPedro, presenta mescalina como uno de sus componentes qumicos.

    Recapitulando, observamos que la presencia de este molusco, tanto en las casascomo en especiales ambientes arquitectnicos del conjunto ceremonial, refleja unaestrecha relacin de su consumo entre los usuarios de las casas sencillas como lade los elaborados ambientes correspondientes a la arquitectura monumental. Loexpuesto hasta el momento es slo el seguimiento de uno de los recursos naturalesque ofrece la meseta de Monte Grande. As tambin, otro de los elementos documentados en el fogn son las lascas de cristal de roca. Este mineral siempre estuvoy est asociado - e n la mesa de los curanderos tradicionales nor teos - a unaparafernalia mgico-religiosa. El cristal de roca tuvo una especial significacinsimblica durante el desarrollo del complejo cultural Cupisnique, tanto en la elaboracin de ornamentos como en el uso de lascas encontrados en contextos funerariosjunto con una parafernalia ritual que refleja los indumentos propios a los shamanes(Elera en prensa).

    En s, tanto los ambientes cerrados como los abiertos de la arquitecturareligiosa de Monte Grande servan para actividades rituales y ceremoniales decarcter pblico o circunscrito a unos pocos iniciados en ambientes restringidos.El rasgo fogn es una reminiscencia tpica de la arquitectura ceremonial delprecermico Final, localizado en el flanco nor-oriental y valles alto-andinos (Terada1985:197) y flanco nor-occidental de los Andes (Uceda, comunicacin personal1989) denominndose a esta tradicin . eligiosa como Kotosh (Burger y SalazarBurger 1980).

    Finalmente, quisiramos destacar las asociaciones naturales del paisaje quejugaran un importante papel en el marco ideolgico de los rituales y ceremonialesde los habitantes de Monte Grande. Durante la segunda y ltima fase de construc

    cin del conjunto ceremonial (Tellenbach 1987:9, fig. 14) la plaza delantera, conectada con la plataforma donde se levantan los elaborados recintos con fogones centrales, se articula a su vez por un pasaje que fuera flanqueado, por postes, hacia laescalinata del volumen arquitectnico mayor, en cuya cima se aprecia una orientacin sur-oeste, la misma que abarca visualmente el ro J equetepeque y los contrafuertes andinos que separan a este valle con Chicama. La orientacin de los centrosceremoniales hacia el ro o entre ros durante el Perodo Formativo es bastantecomn en los Andes Centrales, y Monte Grande no escapa a esta intencional orientacin. La orientacin opuesta corresponde a una segunda escalinata del volumen

    arquitectnico mayor que lleva a la plaza cuadrangular hundida, con nichos; de allse articula a un volumen arquitectnico menor, en cuya parte superior se encuentraun recinto central en forma de U junto con otros. Este sector de la arquitecturareligiosa se orienta hacia el nor-este donde se visualiza gran parte de la meseta, ascomo a las laderas y cima del Cerro S ~ p o .

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    Tanto el entorno inmediato del centro ceremonial y el rea residencialposibilitaron - d e acuerdo a la informacin arqueolgica disponible- una recoleccin y caza intensa de estos ambientes ecolgicos. Datos sobre actividades agrcolas

    practicadas por la poblacinculturalmente Monte Grande, a travs del cultivo enterrazas, se document en la Pampa de las Hamacas (Ravines 1985:211-213). Consideramos que, aparte de la importancia econmica de los citados ambientes, stostuvieron una estrecha relacin en la esfera de lo sagrado. Hipotticamente, seplantea que la marcada orientacin del sitio y otros contemporneos en el mismovalle conllevaron a establecer, con el entorno paisajstico, una intensa relacinbajo un desconocido plano simblico, en el cual, un elemento natural - e l aguaarticulaba estos ambientes, estando los centros ceremoniales y conglomerados poblacionales asociados, rodeados del recurso hdrico en determinadas pocas del ao.

    El agua, como es conocido, siempre est inmanente en el pensamiento del hombreandino, jugando un rol central en los ritos y ceremoniales de fertilidad practicadospor las sociedades agrcolas.

    En cuanto a otras manifestaciones culturales documentadas en Monte Grande,la cermica se caracteriza por" . .. ollas esfricas sin cuello, a veces engrosado,que a menudo presentan una banda pulida o lneas hundidas. Esta forma de ollasa veces lleva crculos estampados con caa en la arcilla hmeda. Hay tambincuencos carenados con paredes convexas, rectas o cncavas. Los cuencos de paredesconvexas y rectas generalmente presentan aplicaciones plsticas, las cncavas decoraciones caractersticas de tringulos hechos con incisin cortante en la arcillahmeda" (Tellenbach 1981:434).

    Cuando Larco ilustra la cermica correspondiente a su fase Pre-Cupisnique,presenta un ejemplar sumamente interesante (Larco 1941 :59, fig. 81). Se trata deuna botella estribo con el cuerpo modelado que representa un rostro antropomorfode carcter naturalista, en la cual llama la atencin la manufactura burda del estriboy gollete as como el modelado del rostro. Esto nos da la impresin -como dice Larco- de que efectivamente se trata de una experimentacin inicial de esta forma, queposteriormente sera muy comn durante el desarrollo cultural Cupisnique. Lonotable del caso es que, en los pmulos del rostro se decor, mediante lnea incisasuperficial y punteado, el diseo de un cuerpo y cabeza de serpiente a manera de'tatuaje, pudiendo relacionarse estilsticamente con los diseos serpentiformes deuna lito escultura asociada a la arquitectura y cermica de Monte Grande (Tellenbach 1981 :424, fig. 7).

    La cermica de Monte Grande se relaciona, e s ~ i l s t i c a m e n t e ,con la cermica dela fase Huacaloma Temprano (Terada y Onuki 1979, 1982). Las botellas de uncuello, de base plana o redondeada comunes y de muy alta representatividad en

    Monte Grande. aparecen tambin en la fase Huacaloma Temprano (Seki, comunicacin personal 1992). La fase Pandanche A (Kaulicke 1975) de los Andes cajamarquinos; con la Pampa, Ancash (Onuki y Fujii 1974), la fase Morerilla, valle deUtcubamba, rea del Maran (Shady 1987) en Pumape, litoral del valle deCupisnique (Elera y Pinilla 1990). Como se puede apreciar, una amplia rea

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    geogrfica, desde el litoral marino hasta la selva andina comparte los mismos rasgosestilsticos con la cermica inicial - y a evolucionada- durante el Formativo Temprano. Es muy interesante insidir en la hiptesis planteada por Ruth Shady (1987),

    donde nota una fuerte influencia de la fase C de Valdivia por ciertos paralelos encuanto a formas y tcnicas decorativas en la cermica de los sitios arriba mencionados. Ms an, esta hiptesis se ve reforzada con ciertos rasgos caractersticosen Valdivia como es la hendidura rectangular en la cabeza de las figurillas femeninas(Lathrap et al. 1975), rasgo encontrado en una cabeza escultrica de piedrabasltica en el sitio de Monte Grande (Tellenbach 1987:7, fig. 9b). Esta caracterstica tambin se apreciar durante el Formativo Medio en algunas representacionesescultricas de carcter religioso Cupisnique Clsico.

