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: JESÚS DOMÍNGUEZ

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EL MUNDO

ESPECIAL SEMANA SANTA

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Pura maravilla de arte y emoción

C A S T I L L A Y L E Ó N

E. L .V / VALLADOLID

Cuando el mes de marzo da sus úl-timos coletazos, recién estrenada la primavera, la Semana Santa ha-ce acto de presencia. Los pasos y los hábitos de los cofrades toman las avenidas y plazas para reme-morar la Pasión de Jesús. La calle se convierte en un museo al aire li-bre con tallas de valor incalculable. Los instantes sobrios, castellanos, en los que la emoción toca el alma se suceden en cada rincón de Cas-tilla y León. Grandes ciudades, pueblos y villas muestran con or-gullo la Pasión. Diferentes mane-ras pero un mismo mensaje rodea-do, o bien de música, o bien de si-lencio. Días especiales donde, sea cual sea la creencia, tienen lugar momentos únicos e irrepetibles dignos de compartir con amigos, familiares, compañeros y fieles.

Cultura y tradición que con el es-fuerzo y cariño que caracteriza a las cofradías salen en procesión para complementar a la perfección los actos litúrgicos, que en tiempo

de Semana Santa realiza la Iglesia. Los cofrades durante estos días muestran el dolor de toda la huma-nidad especialmente de los más desfavorecidos, pero a la vez dan una maravillosa noticia: la Resu-rrección de Jesús. El silencio he-cho arte, penitencia y oración llena los corazones, incluso contagia a los que no creen en Dios.

Una cita que sorprende por la respetuosa actitud con la que los asistentes presencian el lento des-filar de los pasos, el redoble de los tambores, el recogimiento de los cofrades y el sonido leñoso de las carracas. Y el silencio, sobre todo, el silencio. Ese lenguaje invisible que fascina, que rompe por dentro, que hace reflexionar y entregarse a esa manifestación religiosa. Y eso que la pérdida de fe y algunos otros valores ha hecho modificar las re-glas del juego, no obstante, la Pa-sión es la Pasión. Ese acervo cultu-ral que adentra en la silente y con-movedora escenificación del dra-ma de Jesús se debe proteger. Im-ponentes actos que acercan la reli-

gión mucho más que los sermones desde el púlpito mayor.

A continuación, se realizará un repaso por las nueve provincias de la Comunidad para contar a gran-des rasgos sus peculiaridades, esos matices que cambian el color de la cara, directos al corazón y que ape-lan a lo mejor de cada una de las personas. Ritos que pasan de gene-ración en generación gracias a unos garantes diez: los cofrades. Un fervor que se mezcla con tradi-ciones paganas como el juego de las chapas o ‘matar judíos’ a sor-bos de limonada.

ÁVILA

Esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco al-berga una de las procesiones más importantes de Castilla y León: la del Cristo de las Batallas, un pe-queño busto del siglo XV que acompañó en sus campañas béli-cas a los Reyes Católicos y que des-cansa en el convento de Mosén Ru-bí. No hay imagen que se asemeja a esta talla, de apenas 50 centíme-

tros de altura. Recorre las calles de la capital abulense a la luz de las antorchas.

No es la única seña de identidad de esta Semana Santa declarada de Interés Turístico Internacional. En el madrugada del Viernes San-to tiene lugar el Vía Crucis de los Ajusticiados. El Cristo de los Ajus-ticiados, también llamado Cristo de la Buena Muerte, recorre la mu-ralla dejando imágenes únicas que cada año concentran a un mayor número de fieles. Se trata de una de las tallas más veneradas duran-te estos días santos. Cada estación está marcada por grandes cruces de madera situadas junto a la forti-ficación, en la que se dibuja su sombra en la noche.

Como curiosidad, desde el Miér-coles hasta el Sábado Santo, en el Casino se juega a los borregos y al bacarrá. Dos pasatiempos que se llevan a cabo cuando las procesio-nes se retiran y las imágenes sa-gradas regresan a la penumbra de los templos. Ni siquiera se prohi-bieron en los años de la posguerra

cuando ni el baile, ni el cine o el es-pectáculo podían realizarse. El pri-mero es una competición sencilla que requiere habilidad y suerte. En una mesa de billar retocada, el ju-gador golpea ocho bolas que están colocadas en línea, apuntando ha-cia el agujero que está situado en la esquina opuesta de la mesa. Si mete un número de bolas par, hace buena. Por el contrario, si mete un número de bolas impar, hace mala. En el juego se apuesta dinero des-de muy poco a altas cantidades. Si no mete ninguna bola, la tirada es nula. A las tres nulas se descalifica.

En la provincia, llama especial-mente la atención la procesión de los Romances de Navaluenga, en la que cuadrillas de romanceros se retan citando versos de Lope de Vega. Una batalla de la poesía en la que vence quien lo haga más rá-pido y sin equivocarse. Está decla-rada de Interés Turístico Regional y sus orígenes pudieron surgir en el siglo XVII como manifestación de fe durante la contrarreforma. Hace años era una costumbre re-

La Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno protagoniza la procesión de Los Pasos con el acto central del Encuentro en la Plaza Mayor de León. / ICAL

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>CASTILLA Y LEÓN

servada a los hombres, pero ya se encuentra abierta a mujeres y ni-ños. Al finalizar el famoso ‘pique’ todos juntos toman bollitos y limo-nada.

BURGOS

La Pasión burgalesa, declarada de Interés Turístico Nacional, cuenta con cofradías que datan de la Edad Media y están vinculadas a anti-guos gremios. La procesión que más miradas atrapa es la de La So-ledad, en la que se indulta a un preso. El perdonado oye cantar en Las Salesas. La Virgen, como mar-ca la tradición desde hace cinco si-glos, procesiona sola por las calles de la capital. De riguroso luto y en un silencio roto por las salvas que recibe en su salida del templo en el que prestó juramento el Cid Campeador.

Es, sin duda, una de las estam-pas más bonitas de la Semana San-ta. Y es que durante el desfile pro-cesional las monjas cantan a La So-ledad desde la celosía sin tener contacto físico alguno con ella. Ni con ella ni con las miles de perso-nas que se agolpan para disfrutar de este momento mágico que a tra-vés de la música busca calmar el dolor desgarrador de la madre de Jesús. Cabe destacar que la Cofra-día de Nuestra Señora de la Sole-dad y Santiago data del siglo XVI y fue pionera en el indulto de presos, tradición que se celebra desde 1945.

También destaca el Vía Crucis Penitencial por las laderas del par-que del Castillo del Lunes Santo. Durante el recorrido se recuerda el sufrimiento desde que Jesús fue hecho prisionero hasta su muerte en la cruz y su posterior resurrec-ción. 15 estaciones, 15 instantes en los que las paradas y las oraciones sirven de agradecimiento a Jesús por su muerte con la que liberó a los católicos del pecado. Los cofra-des de la Santa Columna llevan a hombros a la Cruz rústica con su-dario por las calles de San Esteban y la subida al Castillo hasta el mi-rador de la ciudad para volver a su punto de partida: la iglesia de San Esteban Protomártir.

En la provincia, destaca la baja-da del ángel de Aranda de Duero, un acto que, por su originalidad y tradición, atrae a centenares de viajeros cada año. Este momento tiene su origen en los Autos Sacra-mentos del Siglo del Oro. Un niño de corta edad vestido de ángel des-ciende de los cielos en una especie de huevo que se abre en el momen-to en el que la Virgen pasa por la plaza de la Iglesia de Santa María. El ángel sale y suelta dos palomas mientras le quita el luto a Nuestra Señora.

Otra cita ineludible es el Vía Cru-cis viviente de Covarrubias. Trági-co y estremecedor son las palabras que mejor definen a este instante de la Semana Santa burgalesa. Se celebra el Viernes Santo y reúne a unas 2.000 personas cada año. La procesión del Santo Entierro reco-rre las principales calles de la villa, flanqueada a sendos lados, por do-ce estaciones. Mudas y estáticas. Se celebra desde hace más de 30

años a propuesta de Rufino Var-gas. Hay momentos que arranca el aplauso, mientras que, en otros, las lágrimas contagian a los presentes que se mimetizan con la represen-tación. Una unión entrañable y fas-cinante.

PALENCIA

Uno de los actos más originales de la Semana Santa palentina es la función del Descendimiento en la plaza de la Inmaculada que organi-za la Cofradía del Santo Sepulcro, una de las más antiguas de la ciu-dad. Se trata de una escenificación en la que desde un estrado donde se sitúa el Cristo del Desenclavo, de Miguel Ángel Rojo, se simula el descendimiento retirando la coro-na de espinas, los clavos y el cartel. El broche a este momento lo pone una oración.

Se celebró en el siglo XVII, pero esta hermandad la volvió a recupe-rar en el año 2003. Se ha consoli-dado y es seguido cada vez por más fieles, curiosos y turistas. Es un ri-tual solemne en el que solo se es-cuchan las palabras del hermano que narra los pasos del Descendi-miento, el sonido de la música y el tintineo de una campanilla.

Declarada de Interés Turístico Internacional, mantiene cuatro de las cofradías penitenciales más an-

tiguas que se crearon en la Vieja Castilla a partir del Concilio de Trento. Así, es común encontrar tradiciones tan originales como el tararú, un sonido que sustituye a las carracas tradicionales sin rom-per la sobriedad de estos días san-tos. Esta especie de corneta identi-fica las paradas y reanudación de la procesión. El sabor de antaño también se disfruta en el saludo de los estandartes o la llamada de los hermanos con la que a golpe de va-ra en las puertas se convoca a los cofrades. Una banda sonora muy significativa, ya que en las proce-siones desfilan hermanos de todas las cofradías, aunque la organiza-ción no dependa de la suya. No hay que dejar pasar tampoco la Proce-sión de los Pasos o el Rompimien-to del Velo.

LEÓN

La Pasión leonesa es única. Decla-rada de Interés Turístico Interna-cional fusiona la tradición con la solemnidad. Sus cofrades se lla-man papones y son los verdaderos responsables de que todo funcione como hace muchos años se orques-tó. Sus momentos más interesan-tes son la noche del Jueves Santo, en la que tiene lugar la tradicional ronda para anunciar a las autori-dades que en pocas horas dará co-

mienzo la Procesión de los Pasos, la más popular de la ciudad.

Esta cita está organizada por la Cofradía del Dulce Nombre de Je-sús Nazareno y comienza a las sie-te y media de la mañana del Vier-nes Santo y transcurre por las ca-lles del casco histórico hasta pasa-das las cuatro de la tarde. El En-cuentro es uno de los momentos más emotivos. San Juan va a ver a la madre para confortarla y enju-gar sus lágrimas antes de encon-trarse con su hijo en la calle de la Amargura. San Juan realiza la re-verencia ante la Dolorosa, con los braceros rodilla al suelo, mientras el resto de pasos son mecidos a hombros.

La Pasión se remonta al siglo XVI y mezcla arte y devoción reli-giosa. Por sus calles procesionan obras de Juan de Juni, Gregorio Fernández, Luis Salvador Carmo-na, Víctor de los Ríos o Francisco Díez de Tudanca. Sus cofradías, al-gunas con más de cuatro siglos de existencia, se vuelcan en los actos para que cada año más gente deci-da pasar estos días en León.

No menos importante, aunque sin ningún tinte religioso, es el des-file de Genarín, un antiguo pelleje-ro conocido por su afición a la bue-na vida y por su asiduidad a burde-les y tabernas. Cuenta la leyenda

que fue atropellado por La Bonifa-cia, el primer camión de la basura que tuvo la ciudad, mientras orina-ba al lado de un cubo de la mura-lla.

En la actualidad el recuerdo de Genaro atrae a miles de personas, que procesionan en la medianoche del Jueves Santo. Este particular peregrinaje se inicia con una cena en la que se leen poesías y la Ho-milía del Año. Durante el recorrido se brinda, por supuesto, con orujo y se recuerdan sus cuatro milagros: la redención de la prostituta que le encontró muerto, la curación de un enfermo de riñón que orinó en el mismo lugar que el ‘santo’ borra-chín, el asesinato del ladrón del orujo y la victoria de La Cultural contra el Hércules en un partido que no empezó bien.

Otra tradición leonesa tiene lu-gar en el Barrio Húmedo. Allí, en los bares, se ‘matan judíos’, es de-cir, se toman limonadas y vinos con los amigos para festejar estos días festivos. En Ponferrada, Astorga y Sahagún también entienden a qué se refiere esta expresión. Además de la recomendable limonada, se pueden degustar torrijas, potaje de vigilia, sopas de trucha y otras deli-cias cuaresmales.

