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7/25/2019 Documentacion Catalogacion y Musicologia
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[172] Ensayos.Historia y teora del arteJunio de 2012, No. 22
ncipits musicales y concordanciasEl uso de ncipits musicales es uno de los as-
pectos ms tiles del catlogo ya que constituye
un paso ms para superar uno de los escollos fun-
damentales en la identificacin y filiacin de obrasmusicales litrgicas de los siglos XVI-XVIII. Este es
un proceso difcil, en especial porque dichas obras
musicalizan los mismos textos, ya sean estos los del
Ordinario de la Misa, motetes, salmos, antfonas,
himnos, canticos y responsorios del Oficio Divino.
En el caso de catlogos de la msica europea pre-
servada en Amrica, los ncipits se han utilizado
de forma no sistemtica. Stevenson escasamente
los usa en su trabajo de conjunto sobre fuentes
musicales renacentistas y barrocas en Amrica1.
Ms tarde, y en forma ms elaborada, Snow incluye
ncipits en su descripcin de las fuentes en el trabajo
sobre las obras de Rodrigo Ceballos y el Ms. 4 de la
Catedral y Tello en el suyo sobre el manuscrito de
Gaspar Fernndes2. Sin embargo, Marn, superando
el carcter monogrfico de los trabajos anteriores,
es el primero en usarlos en forma sistemtica parael gran cuerpo de obras (ms de quinientas) que
constituyen el objeto de su catlogo.
Establecer en forma exhaustiva las concordan-
cias musicales de las piezas de un determinado
repertorio es uno de los trabajos ms tiles que
un musiclogo puede realizar. Al ser un paso
adicional despus de proporcionar los ncipits
musicales del repertorio estudiado, el cuerpo de
1 Robert Stevenson,Renaissance and Baroque MusicalSources in the Americas, Washington: Pan American Union/General Secretariat, 1970.
2 Robert J. Snow, The Extant Music of Rodrigo de Ceballosand its Sources, Detroit: Information Coordinators, 1980; A
New World Collection of Polyphony for Holy Week and the
Salve Service. Guatemala City, Cathedral Archive, Music MS
4, Chicago: University of Chicago Press, 1996, Monuments ofRenaissance Music, IX y Aurelio Tello,El archivo musical de la
Catedral de Oaxaca. Catlogo, Mxico: CENIDIM, 1990.
concordancias establecido por el autor se consti-
tuye en una fuente secundaria esencial que abre
la posibilidad de que el estudio de concordancias
se profundice y d buenos frutos con repertorios
semejantes. Sin duda esto ser de gran utilidad entrabajos futuros sobre los repertorios de los siglos
XVI al XVIII,an por estudiar en Espaa, Portugal,
Mxico, Guatemala y Colombia.
Ediciones modernas y grabacionesUno de los objetivos fundamentales del trabajo
crtico sobre este tipo de fuentes es el estable-
cimiento de un texto que pueda interpretarse y
grabarse. Sin embargo, si ese texto es objeto de
debate, se deben considerar adems las ediciones
ya existentes y las interpretaciones plasmadas ya
sea en audio como en video de dicho texto. Esto
constituira el verdadero estudio de la interpreta-
cin musical (performance) que Taruskin diferencia
claramente del estudio de cmo debe ser la inter-
pretacin musical (performance practice)3. Para
este fin, las listas exhaustivas de ediciones moder-nas y grabaciones se convierten en herramientas
insustituibles. Sin embargo hay problemas como
los que plantea la industria fonogrfica donde
la datacin de grabaciones y sus ediciones son
difciles de establecer. Estas dificultades tienden a
aumentar, en las circunstancias actuales, con el ad-
venimiento de la Internet como la principal fuente
de informacin sobre trabajos y grabaciones de
inters musicolgico. Las muy variadas formas enque suelen presentarse los datos bsicos de estos
trabajos (fecha y lugar de grabacin, de edicin, in-
formacin de fuentes, etc.) en la actualidad adquie-
3 Richard Taruskin, Beyond Text and Act: Where thingsstand now,Musicologa: cinco visiones, VICtedra de Historia
y Teora del Arte Alberto Urdaneta, Bogot, 19 de noviembre
de 2012.
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ren formas ms inslitas y difciles de establecer,
mxime cuando un intrprete puede ser al mismo
tiempo musiclogo, editor, impresor, distribuidor
y publicista de sus propias obras.
