diego g

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/25/2019 diego g

    1/11

    211

    Samuel Glusberg/Enrique Espinoza: revistas culturales y proyectoseditoriales en Argentina (1921-1935)

    Sebastin Hernndez (*)

    En 1905, a la edad de siete aos, Samuel Glusberg _ el verdadero nombre de EnriqueEspinoza_llega a Buenos Aires. Su padre, el rabino Ben Sin Glusberg, proporcionaa su familia un hogar estable hasta 1911, lo cual hizo que Samuel conviviese largastemporadas con sus tas paternas durante su infancia. En 1911, una vez instalado enla primera casa de la familia en Lans, Glusberg abandona sus quehaceres escolarespara hacerse cargo de los negocios de su padre, vender impresiones de tarjetas con elnombre del interesado y una frase de saludo, a lo que Glusberg se reere de maneraalgo risible, segn se seala en la biografa escrita por Gonzlez Vera: Estuve un aoa cargo de los intereses de mi padre y recorr las calles de Buenos Aires procurandoen vano cobrar a sus clientes1.

    A pesar de los variados trabajos que tuvo en su infancia, Glusberg nunca abandonsu pasin por las letras, inuido por su padre y sus tas, quienes le mostraron aTurguenev, Spinoza, Heine y Tolstoi, sobre el cual escribe de este ltimo lo siguiente:a causa de mis lecturas de Tolstoi, seguramente, so, durante mucho tiempo enhacerme agricultor y trabajar la tierra; pero no pas de un sueo 2.

    (*) Licenciado en Historia, Universidad Diego Portales. Magster en Historia de la Ponticia Universidad Catlica deChile. Becario CONICYT.

    Correo electrnico: [email protected]

    1Gonzlez Vera, Jos Santos, Algunos, Nascimento, Santiago, 1967, p. 37.2Ibd., p. 36.

    UNIVERSUM N 27 Vol. 2 2012 Universidad de Talca

    Samuel Glusberg/Enrique Espinoza: revistas culturales y proyectos editoriales en Argentina (1921-1935)Sebastin Hernndez

    Pp. 211 a 221

  • 7/25/2019 diego g

    2/11

    212

    Enrique Espinoza. Libros y revistas. Coleccin Fotogrca Biblioteca Nacional.Chile.

    A) Sus primeros pasos: las propuestas iniciales de Glusberg en el plano editorial

    En 1914 Glusberg comienza su carrera de escritor redactando crnicas deportivas

    para un peridico del barrio La Boca, donde se le pagaba slo con la insercin de surostro junto a cada artculo publicado. Durante este perodo Argentina se encontrabadividida en dos grandes polos; por un lado la clase obrera y sus manifestacionesideolgicas, mientras en otro los patrones y el Estado, lo que deton en un contextode confrontacin social y enfrentamiento en el cual el escritor judo se consideraba unsocialista por lo que colaboraba en la revista Nueva Era, de esta misma tendencia3. Aesto Glusberg se reere de la siguiente manera: O hablar de socialismo desde muynio. Me tuve por tal siempre. Escuch a muchos oradores socialistas alrededor de1914 y despus4.

    El proceso de modernizacin, secularizacin y aumento de poblacin inmigrante que

    haba experimentado Argentina a comienzos del siglo XX, hizo que hasta las esferasintelectuales sufrieran transformaciones, las que fueron acompaadas de diferentescaractersticas que afectaron la adopcin de nuevas costumbres culturales en elmbito intelectual argentino. Como arma Carlos Altamirano y Beatriz Sarlo, estascaractersticas ayudaron a generar el cambio cultural e intelectual junto a los diferentesprocesos polticos, econmicos y sociales que viva el pas, entre ellos la presenciade un movimiento vasto de reexin acerca de la propia actividad literaria, del

    3Sobre el contexto del perodo, en especco la confrontacin social preponderante en Argentina en las primeras dcadasdel siglo XX, vase en Suriano, Juan, Anarquistas. Cultura y poltica libertaria en Buenos Aires, 1890-1910, Manantial,Buenos Aires, 2008, p. 18.4Gonzlez Vera, Jos Santos, Algunos, Op. cit., p. 38.