    Finalmente, se ha documentado tambin objetos elaborados en valvas de Spon-

    dylus princeps (Tellenbach 1987:6, fig. 9a), molusco ecuatorial sagrado en el mundoandino que, ms tarde, junto con el gran caracol marino Strombus, sern constantemente requeridos por las lites Cupisnique. Se inicia, adems, una intensivaexplotacin de la antracita, recurso mineralgico local que sirvi para laelaboracin de recipientes, ornamentos y espejos, siendo este mineral no metlicomuy importante durante el Formativo Medio en los cuales los Cupisnique tallaronornamentos con representaciones mticas (Larca 1941:99, figs. 147, 148) y espejos,en algunos casos asociados a shamanes (Elera en prensa).

    Formativo Medio-Temprano (1000-500 a.C.)Las condiciones de una economa agrcola estable complementa con recursos

    de subsistencia marina y de otros ambientes ecolgicos, as tambin la gradualinsercin de materiales exticos que se procesan en bienes suntuarios como losmoluscos de aguas ecuatoriales, turquesa, antracita, cristal de roca, lapislzuli entreotros, implicaron que las poblaciones crearan un a red de intercambio que estarabajo el dominio de las lites de los centros ceremoniales, complejizndose, a medida que pasara el tiempo, con la incorporacin de nuevas materias primas, comolos metales, y una produccin alfarera a gran escala, siendo una de lascaractersticas econmicas ms saltantes del Perodo Formativo Medio.

    El rol del centro ceremonial como edificacin que sintetiza el poder religioso ypoltico es el ms importante en esa poca. La orientacin y distribucin de los centros ceremoniales en determinados sectores de los valles llevan a establecer clarosconceptos en el manejo y dominio del espacio territorial. A su vez, es posible percibir que, sea cual fuese la escala de construccin y ornamentacin empleada en loscentros ceremoniales del Formativo Medio, stos estuvieron - e n la costa y sierranorte del P e r - bajo el marco de un a interrelacin intensa en la que subyaca lafuerza poderosa de una ideologa mgico-religiosa que conceptuaba un mundonatural sacralizado con la presencia de seres antropo-zoomorfos, fantsticos. Seaprecia como constante en el componente zoomorfo, la triloga felino-ave rapazreptil. Otros componentes faunsticos como peces, conchas y caracoles marinosasociados con el agua tambin estn presentes; cactceas con sustancias psicoactivas

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    y otras plantas junto a una casi "obsesiva" representacin de cabezas humanasdecapitadas relacionadas a la muerte son una constante percepcin de lo sagradoque est estrechamente vinculado a las fuerzas telricas y celestes que, en esencia,

    daran sentido cultural al ciclo vital humano en la mentalidad de las gentes quetenan poder en esas tempranas sociedades de los albores de la civilizacin andina.Los grandes y pequeos centros ceremoniales junto con los objetos de variadanaturaleza fsica asociados como ofrendas, as como tambin los procedentes delos contextos funerarios sirvieron de soporte a un impresionante despliegue deimgenes complejas de trasfondo mtico. As tambin, existi una profunda ydominante dramaturgia ritual practicada en los templos, que eran realzados porsu entorno ambiental inmediato. El rol significativo del especialista religioso conpoderes sobrenaturales en la vida terrenal, el mismo que estara ntimamente rela

    cionado al complejo de transformacin hombre-felino, ritos de fertilidad y el cultode los muertos, tiene una importancia ideolgica muy notable en este perodo. As,todo ese marco religioso no fue slo exclusivo de los especialistas religiosos, sinoque abarcaba la vida cotidiana o domstica de toda la comunidad. Creemos que esepensamiento mgico-religioso del hombre andino se gest durante el PerodoPrecermico y se defini, conceptualmente, durante el Perodo Formativo Medio.Para entender el mundo andino del ayer y de hoy - a pesar de la agresivatransculturacin existente- no se puede separar mecnicamente las actividadespolticas, econmicas, tecnolgicas o de otra ndole, de la esfera de lo sagrado, puessiempre han estado y estn profundamente ligadas.

    Tanto en los sitios del Formativo Medio de la costa y sierra norte como enla costa central se aprecia contextos iconogrficos donde subyacen conceptosreligiosos quedefinen, al menos, dos grandes tendencias en el estilo de los motivosrepresentados, los mismos que, temporalmente, coexisten en determinados centrosceremoniales, como en Chavn de Huntar. Una de las tendencias sera Cupisniquede la costa norte y la otra sera el estilo del mbito geogrfico cultural relacionadocon los sitios de Garagay, Cardal y Colinas-Ancn de la costa central reflejado encermica, como la documentada en la galera de las Ofrendas del Templo Antiguo(Lumbreras y Amat 1969) y algunas litoesculturas como el Obelisco Tello de complejas representaciones mitolgicas. Es as que, en muchos casos, los investigadoresemplean un generalizado uso de cultura "Chavn" o "Chavinoide" para adscribircon ello toda manifestacin cultural parecida al estilo del corpus ltico ornamentadode Chavn de Huntar de la sierra norte, sitio que a la luz de las ltimas evidenciasviene siendo gradualmente entendido con ms detalle. Por ejemplo, los antecedentes de las formas arquitectnicas del Templo Viejo como la plaza circular hundida,la forma de "U"; as como los volmenes piramidales articulados con escaleras,

    tienen sus antecedentes ms tempranos en formas arquitectnicas similares decentros ceremoniales del Precermico Final o Arcaico Superior costeo (Morales1981 :24; Moseley 1985:45). En el caso del Templo Nuevo, formas arquitectnicascomo la plaza cuadrangular hundida tiene sus antecedentes en sitios tales comoMonte Grande,en el Jequetepeque Medio (Tellenbach 1986); Cupisnique Medio

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    o Clsico tales como Huaca de Los Reyes, en el valle de Moche (Watanabe 1976)y Pacopampa (Rosas y Shady 1974). De igual manera, el uso de columnas tantoen una de las galeras interiores como las del prtico de las falcnidas del Templo

    Nuevo de Chavn son comunes en el mbito culturalmente Cupisnique y Pacopampa.Actualmente, se conoce varios templos, monumentales y pequeos, as como

    poblados y cementerios atribuidos a Cupisnique, los mismos que cubran el mbitogeogrfico de la costa y sierra nor-central y norte, bsicamente el litoral, sectoresbajo, medio y cabeceras de los valles de Lambayeque, Pacasmayo y Trujillo, mbitoterritorial integrado por grandes centros religiosos, cuyo carcter es necesarioaclarar, en cuanto al tipo de contactos entre ellos, bajo un marco ceremonial entrelas lites y los pobladores subordinados a su esfera de influencia.