Criterios y catlogoMarn cataloga en forma exhaustiva veinticinco
libros de polifona (encuadernados en veintids
volmenes) que contienen en total 563 obras para
las cuales establece ms de 2.000 concordancias. Ya
con esto, el alcance del trabajo de Marn puede ubi-
carse al lado de los clsicos en su clase ya que como
todos ha construido sobre los hombros de quienes
le antecedieron y sus criterios de catalogacin reto-
man y amplan aquellos propuestos por Sonw en su
obra sobre el Ms. 4 de la Catedral de Guatemala.4
En la seccin Criterios de catalogacin (I, pp. 157-
164) se expone el piso musicolgico sobre el que
est construida su propuesta. Su ficha de cataloga-
cin se compone de dieciocho campos que como
ya hemos mencionado incluyen parmetros tan
tiles como los ncipits musicales y concordanciaspara cada una de las piezas, as como las referencias
a sus ediciones modernas y grabaciones. Es posible
pensar que los campos denominados Colacin
y Concordancias hubieran podido fusionarse, al
igual que aquellos denominados Inscripciones y
Comentarios. Igual pasa con Ediciones facsimi-
lares y Ediciones modernas, ya que las facsimi-
lares son al fin y al cabo modernas con respecto al
momento de la creacin de la fuente. Otro aspecto,difcil de solucionar, es de la lista exhaustiva de las
ediciones modernas y es obvio que en casos muy
concretos (Palestrina, Victoria, Morales, Guerrero y
4 Snow (ed.), pp. 79-110. Tello expone sus criterios de catalo-gacin en El catlogo musical de Oaxaca,Revista Musical de
Venezuela, 30-31, (enero-dic. 1992), pp. 129-36.
otros) la seleccin de ellas la solucin hallada
por Marn es la nica posible.
Las fotografas de algunas pginas representati-
vas de cada uno de los libros catalogados hubiesen
sido, sin duda, muy tiles, pues aadiran granvalor al campo de las Concordancias. Sabemos
que la mano de los copistas as como las portadas
y los colofones de los impresos son fundamentales
en el proceso de identificacin y filiacin de obras
de este periodo, y ante una edicin del cuidado
de la que reseamos la inclusin de fotografas,
an en color, no hubiese constituido un gran peso
adicional sobre el ya inmenso esfuerzo editorial.
Lo mismo podra decirse de reproducciones de
las marcas de agua, otro elemento vital en la
identificacin y datacin de este tipo de fuentes.
Como siempre, la normalizacin de las conven-
ciones bibliogrficas y archivsticas en un catlogo
puede desatar divergencias de opinin, aunque
est claro que lo importante siempre es optar por
un sistema y ser coherente con l, como ejem-
plarmente hace Marn. No obstante puede haberobjeciones a la decisin de traducir al espaol
parte de los ttulos de las obras de la bibliografa
(el sitio de publicacin), pues, por ejemplo, en aras
de la consecucin de material bibliogrfico de es-
casa circulacin es mejor siempre contar con una
descripcin completa en el idioma original de la
edicin. Otros aspectos de su terminologa tambin
merecen comentario. Arbigo para referirse al
sistema de numeracin sigue siendo un adjetivoms comn que rabe, que suele reservarse
para otros contextos. Tambin se hubieran podido
evitar localismos peninsulares como cartela para
referirse a letrero o pegatina para aludir a los
rtulos pegados en pastas y lomos de volmenes
impresos o manuscritos.
Sin embargo, este es un debate abierto, mxime
si no hemos podido superar escollos ms pedes-
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tres que adquieren gran importancia en el xito
o fracaso de la investigacin de archivo como el
uso de los variadsimos tipos de tomas elctricas
de diferentes pases. Adaptarse a los extremos
ejemplos de Argentina e Inglaterra que aadena la variedad europea, norteamericana y latinoa-
mericana puede causar estragos como los que en
forma muy entretenida describe Donald Greig en
un episodio de su novela sobre el descubrimien-
to de un importante manuscrito por parte de un
musiclogo especializado en el repertorio tardo
medieval que deriva en interesantes aspectos de
la interpretacin actual de este repertorio5.
ndicesLos ndices (tercera parte del trabajo) constituyen
uno de los grandes aportes de Marn. Estos desglo-
san los veinticinco libros de polifona catalogados
desde varias perspectivas. En primer lugar est el
ndice de compositores y de obras, gneros musi-
cales y fuentes relacionadas con aquellas, que se
complementan con dos ndices poco usuales. Elprimero es uno elaborado desde el punto de vista
litrgico relacionado con las advocaciones y fiestas
en las que se usaron dichos repertorios y obras. El
segundo tiene que ver con los ttulos, anotaciones
y fechas que figuran en los libros catalogados.