    Sebastin Hernndez

  • 7/25/2019 diego g

    3/11

    213

    surgimiento de nuevas formas de sociabilidad entre intelectuales, de la imposicin deinstancias de consagracin y cooptacin, de polmicas sobre la legitimidad cultural5.

    Frente a esta realidad cultural Glusberg decide realizar su primer gran proyectoeditorial: Ediciones selectas Amrica. Cuadernos mensuales de letras y ciencias 6, proyectoiniciado gracias al obsequio de doscientos pesos enviados desde Chile por su tode tendencia socialista, Flix Telesnik. A partir de este emprendimiento editorial,Glusberg comienza a desarrollar su entorno cultural y su propio campo intelectual,en el cual junto con relacionarse con Roberto Payr (1867-1928) y Alberto Gerchunoff(1883-1950), gracias a su to Flix conoce al reconocido escritor argentino LeopoldoLugones (1874-1938), su hermano mayor intelectual como asienta posteriormenteel mismo Glusberg.

    Sin embargo, las ediciones ms importantes hechas por Glusberg fueron los librospublicados por la Editorial Babel, los que mezclaban una pulcra edicin, un precioaccesible para todo pblico (entre 1 y 2 pesos) y una renovacin intelectual yliteraria muy fuerte, lo que convirti a Glusberg en un difusor cultural de nuevos yconsagrados valores de la literatura argentina y latinoamericana. Esto trajo consigouna legitimacin de su trabajo editorial como arma el escritor espaol-argentinoFermn Estrella Gutirrez, pues segn l Samuel Glusberg contribuy, como pocos,a mejorar y dignicar las ediciones argentinas7. Una huella de aquello es el hechode haber convertido el nombre de la Editorial Babel- que haca referencia a la torre

    bblica- en la sigla B. A. B. E. L. que signicaba Biblioteca Argentina de BuenasEdiciones Literarias, lo que daba cuenta del buen momento que viva su editorial enel contexto intelectual argentino8.

    B) El nacimiento de BabelArgentina y la instauracin de su propia agenda cultural

    En 1921, a nes del primer mandato de Yrigoyen, Glusberg decide fundar uno de susproyectos ms ambiciosos e importantes en su corta e incipiente carrera intelectual,una revista de libros que acompae su poltica cultural emprendida en la edicin ydifusin de libros en 1920. Esta revista llev el nombre de Babel. Revista de arte y crticay dur hasta 1928. En ella se publicaron poemas, ensayos, reseas, cuentos y artculosinditos de intelectuales argentinos de la poca, entre ellos textos de Jos Ingenieros,poemas de Leopoldo Lugones y de Alfonsina Storni, cuentos de Horacio Quiroga ynarraciones de Roberto Payr y Alberto Gerchunoff9. Sin embargo, esta revista no

    slo dio espacio a intelectuales ya consagrados, sino que tambin public textos dejvenes poetas como Luis Franco y Ezequiel Martnez Estrada, as como los primerostrabajos escritos de los chilenos Gabriela Mistral, Pedro Prado y Joaqun EdwardsBello, entre otros.5Altamirano, Carlos y Sarlo, Beatriz, La Argentina del centenario: campo intelectual, vida literaria y temas ideolgicos. EnAltamirano, Carlos y Sarlo, Beatriz (comp.), Ensayos argentinos. De Sarmiento a la vanguardia, Ariel, Buenos Aires, 1997, p. 170.6Este proyecto cultural tambin es conocido slo por el nombre de Cuadernos Amrica.7Estrella Gutirrez, Fermn, Recuerdos de la vida literaria,Losada, Buenos Aires, c1966, p. 43.8Vase en Tarcus, Horacio, Maritegui en la Argentina o las polticas culturales de Samuel Glusberg, Ediciones El Cielopor Asalto, Buenos Aires, 2001, p. 31.9Segn Horacio Tarcus, los trpticos morales de Ingenieros Voluntad, iniciativa, trabajo, Simpata-Justicia-Solidaridady Juventud, entusiasmo, energa publicados en la revista Babelen los nmeros 4, 6 y 9 respectivamente, sern reunidosde manera pstuma en el libro Fuerzas Morales. Vase en Tarcus, Horacio., Maritegui en la ArgentinaOp. cit., p. 31.