    Un sitio monumental Cupisnique de suma importancia es Huaca de los Reyes,Complejo de Caballo Muerto en el valle de Moche. Varios investigadores hanpublicado valiosa informacin sobre los materiales usados, tecnologa, planeamiento arquitectnico, proceso constructivo e iconografa, as como las implicacionessociales, polticas y religiosas de este centro ceremonial y su rol en la gnesis de lacivilizacin andina (Moseley y Watanabe 1974; Pozorski 1975; Watanabe 1979;Conklin 1985).

    Cuando comparamos la cermica asociada y el estilo de los frisos de Huaca delos Reyes con los entierros del Formativo Medio-Temprano del valle de Chicama,stos corresponden a Cupisnique Medio o Clsico. Un ejemplo lo constituye la tumba Nm. 19 del cementerio de Barbacoa "A" excavada por Larco (1941:193-203).En realidad, la estructura funeraria no corresponde a una tumba, sino a una simplefosa cavada en el terreno en cuya base se document un muerto desarticulado desdela parte proximal de la columna vertebral, extremidades superiores y el crneo;pero, la parte correspondiente a las extremidades inferiores se encontraba in situhaciendo inferir que la verdadera posicin del muerto fue flexionada.

    El ajuar funerario es muy rico, destacando una botella de asa estribo, con arcoformalmente rectangular y gollete alto de paredes ligeramente cncavas. El cuerpoes de extremos achatados y parte medial carenada, decorado bajo la tcnica de lalnea incisa superficial con motivos antropo-felnicos (Larca 1941 :74, fig. 107). Estaestaba asociada a un ceramio escultrico de sorprendente calidad artstica en elmodelado, el Cual representa la expresin noble y serena de un anciano con lasorejas de un felino (Larca 1941 :40, fig. 53). Otros elementos culturales asociadoscorresponden a las "esptulas de alfarero" ricamente decoradas (Larca 1941:104,105; figs. 159-162). Al efectuarse comparaciones de parte del contenido del entierro19 con un sitio de naturaleza estructural y funcional diferente, en este caso la Huaca

    de los Reyes, observamos la misma recurrencia estilstica en los objetos del entierrode Chicama, con objetos asociados y elementos arquitectnicos de la Huaca delos Reyes. Esta deduccin se explicar a continuacin de manera tentativa.

    En las fases constructivas 1 y 2 de Huaca de los Reyes (Pozorski 1983:25, fig.

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    14) se han registrado, en asociacin fsica sobre los pisos, las mismas formas del asaestribo y ms an, los motivos de rostros antropo-felnicos de perfil, de comisurasredondeadas y colmillos entrabados de forma rectangular, identificados en una de

    las "esptulas de alfarero" , teniendo su paralelo iconogrfico con los frisos del sitiomencionado (Pozorski 1975:231, figs. 17-19).La cermica de Huaca de los Reyes y la del entierro 19 de Chicama corres

    ponden al tipo gris pulido, encontrndose la de los Reyes asociada a cermicagrafitada que pertenece, en la secuencia que establece Larco, a su CupisniqueTransitorio. Botellas de asa estribo decoradas con incisiones finas o modeladosescultricos de acabado rojo pulido, destacndose algunos motivos o partes delcomponente escultrico -generalmente de carcter naturalista- con la tcnica delgrafitado, presentan un arco ligeramente rectangular o cuadrangular similar a las

    botellas de asa estribo de color gris asociadas a la arquitectura de Huaca de losReyes.

    No slo en un contexto funerario que excav Larco se ha documentado rasgosanlogos con la cermica y con el estilo de los frisos de Huaca de los Reyes en susobjetos asociados, sino tambin en otros entierros (1941:178, 179). Finalmente, en elmbito geogrfico donde se levant Huaca de los Reyes se encuentra, en la localidadde Quirihuac, el inicio de una singular quebrada denominada Alto de las Guitarras.Esta quebrada conecta el valle de Moche con el de Vir. En un reconocimiento efectuado por el explorador Luis Torres Alva y el autor durante 1975 se apreci unaserie de rasgos, del sitio, sumamente interesantes. Antes de iniciar la ascensindesde Quirihuac se encuentra vestigios de un camino, posiblemente Cupisnique(Campana, comunicacin persona11992) junto a cementerios de la misma poca.La subida al sitio arqueolgico de las Guitarras resulta tortuoso, difcil y peligrosopero, una vez superados estos obstculos, hay que escalar un buen trecho hastallegar al sitio arqueolgico. Se trata de un extraordinario conjunto de petroglifos deestilo Cupisnique Clsico. Este sitio ya fue conocido por el investigador HansHorkheimer en la dcada del 60. La temtica de las representaciones es esencialmente religiosa. Lo notable del caso es que, al pie de los mismos, hay fuentes deagua - j ageys - que sirven de abrevadero a los animales salvajes de la zona. A suvez, estos espejos de agua reflejan el firmamento en conjuncin con las imgenes delas rocas. Esta especial impresin visual es muy posible que haya sido intencional.Lo interesante del caso es que una de las imgenes es un decapitador. En laiconografa religiosa Cupisnique Clsico cabezas decapitadas o decapitadores sonconstantemente representados. Conocemos un caso singular en relacin a unceramio escultrico del valle de Zaa donde se aprecia a un individuo autodegollndose (Figs. 2, 3, 4). El rostro presenta un tatuaje similar a una botella escultrica

    representando a un contorsionista procedente de Pumape. Lo destacable del tatuajees que uno de los "ojos cerrados" presenta, en la parte inferior, un ojo con pupilaexcntrica, rasgo caracterstico de las imgenes religiosas del Formativo Medio enlos Andes Centrales. De otro lado, una caracterstica saltante es la hendidura quese encuentra en la cabeza de este personaje que tambin es similar a las cabezas de

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    las figurillas de estilo Chorrera del Formativo ecuatoriano (Fig. 5).Volviendo al sitio de las Guitarras, ste se conecta con un camino que concluye

    en las plazoletas de Keneto, arquitectura de apariencia megaltica en el valle de

    Vir. Tendr que efectuarse trabajos arqueolgicos futuros para definir si elcamino-petroglifos-arquitectura megaltica de Keneto corresponden al mismo marcotemporal y cultural. Sin embargo, el estilo de los petroglifos es el mismo que el delos frisos de Huaca de los Reyes. Es muy posible que los especialistas religiososCupisnique de Huaca de los Reyes, bajo el marco especial de ritos y ceremoniales,utilizaran la quebrada de las Guitarras como parte de una serie de sitios que dabanacceso a lugares, posiblemente sagrados, mxime si varios referentes reales de suiconografa religiosa, como el felino, viven y se reproducen en estos parajesnaturales, como se explicar con detalle ms. adelante.