SALAMANCA

La ciudad Patrimonio de la Huma-nidad alberga lugares de excep-ción y en Semana Santa adquieren un color especial. El Jueves Santo tiene lugar la celebración de Los Oficios en la capilla vieja de la Uni-versidad, junto a las cenizas de Fray Luis de León. Se trata de una mezcla de acto litúrgico y acadé-mico en el que participan todos los docentes. Está considerado un claustro extraordinario, de hecho, los catedráticos portan su birrete.

Su Pasión está declarada de Inte-rés Turístico Internacional, ya que es una de las más arraigadas de Es-paña, incluso no se suspendió ni en los tiempos de la República. Ade-más, data de 1240. Fue entonces cuando surgió la congregación Los hermanos de la Penitencia de Cris-to, que fundaron una ermita con ad-vocación de la Santa Cruz en el Campo de San Francisco. Estos días santos destacan por su solemni-dad pero también por los conjuntos escultóricos que toman las calles.

El acto de la Promesa del Silen-cio o el Descendimiento, en el Pa-tio Chico, logran reunir a muchas personas. El primero tiene lugar el Martes Santo y arranca en la Cle-recía con la salida bajo los sones del himno universitario, Gaudea-mus Igitur, y escoltando la imagen del Cristo Crucificado y una Dolo-rosa de gran calidad artística. El espectacular recorrido está guiado por el silencio, la intimidad y el re-cogimiento. El Descendimiento, por su parte, se realiza el Viernes Santo desde el siglo XVII y prece-de a la procesión del Santo Entie-rro de la Cofradía de la Vera Cruz.

SEGOVIA La Semana Santa de la ciudad se-goviana es calidad de las imáge-nes, arraigada tradición, escena-

Procesión de Medinaceli en la Semana Santa de Ávila. / ICAL

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>CASTILLA Y LEÓN

rios que pisan las tallas declarados Patrimonio de la Humanidad e his-toria. Por un lado, ofrece bellos pa-sos; y por otro, una estampa única con el Acueducto como invitado de gala. Un ejemplo de museo al aire libre donde el arte de las tallas se funde con el arte de la calle es el Viernes Santo, cuando la procesión de los Pasos llega a la plaza de la Artillería, situada al lado de la ma-ravilla que los romanos construye-ron para transportar el agua.

No es el único ejemplo, donde los visitantes se quedan con la boca abierta. Ese mismo día al filo de las once de la noche, una hilera de lu-ces desciende por la carretera desde la localidad de Zamarramala con destino a la iglesia templaria de la Vera Cruz. Los vecinos acompañan a la procesión con antorchas y la pa-norámica es impresionante. Se pue-de admirar el Alcázar en todo su es-plendor. Además, se da la circuns-tancia de que a mitad del camino la comitiva se encuentra con la Orden de Malta, que forma el cortejo de la procesión del Santo Entierro y que custodia al Cristo hasta el final.

SORIA

Presenta una singular obra dramá-tica que desfila por sus calles. Ca-da cofradía protagoniza un desfile procesional que relata la Muerte y la Resurrección de Jesús y traslada los pasos desde sus iglesias hasta la concatedral de San Pedro Após-

tol, donde se atesoran con mimo todas las tallas. El Viernes Santo toman las calles para mostrar toda su belleza a quienes dedican tiem-po a admirarlas. Participan alrede-dor de mil cofrades y todas las imá-genes que han intervenido en los días pasados, en las diferentes co-mitivas, a las que se suma la Her-mandad del Santo entierro de Cris-to (que es la organizadora de la co-mitiva), y el Santo Sepulcro, que es una urna transportada a hombros de cristal y madera, en cuyo inte-rior está la talla Cristo yacente; participa también una reliquia de la Santa Cruz.

En la provincia soriana, destaca la Pasión del Burgo de Osma, que cuenta con diferentes pasos, entre ellos un Cristo Resucitado del siglo XVI, copia de un original de Juan de Juni. Merece una atención espe-cial el ‘felipecuarto’, como se cono-ce el traje que usa la Cofradía de la Vera Cruz inspirado en la época del monarca. Una indumentaria de gala y con ornamentos, sombreros, guantes y golas. Un atuendo que no deja indiferente a nadie, y más durante estos días.

VALLADOLID

Es una Semana Santa en mayúscu-las. Su apellido es de Interés Turís-tico Internacional, ya que, aparte de la ciudad, las dos Medinas tam-bién cuentan con este reconoci-miento. Medina del Campo, ade-más, tiene las procesiones de disci-

plinas más antiguas; y Medina de Rioseco el espíritu cofrade invade cada rincón de este municipio te-rracampino.

En la capital del Pisuerga cada Pasión se convierte en un aconteci-miento único seguido por un bata-llón muy fiel. Grandes imagineros de todos los tiempos salen a la ca-lle a hombros de los cofrades. Hay actividades para todos los gustos, pero las que calan en el corazón son el Encuentro del Martes Santo, donde las cornetas y tambores se paralizan por el encuentro entre la Virgen de las Angustias y su hijo en la plaza de Santa Cruz. Es un momento muy emotivo.

Tampoco se queda atrás el Ser-món de las Siete Palabras, el más espectacular auto sacramental que se desarrolla en España por su re-presentación, que antes es anun-ciado con un poético pregón por los diferentes puntos de la ciudad. Convierte a la Plaza Mayor en un teatro donde se escenifica un dra-ma.

Más tarde, llega la gran proce-sión, en la que participan miles de cofrades. Se sacan los pasos más representativos: el Prendimiento de Jesús en el huerto de los olivos, Ecce Homo, el Azotamiento del Se-ñor, las Siete Palabras del Cristo en la Cruz –con sus siete pasos–, la Cena con los Apóstoles, la Oración en el Huerto, los Preparativos para la Crucifixión, la Muerte y el Des-cendimiento en la Cruz, la figura

yacente e introducida en un sepul-cro. Está formada por 31 pasos, ta-llados en su mayoría en los siglos XVI y XVII, que sacan las 19 cofra-días penitenciales.

El dominico Vicente Ferrer fue quien instruyó estas procesiones en Medina del Campo. Una semilla que ha fructificado, y mucho. Po-cos lugares viven la Pasión como en esta localidad vallisoletana, prueba de ello son los más de 3.000 cofrades con los que cuenta esta villa de poco más de 20.000 habi-tantes. No menos espectacular es la Semana Santa de la Ciudad de los Almirantes. Bellas tallas, reali-zadas por los imagineros más rele-vantes de los siglos XVI y XVII, son portadas a hombros por los miem-bros de las 16 cofradías del muni-cipio. Uno de los momentos más emotivos es el baile del Longinos.

ZAMORA

La ciudad presume de su Semana Santa. No es para menos. El recogi-miento, el silencio y el sentimiento religioso son espectaculares, espe-cialmente en las procesiones noc-turnas y de madrugada. Destacan cuatro momentos clave. El primero tiene lugar el Lunes Santo en la pla-za de Santa Lucía. El canto de Jeru-salem, Jerusalem rompe un silen-cio sobrecogedor. Otro instante mágico es la procesión de las Ca-pas Pardas del Miércoles Santo. Se caracteriza porque es una proce-sión muy diferente a las que se pue-

den ver estos días en otras ciuda-des. Alrededor de 150 cofrades de la Hermandad de la Penitencia vis-ten la típica capa parda alistana so-bre traje oscuro y llevan un antiguo farol de hierro forjado. El único pa-so que portan es el Cristo del Am-paro, una talla de la primera mitad del siglo XVII y de autor desconoci-do, entonan el Miserere popular de la tierra de Aliste, comarca a la que está dedicada esta procesión.

Los otros dos instantes mágicos son el Miserere que se entona en la plaza de Viriato el Jueves Santo a la luz de los hachones de los cofra-des y la conocida como la proce-sión de los Borrachos, donde alre-dedor de 9.000 zamoranos desfilan desde las cinco de la mañana por las principales calles de la ciudad y comen sopas de ajo.

Zamora también llama la aten-ción porque mantiene viejas cos-tumbres y personajes como El Ba-randales y El Merlú, que preceden y anuncian el cortejo que llega de-trás. A las procesiones de la ciudad se suman las de los pueblos. Mere-cen una especial atención la Sema-na Santa de Toro, y los peculiares cagalentejas pidiendo limosna; y la Pasión de Bercianos de Aliste, don-de el Viernes Santo los cofrades desfilan con las mortajas confec-cionadas por sus prometidas con las que les enterrarán al morir. Una cita única, declarada Bien de Inte-rés Cultural, que sobrecoge a los presentes.

Procesión del Viernes Santo en Medina de Rioseco, declarada de Interés Turístico Internacional. / ICAL Desfile procesional de la Penitente Hermandad de Jesús Yacente de Zamora. / ICAL

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ÁV I L A

E. L. V. / ÁVILA

Son instantáneas únicas. Manifes-taciones que cuentan con identidad propia. La Semana Santa en la pro-vincia de Ávila ofrece a los vecinos y visitantes momentos singulares donde el tiempo se para y el cora-zón palpita como si se fuera a salir del pecho. El sentimiento está en ca-da paso y en cada mirada. Estam-pas que llegan al alma.

Cada procesión es diferente. Está llena de matices y despierta cientos de sentimientos. Algunas de ellas re-cuperan tradiciones de hace décadas. Con la particularidad de que la activi-dad de cofradías y hermandades se extendía no sólo a los días de la Pa-sión sino a lo largo de todo el año, se han llegado a documentar, siguiendo las recopilaciones y estudios realiza-dos por Emilio Iglesias, experto co-nocedor de la Semana Santa en la provincia y miembro de la Junta de Semana Santa de Ávila, hasta 188 municipios en los que la Cofradía de la Vera Cruz permanece en activo.

Es verdad que la procesión de los Romances, en Navaluenga, es la más conocida en la provincia abu-lense y cuenta con la declaración de Interés Turístico Regional, pero también existen muchos desfiles procesionales que no dejan indife-rentes a los presentes. Hasta en 10

localidades se entonan con más o menos celeridad y singularidad pro-pias, los romances de la Pasión que recogió el poeta y dramaturgo Lope de Vega en sus Rimas Sacras, pero también los romances de El Cartuja-no, como en Piedralaves o Mijares.

De la misma forma, en Bur-gohondo y El Barraco se celebran las Estampas de la Pasión y la Pa-sión Viviente, respectivamente, au-tos sacramentales que cada vez se extienden más por los municipios de la provincia y que, con plena im-plicación de los vecinos, se desarro-llan ya en ocho localidades, lo que ayuda a difundir estos días santos. Precisamente, con la meta de man-tener tradiciones y contribuir a que pasen de generación en generación, este año, los municipios de Mirueña de los Infanzones y Villaflor realiza-rán un acto de hermanamiento con sus respectivas semanas santas el 28 de abril, una vez finalizadas las celebraciones propias de la Pasión.

En las siguientes líneas se reali-zará un repaso por los ejemplos más significativos en la provincia.

PEÑALBA DE ÁVILA

Esta localidad perteneciente a la co-marca de La Moraña se caracteriza por los romances de la Pasión de Lope de Vega. Los vecinos proce-sionan con el Cristo desde la ermita

hasta el calvario situado a un kiló-metro del municipio entonando las rimas. Este emotivo momento tiene lugar el Jueves y el Viernes Santo.

BURGOHONDO

Su día grande es el Domingo de Ra-mos. Más de 50 actores recrean di-ferentes momentos de la Pasión. Comienzan su recorrido a las seis de la tarde en la Plaza Mayor. Fun-den matices religiosos y artísticos y consiguen emocionar a todos los asistentes por su impecable inter-pretación. Las Estampas de la Pa-sión reflejan los pescadores prepa-rando sus redes, la Última Cena, la Oración en el Huerto de los Olivos, y los Juicios a Jesús. También se puede ver el camino al Calvario, la Crucifixión y la Resurrección. Más de 600 personas presencian cada año este acto.

NAVALUENGA

La procesión de los Romances, de-clarada de Interés Turístico Regio-nal, congrega al público en torno a la tradición que se repite cada Se-mana Santa y que tiene como pro-tagonistas las Rimas Sacras que re-cogió Lope de Vega en el siglo XVII, cuando, siendo secretario de Pedro Dávila, señor de Villafranca y Las Navas, recorría estas tierras. El mo-mento más llamativo del desfile pro-

cesional se produce con ‘El Pique’, que enfrenta a dos cuadrillas de ro-manceros –solteros y casados– que se desafían para entonar más rápi-do y más alto, sin cometer errores, los versos del poeta del Siglo de Oro. Se celebra el Jueves Santo y parte de la iglesia parroquial de la Virgen de los Villares a partir de las 17.00 horas. Recorre varias calles del municipio hasta llegar a la ermi-ta. Se recitan en total 14 romances y 300 versos de Lope de Vega.