Desde el punto de vista de la distribucin de voces
de todas las obras, Marn incluye un ndice, que
l llama de plantilla, otro localismo peninsular
difcil de generalizar que, por ejemplo, Tello llamadotacin. Los indices de obras y de fuentes son sin
duda los ms elaborados y tiles, en especial porque
el primero incluye referencias cruzadas a versiones
5 Donald Greig, Time will tell,London: Thames River Press,2012. Agradezco a Richard Taruskin (Berkeley, CA) porrecomendarme esta obra y obsequiarme su ejemplar
durante su visita a Bogot en noviembre de 2012.
de las obras catalogadas existentes en otras fuentes
latinoamericanas. El segundo (fuentes) contiene
abundantes anotaciones relacionadas con catlogos
internacionales, y con ediciones modernas, dejando
as un cuerpo de informacin que ser muy til paraaquellos que quieran abordar el estudio su desde
cualquier perspectiva.
Consideraciones generalesEl valor del estudio crtico de las fuentes musi-
cales y documentales en el quehacer musicolgico
actual debera estar fuera de toda discusin. Sin
embargo, en nombre de la musicologa nueva
o crtica, pues la tarea de documentacin ge-
neralmente suele menospreciarse por parte de
quienes nunca la han practicado. A pocas semanas
de la muerte de Robert M. Stevenson (1916-2012),
vale la pena mencionar una vez ms su inmenso
aporte en el uso de la documentacin primaria y
contextual en la construccin de nuestra historia
musical6. Sus precisas referencias bibliogrficas a
esta documentacin, fuentes que en muchas oca-siones l mismo no pudo explorar debidamente,
han sido y seguirn siendo los puntos de partida
fundamentales en esta tarea a la que, sin duda,
Marn contribuye con su excelente trabajo.
No sobra mencionar algunos casos en que nue-
vos aportes documentales han cambiado el conoci-
miento adquirido sobre la msica del periodo que
cubre el trabajo que reseamos. Por ejemplo, los
nuevos documentos sobre Hernando Franco (1532-85) estudiados y publicados por Mara Gembero,
cambian el panorama despus de ms de medio
6 Robert M. Stevenson muri en Santa Mnica (California) el22 de diciembre de 2012; naci en Melrose (Nuevo Mxico)el 3 de julio 1916. Ver Steven Loza, Robert M. Stevenson(1816-2012), en The Society for Ethnomusicology, News,
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siglo de ser considerado como fundador de la
msica europea en Guatemala y Mxico, pues sa-
bemos hoy que antes haba sido maestro de capilla
en Portugal, Santo Domingo y Santiago de Cuba, y
que adems estuvo tambin en el territorio actualde El Salvador7. Esto ayudar a superar modelos
de investigacin partisana y nacionalista que an
cuentan con fuerza en nuestro medio. La visin
nacionalista impuesta por Saldvar, reforzada por
Stevenson y por sus seguidores, ya era insosteni-
ble a comienzos de 1970, cuando estaban claros
los patrones de gran movilidad de los maestros
de capilla tanto en Espaa como en Amrica, en
nuestro caso ejemplificados por las trayectorias
de Fernndez Hidalgo y Pedro Bermdez (c.1558-
c.1605), quienes adems de su trabajo previo
en la pennsula trabajaron en siete catedrales
americanas8. De igual forma, y como ejemplos re-
lativos al papel de la nueva documentacin dentro
del canon de la msica occidental, se pueden traer
a colacin los recientes y sustanciales hallazgos
documentales sobre las biografas de Josquin oDufay9. Es probable que estos no modifiquen el
7 Mara Gembero Ustrroz, Aportaciones a la historia musicalde Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico a partir de fuentes es-paolas (siglos XVI-XIX),Boletn de Msica. Casa de las Amri-cas, 10, (2002): pp. 3-33 y El compositor espaol HernandoFranco (1532-85) antes de su llegada a Mxico: trayectoriaprofesional en Portugal, Santo Domingo, Cuba y Guatemala,
Latin American Music Review, 26, 2, (2005): pp. 273-317.
8 La documentacin conocida est resumida en RobertStevenson y Egberto Bermudez, Fernndez, Gutierrez,Grove Music Online, Oxford MusicOnline, Oxford UniversityPress. ww.oxfordmusiconline.com/subscriber/article/grove/music/0950(consultado el 19 de noviembre de 2012) y RobertJ. Snow, Bermdez, Pedro, Grove Music Online. OxfordMusic Online. Oxford University Press. www.oxfordmusiconli-ne.com/subscriber/article/grove/music/02833 (consultado el19 de noviembre de 2012).