    Un sitio crucial para entender la problemtica Cupisnique es Pumape. Lacaleta de Pumape se ubica en el distrito de San Pedro de Lloc, litoral del hoy semidesrtico valle de Cupisnique, entre los valles de Chicama y J equetepeque, provincia de Pacasmayo. Se localiza entre las coordenadas geogrficas 79 32' 15" delatitud sur (Carta Nacional, hoja 16 E, Chcope, Departamento de La Libertad,

    Fig. 2 Personaje autodegollndose. EstiloCupisnique Clsico. Procedera deCayalt, valle de Zaa (Walter Alva,comunicacin personal 1990). Coleccin: Museo de la Nacin (Foto:.Yutaka Yoshii).

    Fig. 3 Detalle del autodegollarniento.Ntese el instrumento cortante y lagarganta ya cortada (Foto: YutakaYoshii).

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    o . 2 ;1 " 5, , I , I ' e , " "

    Fig. 4 Representacin de carcter religioso incidida en lnea fina superficialsobre el torso del personaje autodegollndose. El tono oscuro de laparte inferior corresponde a la hematita aplicada post-coccin.

    Fig. 5 Detalles del rostro y cabeza del personaje autodegollndose ..Los tonos oscuroscorresponden a la hematita aplicada post-coccin.

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    Per 1985).El sitio se encuentra hacia el lado nor-oeste de una afloracin rocosa

    denominada Cerro Pumape. Se aprecia, a su vez, una punta rocosa baada por

    el mar que, a manera de muelle, sirvi de puerto natural para las embarcacionestradicionales de totora hasta la dcada del 70, la misma que tambin servira parafines de embarque y desembarque en tiempos pre-hispnicos. As tambin, cercanoa Pumape, rodeado de los brazos que se originan de la quebrada o ro Cupisniquese encuentran bosques densos de acacias, lagunas con juncos y totorales, tierras decultivo, agua dulce a pocos metros de la superficie y parajes semi-desrticos, todosellos son fuentes de recursos que se utilizaron eficazmente durante las ocupacioneshumanas asentadas en la zona en el Perodo Formativo.

    La misin cientfica de Pumape del Museo de la Nacin del Per, codirigida

    por el autor y el arquelogo Pinilla Blenke (Elera y Pinilla 1990), fue concebidainicialmente como un proyecto de rescate ante la violenta depredacin que vena .

    . sufriendo el yacimiento arqueolgico a manos de profanadores de tumbas.Precisamente, en el ao 1989, realizando trabajos para el Museo de la Nacin,tuvimos acceso a varias colecciones privadas existentes en la regin del Jequetepeque donde pudimos observar numerosos y variados objetos arqueolgicos deafiliacin cultural Cupisnique, procedentes de un lugar, hasta entonces, desconocido en la literatura arqueolgica andina, llamado Pumape.

    En realidad, nos sorprendi la alta calidad de los objetos, dada su conser

    vacin y compleja iconografa. Como muestra de ello, tenemos la presencia de unmate de dimensiones pequeas, similar, formalmente, a los mates precermicosdocumentados por Junius Bird en Huaca Prieta, en el litoral del valle de Chicama(Bird y Hyslop 1985:70-74). El mate de Pumape tiene representaciones de felinosmticos eslabonados, los mismos que se vinculan al estilo de las rt!presentacionesiconogrficas de los famosos vasos de piedra Cupisnique del sitio de Limoncarro,del valle bajo de Jequetepeque.

    Otra pieza excepcional, proveniente de Pumape, la constituye una botella deasa estribo trapezoidal con un modelado escultrico antropomorfo de 38 cm dealtura. Se trata de un individuo, aparentemente muy joven - p o r la expresin delrost ro- , cuyas extremidades inferiores estn orientadas hacia la cabeza,. descansando la planta de los pies a la altura de la barbilla. La posicin flexionada, tpicade sus extremidades, lo tipifican como un contorsionista o un acrbata (Fig. 6).Clnicamente, se tratara de la enfermedad congnita de Marfn, manifestndosesta por una gran laxitud de todos los ligamentos y tendones; de all la granelasticidad de las extremidades del individuo que la sufre. A su vez, tienen fuertesproblemas en el transcurso de su vida, como dolores fuertes de columna, mal fun

    cionamiento de los rganos, etc. (Julio Injoque, especialista en Medicina General,comunicacin personal 1990).Segn los datos de procedencia de la botella estribo que representa al contor

    sionista, ste proceda de un entierro Cupisnique, cuya fosa funeraria alterada yotros elementos culturales asociados fueron encontrados durante nuestra primera

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    temporada de excavaciones en el sitio. El contorsionista de Pumape sostiene, en sumano izquierda, una serpiente; mientras que la mano derecha se encuentra faltante.La nica vestimenta es una truza.

    Resultan muy interesantes los motivos en lnea incisa fina superficial quedecoran el abdomen y parte del pecho, tratndose de una franja vertical con diseosexagonales y triangulares. En el interior de los exgonos se han representadocabezas humanas decapitadas y en los espacios triangulares "rostros sonrientes"(Fig. 7). El tobillo de la 'extremidad inferior lleva bandas en zig zag y una cabezahumana decapitada.

    El marco exagonal, en cuyo interior se ha incidido cabezas y rostros humanos,sean de perfilo frontales, son un rasgo distintivo de Cupisnique. Po r ejemplo, enpequeos recipientes de piedra (Larco 1941 :97, fig. 142). En la fase tarda de Cupis

    nique se documenta en la cermica del Morro de Eten y en objetos suntuarios deoro de Kuntur Wasi (Onuki 1990) incluido en el lejano sitio de Karwas, baha de laIndependencia, litoral del valle de lea, donde se le ha encontrado decorando finostextiles (Pinilla, comunicacin personal 1983).

    ,Realmente, debi haber causado asombro - e l mismo que causa h o y - la

    Fig. 6 El contorsionista de Pumape,litoral del semi-desrtico valle deCupisnique. Estilo CupisniqueClsico. Coleccin: Osear RodrguezRazzeto (Foto: Yutaka Yoshii).

    Fig. 7 Diseos de connotacin religiosaincididos en lnea fina superficialsobre el abdomen y pecho delcontorsionista de Pumape.