    Samuel Glusberg/Enrique Espinoza: revistas culturales y proyectos editoriales en Argentina (1921-1935)

  • 7/25/2019 diego g

    4/11

    214

    En una dcada como los 20 donde el anarquismo posea mayor presencia en el planocultural argentino y el socialismo se jugaba todas sus opciones electorales luchando de

    manera frrea por la cantidad de votantes con el Partido Radical en la ciudad portea,la derecha poltica y econmica desarrollaba esfuerzos por separar a la clase obrera,identicando a los inmigrantes con la izquierda y estableciendo a la Iglesia Catlicacomo tutela de los distintos gremios del pas. Samuel Glusberg se desentiende deestos hechos y establece en su primer nmero de Babel:

    Venimos a llenar un vaco, trataremos de contribuir con nuestro grano de arena a lacultura del pas () No vamos a exponer aqu el inevitable programa de accin ni laacostumbrada plataforma de promesas que suelen publicar las revistas que se inician.No somos polticos, ni salimos a ganar elecciones. Hombres jvenes y libres, los que nosdecidimos a hacer Babel creemos en la necesidad de negar un programa y presentar,simplemente, la revista10.

    El objetivo de dicha revista indica una postura eclctica, ya que no se enfocaba en labsqueda de un n partidista sino que se buscaba contribuir a la cultura del passin tener que hacer necesariamente un programa o un pronunciamiento determinadoa favor de un escenario tan convulsionado como el mbito poltico argentino. Esdecir, todos los cuestionamientos polticos y crticas sociales estaban supeditados a lapublicacin cultural-literaria que brindaba Babel.

    A la revista de Espinoza se unen literatos de distintas generaciones, colaborandoescritores maduros y consolidados como tambin escritores jvenes poco

    experimentados, la mayora americanos. Entre stos se puede observar a los cubanosJorge Maach (1898-1961) y Juan Marinello (1898-1977), el venezolano Mariano Picn-Salas (1901-1965), el peruano Jos Carlos Maritegui (1894-1930), los chilenos AugustodHalmar (1882-1950) y Pedro Prado (1886-1952), entre otros. Segn Gonzlez Vera, elnmero de escritores presentes en la revista Babelfue mucho mayor de lo explicitadoen la misma revista, ya que algunos, acaso los menos dotados, no consiguen versus rmas en Babely otros, por antinomias, tampoco11. Este elemento demuestra elcarcter selectivo que tuvo Glusberg en la recopilacin y publicacin de artculos,ya que a travs de esto daba cuenta de la instauracin de su propia agenda culturaldonde el objetivo no era generar un reconocimiento excesivo sino apuntar a unamayor calidad y valor literario de los trabajos publicados.

    En los 20, los aos locos de un Buenos Aires cosmopolita y politizado, donde susmayores preocupaciones fueron el autoritarismo, el militarismo, la actividad poltica,la guerra como instrumento de poder y los inmigrantes, Glusberg aparece proponiendola revista Babel como un proyecto nuevo con una agenda cultural original12. Estaagenda cultural se basaba en que las discusiones y los debates polticos no fuesen elfoco de atencin, sino que el anlisis y el cuestionamiento social provengan desde un

    10 Tarcus, Horacio, Babel, revista de arte y crtica (1921-1951), en revista Lote, N 7, disponible en http://www.fernandopeirone.com.ar/Lote/nro007/rcbabel.htm [Consultado el 15 de diciembre de 2010].11Gonzlez Vera, Jos Santos. AlgunosOp. cit., p. 45.12Sobre los aos locos de Buenos Aires vase Orgambide, Pedro, Un puritano en el burdel. Ezequiel Martnez Estradao el sueo de una Argentina Moral, Ameghino, Buenos Aires, 1997, pp. 72-73.