HERREROS DE SUSO

El Jueves Santo tiene lugar la pro-cesión del Prendimiento. Antes de la Hora Santa, alrededor de las diez y media de la noche, los vecinos, con los bolsillos llenos de piedras, salen de la iglesia portando la cruz parroquial. A paso ligero y en tono distendido, la conducen hasta la cruz de piedra, ubicada a las afue-ras de la localidad, donde, como símbolo de traición a Judas, se lan-zan piedras al monumento. De re-greso al templo, en señal de duelo, se entonan cantos de penitencia.

Además, tanto el Jueves Santo como el Viernes Santo se puede dis-frutar del Monumento del Señor, acompañado por dos lienzos de más de cinco metros de longitud que da-tan de finales del siglo XIX. Están en la iglesia parroquial.

BONILLA DE LA SIERRA

Una campanilla, una trompeta y un bombo anuncian la muerte de Je-sús. Coincidiendo con la mediano-che del Viernes Santo, tres encapu-chados recorren las calles del muni-cipio sólo portando estos tres ins-trumentos en señal de duelo. El re-corrido también lo repiten el Vier-nes Santo en la procesión del me-diodía y, ya con la cara descubierta, en la procesión del Santo Entierro que tiene lugar por la tarde.

VILLAREJO DEL VALLE

Las Rimas Sacras del gran Lope de Vega se convierten en las protago-nistas de los días santos. Se recitan tanto el Jueves como el Viernes Santo. Esta localidad del Valle del Tiétar también se caracteriza por-que sus habitantes mantienen una tradición que nada tiene que ver con los actos religiosos pero que con-grega a centenares de personas. Se trata del Juego de las Caras, que tie-ne lugar siempre de madrugada y se realiza con dos chapas de la épo-ca de Alfonso XII, en recuerdo de las monedas que pagaron los solda-dos por la túnica de Jesucristo.

EL BARRACO

Su día grande es el Sábado Santo, con la Pasión Viviente, que represen-ta diferentes momentos de la Pasión y Muerte de Jesús. Tiene lugar a par-tir de las ocho de la tarde cuando más de 60 vecinos toman las calles del pueblo, siguiendo el texto de Diego Martín Peñas. Es una jornada tanto para los que tienen sentimiento reli-gioso como para todos aquellos que quieren disfrutar de un espectáculo de calle, participativo, hecho por per-sonas que ponen todo su amor y arte para que estas estampas lleguen has-ta el último rincón del mundo.

ARÉVALO

El Miércoles Santo es la fecha para reservar. ¿Por qué? Se celebra la pro-cesión del Cristo de Fe y Las Angus-tias. A partir de las 23.00 horas parte este desfile procesional de la iglesia del Salvador y recorre algunas de las calles más emblemáticas hasta lle-gar al templo de San Juan Bautista. Está organizada por la cofradía de la Santa Vera Cruz y al principio no era una procesión, simplemente se tras-ladaba la imagen del Cristo hasta la iglesia de San Juan para que partici-para en el Vía Crucis, pero pronto se transformó en desfile formal y desta-ca en la Semana Santa arevalense por su sentimiento. Una vez en el templo se entona el Miserere, a mo-do de despedida, para después se-guir a Las Angustias en su soledad.

CANDELEDA

La procesión del Encuentro del Do-mingo de Resurrección es única. A las 11.00 horas tiene lugar este ins-tante mágico que se celebra antes de la misa de Resurrección. La ima-gen de la Virgen despojada de su manto de luto para lucir el blanco de la alegría y la pureza tras haber-se encontrado con su hijo resucita-do. Lágrimas y dolor que se trans-forman en gozo.

Procesión de los Romances en la localidad abulense de Navaluenga. / ICAL

Estampas con identidad propia

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E. L. V. / VALLADOLID

No todo van a ser procesiones, co-frades y pasos de Semana Santa. Castilla y León tiene más opciones para disfrutar de estas fechas san-tas. Aunque la excusa para acer-carse a cualquier rincón de las nueve provincias de la Comunidad sea la de contemplar este particu-lar museo al aire libre, el día tiene muchas horas y los planes son in-numerables. Uno de los que más seguidores tiene es el enoturismo.

Está en auge. Y no es para me-nos. Este gran legado cultural e histórico ofrece diversas rutas con muchas propuestas. Planes para sumergirse en el corazón de los vi-ñedos. Escapadas para disfrutar desde el paladar, pero también desde la vista, ya que las instantá-neas que ofrecen estos lugares son preciosas.

Una de las más famosas es la Ru-ta del Vino por la Ribera del Due-ro, que va desde Soria a Vallado-lid, pasando por Burgos. Recorre 115 kilómetros de este a oeste y 35 kilómetros de norte a sur. Cuenta con más de 21.000 hectáreas de vi-ñedo. Esta zona no se entiende sin el vino y sus bodegas que se mues-tran orgullosas a los visitantes. Cuenta con varias propuestas que giran alrededor de la naturaleza, la gastronomía y el patrimonio.

Una de las opciones que brinda es conocer el Duero, el eje que ver-tebra el territorio y ha condiciona-do históricamente el desarrollo de esta región. Junto a su cauce, que discurre suavemente por páramos, colinas y valles, aparecen pueblos llenos de encanto. Villas cuyas acti-vidades principales son la agricul-tura y el turismo. Con un poco de

tiempo no dude en realizar la Sen-da del Duero, un periplo de 42 eta-pas que discurre desde el nacimien-to hasta la desembocadura del río, de las cuales cinco pasan por la Ru-ta del Vino Ribera del Duero.

La gastronomía también juega un papel muy importante en esta propuesta. Quizá porque marida a la perfección con la Tinta del País. Los bares y establecimientos de es-tos municipios elaboran platos úni-cos, en los que dejan su sello, su marca. Son creaciones de autores, repletos de productos de la zona.

Uno de los protagonistas, como no podía ser de otra manera en Castilla y León, es el cordero le-chal. Asado en horno de leña y so-lo apto para los paladares más exi-gentes. Se puede combinar a la perfección con los embutidos cu-rados con la meteorología perfec-ta, setas de tierras sorianas, sopa castellana, selectas carnes de ca-

za, torta de aceite, empiñonados, hojaldres y yemas. Una explosión de sabores para los que buscan sentarse en una buena mesa.

A la opción más tradicional se suma una de las costumbres mejor conservadas: ir de tapas. Cual-quier momento es bueno para dis-frutar de pinchos con amigos y fa-miliares. Bocados de autor que ca-da año ganan más adeptos. Son verdaderas obras de arte que no dejan de sorprender tanto al pala-dearlas como al contemplarlas.

Otra propuesta no menos inte-resante es la Ruta del Vino por El Bierzo. Una comarca diferente lle-na de singularidades. Es un encla-ve para los que buscan productos diferentes. Sus vinos nada tienen que ver con las elaboraciones de Toro o Ribera del Duero. El carác-ter de estas referencias lo pone mencía, la uva autóctona, y las gentes de estas tierras. Allí, las bo-

degas sorprenden al visitante por una gastronomía muy propia con propuestas diferentes.

El paraje de Las Médulas es un rincón que hay que visitar sí o sí. Declarado Patrimonio de la Huma-nidad por la Unesco, es un regalo estético generado tras más de 200 años de explotación minera. Un paisaje único e irrepetible. Una mi-na a cielo abierto que hoy se ha convertido en un espacio irreal. Repleto de belleza. Para disfrutar aún más de su grandiosidad, pue-des acudir al Mirador del Orellán. No hay que pasar por alto la senda de las Valiñas, un paseo entre un bosque de castaños centenarios que se mezcla con el laberinto de picos, galerías y restos visibles de la explotación romana, y el lago de Carucedo, un bello humedal con ecosistema propio.

Los castillos y monasterios tam-bién son tesoros que esconde esta

ruta. Uno de ellos es la fortaleza de los Templarios en Ponferrada. De-clarado Monumento Nacional His-tórico, se emplaza sobre lo que fue un castro celta y más tarde un asentamiento romano y visigodo. Acoge la Biblioteca Templaria y Centro de Investigación y Estudios Históricos de Ponferrada, con cer-ca de 1.400 libros entre los que se incluyen facsímiles de obras de Leonardo Da Vinci. Otras joyas son el Castillo de Cornatel, próximo a las Médulas; el Castillo de Sarra-cín, situado estratégicamente en la margen derecha del valle, frente al castillo de Auctares, controlando ambos el paso de todos los viaje-ros; el Monasterio de San Pedro de Montes, erigido en el siglo VII; la iglesia de Peñalba de Santiago, de-clarada Bien de Interés Cultural en 1931, o el monasterio de Santa Ma-ría de Carracedelo.

La gastronomía de la zona es otra razón más para pasar, al me-nos, un día en esta fabulosa comar-ca, donde podrá disfrutar del rey de los paladares más singulares, el botillo. Está reconocido con la In-dicación Geográfica Protegida (IGP) y se elabora con porciones de costilla, rabo, espinazo, paleta, carrillera y lengua. Otras delicias con marchamo son los pimientos, la manzana reineta, la pera confe-rencia, las cerezas y las castañas.

La última opción en esta pro-puesta es una ruta por Rueda, To-ro y Arribes del Duero. Una pro-puesta sin competencia en la que visitar un buen número de bode-gas. En Rueda se podrán conocer los entresijos de los blancos que, en otros tiempos, fueron denosta-dos. Se podrá catar y valorar estos vinos. En Arribes del Duero, ade-más de elaboraciones, se disfruta-rá de un paisaje trazado por el Duero en su etapa final. Abandona tierras españolas y lo hace a lo grande, dejando como legado un espacio de gran valor paisajístico.

Un viaje por las rutas del vino T U R I S M O E N O L Ó G I C O

Una turista fotografía un viñedo situado en Castilla y León. / EL MUNDO

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corros de chapas tampoco dejarán indiferente a nadie.

El domingo, a las 11.30 horas, tendrá lugar la Procesión de la Bo-rriquilla, organizada por la Cofra-día de Nuestra Señora de los Dolo-res y Soledad. Partirá de la iglesia de Nuestra Señora del Castillo Vie-jo, hacia la plaza Santo Domingo, plaza Santa María, calle Virgen del Castillo, Plaza Mayor, plaza Reyes

Católicos, plaza Eliseo Ortiz, calle Palacio, calle Isaac García de Qui-rós, plaza Santa María, plaza San-to Domingo para desembocar en la iglesia Nuestra Señora del Cas-tillo Viejo.

El Jueves Santo en la Casa de Cultura, a partir de las 20.00 ho-ras, se celebrará el concierto de Pasión a cargo de la banda de mú-sica de Valencia de Don Juan. Al

día siguiente, Viernes Santo, tendrá lugar a las once de la mañana la pro-cesión del Encuentro. El paso de Jesús de Nazaret saldrá de la parroquia de San Pedro Apóstol y el de la Dolorosa de la iglesia de Nuestra Señora del Castillo Viejo, reuniéndo-se en la plaza de Santa María, donde se inicia el Vía Crucis.

La procesión del Santo Entierro es la más valo-rada por su organización general y por la calidad de sus seis pasos: el San-to Cristo de la Flagela-ción, portado por 44 bra-ceros; Jesús de Nazaret, pujado por 50 braceros;

El Bendito Cristo de Santa Marina (talla flamenca del siglo XV, pa-trón de la ciudad), portado por 32 braceros; Nuestra Señora de La Piedad (obra de Víctor de los Rí-os, 1960), pujada por 52 braceras; el Cristo Yacente-La Urna, porta-do por 20 braceros y La Dolorosa. La belleza de las imágenes de los pasos se complementa con la mú-sica de las cornetas y tambores de

las bandas de la Hermandad de Jesús de Nazaret y La Soledad. Comenzará a las ocho de la tarde y saldrá de la parroquia San Pe-dro Apóstol.