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    presentacin de un contorsionista, ms an, creemos que hubo un paralelo con laflexibilidad propia de la boa costea. Algo muy distintivo a este ofidio son losdiseos naturales a lo largo de todo el dorso de su cuerpo, consistiendo en trazos

    exagonales y triangulares en negro sobre fondo amarillento. Es muy probable que,la franja con diseos exagonales que decora el torso anterior flexionado del contor-sionista de Pumape se inspirara en los trazos de la macanche. De otro lado, el colornegro y amarillo son los mismos que los del jaguar y el tigrillo (Felis pardalis)especies -sobre todo el jaguar- sacralizadas durante el tiempo Cupisnique.

    Finalmente, el contorsionista de Pumape presenta paralelos anlogos conbotellas de la misma poca que se resguardan en el Museo Nacional de Arqueologay Antropologa de Lima y colecciones privadas (Lavalle y Lang 1981: 118).

    Los contorsionistas de la realidad cultural Cupisnique se comparan a represen-

    taciones escultricas parecidas a las documentadas en la Cultura Chorrera delEcuador, Formativo Tardo de los Andes Septentrionales (Gartel Mann 1985:178);tambin, en el Preclsico mesoamericano (Formativo Medio) de la altiplanicie delAnahuac, Mxico, durante el desarrollo de la cultura Tlatilco, coetneo a Cupisni-que Clsico del Per, se represent a estos enigmticos personajes (Ramrez1968:60). As tambin, la citada representacin escultrica se manifiesta en lacultura Colima del occidente de Mxico. Lo coincidente es que, su aparicin seenmarca al mismo marco temporal y cultural tanto en los Andes Centrales y Sep-tentrionales as como Mesoamrica.

    Frente al tipo y calidad de las evidencias como fuente de informacin comolas ya mencionadas, pero lamentablemente descontextuadas, es que efectuamos unexhaustivo reconocimiento, levantamiento planimtrico, cortes y excavaciones enrea, as como estudios multidisciplinarios en Pumape. Se trata de un sitio de msde 20 hectreas de poblados, cementerios, templos y otros contextos an por defi-nirse correspondientes a todos los momentos del Perodo Formativo.

    En Pumape, existi una notable variedad. de costumbres funerarias a travsdel tiempo. La primera ocupacin humana registrada tuvo prcticas mortuorias deuna tradicin que proviene de la poca precermica, con el cadver fuertemente fle-xionado que, envuelto en un tejido llano de algodn, era cubierto por una especie depetate tejido con fibra vegetal pura o, a veces, con urdimbre de algodn, el cual eracuidadosamente plegado sobre el cadver. Este era colocado en una fosa simple,poco profunda, sin mayor disposicin de ofrendas, marcndose, en algunos casos

    . la ubicacin con una gran piedra. Las fosas excavadas en la totalidad de la muestra(24) son individuales, pero con una tendencia a aglutinarse en grupos de tres o cincocuerpos distribuidos en forma aleatoria dentro del cementerio. Tampoco hay unpatrn definido en la orientacin de los cadveres con relacin a los puntos car-dinales; incluso, alguno de ellos, al ~ e r enterrados, llegaron a alterar otrosdepositados con anterioridad. La cermica asociada corresponde al estilo MonteGrande, la misma que tambin se ha documentado en reas de actividad domstica.La forma predominante es la olla sin cuello, con tiras sobrepuestas amuescadas;borde pulido, peinado y "botones" aplicados punteados.

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    El mismo patrn funerario bsico, pero con un notable enriquecimiento en loconcerniente a la forma y contenido, subsiste durante Cupisnique Medio o Clsicoque corresponde a la segunda ocupacin humana de Pumape. La fosa de tendencia

    circular es ms profunda, con un promedio de 1.5 metros bajo la superficie desdedonde fue excavada. El cadver, igualmente descansa de lado, fuertemente fle-xionado, envuelto en tejido de algodn y de junco. Excepcionalmente, los infantesfueron enterrados de cbito dorsal sobre una especie de camilla formada por unospalitos que le daban rigidez al conjunto. Los entierros, en general, tampocomuestran un patrn de orientacin definido y no parece evidenciarse una jerarquaen la distribucin de los entierros, aunque,hay que tener en cuenta que, la zonaexcavada con contextos de esta poca, se encontr alterada por profanadores,antiguos y contemporneos.

    Las ofrendas, constituidas por mates, cestos y cermica principalmente, sehallaron rodeando los cadveres, colocndose la ofrenda principal frente al crneodel sujeto. Los materiales orgnicos pudieron ser identificados y registradossolamente in situ, dado su precario estado de conservacin.

    La cermica asociada se encuentra compuesta por diversas modalidadesestilsticas coexistentes destacando las botellas monocromas gris o negra, de estribode forma trapezoidal con cuerpos escultricos, cuya plstica es de lo ms elaboradadurante el Formativo y comparable slo a la cermica Moche, de la cual es suantecedente ms temprano. Esta modalidad se encontr en la misma matriz

    estratigrfica que las botellas de asa estribo redondeada que Larco llam C u p i s n i ~que de Santa Ana. En su secuencia, sta es la ms reciente. Sin embargo, los datosde Pumape la ubican como contempornea a la modalidad Cupisnique Clsico.Igualmente, se encontr numerosos cuencos y tazones decorados con incisionesque, conjuntamente con los mates, conformaban los recipientes destinados a serutilizados por el difunto en la "otra vida". Es destacable una marcada imitacin dela cermica Cupisnique Clsico de Pumape a las diferentes formas dadas a laslagenarias, las mismas que se remontan a tiempos precermicos.

    Los cadveres (40 en total), a diferencia de la fase anterior, presentan, envarios casos, adornos consistentes en collares confeccionados en base a cuentashechas de conchas de bivalvos marinos como el Spondylus princeps,ncar dealgunas almejas tropicales, lapislzuli, turquesa y cristal de roca.

    En nuestra opinin, es factible apreciar rasgos en la cermica temprana de Pu-mape en directa conexin estilstica con la cermica Cupisnique Clsico. Incluso,las costumbres funerarias, en cuanto uso de rocas sobre los muertos flexionados- e n algunos casos uso de hematita y envoltorios tejidos con junco e hilos de algo-dn junto con telas del mismo material-, nos reflejan una tradicin cultural comn.Para nosotros, el componente Monte G ~ a n d ees, en realidad, la fase tempranadel estilo Cupisnique.

    Uno de los contextos funerarios que registramos (Entierro Nm. LVIII),perteneciente a la segunda ocupacin, corresponde a una mujer adulta flexionada(Fig. 8), la misma que estuvo asociada a implementos de tejido como, por ejemplo,

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    madejas de algodn dentro de un cuenco, piedra-tiza dentro de un cesto, agujas deespinas de cactus y la presencia de un espejo de antracita que es uno de los elementos de status durante Cupisnique Clsico.