    Sebastin Hernndez

  • 7/25/2019 diego g

    5/11

    215

    prisma ms profundo como las interrogativas sobre el sistema escolar, los problemasmorales, la vida rutinaria, los cambios de la ciudad, narrativas de la vida cotidiana,

    entres otros. Es decir, presenta a Babel como un punto de anlisis entre literaturay sociedad que de cuenta de nociones y problemas muchos ms complejos que elmomento poltico y social actual que viva Argentina y la ciudad portea durante ladcada del 20.

    Por otro lado, la revista de Glusberg debi convivir con una dicotoma literaria ypoltica vivida por Argentina a lo largo de los 20. Esta dicotoma se presenta, porun lado, en los rasgos patriarcales que se observan en la manera de gobernar yen la literatura tradicionalista proveniente de nes de siglo XIX y del Centenario,donde guras como el gaucho y personajes ligados al campo tuvieron un mayorprotagonismo. Al otro extremo se presentaba la nueva tipologa urbana en la quesobresalen guras como los pequeos burgueses, ganapanes y horteras13, entre otros,que en la poltica se representaba con sectores sociales interesados en el comercioexterior o en la sindicalizacin industrial de la ciudad14. De esta manera, a travsde su revista Glusberg se transforma en un difusor de dos generaciones literariasdistintas, haciendo conuir estas dos posiciones literarias dismiles bajo un mismosello, generando que la agenda cultural de Babeldestacase por su heterogeneidad decontenido y de colaboraciones.

    A travs de Babel, Glusberg se presenta como un difusor cultural que emprendepolticas culturales para transmitir trabajos de escritores e intelectuales que poseantrayectorias variadas en el medio argentino. Frente a este hecho, Tarcus observa losiguiente: Glusberg fue algo ms que un difusor cultural: le cabe ms ajustadamente

    la gura depropiciador, la de quien pone sus esfuerzos menos en desarrollar su propiaobra que en propiciar la ajena, o mejor, quien hace de la obra ajena su propia obra 15.Desde este punto de vista, se puede inferir que Glusberg no comienza a construir unespacio en el escenario intelectual argentino desde su propia obra sino que toma ellugar de un gestor cultural para la difusin de obras ajenas.

    Dentro de las amistades intelectuales de Glusberg, la que caus mayor inuencia en estegestor cultural fue la hermandad intelectual a la que se reere Tarcus, hermandaden la que guran Lugones, Quiroga, Martnez Estrada, Franco y el mismo Glusberg.En esta hermandad se pueden observar deseos de profesionalizacin, el apoyo mutuoen polticas culturales y la ayuda para formular diversas redes intelectuales a lo largo

    del continente. Esta amistad intelectual dio cuenta del diverso espectro ideolgicoque conform Glusberg en los aos de Babel, ya que a travs de estas amistades semanifestaron distintas sensibilidades polticas, como arma Tarcus:

    13 Personajes de la cultura popular argentina que se ganan la vida con trabajos espordicos y que no requierenespecializacin.14Sobre esta dicotoma literaria y poltica en los 20 de Argentina vase, Orgambide, Pedro, Un puritano en el burdelOp. cit., p. 73.15Tarcus, Horacio, Maritegui en la ArgentinaOp. cit., p. 83.

    Samuel Glusberg/Enrique Espinoza: revistas culturales y proyectos editoriales en Argentina (1921-1935)

  • 7/25/2019 diego g

    6/11

    216

    desde el anarco-individualismo naturalista de Quiroga al anarco-trotskismo deLuis Franco, pasando por el anarco-liberalismo de Martnez Estrada o el trotskismolibertario de Glusberg. Sensibilidad que tampoco es ajena a Lugones, pues un mismoaliento antiburgus inama tanto el socialismo anarquizante de su juventud como elaristocratismo nacionalista de su madurez16.

    De lo anterior se desprende que el grupo intelectual cercano a Glusberg expuso unatendencia hacia ideas cratas, las cuales cumplieron un rol importante al momentode analizar las ideas que intentaba difundir a travs de su revista en cada polticacultural emprendida por el director de Babel. No obstante, de la misma manera seobserva que Glusberg no tuvo problema en apoyar las obras literarias de Lugonesy de escritores que no seguan la misma tendencia libertaria que l, ya que en esteperodo Babelse centr en el aporte literario ms que en la discusin poltica.