El Sábado Santo se celebrará la procesión de la Soledad, en la que el paso de La Dolorosa, pujado por 30 braceros y acompañado de la banda de cornetas y tambores de La Soledad recorrerá las principa-les calles coyantinas. El Domingo de Resurrección se producirá el momento mágico: el cambio del manto negro de la Virgen por uno blanco, como símbolo de alegría, la suelta de palomas y el descubri-miento de los papones. La proce-sión de la Resurrección arrancará a las once de la mañana. La Dolo-rosa partirá de la iglesia de Nues-tra Señora del Castillo Viejo y el Cristo de la Salvación lo hará des-de el local del Partido Popular. El encuentro, ese ansiado momento deseado por todos los fieles, llega-rá al mediodía en la Plaza Mayor.

El realce de esta tradición reli-giosa servirá para que muchas fa-milias acudan a la localidad leone-sa para conocer su rincones. Pla-nes hay para todos los públicos y en todas las épocas del año.

E. L. V. / LEÓN

Con verdadera fe y vocación. Va-lencia de Don Juan vivirá este año la Semana Santa con una dosis ex-tra de fervor, ya que estrena el tí-tulo de Interés Turístico Provincial por su Viernes Santo, un sello de reconocimiento turístico que re-percute en todos estos días. Hasta cinco procesiones se desarrollarán por la ciudad coyantina, gracias al buen hacer de la Cofradía de Nues-tra Señora de los Dolores y la Her-mandad de Jesús de Nazaret.

Son muchos los que elegirán es-ta localidad leonesa para pasar sus vacaciones, ya que, además de los desfiles procesionales de enor-me interés, conjuga a la perfec-ción arte, tradición y patrimonio. A los actos litúrgicos y de recogi-miento se añaden los destinados al ocio y, como no podía ser de otra manera, al buen comer y be-ber. Los bares y restaurantes ofre-cen una carta compuesta por vian-das de la tierra maridadas por vi-nos que desprenden en cada trago mucha historia y poso de los viti-cultores, que cada día se levantan para dar un paso más en sus ela-boraciones. Las limonadas y los

Procesión del Santo Entierro en Valencia de Don Juan. / EL MUNDO

El Viernes Santo estrena título

E. L. V. / LEÓN

Cada año más grande, más impor-tante y más atractiva. La Semana Santa de Ponferrada está repleta de momentos únicos, como el re-corrido del Nazareno Lambrión Chupacandiles, el sonido de los clarines y timbales al amanecer del Viernes Santo, convocando a los hermanos para la procesión del Encuentro, el traslado del Cristo de la Esperanza o el Vía Crucis Pe-nitencial en el Castillo de los Tem-plarios. Actos que cuentan con unos aliados que trabajan día a día para que todo salga según lo pre-visto. Estos son: la Real Herman-dad de Jesús Nazareno, la Cofra-

día de Jesús Nazareno del Silen-cio, la Cofradía de Santiago Após-tol y la Hermandad del Cristo de la Redención y Nuestra Señora del Carmen.

La Pasión llena de vecinos y visi-tantes las calles y plazas, que acu-den para disfrutar del valor históri-co y artístico de la imaginería, del cromatismo de la indumentaria de nazarenos y cofrades, del sonido y también del silencio, y de los olo-res y sabores que evocan los mejo-res recuerdos de la infancia. Unos días para disfrutar en familia y ro-deado de tradiciones, historia y cul-tura berciana. Una fiesta de Interés Turístico Nacional que forma parte del acervo cultural de los ponferra-

dinos, con sus ritos, costumbres, imágenes y procesiones, convir-tiéndose en un importante valor tu-rístico para la ciudad.

El momento que más público atrae es el amanecer del Viernes Santo cuando grupos de cofrades de la Hermandad de Jesús Nazareno, llamados corredores, con la típica túnica negra recorren las calles con clarines y timbales convocando a los hermanos a la procesión del En-

cuentro entre la Ma-dre Dolorosa y el Nazareno. Otro ins-tante genuino y que sorprende (y mu-cho) a los turistas es el cofrade enlutado que, acompañado de chiquillos, anun-cia con una campa-nilla por las calles la celebración de la Semana Santa. Se trata del Lambrión Chupacandiles.

Respecto a las novedades, la cere-monia del Desen-clavo del Viernes Santo tendrá lugar por primera vez en la historia en la pla-

za de la Encina y no en el interior de la Basílica, como se venía desarro-llando desde el siglo XVIII. También se producirá un cambio en el reco-rrido del Santo Entierro, que evita-rá la calle del Paraisín y procesiona-rá desde la Basílica hasta la plaza del Ayuntamiento pasando por la calle del Reloj.

Cabe recordar que la Pasión ber-ciana hunde sus raíces en el siglo IV, en concreto, en una carta que

la monja Egeria escribió a los mon-jes del Bierzo. En ella relató su pe-regrinación a Jerusalén y cómo ce-lebraban el Domingo de Resurrec-ción y la Muerte del Señor. En Pon-ferrada hay testimonios de celebra-ciones desde los primeros siglos del segundo milenio.

La primera cofradía fue la de-saparecida Hermandad de la Ve-ra Cruz y la más joven es la Her-mandad del Cristo de la Reden-ción y Nuestra Señora del Car-men que celebra en el barrio de La Placa su procesión del Cristo de la Redención. La más antigua de las existentes es la Real Her-mandad de Jesús Nazareno, pro-tagonista de las procesiones des-de el siglo XVI hasta mediados del siglo XX.

Junto al arte en la calle, los amantes de la Pasión pueden visi-tar el Museo de la Semana Santa. En la antigua iglesia de San Anto-nio se puede contemplar una inte-resante muestra de escultura en madera policromada desde el siglo XVII hasta el siglo XX. Además se exponen documentos, orfebrería y diversas piezas que conforman la tradición de estos días santos. El broche lo pondrá la limonada, la bebida tradicional de estas fechas.

Fervor y rito de Interés Nacional

Procesión del Vía Crucis Penitencial en Ponferrada. / E. M.

VA L E N C I A D E D O N J U A N

P O N F E R R A D A

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E. L. V. / LEÓN

Llega la Semana Santa y con ella la tradición de ‘matar judíos’ a golpe de limonada. En El Bierzo se festejan así estos días santos. Su intención no es herir sensibi-lidades, pero esta celebración se remonta siglos atrás y su origen se pierde entre los enfrenta-mientos de cristianos y judíos que marcaron el Medievo. Sus fieles van de bar en bar tomando un brebaje que tiene como ingre-dientes básicos vino, azúcar, fru-ta y canela. Una bebida diferen-te con intríngulis.

Aunque se puede degustar todos los días del año, durante la Pasión los estable-cimientos leoneses se llenan para probar esta delicia que guar-da el secreto de sus maestros. Algunos de ellos desvelan pe-queñas pinceladas como que no hay que echar todo el azúcar al comienzo del pro-ceso, sino añadir tres cuartas partes en el inicio e ir agregando un poco más todos los días para llegar al punto justo. Un pun-to en el que también tiene mucho que ver que tiene que estar en reposo entre ocho y diez días para que la fruta suelte todo su sabor en maceración con el vino y el azú-car.

¿De dónde viene esta expresión que se utiliza en esta comar-ca para tomar tra-gos? Existen varias opciones. Uno de los estudios recoge que nació a finales del siglo XII cuando se produjeron una serie de asaltos a las juderías de León. El ataque obligó a los ju-díos a huir y buscar un nuevo refugio, que se situó en lo que hoy es el barrio de Santa Ana y la plaza de San Martín.

Los historiadores también co-mentan que el impulsor de esta tradición fue el noble leonés Sue-ro de Quiñones, famoso por su defensa del puente sobre el río Órbigo. Las tradicionales justas medievales reúnen cada año a más personas el primer fin de se-mana de junio en Hospital de Ór-bigo. El noble tenía una deuda con un prestamista y para evitar su pago recordó a los cristianos las implicaciones de los judíos en la muerte y crucifixión de Jesu-

cristo. El Jueves y el Viernes San-to, Suero de Quiñones y otros ca-balleros arrasaron la judería y asesinaron a varios judíos. Feste-jaron el hecho con vino.

Otra versión es que se empezó a utilizar esta expresión porque había muchos ataques de judíos en Semana Santa y las autorida-des para ahuyentarlos, decidie-ron permitir esta bebida en las tabernas para que antes que lle-garan al campo de batalla, se emborracharan y desistieran de su idea inicial. Otro posible ori-gen recoge que la limonada evo-

caba una de las siete palabras que evocó Jesucristo en su pa-sión.

Se preparan cientos de litros, eso sí, los establecimientos leo-neses la ofertan todo el año, pe-ro en estas fechas su consumo se incrementa mucho. Lo que es-tá claro es que es tiempo de ‘ma-tar judíos’. Tiempo de reunirse alrededor de una mesa con va-sos de limonadas, cecina, sopa de truchas y todo tipo de manja-res de la tierra y, por supuesto, amigos que intercambien anéc-dotas y vivencias de tiempos pa-sados, presentes y futuros. Un trago como manda la tradición en Ponferrada, Astorga o Saha-gún de Campos desde el Viernes Santo hasta el Domingo de Re-surrección.

‘Matar judíos’ a tragos de limonada

T R A D I C I O N E S

Una jarra de limonada con dos vasos. / E. PRESS

E. L. V. / LEÓN

Villaquilambre ofrece una aven-tura cercana para la Semana Santa. Un plan diferente para realizar en familia o con amigos. Una propuesta para respirar ai-re limpio. Un destino perfecto para una escapada de un día. So-lamente se necesita una bicicle-ta y muchas ganas de pasárselo bien. Turismo activo ligado a la cultura propia de esta localidad leonesa. Un placer cada vez más extendido. Y es que viajar en bi-cicleta es perfecto porque es un medio de transporte que tiene la velocidad justa para avanzar pe-ro también para percibir los olo-res y colores, relacionarte con la población local y empaparte de lo que te rodea.

El mundo está lleno de pro-puestas, sin embargo, en este en-clave aparece una muy interesan-te. Arranca en la iglesia de Villa-rrodrigo de las Regueras. Discu-rre entre prados hasta llegar al ca-rril bici del Torío. El turista conti-núa por un camino paralelo al ca-rril bici y río arriba hasta desem-bocar en una presa que los cruza. Hay que tomar el camino de la iz-quierda, paralelo a la presa hasta llegar a Robledo de Torío. A con-tinuación, la senda regala una de sus joyas más preciadas: una casa solariega con escudo en la facha-da. Tomando la calle que sale a la derecha de la casa se llega al tem-plo del pueblo, desde donde se prosigue por un camino que dis-curre entre prados. Este recorrido lleva al aventurero pasado el ce-menterio a un cruce, donde ten-drá que tomar el camino de la iz-quierda hacia Caminón y la zona de urbanizaciones. Más adelante tiene que coger la carretera que

une Villaquilambre con Villarro-drigo hasta la rotonda y encami-narse por la urbanización de Las Barreras para comenzar el cami-no de regreso a Villarrodrigo de las Regueras.

Respecto al patrimonio artísti-co, Villaquilambre brinda al visi-tante las construcciones tradicio-nales de la zona que están hechas de adobe –ladrillos de arcilla con restos de paja y secados al sol–, tapial –construcción a base de ar-cilla compactada y encofrada con maderas hasta su secado– y canto rodado. Estos materiales son abundantes en la zona de la ribe-ra del río Torío de manera que era fácil obtenerlos. La ruta tiene una extensión de siete kilómetros y el tiempo de duración es de una ho-ra y 40 minutos.

A lo largo del tramo paralelo al carril bici, aparecen chopos, fres-nos, sauces, alisos y álamos como árboles más importantes. Las es-pecies arbustivas dominantes son rosales silvestres, zarzas y espi-nos. Además, el turista puede dis-

frutar de una panorámica llena de tradición. Las zonas de cultivo es-tán dedicadas a prados de siega y cultivo de cereales, atravesadas por numerosas presas utilizadas para riego. También destacan las sebes o cercados naturales forma-dos por especies espinosas y ár-boles, tejidas por el hombre. Se puede observar cigüeñas y zarzas en la zona de la ribera, y milanos en la campiña.

Cabe destacar que en una de las rutas en bicicleta se puede disfru-tar de la presa blanca, propiedad de la Catedral de León y recibe es-te nombre como un tributo a la imagen mariana que luce en su in-terior. Nace en el Torío, en con-creto en Villamoros, pasando por Villaobispo y León para desembo-car en este río a la altura de Puen-tecastro tras pasar por la Canda-mia. Durante la Edad Media el aprovechamiento de las aguas de esta presa provocó numerosos pleitos entre los vecinos de los pueblos y el Cabildo de la Cate-dral de León.