    El ceramio ms importante asociado al entierro LVIII fue una botella de asaestribo escultrica monocroma (Fig. 9), que se encontr sobre la parte superior delprimer envoltorio tejido con junco e hilos de algodn; es decir, una vez cavada unafosa simple de 1.25 m de profundidad, se puso primero el tejido de junco y luego elcadver con el rostro pintado de hematita envuelto en tela, inclusive en la boca sele puso algodn en fibra. Luego de colocar cada uno de los objetos se procedi acerrar el evento funerario envolvindose con el tejido.de junco ya citado. Sobre estese coloc la botella junto con mates. Es relevante destacar la representacinescultrica del ceramio donde la dualidad de una textura pulida y otra no pulida

    causan un efecto esttico contrastante, muy notable. La representacin es un jaguaren actitud agresiva con colmillos de comisuras rectas y garras prominentes. Semodel, en alto relieve, escalones con voluta que se encuentran en la parte posteriordel cuerpo del ceramio. En la representacin de esta botella, cuando se compara contemas similares, se puede notar al felino con el rostro de perfil o frontal siempremostrando los colmillos en actitud agresiva. El cuerpo presenta diferentes posiciones: saliendo de una cueva, sentado, echado, parado -como el felino dePumape- cuyas garras presentan un paralelo con unas garras de felino de uno delos frisos de Huaca de los Reyes (Pozorski 1975).

    En esta representacin naturalista del felino, comnmente, ste est rodeadode cactceas columnares, boas y los infantables signos escalonados con voluta. La

    1 2 3 4 1. tapa de botella (junco)2. piedra con pigmento rojo3. mates4. botella escultrica5. envoltura de junco y algodn6. matriz del entierro

    6 7. envoltura del cadver8. cuenco con pigmento rojo9. espejo de antracita

    10. bolsa de junco11. ovillos de algodn12. tejido de algodn13. matriz de entierro distur

    bado

    Fig. 8 Entierro Nmero LVIII. Corresponde a una posible tejedora Cupisnique. Documentado en el sitio de Pumape. Dibujo reconstructivo: Luis Miguel Tokuda F.

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    Fig. 9 Botella de estilo Cupisnique Clsico con la representacin naturalista del jaguar.Asociado al entierro LVIII de Pumape (Foto: Yutaka Yoshii).

    myora de las botellas de asa estribo con el tema mencionado han provenido denumerosos cementerios profanados Cupisnique, localizados en la parte media delvalle de Jequetepeque (Alva 1986). A veces, los cuerpos de las botellas presentan elsigno escalonado con voluta modelado como es el caso de un ejemplar profanadode Pumape. En algunos ceramios se encuentra que, al felino naturalista, se le haaadido rasgos de ave de rapia (Polia 1988: 193).

    Cuando nos preguntamos por que hay una marcada recurrencia . de estarepresentacin en botellas funerarias, as como los felinos que decoran los templos,la respuesta no se hizo esperar. En realidad, la coexistencia del felino, boa y ave derapia junto a cactceas columnares identificadas como el San Pedro, tienen susreferentes reales en la naturaleza de ciertos ambientes ecolgicos. Se trata de los territorios de reproduccin de los felinos en zonas montaosas donde se localiza losjageys. A veces, resulta difcil de llegar a estos parajes debido a su accidentadatopografa. Por informacin oral de cazadores de Batn Grande, valle medio de LaLeche, ellos han visto en estos parajes al ampal, denominacin en lengua Mochicadel guila pescadora (Pandion haliaetus carolinensis), la cual pesca en los jageysdurante los meses de verano (don Esteban Mori, comunicacin personal 1980). Astambin, en una entrevista personal (1991) con don Julio Navarro, prestigiososhaman o curandero de la localidad de San Luis, Batn Grande, cuando l entra entrance alucinatorio y efecta su "vuelo mgico" durante sus ceremonias mgicoreligiosas dice que: "a veces me transformo en guila y con mi buena vista vido (veo)los buenos huachumales (aglomeraciones de cactus San Pedro) en los jageys dondetambin crecen plantas curanderas. A veces, converso con el tigre y las grandes ser-

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    pientes que viven cerca a los huachumales". Despus del trance -segn don Jul iose prepara para subir a los jageys de los cerros Coln o Chaparr donde lograrecolectar plantas medicinales y buenos San Pedros que, en su opinin, son los me

    jores para tener "virtud" (poder) en la vista. Lo concreto es que, los San Pedros mspotentes en mescalina se encuentran en parajes montaosos donde los suelos sonricos en minerales (Ostolaza 1980) y, por ende, son los lugares predilectos para larecoleccin de este cactus por los shamanes norteos.

    As tambin, los signos modelados del escalonado con voluta en la cermicaCupisnique han sido representados en cermica Moche adems. Iconogrficamentecorresponden a montaas' naturalistas con escenas de sacrificios humanos pordespeamiento, donde se aprecia, en la parte posterior, a un personaje antropofelnico observando, el cual tiene como asistente a una iguana humanizada. Lodestacable del caso es que esta montaa naturalista con personajes deidificadosjunto a seres humanos sacrificados, fue tambin modelada en botellas Moche comoun signo escalonado con voluta presentando los mismos personajes representadosen la montaa naturalista (Hocquenghem 1987).

    Este paralelo nos sugiere que, los signos escalonados con voluta son, enrealidad, representaciones de la montaa y, posiblemente, del agua (la voluta); masan, existe un vaso de piedra Cupisnique con la representacin de guilas conrasgos antropo-felnicos en actitud de vuelo "como saliendo del agua" (Fig. 10). Enuna de sus manos sostiene las valvas del Spondylus sp. yen la parte superior de lasalas desplegadas se encuentra los signos escalonados con voluta (Lapiner 1976).

    Es interesante dar a conocer que, en el mbito de Pumape,pese a su cercanaal mar, viven - e n los bosques- grandes boas y felinos. En el caso de los felinos, supresencia en el territorio bajo de Cupisnique corresponde a un mbito de residenciano de reproduccin. De igual manera, es comn observar, durante los meses deverano, la presencia del guila pescadora, ave migratoria nativa de norteamrica,que arriba anualmente al territorio andino, creemos que la percepcin de estos

    Fig. 10 Posible guilas marinas con rasgos felnicos y antropomorfos. Nteseque los personajes mticos sostienen valvas de Spondylus con apndicesserpentiformes. El diseo corresponde a un vaso de estilo CupisniqueClsico, valle del Jequetepeque (Lapiner 1975:64).

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    animales por el hombre Cupisnique, bajo una compleja simbologa religiosa, susten. ta un origen netamente costeo de la misma.