    Revista Babel. Revista de bibliografa. N 21, noviembre 1926. CEDINCI, Argentina.

    C) Glusberg/ Espinoza: las recepciones del judasmo argentino y el americanismo

    cultural

    En 1924, Glusberg edita su primer trabajo literario llamado La Levita Gris. Cuentosjudos en ambiente porteo. Segn Tarcus, este trabajo es el equivalente urbano deLos gauchos judosde Alberto Gerchunoff17. A partir de este trabajo Glusberg logrdesarrollar un contacto epistolar con Waldo Frank, uno de los mayores representantesdel americanismo en el continente18. Este contacto se realiz debido a la traduccin del

    16Tarcus, Horacio, Cartas de una hermandad, Emec, Buenos Aires, 2010, p. 19.17Tarcus, Horacio, Maritegui en la ArgentinaOp. cit., p. 29.18Sobre los representantes del americanismo en el continente vase en Devs, Eduardo, El pensamiento latinoamericanoen el siglo XX. Entre la modernizacin y la identidad. Del Ariel de Rod a la CEPAL. Tomo I. (1900-1950), EditorialBiblios y Centro de Investigaciones Barros Arana, Buenos Aires, 2000, p. 165.

    Sebastin Hernndez

  • 7/25/2019 diego g

    7/11

    217

    cuento La cruz para la revista neoyorkinaMenorah, publicacin a travs de la cualobtuvo favorables comentarios de la prensa, presencia en tertulias y felicitaciones de

    intelectuales.Tras la publicacin de su libro Levita grisen 1924 Samuel Glusberg cambia su nombrepor el seudnimo Enrique Espinoza, atribuido segn el escritor Eduardo Barrios porel nombre del poeta y ensayista Heinrich Heine y el apellido del lsofo neerlandsBaruch Spinoza. Sin embargo, segn el mismo Glusberg, este hecho era herrado,declarando: hubiera sido intil que yo destruyera semejante leyenda, confesandoque haba tomado mi seudnimo del autor de una Geografa de Chile19. Esta doblepersonalidad literaria responde a que el judasmo siempre fue un aliciente importanteen el trabajo literario cultural de Glusberg desarrollando una doble faceta de escritorpara referirse a dos temas importantes: el americanismo cultural bajo el seudnimode Enrique Espinoza y el judasmo de Spinoza y Heine bajo el nombre de SamuelGlusberg.

    Desde esta perspectiva el seudnimo de Glusberg se enlaza en contra del antijudasmoimperante en la sociedad intelectual portea proveniente desde diferentes corrientesde pensamiento que profesaban un nacionalismo extremo y culpaban a los inmigrantes__especialmente a los judos__ como el mayor causante de los males del pas. Traseste contexto Glusberg dividi su trabajo cultural en dos campos: la difusin delamericanismo cultural y la transmisin de la cultura juda. Es en esta ltima discusindonde Glusberg sigue utilizando su verdadero nombre y a partir de sus polticasculturales se hace parte de un grupo heterogneo de intelectuales, emprendedoresculturales, lntropos e instituciones judas, [que] invirtieron una suma considerable

    de tiempo, energa y dinero en la traduccin y edicin de la temtica juda desdenes de la segunda dcada del siglo veinte, como arma el historiador AlejandroDujovne20.

    Desde 1926 todos los mbitos de la sociedad argentina se encontraban polarizados porla vuelta de Yrigoyen al poder. ste se fortaleca a travs de una camada de dirigentese intelectuales que buscaban reforzar la imagen de caudillo del presidente argentino.Este elemento distaba mucho de las polticas culturales emprendidas por Glusberg,donde las redes intelectuales y el americanismo eran parte importante del propsitodifusivo de cada empresa cultural iniciada por l. Es bajo este contexto que Glusberg,gracias a su maestro Lugones, conoce a Maritegui, otro intelectual importante del

    americanismo. Como arma Tarcus: Es as que en 1926, el nacionalista Lugonesdescubra al marxista Maritegui en las pginas de Revista de Filosofa, una publicacinizquierdista, y se lo haca conocer a su editor y amigo Samuel Glusberg21.