9 Ver Alejandro Enrique Planchart, Du Fay, Guillaume,Grove Music Online. Oxford Music Online. Oxford UniversityPress. (consultado el 19 de noviembre de 2012) y
significado y lugar que hoy ocupa su msica pero
que si aclaran sobre la dimensin social y poltica
de sus vidas y sus carreras profesionales, al igual
que las conexiones sociales y familiares y el papel
de las relaciones pblicas y la promocin o auto-promocin de sus obras, algo fundamental en la
construccin de cualquier canon.
La aburrida y desagradecida bsqueda docu-
mental indiscutiblemente aportar en el futuro
prximo bastante informacin contextual y proba-
blemente nuevas fuentes musicales para la msica
de cualquier periodo. Esta debe continuar, aunque
en ocasiones se corra el riesgo del hiperdocu-
mentalismo o magnificacin de la informacin
documental. Tomando casos aislados, citemos
el empecinamiento de encontrar compositores
indgenas en los documentos histricos sobre las
misiones Jesuitas del Paraguay o en las partituras de
los Archivos de Moxos y Chiquitos (Bolivia). Aunque
quizs el caso ms notable sea la polmica sobre
la autora de las dos canciones con texto nhuatl
del llamado Codex Valds, que ilustra aspectosimportantes del trabajo musicolgico e histrico
en nuestro medio. Es interesante ver cmo la lec-
tura divergente de una sola palabra escrita en el
manuscrito puede ilustrar aspectos importantes de
nuestro quehacer. En primer lugar, el nacionalismo
Saldvar quiso hacer del autor de dichas obras un
mexicano; en segunda instancia, una combinacin
de nacionalismo y populismo paternalista Steven-
son pretendi que adems fuera un indgena nota-ble, que en ltimas llegan al parricidio nuevas
lecturas de un documento mirando solo de lado y
de lejos el trabajo de quienes antes han aportado a
Patrick Macey, et al., Josquin des Prez, Grove Music Online,Oxford Music Online, Oxford University Press.
(consultado el 19 de noviembre de 2012).
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su estudio10. Sin embargo, los hallazgos documen-
tales, por pequeos que parezcan, pueden cambiar
diametralmente nuestro conocimiento, y, en este
caso, an estn por incorporar a dicha controversia
los datos aportados por Gembero con respecto aFranco y su conocimiento de las lenguas indgenas
de la regin. Estos no son conclusivos como casi
todos los datos de los documentos legales que
mencionamos pero indican que Franco se haba
aproximado y conoca parece que solo en forma
muy esquemtica el nhuatl, que es la lengua
hablada en las regiones de El Salvador, donde tuvo
cargos eclesisticos entre indgenas. Sin duda habr
que reexaminar todo el asunto a la luz de estos y
posiblemente otros documentos.
10 Gabriel Saldvar,Historia de la msica en Mxico (pocasprecortesiana y colonial)(1934), Mxico: Secretaria deEducacin Pblica/Ediciones Guernika, 1987, p. 128 y R.Stevenson,Music in the Aztec and Inca Territorry,Berkeley/Los
Angeles: University of California Press, 1968, pp. 204-206. Verel resumen de los ltimos argumentos de dicha controversiaen Eloy Cruz, De cmo una letra hace la diferencia; las obrasen nhuatl atribuidas a Don Hernando Franco,Estudios deCultura Nhuatl, 32 (2001): 257-95 y Juan M. Lara Crdenas,Polifonas novohispanas en lengua nhuatl. Las plegarias a la
Virgen del Cdice Valdez de 1599, en Lucero Enrquez y Mar-garita Covarrubias (eds.),I Coloquio Musicat. Msica, catedral
y sociedad, Mxico: UNAM, 2006, pp. 137-164.
Retomando a Marn, y para finalizar, tal vez el
ms importante logro de su trabajo es la contribu-
cin para superar el provincialismo que tradicio-
nalmente ha caracterizado la investigacin sobre la
msica hispnica tanto en Espaa como en Amri-ca. Igualmente loable es que la Sociedad Espaola
de Musicologa, despus de haber logrado incluir
suRevista de Musicologaen JSTOR, tal vez la ms
prestigiosa base de datos en humanidades a nivel
global, preste atencin a travs de la excelente
edicin y distribucin de este trabajo a la inter-
nacionalizacin y proyeccin acadmica de los
novedosos y tiles aportes que su autor plantea.