    Continuando con la descripcin del sitio de Pumape, la tercera ocupacin co

    rresponde a la fase tarda de Cupisnique. Sobre gran parte de la necrpolis Cupisnique Clsico 'se construy un gran templo. Numerosos entierros Cupisnique Clsicofueron alterados por la construccin. Slo se excav, en rea, un sector del mismo.La parte excavada corresponde a un a estructura platafrmica cuadrangular articulada por una gran escalinata. Los muros fueron construidos con grandes lajasde roca planas, de lados irregulares a manera de ortostatos de apariencia megalticaintercalada con piedras irregulares pequeas, unidas con barro. En determinadossectores del piso se encontr huellas de quema, as como el registro in si/u de unconjunto de moluscos marinos conteniendo, algunos de ellos, hematita junto a unmortero de cantos rodados con huella del mismo xido de hierro. Aparentemente,se tratara de una de las actividades practicadas en la estructura ceremonial, lamolienda de hematita. La hematita, as como el cinabrio, fueron recursos de sumaimportancia religiosa. Se utilizaron en la pigmentacin de los muertos e inclusiveen objetos. En el rea de Pumape, en el Cerro Azul, se ha podido documentarhematita como un recurso local al igual que el recurso antracita.

    Las tcnicas constructivas del templo de Pumape son las mismas que las de laarquitectura ceremonial del Morro de Eten, litoral del valle de Lambayeque (Elera1986) y las del sitio de Oyotn, valle medio de Zaa (Alva 1985). As tambin, u'ncamino con muro, similar a uno de los componentes arquitectnicos CupisniqueTardo del Morro de Eten, se levanta al pie de los cerros de' Monte Grande, vallemedio del Jequetepeque (Alva y Elera, observaciones en la zona 1981). Dichamodalidad constructiva, en realidad, es comn a varios sitios de los Andes Centrales como, por ejemplo, la arquitectura del templo de Wichqana en Ayacucho(Lumbreras 1974). El templo de Pumape fue abandonado por haber sufrido, engran parte, serios daos debido a una catstrofe natural asociada al fenmeno deun fuerte Nio durante el Formativo Medio-Tardo (500 a.C. aproximadamente).

    Testigos del evento que destruy gran parte del piso son las lajas cadas de losmuros y las escalinatas y las huellas de erosin por el agua. Con el tiempo, el templofue cubierto por arena elica, posiblemente algunos grupos humanos CupisniqueTardo se replegaron hacia las partes altas de los valles o se dirigieron hacia losvalles del sur, uno de los medio ambientes ms afectados por el Ni() fue el mar,fuente de subsistencia de suma importancia entre los Cupisnique. ,

    Durante el Formativo Tardo una nueva ocupacin humana apareci enPumape, posiblemente procedente del norte. Se trata de los Salinar, quienesutilizaron las reas del templo Cupisnique Tardo, ya cubiertas de arena, para cons

    truir sus casas. All se registr abundantes restos orgnicos de una economa orientada a la agricultura y el mar, as como una serie de restos culturales, destacando lacermica. Posteriormente, se us como cementerio; se document cuarenta entierros, cuyos cadveres se hallaron depositados extendidos de cbito ventral en fosasms profundas de entre 1 y 2 metros bajo la superficie de la poca Salinar. Estos

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    presentan un patrn bien definido de orientacin hacia el sur, reflejndose inclusiveen los entierros de perro que, en nmero de 11, se encuentran junto con los restoshumanos. En ambos casos, las ofrendas estaban conformadas por mates grandes y

    pequeos cortados por el ecuador y utilizados a modo de cuencos. Aparte de losmates, son escasos las ofrendas, limitndose stas a algunos piruros, cuentas y, enun solo caso, una olla de cermica decorada con bandas blancas verticales sobreuna base de engobe rojo. Estas ofrendas, al igual que los mates, se colocaron,preferentemente, a la altura del crneo de los cadveres, los que en algunos casos,fueron enterrados .con collares confeccionados con placas trabajadas en ncar.

    Entre los entierros excavados de esta poca encontramos dos excepcionales, loscuales no presentaban crneos (aparentemente estos fueron sacrificados). Inclusive,uno de ellos muestra las falanges de manos y pies cercenados por un instrumento

    cortante que ha dejado profundas huellas en los huesos de ambas extremidades. Enel otro cadver se coloc un gran mate, conteniendo cangrejos, que reemplazaba alcrneo, y junto al brazo derecho haba un collar con seis pequeas cuentas de oro.La densa ocupacin Salinar en Pumape marc el fin del Perodo Formativo en estesitio.

    Tambin quisiramos adelantar, que la abundante informacin obtenida sobrela alimentacin y economa de los Cupisnique a travs de su historia en Pumapenos advierte de profundos cambios climticos condicionados por fenmenos ENSO(El Nio Southern Oscilation; episodio que provoca un cambio de temperaturasuperficial del mar en la costa oeste de Sudamrica, provocando fuertes lluvias)sucesivos o de larga duracin, acontecidos a lo largo del Formativo (Elera, Pinilla yVsquez 1992). Tenemos evidencias, a travs de bioindicadores climticos, de lapredominancia de un rgimen de aguas fras durante el Formativo Temprano yMedio, reflejado en la abundante explotacin del caracol.gris (Thais choco/ata), del"pico de loro" (Ba/anus sp.), de grandes almejas (Euroma/ea rufa, Protothacathaca), chanque (Concho/epas concho/epas), etc. Todas estas especies marinas soncaractersticas de la provincia peruana fuertemente influenciada por las fras aguasde la Corriente Peruana o de Humboldt. En cambio, en lo concerniente al For-mativo Tardo, asociado a la ocupacin Salinar, no slo tenemos grandes cambiosen los patrones funerarios, sino tambin en los de subsistencia. Se incrementa elnmero de especies tropicales de crustceos, peces y moluscos, entre estos ltimostenemos registrados a los conocidos como: concha negra (Anadara tuberculosa),caracoles de manglar (Cerithidea mazat/anica, Cerithium stercusmuscarum), ostras(Ostrea angelica), almeja rayada (Chione subrugosa), almeja blanca (Protothacaasperrima), etc. Aparentemente, estos cambios ocasionaron abandono del sitio y sureocupacin, probablemente por otros grupos humanos provenientes del norte,

    con otras tradiciones y costumbres y con una economa basada en la pesca y la reco-leccin de las especies mencionadas; en la agricultura practicada en la hoy desrticaQuebrada de Cupisnique gracias a los cambios climticos registrados.

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    Formativo Medio-Tardo (500-200 a.C.)