    En 1927 Glusberg inicia un nuevo emprendimiento editorial, la revista juda CuadernosLiterarios de Oriente y Occidente, en la que se editaban textos traducidos de escritoreshebreos o trabajos sobre stos, como tambin sobre la cultura literaria juda. Frente al19Espinoza, Enrique, Gajes del ocio, Extremo Sur, Santiago, 1976, p. 76. El autor se reere al gegrafo Enrique Espinozaquien escribiJeografa descriptiva de la Repblica de Chileen 1890.20Dujovne, Alejandro, Impresiones del judasmo. Una sociologa histrica de la produccin y circulacin transnacionaldel libro en el colectivo social judo de Buenos Aires, 1919-1979. Tesis doctoral indita, IDES-UNGS, Conicet, 2000, p. 169.21Tarcus, Horacio, Maritegui en la ArgentinaOp. cit., p. 25.

    Samuel Glusberg/Enrique Espinoza: revistas culturales y proyectos editoriales en Argentina (1921-1935)

  • 7/25/2019 diego g

    8/11

    218

    inicio de esta revista Glusberg expresa: con motivo de la visita de Einstein a BuenosAires (1925), pens en una revista juda. Planeamos Orgenes,pero lleg a publicarse

    bajo mi direccin Cuadernos de Oriente y Occidente22

    . En esta revista Glusberg exponesu doble personalidad literaria, escribiendo temas judaicos con su verdadero nombrey mostrando su seudnimo al momento de escribir sobre escritores latinoamericanos.

    Mientras Glusberg se desenvolva como propiciador cultural junto a Manuel Gleizer(1889-1966), ambos fueron identicados como editores modernos de la cultura judaen Argentina, ya que en este perodo se comprende al editor moderno como aquelagente diferenciado de los que cumplan con la funcin de publicar libros, ya sea elimprentero o el mismo escritor, sino que este trabajo comprenda la eleccin de obras,el control nanciero de las publicaciones, las decisiones sobre el diseo de las obras,la organizacin de colecciones, la promocin y puesta en circulacin de los ttulos ylas remuneraciones de los autores23. Glusberg adquiere reconocimiento en el mbitoliterario por su buen manejo como gestor cultural y editor dentro del ambiente de lasletras, desarrollando una buena reputacin no slo en torno a la cultura juda sinotambin frente a los dems sectores intelectuales.

    El anterior Samuel Glusberg y el ahora Enrique Espinoza dieron por terminado unprimer ciclo de propuestas editoriales y de polticas culturales con el n de CuadernosLiterarios de Oriente y Occidente en 1927 y de Babel en 1929. El primero de estos proyectosfeneci por falta de apoyo econmico y por el escaso inters del pblico intelectualy de la juventud juda, llegando slo a publicar tres nmeros de un poco ms decien pginas cada uno. Por su parte, despus del cierre de BabelEspinoza comienzaa generar renovadas ideas editoriales y culturales, conformando posteriormente

    proyectos con nuevas propuestas en lo poltico y en lo cultural.

    A su vez, muchos de los intelectuales porteos no estaban enfocados en el contextoargentino, por lo que sus crticas y argumentos se entablaban en un debate continental,haciendo que sus intereses no slo llegasen a la sociedad argentina. Por tanto, Espinozadecide fundar -de manera premeditada- una revista que prosiga el proyecto Babelpero con un nuevo aspecto y temticas ms relevantes o sugerentes. De este modonace la revista La Vida Literariaen la primera quincena de julio de 1928, sobre la queGonzlez Vera apunta: con Franco, Martnez Estrada, Cancela, etctera, resuelvenpublicar una revista ms gil, que aparezca a menudo y tenga formato mercurio. Losdems ignoran con qu imprime y cmo pega en los muros grandes cartelones con

    cien retratos de colaboradores, en que anuncia la nueva revista24.