Turismo a golpe de pedal

Un turista por el carril bici de Villaquilambre. / EL MUNDO

V I L L A Q U I L A M B R E

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PA L E N C I A

E. L. V. / PALENCIA

Vacaciones a la vista y seguro que no quieres quedarte en casa. Si no sabes muy bien cómo elegir dónde pasar tus próximas vacaciones, a continuación te hacemos propuestas singulares para disfrutar de la Sema-na Santa de una manera diferente. Una escapada para realizar tanto con niños como con amigos, en la que la naturaleza, el arte y la gastro-nomía juegan un papel crucial.

La provincia palentina es una op-ción de éxito. Reúne todo lo que bus-can los turistas para pasar unos días agradables. Para los amantes de la bicicleta, el norte tiene unas posibili-dades infinitas. Son muchas las ru-tas para perderse y volverse a encon-trar con el arte, la naturaleza y la montaña. Un paraíso para dejarse llevar y gozar del paisaje natural, pe-ro también de la mayor concentra-ción de monumentos románicos de Europa.

No extrañará el lema ‘Pedaleando por el Románico’ y que entre pedala-da y pedalada se pueda disfrutar del gran Monasterio de Santa María la Real en Aguilar de Campoo, un her-moso monumento histórico artístico nacional construido entre los siglos XII y XIII, y que, como contrapunto a este maravillo enclave, se pueda vi-sitar la pequeña joya románica de la iglesia de Santa Cecilia de Vallespi-

noso de Aguilar o que en la cercana Corvio podamos visitar la iglesia de Santa Julia y también descubrir una necrópolis de tumbas excavadas en la roca natural.

El siguiente alto en el camino pue-de ser la iglesia de San Martín Obis-po en Matalbaniega. En este lugar del siglo XII se pueden contemplar más de 70 canecillos de la cornisa decorados con animales, músicos, fi-guras eróticas y vegetación.

Otras joyas salpicadas por el norte de Palencia son la iglesia de Santa María la Real de Cillamayor, donde se encuentra una pila bautismal de Pedro de Cilla; la ermita de Santa Eu-lalia de Barrio de Santa María, y otras muchas iglesias románicas en el en-torno de Aguilar de Campoo, locali-dad que albergará próximamente la exposición Edades del Hombre.

Un ejemplo de fusión entre romá-

nico y naturaleza. Opciones hay pa-ra todos los gustos, así que lo mejor es calzarse el maillot y lanzarse a la naturaleza desde las dos ruedas, en-tre otras opciones.

Próxima a la localidad de Aguilar de Campoo, y de visita obligada es la Cueva de los Franceses, un espa-cio protegido donde la naturaleza ha hecho de las suyas para sorpren-der al visitante. Se trata de un lugar de origen kárstico, donde se dibu-jan relieves caprichosos, como si-mas, lapiaces o salas repletas de es-talactitas, estalagmitas y espectacu-lares coladas.

La cueva, que se ubica en Revilla de Pomar, en el recientemente de-clarado por la Unesco Geoparque Mundial de las Loras, se puede visi-tar con reserva previa. A ella se acce-de desde un túnel artificial excavado en la roca caliza del páramo, de 62

metros de recorrido y obstruido por tres portillones de cierre en esclusa que eliminan la corriente térmica pa-ra mantener las condiciones necesa-rias para su conservación. Pero, ojo, tampoco hay que perderse otros mo-numentos obra de la naturaleza co-mo el espacio natural de Covalagua, cuya cascada luce en estas fechas en todo su esplendor.

Otras estampas para disfrutar du-rante estos días santos son las ci-mas de más de 2.000 metros como Espigüete, Peña Prieta o Curava-cas, que abren senderos y valles re-pletos de instantáneas de belleza única en cualquier época del año. Si estás leyendo estas líneas y quieres conocer paisajes de cuento, no du-des en visitar bosques encantados como La Tejeda de Tosande o el Ro-blón de Estalaya.

La provincia palentina ofrece va-rias rutas para hacer a pie. La Senda de Fuente Cobre, donde podrá ver el nacimiento del río Pisuerga y la Cueva del Cobre; la Cascada de Ma-zobre que pivota alrededor del pico Espigüete o la Senda de Ursi, un pe-riplo de 11 kilómetros que rinde ho-menaje al escultor palentino Ursici-nio Martínez.

Sería un pecado en estas fechas dejar de lado la llamada Tierra de Campos, una comarca que seduce por sí misma y se engrandece con lu-gares como la Iglesia–Museo de San-

ta Eulalia, en Paredes de Nava, con su espectacular retablo mayor, obra de Pedro Berruguete; el espacio as-tronómico, con la única meridiana en funcionamiento de España, de San Pedro Cultural, en Becerril de Campos; o los artesonados mudéja-res que adornan las techumbres de los templos en las llamadas Tierras del Renacimiento con ejemplos se-ñeros como los de Cisneros o Fuen-tes de Nava. Ello sin olvidar las igle-sias con porte de catedral, varadas como barcos en medio del cereal, en Santoyo, Amusco o Támara de Cam-pos, cerca de esa joya de la ingenie-ría de la Ilustración que es el famoso Canal de Castilla.

El broche a esta escapada por la provincia lo pone su gastronomía, en la que no faltan los productos am-parados bajo el marchamo de cali-dad ‘Alimentos de Palencia’. Apro-vechando estas fechas, tienen lugar distintas jornadas gastronómicas, como la ‘Ruta del Cofrade’, en Guar-do, donde se ofrecen tapas y menús gastronómicos de Cuaresma; las de la ‘Montaña Palentina’, en las que se pueden redescubrir los platos más tradicionales, cocinados con sabidu-ría y buen hacer; y la ‘Tapa del Ben-dito Bacalao’, en Palencia, donde se ofrece a los clientes una tapa elabo-rada para la ocasión y que tiene co-mo ingrediente principal el bacalao, el pescado de Cuaresma.

Cañón de la Horadada situado en la montaña palentina. / ARGEOL

Escapada al corazón de la provincia

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E. L. V. / PALENCIA

El silencio y los murmullos de ad-miración abrirán paso a las proce-siones que se sucederán hasta el Domingo de Resurrección. La Se-mana Santa de Palencia, declarada de Interés Turístico Internacional, data del siglo XV y cuenta con nue-ve cofradías. Se caracteriza por su elegancia, sobriedad, sencillez, si-lencio, solemnidad, respeto, recogi-miento y calidad de su imaginería.

36 pasos procesionales a los que se sumará por primera vez Nuestra Señora de los Ángeles pertenecien-te a la Hermandad Franciscana de la Virgen de la Piedad en la proce-sión de Luz y Tinieblas, que se cele-brará el Miércoles Santo, los toques de Tararú, la llamada de los herma-nos, los saludos de los estandartes y, sobre todo, la alta participación harán que estos días sean muy es-peciales para todos aquellos que eli-jan la capital palentina como desti-no vacacional.

Se trata de una representación fiel del carácter castellano, que se proyecta mediante sus procesiones, pasos y actos penitenciales tanto a propios como a todas aquellas per-sonas que visitan esta tierra. Desde el Ayuntamiento esperan que sean más que en la edición anterior para recompensar el esfuerzo, el trabajo y la ilusión de todas las personas que la hacen posible.

Para ello, cuenta con una página web renovada que se completa con una aplicación para dispositivos móviles, novedad de hace cuatro años, que, totalmente actualizada, se pone de nuevo en servicio para

conocer en tiempo real toda la in-formación de estos días de Pasión: procesiones, cofradías, historia, previsiones meteorológicas, activi-dades en el pórtico... Además, se dispondrá de un punto de informa-ción en la zona centro de la capital para poder recoger cualquier pro-grama, cartel o folleto relativo a la Semana Santa o actividades que se desarrollan en su marco, ubicado en el mismo sitio, trasera del Ayun-tamiento.

Durante este tiempo se volverá a revivir la muerte del Redentor, que se hizo hombre y bajó a la tierra pa-ra salvar a la humanidad. Mañana tendrá lugar la procesión de Piedad y Reconciliación, a partir de las sie-te de la tarde. Con motivo del deci-moquinto aniversario de la funda-ción de la hermandad y el vigésimo de los Amigos de San Francisco la procesión transcurrirá por el centro de la ciudad, centrando el acto prin-cipal, la Reconciliación, en la iglesia de San Francisco.

El domingo las palmas tomarán el centro. La procesión, una de las históricas de la Semana Santa, con-memorará la entrada de Jesús en Jerusalén. En ella, los cofrades por-tarán alegres palmas con las que aclamarán, en especial, los jóvenes, a La Borriquilla. Por la tarde, tendrá lugar la procesión del Santo Rosa-rio del Dolor. Partirá a las siete de la tarde y ascenderá al cerro del Ote-ro, donde, a los pies del Cristo del escultor Victorio Macho, se produ-cirá el encuentro entre el Cristo y la Virgen. Durante el trayecto, el des-file procesional se detendrá en dos parroquias para rezar los misterios dolorosos del Santo Rosario.

El lunes, a las 20.30 horas, la pro-cesión de las Cinco Llagas realizará una meditación a cada una de las llagas de Cristo en cinco templos del casco histórico. Antes, en el acto de Vestición, se explicará cada uno de los componentes de la indumen-taria cofrade. La procesión del Pren-dimiento del Martes Santo es una

de las que más interés despierta. Tras los tres toques de tararú y los golpes en la puerta, hará acto de presencia la efigie del Cristo de Me-dinaceli, que, una vez, prendido, se-rá acompañado por las calles del centro.

La procesión del Santo Vía Cru-cis se convertirá en el acto principal del Miércoles Santo. Tendrá su pun-to culmen en la Plaza Mayor, donde el Cristo de la Misericordia, acom-pañado por la imagen de la Her-mandad, Nuestra Señora del Per-dón, presidirá el ejercicio del Santo Vía Crucis. Las catorce cruces, por-tadas por los hermanos de las cofra-días, guiarán a los presentes acom-pañando a Jesús por el camino a la cruz. Durante este día, en concreto, a las 20.00 horas, tendrá lugar la procesión de Luz y Tinieblas, que rendirá homenaje a través de una oración a los cofrades difuntos.

El Jueves Santo se celebrará la procesión del Indulto, en la que se libera a un preso del Centro Peni-tenciario de la Moraleja, en Due-ñas. El acto central se producirá en la Plaza Mayor, ante del Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora del Perdón. Por la tarde, a partir de las siete y media, llegará la proce-sión de la Oración en el Huerto, que recorrerá las calles más céntri-cas para mostrar los pasos que abarcan desde el siglo XV hasta la actualidad.

En la madrugada del Viernes Santo Jesús Nazareno caminará en-tre el silencio del público y la oscu-ridad de las calles, solo alumbradas con velas que portan los fieles, en la procesión del Silencio y Penitencia,

en la que se representará las tres caídas camino del calvario, la últi-ma en el interior de la Catedral. La procesión de Los Pasos tendrá lu-gar a las once de la mañana. Reco-rrerá, a través de la imaginería, el camino de Jesús hacia la cruz y su muerte. En el transcurso se realiza-rá una ofrenda floral por los difun-tos y, a su término, la tradicional despedida de Jesús a su Madre. El Sermón de las Siete Palabras y la Función del Descendimiento darán paso a la procesión del Santo Entie-rro, que repasará los momentos acaecidos desde que Jesús muere en la cruz del Calvario hasta que es puesto en el Sepulcro.

La procesión del Dolor tendrá lu-gar el Sábado Santo a partir de las siete y media de la tarde. En ella, la cofradía de la Vera Cruz acompa-ñará, en solitario, a la imagen de Nuestra Señora de la Vera Cruz pa-ra incorporarse a la Procesión de la Soledad de la Virgen, que está concebida como homenaje de las palentinas a Nuestra Señora. El broche a la Pasión lo pondrá la anunciada noticia: la Resurrección. A partir de las ocho y media de la mañana las calles de la ciudad se abarrotarán de gente que desea contemplar la procesión del Rom-pimiento del Velo. La imagen de la Virgen, enlutada, y la presencia real del Cristo en el Santísimo, pro-cesionarán en cortejos diferentes para encontrarse en la ceremonia del Rompimiento del Velo, en la Plaza Mayor, tras la cual la Virgen cambiará los ropajes negros y la tristeza por un rostro sonriente y un atuendo alegre.