    El Formativo Medio, en su etapa tarda, se caracteriza, en la costa y parte de

    la sierra norte, por la continuidad de Cupisnique. En la mayora de los sitios delFormativo Medio norteo vinculados a Cupisnique Clsico tanto del litoral comode los sectores bajo, medio y alto de los valles, es comn encontrar la continuidadocupacional de esta vigorosa tradicin cultural, pero con los cambios que a continuacin se detalla: algunos centros ceremoniales como Morro de Eten, construidosobre un cerro de origen gneo en el litoral de Lambayeque, estn asociados a unamina, donde se explot el oro. A su vez, la arquitectura ceremonial de este sitio: untemplo, mirador, camino ritual y los cementerios asociados, tienen una marcadaorientacin marina. Es as que Bischof (1984) postula el trmino de "dramaturgia

    ritual" vinculado a ritos de sacrificio al mar, siendo registrados en la orientaciny organizacin arquitectnica de sitios como Culebras, Las Aldas y el discursoiconogrfico de la fase constructiva 1 de Cerro Sechn de la costa nor-central.Adems, hay una relacin intensa del mbito culturalmente Cupisnique con el mbito de la Pennsula de Paracas, valle medio, bajo y litoral de lea y Palpa, as comotambin la cuenca de Ayacucho (Ochatoma 1985). La cermica Cupisnique Tardocomo tazas con vertederas, jarros con asa, vasijas tipo sombrero .con asa cintada,botellas de asa estribo redonda y reborde en el gollete, tazas de borde biselado dealta representatividad en el norte, tambin aparecen en el mbito sur-costeo mencionado, pero bajo mecanismos de contacto an por precisarse en un trabajo de investigacin futuro. La decoracin de la cermica Cupisnique Tardo, especialmenteen las botellas de asa estribo, es muy barroca y recargada con mucho nfasis enrepresentaciones mticas rodeadas de puntuaciones, peinados, escarificados, etc. Elasa estribo, formalmente trapezoidal en Cupisnique Clsico, gradualmente se haceredonda y maciza en Cupisnique Tardo, adquiriendo, el gollete, un reborde carenado o en media ojiva exterior, similar a la botella Moche 1 y a la botella Machalilla de Azuay, en el Ecuador (Lathrap et al. 1975:33, fig. 31) y rebordes de botellassilbato de pico y puente del estilo Chorrera de los Andes Septentrionales, realidadcultural que tuvo contactos con la realidad cultural Cupisnique, posiblementedentro del marco de intercambio del mullu y el caracol Strombus. En el templo delMorro de Eten documentamos capas de polvo de Spondylus sp. triturado comoofrenda. As tambin, la forma de la botella Chorrera se aprecia en un ejemplarCupisnique del mbito lambayecano (Lavalle y Lang 1981 :76, fig. 57). El uso deorejeras tipo "aro de servilleta", en Cupisnique, podra sugerir los contactos conChorrera. En cuanto a la maestra en la plstica de la cermica naturalista, enCupisnique Tardo decrece ligeramente en relacin a esa creatividad prstina y genialde la cermica Cupisnique Clsico.

    Durante la misma fase cultural se inici la minera y metalrgia del oro y plata.Sitios como Chongoyape, Sarpn, Morro de Eten, Cayalt, Tembladera, KunturWasi (Onuki et al. 1989; Onuki 1990) entre otros, reflejan un apreciable adelanto enla. elaboracin de ornamentos ricamente decorados con representaciones mgico-

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    religiosas inspiradas en la cosmovisin del jaguar. Tcnicas como la soldadurabimetlica de oro y plata (Lothrop 1941), repujado, recortado, etc., son comunes;pero, ya que stos son los antecedentes tecnolgicos ms tempranos en el norte, nos

    sirven para entender ms tarde la rica experiencia metalrgica Moche del mbitolambayecano y andino en general.

    Las prcticas funerarias, en cuanto a la pOsicin flexionada predominante delos muertos, tpicas durante Cupisnique Clsico, cambian a una posicin extendidadurante Cupisnique Tardo (Elera 1986:237). As tambin es posible notar que, losmismos rasgos que se aprecia en los entierros Cupisnique Clsico como espejos deantracita, "esptulas de alfarero" , cantos rodados pigmentados de hematita, valvasde Choromytilus chorus y otros ms, continan en la fase que denominamos Cupisnique Tardo, fase que es confundida como "Chavn Clsico". Tanto el sitio del

    Morro de Eten como el templo Cupisnique Tardo de Pumape fueron severamenteafectados por un catastrfico Nio, posiblemente el mismo.

    Para concluir, los orgenes de la metalrgia, las formas de la cermica, el usode pintura bicroma - q u e ya aparece en Cupisnique Tardo- , representacionesmticas como el personaje antropo-felnico: el Aia Paec con cinturn de serpientesprincipal deidad Moche-, as como el patrn funerario de los individuos inhumadosextendidos, configuran una situacin transicional - q u e todava amerita mayorinvestigacin arqueolgica- entre la vieja tradicin Cupisnique y los orgenes deMoche, siendo los valles de Lambayeque, Zaa, Jequetepeque, Chicama y Mochecruciales para entender esta problemtica de uno de los desarrollos culturales mssignificativos de los Andes Centrales.

    Conclusiones

    Planteamos la hiptesis de que, entre los Cupisnique, el culto del jaguar relacionado al complejo de transformacin hombre-felino y su parafernalia ritual fueuna cosmovisin bien definida, la misma que tuvo sus referentes reales en ciertosambientes montaosos de connotacin sagrada, localizados en las partes altas delos valles medios o cabeceras de los valles costeos. Esta cosmovisin actuara comoun medio de cohesin social, para la integracin poltica y religiosa entre las comunidades Cupisnique y sus lites adscritas a centros religiosos localizados tanto enel litoral, valle medio y cabeceras de los valles del flanco nor-occidental andino,los mismos que mantendran una fluida interaccin, bajo una intensa a ~ t i v i d a dceremonial, cuyo carcter y naturaleza es necesario investigar con mayor detalle enlo futuro. Habra que indagar, adems, qu tipo de relaciones existieron, a travsdel ceremonial, entre las lites Cupisnique, Pacopampa-Pacopampa (Rosas yShady 1970), o Huacaloma Tardo (Terada y Onuki 1985) de la sierra cajamarquina

    y Bagua (Shady 1987) del Maran. Muchos rasgos iconogrficos en la cermicason compartidos por estas tres culturas del Formativo Medio-Temprano .. Unasituacin similar sucedi durante el Formativo Inferior. Otra inquietud intelectuales definir, a profundidad, en torno a la relacin del Complejo Cultural Cupisniquey el sitio de Chavn de Huntar, ya que consideramos que muchos rasgos Cupisni-

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    que son compartidos por Chavn. Coincidentemente, las bases que sustentarn unreajuste cronolgico de la cermica Cupisnique ms fino y sus alcances sobre lavariabilidad existente en la misma y otros aspectos, provienen del mbito geogrfico

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