    Ya en 1932 Agustn Pedro Justo asume la presidencia de Argentina en un contextodonde, segn el historiador Osvaldo Graciano se profundiz la caracterizacin delintelectual autnomo de los partidos, pero comprometido con la realidad poltica queirrumpi con la democracia25. Bajo estos hechos, Espinoza publica su libro Trinchera22Cita de Samuel Glusberg sin fecha, extrada de Gonzlez Vera, Jos Santos, AlgunosOp. cit., p. 48.23Dujovne, Alejandro, Impresiones del judasmoOp. cit., p. 199.24Gonzlez Vera, Jos Santos, AlgunosOp. cit., p. 49. La Vida Literariaaparece por primera vez en la primera quincenade julio de 1928.25Graciano, Osvaldo, Entre la torre de marl y el compromiso poltico. Intelectuales de izquierda en la Argentina. 1918-1955, Editorial Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, 2008, p. 151.

    Sebastin Hernndez

  • 7/25/2019 diego g

    9/11

    219

    (1932), donde mostraba un fortalecimiento de su cultura poltica de tono libertario yuna redenicin editorial y cultural de sus nuevas polticas culturales.

    De este modo, en el prlogo de Trinchera Espinoza esgrime su proyecto y objetivoeditorial, acentuando el carcter de propiciador cultural y el elemento de difusincomo eje central de su nueva redenicin cultural, la cual se diferencia de las polticasculturales anteriores por el hecho de que los trabajos difundidos posean un carcterms politizado que los publicados en Babel.

    Tras la publicacin de Trincheraen el mes de octubre de 1932, Espinoza emprendiuna nueva poltica cultural con el objetivo de continuar La Vida Literaria.Este nuevoemprendimiento cultural llevaba por nombre Trapalanda, un colectivo porteo.A esto,Gonzlez Vera seala: Ezequiel Martnez Estrada, que va terminando Trapalanda(despus de Radiografa de la Pampa), sugiere que se sea el nombre de una revista,del porte de un libro comn, en la que se inserten ensayos. Y La Vida Literaria seconvierte en Trapalanda26. El nombre Trapalanda proviene, segn Gonzlez Vera,de la denominacin de los ingleses a Sudamrica en sus mapas27. En efecto, aquelrgano difusor responde a nuevos planteamientos editoriales en donde los elementoscaractersticos de la revista facilitaban su difusin, cuidado y coleccin, aspectoimposible de realizar en La Vida Literaria por su formato mercurial. Todos estoselementos fueron tomados en cuenta por Espinoza y el resto de los intelectuales quelean aquellas revistas sobreponiendo la difusin y acogida del pblico como objetivocentral.

    En 1935 naliza Trapalanda, un colectivo porteo, porque Espinoza viaj a Santiago

    donde contrajo matrimonio con su prima Catalina Telesnik, establecindose enChile por casi cuarenta aos. Sin embargo, Espinoza comprendi la importancia desus polticas culturales gracias a que sus trabajos se desarrollaron como vehculosdifusivos capaces de popularizar la literatura y el pensamiento intelectual a travs delanlisis de realidades inmediatas y palpables, las que si bien no lograron un nmeroconsiderable de suscripciones como otras revistas, sta fue capaz de aumentar lasventas y sus lecturas a un mayor nmero que en el caso de Babel. Esto se logr graciasa la inclusin de temticas politizadas, as como por el uso de un vocabulario msfuerte y directo, facilitando al lector la comprensin de lo que el autor pretendadecir. De tal modo, esta nueva redenicin cultural, editorial y poltica se traduciren su mximo apogeo en la palestra cultural chilena, donde este propiciador cultural

    emprender una de sus polticas culturales de mayor importancia: la segunda etapade Babel. Sin embargo, antes colaborar en revistas como Onda Corta y Sech, entreotras, en las cuales dar indicios de sus nuevas inuencias polticas.

    D) Consideraciones nales

    En el perodo argentino, Espinoza expone una heterogeneidad de contenidosrepresentado bajo un eclecticismo cultural, donde sus emprendimiento editorialestoman la forma de polticas culturales que buscaban generar una perspectiva26Tarcus, Horacio, Maritegui en la ArgentinaOp. cit., p. 50.27Ibd., p. 50.