Cofrades durante una de las procesiones que discurre por la Calle Mayor de la capital palentina. / EL MUNDO

Silencio al paso de la imaginería

>PALENCIA

Procesión de La Borriquilla por las calles de Palencia. / EL MUNDO

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E. L. V. / SEGOVIA

Son caminos espirituales repletos de liturgias. El turismo religioso por la provincia de Segovia no sigue un rumbo fijo, pero cuenta con encla-ves de belleza sublime. Sorpresas viajeras ocultas en sus 6.949 kiló-metros cuadrados, donde el visitan-te se encuentra con atractivos de to-da índole. Localidades donde la fe adquiere un cariz especial. A conti-nuación se mostrarán una serie de propuestas imprescindibles, pero existen muchas más para llegar a tocar el cielo sin levantar los pies de la tierra.

Por el nordeste la primera expe-riencia religiosa es Ayllón, una villa que es un monumento. Nada más adentrarse en la localidad aparece como un regalo la iglesia parroquial de San Miguel, que conserva una serie de enterramientos de los si-glos XIII al XVI. Muy cerca, la igle-sia de Santa María la Mayor. El tem-plo destaca por su singular espada-ña de 40 metros de alto. En el inte-rior, un retablo en el altar mayor con varias imágenes. A pocos me-tros, el Convento de la Purísima Concepción, fundado por los Mar-queses de Villena en 1528. Atesora un buen número de reliquias que enamora a todos aquellos que sien-ten debilidad por las piezas de otras épocas. En las ruinas de la iglesia de San Juan, hay varios sepulcros renacentistas.

También en ruinas está el Con-vento de San Francisco, fundado en 1214. Fue visitado en alguna ocasión por San Vicente Ferrer. La parte esencial del edificio, cuyas ruinas hoy se conservan y dan idea de la importancia que tuvo, se realizó en-tre 1733 y 1738, tras el incendio su-frido. Más tarde llegaron los años de desgracia en la época de Carlos III y por el decreto de Mendizábal de 1835 suprimiendo las comunidades religiosas y procediendo a la venta de sus bienes. Maderuelo es otro alto en el ca-

mino. Es una villa amurallada a po-co más de 100 kilómetros de la ca-pital. Tuvo su mayor esplendor en el siglo XIII, contabilizándose en-tonces hasta diez iglesias y un casti-llo. En la actualidad se puede cono-cer y, sobre todo, disfrutar de la er-mita prerrománica de la Santa Cruz (o de la Vera Cruz). Eso sí, no es po-sible contemplar las maravillosas pinturas románicas que un día cu-brieron las paredes de este templo. Hace lustros fueron trasladadas al Museo del Prado alegando el peli-gro que corrían porque las aguas del pantano de Linares llegaban en ocasiones a este enclave.

También merece la pena dedicar unos minutos a la iglesia de Santa María del Castillo. Contiene varias obras de arte procedentes de las otras iglesias desaparecidas, así como un

retablo de la Última Cena, fe-chado en el siglo XVI por Ga-briel de Sosa. El turista se sue-le quedar ensimismado con la presencia de la momia de mu-jer, aparentemente joven, cuyo origen no es conocido. No hay que olvidar darse una vuelta por el caserío, ejemplo de un burgo defensivo, con torreo-nes, caserones, puertas...

De Maderuelo a Santuario de Hornuez, ubicado en Mo-ral de Hornuez. Fue inicial-mente ermita y sufrió sucesi-vas transformaciones hasta llegar a las consideradas di-mensiones del edificio de hoy. Es tradición que la ima-gen de la Virgen se apareció entre las ramas de un enebro.

Otro atractivo religioso es la Er-mita de San Frutos. Un paraje es-pectacular, que a la vez es centro espiritual al encontrarse allí la igle-sia románica de San Frutos, patro-no de la Diócesis. Una breve penín-sula rocosa se ve cercada por las aguas del Duratón; en ésta tienen sus nidos colonias de buitres, que con frecuencia sobrevuelan el gran peñasco sobre uno de cuyos pare-dones, en increíble equilibrio, está una de las paredes de la iglesia. Al-fonso VI donó este lugar al Monas-terio de Silos, y los monjes constru-yeron un templo entre 1076 y 1100, completándose en la segunda mitad del siglo XII; se constituyó el Priora-to de San Frutos. Sepúlveda es otra parada en el

camino. Sobresale la iglesia romá-

nica de El Salvador, fechada en 1093, sobre un cerro que domina la villa. En su interior guarda una cus-todia en forma de templete. El San-tuario de la Peña, patrona del lugar, es sobresaliente por su riqueza es-cultórica. Tampoco hay que pasar por alto la escalinata y un sencillo humilladero en la Plaza de España que orientan hacia el templo de San Bartolomé, el cual atesora con mi-mo una valiosa cruz del segoviano Antonio de Oquendo.

Por la campiña segoviana el visi-tante puede vivir su segunda expe-riencia religiosa. La parada inicial es Santa María La Real de Nieva, una localidad en la que nació la reina Ca-talina de Lancaster, esposa de Enri-que III. En su interior se encuentra un monasterio donde fue encontra-

da la imagen de la Soterraña. Al am-paro de este espacio se inició la cons-trucción del caserío, por decreto del Rey. En el templo hay un retablo con una buena escultura de San Jeróni-mo, que se atribuye a Berruguete, así como otras valiosas imágenes y pin-turas. En los primeros días de sep-tiembre celebran una fiesta muy ori-ginal llamada ‘de los cirios’. Martín Muñoz de las Posadas es

una población en la que destaca una gran plaza en el centro, en parte por-ticada, a un extremo de la cual se con-serva el Palacio del Cardenal Espino-sa. En el lado opuesto, la iglesia pa-rroquial con tres puertas diferentes correspondientes a tres épocas. Una envoltura que cuenta en su interior con bellos sepulcros, un Cristo Ya-cente de Francisco Díaz de Tudanca, discípulo de Gregorio Fernández y un cuadro del Greco, La Crucifixión, conservado en buen estado. Rapariegos y Coca son dos loca-

lidades segovianas llenas de encan-to. En el primera destaca el Real Convento de Santa Clara, habitado por clarisas franciscanas, que ela-boran, por encargo, bordados de mantelerías y juegos de camas, así como productos de bollería. El se-gundo destaca por la torre de la igle-sia de San Nicolás y la iglesia de Santa María.

Por tierra de pinares las experien-

cias religiosas no paran de suceder-se. En Cuéllar el visitante disfrutará del románico mudéjar en sus igle-sias. Aunque no tenga carácter reli-gioso también hay que visitar el cas-tillo, Hospital de la Magdalena, sus diversas y antiguas puertas, entre otros lugares. El Santuario de Nues-tra Señora del Henar es parada inte-resante. En su romería de septiem-bre se reúnen más de 20.000 perso-nas. No muy lejos está Carbonero El Mayor y su parroquia de San Juan Bautista. El broche al itinerario lo po-ne Fuentepelayo con las iglesias Santa María la Mayor y El Salvador.

Por el sur se encuentra La Granja de San Ildefonso con su palacio real y las monumentales fuentes de sus amplios y bellos jardines. El Espinar y Villacastín también merecen un alto en el camino. En la primera lo-calidad destaca el caserío en las mis-mas estribaciones de la Sierra de Guadarrama; y en la segunda el Con-vento de Nuestra Señora de los Án-geles y la iglesia de San Sebastián.

Por el Valle de Pirón se cierra es-te repaso por los lugares religiosos más emblemáticos de la provincia segoviana. Caballar es un modesto pueblo, en el que destacan las fuen-tes; una de ellas se llama Fuente Santa, porque, según la tradición, a ella se arrojaron las cabezas recién cortadas de Valentín y Engracia, hasta que, descubiertas, fueron lle-vadas a la iglesia del pueblo. El últi-mo pueblo es Sotosalbos, donde destaca la iglesia románica de San Miguel, declarada monumento his-tórico artístico en 1973.

Arriba, Monasterio de Santa María la

Real de Nieva, donde están los restos

de Doña Blanca de Navarra. Abajo,

cuadro del Greco en la iglesia de

Martín Muñoz de las Posadas . / E. M.

Un periplo de fe por la provinciaS E G O V I A

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E. L. V. / VALLADOLID

Valladolid despliega toda su belle-za. Sus espacios se adecuan a la perfección con las miradas del si-glo XXI. Son compatibles con los biorritmos, seductores al cien por cien y atractivos para el visitante, que se deja llevar por una nueva forma de conocer la ciudad del Pi-suerga. La espléndida arquitectu-ra se complementa con una oferta museística plural y una gastrono-mía sin competencia. Y, durante estos días, este regalo para los tu-ristas está envuelto con un lazo muy especial: el de la Semana San-ta. Un auténtico museo al aire li-bre que encandila a los visitantes tanto por el incalculable valor de los pasos que se exhiben como por el fervor de los cofrades.

Hay mucho que ver y disfrutar. En una panorámica muy rápida destacan el colegio de San Grego-rio, el Palacio de Pimentel, el Pala-cio Real, San Pablo, La Antigua, San Joaquín y Santa Ana, Huelgas Reales, la Catedral, la Universidad, la Academia de Caballería y el Ayuntamiento. A estos enclaves de obligada visita se suman otros también llenos de enseñanzas co-mo son las casas de Colón, Zorri-lla y Cervantes y los museos que albergan tesoros de siglos pasa-dos: el Nacional de Escultura, el Oriental, el Diocesano y Catedrali-cio, el de Arte Contemporáneo Es-pañol o el de la Ciencia.

La ciudad que fue capital del rei-no es uno de los lugares de pere-grinaje durante la Pasión, declara-da, desde los años 80, de Interés Turístico Internacional. En este tiempo, la rutina da paso al silen-cio maridado con un inconfundi-ble olor a incienso. Los templos y los conventos de clausura abren sus puertas de par en par, invitan-do a feligreses y curiosos a cono-cer sus entresijos. Algunos dedi-can minutos a la oración, otros prefieren contemplar sus magnífi-cos santuarios y pasos tallados con un mimo que les convierte en ma-ravillas de arte.

Días intensos repletos de activi-dades, que comienzan hoy y ter-minarán el Domingo de Resurrec-ción con el Encuentro de Jesús Re-sucitado y María Santísima de la Alegría. El programa es muy com-pleto. El domingo tendrá lugar la procesión de La Borriquilla, el úni-co paso de cartón piedra de la Se-mana Santa vallisoletana, al que acompañarán por las calles del centro histórico cientos de niños de todas las cofradías de la ciudad.

Tras el Rosario de Dolor, el lu-nes; en la noche del martes tendrá lugar el Encuentro entre la Virgen de las Angustias, una talla de Juan de Juni, portada a hombros por los miembros de esta antiquísima co-

fradía, y el Cristo Camino del Cal-vario, iluminado por los peniten-tes que partirán de la iglesia de San Andrés. Este momento único se producirá con la fachada rena-centista del Palacio de Santa Cruz de testigo de excepción. El Vía Crucis de la hermandad de Nues-tro Padre Jesús Nazareno se cele-brará el miércoles y recorrerá las catorce estaciones de penitencia portando las tallas del siglo XVII.

A partir del jueves los cofrades tomarán las calles desde la maña-na hasta la noche. Esa misma ma-ñana es interesante acercarse a la plaza de Santa Cruz para ver de cerca la salida de la Hermandad Universitaria del Santísimo Cristo de la Luz que, a ritmo de coro y

dulzaina, traslada a hombros has-ta la Catedral una talla del Cristo crucificado, obra de Gregorio Fer-nández. El Viernes Santo las pro-cesiones continuarán. A primera hora de la mañana los pregoneros de la Cofradía de las Siete Pala-bras llamarán al sermón en distin-tos puntos de la ciudad, que se ce-lebrará a mediodía en la Plaza Ma-yor. Por la tarde, pasadas las siete, se producirá uno de los momentos que se quedan grabados en la reti-na y en el corazón de espectadores mudos de una de las historias más bellas jamás contadas. Dará co-mienzo la Procesión General de la Pasión, única en la que participa-rán todas las cofradías alumbran-do más de 30 pasos procesionales.

La oferta monumental, cultural y museística de la capital del Pi-suerga se completa con una rica cocina y una amplia carta de vinos de sus cinco denominaciones de origen –Ribera del Duero, Cigales, Rueda, Toro y Tierra de León–. Pa-ra conocer los platos más típicos de la tierra la mejor opción es acer-carse a sus bares y restaurantes, los artífices de una revolución que ha colocado el nombre de Vallado-lid en lo más alto de la gastrono-mía. En las cartas de estos estable-cimientos figuran tanto platos tra-dicionales realizados con materias primas de calidad como creacio-nes más vanguardistas que al de-gustarlas en boca desprenden una sensación única e irrepetible.

Es un pecado irse de la ciudad sin probar un buen lechazo caste-llano asado, acompañado de ‘Pan de Valladolid’ y, por supuesto, una copa de vino que refleja las eter-nas extensiones de viñedos que comparten horizontes con mares de trigales. No hay que olvidar tampoco las tapas. Sí, la ciudad se caracteriza porque es uno de los mejores lugares para degustar es-tas creaciones de bocado. Auténti-cas obras de arte que cada año conquistan a más paladares selec-tos. Y lo hacen por la calidad del producto, pero, sobre todo, por el saber hacer de los restauradores, que todos los días se afanan por buscar creaciones que seduzcan a todos los públicos.

Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor de Valladolid. / ICAL

Pasión por el arte en cada rincón

VA L L A D O L I D

● La Oficina de Turismo es

uno de los primeros lugares a

los que tiene que acudir el

turista. Allí, un profesional

confeccionará un plan acorde

a sus necesidades, duración de la estancia y gustos.

Desde este centro neurálgico

se organiza un extenso

programa de visitas con gran

variedad de recorridos que

satisfacen la curiosidad del

viajero. Hay paseos

teatralizados: Memento Mori,

Alma Mater, Histórico de Juan

de Herrera. También otros con

esencia como Ríos de Luz, Valladolid Histórico... Para

todos los gustos. Los amantes del vino tienen

dos oportunidades. Por un

lado, la ruta por la

denominación de origen

Ribera del Duero. Mañana a

partir de las 9:30 horas partirá

desde la Oficina de Turismo

rumbo al monasterio de Santa

María de Valbuena-San Bernardo. También se visitará

al Centro de Interpretación

Vitivinícola Emina. Después

de comer, paseo guiado por Peñafiel acompañados de

guía oficial. Y a las 17.30

horas visita y cata en bodega

Cepa 21. Por otro lado, la ruta

de la denominación de origen

Rueda que tendrá lugar el

próximo sábado. Se conocerá

Medina del Campo y el

Castillo de la Mota:

yacimiento prehistórico,

restos de la muralla medieval,

frente del Castillo, galería

subterránea y patio de armas. Las bodegas Emina

Medina y Mocén. También se

conocerá Rueda y sus

entresijos.

Hay dos exposiciones. La

sala de las Francesas acoge

la muestra Stabat Mater

hasta el 8 de abril; y Dos

Semanas, un encuentro,

tres exposiciones

fotográficas sobre la

Semana Santa que tendrán

lugar en Valladolid, Medina del

Campo y Medina de Rioseco.

Para más información en la

web info.valladolid.es, en la

Oficina de Turismo, situada

en la Acera de Recoletos, o

en el teléfono: 983219310.

Paseos por los rincones más mágicos de la Ciudad del Pisuerga

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Emoción en la villa del Caballero

O L M E D OEl ángel de la ResurrecciónP E Ñ A F I E L

Un momento de la Pasión olmedana. / PÍO BARUQUE FOTOGRÁFOS

E . L . V. / VAL LADOL I D

Peñafiel y la Bajada del Ángel son dos caras de una misma moneda. La Semana Santa en esta locali-dad vallisoletana se caracteriza por esta antigua representación, declarada de Interés Turístico Na-cional, que acoge cada año a más turistas. El acto tiene lugar el Do-mingo de Resurrección en un mar-co incomparable como es el Coso, espacio de gran interés arquitec-tónico que cuenta con la distinción de Bien de Interés Cultural. La procesión arranca a las 12.30

horas de la iglesia de Santa María. La Virgen aparece con un velo ne-gro en señal de luto por la muerte de su hijo. La imagen es portada a hombros por cuatro mayordomos, los representantes de las cuatro co-fradías de Peñafiel, las autoridades municipales y la banda de música. Emprende su recorrido por las principales calles para llegar al Co-so. Se coloca en el centro entre dos torres de madera adornadas con todo tipo de detalles. Todas las mi-radas se concentran en la Madre Misericordiosa. Trasmite belleza y contiene la emoción. De repente, un globo de tela se abre en lo alto y un ángel, vestido de blanco y ata-viado con alas y una corona, des-ciende hacia la Virgen soltando dos palomas blancas. Retira el velo ne-gro y sube hacia el cielo agitando manos y pies como si realmente vo-lara. El público se funde en un so-noro aplauso y la banda de música interpreta el himno nacional por-que Jesucristo ha resucitado. El do-lor de los días anteriores se trans-forma en gozo y alegría. Se trata de un momento singu-

lar que despierta sentimientos en-contrados y con muchos años a sus espaldas. De hecho, en los docu-

mentos se habla de que probable-mente su origen esté en los Autos Sacramentales. Sea como fuere es todo un orgullo para sus vecinos formar parte de este espectáculo religioso. Antiguamente el niño que se convertía en ángel se elegía entre las familias más humildes, ya que se le otorgaba una pequeña limosna. Ahora se rota entre los habitantes que tengan entre 5 y 7 años y formen parte de las cofra-días de la localidad. Ese es el único requisito para convertirse en ángel por unas horas. Después de ese momento, la

procesión prosigue hasta la iglesia de Miguel de Reoyo, donde espera el Santísimo Sacramento bajo pa-lio. La Virgen avanza hacia su hijo y los cofrades que la portan en an-das hacen tres genuflexiones, re-

trocediendo el mismo número de veces representando así la sorpresa de la Madre al reen-contrarse con su hijo. Acto se-guido, entran en la iglesia y se celebra la misa de Pascua. Cabe recordar que el niño o

la niña que se convierte en án-gel se da a conocer el Domingo de Ramos a lomos de un asno en la procesión de la Borriqui-lla. Y también hace un ensayo general el Sábado Santo. La Probadilla de la Bajada del Án-gel se celebra a las seis de la tar-de y sigue exactamente los mis-mos pasos que los que sigue el niño el Domingo de Resurrec-ción. Este acto no es único de Peñafiel. También tiene lugar en otras localidades como Aranda de Duero (Burgos) y Tudela (Zaragoza). La Semana Santa es una de

las celebraciones más emotivas del calendario festivo gracias al esfuerzo de los cofrades, her-

manos y devotos. Todos se afanan en poner a punto cada uno de los actos programados con dedicación y esfuerzo. Procesiones, pasos, imágenes, penitentes y bandas ela-boran una de las tradiciones más significativas de la villa. No hay que perderse tampoco la procesión Penitencial de la Cofradía del Cris-to de la Buena Muerte en la noche del Lunes Santo ni la procesión de El Encuentro, que se realiza el Martes Santo en la plaza de Espa-ña, en las que las cofradías de La Soledad y el Nazareno procesio-nan sus imágenes titulares. Otros momentos cruciales son El Besa-pié del Miércoles Santo, la Proce-sión Penitencial de la Oración del Huerto del Jueves Santo, el Vía Crucis del Viernes Santo y la Pro-cesión General.

E. L. V. / VALLADOLID

La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén se simboliza con la en-trada en la iglesia de Santa Ma-ría el Domingo de Ramos. Así arranca la Semana Santa de Ol-medo. La Pasión continúa el Jue-ves Santo con los actos litúrgicos que conmemoran la Cena del Se-ñor y la representación del lava-torio de los pies. A continuación, las imágenes

de La Oración en el Huerto, El Nazareno, Jesús atado a la Co-lumna, La Verónica, Coronación de Espinas, Jesús Crucificado y Nuestra Señora Dolorosa salen del templo de la Concepción pa-ra recogerse en la iglesia de San Miguel. La procesión del Silen-cio como su nombre indica llena de silencio las calles de la Ciu-dad del Caballero. Emoción con-tenida en el mutismo. Los actos religiosos continúan

el Viernes Santo. Tiene lugar la visita al sepulcro de Cristo y el Vía Crucis, que va de la iglesia de la Concepción hasta la iglesia de San Miguel con La Cruz Desnuda y el Santo Sepulcro. Ese mismo día se produce el momento más álgido de estas jornadas santas.

Éste es la Procesión General, or-ganizada por la cofradía del San-to Entierro. Comienza a las 22.00 horas y a los pasos del día ante-rior se suman el Santo Sepulcro y la Cruz Desnuda. Todos juntos desfilan al paso marcado por la banda de cornetas y tambores de la Oración del Huerto y la asocia-ción musical Villa de Olmedo. La procesión más emotiva se

produce el Domingo de Pascua. Un día de buenas nuevas. El En-cuentro de Jesús con la Virgen tiene lugar en el ágora de la villa, desde donde ambas imágenes re-gresan a la iglesia de Santa Ma-ría, para celebrarse allí la santa misa al mediodía. A los actos religiosos, Olmedo

suma mucho patrimonio. Igle-sias, convento, restos de fortale-za, fuentes, parques mudéjares... Joyas que dejan al turista con la boca abierta. Pero si una perso-na decide visitar esta localidad vallisoletana no se puede ir sin conocer las puertas de San Mi-guel y Arco de la villa, varias ca-sas nobles, la Plaza Mayor rodea-da de soportales, su recinto amu-rallado y la cárcel, con sus cala-bozos situados en torno a un pa-tio central.

Bajada del Ángel de Peñafiel. / ICAL

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terciopelo morado. Este hecho se de-be al origen de sus cofradías –la Peni-tencial de la Pasión, de la iglesia de Santa Cruz, con túnicas de paño cas-tellano o terciopelo negro o la cofra-día de la Vera Cruz, perteneciente a la iglesia de Santiago, con túnicas de terciopelo morado–. Durante este ac-to, hay tres momentos importantes: el ‘baile’ de los Pasos en la Rúa Ma-yor, en los alrededores de la iglesia

museo de Santa Cruz; la Rodillada, donde las imágenes hacen una genu-flexión ante la Virgen de la Cruz o del Rosario, situada en la capilla del Ar-co Ajújar, y el canto de la salve en el Corro de Santiago. Este cántico pe-culiar en Tierra de Campos pone el broche a los actos procesionales de la jornada.

El Viernes Santo tiene lugar la pro-cesión de La Soledad, desde la iglesia

de Santa María. Los pasos que inter-vienen son portados a hombros por los cofrades que van vestidos con tú-nicas blancas. La Crucifixión y El Descendimiento son los más volumi-nosos y exigen una técnica especial para su salida y entrada en la capilla en la que se guardan. Este momento concentra miradas e, incluso, enco-ge el corazón de los que lo observan por primera vez. Los tres momentos

del día anterior se repiten con más fuerza si cabe.

La vigilia pascual se celebra el Sá-bado Santo en la iglesia de San Pe-dro. Un momento de alegría después de horas y horas de tristeza que cul-mina el Domingo Resurrección. La procesión de Cristo Resucitado y el Santo Encuentro comienza a medio-día en la iglesia de Santa María de Mediavilla. El encuentro entre el Cristo Resucitado y su Madre se pro-duce en el atrio de la iglesia museo de Santa Cruz. Una vez realizado di-cho acto, ambas imágenes se enfilan hasta el Corro de Santa María, ha-ciendo su entrada en la iglesia.

>MEDINA DE RIOSECO

E. L. V. / VALLADOLID

Conserva el espíritu tradicional de la celebración de la Pasión de Cristo. El silencio y el recogimiento dan paso a un ambiente festivo, donde los aplau-sos y lloros de emoción se suceden con bastante frecuencia. La Semana Santa de Medina de Rioseco, decla-rada de Interés Turístico Internacio-nal, brilla con luz propia. No necesita adornos, sus pasos y sus gentes ha-cen que sea conocida en el mundo entero. Sin duda, es la Pasión que mejor expresa la manera castellana de sentirla. Y lo es por las personas que la hacen posible.

Centenarias cofradías que mantie-nen desde el siglo XVI una profunda devoción a los pasos que, cada año, los cofrades portan a hombros por las angostas calles riosecanas. Escul-turas con el sello de grandes maes-tros de la imaginería como Tomás de Sierra, Mateo Enríquez o Pedro de Bolduque. Manos que dibujaron los momentos más duros pero también los más bellos de Jesús. Muerte y vi-da de madera a golpe de gubia.

En el corazón del viejo Reino de Castilla se pueden ver la lentitud de los pasos saliendo de las iglesias, la expresividad de las imágenes, el re-cogimiento de las calles, el toque del Pardal y el redoble de Tapetanes y el sentimiento de los cofrades. Una tra-dición y devoción que vibra más que nunca y contagia a los visitantes de esta localidad con el sobrenombre de la India Chica. Una festividad de gran arraigo entre la población, y cuyas celebraciones se extienden, a menu-do, el resto del año. Un ambiente di-ferente lleno de instantes maravillo-sos para no parar de disfrutar.