    Samuel Glusberg/Enrique Espinoza: revistas culturales y proyectos editoriales en Argentina (1921-1935)

  • 7/25/2019 diego g

    10/11

    220

    reivindicativa o un realce literario de otros escritores, ya sea porque no eran muyconocidos o vivan una baja popularidad en su nueva literatura, como el caso de

    los homenajes a Lugones y Quiroga. As, sus proyectos culturales en Argentinaconstituyen un espacio intelectual que form un discurso ideolgico-cultural conrasgos propios, diferencindose de todo el plano cultural trasandino y creandouna particularidad valorada en el medio intelectual continental. Esta caractersticademuestra que las primeras polticas culturales de Espinoza se centraron en un temaliterario que desemboc en un plano poltico, respondiendo a la bsqueda de unreconocimiento e integracin intelectual dentro del medio cultural que se relacionabanegativamente a su carcter de inmigrante y judo en la ciudad portea.

    En denitiva, Espinoza convoca a distintos sectores de la intelectualidad porteapara ser parte de un solo modelo literario, mostrando que la formacin de redesintelectuales ltraba el ideario ideolgico del director de Babel. De este modo, losobjetivos de generar nuevas redes y una agenda cultural propia formaron un grupointelectual unido en torno al americanismo cultural y la izquierda intelectual,agrupando en estas distintas revistas desde representantes cratas hasta comunistasde raigambre autoritario. Estos elementos de la revista argentina proporcionaron unaforma distinta de manifestar su postura poltica, desarrollando crticas basada en elambiente literario, forjando desde lo cultural y de manera indirecta un anlisis crticode la realidad que viva Argentina y el continente en general.

    Cuadernos Literarios de Oriente y Occidente. Coleccin fotogrca Biblioteca Nacionalde Argentina.

    Sebastin Hernndez

  • 7/25/2019 diego g

    11/11

    221

    Bibliografa

    Altamirano, C. y Sarlo, B. (comp.), Ensayos argentinos. De Sarmiento a la vanguardia,Ariel, Buenos Aires, 1997.

    Devs, E., El pensamiento latinoamericano en el siglo XX. Entre la modernizaciny la identidad. Del Ariel de Rod a la CEPAL. Tomo I. (1900-1950), EditorialBiblios y Centro de Investigaciones Barros Arana, Buenos Aires, 2000.

    Dujovne, A., Impresiones del judasmo. Una sociologa histrica de la produccin ycirculacin transnacional del libro en el colectivo social judo de Buenos Aires,1919-1979. Tesis doctoral indita, IDES-UNGS, Conicet, 2000.

    Espinoza, E., Gajes del ocio, Extremo Sur, Santiago, 1976.

    Estrella Gutirrez, F., Recuerdos de la vida literaria,Losada, Buenos Aires, c1966.

    Gonzlez Vera, J. S., Algunos, Nascimento, Santiago, 1967.

    Graciano, O., Entre la torre de marl y el compromiso poltico. Intelectuales deizquierda en la Argentina. 1918-1955, Editorial Universidad Nacional deQuilmes, Buenos Aires, 2008.

    Orgambide, P., Un puritano en el burdel. Ezequiel Martnez Estrada o el sueo deuna Argentina Moral,Ameghino, Buenos Aires, 1997.

    Suriano, J., Anarquistas. Cultura y poltica libertaria en Buenos Aires, 1890-1910,Manantial, Buenos Aires, 2008.

    Tarcus, H., Cartas de una hermandad, Emec, Buenos Aires, 2010.

    Tarcus, H.,Maritegui en la Argentina o las polticas culturales de Samuel Glusberg,Ediciones El Cielo por Asalto, Buenos Aires, 2001.

    Revistas

    Babel, Buenos Aires, 1921-1929.

    Cuadernos de Oriente y Occidente, Buenos Aires, 1927- 1928.

    La Vida Literaria, Buenos Aires, 1928-1932.

    Trapalanda, un colectivo porteo,Buenos Aires, 1932-1935.

    Samuel Glusberg/Enrique Espinoza: revistas culturales y proyectos editoriales en Argentina (1921-1935)