Durante la tarde del Jueves Santo tiene lugar el Desfile de Gremios, un acto muy emotivo en el que desfilan los cofrades, mayordomos, bandas de música y la Junta de Semana San-ta hasta la Casa Consistorial al son de marchas militares y pasacalles. Allí, la comitiva es recibida por las autori-dades civiles y militares de la locali-dad vallisoletana. Más tarde, alrede-dor de las 18.30 horas, se celebra la santa misa en la iglesia de Santiago. Finalizada la Eucaristía, se procede al traslado del Santísimo hasta la igle-sia de Santa María de Mediavilla, acompañado de la Vara Mayor, Va-ras y Banderines de las hermanda-des y cofradías penitenciales que pro-cesionan ese día.

A las 20.00 horas llega el turno de la procesión del Mandato y Pasión, la cual se inicia en la iglesia de Santiago para discurrir por distintas calles y plazas de la Ciudad de los Almiran-tes. Desfilan diferentes cofradías con sus pasos: La Oración del Huerto, La Flagelación, Jesús Atado a la Colum-na, Ecce-Homo o Jesús de la Caña, Jesús Nazareno de Santiago, La San-ta Verónica, Jesús Nazareno de San-ta Cruz, La Desnudez del Señor, San-to Cristo de la Pasión y La Dolorosa.

Todos los pasos son portados a hombros y sus cofrades visten túni-cas negras de paño castellano o de

Del recogimiento a la fiesta

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E. L. V. / VALLADOLID

No siempre la Semana Santa fue así. Es verdad que la escenifica-ción de la Muerte y Resurrección de Jesús no ha cambiado, pero sí que lo han hecho las costumbres sobre las que pivotan estos días santos. De los tiempos en los que la Pasión iba en serio, por ejem-plo, se incrementaba el consumo de pescado. Y es que bajo el fran-quismo comer carne en estas fe-chas era una actividad más que sospechosa. Otro hecho que deja-ba patente que esta particular fies-ta con olor a incienso estaba cerca era las palmas y ramos que se po-dían ver en todos los balcones y ventanas de las viviendas. Era raro encontrarse alguna casa sin este adorno para conmemorar la llega-da triunfal de Jesús a Jerusalén an-tes de su captura y ajusticiamiento en la cruz.

En la actualidad es una festivi-dad muy importante pero no llega a modificar la rutina, sin embargo, bajo las órdenes de Franco los ci-nes y teatros cerraban. La vida de las ciudades y los pueblos daba al ‘botón’ de pausa para que todos los vecinos pudieran participar en los acontecimientos que se organi-zaban en torno a la Semana Santa. No eran unas vacaciones primave-rales. Todas las horas estaban co-padas de actos. Ni las iglesias po-dían tocar las campanas.

Fue en los años 60 cuando las costumbres tan férreas, como la de comer lechazo un viernes de Cuaresma podía representar un problema con las fuerzas de segu-ridad, fueron relajándose. Esos días empezaron a importar cos-tumbres como el consumo de co-nejos de Pascua, monas o pesca-dos en escabeche. Ahora forman parte de la tradición cristiana, pe-ro en su origen nada tenían que ver con ella. Mucho se ha evolu-cionado, prácticamente todo, sal-vo las películas de romanos, que temporada tras temporada repo-nen en la televisión. Cintas en las que se sabe el final antes de co-menzar a verlas y disfrutarlas.

Aunque es conocido por todos que estas jornadas son para vivir en la calle, también son para dis-frutar de los placeres de cuchara, cuchillo y tenedor. De primer pla-to, un suculento potaje de vigilia, uno de los platos estrella de la gas-tronomía castellana y leonesa. Tie-ne un especial arraigo y la receta más extendida se realiza a base de garbanzos, guisados en una cazue-la u olla con espinacas y bacalao en salazón. La clave, y sobre todo la diferencia con otros que se pue-

den degustar en diferentes rinco-nes de España, es que debe conte-ner garbanzos de la tierra, o bien de la zona de Pedrosillo el Ralo, o bien de Fuentesaúco. Una delicia tradicional, sabrosa y potente, en la que los más arriesgados dejan caer un trozo de guindilla.

De segundo plato, por supuesto, bacalao con tomate y pimientos en cazuela de barro. Es el indiscutible protagonista. Aunque es un pesca-do que se encuentra todo el año, en esta fiesta cristiana en todos los hogares se consume, como una tradición. La clave es desalarlo.

Para ello, se pone en agua entre 24 y 48 horas, cambiando el agua ca-da ocho horas. Cuando ya está lis-to, se seca el exceso de agua con papel de cocina y se coloca en una sartén rebozado en harina y se fríe. Se saca y se separa. Con la misma aceite, se pocha la cebolla

y los pimientos. Más tarde, en el momento en el que estos produc-tos ya tienen su color, se echan dos tomates. Cinco minutos después, el guiso ya va tomando forma. Es el momento de añadir el bacalao y la salsa de tomate. Se deja reposar sin que se pegue y ya está listo pa-ra degustar.

Y de postre, como no podía ser de otra manera, torrijas, un jugoso dulce típico. En general, solo se consume en estas fechas, pero po-dría hacerse en cualquier época del año porque se trata de unos modestos panecillos con esencia. La historia refleja que este manjar fue un invento de los romanos. Y así pasó de generación en genera-ción. Sin cambios. Alimentó a po-bres, ya que era una manera rápi-da de recargar energía empleando dos alimentos básicos: pan y leche. Era sobrio, muy propio de esta época, y barato. Asequible a cual-quier bolsillo y en la posguerra ad-quirió mucha importancia, ya que los recursos eran limitados y utili-zar pan duro del día anterior re-mojado en leche era un placer muy digno que ayudaba a dar salida a productos básicos que de otra ma-nera podrían acabar en otros de-rroteros.

A diferencia de otros postres, como el roscón de reyes, la torrija se puede elaborar fácilmente en casa. De hecho, sobre todo, en las casas de las abuelas es muy común encontrarse con esta delicia. Una competencia sana para los paste-leros, que intentan ir más allá in-corporando variedades. En los templos de los más golosos cuen-tan con torrijas de chocolate, vai-nilla, nata, trufa, tiramisú, entre otras. Trabajan con un pan espe-cial, que es más jugoso que el nor-mal, pero los ingredientes son los mismos de siempre: leche, azúcar, canela y limón. Lo mismo pasa con el procedimiento: las rebanadas se mojan en leche y a la sartén. Es la-borioso y lleva tiempo pero el pla-cer en boca es indescriptible. De hecho, ya hay quien se ha inventa-do una bebida de torrija.

Lo ha logrado un pastelero valli-soletano. Ya no sólo se comen tam-bién se bebe. Y no sólo eso es que se llevó el año pasado el primer premio en el Concurso Nacional de Torrijas, celebrado en el Hostal de San Marcos de León. Torrigas –así se llama su creación– es una bebida frizzante que se elabora con los ingredientes de este dulce y mediante una serie de procesos naturales evoluciona hasta origi-narse el refresco. «Tiene una tex-tura diferente, pero guardando el sabor de la torrija», señala su crea-dor, natural de la localidad valliso-letana de Castronuño. Esta prepa-ración revolucionaria es el resulta-do de batir los ingredientes de siempre –pan del día anterior, le-che con nata, huevos, aceite, azú-car y canela–, reducirlos, embote-llarlos y añadirles con gas carbó-nico, dando lugar a una percep-ción en boca parecida a la que sus-cita tomar una coca-cola.

Platos para respetar la tradición del Viernes Santo

G A S T R O N O M Í A

Potaje de vigilia, una delicia para los paladares más selectos realizada con garbanzos de la tierra.

Plato de torrijas, uno de los dulces típicos de esta época del año.

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E. L. V. / ZAMORA

Es una feliz experiencia para el viaje-ro. La provincia de Zamora ofrece otra forma de vivir la Pasión. Sus pue-blos son voceros de una enorme ri-queza etnográfica que pervive, ade-más, a través de otras muchas fiestas, cada una con destacados rasgos de singularidad. Y aunque es verdad que las celebraciones tienen el inconve-niente de la temporalidad, los paisa-jes, siempre están ahí, perdurables e inamovibles. Testigos de generación tras generación. Por tanto, si el viaje-ro se acerca con tiempo, aparte de vi-vir la Semana Santa, puede recorrer diversos enclaves únicos, como la Sie-rra de la Culebra, las Lagunas de Vi-llafáfila, el Lago de Sanabria o Los Arribes del Duero.

El recorrido comenzará con la Pa-sión de Toro, declarada de Interés Tu-rístico Regional. Un momento emoti-vo se produce el Jueves Santo con la bendición de los conqueros –más co-nocidos como cagalentejas–. A este instante se suma la procesión del Viernes Santo que se inicia en la igle-sia de Santa María y Santa Catalina de Roncesvalles. Comienza a las siete de la mañana y se hace un descanso en la plaza del Espolón, donde los co-frades y el público en general aprove-

cha para almorzar bacalao acompa-ñado con un vino de la tierra. A partir de las once, se inicia el segundo reco-rrido hasta el templo de partida.

Bercianos de Aliste es un pequeño pueblo de la comarca alistana, casi en la línea fronteriza con Portugal. Es es-cenario de una de las procesiones más sobrecogedoras del territorio español. Tiene lugar el Viernes Santo y el am-biente que se respira es de un realis-mo y una fuerza inconcebible en estos tiempos. A primera hora de la tarde la localidad se funde a blanco. La gente se concentra en torno a la iglesia, don-

de ante una imagen del Cristo crucifi-cado tiene lugar el sermón del Des-cendimiento. Desde una escalera, dos sacerdotes proceden a descolgar una imagen articulada de Cristo y la intro-ducen en una urna de cristal.

Los penitentes inician el cortejo fú-nebre que les conduce hasta el Calva-rio, donde un coro popular entona Las Cinco Llagas y el Miserere y se efectúa la reverencia ante las cruces. Los cofrades visten la mortaja que les acompañará en su último viaje y que ha sido tejido por las novias al prome-terse en matrimonio. Les siguen los

hombres más mayores con capas pardas pro-pias de la zona, uno de los cuales va pidiendo li-mosna para el entierro. Tras la reverencia, la procesión regresa al templo donde se deposi-ta la urna de cristal, con el cuerpo de Cristo. Está declarada Bien de Inte-rés Cultural.

Benavente es un pue-blo con historia, cimien-tos que construyen un lugar de otro tiempo donde las costumbres y las tradiciones hablan por sí solas. Fe, religiosi-

dad y espiritualidad. Cada año son más los turistas que apuestan por es-te rincón para pasar los días de fiesta. Sus calles se llenan de arte, cultura y sentimiento, haciendo partícipes a to-dos los presentes. Las imágenes que forman parte de este patrimonio que exhibe las hermandades de la Santa Vera Cruz, Jesús Nazareno, Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y su sección de las Damas de la Luz y la Soledad, así como la cofradía Silen-cio son el Cristo de los Afligidos, la Desnudez, el Nazareno, el Yacente, las Vírgenes de la Soledad, el Flagela-

do, la Dolorosa, la Piedad, la Veróni-ca, el Cristo de la Salud, entre otros.

Otras Pasiones de la provincia za-morana son la de Villarrín, en la que destaca la procesión del Jueves San-to, donde los nazarenos, con sus tra-jes antiguos, recorren las calles. No menos interés tiene la Semana Santa de Fuentesaúco. Es la más importan-te de la comarca de La Guareña. Su cofradía de los Nazarenos revive la tradición, sobre todo, el Jueves y el Viernes Santo. Sus Vía Crucis, a altas horas de la noche, siguen sobreco-giendo a todos aquellos que deciden contemplarlos.

De gran importancia es también las magníficas tallas que desfilan por las calles de Villalpaldo, atravesando la puerta de San Andrés. Algunas de sus procesiones como las de la Carre-ra o el Encuentro son dignas de ver alguna vez en la vida. No se queda atrás la Semana Santa de Castrover-de con varios siglos de historia y una fuerte influencia franciscana. A esta lista se añaden las Pasiones de Fer-moselle Coomonte, Alcañices, Villa-fáfila, Manganeses de la Lampreana, Fuentelapeña, Carbajales o Villarde-ciervos. Cada una con sus peculiari-dades pero que en conjunto ofrecen una oferta al alcance de muy pocas provincias en España.

Procesión del Viernes Santo en la localidad zamorana de Bercianos de Aliste. / ICAL

Tradiciones con raíces muy vivas

Z A M O R A

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